Astier et al. 2002. DERIVACIÓN DE INDICADORES DE CALIDAD DE SUELOS EN EL CONTEXTO DE LA AGRICULTURA SUSTENTABLE Curso -Degradacion

April 13, 2019 | Author: Andres Maria-ramirez | Category: Quality (Business), Agriculture, Aluminium, Forests, Information
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DERIVACIÓN DE INDICADORES DE CALIDAD DE SUELOS EN EL CONTEXTO DE LA AGRICULTURA SUSTENTABLE DERIVA DERIVATION OF SOIL QUALITY INDICA INDI CATORS TORS IN THE CONTEXT OF SUSTAINABLE AGRICULTURE Marta Astier-Calderón1, Manuel Maass-Moreno2 y Jorge Etchevers-Barra3 1Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada A.C., Apartado Postal 152.

61609, Pátzcuaro, Michoacán. Tel. y Fax: (434) 23216. ([email protected]). 2Instituto de Ecología.UNAM. Apartado Postal 27-3. 58190. Morelia, Michoacán. 3Especialidad de Edafología. Instituto de Recursos Naturales. Colegio de Postgraduados. 56230. Montecillo, Estado de México.

RESUMEN

ABSTRACT

En este ensayo se define el concepto de calidad de los suelos y se discuten las herramientas para mejorar su aplicabilidad en el contexto de la agricultura sustentable. La calidad de los suelos se define tomando en cuenta sus propiedades intrínsecas, así como su capacidad productiva y de amortiguadores ambientales. Se propone un marco para obtener indicadores de calidad de suelos que parte de: i) Utilizar tres atributos ambientales de sustentabilidad, productividad, resiliencia y estabilidad; ii) caracterizar el sistema de manejo, en términos de escalas espacial y temporal del análisis; y, iii) identificar los puntos críticos en el agroecosistema estudiado. De esta forma se obtiene un marco conciso y coherente para la medición de calidad de suelos sin generar largas listas de indicadores. El método propuesto para seleccionar indicadores de calidad de suelos se aplicó a tres estudios de caso en agroecosistemas contrastantes de México. Para el atributo productividad, se seleccionaron indicadores relacionados con los rendimientos de cultivos y ganado; para los atributos estabilidad y resiliencia, se seleccionaron indicadores edáficos asociados con las propiedades biológicas, químicas y físicas y con la erosión de los suelos.

This essay establishes the importance of the soil quality concept, defines the concept of soil quality, and provides tools to improve its applicability in the context of sustainable sustainable agriculture. Soil quality is defined taking into account the intrinsic properties of  the soil and its productivity and environmental buffer capacity. A framework to derive soil quality indicators is proposed based on: i) Making use of three general attributes of environmental sustainability: productivity, resilience, and stability; ii) characterizing the management system in terms of the spatial and time scales of the analysis; and iii) identifying a series of critical points of the agro-ecosystem. With this procedure, a concise and coherent framework to measure the quality of soils is obtained, that avoids long lists of indicators. The proposed method was applied to three study cases in contrasting Mexican agroecosystems. For the productivity attribute, indicators related with crop and cattle yield were derived. For the stability and resilience attributes, soil indicators associated with biological, chemical, and physical properties and soil erosion were selected. Key words: Agro-ecosystem, stability, productivity, soil properties, resilience.

Palabras clave: Agroecosistema, estabilidad, productividad, propiedades del suelo, resiliencia.

INTRODUCTION

INTRODUCCIÓN

I

mprovement and conservation of soil fertility and productivity are a common denominator among the strategic elements for reaching the sustainability of  agro-ecosystems (Conway, (Conway, 1994; Acton and Gregorich, 1995; Hansen, 1996). Administrators of resources, investigators, scientists, and those who take decisions, need indicators that provide information about the course that the soil and its properties, subjected to different conditions of management, will follow. These soil indicators are frequently poorly integrated, since they evaluate evaluate edaphic processes in an isolated way. The concept of soil quality helps he lps to solve the previous problem, as it integrates and interconnects the biological, chemical, and physical components and processes of a soil in a given situation.

