Biblia Latinoamericana - 04 Profeticos
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Isaías 1
445 E L L I B R O D E ISAÍAS
El libro de Isaías y de sus discípulos (ver párrafo siguiente) es el más importante de los libros proféticos, el que recordarán y citarán constantemente Jesús y sus apóstoles. Las palabras de Isaías están contenidas en los capítulos 1-39 del libro que lleva su nombre. La segunda parte del libro, o sea, los capítulos 40-66, reúne las palabras de otros profetas que escribieron siglo y medio más tarde. La primera parte se puede dividir en cinco secciones: — Capítulos 1-6, los grandes temas de la predicación de Isaías. — Capítulos 7-12, la crisis del año 736. — Capítulos 13-23, profecías contra las naciones paganas. — Capítulos 24-35, textos varios. — Capítulos 37-39, la crisis de los años 701-691.
Dios reprocha a su pueblo _
1 'En los tiempos de Ozías, Jotam, •*• Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, Isaías, hijo de Amos, tuvo esta visión acerca de Judá y Jerusalén. 2 ¡Cielos y tierra, oigan! ot *^| Escuchen la queja de Yavé: sai 5Ó4, «Crié hijos hasta hacerlos hombres, pero se rebelaron contra mí. 3 El buey conoce a su dueño ii,i y el burro, el pesebre de su señor; pero Israel no me conoce, mi pueblo no comprende.» 4 ¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de crímenes, raza de malvados, hijos perversos! Han abandonado a Yavé, han despreciado al Santo de Israel, le han vuelto la espalda. 5 ¿Dónde quieren que les pegue ahora, ya que siguen rebeldes? os6? Tienen toc*a ' a cabeza dolorida, el corazón entero apenado, u
INTRODUCCIÓN Muy corto ha sido el período de gloria y de prosperidad de Israel. El reino de David, Reino de Dios entre los hijos de Israel, ha pasado a ser una nación pequeña, en nada diferente de las demás naciones pequeñas que en ese tiempo tratan de sobrevivir entre sus poderosos vecinos. Israel había creído en su propia misión mientras la suerte lo favorecía. Cuando se comprobó que ya no podría dominar a los demás pueblos ni mantener su situación privilegiada, perdió el sentido de su propia identidad y se puso a vivir como los demás. Israel sabe, porque tiene libros, y porque los ancianos se lo cuentan a sus hijos, que Yavé, su Dios, es el Dios de los dioses; los israelitas suben a Jerusalén para ofrecer sacrificios, y siguen las costumbres religiosas de sus mayores. En realidad, como Isaías se lo echará en cara, «todo esto no es más que mandatos de hombres, religión aprendida que no brota del corazón». Hay iglesias llenas, procesiones concurridas, estatuas doradas y un clero poderoso, pero detrás de esa fachada, ninguna vida, y bastaría un empujón para echar abajo la religión oficial. Es que, para llegar a la fe verdadera, el hombre necesita hacer una «experiencia» de Dios, y cuando ocurre que un pueblo solamente cuenta y recuerda la experiencia religiosa de sus mayores, su fe se vuelve anémica. Isaías fue, en aquel tiempo, el hombre que hizo nuevamente esta experiencia y encontró al Dios Vivo. Este joven de noble familia, que «había visto a Yavé» (cap. 6), habló sin cesar en nombre del Dios presente en Israel y al que Israel desconocía. ¿Qué encontramos en los poemas que siguen?: — Los ecos de un período de angustia. El pueblo reducido de Judá está apretado entre dos grandes naciones, Asur y Egipto, y los políticos se preguntan por cuál de las dos hay que dejarse devorar. Isaías contesta: «Busquen primeramente el Reino de Dios y procuren establecer su justicia entre ustedes. Y él les hará más fuertes que los poderosos». — Una lucha perseverante para despertar la fe de hombres sin horizontes. Hay mucha religión exterior, pero muy poca responsabilidad, muy poco cariño a Dios, poca inquietud por hacer su voluntad. Isaías repetirá: «Crean en él, él es Santo, él es la Roca, la fuerza más grande del mundo oculta en Jerusalén, y si no se hacen firmes apoyándose en él, los aplastará». — Las promesas de Dios a los reyes descendientes de David. En realidad, sean buenos como Ezequías o malos como Ajaz, son hombres bien mediocres para ser depositarios de promesas tan trascendentales. Isasías, sin embargo, afirmará en las horas más sombrías que Yavé ha escogido a Jerusalén y a David su rey. De él nacerá Cristo, rey de la Paz. A L G U N O S D A T O S S O B R E LOS A Ñ O S EN Q U E VIVIÓ ISAÍAS A partir del año 740, despierta en el norte la nación de Asur y empieza sus conquistas. Todos los pueblos del Medio Oriente se asustan y tratan de resistir, animados por el otro grande, Egipto. En este conflicto desaparecerá Israel del Norte; Samaría, su capital, será tomada y su población desterrada en el año 720. En el año 736, Israel del Norte y sus vecinos de Aram tratan de obligar al reino de Judá a que se una a ellos contra Asur. Entonces Ajaz, rey de Jerusalén, a pesar de las advertencias de Isaías, llamaa los ejércitos de Asur. Estos destruyen a Israel y a Aram, pero también saquean el país de Judá. En los años 701-691, Scnaquerib, rey de Asur, viene a someter a Judá. El rey Ezequías, animado por Isaías, le resiste, y sucede la célebre liberación milagrosa de Jerusalén.
