Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina (Pp. 53-107)

October 11, 2017 | Author: Damián López | Category: Economic Growth, Inflation, Salary, Exports, International Monetary Fund
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ESTUDIOS DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA desde mediados del siglo xx a la actualidad

eduardo m. basualdo

"""" sigloveintiuno ~ editores

"1ifY i I +i" Facultad latinoamericana de Ciencias Sociales

SedeAcadémica Argentina

Índice siglO veintiuno editores

Guatemala 4824 (C1425BUP), Buenos Aires, Argentina siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.

Cerro del agua 248, Delegación Coyoacán (04310), D.F., MéXico siglo veintiuno de españa editores, s.a,

c/Menéndez Pidal, 3 BIS (28006) Madrid, España

Agradecimientos

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1. Introducción

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2. La segunda etapa de la sustitución de importaciones y el papel del endeudamiento externo (1956-1975)

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2.1 Antecedentes: la reestructuración de los sectores dominantes y los primeros gobiernos peronistas (1930-1955) Basualdo, Eduardo Estudios de historia económica argentina: desde mediados del siglo XX a la actualidad. ~ 2& ed. ~ Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2010. 496 p-: 23x16 cm. ~ (Economía política argentinaDirigida por Eduardo Basualdo) ISBN 978-987·629·118-7

l. Historia Económica Argentina. I. Título CDD 330.982

Portada: Peter Tjebbes

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2.1.1 La conformación de las fracciones industriales, antes y durante el peronismo 2.1.2 Crecimiento económico, distribución del ingreso y expansión industrial durante los primeros gobiernos peronistas (1946-1955) 2.1.3 Deuda externa, nacionalización de los servicios públicos y proyectos alternativos 2.1.4 Comportamiento e incidencia de las fracciones industriales durante los primeros gobiernos peronistas

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2.2 Evolución y características de la segunda etapa de sustitución de importaciones (1958-1975)

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© 2010, Siglo Veintiuno Editores Argentina S. A.

ISBN 978-987·629-118-7

1ll. edición; 2006 2ll. edición, revisada: 2010 Artes Gráficas Delsur / / Solier 2450, Avellaneda en el mes de marzo de 2010 Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina ~ Made in Argentina

2.2.1 Modificación del ciclo sustitutivo de corto plazo y las transformaciones en el sector externo de la economía argentina

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W'f()I1is,ht', en realidad constituyeron un conjunto numeroso de una raquítica incidencia en la producción clave, deescasez de recursos disponibles para llevar a cabo los grandes emI"erldirrlient.os. Esos recursos existían pero fueron a manos de las diferentes fracciones empresarias que actuaban en la industria con una elevadísima rentabilidad y es plausible asumir que, si los recursos disponibles hubieran sido más, habrían crecido las utilidades y aumentado la rentabilidad pero la industrialización habría permanecido igualmente trunca. En síntesis, durante sus primeros gobiernos, el peronísmo consiguió disciplinar a varios de los sectores centrales de la agotada economía agroexportadora pero fue doblegado por las fracciones del capital que conducían la actividad dinámica promovida. Entre ellos se encontraba, además del capital extranjero, la fracción dominante de la oligarquía argentina. Es cierto que desde el gobierno se alentó y promovió una fuerza propia dentro del empresariado industrial, pero no es menos evidente que esa burguesía nacional era estructuralmente endeble y. quizá, más dependiente en términos ideológicos y productivos de los sectores dominantes que de la concepción y la iniciativa gubernamentales, aspecto que afloró cuando. en la década del cincuenta, surgieron problemas económicos. El principio del fin del gobierno peronista comenzó cuando la rentabilidad obtenida por las fracciones industriales dominantes empezó a descender. Entiéndase bien, a disminuir respecto de la "época de oro" (40% de rentabilidad sobre el capital invertido en 1949 por las subsidiarias extranjeras), ya que seguía siendo notablemente alta en términos históricos e internacionales (entre el 17 Y el 18 % en 1952 y 1953). Ante esa situación, y tal como lo harán sistemáticamente en los años posteriores, las fracciones dominantes del capital llevaron a cabo una ofensiva política, ideológica y económica para instalar socialmente la convicción de que el problema radicaba en los excesivos gastos estatales y en el elevado nivel de los salarios. En esas circunstancias, como lo han destacado algunos autores, la posición de la burguesía nacional no se diferenció demasiado de la adoptada por las fracciones empresarias dominantes.é! En términos estructurales, al final del pcronismo la industrialización quedó fortalecida, pero trunca como eje del proceso económico, y tres fracciones se disputaban la conducción del proceso económico, social y político: el capital

31 Al efectuar una revisión histórica,]. W. Cooke (1985) afirma que: "La burguesía industrial, belujiciada de esa política, no sólo lomó parte activa sino q'lte además siguió en la úrbila grauitacional poliliea, ideolúgica )' cultural de la víeja oligrtn¡uia ternüeniense-merccntil. Lrt pmsperidrulno fue obstáculopam que se sintiesen amenazarlos porel auunce del poderde los smdiaüos y las condicionesnuevas en que se desenvolveJian las relaciones obrero-patronales. [. .. ] al desaparecer las condiciones en el 1m el ingresonacional creciente permilía el enriquecimientoempresaria y elmejormniento de la vida de los trabajadores, la lnnguesic se pasó masivamente alfrente asuioercniaa. " (pp. 66-67) También, P. Waldmann (1986) señala: "Pero si aeemos que la

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¡ttanje¡-o, predominante en el nivel estructural: la oligarquía diversificada, ya IDO conducción de la oligarquía en su conjunto (que establecerá alianzas o Jtancias con el capital extranjero), y la burguesía nacional, que oscilará eilla subordinación a los sectores dominantes y la alianza con los trabajadores e intentan ocupar en la sociedad el lugar que les corresponde como creadola riqueza social.

