AV A VANCE VOCERO DEL MOVIMIENTO ACCIÓN NACIONALISTA PERUANO - MANPE M ANPE BUENOS AIRES - ARGENTINA Mayo AÑO 2014 Distribución Gratuita.
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Nacimiento, Vida Nacimiento, Vida y Agonía de Sendero Luminoso.
Para que el trabajador y productor peruano no se sienta que pertenece a una clase social, sino que tome conciencia que es miembro valioso de una comunidad, que pertenece a una Nación. ¡La utopía marxistamaoista a muerto! muer to! ¡Viva la Verdad Nacionalista!
MANPE, SIEMPRE CON LA GENTE.
AVANCE
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“Las 7 Tesis del Pensamiento Gonzalo (PG)”: ¿EXISTIÓ UN PENSAMIENT PENSAMIENTO O GONZALO? El Neosenderismo y La Autocracia del Terror Terror Cuartelario. Se menciona mucho al “Pensamiento Gonzalo”, como se denomina al programa del grupo que dirigió Abimael Guzmán, que está en reactivación. Este grupo terrorista “Sendero Luminoso”, bajo su núcleo central dirigente, tiene ahora entre sus brazos generados al Movadef para la lucha política-legal. Al Al mismo tiempo, mantiene sus vínculos con el clan narcoterrorista del “partido militarizado” en el Vraem, el que es una banda de sicarios al servicio del narcotráfico. Tras la derrota de su accionar terrorista, está en el recodo de su “nueva etapa”. Se ha rearticulado con una nueva forma, tras el “acuerdo de paz”, concordado en 1992-1993 entre la dictadura de Fujimori-Montesinos con el grupo terrorista, y de luego de más de una década aprovechando que la recuperada democracia (2000-2012), fue debilitada pues mantuvo el neoliberalismo, el estado mafioso y la anti-política. Aprovecha de la crisis del sistema político y de los partidos, para esta articulación de grupo de presión que suma el carro-bomba de “pensamiento-gonzalo, amnistía a Abimael-Fujimori-Montesinos-Colinas, y narcotráfico”. Esta es la nueva etapa en que se encuentra el Neosenderismo. Su presencia es limitada a pocos escenarios. Ha existido negligencia en el Estado para hacerles frente. Existe negligencia, pues existe lenidad ante el crecimiento del narcotráfico, peligro estratégico contra la nación pues busca imponer un Narco-Estado. No hay duda que al Neosenderismo la prensa ultraderechista le da amplísima publicidad e incluso lo presenta como si estuviese a puertas de poner en jaque al Estado. Se pretende imponer que la forma de hacer frente a este neosenderismo requiere reducir la institucionalidad democrática y transitar a las formas de un sistema estatal autoritario, de impredecibles consecuencias. La planteada propuesta de ley del “negacionismo”, atropella los derechos constitucionales, y solo v ictimiza al neosenderismo. Traba la reforma ideológica y política, la que es más bien indispensable para incorporar a las personas como ciudadanos activos en la ampliación de los derechos. Es cierto que ante la articulación de grupos adscritos al terrorismo y vinculados al narcotráfico, deben existir medidas de penalización y represión efectivas. Pero ellas serán adecuadas, si es que al mismo tiempo que se combate claramente al narcotráfico, existe la tarea fundamental de dar el combate ideo-político al neosenderismo. Esta lucha ideo-política es el sustento de la reforma política democrática que abra el sistema político, y afirme el Estado de derecho c on más y mejor democracia y vida digna. La lucha ideo-política debe darse en la sociedad, en la lucha política activa, con argumentos, con ejemplos de cambios, con un proyecto de nación y sociedad para una vida con libertad, justicia y dignidad para todos y todas. Uno de los aspectos cruciales de esta lucha ideo-política, es el análisis del denominado “pensamiento Gonzalo”. El mejor texto para apreciar su significado es el Informe de la Comisión de la Verdad, cuya lectura es indispensable. Tratare de resumir en 7 las Tesis del PG, en las que se expresa su trayectoria y propuesta, anterior y actual. 1. LA POLÍTICA: LA CONCIENCIA DE CLASE SE CREA CON EL TERROR Y EL DERRAMAMIENTO DE SANGRE Matar personas, incluidos niños, a pedradas y cuchillo, no era solo la locura de “ahorrar municiones”. El PG sostiene que la “conciencia de clase”, no se forja en la historia con las luchas sociales, ciudadanas y de derechos, sino que es producto del terror, que permite imponerla a otro. De ahí que sostiene que los derramamientos de sangre, a mansalva, con felonía, en su propia lógica destructiva (asesinatos, genocidios, atentados dinamiteros y con carros bomba, entre varias de sus formas reivindicadas) son la forma de “forjar conciencia de clase”, son escuela del desarrollo de los combatientes senderistas, encarnación anticipada de los “hombre nuevos”. Esta idea de la política, es la columna vertebral del poder mesiánico basado en el crimen. No tiene nada que ver con las guerras revolucionarias de la historia ni con las tradiciones andinas. Es la sistematización de la violencia pura hecha poder despótico. 2. EL PODER: EL PARTIDO MILITARIZADO: APORTE HISTÓRICOMUNDIAL. La autoproclamación del PG como la espada suprema, el aporte histórico-universal del PG, es, por ello, definido como la “militarización de los partidos”, el partido-militarizado como se autocalifica la banda neosenderista en el Vraem. El “partido militarizado” no tiene relación alguna con las distintas teorías y formulas de los diferentes partidos del amplio movimiento de comunistas, socialistas, socialdemócratas, nacionalistas populares de los Siglos XIX, XX y XXI. El PG Gonzalo no es la continuación de Marx; no es siquiera la retoma de la anarquía como grito explosivo. Sobre esta base, festejaban festejaban la dinamita dinamita puesta para destrozar el asesinado cuerpo de María Elena Moyano, el vil asesinato de Pedro Huillca, los degüellos y matanzas de campesinos y de dirigentes sindicales y populares, el asesinato brutal de cualquier ser humano. 3. LA AUTOCRACIA: DEL DE L FEUDALISMO AL RÉGIMEN CUARTELARIO, CUARTELARIO , POR EL RECODO DEL TERROR TERRO R Y EL ESCLAVISMO El PG, se eligió a si mismo como Presidente de una “República Popular” de carácter Autocrática es decir, donde todos los órganos y atribuciones del poder están concentrados en la mano de una persona, que solo da cuentas a sí mismo, que es todopoderosa en su ejercicio, y que tiene a la población regimentada como si la sociedad fuese un cuartel militar. Los “núcleos” del PG los impusieron en solo algunos escasos lugares abandonados por el Estado, con un puñado de armas y terror despiadado a campesinos desarmados. Reducida estos pocos sitios, como propuesta es de todos modos la tercera forma de Autocracia que hemos padecido en el Perú, siendo las anteriores las de Leguía y la de Fujimori.
Dos características singularizaban a esta autocracia y su “Presidente”. Una era la de “barrer el campo para imponer la dominación cuartelaria militar”, destruyendo todas las organizaciones sociales, en especial liquidando en el mundo andino a las comunidades campesinas, matando a sus autoridades y reemplazándolas por los comités militares del senderismo, así como buscando liquidar a la Central General de los trabajadores y sus sindicatos empezando por asesinar a sus dirigentes. La otra característica era la vía terrorista para pasar el feudalismo al régimen cuartelario por la vía del esclavismo militarizado. Para esto destruían los avances científicotécnicos, que imputaban al imperialismo, como las innovaciones genéticas en la ganadería que destruyeron en Ayacucho y Junín; también el impedir los mercados agrarios con el asesinato de los campesinos que llevaban sus productos a las ferias; y esclavizar a pueblos indígenas, como hicieron con los ashaninkas. 4. LA NACIÓN SIN HISTORIA: MANIATADA COMO CUARTEL DE SÚBDITOS, SIN COMUNIDAD DEMOCRÁTICA CIUDADANOS CIUDADANOS.. El PG no tiene proyecto de nación, se alucina universal desde su propia emanación del pensamiento en el cuerpo determinado de su pensador. No tiene proyecto de nación, y va contra sus más importantes tradiciones ancestrales andinas, amazónicas y criollas, contra sus avances, y contra sus fuerzas sociales ciudadanas. Por eso, el terror en que se sustenta tiene un aire metafísico, universal, propio de un pabellón psiquiátrico, sin raíces en la historia de una comunidad nacional. El avance estratégico del terror senderista, pretendía destruir la comunidad nacional y los derechos ciudadanos, para instalar el poder omnímodo del Presidente Gonzalo, asentarse en una sociedad cuartelaria, y sustentarse en un partido militarizado. Por esto mismo fue derrotado. Ante todo, porque los propios campesinos, especialmente los comuneros y sindicalizados, los derrotaron desde que pretendían ingresar, como ocurrió en los sindicatos de La Convención y Lares, en las comunidades campesinas de Puno, Cusco y el centro, y en las rondas campesinas del norte. También, También, luego se rebelaron los campesinos que habían sido sorprendidos y temporalmente sojuzgados. Y en las ciudades, el terrorismo despiadado, especialmente contra dirigentes sociales, sindicales, universitarios, les abrió algunas áreas, pero no obtenían respaldo, por lo que ampliaron el terror, siendo el cochebomba de Tarata Tarata y el asesinato de María Elena Moyano los virajes de su retroceso y cercana derrota, ante el repudio masivo de la ciudadanía. 5. LA POBLACIÓN: MASAS ENCUADRADAS EN FORMAS REGIMENTADAS El PG expresa fórmulas irracionales. Una de ellas, fundamental, es el desprecio a la población que actúa como pueblo ciudadano activo. De ahí que sus planteamientos de política y de poder, plantean no solo como estrategia de acceso , sino fundamentalmente como régimen permanente de vida, el encuadramiento de las masas en formas forzadas. 6. LA SOBERANÍA: ELAUTOPROCLAMAD AUTOPROCLAMADO O PRESIDENTE GONZALO. GONZAL O. El PG se nombra a sí mismo, no solo como autor de frases discursivas, espada máxima, fuente de saber, sino como destinatario personal de la soberanía. De ahí que se autoproclamara “Presidente de la República Popular de Nueva Democracia”, ridículo papel sellado, con el cual se fungía soberano de su propia persona. En realidad, el grupo terrorista no llego a formar ni siquiera base de un ejército, ni tuvo territorios liberados, sino que algunos vivían en zonas abandonadas por el Estado, mientras el “Presidente” bailaba Zorba el Griego en los distritos de clase media de Lima. No hubo en el Perú una “guerra revolucionaria”, y SL nunca estuvo al borde de tomar el poder en un supuesto e inexistente equilibrio estratégico de fuerzas. Lo que ocurrió fue un conflicto armado, donde al ac cionar terrorista del senderismo desde áreas que el Estado había abandonado, en el poder del Estado primó la respuesta con un accionar s istemático de terrorismo de Estado, ampliándose la violencia en todo el país. Las respuestas de la soberanía del pueblo, desde la sociedad, en las instituciones del Estado, y en los sectores profesionales de las FFAA, pudieron haber terminado con el terrorismo a fines de los 80, lo que fue impedido como se demostró con la confirmación de un aviso preventivo a una detectada reunión del Comité Central senderista. De este modo, se prolongó el c onflicto entre los años 90 al 92, para crearse desde el poder del Estado las condiciones del golpe autocrático para instalar la dictadura de Fujimori y Montesinos. Las víctimas principales de este conflicto fueron los pueblos indígenas y las poblaciones urbanas, en lo que es una raigal develación de la persistencia del trauma colonial en la República. Para el “Presidente Gonzalo”, soberano de sí mismo, se trataba de forzar la captura del poder en un inexistente equilibrio estratégico de fuerzas. Y acrecentó ferozmente el accionar terrorista. Este poder de soberanía, lo ejercía con sus subordinados, que tenían con él la relación de los creyentes con un dios, con un soberano. Para hacerlo, estableció un método de “lucha entre dos líneas”, que consistía en que los súbditos hacían propuestas y pugnaban por estar cerca del soberano, y el soberano cuando adoptaba una decisión o sancionaban un error o una derrota, liquidaba a una parte de sus seguidores ferozmente, haciendo como si fuese “dirimente” entre “las dos líneas”, cuando no era sino una forma de afirmar su absoluto dominio, agregando a la soberanía omnímoda el temor absoluto de vidas y mentes. Y a este llamaba vida de partido. No es casual, por ello, que cuando fue derrotado y capturado Guzmán, derrumbándose su falso “equilibrio estratégico de fuerzas”, por el solo hecho de su captura individual, declaró que todo había cambiado. Es decir que era desde ese momento otra la dinámica de la supuesta revolución mundial que dirigía. La captura de sí mismo, del “Soberano”, era el cambio de época. Y dio pase al acuerdo entre autocracias, en el acuerdo con Fujimori y Montesinos.
