Arquitectura Del Ambiente

August 30, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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ARQUITECTURA DEL AMBIENTE Geobiología de los asentamientos humanos Geogr. Omar Ovalles

Caracas 2011 Editorial BIOSFERA 

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 ©Editorial BIOSFERA. ARQUITECTURA DEL AMBIENTE: Geobiología de los asentamientos humanos Caracas, 2011 Omar Ovalles Depósito legal: ISBN:

Créditos editoriales Editor: Julio Mazparrote Edición y estilo: Alfredo Romero S. Diagramación: Impresión: Tiraje:

 

Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro, excepto con autorización expresa y oficializada de Editorial BIOSFERA

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CONTENIDO Prólogo 

 

Introducción  Cap. 1. El diálogo sociedad-naturaleza sociedad-naturaleza desde el paradigm paradigmaa energético Los asentamientos humanos y la energía Los campos energéticos

Cap. 2 Implicaciones ambientales del proceso de ocupación del del territorio La etapa posmoderna: la energía como información Efectos palpables de las tecnologías de información y comunicación La tecnología y la saturación de información Nuevas formas cognitivas: el hipertexto y el hipermedio El pensamiento complejo de la posmodernidad Reduccionismo vs Complejidad Modernidad y posmodernidad La nueva lógica cognitiva La arquitectura del ambiente Hacia nuevos paradigmas y visiones de racionalidad r acionalidad Implicaciones para el diseño de asentamientos humanos

La etapa moderna: la energía como trabajo La sociedad energetizada Diferentes tipos de energías y sus fuentes La vida humana como parte de la corriente energética La energía local y los asentamientos humanos Nuestra percepción de la energía en la modernidad La nueva percepción energética de la posmodernidad La sensibilización necesaria en la posmodernidad La auditoría energética La etapa antigua: la energía como espíritu Los antiguos asentamientos asentamientos humanos y la percepción energética Una hipótesis sobre la influencia energética en la ocupación del territorio Energía y psiquis Las líneas de flujo energético

Cap. 3. Calidad de vida y modo de vida  Calidad de vida y la teoría de las necesidades humanas Necesidades vs satisfactores Necesidades humanas y la inducc inducción ión de satisfactores Calidad de vida vs satisfactores La calidad de vida reflejada al interior de las l as personas Conciencia y percepción energética   3

 

El efecto de la energía en la salud (física, mental y emocional) Efectos negativos de la energía y su evaluación: la geopatía y la geobiología Las emociones como indicadores de la influencia energética La arquitectura de la conciencia

Campos culturales y modos de vida

Cap. 4. El desarrollo de las habilidades habilidades perceptivas de las variables variables ambientales  Las diferentes percepciones de las variables ambientales Filosofías y enfoques enfrentados La percepción de la energía lumínica Luz, iluminación y color El efecto metabólico de la radiación lumínica Diferencias entre luz natural y luz artificial Luz natural vs luz artificial: efectos efectos sobre el cuerpo y los estados de ánimo ánimo Implicaciones para el diseño de los asentamientos humanos El color y su significado emocional La latitud y su influencia en la percepción de los colores Variaciones latitudinales Influencia del color Negro Blanco Rojo Naranja  Amarillo Verde  Azul Violeta

 Asociación entre los colores y las funciones mentales mentales El aura personal Variaciones en la sensación y percepción de los colores Recomendaciones de manejo de la iluminación y el color   Iluminación en lugares de trabajo Colores recomendados para el área de trabajo Iluminación residencial Colores en áreas de reunión  

La visión: una función humana reexaminada El proceso constructivo de la visión Operaciones conceptuales requeridas La visión tridimensional La perspectiva, la oclusión y el gradiente de t extura: determinantes de la visión Percepción del movimiento a corto y a largo alcance Se requiere un subtítulo apropiado

La curiosa evasividad de las formas La filosofía oriental sobre las formas: Feng Shui, jing/jang y Sukiya La filosofía occidental sobre las formas Visión greco-romana

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El nominalismo y el materialismo de la edad media Las culturas indígenas

Los campos energéticos: gravitacionales y electromagnéticos Las ondas de formas Efectos de las ondas de formas Propiedades de las ondas de formas

Las estructuras mórficas Los campos morfogenéticos: ¿Heredados o adquiridos? La hipótesis de la causación formativa Implicaciones para el diseño y la arquitectura del ambiente Principios universales del diseño Equilibrio Simetría Vitalidad Suavidad Patrones  Articulación

Cap. 5. Simbolismo, territorio y arquitectura arquitectura  La identificación simbólica en la relación rel ación territorio-arquitectu territorio-arquitectura ra La naturaleza del conocimient conocimiento o transpersonal  Los arquetipos en la percepción de la realidad Las relaciones entre el consciente y el inconsciente Los antagonismos entre el consciente y el inconsciente Las sincronicidades en la explicación ambiental El orden implícito del ambiente glocal Los arquetipos y su relación con la sincronicidad del ámbito glocal Los símbolos arquetípicos y la relación consciente-inconsciente La piedra El animal El círculo

Cap. 6. Los sistemas sistemas constructivos constructivos en los asentamientos asentamientos humanos: una estrategia intuitiva de evaluación  La percepción intuitiva de las características demental los materiales constructivo s Posibilidad de una radiestesia por convención   Medición de la sensibilidad radiestésica   Aplicabilidad de las técnicas técnicas de radiestesia  Las propiedades energéticas de los materiales constructivos Cualidades de los materiales desde el punto de vista energético Categorías de materiales Materiales vinculados a energías naturales Materiales vinculados a energías artificiales

Características Caract erísticas de llos os s is te tema mass cons tructivos

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Cap. 7. La gestión ambiental del del desarrollo endógeno  La esencia del desarrollo endógeno La socialización del conocimiento Las energías somáticas y el desarrollo endógeno

Cap. 8. La práctica del diseño y los espectros de involucramiento involucramiento  Activando la acción comunicativa Indagación previa Bidireccionalidad Visión holística Involucramiento con la comunidad Multidimensionalidad de vivencias Algunas técnicas para apoyar la práctica del diseño en la arquitectura del ambiente   Ejercicio para mejor concentración con el intercambio bioenergético  Ejercicio de dibujos mentales Ejercicio para para el el uso movimiento, color y las formas   Ejercicio para lograr una memoria fotográfica  Ejercicio para la conciencia de los campos energéticos ener géticos Ejercicios para generar la capacidad de visualizar Ejercicio para visualizar objetos   Ejercicios para la cámara fotográfica mental   Ejercicios para los sueños despierto   Ejercicio para crear lugares en la mente   Ejercicios para detectar el aura de los los seres vivos y objetos   Ejercicios para percibir el aura  

Cap. 9. Conclusiones inacabadas  Bibliografía

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PRÓLOGO El geógrafo urbanista Omar Ovalles nos presenta en este libro información muy completa, exhaustivamente investigada, sobre los factores que hay que tomar en cuenta para el diseño inteligente y sustentable de asentamientos humanos, haciendo énfasis en la proyectación. Su labor como Viceministro de Turismo sirvió para ganar y acumular valiosa experiencia práctica en este campo. Pero como su corazón es académico, ha seguido en la búsqueda de las energías misteriosas, invisibles, creativas, que existen poderosamente, y han formado el conocimiento científico-espiritual aplicado en planificación urbanística y arquitectónica. Siempre me ha fascinado el mundo mental del origen de todo, el nivel invisible, perenne, que se manifiesta en nuestro mundo material, transitorio, visible y mensurable. Lo obvio, lo que podemos fotografiar y medir, es normalmente la única base para llenar los libros y textos sobre asentamientos humanos. Lo especial de este trabajo es la inclusión de este otro mundo invisible detrás de lo material. Me honra la observación de Omar, de haber sido impulsado a escribir este libro luego de haber estudiado mi obra:  Arquitectura, Ciencia y Tao (1990). He continuado mi búsqueda del origen mental detrás de obras materiales como: Valores Perennes en la Arquitectura  (2001), y ha sido satisfactorio descubrir que Omar Ovalles y mi

persona hemos tomado caminos paralelos en la búsqueda y recopilación de datos sobre energías mentales popularmente poco conocidas, las cuales, al aplicarlas en el diseño de asentamientos, pudieran mejorar notable-mente la atmósfera de bienestar y facilitar el entendimiento humano entre la partes involucradas en su planificación. Para despertar la curiosidad en el lector sobre el contenido de búsquedas significativas, me permito mencionar algunos nombres, temas, investigadores, entre otros, que me llamaron la atención en este trabajo. Rupert Sheldrake: estructuras mórficas; acto de observar con ilusiones ópticas; fractales; hologramas; símbolos y arquetipos; C.G. Jung;   7

 

 psicología transpersonal; hemisferios del cerebro; estados mentales del ser humano (Alfa, beta, gamma, theta); el hoy, confuso pero rico; Pensamientos de Morin; postmodernidad; ¿futuro?; conocer el conocer; energías biológicas, mentales, espirituales; Deepak Chopra, Red Hartmann; espacio-tiempo y más allá; principios permanentes de diseño; calidad de vida; equilibrio tipo Yin-Yang; Feng Shui; el humano existe en varias dimensiones; nuestros cinco sentidos receptores de varias energías; Reich; Orgon; campos del cuerpo: aura; geopatías; Curry-Hartmann: radiestesia; iluminación-colores; proceso de introspección; sueños despiertos; “lucid dreaming”; curación a distancia; sincronicidad; desarrollo del inconsciente; energías sutiles para la comunidad.

Todos estos temas convergen en la pregunta básica: ¿Qué es el misterioso fenómeno energético que denominamos Conciencia? ¿Nos une nuestra “Conciencia Planeta Tierra” con la “Conciencia Cósmica”? ¿De dónde proviene nuestra creatividad?

Como conferencista conferencista invitado a los congresos internacionales sobre creatividad en la New York State University, he intercambiado ideas con investigadores y pensadores de la NASA. Ellos también buscan un mejor futuro para la humanidad, no sólo en nuevas técnicas interplanetarias, sino en el desarrollo de nuestra mente hacia una supraconciencia en niveles de unión con la Conciencia Cósmica, como ya una vez lo expresé en la contraportada del libro  Arquitectura Transpersonal  del   del arquitecto y profesor Nelson Ramírez Brandt (ULA, Mérida, 2000). Como pensamiento final me permito citar las mismas palabras con las cuales muy apropiadamente Omar Ovalles se expresa: “Del mismo modo, las necesidades de cientos de miles de personas que año tras año nos visitan desde el mundo desarrollado, no sólo en busca de la energía solar para broncearse, sino para convivir, compartir y aprender de estas experiencias, nos indica que en el ámbito global existe la misma necesidad de contacto íntimo y que el desarrollo sustentable de los asentamientos humanos es una vía para lograrl o”.  o”. 

Dirk Bornhorst Caracas, Octubre de 2004

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INTRODUCCIÓN

La arquitectura sustentable es una derivación de los conceptos ecológicos que se pretenden incorporar hoy en día a las lógicas del diseño. Sin embargo, el proceso de desarrollo económico en nuestro nue stro país, tal y como lo conocemos, es en sí mismo no sustentable, ya que requiere del consumo permanente de cuantiosos volúmenes de recursos naturales para mantener una tasa de ganancia adecuada. Por el contrario, en algunos asentamientos humanos de Venezuela, se vienen dando experiencias de desarrollo endógeno que han permitido la supervivencia de comunidades mediante procesos de autogestión y con un particular estilo de innovación y difusión de la tecnología. Casos como las pequeñas comunidades de Mochima, Colonia Tovar, Choroní, Los Roques, Chuspa, e incluso Tabay, Galipán, Bailadores, El Jarillo, Magdaleno, Boconó, Tintorero, San Pedro del Río, Los Nevados y otras ilustran múltiples vías de desarrollo cooperativo de asentamientos humanos que indu-dablemente van a contracorriente de la estrategia dominante de los grandes polos de desarrollo urbano como Caracas, Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, Pto. La Cruz y Ciudad Guayana. En el ámbito urbano, son pocas las experiencias locales de desarrollo endógeno; la voracidad del proceso de especulación inmobiliaria e industrialización ha dejado pocos ejemplos. Sin embargo, el potencial de comunidades urbanas como La Pastora, El Hatillo, Agua Viva, El Saladillo, Santa Inés, La Entrada, entre otras, podría dar pie a interesantes experiencias de desarrollo sustentable en grandes ciudades. Estas comunidades constituyen experiencias de arquitectura del ambiente, toda vez que se establece un proceso sutil de armonización de escalas, estilos, ritmos y flujos, tanto de los ecosistemas como de sus formas de asentamiento. Los procesos de innovación social que se gestan en estos asentamientos humanos, son los que a la larga sentarán las bases del desarrollo endógeno local;   9

 

aunque la generalización de este modelo cooperativo quizás no se logre nunca, ya que choca con la homogenización impuesta por las corrientes dominantes del desarrollo urbano. Para poder entender este curioso proceso en esta época de posmodernidad, hemos asumido el enfoque energético1  de Iván Illich (1979), que permite relacionar,

Commented [A1]: No aparece en la la bibliografía. Es necesario ampliar brevemente el concepto y sus imlicaciones, tal como lo  plantea Illich

desde una óptica integral y dinámica, elementos ambientales, sociales, económicos, institucionales, culturales y espirituales. Pero especialmente porque permite romper la dualidad entre el objeto de investigación y el investigador, pues en los dos ámbitos están presentes las mismas energías. Para poder acceder a este enfoque de arquitectura del ambiente hace falta desarrollar una serie de habilidades de percepción de los diversos tipos de energías presentes en los asentamientos humanos y, lo que es más importante, relacionarlas con los criterios de diseño e intervención social. Dentro del diseño arquitectónico, urbanístico, territorial y paisajístico se hace indispensable desarrollar la capacidad para avizorar otros posibles estilos alternativos de trabajo, que permitan el manejo integrado de variables energéticas, estimular la comunicación interpersonal para la toma de decisiones consensuadas y lograr la resolución creativa de conflictos por la ocupación del territorio. Todas estas habilidades permitirán llevar a la práctica los conceptos y postulados del desarrollo endógeno, a la par de incrementar la formación personal del diseñador. Esta obra nos llevará a evaluar la literatura disponible sobre las capacidades innatas y adquiridas para el desarrollo de estas percepciones, de manera tal que incrementemos sus niveles y apuntalemos la práctica del diseño concebido desde la arquitectura del ambiente.

Acerca de los contenidos desarrollados en el libro 1

 Definir y describir brevemente este enfoque

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En el capítulo 1  presentamos el marco histórico, epistemológico y teórico que fundamenta este tipo de aproximación científica a los contextos locales, donde se gestan los asentamientos humanos, tomando en cuenta sus novedosas implicaciones ambientales en el proceso de la arquitectura del ambiente. Se trata de identificar los elementos epistemológicos, teóricos y metodológicos que permitan desarrollar las habilidades innatas del diseñador para garantizar la comprensión de las realidades ambientales, interpretarlas bajo una visión energética  y crear la forma de intervención más armónica posible. A partir de la revisión de los textos actualizados (reseñados en la bibliografía), encuestas y ejercicios prácticos aplicados a estudiantes de  Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela, se fueron inventariando estas capacidades y se realizó una síntesis comentada de las lecturas que apuntan hacia estos temas. De esta manera podemos evaluar el grado en que ellas pueden ser incorporadas a la práctica del diseño, desde la perspectiva de la arquitectura del ambiente y bajo una concepción histórica. En el capítulo 2   se realiza un recorrido histórico retrospectivo desde la actual época de posmodernidad, la cual ha generado, a nivel del método científico, transformaciones importantes que se aprecian concretamente en las rutinas de diseño. Por ejemplo: la manera de llevar la observación de los hechos en el nivel ambiental, la valoración de sus características tomando en cuenta sus significados emocionales para el diseñador o futuro usuario; la identificación de formas y estructuras territoriales implícitas en la realidad observable, y finalmente la consideración de los objetos físicos como entes pulsantes de energía con capacidad suficiente para influir a distancia a través de radiaciones emanadas y sus significados simbólicos. Luego continúa describiendo la etapa moderna, en donde la energía es la base del proceso de acumulación y crecimiento económico, creando diferentes implicaciones para el ambiente y su diseño. Finalmente, se aborda la etapa antigua, donde las sociedades originarias, con un enorme sentido espiritual, manipulaban estas energías para constituirse orgánicamente. Una vez construido este marco teórico e histórico, que da cuenta tanto del   11

 

contexto ambiental externo, como del interior psíquico del diseñador, en el capítulo 3  se procede a describir en términos prácticos los efectos de los diversos tipos de energías y sus consecuencias en el bienestar y la calidad de vida. Se trabajan los conceptos de necesidad   y de satisfacción  que implican diferentes posturas al momento de hacer arquitectura del ambiente y, especialmente, en el diseño de los asentamientos humanos a nivel local. El concepto de campo cultural   (González, 1997) permite relacionar estas energías con los contenidos simbólicos que le dan razón a la existencia de los hombres en sociedad. La calidad de vida se analiza desde los niveles íntimos del cuerpo humano hasta las comunidades, tomando en cuenta variadas dimensiones y diferentes percepciones producto de la múltiple subjetividad del ser humano. En el capítulo 4 hemos elegido algunos de los factores perceptivos que influyen en la valoración de las variables ambientales, como lo son: el color, la iluminación, las visuales, las formas y las estructuras. Estos factores permiten demostrar la justa relación entre las apreciaciones racionales y las subjetivas que enriquecen el acto de diseño cuando se hace arquitectura del ambiente. La determinación de las características de los elementos del contexto ambiental debe hacerse en función del entramado emocional y energético desde donde se observan. Comenzando por el estudio del espectro electromagnético, investigamos la naturaleza del color a partir de la descomposición de la luz visible, así como los efectos de la física de los campos electromagnéticos en los componentes de un asentamiento humano. El color es un fenómeno que se emite, no es e s una propiedad en sí de los objetos presentes en un asentamiento humano. Por esta razón, el color tiene gran relación con las energías vitales, cuando las puede potenciar o anular fácilmente. Es algo más que un elemento estético o decorativo, ya que tiene una incidencia directa en los estados emocionales de los seres humanos. Evaluamos así los posibles efectos de los colores en las sensaciones de los pobladores, tratando de comprender la biología del color, la sensibilidad y otros elementos de la cromografía subjetiva.  Seguidamente, tratamos el tema de la iluminación, el cual permite inter  12

 

relacionar los diversos objetos de la arquitectura del ambiente con las diversas formas de energía que los conectan. Se busca conocer la naturaleza real del acto de la observación, desde el punto de vista fisiológico y mental, para superar los enfoques exclusivamente ópticos de la visión humana. Se ejemplifican las posibilidades de engaño con las ilusiones ópticas y en especial los casos referidos al llamado punto ciego, las simetrías, los patrones de identificación de textos y contextos. Así demostramos que las imágenes visuales son producto de una síntesis de variados elementos; desde una extrapolación de los píxeles de luz, hasta su reinterpretación mental, y que por lo tanto, la simple observación no siempre conduce al conocimiento objetivo irrefutable. La imagen en la arquitectura del ambiente es una síntesis de lo que vemos en el contexto externo local y de lo mentalmente elaborado a partir de las categorías previamente prefijadas por el diseñador. Esto incide notablemente en las nociones de paisajismo y en la definición de las líneas de vista, cuencas visuales, el enmascaramiento, el camuflaje  y, en general, en la interpretación de los

asentamientos humanos. También en este tema tratamos de conocer la naturaleza de las variables vinculadas a las diversas formas presentes en la arquitectura del ambiente, dado que los campos de energías influyen en ellas o se modifican según sus disposiciones particulares. Se toma en cuenta las llamadas Ondas de Formas (Benavides, 2000) y sus efectos energéticos y metabólicos en los organismos vivos. La consideración de la forma como concepto vinculado a la energía, nos permitirá realizar una introducción al estudio de los fractales y hologramas como estructuras organizadas a partir de campos electromagnéticos bien definidos. Así llegamos a un concepto de estructura menos abstracto, más aprehensible e indisolublemente ligado a las formas y sus funciones. En este caso empleamos los trabajos de Sheldrake (1999) sobre estructuras mórficas.  Esta concepción nos permite adentrarnos con criterios más

concretos en el campo de las estructuras implícitas en los asentamientos humanos. Criterios que dan la posibilidad de incorporar los niveles de percepción ambiental y la   13

 

relatividad de las pautas de ocupación histórica del territorio para demostrar su génesis. La definición de las estructuras implícitas en los asentamientos humanos desde el punto de vista evolutivo, nos lleva a considerar otros paradigmas del diseño y trata de constituir una metodología para la arquitectura del ambiente. En el capítulo 5   nos nos adentramos en las implicaciones de las estructuras mórficas igualmente presentes los sistemas vivos. Éstas nos permiten llegar al concepto de organismo  y trabajar con el desarrollo de las habilidades vinculadas a la intuición 

como forma de detectar los comportamientos holísticos de los seres vivos. Las implicaciones ambientales del proceso de ocupación del territorio requieren de un marco teórico y cognitivo que permita identificar las estructuras conceptuales e históricas que las explican. Bajo este enfoque, la identificación parte de la existencia de un orden implícito (Bohm, 1999) de los objetos y procesos que observamos en la vida real, y a la cual sólo se accede con el uso de la intuición. Incorporar la intuición al diseño usando los recursos que nos ofrece el inconsciente, nos lleva a considerar las formas de comunicación con éste, es decir, su vinculación con la percepción consciente, hecho que se hace a través del manejo e interpretación de los símbolos y los arquetipos. La definición de los conceptos de arquetipos, signos y símbolos nos llevará a considerar el complejo campo de las relaciones entre el mundo externo y el mundo psíquico del diseñador. A tales efectos nos remitiremos, muy someramente, a los conceptos de la  psicología transpersonal  (Jung,1943)   (Jung,1943)  ─ en en especial a los estudios de la relación consciente e inconsciente en la percepción ambiental  ─  ─ . Para ello explicamos la presencia de los arquetipos en el arte y el significado del  patrimonio cultural concreto e intangible como elementos claves para la movilización de energías

y voluntades en los colectivos que conforman los asentamientos humanos. En el capítulo 6   se describen someramente los flujos de algunos tipos de energías en los diferentes ambientes, con la idea de establecer los criterios de diseño bajo el enfoque de la arquitectura del ambiente. Para cada ecosistema se evalúan las bondades y restricciones de algunos materiales constructivos. De esta manera se   14

 

procede a reconocer  ─ en en términos concretos ─   la naturaleza energética de dichos materiales. Usando las habilidades desarrolladas en los capítulos anteriores, conoceremos las implicaciones del comportamiento energético de los materiales y su relación con las fuentes, sumideros e intercambiadores de energía. También conoceremos algunos materiales para la bioconstrucción y su relación con el comportamiento energético de los sistemas constructivos más comunes ( capítulo 7 ). ). Partiendo de un análisis de la naturaleza energética de los objetos presentes en asentamientos humanos, analizamos la teoría de campos electromagnéticos, su relación con los objetos que lo conforman en cada ecosistema. Cualquier objeto además de recibir estas radiaciones las puede emitir y su conocimiento puede hacerse a partir de ellas. Planteamos el cultivo de la intuición para el desarrollo de la sensibilidad inconsciente y destacamos el papel de las visualizaciones en el diseño de la arquitectura del ambiente. Utilizando el concepto de Involucramiento  acuñado por Tart (1988), en el

Commented [A2]: no aparece en la bibliografía

capítulo 8 tratamos de vincular la naturaleza del d el acto creativo con los flujos de energía en el entorno del diseñador, en su propio cuerpo físico y mental. Incursionaremos en las técnicas de manejo integrado de los hemisferios del cerebro que dan cuenta de las dimensiones del acto de percibir, crear, imaginar y soñar y de los avances más recientes de la llamada Inteligencia Emocional (IE) y la Programación Neurolingüistica (PNL) aplicadas al proceso de la arquitectura del ambiente. El diseño surge entonces no como un acto técnico sino como un acto volitivo que junta la capacidad de predecir, la voluntad de actuar y la toma de decisiones, haciendo uso de las variables ambientales y las habilidades de percepción. El método del involucramiento permite integrar los elementos teórico-prácticos de casos donde el desarrollo de las habilidades perceptivas asume los retos cognitivos de la posmodernidad. Al mismo tiempo permite hacer un mejor uso de las leyes, decretos, reglamentos y estructuras administrativas que se han creado para la gestión ambiental local, incorporando a las comunidades y movimientos sociales en un verdadero diálogo participativo multidisciplinario.   15

 

En el último capítulo (8)  pretendemos llegar a conclusiones parciales, inacabadas, relacionadas con la incorporación del enfoque de la posmodernidad en el desarrollo de los asentamientos humanos en el ámbito local, pasando por una concepción energética integradora de los diferentes componentes ambientales de la práctica del diseño, tales como los colores, las formas, los símbolos, las estructuras, las energías, las visuales, los materiales y los sistemas constructivos. Implica el desarrollo de nuevas habilidades perceptivas y su aplicación en situaciones concretas y considera la validez del sujeto como activador de los cambios. En suma, este libro intenta lograr el involucramiento total en las situaciones reales,  ─ es es decir el estudio de cada caso─   como estrategia para lograr comprender las diversas expresiones

sociales que hoy han surgido y que dan cuenta de la calidad de los asentamientos humanos desde esta óptica multidimensional. OJO: IMPORTANTE

En el título del libro aparece la el término GEOBIOLOGÍA, y luego solo se menciona dos veces en todo el texto. Sería conveniente que al igual que la frase  ARQUITECTURA DEL AMBIENTE, AMBIENTE, mencionada muchas veces a lo largo del texto, texto, se hiciese referencia a la geobiología, su contexto y significación a los fines del mensaje principal del libro. Por ejemplo, en la primera parte de esta introducción se podría relacionar la geobiología con los conceptos básicos de la visión energética, el campo energético o campo cultural, los satisfactores, etc. O en el capítulo 1 se podría introducir el término con su definición y/o descripción del proceso o contexto de aplicación.

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Capítulo 1 

El diálogo sociedad-naturaleza desde el paradigma energético 

Los asentamientos humanos y la energía  Asumir lo energético como elemento en el estudio de los asentamientos humanos para una arquitectura del ambiente, nos lleva a considerar el ambiente local no como algo más que una suma de objetos, sino como una interacción de múltiples campos de diversos tipos de energías.   Estas energías no se circunscriben a una

escala de trabajo; tampoco son externas al usuario o al diseñador y mucho menos tienen un único y propio significado. Son más bien cambiantes, evasivas y sutiles. Esto nos lleva a considerar los efectos de una amplia gama de radiaciones electromagnéticas que van desde los rayos cósmicos con longitudes de onda de 10 -25,

Commented [A3]: ACLARAR….

hasta el espectro de luz visible, pasando luego por los rayos gama, X, ultravioletas,

Commented [A4]: Es correcta la forma de expresar el concepto?

infrarrojos, microondas, ondas magnéticas, de TV, radioeléctricas, entre otros (Figura 1).

Commented [A5]: Sería conveniente agregar una explicación suscinta pero suficiente al pie de la Figura 1

También se deben tomar en cuenta otras energías no electromagnéticas como las gravitatorias, químicas, biológicas, mentales y espirituales que atraviesan el cuerpo del usuario o del diseñador, imbricándolo en la realidad local y global de una manera directa a la vez que contradictoria. Estas energías explican la vigencia de un mundo sutilmente interconectado. Ellas organizan los objetos materiales visibles a través de campos de acción a distancia y sin contacto, por lo cual las relaciones de tipo causa-efecto son poco menos que improbables, predominando más bien una multi-causalidad. Esto contrasta con el modo parcelado y asistémico de conocer el ambiente que se usa comúnmente.

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El resultado de una acción energética es lo que llamamos formas o patrones, los cuales poseen una estructura particular. Estas formas, patrones y estructuras para el pensamiento se construyen en la interacción del mundo objetivo y subjetivo del diseñador en donde fluyen los mismos tipos de energías. La noción de campo energético rompe con la relación causa-efecto, tan usada por la racionalidad ilustrada de la modernidad y empleada exitosamente para construir enormes máquinas y sistemas de ideas. Reconocer los efectos a distancia y sin contacto entre dos o más elementos de un ambiente local implica un cambio paradigmático decisivo que supera

el pensamiento moderno cartesiano.

Los campos energéticos En una realidad local, los procesos que garantizan la vida se organizan a partir de los campos energéticos  generadores de las estructuras bióticas llamadas organismos y los patrones de vida llamados ecosistemas. Cualquier proceso humano,

como el asentamiento de una población, debe tomarlos en cuenta, debido a que existen interrelaciones, algunas beneficiosas y otras perjudiciales, que actúan a distancia y sin contacto. Es lo que denominamos la arquitectura del ambiente.  Por ejemplo, la sobrecarga energética del ambiente, producto de la masificación de la tecnología, genera la saturación de la energía mental de sus habitantes. Tenemos así un ambiente plagado de múltiples significados, símbolos y mensajes fluyendo instantánea y frenéticamente a través de canales que emplean diversos tipos de ondas electromagnéticas, generando campos en continua interacción entre ellas. Las ondas electromagnéticas pueden, según sea su capacidad, generar electrones libres que tienen un gran poder de afectar las estructuras químicas o físicas de los materiales  ─ incluso incluso las formas biológicas y mentales ─ , incidiendo consecuencialmente en la calidad de vida de la gente. La energía es la forma de establecer el diálogo entre la naturaleza y la sociedad.  

El efecto de estas ondas energéticas es doble: primero por la información que   18

 

contienen y segundo por las implicaciones que su propia naturaleza genera en las formas físicas, biológicas y mentales. Las formas, colores, actividades, instalaciones y equipos de los asentamientos humanos deben ser vistos bajo esta doble óptica, en especial si están referidos a la escala local en donde el contacto es inmediato, directo y masivo. Por ejemplo, una comunidad local se potencia a través de las energías biológicas y mentales que canalizan sus ritos y monumentos, mientras se beneficia o se perjudica por otros tipos de energía que les envían otras fuentes distantes. En síntesis, toda energía genera un campo capaz de organizar a distancia y sin contacto, los objetos materiales del ambiente local en función de un patrón o estructura definida, creando las formas que comúnmente observamos y que pueden tener o no un significado para el ser humano y su vida espiritual. Un campo es la zona del espacio en la cual se observan los efectos de las energías o donde se presentan los efectos que se producen alrededor de la distribución de sus diferentes cargas (positivas o negativas). Estos campos se superponen entre sí históricamente y es por eso que el pasado está siempre vigente.

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Capítulo 2 

Implicaciones ambientales  del proceso histórico de ocupación del territorio

La reconstrucción del proceso de ocupación del territorio permite reconocer las múltiples influencias de diversas sociedades pretéritas que se cristalizan en paisajes locales y modos de vida diferentes, articulados entre sí o en franca contradicción. Coincidiendo con el geógrafo brasilero Milton Santos (1999), el territorio está

Commented [A6]: No aparece en la la bibliografía

conformado por espacios cargados de tiempo, es decir, influenciados por varias etapas históricas que coexisten como una colcha de retazos.

la bibliografía Commented [A7]: No aparece en la

Para comprender el ambiente actual indiferenciado, vamos a emprender un breve recuento histórico, desde el tiempo actual hasta el pasado más lejano, pasando por toda la etapa de modernización, en la cual la energetización de la sociedad dejó secuelas graves e irreversibles. Partimos de una etapa en donde la energía en forma de información creó un cyber espacio2, que existe, pero no es real. Seguimos con una etapa en donde la energía era la manera de producir y destruir, para finalizar con una etapa en donde la energía era la garantía de unión con los seres espirituales.

La etapa posmoderna: la energía como información información   Una de las características de la era actual es el predominio casi absoluto de cierto tipo de tecnologías sobre los demás órdenes de la vida social. Aunque antiguamente han ocurrido procesos similares, como cuando se inventó el arado  ─iniciando  con ello la agricultura─   o la máquina de vapor  ─detonante de la revolución industrial─ , pareciera 2

que hoy este e ste dominio es más definido. Las energías implícitas en

 Explicar el término cyber espacio

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las tecnologías de información y comunicación (TIC) no sólo han alterado la dinámica de otras tecnologías, sino que también  ─ por por sus efectos en la organización del trabajo el consumo, el ocio, la ocupación del territorio y la construcción de valores ─ , han impactado drástica y diferencialmente a todas las sociedades del planeta. Decimos diferencialmente porque, si bien desde el punto de vista teórico, estas tecnologías tienen límites determinados para sus influencias, en lo económico y social van dejando a su paso extensas mayorías sociales curiosamente marginadas de sus beneficios, pero a la vez amparadas por algunos de sus perjuicios. (Creo que necesita

Commented [A8]: Este parrafo es algo confuso y necesita aclararse

aclararse este último párrafo)

Efectos palpables de las tecnologías de información y comunicación 3

Las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC)   han consolidado grandes sistemas centralizados de suministros (distribución y comercialización) de bienes y servicios,  y lo que es más importante, han creado un sistema de control y

legitimación social a escala global que incide notablemente en la vida cotidiana de los asentamientos humanos. Cada día más y de manera desigual, la rutina de la vida cotidiana está siendo impactada por estas tecnologías, lográndose el efecto contrario al de la expansión de sus posibilidades  ─ la la llamada brecha digital o informacional  ─ , a la par de la pérdida de sus autonomías locales o de las reafirmación de otras potencialidades. Estos efectos contradictorios son producto de la extrema energetización e informatización de la realidad social y de la desigual estrategia comercial, por medio de la cual se difunden estas nuevas tecnologías en la sociedad. Muchas fluyen por un tipo diferente de espacio: el cyber espacio. Por otro lado, es de destacar que el acceso libre y directo a la circulación de información no garantiza la real apropiación de ella como conocimiento, toda vez que el proceso de mediación está influido por factores de tipo cognitivo, histórico, cultural y 3

 Conjunto de artefactos, artefactos, herra herramientas, mientas, proce procesos sos e infraestruct infraestructuras uras informática informáticass y telemátic telemáticas, as, que han  posibilitado la instantánea conectividad  en  en una escala global.

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étnico que dependen de los ambientes locales. Por eso, para cada individuo, grupo social o población se les presenta hoy un   mosaico indiferenciado de imágenes, símbolos, datos y contenidos en un aparente caos ininteligible.

La tecnología y la saturación de información Sin embargo, destacan dos consecuencias directas de este proceso que tienen que ver con el proceso histórico de ocupación del territorio. Por un lado, la proliferación de estas tecnologías ha generado una sobrecarga semántica del ambiente local y del hecho energético,  ─ en en el sentido más preciso de la palabra ─ , que hoy inciden directamente sobre los seres humanos. Dada la multiplicidad de canales, frecuencias y protocolos de transmisión, el ambiente local se ha cargado excesivamente de información, de símbolos, señales y de las energías por medio de las cuales se transmiten. Ya no es sólo local sino glocal, porque en el confluyen otras escalas con consecuencias drásticas para su dinámica. Efectos como el estrés, los síndromes de pérdida de atención en la escuela, el insomnio, las adicciones, la anomia u otras secuelas de la vida posmoderna manifiestan estas tendencias, siendo cada día más frecuentes para el caso de los ambientes locales. Por otra parte, el enorme cúmulo de información disponible a nivel local exige desarrollar estrategias de aprendizaje y de compresión no fácilmente alcanzables por el común de la gente, de manera que puedan aprovechar realmente sus beneficios. Ejemplos de estas estrategias son los enfoques pedagógicos como el constructivismo 

(Piaget, 1975), o las técnicas de investigación holística (Hurtado, 2001), que intentan  ─ sin sin

lograr del todo sus objetivos ─   ofrecer al usuario de la información alguna

herramienta para no perderse en este confuso mar de datos y referencias.

Nuevas formas cognitivas: el hipertexto y el hipermedio Es necesario considerar otro factor que se desprende de la hegemonización de las TIC en este mundo posmoderno, en casi todos los órdenes de la sociedad, y que tiene que ver con el surgimiento de una nueva lógica cognitiva que se articula a través   22

 

del lenguaje hipermediático, generando nuevas formas de producción, reproducción y autogeneración del conocimiento. Esto requiere de nuevos dispositivos de aprehensión  que atraviesan las diferentes disciplinas y que vinculan el lenguaje de

datos, sonido, voz, imagen, símbolos e iconos, permitiendo que las energías en forma de información puedan ser creadas, reprogramadas y recombinadas a voluntad. Sin embargo, el metalenguaje de la arquitectura del ambiente no excluye la lógica del lenguaje habitual; los accesos al conocimiento de orden secuencial conviven con las aproximaciones de tipo matricial (o bajo enfoques de navegación) en cualquiera de los intentos de hacer las lecturas arquitectónicas de los ambientes posmodernos. Si bien en el caso de estos hipermedios, la sintaxis no está reglada de antemano  ─ sino sino que el observador la crea, la recrea, la deconstruye alterándola─ , es indis-

pensable aceptar que el propio mensaje es el que va construyendo su propia arquitectura lingüística.  Pero aun así, tiene que coexistir con la gramática de la

palabra escrita y más aún, con la  palabra revelada  que está en la base de todas las religiones y cultos. En pocas palabras, cada lenguaje, estructurándose como sea posible, abre una posibilidad distinta de conocer y a la vez ser conocido. Para lograr la arquitectura del ambiente se debe considerar que los diferentes lenguajes no son sólo fruto de la mediación entre el diseñador y los objetos o bjetos que intenta conocer, sino que se con convierten vierten en una manera de darle orden al ambiente local que se conoce, y como refiere Eco (1999): “la lengua no es por medio de lo cual se piensa, sino aquello con lo que se  piensa e incluso aquello que se piensa piensa o por qué somos pensados” pensados”.

