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April 21, 2018 | Author: Daniel | Category: Septuagint, Hebrew Language, Translations, Biblical Canon, Bible
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 del Antiguo Testamento en el Nuevo: Uso de Asuntos generales

Jibsam Melgares  Pastor de la Iglesia Bíblica Comunidad  del  del Reino San Pedro Sula, Pedro Sula, Honduras  Honduras  Las citas del del AT en el NT NT provienen de la LXX, el  hebreo y  hebreo y los targumes los targumes Las  Las  citas directas  citas directas pueden  pueden ser literales, compuestas de mas de una version version o pa  saje, inexactas, no identificables no identificables o  o tomadas de diferentes de  diferentes versiones por versiones por dife  rentes autores autores Las alusiones alusiones pueden ser evidentes o sutiles  sutiles   Influencias rabi mcas incluyen  mcas incluyen interpretación literal y alegórica, midrash, y  pesher Algunos  presupuestos  presupuestos hermenéuticos de los autores del NT son la concepción del  AT  como  como palabra de Dios para ellos, la l a tipología, correspondenc c orrespondencia ia entre lo  colectivo y lo  individual, tensión escatologica, escatologica, interpretación cristologica cristologica  y exegesis carismatica El NT usa el AT apologética, apologética, profetica tipologica, ética e ilustrativamente  ilustrativamente   Tres conceptos Tres conceptos clave más para más para entender el uso del  AT en el NT son revelación progresiva, progresiva, cumplimientos cumplimientos  complementarios y  complementarios y  plurivalencia de textos  mi Palabras clave Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, Septuaginta,  midrash, drash, pesher, pesher, tipología, ya, todavía no, revelación progresiva, progresiva, plurivalencia, intertextualidad The sources The sources of  references to  references to the OT  in the  in the NT are NT are LXX, the Hebrew and  the  the  targums Quotations may be   literal, composed of more than one source or  passage,  inexact,  unidentifiable, or taken from different different sources  sources by different by different  authors Allusions may may be evident or subtle Rabbinical  Rabbinical   influences  influences  include literal and allegorical interpretation,  midrash, and pesher Some herme-

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INTRODUCCIÓN Uno de los aspectos imposibles de obviar a la hora de inter pretar el Nuevo Testamento es el uso que hace de las Escrituras antiguotestamentarias. antiguotestamentarias. La riqueza teológica, literaria y conceptual conceptual que los escritos ancestrales judíos legaron a los hagiógrafos novotestamentarios es extremadamente amplia y significativa. No es por nada, entonces, que el estudio de este campo vasto de explo ración se haya constituido en uno de los aspectos más atrayentes de la hermenéutica contemporánea y que esté ayudando profun damente damente a entender la relación relación entre los dos testamentos. La gran cantidad de citas y alusiones involucradas 1 demuestran que no se puede entender a cabalidad el Nuevo Testament Testamentoo si no se ha com prendido cómo este usa el Antiguo. A continuación, entonces, se presentará un estudio panorámi co de este tema. Primero se describirán las fuentes de los textos antiguotestamentaríos utilizados, y seguidamente se analizará la forma en que las citas se presentan. En la tercera sección se con siderará la influe influenci nciaa de la exegesis rabínica en el uso del Antiguo Antiguo Testame Testamento nto por los autores del Nuevo, y en la cuarta se presentará un estudio de la hermenéutica de ellos. Finalmente se tratarán al gunos asuntos complementarios de gran utilidad para la compren sión del tema.

FUENTES DE LAS CITAS2 En este apartado buscaremos reconocer cuáles eran las carac terísticas más sobresalientes de las fuentes de las cuales los au tores neotestamentarios citaron, sea el texto hebreo del Antiguo

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"El uso del Antiguo Testamento involucraba un contexto his tórico políglota y multicultural".3 Como es sabido por todos, el Antiguo Testamento fue escrito mayormente en hebreo con al gunas partes en arameo.4 Sumado a esto, el idioma en Israel del primer siglo era el arameo. Como los hagiógrafos novotestamentarios escribieron en griego, se enfrentaron con la necesidad de que los textos veterotestamentarios que citaron fueran traducidos a este idioma. Las tres fuentes principales que les sirvieron para sus citas fueron la Septuaginta, el texto hebreo y los tárgumes árameos.

La Septuaginta El nombre de "Septuaginta" o "Versión de los Setenta" (LXX) es dado a la primera traducción griega del Antiguo Testamento. Comenzó con el Pentateuco en el siglo III a.C. en la ciudad egip cia de Alejandría, y posteriormente se fueron traduciendo los restantes escritos, concluyendo en el siglo II a.C.5 Entonces, la 3

Darrell Bock, "El uso del Antiguo Testamento en el Nuevo", Kairos 10 (enero-junio 1992): 50-51. 4 Dn. 2:4b-7:21; Esd. 4:8-6:18; 7:12-26; y Jer. 10:11 se escribieron en ar ameo, "idioma emparentado con el hebreo". Donald E. Demaray,  Introducción a la Biblia (Miami: Editorial Unilit, 1996): 23. 5 Según una leyenda relacionada con la redacción de la Septuaginta, 72 ancianos eruditos (seis de cada tribu de Israel) fueron llevados de Jerusalén a Alejandría con el fin de traducir al griego las Escrituras hebreas. Según la Car ta de Aristeas, la idea de traerlos fue el resultado de la petición de Demetrio, fundador y responsable de la biblioteca de Alejandría, hecha al rey Ptolomeo Filadelfo. Este último escribió al sumo sacerdote de Jerusalén para que enviara a los 72 ancianos con el fin de hacer una traducción digna de la Alejandría de aquel tiempo. Según Aristeas, los ancianos terminaron la tarea luego de 72 días, en un ambiente de trabajo comunitario lleno de diálogos y deliberaciones respecto a la

