Biografia - Jhon Wesley
November 23, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Seminario Teológico Presbiteriano Rev. José Manuel Ibáñez Guzmán
Biografía
John Wesley
Curso: Poiménica I. Profesor: Alejandro Lara Núñez. Alumno: Arturo Valdebenito Figueroa.
Santiago de Chile, 31 de Mayo de 2013
Introducción
El presente trabajo biográfico de Jhon Wesley busca mostrar a uno de los hombres que ha ingresado a la lista de los predicadores y pastores más importantes que ha tenido la historia desde la reforma, cuyo ministerio ha tenido una impronta reconocida por sus seguidores e incluso admirada por sus opositores doctrinales. Dichas repercusiones no son leves, sino que son notorias incluso hasta nuestros días.
¿Quién fue Jhon Wesley?, pregunta obvia en este trabajo, pero sinceramente fui movido a investigar a un representante de una teología diferente a la que yo profeso. ¿Porque comento esto?, porque debo reconocer que entré con algunos paradigmas y sin esperar mucho, cosas que fueron perdiendo fuerza hasta la mínima expresión al momento de interiorizarme de la vida, obra y pasión por Cristo de este predicador.
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John Wesley (Juan Wesley) nació el 17 de Junio de 1703 en Epworth. Esta
localidad es un pequeño pueblo y parroquia civil en la Isla de Axholme, North Lincolnshire, Inglaterra. Llegó al mundo a una familia que fue formada por la unión en matrimonio de Samuel Wesley (1662 - 1735), rector anglicano de Epworth, Lincolnshire, y Susana Wesley Annesley, hija de Samuel Annesley, un ministro disidente.
La familia fue la cuna que marcó la vida de este pequeño. Aunque la figura y trabajo del padre como predicador y pastor de una iglesia anglicana sin duda debe haber afectado positivamente la vida de John, la historia reconoce que la mayor influencia en la formación moral y religiosa de este fue aportado por su madre. Ella fue hija del doctor Annesly, teólogo y puritano, lo que permitió se desarrollara una fuerte preparación y educación de la madre de John Wesley en filosofía, idiomas, teología y muchos asuntos eclesiásticos. Un rasgo importante que tenían ambos padres fue la fuerza con que mantenían en distintas circunstancias de la vida sus convicciones. Esto al parecer influyo en los hijos quienes en sus vidas y ministerios fueron inclaudicables ante los problemas opositores. Este carácter en los hijos de la familia Wesley, por cierto llegaron a tener diez y nueve hijos de los cuales murieron diez, fue formado por ciertos métodos que ella utilizó en la crianza de los hijos. Dentro de estos está “La vida ordenada y Programada” , lo que surgió de su razonamiento sobre los beneficios
que esta forma de vivir traía a la persona y su entorno. Es así como poco tiempo después de nacer, cada hijo era sumido en un bien sistematizado programa de crianza. Había un tiempo para dormir, un tiempo para comer, un tiempo para despertar, un tiempo para cada cosa. Susana se esforzaba para desarrollar tales hábitos en la vida y memoria de cada hijo.
Esta vida disciplinada trajo orden a esta familia numerosa para así tener tiempo para las tareas del hogar sin dejar que sus hijos perdieran la atención debida en su desarrollo y formación. Todo fue puntual: las oraciones delante de Dios, el 3
desayuno, los trabajos y actividades de la escuela, tiempos de descanso, los devocionales y lectura bíblica, entre otras muchas cosas; todo marcado según reloj.
