Autoestima, William E. Diane Frey

September 10, 2017 | Author: Rafael Alexander Angulo Quintana | Category: Self Esteem, Action (Philosophy), Emergence, Metaphysics Of Mind, Psychology & Cognitive Science
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³$utoestima´ Capítulo 21

Programa Básico en Terapia de Juego Graciela Olmos Benatuil María Alexandra Borzachini Proyecto Creces

AUTOESTIMA (Diane Frey)

Introducción ´&RQyFHWH D WL PLVPRµ era la admonición en la antigua Grecia. El interés en el ´VHOIµ \R  DXWRFRQFHSWR \ DXWRHVWLPD KD SHUVLVWLGR D WUDYpV GH OD KLVWRULD *ORULa 6WHLQHP    H[SUHVD ´FRPHQcé a entender que la autoestima no es todo, es sólo que no hay nada sin ellaµ En el primer libro de psicología estadounidense publicado hace más de un siglo, William James (1890) introdujo el tópico de la autoestima, definiéndola como la suma de todo lo que una persona puede llamar como propio o suyo: yo físico, rasgos psicológicos, sentimientos, otros significativos, posesiones, pasatiempos y vocación. Si la historia es un indicador de la significancia de un fenómeno, la autoestima resulta entonces un factor importante. La autoestima es un concepto básico y fundamental en las ciencias sociales. Rodewalt y Tragakis (2003) afirman que la DXWRHVWLPD HV ´XQD GH ODs tres principales variables en la personalidad y la investigación de la psicología socialµjunto con el género y la afectividad negativa. DESCRIPCIÓN DE LA AUTOESTIMA En la reseña histórica de este constructo algunos términos como el yo, el autoconcepto y la autoestima, son usualmente intercambiables. Sin embargo, existen distinciones significativas. ´/D 9HQWDQD GH -RKDULµ 7KH -RKDUL :LQGRZ  )LJXUD   GHVFULEH GH IRUPD SUHFLVDFRPRHO´\RµHVWiFRPSXHVWRSRUDVSHFWRVFRQRFLGRV\GHVFRQRFLGRVSRU el individuo, así como aspectos conocidos y desconocidos por los otros.

Figura 21.1 La Ventana de Johari Aspectos conocidos por el individuo

Aspectos desconocidos por el individuo

Aspectos conocidos por los otros

I. Abierta

III. Ciega

Aspectos desconocidos por los otros

II. Privada

IV. Desconocida

(OiUHD´DELHUWDµ iUHD,HQOD)LJXUD UHSUHVHQWD todos los aspectos que son conocidos o conscientes tanto para el individuo como los otros. Estos incluyen elementos básicos del comportamiento humano: pensamientos, sentimientos y conductas. Esta área del yo provee mucho potencial de crecimiento, ya que a medida de que un individuo está más consciente de su yo, entonces más energía puede dirigir o emplear para nutrir, mantener o cambiar aspectos de sí mismo. Los individuos también pueden beneficiarse de elementos como el feedback de parte de los otros, ya que esta área es también conocida por ellos. (O iUHD ´SULYDGDµ iUHD ,, HQ OD )LJXUD   UHSUHVHQWD  ORV SHQVDPLHQWRV sentimientos y conductas conocidas por el individuo, pero desconocidas o ´HVFRQGLGDVµ SRU R SDUD ORV RWURV (VWD iUHD SHUPLWH HO FDPELo, ya que la autoconsciencia está presente en el individuo. El área II se vuelve cada vez más pequeña a medida de que la confianza y aceptación son desarrolladas en las relaciones interpersonales. (O iUHD ´FLHJDµ iUHD ,,, HQ OD )LJXUD   está representada por esos pensamientos, sentimientos y comportamientos que no son conocidos o conscientes para el individuo, pero si conocidos o conscientes para los otros. Esta área está abierta al desarrollo o al cambio si el individuo se encuentra abierto o dispuesto a recibir feedback por parte de los otros. (O iUHD ´GHVFRQRFLGDµ iUHD ,9 HQ OD )LJXUD   representa los pensamientos, sentimientos y conductas que son desconocidos o que se encuentran inconscientes para cualquiera de los involucrados (tanto para el individuo como los otros). Esta área puede incluir pensamientos, sentimientos y comportamientos reprimidos y/o conductas futuras desconocidas de o para la persona. Por lo tanto, no es probable que cambie como resultado de las relaciones interpersonales típicas. Todas estas áreas son típicamente de diversos tamaños. A medida que las interacciones humanas sanas ocurren, el área I aumenta, causando cambios en los otros cuadrantes. La Ventana de Johari (Figura 21.1) representa el yo (self). El área I y II representan el autoconcepto, lo que un individuo sabe acerca de sí mismo,