El pensamiento complejo de la posmodernidad Igualmente, el surgimiento del llamado  pensamiento complejo (Morin, 2000), no sólo trata de aportar elementos esclarecedores de la realidad posmoderna, sino que también sugiere a sus seguidores herramientas para manejar el enorme flujo de   23

 

información del que hoy se dispone y que, bajo el análisis de categorías reduccionistas, sólo lograremos manipularlo burdamente, pero nunca comprenderlo integralmente. Si bien la simplificación cognoscitiva permitió en la etapa anterior a la modernidad, la generación, selección y priorización de la información más valiosa, su efectividad es limitada en la actualidad, pues la trama de relaciones es más compleja, aún más con la aparición de las llamadas relaciones emergentes, producto del comportamiento de la información como un todo  ─ no como algo exclusivo de cada una de las partes del ambiente local.  Aprender a leer esta nueva arquitectura del ambiente es un reto fascinante, además de esencial. Esto plantea un gran dilema teórico: la noción del orden complejo (Morin,1990) nos da una aproximación más cierta a estos ambientes y nos obliga a incorporar el factor azar   en las explicaciones de su devenir; nos mantendríamos bajo un paradigma del conocimiento que concibe los sistemas explicativos atados a grandes redes de eventos causa-efecto regidos por el azar. O en todo caso, habría que superar este enfoque y exigir una visión de unicidad   que logre explicar todo lo acontecido en el ambiente local, para lo cual habría que tener la osadía de reivindicar la noción de equifinalidad 4  para las llamadas situaciones complejas. Concepto éste que tanto Descartes como los pensadores modernos erradicaron de la ciencia hace mucho tiempo. Interpretar la arquitectura del ambiente es la salida para lograr encontrar sentido en el aparente caos en el cual vivimos.

Reduccionismo vs Complejidad Si bien hasta ahora el reduccionismo ha sido la manera más directa de simplificar una realidad para comprenderla y por ende es el enfoque más útil a la hora de intervenirla tecnocráticamente, el nuevo enfoque de la complejidad de Morin (1991), adolece de la posibilidad de ser sometido a criterios de falsabilidad y puede ser tan abarcante que se subsume dentro de la teoría misma. Su fortaleza conceptual 4

 Xxxxxxxxxxxxxx Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx xxxxxxxxxxxxxxxxx………… …………  

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se basa en la descalificación de cualquier intento de refutación. Hoy en día, a este enfoque le cuesta mucho trabajo lograr algún resultado práctico aplicable, ya que al no intentar predecir el destino de la realidad local, no permite intervenirla y por lo tanto, no logra satisfacer la necesidad actual de cambio. Esto es muy delicado, porque un enfoque que sea   incapaz de proporcionar conocimientos que puedan guiar la acción de la sociedad podría ir perdiendo interés  progresivamente en la mente mente humana.

Por estas razones, la implantación de una arquitectura del ambiente es una tarea irrenunciable, cuando teorías como las del caos de caos de Monod (1978), pretenden todavía explicar todo en función del azar, lo cual en nada ayuda a predecir y mucho menos actuar con algún criterio de orientación a mediano o a largo plazo. El aire de los tiempos impide pensar en el largo plazo y más bien busca que nos conformemos con un presente fragmentado, incierto y caótico, pero absolutamente real. La época actual está cargada de futuro, lo antecede e insinúa; por lo cual lo determina. Descubrir las claves del futuro que estructura el presente es la base de la arquitectura del ambiente  ─ y por eso requiere del arte de la predicción ─ . Si bien estamos en un periodo de

profundas transformaciones y cambios en los conceptos de ciencia, historia, progreso y desarrollo, la tarea de la predicción es todavía indispensable, pero no en los términos en que se viene haciendo. La predicción en un mundo caótico como el actual puede entenderse de tres maneras: 

  Seguir ejercitando las prospectivas a partir de las tendencias que se observan en el pasado



  Detectar en el presente los síntomas de lo que el futuro podría ser



  Considerar y valorar valorar hacia el futuro los rasgos permanentes en la sociedad que seguirán inmutables en el tiempo. Estas tres maneras tienen un enorme margen de error, pero a pesar de ello no

deberíamos acostumbrarnos a convivir con la incertidumbre, sino a asumir el presente   25

 

de otra manera para poder acceder al futuro.

Modernidad y posmodernidad  En la modernidad se tenía claro de dónde veníamos y para dónde íbamos, pero en la posmodernidad sólo se tiene un ambiente local muy rico, variado, confuso, caótico, que no vislumbra un futuro cierto; es indispensable vivirlo integralmente, sentirlo en sus múltiples dimensiones y aceptar todos sus discursos y lecturas de una manera creativa y enriquecedora. Todo esto no implica que debamos renunciar a una visión de unicidad, sino que puede ser incorporada como parte de una arquitectura del ambiente. Sin embargo, lo que hasta ahora pereciera ser un discurso posmoderno que atraviesa las disciplinas  ─ las las recombina, se pasea por sus múltiples dimensiones y recrea nuevas especialidades discursivas ─ , no está exento de la influencia de las emociones y de la carga afectiva del enunciante, principal mediadora de toda generación de sentido; aquello que convierte a la simple información en conocimiento o saber. Llegado a este punto se hace indispensable definir el término  posmodernidad ,  que venimos usando ampliamente, pero no en forma objetiva sino desde el interior de quién intenta enunciarla, es decir, el diseñador. Todavía no se tiene una idea clara de lo que significa la posmodernidad, ya que sus características particulares son la imprecisión, la confusión y la innombrabilidad. La mera existencia de la palabra nos demuestra la clara insuficiencia del desarrollo conceptual actual para poder definirla realmente. Algunos de los teóricos más connotados de la posmodernidad como Morin (2000), la asumen como un cierto modo de reflexionar, actuar y ser, una forma de pensamiento, una visión del mundo, una gran hipótesis de la vida, otra lectura de cosas producto de un gran malestar en la cultura, de promesas incumplidas y de una pérdida de la noción de futuro. Estas sensaciones, producto de la avalancha tecnológica y mediática sobre un mundo incierto, no generan las categorías conceptuales que las expliquen, toda vez   26

 

que los grandes sistemas epistemológicos también hacen aguas simultáneamente. La posmodernidad es difícil de conceptuar, ya que critica fieramente un concepto que sí está definido y socialmente compartido: la etapa anterior de modernidad; y lo hace desde sus efectos y desde las sensaciones que estos generan en el ser humano. La crítica hacia lo moderno que ciertos sectores sociales se atreven a asumir y el cuestionamiento a la misma racionalidad ilustrada   ─ política, política, paradigmática y epistemológica ─ , nos llevan a plantear la necesidad de reconocer la existencia de una nueva lógica perceptual e interpretativa, sustancialmente diferente a la que hoy tenemos, usamos y heredamos de la anterior etapa de modernidad. Toda esta crítica proviene de un estado de sensaciones, más que de una reflexión sistemática como aconteció en otros momentos de la humanidad. La llamada disfundamentación  (¿o

disfuncionalidad?)  epistemológica  contemporánea tiene un origen más ligado al disfuncionalidad?)  quiebre emocional de una comunidad intelectual, urgida de nuevos dispositivos cognitivos para entender este confuso mundo objetivo.

La nueva lógica cognitiva La nueva lógica cognitiva debe tomar en cuenta los límites de la propia percepción del ser humano y, en consecuencia, de sus factores subjetivos, lo cual pareciera ir conformando una nueva perspectiva en las teorías del conocimiento humano. Esta perspectiva está llamada a reformular los paradigmas existentes y generar los nuevos meta-relatos que le den sentido a la existencia humana y que aplaquen ese malestar en la cultura. Para ello se hace necesario reconstruir los métodos de aproximación a los ambientes locales existentes y, de paso, deslegitimarlos ante las comunidades de diseñadores. Al decir de Morin (2000), se trata de gestar un método de trabajo que reconcilie y articule las sensibilidades más disímiles para crear un científico que reconozca sus errores, acepte las deficiencias en la percepción de los fenómenos y le ponga límites a su práctica cognitiva.

La arquitectura del ambiente   27

 

Se hace necesario profundizar en el conocer del conocer, es decir, deconstruir las características cerebrales, mentales, espirituales y culturales del proceso de conocimiento científico, de sus prácticas y protocolos, a la par de explorar las características inmanentes del sujeto en sí, de su consciente e inconsciente, de sus sistemas de valores, creencias y el significado de su inserción social. Partiendo de este enfoque, es necesario reconocer que el conocimiento no será más una sola imagen fiel del ambiente local, sino las múltiples desconstrucciones de la misma, a partir de la historia conceptual, epistemológica y emocional del diseñador y de los diversos actores sociales presentes en ella. Esto es lo que llamamos arquitectura del ambiente. Los conocimientos que hoy tenemos de las realidades locales están mediados por los conceptos, los paradigmas y las formas de conocer que q ue fueron empleados por otros en la etapa de la modernidad y que incluso están latentes en niveles inconscientes en nosotros mismos. Como refiere Morin (1990): " ningún dispositivo de conocimiento permitirá distinguir la alucinación de la percepción, el sueño de la vigilia, lo imaginario de lo real, lo subjetivo de lo objetivo". Las relaciones del proceso de adquisición o generación de

conocimientos con los cuadros emocionales del diseñador son de particular interés, si se quiere tener una aproximación valedera de la arquitectura del ambiente. Toda vez que la facultad de percibir científicamente está influida por los sentimientos que nos genera esta época, incluso la capacidad o no de manejarla, puede llevar al diseñador

a asumir asumir actitudes actitudes irracionales. Es bueno recordar algunas de las grandes anécdotas de la modernidad: el dilema de los físicos teóricos cuando se les solicitó la construcción de la bomba atómica para ser lanzada a los japoneses. Teller (1999) relata que las divisiones en la comunidad científica del Laboratorio de Energía Atómica de Los Alamos (quienes usaron el método racional científico para concebir la bomba atómica), no surgieron sino hasta que se planteó su lanzamiento sobre seres humanos. Algunos de ellos como Fermi y Oppenheimer, antes optimistas en su uso militar, se volvieron pacifistas; mientras que otros, abogando por el uso pacífico, continuaron investigando y llegaron   28

 

a inventar dispositivos más terroríficos como la Bomba H. ¡Curiosa mezcla de razón y pasión en un momento cumbre de la humanidad!. Este dilema no ha desaparecido hoy día, sino que se hace cotidiano en la medida en que aceptamos acríticamente el “todo vale” y/o el principio de que “el fin justifica los medios”; porque de lo que se trata

es de sobrevivir en este solitario, diverso y confuso presente. Es algo más que eso, es encontrarle sentido a esta existencia vacua de hoy día.

Hacia nuevos paradigmas y visiones de racionalidad En el actual ambiente inmediato y fugaz está latente el pasado, no podemos renunciar a él. Quiérase o no, nuestra experiencia de vida está mediada por un proceso histórico largo y muy complejo que subyace en nuestro inconsciente personal y colectivo, normando desde allí las formas de percibir y vivenciar los ambientes locales. Para fundamentar esta nueva aproximación a las realidades locales hace falta adentrarnos en el estudio del inconsciente del diseñador, porque sólo desde allí puede darse la visión omnicomprensiva de ese efímero y caótico presente. Por ejemplo, en la actualidad nuestro inconsciente nos protege de la crítica externa, al poder crear imágenes de nosotros mismos que no concuerdan con la realidad en la cual realmente existimos. Es lo que llamamos “mentir a sí mismo” y es un elemento fundamental en la consolidación del ego y la auto-justificación de las rígidas posiciones teóricas y políticas. El desbarrancamiento de los sistemas teóricos de una forma tan rápida y fulminante pareciera tener que ver con cambios muy profundos en este inconsciente colectivo, que en pocos años parece habernos dejado a muchos sin dios, sin ciencia y sin sus príncipes, aunque a otros deja con el consuelo efímero de fundamentalismos de los más variados tipos. Los mismos sistemas conceptuales que usamos para comprender los ambientes locales tienen implícito en los inconscientes mecanismos que nos protegen de reconocer sus posibles errores y contradicciones lógicas. Esto es muy común dentro del paradigma moderno que asumen muchos científicos quienes, por estar circunscrito (¿convalidado?) y (¿convalidado?) y legitimado por una comunidad de expertos, no pueden   29

 

observar el ambiente tal como es, lo cual se les imposibilita aún más por estar absolutamente convencidos de que lo observan de la mejor manera, desechando de plano cualquier otra aproximación válida. De igual forma, los mecanismos del proceso del olvido, consciente e inconsciente, borran de la memoria del diseñador aquellas informaciones que no concuerdan con los esquemas conceptuales elegidos. Los supuestos implícitos de estos esquemas están profundamente grabados en el inconsciente, a tal punto que hacen uso de ellos sin saberlo.

Implicaciones para el diseño de asentamientos humanos Este resabio de la modernidad necesita ser reconocido como paso previo y entrabado para asumir una postura más cónsona, en la cual el diseñador cambia en la medida que conoce su ambiente local. Esto, a su vez es un requisito sine qua non  para vivenciarlo realmente, para poder hacer la arquitectura del ambiente. En otras palabras, como refiere Morin (1990), el método científico era tan deleznable que su fortaleza se basaba en la racionalidad constructiva que elaboraba fuertes teorías coherentes, verificando permanentemente el carácter lógico de su organización, la compatibilidad entre las ideas que la componen, el acuerdo entre las afirmaciones y los elementos empíricos a los cuales se dedica. Pero ahora cualquier esquema explicativo debe permanecer abierto a las discusiones y al diálogo de saberes,  para que no se vuelva a encerrar en una doctrina y se convierta en una racionalización incapaz de darse cuenta de sus errores e ilusiones, que no reconozca sinceramente las creencias, doctrinas y valores que la sustentan. No sabemos por qué razón Morin (1990) introduce una clara distinción entre los conceptos de racionalidad y racionalización , toda vez que estamos conscientes de que la razón se basa siempre en la argumentación de ideas y no en la construcción de un sistema de ideas que imposibilite la creación de otras ideas, como hasta ahora casi siempre ha ocurrido con la ciencia dogmática (Marx dixit ). ). Del mismo modo, la racionalidad que inhiba la influencia emotiva del diseñador tampoco accederá al conocimiento integral del ambiente local.   30

 

Lamentablemente, la mayoría de las veces el diseñador no posee las ideas suficientes sobre un ambiente local, ellas lo poseen a él y norman inconscientemente toda su percepción.  Dejarse influir por el ambiente local, que se exprese dentro de

nosotros tal y como es, y que desde allí lo interpelemos, pareciera un camino bien contradictorio, pero muy emocionante, para conocerlo íntimamente y hacer con él una arquitectura. Estas visiones permitirán dialogar con lo irracional del inconsciente del diseñador, reconocer sus propias insuficiencias y aceptar los preceptos que vendrán encriptados en síntomas, señales, símbolos, arquetipos, metáforas y mitos, en el curioso lenguaje del inconsciente. Para que este conocimiento científico  ─ basado basado en el enfoque de la posmodernidad ─  tenga  tenga algún sentido, debe moverse en las diferentes escalas de la realidad, articulando lo global con lo local y viceversa; hacia un tratamiento del contexto como glocal.  Es decir, lo local como representación de lo global y lo global construido a partir de las especificidades locales. Por ello, hoy cobra importancia el estudio de los ambientes locales, porque una parte de un territorio no sólo tiene significado por lo que es, sino por la posición que ocupa en él y viceversa: el territorio puede modificarse al generarse cambios significativos a partir de una de sus partes o localidades. Múltiples lenguajes, diferentes saberes y variadas escalas parecieran ser las condiciones que nos impone la posmodernidad para conocerla, pero llegamos a ella atados por el penoso fardo de la forma de conocer de la modernidad:   la racionalidad instrumental la cual nos impide observar, valorar, sintetizar y crear para

este mundo que nos ha tocado, y que ha perdido su magia y encantamiento.

La etapa moderna: la energía como trabajo trabajo   La sociedad energetizada La industrialización del siglo XVIII dio pie al proceso de energetización de la sociedad. El dominio del vapor de agua como fuente energética permitió el surgimiento de la máquina y la acumulación del capital para dar el salto cualitativo y cuantitativo del proceso económico. Pero la máquina y su particular forma de   31

 

funcionamiento no solo afectó el hecho productivo y la estructura política, sino que su peculiar forma de funcionar fue aceptada por todo el pensamiento humano moderno.  Así, los organismos vivos, las culturas y las sociedades fueron entendidas por complejos mecanismos que había que aceitar o reparar de vez en cuando. El reduccionismo, hijo de la modernidad, fue la forma de conocer dominante y si bien dio extraordinarios frutos científicos y tecnológicos, nos dejó algunas peligrosas secuelas. El maquinismo exigía la energetización de la sociedad y para ello avanzó rápidamente en la conquista c onquista de todo el saber requerido para el manejo de las energías energías mecánicas, eléctricas, eléctricas, electromagnéticas electromagnéticas y nucleares. Aunque estos usos nos remitían al concepto de campos energéticos, los objetos siguieron siendo observados como materia sin capacidad de interactuar entre sí, a distancia y sin contacto. Se perdió así la visión de unicidad del mundo antiguo y se sustituyó por un enorme mecanismo de partes de relojería. En este mundo-máquina sólo serían posibles las relaciones causales o lineales y poco quedaría para las influencias inter-actuantes, simultáneas y sutiles que la posmodernidad requiere para una nueva manera de percibir. Sin embargo, la modernidad nos dejó, por un lado, un ambiente cargado de energías que realizaban diversos trabajos, una infraestructura social y productiva asociada a ellos, y por el otro, una conformación territorial fuertemente determinada por algunos de sus flujos y efectos indeseables.

Diferentes tipos de energías y sus fuentes Varios tipos de campos energéticos como los magnéticos, eléctricos, biológicos, gravitatorios, nucleares, sean naturales o artificiales, coexisten en el ámbito social y nos influyen día a día. El Cuadro 2 resume los principales tipos de energía electromagnéticas y algunos de sus efectos más importantes, que pudieran presentarse a nivel del ambiente local.

Cuadro 2. Tipos de energías y sus efectos a nivel local 1. Ionizantes:   Alfa:  a corta distancia tienen altos efectos mutagénicos 

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   Beta : a larga distancia distancia energía pero generan genera n efectosgenera mutagénicos frecuencia, sonpierden muy penetrantes y su uso frecuente X: a alta efectos mutagénicos   Gamma: a larga distancia pierden energía pero son muy penetrantes   Ultravioleta: alta energía, inciden en el metabolismo   Infrarrojo: altos efectos térmicos y químicos   Radiofrecuencias: se está demostrando los efectos mutagénicos de algunas frecuencias e intensidades. Pueden portar mucha información





  

 2. No ionizantes ion izantes :

  Microondas:  asociadas al calor, tiene efectos en el funcionamiento de organismos vivos. Aportan mucha información   Luz visible   Subfrecuencias radioeléctricas y magnéticas: efectos en el metabolismo. Pueden aportar información



 

 3. Otras :

       

   

Gravitatorias Somáticas (biológicas) Mentales (Niveles alfa, beta, gamma y theta) Espirituales 

Fuente: Ovalles Fuente:  Ovalles (2002).

El Cuadro 3 ilustra las diferentes fuentes de estas energías que la etapa de la modernidad nos ha legado y que están presentes en los asentamientos humanos a nivel local. Los campos de estas energías fueron conformando las estructuras y formas de sus emplazamientos y sus edificaciones, condicionando a su vez, los procesos económicos, sociales, culturales, tecnológicos y ambientales.

Cuadro 3. Fuentes de energías en los asentamientos humanos y algunas de sus características 1. Naturales:   Radiación solar: incluye luz visible, ultravioleta e infrarroja Rayos cósmicos: energías muy ionizantes Radiofrecuencias Climáticas: movimiento del aire, nubes, tormentas, rayos, entre otros. Geotérmicas-magnéticas: influidas por la rotación y latitud en la Tierra.   33

 

Geológicas y sísmicas Radiactividad natural Somáticas: Vegetación Natural, Humus, Animales, Hombres 2.  A rtifi rti fici ci ales:   Tendidos eléctricos Transformadores eléctricos Estaciones de radio y TV Radar y celulares Equipos eléctricos y de rayos X Instalaciones eléctricas de las viviendas Equipos electrónicos portátiles Equipos nucleares Cultivos y plantaciones Cría de animales Fuente: elaboración propia

Todas estas fuentes están presentes directa o indirectamente en el ambiente local, influyendo tanto en la naturaleza como en la vida social. Los procesos sociales suceden bajo influencia de estos campos electromagnéticos, son determinados por las relaciones sociales y éstas condicionan los efectos beneficiosos o perjudiciales para los seres humanos.

La vida humana como parte de la corriente energética La vida en la Tierra evoluciona bajo el efecto de estas energías y en especial del geomagnetismo; estos campos parecen influir en muchos procesos vitales. El ser humano está recorrido por estas corrientes electromagnéticas y de energía somática, y por eso su salud física, emocional y mental es reflejo de ellas. Los procesos del pensamiento están también asociados a algunas de estas energías y su relación con los procesos somáticos es hoy muy evidente, como han

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referido autores como Chopra (1999) . El ser humano ha desarrollado estrategias que le permiten beneficiarse o crear resistencia a todas las energías que provienen del ambiente, generando así corazas corporales y mentales que no son más que expresiones de dichos campos (Reich

1948). Es posible que los seres humanos, incluso habiendo sido afectados por determinadas perturbaciones energéticas de la etapa de modernidad, se hayan adaptado a ellas y las toleren bien. También pudiera ser que lentamente se vieran perjudicados por ellas, a tal punto que tarde o temprano cambien su estructura corporal, emocional y mental. Como se dijo anteriormente , en la conformación de la  psiquis de la modernidad entran en juego algunos de estos tipos de energías   y su

funcionamiento las moviliza a su vez dentro del cuerpo y fuera de él. Sin embargo, el ser humano se ha vuelto ciego, sordo e insensible a estas influencias,  no las reconoce

como tales y más bien se mantiene fascinado con sus pocos y efímeros beneficios.

La energía local y los asentamientos ase ntamientos humanos Los asentamientos humanos heredados de la modernidad pudieran estar ubicados en ambientes locales con una influencia energética notable, que incluso pudieran llegar a actuar sobre sus habitantes. Lo más frecuente sería hallarla focalizada en una parte del mismo, en forma de corrientes telúricas, o campos eléctricos o magnéticos que lo atraviesan invisiblemente. Los efectos dependerían del estado físico y emocional de las personas, así como del tiempo y condiciones de exposición a esos campos. En lugares de paso no podemos hablar de nocividad, pues estas energías suelen afectar a los habitantes por acumulación o saturación. Por ejemplo, si los sitios de residencia permanente están ubicados bajo campos energéticos beneficiosos, activi-dades como el sueño podrían ser más placenteras y reparadoras y por lo tanto el inconsciente tendrá un mecanismo de expresión muy eficiente. Por el contrario, si el 5

 Explicar sucintamente la visión de Chopra sobre energía y procesos somáticos

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asentamiento humano se halla sobre un cruce telúrico o de perturbación eléctrica, los habitantes dormirán mal, despertándose a menudo durante la noche y por la mañana se sentirán agotados, en condiciones muy desfavorables para emprender su vida cotidiana consciente. También sería común padecer de migrañas, resfriados, depresiones, entre otras enfermedades, ya que el sistema inmune está asociado directamente a los campos energéticos. De la misma forma, toda perturbación energética local podría estar asociada a nuestro estado anímico, en donde también se movilizan enormes cargas energéticas.

Nuestra percepción de la energía en la modernidad Las conformación de los objetos físicos durante la larga etapa de la modernidad, sean las formas constructivas o los patrones de asentamiento, estaban vinculados también a estos tipos de energía y pueden darnos indicios de los efectos que ellos generan. Pero es necesario y deseable que generemos nuestra propia sensibilidad como diseñadores, para poder percibirlas directamente, ya que la idea de modernidad

como meta y fin indiscutible ha ayudado a ocultarlas. En este sentido, hace falta desarrollar estrategias perceptivas para captar estas energías y sus efectos , porque objetiva y habitualmente sólo reconocemos algunos síntomas que nos pueden dar someros indicios de la presencia y acción de ellas, ella s, como se detalla en el Cuadro 4.  Aunque acabamos de nombrar algunos síntomas de una zona geopatógena, existen otras evidencias, perceptibles por medio de instrumentos, como la contaminación eléctrica y radioactiva, que sólo un especialista puede determinar a través del estudio del lugar con equipos adecuados, o como se verá posteriormente, posteriormente, mediante el desarrollo de habilidades perceptivas personales vinculadas al desarrollo del inconsciente (Ver Gráfico 2). Cuadro 4. Cómo reconoce reconocerr la presencia de energías n nocivas ocivas en los asentamientos humanos Grietas: si las paredes presenten grietas puede obedecer a defectos de   36

 

construcción o a fallas f allas del subsuelo, pero también, a energías emanadas por aguas subterráneas u otras fuentes telúricas. Humedad:  el que haya humedad en las paredes de las casas es signo de que se ha edificado sobre una capa freática, lo cual no es nada saludable. También puede haber efectos de campos electromagnéticos que favorecen este tipo de condensaciones. Mohos:  los podemos hallar en las placas o en las paredes, su causa puede ser efecto de energías somáticas, como el aislamiento deficiente o la falta de drenaje en las paredes expuestas a la lluvia o al electromagnetismo. Olores desagradables: los ambientes expuestos a fuertes energías telúricas, si son poco ventilados, tienden a generar malos olores, tal vez pr producidos oducidos por las bacterias que se desarrollan en medios húmedos. Las fosas sépticas y los sanitarios ubicados sobre corrientes telúricas generan también malos olores. m uchas viviendas están ubicadas, Frío: las zonas geopatógenas donde muchas ocasionan que se entorpezca la circulación sanguínea, por lo cual, es constante esa sensación de fríovértigos y la ocurrencia dehabituales muchos resfriados.  la angustia, o mareos o pasajeros, Estado psicológico: sin otra razón aparente son indicios de que nuestro organismo no anda bien y está siendo afectado por un flujo energético externo. Sofoco: una cierta dificultad respiratoria puede darse al rato de entrar a algún lugar patógeno. Otros síntomas: palpitaciones, alteración del pulso y la visión, percepción de ruidos, entre otras.------------------------------------------------------------------otras.-------------------------------------------------------------------   Fuente: Ovalles (2002)

La nueva percepción energética de la posmodernidad Dada la absoluta vigencia del pensamiento moderno, es difícil sensibilizarse a muchas de estas energías tan sutiles, que resultan desconocidas y nada perceptibles en forma directa por los sentidos convencionales. Quizás el problema radica en el exceso de sensaciones físicas imperantes en el ambiente posmodernizado, que nos impiden estar relajados y atentos a otras influencias menos intensas, o por efectos de la sobrecarga racional que nos ha hecho inhibir el hemisferio derecho del cerebro en donde radican las habilidades perceptivas no convencionales. Si dejamos de lado los prejuicios de la modernidad y nos abrimos a cada una de las sensaciones del exterior y de nuestro interior, podremos estar alertas a las variaciones energéticas para así poder generar criterios para investigar los asen  37

 

tamientos humanos y diseñar bajo una arquitectura del ambiente. Esto es indispensable hoy día, porque tal y como refleja el Gráfico 2, el síndrome del edificio enfermo es una realidad que genera costos económicos sociales y ambientales. Son tantas las perturbaciones que podemos hallar en un ambiente heredado de la modernidad, que no siempre resulta fácil determinarlas, porque nuestro intelecto cree que no existen o en todo caso se niega a aceptarlas, ya que ponen en duda el paradigma que le da seguridad. Lo ideal sería sensibilizarnos en aquellas que nos perjudican, pero dada la dificultad del proceso cognitivo, necesitamos la ayuda de la

intuición  y de algunos instrumentos de medición no convencionales. De todos modos, sus fuentes están visibles; por ejemplo, la energía eléctrica es la primera que percibimos cuando entramos en un asentamiento humano. Podemos hallarla en las plantas termoeléctricas, en las líneas de alta y baja tensión o en llos os transformadores eléctricos y tableros cercanos a las viviendas. Para su detección objetiva se utiliza un amplificador de frecuencias eléctricas, el cual se desplaza por todo el trayecto y localiza las alteraciones, emitiendo una señal.

La sensibilización necesaria Las corrientes telúricas son provocadas por varios fenómenos, entre ellos, fallas geológicas, sismos, yacimientos minerales y aguas subterráneas. Se pueden detectar por sensibilidad innata o por medio de instrumentos electrónicos como el sismógrafo o el geomagnetómetro. Debido a la alta cantidad de factores que inciden en la red magnética, para su detección se necesita de entrenamiento y equipos especializados. Esta energía por si misma no suele ser agresiva. Hartmann (1956) ideó un sencillo instrumento llamado Lóbulo Antena, que permite una detección clara y precisa de la red magnética en pocos minutos (Gráfico 3). Con estos métodos y aparatos podemos medir cantidades de energía. Sin embargo, a veces ignoramos que tan negativas o positivas pueden ser para nosotros. Los investigadores franceses Bovis y Simoneton (1989) crearon el Biómetro, una especie de regla graduada de cero a diez mil que mide la vibración energética de un lugar. Estableciendo una media vital óptima entre   38

 

las seis mil y siete mil unidades, podemos valorar los efectos de algunas de estas energías. Cuando un ambiente tiene una vibración mayor a estos índices, aporta energía y ayuda a nuestro perfecto equilibrio, mientras que por lo contrario, las vibraciones por debajo de seis mil nos debilitan. Similar situación la tenemos con las ondas de radio, TV, celulares y radares, que pueden tener efectos nocivos en las cercanías de transmisores, flujos de ondas y antenas de gran poder.

La auditoría energética Para realizar una evaluación de los ambientes heredados de la modernidad hace falta una auditoria energética;  en primer lugar debemos ubicar en nuestro alrededor los sistemas y equipos que puedan perturbar. Algunas veces es complicado precisar la ubicación de las instalaciones en las calles, plazas y otros lugares públicos; sin embargo, se deben detectar, ya que a veces no basta con desconectarlos o simplemente moverlos de un lado a otro para que dejen de surtir sus efectos. El Mapa 1 ejemplifica una situación muy común en nuestros asentamientos humanos heredados de la modernidad. El empleo de equipos y sensores especiales llevó a determinar las zonas nocivas que allí aparecen ilustradas. No hay que olvidar que los campos energéticos problemáticos pueden estar originados fuera de las viviendas, como por ejemplo, en el tendido eléctrico aéreo o subterráneo, tuberías, equipos enterrados, entre otros. Nunca podemos suponer que por no verlos, no están allí, y que no tenemos que preocuparnos de ellos, porque sus efectos son a menudo a distancia y sin contacto. Lo que ninguno de los instrumentos mencionados puede hacer hasta ahora es predecir cómo reaccionará una persona ante un campo energético de cualquier intensidad, pues la sensibilidad es una característica individual y depende de los estados de salud mental y emocionales. Cualquiera que sea el método que se use para el análisis e identificación de las energías, nos puede dar una idea de cómo ubicar los puntos de sobrecarga. No basta con desplazarse hacia otro lado, todo el ambiente local puede registrar corrientes   39

 

intensas. Ésta es una característica heredada de la etapa moderna de nuestras sociedades. Se pueden utilizar diferentes métodos de protección, pero antes se debe determinar el origen de los campos energéticos que causan los problemas. Para ello se debe crear una nueva sensibilidad perceptiva ante estas energías, que permita orientar el diseño de las formas que interactúan con ellas, los hábitos y las costumbres de los futuros usuarios o residentes. Esto es parte de la arquitectura del ambiente. También se deben evaluar el estado de salud y bienestar de los ocupantes, lo cual puede ser uno de los métodos más útiles para expresar en forma directa las relaciones entre el medio externo del usuario con su medio interno. Esta última técnica es la más recomendable, porque el ser humano es el instrumento más sensible a estas energías. Las energías están presentes en los asentamientos humanos de múltiples maneras, tiene efectos diferenciales en sus moradores y es necesario evaluarlas de antemano, antes de iniciar cualquier proceso de proyectación en el contexto local. Los principales detectores de estas energías son los seres humanos, sean investigadores, diseñadores o moradores, por lo cual se hace indispensable conocer como fluyen estas energías en sus organismos. Sin embargo, la historia de vida, consciente e inconsciente, condiciona estos efectos, al igual que las actitudes mentales y espirituales, muchas de ellas heredadas de una larga experiencia anterior.

La etapa antigua o antigua o  la energía como espíritu  espíritu  El paisaje siempre ha sido visto como un elemento más de los asentamientos humanos. Se han empleado diversas metodologías para evaluarlo, tales como la determinación del potencial de vista, las cuencas visuales, colorimetría, entre otras. Pocas veces se han tomado en cuenta otros sentidos por medio de los cuales podemos percibirlo y mucho menos hemos prestado atención a la intima relación con los estados mentales y espirituales de sus residentes y visitantes. Es fácil constatar   40

 

que el paisaje, desde lo más antiguo de la humanidad, siempre ha manifestado una personalidad que infunde ciertas sensaciones en los residentes y visitantes, por lo que tiene un potencial afectivo importante, mucho más allá de la simple lectura física o topográfica que hagamos del mismo. El paisaje es también producto de una historia y, como geografía en el tiempo, encierra la huella de comunidades pasadas que están presentes a través de los rasgos que hoy podemos identificar y sentir cuando lo recorremos.

Los antiguos asentamientos asentamientos humanos y la percepción energética

Commented [A9]: No habrá alguna alguna relación con la Arqueografía.  Arqueol . Disciplina que estudia la relación

Si nos remontamos al poblamiento originario de nuestros países, podemos

entre las antiguas sociedades y el espacio geográfico y ambiental que ocuparon.

afirmar que la base indígena y sus sucesivas migraciones definieron el patrón de ocupación del territorio actual y que luego las sociedades que las sucedieron modificaron muy poco. Esto es una clara tendencia en sociedades como la mexicana y la peruana, así como para algunos países de Centroamérica, Bolivia, Ecuador e incluso gran parte de Brasil. Sin embargo, en el caso venezolano esto ha sido minimizado por no haber evidencias arqueológicas importantes de estos patrones y por el fuerte mestizaje de la población originaria, impidiendo  ─ con con algunas excepciones ─  que  que sean reconocidas como comunidades intranacionales. A tal efecto, por ejemplo, la presencia de antiguas construcciones prehispánicas en Barinas (Ver Gráfico 4) (¿y las excavaciones de El Tocuyo –Quíbor?), Quíbor?), pudieran  pudieran dar pie al rechazo de la hipótesis ampliamente aceptada según la cual sólo después de Colón hubo ciudades en Venezuela. Estas construcciones indican un nivel de organización social

Commented [A10]: Museo de Quuibor

mucho más complejo que el aceptado por la historia oficial, inclusive el manejo de ciertas energías de la tierra con fines religiosos o productivos. Las sociedades indígenas tenían una fuerte inclinación por el desarrollo espiritual o religioso y que parte de su estructura de poder tenía una clara dominación teocrática. Adicionalmente, sus actividades económicas principales como la caza, la pesca, la recolección y la agricultura itinerante necesariamente establecían estrechos vínculos con las energías sutiles de la Tierra.   41

 

Una hipótesis sobre la influencia energética en la ocupación del territorio Sobre la base de estas consideraciones, podemos fácilmente plantearnos una nueva hipótesis sobre los primeros asentamientos humanos, a saber: el patrón de ocupación originario del territorio indígena estuvo determinado por los centros de concentración de las energías de la Tierra, que fueron y siguen siendo empleadas  para fines religiosos y de apoyo a las actividades de subsistencia.  Por estas razones,

los lugares sagrados, monumentos, templos, pirámides, centros funerarios e incluso los lugares de habitación y trabajo, fueron emplazados en centros en donde estas energías de la Tierra podrían captarse y manipularse fácilmente. Como ilustra el Gráfico 5, a lo largo de la historia diversas construcciones sirvieron para estos fines. Esto era congruente con una sociedad en donde lo espiritual dominaba casi todos los aspectos de la vida cotidiana, como sería el caso de la agricultura, en donde la siembra y la cosecha significaban un acto casi sagrado. En el caso de la caza, la comunicación con la futura presa era fundamental para tener éxito en un territorio amplio e intrincado. Similar situación podría observarse en la pesca y la recolección de especies vegetales en las selvas, donde la ubicación precisa de peces y frutos era lograda percibiendo estos tipos de energías sutiles.   La estructuración de las sociedades indígenas estuvo marcada por estas energías y todavía hoy podemos observar sus manifestaciones en los muy comunes sistemas de sanación basados en chamanes y brujos, donde estas energías toman parte activa en el proceso de sanación. La misma elaboración de artesanías por estas comunidades  ─ por por su grado de virtuosismo y delicadeza ─ , sólo podría explicarse mediante el claro dominio manual del material natural por parte del practicante, sólo posible con un proceso de clara comunicación sensible con fibras, arcillas, maderas y piedras para moldearlas a su antojo. La colonización y su proceso de evangelización compulsiva lograron resacralizar estos lugares y por eso respetaron los emplazamientos originales de las poblaciones indígenas. Sólo se limitaron a resignificarlos con los nuevos símbolos, templos, catedrales, capillas y otros lugares de culto cristiano, que prácticamente exorcizaron los lugares de celebración que se   42

 

consideraban paganos. Tal y como sucedió en Europa medieval e incluso en la renacentista, los practicantes originarios de estos cultos paganos fueron exterminados sistemáticamente, debilitando fuertemente el espíritu guerrero de aquellas comunidades que osaron enfrentarlos y  ─ quizás quizás por eso ─   fueron derrotados fácilmente. El proceso de ocupación colonial en América adaptó este patrón originario, basado en las energías de la Tierra y lo puso a funcionar para un culto cristiano dominador de la mano de obra de las plantaciones y haciendas (¿Encomiendas? Sería más preciso referirse al hecho histórico).  histórico).   Sólo cuando lo consideraron necesario, establecieron los emplazamientos que le garantizarían su contacto con el exterior y con otros lugares del continente por donde avanzaban en su plan de conquista. Esta hipótesis no ha sido probada en nuestro continente, pero en Inglaterra, a inicios de 1900, pudo ser constatada empíricamente con las llamadas Líneas lays.  Hatking Watking, un fotógrafo y naturalista inglés, publicó un libro titulado The old strait track (1926) en donde alinea magistralmente una serie de monumentos

megalíticos de la cultura celta, incluyendo el famoso Stonehenge y otra serie de templos cristianos más modernos, que curiosamente reposaban sobre una trayectoria que coincide con flujos energéticos de la Tierra. (Ver Gráfico 6). Esta constatación había sido inspirada por los trabajos previos del arqueólogo E. Blank, quién había presentado en el Congreso Arqueológico Británico de 1870 un estudio empírico de estas curiosas alineaciones.

