ANWANDTER
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Pontificia Universidad Católica de Chile Instituto de Historia Seminario de la elite santiaguina de la Colonia a la Independencia (1700-1830)
Política inmigratoria del Gobierno Chileno frente a los colonos alemanes, tomando como figura de acercamiento a Carlos Anwandter
IHS300A Secc. 4 SEMINARIO Período: Primer Semestre 2007 Profesora: Lucrecia Enríquez Alumna: Nicole Barteau Vásquez
Jueves 06 de Diciembre de 2007
Índice
Página 1. Introducción y Contextualización del Problema ..………………………...... 3 2. Biografía Carlos Anwandter ………………………………………………… 12 3. Las Políticas de Estado en el Asentamiento Alemán …….............................. 28 4. Conclusiones ………………………………………………………………….. 31 5. Anexos ………………………………………………………………………... 33 6. Bibliografía …………………………………………………………………... 48
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Introducción y Contextualización del Problema "Era, pues, la inmigración para Valdivia la benigna visita que le hacían las luces, las artes y las riquezas materiales, para sacarla de la postración en la que se hallaba."1 El siguiente trabajo tiene como intención mostrar la relación entre el Estado chileno y los colonos alemanes, tomando como figura de acercamiento a quien sería su líder por casi cuarenta años en la provincia de Valdivia; Carlos Anwandter. El objetivo principal de esta investigación, es a través de las cartas entre Bernhard Eunom Philippi y el Supremo Gobierno chileno, las leyes y decretos de colonización y la biografía de Anwandter hacer un análisis de la vida de un colono en Chile. Ver cómo las políticas inmigratorias les afectaron directamente, ventajosa o desventajosamente para su instalación en el sur chileno. Para lo cual la extensa biografía que presentamos es fundamental, ya que sólo a través del conocimiento de la vida privada de este especial colono, es posible reconstruir en parte la situación a la que se enfrentaba la mayoría de los emigrantes llegados a nuestro país. Es necesario para eso tener una pequeña noción de lo que estaba ocurriendo en Chile en los años cercanos a su llegada en 1850 y conocer lo que se ha escrito sobre el tema. El tema específico a tratar, nunca ha sido investigado por lo que la información que existe está muy diseminada, pero sobretodo muy poco refinada. Lo que existen son muchas biografías sobre Carlos Anwandter, pero en todas se dice prácticamente lo mismo. Destaca entre todas, el pulcro trabajo de Günter Grossbach, que refleja una dedicación especial a la investigación. Mostrando la información necesaria de manera clara, concisa y sobretodo amena, dando datos contextualizadores que ayudan a entender el porqué de sus reacciones y las razones de fondo que movieron a Anwandter a decidir emigrar. El resto de la información que se ha podido recopilar hasta el momento, es de artículos de periódicos, revistas y secciones pequeñas de libros como Los alemanes y la comunidad chileno-alemana en la historia de Chile, que a pesar de ser muy buenos y estar muy bien documentados, no reflejan la sensación que tuvieron los colonos ante lo que les estaba sucediendo, y menos aún muestran directamente su opinión sobre las leyes que les afectaban directamente. La gran mayoría de la información existente proviene de discursos conmemorativos o de artículos que se dedican más bien a decir con nuevas palabras lo siempre dicho más 1
PÉREZ ROSALES, Vicente, “La Colonización de Valdivia y Llanquihue”, Colección Antera, Valparaíso, Chile, noviembre 21 de 1935, Pág. 41
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que a proponer nuevas tesis o revisiones importantes sobre el tema. Por lo que esta investigación es pionera, y en esto consiste su importancia, no en la cantidad de información nueva que se pueda exponer, sino en mostrar de forma distinta dos aristas de la historia nacional; la política y las inmigraciones. En lo que sí será un aporte este trabajo es en hacer pública la relación entre Bernardo Philippi y Vicente Pérez Rosales, y el Estado en relación a la colonización de Valdivia, y en cómo sus medidas afectaron el actuar de Carlos Anwandter, y de su estudio, el aporte que fueron los colonos para la zona según lo permitido y lo potenciado para el Estado Chileno. Existe numerosa documentación en alemán, que además de ser una traba por el mismo idioma, lo es por la antigüedad de los documentos y más aún por la antigüedad del alemán en el que están escritos. Sobre todo esto se aplica a las cartas, el diario de viaje y el informe que manda Anwandter a sus coterráneos en Alemania. El problema queda superado en los dos últimos casos, pues están traducidos al español en "Desde Hamburgo a Corral, Diario de viaje a bordo del velero Hermann" 2 por la Dirección Museológica de la Universidad Austral de Chile. Este texto además de contar con la traducción bilingüe del diario de viaje, incluye tres artículos de Ricardo Krebs, Ulrike Steenbuck y Ricardo Molina Verdejo, y de un prólogo de Joaquín Holzapfel que contextualizan bastante bien los documentos inéditos presentados inmediatamente después. De esta manera la revisión del libro es crucial en cualquier futura investigación realizada sobre el tema de colonización alemana al sur. El artículo de Mauricio Rubilar Luengo, "FALTAN BRAZOS, SOBRAN CHILENOS Anverso y reverso del discurso pro-inmigracionista del Estado chileno (1880-1900)" es una visión bastante particular sobre el tema, en el que a veces se cae en el error de mirar con cierto recelo al colono inmigrante en pos del trabajador chileno, reconociendo eso sí sus aportes en el desarrollo del país aunque sólo de manera tangencial. Aparte de esto, el artículo se atreve a presentar una nueva tesis, velada como dije antes por un nacionalismo a mi juicio un tanto agresivo. El primer paso de esta investigación consistió en buscar la mayor cantidad de fuentes primarias; como correspondencia, diarios de viaje, discursos públicos, y documentos privados y públicos atingentes al problema. Para encontrar esta información se debió revisar el archivo que se encuentra en la familia Barteau Vásquez, el archivo Emilio Held, revisar Desde Hamburgo a Corral, Diario de viaje a bordo del 2
ANWANDTER Carl, Desde Hamburgo a Corral, Diario de viaje a bordo del velero Hermann. Colección Clásicos de la Literatura Chilena, Pehuén Editores, Santiago, julio 2001.
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velero Hermann, de Carlos Anwandter, además de pedir toda la información posible del museo de Valdivia y del Colegio Alemán Carlos Anwandter de Valdivia. Luego de ello, fue fundamental hacerse de la mayor cantidad de biografías y artículos biográficos que hablen del tema, tanto para contextualizar como para conocer al personaje que servirá como acercamiento a las políticas inmigratorias del Gobierno Chileno en la segunda mitad del siglo XIX. Para concluir se verán las repercusiones en la vida diaria de los inmigrantes y las posibilidades de progreso que se desarrollaron en la zona donde se asentaron, mostrando como ejemplo el caso de la Cervecería Anwandter, teniendo para este punto como guía el artículo de Patricio Bernedo Los Industriales Alemanes de Valdivia, 1850-1914. El orden de la investigación será una brevísima contextualización de lo que sucedía en el país al momento de la llegada de los colonos, para luego pasar a nombrar la política inmigratoria sostenida por los Gobiernos de la época y los personajes que fueron icono del impulso colonizador del sur del país como Bernardo Philippi y Franz Kinderman, relatando sus aportes individuales y colectivos para que el proyecto civilizador llegara a buen puerto, por supuesto que sólo a modo de complementación a la investigación mayor. Es necesario especificar el perfil de colono que se quería y los que llegaron a bordo del velero Hermann, donde venía Anwandter. Y el consecuente aporte al desarrollo industrial y colonizador que esperaban las autoridades de ellos. Más tarde una biografía de Carlos Anwandter, que relatará su vida en Alemania, y por supuesto su acción comprometida con la sociedad chilena y con sus compatriotas alemanes necesitados. El fin de esta biografía es demostrar el espíritu Ilustrado que caracterizó a Anwandter, por el cual llegó a Chile. Pues le pareció que esta nueva tierra sería un escenario más idóneo para la implantación de los ideales liberales que su natal Alemania. Para finalizar con una reflexión sobre lo que significa ser colono en una tierra completamente desconocida, llena de mitos y prejuicios hacia lo nuevo; al cambio. Como contexto histórico podemos decir que el Presidente de la República es en el momento de la llegada de Anwandter don Manuel Bulnes Prieto (1841-1851), en cuyo gobierno no se hacen muchas reformas políticas, en cambio se llevan a cabo grandes y muy útiles trabajos administrativos, con Manuel Montt como ministro del Interior, de Justicia, Culto e Instrucción Pública, y Manuel Rengifo en la cartera de Hacienda. 5
Durante su gobierno las relaciones exteriores se mantuvieron pacíficas con los vecinos y con las grandes potencias, en el gobierno interior se crearon nuevas provincias; Valparaíso (1842), Atacama (1843) y Ñuble (1848). Se presta especial atención a las obras públicas y al progreso de la industria. Se remedia el desorden existente entre pesos y medidas, estableciendo por ley en 1843 el sistema métrico, se regulariza la circulación monetaria y se fija la forma, peso y ley de las monedas. Durante su gobierno se vivió en una época de relativa paz constante, pero la siguiente elección presidencial enciende los ánimos. Pues la candidatura de don Manuel Montt apoyado por el Partido Conservador, representa para los liberales la tiranía, quienes proclaman la candidatura del general Cruz. En estas circunstancias, el liberal coronel Urriola, subleva el batallón de Valdivia en la madrugada del 20 de abril, con el que toma el cuartel de artillería y de La Moneda, pero sólo aspira a imponer un cambio pacífico de gobierno, sin derramamientos de sangre. A las 9 de la mañana y cuando el gobierno tenía un ejército casi completo, el Valdivia ataca el cuartel de artillería de la Cañada, al pie del cerro. El coronel Maturana con un grupo de soldados y oficiales que haciendo gala de su valor rechazan el ataque. Urriola cae muerto lejos del sitio del combate, que continúa hasta que al medio día el Valdivia se dispersa. Bulnes les concede un generoso perdón. Luego del cambio de mando Manuel Bulnes le cede la banda presidencial a Manuel Montt el 18 de septiembre. Al otro día llega la noticia a Santiago de que el 13 de ese mes Concepción se levantó proclamando al general Cruz. Bulnes, nombrado general en jefe de “los ejércitos de la República”, con unos 900 hombres sale el 21 con su Estado Mayor a organizar la resistencia en Talca. En los primeros días de noviembre el general cuenta ya con más de 3.000 hombres. Por su parte, el general Cruz ha consentido ponerse al mando del movimiento iniciado a su favor. Se dirige a Chillán, para seguir hasta Santiago con 4.000 hombres. El 19 de noviembre ambos ejércitos se encuentran. Bulnes gana en las dos batallas realizadas esa mañana, con una espantosa matanza para ambos bandos. Situación que se termina con el tratado de paz de Purapel. El 7 de septiembre el pueblo de La Serena había depuesto al intendente Melgarejo y nombrado en su lugar a don Jesé Miguel Carrera. Los revolucionarios se ponen en marcha hacia el sur, pero en octubre son derrotados por el Gobierno en Petorca. Copiapó por su parte reúne en diez días una división de 1.000 hombres que envía a La Serena. Luego de más de 2 meses de asedio, llega la noticia del tratado de Purapel y 6
una comunicación del general Cruz en la que pide a sus partidarios que terminen la lucha. Las autoridades entran en negociaciones para entregar la ciudad, pero los soldados se niegan a esto sublevándose. Pero sin jefes que los guiaran, debieron abandonar la ciudad. Los conflictos se llevaron a cabo en la capital y Concepción, por lo que el resto del país sólo se enteró de los disturbios tiempo después, como lo dice Anwandter en una de sus cartas3. Luego de numerosas revueltas se reestablece la paz interna, el gobierno se concentra en implantar un vasto plan de trabajos y reformas que en pocos años modificaron la cara del país. En este ambiente de orden, y con cada revuelta sofocada a golpes, prosperan el comercio, la minería y la agricultura. Con las que se emprenden numerosas y grandiosas obras públicas. Es la época de las migraciones europeas al sur de Chile, tarea protegida y propiciada por el Gobierno, que sabe afrontar la violenta propaganda anti-inmigración. La inmigración en Chile tiene larga data, desde la llegada de los primeros españoles, no han parado de llegar oleadas de gente a repoblar nuestro país. Es por esto que la llegada de colonos alemanes al sur de Chile no hubiera sido un gran acontecimiento si no hubiera sido impulsada por el Supremo Gobierno. Este, viendo las condiciones en las que se encontraban las provincias del sur, sobretodo Valdivia, Osorno, y lo que hoy es Puerto Montt y sus inmediaciones decidió propulsar la migración de colonos que a sabiendas de su capacidad y calidad de trabajo serían un gran aporte para el desarrollo del país entero. Sin embargo, la intención primera de poblar con colonos precisamente alemanes no fue del Gobierno, sino de quien a la larga se convertiría en su Agente de Colonización; don Vicente Pérez Rosales y quien se encargaría de la inmigración desde Alemania, intentando por todos los medios de interesar a la comunidad germana informándoles acerca de Chile, con cartas de otros inmigrantes como el doctor inglés Aquinas Ried o mediante escritos como los del pintor Alexander Simon. El representante oficial del Estado chileno en Alemania para esta materia fue el señor Bernardo Philippi, quien debió sobreponerse a los problemas económicos que le significó no recibir su sueldo y ni el dinero asignado para los gastos de la misión por una seguidilla de malos entendidos con el Encargado de Negocios en Alemania don Francisco Javier Rosales. Fue además el encargado de seleccionar a la gente que durante algún tiempo le atiborró de cartas pidiendo ser uno de los favorecidos para el viaje. 3
Revisar anexo número 4.