Además de esta disciplina disciplina horaria, ella enseñó a sus hijos a “controlar sus apetitos”, para que estos no les controlaran a ellos. Levantó estrictas reglas de
alimentación, llevándoles a comer de todo sin aceptar que rechazaran lo que no les gustaba, incluso les guio a tomar bebidas de mal sabor o medicinas amargas, pero explicándoles que les beneficiarían grandemente. Es notable que trabajara incluso en mantener “el hogar quieto”, defendiendo una postura que plantea que los hijos no deben controlar el ambiente de un hogar, sobre todo cuando hay tantos quehaceres que cumplir diariamente, y para beneficio de todos, el hogar tiene que estar ricamente calmado y quieto. Usaba un refrán que dice; "Siempre hablando, nunca aprendiendo." Fue Fue tan profundo el impacto que algunas personas dieron testimonio que era un hogar donde no se sabía si había niños en casa, por
la gran tranquilidad que reinaba en ese hogar.
Por último se le reconoce en el ámbito de la formación del carácter de sus hijos un niño”. Esta principio que planteaba que “Hay que conquistar la voluntad del niño”.
declaración no era antojadiza sino que ella tenía una noble y sabia meta; "Me esfuerzo por capturar la voluntad de un hijo desde su temprana edad y trato de cuidarla hasta que el niño la entregue a Dios. Este es el único, fuerte y razonable cimiento de una educación, sin la cual, ni precepto ni ejemplo tendrá efectos."
Sin duda la vida de John Wesley es fruto del plan de Dios. La providencia permitió forjar la vida de este hombre en el seno de esta familia, y de muchas circunstancias que Dios permitió a los largo de sus años. Una de ellas fue lo que sucedió el 9 de febrero de 1709 (1), cuando se declaró un voraz incendio en la casa de los Wesley. Una de las hijas del matrimonio alertó a la familia de la situación, mientras los vecinos acudían en ayuda. Tan rápido 4
sucedió todo, que salieron casi todos con lo que tenían puesto en ese minuto, pero increíblemente John estaba atrapado en una habitación del segundo piso de la casa. El niño que en ese minuto tenía poco menos de seis años se asomó por la venta y un hombre subiéndose en los hombros de otro logró alcanzarlo, arrebatándolo de las llamas que casi lo matan. Esto fue tan fuerte en su vida que años después, en una de sus publicaciones, el hizo grabar en uno de sus retratos en medio de una casa ardiendo, y junto a ella la siguiente inscripción: ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? (Zac. 3:2).
En cuanto a sus Estudios, su madre fue la mentora o profesora de múltiples materias, al igual que lo hizo con el resto de los hermanos de John. A la edad de diez años y medio, y gracias al patrocinio del duque de Buckingham, fue admitido en la renombrada escuela de Charterhouse en Londres. Este establecimiento se distinguía en ese tiempo y lo sigue haciendo hasta nuestros días por sus brillantes resultados académicos, lo que fue algo muy significativo para el desarrollo de Wesley, teniendo en cuenta que él era un hijo de un pobre rector de un pequeño pueblo, y este era un colegio reservado para las familias ricas de la capital.
En 1720 entró al colegio Christ Church, un destacado establecimiento que es parte de la universidad de Oxford. Su disciplina forjada en su hogar de niño, y sus capacidades intelectuales le permitieron conquistar rápidamente un puedo de reconocimiento entre los demás estudiantes. Desarrolló el estudio literario, se dedicó a las obras clásicas de la antigüedad, y a la lectura constante de obras clásicas de autores griegos y de roma. Es esta etapa cultivo el arte de escribir poesías, e incursionó en la interpretación de salmos hebraicos.
Para principios del 1725 Wesley toma la decisión de consagrarse al ministerio cristiano. Su padre no estuvo muy contento ante la decisión motivado por las penurias económicas que el enfrento siendo ministro del evangelio. El 19 de Septiembre de 1725 el obispo Potter le entrega la ordenación de diácono, que en la iglesia anglicana es la primera de las ordenes sagradas. Comenzó su vida de 5
predicador con su primer sermón en South Leigh, pequeña aldea situada cerca de Witney. En Marzo de 1726 recibió una beca de gracia para estudiar en el colegio Lincoln de Oxford, título que no solo aumentaba el valor honorifico sino que además le daba ciertas ventajas materiales y una situación de independencia.