Energía y psiquis Más modernamente, los trabajos de Deveraux (1990) identifican otras curiosas formas y por primera vez se denominan pulsos lineales o  experiencias energéticas primarias vinculadas a la psique humana. Esto es la constatación práctica de lo que también existe en los llamados caminos del Chì o Qui en la China, que son manipulados por el llamado Feng Shui en todas su variaciones, o por los hitos de las rutas de las caravanas del Sahara, las trochas de los nativos de Uganda, el camino del Inca en los Andes de Perú y Bolivia, los caminos del Cré en India y quizás las   43

 

líneas de Nazca. Las motivaciones por el estudio de estos pulsos lineales no decayeron en años posteriores, sólo que el interés se centraba en el manejo industrial de otras formas de energías. Más tarde, Pernick (1926) analiza la vigencia de estas marcas en la época victoriana y funda el Straight Club en Inglaterra, que mantiene hasta hoy en día un monitoreo de estas curiosas trayectorias. En 1939, aparecen las guías de J. Maxell sobre nuevos alineaciones y en la década de los sesenta se reactiva la discusión pública con su libro: Skyways  and lands marks (1961) (Ver Gráfico 6). Una alineación o lays  pueden ser reidentificadas por la fotografía, la cartografía comparativa o con una fuerte intuición. Ésta permite ver un orden en una serie de monumentos, glifos, cuevas, cementerios, pozos de agua, cascadas, topes de colinas, iglesias, templos, capillas, cruces y sitios con restos arqueológicos. En el caso de los templos se identifican al efectuar las mediciones de sus dimensiones. Un ejemplo lo constituye el libro de Fulcanelli: El misterio de las catedrales  (1970). Del mismo modo, usando la

Commented [A11]:

toponímica original, e incluso la actual, se pueden determinar los puntos en el terreno que corresponden a centros energéticos que eran identificados por diversos cultos y religiones para ser usados en celebraciones y rituales. En muchas ocasiones se usaron los mismos centros por parte de varias religiones o cultos y dos claros ejemplos de ello son: la mezquita de Córdoba en España (¿y ( ¿y Santa Sofía de Estambul? Estambul?), ), con una catedral cristiana adentro, y los monumentos del Cuzco en Perú, cuyas bases se mantienen sobre la piedra Inca de los templos originarios, mientras sus paredes son de construcción colonial y sirven para iglesias católicas bañadas de oro y llena de santos de madera o yeso.

Las líneas de flujo energético  A lo largo de la historia y hasta nuestros días, han permanecido estas  líneas de flujo y se pueden encontrar en ellas puntos en los cuales se puede fertilizar la tierra,

curar enfermedades, predecir el futuro, motivar y alterar los sentidos y la conciencia según sea el caso, y la religión o ritual encargado de tales asuntos. Más   44

 

recientemente se ha demostrado que estas líneas de flujo   podrían tener relación con las formas topográficas del paisaje, como lo reconocen las distintas escuelas chinas del Feng Shui, o la técnicas hindúes de diseño y con las diversas maneras de canalizar las energías telúricas por parte de un sin fin de objetos físicos que se usan para el culto o el trabajo. Paralelamente, otros estudiosos de los más variados campos del conocimiento geográfico y físico, han detectado esta serie de energías en la Tierra que podrían estar explicando los rumbos de estas alineaciones. Uno de ellos fue Manfred Curry (1956), quien detectó una red global de flujos cargados eléctricamente de un origen natural. Este autor no logró una clara determinación de su ubicación en el espacio, pero creía que recorren el planeta con una separación de más o menos 3 metros entre una y otra, pudiendo adquirir diversas polaridades en sus puntos de intersección. Son las llamadas Líneas Curry  (ver  (ver Gráfico 7). Del mismo modo, Hartmann (1949) estableció años antes la presencia de otras líneas, con separaciones de dos a tres metros, también cargadas diferencialmente e incluso, llegó a estimar que tienen mucha influencia en la salud de las personas. Estas líneas fluyen en dirección norte-sur y este-oeste y en los puntos de intersección, según sea la polaridad, pueden tener efectos beneficiosos o perjudiciales para la salud. (Ver Gráfico 8). Se ha determinado que, tanto las líneas de Curry como las de Hartmann, pueden ser afectadas por las oscilaciones del campo magnético terrestre, los rayos cósmicos, las energías tectónicas, aguas subterráneas, presencia de minerales, entre otros, por lo cual se requiere de un análisis especial en cada sitio. Shumman (1952) identificó otras ondas o pulsos que recorren la Tierra y la atmósfera atmósfera cada cierto tiempo con un patrón diario y con una clara influencia en el funcionamiento cerebral, afectando en consecuencia los ritmos hormonales, menstruales y de sueño de los seres humanos. Otras líneas como las Blaks (1967) y el Orgón (1945) han sido reportadas en la literatura; las primeras no tienen un patrón de flujo definido como las anteriores, y se asocia a flujos de energías como la Ch, tomadas en cuenta por el Feng Shui. La segunda, son un tipo especial de energía vital identificado por Reich,   45

 

un psicólogo discípulo de Freud, que estableció una corriente bioenergética de interpretación en la psicología (Lowen, 1989). Todas estas energías se asocian a una concepción de unicidad del mundo que viene de la etapa antigua. Implica la presencia de un orden no explícito  y la intima relación de todos y cada uno de los objetos que componen el ambiente. Bajo esta concepción, las diversas energías parece que pueden ser manipuladas cuando se interviene el paisaje con construcciones que las potencian y canalizan y por lo tanto, pueden ser usadas para apoyar los procesos vitales, como la agricultura, la salud y el confort. Esta es la llamada arquitectura del ambiente.   Recientemente, se han hecho esfuerzos por integrar estos diversos campos energéticos en uno solo, que permita medirlos y, por lo tanto, manipularlos para beneficio del hombre. Becker y Hagen (1989) intentaron asimilarlos a una figura poliédrica que encierra a todo el planeta y poco tiempo después, Cathie y Sanderson (1990) establecieron un patrón icosahédrico con vértices en las enormes distorsiones energéticas que se observan sobre la superficie de la tierra y que generan incluso alteraciones de la dimensión espacio-tiempo. Estos vértices se llaman vórtices y tendrían curiosos efectos sobre las máquinas y los organismos vivos. Hapgoon (1944) había rescatado estas ideas de una red global y la asoció con los cambios que se han medido en los polos magnéticos de la Tierra. Llegó incluso a discutir con Einstein la validez de estas hipótesis.

Estas hipótesis fueron reexaminadas más tarde por los científicos rusos Goncharov, Morozov y Makarov (1960) quiénes, incluyendo otros elementos, llegaron a imaginar una enorme red sobre la superficie de la Tierra que coincide con extensas fallas geológicas, sitios de anomalías climáticas, alteraciones gravitacionales, rutas de migración de aves y ubicación de lugares de culto de varias religiones. Bird (1987) elaboró un mapa que intenta sintetizar todos estos aportes anteriores, que pueden ser discutibles porque no han sido constatados eficientemente   46

 

desde el punto de vista científico, pero son excelentes hipótesis de trabajo para explicar el emplazamiento de estos monumentos y lugares de culto originarios. En la actualidad tales sitios son muy apreciados por el turismo de masas y cierto nuevo tipo de turismo cultural y místico. Lovelock (1997) acuñó la hipótesis GAIA, en la cual el equilibro ecológico de la Tierra se explica por la presencia de estos flujos que le dan vida y el comportamiento de un organismo a todo el globo. Sin embargo, todas estas constataciones, producto de visiones holísticas de la realidad, no han sido reconocidas firmemente por la ciencia moderna. Esta insuficiencia científica explicativa puede ser analizada por varias vías: la primera de ellas tiene que ver la longitud de onda de las energías de la Tierra, dado que quizás por estar formadas por partículas extremadamente pequeñas requieren, para ser detectadas, ser bombardeadas por otras partículas más pequeñas, pero al hacer esto, cambian inmediatamente su naturaleza y su curso.

La paradoja cuántica Esta paradoja la habían mencionado hace unos años los científicos nucleares como el  principio de indeterminación  y es la base de la física probabilística actual (¿Física cuántica? Si es así, se preferible mencionarla). mencionarla). Otra  Otra razón de su poca validez científica formal tiene que ver con la evasividad; es tan corto el tiempo de existencia de estos flujos que no existen instrumentos que puedan medirlos y por lo tanto, sólo pueden ser conocidos por sus efectos visibles o sus trazas. De igual modo, estas energías podrían estarse comportando a la vez como ondas o como partículas, por lo cual su detección es muy difícil. La principal dificultad de la detección científica de estas energías tendría que ver con su similitud con las ondas que emplea el pensamiento humano y, por lo tanto, se confunden con ellas en el momento que un investigador objetivo quiere observarlas sin ninguna influencia externa. Como en ciertos experimentos con partículas cuánticas, basta que alguien piense que existe una onda para que esta aparezca o modifique una preexistente. Todo esto plantea un grave problema cognitivo para la ciencia de la modernidad,   47

 

porque por una lado se tienen muchas constataciones de los efectos que dependen de su intensidad, origen y medio por donde circulan, y por el otro, de la actitud y actitud de quién las observa o manipula, es decir de la credibilidad. Estas energías tienen sin duda algunas propiedades electromagnéticas de muy baja intensidad, pero de gran alcance y penetración, y a la vez vinculan los objetos donde actúan con la conciencia de quien los observa. Este fenómeno lo constataron los antiguos, lo usaron las posteriores civilizaciones y hoy en día permanece como conocimiento aletargado y poco valorizado. Esto se debe a que su existencia objetiva es de difícil comprobación, ya que el propio proceso de observación las afecta y las pruebas de su existencia son relativas y dependen de la cantidad de evidencias que la conciencia del investigador esté dispuesta a exigir. Muchas de estas energías podrían viajar en el tiempo a una velocidad mayor a la de la luz, ya que la distancia parece no afectar su intensidad y en consecuencia podrían atravesar a los objetos físicos. (¿cuál es el soporte para aseverar tal afirmación?)  afirmación?)   Son parte de ese orden implicado del que venimos hablando y para lo cual nuestro inconsciente debe preparase para captarlo. Sin embargo, muchas de ellas están asociadas a los procesos vitales encargados de producirlas y potenciarlas; por estar vinculadas al metabolismo de los seres vivos las llamaremos somáticas. 

Energías somáticas Las energías somáticas no se circunscriben al mundo de los organismos vivos, si no que, como demostró Reich y otros psicólogos, pueden generarse en la materia viva y circular ampliamente por el entorno local. Las energías somáticas son parte del balance global, es decir, no se crean ni se destruyen, sino que se transforman (por eso cumplen la primera ley de la termodinámica y violan la segunda) porque son fuertemente antientrópicas, es decir, son capaces de detener el proceso de generación del caos, ayudar a la auto-organización de la vida y coparticipar en ese orden implicado. En este sentido, es interesante plantear la hipótesis de Illich (1979) de su libro “Energía y equidad”: “cualquier sociedad no será lo suficientemente libre si   48

 

las energías somáticas son reemplazadas en cierta proporción por otros tipos de energías extra-somáticas, que artificialmente favorecen la entropía y concentran el  poder en manos de unos pocos”.  Por esta razón, estimamos que el enfoque socio-

energético es fundamental para entender y potenciar las actividades de desarrollo sustentable, pero esto implica una concepción diferente del ser humano, de su calidad de vida, su cultura y su bienestar.

  49

 

Capítulo 3

Calidad de vida y modos de vida  

Calidad de vida y la teoría de las necesidades humanas humanas   El auge del consumismo de nuestros días ha llevado a la estandarización de los patrones de asentamiento humano y nuestro continente no se escapa de esta tendencia homogeneizadora. La estandarización de los servicios públicos es una necesidad de los gobiernos y de las grandes empresas para ahorrar costos y poder intercambiar trabajadores sin necesidad de invertir mayores cantidades de recursos en su formación. Esta estandarización tiene la característica de no ser reconocida por el público como tal, toda vez que el mercadeo y la promoción hacen ver a sus productos y servicios en forma diferente ante los ojos del consumidor y lo que es peor aún, los obliga a optar por unos pocos satisfactores6 ,  sin que puedan llegar a tener conciencia de sus reales necesidades. Por ejemplo, en el caso de los asentamientos humanos vinculados al turismo se ofrecen los productos y servicios en forma muy similar en muchos lugares del mundo, pero aparecen como diferentes destinos. De esta manera, se satisfacen diversos sectores sociales con servicios turísticos que aparentemente se lucen diferentes, pero en el fondo se trata de la misma modalidad. Se confunde así la necesidad de viajar,  que es más íntima y compleja, con el satisfactor,  ─ en en este caso el destino turístico─,  que es apenas una manera superficial y aparente entre varias, de subsanar lo que que hace falta realmente. Frente a esta situación, común también en ámbitos de los asentamientos humanos como los vinculados al comercio, la cultura o los servicios, han aparecido algunos que ofrecen productos y servicios específicos, particula  6

 Definir el concepto

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rizados, novedosos y que tratan de satisfacer las exigencias más especializadas de los visitantes. Sin embargo, se comete el mismo error cuando con un mayor grado de especialización, se ofrecen satisfactores  ─ en en vez de atender a las necesidades reales ─ , y si bien ahora puede haber un mejor ajuste a las múltiples exigencias humanas, ante la amplia gama de modalidades que se ofrecen, no se trata de verdaderos servicios concebidos y ejecutados en función de las necesidades reales. Una clara constatación de esta aseveración puede observarse cuando hoy en día ya se trabaja a niveles de microsegmentación de mercado para atender gustos muy particulares, tales como los estados de ánimo o las fases del desarrollo espiritual de una persona.

Necesidades vs satisfactores Las técnicas de planificación siempre se han enfatizado en los objetos que conforman los asentamiento humanos ─ escuelas, escuelas, clínicas, viviendas, hoteles o monumentos ─ , y no en la lógica del servicio que a la larga son la que enriquecen realmente la vida y satisfacen sus más íntimas necesidades. Si bien los objetos arquitectónicos son parte de esas experiencias, y sin ellos no se da la estructuración del servicio, son los que generalmente se aprecian, se recuerdan y se exigen, aunque el servicio en sí es que el satisface la necesidad. En todos estos procesos donde se intercambian las necesidades (lo qué hace falta) y los satisfactores (el cómo se satisface), hay un intenso flujo de energías de los más variados tipos, incidiendo en la conciencia y la memoria de los diferentes actores involucrados. Podemos plantear ejemplos vinculados a otros tipos de asentamiento humano, pero el divorcio entre necesidad y satisfactor siempre es similar y más bien se hace necesario diferenciar teóricamente las vías utilizadas para alcanzarlos. En el primer caso, se trata de motivaciones psicológicas, espirituales y afectivas profundas, que estimulan el acto de asentarse en un lugar y que se constituyen en el baremo inconsciente de evaluación de las infraestructuras y servicios requeridos. Por el contrario, un satisfactor es una   51

 

entre varias maneras de lograr que estas necesidades sean complacidas. Volviendo al ejemplo del turismo, una necesidad muy típica de la adolescencia es demostrar autonomía ante los padres y esto puede lograrse tanto en un curso de idiomas en un país extranjero, como en una aventura por la selva; por lo tanto, esta necesidad implica diferentes asentamientos turísticos, dos satisfactores diferentes de una misma necesidad. De la misma forma, el deseo de comprender el mundo más allá de la simple educación formal, puede lograse por dos vías: involucrarse en una realidad local con el ánimo de encontrarse con su cultura o conocerla a través del uso de grandes medios de comunicación de masas. Dos satisfactores para una misma necesidad generan asentamientos humanos diferentes.  Adentrarnos en el difícil campo de estudio de las necesidades humanas nos debe llevar a concebir a los asentamientos humanos de manera más variada y lo que es más importante: concebir su intervención en forma concertada con los propios habitantes, ajustados también a las necesidades de la población.

Las necesidades humanas humanas y la inducción inducción de satisfactores  A continuación transcribimos, una lista de necesidades humanas de (Rotler, 1998) que pueden dar motivos a diferentes satisfactores, aun usando los mismos asentamientos humanos: 1) 2)

Reforzar la autoestima. Crear confianza entre parejas, familias o grupos.

3) 4) 5) 6) 7)

Restablecer el equilibrio mental o emocional. Favorecer la independencia, autonomía personal o grupal. Incrementar la capacidad de comprender el mundo. Aprender a dominar el miedo, enfrentar peligros y retos. Emprender la búsqueda de las soluciones a los problemas de la vida cotidiana de otra manera. 8) Restituir las energías biológicas perdidas por el trabajo. 9) Incrementar la capacidad de adaptación a nuevas situaciones. 10) Buscar el sentido sentido de la vida.   52

 

Como puede observarse, son necesidades muy íntimas y universales que pueden coexistir unas con otras o ser abiertamente contradictorias, y si bien no aparecen reportadas en las estadísticas, son las que en el fondo deciden las estrategias de asentamiento humano. Estas necesidades no son muchas veces reconocidas por el mismo habitante y se encubren con otro tipo de falsas motivaciones tales como: demostrar prestigio, coleccionar bienes, títulos de propiedad, dinero o tener poder. Estas motivaciones ocultas, afloran a lo largo de la historia y hacen de este proceso de asentamiento una experiencia diferente para cada uno de los lugares de la Tierra, aún si se trata del mismo grupo humano. Todos los objetos arquitectónicos y sus servicios serán apreciados a la luz de ellas y no en términos de la calidad que miden los clasificadores estadísticos. Cada motivación refleja un estado corporal, mental o espiritual y por ende un tipo de balance de energías, el cual reacciona con las energías de la Tierra, concentradas en los lugares de asentamientos para generar cuadros de satisfacción, enriquecimiento y plenitud.

Calidad de vida vs  satisfactores Lo anteriormente expuesto conduce a diferenciar conceptualmente el término calidad de vida del satisfactor. En el primer caso, significa un reconocimiento de un estado de bienestar y por tanto es objetivo y subjetivo a la vez. Objetivo en el momento que es posible medirlo con ciertos indicadores básicos que inciden en las variables físicas y mentales. Por ejemplo, disponibilidad de agua potable o sistemas de eliminación de aguas servidas, grado de alfabetización o niveles de escolaridad, contaminación del aire y el suelo, entre otros, son sólo algunos indicadores de la calidad de vida que pueden evaluarse y compararse entre localidades o grupos humanos. Sin embargo, la valoración de los mismos depende del modo de vida,  el cual está vinculado al concepto de campo cultural y  las historias de vida   de los habitantes. Por eso la disponibilidad de agua potable sería evaluada a partir de las experiencias previas, de la forma como se han dotado de ella y de la valoración que   53

 

se haga dentro del campo cultural al cual se pertenece. La calidad de vida tiene esa doble condición: objetiva y subjetiva. En este caso, el satisfactor significa una particular manera de alcanzar la   calidad de vida y depende también del modo de vida y de los campos culturales donde está inserto el asentamiento humano Por ejemplo, si se trata de una región llana o montañosa, si es de origen indígena o europeo. Las necesidades humanas son generalmente absolutas y los satisfactores relativos. Las diferentes modalidades de asentamiento pueden darse a la vez en cualquier lugar, incluso para un mismo grupo humano a lo largo de su historia, lo que implica una secuenciación de eventos, acontecimientos, sensaciones, conocimientos y situaciones bioenergéticas a la larga enriquecedoras o no de las necesidades más profundas de los habitantes. Los modelos convencionales y estandarizados del asentamiento humano sólo nos remiten a un tipo especial de satisfactores de las necesidades humanas y es el reconocimiento de la necesidad profunda del ser humano la que nos puede llevar a experiencias verdaderamente gratificantes de diseño y de compenetración energética con el entorno local. Esto es arquitectura del ambiente.

Las experiencias con los satisfactores: la multidimensionalidad Estas experiencias podrían ser agrupadas como hace Rotler en cinco tipos: física, intelectual, emocional, espiritual y de fantasías, y corresponden a los diversos niveles en los cuales se ha estructurado la existencia humana. Hay que recordar que al menos los tres primeros niveles que corresponden a lo físico, mental y afectivo son de exclusivo control por parte de la persona. Por lo tanto, conducen a experiencias individuales. Mientras los otros niveles, como los espirituales, por ser transpersonales, nos permiten compartir las experiencias de vida con un colectivo más amplio e incluso con el resto del entorno. Otros autores como Boullón (1995) han hecho otras interpretaciones de este hecho pero, sin caer en discusiones filosóficas, lo importante es reconocer la multidimensionalidad del ser humano,  el grado de control consciente sobre algunos de   54

 

estos niveles de conciencia y sobre todo, las diferentes formas de satisfacer sus necesidades o enriquecer su existencia, aún pudiendo ocurrir la tendencia a homogeneizar sus experiencias por parte del modelo de desarrollo dominante. Otro elemento de este enfoque tiene que ver con la naturaleza de las fuerzas que lo dinamizan, que siendo energéticas, corresponden a diversos ámbitos como: el físico, mental, afectivo y el espiritual, por lo cual no se circunscriben a la forma del cuerpo

del ser humano, ni siquiera sólo a un campo próximo de influencia, sino que   se expanden a muchos miles de kilómetros y de hecho se comparten con otros individuos distantes.

La calidad de vida reflejada al interior de las personas Si entendemos al ser humano de acuerdo con lo que hemos planteado en los párrafos anteriores, se nos plantea la necesidad de integrar más profundamente el  juego de energías que dinamizan el paisaje, con la que circulan por nuestro cuerpo físico, mental, afectivo y espiritual. Algunas de estas energías tienen una alta evasividad  ─ incluso incluso no se ha constado su existencia científica ─ , pero sus efectos y consecuencias son parte de la cotidianidad de miles de personas que se mueven en el mundo en búsqueda de experiencias más gratificantes de vida.

Conciencia y percepción energética El ser humano tiene conciencia de sus sentidos receptores para, por lo menos, cuatro tipos de estas energías: luz visible, calor, sonido y energías químicas (sabor y olor) e incluso, somos capaces de reconocer que se pueden acceder a otras energías como las vinculadas a la afectividad o a la intuición; pero en todo caso la ampliación

del espectro de percepciones  es parte fundamental de una experiencia de diseño para la arquitectura del ambiente como la que se plantea en este texto, que intenta ser multidimensional. En esta experiencia se reconoce también que la mal llamada población local, también posee estas percepciones, con mayor o menor poder de desarrollo, y que   55

 

parte de los objetivos de los proyectos de intervención en ellas sería para compartir saberes y visiones del mismo paisaje, de los mismos hechos y de ellos mismos en particular. Es algo más que tomar una foto, es participar en otras percepciones de lo real, y para lograrlo se hace necesario estar consciente de la percepción de los diferentes tipos de energías, en especial las somáticas.

El efecto de la energía en la salud (física, mental y emocional) Estas energías podrían lograr alterar, para bien o para mal, nuestros sentidos e incidir en los tres ciclos del bioritmo7 :  físico, mental y emocional, que juegan un enorme papel en el proceso de percepción de la realidad. Por ejemplo, en el plano físico se observan claramente cómo las influencias energéticas pueden alteran el ritmo del sueño, las secreciones hormonales, ciertas microestructuras orgánicas y el tono muscular. En el plano mental se modifican las estructuras de pensamiento, los patrones de aprendizaje y de desarrollo de emociones; incluso en otros planos, son capaces de establecer sintonías y comuniones con otros seres humanos u objetos físicos. Es de hacer notar que algunas de estas energías pueden tener efectos muy negativos para la salud y la vida. Tal y como expresa Reich, citado por Lowen (1989), la relación entre salud y enfermedad depende de un delicado balance de fuerzas energéticas y los efectos pueden ser acumulables, heredables, enmascarables, inocuos, altamente peligrosos o sinérgicos y sobre todo pueden reestructurar funciones fisiológicas, cerebrales, motrices, mentales y espirituales. Por ejemplo, las energías ionizantes pueden afectar el cuerpo físico directa y profundamente y si bien tienen su origen en fuentes radioactivas poco comunes en los lugares de residencia, también pueden aparecer en dosis menores y menos letales en materiales constructivos y aparatos electrónicos de uso común. Las mismas radiaciones radioeléctricas, tan comunes en este mundo interconectado e informatizado tienen, de acuerdo con sus longitudes de onda, efectos 7

 Definir lo que se entiende por biorritmo

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diferenciales en la salud y riesgos notables  que deben evaluarse a la hora de

establecer instalaciones y asentamientos humanos. Aunque los tiempos de exposición son, junto a la intensidad de la energía, los factores de riesgo más importantes, hay que considerar que muchas veces el habitante está deslocalizado de su campo normal de energía telúrica, o en todo caso de su campo habitual, por lo cual se hace más susceptible. Por otro lado, las reacciones en su sistema inmunológico pueden ocurrir rápidamente y en forma poco previsibles, desencadenando la aparición otras enfermedades.

Efectos negativos de la energía y su evaluación: la geopatía y la geobiología Los principales efectos negativos de estas energías pueden ser térmicos o atérmicos  y para cada caso concreto dependerá de factores claves como la distancia a la fuente, el tiempo de exposición, la frecuencia, la longitud de onda, la intensidad, los materiales constructivos, el estado del sistema inmunológico y la conciencia misma del problema por parte de los habitantes.   Es notorio el potencial emisor de

varios aparatos eléctricos de uso común y es de destacar los graves riesgos que una simple instalación eléctrica mal diseñada, incluso un equipo electrónico obsoleto, pueden tener sobre algunas personas susceptibles a estos problemas (Ver gráfico 9). Las zonas en donde las energías naturales como las líneas de Curry y Hartmman y las fuentes artificiales adquieren características insanas son llamadas geopatías y el arte de evaluarlas se denomina geobiología, la cual debería ser parte fundamental del diseño de la arquitectura del ambiente y la planificación de los sus territorios. Llegado a este punto, se hace necesario introducir el concepto de Bión.  Esta partícula elemental fue descubierta por Reich en Noruega cuando investigaba con un microscopio de altísima potencia los procesos de infección debido a bacterias y gérmenes. Los biones se dirigían desde tejidos sanos hacia las células del huésped enfermo y significaron la constatación más evidente de la existencia de energías vitales. Reich construyó artefactos para generar y almacenar dichas energías, que se asocian a la materia viva, pero que eran capaces de fluir y sanar a distancia. Reich llamó a esta energía el Orgón: una de las manifestaciones espontáneas de lo vivo,   57

 

siendo continua y pulsátil. Reich logró que sus propiedades se pudiesen comprobar experimentalmente. Sin embargo, la posición ideológica del investígador es parte importante del proceso de constatación, toda vez que el mismo está compuesto y movido por esas partículas las cuales el proceso de conocimiento las altera. De la misma forma, un discípulo de Reich, Alexander Lowen trabajó en la determinación de la relación de la personalidad con los flujos de estas energías de la vida en su libro Bioenergética (1989). Según Lowen, nuestras conductas y en especial nuestras personalidades y estados de ánimo, son fruto de procesos de carga y descarga de energías en los centros vitales del cuerpo, siendo las expresiones faciales, corporales, posturas y enfermedades un reflejo de ellas (1989). La misma sociedad ─ con con sus hábitos y costumbres formales ─  nos  nos lleva a reprimir esos flujos y a desbalancear nuestro cuerpo, generando mayores insatisfacciones. Las presiones sociales, reglas de etiqueta, vestidos, comidas, muebles, compromisos, problemas entre otros ─ , generan tensiones que a la larga crean las armaduras corpóreas que  ─ entre denotan nuestra personalidad, así como nos delatan y marcan la forma de pararnos, caminar o el rictus de la cara.

Las emociones como indicadores de la influencia energética La fusión de los elementos conscientes e inconscientes, dice Lowen  ─ sean sean voluntarios o involuntarios, propios o adquiridos ─ , dan lugar a diferentes emociones que se vinculan con la movilidad del cuerpo y con el acto de la respiración. Esta relación entre el consciente y el inconsciente también es responsable del flujo de energías a lo largo del cuerpo, que revitaliza o abandona sus órganos. A la larga dicha relación genera los estados de enfermedad mental o física, o simplemente nuestro estado de ánimo.   Ahora bien, como el cuerpo humano es un sistema

energético que está en equilibrio dinámico con el entorno, cualquier modificación de éste o de las situaciones y problemas de la vida lo desbalancea. Por eso, cuando nos encontramos en un lugar donde hay un día brillante y despejado con un paisaje hermoso, somos personas felices, ya que se produce un efecto estimulante que   58

 

intenta recuperar el equilibrio perdido. Lo que siente el ser humano puede leerse en su cuerpo, en su cara, en su postura y por lo tanto, las emociones que podamos sentir generan modificaciones corporales y viceversa. Una persona es la suma total de sus expresiones vitales, cada una de las cuales está registrada en su personalidad y estructurada en su cuerpo,  dice Lowen (1989).

La arquitectura de la conciencia La mente y la conciencia no son unidades separadas o aisladas de la personalidad, sino parte del organismo y un aspecto clave del cuerpo viviente. Su desarrollo, en relación con el crecimiento del cuerpo físico, emocional y psicológico, es paralelo aunque corresponde a campos explicativos diferentes. Por ejemplo, los ojos no se usan sólo para percibir, sino para expresarse y el corazón no sólo bombea sangre, sino también nos hace sentir. El cuerpo viviente forma parte de la mente, la cual no sólo se aloja en el cerebro sino en muchas partes del cuerpo, y por eso es posible aprender a todo lo ancho y largo de la piel. Lo que ocurre en una experiencia de vida incide en el cuerpo de la persona fácilmente, dicha experiencia en realidad le llega a su mente y se almacena en sus órganos músculos y tendones. (¿existe apoyo empírico sobre esto?)

Mente, conciencia y emociones La mente humana no sólo cumple la función directiva del cuerpo físico, sino que es orientadora de la atención a lo que está ocurriendo en el entorno y al mismo tiempo, de lo que está pasando dentro del cuerpo. Ser consciente del propio cuerpo es parte importante de la experiencia de conocer los ambientes locales. La represión de los sentimientos que se puedan tener en un momento dado, disminuye la excitación del cuerpo y la capacidad de la mente para concentrase y tener poder de comprender la realidad ambiental local.

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La arquitectura del ambiente exige comprender nuestra propia arquitectura interior. La mente obviamente tiene relación con la conciencia y la vivacidad mental será producto del grado y tipo de energía que nos afecte. La conciencia es, por lo tanto, la fuerza vital de un organismo, manifestada en la auto expresión del individuo; no es algo que está en el cuerpo, sino que se comparte con un todo mayor y por eso es transpersonal. Es el sentimiento que se tiene de ser parte de algo más grande, vasto y universal,  de no estar aislados en el mundo, sino concatenados y en sintonía

con el resto de los seres y las cosas.   No se trata sólo de ser sino de sentir un lugar y  pertenecer a él.  Por medio de este enfoque multidimensional de la calidad de vida, se

libera al individuo de su visión restringida de su existencia colectiva, sin perder el sentido de sí mismo o de su conciencia individual. En resumen, se deben tomar muy en cuenta los diversos campos energéticos a la hora de conocer y de diseñar los asentamientos humanos. Las comunidades presentes en ellos tienen un autoconocimiento innato del manejo de estas energías, lo que le da muchas veces cohesión y permanencia. Ello es parte de lo que podemos compartir para beneficio de nuestro estado de salud física, mental, mental, afectiva y espiritual. Por ejemplo, los efectos de los cruces de las líneas de Hartamnn sobre una edificación pueden ser graves, así como los efectos combinados de las energías de un transformador eléctrico y un río subterráneo sobre otra instalación; o las posibles bioenergías que pueden estar en una habitación cualquiera ejerciendo influencia sobre una cama (Ver gráfico 10). De la misma forma, los vegetales y los animales son mucho más sensibles a estas energías; los comportamientos de algunos de ellos pueden variar sustancialmente en un caso u otro. Hay que tomar en cuenta que estos seres vivos conviven con los habitantes en sus asentamientos humanos y son parte de la cotidianidad de los lugareños y hace parte de su balance de energías. También es importante mencionar que la forma visible de todos los organismos vivos es producto de este juego de energías internas y externas, y en los seres humanos es la principal causa de la conformación corporal y funcional de cada uno de ellos. Aspecto que es de importancia vital para este   60

 

enfoque, ya que como demuestra Reich (xxxx) ,  las estructuras mentales, físicas y espirituales del ser humano están entrelazadas y por ellas circulan un tipo especial de energía, el Orgón que hace vivir todos los órganos y por lo tanto dan vida.   Esas

energías trascienden al cuerpo, se almacenan y circulan por otros animales, vegetales, minerales, aire e incluso en el vacío y su justo balance es una de las claves de la calidad de vida.

La cultura como mediadora en la arquitectura del ambiente La interpretación de estas energías depende del campo cultural en donde se encuentre ubicado el asentamiento humano. La misma interpretación de los flujos de energías en el interior del cuerpo humano también es parte de este mismo campo. Los hindúes han establecido varios puntos en el cuerpo humano que concentran todas estas energías. Las diversas actividades que podrían llevar adelante los habitantes estimulan o atrofian estos puntos, alterando para bien o para mal el balance vital de las personas (Ver gráfico 11).. De la misma manera, los chinos con la acupuntura han identificados identificados miles de puntos en la piel, así como canales invisibles que han de ser estimulados a veces ligeramente para que alteren el delicado balance y se pueda recuperar la salud perdida. Todos estos elementos culturales son útiles y nos llevan a considerar al habitante como algo más que una unidad estadística o contable contable;; es un ser vivo, lleno de energías que transciende su propio cuerpo al ser coparticipe del juego de energías del mundo y de varios niveles de la realidad.  Algunas interpretaciones psicológicas psic ológicas más modernas (Tart, 2003), asignan a los diversos niveles del cerebro humano la capacidad de movilizar dichas energías. Hasta ahora al cerebro se le había asignado, a veces en exceso, la capacidad de ser centro de comando del cuerpo, correspondiendo el hemisferio izquierdo a las más intelectuales y el derecho a las más emotivas. Pero en realidad, el resto de los tejidos y órganos del cuerpo humano no han cedido del todo esta capacidad de almacenar y conducir energías y por lo tanto, la capacidad de sentir y ser está dispersa por todo el organismo. Por estas razones, las experiencias de vida multisensoriales son vitales y   61

 

enriquecedoras y no hay nada mejor que una comunidad actuando como tal, en un entorno significativo cargado de energías, lo que realmente impresiona nuestro ser en una verdadera unicidad, es decir, un campo cultural.

Campos culturales y modos de vida  vida  Como referimos en el capítulo anterior, el cuerpo humano es algo más que un andamiaje mecánico unidimensional. Se trata de un cuerpo que funciona a varios niveles y en el que se concatenan flujos energéticos, bioquímicos, movimientos mecánicos y pensamientos. El cuerpo humano existe por lo tanto en varias dimensiones y se conforma en un continuo con el resto del entorno. Por esa razón, tiene varios límites, siendo la piel al menos uno de ellos, ya que las energías atraviesan el cuerpo, se regeneran en él y fluyen a todo su largo, concentrándose en centros y ejerciendo influencia decisiva sobre el estado espiritual, mental y muscular. De la misma forma, las modificaciones en el cuerpo físico, las emociones y otros factores exógenos también inciden en el balance energético, afectando su delicado equilibrio integral.

Los campos culturales Estas energías se bloquean o desbloquean con diversas actividades humanas, siendo los campos culturales  (González, 1997), los ámbitos específicos de las

Commented [A12]: Sin referencia en el bibliografía

posibilidades infinitas de sus combinaciones. Como de estos flujos dependen la satisfacción y el bienestar de las personas, y a largo plazo determinan sus estados de salud y enfermedad, las significaciones que los campos culturales inciden notablemente en su apreciación. El modo de vida es una relación muy particular de la interacción cuerpo-mente-conciencia  y tiene que ver con el entorno cultural en donde

se desarrollan los diversos campos energéticos del ser humano. Los múltiples flujos de energías que atraviesan el entorno tienen efectos diferenciales sobre el cuerpo humano, pudiendo ser contradictorios, complementarios, catalíticos o supresorios; reconocer su manejo cultural es una actividad fundamental en todo proceso de evaluación de las condiciones ambientales para los   62

 

asentamientos humanos. El modo de vida significa una forma particular de existir y de resolver los problemas de la vida e implica el uso de un determinado estilo tecnológico dentro de un determinado marco contextual que crea un cierto tipo especial de imaginarios y significados.