Evolución y características de la segunda etapa de sustitución de importaciones (1958-1975) Entre los años cincuenta y mediados de los setenta, la economía argentina lucionó sobre la base de un comportamiento cíclico de corto plazo del procto y los precios (ciclo corto). De allí que, desde el punto de vista económico, a etapa sea reconocida por el denominado pare-siga o stop-go. Si bien respecde este comportamiento hay un consenso prácticamente unánime, no pareÁocurrir lo mismo con relación a la expansión económica que se registró en I perfodo. Desde la Ciencia Política parece asumirse -especialmenteJ. C. Portiero en su análisis sobre el empate hegemónico-- que a partir de los años cinenta se produjo un agotamiento de las fuerzas productivas, específicamente 5i!a industrialización. Desde esa perspectiva, no se trataría de la culminación aque resguardaba a los inversores extranjeros de una eventual inconvertibi¡dad cambiaria y se puso fin a todos los litigios pendientes entre el Estado y los pitales extranjeros provenientes de la época del peronismo. En este contex/d gobierno aprobó 254 proyectos de empresas extranjeras que, aunque cufían un amplio espectro de actividades industriales, estaban sensiblemente digidos a la producción química y petroquímica, material de transporte, ~talurgia y maquinaria eléctrica y no eléctrica. Al mismo tiempo, los 25 mares absorbían el 67% de la inversión total. Desde el punto de vista de los país-de origen, era evidente el predominio norteamericano: el 60% de la inverO aprobada provenía de los EE.UU. Las cifras disponibles indican que entre 58 y 1963 la nueva inversión extranjera rondó los 500 millones de dólares, onto que representa e123% de las inversiones radicadas en la Argentina desé1912, siendo igualmente importante -aunque inferior a la que se registró ~rante el peronismo--Ia reinversión de utilidades.F Sobre estas bases se pugén marcha la segunda etapa de sustitución de importaciones, que reconoraun claro predominio de las firmas extranjeras industriales, sustentado en actividades que se incorporaron durante estos años (automotriz, químicoetroquímicas, siderurgia, etc.) y que de ahí en más fueron los sectores más diámicos del espectro manufacturero. A partir de 1964 maduraron las inversiones realizadas en los años anteriot~sycomenzóuna etapa en la cual el PBI creció ininterrumpidamente duran~~,una década, pero sobre la base de un ciclo corto en el que se sucedieron aceraciones y desacerelaciones de la tasa de crecimiento aunque nunca caídas términos absolutos. Este proceso de expansión fue acompañado, tal como observa en el Gráfico n° 2.4, por un incremento de la participación de los salariados en el ingreso pero con alteraciones relevantes en el mercado de traLas evidencias disponibles indican que los cambios estructurales de la

36 En el apéndice de la Memoria de BCRAde 1958, se menciona que el presidente Frondizi, en del 29/12/58, señaló que: "Eljtmblema básicoque afeaa a la economíaargentina es un [nnce-

;;''''b''d",;'n'o debidoa que el crecimiento de la capacidad j)roducliva del país no acompañó al •~~~~:f~~E:!~¡::':S11 nivel social. Como hace treinta asíos, el país (lepe/ule de la explotación di! un campo 'fUI! camenores y menos valiosossaldos exportables. Se demoró la explotaúón del petróleo )' del carla creación de nuevas fuentes de energía el di' los minerales)' el de¡",vol'"im,;",'o de la siderurgia)' de la inausuia pesada." 37 Sobre la evolución histórica del capital extranjero en el país, véase D. Azpiazu y B. Kosacoff (1985).

r.léc/rim, oprooediamienso

»acimientos

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etapa desarrollistafragmentaron el mercado de trabajo, en tanto las nuevas actividades industriales -con una elevada intensidad de capital, nuevas tecnologías y grandes plantas industriales- demandaron y capacitaron mano de obra especializada que percibía salarios relativamente más elevados. No ocurrió lo mismo en aquellas ramas tradicionales de la producción industrial en las que predominaban las empresas y los establecimientos fabriles de menores dimensiones, con tecnologías maduras y una tasa de crecimiento vegetativo. ya que en ellas el nivel salarial exhibió un retraso creciente en relación con el pro;. medio que regía en el conjunto de la actividad industríal.P'' La política económica más relevante que se encaró hasta 1973 fue la aplica, da desde comienzos de 1967 por la dictadura militar, con Krieger Vasena como Ministro de Economía. Fue el intento más enérgico que se realizó para consolidar el predominio extranjero en la producción industrial y encauzar la economía argentina en un proceso sustentable de crecimiento bajo su control pero integrando también a la oligarquía diversificada como parte del proceso. El proyecto no se dirigía únicamente a la política económica de corto plazo sino que también contenía cambios estructurales orientados a reforzar la presencia cxtranjera mediante la adquisición de empresas locales, lo que estableció una diferencia con la anterior experiencia desarrollista, en la que el capital extranjero se consolidó mediante la instalación de nuevos emprendimientos producrivos.é' A pesar de responder a los intereses extranjeros. el plan económico de esos años se diferenció de las políticas ortodoxas del FMI aplicadas en la etapa anterior, al desechar la idea de que el exceso de demanda era el factor exclusivo que desencadenaba la crisis económica. Más allá de los factores coyunturales que posibilitaron la heterodoxia de Krieger Vasena.t? la naturaleza del proceso parece indicar que dicha política buscaba articular los intereses del capital extranjero industrial con los de la oligarquía diversificada.

