Antropología de Prácticas Digitales

January 21, 2018 | Author: Abraham Paulsen | Category: Blog, Technology, Science, Internet, Utopia
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Descripción: Sociedad informacional Tecnologías de la información Cambio social Conocimiento Internet...

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Ensamblajes de esperanza Un estudio antropológico del bloguear apasionado Adolfo Estalella

Tesis presentada para el título de doctor Programa interdisciplinar de Doctorado en Sociedad de la Información y el Conocimiento

Universitat Oberta de Catalunya Barcelona, 2011

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Tesis digida por: Dra. Elisenda Ardévol y Dra. Agnés Vayreda, Estudis d'Arts i Humanitats (UOC).

Ensamblajes de esperanza. Un estudio antropológico del bloguear apasionado. Versión 1.1. Esta tesis y sus posteriores versiones pueden ser descargadas desde la dirección: http://www.estalella.eu/ensamblajes-de-esperanza Contacto: [email protected] # http://www.estalella.eu

Esta tesis ha sido posible gracias a una beca del Internet Interdisciplinary de la Universitat Oberta de Catalunya que disfruté entre septiembre de 2005 y agosto de 2009. Durante ese periodo recibí también la ayuda económica de una beca de movilidad de la Agència de Gestió d'Ajust Universitaris i de Recerca de la Generalitat de Catalunya y del COST298 group de la Comisión Europea.

Licencia Esta tesis puede ser copiada, reproducida y modificada total o parcialmente por cualquier medio siempre que se mantenga la atribución al autor y se comparta en los mismos términos la obra derivada. Los términos de uso quedan establecidos por una Licencia Creative Commons de tipo Atribución-Compartir en los mismos términos, pueden consultarse en el sitio web: http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/es/deed.en

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A mi padre, de él aprendí a mirar el mundo con una sana ironía

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Agradecimientos Dar las gracias es retornar el don, la virtud. Si alguno tengo se lo debo a mi familia. Yo soy únicamente el efecto de sus afectos. Mi madre siempre dice que nunca se dan las gracias a la familia, que no es necesario, así que esto no es un agradecimiento. Gracias madre por los esfuerzos que durante toda tu vida has hecho por mí. Gracias a mi padre y gracias a mi hermano por haber depositado su amor y su confianza en mí. Gracias a aquellas personas que a lo largo de estos largos años me han ayudado, me han enseñado y han contribuido a que me formara como investigador. Muchas gracias a los investigadores del Virtual Knowledge Studio for the Humanities and Social Sciences de Amsterdam por su acogida y hospitalidad. Durante mis cuatro meses de estancia en el centro pude ser testigo del valor de la colaboración en la ciencia. Y muy especialmente gracias a Anne Beaulieu por su generosidad. Gracias a mis amigos; Saulo, Adolfo, Eduardo, Begoña, Cristina, Lucía y Javier por su paciencia conmigo, por su recurrente hospitalidad, por los cafés, las confidencias y por haber velado por mi bienestar. Gracias a Mertitxell y a Janine por hacerme sentir que Barcelona era mi hogar. Gracias a Edgar por las discusiones inacabables. Gracias a Lorena por haber sido parte de mi, por ser parte de esta tesis. Gracias a quienes generosamente sacaron tiempo para leer parte de este manuscrito a última hora: Maribel Blázquez y Ana Toledo entre otras. Gracias a Tomás Sánchez Criado y Virtudes Téllez, porque hemos compartido dichas y desdichas en el tramo final de unas tesis que parecían inacabables. El trabajo académico que no es compartido no merece la pena. Gracias a quienes de maneras diversas han contribuido a esta tesis: Rubén Blanco y Amaparo Lasén. Gracias a aquellos que indirectamente, sin ser conscientes, han dejado su huella, entre ellos Alberto Corsín. Gracias a Elisenda Ardévol y Agnés Vayreda por su dirección y a dos revisores externos por su lectura atenta y comentarios.

Gracias a Almudena por sus ánimos, su paciencia infinita, su insondable sabiduría vital. Gracias por estar a mi lado.

La meva gratitud a l’Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya per haver finançat la meva tesi durant els quatre anys que vaig a viure a Barcelona. Gracias a quienes me concedieron su tiempo y compartieron un pedazo de su vida. El relato que sigue es sólo posible gracias a ellos: Rosa Jiménez, Antonio Lafuente, Tíscar Lara, Julen Iturbe, Marcelino Madrigal, Enrique Dans, Julio Alonso, Antonio Fumero, José Antonio del Moral, Antonio Esteve, Jordi Abad, Marta Castro, Pedro Cluster, José M. Cerezo, Gemma Ferreres, David de Ugarte, Matt Mullenweg, Thomas N. Burg, Carlos Guadián, Mauro Entrialgo, Fernando Tricas, Pau Llop, Christian González, Luis Rull, Victoriano Izquierdo, Juan Jaén, Álvaro Ibáñez, Juan Julián Merelo, César Calderón. Gracias especialmente a Tíscar por su amistad, a Antonio por su afecto, a Julen por su hospitalidad y a Marcelino por su ayuda.

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Ensamblajes de esperanza Un estudio antropológico del bloguear apasionado Agradecimientos..................................................................... 7 Introducción

Tecnologías apasionantes para la esperanza.................... 13 I. Contexto teórico Ámbito, vocabulario y reflexión metodológica

1. Antropología de lo digital............................................... 35 2. De la ontología múltiple a las expectativas de futuro. 53 3. Trabajo de campo entre bloggers.................................. 75 II. Relato etnográfico La Blogosfera revolucionaria

4. El bloguear apasionado................................................... 95 5. Las promesas de una Blogosfera revolucionaria....... 119 6. Infraestructuras temporales.......................................... 151 7. Entre el pasado y el futuro........................................... 185 8. El ensamblaje de las esperanzas................................... 225 III. Conclusión

Abordar las esperanzas de los otros de manera esperanzada..... 263 Bibliografía y anexos

Bibliografía.......................................................................... 285 Anexo 1. Ejemplo de un post del ‘blog de campo’....... 311 Anexo 2 Eventos blogger durante 2006 y 2007............ 315 Anexo 3 Los 100 blogs en español de Atalaya 2005..... 317 Anexo 4 Ranking de Alianzo............................................ 320 Anexo 5 Rankings y listas de blogs.................................. 328 Anexo 6 Lista de fuentes documentales.......................... 329

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Introducción

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Introducción

Tecnologías apasionantes para la esperanza Los bloggers apasionados Esta tesis investiga la esperanza que algunas personas depositan en la posibilidad de transformar la sociedad a través de la tecnología, de una tecnología específica de Internet: los blogs. Para muchos de aquellos con los que conviví durante mi trabajo de campo, los blogs son una revolución que va a transformar la sociedad, o que de hecho la está transformando durante el momento en que se realiza mi investigación. Hay quienes consideran que a través de los blogs y de su práctica de bloguear se abre la posibilidad de elaborar nuevos modos de hacer ciencia, para otros son una forma diferente de desarrollar el periodismo, una herramienta para nuevos modos de hacer política o un medio y contexto para transformar la educación. Esas son algunas de las expectativas en las cuales se explicitan sus esperanzas y que circulan en España durante los 18 meses de mi trabajo de campo durante 2006 y 2007. Pero antes de entrar en detalles es necesaria una breve mención sobre la tecnología a la que me refiero. El nacimiento de los blogs suele ubicarse en el año 1997, aunque hay algunos bloggers que lo trasladan incluso al mismo comienzo de la World Wide Web señalando la primera página web que elabora su inventor Tim Berners Lee como el primer blog (Orihuela, 2006). Una fecha clave es el verano de 1999, momento en que se crean en EE UU las primeras infraestructuras blog, servicios que ofrecen la posibilidad de elaborarlos fácilmente y de manera gratuita, desde cualquier parte del mundo (que disponga de 13

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conexión a Internet y que no esté censurada). Un individuo se da de alta y puede comenzar a escribir, y todo lo que publique aparecerá ordenado cronológicamente en la página web de su blog, accesible a cualquiera con acceso a Internet. Diez años después de su nacimiento, en 2007, se manejaban cifras según las cuales había unos 70 millones de blogs en todo el mundo (Sifry, 2007), una rápida extensión y asimilación similar a la experimentada por otras tecnologías de Internet. En esa década, los blogs y los bloggers que escriben intensamente a diario discutiendo asuntos de política, deportes, tecnología o sus vidas cotidianas, aparecen en la portada de diferentes revistas de tirada mundial como Time o BusinessWeek y se hacen un hueco en la primera página de medios de comunicación españoles como El País. Las empresas, los medios de comunicación y los partidos políticos comienzan a mostrar un intenso interés por ellos: algunos políticos abren sus propios blog como una forma para acercarse y acercar la política a los ciudadanos, dicen. En esa efervescencia se organizan eventos y reuniones de bloggers y se realizan publicaciones donde se consignan las promesas de que a través de los blogs se puede transformar la sociedad. Esas promesas constituyen un elemento fundamental de la práctica que constituye el referente empírico de mi investigación. O dicho de otra manera, mi etnografía se ocupa de personas que bloguean y que tienen la firme esperanza de que pueden transformar la sociedad a través de su práctica; están plenamente convencidas de ello y lo experimentan en carne propia en su cotidianidad. Pero, ¿qué significa transformar la sociedad? Significa, como he señalado, habilitar nuevos espacios para el desarrollo de la política, con nuevas reglas y nuevos protagonistas; para otros significa reformular los planteamientos clásicos de la educación, disolver los modelos jerárquicos de la empresa o desplegar las condiciones para nuevos modos de difundir el conocimiento y hacer ciencia, habilitando espacios de relación entre la academia y quienes antes eran su público. Una enorme esperanza acompaña a los blogs en la década que va desde su nacimiento hasta el momento en que se desarrolla mi trabajo de campo; una esperanza que viaja y se extiende alrededor del mundo de manera concomitante con el despliegue de la infraestructura material de esta tecnología. Mi proyecto, que comenzó como una indagación en las formas de sociabilidad mediadas por esta tecnología, acabó por orientarse hacia una práctica específica de bloguear, la que he designado como el bloguear apasionado, y hacia una dimensión particular de esta práctica: la esperanza. Mi trabajo investiga esa esperanza que emerge en torno a los blogs y las expectativas que la acompañan. A lo largo de las siguientes páginas intento contestar a una serie de cuestiones que gravitan en torno a esos conceptos fundamentales, la esperanza y las expectativas: - ¿Cuáles son las expectativas que se depositan en los blogs?, ¿cómo se elaboran? y ¿qué relación tienen con las utopías de Internet previas? - ¿Cómo se hacen presentes las expectativas tecnológicas en la práctica cotidiana de las personas?, ¿qué entidades toman parte en su producción? y ¿cómo circulan? - ¿Cuál es la relación entre las expectativas y la esperanza? y, si ambas se orientan al futuro, ¿qué relación mantienen con el presente y el pasado? - ¿Quiénes se esperanzan? y ¿cuáles son las condiciones de posibilidad para ello?

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- Y finalmente: ¿cómo emerge la esperanza? y ¿qué entidades toman parte en las instancias de esperanzamiento?

El objetivo de esta tesis es por lo tanto investigar en la emergencia de la esperanza que resulta cuando algunas personas deciden practicar una tecnología particular: los blogs. Mi intención no es caracterizar la esperanza, no pretendo únicamente señalar aquello que se espera, ‘lo esperado’, que muy habitualmente está delimitado por los discursos de las expectativas. Mi objetivo es desvelar las instancias de esperanzamiento entre los bloggers y las condiciones de posibilidad que hacen posible la emergencia de esa particular orientación hacia el futuro que denomino como esperanza, así como su circulación y sostenimiento a lo largo del tiempo. El bloguear apasionado Para investigar estas cuestiones me centro en el análisis de esa práctica particular que he denominado bloguear apasionado. Hay una enorme variedad de modos de organizar el bloguear y mi etnografía se ocupa de una articulación particular de esa práctica, la de aquellos individuos que bloguean a diario o casi a diario durante años, que han incorporado el blog en su actividad profesional y en su vida privada, que son expertos en la utilización de Internet y otras tecnologías, reflexivos con respecto a su práctica de bloguear e intensamente implicados en la construcción de eso que se denomina la Blogosfera (el conjunto de todos los blogs). Son personas que asisten a eventos blogger, que toman parte en su misma organización y, un aspecto fundamental, que depositan grandes expectativas en la capacidad de los blogs y la Blogosfera para transformar la sociedad. Además, se llaman a sí mismos bloggers y mantienen una intensa relación con esa tecnología que practican de manera cotidiana. Ese tipo de relación intensa no es excepcional de los bloggers ya que la despliegan también otras personas en contextos diferentes y en relación con otras tecnologías como algunos hackers (Coleman, 2010), jugadores de videojuegos en Internet (los que llaman power gamers) (Taylor, 2006), geeks de la FM (Dunbar-Hester, 2008), o radioaficionados (Haring, 2002). Se trata de una relación que no es la del usuario medio de la tecnología y que se corresponde con el desarrollo de lo que Kristen Haring ha designado como identidades técnicas (2002); un blogger o un hacker son, a fin de cuentas, personas que se identifican en determinados contextos a través de esas prácticas tecnológicas. No me ocupo, por lo tanto, de un conjunto de blogs con una temática en particular (aunque una buena parte de ellos escribe sobre tecnología), ni de un segmento socioeconómico o generacional definido por anticipado, ni de una tecnología de bloguear específica, ni de un colectivo que se reconoce como una comunidad aunque entre una buena parte de ellos existen lazos de amistad y relaciones diversas. El blogger más joven de mis informantes no ha cumplido 25 años mientras que el mayor le dobla en edad, lo cual no es óbice para que algunos aspectos de su práctica puedan ser descritos en los mismos términos. Así que me ocupo, como digo, de una práctica de bloguear específica, caracterizada por su intensidad temporal, el compromiso declarado con la Blogosfera, la reflexividad con respecto a esa práctica y las intensas expectativas que depositan en la

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capacidad de transformar la sociedad con esa tecnología; me ocupo del bloguear apasionado para indagar a través de él en la esperanza que emerge en la práctica cotidiana de esa tecnología. Expectativas y utopías digitales Pero las expectativas que se depositan en los blogs constituyen en realidad la manifestación novedosa de un proceso que acompaña a las tecnologías digitales e Internet desde su surgimiento. El último número de cada año de la revista estadounidense Time celebra desde hace décadas la tradición de escoger a “la persona del año”. Rosa Jiménez, una joven periodista que forma parte de los corresponsales de mi campo, se afanó en conseguir el número que cerraba el año 2006. En su portada figuraba un ordenador en cuya pantalla aparecía sobreimpreso: “You” (Tú) con una leyenda debajo que decía: “Tú. Sí, tú. Tú controlas la Era de la Información. Bienvenido a tu mundo”1. La revista estaba sancionando lo que consideraba la revolución de la participación en Internet. Más de dos décadas antes, en 1982, Time había designado por primera vez en su historia a un nohumano como “la persona del año” (van den Boomen et al., 2009: 7); en aquella ocasión recibía el reconocimiento el ordenador personal. Entre esos dos momentos que van desde la aparición de los primeros ordenadores personales hasta la que se ha designado como la Web 2.0, las tecnologías digitales han sido un espacio sobre el cual ha sobrevolado permanentemente la idea de una revolución, asociada primero al ordenador, después a Internet, a la World Wide Web, a la Web 2.0… o a los blogs. Siendo así, las llamadas a la revolución pueden pensarse como la repetición de la misma historia; pero como intentaré mostrar, aunque la noción de una revolución sea constante desde hace varias décadas, los modos en los que esa revolución se articula en la práctica son diferentes en cada momento. La manera como se entiende Internet, los actores que se movilizan, las prácticas que se despliegan y la forma como se entiende eso que se considera una revolución cambia en cada momento histórico. En realidad, esas expectativas tienen una tradición histórica mucho más larga que se extiende dos siglos atrás. Desde hace tres décadas los estudios sobre la historia de las tecnologías de la comunicación se han embarcado en la glorificación de lo que han sido santificadas como sucesivas revoluciones que acompañan a la aparición y despliegue de cada una de estas tecnologías (Flichy, 1993 [1991]). Primero la imprenta que la historiadora Elizabeth Eisenstein ha calificado como una “revolución no reconocida” (1994 [1983]: 15) por mucho tiempo en la obra de referencia que elabora en la década de los setenta La revolución de la imprenta en la era moderna (1994), pasando por la revolución del telégrafo, que Richard R. Headrick sitúa en el contexto de la empresa colonizadora europea del siglo XIX y que junto con otras tecnologías como los barcos de vapor, las armas de repetición y la quinina constituyen lo que designa como Los instrumentos del imperio (Headrick, 1989 [1981]), nombre que da título a la obra en la que propone sus argumentos. Y así, desde la imprenta hasta Internet (Briggs y Burke, 2002), la historia de la comunicación es retratada a menudo como una sucesión de nuevas revoluciones en las que cada tecnología de la comunicación 1 La frase original que se encuentra en la portada de Time en inglés es: “You. Yes, you. You control the Information Age. Welcome to your world”.

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concita intensas expectativas de transformación social y convoca toda una serie de visiones de futuro y esperanzas de cambio. Una vez que los ordenadores y la computación aparecen en escena parece que el paso de esa revolución simplemente se acelera. Las narrativas que acompañan a Internet están preñadas de promesas, de visiones de futuro y de expectativas de cambio que predican el reforzamiento de la democracia, la revitalización de las comunidades y la extensión de la participación ciudadana en la producción cultural. Esos son tres de los tropos más comunes que acompañan también a los blogs y sobre los que me detendré en la tesis al abordar las promesas y expectativas de la que se concibe como una Blogosfera revolucionaria. Bien es cierto que esas promesas benéficas contrastan con visiones distópicas que dibujan un futuro en el que los derechos civiles son mermados, la democracia debilitada y los ciudadanos son recluidos al papel de consumidores pasivos de la cultura. En uno u otro caso, lo reseñable es que las narrativas a las que me refiero no predican el presente, sino que se orientan hacia el futuro, hacia lo que ha de venir (sea benéfico o no). Así que no es de extrañar que una buena parte de los estudios que se realizan sobre estas tecnologías tengan al futuro que han de posibilitar como su objeto de análisis. De ello son claro ejemplo obras tan diversas como uno de los primeros análisis etnográficos sobre Internet que el antropólogo David Hakken realiza a finales de los noventa con el título de Cyborgs@Cyberspace: an ethnographer looks at the future, el trabajo del sociólogo Tim Jordan sobre el activismo Activism!: direct action, hactivism and the future of society (2002), o la ampliamente divulgada obra de uno de los ideólogos de la utopía digital Nicholas Negroponte: El mundo digital. Un futuro que ya ha llegado (1999 [1995]). Esta orientación hacia el futuro está presente en otras tecnologías desarrolladas durante las últimas dos décadas, como las múltiples biotecnologías (Hedgcoe y Martin, 2003), la nanotecnología (Selin, 2007) o la telefonía móvil (Watts, 2008). En la introducción de un monográfico dedicado a la sociología de las expectativas en la ciencia y la tecnología, Mads Borup y sus colegas (Borup et al., 2006) sugieren que la dimensión promisoria de las tecnologías parece haberse intensificado a finales del siglo XX; como si las nuevas tecnologías desarrolladas en estos días estuviesen excepcionalmente cargadas de esa orientación futura. Pero independientemente de que esto sea así, lo cierto es que el futuro resulta un asunto esquivo para la ciencia social. Habituados a abordar el análisis del presente, las promesas, las expectativas y la esperanza desafían en buena medida los métodos de análisis de la ciencia social porque, ¿cómo acometer el análisis de un tiempo aún por llegar? Una buena parte de la literatura que analiza las narrativas que acompañan a las tecnologías digitales y que se presenta a sí misma como crítica se ha orientado a desvelar los intereses y motivaciones que hay tras la formulación de imágenes del futuro y de utopías tecnológicas, considerándolas ora deformaciones de la realidad, ora mistificaciones de ella (Flichy, 2003 [2001]; Cabrera, 2004; Mosco, 2005; Almirón y Jarque, 2008). Desde finales de la década de los noventa ha surgido un ámbito dentro de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología (eSCT) que ha dado una particular respuesta metodológica al dilema que plantea el análisis del futuro encarnado en las promesas de la tecnología. Se trata de la sociología de las expectativas, desde la cual diversos autores entre los que se encuentran Nik Brown (Brown, Rapper y Webster, 2000), Mads Borup (Borup et al., 2006) y Adam Hedgcoe (Hedgcoe y Martin, 2003), acometen el estudio de las visiones tecnológicas del

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futuro sin ocuparse de si se encuentran fundadas o si son sólidas. Por el contrario, la sociología de las expectativas se interesa por la dimensión performativa de esos futuros imaginados o, dicho de otra manera, explora la manera como las expectativas de futuro que se depositan en la tecnología tienen efectos sobre el presente. Pero si los mitos digitales, las visiones de futuro, las imputaciones de revolución y la noción de la utopía han acompañado habitualmente a muchos análisis sobre Internet y las tecnologías digitales, la esperanza raras veces ha sido tratada. El antropólogo Vincent Crapanzano señala justamente que el estudio de las revoluciones y de las utopías, de la clase que sean y del ámbito al que pertenezcan, ha tenido implícito el análisis de la esperanza sin reparar sin embargo en esta última como objeto específico de indagación (2003: 5). Esta tesis se orienta precisamente hacia el análisis de ese objeto, la esperanza, raras veces abordado en el análisis de Internet.

Las esperanzas cotidianas La esperanza, o más bien la desesperanza, ha suscitado el interés de los científicos sociales en los últimos años. Durante siglos ha sido el objeto privilegiado de la teología (Moltman, 1993 [1967]), más raramente tratado por las ciencias sociales (Swedberg, 2007), y la misma antropología (Crapanzano, 2003; Miyazaki, 2004, 2006; Zigon, 2009). Desde hace una década, sin embargo, algunos antropólogos y antropólogas entre los que se encuentran Vincent Crapanzano (2003), Hirokazu Miyazaki (2004, 2006), Annalise Riles (2010) y Ghassan Hage (2003) han hecho de la esperanza su objeto de estudio. Y no han sido los únicos porque otros científicos sociales han acometido una empresa similar2. Dos ámbitos en los que han comenzado a desarrollarse estas investigaciones con cierta amplitud son el de la geografía, específicamente el urbanismo, y la economía, particularmente los sistemas financieros. Un tercer ámbito donde la investigación sobre la esperanza se ha desarrollado lo constituye el estudio social de la salud, donde se ha elaborado una creciente literatura desde la década de los noventa sobre la presencia e implicaciones de la esperanza en diversas facetas de la enfermedad y la medicina (Good et al., 1990). En relación con esto, recientemente ha acaparado interés el estudio de colectivos de pacientes concernidos que, organizados y esperanzados, intervienen directamente en la gestión de su enfermedad3 2

Si bien la esperanza aparece citada con cierta asiduidad en las monografías clásicas (Swedberg, 2007), la revisión que Vincent Crapanzano (2004) hace de la literatura clásica en antropología encuentra sólo una obra dedicada a este tema, la monografía de Robert Ranulph Marrett, Faith, Hope, and Charity in Primitive Religion (1932). Para una revisión detallada de la literatura sobre la esperanza en ciencias sociales y en filosofía puede consultarse la revisión que Richard Swedberg hace en The Sociological Study of Hope and the Economy: Introductory Remarks (2007), presentado en la primera conferencia internacional sobre estudios de esperanza celebrada en Tokio en el año 2007. Dos disciplinas en las que la esperanza ha recibido una considerable atención son la psicología y los estudios de la salud. En relación a la primera, véase por ejemplo el Handbook of Hope (2000) editado por Richard C. Snyder; y en relación con los estudios de la salud, hay ámbitos como el cáncer y las enfermedades crónicas donde la esperanza, no sólo se ha analizado, sino que ha sido incorporada como dimensión de la misma médica oncológica (Good et al., 1990). 3 El activismo de las organizaciones de pacientes ha recibido una creciente atención en los últimos años; prueba de ello son los dos monográficos dedicados a este tema en las revistas Science as Culture (Hess, 2004) y Social Science and Medicine (Landzelius, 2006), donde se aborda el tema de la esperanza.

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(Leibing, 2009) o en la misma investigación que se realiza sobre ella (Rose y Novas, 2004; Novas, 2006). Pero regresando a los dos ámbitos previos que he mencionado (el de la economía y la geografía), en ellos se desarrolla desde el cambio de milenio la investigación más articulada en torno a la esperanza siguiendo una derrota similar: la exploración de la desaparición de la esperanza (o la producción de la desesperanza) en nuestras sociedades a causa de las reformas económicas neoliberales (Miyazaki, 2006; Anderson y Fenton, 2008; Harvey, 2007; Zournazi, 2002). Ha sido precisamente lo que algunos autores señalan como una situación desesperanzada lo que les ha llevado a explorar los cambios en el urbanismo que se han acometido en las últimas décadas (Harvey, 2000; Anderson, 2006; Anderson y Fenton, 2008); o a investigar en la desaparición de la esperanza en Japón durante la expansión del capitalismo financiero (Miyazaki, 2006, 2007). El caso de Japón, aunque no es generalizable, resulta significativo del interés suscitado en torno a la figura de la esperanza. Lo que algunos autores como la antropóloga Annalise Riles comienzan a denominar estudios de la esperanza (Riles, 2010: 1), ha cuajado con intensidad suficiente en aquel país como para que se organizara en el año 2005 un gran proyecto nacional liderado por el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Tokio bajo el nombre de Kibogaku, traducido al inglés por Hopology y que en castellano viene a ser algo así como Esperanzología. Su objetivo inicial era explorar la relación entre la supuesta pérdida de la esperanza en Japón y la crisis económica que aquel país ha sufrido desde la década de los ochenta. Cuatro volúmenes han sido ya publicados como resultado de este proyecto (Genda, 2009a, 2009b) en los cuales se analiza una de las regiones más pobres de Japón Kamaishi y la pérdida de la esperanza en ella4. Este singular proyecto desarrollado es significativo porque señala directamente la relación entre desesperanza y reformas neoliberales, núcleo de una buena parte de los trabajos realizados en la última década y acicate de algunas de sus propuestas, como el trabajo del geógrafo marxista David Harvey Espacios de esperanza (2000), el volumen de entrevistas con diversos intelectuales como Michel Serres, Isabelle Stengers o Ghassan Hage en torno al tema de la esperanza que elabora la filósofa australiana Mary Zournazi en Hope: new philosophies for change (2002). El tema lo aborda también el antropólogo australiano Ghassan Hage desde la perspectiva del nacionalismo en Against Paranoid Nationalism: Searching for Hope in a Shrinking Society (2003), o el mismo antropólogo de origen japonés afincado en EE UU Hirokazu Miyazaki en el contexto de los mercados bursátiles (2006, 2007, 2006) o en su obra The Method of Hope: Anthropology, Philosophy, and Fijian Knowledge (2004). Sobre estos trabajos me gustaría señalar tres aspectos relevantes. Primero la cotidianidad como espacio para la esperanza, segundo la dimensión material de la esperanza y tercero la propuesta de convertir a la esperanza en un método de conocimiento. Este 4

Ese interés se mantiene durante la primera década del siglo XXI con la celebración de dos conferencias internacionales sobre el tema, en 2007 y en 2008, organizadas por el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Tokio: Hope Studies Conference (2007), Institute of Social Science, University of Tokyo (Tokyo) y Hope in Law and the Economy, (October 14, 2008) Clarke Program in East Asian Law and Culture, Cornell University, University of Tokyo (Tokyo).

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último aspecto entronca directamente con la obra del filósofo Ernst Bloch, que sirve de inspiración para dos autores, Ben Anderson e Hirokazu Miyazaki, a través de los cuales he articulado buena parte de mi reflexión sobre la esperanza entre los bloggers. Por ello me voy a detener en la figura de Ernst Bloch para señalar muy brevemente algunas de sus propuestas y considerar la relevancia que tiene la cotidianidad como espacio para la esperanza; después de ello regreso sobre las otras dos dimensiones que he señalado.

El principio esperanza Filósofo alemán de orientación declaradamente marxista, Ernst Bloch escribe los tres extensos volúmenes de El principio esperanza (2007 [1959]) entre 1938 y 1947 en el periodo de su exilio en EE UU durante la Segunda Guerra Mundial. Paradójicamente, o quizás no, uno de los momentos más desesperanzados que la Humanidad ha sufrido en el siglo pasado es el contexto en el que Bloch elabora una defensa fervorosa de la esperanza como método de indagación filosófica. La obra de Bloch es extensa y de un estilo enrevesado, pero constituye la inspiración de diversos autores que, como los dos mencionados (Miyazaki, 2004; Anderson, 2006), la socióloga Ruth Levitas (1997, 2003) o el filósofo Douglas Kellner (1997), entroncan directamente con las propuestas del filósofo alemán. Para Bloch, el hombre es un “ser utópico” expresión de una realidad no conclusa. Su planteamiento en El principio esperanza es al mismo tiempo un intento por recuperar la esperanza como objeto de indagación para la filosofía y reformular a través de ella la misma fundamentación de esta disciplina. Pero ¿qué significa esto? Para Bloch, el problema de la filosofía es su orientación secular hacia el pasado, su interés por lo que ya ha sido; así que en su lugar propone una filosofía orientada hacia lo que puede ser, hacia el futuro, hacia “lo que todavía no es”, un concepto fundamental de su obra, “lo que todavía no es”. Pero Bloch no propone únicamente que la filosofía tome como objeto de estudio a la esperanza, sino una reformulación completa de la disciplina mediante la adopción de la esperanza como método que debe proporcionar los materiales con los que construir un nuevo mundo. La utopía, como la esperanza, son para Bloch tanto el objeto de su reflexión como el fin al que se orienta esta. Para Bloch, esa orientación hacia el futuro, hacia lo que puede ser pero que aún no es, aparece en formas culturales de todo tipo: desde los cuentos hasta las grandes utopías políticas y filosóficas y permea la vida cotidiana de las personas. Y de ahí la concepción de los humanos como individuos cuya cotidianidad está preñada de esperanza: “no hay hombre que viva sin soñar despierto”, dirá Bloch (2007 [1959]: 26), “la existencia, tanto privada como pública, está cruzada por sueños soñados despierto; por sueños de una vida mejor que la anterior” (ibid.: 28). Y la vida sin esa orientación hacia el futuro carece de sentido: “la realidad no está completa sin posibilidad real, y el mundo sin propiedades grávidas de futuro no merece, como tampoco el pequeño burgués, ni una mirada ni, ni un arte, ni una ciencia […] allí donde nada se puede ya y nada es posible, la vida se ha detenido” (ibid.: 268). Pero el elemento crucial de la esperanza es que muestra que el mundo siempre podría ser diferente de lo que es. Así que el autor recupera la noción de la utopía pero no en el

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sentido que le da Tomás Moro (como un no-lugar), ni el que se le atribuye desde los análisis críticos como una deformación de la realidad, sino la utopía como posibilidad de un presente diferente en el futuro. Si los enfoques críticos de la Escuela de Frankfurt interpretan la ideología y la utopía como un instrumento de dominación, error y mistificación que la crítica ideológica debe desmontar (Kellner, 1997: 81), tratando de mostrar los intereses de las clases gobernantes y los errores y mistificaciones de quienes depositan en la ideología su confianza, Bloch encuentra sin embargo elementos emancipadores y utópicos en toda ideología. Y es desde esta asunción como reformula la crítica y la noción misma de ideología, señalando en primer lugar que la ideología se encuentra en cualquier ámbito de la existencia y de la cultura (y no sólo en la forma de discurso) y en segundo lugar identificando su permanente potencial liberador. Así que el presente está constituido, según Bloch, por potencialidades no realizadas, latencias y tendencias que indican la dirección en la que ese presente se orienta hacia el futuro; y es precisamente la conciencia anticipadora de los individuos la que percibe el potencial emancipador de lo aún no realizado en el pasado y la esperanza realizable del futuro (Kellner, 1997). Según Bloch todo lo real tiene un horizonte: “allí donde se prescinde del horizonte perspectivista, la realidad aparece sólo como llegada a ser, como muerta, y son aquí también los muertos, naturalistas y empiristas, los que entierran sus muertos. Allí donde el horizonte perspectivista se incluye en la visión, lo real aparece como lo que efectivamente es: como un entresijo de procesos dialécticos que tienen lugar en un mundo inacabado, y en un mundo que no sería en absoluto modificable sin el inmenso futuro como posibilidad real en él” (ibid.: 267). Y lo que media en esa orientación al futuro es la esperanza, que no es sólo una actitud contemplativa, sino una práctica activa que persigue transformar el mundo. La cotidianidad de la esperanza Un aspecto que me interesa señalar de una buena parte de los trabajos empíricos a los que me he referido es el contexto en el cual sitúan la esperanza: la cotidianidad. La cotidianidad de los foros de pacientes de Parkinson en los que esta se hace presente cuando unos y otros participantes se animan entre sí o cuando comparten conocimiento sobre los fármacos que consumen (Leibing, 2009); en otras ocasiones, la esperanza es lo que resulta y lo que mueve a los pacientes a organizarse en grupos concernidos que buscan intervenir en la misma producción de conocimiento científico sobre las enfermedades que les afectan a ellos o a sus seres queridos (Rose y Novas, 2005; Novas, 2006), o el resultado del cálculo a futuro de las expectativas de ingresos que realiza uno de los corredores de Bolsa informante de Hirokazu Miyazaki y conforme al cual elabora diferentes esperanzas sobre su futuro vital (2006). El monográfico que Ben Anderson y Jill Fenton editan en Space and Culture con el título de Spaces of Hope (2008) insiste en “cómo las esperanzas y los actos de esperanzamiento específicos son una parte cotidiana y rutinaria de la vida de diferentes espacios” (Anderson y Fenton, 2008: 77). Ese es el contexto en el que despliegan su indagación las contribuciones reunidas en el monográfico que exploran la esperanza en la vida diaria de los niños (Kraftl, 2008), entre los científicos implicados en el desarrollo de biotecnologías vegetales (Shields, 2008), o entre grupos espirituales melanesios de Fidji

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(Sanderson, 2008). Y es en esa cotidianidad donde la articulación de la esperanza con el futuro produce una desestabilización y un cuestionamiento del presente. A fin de cuentas, toda esperanza porta la asunción de que las cosas podrían o deberían ser diferentes (Anderson y Fenton, 2008: 77). La cotidianidad como espacio para la esperanza es un aspecto crucial de la argumentación que elaboro a lo largo de las próximas páginas. Esa atención a los contextos cotidianos y a las prácticas que se despliegan en ellos tiene una doble consecuencia. En primer lugar evidencia las limitaciones de los análisis críticos que a través del análisis de los discursos públicos de las tecnologías pretenden desenmascarar las utopías tecnológicas como si fueran deformaciones de la realidad. Localizar el contexto de análisis de las utopías en la cotidianidad de las prácticas mediadas por la tecnología revela, por el contrario, que estas están mucho más fundadas en hechos que lo que esos análisis críticos admiten. El examen exclusivo de los discursos públicos que acompaña a la tecnología ignora los complejos procesos a través de los cuales esos discursos son reapropiados y dotados de sentido en las prácticas cotidianas de los individuos. Y lo que es aún más importante, ese análisis ignora que la esperanza no puede reducirse a lo discursivo. En ese análisis la esperanza emerge como una instancia heterogénea que resulta de la reunión de múltiples entidades, una reunión que designaré con el concepto que da título a esta tesis: ensamblajes; a ello me refiero más adelante en la introducción. Pero la esperanza no es una actitud contemplativa ni un simple acto de la imaginación. Se trata de una práctica activa que persigue transformar el mundo, como en el caso de los grupos de pacientes que Carlos Novas investiga mostrando cómo se organizan, recaudan dinero, establecen relaciones con los científicos y acaban interviniendo en la misma producción de conocimiento (Novas, 2006). Ese proceso da lugar a lo que Nikolas Rose y Carlos Novas designan como una “economía política de la esperanza” sobre la que se fundan nuevos modos de “ciudadanía biológica” que dependen e intensifican la esperanza de que la ciencia del presente traerá nuevos tratamientos en un futuro cercano (Rose y Novas, 2005: 452). Se trata de una esperanza activa que requiere de implicación y un cierto grado de compromiso. Es la misma dimensión activa presente en los bloggers apasionados y esperanzados de los que me ocupo en las próximas páginas. Entre hechos e incertidumbres Darren Webb señala la limitada atención prestada a la esperanza hasta mediados del siglo pasado tomando una iluminadora cita de Karl Menninger: “cuando uno llega a la esperanza, nos encontramos desnudos. Las revistas mantienen el silencio” (Menninger, 1959: 481, citado en Webb, 2007: 66). Y el mismo Webb recoge dos posibles razones para ello, de un lado la asociación con la religión y del otro su relación con un “ámbito de la experiencia impreciso que refleja una falta de convicción y certidumbre” (Webb, 2007: 66). Sean o no esas las razones, lo cierto es que la orientación hacia el futuro que acompaña a la esperanza hace de ella un espacio incierto que a menudo es contrapuesto al dominio de los hechos. Zygmund Bauman recoge de manera iluminadora esa aparente contraposición entre los hechos y la esperanza cuando dice que “la esperanza es más fuerte que cualquier ‘testimonio imaginable de la realidad’” (2004: 67); es decir, la esperanza es tal porque no

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necesita de pruebas o, más aún, porque se ubica en un dominio más allá de los hechos. Pero como argumentaré a lo largo de mi relato etnográfico, la forma como la esperanza de futuro se articula con los hechos del presente es considerablemente más sofisticada que una oposición entre el presente y el futuro, entre los hechos y la esperanza. Argumentaré, por el contrario, que la esperanza de los bloggers apasionados se sostiene justamente a través de la producción de hechos y no como consecuencia de su ausencia. Algunos aspectos de esta relación ya han sido explorados desde la sociología de las expectativas por Nick Brown (2005, 2003) y Tiago Moreira y Paolo Palladino (2005) al señalar la relación y complementariedad de lo que denominan regímenes de verdad y de esperanza. Como intentaré argumentar, lo singular es que las pruebas, los hechos y la verdad, son a menudo la fuente de la esperanza, y no la incertidumbre o la falta de conocimiento.

Los ensamblajes globales Bloguear es un fenómeno global. Constituye y está constituido por una tecnología, una práctica y una identidad extendida por el planeta (aunque eso no significa que haya llegado a todos los lugares de este o sea posible en todos ellos). Se bloguea desde Tokio, Irán, Palestina, California y Villabuena… Dan cuenta de los blogs lo mismo The New York Times en EE UU que El País en España y aunque mi trabajo de campo está localizado en una geografía muy particular, España, el referente empírico de mi investigación no está localizado en esta geografía. ¿Qué significa esto? Significa que la localización de mi trabajo de campo no se corresponde con la localización de mi referente empírico. Es decir, las entidades que circulan en mi trabajo de campo están vinculadas a geografías específicas que no se corresponden con mi localización. Por ejemplo, forma parte de mi trabajo de campo una infraestructura material (la infraestructura material blog), de dimensiones globales y que ha sido creada originalmente en EE UU, que ha sido replicada en otros lugares del planeta y utilizada en España. Los discursos cargados de promesas y expectativas llegan desde EE UU hasta los lugares que yo visito, pero al mismo tiempo los acontecimientos que ocurren en España tienen su eco al otro lado del Atlántico. Relatos de bloggers de otras partes del planeta como Cuba, Irán o China circulan entre los bloggers localizados en España que constituyen mis corresponsales en el campo… la misma Blogosfera, el conjunto de todos los blogs que los bloggers imaginan, es un espacio material de dimensiones globales. Así lo muestran las relaciones de quienes prestan en ocasiones más atención a lo que sucede más allá de las fronteras de España que lo que tiene lugar aquí (en España); cuando leen medios de comunicación tecnológicos del ámbito anglosajón (EE UU y Reino Unido), prestan atención a los últimos desarrollos que llegan desde EE UU, están pendientes de algunas decisiones del Parlamento Europeo y siguen lo que escriben desde otros países figuras relevantes de la Blogosfera. Si bien hasta ahora he situado a la esperanza como el objeto de mi investigación he mantenido el silencio sobre el concepto con el que intento capturar dos aspectos fundamentales de esa esperanza, un concepto que forma parte de su título: ‘Ensamblajes de esperanza’. El concepto de ensamblaje ha ganado presencia entre las ciencias sociales en los últimos años (Marcus y Saka, 2006). Un ejemplo lo constituye la obra de Ahiwa Ong y

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Stephen J. Collier Global Assemblages: Technology, Politics, and Ethics as Anthropological Problems (2004)5, un volumen en el que aglutinan diversos trabajos que abordan el estudio de fenómenos globales. Los diversos autores presentes en ella acometen el análisis de objetos empíricos como la tecnociencia, los circuitos de intercambio ilegal y los sistemas de gobernanza a través de estudios etnográficos localizados geográficamente pero que, sin embargo, dan cuenta de fenómenos que se reproducen en otros lugares y que hablan de fuerzas, instituciones y flujos que se encuentran más allá de esas localizaciones específicas. Ong y Collier intentan dar coherencia a todos ellos a través de la noción de ensamblaje global, un concepto que constituye tanto una respuesta analítica como una estrategia metodológica para interrogar las múltiples caras de la globalidad a través de estudios localizados. Los ensamblajes son para estos dos autores las articulaciones específicas, territorializadas, de nuevas relaciones materiales, discursivas y colectivas que constituyen esas formas globales que toman disposiciones particulares (Collier y Ong, 2004: 11). Son además un locus para lo que Paul Rabinow ha denominado “problemas antropológicos” (Rabinow, 2003), espacios donde las formas y los valores de la existencia colectiva son problematizados en el presente (Collier y Ong, 2004: 11). Pero el concepto de ensamblaje tiene una genealogía previa que lo sitúa en dos tradiciones diferentes que desarrollan el concepto en otras direcciones. Gilles Deleuze y Féliz Guattari elaboran la noción de ensamblaje en la década de los ochenta en su libro Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia (2008 [1980])6. Con ese concepto se refieren a acontecimientos en los que lo virtual se actualiza, en los que se produce algo novedoso, una emergencia que no es la suma de las partes sino el resultado de la reunión de entidades heterogéneas. Esa elaboración inspira a un buen número de autores que hacen del concepto de ensamblaje una herramienta para dar cuenta del orden social al tiempo que huyen de otras nociones más estrechas y rígidas como la de estructura. Con la figura del ensamblaje pretenden mantener una cierta tensión entre lo estructural y la multiplicidad, abriendo la posibilidad para la indeterminación y naturaleza efímera de las formas de orden que se producen en las sociedades actuales. Pero hay otro ámbito en el cual el concepto de ensamblaje ha sido extensamente elaborado como parte de su vocabulario; me refiero a la Teoría del Actor-Red (Law, 1999; Latour, 2005), una aproximación particular de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología. Sin entrar en largas disquisiciones y por mor de brevedad, John Law ha definido la noción de ensamblaje como: “la reunión provisional de formas de orden limitadas, productivas y heterogéneas (y esto es muy importante) que no están localizadas en formas de orden mayores” (Law, 2008 t. p.)7, sobre ello me extiendo en el capítulo ocho. Con el concepto de ensamblaje pretendo señalar, por lo tanto, las dimensión global de un fenómeno (la esperanza) tanto como la dimensión material que resulta esencial a este. Si bien hay diferencias entre las articulaciones de los diversos autores, la propuesta de Ong y Collier es extremadamente inspiradora para mantener la atención sobre la dimensión 5

Ensamblajes globales: tecnología, ética y política como problemas antropológicos (2004). El concepto original que Gilles Deleuze y Félix Guatari acuñan en francés en su artículo de 1976 ‘Rhizome’ es agencement y su traducción por ensamblaje es problemática, como alternativa algunos autores han optado por agenciamiento. Véase la nota 3 del capítulo 8 para una discusión sobre ello. 7 Las citas cuya traducción he elaborado yo mismo figuran como “t. p.”: traducción propia. 6

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global del fenómeno que me ocupa, donde las mismas infraestructuras, narrativas y prácticas circulan de un lugar a otro del globo –aunque, eso sí, sometidas todas ellas a procesos de localización–. Pero sumada a esa orientación global, me interesa mantener la noción de heterogeneidad que acompaña a la figura del ensamblaje y el reconocimiento de la emergencia de nuevas propiedades que resultan de la reunión de diversas entidades que lo configuran. Esas formas de orden situado que se refieren a arreglos heterogéneos que señalan una emergencia, una instancia en la cual algo nuevo es traído a la existencia como consecuencia del mismo proceso de ensamblaje. Materiales para la esperanza Pero si los ensamblajes son arreglos heterogéneos y me voy a referir a los ensamblajes de la esperanza: ¿cuál es la heterogeneidad de la esperanza? Para responder a esa pregunta doy un rodeo planteando otra cuestión: ¿qué es la esperanza? La esperanza aparece como un objeto múltiple que emerge en contextos muy diferentes. En ocasiones es considerada como una emoción, un proceso cognitivo, una instancia existencial, un estado del ser, una disposición, una emoción que refleja un estado de la mente, un instinto, un fenómeno afectivo-cognitivo-comportamental… (Webb, 2007: 67). En otras ocasiones se relaciona estrechamente con el deseo (Crapanzano, 2003), y en tal sentido se orienta la definición del sociólogo de la economía Richard Swedberg cuando la define como “el deseo de que algo llegue a ser verdad” (Swedberg, 2007: 21). La esperanza toma formas muy diferentes en contextos diversos como el cristianismo, donde se formula como una esperanza que para Vincent Crapanzano carece de dimensión especulativa; es una esperanza sin incertidumbre porque está asegurada por las promesa de Dios (Crapanzano, 2003: 8). Muy diferente de las esperanzas inciertas que se depositan en la ciencia y en sus curas (Novas, 2006; Leibing, 2009), en sus desarrollos tecnológicos (Brown, 2003; Moreira y Palladino, 2005) o en el progreso que se les atribuye (Franklin, 1997). Y muy distinta de las esperanzas utópicas en un mundo mejor o incluso anti-utópicas, hasta aquellas otras que se encuentran en relación con los sueños de la cotidianidad de las personas (Webb, 2008). Darren Webb realiza una tipología que distingue entre aquellas esperanzas que tienen un fin objetivo y aquellas otras abstractas que consisten en una orientación abierta al futuro; y sobre esa distinción inicial hace una diferenciación entre esperanzas pacientes, críticas, estimativas, resolutivas y utópicas (Webb, 2007). La esperanza paciente, por ejemplo, está orientada a un objetivo que no puede ser concretado pero es una esperanza segura, como la esperanza en Dios; una esperanza que ofrece un refugio confortable para quienes la experimentan (ibid.: 69); nada que ver con la esperanza estimativa que se articula a través de un objetivo claramente definido y, lo que las distancia aún más, es capaz de establecer las probabilidades de lograr ese objetivo, por ejemplo en las apuestas de azar (ibid.: 73). La esperanza toma formas muy diferentes pero, regresando a los trabajos de Hirokazu Miyazaki, Ben Anderson o Carlos Novas, me interesa resaltar cómo en sus análisis señalan a menudo, de manera explícita o implícita, la participación de toda una serie de entidades materiales en la emergencia de la esperanza. Esto es especialmente claro en los

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autores que se centran específicamente en el análisis de la esperanza que rodea a la tecnología. Es Sarah Franklin en el ámbito de la antropología quien explora durante los noventa esta relación en su estudio sobre técnicas de reproducción asistida en Embodied progress. A cultural account of assited conception8 (1997). Franklin denomina “tecnologías de la esperanza” a esas técnicas que permiten a parejas con problemas de reproducción alumbrar a sus hijos. En su trabajo hay dos aspectos que quiero rescatar, en primer lugar el enorme esfuerzo que resulta necesario para sostener la esperanza entre las parejas que persiguen denodadamente engendrar a sus hijos biológicos y acuden a las técnicas de reproducción asistida cargadas de ilusión; un proceso que requiere de la participación de toda una serie de actores diversos que toman parte en el largo recorrido de alumbramiento final (o no): médicos, enfermeras, discursos públicos, prácticas expertas, tecnologías particulares…. En segundo lugar la esperanza requiere de la movilización de toda una serie de sofisticadas entidades materiales que en ese momento se encuentran en proceso de desarrollo. Para cada pareja que lo intenta, la esperanza es un logro situado, lábil y delicado; un acontecimiento que resulta de numerosos esfuerzos y que puede desaparecer fácilmente. Esa materialidad de la esperanza es también visible en el reverso de la desesperanza. Aunque pueda parecer obvio, la desesperanza deriva muy a menudo de las condiciones materiales de la existencia de los individuos, una condición que en el análisis de la contemporaneidad los antropólogos Ghassan Hage (2003) e Hirokazu Miyazaki (2006, 2009) atribuyen a las reformas económicas promovidas por el neoliberalismo que afectan a las condiciones de vida de personas que ven desvanecerse el horizonte de la esperanza de sus vidas. La misma desesperanza que David Harvey (2000) atribuye a la especulación inmobiliaria de los espacios. Cuando Carlos Novas se refiere a la esperanza señala específicamente cómo esta no se reduce a un acto de la imaginación sino que se materializa en prácticas específicas (Novas, 2006: 291), unas prácticas que, junto con los discursos, constituyen los múltiples arreglos en los que determinados modos de esperanza se encuentran insertos y que constituyen eso que han denominado la economía política de la esperanza (Rose y Novas, 2004). A la dimensión material de la esperanza se han aproximado algunos de los autores que se encuadran en la sociología de las expectativas que, aunque se ocupen principalmente de lo que denominan “expectativas tecnológicas”, en ocasiones abordan el análisis de la esperanza (hope) (Brown, 2003, 2005; Moreira y Palladino, 2005). Las expectativas son extremadamente relevantes en mi trabajo, y la aportación de la sociología de las expectativas es valiosa para explorar la relación complicada y muy a menudo necesaria entre expectativas y esperanza. La propuesta fundamental de la sociología de las expectativas consiste en abstenerse de evaluar la solidez epistémica de las expectativas (si estas son sólidas o fundadas) para centrarse específicamente en explorar la dimensión performativa que tienen en el presente; esto es, cómo las expectativas futuras que se depositan en determinadas tecnologías tienen efectos sobre el presente.

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Un estudio cultural de la concepción asistida, en su traducción.

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La esperanza como método Para finalizar quiero referirme a un aspecto que he señalado al principio de la introducción y que se refiere a las propuestas que plantean la esperanza como método de conocimiento. Para algunos autores embarcados en el análisis de la esperanza y/o la utopía, sus investigaciones constituyen la búsqueda de alternativas a las transformaciones que resultan del neoliberalismo. Hirokazu Miyazaki señala la impresión compartida de que la teoría social ha perdido su dimensión crítica (Miyazaki, 2006; 149) y ha caído en la desesperanza, lo mismo que la política progresista (Rorty, 1998; Harvey, 2000; Zournazi, 2003; Hage, 2003). El geógrafo marxista David Harvey señala hace una década como uno de los grandes desafíos de la política “la incapacidad para encontrar un ‘optimismo del intelecto’ con el que elaborar alternativas se ha convertido en una de las barreras más serias para las políticas progresistas” (Harvey, 2000: 17). En su presentación del monográfico que editan unos años después en Space and Culture con el mismo título que el libro de Harvey, Ben Anderson y Jill Fenton recuerdan el pesimista diagnóstico que Toni Negri y Félix Guattari realizan a principios de los noventa: “la misma esperanza se ha dado a la fuga de este desesperanzado, desventurado y gris mundo” (citado en Anderson y Fenton, 2008: 77 t. p.). De manera que para buena parte de estos autores la esperanza constituye un método de crítica del capitalismo (Miyazaki, 2006: 165) capaz de abrir espacios que cuestionan el presente y proponen alternativas: “en las tinieblas de un mundo desesperanzado, pensar y sentir con esperanza promete una vía para desvelar momentos o instancias en las que las cosas podrían ser de otra manera” (Anderson y Fenton, 2008: 77 t. p.). Esa articulación de la esperanza como método constituye un giro singular por el cual esta pasa de ser un objeto de estudio a convertirse en un método para la producción de conocimiento, aspecto que, como he señalado al principio, está en la base de El principio esperanza de Ernst Bloch. En la revisión que Miyazaki hace de Bloch en The Method of Hope (2004), el antropólogo lo pone en relación con Richard Rorty (1998, 1999) para afirmar de ambos: “la esperanza emerge como un método de involucración con el mundo que tiene implicaciones particulares para la temporalidad de la formación del conocimiento. Su perspectiva es que la esperanza convoca los límites de la retrospección de la contemplación filosófica y sirve como un método para una filosofía que se abre al futuro. En otras palabras, la introducción de la esperanza en la filosofía reorienta la filosofía al futuro” (2004: 16 t. p.). Miyazaki traslada el planteamiento de Bloch a la antropología proponiendo para esta el mismo giro que el autor alemán plantea para la filosofía: convertir a la esperanza en un método para reorientar temporalmente el conocimiento. En The Method of hope dirá: “el argumento de este libro es que la esperanza plantea una serie de problemas metodológicos que a cambio demandan la reorientación temporal del conocimiento. Mirar a la esperanza como un problema metodológico, y finalmente como un método más que como un producto o momento estratégico en un juego del lenguaje o un proceso semiótico, nos lleva a reconsiderar la esperanza como un agente común en la formación de todo conocimiento. Mi afirmación es que pensando a través de la esperanza como método podemos comenzar a confrontar el problema fundamental: para qué es el conocimiento” (2004: 9 t. p.). Una propuesta que desde otros ámbitos elaboran también otros autores como ya he señalado (Anderson, 2006; Anderson y Fenton, 2008). En una línea próxima se

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encuentra la especulación de Olivier Coutard y Simon Guy, quienes consideran la posibilidad de desarrollar una “epistemología de la esperanza” para los estudios urbanos desde los eSCT (2007: 716). La cuestión clave que Miyazaki plantea como fondo de su reflexión sobre la esperanza como método es respondida con una pregunta por Ben Anderson: “¿abre la investigación el presente para que se convierta en algo distinto? [...] ¿Multiplica a partir de entones la investigación la presencia de algo mejor?” (Anderson, 2006: 706 t. p.). La esperanza de los otros En el contexto de esta propuesta que piensa a la esperanza como método se sitúa una de las reflexiones principales que pretendo desarrollar a lo largo de la tesis: ¿cuál es la responsabilidad del analista frente a la esforzada esperanza de los otros? Si una de las cuestiones clave de la teoría social es elaborar diagnósticos del mundo y visiones esperanzadas de otros futuros posibles, ¿cómo situarse frente a las esperanzas de aquellos a quienes pretendemos comprender? Desde luego no pasa por intentar desvelar lo que los análisis críticos pretenden plantear como mistificaciones o errores. El gesto desdeñoso de lo que he denominado posturas críticas que pretende desvelar la vacuidad de las esperanzas y expectativas que sostienen las utopías de los otros asume una superioridad epistemológica por parte del analista social, o del antropólogo. Mi planteamiento es que el desafío que la utopía y la esperanza plantean no puede formularse en términos epistemológicos; no puede plantearse como un examen de la solidez o fundamentación de las expectativas y la esperanza de los otros. El dilema que la esperanza plantea al antropólogo es determinar las condiciones de posibilidad que hacen posible esas esperanzas. A la pregunta: ¿cómo determinadas personas depositan sus esperanzas en determinadas utopías? debería indagarse en un “cómo” que dota completamente de sentido a esas esperanzas a través de un giro que reposicione epistemológicamente al antropólogo o, más precisamente, un giro ontológico en el cual la esperanza de los otros dota a su mundo de una ontología diferente. Es decir, mi planteamiento es que la esperanza plantea al antropólogo desafíos similares a los que plantea el animismo. La respuesta dada ante ambos ha sido similar en ocasiones: tratarlos como creencias infundadas; pero el giro dado por diversos autores y autoras entre quienes se encuentran Marilyn Strathern (1980), Eduardo Viveiros de Castro (2003), Amiria Henare (2007), Martin Holbraad (2007) y Bruno Latour (2004) ha sido plantear el problema no en términos epistemológicos sino ontológicos, asumiendo que en el encuentro con los otros no tratamos con las representaciones diferentes del mundo sino con mundos distintos. Los otros, quienquiera que estos sean, no elaboran simplemente representaciones diferentes del mundo sino que habitan en mundos cuya ontología es distinta a la nuestra. Ese es el punto de partida de mi trabajo y la clave sobre la cual se articula lo que al final plantearé como una indagación esperanzada sobre la esperanza de los otros.

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Estructura de la tesis La tesis se estructura en dos partes. La primera está compuesta por los tres capítulos en los que introduzco el ámbito de mi investigación, su vocabulario teórico y la aproximación metodológica de mi etnografía. La segunda parte agrupa el conjunto de los capítulos etnográficos; en el último capítulo (nueve) presento mis conclusiones. Ámbito de investigación, vocabulario y metodología Mi trayectoria académica es heterodoxa y recorre un arco que va desde la física teórica hasta la antropología, pasando por los estudios sociales de la ciencia y la tecnología. Situarme y situar este trabajo en relación con una disciplina específica ha requerido por ello un esfuerzo notable que se recoge en los dos primeros capítulos. Mi intención ha sido mantener un diálogo tanto con autores que se ubican en la antropología como otros que se sitúan en los estudios sociales de la ciencia y la tecnología (eSCT); entre ellos hay toda una diversidad de posturas como las de aquellos que transitan fácilmente de uno de esos ámbitos al otro. El problema que reconozco por anticipado es que las miradas que la antropología y los eSCT lanzan sobre la realidad son diferentes; pero eso no significa que no puedan ser compatibles, complementarias y que incluso sus disensiones puedan resultar en un fértil diálogo mutuo. Los dos primeros capítulos de esta parte son un intento por establecer ese dialogo. El primer capítulo, Antropología de lo digital, sitúa la presente investigación en relación con la apertura de la antropología a la investigación de la tecnociencia occidental desde finales de la década de los ochenta, contexto en el cual ubico el interés que en la década siguiente algunos antropólogos y antropólogas comienzan a desarrollar en sus investigaciones sobre Internet, la biotecnología y otras tecnologías digitales. Como parte de esta contextualización histórica realizo una revisión de los análisis socioculturales que se hacen al estudio de Internet desde la década de los noventa, identificando la importancia que la noción de culturas (de Internet) tiene en esos trabajos y señalando las problemáticas que plantea. Mi primera propuesta en el capítulo es situar mi discusión en relación con lo que puede denominarse “antropología de lo digital”, donde lo digital es un espacio constituido por una trama de tecnologías, prácticas y discursos diversos. Mi segunda propuesta se refiere al estudio de las prácticas, una elección que entronca con algunas de las críticas que se han hecho al concepto de cultura y que en algunos ámbitos, como la antropología de los media o los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, está ampliamente extendida. En el segundo capítulo, De la ontología plural a las expectativas de futuro, introduzco el vocabulario teórico de mi trabajo. Señalo las críticas hechas por algunos autores sobre la desatención que ha recibido lo material en la teorización social, incluyendo la antropología, y cómo la incorporación de los objetos materiales se articula en estos autores de una manera muy particular: abriendo la ontología como espacio para la indagación antropológica. ¿Qué significa abrir la ontología como espacio de indagación? Pues significa que el antropólogo, o la antropóloga, prescinde de algunas de las categorías ontológicas convencionales con las que está acostumbrado a describir el mundo, como, por ejemplo,

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natural y social, y explora la manera cómo los otros articulan esas categorías y las ponen en práctica. Al hilo de esta discusión introduzco algunos de los elementos principales de la Teoría del Actor-Red (TAR), una de las líneas principales de los eSCT y me detengo en particular en sus propuestas performativas y en el concepto de enactment (traer a la existencia) antes de introducir y discutir lo que se ha denominado la sociología de las expectativas, una línea dentro de los eSCT con vínculos estrechos con la TAR que tiene como objeto el análisis de las expectativas que acompañan a las tecnologías y que propone analizar la dimensión performativa que estas tienen en el presente: cómo las expectativas de futuro tienen efectos sobre el momento actual. El tercer capítulo, Trabajo de campo entre bloggers, da cuenta de la aproximación metodológica de mi etnografía a través de una mirada reflexiva sobre la práctica de mi trabajo de campo. En primer lugar introduzco el referente empírico de mi investigación, esto es, los contextos presenciales en los que se desarrolla mi trabajo de campo, los contextos mediados por Internet así como los individuos y las tecnologías específicas que delimitan ese referente empírico. En segundo lugar discuto una estrategia metodológica clave durante mi trabajo de campo, la utilización de lo que he denominado blog de campo; un blog que me ha servido como instrumento a través del cual generar rapport, desarrollar una práctica reflexiva con respecto a la tecnología y articular mi responsabilidad ética en el trabajo de campo, aspecto este último sobre el cual me extiendo. El blog forma parte de la diversidad de instrumentos que he utilizado (correo electrónico, servicios de publicación de imágenes, teléfono) para mantener las relaciones con mis corresponsales y producir datos etnográficos en Internet. La Blogosfera revolucionaria En la segunda parte de la tesis desarrollo el relato etnográfico, desde el capítulo cuatro hasta el número ocho. El capítulo cuatro, El bloguear apasionado, tiene como objetivo contextualizar mi trabajo de campo y perfilar con detalle esa práctica que he denominado bloguear apasionado. Describo la expectación que los blogs y la Blogosfera acaparan durante los años 2006 y 2007 entre los bloggers y diversas instituciones como los partidos políticos y los medios de comunicación; introduzco algunos de los protagonistas en los que se encarna mi relato y presento algunos de los contextos en los que se desarrolla mi trabajo de campo, entre otros los eventos dedicados a los blogs. Las promesas de una Blogosfera revolucionaria, el capítulo cinco, se ocupa en detalle de las expectativas que los bloggers apasionados depositan en los blog a través del análisis de un documento, el libro publicado en España con el título de La Blogosfera hispana: pioneros de la cultura digital. El análisis tanto del contenido del documento como de su elaboración me sirve para señalar algunas de las promesas y expectativas más visibles que circulan en lo que denomino espacios de visibilidad (eventos, publicaciones, medios de comunicación) durante mi trabajo de campo. Resuenan en esas expectativas que conciben a la Blogosfera como una revolución las utopías digitales que se desarrollan desde la década de los noventa en torno a Internet. Así que a lo largo del capítulo establezco algunas continuidades con la “utopía digital” (Turner, 2006a) y señalo las notables diferencias que se muestran en la

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articulación de esas promesas y expectativas; lo que constituye un indicio de la transformación que Internet ha experimentado a lo largo de estos años y el cambio en su imbricación social. Introduzco también un concepto que utilizaré a lo largo de la tesis, el de ejemplares, con el cual me refiero a una serie de relatos que son presentados como argumentos que dan cuenta de la capacidad de influencia de los blogs frente a los medios de comunicación tradicionales y en la política. En este capítulo me detengo específicamente en lo que he denominado análisis críticos, aquellos que han tendido a juzgar las promesas y expectativas que se depositan en la tecnología en términos de distorsiones de la realidad para señalar los problemas que esos análisis presentan; específicamente problematizo la superioridad epistemológica que el analista pretende adoptar frente a aquellos que constituyen su objeto de estudio. Siguiendo las propuestas de la sociología de las expectativas y cierta inspiración en Eduardo Viveiros de Castro (2004) formulo el análisis de las expectativas como una instancia cuyo objetivo no es desvelar la solidez de sus enunciados sino su dimensión performativa. Y siguiendo este argumento planteo que el contexto en el cual se elaboran las expectativas de los blogs es la práctica encarnada del bloguear, de ahí que sea el contexto en el cual ha de ubicarse su análisis. Finalmente me refiero a los mecanismos a través de los cuales las promesas, expectativas y esperanzas que he descrito se convierten en las más visibles, hegemónicas, a costa de otras que son invisibilizadas. El capítulo seis, Infraestructuras temporales, indaga en un aspecto particular del bloguear apasionado como es la intensidad temporal de esta práctica. Frente a las propuestas de algunos autores sobre la desaparición del tiempo en Internet, argumento en el capítulo que este es un elemento fundamental en la práctica del bloguear apasionado y establezco mi discusión en diálogo con los análisis del tiempo realizados por Elga Nowotny (1994 [1989]) y Barbara Adam (1990, 2004). Introduzco en este capítulo el concepto de infraestructura blog, con el cual me refiero a toda la serie de tecnologías que toman parte en la producción de los blogs, y me centro en dos trabajos que realiza esta: de un lado la producción de lo que denomino inscripciones y del otro el almacenamiento y la organización de esas inscripciones en bases de datos. A lo largo del capítulo describo diversos dispositivos a través de los cuales esas inscripciones se visualizan en algunas de las prácticas cotidianas de los bloggers y los modos como contribuyen a organizar temporalmente su práctica. Caracterizo a toda esa trama de dispositivos materiales que sostiene los blogs como una infraestructura temporal que inscribe masivamente las acciones del presente y las sostiene a lo largo del tiempo. Esa infraestructura temporal toma parte en la ordenación de la temporalidad de las prácticas de los bloggers y de aquellos que leen los blogs. Argumento que la infraestructura de los blogs está diseñada para producir la expectación de quienes han de leerlos y como consecuencia produce la expectación de quienes los escriben. De esa manera, el blog se puede entender como una tecnología de la espera, que hace esperar y obliga a esperar. Una espera que sin embargo obliga a mantener una intensa práctica a través de las cuales las expectativas de unos y otros quedan imbricadas mientras sus temporalidades se sincronizan. Y retomando la noción de ejemplar del capítulo anterior argumento que la influencia de los blogs es consecuencia de la sincronización masiva en esos acontecimientos excepcionales que se denominan ejemplares.

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Ensamblajes de esperanza

En el capítulo siete abordo en detalle las instancias de producción de las expectativas; en Entre el pasado y el futuro analizo la dinámica por la cual ciertas expectativas son traducidas en hechos que a su vez sirven para la elaboración de nuevas expectativas. La noción de influencia está estrechamente relacionada con las expectativas de revolución que se depositan en los blogs. Se dice que estos son revolucionarios y que van a transformar la sociedad precisamente porque son influyentes. Hay una extensa literatura académica dedicada a discutir la influencia de los blogs en relación con los medios de comunicación y la política, en la mayor parte de los casos centrada en el análisis de los hiperenlaces que se establecen entre blogs. En este capítulo discuto dos modos específicos a través de los cuales se performa la influencia de los blogs y la Blogosfera. Describo uno de esos acontecimientos que da lugar a un relato ejemplar sobre la influencia de la Blogosfera para después presentar una descripción de varios dispositivos basados en el recuento de hiperenlaces (como Technorati y el Blogómetro) que son utilizados como dispositivos para medir la influencia de blogs particulares. En ambos casos los hiperenlaces resultan fundamentales en la performación de la influencia. En el capítulo seis me refiero a ellos como operadores temporales que hacen presente el pasado sostenido por la infraestructura de la Blogosfera. Desde esa perspectiva me aproximo a esos dos modos de performar la influencia como instancias temporales, es decir, instancias en las que se hace presente un cierto pasado y se articula de cierto modo su relación con el futuro. La descripción de esos modos de articulación del pasado me permite discutir la particular economía política que se despliega en torno a la esperanza en la Blogosfera y que implica la exclusión de posiciones de visibilidad de los modos de bloguear que no son intensivos y que están basados en la práctica de hiperenlazar. Esto tiene como consecuencia la invisibilización general de las mujeres y losjóvenes en la Blogosfera. Finalmente señalo las diferencias entre la esperanza y las expectativas, planteando la primera como una instancia de desetabilización del presente que se abre al futuro mientras la expectativa constituye una instancia de clausura del futuro que se orienta hacia el presente. El último capítulo retoma la tesis del trabajo, Ensamblajes de esperanza. En él introduzco la noción de ensamblaje para dar cuenta de esa creciente expectación que es paralela a la ampliación progresiva de la Blogosfera a través del aumento del número de bloggers, la creciente incorporación de nuevas tecnologías a su infraestructura material y la adopción progresiva de los blogs por nuevas instituciones. Los eventos presenciales son instancias privilegiadas para explorar cómo la reunión de entidades diversas y heterogéneas toman parte en la performación de diferentes versiones de la Blogosfera y diferentes esperanzas resultan de esas instancias de ensamblaje. O dicho de otra manera, distintas versiones de la Blogosfera están vinculadas a modos de esperanzamiento diversos, uno de ellos vinculado a la Blogosfera influyente, otro vinculado a una Blogosfera lúdica y festiva; a lo largo del capítulo exploro esas dos versiones contrapuestas de la Blogosfera y las esperanzas que las acompañan.

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I.