O El versículo 1 introduce las profecías de los doce primeros capítulos: se encuentran reunidas palabras que fueron pronunciadas en diferentes oportunidades, en un plazo bastante amplio, y que no están ordenadas según el tiempo en que fueron dichas. Yo crié hijos y se rebelaron contra mí. A menudo creemos que Dios reclama por sus derechos, pero no es así; Yavé es Padre, y padre despreciado. Y se siente herido en su amor, no por tal o cuai pecado, sino porque sus hijos llevan una vida torpe e irresponsable: mi pueblo no entiende. Hijos perversos. Los hombres necesitan que los profetas les digan palabras duras, porque el peso de los intereses, de las pasiones y de las propagandas es tal que nos acostumbramos a que todo se respeta, menos la verdad y ta vocación del hombre a ser, a actuar y a pensar como hijo de Dios. Desde la planta de los pies hasta la cabeza. Isaías denuncia la situación global que vive el país sin atribuirla a tal grupo social antes que a otros. Todos son cómplices en la situación de opresión, y miseria y cada cual encuentra razones para no vivir en la verdad. Dónde quieren que les pegue ahora. Escasez, malas leyes y derrotas no son de por sí un castigo de Dios: las pre-
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desde la planta de los pies hasta la cabeza no hay nada sano; heridas, golpes, llagas vivas que no han sido envueltas ni vendadas ni aliviadas con aceite. LC IO,M 7 Su país es ahora un desierto, sus ciudades fueron presa del fuego; ustedes vieron su tierra saqueada, y al irse el enemigo, les deja un desierto. 8 La Hija de Sión ha quedado como cabana de viña, como choza de melonar, como ciudad que ha sufrido un largo sitio. 9 Si Yavé de los Ejércitos no nos hubiera dejado algún resto, seríamos como Sodoma o iguales a Gomorra. 10 Jefes de Sodoma, Gen 18,20 escuchen la palabra de Yavé; Dt 29,22 pueblo de Gomorra, escuchen la orden de nuestro Dios: + " «¿De qué me sirve la multitud de sus sacrificios? paramos nosotros. Pero si los que sufren son hijos de Dios, él esté comprometido con ellos, y no los ampara porque solamente el sufrimiento los puede instruir. Entonces, en otro sentido, es verdad que Dios es el que pega. Aparecen aquí varias palabras que se repiten en las páginas siguientes: La hija de Sión significa la ciudad de Sión, o sea Jerusalén. Sión era el barrio de Jerusalén donde David había establecido su residencia. Q Santo de Israel. En el capítulo 6, Dios se manifestará como el Santo, es decir, el Dios cuyo misterio es inaccesible y cuya irradicación hace morir a cualquier creatura manchada con el pecado. Isaías será el profeta de Dios Santo. Yavé Sabaot, o sea Yavé de los Ejércitos. Es un título antiguo de Yavé. Es a la vez el Dios que conduce a la victoria a los ejércitos de Israel, y el Dios que manda a los ejércitos del cielo, ángeles, estrellas y fuerzas del universo. + De qué sirve la multitud de sus sacriñcios. Es característica de los profetas la condenación del culto exterior que no exprese una entrega real a Dios. Los sacrificios y las fiestas de que se habla, eran ordenados por la ley de Dios; sin embargo, Dios dice que las aborrece, porque realizadas en
isaías I Ya estoy saciado de sus animales, de las grasas de sus carneros y de sus terneros. No me agrada la sangre de sus vacas, sus ovejas y machos cabríos. 12