Véase D. Azpiazu, C. Bonvecchi, M. Khavisse y M. Turkieh (1976). Al respecto, véase E. Cimillo y otros (1972); R. Garcfa Lupo (1972) afirma que: "... las empresas nacionales que pretendieronalcanzar altos niveles de eficienciase vieron anle la necesidad de adquirir tecnowgía en lospaíses centrales. De la misma forma, la necesidad de reequipamiensoy/o de compra (le materias primas no producidas Iocalmetue llevó a estas empresasa endeudarse confirmas extranjeras. La evolución pro/Jia de las empresasy las periódicasdevaluacionesdenuestrosigno monetario colocarona muchas de estasfírmas anle la imjHJSibilidad de cum/llir les compromisos con sus acreedores externos.En estas circunstancias, sevieron obligadas a entregarparte desus paquetesaccio-narlos a aquéllos. "(p. 103) Asimismo, un análisis del proceso de desnacioualización económica puede consultarse en R. Oarcfa Lupa (1972). 40 Tanto G. O'Donnell (1982) como O. Braun (1970) destacan que este carácter heterodoxo se originó, en buena medida, en el contexto económico. Así, por ejemplo, O. Braun afirma: u ••• el momento del cicloen que comienza a aplicarseel púm de estabilizacióntamiJiénes importante. Este comienzotiene lugar cuando, por un lado, Io posición externa del país -no es deficitoría y el dólar no se encuentra suboaluado gracias a las pequeñas y sucesivas deoaluacionesefectuadas por el gobiernode lllia y durante losprimerrJS meses delgobiernode Onganía, y por otralJarle, cuando el esumcamienio de la produr:ción ha dejado abundasue capaculad ociosa en el sectorindustrial. "(p. 29) 38 39

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n este sentido, Krieger Vasena expresó la tentativa de conformar un bloe social dominante y hegemónico que hiciese sustentable esta nueva fa~6de la industrialización. El plan económico de Onganía y KriegerVasena comenzó en 1967, con na acentuada devaluación del peso (de casi el 40%) que benefició prioritalamente las transacciones financieras y las exportaciones industriales, en tanQsefúaron retenciones considerables a las exportaciones tradicionales, aunuc inferiores a la devaluación (entre el 16 y el 25% según los productos). ~mbién se redujeron los aranceles de los productos importados, que aminoran el incremento de sus precios en el mercado interno. De esa manera se ~so·en marcha un sistema de cambios diferenciales que tendió tanto a redu'#los efectos de la devaluación sobre los costos de los insumos industriales y bre la redistribución del ingreso, como a impulsar las exportaciones indusiiales, la entrada de capitales externos y la repatriación del capital local radido en el exterior. Complementariamente, para mitigar el efecto regresivo ida! en términos de la distribución del ing:reso, se otorgó -omitiendo la nepdación mediante paritarias- un incremento de los salarios, que quedaron hgelados por un año. En términos monetarios y fiscales, las medidas del plan aminoraron signiativamente la inflación, lo que provocó el alza de la tasa de interés real. Al ismo tiempo se expandió la oferta monetaria, primero a través de la entrada capitales del exrcrior''! y luego por la reducción de los encajes bancarios. El Cremento de la tasa de interés interna y la consecuente vigencia -excepciolpara esa época- de una tasa de interés real positiva produjeron el colapso nancicro de numerosas empresas locales que terminaron en manos del capi*liéxtranjero. 42 En relación con las cuentas públicas. el déficit fiscal tendió a reducirse ro estuvo relacionado con una modificación en la composición del gasto ~"lalal. Se produjo un incremento relativo de la inversión pública asociado a expansión de la infraestructura.t" con la consecuente alteración de las renábilidades relativas dentro de las mayores firmas oligopólicas de la economía

41 La conjunción del tipo de devaluación con altas tasas reales de interés internas produjo efecinmediatos en este sentido. Así, la Memoria del BCRA de 1967 consigna: USe jJfvdujouna reversión mooimieruo de copisoles privados, pasándose de una salida neta de 213,3 midones de dólaresen 1966 a '" mereso nelo de 232, 1 millones (le dóla1'l:s en 1967". Un listado tentativo de las más de cien empresas locales que pasaron a ser propiedad del caextranjero se encuentra en O. Alende (1973, pp. 95-99). 43 Entre otras obras: la construcción de la Central Hidroeléctrica de Chocón-Cerros Colorados Neuquéu, el proyecto para la construcción de la Central Nuclear de Atucha en Buenos Aires, la de Salto Grande en Entre Ríos, el embalse de Cabra Corral en Salta, la represa de Futaleuen Chubut, el Plan Nacional de Vialidad, la creación de Hidronor; etcétera.