mientras que el concepto de autoaceptación corresponde al grado de conformidad que tiene un individuo con respecto a su autoconcepto. La autoestima es un término evaluativo que se refiere a los juicios positivos, neutrales, negativos y/o ambiguos que el individuo sitúa sobre el concepto de sí mismo. Contrario a lo que se cree, la autoestima no se refiere al amor propio, sino a la evaluación que uno mismo realiza de su autoconcepto. La autoestima tiene dos componentes interrelacionados: el sentimiento de que se es competente y el sentimiento de que se es digno o importante. Sentirse competente incluye la confianza que la persona tiene acerca de sus propios pensamientos, sentimientos y comportamientos a medida que estos se relacionan con la realidad del individuo. Sentirse digno se relaciona con la capacidad de afirmarse, alentarse y sentir respeto por uno mismo. La evaluación general del autoconcepto es considerada como la autoestima global. Es una calificación o denominación general del autoconcepto. El término autoestimación se refiere a cómo los individuos califican o valoran el autoconcepto con respecto a una cierta característica. Una persona puede tener una baja autoestima global, pero al mismo tiempo puede admitir alguna cualidad positiva a nivel de autoestimación. Por ejemplo, uno podría considerar de manera general tener una autoestima baja o negativa, pero admitir ser una persona detallista o que toma en cuenta a los otros. Por otra parte, una persona puede tener una alta autoestima global, pero admitir tener dificultades para perdonar a los demás. Por lo tanto, la autoestimación se refiere a la evaluación de los pensamientos, sentimientos y comportamientos que un individuo tiene como parte de su autoconcepto. Las Figuras 21.2 y 21.3 ilustran la autoestimación de individuos con alta autoestima y la autoestimación de individuos con baja autoestima respectivamente.

Figura 21.2. Autoestimación en individuos con alta autoestima (Fuente: Practical Technique for Enhancing Self-Esteem, D. Frey y J. Carlock, 1991, Bristol, PA: Accelerated Development).

Figura 21.3. Autoestimación en individuos con baja autoestima (Fuente: Practical Technique for Enhancing Self-Esteem, D. Frey y J. Carlock, 1991, Bristol, PA: Accelerated Development).

Una de las metas de la terapia de juego es ayudar a los individuos a verse a sí mismos como multifacéticos, realizando muchas autoestimaciones de sí mismo, en vez de una valoración global de la autoestima totalmente positiva o negativa (ambas evaluaciones poco realistas). La autoestima afecta todos los aspectos del ser humano: cognitivos, afectivos y conductuales. La importancia de la autoestima radica en el hecho de que nada de lo que una persona piensa, siente y hace puede escapar de su influencia, ya que la autoestima es una necesidad humana básica. Abraham Maslow incluyó este factor en su modelo de la jerarquía de necesidades. De acuerdo a Maslow, sin el cumplimiento de la necesidad de autoestima, los individuos son incapaces de alcanzar la autorrealización. Dicho factor ha sido vinculado con los logros académicos y con el bienestar psicológico. Eric Fromm discierne que el amor hacia otros y el amor hacia uno mismo no son alternativos, ya que una actitud de amor hacia sí mismo se observa en aquellas personas que son capaces de amar a otros. En esencia, la autoestima es una cualidad persuasiva que afecta todos los aspectos de la vida de una persona. En adición, la baja autoestima ha sido identificada ya sea como un criterio diagnóstico o como un rasgo asociado de aproximadamente 24 trastornos mentales en el DSM V, y también está asociada con otras condiciones menos severas en el campo de la salud mental. Por lo tanto, la autoestima es un factor de alta significancia social, debido a que a todos los individuos están conectados unos con otros de alguna manera, ya sea a través de lazos familiares o de amistad, por lo que la autoestima toca de manera directa o indirecta la vida de cada persona.