Cuando vienen a presentarse delante de mí, ¿quién se lo ha pedido? ¿Por qué vienen a profanar mi Templo? *Vñ "Déjense de traerme ofrendas inútiles; ¡a¡oí ¡ e l i n c i e n s o me causa horror! Lunas nuevas, sábados, reuniones, ¡ya no soporto más sacrificios ni fiestas! 14 Odio sus lunas nuevas y sus solemnidades, se me han vuelto un peso jer 15,6 y estoy cansado de tolerarlas. 15 Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucho, porque hay sangre en sus manos. 16 ¡Lávense, purifiqúense! Alejen de mis ojos sus malas acciones, 17 dejen de hacer el mal, y aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido, EX 22,21 hagan justicia al huérfano Job 33,17 y defiendan la viuda.» 18
Ahora Yavé les dice: s K I «Vengan, para que arreglemos cuentas. Aunque sus pecados sean colorados, esas condiciones son una mentira (ver Sal 40,7 y 50,16; también, Mt 5,23). Den sus derechos a los oprimidos. Los mandamientos de Moisés condenaban el robo (Ex 20,14). Los profetas denuncian un sistema social que aplasta a los débiles. Algunos hombres gustan de las grandes ceremonias, otros de sus propias devociones y rezos, y otros realizar obras generosas y filantrópicas. Con eso tal vez estamos disfrazando las injusticias que cometemos cada día. Vengan para que arreglemos cuentas. De repente aparece el rostro del Dios misericordioso y salvador. Dios no quiere castigar, sino encontrar a alguien con quien hablar y a quien amar. «Vengan, vuelvan», repiten los profetas. O Jerusalén es ia ciudad elegida por Dios; como ei hombre que escoge a su novia, Yavé eligió a este pueblo. Ahora bien, es adúltera, porque, con los crímenes y el atropello a los pobres, comete una infidelidad a Yavé. Son adúlteros los que lo olvidan a él y corren en pos de sus intereses, sin hacer caso de sus hermanos. Se había de justicia. Esa es una de las palabras que más se encuentran en la boca de los profetas. En la Biblia, el «justo» es el que vive según la verdad, es decir, el que permanece fiel a la Alianza con Dios. Los profetas piden insistentemente que la justicia sea fidelidad profunda y no solamente observancia exterior de las leyes. Hasta que lleguemos con Jesús a la «justicia» del Espíritu Santo, que significa la santidad de Dios implantada en el corazón del hombre.
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446 quedarán blancos como la nieve; aunque sean rojos como púrpura, se volverán como lana blanca. 19 Si ustedes quieren obedecerme, comerán los productos de su tierra; 20 pero si ustedes insisten en desobedecerme, será la espada la q u e los devorará: porque ésta e s palabra d e Yavé.»
Dt 32,42
¿Cómo te has prostituido? O 21 ¿Cómo es que pareces una prostituta, Sión, ciudad fiel que te conformabas a mis leyes? La justicia moraba en tus muros, pero te volviste barrio de asesinos. 22 Tu plata se ha convertido en basura, tu vino está mezclado con agua. 2 3 T u s jefes son u n o s rebeldes, amigos de ladrones. Todos esperan recompensa y van detrás d e los regalos. No hacen justicia al huérfano ni atienden la causa d e la viuda. 24 Escuchen, pues, la sentencia del Señor Yavé, el Fuerte d e Israel: «Me desquitaré con mis adversarios, yo m e vengaré d e mis enemigos. 25 Volveré mi mano contra ti y te limpiaré de tus impurezas en el horno, hasta quitarte todo lo sucio que tengas.
Ez 16 Os '.2
Haré a tus gobernantes como eran antes, y a tus consejeros como en otros tiempos. 56.5 En adelante te llamarán: 60,14 Ciudad de la Justicia, Ciudad Fiel. Jer 23,6 27 El día en que libere a Sión, le tomaré cuentas, y los que se salven llevarán una vida justa. 28 Pero los rebeldes, y los pecadores, van a ser destrozados al mismo tiempo, y aquellos que se alejen de Yavé, perecerán.