En 1727 su padre afectado por problemas de salud, le llamo a trabajar con él en Epworth, donde permaneció hasta noviembre de 1729. Dentro de este tiempo solo se ausentó tres meses para trabajar en Oxford y así recibir su ordenación de presbítero, específicamente el 22 de Septiembre de 1728.
Terminado este periodo de trabajo con su padre volvió a Oxford donde estuvo otros seis años formando su carácter y ministerio.
El relato de los hechos relevantes de su ministerio pueden ser definidos desde su retorno a Oxford donde descubre que su hermano menor Carlos tenía un grupo llamado “el club de los santos”, o “los metodistas”. Formado por estudiantes de la facultad, estos se reunían para orar, estudiar el Nuevo Testamento en griego y servir a la comunidad. Cuando Juan se incorpora al grupo rápidamente asume el liderazgo y promoviendo disciplinas estrictas de ayunos prolongados, obras piadosas y de caridad con los necesitados.
Ellos fueron muy conocidos por
trabajar con los pobres y encarcelados de Oxford. En esta búsqueda ellos estaban tratando de agradar a Dios por medio de las obras. Esta estricta disciplina incluso llevo a varios de ellos a enfermar, y por sobre eso su meta no era alcanzada, no logrando la paz con Dios que tanto anhelaban.
Juan Wesley y sus amigos eran movidos por una gran pasión por Dios, por la gran necesidad de su entorno social, y por la corrupción y el decaimiento que sufría sufría la iglesia anglicana por esos días. Tan apasionados eran que viajaban cientos de kilómetros para predicar en las capillas de distintos pueblos, llamando a la santidad. Sin embargo no fue fácil, ya que la misma universidad que le cuido y vio nacer como ministro, fue dura y mercenaria con este mensaje. 6
Para 1735 se abrió una posibilidad de viajar a América a evangelizar, debido a había nacido una colonia inglesa en un territorio llamado Georgia, en el actual Estados Unidos de América. En el viaje Wesley y varios de los miembros del club de los santos fueron rechazados porque trataron de imponer las duras prácticas que ellos vivían como practica para su santificación. El viaje desde el punto de vista marítimo fue terrible, grandes olas en medio de tormentas c casi asi les llevaron a la muerte.
Wesley estuvo en Georgia veinte meses tratando de evangelizar, con una agenda tremendamente ocupada, viajando de un lado para otro. Su decepción comenzó cuando se dio cuenta que los indígenas no querían escuchar las buenas nuevas del evangelio que el planteaba, y que por otro lado los párrocos no los apoyaban. Esta pasión sin tino que demostraba él y sus amigos les causó un profundo rechazo y la perdida de todo apoyo para mantenerse en esta empresa evangelística. En lo personal se vio muy complicado además porque se enamoró de una bella señorita quién de una manera sorpresiva decidió dejarlo y casarse con otro.
Estas circunstancias, sumadas a las que su propio hermano Carlos vivía y cada uno de los del club vivieron, le motivaron a abandonar este gran sueño que día a día se volvió una horrenda pesadilla. Este vacío en su corazón le llevo a reflexionar y considerar que el que necesitaba convertirse era él y no los demás. Este golpe al orgullo de un exitoso estudiante le llevo a mirar la necesidad de buscar una respuesta en Dios a lo sucedido.
