Artículos Hovik en MAN

January 23, 2019 | Author: Kukaa München | Category: Christmas, Nature
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“Llega el verano y más de lo mismo”, por Hovik Keuchkerian MAN... Llega el verano y con él, por lo menos desde que tengo uso de razón, “las instrucciones” para disfrutarlo de forma saludable. No tomen

el sol sin usar cremas y menos en las horas en las que quema más. No salgan a practicar footing en las horas de máximo ardor. Mucho ojo con los bordillos, los socorristas y los niños cuando estén en la piscina. La salida de vacaciones, que sea escalonada, y revisen sus coches antes del viaje. Vean el Tour, bien porque les guste o bien como somnífero. so mnífero. Estén atentos a los habituales reportajes sobre la ocupación hotelera. Extremen las medidas de seguridad de su piso cuando se marchen durante un mes y las alarmas anticacos. Y acostúmbrense a los Rodríguez y, por supuesto, al abandono de las mascotas por estas fechas… Pero, y lo más importante, el veranito no sería veranito si no nos recordaran que no nos bañemos después de comer, por los famosos cortes de digestión. Mi infancia está unida estrechamente a ese recuerdo, que se mantiene y renace cada mes de junio… Hagan la digestión, señores, y pasen un veranito dentro de los “parámetros establecidos”. ... COMIO

¿Veranito? ¿He oído veranito..? Cómete dos kilos de gambas, con sangría, a pleno sol, y entre platos date un chapuzón, claro que sí, para entrarle a la paella con más ganas. Justo después, ni siesta ni chupito: sal a hacer una horita de carrera, sin beber agua. Mejor, mazapanes. Hazlo, por supuesto, rociado y embadurnado de un puré casero de zanahoria hecho por tu mamá para que coja c oja tu moreno un color más cobre. Total, como nos pelamos como los nísperos. Luego no te duches. ¡No hombre! Haz un doble mortal con tirabuzón en la piscina, donde no cubre. O mejor en la de los niños, para garantizar la asistencia médica. No mires la presión a las ruedas del coche. En definitiva, lo que llevan es aire y ¡el aire es gratis! Y si puedes hacer el viaje sin parar, ¡hazlo! Si no, que no hubieran puesto asientos. Y por tu t u casa no te preocupes, que si quieren entrar, van a entrar, aunque dejes a los marines dentro… Hala, a

pasar buen veranito. Y no hagáis caso al de arriba, que es un listo.

Fecha: 20/06/2007

“Polvos blancos”, por Hovik Keuchkerian MAN... ¡Señores, las últimas noticias nos informan de que somos el país

líder en consumo de cocaína en todo el mundo! Ya no sólo Fernando  Alonso y Rafa Nadal pasean nuestra bandera por todo el globo. Charlando con una persona consumidora diaria de esta epidemia blanca me comentaba: “Hace años para ponerme un „chispacito‟ me tenía que

esconder porque estaba mal visto, ahora me tengo que esconder porque quiere todo el mundo”. Tenía mucha razón. Podríamos decir que la

cocaína es una droga socialmente aceptada, es la droga reina. Nadie se escandaliza ya, por lo menos yo no y no conozco a nadie que lo haga, cuando se entera de que alguien conocido, desconocido, personaje público o popular, consume. Te puede preocupar y puedes hacer por  ayudarlo, si es alguien cercano, pero no te escandaliza. Sin embargo, curiosamente, sí que se notan reacciones de sorpresa cuando se te ofrece un tirito y lo rechazas. Ninguna otra droga engloba un abanico tan grande de mercado indiferentemente de la raza, sexo, edad, condición social... Es una pena que sea una droga la que hermane a las personas.

... COMIO.

