Basta 100 mujeres contra la violencia de género CHILE

November 2, 2017 | Author: elizabeth lino cornejo | Category: N/A
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Descripción: Colección de mini ficciones sobre la violencia de género. Chile 2011 Ediciones Asterión. Colección La Luna ...

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¡Basta!

100 Mujeres contra la violencia de género

¡Basta! 100 Mujeres contra la violencia de género Derechos reservados de los autores ISBN 978-956-7281-63-3 Diseño y Diagramación: Hernán Venegas Diseño Ltda. [email protected] Ilustración portada: Tania Albornoz Impresión: Andros Impresores Ediciones Asterión Colección La Luna de Venegas [email protected] Santiago de Chile agosto de 2011

Dedicactoria





Breves palabras En un mundo donde ya a nadie espanta la feminización de la pobreza, donde la hambruna, las guerras, las migraciones, la desidia, la escasa voluntad política minimizan la problemática de género, nos planteamos la necesidad de enfrentar las diversas formas de la violencia desde la creatividad. Desde la escritura. No fue difícil encontrar cien escritoras que quisieran enfrentarse al desafío de ciento cincuenta palabras como máximo para contar una historia. Algunas se disculparon por su poca familiaridad con las formas brevísimas y otras, lamentablemente, llegaron después de la fecha límite de la recepción. Esto último demuestra  que son varios  cientos las escritoras de nuestro país y deja manifiesta otra forma de la violencia de género, la invisibilización de la creatividad de mujeres. Aquí poetas y narradoras se dan la mano, porque estoy convencida de que la literatura cambia el entorno que toca, ya sea por reflexión,  efecto 

espejo, o simplemente por la belleza. Somos construcciones culturales y esa construcción se hace con lenguaje. Verbalizar, nombrar, es en sí una nueva creación de mundo, de ese mundo al que aspiramos, un universo no sexista, donde nadie sobre y donde todas y todos seamos imprescindibles. Agradezco el trabajo del Comité Editorial de Asterión en pleno, pero y reconozco especialmente que esta antología jamás hubiese sido posible sin la labor minuciosa, dedicada y tenaz de Chivi Guajardo. Seleccionar, pelear por los mejores textos, editar y conciliar posiciones, fue un trabajo que el comité editorial emprendió con entusiasmo. Agradezco desde ya la confianza y la ternura de creer en este pequeño libro, de ser en las otras que no somos a través de las palabras, de jugarse en estos microcuentos, en estas ráfagas de ficción súbita donde cada letra cuenta, y cuenta. Gracias a todas, para todas, en todas. Pía Barros

MARJORIE AGOSIN Desfile Bajo sus ojos lleva las cicatrices de la ausencia

y su caminar es un juego de dados tambaleándose, fracturándose en los indicios del miedo. Ella desfila, se alarga, y el dolor la extiende haciéndola cada vez más una inmensa pirámide de soles y estiércoles. Dice que busca a sus vivos o a sus muertos. Camina, se contonea, y su pañuelo es un solo delirio como las señales de la muerte. En la noche todo es ausencia y el día es una invención maldita. No hay duelo para la buscadora. El silencio de los cuerpos que anidan, la acompaña y la noche misma es un estrepitoso silencio dislocado, alado, es cóncavo entre sus pasos de niebla.

Marjorie Agosin (Maryland, USA) es ensayista, poeta y narradora. Entre sus publicaciones están “Sagradas Memorias de Niña Judía en Chile”; The Light of Desire / La Luz del Deseo y otras



GABRIELA AGUILERA Opciones Se dijo que tal vez hubiese sido mejor el divorcio. Pensó en eso un minuto nada más, porque tenía poco tiempo para deshacerse del cuerpo.

Gabriela Aguilera es antropóloga. Narradora, ha publicado “Doce Guijarros”, “Asuntos Privados”, “Con pulseras en los Tobillos” y “En la garganta”.



PAULA ALISTE Macho-reggaetón Mírame de frente no te hagas la indiferente. Con tu pinta de valiente y tus polleritas ardientes. Los tacos de minita, con la boca bien pintadita, me enciendes la pasión, me destrozas el corazón. Mírame te digo, no hables y hazme juicio, me estás empezando a sacar de quicio. Deja esa postura de chiquilla prudente y mírate al espejo para que te sepai indecente. Qué me estái diciendo, bájame la voz, te olvidas acaso que el macho aquí soy yo. Yo tengo el dinero, me paro donde quiero. Si quiero te acaricio y te llevo al paraíso o te doy una lección pá que sepas quién es el señor. Ponte de rodillas si quieres mi perdón, me vai a contestar aunque te tenga que despachar. Levántate solita, yo no ayudo a las perritas. Levántate fulana, veamos si te quedan ganas de volver a despreciarme, de querer avergonzarme. Paula Aliste es periodista, Licenciada en Literatura y Estética. Sus textos han aparecido en diversas antologías.



CLAUDIA APABLAZA ¿Henry Gauthier-Villars? Henry Gauthier-Villars, crítico, artista, músico, escritor importante, según la Wikipedia. Que usó otros seudónimos desconocidos y maravillosos como Henry Maugis, Robert Parville, l’Ex-ouvreuse du Cirque d’été, L’Ouvreuse, L’Ouvreuse du Cirque d’été, Jim Smiley, Henry Willy; pero que además, y por sobre todo, y tal vez solamente, es conocido y aparece en la Wikipedia, porque le robó a su mujer, la gran Colette, sus primeros libros, la serie Claudine, y los firmó con su nombre.

Claudia Apablaza (Rancagua) ha publicado el libro de cuentos “Autoformato” y las novelas “Diario de las especies y EME/A.

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REBECA ARAYA BASUALTO Perdedora -”Bonita tu hija” dijo alguien: -”Si -dijo él, mirando a la única adolescente a punto de saltar a la piscina en una fila de muchachos- pero todavía no aprende cuál es su lugar”. Vio hundirse en el agua los pechos abundantes, las largas piernas firmes, la cabeza que casi no salía a buscar oxígeno, las brazadas tan rápidas para obviar la pequeñez de las manos desplazando el agua. Al fin emergió, magnífica bajo el sol: -”Ehhhhhhhhh... ehhhhhhhh!!!!!” alardeó la niña, apenas tocó el borde de la piscina, saltando para deslumbrarlo. Su hija ganaba para él otra contienda. Miró a los otros padres, que aceptaban confusos la derrota de sus hijos, emergiendo uno a uno, tan hermosos como ella en ese mediodía.

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-”No agarrará nunca marido”- susurró, cómplice, al padre del que recién tocaba la meta. Y levantó los pulgares hacia la hija, felicitando el triunfo que ella le ofrendaba.

Rebeca Araya Basualto. Periodista, publicista y ciclista. Escribe cosas por encargo y a veces se encarga a sí misma escribir lo que le da la gana.

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JENIFFER ARGOMEDO HODGKINSON Razones religiosas Con cada nuevo golpe ella le oía decir que más la amaba. Lo aceptaba en silencio porque el amor es lo más importante.

Jeniffer Argomedo Hodgkinson es de San Fernando. Narradora y poeta, ha publicado en las antologías “Letras de Cambio” y “Balance de Letras”, de Bancoestado.

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CAROLINA ASTUDILLO Te espero como cada noche... ... con el miedo atorado en la garganta, y no quiero ser la mujer del periódico, la huérfana de abrazos, la que no se atrevió, la de la cara marcada. Bebo, y el vino es un tiempo perezoso, bebo, e imagino que esta vez no llegarás, que a las tres de la mañana sonará el teléfono y una voz lejana me dirá que hicieron todo lo posible. Pero las llaves, las piernas que tiemblan y la mirada furiosa te comprueban, estás aquí. -¡Estás ebria!- Tus gritos se confunden con el llanto de los niños. Tiras de mí, tratas de apresarme, mi cuerpo te esquiva. Ahora resbalas, vas cayendo ante mis ojos incrédulos y tu dolor no interesa, sólo ellos y sus voces, que ya no harás callar. Pareces un perro rabioso babeando, cuando alzo la copa y juego a la celebración mirándote a los ojos.

Carolina Astudillo Muñoz vive en Barcelona. Cineasta y narradora. Premiada por su documental “De monstruos y faldas, sus cuentos han aparecido en los libro- objetos de Ergo Sum.

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ANDREA AVARIA Divorcio Después de años de desgano y silencio se decidió, a pesar del asma y el marcapaso de su mujer. Mariana, le dijo, estoy convencido: me separo de ti. Demoró en recobrarse del espanto que le produjo verla tirar el tubo de oxígeno y salir escaleras abajo gritando y saltando de eufórica alegría.

Andrea Avaria Saavedra, narradora, sus cuentos han aparecido en diversas antologías.

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KAREN BASCUÑÁN Desayuno Encerrada en el baño, mira el resultado del test pack y sabe que esa imagen romperá el silencio de aquella casona antigua de Santiago Poniente. Gira la manilla y escucha sus pasos al avanzar sobre las baldosas blancas y negras, por el largo pasillo hasta el comedor. Se detiene frente a sus padres que la esperan para desayunar y dice con voz fuerte y clara: veamos si ahora podrás ser buen padre, papá.

Karen Bascuñán. Sicóloga, narradora. Sus cuentos han aparecido en diversas antologías.

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ALEJANDRA BASUALTO Recuerdo prenatal Mis padres están tensos. Discuten y rezan. Esperan que yo sobreviva, que nazca sana y fuerte. Se han preparado desde hace más de un año. Todos los días vino una enfermera a inyectarlos y acudieron cada semana a que los examinara el doctor. -¡Tantos antibióticos! -oigo decir a mi madre. -Ojalá que no haya consecuencias. Y entonces llora. Y luego dice que extraña a su madre que ya no la visita por su causa. Que toda la ignominia y la humillación que la sobrepasan son por causa de él, que su hijito mayor estaría vivo si él no lo hubiera infectado con su mala vida, que el niño murió por su culpa, que cómo podría ella seguir viviendo si esta guagüita de ahora también nace enferma.

Alejandra Basualto. Poeta, narradora. Licenciada en Literatura. Dirige Taller Literario La Trastienda. Última publicación: “Antología personal (1970-2010)”, poesía.

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INGRID BELTRÁN Silencio Pesados pasos suben la escalera junto a la habitación, las doce de la noche, otra vez a él no le han pagado, el aire huele a humedad y alcohol. Ella tiene los ojos apretados, le cuesta disimular que duerme, el llanto en silencio, la súplica entre dientes, el corazón agitado. No quiere que su corazón siga latiendo, tiene miedo que él oiga ese sonido y se de cuenta de que está viva. Él prende la luz de la habitación, ella apaga el sonido.