Campo cultural significa la particularización histórica de este contexto ambiental y encierra todo el juego de representaciones simbólicas y los instrumentos, normas, mitos y principios que lo sustentan. Un campo cultural tiene a su vez un centro de sentido y una periferia de expresiones que son reflejo de él y de las interacciones que

establece con otros campos de sentido (Ver gráfico 12). El origen de los campos de sentido (¿o culturales?)  culturales?)  es histórico, puede o no tener una inscripción geográfica y evolucionan por interacción directa entre ellos a partir de las relaciones con el modo de vida y la calidad de vida del grupo humano involucrado. Existen muchas posibilidades de estos campos culturales dentro de nuestros países, siendo inclusive más novedosos cuando interactúan y se modifican entre sí. Por ejemplo, en una experiencia turística se interrelacionan al menos tres campos culturales: el de la comunidad receptora o anfitriona, el de los empleados y profesionales del turismo y el de los propios visitantes; cada uno de ellos con su centro de sentido y sus expresiones culturales propias. De la misma forma, las migraciones ponen en contacto también diferentes niveles de calidad de vida y en especial diversas formas de satisfacerla, por eso en muchos casos son atrayentes y particulares, modificando notablemente campos culturales o creando los propios dentro de los países que los reciben. Piénsense en las diversas formas que ofrecen los campos culturales para satisfacer una necesidad humana como es la nutrición y como se expresa en diferentes tipos de agricultura, gastronomía y valores nutricionales. En el primer caso se hace referencia al proceso de generación y asimilación de los alimentos, y en el otro al preparado y valoración de los mismos. Por esta razón, no debemos seguir privilegiando los aspectos cuantitativos de estos conceptos, dado que su crecimiento exacerbado e inconexo genera a la larga una pérdida de lo cualitativo y por ende, una   63

 

afectación en la calidad de vida. En la evaluación de la calidad de vida no se debe dejar de lado la intersubjetividad cultural implícita en el proceso, dado que diferentes campos culturales, de individuos con diferentes historias de vida y al menos con varios niveles de calidad de vida, entran en interacción en cualquier asentamiento humano. En la evaluación de la calidad de vida se toman en cuenta estas complicaciones y para ello se elaboran guías de auditorías que permiten, no sólo determinar los criterios de evaluación, sino medir sus indicadores objetivos, tratando de explorar los subjetivos para llegar, no a niveles o rangos, sino a procesos de aseguramiento y promoción de la calidad que serán específicos para cada caso. Definimos la gestión de la calidad   como el proceso en sí que permite trabajar con las intersubjetividades, sin dejar de lado los indicadores objetivos y, sobre todo, iniciar procesos conscientes de mejora dentro de un determinado campo cultural o modo de vida. La calidad significa una reflexión sobre sí mismo y sobre la manera de estar en el sitio, elemento esencial de la arquitectura del ambiente. Sin embargo, estos mismos indicadores deberían ser medidos en las comunidades e incluso en el mismo personal de investigación local, dado que el grado de sana compenetración es parte de una buena experiencia de diseño. Para ello debemos ampliar nuestras percepciones de las variables ambientales y debemos hacernos sensibles al color, a la luz, a los diferentes puntos de vista, vista, a la curiosa evasividad de las formas y a las estructuras implícitas en todo ambiente.

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Capítulo 4 

El desarrollo de habilidades de percepción de las variables ambientales  ambientales 

Las diferentes percepciones de las variables ambientales ambientales   implicado sólo  sólo puede ser constatada si ampliamos La existencia de este orden implicado nuestros espectro de percepciones, si mejoramos nuestro involucramiento con las realidades locales y si desarrollamos un fructífero diálogo con nuestro inconsciente, el cual es capaz de captar estas situaciones holísticas. El Cuadro 6 resume las habilidades perceptivas que debemos desarrollar si queremos realmente aproximarnos a las variables ambientales de un asentamiento humano de una manera más holística y profunda. Solo así podemos intervenirlo con algún proyecto, indicando sus posibles opciones. 

Cuadro 6. Habilidades perceptivas para los asentamientos humanos.    Incremento en la sensibi sensibilidad lidad a la luz, los col colores ores y las visuales visuales   Desvelamiento o de descubrimiento scubrimiento de de la relación entre los los campos energéticos y las formas presentes en los asentamientos humanos   Desarrollo de la intuic intuición ión para captar las estructuras implícitas en formas y patrones de asentamiento   Incremento de la lass hab habilidades ilidades basadas en la intuición para la detección y caracterización de objetos materiales y de campos de energías sutiles en los contextos locales   Interpretación de universos simbólicos para darle sentido a los proyectos de intervención   Conexión con el el o orden rden implicado implicado para mejorar mejorar la creatividad en las prácticas del diseño  ___________________________________________________________ Fuente: Elaboración propia 











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Filosofías y enfoques enfrentados La herencia epistemológica y metodológica presente en los investigadores del hábitat local proviene del Positivismo y tiene que ver con el predominio del acto de la observación objetiva como fuente de todo conocimiento. La importancia de las variables objetivas y de la observación empírica por encima de la especulación metafísica o la verdad revelada, es quizás el adelanto más importante de la ciencia desde que se independizó de la escolástica religiosa. Sin embargo, esta supuesta objetividad de la variable observable, independiente del observador y de su dominio mental fue puesta en duda con el surgimiento de las Ciencias Sociales, hace ya unos cuantos años, dada la necesaria subjetividad que está implícita en sus apreciaciones y más recientemente, con el descubrimiento  ─ en en la física quántica ─  del  del principio de la indeterminación, que hizo también necesario incorporar la subjetividad en el campo de las llamadas ciencias duras. Partículas elementales que se comportan como ondas o como masas, según sean vistas de un modo o de otro, o propiedades que no pueden ser conocidas porque el propio investigador las altera al observarlas, llevaron el principio de la relatividad del conocimiento al propio campo de la ciencia dura dominante. Hoy debemos reconocer que la realidad exterior de un investigador y en este caso del ambiente, no es un hecho aislado de sus estructuras mentales  ─ de de sus elementos perceptivos que conviven muchas veces en su inconsciente ─ , que lo hacen ver la realidad como él la cree o le gusta que sea, y no como realmente es. De seguidas analizamos algunos de los actos más instintivos, y de hecho menos conocidos del ser humano, como lo es la percepción de las variables ambientales, en el cual se genera un intercambio de energías y de sentidos entre lo observado y el observador, lo que podría llevarnos fácilmente a construir realidades falsas, si no se tiene conciencia de sus múltiples determinaciones, y hacia intervenciones poco exitosas en los asentamientos humanos. Vamos a comenzar con el proceso de análisis del acto de observación de los objetos, reconstruyendo algunos de sus principios cognitivos. Los objetos físicos, al ser concebidos en su mayoría como   66

 

materia carente de energía, no nos permiten establecer la justa relación de intercambio que se establece entre ellos y nuestra mente. Del mismo modo, al concebir nuestro sistema visual como una simple cámara procesadora de fotos, olvidamos la compleja estructura del cerebro como constructor de imágenes. En esta sección se expone una síntesis del texto sobre la visión de la luz y el color en el proceso de observación, escrito por Crick (1989), uno de los descubridores del ADN. Tomamos como aspectos más importantes, los que nos sirven para el análisis del acto de observación como un intercambio de energías y de sentidos. En el caso de la simple observación de los objetos físicos, la luz, el color y la forma de iluminación son los factores fundamentales para identificarlos; es un acto óptico pero a la vez mental, y por lo tanto objetivo y subjetivo simultáneamente.

La percepción de la energía lumínica Luz, iluminación y color La luz  (del  (del Latín. Lux, lucis). es una forma de energía emitida naturalmente por el sol o artificialmente por otros medios, que incide sobre los objetos y los hace visibles. La iluminación (del Latín. Iluminativo , onis) es la acción o efecto de incidir por medio de un conjunto de haces que confluyen sobre un objeto. El color  (del  (del Latín. Color, Color, oris  oris) es la calidad de los fenómenos visuales que depende de la impresión distinta que producen en el ojo las ondas de luz emitidas emitidas por el objeto, y que tienen diferentes efectos metabólicos en el organismo, en especial en los órganos vinculados al equilibrio emocional, por lo cual sus efectos se alteran en este camino tortuoso y complejo dentro de nuestro cuerpo. Así la imagen se ve alterada. Deconstruyamos ahora cada uno de estos procesos que nos permiten acceder a las variables ambientales con mayor sabiduría.

El efecto metabólico de la radiación lumínica La incidencia de variados tipos de radiación lumínica sobre los diversos objetos en un asentamiento humano va a determinar, en muchos casos, algunas de sus   67

 

características y sus comportamientos. Por esta razón, apunta Crick (1989): (1 989): “El organismo humano debe mantener un perfecto equilibrio entre la luz que percibe y la oscuridad. Bajo la luz se regula el sistema endocrino, se estimula el sistema nervioso y se producen otras hormonas como la melatonina, que tiene que entrar a trabajar para restablecer el sistema inmunológico, en una perfecta alternancia que emite el equilibrio de nuestro r eloj eloj biológico”. 

Por lo tanto, la iluminación no sólo tiene un efecto óptico, sino que influye en otros elementos metabólicos del cuerpo humano, no sólo portando una imagen del exterior, sino también incidiendo directamente en nuestro interior. Este efecto metabólico de las luces permite la creación de patrones visuales a partir de las imágenes que nos transmite  ─ con con el concurso de otros factores internos del cuerpo ─ , nos lleva a valorizar los diferentes tipos de d e iluminación posibles, ya que la frecuencia y amplitud de sus ondas tiene efectos diferentes en nuestro cuerpo y mente. De igual forma, la exposición de los objetos ante otras radiaciones nos conducirá a valoraciones diferentes.

Diferencias entre luz natural y luz artificial Tomando en cuenta las anteriores consideraciones, la relación entre iluminación natural y artificial será clave en el proceso de observación de los objetos, pero también para nuestra vida metabólica y emocional, que a su vez incide en el acto de observar. Según Garzón (1997), en los inicios de la aparición de la luz artificial, los esfuerzos se centraban en crear una iluminación que permitiera realizar ciertos trabajos y tareas. Superada esta etapa, se intenta obtener una iluminación artificial que produzca, cada vez más con mayor precisión los colores que observamos, puesto que “las luces incandescentes resaltan más los colores cálidos y la luz fluorescente resalta más los colores fríos”. Esta condición de calor y frío, lejos de ser térmica, se

asocia a estados mentales muy específicos. (¿?) Por otra parte, según este mismo autor: “la iluminación artificial es estática y por

consiguiente monótona, ya que al no presentar grandes contrastes, perjudica el   68

 

rendimiento visual". También es importante considerar que una regularidad constante conduce al rechazo emocional. La luz que permite esta situación equilibrada es la natural, que tiene la posibilidad de ser modulada a través del día. Un aspecto importante en la evaluación de un asentamiento humano es el inventario de fuentes de luz por tipos e intensidad. Los bombillos incandescentes por ejemplo, además de generar un intenso calor, su radiación predominante es infrarroja y resaltan más los colores cálidos y opacan los fríos. En cambio, las lámparas halógenas, poseen una luz más concentrada o puntual, durando dos veces más que las incandescentes, pero tienen los mismos problemas de generación de calor y mala reproducción de los colores fríos. Como último tipo de iluminación artificial, tenemos

Commented [A13]: y los nuevos bombillos?

los tubos fluorescentes que consumen cinco veces menos electricidad, pero tienen una longitud de onda que favorece a los colores fríos. El tipo de iluminación que incide en los objetos o bjetos arquitectónicos no sólo determina su imagen, sino que incide en sus colores, los cuales influyen en los procesos metabólicos del organismo y en los estados mentales. Estos patrones visuales se asocian así a las variaciones energéticas diarias o anuales: si la iluminación tiene un exceso de radiación ultravioleta, resaltan más los colores fríos y opacan los cálidos y por ende la respuesta del cerebro será distinta aún si el objeto arquitectónico observado es el mismo.

Luz natural vs luz artificial: efectos sobre el cuerpo y los los estados de ánimo La exposición a la luz natural ayuda al funcionamiento más descansado del corazón, la disminución de la presión sanguínea, la disminución en la rata respiratoria, la disminución del azúcar en la sangre y del ácido láctico producido en los ejercicios físicos. Incrementa la energía, fortaleza y dureza de los huesos, permite la tolerancia al estrés y la habilidad de la sangre para absorber y cargar oxígeno. Su falta nos expone a irritabilidad, fatiga, insomnio y depresión. Tomando en cuenta el contexto ambiental, la forma de incidencia de la luz sobre los objetos arquitectónicos también debe ser considerada; Garzón dice: “la luz natural según la orientación de las   69

 

fachadas por donde penetre, tiene distinta calidad cromática, debido a la mayor o menor incidencia de asolación y a las horas del día”.  

En el caso de la iluminación fluorescente, debido a su centellado (100 a 200 por segundo), genera una gran fatiga ocular, algunos dolores de cabeza, ciertas alergias e hiperactividad, lo cual incide en lo que vemos y en el cómo lo vemos. Los rayos ultravioleta presentes en estas luces ayudan a disminuir la tensión sanguínea, previenen el raquitismo, aumentan el metabolismo de las proteínas, reducen la fatiga, estimulan las glándulas suprarrenales y los glóbulos blancos, incrementan la liberación de endorfinas y, al hacer posible la producción de vitamina D, favorecen una mayor absorción de calcio y fósforo. Sin embargo, en exceso producen cáncer de piel, cataratas, sequedad y arrugas. Solo la luz natural es la más beneficiosa, porque reproduce 100% el color original, favorece la percepción de volúmenes, sombras y permite regular los ciclos biológicos. Aunque el exceso nos puede conducir a estrés térmico cuando supera los 38ºC de temperatura, o a daños en los ojos debido a la absorción de rayos UV. Su falta también nos puede conducir a estados de depresión del sistema nervioso. Otros factores influyen indirectamente en el acto de observación y tienen que ver con la densidad de iluminación,  el tipo de observación que desarrollemos, la edad de las personas, la ubicación de la fuente de luz, el ángulo de incidencia, el tamaño del espacio intermedio y la calidad del aire. Según Garzón, la relación e entre ntre la iluminación y la forma del objeto arquitectónico, así como su ubicación también son cruciales, ya que por ejemplo, la iluminación natural tiene demasiada densidad para los espacios interiores (20.000 luxes), por lo que su utilización debe estar precedida de un diseño apropiado para que sea reducida la entrada del sol y se prevean formas indirectas de su ingreso. La iluminación natural en los ambientes de trabajo debe combinarse con la iluminación artificial, ya que esta tiene una profundidad no mayor a 10 cm. y empleando técnicas de reflexión podrían lograrse mejores resultados.

Implicaciones para el diseño de los asentamientos humanos   70

 

Un diseño adecuado de los asentamientos humanos consiste en saber combinar una iluminación natural intermedia, entre cero y el promedio de iluminación que se requiere para trabajar; es decir, que provea la mitad del total de luz requerida. En la iluminación artificial se aprovecha una ventaja: es preferible una fuente de luz de baja densidad cercana a nosotros que una de alta densidad alejada. Lograr esto es difícil, debido a que primero se conciben los espacios y su iluminación, y después se hace el diseño de los puestos de trabajo. En lugares de residencia los espacios son más predeterminados para sus funciones, por lo cual la calidad de la luz resulta más controlable. El tipo de iluminación que reciben los objetos arquitectónicos es fundamental a la hora de apreciarlos y por lo tanto, su consideración en el proceso de diseño es imprescindible. La imagen de un objeto arquitectónico depende entonces de la incidencia de la iluminación, su contexto y las operaciones mentales que el cerebro realiza para reconocerlo, las cuales están mediadas por los diversos caminos que esa imagen recorre en nuestro organismo y que la llevan a incidir en centros orgánicos con una clara función metabólica y emocional.

El color y su significado emocional  La latitud y su influencia en la percepción de los colores El color de los objetos arquitectónicos también debe ser apreciado selectivamente y relativamente, para lo cual una buena observación incluye una consideración detallada de la naturaleza de sus efectos emocionales y sus complementariedades sensibles. La apreciación del color, además de ser un acto óptico, es un acto emocional y subjetivo. La calidad cromática de la luz influye en la apreciación de los colores de los objetos arquitectónicos percibidos. Por ejemplo, según Garzón (1997), en los países nórdicos se tiene una incidencia de iluminación más azulada en las fachadas que dan hacia el norte, más verdosa en las fachadas de cara al este, más amarillo-naranja en   71

 

las fachadas que miran al sur y más rojiza en las fachadas de orientación oeste. En los países australes la situación se invierte: más azulada en las fachadas que dan al sur, más verdosa en las fachadas orientadas al este, más amarillo-naranja en las fachadas que miran al norte y más rojiza en las fachadas de orientación oeste.

Variaciones latitudinales En la zona tropical, la situación tiene variaciones debido a la incidencia vertical del sol. La luz del norte y la del sur tienden a ser similares siendo más blanca y verdosa hacia la fachadas este y en las fachadas que dan al oeste más rojiza. Esto se debe a que luz matinal es más fría en sus colores y la crepuscular más cálida. La relatividad del color comienza a ser percibida en el mismo momento que se toma en cuenta el tipo de luz que lo genera y ésta depende en primera instancia de la ubicación geográfica del asentamiento humano. Sin embargo, su interpretación emocional es resultado de los campos culturales. En la actualidad el color se ha convertido en un tema de gran interés y ha traspasado los límites de la óptica para generar consideraciones desde el campo de la física, la química, la psicología, la biología y la fisiología. Para la física, los colores primarios de la luz son el azul, el rojo y el verde y los colores primarios de la materia son el azul, el rojo y el amarillo, pudiéndose mezclar entre ellos llegando a las 10.000.000 de posibilidades. Esto significa que cada objeto arquitectónico, según sea su color, estará emitiendo determinadas longitudes de onda de luz. Los objetos arquitectónicos no son entes pasivos, sino elementos irradiantes o captadores de energía.

Influencia del color El color no sólo es una propiedad física energética, sino tiene también una incidencia en los procesos biológicos y emocionales. Esta incidencia es muy relativa y depende del campo cultural donde se gesta. Prueba de ello es que el color ha tenido a lo largo de la historia una función social y psicológica diferente, según sea el campo   72

 

cultural que lo emplee; por ejemplo, según el autor mencionado y Bueno (2000) existen diferencias notables, como se describen a continuación. Negro

En la India está relacionado con la sensualidad. Entre los cristianos el negro sugiere el mal y el infierno; es el color de duelo y ceremonia fúnebre. Para los budistas significa la esclavitud. Para los chinos representa el invierno y el agua. Para los egipcios representa el renacimiento. Blanco 

En Grecia y la Roma antigua era el color de duelo y así sigue siendo en los países orientales. En la cultura occidental simboliza la pureza, la inocencia y la iluminación. Es el color sagrado y por ello se le utiliza en las festividades de la Pascua, la Navidad, la Epifanía y la Ascensión. Para los hindúes es el color de la conciencia pura, del conocimiento y de la luz. Rojo

Para los budistas es el color de la actividad, la creatividad y la vida. Los celtas lo asociaban con la muerte y la destrucción. Para los chinos representa el Sol y el Ave Fénix, símbolo universal de la resurrección. Para los cristianos es el color del martirio. Para los egipcios era el color del renacimiento. En la filosofía griega el rojo es el color de Febo, dios del Sol y de las Artes. Naranja

En China y Japón lo consideran el color del amor y la felicidad. En la India es el color de la humildad y la solidaridad.  A marillo 

Representa en el Budismo la ausencia de deseo y la humildad. Para los chinos simboliza el renacimiento, el rejuvenecimiento y la intuición. Para el cristianismo se relaciona con lo sacro y la divinidad.

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Verde 

Para los budistas es el color de la vida, mientras que su tono pálido representa el reino de la muerte. Los chinos lo asocian con la madera y el agua. Los cristianos lo consideran el color de la esperanza y la inmortalidad.  A zul

En todas las religiones se asocia con los dioses y los poderes del cielo. Los budistas lo relacionan con la frescura del cielo y de las aguas profundas. La fe cristiana lo atribuye a la Virgen María. Los romanos a Venus, la diosa de la belleza y del crecimiento de la naturaleza. Violeta

Denota lealtad y poder sacerdotal. En el cristianismo se asocia al Dios Padre y es el color de la verdad, el ayuno y la penitencia. Los romanos lo relacionaban con Júpiter, dios del trueno y de la lluvia. Como puede observarse, hay una clara presencia de íntersub-jetividades culturales, sincronicidades históricas y de diálogo permanente con los arquetipos inconscientes de nuestras culturas, a la hora de usar los colores en las actividades religiosas o cotidianas. En nuestros campos culturales complejos y mestizos coexisten muchas de estas lecturas. Los colores han sido usados también históricamente para tratar de influir en estados mentales y emocionales, incluso desde la antigua India, China y Egipto. En la Edad Media se usaban telas coloreadas para tratar las enfermedades. Hoy día existen variadas prácticas de cromoterapia, las cuales consisten en utilizar el color para lograr ciertos beneficios y efectos relajantes, sedativos y hasta estimulantes de las funciones metabólicas.

Asociación entre los colores y las funciones mentales En el Cuadro 8, tomado de Hills (2000), se asocian los colores a las funciones mentales más comunes. De acuerdo con este autor: “en la psicología también se han   74

 

desarrollado investigaciones y estudios que muestran una relación del color con determinados estados de ánimo”. ánimo ”. En general, si se separan los colores cálidos de los

fríos, los primeros serían más incitantes a la acción que los segundos. INSERTAR CUADRO 8 El cuadro 9, igualmente tomado de Hills (2000), da cuenta de las correlaciones psicológicas más aceptadas de los colores del espectro visible. INSERTAR CUADRO 9 Se han hecho asociaciones de los colores y los vértices del flujo de energía vital al interior del cuerpo humano, las cuales sería interesante tomar en cuenta a la hora de correlacionar sus tonalidades y matices en los asentamientos humanos, vinculándolos con las condiciones corporales y mentales de sus habitantes. A continuación se presentan otra serie de informaciones que complementan el análisis de la relación color  ─  emoción   emoción que podrían servir de guía dentro del complejo campo del diseño de los asentamientos humanos y de lo que hemos llamado la arquitectura del ambiente. En el primer caso de trata de emociones y órganos específicos en los cuales pueden influir.

El aura personal Si asociamos los vértices de energía, las emociones o estados corporales y los colores, podríamos tener una clave para interpretar el aura de las personas. El cuerpo humano, por estar provisto de energía eléctrica, biológica y mental, irradia fuera si un campo energético que es necesario considerar a la hora de diseñar. El aura es una proyección de los campos biológicos, mentales, magnéticos y eléctricos del cuerpo humano hacia las proximidades del espacio que está en contacto con su piel. Diversas técnicas de observación de estos campos aparecen en el anexo. La explicación de estas curiosas emanaciones, tiene que ver con la fisiología energética del cuerpo humano, de la circulación de la energía a lo largo de la piel, desde y hacia los diferentes órganos, en especial las alteraciones magnéticas asociadas con las emociones.   75

 

Variaciones en la sensación y percepción de los colores El efecto de los colores sobre nuestro comportamiento está ligado a las sensaciones de magnetismo, luminosidad y temperatura, así como también a la actuación sobre nuestro inconsciente y, de forma particular, en cada órgano de nuestro cuerpo. Varios estudios citados han relacionando el color con nuestra fisiología, planteando en forma general las siguientes variaciones. Variación de la sensación térmica

Los receptores térmicos profundos de la piel (Corpúsculos de Ruffini), son sensibles al color, ya que reaccionan a radiaciones de longitud de onda larga que corresponden a los tonos amarillos, naranjas y rojos. Por otra parte, los receptores térmicos superficiales de la piel (Corpúsculos de Krauser) son más sensibles al frío, al ser reactivos a radiaciones de longitud de onda corta que corresponden a los colores verde, azul, magenta y violeta. De esta forma, los ambientes pintados con colores cálidos producirán sensaciones de calor y los espacios de colores fríos producirán sensaciones de frío. Por lo tanto, se generan en el organismo diferentes cambios metabólicos como: Variación Vari ación de la s ensaci ón de humedad humedad

Los colores fríos son recomendables para ambientes secos, en tanto, que los colores cálidos son más indicados para ambientes húmedos. Variación Vari ación de las las actividades meta metabólicas bólicas

Los colores cálidos inducen a la nutrición debido a que estimulan los jugos gástricos. Los colores fríos no tienen ningún efecto sobre el apetito. Variación de la percepción visual

 A través del cristalino, la refracción de rayos luminosos es diferente según la longitud de onda. Por consiguiente, los hipermétropes, que tiene un acortamiento del eje óptico, perciben mejor los azules y los miopes, que tienen un alargamiento, perciben mejor los rojos.

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Variación de la s ensación de estrés

Según estudios médicos, los colores cálidos ayudan a aumentar la presión sanguínea, el pulso y la respiración; los colores fríos inducen a un estado de mayor tranquilidad. Variaciones Varia ciones fis iológ iológ icas

En cada caso en particular los colores podrán disminuir, normalizar, estimular, o acelerar distintas actividades específicas de nuestro organismo. Las sensaciones provocadas por los colores que percibimos en el ambiente local son muy importantes en el análisis de los asentamientos humanos y para la arquitectura del ambiente De tal manera, podremos darnos cuenta si la escogencia de colores del revestimiento de las paredes se debe sólo a un problema de decoración o de costo, o más bien se encuentra ligado al acondicionamiento térmico, aspectos ambientales, culturales o a la búsqueda de sensaciones de bienestar mental y fisiológico de las personas que habitarán en estos lugares. Para completar la relación de los colores con los objetos arquitectónicos hay que profundizar su influencia en la percepción óptica; de ahí su importancia en el diseño de los asentamientos humanos. Se pueden presentar según Hills (2000) algunos ejemplos:

Variación en la sensación de altura:   los colores de tonos oscuros permiten visualmente disminuir la altura. Al contrario los colores de tonos claros que visualmente aumentan la altura.

Variación en la sensación del espacio:   los colores de longitud de onda corta (verde, azules, violetas) “agrandan” el espacio y los de larga longitud de onda (amarillos, naranjas, rojos) “lo disminuyen”. En cuanto a los tonos, los claros

hacen ver los espacios más grandes y los oscuros hacen ver los espacios más pequeños. En el estudio de los colores en los asentamientos humanos trataremos de usar estas claves críticamente, buscando encontrar alguna relación entre las dimensiones   77

 

reales de los ambientes, los colores de las paredes, techos y pisos, y las sensaciones espaciales percibidas por el diseñador y los residentes. En la arquitectura del ambiente el diseñador no debe imponer su cultura cromática a los moradores. En vista de los efectos que tiene los colores sobre nuestros procesos biológicos y emocionales es indispensable también analizar las combinaciones de ellos para poder inducir las posibles sensaciones o crear situaciones de ambiente neutro para las diferentes personas que desempeñan sus actividades en dichos asentamientos. Para lograr esta armonía de combinación de colores es necesario tener en cuenta la complementariedad de colores que están presentes en la luz. Los lugares de trabajo orientados al oeste recibirán una luz natural más cálida, creando con el uso de gamas de colores fríos una sensación más adecuada. Las zonas para usos sociales, orientadas al oeste recibirán una luz natural más cálida, que no hay necesidad de complementar, como en caso anterior, sino sino que se podrá reforzar con el uso de colores cálidos. Todo depende de la orientación de las fuentes de luz, las cuales son diferentes para los hemisferios terrestres. Una síntesis de la calidad de la luz natural según las fachadas de por donde se reciban, aparece en el Cuadro 12, referida para el hemisferio norte.

Cuadro 12  Relación entre el tipo de iluminación, colores predominantes y complementarios para el diseño de asentamientos humanos en el e l hemisferio norte  Orientación de la fuente de luz natural Norte

Colores de radiación predominante  Azul

Colores complementarios  Amarillo-Naranja

Este Sur Oeste

Verde  Amarillo-Naranja Rojo

Rojo magenta  Azul Verde

Fuente: Hills (2000).

Esta situación se presentará a la inversa de los países del hemisferio sur, siendo diferente para países de la franja ecuatorial como el nuestro (Ver Cuadro Cuad ro 13).

  78

 

Cuadro 13. Relación entre el tipo de iluminación, colores predominantes y complementarios para el diseño de asentamientos humanos en la zona tropical Origen de la fuente de luz natural

Colores de radiación predominantes

Colores complementarios

Norte

 Azul (septiembre a marzo) marzo)  Amarillo- Naranja (marzo a septiembre)

 Amarillo- Naranja  Azul

Este Sur

Verde  Amarillo- Naranja (septiembre (septiembre a marzo)  Azul (marzo a septiembre) septiembre)

Rojo magenta o Azul

Oeste

Rojo

 Amarillo naranja

Verde

Fuente: Hills (2000).  

Se hace necesario tomar en cuenta el efecto distancia, ya que cuando observamos los objetos arquitectónicos de más cerca, aparecen colores saturados y a medida que alejamos la visión se van viendo superficies más grandes, pero a la vez más difuminadas con tonos cada vez más claros. A continuación presentamos un resumen de todo lo expuesto en relación al color y la iluminación (Cuadro 14), que debe ser evaluado para nuestros específicos campos culturales. Con la idea de reafirmar la influencia reciproca de la iluminación y el color en el proceso de observación de los objetos arquitectónicos que conforman los asentamientos humanos, transcribimos algunas recomendaciones que nos da Garzón (1997), que son útiles para la práctica del diseño en la arquitectura del ambiente.

Iluminación en lug ares de trab trabajo ajo

  Debe buscarse que la iluminación sea lo más natural posible, por ser la que



mejor logra la reproducción del color y la que mejor influencia tiene en nuestro metabolismo.   79

 

Cuadro 14  Parámetros aceptables de uso uso de la iluminación iluminación y el color en los asentamientos humanos Iluminación y color   Densidad de iluminación 

Trabajo  500  – 750 luxes 100 luxes en circulación

Fuente de iluminación

Luz natural Luz natural mezclada con fluorescente de espectro completo Luz natural mezclada con fluorescente estándar (con filtro) Luz general de 250/500 luxes más luz puntual según tareas Luz general de 500/750 luxes más de luz puntual según tareas  > a 40000 K (Kelvin) 

Distribución de la iluminación

Temperatura de color de la iluminación artificial que se debe utilizar    Calidad cromática de la iluminación artificial para complementar la calidad cromática de la iluminación natural, según la orientación de las ventanas)  Colores predominantes (para complementar la calidad cromática de la iluminación natural recibida, según la orientación)   Colores adecuados para paredes según las actividades a realizar en el espacio

Colores adecuados para paredes según la cantidad de personas en el espacio

Colores adecuados para techos olores adecuados para pisos Fuente: Hills (2000). 

Residencial 100  – 200 luxes 500 luxes en áreas de xxxxxx (¿?) xxxxxx (¿?)   100 luxes en áreas de circulación Luz natural mezclada con fluorescente de espectro completo Luz natural mezclada con fluorescente estándar (con filtro) 

Luz general pareja de 100-200 luxes más de luz puntual según usos y tareas  > a 40000 K (Kelvin) en clima cálido < a 40000 K (kelvin) en clima frío.

Fachada norte: luz blanca Fachada este: luz roja-magenta Fachada sur: luz blanca Fachada oeste: luz verde 

Luz rojo-magenta en todas las fachadas 

Fachada norte: neutro Fachada este: neutro Fachada sur: neutro Fachada oeste: fríos 

Colores cálidos en todas las fachadas 

Zonas de espera: fríos Zonas públicas: fríos Zonas de estudio: cálidos (sin rojos) Zonas de creatividad: naranja Zonas de reunión: complementarios Zonas de descanso: verdes Oficinas individuales: definidos por

 Alcobas: fríos  Área sociaal:l: cálid cálidos os Estudio: cálidos (sin rojos) Cocina: cálidos Baños: cálidos

2 por /   la orientación de6 >6 m2 por / persona: colores de tonos intermedios  Altura 2.4 m: tonos tonos oscuros oscuros Según uso del espacio

reas de oficina 10 >10 m2 por persona: colores de tonos intermedios No aplica Según uso del espacio

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Recomendaciones de manejo de la iluminación y el color  

  Utilizar el recurso de ocultar las fuentes de luz a la vista para ev evitar itar el



cansancio generado por el deslumbramiento.   Usar interruptores en todos los ambientes ambientes para mantener encen-dida sólo la luz



puntual en los espacios utilizados.   Usar lámparas fluorescentes en la iluminación puntual, porque hace rendir



cinco veces más la electricidad. C olores recomendados recomendados para el á área rea de traba trabajo jo  

  Utilizar colores de tonos claros en espacios pequeños y de baja altura y colores



de tonos oscuros en espacios grandes.   Se deben preferir colores cálidos en zonas de trabajo que den sobre fachadas



este, norte y sur y colores fríos en zonas que den sus fachadas oeste.   Cuando los espacios sean muy alargados se deben utilizar colores cálidos y de



tonos oscuros en las paredes cortas y colores neutros y de tonos claros en las paredes largas.   En techos deberá preferirse los tonos claros, si la altura altura es inferior inferior a 4 metros.



En los pisos dependerá de la composición de colores de cada área.   Se debe preferir los colores fríos en zonas de muy alta actividad e interrelación



social. 

  Se debe preferir los colores amarillos para zonas de de alto trabajo intelectual.



  Se debe utilizar vistas de descanso en en zonas de jardines para ambientes de alto trabajo intelectual.

Iluminación Ilum inación res idencial 

  Lo ideal es contar con iluminación natural, la cual deber ser de menor densidad



que en los lugares de trabajo.   Utilizar el recurso de esconder las fuentes de lluz uz a la vista para evitar la



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molestia generada por el deslumbramiento.   En los lugares de descanso se prefiere la iluminación fría, consecuencia de los



colores fríos que se deben usar para estos espacios con el objeto de relajar e inducir el sueño. Colores en áre áreas as de reunión 

  Estos espacios son los más más importantes, porque allí se definen las pautas que



se deben seguir en el trabajo y los arreglos sociales.   Se debe procurar en lo posible la alternancia alternancia de colores cálidos, cercanos al



rojo y naranja, con vista a jardines, donde abundan los colores verdes. Todo debe estar dentro del mismo nivel de tonalidad. La luz y color son dos elementos importantes del proceso de observación ya que ambos representan flujos de energías que impactan diferencialmente a las personas, influyen en sus estados de ánimo y en sus percepciones. Las variables ambientales ambientales que dependen de la topografía, vegetación y el clima deben ser valoradas a partir de estas definiciones. Otra de las funciones directamente vinculadas con la luz y el color es la visión, pero que como referimos anteriormente, ésta queda a su vez determinada por los complejos procesos mentales que la rigen y, como consecuencia, relativizan la apreciación de las variables ambientales.

La visión: una función reexaminada Según Crick (1989), hay quienes tienden a decir que la vista es el sentido más importante que posee el hombre, pero la mayoría sabe que el ojo, como el aparato receptor de las imágenes de las variables ambientales, es en realidad un complejo sistema que involucra además al cerebro y a todo el cuerpo. Muchos científicos han estudiado este sistema, pero aun no tenemos ideas claras sobre el cómo vemos, cómo se transforma la información que llega al cerebro o cómo apreciamos las imágenes. En realidad poco sabemos respecto a la visión y de cómo la usamos para observar objetos arquitectónicos y sus formas. El sistema necesita realizar su función   82

 

en “tiempo real”, pues de nada nos sirve ver un objeto arquitectónico viniendo hacia

nosotros, si tardamos demasiado tiempo en analizar lo que viene y cuáles son sus movimientos. Este sistema de visión es muy complejo; se basa fundamentalmente en un proceso constructivo, ya que la información que es proporcionada por el ojo suele ser limitada, ambigua, confusa y compleja.

El proceso constructivo de la visión Cuando decimos que ver es un proceso constructivo, significa que el cerebro interpreta activamente la información visual y reelabora sus códigos para darle significado. Al apenas abrir los ojos, el cerebro está analizando los datos en tiempo real que llegan continuamente, sin embargo, hay varios subprocesos mentales que alteran las imágenes. Existen procesos mentales que acompañan el acto de visión de objetos arquitectónicos; por ejemplo, el proceso de rellenado, permite observar una figura establecida y conocida pero parcial, completando el resto de imagen para hacerla totalmente legible. Como refiere Crick (1989), gracias a los procesos que se llevan a cabo cuando vemos objetos arquitectónicos, podemos llegar a la siguiente conjetura: el observador suele ser fácil de engañar, ya que el proceso de rellenado nos puede llevar a pensar que existe una figura que en realidad no existe; en vez de ver la figura que está representada captamos algo distinto. También, al conocer y confiar plenamente en las maneras que tiene la realidad ambiental local para hacerse notar, podemos caer en errores. Por ejemplo, al hacer uso de las   técnicas de la perspectiva  podemos caer en un engaño visual tal y como magistralmente dibujó Eicher, el grabadista holandés en el siglo pasado. La información proporcionada por los ojos puede tener varios sentidos; siempre estamos en un constante análisis de lo que vemos y el cerebro lo reinterpreta de múltiples maneras. Cuando se analiza la relación texto-contexto, pueda que exista una forma y un fondo con igual fuerza para ser analizado de las dos maneras, haciendo que ninguna de las dos queden descartadas en el cerebro y terminamos   83

 

cambiando la interpretación de lo que vemos, sin desechar ninguna de ellas, y sin  juntar las interpretaciones. interpretaciones. Al Al final final se termina termina siempre siempre al alternánd ternándolas. olas. Así, la visión es un proceso constructivo en el cual el cerebro responde en paralelo a muchos rasgos distintos de la escena visual, intentando combinarlos de forma tal que tengan sentido. De allí la importancia de los campos culturales para la arquitectura del ambiente. Este proceso de la visión humana fue objeto de estudio por los psicólogos gestalistas (Un todo organizado en el que cada parte individual afecta a todas las demás, siendo el conjunto más que la suma de sus partes), llegando a la conclusión de que el cerebro debe construir esos “todos” buscando que la combinación de las partes

correspondan a los aspectos significativos del objeto arquitectónico en el mundo real y basándose en sus experiencias previas. (Párrafo confuso, aclarar, de ser posible)  posible) 

Operaciones conceptuales requeridas Por otra parte, para poder saber la posición de un objeto arquitectónico con respecto a nosotros o a otros objetos, su color, forma, entre otras, el cerebro debe realizar también distintas operaciones conceptuales. a)

Una de éstas consiste en agrupar diferentes partes con características comunes, interpretándolas como un objeto único. Según los psicólogos gestalistas la interacción de las partes se clasifican dentro de lo que se denomina principios de percepción.  Estos principios son, según Crick 1989): 



  Proximidad:  tendemos a agrupar funcionalmente los objetos arquitectónicos que se encuentran próximos entre sí y alejados de otros similares.   Similitud: tendemos a agrupar los objetos arquitectónicos que tiene alguna propiedad visual en común, como el color o la forma.



  Buena continuidad: tendemos a ver las líneas interrumpidas como líneas continuas, pero ocultas en alguna parte por otro objeto arquitectónico. Así mismo, las líneas que se cortan las tendemos a ver precisamente como   84

 

líneas que se interceptan y no como líneas quebradas que se tocan en un punto. 