17,10 57,5 os 4,13
5,23 Ex 23,8
En un mundo en que tanto se habla de justicia, sabemos que hay una gran distancia entre conocer lo que es justo y hacerlo. El día que libere a Sión, le pediré cuentas. Este es un tema que volverá a encontrarse en otras páginas de Isaías. Israel, saqueado y arruinado, reza por su salvación. Pero no está dispuesto a escuchar a Dios. El, en cambio, afirma: «Mi salvación significa el castigo de lo que ustedes están haciendo.» Pues la salvación, o liberación que Dios nos otorga, no es entrar a un mundo sin problemas, a un nuevo paraíso terrenal, sino empezar a vivir bajo la mirada exigente de Dios. Los que se salven llevarán una vida justa. La felicidad se promete a una humanidad compuesta de hombres justos, es decir, liberados del pecado; y esto no se realizará sino muy parcialmente en este mundo. Hay, por supuesto, en nuestro mundo acontecimientos que figuran y anticipan la salvación definitiva. Dé alguna manera, ya v/ene el Reino de Justicia cuando se dan pasos decisivos en la lucha para la promoción de todos los hombres, cuando todo un pueblo se siente liberado. Así sucedió en la historia sagrada, en circunstancias propias de esa época (ver Is 37 o, más aún, el Éxodo; ver también Marcos 9,1). Pero también, y tal vez más frecuentemente, son los períodos dolorosos los que anticipan el Reino de Dios, tiempos de crisis y de revolución. Y preparan el Reino, no tanto por lo bueno que traen, sino porque echan abajo las estructuras antiguas en que se había instalado y como cristalizado el pecado de la sociedad (Le 21,28 y Apoc).
60,3 66,20 Za 14,16 Sal 122,4
Isaías 2
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O 2 9 ustedes se avergonzarán de las encinas que tanto les gustan, y s e pondrán colorados al ver los jardines que tanto les encantan. 30 Pues ustedes serán c o m o una encina, a la que se le caen las hojas, y c o m o un jardín, al que le falta agua. 3i El hombre importante quedará c o m o un trapo y su trabajo c o m o una chispa; se quemarán los dos juntos, y no habrá nadie para apagar el fuego.
Casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Porque la Enseñanza irradia de Sión, de Jerusalén sale la palabra de Yavé.» 4 El Señor gobernará a las naciones y enderezará a la humanidad. Harán arados de sus espadas y sacarán hoces de sus lanzas. Una nación no levantará la espada contra otra, y no se adiestrarán para la guerra. 5 ¡Pueblo mío, ven: caminemos a la luz de Yavé! Escóndete en el polvo
• 6 Yavé, has rechazado a tu pueblo, a los hijos de Jacob, porque su país está lleno de adivinos y de magos, como los hay entre los paganos, y se ven numerosos extranjeros. 7 Su país está lleno de oro y plata y sus tesoros son innumerables. 8 Su país está lleno de caballos y sus carros de guerra son numerosos. Dios promete una era de paz Su país está lleno de ídolos: pues se inclip i Isaías, hijo de Amos, tuvo esta vi- nan ante la obra de sus manos, ante la fi+ " sión acerca de Judá y de Je- gura que modelaron sus dedos. rusalén. 9 El hombre será humillado, el mortal aba2 En el futuro, el cerro de la Casa de Yavé tido. ¡No se lo perdones! i° Métete entre las será puesto sobre los altos montes y domi- rocas, escóndete en el polvo, para no ver la nará los lugares más elevados. cara de Yavé, que da miedo o que brilla ma3 Irán a verlo todas las naciones y subi- jestuosa, cuando él aparezca para hacer rán hacia él - muchos pueblos, diciendo: temblar la tierra. «Vengan, subamos al cerro de Yavé, a la 11 El hombre bajará sus ojos orgullosos y O Aquí se mencionan los cultos paganos que se celebraban en huertos y bosques, donde se unían con las prostitutas consagradas a los F3aales. + Esta es una visión aparentemente irreal y que, sin embargo, se va cumpliendo y se cumplirá. El pequeño cerro que