Ingrid Beltrán Muñoz nació en Concepción y vive en San Pedro de Atacama. Es narradora y poeta. Sus textos han sido publicados en los libros- objeto de Ergo Sum.

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NUBIA BECKER Guerra de exterminio Estimada Elena: Ayer murió Samuel. Ya era hora. Como supondrás, ya que bien lo conocías, la vida con él era un infierno. Con los años todo fue para peor. A estas alturas hasta su aspecto ya era patético; con el pelo teñido y el ligero maquillaje que usaba para verse más joven, lo único que conseguía era una apariencia equívoca de travesti. Además se fue volviendo insufriblemente avaro, egoísta y descalificador. Destilaba una amargura que secaba hasta las plantas. Estar con él era como entrar a un cementerio; el mundo se ensombrecía y se helaba el corazón. Yo también cambié. Me volví astuta y falsa. Por venganza le mentía siempre. No le dirigía la palabra; sólo respondía con mentiras o vaguedades cuando él me hablaba, y así nuestra relación se convirtió en una verdadera guerra de exterminio. Él sucumbió. Amalia. Nubia Becker Eguiluz, narradora, Licenciada en Literatura, autora de la novela “Recuerdo de una mirista”.

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NATALIA BERBELAGUA Las súplicas que nadie oyó Desde la casa del fondo provenían los peores gritos de toda la cuadra. Todas las familias, de una u otra forma, ajustaban cuentas con sus hijos cuando llegaba el informe de notas, o no se lavaron las tazas cuando correspondía. En esa casa las cosas eran peores que en otros lados. Primero las súplicas, luego el llanto: Angustioso, terrible, como si a la mujer la quemaran con agua hirviendo o con cigarros. Nunca pude saberlo porque jamás vi algo. Sé que tenía un bonito pelo. Lo vi solo una vez, de la mitad a las puntas, colgando de una bandeja, el resto estaba tapado con un nylon naranja.

Natalia Berbelagua. Narradora. Próxima a publicar su primer libro de cuentos.

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ROSA BRAVO No todo lo que brilla es oro Con frecuencia llegaba un mensajero con flores y chocolates del marido para la hermosa señora de la gran mansión del barrio. A ella se la veía salir y llegar, con lindas tenidas deportivas y formales, en su auto con chofer. Después de no mucho tiempo, las flores vinieron en coronas, los chocolates amargos, las tenidas encerradas en un cajón y el auto con chofer era ahora el de las pompas fúnebres.

Rosa Bravo Barja, narradora, economista experta en temas de género. Diversas publicaciones en CEPAL, SERNAM, y otros organismos.

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JESSICA BUSTOS Juntas Siempre fueron como agua y aceite. Brotaban las discusiones sin tregua. Ella se levanta destacando de manera cuidadosa la suma de errores cometida la jornada anterior, y la otra por su parte también hace los suyo voceando palabrotas de grueso calibre: -desgraciada, infeliz, no se que día se me ocurrió tenerte, debí haberle hecho caso a tu padre, debí aceptarle el dinero que me ofrecía. Después se vienen a pasos agigantados los insultos. Amenazaba con irse, y la otra le repetía ándate tal por cual, qué estás haciendo aquí, nadie te obliga. En una de las tantas discusiones que terminaban en llantos, se atrevió a marcharse con lo puesto. La otra continuó vociferando, sus alaridos en forma repentina se hicieron silencio. Nunca más se vieron. En forma religiosa cada mes sólo llegaba el cheque firmado por ella, la infeliz, la desgraciada de su hija. Jessica Bustos, Profesora Diferencial. Es narradora y poeta. Sus textos han aparecido en diversas antologías.

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MARUXA CAMERON Y de la basura cósmica Entonces llegas y te sientas, el diario abierto entre tus manos marca la distancia. Te informas de todo lo que ocurre en el planeta, guerras, cambios de gobierno, de huracanes, del cierre de las acciones, del Dow Jones, del Merval, del Nasdaq, que el dólar baja, que el cobre... pero lo que descubrirías con sólo bajar el periódico, te aterra, lo sabes, el pantano turbio, el desencanto, las pequeñas y grandes grietas. No quieres ver la tristeza, ni hacerte cargo del terrible desamparo que envuelve nuestras vidas, los ritos cotidianos, de día, los amigos, el trabajo, la rutina, de noche, insomnio y amargura, la soledad enquistada, me he vuelto invisible ante tus ojos, de nada vale, que te quiera, de nada vale tanto esfuerzo, todo inútil, todo en vano, sólo esta dosis de arsénico hará que mañana en el periódico te enteres que no estoy.

Maruxa Cameron. Narradora, sus cuentos han aparecido en diversas antologías.

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ROMINA CAMPOS I Violencia de Género

El mantel tomó el cuchillo de la mesa que cubría y rasgó la cortina sediento de luz. “¿Qué haces?” le preguntó ella dolida y aterrorizada. ¡Violencia de género!, gritó.

II Desayuno

Creí que lo querías tostado, le dijo mientras ella forzaba por retirar su brazo de la cocina a leña.

Romina Campos Yáñez. Narradora y poeta. Última publicación: Antología del concurso Juan Bosch con el cuento ganador “Un lugar infectado de amor” (2009).

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ANGÉLICA CANALES Elecciones femeninas María José, eligió el rincón de la literatura, pidió que leyera un cuento y seleccionó La Bella Durmiente. Comienzo a leer, me interrumpe y lo cambia por La Cenicienta. Retomo mi lectura y lo cambia por Blanca Nieves. Le pregunto qué sucede y ella responde: -Las princesas siempre deben casarse con un príncipe y ser felices, perdiendo siempre algo, como Cenicienta, su zapato; La Bella Durmiente, el presente y Blanca Nieves, su castillo. -Siempre deben depender de un hombre -le contesto. Son historias mágicas, fantásticas. Ella agrega: - No quiero ser princesa. Jugaré en el rincón de la Construcción.

Angélica Canales (Antofagasta). Parvularia, poeta y narradora. Sus textos han aparecido en diversas antologías.

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HILDA CARRERA Herencias Si, comadre. Es cierto que me grita harto, pero al menos no me pega. Mi viejo le sacaba la cresta a mi mamá. Él sí que era violento. Hasta a nosotras nos llegaba a veces. Yo creo que mi cuñado también le pega a mi hermana. Cuando se cura, se enoja y después se hace el hueón, pone cara de idiota. El otro día se la llevó cuando estábamos conversando cagadas de la risa. Como que se pica, porque cree que hablamos de él. Joaquín anoche dejó la mesa puesta. Se indignó porque me atrasé y no alcancé a tener la comida lista. Me gritó puta y salió dando un portazo... y eso que no sabe que un par de veces lo hice. Cobré poco, eso sí. Estaba chica todavía. Fue antes de casarme. ¡Menos mal que me casé!

Hilda Carrera es Asistente Social, narradora, sus textos han aparecido en los libros- objeto de Ergo Sum.

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CAMILA CASTELBLANCO Golpe de Suerte Milagrosamente sobrevivió, pues un insignificante divertículo le quedó de estómago, tras el último ataque que la condujo a beber la formalina. Dos horas le tomó al líquido deshacer su estómago que para diez años de golpizas, no era mucho. Luego de unos meses estaba tan delgada que tenía que inyectarse vitaminas porque no podía absorber los nutrientes de los alimentos. Al verse al espejo entendió del todo a su marido; ya no era esa ballena sebosa, como le decía, estaba delgada y lo sería por siempre. Sonreía pensando en lo linda que la encontraría y cómo acariciaría su pequeño cuerpo, por eso no pudo entender por qué, luego de unas cuantas semanas de felicidad, él la golpeara hasta morir. Ahora sollozaba, contoneándose como una modelo en el camino hasta el cielo.

Camila Castelblanco es periodista, poeta y narradora. Sus cuentos han aparecido en los libros- objeto de Ergo Sum.

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CAROLINA CATALÁN La Mery En la pieza se cuela el frío por las tablas de nueve inviernos. El Pedro paró las cuatro paredes al fondo del patio de la casa de la tía Chela, y allí nacieron el Jonathan, la Jeanette, el Mirco y la Marlen. El Pedro comenzó a llegar tarde, borracho. Le pegaba y no tenía ni para comprar pan. Conoció al Nano que les llevaba té, azúcar, un Pall Mall y algunos pancitos. Una noche el Nano le dijo que se fuera con él. Ella se fue. Volvería por los chiquillos después. Cuando le avisaron, corrió desesperada, pero la tía Chela no dejó que los viera. Tuvo que tomar pastillas para ir al entierro. En la cama que comparte con el Nano, arropa a la Dayana y llora, no por el Pedro sino por los cabros chicos. Se seca los ojos pero las lágrimas no acaban. -Es que ando sensible- me dice, enseñándome su guata de embarazada.

Carolina Catalán. Narradora. Sus textos han sido publicados en diversas antologías. Último libro: “Ellas, las otras”.

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FERNANDA CAVADA Problemas de género Y le cortó mal el paño: en vez de dejar una marquita para decir pa’ donde tenía que ir el molde, el huevón lo rajó. La tela no le hizo nada, y aunque a él le dio pena admitirlo, hace rato ya no la quería. Desconcertado, vio como una mancha roja se esparcía por la mesa tiñéndole las manos. El problema es del género- se consoló- es muy rasca, no aguanta nada.

Fernanda Cavada es narradora. Sus cuentos han aparecido en los libros- objeto de Ergo Sum.

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IVONNE COÑUECAR your little china girl ( o tu china simplemente ). And when I get excited / My little china girl says / Oh baby just you shut your mouth /She say ... shhh /She says... (David Bowie)

sexualoide starman stardust con su talante imperturbable / A flor de boca la defensa de la lengua bífida / Let´s dance con espinas esquinas esquirlas de miradas / cuentas regresivas de un chile puños cerrados / escupos en condones opacos, noches moradas/ apuros en la cama, forma de hablar, mirarse al espejo/ una sirvienta con la defensa al toque./ herido el cactus/ la historia personal de la china plástica/ muñeca inflable/ para su sordo violador síndrome de Estocolmo/ para sus padres la compasión de domingo mesa grande/ Es el cariño que se promete a escondidas, no incomodar/ 30

Así como los gatos, el problema no es meterlo, el problema/ es sacarlo de tu corazón/ Esto no es glam.

Ivonne Coñuecar (Coyhaique-Patagonia) Licenciada en Comunicación Social, Periodista Ha publicado Catabática (2008), Adiabática (2009) y La plaquette ChAgAs (2010), poemas.