¡¿Somos los máximos consumidores del planeta?! ¡¿Los primeros?! ¡¿Los mejores?! Pues vamos a empezar a dejar las cosas claritas. A partir de ahora por cada gramo consumido queremos otro de regalo, como en las grandes superficies; y entre los consumidores se sortearán cada mes 100 viajes con todos los gastos pagados a Punta Cana; y por  supuesto al máximo consumidor se le premiará con un mes en una suite en una granja de desintoxicación, para que se depure y empiece la temporada con mas fuerza. También queremos que en cada papelina las autoridades sanitarias nos informen de que las drogas matan y demás pamplinas, como hacen con el tabaco. De no cumplirse estas condiciones con carácter inmediato, dejaremos de consumir y comenzaremos a consumir cualquier otro tipo de sustancia, para que los señores de los cárteles y algún que otro corrupto sepan valorar a un cliente de nuestra categoría. Aunque pensándolo mejor, quizás me esté precipitando y lo que debamos hacer es una huelga a la japonesa. Demostremos al mundo de lo que somos capaces. Y disculpen, que voy al baño.

“Hoy puede ser un gran día”, por  Hovik Keuchkerian MAN...  Anteayer fue un gran día. Comenzó como todos los demás pero pronto empezó a teñirse de un color verde esperanza… Saliendo de

casa, hacia el trabajo, una chica invidente llegaba caminando por la acera. Allí había una cuadrilla de peones trabajando en un socavón. Uno de ellos se percató de que la chica daba con su bastón contra la valla de seguridad, no reconociendo el nuevo obstáculo. El peón la llevó hasta el otro lado de la calle y recibió una sonrisa de agradecimiento. ¡El día comenzaba bien! A media mañana salí a tomar café. De camino, en la escalinata de un supermercado, había una señora mayor con un carrito de compra de esos de toda la vida, de dos ruedas y tela a cuadros. En ese momento, un chavalín de 15 años se ofreció amablemente a ayudarla. Cuando se iba r ecogió un “gracias, hijo” de aquella mujer  agradecida, que llevaba una sonrisa pintada en la cara al cruzarse conmigo… Estaba siendo un día de sonrisas, que sin usar palabras,

estaban diciendo gracias. Yo fui un espectador de lujo. No seamos espectadores, señores, y fabriquemos entre todos grandes días. ... COMIO

Vamos a ver si después de leer este artículo, y no el de arriba, nos queda claro qué es un buen día. Buen día: dícese de la sucesión de 24 horas durante las cuales se come, se duerme, se gana la mayor cantidad de dinero trabajando lo menos posible, se intenta reducir las relaciones con los demás a lo necesario (no vaya a ser que nos amarguen con sus problemas), y por último, y muy importante, no se hace nada si no se va a obtener nada. Esto, y no cualquier otra cosa, es un buen día. Y si no, preguntad por ahí. ¿A quién le importan las sonrisas de nadie, si no los conoces ni los vas a conocer? ¿Qué más te da que sonrían? ¿Se han preocupado ellos por ti? No, nunca. Pues para qué te vas a preocupar tú.  Además, a lo mejor te preocupas por ellos y les ayudas y ¿quién te garantiza que te lo van a agradecer como mereces? ¡Nadie, no te lo asegura nadie! Así que a lo tuyo. Un buen día es, sin duda, aquel en el que eres espectador, que no te pasa nada y además puedes opinar. ¡Ocupen sus butacas, señores, que comienza el espectáculo!

“De fiesta en fiesta...”, por Hovik Keuchkerian MAN. Nuestra revista, cumple ¡20 años! Celebraciones, festejos, homenajes, recuerdos... Cualquier „excusa‟ es buena para reunirse, ¡nos

encanta celebrar! Pueden ustedes hacer la prueba. Supriman del calendario los cumpleaños, aniversarios, conmemoraciones, festejos varios comunes a todos institucional y socialmente. Eliminen también aquellas fechas que para cada uno de ustedes y sus familiares o amigos son importantes. Seguidamente procedamos a tachar del ca lendario un factor variable e imprevisible que son todas aquellas celebraciones que surgen de una manera espontánea, bien porque algún acontecimiento esperado desde hace tiempo se ha consumado o simplemente por que ha ocurrido algo que nos alegra el día. Bien, pues si ustedes llevan acabo este „experimento‟ se darán cuenta de que es muy difícil que

pasen cuatro días sin que haya una fecha que recordar por el motivo que sea y posiblemente lleguen a la misma conclusión que yo: el hombre tiene la necesidad innata o creada, lo desconozco, de revivir  acontecimientos pasados... quizás sea porque los futuros nadie nos los asegura... Felicidades.  Y COMIO

