Hazel Grace es una adolescente con cáncer dispuesta a no convertirse en una granada para nadie. Su vida social se limita a sus padres, su libro y el inevitable grupo de apoyo al que su madre la obliga a ir, hasta que Augustus Waters aparece en el grupo con una pierna menos y una personalidad arrolladora. Ambos comenzarán entonces a perseguir el último deseo de Hazel. Para ellos solo existe el ahora y mañana tal vez ya solo sea su Último Día Bueno. No me gustan las historias de cáncer. Así de simple. Las he vivido demasiadas veces en segunda persona como para querer pasar mi rato libre rodeada de personajes moribundos y absurdamente soñadores. Pero me gusta Bajo la misma estrella. Hazel y Gus no están moribundos. Desde que se conocen, Gus obliga a Hazel a vivir cada minuto como el último y a desear solo un día más. Ambos son dos personajes con los pies en la tierra, sólidos y con el carácter para hacer humor de su situación. -Este
me
encanta.
¿A
ti
no?
Supongo que yo estaba mirando el estímulo encima de la tele, un dibujo de un ángel con la leyenda:
«Sin
dolor,
¿cómo
conoceríamos
el
placer?».
(Podríamos analizar este estúpido y poco sofisticado argumento sobre el sufrimiento durante siglos, pero baste con decir que la existencia del brócoli en ningún caso afecta al gusto del chocolate.)
Ha sido bonito conocerlos y me ha gustado el estilo de John Green pero encuentro que su argumento no iba a ninguna parte. Todos sabemos cómo acabará y en parte eso ha desmotivado mi lectura. No es una historia que me sorprendiese ni que me emocionase, como he visto en tantos otros lectores. Tal vez no me involucré demasiado con los personajes o puede que hace tiempo que me preparé para lo peor.
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