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ALEJANDRA COSTAMAGNA Tío Te sientas en la cuneta, lo sacas de la bolsa, abres la tapa, llevas la boca al pote, lames la parte café, después la amarilla, jadeas, te tiemblan las manos, sigues lamiendo, llega Tío a tu cabeza, tan nítida su cara anoche frente al refrigerador, llevándose la jarra a la boca y a ti después -a tu boca seca y chica y miedosa- y cerrando la puerta, solos y a oscuras, todas las luces de la ciudad desconectadas o conectadas en alguna otra órbita mientras Tío bate su lengua en tu boca y tú apenas tienes saliva y vas tragando el sabor crudo, a vino con chirimoya o durazno, no sabes bien, y lames esa boca que ahora se aleja y dice algo que no escuchas o no entiendes, y se va. Te limpias las manos con la bolsa, miras el pote de helado ya sin helado, piensas en Tío y sientes la lengua toda pegajosa. Alejandra Costamagna. Periodista y magister en Literatura. Su libro más reciente es Animales domésticos (Mondadori, Chile - L´atelier du tilde, Francia).

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ANA CRIVELLI Mamachismo Papá era la autoridad indiscutible de la familia. Nunca me pegó ni lo escuché levantar la voz. Bastaba una de sus miradas para poner fin a cualquier conflicto. Como aquella, cuando mamá me dio una cachetada porque le dije machista. Ella se oponía a que entrara a la universidad. “Las mujeres tienen que aprender a mantener la casa limpia y ordenada, de lo contrario, cuando se casan son unas inútiles y el marido, aburrido, las deja con todos los críos”, me había gritado. Papá, con su terno impecable recién planchado y los zapatos lustrados por mamá, se levantó del sillón donde aparentaba leer el diario y caminó lentamente hasta enfrentar a mamá. La miró a los ojos hasta que ella agachó la cabeza. Se volvió hacia mí, esbozó una leve sonrisa y me dijo: “Mañana, bien temprano, salimos juntos y te vas a inscribir”. Ana Crivelli. Estadística de profesión y narradora desde que descubrió que no sólo podía escribir fórmulas. Último libro publicado: “Sin Piedad”.

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ANA MARÍA DEL RIO Nuca La casa había quedado como quedan las casas cuando las personas se van de vacaciones. Desierta, con los muebles cubiertos de aquella lava fría. Desierta y muda. Como ella misma. Esa misma noche ella le había escrito la carta. La carta que contenía una sola palabra. Y se había ido, simplemente, sin ruido. Había saludado por última vez al conserje sardónico que la miraba sardónicamente. Se había ido caminando lentamente por la calle, como si estuviera en el fondo del mar. Lo último que había visto de él era su nuca.

Ana María del Río, narradora guionista y dramaturga. Entre sus publicaciones están “La Bruja Bella y el Solitario”, “La Historia de Manú”, “Óxido de Carmen”. Último libro publicado:”Pero ahora no es verano”.

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NORY DÉLANO Primero está la confianza Eras la novia de mi sobrino, el regalón de sus tías. Me entristecía verte sufrir, te alenté a salir adelante. Te llevé a casa y pedí que cuidaras a Cristóbal, mi pequeño enfermo que entonces acababa de cumplir diez años. Lo acompañaste todos esos días. Me alegraba ver lo bien que se llevaban, lo tranquilo que quedaba en casa. Mejoró, pasaron los meses, un par de cumpleaños. Tú lo aconsejabas, lo escuchabas. Veía que se unían más y más. Nunca dudé cuando lo encontraba riendo contigo. Me preocupé cuando comencé a sentirlo lejano. No imaginé que estarías esperando un hijo suyo. Ese día que los sorprendí en su pieza, no pude pensar, sólo tomé el revólver y te disparé.

Nory Délano (Concepción), sicóloga. Narradora, sus cuentos han sido publicados en los libros- objeto de Ergo Sum.

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LORENA DÍAZ MEZA 27 de febrero Mamá arrancó con mi hermanito en brazos. Pensó que la seguiría, pero con el alboroto no me atreví. Todos los vasos y las fotografías familiares del mueble volaron por el comedor. Papá grito algo terminado en puta y dejó que mamá se llevara las marcas de sus manos agresivas sobre la piel. Cuando quedamos solos intenté protegerme. La casa iba cayendo poco a poco. Él se vino sobre mí, comenzó el remezón y los movimientos. Fue una noche de imborrables réplicas.

Lorena Díaz Meza. Narradora, gestora cultural, dirige varios talleres literarios y la revista “Tinta y Barrotes (CPD de Pte. Alto). Último libro publicado: “Existe”.

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PAOLA DUEVILLE La maleta de Laura Mi maleta y yo esperamos en una pieza vacía. Mi marido me detuvo antes de abordar el avión. No quería continuar sometida entre cuatro paredes. Él vigiló cada movimiento muy de cerca. Después me siguió hasta el aeropuerto, me sorprendió por la espalda, agarró la maleta y me subió al auto a la fuerza. Me trajo directo a esta clínica siquiátrica con barrotes donde esperamos encerradas, mi maleta y yo.

Paola Dueville. Narradora y guionista. Sus textos han aparecido en diversas antologías.

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GLORIA DUNKLER Intrusos (Fragmento) ¡El puma, el puma! -se oyó murmurar entre los colonos - ahora sí que se acabó el robo de gallinas! y entre risotadas borrachas corrieron en dirección a los establos abrazados a sus rifles. En la oscuridad, alguien la tomó por la espalda tratando de contener ambos pechos con su mano áspera, mientras con la otra sostenía el arma susurrándole alguna cochinada. Entonces los ojos de la india se inyectaron de fuego por la arrogancia de sus palabras y la rabia que prendió en su estómago subió hasta sus mejillas transformado en una idea macabra... En los corrales los potrillos no se tranquilizaban, el viento corría con helada y la noche se cerró sobre sus molleras calientes por cobrar venganza.

Gloria Dünkler (Pucón). Poeta. Publicó “Füchse von Llafenko” premio 2010, de la Academia Chilena de la Lengua.

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AMANDA DURÁN Porque no sabe Anoche “Dios” bailaba en sus mejillas como una mancha. Muñequita quieta casi de trapo juega porque no sabe, porque no quiere, porque tiene la lengua mordida de leche porque no es leche. Detrás de la puerta la puerta el sueño perfecto para atascarse el sueño en su faldita rota como un fantasma. Bendita tú eres entre todas las mujeres. Y bendito es el jugo de tu sexo, tu cuerpo entregado por todas nosotras, mordido, por amor a mí, por amor a todos, tu lengua santa tu piel tu asquerosa piel corderita de dios. Todas las niñas del barrio éramos de barro olíamos a carne y mierda teníamos el culo roto y las uñas pintadas de nacimiento lanzábamos besos al aire y manoseábamos a nuestros hermanos chicos. Dios nos miraba desde arriba y nos subía la falda y nos enviaba al abuelo o al vecino. Amanda Durán, (Santiago). Poeta a veces y activista siempre. Últimos libros publicados: “Ovulada” (España) y “Antro” (Uruguay).

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LILIAN ELPHICK Legítima defensa Veintisiete huesos dentro de mí, un revolotear de uñas y cutículas, tu dedo índice sermoneándome mientras se deshace, el anular perdido para siempre. No estoy arrepentida, la boca está bien puesta, aunque tenga la lengua un poco ahorcada y la mandíbula como la de una boa. Quizás deba ir al dentista. Tu sangre tiñó mis muelas y se está coagulando en mis encías. Arg. Y a la jueza le diré la verdad y nada más que la verdad: que tenías la mano dura.

Lilian Elphick. Ha publicado “La última canción de Maggie Alcázar”, “El otro afuera” y tres libros de microcuentos: Ojo Travieso, Bellas de sangre contraria y Diálogo de tigres.

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DANIELA ESCOBAR Lo que piden nuestros ojos Ir a la esquina. Sacar la tarde antes que nos roce. Pedirnos. Oír reclamar al hijo. Revolcarse entre una pausa y otra. Tatuar lo que piden nuestros ojos en la madera. Colgar los techos en la ventana. Alimentar al homicida que vive entre los ojos. Los techos se hacen agua, inundan desde el cielo. Tarde, acunarse en la hendidura. Un monstruo sobre las camas. Los ojos a la sombra. Madre, la noche nunca vendrá a buscarnos.

Daniela Escobar es diseñadora, poeta y narradora. Sus textos han aparecido en diversas antologías.

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CLAUDIA FARAH Silenciosa “¡Perra!” -escuchas su voz acercándose- “¡Me cagaste, perra!” No sientes los golpes, ni su brazo apretando tu garganta, ajena a ese cuerpo sometido en una cocina siempre pulcra y ordenada. Mete la mano bajo tu falda, aprieta tu sexo y dice: “¿Te gusta así, PERRA?”. El tono en que lo dice, retumba en tu oído. Te miras como perra, la que se aparea con otro macho, uno mejor. Macho que te montó como perra... y te gustó. Sientes todo otra vez. Son las cuatro de la tarde, los niños están por llegar y ya te sabes esta historia. Leal y protectora de tus cachorros, calculas cuánto más necesitas estirar el brazo para alcanzar el juego de cuchillos perfectamente ordenados en su madera. Lo miras a los ojos y él sabe, entiende en un instante, que eres de las perras que no ladra, pero muerde. Claudi Farah Salazar. Periodista, escritora. Ha publicado diversos cuentos en antologías.

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ANDREA FORTUNATO Las indefensas Las mujeres almuerzan casi echadas en el cuarto de televisión de la casa de reposo. Ríen y conversan sin apuro. Una docena de ancianas esparcidas entorno a ellas se quejan cada cierto rato, tengo hambre, me duele, tengo frío. No escuchan el lamento. Cuando acaban las teleseries del medio día, les dan de comer con brusquedad las sobras de sus platos a algunas de ellas. No todas tienen suerte, unas cuantas tendrán que esperar las migajas de la cena.

Andrea Fortunato Medel es diseñadora gráfica y narradora. Sus textos han sido publicados en los libro- objetos de Ergo Sum.

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ASTRID FUGELLIE Detrás de la escena La casa que contiene las iras, la furia que encierra aquel hogar, el dolor que sujetan sus muebles, la indignación que esconden los pasillos, la rabia que ocultan sus habitaciones, los hijos que amiedados se esconden, la mujer que acude a la oración. Lo cordial jamás estuvo en esa casa. Poco a poco, la maldita, fue enjaulándose: abandonados al mal morir sus moradores. ¡Que Dios nos libre de tal impotencia!