APOYO EMPÍRICO La medición de la autoestima resulta un proceso complejo. Primeramente, por su dificultad para definirla, a pesar de que es comúnmente aceptado que la autoestima es un factor multifacético (como se puede apreciar en las Figuras 21.2 y 21.3), muchas herramientas o instrumentos de evaluación no reflejan esta conceptualización, ya que algunos test miden la autoestima global, mientras que otros miden autoestimaciones específicas. Además, la autoestima no es un factor estable, cambia a lo largo del transcurso de la vida. De acuerdo a diversas investigaciones, se ha determinado que existen diferencias notables en cuanto al género relacionadas con la autoestima. La autoestima intrínseca o autoaprobación es manifestada frecuentemente por el sexo masculino, mientras que el sexo femenino manifiesta frecuentemente una autoestima extrínseca o fundamentada sobre una necesidad de aprobación por parte de los otros. Diseñar test para niños pequeños es difícil, debido a los problemas o diferencias del desarrollo con estas edades, tales como habilidades de lenguaje, desarrollo cognitivo, períodos atencionales, memoria, habilidades prácticas, entre otras. Elementos que han resultados problemas metodológicos para la investigación de la autoestima. Factores como la dependencia a los autodiscursos de los individuos y la autoestima explícita, conducen a diversos problemas, así como la dificultad para medir la autoestima implícita (por problemas o dificultades inconscientes relacionadas con la autoestima). Además, existe una superposición del constructo de la autoestima con otros constructos relacionados más no iguales. Finalmente, está el problema crucial de que si la autoestima puede actualmente cambiar. Una de las recientes tendencias en la investigación de la autoestima es el estudio de los vínculos genéticos. Neiss, Stevenson and Sedikides (2003) reseñaron la literatura relacionada con este tópico y concluyeron que la influencia genética representa entre un 30% y 40% de la variación en los niveles de autoestima en hermanos. Factores ambientales como el juego, la escuela, los pares y el trabajo conforman la porción más grande de la varianza restante. La biología trae consigo ciertas predisposiciones tales como niveles de energía, temperamento, habilidades físicas, sociales y cognitivas. Por lo tanto, aunque las disposiciones genéticas no pueden ser ignoradas, la autoestima es primariamente una función del ambiente. Las investigaciones acerca de la autoestima han sido categorizadas en 5 áreas: 1) apoyo social, 2) estrategias cognitivas y conductuales, 3) estrategias individuales y grupales, 4) estrategias de aptitud física y 5) otras estrategias. La autoestima responde a la experiencia del apoyo social. Estudios en primates sugieren que las fluctuaciones en el neurotransmisor serotonina ayudan a