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Y es que la vida en Alemania se había tornado difícil, la situación política y económica no era de modo alguno estable, todo lo contrario, el ambiente que quedó luego de la Revolución de 1848 que cundió por toda Europa, dejó también su marca en la vida civil alemana. La impopularidad del emperador era cada vez mayor, las ideas liberales y científicas cundían para chocar con las conservadoras y crear a partir de ello una amalgama de situaciones que más pronto que tarde terminarían siendo un problema para los ciudadanos. Es por esto que el ambiente tenso y peligroso propició la migración de masas ingentes de personas de todos los estratos sociales y condiciones laborales. Es en este contexto donde aparecen numerosas empresas dedicadas a ayudar a las personas en los trámites de inmigración, como es el caso de la Godeffroy e Hijos de Berlín. “El gobierno y el pueblo chilenos otorgaron generosa hospitalidad a los inmigrantes, respetaron el carácter propio de la colonia alemana y permitieron que sus instituciones desarrollaran libremente sus actividades”.4 La presencia de los alemanes en Chile, no viene dada por azares del destino ni por intencionalidades individuales de buscar nuevos rumbos y conseguir una vida mejor que la llevada en la natal Alemania. Si bien este argumento sirvió para muchos inmigrantes las grandes olas de viajeros que llegaron a este Finis Terrae, se vieron impulsadas por iniciativas nacidas desde particulares y potenciadas luego por el Supremo Gobierno de Chile. Es así como a partir de la segunda mitad del siglo XIX, principalmente el sur de Chile y Valparaíso ven cómo su población aumenta, y se diversifica en colores, idiomas y culturas. Así, la llegada de colonos no se debe sólo al esfuerzo de los encargados estatales, sino al enorme esfuerzo de los colonos que en numerosas oleadas fueron llegando a nuestro país, y que representaron un avance considerable en lo que a materia de adelantos técnicos y económicos se refiere. La especial presencia de colonos alemanes instruidos fue el gran motor de lo que sería la próspera región de Valdivia. Para que luego sólo algunos años bastaran para que cada alemán pudiera ejercer la profesión de la que vivía en su natal Alemania. El verdadero progreso vino dado por la proactividad de los colonos, que se contrastaba de forma asombrosa con la pasividad del pueblo chileno de la zona. Es cierto que gran parte de los colonos que llegaron no eran más que 4
KREBS KAULEN, Andrea, TAPIA GUERRERO, sor Úrsula, SCHMIDT ANWANDTER, Peter, Los alemanes y la comunidad chileno-alemana en la historia de Chile, publicado bajo la dirección de Ricardo Krebs Wilckens. Liga Chileno-Alemana, Chile, Santiago, 2001
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gañanes en su tierra, pero pudieron costearse solos el pasaje en barco para ellos y para su familia, pudieron traer ciertos utensilios que les fueron necesarios para su supervivencia en Chile. Eran una muestra de lo que el esfuerzo y el emprendimiento juntos podían lograr. Mas, como en todas partes hubo también jóvenes que pensaron que podían vivir en Chile lo que jamás podrían lograr en Europa, llegaron para esperar que la fortuna les llegara con algún matrimonio o con el éxito económico sin la necesidad de esfuerzo alguno. Cosa que fue rechazada por los mayores, pues concientes de lo que cuesta ganarse la vida consideraban indigno y de pésima referencia la actitud de algunos, que dejaba en una desventajosa posición al resto de la colonia. Pero “Pérez Rosales estaba tan encantado con los resultados que recomendó ardientemente al gobierno seguir atrayendo colonos alemanes a la región. Justamente para promover la inmigración se fue a Europa”5. Tuvo problemas de financiamiento y medios, al igual que Bernhard Eunom Philippi, quien los soportó regalando sus colecciones de historia natural chilenos a sociedades científicas alemanas y otorgando títulos honoríficos a quienes le ayudaban, redactó para usarlo como publicidad su Ensayo sobre Chile que mandaba por correo a los interesados en emigrar, de esta manera Vicente Pérez Rosales es el afianzador en la provincia de Valdivia de la obra que Philippi realiza en Alemania. Así la obra de ambos Agentes sería de vital importancia en el curso de la colonización, iniciada como un ensayo en 1846, para terminar con la consolidación con la llegada del velero “Hermann” a las costas de Corral en 1850 y que dará pie para que entre 1846 y 1875 cerca de 6.000 alemanes emigraran al sur de Chile6. En Alemania la publicidad para la emigración a Chile se realizó a través de dos instituciones privadas: la “Asociación de Berlín para la Centralización de Emigración y Colonización Nacional” y a la “Asociación para Emigración y Colonización Nacional” de Stuttgart7. La motivación por la colonización alemana del sur de Chile tiene dos propulsores, el Estado chileno y empresas privadas como la iniciada por Franz Kindermann y su suegro Johann Renous, quienes le “compraron” tierras a los indígenas grandes extensiones de tierra en la región del río Trumao, para vendérselas a los colonos alemanes. Pero esta compra resultó fraudulenta, el Estado declaró que de todos modos 5
Ibid STEENBUCK, Ulrike, Inmigrantes alemanes rumbo a Chile en el siglo XIX en ANWANDTER Carl, Desde Hamburgo a Corral, Diario de viaje a bordo del velero Hermann. Colección Clásicos de la Literatura Chilena, Pehuén Editores, Santiago, julio 2001. Pág. 29 7 Ibid, pág 35 6
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no eran aptas para la agricultura, que habían sido adquiridas ilegalmente y por tanto su compra no tenía validez. Por lo tanto, la situación de los colonos fue incierta desde el comienzo, la acción de hombres generosos como Benjamín Viel –del que se hablará en la biografía de Carlos Anwandter-, y otros vecinos que alojaron a los alemanes en sus casas durante el primer período, bajo la dirección de Pérez Rosales, fue la solución más inmediata que se le pudo dar al problema, que más tarde terminaría con las colonias en el lago Llanquihue y Melipulli, actual ciudad de Puerto Montt. Para comprender la acción del Gobierno chileno debemos nombrar la política inmigratoria de los gobiernos de la época, expresadas con claridad en la carta número 38 de la Correspondencia entre Bernardo Philippi y el Estado Chileno del Archivo Emilio Held, donde se estipulan las obligaciones del Estado y la de los colonos. Dentro de las estatales encontramos que en un primer momento se le pidió al Agente: 1) 150 familias católica (aunque luego esta característica se omitió por acción del obispo alemán alegando la carencia de familias católicas en el país como para permitir su migración), que sean trabajadores y que presenten un buen fruto para la colonia, 2) el lugar de establecimiento serían las orillas del lago Llanquihue, la provincia de Valdivia y Chiloé, prometiendo terrenos estatales que estarán a disposición en irrevocable propiedad (cosa que no ocurrió por un problema de conocimientos del terreno, y porque la calidad de ellos era deplorable en relación a la agricultura), 3) exención de impuestos por 12 años, así como el diezmo, catastro, alcabala ni patente. 4) pago anual a 2 sacerdotes católicos, 2 profesores y un doctor. En relación a las obligaciones de los colonos: 1) depositar por cada cuadra de terreno 15 pesos para formar un capital para costear los costos de transporte, manutención del primer año, y semillas e instrumentos necesarios para la agricultura o industria durante el primer año, pero las herramientas debían traerse desde Alemania. 2) desmontar por sí mismos los terrenos concedidos para su establecimiento, 3) declarar ante la autoridad el deseo de ser chilenos con plena renuncia a su anterior nacionalidad, 4) las cosas que traigan consigo en el viaje no pagarán aduana, 5) Bernardo Philippi gobernará la colonia durante el primer tiempo y podrán los colonos elegir una comisión que bajo la presidencia del Gobierno dicte un reglamento provisorio para la policía y el buen régimen interior de la colonia que regirá durante los primeros cuatro años, 6) en el puerto de Ancud se les permitirá a los colonos desembarcar y depositar en almacenes fiscales todo lo que no sea de urgente necesidad, que pasarán a las orillas del 10
Llanquihue donde se asentarán, para eso el Gobierno se compromete a la construcción de caminos transitables, tendrán una lancha y la suficiente cantidad de víveres de Ancud y ganado desde Osorno, costos que serán saldados con el fondo mencionado en el punto primero, 9) todo colono industrial hallará tierras estatales para comprar en subasta pública en cualquier punto de las provincias antes dichas, y en el caso de tener que desmontar y preparar el cultivo de los terrenos, gozará por seis años la excepción del pago del diezmo, catastro, alcabala y patente. De la carta número 41 de la misma compilación vemos cómo describe Philippi a las personas dispuestas a viajar: personas de mediana fortuna asustadas por una inminente anarquía, los artesanos y obreros también pero en menor medida. Lo importante es que las seleccionadas cumplían con los requisitos impuestos por el Supremo Gobierno de ser colonos emprendedores, con un pequeño capital para comenzar, si son disidentes de la religión católica, que ejerzan la suya en privado. Pese a que en un comienzo se prefirió personas con profesión de labradores o artesanos de aldea y algún género de industria, se aceptó luego a gente honrada y laboriosa dedicada a otras profesiones, pero dispuestas a trabajar en el cultivo de la tierra. Es así como a bordo del “Hermann” encontramos boticarios, agrónomos, doctores, cirujanos y parteras. Así, la pluralidad de los colonos llegados desde el “Hermann” en adelante, muestra el bien que ejerciendo sus profesiones podían hacer al país, y como el Agente de Colonización Vicente Pérez Rosales se lo informase al Gobierno, éste tomando las consideraciones necesarias para el progreso tan ansiado de la Nación asume la responsabilidad, y de la mano de Antonio Varas responde en la carta número 134 lo siguiente: “Si la prosperidad de la provincia de Valdivia, por medio de la colonización depende como V. me lo indica de los esfuerzos del Gobierno, cuente V. con ellos para lograr tan alto bien.”