AVANCE 7. LA DOCTRINA: EL “PENSAMIENTO EN GONZALO” SÍNTESIS MATERIAL DE LA INTELIGENCIA UNIVERSAL. Un dirigente senderista de Puno declaro hace dos años a la TV, que Guzmán era quien había creado la teoría del Big Bang sobre el origen del universo, siendo una “patraña imperialista” asignársela a un físico inglés. No era un asunto casual y menor, de un loco aislado. Es que el PG se sustenta en que la persona, el cerebro c erebro específico, de Abimael Guzmán, contiene en su síntesis material la síntesis del conocimiento de la humanidad. Es la inteligencia universal encarnada. Este absurdo, va más allá de cualquier religión, que asigna a sus autoridades el ser vocero de revelaciones de alguna deidad. Aquí el PG hace de sí mismo, alucinado profesor kantiano, el portador de todo conocimiento. Solo una secta fanática terrorista, sometidos sus integrantes a inmensas presiones psicológicas , o partícipe de bandas de sicarios del narco- terror, puede existir con estas condiciones.
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MANPE PERÙ
2014 VOTE MANPI M ANPIST STAS AS
X X Solo se gana una guerra con el apoyo de la gente
La Primera el marzo 9, 2014 Los campesinos se enfrentaron a los senderistas que los querían utilizar, que les cerraban sus ferias, que reclutaban a sus hijos y los incorporaban al “partido”, luego de la prueba de fuego a que los sometían que era, simplemente, matar a las autoridades rurales. Los campesinos, por esa razón, desde mediados de los años ochenta, no dudaron en oponerse a Sendero y decidieron organizarse de manera distinta a la propuesta de la Defensa Civil al estilo centroamericano y colombiano. Un dato de la realidad que ayuda a entender la derrota de Sendero es que desde 1988 los militares peruanos aceptan que los senderistas no eran solo un grupo terrorista, sino que eran un grupo subversivo que le había declarado la guerra al sistema político, social y económico del país y que no se les podía combatir como si se tratara de un grupo de delincuentes ni como simples terroristas porque tenían objetivos políticos, tácticas y estrategias estrate gias y querían querí an tomar el poder. Y, Y, entonces, deciden disputarle su base social.
Lo que nos falta es aprenden lecciones de otras experiencias y reforzar el acercamiento a la población. Solo se gana una guerra con el apoyo de la gente Nunca debe olvidarse que en cualquier parte del planeta solo ganan una guerra quienes cuentan con el apoyo de la población y eso fue lo que hicieron los militares peruanos a fines de los ochenta, incluso sin el apoyo político necesario. En los últimos años, y en especial en los “tiempos de Cueto”, lo que no han hecho los militares peruanos en el VRAEM, y mucho menos los funcionarios de DEVIDA, es buscar aliados en la población de la zona. La razón: como todos son productores de coca no los consideran interlocutores legítimos. Los peruanos olvidamos que gracias al liderazgo de la Defensa Civil Anti Subversiva (Deca) del VRAEM, se logró la expulsión de Sendero del campo. CÓMO GANAMOS Para decirlo con claridad y sin medias tintas. Los peruanos le ganamos la guerra a Sendero cuando éstos perdieron el apoyo campesino y cuando los ronderos los expulsaron del campo. Y eso para Sendero fue letal porque ellos eran un grupo maoísta, campesinista y su estrategia, política y militar, para la captura del poder, tenía, sí o sí, que contar c on el apoyo de los campesinos. La sociedad peruana hasta hoy no reconoce que el punto de inflexión de la derrota de Sendero es cuando desde 1988 los campesinos se organizan, se enfrentan y expulsan a los senderistas; y lo hacen por convicción y por decisión propia. Los ronderos que vencieron a Sendero no tienen nada que ver con los paramilitares colombianos o la Defensa Civil de los países centroamericanos.
LA HISTORIA OFICIAL El año pasado tuve la oportunidad de estar en Ayacucho, en Víctor Fajardo, Hualla y Canaria, el 12 de setiembre, fecha en que se capturó a Guzmán. No saben el mal rato que pasé conviviendo con la rabia contenida de campesinos, ronderos que se enfrentaron, no una sino muchas veces a los senderistas, y no saben lo duro que fue escucharlos decir “nosotros no existimos”, “para el país solo existe Tarata Tarata y el Benedicto y el Miyashiro, ni siquiera Ketín Vidal”. Y es que, por desgracia, la casi totalidad de analistas y las organizaciones políticas, sostienen que el punto de quiebre de Sendero es cuando se captura a Guzmán. Incluso eso lo dice el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). Solo se gana una guerra con el apoyo de la gente CUÁN EQUIVOCADOS ESTÁN Ciertamente, la detención del líder senderista fue muy importante pero esta se produjo cuando Sendero había perdido rumbo y su proyecto político y militar para capturar el poder ya era inviable porque había perdido el campo; y sobre-actuaba buscando una intervención militar peruana o la intervención de una fuerza multinacional. Ciertamente los policías de la DINCOTE hicieron un buen trabajo capturando a un Guzmán ya derrotado, acorralado y asustado, que no tenía ni una guardia de seguridad; porque Sendero estaba ya infiltrado y tan dividido que Abimael desconfiaba hasta de su sombra, razón por la que pidió protección a sus amigos y no al Partido. NO SOMOS PARTE Pero lo que es una verdad irrefutable es que la guerra la perdió Sendero cuando el campo le dijo “no somos parte de su proyecto político”. Y eso ocurrió en 1988, cuando el ingeniero Alberto Fujimori ni pensaba presentarse a la Presidencia. Y, nos guste o no, cuando los militares entendieron lo que hoy nadie quiere aceptar: el Perú vivía una guerra porque un grupo subversivo quería tomar el poder.
