Aprendizaje Motor Definición
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Aprendizaje motor definición Es el proceso por el cual se adquiere la capacidad de realizar una serie de movimientoscoordinados de forma automatizada.El proceso de aprendizaje de cualquier técnica deportiva esta en relación principalmente con lamaduración del sistema nervioso central y periférico y con la capacidad del tono muscular paraefectuar los movimientos requeridos.Aunque el aprendizaje de nuevas destrezas también se da en adultos, en el mundo del deportebásicamente se refieren al proceso por el cual un niño o una niña aprenden una nueva técnicadeportiva. Estos procesos, en los niños, empiezan con los primeros movimientos, desde aprender aalcanzar un objetó, a aprender a lanzarlo o como no, los procesos complejos como labipedestación, la marcha o la carrera.El aprendizaje motor es una suma de de otros procesos ya aprendidos. Para conseguir una técnicadepurada ya sea de un estilo de natacion o de otro deporte, primero el infante tiene que tenerautomatizados los movimientos básicos que lo componen, en forma de reflejos condicionados. Losmovimientos más técnicos y precisos se basan en aprendizaje anteriores de movimientos groseros.Este proceso de aprendizaje se basa en la repetición analítica básicamente. Descomponer,aprender y luego variar para estimular nuevos aprendizajes y preparar las nuevas tareas.La progresión y la adaptación a la madurez nerviosomuscular del alumno son los secretos quepueden hacer que niños con pocos años consigan realizar tareas de una gran dificultad. Lopodemos apreciar en los que practican la gimnasia deportiva o pequeños nadadores queconsiguen nadar una mariposa muy técnica con solo unos poco años.El juego es la forma básica de automatización de un proceso motor dado. Pero lo primero esaprendizaje. Para que un niño juegue al futbol, primero tiene que aprender a correr y a chutar sinpensar en lo que está haciendo. Si el niño no tiene aprendido de forma automatizada lascoordinaciones musculares necesarias para dar una patada a la pelota o para correr, no podrá jugar al futbol.Este último concepto, explicado de forma somera, es básico para comprender el proceso delaprendizaje-juego-nuevo aprendizaje- nuevo juego. Este es un proceso que se confunde endemasiadas ocasiones, sobre todo el campo de la iniciación deportiva. Una de las razones es que es mas “cómodo” poner a jugar a los alumnos que enseñarles nuevas capacidades y luego montar un juego donde las tengan que utilizar.El aprendizaje siempre precede al juego, el juego sirve como medio de automatización y variaciónde lo aprendido. Por esto no se puede aprender solo jugando, nadie juega con los patines si antesno le han enseñado a patinar.
Desde las acciones más simples que comienzan a realizar los niños, como b otar una pelota, correr o montar en bicicleta, hasta los gestos técnicos más específicos que realizan los deportistas de alta competición, todas son fruto de un proceso de adquisición de habilidades. Si bien los distintos niveles de dificultad y las distintas
actividades que se realizan dan lugar a un excelso abanico de tareas, diversas tanto cuantitativa como cualitativamente, cualquiera de ellas es fruto del aprendizaje que el sujeto realiza para tener el poder sobre la motricidad de su propio cuerpo. Este aprendizaje será un interesante objeto de estudio para la Psicología, dado que versará sobre el modo en que los sujetos toman control de sus propios movimientos para desenvolverse en su entorno. Ya que fundamentalmente, el comportamiento es el principal instrumento humano para lograr una adecuada adaptación al medio. Las acciones motrices serán, pues, un elemento básico del anterior. Asimismo, la Psicología del Deporte habrá de interesarse por este tema, ya que los resultados de la práctica de la actividad física serán un reflejo del éxito que los participantes hayan tenido durante la adquisición de las habilidades pertinentes. Así, se puede considerar el aprendizaje motor como el cambio en las capacidades de un sujeto para realizar una tarea motriz, que debe ser inferido a partir de una mejora relativamente permanente en el rendimiento, como resultado de la práctica o la experiencia (Magill, 1993). Dado que el aprendizaje no es algo tangible, deberá inferirse a partir de la conducta observable, lo que junto a las características expuestas anteriormente han hecho del aprendizaje motor un objeto de estudio muy afín a la Psicología del Aprendizaje. Debido a las frecuentes confusiones observadas en textos de la materia, es importante señalar lo incorrecto del uso del término "motriz" para calificar "aprendizaje", a pesar de que se trata de un uso bastante extendido. Como señala el Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española, en su edición de 2005, "es incorrecto el uso de motriz referido a sustantivos masculinos: impulso motriz. Lo mismo cabe decir de los adjetivos compuestos a partir de motor, que tienen dos femeninos: automotora y automotriz. Debe evitarse el error frecuente de usar los femeninos en -triz referidos a sustantivos masculinos" . Así pues, se rechaza el uso "aprendizaje motriz" por incorrecto, reservando dicho adjetivo para la forma femenina. En base a la anterior definición existen una serie de elementos que pueden considerarse claves a la hora de abordar el tema de estudio. En primer lugar encontramos al propio sujeto, con sus condiciones psicológicas, físicas y su potencial de desarrollo, que condicionan las habilidades que se adquieren poniendo claros límites. En efecto, no será posible aprender a realizar el movimiento de rotación con una articulación como el codo, que tiene forma de bisagra. Por otro lado, los enfoques psicológicos actuales consideran que toda conducta debe emanar de un correlato mental. La estructura, funciones y cualidades de estos correlatos mentales, inferidos a partir de situaciones experimentales, serán el tema de discusión y divergencias que dará lugar a las distintas teorías sobre el aprendizaje motor.
