Bizancio Como Problema Histórico
December 7, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Bizancio como problema histórico – Maier
Historiografa Siglo XIX - Desde la estrechez de miras, en cuanto a la políca nacional, propia de la Edad Media europea, el Imperio bizanno parecía algo carente de importancia; y desde la estrechez conceptual clasicista, algo doblemente despreciable por «oriental» y «decadente».
Siglo XX - Bizancio es considerado ahora como enómeno histórico independiente, cuyos aspectos, cada vez 1uás dierenciados, dicultan normalmente la explicación del signicado del término de «lo bizanno~, sin caer en órmulas vacías o deniciones exclusivamente negavas.
Area de dominio En Bizancio inuyeron en su historia ciertos actores geográ geográcos. cos. Las ronteras del Estado bizanno correspondieron, en un principio, a las del Imperio romano oriental creado por Teodosici en el año ·395 al hacer su división del Imperio. Esta división no pudo deberse a un simple capricho administravo. El oriente griego y el occidente lano se dierenciaban con toda claridad desde hacía mucho empo, tanto en la estructura y protundidad de su cultura como en su situación económica y demográca'. Mayores reservas humanas y una uerza producva superior conrieron ·a la parte oriental del Imperio una uerza y capacidad regeneradora más elevada, situación que resultó undamental en d desarrollo de la historia bizanna. La primiva área de dominio bizanno estuvo sujeta a connuas transormaciones y nalmente a un drásco proceso de contracción.
Economía era evidente una clara dierencia económica. Desde hacía empo el centro de gravedad g ravedad de la producvidad industrial, el capital y la potencia tributaria se hallaba en las provincias orientales, con su mayor densidad demográca y una estructura más desarrollada. Estas provincias poseían, y no en úlma instancia , gracias a las estrechas relaciones existentes con los países limítroes de Oriente, los centros más importantes de la industria y el comercio. La banca y los servicios de crédito se hallaban aquí más desarrollados que en las provincias occidentales, que más bien hacían las veces de mercados y actuaban como suministradores de materias primas. La crisis producida por la invasión de los bárbaros aumentó aún más la superioridad económica y consolidó la estabilidad de la parte oriental del Imperio. La descomposición de la administración tardorromana hizo estragos en Occidente. El comercio, la industria y la políca nanciera se vieron seriamente disminuidas. .Sin embargo, en Asia Menor, Siria y Egipto la situación económica de la agricultura, así como la de los grandes centros urbanos, apenas si se vio inuida por tal acontecimiento.
Políca
El Estado bizanno heredó, a la par que el mundo políco de Roma, los graves problemas de Imperio concernientes a políca exterior. Ciertas regiones limítroes de vital importancia para Bizancio estaban situadas en dos áreas tradicionalmente crícas: el curso bajo del Danubio y Siria-Armenia. La guerra bironte se conviró en una constante de la historia bizanna, tras varios siglos dedel connua presión políco en estas zonas.hacia En unelprincipio se logró en la rontera Danubio el empuje de lamilitar migración germana oeste: Pero en el desviar siglo vi el asentamiento eslavo en los Balcanes resultó ser un oco de peligros de mayor envergadura, además de connuo. El mundo romano poseía desde hacía mucho empo una tupida red de relaciones económicas y culturales con el este. Pero al mismo empo se hallaba conrontado con ·el reino persa de los Sasánidas, S asánidas, un estado altamente civilizado y severamente organizado, cuya pretensión de dominar el control políco del área siria y de Asia Menor tenía que provocar, necesariamente, un conicto permanente. Con la destrucción del reino sasánida por el Caliato el siglo vii, cambió tan sólo el rival y no la constelación políca. Los coraceros persas ueron reemplazados por los ejércitos árabes y, más tarde, por los turcos. Dos actores ·geográcos amenazaban principalmente la estabilidad y la resistencia del Imperio bizanno ante estas constantes estratégicas y de políca exterior: la situación limítroe de las zonas más ricas y ecundas (Árica del Norte, Egipto y Siria) y la alta de barreras naturales que hubiesen acilitado una deensa ecaz de los rentes del Imperio tanto en el Danubio como en el desierto sirio y aricano. Estos dos aspectos resultaron denivos en la rápida pérdida de las provincias orientales y de Árica en el siglo VII, así como también en el menoscabo de la situación económica, originalmente próspera, del Imperio. Por el contrario, demostraron ser actores posivos las avorables condiciones geográcas existentes para la creación de una soberanía maríma en el Mediterráneo y, undamentalmente, la sólida situación deensiva de Asia Menor, que junto con Tracia constuía la reserva humana más importante. La alplanicie de Asia Menor estaba protegida hacia el · sudeste por la barrera constuida por los Montes Tauro, así como por escarpados acanlados en la amenazada costa meridional.