AVANCE Se habla mucho de que el gobierno de los noventa derrotó a Sendero. Esa es una verdad v erdad a medias. Es cierto, c ierto, que el presidente Alberto Fujimori restableció la presencia del Estado a nivel nacional y también que cambió las viejas armas de los ronderos por escopetas retrocargas; pero lo hizo en 1990, cuando Ayacucho ya no era prioridad para Sendero, cuando Lima era el centro de los asesinatos y atentados terroristas, puros y simples. LA CLAVE El gran “secreto” oculto, minimizado, vilipendiado y vituperado, fue que los militares aceptaron que Sendero era un grupo subversivo que quería tomar el poder y por lo tanto la manera como debía derrotársele era disputándole las bases campesinas que querían ganar. ¿Qué hicieron los militares? Entendieron que la propuesta de organización campesina que tenían no iba a funcionar y entonces fueron comunidad por comunidad y les dijeron “Ustedes elijan al presidente de los ronderos”. Siempre el elegido fue el de mayor edad. La derrota de Sendero fue el resultado de muchos esfuerzos de distintos sectores de la sociedad, sin embargo resultó clave la alianza entre las Fuerzas Armadas y los campesinos organizados en rondas y liderados por los actuales productores de coca organizados en las Decas; productores a los que hoy se ignora. Para decirlo en pocas palabras, los militares y los campesinos, y en especial los productores de coca, se unieron porque tenían un enemigo común: Sendero Luminoso. EL VRAE En la actualidad y desde hace catorce años, cuando a un ingeniero agrícola se le ocurrió decir que las dos columnas armadas que quedaban de Sendero, la del Huallaga y la del VRAE, eran simples remanentes (se entiende que de un problema ya resuelto) y que no tenían ideología y que eran poco menos que sicarios del narcotráfico, y lo peor de todo, cuando casi todo el país hizo suyo ese análisis, comenzaron otro tipo de problemas. Todos los actores políticos y militares volvieron, como en 1980, a realizar un análisis que partía, de nuevo, de un diagnóstico equivocado. Cuando Sendero se levantó en armas en 1980, muchos miembros del partido de gobierno volvieron a sostener que se trataba de abigeos. Cosa parecida ocurre en la actualidad, la columna armada de Sendero ciertamente protege la salida de la coca que se produce en el VRAEM pero, guste o no, tienen un proyecto político, falso si se quiere, pero proyecto político como lo tenían los senderistas en 1980. Solo se gana una guerra con el apoyo de la gente NADIE QUIERE ABORDAR La producción de coca se produce en el Valle del Río Apurímac Apurímac y el Ene. Este gobierno habla del VRAEM. La razón: incluye a los sectores sociales que indirectamente también viven de la economía de la coca. Según las cifras oficiales, el tema compromete a un poco más de 600,000 peruanos. Para la mayoría de políticos y analistas, periodistas y quienes viven en Lima, los que siembran coca debían ser poco menos que eliminados. Pero nadie dice que esos 600,000 peruanos viven de la economía de la coca. Y nadie dice con claridad que para cerrar el circuito comercial tienen, simplemente, que sacar la coca del Valle y para hacerlo tienen dos alternativas: o sobornan a la policía o le pagan a la columna senderista del VRAEM; tienen que lograr la complicidad de la policía o de la columna armada de los hermanos Quispe Palomino. Y nadie quiere asumir que ese es el problema.
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MANPE PERÙ Por esos días, en el VRAEM, los productores de coca se encontraban también muy preocupados por posibles operativos de erradicación de plantaciones de coca y se preparaban para “resistir” las posibles operaciones de DEVIDA. No obstante, más de un productor de coca dudaba desde mediados del 2013 de la capacidad real de la columna de José. La razón: sostienen en privado (porque lo saben) que dicha columna tiene “tropa” pero carece de dirigentes políticos y militares. Y ahora deben también estimar que con la muerte de “Alipio” y “Gabriel” y con la detención de varios de los mandos de la columna, su capacidad bélica se encuentra seriamente afectada. Un cocalero comentó alguna vez que la columna senderista del VRAEM está intacta, y que deben continuar siendo los 400 hombres que estiman los servicios de inteligencia. Pero que su debilidad es que la dirección de la columna adolece de los mismos defectos de todas las organizaciones políticas peruanas; es decir, son dirigidas por caudillos y los militantes solo cumplen tareas menores. Hoy que se habla de erradicación inminente en el VRAEM, es oportuno recordar que el número de armas en la zona no se encuentra registrado en ninguna parte y que luego que finalizó el enfrentamiento de los ronderos con Sendero, nadie devolvió arma alguna. IMPORTANTE Es importante tener presente que luego del operativo donde fueron liquidados “Alipio” y “Gabriel”, se filtraron detalles del mismo y fue así como se conoció que existían “equipos combinados y especiales de las FFAA y de la Policía Nacional” pero también algunos detalles que no debieron haberse revelado como que las comunicaciones de los senderistas del VRAEM estaban intervenidas, que se habían “comprado” a varios de los que tenían como misión transmitir las órdenes y los planes que la jefatura senderista disponía, etc. Todos estos problemas es muy probable que ya hayan sido resueltos cambiando los medios de comunicación que empleaba la columna del VRAEM; las llamadas “casas seguras”; los “mensajeros” y hasta los planes tácticos y hasta algunos objetivos estratégicos. Sostienen los entendidos que estos cambios se pueden realizar en un tiempo mínimo de cuatro a seis meses. Bueno, si el abatimiento de “Alipio” y “Gabriel” se realizó el 11 de agosto del 2013, eso quiere decir que ya han pasado por lo menos cinco meses que les deben haber servido para cambiar todo lo que tenían que cambiar. Por esa razón: el país debería estar preparado para una posible“reaparición” del Sendero de los Quispe Palomino. ERRORES Con un Sendero cuestionado por la población, que volvía a robar y a chantajear y que con sus acciones hizo que se suspendiera la continuación de la famosa y anhelada carretera. Con un Sendero al que los productores de coca lo veían débil y del que comenzaban a volver a desconfiar, el Gobierno perdió la gran oportunidad de aislarlos y acercarse a la población, a los productores de coca. Y no lo ha hecho entre otras razones por la existencia de sendos compromisos internacionales que el país tiene al respecto que considera a los productores de coca como parte de la cadena del narcotráfico. No se entiende que, según las cifras oficiales, el área de intervención de VRAEM compromete a casi 420 mil peruanos y en el área de influencia a 200 mil peruanos. Es decir, estamos hablando de más de 600 mil peruanos a los que no se les puede tratar como c iudadanos de quinta categoría.
VICTORIA TÁCTICA, NO ESTRATÉGICA La eliminación de “Alipio” y “Gabriel” se está desaprovechando y lo que ha sido la mayor victoria táctica de las Fuerzas Armadas puede convertirse, por desgracia, en una derrota estratégica muy importante a favor de los senderistas del VRAEM.
El gobierno del presidente Ollanta Humala ha invertido en el VRAEM como no lo ha hecho ningún gobierno. Sin embargo, esas inversiones se hacen porque los funcionarios que tienen esa responsabilidad estiman que son importantes. Pero a los 600 mil peruanos comprometidos con el problema en esta cuenca, no se les pregunta, no se les escucha, no se los convierte en actores políticos.
Cuando en 1999 se capturó a “Feliciano”, no se realizaron operaciones militares complementarias para poner punto final al tema de la columna armada de Sendero en el VRAEM.
Si se les convirtiera en actores políticos, ellos serían los que debieran dirigir la futura erradicación.
Esa especie de tregua que se les dio a los senderistas que quedaron en el VRAEM, fue bien aprovechada. Comenzaron un trabajo distinto en el Valle. Les pidieron perdón a los campesinos. Dijeron que Guzmán había recurrido al genocidio y al terrorismo. Prometieron no volver a matar, nunca más, a un campesino y tampoco quitarle sus pertenencias; y pagar por todo lo que podían coger de la comunidad. En una entrevista realizada por Frecuencia Latina el famoso Camarada “José” sostuvo: “Para revertir esa situación, ustedes no saben cuántas autocríticas y vergüenzas hemos pasado ante el pueblo” (Quispe en Punto Final). Y trabajaron 14 años. La eliminación de “Alipio” y “Gabriel” fue en agosto del 2013 y se realizó en un contexto difícil para las huestes de los hermanos Quispe Palomino. La razón: los pobladores del VRAEM estaban enojados y sorprendidos porque los senderistas estaban solicitándoles cupos a la empresa que construía la carretera Quinua-San Francisco; que, como se sabe, y desde hace más de treinta años, es uno de los mayores anhelos de toda la población del VRAEM. Y tales hostilizaciones habían llegado no solo al robo de alimentos y medicinas sino a quemar las maquinarias que éstos utilizaban.
Finalmente, se conoce que entre mayo y junio se iniciará la erradicación de coca en el VRAEM; 16 mil hectáreas sostienen algunos funcionarios gubernamentales. Es decir, en el mes en que la campaña electoral municipal y regional estará en su momento más importante y en el mes que Conga y Tía María debían echarse a andar… Para no citar la secuela de temas que el fallo de la Corte de La Haya nos ha dejado. HAY QUE MEJORAR LAS RELACIONES RELACION ES Desde el trato personal y político Es urgente que las Fuerzas Armadas mejoren su relación con la población y eso va desde el trato personal y culmina en el debate político. El Gobierno y las Fuerzas Armadas deben crear interlocutores políticos entre los cocaleros, no importa que lo sean; tácticamente para mejorar su relación con la población; estratégicamente, porque si eso se logra, el grupo de los Quispe Palomino quedará aislado y, en segundo lugar, porque se crearán las condiciones para que los propios productores sean los que dirijan la erradicación de la coca.
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Los Orígenes de Sendero Luminoso: Pensamiento, acción y base política del movimiento Sendero Luminoso Nelson Manrique
Este texto se centra en el movimiento político Sendero Luminoso (SL), que se formó como un desprendimiento del Partido Comunista Peruano (PCP), en su línea política, su acción y la forma como construyó una base social. Recoge una fase inicial y decisiva del movimiento, la del ascenso de Abimael Guzmán hasta imponerse como líder incontestado, el inicio por parte de Sendero de la lucha armada como estrategia política o “palabra armada”, y las ofensivas de 1982 y 1983, de “despliegue de la guerra de guerrillas”. Éste fue el inicio de la etapa más sangrienta de la guerra, que incluye la contraofensiva de las Fuerzas Armadas y la réplica de SL, que terminó colocando a los campesinos entre dos fuegos. En la primera parte se relata la formación de SL como producto de una escisión del PCP en 1964, sus fundamentos doctrinales, sus definiciones en el contexto cambiante de las luchas en el movimiento comunista internacional y de la vida política peruana. Se analiza el ascenso de Guzmán en SL, cómo ganó la organización ascendiente sobre el magisterio, el desarrollo de su capacidad militar y el reclutamiento de militantes en el campesinado. Examinamos, finalmente, la elaboración por Guzmán de la “teoría de la guerra popular”, y la forma como ésta se concretó en “planes militares”, “olas”, “momentos” y “campañas” lanzados sucesivamente. Nos apoyamos básicamente en los documentos producidos por SL a lo largo de estos años,1 en los que se puede apreciar la evolución del pensamiento de Guzmán, y en las entrevistas que desarrollamos a lo largo de quince reuniones con el líder máximo de la organización, Abimael Guzmán Reynoso, el “Presidente Gonzalo”. Estas entrevistas se realizaron como parte del trabajo desarrollado por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), a la que el estado peruano encargó investigar la violencia política, sus causas e implicaciones, así como proponer políticas para reparar las heridas dejadas por el conflicto y ayudar a cicatrizarlas. Realizamos alrededor de cincuenta horas de conversaciones grabadas entre mayo de 2002 y marzo de 2003, discutiendo sobre la “guerra popular”, en base a un esquema propuesto por el propio Guzmán y su compañera, Elena Iparraguirre, la camarada Miriam, con quien él entonces compartía cautiverio en la Base Naval del Callao, bajo el control de la Marina de Guerra del Perú. La otra fuente utilizada extensivamente a lo largo de este estudio es la Base de Datos de la Comisión (en adelante BD-CVR), que contiene cerca de diecisiete mil entrevistas grabadas con muy diversos protagonistas de la violencia, material escrito, impreso y gráfico recopilado en toda la nación a lo largo de dos años y un extenso archivo de materiales. La BD-CVR y su archivo fue entregado a la Defensoría del Pueblo al terminar el trabajo de la comisión. La defensoría ha abierto el archivo a los investigadores interesados. La segunda parte del trabajo examina el “nuevo poder” establecido por SL sobre las comunidades campesinas de la zona “liberada” de la sierra sur central, especialmente el departamento de Ayacucho, en 1982-1983. Se analiza cómo los comuneros fueron inicialmente atraídos por el discurso y la práctica de SL; también se apuntan los cambios que Sendero introdujo en las comunidades, las respuestas variadas que encontró en los comuneros y, finalmente, las ambivalencias que fue generando en la población. Esta parte del estudio se basa especialmente en testimonios de ex militantes y comuneros, que permiten acercarse a la comprensión de las complejas y múltiples motivaciones de sus actitudes cuando se instauró el “nuevo orden” y a la causa de su cuestionamiento final.