Puestos a hacer experimentos hagamos mejor el siguiente: vamos a ponernos delante de un espejo bien grande, de frente por supuesto, sino no tendría gracia. El siguiente paso será mirarnos en el espejo fijamente durante unos cinco minutos y a continuación, siempre bajo la premisa principal e innegociable de ser sinceros, preguntémonos: ¿a cuántas de esas celebraciones, aniversarios, públicas felicitaciones y enhorabuenas, festejos en definitiva, vamos realmente porque nos apetece ir? ¡A muy poquitos, señores! ¿Por qué no intentamos centrarnos un poco mas, por  el bien de todos, en lo que nos ocupa, vamos, lo que se conoce coloquialmente como el presente, que es por ahora lo único „seguro‟, con

la sana intención de que el futuro no sea en muchas de las ocasiones como el pasado? ¡¿Por que no nos dejamos de conmemorar tantas cosas que no pasaría nada si no se conmemoraran?! Como sigamos en esta línea vamos a empezar a celebrar el aniversario de que ayer fue el aniversario de anteayer. O el primer aniversario después del aniversario primero... ¡Podríamos celebrar hoy el aniversario de mañana! Habrá que esperar a mañana a ver cómo lo hacemos. Mientras tanto y sin que esto suponga un acercamiento al sujeto de arriba, mi sincera felicitación a MAN.

“El gran teatro de la Navidad”, por  Hovik Keuchkerian MAN. Anuncios precoces. Muñecas, muñecos con pistolas y

superpoderes. Perfumes. Turrones, mazapanes, polvorones. El Scalextric, la Play Station, los ordenadores, los juegos de mesa. El champán, el cava, la sidra. Los brindis. Las cenas de empresa, las cestas de navidad. Melchor, Gaspar, Baltasar, el belén, la estrella que está en el cielo. Por supuesto el buey, la mula y el niño que está en la cuna. Los buenos deseos, los abrazos, las sonrisas, los sueños. La noche buena, la vieja y la de Reyes. El roscón, el cordero, el chocolate con churros de año nuevo. Los recuerdos, la nostalgia, el niño que llevamos dentro. El gordo de Navidad y „el niño‟ del sorteo. La carta a los Reyes; ¿has sido bueno? El carbón. Villancicos, aguinaldos, papa Noel con su barriga, su barba y su trineo tirado por renos. Reencuentros, te quieros; ¡como pasa el tiempo! ¡Un año más he comido demasiado! Las fotos de otros años. El abuelo y la abuela que ya no están. El mensaje del Rey, el Papa y sus idiomas desde el balcón del vaticano, el programa de fin de año, la puerta del sol, las uvas, los cuartos, las campanadas, las confusiones, los atracones, las risas. LA NAVIDAD. COMIO.

Conciencias sucias, intranquilas, abrazos de papel, deseos con cien caras, mentiras encubiertas de sonrisas, luces de colores, griteríos, cánticos supuestos de piel a piel... ¡Navidad, feliz navidad! Comprar, comprar, comprar, derrochar. Comer, beber, comer, beber, y aun así seguir la mesa repleta, sobrante de lo que ya sobra. Nos sobran tantas cosas. Días de esperanza, de contagiar ilusión, de buenos propósitos, todo caduco, todo con día de despedida para regresar a la realidad, a las zancadillas, al primero yo que tu. Las vacaciones de un mundo sin conciencia con la codicia por bandera. ¡Navidad, feliz navidad! El teatro mayor de la historia que salta a la cartelera cada año que claudica, que aún siendo tablero del escenario, personaje, apuntador, but aca o telón eres parte de la obra, somos todos parte de la obra estrella con licencia para repartir besos, abrazos, regalos. Que bonito, si no fuera por que en el teatro se actúa y a los actores que actúan bien se les aplaude. ¡Un aplauso atronador para todos nosotros! ¡Qué interpretación, q ue papelón!, será que ya lo hemos hecho muchas veces.