U

n denominador común entre los elementos estratégicos para alcanzar la sustentabilidad de los agroecosistemas es el mejoramiento y conservación de la fertilidad y productividad del suelo (Conway, 1994; Acton y Gregorich, 1995; Hansen, 1996). Para este fin, administradores de recursos investigadores, científicos y quienes toman decisiones requieren indicadores que proporcionen información sobre el curso que seguirá la evolución de las propiedades del suelo, suelo, cuando sea sometido a diferentes condiciones de manejo. Recibido: Mayo, 2000. Aprobado: Marzo, 2002. Publicado como ENSAYO ENSAYO en Agrociencia 36: 605-620. 2002.

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Estos indicadores edáficos frecuentemente están poco integrados, ya que evalúan los procesos edafológicos de manera aislada. El concepto de calidad de suelos ayuda a resolver el problema anterior, ya que integra e interconecta los componentes y procesos biológicos, químicos y físicos de un suelo en una situación determinada. En años recientes diversos autores han escrito acerca de la calidad del suelo (Papendick y Parr, 1992; Doran et  al., 1994; Karlen et al., 1997), y sobre las formas de medición y utilización de sus indicadores. (Arshad y Coen, 1992; Doran y Jones, 1996; Hartemik, 1998; Etchevers, 1999). También lo han hecho instituciones como la Fundación Kerney y The Soil Quality Institute (SQT), que tienen como objetivo principal investigar y promover la conservación y mejoramiento de la calidad de los suelos. En la agricultura sustentable, un punto esencial para aplicar el concepto de calidad de suelos es generar estrategias de análisis que den coherencia al concepto y reduzcan el número de indicadores. Es común que se usen más indicadores que los requeridos, y que éstos sean seleccionados de forma sesgada según la disciplina del investigador que los propone (Doran, 1997). En el presente documento se fundamenta la importancia del concepto de calidad de suelos, se propone una definición del concepto en el contexto de la agricultura sustentable y se sugieren herramientas para su medición, así como para mejorar su aplicabilidad. Se propone, además, derivar indicadores de calidad de suelo con base en tres atributos fundamentales de los sistemas de manejo agrícolas sustentables: productividad, estabilidad y resiliencia. La utilización y aplicación del concepto de calidad de suelos es un proceso en evolución, por lo que este ensayo es más una invitación al diálogo y a la discusión que un intento de dar una visión definitiva sobre la noción de calidad de suelos y su puesta en práctica. En la primera sección del documento se define el concepto de calidad de suelos y se justifica su importancia. En la segunda, se hace una revisión de los indicadores de calidad de suelos y su medición. En la tercera, se discute el proceso de selección de los indicadores de calidad de suelos. En la cuarta y última, se ilustra la selección y el uso de indicadores de calidad de suelos en tres estudios de caso contrastantes: en un sistema de producción de maíz ( Zea mays L.) en condiciones de temporal y agricultura campesina en Casas Blancas, Michoacán; en un sistema silvopastoril mejorado en la selva baja caducifolia de la reserva de Chamela, Jalisco; y en una explotación agrícola intensiva en El Batán, Estado de México.

Importancia y definición de la calidad de suelos en el contexto de la agricultura sustentable Varios autores que tratan el tema de la sustentabilidad agrícola enfatizan la necesidad de emplear una

In recent years, several authors have written about the quality of soil (Papendick and Parr, 1992; Doran et al., 1994; Karlen et al., 19979), and about the ways to measure and use it (Arshad and Coen, 1992; Doran and Jones, 1996; Hartemik, 1998; Etchevers, 1999); likewise, institutions such as the Kerney Foundation and The Soil Quality Institute (SQT), whose main objective is to investigate and promote the conservation and improvement of the quality of the soil. In sustainable agriculture, to generate strategies of  analysis which give coherence to the concept and reduce the number of indicators, is an essential point for applying the concept of soil quality. Often more indicators than required are used and are selected in a biased way, according to the investigator’s discipline (Doran, 1997). In the present paper, the importance of the soil quality concept is discussed; a definition of this concept in the context of sustainable agriculture is proposed; and tools for its measurement as well as for improving its applicability are suggested. Furthermore, soil quality indicators are proposed based on three fundamental attributes of sustainable management systems in agriculture: productivity, stability, and resilience. Utilization and application of the soil quality concept is a process in evolution. Therefore, rather than providing an ultimate definition of soil quality and its practical application, this essay is an invitation to dialogue and discussion. In the first section of the document, the concept of soil quality is defined and its importance stressed; in the second, a revision of soil quality indicators and their measuring is reviewed. The third part discusses the selection process of soil quality indicators. The fourth and last illustrates the selection and use of soil quality indicators in three contrasting case studies: a maize ( Zea mays L.) production system, under conditions of rain fed and rural farming in Casas Blancas, Michoacán; an improved silvo-pastoral system, in tropical deciduous forest of the Chamela natural reserve, Jalisco; and in an intensive agricultural exploitation at El Batán, State of México.