  Clausura:  tendemos a ver una línea que forma una figura cerrada o casi cerrada, como un figura superficial encerrada por una línea, en lugar de ver simplemente una línea.

b)

En general, el sistema visual llega a la interpretación más sencilla, más regular y más simétrica de lo observado a partir de la información percibida y de los preconceptos adquiridos previamente. Se cree que la mejor interpretación es la que precisa la menor información.

c)

Otra operación visual es la que consiste en separar la figura del

contexto. El objeto arquitectónico es lo que se conoce como figura, y el fondo es lo que lo rodea, o sea su contexto. El cerebro depende de muchas pistas para decidir que rasgos visuales pertenecen a un objeto arquitectónico; para un animal es vital, puesto que le permite detectar fácilmente a los predadores y a las presas en su entorno. También es necesario conocer el proceso que permite la separación figura-fondo; esto puede verse afectado por el

camuflaje que rompe la continuidad de las superficies y, a través de los colores y tonos, tiende a fundir los objetos arquitectónicos con el fondo. En el análisis contextual, este fenómeno es fundamental porque de él dependen muchas de las consideraciones sistémicas que necesitamos para entender las realidades ambientales locales. En síntesis, si destruimos (¿o deconstruimos?) deconstruimos?) el  el proceso de la visión humana, podemos llegar a las siguientes fases dentro del procesamiento visual: la primera

Commented [A14]: sería conveneitne idetificar y desagregar las fases, como está no es claro

operación consiste en eliminar la información redundante, enviando al cerebro los

Commented [A15]: Y donde están la segunda y la t ercera fases?

puntos específicos del ambiente donde cambia la intensidad de la luz o algún otro factor como el color. En caso de que exista alguna variación ambiental, el cerebro procesa los distintos tipos de información visual por canales diferentes, casi paralelos. Para la arquitectura del ambiente, esto también es crucial porque significa, nada más y nada menos, que siempre dominará el proceso de discriminación de contenidos de   85

 

su contexto en función de unas pautas prefijadas. Para el cerebro es útil determinar

los límites entre los objetos arquitectónicos, por eso respondemos fácilmente a los esquemas simples, interpretando cualquier escena visual dibujada en líneas sin la necesidad de sombras, colores o texturas. (¿Y cuál es la segunda operación?)  operación?)  

La visión tridimensional De acuerdo con lo señalado por Crick (1989), para extraer inf información ormación sobre la profundidad en un dominio bidimensional, el cerebro humano desarrolla también complejas labores cognitivas. Primero necesita saber lo alejados que están con respecto al observador y también la forma tridimensional de cada objeto arquitectónico. El cerebro se vale del sombreado del objeto arquitectónico producido por la luz incidente para determinar su forma tridimensional. Además, reconoce con mayor facilidad un objeto tridimensional si éste gira o se mueve.

La pers pectiva, la oclus ión y el g radiente de ttextura: extura: determinant determinantes es de la vis ión

Para percibir la forma tridimensional de cada objeto arquitectónico en su contexto, debe verse en tres dimensiones y a mediante el uso de dos procesos del cerebro: la perspectiva y la oclusión. La perspectiva permite reconocer la profundidad, ya que tanto los objetos arquitectónicos como el fondo varían su tamaño proporcionalmente con la distancia a la que se encuentren; mientras más lejos más pequeños. La oclusión consiste en la sobreexposición; los objetos arquitectónicos más cercanos ocultarán parcialmente a los que se encuentran más alejados (siempre que estén alineados), de forma tal, que interrumpen las líneas de vista de los más lejanos, definiendo así un límite ilusorio. El g radiente radien te de textura  es otro proceso cerebral para captar la distancia, en el cual la trama o el grano van haciéndose más pequeño o compacto sistemáticamente conforme se alejan y viceversa. Finalmente tenemos el   efecto estereoscópico. En el   86

 

siglo XVIII, Wheatstone inventó el visor estereoscópico, es decir, un artefacto que capta dos imágenes con “disparidades” (pequeñas diferencias del ángulo de vista). Las informaciones son procesadas por el cerebro creando la sensación de profundidad. Este efecto de visión estereoscópica se debe al solape de campos visuales de cada ojo humano. Toda imagen tridimensional es fundamentalmente construida por el cerebro a partir de una serie de pistas y utiliza todos los preconceptos que para el momento existan en la mente. No es por lo tanto muy objetiva.

Perc epción del movimiento a corto y a la larg rg o al alcance cance

El ojo puede captar el proceso de movimiento por una consecutiva aparición de imágenes fijas. Este efecto es el que se conoce como movimiento aparente  y es la base del cine. Sin embargo, el cerebro puede confundir la información captada por el globo ocular y crear informaciones erradas, como lo es la sensación de ver las ruedas de un carro moviéndose en sentido contrario. Las sensaciones visuales del movimiento se construyen a partir de imágenes visuales reprocesadas por el cerebro y por lo tanto, su aparente objetividad puede no ser del todo real. La percepción del movimiento ocurre a través de dos procesos: sistema de corto alcance y  sistema de largo alcance.  El sistema de corto alcance capta la primera

impresión, opera automáticamente descifrando forma y fondo sin identificar aquello que se mueve. El sistema de largo alcance es el que capta la totalidad del movimiento, definiendo además los objetos que entran en dicho proceso. En la mayoría de los casos, los dos sistemas operan al mismo tiempo y muchas veces generan curiosas contradicciones en el observador. Otros elementos para la construcción de la imagen en el cerebro denotan también cierto relativismo, que de no estar enterado el observador, podría confundir su imagen con lo que realmente existe como tal. Este es el caso de la dilación, el flujo visual y la izo iluminancia.   La dilatación  es el fenómeno que describe un objeto arquitectónico que se acerca a la retina, así, mientras más cerca se encuentre del observador parecerá ser   87

 

más grande. El flujo visual   es la percepción que se genera alrededor de un punto focal cuando el observador se acerca a éste. De este modo, el punto en el que no se percibe flujo visual es el punto al que se dirige. La Izo-luminancia  es la relación igualada entre color y brillo. Esta relación combinada con un fondo apropiado y un movimiento puede confundir al cerebro hasta el punto de hacer parecer que un movimiento es muy lento o nulo, aunque efectivamente el objeto se halle en movimiento.

Se requiere un subtítulo apropiado (me rindo, no lo encuentro) Como dijimos anteriormente, la percepción de la luz y el color se realiza gracias a los fotorreceptores de los ojos, pero se reelabora en el cerebro. Los fotones (partículas de luz) son captados en los ojos según sea su intensidad por dos tipos de fotorreceptores, los conos y los bastones. Los conos operan con una buena intensidad de luz y de esa forma identifican los distintos colores del espectro de luz visible. Si la intensidad de luz es escasa solamente los bastones son capaces de percibirla, pero éstos no permiten identifican colores. Esa es la razón de por la cual los objetos vistos con una luz muy tenue parecen todos de un mismo color, pues son percibidas en la escala de grises. Con el Efecto Land , descubierto por Edwin Land, inventor de la Polaroid, se demostró que lo que incide en el ojo depende no sólo de las propiedades reflectantes de la superficie en cuestión, sino también de las longitudes de onda de la luz que incide sobre dicha superficie. Energía lumínica, color y objetos arquitectónicos se nos presentan ante los ojos para que el cerebro construya sus imágenes. Otro proceso interesante realizado automáticamente por el cerebro es el de rellenado del punto ciego de la visión. El globo ocular cuenta con un punto de pérdida de información por

donde penetra el nervio óptico. Para compensar este hecho el cerebro no lo asume como “rellenado”, sino sencillamente como ausencia de información y lo interpola de   88

 

su contexto. Muchas de las informaciones extraídas del contexto se hacen por este método de extrapolación. El fenómeno de la visión humana es un conjunto complejo, realizado en parte por el ojo y luego por el cerebro, por lo cual requiere de un desarrollo de habilidades de percepción muy afinadas. Los esquemas mentales permiten interpretar las energías que provienen de los objetos arquitectónicos y así podemos apreciar sus colores y formas. Sin embargo, el concepto forma nos remite necesariamente a un pensamiento abstracto que se hace concreto en el momento que éstas interactúan como los campos energéticos y culturales, ya sea en su proceso de gestación o como factor modificante de los mismos, una vez que han sido construidas.

La curiosa evasividad de las formas Procederemos a plantear una nueva visión del tema de las formas arquitectónicas como generadoras y modificadoras de los campos energéticos. Si partimos de la naturaleza energética de la materia, cualquier forma que ésta adquiera incidirá en sus campos circundantes. La práctica del diseño se convierte en una actividad modificadora de los flujos de energía; es la base de la arquitectura del ambiente. Las sensaciones son impresiones que recibimos por medio de los sentidos como: la visión, el oído, el gusto, el olfato y el tacto. Es a través de ellos que podemos percibir o sentir las formas arquitectónicas. Para las percepciones de los objetos arquitectónicos intervienen la parte psicológica, ya que el ser humano se condiciona íntimamente para realizar el acto de percibir el ambiente. Históricamente, al igual que el color, esto ha tenido sus variaciones. Cada día vemos formas arquitectónicas distintas, producto de las energías que inciden tanto sobre nuestro sistema visual como sobre ellas y de los conceptos que tenemos para elaborarlas en imágenes mentales. De todas maneras las damos por sentadas, aunque las formas arquitectónicas son sorprendentemente evasivas. Son iguales que la energía, la masa, el momento, la carga eléctrica, la temperatura, o cualquier otra   89

 

cantidad definida por la física que depende del observador y la carga subjetiva que emplea al observarlas. Cualquier objeto arquitectónico que podemos ver y experimentar directamente posee características cuantitativas. La forma es algo más que eso y puede ser expresada en términos mensurables, mensurables, así como

por un componente cualitativo cualitativo

importante. Por ejemplo, a medida que se construye un asentamiento humano, éste va adquiriendo una estructura determinada. Su forma se representa simbólicamente mediante los planos que se empiezan elaborar a partir de la idea generatriz. A este nivel, la forma es más parecida a una idea que a un objeto arquitectónico, aunque luego se va materializando. Esta es la paradoja de todas las formas materiales: surgen de una idea y luego se construyen, pero siguen dependiendo de esa idea, están impregnadas de ella y de la energía mental que las creó. De algún modo, la forma está unida a la materia, sin embargo el aspecto formal y el aspecto material también son inseparables. La forma condiciona la materia y ésta a su vez la sostiene. Generalmente, la materia y la energía de la que están formados todos los objetos arquitectónicos pueden estar presentes de maneras distintas y por tanto, las formas no pueden explicarse sólo en términos de sus constituyentes materiales y de la energía que contienen. La forma arquitectónica parece ser algo más que los componentes materiales y energéticos que la constituyen, pero al mismo tiempo sólo pueden expresarse a un diseñador mediante estas variables ambientales. Estas concepciones de las formas han cambiado históricamente. Como menciona Borshont (1999), la aproximación a las formas adecuadas para el hábitat humano han interesado a todas las culturas a través de la historia, desde la milenaria India, cuya cosmogonía está ligada al hábitat mediante los principios del Vastu Shastra. Éste define las aproximaciones formales básicas a los cinco elementos: tierra, agua, aire, fuego y espacio. La filosofía que sustenta tales principios plantea que el ser humano debe construir un hábitat que le proporcione salud, felicidad y prosperidad.

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ying /ya yang ng y Sukiya  La filosofía oriental sobre las formas: Feng Shui, ying

Desde otro punto de vista, el extenso código de construcción del Feng Shui   de de los chinos, que se remonta a miles de años atrás, hace algo similar. Según la definición clásica, es el arte de disponer de la morada de los vivos y de los muertos a fin de cooperar y armonizarse con las corrientes locales de flujo cósmico. El Feng Shui tiene dos escuelas: la escuela de las formas, que se llama Kingsi, que tiene en cuenta elementos del paisaje como montañas, colinas, venas de agua, entre otras, pero no considera las direcciones geográficas o magnéticas; y la escuela del método del compás, llamada Tsung Miao Chi Fa, que utiliza el análisis de las direcciones, con apoyo del I Ching.  Estas dos escuelas se podían trabajar en China de forma combinada. Para el Feng Shui, entonces, es fundamental tanto la ubicación de los objetos arquitectónicos como la relación inmediata con las formas y el paisaje circundante, porque siempre hay dos fuerzas dialécticas: el yang,  normalmente se asociado a la figura del dragón azul y que significa calidez, vitalidad, bienestar y masculinidad; y el ying , que normalmente se asocia a la figura del tigre blanco y que significa frialdad, estancamiento, malestar y feminidad. El lugar ideal debe tener el dragón azul a la izquierda del habitante y el tigre blanco a la derecha. El dragón azul está representado en el paisaje en las montañas agrestes y altas y el tigre blanco está representado en las montañas suaves y las colinas. Como se puede ver, se trata de una arquitectura de ambiente que es específica para estos campos culturales. En la filosofía Sukiya, el pueblo japonés abandonó las ideas mitológicas de los chinos y su arquitectura exageradamente adornada, para plasmar en el hábitat la austeridad, simplicidad y refinamiento. Ello como manera de elevar el espíritu desde las pasiones primitivas hasta un plano intelectual refinado. La proliferación de construcción de viviendas y centros de reunión en espacios muy ortogonales y fluidos interiormente, la versatilidad de división de ambientes mediante puertas correderas y la modulación del espacio con base en el elemento básico del tatami, son la expresión de estas intenciones. Es una arquitectura del ambiente específica.

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La filosofía occidental sobre las formas Visión greco-romana

Las Culturas Occidentales han tenido una relación muy diferente con el paisaje. La Grecia antigua se preocupó más por la disposición de las formas en relación con situaciones más pragmáticas, como el ingreso del sol y por la expresión, en el ámbito urbano, de las ideas de organización social y política, como se puede observar todavía en la primera ciudad planeada por ellos: Atenas. En la forma de sus edificios edificios Grecia quiso reflejar más las relaciones entre las partes y sentó el concepto de simetría, desarrollando patrones simples de formas y articulaciones que corresponden especialmente a la geometría euclidiana. De esta forma, los edificios expresaron simetrías encontradas en el entorno natural, cuyo refinamiento pasó del plano intelectual al de las proporciones divinas. También allí había una arquitectura del ambiente. Desde esa época los filósofos occidentales han discutido la cuestión de la forma arquitectónica, repitiendo siglo tras siglo el mismo tipo de argumentos, que aun hoy siguen esgrimiéndose. Si intentamos llegar a un concepto de la forma arquitectónica no debemos dejar atrás las teorías tradicionales, porque continúan ejerciendo una influencia profunda y habitual sobre nuestra forma de pensar. En el mundo occidental han existido diferentes modos de ver las formas: el platónico, el aristotélico, el nominalista y el materialista. Según la filosofía  platónica,  las formas de los objetos materiales reales son reflejos eternos o ideales de la mente de Dios. El origen de la forma está fuera del objeto material y naturalmente fuera del tiempo y del espacio. Por el contrario, según la visión aristotélica, los orígenes de las formas materiales son de naturaleza inmanente del mismo, más que su ser trascendental. Para los griegos la forma es la “figura interna que puede captar la mente” y se

identifica con el exterior de un objeto arquitectónico. Aristóteles desarrolló una influyente teoría metafísica de la materia, para explicar las formas arquitectónicas. Según Aristóteles, toda entidad se compone de materia y forma; la forma es aquello que determina y precisa la materia de la que está formado un objeto arquitectónico, y   92

 

siempre debe entenderse en relación con la materia. Así, cuando se produce un cambio, es posible que éste afecte a la materia (cambio material) o sólo a la forma (cambio formal), que es el menos radical. Para él, la forma es el principio de individuación de una entidad. En su lógica, se entiende por forma aquel aspecto que no cambia o es constante, con independencia del contenido que exprese. De hecho, la lógica formal analiza la validez de los eventos con independencia de su contenido material. En la Roma antigua se adoptaron los modelos intelectuales formales de Grecia y con ellos el desarrollo de edificios y ciudades bajo estos parámetros. Estas aproximaciones tuvieron un decaimiento durante la Edad Media, cuando se cultivó el expresionismo y la  arquitectura regia, de un gran contenido simbólico hasta la época del Renacimiento, cuando los patrones grecolatinos volvieron a reflejarse en la composición de edificios e inclusive hasta en los asentamientos humanos. El Renacimiento fue el período dorado para las artes formales por la revalorización del concepto aristotélico que venimos analizando.

E l nominalis mo y el mat materi erialis alis mo de la edad media

La tradición nominalista se desarrolló en la Edad Media como reacción contra el platonismo y el aristotelismo y desde entonces se ha constituido en una especie de contracorriente en el pensamiento clásico. Los nominalistas nos recuerdan que las palabras, categorías, conceptos y teorías son producidos por mentes humanas, pero tienen una tendencia perpetua a adquirir vida propia mediante las formas, como si existieran fuera de nuestras mentes. Por ejemplo, damos nombres a las formas que dependen de la conveniencia humana, pero ello no significa que se refieran a elementos que tengan una existencia independiente y objetiva. La superación del nominalismo condujo a la doctrina materialista, donde los conceptos, nombres e ideas tan sólo existen en nuestras mentes, pero al mismo tiempo, nuestras mentes son sólo aspectos de los procesos materiales de nuestros cuerpos y en principio, son en último término inexplicables. Así, de algún modo misterioso, los procesos materiales en   93

 

función de los cuales debe explicarse la mente son más reales que la mente que elabora su explicación. La materia sería real sólo en el sentido de que la mente que la concibe no lo es, por lo cual todo lo que puede conocerse científicamente de la naturaleza son observaciones y medidas. Este enfoque ha influido notablemente hasta nuestros días y es responsable de la pérdida de sentido de mucha de nuestra arquitectura y por ende de nuestras vidas. En realidad, bajo en enfoque de la psicología transpersonal hemos recordado repetidamente que las observaciones se basan necesariamente en las categorías que reposan en las mentes de los diseñadores y no pueden considerarse como hechos objetivos que existen independientemente de la actividad mental. Hecho que la arquitectura del ambiente rescata para sí.

Las culturas culturas indíg ena enass

Las culturas indígenas también buscaron expresar a través de las formas arquitectónicas, en la distribución de los templos y desarrollo del hábitat, sus anhelos y su concepción del mundo. De allí el gran desarrollo de pirámides los egipcios, los aztecas, los mayas y los desarrollos urbanos de los incas. Por ejemplo, en Madagascar la tribu Sakalava todavía diseña sus moradas según el calendario del zodíaco, donde cada lugar tiene una relación directa con una posición de los astros. La tribu Dogon, en África, expresa en su hábitat un interesante antropomorfismo, otro tanto hacen las tribus de los tukanoas y los yanomamis en las regiones selváticas de Commented [A16]: Val dría la pena explicar someramente lo de cada tribu mencionada

Venezuela, Colombia y Brasil. Estos son algunos de los ejemplos más interesantes de cosmogonía aplicada al ordenamiento del hábitat. El shabono de estructura circular abierta al cielo es un excelente ejemplo de arquitectura del ambiente.  Al igual que el color, la visión, el concepto de forma arquitectónica y su manipulación está asociado a cada campo cultural específico. Sin embargo, existen símbolos y arquetipos permanentes que se expresan en constantes universales que para la psicología transpersonal ejemplifican la existencia de un substrato psíquico común de la humanidad. Ejemplos de ellas son las consideraciones que pueden ser   94

 

más o menos universales, que se pueden extraer de algunas asociaciones que hace el ser humano con las formas geométricas básicas, como son las siguientes:

Cuadrado: representa siempre a la Tierra. Las grandes bases de las construcciones sagradas son casi siempre cuadradas o rectangulares y expresan la unión con ella.

Círculo: representa el cielo en casi todas las religiones y se asocia a un estadio superior del hombre.

Triángulo: representa la posibilidad de unión de la Tierra con el cielo. Las pirámides son un buen ejemplo de esta aplicación. La forma asociada a las copas de los árboles persigue la captación de energías del cielo.

Triángulo invertido: representa la recepción de las fuerzas telúricas inferiores. La raíz de los árboles expresa esta idea.

Hexágono y octágono: representan formas armónicas intermedias entre el cuadrado y el círculo. Ellas son aplicadas en las fuentes, estanques, plazas o en la arquitectura religiosa.

Espiral: representa la dinámica vital o de la vida. Se halla asociada al desarrollo de las plantas y a la circulación del agua. Estas formas se ven reflejadas en más de una cultura y pueden estar asociadas especialmente con los signos arquetipales8 . Las construcciones que llevan un patrón formal hacia arriba, que va del cuadrado, pasando luego a la pirámide y finalmente al vacío o rematado con pequeñas esferas o con cúpulas, son expresiones de estas regularidades permanentes. A través de la interpretación del esquematismo formal, se le asigna a la arquitectura la función cultural de ayudar al hombre a elevarse espiritualmente, a trascender de alguna manera lo terrenal. Así se ha planteado a lo largo de los períodos más interesantes de la historia. Significa la extinción de los conceptos de la forma independientes de la materia y la energía que la crea, pero relacionándolo con estructuras de los campos culturales que la conforman.

8

 Definir y contextuar el concepto

  95

 

Los campos energéticos: gravitacionales y electromagnéticos Los campos son regiones inmateriales de influencia de las diferentes energías. Por ejemplo, el campo gravitatorio terrestre nos rodea por todas partes, pero no lo podemos ver. No es un objeto material pero es real, sabemos que está ahí pero no lo sentimos ni percibimos; confiere peso a los objetos y hace que éstos caigan al suelo. También la Luna gira alrededor de la Tierra a causa de la influencia del campo gravitatorio terrestre. Por eso, más que la forma topográfica de un terreno, nos preocupa el juego de energías que las diferentes alturas y pendientes puede generar. El campo gravitatorio se difunde por todo el universo, curvándose alrededor de toda la materia que contiene. Según Einstein, no existe en el espacio y en el tiempo, son una variable llamada espacio-tiempo. El espacio-tiempo no es una abstracción; tiene una estructura que confiere forma activamente, incluyendo todo lo que existe o sucede en el universo. Obsérvese la trascendencia de este cambio de paradigma, pocas veces internalizado por los diseñadores. También existen campos electromagnéticos de naturaleza similar a la gravitación. Forman parte de la organización de todos los sistemas materiales, desde los átomos hasta las galaxias. Los campos electromagnéticos también son el medio de acción a distancia y a través de ellos los objetos arquitectónicos se afectan entre sí, sin estar en contacto material directo. Todo esto lo damos por supuesto y no nos damos cuenta de su significado. Nuestras vidas trascurren constantemente en estos campos, independientemente si sabemos o no cómo los físicos los pueden expresar científicamente o cómo los psicólogos o los investigadores de la cultura, los detectan. Por ejemplo, la estructura espacial del campo que se crea alrededor de un imán es invisible, pero su existencia puede comprobarse esparciendo unas cuantas limaduras de hierro a su alrededor. Similar situación ocurre con otros campos, por lo tanto las formas son producto de ellos y a la vez los interfieren.

  96

 

Las ondas de formas  Ahora toca referirnos a la relación de estos campos con las formas que ellos crean. Vamos a emplear el concepto de onda de forma,  como una aproximación al tipo de energía que genera una forma o composición de formas emplazadas en un contexto barrido por un campo energético específico. De acuerdo con Capiller (1988), las ondas de forma corresponden a una forma sutil de información, que la presencia de una forma geométrica provoca en el medio ambiente en donde es colocada. Esta información se compone en dos partes: el vehículo energético (la carga de la onda de forma), que puede estar aplicado de diversas maneras, y la ley energética (arreglo de proporciones que permiten determinar la forma). La posibilidad de interpretar las percepciones de las formas arquitectónicas como energía condensada y generadora de ondas, es decir, como campos, tiene entonces una importancia vital dentro del diseño de los asentamientos humanos en la arquitectura del ambiente. Las ondas de formas son en realidad modificaciones de campos energéticos producidos por las formas geométricas, tanto lineales, planas como volumétricas, siendo descubiertas por Chaumery y de Bélizal (1930). Según ellos, estas ondas pueden influir en las personas positivamente o negativamente dependiendo del contexto donde se desenvuelvan. También pueden ser estudiadas para su aprovechamiento productivo o para neutralizar sus efectos nocivos mediante medidas correctoras. Benavides (2000) considera que son invisibles a todos los sentidos convéncionales, pero están dotadas de un gran poder de penetración, actuando de esta manera sobre los seres vivos. Por su parte, Tansley (1967) las considera producto de la propia naturaleza vibracional de la materia, ya que existen una gran cantidad de formas y estructuras susceptibles de alterar emisiones energéticas de distintas frecuencias, de tal manera que pueden resultar beneficiosas o nocivas para la salud o el confort. No se tiene un concepto o definición claro de estas ondas de forma, pero se afirma que no existen por sí mismas, ya que vibran y oscilan según la acción de   97

 

fenómenos exteriores, generalmente campos electromagnéticos. Desde otro punto de vista, ellas significan que las formas, fundamentalmente arquitectónicas, son capaces de hacer vibrar y resonar las ondas del espectro electromagnético y reflejar y emitir una serie de radiaciones de otras características y frecuencias. De tal modo que no son en sí creadas por las formas geométricas, sino que son inducidas en ellas por la interacción con las ondas del espectro electromagnético. Según Chaumery y Belizar (1930) son: “el producto de formas geométricas que captan la energía del ambiente en una parte muy débil y resultante de sus combinaciones sobresaturadas de la energía captada, esta esta la irradia en forma de vibraciones".

Efectos de las ondas de formas En tanto que las rupturas del equilibrio de las formas arquitectónicas con el ambiente contextual no suelen ser favorables, es evidente la importancia del conocimiento de las ondas de forma en la práctica de la arquitectura del ambiente, al igual que en las intervenciones en los asentamientos humanos. Estos curiosos efectos se conocían mejor en la antigüedad que en nuestros días, ya que nuestra época, si bien se está realizando una gran práctica proyectual, ésta genera indirectamente formas muy agresivas para la salud y el confort, ya que someten al sistema nervioso e inmunitario humano a campos electromagnéticos que inducen el stress y otras enfermedades. En general, se sabe que dependiendo del tipo de campo electromagnético influido, las llamadas ondas de forma podrían tener efectos diferentes, como por ejemplo:  

Las emitidas por formas geométricas simétricas simétricas podrían ser beneficiosas y benignas.

 

Las emitidas por polígonos y formas geométricas irregulares no compensadas pueden ser nocivas y dañinas.

 

El circulo es la forma plana equilibrada capaz de generar ondas con más potencia que otras formas planas. No existe círculo sin centro, siendo este último el mejor lugar para recoger el efecto máximo beneficioso creado por esta   98

 

forma y sus ondas.  

La espiral detenida por una recta (caracol) podrían ser beneficiosa. beneficios a.

 

El triangulo triangulo podría emitir ondas beneficiosas.

 

El cuadrado podría emitir emitir ondas nocivas.

 

La esfera es la expresión de un círculo en tres dimensiones y es la forma forma en volumen más potente, ya que está compuesta de una suma de círculos cuyos puntos centrales son uno solo.

Estas aseveraciones han sido expresadas en función de los campos electromagnéticos más comunes dentro del contexto en donde se desarrollaba el hábitat humano

 ─ y

hoy podrían cambiar con la aparición de nuevos tipos de energías

frecuencias y diferentes longitudes de ondas ─ . Sin embargo, estos efectos tampoco son independientes del tipo de material con el que están hechas las formas.  A continuación incluimos un análisis de la forma esfera  para demostrar que dentro de un determinado campo electromagnético, figura que incide en la generación de ondas diferentes según sea la porción analizada. Profundizando en el análisis de esta esfera, se obtiene que sus efectos dependen de la porción analizada; para ello se detectan tres grandes círculos de influencias, que se cortan mediante ángulos rectos de la manera siguiente: I.

Meridianos eléctricos •  Superior •  Inferior

II

Meridianos magnéticos •  Superior •  Inferior Ecuador •  Verde positivo •  Verde negativo

III

Chaumery y Belizal (1930), estudiando las ondas generadas por la esfera, descubren que el magnetismo terrestre puede engendrar variaciones, que hay que identificar y seleccionar, debido a que están diferenciadas por su sentido en relación   99

 

con un punto, una recta o un cuerpo geométrico, según el caso. Es decir, que toda forma arquitectónica puede tener una respuesta positiva en relación con una segunda disposición y una respuesta negativa en relación con una tercera disposición. Esto es verificable experimentalmente con parejas de objetos arquitectónicos cualesquiera, que recorridos en un sentido por una onda generan unos efectos, pero en sentido inverso producen otros.

Propiedades de las ondas de formas De análisis como éste se han deducido una serie de propiedades que se incluyen en el análisis de las ondas de forma y en su posterior incorporación a la proyectación, a saber: 1. Las ondas de forma se propagan en el espacio como vibraciones dirigidas y son muy penetrantes, según sea el campo energético que interceptan. 2. Pueden concentrarse mediante cciertos iertos dispositivos que se pueden diseñar. 3. Pueden reflejarse mediante ciertos ciertos dispositivos que se pueden diseñar. 4. Pueden captarse por resonancia y sin pérdidas, lo que es aplicable a cualquier distancia. 5. Pueden conducirse con ciertos dispositivos que se pueden diseñar. 6. Pueden inducirse y por tanto pueden cambiar de fase, alterarse o amplificarse. En el campo de la arquitectura del ambiente, en especial en el diseño de los asentamientos humanos, los conocimientos sobre las ondas de forma sirven más que todo para su proyectación, pues nos da una idea de cómo algunas formas arquitectónicas pueden crear condiciones nocivas para nuestra salud, así como otras pueden llegar a ser beneficiosas. También es importante saber que contamos con ciertos mecanismos que nos ayudan a controlar dichas ondas de formas, muchos de los cuales se pueden diseñar arquitectónicamente. Sin embargo, la forma arquitectónica no sólo incide directamente sobre el ambiente, sino que también lo hace en función del significado que le da el hombre. Es necesario plantear el concepto de estructura, el cual está profundamente asociado al del orden implícito, del cual algunas teorías de la forma toman en cuenta. Las variables ambientales   100

 

tienen sentido en el momento que son percibidas en esta multi-dimensión y al relacionarlas con un orden implícito que se expresa a través de las llamadas estructuras mórficas.

Las estructuras mórficas Naturalmente, podemos suponer que los diversos campos energéticos son tal y como son, porque están determinados por leyes matemáticas eternas, pero entonces se plantea el mismo problema filosófico sobre las forma cómo fueron creadas estas leyes: ¿Cómo podemos explicarlos? ¿Qué relación tiene entre ellos? ¿Cómo se forman y con actúan en la conformación de un territorio? ¿Cómo se relacionan con los organismos vivos? ¿Y con el hombre en sociedad? Para avanzar en la teoría que explica las relaciones de las formas arquitectónicas con los campos energéticos, se realizará una breve incursión en una extensión de los enfoques evolucionistas de Darwin, pero aplicados no a individuos o especies en particular, sino a sistemas complejos como los ecosistemas. A principio de la década de los años veinte, al menos tres biólogos propusieron, independientemente uno de los otros, que en los organismos con vida se organizaban mediante la influencia de campos (Spemann, 1921; Gurwitsch, 1922; Weiss, 1923). Gurwitsch (1922) se refería a los mismos de la siguiente manera: “El proceso formativo embrionario tiene lugar en un campo cuyos límites, en general, no coinciden con los del embrión, sino que los sobrepasa” . Weiss (1923) aplicó el concepto de

campo al estudio detallado del desarrollo embrionario, refiriéndose a ellos, en su libro Principles of development , del siguiente modo: “Un campo es aquella condición a la cual todo sistema vivo debe su organización típica y sus actividades específicas. Estas actividades son específicas en tanto en cuanto determinan el carácter de las formaciones en las que dan origen” .   101

 

La naturaleza específica de los campos, según Weiss (1923), “significa que cada especie de organismo tiene su propio campo morfogenètico , aunque los campos de especies emparentadas pueden ser similares”. Durante la década de los años treinta,

Washington (1934) intentó clarificar este concepto con la idea de los campos de individuación, relacionados con la formación de los órganos de cada ser vivo definidos

con características particulares a partir de una influencia externa que los ordenan. A pesar que Driesch (1934) subrayaba la diferencia radical que existe entre las disciplinas biológicas y las físicas, no hay mayor duda que también muchas características de las formas físicas también se generan bajo el efecto de campos morfogenéticos; tal es el caso de los cristales. Esto significa un cambio paradigmático notable, dado que al concebirse la materia como un elemento que emana energías y

sus interrelaciones como producto de la influencia de los campos, las formas y las estructuras (como formas de formas) no se generan al azar, sino que tienen detrás de sí un orden implicado (¿o implícito?)  como dice Bohm (1999). En tal sentido, Sheldrake (1999), un biólogo inglés se plantea las siguientes dudas: ¿Qué son exactamente los campos morfogenéticos? ¿Cómo funcionan? ¿Cómo evolucionan? ¿Cuál es su origen?

Los campos morfogenéticos: ¿Heredados o adquiridos?  A pesar del uso tan amplio que se hace en biología de este concepto, todavía no hay respuestas claras para tales preguntas. La naturaleza de estos campos sigue siendo tan misteriosa como la misma morfogénesis. Como cabría esperarse, los campos morfogenéticos se han interpretado de maneras radicalmente distintas, que reflejan las principales filosofías de la forma. Lo que sí parece concluyente es que estos campos morfogenéticos tienen un aspecto inherentemente histórico, ya que los objetos y los seres vivos los heredan de sus antepasados. En este sentido es bueno también preguntarse: ¿Cómo se heredan estos campos?   Parece que sólo hay dos respuestas posibles. La primera es en términos de una combinación de genética y platonismo en el espíritu tradicional de la teoría   102

 

mecanicista. La segunda posibilidad es que las funciones de la memoria también sean inherentes a los campos morfogenéticos. El primero de estos planteamientos implica la existencia de modelos matemáticos para todos los posibles organismos vivos y los demás objetos inanimados. Dawkins, citado por Sheldrake (1999), ha elaborado un modelo con computador de este reino ideal platónico, denominado Tierra de los Biomorfos, donde moran las posibles formas de los organismos. La selección natural impulsaría a las poblaciones de organismos por trayectorias de cambio genético gradual hacia nuevos Biomorfos, a través de una serie de organismos intermedios, generando así las formas vivas que hoy conocemos.

La hipótesis de la causación formativa El segundo de estos planteamientos comparte la idea de que los campos morfogenéticos contienen una memoria inherente y constituyen el punto de partida de la hipótesis de Scheldrake (1999) llamada la causación formativa; el motivo por el cual la propone es que podría permitir comprender evolutivamente a los organismos, incluyéndonos a nosotros mismos y a la misma Tierra. Es en sí misma una teoría ampliada de la evolución de Darwin. La hipótesis de la causación formativa parte de la suposición de que los campos morfogenéticos son físicos y en el mismo sentido en que los campos gravitatorios, electromagnéticos y de materia cuántica son reales. Existen implí-citamente en todo tipo de objetos físicos o de cada célula, tejido, órgano y organismo, los cuales tienen cada uno su propia clase de campo. Estos campos confieren forma y organizan los objetos, microorganismos,  plantas y a animales nimales en su pro proceso ceso de desarrollo o constitución y estabilizan en determinado momento, y por un lapso de tiempo, la forma de los objetos y organismos, tal y como hoy los observamos. Estos campos morfogenéticos se modifican por herencia y por eso se basan en los mecanismos conocidos de funcionamiento de las funciones de la memoria” (Scheldrake, 1999).  “

¿Cómo podría funcionar dicha memoria? La hipótesis de la causación formativa  postula que depende de una clase de coinfluencia (¿o confluencia?)  confluencia?)  energética,   103

 

denominada resonancia mórfica y tiende a operar en base a las complementariedades de dos o más energías con longitudes de ondas congruentes entre sí. El ejemplo más claro de este principio lo observamos en las notas musicales que crean armonías al vibrar en frecuencias complementarias. Según esta hipótesis, cuando más se parece un objeto a otros objetos o un organismo a otros organismos previos, mayor será la influencia de éstos sobre el mismo por efecto de resonancia; cuando mayor sea el número de dichos objetos u organismos que han existido, mayor será su influencia acumulativa sobre los nuevos. Así, una planta que va a nacer está sujeta a la resonancia mórfica de innumerables plantas similares que existieron antes, este proceso da forma y estabiliza sus campos morfogenéticos y de paso a sus tejidos, funciones y órganos. Similar situación puede observarse en los objetos físicos como los cristales. La interpretación platónica de los campos, como funciones matemáticas inmanentes, comparte en parte esta idea de la influencia de los campos morfogenéticos que, en combinación con los factores genéticos y ambientales, generan las formas de los objetos y los organismos, tal y como los conocemos. En este enfoque la forma real de un objeto u organismo vivo no alteraría de ningún modo las influencias de campo morfogenéticos que supuestamente trascienden la realidad física que hoy conocemos de ellos. En la causación formativa, la existencia de un objeto u organismo influye por la reafirmación del campo en la aparición de otros objetos y organismos similares. La hipótesis de la causación formativa postula que  puede existir un flujo bidireccional de influencias: de los campos morfogenéticos a los objetos y organismos, y de los objetos-organismos a los campos.

 A partir de ahora aho ra nos referiremos a los campos morfogenéticos, sean de origen gravitatorio, electromagnético, biológico o mental, en el sentido de la hipótesis de la causación formativa. De acuerdo con ella, un cierto tipo de información fluye en el ambiente ayudando a crear formas y estructuras, permitiendo que cualquier tipo de materia viva o inanimada evolucione históricamente y se organice por medio de cada campo energético. Como la información es una palabra que está de moda y nuestras vidas están rodeadas por tecnologías que la manipulan, pareciera sensato pensar que   104

 

ella juega y desempeña un papel formativo, es decir, crea o ayuda a crear formas y estructuras por medio de los efectos energéticos de los campos morfogenéticos. Se considera entonces un cierto grado de información como el origen de las formas y las estructuras, presente en las moléculas, células, tejidos, organismos, ecosistemas y en los contextos ambientales. Esta información está a menudo en estado latente y casualmente se activa y se potencia, permitiendo a estas entidades reconocer, seleccionar, relacionarse entre sí, construirse, regularse, controlarse, y determinar todo tipo de sucesos formativos. Interpretar este proceso es parte de la misión de la arquitectura del ambiente. Los campos morfogenéticos de un organismo dado, por ejemplo los de un animal, están conformados por la influencia de anteriores generaciones de animales similares. Esta teoría de la resonancia mórfica no puede explicar cómo surgieron los primeros campos de este tipo; por eso es necesario incluir la teoría de la evolución. En el contexto de la evolución biológica los campos de los animales están estrechamente relacionados con los campos de otras especies emparentadas y sin duda alguna, descienden de los campos de una larga línea de especies. Similar situación ocurriría para otros seres vivos e incluso para los objetos inanimados. Si incluimos aquí los objetos inanimados, ellos también evolucionan de objetos anteriores. Si somos osados como Sheldrake 1999), e incluimos también las prácticas sociales y culturales, podríamos llegar a pensar en la coincidencia de todos estos procesos bajo una sola teoría causal, en la cual los diversos tipos de energías,  portando cierto tipo de información, actúan sobre los objetos y los seres vivos a través de sus campos, generando así sus formas y estructuras que evolucionan históricamente por resonancia mórfica. 