domina la ciudad de David y que soporta el Templo de Salomón, ha pasado a ser, en esta visión, el ombligo del universo, nada menos que un Machu Pichu a escala mundial, pues allá se dirigen todas las naciones. ¿Por qué vienen? Porque saben que necesitan de la Palabra de Dios. Y, después de agotar los recursos de la ciencia, de la economía y de la política, reconocen que necesitan de una Enseñanza, o sea de una Revelación de Dios. La palabra «Torah», que, en tiempos posteriores, pasará a designar la «Ley», significaba al comienzo la Enseñanza entregada por Dios, como traducimos aquí. La Ley de Dios es, más que nada, una enseñanza sobre lo que es el hombre y sobre cuál es su misión. Y la respuesta a tales preguntas está finalmente en la misma persona de Cristo, Hijo de Dios, hecho hombre y modelo para sus hermanos. Recuérdese cómo Jesús también subió a un alto cerro para ser transfigurado delante de sus apóstoles. Ahí se les presentó la Ley y la Enseñanza: «Escúchenlo». Subamos a la casa del Dios de Jacob. En tomo al pueblo de Jacob-Israel y a sus reyes hijos de David, se formará el Reino de Dios. A través de los tiempos, Dios mantiene -en
Os 2.20 Za 9,10
el mundo un Centro, un eje visible del Reino invisible: Israel primero, la Iglesia después. La Iglesia de hoy se manifiesta como un signo sobre un cerro, y se ofrece a la contemplación de los pueblos creyentes y no creyentes. Es verdad que la Iglesia tiene muchos rasgos muy humanos (en el mal sentido de la palabra) y, a menudo, no parece ubicarse entre las fuerzas renovadoras del momento presente. Pero tal vez nos falta también discernir las riquezas profundas que la Iglesia desarrolla en los creyentes sinceros. Estos mantienen encendido en el mundo el fuego que Cristo vino a prender, y crean siempre, en torno a ellos, como un tejido de relaciones más humanas y de vida más auténtica. Y esto es, en definitiva, lo que prepara la venida de hombres nuevos. La sola persona de Isaías ha tenido más importancia para el desarrollo moral del mundo que todos los reyes de Asur con sus ejércitos, sus victorias y sus leyes. También los actos sinceros del menor de los creyentes pueden ser más eficaces para un progreso del mundo que muchas reuniones ruidosas. Esta levadura de la civilización auténtica es la que, algún día, se pondrá «sobre los altos montes» o «sobre el candelabro» para iluminar al mundo (ver Mateo 5,14). • Este texto no se dirige a Jerusalén (capital del país de Judá), sino al reino del norte (capital Samaria), el cual lleva el nombre de su antepasado Jacob-Israel. El reinado de Samaria vive en ese momento algunos años
Dt 17,16 Sal 20,8 2 R 14,25
Os 10,8 Le 23,30
isaías 3
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5 Entre la gente del pueblo, se molestarán entre sí, su soberbia se irá al suelo; sólo Yavé será o unos vecinos con otros; exaltado aquel día. el joven le pegará al viejo Mi 1 $ ü¡ 1,51 12 Ese día, humillará Yavé de los Ejércitos y el pobre al rico; 6 y cada cual tomará a su hermano a todo el que se crea o que se eleve o que e n la c a s a d e s u padre, diciéndole: presume ser más que los otros. «Tú tienes una manta, 13 ¿por qué no aceptas ser nuestro jefe Pedirá cuentas a los altos cedros del Líy nos sacas así de esta ruina?» bano y a las encinas de Basan, i^a los 7 A lo que el otro responderá, entonces: cerros altos y las lomas orgullosas, 15 a las «Yo no soy ningún médico, torres altas y las murallas fortificadas, 16 a ni tengo en mi casa pan ni manta, las naves mercantes y sus mercaderías preno quiero que m e pongan c o m o jefe del pueblo.» ciosas. El orgullo del hombre será doblegado, y 8 Así Jerusalén se vendrá abajo, y se hundirá Judá, la soberbia humana, humillada. pues han atacado a Yavé con palabras y h e c h o s in17 ,8 sultando su honra. Sólo Yavé será exaltado, aquel día, y todos los ídolos desaparecerán; w mientras ellos se meterán entre las rocas, en los hue„. , „ eos de la tierra, para no ver la cara de Yavé, Pobre del malo, porque le irá mal Nim 10,35 , . . u .