Importance and definition of soil quality in the context of sustainable agriculture Several authors, dealing with the subject of  agricultural sustainability, emphasize the necessity of  employing a systematic approach (Levins and Vandermeer, 1990; Altieri, 1994; Conway, 1994; Masera et al., 1999). It is known that human beings transform natural ecosystems to obtain agricultural, forestry, and animal products. These transformed ecosystems are called agro-ecosystems (Hart, 1982). A sustainable agroecosystem should be able to maintain its productivity under conditions of stress; promote the quality of the

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perspectiva sistémica (Levins y Vandermeer, 1990; Altieri, 1994; Conway, 1994; Masera et al., 1999). Se sabe que los ecosistemas naturales son transformados por el hombre para obtener productos animales, agrícolas y forestales. Estos ecosistemas transformados se denominan agroecosistemas (Hart, 1982). Un agroecosistema sustentable debería ser capaz de mantener su productividad en condiciones de estrés; promover la calidad del medio ambiente y los recursos base de los cuales depende la agricultura; proveer las fibras y alimentos necesarios para el ser humano; ser económicamente viable y mejorar la calidad de vida de los agricultores y la sociedad (Conway, 1994; FAO, 1994). El suelo es un componente central del agroecosistema, por lo que es preciso definir su estado para evaluar la sustentabilidad del mismo. Tradicional y convencionalmente, el concepto “suelo fértil” ha sido el indicador más usado para medir el estado y la manera como se comportan los suelos en los contextos agropecuario y forestal (Brady, 1990; Havlin et  al., 1999). Es común definir como suelo fértil aquél que tiene la capacidad de abastecer de nutrientes suficientes al cultivo, asegurando su crecimiento y desarrollo (Olson et al., 1982; Brady, 1990; Havlin et al., 1999). Esta definición, sin embargo, no toma en cuenta otras propiedades que también contribuyen al crecimiento y desarrollo de las plantas, por lo que se considera limitada. Para Pieri (1989) y Etchevers (2000) 4, la fertilidad del suelo es un concepto más amplio, que integra los atributos químicos, físicos y biológicos del suelo. Éstos se asocian con su capacidad para producir cosechas sanas y abundantes o sostener una vegetación natural en condiciones cercanas a las óptimas. La fertilidad biológica, por ejemplo, se relaciona estrechamente con la biomasa microbiana, principal motor de la descomposición de la materia orgánica derivada de los residuos vegetales y animales, así como del reciclaje de la misma. Los subproductos de su acción influyen de forma directa en las propiedades químicas y físicas de los suelos, por lo que dicha acción no puede evaluarse de manera independiente (Figura 1). Propiedades químicas como la capacidad amortiguadora y la capacidad de intercambio catiónico (CIC) reducen la probabilidad de cambios drásticos en el pH y de las concentraciones de cationes en el suelo. Propiedades físicas tales como la estructura, la porosidad y la capacidad de retención de agua, permiten un crecimiento y desarrollo adecuado de las partes subterráneas de las plantas y, en consecuencia, de las aéreas, al evitar algún estrés fisiológico. Las propiedades biológicas se relacionan con propiedades físicas como la agregación, y con las químicas, como la capacidad de intercambio iónico y la disponibilidad de nutrientes. Por lo tanto, un suelo fértil