Contexto teórico

Ámbito, vocabulario y reflexión metodológica

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Capítulo 1

Antropología de lo digital De las culturas de Internet a las teorías de la práctica

1. Una mirada antropológica sobre la tecnociencia Los antropólogos y las antropólogas han intensificado desde las últimas dos décadas del siglo XX su interés por el análisis de la tecnología y de la ciencia (Traweek, 1988; Haraway, 1989; Strathern, 1992; Martin, 1994; Marcus,1995; Downey, Dumit y Traweek, 1995; Franklin, 1995; Rabinow, 1996; Ong y Collier, 2005); un interés que coincide con la progresiva proliferación masiva en nuestras sociedades de esta realidades (Marres, 2009) y con un repliegue de la disciplina hacia el estudio de sus sociedades de origen que hasta ese momento han estado excluidas de su investigación (Jackson, 1987) mientras se ocupaban de otros pueblos, otras sociedades y geografías. Un elemento para situar y comprender este interés por la tecnociencia y las propias sociedades de los antropólogos y antropólogas es la crítica postcolonial que se desarrolla desde la década de los ochenta y desestabiliza la visión eurocéntrica y pretendidamente privilegiada que la antropología pretende mantener (Fischer, 1999: 455; Franklin, 1995: 16); a eso se suma la mirada reflexiva que se lanza sobre sus propias prácticas de producción de conocimiento y que desbroza el camino para que las sociedades de origen de los antropólogos y antropólogas se convirtieran también en sus objetos de estudio. Una de las consecuencias de ese doble movimiento de repliegue geográfico y epistémico en la antropología es la apertura de esos dos territorios que hasta entonces había quedado al margen de su indagación: la ciencia y la tecnología (al menos la alta tecnología occidental) (Miller, Slater y Suchman, 2001: 72).

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Ensamblajes de esperanza

En uno de los primeros trabajos que identifica a Internet como un ámbito de interés para la antropología, Arturo Escobar lanza un ‘Bienvenidos a ciberia’ (1994), con el que señala un nuevo espacio metafórico que para el antropólogo colombiano está constituido por dos conjuntos de tecnologías que en ese momento se encuentran en pleno desarrollo y extensión: Internet y las biotecnologías. Ciberia reta a los antropólogos a indagar en la manera como sus propias sociedades articulan sus formas de vida en el presente; un planteamiento que resuena en otros autores posteriormente también (Appadurai, 1996; Slater, 2003). Pero Ciberia es también un nuevo territorio que desafía algunas de las convenciones fundamentales de las antropólogas y antropólogos; entre ellas la delimitación de su objeto de estudio en torno a lo humano, como señalado más abajo. Las propuestas que desde entonces se suceden a través de nociones como ciberantropología (Budka y Kremser, 2004), ciberetnografía (Kuntsman, 2004), etnografía virtual (Hine, 2000) o antropología digital9, son todas ellas respuestas más o menos mesuradas a las tensiones metodológicas a las que estos investigadores se enfrentan, entre ellas la imposibilidad o limitación de co-presencia física en el campo, la dificultad del acceso a los informantes o la completa dislocación geográfica del campo. Pero si las disquisiciones metodológicas en el estudio de Internet han hecho fortuna, acaparando atención en la antropología y en otras ciencias sociales, una de las consecuencias que el estudio de Internet y las tecnologías digitales ha tenido y a la que quizás se le ha prestado menos atención se refiere a la reflexión que ha provocado sobre las bases desde las cuales la antropología se aproxima y teoriza la tecnología. Las etnografías de autores como Daniel Miller y Don Slater (2000) o David Hakken (1999) les llevan a repensar algunas de las nociones fundamentales de la antropología como la humanidad (Escobar, 1994; Hakken, 1999), nociones analíticas como la de cultura (Kelty, 2010) o nuestra misma naturaleza humana, cuestionando dicotomías fundamentales como la establecida entre la naturaleza y la sociedad y problematizando el objeto mismo de la antropología (Miller, Slater y Schuman, 2001; Hakken, 1999; Dumit et al, 1995). Una problematización a la que llegan igualmente otras autoras como Marilyn Strathern (1992) y Sarah Franklin (2003) con el estudio de las biotecnologías, cuando señalan a lo largo de las últimas décadas que los desarrollos de estas cuestionan la noción de naturaleza y su diferenciación de eso otro que concebimos como la sociedad . Es en el encuentro con esa problematización cuando algunos de estos autores señalan explícitamente a los estudios sociales de la ciencia y la tecnología (eSCT) como un ámbito fértil con el que dialogar (Escobar, 1994; Rabinow, 1996; Downey et al., 1999; Hakken, 1999; Hess, 2001; Miller y Slater, 2000). Sobre este asunto me detengo en el siguiente capítulo, donde introduzco un particular enfoque dentro de los eSCT, a saber: la Teoría del Actor-Red, cuya propuesta constituye, o al menos inspira, el vocabulario teórico de esta tesis; en particular me referiré a las aportaciones hechas por John Law y Annemarie Mol en lo que el primero ha denominado como el giro performativo de la Teoría del Actor-Red (Law, 2008).

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Véase la propuesta de máster en antropología digital que el University College of London ofrece desde el año 2009, en URL: http://www.ucl.ac.uk/anthropology/digital-anthropology.

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Antropología de lo digital

Antropología de lo digital El estudio sociocultural de Internet y otras tecnologías digitales por parte de antropólogos y antropólogas se ubica en ese movimiento generalizado hacia el análisis de las sociedades de origen y, en particular, de la tecnología y los fenómenos relacionados con ella. Antropólogos y otros científicos sociales con aproximaciones etnográficas han indagado en toda una variedad de realidades relacionadas con las tecnologías digitales como los hackers (Coleman, 2010), los colectivos del software libre (Kelty, 2008), las culturas online (Hine, 2000; Mayans, 2002a; Contreras, 2003), los mundos virtuales de los juegos masivos de ordenador (Taylor, 2006; Boellstorf, 2008; Nardi, 2010a) y la telefonía móvil (Ito, Okabe y Mautsa, 2005; Horst y Miller, 2006). Y a través de esos análisis ofrecen nuevas miradas sobre tropos fundamentales de la antropología y las ciencias sociales como la modernidad (Slater, 2003), el juego (Taylor, 2006), el liberalismo (Coleman, 2008) o la esfera pública (Kelty, 2008). El análisis de los blogs ha sido acometido desde un enfoque antropológico por autores como Adam Reed (2005, 2008) y Julian Hopkins (2008, 2009). En lo que resta de capítulo realizaré una revisión de la forma como el estudio sociocultural de Internet se ha abordado desde la década de los noventa, especialmente a través de diversas etnografías o análisis de inspiración etnográfica, y me referiré a algunos de los problemas que ha planteado y las posibles soluciones a ellos. Particularmente discutiré dos conceptos clave que han modelado desde entonces y hasta la actualidad los estudios socioculturales de Internet; me refiero a los conceptos de cultura y comunidad (virtual). Dos pilares fundamentales de la antropología que han sido sometidos a una intensa revisión en las últimas décadas (Kuper, 2004; Amit, 2002; Abu-Lughod, 1991, 1997). El estudio empírico de Internet ha ofrecido nuevos elementos para este debate al proporcionar indicios sobre la construcción de formas singulares de comunidad a través de Internet o la producción de culturas que se articulan de formas novedosas a lo largo del espacio y a lo ancho del tiempo. En la siguiente sección discuto algunas de las etnografías de las tecnologías digitales desarrolladas durante la última década y señalo las contribuciones realizadas a la antropología por estos trabajos. Mi argumento es que una de sus contribuciones fundamentales es desvelar la diversidad que resulta en los fenómenos mediados por las tecnologías digitales. Finalmente, y retomando los problemas que los conceptos de cultura y comunidad plantean en el estudio de Internet, discuto la posibilidad de acometer el estudio de lo digital a través del análisis de las prácticas; las dos últimas secciones las dedico a introducir las que se han denominado teorías de la práctica. Pero antes de continuar quiero hacer una aclaración con respecto al título de este capítulo: Antropología de lo digital, el cual tiene una doble motivación. En primer lugar pretende eludir las pretensiones de singularización metodológica tan comunes en el estudio de Internet; ¿a qué me refiero? Conceptos como ciber-antropología (Budka y Kremser, 2004) u otros próximos como etnografía virtual (Hine, 2000) o ciberetnografía (Kuntsman, 2004), pretenden singularizar las prácticas epistémicas y la aproximación metodológica de la antropología en el estudio de lo que se califica como “ciber” o “virtual” a costa de reificar lo que por otro lado califican de antropología convencional o tradicional. Es decir, la ciberantropología o en ocasiones la antropología digital, así adjetivadas, se definen como antropologías singulares por sus métodos y prácticas de producción de conocimiento.

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Ensamblajes de esperanza

Nociones como etnografía virtual o ciberetnografía insisten aún más en este aspecto. Hay una asunción a priori de que el estudio de esos fenómenos implica una transformación de los métodos. Optar por una nomenclatura como “antropología de lo digital” pretende trasladar lo digital desde los métodos al objeto de estudio: eso que he designado como lo digital; una decisión que pretende mantener la naturaleza de los métodos de la antropología y de la etnografía y que persigue preservar las convenciones de la antropología en el estudio de lo digital sin asumir a priori una transformación de ellos. En segundo lugar, al señalar lo digital pretendo poner los estudios de Internet en relación con toda una panoplia de otras tecnologías siguiendo un doble argumento; de un lado las tecnologías digitales aparecen estrechamente vinculadas empíricamente entre sí en mi trabajo de campo, y de otro lado el estudio de algunas de ellas como la telefonía móvil o fenómenos singulares vinculados a Internet pero que lo trascienden, como los hackers o el software libre, contribuyen a configurar una nueva mirada en el estudio de las tecnologías de Internet.

2. Las culturas de Internet En la década de los noventa los científicos sociales caen fascinados ante los espacios de sociabilidad que se abren en Internet, lo mismo que muchas otras personas que descubren con asombro esos vibrantes colectivos en los que individuos diseminados geográficamente dialogan de manera animada. “Encontrar a la Well fue como descubrir un mundo pequeño y acogedor que había estado floreciendo sin mí, oculto entre las paredes de mi casa […] una subcultura de gran envergadura crecía al otro lado del conector de mi teléfono y me invitaban [sic] a crear algo nuevo” (1996 [1993]: 15), así es como describe Howard Rheingold a mediados de los noventa a una de esas comunidades, The Well, que se convertirá en el paradigma de la comunidad virtual en Internet (Smith, 1992; Hafner, 2001; Matei, 2005). Diferentes disciplinas comienzan a realizar las primeras investigaciones sobre las formas de sociabilidad a través de Internet y una buena parte de los trabajos están investidos por la fascinación de sus autores ante fenómenos que en esos momentos constituyen experiencias sociales absolutamente novedosas y que representan al mismo tiempo considerables desafíos para sus métodos de investigación (Hine, 2000; Ito, Okabe y Matsuda, 2005). Esta respuesta no es muy diferente de la que una década más tarde otros autores vuelven a mostrar por otros fenómenos como la Web 2.0 (Beer y Burrows, 2007; Scott, 2007); por eso tiene un punto de injusticia y poca sensibilidad histórica los reproches que algunas revisiones (Wellman, 2004) hacen a esta primera literatura por quedar seducidos por Internet en esos momentos. La Internet de la última década del siglo XX es una Internet textual y limitada (en cuanto al número de usuarios y las posibilidades generales de acceso); y aunque la World Wide Web comienza a popularizarse a mediados de la década cuando aparecen los primeros navegadores gráficos, Internet sigue siendo un mundo austero en recursos pero tan extraño y exótico como el que representaba para los antropólogos decimonónicos los pueblos distantes; pero a diferencia de estos, las realidades de Internet resultan en principio mucho más accesibles. De manera que para muchos de los primeros investigadores, la proximidad y accesibilidad hace de Internet un objeto de estudio óptimo. Sentados frente al

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ordenador de su despacho, muchos de estos investigadores comienzan a realizar observaciones participantes sin necesidad de grandes viajes ni recursos (Markham, 1998). Comunidades virtuales Pese a esa austeridad de recursos, los científicos sociales descubren en aquella Internet de la década de los noventa colectivos vibrantes de individuos diseminados geográficamente cuyas relaciones se sostienen mediante comunicaciones repetidas, habituales y prolongadas a lo largo de tiempo que están mediadas por sus ordenadores; y pese a que no comparten una presencia física el resultado de esas relaciones es el desarrollo de sólidos vínculos e incluso comunidades. En uno de los primeros trabajos que se realizan, Nancy K. Baym (1995) analiza el humor en un grupo de noticias dedicado a la discusión de las comedias televisivas. Cientos de personas distribuidas geográficamente intercambian a diario mensajes y comentarios sobre sus series favoritas. En 1992, cuando comienzan su estudio etnográfico, circulan unos 3.000 mensajes mensuales en el grupo, a mediados de la década sobrepasan los 10.000 y el grupo se ha dividido en varias secciones, cada una de ellas dedicada a una cadena de televisión. Baym describe cómo el humor impregna las discusiones del grupo y contribuye a la producción de solidaridad entre sus miembros y a la construcción de las identidades individuales y de una identidad colectiva compartida (Baym, 1995). Y como otras autoras, Baym acaba por considerar a esos colectivos como verdaderas comunidades: comunidades virtuales (1998). La investigación social de Internet está modelada desde los noventa y hasta bien entrada la primera década del siglo XXI por el concepto de comunidad virtual (Silver, 2004; Ardévol, 2004). En 1993, Howard Rheingold, a la sazón periodista, escribe un libro que se acaba siendo la referencia durante una década para buena parte de la literatura sobre Internet. Rheingold relata en La comunidad virtual. Una sociedad sin fronteras (1996 [1993]) sus propias experiencias en la The Well, un espacio de conversación en Internet que se torna en el paradigma de la comunidad virtual para toda una generación de estudios posteriores (Smith, 1992; Hafner, 2001; Matei, 2005). La definición que el autor hace de la comunidad virtual tomando a The Well como referente se convierte en norma durante los años siguientes: “las comunidades virtuales son agregados sociales que surgen de la Red cuando una cantidad suficiente de gente lleva a cabo estas discusiones públicas durante un tiempo suficiente, con suficientes sentimientos humanos como para formar redes de relaciones personales en el espacio cibernético” (Rheingold, 1996: 20). Pero por mucho que la investigación social de Internet se oriente durante más de una década hacia el estudio de las comunidades virtuales, se trata de una noción controvertida (Baym, 1998; Wellman y Giulia, 1996; Smith y Kollock; 1999) y desde el primer momento hay una intensa discusión sobre la naturaleza de esos colectivos que se prolonga a lo largo de los años. A finales de la década de los noventa Peter Kollock y Marc Smith discuten sobre si las comunidades online son verdaderas comunidades (2003 [1999]) y unos años después Andrew Feenberg y Maria Bakardjieva (2004: 37) siguen formulando esa cuestión: “¿son todos los grupos online comunidades virtuales?”, asunto que casi 15 años después de sus primeros trabajos sobre el humor en los grupos de discusión Nancy K. Baym aún discute (Baym, 2007).

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Culturas de Internet Constituidas a través de tecnologías textuales, las conversaciones, debates e intercambios que se producen en esos colectivos reformulan muchas de las convenciones de la comunicación oral y escrita. El chat, los grupos de noticias, los boletines (BBS), los mundos virtuales de mazmorras y dragones (MUD)… son todos ellos tecnologías fundadas en el texto a través de las cuales se constituyen contextos para interacciones sociales significativas. Así que no es de extrañar que una buena parte de las aproximaciones que piensan en esos colectivos como comunidades asuman sus realizaciones textuales y la trama simbólica que producen como culturas. Algunos de estos autores se inspiran explícitamente en las propuestas culturalistas de Clifford Geertz (Pacagnella, 1997; Reid, 1991, 1994; Abdelnour, 2002); su metáfora sobre la cultura como texto encuentra en estos espacios de Internet lo que algunos interpretan como la realización material más precisa. Así que en un estudio que hace de los chat a principios de los noventa, Elizabeth Reid vincula directamente la cultura del colectivo con su identidad: “la identidad simbólica –la realidad virtual- del mundo de la comunicación mediada por computadores es una cultura rica y diversa que comprende habilidades altamente especializadas, lenguaje y sentidos simbólicos compartidos” (Reid, 1991 t. p.10)11. Aunque un resultado de estas culturas sea literalmente un texto escrito, como en el caso de los chat, diversas autoras y autores señalan cómo no pueden entenderse simplemente como culturas escritas, sino como culturas que se están escribiendo (Mayans, 2002a), tribus en tiempos real, dirá Rheingold (1996: 227); la distinción introduce el tiempo de la sincronía comunicativa (en el caso del chat y otras tecnologías) como un elemento fundamental para comprender la naturaleza de esas culturas. Annette Markham, que realiza a finales de los noventa otra de las primeras monografías etnográficas sobre Internet, Life Online. Researching real experience in virtual space (1998), ahonda sobre el asunto: “desde esta perspectiva, la comunicación mediada por computadora es al mismo tiempo el proceso y el producto, medio y resultado. Las “culturas” online son multitudes de conjuntos de textos autorreferenciales en evolución permanente, que influyen y son influidos por los lectores y escritores y la voluntad de los individuos de tratar como real estos textos y sus constructos de sus estructuras sociales asociales” (Markham, 1997: 5 t. p.). De manera que si la comunidad se convierte en el referente empírico en torno al que se articulan la investigación social de Internet, la noción de cultura constituye el concepto que, aunque en ocasiones no se explicita, sostiene teóricamente la mayor parte de los trabajos sobre las comunidades virtuales, muy especialmente los de orientación etnográfica. En una revisión que David Silver (2004) realiza de la literatura de lo que denomina estudios de Internet, el autor selecciona tres obras cuyos títulos evidencian la relevancia que este concepto ha tenido hasta ese momento y los matices en su articulación. No es una simple 10

Las citas cuya traducción he elaborado yo mismo figuran como “t. p.”: traducción propia. Las referencias literales que aparecen sin indicar el número de su página, salvo error u omisión por mi parte, pertenecen a textos que se encuentran online o a versiones de textos online (ya que pueden existir ocasionalmente otras versiones con paginación). En algunos casos se trata de revistas publicadas en Internet que carecen de paginación, como First Monday, en otros casos son documentos de diverso tipo que han sido publicados en Internet, y en otras ocasiones obras de las cuales he utilizado por imposibilidad de conseguir otra versión aquella que ha sido publicada en Internet aunque carezca de paginación, como es el caso de esta tesis de Elizabeth M. Reid.

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coincidencia que en todos ellos se haga referencia, justamente, a la cultura como elemento central: Steve Jones (ed.), Virtual Culture: Identity and Communication in Cybersociety (1997); David Bell, An Introduction to Cybercultures (2001); y David Trend (ed.), Reading Digital Culture (2001). Pero hay importantes matices en la articulación específica del concepto de cultura. En ocasiones designa a la producción simbólica que se elabora en los contextos de sociabilidad mediados por Internet, sin matices, es lo que en ocasiones se designa como cibercultura (Bell, 2001; Lévy, 2001 [1997]), cultura virtual (Jones, 1997) o cultura digital (Trend, 2001). Una segunda concepción vincula cada forma cultural con tecnologías específicas, de manera que los usuarios de chat comparten una cultura diferente a la de los usuarios de Usenet o de los bloggers; la cultura es el producto de la práctica de dispositivos específicos, lo que lleva a pensar en términos de cultura blogger, cultura chat o cultura Usenet (McKinnon, 1992; North, 1995). Hay una última aproximación que piensa en términos de culturas aquellas realizaciones situadas y concretas de colectivos particulares que se constituyen a través de una tecnología específica; un determinado chat en el cual hay una cierta cultura, o un determinado foro con una cierta cultura distinta a la de otro foro; como los participantes del grupo de series que Nancy K. Baym analiza (1995); su cultura, caracterizada por elementos como el humor, sería diferente de la que pudiera encontrarse en un grupo con una temática diferente. Limitaciones Pero si los conceptos de comunidad y de cultura han servido para articular buena parte del estudio de Internet durante los últimos tres lustros (Silver, 2004) resulta, como señala John Postill, cada vez más necesario explorar otros conceptos alternativos –también al de red social, que ha ganado presencia en los últimos años-. Una de las razones para ello es que recurrir a esos dos conceptos de manera sistemática limita las posibilidades de dar cuenta de la diversidad de formas de sociabilidad que se articulan a través de Internet o que incorporan Internet a ellas (Postill, 2008). Es debido reconocer la relevancia que los estudios de Internet han tenido en desvelar que las interacciones mediadas por estas tecnologías permiten la construcción de contextos sociales significativos y por lo tanto son realidades empíricas relevantes para la indagación antropológica –un proceso en el cual las etnografías han sido particularmente relevantes (Ardévol, 2004)-. Sin embargo, su orientación hacia el estudio de la cultura y la comunidad ha dejado de lado muchas otras realidades relevantes vinculadas a las tecnologías de Internet. La cuestión principal es, y pese a su evidencia se le ha prestado poca atención, que la producción de culturas y comunidades es sólo la excepción, y no la regla, de lo que acontece a través de Internet. Sólo excepcionalmente se producen culturas y se crean comunidades en Internet; el resto de lo que acontece no puede encajarse en ese marco conceptual, y eso no implica que sea menos interesante para la antropología o el estudio sociocultural de esos fenómenos. Siendo así, el reto para el investigador será buscar estrategias analíticas alternativas para la construcción de su objeto de estudio; en las dos últimas secciones regreso sobre esta cuestión abierta al desarrollar el marco teórico del análisis de las prácticas.

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3. Etnografías de lo digital El cambio de milenio resulta un momento señalado para el estudio etnográfico de Internet con la publicación de varias de las monografías de referencia, entre ellas la obra de Daniel Miller y Don Slater, The Internet. An ethnographic approach (2000); Virtual Ethnography de Christine Hine (2000); Cyborgs@Cyberspace de David Hakken (1999); Tune In, Log On: Soaps, Fandom, and Online Community de Nancy K. Baym (2000) y Virtuelle Ethnizität de N. Zurawski (2000)12. Cada una de ellas tiene referentes empíricos, objetos de indagación y aproximaciones metodológicas diferentes. Mientras que Nancy K. Baym recoge su experiencia de varios años en foros de fans de series de televisión para explorar sus dinámicas internas, Christine Hine analiza la repercusión que tiene en Internet un polémico juicio en EE UU contra una canguro británica. Este suceso le sirve a la socióloga británica para discutir los desafíos metodológicos que una etnografía de Internet plantea; asunto al cual le dedica la primera mitad de su obra mientras en la segunda examina los efectos que el seguimiento del juicio tiene en Internet, indagando las diversas prácticas que se movilizan ante ese acontecimiento. Daniel Miller y Don Slater acometen por su parte el estudio de cómo Internet se construye en la isla de Trinidad y cómo al mismo tiempo los trinis construyen su identidad en Internet. Singularmente tanto Miller como Slater, Hine y David Hakken, señalan de manera abierta a los estudios sociales de la ciencia y la tecnología como referentes inspiradores para sus trabajos. A las etnografías de Internet comienzan a sumarse a partir del año 2000 toda una serie de trabajos sobre tecnologías digitales y fenómenos relacionados con ellas, obras que al tiempo que beben de las primeras se distancian de ellas. Las etnografías sobre telefonía que realizan Mizulo Ito y Daniel Miller ilustra la vinculación entre el estudio de Internet y otras tecnologías digitales. Si bien en el estudio etnográfico del móvil surgen desafíos metodológicos particulares y distintos de los encarados en las etnografías de Internet, Ito reconoce explícitamente que los estudios de Internet le sirven de inspiración como a otros investigadores que han pasado de un ámbito a otro (2005: 4). La misma autora comenzó su carrera con el análisis de Internet para pasar después a centrarse en la telefonía móvil; y no es quizás coincidencia que el mismo Daniel Miller regrese unos años después de su trabajo sobre Trinidad a otra isla, en este caso Jamaica, para realizar otra etnografía sobre el uso de la telefonía móvil junto con Heather Horst: The cell phone: an anthropology of communication (Horst y Miller, 2006). Tampoco es una coincidencia que Howard Rheingold sea quien popularice el concepto que da nombre a uno de sus libros Multitudes inteligentes (smart mobs) (2004 [2002]), con el cual se refiere a colectivos mediados por la telefonía móvil, una década después de convertirse en el popularizador del concepto de comunidad virtual. Y un último ejemplo que permite intuir la disolución de los límites marcados por Internet hacia la delimitación de ese ámbito que estoy designando como lo digital es el de Christine Hine que unos años después de publicar Virtual Ethnography (2000), y mientras desarrolla una extensa reflexión sobre las implicaciones epistémicas que tiene el estudio de Internet para las ciencias sociales en obras como Virtual Methods. Issues in Social Research on the Internet (2005), aborda una etnografía sobre las transformaciones que tienen las prácticas de digitalización en una disciplina científica como la taxonomía en la obra Systematics as 12

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Citado en Postill (2010).

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Cyberscience. Computers, Change and Continuity in Science (2008). Hine ha saltado de Internet al museo de ciencias naturales de Londres en ese nuevo trabajo. Todo ello son indicios que, aunque leves, apuntan a la posibilidad de compartir un repertorio teórico para abordar el estudio de lo digital, sea esto Internet o la telefonía móvil. Pero, ¿qué es lo digital? Lo digital constituye un concepto con el que intento capturar ese ámbito común que incluye desde Internet a todas esas otras tecnologías como los móviles, las cámaras fotográficas digitales o los dispositivos portátiles de música. Pero lo digital no se refiere sólo a dispositivos materiales sino a toda una serie de prácticas, narrativas y contextos a través de los cuales se teje una tupida trama que permite conectar las narrativas de los hackers con la de los bloggers apasionados, las dinámicas de los colectivos del software libre (como la organización de eventos presenciales) con las de los jugadores online, las tecnologías fotográficas con Internet. Lo digital es ante todo una incógnita, no un ámbito prescriptivo; no pretendo definirlo a priori, es por el contrario el resultado del trabajo de quienes lo habitan, algo que ha de ser desvelado. Toda una serie de trabajos etnográficos se engloban en este ámbito a través de análisis centrados en los hackers (Coleman, 2008), los colectivos de programadores de software libre (Kelty, 2008); la telefonía móvil ya mencionada (Horst y Miller, 2006; Ito, Okabe y Matsuda, 2005), los mundos digitales (Boellstorf, 2008) y los videojuegos (Taylor, 2006; Nardi, 2010a). Un ámbito en el que la cantidad de trabajos antropológicos es aún limitado, como se queja Tom Boellstorff (2008), o incluso exiguo como certifica Francisco Osorio al revisar la literatura antropológica dedicada al teléfono móvil (Osorio, 2010). En lo que sigue señalo lo que considero tres contribuciones realizadas por estos trabajos a la antropología, y aunque no todos ellos se ubican o intentan dialogar con esta disciplina, se trata en todos los casos de trabajos basados en la observación participante que se declaran explícitamente etnográficos. La primera de esas contribuciones es la descripción misma de realidades sociales y prácticas que, pese a su proximidad (cualquiera es hoy en día usuario de Internet o la telefonía móvil), se revelan a ojos de los investigadores como cargadas de matices, diversidad y sofisticación. La segunda contribución se refiere a la indagación en tropos clásicos de la antropología y las ciencias sociales en contextos de nuestra contemporaneidad como es la producción de públicos en el software libre (Kelty, 2008), el juego en Internet (Taylor, 2006), las diversas concepciones y articulaciones del liberalismo entre los hackers (Coleman, 2008) o la variada formulación de lo que significa la modernidad en una isla como Trinidad (Slater, 2003). La última contribución se refiere a la revitalización de ciertos debates metodológicos en la antropología; como el referido a la construcción del campo (Amit, 2000a), la co-presencia física en el trabajo de campo (Beaulieu, 2010), la etnografía multisituada, o la producción de técnicas de investigación específica basadas en tecnologías digitales o el uso de Internet (Hine, 2005). Otros mundos La honesta declaración con la que Bonnie E. Nardi (2010a) describe cómo imaginaba a los practicantes de World of Warcraft antes de comenzar su etnografía permite comprender el valor de su trabajo. World of Warcraft es uno de esos juegos masivos online

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en los que participan simultáneamente miles de jugadores diseminados geográficamente, Nardi explica su idea inicial respecto a los jugadores: “asumí que el estereotipo del jugador de videojuego como un hombre joven absorbido y con pocas habilidades sociales y poco interés por cualquier otra cosa más allá del juego era probablemente más o menos verdadero (“un tipo gordo viviendo en el sótano de la casa de su madre” es el estereotipo satírico)” (Nardi, 2010b t. p.). Pero nada más alejado de esa representación de lo que después encontraría durante su trabajo de campo cuando durante la asistencia a una reunión de jugadores se topa con un anciano y su hija, ambos jugadores desde hace tiempo como el resto de la familia (abuela, marido…). Esa sorpresa que resulta del alejamiento de los jugadores de su representación pública es exactamente similar a la experiencia que T. L. Taylor tiene en la realización de la etnografía de otro juego masivo, Ever Quest, quien encuentra que el juego es practicado por familias y amigos que lo convierten en un contexto que se imbrica en su vida cotidiana a través de las relaciones existentes y previas, aspecto sobre el que otros autores han abundado (Taylor, 2003b; Nardi y Harris, 2006; Peterson, 2007). Quizás se deba en gran medida a la cobertura intensa recibida en la prensa y a que los investigadores de este ámbito reconocen que suelen centrarse en lo excepcional para olvidar lo cotidiano (Boellstorff, 2008; Taylor, 2006). Así que una primera contribución de las etnografías de lo digital es la simple descripción de las prácticas cotidianas que se establecen a través de estas tecnologías y que se refieren a menudo a realidades en torno a las cuales se han establecido sólidas representaciones por quienes no participan de ellas que en general están poco ajustadas a la realidad. En realidad, la persistencia de estas representaciones y estereotipos ha informado durante años la imagen pública de Internet. Lo ilustra una famosa viñeta de la revista New Yorker ampliamente reproducida (Wilson y Peterson, 2002: 458) en la que un perro sentado ante un ordenador está tecleando mientras gira su cabeza para indicarle a otro can a su lado: “en Internet nadie sabe que eres un perro”. El dibujo señala la insistente concepción de Internet como un espacio donde la simulación de la identidad se concebía como la practica predominante y donde Internet se pensaba como un contexto para la igualación de las desigualdades sociales al eliminar indicadores de género, sexo, nivel económico… ¡incluso de especie animal! Pero esas concepciones generales y totalizadoras, que se atribuían a todo Internet, serían poco a poco refutadas por las investigaciones empíricas que mostraban que en contextos mediados por Internet se reproducían las desigualdades convencionales asociadas a la raza (Burkhalter, 2003 [1999]) o al género (O’Brien, 2003 [1999]). Pero no es sólo que a través de estas etnografías se muestre que quienes toman parte en estas realidades son personas muy distintas a la imagen pública que se asocia con esas tecnologías, sino que concomitantemente se desvelan los modos particulares a través de los cuales esas tecnologías son incorporadas a la vida cotidiana de esas personas, más allá del estrecho contexto que es un individuo sentado frente a una pantalla. Un ejemplo de esto son los encuentros y reuniones presenciales que se realizan entre los prácticas de alguna de estas tecnologías, ya sean hackers (Coleman, 2010a), programadores de software libre (Kelty, 2008), jugadores de videojuegos online (Taylor, 2006; Nardi, 2010a) o incluso, como mostraré, bloggers; unos encuentros cada vez más habituales y que constituyen eventos singulares que ayudan a comprender la heterogeneidad de las formas de sociabilidad que se articulan través de estas tecnologías.

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Tropos clásicos Quizás han sido esas representaciones públicas las que han trivializado algunos de estos fenómenos relegando, por ejemplo, los videojuegos a la consideración de asuntos frívolos, como se lamenta Bonnie E. Nardi (2010b). T. L. Taylor pone sin embargo en valor un objeto empírico como los videojuegos al indagar en la reformulación que en ellos se hace de la misma noción del juego y de lo lúdico (Taylor, 2006: 68). Si durante los primeros años los estudios sociales de Internet se centraron principalmente en el análisis de la comunidad y sus dinámicas internas, como he señalado, algunas de las etnografías actuales convierten a esas realidades empíricas en objetos a través de los cuales indagar en temas clásicos de la antropología y la teoría social. Un ejemplo es el estudio que Kris Kelty realiza sobre las comunidades y colectivos del software libre en Two Bits. The cultural significance of free software (2008), en el cual aborda el debate clásico de la teoría social sobre la esfera pública. La noción de públicos recursivos con la que Kelty define a los colectivos que se constituyen en torno al software libre, compuestos por programadores y usuarios que toman parte en la producción de la misma estructura que les permite existir (Kelty, 2008: 16); revitaliza el debate sobre la esfera pública al arrojar luz sobre cómo se reformula en el contexto de las tecnologías digitales la noción misma de público. La etnografía sobre prácticas y discursos hackers le permite a Gabriella Coleman (2008) indagar en cómo el liberalismo es entendido de formas muy diferentes entre los diversos esos colectivos de hackers, articulando de formas diferentes la relación entre ética, tecnología y liberalismo. Los propios Daniel Miller y Don Slater en su momento ya entrevieron cómo una etnografía de la construcción de Internet en Trinidad (y la de la identidad trini en Internet) permitía indagar en el tema de la modernidad. Los autores revelan en su trabajo que frente a la homogeneización con la que se piensa en ocasiones ese concepto, la manera como la modernidad se entendía y practicaba en la isla de Trinidad en relación con Internet adoptaba formas singulares (Slater, 2003: 140). Los trabajos etnográficos de Mizuko Ito (2005) sobre la rearticulación a través del uso del teléfono móvil de los espacios de intimidad en los jóvenes japoneses son otro ejemplo de cómo tropos clásicos como la esfera pública, el liberalismo, la modernidad o la privacidad en este último caso pueden ser abordados a través del estudio de estos fenómenos. Renovación de los métodos Uno de los desafíos a los que se enfrentaron las primeras etnografías de Internet fue metodológico, y uno de los problemas principales derivaba de la distinción entre lo que inicialmente se denominaba virtual y real y que después pasaría a traducirse por la dicotomía online/offline. Si bien parecía un asunto cerrado y superado (Wilson y Peterson, 2002: 456), el trabajo de Tom Boellstorff (2008) ha revitalizado recientemente ese debate con su propuesta de estudiar el “mundo virtual” Second Life restringiendo su trabajo de campo a priori a lo que acontece en la pantalla. Regresando a los trabajos etnográficos sobre los teléfonos móviles, Mizuko Ito señala en Personal, Portable, Pedestrian: Mobile Phones in Japanese Life la necesidad de revisar los métodos de la etnografía como consecuencia de sus trabajos empíricos sobre la telefonía móvil (2005: 11). Entre las técnicas que ensayan se encuentra el uso de diarios solicitados a los informantes (Ito y Okabe, 2005); cuestionando

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algunas de las asunciones fundamentales de la etnografía como la co-presencia física, aspecto este abordado por Anne Beaulieu (2010) y que entronca con debates metodológicos previos en antropología sobre, por ejemplo, el uso del teléfono para mantener el contacto con los informantes (Norman, 2000; Hannerz, 1998); sobre este asunto me he extendido en otra parte (Estalella y Ardévol, 2011; Estalella y Ardévol, 2010) señalando cómo los desafíos que plantea el estudio de Internet y las tecnologías digitales constituyen una oportunidad para repensar algunas de las técnicas de la antropología en particular y de las ciencias sociales en general.

4. La práctica como locus empírico de investigación Uno de los aspectos que estos trabajos ponen de manifiesto es la diversidad y heterogeneidad que resulta en el encuentro de diferentes individuos y colectivos con las tecnologías digitales. Regresando al texto de Gabriella Coleman sobre los hackers, frente a la persistencia de una representación dicotómica de este colectivo que los imagina como tipos asociales enredados en siniestras prácticas o héroes en lucha contra el capitalismo, Coleman (2008) muestra la diversidad en ellos distinguiendo entre hackers defensores de la encriptación, programadores del software libre y hackers underground; cada uno de ellos con códigos éticos diferentes, por ejemplo. La diversidad digital La etnografía que T. L. Taylor realiza sobre el juego online masivo Ever Quest es igual de iluminadora en este sentido. En un encuentro de campo que tiene con dos jugadores, reunidos en la casa de uno de ellos, Taylor cuenta cómo su anfitrión les hace un recorrido por la casa para terminar en su sala de juegos: “tenía varias pilas enormes con CD, papeles, revistas, y todo tipo de cosas. En su mesa se encontraba mi primer contacto con un universo completamente diferente de jugar EverQuest –dos ordenadores hombro con hombro con el juego funcionando al mismo tiempo. Más tarde Mitch incrementó el número a tres” (Taylor, 2006: 68 t. p.). Es precisamente cuando Mitch charla con Josh, otro jugador presente, cuando Taylor se da cuenta de que le resulta imposible relacionar su experiencia del juego con la que tienen ellos y su conclusión es taxativa, Mitch y Josh juegan un videojuego diferente al que ella juega (Taylor, 2006: 68 t. p.). Lo que le lleva a reclamar la necesidad de ocuparse de este tipo de prácticas diferenciadas, frente a la literatura que se centra, generalmente en los “jugadores genéricos” (2006: 69). Lo interesante es esa idea, que sin embargo Taylor no desarrolla, de que el juego de unos y de otros es diferente; pero, ¿qué significa que el juego es diferente para cada uno de ellos?, un ejemplo: “al examinar a los jugadores intensivos (power gamers), comenzamos a confrontarnos con un modelo de juego que en algunas ocasiones parece y suena muy diferente de cómo usualmente hablamos de los juegos. A la simple idea de la “diversión” se le da la vuelta como a un calcetín con ejemplos de implicación que se fundan en la eficiencia, el aprendizaje (a menudo doloroso), las tareas repetitivas y aburridas, altas dosis de responsabilidad e intensidad en la focalización” (Taylor, 2006: 88 t. p.). Y aunque la intensidad de los power gamers está muy vinculada a la articulación temporal de la práctica, la

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autora argumenta cómo lo que define a estos jugadores no es únicamente la cantidad de horas que dedican a jugar, sino una articulación muy precisa de su práctica. Ambas autoras desvelan la variedad que hay en esas identidades y prácticas, ya sean los hackers o los jugadores de Ever Quest, suministrando diversidad sobre lo que en ocasiones aparece como un todo homogéneo e indiferenciado. Una de las estrategias metodológicas más comunes para la producción de diversidad en el análisis de Internet ha consistido en desagregar la red en diferentes tecnologías (Slater, 2003: 143), convirtiendo una de ellas en el objeto de estudio, ya sean los MUD (Markham, 1998), el chat (Mayans, 2002a) o los juegos online (Taylor, 2006; Boellstorff, 2008); a través de esta estrategia se evidencia la diversidad de prácticas que resultan del encuentro de individuos con tipos de tecnologías diferentes (blogs, chats, redes sociales, wikis, etc.). Pero la diversidad a través de la desagregación de Internet se logra a menudo a costa de homogeneizar la multiplicidad de prácticas que resultan de esos encuentros, como queda patente al pensar en términos de culturas asociadas a tecnologías, como he argumentado más arriba. En otras ocasiones, esa estrategia produce diversidad a costa de ignorar otras tecnologías y prácticas que son relevantes en relación con la tecnología objeto de estudio; es decir, la desagregación de Internet en diferentes tecnologías se consigue ignorando muy habitualmente la imbricación que existe entre las prácticas mediadas por diferentes tecnologías, como ocurre cuando quienes practican juegos online incorporan blogs, usan foros y chatean con sus colegas de juego (Taylor, 2006; Isabella, 2007), pero estos son relegados en el trabajo de campo por conveniencias metodológicas exclusivamente. Estrategia metodológica Las tensiones que emergen en torno al concepto de cultura han sido exploradas desde hace dos décadas por autores como Adam Kuper (2001 [1999]) o Lila Abu-Lughod quien, escribiendo “contra la cultura” (1991) señala la homogeneización que acompaña a la noción de cultura y propone como alternativa para evitar esos problemas pensar en términos de prácticas y discursos. La práctica en particular constituye un concepto que ha ganado interés entre los antropólogos y otros científicos sociales desde la década de los setenta del siglo pasado; pero la forma como ha sido concebida analíticamente y su teorización ha sido muy variada. En particular hay dos articulaciones del concepto de práctica que resultan radicalmente diferentes aunque muy a menudo estas diferencias no se explicitan cuando se habla de prácticas. En primer lugar la práctica es para autoras como Abu-Lughod un concepto analítico y una estrategia metodológica para la delimitación del referente empírico de sus trabajos; en segundo lugar, la práctica es un concepto teórico sobre el cual se fundamentan toda una serie de teorías sobre la producción de lo social. Si bien en algunos autores están presentes simultáneamente esos dos enfoques, esta distinción permite iluminar un aspecto fundamental que diferencia las propuestas de quienes se adscriben a las teorías de la práctica de quienes convierten a estas en su referente empírico. Para Lila Abu-Lughod, la práctica (junto con el concepto de discurso) permite construir un objeto antropológico que sustituye a la cultura, el cual es y ha sido secularmente una estrategia para la producción de alteridad (1991, 1997); una manera de

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hacer al otro uno diferente. La práctica es por lo tanto un mecanismo para la producción de alteridad que permite salvar los problemas ya señalados con el concepto de cultura: el exceso de coherencia y uniformidad. En cambio, Sherry Ortner (1984) plantea una relación entre el concepto de cultura y de práctica completamente diferente pues vincula explícitamente el concepto de práctica con el de cultura y critica las teorías de la práctica por prescindir precisamente del concepto de cultura. La relación que las antropólogas y antropólogos establecen entre la práctica y el concepto de cultura es por lo tanto muy variable; otro ejemplo lo constituye el trabajo de Ardévol et al. quienes ubican la práctica dentro del ámbito más general de la cultura cuando se ocupan del análisis de prácticas mediáticas que son concebidas como una instancia particular de la cultura del videojuego (Ardévol et al., 2010). Quienes convierten a la práctica en su objeto de estudio en sustitución de la cultura argumentan que esta última es sólo uno de los enfoques analíticos posibles en la realización de etnografías (Abu-Lughold, 1991, 1997; Hannerz, 1998; Hastrup, 1999). Se abre entonces la posibilidad de construir otros objetos de estudio: culturas que no se encuentran en lugares distantes, que no se encuentran localizadas geográficamente, e incluso objetos de estudio que no son culturas. Hay otros enfoques analíticos posibles para el estudio antropológico; y una de estas alternativas es el estudio de las prácticas. Abandono del holismo De la propuesta que pretende hacer de la práctica un sustituto del concepto de cultura quiero recuperar dos de sus argumentos; el primero se refiere al abandono del holismo y el segundo al tipo de conocimiento producido. La orientación hacia el estudio de las prácticas coincide con la llamada de antropólogas como Joan Passaro (1997) cuando señala la imperiosa necesidad de que la antropología se ocupe del estudio de realidades no holísticas. Frente a la cultura, el estudio de prácticas abre para la antropología la posibilidad de indagar en realidades no holísticas, parciales, heterogéneas y dispersas en el espacio y en el tiempo. A través de la práctica es posible articular estrategias metodológicas para la producción de formas de alteridad en las que no se naturalizan la identidad de los otros y estas pueden ser delimitadas de una manera precisa ya que la práctica es un concepto analítico construido por el investigador, como desarrollo más adelante. Es el antropólogo o la antropóloga quienes elaboran las categorías a través de las cuales delimitan en su encuentro en el campo lo que constituye una práctica; de esta manera a través de esas categorías pueden producir formas particulares de alteridad, identidades concretas con las que delimitan al colectivo que constituye su objeto de estudio, como ya ha propuesto Vered Amit (2000b). De esta manera, la práctica permite desagregar eso que la cultura toma como homogéneo y coherente en múltiples prácticas distintas; una diferenciación que resultará de la elección particular que el analista haga de las categorías a través de las cuales articula su delimitación empírica de una práctica. Ahora bien, que la práctica permita desagregar lo que la cultura toma como homogéneo no significa que necesariamente sea así; el analista corre el peligro de naturalizar y esencializar la práctica si no reconoce su naturaleza construida; y en segundo lugar, corre el mismo riesgo de un exceso de coherencia y homogeneización si la práctica está definida de manera excesivamente laxa.

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Las teorías de la práctica Las que se denominan teorías de la práctica, en plural, constituyen un conjunto de contribuciones diversas realizadas desde la década de los setenta por autores como Pierre Bordieu (1977), Anthony Giddens (1979), Michel de Certeau (1984) y Theodore Schatzki (1996, 2002), entre otros. La diversidad de sus teorizaciones y de la manera como conciben lo que constituye una práctica es notable y la etiqueta teoría(s) de la práctica utilizada por Bourdieu o Schatzki no es usada por otros autores (Reckwitz, 2002a: 259). Pero en cualquier caso, todas ellas plantean propuestas teóricas para la explicación de la acción y el orden social que se fundamenta en el concepto de práctica. Es decir, las teorías de la práctica son vocabularios para abordar el análisis de la realidad que sitúan el locus de lo social en las prácticas (Reckwitz, 2002a) en lugar de ubicarlo en el sujeto, en su mente, o en los textos y el discurso. Mientras que propuestas como la teoría de la decisión racional sitúa en los razonamientos mentales de los individuos la explicación de la acción social, o la teoría de sistemas lo sitúa en estructuras externas a este, las teorías de la práctica ubican la producción del orden social en eso que designan como prácticas; estas constituyen la unidad mínima para el análisis de lo social (Reckwitz, 2002a: 245). Las teorías de la práctica proponen por lo tanto una mirada sobre lo social que se opone a teorías como el estructuralismo, estructural-funcionalismo y el post-estructuralismo, la teoría de sistemas, la semiótica o el interaccionismo simbólico (Schatzki, 2001: 2). Theodore Schatzki, uno de los principales autores que ha teorizado las prácticas, dirá que la práctica es el locus en el cual se produce el orden y se articula la inteligibilidad del mundo. John Postill resume de manera sucinta la orientación general en las teorías de las prácticas: “La teoría de la práctica, como una rama de la teoría social centrada en el ‘prácticas’ antes que en estructuras, sistemas, individuos o interacciones. Las prácticas son el conjunto de actividades encarnadas que los humanos desarrollan con una variedad de compromisos, competencias y aptitudes [...] la primera generación de teóricos de la práctica buscó un camino intermedio virtuoso entre el exceso del individualismo metodológico (la idea de que podemos explicar los fenómenos sociales sobre la base de las acciones individuales) y las otras lógicas opuestas, el holismo metodológico (la explicación de los fenómenos por medio de estructuras sociales completas, Ryan 1970). De una manera diferente, intentaron liberar la agencia – la capacidad humana para actuar sobre y cambiar el mundo- de las constricciones de los estructuralistas y los modelos sistémicos mientras evitaban caer atrapados en el individualismo metodológico” (Postill, 2010 t. p.). En el volumen que Theodore Schatzki, Karin Knorr Cetina y Eike von Savigny editan con el claro título de The Practice Turn in Contemporary Theory (2001), los autores dejan muy claro el alcance que le presumen a la práctica como marco de análisis social: “la teoría de las prácticas es un horizonte del pensamiento social presente [….] un flexible, pero sin embargo, definido movimiento de pensamiento que se encuentra unificado en torno a la idea de que el campo de las prácticas es el lugar para investigar fenómenos como la agencia, el conocimiento, el lenguaje, la ética, el poder y la ciencia” (Schatzki, 2001: 13 t. p.). Y ese movimiento que ubica la producción de lo social en las prácticas tiene implicaciones en la manera como se concibe el cuerpo, la mente, los objetos y el conocimiento (Reckwitz, 2002a). Así que algunos autores -aunque no todos aquellos que se agrupan bajo la etiqueta de las teorías de la práctica- han vinculado estrechamente a esa orientación hacia el estudio

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de la práctica con la incorporación de lo material en la teorización social (Schatzki, 2001: 3; Reckwitz, 2002a, 2002b), como ocurre en las propuesta del mismo Schatzki, Bruno Latour, Trevor Pinch y Annemarie Mol entre otros. Ese reposicionamiento de lo material es muy evidente en la manera como Schatzki resume la definición de las prácticas como “tramas de actividades humanas mediadas materialmente y encarnadas que están organizadas en torno a entendimientos prácticos compartidos” (Schatzki, 2001: 2 t. p.). ¿Qué es una práctica? Pero, ¿qué es exactamente una práctica?, como he señalado en la sección anterior, las nociones de prácticas que manejan diversos autores varían notablemente y en ocasiones, en estudios empíricos, el concepto no se discute ni se explicita teóricamente, lo cual lo sitúa muy a menudo en una notable indefinición. Un ejemplo de esto último lo constituye el ámbito de la antropología de los media, donde la orientación hacia el estudio de las prácticas se ha intensificado en los últimos años. En una revisión que hace de la literatura que utiliza el concepto de prácticas, John Postill señala cómo este tiene sentidos y significados enormemente diferentes sin que se defina o se problematice las más de las veces en la literatura (2010). Con la intención de evitar esa indefinición, en lo que sigue haré una caracterización analítica del concepto de práctica a partir de la propuesta que hace Theodore R. Schaztki en dos de sus obras, la primera es Social Practices. A Wittgensteinian Approach to Human Activity and the Social (1996) y la segunda, en la cual amplía su discussion, es The site of the social: a philosophical account of the constitution of social life and change (2002). El esfuerzo que este filósofo realiza por clarificar analítica y teóricamente lo que entiende por una práctica es valioso y resulta clarificador para puntuar las diferentes dimensiones de un concepto que puede llevar fácilmente a equívocos. Con el concepto de práctica se hace referencia en ocasiones a acciones situadas, que acontecen aquí y ahora; acciones como cocinar, esquiar, andar, nadar o leer… pero al hablar de prácticas, o de una práctica, Schatzki no se refiere únicamente a ciertas acciones puntuales sino al conjunto de acontecimientos previos y futuros que tienen relación con ese hacer y decir particular junto con el conjunto de elementos diversos que hacen ese hacer y decir inteligible y le dotan de sentido. Así es como Theodore Schatzki define las prácticas: Las prácticas son un despliegue temporal y trama de haceres [doings] y decires [sayings] espacialmente dispersos. Ejemplos de prácticas son el cocinar, las prácticas de votar, las prácticas industriales, las prácticas recreativas y las prácticas correccionales. Decir que esos decires y haceres que forman una práctica constituyen una trama es decir que están ligados de cierta manera. Tres formas principales de ligazón están implicadas: (1) a través de entendimientos, por ejemplo, de qué decir y hacer; (2) a través de reglas explícitas, principios, preceptos e instrucciones y (3) a través de lo que llamo estructuras “teleoafectivas” que abarcan fines, proyectos, tareas, propósitos, creencias, emociones y humores” (Schaztki, 1996: 90 t. p.)

En lo que sigue señalo tres dimensiones de las prácticas: la primera cuestión se refiere al carácter entramado y expansivo de las prácticas, la segunda se refiere a su diversidad y a su variación a lo largo del espacio y del tiempo y finalmente su dimensión analítica, o dicho

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de otra manera, lo que constituye una práctica es definido por el analista. En la definición de las prácticas, Theodore Schatzki plantea que el cocinar, nadar y leer que acontecen aquí y ahora están relacionados con el cocinar, nadar y leer que el mismo individuo desplegó en otro tiempo y en otro lugar; más aún, el cocinar, nadar y leer de un individuo está relacionado con el cocinar, nadar y leer que otros individuos han desarrollado en tiempos y lugares distintos. De esta manera se le dota de cierta extensión en el espacio y el tiempo a lo que en un primer momento hemos pensado como un hacer o un decir situado. Esa trama de acciones diseminadas en el espacio y en el tiempo y a través de actores diversos constituye una práctica en la cual el hacer y decir diversos (doings and sayings) están vinculados por un conjunto de sentidos e interpretaciones compartidas (understandings); a los cuales se añaden elementos normativos (normas, reglas, principios e instrucciones) y emocionales (fines, proyectos, creencias, emociones, etc.). La práctica es por lo tanto una trama temporal y geográfica que está vinculada a la circulación de objetos, de personas y de discursos. Anteriormente he señalado la diversidad de las prácticas en relación con las tecnologías digitales. De ahí que hablar de prácticas en plural, por ejemplo al hablar de las prácticas de bloguear, se está haciendo referencia a las múltiples articulaciones de acciones similares. Suministrar diferencia entre acciones que aparecen como similares es algo que hacemos de manera cotidiana. Pese a la similitud, somos capaces de establecer diferencias sutiles en lo que constituye, por ejemplo, el andar. Distinguimos por ejemplo entre pasear, caminar, deambular… pasear es andar por diversión o para hacer ejercicio; caminar, en cambio, se define como “recorrer a pie cierta distancia” mientras que deambular introduce un modalizador que señala un nuevo elemento: andar sin dirección determinada. Al referirnos a un individuo que mueve sus piernas hemos elaborado más diferencias: yerra cuando anda vagando de una parte a otra y patea (de patear) cuando anda haciendo diligencias para conseguir alguna cosa. La diferenciación que hemos realizado en el andar no se agota aquí, pero basta para ilustrar cómo somos capaces de suministrar diversidad entre acciones que aparecen como semejantes. La tarea del analista es desvelar las estrategias analíticas para articular los diferentes modos que componen una práctica, las categorías a través de las cuales es posible poner de manifiesto esa diversidad y explicitar las diferencias. Finalmente, Schatzki establece que las prácticas son una construcción analítica del analista: “observadores con diferentes trayectorias culturales están abocados a representar los mismos haceres y decires [doings and sayings] formando parte de diferentes prácticas o a recolectar conjuntamente diferentes formas de comportamiento como prácticas. No hay acceso, consecuentemente, a las prácticas que un hacer y un decir verdaderamente componen. O de otra manera, no hay prácticas en sí mismas, sólo son relativas a una cultura” (Schaztki, 1996: 107 t. p.). Mi trabajo se ubica en el contexto del estudio de ese objeto indefinido que he designado como lo digital. Mi referente empírico está construido a través del concepto de práctica, en torno al cual delimito los individuos, tecnologías y discursos que toman parte en el despliegue de eso que he llamado el bloguear apasionado, aspecto que desarrollo en el capítulo tres. Y como ya señalaran desde finales de los noventa diversos autores, pretendo

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dialogar con el ámbito de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, en el siguiente capítulo introduzco la línea específica dentro de este ámbito que inspira en buena medida mi trabajo, la Teoría del Actor-Red, y el vocabulario específico que lo informa.

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Capítulo 2

De la ontología múltiple a las expectativas de futuro Un vocabulario para el estudio de la materialidad

1. La proliferación de lo material Las tecnologías digitales constituyen uno de los ámbitos que autores diversos suelen utilizar como ejemplo de lo que consideran la proliferación masiva de objetos materiales en nuestras sociedades, junto con la extensión de materias primas de todo tipo o la circulación masiva de obras de arte (Knorr Cetina, 2001; Marres, 2009; Pels, Hetherington y Vandenberghe, 2002). Internet, específicamente, constituye un fenómeno acompañado del despliegue de una infraestructura material de alcance global; un aspecto que durante muchos años se pasó por alto cuando se presentaba Internet como un espacio virtual, descorporeizado, desanclado de la realidad y ageográfico. Esas propiedades atribuidas a Internet ignoraban completamente el inmenso despliegue material que sostenía precisamente esas experiencias. Esa proliferación que se señala de los objetos no se refiere, sin embargo, únicamente al aumento de la presencia de esas entidades en nuestras sociedades. Si bien la preocupación por la dimensión material de las sociedades tiene en antropología una tradición secular en el análisis de la cultura material, y hay autoras como Mary Douglas con Purity and Danger (1984 [1966]) o The World of Goods (1996 [1979]) en colaboración con Baron Isherwood, o el volumen editado por Arjun Appadurai The social life of things (1986)

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que señalan la relevancia para la antropología de este tipo de realidades, una buena parte de antropólogos –y otros científicos sociales- se han lamentado sobre la manera como la antropología –y las ciencias sociales en general- incorporan (o ignoran) lo material en la teorización de lo social, aspecto que desarrollo a lo largo del capítulo. Así que cuando Dick Pels, Kevin Hetherington y Frédéric Vandenberghe señalan en el monográfico que editan en Theory, Culture and Society (2002) que “los objetos están de vuelta con fuerza en la teoría social” (2002: 1), no se refieren únicamente a que nuestras vidas cotidianas se hayan poblado de objetos, sino al esfuerzo por desarrollar modos de teorización social que realizan un intento por incorporar lo material como objetos de su indagación y como parte del cuerpo social. Por ello, lo que Knorr Cetina denomina un giro hacia los objetos (2003) no es sólo una mirada que resulta de la proliferación de esas entidades, es también un giro teórico en el cual se exploran formas a través de las cuales incorporar los objetos en la teorización social. Bruno Latour lo ha escrito de manera muy iluminadora cuando ha señalado que mientras las sociedades pre-modernas han sido descritas como sociedades heterogéneas y sin costuras, cuando los antropólogos y las antropólogas occidentales regresan a sus sociedades de origen, sin embargo, pierden esa mirada simétrica; el desafío provocador que el autor hace en Nunca hemos sido modernos (1993 [1991]) es radical: “aquellos que sean incapaces de explicar la irrupción de los objetos en el colectivo humano, con todas las manipulaciones y prácticas que se requieran, no son antropólogos” (Latour, 1993: 41). Ese intento por incorporar lo material en la teorización social ha sido traducido por algunos autores en un desplazamiento de sus indagaciones desde el ámbito de la epistemología hasta el de la ontología. Hay un lamento que recorre las obras de un buen número de antropólogos que se quejan por la limitada atención que se le ha prestado a la tecnología en particular, o a la cultura material en general, dentro de la antropología; una crítica presente en algunos de los autores que han realizado etnografías de Internet como Daniel Miller y Don Slater, Mizuko Ito o David Hakken. En estos casos la queja se refiere a la desatención específica hacia Internet y las tecnologías digitales en la antropología, lamento que Tom Boellstroff (2008) alarga hasta nuestros días en su etnografía sobre el “mundo virtual” Second Life al insistir en señalar esa desatención. Una crítica que se compadece con el lamento que Daniel Miller hace por el limitado interés que la cultura material ha suscitado secularmente en la antropología. En un volumen editado por Miller y titulado Materiality (2005) el autor británico plantea con una pregunta retórica y sin ambages la cuestión sobre el papel que la antropología ha asignado a lo material tradicionalmente: “¿por qué tantos antropólogos miran a los estudios sobre la cultura material como si fueran algo trivial o algo a lo que se le escapa el quid de la cuestión?” (2005: 5 t. p.). Una queja amarga que una década antes ya formula Brian Pfaffenberger cuando señala: “el estudio de la tecnología y de la cultura material, un tema que fue (y es aún) percibido como áspero, e incluso intelectualmente árido y aburrido” (Pfaffenberger, 1992: 491, t. p.). Probablemente muchos autores objetarán a la afirmación de Pfaffenberger, y de hecho el mismo autor reconoce que desde la segunda mitad de la década del siglo XX ha habido antropólogos y antropólogas que se

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han ocupado del estudio de tecnologías diversas como la irrigación (Beardsley 1964; Downing y Gibson 1974; Geertz 1972; Gray 1973; Hunt y Hunt 1976; Leach 1959; Taussig 1980). El verdadero fondo de la crítica, sin embargo, no es que la tecnología o lo material no haya sido el objeto de estudio de la antropología sino la manera como la tecnología y lo material ha sido considerado en la antropología e incorporado en sus teorizaciones de la sociedad. Se refieren con ello a la tendencia a tratar a la tecnología como si fuera una entidad neutra, extraña a la vida humana, alienante por naturaleza; se refieren también a la reducción de la tecnología a su dimensión simbólica, como si lo único relevante fuera qué significa la tecnología, pero no la tecnología. Esa exclusión de la tecnología (y de lo material) en la indagación antropológica se extiende durante todo el siglo XX. Amiria Henare, Martin Holbraad y Sari Wastell toman unas palabras de W. H. R. Rivers de 1914 para renovar su incomodidad con la manera como la antropología se ha ocupado de los objetos materiales hasta la actualidad: “‘el movimiento generalizado de interés’ en la antropología ‘deja fuera lo físico para orientarse y lo material para orientarse hacia lo psicológico y lo social’, y aunque los antropólogos han trabajado para superar esas distinciones, han tendido al final a reforzarlas” (Henare et al., 2007: 1 t. p.). Reforzar esas distinciones significa que aunque algunos autores y autoras se hayan ocupado de indagar en la tecnología han reforzado en sus trabajos las dicotomías entre lo concreto y lo abstracto, lo físico y lo mental, lo material y lo social, haciendo uso de “lenguajes teóricos que a priori presumen una distinción entre personas y cosas, materia y significado, representación y realidad” (Henare et al., 2007: 2 t. p.). Si todo esto lo tratemos a la actualidad, sirva un ejemplo actual para ilustrar lo dicho hasta ahora. El primer antropólogo que acomete la primera etnografía de Internet en España, Joan Mayans, discute cuál es el objeto de interés de los antropólogos y las antropólogas cuando tratan con las “nuevas tecnologías”: “ni el arado ni el Pentium son, en sí mismos, objetos de estudio de la antropología. Lo que lo son, en cambio, son sus usos sociales, definiciones, apropiaciones y manipulaciones culturales. Por eso mismo, tampoco nos parece necesario cargar contra el humano-centrismo de una disciplina que se define, epistemológica y etimológicamente, como el estudio del anthropos en su forma de ‘Otro’” (Mayans, 2002b: 83). Lo que le interesa al antropólogo o a la antropóloga según esta perspectiva son, por lo tanto, los usos, definiciones y apropiaciones de la tecnología, pero no esta por sí misma. Frente a esa particular manera de entender la cultura que excluye a la tecnología como parte de ella, la indagación que otros autores realizan sobre Internet les lleva a problematizar esa noción y a cuestionar al mismo tiempo nuestra humanidad. En uno de los primeros posicionamientos que se hacen para el estudio de Internet desde la antropología (en 1992), Gary Lee Downey, Josep Dumit y Sarah Williams señalan como elemento nuclear de su antropología cyborg la problematización de “los límites entre los humanos y las máquinas” (Downey et al., 1995). Este cuestionamiento de lo que constituye la naturaleza humana a través del estudio de Internet está presente también en otros dos trabajos seminales realizados por antropólogos sobre Internet, el de David Hakken, Cyborgs at Cyberspace (1999), donde escribe: “mi Antropología Ciborg señala cómo los humanos han sido ‘ciborg’ desde muy temprano en la emergencia de las especies. La tecnología está tan profundamente implicada en la existencia humana que es un aspecto fundamental de

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nuestro ser” (Hakken, 1999: 72 t. p.). Pero este esfuerzo por reincorporar los objetos a las explicaciones y teorizaciones de la sociedad es una empresa que se encuadra dentro de un debate de alcance mucho mayor, el que señala el agotamiento de la ontología moderna y la necesidad de formular otros vocabularios para el análisis social (Latour, 1993; Reckwitz, 2002a, 2002b; Pels et al., 2002). En la siguiente sección discuto este aspecto, pero antes de eso introduzco los temas que abordo en el capítulo. En primer lugar señalo las críticas hechas por algunos autores sobre la desatención que ha recibido lo material en la teorización social, incluyendo la antropología, y cómo la incorporación de los objetos materiales se articula en ellos de una manera muy particular: abriendo la ontología como espacio para la indagación antropológica. ¿Qué significa abrir la ontología como espacio de indagación? Pues significa que el antropólogo o la antropóloga prescinden de algunas de las categorías ontológicas convencionales con las que está acostumbrado a describir el mundo, como por ejemplo natural y social, y explora la manera como los otros articulan esas categorías y las ponen en práctica. Para ilustrar qué significa exactamente eso me detengo en la reciente propuesta de varios autores en el volumen Thinking Through Thinks (2007) editado por Amiria Henare, Martin Holbraad y Sari Wastell. Ocuparme de ellos me permite remontarme hasta dos de las fuentes teóricas de las que beben, de un lado las contribuciones realizadas por autores como Marilyn Strathern y Eduardo Viveiros de Castro, y por otro lado las aportaciones que vienen de la Teoría del Actor-Red; dos tradiciones de pensamiento que comparten un aspecto común: trasladar el espacio de indagación del ámbito de la epistemología al de la ontología. Hecho eso me concentraré específicamente en la propuesta que la Teoría del Actor-Red hace, particularmente en la contribución de Annemarie Mol y John Law, e introduciré el concepto de traer a la existencia (enactment), finalmente, y como parte de esa desestabilización de la ontología, discutiré la sociología de las expectativas.

2. Ontología: espacio de indagación ¿Cómo sería una antropología orientada a los artefactos si no fuera sobre la cultura material?, esa es la pregunta con la que Amiria Henare, Martin Holbraad y Sari Wastell arrancan Thinking Throug Things (2007), un volumen en el que reúnen los trabajos de diferentes autores que convierten a los objetos en el locus de su investigación, ya sea el tabaco como moneda de cambio en las cárceles de Papua Nueva Guinea (Reed, 2007) o los talismanes en los ritos chamánicos en el norte de Mongolia (Pedersen, 2007). La continuación de su pregunta es relevante para comprender el alcance de su propuesta y la distinción que pretenden establecer con el análisis de la cultura material: “¿podría un proyecto tal desarrollarse, no como un nuevo sub-género dentro de la disciplina, sino como medio para reconfigurar los métodos de la antropología de manera más general?” (2007: 1 t. p.). La respuesta a su cuestión toma la forma de una propuesta analítica particular en la cual las “cosas” se convierten en una incógnita que ha de ser desvelada: “Las cosas, se sugiere, no deberían ser delineadas antes del encuentro etnográfico en el que emergen. Adelantarse al desvelamiento etnográfico de lo que constituye una cosa sería simplemente ofrecer una teoría alternativa de las cosas” (Henare et al., 2007: 5. t. p.). De lo que se trata es

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de ir al campo sin una teoría de lo que son las cosas: “más que ir al campo armado con un conjunto de criterios teóricos pre-determinados contra los cuales medir las ‘cosas’ que uno anticipa de antemano, se propone que se les permita a las ‘cosas’ que se presentan a sí mismas servir como heurísticas con las cuales un campo particular de fenómenos pueden ser identificados, que sólo entonces engendran teoría” (Henare et al., 2007: 5 t. p.). Un ejemplo de lo que esto significa se encuentra en el trabajo de Martin Holbraad sobre su experiencia de campo con los ritos Yorubas en Cuba, en los cuales el talco polvoroso es talco poderoso13. La cuestión crucial es cómo comprender que el talco es poder, que lo polvoroso es poderoso; una posibilidad es asumir que los otros imputan erróneamente al polvo atribuciones que no tiene; la alternativa por la que los autores de Thinking Through Things optan es asumir que el problema de interpretación no está en los otros sino en el antropólogo mismo, que es quien debe resolverlo: “en lugar de ver esto como un problema de interpretación, esto es, de expandir nuestras categorías familiares para iluminar otras instancias, nosotros sugerimos que pudiera ser tratado como una cuestión de ensamblar una descripción satisfactoria –si parece extraño que los polvos de talco sean poderosos, el problema es nuestro, no suyo” (Henare et al., 2007: 6 t. p.). Pero asumir que el problema está de parte de la antropóloga en realidad sitúa a esta en un fértil terreno para cuestionar, en primer lugar, sus categorías, y generar, en segundo lugar, conceptos genuinamente nuevos; en ese movimiento reside lo que los autores consideran un cambio de registro desde la epistemología a la ontología: Abre la puerta para producir como consecuencia del encuentro en el campo conceptos genuinamente novedosos. La cuestión entonces se convierte en no sólo cómo los fenómenos humanos pueden ser iluminados […] sino cómo los fenómenos en cuestión pueden ellos mismos ofrecer iluminación. Cómo, en otras palabras, la manera como las personas discurren en sus vidas pueden desestabilizar asunciones familiares, entre ellas las que están en la base de los repertorios teóricos del antropólogo. Es precisamente la diferencia entre estas dos estrategias alternativas la que es capturada por la distinción entre una orientación epistemológica y otra ontológica en el análisis antropológico. (Henare et al., 2007: 8 t. p.)

En realidad, bien puede decirse que la generación de conceptos ha sido siempre una práctica en la antropología, sin embargo, lo principal es que en este caso la generación de conceptos está destinada a desvelar la ontología de los otros, dejando de lado la propia ontología; prescindiendo de las distinciones que el antropólogo asume como marco de referencia para su investigación: objeto/sujeto, social/natural, tecnológico/cultural... La propuesta de estos autores es heredera de dos ámbitos distintos en los cuales se ha indagado justamente en la pluralización de las ontologías. De un lado los estudios animistas, un ámbito por el que la antropología ha recobrado interés desde la década de los noventa (Descola, 2006, Viveiros de Castro, 1998; Bird-David, 1999) y cuyo debate está sirviendo, en palabras de Tim Ingold para “re-animar” la tradición de pensamiento occidental (Ingold, 2006), y el segundo son los estudios sociales de la tecnología, 13

En lugar de la traducción lógica, que sería polvos de talco, he intentando mantener el juego de palabras original, donde se juega con “powder” (polvos de talco) y “power”.