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local. Gracias a la inversión pública y al reconocimiento estatal de sobreprecios a los proveedores de insumas para la construcción (productos siderúrgicos, cemento, etc.), esta actividad obtuvo un nivel de rentabilidad que superó al del resto de las que componían la economía rcal.t" Teniendo en cuenta que se trató de una política fuertemente heterodoxa'< y que la oligarquía diversificada tenía una significativa inserción en la construcción y especialmente en la elaboración de insumas, parece evidente que esta iniciativa estatal se orientaba a integrar esa fracción empresarial dominante al proyecto en marcha, y así neutralizar la posible oposición de la oligarquía en su conjunto. En ese momento comenzó a plasmarse la relación entre el Estado y sus proveedores de bienes y servicios -dentro de los cuales esta fracción de la oligarquía se ubicó como uno de los actores preferenciales- de lo que luego se conoció como "la patria contratista". En diversos trabajos se analizaron las limitaciones técnicas que desencadenaron el fracaso de este plan, que pretendió fortalecer un proceso económico conducido por el capital industrial extranjero pero integrando a la fracción empresaria conductora del conjunto de la oligarquía pampeana y subordinando, al mismo tiempo, a los sectores populares mediante la incorporación de las representaciones sindicales. Más allá de sus insuficiencias técnicas, la movilización popular tuvo una notable influencia en la inviabilidad del plan. Tanto es así que se puede afirmar que es la que dio por terminada definitivamente esta propuesta de consolidar, en términos políticos y sociales, un proceso acorde con los cambios estructurales que se habían registrado en la sociedad argentina pocos años antes. Se trata de los levantamientos sociales que se desarrollaron en mayo de 1969 en las ciudades de Corrientes, Rosario, La Plata y Tucumán y culminaron entre el 29 y el 31 de ese mes en el denominado Cordobazo.r'' Esa gesta popular, en la que confluyeron los sectores más dinámicos y contestarios de la sociedad -fundalnentalmente el movimiento estudiantil y los obreros in.. dustriales-, dio por terminada no sólo la gestión de Krieger Vasena (que fue reemplazado por Dagnino Pastare) sino la del propio general Onganía

4fVéase A. Castellani (diciembre de 2002). Al respecto G. Q'Donnell (1977) sostiene: "Ese pajJel de casi exclusivo impulsor económico del aparato estatal no parecehaber sida querido por el equipoeconómico. Por ío menos, en sus declaraciones plíblicas es recurrente la invitación al capital externoy al radicadolocalmente para que, ya que se estaban logrando condicionesde orden y estabilidad económica, aumentaran [uertementesus inuersírmes. E~ claro que la esperanza del equipo económico era que, una vez obtenulas las bendiciones fiel FMI)' lograda la paz social, se jJroduáría un rápido e importante ingreso de préslamosde largojJÜlZO e inversionesdireaas del exterior; que convertiría a eS(J parte del seaorprioado en el dinamixador de la economía. "(p. 189) 46Véasej. P. Brennan (1996). 45

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como conductor de la dictadura militar (en junio de 1970 fue reemplazado el general Levingston). Sin embargo, la trascendencia del Cordobazo no se agota en haber producido el relevo de la conducción de la dictadura, ni siquiera en señalar el momento en que comenzó su retirada, sino en que a partir de allí se generaron las condiciones para que convergiera un conjunto de procesos sociales y políticos de larga data que se sintetizaron en un proyecto alternativo dentro del peronismo: el socialismo nacional. Los origenes del peronismo se enclavan en la década del treinta, con la aparición de un frente social que luego será un movimiento político alternativo al liberalismo y al comunismo, estrechamente vinculado a los planteos de la Igleia católica y a la evolución política del Ejército. No obstante, desde el inicio, entro de este frente social convivieron dos tendencias que se enfrentaron de istinta manera e intensidad, incluso luego de convertirse en un frente político ue ejerció la hegemonía en la sociedad argentina. Por un lado, las líneas naionaliaras más conservadoras, relacionadas con el régimen oligárquico. Por el tro, los sectores que reivindicaban el contenido popular, antioligárquico yan'imperialista, vinculados al proceso de industrialización y a potenciar a la clatrabajadora como el sujeto social dinámico de la sociedad.t? Esta fractura originaria se expresó ya durante los primeros gobiernos peronistas, en el enfrentamiento de algunos sectores con las conducciones burocráticas. pugna que se acentuó durante la denominada resistencia peronista. En el plano sindical, se expresó en el fracaso del intento de la dictadura, en 1957, de ormalizar el funcionamiento de la CGT y entregársela a los gremios negociaores: en la declaración del Plenario de La Falda en 1957 que tuvo un claro ontenido antioligárquico y antiimperialista; así como en la creación de la CGT e los Argentinos en 1968. Por otra parte, es indudable que la Revolución Cubana tuvo una notable nfluencia en América Latina, afianzándose de allí en adelante la teoría de la anguardia" y cobrando fuerza paulatinamente la idea de la necesidad de en-ar la "lucha armada". En la Argentina, el primer intento de guerrilla rural concretó a mediados de 1959, cuando los denominados Uturuncos comenactuar en Tucumán, seguidos, en 1968, por las Fuerzas Armadas Peronis(Comando 17 de Octubre), cuyos militantes fueron apresados poco después en Ralo, provincia de Tucumán.i" Todo parece indicar que J. W. Cooke encarnó, como militante y dirigenperonista, tanto la lucha antiburocrática dentro del peronismo como su

por

47 '¡I!