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environment and the base resources, which agriculture depends on; provide the fibers and food necessary for the human being; be economically viable and improve the quality of life of farmers and society (Conway, 1994; FAO, 1994). Soil is a central component of the agroecosystem and, therefore, it is necessary to define its state in order to evaluate its sustainability. Traditionally and conventionally, the concept of “soil fertility” has been the most used indicator for measuring the state and the behavior of soils in agricultural, forestal, and pastoral contexts (Brady, 1990; Havlin et al.,1999). Commonly defined, a fertile soil has the capacity to supply enough nutrients to the growing crop, thus guaranteeing its growth and development (Olson et al., 1982; Brady, 1990; Havlin et al., 1999). However, this definition is considered deficient, because does not take into account other properties, which also contribute to the plant growth and adequate performance. For Pieri (1989) and Etchevers (2000)4 soil fertility is a broader concept, which integrates the chemical, physical, and biological attributes of the soil. These attributes are associated with the soil’s capacity to produce healthy and abundant crops or to sustain natural vegetation in near to optimal conditions. Biological fertility, for instance, is closely related to microbial biomass, which is the main motor of  decomposition of organic matter, derived from vegetal and animal residues, and of recycling of organic matter. The sub-products of the biological fertility influence the chemical and physical soil properties in a direct way. That is why this action cannot be evaluated independently (Figure 1). Chemical properties, such as buffer capacity and cationic exchange capacity (CEC), reduce the probability of drastic changes in pH and concentrations of cations in the soil. Physical properties, such as structure, porosity, and water retention, create the conditions to avoid any physiological stress allowing an adequate growth and development of the underground plant parts and consequently of the aerial ones. Biological properties are related to physical properties, such as aggregation, and to chemical properties, such as ionic exchange capacity and nutrients availability. Therefore, a fertile soil must be defined in a comprehensive and integrative manner as a soil that conserves the desirable physical, chemical, and biological properties, while supplying adequately nutrients and water to the plants and provides mechanical support. The concept called soil health index has been employed to characterize the capacity of soils for producing healthy and nutritive crops in a sustainable manner (Larson and Pierce, 1991; Haberern, 1992). In this context, however, other typical soil functions, apart

Etchevers B., J. D. 2000. El escenario del fin de siglo, las necesidades de alimento y el papel de los expertos en la producción de estos bienes. Inédito y Etchevers B., J. D. 2000. The end of century situation, needs of food and the role of experts in the production of these goods. Unpublished. 4

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debe definirse de manera más comprehensiva e integral, como aquél que conserva las propiedades físicas, químicas y biológicas deseables mientras que abastece adecuadamente de agua y nutrientes y provee sostén mecánico para las plantas. El concepto denominado índice de salud del suelo se ha empleado para caracterizar la capacidad de este sustrato para producir de manera sustentable cultivos sanos y nutritivos (Larson y Pierce, 1991; Haberern, 1992). Sin embargo, en ese contexto, no se contemplan otras funciones propias de los suelos, aparte de las productivas, como son los servicios que proporciona un suelo sano al ambiente, entendido en un paralelo económico como un capital y sus servicios. Por esto último, varios autores (Parr et al., 1992; Doran et al., 1994; Etchevers, 1999) han coincidido en la necesidad de desarrollar un enfoque que resalte el papel del suelo de calidad, como un componente crítico de la biosfera, en los niveles local, regional y global, lo cual implica mejores condiciones de salud para los seres vivos (Doran et al., 1994). De acuerdo con Parr et al. (1992), un suelo de calidad es aquél que tiene la capacidad de producir cultivos sanos y nutritivos en forma sostenida a largo plazo, y de promover, al mismo tiempo, la salud humana y animal sin detrimento de los recursos naturales base o del medio ambiente circundante. En cambio, Gregorich et al. (1994), lo describen simplemente como la condición de un suelo para un uso determinado. Doran y Parkin (1994) definen la calidad del suelo como la capacidad que éste tiene para sostener la productividad biológica y mantener la calidad ambiental de tal forma que se promueva la salud vegetal, animal y humana; todo ello dentro de los límites que impone el ecosistema y el tipo de manejo que se le da. Otros autores (v.gr. Doran and Jones, 1996) prefieren considerar al término calidad de suelo y a sus descriptores como características físicas, químicas y biológicas inherentes a éste. Acton y Gregorich (1995) definen calidad de suelo como la condición de éste para mantener el crecimiento de las plantas sin que ocurra degradación ni daños en el medio ambiente. Según estos autores las tres funciones principales de un suelo son: proveer un medio para el crecimiento de las plantas, regular y distribuir el flujo del agua en el ambiente y servir como amortiguador de los cambios. Como se puede apreciar, este nuevo concepto toma en cuenta, por un lado, las propiedades intrínsecas del suelo y sus interacciones y, por otro, las relaciones del suelo con el medio ambiente, las plantas, los animales y los seres humanos. Además, al incorporar el aspecto de producción sostenida en el largo plazo, se incluye implícitamente la búsqueda de estrategias de manejo que formen parte de un modelo de agricultura sustentable.