Astrid Fugellie. Punta Arenas. Poeta, ha publicado, entre otros, “Los Círculos”, “ Llaves para una Maga”,” La generación de las palomas” .Su último libro: “En Off” (2010).

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LILIANA GARCÍA URMENETA Fauces “Fauces” me voy repitiendo de regreso a mi casa. “Las fauces del perro”, “las fauces del caballo”, fauces tan feroces que de puro hediondas son capaces de podrir todo lo que hizo dios en el cielo. Las fauces feroces a las que uno le teme porque a veces uno corre y corre y al final te pillan y te muerden igual. Pero a mí no me da miedo pensar en las fauces que me lastiman. Mejor verle la cara al lobo porque siempre mi tío me babosea y se desabrocha el pantalón cuando se me acerca y jadea al lado mío. Mi ropa se mancha, eso sí. Y me dibujo un moretón muy grande entre las piernas y luego me arrepiento y lo borroneo y me queda bien fea la parte que era más linda de mi vestido.

Liliana García Urmeneta es poeta y narradora. Sus textos han aparecido en los libros- objeto de Ergo Sum.

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CIN GONZÁLEZ Números 2 zumbidos de messenger convocando a un encuentro. 9 meses tomando helados y disimulando el amor que de a poco crecía. 3 años de pololeo con paréntesis entre medio. Una patada en el trasero, un brazo enyesado y un botellazo en la rodilla, no fueron suficientes para despertar. 20 días para una audiencia tras amenazas de muerte. 4 testigos, 2 familias desconcertadas y un fiscal haciéndose cargo de un final triste.

Cin González Leyton. Santiago. Es profesora básica y narradora. Ésta es su primera publicación.

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SILVIA GUAJARDO Presente Imperfecto Yo maltrato Tú maltratas Él maltrata Nosotros maltratamos Vosotros maltratáis Ellas callan. Yo acuso Tú acusas Él acusa Nosotros acusamos Vosotros acusáis Ellos absuelven. Yo reincido Tú reincides Él reincide Nosotros reincidimos Vosotros reincidís Ellas mueren. Silvia Guajardo es narradora. Autora de “Depósitos en Afectivo”. Publicada en “Santiago en 100 palabras”. Último libro de microficción, en prensa.

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FANNY GUZMÁN Condimento perfecto -Gorda, fea, no sirves ni para la cama, como pude meterme contigo. Tus palabras son eco en mis oídos. Preparo la comida que sueles tirarme encima cuando se te da la gana; cocino con odio tu plato favorito, pero con un nuevo ingrediente. Llegas del trabajo, te recibo sumisa. Una sonrisa se dibuja en mis labios al verte comer. Cuando empiezan las convulsiones, me siento frente a ti para verte morir.

Fanny Guzmán es narradora. Sus textos han aparecido en diversas antologías.

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PATRICIA HIDALGO El príncipe y el ogro El príncipe azul de ojos brillantes hizo llorar a la niña violeta así que se alejó del parque. Al pasar el puente se cruzó con un ogro peludo de manos grandes. Tuvieron unos simpáticos niños morados. Años más tarde llevó a sus niños a aquel parque. Una hermosa mujer con una princesita color miel se paró junto a ella mirando a una banca donde el muchacho azul de ojos claros conversaba con un niño dorado. Lo reconoció de inmediato. “No quiero ir con ellos mamá”. Ambas temblaban como las ramas del árbol que se agitaban azotados por la ventolera. “Tenemos que ir querida, es tu padre”. Observó las marcas violáceas bajo el maquillaje. Caminaron lento y el hombre sonrío satisfecho. Ahí lo supo, el brillo de los ojos azules era reflejo del acero. Al llegar a casa abrazó a su ogro de manos cálidas. Patricia Hidalgo es narradora. Su último libro publicado es “Viajar de Noche”. (2008).

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MARISOL IBARRA Perros que Ladran Fue lo de siempre, te sacaste la correa y me la amarraste al cuello. Tu rostro estaba sobre el mío tirando el tufo caliente. Lo sentí duro entrar una y otra vez, mientras jalabas de la correa con tanta fuerza que apreté los párpados por el dolor que me causabas Antes del final, tomaste con tu otra mano el arma, la pusiste haciendo presión sobre mi estómago. ¡Mami! gritó ella. Al fin abrí los ojos para verla infinitamente frágil, asustada en el umbral de la habitación. Corre a ver a tu perro, que está ladrando, le dije. En cosa de segundos giré el arma contra tu miembro y lo sentí acabar en sangre, por última vez.

Marisol Ibarra Codoceo. Escritora y gestora cultural. Dirige “Editorial Arte Gráfica” y un programa de corte cultural en la emisora más antigua del país: Radio Rancagua.

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PAULA ILABACA La peguita Trabajábamos por la noche hasta tarde. Él decía que yo era su perra. Me hacía dormir en el suelo y no podía subir a su cama. Teníamos códigos. Por las calles él le decía a los hombres que pasaban: llévensela, a mí no me sirve, ¿cuánto creen que cobra? Lo hace gratis. Trabajábamos mucho. Y sin parar. Sin compasión un día me partió a patadas cerca de Parque Bustamante. Rompió su teléfono para que nunca más lo llamara. Gritaba, hacía daño. Trabajábamos mucho. Él decía que me amaba. Tantas veces lo dijo. Un día renuncié y nunca más volví a involucrarme con un tipo así como empleador.

Paula Ilabaca es poeta, Licenciada en Literatura y Lenguas Sus textos aparecen en diversas antologías. Último libro publicado: “Completa”.

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VINKA JACKSON Bisabuela En la cartera, algo de ropa interior, mi cepillo de dientes y la tijera de costuras, francamente ni sé para qué. Para defenderme, quizás, si tratan de llevarme de regreso a su lado. Para cortarme la lengua (y jamás contar nuestra historia) o para cortarme entera y coserme de nuevo, esta vez según mis preferencias. No es tan importante, no a mi edad, eso quieren hacerme creer: la jaula de oro, los puños de porcelana, los relojes que marcan el pulso de mis escombros. Medio siglo de matrimonio me ha tomado comenzar a olvidar mi artrosis, mis pulmones gastados y esa aridez inconfesable (tan injusta, si aún deseo). Camino del terminal, antes de olvidarlo todo, me detengo en el edificio donde vive mi bisnieta. “Cuando sea grande quiero ser como tú”, me ha dicho tantas veces. Dios nunca lo permita. A modo de despedida, mis tijeras de regalo. Vinka Jackson. Mamá, psicóloga y autora de “Agua Fresca en Los Espejos: abuso sexual infantil y resiliencia”. Directora Ejecutiva de Fundación Para la Confianza, Santiago, Chile.

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ANDREA JEFTANOVIC ¿Te acostaste con César Vallejo? Ella anota en su agenda Rhein a las 11 horas, un nombre: César Vallejo. Para él es un nombre cualquiera; para ella, el autor de los versos que lee descubriendo otra forma de nombrar las cosas. Si define “deseo”, ahora dirá “...fue una tarde de septiembre/cuando sembré en tus brasas, desde un auto /los charcos de esta noche de diciembre”. Él la cela desde siempre, por eso husmea sus cosas y le intriga esa cita a media mañana. Hace días que él no le habla, llega a casa dando un portazo. -¿Qué pasa? -Nada. -Pero cómo que nada. -Me tenís que explicar algo. Tira la agenda abierta y pregunta -¿Te acostaste con César Vallejo? Ella ríe fuerte. -Lee -dice. -Ignorante. Él vuelve los ojos locos, el rostro fiero, abre zanjas oscuras en su alma. Ella repite: “Hay golpes en la vida, tan fuertes, yo no sé...” Andrea Jeftanovic es narradora, autora de “Escenario de Guerra”, “Geografía de la lengua”, “Conversaciones con Isidora Aguirre”, “Crónicas de oreja de vaca”, “Hablan los hijos”.

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MARÍA CRISTINA JIMÉNEZ El último informe del reino El último informe del Reino Desunido, no incluye el sentir de una de las súbditas más leales y abnegadas. Este es: 1.- Mis aposentos están ordenados y huelen a limpieza. 2.- Compro y como lo que me gusta. 3.- No escucho o escucho la música de mi agrado. 4.- Ahora lo mío es de verdad mío. 5.- Recuerdo pocas veces que estoy medio gorda y medio vieja. 6.- No tengo que ocultar los moretones. Y por último, 7.- No detesto a las otras; les estoy muy agra decida. Firma: la renovada doncella imperfecta.

María Cristina Jiménez. Santiago. Narradora y poeta. Ha publicado cuentos en “Santiago en 100 palabras”, “Mi vida y mi trabajo” y “Aterramiento”.

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MAYRA KOHLER Disfunciones Él anunció que estaba próximo al despegue. Por favor, abróchate el cinturón. Ella miró por la ventana de la habitación, pero sólo vio la ciudad pegada al suelo, enraizada hasta los cimientos. Se decepcionó. Esa noche, nuevamente serían pasajeros en tránsito.

Mayra Kohler, periodista y narradora. Sus textos han aparecido en diversas antologías.

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CRISTINA LINHARES De mujer para mujer El sol arde en el desierto somalí. Poco, comparado con la abrasada entrepierna de la pequeña Lyia, en su ritual de ablación. La condujo su madre, Wangary. La creía desvalida sin un hombre que la aceptara en matrimonio, pero estremeció frente a la gitana de la tribu y su cuchilla de afeitar sucia, sin filo de tanto cercenar genitales en carne viva. Hemorragia intermitente. Wangary repasa su historia. Menstruaciones, sexo, infecciones, parto, micción: un solo dolor brutal. Sus manos dejan de sujetar el muslo de Lyia para cerrarle los ojos. Luego libera los gritos atrapados en el trozo de madera apretado entre sus dientecitos. La noche las sorprende desvelando su propio misterio. Pronto amanecerá en África.

Cristina Linhares. Brasileira, Bióloga Marina. Es narradora y ha publicado sus cuentos en los libros- objeto de Ergo Sum.

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MARCIA LÓPEZ Material Docente Salgo a la calle, es de noche y en el edificio del frente se refleja la luna. Bajo esas dos lunas camino por la noche desierta. Llego a la esquina y me abordan dos muchachos vestidos de mujer, me piden un cigarrillo. Les digo que a la vuelta. Uno de ellos me toma por el cuello y arrebata un pequeño bolso en que llevo mi celular y el dinero para los cigarros Me impresiona la fuerza sobre esos tacones tan altos. Se escapan y yo quedo tirada, dolida y desconcertada. Miro la doble luna en el espejo como a una metáfora. Vuelvo a mi casa y sentada frente al computador, término de preparar mi próximo taller de género.