Véase L Zanatta (1996). Véase R. Baschetti (1990).

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confluencia con las concepciones socialistas provenientes de la Revolución Cubana. En el nivel social, estos dos procesos se sintetizaron en el Cordobazo, dando lugar a la progresiva elaboración de una propuesta alternativa de instaurar el socialismo nacional dentro del peronismo. Con posterioridad al Cordobazo se inició el retroceso de la dictadura tar, proceso que, en términos económicos, fue acompañado por modificaciones políticas acordes con la nueva situación. Ése es el sentido de la tendencia hacia una mayor participación de los asalariados en el ingreso y también el de la puesta en marcha de grandes proyectos -como la empresa Aluar en la producción de aluminio- que serían controlados por capitales locales que eran centrales en la propues~ ta alternativa del peronismo ortodoxo (Madanes-Oelbardl.f" Lo mismo ocurrió con las regulaciones para el capital extranjero radicado en el país que se sancionaron en 1970 y 1971. La Ley 18.587 de febrero de 1970 introdujo nuevos criterios restrictivos para el uso de la promoción lIlU""" por parte de los inversores extranjeros y, enjulio de 1971, mediante la Ley 19.151, se impusieron por primera vez limitaciones al capital extranj respecto del acceso al crédito bancario interno, así como la exigencia de la nominatividad de las acciones y la obligación de que los técnicos y profesionales locales constituyeran por lo menos el 85% de la nómina total del personal ocupado por estas firmas. Finalmente, se estableció un Registro Nacional de Inversiones Extranjeras y se dispuso publicar, previa autorización, el contenido de los futuros contratos de promoción que se acordasen con el gobierno. En consonancia con estos procesos, luego de la de desnacionalización de empresas locales durante la gestión de KJ"legeT Vasena, se registró una retracción de la inversión extranjera, sobre todo partir de la reducción en la reinversión de utilidades, e incluso por un in... cremento de la repatriación de capital por parte de firmas instaladas en las etapas anteriores. Cabe señalar que durante la breve gestión del peronismo a partir de 1973 se acentuaron todos los procesos que habían comenzado a esbozarse durante la retirada de la dictadura. Así, no sólo aumentó la participación de los asalariados en el ingreso sino que también se ampliaron los controles sobre el capital extranjero. La nueva legislación sobre inversiones extranjeras (Ley 20.557) estableció que en ningún caso se podría otorgar un tratamiento más favorable al capital extranjero que al de origen nacional e incluyó, dentro de los alcances de la nueva norma, no solamente la inversión directa sino también los créditos entre residentes y no residentes cuando

'!!J Sobre

las relaciones entre Gelbard y la dictadura, véase M. Seoane (1998).

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tablecieran compromisos de remesas de capital o intereses.P'' Por otra 'ilrte, se prohibió la presencia extranjera en áreas consideradas de segudad nacional, como servicios públicos, medios de comunicación, etc., a que se sumó la expresa prohibición de adquirir empresas de capital nab-¡onal. Adicionalmente, se confirmó la imposibilidad de que las empresas túctranjeras tuvieran acceso al crédito interno y se detallaron las condicioes normativas para su endeudamiento externo. Finalmente, a diferencia todo lo actuado anteriormente, dicha norma regía el comportamiento Uta de las nuevas inversiones como de los capitales extranjeros. Acorde bu el endurecimiento del marco legal, aunque no causado por éste, se reistró la menor incorporación de capital extranjero, cualquiera sea la vaiáble que se considere, desde el derrocamiento de los primeros gobiernos ronistas. No obstante, la similitud de un conjunto de políticas no significa que la íentación estratégica fuese la misma que en los primeros gobiernos peronis¡ya que en los dieciocho años transcurridos se habían registrado cambios escturales que modificaron la propuesta primigenia. 2_2.1 MODIFICACIÓN DEL CICLO SUSTITUTIVO DE CORTO PlAZO Y LAS lRANSFORMACIONES EN EL SECTOR EXTERNO DE lA ECONOMÍA ARGENTINA

El hecho de que, a partir de 1964, los ciclos sustitutivos se sucedieran con desaceleración del crecimiento del PBI en la fase declinante del ciclo corimplicó un cambio positivo en la economía industrial de la época, al permi#iálcanzar un crecimiento promedio claramente superior al obtenido en los os anteriores. Tal alteración tuvo necesariamente que responder a un conjunto de modiaciones en el comportamiento de algunas variables macroeconómicas. En e sentido, vale recordar la tendencia hacia una lnayor participación del inreso por parte de los asalariados, especialmente a partir de 1969, cuando el ordobazo estableció el comienzo de la retirada dictatorial. Sin embargo, pese a la importancia que asumió la distribución regresiva el íngreso como una severa restricción al crecimiento, la situación del secrexterno operaba como un factor limitante fundamental para el desarroeconómico. A lo largo de esta segunda etapa de la sustitución de impordones, ante el estancamiento relativo de las exportaciones agropecuarias, ,P.V1Jo reiteradas manifestaciones en el ámbito político y académico acerca de.la necesidad de diversificar las exportaciones locales, incorporando las

50

Véase D. Azpiazu y B. Kosacoff (1985).