Biografía Carlos Anwandter Para realizar una buena biografía de Carlos Anwandter es necesario revisar la considerable cantidad de material que de su vida existe. El gran problema referente a
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esto es que en numerosos momentos de los que no hay registro escrito que evidencie en qué estaba, si estudiaba en algún lugar, el por qué de ese establecimiento y no otro, la relación con sus amistades y su propia familia. La cantidad de cartas que se han conservado muestra relaciones y situaciones un tanto ambiguas, es decir, no clarifican el por qué de muchas decisiones ya sea del mismo Carlos o bien de sus padres por ejemplo. Sus amigos son también una incógnita, se sabe que mantuvo algún tipo de relación con políticos, y compañeros del Gymnasium o de la Universidad. Lo cierto es que a mi juicio el trabajo más importante y de mejor calidad que hay hasta el momento en esta materia es el de Günter Grossbach Carlos Anwandter Biographie, en edición bilingüe alemán-español. Es un trabajo admirable, pues realiza un contexto asombrosamente claro y abarcador de la vida de Anwandter, consigue explicar con total exactitud el por qué de sus decisiones a la luz de los acontecimientos de la época. De ésta manera remito para un conocimiento más cabal del tema a su libro, pues no es esta la ocasión de rehacer una biografía de tal extensidad y complejidad. La mayor parte de los datos de este capítulo de la investigación están extraídos de esta obra, los que no, son de la tradición oral de los descendientes de la familia en Chile o bien de discursos conmemorativos, por lo que sólo éstos últimos serán citados, a menos de que sea un dato que amerite una cita especial ya sea por su novedad o por su extensión. Cabe destacar eso si, que quedan numerosas lagunas que no me han sido posibles de esclarecer, como por ejemplo su verdadera actuación en Calau, la relación que mantuvo con el Estado Chileno luego de su llegada (aunque por algunos episodios se deduce que fue buena, incluso ágil pues en un momento llegó a entrevistarse con el mismo Presidente de la República), la calidad de las viviendas y más aún la recepción de los chilenos residentes en Valdivia en el momento de su llegada. La información atingente a su vida en Alemania no es tanto más esclarecedora, y de hecho se puede pensar que es incluso más intrigante, pues de su niñez y adolescencia no hay tanta información como se quisiera o, de su vida privada y de su familia más cercana. Carlos Anwandter nace el 1º de Abril de 1801 en Luckenwalde, en la provincia de Brandenburg en el Reino de Prusia. Es el hijo primogénito del matrimonio formado por el farmacéutico Friedrich Wilhelm Anwandter y Agnes Maria Fick, hija de Karl Henning Fick, dueño de la Farmacia Pelikan de Luckenwalde que en 1798 –mismo año del matrimonio entre Friedrich y Agnes- su yerno le compraría. 12
Carlos fue bautizado el 5 de Mayo, un mes después de su nacimiento, con el nombre de Carl August Wilhelm Paschen Anwandter Fick. Como hijo de farmacéutico, su situación era acomodada, y heredero de una tradición burguesa por ambos lados de la familia. Tenía 7 años cuando ocurrió en Luckenwalde la ocupación de los soldados franceses de Napoleón entre 1806-1808, a pesar de su corta edad se pudo dar cuenta del desastre que significó para la ciudad la permanencia de soldados de lengua extranjera, con privaciones, inseguridad. Sin embargo en 1809 se realizan las primeras elecciones para la Asamblea de Concejales y poco después Friedrich Wilhelm Anwandter era elegido como concejal, es la primera aproximación de Carlos a la política. Sólo pocos años después, en agosto de 1813 se libró cerca del portal oriental de la ciudad una feroz lucha entre tropas francesas y rusas, este acontecimiento de la guerra contra Napoleón marcó profundamente la infancia de Anwandter. Durante la guerra la familia Anwandter continuó creciendo con 7 hermanas y 1 hermano para Carlos, de los que presumiblemente no sobrevivieron los primeros años tres hermanas. Existen dudas sobre la escuela a la que asistió Carlos hasta los 14 años, por datos recogidos sabemos que en Luckenwalde no había lo que propiamente se conoce como escuela primaria, sino que una que servía de preparación para las Escuelas Superiores. Como fuere, ya sea con clases particulares o en la anteriormente mencionada Escuela Básica Municipal de Luckenwalde Anwandter aprendió relativamente bien latín, gracias a lo cual pudo entrar en marzo o abril de 1815 al Joachimsthalsche Gymnasium, escuela ubicada en una ciudadela campestre a unos 50 Km. al noreste de Berlín. El tipo de escuela a la que asistió se remonta a la creación de instituciones estatales para hijos de funcionarios carentes de recursos. En la escuela de Joachimsthal el fundador estableció 120 cupos para becados y 50 para pensionistas a contrapago, en la época en la que entró Anwandter existía un tercer grupo: el de los alumnos externos, que sólo asistían a clases y no vivían en el internado. Todo indica que Carlos perteneció al grupo de los pensionistas, entre 1815 y 1816. En la escuela mejoró su latín, además de aprender francés, cosa que a los cincuenta años le daría una buena base para aprender el español. De esta escuela egresaban como bachilleres, es decir listos para estudiar en la Universidad, que no era la meta de Anwandter, sino ser farmacéutico como su padre. Para lograr el título sólo era necesario dar un examen de aprobación en cualquier Universidad acreditada al final de la instrucción. A los 16 años dejo el Gymnasium para
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entrar como aprendiz a la farmacia Rose8 donde además residió por todo el tiempo de aprendizaje, alrededor de 4 años, como era lo habitual. Luego de este tiempo el aprendiz pasaba a ser ayudante –etapa que cumplió en la farmacia de su tío de apellido Radicke en Kiel-, y luego de un examen oral ante un medico funcionario. Más tarde seguían los llamados años condicionales, donde la experiencia profesional se ampliaba en otras farmacias, el último paso consistía en un examen en la Universidad para el cual se podía hacer un curso de 3 meses en ella, o bien personalmente en casa. El 24 de septiembre de 1825 rinde su examen final de farmacéutico en Berlín con calificación de sobresaliente y al otro día vuelve a Luckenwalde para casarse el 26 del mismo mes con Caroline Friederike Emilie Fähndrich. Con la cual se traslada a una farmacia que había recientemente comprado al señor Heinke en Guben sin darse el tiempo siquiera para la luna de miel, gracias al aporte monetario que le hizo su padre. Emilie Fähndrich era hija de un importante comerciante de Luckenwalde, de un clan establecido desde hacía mucho tiempo allá. Junto a los Anwandter pertenecían a los notables de la ciudad, es por esto que ambas familias se conocían. Emilie era un buen partido, por la cual estaban interesados muchos jóvenes, por lo que Carlos debió decidirse pronto a pedir su mano antes de que otro se le adelantara a pesar de su timidez natural, haciéndole caso a su hermana Auguste. Emilie era sólo un año menor que Carlos, y presumiblemente se conocían desde pequeños. Pues el padre de Carlos realizó un negocio con un tío de Emilie. Una etapa importante en su vida fue el servicio militar obligatorio que debió cumplir luego de su institución a consecuencia de las guerras napoleónicas. Cumplió por un año con el ejército, pues para los que hubiesen cursado exitosamente por lo menos el 9º grado quedaban eximidos de realizar el servicio militar por los 3 años que afectaba al resto de los llamados. El grupo en el que sirvió Anwandter gozaba de un tratamiento privilegiado y contaba con solo 50 miembros. Se dice que lo llevó a cabo en Postdam, con los Pioneros de la Guardia, tropa de elite estacionada en la ciudad o en otras residencias de la Corte. Aunque Ricardo Krebs asegure que lo hizo en el regimiento de zapadores de Postdam en 18219. Lo cierto es que los aspectos técnicos predominaron 8
Rosen según KREBS, Ricardo, Carl Anwandter y la Colonia alemana de Valdivia en ANWANDTER Carl, Desde Hamburgo a Corral, Diario de viaje a bordo del velero Hermann. Colección Clásicos de la Literatura Chilena, Pehuén Editores, Santiago, julio 2001. Pág. 19 9 Ibíd., Pág. 19
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ampliamente por sobre las armas, los que a todas luces le fueron útiles en su primera labor en Valdivia; cortando árboles o bien construyendo casas, puentes y caminos. Entre 1815 y 1825 estuvo en la Escuela Superior, vivió su etapa de aprendiz, su servicio militar y de oficial farmacéutico. En 1826 y luego de un año de matrimonio nace el primogénito de la nueva familia; Hermann a quien le siguió Richard en 1928. Sin embargo, Carlos vendió la farmacia luego de 4 años y dejó Guben, la razón permanece en una nebulosa, podría haber sido por un mal andar del negocio o bien por una razón ajena como lo muestran las cartas de los habitantes de la ciudad que testifican lo ocurrido. Así, la familia se establece en Calau a fines de septiembre de 1829. Al llegar a Calau adquiere la única farmacia de la ciudad, y confirma el monopolio de su anterior dueño, que a su vez había sido ratificado y elevado a la calidad de privilegio real, aún está ubicada en el centro de la ciudad al lado de la plaza del mercado, contaba además con el monopolio del expendio de vino, tabaco y licores, es por esto comprensible que Anwandter velara por el mantenimiento del monopolio. Que lógicamente se vio numerosas veces atentado por la venta ilegal no solo de vino y licores, sino también de medicamentos.
En este tiempo nacen Clara, Thusnelda,
Wilhelm, Otto, Carl, y Georg entre 1829 y 1841. La vida política de Carlos comienza con la institución del Régimen Municipal del Barón von Stein en la que sólo los hombres que poseyeran bienes raíces y ejercieran un oficio podrían acceder a la Asamblea de Concejales; a sus cargos como Alcalde, Tesorero Municipal o Senador. Por su situación social y económica, los farmacéuticos estaban predestinados a la participación activa de la vida pública. Lo que es seguro es que Anwandter perteneció al parlamento de la ciudad desde 1833 ó 1834, con un cargo sin función específica, por lo que es probable que participara desde antes en la conducción de la ciudad. En 1835 es nombrado miembro del Consejo Educacional, desde 1842 de la Comisión Cervecera de la fábrica de la ciudad. Por lo tanto su acción en Valdivia no fue más que seguir poniendo en práctica lo que hacía en Calau, pero sin contar con todo el aparataje estatal como sustento. Su carrera política comienza en 1833 cuando es elegido Concejal, continúa en 1835 es secretario de actas de la Asamblea de Concejales y miembro del Concejo Educacional, en 1836 es Tesorero y en 1842 miembro de la Comisión Cervecera, y en 1847 fue nominado diputado de la Dieta 15
Prusiana como representante democrático del distrito de Calau, en 1848 ingresa como diputado a la Asamblea Nacional Prusiana.10 Finalmente en 1850 fue designado alcalde de Calau, aunque luego de 5 meses haya presentado su renuncia por los permanentes conflictos que mantuvo con el gobierno prusiano
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por las diferencias de opinión que
tenía, además de los problemas a los que se debió enfrentar con los miembros de la nobleza local, que continuamente se preocuparon de dificultar su acción y numerosas veces le inculparon acciones y descréditos que lo llevaron finalmente a no defenderse de las imputaciones falsas. La inestabilidad política alemana del momento germinaba en todos los Estados de la Confederación Germánica. La revolución de 1848 estaba ya presente desde hacía tiempo en las mentes de los políticos adelantados, la realización de una Asamblea el 12 de septiembre de 1847 con peticiones como la libertad de prensa y de asociación, además de amar al pueblo y poner fin a la desproporción entre el trabajo y el capital demuestran el interés supremo por el bienestar del pueblo. A este grupo pertenecía Anwandter, que guiado siempre por un espíritu de fidelidad a la patria, al orden y a las leyes esperaba la mejora de la sociedad, pero repudiando siempre las acciones que pudieran ir en contra de la constitucionalidad de la Nación, de las leyes que rigen la vida de sus ciudadanos o de una moral humanista profundamente responsable y consecuente entre sus actos y sus palabras. El objetivo básico del movimiento revolucionario alemán era la creación de un estado germano que se caracterizara por su unión, y por la participación activa del pueblo mediante representantes elegidos en un Parlamento para toda Alemania. De los sucesos que se sucedieron Carlos Anwandter estuvo muy cerca, ya sea como Concejal, Tesorero Municipal o Delegado de la Dieta Unificada, participando siempre activamente en el devenir de la ciudad o de la Nación. Bajo su responsabilidad quedó el formar parte de la comisión encargada de redactar y concordar con el Rey una nueva Constitución para el Reino. Como ejemplo de que su pensamiento era común al de otros, se puede agregar un escrito publicado que apoyaba a los hombres como Anwandter: “¡Nosotros hemos tomado partido contra los privilegios, contra toda clase de pretensión!- Nosotros no renunciaremos a esta posición de partido mientras 10 11