“Como siempre... buenos propósitos”, por Hovik Keuchkerian MAN. No quiero pasar de Nochevieja. Lo viejo tiene poso, solera,

sabiduría, historia. Permítanme que le dé dos capotazos de compromiso a lo nuevo y me lo quite de encima para prolongar hasta lo infinito lo que viene de atrás. A los años se les debería de poder dar la vuelta como a los calcetines. Así podríamos enmendar los errores cometidos y volver a disfrutar de los grandes momentos. Dos años en uno… ¡Dos años en uno! Menuda oferta. Si fuese así no tendríamos la necesidad de crucificarnos solos con los mismos propósitos inalcanzables cada año nuevo. ¡Pero que estoy diciendo!, es renovarse o morir… ¿Sólo hay esas dos opciones? Morir me parece drástico para ser el comienzo de un nuevo año, pero, la verdad, tampoco me apetece renovarme. Déjenme que me lo piense un segundo, por favor… Creo que lo mejor es no hacer 

nada. Me sentaré aquí a esperar a que sean los nuevos propósitos los que vengan a por mí. Si finalmente vienen quizás solo charle con ellos tomándonos un café para luego seguir sentado un rato largo, y si no vienen la gravedad es relativa porque siempre me podré inventar unos propósitos nuevos. COMIO.

¿Año nuevo? ¿vida nueva? Ni año nuevo ni vida nueva ni nada de nada. Se repetirá todo. Al mandamás de turno se le encenderá la luz una mañana que se levante de malas y se sacará de la chistera un nuevo impuesto. Se nos impondrá un nuevo curso absolutamente obligatorio para toda persona que respire o lo intente, previo pago, se sobreentiende. La Dirección General de Tráfico se pondrá aún más dura: estará prohibido rascarse si te pica mientras conduces, bajo multa de 300 euros y perdida de 4 puntos y como medida de choque estará prohibido coger el coche de lunes a sábado. Alguna cadena de televisión lanzará un nuevo programa en el que un número determinado de participantes, venidos vete tú a saber de dónde, elegidos previo casting (paraos un momento a pensar en los que fueron desechados) se someterán a lo que haga falta para alcanzar la fama; y la gente desde sus casas podrá una vez más votar para expulsarles, insultarles... Lo que necesitamos es un poquito más de vergüenza torera, un poco menos de cara dura. Ah, y los buenos propósitos… dejémoslos para más adelante.

“El año del agua”, por Hovik Keuchkerian MAN ¿Pero qué pasa que nos acabamos de dar cuenta de que hay

millones de PERSONAS que no tienen agua corriente en sus casas? ¿Nos acabamos de dar cuenta de que la mayoría de las enfermedades en los países subdesarrollados y su bajísima esperanza de vida tiene una más que estrecha relación con la ingesta de agua contaminada? ¿Nos acabamos de dar cuenta de que, si un niño de tres años o una mujer embarazada beben agua del mismo riachuelo podrido del que lo hacen vacas, ovejas, cabras y donde viven miles de insectos y virus, están bebiendo muerte? Ya no es cuestión de comparar nuestra forma de vida y la suya, lo cual sería una estupidez superlativa y sus efectos prácticos serían nulos (no contamos con lo bien que te quedas después de haber arreglado el mundo en la mesa de un bar, eso no se considera un efecto práctico), simplemente es darse cuenta de que el agua, al agua potable, limpia, saludable, es el primer peldaño de una gran estructura a la que seguirán, la sanidad, la educación, el aumento de la esperanza de vida, en definitiva la posibilidad de crecer… hoy, lo único que tiene ESA