•• . . sal 82,8 que da miedo o que brilla majestuosa, • 9 Su rostro descarado los denuncia y, cuando él aparezca para hacer temblar la como Sodoma, muestran sus pecados. tierra. Para su desgracia, ni se esconden, y con 20 Ese día, el hombre tirará a los ratones y eso preparan su propia ruina. a los murciélagos, los ídolos que'se había 10 Digan: «Feliz el justo, pues comerá el hecho para adorarlos, 21 y se esconderá en las aberturas de las rocas y detrás de las fruto de sus obras»; pero: «Pobre del malo, piedras, para no ver la cara de Yavé, que da porque le irá mal, ya que será tratado selas obras de sus manos.» miedo, o que brilla majestuosa, cuando él gún 11 ¡Oh, pueblo mío!, sus opresores lo aparezca para hacer temblar la tierra. y sus prestamistas lo dominan. Gón 2 7 ^ ^ ° c o n fí e n m ás en el hombre, que sólo mandan 12 ¡Oh, pueblo mío!, tus dirigentes te hacen Job 7,16 tiene un soplo de vida en sus narices: ¿para equivocarte y echan a perder el camino que qué estimarlo tanto? sigues. 1 3 Yavé se instala en su tribunal, y se 1 Pues el Señor Yavé se presenta para dejar pone de pie para juzgar a su pueblo, n Yavé Jer 2,5 a Jerusalén y a J u d á ha demandado ante la justicia a los anciasin ninguna clase de recursos: 2 Sin valiente ni soldado, nos y a los jefes de su pueblo: sin juez ni profeta; «ustedes son los que han devorado los sin adivino ni anciano, frutos de la viña, en sus casas están los des3 sin capitán ni noble, pojos del pobre, is ¿Con qué derecho oprisin consejero ni hechicero ni mago. men a mi pueblo o pisotean a los pobres?», 4 «Les pondré c o m o jefes a unos chiquillos para que los manden.» dice el Señor Yavé de los Ejércitos.
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de prosperidad. Y con ella se van multiplicando los ídolos. En ese tiempo, el que se hacía rico no sabía hacer otra cosa con su oro que estatuas y ornamentos, y les consagraba a algún dios del que esperaba seguridad y protección, Isaías entrevé el desastre que se viene acercando sobre esos despreocupados. Al hablar de las destrucciones de la guerra y el temor de los vencidos, Isaías los considera como un encuentro del hombre materializado con su Dios que lo viene a juzgar. Su país está lleno de ídolos, ün ídolo en nuestra vida es como un cáncer en el cuerpo; es algo que toma una importancia desordenada y que devora nuestra vida real. Así como la ciencia, el progreso, ¡as comodidades, la casa, el auto o el dinero, cuando dejan de ser medios para cumplir los planes de Dios y les dedicamos todas nuestras fuerzas y esperanzas. Mótese en 9,11-17 el refrán: El orgullo del hombre será
doblegado. Orgullo de los grandes, orgullo de los sabios, orgullo de ios mediocres, orgullo de los falsos humildes. Orgullo del hombre religioso que cree conocer a Dios porque sabe hablar de él. Orgullo de la criatura mortal que termina sus días sin haber encontrado al Dios vivo. Más que una locura, el orgullo es un insulto al Dios Santo y que exige reparación: cuanto más divino es el amor, más es exigente y celoso. Orgullo del hombre, soberbia de una clase social, seguridad de una sociedad próspera, todo será doblegado. • Los profetas viven su fe en medio de los acontecimientos de su tiempo y no, olvidando la realidad histórica para hablar solamente de «pobreza». Para Isaías los pobres son tales porque ios otros son opresores. El pecado está en las leyes y en aquellos que han olvidado a Dios hasta el punto de adueñarse del poder. Isaías denuncia el pecado de los jefes para salvar al pueblo entero del Juicio de Dios.