Ibíd., Pág. 20 Ibíd., Pág. 21
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tengamos frente a nosotros otro partido, que se aferra a sus prerrogativas, y que no parece estar dispuesto a entregar voluntariamente la más mínima parte de ellas; y que cree que Dios ha creado al mundo t a las otras personas para su especial comodidad, y que persiste en hacerse llamar ” 12. Así, lucha por lo que los campesinos y ciudadanos de su Departamento esperan, presenta una lista de peticiones al parlamento, haciendo presente el peso de las demandas sociales. Así las peticiones presentadas por él y por los otros elegidos, buscarán solucionar no sólo el problema constitucional, sino también las exigencias de igualdad y paridad legal frente al cobro de impuestos y a la separación del campesinado de los terratenientes. Carlos perteneció al ala izquierda de la Asamblea, por su pensamiento moderno de soberanía popular, paridad social y la contraposición a los privilegios divinos reales y nobiliarios. La gran diferencia entre Anwandter y el resto de los reformistas izquierdistas era que rechazaba tajantemente el uso de la violencia, y ante todo cualquier desacato a la ley. Aunque defendió la soberanía popular, era partidario de mantener la monarquía, pues era lo que la ley establecía.13 “Yo no deseo la República, sino el Estado Democrátizo, aunque sea en la forma de Monarquía. Para mí la república no vale, si se funda sobre leyes e instituciones que no son populares (democráticas); yo acepto al Rey, lo venero y estimo, si él desea estar en la cúspide y ser centro de poder del Estado, de un estado –como sociedad de personas libres y con iguales derechos- cuyas leyes respetan a las personas, eliminan todos los privilegios, se distancian de toda arbitrariedad…”14 En relación a la Constitución, Anwandter junto a otros reformistas pensaba que eran los representantes del pueblo soberano quienes debían estudiar y despachar el acta, y no al revés como pretendía el ala conservadora, en la que la Constitución debería ser acordada entre el Rey y los Representantes. Y que el monarca, en el caso de que quedara un régimen monárquico, no podía ser un príncipe soberano, sino que la soberanía partía directamente del pueblo y el Rey no era más que su representante supremo. Sin embargo, en el parlamento reinaban aires de concordia, pues la mayoría de sus miembros esperaban lograr un consenso entre el Rey y sus propuestas. La 12
Citado en: Grossbach, Günter, Carlos Anwandter Biographie, Instituto Alemán Carlos Anwandter, Valdivia, 2000, Pág. 100 13 KREBS, Ricardo, Op. Cit. Pág. 20 14 Citado en: Grossbach, Günter, Carlos Anwandter Biographie, Instituto Alemán Carlos Anwandter, Valdivia, 2000, Pág. 126
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fórmula por gracia de Dios y la abolición de la nobleza fueron unos de los puntos más discutidos y que más consecuencias trágicas conllevaron, en las revueltas de Berlín y Viena, y más tarde la declaración real de estado de sitio de Berlín, donde estaba sesionando la Asamblea. Todo terminó con la disolución de la Asamblea por presión real, y con la promulgación de la Constitución propuesta por el Rey desde el primer momento, junto con la convocación a elecciones para una nueva cámara que debía constituirse el 26 de febrero de 1849. Por lo que tras la disolución de la Asamblea, Anwandter decide volver a Calau. Luego de volver y de que el ya denso ambiente se tensara aún más en todo el país, se le relacionó injustificadamente con una enorme cantidad de pasquines revolucionarios que dejaban su figura política en una situación por lo menos desfavorable. A lo que respondió calificando a la operación como una mentira desvergonzada. El 12 de abril de 1849 fue elegido por unanimidad como alcalde de Calau de forma interina, hasta la promulgación del nuevo orden comunal en relación a los cambios políticos que se estaban llevando a cabo en el país. Situación que le trajo problemas entre las autoridades, pues mientras unos querían confirmar la decisión, otros la rechazaban categóricamente, aunque el Gobernador del Departamento de Calau lo rechace, duda en hacerlo esgrimiendo cuatro razones: 1º No hay hechos específicos, que él pudiera argumentar contra la ratificación. 2º En el Tribunal Real de Berlín se encuentra abierta una investigación del fiscal general contra Anwandter. 3º Una nueva elección posiblemente podría recaer en un hombre aún más indigno. 4º Anwandter continuaría siendo, como hasta ahora, el alma del partido democrático local.15 Finalmente el Gobierno Regional el 8 de junio de 1849 ordena encomendar a Anwandter la administración interina del cargo de alcalde, para lo cual debió entregar su cargo de Tesorero Municipal. Mas, los problemas continuaron y así fue como el Presidente Supremo de la Provincia de Brandenburg dictaminó su salida del cargo, lo que sucedió el 23 de agosto del mismo año de forma voluntaria, pues no necesitó más que un aviso para renunciar, sin que tuvieran las autoridades la necesidad de hacer mayores gestiones al respecto.
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Ibíd., Pág 140
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La relación que tenía Anwandter con la religión era más bien esquiva, sin ser ateo no comulgaba con las Iglesias; con su ortodoxia y dogmas que no permitían la evolución racional del Hombre. Es por esto que adhirió a un grupo laico llamado “Amigos de la Luz”, que fomentaban una fe compatible con la razón y las ciencias naturales, y que aclamaban una completa libertad espiritual16 cosa que finalmente se verá reflejada en toda su vida. De las preguntas al Gobierno chileno que realizó al llegar a Valdivia, a la institución de clases opcionales de ética y moral cristiana en el Colegio Alemán de Valdivia, sin imponer la doctrina ni católica ni protestante de sus alumnos. Cosa que le traería problemas con el Obispo de Ancud, mas no con el Gobierno, por el asunto de la laicidad del Colegio Alemán de Valdivia (ubicado bajo su jurisdicción). Ésta fue una de las razones que lo llevó a tomar la decisión de emigrar, pues aunque tuviera casi 50 años y una numerosa familia, con una posición económica y social más que envidiable, el contexto en el que se estaba desarrollando su vida no le permitiría dentro de poco vivir según sus intereses y creencias. La decisión no debe haber sido fácil, sin embargo fue más o menos rápida, pues de que existía información sobre la intención del Gobierno chileno de poblar sus regiones del sur eran bien conocidas por la acción del enviado del estado chileno Bernhard Philippi y del privado Franz Kindermann, junto a las numerosas cartas que empresarios como el inglés Aquinas Ried desde Valparaíso enviaban para promover la inmigración alemana. Aunque al parecer, por un viaje que hizo su hijo Ricardo, en algún momento pensó en viajar a Estados Unidos. Lo que siguió fue tomar contacto con Georg Wilhelm Kindermann –hermano de Franz Kindermann- que viajó con él en el Hermann, -sabemos que conocía además las publicaciones del pintor y cuñado de Franz Kindermann, Alexander Simon, y el anexo de Traugott Bromme- y realizar los preparativos que esta empresa privada pedía. Llamó a todos los interesados a viajar con él mediante publicaciones en varios periódicos donde instaba a los alemanes a empezar una nueva vida, en una nación libre, soberana y justa. Del viaje de Anwandter se sabe que se realizó porque mantuvo relación con Kindermann, a través de su hermano Georg Wilhelm, “Aviso. El 28 de junio de este año los sres. Godefroy e hijo, en Hamburgo, enviarán a la provincia de Valdivia, en el estado de Chile, uno de sus mejores barcos con el grupo de emigrantes encabezado por el farmacéutico Anwandter, de Calau y el Sr. Kindermann de Frankfurt del Order. Se llama la atención sobre esta expedición 16
KREBS, Ricardo, Op. Cit. Pág. 21
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avisando al mismo tiempo de que aquellos que deseen emigrar, uniéndose a este grupo de entre 70 y 80 personas, se pongan en contacto cuanto antes con la dirección de este diario, donde recibirán más detalles”17 El 19 de junio de 1850 se reunió en Calau con un grupo de sus amigos políticos donde se le dio una cariñosa despedida de la que queda aún el discurso donde se le deseaba la mejor de las vidas y se le encomendaba “preparar el camino y buscar un asilo para los partidarios del derecho, de la Verdad y de la Humanidad.” 18 Durante la primera etapa de la inmigración alemana a Chile llegaron sobre todo burgueses, comerciantes y artesanos, que contribuyeron a dar el empuje necesario a la región para sacarlo del letargo en el que estaba sumido en el momento de la llegada de los inmigrantes. El 29 de junio de 1850 en el velero Hermann parten 85 emigrantes y 11 tripulantes desde el puerto de Hamburgo con numerosos problemas y quejas por la empresa que los asesoró en el viaje. Reclamos por lo caro de los hostales y las tiendas confabuladas con la empresa para cobrar más caro de lo debido y repartirse las ganancias, el mal trato y la despreocupación por el equipaje marcan las primeras páginas de su Diario de Viaje. Por lo que hace una serie de recomendaciones a los futuros viajeros, para que no cometan los mismos errores que su grupo. Durante la travesía decidieron establecerse como colonia, para ayudarse mutuamente pero manteniendo su independencia. Pero no sabían del deseo del Estado chileno que tenía como punto angular la atracción de colonos que no formaran una nación dentro de la nación chilena, por eso pusieron especial énfasis en las leyes promulgadas y en las instrucciones dadas a los encargados de inmigración. Cedieron en la formación de escuadras de orden para los pueblos de los inmigrantes y en la existencia de jefaturas locales, pero ambas instituciones bajo la supervisión y en último término la dependencia a las instituciones nacionales del gobierno regional. Teniendo como primera autoridad al intendente, con el que no tuvieron mayores problemas. El velero “Hermann” arribó a Corral el 12 de noviembre de 1850, después de un viaje de 156 días sin escala en ningún puerto. Al llegar encontraron a un país de naturaleza exuberante, de bosques tan frondosos como los alemanes. Pero al ver las 17
Citado en STEENBUCK, Ulrike, Inmigrantes alemanes rumbo a Chile en el siglo XIX en ANWANDTER Carl, Desde Hamburgo a Corral, Diario de viaje a bordo del velero Hermann. Colección Clásicos de la Literatura Chilena, Pehuén Editores, Santiago, julio 2001. Pág. 35 18 Citado en Ibíd. Pág. 22
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construcciones del puerto y más tarde las de la ciudad de Valdivia se llevaron no gratas impresiones. Quedó en la memoria una ciudad sucia, desordenada y desolada, cuya gente era pobre, primitiva e ignorante. El encargado de recibir a los viajeros fue el agente de colonización a Vicente Pérez Rosales19, quien se entrevistó con una delegación de colonos liderada por Carlos Anwandter para informar los pormenores de la estadía, los asuntos legales de su nacionalización y su situación ante el Supremo Gobierno. En esta reunión Anwandter desplegó una lista con 18 preguntas relativas a todos los aspectos que habían quedado inconclusos a la hora de salir de Alemania además de dudas que surgieron en el camino. La respuesta de Pérez Rosales fue clara y siguió al pie de la letra las instrucciones dadas por el mismo presidente Sr. Bulnes y más tarde a su sucesor el Sr. Manuel Montt.20 Las respuestas se harían cumplir según las leyes de la República, con la ayuda del Gobierno en la medida de lo posible para la construcción de caminos, casas y beneficios en materia de impuestos para fomentar el desarrollo y auge económico y comercial de la zona a través de ellos. Ante esta respuesta satisfactoria, Anwandter recita su conocido discurso de compromiso en un español lo más seguro aprendido durante la travesía gracias a Friedrich Wilhelm Döll: “Seremos chilenos honrados y laboriosos como el que más lo fuere. Unidos a las filas de nuestros compatriotas, defenderemos nuestro país adoptivo contra toda agresión extranjera con la decisión y la firmeza del hombre que defiende su patria, a su familia y a sus intereses. Nunca tendrá el país que nos adopta por hijos, motivos de arrepentirse de su proceder ilustrado, humano y generoso.”21 El gran problema que tuvieron fue la ingrata sorpresa que las tierras que le habían comprado a Franz Kindermann en Alemania, había sido fraudulenta, por lo que iniciaron un juicio en su contra. A raíz de la llegada de lis inmigrantes, las tierras particulares de la zona aumentaron sus precios a un nivel tan desmedido que el Gobierno debió actuar a su favor, pues los predios fiscales no eran aptos para el uso 19