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Septuaginta es una colección de traducciones y no un escrito que se elaboró "de una vez". 6 El alcance de esta traducción fue muy amplio. Pagan acota que: 1) a los judíos en la diaspora que hablaban griego les per mitió acercarse a su texto ancestral en una lengua inteligible para ellos; 2) a los no judíos les permitió estudiar la riqueza de la li teratura hebrea (como sugiere la leyenda detrás de la creación de la Septuaginta, según la Carta de Aristeas); y 3) a los cristianos, para quienes se constituyó en su "Biblia", les permitió adentrarse en el análisis del Antiguo Testamento y su relación con el evento  jesuánico y les facilitó la comunicación en contextos no judíos de la revelación dada a Israel.7 Para nuestro estudio, la importancia de la Septuaginta radica en que el mayor porcentaje de las citas del Antiguo Testamento en el Nuevo pertenecen a ella.8 Es lógico que así fuera, ya que este recurso evitaría a los escritores la necesidad de hacer su propia traducción de los textos al griego. Además, la LXX legó a la teología neotestamentaria una in fluencia hebraica al dar una transformación al sentido de algunos términos griegos, alejándose del uso helenista común. 9 También 6

Bock, "El uso del Antiguo Testamento": 51. 7 Pagan, "El canon del Antiguo Testamento": 163-65. Pagan amplía en esas páginas que debido a la enorme aceptación que tuvo la LXX en el cristianismo, los judíos comenzaron a rechazarla a razón de su antagonismo con la cristiandad. Esto permitió que en círculos judíos aparecieran nuevas traducciones griegas del texto hebreo. Entre ellas se destacan 1 ) la traducción en extremo literal de Àquila (discípulo del famoso rabí Ákiba), hacia 130 d.C; 2) la elegante traducción de Símaco, hacia 170 d.C; y 3) la revisión hecha por Teodoción a una versión griega (posiblemente la LXX) del texto hebreo. 8 Según Bascom, "La crítica textual y la Biblia hebrea", Descubre la Biblia: 135-36, quizá un 60 por ciento (o más) de las citas del A.T. en el N.T. reflejan la

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se debe tomar en cuenta la influencia que tuvo la cosmovisión  judía de su tiempo en la LXX, incluyendo temas como la resurrec ción y la angelologia, prominentes en la literatura apocalíptica del entonces. Dicha cosmovisión incidió de alguna forma en el enten dimiento del texto hebreo por parte de los traductores.10 Luego, la traducción escogida por el hagiógrafo, sea la Septuaginta o el tárgum, puede afectar el sentido de la cita en el Nuevo Testamento.

El texto hebreo Los escritores neotestamentarios también hicieron uso, según lo sugieren algunas de las citas, del texto hebreo directamente. Si bien es difícil precisar qué tipos de ¡manuscritos hebreos conocían, la apreciación siguiente de R. T. France es pertinente. El uso del texto masorético como nuestra autoridad para el Antiguo Testamento hebreo de ningún modo sugiere que el texto hebreo disponi ble para Jesús y la iglesia del Nuevo Testamento era idéntico a nuestro presente texto masorético. [Sin embargo]...estudiosos contemporáneos en este campo, especialmente desde el descubrimiento de los textos de Qumrán, ponen en alta estima el texto masorético como un testigo del texto hebreo estandarizado del primer siglo d.C. n

Considerando válida esta afirmación, se puede comparar las citas en el Nuevo Testamento con el texto masorético (TM) para 12 analizar tanto las divergencias como las similitudes. Richard Longenecker, Biblical Exegesis in the Apostolic Period   (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1983): 20, citado por A. W. Robertson,  El Antiguo Testamento en el Nuevo  (Buenos Aires: Editorial Nueva Creación, 1996): 26-27, propone varios ejemplos, de los cuales se toma uno solo para ilustrar el punto. En Dt. 32:8  binw "32 "hijos de Israel" es traducida por 10

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Los tárgumes Los tárgumes son traducciones arameas del texto hebreo. 13 Surgen debido a la necesidad de tener las Escrituras sagradas en la lengua que el pueblo judío después del cautiverio babilónico fue adoptando paulatinamente como su idioma principal. El uso de los tárgumes se daba casi exclusivamente en la liturgia de las sinagogas. El lector entonaba el texto hebreo y simultáneamente era vertido al arameo por el traductor. Se cree que inicialmente es tas traducciones solo existían en forma oral, pero posteriormente fueron puestas por escrito.14 Los tárgumes por lo general eran paráfrasis (aunque algunos eran muy literales), que buscaban que la gente entendiera el senti do de la Escritura.15 En esto estriba su gran utilidad: permitir a las personas adentrarse en los escritos hebreos  en el idioma que habla ban.16 Es muy probable que ciertas citas del Antiguo Testamento en el Nuevo lleven la influencia de estas tradiciones "sinagogaÍes", aunque cualquier conclusión al respecto se debe hacer con precaución, puesto que los tárgumes existentes son posteriores al período neotestamentario y no se conocen con certeza los tipos de en los siglos subsiguientes a Cristo "...los judíos realizaron un serio trabajo de comparación de textos, para elegir las variantes más acreditadas; el texto hebreo medieval es heredero de esta revisión crítica. Qumrán, en cambio, nos da ma nuscritos del estadio precrítico, con tradiciones textuales más o menos seguras". Raymond E. Brown, "Voz de los documentos de Qumrán", Selecciones de Teo logía  1 (enero-marzo 1962) . 13 De hecho la palabra "tárgum" significa "traducción". 14   Demaray, Introducción a la Biblia:  56. 15 Según Robertson, El Antiguo Testamento en el Nuevo: 25, el origen de los tárgumes probablemente se haya dado en los tiempos de Esdras (cp. Neh. 8:8).