En 1738 su hermano Carlos cayó enfermo y recibió la visita de un hermano de la sociedad o Iglesia Morava que es una comunidad protestante estrechamente vinculados con el luteranismo, quién oró por él. El 17 de mayo de ese año comenzó a leer Gálatas y fue muy impactado por la revelación de esos textos, y el 21 de Mayo, escucha una voz que le decía: “En el nombre de Jesús de Nazar et, et, levántate y serás sanado de todas tus enfermedades”. Una hermana oro de esta 7
manera porque Jesús le había dicho las dijera, le argumento ante sus consultas. Este evento sobrenatural le llevo a buscar profundamente en la biblia encontrando gran paz con Dios. En una seguidilla de eventos Juan Wesley durante la mañana del 24 de mayo leyó las escrituras y recibió el mensaje; “No estáis lejos de Dios”. Esa noche en una reunión en una iglesia Morava fue convencido por el mensaje de la carta de Romanos extraído de los comentarios de Lutero a esta epístola, y fue salvo por la fe. Más adelante y contando el testimonio de ese maravilloso día dice; “quince minutos antes da las nueve mientras el orador estaba descr ibiendo el camb io qu e Dios obr a en el cor azón azón po r m edio de la fe en en Cristo , sentíard er m i c orazón co n un calor extrañ o, sen tíque con fiéen fiéen Cris to, s olo Cris to, p ara la salv ación: t uv e seg ur idad qu e é l hab ía qu itado m is p ecad os , aún aún lo s m íos , y m e hab ía salvad o d e la ley d el pec ado y la muerte”.
Desde ese día comenzó un movimiento muy fuerte que nació desde el corazón regenerado por fe en Wesley. Este nuevo nacimiento fue reconocido en una de sus frases célebres:
Desde el momento de nuestro “nacer otra vez”, la gradual obra de santificación toma lugar. Somos capacitados por el Espíritu a “mortificar los deseos del cuerpo” (Romanos 8.11, 13) y de nuestra mala naturaleza, na turaleza, y somos más y más muertos al pecado, y más y más vivos para Dios. Juan Wesley (3)
Por este motivo el año 1739 fue considerado clave para el avivamiento en Gran Bretaña. Whitefield amigo de Wesley comenzó a predicar en las calles, al aire libre debido a que muchas iglesias les cerraron las puertas debido al exceso de entusiasmo con que se predicaba el arrepentimiento y la consagración. Juan y su Hermano Carlos no estaban muy convencidos de seguir este camino de predicación publica, de hecho les parecía extraño, porque habían sido formados en el alero de la alta iglesia Anglicana, siendo parte de la universidad de Oxford.
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En este trabajo público miles de personas comenzaron a aceptar a Cristo. Gente común, trabajadores, duelas de casa, segregados de la sociedad, alcohólicos, todos los que de una u otra manera no llegaban a las iglesias o eran rechazados por ellas, llegaban a escuchar este poderoso mensaje centrado en la salvación y el perdón de los pecados.
La sociedad de esa época estaba sobrepasada por las corrupciones, las peleas, el alcoholismo, la miseria y los abusos . Y lamentablemente la iglesia
de ese tiempo estaba dormida, no estaba haciendo nada o casi nada para remediar esta realidad. Fue en este contexto que las personas comenzaron a entregarse a Cristo viéndose públicamente impresionantes manifestaciones especiales
en
las
reuniones
y
tremenda
convicción
de
pecados.
Las
manifestaciones que se comenzaron a ver fueron llamadas tembladeras, llanto, risa o desmayos que se daban bajo convicción de pecados. El trabajo evangelístico de Wesley fue en creciendo día a día, acompañado por muchos seguidores quienes usaban el espacio público como lugar de proclamación de la palabra de Dios. John Wesley llegó a declarar ante tanta oposición del clero formal quienes no le dejaban predicar en los templos "¡Todo el mundo es mi parroquia!". No fue todo fácil, estuvieron en pueblos donde les
trataron matar, muchas veces salvaron providencialmente, les apedrearon, entre otras tretas que urdían para evitar la propagación del evangelio.
Este trabajo de expansión del evangelio pasó a la historia como uno de los más importantes. Para cuando John Wesley murió había viajado aproximadamente 400.000 kilómetros (más de 31 vueltas al planeta tierra), predicó en al menos 40.000 reuniones, y vio 140.000 personas ingresar a la membresía de la iglesia Metodista.