Para mayor información revisar los apuntes realizados por Pérez Rosales: “Recuerdos del Pasado”, “La Colonización de Valdivia y Llanquihue”, “Memoria sobre la colonización de la Provincia de Valdivia”, “Memoria sobre Emigración, Inmigración i Colonización”. 20 Ver anexo número 1 con las preguntas realizadas por los colonos y con las respectivas respuestas de Pérez Rosales. 21 ARCHIVO EMILIO HELD, Correspondencia entre Bernardo Philippi y el Estado Chileno, carta número 98
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residencial ni agrícola. Después de grandes problemas y negociaciones el coronel francés miembro del ejército chileno Benjamín Viel, decidió donar la Isla Valenzuela (actual Isla Teja) a la Municipalidad de Valdivia para que ésta le vendiese a los colonos en forma de cuadras sus futuras tierras, dando a 47 familias de colonos la posibilidad real de establecerse en parcelas de 10 cuadras, según el número de los integrantes de la familia ésta se podía agrandar. Como le sucedió a la familia Anwandter que recibió una hijuela de 40 cuadras. Finalmente la mayoría de las familias vendieron sus porciones de tierra y sólo los Anwandter junto a otras pocas familias permanecieron en la isla. Pero Anwandter comprendió que era muy poco el espacio como para poder hacer algo realmente productivo, por lo que junto a cuatro socios compró 10.000 cuadras a 5 leguas de Valdivia: Arique. En su porción le entregó la administración a su yerno Theodor Körner, casado con su hija Clara, a quien a su vez quería como a un hijo, tanto así como para incluirlo en la formación de la futura sociedad cervecera Anwandter Hermanos. Dejado a cargo de Theodor la administración de las tierras, consiguió instalar en la plaza en febrero de 1851 la primera farmacia de la ciudad, la Municipalidad le cedió un sitio entre la Plaza y el río 22, lugar donde permanece hasta hoy. En 1851 formó una pequeña cervecería aprovechando sus conocimientos de farmacéutico y su participación en Alemania de la Comisión Cervecera de Calau, apoyándose en la pequeña fortuna que había traído desde Alemania. La elaboración era completamente artesanal, y su repartición era hecha por el mismo Carlos en su coche a los demás colonos. “Aprovechando sus conocimientos de farmaceuta empezó un año después con la elaboración casera de cerveza para el consumo de su numerosa familia y de sus amistades. Inicialmente la producción era de 36 botellas semanales (…) En 1855 la cervecería Anwandter era ya una pequeña industria que alcanzaba una producción anual de 100.000 litros”23 Como la empresa prosperó, junto a sus hijos trajo desde Alemania maquinaria moderna que incrementaron la producción, que derivaron en el establecimiento de 22
KREBS, Ricardo, Op. Cit. Pág. 24 KREBS KAULEN, Andrea, TAPIA GUERRERO, sor Úrsula, SCHMIDT ANWANDTER, Peter, Los alemanes y la comunidad chileno-alemana en la historia de Chile, publicado bajo la dirección de Ricardo Krebs Wilckens. Liga Chileno-Alemana, Chile, Santiago, 2001, página 85 23
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oficinas de venta en Concepción, Valparaíso y Santiago24. Llegó a ser en su momento la fábrica de cerveza más grande de Chile. Hay que tomar en cuenta los bajos impuestos que pagaron durante el primer periodo, pues fueron esos dineros no entregados al Estado lo que les permitieron aumentar y consolidar la empresa. “En 1866 se adquirieron las primeras instalaciones a vapor. Se estableció un servicio de trasporte fluvial mediante el cual la cerveza pudo ser transportada en embarcaciones propias Corral. Se aumentó la producción y se produjeron distintos tipos de cerveza”25 Como concluye Patricio Bernedo en “Los Industriales Alemanes de Valdivia 18501914”: “El desarrollo de la industria en Valdivia, entre 1850 y el comienzo de la Primera Guerra Mundial, fue el resultado directo del espíritu emprendedor de un pequeño grupo de empresarios industriales alemanes y de sus descendientes. Una de las principales características de este proceso fue que ellos lograron organizar un importante conglomerado de modernas fábricas, que se basaba principalmente en la transformación de materias primas de origen agrícola y forestal -que hasta su llegada habían sido escasamente utilizadas por los habitantes de la región- en bienes manufacturados o semimanufacturados.”26 Gracias a la acción de Anwandter y de otros colonos como la industria talabartera Schülke y Cía., la fábrica de zapatos de Cristián Rudloff llevó a Valdivia a convertirse en un importante centro industrial y comercial. Siendo los alemanes los impulsadores de esta situación. Fueron ellos, los que con una mirada moderna y liberal trajeron el ansiado desarrollo económico del siglo XIX a la región. De esta manera a pocos meses de su llegada había comenzado cuatro grandes negocios: la casa de la isla Teja, Arique con los terrenos cultivables que dejó a Körner, la farmacia y la cervecería. En el momento en que según la ley de 18 de noviembre de 1845 se les permitió a los colonos sólo anunciando su deseo de nacionalización a las autoridades, Anwandter junto a otros seis colonos escriben al gobierno solicitando lo prometido el 4 de diciembre de 185127, lo que lo llevará a escribir para entusiasmar a otros alemanes: 24
Para mayor información revisar BERNEDO PINTO, Patricio, “Los Industriales Alemanes de Valdivia, 1850-1914”, Revista Historia, Vol. 32, Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1999: 5-42 25 KREBS KAULEN, Andrea, TAPIA GUERRERO, sor Úrsula, SCHMIDT ANWANDTER, Peter, Los alemanes y la comunidad chileno-alemana en la historia de Chile, publicado bajo la dirección de Ricardo Krebs Wilckens. Op. Cit., Pág. 86 26 BERNEDO PINTO, Patricio, “Los Industriales Alemanes de Valdivia, 1850-1914” Op. Cit., Pág. 41 27 ARCHIVO EMILIO HELD, Correspondencia entre Bernardo Philippi y el Estado Chileno, carta número 175
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“Nuestra República de Chile, escribirá a Vicuña Mackenna en 1867, sin duda es la mejor gobernada entre sus hermanas sudamericanas, sus habitantes, los más adelantados. El pueblo chileno, en general, es de carácter amable, hospitalario, suave, afable y cariñoso con los extranjeros, nada fanático en materias religiosas y lo será mientras la legislación y las circunstancias del país no varíen.” 28 Respecto a la política chilena, no tuvo mucha relación con Anwandter29, pues llegó desde Alemania con la intención de no mezclarse en ella y participar de la vida pública sólo como ciudadano corriente, hombre de negocios y padre de familia. Esta decisión se entiende en la medida en que sabía que su vida en este nuevo país sería dura, que la integración no sería inmediata y creo, que más que por algún otro motivo, porque se sabía líder de la colonia, con lo cual todas las instancias de diálogo con las autoridades serían desde ese prisma. Por esto es también que asume, desde el primer momento en que decide embarcarse a Chile hasta el final de su vida, la responsabilidad de darle a su gente y a su patria adoptiva todo lo que le fuera posible para que ambas pudieran desarrollarse en todos las aristas de la vida en sociedad. Por ello funda el Colegio Alemán, el primer cuerpo de Bomberos de Valdivia, el Club Alemán, la Farmacia y la Cervecería, son todos polos de crecimiento para la ciudad y para las personas de la ciudad. Es importante destacar su constante humildad y sencillez, pues a pesar de que llegó con una suma importante de dinero y que gracias a sus negocios aumentó hasta ser en 1882 una de las 59 familias más ricas de Chile según una estadística del diario El Mercurio30, jamás hizo distinción alguna entre los que le pedían ayuda. Pues sabemos que en los primeros tiempos de su llegada le prestó dinero a sus compatriotas más desafortunados sin cobrarles impuestos.
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GUARDA GEYWITZ O.S.B, Gabriel, Académico de Número, Carlos Anwandter y la Colonización Alemana de Valdivia, en el centenario de su fallecimiento (1889-1989) Discurso pronunciado por el académico en la Sesión Solemne celebrada por la I. Municipalidad de Valdivia en 10 de junio de 1989, al conmemorarse el primer centenario del fallecimiento de don Carlos Anwandter. Separata del BOLETÍN DE LA ACADEMIA CHILENA DE LA HISTORIA Nº 100, correspondiente a 1989, Santiago, 1990 (Separata de 30 ejemplares). Pág.522 29 Revisar anexo número 4 de extractos del informe escrito por Anwandter “Mi emigración a la provincia de Valdivia en Chile (Suramérica) Una contribución al mayor conocimiento del país y guía de futuros emigrantes, Por Carl Anwandter Antes farmacéutico en Calau en la Baja Lusacia y miembro de la Asamblea Nacional Prusiana”. 30 Citado en: Grossbach, Günter, Carlos Anwandter Biographie, Instituto Alemán Carlos Anwandter, Valdivia, 2000, Pág. 330
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En 1853 se funda el Club Alemán de Valdivia, que sirvió para mantener unida a la colonia entera, pues la cuota de ingreso era de 1 peso y la mensual de 25 centavos, con lo cual se aseguraba la entrada a cualquier persona, no importando su condición social o económica. Un avance en materia de integración fue también la posibilidad de entrada para los chilenos, aportando a la cultura de la ciudad con la formación de una gran biblioteca pública, un conjunto coral y otro de teatro, salones para eventos y canchas deportivas. Anwandter impulsó su creación y participó en la redacción de sus estatutos, por lo que fue elegido presidente. El mismo club dio pie para la formación del cuerpo de Bomberos, para el cual Anwandter se encargó de conseguir cuatro bombas, las cuales repartió por la ciudad y organizó las diversas secciones de los bomberos.31 Del club nace también el primer cementerio de la ciudad, sin distinción de confesión religiosa. Del club se formó también un fondo de ayuda para necesitados, motivado por el desastroso incendio del 18 de diciembre de 1859 que arrasó gran parte de la ciudad y que llevó a una comisión liderada por Carlos Anwandter a una entrevista con el Presidente de la República de ese entonces Manuel Montt y todos sus ministros, de la reunión sólo se logró la propiedad de los sitios para los afectados, pues hasta el momento debían pagar una renta. Pero más importante y querido que cualquier obra anterior, es el Colegio Alemán que admitió no solo a los hijos de los colonos, sino también a los de los nativos chilenos. El establecimiento se caracterizó por ser laico, impartir las clases básicas para una educación de calidad y formar con ello a personas responsables, respetuosas, éticas y buenas ciudadanas. La carencia de una línea religiosa fue superada con clases de ética dictadas por el mismo Anwandter, quien fue además profesor y director del establecimiento por muchos años. Su obra más querida, y a la que dedicó la última parte de su vida en totalidad, tenía como fin la formación de personas íntegras. Más que exitosas, buenas. Para lo cual puso todo su empeño, estuvo en cada uno de los procesos que se vivieron, puso su corazón y todos los medios de los que poseía para que este gran proyecto diera los frutos que esperaba. Donó su herbario, armó el jardín con árboles de su propia casa, hizo del colegio su segundo hogar. Y trató de que lo fuera también para sus alumnos y sus familias. Por eso contrató a los mejores profesores desde Alemania, asesorándose para eso de su amigo el Pastor Müller, quien fue su mando derecha en este negocio en el viejo continente. 31
Grossbach, Günter, Op. Cit., pág 282
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El porqué de la laicidad sostenida fuertemente por Anwandter la explica Grossbach con claridad: “Anwandter no era ateo (…) para él los contenidos religiosos no debían estar en contradicción con la visión del mundo desarrollada por las Ciencias en su rápida evolución. Y por ello rechazaba las iglesias dogmáticas de su tiempo, tanto la protestante como la católica. No el dogma, sino en la acción reside el aspecto de la religiosidad reconocido por él. Y por eso, era su voluntad que el colegio se mantuviera libre de confesiones religiosas.”32 El 7 de enero de 1853 murió su esposa Emilie a causa de un ataque de apoplejía 33, a dos años de su llegada a Chile, a los 50 años llevaba 28 años casada con Carlos. Y para colmar el dolor del pobre viejo, dos semanas después muere su hija Thusnelda a los 19 años, a causa de la hidropesía34 que la aquejaba ya desde antes de embarcarse, y a pesar de todos los intentos que hicieron los médicos por ayudarla, e incluso los baños de mar que se daba en la bahía de Corral no sirvieron para recuperarla de la enfermedad. Cinco años más tarde debería sufrir la muerte de otro hijo el 3 de abril de 1858., Wilhelm falleció a los 24 años de tifus, a pesar de los enormes cuidados que él mismo de prodigó. La cadena de muertes continúa con la de su yerno de 44 años Theodor Körner, padre de seis hijos menores de edad, esto en mayo de 1865. En septiembre de 1853 muere su padre en Luckenwalde.
