Bendecido Para Bendecir
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spanish presentation on how God blesses you so you can be a blessing to others. A presentation to Men's Ministries....
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BENDECIDO para BENDECIR Estudio por:Tim Challies
El Propósito de Dios para el Hombre Cristiano en la Familia
El Hombre Sorprendentemente, en un intento de definir al hombre en términos simples no es una tarea fácil. Hay muchas cosas que podrían incluirse en la definición y hay que tirar una línea en la arena. Optaremos por definir al hombre, según el primer uso de la palabra en la Biblia. En Génesis 1 nos encontramos con al menos cuatro características definitorias que nos enseñan qué es el hombre: 1) Como la mayoría de las Biblias en Inglés dejan en claro en sus notas, el término hombre en hebreo (adam) está estrechamente relacionada con la palabra hebrea que significa tierra o suelo (Adama). Este es un recordatorio permanente intencional que Dios formó al hombre "del polvo de la tierra" (Génesis 2:7), lo que nos enseña que el hombre es un miembro integrado, natural del mundo creado por Dios.
2) El hombre es creado "a imagen de Dios" (Génesis 1:27), lo que significa que, además de ser un miembro natural de la creación de Dios, es también un ser sobrenatural. Después de haber sido hecho a imagen de Dios, lleva la impronta del Creador sobrenatural, el Dios que existe y actúa en formas que exceden el orden natural que ha creado. Santiago 3:9 afirma que esta imagen divina no se ha eliminado, incluso después de la caída del hombre desde su estado original de la impecabilidad. 3) El hombre tiene dominio sobre la creación. Dios hace esto en claro en su mandato original para el hombre: "Que tenga dominio sobre [todo lo que he creado]" (Génesis 1:26). Una de las principales consecuencias de ser creado a imagen de Dios es que compartimos en su dominio sobre otras cosas creadas. Pero tenga en cuenta cómo nuestro primer punto afecta esto: ya que también es miembro de la creación, Servimos mejor cuando somos mayordomos del resto de la creación también.
4) El hombre es hombre y mujer. "En la imagen de Dios le creó, varón y hembra los creó" (Génesis 1:27). Este versículo nos enseña que un componente central de lo que Dios quiso cuando creó al hombre es que existirían dos sexos, pero intencionadamente distintos.
En resumen, Génesis 1 nos enseña que el hombre es una criatura hecha masculino y femenino, de la tierra, a imagen de Dios, con dominio sobre el resto de la creación. Muchas mujeres anhelan que sus maridos cumplan con el papel dado por Dios como hombres, como maridos, como líderes de sus hogares. Para ser franco, hay una gran cantidad de hombres cristianos que no tienen ninguna concepción del propósito dado por Dios como líderes en sus hogares. El propósito de Dios para el hombre en el hogar se compone de tres aspectos: liderazgo, protección y provisión. De hecho, éstas pueden ser las únicas capacidades que un hombre aporta a la relación matrimonial (más allá del papel biológico obvio). Si abdica en cualquiera de estas cosas, ya sea que permita que desaparezcan por completo o forcé a su esposa para asumir el control, se reduce su hombría. Y ella tiene menos de un marido.
La mayoría de los hombres cristianos creen que se espera que sean líderes dentro de la casa. Yo diría que la mayoría de los hombres, cristianos o no, creen esto en el fondo de su corazón. Pero pocos maridos saben lo que significa realmente ser este tipo de líder. Muy pocos saben lo que significa ser un esposo de Dios. Un hombre es un líder para su hogar y familia. Él va a ser el líder, la cabeza. Por supuesto, esto no es un liderazgo que trae consigo el poder y el prestigio, sino un liderazgo que trae consigo el amor y el cuidado y el sacrificio. Esta es la dirección ejemplificada por Jesucristo, que, como Señor de todo el universo, se hizo siervo y sufrió por el bien de los que amaba. El marido es para proteger a su familia. Esto va más allá de la protección física, aunque este es un aspecto de su papel, sino que se extiende también a la protección emocional, la protección espiritual, la protección sexual. Es para proteger a su familia de cualquiera de las formas en que Satanás busca corromper y dañar.
Y, por último, el deber del marido es proveer. Él últimamente el responsable de asegurar que las necesidades físicas y financieras de su familia se estén cumpliendo, pero tiene que hacer más que esto. Es él el llamado para cubrir esas necesidades financieras, físicas, espiritual y mucho más.