Implicaciones para el diseño y la arquitectura del ambiente El diseño de los asentamientos humanos, bajo la prem premisa isa de la arquitectura del ambiente, está ligado al concepto de campos morfogenéticos y, si bien hoy sólo predominan ciertos tipos de campos organizadores como los económicos, no hay   105

 

nada que nos haga pensar que no es posible que adquieran más vigencia otros campos morfogenéticos. Todo dependerá de las sensibilidades que puedan desarrollar los diseñadores para percibir y trabajar en consonancia con estos campos, es decir, aplicar la resonancia mórfica con todos ellos y no sólo con unos pocos. Develar este orden implicado requiere de un tipo de aproximación diferente a lo que comúnmente usamos, ya que no lo lograremos por acumulación de más y más información, sino con un enfoque fuertemente intuitivo y, por consiguiente, abarcante. Para ello podremos recordar los conceptos provenientes de la psicología transpersonal y en especial, el componente del inconsciente, que por tener un origen colectivo, Jung (1943), nos permite tener acceso a estas realidades sutiles. Se hace indispensable una ampliación de las capacidades perceptivas del diseñador, un diálogo interior que lo haga consciente y práctico. Según el libro de La Maya, Tu casa es tu salud   (1998) (1998) los esquemas de construcción favorables o desfavorables para la

vida se asociarían a determinados tipos de campos morfogenéticos. Dado que las formas y las estructuras condicionan los campos de energía y esta a su vez, conforman la materia, la práctica del diseño se transforma en un ejercicio de resonancia mórfica. Podemos seguir considerando a las formas y a las estructuras desde el punto de vista de la psicología transpersonal, para ello es interesante recordar las aproximaciones conceptuales que hacen de la belleza estética una variable que depende del observador; o sea que son subjetivas. De esta manera, podríamos ir profundizando un poco más allá, en relación a la naturaleza del color y evaluar estas sensaciones a partir del componente cultural que las individualiza. Sin embargo, encontraremos también que hay denominadores comunes que permiten definir algunos  principios  permanentes del diseño, que podrían tener que ver con estos procesos de estructuras

mórficas. Algunos de ellos han sido reportados históricamente en la literatura, en el caso de Borsnhut (1998) y Doczy (1999), por ejemplo, encontramos:  

La proporción áurea:  origina su nombre en el resultado de la derivada de la raíz cuadrada de cinco, que al parecer es un valor muy frecuente en las   106

 

estructuras de la naturaleza, a la cual se le llamó  proporción de oro porque se ha aplicado a la arquitectura y a las artes a través de los siglos.  

La proporción humana:  muchos diseñadores han buscado que el hábitat refleje las proporciones del cuerpo humano. Desde Vitruvio, pasando por Leonardo da Vinci, Alberto Durero y Le Corbusier hasta Dóczi, han buscado en las relaciones de las partes con el todo una expresión de las proporciones humanas. Estas proporciones son más o menos invariables y han significados verdaderos moduladores del diseño en varias épocas.

 

La serie de Fibonacci: este pensador se dedicó a estudiar los ritmos matemáticos que se observan en las formas y estructuras de la naturaleza, en especial las distancias, las proporciones, la disposición de los elementos geométricos en el crecimiento de las especies vegetales y encontró que había unos constantes para su desarrollo, que iban según la sumatoria de los dos números precedentes, así: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 24, etc. Esta interpretación ha servido para orientar ciertos tipos de diseño bajo un criterio naturalista.

 

Otros patrones matemáticos: otros investigadores piensan que, independientemente del parámetro matemático que se tome, lo importante son las formas se generen con él. Es decir, no importa si se toma la serie Fibonacci o la proporción áurea, o cualquier otro parámetro mientras tenga un patrón identificable y este canon provendría de cierto campo morfogenético que lo informa.

En conclusión, tanto las formas arquitectónicas, como las estructuras implícitas en sus agregaciones son dos conceptos que no son ingenuos, que se conforman a  partir de las especificidades de cada campo cultural y en especial el del diseñador, y que evolucionan por resonancia mórfica tomando en cuenta ciertos patrones sutiles de un orden implicado.   Bajo esta concepción no es posible concebir relaciones

simples tipo causa-efecto entre las variables ambientales y mucho menos, entre los campos energéticos. Si partimos de la existencia de este orden implicado, los diversos campos, al interactuar entre sí, dan cabida a la generación de patrones de   107

 

auto organización de la materia, sea viva o no.

Principios universales del diseño Cuando un ser humano logra sintonizar sus campos de energía mental, sean conscientes o inconscientes, con los campos energéticos externos morfogenéticos, se hacen evidentes las influencias de las estructuras en su psiquis y de allí irradian sus beneficios hacia un diseño que promueve su bienestar, su salud y confort.   De esta forma, los principios universales del diseño, que no son más que los determinantes de la acción de estos campos, cobran validez  ─ no no por una razón estética, sino por una importancia genética ─ . Así las estructuras y su composición podrán tener las siguientes cualidades permanentes, según algunos autores como Bormhorst (2001) y otros: Equilibrio 

Según las estructuras y su composición, sería recomendable en los diseños respetar un balance entre la resolución estática de los ángulos rectos, que sea vacía, y las formas dramáticas o dinámicas, que tienen un exceso de fuerza. Esto es necesario para no generar condiciones que incidan en otros equilibrios  ─ como como los estados de salud ─  que  que dependen de campos similares en armonía.

Simetría  Tal vez la variable formal que más influencia tiene en nuestros campos morfogenéticos mentales es la simetría. Pero no sólo como ha sido entendida hoy en día, o sea, igual lo del lado derecho a lo del lado izquierdo, o igual lo de arriba y lo de abajo, sino cuando todas las partes de un contexto tienen relación con el todo. La simetría se da cuando la parte adopta el ritmo del todo y es la cualidad de las estructuras que más relación tiene con los organismos vivos y que más familiaridad, interacción y diálogo establece con los seres humanos. Cuando las estructuras no son simétricas, esto es, cuando no tienen armonía, se produce una mezcla disonante que podría favorecer condiciones desfavorables en otras energías requeridas por el ser humano para existir, lo que podría desubicar y   108

 

infundir la sensación de ansiedad. Esto lo vemos actualmente en la mayor parte del entorno urbano de nuestros asentamientos humanos.

Vitalidad  El ser humano necesita estar rodeado de estructuras formales dinámicas, no estáticas, que se expresen más a través de una justa mezcla de formas complejas y de formas simples. Las diferentes estructuras que adopta el agua son un buen ejemplo de la vitalidad.

Suavidad  Este calificativo de las estructuras se aplica por la inexistencia de otro más apropiado a las sensaciones que puedan generar los campos morfogenéticos, sean de: agresión o ternura, rechazo o invitación, confrontación o consenso. Muchas veces esto se logra sobre nuestro inconsciente, al interactuar varios campos energéticos a la vez. La suavidad está más acorde con nuestros campos de equilibrio mental; por ejemplo, se materializan cuando diseñamos formas poco bruscas o ángulos más abiertos en el interior de los ambientes y dejamos las expresiones más agudas para el exterior de nuestro hábitat. Esto mismo se observa en muchas formas naturales vivas o inanimadas.

Patrones  La evolución de los objetos y los seres de la naturaleza nos ha mostrado el empleo de una increíble variedad de patrones aritméticos y geométricos  ─ a partir de combinaciones y estructuras simples ─   que se desenvuelven en todos los procesos de cambio. Los patrones abstractos que empleamos en el diseño tienen dos opciones: o se imponen sobre un terreno, o se amoldan a las realidades específicas e implícitas del mismo. Los patrones inspirados en los campos morfogenéticos generan formas amigables y es más fácil trabajar con ellos; además, permiten reconocerse en ellos en términos intelectuales. Pero definitivamente los patrones amoldados a las características de los campos culturales son más “atractivos” y

con ellos estamos mejor sintonizados.   109

 

Articulación  Se refiere a la manera como los patrones se adaptan a circunstancias particulares, a la continua interacción y complejidad de los ambientes, sus organismos y a su multiplicidad de sus funciones. Articulación es la inexistencia de transiciones bruscas de unas estructuras a otras. Es la transición armónica  ─ a través de otras estructuras que sirven de articuladoras ─  en  en una secuencia aparentemente sin fin.

Commented [A17]: ¿Se refiere a los fractales, ue a su vez son evidencia de la complejidad y el orden aparente dentro del caos?

Todas estas características permanentes de diseño, como las mencionadas de equilibrio, simetría, vitalidad, suavidad, patrones y articulaciones, son propias de las formas orgánicas naturales a las cuales estamos acostumbrados desde nuestro nacimiento. Por ello algunos diseños que evaden estas características podrían producir sólo un placer pasajero (moda) o un claro rechazo, pues no pueden constituirse en valores que se aprecien como constantes. Las formas y estructuras se crean a partir de los campos gravitatorios biológicos, mentales o electromagnéticos y, a su vez, cuando ya están constituidas, los afectan por medio de las ondas de forma, mencionadas anteriormente en este capítulo. Las estructuras evolucionan genéticamente, pero siempre hay principios permanentes que deben ser conocidos, ya que ellos van regulando el proceso de cambios. Podemos no estar de acuerdo con esos principios permanentes del diseño,  pero toda forma o estructura que condense los materiales constructivos de una manera determinada incide sobre los campos morfogenéticos de su contexto . La relación de las formas y

las estructuras con el ser humano se realiza a nivel consciente e inconsciente, siendo este último caso el ámbito del manejo simbólico.

  110

 

Capítulo 5

Simbolismo, territorio y arquitectura

La identificación simbólica en la relación Territorio ─ Arquitectura Arquitectura Para comprender el significado de las relaciones entre territorio y arquitectura debe profundizarse más en el contenido simbólico de las formas y las estructuras, sin dejar de lado el análisis desde el punto de vista energético. Para ello vamos a valorar el papel del inconsciente en el desarrollo de las nuevas habilidades perceptivas para comprender la dinámica del ambiente. Revisaremos primero un resumen del pensamiento del psicólogo Jung, discípulo de Freud, y uno de los científicos que más ha trabajado esta categoría. Para ello asumimos el esquema conceptual presentado por Grecco y Especho (1991), en el cual se explican conjuntamente las categorías de arquetipos, los símbolos y otros conceptos de la llamada psicología transpersonal.  ─ Este Este enfoque lo usamos, ya que hemos constatado que la comprensión del orden implícito, que da cuenta de esas múltiples determinaciones energéticas, no puede hacerse con dispositivos que fragmenten la realidad local, tal y como lo han hecho hasta ahora las ciencias del positivismo. En el Cuadro 15 se agrupan las diversas variables ambientales, según los dispositivos perceptivos que deben ser ampliados para poder llegar a comprender la realidad ambiental local.  Así mismo, para comprender la estructura de los ecosistemas y las bioregiones bio regiones hace falta desarrollar las capacidades de síntesis y la visión holística, lo cual se haría estimulando los dispositivos basados en la intuición y en el llamado diálogo con el inconsciente.   111

 

Cuadro 15 Variables ambientales y dispositivos perceptivos   Variable Topografía 

Clima 

 S uelos  

Dispositivo

Capacidad para valorar las energías gravitatorias. Las formas de relieve como resultante de juegos de fuerzas telúricas, magnéticas y ondas de forma. Energías electromagnéticas en forma de luz, el calor como forma de energía, el color con incidencia en las emociones, Energía mecánica del viento y la lluvia al caer. Energía biológica en el aire. Efectos de la atmósfera en la visión. Energías mecánicas sísmicas en interacción, el geomagnetismo, efectos de la composición química. Presencia de las líneas de la Tierra. Tierra.

 A g uas  

Energía mecánica y química, Efecto en el geomagnetismo y geopatías. Energía biológica. Vegetación  Energías biológicas, efectos sobre la radiación y la lluvia que llega al suelo. Energías mecánicas. Efectos de la música. Ruido  Fuente: Ovalles, (Op cit).

La naturaleza del conocimiento transpersonal  A partir del concepto de inconsciente acuñado por Freud, Jung lo interpretó en el marco de una visión problematizada, lo cual imposibilita de plano cualquier tipo de tratamiento experimental del mismo. Esto significa un cambio fundamental en el método científico, ya que sólo el diseñador puede hacer consciente algunos de los contenidos de su inconsciente y su proceso de diseño será más rico en momentos que logre por sí mismo esta introspección personal .  Esto implica que una inves-

tigación del contexto local, para entrar en resonancia cuando se hace diseño, tiene además de su objeto de estudio, un sujeto que también debe conocerse: el diseñador, so pena de no comprender realmente lo que tiene enfrente. El problema radica en que el inconsciente no nos “habla” directamente sino mediante símbolos  (Jung, 1943), y todo lo que expresa tiene un significado y un   112

 

sentido que puede conocerse por otros medios diferentes a la observación simple o la experimentación. Los contenidos del inconsciente permean involuntariamente al consciente del diseñador e inciden i nciden sobre categorías y esquemas epistemológicos que usa para conocer una realidad   local y de manera indirecta, también inciden al influir

sobre los estados emocionales vinculados al acto de conocer. Comprender estos significados implica aceptar la existencia, además de ser un componente individual y particular del inconsciente como aporte colectivo, este último compartido y, por lo tanto, transpersonal. Es el llamado preconsciente colectivo. Esto implica otro cambio paradigmático en cualquier investigación del contexto local para la arquitectura del ambiente, toda vez que se reconoce la existencia de estructuras mentales de mayor escala que la del individuo y que se comparten con grupo más amplios de la población .

Por otro lado, en este enfoque cognoscitivo se acepta que  los significados que vienen del inconsciente tienen una lógica muy diferente a la habitual y que están

motivados por las energías somáticas y mentales que lo llevan a ubicarse dentro de los estados de progresión o regresión, de integración o desintegración, o de ascenso o descenso de los procesos del cerebro humano. Un diseñador debe ser capaz entonces de reconocer en sí mismo estos estados mentales y energéticos, para poder comprender el significado de las señales que les envía su inconsciente y que están muy vinculadas con las energías que circulan o se almacenan en su ambiente, su mente y su cuerpo. A su vez, los procesos perceptivos están indisolublemente unidos a todos estos elementos, ya que  ─ como se demostró anteriormente ─   las imágenes que provienen de su entorno exterior son construidas por el cerebro en íntima relación con lo que sucede en su mente y con sus emociones. Estas energías son similares a las que rigen el resto de los de procesos de la vida local en general y son las responsables de que en todos ellos, a pesar de la gran variedad de organismos en estados y condiciones diferentes, haya elementos que los vinculan, que permiten que sus estructuras entren en resonancia y por ende en relación directa y sin contacto.   113

 

 Así se conforman los ecosistemas  y bioregiones. Reconocer la imbricación energética entre los componentes del ambiente local, entre éste y el diseñador, y en especial en su interior, es parte del cambio paradigmático y cognitivo que proponemos para la arquitectura del ambiente. El investigador y lo investigado, el diseñador y lo proyectado, son partes indisolubles de un mismo proceso de intercambios energéticos y simbólicos, son parte de este orden implícito. La visión transpersonal complementa el enfoque individual, para lo cual debemos acostumbrarnos a manejar las categorías teóricas por medio de las cuales se expresa. Esto nos lleva al mundo de los signos y significados, elementos sustanciales para explicar la capacidad volitiva de la especie humana y su indetenible actuación hacedora del mundo.

Los arquetipos en la percepción de la realidad Ese fondo psíquico común transpersonal funciona, según Jung (1943), con los llamados arquetipos, que son patrones comunes, universales y transmitidos por la herencia, pero producidos por un aprendizaje colectivo de un grupo social en su lucha por la supervivencia. Ellos, sutil e inconscientemente, son una de las bases del modo de percibir la realidad que cada grupo social tiene,  ─ es es decir, cada campo cultural, y cada diseñador  ─ ; porque todo lo que nos llega del ambiente local por nuestros sentidos es automática e inconscientemente contrastado con ellos. El darse cuenta paulatinamente de la presencia de estos arquetipos es parte del llamado proceso de individuación del diseñador, es decir, la vía por medio de la cual se van haciendo conscientes, se van explicando algunas de las percepciones y emociones que obtienen en su trabajo y que responden a los contenidos ocultos de su mente. En el proceso normal de individuación del substrato psíquico se generan inhibiciones o potenciaciones de la mayoría de las facultades mentales, por lo cual las nuevas habilidades de percepción del ambiente local tienden a ser muy limitadas si no se desarrollan conscientemente.

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Las relaciones entre el consciente y el inconsciente Hace falta potenciar el manejo de estas energías psíquicas para reconciliar los arquetipos con su expresión individualizada y consciente, la cual orienta los procesos perceptivos del contexto local. Esto es una tarea fundamental asociada con algunas de las habilidades perceptivas que deben desarrollar los diseñadores. Una manera de tener en cuenta estas relaciones entre el consciente y el inconsciente es reconocer los símbolos presentes en los sueños, entresueños y “sueños despiertos” cotidianos; es decir, todas aquellas expresiones que le dan un significado mayor a los múltiples actos inconscientes de la vida del diseñador.  Asociaciones de palabras, síntomas físicos leves ( parpadeos parpadeos,, cosquilleos), cosquilleos), lapsus mentis, tics, deja-vus, recuerdos involuntarios, coincidencias, intuiciones, cambios en los tipos de caligrafía y otros detalles imperceptibles, cobran interés a la luz de conocer esta intensa vida mental oculta en cada uno de nosotros y que incide y permea en las formas de conocer y sentir. Recordemos siempre que estos no se expresan directamente, sino con símbolos y síntomas que hay que descifrar. La dinámica de producción, uso y reconocimiento de estos símbolos es el objetivo último de la actividad cultural y, en especial, es la razón de la existencia del  

patrimonio cultural construido, tangible y vivo que al interactuar con el natural, le da significado a la vida de las comunidades. Esos símbolos individuales en su interpretación son a la vez colectivos en su génesis. Todos los símbolos presentes en el patrimonio cultural de una localidad son la mejor formulación posible para expresar la realidad inconsciente del grupo social que los elabora, realidad que les es desconocida y de difícil evocación directa, ya que no se puede exponer por otra vía. El método planteado por Jung (1943) trata, por lo tanto, de realizar una síntesis entre los contenidos inaccesibles del inconsciente individual o grupal y el desarrollo de facultades mentales que perfectamente pueden ser incorporadas al estado de conciencia habitual. Este proceso de introspección que debe hacer el diseñador tratará entonces de resolver las contradicciones internas y antagonismos de energías que coaccionan su   115

 

mente y, al resolverlas, expanden su percepción de la realidad local hacia nuevos dominios de conciencia.

Los antagonismos entre el consciente y el inconsciente En el Cuadro 16 se ilustran los posibles tipos de antagonismos detectados por Jung (1943) en un individuo de su época, que no son más que un intento de describir lo psíquico con un método de aproximación dialéctico y que nos sirven de guía en el camino del autoconocimiento por parte del quién desea ser arquitecto del ambiente.

Cuadro Nº 16 Antagonismos entre el inconsciente y el consciente   POLARIDAD (¿?) (¿?)  

Tipo

A

Energético Conservación Dinámico

Progresión

Dinámico

Disociación

Tópico Tipo I

Consciente

B

Commented [A18]: A que se refiere dentro del cuadro, es un encabezamiento o es parte del título del cuadro? encabezamiento

Observación

Favorecer la autorregulación, la supervivencia y la realización del hombre que se transforma  Aspecto cuantitativo de los procesos psíqu psíquicos, icos, su intensidad, su certeza o caos, ascenso o descenso Regresión de la elaboración psíquica. Sirven para buscar recuerdos olvidados. Tendencia a dividir o unir los procesos psíquicos, Integración para especializarse y resolver un problema o para abordarlo mejor.   mejor. Lo que percibo de mí y lo que ocurre en mí, y no me doy cuenta fácilmente de ello. Por eso son determinantes Inconsciente en la vida del hombre y compensatorios, ya que permiten incorporar a su acervo los contenidos del otro polo.  polo.   Cambio

Tópico Tipo II Estructural Tipo Il Estructural Tipo II Evolutivo

Evolutivo

Individual

Colectivo

Yo

No/yo

Yo

Los otros

Sentimientos, representaciones concepciones y experiencias compartidas que se expresan individualmente o en grupo.  

Se basa en funciones de auto reconocimiento que se contrarían, pero se necesitan unas a otras.  otras.   Ídem

Los inherentes a la reproducción del ciclo vital. El sujeto se diferencia de la psiquis colectiva y es esoo lo logra cuando Individuación  Primitivización entra en relación con los demás y encuentra su conciencia. Se despliegan las habilidades que se tienen dentro o viceversa, cuando se sienten las influencias de los arquetipos. 

Muerte

Cambio

Ley de la fuerza del hacer.   116

 

Tipológico

Pensar/ percibir

Sentir/intuir

Modelos que reflejan el carácter de una especie y las disposiciones habituales que se unen en individuos. Función dominante, reactiva y compensadora. En las dos primeras se favorece al sujeto, en las otras dos a l objeto.  

Según sean las circunstancias de la mente actúan hacia los pensamientos o hacia los objetos. Estas están Introversión Extroversión predeterminadas al nacer y pueden cambiarse por efecto de alguna causa externa.  externa.   Entre esquemas constituidos a priori y los adquiridos Semiótico Símbolo Arquetipo por la vía de los sentidos. Lo colectivo y lo individual, Tipo I los que borran las diferencias y los que la l a acentúan. Formas en que los hechos se relacionan. Ya sea por efecto directo o por coincidencias en el tiempo que tengan algún Semiótico significado para el individuo., Asocian en un mismo campo Causalidad Sincronicidad Tipo II resignificaciones de múltiples ejes causales. Más allá de la producción real del hecho, importa el significado que se le adjudica y le da cuerpo y existencia.  existencia.   Fuente. Grecco y Especho (1991).   Evolutivo

Estos antagonismos deben ser trabajados con un especialista por el diseñador, ya que están mediando sus funciones mentales o emocionales y para conocer sus efectos es necesario poder definirlos definirlos claramente en cada caso. El cuadro 17 resume las funciones mentales comúnmente empleadas por los diseñadores que deberían ser asociadas con los antagonismos que puedan ser identificados por el mismo en su ser.

Cuadro Nº 17 Funciones mentales de un diseñador Funciones conscientes / racionales   Pensar    S entir  

Función mental usando estructuras conceptuales c onceptuales y conclusiones lógicas para comprender una parte del ambiente.   Captar una parte del ambiente en función de un determinado valor que lo juzga.

Funciones inconscientes / irracionales sin valoración,sin sentido Percepción  Sensación de la realidad tal y como es. Se recibe todos los detalles, pero no las relaciones que la determinan. Reconocimiento de una opinión íntima de las posibles relaciones que Intuición existen entre los objetos del ambiente. Recibe sin esfuerzo el sentido interior del objeto, sus relaciones y repercusiones r epercusiones  Fuente: Grecco y Especho (1991).  .

Sólo en el momento que pueda asociarse el objeto proyectado con el sujeto diseñador y sus funciones mentales mediadas por los antagonismos inconscientes,   117

 

podemos decir que estamos accediendo al real conocimiento de la realidad glocal y de nosotros mismos a la vez. En la arquitectura del ambiente hace falta activar el diálogo interior y detectar aquellas contradicciones que están mediatizando nuestras funciones mentales principales como diseñador, en especial, aquellas que no corresponden a un orden consciente, pero que existen y son definitorias de muchas de nuestras aproximaciones a la realidad local. Para comprender más este proceso podemos incluir un ejemplo de las contradicciones que los antagonismos generan en nosotros y de cómo inciden en nuestras funciones de proyectación.

La sincronicidad en la explicación ambiental

De acuerdo con los postulados de Jung (1943) el antagonismo causa sincronía. 

Esta relación es la constatación más evidente de la existencia de un orden implícito que se expresa insólitamente en situaciones de coincidencias significativas para nuestro inconsciente.  En la realidad glocal posmoderna no hay cabida para explicaciones explicac iones causa-efecto causa-efecto por la intrincada red de interrelaciones que subsisten detrás de los fenómenos que percibimos. Sin embargo, en nuestro inconsciente, moldeado en parte por la modernidad, está implícita la noción de causalidad. Ella convive con otra noción antagónica como es la sincronicidad, y mientras no dilucidemos esta contradicción, conscientemente estaremos en minusvalía para acceder a las comple jas realidades glocales. La sincronicidad es la coincidencia cronológica de dos o más acontecimientos de una realidad glocal, no relacionados entre sí por una relación causa-efecto, pero que el diseñador asocia intuitivamente y sus contenidos equivalentes se percibirán al ser asimilados por su inconsciente. Es decir, la sincronicidad ofrece una gran carga de significados al diseñador, aunque no esté habituado a estar consciente de ellos. Son las llamadas pautas que conectan. Estas coincidencias que tienen una repercusión directa en el inconsciente del diseñador, tienen que ver con los arquetipos que lo dominan y que funcionan con otro tipo de  lógica, no tanto la formal como la que rige la   118

 

mayoría de los procesos de diseño convencionales. Por ejemplo, el inconsciente  ─ p por or operar sin límites temporales, espaciales o causales ─   permite asociar hechos y objetos de la realidad glocal de la forma más inverosímil, lo que daría cuenta de íntimas y desconocidas relaciones dentro de su orden implicado. Esta facultad es de mucha utilidad en este aparente caos de la posmodernidad, ya que la sincronicidad no significa relación causal, sino el efecto de asignarle orden arquetipal  a  a los sucesos de la vida real.

 Al irse liberando de estos antagonismos, el diseñador genera una descarga de energía mental positiva. Es la llamada alegría de las coincidencias. Las energías que maneja la psiquis del diseñador son de la misma naturaleza que las del resto del entorno local, pero es necesario darse cuenta que hoy en día existen otros tipos de energías que inciden en estas relaciones fortuitas, junto a las convencionalmente aceptadas (gravedad y electromagnética). Se refiere a las llamadas energías sutiles, los campos morfogenéticos que alteran drásticamente los principios espaciotemporales al poder actuar a distancia y sin contacto, al no poder evocarse a voluntad y estar fuertemente influenciados por los estados emocionales.

El orden implícito del ambiente glocal En el caso de las sincronicidades, la presencia de estas energías no electromagnéticas explica la ocurrencia de sucesos y en especial, de las creaciones en el lenguaje de las formas que permite experimentar conscientemente esta curiosa relación. Por lo tanto, los ambientes glocales no sólo se deberían explicar usando principios causales, sino también por procesos significantes. Este último enfoque los observa como no causados, sino relacionados en un orden implícito, en una relación estructural arquetípica que los norma y los ordena por encima de lo que se pueda observar directamente. Este concepto de orden implícito se relaciona directamente con los procesos de relación entre los campos energéticos y las formas y patrones que estructuran a distancia y sin contacto; temas que trabajamos ampliamente en el capítulo anterior   119

 

sobre las estructuras mórficas, las cuales se aprecian de mejor manera al desarrollar los mecanismos de diálogo con el inconsciente del diseñador, único instrumento habilitado para intentar reconocerlos. La menor represión a los fenómenos inconscientes del diseñador favorecerá el reconocimiento de estas sincronicidades . Esto se favorece mediante la exposición

consciente a situaciones emocionales límite que lo acercan a su inconsciente, que lo ubican al menos en su borde y le exigen una reestructuración de su conciencia hacia esquemas mas abarcantes, intuitivos y sintéticos. De esta forma, se podrá reconocer o mejor dicho vivenciar, las situaciones arquetipales y los símbolos que se desprenden de ellas y que tendrán ahora un profundo sentido para el ser consciente del diseñador. Según sea el arquetipo que se imponga en ese momento, se desprenderá un determinado patrón de organización de los hechos sincronizados. Es lo que se llama encuentro sincronístico, un darse cuenta de que el arquetipo existe fuera y a la vez dentro de cada uno de los diseñadores simultáneamente , de allí su

valor e importancia para otras aproximaciones cognitivas del ambiente glocal en pleno caos postmoderno.

Los arquetipos y su relación con la sincronicidad del ámbito glocal  A continuación presentaremos algunas ideas sobre este método de introspección que parte de algunas variables que nos permiten describir un arquetipo y establecer su relación con sincronicidades observadas en las realidades glocales; todo en búsqueda de unas nuevas habilidades perceptivas de este orden implícito. El método comienza al determinar una serie de conceptos que permiten describir y reconocer los arquetipos, tal y como se describe en el Cuadro 18. Podemos usar estas variables para identificar en nosotros y en las realidades locales los arquetipos que activen nuestro inconsciente y nos permitan acceder a niveles elevados de síntesis de los sucesos que ocurren ellas.  A continuación y sólo como una guía, describimos los principales arquetipos detectados por Jung en su época (Cuadro 19) y que son una constante en sueños de   120

 

diversas comunidades y en las expresiones artísticas de muchas de los campos culturales existentes.

Cuadro 18. Variables para describir un arquetipo y Reconocerlo en un momento dado Estructura de la experiencia, ya vivida por la humanidad,

Argumento   que se incorpora como recuerdo inconsciente e instantáneo al diseñador. Mandato   Lección  Función  Aspecto 

Como armadura cognitiva, da forma a la experiencia que el diseñador está viviendo en ese momento. Orden a cumplir por el arquetipo y que proviene de la l a experiencia ya vivida por la humanidad y por lo que se le impone al diseñador en ese momento  Aprendizaje que dejó en el diseñador diseñador esta experiencia. Resultado esperado al aplicarse el arquetipo a la realidad del diseñador, es lo que se espera que uno aprenda.  Actividad que en circunstancias circunstancias históricas diversas se desarrolló de un mismo modo, ya sea en ese pasado remoto de la humanidad, como en el presente vivido por el diseñador. Valor psíquico progresivo o regresivo, disociativo o integrativo del arquetipo para el diseñador en ese momento dado

Palabra Clave 

Término que define el arquetipo y que permite identificarlo

Comportamiento propio propio de cada arquetipo y que expresa por med medio io de símbolos y de conductas propias: miedos, vivencias, deseos y demás emociones y acciones. Fuente: Grecco y Espetto (1991).  

Clínica 

Cuadro 19. Arquetipos presentes en muchas muchas culturas de la misma misma manera Argumento

Mandato

Sombra  Máscara 

“Lo que yo soy pero i gnoro que soy”   “Lo que yo soy para engañar

Lo desconocido  desconocido  La continuidad,

a los otros”  

lo no aceptado, lo que es auténtico Lo creático  creático  Lo lógico, lo objetivo, la norma, el límite  límite  Lo potencial, la claridad  claridad   La síntesis

 Anima  Animo  Plenitud  Cinismo  El Dios  El Mal  La Madre  El Sabio  El Incestuoso  El Aprendiz 

“Yo que yo soy y me da vida”  “Lo que yo soy y me permite tener opinión”  “Lo que yo soy y que no he realizado”  

Palabras clave

"Lo que yo soy como aspiración de totalidad"  totalidad"  Lo inmutable, lo inmortal, lo poderoso. La fuerza que se opone al hacer   Lo generatriz, lo que gesta y cambia  cambia   El conocimiento adquirido por revelación, no por esfuerzo  esfuerzo   El regreso al origen La sabiduría que viene del maestro

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El Conciliador El Fin El Resurrecto El Ciclo El Creador El Paraíso Perdido El Niño El Salvador La Unidad Lo Dual La Piedra Filosofal  Afrodita 

Unión de los contrarios en un nuevo estado La transformación por medio de un gran desastre desastre   La transformación pero después de la caída  caída   Todo esta gobernado por ritmos  ritmos   Todo fue gestado por alguien en el pasado  pasado   El que vivía en plenitud y que lo perdió al cometer un error   La imagen de la ingenuidad en el adulto adulto   El esfuerzo que recupera el paraíso  paraíso   La necesidad de recuperar el ser uno solo  solo   Lo contradictorio y lo dialéctico  dialéctico   Clave para transformar un sujeto con un objeto El amor sensual  sensual  Fuente: Grecco y Espetto (1991).  

Para poder trabajar con nuestro inconsciente debemos considerar los arquetipos y su identificación en los símbolos de los sueños, entresueños, sueños despiertos, recuerdos involuntarios y situaciones reales. Surge así, la posibilidad de ampliar la percepción de los acontecimientos en las realidades glocales de los asentamientos humanos de una manera integrada, sintética y holística. Para ello tenemos un poderoso instrumento: la detección de las sincronicidades y el análisis comparativo de símbolos y signos en el patrimonio cultural y en nuestra propia mente.   De esta

manera, podemos explorar, con la ayuda de algunas técnicas que hacen uso de energías sutiles, los estados mentales que nos llevan a estas visiones de unidad en este aparente caos de objetos y sucesos fragmentados. Para ello es necesario relacionar el pensamiento racional con el emocional y acceder a niveles inconscientes más abarcantes y sintéticos. Tal y como han sido reconocidas por la Organización Mundial de la Salud OPS (1990), existen una serie de técnicas que podemos emplear con algunos procedimientos sencillos para manejar nuestros estados de ánimo, ayudando al diseñador a acceder a regiones ocultas del inconsciente que le permitirán percibir mejor las realidades glocales. Estas técnicas permiten identificar los principales estados de ánimo y asociarlos con los síntomas y grupos emocionales y, mediante un cuestionario tipo, podemos usar algunos apoyos para activar y dialogar con nuestro inconsciente, desarrollar su evocación consciente y estimular así las nuevas   122

 

habilidades perceptivas mediante el empleo dosificado de ciertas energías sutiles. En conclusión, el inconsciente de un diseñador es aquella porción de la mente que no está sujeta a la conciencia racional; por lo tanto, es intuitiva, simbólica y tiene un funcionamiento poco racional y lógico; pero a la vez puede procesar mucha información del entorno local en forma muy rápida, holística y efectiva. efectiva. Como el nivel inconsciente no se comunica con el nivel consciente con palabras ni conceptos  ─ sino sino que lo hace con imágenes, símbolos, emociones, sentimientos, sueños o síntomas ─   debe debe ser interpretado. Por muchas razones, producto de nuestra vida cotidiana y nuestro pasado, el nivel inconsciente se nos presenta enfrentado al nivel consciente, pero se pueden conciliar y aprender a trabajar con ambos coordinadamente. Esta sería la base del desarrollo de estas nuevas habilidades perceptivas de las energías en los asentamientos humanos. El inconsciente, frente a algunas de las energías del entorno, puede emitir una señal al consciente, ya que es muy sensible e intuitivo. Para hacer coincidir los aportes de nuestro inconsciente con las necesidades de nuestro consciente podemos hacer uso el Método del Dialogo Interno (Davidow, 1999), o a partir de algunas de las formas naturales de comunicación, como lo son: los análisis de los sueños, del entresueño, de los sueños despiertos, la hipnosis, la grafología, entre otros. Este Diálogo Interno es el requisito sine qua non  para el desarrollo de otras habilidades perceptivas de las energías y el orden implícito en los asentamientos humanos. El ser humano es un generador o conductor de muchas de estas energías, y por lo tanto la exposición a cualquier campo energético provocará una reacción en el cuerpo, las emociones y su mente. Cuanto más intenso sea el campo en que nos hallemos y más fácilmente recojamos esas radiaciones, mayor podrían ser los efectos. Pero como se trata de muchos campos energéticos, estos pueden anularse, potenciarse o resonar en formas impredecibles. Para ello se hace necesario incluir el concepto de señales corporales, que se refieren a cambios en la fisiología del cuerpo humano que son generados por estas energías (Carvajal, 2002). Sin embargo,   123

 

muchas de estas energías sólo pueden ser captadas mediante el desarrollo del diálogo con el inconsciente del diseñador, para que sea lo suficientemente sensible para reaccionar ante ellas y de paso, tenga la posibilidad de comprenderlas en su compleja totalidad, siempre recurriendo a la interpretación de símbolos.

Los símbolos arquetípicos y la relación consciente-inconsciente Todas las formas del universo pueden adquirir un significado simbólico. Esto ha sido utilizado milenariamente por las sociedades, teniendo gran importancia en la política, la religión y el arte. Dentro de toda la gama de motivos simbólicos, podemos ejemplificar sus efectos con tres de ellos: la piedra, el animal y el círculo. Su elección responde a la forma reiterativa con que aparecen a lo largo de la historia de los campos culturales. La piedra

Desde la aparición de las primeras culturas, las formas de las piedras han tenido un significado simbólico y muchas veces se las creía habitadas por dioses o por los espíritus de los muertos. En un principio se utilizaban rocas sin trabajar como monumentos fúnebres o agrupadas en homenaje a los dioses. Stonehedge, por ejemplo. Con el tiempo esta práctica se fue sofisticando y las piedras comenzaron a ser talladas, quizás con la finalidad de expresar más claramente, con su nueva forma, lo que para ellos contenían dentro. Ejemplos son los menhires con rostros tallados o las estatuillas con figura humana de la isla de Pascua. Aun hoy en día, el trabajo de la piedra entendido como arte sigue siendo una forma de expresar ideas simbólicas. E l animal

Otro símbolo recurrente a lo largo de la historia es el animal. Las pinturas de animales surgen en la era glacial y sólo hace poco tiempo se ha comenzado a entender su importancia. Generalmente, se hacían en cuevas de difícil acceso y se presume que con motivos religiosos. De hecho, aún en muchos campos culturales se les rinde culto. La mayoría de las pinturas rupestres representan animales al natural o escenas de caza. Quizás con esto se quería invocar suerte o poderes mágicos   124

 

durante su captura. Otros símbolos muy interesantes son las figuras humanas disfrazadas de animal. Hoy en día muchas tribus, siguiendo sus costumbres antiguas, realizan estas actividades y, al igual que las representaciones, usan disfraces de animales. Con esto pretenden adquirir el espíritu del animal que visten. También se suelen atribuir cualidades, espíritus u origen animal a los dioses. Un ejemplo es la cultura del antiguo Egipto, donde casi todas las divinidades son representaciones de animales. Hoy día, en los grandes medios de comunicación de masas, circulan cientos de mensajes de animales humanizados producto de la influencia de los hermanos Anderson y Walt Disney. E l círculo Por otro lado, según Von Franz (1978), el círculo simboliza el “sí mismo” de la

psique en todos sus aspectos. Esta figura geométrica siempre ha estado presente en la historia (culto solar, dibujos mándalas de monjes tibetanos, trazados de ciudades, entre otros) simbolizando el “completamiento definitivo de la vida” y la perfección.