Luego de esta lista de muertes, en febrero de 1859 y seis años después de la muerte de Emilie, Anwandter contrae matrimonio con Maria Henriette Muhm, de Kassel. Esta mujer 28 años menor que su marido no le dio más hijos, como así lo demuestra en el testamento de 1863 de Carlos, donde declaraba la inexistencia de descendientes hasta la fecha. La familia se unió gracias a otro matrimonio, Otto Anwandter se casa con una hermana de ella en 1860, iniciándose la línea Anwandter-Muhm. Los últimos legados que realizó Anwandter los podemos ver en su testamento, donde le deja todas sus empresas y bienes inmuebles a la Firma Anwandter Hermanos, 32
Ibíd., Pág. 316 Según la RAE, Apoplejía: Suspensión más o menos completa, y por lo general súbita, de algunas funciones cerebrales, debida a hemorragia, obstrucción o compresión de una arteria del cerebro. 34 Según la RAE, Hidropesía: Derrame o acumulación anormal de líquido seroso. 33
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es decir a sus hijos, y a su esposa Emmy la casa donde residía, la platería y objetos de valor que ella desee, además de una pensión de 636 pesos. De la que no alcanzaría a gozar, pues muere a las pocas semanas del deceso de su marido el 28 de septiembre de 1889 a los 60 años de edad. Se preocupa también de pagar todas las deudas existentes, de premiar a los que le fueron fiel y lo cuidaron, de beneficiar a las instituciones que ayudó a formar. Así, “El 10 de Julio de 1889, a las 11:00 hrs. de la noche, víctima de una afección renal fallece a los 88 años en su casa de la Isla Teja”35 La muerte lo sorprendió de la mejor manera en que podía hacerlo, pues a pesar de estar completamente ciego, alcanzó a dejar todo en orden. Pudo apreciar los beneficios que produjeron en la sociedad cada una de sus obras, alcanzó a disfrutar su éxito y a mostrarse como siempre fue, humilde y presto a brindar su ayuda a quien lo necesitara. En el momento en que la directiva del colegio lo fue a visitar para contarle que harían una estatua en su honor, precisamente en su obra más querida. Respondió con asombro y al comienzo rechazó la idea, para luego aceptarla sólo si se hacía de forma sobria. Pues su afán no fue nunca destacarse ni sobresalir, a pesar de sus muchos méritos y aunque la vida cada vez más lo empujaba a ello. Este hombre humilde recibió los honores que su alma generosa y pródiga había esparcido durante sus 88 años de vida. Los funerales se realizaron a las tres de la tarde del viernes 12 de esa semana, la tristeza invadió al pueblo, tanto alemanes como chilenos. Recibió en su sepultura muestras de cariño de todos los que alguna vez tuvieron relación con él, ya sea directa o indirectamente. La marcha fúnebre recorrió desde su casa por el jardín hasta su tumba, ubicada en el cementerio familiar de la Isla Teja. La cantidad de gente que se reunió para despedirlo fue enorme, el Coro del Colegio Alemán, todos los bomberos de la compañía que ayudó a formar vestidos de gala impecable, todas las autoridades de la provincia y el pastor de Valdivia realizaron discursos emotivos y profundos en su memoria. En Santiago, así como en el resto del país, los alemanes se preocuparon de hacer pública la noticia de la muerte de este hombre cuyos méritos lo hacían merecedor. “Un representante de las instituciones de beneficencia dijo de él: “En su sepelio, autoridades chilenas altamente colocadas pudieron decir de él: ‘Inteligente, 35
ARCHIVO EMILIO HELD, FRANCO, Guillermo, Carlos Anwandter: a un siglo de su muerte 10 de Julio de 1889 a 1989
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honrado, modesto y laborioso, fue uno de los pocos que tienen por patria a todo el mundo y por familia a toda la humanidad, dedicándoles todo su esfuerzo. Un patriota de todo corazón, un intelectual, un industrial y un obrero se van con él’. O bien: ”36
Las Políticas de Estado en el Asentamiento Alemán La llegada a Chile de los colonos alemanes tiene el colchón de la ley del 18 de noviembre de 1845, donde se les autoriza a naturalizarse con el único requerimiento de renunciar plena y terminantemente a su patria primitiva, se les exime de pagar varios impuestos por 20 años, tienen tierras estatales seguras a su llegada para establecer alguna industria útil, con un número de cuadras determinada por zona geográfica y por los integrantes de la familia, con un préstamo del Estado cuya devolución era más que conveniente en un situación como la de los recién llegados. Todos estos incentivos estatales apoyaron la capacidad y el esfuerzo alemán en el desarrollo de cada una de las 36
ARCHIVO EMILIO HELD, El Correo de Valdivia, Homenaje a la Colonia Alemana en Chile, 12 de Diciembre de 1925
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empresas que comenzaron al llegar al Chile. Así, el apoyo estatal paralelo al esfuerzo de los colonos impulsaron favorablemente el desarrollo económico, político y social de la zona. Es por esto que Carlos Anwandter junto a Carlos Giessen, Guillermo Kindermann, Germán Ebner, Santiago Foltz y Germán Schüleke37, deciden el 4 de diciembre de 1851 solicitar la naturalización con todo lo que ello significaba, renunciar a ser ciudadanos alemanes, en presencia del Agente de Colonización y del Intendente de la Provincia presentar la solicitud. Cabe destacar que sólo en 1856, es decir cinco años después de este suceso el Gobierno promulga una nueva ley de naturalización, donde se ratifica lo dicho en la ley de 1845 y se declaran detalles que las autoridades civiles debían cumplir al respecto. De esta manera, la nacionalización de los colonos estuvo cubierta desde que se gestó el proyecto. La bienvenida estaba preparada junto con la invitación. Así la llegada de los emigrantes estuvo preparada y pensada desde mucho antes, los contratiempos que se presentaron fueron hechos totalmente previsibles, pero que en el contexto global no significaron más que las molestias naturales y totalmente comprensibles dentro de una migración a un país no acostumbrado a ellas, sobre todo en una zona tan abandonada como lo era Valdivia y sus alrededores. La presencia de don Vicente Pérez Rosales es antes que cualquier otra cosa, una bendición para alemanes y chilenos, pues su gestión fue impecable. A pesar de que se tuvo que enfrentarse a conflictos con chilenos en relación a las tierras inexistentes o inutilizables del Estado, debido al aumento descriteriado de los precios de terrenos que poco tiempo antes no eran más que potreros inútiles. La solución a esto se debió a su gestión y a la activa y diligente acción del Estado. Es una felicitación en este sentido al gobierno de Manuel Bulnes y Manuel Montt, pues en ambos períodos, se pueden apreciar avances contundentes en materia de colonización. Es enorme la cantidad de leyes y decretos que se efectúan en esta materia, sólo en relación a los alemanes de Valdivia y Llanquihue en el número 3 de los Anexos siguientes hay una selección de las que afectaron en la vida de Carlos Anwandter, su número es asombroso considerando la proporción de su emisión en relación a otro tipo de leyes. Con decretos puntuales para cada localidad que lo necesitase el Estado estaba presente velando por la perfecta 37
ARCHIVO EMILIO HELD, Correspondencia entre Bernardo Philippi y el Estado Chileno, carta número 175
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realización del negocio de colonización, como el decreto de marzo de 1853 para la Municipalidad de La Laja. El beneficio que recibieron los colonos de exención de impuestos fue vital en el desarrollo de la industria en la localidad, el cual los afectó incluso cuando estas estaban ya consolidadas, como cuenta el director del Colegio Alemán Hermann Balde en su crónica; él como profesor debía tributar los mismos 30 pesos que la fábrica de cerveza Anwandter Hermanos aunque las ganancias llegaban a millones, esto en la década de de 187038. Ésta a mi parecer, es una de las razones por la cual la fortuna de la familia creció en una forma tan acelerada, y su expansión por todo el país y la exportación a distintos puntos de América y Europa iba en constante y firme aumento39. Por otro lado la acertada medida del Gobierno de nombrar Agente de Colonización de la provincia de Valdivia a Vicente Pérez Rosales y como Agente de Colonización en Alemania a Bernardo Philippi, no hace más que allanar la ruta a los colonos. La presencia de alguien tan preparado y comprometido como Philippi en Alemania es en gran medida la causa del indudable éxito de la campaña, pues sin su acción comprometida hasta el punto de entregar sus objetos personales por cumplir su misión y la minuciosa selección de familias realizadas en entrevistas con la mayoría de ellos, es sólo una muestra de lo bien que estaba engranada la maquinaria de inmigración. Pues si en Alemania las cosas funcionaron de forma asombrosa gracias a Philippi, en Chile la Colonia debe su éxito sin duda alguna a la acción de Pérez Rosales. Quien casi pierde la vida en dos ocasiones en el lago Llanquihue en el cumplimiento de su deber reconociendo los terrenos aptos para el establecimiento de los alemanes. Por tanto la visión que tuvieron los colonos del Estado Chileno fue buena, con algunas reticencias sobre la lentitud de los procesos de administración, aunque se entiende y se acepta debido a lo apartado de la provincia. En cambio se celebra la rapidez con la que llega la policía, la seguridad de la vida en la provincia, la bondad de sus habitantes y se cae en cuenta de lo pacíficos que resultaron ser los indígenas del lugar. Pues contrario a todo lo dicho en publicaciones rondantes en Europa y en algunas zonas de Chile mismo, los mapuches resultaron ser gente pacífica, temerosa ante las 38 39
Grossbach, Op. Cit., pág 332 Revisar anexo 6. respecto a este tema.
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armas de fuego y dispuesta al intercambio comercial de productos. Por lo que el informe escrito por Anwandter a sus coterráneos “Mi emigración a la provincia de Valdivia en Chile (Suramérica) Una contribución al mayor conocimiento del país y guía de futuros emigrantes, Por Carl Anwandter Antes farmacéutico en Calau en la Baja Lusacia y miembro de la Asamblea Nacional Prusiana” viene sólo a alabar las virtudes del país y a mostrar de forma positiva sus carencias, esto debido a que era un informe destinado a su publicación publicitaria en el llamado a alemanes de un cierto nivel a emigrar y a formar parte de la nueva familia chileno-alemana de Valdivia.
Conclusiones La presencia de una persona en cualquier país que no sea su patria es difícil, debe enfrentarse a nuevas costumbres, lugares, clima, idioma la mayoría de las veces, leyes, y experimentar sensaciones que las más de las veces lo pondrán en situaciones incómodas. Sobre todo si el cambio es tan radical como de Alemania a Chile. En que desde las comidas hasta la educación de la gente afecta tanto al inmigrante como puede hacerlo la regulación y la bienvenida que le hagan su vecinos. La recepción es tan importante para los recién llegados como para los dueños de casa, pues ver –como fue en el caso de los valdivianos de 1850- a 85 alemanes, que no 31
entienden su idioma, lo más probable es que hayan visto su pueblo y hayan puesto caras de espanto por las condiciones en que se encontraba. Por lo que la primera impresión por ambos lados no debió haber sido la más agradable ni la más propicia para comenzar una relación que no termina hasta hoy. La adecuación a una nueva tierra, a pesar de que se tenga toda la disposición a la integración es difícil, sobre todo si es un lugar cerrado como es Chile. Que acepta con mucha reticencia los cambios, y que prefiere el ritmo lento de la vida que entrega ser el fin del mundo, más aún en 1850. Cuando el aislamiento era casi total y la vida de pueblo era lo que regía el tiempo de las personas. El cambio de vida de una ciudad como Calau a Valdivia debió ser fuerte, la agitación de una ciudad así contra la tranquilidad de un pueblo pequeño es contrastante, más aún para personas activas como Anwandter. Que gracias a ese espíritu de emprendimiento y agitación constante brindó a Valdivia la vida y prosperidad que hasta hoy acertadamente se le concede. Problema del Estado en la colonización sin embargo, es como dice Mauricio Rubilar Luengo: “al mismo tiempo que el Estado chileno fomenta, apoya, dicta leyes, crea agencias, reparte tierras y protege al inmigrante europeo, observa con indiferencia la partida de miles de chilenos lejos de su patria en busca de mejores condiciones laborales y de vida.”40 llegando a negarse al elemento nacional como agente colonizador durante todos los gobiernos del período. Es en este sentido la otra cara de la llegada de los alemanes, el contra del fomento de la colonización es el olvido de que el chileno es tan capaz como el europeo, y como tal es aceptado en el extranjero. Pero en Chile se pierden personalidades brillantes que para poder destacarse y surgir deben hacerlo en un país donde no se nazca y se muera en la misma condición social, rubro laboral o lugar de nacimiento. Así la diferencia que se genera en la sociedad entre el hombre culto de Europa y el roto chileno es abismante. Esta característica que perdura hasta hoy en el pueblo chileno es lo que a mi pensar les pavimentó la ascensión a los colonos. Pues entre un producto con nombre alemán, a uno con nombre chileno, el comprador no dudará y se inclinará por el primero. Lógicamente es así, pues la llegada de maquinaria especializada en cada rubro fue obra de extranjeros en Chile, es por eso que la industria cervecera Anwandter tuvo tanto éxito, no solo por la indudable calidad del producto, sino también por el peso de la marca y del nombre. 40
RUBILAR LUENGO, Mauricio, FALTAN BRAZOS, SOBRAN CHILENOS Anverso y reverso del discurso pro-inmigracionista del Estado chileno (1880-1900) LÉGETE, Estudios de Comunicación y Sociedad. Nº 3, Universidad Católica de la Santísima Concepción, Escuela de Periodismo, Diciembre de 2004 pág 66
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Así el sobrio inmigrante pasa a ser además de un foco de progreso un ejemplo de moral, pues al provenir del núcleo mismo del progreso y civilización son el ejemplo de ello. Por tanto mucho más deseables que un gañan chileno. Así la “mejora de la raza” sería completa, pero no por esto se debe tomar tan al pie de la letra lo expuesto por Rubilar Luengo, pues, desde su visión extrema del asunto es capaz de aceptar el beneficio que significó para Chile la llegada de los colonos, mas no de referirse al bien que se hizo en conjunto como sociedad mixta al desarrollo del país. A la mezcla de culturas para que el resultado híbrido sea más adecuado a su contexto y beneficioso para ambas partes.