EL CARÁCTER DE UN ESPOSO CRISTIANO Quiero dedicar un tiempo a mirar algunos de los rasgos del carácter necesarios en un esposo cristiano en el hogar. Estos son rasgos que se deben cultivar si quiere bendecir con éxito a su esposa e hijos.
Humildad. Este es probablemente un rasgo obvio - un buen líder es un líder humilde, con conciencia de sus propios pecados y debilidades, y quien sabe quién es y como está delante de Dios. Pero aquí hay algo que no espera. Quiero compartir un hecho rápido y de humildad: Si usted es un joven esposo (y tal vez, incluso si usted ha estado casado durante mucho tiempo), es probable que sea un líder horrible. Usted es probablemente muy, muy malo como líder del hogar-tan malo que lo siento por su esposa y tan malo que usted mismo lo reconocería si pudiera observase a sí mismo. La tarea del liderazgo en el hogar no es fácil o natural. A pesar de ello, quiero animarlos a seguir adelante. Tienes que liderar tu familia de todos modos, pero hay que hacerlo con mucha humildad, no sólo conocer tu propia propensión al pecado, pero también sabiendo que no eres perfecto y no estas bien calificado como líder. Usted aprenderá a conducir bien a su familia, si la conduce con humildad.
Confianza. Usted necesita tener la confianza de que Dios realmente lo ha llamado a dirigir a su familia. Esto puede ser difícil de creer en una cultura como la nuestra, que grita machismo tan pronto como se oye una pretensión del hombre que dirige a su esposa. Usted tendrá que estudiar las Escrituras para que tenga una base sólida para entender que Dios te ha llamado para dirigir y tendrá que estudiar las Escrituras para ayudarle a saber cómo ser ese tipo de líder. Lo hará bien sólo si está seguro de que Dios está detrás de usted, afirmando su liderazgo. Su liderazgo no es el suyo, pero se ha delegado en usted por Aquel que te creó, que creó su esposa, y que los unió. Dirija entonces con confianza y humildad.
Temor de Dios Tendrá que ser un hombre de Dios si va a liderar su familia. Al igual que el liderazgo, el temor de Dios no es algo natural y no es fácil. Es, para usar una excelente descripción, una obediencia larga en la misma dirección. No viene sin guerras, sin batallas, sin cicatrices. Sin duda, no viene sin la persistencia y dedicación. Dirige tu familia con Temor de Dios, humildad y confianza.
Amor. Si usted va a ser un esposo temeroso de Dios, es necesario tener amor por tu esposa, un amor que va más allá que el amor que tienes por ti mismo. ¿Suena fácil? No lo es. Como es natural, nos amamos mucho más que lo que decimos que amamos a otros. Usted tendrá que tener un gran amor para su esposa e hijos y un amor más grande todavía para Dios. Usted debe estar dispuesto a contarse como ultimo. Usted debe estar dispuesto a morir por su esposa, pero, más difícil todavía, vivir para ella. Usted tiene que estar dispuesto y equipado para dirigir a su esposa con humildad, confianza, amor y Temor de Dios.
¿Cómo se hace eso?
Una Defensa
Pocas creencias cristianas son menos populares que el de la supremacía masculina. Como cristianos creemos que Dios ha llamado a los maridos a liderar y las esposas ser sumisas. Esta es una afirmación audaz en una sociedad como la nuestra, que valora tanto la autonomía y la independencia. Puede que haya habido un momento en que tal idea surgiera de forma más natural a las personas-un momento en que la jerarquía y la desigualdad en los roles se suponía. En ese tipo de situación social puede haber parecido más natural. Pero hoy, cuando reconocemos que todos los hombres (y mujeres) son creados iguales, y cuando hay pocas cosas que valoramos más alto que un tipo de igualdad absoluta, la sumisión parece ser una reliquia del pasado antiguo. En el liderazgo que nos gusta, odiamos la sumisión. Incluso los cristianos se alejan de ella. Y sin embargo, quizá la sumisión o sometimiento no es tan extraña. La Biblia es clara en que la sumisión es un deber que todos compartimos.
Si nos fijamos bien nos encontramos con que la sociedad cree que está tan bien y que es necesario para cualquier sociedad bien ordenada. Después de todo, los estudiantes deben obedecer a sus maestros, los empleados deben someterse a las órdenes de sus empleadores, los soldados reciben órdenes de sus superiores, todos obedecen al policía que se encuentra en el centro de la concurrida intersección y toma su mano en la posición "pare". Estamos acostumbrados a someternos a la autoridad fuera de la casa, pero reaccionamos con sorpresa cuando dicha autoridad pueda existir dentro de la casa, entre un marido y mujer. Aceptamos la desigualdad en el rol, en algunos contextos pero no en otros.