Un actor geopolíco undamental en la historia bizanna lo aconstuyó la situación de su de capital: durante más de mil años Constannopla ue, gracias las extraordinarias ventajas su situación, el centro vital y el úlmo reducto de resistencia del Imperio. El lósoo ocial oc ial árabe Ibn Jaldún había visto cómo se conrmaba --con el papel que representaba la capital bizanna- su teoría sobre la unción de los centros dináscos • Su posición dominante, intermedia entre Asia y Europa hizo que Constannopla se convirera, desde el punto de vista geográco, en el centro del Imperio, al mismo empo que, en caso de necesidad, también hacía posible el bloqueo de los territorios orientales de los Balcanes. Situada en la línea estratégica de las principales comunicaciones entre los rentes persa y germano, la ciudad controlaba también la importante ruta comercial entre las cuencas del Danubio y el Éurates. Disrutaba también de una posición igualmente avorable desde el punto de vista marímo; al estar situada entre el Mar Negro y el Egeo, comunicaba directamente con Siria, Egipto, Árica del Norte e Italia. Sus instalaciones deensivas, connuamente modernizadas, la convireron en el mayor centro comercial del Mediterráneo y en la ortaleza más resistente, de modo que, en el curso de su historia, únicamente pudo ser conquistada en dos ocasiones: en 1204 y en
1453. A lo largo de los siglos se conrmó cuán acertada ue la idea de Constanno, basada en consideraciones de orden políco, económico y estratégico, de undar una nueva capital imperial en el lugar de la angua Bizancio en el Bósoro. Acentuó el desplazamiento del peso políco dentro del Imperio, condicionado no sólo por la superioridad económica de la parte oriental de éste, sino también por su situación militar. Pero no debe restársele importancia a las movaciones religiosas y polícoreligiosas: la nueva capital debía estar libre del lastre que signicaban las tradiciones paganas y los ancuados esquemas polícos. La segunda Roma, en donde ya no estaba permido el culto público pagano, era una Roma crisana. El papel histórico de Bizancio
Por el contrario, en las provincias orientales sobrevivieron, en un sistema de gobierno besado en los principios absolustas y centralistas, el orden estatal , las normas jurídicas y las ideas polícas del Imperio romano: así se operó la unión de un crisanismo de carácter griego y de una cultura helenísca uertemente inuida por Oriente. De la síntesis de estas tradiciones nació un producto histórico de asombrosa vitalidad y gran uerza regeneradora. El Imperio bizanno - como herencia de Roma- disrutaba. en su calidad de potencia económica, políca y cultural, de una posición preponderante, incluso única, en un principio. En una época de descentralización y de horizontes locales era aquí donde residía la verdadera uerza histórica del área; la Nueva Roma era su centro espiritual decisivo. Con el auge del islam, Bizancio dejó de ser la única potencia en el mediterráneo, papel que había desempeñado durante 200 años. Pero, hasta nalizar la Baja Edad Media, el imperio bizanno siguió siendo el estado con la administración más ecaz, el ejército más contundente, y la mayor capacidad c apacidad nanciera del mundo europeo mediterráneo. Hasta el ortalecimiento de las repúblicas marímas de Génova y Venecia constuyó la gura principal del comercio oriental y mediterráneo. Constannopla era indiscublemente la capital de la cultura europea. Incluso cuando c uando se extendió, con las Cruzadas. al campo políco la oposición existente entre el occidente lano y el oriente griego, y el conicto con los estados occidentales contribuyó denivamente a su caída. el Imperio bizanno siguió ejerciendo su triple misión histórica durante otros 250 años más: deensa contra el islam, transmisión de la cultura griega y mediación espiritual entre Occidente y Oriente. De las consecuencias del vacío que a raíz de la caída de Constannopla se originó en los países balcánicos puede deducirse la importancia de su capacidad de resistencia de ocho siglos de duración- en los campos de batalla de Siria, Armenia, Sicilia y Asia Menor. Mas esta unción pasiva, de choque, desarrollada por un estado oriental crisano, bajo cuya protección podían desarrollarse el mundo políco y la cultura c ultura de los pueblos germano-romanos de la Europa central, se ha destacado con recuencia de orma unilateral. El papel histórico de Bizancio no se limitó a la autoarmación militar y de la políca exterior como baluarte contra el islam. Su papel clave se undamentó en una autoarmación espi espiritual ritual ante la exnción de la cultura angua en occidente y la irrupción del islam en oriente. Bizancio no sólo actuó como salvaguardia de la tradición clásica en empos de crisis, , como administrador de una zona protegida en la que podían sobrevivir la literatura, las ciencias y el arte greco-helénico. En un proceso creavo de asimilación surgió, de la unión de la herencia griega con las tradiciones crisanas y con los elementos orientales, la cultura más brillante y eecva eecva de la alta edad media.
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