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particularmente los autores y autoras agrupados en torno a la denominada Teoría del Actor-Red. La ontología en plural La pluralización de la ontología o el “giro ontológico” en la teorización de lo social, como algunos autores lo nombran grandilocuentemente (Woolgar, 2008), se produce en la antropología con las contribuciones que en la década de los ochenta realizan Marilyn Strathern con sus trabajos sobre Papúa Nueva Guinea. A ellas se suman los trabajos que en las últimas tres décadas diversos autores realizan renovando la exploración sobre el animismo, entre quienes se encuentran figuras como Eduardo Viveiros de Castro (1998, 2004, 2010) y Phillipe Descola (2005). Pero, ¿qué es la pluralización de la ontología? Antes que nada una aclaración sobre el concepto de ontología; con él que me refiero, como buena parte de estos autores, a las elaboraciones conceptuales sobre las entidades que existen en el mundo; a través de la ontología se categoriza y organizan las entidades que pueblan el mundo. Por contraste, la epistemología se ocupa del conocimiento, de las condiciones necesarias para el conocer, pero no cuestiona las entidades existentes en el mundo, busca conocerlas una vez asumida su existencia. Eso que Bruno Latour (1993) llama la ontología nos proporciona toda una serie de categorías que han servido para informar el pensamiento social moderno a través de la clasificación del mundo en esferas ontológicas diferenciadas como social/natural, cultural/tecnológico, objeto/sujeto, macro/micro, etc. La ontología es la que permite a los analistas sociales distinguir entre causas naturales y sociales, entre entidades naturales, que se consideran dadas (quásares lejanos, proteínas salidas de un laboratorio o cadenas de ADN) y entidades que pueblan la sociedad y que se consideran construidas (automóviles, reproductores digitales de música o leyes). El pensamiento occidental ha asumido durante décadas que esas categorías tienen validez universal, pero los estudios sobre el animismo muestran, por el contrario, que esa ontología no tiene validez en otros lugares, por ejemplo entre pueblos de la Amazonia (Viveiros de Castro, 1998) o entre sociedades indígenas del norte de Asia (Pedersen, 2001). Eduardo Viveiros de Castro lo explicita en sus trabajos sobre las cosmologías indígenas amazónicas, donde “las plantas cultivadas pueden ser concebidas como parientes consanguíneos de las mujeres que las cuidan, y los animales de caza pueden ser considerados por los cazadores como parientes” (Viveiros de Castro, 2004: 466 t. p.). Puede ocurrir no sólo que varíen las nociones de lo que se consideran entidades naturales y culturales, sino que ni siquiera existan esas dos categorías: Naturaleza/Cultura; esa es al menos la conclusión a la que llega Marilyn Strathern en el estudio de los Hagen de Nueva Guinea, cuando en No Nature, No culture: the Hagen case (1980), deja claro que los Hagen carecen de esas categorías como fuentes ordenatorias de su mundo.

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Naturaleza / Cultura La dicotomía entre la Naturaleza y la Sociedad (o la cultura) es uno de los principales debates, no el único, que estos autores han abierto a través de sus estudios. El argumento es que la división entre esos dos grandes dominios en los que se clasifican las entidades de este mundo: la Naturaleza y la Cultura, corresponde a una tradición de pensamiento occidental de las sociedades modernas, según la cual la Naturaleza es universal, unitaria y ahistórica; frente a la cual la cultura se piensa como particular, múltiple e histórica. Pero si hay pueblos, colectivos y sociedades que carecen de esa dicotomía, o que la articulan de manera diferente, no queda más remedio que afirmar que se trata de una dicotomía que carece de validez universal. O dicho de otra manera, que las plantas sean seres sociales para otras sociedades significa que lo que constituye un ser social (o natural) es algo que se establece en cada sociedad, y lo mismo sirve entonces para la naturaleza. No hay una única naturaleza entonces (en minúsculas), sino múltiples, tantas como culturas (o sociedades). Este giro significa que los otros no tienen sólo representaciones diferentes de la naturaleza, sino que habitan en naturalezas, mundos, distintos. O dicho de otra manera, sus ontologías son diferentes. Pero afirmar que tienen diferentes ontologías no significa que se representen el mundo de manera distinta (pensando que las plantas son parientes carnales); es decir, la ontología no es simplemente otra palabra para la cultura, como se titulaba (en afirmativo: “la ontología es otra palabra para la cultura”) el debate mantenido en 2008 por Michael Carrithers, Matei Candea, Karen Sykes y el propio Martin Holbraad en Manchester (2008, Rollason, 2008). La ontología no es simplemente un sistema de ordenación, sino que está imbricada en las prácticas de los individuos, en las formas de organización de sus colectivos, en las prohibiciones de sus sociedades, en las dietas alimenticias (Viveiros de Castro, 2004: 476), el establecimiento de vínculos familiares, la legitimación de las relaciones sociales… Lo que ha ocurrido en occidente es que la simplificación extrema de la ontología, que se lograba asumiendo la validez universal de la Naturaleza, ha ido acompañada de una extrema complejificación de la epistemología (Viveiros de Castro, 2004: 483). El desafío al que se enfrenta el antropólogo no es el de comprender cómo los otros representan el mundo, sino cómo son esos mundos en los que habitan esos otros a los que intenta comprender. Y la estrategia analítica que resulta necesario desplegar ya no puede ser la de imponer la propia ontología, sino desvelar la de los otros. En ese proceso, la antropóloga/o ha trasladado el ámbito de su discusión desde la epistemología, que se ocupa de la producción de conocimiento y la representación, al de la ontología, que se ocupa de la categorización del mundo. Repensando la empresa antropológica La reacción que surge a menudo frente al intento de trasladar el ámbito de exploración de la antropología desde la epistemología a la ontología es cuestionar la necesidad de llevar a cabo este trabajo. Sin embargo, el cambio implica una redefinición de la práctica antropológica, como ha argumentado Eduardo Viveiros de Castro, una redefinición que conlleva reformular la relación entre el conocimiento del antropólogo y el conocimiento del nativo. El discurso que Viveiros de Castro diera en 2003 en la

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conferencia de la Association of Social Anthropologists del Reino Unido con el título de AND (Anthropology AND Science) es una apasionada defensa de lo que él considera una cierta concepción de la antropología que resulta de convertir a la ontología en su objeto de estudio. El antropólogo brasileño intenta desmontar uno de los fundamentos de buena parte de la antropología (y en general de las ciencias sociales), como es la asunción convencional de la superioridad epistemológica del antropólogo sobre los nativos, una superioridad que se supone en los siguientes términos: La antropóloga normalmente disfruta de una ventaja epistemológica con respecto al nativo. Los dos discursos están situados en diferentes planos: el significado establecido por la antropóloga que depende del significado del nativo, pero es ella la que determina el significado del significado — es ella la que explica e interpreta, traduce y relaciona, textualiza y contextualiza, justifica y significa este significado (Viveiros de Castro, 2003: 6 t. p.)

Esa ventaja epistemológica del antropólogo es lo que le ha permitido durante décadas, desde el siglo XIX, hasta quizás la actualidad asumir que el animismo es, a fin de cuentas, una “epistemología fallida” (Bird-David, 1999: 67). El cambio a la ontología rehabilita, por así decirlo, la epistemología de esos individuos que habitan en un mundo distinto al nuestro. Pero, “¿qué ocurre si le negamos al discurso del antropólogo su ventaja estratégica sobre el discurso del nativo?” (Viveiros de Castro, 2003: 7 t. p.), se pregunta al punto. De esa manera se neutraliza la pretensión, como ha sido habitual en el análisis del animismo, de reducir el pensamiento de los otros a una fantasmagoría (Viveiros de Castro, 2003; Bird-David, 1999). Negarle al antropólogo una ventaja epistemológica significa preguntarse: “¿qué ocurre cuando nos tomamos el pensamiento del nativo en serio?, cuando el objetivo del antropólogo deja de ser explicar, interpretar, contextualizar y racionalizar este pensamiento, y [el objetivo] pasa a ser utilizarlo, extrayendo sus consecuencias y estableciendo los efectos que puede producir en nosotros” (Viveiros de Castro, 2003: 14 t. p.). En ese caso la práctica antropológica se convierte en una empresa profundamente política, un proyecto que trata sobre la “auto-determinación ontológica de los mundos de las gentes” (ibid.: 18 t. p.). La preocupación por la ontología implica una reformulación de la relación entre el conocimiento nativo y el antropológico, no se trata, por lo tanto únicamente, de una elección teórica o metodológica, sino profundamente política. La problematización de la ontología propuesta por el animismo es resultado de la exploración de realidades alejadas para occidente, como lo son los trabajos del volumen editado por Henare, Holbraad y Wastell, donde se abordan relatos etnográficos de realidades que pueden considerarse exóticas y alejadas de occidente como el intercambio de cigarrillos en la prisión de Nueva Guinea (Reed, 2007) o ritos chamánicos en Mongolia (Empson, 2007). Pero, ¿qué ocurre si esa diversidad de la ontología podemos encontrarla a la vuelta de la esquina?, ¿qué pasa si la indagación de la propia sociedad del antropólogo se hace desde el cuestionamiento de la ontología? El análisis de las múltiples biotecnologías (Franklin, 2003), por ejemplo, ha llevado a cuestionar justamente las mismas categorías que ponen en cuestión el animismo o esas otras realidades “exóticas”. Aproximar ambos dominios de indagación puede ser una empresa fructífera y desafiante que desvele que esa

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ontología occidental contra la cual la literatura opone las ontologías de los otros deja de ser una entidad monista y homogénea; quizás la ontología cotidiana de quienes habitan las mismas sociedades que nosotros es más variada y diversa. Esa es la propuesta que desde la Teoría del Actor-Red hacen Annemarie Mol y John Law, en un movimiento que radicaliza las propuestas ontológicas de la TAR. Quizás, la ontología moderna con la que pelean muchos de los autores en la literatura especializada no es la ontología de occidente, sino la ontología de un colectivo particular que resulta en un contexto muy específico: el del conocimiento académico.

3. ‘Enactment’: la realidad múltiple Uno de los vocabularios más desarrollados en ese giro hacia la ontología es la Teoría del Actor-Red (TAR), una de las principales líneas dentro de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología. También es una de las más singulares por el particular vocabulario que han acuñado: traducción, actante, enrolamiento, traición, inscripción, etc. y los giros radicales que representan sus interpretaciones de la realidad con respecto al pensamiento social convencional. A los autores de la TAR se les puede leer diciendo: “la sociedad no es lo que nos sostiene, sino lo que hay que sostener” (Latour, 1986: 276) o “la realidad es más que una pero menos que muchas” (Mol, 2002: 135 t. p.). El peregrinaje teórico de la TAR desde los primeros trabajos en la década de los ochenta de Bruno Latour, Michel Callon y John Law hasta la actualidad ha sido largo (Law, 2008). Los trabajos iniciales estaban centrados en la producción de hechos científicos y técnicos (la innovación tecnológica) en los laboratorios. A los autores les interesaba la “estabilización” de estos hechos. Pero si inicialmente la TAR se ocupa de ese ámbito particular, con el tiempo la TAR se orienta hacia el análisis general de la producción del orden social. Así que desde la década de los noventa toda una serie de autores han tomado las propuestas de la TAR para abordar nuevos objetos de estudio con enfoques diferentes, abordando el estudio de realidades mundanas, tecnologías en contextos cotidianos y aspectos de la realidad en los que la tecnología ya no es el objeto empírico de su indagación, como por ejemplo la pasión por la música o las drogas (Gomart y Hennion, 1999), la arteriosclerosis (Mol, 2002), la diabetes (Mol y Law, 2004), el mercado (Callon, 1999), la ciudad (Farías y Bender, 2009). Este movimiento hacia nuevos objetos de estudio va acompañado de una radicalización de la semiótica material que John Law califica como un giro hacia la peformatividad y que Steve Woolgar rebautiza como un giro hacia la ontología (Woolgar, 2008). La TAR, por lo tanto, no se ocupa únicamente de los objetos, pero incorpora radicalmente los objetos a su teorización de la sociedad porque su punto de partida es hacer tabla rasa en la ontología. Su despliegue analítico está constituido por una ontología relacional en la cual toma como punto de partida de sus análisis la equivalencia de todas las entidades. El gran logro de autores como Bruno Latour, John Law o Annemarie Mol es problematizar la ontología moderna, cuestionar la validez universal de algunas de las categorías con las cuales ordenamos el pensamiento occidental.

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Una teoría que no es teoría Pese a su nombre, la Teoría del Actor-Red es más un vocabulario que una teoría explicativa del mundo. La TAR no da explicaciones sobre cómo se establece el orden social, sino que proporciona algunas herramientas con las que abordar su análisis. Quienes se adscriben a ella se resisten a encorsetarla en los límites estrechos que representa una definición (Law, 1999: 10; Law, 2008), Miquel Domènech y Francisco Tirado definen la Teoría del Actor-Red como: Teoría del actor-red es una etiqueta que designa un conjunto de principios metodológicos, epistémicos y trabajos de campo que desde hace más de dos décadas conmocionan la tradición del pensamiento social. Sus propuestas, a pesar de circunscribirse, en buena medida, al campo de lo que se denomina sociología del conocimiento científico o estudios sociales de la ciencia y la tecnología, van más allá de una mera reflexión sobre la ciencia y la tecnología y se enfrentan al problema más general de la producción y estabilización del orden social. (Tirado y Domèmech, 2005: 2)

John Law delinea la TAR de manera heterodoxa y con la suficiente imprecisión como para molestar a pocos y no satisfacer a ninguno, aún así merece la pena señalar su intento: “la Teoría del Actor-Red es una dispar familia de herramientas de materialismo semiótico, sensibilidades y métodos de análisis que tratan cualquier cosa en los mundos sociales y naturales como un efecto continuo generado por la red de relaciones dentro de las cuales se encuentran localizados” (Law, 2008: 2 t. p.). La semiótica material es el núcleo fundamental de la TAR y su fundamentación (Law, 2008). Denominada también materialismo relacional (Law, 1999: 4), establece que una entidad es el efecto de las relaciones que mantiene y logra sostener con otras entidades. Cualquier entidad (actor o actante, en sus términos) es una red de relaciones con otras entidades, de ahí la noción de actor-red. Cualquier entidad es el efecto de la red de relaciones que mantiene con otros actores. Que en un determinado momento esa entidad la consideremos o actúe como una entidad singular, o que se presente como tal, es una cuestión situada que depende de cada contexto: “las entidades toman su forma y adquieren sus atributos como resultado de sus relaciones con otras entidades. En este esquema de cosas las entidades no tienen cualidades inherentes; las divisiones esencialistas son arrojadas a la hoguera de los dualismos. Verdad y falsedad. Grande y pequeño. Agencia y estructura. Humano y no-humano. Conocimiento y poder. Contexto y contenido. Materialidad y sociabilidad. Actividad y pasividad. De una manera u otra, todas estas divisiones han sido arrojadas por los suelos en los trabajos desarrollar bajo el nombre de la Teoría del Actor-Red” (Law, 1999: 3 t. p.). La performatividad es otro aspecto fundamental de la semiótica material de la TAR: “la aproximación semiótica dice que las entidades logran su forma como consecuencia de las relaciones en las que se encuentran localizadas. Pero eso significa también que son performadas en, por y a través de esas relaciones” (Law, 1999: 4 t. p.). Esta orientación hacia la performatividad ha sido radicalizada posteriormente por diversos autores en un giro hacia la ontología; en la última sección me ocupo de los desarrollos que John Law y Annemarie Mol hacen de ella. Antes de eso, y para delinear con más de detalle el enfoque que propone la TAR señalaré dos aspectos fundamentales: la heterogeneidad con la que

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concibe la Sociedad y la necesidad de que los analistas realicen explicaciones simétricas. Heterogeneidad de la realidad Si las entidades no tienen una esencia previa, si como dice John Law “las entidades toman su forma y adquieren sus atributos como resultado de las relaciones con otras entidades” (1999: 10), eso significa que ninguna de ellas es natural o social en esencia y previamente a sus relaciones con otras entidades. Para la TAR, por lo tanto, lo natural y lo social son efectos de las relaciones que distintas entidades mantienen entre sí. Se hace tabla rasa en la ontología y en ese proceso la Naturaleza y la Sociedad dejan de ser esferas con las que categorizar a las entidades que pueblan el mundo y se convierten en efectos de las relaciones estabilizadas que establecen esas entidades. Pero la realidad siempre es precaria; si alguna de las entidades que conforman una de esas redes se rebela, falla o traiciona su función, entonces la red puede descomponerse y quienes eran poderosos se tornan débiles, quienes eran numerosos quedan reducidos a una minoría, quienes eran sólidos se convierten en cenizas… A priori no podemos saber cuál de las relaciones es más sólida y más duradera: si la transferencia nuclear, si el convencimiento de las instituciones, si los artículos que señalan la transferencia nuclear como cierta… Simetría en el análisis La disolución de la distinción entre el sujeto y el objeto tiene como consecuencia la distribución de la agencia, como ahora discuto. La diferencia entre sujeto y objeto sobre la cual se funda la epistemología moderna atribuye agencia al primero y se la escamotea al segundo. El sujeto es el que conoce, el objeto es el que resulta conocido. El sujeto es activo, el objeto es pasivo. El primero hace y el segundo se deja hacer. Cuando un individuo utiliza una tecnología es él quien hace, y la tecnología quien se deja hacer. Pero si no hay propiedades previas que se puedan atribuir a las entidades a priori, según la semiótica relacional de la TAR, eso significa que no hay un sujeto (activo) a priori y un objeto (pasivo), el sujeto y el objeto se constituyen en realidad mutuamente, a través de la relación que establecen: una hace y el otro se deja hacer, uno conoce y el otro se deja conocer, uno hace y el otro hace hacer…. Para la Teoría del Actor-Red, por lo tanto, la agencia no es una propiedad que únicamente detenten los humanos. ¿Significa eso que los objetos tienen agencia? No exactamente. Si los humanos no tienen agencia a priori, como acabo de señalar, tampoco la tienen a priori los objetos. Este punto permite ejemplificar lo que significa ese asumir una mirada simétrica con respecto a humanos y no-humanos: distribuir la agencia. Veamos qué significa exactamente eso mediante un ejemplo en el que Latour discute las dos posturas enfrentadas en relación al uso de las armas de fuego por parte de ciudadanos (Latour, 1994: 31), un ejemplo que permite así mismo señalar cómo la distinción analítica macro/micro queda también diluida desde este planteamiento. El núcleo de la discusión sobre el origen de las muertes por armas de fuego es la

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imputación de responsabilidad. El determinista social atribuye la responsabilidad a los individuos, que son quienes aprietan el gatillo. El materialista atribuye la responsabilidad a las armas. Si no hubiera armas no habría muertes, arguye el último; si no hubiera individuos que apretasen el gatillo nadie moriría, argumenta el primero. El dilema reside en la imputación de agencia: ¿quién o qué es responsable? La respuesta desde el materialismo semiótico reformula los términos de la discusión pues lo que tenemos frente a nosotros no es un individuo y/o un arma; nos encontramos frente a un “ciudadano+arma”, el ‘ciudadano armando’, ‘el arma empuñada’: el pistolero; una nueva entidad que no es un individuo ni es un arma. De hecho, el individuo se designa por el nombre del objeto (pistola), y el objeto es ‘indiviualizado’, hecho individuo (pistolero). Una nueva entidad, una entidad híbrida (social y natural, objeto y sujeto, macro y micro, local y global) con una nuevas capacidades, con nueva agencia. El proceso en el cual un ciudadano empuña un arma, y un arma es empuñada, transforma a esas entidades en otras diferentes y les dota de nueva agencia. Para la TAR, por lo tanto, la agencia es una propiedad que resulta de la asociación de entidades: “hemos de aprender a distribuir –redistribuir- las acciones a muchos más agentes de los que resulta aceptable para la narración materialista o sociológica” (Latour, 1994: 33). Pero esa entidad vuelve a ser de nuevo el efecto de otras entidades, sólo a través de las cuales es posible que cobre existencia un ciudadano transformado en pistolero, una pistola transformada en un arma mortal; esas entidades son legisladores, leyes, apologetas de las armas, fabricantes y distribuidores…. Lo que muestra la disolución de las distinciones macro/micro en la TAR, pues un pistolero nos remite a otros lugares (el congreso donde se aprueban las leyes, las fábricas de armas donde se fabrican, los despachos de empresarios donde se negocia su circulación), otros momentos (la aprobación de leyes, el diseño de armas, la negociación de contratos) y otros actores (los legisladores, los ingenieros, los empresarios). La distinción macro/micro se diluye también, como la dicotomía sujeto/objeto, es un efecto de la ordenación de las entidades. El principio de simetría, propuesto por Michel Callon (1986) a partir del principio de simetría de David Bloor (1976), plantea que es necesario proporcionar una explicación simétrica con respecto a los humanos y los no-humanos pues todos ellos toman parte en la producción de la realidad; con respecto a la verdad y la falsedad, el tipo de explicaciones para una y otra han de ser las mismas; y con respecto a nosotros (como quiera que se entienda ese nosotros) y los otros. El giro performativo de la TAR Ya he señalado que para la TAR la realidad es siempre precaria: los hechos de un laboratorio se pueden tornar ficciones, él éxito de una tecnología puede convertirse en un fracaso en cualquier momento, el discurso objetivo deviene sin fundamento al cabo del tiempo, la solidez de una argumentación se transmuta en debilidad… de ahí que los momentos de crisis sean tan productivos para el análisis, pues ese en ello cuando entidades que pasan desapercibidas revelan su función. Anne Marie Mol y otros autores (Law, 2008; Mol, 2002; Singelton, 2005) han llevado ese aspecto de la semiótica material a su extremo al

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asumir como punto de partida que no existe una realidad coherente tras cada entidad (Law, 2008). Ilustraré este desplazamiento a través de la obra de Annemarie Mol The Body Multiple (2002), una etnografía que la autora realiza en dos hospitales de los Países Bajos en la cual indaga en las prácticas en torno al diagnóstico y tratamiento de la arteriosclerosis. Annemarie Mol no se ocupa del ‘descubrimiento’ de la arteriosclerosis, por ejemplo, en la línea de lo que Bruno Latour hace en el análisis del descubrimiento de la bacteria del antrax de Pasteur (Latour, 1988), sino de la forma como esa arteriosclerosis, una realidad sólida y perfectamente delimitada y establecida, es traída a la existencia en dos hospitales a través de las prácticas materiales que despliegan cotidianamente múltiples actores: el doctor en su consulta, el laboratorio de patología, el enfermo… Y lo hace trasladando el contexto de su indagación a las prácticas situadas de esos actores. Si Latour se ocupa de desvelar la lucha de Pasteur contra un sin fin de obstáculos y dificultades para traer a la existencia el ántrax, Mol se ocupa de las prácticas materiales que médicos y especialistas despliegan en la cotidianidad de una visita al hospital para diagnosticar una realidad ya establecida (la arteriosclerosis), pero cuya existencia situada (encarnada en cada paciente que la sufre) no es más evidente. Dicho de otra manera, diagnosticar la arteriosclerosis no es simple, y requiere de una práctica tan heterogénea como la que Pasteur desplegó en el descubrimiento del ántrax, aunque requiere quizás menos esfuerzos (pero probablemente no menos aliados). La realidad múltiple Diagnosticar la arteriosclerosis requiere que los especialistas en el hospital obtengan muestras, hagan análisis, examinen informes, tomen radiografías e interroguen al paciente sobre sus dolores… El doctor en la consulta ante el enfermo le pregunta por sus dolores en las piernas o sus limitaciones en el caminar; el especialista en el laboratorio analiza el nivel en sangre mientras ignora si el paciente anda o tiene dolores, el médico forense, por su parte, sólo es capaz de abordar la arteriosclerosis analizando cortes de las arterias, algo que sólo puede hacer cuando los enfermos ya han fallecido. En muchas ocasiones las prácticas de esos especialistas les llevan a un mismo diagnóstico: estamos ante una arteriosclerosis; en otras ocasiones esto no es así. Para el especialista del laboratorio, un paciente con ciertos niveles en sangre padece arteriosclerosis, pero en la consulta del médico de familia este no da cuenta de ningún dolor ni dificultad en el andar. En otras ocasiones, las quejas amargas en la consulta del doctor, de una mujer que apenas puede moverse, no encuentran correspondencia en los niveles de su sangre, que indican que está perfectamente sana. ¿Dónde está la arteriosclerosis en cada uno de esos pacientes?, ¿cuál de los especialistas tiene razón?, ¿cuál es la verdad? Podemos pensar que uno de los especialistas está equivocado en su diagnóstico y otro tiene razón, pero lo que Annemarie Mol propone es abandonar la idea de que la realidad está ahí fuera, de manera que no podemos reducir la cuestión al binomio: “arteriosclerosis sí” o “arteriosclerosis no”. Abandonar la idea de que los médicos y especialistas se manejan con distintas representaciones de una misma realidad (la arteriosclerosis), porque cuando colocamos las prácticas en el primer plano de nuestra

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indagación nos encontramos con que distintas versiones de la arteriosclerosis son traídas a la existencia. Basta con consultar una enciclopedia para tener una definición precisa de lo que es la arteriosclerosis; sin embargo, lo que Annemarie Mol argumenta es que si se acude a las prácticas a través de las cuales la arteriosclerosis se hace visible en los hospitales, si se atiende al discurso de los pacientes, a las consultas que realizan los médicos, a los procedimientos e instrumentos que utilizan en los laboratorios, si uno coloca “los aspectos prácticos en el primer plano”, entonces lo que se encuentra es que no hay una sola arteriosclerosis sino muchas versiones diferentes de ella. Todas esas versiones son la arteriosclerosis, y cada una de ellas cobra existencia a través de prácticas materiales distintas. Si atendemos ellas, nos encontramos con que “la realidad se multiplica”. Para un especialista, la arteriosclerosis es una cierta concentración en sangre; para otro especialista la arteriosclerosis cobra vida a través del interrogatorio y el nivel de vida del paciente al cual entrevista; para el patólogo, la arteriosclerosis es una reducción en el ánima de la arteria que sólo puede ser desvelada cuando el paciente ha muerto y se puede seccionar su cuerpo. Lo que tenemos delante de nosotros es la multiplicación de esa entidad, en palabras de la autora: “la realidad es múltiple pero no diversa”, (Mol, 2003: 135). El análisis de las prácticas En este caso, “la cuestión guía ya no es más “¿cómo encontrar la verdad?” sino “¿cómo los objetos son manejados en la práctica?” (Mol, 2002: 5). La práctica se sitúa en el primer término de la indagación. Esto no es nuevo, pues en la TAR existe una clara orientación hacia el análisis de las prácticas, pero en el caso de Annemarie Mol, la práctica no es sólo una estrategia metodológica de análisis: El estudio etnográfico de las prácticas no busca un conocimiento que los sujetos tienen en sus mentes y del que pueden hablar. En su lugar, ubica el conocimiento principalmente en actividades, eventos, edificios, instrumentos, procedimientos y demás. En consecuencia, los objetos no se toman como entidades que están esperando ser presentadas, pero tampoco como construcciones modeladas por los sujetos de conocimiento. Los objetos son –bien, ¿qué es lo que son?, esta es la cuestión. (Mol, 2002: 32 t. p.)

La propuesta de Annemarie Mol hace que la ontología explote en la cotidianidad de nuestro mundo. La consecuencia es que esas ontologías extrañas a la nuestra ya no son únicamente la elaboración de pueblos lejanos y exóticos, sino que se encuentran alrededor nuestro. Su perspectiva de partida es: “los objetos son investigados como si estuvieran en un escenario. Lo que es estudiada aquí son las identidades que un objeto puede tener cuando es escenificado, manejado, performado” (Mol, 2002: 40 t. p.).

Enactment: traer a la existencia El concepto clave es el de enactment, que he traducido por “traer a la existencia” (en ocasiones se utiliza la expresión bring into life), o “poner de facto”. Enactment implica un

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cambio en el repertorio de metáforas para referirnos a lo real, que no son ni las realistas, que la conciben como algo dado; ni las relativistas, que igualmente la asumen como algo dado sobre lo que se tienen diferentes perspectivas; ni las constructivistas tampoco, para las cuales se presume necesariamente un ‘constructor’ previo. Aunque en trabajos anteriores Mol ha utilizado el concepto de performance, a partir de The Body multiple comienza a usar enactment para insistir en la idea de la multiplicación de las versiones de la realidad. Para señalar la particularidad de su planteamiento, Mol compara su propuesta con lo que denomina el perspectivismo (en el cual puede incluirse al relativismo) y el constructivismo. Frente a la asunción de los realistas de que hay una única realidad y una única verdad objetiva, el perspectivismo reconoce la existencia de diferentes expertos, diferentes ámbitos desde los cuales es posible examinar la realidad. Este perspectivismos que practican, por ejemplo los relativistas, rompe con la idea de una única verdad y asume que hay diferentes miradas sobre una realidad que, metafóricamente, se encuentra en el centro de todas esas miradas. La otra alternativa, la del constructivismo, muestra cómo una determinada versión de la realidad es fabricada en competencia con otras versiones. Ese es el planteamiento de Wiebe E. Bijker (1986), por ejemplo, cuando explica los diferentes diseños en competencia de la bicicleta y la imposición de uno de ellos finalmente. En este caso la realidad es también plural, pero en la forma de proyección atrás en el tiempo. No en el presente, sino en el pasado, como múltiples realidades en competencia entre las cuales una se impone. Hablar de una realidad múltiple significa hacer uso de otras metáforas distintas a las de la perspectiva o la construcción. Ya no se trata de que diferentes aspectos de la realidad son atrapados desde distintas perspectivas, sino de diferentes versiones de la realidad. Esta es puesta de facto, traída a la existencia, a través de múltiples prácticas: “una realidad que es hecha y enactuada en lugar de observada. Más que ser vista por una diversidad de ojos mientras permanece en el centro sin ser tocada, la realidad es manipulada por medio de diferentes herramientas en el curso de diversas prácticas” (Mol, 1999: 77). Y de lo que Annemarie Mol se ocupa es de indagar en los modos como esas múltiples versiones de una realidad, la arteriosclerosis, se coordinan entre sí, interfieren, se oponen, se subsumen, etc.: “esta etnografía de una enfermedad se convirtió en un estudio de la coexistencia de múltiples entidades que discurren bajo el mismo nombre. Como consecuencia, la coexistencia llega en variedades y toma diferentes formas. Aquí hemos explorado la adición, traducción, distribución (sobre diferentes sitios en el hospital, diferentes capas del cuerpo, diferentes momentos en el tiempo) y la inclusión” (Mol, 2002: 151 t. p.).

4. La sociología de las expectativas tecnológicas Un ámbito de indagación que se ha ocupado expresamente del análisis de las promesas, las visiones de futuro y las expectativas vinculadas a la tecnología es la que se ha denominado sociología de las expectativas. Desarrollada por autores como Nik Brown, Harro van Lente, Mads Borup y Adam Hedgcoe que se adscriben a los Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología (eSCT), en el caso de algunos con una aproximación que se encuadra explícitamente en la Teoría del Actor Red, como en el caso de Nik Brown

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(Brown, 1998; Selin, 2007), la sociología de las expectativas se ocupa de analizar las visiones y promesas que predican las capacidades futuras de las tecnologías, los efectos que tendrán o las realidades a las que darán lugar en un tiempo futuro (Borup et al., 2006: 286). Y lo hacen con una aproximación en la cual no pretenden determinar si las expectativas son más o menos realizables, o son verdaderas o falsas; lo que les interesa es cómo esos discursos toman parte en la producción del presente; qué es lo que hacen esos discursos y qué es lo que hacen hacer a otros. Frente a la orientación predominante de la teoría social ocupada con el análisis del presente, el futuro ha sido un ámbito de indagación mucho más limitado. Pero por el análisis del futuro no me refiero a las técnicas prospectivas, sólidamente establecida en el análisis social, sino a convertir el futuro en el objeto analítico de la indagación social (no a predecirlo), como han hecho autores como Max Weber (1945), George H. Mead (1932) y Alfred Schutz (1962). La diferencia entre intentar “predecir” el futuro y comprender el futuro del presente es la base sobre la que se funda Contested Futures (2000), editada por Nik Brown, Brian Rapper y Andrew Webster, en la cual se reúnen algunos de los trabajos de quienes después contribuirán a fundar este ámbito de indagación. Es precisamente el hecho de que la tecnología aparezca insistentemente como un factor decisivo en la configuración futura de múltiples ámbitos de la sociedad lo que lleva a indagar en el futuro explorando las expectativas tecnológicas. Un futuro del presente materializado en discursos y objetos (Michael, 2000; Brown et al., 2003). Así que los autores que contribuyen a este campo de investigación se han ocupado de tecnologías que aparecen cargadas de promesas, esperanzas y expectativas; principalmente tecnologías que se encuentran en proceso de desarrollo; centrándose en el análisis de los procesos y contextos de innovación. Muchas de ellas son tecnologías desarrolladas en la década de los noventa como las múltiples biotecnologías (Feising, 2001) entre las que se encuentran la farmacogenética (Hedgecoe y Martin, 2003) o la terapia génica (Brown, 2003); y diversos campos médicos como las células madre (Moreira y Palladino, 2005), la telemedicina (Rappert y Brown, 2000) o los xenotransplantes (Brown y Michael, 2003); y otros ámbitos distantes como la nanotecnología (Selin, 2007). Singularmente, el estudio de las expectativas depositadas en Internet y las tecnologías digitales apenas ha sido abordado desde esta perspectiva (Wyatt, 2000; Geels y Smit, 2000). Más que discursos Uno de los campos que ha recibido notable atención de parte de estos autores han sido las biotecnologías. Adam Hedgcoe y Paul Martin hacen en 2003 un análisis sobre dos orientaciones que en ese momento hay dentro de la farmacogenética, una tecnología basada en los fármacos individualizados a medida. El objetivo de su trabajo es “entender cómo tecnologías nuevas ‘llegan a ser’” (‘come into being’). El planteamiento de su trabajo es ilustrativo de la aproximación general en la sociología de las expectativas: “en lugar de interpretar las afirmaciones especulativas sobre el futuro de la farmacogenética como efímeras e irrelevantes, argumentamos que son fundamentales en el proceso dinámico que

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produce nuevas redes sociotécnicas” (Hedgcoe y Martin, 2003: 328 t. p.). Es decir, en lugar de interpretar esas narrativas, los autores intentan comprender qué es lo que hacen y qué es lo que hacen hacer. En el estudio se comparan dos visiones diferentes del desarrollo de este campo tecnológico, las cuales son traducidas en diferentes políticas biotecnológicas, estructuras de compañías farmacéuticas y biotecnológicas, y productos: “cómo las dos visiones articuladas en la literatura científica se han encarnado en políticas, estructuras y productos de compañías farmacéuticas y empresas biotecnológicas. Esto ha implicado la traducción de un discurso particular en una heterogénea serie de artefactos, organizaciones, estructuras, prácticas laborales e inversiones materiales. En este sentido proporcionar un marco estratégico para que los actores cambien el presente con el objetivo de construir el futuro” (ibid.: 349 t. p.). Las visiones en competencia del futuro de la famacogenética que los autores refieren no se reducen, por lo tanto, a discursos alternativos, sino que se traduce en prácticas científicas, modelos organizacionales y artefactos diferentes (ibid.: 340). En este sentido es importante reconocer que diferentes colectivos y actores compiten entre sí por establecer diferentes visiones del futuro y, consecuentemente, diferentes presentes (Brown, 2003), como quedaba claro en el trabajo de Hedgcoe y Paul Martin. Eso significa que las expectativas tienen una distribución específica según los colectivos, la geografía e incluso a lo largo del tiempo; pues las expectativas van variando. Las expectativas no son sólo visiones discursivas del futuro, son visiones de diferentes futuros que performan distintos presentes. Las consecuencias, sin embargo, son mayores. Los diversos trabajos empíricos de este ámbito muestran que las expectativas legitiman la investigación y contribuyen a través del interesamiento a la movilización de actores de todo tipo (Hedgecoe y Martin, 2003). En torno a las expectativas se generan espacios protegidos para el desarrollo de la tecnología (Konrad, 2006) en los cuales se producen negociaciones permanentes entre diversos actores implicados (científicos, empresarios y autoridades públicas) pues las expectativas funcionan como mediadores entre diferentes tiempos y comunidades diversas (Borup, Brown, Konrad y van Lente, 2006), y en este proceso, en torno a las expectativas se generan toda una red de obligaciones mutuamente vinculantes (alguien promete a alguien algo) entre los actores diversos que toman parte en el desarrollo de la tecnología: ingenieros, administradores, políticos, consumidores… (Brown, 2003: 6; van Lente, 2000). En definitiva, las expectativas “movilizan el futuro en el presente” (Brown et al., 2003: 3). Es decir, el pilar último sobre el que se funda la sociología de las expectativas es que estas contribuyen a traer a la existencia aquello que predican; no enuncian únicamente un futuro deseable, potencial o esperable, sino que contribuyen a performarlo en el presente. Incertidumbre: entre hechos y expectativas ¿Qué expectativas se cumplen y cuales fracasan? La pregunta carece de respuesta; no es posible determinar qué expectativas se cumplirán en un determinado momento, pero resulta ineludible que algunas de ellas no se cumplan, y como consecuencia de ello se producirá la decepción. Así que “la decepción parece estar embebida en la manera como las

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expectativas operan en la ciencia y la tecnología” (Borup et al., 2006: 290). Uno de los temas abordados en este ámbito es lo que se denomina la “dinámica de las expectativas”, que se ocupa de “las relaciones entre nuevas esperanzas y las decepciones emergentes” (Brown, 2003: 3). Esa dinámica se presenta formando un ciclo en el cual la inflación de las expectativas en las fases iniciales de los procesos de innovación es seguida por un enfriamiento por el cual se normalizan. Los autores explican esas exageración porque gracias a ellas es posible enrolar nuevos aliados y obtener recursos; pero el fracaso que después se produce no resulta gratuito y pasa factura, pues se traduce justamente en la pérdida los aliados y de los recursos previos (Brown, 2003: 5). Pese al atractivo de un modelo como ese, Nik Brown y Mike Michael han advertido sus severas limitaciones (Brown y Michael, 2003) y sugieren que la dinámica es más compleja; en los próximos capítulos exploraré ese aspecto y discutiré los considerables problemas que plantea ese modelo. Las expectativas constituyen enunciados cargados de incertidumbre sobre el futuro y el punto clave en ellas es que en el momento de su enunciación no resulta posible determinar si se cumplirán o no. No es posible determinar qué promesas serán traducidas en hechos y cuáles devendrán fracasos; lo que resulta innegable es que algunas se traducirán en hechos y otras no; de manera que se establece una cierta dinámica entre los hechos del presente y las expectativas sobre el futuro. Sin embargo, es precisamente esa incertidumbre lo que abre un espacio de negociación y esperanza, un mecanismo para el interesamiento de otros actores. Es precisamente esa incertidumbre la que permite la reunión de aliados en un determinado momento, el interesamiento de pacientes, el logro de apoyos, la efectividad de elementos técnicos… La incertidumbre sobre el presente es de hecho la base sobre las esperanzas que se depositan en el futuro, como se ocupa en señalar Nik Brown: “las incertidumbres de as dudas presentes y el potencial de las futuras certidumbres o verdades se encuentran en una relación dinámica unas con las otras; es decir, la presente ausencia de certidumbre es en sí misma constitutiva de la esperanza por, y mueve hacia, las futuras verdades” (Brown, 2005: 333). Lo importante para la sociología de las expectativas es reconocer que esa incertidumbre forma parte de lo que la tecnología es en un determinado momento. Una tecnología es tanto lo que se sabe de ella como lo que se espera de ella. Un aspecto que nos pone sobre la pista de un elemento fundamental de las expectativas que me permite conectar con la propuesta del capítulo anterior por la cual la indagación antropológica se traslada al ámbito de la ontología, como paso a discutir en el siguiente epígrafe. Basta comparar la diferencia entre la manera como las expectativas se manejan en la ciencia económica y en este ámbito para comprender este punto. Los enfoques económicos, especialmente aquellos basados en la idea de “expectativas racionales”, asumen una distinción realista entre las expectativas que se tienen sobre ciertas entidades y lo que estas son verdaderamente. La sociología de las expectativas, por el contrario, adopta un enfoque constructivista al asumir que no es posible separar los hechos actuales de las expectativas futuras; lo que la tecnología es actualmente no puede desligarse de aquello que de ella se espera sea en el futuro: no podemos diferenciar claramente entre nuestras expectativas de las cosas

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(biotecnología, células madre, nanotecnología, etc.) y la realidad de esas cosas en el presente. Los tiempos del presente y del futuro están ligado inseparablemente […] el presente -su materialidad, su dureza, y su sustancia- es entonces inseparable de las expectativas tanto en términos conceptuales como empíricos (Brown, 2005: 351 t. p.)

Lo que una tecnología es de facto y lo que de ella se espera, forman parte de su naturaleza actual. Hechos y expectativas, verdad y esperanza, presente y futuro se encuentran imbricados en los procesos de innovación tecnológica en una relación dinámica que cambia a lo largo del tiempo. Lo que es un enunciado incierto y esperanzado en un determinado momento puede tornarse una verdad en el futuro (o una decepción y falsedad). Así que una estrategia a través de la cual explorar los efectos de las expectativas es examinar la relación cambiante a lo largo del tiempo que se establece entre hechos y expectativas, entre la verdad y la esperanza. Tiago Moreira y Paolo Palladino (2005) han acuñado los conceptos de “régimen de verdad” y “régimen de esperanza” para distinguir entre dos lógicas diferentes que identifican respecto a los ensayos clínicos de neurotransplantes en pacientes que sufren la enfermedad de Parkinson. A través de ellos exploran dos modos de articulación diferentes que dos colectivos distintos establecen entre el presente actual y el futuro esperado, entre las verdades constatadas del ahora y las esperanzas por realizar en el futuro. El trabajo de los autores identifica dos posturas diferentes frente a los ensayos de neurotrasplantes para la enfermedad de Parkinson. Una de ellas promueve el neurotrasplante pese a las evidencias no concluyentes que aportan los ensayos, sustentando la esperanza de que nuevos y mejores tratamientos están por venir. Es el régimen de esperanza que se orienta hacia el futuro, hacia una continua apertura de la acción. La otra postura rechaza los neurotrasplantes, a los que consideran caros y arriesgados para la vida de los pacientes, debido a la ausencia de resultados efectivos pese a lo ensayos realizados hasta el momento. Es el régimen de verdad, una lógica alternativa que implica una inversión en lo que se conoce de hecho antes que en lo que puede llegar a lograrse; que se funda en la representación del estado actual de las cosas y cuyo objetivo último es la clausura Diferentes entidades se encuentran adscritas a uno u otro régimen, una adscripción que implica un posicionamiento diferenciado frente al presente y al futuro, a lo conocido y a lo desconocido, a lo veraz y lo esperado. Cada uno de esos regímenes establece diferentes formas de orden en determinados colectivos, distribuye de forma diferenciada el conocimiento y la agencia entre expertos y no expertos, interpela a los pacientes de manera diferente y les proporciona diferentes formas de autonomía. En el régimen de esperanza, los actores invisten al paciente como alguien implicado en salir de su condición sufriente, buscando siempre nuevas alternativas; en el régimen de verdad, los pacientes son configurados como consumidores del sistema de salud, concernidos únicamente en la comparación de los méritos de los distintas opciones (farmacológica y quirúrgica, por ejemplo) (Moreira y Palladino, 2005: 68). Pese a las diferencias y lo dicho hasta ahora, Moreira y Palladino muestran que ambos regímenes son mutuamente dependientes: “el proceso de articular el futuro requiere 71

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implicarse con el 'régimen de verdad', cuyas prácticas de verosimilitud están fundamentadas en el pasado” (Moreira y Palladino, 2005: 73). Nik Brown insiste sobre el asunto de forma clarificadora en otro trabajo: “los regímenes de verdad y de esperanza se encuentran interarticulados en una continua reevaluación de lo que es conocido (las verdades pasadas y presentes) con el objeto de proceder hacia lo que se sospecha pero que aún no es conocido (la esperanza en las verdades futuras)” (Brown, 2005: 353). Pero si el presente y el futuro se encuentran en una relación dinámica, el pasado no resulta ajeno a este proceso. Nik Brown y Mike Michael lo reconocen: “el locus de la realidad es el presente... el pasado y el futuro... son constantemente creados y recreados en el presente” (Brown y Michael, 2003: 5, citando a B. Adam). Al tiempo que se formulan los futuros en el presente, se reescriben los pasados, y no sólo discursivamente, también materialmente (Brown, 2003: 11). Frente a la concentración en el presente, Brown propone que se reconozca cómo el pasado y el futuro se hace presente materialmente: “los pasados y los futuros se encuentran inscritos en la materialidad del presente, en sus artefactos, instituciones, rutinas, etc. (Callon, 1991; Akrich, 1992). Así que lo que el pasado y el futuro hacen –en terminos artefactuales y materiales- tiene cierta realidad más allá del presente” (Brown, 2003: 11). La dinámica material Ya he señalado algunas consecuencias que se traducen de las diferentes visiones del futuro que se articulan en distintos campos como la investigación sobre la enfermedad de Parkinson o la investigación faramacogenética: diferentes formas organizacionales, diferentes estructuras empresariales, un trato diferente al paciente, al que se configura de manera distinta, fármacos distintos… Aunque las expectativas, las promesas y las visiones de futuro suelen predicarse discursivamente, no se reducen únicamente al discurso (Michael, 2000:3 3; Brown y Michael, 2003: 7; Borup et al., 2006; Brown, 2005). Cuando Tiago Moreira y Paollo Palladino utilizan en su estudio sobre la enfermedad de Parkinson el concepto de ‘régimen’ en lugar del de discurso, lo hacen en un intento por señalar la existencia de prácticas materiales que muy a menudo pasan desapercibidas en la articulación de las expectativas (2005:58). Este es otro de los temas fundamentales de la sociología de las expectativas pero que ha sido limitadamente explorado, lo que se plantea es: “¿Cuál es la relación entre imaginación y materialidad?, ¿cuáles son las rutas de transmisión entre expectativas, encarnación y materialidad; y específicamente el camino y los medios por los cuales las abstracciones promisorias sobre el futuro son sustanciadas, a través de su inscripción en estructuras, rutinas, sistemas, materias, etc.?” (Borup et al., 2006: 292). Nik Brown (2005), por ejemplo, ilustra la relación entre expectativas y materialidad a través de la práctica que despliegan las familias que depositan el cordón umbilical en bancos privados que han sido creados en los últimos años para la conservación de esos tejidos. La promesa que participa en la toma de esas decisiones (que tienen un coste económico) es que los tejidos almacenados son una fuente óptima de células madre que podrían servir para curar posibles enfermedades de sus futuros hijos. Si el cordón umbilical vinculaba materialmente a la madre y a su hijo mientras este se encontraba en el seno

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materno, una vez que el neonato ve la luz, el depósito del cordón umbilical en el banco de tejidos se convierte de nuevo en un “vínculo corpóreo […] que conecta a los progenitores y el futuro de sus recién nacidos con un servicio biológico industrial que es global y emergente” (Brown, 2005: 342). Las expectativas son inscritas en artefactos materiales, en objetos y en cuerpos, y distintos actores, vástagos, progenitores son conectados a través del tejido umbilical en los cuales se depositan diversas expectativas: “los futuros y las expectativas son más que simplemente relacionales e intersubjetivos, son intercorpóreos […] depositar células madre implica una apuesta altamente material y aún así simbólica en el potencial de una inversión destinada a proteger a la familia de enfermedades” (Brown, 2005: 343). Como he señalado en la sección anterior, las expectativas toman parte en la producción del orden de los colectivos que participan de ellas. La inscripción material de las expectativas en artefactos, objetos y cuerpos es una estrategia para tomar parte en la producción del orden. A través de las entidades materiales se ordena la esperanza, como por ejemplo hacen los bancos de tejidos a través del depósito de los cordones umbilicales. El analista no es inmune La incapacidad para deslindar lo que la tecnología es de lo que se espera de ella que sea, para separar entre hechos y esperanzas, plantea ante el analista una serie de cuestiones de enorme responsabilidad política ya que este no puede situarse en un terreno neutro ajeno a las expectativas. Con su misma producción de conocimiento el analista participa de las expectativas que analiza (Moreira y Palladino, 2005: 68; Brown, 2005: 333). Hedgecoe y Martin señalan, por ejemplo, cómo la participación de los científicos sociales en debates sobre la bioética de la farmacogenética produce espacios de negociación en los que explorar los usos de esas tecnologías (2003: 33); lo “debates anticipatorios” son vitales en el desarrollo y construcción de esas tecnologías. Así que el analista se encuentra en la necesidad de reflexionar de manera permanente sobre su función en la reformulación de las expectativas que investiga (Brown, 2005: 333), más aún, en la performación de determinados presentes y en la exclusión de otros a través de esas expectativas vinculadas a futuros particulares que traen a la existencia unos presentes, y no otros. Como ya he señalado, las expectativas no son homogéneas ni unitarias; hay diferentes colectivos que se organizan a través de distintas expectativas. Distintos futuros posibles imaginados traen a la existencia diferentes presentes; y el analista participa a través de su actividad en la performación de unos presentes particulares, unas determinadas realidades. ¿Cuáles son aquellas otras realidades que permanecen ocultas como consecuencia de silenciar otros futuros posibles, otras expectativas imaginadas? Esto exige del analista “…una implicación reflexiva con las expectativas no puede discriminar lógicamente la hipérbole, sólo puede ser más sensitiva a los múltiples futuros ocultos que las hipérboles tan a menudo silencian” (Brown, 2003: 18). Dicho esto, retomo la discusión previa sobre la postura crítica. En contraposición a la denuncia que estos autores hacen de esas narrativas míticas o utópicas que los individuos

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asumen pese a que distorsionan la realidad, la propuesta de la sociología de las expectativas asume una distribución problemática de la autoridad para determinar la veracidad de esas expectativas: “los regímenes de esperanza y verdad registran también una distribución problemática de la expertise y del conocimiento en términos de quién tiene la autoridad para juzgar la veracidad o la fiabilidad de las expectativas de futuro, y de acuerdo a qué tipo de privilegiada expertise — y relaciones de confianza con esa expertise” (Brown, 2005: 336). ¿Qué atribuciones y autoridad tiene el analista para señalar como verdaderas, infundadas o carentes de sentido determinadas expectativas? El analista no puede ubicarse en un terreno neutro, por el contrario, de una manera u otra participa ineludiblemente en la producción de las expectativas (o en su rechazo). Lo que la sociología de las expectativas plantea es una discusión que trasciende la dimensión epistemológica para poner de manifiesto la responsabilidad política y ética de los académicos en el rechazo o respaldo a determinadas expectativas, pues a través de ellas se imaginan diferentes futuros y se traen a la existencia distintos presentes.

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Capítulo 3

Trabajo de campo entre bloggers Aproximación metodológica a la etnografía

1. Contextos diversos para la etnografía Un joven toma el micrófono ante cientos de personas congregadas en Sevilla en la primera edición del Evento Blog España de 2006. Habla durante una hora de cómo se programa software mientras muchos de los presentes elaboran sus comentarios al mismo tiempo sobre lo que va diciendo. Antes de que haya terminado ya lo han publicado en Internet, en sus blogs. Sigo lo que ocurre desde un lateral del gran salón de actos, sobre mis piernas mi pequeño ordenador portátil que me acompaña a las reuniones. Soy testigo del trasiego de lo que acontece en la sala y lo que circula a través de Internet en esos momentos: artículos y comentarios que se publican en los blogs de algunos asistentes y de otros que se encuentran a kilómetros de distancia. Cientos de fotografías son publicadas en Internet durante los tres días que dura el encuentro, concretamente en Flickr, uno de esos servicios gratuitos para alojar imágenes, y ahí siguen mucho tiempo después. Intento prestar atención al discurso del ponente, y estoy en ello cuando se abre en mi ordenador una pequeña ventana de chat; Marcelino Madrigal, uno de mis corresponsales en el campo, me interpela desde Madrid y me dice que está siguiendo a través de los posts publicados en diferentes blogs lo que ocurre y que, por supuesto, piensa elaborar su comentario enseguida; una crítica de lo que se está diciendo en Sevilla. El programador que ha tomado el micrófono es Matt Mullenweg, un joven sonriente de 23 años convertido en la estrella del primer Evento Blog España. Ha desarrollado uno

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de los múltiples sistemas existentes para elaborar blogs llamado WordPress, considerado por muchos bloggers un éxito. Es la plataforma que justamente yo he usado durante mi trabajo de campo para elaborar un blog, mi blog de campo. Mullenweg reside en EE UU, donde se encuentran también los servidores que alojan la infraestructura de software de WordPress. Los artículos que yo escribía desde Barcelona a diario en mi blog de campo para mantener el contacto con los bloggers que estudiaba en España estaban alojados en máquinas informáticas situadas en algún lugar de EE UU. El vínculo que me unía a cada uno de mis lectores pasaba invisiblemente por ese país. Unas semanas antes del evento celebrado en Sevilla había coincidido con Mullenweg en Viena, en la tercera edición de la BlogTalk, uno de los mayores eventos sobre blogs que se celebran en Europa donde se mezclan trabajos académicos y presentaciones de emprendedores y diseñadores de tecnología. Mullenweg ejerció como ponente principal con una charla en la que explicaba lo que significa programar software al hilo de títulos de canciones de jazz. Yo presenté también algunas ideas apenas pergeñadas sobre mi investigación. Una segunda escena. Acabo de llegar al Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC, el centro de investigación en el que realizo mi tesis doctoral; ubicado en Castelldefels, una localidad cercana a Barcelona, ciudad esta última en la que resido durante mi trabajo de campo. Pasan unos minutos de las nueve de la mañana y enciendo mi ordenador. Reviso el correo y comienzo a leer algunos blogs. Abro el blog de Tíscar Lara y sigo algunos enlaces hasta otros blogs, leo sus artículos. Copio algunos y sigo otros enlaces hasta otros blogs. Al cabo de un par de horas escribo sobre el mismo tema que uno de los blogs de mis corresponsales. El resto del día lo paso consultando ocasionalmente los mismos blogs para estar al tanto de los comentarios que reciben y respondiendo a los comentarios que dejan en mi blog. Esas dos escenas describen la tipología de los dos contextos en los que discurre mi trabajo de campo. El primero es un evento presencial de tres días de duración, una instancia presencial extremadamente densa, comprimida en el tiempo, un momento singular para muchos de los asistentes como para mí; y el segundo reproduce la rutina diaria que desarrollo en mi instituto de investigación, el trabajo de campo cotidiano que reproduce de manera similar la cotidianidad de aquellos a quienes investigo. Las dos son instancias intensamente mediadas por Internet, aunque de forma diversa; mi intención al presentarlas es mostrar el contraste de los contextos en los que he realizado esta etnografía. Este capítulo lo dedico a discutir mi aproximación metodológica y a introducir algunas categorías con las que delimito los que constituyen mis corresponsales en el campo. Lo primero que hago es presentar el referente empírico de mi investigación, esto es, los contextos presenciales en los que se desarrolla mi trabajo de campo, los contextos mediados por Internet y las personas y tecnologías específicas que conforman ese referente empírico. En segundo lugar discuto una estrategia metodológica clave durante mi trabajo de campo, la utilización de lo que he denominado blog de campo. La elaboración de un blog me ha servido como instrumento a través del cual generar rapport, desarrollar una práctica reflexiva con respecto a la tecnología y articular mi responsabilidad ética en mi trabajo de campo, aspecto este último sobre el cual me extiendo al final del capítulo. El blog forma parte del arsenal de instrumentos utilizados durante mi etnografía para articular mi

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presencia en el campo, sostener las relaciones con mis corresponsales (correo electrónico, servicios de publicación de imágenes, teléfono) y producir datos. Sobre este último aspecto me detengo reflexionando sobre algunas de las implicaciones metodológicas que tiene el registro de datos en Internet, situando mi discusión en el contexto de lo que se han denominado técnicas digitales para la investigación social.

2. El trabajo de campo en eventos blogger Mi trabajo de campo se desarrolla durante 18 meses, entre enero de 2006 y agosto de 2007, tiempo durante el cual resido en Barcelona. Combino durante ese tiempo la asistencia a eventos y una intensa práctica de Internet, contexto donde realizo un extenso registro de datos. En relación con los primeros, la asistencia a grandes reuniones como la que he mencionado en Sevilla se alterna con otras de menores dimensiones y de carácter más informal como las Beers and Blogs que se celebran en Barcelona y Madrid, pequeñas reuniones informales en las que los bloggers se reúnen periódicamente a tomar unas cañas. La mayor parte de los bloggers que constituyen mis corresponsales en el campo residen en esta Madrid, a donde viajo mensualmente para reunirme con ellos. El otro contexto del que proceden mis datos es Internet; a fin de cuentas es el espacio en el cual los bloggers que sigo publican asiduamente, tanto en sus blogs como mediante otras tecnologías como el servicio de fotos Flickr o servicios de video similares. Se trata de un trabajo de campo donde la co-presencia física con mis corresponsales en el campo ha sido muy limitada. Sin duda esto será motivo para que haya quien objete a la posibilidad de realizar una etnografía en estas condiciones. El estudio de un colectivo diseminado geográficamente y volcado sobre la comunicación mediada plantea serias limitaciones para el trabajo etnográfico; pero abre también considerables posibilidades. Las personas que conforman el objeto de mi investigación están intensamente implicadas en Internet y hacen público una enorme cantidad de información sobre múltiples aspectos de su vida cotidiana. A esto se añaden las entrevistas presenciales, las charlas informales en nuestros encuentros ocasionales, el contacto habitual a través de diversas tecnologías de Internet como el chat o el correo electrónico y las relaciones que se desarrollan en los eventos a los que me he referido. Todo ello permite hacerse una idea del contexto y las instancias en las que se desenvuelve mi trabajo de campo. Corresponsales en el campo Las personas que constituyen el referente empírico de mi investigación son tres decenas de bloggers que he seguido con mayor atención. Todos ellos proceden de áreas urbanas y residen en grandes ciudades, principalmente Madrid y Barcelona, pero también Bilbao, Sevilla y Valencia. Todos ellos (salvo uno) tienen títulos universitarios y una buena parte han realizado formaciones de posgrado. En general trabajan en puestos de alta cualificación, hay varios profesores universitarios, profesionales de los medios de comunicación y consultores. Son personas para las cuales el ordenador es un instrumento de trabajo intensivo. Están prácticamente todo el día conectados a Internet y son usuarios

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intensivos y extensivos de tecnologías: disponen de ordenador portátil con conexión wifi, teléfono móvil, cámara digital y reproductor de música. Son tecnologías sobre las que tienen conocimientos avanzados. En relación con Internet son usuarios de blogs y de otras tecnologías también como servicios para publicar imágenes y videos; y servicios para compartir favoritos o documentos, entre otros. Sus edades se encuentran comprendidas entre 23 y 54 años. Hay sólo dos mujeres entre ellos, un aspecto al que me refiero más adelante en el capítulo cuatro y que discuto en detalle en el capítulo siete. Datos del trabajo de campo Los datos del trabajo de campo son producidos en tres instancias diferentes. A través de entrevistas y conversaciones con los bloggers; mediante el registro de blogs y documentos personales publicados por los bloggers en Internet y, finalmente, a través de publicaciones sobre blogs (generalmente impresas). Si Internet es un contexto relevante para la investigación, tan relevante lo son los eventos presenciales de bloggers a los que asisto, generalmente reuniones en las que se reúnen desde decenas a centenares de bloggers durante uno o más días. Detallo en lo que sigue brevemente cada una de esas instancias. A lo largo del trabajo realizo un total de 31 entrevistas abiertas en profundidad con 18 personas diferentes. Todas ellas son bloggers y algunas están implicadas además en diferentes iniciativas de la Blogosfera como la organización de eventos, el desarrollo de una plataforma de blogs, la dirección de una obra impresa colectiva sobre blogs o la creación de un ranking de blogs. Con ocho de esos bloggers realizo al menos dos entrevistas (hay dos de ellos con los que realizo tres, y una con la que realizo cuatro). Las entrevista están organizadas en torno a tres segmentos; uno primero relacionado con su historia personal relacionada con Internet y las tecnologías digitales; un segundo segmento donde exploro las prácticas específicas vinculadas al blog y otras tecnologías relacionadas con este; y un tercer segmento relacionado con la sociabilidad articulada a través del blog. En el primer segmento abordo la historia personal de los entrevistados relacionada con Internet y las tecnologías digitales y el nacimiento del blog (primeros usos de un ordenador; comienzos en Internet; uso de otras tecnologías de Internet antes del blog, como el chat por ejemplo...). En el segundo segmento abordo tres temáticas: las prácticas cotidianas de Internet y de bloguear (cuándo escribe en el blog; desde qué lugar; tiempo diario dedicado al blog, incluyendo la lectura de otros; criterios para enlazar...); la utilización de tecnologías específicas y las prácticas relacionadas con ellas (Technorati; estadísticas; Flickr; agregadores de blogs…); y la configuración material y estructura de su blog (criterios para la elaboración del blogroll; utilización de un dominio personal si es el caso; inclusión de sistemas de suscripción…). El tercer segmento se centra en las formas de sociabilidad articuladas a través del blog: aspectos relacionados con la concepción personal del bloguear (vinculación con su ámbito profesional, participación en iniciativas relacionadas con los blogs, formulación de posibles compromisos a través de él con otras iniciativas…); aspectos relacionados con la sociabilidad mediada por el blog (si lo leen familia y amigos; relaciones establecidas a través del blog, asistencia a eventos...); y aspectos relacionados con la Blogosfera (los A-list, transformación de los blogs a lo largo del tiempo, críticas por la

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endogamia de los bloggers...). Con aquellas personas que además de ser bloggers participan en diversas iniciativas, parte de la entrevista se dedica a explorar algunos aspectos de esas iniciativas. Las entrevistas duran entre una hora y una hora y media normalmente. Casi con todos los corresponsales las entrevistas son presenciales, salvo con tres de ellos con los cuales las realizo por teléfono (o en varias ocasiones por chat con Marcelino Madrigal). Las presenciales las realizo en distintos contextos, en la mayor parte de las ocasiones en lugares públicos como cafeterías, bares o restaurantes; salvo con cuatro corresponsales con quienes realizo las entrevistas en su hogar o lugares de trabajo. Utilizo grabadora, salvo con dos personas con las cuales la entrevista está realizada tomando notas y memorizando pasajes. Con un grupo reducido de una decena mantengo una estrecha relación durante mi trabajo de campo tanto a través de Internet como con encuentros informales periódicos (una vez al mes) en Barcelona o en Madrid. Y si bien las entrevistas son una fuente importante de datos, otra parte excepcionalmente relevante de ellos procede de los registros realizados en conversaciones informales y ocasionales en los eventos y en los encuentros presenciales con algunos de ellos y con otros bloggers. Otra parte relevante de los datos procede de los documentos elaborados por esos bloggers y publicados en Internet: artículos en sus blogs, comentarios, imágenes y otros documentos como videos. La intensa práctica de bloguear proporciona una enorme cantidad de información sobre ellos, no sólo los artículos de sus blogs, sino aquellos de otros blogs que enlazan y que ayudan a contextualizar lo que escriben, además de los comentarios que se suscitan a sus artículos. Quien más tiempo lleva blogueando ha comenzado en el año 2001, y quien menos lleva al menos cuatro meses. Eso significa una enorme cantidad de información disponible que reviso parcialmente. Al blog se suma, además, el uso de otras tecnologías como el repositorio de imágenes Flickr, o el de video como YouTube o Vimeo, donde algunos de ellos publican fotos o videos. Flickr es especialmente importante pues algunos de los bloggers tienen publicadas cientos de fotografías relacionadas con su bloguear pero también con su vida cotidiana: viajes, eventos familiares, etc. Finalmente, una tercera fuente de datos la constituye el análisis documental de publicaciones sobre blogs. Este análisis me permite identificar y contrastar las narrativas sobre blogs dominantes en los espacios de visibilidad con los discursos de la cotidianidad de los bloggers. Los documentos han sido recopilados durante el trabajo de campo; obtenidos por referencias en blogs y en ocasiones localizados a través de la búsqueda específica de informes sobre blogs. Constituyen un total de 35 documentos (ver anexo 6). He analizado en detalle 25 documentos publicados entre los años 2002 y 2007, centrándome preferentemente en el periodo 2005-2007. Aunque globalmente son sólo una pequeña parte de los documentos, libros e informes publicados durante ese periodo sobre los blogs, en lo que se refiere a España constituyen todos los documentos publicados sobre blogs hasta donde alcanza mi conocimiento. En cualquier caso son las publicaciones que han gozado de mayor visibilidad durante esos años. Hay dos categorías de documentos, informes procedentes de estudios empíricos, de carácter descriptivo y analítico que se centran en el análisis y la exposición de los resultados obtenidos; y libros e informes que

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tienen un carácter especulativo y no están basados necesariamente en trabajos empíricos. En particular, he analizado en mayor profundidad 13 documentos del segundo tipo; siete publicados en España y otros seis en EE UU. Tres de los seis documentos publicados en España son obras colectivas. Los encuentros blogger Desde muy temprano comienzo a asistir a eventos presenciales de bloggers. A lo largo de mi trabajo de campo participo en una decena de grandes reuniones en Madrid, Barcelona, Huesca, Sevilla, Valencia y Viena, y en otras de menores dimensiones en Bilbao, Logroño o Zaragoza (ver anexo 2). Los primeros duran entre uno y tres días y a ellos asisten desde varias decenas hasta varios centenares de personas. En ellas me encuentro repetidamente con algunos de los y las bloggers que constituyen mis corresponsales en el campo. Elena Wulff (2000) ha argumentado cómo en su trabajo de campo sobre una compañía de ballet, además de su asistencia a la cotidianidad de los ensayos viajar a los lugares en los cuales realizaban sus representaciones le resultó una estrategia extremadamente efectiva. Determinados aspectos que pasaban desapercibidos en la cotidianidad de la rutina de los ensayos resultaban especialmente visibles en la situación excepcional que constituían las giras. Algo similar ocurre en el ámbito de las tecnologías digitales con las llamadas LAN parties, grandes reuniones presenciales de jugadores de videojuegos; aunque son acontecimientos excepcionales en la práctica del videojuego constituyen contextos que ofrecen a los analistas una rara oportunidad para el análisis de determinados aspectos, como ponen de manifiesto Melanie Swalwell (2006) y Jeroen Jansz y Lonneke Martens (2005). Los eventos blogger constituyen una oportunidad analítica similar. Aunque son instancias excepcionales que no representan la cotidianidad del bloguear, permiten sin embargo desvelar determinados aspectos que pasan desapercibidos o que son inaccesibles cuando esa cotidianidad está ubicada en el hogar o el trabajo, espacios que quedan fuera del alcance del antropólogo, que sólo puede realizar el registro documental de lo que se publica en Internet desde esos contextos. Mi asistencia a eventos comienza con una Beers and Blogs, específicamente la primera que se convoca en Barcelona en abril de 2006. Unos 20 bloggers se reúnen en un bar del centro de la ciudad próximo a la plaza de Catalunya. A lo largo de ese año y el siguiente asisto a varias Beers and Blogs más en Barcelona y en Madrid, en esta última se celebran con periodicidad mensual el último miércoles de cada mes. Mi intención inicial es utilizar estas reuniones como instancias para conocer bloggers y fortalecer mi relación con ellos, sin embargo, al cabo del tiempo los encuentros se convierten en un contexto etnográfico extremadamente rico que requiere su propio análisis, como desarrollaré en los capítulos finales. En estos encuentros se fraguan algunas de mis relaciones principales, así que dejan de ser puramente instancias instrumentales y se convierten en un rico contexto de mi trabajo de campo. Las convocatorias de las reuniones las conozco normalmente a través de mi práctica de bloguear habitual, leyendo otros blogs estoy al corriente de los eventos que se organizan, y en otras ocasiones son algunos de mis corresponsales en el campo quienes me informan directamente de ellos.