NO ES UN CASTIGO Consideremos lo que dice la Biblia acerca de la supremacía masculina. Hay muchas cosas que podríamos decir, como lo demuestra la gran cantidad de libros muy gruesos relacionados con el tema. Veremos que el tipo de liderazgo prescrito por la Biblia es inherente al orden creado por Dios. En otras palabras, el hecho de que los esposos deben liderar y las esposas deben someterse a sus maridos (no a todos los hombres, sólo a sus maridos) no es simplemente el producto de la caída de la raza humana en el pecado, pero es un producto de la creación de Dios. Incluso si el pecado nunca hubiese entrado en el mundo, se espera que un marido lidere a su esposa y de la esposa se espera que se someta a su marido. El liderazgo del marido no se basa en un castigo, y tal vez incluso un castigo injusto en el que la mujer se le dio la pena más dura de tener que someterse. Por el contrario, se basa en el propósito y la creación de la humanidad.
NO ES UN CASTIGO Por extraño que pueda parecer, la sumisión es una cosa buena y hermosa y de Dios. En la relación más perfecta del mundo, la relación entre Padre, Hijo y Espíritu Santo, se muestra un ejemplo perfecto de la sumisión. El Hijo se somete a sí mismo al Padre. Son "el mismo en sustancia, iguales en poder y gloria." Sin embargo, el Padre demuestra liderazgo. Hablamos de la misión de Jesús a la tierra de dos maneras. Hablamos de Jesús enviado por el Padre. Y esto es cierto. Desde la eternidad, se decidió por el Padre que el hombre tendría que ser rescatado por un sustituto perfecto. El Padre encomendó al Hijo con esta responsabilidad. Pero también se habla del Hijo renunciando voluntariamente a su vida. Esto es igualmente cierto. Perfecta sumisión del Hijo a la voluntad del Padre significaba que un mandato del Padre era indistinguible de una decisión del Hijo. Cristo estaba perfectamente dispuesto a someterse a la voluntad de su Padre. Esta relación dentro de la Trinidad nos da muchas pistas sobre la naturaleza de la relación entre marido y mujer.
NO ES UN CASTIGO Todo esto para decir que la sumisión y la supremacía no son cosas malas para el cristiano. Han existido eternamente y han existido en la relación más perfecta. ¿Cómo podemos, entonces, atrevernos a decir que están de alguna manera unidos al pecado? Si entendemos esto, tenemos una base sólida para la comprensión de cómo y por qué un marido debe liderar su hogar.
ES BUENO Aquí hay diez pruebas de que el liderazgo y la sumisión preceden la caída del hombre en el pecado. Son diez pruebas de que el liderazgo y la sumisión son aspectos del orden natural de Dios y no una consecuencia o reacción necesaria por el pecado. (Estos siguen la estructura acertadamente descrita por Wayne Grudem en su estudio en profundidad sobre el tema Feminismo Evangélico y la Verdad Bíblica).
El orden de la creación: Adán fue creado antes que Eva. Esto puede parecer un fundamento débil para un argumento, sin embargo, era lo suficientemente importante como para que Pablo lo mencionara en 1 Timoteo 2:1213, donde no "permitirá que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre... Porque Adán fue formado primero, después Eva. "Inherente a la orden de la creación, donde Adán fue formado antes que Eva, es la base para el orden de las relaciones humanas.
La representación de la raza humana: Fue Adán quien tuvo un papel especial en la representación de la raza humana. Aunque Eva fue la primera en ser tentada por el pecado, fue Adán quien fue considerado el más responsable de su desobediencia combinada. En Corintios leemos que, "así como en Adán todos los hombres mueren, así también en Cristo todos serán vivificados" (1 Corintios 15:22). Cristo es el segundo Adán, no la segunda Eva como cabría esperar la Biblia mantiene a Adán y Eva como en igualdad de condiciones en representación y jefatura.
El nombramiento de la mujer: Adán se le dio el honor y la responsabilidad de nombrar a su esposa. "Esta será llamada varona," dijo, "porque fue tomada del varón" (Génesis 2:23). Dentro de las Escrituras vemos que la persona que nombra algo es siempre el que tiene autoridad sobre ella. Esto es similar al relato de la creación donde Dios llamó la noche y el día, la extensión, la tierra y las aguas. Al nombrarlos mostró su autoridad. Y en el nombramiento de Eva, Adán demostró su autoridad.