Marcia López (Rancagua) es educadora y narradora. Sus cuentos han aparecido en los libros -objeto de Ergo Sum.

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PAULA MANDIOLA Trabajo infantil El viejo del último auto me ofreció un billete - dijo a su hermano menor, quien todavía tenía en sus manos las pelotas que alzaba al aire todas las tardes en ese semáforo. - Espérame aquí, ya vuelvo- y se perdió en la esquina donde una camioneta doble cabina, aún en marcha esperaba por ella. Al atardecer, luego de varios semáforos en rojo y en vista de que su hermana no volvía, el pequeño regresó a su casa. Los ojos se le llenaron de lágrimas cuando vio el pollo asado sobre la mesa, su hermana sonriendo, la madre también. Una arcada le llenó la boca de saliva al comerlo; pese a esto, apenas conteniendo las lágrimas, continuó. El asco todavía no lograba quitarle el hambre.

Paula Mandiola (San Felipe). Abogada, narradora, ha publicado sus cuentos en los libros- objeto de Ergo Sum.

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MARIANA MARINI Constelaciones familiares A mí me pasó lo mismo que a mi madre y a ella, lo mismo que a la abuela. La abuela no dijo nada, mi madre no dijo nada, yo no dije nada. A mi abuela le sucedió en los años 50, a mi madre en los 70, a mí hace 20 años. Mi madre es medio hermana de mi abuela, y yo, medio hermana de mi madre.

Mariana Marini Encina, psicóloga, narradora y poeta. Publica su primer libro de cuentos “Oscuridad de Bolero” el año 2009.

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ANDREA MATURANA Mujer bien parada Como ella era una mujer bien parada, que sabía defender sus derechos y no daba su brazo a torcer, un día él se lo torció con tal fuerza que, antes de rendirse, la articulación de su codo cedió con un violento crujido. En el hospital ella dijo que se había tropezado. Caído contra unos escalones. Después él le regaló flores, la atendió, la consoló, le hizo el amor como si hubiera sido la primera vez. Ahora ya no pelean tanto, ni es necesario confrontarla para que dé su brazo a torcer porque nunca más volvió a ser el mismo. Le quedó así el brazo, torcido.

Andrea Maturana es narradora. Últimos libros publicados: adultos “No decir”; infantil “La Isla de las Langostas”.

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FRANCISCA MATURANA Príncipe Azul Arroz con leche me quiero casar, con un caballero que sepa cantar, que sepa bailar, que sepa escribir cuentos y me sepa besar. Tugar tugar, salir a buscar y nunca encontrar. Lobo, ¿dónde estás? Baila que baila y si no bailo ¿qué castigo me darás? ¿Es tan grave como para que me manden fusilar por pensar sin permiso de papá? Caballito blanco, llévame de aquí, llévame a algún pueblo donde yo pueda elegir, ser felices para siempre o vivir, simplemente, mirándonos de frente.

Francisca Maturana es narradora y Gestora Cultural. Sus textos han aparecido en diversas antologías.

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JULIETA MAULÉN Mi prima Jenny Mi prima Jenny se fue a Argentina cuando era niña. La recordaba con cejas prominentes, sonrisa amplia y mirada tímida. Tenía expectativas con su regreso y no me defraudó, me entretenía escucharla hablar: “hey, che, pará, pará... “. Compartimos la adolescencia, las fiestas cuando mis tíos la dejaban ir, pues la trataban como niña; será por eso que se casó a los dieciocho, de blanco y con un gran ramo de flores que prometía abundancia. Se embarazó una vez, la vi menos. Luego otra y otra vez. Cesaron las visitas, la Jenny tenía tiempo sólo para su familia. Supe que estaba cansada, aunque mantenía la sonrisa, pero luego cubrió su cara con la cabellera y su mirada evadía a quien se le pusiera en frente.

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Dicen que la Jenny como nunca aquel día gritó para defenderse y que el marido le apretó el cuello para ahogar su voz y también su aliento.

Julieta Maulén es Licenciada en Filosofía. Narradora. Sus textos han sido publicados en los libros- objeto de Ergo Sum.

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CAROLINA MAYEROVICH Puntos de Vista I No había en su memoria un recuerdo más feliz que la tarde en que su padre llegó con un pescado bajo el brazo. Llenaron juntos el lavaplatos y salaron el agua. Ella jugó cuanto quiso, mientras él la veía divirtiéndose desde el otro lado de la cocina. II Decidió abandonarlo el día en que llegó a casa después del trabajo y vio a su hija jugando desgreñada con un pescado a orillas del lavaplatos, mientras el yacía ebrio en la única silla que no tenía las patas sueltas y se defendía diciendo: - Estaba a punto de preparar el almuerzo, no es tarde aún para vestirla y enviarla al colegio.

Carolina Mayerovich Bahamonde (Ancud). Poeta y narradora radicada en el desierto de Atacama, ha publicado el poemario “De cicatrices y otras huellas”.

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TATIANA MAYEROVICH Exclusión Ana me contó que vivió tres años con el amor de su vida. Compraron una casa, muebles y un auto rojo. Aunque de vez en cuando la golpeaba, eran felices. Hasta que un día la dejó inconsciente. Una amiga la ayudó a huir al norte con ropa y plata prestada. -¿Por qué no hiciste la denuncia?-le pregunté. - Porque nadie sabía que el amor de mi vida era una mujer -dijo.

Tatiana Mayerovich Bahamonde (Ancud, Chiloé). Diseñadora, radicada en el desierto de Atacama, participa de la Sociedad de Escritores de Copiapó.

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JAVIERA MEDINA LÓPEZ Las que no soy Enciendo el televisor a las once de la noche. Bajo el volumen y me concentro en los gestos. Hombres, mujeres, mujeres, hombres. Me miro en el espejo, me saco la ropa. En plena oscuridad, la luz de la pantalla lanza fulgores en mis costillas. No encuentro nada. Subo el volumen del televisor. Un grito estridente sale de mi garganta y se mantiene hasta que duele. La rueda, la escritura, los ritos, la conquista del espacio, el computador, el jazz, la ronda. Cuando enciendo el televisor a las once de la noche, hombres que hablan sin palabras, mujeres que sonríen sin reír. Apago el televisor para siempre.

Javiera Medina López. Artista Plástica y narradora. Sus textos han aparecido en los libros- objeto de Ergo Sum.

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LINA MERUANE Aguja maestra La vieja arrastra su cuerpo maltratado hacia la claridad de la ventana y se sienta ante su monumental labor de costura. Enhebra un largo hilo blanco como una cana, forja un nudo sucio, hunde su puntada en el cuero. Hilvana primero, después trabaja meticulosos pespuntes invisibles que van uniendo las orillas. Acabada cada sutura levanta el brazo, y la mano, y entre los ásperos dedos brilla victoriosa su aguja maestra. Con ella vuelve a arremeter una y otra vez, prometiéndose que nadie podrá deshacer su obra. Al insinuarse la tarde ya no queda ningún desgarro que zurcir, ninguna herida abierta en todo su cuerpo.

Lina Meruane es autora de las novelas “Póstuma”, “Cercada” y “Fruta Podrida”, y del libro de cuentos “Las Infantas”.

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ROSSANA MEZA Deber cumplido - Hoy tenemos una cena - fue todo lo que Esteban le dijo a Sofía. Los primeros años de casados fueron ideales; después, el trabajo y los niños los hicieron distanciarse. Hace un tiempo, Sofía escucha risas contenidas cuando pasa cerca de colegas de Esteban. El motivo le queda claro cada noche que pasa solitaria. Se pregunta por qué siguen casados y espera que algún día Esteban cambie. Cumple su papel de madre y dueña de casa y se mantiene hermosa para él. -No me siento bien -dice. Lo mira esperando el diálogo que no llega. Comprende al fin, se arregla con el mejor vestido y lo acompaña como es su deber. Su marido ni siquiera la ha mirado. Antes de finalizar la cena, se excusa. Sube a la terraza, disfruta el viento en su rostro, la única caricia que ha sentido en estos últimos años. Abre sus brazos y va en busca de aquel que la ha despertado. Rossana Meza, Ingeniera y Magister de profesión, cuentista de vocación. Sus textos han aparecido en los libro- objetos de Ergo Sum.

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CECILIA MOLTEDO Plegaria Por favor diosito lindo que no me venga la arcada. Te lo ofrezco por mis cabros. Te juro que mañana te prendo una vela, te rezo un rosario, ponme a prueba en lo que sea, pero ayúdame a aguantar. Quién me mandó a creerle otra vez. Por eso me merezco las penas del infierno. Pero esto no, señorcito lindo. No quiero que me vuelva tocar, no quiero escuchar lo que me dice, no quiero sentir su mano intruseándome como lo hace ahora. Haz que la boca se me cierre porque no quiero comer lo que mi cuerpo arroja. Aunque él me restriegue la cara en la inmundicia, aunque él me quiebre lo que aún no tiene huellas. Te juro que no soy yo señor, he hecho el esfuerzo, es mi cuerpo que no lo quiere, que no lo acoge.

Cecilia Moltedo es narradora. Último libro publicado: “Cuentos que no te contaron”.

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MIRANDA MONTEALEGRE Transgénero Deseché mis privilegios para ser la mujer que soñaba. Ahora estreno mis tacones altos en la vereda de la discriminación.

Miranda Montealegre Barros, estudiante. Poeta y narradora, ha obtenido diversos premios en ambos géneros.

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PAOLA MONTI Juego de roles A Malú le gustaba llevar un bebé en el vientre. Se ponía almohadas, muñecas, globos que abultaran bajo sus ropas. ¿Cómo me veo, papi? Paría muñecas a diario, amamantaba, mudaba. Era su entretención preferida. Hasta el día en que las manos la tomaron, la elevaron por los aires y la depositaron sobre unas sábanas sucias. Ella recuerda con nostalgia cuando cambiar pañales era tan sólo un juego.

Paola Monti Valle. Es profesora de Castellano, narradora y dramaturga. Ha publicado “Tránsitos Urbanos” y sus cuentos han aparecido en diversas antologías.

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ROSABETTY MUÑOZ En Nombre de Ninguna (Fragmento) Cuando cayó su muñeca al pozo séptico a ella misma le cubrieron la nariz con un pañuelo impregnado de colonia y la bajaron amarrada de la cintura para rastrear entre la mierda de los suyos. Después tuvo que refregar el amasijo de plástico y sacarle brillo a los ojos de vidrio. Y después lavar la ropa, lavar la ropa toda, toda la ropa. Y todavía más tarde, escarbar con una astilla debajo de las uñas donde el olor se concentró para siempre.