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tárgum disponibles a los escritores neotestamentarios. Además, en las cuevas de Qumrán se encontraron manuscri 18 tos hebreos de tipos anteriormente desconocidos,  y en tiempos apostólicos circulaban diferentes versiones de la Septuaginta.19 Entonces, es posible que en el Nuevo Testamento haya citas pro venientes de tipos de texto hebreo o de versiones del Antiguo Testamento que todavía desconocemos hoy.

FORMA DE LAS CITAS Además de las citas directas, hay un sinnúmero de citas indi rectas, o alusiones, cuya identificación es menos segura. El aná lisis aquí se centrará en las características fundamentales de los varios tipos de referencias y no tanto en el número de ellas.

Citas directas Las citas directas son introducidas, por lo general, con alguna fórmula específica, por ejemplo "como está escrito" o "para que se cumpliese lo dicho por el profeta". A veces la falta de esta fór mula causa dificultades para determinar si hay una cita formal o no.20 A continuación se analiza la forma de estas citas.

Citas ad litter am. Dentro de las citas explícitas existen aquellas que son tomadas al pie de la letra, ya sea de la LXX o como traduc ciones directas del texto hebreo. Un ejemplo del primer caso es la cita en Romanos  15:21, la cual concuerda literalmente con Isaías 52:15b según la LXX. En cambio, en Mateo 2:15, 4ξ  Αιγύπτου

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έκάλ^σα τον  υίόν µου "de Egipto llamé a mi hijo" se apega li teralmente al texto hebreo de Oseas 11:1b, vib  "Πίαρ  DnaaiM,  y  no al texto de la LXX, καΐ 4ξ  Αιγύπτου µ €τ   €κάλ €σα τα τέκνα αύτου "y de Egipto mandé a llamar a sus hijos". Sin embargo, en la mayoría de las citas directas de textos de la LXX, estos son una  justa traducción del texto hebreo. Seguramente esta es una razón por la cual los autores neotestamentarios con tantafrecuencia ci 21 taron de ella.

Citas directas conjugadas. Algunas de las citas tienen la sin gularidad de ser construidas de palabras tomadas de más de una versión del Antiguo Testamento. Un ejemplo es Lucas 13:27b, άπόστητ   € απ' έµου  πάντ  €ς έργάται  αδικίας, tomado del Salmo 6:8  [9]. Al  compararlo con la LXX, άπόστητ  € απ'  έµου  πάντ  €ς οι 4ργαζόµ €νοι την  άνοµίαν, se nota la similitud, con excepción de la ultima frase, έργάται  αδικίας, la cual "es independiente de la LXX y, en forma, está ligeramente cercana al estado constructo del texto hebreo y del tárgum".22

Algunas variantes en la forma de las citas directas. Algunos pasajes neotestamentarios presentan en la forma de una única cita un conjunto de dos o más pasajes del Antiguo Testamento. Así, en Marcos 11:17 Jesús combina porciones de Isaías 56:7 y Jeremías 7:11. Este método, conocido como haraz23 o haruz24 era muy ge neralizado entre los judíos, ya que, como se explicará posterior mente, tiene relación con uno de sus principales géneros interpre tativos, el midrash. A veces los judíos asignaban la cita al autor o profeta principal, como hace Marcos 1:2-3 al atribuir a Isaías una cita que representa la unión de Isaías 40:3 y Malaquías 3:l.25

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Otra variante común concierne a las citas que no correspon den exactamente a ninguna fuente conocida del texto antiguotestamentario. Estas divergencias consisten en a) adiciones, supre siones o ligeras diferencias en las palabras o frases; b) cambios en el orden de los términos y; c) el uso de vocablos que no se apegan directamente a ninguna de las versiones. Ya se explicó una posible razón de este fenómeno: la teoría de que los autores neotestamentarios tenían acceso a versiones del Antiguo Testamento que no han sobrevivido. En seguida se enlistarán otras opciones. Según Kaiser, algunas de las posibles razones son citas hechas de memoria, problemas de traducción a la hora de ir del hebreo o arameo al griego y el influjo que pudo tener la exegesis rabínica. Él señala especialmente que el método de interpretación llamado  pesher  busca adaptar el texto a una situación contemporánea par ticular (como hace Hch. 2:17-21 al citar  Jl. 2:28-32), lo cual lleva a incluir modificaciones en la cita.26 Bock, siguiendo tácitamente con la idea de la influencia de la exegesis rabínica, particulariza las siguientes explicaciones: la cita es una traducción interpretativa y no literal del texto, al mero estilo targúmico (por ej., la cita de Is. 61:1-2 en Le. 4:18-19); la cita es un resumen del contexto del pasaje veterotestamentario (por ej., la cita del Salmo 68 en Ef. 4:7-8); la cita es la amplifi cación de un patrón tipológico hallado en el Antiguo Testamento (por ej., la cita del Sal. 40:6-8 en Heb. 10:5-9).27 Por su parte, Martínez aporta una consideración más: La evo lución del lenguaje permitía que en las citas se cambiaran las pa labras sin desvirtuar el sentido del texto veterotestamentario.28 Es textos proféticos de diferentes escritores encabezados por el nombre del más des tacado de ellos".

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decir, lafidelidada los textos tenía que ver más con el sentido que con la forma.29 Una tercera variante se da en aquellos pasajes que supuesta mente citan de manera directa un texto del Antiguo Testamento, pero este no se puede identificar (cp. Mt. 2:23; Jn. 7:38; Ef. 5:14; Stg. 4:5). Dichas citas probablemente son "sumarios concisos de las enseñanzas de varias partes de las Escrituras antiguotestamentarias".30 La última variante se relaciona con el uso de un pasaje del Antiguo Testamento por varios escritores en el Nuevo, cuando un autor cita el pasaje de la LXX, mientras que otro lo traduce directamente del hebreo. Un ejemplo es el uso en Mateo 8:17 de Isaías 53:4, probablemente traducido directamente del hebreo, y en 1 Pedro 2:24, donde se sigue la LXX. Aunque no son citas ad 31 litteram  de sus respectivas fuentes,  reflejan indiscutiblemente su dependencia de ellas.