Según la autora, el círculo ha sido protagonista en muchos aspectos de la vida del hombre, tanto en la cosmovisión oriental, como la occidental o la indígena. En los mitos y leyendas, el círculo expresa la unidad: desde Shiva y Shakti, la flor de loto de Brahma y la de Buda, hasta el trazado de la ciudad hecho por Rómulo en la antigüedad. En el urbanismo, el círculo aparece trazado en la forma de las ciudades de Roma, Washington, Jerusalén y otras. En la arquitectura están presentes estos símbolos. Según Jung (1943): “… “…todo todo edificio, sea religioso o secular, que tenga planta de mándala es la  proyección de una imagen arquetípica que surge del inconsciente humano hacia el mundo exterior. La ciudad, la fortaleza y el templo se convierten en símbolos del completamiento psíquico y de ese modo ejercen una influencia específica en el ser humano que entra e ntra o vive en ellos” .

En las artes plásticas, ya sea la pintura Zen, los rosetones de las catedrales cristianas, las ruedas solares que datan del período neolítico, hasta los famosos mándalas, que el psicólogo Jung estudió, interpretó y hasta clasificó, el significado   125

 

principal del círculo no ha variado, aunque su diseño cambie según sea la concepción acerca del mundo que tienen quien lo hace. En el Renacimiento, el empleo del círculo en el arte se convierte más en una representación sensorial (reproducción directa de la naturaleza), que imaginativa (fantasía, experiencia irrealista, onírica y abstracta). Hoy en día, el símbolo abstracto del círculo ha vuelto a desempeñar un papel importante en la pintura. Matisse, Kandinsky, Nash, Klee y otros, lo utilizan para expresar lo que sensaciones y sentimientos no pueden evocar. Como ha señalado Jung (1943), “un verdadero símbolo aparece solamente cuando hay necesidad de expresar lo que el pensamiento no puede hacer, o lo que sólo se adivina o siente, ese es el propósito de las figuras abstractas”. Como se observa en arquitectura, en artes decorativas, en religión y en

los sueños, el símbolo del arquetipo siempre está presente.

En los métodos de psicología de Jung Ju ng podemos emplear el poderoso simbolismo que encontramos en nuestros sueños de diseñador, los cuales son capaces de revelar la naturaleza psicológica de nuestro inconsciente. A través de los sueños podemos describir estos símbolos y sus relaciones con la vida diaria, con nuestras obras y proyectos, con el acontecer diario de la vida. Pero no todos los casos llevan a tener una imagen tan clara y afortunada, y no todos pueden ser tratados en forma análoga. Por el contrario, cada caso es diferente y no sólo los sueños de los jóvenes y los viejos, o los hombres y las mujeres, requieren de interpretaciones diferentes; así ocurre en cada situación, según sean las circunstancias mentales y emotivas del soñante. Los mismos símbolos requieren interpretación distinta en cada contexto. En algunos casos, representan un ejemplo especialmente impresionante de la autonomía del proceso inconsciente y muestran, por su abundancia de imágenes, el incansable poder de creación de símbolos del fondo psíquico; en otras situaciones se demuestra que la acción auto-reguladora de la psique, cuando no está estorbada por excesivas explicaciones racionales, puede ayudar al proceso de desarrollo consciente. Según Jung (1043), mediante este complicado proceso de interpretaciones de sueños, símbolos y sus arquetipos, del inconsciente aflorará la verdadera visión de lo   126

 

real y mostrará con su abundancia de imágenes, muchas veces inconexas, el incansable poder de creación de significados del fondo psíquico. Por lo tanto, es también lógico pensar que el diálogo entre el consciente y el inconsciente, con los símbolos que nos rodean, influyen y afectan a estos niveles conscientes, nos permite adentrarnos en las profundidades de nuestra mente con ideas que ni siquiera nos atrevemos a pensar que existen. Las formas son creadas por campos energéticos estructurantes y ellas a su vez los modifican. Si adquieren determinadas características pueden movilizar energías inconscientes en el ser humano y adquirir así un significado simbólico. Se hace necesario aprender a trabajar la relación conscienteinconsciente para determinar el significado de las formas; una técnica muy sencilla para ello es el desarrollo de la intuición. De esta manera, además de la aproximación visual a los objetos que integran un ambiente, podemos captar las energías que lo dinamizan y las sutiles estructuras que lo integran en un todo de múltiples determinaciones.

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CAPÍTULO 6

Los sistemas constructivos en los asentamientos humanos: una estrategia intuitiva de evaluación

La percepción intuitiva de las características de los materiales constructivos Nuestro consciente e inconsciente, además de ser “dos desconocidos”, emplean

lenguajes diferentes. La mente consciente se comunica más con palabras y conceptos y la subconsciente (¿inconsciente?) (¿inconsciente?)   con símbolos, a veces fuertemente teñidos de emociones y sentimientos. De allí la necesidad de establecer un tercer lenguaje que sea inteligible para ambos, el cual es empleando por dispositivos como

Commented [A19]: Aclarar cual es el tercer símbolo, no se entiende como está expresado

algunos objetos, aparatos o rituales que facilitan esa comunicación. Sin embargo, no son suficientes para que el mensaje subconsciente llegue sin distorsiones, ya que para el establecimiento de este código es necesaria la presencia de otras condiciones tales como la orientación mental, alusiva a la sensibilización y focalización de la mente en un tipo de energía emitida por un objeto o sujeto determinado. También se requiere de una convención mental para el establecimiento de un código inteligible simultáneo por ambas partes de la mente, y que muestre la relación entre las capacidades radiestésicas. Esto se puede hacer por varios métodos.

Método del esquema gráfico de selección: es un semicírculo graduado que va de 0 a 180, sobre cuyo centro se ubica el dispositivo. El número de oscilaciones del dispositivo indicará la capacidad radiestésica de la persona en una escala del 0 al 180. También puede utilizarse otras escalas gráficas.

Carga pasajera de sensibilidad : es posible cargar   a una persona con la   128

 

capacidad radiestésica de otra. Es una carga, y como tal, se gasta. Sin embargo, mientras la persona está cargada puede trabajar con la misma capacidad radiestésica de la persona que la cargó, siempre que sepa como canalizar esa carga. Un radiestesista puede cargar a otra persona frotando mutuamente sus manos o apoyando uno de sus dedos índices sobre el hombro de la persona que desea cargar, mientras en la otra no manipula algún dispositivo.

Entrenamiento en el uso del dispositivo: para aprender a usar los dispositivos se debe poner en comunicación la mente consciente con la mente inconsciente; esta última es la que realmente va a mover el dispositivo, respondiendo a las órdenes del sistema nervioso autónomo. Cuando se aplica la radiestesia, la mente consciente se une a la mente inconsciente de manera similar que en el estado hipnótico. Una vez entendido esto, se puede comenzar el entrenamiento para usar el dispositivo, al principio con gráficos, ordenándole que se active en determinada dirección, luego observando la forma en que se comporta con distintos objetos; después conviene hacer ejercicios que desarrollen la capacidad de sentir que absolutamente todo tiene complementariedad y polaridad.

Trabajo sobre mapas con radiestesia : no siempre es posible desplazarse físicamente al sitio donde es necesario realizar una medición, un análisis o una evaluación. En estos casos resulta muy útil aplicar la radiestesia. Es suficiente con disponer de un mapa o plano a una escala lo suficientemente grande para permitir ubicar puntos con suficiente precisión. La escala más pequeña debería ser la que permita medir la distancia de un metro sobre el terreno. También se necesitará el dispositivo. Primero hay que desplegar el mapa orientándolo de modo tal que el norte quede en la parte superior. Se sujeta el dispositivo para que recorra el plano moviendo el lápiz milímetro a milímetro desde una de las esquinas inferiores, pidiéndole que indique el momento en que el lápiz se cruce con el objeto o flujo de energía buscado. Este proceso se repite, subiendo cada vez unos dos centímetros, hasta completar el mapa.

Radiestesia objetiva o por convención mental:  es cierto que cada objeto   129

 

emite una determinada radiación que lo identifica como una “huella digital”. Si se  

suspende el dispositivo sobre un objeto cualquiera sin hacer ninguna pregunta, éste se moverá por sí mismo. Con esos movimientos el dispositivo está indicando objetivamente lo que es el objeto, por ejemplo “agua”. Esto quiere decir que si se

desea volver a encontrar ese objeto, lo que hay que hacer es colocar el dispositivo sobre un plano o terreno y detenerse donde se repitan los movimientos correspondientes a “agua”. Esto es lo que se conoce como radiestesia objetiva. La

explicación de este hecho es la siguiente: si para cada objeto existe una reacción de los dispositivos que lo identifican objetivamente, entonces, ¿para qué usar códigos subjetivos que pueden presentar error? Pues porque en la radiestesia objetiva la reacción del dispositivo se ve afectado por demasiadas variables, como la longitud y la frecuencia de onda de cada radiestesista y la situación en que se encuentre, y termina siendo un método demasiado complicado y poco práctico. Por esta razón, hoy en día la gran mayoría de los buenos radiestesistas trabaja con gran precisión y rapidez empleando la convención mental o radiestesia subjetiva.

Posibilidad de una radiestesia por convención mental  1. La mente inconsciente siempre responde a través de los códigos establecidos: la radiestesia se puede reducir a fenómenos inconscientes que el dispositivo o cualquier otro instrumento radiestésico hace consciente mediante la convención de un código. 2. En nosotros, es natural sintonizar y sentir las la s radiaciones y entrar en resonancia vibratoria con ellas, ya que estamos diseñados naturalmente para recibir las vibraciones que nos llegan desde el suelo y de la atmósfera. Una radiestesia por convención mental es posible, porque se ha logrado descubrir los mecanismos y códigos para hacer consciente la recepción y la sintonía de las radiaciones que el ser humano realiza de manera natural e inconsciente.

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Medición de la sensibilidad radiestésica  Según Benavídez (xxxx), todas las personas tienen capacidad radiestésica

Commented [A20]: Hay tres publicaciones de Benavidez: 1996, 98 y 99

latente, pudiendo ser entrenadas a partir de esa capacidad. Sin embargo, la medición de la capacidad radiestésica es un proceso difícil por la cantidad de variables que involucra (estado de salud, alimentación, lugar, entre otras). Existen diversos métodos para evaluar la capacidad radiestesia de una persona, entre los que se encuentran: • Método del freno: consiste en comprobar cuanto freno o resistencia puede

ofrecer la persona al uso del dispositivo. Esta medición se realiza en comparación con la capacidad de la persona entrenada. • La teoría neutrónica: parte de la existencia de pequeñísimas partículas que

emiten todos los elementos del ambiente y también el cerebro, pasando a ser un campo común a través del cual podemos emitir y recibir información codificada desde y hacia el ambiente.

Aplicabilidad de las técnicas de radiestesia  La radiestesia puede aplicarse para determinar: • Compatibilidad e incompatibilidad de las energías: se determina a partir de

una convención mental y una interrogación mental sobre la compatibilidad entre personas; entre personas y objetos (o alguno de sus componentes); entre unos objetos y otros; entre las energías; entre las energías y determinadas personas; y entre otras posibles relaciones. La radiestesia también puede ser útil para determinar la calidad de los suelos en relación con determinados usos, además puede identificar zonas geopatógenas perjudiciales para personas, plantas y animales. •  Continuidad y discontinuidad de las energías: al aplicar un dispositivo

radiestésico sobre una zona o línea energética, adoptará un comportamiento en la porción que es continua y otro en la discontinua. Esto puede ser útil para detectar fallas geológicas, roturas de tuberías, rastrear ríos subterráneos, yacimientos minerales, entre otras.   131

 

• Presencia o ausencia de energías:  los dispositivos no actúan cuando no hay

energías presentes. Esto es útil para ubicar los lugares de descanso en las zonas libres de radiaciones nocivas. Las personas u objetos pueden ser hallados con radiestesia por el método de triangulación o por el de deducción de campos, pues a su paso dejan una estela de moléculas que emiten radiaciones. • Intensidad, cualidad, cantidad, frecuencia:  la intensidad es más fácil de

determinar con la ayuda de alguna escala gráfica, como una regla milimetrada, que permita realizar interrogantes más precisas y por consiguiente, obtener también respuestas más precisas sobre la mayor o menor intensidad de algún proceso. La cualidad, buena o mala, positiva o negativa de cualquier persona, animal, objeto o situación se puede averiguar teniendo en mente la pregunta adecuada, estableciendo la convención mental para poder operar el dispositivo de igual modo y se van haciendo las preguntas de aproximación a las cantidades hasta que el dispositivo reaccione. El tiempo, especialmente el futuro, puede ser averiguado con radiestesia, porque el futuro está contenido potencialmente en el presente; en otras palabras, en el presente ya hay variables incluidas que, prolongadas en el tiempo, arrojarán determinados resultados. En este punto es importante recalcar que la radiestesia ha demostrado ser una técnica bastante exacta. Cuando no se dan los resultados esperados es la radiestesista el que falla, no la técnica. • Polaridad:  por ser la técnica práctica de las radiaciones y los campos

electromagnéticos, la radiestesia se ha utilizado para detectarlas polaridades en un sentido amplio, desde + a  – como polaridades electromagnéticas, hasta otras polaridades acordes con la naturaleza de los dispositivos utilizados. Partiendo de que toda realidad es una intrincada red de energía que todos los objetos y sujetos emiten y reciben simultáneamente, el fundamento de este método se define a través de la existencia de un emisor, que genera campos distintos o específicos de cada una de las partes, sentimientos y emociones; y un receptor, que   132

 

las percibe a través de dispositivos desarrollados para detectar dichas radiaciones. En el caso del ser humano, se divide en una parte física referida a una especie de condensador alojado en el cerebro, y en una parte mental, constituido por la capacidad de sintonización. Los objetivos fundamentales de la radiestesia son: en primer lugar, la unificación personal, a través del logro de una mejor comunicación entre nuestro consciente y nuestro subconsciente para actuar en forma más integrada; en segundo lugar, el incremento de la intuición, que es un conocimiento natural de la llamada “mente de la profundidad” (el subconsciente) que está presente en cada uno de los individuos para

protegerlos de peligros, alertándolos acerca de ellos, capacidad que compartimos con los animales y los vegetales; y en tercer término, el incremento de la concentración y de la estabilidad emocional, que son dos cualidades de la mente de la profundidad que deben desarrollarse para mantenerse quieto y estable con la profundidad del subconsciente, y con la superficie agitada y activa del consciente. Radiestesia es la capacidad de sentir o percibir las energías que emiten los objetos y sujetos. Viene del latín radius: en su acepción de radiación, y del griego aisthesis: sensibilidad. Como técnica práctica, la radiestesia es capaz de detectar, cualificar y medir todo el espectro de las radiaciones correspondientes a: minerales, vegetales, animales y seres humanos. Este término fue acuñado por Alexis Baily en 1930, para sustituir el término de rabdomancia de uso común. En cuanto a las teorías explicativas del hecho radiestésico, es decir, cómo la energía es detectada por el radiestesista para lograr sus objetivos, tenemos: • La teoría del receptor: todos los objetos y sujetos emite energías y nosotros

(como un receptor) la sintonizamos. Esta capacidad de recibir determinadas frecuencias se conoce como entrar en resonancia o en sintonía con la realidad de estas energías sutiles. • La teoría del radar:  como un radar enviamos energías que, al volver de

rebote, nos indican donde están los objetos o sujetos de nuestra búsqueda. • La teoría de la holografía: cualquier objeto o sujeto es una toma holográfica   133

 

que representa toda la realidad. Si pensamos el ambiente como un holograma (y al hombre como parte del mismo) en esa fracción que es el hombre, estaría contenida toda la realidad. En ese sentido, lo que queramos saber del todo podríamos encontrarlo en nosotros mismos, como parte que contiene el todo.  

SUGERENCIA: Esta primera sección podría ser revisada en función de iniciarla con el concepto de radiestesia, para luego contextuar su utilidad y aplicabilidad a los fines concretos de la arquitectura del ambiente

Las propiedades energéticas de los materiales constructivos  constructivos   A lo largo de la historia se han ido resolviendo las necesidades básicas del asentamiento humano aplicando diferentes materiales de construcción de acuerdo con las posibilidades de cada momento. Los recursos del ambiente y los avances técnicos de cada sociedad fueron determinando la forma de resolver una de las necesidades básicas del hombre: su refugio o casa. Durante toda la historia la humanidad, construyó con materiales naturales; con la llegada de la Revolución Industrial, se crearon materiales y máquinas que dieron paso al surgimiento de nuevas dificultades. En la actualidad, al diseñar alguno proyecto para un asentamiento humano, se deben tomar en cuenta que los materiales de construcción no son más que energía condensada, que se comportan de manera diferente frente a los diversos campos energéticos y que se estructuran a partir de ese orden implícito. Este nuevo enfoque permite desarrollar tres criterios de selección de los materiales constructivos como lo son: la salud, la técnica y el ambiente (bioarmonía, tecnoarmonía y ecoarmonía).

Cualidades de los materiales desde el punto de vista energético Hasta ahora los materiales constructivos no habían sido entendidos como fuentes y receptores de campos de energías. Estos presentan ciertas cualidades desde el punto de vista energético como lo son:   134

 



  Capacidad de intercambio:  frente a las radiaciones externas cada uno presenta un comportamiento distinto en el intercambio benéfico de las energías. Mientras mayor sea su capacidad de frenado o intercambio energético, mejor será el material.



  Emisividad o potencial para irradiar energía:   la más notoria es la radioactividad de algunos concretos, cerámicas y granitos. La dosis de radioactividad va a depender de la composición de los minerales y otros materiales constituyentes.



  La electrostática:  los materiales sintéticos provienen de las sustancias químicas producidas en laboratorio que generan campos eléctricos. Esto trae como consecuencia que dichos materiales tienden a cargarse electrostáticamente, lo que trae como consecuencia perturbaciones energéticas en la atmósfera y otros cuerpos cercanos.



  La toxicidad química:  dependerá de las sustancias que se hayan utilizado en su elaboración. Existen algunos materiales creados con sustancias sintéticas, como lo son: formaldehídos, cloruro de vinilo, pentaclorophenol, benceno, xileno, tolueno, hidrocarburos alifáticos, hidrocarburos clorados, alcoholes, cetonas, éteres, derivados del glicol, nitroalcanos, amidas y sulfuros de carbono. Muchas de estas sustancias son utilizadas para tratamientos de maderas, pinturas, revestimientos, solventes, colas, entre otros. Son perjudiciales para la salud y por ende hay que tener cuidado al aplicarse en las zonas interiores de una edificación.



  La capacidad higroscópica y la permeabilidad al vapor de agua:   la capacidad higroscópica es la propiedad de absorber humedad, lo cual depende de la porosidad de los mismos y el tipo de clima. La humedad relativa ideal se encuentra entre 40 y 55%. Un aire muy seco favorece el desarrollo de gérmenes y uno muy húmedo es fatigante.



  Las propiedades térmicas:  son fundamentales para construir un ambiente climáticamente estable, poco inflamable y seguro.



  El secado de las edificaciones nuevas:   la exposición a la humedad es   135

 

perjudicial para la salud, especialmente en los recintos recién construidos. Para poder habitar un recinto recién construido sin poner el peligro la salud de las personas, hay que tomar en cuenta que, dependiendo del sistema constructivo, el tiempo del secado puede variar desde sesenta días hasta ciento ochenta días. 

Categorías de materiales Los materiales, desde el punto de vista energético, pueden agruparse en dos categorías: naturales e industriales.  Materiales vin v incu culados lados a energ ías naturales

Según Bueno (1998), “se obtienen de minerales del subsuelo o de productos vegetales y su proceso industrial se basa en la extracción, selección y procesamiento. Tiene excelentes características bióticas que son   los más recomendables en   la biología de la construcción”. 

 Algunos ejemplos son:   La piedra natural:  la piedra caliza es un material natural excelente para



impedir las energías nocivas. Esta es recomendada como sustituto de la grava en el concreto. Las piedras duras como el granito y la sílice no deben ser utilizadas ni encima, ni debajo de las áreas de descanso ya que ofrecen resistencia al paso de las energías benéficas como las cósmicas y las del subsuelo, o pueden emitir cierta radioactividad.   La arcilla:  es una sustancia orgánico-mineral formada principalmente por



silicato alumínico. Tiene una propiedad antiséptica muy importante y por ello se le conoce como “tierra curativa”.

  La tierra:  Es utilizada como material de construcción, principalmente las



arcillosas o limosas que se encuentran debajo de la capa de la tierra negra. Entre sus propiedades más importantes destacan: su gran resistencia a la intemperie, su excelente capacidad de acumulación de calor. Es considerado uno de los mejores materiales de regulación térmica. Es higroscópica y permite   136

 

un adecuado paso del vapor de agua, se deja moldear según sus necesidades, dándole formas como adobes o ladrillos, pudiéndose utilizar también para hacer muros como la tapia.   La madera:  Es “energía solar acumulada”. Posee grandes prop iedades: gran



resistencia, flexibilidad y versatilidad para la aplicación en distintos usos, armonía psicológica con la textura, el color y el aroma; además no contiene tóxicos naturales. Para la construcción son utilizadas maderas de bosques naturales o cultivados.   Las fibras vegetales: las fibras como el bambú, la paja, la caña brava, el sisal



y el coco, son de gran utilidad en la construcción de viviendas. La caña y el bambú tienen excelentes comportamientos para formar muros o acabados con mortero. El bambú funciona en vigas, columnas y cerchas. El sisal es una fibra muy resistente a la humedad y a la flexión.   El yeso natural:  el yeso utilizado para la construcción es obtenido por



calcinación. Se usa para acabados o frisos y en forma de placas, tiene grandes propiedades de absorción de humedad y flexibilidad.   La cal: posee un excelente efecto bactericida y es regenerativa. Se puede usar



en la elaboración de mezclas para los acabados de muros, en pinturas hechas en forma desleída y en fabricación de pinturas al silicato para los acabados exteriores.   Pinturas biológicas: este tipo de pintura debe permitir pe rmitir respirar a la pared y ser



inocua en términos químicos. Las pinturas más utilizadas para muros son de base de cal y de celulosa. Las más empleadas para maderas son las de aceites vegetales, la trementina y las ceras naturales.   Los textiles naturales:  entre las fibras naturales que poseen un buen



comportamiento por su baja capacidad antiestática, se encuentran el algodón, el lino, la seda, la lana virgen y el cuero. Estos textiles se deben utilizar con precaución por su alta volatilidad.   Bioconcreto: consiste en mezclas no convencionales con las que se pretende



beneficios biológicos, sin renunciar a las propiedades estructurales y plásticas   137

 

del concreto corriente. Es muy usado en la construcción de viviendas y exige gravas pobres en sílice y ricas en magnesio, o gravas de roca caliza; también cascajo de ladrillo o arlita.   Biovidrio: responde a la búsqueda de material transparente con más sintonía



biológica con el organismo.

 Materiales vi nculados nc ulados a energ ías artifi ci ale aless

Según Bueno (1998), se obtienen de diversas fuentes de la química sintética o de procesos energéticos complejos de manejo de los materiales naturales. “Su proceso

industrial se encuentra directamente relacionado con la fabricación y transformación de sustancias. En su mayoría han sido cuestionados por diversos adversos en la salud o el alto impacto ambiental que tiene en su fabricación, utilización y disposición de desechos”. 

 Algunos materiales industriales son:   Las estructuras metálicas:  estas estructuras deben estar “aterradas”



mediante un polo neutro a tierra. Las estructuras metálicas pueden actuar como barreras capaces de impedir el intercambio de energías cósmicas y las radiaciones de neutrones del subsuelo. No son recomendadas en las viviendas por la facilidad con que pueden deformar el campo magnético terrest terrestre re vital para los biorritmos.   Cobre, bronce, latón: las propiedades más importantes de los metales son su



absorción de la luz, los elevados índices de conductibilidad eléctrica y térmica, su plasticidad, su tendencia a la formación de iones positivos positivos y su capacidad de aleación. Estos materiales sólo deben ser utilizados en lugares en los cuales son imprescindibles por razones técnicas.   Estructuras integradas de concreto reforzado: energéticamente el efecto



principal de estos sistemas de construcción es la creación de lo que se llama Jaula Faraday, lo que significa que se crea interiormente un campo eléctrico natural “nulo”. La poca porosidad de las paredes de concreto no permite q ue   138

 

éstas “respiren”, es decir, que regulen la humedad y el vapor del ambiente

interior.   Plásticos:  los plásticos se queman muy rápido, producen mucho calor y un



humo denso con gases tóxicos. Existe dos clases principales: los termoestables, que una vez endurecido no se pueden ablandar, y los termoplásticos que pueden ablandarse con el calor varias veces. Los plásticos crean barreras de vapor, distorsionan la calidad iónica del aire y acumulan electricidad estática. Entre su uso como acabado de piso figuran los pisos de vinilo y las alfombras sintéticas con alta probabilidad de generar cargas eléctricas nocivas.   El hierro y el acero:  el hierro y el acero son contraproducentes en el uso



residencial, ya que causan despolarización celular. Los minerales de hierro, en su estado natural son eléctricamente semiconductores y los metales puros usados en construcción son eléctrica y térmicamente muy conductores. Debido a estas características no es muy recomendado su uso en la construcción de ambientes de estudio y de descanso.   El aluminio:  el aluminio es un material conductor que permite el escape de



calor de las edificaciones en ambientes fríos. Es usado comúnmente con preferencia en ventanas, puertas y claraboyas; crean verdaderas antenas que captan ondas electromagnéticas.   PVC: es un producto estable en el ambiente y se caracteriza por provocar



efectos tóxicos al quemarse, por ende, cuando se producen incendios resulta de alta peligrosidad por el ácido clorhídrico que desprende. Lo único que mantiene este material en el mercado es su bajo costo y su versatilidad.   Las pinturas industriales o sintéticas:  estas pinturas (esmaltes, barnices y



lacas) emiten tóxicos al aire, ya que no secan en 24 horas. Las pinturas a base de solventes pueden tardarse hasta un año en secar, al igual que los barnices y lacas para maderas. Las pinturas industriales plásticas contribuyen a aumentar las cargas electrostáticas del ambiente. Estas pinturas han tenido un gran desarrollo por la facilidad de fabricación, su precio y secado rápido.   Los adhesivos industriales: Son sustancias empleadas principalmente en la



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fabricación de tableros contrachapados o aglomerados de madera. La sustancia más utilizada es el formaldehído. Se debe evitar su uso porque pueden afectar los alimentos y las vías respiratorias.   Los techos industriales:  los materiales de cubierta, como los conformados



por capas de acero, zinc, materiales bituminosos, aluminio y asbesto-cemento, forman una barrera para las radiaciones benéficas que provienen del entorno. Se deben incorporar con un diseño adecuado.   El asbesto: material cancerígeno, cuyas partículas de composición (fibras) se



depositan en los alvéolos pulmonares. Las tejas de asbesto-cemento impiden el intercambio de radiaciones con los neutrones térmicos del subsuelo. No debe ser usado en cubiertas para descanso, ni en los ductos de sistemas de ventilación.   Los aislantes acústicos y térmicos: al ser suspendidas en el aire, sus fibras



constituyentes pueden causar problemas respiratorios y cutáneos. La fibra de vidrio es un material de buenas características para el aislamiento acústico, pero debe manejarse de modo que quede totalmente confinada y no se puedan filtrar fibras al ambiente. El uso del poliestireno (isopor) presenta buenas propiedades de aislamiento acústico, térmico y generar poca estática. Nuestros asentamientos humanos están mayormente construidos con estos materiales, ya que el mercado los impone como soluciones; lo correcto es dosificar y seleccionar su manejo para favorecer el balance de energías en los asentamientos humanos. Caracterís Caracte rís ticas de los si s tema temass cons tructivos

Se deben buscar sistemas constructivos que los combinen sabiamente y permitan:   Permeabilidad a las energías benéficas:  en los sistemas constructivos de



concreto reforzado y metal, se pueden crear losas que correspondan a los dormitorios con vigas de madera o con bloques aligerados de arcilla, de tal manera de conseguir una buena permeabilidad. Para techos se pueden utilizar tejas de arcilla y losas de concreto armadas con listones y largueros de madera   140

 

o de bambú.   Balance de la electrostática:   en relación con la cercanía del cuerpo con



sistemas constructivos que almacenan electricidad estática, se evitarán usarlos en ambientes pequeños y en sitios con alfombras sintéticas o pisos de vinilo. Es mejor usar un piso o una alfombra sin carga electrostática, tales como baldosas de barro, cerámica, cemento pulido, entre otros.   Radioactividad de los materiales: no se usarán materiales fabricados a más



de 900ºC de temperatura, por la radioactividad que puedan emitir. Entre estos materiales están los de cerámica vitrificada y esmaltada, también hay algunos granitos artificiales y naturales.   Toxicidad química de los materiales: no se deben utilizar esmaltes sintéticos



para metales, ni tampoco lacas o barnices sintéticos para muebles o carpintería, debido a su grado de toxicidad. Es más recomendable el uso de esmaltes naturales, aceites de linaza y ceras de abeja.   Fibras de los materiales: no se debe usar la fibra de vidrio si no esta envuelta



en empaques herméticos, ya que producen problemas respiratorios y cancerígenos. No se usarán ductos de ventilación ni conductos para agua en asbesto-cemento.   Permeabilidad a las radiaciones UV:  es recomendable el uso de vidrios



planos que no transmiten radiaciones como los vidrios flotados. Estos últimos se pueden utilizar en espacios donde se acumulan mohos o bacterias.   Desempeño térmico: las ventanearías y puertas de metal en edificaciones de



ambientes fríos, permite que el calor se escape a través de ellas, por ser los metales altos conductores de temperatura. Estos materiales sirven a mejores propósitos térmicos en edificaciones de ambientes calientes. En climas cálidos se debe evitar el uso de paredes en concreto o ladrillo a la vista, expuestas al sol, ya que recogen mucho calor. En tierras frías se deberán usar materiales aislantes en las ventanas, como la madera, y sellar bien las juntas con los muros que las sostienen, ya que a la menor dilatación el calor se fuga.

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No se deben utilizar fibras sintéticas o muebles plásticos, si no están tratados antiestáticamente para reducir en parte su nocividad. Los sistemas constructivos basados en madera, en todas sus presentaciones y exenta de productos para tratamientos tóxicos, son adecuados para nuestro clima y para crear ambientes agradables y acogedores. Además, ofrece cualidades neutralizadoras de energías benéficas. Se deben vigilar los diseños de instalaciones eléctricas en las construcciones usando cables blindados y evitando circuitos en bucles o espirales, ya que pueden crear campos magnéticos inducidos. Es preferible usar circuitos en espigas. Se debe asegurar que las derivaciones a masa o a tierra de las estructuras metálicas estén bien hechas y tengan el mínimo de resistencia óhmica; esto es aplicable al resto de los materiales conductores de electricidad. Estas recomendaciones son indispensables y se derivan de la concepción energética de los materiales y de los sistemas de construcción. La detección de estas características en ambientes ya construidos o la identificación de aspectos nocivos que pueden aparecer en el futuro, puede ser lograda por un análisis perceptivo detallado y por intermedio de la intuición. La intuición permite identificar campos energéticos ocultos interactuantes, propiedades insospechadas de los materiales, estructuras ocultas, entre otras. Un buen método para el desarrollo de la intuición intuición aplicada a la bioconstrucción proviene de una antigua facultad humana: la radioestesia como vía para ampliar nuestras capacidades perceptivas en la arquitectura del ambiente. Este último párrafo debería reformularse y colocarlo en el principio de la sección, lo que sería consistente con la recomendación hecha a la primera sección

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Capitulo 7

La gestión ambiental del desarrollo endógeno  endógeno  Muchos han sido los intentos de definir un estilo de desarrollo consustanciado realmente con las necesidades del hombre. En efecto, las Naciones Unidas, desde su Conferencia de Río '92, comenzaron a difundir el termino desarrollo sustentable, que previamente había asomado en el informe Nuestro Futuro Común9  y que adoptaron acríticamente ante la imposibilidad de lograr acuerdos realmente significativos en aras de mejorar las condiciones de las inmensas mayorías, que se expresaron muy bien con sus demandas en el llamado Foro Paralelo. El desarrollo sustentable, como lo denomina las Naciones Unidas, es un proceso que desde hace mucho tiempo existe en nuestro continente, en donde muchas comunidades están buscando desde sus particulares campos culturales una vía propia de desarrollo, que respete su especificidad y autonomía. Sólo la relativización de los conceptos de Calidad de vida, Modo de vida y Campo Cultural , pueden llevarnos a entender y mejorar los asentamientos humanos, y en consecuencia realizar una arquitectura del ambiente. La arquitectura de los asentamientos depende de la calidad de vida de todos los actores involucrados y por lo tanto, exige un proceso de desarrollo a escala humana y de libre autodeterminación por parte de las comunidades. Términos como desarrollo sustentable, ecodesarrollo, desarrollo con equidad, han sido interpretaciones de los grandes entes multilaterales para promover políticas específicas que se orienten en función de sus propios intereses, aunque intenten, muchas veces, reinterpretar los objetivos de las comunidades. Estos objetivos coinciden con los de los promotores de desarrollo, porque ambos participan de enormes y sutiles campos culturales en donde la idea de progreso se expresa con satisfactores muy concretos, que son sólo expresiones de un específico modo de vida occidental. 9

 

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Múltiples experiencias reales a lo largo y ancho de nuestro continente ilustran búsquedas viables y propias de desarrollo, en los cuales las decisiones son tomadas autónomamente, modificándose a la par de la reflexión sobre lo hecho. Por estas razones, entendemos el desarrollo más allá de los simples indicadores objetivos que puedan medirlo y que corresponden a apreciaciones de un determinado evaluador adscrito a un campo cultural específico. Por eso es endógeno, subjetivo y justo. Casos como los de Mochima, Colonia Tovar, San Pedro del Río, Choroní, Magdaleno, Galipán, Boconó, Bailadores, Tabay, Paraitepuy, El Paují, Los Nevados y otros en Venezuela, ilustran estas posibilidades; su denominador común es la presencia de un proceso de decisiones autónomo y democrático, que se legitima recurrentemente y que permite ir adaptando los satisfactores a sus necesidades.

La esencia del desarrollo endógeno El desarrollo endógeno ocurre cuando un grupo social se organiza voluntariamente para encontrar sus propias vías de satisfacer las necesidades comunes, sean de tipo económico, social, cultural y ambiental, por medio de una estrategia específica que implique acciones individuales y colectivas concretas. En esta vía, la presencia de influencias externas es asimilada en forma regular. La toma de decisiones puede ser hecha de diversas formas, dependiendo del modo de vida y campo cultural al cual pertenece; lo más importante es que sea autónoma de otros campos culturales y modos de vida y, por lo tanto, sea dada en una discusión constante que les permita elegir los mejores satisfactores para las necesidades de la comunidad. Existen múltiples factores en la composición de un proceso de desarrollo endógeno con autonomía, así como de las relaciones entre los diversos campos culturales que pocas veces afectan el sentido de cada uno de los grupos involucrados.

El desarrollo endógeno en el ámbito glocal tiene una fuerte raíz histórica y de integración cultural, pero nunca de aculturación o transculturación acelerada. Entre   144

 

sus características se destaca: su gestión autónoma y democrática cualesquiera que sean los métodos usados para la toma de decisiones; los beneficios del proceso de desarrollo tienden repartirse democráticamente entre todos los integrantes de la comunidad, ya sea usando criterios sociales, productivos, educativos o de otro tipo, por lo general orientado por la calidad de vida de la que se han dotado.