Rosabetty Muñoz vive en Chiloé. Es poeta. En 2008 publicó su octavo libro de poesía “En Nombre de Ninguna”.

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GISELLA NARANJO Última marcha La gente observa y aplaude el paso de los tanques. Ya es casi primavera, día 19. Los volantines se alzan y viajan por el cielo grisáceo y celestino, testigo de horas largas de terror, cómplice de las tramas más escalofriantes para hacer desaparecer al maltratador, quien hoy viste medallas e impecable uniforme. Se acerca la hora de mis pastillas, he estado aturdida por algún tiempo, quizá solo así es que él ha evitado que los demás sepan que desde mis ojos brota sangre y que mis huesos están desastillados a causa de los azotes que me brinda día a día en nombre del amor. Es feriado allá afueramas aquí dentro todo es igual- la gente observa los tanques, las melodías de guerra nunca han sido mis predilectas, sin embargo ayudarán a amortiguar el estruendo de esta Mágnum 357 que me volará los sesos y me hará libre. Gisella Naranjo Saavedra, (Antofagasta). Narradora y traductora. Ésta es su primera publicación. Miembro de la Sociedad de Escritores de Copiapó.

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FARHA NASRA Caricias “Mamá no debe saber. Toma, compra el juguete que desees. Mañana tendrás que esmerarte más” le dijo el padre, mientras se subía el cierre del pantalón.

Farha Nasra. Escritora. Licenciada en Arte de la Universidad de Santiago de Chile. Reciente publicación: la novela “El Rugir de las Piedras”.

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CATALINA NAVARRETE Efectos Dientes filosos, piel verde oscura y con escamas podridas, líquidos chorrean por sus ojos trastornados, olor a azufre, cuchillos en vez de manos, suena la sangre borboteando en su garganta cuando respira, caen pedazos de su piel al caminar, cojea firme, filosas garras en todo su cuerpo, se mueve furioso... me está siguiendo. Despierto aliviada, no es un monstruo el que me acecha sino el recuerdo de mi ex marido.

Catalina Navarrete, nació en Talca. Escribe. A los 17 años, su biografía aún es una página en blanco.

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MARÍA JOSÉ NAVIA Como en las películas En la pantalla del televisor, los golpes suenan en perfecta coreografía con los gritos. La heroína sangra por la nariz pero su cabello sigue cayendo sobre sus hombros, perfecto. Los moretones parecen combinar con su blusa. La música de fondo acompaña con precisión los impecables movimientos del hombre. La niña observa hipnotizada, sin poder cambiar de canal. Su padre, en la cocina, se sirve un trago, quebrando un par de vasos en el intento. Su madre, en el baño, con la puerta entreabierta, emite débiles gemidos. Tiene el pelo desordenado. Sus moretones no combinan. (Tampoco hay música). Fuera de eso, todo es igualito a las películas.

María José Navia reside en Georgetown, USA. Publicó su primera novela “SANT” el 2010. Sus cuentos han aparecido en diversas antologías.

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LUCIA NEIRA Amor golpeado Calle céntrica, curiosa. Portón y farolillo. Pieza con ropero, inusitado en un motel. Ella lo espera desvestida, ansiosa. Él, sin aviso, la abofetea una, dos veces. Ella, preguntándose el motivo mientras hacen el amor. Dejan el lugar en la oscuridad del amanecer. Se han encontrado hace algunos meses. Siguen viéndose. Él no siempre la maltrata; ella no protesta nunca. Al año se casan. Tienen una hija y comienza lo duro. Él llega borracho y le pega y la insulta ante la mirada herida de la niña. Después él pide perdón con rezos, ella le cree. Hasta que una noche su golpe le rompe la cabeza contra un mueble. La hija queda a cargo de los abuelos. A él lo condenan por homicidio. La que escribe es esa niña, la hija, ya adulta.

Lucía Neira R. Es narradora y poeta (Santiago). Ha publicado cuentos y poemas en revistas de habla hispana. Ha obtenido Menciones Honrosas en diversos concursos de cuentos.

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SOLANGE ORDAX Los delitos sexuales no prescriben 1981, Santiago de Chile. Todavía siento el olor ácido de tu saliva en mi cara. La presión de la palma de tus manos aplastando mis pechos. Quedo paralizada mientras me tiras hacia ti apoyado en el banco de mi sala, me dejas con un secreto bajo el jumper. Contengo la náusea mientras escucho tus pasos alejándose escalera abajo. 2011, la misma ciudad. Viejo de mierda, aún apareces en mis pesadillas. El olor ácido se queda, tu también te quedas, yo me encierro en el baño para ser invisible, mientras la boca se me llena de bilis, esperando que salgas, para poder correr hasta mi casa y llegar llorar abrazar y contar y cerrar los ojos para dormirme acurrucada. Viejo de mierda, ni estas palabras, ni el tiempo, me sacaron tu olor de encima. Solange Ordax Wiener es narradora, algunos de sus cuentos han aparecido en los libros -objeto de Ergo Sum.

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LUZ ORFANOZ Filial -Ya murió -dicen mis hijos a coro. - No es cierto - musito. No escuchan. Están hablando de dinero. - ¿Qué dinero? -quiero decir. No me oyen. Levantan el colchón por la orilla. - Cuidado, se nos va a caer la vieja. Es la niña. La niña de mis ojos. La que yo llamo “tesorito”. Mi hijo menor llora. - ¡Cállate, maricón! -dice mi tesorito. - ¿Y si mamá estuviese viva? -suspira el pequeño. - Cierto, muy cierto -dicen a coro -Podría ser una catalepsia y... - ... ¿y qué? -susurran al mismo tiempo. - Que el doctor nos denuncie - explica el mayor. -¡Cierto, cierto! -casi gritan a una voz.

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Entonces, mi niña querida los mira uno a uno y dice: - Mientras ustedes buscan yo saco la almohada, la pongo sobre su cara y me siento en ella. - Amén, amén - solloza el pequeño.

Luz Antonia Orfanoz es poeta, guionista y narradora. Autora de “La Mujer Cornuda”, “Impropias”, “Ni son todos los que están”. Último libro publicado :”Ignacia- Virginia”

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ELIA PARRA Otra vez las lágrimas Me da miedo que nos juntemos con ellos. Me da miedo porque otra vez empezarás a ridiculizarme. Lo soltó todo de un tirón, para no arrepentirse. ¿A ridiculizarte?, dijo él. Sí, porque cuando se te acaba la imaginación echas mano de mí, de cualquier cosa que hago o digo, y haces un chiste, y ellos ríen, también ella, y a costillas mías. No sé de qué hablas, dijo él. Cansada, respondió: de que no te importa mi vergüenza. Cada vez estás más loca, su voz, apacible y resignada, la llenó de furia; las venas de su cuello, como serpientes crispadas, las lágrimas discurriendo a su antojo. Pero no se atrevió a decir más, tampoco alcanzó a limpiarse los ojos porque él la empujó ligeramente por la espalda y le dijo, sin mirarla: Allí vienen, apura el tranco. Y tranquila, ¿eh?, sus dedos incrustados en las lumbares. Elia Parra es narradora y periodista. Publicó en México “De sombras, brumas y espejos” y sus textos han aparecido en diversas antologías.

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PAMELA PERALTA Tornillo Cuando era niño lo tenía. No se me extravió porque mis padres, en ese entonces, se preocuparon de que lo conservara. Solían decirme que de la crianza dependía que no se me zafara un tornillo. El tornillo, en mi infancia, estuvo en el lugar correcto. Lo pasaba bien en el colegio, era buen alumno y jugaba a la pelota en el recreo. El tornillo estaba bien firme. Pensé que sería para siempre, pero aflojó. Tenía dieciséis años. Mi madre entró a mi pieza y dijo que mi aparato ya podía usarse. Se montó sobre mí. El aparato funcionó, a pesar de no estar preparado. Entonces el tornillo se soltó y oxidó, hasta desaparecer... Y mientras manoseo a mujeres en la calle, me gustaría recuperar el tornillo, que no me hiciera falta. Suelo buscarlo mucho, sin embargo, no lo encuentro. No puedo encontrar el tornillo. Mi madre lo hurtó. Pamela Peralta. Psicóloga y narradora. Ésta es su primera publicación.

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CAROLINA PEZOA Octogenaria El gobierno ha dicho que de hoy en adelante las crudas noches de invierno serán dignas. Así lo ha dicho. Así lo han escuchado hombres, mujeres y niños que deambulan por las calles. Desde entonces, al caer la tarde, todos corren, buscan y se hacen espacio entre los colchones y frazadas que han sido dispuestos al interior del estadio. Todos corren, excepto ella, con sus ojos viejos, enjuta y encorvada. Su paso es lento y sabe que se hará tarde para llegar al albergue. A su edad, no le teme a nada, solo a la vergüenza.

Carolina Pezoa es sicóloga y poeta. Sus últimas publicaciones son “Nacencia” y “Gusana”.

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MALUCHA PINTO Rabia Parida Le tengo una rabia parida al concha de su madre. Este año ya voy en siete abortos. Ahí parto sola donde la vieja Olga. Me abro de patas para que me saquen al niño nuevo. El lindo no quiere chiquillos todavía, me mata si le traigo uno. Quiere a su “hembrita”, así dice, con su cinturita de avispa. ¿Por qué no usa condones el muy mierda y me salva de pasar por este martirio? Es un avaro, no me da ni un peso, no me deja trabajar, la plata no pasa por mis manos. Me haría tratamiento, un tratamiento que me dejara vacía para siempre. Cuando sale la luna, se saca la correa y me amarra. No tengo escape. Mi papi y mi mami me entregaron como vaca al matadero. Malucha Pinto Solari es actriz y narradora. Ha publicado “Cartas para Tomás” y “Cartas de la Memoria, Patrimonio Epistolar de una Generación de Mujeres”.

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CATERINA PRADO Consecuencias No hay nada, solo este silencio pálido, sin ruidos, sin frío ni calor. No hay miedo ni dolores. Nada. La rabia, la pena, la alegría, se fueron y solo yo permanezco, desvaneciéndome. No sé dónde estoy ni cuánto tiempo ha pasado. Recuerdo que dejé a Toñito en el colegio, estaba nublado y el frío le hacia castañetear los dientes. De vuelta a casa abrí la puerta y estaba ahí, esperándome. Me paralicé: ¡olvidé dejar calentándose sus toallas! La angustia me cortó la respiración y su mirada me aplastó, me despedazó como una viga de concreto que cae a toda velocidad. No sé qué pasó, quizás entendió mi olvido, porque no me duele nada y solo vislumbro colores tenues y me parece escuchar algunas voces. Se oyen lejos. Quiero ver al Toñito, pero no sé dónde estoy. No sé si aún estoy.