Citas indirectas Las citas indirectas, o alusiones,32 evocan un pasaje o un con  junto de pasajes del Antiguo Testamento, sin referirse explícita mente a ellos. Son apreciables en el lenguaje, el modo de expre sión y los rasgos típicos de la cosmovisión hebrea.33 En muchas ocasiones, las citas de este tipo serán difícilmente reconocibles 29

Para más información sobre algunas de las explicaciones ofrecidas, así como otras posibles razones por las discrepancias de algunas citas neotestamentarias con las versiones del A.T. conocidas, véase Vázquez, "El midrash": 70-73. 30 Franklin Johnson,  The Quotations of the New Testament from the Old Considered in the Light of General Literature  (Philadelphia: American Baptist Publication Society, 1986): 410,415, citado por Kaiser, The Uses of the Old Tes

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para el lector promedio de la Biblia, y es imposible precisar la cantidad de ellas. Algunas son evidentes. Un ejemplo clásico es el libro de Apocalipsis, donde mucho del simbolismo y del lenguaje hace eco de porciones del Antiguo Testamento. Este es el caso de aque llos pasajes que mencionan el árbol de la vida (Ap. 2:7; 22:2, 14, 19), concepto que tiene su origen en Génesis 2-3. Otras alusiones no son tan evidentes a simple vista. Dos ejem plos, prestados de Weren,34 nos ayudarán a ilustrar esto. El prime ro concierne a la influencia de 1 Reyes 17:17-24 en Lucas 7:1117. En los dos pasajes 1) se narra una resurrección, 2) el muerto es el hijo único de una viuda, 3) el muerto una vez resucitado grita o comienza a hablar, y 4) aparece la oración καΐ 'έδωκαν αυτόν τη µητρί αύτου "y lo dio a su madre" (1 R.  17:23 LXX; Le. 7:15). La

comparación delata la influencia del relato antiguotestamentario en la narración lucana. El segundo ejemplo es la alusión a Isaías 45:18-19 en Juan 18:19-24. Aquí la conexión es menos evidente. Sin embargo, el concepto de hablar en público y no en lo secreto y la referencia al pueblo judío en ambos textos permiten ver cierto tipo de rela ción. Al hacer eco de las palabras de Yahvé en Isaías 45:18-19, Jesús reclama para sí el estatus divino. Al igual que Dios, él ha hablado públicamente (abiertamente, sin ocultar nada) al mundo y en especial se ha dirigido a la "descendencia de Jacob" en las sinagogas y en el templo. Este hablar públicamente contrasta con el actuar en "lo secreto" tanto de Judas y las autoridades judías al arrestar a Jesús de noche, a escondidas del pueblo (Jn. 18:2-3), como de Pedro, quien ocultó o mantuvo en secreto su verdadera identidad (Jn. 18:15-18,25-27).

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INFLUENCIA DE LA EXEGESIS RABÍNICA En esta sección y en la siguiente se tratará de descifrar los rasgos básicos de la hermenéutica novotestamentaria en relación con el uso del Antiguo Testamento. En esencia, se buscará res ponder a tres interrogantes fundamentales: cómo, por qué y para qué se cita determinada parte de las Escrituras hebreas. Es posible clasificar la influencia que la hermenéutica judía tuvo sobre los autores neotestamentarios de la siguiente manera: interpretación literal,  midrash, pesher   e interpretación alegóri ca.35

Interpretación literal La interpretación literal36 busca encontrar el sentido natural, simple y evidente del texto, con el fin de aplicarlo a la vida. 37 En el testimonio de los Evangelios, Jesús en algunas ocasiones utilizó este tipo de acercamiento hermenéutico, por ejemplo al responder a las tentaciones del diablo (Mt. 4:1-11 y Le. 4: 1-13, citando a Dt. 8:3; 6:13, 16), en su enseñanza sobre el divorcio (Mt. 19:5, apelando a Gn. 2:24), en su conversación acerca del mandamien to más importante (Mr. 12:28-34, refiriéndose a Dt. 6:4-5 y Lv. 19:18) y al citar del Decálogo (Mt. 19:18-19a). También fue usa do por Pablo (cp. la cita de mandamientos del Decálogo en Ro. 13:9, el uso de Lv. 19:18 en Gá. 5:14, y la referencia a Lv. 19:15 en 2 Co. 13:1), así como por algunos de los escritores de las epís tolas universales (por ejemplo, en la cita de Lv. 19:18 en Stg. 2:8, ydeLv. 11:44 en 1 P. 1:16).

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 Midrash

El midrash es uno de los géneros  interpretativos más impor tantes de la exegesis rabínica. El sustantivo proviene del verbo

tth? "buscar, requerir, estudiar, interpretar". En su sentido más básico, midrash es exposición bíblica, pero el término se usa par ticularmente para referirse  a un tipo de exegesis que va más profundo que el sentido literal del texto, procurando penetrar en el espíritu de las Escrituras, con el fin de exami nar el texto desde todos los ángulos y así encontrar las interpretaciones que no son obvias en él. 38

Trata de descifrar los sentidos e interpretaciones ocultos en la Escritura a fin de aplicarlos a la situación contemporánea.39 El midrash existe básicamente en dos formas: la  halaká y la  hagadá. La primera es la interpretación de pasajes que contienen aspectos legales del judaismo, y la segunda interpreta porciones relacionadas con asuntos más genéricos, como la ética y los pro blemas cotidianos.40 Una figura importante en el desarrollo del midrash fue el ra bino Hillel, del primer siglo a.C. Él buscaba "exponer y aplicar la escritura en contextos históricos nuevos o diferentes".41 A él se le atribuyen las siete reglas más influyentes dentro del género (cono cidas como middoth)* 2 si bien se desconoce si él fue su  creador o S. Horovitz, "Midrash" en  Jewish Encyclopedia (1904) 8:548, citado en Longenecker,  Biblical Exegesis:   32-33. 39 Renée Bloch apunta que "la esencia del procedimiento midráshico era la contemporización de la Escritura con el fin de aplicarla o hacerla significativa para la situación actual del lector". Renée Bloch, "Midrash" en Dictionnaire de 38