La organización conocida como Sendero Luminoso tuvo su origen en una escisión del Partido Comunista Peruano que se produjo en 1964, como consecuencia de la escisión chino-soviética.2 La facción política de la cual desciende SL se originó en enero de 1964, como una consecuencia directa de la ruptura chino-soviética, que provocó la escisión del PCP. De esta primera ruptura surgieron dos facciones políticas que se autoproclamaban como el auténtico Partido Comunista del país y que llegaron a ser conocidas por el nombre de sus respectivos voceros periodísticos: el PC Unidad, alineado con el PCUS, y el PC Bandera Roja, alineado con el PC chino. Puesto que al producirse la escisión los militantes de ambas organizaciones se expulsaron mutuamente, era necesario buscar una fuente de legitimidad que fuera más allá de los ajustes de cuentas orgánicos. El joven comunista Abimael Guzmán Reynoso impulsó la presencia de la corriente maoísta en los sectores estudiantiles y en el magisterio peruano y promovió su implantación en algunas zonas de la sierra con un fuerte componente rural. A comienzos de la década de 1960, Guzmán se instaló como catedrático de filosofía en la capital del departamento de Ayacucho, donde funcionaba la Universidad San Cristóbal de Huamanga. Participó en la lucha interna que culminó en la escisión de enero de 1964, y formó después parte del Comité Central de la fracción política nucleada en el PCP-Bandera Roja. En 1965 viajó a la China para formarse como cuadro revolucionario. Allí, según su propio testimonio, descubrió a Mariátegui, a través del estudio del “pensamiento Mao Zedong”.3 Cuando regresó al Perú, Guzmán comenzó la lucha ideológica dentro de su organización impulsando la política de “retomar a Mariátegui y reconstituir el Partido Comunista (fundado por Mariátegui)”, desde una posición que tenía como eje fundamental el alineamiento con las posiciones de Mao Zedong. Esta lucha estuvo jalonada por diversas escisiones orgánicas, a través de las cuales Guzmán fue consolidando su ascendiente como un dirigente político con proyección nacional, desde el Comité Regional de Ayacucho. He aquí la reconstrucción histórica realizada por Guzmán de este período y el sentido que él le otorga: En enero de 1964 el PCP arrojó de sus filas a la camarilla revisionista de Del Prado y compañía, hecho que marca un hito en el largo camino del Partido; así en la IV Conferencia se dio un paso al adherir al marxismo bajo la guía del pensamiento Mao Zedong. Otro punto de avance fue la V Conferencia, de noviembre del sesenta y cinco, que centró su atención en la comprensión de nuestra sociedad y su revolución, acercándonos más a la línea de Mariátegui. Otros momentos que jalonaron el “retomar a Mariátegui y reconstituir el partido” fueron las exitosas luchas que el Partido Comunista libró contra la línea oportunista de derecha disfrazada de izquierda, cuyo remate fue la VI Conferencia, de enero del sesenta y nueve, evento en el cual el partido sancionó su reconstitución a partir de la Base de Unidad Partidaria, el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Zedong, el pensamiento de Mariátegui y la línea política general, c uya piedra angular es Mariátegui; reconstitución que, como se sancionará, implica reconstituir el partido para la guerra popular.4 En 1974 Guzmán encabezó una nueva escisión.5 De ella nació una pequeña organización que, como en las anteriores divisiones, se autodenominaba Partido Comunista Peruano, pero era mejor conocida por el lema que exhibía su periódico partidario: “Por el Sendero Luminoso de José Carlos Mariátegui”.
AVANCE “Retomar a Mariátegui” significaba a nivel ideológico para Guzmán subrayar las coincidencias entre las formulaciones del padre del marxismo peruano y el “pensamiento Mao Zedong”.6 Significaba también reclamar para su organización el blasón de ser el auténtico partido marxista fundado en los años veinte, destinado a ser el instrumento decisivo para hacer la revolución en el Perú. Como dice un documento de SL de 1975: “El camino de Mariátegui tiene un eje: el Partido Comunista, sin él no puede haber revolución ni éxitos verdaderos para el pueblo”.7 Los elementos que Abimael Guzmán reivindica de la herencia ideológica de Mariátegui se resumen en algunas formulaciones generales del marxismo, tales como la necesidad de construir un partido de clase, el carácter proletario de la revolución, la necesidad de la alianza del proletariado con el campesinado y la pequeña burguesía, así como ganar a la burguesía nacional, y la necesidad de la violencia revolucionaria para arrebatar el poder a la burguesía y el imperialismo. Otros elementos que retoma de Mariátegui atañen al carácter semifeudal y semicolonial de la sociedad peruana. Según Guzmán, las posiciones sostenidas por Mariátegui en la década del veinte seguían vigentes en la década de 1970.8 En la producción ideológica de SL la referencia al pensamiento de Mariátegui es en realidad muy limitada. Predominan los aportes ideológicos de Mao Zedong y del propio Guzmán. La denominación de la organización cambiaba según el énfasis que se iba poniendo en esos aportes ideológicos. Inicialmente, fue Partido Comunista del Perú, marxista-leninista, pensamiento Mao Zedong. Durante los años siguientes la primera parte de esta denominación se mantuvo invariable, pero la segunda cambió. Durante el período de la preparación del inicio de las acciones armadas, la definición se amplió a “marxista-leninista, pensamiento Mao Zedong, pensamiento guía”. “Pensamiento guía” aludía al aporte teórico de Guzmán: haber aplicado las “verdades universales” a las condiciones concretas del Perú. Iniciada la guerra, la denominación se amplió a “marxista-leninista, pensamiento Mao Zedong, pensamiento guía del Presidente Gonzalo”, un reconocimiento de sus seguidores al “salto cualitativo de decisiva importancia para el proceso revolucionario” que significaba su aporte a la teoría revolucionaria. Algún tiempo después, se produjo un nuevo cambio, cuando la calificación “marxista-leninista” se amplió a “marxistaleninista-maoísta”, cambio aprobado en el I Congreso de SL, donde se decidió que los aportes del presidente Mao a la teoría revolucionaria tenían tal grado de universalidad que justificaban elevar a su autor al mismo nivel que ocupaban Marx y Lenin como los padres fundadores de la teoría revolucionaria. Y el “pensamiento guía” del Presidente Gonzalo pasó a ser en adelante el “pensamiento Gonzalo”. La elevación de jerarquía de Mao Zedong permitió pues entronizar el “pensamiento Gonzalo” como una nueva etapa decisiva del desarrollo del marxismo. Si para los senderistas Marx y Lenin eran la “Primera y la Segunda Espada” del marxismo, Mao pasó a ser la “Tercera Espada”. Estos cambios abrieron el camino a la transformación del Presidente Gonzalo en la “Cuarta Espada del Marxismo” y “el más grande marxista viviente del mundo”.9 En este cambio continuo de nombres está en juego el fundamento científico que reivindica la doctrina senderista y le permite garantizar el triunfo final de la revolución que lidera. Este rigor supuestamente científico justificará la manera en que Sendero procesa las discrepancias ideológicas –lo que para una organización embarcada en una guerra revolucionaria puede tener una importancia de vida o muerte–: el recurso a la ortodoxia, la invocación a la fidelidad a los principios revolucionarios científicamente establecidos. El conocimiento científico es único: frente a él todos los demás postulados son errados, incorrectos,10 El desarrollo de la ciencia, para Guzmán, evoca la ascensión hacia la santidad en la Iglesia medieval: la elevación de un escalón de santidad al siguiente debe ir precedido de la elevación de su predecesor a una nueva posición, que deje libre el espacio que el nuevo postulante aspira a ocupar. Ascender el “pensamiento Mao Zedong” a la categoría de “maoísmo” allanó el camino al ascenso del “pensamiento guía del Presidente Gonzalo” a la categoría de “pensamiento Gonzalo”.11 Sendero invocó también referencias peruanas para “la guerra popular”. Perú vivió una fugaz experiencia guerrillera en 1963, con el levantamiento del alférez Vallejos en Jauja, muerto el mismo día de s u alzamiento, y otras dos experiencias guerrilleras de mayor duración e impacto en 1965, con las guerrillas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que abrió frentes guerrilleros en la selva central y en la región amazónica cusqueña, y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional ELN, que operó en las provincias ayacuchanas de Víctor Fajardo y La Mar. Abimael Guzmán reivindica estas experiencias guerrilleras como una de las fuentes de la que se alimentó su teoría de la guerra popular.12 Esto no significa que Sendero simpatizara con las organizaciones guerrilleras que surgieron bajo la influencia de la revolución cubana. En un período tan temprano como 1970 los maoístas peruanos rompieron lanzas con ellas, subrayando lo que consideraban diferencias irreductibles: Con el triunfo de la revolución armada en Cuba, a partir de 1959, y la actividad del movimiento castrista, Latinoamérica ha sufrido una errónea y perniciosa influencia por parte del tercerismo pequeño burgués. El tercerismo es una versión remozada de los vanos intentos de la pequeña burguesía por sustituir al proletariado como factor dirigente de la revolución y arrebatarle su hegemonía. Los terceristas terceristas y sus ideólogos, ideólogos, difunden difunden su llamado particularismo de la revolución en América Latina, atacando furiosamente el marxismoleninismo-pensamiento Mao Zedong, preconizando su caducidad, así como la de las leyes universales de la guerra popular.13