El nombre de la raza humana: La raza humana lleva el nombre de Adán, no Eva. Tampoco es el nombre de Adán y Eva. El nombre de Dios a la raza humana "hombre". "Cuando Dios creó a Adán, le hizo a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo y los llamó Hombre cuando fueron creados "(Génesis 5:1-2). Mientras que en sí mismo esto no proporciona un caso de punto y aparte, apunta de nuevo a la jefatura y el liderazgo del hombre en el orden creado.
La responsabilidad primaria: Dios sostuvo a Adán como principal responsable de la caída. Mientras que Adán y Eva se escondieron de Dios, Dios llamó "al hombre y le dijo: '¿Dónde estás?'" (Génesis 3:9). Dios no llamó a Adán y Eva, pero llamó al hombre solo. El Dr. Grudem hace una analogía de un padre que, al entrar en una habitación en la que varios niños se han comportado mal, llamará al mayor y demandará respuestas. Es el mayor el que tiene mayor responsabilidad. En la misma forma en que Dios llamó a Adán y exigió una cuenta de su pecado y el de su esposa. Tenga en cuenta que Satanás invierte este orden, acercándose a Eva antes de Adán en un obvio (y exitoso) intento de alterar el patrón dado por Dios.
El propósito de la mujer: Eva fue creada como un ayudante para Adán, no a Adán como un ayudante para Eva. Mientras que las feministas han hecho gran parte del término "ayudante", el hecho es que en cualquier situación dada, la persona que ayuda se sitúa en un rol de subordinado a la persona que necesita ayuda (como una secretaria con su jefe o un Vicepresidente a un presidente). Sin embargo, ayudar no elimina la responsabilidad. Mientras que yo pueda ayudar a mi hijo con una ruta de periódicos, la responsabilidad final sigue siendo la suya. El papel de Eva, desde el principio de la creación, iba a ser un ayudante para Adán. Esto no quiere de ninguna manera indicar una inferioridad, pero una ayuda que era igual a Adán en valor y la dignidad. Ella difiere en maneras que complementen Adán.
El conflicto: Una consecuencia grave de la caída es el conflicto que ha sido introducido en las relaciones de los esposos y esposas. En Génesis 3:16 Dios le dice a Eva: "Tu deseo será para tu marido, y él te dominará." Este deseo es el de interferir o distorsionar el papel de su marido. Los papeles que Dios les dio al marido y la esposa han sido distorsionados por la caída. Eva ahora se rebela contra la autoridad dada por Dios a su marido y él abusa de esa autoridad para gobernar mal, usar la fuerza e incluso el maltrato.
La restauración: Cuando la creación es restaurada a través de la obra de Cristo no encontramos una destrucción de la orden de matrimonio. Si hubiese sido el sometimiento una consecuencia de la caída sería de esperar a Cristo a "hacer nuevas todas las cosas" en esta área. En su lugar nos encontramos con que Cristo provee el poder para vencer los impulsos pecaminosos de una mujer contra su marido y la respuesta del marido de gobernar con dureza sobre ella. Pero Cristo no elimina la orden de un marido que tiene autoridad sobre su esposa.
El misterio: Cuando el apóstol Pablo escribió acerca de un "misterio" estaba describiendo algo que se entiende sólo débilmente en el Antiguo Testamento, pero quedó claro en el Nuevo. En Efesios 5:31-32 Pablo demuestra que el fin en el matrimonio es para reflejar la relación entre Cristo y la iglesia. "Grande es este misterio, y yo estoy diciendo que se refiere a Cristo y a la iglesia." Dr. Grudem dice: "A pesar de que Adán y Eva no lo sabían, su relación representa la relación entre Cristo y la iglesia. Ellos fueron creados para representar a esa relación, y eso es lo que todos los matrimonios tienen que hacer. En esa relación, Adán representa a Cristo y Eva representa a la iglesia... "
El paralelo con la Trinidad: La naturaleza trina de Dios proporciona el ejemplo perfecto de la sumisión. "La igualdad, las diferencias, y la unidad entre los hombres y mujeres refleja las diferencias, la igualdad y la unidad de la Trinidad." Tenemos la suerte y la bendición de poder representar esa relación en nuestro matrimonio. La última razón para un marido ejercer liderazgo sobre su esposa no pudo haber sido clara a Adán y Eva. No estaba claro para el pueblo de Dios hasta después de la escritura del Nuevo Testamento. La razón última de que el marido ha de ser la cabeza es que la relación matrimonial es un reflejo de Cristo y su iglesia. Así como Cristo es cabeza de la iglesia y nos sometemos a Él, en la misma forma que el hombre es la cabeza de la familia y la esposa debe someterse a él. Un marido ejerce autoridad de la misma manera que Cristo: con amor, ternura y buscando siempre el mayor bien para su esposa. Una esposa debe reflejar su relación con Cristo en su relación con su marido. Ella debe confiar en él, ser leal a él y ayudarle.