aumentar los niveles de autoestima. El mejor apoyo para las deficiencias en la serotonina es el feedback positivo (Sylwester, 1997). Kuehner y Buerger (2005) encontraron que la autoestima y el apoyo social son los atributos que contribuyen a una mejor calidad de vida. Las estrategias e intervenciones cognitivas y conductuales constituyen el enfoque de tratamiento más común y efectivo (Guindon, 2010). Se ha encontrado que los enfoques cognitivos conductuales ayudan a mejorar y aumentar la autoestima global y académica, así como aminorar los síntomas depresivos. Las estrategias individuales, familiares y grupales también ayudan a mejorar la autoestima. La orientación o el asesoramiento individual es el tratamiento de elección para el realce de la autoestima. Problemas de pobre funcionamiento familiar y crianza inefectiva a medida que se relacionen con la autoestima pueden ser confrontados en la terapia familiar. La terapia grupal es un método efectivo de tratamiento para aumentar la autoestima (Guindon, 2010). Las estrategias de aptitud física ayudan a mejorar y aumentar la autoestima física (Guindon, 2010). La participación en los deportes tiene un fuerte impacto en la autoestima tanto para los niños como niñas, a pesar de que los niños o jóvenes varones exhiben mayores niveles de autoestima global (Guindon, 2010). Entre las otras estrategias se han encontrado que son efectivas la terapia de la realidad, terapia centrada en soluciones, terapia narrativa, artes creativas y terapia de juego (Guindon, 2010). Mruk (2006) ha identificado 8 áreas comunes de programas que trabajan la autoestima y que tienen como fin desarrollarla de forma efectiva: 1) Aceptación y cariño: los terapeutas que proveen atención incondicional y positiva logran establecer rapport y alianza terapéutica. 2) Feedback consistente y positivo: El terapeuta responde con un feedback genuino otorgado en pequeñas dosis a lo largo del tiempo. 3) Reestructuración cognitiva: El terapeuta ayuda y/o entrena al niño en la sustitución de respuestas racionales o realistas ante ciertas situaciones. Este proceso resulta en la formación de nuevos hábitos de sentimiento, pensamiento y comportamiento. 4) Momentos naturales de autoestima: Se le enseña a los niños a estar más conscientes del rol de la autoestima en su vida diaria y a hacer cambios en el momento. Técnicas de crianza consciente ayudan o asisten en este cambio. 5) Entrenamiento en Asertividad (empoderamiento): La sensación de valor es esencial para potenciar la autoestima. El entrenamiento en asertividad se basa en la idea de que todas las personas poseen valor y derechos.

6) Modelaje: Los terapeutas y otras personas significativas para el individuo ayudan a modelar niveles apropiados de autoestima y asisten al niño para ayudarlo a aprender y tomar en cuenta modelos competentes y de valor. 7) Capacidad de resolución de problemas: Enseñarle a los niños cómo resolver problemas aumenta sus oportunidades de éxito y capacidad de competencia, así como sus niveles de autoestima de forma progresiva. 8) Oportunidades de práctica: Potenciar la autoestima es un proceso que lleva tiempo. No existen arreglos rápidos o medidas fáciles que puedan usarse para hacerlo. Factores como el tiempo y la práctica son elementos claves para ayudar a aumentarla. Patrones viejos de sentimiento, pensamiento y comportamiento deben ser desaprendidos, reestructurados y sustituidos por nuevos patrones más eficientes. En conclusión, la aceptación y el feedback positivo son formas de sentirse valorados por otros, componente esencial para potenciar la autoestima. El modelaje y la resolución de conflictos ayudan a incrementar el sentido de competencia, otro componente esencial de la autoestima. La reestructuración cognitiva, el entrenamiento en asertividad y los momentos naturales de autoestima requieren de ambos elementos ya mencionados, es decir, valor y competencia. Por último, la práctica es esencial para consolidarla.

EL ROL DE LA AUTOESTIMA EN LA GENERACIÓN DE CAMBIOS Nadie nace con valoraciones predeterminadas del yo o sí mismo, la herencia mayormente influencia las autoevaluaciones de forma indirecta. Los niños comienzan a desarrollar la autoestima desde edades tempranas. Por lo tanto, una parte significativa de la autoestima de un niño es aprendida a través del juego. 5XVVHOO 0HDUHV   SODQWHD TXH ´el campo del juego es donde una larga H[WHQVLyQGHOVHOI \R HVJHQHUDGDµ8QWHUDSHXWDGHMXHJRFUHDXQDPELHQWHTXH le permite al niño sentirse libre de expresarse. De igual forma, el terapeuta acepta al niño tal como es, esta aceptación le demuestra al niño que es una persona de valor, factor clave relacionado con el mejoramiento de la autoestima. El juego libre propicia un espacio para la verdadera expresión. El terapeuta provee elementos como aceptación, empatía, congruencia, atención ininterrumpida y genuinidad en un ambiente con sólo las limitaciones que son necesarias para anclar la terapia de juego con el mundo de la realidad. En este ambiente el niño se siente seguro y sus sentimientos son aceptados. Estas características encontradas en la terapia de juego centrada en el niño y modalidad humanista produjeron grandes resultados en el tratamiento en contraposición con enfoques no humanistas y más directivos