Caterina Prado es psicóloga y narradora. Ésta es su primera publicación.

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CAROLA RIVAS Carta bajo la manga Siete de la mañana. En el baño principal el agua caliente ha empañado el espejo por completo. Clarisa barre con un puño el vapor y en ese espacio apenas, ensaya a los impresionistas con el pincelillo sobre el pómulo izquierdo. Primero blanco, luego algo de marrón y remata con polvo compacto. Luego, parte en dos su cabellera colorina y ataca con el secador la mata de rizos largos a mínima velocidad. Cuidadosa, deshace los nudos y retira los mechones dañados. Se peina a lo Verónica Lake. Tras la cortina de nylon, el agua cae sobre el cuerpo de Atilio. Es una imagen desdibujada pero el contorno se aprecia perfecto. Clarisa apunta ahora hacia la ducha, afina entre los ojos el blanco y dispara con la máxima intensidad. El secador descarga su bala hirviendo y Clarisa lo apaga. Después sopla como si espantara el humo de una pistola de verdad. Carolina Rivas es poeta y narradora. Sus relatos han aparecido en diversas antologías. Su libro de cuentos”Dama en el jardín” obtuvo el Premio Municipal de Literatura (2002).

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PATRICIA RIVAS Tacones La hija ya era toda una mujer: usaba minifalda, escote y tacones. La madre no cesaba de insultarla hasta que la chica se marchaba de casa. Era el momento en que osaba revelar las cicatrices, la minifalda, el escote y los tacones destruidos y ensangrentados por el secreto tacón de su propia madre.

Patricia Rivas es narradora, Licenciada en Artes Teatrales y Diplomada en Pedagogía Teatral. Su último libro publicado es “Hija bastarda” (microcuentos).

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FRANCISCA RODRÍGUEZ Votos matrimoniales Prometo alejarte de tu familia y amigos para que seas sólo mía. Prometo poseerte y controlarte, saber tus pensamientos y deseos incluso antes que tú. No dejaré ni un resquicio de tu mente y ni de tu cuerpo libre de mí. Prometo regalarte flores y pedirte perdón después de cada golpe y tratarte bien hasta que merezcas un nuevo recordatorio de que soy yo el que manda.

María Francisca Rodríguez Aguilera. Psicóloga y narradora. Sus cuentos han aparecido en los libros - objeto de Ergo Sum.

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SILVIA RODRIGUEZ Cuando ella no está Cuando una mujer muere, se evapora un trozo de calle, el tráfico se torna lento, los semáforos se detienen, duelen los úteros, los embriones, los brazos, los profetas silencian, el soldado olvida su misión, un infante deja de jugar, las cosechas entristecen, una estrella se oxida, las lenguas hablan un solo idioma, universo y tierra dejan de girar. Cuando una mujer muere, nace una soledad de orfandía, se angustian las flores, nace una pérdida, una desesperación, un abismo infernal, se disecan restos de sangre, se quiebran las miradas, algo se adelgaza, se retuerce, se revuelca, se quema. Aquí dentro muy adentro. Cuando una mujer muere.

Silvia Rodríguez Bravo. Poeta radicada en Talca. Su último libro es “Diario de una Cesante”.

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GILDA ROJO SANTORO Escondidas Los ruidos despertaron a Rosarito, estaba oscuro y escuchó voces: “La encontraron en el río”. Qué raro, pensó, ¿quién iba a bañarse en el río si estaba lloviendo y hacía frío ? Mamá se baña en la playa, aunque ya no -recordó- desde que papá cortó su traje de baño en tiritas. Es que él es juguetón, a veces juega a las escondidas y si llaman por teléfono a mamá contesta que no está. Y los domingos le esconde tan bien el diario que ella nunca lo encuentra. Anoche después de que se fueron las visitas, jugó al terremoto, hizo que se viniera todo abajo, hasta mis juguetes. Y mamá no es de jugar, llora y le dice -si sigues así me vas a tener que ir a buscar un día al canal- pero no sé por qué dirá eso, será que se va a ir a esconder allá y quiere que papá nunca la encuentre.

Gilda Rojo Santoro. Antofagasta. Licenciada en Literatura y Lenguas Hispanas. Ésta es su primera publicación.

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MAGDALENA ROSAS Avenida Bustamante ¿Que espera “la Negra” parada en una esquina, con la mirada perdida, en el reino del silencio?, se preguntó Isabel, mientras sentía sobre su rodilla de niña desnuda en medio de la noche, la mano regordeta y sudorosa de don Jorge. “La Negra” no trajo su paraguas, pensó, e imaginó la lluvia mojándole el pelo, al mismo tiempo que don Jorge le diseminaba sus líquidos en la cara de niña pintada, para esconder el desconcierto. Don Jorge, el gordo del Audi negro, ése, el mismo que en cada atardecer trae la noche, masculló entre dientes mientras abotonaba su blusa y guardaba el impecable billete.

Magdalena Rosas Ossa (Coyhaique, Patagonia SIN represas), narradora. Está publicando en estos días, “En el año de la Cantárida píntate la boca”, su primer libro.

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LORENA SAAVEDRA Error de percepción Están totalmente equivocados. Teníamos algo hermoso. La gente es malpensada. Me enamoré de ella, nos íbamos a casar. Si hasta dejé a mi mujer. Y ya casi tiene doce.

María Lorena Saavedra de la Fuente. Psicóloga, Magister en Psicología Clínica. Ésta es su primera publicación.

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ALICIA SALINAS Desaparecida La llamaba “flaca”, solo así. Lo que menos importaba eran sus datos. Nunca fueron necesarios, hasta hoy, cuando al pasar divisé su figura. Intenté acercarme. Iba por la calle con la misma gracia de hace años. La vi entrar al edificio, la seguí. La esperé en la entrada con la cabeza plena de recuerdos. Temí que cruzara sin darme cuenta. El conserje me miró extrañado. Reparé en la hora, la gente que pasaba ya iba de regreso. A la mañana siguiente, corro al edificio. Diviso a la mujer de ayer. Se le parece, pienso. La miro de frente. Ella me mira amable, pero no es la flaca. No es la mujer de mis noches completas, la que partía muerta de risa cuando yo moría de miedo. Mientras camino pienso en lo que mi madre siempre me dice cuando me ve así. - No la busques más, ella está muerta. Alicia Salinas es lingüista, profesora de Literatura e idioma ruso. Poeta, ha publicado siete libros y ha recibido los premios Pablo Neruda, César Vallejo y Fondo del Libro y la Cultura.

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SUSANA SÁNCHEZ BRAVO Estados Cinco mujeres, en el vestidor de la piscina municipal, constatan que todas tienen cicatrices en sus cuerpos. -Mi padre- dice la del vientre quemado- por demorar con el agua para el té. Nadie dijo nada. La del pecho mutilado agrega: - Marido maltratador. Libre. Avergonzada, la del meñique faltante, cuenta: -Hijo drogadicto, vive conmigo. -Mi supervisor me partió la rodilla con un fierro por sumarme a la huelga de la fábrica. Ni siquiera lo encarcelaron- agrega la de la pierna tiesa. La última se gira y muestra la espalda quemada del cuello a los tobillos, en un patrón de rayas: -Ejército de Chile- dice. Parrilla eléctrica, cinco años presa, golpeada y violada. Ellos siguen donde mismo. Susana Sánchez Bravo, Valparaíso. Narradora, ha publicado “Espacios Condenados”, “Secretos Menores y Non Tanto”, “Ojo de Medusa”.

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ALICIA SÁNCHEZ RUMINOT Asuntos de familia La llegada de visitas era una preocupación para la familia Álvarez del Valle, porque debían apresurarse a esconder a la abuela materna. La mayor de las tres hermanas tomaba las llaves del cuarto de herramientas, ubicado al final del patio. Con un gesto le indicaban que era la hora del encierro y aseguraban el candado. Luego regresaban aliviadas al salón para atender a la visita. Pero la familia no imaginó la llegada sorpresiva de la novia del futuro heredero. La muchacha fue al patio y vio a la anciana merodeado. Saludó con amabilidad. La anciana le contestó en mapudungun y dio vuelta la espalda. Las hermanas y el novio salieron a la carrera, se llevaron a la novia al salón, anticipándose a cualquier pregunta molesta, que no se diera cuenta del secreto, porque tener algún ancestro indígena los desmerecería ante la sociedad, negándoles el sitial entre las buenas familias. Alicia Sánchez- Ruminot, Masters of Spanish, Universidad de Oregon. Sus textos han sido publicados en diversas antologías.

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EMMA SEPÚLVEDA Justicia Ángela se levantó de la tierra y pidió justicia. Justicia para el hambre, justicia para cerrar las heridas que no la dejaban morir, justicia para los golpes de piedra, para la encarnación de sus hijos, para los que habían quedado atrapados entre las manos de otros cuerpos, justicia para los que pudieran escucharla escondidos en la memoria de otras tumbas, mudos ciegos, descansando en otras cruces donde su voz no llegaba y la oscuridad gritaba un lejos que la separaba para siempre de la justicia humana.

Emma Sepúlveda. Narradora, poeta, artista plástica, profesora y Directora del Centro de Investigación Latina, Universidad de Nevada, USA. Último libro publicado: “Setenta días de noche”.

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ZAIDA SOTO Donde más duele En el suelo, hecha un ovillo, como una perra que abriga a su cría, Marta cubre a la hija. El esposo continúa pateándole la espalda. La mujer, que ya no siente las piernas, ruega: - Golpéame todo lo que quieras, pero a ella no la toques. Los golpes cesan. Violento, se agacha y le arrebata la niña. Marta se arrastra a pesar del dolor que casi la inmoviliza. Lo sigue a la cocina. Allí está con un cuchillo punzando el cuello de la niña.

Zaida Soto González escribe cuentos, novelas y poesía. Su última publicación es “Pecados nuestros de cada día”.

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XIMENA SOTO-AGUILAR Te prometo, nunca más En Pudahuel, joven de iniciales J.V.A. mató a su pareja. Estaba frente al televisor, el vaso se soltó de mi mano. ¡Mamá!- ¡Es él! Aunque cubra su rostro lo reconozco. Los vecinos oyeron los gritos de la joven esa noche. A menudo discutían. Lo conocí cuando tenía catorce años. Era guapo y creí que era el amor de mi vida, hasta que conoció a unos “amigos” en el barrio y empezó a tomar alcohol y a consumir pasta base. Se enfurecía cuando yo no contestaba inmediatamente sus llamadas. No me dejaba tener amigos ni invitarlos a mi casa. Decía que él era superior a todos ellos. Recuerdo la última vez, en mi graduación: no quería que bailara. Rasgó mi vestido porque era escotado. Pidió perdón y lloró de rodillas una vez más.