El paralelo con la Trinidad: Esto sólo se puede hacer en una relación de humildad, sumisión amorosa, y temor de Dios. Cuando los hombres se conducen con amor hacia sus esposas y cuando las mujeres responden en alegre sometimiento, vemos un hermoso eco de la relación del Padre con el Hijo y el modelo del amor del Hijo hacia su novia. Autoridad y sumisión pueden ser impopular y contra-cultural, pero podemos tener la confianza de que han sido ordenados antes de la fundación del mundo y que han sido ordenados para nuestro bien y para que podamos dar gloria a nuestro Creador. Han existido por toda la eternidad y permanecerán a través de todas las edades. Autoridad, y liderazgo en el hogar, es a la vez un privilegio y una responsabilidad.
El Hombre De Dios Bendice a su Familia Vimos como el esposo está llamado a guiar a su esposa. Aunque esta es una afirmación poco popular en estos días y en esta cultura, es algo que los cristianos deben afirmar. La supremacía masculina se enseña tan claramente en la Escritura que negarlo nos deja propensos a caer en cualquier número de otras enseñanzas radicalmente falsas.
El esposo cristiano bendice a su familia. Aunque algunos pueden suponer que se trata de un tipo de liderazgo que depende en el miedo y la dominación, la Biblia enseña algo muy diferente. Cuando se habla de la supremacía masculina, la Biblia nos da el mejor ejemplo de liderazgo supremo. "Porque el marido es la cabeza de la mujer así como Cristo es la cabeza de la iglesia, su cuerpo, y Él es su Salvador" (Efesios 5:23). El marido va a ser la cabeza de su esposa de la misma manera que Cristo es la cabeza de su iglesia. ¿Y qué tipo de liderazgo ofreció Cristo de la iglesia? ¿Fue dureza o amor? ¿Fue dominante o suave? ¿Era orgulloso o humilde?
Cristo amó a la iglesia tanto que nunca hizo nada agresivo con ella, nunca hizo nada impropio, nunca hizo nada enojado o injusto. Él amó a la iglesia tanto que la estimó como algo más precioso que su propia vida. Renunció a su propia vida para que pudiera vivir. Cristo mismo, es el modelo para usted como un marido cristiano. Si usted desea liderar a su familia en una manera que sea fiel a las Escrituras, usted va a estudiar la manera que Cristo amó a la iglesia y tratará de imitar a su Salvador.
Veamos cuatro formas en las que estamos llamados a bendecir a nuestras familias: En el liderazgo En el Servicio a Dios Protegiendo su Familia Proveyendo para su Familia
EL HOMBRE CRISTIANO BENDICE EN SU LIDERATO Hay diferentes áreas o niveles de liderazgo dentro de la estructura familiar. La mujer lleva las áreas de la familia y los niños mayores pueden asumir el liderazgo en algunas áreas. En una casa que incluya otros miembros como suegros, u otros miembros de la familia puede haber más niveles de liderazgo. Pero como el marido usted es el líder de líderes. Usted es responsable de la dirección general, la visión, el liderazgo de la familia. La responsabilidad es de usted. Esto lo vemos, por ejemplo, en 1 Timoteo 3:12, donde nos encontramos con uno de los requisitos para Los diáconos que sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas.
Esto es más una responsabilidad que un privilegio (ver Mateo 20:2628). Esta es una oportunidad para que usted pueda bendecir a su familia a través de un liderazgo de servicio y no una oportunidad para que usted pueda dominar sobre su familia como un tirano despiadado. Como líder de los líderes debe asegurarse de que los demás se estén llevando como debe ser, que estén liderando sólo en las áreas que deben. Encuentre maneras humildes y dignas para garantizar que los demás se llevan bien y que están haciendo lo que les corresponde como es debido.
EL HOMBRE CRISTIANO BENDICE EN EL SERVICIO A DIOS El esposo cristiano bendice a su familia en la adoración. Se asegura de que los miembros de la familia están adorando y que se reúnen en una manera que sea consistente con la Escritura.