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3. El blog de campo Si un aspecto fundamental de mi trabajo de campo es la asistencia a eventos, el otro es la práctica de bloguear. Durante buena parte de los 18 meses de mi trabajo de campo blogueo de manera cotidiana, una aproximación adoptada aunque de maneras muy diversas por distintos etnógrafos y etnógrafas (Mortensen y Walker, 2002; Efimova, 2006; Walker, 2006; Saper, 2006; Saka, 2008; Hopkins, 2009). Mi rutina consiste en asistir a mi centro de investigación en Castelldefels y conectarme por las mañanas para leer algunos de los blogs que sigo con más atención (unos treinta), aunque una vez que comienzo por estos mi lectura se extiende a otros. Comienzo a leer y a leer saltando de unos a otros a través de las referencias que aparecen en cada blog. 15 de febrero de 2006 Me lleva mucho tiempo el trabajo de campo, comienzo a leer por… cualquiera y acabo liándome y leyendo uno tras otro blogs diferentes. Llego a blogs nuevos que están enlazados por un post, leo el post, miro el trackback, y abro alguno. (D. C. 15/02/2006)14

Tras la lectura suelo escribir en lo que he denominado mi blog de campo, a menudo tratando el mismo tema que alguno de mis corresponsales y referenciando alguno de sus artículos. La lectura de otros blogs se extiende a lo largo del día, consultando de tanto en tanto para comprobar si han vuelto a publicar o qué comentarios han recibido. Y mi blog exige también atención pues he de responder a los comentarios que llegan durante el día. Buena parte de toda esa actividad queda registrada en mi cuaderno de campo, tanto algunos de los artículos de mis corresponsales como de los artículos de otros blogs a los que enlazan. El desarrollo de esta práctica es costoso ya que exige una dedicación diaria que demanda un considerable tiempo tanto de lectura como de escritura y para la respuesta de los comentarios recibidos y el seguimiento de las referencias de otros blogs. La decisión de elaborar un blog está en gran medida inspirada por mi experiencia previa en un estudio de orientación etnográfica sobre un colectivo de Internet reunido en torno a un portal de noticias llamado Barrapunto (Estalella, 2005a, 2005b, 2005c). Como parte de la observación participante que entonces realicé durante seis meses utilicé una bitácora que el mismo sitio proporcionaba. En aquel caso el colectivo estudiado estaba delimitado con claridad (eran visitantes del portal) y la bitácora me permitió explicitar mi presencia como investigador, aunque mi conclusión a lo largo del trabajo fue que no todos eran plenamente conscientes de mi trabajo como etnógrafo. La decisión de bloguear en mi etnografía de los bloggers apasionados recupera esa experiencia y forma parte del diseño original de la investigación. El resultado de esa práctica es que el blog de campo me permitió dotarme de visibilidad, ganar credibilidad y establecer rapport con quienes fueron mis corresponsales en el campo. En segundo lugar, a través del blog pude interrogar a la tecnología a través de mi propia práctica e incluso desplegar las condiciones para que la tecnología me interrogara a mí mismo; a través del bloguear puede conocer de primera mano lo que significa bloguear intensivamente. Y finalmente, el blog constituyó un recurso 14

D. C. son las iniciales de diario de campo.

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a través del cual articulé las decisiones éticas de mi investigación, pues me permitió explicitar visiblemente mi presencia y dejar constancia pública de mi identidad como investigador, sobre algunos de estos aspectos nos hemos extendido en otro lugar (Estalella y Ardévol, 2011; Estalella y Ardévol, 2007; Beaulieu y Estalella, en prensa). En esta sección discuto las implicaciones del blog para la producción de rapport y eso que he referido como una dimensión reflexiva de la práctica de bloguear. En la sección cuarta me extiendo sobre las problemáticas éticas. Presentarse con un enlace A través del blog establezco muchas de mis relaciones y las sostengo a lo largo del tiempo. Más importante aún, el blog de campo se convierte en una estrategia y oportunidad para que otros establezcan relaciones conmigo ya que constituye una forma de presencia mediada en Internet, entre otros blogs, en la Blogosfera: 21 de octubre de 2006 Mi trabajo de campo hubiera sido completamente diferente si no hubiera abierto un blog. Mi relación con algunos bloggers se ha convertido en estrecha, con T, con J, con K, y ello gracias a mi blog. ¿Estarían dispuestos a admitirme y charlar conmigo con tanta facilidad si no hubiera creado vínculos con ellos a través del blog? (D. C. 21/10/2006)

Enlazar a otros blogs constituye una estrategia para señalar a otros bloggers mi presencia. Mis enlaces son normalmente visualizados por los bloggers, que en ocasiones tras tener noticia de ellos llegan a mi blog y dejan un comentario. Usar enlaces es una estrategia más indirecta y común en el contexto del bloguear que enviar por ejemplo un correo electrónico. En el post de mi blog, que reproduzco más abajo, queda ilustrada esa estrategia. Previendo mi asistencia a un evento que el PSOE celebra en Huesca escribo sobre el mismo tema que uno de los organizadores y enlazo a su blog; al cabo de unas horas este me responde, como otros de los enlazados. Los blogs tienen incorporados unos sistemas que indican cuando desde otro blog alguien incluye un enlace al tuyo. Es una forma de presentarme de una manera sutil y facilitar mi posterior encuentro, de hecho César se me adelanta en el comentario: “de tomarnos una cerveza no te escapas”, me responde. Es una forma de presentación menos directa que enviando un correo electrónico, una estrategia sobre la que Christine Hine ha señalado las dificultades que plantea (Hine 2000: 74). Pero además, a través del blog puedo mantener una cierta simetría en mis relaciones en el campo proporcionando las condiciones para una relación de reciprocidad, o como Yuwei Lin (2006) lo ha denominado: “mutualidad”, ya que no soy únicamente yo quien observa a los bloggers sino que ellos pueden observarme a mí; pueden interpelarme en los términos en los que convencionalmente ellos se interpelan entre sí. El blog se convierte en el destino de aquellos a quienes he conocido cara a cara previamente, por ejemplo: “hoy ha llegado Carmen a mi blog y ha dejado un comentario. Es un comentario que ha dejado después de que nos reuniéramos la semana pasada en una Beers&Blog” (Q.56.34.,). Si mi presencia se articulara a través de una página web o de un correo electrónico eso reduciría

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las opciones de diálogo. El blog es pues un modo de articular de manera permanente cierta forma de lo que Anne Beauliue denomina co-presencia mediada en el campo (Beaulieu, 2010). Pero además, con el paso de los meses el blog se convierte en un elemento fundamental para el desarrollo de mis relaciones con otros bloggers. Mucho más que una estrategia metodológica, se torna en un modo de implicación que me ayuda a orientar decisivamente mi trabajo de campo, como queda constancia en algunas de las anotaciones en mi diario: 12 de noviembre de 2006 El blog me ayuda a pensar y a organizar mi dinámica en el campo. El blog me obliga a leer otros blogs. El blog me ha permitido elaborar vínculos, por ejemplo con Jordi Abad. (D. C. 12/11/2006)

Hay varios aspectos que quiero señalar respecto a mi bloguear a partir del post de mi blog que reproduzco a continuación. Es un artículo publicado en marzo de 2007 en el que hablo del live blogging al hilo de otro artículo sobre el mismo tema escrito por César Calderón en su blog. Como ya he dicho, el blog no pretende ser un espacio académico ni un cuaderno de campo público; es un espacio de relación con los bloggers y con esa intención mi estilo de escritura es conscientemente informal. La elección de la temática pretende interpelar de manera sutil a César, como ocurre finalmente (comentario 13). Lo hago enlazando el artículo que ha escrito con el título de ‘Ponga un blogger en su congreso’. Otros de los enlazados, como Luis Rull o Marcelino Madrigal, también se sienten interpelados a través de los enlaces que incluyo y dejan sus comentarios. Hay un aspecto más que quiero señalar y que en el Anexo1, donde reproduzco el post en extenso, es más evidente. Es la temporalidad de los comentarios que siguen a la publicación del artículo, que hacen explícito las exigencias temporales y la atención que el blog requiere. Este es publicado a las 11.01, a las 12.09 recibo el primer comentario de Marcelino Madrigal, uno de mis corresponsales en el campo al que me referiré en extenso en mi relato. Veinte minutos más tarde es Luis Rull quien deja su comentario (algunos comentarios los he omitido por mor de brevedad). Yo comentaré en una ocasión y al día siguiente. En total 13 comentarios en el día, y en los dos días siguientes habrá cuatro más. Pero además, mi blog convierte en el espacio de discusión entre otros bloggers pues Marcelino se enzarza en un debate con Luis y con Víctor R. Ruíz en mi propio blog, y no será ni la primera ni la única vez. Live Blogging: eventos que explotan en Internet 8 March 2007 Me pirro por el ‘live blogging’ (que por cierto, no aparece en la Wikipedia. Lo seguí en vivo y en directo en el Evento Blog España en Sevilla, y me quedé bastante alucinado. Me parece una especie de flash mob a través de Internet. De repente, decenas de personas se ponen a postear, a hacer fotos subirlas y colgarlas en Flickr, o incluso video (en eso Rosa es una experta). […]

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César, de NeoRatón, lo explica magistralmente en un post, originalmente publicado originalmente en su blog: Ponga un blogger en su congreso y replicado hace unos días en el sitio de Jornadas Ciudad Digital. […] Yo supongo que cuando Luis Rull and Co. habilitaron en su momento el wifi para el Evento Blog España eran muy conscientes de que live blogging haberlo lo habría: […] This entry was posted on 8 March 2007 at 11:01 am and is filed under Blogs, Cuaderno. 18 Responses to “Live Blogging: eventos que explotan en Internet” 1. mmadrigal Says: 8 March 2007 at 12:09 pm Buenas. Por alusiones. Sinceramente cada vez siento más que esto de bloguear por bloguear, con el único objetivo que alguien te lea y poder mantener una conversación […]

3.

Luis Rull Says: 8 March 2007 at 12:29 pm Gracias por lo que me toca (Para lo que no lo sepan, la Co. de la que habla son mis dos compañeros de la organización de Evento Blog: Benito Castro y José Luis Antúnez. Lo del “live blogging” depende de los objetivos que se planteen en el mismo. […]

4. mmadrigal Says: 8 March 2007 at 1:23 pm Adolfo que los blogs son poder es claro. Estamos de acuerdo. Pero la parte que siempre se omite es que el poder es responsabilidad. […]

13.

César Calderón Says: 8 March 2007 at 8:54 pm Adolfo, La idea del taller de ciber-activismo es articularlo como un foro de internet, es decir, con discusión abierta y aportaciones de todos los participantes. De tomarnos una cerveza no te escapas. Nos vemos en Huesca.

La experiencia de la tecnología A medida que pasaba el tiempo el número de lectores de mi blog aumentaba suavemente. Solía consultar las estadísticas de visitas con cierta asiduidad, lo que me permitía conocer el número de personas que habían leído el blog hasta ese momento del día. La tendencia era ascendente a lo largo del tiempo y si pasaba varios días sin bloguear entonces comenzaba a decaer la línea de lectores. Un día ocurrió algo. El número de

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visitantes comenzó a crecer de manera repentina. Ese día estaba de viaje camino de Madrid, a media mañana tenía tantos visitantes como el total de los días previos; a principios de la tarde se había disparado en vertical la gráfica. No podía evitar la emoción que me producía su ascenso. Cuando consulté de nuevo las estadísticas al final del día habían triplicado el número de visitas de un día normal. Me había enlazado un gran blog, un blog con muchos lectores, y había experimentado en propia carne lo que los bloggers llaman el “efecto Microsiervos”, que toma la forma de un ascenso en el número de lectores provenientes de ese blog. Esa emoción puede ser narrada por los bloggers, pero el bloguear proporciona una experiencia de primera mano de lo que significa un acontecimiento de ese tipo: la expectación a lo largo del día, la atención sobre la gráfica, la sensación placentera de presenciar cómo aumenta la atención recibida…. En su etnografía de Internet David Hakken ya se ha referido al “conocimiento encarnado” de estas tecnologías (Hakken, 1999: 39) como fuente de conocimiento etnográfico. Pero no se trata de bloguear simplemente, sino articular una práctica similar a la de aquellos a quienes se investiga, en mi caso un bloguear intensivo. A ello se ha referido Chrisitine Hine (2000: 10) al señalar la necesidad de buscar cierta simetría como una forma de acceso a la experiencia de los otros; desplegando las mismas prácticas que aquellos a quienes se intenta comprender. Constituye una estrategia para acceder a través de la propia experiencia a ese particular modo de articular la relación del blogger con su blog. Esto abre además la posibilidad para que el etnógrafo articule su presencia en el campo hacia el establecimiento de “relaciones igualitarias” (Velasco y Díaz de Rada, 1997: 25). De la misma manera que experimenté la emoción del efecto Microsiervos, en sucesivas ocasiones experimenté también las dificultades para mantener el ritmo de bloguear, un cansancio similar al que mis corresponsales comentaban a menudo. Y experimenté la exposición como resultado de mi bloguear, a la que me refiero más abajo. Pero hay un segundo aspecto relevante que resulta de mi práctica de bloguear; si como dice Theodore Schatzki los objetos son “entendimientos materializados” (1996: 114), el bloguear es una estrategia para acceder al conocimiento inscrito en los blogs. Desarrollar el ritmo de escritura que desplegué en el trabajo de campo, buscar el momento para ello, combinar el uso de diferentes tecnologías… todo ello requirió de un aprendizaje de varios meses. Si he señalado el blog como una estrategia instrumental para establecer y mantener relaciones, mi práctica de bloguear es además una instancia para la producción de conocimiento etnográfico en sí misma; conocimiento que resulta de la implicación misma en el bloguear. Implicarse con el blog implica interrogar directamente a la tecnología y establecer las condiciones para que la tecnología me interrogue a mí mismo; implica explorar los límites de lo que se puede hacer con la tecnología y lo que esta me hace hacer como resultado de mi implicación con ella. La infraestructura que movilizo en mi práctica de bloguear constituye por lo tanto el objeto sobre el que se vuelca mi reflexión. Hay una considerable analogía entre algunos de las cuestiones que plantea el uso del blog y otras tecnologías digitales en el trabajo de campo y las que plantea utilización de la cámara a las antropólogas visuales. La etnógrafa misma constituye el principal instrumento para la producción de conocimiento y el acceso a la comprensión del mundo social que investiga, como dice Kirsten Hastrup (1999) o Honorio Velasco y Ángel Díaz de Rada

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(1997). Pero si la experiencia del etnógrafo es una fuente importante de conocimiento antropológico, esto significa que los modos particulares a través de los cuales el etnógrafo articula su experiencia en el campo serán determinantes en el conocimiento que produzca. Es decir, la utilización de una cámara en el trabajo de campo no tiene consecuencias únicamente sobre el tipo de registro que la antropóloga elabora, sino sobre sus mismas experiencias de campo y sobre el conocimiento antropológico que elabora a partir de ella. Lo cual implica que en el caso de experiencias de campo mediadas (Beaulieu, 2001; Beaulieu y Estalella, s/d), sea esta mediación resultado de la presencia de una cámara o un blog, resulta imprescindible la reflexión sobre la propia experiencia con la tecnología, como hemos explorado en otro lugar (Estalella y Ardévol, 2010). Entre la exposición y la transparencia El blog me permitió desarrollar una forma de co-presencia mediada permanente en Internet, establecer relaciones y sostenerlas a lo largo del tiempo; pero al mismo tiempo tuvo efectos inesperados. Como muchos otros bloggers, mi presencia en los términos en los que era formulada en el blog implicaba cierto grado de exposición que puedo ilustrar con un incidente de mi trabajo de campo. En enero de 2007 Fernando Tricas me invita a participar en un taller sobre blogs en Zaragoza. Asistimos unas 20 personas en la sesión de varias horas que se desarrolla por la tarde en el local de una asociación de vecinos. Expongo algunos datos generales de informes sobre la situación de la Blogosfera. Durante mi presentación señalo los datos de una plataforma llamada MSN Spaces que pertenece a Microsoft, un servicio que algunos bloggers tratan con cierto desdén en mi trabajo de campo. Dicen que es un espacio de adolescentes que escriben blogs abigarrados sin cuidado en su escritura. Uno de los participantes hace una broma que desencadena las risas generalizadas. Ignoramos que uno de los presentes bloguea en esa plataforma y que está grabando la charla. Al día siguiente un corte de la grabación en el que se me escucha dando datos sobre el número de bloggers en MSN Spaces circula por Internet. Algunos bloggers critican los datos que he utilizado por erróneos y además se arma jaleo por los cometarios que se escuchan de algunos de los presentes sobre los Spaces. Mi malestar como consecuencia del incidente es notable, y también mi preocupación: “un aspecto importante es mi credibilidad. La credibilidad del antropólogo. Estoy al descubierto, cualquier error que cometa no afecta a mi trabajo de campo, sino a mi credibilidad como antropólogo. El problema con este suceso es doble. De repente me encuentro envuelto en una polémica en la que mis palabras constituyen el centro de la discusión” (D. C. 17/01/2007). Me sentía, de alguna manera, como un cazador cazado, un aspecto que ilumina por otro lado la naturaleza para-etnográfica (Holmes y Marcus, 2004) de mi campo, un aspecto sobre el que me extiendo más adelante en el relato etnográfico: Me he sentido como ‘el cazador cazado’, peor aún, de alguna forma me sentía cuestionado por mis propios informantes e incluso ‘traicionado’, puesto que mis palabras se habían sacado de contexto y reutilizado para alimentar una polémica que constituye una parte muy interesante de mi investigación, pero de la cual yo había intentado mantenerme al margen como investigador ‘neutral’ (D. C. 17/01/2007)

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El incidente no tuvo mayores consecuencias, mi identidad en el campo no resultó dañada, muy al contrario el incidente me permitió establecer relación con Marcelino Madrigal, que blogueaba en MSN Spaces y quien se convertiría en uno de mis principales informantes. El incidente podría haber tenido otras consecuencias, pero lo que quiero rescatar es que en buena medida mi exposición está directamente relacionado con el hecho de que blogueara. Si hubiera carecido de blog es probable que hubiera podido ignorar las críticas hacia mí; pero teniendo un blog estaba obligado ineludiblemente a tomar parte en la controversia y a responder a las interpelaciones que se me hacían desde otros blogs una vez que la grabación de la sesión comenzó a circular en Internet.

4. Relaciones mediadas en el campo Además del blog, a lo largo del trabajo de campo utilizo otras tecnologías para sostener mis relaciones con los bloggers como el chat, el servicio de publicación de imágenes en Internet Flickr o el servicio para compartir enlaces del.icio.us. Ocasionalmente realizo chats con algunos de los bloggers que sigo, en ocasiones son breves charlas informales. Otras veces, y especialmente con Marcelino Madrigal, los chat son habituales y resultan especialmente relevantes en mi trabajo de campo. En este sentido la relación con Marcelino tiene un punto de singularidad. Aunque constituye uno de mis principales corresponsales en el campo con el que he tenido un estrecho contacto, nunca nos hemos visto cara a cara y Marcelino ha rechazado sistemáticamente mis propuestas para encontrarnos, siquiera para charlar informalmente. En cambio, hemos conversado con asiduidad a través del chat y en ocasiones por teléfono (telefonía por Internet o convencional); además de leernos mutuamente y comentar en nuestros blogs. Esa particular manera de articular a través de Internet mi relación con Marcelino constituye la cotidianidad de muchos bloggers. En este caso en particular, es precisamente la posibilidad de articular de manera mediada mi relación lo que habilita las condiciones de posibilidad para establecer un modo de relación en los términos que Marcelino establece. Una situación similar a la que Richard M. Hessler y sus colegas (Hessler et al., 2003) señalan al discutir una investigación con adolescentes en la que el uso del correo electrónico para relacionarse con ellos y obtener periódicamente información les permite solventar los problemas encontrados previamente en entrevistas cara a cara donde la acusada diferencia de edad entre investigadores e informantes hace que los jóvenes se muestren especialmente cohibidos. Frente a la idea mantenida durante la década de los noventa de la poca fiabilidad en la comunicación mediada por Internet, los trabajos de estos autores o mi propia experiencia durante el trabajo de campo muestran que la incorporación de las tecnologías de Internet ofrece la posibilidad de modelar múltiples instancias para la producción de datos. A través de esas tecnologías es posible modificar aspectos como el anonimato, la geografía o la sincronía de la comunicación, desplegando en cada caso las condiciones necesarias para acceder a determinados colectivos y fenómenos cuyos miembros resultarían difícilmente accesibles a través de técnicas de investigación convencionales (Estalella y Ardévol, 2011; Estalella y Ardévol, 2010). Las comunicaciones mediadas son, en mi relación con Marcelino, una oportunidad más que un impedimento.

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Imagen 3.1. Un momento durante la celebración del encuentro Jornadas Ciudad Digital organizado por el PSOE en Huesca en marzo de 2007. Mientras tomo una fotografía de un asistente que toma una fotografía con su teléfono un tercero saca una imagen de lo que ocurre. Sólo después me encontraré con ella en Internet al revistar las imágenes publicadas y etiquetadas durante el evento. Crédito: Christian González García.

Datos en Internet Regreso a la descripción inicial que he hecho del evento en Sevilla. Tras una reunión como esa circulan por Internet registros de todo tipo sobre lo acontecido: imágenes, artículos y videos. Basta con llegar a uno de ellos para desliar a través de enlaces la trama que enhebra unos con otros. O basta con incluir unas palabras clave, como el nombre del evento o la etiqueta que los organizadores han fijado (EBE06) en un buscador, como Google o el buscador especializado en blogs Technorati, para localizar una inmensa cantidad de materiales que relatan lo acontecido en Sevilla. Y todo eso continúa tiempo después accesible. De regreso a Barcelona y meses después, los registros de lo que ocurrió en Sevilla están disponibles (incluso cuando escribo esto tres años después); no necesito moverme de mi ordenador para capturarlos. Lo que algunos dijeron, lo que otros hicieron, miraron o sintieron está en Internet. Esto plantea singulares situaciones como cierta disolución entre dos instancias que convencionalmente han estado claramente delimitadas como son el trabajo de campo y el proceso de escritura (Beaulieu y Estalella, en prensa), pues en muchas ocasiones, he respondido una duda o solventado un dato incompleto regresando al blog (regresando al campo) o al repositorio de imágenes de Flickr. Basta una conexión a Internet y unos momentos de búsquedas para que una parte del campo vivo de la etnografía se haga presente de nuevo. Esto no significa que el registro de la información 88

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de Internet sea suficiente, la combinación de registros presenciales con registros de Internet es invaluable. Eso es especialmente manifiesto en relación con las fotos, el análisis de las imágenes (o de los textos) que se toman (o resultan) durante la celebración de los eventos me permite establecer un diálogo con los registros de mi cuaderno de campo, contrastando la experiencia y el relato de los otros con el mío propio. Sin embargo, esa facilidad de acceder al campo plantea una ruptura con esa distancia convencionalmente asumida entre trabajo de campo y análisis, campo y lugar de análisis.

5. Desafíos éticos de la investigación Los bloggers intensivos y apasionados que constituyen el objeto de mi investigación son personas que han decidido exponer en Internet una enorme cantidad de información sobre sí mismos y su cotidianidad. Artículos, imágenes, videos… es posible localizar una enorme cantidad de datos sobre ellos fácilmente. Una pregunta surge inmediatamente: ¿en qué condiciones es legítimo usar esa información?, ¿es necesario pedirles permiso?, ¿pueden usarse esos datos y hacerles participante de una investigación sin pedir su consentimiento? En la mayor parte de las ocasiones esas preguntas se sintetizan en una sola: ¿es pública o privada esa información? En lo que sigue discuto la limitación de una pregunta como esa y la necesidad de buscar marcos de decisión diferentes como consecuencia de mi trabajo de campo y expongo cómo a través de mi blog de campo articulé mis decisiones éticas en esta etnografía. La ética de la investigación Desde mediados del siglo XX los científicos sociales han intensificado sus preocupaciones por la responsabilidad ética de sus investigaciones. Un asunto que desde la década de los ochenta ha cobrado mayor relevancia. Diversas instituciones y asociaciones académicas han desarrollado desde entonces guías éticas con la intención de ayudar y orientar a los investigadores ante los dilemas que se les plantean en su actividad investigadora (AAA, 1998; ASA, 1999; NESH, 2001; ISA, 2001). Las guías delimitan el marco general de responsabilidad según el cual un investigador ha de evitar daños a las personas que participan en sus investigaciones, velando por su integridad, su autonomía y su dignidad. El estudio de Internet y la utilización de algunos de sus tecnologías por parte de investigadores sociales ha planteado, sin embargo, problemas singulares que desbordan en gran medida las convenciones y categorías con las que se delimita el espacio de responsabilidad del científico social (Beaulieu y Estalella, s/d). Esto ha llevado al desarrollo de guías específicas para la investigación en Internet como la elaborada por la Association of Internet Researchers (AoIR) (Ess, 2002). La dicotomía público/privado se ha convertido en una piedra clave en la articulación de la responsabilidad ética que tienen los científicos sociales en el registro de datos. Se asume generalmente que un investigador puede tomar datos sin solicitar permiso a los implicados cuando estos se encuentran en espacios públicos (una calle, una plaza, etc.) o cuando la información procede de documentos o comunicaciones públicas (un discurso,

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los artículos en un periódico, etc.). Cuando nos encontramos en espacios privados o con comunicaciones privadas, los investigadores están obligados a obtener el consentimiento informado de los participantes: deben informales sobre los objetivos de la investigación y pedir su aceptación explícita para participar. La determinación de qué espacios, documentos o comunicaciones son públicas en Internet es sin embargo un asunto controvertido. Los blogs son públicamente accesibles, pero mi sensación durante el trabajo de campo era en muchas ocasiones de una cierta intimidad en las conversaciones entre blogs, algo que se intensificaba al considerar sus comentarios. Algunos autores equiparon años atrás accesibilidad con carácter público; es decir, documentos o espacios de interacción accesibles en Internet (sin contraseñas, por ejemplo) se consideraban públicos (Walther, 2002), y por lo tanto no era necesario informar ni solicitar permiso a sus autores. Numerosos estudios empíricos han mostrado sin embargo las limitaciones de esos planteamientos. Muchos individuos consideran que la naturaleza accesible de los registros de sus interacciones o de los documentos que publican no significa que puedan ser usados libremente y por cualquiera (Bakardjieva y Feenberg, 2001). Los individuos tienen determinadas “expectativas de privacidad” que no se corresponden con la estrecha definición que equipara accesible con público, de manera que los investigadores se encuentran ante la decisión de imponer su definición de lo público, o respetar la percepción y expectativas de privacidad de los participantes en sus investigaciones. Ante esta situación, diversos autores han propuesto nuevas categorías como la de “privacidad pública” y “publicidad privada” (Wascul y Douglas, 1996) y “percepción de privacidad” (King, 1996), y marcos alternativos que proponen el desarrollo de éticas contextuales (Nissembaun, 1998) o dialógicas (Allen, 1996; Estalella y Ardévol, 2007), que precisamente no imponen sus categorías de lo público/privado sino que persiguen indagar en las concepciones y expectativas que los individuos tienen. Este es sólo una parte del extenso debate que se establece actualmente con respecto a la ética de la investigación en Internet pero que ilustra, sin embargo, su complejidad. La incorporación de Internet a la producción de datos plantea a los investigadores sociales dilemas éticos singulares. La discusión sobre lo público/privado muestra las limitaciones y carencias de estas categorías para articular a través de ellas este tipo de decisiones. Los dilemas que se presentan a los investigadores desbordan ampliamente las formulaciones convencionales y exigen de ellos una profunda reflexión para desarrollar nuevas categorías, reflexionar sobre su responsabilidad con aquellos que participan en sus investigaciones y desplegar nuevos mecanismos para articularlas. Desgraciadamente el asunto de la ética en la investigación es un aspecto casi marginal en la antropología en España (del Olmo, 2010: 9), aunque desde hace poco tiempo comienza a suscitarse tímidamente un debate sobre los modos de articular los desafíos éticos que los antropólogos encuentran en el campo15.

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Un indicador de este interés y del debate emergente lo constituye precisamente el seminario organizado en el año 2008 por Margarita del Olmo bajo el título de ‘Cuestiones de ética en antropología’ que se celebró en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales en Madrid y que ha dado lugar posteriormente a un volumen titulado Dilemas éticos en antropología. Las entretelas del trabajo de campo etnográfico (del Olmo, 2010).

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La presencia en el campo Mi respuesta a una buena parte de los dilemas éticos ha sido articulada haciendo visible mi presencia como investigador a través del blog. Independientemente de la protección del anonimato de algunos informantes o el registro de datos personales de otros, la cuestión principal es cómo declarar la propia presencia en un contexto tan difuso como la Blogosfera. En un chat o en un foro es posible tener acceso a todos los participantes enviando un correo o un comentario; pero cuando se trata de decenas o cientos de blogs, no es posible en la práctica y probablemente no es metodológicamente adecuado enviar un correo o dejar un comentario en cada uno de ellos. La presencia del investigador como estrategia fundamental para la articulación de las decisiones éticas en el análisis de Internet ha sido, sin embargo, una cuestión pasada por alto en buena parte de las reflexiones éticas sobre la investigación en este contexto; mientras que en cambio se ha debatido abundantemente si es necesario solicitar permiso para el registro de datos. En la mayor parte de las etnografías en contextos presenciales la mera presencia del investigador es evidente; y en esos casos el etnógrafo puede ser interpelado por los demás (salvo en ocasiones muy especiales). En las etnografías de Internet, sin embargo, el etnógrafo puede definir su campo como aquello que acontece en la pantalla, y puede adoptar una posición marginal sin participación, como ha ocurrido en algunas ocasiones. Lo que se plantea con esta posibilidad es una cuestión previa a otros dilemas como el carácter público o privado de las interacciones o la necesidad de solicitar consentimiento. Aún cuando un investigador considerase que no tiene la obligación de solicitar consentimiento, por ejemplo, la cuestión que se plantea es: ¿tienen derecho las personas investigadas a saber que sus interacciones y su información será almacenada, registrada y analizada posteriormente? Independientemente de que posteriormente sea utilizada, ¿está obligado el etnógrafo a desvelar su presencia? Mi decisión durante el trabajo de campo fue que era un imperativo ineludible para mí desvelar mi presencia y articular modos para poder ser interpelado en ese contexto. El blog de campo fue la respuesta dada a ello. A través de él declaré explícitamente mi rol del investigador y anclé de manera permanente mi presencia en el campo en el contexto medido de Internet. En ocasiones, mis artículos eran muy explícitos: ‘¡Eh!, que os estoy investigando’, era el título de uno de ellos. Los bloggers con los que mantenía relaciones más estrechas eran conscientes de mi identidad investigadora hasta el punto de convertirse en cómplices de mi trabajo, como queda claro en el siguiente comentario de una blogger en mi propio blog: “Adolfo: sabía que te gustaría. A estas horas lo tendrás bajo el microscopio” (D. C., 15/02/2006). Igual de claro que otro comentario realizado en un intercambio de correos electrónicos con otra blogger que me sugería la conveniencia de asistir a un evento en Huesca organizado por el PSOE donde se reunirían bloggers y hacktivistas: “Vente, que seguro que encuentras ‘objetos de estudio’” (D. C., 20/02/2007).

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II.

Relato etnográfico

La Blogosfera revolucionaria

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Capítulo 4

El bloguear apasionado Intensidad y reflexividad en la práctica blogger

1. Celebraciones de la Blogosfera ¡La Blogosfera no existe! La sentencia lapidaria la lanza Juan Julián Merelo ante varios cientos de bloggers reunidos en un enorme salón de actos de un hotel a las afueras de Sevilla. En ese contexto, una frase tal resuena como la declaración de la muerte de dios en un congreso de teología. Así que la inexistente Blogosfera se revuelve y quienes están del otro lado del estrado reclaman su derecho a la réplica. Se celebra una mesa de debate dentro de la segunda edición del Evento Blog España, un encuentro que durante tres días de noviembre de 2007 reúne en Sevilla a unas setecientas personas para discutir sobre los blogs16. La mayor parte de quienes andan por allí son practicantes de esta tecnología, y la mayor parte de ellos se reconocen y dicen de sí mismos ser bloggers. Tras la declaración provocadora y durante el turno de preguntas llueve una tormenta de reproches; el ambiente se caldea y se arma un gran jaleo en mitad de la indignación de muchos de los allí reunidos. Por esa misma sala pasan a lo largo del evento los ponentes que le ponen cara a la Blogosfera y que discuten cómo se pueden hacer negocios con los blogs, cómo bloguear mejor o cómo los bloggers van a cambiar la sociedad. Así que el fin de semana transcurre entre las sesiones que se celebran en ese lujoso hotel situado a las afueras de Sevilla, junto al 16

Como alguien habrá podido reparar, las fechas de celebración de este encuentro (noviembre de 2007) quedan fuera del periodo temporal que he señalado para mi trabajo de campo. Dada la relevancia del acontecimiento y tras mi asistencia como ponente, decido incluirlo como parte de mi trabajo de campo.

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antiguo recinto que alojó la Exposición Universal de 1992, y los bares donde los asistentes se desparraman hasta altas horas de la noche. La mesa de debate que se celebra en ese momento se titula ‘El estado de la Blogosfera’, la misma Blogosfera que uno de los participantes acaba de declarar inexistente. Me han invitado a participar en ella, así que sentado en el estrado, asisto al toma y daca que tiene lugar. Y no le falta ironía a la provocación de Juan Julián Merelo, que es profesor de informática en la Universidad de Granada y blogger desde hace varios años; uno de los decanos de la Blogosfera, dirán algunos. Merelo ha publicado un par de años antes varios artículos especializados sobre la Blogosfera hispana, uno de los cuales tiene el iluminador título ‘Measuring the Spanish Blogosphere’, cuyo objetivo es, como queda claro, medir justamente esa Blogosfera que acaba de declarar inexistente (Merelo, Tricas y Ruiz, 2003). A la mesa se sientan además de Juan Julián Merelo y un servidor, David de Ugarte, blogger recalcitrante y apasionado que ha convertido su blog en una forma de ciberactivismo, y Tíscar Lara, blogger también y profesora de una universidad madrileña, que se ocupa de moderar el debate, el rol visible que se les reserva a las mujeres en la mayor parte de los eventos sobre la Blogosfera que se celebran en 2006 y 2007. La participación de mujeres como ponentes o conferenciantes en estos encuentros es inexistente, un asunto del que me ocupo en extensión en el capítulo siete. La reunión de Sevilla es el último (casi) evento presencial al que asisto en mi trabajo de campo tras unos 20 meses conviviendo, conociendo, entrevistando y conversando con bloggers, y leyendo, leyendo y leyendo blogs; y escribiendo el mío propio. El Evento Blog España Justo un año antes he asistido a la primera edición del Evento Blog España (EBE), celebrada también en Sevilla. En ella, los tres organizadores, José Luis Antúnez, Benito Castro y Luis Rull, bloggers también los dos primeros, han escrito que su intención es analizar “la relevancia de los blogs en todas las facetas de la sociedad actual” (Q.23.29) 17, y entre sus objetivos declarados se encuentra en ese momento: “dar a conocer el fenómeno blog al conjunto de la sociedad así como el de fomentar el uso de los blogs entre empresas, organizaciones e instituciones” (Q.23.35). La inauguración de esa primera edición del EBE que se celebra en noviembre de 2006 corre a cargo del alcalde de Sevilla (casualidad o no, Juan, su hijo, es un blogger convencido con el que me encontraré en sucesivas ocasiones). Le flanquean varios cargos políticos, una presencia que no es una excepción, sino una norma repetida en los sucesivos eventos a los que asisto, donde representantes políticos y personalidades públicas toman parte en ellos, algunos como bloggers confesos. 17

Las referencias que figuran a lo largo de la tesis a mi cuaderno de campo aparecen como (Q.Num.Num.). Q se refiere a “cita” y cada una de las cifras sitúa la referencia en la base de datos del programa de análisis cualitativo que he usado, Atlas.TI. Las entrevistas siguen un formato de citación similar: (Ini.Ini.ENum.Num.Num.). Ini.Ini. indica las iniciales del corresponsal, ENum, como E1 significa entrevista número 1 y las dos siguientes cifras Num.Num localizam la cita en la base de datos. Las razones para este formato de citación: una parte importante de mis registros corresponden a artículos de blogs, en muchas ocasiones la fecha en la que realizo el registro es diferente de la fecha de publicación del artículo, consignar una de las fechas puede producir confusión y consignar las dos hace la lectura difícil, he optado por una referencia que localiza la cita en mi base de datos obviando la fecha.

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El bloguear apasionado

La primera de las conferencias principales de esa primera edición la pronuncia Enrique Dans. Varios cientos de personas aguardan sentadas en la amplia sala de la antigua fábrica de tabacos donde se celebra, un señorial edificio ubicado en el centro de la ciudad. “El fenómeno blog es el movimiento social más importante de la historia de la humanidad” (Q.45.12), dice Dans que a lo largo de una hora desgrana algunos lemas revolucionarios como ese, en la misma tónica que mantendrán el resto de ponentes durante los tres días del encuentro. Dans trabaja, además de bloguear, como profesor en el Instituto de Empresa, una prestigiosa escuela de negocios con sede en Madrid; lleva en ese momento casi cuatro años blogueando y ha logrado que lo que escribe con puntualidad diaria sobre asuntos tecnológicos sea leído por miles de personas. Los artículos que circulan cada día a través de su blog están plagados de referencias y comentarios a noticias que ha leído en la prensa nacional e internacional que se alternan con menciones ocasionales a su vida profesional: un día una conferencia en tal sitio, otro día una presentación en tal otro, una mención que hacen de él en la prensa…. Con el tiempo, se ha convertido en una de las figuras de referencia a la cual acuden periodistas para recabar su opinión sobre la actualidad relacionada con Internet y las tecnologías digitales. Tras la charla en la que acaba de equiparar los blogs con una transformación social, “el mayor movimiento de expresión social de la humanidad” (Q.45.19), Enrique Dans se lanza sobre su ordenador para hacer la revolución que predica, y varios miles de personas leerán su artículo, como hacen habitualmente: Live blogging desde el Evento Blog España en Sevilla, tras terminar mi charla (que colgaré luego). Impecable organización, y ni idea de cómo me ha salido la cosa, porque nada más terminar me han “abducido” los medios, y no he podido salir hasta que las jornadas ya habían vuelto a comenzar, así que no he hablado con casi nadie. Problemita incómodo: no había micro de corbata, y la verdad es que, aunque antes me adecuaba a hablar con cualquier cosa, esta vez me ha venido fatal hablar desde detrás de la tarima… odio las tarimas, es como “esconderte” detrás de un parapeto, y si además conoces a mucha gente en la audiencia, como es el caso, mucho más, porque lo divertido de verdad es pasearte, establecer contacto directo con la gente, ver las caras… Pero en fin, aquí hemos estado :-) En la charla, que hice con simple texto blanco en Arial sobre fondo negro para no distraer, cinco variables: los blogs (había que centrar el tema), la atención, la economía, la publicidad y la empresa. Temas que fui intentando definir con una presentación sencillísima cargada de frases cortas, presentación que terminé cinco minutos antes de salir a hablar (cada día me pasa más eso), y tratando de aportar una visión que proviene, sobre todo, de la experiencia directa con empresas, de las cosas que me cuentan, de las preocupaciones que veo y de la evolución que creo que van a tener estos temas (ahí no me baso sólo en percepciones, obviamente). En fin, que me voy al ftp a ver si puedo subir la presentación, y que si andabais por aquí y habéis estado en la presentación, ya me contaréis que tal. ACTUALIZACIÓN 1: No, no acabo de poder entrar en mi ftp desde aquí. La cuelgo después, o bien supongo que pronto en el blog del evento. ACTUALIZACIÓN 2: Hay bastantes impresiones del evento con el tag EBE06 en Technorati http://www.technorati.com/search/EBE06 (Q. 48.17)

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Una retahíla de comentarios sigue tras su artículo, algunos de ellos escritos desde el otro lado del atlántico: “Por favor suba la presentación para su descarga, acá en Bolivia solo tengo internet en la casa de mis viejos, y me gustaría revisar la presentación en mi compu… Felicidades por su presentación por lo que pude leer en los diferentes blogs fue genial. Saludos desde Oruro Bolivia” (Q.21.5), y otro que también se lamenta de no haber podido estar presente: “La pena es no haber podido asistir, ya que si a las contundentes frases de las diapos le añades la (que imagino) debe ser una presentación digna de un showman, pues entonces no se olvida nunca y se pone uno a montar un blog ya (pero con los ingredientes que ya sabemos)” (Q.21.8). Horas después encuentro una buena parte de su intervención transcrita en el blog de Mechanical, un veinteañero que asiste al congreso y sueña con poder ganarse la vida escribiendo blogs; algunas de sus citas literales no son muy diferentes de las que figuran en mi cuaderno de campo; y ahí siguen cuando escribo esto.

Imagen 4.1. Technorati, una empresa fundada en EE UU en 2002, es una especie de buscador parablogs cuando Google aún no dispone de un servicio especializado para ellos. Technorati indexa los blogs a nivel mundial lo que le permite tener un indicador de su crecimiento. Una gráfica como esta es publicada periódicamente retratando en un informe titulado ‘Informe sobre el estado de la Blogosfera’. En esta imagen se aprecia el rápido crecimiento en el número de blogs desde finales de 2004. Durante mi trabajo de campo Technorati es utilizado por muchos bloggers y es excepcionalmente relevante entre algunos de ellos. A finales del año 2006 las cifras del servicio señalan que el número de blogs se dobla cada seis meses, al año siguiente ese número sigue aumentando pero el crecimiento no será tan acusado. Crédito: Technorati.

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El bloguear apasionado

Dans cita en su presentación los datos de los blogs existentes: casi 60 millones, un número que, a la sazón, no para de crecer18. Un artículo de la época publicado en el periódico español ABC tiene un titular que reza: ‘La blogosfera, con 100.000 bitácoras nuevas al día, empieza a ejercer como quinto poder’. En el cuerpo del texto se cita la misma fuente que Dans ha utilizado ante cientos de personas en el evento de Sevilla para señalar las decenas de millones de blogs que hay en el mundo, es Technorati, un servicio de Internet dedicado a indexar blogs que funciona además como buscador. En ese momento Technorati es un referente relevante para muchos bloggers y a él me referiré en los capítulos siguientes. El texto del artículo dice lo siguiente: La «imprenta del siglo XXI» ya suma más de 57 millones de blogs, y subiendo. Cien mil nuevos cada día, según el último informe de Technorati, empresa que rastrea el censo mundial de blogs. El neologismo que fue la palabra del año en 2004 pudo pasar por una de esas modas fugaces que llegan, logran eco en los medios y se evaporan en el ciberespacio. Pero no. Su musculatura aún parece la de un culturista. Las cifras difundidas por David Sifry, fundador de Technorati (www.sifry.com/alerts), concluyen que la blogosfera se duplica cada 230 días, y que sus habitantes escriben 1,3 millones de post (anotaciones) cada veinticuatro horas. No hay síntomas de desfallecimiento, ni mucho menos. Al contrario. Cada vez más blogs se cuelan en las listas de los medios de comunicación más vistos, páginas personales «combatiendo» en la arena de los grandes medios. «The New York Times» encabeza la clasificación del tercer trimestre del año, pero entre las cien primeras direcciones hay una docena de blogs, de páginas personales, la mayoría del sector tecnológico. «El blogging sigue jugando un papel crítico en el debate de los asuntos importantes de nuestro tiempo», dijo Sifry en la presentación del informe. Los blogs políticos influyen cada vez más en el «estado de opinión» (la palabra más buscada tras las elecciones en Estados Unidos fue Rumsfeld). Los periodísticos, también. Y los relacionados con el consumo tecnológico, aún más. Esa presencia creciente y relevante ha llevado a distintos teóricos a sacar de la chistera el término «quinto poder». «Desde hace un siglo se habla de la Prensa como cuarto poder, el que vigila a los otros tres, así que muchos se han preguntado quién controla a los medios. Muchos piensan que esa misión la cumplen los blogs», opina José Antonio del Moral, director de Alianzo, empresa que elabora un ranking de bitácoras. José Luis Orihuela, profesor de la Universidad de Navarra, también ha asociado blogosfera con quinto poder en la mesa redonda sobre blogs y democracia que se celebra hasta el domingo en Vic (Barcelona). En su opinión, las claves para fortalecer esta nueva forma de expresión son «apostar por las contribuciones de calidad, defender la libertad de expresión, vigilar la neutralidad de los gobiernos y subrayar el control de la acción política y mediática, evitar manipulaciones y cuidar la credibilidad del medio». (ABC, 12 de noviembre de 2006)

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Las denominaciones para los blogs son diversas en sus primeros años. Cuando aparecen a finales de la década de los noventa se los llama weblog, proveniente de web-loging; nombre que se contraerá en el de blog. En España se realiza la traducción por bitácora (bloc en catalán), utilizado durante mi trabajo de campo por algunos; bitácora es la denominación que se da al cuaderno en el que se consigna la derrota de los barcos y al armario donde se guarda. He decidido mantener el término anglosajón blog porque es la denominación generalizada y mayoritaria durante mi trabajo de campo.

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Los datos sobre las dimensiones globales de la Blogosfera son sin embargo controvertidos. Al año siguiente, en mayo de 2007, Technorati asegura tener indexados unos 83.2 millones de blogs, mientras que el servicio entonces active Blogpulse estima 47.6 millones (citado en Zuckerman, 2008). Pero lo más interesante de esas diferencias es que se deben, en gran medida, a qué se considera un blog. O dicho de otra manera, las diferencias se deben porque no hay un consenso sobre cómo contar los blogs, si sólo aquellos activos o aquellos que fueron utilizados en un momento y no lo han sido más (Zuckerman, 2008: 49), lo que señala la importancia que se concede a la actualización de los blogs en su definición, a ello me refiero más adelante. Los eventos blogger Los días del evento en Sevilla, como en otros encuentros a los que asisto en Huesca o Valencia, discurren entre las sesiones de charlas y debates y una intensa convivencia nocturna que se prolonga entre bares hasta altas horas de la madrugada. Muchos de los asistentes asisten con la intención de encontrarse con otros bloggers; bloggers que conocen, bloggers que quieren conocer, bloggers que leen pero que no han visto jamás, bloggers que comenzarán a leer a partir del encuentro. Tras pasar la noche charlando con Tíscar, Mechanical le deja al día siguiente un comentario en su blog: “Saludos: En las cervezitas del final del EBE06 cuando coincidimos en la barra, no sabía que eras Tíscar… jaja… cuantas sorpresas sobre identidad y autoridad!!” (Q.25.4). Dos de los asistentes se encuentran y, si han de presentarse, su intercambio comienza habitualmente con la cuestión: “¿cuál es tu blog?”; de hecho, algunos que carecen de blog les escucho lo que parece un ademán de disculpa al presentarse: “soy fulanito de tal… pero no tengo blog”. En ocasiones, dos asistentes se encuentran y… no se han visto cara a cara en la vida pero es como si se trataran desde antiguo porque se leen desde tiempo atrás y al encontrarse a un palmo de distancia es como desvelar el fino velo de una intimidad en realidad compartida desde hace tiempo a través de Internet: “es como si nos conociéramos de toda la vida” (Q.21.9), me dijo Fernando Tricas cuando se refería a la primera vez que se encontró con Juan Julián Merelo. Los dos mantiene una estrecha amistad desde hace años forjada y sostenida a través del blog que ha dado lugar a varios trabajos académicos sobre la Blogosfera, sin que sea inconveniente que Merelo viva en Granada y Fernando en Zaragoza, donde es profesor en la universidad. Juan Varela lo expresa de esta manera en su conferencia en el evento: “tenemos un nivel de intimidad que seguramente muy pocos tienen en las relaciones normales; es una intimidad asincrónica, como si fueras amigo de toda la vida, porque creas un wiki, lo tienes en el chat, lo lees… y a lo mejor te pasas un año sin verlo, pero te la reencuentras y es como si lo hubieras visto ayer” (Q.55.17). El Evento Blog España es una de las múltiples reuniones que se organizan a lo largo de esos años en España en torno a los blogs; una buena parte de ellas promovidas por bloggers. A lo largo de 2006 se celebran al menos 16 grandes eventos y al año siguiente otra decena más diseminados por la geografía española y dedicados específicamente a los blogs (Santiago de Compostela, Bilbao, Madrid, Granada, Murcia, etc.). Sin pretender ser exhaustivo, algunos de ellos son: Mundo Blog (Murcia), Jornadas sobre bitácoras y medios de comunicación (Granada), Blogak (Bilbao) o La Conversación (Madrid). En ocasiones

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son congresos y encuentros establecidos, normalmente de comunicación, que deciden dedicarse monográficamente a los blogs, como la X Jornada de Comunicación Siglo XXI; organizada en la Universidad de Granada, la edición de 2006 lleva por título: ‘La Blogosfera: periodismo ciudadano’. En otras ocasiones son eventos organizados por alguna institución y en los que se dedica una parte sustancial (en términos de tiempo y espacio) al tema de los blogs, como la Jornada Ciudad Digital celebrada en 2007 en Huesca y organizada por el PSOE, en la cual una de las tres temáticas, ciberactivismo, reúne a varias docenas de bloggers; una semana después hay otra reunión del mismo partido en Valencia que lleva por título II Jornadas de Blogs+Ciudadanía. En la mayoría de los casos, sin embargo, estos eventos son de nueva creación y están promovidos por bloggers y auspiciados por diversas instituciones, ya sean universidades, partidos políticos o alguna otra institución pública.

Imagen 4.2. Foto de la sala principal donde se celebra la segunda edición del Evento Blog España en Sevilla en 2007. Una buena parte de los asistentes tienen sus ordenadores portátiles abiertos y están blogueando o, se ve en el primer plano, grabando para colgar posteriormente el video. A la izquierda de la foto se ve a un asistente mostrándole a otro las imágenes de su cámara. La foto ha sido tomada por Victoriano Izquierdo y registrada por mí posteriormente en su página web de Flickr. Está categorizada con la etiqueta “ebe” y es fácilmente localizable utilizando el buscador. Está publicada con una licencia Creative Commons by-nc-sa, mediante la cual se señala explícitamente que la imagen puede ser copiada y reproducida siempre que se mantenga el crédito de su autoría, no se haga uso comercial y se comparta en los mismos términos. El uso de esas licencias es habitual entre muchos bloggers y está relacionado con la defensa que realizan de la transformación del sistema existente de propiedad intelectual. Victoriano me responde encantado al correo en el que le pido permiso para utilizar la foto y añade una confesión sobre su práctica bloguera: “llevo desde finales de 2003, cuando creé un blog en mi instituto, maravillado y transformando toda mi cultura, todo mi yo con lo que he respirado por la blogosfera”. Crédito: Victoriano Izquierdo [Licencia CC by-nc-sa.]

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He arrancado mi relato con los eventos celebrados en Sevilla en 2006 y 2007, ambos son las reuniones de bloggers más concurridas de esos años, unos trescientos inscritos (el número de asistentes es inferior) en la primera edición que se doblaron al menos en la siguiente. En esos dos años se produce una explosión en la extensión de los blogs en España: acaparan la atención de los medios de comunicación y el interés de múltiples instituciones como los partidos políticos, las administraciones públicas o las instituciones educativas y de investigación. Los eventos dedicados a los blogs y organizados por diversas instituciones son un indicador de ese interés creciente. En la siguiente sección me ocupo de los que he denominado bloggers apasionados e intento caracterizar esa práctica específica y a los individuos que la despliegan, y en la última sección introduzco algunos aspectos de mi trabajo de campo19.

2. Intensidades en el bloguear En el primer evento de Sevilla me cruzo con Rosa Jiménez Cano y con Pau Llop, con quienes vuelvo a encontrarme unos meses después en otro similar en Huesca organizado por el PSOE; y con Tíscar y con José Antonio del Moral me cruzo de nuevo una semana después en otro de los encuentros que organiza el mismo partido en Valencia. Todos ellos son bloggers, se reconocen como tales y bloguean de manera intensiva desde hace años; y algunas de sus amistades se han fraguado en ese contexto, gracias y a través de esa tecnología y esa práctica. Todos ellos están implicados en la construcción de eso que llaman la Blogosfera más allá de su práctica cotidiana de bloguear. Pero, ¿qué significa exactamente esa implicación? Significa que, además de asistir a eventos como el de Sevilla y a otros de menores dimensiones y más informales con cierta asiduidad, en ocasiones promueven su celebración y participan en su organización. Es parte de lo que algunos reconocen entre ellos como cierto espíritu “evangelizador” que se extiende a su práctica cotidiana cuando incitan a sus familiares y amigos a bloguear (Ferreres y Garrido, 2006: 60). Y como parte de esa participación en la construcción de la Blogosfera, algunos de sus proyectos profesionales están estrechamente vinculados a los blogs, como es el caso de Rosa y Pau, los dos periodistas cuya práctica profesional a lo largo de esos años está marcada de formas diferentes por la noción de lo que se denomina periodismo ciudadano o periodismo participativo. Pau ha montado un proyecto de este tipo llamado Bottup (tomando el nombre de la expresión inglesa Bottom-Up, de abajo a arriba), y Rosa participará en otro proyecto al cabo del tiempo con una orientación similar llamado Periodismo Ciudadano. Pero estos bloggers no son representativos de la generalidad de quienes se implican con esta tecnología, no representan el usuario tipo del blog. Sin embargo, en torno a ellos se despliega mi investigación porque son personas que depositan enormes expectativas en los 19

Antes de continuar con el capítulo quiero hacer una aclaración que se refiere al planteamiento general de mi relato, específicamente a la estrategia de escritura que he elegido. En las siguientes páginas aparecen retratados sólo algunos de los corresponsales de mi trabajo de campo y sólo algunos de los eventos presenciales a los que he asistido. Otros corresponsales e informantes y contextos presenciales o mediados en los que se ha desarrollado mi trabajo empírico no aparecen mencionados de manera explícita. Eso no significa que no sean relevantes o que implícitamente no estén presentes, todo lo contrario ya que proporcionan una valiosa información y experiencia para comprender e interpretar aquellos que presento.

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blogs, como discutiré más adelante, esperanzados como están en la posibilidad de transformar diferentes ámbitos de la sociedad a través de los blogs. En lo que sigue me detengo en perfilar algunos aspectos más que caracterizan lo que he denominado bloguear apasionado. Identidades técnicas Rosa, Pau o Tíscar, todos ellos comparten un primer elemento: se definen a sí mismos como bloggers, porque no todos los individuos que practican el bloguear se reconocen como bloggers. Pero para ellos, está cargado de sentido definirse como tales en determinados contextos: “¿blogueamos porque somos o somos porque blogueamos? […] los blogs son personas, es parte de vuestra identidad, de vuestra identidad digital […] es parte de lo que sois. Es la expresión de la personas en la Red” (Q.33.11), dice Enrique Dans en su discurso en el encuentro de Sevilla. Una forma de entender y contextualizar este aspecto del bloguear es a través de lo que Kristen Haring ha denominado identidades técnicas, formas de identidad que resultan de relaciones especialmente intensas que algunos individuos mantienen con la tecnología. En su tesis, titulada Technical Identity in the Age of Electronics (2002), Haring realiza un estudio histórico de los radioaficionados en EE UU. El análisis de sus prácticas materiales pone de manifiesto cómo estas son lo suficientemente relevantes en la vida de esas personas como para desarrollar una forma de identidad vinculada específicamente con la tecnología con la que se implican (Haring, 2003: 740). Un fenómeno que está presente en otros ámbitos y tecnologías como, por ejemplo, los hackers. Refiriéndose a ellos Gabriella Colleman y Alex Golub señalan que “la tecnología para los hackers no es un medio para otro fin, es fundamental para su sentido del yo –fabricar y usar la tecnología es la manera como los hackers crean individualmente y como se construyen y reproducen socialmente” (Coleman y Golub, 2008: 271 t. p.20). En un estudio similar al de Haring, aunque en este caso basado en una etnografía sobre un colectivo de geeks radioaficionados y aficionados a las emisoras de radio FM piratas, Christina Dunbar-Heseter (2007) reconoce que “estos geeks mantienen una relación con la tecnología mucho más estrecha que la que tienen los usuarios medios” (ibid.: 207); en su trabajo explora las acusadas diferencias de género y la dificultad que supone para las mujeres acceder a este colectivo pese al imaginario liberador que se moviliza en él. En un estudio de orientación etnográfica anterior me centré en el análisis de un colectivo participante en un sitio de Internet llamado Barrapunto. En este caso había también una acusada diferencia entre quienes simplemente consultaban el sitio ocasionalmente y aquellos otros que establecían una intensa identificación con el sitio y el imaginario que se promovía desde él en torno al software libre y la posibilidad de desarrollar espacios alternativos a los medios de masas a través de Internet (Estalella, 2005c). Estas personas que mostraban una práctica intensa estaban especialmente implicadas (engaged) con esas propuestas y articulaban una forma de identidad a través de su práctica de participación en la producción de noticias (Estalella, 2005a, 2005b). Hackers, radioaficionados, linuxeros, geeks, mudders, power gamers, youtubers… todos ellos definen su 20

Recuerdo nuevamente que las siglas t. p. significan traducción propia.

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identidad a través de prácticas medidas por tecnologías digitales específicas (Taylor, 2006; Kelty, 2008; Coleman y Golub, 2008; Dunbar-Heseter, 2007). Como he señalado en el capítulo uno, la identidad ha sido un aspecto extensamente abordado en los estudios de Internet (Giese, 1998; Miller, 1995; Robinson, 2007), donde una de las aproximaciones principales ha sido el marco de análisis que desde el interaccionismo simbólico propone Erwing Goffman (2004 [1959]). Asumiendo las metáforas goffmanianas dramatúrgicas, los objetos digitales como una página web (Chandler, 1998, 1999; Döring, 2002) o el perfil en una red social (Boyd, 2006) se interpretan como representaciones de la identidad del individuo, una puesta en escena, o variando la metáfora goffmaniana, una puesta en pantalla de la identidad de sus creadores (Gálvez, 2005). Los blogs han sido analizados siguiendo un modelo similar (Tramell, 2005), explorando desde esta perspectiva las diferencias de género (Nowson Y Oberlander, 2006; Doorn, Zoonen y Wyatt, 2007; Herring y Paolillo, 2006) o de edad (Huffaker y Calvert, 2005). Sin embargo, lo que estos análisis no suelen tomar en cuenta es cómo el encuentro con la tecnología no implica sólo una representación de la identidad del individuo sino que el mismo encuentro transforma a esa persona. Un individuo que bloguea se convierte en una figura pública, expuesta, más vulnerable, más poderosa, ridícula o seria… Desde la perspectiva del materialismo relacional: el resultado del encuentro de un individuo con la tecnología de bloguear es doble, de ese encuentro resulta un blog que es practicado de cierta manera y un blogger que practica el bloguear de cierta forma. Lo que los análisis de la identidad de inspiración goffmaniana han obviado habitualmente es el efecto que la relación con la tecnología tiene sobre los individuos, a saber, que estos se performan como bloggers, linuxeros o hackers como consecuencia de esa relación. Y esa performación no es algo trivial ni inmediato sino que requiere de considerables esfuerzos, pues no todos los que practican el bloguear se llaman a sí mismos bloggers ni son reconocidos como tales por los demás. Un individuo se performa como blogger a través de un cierto modo la relación con unas determinadas tecnologías. Tampoco quienes asisten a eventos como el de Sevilla y otros similares representan la generalidad de quienes bloguean. A lo largo de mi trabajo de campo me he encontrado con muchos bloggers distintos, blogs muy diferentes, y formas de bloguear diversas. Cada una de ellas produce un blog que cambia a lo largo del tiempo con un ritmo particular. Hay blogs actualizados cada día, otros que sólo son escritos en una ocasión y sus autores no vuelven a usarlos nunca más. Hay quien escribe de política, sobre cultura, o su vida misma; a veces todo mezclado. Algunos son puro texto, otros están llenos de imágenes o se reducen a una sucesión de videos un día tras otro. A mediados de 2006 el Pew Internet and American Life Project publica un estudio sobre blogs que titula Bloggers. A portrait of Internet’s new storytellers (Lenhart y Fox, 2006). El Pew Internet and American Life Project es un proyecto dedicado a realizar estudios sobre la utilización de Internet y tecnologías digitales que pertenece al centro homónimo (Pew Research Centre), una institución estadounidense sin ánimo de lucro. El estudio dibuja un retrato minucioso y detallado de los bloggers estadounidenses que coincide con el perfil e imaginario hegemónico que circula sobre los bloggers en España en ese momento, como queda constatado en tres tandas de encuestas realizadas entre los años 2004 y 2006 y promovidas por Gema

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Ferreres, una blogger radicada en Madrid; a ellas me refiero más adelante con cierto detalle. Y esta coincidencia en una buena parte de los aspectos (aunque no en todos, como discuto seguidamente) ofrece un atisbo de la escala global del fenómeno del bloguear. Entramados de tecnologías Lo siguiente es un artículo en el blog de Julen Iturbe en el que describe las diferentes tecnologías de Internet que además del blog utiliza. Mis herramientas de publicación Héctor Milla me ha pasado un meme. Como prefiero ser tipo educado con las ciberamistades, respondo a su requerimiento, pero no lo reenvío (perdón). Pregunta cuáles son nuestras herramientas de publicación, esas con las que llegamos a la red de redes. Su batería es larga, variada. La mía, me temo, refleja mis limitaciones. Además, quiero entender que cogemos un concepto amplio de "publicación" y no sólo se refiere Héctor a escribir sino a leer, ¿no? Vamos, la combinación 2.0 por excelencia. Pues bien, mi limitada artillería pacífica se queda en: • Publicar en blog: Blogger (antiguo) y hago pruebas en otras plataformas, con especial cariño hacia Nireblog, claro está. • Buscar en blogs: tiro en paralelo de Blog Search, Technorati y Bloglines. Y dentro de poco sabré hacerlo mejor porque me va a enseñar Nacho. • Lectores RSS: Bloglines y Google Reader. • Correo: Gmail (vaya invento) • Publicación ofimática online: Google Docs, para compartir algunos pocos documentos porque sigo anclado a la ofimática. • Estadísticas: Statcounter y Google Analytics • Etiquetación social: del.icio.us (cada día más enganchado) • Geoetiquetación social: Tagzania, que es gente de aquí y a la que hay que cuidar • Fotos: Flickr • Voz: Skype y Gizmo (hubo un antes y un después con estas herramientas). • Navegador: Firefox, sin lugar a dudas; pero me veo obligado a usar también IE por asunto de trabajo (sharepoints que hay que usar, ¡qué le vamos a hacer!) • P2P: emule • Música: tiro de Pandora a lo bestia, por lo cómodo que resulta. • Video: himen casi intacto. Y, por cierto, sigo sin migrar a Ubuntu. Sólo me hace falta quedar con Iñaki. Pero como me hace pira a las clases, no puedo quedar con él ;-) Technorati tags | Héctor Milla posted by Julen @ 6:30 AM (Q.48.3)

Julen es un blogger que se dedica a la consultoría empresarial, reside en Bilbao y ha traspasado ya los cuarenta. El artículo es la respuesta a un meme que otro blogger le envía. Los memes son un tipo de práctica en la cual un blogger lanza un tema que suele tener la forma de recopilación: tus películas favoritas, tus aficiones, las tecnologías que utilizas a menudo… y señala a tres o cuatro bloggers para que repliquen y elaboren la misma lista e

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interpelen a su vez a otros más. Así, el meme crece a medida que pasa el tiempo y se difunde hasta que se desvanece. El caso es que Julen responde a la interpelación que le hace desde Barcelona Héctor Milla sobre las herramientas de publicación en Internet que utiliza habitualmente; y su respuesta es representativa de la multiplicidad de tecnologías que los bloggers apasionados manejan: El entramado de tecnologías que Julen describe no es una excepción, sino la regla, entre los bloggers apasionados. Este aspecto lo señala el informe del Pew Bloggers. A portrait of Internet’s new storytellers, donde da cuenta de que una parte importante de los bloggers son lo que puede denominarse usuarios tecnológicos extensivos, no sólo utilizan blogs sino otras tecnologías digitales como la mensajería instantánea, las redes p2p de intercambio, las cámaras digitales y los reproductores de música. El informe indica además que la penetración que los blogs han logrado en EE UU: un 8% de los estadounidenses adultos usuarios de Internet mantienen un blog (unos 12 millones) mientras que el 39% de los usuarios adultos de Internet lee blogs, unos 57 millones de personas. Los blogs se encuentran ya ampliamente extendidos en ese país en 2006, y el hecho de que el Pew les dedique un informe es significativo; en años anteriores se ha ocupado de otras tecnologías como Internet en general, el consumo de noticias o la venta por Internet. La proporción entre hombres y mujeres es cercana (54% hombres), y más de la mitad son menores de 30 años (el 54%); a lo que se añade que son usuarios de Internet intensivos por comparación con el resto de la población pues se conectan más a menudo y durante más tiempo que la media. Diferencias de género Las tres encuestas realizadas en España (entre 2004 y 2006) y tituladas Perfil del blogger hispano (Garrido y Lara, 2008; Ferreres y Garrido, 2006; Ferreres, 2005) mantienen una singular discrepancia con los resultados del Pew en lo que se refiere a la proporción de sexo entre los bloggers. La segunda edición de la encuesta (Ferreres y Garrido, 2006) indica que el 72% de los bloggers son hombres (un 27% de mujeres), mientras que en la tercera edición el porcentaje de hombres se sitúa en el 73% (Garrido y Lara, 2008)21. Esos datos contrastan acusadamente con la distribución de usuarios de Internet en ese momento en España, donde el 54% son hombres frente al 46% que son mujeres (INE, 2005) y con los datos del Pew que señalan un porcentaje próximo entre hombres y mujeres (54% y 46% respectivamente). Algunas de esas diferencias podrían ser explicables por la distinta metodología utilizada, pues las encuestas a los bloggers hispanos se han realizado a través de Internet, utilizando diversos blogs y situando enlaces y llamadas en ellos para difundirla y lograr la participación; mientras que en el estudio del Pew la encuesta es telefónica. Pero mi intención no es discutir el aspecto metodológico sino poner de manifiesto que la distribución por género22 es un asunto extremadamente controvertido que se discutirá en varias ocasiones de manera acalorada durante mi trabajo de campo. De hecho, en algún momento escribiré sobre el tema en mi blog de campo un artículo titulado ‘¿Dónde están las 21

En la primera edición de la encuesta no se ha considerado la variable del sexo, o al menos no aparece en el informe que se publica (Ferreres, 2005). 22 Aunque me estoy refiriendo a diferencias de género, las encuestas utilizan la categoría sexo en lugar de género. Los debates sobre este asunto en la blogosfera se establecen en ocasiones en términos de sexo y en otras en términos de género.

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mujeres blogueras?’ donde recojo diversos informes que se han publicado hasta ese momento. La respuesta es numerosa, es la anotación que más comentarios genera, casi un centenar: ¿Dónde están las mujeres blogueras? […] Los datos de varios informes dicen lo siguiente. Uno de 2006 del Pew Internet and American Life Project, A portrait of the internet’s new storytellers, del Pew Internet, decía: Hombres que bloguean 54% Mujeres que bloguera 46% El dato es para Estados Unidos, y centrado sólo en adultos (mayores de 18 años). Lo curioso es que otro estudio del Pew Internet… centrado en el uso de tecnologías de la comunicación entre adolescentes (del año 2005) dice que en la franja de edad que va de los 15 a los 17 años las chicas bloguean más que los chicos. Un 25% de las chicas en esa franja de edad bloguean, por un 25% de los chicos. Marcelino Madrigal escribió sobre la distribución de género en los MSN Spaces, y los resultados que daba eran: 56% son Hombres de más de 15 años. 44% son Mujeres de más de 15 años. Hombres, por edades 32% son hombres de 15-34 años (23% son hombres de 15-24 años) 23% son hombres de más de 35 años. Mujeres, por edades 27% son Mujeres de 15-34 años (17% son mujeres de 15-24 años) 17% son mujeres de más de 35 años. Víctor Ruiz hizo un análisis creo que en 2006 sobre el género en los Space y llegó a la conclusión de que las mujeres eran mayoría, pero sólo tengo segundas referencias de este análisis. Fernando Garrido, ciñéndose al contexto geográfico gallego en su I Enquisa a blogueiros/as Galegos/as (PDF) constataba que el 60% de los bloggers eran varones y el 40% eran mujeres. Finalmente, un estudio que Intel publicitó a finales de 2005 titulado ‘Estilo de Vida Digital’, señalaba que el 22% de las españolas tenía blog, frente al 18% de los españoles.