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MANPE PERÙ La decisión del Che Guevara de iniciar un movimiento revolucionario armado continental en Bolivia y la derrota y muerte del revolucionario argentino, en octubre de 1967, mereció un juicio similar, en que se acusaba directamente a Fidel Castro de traición: “El fracaso del ELN, en Bolivia, y la muerte de Guevara y los hermanos Peredo, significan para América Latina, la bancarrota total del tercerismo pequeño burgués. Es además, una nueva muestra de la traición de los revisionistas, y del falso apoyo preconizado por Castro”.14 Sendero consideraba al imperialismo, principalmente norteamericano, un enemigo de los pueblos y de la revolución y, siguiendo al PC chino, consideraba a la Unión Soviética como enemiga de la revolución, caracterizándola como socialimperialista. El golpe militar de 1968 y las reformas realizadas por el gobierno presidido por el general Juan Velasco Alvarado, como la reforma agraria y la nacionalización de los recursos naturales, formaban parte de las demandas antioligárquicas levantadas desde décadas atrás por la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y la izquierda. Los cambios impulsados por los militares sorprendieron a todos: estaban entre los más radicales realizados en América Latina y los colocaron en trayectoria de colisión con el gobierno norteamericano.15 Durante el gobierno de los militares la literatura marxista circuló ampliamente en el Perú, gracias a la apertura del mercado a masivas ediciones soviéticas y chinas de muy bajo precio.16 Los partidos maoístas respondieron caracterizando a la junta militar de gobierno como fascista. Las reformas realizadas por los militares tenían para ellos como objetivos preconizar la conciliación de clases, impulsar un proyecto político corporativista, engañar a las masas y alejarlas de la guerra popular. De allí que la reforma agraria, la reforma de la educación y la reforma de la empresa fueran abiertamente resistidas y enfrentadas. Se trataba de una posición dogmática que, partiendo de una caracterización de la función histórica de los militares como soporte del estado burgués, no podía concebir que éstos hicieran reformas, aunque los hechos mostraran que las hacían y que estas medidas afectaban a la oligarquía y los terratenientes, que fueron definitivamente excluidos del bloque de poder. Estas posiciones antimilitares fueron asumidas y sostenidas hasta las últimas consecuencias por SL: una de sus primeras acciones al empezar la lucha armada más adelante fue dinamitar la tumba del general Juan Velasco Alvarado. Los cambios de la situación política peruana en las décadas siguientes, como la salida de los militares del poder, la transición y la restauración del régimen democrático en 1980 y la sucesión de los gobiernos de Fernando Belaúnde, Alan García y Alberto Fujimori, no cambiaron para Abimael Guzmán la naturaleza “fascista” del régimen. De allí que la transición a la democracia y la apertura de espacios para la participación de la izquierda en la escena legal fueran denunciadas como una trampa puesta para frenar el avance de la guerra popular y que s e acusara a las fuerzas de izquierda que participaron en las elecciones para la Asamblea Constituyente de 1978, y en los sucesivos procesos electorales de las dos décadas siguientes, de “electoreros”. Es importante poner la denuncia de todos los gobiernos peruanos desde 1968 como fascistas en el contexto histórico de aquellos tiempos: cuando Sendero inicia sus acciones a comienzos de la década de 1980, casi toda la izquierda estaba por la lucha armada como la vía al poder y consideraba una eventual participación en la escena parlamentaria como un mero paso táctico en la preparación de la lucha armada. La diferencia entre el resto de la izquierda peruana y el movimiento de Abimael Guzmán era que, en ese mismo momento, él estaba realmente trabajando en la preparación de la lucha armada. El hecho de que eso sólo se pudiera apreciar retrospectivamente permite entender las vacilaciones de la izquierda legal frente al fenómeno de la violencia senderista. Inicialmente Guzmán siguió la tradición de los partidos comunistas del resto del mundo, que había sido alinearse con los “hermanos mayores”; los partidos comunistas de la Unión Soviética primero y de China después. Esta dependencia ideológica ha sido justificada por la necesidad de pensar la revolución como un fenómeno social único, de escala planetaria. Luego de romper con el PCUS, Guzmán vio al PC chino como un modelo a seguir. Pero después de la muerte de Mao Zedong y de la derrota de su viuda, Chiang Ching, y del grupo conocido como “los cuatro de Shangai”, Guzmán proclamó que una camarilla contrarrevolucionaria se había apoderado de la dirección del PC chino, traicionando a la revolución y restaurando el capitalismo. No es extraño que, al iniciar su campaña de propaganda armada en 1980, algunas de las primeras acciones de SL fueran colgar en los postes de Lima los cadáveres de infelices perros con un letrero que decía “Deng Tsiao Ping, hijo de perra” y poner bombas en las embajadas soviética, cubana y china. Que los militares encargados de la represión, y hasta el presidente Belaúnde, afirmaran que el levantamiento armado de SL era el resultado de la acción de agentes del exterior y que contaba con el apoyo de potencias extranjeras –presumiblemente socialistas– demuestra hasta qué punto era errónea la información de inteligencia con la que contaba el estado peruano y en qué medida se iba a guiar más por prejuicios acerca de la naturaleza del movimiento comunista y su acción que por una real comprensión del desafío que tendría que afrontar. Para Sendero no existía ninguna revolución verdadera en el mundo, pues todas habían sido traicionadas por culpa del revisionismo. Ayacucho debía constituirse en “el faro de la revolución mundial”. De aquí saldría una de las “especificaciones” fundamentales de Guzmán al maoísmo: la necesidad de la militarización del partido y de la sociedad, para evitar la restauración del capitalismo, luego del triunfo de la revolución. Más generalmente, el marxismo-leninismo-maoísmo es un conjunto de “verdades universales” descubiertas por los fundadores de la teoría revolucionaria. No pueden ser discutidas sin caer en el revisionismo; deben ser simplemente aplicadas a las condiciones concretas de cada país. Se trata pues de “aplicar” un pensamiento verdadero, preexistente a una realidad social determinada, para transformarla. Dice Abimael Guzmán:
AVANCE El marxismo siempre nos ha enseñado que el problema está en la aplicación de la verdad universal. [...] Es la aplicación del marxismoleninismo-maoísmo a la revolución peruana la que ha generado el pensamiento Gonzalo, en la lucha de clases de nuestro pueblo, del proletariado principalmente, de las incesantes luchas del campesinado y en el gran marco estremecedor de la revolución mundial; es en medio de todo ese fragor, aplicando de la manera más fiel posible la verdad universal a las condiciones concretas de nuestro país, como se ha plasmado el pensamiento Gonzalo. Éste fue antes pensamiento guía, y si hoy el Congreso ha sancionado pensamiento Gonzalo es porque s e ha producido un salto en ese pensamiento guía, precisamente en el desarrollo de la Guerra Popular. En síntesis, el pensamiento Gonzalo no es sino la aplicación del marxismo-leninismo-maoísmo a nuestra realidad concreta. (Los énfasis son míos.)17 Sin embargo, la realidad concreta plantea situaciones que no fueron contempladas por los padres fundadores de la teoría revolucionaria. Es allí donde el “pensamiento Gonzalo” incorpora “especificaciones” al maoísmo: adiciones que lo completan. Una de ésas es la necesidad de militarizar el partido y la sociedad. Esta “especificación” fundamentó la decisión de poner la “línea militar como centro” y la elaboración del “plan estratégico de militarización del partido”, que iban a marcar la organización de la guerra revolucionaria. La violencia se convirtió en un valor absoluto, tiñó toda la utopía social que proponía Sendero; dejó de ser asumida como un medio y terminó elevada a la categoría de un fin. Se convirtió en el verdadero eje organizador de la sociedad futura que Sendero propugnaba a escala planetaria: “Marchamos a una sociedad militarizada. Militarizando el Partido plasmamos un paso hacia la militarización de la sociedad que es la perspectiva estratégica para garantizar la dictadura del proletariado. La sociedad militarizada es el mar armado de masas del que nos hablaron Marx y Engels, que cautela la conquista y la defensa del poder conquistado”.18 Junto con la militarización era necesario realizar “revoluciones culturales” permanentes, para prevenir la restauración capitalista. Éstas eran concebidas simplemente como una continuación de la guerra, tanto dentro del país,19 cuanto a nivel internacional: “Revoluciones culturales son las que se hacen para continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado, para someter y eliminar toda generación de capitalismo y combatir también con las armas los afanes de restauración capitalista, sirven para fortalecer la dictadura del proletariado y marchar al comunismo”.20 Según Abimael Guzmán, en la elaboración de su estrategia militar se basaron ampliamente en la experiencia de lucha armada acumulada por distintas organizaciones revolucionarias nacionales e internacionales. Señala como fuentes fundamentales de su doctrina las experiencias de China y Argelia. En América Latina, las de los Tupamaros de Uruguay, Carlos Lamarca en Brasil, los escritos de Vania Bambirra. En el Perú, subraya la importancia de la obra de Jorge Basadre, La multitud, la ciudad y el campo, de Hidebrando Castro Pozo, Del ayllu al cooperativismo, y de Carlos Daniel Valcárcel, La revolución de Túpac Amaru. Afirma, asimismo, que estudiaron estudiaron la experiencia de de las guerrillas del MIR de 1965, de Hugo Blanco en La Convención y Lares, el texto de Héctor Béjar, Perú 1965. Una experiencia guerrillera, la experiencia de la guerrilla frustrada del teniente Vallejos en Jauja, en 1963. Dice asimismo que en vísperas del inicio de las guerrillas de 1965 habló con militantes del MIR, pero no pudieron llegar a un acuerdo. De la experiencia del MIR asimilaron enseñanzas acerca de cómo construir la dirección, y de cómo entender mejor el peso de las ciudades en América Latina. De allí saldría la decisión de combinar desde los inicios el trabajo en campo y ciudad: “El campo como principal y la ciudad como complemento”. Sendero Luminoso ha sido descrito como un “proyecto pedagógico”, que ofrece un discurso fácil de entender, accesible, simple y que da respuestas a todas las incertidumbres que tienen que afrontar los jóvenes, particularmente en una sociedad con las características autoritarias y marginadoras del Perú. A pesar del esfuerzo de modernización realizado por el estado desde fines de los años cincuenta, en 1965 el sistema educativo no lograba responder a la demanda social que su crecimiento había suscitado. Entró en una etapa de deterioro continuo, de pauperización de los maestros y de pérdida de prestigio de la carrera docente. Este magisterio empobrecido va a jugar un papel muy importante en el desarrollo de SL, que abandonó al APRA y al PC Unidad en cuyas filas el sector docente había tenido más presencia hasta el gobierno militar. Entre los maestros crece la conciencia de que son parte de los trabajadores explotados; el gremio docente adquiere fuerza. Sus acciones reivindicativas durante los primeros años de la década del setenta chocan con el conservadurismo de los dirigentes gremiales. Eso abre un espacio a los grupos maoístas dentro de las bases gremiales. Surge el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación Peruana (SUTEP). En el SUTEP, SUTEP, SL gana posiciones en Lima y en las regiones serranas, particularmente en Ayacucho. Para entender el éxito del proyecto político de SL entre los maestros, es necesario considerarlo en el contexto de auge del marxismo entre la intelectualidad peruana, que ocurrió desde los años sesenta, y con particular fuerza en los años setenta. En el magisterio se difundió un “marxismo de manual”, alimentado por las ediciones económicas de textos de divulgación principalmente soviéticos y chinos. Las razones de este fenómeno han sido bien estudiadas: el marxismo de vulgarización ofrece explicaciones y seguridades a una juventud que carece de ellas; su dialéctica convierte al futuro en un escenario previsible con resultados ineludibles. Otra razón de su éxito es que se inscribe en una corriente pedagógica que enfatiza la autoridad del maestro y el libro y el aprendizaje mediante memorización. El marxismo senderista contribuyó a consolidar en el magisterio una tradición dogmática y autoritaria, que sería un excelente caldo de cultivo para el asentamiento de SL en el sistema educativo.