(Bratton, Ray, Rhine y Jones, 2005). Resulta claro entonces que estas características psicológicas de la terapia de juego son necesarias para potenciar la autoestima (otras teorías de terapia de juego sugieren que estas condiciones son necesarias, más no suficientes). Estas condiciones le permiten al niño sentirse aceptado por el terapeuta y eventualmente conducen al niño a desarrollar un sentido de autoaceptación. La autoaceptación incondicional es un factor clave para el aumento de la autoestima. Además de la aceptación que facilita la terapia de juego y que está incluida en el Modelo de Mruk (2006) previamente expuesto, la terapia de juego también concede la oportunidad de otorgar retroalimentaciones o feedbacks consistentes y positivos. En la niñez temprana los niños están conscientes de sus rasgos físicos, actividad corporal y logros motores, ellos no se comparan con otros, debido a su orientación egocéntrica. Por lo que la autoestima en niños pequeños no se ve afectada por comparaciones con las demás personas. Con la disminución del egocentrismo alrededor de los 6 años, los niños comienzan a encontrarse más conscientes de las evaluaciones que los otros hacen acerca de ellos. Es en esta edad cuando las evaluaciones o estimaciones tipo espejo o de autoreflexión se vuelven más evidentes. Las personas significativas son los espejos sociales que forman parte de la definición del yo o sí mismo. La terapia de juego le permite al terapeuta la oportunidad de ofrecer una retroalimentación consistente y positiva a los niños en un ambiente seguro y VROLGDULR9RQN HQ.HUQLV SODQWHDTXH´XQDFRQVLGHUDFión positiva de parte GHORVRWURV¬HVOD´entradaµDOYHUGDGHURFDPELRGHODDXWRHVWLPDµ(OWHUDSHXWD de juego puede darle al niño retroalimentaciones auténticas, específicas y positivas en pequeñas dosis a lo largo del tiempo al comentar los pensamientos, sentimientos y comportamientos potenciadores de autoestima en el niño. Juegos de terapia de juego como la caja de arena, títeres, rompecabezas, dibujos, magia, miniaturas y muñecas otorgan una amplia gama de oportunidades para tal proceso de retroalimentación. También es relevante para el rol del feedback positivo en la mejora de la autoestima, la importancia de que el niño desarrolle una autoestima interna, cuya autoevaluación se derive por sus comportamientos o competencias actuales o reales. A diferencia de los estímulos externos, la autoestima interna no se le da u otorga al niño, pero este puede aprender a desarrollarla a través de la ejecución de comportamientos y habilidades competentes de acuerdo a su período de desarrollo. Los niños con autoestima interna no dependen de otros para evaluaciones de sí mismos, y por ende no necesitan constantes elogios o alabanzas. En cambio, derivan su motivación desde adentro (estímulos internos). Al incrementar la edad en los niños, estos necesitan basar su autoestima en

autoevaluaciones personales junto con la consideración del feedback o retroalimentación por parte de los otros. Al iniciar la intervención de terapia de juego para trabajar la autoestima, es necesario que el terapeuta le dé un feedback genuino y positivo al niño; una progresión debe tomar lugar en la que el niño se dé un feedback positivo a sí mismo, como por ejemplo a través del autodiscurso o comentarios acerca de la creación con legos que hizo, la interesante ciudad que creó en la caja de arena, o que objeto tan creativo creó con plastilina, etc. El feedback o la retroalimentación positiva también debe poseer un componente de crítica constructiva. Frey y Carlock (1989) sugieren que una proporción recomendable de feedback positivo y crítica constructiva es de 5/1, lo que quiere decir que por cada crítica que el niño recibe o se da a sí mismo, deberán otorgársele entonces 5 piezas de retroalimentación positiva. Nadie es perfecto, enfocarse sólo en los pensamientos, sentimientos y acciones positivas es poco realista y conduce a una falsa creación o establecimiento del yo. De igual forma, también evita o impide que nos enfrentemos a las debilidades para permitir la mejora o el desarrollo de estrategias de afrontamiento, así como el manejo o tratamiento de las formas en las que el niño se censura o crítica su yo de forma severa. Títeres, animales de peluche, muñecas y juegos de disfraces le permiten tanto al terapeuta como al niño comunicarse de forma simbólica, así que la terapia de juego resulta muy efectiva para direccionar el feedback positivo hacia la crítica constructiva de manera que resulte no amenazante para el individuo. El modelaje, como fue mencionado en la intervención de Mruk (2006), es un aspecto importante para potenciar la autoestima. Los niños con baja autoestima a menudo tienen pocas oportunidades para modelar un individuo competente y digno; la terapia de juego ofrece muchas oportunidades para involucrar a los niños en actividades de tipo demostrativas. El terapeuta le demuestra cómo manejar conflictos y situaciones difíciles a través del juego de fantasía, títeres, miniaturas, muñecas, videos, juegos de roles y juegos de mesa. Por otra parte, a los padres de niños con baja autoestima son entrenados en técnicas efectivas de intervención mediante la terapia de juego filial. El modelaje es la modalidad preferida para aprender habilidades complejas, en la terapia de juego los niños pueden modelar lo que le han enseñado o mostrado el terapeuta o los padres. En este caso, lo que se muestra es más importante que lo que se dice. El modelaje prepara las bases para el desarrollo de una sana autoestima. La terapia de juego hace énfasis en los aspectos kinestésicos, visuales y auditivos del aprendizaje, haciéndola un conducto ideal para transmitir el incremento de la autoestima mediante el modelaje. Ayudar a los niños a aprender habilidades para resolver problemas es otro aspecto importante de la mejora de la autoestima a través de la terapia de juego.