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un simple compilador o transmisor de ellas. Estas reglas eviden temente influyeron en la hermenéutica neotestamentaria. Veamos las cuatro más usadas. 43 La primera regla se denomina Qal wahomer, "liviano y pesa do". Mediante ella lo verdadero de una situación menos importan te (liviana) se aplica a una más importante (pesada), y viceversa. Algunos ejemplos de su uso son Mateo 6:26; 10:25; Lucas 11:913; Hebreos 1:1-4 y Romanos 5:10. Según la segunda regla,   Guezera shewa,  "reglamento equiva lente", si una palabra o frase se encontraba en dos o más textos, estos se podrían fusionar, ya que se clarifican o explican mu tuamente. Algunos ejemplos son Marcos   1:2-4;  1 Pedro 2:2-8 y Romanos 4:7-8; 11  JA0.u La quinta regla se denomina  Kelal uferat, "general y particu lar". Según ella, una norma general puede resumir un grupo de normas particulares, y una serie de normas particulares pueden desglosar una norma general. Dos casos son Romanos 13:8-10 y Gálatas5:14. La séptima regla, llamada Dabar halamed me cinyano, "palabra de instrucción que brota del contexto", señala que para entender la cita hay que tomar en cuenta su contexto antiguotestamentario. Romanos 4:10-25 y Gálatas 3:17 son dos ejemplos. 45 43

Para la exposición de las reglas de Hillel, se siguen los trabajos de Bock, "El uso del Antiguo Testamento": 52; Vázquez, "El midrash": 76-77; y Evans, "The Function of the Old Testament": 167. 44 La diferencia entre el haraz (antes mencionado) y el Gezera shewa es que este es la regla midráshica y el haraz es el método usado para aplicarla. 45 La tercera regla de Hillel, titulada Binyan >ab mikkatub  *ejad, "constru

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Pesher

La palabra pesher   significa "solución" o "traducción".46 En general, el afán de este método es el de encontrar, al analizar el texto (especialmente profético), su cumplimiento escatològico en la edad presente. "La comunidad de Qumrán leía el Antiguo Testamento de esta manera; de hecho, ellos pensaban que eran el cumplimiento de los últimos tiempos".47 Es a partir de tal cosmovisión apocalíptica que surge el pesher. La misma constituye su diferencia con los métodos antes mencionados.48 Una variante de este género hermenéutico es el llamado raz pesher   o "la interpretación del misterio", que busca explicar los misterios de la Escritura49 a través de revelaciones divinas50 a algún intérprete inspirado.51 En este sentido, la comunidad de 46

  Longenecker,  Biblical Exegesis: 3 8. 47 Bock, "El uso del Antiguo Testamento": 53. Ellis añade que la comunidad qumranita creía que el A.T., en sus profecías y promesas, tenía su cumplimiento en su propia época. Confiaban en que ellos inaugurarían la era del Nuevo Pacto de los últimos días, constituyéndose así la última generación antes de la venida del Mesías y el establecimiento del Reino de Dios. Ellis, "How the New Testament Uses the Old": 207. 48 Algunos estudiosos han señalado que la manera de hacer exegesis de la comunidad de Qumrán es bastante similar al  midrash rabínico. Por ello, a veces no hacen distingo entre pesher y midrash,  afirmando que el pesher es una variante del midrash. Así, W. H. Brownlee ha llamado al tipo de exegesis encontrada en Qumrán "midrash pesher*\  considerándolo comparable al midrash de la halaká y la hagadá y solo distinguible de este en lo referente a la forma literaria y conteni do. Sin embargo, no todos están de acuerdo con Brownlee. Sobre esta discusión, véase Longenecker,  Biblical Exegesis:  40-41.  Es importante mencionar que la exegesis de Qumrán no incluyó solo ti pesher, pues también se puede ver rastros de midrash en sus comentarios escritúrales. 49 Estos misterios son referidos especialmente a aquellos pasajes proféticos

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Qumrán creía en una especie de  sensus plenior de los textos sa grados, el cual debía ser interpretado especialmente por el maes tro de justicia.52 G. Vermes, citado por Robertson, nos resume así este método: Primero, las palabras de los profetas están llenas de misterio, tienen un significado oculto que debe descubrirse por revelaciones posteriores; segundo, el misterio oculto tiene que ver con el fin del mundo; tercero, el fin del mundo está cercano: por ello la profecía se aplica a la generación del escritor; cuarto, y esto es lo más importante, todos estos misterios serán revelados al maestro de justicia. 53 La presencia del pesher es innegable en las páginas del Nuevo Testamento.  Algunos ejemplos de su uso son Lucas  4:16-21, citan

do alsaías 61:1-2; Marcos 12:10-11, citando el Salmo 118:22-23; y 1  Pedro 1:24-25, citando Isaías 40:6-8. También se puede apre ciar en la cita de  Zacarías 13:7 en Marcos 14:27, de Malaquías 3:1 en Mateo 11:10, de Isaías 53:12 en Lucas 22:37, del Salmo 41:9 en Juan. 13:18 y, en quizá el caso más famoso de este género, de Joel 2:28-32 en Hechos 2:17-21. Algunos rastros de  raz-pesher en el Nuevo Testamento se de tectan en la explicación del misterio del reino en Mateo 13, y en Efesios 3:4-6, donde se habla del misterio de la inclusión de los gentiles en el plan de Dios. Otros casos son Romanos 16:25-27 y Colosenses l:26-29.54

comunidad de Qumrán le asigna este juicio  a un sacerdote malvado de Jerusalén que le causó problemas, tal como aparece  a partir de lQpHab 8:13. 52   Robertson, El Antiguo Testamento en el Nuevo: 30. Es importante señalar que hasta la fecha no se ha definido con certeza  quién fue este maestro de justicia. Quizás lo único que se puede asegurar, a partir de los textos qumranitas, es que sus ideas tuvieron un influjo poderoso en la comunidad esenia. Esto se debía