La socialización del conocimiento En estas experiencias existe una fuerte cohesión comunitaria, producto de acciones políticas, religiosas, espirituales o de otra índole que se expresan y adquieren fuerza en rituales, festividades y sistemas de normas. Estas fuerzas son apoyadas por un activo proceso de socialización del conocimiento en todos los niveles y en muchas instancias diferentes incluso a la educación formal. Se busca también una cierta diversificación productiva, dado que un satisfactor no sustituye a otro. De la misma manera es diverso, ya que las actividades agrícolas, artesanales o pesqueras no son sustituidas cuando llegan las innovaciones tecnológicas u otras formas productivas, sino que las apoyan y se dejan apoyar por ellas. El desarrollo endógeno con autonomía es producto de la cooperación y la competencia solidaria. Se genera y difunde por la imitación de casos exitosos o por la defensa ante una amenaza externa a la cual hay que oponer un modelo alternativo de desarrollo, siempre dentro del campo cultural de d e la comunidad. La cooperación es una necesidad humana que siempre ha existido, que se fortalece por los lazos históricos, comunitarios, familiares, afectivos y espirituales. La selección cooperativa de los instrumentos de producción, tecnología o sistema de servicios deben tomar en consideración las especificidades del grupo humano y sus verdaderas necesidades. La actividad del trabajo es vista como un medio de sustento y de realización del individuo dentro de la comunidad,   pero és te a s u vez con contempl templa a  la presencia de actividades lúdicas con la acción de los rituales y fiestas que son la fuerza de

cohesión más importante de la comunidad,   y  a su vez  se convierten en verdaderas fuerzas productivas al usar inteligentemente las energías de la Tierra.     145

 

Con respecto al tratamiento que se le da al contexto en donde se insertan estos asentamientos humanos, se aprecia mucho más que un soporte físico, ya que se busca una arquitectura del ambiente para dotarlo de rasgos significativos y simbólicos, así como de instrumentos para captar sus energías benéficas, lo cual no implica la destrucción del mismo y mucho menos, la interrupción de los flujos vitales que le dan su fuerza. En este caso, las energías vitales son aprovechadas para la cohesión social y  para ofrecer una verdadera experiencia de vida enriquecedora al habitante.   La

promoción del desarrollo endógeno es fundamentalmente una actividad interna de la comunidad, llevada adelante por sus líderes formales e informales, con el apoyo de amplias mayorías y que recurren a la ayuda externa cuando así lo determinen, sin que esto signifique una sujeción a patrones foráneos y a perder su centro de sentido. Es importante tomar en cuenta este modelo cuando una gran parte de las actividades económicas están extrayendo beneficios de las comunidades pequeñas y llevándolos a los grandes mercados nacionales e internacionales, donde las grandes mayoristas se aprovechan de enormes diferenciales de precios. En estas circunstancias queda debilitada la estructura de poder interno de la comunidad y, en consecuencia, el proceso de toma de decisiones se hace a partir de parámetros que pertenecen a campos culturales de otros grupos sociales. Los casos más conocidos de esta manera de desarrollo excluyente los vemos en la apropiación de grandes terrenos, aguas, playas y bosques, y la puesta en servicio de la especulación y no de sus miembros. La gran inversión inmobiliaria pensada en términos de las grandes ciudades bajo paradigmas tecnológicos y de estilo campo cultural urbano occidental, altera y trastoca el entorno local de desarrollo anulando sus potencialidades innatas. Un importante factor de este proceso de exacción económica tiene su base en los desbalances energéticos que se implantan en las comunidades que se han visto impactadas por este modelo de desarrollo excluyente. Al decir de Illich (1979), estas comunidades acceden a niveles de consumo energéticos, como la hidroelectricidad,   146

 

los combustibles fósiles e incluso la radioactividad, en los cuales se hace imposible mantener un adecuado proceso de toma de decisiones democráticas, especializándose de forma tal, que unos pocos centros de poder deciden prácticamente todo.

Las energías somáticas y el desarrollo endógeno El control de la energía eléctrica, base fundamental para crear c rear los asentamientos humanos,  ─   junto con los grandes medios de transporte terrestre, terre stre, aéreo y marítimo ─ , constituyen las piezas fundamentales para establecer un modelo de desarrollo que inhibe el aprovechamiento de otras energías, en especial aquellas vinculadas al trabajo comunitario. Por eso la energía somática expresada en los cultivos tradicionales es la primera que desaparece y que sólo se conserva en el momento que es un atractivo paisajístico y no la verdadera fuente de acumulación para el poder local. Por estas razones, la relación entre energías somáticas y extrasomáticas es fundamental para entender los procesos de desarrollo endógeno y la prevalencia de los poderes locales y extralocales. La estrategia de desarrollo endógeno privilegia el uso y disfrute de las energías somáticas, las cuales no pueden monopolizarse y por lo tanto no forman parte del basamento de las estructuras de los grandes poderes. Por el contrario, el desarrollo de las energías somáticas, de fácil apropiación por todos e incluso por las generaciones futuras, es la garantía de que del proceso de toma de decisiones seguirá siendo autónomo y que existirán los mecanismos adecuados para lograr la cohesión de la comunidad, así como la motivación necesaria para emprender la búsqueda de vías de desarrollo endógeno. Los ensayos y errores son parte importante del aprendizaje colectivo e individual del proceso de búsqueda y su contrastación con las experiencias que traen los foráneos, son una fuente de continua reflexión para no dejarse avasallar por estos y por las exigencias de sus particulares campos culturales. El desarrollo endógeno como intercambio intercultural y confrontación de   147

 

diversos saberes se convierte así, en una experiencia vivencial, en donde crecen y se enriquecen tanto los habitantes locales como los foráneos y las energías somáticas se comparten y potencian en una verdadera danza de sentidos. Todo esto significa una forma diferente de aproximarse a la arquitectura del ambiente, en la cual no se imponen formar de pensar y concebir el mundo y mucho menos se promueven como soluciones a los problemas los satisfactores que no hayan sido debatidos por la comunidad. Se trata de un sutil proceso de involucramiento, con la idea de descubrir las pautas que conectan y participar en la construcción en la realidad local de los designios de este orden implícito.

  148

 

Capitulo 8

La práctica del diseño y los espectros de involucramiento Activando la acción comunicativa De la constatación de la dinámica social glocal, de sus intereses internos y de objetivos propios se llega a revalorizar aquellos a quellos métodos de trabajo que nos acercan a una nueva perspectiva de lo real, a una constatación del juego de campos energéticos y de ese oculto orden implícito. Por ejemplo, detallar las estructuras de los eventos de la comunidad, sus monumentos patrimoniales, rituales, fiestas, lenguajes, artes y normas que le dan sentido al vivir en colectivo, nos permiten apreciar las fuerzas que orientaran nuestros diseños. A partir de allí, se establecen los protocolos que permitan develar los sutiles flujos de energías, los efectos de las energías en el colectivo, la apreciación en su paisaje y patrimonio, y lo que es más importante, compartir sus estructuras de resolución de conflictos y creación de consensos. Esto facilitaría la toma de decisiones en el diseño para emprender una vía propia de desarrollo endógeno, e incluso permitiría negociar con mejor poder con el resto del contexto regional, nacional e internacional en donde necesariamente debemos estar insertos.  A continuación, se presentan una serie de habilidades que debemos desarrollar para que sirvan de guía en la detección del campo de las energías de una comunidad y un proceso mediante el cual, la información cultural que de ellas pueda haber, servirá para reinterpretarse a través de un diseño diferente. Del mismo modo, estas habilidades se requieren para lograr la deconstrucción de un proceso histórico de ocupación del territorio que permitirá asociar la conformación el paisaje y el patrimonio mueble e inmueble, con los ritos, mitos, tradiciones, normas, costumbres, c ostumbres, artesanías y otras expresiones artísticas, para confirmar la existencia de estos flujos energéticos sutiles y relacionarlos con las estructuras sociales económicas y políticas que están presentes en la comunidad, en su campo cultural y de las interacciones que ella   149

 

pueda establecer con otros campos culturales.

Indagación previa La técnica de la historia de vidas y entrevistas en profundidad a informantes claves, apoyan estas habilidades perceptivas que no estarán completas si no se efectúa una acción comunicativa multidimensional que las estimule y les permita expresarse en sus variadas contradicciones. En efecto, si partimos de un paradigma cognitivo que asume la intervención en la realidad a partir de una manera inconsciente de conocerla (la única que puede dar cuenta de sus múltiples determinaciones), dado que ésta no se expresa

 ─ a

menos que el diseñador se

involucre en ella con toda su carga arquetipal, emotiva y sensible ─ , se requiere de una manera diferente de acometer el diseño. Y esto se logra si lo entendemos como una acción comunicativa con nosotros mismos, con el otro y con ese orden implícito. Una acción comunicativa es un puente entre dos o más dimensiones de la realidad, ya sea la de los diseñadores o de los supuestos proyectados, a veces simples ciudadanos, los cuales ya no se comportan sólo como objeto de estudio o usuarios pasivos, sino que son sujetos múltiples involucrados con el devenir de su vida. Esto significa compenetración y compromiso e implica el borrado de la frontera entre estos dos actores sociales que necesariamente deben coexistir autónomamente. Se hace necesario reflexionar, en primer lugar, sobre la naturaleza de estas acciones comunicativas que parten de una experiencia cualitativa de inmersión consciente en el campo cultural local. Y en segundo lugar, de la selección de aquellas vías éticamente aceptables, que permitan que ciertas facetas de las múltiples dimensiones de la realidad sean expuestas ante los ojos del diseñador y del colectivo.

Bidireccionalidad La acción comunicativa es por lo tanto bidireccional, porque incide tanto en la situación de la comunidad, como en la misma percepción del diseñador, y tiene que ver con todo un espectro de posibilidades de involucramiento, cada una con un   150

 

determinado manejo de estos campos de energías e intercambio de símbolos y sentidos. La actividad de diseño es en sí un intercambio de símbolos. La experiencia misma de observar otros paisajes, disfrutar otras comidas, conocer nuevas personas o practicar otras actividades; implica intercambios de sentido entre la periferia de varios campos culturales e incluso entre sus dos esencias, tanto del diseñador como de los actores reales de la realidad glocal. Esa comunicación la mayoría de las veces es asimétrica, porque ninguno de los grupos involucrados tiene conciencia plena de ello. Por eso es inconsciente en el mejor sentido de este término. Este intercambio de sentidos no se da en forma directa, como bien podría observarse muchas veces, sino que se establece mediante un campo en el cual los códigos son reinterpretados y recordados. Por esta razón, nos adentraremos en la conformación de este campo de intercambio de sentidos, que significa una nueva forma de acercarse a la interpretación de lo glocal bajo un nuevo paradigma cognitivo. Las acciones comunicativas, por lo tanto, están mediadas por este campo de sentidos, se refuerzan o anulan en él y comparten con otras acciones una dinámica muy compleja, que tienen cientos de miles de años y que involucra a cientos de millones de personas, inclusive a aquellas que no han visitado todavía este asentamiento.

Visión holística Para poder elegir una acción comunicativa se hace necesario reconocer previamente cómo se diseña actualmente, sin tomar en cuenta los aspectos físicos, mentales y espirituales que entran en juego en el momento de localizarse un asentamiento humano y tratar de aprehender un contexto glocal. Estos elementos, como se refirió anteriormente, pueden ser conscientes e inconscientes, individuales o colectivos, son parte de este campo de intercambios de energías y de sentidos. En el proceso de diseño aparecen desde modas y prejuicios construidos por los medios de comunicación de masas, hasta motivaciones del inconsciente que muchas veces hemos visto reflejadas y que aflorarán, sin duda alguna, cuando se entre en contacto con las dimensiones del otro campo cultural, o cuando se materializa el proyecto de   151

 

intervención y las nuevas energías comienzan a impactar nuestro cuerpo, mente y espíritu.

Involucramiento con la comunidad Existe todo un espectro de involucramientos  en el seno de una comunidad, y puede notarse que cada uno de los niveles implica el manejo de determinadas cantidades de energías e incluso de variedades de éstas que pueden tener efectos diversos. La selección del nivel de involucramiento dependerá del diseñador y de las particularidades del campo cultural al cual esté adscrito. Incluso pueden ser varios, si el diseñador o su grupo participan de varios centros de sentido. En el proceso de involucramiento también se ponen en juego otros tipos de relaciones que van desde la afectación de las estructuras de poder local, balances económicos, normas sociales, entre otras, hasta las modificaciones mismas de la vida interior del diseñador. Sin embargo, la intervención consciente plantea sólo utilizar aquellas que no lleguen a incidir negativamente en su periferia de expresión, ni mucho menos afectar su centro de sentido. Esta aproximación al ambiente glocal se hace porque se parte del principio cognitivo de que la realidad no nos mostrará sus otras dimensiones sino es intervenida conscientemente y si el investigador no se involucra en ella. Un caso ejemplificante lo tenemos en América Latina con las experiencias de Fals Borda en Colombia o Rodríguez Bradao en Brasil con la llamada investigación-acción  (Ovalles, 1991). También entran en este tipo de experiencias la reflexión dentro de la religión católica, que significó la teología de la liberación   y como desde ella se llegó a una esfera trascendente a partir de las realidades locales (Gutiérrez, 1969). Finalmente, tenemos toda la experiencia alfabetizadora de Paulo Freire (1967), que significó para muchos algo más que aprender a leer, sino también la inmersión en nuevas realidades desconocidas de los llamados universos temáticos. Tomamos como ejemplo esta última experiencia para ilustrar como un involucramiento consciente dentro del campo de sentido popular, no sólo favorece la lectura y el uso del alfabeto, sino que hace aparecer en los nuevos universos temáticos multitudes de aspectos de   152

 

lo real, desconocidos tanto para el alfabetizador como para el alfabetizado. Por esta razón, Freire la llama alfabetización consciente, al poder establecer nuevos niveles de interpretación simbólica para apropiarse de estas nuevas realidades desde nuestro preconsciente colectivo.

Multidimensionalidad Multidimensionalid ad de vivencias La aproximación al ambiente glocal dentro de este enfoque multidimensional nos va a llevar a plantear experiencias vivenciales intensas y comprometidas, que lejos de la simple observación visual, disfrute corporal o gastronómico, constituyan verdaderas aproximaciones a lo maravilloso de la vida que se nos presenta por delante. Solo así tendría sentido una aproximación como ésta, que si bien no podría repetirse, podría ser imitada en forma y fondo para hacer de las prácticas del diseño verdaderos intercambios simbólicos y comunicativos. En estos casos, se está transitando por el difícil camino de la incertidumbre y las sincronicidades, ya que a veces nos dejaríamos llevar por las situaciones y experiencias de las comunidades, y en otros casos hay que intervenir conscientemente. Las experiencias de proyectación con las comunidades no deberían estar planificadas de antemano, pero en otras circunstancias es deseable realizar las acciones sistemáticamente y encadenadas, de tal forma de alcanzar ciertos consensos. Este dilema entre diseño consciente e involucramiento exige de un manejo flexible del tiempo, del espacio y de la selección de las actividades a realizar, según éstas incidan o no, en los diversos campos energéticos o en los campos de sentido en los cuales se mueve cualquier ser humano. La incertidumbre es acompañante esencial de este tipo de práctica de diseño. Sus resultados se logran no sólo proyectando, sino también al dejar que las cosas fluyan y que las energías sutiles actúen ac túen para que los seres humanos se den cuenta de que forman parte de este gran equilibrio. Este enfoque no deja de lado la posibilidad de programar acciones de diseño participativo, aquellas que hacen posible el contacto real con la comunidad o la preparación necesaria para que el contacto se dé la mejor   153

 

manera o pueda reflexionarse sobre él, incorporando sus útiles enseñanzas en la vida diaria. Las dificultades y fracasos que puedan tener en una experiencia de este tipo no deberían ser percibidas como fallas, sobre todo si hemos decidido que las cosas pasen sin ningún plan, más bien son experiencias educativas que aportan, al diseñador o al grupo social, una lección difícil de encontrar cuando todas las cosas salen bien. Los flujos de la vida son así de impredecibles, venimos a ellos sin guía y sin mapa de ruta, sólo con el deseo de aprender; el aprendizaje se logra cuando nos dejamos llevar por las sincronicidades que nos abren la posibilidad de interactuar con ese orden implícito. Abrimos todos los sentidos y nos dejamos impactar por diversas energías, extrañas algunas, que milagrosamente han mantenido en unión a comunidades muy pequeñas desde hace tanto tiempo.

Algunas técnicas para apoyar la práctica del diseño en la arquitectura del ambiente  ambiente   Vamos a aceptar el reto personal y grupal de desarrollar una nueva sensibilidad que nos servirá de guía en esta aventura maravillosa de la vida. Pollard (1980) explica, desde los años setenta, la necesidad de que los diseñadores puedan visualizar claramente sus objetivos, y de esta manera conseguir la confianza necesaria para conseguirlos. Considera además que “el aprendizaje el único proceso que nos permite tener experiencias nuevas” 

“la

; con éste se pueden llegar a obtener

fuerza dinámica necesaria para conseguir lo que se busca. La capacidad de visualizar ayuda a conseguir lo que se desea” . Tanto las técnicas de concentración mental,

como la de visualización, son muy útiles para obtener una mayor capacidad de conseguir una imagen objetivo, ya sea para el diseño, como para el involucramiento.  A esto se le conoce como el desarrollo de la imagen mental, y quienes lo practican perciben una notable mejora en su capacidad de concentración, además de estimular las facultades y desarrollar la memoria.   154

 

Ejercicio para una mejor concentración con con el intercambio bioenergético bioenergético  Con este ejercicio se busca desarrollar un nexo de comunicación entre la mente y el cuerpo, a través del intercambio bioenergético que se produce en la respiración del diseñador, con el fin de mejorar la capacidad de concentración y visualización. Se realiza de la siguiente manera: 1. Se busca un lugar apartado y tranquilo. Se tiende boca arriba en un sofá, en una cama o en el suelo con los pies hacia el sur y la cabeza hacia el norte, de modo que quede alineado con el campo magnético de la Tierra. Se unen los dos pies y se colocan las manos, con las palmas hacia arriba tocando los costados del cuerpo. 2. Se hace una inspiración lenta, regular y profunda por la nariz, se visualiza una energía de calor penetrando por la parte superior de la cabeza, recorriendo todo el cuerpo y saliendo por las plantas de los pies. Se considera que esta energía es de color amarillo y que entra como una corriente positiva proveniente de la atmósfera. 3. Mientras respira, lenta y regularmente, se visualiza una energía de origen terrestre fresca y de color azul que penetra por las plantas de los pies, que recorre su cuerpo y sale por la parte superior de la cabeza. Considere esta energía azul como una corriente positiva. 4. Se sigue durante unos quince minutos inspirando energía de color amarillo y expirando energía de color azul. Procure imaginar cómo corren estas energías polarizando el cuerpo, igual que una corriente eléctrica. Deje que la inspiración de color amarillo vibre a su través de la cabeza a los pies. Deje que la expiración de color azul vibre a través de los pies a la cabeza. Procure mantener sincronizadas, respiración, visualización y percepción interna de energías. 5. Se considera intensificada la capacidad de concentración, cuando se tiene una sensación clara de estar “cargado” con una corriente energética que

recorre el cuerpo con cada inspiración y con cada expiración.   155

 

La visualización, la imaginación y la estimulación requieren de centrar la mente, para lo cual se deben hacer suaves ejercicios de relajamiento antes de los ejercicios de concentración, de otra manera no se conseguirá el objetivo.

Ejercicio para el uso de dibujos mentales Los dibujos mentales son figuras geométricas usadas como elemento de concentración y como amplificadores mentales. Deben confeccionarse de la siguiente manera:

Modelo 1: Corte un cuadrado de cartón negro de 37,5 X 37,5 cm. Corte un cuadrado de cartón blanco de 5 X 5 centímetros. Pegue el cuadrado blanco exactamente el centro del negro.

Modelo 2:  Corte un cuadrado de cartón negro de, 37,5 X 37,5 cm. Corte una estrella de cinco puntas de 27,5 cm. de ancho de cartón blanco. Pegue la estrella blanca en el centro del cuadrado negro.

Modelo 3:  Corte un cuadrado de cartón blanco de 37,5 X. 37,5. cm. Corte un círculo de cartón color cobalto de 12,5 centímetros de diámetro. diámetro. Pegue el círculo cobalto exactamente en el centro del cuadrado Para mejorar la capacidad de concentración y visualización se lleva a cabo el ejercicio de la siguiente manera: 1. Usando el modelo 1, en una pared de color claro, a la altura de sus ojos. Siéntese a unos 90 cm. de la figura en un estado relajado. 2. Con los ojos cerrados imagine una pantalla negra y deje flotar todas las imágenes que puedan distraerlo. 3. Mire la figura fijamente unos tres minutos. Hasta que alrededor del cuadrado blanco se forme un borde coloreado. 4. Luego lentamente voltee hacia la pared en blanco, en donde aparecerá una posimagen, obsérvela hasta que se desvanezca, luego imagine que sigue ahí. 5. Cierre los ojos y recréela con sus ojos mentales.   156

 

6. Repita todo el proceso. Puede repetir el ejercicio usando ahora el otro modelo. 1. Fije la figura estrellada en la pared. 2. Siéntese en una a unos 90 cm. de distancia. 3. Colóquese en estado de relajamiento. 4. Cierre los ojos e imagine en su mente una pantalla negra. 5. Mire la figura estrellada. Mírela durante dos minutos. 6. Desplace los ojos hacia la pared y contemple la posimagen de la estrella. 7. Cierre los ojos y procure ver en la pantalla de su mente la figura estrellada. Estos ejercicios se pueden realizar al aire libre con la propia sombra de nuestro cuerpo. Después de un tiempo de práctica se puede usar esta técnica para hacer “fotos instantáneas” de cualquier edificación

y verla después en la pantalla de la

mente.

Ejercicio para el movimiento, color y las formas  Con este ejercicio se busca fortalecer la memoria y obtener una mayor eficacia en el trabajo a través de la creación de imágenes mentales más complejas y vívidas. 1. Fije el modelo 3, en la pared al nivel de sus ojos. 2. Colóquese en un estado de relajamiento y meditación. Con los ojos cerrados imagine una pantalla negra. 3. Contemple la figura, e imagine el círculo acercándose y alejándose como si fuera una cámara cinematográfica. 4. Ahora recorra el borde exterior del círculo exterior, en el sentido de las agujas del reloj, unas cinco veces, y luego al contrario. Aumente luego la velocidad y al final redúzcala lentamente. También se puede usar la figura estrellada y otros objetos para practicar la concentración.

  157

 

Ejercicio para lograr una memoria fotográfica  Este ejercicio busca desarrollar la concentración y la visualización. La práctica de este ejercicio puede ayudar a obtener una memoria fotográfica. Para Para la práctica de este ejercicio se debe tener ya una semana de práctica en los ejercicios anteriores. 1. Acuéstese boca arriba en un lugar retirado y haga un ejercicio de relajamiento. 2. Con los ojos cerrados imagine una pantalla negra. 3. Imagine a continuación, un cuadrado de papel de 30 cm. de lado, justo en el centro de la pantalla negra y no deje que éste se mueva. 4. Imagine ahora un círculo negro del tamaño de una moneda de cincuenta céntimos en el medio del cuadro blanco. 5. Abandone la visualización bruscamente y observe luego que tipo de imágenes recorren su mente. Este ejercicio busca relajar la tensión y “desbloquear” las comunicaciones entre

lo consciente y el inconsciente, con la práctica se puede utilizar para recordar aquellas cosas que se nos han olvidado.

Ejercicio para la conciencia de los campos energéticos Con este ejercicio se busca la conciencia corporal a través del campo energético y lograr percepciones ampliadas muy útiles. 1. Siéntese en un lugar tranquilo y relájese. 2. Procure percibir la energía que emana su cuerpo, imaginando que éste es un instrumento capaz de medir ese tipo de energía. 3. Si al principio no puede, finja que percibe una especie de aura de energía que le rodea. 4. Imagine ahora que este se amplía lentamente, primero a un metro de usted, luego a tres y luego hasta que llene la habitación. 5. Ahora imagine que esta aura se contrae de la misma manera, primero a cuatro metros, hasta que se encuentre lo más cerca posible de su cuerpo.   158

 

Sienta la diferencia mientras la expandía. 6. Ahora relájese y deje que su entorno energético vuelva a su tamaño habitual. Los siguientes ejercicios tienen como finalidad “calmar” la mente para visualizar

imágenes concretas. En una segunda etapa, comprende la visualización de colores y objetos, la consideración de modelos modelos abstractos y la experimentación con estados de ánimo determinados.

Ejercicios para generar la capacidad de visualizar Relájese y con los ojos cerrados y elevados ligeramente hacia arriba haga una inspiración profunda por la nariz, sienta como se relaja lentamente su cuerpo. Visualice luces coloreadas suspendidas cerca de usted. Comience con una luz roja frente a usted, clara y nítida, ésta se va acercando y poco a poco se desvanece, repita este procedimiento con luces: naranja, amarillo, verde, azul y por último blanca. Disfrute la sensación que inunda su cuerpo. Regrese ahora lentamente a su entorno. Puede recordar esta sensación de relajación antes de una reunión importante.

Ejercicio para visualizar objetos  Para este ejercicio puede utilizar cualquier objeto, tales como una piedra, una fruta y un radio pequeño. Comience por relajarse.

Piedra: Aprecia la textura de la piedra ¿Cómo es? Relájese e imagine que es lo suficientemente pequeño como para entrar en la piedra y mire alrededor, a continuación imagine ser la piedra ¿Cómo se siente? Imagine que está sobre el piso y que está lloviendo, aprecie como se siente, luego imagine que sale el sol y sienta los rayos del sol cayendo sobre usted. Ahora sale de la piedra y vuelve a su tamaño habitual, cuente hasta cinco y abra los ojos.

Fruta: Relájese y coja la naranja, trate de percibir, su olor, su textura. Relájese aún más e imagine que puede entrar en la naranja y explorarla, intente imaginar cómo es desde dentro ¿Qué sensación le da? Imagine que ahora sale de la naranja e   159

 

intente recordar lo que sintió dentro de la naranja.

Radio:  Relájese, tome el transistor y trate de captar su forma y peso, huélalo, imagine que se empequeñece y puede entrar en el transistor ¿Cómo es por dentro? ¿Qué sensación le da? Recorra el interior del transistor. Salga ahora del radio, regrese a su tamaño normal e intente recordar lo sucedido dentro del aparato.

Ejercicios para la cámara fotográfica mental   Con el fin de mejorar la memoria y la concentración, se pueden hacer algunos ejercicios de visualización. Primero relájese. Luego tiene que imaginar que su cabeza es una cámara fotográfica, para realizar tomas mentales debe concentrarse en los objetos que hay en su habitación. Luego voltee hacia un espacio despejado de la pared y con los ojos abiertos imagine que puede proyectar las imágenes de los objetos sobre la pared. Debe comenzar con cada objeto por separado, para luego ir aumentando el número de ellos. Puede procurarse una bandeja llena de objetos, tomar una instantánea de estos y luego proyectarla sobre la pared e intentar recordar con detalle los objetos.

Ejercicios para los sueños despierto Busca combinar el relajamiento y la visualización para estimular el sector creador de la mente además de entender conceptos vinculados al inconsciente. Relájese, imagine que camina por un bosque frondoso, frond oso, y delante hay una colina, suba la colina lentamente, cuando llegué a la cima deténgase un momento y observe el pequeño río que hay del otro lado. Al bajar de la colina, hacia el río deténgase a la orilla de éste, y observe detenidamente el curso. Cerca hay una balsa, examínela y suba en ella. Sienta el relajamiento que le rodea. Pasa entonces por un túnel, deje que venga el sueño, observe el túnel. Al salir de éste siéntase bañado por la claridad del sol. Observe lo que hay alrededor, la brisa suave, el pequeño pez que está a su lado. Mire ahora hacia el cielo y sienta la satisfacción, dedique un momento a contemplar escena. Despierte lentamente y mire a su alrededor, estírese y respire profundamente. Se siente descansado y centrado.   160

 

Ejercicio para crear lugares lugares en la mente mente  Con este ejercicio se busca crear un pequeño lugar mental especial, su propio espacio creador, un lugar donde poder resolver problemas en privado. Este lugar puede estar asociado a las imágenes de su habitación, sitio de trabajo o diversión. Relájese y visualice, que entra en un jardín en el que encuentra un columpio, mezáse un rato, y luego elija el lugar en donde va construir su lugar de retiro, con la mente puede decidir fácilmente cómo irán apareciendo las habitaciones y la forma en que las colocará, después dentro de ellas puede acomodarlas con luces, mesas, sillas, y un televisor con un control remoto de tres botones: encendido-apagado, pantalla en blanco y cambio. En la mesa puede colocar botellas y un vaso grande, luego imagine una puerta por la que puedan entrar la gente que le ayuda en sus proyectos. Siéntase como en casa y piense que puede regresar a este lugar con sólo visualizar una alfombra con los colores del arco iris, desde la cual puede salir de esta habitación. Regrese entonces a su entorno habitual y a un “yo” más consciente.  

Ejercicios para detectar el aura aura de los seres vivos y objetos  Una manera de conocer los campos energéticos es desarrollar la capacidad de detectar el aura de los objetos y de los cuerpos vivientes. El aura es un efecto electromagnético que ocurre en el espacio cercano a la superficie de objetos objetos y cuerpos. Los efectos de estos campos energéticos son visibles fácilmente por la detección del aura. El aura aumentará su tamaño y brillo con frecuencia y en forma sorprendente. Cualquier color que esté presente, es por lo general, intensificado y a menudo cambiado a la siguiente frecuencia más alta. Algunas veces el aura es absorbida e imita cualquier color que se le presente en el momento. Si se pide a los sujetos que piensen sobre un tipo de energía, aun si no está en frente de ellos, ocurrirán cambios visibles y sorprendentes de inmediato. También pueden intentar hacer pensar en otros efectos con resultados inmediatos similares. Considerado en la antigüedad como algo reservado y privado de los místicos y clarividentes, este conocimiento fue considerado peligroso para el común de la gente y aun está lleno de insinuaciones esotéricas o posiblemente ocultas en algunos   161

 

ámbitos. En la actualidad se están realizando investigaciones que sugieren la importancia que tiene estos campos electromagnéticos dentro y alrededor de los cuerpos vivos y los objetos. La investigación, en instituciones como la Fundación Menninger en Kansas y el Instituto Nacional de Salud en Maryland, está activamente comprometida con el estudio de estos fenómenos. La radiación que se proyecta desde un objeto objeto o cuerpo vivo es la energía que que se atrae. Si uno expele un tipo de energía, se tiende a atraer y rodearse uno mismo con gente u objetos de la misma condición energética. Hasta ahora se ha estado ignorando el aspecto más poderoso de la presentación física de los objetos y cuerpos: el color y brillo de su aura. Percibir el aura es de gran importancia porque permitirá observar cambios de color que representan variaciones en el estado de la salud y bienestar. Por ejemplo, en el caso de los seres vivos se pueden detectar las enfermedades antes de que esta se manifieste en el cuerpo, también puede usarse este examen para hacer más fácil la selección de materiales de construcción, encontrar una mayor sensación de confort en los ambientes, pues estará dentro de los límites de color establecidos por el campo áurico. Es posible que estas percepciones están detrás de ese instinto que se pone en juego cuando escogemos los colores para adornarnos, ya sea para atraer un compañero o para defendernos de aquellos que podrían absorber nuestra energía o cambiar nuestro estado emocional. La forma como diseñaremos los asentamientos humanos en que vivimos, sea lugares de residencia o trabajo, y las edificaciones que colocaremos adentro, tiene mucha influencia en nuestra salud mental y bienestar a largo plazo. La energía con la cual nos rodeamos tiende a ser la misma energía que poseemos, y tendemos a rechazar o repeler la energía que no es benéfica con lo que somos y representamos. En este caso, es muy efectiva la selección del color adecuado para los revestimientos, especialmente cuando se busca relajar o energizar la mente. Los colores juegan un papel principal en nuestras vidas y nos afectan de muchas maneras de las cuales quizás no somos conscientes. Aprender a observar

el color en una forma

completamente nueva podría tener un efecto muy positivo en nuestra salud y nuestra   162

 

vida diaria, conduciendo al mejoramiento de los asentamientos humanos. Estudios recientes realizados por investigadores científicos muestran una fuerte correlación entre el color del aura, el estado emocional y el sistema inmune de las personas que habitan los ambientes coloreados. Hoy en día existe mucha información sobre la relación del color con la actividad cerebral y el pulso, la temperatura del cuerpo, la respiración, las variaciones de la conductibilidad de la piel, las dilataciones de la pupila, el flujo gástrico y la respuesta inmune. Todo esto es posible porque el contexto, la mente y el cuerpo constituyen un sistema cerrado e interconectado y uno no puede ser separado de otro. La combinación de técnicas científicas y las viejas experiencias se están llevando a cabo en la medida que se acepta a regañadientes que existen muchos otros estilos de percibir, previa y desdeñosamente descartados como supersticiones. En las auras de los seres vivos se refleja el estado de salud; se puede predecir que la persona va a tener una enfermedad porque la misma se refleja en su aura. Tomará muchos años, pero puede llegar el momento cuando ver el aura será una práctica común y aceptada como forma de percibir los campos electromagnéticos.

Ejercicios para percibir el aura  Lo siguientes ejercicios nos permiten adiestrarnos para ver el aura, tanto en usted mismo como en los demás, usando diez pasos simples. 1. Ubique un sujeto a unos 60 cm. al frente de una una pared totalmente blanca. 2. Use iluminación indirecta. Si es posible la luz del día en ambiente natural. Evite la luz fluorescente o la luz solar directa. 3. Observe al sujeto desde por lo menos 3 m. de distancia. 4. Pídale al sujeto que se relaje, respire profundamente y se balancee suavemente de lado a lado con las manos sueltas a los lados. 5. Pase la mirada por la cabeza y los hombros del sujeto y fije la vista sobre la pared detrás de él.   163

 

6. Evite mirar al sujeto, concentrándose más bien en la textura de la pintura o la superficie detrás de él. 7. A medida que pase la mirada haciendo el croquis del cuerpo, donde el aire comienza y el cuerpo se detiene, usted vera una franja de luz borrosa alrededor del sujeto de aproximadamente 1 o 1.5 cm. de profundidad. Ese es el aura. 8. Continúe mirando el croqu croquis is del cuerpo y observará al sujeto como si estuviera iluminado por detrás. Algunas veces como un color amarillo vivo o plateado. Un lado pudiera lucir más brillante o pulsar más lentamente que el otro. Las auras rara vez son uniformes. 9. Cada persona es diferente. Algunos sujetos tendrán auras menos visibles que otros. Cada observador no verá siempre los colores al principio. La envoltura borrosa o aureola alrededor del cuerpo será perceptible durante un tiempo muy corto, usualmente un minuto o menos. 10. Intente usando diferentes sujetos y experimente con la iluminación y el fondo. Pronto verá una segunda y más amplia franja de luz de unos 7 a 30 cm. alrededor del cuerpo. Esto es el segundo nivel; es normalmente más oscura y más difusa.

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Capítulo 9

Conclusiones inacabadas  inacabadas  “Tu no estás en el medio de las cosas sino dentro de cada una de ellas”.  ellas”.  

Consuelo Tomás Escritora Panameña

 

El ambiente no se creó por accidente o por casualidad y por lo tanto tiene tiene una razón o fin de existir, se auto expresa y evoluciona continuamente.

 

El ambiente tiene las propiedades de la vida en una escala temporal muy grande, por lo cual nuestra relación con él es a iguales. La existencia física de los objetos y sujetos del ambiente no es autónoma de nuestra vivencia síquica.

 

La conciencia, la experiencia y la vida síquica son factores básicos del acto de conocer el ambiente. Hay formas que no podemos detectar por medios físicos, pero que se pueden inferir por la conciencia, la intuición o la vivencia directa. No sólo los sentidos constatan la existencia de algo, las cosas no-físicas producen efectos no sólo por la existencia de su manifestación física.

 

El momento presente existe y así es percibido, pero el pasado no está extinguido y el futuro ya se vislumbra. Esta división es una construcción arbitraria de nuestra mente que dificulta la comprensión del ambiente.

 

El estado mental de una persona es un factor importante en la comprensión del ambiente. Como el ambiente “está vivo”, tiene la facultad de incidir sobre

nuestra condición mental. No podemos comprender el ambiente si no nos comprendemos a nosotros mismos con nuestra autoconciencia.  

El hombre es un conjunto de órganos y sistemas fisiológicos, pero potencialmente somos un ser mental y espiritual que puede entrar en contacto con el   165

 

resto del ambiente. El cuerpo es solo un factor captador de experiencias del ambiente. El hombre no está solo, el mundo es parte de él por estar conectado íntimamente y no sólo específicamente. Dependientemente como dicen los ecólogos. El hombre no inicia su vida desde cero y se deja influir física y culturalmente sobre los genes.  

La vida no tiene un lapso físico predeterminado. El hombre no está determinado sólo por factores físicos; su libre albedrío y auto desarrollo pueden expandirlos. Esto lo logramos usando las pautas preconcebidas y estandarizadas que nos permiten conocer el ambiente y sentirlo. No tenemos una idea clara del pasado histórico. El adelanto psicológico y espiritual por no poder ser referenciado, se ve subvalorado en la historia oficial.

 

La evolución no es un proceso ciego, está guiado por la naturaleza intrínsicamente “viviente” del ambiente. El optimismo del progreso se basa en la

humildad como una efectiva comprensión vivencial de nuestros límites y de cómo estos pueden ser superados. Cada ser no está aislado de los demás, ni encerrado en su sistema nervioso y sus operadores de conciencia o de sentido (que requieren mediaciones físicas para funcionar). Hay otras formas de contacto directo. La energía síquica no es solo física, ni proviene sólo de los alimentos. El hombre no inventa sus propios dispositivos perceptivos, los adopta del ambiente y por lo tanto, tiene una función que cumplir en él. 

  El hombre tiene una necesidad biológica de buscarle sentido a las cosas y por eso trata de hallar placer en ellas o evitar el dolor. La búsqueda de conocimiento le da placer y por eso es bueno hallarle sentido a la vida. No se trata de que el ambiente nos sea hostil, y que hay que evitar ese dolor y maximizar el placer, moldeándolo a nuestra medida. Solo es necesario saber ubicarse en él. Si bien somos seres inteligentes, no debemos sólo depender de ello, podemos recibir ayuda de otros seres.

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Al definir nuestra función en el el ambiente respetamos la ffunción unción de los otros seres, pero por su conservación es necesaria en sí independientemente de que nos sean útiles. Eso se acrecienta cuando aceptamos que otros seres tienen conciencia, aunque colectiva y no individualizada.

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El cerebro es un instrumento de la conciencia, no la alberga. Ella existe independientemente del órgano que se conecta a ella. El cerebro es un transmisor de conciencia que muchas veces puede ampliar su poder de resonancia en el ambiente.

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BIBLIOGRAFÍA La bibliografía debe ser revisada con detalle, para cumplir con el rigor científico: toda cita debe tener una referencia en la bibliografía, y toda referencia bibliográfica debe estar citada.   No es recomendable lo de las “conchas de   mango a los plagiarios”, pues puede convetirse en un bumerang, peligroso por demás, pues pone

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