Muy orgullosas andan ,6
15,54 Ap 21,4
isaías 26 sai 93,1 vara: Este es Yavé, en quien confiábamos. 1 PI!B Ahora estamos contentos y nos alegramos porque nos ha salvado; io pues la mano de Yavé se nota en este cerro.» Moab, en cambio, será pisoteado como se pisotea la paja junto con el grano, ' ' y desde allí levantará sus brazos, como los extiende el nadador para nadar. Pero Yavé aplastará su soberbia a pesar de sus esfuerzos. 12 Tus seguras y elevadas torres, las destruirá, las demolerá y las echará abajo. Canto de victoria O C i E n ese día cantarán de esta ma™ " ñera en el país de Judá: Tenemos ahora una ciudad amurallada; él ha construido para defendemos no una sino dos murallas. 2 Abran las puertas para que entre la gente buena, que cumple su palabra, 3 y que vive tranquila y en paz porque ha confiado en ti. 4 No duden nunca de Yavé, pues Yavé es como una roca irrompible. 5 El tiró para abajo a los que vivían en las alturas, en la ciudadela de la cual nadie podía apoderarse; la derribó, la demolió, y la redujo a escombros, e Ahora caminan por allí los pies de los humildes y de los pobres. • Salmo de esperanza 7
El camino del justo es la rectitud y tú le allanas el camino recto. 8 ¡Ah, Yavé!, te esperamos siguiendo el camino de tus preceptos. Tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma. sai 63 2 9 ^ ' a ' m a t e desea P o r ' a n o c n e Y m i e s _ 77,3 píritu dentro de mí te busca. Yavé, cuando a la tierra le llegan tus juicios, los habitantes del mundo aprenden a • Este salmo de esperanza fue escrito mucho tiempo después de Isaías, y expresa la piedad judía en los siglos que siguieron la vuelta a su país, después del Destierro. Estando desterrados, han sido sometidos a extranjeros (13-14); han reconocido sus errores y han empezado a ser más consecuentes con su fe (16). Y han esperado su liberación (17). Creían que, al volver, crearían un mundo mejor,
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ser justos. Pero si perdonas al malvado, no aprende la justicia y sigue haciendo el ECI a.n mal en la tierra santa, pues no teme la majestad de Yavé. 11 ¿Hasta cuándo los estarás amenazando sin que comprendan? Haz que vean, para vergüenza suya, que cuidas de tu pueblo: ¡Que tu furor, cual fuego, los devore! 12 Yavé, dígnate darnos la paz, pues, si conseguimos algo nosotros, esto será lo FU 2,13 que quisiste darnos. 13 Tú, Yavé, eres nuestro Dios. Otros señores, fuera de ti, nos han dominado, mas no recordaremos otro nombre que el tuyo, a ti solo conoceremos. 14 Han muerto y no vivirán, y sus sombras no se levantarán, pues los has castigado y exterminado, has borrado hasta el recuerdo de su nombre. 15 Yavé, has hecho crecer tu nación, ensanchaste nuestro país, y mientras más crecía, te hacías más famoso. 16 Yavé, en la angustia te buscábamos; vivíamos bajo la opresión y tu castigo nos apretaba. 17 Como la mujer sufre al dar a luz, se retuerce y grita en sus dolores, así estuvimos ante ti, Yavé. 18 Hemos concebido, tuvimos dolores como si diéramos a luz, pero: ¡puro aire! no hemos traído al país la salvación, y no se 13,8 ven los pioneros de un mundo nuevo. 19
¡Tus muertos revivirán, y tus cadáveres resucitarán! Despierten y den gritos de júbilo todos ustedes, que yacen en el polvo. Que baje tu rocío, Señor, rocío de luz, y la fierre echará de su seno a los muertos. 20
Entra, pueblo mío, en tus habitaciones, y cierra las puertas tras de ti; escóndete un momento hasta que pase la cólera. 21 Porque Yavé se dispone a salir de su morada para castigar la maldad de los habitantes de la tierra. La tierra devolverá la sangre y no esconderá más a los de- Gen 4,10 Job1618 gollados. pero esto no se ve mucho (18), pues se mantienen los paganos en la Tierra santa, y siguen dincultando la vida de los creyentes (10-12). Por eso el pueblo pide a Dios que venga la hora de su restauración. Y, porque Dios es justo, no solamente dará a los vivos la liberación esperada, sino que resucitará a todas las víctimas inocentes que han confiado en él, para que también ellos conozcan la Paz de Dios (19-21).
467 La viña de Yavé 51,9 0 7 ' Cuando llegue ese día, Yavé casot> 26Í12 tigará con su espada firme, grande ^fil Y pesada a la serpiente Leviatán, que siempre sale huyendo, a Leviatán, que es una serpiente astuta; y matará al dragón del mar. 2 Entonces dirán: «Cántenle a esta exce. lente viña. 3 Yo, Yavé, soy su cuidador; la rie26,1 go todas las mañanas para que no caiga su ' follaje; y me preocupo por ella, noche y día. 4 Ya no me importa que tenga cardos o zarzamora, porque los arrancaré y a todos les prenderé fuego; 5 a no ser que me pidan protección, o hagan la paz conmigo, sí, conmigo.» 6 En los días que vendrán, le saldrán brotes a Jacob, H ri Israel florecerá y dará frutos, os 14,4 que llenarán el mundo entero. 7 ¿Acaso Yavé le ha pegado como les pegó a los que lo maltrataban? ¿O ha sido muerto como dio muerte a sus asesinos? a Lo castigó, echándolo de su casa o desterrándolo, y lo despidió de un soplido tan fuerte como viento del este, para que así expiara sus faltas Jacob. 9 En cuanto a su pecado le exigió como precio Dt 7,5 que rompa todas las piedras de sus altares como se hace polvo la piedra de cal, y que no levante más postes sagrados ni monumentos de piedra en honor al sol, 10 pues la ciudad fortificada está ahora solitaria, 252 permanece abandonada y triste como un desierto. Allí van a pastar los animales, allí crecen y se extienden los matorrales. i1 Cuando se secan las ramas, las quiebran y luego las mujeres les prenden fuego, lo mismo -ellos, porque son gente ignorante. Por eso su Hacedor tampoco se compadecerá de ellos, ni los perdonará el que los ha creado. 12 Ese día Yavé hará la trilla desde el rio Eufrates hasta el Nilo de Egipto, O ¡-os capítulos 28-35. En estos capítulos se mezclan sin orden poemas de origen muy variado.