Es necesario bendecir en la adoración colectiva. Usted necesita tomar el liderazgo en la adoración, no sólo para asegurar que su familia asiste a la iglesia, sino también en la elección de la iglesia.
Es necesario bendecir en el culto familiar. Adoración corporativa, mientras es absolutamente esencial para la fe cristiana, no es solamente la adoración la que se requiere para que tengamos una fe sana. Como cristianos siempre debemos destacar la importancia de la adoración regular de la familia. Esta es una buena práctica para comenzar tan pronto como usted se case. Si usted aún no comenzado esta práctica, hágalo hoy mismo. La adoración en familia no tiene por qué ser larga o complicada, pero debe consistir al menos en la lectura de la Escritura y la oración. Esta es una oportunidad ideal para un hombre pasar el tiempo leyendo la Biblia con su familia y para asegurarse de que entienden y aplican esa Palabra. Es un buen momento para invertir en la oración, la enseñanza de sus hijos en la oración, y orar juntos por intereses comunes.
Es necesario bendecir en el culto personal. El esposo cristiano conoce el valor de las devociones personales. Usted debe comprometerse a dedicar tiempo uno-a-uno con Dios a través de la lectura de la Palabra y la oración. Si usted va a ser un líder temeroso de Dios en su casa, usted necesita tomar la iniciativa en esto. El esposo cristiano hará más que velar como está pasando su tiempo en la Palabra y en oración. También tratará de asegurarse de que su esposa está haciendo lo mismo. Esto puede significar ayudarla a encontrar el tiempo, tal vez darle unos minutos en la noche mientras usted se encarga de los niños. También ayudará a sus niños a entender la necesidad de la lectura y la oración y tomará la iniciativa para ayudarlos a comenzar a leer la Palabra y orar. No podrá estar involucrado en esto día a día, pero seguirá dando seguimiento con sus hijos para asegurarse de que han aprendido de la Palabra .
BENDICIENDO COMO PADRE El marido es últimamente el responsable por sus hijos. Muchos hombres han renunciado a esta responsabilidad, en el supuesto de que la madre es la que es la principal responsable de criar a los niños. Pero no, es usted, el padre, que debe llevar a sus hijos. No deja de tener importancia que las advertencias de la Biblia a criar hijos piadosos no se dirigen a mujeres, pero a los maridos. Del mismo modo, hasta hace poco tiempo la mayoría de libros sobre crianza de los hijos no estaban dirigidos a las madres, sino a los padres. En el pasado las personas han entendido lo que hoy tendemos a ignorar, Papá es el principal responsable de criar a los hijos. Por supuesto, esto no excusa las madres de su participación en la crianza de sus hijos. De ninguna manera significa que las madres deben ser ajenas a la crianza de los hijos. En su lugar, simplemente muestra que es en última instancia, nosotros los hombres tenemos la responsabilidad delante de Dios para que los niños sean criados en el temor y amonestación del Señor (Efesios 6:4).
BENDICIENDO COMO UN ESPOSO La realidad de la supremacía masculina significa que el marido es responsable del bienestar de su esposa de una manera diferente a lo que ella es responsable del bienestar de él. Recae en usted la responsabilidad de que ella tenga tiempo para la lectura de las Escritura y la oración. Recae en usted la responsabilidad que exista paz entre ustedes para que su oración (no la de ella) no sea obstaculizada por algún desacuerdo entre ambos (ver 1 Pedro 3:7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.). Como líder, usted tiene la responsabilidad más grande y la mayor carga.
Estas son algunas formas en que usted debe bendecir a su esposa: Bendígala con amor. El liderazgo del esposo cristiano está marcado por el amor (Efesios 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,). Su esposa, no debería tener razones para dudar de que la quieras, que amas a tus hijos, que están comprometidos a servir a su novia en este papel único. Usted debe estar dispuesto a renunciar a sus propios deseos, su propia comodidad, sus propios derechos con el fin de expresar el amor por su esposa. Su liderazgo debe estar marcado con la clase de amor que marcó el amor de Cristo por su iglesia. Ese mismo amor, ese mismo deseo por la gloria de Dios, proviene de Cristo al esposo y del esposo a la familia.
Bendígala con gentileza. El esposo cristiano dirige a su esposa con mansedumbre y dulzura. Tienes que ser consciente de tus propios pecados y de tus propios fracasos. Es necesario para liderar a tu esposa con cuidado, consciente de sus propias luchas y debilidades. Preste atención a la palabra de Dios que dice: " Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo."(1 Pedro 3:7).