El apoyo a la autonomía es un aspecto de los entornos interpersonales propicios para el desarrollo de la autoestima. Este tipo de apoyo le provee al niño opciones acerca de sus acciones al alentarlos a resolver los problemas por su cuenta. Cuando los niños resuelven problemas por sí mismos, logran desarrollar sentimientos de dominio y empoderamiento. Cuando los niños experimentan un sentido de propiedad de sus acciones exitosas comienzan a desarrollar un sentido de competencia. La aceptación evidente en la terapia de juego alienta al niño a tomar la iniciativa y realizar decisiones por su cuenta. Por ejemplo, el niño crea su propio show de títeres, historias de fantasía, mundos o composiciones en la caja de arena, escenarios o batallas de juego con espadas y pistolas, y juegos de roles proporcionados por él, dentro de un ambiente seguro que le ofrece la oportunidad de hacer pruebas de realidad acerca de sus habilidades de resolución de problemas. De igual forma, la terapia de juego provee muchas oportunidades de práctica. Mruk (2006) ha enfatizado la importancia de este elemento. Los niños tienen la oportunidad dentro de la terapia de juego de probar nuevos comportamientos tales como la reestructuración cognitiva, los momentos naturales de autoestima y el entrenamiento en asertividad. Estos comportamientos pueden ser repetidos y/o redefinidos muchas veces. En la terapia tradicional tal proceso de repetición a menudo se encuentra con mecanismos de defensa como la resistencia. 'HFODUDFLRQHVWDOHVFRPR´\D\RDSUHQGtHVRµ\´QRKDEOHPRVQXQFDPiVGHHVRµ resultan comunes. Mientras que el juego de práctica en la terapia de juego es usualmente experimentado como placentero. Los niños desarrollan la autoestima a través de 4 procesos: observar a otros, ser observados, conocer la opinión o el feedback de los otros y dar su retroalimentación. En la terapia de juego es a través de estos procesos que el terapeuta reconoce los sentimientos del niño, los valida y se los expresa nuevamente para ayudarlos a llevar a cabo un proceso de insight o reflexión acerca de sus comportamientos. Cómo el juego mejora la autoestima puede ser entendido y resumido en esta FLWDGH'::LQQLFRWW  ´Es jugando y sólo jugando que el niño es capaz de ser creativo y usar toda su personalidad, y es sólo al ser creativo que el individuo descubre su yoµ

TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS Virginia Satir (1989) SODQWHDTXH´DSUHQGHUDYDORUDUVHDXQRPLVPRWHQHUXQD alta autoestima y desarrollar autoconfianza puede hacerlo cualquier persona a SHVDUGHVXVH[SHULHQFLDVSDVDGDVµ(QUHODFLyQFRQOD terapia de juego Haim Ginott   HVWDEOHFH TXH ´D WUDYpV GH OD PDQLSXODFLyQ GH ORV MXJXHWHV HO QLxR SXHGH mostrar cómo se siente acerca de sí mismo y de las personas o eventos significativos en su vida de forma más adecuada que por medio de las palabrDVµ. Las siguientes técnicas tienen ciertas condiciones en común, tales como la aceptación, empatía, congruencia, genuinidad y atención ininterrumpida proporcionadas por el terapeuta para el niño. De igual forma, estas herramientas ayudan al niño a alcanzar un sentido de competencia y valor. Dichas técnicas de terapia de juego para potenciar la autoestima se encuentran bien alineadas con los planteamientos de Mruk (2006). La ventaja de ellas es que son apropiadas para un amplio rango de edad y pueden ser usadas tanto de forma individual como grupal. A raíz de que la autoestima es brevemente definida como la evaluación que uno mismo realiza acerca de su autoconcepto y debido a que la consciencia del yo es crucial para desarrollar la autoestima, el primer paso para potenciarla es ayudar al niño a ganar insight y conocimientos acerca de su yo, lo que puede realizarse a través de estas técnicas: 1) ´0H DJUDGD PL YHFLQR TXH¬µ (´, OLNH P\ QHLJKERU ZKRµ Frey y Fitzharris, 1998): el juego comienza agrupando varias sillas dejando a uno de los jugadores sin una. La persona sin silla dice en voz alta alguna característica SDUWLFXODUFRPRSRUHMHPSOR´PHDJUDGDPLYHFLQRTXHWLHQHRMRVPDUURQHVµ Entonces, todas las personas con ojos marrones deben moverse hacia otra silla y la persona que se quede sin una deberá comentar otra característica como ´PHDJUDGDPLYHFLQRTXHXVDOHQWHVµ\HQWRQFHVWRGDVODVSHUVRQDVFRQOHQWHV se mueven a otra silla y así sucesivamente. La interacción continúa hasta que el terapeuta detiene el proceso preguntándole a los participantes qué aprendieron acerca de la forma en que son similares y diferentes entre sí. 2) ´(VWi HQ OD %ROVDµ ´,W·V ,Q 7KH %DJµ : Es otra técnica para identificar o comenzar a construir el autoconcepto. Se le pide al niño que imagine que va a mudarse y no se encontrará más en su hogar actual. En una bolsa se le pide al niño que coloque objetos que lo representen y que le sirvan como recordatorio de quién es. Luego de procesar los objetos elegidos por el niño (cosas, fotografías, dibujos, etc), se comienza a discutir con él lo que significan acerca de o para sí mismo. Si se juega en grupo, el terapeuta puede pedirle a los niños que escojan el nombre de otros participantes luego del compartir inicial para que así los niños coloquen un objeto en la bolsa que represente al amigo que

escogieron, esto ayuda a los individuos a observar los puntos de vista o las percepciones que los otros tienen acerca de ellos. 3) ´0HQVDMHV 0LVWHULRVRVµ (´0\Vtery MHVVDJHVµ Frey y Fitzharris, 1998): Se le pide al niño que escriba o dibuje con un creyón blanco sobre una hoja blanca algo único acerca de él. Seguidamente se comienzan a hacer preguntas (como HQHOMXHJR´SUHJXQWDVµ DFHUFDGHOR TXH VHFUHDTXHHOQLxR GLEXMy 6LVH juega en grupo, el ganador resultará el primer niño que adivine de forma correcta). Para revelar el dibujo, vierta tempera o acuarelas sobre el creyón y de esa manera el dibujo aparecerá. 4) ´¢4XLpQVR\"µ (´:KR$P,"µFrey y Fitzharris, 1998): Se le dice al niño que se usará un poco de magia para conocerlo un poco mejor. El adulto comienza afirmando que puede sacar un pedazo de papel de un sombrero que dice específicamente el nombre del niño en un primer intento y con los ojos vendados. En frente del niño se toma un papel que se divide en 9 pedazos iguales, luego se le pide al niño que escriba su nombre en el recuadro central de la página, y en los 8 cuadros restantes se le pide que escriba las siguientes afirmaciones: (1) Mi acWLYLGDGIDYRULWDHV¬  
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