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isaíat 28
y ustedes, hijos de Israel, serán espigados uno a uno. 13 Aquel día, al sentir el fuerte sonido de la trompeta, acudirán los que andaban perdidos por el país de Asur y los que estaban desparramados por la tierra de Egipto, y adorarán a Yavé en el cerro santo de Jerusalén. Los jefes Irresponsables O Q i ¡Ay de la soberbia que muestran O * í O como corona los borrachos de Efraím, de la marchita flor que lucen como adorno, y que crece en lo alto del valle fértil! ¡Ay de los que quedan tendidos por el vino! 2 He aquí que uno, robusto y macizo, mandado por el Señor, los tirará al suelo, de un empujón, como si fuese una fuerte granizada, un viento huracanado o una lluvia torrencial que lo inunda todo. 3 Serán pisoteadas la soberbia que muestran como corona los borrachos de Efraím 4 y la flor marchita que lucen como adorno, y que crece en lo alto del valle fértil. Serán como las primeras brevas que maduran, que, en cuanto uno las ve, las toma con la mano y se las come. 5 Ese día, Yavé de los Ejércitos será para los que quedan de su pueblo su corona de gloria y su más brillante piedra preciosa. 6 Al juez que se sienta en el tribunal le ayudará a hacer justicia, y al que impide que los asaltantes pasen la puerta le dará valentía. Amenaza contra Judá 7 También éstos sé tambalean bajo los efectos del vino, sacerdotes y profetas andan dando tumbos por haber tomado tanto. El vino los tiró al suelo y los licores fuertes les han hecho perder los sentidos; titubean al tener visiones y tartamudean al pronunciar sus sermones. Dos oráculos cortos, que el Evangelio recuerda: 28,16 v 29,13. Varios oráculos pronunciados en la crisis de 701.
— 28,14-15 y 28,18-19: contra los malos consejeros del rey que se oponen a la voluntad de Dios. 28,1-14: oráculos contra Samaría. Pronunciados en el pe- — 30,1-17: contra Egipto. ríodo inmediatamente anterior a su destrucción (721); ver — 29,1-12; 30,27-33 y 33,7-16: contra Asur y su rey Secomentario de 2,6-19. En los versículos 9-13 nótese: los sa- naquerib. «Ariel», o sea «León de Dios», designa a Jerusalén. cerdotes y los falsos profetas se burlan de Isaías; dicen que — 30,18-26 y 32,15-20: sobre la prosperidad futura. sus palabras no tienen más sentido que las cantillanas de Varios poemas del tiempo del Destierro o más tardíos. los niños. Isaías responde: ya que no quieren entender las — 34: el Juicio de Yavé sobre Edom (ver introducción al claras advertencias de Yavé, él les va a hablar muy fuerte capítulo 24). por medio de acontecimientos que los dejarán desconcer— 35: la vuelta del Destierro, muy semejante a Isaías tados (lo mismo 29,14). En 1 Cor 1,21, Pablo usa el mismo 40-41. argumento. — 33,17-22: Sueño de una era de paz.
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Isaías 29
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8 Sí, todas las mesas están cubiertas de vómitos asquerosos, sin que haya un lugar limpio. 9 ¿A quién le está enseñando la lección o quién quiere que le atienda sus explicaciones? ¡Los niños que recién dejaron el biberón, los niñitos que acabaron de tomar pecho! 10 Pues no dice m á s que: «Sau la sau, sau la sau, Cau la cau, cau la cau, Zeer sam, zeer sam.» n Sí, en realidad, con labios
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