Bendígala con dignidad. El esposo cristiano no hace burla ni menosprecia a su esposa. No hay que liderarla con desprecio o sarcasmo o ira o castigo. Bendice a tu esposa con especial alegría y dignidad, diferente de cómo tratarías a un niño o a un empleado. Liderara pensando primeramente que eres un siervo de Dios, y luego un líder. No hagas nada que te haga orgulloso de ti mismo, pero todo para mostrar a tu esposa que la estimas más que a ti mismo.
Bendígala con confianza. Esto es un desafío particularmente en estos días, en un momento en que la cultura nos ha condicionado a pensar que los hombres no tienen nada que hacer como líderes sobre sus esposas. Pero el esposo cristiano escucha las Escrituras por encima del mundo y lidera a su esposa, confiando en que Dios lo llama para hacer precisamente esto. Lidera a tu esposa con una humilde confianza, incluso cuando están llamados a tomar decisiones difíciles o impopulares. Lidera con la confianza de que Dios está dispuesto y capacitado para bendecirte por tu obediencia.
El Hombre Cristiano Bendice Protegiendo a su Familia. El esposo está especialmente diseñado para proteger a su familia. Hay más que proteger a su familia que simplemente ser fuerte y tomar la proverbial bala en lugar de su esposa e hijos. Veremos algunas de las formas en que el marido bendice a su familia protegiéndola.
Proteja a su familia físicamente. El esposo cristiano es el responsable de la seguridad física de su familia. Dios ha dado a los hombres mayor fuerza física que a las mujeres y también ha dado a los hombres una necesidad o un deseo de ser protectores. Usted debe usar esta fuerza dada por Dios para proteger a su esposa y para asegurarse de que ella se sienta segura. Ella debe saber que usted la va a proteger aún a costa de su propia vida. Usted debe ser el primero en la batalla, debe ser el que sabe que "Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13).
Proteja a su familia emocionalmente. Para ello, niéguese a ceder a la tentación de dominar a su esposa y sus hijos, como un tirano en lugar de un siervo. Usted debe aprender a disciplinar adecuadamente a sus hijos para que guarden sus cuerpos y sus corazones. Usted tendrá que aprender cómo su esposa es diferente a ti emocionalmente por lo que puedes ser tierno y comprensivo con ella (véase 1 Pedro 3:7 y Colosenses 3:21). Usted necesita proporcionar el liderazgo de amor que guía y protege con dignidad y el amor.
Proteja a su familia espiritualmente. Para ello, el desarrollo de la sabiduría y el discernimientomediante la aplicación del temor a Dios. Es necesario actuar como los de Berea, que "recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando las Escrituras diariamente para ver si estas cosas eran así" (Hechos 17:11). Usted debe tener cuidado de no introducir una enseñanza falsa, sabiendo de que como maestro, el más importante maestro que su familia tiene, usted será juzgado con una sentencia más dura por toda doctrina falsa que le pueda enseñar a su familia.
Proteja a su familia de ellos mismos. El esposo cristiano protege a su esposa e hijos, ayudándoles a huir del pecado, para que no sufran sus consecuencias dolorosas. Usted necesita saber y entender que el pecado, cuando se ejecuta causa daños brutales, no solamente al pecador. Trate de proteger a su familia de su propio pecado. Proteja a su esposa desde el pecado de los hijos y los hijos de los pecados de tu mujer, proteja a los niños uno de otro.
Proteja a su esposa El esposo cristiano presta especial atención a la protección de su esposa. ¿Y qué hombre no siente la necesidad de proteger a su esposa?
Proteja a su esposa emocionalmente. El marido cristiano protege el corazón de su esposa. Una de las maneras en que lo hace es convertirse en un estudiante de ella. Se entera de lo que ella ama y aprende lo que ella odia, se entera de lo que atrae su corazón a él. Evita cualquier cosa que pueda dañar o hacer una cicatriz en su corazón. "Del mismo modo, los maridos, vivid con ellas de manera comprensiva, mostrando honor a la mujer como a vaso más frágil" (1 Pedro 3:7).
Proteja a su esposa sexualmente. Esta es un área en particular de la responsabilidad de un marido a una esposa. El esposo cristiano no exige de su esposa lo que ella no quiere dar. No la forzará en hechos sexuales que violan su cuerpo o violan su conciencia. La protegerá de cualquier tipo de daño sexual, incluyendo los falsos mensajes que pueden venir de películas obscenas, o de la pornografía.