GENTE es una condena a muerte. COMIO

2008. Año Internacional del Agua. Conociéndonos un poquito, como nos conocemos, el año que viene será el año internacional de la coca-cola y el siguiente, el del gin-tonic y así sucesivamente… ¡Tampoco es tan grave que no tengan agua señores! Que pidan un vinito o una sangría o un poquito de champán para brindar… ¡AAAH! Que lo que n o tienen es agua para vivir, joder no lo había entendido, no pasa nada, parece que no soy el único que no lo ha entendido. Vamos a ver si pienso un poco que últimamente me cuesta un poquito: podríamos quitarle un poquito de dinero a la industria farmacológica, a los señores que hacen armas, a todos los podridos gobiernos del primer mundo, a los magnates del petróleo y las telecomunicaciones y a los que quieren ir a un planeta que está a tomar por culo para saber si podríamos vivir allí una vez destruida la Tierra (en vez de salvarla)… Ese dinero serviría para montar plantas

potabilizadoras de agua donde hacen falta. ¡Que fácil coño! No será tan fácil si todavía no lo hemos hecho. A lo mejor es por que los que beben agua con gas no están de acuerdo, señores.

“Miro por la ciudad”, por Hovik Keuchkerian MAN. Últimamente, y no sé por qué razón, me ha dado por sentarme en cualquier banco y observar a la gente… En ocasiones sólo la miro, otras me invento his torias, ¿de dónde vienen?, ¿a dónde irán?… Veo sonrisas,

sobre todo de los pequeños, veo abrazos y besos, buenos días, buenas, de gente con trajes caros, no tan caros, vestidos, bolsos a juego. Mensajeros con prisa, telepizzeros, taxis con la luz verde, veo prisa metida en zapatos ya desgastados de querer llegar siempre rápido, veo pasos apresurados como en un concurso o círculos repetidos en cualquier rincón con el móvil estrujando la oreja, depende de lo que se esté hablando oigo risas estrepitosas, no todas. Veo charletas de niños que salen del colegio corriendo, jugando a que se han enamorado. Veo a dos ancianos jugando al dominó tras los cristales de uno de esos en los que parece que siguen cobrando en pesetas, siento nostalgia. Veo casas rojas con ruedas y publicidad transportando vidas dentro que se pierden la mayoría en miradas tras unos cristales que son el cuadro de una ciudad que cobra entrada solo por despertarse. Miro desde mi banco y lo que veo es vida. Sonrío. COMIO.

Me he asomado por la mañana al balconcito de mi casa para echar el primer cigarrito de la mañana recién levantado, a eso de las doce y media. A mí también me ha dado por mirar… Veo al mismo mendigo que

desde hace dos años se ha hecho ya callo en su trozo de acera. Veo al mismo ciego que cada mañana intenta cruzar la calle donde intenta subsistir un paso de cebra ya muy desgastado. Oigo los gritos de la del cuarto a su amado marido: ¡Borracho!, ¡desgraciao!, no vales pa‟na.

Como fin de espectáculo se oye un portazo y a un niño llorando, siempre llora el mismo niño. Me lo tomo como un buenos días más, estoy acostumbrado. Veo a un grupo de chavales en un corro, no están en clase, ¿para qué?, están fumando porros, sin hablar, sin decir nada, ellos me miran, yo les miro. Y pasa un niño con gafas, gordo, el blanco de su chispa, de su ingenio. Qué puntería. Claro que es difícil fallar. El niño gordo corre. Me dan ganas de bajar a perseguirle yo también. Dicen los médicos que el ejercicio es bueno. Pero veo, veo, a una pibita tremenda. La silbo, la digo cosas. Cuando se va vuelvo a la cama.

Fecha: 18/02/2008

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