Anexos Anexo1: Preguntas formuladas por los colonos a su llegada la puerto de Corral en 1850 al Agente de Colonización don Vicente Pérez Rosales. Compiladas en “La Colonización de Valdivia y Llanquihue”41. Se me presentó por escrito una serie de preguntas, a las cuales contesté lo más categóricamente que me fué (sic) dado, conformándome a las instrucciones dadas por el Supremo Gobierno al señor Philippi, a la ampliación de ellas en las notas que sucesivamente se habían dirigido a dicho comisionado, y a las leyes vigentes sobre inmigración. 41
PÉREZ ROSALES, Vicente, “La Colonización de Valdivia y Llanquihue”, Op. Cit., Pág. 30 a 33
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Encabezada el interrogatorio un cumplido a las autoridades del país por el cordial recibimiento que se les había hecho, y una demostración del más puro agradecimiento por la benevolencia con la que se les mitigaba la desgracia de abandonar a su país natal. Tras de este exordio seguían las preguntas siguientes, la mayor parte de ellas aplicables a los colonos que venían costeando su pasaje. 1º ¿Qué medidas debe tomar el inmigrado para ser ciudadano chileno? 2º ¿Cuánto tiempo después de se llegada debe serlo? 3º ¿Si tiene voto en las elecciones? 4º ¿Si habiendo algunos disidentes entre ellos se les obliga a abandonar la religión de sus padres? 5º Si disidentes ¿pueden casarse entre ellos? 6º ¿Qué tramitaciones deberán observarse para que el matrimonio sea tenido por valedero y legal en este caso? 7º ¿Si los hijos de los disidentes se han de bautizar según lo prescribe la iglesia católica? 8º ¿Qué debe hacerse para que quede constancia de la legitimidad de los hijos en caso contrario? 9º Si la conveniencia de las colonias exigiese la formación de aldeas, ¿pueden esperar que recaigan en alguno de ellos el título de juez? 10. ¿Si pueden ser enrolados en las guardias cívicas? 11. Si al abrir caminos de conveniencia pública ¿pueden contar con la cooperación del Gobierno? 12. Si los tratos y contratos celebrados por ellos en Alemania para cumplir en Chile ¿son firmes y valederos aquí? 13. ¿Cuál es el máximum y el mínimum del valor asignado a los terrenos fiscales? 14. Si compran terrenos a particulares ¿tendrán que pagar alcabala? 15. ¿Cuántas cuadras de tierra puede comprar al Fisco cada colono? 16. ¿Si se les exige el dinero al contado? 17. Si al cabo del plazo no tuvieran como pagar, ¿se les recibe el interés corriente hasta que puedan hacerlo? 18. ¿Si puede el Gobierno de Chile asegurar terrenos para mil familias? Este curioso e interesante interrogatorio, elaborado en Alemania, en presencia de regalías que se desean conservar si se poseen, o buscarlas en otra parte en caso contrario, debería tenerse a la vista siempre que llegare el caso de atraer inmigraciones voluntarias, sobre toda región que no fuere del todo conocida. Desde luego se vé (sic) que la primera aspiración del emigrante que rompe por necesidad, por conveniencia o por desgracia el vínculo que le ata al país donde vió (sic) por primera vez la luz del sol, es la de reanudarlo para atarse de nuevo con él a la patria de su elección. La segunda, el libre ejercicio de la religión en que sus padres lo criaron. La tercera, la constitución de la familia, y la última, la de ser propietario de terrenos.
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Según la carta 98 del ARCHIVO EMILIO HELD “Correspondencia entre Bernardo Philippi y el Estado Chileno” las respuestas dadas a cada una de las preguntas son: 1. Declarar ante la autoridad que el Gobierno señale, si irrevocable voluntad de ser ciudadano chileno, con entera sujeción a las leyes de la República, del mismo modo que los hijos del país, y con plena renunciación a su primitiva patria. 2. En el momento que quede evacuada la diligencia que indica la contestación anterior. 3. Son chilenos en todo. 4. Para los colonos que quieran avecindarse en Chile hay una completa tolerancia. La libertad de creencia privada e individual será tan segura para ellos como lo es actualmente para todos los extranjeros que residen en el país, sin profesar la religión católica. La libertad del culto público no está en las facultades del Gobierno el concederla. 5., 6., 7., 8. Se contestó a todas estas preguntas con la ley vigente del 6 de septiembre de 1844 sobre matrimonios entre disidentes. 9. Siendo chilenos como los demás es claro que esto no ofrece inconvenientes. 10. El Gobierno quiere eximirlos de esta obligación por el tiempo que duren sus exenciones; pero si ellos lo desean lo serán. 11. Si. 12. Si no atacan a la moral y a las buenas costumbres lo son. 13. El valor de los terrenos fiscales de Valdivia, gira entre el máximo de tres pesos cuadra y el mínimum de seis reales. 14. En los años que gozan de excepciones, no. 15. Si la adquisición de tierras se hiciere en el territorio que media entre el Bío-Bío y Copiapó, ocho por cada padre de familia y cuatro por cada hijo mayor de catorce años. Si es al Sur del Bío-Bío y al norte de Copiapó veinticinco cuadras por cada padre y doce por cada hijo mayor de diez años. 16., 17. No se les exige el dinero al contado, se les darán plazos largo y cómodos, y cuando no pagaren a su vencimiento, abonarán un interés moderado hasta que satisfagan el total de la deuda.
Anexo 2: De Documentos sobre la Colonización del Sur de Chile, de la Colección Histórica de Emilio Held. Bosquejo Histórico, nómina de barcos y personas que llegaron entre los años 1840-1875. 197042 La Lista de los Barcos (1840-1875) Número de pasajeros, su procedencia y profesiones.
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ARCHIVO EMILIO HELD. Documentos sobre la Colonización del Sur de Chile, De la Colección Histórica de Emilio Held. Bosquejo Histórico, nómina de barcos y personas que llegaron entre los años 1840-1875. 1970. Tabla en página 17, y nómina y referencia biográfica en página 27
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Nombre del
Salida y llegada
Hombres
Mujeres
Niños
Total
-
-
-
-
4.12.1851
26
9
8
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Hermann
Valdivia -.-.1855
22
19
17
58
A. O. kleingarn
Hamburgo
Barco Nombre del Capitán Hermann
-.-.1846
-
Hamburgo 22.9.1846
Hermann
Valdivia 3.9.1851
O. Kleingran
Hamburgo
22.11.1954 Nómina de personas con las cuales llegó el velero ‘Hermann’ bajo el mando del capitán J. Simonsen, el 13 de Noviembre de 1850. Estos emigrantes salieron desde Hamburgo hacia Valdivia el 29 de Junio de 1850. ANWANDTER, Carl, nació en 1801 en Calau, Luckenwalde, Farmacéutico, antiguo Alcalde y Diputado, 49 años, llegó con su esposa Emilie Faehndrich, nacida en 1802, (fallecida en 1853), 48 años y dos niños de 18 y 16 años, Thusnelde nacida en 1832 t Wilhelm nacido en 1834. Se casó por segunda vez, con Emma Muhm, nacida en 1829 en Cassel. ANWANDTER, Hermann, de Calau, Farmacéutico ANWANDTER, Richard, de Calau, nació en 1828 ANWANDTER, Wilhelm, de Calau, carpintero, 16 años nació en 1834. ANWANDTER, Laura Koehler de, nació en 1830 ANWANDTER, Otto, de Calau, 14 años, nació en 1836
Anexo 3: A continuación las leyes y decretos de colonización que afectaron a Carlos Anwandter a lo largo de su vida. Ley 18 noviembre 1845 COLONIAS DE NATURALES I ESTRANJEROS – SE AUTORIZA AL EJECUTIVO PARA ESTABLECERLAS.
Santiago, 18 de noviembre de 1845 –Por cuanto el Congreso Nacional ha acordado el siguiente proyecto de lei:
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> I por cuanto, oido el Consejo del Estado, he tenido a bien aprobarlo i sancionarlo, por tanto, dispongo se promulgue i lleve a efecto en todas sus partes como lei de la República. –Manuel Bulnes-Manuel Montt.- (Boletín, libro XIII, pájinas 164: 165, año 1845).
Decreto 29 enero 1850 ADUANA DE VALDIVIA Santiago, enero 29 de 1850. (37). En vista de la consulta del Administrados de Aduana de Valdivia y de lo espuesto por el Contador Mayor en el informe que precede, He venido en acordar y decreto: 1.º Apruébase la conducta observada por el Administrador de la Aduana de Valdivia al eximir de la presentacion de pólizas y manifiestos por menor a los primeros colonos que arribaron a aquel puerto, para la internacion de sus equipajes, muebles y útiles de labranza y otros artículos de su uso particular.
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2.º En adelante dicho Administrador, siempre que los colonos traten de introducir muebles, útiles de agricultura u otros artículos de uso, examinará si son o nó destinados al comercio, eximiéndolos del derecho de póliza en este último caso; pero siempre exijirá los manifiesten por menos y corran las pólizas prevenidas por el Reglamento de Aduanas, con el objeto de acreditar la internacion y de precaver cualquier fraude. Tómese razon, comuníquese y archívese. BÚLNES. Manuel Antonio Tocornal. Decreto 11 octubre 1850 MINISTERIO DEL INTERIOR. Colonizacion en Valdivia. Santiago, octubre 11 de 1850. (246). Autorizado por la lei de 18 de noviembre de 1845 para establecer colonias de estanjeros en la República, y para dictar cuantas providencias parezcan conducentes a su prosperidad, Y considerando: 1.º Que ya han llegado algunos colonos a Valdivia, y que según las noticias transmitidas al Gobierno desde Alemania, debe esperarse en breve mayor número de familias; 2.º Que miéntras no se establezca un órden regular en la colonizacion , con conocimiento prévio de los lugares que deben destinarse a este objeto, es de absoluta necesidad que haya una persona encargada por el Gobierno de recibir los colonos, señalarles y entregarles el terreno que deben ocupar, preparar los edificios en que desde luego deben asilarse, y de todas las medidas relativas a si establecimiento; 3.º Que para juzgan con acierto los obstáculos que la colonozacion encuentre en sus principios, para allanarlos y establecer con noticias positivas las reglas a que este asunto deba sujetarse en adelante, es necesario que un comisionado intelijente se contraiga a examinar de cerca el negocio, a estudiarlo en todas sus partes, residiendo por algun tiempo, si fuere necesario, entre los mismos colonos. 4.º Que atienda la falta del conocimiento del idioma, su ignorancia de las leyes y costumbres del pais, del órden y jerarquías de las autoridades establecidas, es indispensable que haya un funcionario que se entienda inmediatamente con los colonos, que a nombre de ellos, y en su representacion , haga peticiones a dichas autoridades y reclame lo que les correspondiese de justicia o que fuere conveniente otorgarles para le buen éxito de la colonizacion; 5.º Que los trabajos y atenciones que la llegada de los colonos y el cuidado de su establecimiento impondrá, miéntras se adopta un sistema acomodado a las circunstancias locales y probado prácticamente, no pueden ser desempeñadas por el Intendente de la Provincia sin perjuicio de otras
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atenciones del servicio, y sin prestar a la colonizacion toda la contraccion que en sus principios y por su falta de antecedentes que sirvan de guia, requiere; He acordado y decreto: Comisiónase a D. Vicente Perez, para que, en clase de ajente de la colonizacion en Valdivia, se traslade a aquella provincia y se encargue de atender inmediatamente al establecimiento de los colonos y a promover todas las medidas que sean conducentes al buen éxito de tan importante negocio. Durante el tiempo que desempeñe esta comision, gozará de la asignacion anual de dos mil pesos, que se deducirán de la partida de imprevistos del presente año. Refiérase, tómese razon y comuníquese. BÚLNES. Antonio Varas.