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MANPE PERÙ El Comité Regional del PCP-Bandera Roja de Ayacucho logró consolidar su presencia en la región en gran medida gracias a las luchas desplegadas por la gratuidad de la enseñanza en Huanta y Ayacucho, en 1969. De esta lucha surgió el Frente de Defensa de la Universidad, convertido después en Frente de Defensa del Pueblo, el primero en surgir a nivel nacional e inspirar a otras luchas regionales de los maestros, como lo señala con orgullo Abimael Guzmán.21 Los maestros maoístas de Huanta y Huamanga en lucha consiguieron la derogación de la disposición que limitaba la gratuidad de la enseñanza en el nivel nacional. Semejante resultado prestigió fuertemente al movimiento. Como parte de su estrategia de implantación en el campo ayacuchano, apurimeño y huancavelicano, fue muy importante para SL además controlar la Facultad de Educación de la UNSCH. A pesar de atravesar diversas vicisitudes, los senderistas nunca llegaron a perder su predominio en el Programa de Educación en toda la década de 1970. Controlaban, asimismo, el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación (SUTE) de Ayacucho y los estratégicos Planteles de Aplicación Guamán Poma de Ayala, las escuelas donde los estudiantes del magisterio realizaban sus prácticas. Tener al sector de la educación en la UNSCH fue decisivo para captar al movimiento estudiantil universitario. Entre sus militantes dispuestos a hacer la revolución se reclutó el contingente juvenil que en 1980 iniciaría la lucha armada. Muchos estudiantes que llegaban a Huamanga para formarse como maestros provenían de las comunidades de la región, y tenían como propósito retornar a sus lugares de origen después de graduarse. En la Universidad fueron ganados para el discurso senderista y luego retornaron a hacer trabajo proselitista en el campo, abriendo los canales a través de los cuales otros estudiantes, los “visitantes”, podían continuar y ampliar el trabajo de captación de militantes. Otra explicación para la incorporación de los jóvenes a SL es la necesidad de pertenencia, de apoyo emocional por parte de los jóvenes migrantes desgajados de su medio familiar y social para irse a vivir a las ciudades y seguir estudios universitarios: “Muchos jóvenes engrosaron las filas de Sendero más por sus carencias afectivas antes que por una identificación ideológica. Lo que leían bastante en ese tiempo era El Diario, ¿no? Y eso es lo único que repetían”. Esta opinión corresponde a un profesor universitario de la Universidad Nacional de Centro del Perú (UNCP), que trabajó en la Universidad durante todo el tiempo de la violencia.22 SL era igualmente exitoso entre los alumnos secundarios. Los maestros aprovechaban su posición privilegiada para hacerles llegar el mensaje senderista. En la ciudad de Huamanga, Sendero desplegó una intensa lucha desde abril de 1975 para mantener el control de los estratégicos Planteles de Aplicación Guamán Poma de Ayala de la Universidad de Huamanga. A la lucha, que duró dieciocho meses, con toma de locales y despliegue de autodefensa, la dirección de Sendero le otorgó la mayor importancia, como puede deducirse del folleto en que defiende su posición, uno de los escasos documentos previos al inicio de la lucha armada en el cual figuran textos del profesor Abimael Guzmán.23 La trascendencia adquirida por SL en la región de Ayacucho a través de los maestros convertidos al maoísmo revela el valor depositado en la educación por el campesinado. Desde décadas atrás, el acceso al sistema educativo figuraba entre sus principales demandas y era tanto o más importante que la reivindicación de la tierra. Los abusos propiciados por la persistencia de la estructura gamonal alimentaban el deseo de lograr incorporar a los hijos al sistema educativo. Los maltratos sufridos, las injusticias, encontrarían remedio cuando los hijos fueran profesionales; ellos tendrían el poder de cambiar el orden social existente. La educación era vista no solamente como canal de ascenso social, sino como el poder de cambiar la injusticia sufrida. Un ejemplo ilustrativo de lo anterior es el testimonio de este campesino, ex senderista de 35 años, sector medio, Accomarca:24 Mi padre sufrió un accidente, se desbarrancó y el juez no dio parte a la autoridad de Vilcashuamán. Mi resentimiento creció ante esa persona, que no hizo la denuncia porque éramos pobres. Mi madre se quedó viuda y por un descuido dañó la sementera de la autoridad. Cuando este señor encontró el animalito de mi madre de inmediato lo degolló. Entonces mi mamacita recordaba ese suceso siempre y se ponía a llorar [...] ella se preocupó en educarme diciéndome que podría haber un día que ese tipo de autoridades suplicarían un favor a su hijo con estudios. La universidad se convirtió en un espacio donde el discurso sobre la responsabilidad social de los profesionales, de retornar lo recibido a la sociedad de la cual provenían, podía canalizarse a través de la militancia política: Yo pensaba que cuando fuera enfermera a cuántos voy a poder ayudar. En ese entonces tenía entendido que el problema no era ayudar a uno o a dos, el problema era cambiar el sistema, cambiar el orden, cambiar este estado terrateniente [...] luchar por ello y solo de esa manera se podía garantizar la igualdad de todos. Entonces abandoné la universidad y dejé mi familia, dejé a mi hijo; yo tenía un novio, yo me iba a casar y dejé todo, destruí todo porque yo amaba al pueblo, amaba a la gente pobre, yo viví por ellos, por el pueblo, por las masas, por los niños, por los explotados, por los harapientos, por los desocupados, yo busqué al partido y le pedí desplazarme al campo. En agosto del año ochenta y dos me integré definitivamente a la lucha armada, a la guerra popular.25 En este caso, la voluntad de entrega llega hasta la renuncia a los estudios, a la familia, el matrimonio y el propio hijo. Varias militantes senderistas entrevistadas explicaron cómo, al incorporarse a la militancia abandonaron a sus hijos, entregándolos a familiares, amigos e incluso a conocidos para que se hicieran cargo de criarlos. En esta decisión pesaba, por una parte, el deseo de protegerlos, tratando de ponerlos al margen de los riesgos que su opción representaba. Por la otra, el deseo de dar la mayor muestra de consecuencia revolucionaria, al sacrificar su maternidad en aras de la revolución. La propia Elena Iparraguirre, la compañera de Abimael Guzmán, maestra ella también, encomendó sus hijos a su madre, para dedicar su vida a la revolución.26
AVANCE Frente a las injusticias y abusos crónicos Sendero asumió un papel moralizador y justiciero que le otorgó legitimidad en diferentes espacios sociales, urbanos y rurales. Partía por la denuncia, advirtiendo luego a los implicados que modificaran su conducta o se marcharan, para después proceder a castigarlos, con sanciones que podían incluir castigos físicos e incluso la muerte.27 Esta conducta generó simpatías entre los estudiantes, profesores y trabajadores: Bueno [...] vamos a hablar claro, en el tiempo que estuvo Sendero [...] bajó el problema de profesores que cobraban [sin trabajar], que chantajeaban, todo el mundo se puso tranquilito, algo que hasta en profesores se comentaba, por ese lado sí era positivo, después que se fue Sendero, volvieron a sus andanzas. Quien afirma esto es un profesor universitario de la UNCP que, aunque no aprueba los “excesos” de Sendero, reivindica el papel moralizador y justiciero que éste cumplía en una universidad que desde hacía décadas confrontaba problemas endémicos de corrupción.28 Desde sus inicios SL fue concebido como un movimiento de carácter nacional, cuyo objetivo último era realizar la revolución a través de la lucha armada. Aunque sus orígenes están ligados a Ayacucho, y en particular a la Universidad San Cristóbal de Huamanga, no se trató nunca de un proyecto regional que, debido a su s orpresivo desarrollo, buscara, a partir de un determinado momento, convertirse en un proyecto nacional. Desde el comienzo se pensó en un proyecto nacional y consecuentemente se decidió instalar la dirección en Lima. En la Convención del Comité Regional 14 de Junio, realizada en 1975 en el distrito de Comas, en Lima, Guzmán sostuvo que el trabajo partidario en la ciudad debía adecuarse en función del trabajo en el campo, para iniciar la guerra popular. En Lima debería crearse el Comité Metropolitano con el objetivo de convertir la capital en centro de expansión y caja de resonancia del partido y base de toda la organización a nivel nacional.29 La conformación y la dirección del Comité Metropolitano fueron encomendadas a la segunda compañera de Guzmán, Elena Iparraguirre, ya mencionada, luego conocida como la camarada Miriam. En marzo de 1977, el Comité Central (CC) de SL realizó la II Reunión Nacional de Organismos Generados y abordó el tema de la construcción del partido bajo la consigna de “Construir la Lucha Armada”. Es decir, decir, dos años después de haberse organizado a nivel nacional, Sendero estaba dando pasos concretos para organizar el inicio de la guerra popular. La responsabilidad de la elaboración del Plan Nacional de Construcción recayó en el Comité Coordinador Nacional, conformado para tal fin por siete dirigentes. El Plan determinó que se requerirían dos períodos de cuatro a cinco años para desarrollar las condiciones necesarias para comenzar la lucha armada. El VII Pleno del CC, realizado