Características químicas

Fertilidad química ( Disp onibi lid ad nut rime ntal )

 o    l  e  u    S    l  e    d    d  a      di    l    i    t  r  e    F

Descomposición de la materia orgánica y residuos

Fertilidad biológica

N, S, P, K y micronutrimentos

( Biom asa ) Descomposición de la materia orgánica

Humus

Fertilidad física ( Estr uctura , agregaci ón, e spaci o poroso ) Características físicas

Figura 1. Fertilidad de suelos. Etchevers (2000) 4. Figure 1. Soil fertility. Etchevers (2000) 4.

from the productive ones, are not considered; for example, the service that a healthy soil provides to the environment, understood in an economic parallel as natural capital and its environmental services. As to the latter, several authors (Parr et al., 1992; Doran et al., 1994; Etchevers, 1999) agree on the necessity of developing an approach which highlights the role of  high quality soil as a critical component of the biosphere, on local, regional, and global levels, involving better health conditions for living beings (Doran et al., 1994). According to Parr et al. (1992), a quality soil has the capacity of producing healthy and nutritive crops in the long term, and at the same time can promote human and animal health without the detriment of basic natural resources or the environment. On the other hand, Gregorich et al. (1994) simply describe a quality soil as the condition of a soil for a certain use. Doran and Parkin (1994) define soil quality as the capacity of sustaining biological productivity and maintaining environmental quality, in addition to promote vegetal, animal, and human health. All these aspects should be examined within the ecosystem boundaries and a given management. Other authors (e.g. Doran and Jones, 1996) consider the term soil quality and its descriptors as inherent physical, chemical, and biological soil characteristics. Acton and Gregorich (1995) define soil quality as the soil condition to maintain plant growth, without degrading or damaging the environment. According to these authors, the three main functions of a soil are: to provide means for plant growth, to regulate and distribute the water flow in the environment, and to serve as a buffer of changes. As can be seen, this new concept considers, on one hand, the intrinsic soil properties and their interactions and, on the

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En una síntesis, la definición de calidad de suelos incluye tres principios importantes: a) La productividad del suelo, que se refiere a la habilidad del mismo para promover la productividad del ecosistema o agroecosistema, sin perder sus propiedades físicas, químicas y biológicas; b) la calidad medio ambiental, entendida como la capacidad de un suelo para atenuar los contaminantes ambientales, los patógenos, y cualquier posible daño hacia el exterior del sistema, incluyendo también los servicios ecosistémicos que ofrece (reservorio de carbono, mantenimiento de la biodiversidad, recarga de acuíferos, etc.); y, c) la salud, que se refiere a la capacidad de un suelo para producir alimentos sanos y nutritivos para los seres humanos y otros organismos (Arshad y Coen, 1992; Parr et al., 1992; Doran y Parkin, 1994) (Figura 2). Con frecuencia los responsables de programas y proyectos de manejo agrícola a escala local se cuestionan acerca del efecto que tienen las intervenciones que se hacen en el suelo durante su rehabilitación, y la respuesta no es evidente. La razón es que las evaluaciones generalmente se hacen a escala regional y los efectos quedan enmascarados. Para evitar lo anterior se ha promovido el diseño de marcos de evaluación cuantitativos que permiten determinar cómo las prácticas de los agricultores afectan la capacidad de los suelos, tanto para producir alimentos como para desarrollar funciones ambientales, en varias escalas de espacio y tiempo. Esto es, se evalúa si la calidad de los suelos se ha degradado, mejorado o permanecido igual. Ignorar estos marcos analíticos hace que muchos programas agropecuarios sean abandonados prematuramente.

La medición de la calidad de suelos La evaluación de la calidad del suelo es indispensable para determinar si un sistema de manejo es sustentable, a corto y largo plazo (Doran et al., 1994). Larson y Pierce (1991) hacen la analogía entre la medición de la salud o calidad de los suelos y un examen médico para seres humanos. Los médicos hacen uso de indicadores básicos del funcionamiento del organismo: la temperatura, la presión sanguínea, el pulso, y de algunos análisis. En contraste, en el caso de los suelos no se ha definido un grupo único de indicadores básicos de su salud. Seleccionar un grupo sería difícil, ya que cada circunstancia ecosistémica o agroecosistémica responde a condiciones muy particulares. Así, por ejemplo, al análisis concurren diferentes tipos de suelos, de problemas ambientales, de sistemas de manejo, de escalas de tiempo y espacio, y de enfoques de investigación (científico, productivo, conservacionista, ecologista, político, etc.). Un indicador de calidad de suelos se concibe como una herramienta de medición que debe dar información sobre las propiedades, procesos y características. Los