Su obra no estuvo ajena a las disputas doctrinales, principalmente con los calvinistas quienes muchas veces reaccionaron mal ante las doctrinas de Juan 9
Wesley. Esta disputa tubo muchos altos y bajos, pero eso no desanimó el llamado que Wesley proclamaba Dios le había hecho.
Los aportes a la iglesia de la obra de Wesley son gratamente apreciables.
Primero, podemos adjudicar a este trabajo el despertar de la iglesia en Inglaterra
que había caído en un letargo. Los dos siglos que le precedieron y donde se desarrolló la reforma protestante se había caído demasiado en un énfasis por la doctrina correcta dejando de lado la conducta correcta.
Fue su énfasis en el perfeccionamiento cristiano, o el perfecto amor, el pilar o base de todos los cambios que este movimiento pudo realizar. Wesley estaba profundamente preocupado de la ética y la santidad. Fue denominado el despertador del alma o la conciencia de su país.
Segundo, el sistema de organización, cuidado y discipulado de los nuevos
convertidos. Este sistema buscaba ayudar a los cristianos a llegar a la madurez. sociedades” ”. Se debe hacer notar que Los grupos más numerosos se llamaban “sociedades
Wesley nunca quiso formar una nueva iglesia, sino que reavivar la iglesia anglicana, solo hasta después de su muerte fue que se formaliza la iglesia metodista.
Las sociedades eran también conformadas por pequeños grupos de entre 5 a 10 personas que quería profundizar más su fe. Se organizaban en grupos separados de
hombres
y
mujeres
y
eran
llamadas
“Bandas”.. Tenías “Bandas”
reglas de
funcionamiento como; reunirse una vez a la semana, llegar a tiempo, comenzar cantando y orando, debían compartir con honestidad las dificultades que cada uno experimentaba en la semana en cada ámbito de su vida y además debían nombrar un líder que guiara y dirigiera la discusión. Desde estos grupos surgieron siervos muy comprometidos que Wesley trato de mantener con contacto personal. 10
Las sociedades también fueron divididas en “Clases”, quienes levantaban ofrendas para los gastos de la sociedad y recibían enseñanzas específicas. Fue en estos grupos donde se despertaban grandes llamados a la oración, fueron el motor del avivamiento de la iglesia metodista.
Las sociedades en general tenías reglas sencillas: No hacer daño alguno, hacer todo el bien que se pueda realizar y atender a las ordenanzas de Dios. Con el tiempo se hizo necesario comprar y construir centros de reuniones para los grupos mayores, legando a transformarse en las capillas de la iglesia metodista.
Tercero, fue el romper con la exclusividad de que los sacerdotes eran los únicos
que podían suministrar un mensaje de la palabra de Dios. En pro de expandir el evangelio Wesley utilizó “Laicos”. Esto genero mucha controversia, y aunque en algún momento se legisló entre los líderes de este movimiento, que se utilizarían laicos solo ante la necesidad y después sería reemplazados por pastores, en la práctica y en el tiempo esto se arraigó en el modelo metodista permitiendo expansiones de la iglesia muy notorias. Sin duda esta es una buena forma de practicar lo que conocemos como sacerdocio universal.
Wesley de todas maneras se dio cuenta que debía escoger cuidadosamente a un grupo de predicadores laicos, quienes eran panaderos, albañiles, mineros, peones, soldados, y también unos cuantos que tenían educación mas elevada y una mejor posición social. Eran mal pagados, no se vestían bien, tenían pocos recursos pero tenían mucho valor. Ellos fueron claves para el crecimiento sano de la iglesia Metodista.
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En cuanto a su Aporte a la sociedad,
Primero se puede contar el impacto que produjo el evangelio predicado por los
metodistas en miles y miles de personas que experimentaron cambios en sus vidas descuidadas y pecaminosas.