Algunos de los comentarios que recibo se muestran seguidamente: 93 Responses 1. ¿A lo mejor las mujeres nos hacemos menos publicidad? ¿A lo mejor son los hombres los que nos hacen menos publicidad? ¿A lo mejor hacemos menos relaciones? Al fin y al cabo en esto de la blogosfera lo importante son sobre todo las relaciones, es lo que da visibilidad ¿no? ¿A lo mejor la blogosfera no es muy diferente de otros ámbitos de la sociedad como el de la empresa? ¿Por qué hay menos mujeres en los Comités de Dirección y en puestos directivos en las empresas españolas? ¿Porque no quieren estar? ¿Porque no les dejan? Dicen que su estilo directivo es incluso mejor que el de los hombres… Imagino que como siempre podríamos aplicar aquí el tradicional discurso de los ámbitos público y privado: los hombres por lo general ocupan

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el público y las mujeres el privado. ¿Probablemente hay también muchas blogueras, pero no les importa tanto la esfera pública como a los blogueros? Maria J 18 January 2007 at 11:32 am 5. He abierto esta entrada, por si ayuda a aclarar el tema ¿Donde están las mujeres bloggers en Live Spaces? http://mmadrigal.spaces.live.com/blog/cns!1989B873A580CA12!37902.entr mmadrigal 18 January 2007 at 1:05 pm 6. [Adolfo] Total, que volviendo a la Blogosfera, si las chicas o mujeres no bloguean,… [Anónima] Hombre Adolfo, según todos los datos que das _blogueamos_: somos al menos el 40% de los blogueros. Lo que si es cierto es que no somos el 40% de los conferenciantes sobre temas blogueros ni el 40% de las listas de blogs más “algo” que salen por ahí. No sé, pero me pregunto si la diferencia es que en esto de los blogs, como en otras cosas, las mujeres somos menos competitivas y esto nos gusta por motivos diferentes a querer salir en las listas. Lo cierto es que hay blogueras que hacen campañas para aumentar la visibilidad de las mujeres blogueras pero también lss hay a las que el tema les trae al pairo. Por ejemplo a mi :) No creo que me gustara tener un blog multitudinario con cientos de comentarios y lleno de trolls atraidos por haber visto nuestro blog en todos los rankings blogueros. Y podría haber participado en al menos una mesa redonda bloguera, pero hubiera tenido que perder el anonimato ;-) Creo que la cuestión no es tanto si hay muchas o pocas mujeres blogueras “relevantes” si no si existe algún tipo de discriminación que impida que lo sean. Así como en la vida real si que me he encontrado el techo de cristal, en internet no tengo nada claro que exista. ¡saludos anónimos pero conocidos! Anónima 18 January 2007 at 2:52 pm 13. Directorios de blogs de mujeres en castellano: http://blogsmujer.com/ http://www.blogomana.com/ Amaya (koon) 18 January 2007 at 4:29 pm

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El asunto sobre la distribución del bloguear por género resulta complejo de descifrar. Pero mi intención no es exactamente determinar a través de esa maraña de estudios la verdadera distribución por género en el periodo de mi trabajo de campo. Lo que me interesa señalar, por el contrario, son varios aspectos que emergen través de esa discusión y sobre los cuales me extenderé en este capítulo y en los siguientes. Uno de ellos es la misma naturaleza controvertida de ese asunto; un segundo aspecto se refiere a la participación de los bloggers (a través de las encuestas y otros estudios) en la producción de conocimiento sobre la Blogosfera; y un tercer asunto es la desigualdad constatable, y en este caso incontrovertible, entre hombres y mujeres en lo que denominaré posiciones de portavocía de la Blogosfera. Las mujeres resultan casi invisibles en los espacios de visibilidad de la Blogosfera como eventos, medios de comunicación, publicaciones, ranking, etc. Como he señalado antes, la mayor parte de los ponentes y conferenciantes de los eventos son hombres, en una proporción de diez a uno. Así ocurre en las dos ediciones del EBE celebradas en Sevilla. Quienes alzan la voz en esos encuentros públicos y en otros espacios de visibilidad, como los medios de comunicación y publicaciones, son en su mayoría hombres que pasan largamente la treintena o ya entrados en los cuarenta. Susan Herring se ha referido un par de años antes (Herring et al., 2004) a la representación que tanto los medios de comunicación como una buena parte de estudios socioculturales han realizado de la Blogosfera como un espacio de hombres, blancos y adultos; dejando de lado a colectivos numerosos de la Blogosfera como son el de las mujeres y el de los jóvenes. Este aspecto lo desarrollaré para explorar las aparentes contradicciones que plantea al discurso que dibuja una Blogosfera democrática y horizontal, y para explorar los mecanismos materiales a través de los cuales esos hombres blancos y adultos se convierten, también en España, en los portavoces y la cara visible de una Blogosfera, que es en realidad más diversa que el retrato hegemónico y visible que se hace de ella. El tiempo del bloguear Bloguear de manera prolongada a lo largo del tiempo, con una periodicidad constante y sostenida es una tarea extremadamente ardua y excepcional. Una queja habitual de los bloggers que he encontrado durante mi trabajo de campo es la dificultad para sostener su blog, para escribir periódicamente, un día tras otro, una semana tras otra… durante meses; hasta que algunos de ellos han abandonado tras varios años, mientras me encontraba en el periodo de escritura de mi monografía. Lo más habitual entre quienes se implican con un blog es la discontinuidad en la práctica. Lo general es el desapego hacia esa tecnología. Que ni siquiera lleguen a ser bloggers. Que no logren sostener la práctica durante un periodo de tiempo prolongado. Un individuo llega, abre su blog, escribe una vez y no regresa jamás. Así que puede decirse que el blogueo es por regla general efímero. Y es que bloguear es extremadamente arduo y el comienzo es excepcionalmente duro. El tiempo es un elemento fundamental y definidor de la práctica del bloguear entre aquellos individuos de los que me ocupo durante mi trabajo de campo. Retomando el estudio del Pew ya citado, hay un acusado gradiente en el tiempo que se dedica al blog; sólo un porcentaje pequeño desarrolla una práctica intensa. Un 10% de los bloggers dedica diez

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o más horas al blog por semana; horas que se van en publicar (un 13% lo hace diariamente o con mayor frecuencia) y en leer intensiva e insistentemente otros blogs a lo largo del día (el 16% lee algún blog una vez al día mientras que un 19% lo hace varias veces al día). Un blogger lo describe así en España, en uno de los habituales ejercicios de reflexividad que realizan en su blog: “‘intoxicación por feeds’ me ocurre a diario. Levantarme y ver 200 noticias por leer (y eso que tengo 93 feeds) hace que acabe viendo los títulos de un vistazo en 15 minutos” (Q.472.12). No es el único que va directo de la cama al blog por la mañana. Hay otros y otras que también lo hacen. Frente a esos porcentajes, el 59% de los bloggers pasa una o dos horas por semana ocupándose de su blog. Es decir, el porcentaje de bloggers intensivos es una décima parte del total según el Pew. Bloguear es una tarea, al menos localmente, solitaria. Uno se sienta frente a la pantalla, un día tras otro, y no sabe quién le está leyendo; peor aún, ni siquiera sabe si hay alguien leyéndole verdaderamente. “¡eh!, ¿hay alguien ahí?” (Q.103.30), escribía en una de sus primeras anotaciones Jorge cuando comenzaba a bloguear. Mi propia experiencia durante mi trabajo de campo blogueando, e incluso mis experiencias de años anteriores en los que blogueé, está salpicada de periodos en los que bloguear se hacía una tarea dificultosa; mantener el ritmo exigía un considerable esfuerzo. Los primeros meses son de aprendizaje, se aprenden aspectos técnicos (incluir imágenes en el blog, colocar etiquetas en los artículos…) que se incorporan a la práctica y toda una serie de convenciones colectivas como enlazar, en qué condiciones y de qué manera. Antonio decía haber pasado el primer año aprendiendo, pero después, la tarea de bloguear se le hizo en los siguientes años progresivamente más ardua: conforme vas avanzando comienzas a sentir el peso, la carga, y cada vez te cuesta más trabajo, y eso significa que cada vez demanda más tiempo, más concentración; pero es que el esfuerzo que has hecho escribiendo los post demanda otras cosas, te llaman a dar conferencias a participar en coloquios y comienza a haber una tensión, el blog contra el mundo o contra tu vida; en este momento me interesa más el laboratorio del procomún que el blog, pero el otro consume mucho tiempo, porque las cosas humanas requieren mucho tiempo. (A.L.E1. 67.20)

Así que sólo unos pocos bloggers llegan a prolongar en el tiempo su práctica de bloguear, la mayor parte acaba claudicando rápidamente: cerrando o abandonando su blog. Pero, ¿qué es cerrar un blog? Una revisión que hizo una compañía estadounidense llamada Perseus Development Company en 2003 encontró que el 1% de los blogs de su muestra (3.634 blogs) eran actualizados a diario (Hennings, 2003). El 25% eran abiertos y escritos en una ocasión únicamente y el 66% habían sido “abandonados” porque llevaban al menos dos meses sin ser actualizados. Como resultado, la “vida media” de la muestra era de cuatro meses. La metáfora utilizada para dar título al estudio es significativa: ‘The blogging iceberg’, una pequeña fracción de blogs visibles y activos que emerge frente a un inmenso volumen de blogs inactivos, o como los bloggers los llaman: blogs muertos, dead blogs; blogs que en algún momento fueron comenzados y no tuvieron nunca más continuidad. Basta echar una mirada aleatoria en los servicios de blogs y prestar atención a la fecha del último artículo y a la cantidad total de ellos para comprobar que el blogueo detrás de esos blogs ha sido por un tiempo muy limitado. Esa segmentación del tiempo es un aspecto compartido con otras

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tecnologías como la red social MySpace, donde aproximadamente un tercio de quienes se suscriben abandonan al cabo del tiempo, otro tercio participa de manera ocasional y sólo un tercio lo hace de manera activa (Thellwall, 2008). En el caso de los blogs, quienes participan de manera intensiva representan un porcentaje muy pequeño, el Pew decía el 10%, el estudio de Perseus el 1%... independientemente de lo precisos que sea esos datos me interesa señalar la importancia del tiempo en la práctica de bloguear; esa noción de escribir, lo que los blogger denominan como “actualizar” el blog a menudo, se ha convertido en norma entre los bloggers, como discutiré en capítulos posteriores.

3. Bloggers apasionados La mayor parte de los bloggers corresponsales durante mi trabajo de campo reflexionan habitualmente en su blog sobre lo que significa bloguear; y no es algo excepcional. La categoría de metablogueo se usa a menudo para referirse a aquellos blogs o artículos que hablan específicamente de los blogs. Muy a menudo, quienes despliegan esta práctica son autores y autoras que escriben generalmente sobre tecnología y discuten al hilo de las novedades tecnológicas las implicaciones sociales de Internet y las tecnologías digitales. Su reflexión sobre los blogs se encuadra en esta discusión general sobre las múltiples implicaciones de la tecnología en ámbitos diversos, en muchas ocasiones próximos a su dedicación profesional. En otras ocasiones, el origen de esa reflexión toma como objeto su propia práctica; discuten en esos casos aspectos particulares de su bloguear, desde la incorporación de nuevos artefactos o servicios a la discusión de problemáticas específicas. Tan extendida se encuentra esta reflexividad que algunos se quejan de ella criticando lo que denominan como un exceso de “ombliguismo” en la Blogosfera. Gemma Ferreres es un ejemplo paradigmático de esa reflexividad bloguera, pero no el único. En la treintena, Gemma comienza su blog recién inaugurado en 2001. Pensaba que no pasaría de un año, un proyecto “con fecha de caducidad”, dice en una entrevista, pero sin embargo su bloguear se extiende durante los cinco años siguientes en los que escribe más de 900 artículos que son “pequeñas dosis concentradas” en las que reflexiona sobre “cómo internet ha transformado la forma de comunicarnos, de hacer negocios y la vida cotidiana” (Q.133.14). El blog es, durante ese tiempo “un estado mental, cualquier cosa que te pasa la aprovechas para postear” (G.F.E1. 12.2), dice en una entrevista que mantenemos aproximadamente un año después de que deje de bloguear. Su rutina bloguera de aquella época era sencilla: “llegaba a casa, blogueaba y me acostaba”. A las pocas semanas de comenzar a escribir en 2001 se descuelga con un artículo que proporciona indicios de su relación con lo digital y del tipo de reflexiones que realiza a lo largo de los siguientes años sobre la tecnología: “la convivencia entre digital y analógico se hace más difícil por momentos. Veo en la prensa el anuncio de un nuevo servicio web pero no puedo pinchar directamente en la URL. Debo memorizarla o anotarla. Mi banco no tiene oficinas pero cada día recibo cartas suyas. ¿Cuál de los dos formatos debe predominar? La balanza comienza a inclinarse del lado de los bits” (Q.133.27). Las categorías con las que clasifica los artículos que ha escrito ofrecen una panorámica de los temas que trata: comunicación, negocios, tecnología, sociedad y weblogs. Y aunque cuando

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nos conocemos ya ha abandonado el bloguear, mantiene sin embargo su implicación con la Blogosfera a través de varios proyectos en los cuales desarrolla esa mirada reflexiva sobre la Blogosfera a la que me refiero. Uno de ellos son las encuestas sobre el perfil de los bloggers hispanos y los lectores de blogs a las que me he referido. Realiza la primera en 2004 y la rep al año siguiente (Ferreres, 2005; Ferreres y Garrido, 2006). En el momento de anunciarla explica sus motivos en el blog: “todos tenemos en la cabeza la imagen del weblogger pero ¿se corresponde con la realidad? Esa fue la chispa que me movió a diseñar una encuesta” (Q.121.1). La recepción que recibe la iniciativa es numerosa, a las 24 horas de abrir el sistema de encuesta por Internet y difundirlo por diversos blogs ha recibido 510 contestaciones. Unos meses después pondrá en marcha otro proyecto, una Historia de los blogs con la que pretende recoger los hitos significativos del desarrollo de estos en España “desde sus inicios hasta su entrada en la era industrial”, dice con una buena dosis de ironía; a ella me refiero con más extensión en el capítulo ocho. Subyace a esos proyectos su firme convencimiento y las esperanzas que deposita en la capacidad de los blogs para transformar la sociedad, incluso cuando está a pocos meses de abandonar el blog por cansancio; en una entrevista que le hacen en un blog unos meses antes dice: “[los blogs] han conseguido iniciar una conversación entre millones de personas que creen que pueden hacer cosas en vez de ser simples espectadores. Cuando lees weblogs estás participando en miles de pequeñas revoluciones (podcast AdSense moblog Creative Commons RSS W3C permalink redes sociales firefox Wi-fi wiki B&B tags…)” (Q.121.12). Las encuestas de Gema, su historia sobre los blogs o la medición de la Blogosfera hispana que llevan a cabo Juan Julián Merelo, Fernando Tricas y Víctor Ruíz, los tres bloggers, en los diversos trabajos académicos que realizan (Merelo, Ruiz y Tricas, 2003; Merelo, Tricas y Ruiz, 2003; Tricas, Ruiz y Merelo, 2003) son todos ellos ejercicios reflexivos en los que se indaga en la práctica misma de bloguear y en sus efectos; en las características de los blogs y de la Blogosfera. Los eventos mismos, dedicados a discutir específicamente sobre los blogs y la Blogosfera, y los diversos libros y publicaciones dedicados a los blogs y escritos por bloggers en esos años, vuelven a ser ejercicios reflexivos. Uno de los temas fundamentales de esta reflexividad, si no el fundamental, que ocupa a los bloggers durante mi trabajo de campo es el de la influencia de los blogs y de la Blogosfera. Esta temática impregna las conversaciones cotidianas de los bloggers y está presente en los encuentros formales e informales a los que he asistido. Y se trata de una reflexividad que no se queda en el papel (o en la pantalla escrita), sino que mueve a la organización de eventos y la producción de publicaciones; aspecto sobre el que me extiendo en el siguiente capítulo. Psicobyte, que lleva varios años blogueando, es excepcionalmente explícito a este respecto cuando en un acto de contrición y autocrítica escribe lo siguiente: “Está claro que los blogs son una revolución, como lo fue el teléfono en su momento. Pero ¿Te imaginas a los primeros usuarios del teléfono llamándose todo el día o montando jornadas para decirse “Estamos haciendo una revolución, somos la caña”?” (Q.23.4).

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Imagen 4.3. Imagen publicada en el diario El País en el año 2007. Crédito: Forges / El País

Imagen 4.4 y 4.5. Dos viñetas de una doble página dedicada íntegramente a los blogs y publicada en noviembre de 2006 por el ilustrador Mauro Entrialgo en la revista semanal satírica El Jueves. Entrialgo será contratado al año siguiente por el periódico El País para elaborar un blog donde publica periódicamente viñetas donde se abordan asuntos relacionados con las tecnologías digitales. Crédito: Mauro Entrialgo / El Jueves.

Apasionamiento Las personas de las que me ocupo llevan largo tiempo blogueando, sosteniendo una práctica intensiva, en la cual escriben a diario o al menos varias veces por semana; son personas que se implican en la construcción de eso que denominan la Blogosfera. Una manera de ilustrar el compromiso que representa para ellos su práctica es hacerlo a través de Antonio Lafuente. Antonio comienza a escribir su blog en abril de 2005. Investigador de prestigio que supera los cincuenta, es un intelectual con una considerable visibilidad pública. Ha publicado extensamente a lo largo de su trayectoria profesional siguiendo el formato convencional de la academia y ha colaborado con periódicos; pero de alguna manera Internet le ha seducido y se ha embarcado en la publicación de un blog que le acaba

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atrapando. Lo tiene alojado en un servicio de blogs creado por la comunidad de Madrid (Weblogs mi+d) para que diversos científicos, académicos e investigadores puedan publicar; un proyecto singular que recuerda a otros similares adoptados por algunas universidades españolas y extrajeras, aunque si estos últimos están a menudo destinados a los alumnos, en este caso están destinados a científicos en activo. En los tres años en los que pasa blogueando Antonio reflexiona abiertamente y escribe en su blog sobre Internet, los blogs y las transformaciones que estas tecnologías están produciendo en nuestra sociedad y en la ciencia. Y en esas cávilas concede una especial relevancia a lo que denomina el saber profano, los aficionados, los no-expertos cuya producción de saber comienza a rivalizar en determinados contextos con las de los expertos. Dirá que su blog es una plataforma para hacer crítica de la ciencia; de la misma manera que hay crítica de la literatura, es necesaria una crítica de la ciencia. Al año de arrancar su aventura hace, como es habitual entre muchos bloggers, un alto para celebrarlo y lanza una pregunta retórica para la cual ya tiene una respuesta: “¿nos adentramos en una segunda Ilustración?”; y al punto traza un arco que conecta los públicos de la ciencia del siglo XVIII -que tan bien conoce por su ámbito de investigación como historiador- con los bloggers entusiastas del siglo XX, relacionando las tertulias dieciochescas con los hackers del software libre, o el proyecto enciclopedista con la Wikipedia; elaborando una reflexión en la que los blogs y otras tecnologías digitales como los wikis se convierten en prácticas que reformulan la relación entre los no-expertos y los expertos en la producción de conocimiento. Esos no-expertos que son los aficionados a la arqueología, los apasionados por la astronomía, los hackers y los jardineros en sus ratos libres… todos ellos conforman las múltiples culturas de los amateurs que están revolucionando para Antonio la misma producción de conocimiento con la emergencia de nuevas maneras de formas de autoridad y la construcción de espacios de interlocución entre expertos y profanos a través de Internet. Y Antonio está en mitad de todo eso. El bloguear es, de esta manera, un ejercicio desde el que discutir los cambios que acontecen en nuestra sociedad, una manera de indagar e intervenir en ellos a través de su misma práctica encarnada. Un bloguear que se encuentra imbricado en su vida cotidiana: “en ocasiones doy sermones a mis hijos a través de Internet” (A.L.E2.10.17), dice con un punto de sorna. Su blog se convierte con el tiempo en un espacio público de encuentros con la familia, y en alguna ocasión algún miembro se disculpará cuando se encuentran en casa y no ha leído lo último que ha escrito; algo muy similar a la anécdota que Julen contaba en su mismo blog cuando, tras interpelar a su esposa para decirle que estaría ausente la semana próxima, ella le contestaba que ya lo he leído en tu blog. Antonio es plenamente consciente de todo ello: “la segunda [razón para escribir un blog] tiene que ver con el impacto que ejerce sobre la vida social e intelectual del bloguero. Quienes escriben un blog podrían hablar horas sobre su naturaleza adictiva; más aún, la mayoría no rechazarían como tema de conversación una discusión sobre la experiencia de ser abducidos por esta tecnología. Pocos negarán que bloguear está modificando radicalmente sus hábitos sociales. Muchos admiten que están cambiando de amigos, de temas de conversación y, en muchos casos hasta de lugares de reunión” (Q.7.9). Así que con el paso del tiempo, el blog se le ha colado hasta el tuétano, lo

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mismo que a otros. En uno de los artículos que yo mismo escribía en mi blog de campo declarando mi cansancio y dificultades para continuar blogueando, Antonio me respondía dándome algunas razones para continuar haciéndolo: Es lo que ocurre con los blogs. Se empiezan por tontería, porque sí, por ver qué pasa, sin saber bien de lo que va, sin pensar mucho en las consecuencias y, de pronto, notas que te arrebatan, que piden más tiempo, más ideas, más sinceridad, más compromiso,… Compromiso? Creo que con uno mismo, es decir con todos esos supuestos lectores que uno cree tener y que esperan que sí, que sea verdad, que esté bien escrito, que sea ameno, que sirva para algo,… […] Te agrego otros dos motivos para tener un blog: 1) escribir, escribir casi todos los días. Es como respirar a pleno pulmón; 2) experimentar con las ideas. Conectarlas y desconectarlas, traerlas y llevarlas, aclararlas y enredarlas, decir y desdecir. Seguro que hay más motivos, pero estos dos ya son bastante buenos. (Q.15.27)

En el periodo que va desde el comienzo de su práctica de bloguear hasta mediados de 2008, cuando definitivamente abandona, Antonio da cuenta de un salto sin red que constituye para él un verdadero experimento en el que conectan su vida y pasiones profesionales con lo que él concibe como una nueva práctica y modo de hacer ciencia; un experimento apasionado: “yo escribo con las tripas, hay que escribir con las tripas, y dejártelas en ello” (Q.64.37). Una pasión que requiere una dedicación completa. Y aunque su caso es excepcional, se replica en esos que llamo bloggers apasionados, como Tíscar cuando escribe habitualmente sobre educación y comunicación o Julen cuando se explaya sistemáticamente sobre la noción de empresa abierta. Todos ellos reflexionan abiertamente sobre su ámbito profesional, y todos ellos bloguean de manera apasionada traspasando ese ámbito. Pero el blog no es sólo un espacio de reflexión discursiva en relación con lo profesional. Tíscar ha incorporado los blogs como parte de sus clases en la universidad: enseña a los estudiantes a bloguear; Julen ha incorporado los wikis en sus clases también y en su relación con diversas empresas (el wiki constituye la plataforma en la que comparte con ellas los informes de sus consultorías). Pero esa dedicación intensa al blog que está enraizada en sus ámbitos profesionales está cargada de tensiones. Cada vez que escribe un blogger se expone, especialmente en el caso de estos bloggers que exhiben su identidad prominentemente sin adoptar ningún tipo de anonimato. Antonio lo ilustra cuando habla del trabajo que le costó escribir un artículo de su blog; y aunque quizás excepcional, es representativo del grado de exposición que en muchas ocasiones se asume al escribir en el blog. Se trata de una anotación sobre la vivisección a la que le dedicó horas y horas durante varios días. Las palabras son para Antonio un asunto serio, las mide con precisión cuando las pronuncia y cuando las escribe, ya sea lo mismo en una conversación informal como en un texto académico, de manera que calificar la vivisección como un “segundo holocausto” le ha costado un considerable esfuerzo: “…y cuando sabía lo que quería decir me ha llevado un mes encontrar la fuerza interior y la serenidad para poder hacerlo y llamarle segundo holocausto”. Ese esfuerzo es un experimento arriesgado y en nuestras conversaciones admite con una dolorosa amargura que en su instituto de investigación raramente reconocen su labor ni el valor de su práctica. Así que bloguear es, sin duda, una arriesgada apuesta personal. Y pese a todo, continúa con

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ella durante más de tres años; en el año 2007 publica un libro titulado El carnaval de la tecnociencia donde recoge buena parte de lo que ha publicado en el blog; en la introducción reconoce: “me confieso un blogger concienzudo, o sea, tenaz en el esfuerzo y consciente de sus potenciales consecuencias. Escribo como si alguien fuera a leer los post y luego tomárselos en serio” (Lafuente, 2007: 12); y en muchas ocasiones ese esfuerzo tiene su recompensa en la emoción futura de algunos de los escritos: “ya hay algunos post que me producen mucha emoción, demasiada, una exageración” (A.L.E2. 12.15); es la pasión por bloguear que él, como muchos otros, confiesa: “son dos pasiones... se empatan en un blog, la de escribir y comunicarte, y la de tú mismo quedar satisfecho y convencido de que lo que vas a decir es razonable” (A.L.E3. 4.13). Mucho más elaborado que los discursos habituales, el suyo es igualmente un discurso que deposita enormes expectativas en la revolución de los amateurs que se está produciendo, en lo que concibe como un cambio radical en las formas de producción de conocimiento y autoridad que afectan de lleno a la ciencia: “la Blogosfera […] viene para ensanchar el ámbito de las libertades” (Lafuente, 2007: 10), ha escrito en la introducción de su libro. Expectativas de la Blogosfera Esas expectativas que Antonio señala están presentes en muchos otros bloggers, circulan en los eventos, se hacen visibles en la práctica cotidiana y en los artículos de los blogs y son impresas en negro sobre blanco durante el año 2006 y 2007 en diferentes publicaciones promovidas por bloggers en España y auspiciadas por diferentes instituciones; en el siguiente capítulo me refiero a ellas. Muchos de ellos creen firmemente en el potencial de transformación social de los blogs, entre ellos Marcelino Madrigal, otro blogger “concienzudo” que está en las antípodas de Antonio en algunos aspectos. Marcelino rehúye la visibilidad pública del cara a cara y su blog, ‘Herramientas para blogs’, está alojado en la plataforma de Microsoft MSN Spaces. En Herramientas para blogs, Marcelino explica diferentes utilidades que se pueden incluir en un blog, desde sistemas de estadísticas hasta servicios de música; pero la plataforma donde lo elabora es despreciada por algunos bloggers de renombre. Uno de los argumentos para ese rechazo es la oposición sistemática a Microsoft fundada en el imaginario del software libre y la defensa del modelo de propiedad intelectual y difusión del conocimiento que se promueve desde el software libre; otro de los argumentos es (fundado o no) que los blogs de esa plataforma están escritos mayoritariamente por adolescentes; blogs de colores chillones, abigarrados, escritos a menudo utilizando el argot del mensaje de texto donde por cada consonante hay una vocal que se omite. El contexto en el que Antonio y Marcelino bloguean y las personas a las que se dirigen no puede ser más diferente, pero hay algo en lo que ambos coinciden: los dos depositan grandes esperanzas en que los blogs pueden contribuir a transformar la sociedad. Natural de “Vallekas” y con 41 años, Marcelino se pasa 14 horas conectado cuando no está con su hija pequeña. Trabaja como administrador de sistemas para una de las grandes empresas tecnológicas españolas y los blogs son para él ante todo una posibilidad aún irrealizada, pero realizable: “sabes, a mí lo que me gusta es lo que pueden ser, no lo que son”, me dice en uno de nuestros habituales chats en los que hablamos de blogs, blogs y blogs. Para Marcelino, “los blogs son una oportunidad única […] de las pocas que se

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presentan, es más, lo comparo con el invento de la imprenta adaptado a nuestro mundo actual, y se está poniendo de una forma que apesta porque todo el mundo ve que se puede sacarle réditos; y si eso no se para y se dice (sí, se puede ganar y lo que queráis, pero dejadnos jugar también) se irá al carajo” (M.M.E1. 12.15); extremadamente crítico con quienes se sitúan en las posiciones de portavocía de la Blogosfera, cree que el futuro de los blogs está aún por dirimirse: yo creo que en estos momentos se deben dirimir muchas cuestiones y el rumbo que tomará esto; si realmente será una revolución cultural y servirá para algo, o será otro boom como las .com y se quedará en eso, con 4 tíos que hagan caja y se acabará la oportunidad. Yo sí creo que nos jugamos mucho todos, porque las oportunidades de expresión, de opinión, de no recibir información mascada… no se tienen siempre, es más, las oportunidades no son para nosotros los bloggers actuales, son para los que vienen detrás. (M.M.E2.8.4)

Esa expectativa frente a lo que los blogs pueden ser y pueden lograr está presente en la declaración de intenciones que animan los eventos de Sevilla, donde los promotores consignan que su objetivo es extender el uso de los blogs en la sociedad. Esas expectativas constituyen un elemento definidor de los individuos que conforman el referente empírico de mi investigación. Los bloggers de los que me ocupo son individuos que, en primer lugar, se definen a sí mismos como bloggers; que bloguean de manera intensiva a lo largo del tiempo y que han sostenido esa práctica de manera prolongada. Son bloggers apasionados que depositan intensas expectativas de transformación social en los blogs y que mantienen la esperanzan de transformar diferentes ámbitos de la sociedad a través de esa tecnología. En los próximos capítulos me concentraré en explicitar cuáles son exactamente esas expectativas que se depositan en los blogs, cómo viajan a lo largo del mundo, cómo emergen y constituyen elementos fundamentales para comprender la forma en la que diferentes instituciones como los medios de comunicación y los partidos políticos incorporan estas tecnologías y se incorporan a la Blogosfera.

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Capítulo 5

La promesas de una Blogosfera revolucionaria La circulación de expectativas hegemónicas

1. Pioneros de la cultura digital Unos meses antes de que se celebre la primera edición del Evento Blog España en Sevilla, en abril de ese mismo año 2006, se presenta un libro titulado La blogosfera hispana: pioneros de la cultura digital, que según su editor José M. Cerezo intenta “plasmar, a través de sus protagonistas, lo que representan y a lo que puede dar lugar en el futuro la denominada blogosfera hispana” (Cerezo, 2006: 6). El volumen, editado por la Fundación France Telecom de la cual Cerezo es gerente, reúne las contribuciones de 18 autores. Todos ellos escriben blogs, salvo uno, y la mayoría dirá de sí mismos que son bloggers. Unos meses antes, José Manuel Cerezo me ha convocado junto a Gemma Ferreres a una comida en Madrid donde nos planteará su proyecto; y en los meses siguientes soy testigo y partícipe de la gestación del libro; a través de charlas ocasionales con Cerezo e intercambios de correos donde discuto con él algunas sugerencias sobre posibles autores para la obra en la que yo mismo participo con un capítulo (Estalella, 2006). Finalmente llega el día de la presentación. Cerezo ha estado dándole vueltas al lugar donde hacerla y aunque no es nada barato decide hacer un esfuerzo y opta por uno de los hoteles más chic que acaban de ser abiertos en Madrid, el Puerta de América. Llego en avión directamente desde Barcelona la misma mañana del acto. La presentación celebra en

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un gran salón de la primera planta, flanqueado por dos pantallas en las que se proyectan imágenes de los blogs de los autores del libro. La sala está repleta de caras que en esos momentos comienzan a resultarme ya conocidas. Cerezo y el presidente de la fundación, Manuel Gimeno, desgranan un breve discurso y dejan paso a los dos invitados que se sientan entre ellos en la mesa del estrado. Uno es Gumersindo Lafuente, director a la sazón de la edición digital del periódico El Mundo; la otra ponente es Lourdes Muñoz, diputada nacional por el PSOE que alcanzó cierta notoriedad en septiembre de 2005 cuando atrapada con su esposo y su hijo en Nueva Orleans en los días en que el huracán Katrina asolaba la ciudad, sus vicisitudes pudieron seguirse desde España a través de su blog. Frente a ellos, más de un centenar de personas, muchos de ellos bloggers. Si Gumersindo Lafuente se muestra crítico con la falta de crítica en el libro, el discurso de Muñoz glosa por el contrario las virtudes de los blogs; a fin de cuentas, ella escribe uno y Lafuente no: “de Lourdes Muñoz pasé a ser lourdesmuñoz-punto-blogspot-punto-com”, dice la política, “mis opiniones están ahora en Internet y forman parte del conocimiento colectivo […] los blogs forman parte del poder de opinión” (Q.148.13). Un periodista y una política para celebrar el lanzamiento del libro, la elección no es accidental pues representan dos de las instituciones (medios de comunicación y partidos políticos) en torno a las cuales los bloggers generan un debate más intenso sobre el poder y la capacidad de influencia de los blogs. En el libro que ambos están presentando se consignan algunas de las expectativas que los bloggers depositan en la posibilidad de transformar tanto la política como el periodismo. Y la tercera institución que se espera transformar a través de los blogs la encarnan en cierta manera quienes han promovido la publicación: las empresas; en este caso la fundación de una multinacional de las telecomunicaciones. Los eventos sobre blogs que se celebran durante los años 2006 y 2007 suelen abordar de manera explícita debates sobre esas tres instituciones: política, medios de comunicación y empresas; y las publicaciones que se realizan en esos años también, incluida la que concita en esa soleada mañana de abril a casi un centenar de personas. Esas promesas y expectativas recorren todo el libro, como desarrollo más abajo, y en el prólogo y en la introducción ya se dejan sentir. El presidente de la fundación dice en su breve introducción: “el boom de las bitácoras en los últimos dos años, así como su cada vez mayor cuota de influencia en muchas esferas de la vida cotidiana” (Cerezo, 2006: 4); y lanza un pronóstico refiriéndose a los bloggers: “el futuro es suyo”. Pero este libro no es una excepción. No es el primero que aparece sobre blogs en España; unos meses antes, varios autores han publicado otra obra titulada Blogs. La Conversación en internet que está revolucionando medios, empresas y ciudadanos (Orihuela et al., 2005), lo anunciaron justo cuando se gestaba el de los pioneros. El título insiste sobre el tropo de la revolución de medios y empresas y, por el camino, de los ciudadanos. Y unos meses después del volumen de la Fundación France Telecom, José Luis Orihuela publica otra obra más, editada por una editorial del periódico El Mundo -uno de esos medios a los que los blogs van a destronar o a transformar, en palabras del mismo Orihuela- que vuelve en su título sobre la idea de la revolución: La revolución de los blogs. Cuando las bitácoras se

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convirtieron en el medio de comunicación de la gente (2006) 23. Pero regresando a la presentación en el hotel chic en Madrid; al día siguiente de ella Rosa hace algo muy habitual entre los bloggers, una crónica del encuentro para dar cuenta de algo que se repite sistemáticamente en este tipo de reuniones, las caras conocidas: “lo mejor ha sido encontrarme y charlar con Tíscar, con una comentarista que se hace llamar anónima (que a su vez me presentó a fernand0). Intercambio, breve, de palabras con Fer Polo. Algunas fotos en flickr. Volví a saludar a Ícaro, un descubrimiento de Huesca. También a Jaime EP. Me saludé con Adolfo. Había grandes conocidos de la red, pero no como para acercarte. Queda muy feo hacerse una foto con un blogstar, ¿cómo queda si te la hacen ellos?” (Q.145.56). Protagonistas alistados Unos meses después de la presentación, Cerezo está satisfecho porque figura en la lista anual que el periódico El Mundo hace señalando a las que considera las 25 personas más influyentes de Internet, lo que interpreta como un reconocimiento compartido al libro de la Blogosfera, me confesará en una breve charla por chat. La Blogosfera está llena de listas como esa, las cuales resultan fundamentales para comprender algunas de sus dinámicas, como desarrollaré más adelante en el capítulo siete, incluso para comprender la misma constitución de eso que se denomina Blogosfera. Pero si nos paramos a pensar en el funcionamiento y las prácticas cotidianas en torno a Internet, quizás no resulte tan extraña la importancia de las listas en la Blogosfera pues Internet es configurado en la práctica, en muchos contextos, como una lista. El acceso a través de buscadores consiste fundamentalmente en la consulta del listado que el buscador elabora. Así que en la Blogosfera se hacen listas sobre la relevancia de los sitios y listas sobre la relevancia de las personas (como la de El Mundo). Y además de incluir a José Cerezo, El Mundo elige a Enrique Dans y a Ignacio Escolar en su listado de 2007 en calidad de bloggers; los dos escriben sendos capítulos del libro sobre Los pioneros de la cultura digital; los dos participan como conferenciantes en el evento de Sevilla; los dos son bloggers prominentes en la Blogosfera hispana, son los que se llaman A-list bloggers, bloggers de la lista A. Entre las atribuciones que hacen de Dans se dice que “compaginará la docencia en la prestigiosa escuela de negocios [Instituto de Empresa] con sus artículos sobre tecnología en medios de 23La lista de las publicaciones sobre blogs entre 2005 y 2007 reúne nueve textos: Blood, R. (2005 [2002]). El universo del blog. Barcelona: Editorial Gestión 2000; Fumero, A. (ed.). (2005). Blogs, Weblogs, Bitácoras… Monográfico en Telos. Cuadernos de Comunicación, Tecnología y Sociedad, 65; Rojas, O., y Alonso, J., Antúnez, J. L., Orihuela, J. L. y Varela, J. (2005). Blogs. La Conversación en internet que está revolucionando medios, empresas y ciudadanos. Madrid: ESIC; Cerezo, J. M. (ed.). (2006). La Blogosfera Hispana: pioneros de la cultura digital. Fundación France Telecom; Orihuela, J. L. (2006). La revolución de los blogs. Cuando las bitácoras se convirtieron en el medio de comunicación de la gente. Madrid: La esfera de los libros; Celaya, J., y Herrera, P. (2006). Los blogs en la comunicación empresarial en España: últimas tendencias. Barcelona: Grupo BPMO Ediciones; Cebrián Herreros, M., y Flores Vivar, J. (eds.). (2007). Blogs y periodismo en la red. Fragua, Madrid; Jiménez Cano, R., y Polo, F. (eds.). (2007). La gran guía de los blogs 2008. Barcelona: El Cobre Ediciones; Ugarte, D. de (2007). El poder de las redes. Barcelona: El Cobre Ediciones. En el año 2004 la revista de informática PC ha publicado un cuadernillo de carácter práctico de 96 páginas titulado Weblogs de su serie PC Cuadernos Técnicos y escrito por Jens Winther y Jesper Balslev.

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comunicación y en su blog. Participa en la redacción de Manifiesto Blog España” (Q.191.2). Unos meses después de la presentación del libro Cerezo viaja a Sevilla cargado con algunos ejemplares que reparte gratuitamente en el EBE. Allí participa Ignacio Escolar, que en el segundo día del encuentro mantiene un singular debate que aborda el tema de los blogs y el periodismo; y digo singular porque tiene enfrente a Arsenio Escolar, director del diario gratuito 20 Minutos. Les separan varias décadas de edad, y les une -aparte de su condición paterno filial (Arsenio padre)- una misma profesión: la del periodismo, y algo más, justo lo que les ha reunido en el evento: su condición de bloggers; de hecho, Cerezo barajó en su momento a Arsenio como posible contribuyente para el libro. Los dos mantienen un debate de una hora sobre los blogs, y aunque no asisto a él tengo noticias de lo que acontece posteriormente a través del relato que algunos asistentes escriben en sus blogs. Ignacio Escolar responde a una pregunta que le plantea Lourdes Muñoz sobre el futuro de los blogs y la política, la misma que unos meses antes ha presentado el libro de los pioneros donde Escolar escribe un capítulo titulado ‘Política en red’ (2006); la misma que mantiene un debate similar en la mesa dedicada a los blogs y política durante ese mismo evento. “A largo plazo, a nivel del poder […] la democracia será más democrática, al menos la tecnología lo permite ya; seguirá siendo representativa, pero más directa” (Q.142.17), le responde Ignacio Escolar. Tres meses después, Lourdes Muñoz no se encuentra entre el público, sino en Valencia, como organizadora y promotora de uno de los varios encuentros que su partido político, el PSOE, organiza durante 2007 para discutir y celebrar los blogs y lo digital; jornadas destinadas a promover el uso de los blogs y otras tecnologías de Internet entre sus militantes y simpatizantes como instrumentos de activismo político, inspirados en buena medida en el uso de Internet en EE UU y en Francia en los años previos. Manifiesto Blog España En Sevilla, los organizadores de la primera edición del Evento Blog España de 2006 han intentado que la guinda de los tres días intensos de reunión sea un documento sobre la “cultura del bloguear”, así que han requerido a quienes han dado las conferencias principales que redacten un documento. Sin embargo, el asunto no arranca y toman una doble decisión. Utilizan un artículo publicado semanas antes por otro blogger, Juan Freire, profesor de la universidad de A Coruña, amigo de juventud de Dans y blogger intensivo, titulado Declaración de independencia de la blogosfera: por los ciudadanos hackers como germen para la redacción del manifiesto que pretenden elaborar. Su segunda decisión es publicarlo en un wiki abierto, el mismo sistema sobre el que se basa la enciclopedia Wikipedia y que permite que cualquiera pueda editar un texto fácilmente en Internet, de manera que en las semanas siguientes el texto está abierto para la contribución de quien quiera participar. El encuentro de Sevilla finaliza con la lectura de la Declaración de independencia de la blogosfera. Una locutora profesional lee el documento con tal serenidad y gravedad que eriza el vello por la emoción que les causa a algunos de los presentes, e incluso a otros que tiempo después vuelven a revivir ese momento cuando ven el video que lo ha capturado que circula por Internet. Y durante los dos meses siguientes distintas personas contribuyen a la elaboración del que se denomina Manifiesto Blog España a través Internet. La declaración de intenciones con la que

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arranca el documento final es iluminadora: “con este documento […] se pretende fomentar la cultura de bloguear desde un punto de vista social y ético, y sobre todo, acercar el fenómeno blog a la enorme porción de la sociedad que, a pesar de todo, todavía no conoce qué es un blog y para qué se puede usar”. El texto se organiza en tres secciones según los epígrafes: (i) los blogueros como ciudadanos, (ii) el bloguero en la blogosfera y (iii) las organizaciones, los negocios y los blogs. Los cinco primeros puntos de los 45 de que consta el manifiesto dicen lo siguiente bajo el epígrafe “los blogueros como ciudadanos”: 1. Si Guttenberg levantara la cabeza, programaría un sistema para crear y escribir blogs. 2. Los blogs redefinen el esquema comunicativo del mundo. Ya nada es igual. El ciudadano tiene el poder de la escucha ilimitada, pero además ahora puede difundir su voz si lo desea. 3. Las personas tienen la capacidad y necesidad de informar. Ha finalizado el monopolio de los medios de comunicación unidireccionales. 4. Los blogs no van a acabar con los medios tradicionales, pero los están haciendo cambiar. 5. La sociedad acepta, poco a poco, la relevancia de los blogs. Los ciudadanos constatan su poder, lo asumen y lo utilizan. (Q.8.17)

A finales de 2006 y durante 2007 los blogs están en pleno apogeo. La fundación de una empresa de telecomunicaciones les dedica un libro, se organizan eventos por bloggers en los que se reúne centenares de ellos para celebrar la Blogosfera y los partidos políticos programan encuentros destinados específicamente a involucrar a bloggers y militantes con Internet y las tecnologías digitales. Hay una tupida trama de relaciones que trasciende Internet y toda una serie de promesas y expectativas que se depositan en los blogs y se explicitan y hacen presentes en esos contextos. En esos contextos a los que me acabo de referir y los documentos que acabo de señalar circulan las expectativas que muchos de los asistentes depositan en los blogs y en la Blogosfera; que los blogs y la Blogosfera son una revolución que ha transformando, está transformando o va a transformar ineludiblemente los medios de comunicación, la educación, la ciencia, los partidos políticos y las maneras como los consumidores se relacionan con las empresas…El manifiesto que se promueve en Sevilla no representa lo que son los blogs o lo que es la Blogosfera genéricamente para quienes usan esa tecnología a lo largo y ancho de España, a lo ancho y largo del globo; y las expectativas que viajan en él no son compartidas por todos los que hacen uso de esa tecnología; pero representa lo que los blogs constituyen, son en la práctica y se espera de ellos para muchos de los asistentes tanto al evento de Sevilla, a la presentación del libro La Blogosfera Hispana o a quienes participan en su misma redacción. Y de la misma manera que el manifiesto circula por Internet lo mismo lo hace el libro de La Blogosfera hispana (publicado en formato digital también con una licencia Creative Commons que permite que se pueda copiar y reproducir libremente). Con ese libro y con algunos de los presentes y protagonistas de la presentación me vuelvo a cruzar en los meses siguientes, en contextos diversos donde se explicitan las mismas promesas que se han consignado en él. La cuestión que se plantea es, ¿cómo se ha llegado a que cientos de bloggers se reúnan y compartan la expectativa de que pueden transformar el mundo?, ¿cómo se ha llegado a interesar a partidos políticos?, ¿en qué consiste exactamente esa revolución en la

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cual depositan su esperanza? y ¿cuáles son las expectativas precisas que depositan en los blogs? En el resto del capítulo intento responder a esas cuestiones. Primero describo cuáles son las expectativas y promesas que se depositan en los blogs y que viajan en ese documento que es La blogosfera hispana: pioneros de la cultura digital; discuto una estrategia argumental particular que figura en los textos de ese documento y en otros y a la que me refiero como la construcción de ejemplares. Discuto cómo el contexto en el cual se elaboran esas expectativas es la práctica encarnada del bloguear y finalmente me refiero a los mecanismos a través de los cuales las promesas, expectativas y esperanzas que he descrito se convierten en las más visibles, hegemónicas, a costa de otras que son invisibilizadas.

2. Las promesas de los blogs

Imagen 5.1. Un pantallazo de una imagen tomada por Juan Jaén y publicada en su Flickr durante su asistencia al Evento Blog España de 2006. La foto está categorizada como “Evento Blog”, “ebe” y “ebe06”, puede verse en las etiquetas (Tags) de la derecha. La imagen muestra tres de las publicaciones realizadas ese año de las cuales se distribuyen ejemplares gratuitos en la reunión: La Blogosfera hispana: pioneros de la cultura digital, La revolución de los blogs y el monográfico sobre blogs en la revista Telos. Flickr es un servicio de fotografía de los muchos que hay en Internet. Fue creado en 2004 y al año siguiente vendido a Yahoo! Su uso básico es gratuito aunque está limitado a 200 fotografías que pueden ser vistas. Las cuentas de pago permiten alojar un número ilimitado de imágenes. Entre los bloggers de mi trabajo de campo es habitual su utilización y la imbricación de esta tecnología con su blog, bien porque las imágenes que publican en su blog están alojadas en Flickr, o bien porque en ocasiones aparece un pequeño álbum en el blog que muestra algunas de las fotos que tienen allí. Stewart Butterfield, uno de los fundadores, señalará en los primeros momentos del desarrollo de Flickr que en España los bloggers resultaron fundamentales para la extensión de esta tecnología (Vayreda y Estalella, 2007). Y con ello pone en evidencia de nuevo el entramado de tecnologías que forman parte de la práctica de muchos bloggers. En los eventos es habitual que sus organizadores determinen una etiqueta común (“ebe06”, por ejemplo), de manera que buscando en Flickr por ella es muy sencillo localizar todas aquellas imágenes relacionadas con el encuentro. Crédito: Juan Jaén.

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Las promesas de una Blogosfera…

Regreso ahora al libro editado por la Fundación France Telecom: La blogosfera hispana: pioneros de la cultura digital. En las páginas anteriores me he centrado sobre todo en el contexto de ese documento que circula de un lugar a otro; que es ideado en la fundación de una gran empresa de telecomunicaciones, discutido en un restaurante y a través de correo electrónico, presentado en un lujoso hotel de Madrid, distribuido en un evento en Sevilla, y referenciado y re-distribuido nuevamente como un objeto digital en Internet. Ese libro es significativo porque sus 223 páginas constituyen una síntesis de cierta versión de los blogs y la Blogosfera, lo que ambas representan en ese momento para muchos bloggers y algunos no bloggers. Así que ahora invierto el objeto de mi interés para ocuparme en esta sección del contenido sustantivo de ese libro, de los relatos que sus 18 autores elaboran, para lo cual pongo en relación ese documento con otros similares que se escriben sobre blogs a lo largo de esos dos años y con los discursos que circulan y se reproducen en algunos de los eventos a los que asisto durante mi trabajo de campo. Desde la década de los noventa, Internet ha estado cargado de promesas sobre la transformación de la sociedad, de sueños sobre la revitalización de la política y de expectativas sobre una revolución completa de nuestras sociedades. Tres de los tropos fundamentales sobre los que se organizan esas promesas de revolución son la revitalización de la comunidad, la extensión de la participación ciudadana en una esfera pública transformada y el reforzamiento de la democracia. Uno de los órganos fundamentales en los que se acuña esa narrativa revolucionaria es la revista Wired (Flichy, 2003; Turner, 2006a), así que el editorial de su primer número que se publica en 1993 proporciona una esbozo de esas promesas; el editor de la revista, Louis Rossetto escribe en aquel momento: “la Revolución Digital está batiendo nuestras vidas como un tifón bengalí [trayendo con ello] cambios sociales tan profundos que su único paralelo es probablemente el descubrimiento del fuego […] Wired trata de la gente más poderosa del planea en la actualidad –la Generación Digital-. La gente que no sólo prevé cómo la convergencia de computadores, telecomunicaciones y medios están transformando la vida en la cúspide del nuevo milenio, sino que ellos mismos están haciendo que eso suceda” (citado en Turner, 2006a: 207 t. p.). Como describo en lo que sigue, casi 15 años después esas promesas y expectativas siguen vivas entre muchos bloggers; pero sería un error pensar que no son más que un trasunto de las que Rossetto y muchos otros evangelistas, tecnócratas o divulgadores consignan en sus discursos en la década anterior. En las siguientes páginas intentaré trazar un puente entre las expectativas de los blogs y las promesas de lo que Fred Turner ha llamado la utopía digital (Turner, 2006a); un imaginario que fragua en la década de los noventa y que hunde sus raíces en algunas manifestaciones de los movimientos contraculturales de finales de la década de los setenta, las comunas hippies lisérgicas asentadas en California que exploran nuevas formas de conciencia y sociabilidad. Sin embargo, pese a esa relación, intentaré mostrar cómo en el caso de los blogs y para la época y la geografía que me ocupa (los años 2006 y 2007 en España), las promesas de la Blogosfera se articulan a través de mecanismos específicos y se traducen de modos particulares; es más, pese a esa relación hay notables diferencias entre unas expectativas y otras, como argumento más adelante. Regresando a esos tres tropos a través de los cuales

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se articulan las promesas de revolución, hay tres figuras que se manejan en la elaboración de las expectativas de los blogs y que describo en lo que sigue para explorar a través de ellas las promesas que se convocan. La primera de esas figuras es el periodismo ciudadano, la segunda el activismo en red y la tercera la noción de la Blogosfera como una fuerza democratizadora de nuestras sociedades. El periodismo ciudadano Uno de los tropos que recorre todo el libro y buena parte del resto de publicaciones de esos años es que los blogs van a transformar a los medios de comunicación. Juan Varela, experto en comunicación y bloguero que trabaja como consultor para diversos medios, relata en su contribución al libro de France Telecom en términos apocalípticos lo que los blogs suponen para los medios tradicionales; esos a los cuales, por otro lado, él asesora: Un monstruo bíblico entró en las redacciones de los principales medios españoles a lo largo de 2005: los lectores se metieron en la información a través de los blogs. Primero desde fuera, con bitácoras donde discuten y publican informaciones, comentarios, y donde la opinión devanea desde los juicios profundos e ilustrados hasta la banalidad más partidista. […] Los lectores han asaltado la información en los medios y no la van a soltar, por mucho que los periodistas se sientan amenazados. Los medios son vigilados, ya no son ellos los guardianes de la información (Varela, 2006: 84)

Esas visiones apocalípticas se repiten a diestro y siniestro en diferentes publicaciones y en encuentros presenciales. En el segundo día del evento de Sevilla, José Luis Orihuela ha declarado en términos tan grandilocuentes como Varela el sino que él augura para los medios de comunicación de masas tradicionales. El auditorio se ha vuelto a llenar, y el sábado de buena mañana Orihuela despliega sus argumentos en una conferencia que se titula ‘La desmitificación de la Blogosfera’, en ella dice: “El iceberg es la metáfora perfecta para hablar de la Blogosfera […] los blogs son la punta del iceberg de los medios sociales […] lo que tiene lugar es que gente de cualquier condición pueda hacer comunicación pública sin pasar por editores y no sólo mediante los blogs sino mediante Flickr, YouTube, etc. […] algunas empresas están en la misma situación que el Titanic frente a la Blogosfera, no tienen binoculares […] algunos medios de comunicación han visto el iceberg y están cambiando su orientación a tiempo” (Q.44.17). La relación entre los blogs y los medios de comunicación de masas se plantea en términos de enfrentamiento. La imagen de Internet y la Blogosfera como un espacio de conflicto es habitual: “¡es la guerra!”, escribe un blogger enardecido. Ese antagonismo gravita sobre una concepción muy particular de la práctica de bloguear: la del periodismo ciudadano (Gillmor, 2004; Bentley et al., 2007), también designado como periodismo cívico (Rutigliano, 2007), periodismo participativo (Bowman y Willis, 2003; Gillmor, 2003) o periodismo público (Witt, 2004), y que el mismo Varela bautiza como periodismo 3.0. (Varela, 2005). El periodista y también bloguero estadounidense Dan Gillmor se refiere con la expresión we media a ese fenómeno también en su We the media. Grassroots journalism by the people for the people (2004), publicado un año después de We Media. How audiences are shaping the

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future of news and information (Bowman y Willis, 2003) editado por The American Press Institute, dos obras que se citan habitualmente como referencia de esa forma de periodismo cuyo protagonista activo son los ciudadanos (Noguera, 2008). Todos esos conceptos remiten a una idea común, que bloguear permite que cualquier individuo se convierta en periodista o que despliegue cierta forma de periodismo. Y en torno a esta noción se articulan varios planteamientos sobre la práctica de bloguear: los blogs son concebidos en primer lugar como una fuente de información alternativa a los medios de comunicación de masas, y en segundo lugar se los concibe como un instrumento y un espacio para la confrontación con ellos. Este segundo aspecto es importante porque pone el acento en que no se trata sólo de que los blogs sean una fuente alternativa a los medios, algo que el ciberactivismo ha elaborado discursivamente y en la práctica tiempo atrás a través de proyectos e iniciativas diferentes; espacios como Indymedia se han pensado de esa manera: como contextos alternativos a los medios de comunicación de masas (Juris, s/d). En este caso, los blogs no son sólo un espacio de comunicación alternativo sino que son una fuerza transformadora de los mismos medios de masas a los que desafían; esa es la expectativa que se deposita en los blogs; confiados como están algunos de sus autores en el cambio en las prácticas de producción, circulación y consumo de la información que esperan será precipitada por esta tecnología. Un ejemplo de esta confrontación es Josu Mezo, profesor de la Universidad de Castilla La Mancha a quien conocí en otro evento blogger organizado en Madrid, La Conversación, en octubre de 2006. El blog de Mezo se llama Malaprensa, y en él se dedica a exponer públicamente la “mala prensa”, diseccionando sistemáticamente los errores que se cometen en los periódicos; es el ejemplo extremo de una práctica habitual en muchos otros blogs. Y aunque la naturaleza sistemática de su blog es excepcional, el espíritu crítico y cáustico hacia los medios tradicionales que lo anima se encuentra diseminado entre muchos otros blogs. Lo que algunos bloggers hacen es comentar la actualidad al hilo de las noticias que leen; contrastan en sus breves artículos los enfoques de varios medios, los enlazan, intercalan sus opiniones y tratan de poner en evidencia a unos frente a otros. Muchos bloggers se ocupan de ámbitos de actualidad que caen en su especialización profesional, como por ejemplo la tecnología, y critican con acritud la cobertura de los periodistas. Tíscar escribe con asiduidad sobre educación y comunicación, mientras que Antonio realiza una crítica sistemática de la ciencia y el papel que se asigna a los ciudadanos y al conocimiento no-experto en ella, mientras que Julen no para de escribir sobre modelos y formas organizacionales “abiertas” en la empresa. Y se produce la paradójica situación de que proponiendo a los blogs como un espacio alternativo a los medios tradicionales, quienes los escriben siguen atentamente la actualidad de los mismos medios de comunicación que convierten en sus antagonistas y que aspiran a echar abajo. Para argumentar la capacidad que tienen los bloggers para proporcionar información en competencia con los medios de comunicación se presentan como argumentos algunos acontecimientos de lo que se denominan “coberturas distribuidas” en las que decenas o miles de bloggers relatan cada uno de ellos y de manera no formalmente coordinada catástrofes o sucesos excepcionales como el tsunami que se produce en Indonesia en diciembre de 2004, los atentados en el metro de Londres en julio de 2005 o el huracán

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Katrina en agosto de ese mismo año. Esos ejemplos se utilizan como argumentos que muestran la rapidez, la proximidad a los hechos y la ausencia de revisión editorial que se considera que caracteriza los relatos de los bloggers: el blogger es libre para escribir lo que desee sin limitaciones editoriales, está justo donde sucede la noticia y puede escribir con una excepcional rapidez; ese es el argumento. Pero si unos escriben, otros leen; así que no es sólo que los bloggers escriban sus visiones personales de la actualidad, sino que para muchos, los blogs se convierten en fuente principal para conocer la actualidad, su ventana al mundo; lo que en ocasiones pasa por la sustitución de otras fuentes de noticias convencionales o la complementariedad con ellas. Pero, ¿cómo se ha llegado a elaborar esa expectativa sobre las posibilidades de los blogs frente a los medios convencionales? A mediados del año 2004 los partidos políticos comienzan a dar en EE UU a algunos bloggers un trato similar al que conceden a los periodistas que trabajan para medios de comunicación. Ese reconocimiento toma la forma de autorizaciones para asistir y cubrir informativamente junto a periodistas profesionales las convenciones del Partido Demócrata y del Partido Republicano que se celebran unos meses antes de las elecciones presidenciales que ganará George W. Bush. Varias decenas de bloggers se codean con periodistas entre las bambalinas de la reunión de los demócratas, los blogs comienzan a ganar legitimidad como fuente de información y el corresponsal del periódico El País se despacha a gusto y describe de esta manera el asunto: En las convenciones de los partidos durante el verano, en los actos de campaña y en los debates, las salas de prensa montadas por los organizadores cuentan con espacios reservados para un nuevo modelo de seudoperiodistas que comparten una característica física -están permanentemente encadenados a un ordenador portátil conectado a Internet- y una ética: mezclan alegremente opinión con información, verdades con rumores. Y presumen de ello. Los miembros de este regimiento informático son los bloggers, autores de diarios políticos en su mayoría profundamente partidistas. […] Sea por pericia o por exceso de tiempo libre, los bloggers forman una comunidad vivaracha y perfectamente interconectada. Y tampoco esconden que uno de sus empeños es dejar en evidencia a los grandes medios convencionales: en su erosión está el espacio que los bloggers necesitan para su crecimiento. (Del Pino, El País, 8/10/2004)

El título de la crónica es ‘Los grandes medios pierden su credibilidad’, y como se desprende de ella, el espíritu crítico que los bloggers muestran frente a los medios convencionales encuentra una recíproca animosidad en el periodista profesional que representa una opinión compartida por muchos de sus colegas. Es la tercera vez que en ese periódico aparecen mencionados los blogs en un artículo de su edición impresa y lo hacen para referir la pérdida de credibilidad de los medios frente a ellos. Y esa es una de las líneas argumentales que los bloggers explotan a través de la noción de periodismo ciudadano, la cual implícitamente incorpora un rechazo hacia las pretensiones de objetividad de los medios que deriva en la sospecha permanente de su credibilidad; y como consecuencia de ello, una defensa sostenida del subjetivismo más radical desde el cual se defiende el valor de la mirada personal de los bloggers como fundamento del periodismo ciudadano. Uno de ellos escribe en cierta ocasión en su blog: 128

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Personalmente, yo me siento mucho más cómodo y más receptivo enterándome de una noticia o de su interpretación en un blog. Si esa noticia me llega por la radio, la televisión o el diario, yo sé que esas son empresas de multimedios, con sus intereses comerciales y políticos, que se nutren de agencias de noticias con sus propios intereses comerciales y políticos, y que son leídas, dichas y escritas por periodistas y noteros, a su vez con sus propios intereses comerciales y políticos. Imagino que entre semejante conglomerado de intereses, debe haber periodistas, analistas, humoristas y noteros que estarán haciendo un equilibrio entre autocensura y creatividad para tratar de acomodarse a la línea editorial de su diario, radio o canal de tv. Pero en un blog, no percibo que esto pase. Creo que en los blogs, la gente pone las noticias o su visión de ellas, sin perseguir ni atarse a los intereses de nadie. Por eso me resultan un poco más creíbles que los grandes medios de comunicación, y por eso tienen, al menos en mí, cierta influencia en la visión de la actualidad. (Q.98.28)

Esta concepción de Internet como espacio de comunicación alternativo a los medios de comunicación de masas y la finalización de su control sobre la información ha sido ya sugerida a mediados de la década de los noventa. Mitch Kapor, uno de los co-fundadores de la Electronic Frontier Foundation, una organización estadounidense sin ánimo de lucro cuyo objetivo declarado es la defensa de los derechos digitales, se referirá al “ciberespacio” a mediados de esa década como un espacio de oportunidades democráticas caracterizado por una comunicación de muchos a muchos que ha acabado con el monopolio de los medios de comunicación (Turner, 2006a: 150). Aunque el caso de los blogs, la oposición frontal con los medios tradicionales tiene más matices de los que acabo de mostrar, porque quienes acuñan esos conceptos como periodismo 3.0, periodismo ciudadano o we media son los propios periodistas, en buena medida aquellos que trabajan en medios digitales o en ediciones digitales de medios convencionales (prensa escrita, televisión, radio). Tíscar, Juan Varela, Ignacio Escolar, Rosa Jiménez Cano… todas ellas y ellos son profesionales de la comunicación que trabajan en medios, para medios, o que imparten clases en facultades de comunicación. Al principio del capítulo he señalado una lista de nueve publicaciones impresas que van desde 2005 a 2007 y que abordan el tema de los blogs. De los 31 autores que contribuyen a ellas (la mayoría son obras colectivas), 18 son profesionales del ámbito de la comunicación. Concretando para el libro La Blogosfera hispana, 10 de los 18 autores son profesionales de la comunicación, formados en esa disciplina y que trabajan para medios o que imparten clases en la universidad en ese ámbito. Son por lo tanto algunos periodistas quienes atribuyen a los blogs la naturaleza de medios alternativos a los mismos medios tradicionales para los que ellos trabajan; y son esos mismos periodistas quienes desarrollan proyectos específicos para convertir a los ciudadanos en periodistas, en periodistas ciudadanos, como hacen el mismo Dan Gillmor en Estados Unidos con el proyecto Grassroots Media Inc. y Bayoshpere, o Pau Llop a través de Bottup y Rosa en España a través de diferentes iniciativas como Periodismo Ciudadano. Este asunto lo exploraré con más detalle en el capítulo siete,

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porque me permitirá discutir los mecanismos a través de los cuales los medios son incorporados a la Blogosfera y los blogs son incorporados a los medios. De manera que la ácida crítica del corresponsal de El País que calificaba a los bloggers de “pseudoperiodistas” que mezclan alegremente la opinión con la información, no recoge la verdadera tensión que se produce dentro del periodismo; que no es simplemente entre periodistas y bloggers, sino entre periodistas que escriben para formatos de comunicación diferentes y que despliegan prácticas distintas; o dicho de otra manera, el enfrentamiento que cristaliza en torno al periodismo ciudadano es un enfrentamiento entre periodistas que trabajan para medios convencionales (periódicos impresos, televisiones, radios, etc.) y periodistas digitales que trabajan en y para Internet. Redes y activismo La cobertura distribuida de acontecimientos es resultado de la acción concomitante de cientos o miles de bloggers que escriben en un mismo momento sobre el mismo asunto; de ahí a concebir a los blogs como tecnologías para la acción colectiva hay sólo un paso que Juan Varela da al tratar el tema del periodismo ciudadano en el capítulo que escribe en el libro sobre La Blogosfera hispana: “El objetivo del periodismo cívico y del Periodismo 3.0 es la acción, la resolución de problemas apoyada en el criterio social. No busca la contemplación y la reflexión democrática, sino la acción política, social, tecnológica, económica, cultural, etc. ésa es la misión de la “cultura blog” que arrolla a la neutralidad periodística” (Varela, 2006: 94). Este es otro de los temas centrales de la narrativa revolucionaria de la Blogosfera: la concepción de los blogs como tecnologías para la acción colectiva; o más que los blogs las redes de blogs. Lo importante, insisten los bloggers, no son los blogs sino las redes de blogs: “un blog no importa, lo que importan son las redes de blogs” (Q.137.19), dice una blogger, concejala del ayuntamiento de Madrid, en una reunión política en Huesca organizada por el PSOE; son las redes de blogs las que pueden crear opinión, no los blogs individualmente. Y punto seguido señalan la necesidad de enlazar como mecanismo básico para la producción de la acción colectiva: “enlaza, enlaza, enlaza”, señala el Manifiesto Blog España. Ya no se trata, por lo tanto, de que un individuo pueda ejercer de periodista escribiendo en su blog sino de organizar nuevas formas de acción colectiva frente a empresas o partidos políticos, ante asuntos de carácter público. Las redes se convierten en la imagen que se moviliza de manera sistemática para hablar de los blogs y referirse a su influencia; una imagen que en buena medida recupera y reformula los debates sobre las comunidades virtuales que comienzan a fraguar a mediados de los noventa. En ese momento, las comunidades virtuales han comenzado a fascinar a propios y a extraños que comienzan a saber de ellas por los primeros trabajos de divulgación que se publican. Será el periodista y divulgador Howard Rheingold quien popularice el concepto de comunidad virtual en una obra homónima La comunidad virtual. Una sociedad sin fronteras (1996 [1993]). En esa obra, Rheingold relata su experiencia personal en The Well y describe genéricamente a las comunidades virtuales como: “las comunidades virtuales son agregados sociales que surgen de la Red cuando una cantidad suficiente de

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gente lleva a cabo estas discusiones públicas durante un tiempo suficiente, con suficientes sentimientos humanos como para formar redes de relaciones personales en el espacio cibernético” (Rheingold, 1996: 20). Durante más de una década, los estudios de Internet se concentrarán en torno a ese concepto de comunidad virtual (Silver, 2004; Wellman, 2004) que está inspirado directamente en The Well. Un concepto con el que se elabora la idea de que gracias a las nuevas tecnologías es posible crear nuevas comunidades que trascienden la distancia geográfica entre sus miembros basadas en criterios como la afinidad en lugar del convencional basado en la proximidad geográfica (Wellman y Gulia, 1996). La cuestión sobre el efecto de Internet sobre las comunidades suscita un intenso debate hasta bien entrado el segundo milenio (Wellman y Gulia, 1996; Bell, 2001: 105); de un lado están quienes aseguran que Internet fortalece la creación de nuevas comunidades y quienes aseguran del otro lado que contribuye a debilitar el tejido social por el repliegue de las personas hacia el interior de sus hogares y la desatención de sus contextos locales (Kraut et al., 1998). Lo que me interesa destacar de esta controversia es la orientación futura de un debate que en el momento en el que se celebra desborda el presente y se interna en el futuro a través de un conjunto de promesas que se depositan en estas formas de organización; una orientación hacia el futuro que en muchas ocasiones es calificada o bien como utópica o distópica (Wellman et al.; 2001) y que Steve G. Jones recoge en una de las primeras compilaciones de estudios socio-culturales sobre Internet que se publica a finales de los noventa, Cibersociedad 2.0. Una nueva visita a la comunidad y la comunicación mediada por ordenador: “la promesa de un sentido nuevo de comunidad, y en muchos casos, de nuevos tipos y formaciones comunitarias, es un factor crítico de la retórica que envuelve el uso de Internet” (Jones, 2003: 23). La Blogosfera democratizadora La capacidad que se atribuye a los blogs para desarrollar nuevas formas de periodismo junto con las redes de blogs como modo de organización de nuevas formas de activismo se traducen en buena medida en la expectativa de transformación de la democracia. El argumento según el cual cualquier individuo puede convertirse en periodista a través del bloguear y todos los blogs son equivalentes para participar en acciones colectivas constituye un corolario de la asunción de que, en la Blogosfera, todos los blogs y bloggers son equivalentes. David de Ugarte explora a fondo la imagen de las redes en una obra que publica a finales de 2007 (y que circula libremente en Internet en formato digital) titulada justamente El poder de las redes, con el iluminador subtítulo de “manual ilustrado para personas, colectivos y empresas abocados al ciberactivismo”. En ella dice de las redes: “toda red distribuida es una red de iguales, aunque haya nodos más conectados que otros” (Ugarte, 2007: 42), y la Blogosfera es una red distribuida en la que circula la información, según de Ugarte: La idea central subyacente en el presente libro es que la clave para poder explicar la gran mayoría de los nuevos fenómenos sociales y políticos a los que nos enfrentamos consiste en entender la diferencia entre un mundo en el que la información se distribuye en una red descentralizada y otro en el que lo hace en

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una red distribuida […] el cambio en la estructura de la información que supondrá Internet abrirá la puerta a una nueva distribución del poder. Con Internet conectando millones de pequeños ordenadores jerárquicamente iguales nace la era de las redes distribuidas, que abre la posibilidad de pasar de un mundo de poder descentralizado a otro de poder distribuido. El mundo que estamos construyendo (Ugarte, 2007: 40)

Otra manera de expresar esa idea de red distribuida es describiendo la Blogosfera como una red horizontal. Un año antes de que Ugarte lo escriba lo han dicho en el manifiesto de Sevilla: “apuesta por una blogosfera horizontal: en la blogosfera nadie está por encima ni por debajo. Siéntete libre de conversar con ‘los grandes’, siéntete afortunado de conversar con los nuevos: el mundo entero te está escuchando. El mundo entero te está hablando” (Q.49.13). El argumento final es que la Blogosfera es una fuerza revolucionaria porque es un espacio democrático. El debate en torno al carácter democrático de Internet y a su naturaleza democratizadora está estrechamente ligada y se desarrolla extensamente desde la década de los noventa (Poster, 1995; Jordan, 1999; Kamarck, Nye y Hollis, 1999; Norris, 1999; Norris, 2000; Dhalberg, 2000; Howard y Jones, 2005) continuando las discusiones que desde la década de los ochenta ha comenzado (Abramson, Arteton y Orren, 1988; McLean, 1989). Autores como Pierre Lévy (2004 [2002]) conectan directamente la discusión de la “ciberdemocracia” con la idea de la formación de nuevas comunidades, concebidas como espacios de participación con una estructura horizontal en la que cualquiera puede participar y lograr que se escuche su voz. Lévy ha explorado este asunto en su obra Ciberdemocracia (2004), donde señala que tiene Internet la capacidad de fortalecer la democracia allá donde llegue, un planteamiento que el autor admite como “optimista”. Y aunque el filósofo francés no menciona a los blogs explícitamente, una de las fuerzas democratizadoras que señalada encaja de lleno con ellos, es lo que el autor francés llama los automedia, la capacidad de que cualquiera pueda publicar en Internet: “el texto de un periodista se distinguirá cada vez menos de la opinión de un reconocido experto o de un internauta que escriba con soltura en algún grupo de discusión” (Lévy, 2004: 43), es la “la liberación de la palabra” (ibid.: 46). En su argumentación liga la revitalización de la democracia con el fortalecimiento de comunidades virtuales territoriales (ibid.: 66), como años antes ya ha insinuado Howard Rheingold: “las comunidades virtuales podrían ayudar a los ciudadanos a revitalizar la democracia, o podrían estar atrayéndonos a un sustituto atractivamente empaquetado del discurso democrático” (Rheingold, 1996: 347). Las expectativas que se depositan en el fortalecimiento, renovación y reformulación de la comunidad son pues la base sobre las cuales se piensa a menudo el fortalecimiento de la democracia, como recogen a finales de la década Peter Kollock y Marc Smith: “con frecuencia se cree y se espera que la facilidad de comunicarse e interactuar en la red conducirá a un florecimiento de las instituciones democráticas al anunciar un escenario nuevo y vital para el desarrollo del discurso público” (2003 [1999]: 33). Otra de las líneas argumentales a favor del fortalecimiento de la democracia gravita sobre el concepto de esfera pública de Jürgen Habermas (1989 [1962], 1991), Internet ensancha esta esfera pública y favorece la intervención de quienes antes no tenían la posibilidad de participar en ella (Schuler, 1995; Poster, 1995; Jankowski y van Selm; 2000

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Papacharissi, 2002). Internet representa “el desarrollo de una nueva esfera pública en Internet”, dirá Pierre Lévy (2004: 122), un argumento que se traslada igualmente para los blogs también (Baoill, 2004). Y aunque muchos de estos análisis son conscientes de que promesas similares fueron depositadas en tiempos pasados sobre otras tecnologías de la comunicación como el telégrafo, la radio y la televisión (Kollock y Smith, 2003 [1999]), admiten la posibilidad de ser capaces de aprender de aquellos errores (Quaterman, 1993). Es un debate de posicionamientos encontrados. Mark Poster ofrece una imagen según la cual la capacidad de diseminar información a través de Internet evita caer en las mismas dinámicas en las que han entrado los medios de comunicación convencionales, lo que contribuiría ineludiblemente a un reforzamiento de la democracia (Poster, 1995); frente a esa perspectiva la visión de Robert McChesney, un autor crítico e impenitente que ha señalado la captura histórica de los medios de comunicación por intereses comerciales, a través de mecanismos legislativos, de mercado y técnicos. Pese a su análisis pesimista del efecto histórico que los medios de comunicación han tenido sobre la democracia, McChesney deposita notables expectativas en la potencialidad hipotética de Internet para contribuir al fortalecimiento de la democratización de nuestras sociedades (McChesney, 1993, 1997), augurando al mismo tiempo con cierta ambivalencia que Internet volverá a ser capturado por los intereses comerciales de los grandes medios de comunicación tan pronto como descubran las posibilidades de extraer beneficios comerciales: “Internet tienen un vasto potencial como una herramienta de cambio democrático, pero la verdadera cuestión a la que nos enfrentamos es cuánto de ese potencial será realizado” (McChesney, 1996: 67). Esas son tres de las figuras en torno a las que se elaboran toda una serie de expectativas sobre la capacidad de los blogs y de la Blogosfera para transformar nuestras sociedades. Hay otras figuras que podrían haber servido para desarrollar esta descripción, como la noción de la Blogosfera como una gran conversación, pero las señaladas permiten están muy presentes en mi trabajo de campo y permiten delinear las líneas generales de las expectativas que toman parte en el esperanzamiento de muchos bloggers.