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ventas externas de productos industriales -y específicamente las manufacturas de origen industrial (MüI)-, como forma de expandir la disponibilidad de divisas destinadas a la compra de bienes intermedios y capital demandados por el propio sector industrial. A pesar de que se trató de una aspiración y una P'"> puesta reiteradas, los estudios de la época respecto de la evolución y composición de las exportaciones son escasos. En realidad, los estudios más exhaustivos se realizaron durante la década del ochenta, cuando el avance de las exportaciones tuvo otras característícas, en un contexto macroeconómico diferente.!! En el Cuadro n° 2.5 se presentan dos estimaciones acerca de la evolución de las exportaciones entre 1962 y 1975. Se considera el total de las exportaciones y las ventas externas de las manufacturas de origen agropecuario e industrial. Los resultados obtenidos indican que, a partir de 1966, las exportaciones de origen industrial crecieron a tasas notablemente superiores a las de las ventas externas totales e incluso a las manufacturas de origen agropecuario, lo que trajo aparejado un incremento iguahnente relevante en la participación de las exportaciones de origen industrial. Hubo un aumento sostenido de su partid.. pación en las exportaciones: aun en el período 1972-75, cuando se registraron la') tasas de crecimiento más altas en las exportaciones, la de este tipo de bienes prácticamente duplicó el ritmo de crecimiento tanto de las ventas externas totales como de las de origen agropecuario. De allí que la participación pro; medio de las exportaciones de bienes de origen industrial entre 1962 y 1975 (entre el12 y el 13 % de las totales, según la estimación) duplicara la que registraron en el período inicial (1962-66) y que en 1975 superara el2ü% de crecimiento anual. Es indudable que alcanzaron su mayor incidencia relativa durante el gobierno peronista, que implementó un conjunto de políticas promocionales destinadas explícitamente a expandirlas y a diversificar los mercados, jerarquizando a los países latinoamericanos y a los que conformaban el bloque socialista. 52

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DE HISTORV\ ECONÓMICA ARGENTINA

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n" 2.5 Ycomposición de las exportaciones, 1962~ 1975 de dólares corrientes y porcentajes) ._-_ ..•.....

_

.. Estimación ~

Total

-------~

1.216 1.365 1,410 1,493 1.593 1,465 1.367 1.613 1.773 1.740 1.941 3.263 3.932 2.962

633 673 883 960 1.001 863 758 938 1.024 1.039 1.110 1.753 1.920 1.472

..

Estimació~_conjunmmmseron la /Jrod1IN:ifm, lasfluctuacionesdelciclo económico" (pp. 453-54).

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pampeanos tenían una presencia destacada. Entre ellos se encontraba la oli quía diversificada. que además ejercía el control sobre la comercialización terna de dichos bienes. Por el contrario, en la producción de bienes salario exportables el papel protagónico era de la burguesía nacional, y la deman por parte de la clase trabajadora era muy sensible a Jos cambios en el ingr~~ ya que se trataba de bienes industriales no alimenticios. El estudio del comportamiento del ciclo corto debe identificar las caracj rísticas que adoptó en los dos períodos que se desplegaron dentro de esta.e pa de la sustitución de importaciones en el país. El primero de ellos (19tí 1963) es conocido porque su generalización dio lugar a la versión tradicio sobre toda la etapa. No obstante, es necesario reverlo para poder identific papel que jugó la oligarquía diversificada y poder confrontarlo, con las cara rísticas que asumió el ciclo corto en el segundo período, entre 1964 y 19 Considerando como punto de partida, de acuerdo con los usos y costumbr la fase ascendente, el nivel de actividad de la economía interna comenzó a re tivarse en una situación en la que se disponía de reservas y había una significa va capacidad ociosa. El incremento de la actividad no fue automático sino in cido básicamente por tres factores que se combinaron en distinta proporción: políticas estatales monetarias y fiscales expansivas, el aumento del salario re la inversión extranjera." Así la implementación de una política estatal que in mentó el crédito, induciendo una disminución de la tasa de interés, fue aco pañada por el aumento del salario real, que se encontraba seriamente deterio do. Estos elementos impulsaron una expansión del consumo que, a su ve generó un crecimiento de la producción sobre la base de la capacidad ocios Durante esta fase, es dable asumir que se produjo una mejoría no só de la situación de los asalariados sino también del conjunto de las fracci nes empresarias comprendidas en la producción industrial. Por supuest mejoró la situación de las firmas extranjeras -predominantes en la acti dad- pero igualmente la burguesía nacional registró un alza de la masa la tasa de beneficios por la expansión de la demanda de los asalariados y, e menor medida, por la disminución de la desocupación. Incluso la oligarqu' diversificada recompuso su masa y tasa de beneficios, ya que las obtenidas ela actividad industrial compensaban ampliamente su retracción en la pr ducción agropecuaria y exportadora. En efecto, durante este lapso hubo deterioro en los ingresos percibidos por el sector agropecuario -especf}

71 En un interesante estudio sobre el primer período de esta etapa, M. Brodersohn (1969) sosti ne: ''Enelperiodo 196().(j1ltl inversión,jinanciada con weursos externos, fue elelemento dinámico en elproceso recupemci/m )' expansión.En estaforma, expandiendo la capacidad productiva delpaís, se trató de nacer"n.p' bíela waclivación de corto plazocon las necesidades de largo plazo. La wru:livación delperiodo 1964/65, easio, sebasóen la expansión del wnsumoprivaclo yen la produccifm de automotores. "(pp. 48-49)