Decreto 14 marzo 1853 MUNICIPALIDAD DE LA LAJA. Anjeles, marzo 14 de 1853.
112 Apruébase el acuerdo de la Municipalidad del Departamento de la Laja, que destina veinte i cuatro sitios en la nueva poblacion proyectada, para cederlos a las primeras familias alemanas que se establezcan en esta ciudad. Tómese razon, comuníquese i publíquese. MONTT. Antonio Varas.
Decreto 18 julio 1856 NATURALIZACION DE COLONOS EN CHILE. Santiago, julio 18 de 1856. (77) Teniendo presente lo dispuesto en la lei de 18 de noviembre de 1845, i siendo necesario designar la autoridad ante quien los colonos estranjeros avecindados en la provincia de Valdivia o en Llanquihue hayan de hacer la declaración de la que habla el artículo 5.º de dicha lei, para obtener naturalizacion en la República, decreto: Art. 1.º Los estranjeros que se establecieron como colonos en Chile i que desearan naturalizarse, manifestarán su designio ante la Municipalidad del departamento en que residen. Si su residencia fuere en
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el territorio de Llanquihue harán esta manifestacion ante una comision compuesta del Intendente i de los dos Alcaldes. Art. 2.º La Municipalidad del departamento respectivo, o la comision de que habla el artículo anterior, es su caso levantará una acta de cada declaracion de esta clase que ante ella se hiciere, i despues de anotada en un libro que se llevará al efecto, la elevará original al ministerio del Interior. Art. 3.º Estas actas de pasarán por el Ministerio del Interior al Senado, para los efectos del artículo 7.º de la Constitucion, i en vista de la declaracion del Senado, el Presidente de la República espedirá la correspondiente carta de naturaleza. Tómese razon, comuníquese i publíquese. MONTT. Antonio Varas. Decreto 25 mayo 1864 COLONOS ALEMANES DE VALDIVIA. Santiago, mayo 25 de 1864. (49) Visto este espediente, con lo informado por el ex–ajente de colonizacion don Vicente Pérez Rosales, lo espuesto por el Fiscal de la Corte Suprema de Justicia, i considerando; 1.º Que aunque por decreto de 31 de marzo de 1860 se declara que los emigrados alemanes avecindados en otros lugares que los comprendidos dentro del territorio colonial de Llanquihue no deben considerarse como colonos, los que se encuentren en la provincia de Valdivia están allí establecidos con consentimiento del mismo Gobierno, puesto que en octubre de 1850 nombró a don Vicente Pérez Rosales para que como ajente de colonizacion en aquella provincia, se trasladase a ella i se encargara de atender al establecimiento de los primeros; 2.º Que los colonos venidos a Valdivia celebraron un contrato con un ajente acreditado por el Gobierno con este objeto, contrato por el cual se les aseguró la exencion del pago de todo impuesto fiscal durante el tiempo que determina la lei de colonizacion , i que está subsistente, aunque la afluencia de colonos haya obligado a dictar providencias particulares sobre la materia i a señalar territorio determinado para la colonizacion, independiente de la provincia de Valdivia; i 3.º Que si la lei de 18 de noviembre de 1845 fué mal comprendida por los ajentes de colonizacion en Europa o mal esplicada en cuanto a la determinación del lugar donde deberian establecerse los colonos, la culpa no es de estos últimos, ni esa circunstancia puede privarles el derecho de exijir el cumplimiento de los favores prometidos, puesto que se encuentran dentro del territorio fijado por esa misma lei, i no demandan la exencion de los derechos fiscales para propiedades adquiridas por otros títulos de mano de tercero; He acordado i decreto: Los colonos alemanes establecidos en la provincia de Valdivia, avecindados en ella ántes que el decreto de 31 de marzo de 1860 fijase el territorio colonial de Llanquihue, tienen derecho al perfecto goce
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de los privilegios que el artículo 4.º de la lei de 18 de noviembre de 1845 concede a los colonos que se domiciliaren en algún puerto del territorio que en ella se fija, siempre que dichos colonos hubieren por su parte cumplido con la citada lei i los decretos posteriores relativos a colonizacion; entendiéndose que la exencion de derechos fiscales que la lei les acuerda se refiere únicamente a las propiedades que como tales colonos hayan recibid del Fisco. Tómese razon i comuníquese. PÉREZ. Alejandro Reyes. Decreto 7 agosto 1865 MINISTERIO DE HACIENDA. Colonos alemanes establecidos en Valdivia. Santiago, agosto 7 de 1865. (148) Vista la solicitud que precede, con lo informado sobre ella por el ex–ajente de colonizacion, don Vicente Perez Rosales; i Considerando: 1.º Que los alemanes establecidos en Valdivia han llegado allí en calidad de colonos, i que como tales tienen derecho a las franquicias concedidas por el artículo 4.º de la lei de 18 de noviembre de 1845; 2.º Que según los datos que arroja este espediente los terrenos asignados a tales colonos no eran aplicables al cultivo sino en fuerza de trabajo i gestos mui superiores a su valor, por lo que los abandonaron en su mayor parte para adquirir otros de su cuenta en mejores condiciones; 3.º Que esta circunstancia no los inhabilita para el goce de las concesiones de la lei ántes citada, por cuanto por su parte cumplieron en lo posible con los requisitos de la misma lei; 4.º Que el decreto de 25 de mayo de 1864, al declarar extentos de impuestos a los colonos que cumplieron con tales requisitos, no escluye a los que habiéndolos cumplido, han variado de domicilio, dentro de la misma provincia, por no haberles tocado terrenos a propósito para sus industrias i cultivos; 5.º Que segun el espíritu de la lei de 1845 debe darse a los colonos todas las facilidades compatibles con ella para el progreso i prosperidad de la misma colonizacion; He acordado i decreto: Art. 1.º Sin embargo de la declaracion del decreto LIBRO XXXIII.
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de 25 de mayo de 1864, se consideran en el goce de las concesiones otorgadas por la lei de 18 de noviembre de 1845 los colonos alemanes establecidos en las subdelegaciones 1.ª, 2.ª, 3.ª i 7.ª del departamento de Valdivia i en la 1.ª del de la Union, aunque en ellas se hayan fijado por adquisiciones de propiedades distintas de las que les fueron asignadas como colonos, con escepcion de aquellos que siendo
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propietarios de fundos afectos al pago de impuestos en esos lugares hayan fijado su residencia fuera dela provincia. Art. 2.º El Factor Jeneral del estanco, previos los datos correspondientes, modificará los rejistros del impuesto agrícola de los mencionados departamentos, i cancelará al respectivo Administrador de Estanco los cargos que tenga formados por dicho impuesto. Tómese razon, comuníquese y publíquese. PÉREZ Alejandro Reyes Decreto 12 septiembre 1888 ESTUDIO SOBRE CHILE Santiago, 12 de Septiembre de 1888. He acordado y decreto: Comisiónase al jefe de la sección de Ferrocarriles y Colonización del Ministerio de Industria y Obras Públicas, don Manuel Rodríguez Mendoza, para que escriba un estudio histórico político e industrial sobre Chile, destinado á dar á conocer el país á los emigrantes libres o colonos que se contraten ó inscriban en los registros de la Agencia General de Colonización en Europa. Dicho estudio se considerará comprendido dentro de las obligaciones que le corresponden al mencionado jefe de sección, el cual cuidará especialmente de ratificar en la referida obra las apreciaciones erróneas que se han consignado en algunas publicaciones extranjeras acerca de las condiciones de seguridad y progreso de las colonias de Malleco y Cautín. Comuníquese y publíquese. BALMACEDA. V. Dávila Larraín. Decreto 31 diciembre 1888 COLONIZACIÓN Santiago, 31 de Diciembre de 1888. Siendo conveniente llevar en una sola oficina la contabilidad de los libramientos que en Europa expida el Agente de Colonización para que los colonos, una vez en Chile, sean reembolsados de las sumas que le entregan al tiempo de contratarse, Decreto:
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Las tesorerías á que esos nombramientos se diriian (sic), los pagarán, por cuenta de la de Santiago, con el recargo correspondiente al tipo que tenga el cambio en la fecha de esta operación, é inmediatamente avisarán a la tesorería mencionada el valor primitivo de la letra y el recargo con que este valor hubiere sido cubierto en moneda nacional. Al pagar los libramientos que hubieren sido hechos contra ella misma, ó al rejistrar en sus libros los que hubieren sido cubiertos por otras tesorerías, la de Santiago cargará, en una cuenta que desde esta fecha debe abrir el Agente de Colonización, el importe del libramiento á la par y el recargo respectivo, oportunamente pedirá la aprobación e imputación de los gastos que por este motivo se hubieren verificado, y teniendo á la vista el decreto correspondiente, abonará a la cuenta referida igual valor al Agente de Colonización, y mensualmente pondrá en conocimiento de este empleado las operaciones que practicare con arreglo á las presentes disposiciones. Tómese razón, comuníquese, publíquese é insértese en el Boletín de las Leyes y Decretos del Gobierno. BALMACEDA.
Demetrio Lastarria.
Anexo 4: “Mi emigración a la provincia de Valdivia en Chile (Suramérica) Una contribución al mayor conocimiento del país y guía de futuros emigrantes, Por Carl Anwandter Antes farmacéutico en Calau en la Baja Lusacia y miembro de la Asamblea Nacional Prusiana”. En ANWANDTER Carl, Desde Hamburgo a Corral, Diario de viaje a bordo del velero Hermann. Colección Clásicos de la Literatura Chilena, Pehuén Editores, Santiago, julio 2001. Pág. 183, sobre el general Cruz Pág.165 y 167. En sus primeros momentos Anwandter habla de St. Jago al referirse a Santiago, probablemente debido a una cuestión fonética y que no había visto en nombre escrito antes. “La vida política es muy activa. Se toma partido y durante el tiempo de elecciones presidenciales los partidos se agrupan alrededor de sus candidatos y están fuertemente diferenciados. Domina el partido liberal moderado. El demócrata está en vías de crecimiento y en las provincias del norte parece haber
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aumentado; incluso el socialista, aunque algo osado, está asentado en las grandes ciudades, especialmente en St. Jago, Valparaíso, Aconcagua y Concepción. Si no hubiese sido por el levantamiento de St. Jago, hubiera tenido incluso posibilidades de sacar adelante a su candidato, el general Cruz, en los distritos habitados. Ahora las mejores perspectivas son para don Manuel Montt, candidato del Partido Constitucional Liberal, que es respetado como hombre muy instruido y de buena voluntad, en el que la emigración alemana tiene depositadas grandes esperanzas. El Partido Socialdemócrata cuenta ya con dos o tres ampliamente extendidos órganos de prensa, los cuales tal y como he oído, fueron reprimidos durante los 40 días que duró el sitio militar y, según he leído, los folletos del partido llevaron a cabo una fuerte crítica, sin ninguna clase de restricción de prensa. En nuestra provincia naturalmente todavía no existe ningún tipo de prensa, pero sí hay suficiente en Valparaíso, St. Jago y otras grandes ciudades del norte.” “El partido socialdemócrata intentó en abril de este año un levantamiento en St. Jago, para hacer subir al poder a su candidato, el general Cruz, pero sin contar con el apoyo popular. Los pocos militares que consiguieron ganar para sus fines fueron pronto doblegados por la milicia civil y el resto de los militares, de manera que todo se solucionó en pocas horas y no hubo mayores consecuencias que las pocas víctimas que cayeron en la misma lucha, y el estado de sitio para las dos provincias de St. Jago y Valparaíso, lo cual acá no ha sido tomado tan en serio como por los valientes y soberanos alemanes, sus “Hahnaus” y sus “Wranglers”. En todo el resto del país no ha tenido la revuelta de St. Jago ninguna consecuencia y aquí en Valdivia no nos hemos enterado hasta mayo de lo ocurrido, a pesar de que el batallón Valdivia, que estaba en St. Jago, había participado precisamente en la rebelión.”
Anexo 5: En el Homenaje a Vicuña Mackenna tomo 2º capítulo XXXII podemos ver en relación a la colonización alemana su estudio, y lo referido a la libertad de culto en privado.
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