3. El día de los blogs: construcción de los ejemplares Ahora quiero descender un poco más en el análisis del texto que viaja en La Blogosfera hispana, así que en lo que sigue me refiero a algunos relatos particulares que se encuentran en el libro, una serie de acontecimientos presentes en varias contribuciones y que se encuentran repetidos en otros documentos. Son relatos que se presentan como ejemplos de la influencia de los blogs y la Blogosfera. Dos de esos acontecimientos mencionados en varios capítulos están relacionados con medios de comunicación; en un caso con la cadena de televisión estadounidense CBS y en otro con el periódico español El País. El primero se refiere a un documental elaborado por esta cadena y emitido en vísperas de la campaña electoral a la presidencia de EE UU en 2004; en él se acusa a George W. Bush de haber falsificado documentación para quedar exento del servicio militar. El otro suceso tiene como protagonista una campaña publicitaria para la promoción de El País que utiliza unas funestas imágenes de las Torres Gemelas de Nueva York antes y después de los atentados; una campaña que genera una airada protesta de algunos bloggers. ¿Qué es lo que

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representan esos acontecimientos para los autores que los describen y señalan?, ¿cómo se construyen esos acontecimientos que tienen lugar en el pasado y que se sostienen en el presente como argumentos de un futuro distinto gracias a los blogs? Discuto en primer lugar la controversia con la CBS y más adelante la que se produce en torno a El País. El Memogate Una tarde de septiembre de 2004, un blogger español que escribe desde Barcelona bajo el pseudónimo de Barcepundit se suelta con uno de esos artículos con los que los bloggers zahieren en ocasiones a los medios de comunicación tradicionales; haciéndose eco de algo que está ocurriendo en EE UU escribe en su blog24: ESTA MAÑANA os anunciaba que iba a tratar uno de los últimos ejemplos de deshonestidad periodística que, a medida que pasan las horas, parece que puede convertirse en una verdadera debacle para la credibilidad de los medios de comunicación tradicionales [como si les quedara alguna!-- ed. No mucha, la verdad]. La prensa de todo el mundo se ha hecho eco (no sólo La Vanguardia como decía antes, sino toda, pero es que toda) del programa 60 Minutes II de la cadena norteamericana CBS. En él, Dan Rather -todo un icono del periodismo audiovisual[…] El escándalo ha saltado gracias al trabajo espectacular de blogs como Powerline, Little Green Footballs y Allahpundit (en los tres casos, empezad en las entradas a las que enlazo pero seguid los posts siguientes de cada uno de ellos), y de ahí ya saltado de vuelta a los medios tradicionales... excepto, mucho me temo, los de nuestro país que no corregirán ni una coma. Si se acaba confirmando al 100% (ahora estamos al 90%) se trata de un escándalo mayúsculo que posiblemente consiga cuatro cosas de una tacada: acabar con la poca credibilidad que les queda a la CBS y en general a todos los medios 'grandes'; poner fin a la carrera de nada menos que Dan Rather […]; descubrir de una vez el poder de la blogosfera para producir información exacta y poner en evidencia a los impostores. (Q. 178. 67)

Al cabo de unos días el escándalo en el que la cadena de televisión CBS se ve envuelta es enorme; tanto como para acabar llevándose por delante al referente periodístico de la cadena, Dan Rather. Dos días antes de que Barcepundit escriba ese artículo en su blog la CBS ha emitido en el programa 60 Minutes II que dirige y presenta Rather un reportaje titulado ‘For The Record’. En el trabajo periodístico se presentan unos documentos sobre los cuales se funda la acusación de que George W. Bush no ha cumplido con sus obligaciones durante su servicio militar. A Bush se le acusa de incumplir sus deberes de entrenamiento, eludir las revisiones físicas a las que se debía someter y utilizar las influencias de su padre para ser licenciado con un informe inmaculado. Faltan menos de dos meses para las elecciones presidenciales en las que George W. Bush se presenta como candidato por el Partido Republicano y las cuales ganará por la mínima frente al candidato demócrata que en 24 Barcepundit, de Barcelona pundit, pundit significa en inglés experto, pero probablemente el nombre esté inspirado en uno de los blogs políticos más famosos y seguidos en EE UU, de orientación republicana, llamado Instapundit.

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ese momento es Al Gore. Al día siguiente de la emisión del programa la noticia aparece destacada en la primera página de los principales diarios estadounidenses, The New York Times, The Washintong Post y USA Today. Sin embargo, al día siguiente de hacer eco de esas acusaciones, los mismos periódicos comienzan a cuestionar la autenticidad de los documentos y durante las siguientes dos semanas se desencadena una tormenta de acusaciones sobre el asunto. Todo se desencadena cuando algunos foros y blogs ponen en cuestión la autenticidad de los documentos señalando un aspecto simple de ellos: la tipografía que se utiliza en ellos es Times New Roman, la cual no existía en el momento en el que son elaborados los documentos25. Finalmente, la CBS es incapaz de demostrar la autenticidad de los documentos y el 20 de septiembre emite un comunicado en el cual el presidente de la cadena de televisión se retracta: “basándonos en lo que sabemos ahora, la CBS News no puede probar que los documentos son auténticos, que es el único estándar periodístico para justificar su utilización en el reportaje. No deberíamos haberlos usado. Fue un error, del que nos arrepentimos profundamente” (CBS News, 2004). El director y presentador del programa, el periodista decano Dan Rather se retracta también: “si hubiera sabido entonces lo que ahora sé — no habría seguido adelante con la historia tal como fue retransmitida, y ciertamente no habría usado los documentos en cuestión” (CBS News, 2005). Han pasado menos de dos semanas desde que el reportaje fuera emitido. Tras reconocer sus errores, la CBS crea un comité de revisión para analizar lo que ha ocurrido y en unos meses (a principios de enero) el informe del comité concluye que el reportaje adolecía de serios defectos periodísticos. A las pocas semanas dimiten de forma forzosa cuatro altos ejecutivos de la cadena, entre los que se encuentran la productora del programa 60 Minutes II Mary Mapes y el vice-presidente senior de la cadena. Dan Rather anuncia también que en unos meses abandona su puesto en las noticias de la emisora. Así lo contaba el corresponsal en EE UU del periódico La Vanguardia: “el presentador estrella de la CBS y una de las vacas sagradas de la televisión norteamericana anunció ayer que dejará de conducir el telediario nocturno de la cadena. Su última gran exclusiva, un durísimo reportaje acusatorio contra el presidente George W. Bush, pocas semanas antes de las elecciones, resultó estar basado en documentos probablemente falsificados. El escándalo fue letal para el prestigio de la CBS. Ni alguien con el carisma de Rather podía resistirlo. El trámite para su jubilación se aceleró” (Val, La Vanguardia, 24/11/2004). Los grandes medios de comunicación se hacen eco del escándalo, y como Barcepundit, atribuyen la caída en desgracia de Dan Rather a la Blogosfera. Otro columnista de La Vanguardia señala también en el titular de su pieza directamente a los responsables del asunto: Internet tumba a Dan Rather, donde asegura: Dan Rather, el legendario presentador de noticias de la noche en la CBS, es la última víctima del rigor informativo y de las presiones que sacuden a empresas y a redacciones periodísticas. […] El periodista ya no tiene el único privilegio de seleccionar, priorizar o despreciar informaciones. Hay cientos de miles de periodistas que desde su casa, con un blogger cualquiera puede incidir en cualquier línea informativa.

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Para una descripción detallada de este acontecimiento puede consultarse (Glaser, 2004; Pein, 2005; Scott, 2007).

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En el caso de Dan Rather, los bloggers de Internet demostraron que la información sobre Bush era falsa. Analizaron las fuentes sobre las que se construyó la historia y descubrieron que procedían de un ordenador y no de una máquina de escribir clásica con la que había que haberse escrito el documento en los años setenta. (Foix, La Vanguardia, 30/11/2004)

La imputación de responsabilidad es la misma en los medios españoles que en los estadounidenses. Justo después de que se desencadene el escándalo, los titulares de periódicos de aquel país apuntan a los blogs: ‘After Blogs Got Hits, CBS Got a Black Eye’, escriben en The Washington Post; ‘What Blogs Have Wrought’, en The Weekly Standard; ‘No disputing it, blogs are major players’, dice otro titular de Los Angeles Times, o ‘Blogs have their day’ en el semanario Time Magazine. Incluso los mismos protagonistas que sufren en sus carnes el escándalo, como la productora del programa Mary Mapes obligada a dimitir atribuye en 2007 su despido a “los matones de la extrema derecha de la blogosfera” (Mapes, 2007 t. p.). Al acontecimiento se lo bautiza con el nombre de Memogate, una combinación de memorándum y el nombre del famoso escándalo Wathergate que acaba con la presidencia de Richard Nixon. Varias de las hipótesis que Bacerpundit planteaba en el artículo con el que comenzaba esta sección se cumplen al cabo de unas semanas, es el fin de la carrera de Dan Rather y los blogs y la Blogosfera reciben mayoritariamente la imputación de responsabilidad de lo acontecido; el Memogate logra “descubrir de una vez el poder de la blogosfera”, como escribe el blogger desde Barcelona. A partir de entonces, el Memogate se convierte en el ejemplo ampliamente citado del poder de la Blogosfera y su relato circula posteriormente de un lado a otro del globo y es señalado por los mismos estudios académicos como el ejemplo del poder de los bloggers para producir conocimiento y movilizar a los ciudadanos e intervenir en la política (Kaye, 2007; Wei, 2009). Ejemplares de la Blogosfera Los siguientes párrafos pueden resultar repetitivos, pero es precisamente esa repetición lo que tiene valor al mostrar cómo el escándalo de la CBS y el otro en el que está envuelto El País se repiten en los espacios de visibilidad y en torno a ellos se formula el mismo argumento: que los blogs son influyentes. Juan Varela escribe otro artículo en la primera publicación colectiva sobre blogs que se hace en España a finales de 2005, es un monográfico de la revista académica Telos -financiada por la Fundación Telefónica- editado por Antonio Fumero, investigador de la Universidad Politécnica de Madrid y blogger intensivo que co-organiza el encuentro al que ya me he referido con el nombre de La Conversación. Varela menciona esos dos acontecimientos a los que me acabo de referir en su capítulo: Los ciudadanos se han convertido en vigilantes de los medios como los medios son, o deberían ser, vigilantes de los poderes. El público no se fía de la autoridad y la imparcialidad de la prensa y sus primeras víctimas han sido políticos y periodistas. Los casos de Dan Rather y los falsos registros militares de George W. Bush […] En España el diario El País retiró en 2004 una campaña promocional con imágenes

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del 11S por la presión de la blogosfera. En mayo de 2005, otro anuncio homófobo cayó por la presión de los ciudadanos. (Varela, 2005: 69)

José Cervera, es un periodista que insistentemente predica la necesidad de que los medios de comunicación tradicionales adopten lo digital, transformando sus prácticas de producción de noticias y sus modelos de organización. Cervera ha participado unos años antes en la fundación de Baquía, un medio de comunicación sobre el mundo de Internet y la tecnología que será una referencia durante los años de bonanza de las punto.com. Es uno de los autores que contribuye en el libro que edita la fundación France Telecom, La Blogosfera hispana, donde Cervera escribe: Tras las elecciones, esta influencia política se ha consolidado. Un buen ejemplo de ello fue el caso llamado Rathergate o Memogate […] La situación actual puede resumirse en que los blogs se han ganado un hueco en el panorama de los medios de comunicación e intervienen, por tanto, en los equilibrios de poder de las democracias […] Además de controlar y criticar a la prensa, el conjunto de la blogosfera es capaz de movilizar, de sacar temas, de discutir programas e incluso de hacer retroceder a grandes grupos, como ocurriera con una desafortunada campaña de promoción de El País, atacada hasta su retirada por ciertos blogs. Aunque aún muy lejos de ser decisivos en el panorama político y mediático, nadie niega ya su influencia. Ni que ésta crece. (Cervera, 2006: 16)

Y José Luis Orihuela, en La Revolución de los blogs, editado por la Esfera de los Libros, vinculada al periódico El Mundo, señala igualmente: La blogosfera se ha convertido en el quinto poder, un contrapeso a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial y especialmente a la prensa. Las contradicciones, los errores y las manipulaciones de los medios tradicionales son uno de los objetos temáticos preferidos de los bloggers […] casos muy sonados de presión de la blogosfera sobre los medios como el que condujo al final de la carrera del presentador de informativos de la CBS Dan Rather o a la retirada de la campaña de EL PAIS.es. (Orihuela, 2006: 138)

No muy diferente de la apasionada opinión que Enrique Dans deja en su blog el mismo día del acontecimiento, en septiembre de 2004: el desenlace del “Paísgate”: la ya famosísima y asquerosa publicidad de El País que provocó una ola de protestas en la blogosfera, que acabaron haciendo que el periódico pidiese disculpas en un editorial […] lo que sí empieza a resultar evidente es el incipiente poderío de la blogosfera española, obligando a retractarse a un medio consolidado como El País (Q.121.45)

Diferentes autores, obras distintas y contextos diversos: un libro publicado por la fundación de una multinacional de las telecomunicaciones, una revista académica subvencionada por otra fundación de una empresa competencia de la primera, otro libro publicado por una editorial vinculada a un periódico y un blog personal. El mismo relato de

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los mismos acontecimientos sirve en todos esos casos para sostener el mismo argumento: que esos acontecimientos son la demostración del poder de los blogs y de la Blogosfera; una influencia que hace de ellos una tecnología revolucionaria capaz de transformar la sociedad; comenzando por los medios de comunicación y siguiendo por los partidos políticos. Pero ni el relato que se hace sobre la campaña de publicidad de El País ni el que se hace sobre el escándalo del Memogate son los únicos que circulan de este tipo; otros acontecimientos que se mencionan habitualmente son la cobertura que se hace desde los blogs en catástrofes como la del huracán Katrina que asola Nueva Orleans en septiembre de 2005 (relato en el que Lourdes Muñoz participa) o la cobertura del tsunami que arrasa unos meses antes (en enero) las costas de Indonesia. A estos casos se suman otros relacionados con empresas, como las críticas en Internet a finales de 2005 contra unos candados para bicicletas de la marca Kryptonite; la protesta lanzada por un blogger español contra el fabricante de muebles Ikea, que discuto más adelante, y otros casos en los que se alaba el uso de los blogs por parte de las empresas, como el que hace el presidente de la empresa Sun, Jonathan Swartz, que bloguea, o el del vicepresidente de General Motors, Bob Lutz. Los relatos de estos acontecimientos se repiten extensamente y circulan en los espacios de visibilidad. Es posible identificar todo un repertorio de ejemplares, que circulan en textos y contextos de todo tipo, en España y Estados Unidos, cuyo argumento fundamental es que los blogs son influyentes. A estos relatos argumentales que circulan profusamente los he denominado ejemplares: relatos de hechos que funcionan como artefactos argumentales sobre la influencia de los blogs y la Blogosfera. En los siguientes capítulos insisto sobre los ejemplares y desarrollo algunos aspectos de la noción de influencia de los blogs. Un indicador de cómo estos ejemplares se convierten en sólidos argumentos sobre el poder de la Blogosfera lo constituye la amplia literatura especializada que se ha desarrollado sobre estos hechos singulares. En un análisis que compara la producción de conocimiento en diferentes tipos de bloggers, Lu Wei dice refiriéndose específicamente al escándalo de la CBS y a otros acontecimientos similares que son los “ejemplos que ilustran el poder de los bloggers para producir su propio conocimiento, movilizar a los ciudadanos por una causa y producir cambios sociales y políticos” (Wei, 2009: 533). Acontecimiento sobre el que insisten otros autores también (Kaye, 2007; Meraz, 2008) y al que se suman otros como la campaña de primarias en Estados Unidos entre Howard Dean y John Kerry o los acontecimientos sobre el senador Trend Lott, todos ellos para argumentar el poder de los blogs (Bowman y Willis, 2003; Williams et al., 2005; Stromer-Galley y Baker, 2006; Harp y Tremayne, 2006; Carlson, 2007, Johnson et al. 2008).

4. Las expectativas encarnadas La misma semana en que Barcepundit relata la polémica de la CBS, él y otros trasladan su atención a un acontecimiento que se desencadena en España y que tendrá unas consecuencias muy similares. “Un día da para mucho” es el lema de una campaña publicitaria para promocionar la edición digital del periódico El País. Sobre esa frase

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figuran en el anuncio dos imágenes, casi iguales, del perfil urbano de Manhattan. En la primera destacan las Torres Gemelas al fondo de la bahía; a su lado, otra casi exacta, pero los hilachones de nubes de la primera fotografía han desaparecido y los dos edificios que se perfilaban en el paisaje urbano ya no están. Esa segunda imagen está fechada al día siguiente, el 12 de noviembre de 2001, justo el día después del 11-S, cuando las torres neoyorquinas se vienen abajo tras los choques de dos aviones de pasajeros con ellas: “un día da para mucho”. La campaña ha sido enviada a potenciales suscriptores a través de correo electrónico, algunos de los cuales lo consideran inaceptable. La polémica llega a algunos bloggers y se produce una encendida controversia. Tíscar Lara hace en su blog una descripción concisa de lo que acontece en un artículo titulado ‘De la blogosfera a la portada de El País’: El pasado 15 de septiembre, Arcadi Espada publica el anuncio de una campaña de captación de subscriptores de El País que se está lanzando por email con el título de “Un dia da para mucho” y dos imágenes referentes al “antes” y el “después” del 11 de septiembre. Después de un gran debate en la blogosfera (cuya secuencia se puede seguir a través del blog de Orihuela), el diario El País pide perdón al día siguiente en su primera página y dedica un editorial a esta “lamentable campaña”. Una imagen de la portada y el texto del editorial están disponibles en el blog de Escolar (el editorial también se encuentra en la versión digital de El País). Tal y como apunta Orihuela en su blog, el pasado 16 de septiembre podría ser recordado como “el día de las bitácoras” y añade más adelante: “sobre el poder movilizador de los weblogs, las relaciones entre weblogs y medios, la responsabilidad pública que tenemos los que publicamos, los límites de la persuasión publicitaria, el riesgo de los juicios apresurados, las presiones de hacer comunicación pública en tiempo real y la gestión del off-the-record ya habrá tiempo de seguir discutiendo”. (Q.49.87)

Algunos bloggers debaten sobre el acontecimiento con la misma intensidad que justo unos días antes han debatido sobre el asunto de la CBS y acuñan un nombre que replica el del Memogate: Paísgate. Enrique Dans escribe al hilo del asunto un artículo en su blog titulado ‘El poder de la blogosfera’, casi el mismo que el usado por Víctor V. Ruíz: ‘The Power of Blogs?’, quien escribe: Hace un año escribí una entrada titulada El quinto poder, en el que argumentaba que la blogosfera podría servir de vigilante de los medios de comunicación y dos acontecimientos recientes parecerían apoyar esta tesis. El primero, en suelo patrio, es el calificado por Enrique Dans como Paísgate: el diario El País envía publicidad a miles de buzones electrónicos. El cartel publicitario usa imágenes del ataque a las Torres Gemelas y reza Un día da para mucho. Mientras la redacción comienza a recibir quejas de los lectores, varios weblogs dan cuenta de la polémica. Posteriormente, el asunto salta a los weblogs estadounidenses. Y como el día da para mucho, El País rectifica. Y el domingo, la Defensora de los Lectores del diario impreso da más detalles sobre la polémica. La cuestión es ¿quién ejerció mayor presión: los lectores vía correo-e, la blogosfera extranjera, la patria u otros? El otro acontecimiento que podría demostrar la influencia del público como vigilantes de medios es la rectificación de la CBS sobre el origen de varios

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documentos sobre el pasado de George Bush. Y es nada menos que la CNN quien discute el hecho: Triumph of the bloggers? (Q.49.45)

Y varios años después, Escolar relata el incidente en el capítulo que escribe en el libro La Blogosfera hispana y al cual me he referido al principio del capítulo. El blogger y elabora el argumento siguiente sobre este acontecimiento: En Internet en los blogs, las reglas son distintas. La propia estructura de la blogosfera, esa “cámara de ecos” que dicen con razón algunos de sus críticos, actúa como altavoz y como filtro. Como una inteligencia colectiva que selecciona el interés de la información y la multiplica, si es atractiva o relevante. Pasa a diario y existen varios mecanismos automatizados que permiten medir este fenómeno. Ése es el caso de Blogdex (www.blogdex.net) -un proyecto experimental del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachussets- que detecta cuáles son las noticias, blogs o websites más populares del momento, en función del número de enlaces que reciben. Los diarios digitales, como cualquier otra web, participan de este reparto de atención. Sin embargo, es fácil comprobar desde Blogdex cómo su importancia virtual es menor a la que tienen en el mundo real. En algunas ocasiones, blogs españoles han alcanzado posiciones relevantes dentro de la lista de Blogdex, este medidor en directo de la influencia en Internet. Uno de aquellos casos lo protagonizó en septiembre de 2004 el blogger barcelonés Barcepundit (www.barcepundit.blogspot.com), cuando sacó los colores a elpais.es a cuenta de una campaña publicitaria ilustrada con un antes y después del 11-S del skyline de Nueva York y la desafortunada frase “un día da para mucho”. A Barcepundit también le cundió el día. A las 24 horas, El País -el diario de papel, no el digital- tuvo que publicar un editorial disculpándose por la metedura de pata. Le dieron tanta relevancia que las disculpas arrancaban en portada. La embajada estadounidense en España protestó. Los grupos de inversión estadounidenses que tienen en sus carteras acciones de PRISA también protestaron. Nunca antes ni después, el diario más influyente de la prensa española ha pedido perdón de forma tan rotunda. Un día dio para mucho. En ese tiempo, la noticia de Barcepundit -que escribió un post en inglés a partir de una anotación anterior de Arcadi Espada (www.arcadi.espasa.com) -había sido referenciada en cientos de blogs de todo el planeta y hubo incluso quien pidió, desde Estados Unidos, un boicot contra España. El tráfico del blog de Barcepundit alcanzó los 200.000 hits en un día, una cifra a la que hay que sumar los cientos de miles de personas de todo el mundo que leyeron la noticia en otros medios. El aleteo de una mariposa había provocado una tormenta. (Escolar, 2006: 120)

Lo que quiero rescatar de ese relato que Escolar hace es ese mecanismo al que se refiere, Blogdex, un “medidor de la influencia en Internet” que cuenta los enlaces que recibe un blog para atribuir de esa manera la influencia que tiene. Es la presencia de Barcepundit en Blogdex lo que demuestra la influencia de un blog que es capaz de forzar a un periódico como El País, por primera vez, a pedir disculpas en su primera página: “el aleteo de una mariposa provoca una tormenta”. Las expectativas de influencian de la Blogosfera son trasladadas a hechos en los ejemplares; ya no se trata más de promesas o expectativas, sino hechos constatables y mesurables: 200.000 hits en un día que muestran y

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demuestran la influencia de los blogs. Como en el caso del Memogate, una vez más, un acontecimiento permite la producción de hechos a través de los cuales se constatan las expectativas depositadas en los blogs. O dicho de otra manera, las expectativas son traducidas en hechos que demuestran la influencia de los blogs. Esa Blogosfera influyente, donde cualquier individuo se puede convertir en un periodista ciudadano y organizar acciones colectivas; esa es la Blogosfera horizontal y democrática que va a democratizar la sociedad de acuerdo a estos relatos. Los ejemplares, como el descrito del Memogate o el escándalo de El País son realizaciones concretas que ilustran la capacidad de la Blogosfera para transformar la sociedad, para transformar los medios de comunicación, los partidos políticos y las empresas. La horizontalidad que se predica de la Blogosfera, o dicho de otra manera, la equivalencia de todos los que forman parte de ella significa que cualquiera puede ser el protagonista de uno de esos ejemplares; que cualquiera puede desencadenar una de esas que llaman “tormentas blogosféricas” hasta hacer rectificar a un gran medio como la CBS o El País. Pero Blogdex es sólo uno de los múltiples mecanismos a través de los cuales se trae a la existencia la influencia de la Blogosfera a través de la manipulación de lo que denomino inscripciones; de ello me ocupo en los siguientes capítulos. Los análisis críticos Tratar con el futuro en forma de promesas, expectativas o esperanzas, ha sido un asunto complejo para los análisis socioculturales de Internet; Peter Kollock y Marc Smith lo reconocen en una de las primeras compilaciones que se hacen de estos trabajos a finales de la década de los noventa, cuando la cantidad de análisis empíricos es pequeña y la efervescencia por las comunidades virtuales es grande. En su obra Comunidades en el ciberespacio (Smith y Kollock, 2003 [1999]), los dos autores constatan la orientación hacia el futuro que rodea a Internet: “la propuesta de futuro es que las redes crearán lugares de reunión que generarán oportunidades para el empleo, la participación política, el contacto social y el entendimiento” (ibid.: 20). Los trabajos que compilan están cargados de visiones optimistas sobre un futuro prometedor pleno de “perspectivas esperanzadoras” (Gurak, 2003: 309). Pero al mismo tiempo, esa literatura muestra que estas comunidades están lejos de ser, como se predica en muchas de esas visiones del presente o del futuro, espacios horizontales e igualitarios. Por el contrario, en las comunidades virtuales hay jerarquías muy claras (Reid, 1999), notables dificultades para lograr la colaboración (Kollock, 2003) y graves conflictos entre sus miembros (Donath, 2003; DuVal Smith, 2003). Además, en ellas se producen, o reproducen, las desigualdades asociadas convencionalmente a los contextos no mediados por la tecnología basadas en la raza (Burkhalter, 2003) o el género (O’Brien, 2003). Una buena parte de la literatura que se desarrolla durante la década de los noventa opta por abrazar las promesas de Internet o, en su alternativa, rechazarlas como infundadas; son las visiones que otros califican (o más bien descalifican) como utópicas (Rheingold, 1996; Negroponte, 1999 [1995]; Mitchell, 1995) o, alternativamente, distópicas (Kling, 1996; Fisher y Wright, 2001). El futuro aparece así como un objeto esquivo que Steve G. Jones problematiza en otra compilación de referencia de finales de esa década, Cibersociedad 2.0 (Jones, 2003 [1998]). Lo relevante de las obras de Smith, Kollock y Jones es

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el reconocimiento de la orientación hacia el futuro de su objeto empírico y la dificultad para abordarlo. Rob Kling (1996, 1997) insiste sobre ese aspecto al sugerir las dificultades que hay en separar las promesas de Internet del discurso académico y cómo este acaba participando de él. Aspecto este último por el cual Barry Wellman azota inclementemente las utopías y distopías con las que comulgan los académicos que realizan los primeros estudios sociales de Internet (2004). Con este contexto de fondo se desarrolla una literatura que desacredita muchos de esos estudios y las promesas y expectativas que se depositan en Internet y las tecnologías digitales calificándolas precisamente de utopías, ideologías o mitos (Flichy, 2003 [2001]; Cabrera, 2004; Mosco, 2005; Almirón y Jarque, 2008). Lo que llamaré literatura crítica elabora un análisis según el cual las expectativas y promesas de Internet son fundamentalmente estrategias de deformación de la realidad al servicio de quienes las elaboran. Su función es, para esta literatura, ocultar la verdadera naturaleza de la tecnología y las realidades en las que se encuentran imbricadas (Thomas y Wyatt, 1999: 695; Flichy, 2003:41; Mosco, 2005: 49). Un ejemplo de este tipo de análisis lo constituye el trabajo que Patrice Flichy hace sobre el imaginario de Internet en su obra homónima (2003); el autor francés considera que “estos discursos tienen un alto componente embaucador, y están en la base de esta ideología que seduce, moviliza y oculta el funcionamiento real de la nueva tecnología” (Flichy, 2003: 134). Así que las narrativas que acompañan a Internet y las tecnologías digitales y que hablan de un futuro mejor se interpretan por estos autores como un instrumento de colonización occidental vinculado al capitalismo (Ribes, 2007: 72), o se las vincula específicamente con el neoliberalismo e incluso con una orientación política específica como hacen Almirón y Jarque al relacionar esos discursos con el “conservadurismo ideológico radical” (Almirón y Jarque, 2008: 31). Desde esa perspectiva, Internet y las tecnologías digitales son vástagos del mismo sistema neoliberal que contribuyen a sostener, argumenta Daniel Cabrera en Lo tecnológico y lo imaginario. Las nuevas tecnologías como creencias y esperanzas colectivas (2006): “las llamadas ‘nuevas tecnologías’ pueden ser pensadas como el rostro de un nuevo optimismo que revitaliza la esperanza en el progreso y la confianza en el crecimiento de la sociedad contemporánea. Las tecnologías son el espacio para el optimismo temporal proveniente de la sociedad de mercado, donde las necesidades individuales y sociales se encuentran en el consumo” (Cabrera, 2006: 134). La sociología de las expectativas, como ya he señalado, es una respuesta a esos análisis que resuelve el posicionamiento del analista de manera radical: absteniéndose de emitir valoraciones sobre la veracidad o solidez de las promesas y explorando sus efectos en el presente. Dos aspectos resultan especialmente problemáticos en estos análisis críticos en mi opinión. Uno de los problemas es la elección metodológica por la cual se centran en el análisis únicamente del discurso, sin preocuparse por las prácticas. Es más, se ocupan únicamente de unas narrativas particulares, las que circulan en lo que pueden denominarse espacios de visibilidad. El segundo problema se refiere a la asunción de cierta superioridad epistemológica del analista frente a aquellos a quienes intenta comprender, lo que le habilita para denunciar las creencias de los otros como falsas, infundadas o distorsionadoras. Antes de desarrollar esos dos aspectos es necesario hacer una aclaración importante. Una buena

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parte de estos análisis proceden de autores de disciplinas diferentes a la antropología, como la sociología, la comunicación y la historia; cada una de las cuales tiene aproximaciones metodológicas diferentes y culturas epistémicas distintas. Un ejemplo de esa aproximación metodológica lo constituye nuevamente el análisis del imaginario de Internet que Patrice Flichy realiza (2003), donde se centra en los discursos que circulan en libros especializados, en la revista Wired y en algunas otras publicaciones generalistas como Time, Newsweek y Business Week (Flichy, 2003: 21). El planteamiento que asume Daniel H. Cabrera para abordar el análisis de lo que califica la “matriz imaginaria de las nuevas tecnologías” es similar: “este estudio debe fijarse particularmente en los discursos públicos que acompañan las acciones de empresarios y gobiernos. Publicidad, periodismo, marketing, etc. son el espacio privilegiado de constitución de las creencias necesarias que legitiman las acciones y permiten el funcionamiento de la sociedad” (Cabrera, 2004: 19). De esta manera, se ocupan únicamente del discurso público que circulan en lo que pueden denominarse espacios de visibilidad como son los medios de comunicación de masas, libros, informes especializados y eventos públicos, reduciendo la dimensión simbólica de Internet a esos discursos particulares. Un ejemplo paradigmático de la reducción de las narrativas de Internet se encuentra en el uso que se hace de la revista Wired. Graham Thomas y Sally Wyatt han analizado a través de esta publicación los discursos sobre la construcción de Internet (Thomas y Wyatt, 1999), mientras que Wyatt se ha centrado expresamente en las metáforas que se manejan en ella (2004) y otras autoras y autores han tomado a esa revista también como referente para el análisis del imaginario de Internet (Frau-Meigs, 2000; Agre, 2002; Barbrook y Cameron, 1996; Matei, 2005; Turner, 2006a). Durante mi trabajo de campo, algunos de los bloggers leen Wired y la referencian ocasionalmente en sus blogs, y yo mismo la he leído durante más de una década. Es singular que aunque Patrice Flichy reconoce las diversas narrativas que participan en los orígenes de Internet: la procedente de la comunidad científica que lo desarrolla, la de los hackers que toman parte desde los inicios en la construcción de Internet y la de las primeras comunidades virtuales de usuarios (Flichy, 2003: 49-117); sin embargo, a medida que su análisis se aproxima al presente e Internet se populariza, el autor reduce la narrativa de Internet a los discursos que circulan en Wired (ibid.: 146). Pero esta decisión metodológica que se centra en los discursos públicos es extremadamente problemática, en primer lugar porque reduce Internet a un discurso particular obviando los sofisticados procesos de apropiación que tienen lugar en la práctica cotidiana de los individuos; y en segundo lugar porque reducir el discurso de Internet a determinadas narrativas como la que Wired plantea en sus páginas significa tomar la parte por el todo ya que esta revista hace circular un discurso sobre Internet muy particular, una narrativa específica, la que Richard Barbrook y Andy Cameron han definido como la ideología californiana (Barbrook y Cameron, 1996); quizás sea hegemónica, pero no es la única. El segundo problema que he señalado lo constituye la superioridad epistemológica que el analista pretende ostentar frente a aquellos a quienes persigue comprender. La asunción según la cual las narrativas de Internet y las promesas que porta seducen a algunos individuos mientras esconden la realidad plantea una fractura epistemológica en la que el analista tiene acceso a aquello que sin embargo permanece oculto para la mayoría de los

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individuos. Mientras el primero es capaz de desvelar las fuerzas del mercado neoliberal que se esconden tras las tecnologías digitales o la naturaleza conservadora que se oculta tras ellas, los pobres individuos que las incorporan en su vida cotidiana son incapaces de percibirlas y caen prendados. La reducción de las promesas, expectativas y esperanzas depositadas en Internet al nivel de las creencias infundadas y distorsionadoras de la realidad sigue ese patrón. Cuando Andoni Alonso e Iñaki Arzoz usan el concepto de religión digital no pretenden otra cosa que desenmascarar las creencias infundadas y supersticiosas de quienes depositan en las tecnologías sus expectativas de un mundo mejor: “es la producción de una realidad paralela o ilusoria como trasunto del cielo a través de diferentes tecnologías y cibertecnologías, que van desde la televisión a la biotecnología y, especialmente, de la informática y de Internet” (Alonso y Arzoz, 2002: 100). Hay una doble asimetría epistemológica en esos análisis, una que crea dos tiempos diferentes con propiedades epistemológicas distintas y una segunda asimetría que se refiere a las capacidades epistemológicas diferenciadas del analista y de los otros, quien quiera que estos sean. La primera asimetría se basa en una diferenciación entre los presentes pasados y los presentes actuales; esta es especialmente visible en los estudios que examinan las narrativas que acompañaban en el pasado a la tecnología. Se asume que en los momentos de efervescencia no es posible determinar cuáles son los efectos de la tecnología y no queda más remedio que esperar al futuro para determinar sus verdaderos efectos (Fischer y Wright, 2001; Mosco, 2005). Mientras que en el pasado (y los presentes pasados) la tecnología aparece como un marasmo de realidades y ficciones, hechos y promesas, en el presente actual la tecnología se presenta al analista tal cual es de manera que este puede acceder a su conocimiento. Pero el problema principal se refiere a la capacidad epistemológica diferenciada que el analista pretende establecer entre él y los sujetos investigados. Mientras que el analista es capaz de mantenerse al margen de las expectativas y las visiones de futuro y acceder a una representación fundada de la realidad de manera desapasionada, los individuos caen embaucados ante las narrativas ficticias que la distorsionan. Bruno Latour ha lanzado un duro examen de estos planteamientos en ‘Why Has Critique Run out of Steam?’ (2004) señalando ese doble registro en el que se denuncian las creencias de los otros en dioses, espíritus y promesas… mientras los analistas sociales mantienen intactas (en el caso que me ocupa) sus creencias en las invisibles fuerzas del mercado o el espíritu conservador. Las resonancias con la queja que Eduardo Viveiros de Castro plantea sobre el estudio del animismo son claras, cuando el antropólogo pretende asumir una superioridad epistemológica frente a aquellos que invisten de propiedades sociales lo que en occidente no son más que seres inanimados o animales naturales. Singularmente, el antropólogo se encuentra ante un desafío similar frente a quienes invisten de espíritus a animales y plantas y quienes rodean de expectativas a entidades inanimadas como la última tecnología. Pero el problema más grave de los análisis críticos es de carácter político. Como dice John Law, nuestros métodos no son inocentes (Law, 2004; Law y Urry 2004), traen a la existencia realidades particulares. La cuestión que resulta ineludible considerar es: ¿qué les hacen ser los análisis críticos a las personas que constituyen su objeto de estudio? Mi respuesta es inmediata: les convierten en pobres títeres en manos de empresarios y tecnólogos,

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individuos crédulos e ingenuos embaucados por los medios de comunicación, lo cual obliga a una nueva pregunta: ¿es este el tipo de ciencia social y relato de los otros que deberíamos aspirar a realizar? Mi planteamiento pasa por recuperar el desafío que Viveiros de Castro plantea: “¿qué ocurre si le negamos al discurso del antropólogo su ventaja estratégica sobre el discurso del nativo?” (Viveiros de Castro, 2003: 7 t. p.). Negarle esa ventaja significa asumir que el objetivo no es desenmascarar a los otros, sino lograr comprender cómo llegan a depositar ciertas esperanzas en determinadas tecnologías, cómo esas expectativas y esperanzas se hacen presentes, cobran sentido y se mantienen a lo largo del tiempo. Las expectativas encarnadas A lo largo de este capítulo he intentado describir algunas de las expectativas que se depositan en esa Blogosfera que se concibe como revolucionaria y situarlas en dos contextos diferentes, los espacios de visibilidad en los que circulan (eventos públicos, libros, medios de comunicación) y los contextos en los que son producidas. Atendiendo a esto último he tratado de mostrar cómo las expectativas son elaboradas principalmente por los propios bloggers -por algunos de ellos-, no por los desarrolladores de tecnología (que sólo excepcionalmente se convierten en portavoces de esas narrativas) o por los políticos (que sólo se incorporan a la Blogosfera con el paso del tiempo). Son por lo tanto los propios bloggers quienes a partir de su práctica encarnada elaboran las expectativas que circulan posteriormente en los espacios de visibilidad como el Evento Blog España en Sevilla o el libro La Blogosfera hispana: pioneros de la cultura digital. Antes de que los medios de comunicación comiencen a ocuparse de los blogs, grandes expectativas han comenzado a depositarse en esta tecnología por sus practicantes. Las controversias sobre la CBS y El País que he descrito más arriba tienen lugar antes de que los medios comiencen a cubrir extensamente noticias sobre blogs. Si sirve de indicación, el mismo año en que los bloggers debaten intensamente sobre la influencia de los blogs frente a la CBS y El País, ese periódico publica 16 noticias (es 2004) donde se menciona a los blogs, tres años después (en 2007) y en mitad de mi trabajo de campo las menciones se disparan, aparecen en 250 notas del periódico. Los intensos debates que se mantienen en 2005 sobre la influencia de los blogs sobre la política o los medios de comunicación son previos a la cobertura extensa que los medios harán posteriormente. La relación entre el discurso de estos y la narrativa de los bloggers es la inversa a la planteada por una buena parte de los análisis críticos: las promesas y visiones de futuro que circulan en los medios de comunicación sobre los blogs son el efecto de las expectativas que los bloggers depositan sobre esta tecnología como consecuencia de sus prácticas encarnadas. Es más, la Blogosfera no es sólo el objeto sobre el cual los bloggers apasionados depositan enormes expectativas de transformación social sino que es el mismo espacio material en el que esas expectativas se traducen en hechos. La misma reflexión que los bloggers desarrollan sobre la influencia de la Blogosfera resulta ser una práctica influyente. Los intensos debates sobre el Memogate o sobre la publicidad de El País, en los cuales se discute sobre esos asuntos, resultan ser influyentes como ejercicio reflexivo. Ello ocurre porque hay toda una serie de prácticas y mecanismos materiales que permiten medir cuantitativamente la intensidad de esas reflexiones y algunos de sus efectos, como Escolar

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relataba al referirse al número de visitas que Barcepundit recibía cuando discutía el asunto y su posicionamiento en el medidor de popularidad Blogdex. A estos mecanismos basados en la manipulación de lo que denomino inscripciones, como son las vistas registradas en los blogs o los enlaces con los que unos bloggers citan otros, me refiero en extenso en el siguiente capítulo, donde desarrollo esa noción de influencia y las prácticas a través de las cuales se trae a la existencia.

5. Expectativas hegemónicas Resulta inevitable encontrar resonancias entre las promesas y expectativas de la Blogosfera y las que una década antes se han depositado en Internet, cuando los blogs aún no existen y quizás ni siquiera se han soñado. Fred Turner describe en su obra From Counterculture to Cyberculture. Stewart Brand, the Whole Earth Network, and the Rise of Digital Utopianism (2006a) el imaginario que se fragua durante la década de los noventa y al cual designa como la “utopía digital”. Sus promesas recuerdan a las que concitan los blogs: A mediados de los 90, a la par que Internet y la World Wide Web se difundieron públicamente, un consenso casi utópico sobre su impacto social pareció florecer como si hubiera salido de ninguna parte. La red nivelaría las jerarquías sociales, distribuiría y personalizaría el trabajo y desmaterializaría las comunicaciones, exclamaban abanderados y CEOs indistintamente. Los protocolos de la red se decía que encarnaban formas de organización política novedosas e igualitarias. Ofrecían los recursos tecnológicos para el comercio uno a uno y con ellos, exclamaban muchos, el fin del poder corporativo. Y por encima de los regateos políticos y financieros, sugerían algunos, estos mismos protocolos podrían finalmente enlazar la ahora descorporeizada especie en una simple y harmoniosa electrosfera. (Turner, 2006a: 247 t. p.)

A lo largo de su obra, el historiador de la comunicación da cuenta de la adopción de las tecnologías digitales por parte de algunos movimientos que surgen de la contracultura en EE UU. Partiendo de la década de los sesenta, distingue entre dos líneas políticas que se desarrollan; de un lado la Nueva Izquierda (New Left), que desde las universidades hace suya la lucha por los derechos civiles del momento y la oposición a la guerra fría; y de otro lado la contracultura, que constituye un conglomerado de colectivos en los que se mezclan de manera diversa la poesía y la ficción Beat, el budismo zen y las drogas psicodélicas. La Nueva Izquierda se orienta hacia el activismo político utilizando las estrategias convencionales de la política como manifestaciones, panfletos y formas de organización política tradicional. La contracultura, por el contrario, rechaza esas prácticas y se orienta hacia el descubrimiento personal y nuevos modos de conciencia, persiguiendo construir comunidades alternativas e igualitarias a lo que contribuyen tanto el LSD como la música rock. Para ambos movimientos, la computación es durante la década de los setenta el símbolo de la guerra fría y la representación de la burocracia jerárquica que domina corporaciones y Estados. Pero a partir de los ochenta se produce un cambio singular en algunos colectivos que forman parte del movimiento contracultural pues comienzan a concebir a los ordenadores (y después a Internet) como una tecnología que puede “horizontalizar las organizaciones, globalizar la sociedad, descentralizar el control y

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contribuir a la armonía entre las personas […] una sociedad ideal: descentralizada, igualitaria, harmoniosa y libre” (ibid.: 2 t. p.). Los nuevos comunalistas de la contracultura que inicialmente habían rechazado la tecnología la abrazan unos años después como medio para la realización de los ideales de la nueva comunidad que buscan: “para los nuevos comunalistas, y para una buena parte de la contracultura, la cibernética y la teoría de sistemas les ofrecía una alternativa ideológica […] muchos miembros de la contracultura interpretaron la cibernética como la visión de un mundo construido no en torno a jerarquías verticales y flujos de poder de arriba abajo, sino en torno a circuitos en bucle de energía e información” (ibid.: 38 t. p.). La Blogosfera como prototipo En la década siguiente, durante los noventa, el utopismo digital fragua y se extiende globalmente de manera paralela al desarrollo de Internet. Wired será uno de los órganos de difusión principales de esas promesas. Richard Barbrook y Andy Cameron (1996) han calificado la revista como la “biblia de los ciberlibertarios”, aquellos que participan de lo que han definido como la ideología californiana, una ideología que predica que: “a cada miembro de la ‘clase virtual’ se le promete la oportunidad de convertirse en un exitoso emprendedor de alta tecnología. Y las tecnologías de la información, se sigue del argumento, empoderan a los individuos, refuerzan la libertad personal y reducen radicalmente el poder del Estado nación. Las estructuras de poder social, político y legal serán desmanteladas para ser sustituidas por interacciones sin límites entre individuos autónomos y su software” (Barbrook, y Cameron, 1996: 46 t. p.). Fundada en 1993 por Nicholas Negroponte, el creador del MediaLab del MIT, desde el momento de su creación el crecimiento de Wired es imparable hasta llegar a más de 400.000 ejemplares en sus cuatro primeros años. En una década los principios que circulan en la revista se convierten en la ortodoxia de los tecnólogos de Sillicon Valley y de más allá (Turner, 2006a: 208). Pero si esta publicación es uno de los elementos sobre los que se fragua la utopía digital, otro de los pilares fundamentales es la comunidad The Well. Entre ambas hay una estrechísima relación que pasa por que buena parte de quienes participan en The Well colaboran además como escritores destacados de la revista, entre ellos Steward Brand (que constituye el protagonista de la obra de Turner), John Perry Barlow y el propio Howard Rheingold. Pero más importante es que The Well se convierte para Wired en el paradigma de la comunidad virtual ideal, el “prototipo” de “una forma de sociabilidad en red nueva e ideal a la cual pueden aspirar sus lectores” (Turner, 2006a: 218); es decir, The Well representa en la práctica, de manera factual, las promesas que circulan escritas en Wired. Y a juzgar por el interés y la literatura que se genera en torno a The Well (Smith, 1992; Rheingold, 1993; Hafner, 2001; Matei, 2005) bien puede decirse que el prototipo se convierte en paradigmático para una buena parte de los investigadores sociales desde los noventa a través de la referencia sistemática a la obra de Rheingold. Un par de años antes de que Rheingold publique su obra sobre esa comunidad Marc Smith ha publicado su tesis, Voices from The Well: The Logic of the Virtual Commons (1992); uno de los primeros estudios de orientación etnográfica que tiene justamente a The Well como su objeto de análisis.

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Esa noción de prototipo paradigmático puede aplicarse igualmente a la Blogosfera. Ésta constituye para los bloggers un espacio experimental donde poner a prueba nuevas formas de participación ciudadana en los medios de comunicación, en la relación con las empresas y la política; es el espacio donde experimentar nuevos modelos de sociedad y el prototipo de esa sociedad futura que esperan transformar; prototipo en el sentido de un modelo experimental, precario, en proceso de consolidación. Pero es más, la Blogosfera revolucionaria es una sinécdoque de la revolución de Internet; la Blogosfera es el subespacio de Internet que representa lo que toda la Internet puede llegar a ser. La Blogosfera es por lo tanto el espacio de producción de discurso y el ejemplo de lo que ese discurso señala. Así que los bloggers no necesitan de un órgano de difusión como Wired porque la misma Blogosfera es un potente espacio de diseminación de su propio discurso cargado de expectativas: es el espacio sobre el que se depositan las expectativas y el espacio material donde se traen a la existencia. De la utopía digital a la Blogosfera revolucionaria Pero si bien hay un hilo conductor entre las promesas que fraguan en ese utopismo digital de los noventa y las que más de una década después circulan en la Blogosfera, la articulación específica de esas promesas con otras instituciones de la sociedad señala unas diferencias significativas que ilustran el cambio radical producido en la articulación de Internet en nuestra sociedad en general y en particular en el proyecto de los bloggers apasionados. John Perry Barlow, uno de los adalides y destacados representantes del utopismo digital, publica en 1996 durante el foro económico de Davos al que asiste como invitado la Declaración de independencia del ciberespacio. Un texto ilustrativo de esa utopía digital donde resulta muy iluminador la manera como se plantea la relación en ese momento entre Internet y los Estados: “gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y acero, vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro, os pido en el pasado que nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. No ejercéis ninguna soberanía sobre el lugar donde nos reunimos” (Barlow, 1996). El ciberespacio es la “última frontera” más allá de la cual las leyes y normas de funcionamiento de la sociedad no tienen vigencia; un lugar indomeñable que no puede ser controlado, lo que proporciona las condiciones para que se desarrolle un espacio democrático para el fortalecimiento de la democracia, esos son algunos de los argumentos que se plantean. Robert M. McChesny se refiere a ello: “Internet ha sido descrita alternativamente como una ‘anarquía funcional’ que es virtualmente imposible de controlar desde un puesto centralizado […] o como un ‘sistema de abajo a arriba’” (McChesney, 1996: 99). Barlow se ha curtido en comunas hippie en décadas anteriores, ha participado en The Well y es un contribuyente habitual en Wired. Junto con Mitch Kapor es co-fundador de la Electronic Frontier Foundation. El título de su documento resuena indudablemente una década después en la Declaración de independencia de los ciudadanos hackers que Juan Freire escribe en su blog y que sirve de base para el Manifiesto Blog España que el EBE elabora a finales de 2006. Pero en el lapso de tiempo que lleva desde la declaración de Barlow al manifiesto de Sevilla se ha producido un cambio radical en la manera como se articulan expectativas similares de transformación social. Para ilustrar a qué me refiero me traslado a

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Valencia, en los días de marzo de 2007 en los que se ha celebrado la reunión del PSOE coorganizada por Lourdes Muñoz y dedicada a discutir sobre blogs. El título del encuentro es Segundas Jornadas Blogs+Ciudadanía. En una de las noches camino junto a Toni a lo largo del cauce del Turia hacia el lugar de nuestra cena. Miembro del PSOE, concejal en Palma de Mallorca, Toni ha rebasado ya los cuarenta y al día siguiente participa en la reunión para hablar sobre su experiencia blogueando. Está orgulloso de que su blog aparezca en primera posición cuando se busca el nombre de la alcaldesa de Mallorca en Google (que en ese momento es del PP) y me explica por qué lleva un tiempo escribiendo su blog: “el blog es como tu ADN digital; en 15 años todos los políticos tendrán que tener uno” (Q.76.1), y para explicarse traza una analogía con el omnipresente teléfono móvil y concluye: “el blog es la democracia directa, la relación directa entre electos y electores, sin intermediarios” (Q.76.8). Entre las expectativas de revolución social del utopismo digital de los noventa y aquellas otras que se depositan en los blogs más de una década después se ha producido una inversión. Mientras que John Perry Barlow clama por la expulsión de Internet de las instituciones tradicionales (Estado y mercado), Toni encarna la incorporación del Estado mismo a la Blogosfera, y por extensión a Internet. Si Perry Barlow pretende que las convenciones, reglas y leyes del Estado y del mercado no se apliquen en Internet, una década después el Manifiesto Blog España clama justamente por lo contrario: “La empresa, la política y la educación se tienen que abrir más a la blogosfera. Después de varios años de existencia de los blogs, no terminan de hacer caso de los mensajes que les llegan” (Q.13.11). De lo que se trata es de involucrar a las instituciones tradicionales en la Blogosfera; ya sea mediante políticos que bloguean como Lourdes o Toni, mediante partidos que conceden autorizaciones a los bloggers para que asistan a sus congresos (como ocurre en EE UU) o que organizan específicamente encuentros con bloggers, o medios de comunicación que incorporan bloggers a sus redacciones. Y si en la declaración de independencia del ciberespacio las instituciones tradicionales representan un peligro para Internet, la inversión que se produce en la narrativa lleva a cambiar los roles; es la Blogosfera la que constituye un peligro para los Estados y las empresas, de ello queda constancia también en el Manifiesto Blog España: “las instituciones y las empresas empiezan a entrever tanto los peligros como las oportunidades de los blogs, ajenos o propios, internos o externos”. Las expectativas hegemónicas Hasta ahora me he referido a las expectativas de la Blogosfera revolucionaria haciendo alusión al Evento Blog España, al manifiesto que elaboran en su primera edición y a la publicación La Blogosfera hispana: pioneros de la cultura digital. Pero no todos aquellos que bloguean acuden a esos eventos, comulgan con los discursos que circulan por ellos ni comparten las expectativas y promesas de revolución que se convocan en ellos. Hay una queja habitual entre muchos bloggers que se resume en una frase sucinta: “siempre son los mismos”, los mismos los que acuden a los eventos y los mismos los que hablan en ellos. Un ejemplo de cómo determinadas visiones de futuro se imponen frente a otras se

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muestra en la extensión de ciertas metáforas que se convierten en hegemónicas y que ocultan o excluyen otras. Internet ha sido un terreno abonado desde hace décadas de los noventa para las metáforas (Wyatt, 2004; Hartmann, 2004; Nuñez, 2004; Gómez, 2007), Mark Stefik recoge algunas de las principales como la biblioteca digital o el mundo digital que circulan en la década de los noventa (Stefik, 1996). Muchas de ellas incorporan además ciertas visiones de futuro (Wyatt, 2004: 275; Hartmann, 2004); como referirse a Internet como una autopista por la que circulan bits de información en lugar de automóviles. Las autopistas de la información constituyen no sólo una descripción del presente sino una imagen de un futuro tan benéfico como el que proveyeron las autopistas de asfalto que fueron desplegadas por todo EE UU en décadas previas. “Implícitamente prometía que las grandes inversiones en la infraestructura de Internet tendrían unos beneficios similares para el bien común [a los proporcionados por las autopistas de asfalto]” (Stefik, 1996: xix). Sally Wyatt y Maren Hartmann (Wyatt, 2004; Hartmann, 2004) reconocen que no todas las metáforas, imágenes y narrativas de Internet tienen la misma visibilidad y extensión, y no todos los actores tienen la misma capacidad para establecer las visiones del futuro y los diagnósticos del presente. Al principio del capítulo he señalado una lista de nueve publicaciones impresas que van desde 2005 a 2007 y que abordan el tema de los blogs. De los 31 autores que contribuyen a ellas (la mayoría son obras colectivas), 18 son profesionales del ámbito de la comunicación. Los mismos autores se repiten sistemáticamente, algunos aparecen hasta en tres de ellas. De los autores de La Blogosfera hispana en particular, casi la mitad de ellos (incluido su editor) son a su vez ponentes de las diversas presentaciones que se realizan en la primera edición del Evento Blog España en 2006, unos meses después de la presentación del libro. Esa obra es por lo tanto significativa porque en su materialización hace visible la existencia de una cierta jerarquía en la Blogosfera que, al mismo tiempo, contribuye a reforzar; y al mismo tiempo ayuda a comprender la hegemonía de las promesas que circulan a través de él. El Manifiesto Blog España, los discursos que circulan en las sesiones del EBE o los que se consignan en La Blogosfera hispana no representa lo que son los blogs o lo que es la Blogosfera genéricamente para quienes usan esa tecnología; constituyen una cierta versión de los blogs y de la Blogosfera, fuera quedan los sueños, esperanzas y expectativas de otros bloggers. Hay bloggers como Marcelino que se sienten incómodos con la orientación que toman los blogs y la Blogosfera, que plantean otras formas de bloguear distintas, una Blogosfera diferente, donde lo lúdico se impone a la gravedad que pretenden darle a la Blogosfera, donde importa más el bloguear que el bloguear seriamente, donde la Blogosfera como un espacio de sociabilidad es más relevante que transformar la Blogosfera en una maquinaria de influencia. Esas expectativas están prácticamente ausentes de mi relato ya que he optado por centrarme en el análisis de cómo se construye la Blogosfera revolucionaria que circula como una versión hegemónica. Lo que haré en los siguientes capítulos será explorar cuáles son los mecanismos a través de los cuales determinados individuos se convierten en los portavoces legitimados de la Blogosfera, de manera que son sistemáticamente los mismos bloggers los que intervienen como portavoces de ese espacio.

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Capítulo 6

Infraestructuras temporales Temporalidades sincronizadas, expectativas imbricadas

1. El tiempo de los blogs Además de sus clases en la universidad, donde había introducido el uso de los blogs en alguna de sus asignaturas, Tíscar impartía seminarios y talleres en otros contextos. En uno de esos talleres con ancianos y ancianas se cruzó con la perplejidad de algunos asistentes cuando al rellenar el formulario necesario para crear su blog, donde les pedían consignar su edad, se encontraron con que el desplegable para la fecha de su nacimiento no llegaba más allá de la década de los cincuenta. El diseñador de La Coctelera, la plataforma española que estaban usando en esos momentos, les había excluido. Por error o quizás porque no había imaginado que alguien que hubiera superado largamente el medio siglo de edad fuera a bloguear. Pero si eso era un primer choque de quienes nacieron décadas antes de que la televisión habitara en sus hogares y ahora se afanaban con Internet, el principal conflicto de los participantes en el taller era su demanda insistente e insatisfecha para modificar el orden en que los artículos aparecían en la página principal del blog. En lugar de la jerarquía cronológica convencional de los blogs, le decían a Tíscar que querían ordenarlos según la importancia que ellos les asignaran, y no según su fecha de publicación. Durante el periodo de mi trabajo de campo y en los años anteriores, un blog cualquiera, en la pantalla de un ordenador, aparece como una lista de textos donde el más reciente se muestra en la posición superior y, a medida que se desciende por la vertical, los textos se alejan en el tiempo hasta desaparecer más allá de una cierta fecha. El primer

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documento que un blog presenta se denomina portada. En ella aparece una colección de textos, son los artículos o posts (del verbo to post, publicar en inglés). Cada uno está compuesto por un título, un primer párrafo y una fecha además de algunas categorías y etiquetas con las que se clasifica su temática. En general se muestran media docena, una decena… muy raramente aparecen todos los textos del blog; el resto duermen archivados en la base de datos del blog, alojados en algún servidor informático distante. Basta un golpe de clic para que esos otros textos inunden la pantalla. Están ahí, en un ahí cuya geografía es difícil de precisar, pero no son visibles. Los participantes en el taller impartido por Tíscar, sin embargo, no acertaban a comprender que no pudieran colocar en primer lugar, por ejemplo, el más importante de sus textos en lugar del más reciente y así lo contaba ella: “lo del orden es lo que más les mata, y yo lo entiendo, porque el blog está pensado para la publicación muy periódica, muy vinculada a la actualidad; lo actual, lo nuevo, siempre está ahí predominando, tiene el mejor sitio... genera un pacto... de frecuencia” (T.L.E2. 1.14). En sólo una línea Tíscar relaciona el orden de los textos en el blog con la frecuencia de publicación periódica del blogger, y salta de la dimensión material del blog a la organización temporal intensa de la práctica de bloguear: “el blog está pensado para la publicación muy periódica”, dice. Esa relación no es accidental, Antonio Fumero ha escrito de los bloggers en el artículo del monográfico que edita en la revista Telos que “viven la cultura de la velocidad […] hay una manera de escribir en los blogs, diferente de la literaria o la periodística, condicionada por la hipertextualidad e inmediatez propias del medio” (Fumero, 2005: 57). Eso que Fumero llama una cultura de la velocidad implica un modo de ordenar la práctica de bloguear, la temporalidad intensiva que presente entre los bloggers apasionados y a la que conceden una excepcional relevancia. En ocasiones esa intensidad toma la forma de urgencia: escribir en el momento preciso, un día y no el siguiente, por ejemplo; en otras ocasiones en forma de oportunidad: no dejar pasar una noticia o un acontecimiento e intervenir en el diálogo que otros mantienen; y en otras ocasiones se trata de responder a los comentarios en su justo momento… Un ejemplo excepcional es el live blogging, donde el tiempo lo es todo, como discutiré en extenso en el capítulo ocho: hay que bloguear en el mismo momento en el que acontece la conferencia o la reunión sobre la que se escribe. Como ya he mencionado en el capítulo cuatro, la organización temporal del bloguear es muy variable y en el caso de los bloggers apasionados bloguear constituye una práctica intensiva sostenida a lo largo del tiempo. Muchos de ellos tienen metida la relación con el blog hasta el tuétano de sus huesos, hasta el punto de disponer algunas de sus rutinas cotidianas en torno al bloguear, reorganizando como consecuencia de ello otras de sus actividades. Regresando sobre Tíscar, ella comienza sus mañanas con el blog: Es curioso porque me doy cuenta de los giros de tiempo […]antes solía levantarme, ducharme y desayunar y poner la tele; lo que hago ahora es que desayuno con Internet, que antes no lo hacía. Me pongo el café, enciendo el ordenador, miro el correo, miro las respuestas del blog, algo de noticias, poco, de hecho es algo que quiero cambiar también, porque me pillas en un punto muy absorbida por el blog. Soy muy consciente de ello, muy consciente de todo […] absorbida en el sentido del tiempo, no sólo el tiempo de escribir, es el tiempo de ver si hay algún comentario pendiente de moderación, si me han escrito algo lo miro, si hay alguien nuevo miro quién es… (T.L.E2. 2.17)

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Infraestructuras temporales

Pero el amanecer diario que comienza con la conexión a Internet es sólo el preludio de la relación continuada que se mantiene durante el día con el blog. La intensidad en el bloguear va acompañada de una extensión de la práctica, que se despliega a lo largo de todo el día; como discuto más adelante. En lo que resta del capítulo exploro esa estrecha relación que existe entre la disposición material de los textos de un blog y la práctica intensiva de bloguear; una relación que está incluso consignada en las definiciones que por la época circulan sobre los blogs. Jill Walker, otra blogger profesora de universidad en el Reino Unido con la que coincido en la BlogTalk en Viena, elabora para la Routledge Enciclopedia of Narrative Theory una definición de los blogs en la que están presentes esos dos elementos: “un weblog o *blog, es un sitio web frecuentemente actualizado que consiste en entradas diarias ordenadas en orden cronológico inverso de manera que el artículo más reciente aparece primero” (Walker, 2005 t. p.). Así que el tiempo constituye el elemento fundamental de la manera como los blogs se definen en un doble sentido: está inscrito en el orden cronológico e inflexible de los textos que se jerarquizan en una vertical cronológica y está presente en la frecuencia temporal de la práctica de escritura del blog. Un doble sentido que de hecho remite al doble significado del término “blog” en inglés, que funciona como sustantivo para referirse al objeto y como verbo (to blog) para referirse a la práctica a través de la cual se elabora. El Diccionario panhispánico de dudas insiste sobre la idea de la frecuencia al definir un blog a principios de 2005 como un “sitio electrónico personal, actualizado con mucha frecuencia, donde alguien escribe a modo de diario o sobre temas que despiertan interés, y donde quedan recopilados asimismo los comentarios que esos textos suscitan en sus lectores” (RAE, 2005). Y los términos de esa definición son asumidos por diversas autoras, como por ejemplo cuando Bonnie E. Nardi define los blogs como “páginas web frecuentemente actualizadas con una serie de artículos archivados, típicamente en orden cronológico inverso” (Nardi, et al., 2004: 1) o cuando Susan Herring los define como “páginas web modificadas en las que las entradas diarias están listadas en una secuencia cronológica inversa” (Herring, et al., 2004: 1). El interés por el tiempo ha sido permanente en la antropología (Evans-Pritchard, 1940; Gell, 1992) y también en sociología. Elga Nowotny (1994 [1989]) y Barbara Adam (1990, 2004) han abordado específicamente la relación del tiempo con la tecnología, señalando cómo ésta es un elemento fundamental en la organización de la temporalidad de nuestras sociedades desde hace varios siglos. En las primeras décadas del siglo pasado, Lewis Mumford ya señala al reloj como la tecnología clave de la revolución industrial, más relevante incluso que la máquina de vapor: “el moderno sistema de producción industrial podría prescindir del carbón, del hierro y del vapor más fácilmente que del reloj” (Mumford, 1998 [1934]: 34). Los primeros cambios en la percepción del tiempo se habían producido en los siglos XII y XIII, y serían intensificados con la introducción del reloj y aún más con el desarrollo de diversas tecnologías de comunicación como el teléfono o el telégrafo inalámbrico desde finales del siglo XIX (Nowotny, 1994; Adam, 2004). Esas tecnologías transforman la noción del tiempo y su ordenación con la introducción de nuevas temporalidades, comenzando por el disciplinamiento temporal que impone la fábrica, y continuando por las transformaciones en ámbitos diversos como la relación con el Estado, el comercio o la vida privada. Si antiguamente el tiempo era un regalo divino, con la medición del tiempo gracias al reloj y en el contexto de una progresiva

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industrialización desde el siglo XVIII, el tiempo se torna en algo que puede ser controlado, comprimido, mercantilizado y colonizado, como dice Barbara Adam (2004). Una transformación que se acentúa a finales del siglo XIX con las múltiples innovaciones de tecnologías de la comunicación que se desarrollan en esa época. Esas tecnologías constituyen el desarrollo lo que Nowotny llama una infraestructura de la simultaneidad (Nowotny, 1994: 10), pues a partir de entonces, y gracias al teléfono y el telégrafo sin hilos es posible tener noticia en cualquier lugar de aquello que ocurre en cualquier otro (siempre que estén conectados, claro está). Y a partir de ese momento entramos en eso que Adam un presente global (Adam, 2004: 120). Pero las implicaciones de esas tecnologías no se refieren únicamente a la performación de ciertas temporalidades, esto es, a cierta ordenación del tiempo. Las innovaciones tecnológicas llegan acompañadas de la noción de progreso y con ella la historia de la humanidad se “temporaliza”, dirá Nowotny (1994: 16). Esa temporalización de la historia de la humanidad se traduce en la noción de una aceleración de la innovación, la idea de un aumento progresivo de la velocidad con la que las nuevas maravillas de la tecnología arriban (Nowotny, 1994: 11; Adam, 2004: 119). La noción actual de obsolescencia, que señala la superación de unas tecnologías por otras que tornan a las primeras en obsoletas no hace sino redundar sobre esa idea de aceleración (Nowotny, 1994: 62). Así pues, ambas autoras señalan un doble efecto de las innovaciones tecnológicas sobre el tiempo, de un lado la noción de una aceleración del tiempo histórico en el que suceden los acontecimientos; y del otro lado una aceleración de las prácticas situadas a través del uso y la presencia de esas tecnologías. Esa aproximación que piensa en la producción de temporalidades como consecuencia de la tecnología se ha retomado con intensidad en los análisis que investigan en los efectos que tienen Internet y las tecnologías digitales sobre el tiempo en nuestra contemporaneidad. Si en la década de los noventa se concibe a menudo a Internet como un espacio ageográfico, el tiempo corre una suerte similar al pensar, como hace Manuel Castells, en términos de un “tiempo atemporal” (Castells, 2001 [1996]: 452) o al señalar lo que Paul Virilio concibe como la desaparición del presente (1986). Al referirse específicamente a Internet, Heejin Lee y Jonathan Liebenau proponen pensarlo en términos de comportamientos temporales (2000). En este contexto surgen una serie de conceptos con los que se intenta caracterizar lo que se entiende como la singular temporalidad que acompaña a Internet. La que el antropólogo Michel S. Laguerre denomina “tiempo virtual” (2004), diferente del tiempo real y objetivo (y del que marca el calendario) y que “se manifiesta a través del colapso de los límites temporales y la compresión de la distancia temporal” (Laguerre, 2004: 223). Un planteamiento próximo a como Robert Hassan (2003) define lo que denomina tiempo en red (network time): “un tiempo de reloj comprimido digitalmente” que resulta en una “aceleración generalizada” y que el autor vincula explícitamente a la extensión del neoliberalismo, un tiempo que supone un desafío para las temporalidades que las democracias liberales requieren, incapaces de adaptarse a ese ritmo (Hassan, 2009). Todas estas reflexiones apuntan a Internet y las tecnologías digitales como vectores en la articulación de temporalidades específicas en nuestras sociedades. En este capítulo me

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ocuparé del tiempo de los blogs indagando en la temporalidad de la práctica del bloguear apasionado, pero no lo haré suponiendo un tiempo objetivo, un tiempo mecánico o real que es acelerado a través de las tecnologías digitales. En su artículo ‘Trains of thought - Piaget, formalism and the fifth dimension’ (1996), Bruno Latour discute la asunción de que pueda pensarse en un tiempo objetivo frente a un tiempo subjetivo y propone por el contrario que el espacio, tanto como el tiempo, es una consecuencia de la circulación de entidades particulares. Su propuesta es pensar no en términos de tiempo y espacio sino de temporización y espaciación y de actuación (acting). Las entidades no circulan sobre un tiempo y un espacio, por el contrario, diferentes tiempos y espacios son producidos como consecuencia de particulares arreglos de actores y la circulación de entidades específicas que operan en la temporaización, espaciación y actuación. La producción de un tiempo moderno, por ejemplo, puede leerse desde esta perspectiva a través de la producción y circulación del reloj mecánico, como hace Lewis Mumford (1998).26 En capítulos anteriores me he referido a la práctica intensiva sostenida a lo largo del tiempo como un elemento caracterizador de los bloggers apasionados; una práctica que se infiltra en la cotidianidad y que requiere de los individuos una considerable dedicación. La cuestión que se plantea entonces es ¿cómo se despliega esa práctica de implicación con el blog y la Blogosfera?, ¿cómo esos individuos se implican de manera intensa, escribiendo todos los días durante semanas, meses y años? Para responder a esta cuestión exploraré la doble dimensión temporal que he señalado al principio: un tiempo inscrito en la materialidad del blog y un cierto ritmo temporal performado en la práctica de bloguear. Lo primero que haré será introducir el concepto de infraestructura blog, con la cual me referiré a toda la serie de entidades materiales que toman parte en la producción de los blogs y me centraré en dos trabajos que realiza la infraestructura, de un lado la producción de lo que denomino inscripciones y del otro el almacenamiento, organización y manipulación de esas inscripciones en bases de datos; describiré toda una serie de dispositivos a través de los cuales esas inscripciones se visualizan en algunas de las prácticas cotidianas de los bloggers y cómo contribuyen a organizar temporalmente la práctica de estos. Pero antes de llegar a eso es necesario introducir esa entidad que tan a menudo ha pasado desapercibida en los estudios socioculturales de los blogs, lo que llamo la infraestructura blog.