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álbente la oligarquía pampeana- ya que sus precios relativos internos se 'terioraron respecto del nivel general y. más aún. de los precios industria.La coexistencia de una tasa y masa de beneficios creciente con un auuta del salario real fue posible porque el incremento en la productividad ltrabajo superó al registrado por el salario debido a que la ocupación tieuna elasticidad/ingreso muy reducida por las razones mencionadas predentemente. Sin embargo, la expansión económica sustentada en el crecimiento industuvo una serie de efectos sobre el sector externo. Por un lado, el incremende la demanda de la clase trabajadora redujo las exportaciones de bienes sa#0. cuya producción permaneció sin alteraciones. Por el otro. la expansión '(:Iü.strial generó una demanda creciente de bienes intermedios y de capital imitados, ya que su elasticidad/ingreso es mayor que la unidad. El resultado del yor dinamismo de las importaciones respecto de las exportaciones fue el de.oro de la situación del sector externo -específicamente de la reserva de di, factor que anunciaba el comienzo de la fase depresiva del ciclo corto. Se 'icaron entonces las conocidas y reiteradas políticas de estabilización: devaluan del peso para lograr un incremento de las exportaciones y una reducción las importaciones; reducción del déficit fiscal mediante la disminución del to estatal y el incremento de los ingresos fiscales (sobre la base de impuestos gresivos en materia de distribución del ingreso); una política monetaria resíctiva que redujo el crédito y elevó la tasa de interés; y una redistribución del greso contraria a los trabajadores mediante el deterioro del salario real. La crisis de la Balanza de Pagos dio lugar a que se registrara el momento de yor incidencia relativa de los organismos internacionales de crédito -especíIllente el FMI- en la política económica interna, a través de las mencionadas íticas de estabilización que exigían aplicar a cambio de facilitar préstamos ndientes a cerrar la brecha externa. Objetivamente. esas políticas establecían á alianza de esos organismos con los terratenientes pampeanos, que se beficiaban con la redistribución del ingreso que acompañó la devaluación del no monetario local. Sin embargo, no se trató de una alianza entre el mundo rural y el sector fi~nciero en contra de las fracciones empresarias industriales ni tampoco que stos últimos adhirieran en bloque a las políticas de ajuste. Lo que en realidad rece que ocurrió es que se fracturó el sector industrial porque. a pesar de sus incidencias durante la fase anterior, sus intereses económicos eran heteroéneos. La oligarquía diversificada, que además de tener una significativa prencia industrial era parte de los grandes terratenientes pampeanos y ostenta.~.• una relevante presencia en la exportación de productos primarios, formó arte indisoluble de la alianza que definió la política económica durante la fase epresiva del ciclo corto.

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consecuencia, la oligarquía diversificada fue la que nuevamente, per en sentido contrario a la fase de recuperación del ciclo, movió el fiel de la b lanza dentro del bloque de poder, dejando relativamente aislados tanto ale: pital extranjero industrial como a la burguesía nacional en la defi niciónrl la política de corto plazo. No obstante, sería un error entender que el aisl miento de estas últimas significa que tuvieran intereses objetivos comparr¡ dos y fueran afectados de la misma manera. El capital extranjero recibióu impacto más atenuado de la crisis en tanto estaba más vinculado a la cierna da de los sectores de mayores ingresos y además podía paliar su situación m diante múltiples recursos (endeudamiento con su casa matriz, obtención (Í escaso crédito interno, etcétera) e incluso avanzar en su liderazgo estruct ral adquiriendo empresas locales con problemas económicos o financiero En cambio, la burguesía nacional se vio inmersa en una crisis provocada P9 la retracción de los ingresos y el consumo de los asalariados demandantes d sus productos.F Resultan evidentes las razones que objetivamente impulsaron la alianza tre los trabajadores y la burguesía nacional con el propósito de modificar políticas estabilizadoras y dar por terminada la fase descendente del ciclo too No obstante, también intervinieron en la misma dirección algunas modi caciones en las variables económicas a medida que transcurrió esta etapa. En primer lugar, durante este primer período (1956-64) la fase descende te del ciclo acarreó una caída del PBI que, cuanto más profunda fue, may0l' repercusiones tuvo sobre la situación del sector industrial predominante: l~ empresas extranjeras. . En segundo lugar) impulsar una mayor reducción de los salarios y del nrv de actividad se hizo cada vez más insostenible ya que, a medida que se profum dizó la crisis, se incrementaron los saldos exportables y disminuyeron las itl}+ portaciones. Estas modificaciones, junto con los créditos externos otorgados por los organismos internacionales, determinaron una mejora sensible en la~b tuación externa de la economía argentina. El análisis realizado hasta el momento recoge, con readecuaciones que rest, petan el argumento básico, la "visión clásica" sobre el ciclo corto, pero introduciendo el papel que cumplió la oligarquía diversificada en su desarrollo. An; tes de abordar el estudio de las características de ciclo corto durante el segunde)

72 La diferenciación de la oligarquíadiversijicadapermite identificar los distintos intereses y comportamientos que conviven dentro de lo que G. O'Donnell caracteriza como "gran bur~u~sía". Al respecto, en su trabajo publicado en Desarrollo Económico (1977), entiende que: ''Por.ConslIt.Ulen.le, an~ le el desencadenamiento de la crisisde la balanza de pagos, la gran burguesíapendulaba hacia los l1~lereSes of>; jeüoos dela burguesíapamtJeana,propiciandoy apoyando los 'programas de e~;labilización' que lmnsJmian WUl sran masa de ingresos (fundamentalmente desdeelles/o fielsectoru11mno)har:ia la burguesíapampeana r-t« ;upuesto--- hacia lossectores comerciales y financieros ligado.~ a la exjJOrlación de sus !Jro¡[uclr¡s. " (p. 51)