Us o del Antiguo Testamento en

el Nue vo: Asuntos generales 57

Interpretación alegórica Este género hermenéutico tiene como objetivo encontrar el sentido oculto del texto a través de una interpretación figurada o simbólica del mismo. Se aparta sustancialmente de cualquier otro método mencionado, especialmente el literal.55 El método alegóri co es poco usado por el judaismo, pero existe evidencia suficiente de su presencia tanto en el primer siglo de la era actual como en épocas anteriores.56 Tampoco se utiliza mucho en el Nuevo Testamento. Los dos ejemplos más claros se encuentran en la literatura paulina. En 1 Corintios 9:9-10 Pablo cita una ley acerca de los bueyes (Dt. 25:4) para aplicarla simbólicamente al derecho de los apóstoles de re cibir sostén económico. El segundo ejemplo es Gálatas 4:21-31, donde Pablo explícitamente señala que está tomando la historia de Sara, Agar y sus hijos como una alegoría (4:24). 57

HERMENÉUTICA ORIGINAL DE LOS ESCRITORES NEOTESTAMENTARIOS Una gama de aspectos marca la continuidad entre los dos tes tamentos, así como su discontinuidad.58 Esto impele a todo el que cumplimiento contemporáneo  de las profecías veterotestamentarias debido a su escaso o  nulo conocimiento de   ellas; Longenecker, Biblical Exegesis:  131. Por otro lado, se debe acotar que en general Pabl o reve la cierta preferencia por el m é todo literal y el midrash en comparación con los  demás géneros hermenéuticos; ibid.,  113-15. 55 Evans mencion a que el  método alegórico no necesariamente descarta la historicidad del texto o su significado literal. Simpl ement e n o se interesa en eso s aspectos hermenéuticos. Evans, "The Function of the Old Testament": 168.

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se acerca al Nuevo Testamento a entender cómo los hagiógrafos neotestamentarios concebían las Escrituras judías, sobre todo en lo que respecta a su adaptación y aplicación en su contexto. 59 En este apartado, entonces, se tratará de modelar un perfil de la her menéutica neotestamentaria en su comprensión y uso  del Antiguo Testamento.

Presupuestos de la hermenéutica neotestamentaria A veces pareciera que los escritores neotestamentarios usan el Antiguo Testamento de manera desprolija y caprichosa. 60 Sin embargo, considerar sus presuposiciones teológicas tiende a des vanecer esta percepción. Ellos, al igual que el judaismo, concebían las Escrituras he breas como Palabra de Dios para ellos. Como bien señala Bock, esta presuposición acarreaba implicaciones profundas. Por un lado, el texto sagrado se tomaba como una unidad, pues en el fon do su Autor fue Dios. Esto explica la libertad para asociar textos de diferentes épocas y autores, como recomiendan algunas reglas del midrash. Por otro lado, al ser Dios el Autor, se asume que lo dicho en la Escritura es verdad y pertinente para su pueblo siem pre. Ligado a esto, todo elemento profético deberá tener su cabal cumplimiento.61 El segundo presupuesto, también compartido con el judaismo, tiene que ver con la correspondencia entre eventos en la historia, lo que comúnmente se denomina "tipología". 62 Sostiene que Dios 59

En este sentido, Vouga apunta acertadamente que el N.T. debe ser enten dido como una relectura del A.T. Él menciona que el uso de las citas veterotestamentarias, aunque podría apuntar a una continuidad de pensamiento, en el fondo

Uso del Antiguo Testamento en cl Nuevo: Asuntos generales 59

obra históricamente siguiendo patrones que se repiten. Por lo tan to, un evento del pasado puede servir de paradigma (explicativo o aplicativo) para eventos futuros similares. La tipología no es simple analogía, puesto que en la Biblia la repetición del patrón del pasado siempre sobrepasa en calidad el paradigma inicial. 63 Algunos ejemplos son el sufrimiento de la persona justa (Salmo 22) como paradigma de la crucifixión de Jesús (Mt. 27:26-46) 64 y lo profetizado en Isaías 7:14 como patrón para el nacimiento de Cristo (Mt. l:22-23).65 La tercera presuposición, ligada a una visión muy común en el  judaismo, es que en la Escritura existe una correspondencia entre lo colectivo y lo individual. "El acto de un individuo no es solo un acto individual, sino que afecta a la comunidad, y viceversa" 66 (cp. el pecado de Acán en Josué 7 y la figura del cuerpo humano como metáfora eclesial en 1 Co. 12:12-27). De este presupuesto se desprende el concepto de que un personaje puede representar un conglomerado. Pablo, por ejemplo, nos recuerda que Adán es el representante de toda la humanidad, la cual recibió el efecto de su pecado: la muerte; y por otro lado, Jesús es el representante de la nueva humanidad, la cual recibió el efecto de su resurrección: la vida (1 Co. 15:22). 67 tianismo del primer siglo respecto al Antiguo Testamento". Ellis, "How the New Testament Uses the Old": 210 63 Bock, "El uso del Antiguo Testamento": 54. 64 Gracias a la tipología, el Salmo 22 debe ser visto sólo como un patrón del sufrimiento de la persona justa y no como una profecía de la muerte de Jesús. Snodgrass, "The Use of the Old Testament in the New": 432, n. 25. 65 Es claro ahora que la profecía de Is. 7:14 funciona como patrón histórico del nacimiento de un niño que es símbolo de la presencia de Dios a favor de un conglomerado. El pasaje, entonces, posee dos lecturas: una en la época de Acaz y la otra en el nacimiento de Cristo. Esto es factible gracias a la percepción