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other hand, the relationship of the soil with the environment, plants, animals, and human beings. Besides, when aspects related with sustained production are incorporated, it is implicit the search of management strategies, as a part of a sustainable agriculture model. In synthesis, the definition of soil quality includes three principles: a) Soil productivity, referring to its ability to promote productivity of the ecosystem or agroecosystem, without losing its physical, chemical, and biological properties; b) environmental quality, understood as the capacity of the soil to diminish environmental pollutants, pathogens, and any possible damage outside the system, including also the services that the ecosystem offers (carbon reservoir, maintenance of biodiversity, recharging of aquifers, etc.); and, c) health, which refers to the capacity of the soil to produce healthy and nutritive food for human beings and other organisms (Arshad and Coen, 1992; Parr et al., 1992; Doran and Parkin, 1994) (Figure 2). Often, those who are in charge of programs and projects of land management at local scale wonder about the effect of the interventions made in the soil during its rehabilitation, and there is no obvious answer. The reason is that evaluations are generally made at a regional scale and the effects remain hidden. In order to avoid the previous problems, frameworks based on quantitative evaluation have been promoted. These frameworks allow determining how farmers’ practices affect the soil capacity for producing food as well as for developing environmental functions on various scales of space and time. That is, those frameworks estimate whether the soil quality has been degraded, improved, or remains the same. Many agricultural and livestock programs have been abandoned prematurely because these analytical frameworks have been ignored.

The measurement of soil quality The evaluation of soil quality is essential for determining if a management system is sustainable in the Productividad del suelo Salud humana y animal

Alimentación sana

Calidad ambiental

Figura 2. Principios de calidad de suelos (adaptado de Parr et al ., 1992). Figure 2. Principles of soil quality (adapted from Parr et al ., 1992).

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indicadores se miden para dar seguimiento a los efectos del manejo sobre el funcionamiento del suelo en un periodo dado. Ellos pueden ser variables cualitativas (afloramiento del subsuelo, aparición de canalículos de erosión, aparición de encharcamiento, etc.) o cuantitativas (tasa de infiltración, capacidad de intercambio catiónico, pH, cantidad de nemátodos, etc.) o índices compuestos por la relación entre diferentes variables (Etchevers, 1999). Un ejemplo de índice es el propuesto por Oleschko et al. (1992) para evaluar la estructura del suelo. En general, los indicadores hacen referencia a las características o propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos. Las propiedades biológicas, como los indicadores ecológicos, son más dinámicas y, por lo tanto, tienen la ventaja de servir como señales tempranas de degradación o de mejoría de los suelos. Sin embargo, hay indicadores que requieren de más de 10 años para exhibir cambios como respuesta a un manejo determinado (Cuadro 1).

short and long term (Doran et al., 1994). Larson and Pierce (1991) draw an analogy between the measuring of  soil health or quality and a medical examination for human beings. Medical doctors use basic indicators about the functioning of organisms: temperature, blood pressure, pulse, and some analyses. But, as for soil health, there has not been defined an only group of basic indicators. It would be difficult to select one, since each ecosystem or agro-ecosystem situation responds to very particular conditions. For example, different types of soil, environmental problems, management systems, scales of  time and space, and research approach (scientific, productive, conservational, ecological, political, etc.). A soil quality indicator is understood as a tool of  measurement which must inform about properties, processes, and characteristics. Indicators are measured to monitor the effects of management on soil behavior in a given period. These can be qualitative variables (appearance of the subsoil, small erosion channels,

Cuadro 1. Indicadores utilizados para evaluar cambios en la calidad de los suelos en condiciones de manejo racional. Table 1. Indicators utilized to evaluate changes in soil quality under conditions of rational management. Indicador

Profundidad (cm)

Tipo de tendencia

Tiempo requerido para percibir cambios

Frecuencia de medición

Referencia

Indicadores físicos Textura (% arena, arcilla, limo) Densidad aparente (g cm-3) Tasa de infiltración (cm min-1) Retención de humedad (%) Resistencia a la penetración (Mpa) Profundidad capa arable (cm) Sistema radicular (cm) Estabilidad de agregados (% 1-2 mm diámetro)

0 - 30

Equilibrio

>10 3 años

Cada 2-3 años

0 - 7.5 0 - 15

Reducción

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