En segundo lugar encontramos la conducta que el sujeto adquiere, que puede ser imitada de un modelo o bien tratarse de una acción nueva. Intuitivamente se podría considerar que la precisión a la hora de realizar conductas imitadas depende únicamente del control corporal que el sujeto sea capaz de desarrollar. No obstante, las distintas teorías sobre el aprendizaje motor achacan las diferencias a las estructuras internas de representación del conocimiento, aunque no existe acuerdo en torno a cuáles son las mismas. La adquisición de nuevas conductas, por su parte, se trata de un elemento que hasta el momento ha escapado a los intentos explicativos de las teorías formuladas (Sherwood, 2003). El último elemento clave es el resultado de la conducta del sujeto, que podrá ser más o menos adecuado al modelo de ejecución manejado. Cuanto menor sea la discrepancia entre el modelo y la ejecución, mayor será la precisión del sujeto. Si bien en situaciones experimentales la ejecución puede medirse con aparatos de gran precisión, en situaciones de campo la principal información de la que puede valerse un sujeto para conocer lo adecuado de su respuesta es la retroalimentación sensorial. La introducción de este elemento en las teorías marcaría un antes y un después en la investigación sobre el aprendizaje motor, a partir de la teoría de los esquemas (Schmidt, 1975). También ha sido manipulado como variable, permitiendo o retirando la información sobre los resultados, para conocer de qué manera influye la retroalimentación en la ejecución. 2. Conceptos clave A continuación se repasan algunos elementos determinantes del aprendizaje motor, utilizados frecuentemente en las disquisiciones sobre el tema y que conviene definir:
Memoria. Se trata de la capacidad que permite a los organismos beneficiarse de las experiencias pasadas (Tulving, 1985). Por tanto, no puede existir aprendizaje sin el funcionamiento de la memoria. En el caso concreto del aprendizaje motor, son tres los factores clave en el funcionamiento de la memoria: el tipo de movimiento, la estrategia de aprendizaje y la relación entre el contexto de aprendizaje y el de retención (Magill, 1993): Con respecto al tipo de movimiento, existen evidencias de un mejor recuerdo de las acciones continuas sobre las discretas (aquellas que requieren una secuencia de acciones aisladas); mejor recuerdo de aquellos movimientos con características más fáciles de codificar; así como de los movimientos con mayor significado connotativo para el sujeto; y la posición del movimiento dentro de una serie, cuyo nivel de recuerdo sigue la forma de la curva de posición serial (Crespo, 1997). o
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En relación al tipo de estrategia empleada, ofrecen un mejor rendimiento aquellas que otorgan significado al movimiento; las que permiten al sujeto diseñar su propio movimiento (Kelso y Wallace, 1978); y las que realizan una repetición mecánica y constante del movimiento. Por último, la similitud entre el contexto de aprendizaje y el de retención provocará un mejor recuerdo de los movimientos aprendidos, como bien predice el principio de la codificación específica (Tulving y Thomson, 1973).
Atención. El hecho de que los sujetos deban focalizar su atención sobre ciertas partes de su entorno es consecuencia de que los seres vivos se mueven en entornos demasiado ricos en estimulación sensorial como para poder captarlos por completo. En la medida en que las instrucciones para el aprendizaje capten la atención del sujeto, resultará un mejor rendimiento. De igual manera, cuantos más recursos atencionales emplee el sujeto en la ejecución, mejores serán los resultados, si bien la automatización de los movimientos que el aprendizaje provoca hacen que, a mayor práctica, menos atención sea necesaria. Otro factor importante relacionado es el nivel de activación fisiológica, que al alcanzar un nivel óptimo permite el mejor uso de los recursos atencionales. Organización de la práctica. Tanto la distribución de la práctica a lo largo del tiempo, como la homogeneidad de situaciones a las que se puede enfrentar el sujeto en el entrenamiento son variables que pueden ser manipuladas en el curso del aprendizaje motor. En general, el aumento de la variabilidad del entrenamiento produce mejoras en la ejecución. Este postulado es propio de la teoría de Schmidt (1975), y ha suscitado bastante controversia desde su formulación. Este punto será tratado con más detalle cuando se aborde el conjunto de la teoría. Retroalimentación sensorial. De nuevo un elemento que suscita polémica entre los distintos enfoques, la retroalimentación sensorial es el conocimiento que tiene el sujeto de sus propios resultados, además de la percepción que tiene sobre su propia ejecución. Su omisión o manipulación de la cantidad recibida por el sujeto es una variable que ha dado lugar a interesantes situaciones experimentales. Además del resto de vías sensoriales, son de especial mención las propioceptivas, que informan del estado de la musculatura. Motivación. No es posible obviar los incentivos psicológicos que intervienen en el ánimo de un sujeto a la hora de aprender una habilidad motriz. La conveniente orientación de la conducta hacia metas específicas,
con la concepción aportada por los estudios del condicionamiento instrumental, está en la base de la motivación de los sujetos para el aprendizaje.
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