en mayo de 1977, acordó desplazar varios cuadros a diferentes lugares del país, con el objetivo de sentar las bases para iniciar la lucha armada.30 El 7 de junio de 1979, la fecha en que la fuerza armada celebra el Día de la Bandera, el CC organizó el “Acto de la Bandera”. Ese día Guzmán logró imponer su posición de iniciar la lucha armada a corto plazo y con ello su liderazgo más allá de Ayacucho. Hasta entonces era cuestionado por los dirigentes limeños del partido, que consideraban más necesario desarrollar trabajo organizativo. En este acto se lo proclamó como el artífice de la reconstrucción del partido, acordándose reconocerlo como Jefe del Partido y de la Revolución. En un discurso conocido como “Por la nueva bandera” Guzmán emprendió un ataque frontal contra lo que calificaba como “línea oportunista de derecha”. Emplazó a sus partidarios a optar por su posición o atenerse a las consecuencias: “Problema es dos banderas en el alma, una negra y otra roja. Somos izquierda, hagamos holocausto con la bandera negra, fácil es que cada uno lo haga, de lo contrario los demás pasaremos a hacerlo”.31 En setiembre del mismo año se realizó la I Conferencia “Definir y Decidir”, donde Guzmán derrotó por completo a los que se oponían al inicio de la lucha armada en el corto plazo. A comienzos de 1980 se vive un momento muy tenso en todo el país, por la campaña electoral y el fin del gobierno de los militares y una oleada de huelgas que culmina en febrero. En una reunión partidaria de marzo con su poder plenamente consolidado, Guzmán anunció la decisión de iniciar las acciones armadas. Para él, se trataba simplemente de realizar la voluntad de las masas, que hablaban por su boca: Unos hemos bregado porque se acuerde pasar al lenguaje de las acciones militares y otros con pertinacia se han opuesto con argucias, maniobras y hasta arterías. Pero se ha impuesto, está definido porque nuestra patria pide definiciones, porque nuestro pueblo pide decisión; el pueblo clama y nosotros respondemos a ese clamor, a esa exigencia, sentimos lo que sienten y queremos lo que quieren, quieren que sus manos hablen el lenguaje preciso y contundente de los hechos armados.32 Un mes después, la II Sesión Plenaria del CC de SL, realizada entre el 17 y el 28 de marzo de 1980, aprobó el “Plan de inicio de la lucha armada” bajo la consigna de “Desarrollar la militancia del partido a través de acciones”. Entre el 2 y el 19 de abril de 1980 se realizó la Primera Escuela Militar de SL en una casa situada al este de Lima, aunque la historia oficial senderista afirmó luego que ésta se había realizado en la comunidad de Chuschi, Ayacucho.33 El discurso de clausura de la I Escuela que pronunció Abimael Guzmán adquiere tintes proféticos cuando habla de la decisión de pasar a la acción: Somos los iniciadores. Esta I Escuela Militar del Partido […] sella los tiempos de paz, apertura (sic) los tiempos de guerra. Camaradas: ha concluido nuestra labor con manos desarmadas, se inicia hoy nuestra palabra armada: levantar a las masas, levantar campesinos bajo las inmarcesibles banderas del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Zedong. Un período ha terminado; los aprestos del nuevo están concluidos.
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MANPE PERÙ Sellamos hasta aquí lo hecho. Aperturamos (sic) el futuro. La c lave son las acciones; objetivo, el poder. Eso haremos nosotros, la historia lo demanda, lo exige la clase, lo ha previsto el pueblo y lo quiere; nosotros debemos cumplir y cumpliremos, somos los iniciadores.34 Para Guzmán la ofensiva armada que iban a iniciar no era simplemente s implemente la respuesta a las condiciones internas del país; formaba parte de un movimiento más profundo de la historia, de envergadura mundial: El poderoso movimiento obrero internacional, las encrespadas olas del movimiento de liberación nacional, el desarrollo de los partidos comunistas, el marxismo elevado a la gran cumbre del pensamiento Mao Zedong nos han traído a una nueva situación: estamos entrando a la ofensiva estratégica de la revolución mundial, los próximos cincuenta a cien años serán del barrimiento del dominio del imperialismo y todos los explotadores. Es la historia que no puede ser vuelta atrás. En las manos de la clase obrera, en las direcciones de los partidos comunistas, en la fuerza del campesinado pobre sustento mismo de la guerra popular que crecerá más cada día hasta derrumbar el viejo orden, el mundo está entrando en una nueva situación: la ofensiva estratégica de la revolución mundial. (Los énfasis son míos).35 Según la teoría militar de Mao Zedong, que Guzmán sigue, las guerras, incluidas las revolucionarias, pasan por tres fases estratégicas: la defensiva, el equilibrio y la ofensiva estratégica, que corr esponde a la fase final, al asalto al poder. Para Guzmán, SL entraba pues en acción cuando las tendencias planetarias apuntaban al triunfo definitivo de la revolución mundial.36 De allí el tono apocalíptico que adopta cuando habla del porvenir que les aguarda: Nos ha correspondido vivir en una época extraordinaria. Nunca antes los hombres tuvieron tan heroico destino, así está escrito. A los hombres de hoy, a estos hombres que respiran, que bregan, que combaten, les ha correspondido barrer a la reacción de la faz de la Tierra, la más luminosa y grandiosa misión entregada a generación alguna. En esa situación estamos. La revolución mundial entra en ofensiva estratégica, nada puede prevalecer contra ella; innumerables legiones de hierro se levantan y se levantarán más y más, y multiplicándose inagotablemente cercarán, aniquilarán a la reacción. La reacción, al desgarrar las carnes del pueblo, al descargar sus sangrantes zarpas, lo que hace es simplemente enredarse, enmarañarse; busca saciarse en la sangre del pueblo, pero esa sangre se levanta como alas furiosas y esas carnes golpeadas se convierten en poderosos látigos vengadores y sus músculos y su acción se convierten en arietes de acero para destrozar a los opresores a quienes aplastará irremediablemente.37 El 17 de mayo de 1980 una pequeña columna armada de SL ingresó en la localidad ayacuchana de Chuschi y quemó 11 ánforas electorales. SL estaba dando comienzo a los planes políticos y militares del Inicio de la Lucha Armada (ILA), con la decisión de “aprender a combatir en el curso mismo de la guerra”. El ataque a Chuschi se produjo en vísperas de las primeras elecciones generales después de doce años de gobierno militar. Por primera vez los indígenas analfabetos podrían ejercer su recién reconocido derecho al voto y la reforma agraria acababa de golpear duramente a la clase terrateniente. La votación se producía en un clima de apertura política inédito, con una amplia participación de las organizaciones de izquierda en la arena electoral. Dos semanas después, se contabilizaban noventa y ocho operaciones. El mes de junio de 1980 fue particularmente agitado. Una bomba fue detonada en la tumba del general Velasco, a quien Sendero sindicaba como el autor de la fascistización de la sociedad peruana. El 13, una turba de manifestantes lanzó bombas molotov contra el local de la Municipalidad de San Martín de Porres en Lima, distribuyendo volantes del Movimiento de Obreros y Trabajadores Clasistas (MOTO), un aparato de SL.38 En Ayacucho el día 1º de ese mes apedrearon el local de la sanidad de la Guardia Civil (GC) y el 14 sufrió la misma suerte el Hotel de Turistas. Estos atentados, así como el robo de mil doscientos cartuchos de dinamita en Arequipa, en julio, el ataque ataque con dinamita dinamita a un local de Acción Popular Popular,, a un colegio en Ayacucho, las voladuras de la carretera que unía la planta con la mina en Canarias y otros atentados fueron calificados por la prensa como el inicio de acciones terroristas en el país. El 10 de julio el fundo San Germán de Ayrabamba fue asaltado por unos quince senderistas armados que se llevaron armas de caza, radiotransmisores y dinero. Para Abimael Guzmán se trataba de involucrar a las masas, de impulsar su “desborde”, y de entrenar y dotar de experiencia a los cuadros senderistas. En Ayacucho se sindicó a dieciséis personas “del llamado Frente de Defensa del Pueblo” como sospechosos. El 28 de julio, mientras se hacía la transferencia de poder, los Consejos Provinciales de Cangallo y Huancapi fueron dinamitados. Igual destino siguió la antena de la estación repetidora del cerro Yanaorco. En Cerro de Pasco fue asaltada la compañía minera Atacocha, sustrayéndole más de trescientos cartuchos de dinamita. A día siguiente en un operativo similar se sustrajeron dos mil doscientos cartuchos del Ministerio de Transportes en Pomabamba, Ayacucho. Durante los años siguientes, la dinamita sería una de las armas fundamentales de las columnas guerrilleras senderistas. Ya el 29 de mayo, o sea a pocos días de iniciarse la lucha armada, el buró político ampliado de SL hizo un primer balance y planificó los pasos a dar para los tres meses siguientes. En una nueva reunión iniciada el 8 de agosto, sus informes daban cuenta de acciones realizadas en las provincias de Ayacucho, Huancavelica, Andahuaylas, Arequipa-Tacna, Huancayo, Lima y Chiclayo. La conclusión que sacaron de la evaluación del inicio de la lucha armada determinaba la naturaleza de las acciones que seguirían: “El partido está preparado para marchar hacia el inicio de la guerra de guerrillas”.39 Guzmán desbordaba entusiasmo mientras subrayaba el éxito de las acciones realizadas.40 Su discurso adquiría tintes mesiánicos al hablar del futuro de la guerra que empezaban:
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El mito fujimorista de la derrota de SL Por: Nelson Manrique (Historiador y sociólogo) El respaldo al fujimorismo reposa en buena medida en la creencia de que fue Alberto Fujimori quien capturó a Abimael Guzmán, algo que es creído especialmente por los jóvenes que no vivieron ese periodo. Abimael Guzmán fue capturado cuando el Estado peruano venía claramente perdiendo la guerra, ejecutando una estrategia de “terror contra terror” (el grupo Colina, Barrios Altos, La Cantuta, la masacre de presos de mayo de 1992), que fue explicada por Santiago Martin Rivas, el jefe del grupo Colina, al periodista Humberto Jara. Esta no detuvo el crecimiento senderista y al contrario lo aceleró. En abril de 1992 –el mes del golpe de estado de Fujimori– el subsecretario de Estado para AL Bernard Aronson planteó ante la Cámara de Representantes de EEUU que se debía evaluar una intervención militar multinacional en el Perú para evitar el triunfo de SL. En Lima el asesinato impune de líderes populares como María Elena Moyano provocó un repliegue general de las organizaciones que enfrentaban a SL. La desmoralización de la clase media se expresó en la intención de cientos de miles de personas que querían vender sus propiedades para marcharse del país. En julio SL precipitó aún más las cosas lanzando una gran ofensiva con atentados contra empresas privadas, edificios públicos y locales de legaciones diplomáticas, agravando la zozobra e inseguridad; la culminación fue el bárbaro atentado de Tarata en Miraflores. Días después un “paro armado” fue acompañado de ensayos preinsurreccionales en barrios periféricos de Lima y algo s imilar sucedió en Ayacucho, Puno, Huancayo, Satipo, La Merced, Pasco y Huánuco. Lima era una ciudad acosada y se percibía claramente que el Estado era incapaz de ganar la guerra. En ese contexto la captura de Guzmán paró en seco una ofensiva general y fue el comienzo del fin para SL. La captura de Abimael Guzmán fue una completa sorpresa para Fujimori y Montesinos; éste se encontraba en un cóctel en una embajada cuando la TV difundió la noticia de que había sido capturado el “presidente Gonzalo” y Fujimori estaba pescando en Iquitos y sólo pudo retornar a Lima recién al día siguiente. Una vez en Palacio se encargó de autoatribuirse el mérito de una operación exitosa de la cual ni siquiera tenía conocimiento. La captura de Guzmán fue esencialmente el resultado de un cambio en la estrategia contrasubversiva realizado por un grupo de policías de la DINCOTE, descontentos con la forma como se venía llevando la guerra. Su estrategia reemplazó la represión indiscriminada (como la ejecutó Fujimori con el Grupo Colina) por un trabajo de inteligencia selectivo, que tenía como objetivo llegar a la cúspide de la dirección senderista, con la convicción de que se podía derrotar a SL capturando a Guzmán, pues lo único que SL no podría reemplazar era a su jefe máximo.
Trabajaron largo tiempo en silencio: en lugar de poner en prisión a los senderistas que iban identificando los del GEIN los dejaban libres y les hacían un paciente seguimiento, buscando reconstruir la red orgánica senderista para llegar a Guzmán, lo que finalmente lograron, capturándolo sin disparar ni un tiro. Para poder ejecutar su estrategia tuvieron que trabajar a espaldas de Fujimori y de Montesinos. Fue clave el papel de Benedicto Jiménez y el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), creado a su insistencia al interior de la DINCOTE en 1990. La captura de Guzmán el 12/9/92 fue un trabajo policial, realizado al margen de las FFAA, ejecutado contra la estrategia de “terror contra terror” de Fujimori y Montesinos. Esta no solo violaba los DDHH sino demostró ser completamente ineficaz. No es, por eso, de extrañar que, lejos de ser condecorados y promovidos, los jefes policiales que capturaron a Guzmán fueran castigados por Fujimori: Ketín Vidal, Benedicto Jiménez y Marcos Miyashiro fueron removidos de sus cargos y enviados a colocaciones que virtualmente los sacaban de la carrera policial. Hubo que esperar a la caída de la mafia para que fueran reivindicados. P.S. La partida de Carlos Iván Degregori nos golpea profundamente. Debo mucho a su gran corazón, su inmensa generosidad y su maravilloso sentido de la amistad. Fuente: Diario La República (Perú).
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Lombardo con las Madres Peruana.
TRES MILLONES de Peruanos en el Exterior
Una naciòn que quiere agradar a todos, puede ser despreciada por todos. POLÌTICA EXTERIOR
Francisco Fèlix Azarte Az arte
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La Derrota de Sendero Luminoso Varsovia 459 La madrugada del 12 de septiembre de 1992 el psicoanalista Max Hernández fue despertado por una llamada telefónica de un importante líder de opinión que, basado en un informe de la Rand Corp., le aseguró que Sendero Luminoso iba a tomar el poder, aconsejándole abandonar el país. Max no había terminado de asimilar la noticia cuando al empezar la noche Abimael Guzmán fue capturado y la ominosa amenaza se desvaneció. El amigo de Hernández no fue el único confundido. Meses antes, en abril, basándose en la misma fuente, Bernard Aronson, el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, planteó ante la Cámara de Representantes de EEUU evaluar una intervención militar multinacional en el Perú, para impedir el triunfo de Sendero y el desencadenamiento del genocidio del siglo XX. Veinte años después es difícil recordar cómo se vivió la amenaza senderista. La memoria tiende a borrar aquellos hechos traumáticos que nos generaron gran temor y ansiedad y hoy sorprende que una organización que en su mejor momento no superó los 4 mil combatientes mal armados, que enfrentaba a un ejército moderno con cientos de miles de combatientes, pudiera generar semejante zozobra. Por eso es bueno recordar que entonces un cuarto de millón de peruanos abandonaba el país cada año, convencidos de que el fin se aproximaba, y que el valor de las propiedades inmuebles cayó a la mitad y hasta la tercera parte, debido a que muchos trataban de vender sus propiedades para huir al extranjero. A fines de 1991 Sendero, empantanado debido a una vigorosa resistencia campesina armada, ejecutaba la política de trasladar la guerra a las ciudades bajo la consigna “¡Que el equilibrio estratégico estremezca al país”. Una gran oleada de atentados hizo tomar conciencia tardíamente en Lima de que estábamos en guerra. La respuesta del gobierno fue el asesinato de 15 civiles –incluido un niño de 8 años– por el grupo Colina en Barrios Altos. Eso no detuvo la oleada violentista, que tuvo un sangriento pico en febrero de 1992, con múltiples
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de varios dirigentes de izquierda, entre ellos María Elena Moyano y Pascuala Rosado, lo que provocó el repliegue de las organizaciones que resistían el avance senderista. La gran ofensiva alcanzó cotas aún más elevadas entre junio y julio, con atentados contra empresas privadas, edificios públicos y legaciones diplomáticas. Un paro armado fue acompañado de ensayos de ofensivas preinsurreccionales en varios barrios periféricos de Lima, Ayacucho, Puno, Huancayo, Satipo, La Merced, Pasco y Huánuco. El Diario Internacional proclamó que se trataba de “un gigantesco paso hacia los preparativos de la insurrección final”.
Atentados mayores con coches bomba contra un centro comercial comercial en San Isidro y contra el Canal 2 de TV alimentaron la zozobra. Estalló entonces el coche bomba del jirón Tarata, en el corazón de Miraflores, el 17 de julio. El blanco fue directamente la población civil, y el saldo alrededor de 30 muertos, más de cien heridos y 240 viviendas destruidas. La respuesta inmediata del gobierno fue una nueva matanza en La Cantuta, dos días después, perpetrada, como no, por el grupo Colina. Como Santiago Martín Rivas le explicó a Umberto Jara, las matanzas constituían un macabro intercambio de mensajes entre Sendero y el gobierno, de terror a terror. Por fortuna, un grupo policial, el GEIN, venía implementando desde 1990 otra estrategia. Gracias a un esforzado trabajo de inteligencia lograron llegar el 12 de septiembre a la guarida de Guzmán, en la calle Varsovia 459, urbanización Los Sauces, Surquillo, y capturaron al “presidente Gonzalo” sin disparar un tiro, dándole a SL el golpe definitivo. Fujimori y Montesinos no les perdonaron haber dejado al SIN –al que habían convertido en la cuarta arma de las FFAA FFAA,, equiparándolo con el ejército, la marina y la aviación– en ridículo. El GEIN fue disuelto y sus integrantes, lejos de ser premiados, fueron castigados con disposiciones que virtualmente liquidaban sus carreras. Como secreta reivindicación de su hazaña los GEIN colocaron en el pecho de Guzmán, cuando fue exhibido con su traje a rayas en una jaula, su sello, el número 1509, 15 de setiembre: la fecha del aniversario de la Policía de Investigaciones, de donde procedían. Ellos merecen toda nuestra gratitud.
El estado, es la nación juridicamente organizada. DOCTRINA
Ciro Àlvarez
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MANPE VA POR TODO ANCASH
Familia Manpista en Argentina FELIZ DIA DEL TRABAJ TRABAJADOR ADOR
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