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Un cuarto presupuesto tiene que ver con el cumplimiento escatològico. En la perspectiva judía la historia humana estaba dividida en dos grandes edades, la presente era y la era venidera, con características opuestas. Mientras que el presente "siglo" es malo,  imperfecto y adverso al gobierno divino (Ro. 12:2; Gá. 1:4), la era venidera estaría caracterizada por la sujeción a la so beranía de Dios, el orden y la vida plena (Mr. 10:30). Esta percepción era compartida por Jesús y sus seguidores (Mt. 12:32). Sin embargo, Cristo introdujo un giro original al concepto, alejándose significativamente de las expectativas escatológicas de su tiempo. En el judaismo, se esperaba que la era venidera hiciera su irrupción portentosa con la llegada del Mesías, quien estable cería el reino de Dios en la tierra, donde todo sería paz y felicidad. Sin embargo, tanto para Jesús como para la iglesia del primer si glo, la era venidera llegaría no de una sola vez, sino en etapas, de las cuales la encarnación de Cristo constituye la primera. De modo que esta perspectiva escatològica entraña la tensión entre el "ya" y el "todavía no". Los hagiógrafos novotestamentarios afirman estar viviendo los últimos tiempos (Hch. 2:17-21; 1 Co.  10:11; He. 1:1-4), pero el cumplimiento final y total de las promesas de Dios deberá esperar su consumación en el futuro. Un ejemplo es la exposición en 1 Corintios 15:24-28 sobre el rei nado presente de Cristo y su consumación futura. Otro es la cita de Isaías 45:23 en Filipenses 2:10-11 con referencia al recono cimiento futuro y universal del señorío de Cristo, el cual, en el momento presente, sólo es parcial. La quinta presuposición era que el Antiguo Testamento debía ser interpretado con lentes cristológicos. Jesucristo es "el cumpli miento por excelencia"68 de la esperanza veterotestamentaria. Esta presuposición constituye el centro de la concepción de la iglesia

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antes mencionadas giren en torno a ella. Un sexto y último presupuesto tiene que ver con lo que Ellis denomina la "exegesis carismàtica".70 Al estilo de la comunidad del Qumrán, los escritores del Nuevo Testamento tenían la segu ridad de que su interpretación de las Escrituras era guiada por el Espíritu Santo (cp. Jn. 14:26; 1 Co. 2:6-16; Ef. 3:3-6).

Algunos usos del Antiguo Testamento en el Nuevo Hasta este punto se han analizado cómo es que se cita el texto antiguotestamentario (haciendo uso de las técnicas de la exegesis rabínica) y por qué se cita (los presupuestos hermenéuticos de los hagiógrafos neotestamentarios). Nos resta, entonces, encarar una última interrogante: para qué se cita determinada porción del Antiguo Testamento. Este apartado tratará de responderla, reco nociendo inicialmente que el Antiguo Testamento tuvo una am plia gama de utilidades para la iglesia del primer siglo y para los escritores del Nuevo Testamento.

El uso apologético. El uso apologético es distinguible, sobre todo, en la defensa de la persona de Cristo respecto al judaismo de la época. En varios pasajes se puede ver cómo los apóstoles ar gumentaban que Jesús era el cumplimiento de las profecías veterotestamentarias, mayormente en contextos judíos. Dos ejemplos son Hechos 2:29-39 y 17:1-3. El uso profético. Uno de los usos más recurrentes es el pro fético. Los autores neotestamentarios estaban convencidos que muchas de las profecías de las Escrituras hebreas se estaban cum

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El uso tipológico. Ya se ha explicado este uso. Por ello, se remite al lector al epígrafe correspondiente. Sin embargo, se debe agregar un asunto más: en algunas ocasiones un pasaje aplicado a Cristo podrá también ser extendido a sus seguidores. Así, en Lucas 2:32a Simeón cita Isaías 49:6, señalando su cumplimiento en Jesús, pero sorprendentemente en Hechos 13:47 Lucas relata que Pablo y Bernabé aplicaron el mismo pasaje a sí mismos.73 Otros ejemplos del uso tipológico son las referencias a Jeremías 31:15 en Mateo 2:18, al libro de Jonás en Lucas 11:30 y a Isaías 6:9-10 en Marcos 4:12. El uso teológico. M. S. Terry señala que en ciertos casos se utiliza el Antiguo Testamento para establecer alguna doctrina.74 Esto se aprecia en Romanos 3:9-20, cuando Pablo cita diferentes pasajes (especialmente de Salmos) con el fin de "demostrar la de pravación universal del hombre".75 El uso práctico o ético. Ciertos pasajes son usados por los au tores neotestamentarios confineséticos o prácticos. Dos ejemplos son las repetidas referencias a Levítico 19:18 y a Deuteronomio 5:16, con evidentes aplicaciones a la ética. El uso ilustrativo. En este uso el texto citado funciona como una ilustración que refuerza el argumento. Así 1 Corintios 10:113 exhorta a no seguir el ejemplo de los israelitas en el desierto, y Santiago 2:20-26 ilustra la necesidad de mostrar la fe a través de las obras con los ejemplos de Abraham y Rahab.76 profecía de Joel (lo que aparentemente explica los ligeros cambios en algunas de las palabras citadas). Además, Pedro y los otros seguidores de Jesús se ven a si

Uso del Antiguo Testamento

en el Nuevo: Asuntos generales 63

ASUNTOS COMPLEMENTARIOS Aunque se han presentado los aspectos generales acerca del uso del Antiguo Testamento en el Nuevo, hay todavía un par de asun tos que por su importancia para el tema merecen ser detallados.