2. La infraestructura de la Blogosfera Tomada la decisión de bloguear durante mi trabajo de campo tenía frente a mí una cuestión clave: ¿qué tecnología utilizar? Revisé varias de las plataformas de blogs y consulté documentos donde se elaboraban comparativas entre ellas con las características de cada una: si tenía comentarios, categorías, etiquetas… Al final opté por WordPress; era la que en ese momento parecía ofrecer más opciones. Sin saberlo, había comenzado a utilizar una plataforma que estaría en boca de todos durante mi trabajo de campo. Había sido creada por Matt Mullenweg, el joven convertido en una estrella para muchos bloggers que en la 26

Gracias a Israel Rodríguez Giralt por sus sugerencias sobre el tratamiento del tiempo, y muy especialmente, gracias a Tomás Sánchez Criado por compartir algunos de los resultados de su tesis doctoral relacionados con esta temática.

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primera edición del Evento Blog España en Sevilla en 2006 se hacían fotos a su lado, como un fan junto a su cantante favorito. Cuando WordPress apareció muchos consideraban que era una plataforma más de las muchas existentes, pero sin embargo captó en poco tiempo un enorme interés entre muchos bloggers. Entre otras razones porque incorporaba rápidamente las innovaciones que algunos de ellos incluían en sus blogs de manera manual en un bricolaje permanente, como por ejemplo las opciones para incluir imágenes o videos, o las categorías y etiquetas para clasificar los artículos. Esa era una de las razones por las que se alababa la tecnología de WordPress, la otra era que estaba basada en software libre. Mientras charlábamos en el hotel donde se encontraba en Sevilla, Mullenweg me mostraba en una pantalla las gráficas a través de las cuales podía controlar de manera centralizada lo que ocurría en las decenas de miles de blogs que sostenía su servicio WordPress; aparecían en una los visitantes, el tráfico de visitas en otro… La primera plataforma de blogs que se despliega en España en 2002 es Blogalia, creada por Víctor R. Ruiz. Yo mismo blogueé en ella unos años antes de comenzar mi trabajo de campo. Víctor es un apasionado de los blogs que se embarca en múltiples proyectos durante esos años. Bloguea intensamente en al menos dos blogs diferentes, uno dedicado a la astronomía y otro en el que da rienda suelta a sus reflexiones sobre Internet y los blogs. En esos años trabajará también desde su lugar de residencia en Canarias para una empresa en desarrollo de servicios de blogs de pago y tomará parte en la organización de algunas reuniones de blogs en el archipiélago; a lo que se suman sus trabajos con Fernando Tricas y J. J. Merelo sobre la medición de la Blogosfera, a los que me he referido. A finales de ese año aparece otra plataforma de blogs en España llamada Zona Libre y al año siguiente Roberto Abizanda, que reside en Zaragoza, funda Blogia. Fernando Tricas (Fernand0) colabora con Abizanda en Blogia y se ocupa de representarla públicamente porque su creador rehúye esa tarea. Es una plataforma de blogs que nace para ofrecer servicio a amigos y conocidos pero que en algo más de tres años crece hasta alojar unos 60.000 blogs. Tricas insiste sistemáticamente en la conveniencia de utilizar sistemas nacionales: “creemos que [la Blogosfera] mira demasiado al exterior, utilizando y confiando mas en las herramientas que vienen de fuera en lugar de apoyar a las propias” (Q.45.67), dice en una entrevista para un medio. Blogia ha montado también la infraestructura de blogs que usa el ayuntamiento de Zaragoza, que no es la única institución que se embarca en un proyecto de este tipo. Algunos partidos (el PSOE), algunos medios de comunicación (20 Minutos, El Mundo.es e Informativostelecinco.com) y diversas instituciones públicas crean por esa época (2006) y en años siguientes infraestructuras de blogs. Por ejemplo los blogs de MadrI+D, el servicio donde Antonio Lafuente elabora el suyo; un proyecto de la Consejería de cultura de la Comunidad de Madrid dedicado a blogs de investigadores. WordPress, Blogalia y Blogia son algunas de las múltiples plataformas de blogs surgidas en el último suspiro de la década de los noventa y durante los años siguientes. El origen de los blogs suele ubicarse en el año 1997, aunque hay quien lo retrotrae a la primera página web que Tim Berners Lee, inventor de la World Wide Web, publicaba en http://info.cern.ch en la que daba cuenta de las nuevas páginas web que se creaban. Aunque en 1997 y 1998 aparecen en Estados Unidos lo que pueden considerarse proto-infraestructuras blog, es en el verano de 1999 cuando aparece una infraestructura que capturará la atención de muchos y que será especialmente significativa en el desarrollo de los blogs, su nombre es Blogger.

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Las plataformas blog Rebecca Blood es una conocida blogger y temprana cronista de la Blogosfera que tan pronto como en el año 2000 elabora un texto cuyo título es ‘Historia de los blogs’ (Blood, 2000), pese a que no tengan más que dos o tres años de existencia y que el mismo concepto haya sido inventado ¡el año antes! El ejercicio historiográfico de Blood es nuevamente un indicador significativo de la reflexividad blogger. En ese texto, como en otros posteriores, Blood escribe con agudeza sobre la relevancia que tiene la aparición de las plataformas blog en la configuración de la práctica de bloguear. A ello se refiere también en mayo de 2006 cuando una veintena de bloggers se reúnen con ella en Barcelona en una Beers and Blogs organizada por la Editorial Gestión 2000 que ha publicado en España uno de sus libros, The Weblog Handbook (2002) -El universo del blog (2005) en su traducción a la edición española-. Es una de las primeras reuniones de bloggers a las que asisto y, como en muchas otras ocasiones, he sabido de ella a través de otro blog. La charla se alarga durante varias horas en un hall de la Fira de Barcelona y más tarde en torno a una mesa en la terraza cercana de un bar. Blood viaja con su marido, Jesse James Garret, blogger también y famoso programador (ha desarrollado un lenguaje llamado Ruby on Rails) que ha venido a dar una conferencia en un evento que se celebra en la misma Fira. Y un hecho significativo: los dos se conocieron a través de sus blogs. Blood ha comenzado la conversación de una manera iluminadora con una fórmula que escucho en diferentes reuniones de bloggers a las que asisto: “mi nombre es Rebecca Blood y soy blogger”. En la ronda de presentaciones, cuando una periodista parece disculparse por no tener blog y confiesa que viene a escuchar, Blood le interpela: “¿has venido a escuchar y ver si quieres ser uno de nosotros?” (Q.62.13 t. p.). Tres horas diarias le dedica al blog: “estar en línea me ha cambiado la vida, antes no era viajera, no era conferenciante…” (Q.62.21 t. p.), dice a miles de kilómetros de distancia de su casa y ante una reducida audiencia que la escucha concentrada; y saca a relucir el papel de la plataforma blog en la práctica de los bloggers: “lo que la interfaz te pide es lo que tienes que ofrecerle a la interfaz, así que la gente hace lo que la interfaz les sugiere” (Q.62.29 t. p.). A la relevancia de esas infraestructuras se ha referido unos años antes en su texto sobre la historia de la Blogosfera, donde señala el punto de inflexión que representa la aparición de la plataforma Blogger para el desarrollo de los blogs: Ahora, durante 1999, algo ocurrió y creo que tiene más que ver con la introducción de Blogger [el servicio Blogger] que con ninguna otra cosa. Mientras que los blogs siempre habían incluido una mezcla de enlaces, comentarios y notas personales, en la explosión post-Blogger un número creciente de weblogs cambió la atención en la web por un tipo de cuaderno de escritos cortos. Estos blogs, a menudo actualizados varias veces al día, eran una recopilación de los pensamientos del blogger: algo percibido en el camino al trabajo, notas sobre el fin de semana, una rápida reflexión sobre un asunto u otro. Los enlaces llevaban al sitio de otro blogger con el que el primero estaba teniendo una conversación pública o con quien se había reunido la tarde antes, o al sitio de un grupo de música que había visto la noche anterior. Conversaciones completas se desarrollaban entre tres o cinco blogs, cada uno referenciando al otro en sus acuerdos o rechazos de las posiciones de los otros […]

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Pero creo que este tipo de weblog es importante por otra razón. En la obra Media Virus de Douglas Rushkoff, Greg Ruggiero de Immediast Underground es citado diciendo: “los medios son una posesión empresarial… no puedes participar en los medios. Traer esto a la palestra es el primer paso. El segundo paso es definir la diferencia entre público y audiencia. Una audiencia es pasiva, un público es activo. Necesitamos una definición de medio que sea público en su orientación”. Subrayando artículos que pueden ser fácilmente pasados por alto por otros usuarios de Internet demasiado ocupados para hacer algo más que ojear las noticias de los medios profesionales, buscando artículos de fuentes menos conocidas, y proporcionando datos adicionales, miradas alternativas, y comentarios sesudos, los editores de weblogs participan en la diseminación y en la interpretación de las noticias que nos llegan cada día. Sus sarcásticos y temerarios comentarios nos recuerdan cuestionar los intereses creados de nuestras fuentes de información y la expertise de los periodistas individuales en la medida en que elaboran noticias sobre asuntos que pueden no entender completamente. (Blood, 2000 t. p.)

O dicho de otra manera, los blogs pasaron de ser, en palabras de Blood, “una lista de enlaces con comentarios dejando lo personal de lado” a “una página web que es actualizada frecuentemente, con material publicado en lo alto de la página” (Q.69.2 t. p.). Antes de que existan esas plataformas, los blogs (o los predecesores de los blogs), están elaborados por individuos que saben programar en HTML, el código con el que se diseñan y elaboran las páginas web. En ese momento, los blogs son principalmente recolecciones de enlaces que realizan diariamente apasionados de la web donde comparten con otros las referencias de páginas que les resultan especialmente interesantes. Actualmente puede parecer una práctica casi trivial, pero para comprenderla es necesario recordar que sólo unos años antes ha nacido Yahoo! como un directorio de páginas web que está elaborado a mano; en esos momentos no es un buscador; y Google, por su parte, está dando aún sus primeros pasos. Los buscadores de esa época no son tan potentes como los de ahora y encontrar lo que se busca en Internet no era entonces una tarea tan simple y automática como en la actualidad. Con la aparición de Blogger y las plataformas de blogs que le siguen se produce un cambio; los blogs ya no están escritos únicamente por quienes saben programar en HTML sino por cualquiera, y su contenido ya no está centrado únicamente en enlaces sino que comienzan a escribirse blogs donde cada artículo es una pieza de texto. Ese trueque por el cual la infraestructura pone al alcance de cualquiera el publicar en Internet sin necesidad de conocimientos técnicos es un pacto faustiano, en palabras de un blogger: “menos estética y nula flexibilidad a cambio de una gran sencillez de uso que simplifica el acto de escribir y publicar”, escribe Pepe Cervera (Cervera, 2006: 12). Un pacto que se cobra el precio de la flexibilidad que reclaman los talleristas de Tíscar; un pacto inscrito y materializado en la infraestructura blog. Pero singularmente, esa infraestructura material de la Blogosfera ha recibido una muy limitada atención, por no decir nula, en los estudios socio-culturales que se ocupan del bloguear y de la Blogosfera. Ella proporciona sin embargo las condiciones de posibilidad material para la práctica de bloguear y ordena en buena medida esa práctica.

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Las bases de datos Hasta ahora me he referido a la infraestructura blog sin haber explicitado ese concepto. Desde la década de los ochenta los estudios sociales de la ciencia y la tecnología han puesto su atención en las infraestructuras materiales que muy a menudo coinciden con lo que Thomas Hughes ha llamado “grandes sistemas tecnológicos” (Hughes, 1989), entre los cuales se ha prestado especial atención al ferrocarril (Chandler, 1977; Yates, 1989), la red eléctrica (Hughes, 1983), el sistema telefónico (Fischer, 1992) o la misma Internet (Abbate, 1999). Inspirados en esa noción de infraestructura, en la década de los noventa Geoffrey Bowker y Susan Leigh Star señalan la necesidad de ocuparse del estudio de lo que denominan infraestructuras informacionales desde un enfoque etnográfico (Star, 1996; Bowker y Star, 1999). Como la infraestructura blogger, la infraestructura informacional ha sido un tipo de tecnología marginado habitualmente en los estudios de comunicación, señalan los dos autores (Bowker y Star, 1998). Las razones para esa desatención son quizás las mismas que hacen de la infraestructura una entidad exitosa y, por ello, difícil de analizar: la infraestructura está diseñada para tornarse transparente, para funcionar sin ser notada. De ahí la viveza con la que Leigh Star llama insistentemente a “estudiar las cosas aburridas” (Star, 1999: 377), porque nada hay tan aburrido en apariencia como una gris infraestructura que no se hace notar. Este concepto de infraestructura resulta inspirador para pensar en el despliegue material sobre el que se sustenta la práctica del bloguear, para referirse a todas esas plataformas de blogs y tecnologías adyacentes que forman parte de la práctica cotidiana de bloguear de muchas personas. Pensar en términos de infraestructura introduce en primer lugar una dimensión geográfica en la tecnología y señala esa especie de transparencia que hace que estas entidades materiales resulten únicamente visibles en momentos de crisis o controversia, estos son dos de los aspectos con los que Susan Leigh Star y Karen Ruhleder (1996) caracterizan las infraestructuras, un tercero es la incorporación de los estándares dentro de ellas. Y ciertamente en la infraestructura de los blogs hay una dimensión estandarizada durante esos años: la ordenación cronológica inversa de los artículos en el blog. Hay un tipo de infraestructura informacional al que se le ha dedicado una especial atención; son las bases de datos. Pensar en los blogs como una infraestructura basada en una base de datos puede ayudar a comprender algunos aspectos del tema que me ocupa: la organización material del blog siguiendo una cronología y la organización temporal de la práctica de bloguear. Pero en realidad pensar al blog de esa manera no es ninguna analogía ni una metáfora ocurrente. Un blog es, literalmente, una base de datos. Esto resulta especialmente evidente cuando un blogger opta por montar su propia infraestructura blog en lugar de usar uno de los servicios gratuitos que existen. Hasta ahora no lo he mencionado, pero hay dos tipos de tecnologías blog diferentes en función de quien administre (al menos en parte) la infraestructura de estas. Las plataformas a las que me he referido son generalmente servicios gratuitos, quienes hacen uso de ellas no tienen más que escribir, no han de preocuparse por el mantenimiento de la infraestructura tecnológica; el precio, como aquel blogger decía, es que normalmente sólo pueden cambiar algunos elementos del diseño visual. Por el contrario, existen programas de software para bloguear, que en la jerga técnica constituyen un tipo particular de los llamados CMS (Content Managemet System); los CMS para bloguear requieren que el blogger contrate (y pague) un

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dominio como “http://www...” y un alojamiento donde ha de instalar por su cuenta el programa para publicar el blog y ha de gestionarlo. Simplificando, un alojamiento es un servidor informático (un potente ordenador) gestionado por un tercero en el cual se instala el programa del blog y donde se archivan todos sus textos. El caso de los gestores de blog es especialmente iluminador de la infraestructura material que es necesario movilizar para sostener un blog. WordPress dispone de una plataforma de blogs gratuita, pero además ofrece también un programa (un CMS) para que quienes lo deseen se lo instalen por su cuenta. Una de las opciones que ofrece es una instalación en “5 minutos”, y uno de los pasos iniciales que hay que realizar es justamente configurar una base de datos: Famosa Instalación en 5 minutos Aquí está la versión rápida de las instrucciones, para aquellos que se sientan cómodos con esta instalación. Instrucciones más detalladas más adelante. 1. Descargar y descomprimir el paquete WordPress, si no lo has hecho. 2. Crear una base de datos para WordPress en el servidor de tu página web, así como un usuario de MySQL que tenga privilegios para acceder y modificarla. […] (Q.158.16 t. p.)

Así que los blogs son, en buena medida, una base de datos de textos que son posteriormente jerarquizados públicamente para que otros accedan a ellos. Los estudios socioculturales sobre blogs, como he señalado, apenas han prestado atención a estas entidades que forman parte de los blogs y la Blogosfera; algo que sorprende aún más porque la figura de la base de datos tiene cierta presencia en algunos estudios sociales sobre Internet y las tecnologías digitales. En particular, algunos autores como Mark Poster (1995), Chris Chesner (1997) y Lev Manovich (2001) han llegado tan lejos como para proponer a las bases de datos como una de las figuras conceptuales dominantes en la actualidad en occidente. Lev Manovich particularmente, un teórico de los nuevos medios, ha señalado a las bases de datos como la figura paradigmática desde la que pensar a los objetos digitales27. Para el autor de origen ruso las bases de datos constituyen la forma representativa de la época actual, una figura que permite dotar de estructura a un mundo que se presenta como una infinitud desestructurada de textos e imágenes consecuencia de la desaparición de las grandes narrativas ilustradas: “muchos objetos digitales no cuentan historias, no tienen un principio o un fin; en realidad, no tienen ningún desarrollo, temático, formal o de alguna otra manera que organice sus elementos en una secuencia. En su lugar, son colecciones de ítems individuales, donde cada uno de ellos tiene el mismo significado que los otros” (Manovich, 2001: 195 t. p.); es decir, esos objetos digitales son bases de datos. Manovich está utilizando la noción de forma simbólica en el sentido que el historiador del arte Ervin Panofsky le da cuando se refiere a la perspectiva lineal como forma simbólica de la era moderna. Si el cine es la forma cultural ejemplar anterior al desarrollo de las tecnologías digitales, en esta nueva época esa posición la ocupa la base de datos: la nueva forma simbólica de la era de la computación, dirá. Frente a la experiencia narrativa de una película cinematográfica, nuestra experiencia al navegar entre las bases de datos de un ordenador es 27 Lev Manovich utiliza en realidad el concepto new media objects, que traduzco muy libremente como objetos digitales ante la dificultad de una traducción literal que tenga sentido.

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diferente, es “una nueva forma de estructurar nuestra experiencia de nosotros mismos y del mundo” (Manovich, 2001: 194 t. p.). En realidad, las bases de datos son una de las infraestructuras materiales fundamentales de una buena parte de las tecnologías de Internet. En un famoso artículo titulado A Rape in Cyberspace (Or TINYSOCIETY, and How to Make One) (1998 [1993]) el periodista Julian Dibbell narra la violación de un avatar por otro en uno de esos mundos virtuales textuales llamados MUD. La agresión se produce cuando el primero de los avatares asume el control tecnológico del entorno y es capaz de decidir lo que hace el otro avatar. Los MUD son, por así decirlo, los precedentes de los juegos masivos por Internet; y lo que en un videojuego son entornos gráficos en un MUD son descripciones textuales que elaboran sus participantes quienes además pueden charlar entre sí en el mismo entorno. Dibell define estos espacios de interacción como “un tipo de base de datos especialmente diseñada para dar a los jugadores la vívida impresión de moverse a través de un espacio físico que en realidad existe sólo como palabras que llenan un disco duro” (Dibbell, 1998 t. p.). Elizabeth Reid ha definido también los MUD unos años antes como bases de datos en uno de los primeros estudios culturales sobre comunidades virtuales, y vincula explícitamente esas bases con el trabajo de la imaginación: “los ambientes virtuales diseñados en MUD existen no en las bases de datos y en las redes de computaciones que soportan estos sistemas, sino en las maneras como los jugadores pueden usar estas tecnologías para realizar aquello que han imaginado, y explorar el resultado de las imágenes de otros jugadores” (Reid, 1994 t. p.). Pero la figura de las base de datos no ha hecho fortuna en los análisis sociales de los blogs; ni como figura simbólica para pensarlos ni como objeto empírico digno de análisis social. Sólo algunos estudios cuantitativos le han prestado atención (Kumar et al., 1999; Lento, Welser y Gu, 2005); quizás porque como, dicen Leigh Star y Bowker, la base de datos es demasiado aburrida, o porque como buena infraestructura resulta invisible. Dos excepciones son la tesis de Anne Helmond Blogging for engines. Blogs under the Influence of Software-Engine Relations (2007) y el trabajo de Kylie Jarret (2004) que plantea un análisis de los blogs en términos de subjetividades modeladas por bases de datos (database subjectivities, en sus términos). Tomando los blogs como representación de la identidad de sus autores, Jarret discute las particularidades de esa representación y se fija para ello en la estructura subyacente de los blogs: una base de datos. Bases para el orden En el ámbito en el que sí se ha desarrollado un extenso análisis de las bases de datos es en los estudios sociales de la ciencia y la tecnología desde hace al menos una década; ámbito que se ha interesado específicamente por las consecuencias que tiene la incorporación de infraestructuras informacionales, entre ellas las bases de datos, en la actividad científica. Las contribuciones de esta literatura resultan especialmente útiles para identificar y explorar varios aspectos que quiero desarrollar en relación con los blogs. El interés de los eSCT puede comprenderse si se tiene en cuenta que las bases de datos de información están estrechamente ligadas y corren paralelas a la creación de diferentes

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disciplinas académicas durante el siglo XIX. En esa época las estadísticas, los censos, los informes médicos y climatológicos y los registros botánicos constituyen un instrumento fundamental de las prácticas epistémicas de algunas de las disciplinas que comienzan a fraguarse. Todas ellas son bases de datos, los mismos jardines botánicos, los gabinetes de variedades o los museos de historia natural son organizaciones precursoras de las bases de datos informacionales de la ciencia (Bowker et al., 2010: 104); constituyen los primeros ladrillos de lo que después Geoffrey Bowker y Susan Leigh Star denominan la infraestructura informacional de la actividad científica. Así que en la década de los noventa, las bases de datos digitales comienzan a incorporarse progresivamente como parte del despliegue de toda una nueva infraestructura informacional de la práctica científica (Beaulieu, 2001). Creadas ex novo o a través de la digitalización de otras existentes, las bases de datos son incorporadas como instrumentos de trabajo en diversas disciplinas como la neurología, la botánica y la genética. El concepto de infraestructura informacional de la ciencia señala una cierta dimensión geográfica que está presente en muchos de estos proyectos cuando permiten compartir información de manera independiente de la distribución geográfica, por ejemplo (Bowker et al., 2010: 103); pero lo primero y definidor de una base de datos es la práctica clasificatoria que implica, sobre la cual Bowker y Leigh Star se han extendido en su obra Sorting Things Out (1999) con el subtítulo esclarecedor de “clasificaciones y sus consecuencias”. Toda base de datos define, no sólo clasifica, un espacio sobre el que opera; las bases de datos sobre biodiversidad, las bases de datos del genoma del ratón o de imágenes del cerebro; todas ellas definen un cierto espacio: la biodiversidad, el genoma del ratón y el cerebro; más aún, no sólo lo definen y delimitan, sino que lo performan. Geoffrey Bowker (2000) se detiene en el trabajo ontológico que realizan las bases de datos al analizar las que se realizan sobre biodiversidad. Estas no sólo ordenan registros botánicos y zoológicos, sino que representan de una determinada manera la biodiversidad o, más aún, traen a la existencia una cierta versión del la biodiversidad. Una determinada categoría de ser vivo que no sea incluida en una de esas bases de datos resultará invisible, inexistente. Ese trabajo ontológico está incorporado en las bases de datos a través de sus sistemas de clasificación, y ciertas versiones de la realidad son elaboradas. Utilizando la terminología de Annemarie Mol puede decirse que las bases de datos traen a la existencia una cierta versión de esos espacios sobre los que operan mediante la clasificación; y de ahí que la inclusión de categorías, o su exclusión, constituya un ejercicio de poder que hace visibles determinadas realidades y oculta otras (Bowker et al., 2010: 110). Si se asume lo dicho hasta el momento no queda más remedio que reconocer que las bases de datos constituyen (tanto discursiva como materialmente) espacios no sólo de trabajo técnico sino político y ético (Bowker y Star, 1999). Los dos autores lo explicitan de manera muy clara: “estudiar un sistema de información y despreciar sus estándares, cables y posiciones, y entonces se perderán aspectos igualmente esenciales de la ética, la justicia y el cambio” (Bowker y Star, 1999: 45). En realidad, estas prácticas de categorización ya han sido señaladas por Jack Goody (1977) como fundacionales de nuestros sistemas políticos (censos de población, catastros, informes epidemiológicos, encuestas...); por ello, examinar la producción de una base de datos, indagar en los criterios de categorización, en las formas

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de organización y representación posterior es una manera de indagar en la economía política de los contextos en los que esas bases de datos se insertan y operan (Bowker, 2000). Pero las base de datos no sólo tienen consecuencias en la producción de un orden situado entre las entidades que albergan; o dicho de otra manera, los efectos de ordenar una serie de entidades, sean genes del ratón, especies vivas o imágenes del cerebro, se traducen en la producción de formas de orden externos a la bases de datos. ¿A qué me refiero exactamente? Christine Hine (2006) ilustra este aspecto a través del estudio de la construcción de una base de datos del genoma del ratón en un laboratorio de genética. Además de categorizar y ordenar los genes del animal, la construcción de este repositorio digital tiene el efecto de producir una segmentación en los investigadores del centro como consecuencia de las prácticas diferenciadas que despliegan en su uso de la base de datos. Mientras los investigadores en estadios primerizos son reacios a publicar sus datos hasta que alcanzan una cierta madurez, los investigadores establecidos publican sin miramientos. La base de datos, por lo tanto, no sólo ordena los genes del ratón sino que su misma construcción produce ciertas formas de orden entre quienes toman parte en el proceso. Así que esa base de datos produce diferentes tipos de órdenes dentro del laboratorio: órdenes sociales, órdenes naturales y órdenes digitales; pero además de esos modos de ordenación, las bases de datos relacionan el espacio que inicialmente tiene como objetivo ordenar (el genoma del ratón) con otro espacio: en este caso el laboratorio (Hine, 2006: 277). El objetivo de esta sección ha sido explicitar la presencia en el bloguear de esa entidad que pasa a menudo desapercibida y que he llamado la infraestructura de la Blogosfera, específicamente un aspecto de esa infraestructura: las bases de datos. En busca de inspiración para pensar a los blogs a través de este concepto me he detenido en la literatura que dentro de los estudios sociales de la ciencia y tecnología ha abordado empíricamente el análisis de las bases de datos dentro de la infraestructura informacional digital de la ciencia desplegada en décadas recientes. En lo que resta del capítulo me adentro en describir qué entidades componen exactamente esa infraestructura de la Blogosfera y las consecuencias que tiene en la práctica de bloguear.

3. Inscribir el presente, sostener el pasado He señalado anteriormente que un blog es, literalmente, una base de datos, un conjunto de ítems y una serie de reglas a través de las cuales esas entidades son ordenadas. Teniendo en cuenta lo dicho en la sección previa cabe entonces preguntarse por el espacio de ordenación de la base de datos, sus categorías y los efectos externos que tiene esa ordenación. Si examinamos la base de datos de WordPress, en el interior de su código informático se encuentra la siguiente pieza de código informático: “’orderby’ => ‘post_date’, ‘order’ => ‘DESC’” (Helmond, 2007: 55). Ese enunciado forma parte del programa que constituye la infraestructura de software de WordPress y es responsable de ordenar (“orderby”) los textos en la portada del blog siguiendo una jerarquía cronológica descendente (“DESC”) en función de la fecha de publicación (“post_date”) de cada uno de

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ellos28. O dicho de otra manera, la categorización temporal de los textos de la base de datos de un blog se traduce públicamente en la portada del blog en una jerarquía cronológica. Pero ese no es el único modo de ordenación de los textos, de hecho estos se ordenan también conforme a sus categorías o de acuerdo al mes en que han sido publicados. Basta con clicar en un blog en una categoría específica o en la sección de los archivos para obtener una página ordenada de esa manera; aunque en ambos casos también hay implícito un orden temporal (dentro de una misma categoría, los artículos respetan el orden cronológico entre ellos). Cualquiera de esos órdenes resulta posible porque previamente cada artículo ha sido marcado con la fecha en la cual ha sido publicado, o dicho de otra manera, han sido inscritos temporalmente. Lo que hace la infraestructura del blog cuando presenta la portada es utilizar el tiempo como la categoría ordenatoria de los textos del blog, lo cual producía las quejas de los talleristas de Tíscar, ¿por qué no utilizar la relevancia como fuente de ordenación en lugar del tiempo?, se cuestionaban. Ese orden temporal lleva implícito un juego de visibilidad e invisibilidad en el cual se muestran algunos elementos y esconden otros: lo más cercano en el tiempo se sitúa en la posición más visible mientras lo más distanciado se aleja de ese lugar privilegiado que es la portada. Y ese orden que en la portada del blog se establece entre los textos está inscrito materialmente en la infraestructura blogger, embebido en su diseño material a través de una orden que ordena: “'orderby' => 'post_date', 'order' => 'DESC'”. Pero ¿de dónde procede esa orden y qué otros elementos resultan necesarios para que pueda darse esa ordenación? Quien mejor puede responder es precisamente una de las diseñadoras de esas infraestructuras. Meg Hourihan es una joven veinteañera que bloguea cuando crea la plataforma Blogger junto a Evan Williams (ambos pareja por un tiempo). Blogger es durante un buen número de años la tecnología de blogs de referencia; comienza a funcionar en el verano de 1999 y atrae un número masivo de usuarios hasta que Google la compra en 2003. Hourihan describe Blogger en un post de su blog de una manera que proporciona indicios de la importancia que el tiempo tiene en la infraestructura blog: “estas herramientas escupen nuestro variado contenido en el mismo formato –archivos, enlaces permanentes, marcas temporales y cabeceras temporales” (Q.122.17 t. p.); todos los elementos que menciona para caracterizar la “herramienta” remiten al tiempo: los archivos, las marcas y cabeceras temporales y los mismos enlaces permanentes; todos son estándares o cuasi-estándares de la infraestructura blog. Los archivos se refieren a secciones del blog en las cuales los artículos están dispuestos por meses; es habitual encontrar en la portada de los blogs un calendario del mes corriente que permite clicar en aquellos días en los que ha sido publicado algún artículo; o un desplegable para ir a meses anteriores y consultar (por orden cronológico) sus artículos. Las marcas temporales se refieren a las fechas que convencionalmente figuran junto a los artículos; un ejemplo de estas marcas temporales en el blog de César Calderón: L@s Ciudadan@s Digitales Guardado en: It's Technology, stupid, Ciber-Politica — Cesar a las 1:33 pm el Martes, Marzo 13, 2007 […] (Q.84.11 t. p.) 28

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Para la versión de WordPress 2.3, publicada el 24 de septiembre de 2007.

Infraestructuras temporales

Lo que sigue a esta cabecera es el texto del artículo, cuyo título es ‘L@s Ciudadan@s Digitales’ y ha sido escrito al socaire de un evento que el PSOE celebra en Huesca y al que me refiero con más detalle en el capítulo siete. Bajo el título, dos categorías: “It’s Technology, stupid” y otra llamada “Ciber-Política”; y finalmente la fecha y hora de publicación. No hay un cuerpo de estandarización que marque las propiedades que las infraestructuras blog han de disponer, pero en la práctica, apenas hay infraestructuras que no dispongan de esos elementos. Inscripciones de laboratorio El concepto de inscripción que utilizo es usado por Bruno Latour y Steve Woolgar en el análisis de las prácticas de producción de conocimiento científico en su obra La Vida en el Laboratorio (1995 [1979]). En la etnografía que realizan a finales de la década de los setenta sobre un laboratorio de biotecnología situado en California, los dos autores describen la práctica de los científicos como basada en la producción y manipulación de inscripciones que son traducidas sucesivamente de un contexto a otro para la producción de hechos. Una inscripción es una toma de temperatura, o un conjunto de ellas, una gráfica que representa la acidez de una franja de terreno o un diagrama en el que se dibuja la resistencia de un material... Gracias a esas inscripciones, por ejemplo, los científicos traducen las propiedades de un terreno en una serie de gráficos que permiten trasladar fácilmente un pedazo de tierra desde el lugar que ocupa hasta el laboratorio (Latour, 1999). El terreno es movilizado a distancia, en otro lugar, a través de esas gráficas mediante cuya manipulación se elaboran argumentos y se movilizan, producen y reproducen en los laboratorios los hechos que después viajan a otros lugares a través de sucesivas inscripciones: impresas en artículos, incluidas en informes, adjuntas como imágenes en un correo electrónico... De ahí que Bruno Latour las llame también móviles inmutables (1992: 182). La producción y circulación de inscripciones está en la base del funcionamiento de la Blogosfera. Me voy a permitir lo que puede considerarse un ejercicio de imaginación realista para explicitar a qué me refiero. Un individuo b, un blogger cualquiera, o un lector l, tienen frente a sí un pequeño ordenador. En su casa, en un café, en un tren… Su pantalla cambia cada vez que teclea en la caja superior del navegador que ocupa su pantalla. Se llena y se vacía con textos e imágenes. Teclea “h..t..p..p..:./../..w..w..w…” y la pantalla se inunda con el texto que algún blogger ha escrito en algún otro momento y en algún otro lugar, hace unas horas, un día, unos días… unas semanas. Suele denominarse “petición” a la instancia en la cual un lector l introduce la dirección “http://www....” en su navegador. La petición cruza cientos o probablemente miles de kilómetros hasta alcanzar el servidor, un ordenador en el cual se hospeda el software del blog y la base de datos con todos sus artículos, imágenes, videos, comentarios... y el servidor le envía en respuesta un artículo específico identificado por el permaenlace del blog, o la misma portada principal del blog. Los servidores son en jerga informática los ordenadores destinados a tareas especializadas, más potentes en general que los ordenadores de uso doméstico. Muy a menudo, los servidores funcionan de manera continuada, jamás descansan; nunca se apagan. Un servidor es justamente una máquina que realiza disciplinadamente aquella tarea que se le

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encarga, como por ejemplo enviar el artículo que alguien le solicita. El servidor ha de permanecer inalterado, como si el tiempo no transcurriera por él. La misión del servidor y la infraestructura de Internet de la que forma parte es resultar invisible. En realidad todo eso ocurre de manera casi instantánea, pese a la distancia; todo eso que media entre la petición del lector y el envío de lo solicitado resulta invisible. La escala máxima del colectivo material que se moviliza resulta inapreciable ante la escala mínima del tiempo que requiere su movilización. O dicho de otra manera, la instantaneidad es sólo posible gracias al enorme número de entidades heterogéneas que se movilizan y comportan disciplinadamente: redes de comunicación, servidores, técnicos de mantenimiento, protocolos… La relación entre tiempo y escala del colectivo es inversa: cuanto más rápido ocurre todo más entidades son movilizadas para ello. Y en esa instancia en la cual una petición y su respuesta acontecen cruzando una geografía extensa se generan nuevas inscripciones. La petición queda guardada en la base de datos del blog, es una “visita” que genera una nueva inscripción, una traza que se suma a otras trazas generadas por otras visitas y que agregadas representan en una gráfica las visitas totales que se reciben a lo largo del día, las estadísticas de visitas. Hacer presente el pasado Una de las inscripciones fundamentales en la Blogosfera son los enlaces permanentes, que se consideran clave en el desarrollo de las infraestructuras blog. Son uno de los múltiples mecanismos que a lo largo de los años se introducen progresivamente en la infraestructura material de los blogs. En otra de sus recensiones sobre la historia de los blogs, Rebecca Blood escribe: A principios de 2000, Blogger introdujo una innovación que cambiaría por siempre la cara de los blogs: el permaenlace. Desde el principio, los webloggers han referenciado frecuentemente a otros blogs. Aunque era extraño (“desciende hasta la tercera entrada del 12 de septiembre”) pero esta charla entre blogs era tan absorbente que se convirtió en un foco principal de agrupaciones de bloggers completas. Los permaenlaces dieron a cada entrada en un blog una localización permanente en la que podían ser referenciados –un URL distintivo. Previamente, los archivos de los weblogs habían sido navegables sólo a través del ojeándolos. Ahora, los bloggers pueden referenciar entradas específicas de weblogs de manera tan elegante como referenciaban cualquier otra fuente online. Esta característica resulto tan útil que se convirtió en un componente canónico de la entrada estándar de un weblog. En un medio cuya moneda son los enlaces, los weblogs sin permaenlaces estaban de repente en desventaja. Quienes programaban a mano [sus blogs] tenían que inventar maneras de reproducir esta característica si querían ser referenciados por otros blogs. (Blood, 2000 t. p.)

Los enlaces permanentes aparecen unos meses después de que surjan las primeras plataformas blog. Un enlace permanente es una dirección de Internet como “http://www....” que la infraestructura blog asigna a cada artículo. De esta manera a cada artículo le corresponde uno de esos hiperenlaces permanentes a través del cual pueden ser localizados de manera unívoca. Cuando los permaenlaces aparecen, para algunos bloggers del momento no tienen mucho sentido: un enlace que te lleva al mismo artículo que estás

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leyendo; sin embargo rápidamente son incorporados por otras plataformas y al cabo del tiempo resultarán fundamentales en la construcción de la Blogosfera y en la configuración de algunas de sus dinámicas, como discuto más adelante. En los enlaces, muy a menudo, se encuentra inscrita la fecha de publicación en su misma estructura, como muestra la descripción que hace de ellos la Wikipedia (edición en inglés): Blogspot http://.blogspot.com/.html WordPress http:////

digit

digit

year>/////> Franco >> no creo que puedas entrar porque el Alexa sales ‘sin datos’. Esto quiere decir o que tu blog es

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demasiado nuevo como para que haya datos o que estás más allá del ranking 5 millones (sólo entran los que están por debajo del ranking #700.000) Viendo tu contador de Nedstat con un promedio de 40-50 páginas al día tampoco creo que pudieras entrar, en mis cálculos estoy utilizando Nedstats (a falta de Alexa) de al menos 300-400 páginas al día... Dale tiempo a tu blog que seguro que cuando madure y sea más popular puede entrar en el mapa” (Q.171.58).

Imagen 7.9.

Imagen 7.10 (izda.).

Imagen 7.11 (dcha.).

Crédito: Álvaro Ibáñez [www.microsiervos.com]

La imagen 7.9 muestra el Mapa de la Blogosfera española elaborado por Álvaro Ibáñez en 2003. La imagen 7.10 muestra un detalle y la 7.11 la leyenda del mapa. Cuando un lector le pide a Álvaro que incluya su blog, Álvaro le indica los criterios de inclusión que ha utilizado: “1. Que esté en castellano. 2. Que no sea comercial. 3. Popularidad en Alexa Ranking hasta el puesto #700.000 (mundial) [que a lo mejor en próximas versiones habrá que reducir a 500.000 si salen demasiados]. O algo equivalente si es un site hospedado en un subdominio (ej. *.blogspot.com, *.blogalia.com): varios cientos de visitantes al día según Nedstat o similares. 4. Que tenga suficientes características de weblog, por ejemplo: - posts ordenados cronológicamente - actualización frecuente estar creado con herramientas habituales de weblogs (Blogger, MT, pMachine...) - figurar en las listas/agregadores habituales (weblogs.com, bitacoras.net, blogalia, bitako, blogdir, blogshares, vecindario, blogdex, daypop, dmoz.org, blogwise) - estar enlazado desde unos cuantos weblogs del mismo estilo - tener unas cuantas decenas de enlaces desde otros weblogs/páginas (en google, buscando link:miweblog.com)” (Q.171.37).

Las listas y el orden de la Blogosfera Un mes después de que Álvaro publique su mapa, Juan Julián Merelo publica en su blog otra representación de la Blogosfera que encaja de forma más clara con esa definición de ella como una red de blogs enlazados. El gráfico representa aquellos blogs que tienen al 203

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menos cinco enlaces a otros blogs. Cada punto rojo es un blog y los segmentos que les conectan con otros representan los hiperenlaces entre ellos. Los datos han sido tomados del Blogómetro, un proyecto que J. J. Merelo ha creado junto a Fernando Tricas y Victor R. Ruiz. El Blogómetro es una iniciativa que los tres bloggers comienzan en 2002, justo unos meses antes de que Technorati comience a funcionar y poco tiempo después que comenzara otro sistema similar llamado Blogdex, creado por el Massachusetts Institute of Technology. De hecho, el Blogómetro está inspirado en Blogdex y en otros sistemas que surgen en EE UU en esos años. Esa relación proporciona indicios de la circulación de tecnología desde EE UU a España, y de la implicación de los académicos en la construcción de la Blogosfera, pues tanto Blogdex como el Blogómetro están promovidos por académicos. Sobre esos dos aspectos regreso más adelante. Ahora me detengo en describir algunos aspectos del funcionamiento del Blogómetro y en discutir algunos de los efectos que este tipo de dispositivos tienen sobre la Blogosfera.

Imagen 7.12. Imagen elaborada a partir de la base de datos del Blogómetro donde se representan

aquellos blogs que reciben al menos cinco enlaces de otros blogs que están en la base de datos del Blogómetro. Crédito: Valdis Krebs / J. J. Merelo [http://atalaya.blogalia.com].

Entre las motivaciones para embarcarse en el proyecto, los autores argumentan que otras tecnologías similares estadounidenses como el propio Blogdex, o Daypop o Popdex no se ocupan debidamente de los blogs españoles, así lo señalan: “la blogosfera hispana no aparece adecuadamente reflejada en los resultados ofrecidos por estas herramientas”

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(Merelo, Ruiz y Tricas, 2003). Así que el Blogómetro pretende ofrecer para los blogs de lo que denominan el ámbito hispano lo mismo que esos servicios ofrecen para los blogs de EE UU. Cada día, el software del Blogómetro examina disciplinadamente, temprano por la mañana, la lista que tiene de blogs para comprobar si tienen enlaces nuevos a otros blogs y crea una lista con aquellos más enlazados. Así lo explican los autores del proyecto en un artículo: “cada día recorre su lista de bitácoras, las lee y extrae sus enlaces, almacenando los nuevos en una base de datos, y haciendo al final una lista ordenada de más a menos apariciones [...] medimos el número de nuevos enlaces durante ese periodo, que resultó ser aproximadamente de un enlace por bitácora cada dos días, lo cual indica que se trata de una comunidad bastante activa” (ibid.). El objetivo último, dicen, “era publicar un ranking diario de los sitios más enlazados desde los blogs de la base de datos” (Merelo y Tricas. 2005: 102), asumiendo que “lo más enlazado sería lo más interesante” (Tricas, Merelo, Ruiz, 2006: 42). Y con ese planteamiento, la definición que hacen de los enlaces convierte a estos en indicadores materiales de la sociabilidad entre bloggers: “un enlace es un vínculo entre dos bitácoras, bien porque la han leído, o han leído alguna historia donde lo han hecho, porque se refiere uno al autor de la bitácora usando un enlace a la misma” (Merelo, Ruiz y Tricas, 2003). El proyecto se mantiene durante unos años hasta que el crecimiento de la Blogosfera hispana es demasiado grande y lo abandonan porque carecen de recursos informáticos para mantenerlo.

Jerarquía: los bloggers influyentes En ambas representaciones, tanto en el Mapa de la Blogosfera que elabora Álvaro Ibáñez como en la red que elabora J. J. Merelo, están presentes los mismos blogs y bloggers: José Luis Orihuela, Barrapunto, El Libro de Notas, José Antonio Millán… cuando J. J. Merelo publica en su blog el gráfico comenta: “el mapa, como se puede ver, confirma que la blogosfera hispana (sea lo que sea) está llena de estrellas. Está la estrella JAMillan (arriba a la izquierda), la estrella PJorge (centro, arriba), y muchas más estrella […] en ese mapa de arriba aparecen solo las bitácoras con vínculos más fuertes, si añadís todos los enlaces (bajando hasta mínimo dos enlaces) veréis un mapa con más bitácoras, pero claro, más liado. Hala, a disfrutarlo” (Q.66.13). Esas estrellas a las que se refiere son literalmente aquellos blogs con una representación estrellada, son las blogstars de la Blogosfera, como dicen algunos. Son aquellos a los que me he referido como bloggers de la A-list, bloggers alistados, los blogs que congregan a otros blogs alrededor suyo y que son enlazados por otros, quienes ocupan las primeras posiciones de los rankings, quienes son visibles en los mapas y las representaciones. Y como ya he señalado en el capítulo anterior, son aquellos sobre los cuales se formula esa queja habitual en los congresos: son los mismos de siempre. Y esa calificación de estrellas no es caprichosa, porque además de su representación estrellada, en el Evento Blog España en Sevilla (en ambas ediciones) es posible encontrar imágenes publicadas en Internet en las que algunos asistentes aparecen retratados junto a estos bloggers en una pose que recuerda la de quien se fotografía junto a su estrella de cine o cantante favorito. Al año siguiente de publicar esa imagen J. J. Merelo publica una lista, un ranking, (que repetirá en los dos años siguientes) basada en los datos del Blogómetro y que con una buena dosis de ironía describe como “las 100 mejores

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bitácoras del mundo mundial en castellano” (Q.49.13) (anexo 3). Hay toda una serie de sistemas que como el Blogómetro se basan en el registro de los blogs y en el recuento de los enlaces que se establecen entre ellos entre los que se encuentran los ya citados Blogdex, DayPop, Popdex, Blog Pulse o The Blogospher Ecosystem así como Technorati, que durante mi trabajo de campo es un referente de la Blogosfera. En España hay al menos otra media docena más de rankings, elaborados bien por bloggers individuales (como el ranking de Kedume o el de Emezeta) o bien por empresas o proyectos como el de la empresa Alianzo, el Top500 de Bitacoras.com o el ranking TopBlogs.es que a partir de 2007 elabora la empresa Weblogs SL33 (anexo 5). De todos esos rankings, Technorati y el ranking de Alianzo son especialmente relevantes durante mi trabajo de campo. Technorati funciona como un buscador de blogs, una especie de Google para los blogs antes de que Google tenga un buscador específico para ellos. Algunos lo utilizan para buscar lo que se ha escrito sobre un determinado tema en otros blogs; otros bloggers lo usan para rastrear cuándo se menciona su blog o alguna temática específica que les interesa. Se suscriben a búsquedas y cuando alguien menciona esa palabra en un blog Technorati les avisa mediante un correo electrónico. Fundada en noviembre de 2002 en San Francisco, al cabo de unos años Technorati comienza a elaborar un ranking que se convertirá en una referencia para muchos bloggers. El planteamiento del ranking es simple: se cuentan los enlaces que un blog ha recibido desde otros durante los últimos seis meses y, tomando ese dato como criterio de ordenación, se elabora un listado que sitúa en primer lugar al blog que más enlaces tiene. Technorati atribuye además más autoridad en la Blogosfera al que más enlaces tiene; el mismo criterio que aplican muchos bloggers, por otro lado. Y ese es el fundamento sobre el que se basan la mayor parte de los rankings, también el de Alianzo, una empresa ubicada en Bilbao cuyo ranking se convierte al cabo del tiempo en una referencia en España. Su fundador, José Antonio del Moral, es otro blogger implicado activamente en la Blogosfera hispana. El ranking inicial que elaboran y que publican por primera vez en agosto de 2005 señala a los “50 blogs principales” de España, pero con el tiempo amplían el número a 100 y posteriormente hacen un ranking para cada comunidad autónoma (anexo 4). En cada una de esas listas recogen lo que consideran los blogs “principales” de cada Comunidad Autónoma. A la empresa, dedicada a servicios de Internet, acaban por conocerla antes por su ranking que por sus otros servicios, me confesará del Moral. El ranking se publica mensualmente y el algoritmo cuenta además del número de enlaces (utilizando la base de datos de Technorati), algunos otros factores como la posición en Google. Efectos de la jerarquía: la Blogosfera Si hubiera de comenzar un cuento sobre la Blogosfera lo haría diciendo algo así como: “érase una vez un enlace…”, porque lo primero de todo que hicieron los bloggers 33 Durante unos meses, durante su fundación, estuve vinculado al proyecto inicial de Weblogs SL, empresa dedicada a la publicación de blogs. Me desmarqué completamente de ella tras mudarme a Barcelona y comenzar con mi tesis doctoral.

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fue enlazar. Muy al principio, los bloggers tenían listas de enlaces en el lateral de su blog señalando los sitios que les interesaban. Esa lista llamada blogroll era una forma de recordar y acceder desde el propio a aquellos blogs que uno leía, sobre todo cuando no había agregadores. En lugar de tener que teclear en el navegador cada una de las direcciones de los blogs preferidos, el blog hacía, una vez más, de memoria pública y compartida con otras personas. Así que el blogger iba a su blog y desde ahí, clicando en el blogroll, abría las direcciones de sus lecturas cotidianas. Era también una manera de señalar, muy al principio y cuando los blogs se estaban gestando, otros sitios que el blogger reconocían como iguales (Blood, 2000: 7). Pero esa práctica tuvo un efecto singular porque rápidamente se generó una jerarquía entre bloggers en la cual aquellos más reconocidos se enlazaban entre sí. Tan pronto como en noviembre del año 2000, un grupo de bloggers publica desde EE UU un manifiesto incendiario donde hacen una crítica mordaz de la jerarquía que en esos momentos comienza a formarse y que califican como “una nueva burguesía”. El Blogma, como llaman al manifiesto (Blogma-nifesto) es incluido en uno de los primeros libros sobre blogs que se publica en 2002: We’ve got blog. How weblogs are changing our culture (Nos han blogueado. Cómo los weblogs están cambiando nuestra cultura) (Rodzvilla, 2002), Rebecca Blood escribe la introducción y el artículo sobre la historia de los blogs al que me he referido en capítulos anteriores. En el escrito titulado ‘Uphold the weblog’ (‘Preservar los weblogs’), el Blogma pretende agitar una campaña que “tiene como objetivo la nueva burguesía, aquellos que se llaman a sí mismos ‘A-list’ […] un llamamiento a los verdaderos bloggers para levantarse y echar abajo esa burguesía, BLOGMA 2001 requiere que la naciente cultura de las celebridades blogger sea completamente desmantelada antes que nada” (Rodzvilla, 2002: 137). Se asume generalmente que los rankings identifican la jerarquía de la Blogosfera. A través del establecimiento de un criterio de autoridad basado en el recuento de hiperenlaces que recibe cada blog se identifica la lista A de bloggers. En la revisión que he hecho de la literatura especializada al comienzo del capítulo he señalado cómo el número de enlaces es el criterio que suele asumirse para determinar la influencia de los blogs. Este argumento asume como dada a la Blogosfera y a partir de esa asunción la lista de los bloggers principales se obtiene de ella. Pero la existencia de una jerarquía entre bloggers basada en los hiperenlaces es previa a la Blogosfera. La “nueva burguesía” de bloggers fundada en los enlaces que el Blogma critica es una lista muy anterior a la noción misma de Blogosfera, cuya idea y definición no se acuña hasta enero del año 2002 por parte de un blogger llamado Bill Quick y tarda aún unos años en comenzar a ser usada de manera generalizada (los primeros blogs datan de 1997 y las primeras infraestructuras de 1999, como he señalado en el capítulo cuatro). Lo que quiero proponer es por lo tanto un razonamiento que invierte esa relación. La jerarquía de los A-list no es el resultado de establecer un criterio de autoridad sobre la Blogosfera, por el contrario, la Blogosfera es el efecto de esa jerarquía entre bloggers. Cuando digo que la Blogosfera es un efecto de la jerarquía blogger me refiero a que antes de que se realicen las primeras representaciones de la Blogosfera, antes de que haya sistemas que permiten delimitarla y encerrarla en bases de datos, antes de que se le puedan atribuir propiedades y límites, antes de que pueda ser visualizada en gráficos o que sea incluso nombrada o imaginada, antes de eso hay un grupo de individuos que establecen una jerarquía entre los que reconocen como iguales en su práctica, otros

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bloggers. Esa jerarquía recibe muy tempranamente, como se constata en el Blogma, el nombre de A-list. Pero ese cambio en la argumentación no es simplemente un juego de palabras; en realidad apunta a un aspecto fundamental del modo como se trae a la existencia a la Blogosfera mediante unos mecanismos muy particulares que son las listas y rankings, basados en una práctica singular como es hiperenlazar. Unos mecanismos que tienen unos efectos notables en la versión de la Blogosfera que se performa en el presente. La temporalidad de los rankings El Blogómetro, Technorati, o el ranking de Alianzo son, literalmente, grandes bases de datos que archivan direcciones de blogs y el número de enlaces entre ellos. A partir de ellas se crean listas posteriormente, rankings de blogs. Y como todas las bases de datos, estas también tienen efectos de ordenación. Uno de ellos es la creación de esa jerarquía entre bloggers y el otro es la performación de esa entidad llamada Blogosfera, como acabo de señalar; un tercer efecto se refiere a la performación de ciertas temporalidades. Technorati sólo cuenta los enlaces de los últimos seis meses y el Blogómetro elimina aquellos que son muy antiguos. Esto significa que para el caso de Technorati un blog pierde de su capital acumulado de enlaces aquellos que recibió hace exactamente seis meses y gana los que ha recibido en el día corriente. Si deja de bloguear (o de recibir nuevos enlaces) comienzan a perder ineludiblemente posiciones en el ranking, hasta desaparecer de él, de la misma manera que desaparecen los lectores cuando se deja de bloguear. Así que para mantenerse en el ranking es necesario bloguear de manera constante, prolongada, y lograr enlaces gracias a ello. Y como mantenerse en esas listas es importante para un buen número de bloggers, especialmente para aquellos que ocupan posiciones relevantes, eso les exige mantener un ritmo de escritura constante e intenso y lograr ser enlazados por otros bloggers. José Antonio del Moral decidió en su momento que el algoritmo del ranking de Alianzo no fuera público para evitar que, conociéndolo, algunos bloggers modificasen intencionadamente sus blogs con la única intención de mejorar su posición en el listado. La decisión está más que informada. Pese a la falsa modestia de algunos de los que figuran en la lista que les lleva a declarar su desinterés por ella y minusvalorar su relevancia, Del Moral me aclara mientras conversamos: “pero sí que están interesados y sí que se preocupan por ellos, porque cuando hacemos un cambio en el algoritmo y cambia su posición me lo dicen y a veces se enfadan” (J.A.M.E1.3.7), dice refiriéndose a uno de esos bloggers de la A-list que anda de conferencia en conferencia pontificando sobre una revolución que es el movimiento social más importante de la historia de la humanidad. Y otro indicador de la relevancia que algunos de estos bloggers le conceden a estas listas es que muchos sitúan en su blog un pequeño cuadro con el logotipo de Technorati o Alianzo en el cual se muestra su posición en el ranking. Las listas intervienen por lo tanto en la temporalidad del bloguear como mecanismos de visibilización. Y no son los únicos. La relación que hay entre ser visible, estar presente, y esa particular temporalidad intensa aparece como una tensión problemática muy iluminadora en una disputa que Rosa Jiménez mantiene con un senador español que forma

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parte de Las Ideas.es., el agregador de blogs al que ya me he referido al principio del capítulo. He dicho que los agregadores son programas o servicios que se usan para suscribirse a los blogs y leerlos fácilmente; pero se llaman también agregadores a ciertos sitios web en los que se “agregan” los artículos actualizados de diferentes blogs. Es una especie de meta-blog, un blog de blogs en el cual aparecen múltiples artículos de blogs diversos que comparten algún criterio común. En ocasiones se hacen agregadores de blogs de zonas geográficas, en otras por temáticas, o por orientaciones políticas. Las Ideas.es nace como agregador de afiliados y simpatizantes con el partido PSOE y se convierte con el tiempo en una asociación: Las Ideas. En su agregador: http://www.lasideas.es hay varias decenas de blogs. La disposición de los artículos es cronológica, cuando se escribe en uno de esos blogs ese artículo aparece en el sitio Las Ideas.es; a medida que otros blogs publican lo anterior desciende paulatinamente a lo largo de la portada hasta desaparecer. El conflicto entre Rosa y el senador deriva de la protesta del segundo porque ella publica con mucha frecuencia artículos breves. En opinión de él, los sucintos y numerosos artículos de Rosa figuran más visiblemente que los elaborados artículos a los que él dedica mucho tiempo, que desaparecen de la interfaz visible rápidamente. El sistema del agregador premia a quienes más actualizan su blog con mayor visibilidad, de la misma manera que el blog sitúa lo más actual en la posición más visible, o Technorati coloca el blog más enlazado en la posición más prominente del ranking. Esta noción de intensidad en la práctica del bloguear es de hecho uno de los elementos clave para ser agregado en Las Ideas.es. César, uno de sus responsables, explica los criterios para estar en el agregador a otro militante del partido con el que se encuentra en el evento de Huesca organizado por el PSOE y en el que Carlos Guadián realiza su discusión sobre la influencia. Este militante había pedido anteriormente a César que incluyera a un cargo relevante del partido y se quedó perplejo cuando César desatendió sus demandas: “un blog que no enlace y no actualice frecuentemente no lo vamos a incluir”, le explica entonces para argumentar: “[queremos] blogs que escriban con calidad, que tengan algo que aportar, y que posteen a diario o cada dos o tres días, que sean estables en el tiempo, no que hayan tenido una subida y después bajada” (Q.233:16). Lo más actual es más visible, o dicho de otra manera, lo más presente (en el tiempo) está más presente (visible) a través de la infraestructura del agregador, como lo está también a través de la infraestructura material del blog y de los rankings. El presente se visibiliza prominentemente como consecuencia de un régimen temporal intenso. Pero la relevancia que tienen estas listas va mucho más allá de la performación de ciertas temporalidades y tiene que ver con la performación de una versión muy particular de la Blogosfera que excluye a muchas personas que bloguean de ella, como paso a discutir.

5. La Blogosfera excluyente El año 2006 es un periodo intenso para Enrique Dans y José Luis Orihuela, dos de los bloggers presentes en todos los rankings de la Blogosfera durante ese año y el siguiente. Es un año intenso en lo que se refiere a los blogs porque andan de un lado para otro dando conferencias sobre ellos. Los dos participan como ponentes en la primera edición del

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Evento Blog España de 2006 y ambos contribuyen en varios de los libros que se editan en ese año. Justo un mes antes de que se encuentren en Sevilla han coincidido también en Oporto, donde se ha celebrado el 3º Encontro Nacional e 1º Encontro Luso-Galaico sobre Weblogs donde también han sido los conferenciantes principales. Orihuela anda presentando el libro que acaba de publicar a mediados de año: La revolución de los blogs, a lo que suma la promoción del libro colectivo que ha escrito a finales del año anterior con otros cuatro bloggers (Octavio Rojas, Julio Alonso, José Luis Antúnez y Juan Varela): Blogs. La conversación en Internet que está revolucionando medios, empresas y ciudadanos. Los cuatro coautores de ese volumen participan también como ponentes en el evento de Sevilla; de hecho, José Luis Antúnez es uno de sus organizadores. Octavio modera una mesa de ‘blogs y ética’, Julio Alonso participa en otra titulada ‘blogs y empresa’ y Varela es responsable de otra de las conferencias magistrales. Metido en esta vorágine, 10 días antes de su conferencia ante cientos de bloggers reunidos en Sevilla, Orihuela pronuncia otra en Vic ante un numeroso auditorio de universitarios, convidado por la universidad de la ciudad a un acto que organizan dos profesores que bloguean asiduamente; y una semana después de recalar en Sevilla está dando otra conferencia en Zaragoza. No menos de una decena a lo largo del año que le llevan a ciudades como Granada, Palma de Mallorca, Pamplona, Murcia y México D.F. que se suman a las ya citadas. Enrique Dans no le anda lejos y arranca el año 2006 participando en una jornada organizada por el PSOE dedicada a los blogs y poco después se sienta a debatir el tema de los blogs políticos en una convención que el Partido Popular celebra en Madrid. Esa presencia recurrente de esos dos bloggers en los eventos sobre blogs no es excepcional, sino la norma de la confección de esos encuentros de bloggers, en los cuales se repiten sistemáticamente los mismos nombres de los ponentes. Un análisis de las publicaciones que se realizan en España durante esos dos años y de los programas de los eventos es esclarecedor de esa hegemonía. Casi el 60% de los ponentes de los eventos son bloggers y se presentan a sí mismos o son presentados como tales. Pero más llamativa es la relación entre hombres y mujeres que hay entre ellos, por cada ocho hombres bloggers hay aproximadamente dos mujeres. Baste como ejemplo para ilustrar este desequilibrio el programa de La Conversación, una gran reunión que se celebra por primera vez en octubre de 2006 en Madrid y cuyo objetivo según sus organizadores es: “extender la conversación de la blogosfera al mundo real, con el mismo espíritu abierto y participativo que la originó, fomentando su naturaleza análogo-digital mediante un evento distribuido” (Q.64.8). Hay 21 ponentes y sólo tres de ellos no son bloggers y no aparecen como tales en sus atribuciones (Gumersindo Lafuente, Anil de Melo, Ignacio Parada), el resto practican el bloguear. Pero pese al espíritu abierto y participativo que se clama para el encuentro, de los 18 bloggers que figuran en el programa hay sólo dos mujeres, el resto son todos hombres bloggers. ¿Dónde están las mujeres? La desigualdad de género en la Blogosfera ha sido puesta de manifiesto a lo largo de los años por numerosas autoras y autores. Mark Tremayne y sus colegas analizan los que denominan blogs de guerra (war blogs) para encontrar que el 99% de los blogs de su muestra están escritos por hombres (Tremayne et al., 2006). El objetivo de su investigación es

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identificar los criterios que siguen los bloggers para enlazarse entre sí, para lo cual centran su análisis en artículos sobre la guerra de Irak escritos entre 2002 y 2004. Los blogs de su muestra han sido seleccionados usando uno de los rankings que existen en ese momento Blogosphere Ecosystem (Truthlaidbear.com), a partir del cual identifican 79 blogs y 899 artículos. A resultados similares sobre la desigualdad de género llega Tremayne en un trabajo con Dustin Harp (Harp y Tremayne, 2006) cuando analizan los blogs políticos más leídos de EE UU. En el análisis que hacen de los 35 principales que han identificado usando también el ranking Blogosphere Ecosystem, además de Technorati, encuentran que sólo el 10% son mujeres. Tras descartar varias explicaciones como que las mujeres no escriben sobre política o que sus blogs de política tienen menos calidad y por lo tanto no se encuentran entre los principales, llegan a la conclusión de que “los viejos patrones de poder explican esta desigualdad” (Harp y Tremayne, 2006: 258). Un análisis más general de Kaye D. Trammell junto a Ana Keshelashvili (2005) sobre los A-list estadounidenses realizado en EE UU en 2004 encuentra que el 70% de los miembros de esa lista son hombres, de una muestra constituida por 201 bloggers seleccionados usando el ranking de Popdex. Esas diferencias que se han encontrado en esos años para los blogs estadounidenses parecen reproducirse igualmente en otras geografías como en el Reino Unido también (Pedersen y Macafee, 2007), o en España, como discuto seguidamente. La conclusión es que las mujeres y los y las adolescentes no aparecen representadas en las listas de los blogs principales o más influyentes, la lista A está compuesta únicamente por hombres. Más adelante discuto la relevancia trascendental que tiene para comprender esa desigualdad de género la utilización de rankings y listas en la selección de las muestras en esos estudios. La desigualdad que muestran esos análisis es aún más significativa si se considera la caracterización que en 2003 hace Jeffrey Hening de la Blogosfera en el informe The Blogging Iceberg (2003) que elabora para la empresa Perseus Development: “bloguear es muchas cosas, sin embargo, el típico blog está escrito por una chica adolescente que lo actualiza dos veces al mes para contar a sus amigos y compañeros de clases lo que le ocurre en su vida” (Henning, 2003 t. p.). Henning retrata a la blogger media como una joven adolescente, las dos categorías (adolescente y femenina) que resultan invisibles en una Blogosfera que por el contrario está representada públicamente de manera hegemónica por hombres adultos. Los datos que el Pew Internet and American Life Report ofrece sobre bloggers en dos estudios diferentes, uno general y otro específico sobre jóvenes, indican que la proporción de bloggers es próxima entre hombres y mujeres. El primero indica que el porcentaje de bloggers hombres es del 54%, por un 46% de mujeres (Lenhart y Fox, 2006). Entre los adolescentes las chicas bloguean incluso más que los chicos, un 25% de ellas de entre 15 y 17 años por un 15% de ellos (Lenhart y Madden, 2005). En España, un análisis que Marcelino Madrigal hace de la plataforma en la que él mismo bloguea en ese momento, MSN Spaces, estima que el 56% son hombres por un 44% de mujeres. Del total, el 59% tiene entre 15 y 34 años (Madrigal, 2006). En el contexto geográfico de Galicia, Fernando Garrido llega a la conclusión de que el género masculino representa un 60% (Garrido, 2006) y un estudio publicado por Intel estimaba que el 22% de las españolas tenía un blog por el 18% de los españoles (Intel, 2006). Los datos de las encuestas del perfil del blogger hispano, en cambio, presentan una notable desigualdad. La segunda edición de la encuesta indica que el 72% de los bloggers son hombres y un 27% de mujeres (Ferreres y Garrido,

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2006), mientras que en la tercera edición el porcentaje de hombres se sitúa en el 73% (Garrido y Lara, 2008)34. Más indicios de que las mujeres bloguean tanto como los hombres los proporcionan una serie de trabajos realizados por Susan Herring y sus colegas Inna Kouper, Lois Ann Scheidt y Elijah L. Wright. Varios años antes de los estudios anteriores que acabo de señalar encuentran en varios análisis una proporción semejante entre hombres y mujeres que bloguean. En un estudio que realizan en el año 2003 sobre 203 blogs seleccionados aleatoriamente de un directorio de blogs (http://blo.gs) el 54,2% de los autores tienen género masculino por el 45,8% de género femenino; y un 60% de ellos son adultos (mayores de 20 años) (Herring et al., 2004a). Un segundo análisis que amplía esa muestra hasta los 357 blogs encuentra unos resultados similares para ambas categorías (Herring et al., 2004b). Pese a esos datos, los análisis sobre los bloggers influyentes, medida la influencia en términos de número de hiperenlaces, muestran una hegemonía absoluta de hombres. Son ellos quienes se convierten en portavoces de la Blogosfera y figuran públicamente como ejemplos de esa práctica, Para comprender cómo ocurre eso hay que atender al papel que los rankings y las listas juegan en la performación de la Blogosfera. La Blogosfera que no enlaza Un repaso de nuevo al programa de La Conversación de 2006 muestra que entre los 18 bloggers sólo dos son mujeres. Lo relevante es que la mayoría de los hombres son bloggers alistados, bloggers de la A-list. En el ranking de Alianzo de octubre (publicado tres días antes de que se celebre el encuentro), Juan Varela ocupa el puesto 21, Julio Alonso el 33, Martin Varsavski el 34, Josu Mezo (de Malaprensa) el 38 y Fernando Polo el 74. Otros de los participantes como Eduardo Arcos, Mariano Amartino y Francis Pisani se ubican geográficamente en Latinoamérica (o EE UU, caso del último), pero igualmente circulan como bloggers alistados de esas geografías. La desigualdad manifiesta en el programa de La Conversación es generalizable al resto de encuentros que se celebran en España en 2006 y 2007. Un análisis de los programas de 28 encuentros (ver anexo 2) indica que aproximadamente el 60% de los ponentes son bloggers, de los cuales un 80% son bloggers hombres35, y de estos el 25% bloggers alistados. Hay un conjunto de bloggers que aparecen sistemáticamente en los eventos. La queja con la que me encuentro recurrentemente es que siempre son los mismos los que ejercen como portavoces de los bloggers, los que hablan en nombre de otros. Además de los ya mencionados Enrique Dans y José Luis Orihuela, se encuentran Ignacio Escolar, Juan Varela, Diego Lafuente, Juan Freire, Julio Alonso, Fernando Tricas y Juan Julián Merelo. 34

Sin embargo, como he señalado en el capítulo cuatro, cabe considerar la hipótesis de que los resultados de esta encuesta y esa desigualdad sean consecuencia de la manera como se ha administrado la selección de la muestra a través de enlaces en blogs que remiten a la dirección del sitio de la encuesta. Mi intención no es cuestionar la validez de esas dos encuestas, sino intentar explicar esa acusada diferencia de género que parece no cuadrar con otras geografías y estimaciones en España. En la primera edición de la encuesta no se ha considerado la variable del sexo, o al menos no aparece en el informe que se publica (Ferreres, 2005). 35 Los porcentajes están calculados sobre los programas de los eventos que, ocasionalmente, puede variar con los ponentes que finalmente participan por cambios de última hora. Los porcentajes pueden tener variaciones del 2% debido a la dificultad para discriminar quienes son bloggers en algún caso.