Proteja a su esposa espiritualmente. Proteja a su esposa, espiritualmente, sobre todo en su compromiso de orar por ella, para sostenerla ante el trono de Dios. Comprométase a orar por ella todos los días e incluso varias veces al día. Ruega por ella constantemente, varias veces, sin cesar. Sepa que sus oraciones, como su líder, como su marido, debe tener un valor especial ante Dios. Dígale que usted ora por ella y pregúntele lo que puede pedir en su nombre. Comprométete a esta práctica y busca evidencia de la respuesta de Dios a sus súplicas fervientes.
El Hombre Cristiano Bendice Proveyendo para su Familia El marido es el responsable de asegurar que las necesidades de la familia se cumplan. Si bien las necesidades financieras son el componente más obvio de esto, se extienden mucho más allá. Aquí hay varias maneras en que Dios te ha llamado, como un marido, para proveer para tu familia.
Provee financieramente. El marido debe ser el líder en el área de las finanzas. En la mayoría de los casos esto significa que usted, el marido, será el sostén de la familia, la liberación de su esposa para dedicarse a su vocación en el hogar como esposa y madre. También significa que usted será el responsable de las decisiones financieras y del manejo del dinero. Puede ser prudente permitir que su esposa, pague las cuentas y lleve el registro de gastos, pero aún deben participar en la economía familiar. El principio general es que el esposo está llamado a ser el proveedor.
Provee sexualmente El esposo cristiano desea servir a su esposa y honrar a Dios a través del sexo (ver 1 Corintios 7:1-5). Usted necesita saber la importancia del sexo en su relación con su esposa y conocer la importancia de la pureza sexual de su propio corazón. Tienes que ver el sexo no como algo que es meramente físico, sino como un medio de gracia dentro de tu matrimonio - un acto de amor que une a un marido a su esposa y una mujer con el marido de una manera única. Únete a tu esposa, no sólo en el acto, sino en toda la vida para que ella esté dispuesta y con ganas de reunirse contigo en la consumación del acto. Con entusiasmo y voluntad para satisfacer su necesidades de esta manera, pensando más en ella que en ti mismo.
Provee espiritualmente. Es el marido quien debe tomar la iniciativa en la conducción de su esposa en verdades profundas y profundizar más en la fe. Usted necesita tomar la iniciativa en la elección de una iglesia en la que puedan unirse con otros creyentes en la comunión y la adoración. Tome la iniciativa en la buena voluntad y entusiasmo del estudio de la Biblia por su cuenta y con su esposa. Esté dispuesto a animarla a presentarse ante Dios por su cuenta. Ya sea que su esposa es creyente o no, usted debe vivir ante ella en tal forma que no ponga obstáculo en su camino-nada que le impida buscar a Dios.
Provéete a ti mismo. El esposo cristiano se proporciona, es decir, que proporciona el tiempo sin distracción y con atención. Esta no es un área muy particular para los hombres hoy en día. Somos un pueblo distraído y ocupado que tiene un momento difícil de dar prioridad a lo que debería ser una prioridad. También imprudentemente perseguimos cosas, poder, posición, prestigio y cualquier otro número de ídolos. Y a menudo, éstos vendrán a expensas de la esposa o hijos. Como maridos necesitamos dar tiempo a la esposa. Parte de este tiempo puede ser dedicado a ver televisión, pero tiene que haber momentos donde sólo se puede hablar sin distracciones, sin la necesidad de entretenimiento. Usted debe dar tiempo a sus hijos, hablar con ellos, para animarlos, para hacer preguntas y responder a sus preguntas. Trate de tomar la iniciativa en la organización de noches regulares de tiempo con tu mujer, ir a fiestas con tus hijos, así, encontrar cosas especiales que hacer con cada uno de ellos (solo) sobre una base regular.
CONCLUSIÓN Espero que esta charla pueda resultar beneficiosa especialmente para los hombres jóvenes. Espero que puedan ver en ella sólo una idea de la elevada vocación que le ha sido dada como esposos y que se puede encontrar una gran alegría y satisfacción en su tarea como líderes dentro de sus hogares. Los hombres son llamados a ser líderes y bendecir sus hogares, pero ¿qué significa esto? Significa que nos aseguramos de orar con nuestras familias, tener lecturas regulares de la Biblia en familia, ser dueño de un buen sistema de comentarios para poder ser el "Hombre que la Biblia dice debe ser" cuando se le solicite, asegúrese de que la familia este en la iglesia cuando las puertas estén abiertas, que su esposa se sienta orgullosa de pararse a su lado y usted pueda dar gracias a Dios porque ha sido,
BENDECIDO PARA BENDECIR
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