Revelación progresiva y hermenéutica complementaria Según el concepto de la revelación progresiva, el sentido de pasajes previos se clarifica y se amplifica en eventos o sucesos posteriores en la revelación bíblica. Bock, uno de los referentes en este tema, lo ilustra por el uso de Salmo 2:1 -2 en Hechos 4:25-27. Desde la perspectiva antiguotestamentaria, los enemigos de Dios y de su ungido mencionados en el salmo eran naciones gentiles. Sin embargo, en la oración de la iglesia en Hechos 4 el significa do de "enemigos" se ha amplificado para incluir ahora no solo a gentiles, sino también a judíos. Esto indica que cualquiera que se oponga a Dios y a Cristo se constituye en enemigo de ellos, no importando su nacionalidad.77 Estrechamente relacionada con la revelación progresiva se en cuentra la hermenéutica complementaria.78 Según este concepto, el cumplimiento de una profecía puede darse en varias etapas. Cada una de esas etapas constituye un cumplimiento complemen tario que amplifica el sentido y significado de la profecía. Esto es particularmente evidente con el tema del Siervo de Yahvé en la literatura lucana. Indiscutiblemente, Jesús es el cumplimiento ple no de los textos de Isaías tocantes al Siervo (Le. 2:32; Hch. 8:3235). Sin embargo, Hechos 13:46-47 presenta un cumplimiento complementario de estas profecías al asignar una parte del papel

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claridad y profundidad la continuidad y discontinuidad entre los dos testamentos.80

La plurívalencia de textos Un último aspecto tiene que ver con lo que algunos autores llaman la plurívalencia de textos, 81 expresión que se refiere a las diferentes lecturas que se pueden dar en el Nuevo Testamento a un mismo texto veterotestamentario. Por ejemplo, Pablo cita a Génesis 15:6 en Gálatas 3:6 para reforzar su argumento de la  jus tificación por la fe, pero el mismo pasaje es citado en Santiago 2:23 para ilustrar la idea de que la fe se tiene que evidenciar por medio de las obras.82

CONCLUSIÓN Una realidad lamentable en los círculos evangélicos es el anal fabetismo respecto al Antiguo Testamento. El estudio concien zudo de los escritos veterotestamentarios ha pasado a un plano secundario e incluso ha desaparecido de la reflexión eclesial. En cambio, para los primeros cristianos su Biblia, de la cual deri varon su predicación y sus propuestas teológicas, fue el Antiguo Testamento. De ahí que una consideración seria del uso que hace el Nuevo Testamento del Antiguo invita a revalorar este último y 80

Sobre estos temas, véanse Bock, "El hijo de David": 7-28; ídem, "El uso del Antiguo Testamento": 57-63; ídem, "Actividad mesiánica actual y prome sa davidica antiguotestamentaría: Dispensacionalismo, hermenéutica y cumpli miento neotestamentario", Kairos 17 (julio-diciembre 1995): 23-64. 81 Véase, por ejemplo, Evans, "The Function of the Old Testament": 164. 82

Uso del Antiguo Testamento en el Nuevo: Asuntos generales 65

a degustarlo como lo hicieron con esmero y dedicación los cristia nos del primer siglo. Ya es hora que en nuestras congregaciones se apele a todo el consejo de Dios y no solo a una parte restringida del mismo. Por otro lado, como se ha insistido enfáticamente, emprender el estudio de la influencia del Antiguo Testamento en el Nuevo permite vislumbrar aspectos inherentes al texto que de otra ma nera serían pasados por alto. Esta realidad acentúa el gran desa fío de seguir reflexionando en torno a la relación entre los dos testamentos y sus implicaciones para la hermenéutica y teología contemporáneas. Sin embargo, es posible que el lector se encuentre abrumado por tanto detalle en este artículo. Es por ello que se concluirá con un resumen sucinto de los pasos para adentrarse en el estudio pro puesto.83 1.  Identificar el texto o textos del Antiguo Testamento que están siendo citados o aludidos. Como se señaló anteriormente, algunas de las referencias implican no solo un único verso sino un conjunto de ellos, los cuales pueden proceder de diferentes libros. Además, aun cuando se cita una porción específica, a veces en el fondo se alude al contexto más amplio en que ella se encuentra. 2. Definir si la cita es directa o indirecta. Si es directa, hay que identificar cuál fuente se está citando (LXX, el texto hebreo o el tárgum). Esto implica reconocer si la referencia es literal, conju gada o con alguna de las variantes señaladas en el segundo apar tado. En el caso de las citas directas será enriquecedor analizar las similitudes y discrepancias entre las fuentes y tratar de deducir por qué el escritor neotestamentario utilizó determinada fuente. Además, se debe tomar en cuenta la contribución interpretativa que la fuente citada le da al argumento novotestamentario donde

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rotestamentaria y la del escritor neotestamentario, ayudando así a iluminar el significado del texto que hace la referencia. 84 4. Analizar la influencia de la exegesis rabínica en la interpre tación neotestamentaria del texto, determinando el aporte que el género interpretativo usado da al entendimiento de la cita. Se debe recordar que es posible que algunas de las referencias mezclen varios de los géneros hermenéuticos mencionados. 5. Inspeccionar los posibles giros que el escritor del Nuevo Testamento le da a la referencia antiguotestamentaria. Aunque en algunos presupuestos el cristianismo y el judaismo mantienen cierta similitud, en otros discrepan totalmente, sobre todo en lo que concierne a la visión cristológica del Antiguo Testamento. 6. Determinar el uso que le da el escritor del Nuevo Testamento a la cita, sea apologético, profético, tipológico, teológico, ético, práctico o de algún otro tipo, recordando que algunas de las refe rencias pueden combinar dos o más usos a la vez. 7. Analizar la función que el texto citado presenta en otras por ciones del Nuevo Testamento donde también se utiliza. Todo esto se hace para finalmente dilucidar la contribución que la cita hace al argumento del texto neotestamentario que se está examinando.

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