La gran Bretaña de esos tiempos no era buena. En las ciudades al atardecer podíamos ver bandas de asaltantes que atacaban a sus víctimas muchas veces hiriéndolas o incluso matándolas. Una de cada cinco casa era un cantina, fomentado por leyes del estado que restringían las importaciones de licor y potenciaban esta industria nacional. Esto permitió que para unos fuera un negocio lucrativo, pero para otros perdida y devastación económica y moral con consecuencias devastadoras en la familia inglesa. A esto se sumaban las condiciones económicas, los problemas de salubridad que desencadenaba mucha mortandad infantil. En este ambiente es donde el poder del evangelio comenzó a producir cambios de impacto social. El apoyo a los pobres que la iglesia metodista realizó es una obra sin precedentes.
Segundo puedo comentar la denuncia vigorosa que Wesley hizo ante el
abominable tráfico de esclavos. En el año 1774 publicó un tratado condenando la esclavitud. Esta denuncia fue publicada ampliamente que sirvió de base para que otros en la siguiente generación lucharan contra este flagelo social. Fue así que para 1807 tras mucha denuncia y peleas se logra una ley de la abolición de la esclavitud.
Tercero, fue un aporte al denunciar las prácticas corruptas de las autoridades. Era
práctica de ese tiempo la compra de votos por parte de los postulantes al parlamento, lo que mediante publicaciones de volantes se guiaba a la población mediante simples sugerencias como: Vote sin recibir donación ni premios, no hable mal de la oposición y cuide que su espíritu no se encienda en contra de los que votaron por el otro grupo. 12
Cuarto, estableció las escuelas dominicales para educar a la iglesia en temas
bíblicos, pero esto permitió que muchos aprendieran a leer y escribir.
El 2 de marzo de 1791, a la edad de ochenta y ocho años, Juan Wesley muere.
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Conclusión
Sin duda ha sido motivador el ver la pasión por la obra de Cristo que John Wesley mostró a lo largo de su vida como hijo de Dios. Uno podrá estar en desacuerdo en algunos puntos doctrinales, pero no puede sino elogiar su entrega por lo que él sostenía le fue revelado. Tal y como las escrituras nos aconsejan en cuanto a retened lo bueno y desechar lo malo, creo que hay muchísimo más de bueno y poco malo en lo que debiera la vida de este pastor significar para la iglesia universal. La defensa de los pobres y su involucramiento en temas de necesidad social que permiten ver su amor por el prójimo, lo que es claramente un golpe al mentón a los que han acumulado gran conocimiento teológico pero que su praxis está distante a lo que Dios quiere de su iglesia.
El énfasis en el discipulado de los nuevos convertidos hablaba muy bien de la claridad de su entendimiento de las escrituras, porque generalmente se tiene a asociar a Wesley como un llenador de iglesias mediante la salvación como fruto del evangelismo, sin embargo el muestra gran interés por conservar el fruto del avivamiento llevando o apoyando la madurez de los cristianos. Sin duda nos enseña a que debemos salir de los templos en los cuales muchos están esperando a que algunos muertos lleguen por vida, sino que debemos salir por ellos, “por tanto id” dijo el Señor, a predicarles las buenas nuevas para que tengan
vida por la fe y luego hacerles discípulos enseñándoles todo lo que cristo Jesús nos ha mandado.
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Bibliografía.
(1) LELIEVRE, Mateo. Juan Wesley, su vida y su obra. España, Editorial
CLIE, 1988, p.624
(2) Centro ON-LINE Wesley, Wesley, http://wesley.nnu.edu/espanol/
-
El Avivamiento que Cambió un País, Dorothy País, Dorothy Bullon
-
Desde los Apostoles hasta Wesley, William M. Greathouse
(3) Roldán, Alberto Fernando . La santificación como “perfección cristiana” en
Juan Wesley. Implicaciones pastorales. Dic 2010.
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