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Gracias, mamá. Alguna vez pensé que no podía vivir sin él.

Ximena Soto-Aguilar Silva. Narradora, último cuento publicado: “Camila”, Primer Premio Concurso Nacional del Ministerio de Planificación (2008).

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MICHELLE SOUYET Narración subjetiva del círculo de la violencia Lo que me hiciste es grave, pero esto es peor: te quiero. El problema es mío.

Michelle Souyet, sicóloga. Es narradora y sus textos han aparecido en los libro -objetos de Ergo Sum.

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VERÓNICA TELLO Oscuridad Giré sobre mis talones, respiré profundo y lo miré en penumbras. Yacía inmóvil en la cama. Lo miraba fijo y parecía tan tranquilo, como perdido en el sueño. Había dejado de ser el hombre violento que tatuó mi ser a fuego, laceraba mi entrepierna y violaceaba mi piel y huesos. Ahora todo era distinto, él dormía flotando entre la sangre acumulada en las sábanas y nunca despertaría. Yo inhalaba sintiendo mis latidos, respiraba intenso, y sólo el frío de la hoja filuda agarrada de mi mano pegajosa me gritaba que no era un sueño. Nunca más él me lastimaría. Me senté despacio contra la pared, acercando el acero a mi corazón, entonces comprendí: el silencio lo era todo.

Verónica Tello es narradora, sus cuentos han aparecido en los librosobjeto de Ergo Sum.

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ELIZABETH TORRES Perdón, perdón Era un hombre muy dulce... cuando no consumía eso. Siempre cariñoso y gentil, pero si se drogaba, enloquecía. Me obligaba. Cuando empezó con los golpes no protesté: era necesario para él. Perra, me gritaba. Era un juego violento. Sólo un juego. Nunca me quejé. Sudor, bramidos, el rostro desfigurado. Sus insultos, mis silencios. Alguna vez le susurré entre lágrimas que no me dañara, pero no me escuchó. Ayer dije basta. No más. Fue fácil enterrar el cuchillo en sus carnes blandas. Una, dos, no sé cuántas veces. ¿Treinta, me dice? No sé. Tampoco sé qué voy a hacer ahora sin él. ¿Me perdonaría? ¿Usted cree que él me habrá perdonado?

Elizabeth Torres T. Narradora. Sus textos han aparecido en diversas antologías. El año 2009 publicó su primer libro de cuentos: “Carnes Vivas”.

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DANIELA TREWIK Olvido Sigue peinándose a ojos cerrados. Toca la peineta con sus negras uñas y piensa en los pocos dientes que le quedan. Su lengua recorre su boca seca y siente un sabor amargo-ácido en su garganta. Sigue pasando la peineta por su cabeza casi calva. El olor a orina impregna el lugar. Se toca la falda mojada. Trata de levantarse, le tiemblan las piernas y cae. Siente el piso frío y una vez más recuerda lo que tuvo que soportar ahí. Intenta gritar y al igual que las otras veces su voz se consume antes de escapar. Su piel seca absorbe una lágrima. Abre los ojos e intenta recordar cuándo él la olvidó ahí.

Daniela Trewik B. Profesora de Castellano. Sus textos han aparecido en los libros- objeto de Ergo Sum.

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MONICA URRUTIA Pecadora Magdalena derrama pedazos de vidrio por el pasillo de la vieja casa. Es orden de su marido, un hombre muy religioso. Debe cumplir la penitencia semanal por los pecados cometidos. Luego inventará un accidente, una caída. Piensa en el próximo paso, el camino hacia el perdón. Él la espera en la sala, sentado en un sillón que semeja un trono. Aún de rodillas, dejando su sangre en el piso, se acerca y lo mira a los ojos. Espera la absolución. Se levanta. Va al baño para lavar sus heridas y arrancar los vidrios incrustados en las rodillas. Se mira en el espejo. No se reconoce. Algo se quiebra en su mente. Deambula en la noche por la casa. Él la siente. En medio de la oscuridad la arrastra hasta la última pieza. Pone llave al candado de la puerta. Magdalena no está sola, vislumbra el cuerpo inerme de otra pecadora. Mónica Urrutia F. (Santiago). Narradora y guionista de radioteatros. Autora de “Esa chaqueta a cuadros” y “ Vuelos, sueños y otros asuntos”.

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PAZ URZÚA Hoy decido He vivido la pesadilla de perderse, de no encontrar el motivo de todo o nada. El dolor ha cerrado mis sentidos, surca mi cerebro golpeando en mis venas. Vuelvo a soñar con mi imagen desgastada, raída por el tiempo, la incomprensión y las pérdidas. Soy una cabellera enmarañada, un rostro repugnante, pobre. Y te veo ahí, siempre en el umbral, con las piernas abiertas, seguras las manos y la mirada controladora. Tu identidad intacta, tú en mi laberinto sin perderte. Ésa es la pesadilla de la que quiero descansar. Estoy harta de morir y no acabarme nunca. Los acantilados me llaman, las olas ríen, arrastro mis pasos y veo agonizar el mundo a mis pies. Quiero creer que hoy empiezo. Hoy me limpio de tu sonrisa irónica y encontraré lo que he olvidado de mí en ti. Hoy me pertenezco. Paz Urzúa, Concepción. Sus textos han aparecido en diversas antologías.

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CRISTINA VARAS LARGO Nunca más El frío acecha. La estufa entibia con pocas ganas, pero algo de calor entrega todavía. Las heridas duelen mucho con el frío y dolerán más cuando el gas del balón se acabe, en una hora y media, calculo. No volverá a tocarme, me digo, pero esta vez es cierto porque su cuerpo yace al lado de la puerta. También el envase de cerveza con que lo golpeé. No tan fuerte, pero cayó altiro y azotó su nuca contra el borde azul de la escala. Iré a limpiar mis heridas mientras queda gas en la estufa. Después llamaré. Esta vez se volvió más loco que nunca. Al comienzo zafé, pero tropecé contra un juguete y ahí me agarró. Tirada en el suelo, recibí. Hasta que divisé junto al sillón la botella vacía. Mañana estaré presa. Pero viva.

Cristina Varas Largo, narradora y traductora. Sus cuentos han aparecido en diversas antologías.

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VIRGINIA VIDAL Cara de Dios Acababa de parir su segundo hijo, una belleza de muchacho, lindo y sano como el primero. De vuelta del hospital, la atacaron en el bajo vientre unos dolores atroces (después supo que se llamaban entuertos). Pese al intenso sufrimiento, acometió las labores domésticas. Bañó y alimentó a los hijitos. Se sentía bendecida. Como pudo, hizo el almuerzo. Puso la mesa, ordenó lo mejor posible. Llegó el marido y le sirvió, deseando que encontrara todo sabroso. Entonces ocurrió algo inconcebible: él tomó un pan, lo golpeó contra la mesa y lo lanzó contra el suelo: “¡Yo no como pan añejo! ¡Anda a comprar!” No supo reaccionar ante la brutal actitud de ese hombre, ahora desconocido para ella. Sobreponiéndose a los feroces calambres breves pero pertinaces partió a la panadería.

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Jamás pudo recuperar la memoria de lo que pasó después, pero es imborrable su sensación de haberse vuelto pan añejo y golpeado.

Virginia Vidal. Nació en Santiago de Chile. Escribe. Poca se le hizo la vida vivida. Morirá más temprano que tarde.

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YOSA VIDAL Antígona de los objetos El cuerpo del plato se separó en muchos pedazos irregulares, y cada uno tomó la forma que el impacto le asignó. La nueva y múltiple individualidad de sus partes maldijo el accidente, pues su identidad moría a la vez que pasaban a formar parte la inmensa cantidad de desperdicio. De pronto, una mano levantó el pedazo más grande y lo incrustó en el ojo de quien antes lo lavara. Al principio cada parte que quedaba en el suelo lamentaba tan triste destino, pero más tarde lo envidiarían: él sería el único que tendría un entierro digno, junto a la mujer, en el fondo del patio.

Yosa Vidal es narradora y poeta. Publicó en la antología “Colección géneros: poesía” de la U. de Chile, y en los libros-objeto Ergo Sum

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ALEJANDRA WOLLETER Escarmiento Le dije al Guarén que no trajera el bate, que bastaba con los bototos con punta de fierro. Es que el Guarén es hombre de convicciones, no como yo que me quedé atrás cuando apareció, taconeando, la maraca. De un solo combo la tumbaron. Salieron volando su peluca, sus zapatos y su cartera. El Guarén comenzó a afanarse en la cara de la huevona con el bate, la reventamos. Bueno, fueron ellos, con sus patadas. Yo tenía miedo, no sé pos, que se fuera cortada y alguien hablara. Después, antes de irnos, el Guarén satisfecho me miró fijo y me dijo que el maricón -y ahí recién caché por qué era necesario el bate, porque no era mina- que el maricón quedó con el cráneo hecho pebre y la jeta tajeada, eso. Para que no pudiera besuquearse con ningún huevón, en un buen tiempo.

Alejandra Wolleter. Poeta y narradora. Último libro: “El Jardín de los Manzanos” (poesía).

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MARIA INÉS ZALDÍVAR Alarido Estiré el cuello más y más y en el aire atrapé tu grito. Abrí la boca, grande grande y me lo tragué. Ten, toma, te regalo mi silencio.

María Inés Zaldívar. Poeta, ha publicado “Artes y oficios” 1996, “Ojos que no ven” 2001, “Naranjas de media noche” 2006, “Década” 2009 y “Luna en Capricornio” 2010.

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JACQUELINE ZLATAR Última vez La frase resonaba en su cabeza ante el espejo del baño, desnuda de cuerpo y alma. Miraba las horribles marcas en el cuello. No era la primera vez, pero lo de hoy fue diferente. Sintió la muerte. -Es un buen hombre, el alcohol lo transforma, no es él - se repitió a sí misma. Hoy sintió que moría, lo vio en sus ojos cuando le apretaba el cuello y no podía respirar. Lo miraba suplicante tratando de reconocer al hombre que en algún tiempo amó, pero él no estaba allí. Esta vez logró salvarse y no habría una próxima. Mientras se vestía, decidió cerrar la puerta para siempre.

Jacqueline Zlatar es poeta y narradora. Ésta es su primera publicación.

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