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ríodo de esta etapa de sustitución de importaciones -e incluso como introtción a su tratamiento- se examinarán las que presuntamente aparecen co~incongruencias) o al menos ausencias explicativas que, sin invalidar los avan1realizados, sí despiertan dudas acerca de la validez excluyente de algunas sus concepciones básicas. No-es necesario realizar un análisis exhaustivo de los múltiples estudios bnómicos realizados sobre la problemática para concluir que la piedra guIar del ciclo corto durante la segunda etapa de sustitución de importanes fue la situación del sector externo, a partir de la rigidez de la oferta los bienes agropecuarios exportables. De allí que la fase ascenden te del lo culminó cuando la situación de la Balanza de Pagos se volvió deficitay la fase descendente finalizó cuando la recomposición de la Balanza Cordal y los créditos externos dieron como resultado un superávit en térinos de las divisas disponibles en el Banco Central. Por 10 tanto, de Úerdo con esta visión) las contradicciones entre trabajo y capital, así colas que se desplegaron entre las diferentes fracciones del capital esturan mediadas por el comportamiento de una variable económica especía, la reserva de divisas. Se trata de una mediación porque fue a partir de bundancia o escasez de reservas que se desencadenaron los diversos cantos que caracterizaron la fase de expansión ° retracción de la producn y la redistribución del ingreso. Esto significa que, según el análisis precedente, la oligarquía diversificada se ~sprendió del bloque industrial obligada por la crisis en el sector externo y oa partir de la modificación de sus propias condiciones de acumulación de pita! y, al mismo tiempo, que al capital extranjero le ocurrió lo mismo y conidó las políticas de ajuste que iniciaron la fase descendente del ciclo sin enntar ningún problema en su propio proceso de acumulación de capital. El a es trascendente porque implica determinar si el tránsito de una fase a otra pendió exclusivamente de la rigidez de la oferta de bienes exportables y, por tanto, estuvo desvinculado de la evolución de las relaciones entre el capital ~l trabajo en la producción industrial. Considerando nuevamente como punto de partida la fase ascendente del iclo corto, parece inobjetable que durante el lapso inicial la expansión genelizada de la demanda, impulsada por el incremento del salario real y en mer medida por el aumento de la ocupación, trajo aparejada una expansión de Oferta de bienes industriales. En ese momento, la producción industrial obva una tasa de rentabilidad y una masa de ganancias creciente) ya que apecon capacidad ociosa por estar saliendo del proceso recesivo anterior. La ~()existencia de un salario real y una tasa de rentabilidad crecientes fue posible gebido a que la productividad evolucionó por encima del incremento de los alários.

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Sin embargo, asumiendo que la producción creció más que lainversió~ medida que se sucedieron la expansión de la producción y disminución de capacidad ociosa, las condiciones iniciales se modificaron ante una desacel ración en el aumento de la tasa de rentabilidad, ya que los salarios siguier~ aumentando por la presión de las organizaciones sindicales y de la claset~ bajadora en general, superando los incrementos en la productividad. Esta d saceleración de la tasa de rentabilidad -que se hizo cada vez más pronunr¡ da a la vez que la economía se acercó al pleno empleo- hizo que las empre industriales se vieran impulsadas a aumentar sus precios y/o su nivel dep ducción para mantener la misma masa de ganancias, lo cual agravó el deter ro del sector externo, al generar un aumento de las importaciones en un texto inflacionario originado en la pugna distributiva. De allí que la crisis el sector externo se manifestó cuando la economía funcionaba en una sit ción de pleno empleo, desplegándose a partir de ese momento las políticas estabilización mencionadas. De acuerdo con las evidencias disponibles, la evolución de los indicador económicos parece avalar la existencia de un funcionamiento económico s tentado en un régimen de pleno empleo en la culminación de la fase asee dente del ciclo corto. En efecto, si se considera la culminación de las fases cendentes posteriores a los primeros gobiernos peronistas (que se registran 1958 y 1961) se puede verificar que, durante esos años, la capacidad utiliza (o, de acuerdo con la información disponible, la relación entre el productog nerado y el producto potencial) llegó a los valores máximos, para luego d cender durante la fase decreciente del ciclo. 73 En términos de las diferentes fracciones del capital, parece indiscutibl que al comienzo de la fase ascendente del ciclo todas ellas tenían una tasa una masa de ganancias crecientes. Sin embargo, cuando la economía se acéf có progresivamente a la situación de pleno empleo y comenzó a desacele se la tasa de rentabilidad, el proceso adoptó características particulares en ca.. da una. La burguesía nacional logró, como mínimo, mantener su tasad5 rentabilidad y aumentar la masa de utilidades, porque sus bienes eran demandados por los trabajadores, que vieron incrementados sus salarios reales. Po el contrario, las fracciones dominantes -especialmente el capital extranjero

73La evolución de la capacidad productiva utilizada entre 1955 y 1967 fue estimada por M. Brodersohn (1969): "Comopuede apreciarse, los años 1958)' 1961 -previos a los planes
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