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Programa de La Conversación, Madrid. 19 de octubre de 2006 9.30-11.00. Mesa "Blogs y política: de Howard Dean a los blogs en política española" Modera: Juan Varela, periodista, escritor, consultor de medios y autor de http://periodistas21.blogspot.com Participan: * Lourdes Muñoz Santamaría, Diputada del PSC por Barcelona y autora de http://lourdesmunozsantamaria.blogspot.com * Domingo Buesa, Presidente del Partido Popular de Zaragoza y autor de http://www.buesaenvanguardia.com * Ignasi Guardans, Diputado al Parlamento Europeo por CIU y autor de Weblog d'Ignasi Guardans. 11.30-13.00. Mesa "Blogs y periodismo: La nueva relación entre medios y ciudadanos" Modera:* Iñigo Sáenz de Ugarte, periodista y autor de http://www.guerraeterna.com Participan: * Gumersindo Lafuente, periodista de http://www.elmundo.es * Josu Mezo, autor de Malaprensa. 13.00-14.30. Mesa "Blogs y empresas: Alcance y limitaciones de los emprendedores en la blogosfera" Modera: Fernando Polo, socio de Lastinfoo y autor de http://abladias.blogspot.com Participan: * Anil de Melo, CEO y productor de http://www.mobuzztv.es * Julio Alonso, CEO de http://www.weblogssl.com y autor de http://www.merodeando.com * Ignacio Parada, Responsable del proyecto Noxtrum en TPI * Alex DC, CEO de Fresqui. 16.00-17.30. Mesa "La blogosfera Latinoamericana" Modera: Antonio Fumero, investigador y autor de http://antoniofumero.blogspot.com Participan: * Eduardo Arcos, Ecuador/México, director de http://hipertextual.com y autor de http://alt1040.com * Mariano Amartino, Argentina, consultor de tecnología y autor de http://www.uberbin.net * Alvaro Ramírez, Colombia, profesor asociado de la Universidad de Bergen, Noruega, y autor de http://otexto.net * Jennifer Woodward Maderazo, EEUU, consultora de comunicación y coautora de http://vivirlatino.com 18.00-19.30. Mesa "Blogs y conversaciones globales" Modera: Octavio Rojas, consultor de relaciones públicas y autor de http://octaviorojas.blogspot.com Participan: * Martin Varsavsky, CEO de Fon y autor de http://spanish.martinvarsavsky.net * Francis Pisani, periodista de Le Monde, El País y Reforma y autor de http://www.francispisani.net * Ross Mayfield, CEO de Socialtext y autor de Mayfield's Weblog. 21.00. Beers & Blogs

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Todos ellos son bloggers alistados que se encuentran entre los 50 puestos de los rankings que se elaboran durante 2006 y 2007 y que se mantienen en ellos durante varios años. En un análisis del ranking de Alianzo36 en tres momentos temporales diferentes entre 2005 y 200737 da como resultado que menos del 10% de los bloggers son mujeres en cada uno de esos momentos38. Un segundo aspecto destacable del ranking es su inmovilidad. La lista se mantiene a lo largo de esos tres años con escasas variaciones. En ese periodo de tiempo, en las primeras 20 posiciones se mantienen el 65% de los blogs. Si se considera el ranking completo hasta la posición 50, la variación es inferior al 20% y está concentrada principalmente al final de la lista, a partir del puesto 40. Esos bloggers que figuran en los rankings y que hacen de portavoces en los eventos son hombres, maduros y en general muy formados académicamente. Y proceden de tres ámbitos principalmente, en ocasiones solapados: la comunicación (Orihuela, Escolar, Varela), la academia (Dans, Orihuela, Tricas, Merelo) o el sector de la tecnología (Diego Lafuente). Los resultados confirman los obtenidos por Mark Tremayne y sus colegas (2006) en el análisis de los blogs de guerra, escritos por hombres altamente cualificados académicamente con tres perfiles diferenciados: académicos, periodistas (o escritores) y empleados en el ámbito de la industria tecnológica. En las publicaciones que se realizan sobre los blogs, a las que me he referido en el capítulo cinco, ocurre algo similar y el porcentaje entre hombres y mujeres es también de nueve a uno. César Calderón, que está involucrado estrechamente en la organización del congreso de Huesca al que me he referido al principio, escribía un artículo para ese encuentro en el que daba indicios de la importancia de los rankings en la confección de los programas de los eventos: Ponga un blogger en su congreso Voy a contarles un secreto que aún no han descubierto del todo los partidos políticos ni las grandes empresas de comunicación. Les voy a contar como realizar un “seguimiento blogger” de un congreso, certamen, o conferencia política alcanzando enormes cotas de notoriedad y generando un debate incluso le ayudará a que las conclusiones del propio evento sean incluso más serias y completas. El secreto a lo mejor no lo es tanto, simplemente debe invitar a dicho “sarao” a un grupo de bloggers que se comprometan a hacer Live Blogging, preferiblemente con un ranking medio-alto en Technorati y bien indexados en Google. Y ya si forman parte de distintas comunidades y redes sociales, tendrá usted garantizado todo lo anteriormente descrito, y consecuentemente el éxito mediático del evento.

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Alianzo comienza a elaborar su ranking en el año 2005, con una lista inicial de 50 blogs únicamente que posteriormente amplía a 100 para más tarde elaborar un ranking para cada comunidad autónoma. Me limito en este análisis a los 50 primeros blogs del ranking general. 37 Los datos proceden de los rankings que son publicados en noviembre de 2005, junio de 2006 y junio de 2007. La elección de la primera fecha (noviembre de 2005) obedece a una fecha anterior al comienzo de mi trabajo de campo y por lo tanto anterior también a los eventos que se celebran a partir de 2006. Las siguientes fechas pretenden servir para argumentar que el posicionamiento en los rankings es un elemento relevante en la presencia de algunos bloggers como ponentes en los eventos, y no al contrario, de ahí la elección de junio para poder establecer ese argumento en relación con importantes eventos como el Evento Blog España o La Conversación, que se celebran en meses posteriores. 38 En 2006 hay sólo 5 y en 2007 hay sólo 2 de la lista de 50 blogs del ranking; la primera posición que ocupa una de ellas es el número 21. Los blogs colectivos han sido considerados como escritos por hombres si la mayoría de ellos son hombres; puede haber un error de aproximadamente un 2% en la identificación del género de los blogs.

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Una Blogosfera excluyente Como he señalado al principio, la Blogosfera ha tendido a ser representada como una conversación, una red de blogs enlazados entre sí mediante hiperenlaces. Así la definen por ejemplo Henry Farrel y Daniel Drezner: “la Blogosfera es un fenómeno en red […] que los blogs estén enlazados en una red les proporciona muchas de sus características específicas –los blogs interaccionan unos con otros continuamente, enlazando hacia delante y atrás, diseminando historias interesantes, argumentos y puntos de vista” (Farrel y Drezner, 2008: 17). Una manera de definir la Blogosfera que hace de los hiperenlaces uno de los pilares de la sociabilidad entre bloggers. Pero lo cierto es que las evidencias empíricas muestran que la Blogosfera está muy lejos de ser una red con esas características. Más aún, la Blogosfera está muy lejos de ser una red que pueda ser definida en esos términos, al menos en esos años y en precedentes. Al analizar el patrón de enlaces en la Blogosfera diferentes autores encuentran que sólo un porcentaje muy pequeño de blogs están enlazados entre sí; y si bien resulta imposible un análisis de ese tipo para toda la Blogosfera los diferentes estudios parciales que se realizan confirman sucesivamente esa hipótesis. Susan Herring y sus colegas señalan claramente que la mayor parte de los blogs carecen de enlaces (Herring et al., 2005). En un estudio que realizan en el año 2005, sólo un cuarto de los blogs de su muestra tenían enlaces salientes y el 95% del total tenía menos de diez enlaces. Sobre una muestra aleatoria de 5.517 blogs llegan a la conclusión de que los A-list están sobrerrepresentados en los análisis y que hay otros blogs que se encuentran más densamente conectados pero no son A-list. La conclusión es que la Blogosfera está parcialmente interconectada y es sólo esporádicamente conversacional; un análisis que confirman Kumar y sus colegas en un análisis que realizan sobre 25.000 blogs (Kumar et al., 2005). A conclusiones similares llegan estudios sobre subespacios específicos definidos por referencias geográficas como España (Tricas y Merelo, 2004) o Polonia (Batchnik et al., 2005), o sobre conjuntos de blogs definidos de manera específica como los blogs políticos (Farrel y Drezner, 2008; Adamic y Glance, 2005). Además, todos estos estudios identifican un patrón de enlaces desigual: unos pocos blogs reciben la mayoría de los enlaces mientras que la mayor parte carecen de ellos, una hipótesis que formula el blogger y académico Clay Shirky en el año 2003 (Shirky, 2003). Esta distribución desigual se reproduce en el tráfico de lectores también (Duarte et al., 2007; Karf, 2008), un número pequeño de bloggers tiene un alto número de lectores, frente a la mayoría de blogs que tienen un número muy pequeño (decenas o centenares). Los análisis académicos han representado una Blogosfera eminentemente masculina, como queda de manifiesto en las referencias que he realizado a la literatura. Susan Herring y sus colegas señalan de forma clarividente en el año 2004 una tendencia que posteriormente continuaría intensificándose pese a sus advertencias: tanto los medios de comunicación como los estudios académicos especializados han tendido a representar una Blogosfera masculina, adulta y blanca, dejando de lado e invisibilizando a mujeres y adolescentes que bloguean también. Si en ese análisis muestran que hay tantas mujeres bloggers como hombres, una revisión de las noticias aparecidas en prensa indica que el 88% de las menciones a bloggers en los artículos se refieren a hombres adultos, excepcionalmente mujeres o adolescentes (Herring et al., 2004a). El punto crucial es que

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estos análisis utilizan para la selección de sus muestras rankings y listas como Blogosphere Ecosystem, Technorati, Popdex (Tremayne, 2006; Harp y Tremayne, 2006; Trammell y Keshelashvili, 2005). Un aspecto especialmente claro en la literatura a la que me he referido al principio del capítulo sobre la influencia de los blogs, trabajos que utilizan las listas y rankings basados en el recuento de hiperenlaces para seleccionar sus muestras (Hiler, 2002; Gill, 2004; McKenna y Pole, 2004; Acklan, 2005; Adamic y Glance, 2005; Delwiche, 2005; Hindman, 2005; Trammell y Kehelashvili, 2005; Du y Wagner 2006; Tremayne et al., 2006; Wallsten, 2007; Zafiropoulos y Vrana, 2008; Kenizx 2009; Meraz, 2009). Los rankings hacen visible únicamente esa parte del conjunto de todos los blogs extremadamente hiperenlazada que señalan los estudios empíricos mientras ignoran o invisibilizan el resto. Podría señalarse a estos dispositivos como la pistola humeante responsable de la desigualdad de género. Ciertamente son una pieza clave en ese asunto pero quiero exprimir un poco más el argumento. Los análisis empíricos muestran que la definición paradigmática de los blogs y el bloguear como una práctica fundada en la escritura y creación de enlaces no se compadece con la realidad. En uno de los trabajos que Herring y sus colegas realizan muestran como este tipo de blogs es una minoría; y más significativo aún es que establecen una correlación entre género y tipo de blogs. En su análisis establecen una tipología de blogs siguiendo tres categorías: diarios personales, blogs de filtrados (centrados en enlazar) y blogs de conocimiento (k-blogs, de knowledge blogs). La conclusión a la que llegan es que el 71% de los blogs de su muestra son diarios personales (normalmente sin enlaces) que están escritos principalmente por chicas adolescentes. Menos del 10% son blogs de filtrado (con enlaces), y están escritos mayoritariamente por hombres adultos (Herring et al., 2004a), asunto sobre el que insisten posteriormente (Herring y Paolillo, 2006). Esa desigualdad ya la han dejado clara al señalar: “significativamente, los autores de blogs, los periodistas y los académicos han exagerado la extensión por la cual los blogs están interconectados, son interactivos y están orientados hacia eventos externos, subestimando la importancia de los blogs como formas de expresión íntima e individual” (Herring et al., 2004b: 1). Lo que estos trabajos identifican es que la desigualdad de género (sexual) en la Blogosfera es ante todo una diferencia de género (comunicativo). Llegados a este punto podría pensarse que los rankings simplemente traducen entonces una diferencia de género (comunicativa) en una desigualdad de género (sexual) con el efecto de invisibilizar a las mujeres y los adolescentes. Eso es lo que sugieren Susan Herring y sus colegas (Herring et al., 2004a, 2004b; 2006). Pero hacerlo así sería conceder demasiado espacio a determinados análisis, y demasiada legitimidad a los rankings y las listas de la Blogosfera. La pregunta que quiero plantear antes de concluir esta sección es: ¿qué es lo que hacen los rankings, las listas y las representaciones que se basan en los hiperenlaces? El Mapa de la Blogosfera hispana que Álvaro Ibañez elabora, o el gráfico que Juan Julián Merelo obtiene a partir de los datos del Blogómetro se presentan como re-presentaciones de la Blogosfera. En ocasiones se dice que son representaciones parciales, pero en realidad la exclusión de determinados blogs de esas representaciones no es consecuencia de su parcialidad. Hay blogs que nunca serán descubiertos por la araña del Blogómetro porque no enlazan ni son enlazados. Por muy amplia que fuera la representación, hay blogs que

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siempre permanecerían excluidos, nunca podrán ser representados. Las listas y rankings no sólo visibilizan determinados blogs sino que traen a la existencia un tipo de relación (los enlaces), un tipo de sociabilidad (la basada en enlaces) y unos criterios de autoridad (el número de enlaces) a costa de otros. Los rankings no son representaciones parciales de la Blogosfera, performan una determinada versión de ella que no se corresponde con esa definición según la cual la Blogosfera es el conjunto de todos los blogs. Traen a la existencia una Blogosfera definida como un conjunto de blogs enlazados entre sí, una definición que excluye a la mayor parte de los blogs. La desigualdad de género que muestran los estudios sobre blogs influyentes es consecuencia de asumir que los rankings representan a la Blogosfera. La exclusión de las mujeres y los jóvenes de la Blogosfera es el efecto de definir esta como una red de blogs enlazados. El Blogómetro tenía indexados en España unos 160.000 blogs a mediados de 2006 aunque sus estimaciones fueran que podía haber tres veces más blogs, unos 500.000 (Tricas, Merelo-Guervós, Ruíz, 2006: 42). No es sólo que las mujeres y los adolescentes estén excluidos y sean invisibles, también quienes escribien blogs estulo diario en lugar de basados en enlaces. Si no enlazan y son enlazadas serán excluidos. La hegemonía de unas cuantas decenas de bloggers sobre ese inmenso mar de blogs va más allá de una cuestión de género. Son hombres, pero también son adultos y personas excepcionalmente formadas académicamente, como he señalado. De hecho, las mujeres presentes en las publicaciones y eventos suelen ser mujeres que escriben blogs de filtrado. Los hombres y mujeres que escriben otro tipo de blogs, como los adolescentes, quedan excluidos. Los rankings, por lo tanto, no representan simplemente una desigualdad de género, sino que performan una definición de los blogs que excluye los modos de bloguear de las mujeres y los adolescentes. En esa definición se encuentra ya implícita no una desigualdad de género sino una exclusión de todo aquello que no sea escribir un blog que enlaza. Y como en el caso de la base de datos del blog que ordenaba la dinámica temporal del ensamblaje del blog, producir un orden en una lista de blogs tiene efectos externos en los modos de ordenación temporal de otras entidades. Y algunos de esos efectos se refieren no sólo a la producción de un orden en el presente, sino a la performación de ciertas expectativas y determinados futuros que se abren (o cierran) y esperanzas de futuro que se despliegan (o repliegan). Para terminar este capítulo quiero regresar sobre las expectativas que acompañan a los blogs y sobre las esperanzas de revolución y transformación social que emergen en su práctica.

6. Entre la apertura y la clausura del futuro Frente a la tendencia a pensar en las expectativas como confrontadas con los hechos, basadas en la especulación o la incertidumbre absoluta, he argumentado que las expectativas de los bloggers apasionados se fundan, por el contrario, en la producción de hechos. A lo largo del capítulo he descrito una serie de momentos esperanzadores que se convierten en instancias para la de producción de expectativas entre los bloggers. El gran logro de la esperanza es ser capaz de situar temporalmente las prácticas del presente con respecto a otro momento temporal posterior; es eso lo que significa nombrar la esperanza

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como una orientación hacia el futuro. Pero esa no es una tarea sencilla ni trivial; no es simple situar las prácticas del presente en relación con un futuro imaginado. Ben Anderson se refiere, por ejemplo, a lo que denomina prácticas anticipadoras del futuro, toda una serie de instancias que explícitamente convocan el futuro en el presente y entre las cuales nombra a los análisis prospectivos, los estudios de escenarios (futuros) o los análisis Delphi (Anderson, 2007: 162). Toda ellas convocan un futuro que intentan delinear por anticipado. Y si hay algo común cuando se convoca un futuro que es atendido, esto es el esfuerzo que se requiere. Convocar el futuro es un asunto trabajoso porque implica habitualmente desestabilizar el presente para formular nuevas posibilidades alternativas. En el caso de los bloggers, he tratado de mostrar cómo las expectativas de futuro se fundan singularmente en el sostenimiento del pasado que lleva a cabo la infraestructura material de la Blogosfera. En el capítulo anterior ya me he referido a la Blogosfera como una infraestructura temporal que sostiene un cierto pasado que inscribe y aloja en bases de datos. Los bloggers escriben hoy en sus blogs y eso que escriben es inscrito por la infraestructura y queda almacenado para el recuerdo. La Blogosfera es por lo tanto una enorme máquina para recordar, y pensar en los enlaces como operadores temporales forma parte de esa aproximación. Estos se han considerado como el mecanismo fundamental para la sociabilidad en la Blogosfera, pero enlazar es también una manera de señalar el pasado, de actualizarlo y hacerlo presente de nuevo. Cuando algún artículo ya alojado e invisible en alguna base de datos es enlazado se habilitan las condiciones para hacerlo presente de nuevo. Los enlaces inscriben el presente de tal manera que en el futuro puede ser recuperado, hecho presente de nuevo. Pero si la infraestructura de la Blogosfera es una enorme máquina para la memoria, hay muchos modos posibles de articular esa memoria en el presente. Me he referido a dos modos de articulación del pasado a través de hiperenlaces; cada uno de los cuales articula este y su relación con el presente y el futuro de manera diferente. Uno de esos modos de articulación del pasado a través de los hiperenlaces es la elaboración de relatos ejemplares, y el otro son los rankings y las listas de blogs. A través de uno y otro se performa la influencia de los blogs y se depositan en ellos grandes expectativas de cambio social. Las expectativas de revolución de los bloggers apasionados y su esperanza se fundan en el sostenimiento del pasado y en sus modos de articulación; aunque los efectos en cada caso son distintos. He argumentado cómo a través de los ejemplares el pasado es la fuente para imaginar un nuevo futuro en el cual todos los blogs son iguales. En este caso, la Blogosfera se predica como un espacio democrático e igualitario de cara al futuro porque todos los blogs, se dice, pueden desencadenar esos acontecimientos excepcionales que muestran la influencia de la Blogosfera. Los rankings y las listas de blogs influyentes, en cambio, reproducen en el presente la desigualdad de un pasado en el que todos los blogs son diferentes porque cada uno de ellos recibe un número distinto de hiperenlaces, porque cada uno de ellos tiene una influencia distinta. El privilegio de esperanzare… Tanto la producción de expectativas como la esperanza requieren por lo tanto de la

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movilización de toda una serie de recursos, como he señalado y desarrollaré más detalladamente en el capítulo próximo. La esperanza no se reduce a un acto de la imaginación, sino que requiere de la movilización de toda una serie de entidades que toman parte en su emergencia; igual que la producción de expectativas. Carlos Novas se ha referido a toda esta movilización de recursos en torno a la esperanza cuando estudia a las agrupaciones de pacientes concernidos que se organizan con la intención de intervenir en la gestión de la investigación sobre sus enfermedades. La esperanza es un aspecto fundamental en la constitución de estas agrupaciones y Novas señala explícitamente su intención de no reducir la esperanza a “un acto de la imaginación” (Novas, 2006: 290). Por el contrario, pretende explorar cómo la esperanza es materializada a través de diferentes prácticas sociales. Y es desde esa aproximación desde donde cobra sentido la propuesta que realiza de hablar de una economía política de la esperanza. Una economía política que hace referencia a cómo la participación de esas agrupaciones de pacientes en el ámbito de la salud constituye un acto político que desafía autoridad de los investigadores biomédicos y transforma los contextos en los que la misma investigación se desarrolla. A través de las inversiones económicas o del esfuerzo que realizan, los pacientes esperanzados tienen efectos prácticos sobre los recursos que esas investigaciones pueden movilizar y las direcciones que toman. Y en todo ese proceso, la esperanza está presente. Me interesa un doble aspecto de esa economía política, de un lado la dimensión explícita que Novas señala y que se refiere a la movilización de recursos que permite la esperanza y que la sociología de las expectativas también ha señalado (Hedgecoe y Martin, 2003; Konrad, 2006). Pero me interesa también otro aspecto relacionado y que Novas sólo menciona brevemente. Me refiero no sólo a los recursos que se logran como consecuencia de la movilización de la esperanza, sino aquellos que son necesarios para convocarla, o de una manera más precisa, m interesan las condiciones materiales para esperanzarse y la economía política de todo ese proceso. Pero si convocar el futuro requiere un enorme esfuerzo, como he señalado al principio, si producir expectativas no es sencillo y si esperanzarse no es un evento trivial, hay una serie de preguntas que resultan ineludibles y que señalan directamente a eso que he nombrado como la economía política de la esperanza. No todos los bloggers se esperanzan, pues hay para quien el blog es simplemente un instrumento, quien no se implica con los blogs de manera tan intensa como los bloggers apasionados y quien no aspira a transformar el mundo blogueando. Así que no todos comulgan con las expectativas de revolución que circulan de manera hegemónica y, como he señalado, esas no son las únicas que hay. Las cuestiones que surgen entonces son: ¿quién convoca el futuro de quién?, ¿qué condiciones habilitan para producir las expectativas de futuro?, y en relación con la esperanza, la cuestión clave es: ¿quién tiene la capacidad y, por qué no, el privilegio de esperanzarse? A esas cuestiones me refiero en lo que sigue para concluir este capítulo, señalando las tensiones y aparentes contradicciones que emergen entre los dos modos de articulación del pasado que he descrito. A lo largo del capítulo he señalado cómo hay un grupo de bloggers que ha acaparado la atención de los medios de comunicación y de los análisis académicos. Son los bloggers de la A-list, los bloggers alistados, las estrellas de la Blogosfera. Son ellos quienes se tornan en

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los portavoces de la Blogosfera gracias a su posición en los rankings y en las listas de blogs, esas bases de datos que pretenden encerrar la Blogosfera. Basta con examinar los rankings en España, los programas de los eventos y las publicaciones que se realizan para cerciorarse de que esos bloggers alistados son hombres adultos y altamente formados académicamente, que proceden del sector profesional de la tecnología, la comunicación o la academia. Estos bloggers alistados que practican su blog intensamente son bloggers esperanzados. Pero esos bloggers alistados despliegan una práctica particular, con una temporalidad intensa y constante. Los comentarios han de ser contestados rápidamente, ha de escribirse cada día y no al siguiente porque el capital acumulado de enlaces se perderá de lo contrario y la influencia y autoridad que atribuyen los rankings se desvanecerá. Los eventos excepcionales como algunos ejemplares que resultan de la respuesta colectiva y no coordinada de los blogs ante determinados acontecimientos son un indicador de esa urgencia. Es la urgente respuesta de decenas, miles o decenas de miles de individuos ante un acontecimiento lo que demuestra en ocasiones la capacidad de la Blogosfera para influir en los medios de comunicación o la política, como ya he señalado en el capítulo seis. …y convocar el futuro de otros Pero aunque las expectativas de transformación social a las que me refiero sean las más visibles no son las únicas. Hay unas expectativas más visibles y más extendidas que otras, y no todos los actores tienen las mismas capacidades para movilizarlas y hacerlas circular. Esas expectativas que los bloggers alistados hacen circular están fundadas en su propia práctica, en su bloguear esperanzado. Pero no todo el mundo ni todos los bloggers parecen disponer de las condiciones para ello. De hecho la mayoría son personas que abren un blog y sólo escriben una vez, o sólo consiguen mantenerlo durante unas pocas semanas (Henning, 2003; Lenhart y Fox, 2006), el abandono es lo habitual de los blogs. De manera que si bloguear es para muchos un acontecimiento esperanzado, la carencia de esperanza es por el contrario la norma para la mayor parte de quienes se aproximan a los blogs, o en todo caso una esperanza distinta a la que los bloggers alistados encierran en esas expectativas que hacen circular. El privilegio que les concede la portavocía de la Blogosfera es doble. Son ellos quienes hacen circular una narrativa revolucionaria que convoca unas expectativas de futuro particulares que excluyen o invisibilizan otras; pero además, son ellos los que establecen las condiciones de posibilidad para esperanzarse porque son muy pocos aquellos capaces de experimentar en propia carne esas expectativas desplegando las prácticas que se exigen para ello: un bloguear intenso, que recibe enlaces y que se mantiene constante a lo largo del tiempo. Son ellos quienes establecen los futuros posibles de los blogs. Los réditos de la esperanza Establecer una narrativa de futuro hegemónica implica clausurar otros futuros posibles, lo cual se logra invisibilizando otras maneras de bloguear en el presente, otras formas de elaborar blogs. Aquellas que por ejemplo no se centran en blogs que enlazan y

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son enlazados, lo que clausura la posibilidad de elaborar otras expectativas de futuros posibles. Un proceso en el que los bloggers alistados obtienen réditos notables, un aspecto especialmente visible en los encuentros de bloggers. Estos constituyen espacios privilegiados de interlocución con las instituciones tradicionales como partidos políticos, medios de comunicación y empresas. En los eventos se mezclan políticos, empresarios, académicos y bloggers, como queda claro en el programa de La Conversación. La Blogosfera ya no es, en los eventos, el efecto de una base de datos en la pantalla de un ordenador, no es tampoco un ranking, ni una representación de red; son espacios donde un blogger habla frente a cientos de bloggers al lado de una diputada nacional y otro diputado del parlamento europeo, ambos bloggers. Un espacio donde el responsable de uno de los principales medios de comunicación digitales de España discute de tú a tú con un blogger sobre la prensa. Una extensión del espacio de interlocución que constituye la Blogosfera, ¿en qué circunstancia una blogger podría encontrarse con un senador?, aunque sea para una disputa como la que tiene Rosa Jiménez. Pero son un puñado, los bloggers A-list los que disfrutan del privilegio de la portavocía y la interlocución con esas instituciones. Ordenando la Blogosfera a través de los rankings y listas se proporcionan las condiciones de posibilidad para ordenar lo que queda más allá de ella, pues son quienes ocupan la jerarquía de ese orden interno quienes tienen la capacidad para intervenir de manera privilegiada en otros contextos en los que se convierten en interlocutores de las instituciones tradicionales. ¿Blogosfera revolucionaria? Pese a la insistencia de los bloggers alistados que predican la irremisible transformación de los medios de comunicación y señalan a la Blogosfera como un espacio de comunicación diferente, las evidencias parecen indicar que más que un espacio de comunicación alternativo la Blogosfera se convierte en lo que Linda Jean Kenix califica como una caja de resonancia de los medios de comunicación de masas tradicionales. Un estudio preliminar de Juan Julián Merelo, Victor R. Ruiz y Fernando Tricas señala en 2003 que el sitio del periódico The New York Times es el más enlazado de los blogs que tienen indexados en el Blogómetro, más incluso que otros medios españoles (Merelo, Ruiz y Tricas, 2003a). El dato añade más evidencias sobre el perfil de alta cualificación intelectual de los bloggers que en ese momento temprano bloguean en España; o al menos de los bloggers que el Blogómetro tiene indexados39. Unos datos que son confirmados en otro estudio posterior en el cual los sitios de periódicos españoles como El Mundo o El País aparecen como los más enlazados, por encima de los enlaces a blogs. Lo más significativo de estos análisis sobre el origen y destino de los enlaces de la Blogosfera hispana es que sólo un 10% de los enlaces tienen como destino otros blogs (Tricas y Merelo, 2003b). Otro estudio realizado por Mark Tremayne y sus colaboradores encuentra que el 60% de los enlaces de bloggers alistados analizados apuntaban a medios de comunicación tradicionales y sólo un 23% a otros blogs (Tremayne et al., 2006), resultados similares a los que posteriormente en un contexto diferente encuentra en otro estudio Sharon Meraz (2009), 39

Más significativo es si tiene en cuenta que España es uno de los países europeos con un índice más bajo de lectura de periódicos.

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cuando analiza la interdependencia entre bloggers políticos principales y medios de comunicación tradicionales. De los 18 blogs políticos analizados que identifica a partir de los rankings de tres agregadores de blogs (Technorati, Truth Laid Bear y Blogpulse) el 50% de sus enlaces van a medios tradicionales y el 33% a medios ciudadanos (durante tres eventos entre julio y septiembre de 2007). Pero la crítica más demoledora con respecto a la concepción de la Blogosfera como un espacio alternativo a los medios de comunicación tradicionales la realiza Linda Jean Kenix en un estudio que aunque no es representativo refuerza los indicios anteriores. La autora se muestra más que escéptica frente a la asunción de que los blogs están transformando la política y considera que estos son más como una cámara de ecos de los medios de masas tradicionales que un espacio de alternativo de noticias (Kenix, 2009). Su estudio se centra en dos blogs relevantes seleccionados aleatoriamente utilizando el ranking que elabora una empresa (y que está basado en parte en el recuento de hiperenlaces). Los enlaces de esos blogs tienen como destinatario, nuevamente, a grandes medios de comunicación antes que medios alternativos y muestran una limitada participación bidireccional con los lectores. El 36,3% de los enlaces eran a fuentes de medios de comunicación de masas convencionales, el 3,8% a grandes blogs y el 1,7% a fuentes alternativas. Y aunque la autora reconoce que el trabajo carece de representatividad estadística, su conclusión es que los blogs acaban reforzando los temas que los medios de comunicación tradicionales tratan. En EE UU Lada Adamic y Natalie Glance (2005) constatan en un trabajo extensamente citado que la mayoría de los enlaces de los blogs principales apuntan a medios de comunicación tradicionales, resultados que Wall confirma posteriormente (2005) en un análisis que realiza de los llamadas blogs de guerra (warblogs). Los bloggers alistados, esos que claman y predican la capacidad de los blogs para transformar los medios de comunicación, son en realidad una correa de transmisión de estos. También en España. En el capítulo cinco me he referido a las expectativas que dicen que la fuerza democratizadora de la Blogosfera reside en su naturaleza democrática. La controversia entre Microsiervos e Ikea que he descrito abunda sobre esa idea y plantea una Blogosfera horizontal en la que todos los blogs son iguales en relación con el futuro porque potencialmente todos ellos pueden ser igual de influyentes. Sin embargo, en relación con el presente, no todos los blogs son igual de influyentes, no todos son igual de visibles ni a todos se les reconoce la misma autoridad, como queda de manifiesto en las listas que se hacen en la Blogosfera. Las mujeres y los jóvenes quedan fuera de los rankings y listas, están excluidos de los puestos de portavocía de la Blogosfera y resultan invisibles. Así que, ¿qué Blogosfera es esa en la que su naturaleza democrática se reduce a hablar para no ser escuchado?, o para que siquiera se le reconozca a uno o a una su misma presencia. Muy significa es la definición que uno de los bloggers alistados, Eduardo Arcos, incluía en la Wikipedia española traduciendo en 2005 de la versión inglesa: “la blogósfera es comparable a un sistema biológico y tiene comportamientos clásicos como evolución, selección natural, adaptación, depredadores y presas; en la blogosfera se determina la calidad y cantidad de información disponible por medio de los enlaces entrantes a un weblog” (Q.121.13). La Blogosfera que traen a la existencia los rankings es la encarnación material de la ideología californiana a la que se refieren Richard Barbrook y Andy Cameron (1996), una Blogosfera convertida en un modelo darwiniano en el que unos cumplen el rol de presas y otros de

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depredadores. El discurso de la Blogosfera como una red de iguales cuya influencia es resultado del esfuerzo colectivo muestra la misma tensión entre individualismo y comunitarismo que Sorin Adam Matei ha explorado en la comunidad The Well (Matei, 2005). En este caso, la gran conversación es en realidad la conversación de un puñado de bloggers, de los cuales sólo un pequeñísimo número son escuchados. Es la conversación de aquellos que marcan los términos en los que la conversación ha de ser establecida en el presente y los términos en los que el futuro puede ser imaginado. Esos pocos son hombres, adultos y formados académicamente. El resto son expulsados de esa conversación porque ni siquiera se les reconoce su existencia, hombres que no bloguean como ellos, y sobre todo mujeres y jóvenes. Entre el pasado y el futuro En el capítulo anterior he descrito detalladamente cómo la infraestructura de la Blogosfera sostiene el pasado, o al menos una parte de este, alojando los artículos en bases de datos que están ordenadas gracias a los hiperenlaces. Y a lo largo de este capítulo me he referido a dos modos de articulación material de ese pasado y los efectos que tiene sobre el presente y el futuro. En un caso, a través de lo que he denominado ejemplares, el pasado proporciona las condiciones de posibilidad para imaginar nuevos futuros y elaborar expectativas. En otro caso, las bases de datos encierran el pasado de la Blogosfera y clausuran también sus posibles futuros cuando se articulan en el presente a través de las listas y rankings de blogs. A través de los rankings el pasado coloniza el presente y, por extensión, el futuro. Y con esa expresión me refiero a que el orden del presente y la jerarquía interna de la Blogosfera se fundan sobre el recuento material de lo ya acontecido; pero además el pasado está representado también por esos hombres adultos y formados académicamente que excluyen a jóvenes y mujeres. Es el pasado encarnado en las jerarquías convencionales de académicos, tecnócratas y expertos en comunicación quienes reproducen las jerarquías ya existentes. La economía política de la esperanza de los bloggers apasionados está por lo tanto indisolublemente imbricada con la economía política de los enlaces y los modos de articulación del pasado que se elaboran a través de ellos. En un caso el pasado se convierte singularmente en la fuente para la producción de las expectativas de futuro de un nuevo orden social (la revolución de la Blogosfera) y en otro el pasado se convierte en la fuente para la reproducción del orden existente en la Blogosfera como un espacio desigual entre los bloggers.

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Capítulo 8

El ensamblaje de las esperanzas Modos de esperanzamiento

1. Expectativas cambiantes La Blogosfera se ha convertido en una entidad incontrovertible y multitudinaria en la época en la que se desarrolla mi trabajo de campo durante los años 2006 y 2007. Los medios de comunicación, algunas empresas y partidos políticos han comenzado a interesarse por ella, no sólo en EE UU, donde en 2004 conceden acceso a los bloggers a las convenciones del Partido Demócrata y Republicano con el mismo status que los periodistas, también en España. El PSOE40 celebra a lo largo de 2006 y 2007 más de media docena de eventos sobre blogs en Huesca, Segovia, Cáceres, Valencia... En ellos coinciden bloggers con políticos profesionales y políticos que bloguean con bloggers que hacen política a través de sus blogs. A principios de 2007 tiene lugar una de esas jornadas organizadas en Huesca a la que ya me he referido, son las Jornadas Ciudad Digital. Ante el inmenso graderío de un auditorio en el que se congregan varios cientos de simpatizantes y militantes del partido, David Cierco, secretario para la sociedad de la información en la ejecutiva del PSOE, desgrana un discurso que podría ponerse en boca de muchos bloggers41: “ya se están retransmitiendo en directo estas jornadas en la Blogosfera, en tiempo real […] lo que se está diciendo aquí ya está en la Blogosfera y está siendo leído por miles de personas […] eso es un cambio en las reglas de juego, que tenemos que explorar 40

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) gobierna en ese momento en España. David Cierco es nombrado meses más tarde Secretario de Estado para la Sociedad de la Información del gobierno central. 41

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aquí, un cambio que está transformando las estructuras de poder más clásicas hacia las personas” (Q.178.13). La reunión dura tres días en los que varios cientos de personas nos hospedamos en un instituto de educación secundaria a las afueras de Huesca. En él desayunamos, comemos y cenamos y pernoctamos tras las jornadas de trabajo que se alargan durante todo el día y en las que se discute eso que denominan la sociedad de la información. Las sesiones están organizadas en torno a tres líneas: ciberactivismo, ayuntamiento digital y ciudadanía digital. En la sección de trabajo de ciberactivismo hay un nutrido grupo de bloggers. Todos ellos han llegado con su ordenador a cuestas para aprender técnicas de acción política en la red. Han llegado de todas partes de España. Andalucía, Madrid, Barcelona… hay un nutrido grupo que viene de Extremadura, con algunos me encuentro de nuevo unas semanas después en Valencia en otra reunión similar. Uno de ellos ha colgado varias fotos de su viaje a Huesca en el servicio de Internet Flickr. En ellas se ve al grupo con sus ordenadores sobre las mesitas del vagón de tren en el que han viajado trasteando. El encuentro es singular con respecto a otros como el Evento Blog España de Sevilla, La Conversación celebrada en varias ocasiones en Madrid o la BlogTalk de Viena. Principalmente porque está organizado por un partido político; mientras que los otros son promovidos por bloggers. Aunque bien es verdad que parte del empuje en la organización corresponde a militantes del partido intensamente comprometidos con el bloguear y que están convencidos de que esa es una herramienta que su partido debería utilizar como parte de su estrategia política, entre ellos César Caderón o Carlos Guadián, a quienes me he referido en el capítulo anterior. Las pantallas que flanquean a Cierco durante su discurso, situadas a su espalda y sobre el escenario, muestran un relicario de lemas que trazan un puente entre su partido y ese nuevo escenario en el que según Cierco las reglas del juego están cambiando: “PSOE, PSOE 2.0, Web 2.0, Nuevos Tiempos, Ciudad Digital, Nuevas Tecnologías”; esa es la letanía visual que se sucede. Y como en el Evento Blog España en Sevilla, también en Huesca, mientras Cierco pronuncia su discurso, un buen grupo de asistentes bloguea y toma fotos durante las presentaciones. Por el evento pasa también el secretario de organización del PSOE, José Blanco, que es el responsable de la gestión del día a día del partido y que años más tarde ocupa una cartera ministerial. Desde septiembre de 2006 Blanco escribe un blog con regularidad que es citado ocasionalmente por los medios de comunicación como fuente. Un par de semanas después del encuentro en Huesca presencio el mismo discurso de Blanco en otro evento similar celebrado en Valencia con el título de Segundas Jornadas Blogs+Ciudadanía; flanqueándole en el escenario las mismas pantallas y la misma letanía que acompañaba a Cierco. En su intervención, Blanco reflexiona sobre el sentido de su práctica de bloguear: “he querido mandar un mensaje, hablando con los ciudadanos todos los días; con una única limitación, el insulto y la descalificación; promoviendo cada día la cercanía con la gente”, y enseguida posiciona al partido con respecto a las tecnologías digitales: “nuestra apuesta por las nuevas tecnologías tiene que entenderse como una forma de eliminar barreras entre la política y los ciudadanos, una forma real de participar en la política por parte de los ciudadanos, una forma de movilización social de la gente y por eso vamos a seguir trabajando” (Q.58.46).

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Pero sólo unos años antes de que todo eso ocurra, antes de que los blogs se consideren una revolución de la política y que ese lema corra por boca de altos representantes de la política profesional en eventos como el de Huesca o Valencia; sólo unos años antes los blogs eran simples herramientas para hacer páginas web con sencillez; sin más. José Antonio del Moral, el responsable de la empresa Alianzo, resume sucintamente en el libro sobre La Blogosfera hispana el cambio radical que han experimentado los blogs: “los blogs empezaron siendo una simple página personal fácil de publicar y que admitía comentarios. Se trataba de una evolución de la web personal y el foro, capaz de ofrecer interactividad y de crear comunidad. Y con el tiempo, manteniendo ese espíritu, se han convertido en cosas tan variadas como una poderosa arma comercial, un potente medio de comunicación que empieza a atraer publicidad o un mecanismo para organizar revoluciones mucho más poderoso que las pancartas” (Del Moral, 2006: 72). El cambio que va desde los blogs como herramientas para hacer páginas web a los blogs como una revolución social señala una progresiva transformación de las expectativas a lo largo de una década: la que va desde 1997 hasta que mi trabajo de campo termina a finales de 2007; más y más se espera de los blogs y la Blogosfera progresivamente a lo largo de esos años. En este capítulo introduzco la noción de ensamblaje para dar cuenta de esa creciente expectación que es paralela la ampliación progresiva de la Blogosfera a través del aumento del número de bloggers, la creciente incorporación de nuevas tecnologías a la infraestructura material de la Blogosfera y la adopción progresiva de los blogs por nuevas instituciones, como por ejemplo los partidos políticos. Para elaborar mi argumento me centro en el análisis en detalle de varios de los eventos presenciales de bloggers, a algunos de los cuales ya me he referido, como este de Huesca. Estos constituyen instancias privilegiadas para explorar cómo la reunión de entidades diversas y heterogéneas toma parte en la performación de diferentes versiones de la Blogosfera y diferentes esperanzas resultan de esas instancias de ensamblaje. O dicho de otra manera, distintas versiones de la Blogosfera están vinculadas a modos de esperanzamiento diversos, uno de ellos vinculado a la Blogosfera influyente, otro a una Blogosfera lúdica y festiva; a lo largo del capítulo exploro esas dos versiones de la Blogosfera y las esperanzas que las acompañan.

2. Ensamblando la Blogosfera En el año 2004, Gemma Ferreres escribe un artículo en una publicación digital llamada Weblog Magazine que varios bloggers hispanos de uno y otro lado del atlántico deciden elaborar; saldrán dos números de ella y ninguno más. Gemma describe sus comienzos blogueando en la pieza que le corresponde: Un terremoto. En 2001 empiezo el año en una nueva empresa. Dos de mis compañeros de trabajo eran webloggers, terremoto.net y jmarquez.com. Entonces no fui consciente de que estaba frente a dos pioneros ni de que existía una pequeña comunidad de blogs de habla hispana repartidos a ambos lados del Atlántico que llamaban a sus páginas bitácoras. Simplemente, cumplí por fin mi anhelo de tener mi sitio en Internet de una forma sencilla gracias a Blogger. En aquel tiempo, el directorio de bitácoras.net no pasaba de treinta referencias (http://[…]) y cada vez que llegaba un nuevo miembro a la comunidad se celebraba con entusiasmo. (Q.78.13)

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Es justo en las fechas en que Gemma comienza su blog que la revista estadounidense Wired magazine publica su primera pieza sobre blogs (exactamente en enero de 2001) titulada ‘Bloggin’ On’ y escrita por Andrew Sullivan, también blogger. La idea básica del breve artículo de Wired es la misma que la planteada por ella: la sencillez con la que es posible crear una página web haciendo uso de una infraestructura blog; eso son los blogs son hacia el año 2001. Pero en el momento en que Gemma está rememorando sobre el papel sus recuerdos (en el año 2004) los blogs son ya una cosa distinta y las expectativas que se depositan en ellos han cambiado. El magazine donde escribe es en verdad un indicador de ese cambio: más de una decena de bloggers españoles y latinoamericanos se reúnen para la empresa común de escribir una revista con nombre de blog y cuya única temática es esta tecnología. Todos los que escriben se reconocen como bloggers y hay una entidad material que les liga y que un par de años antes carecía de nombre y de existencia: la Blogosfera. Así que lo que estos bloggers que escriben en el Weblog Magazine hacen a estas alturas ya no son simples páginas web, y las expectativas depositan en su práctica y en los blogs son diferentes, como queda constancia en la siguiente contigua a la de Gemma que firma José Luis Orihuela: “Con sus herramientas y su cultura, los bloggers están contribuyendo a hacer realidad el sueño de los visionarios de la Red: generar un vasto repertorio universal navegable, personalizable y actualizado de información transformada en conocimiento. Las bitácoras han revolucionado el modo de generar contenidos en la Red, están impulsando un nuevo tipo de comunidades basadas en el conocimiento, y contribuyen a la ingente tarea de dotar de sentido y relevancia a la información disponible en la Web” (Q.45.67). Expectativas cambiantes De ser una herramienta para la elaboración sencilla de páginas web los blogs se han convertido en una revolución comunicativa en Internet. Ya no se trata simplemente de que los blogs permitan publicar a cualquiera, sino que los blogs tienen la capacidad de revolucionar Internet. Las expectativas de influencia comienzan a fraguarse. Hay un tercer momento en el que se puede puntuar una manera distinta de entender lo que significa la influencia de los blogs; ocurre cuando esa noción de influencia desborda el contexto de Internet y ya no se trata únicamente de que los blogs aparezcan bien posicionados en los buscadores sino de que sustituyan a los medios de comunicación y compitan con ellos: “los blogs son el quinto poder”, dirá insistentemente dos años después el mismo Orihuela, en 2006; y como esa sentencia, otras similares son pronunciadas y recorren medios de comunicación, las publicaciones que se realizan ese año y el siguiente y los eventos que se celebran. Un par de años después de que escriba eso en España se organizan eventos sobre blogs donde se reúnen varios centenares de bloggers que deambulan de un lado para otro relacionándose con empresarios, políticos y periodistas. Y Technorati da cuenta de los al menos 70 millones de blogs que hay en todo el mundo ya en 2007 (Sifry, 2007). Esa Blogosfera revolucionaria es la que hundirá a los medios de comunicación si no se adaptan a las nuevas reglas, es la Blogosfera que está llamada a transformar no solo los medios, también la política, las empresas, la educación, la ciencia… eso es lo que se predica. Tres momentos en el tiempo en los cuales la revolución de los blogs cambia a

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medida que se reformulan las expectativas que se depositan en ellos. En uno de ellos los blogs son herramientas que permiten que cualquiera pueda hacer una página web, en un segundo momento los blogs son una revolución de Internet, donde compiten en visibilidad con los medios, y en un tercer momento, ya en los años 2006 y 2007, los blogs son una revolución social que va a transformar no sólo los medios de comunicación sino otras instituciones tradicionales también: la política, el mundo empresarial, la educación o la ciencia. ¿Cómo se produce ese cambio?, ¿cómo tiene lugar esa transformación en lo que se espera de los blogs? En el capítulo anterior ya he abordado parcialmente este asunto al discutir cómo en la controversia entre Microsiervos e Ikea determinadas expectativas se traducen en hechos y otras nuevas son elaboradas sobre la base del mismo acontecimiento, sin embargo, he pasado por alto la práctica material a través de la cual se produce esa formulación de nuevas expectativas, y consecuentemente, esa reformulación de lo que los blogs son. Eso que he pasado por alto es la sofisticada práctica que Álvaro despliega desde el mismo acontecimiento que se produce en la tienda de Ikea, hasta el posterior proceso de escritura y posterior circulación de su artículo a través de Internet. Mi intención en esta sección es correlacionar diacrónicamente en una escala temporal amplia la modificación de las expectativas con la transformación de los blogs y la Blogosfera. Prestar atención a ese proceso permite explicitar el cambio de las expectativas a lo largo del tiempo como efecto del despliegue de la infraestructura, el desarrollo de prácticas específicas y la incorporación progresiva de nuevas instituciones a la Blogosfera. Al final de la sección me referiré al concepto de ensamblaje para intentar dar cuenta de este proceso; pero antes de eso haré un breve recorrido por una particular historia de los blogs. Una historia de los blogs Después de escribir sus recuerdos en el Weblog Magazine Gemma comienza en 2005 un proyecto con el que pretende elaborar una historia de los blogs hispanos; es la época en la que nos conocemos. En una entrevista que le hacen en un blog explica las razones de esa iniciativa: “los weblogs son personas que no tienen por qué esperar a que alguien llegue y los analice, podemos ocuparnos de esa tarea nosotros mismos” (Q132.5). En una de nuestras entrevistas Gemma recuerda el principio de su bloguear e insiste sobre la idea de la comunidad, “la comunidad que representa inicialmente los bloggers de Latinoamérica y de España. Todo una comunidad. Pero quienes llegan después han olvidado esto […] hay gente que ha llegado después y no siente esta unión”, y traza un paralelismo singular: “los blogs, al principio, eran como los movimientos de las generaciones literarias”. Y los BB son como las tertulias literarias, tengo escrito sobre eso, ¿lo has leído?”, me pregunta (G.F.E1.5.13). Así que el proyecto nace con cierta sensación urgencia ante ese cabio: “lancé el wiki [sobre la historia de los blogs] para que no se olvidara como nació todo, la historia de los comienzos” (G.F.E1.5.21). La tecnología wiki permite que cualquiera con una conexión a Internet pueda escribir y participar de esta manera en la elaboración del documento; es la misma tecnología en la que se funda la enciclopedia colaborativa de Internet Wikipedia y la misma que se utiliza al año siguiente para elaborar el Manifiesto Blog España tras el Evento Blog España celebrado en Sevilla; las razones para optar por un wiki en lugar de elaborarlo ella misma: “dudé mucho si usar o no el formato wiki, ya que

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todavía intimida un poco, pero pienso que es el más acertado para un proyecto colaborativo y descentralizado: no aparece mi nombre (únicamente para proveer una forma de contacto), no he registrado el dominio .net” (G.F.E1.5.19) El documento que resulta recoge lo que se consideran fechas señaladas para la Blogosfera y los blogs entre el año 1999 y 2005, años en los que se recopilan diferentes hitos; la mayor parte de ellos han sido consignados por la propia Gemma, pero aún siendo su visión particular sobre el acontecer de la Blogosfera el registro es significativo y representativo por la tipología de acontecimientos que se señalan para retratar la que aspira a ser una historia de los blogs hispanoamericanos. En lo que sigue hago una clasificación de esa tipología agrupando los hitos para elaborar mi argumento al final de la sección. Los cuatro primeros años están salpicados de fechas que fijan el comienzo de “blogs pioneros” y posteriormente de blogs de quienes se convierten en figuras relevantes de la Blogosfera, los A-list, los bloggers alistados, un ejemplo: “16 de mayo de 2003. Escolar.net. Ignacio Escolar inicia su blog, Escolar.net, que pronto se centraría en la cobertura de la actualidad política. Será la única bitácora de temática no tecnológica que aparecerá repetidamente en los primeros puestos de los rankings de blogs más leídos o enlazados” (Q.135.12). Se recogen también los momentos de celebración de concursos, premios, listados y rankings de la Blogosfera en los que se clasifica a los blogs siguiendo algún criterio competitivo; como por ejemplo la lista que J. J. Merelo hace en 2004 de los 100 blogs principales utilizando los datos de Technorati y de su proyecto Blogómetro, a la que me he referido en el capítulo anterior: “29 de enero de 2004. Los 100 blogs en español de Atalaya 2004. Ranking de los cien blogs en español más enlazados según Technorati”. Después de eso y a partir del año 2004 predomina la reseña de reuniones presenciales (conferencias, talleres y encuentros) que se celebran en ciudades como, Barcelona, Madrid o México D.F: “13 de marzo de 2004. Tacos y Blogs. Convocatoria y crónica del primer encuentro de webloggers mexicanos bajo la denominación de Tacos y blogs. Asistieron ocho personas. Rebautizado como Cervezas y Blogs, en abril de 2005 logró convocar a más de cien personas” (Q.135.18). Y finalmente se recoge el despliegue de infraestructuras de la Blogosfera; plataformas para blogs y, ya en 2005, se señalan los acontecimientos en los que medios de comunicación, políticos o empresas comienzan a usar blogs, por ejemplo: “1 de septiembre 2003. Primera entrada en el Diari de Campaña de Miquel Iceta, en él se anotan diariamente los acontecimientos más relevantes de la campaña de Pasqual Maragall a la Presidencia de la Generalitat. El contenido del weblog fue publicado posteriormente en forma de libro por la Fundació Rafael Campalans” (Q.135.21). Hay cinco categorías que cubren la práctica totalidad de hitos de la historia que Gemma documenta, resumiendo: (i) apertura de blogs pioneros, (ii) infraestructuras materiales que son desplegadas, (iii) creación de rankings y organización de premios, (iv) celebración de eventos presenciales y (v) finalmente incorporación de instituciones (medios de comunicación, empresas) o individuos con una marcada identidad institucional (como políticos). Esas categorías informan de cierta mirada sobre la Blogosfera que no es particular ni exclusiva de Gemma; cuando en 2007 José Luis Orihuela escribe una columna para el suplemento de tecnología de El País, Ciberpaís, con la que celebran los 10 años de los blogs hace una revisión de la historia que encaja en gran medida con las mismas

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categorías que aparecen en la historia de Gemma. La historia recoge de manera sucinta un continuo proceso de acrecentamiento de la Blogosfera. Para referirme a él estoy utilizaré el concepto de ensamblaje que desarrollo seguidamente porque es importante para elaborar mi último argumento en relación con la emergencia de las esperanzas en el bloguear. Ensamblajes El concepto de ensamblaje ha ganado presencia en las ciencias sociales en los últimos años en el intento que diversos autores realizan para dar cuenta del orden social al tiempo que se huye de nociones estrechas y rígidas de estructura. Con este concepto pretenden mantener la tensión entre lo estructural y la multiplicidad, señalando al mismo tiempo la indeterminación y la condición efímera de las formas de orden que se producen en las sociedades actuales. En una reciente revisión que George Marcus y Erkan Saka (2006) hacen del uso del concepto ensamblaje (assemblage) en diversos trabajos, señalan de un lado su tradición en el ámbito de la arquitectura, el arte y la literatura (Seitz, 1961; Elderfield, 1992; Waldman, 1992), y del otro la elaborada conceptualización -y no sin dificultades- que Gilles Deleuze y Féliz Guattari hacen de él en la década de los ochenta en Mil Mesetas (2004 [1980]) y que sirve en gran medida de inspiración para sus posteriores articulaciones en trabajos empíricos de Paul Rabinow (2003); Katherine N. Hayles (2006) y Aiwa Ong y Stephem J. Collier (2005). La manera como plantean el concepto de ensamblaje tiene en todos ellos un aire de familia con la propuesta de Deleuze y Guattari. Pero además de la propuesta de Deleuze y Guattari hay otras dos fuentes que quiero señalar en relación con ese concepto; una es la Teoría del Actor-Red donde constituye un concepto fundamental que ha sido elaborado extensamente, y aunque recuerda a la propuesta de los autores franceses tiene su propia genealogía y elaboración (Law, 2001; Latour, 2005); y la otra es la conceptualización que Ahiwa Ong y Stephen J. Collier (2005) realizan cuando elaboran lo que denominan ensamblajes globales, un término que pretende ser una respuesta analítica y una estrategia metodológica para acometer el estudio de la globalización. Pero para ir por partes regreso a Gilles Deleuze y Félix Guattari, quienes con la noción de ensamblaje se refieren a la actualización de lo virtual, a la emergencia de algo novedoso que no es la suma de las partes sino el resultado de la reunión de entidades heterogéneas que remiten a una emergencia. La descripción que hacen Gilles Deluze y Claire Parnet del estribo para ilustrar la noción de ensamblaje o agenciamiento42 es ilustrativa: “Un agenciamiento es una multiplicidad que comporta muchos términos heterogéneos, y que establece uniones, relaciones entre ellos, a través de edades, sexos, y reinos – a través de diferentes naturalezas. La única unidad del agenciamiento es de cofuncionamiento: una simbiosis, una “simpatía” […] Un animal se define menos por su 42

El concepto original que Gilles Deleuze y Félix Guatari acuñan en francés es agencement en su artículo de 1976 ‘Rhizome’, traducido al inglés por Paul Foss y Paul Patton como assemblage, una traducción mantenida posteriormente por Brian Massumi cuando ‘Rhizome’ aparece traducido en A Thousand Plateaus (1987) como introducción de la obra (Phillips, 2006: 108). Y así sigue su camino hasta la traducción española de “ensamblaje” en Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia (2004 [1980]). Sin embargo, tanto en inglés como en castellano diversos autores han mostrado su incomodidad con la traducción y han optado por agenciamiento en su lugar (Sánchez Criado, 2008: 22). Hecha esta mención y reconociendo los problemas que se señalan en el camino que va desde agencement a ensamblaje, mantengo en lo que resta el uso de esta traducción.

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género o su especie, por sus órganos y sus funciones, que por los agenciamientos de los que forma parte. Como ejemplo, un agenciamiento […] HOMBRE-CABALLOESTRIBO. Los tecnólogos han explicado que el estribo permitía una nueva unidad guerrera al proporcionar al caballero una estabilidad lateral: la lanza puede ser sostenida con un solo brazo, y, aprovechando todo el ímpetu del caballo, actuar como punta inmóvil que se desplaza gracias a la carrera […] Es una nueva simbiosis hombre-animal, un nuevo agenciamiento de guerra, que se define por su grado de fuerza o de “libertad”, por sus afectos, su circulación de afecto: lo que puede un conjunto de cuerpos. El hombre y el animal entran en una nueva relación que hace que uno cambie tanto como el otro, el campo de batalla se llena de un nuevo tipo de afecto” (Deleuze y Parnet, 2004: 79-80)43. Lo que me interesa mantener del concepto de ensamblaje es esa noción de heterogeneidad que lo acompaña y el reconocimiento de la emergencia de nuevas propiedades que resultan de la reunión de entidades heterogéneas. Lo que resulta de la reunión del estribo, el caballo y el jinete es algo nuevo: un ensamblaje. Tim Dant (2005) elabora un argumento similar para pensar en la composición del coche y el conductor al que se refiere explícitamente como ensamblaje (assemblage), una discusión que recuerda ineludiblemente a la descripción que Bruno Latour hace de la composición arma-ciudadano que he referido en el capítulo dos con la que el autor francés ilustra la noción de agencia como un concepto relacional (Latour, 1994: 31). Hay pues más que evidentes puntos de contacto entre unos y otros. En Teoría del Actor-Red el concepto de ensamblaje tiene una larga tradición y es próximo en su sentido a otros como el de “patrones de ordenación” o “traducción” (Tirado y Domènech, 2005: 5). De manera directa John Law lo ha definido como: “la reunión provisional de formas de orden limitadas, productivas y heterogéneas (y esto es muy importante) que no están localizadas en formas de orden mayores” (Law, 2008 t. p.). Ahiwa Ong y Sthephen J. Collier añaden una nueva dimensión a la noción de ensamblaje hace unos años. Ocupados con objetos empíricos como la tecnociencia, los dos autores han hecho un esfuerzo por visibilizar y articular en torno al concepto de ensamblaje una posible estrategia metodológica para el estudio de la globalidad en el volumen colectivo que editan con el título de Global Assemblages: Technology, Politics, and Ethics as Anthropological Problems (2005). En esa obra diferentes investigadores abordan el estudio de lo que Ong y Colliner designan en la introducción como “formas globales” (Collier y Ong, 2005: 11). Los trabajos que reúnen son estudios etnográficos localizados geográficamente pero que, sin embargo, dan cuenta de fenómenos que se reproducen en otros lugares y que hablan de fuerzas, instituciones y flujos que se encuentran más allá de las localizaciones donde desarrollan su trabajo de campo. La noción de ensamblaje, en su caso, conecta sólo parcialmente con la de Deleuze y Guattari, aunque tiene con él cierto aire de familia. Para Collier y Ong los ensamblajes globales son las articulaciones específicas, territorializadas, de nuevas relaciones materiales, discursivas y colectivas que forman parte de esas formas globales y que en cada una de esas materializaciones toman una forma particular. Son, además, un locus para en análisis de lo que Paul Rabinow ha denominado “problemas antropológicos” (Rabinow, 2003), espacios donde las formas y los valores de la existencia 43

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Citado en (Sánchez-Criado, 2008: 23).

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colectiva son problematizados. En palabras de los autores en la introducción a su volumen: “en relación con ‘lo global’, el ensamblaje no es una ‘localidad’ a la que se contraponen fuerzas mayores. Ni es el efecto estructural de estas fuerzas. Un ensamblaje es el producto de múltiples determinaciones que no son reducibles a una sola lógica. La temporalidad de un ensamblaje es emergente. No siempre implica nuevas formas, sino formas que están cambiando, en formación, o que se encuentran en juego. Como un concepto compuesto, el término ‘ensamblaje global’ sugiere inherentemente tensiones: global implica ampliamente abarcador, sin costuras y móvil; ensamblaje implica heterogéneo, contingente, inestable, parcial y situado” (Collier y Ong, 2005: 12 t. p.) Si bien esa aspiración por articular el concepto de ensamblaje en relación con la globalidad no está presente en la formulación de la Teoría del Actor-Red, la explicitación de los ensamblajes como formas “heterogéneas, contingentes, inestables, parciales y situadas” se aproxima a la formulación que John Law hace y que he señalado anteriormente44. Mi intención es mantener la articulación conceptual que la Teoría del Actor-Red hace del concepto de ensamblaje, asumir que este se refiere a una forma de orden situada, a través de arreglos heterogéneos de entidades y que señala una emergencia, una instancia en la cual algo nuevo es traído a la existencia como consecuencia del mismo proceso de reunión. Sin embargo, la aportación de Ahiwa Ong y Stephen J. Collier me parece extremadamente inspiradora para mantener la atención sobre la dimensión global de un fenómeno como el bloguear, como Internet, donde las mismas infraestructuras, las mismas narrativas y prácticas similares circulan de un lugar a otro del globo, sometidas, eso sí, a procesos de localización. Lo que he relatado siguiendo el recorrido de la historia de los blogs que Gemma compila es un proceso de reunión de entidades como consecuencia de lo cual los blogs y la Blogosfera son transformados sucesivamente en algo distinto. Cada una de las categorías con las que he clasificado los hitos de esa historia (aparición de infraestructuras materiales, creación de rankings, e incorporación de instituciones, entre otras) puntúa la aparición de nuevos actores y acontecimientos. Lo que Gemma relata es el proceso por el cual nuevas entidades son incorporadas a ese espacio creado por los blogs que se designa como la Blogosfera, y como resultado de ello los blogs y la propia Blogosfera se transforman en algo diferente de lo que eran y nuevas expectativas se depositan en ellos. La introducción de las primeras infraestructuras hace que aumente no sólo el número de personas que bloguean, sino que cambie el perfil de estas y que comiencen a bloguear de manera diferente, elaborando blogs de tipo diario en lugar de filtrado, como Rebecca Blood contaba (Blood, 2000). En el capítulo anterior ya me he referido a la relevancia que tienen los rankings en la performación de la influencia y la producción de una jerarquía en la Blogosfera; su presencia es notoria y abundante en la recopilación que Gemma hace. También los eventos de bloggers constituyen un acontecimiento singular en ese proceso de ensamblaje creciente de la Blogosfera. Como consecuencia de esos procesos, las expectativas en los blogs son reformuladas, pero como he argumentado en el capítulo 44 Ahiwa Ong intenta, sin embargo, marcar distancias con la Teoría del Actor-Red en alguna ocasión explicitando las diferencias entre su formulación del ensamblaje y la de la TAR (Ong, 2007: 5), pero parece un caso de esa tensión contenida (o no) entre la antropología y la TAR que una diferencia conceptual insalvable.

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anterior, estas son sólo el relato retrospectivo de los momentos esperanzados. Así que en lo que resta de capítulo voy a prestar atención específicamente a los eventos bloggers; estos son importantes porque permiten la elaboración de nuevas expectativas sobre los blogs y son contextos para la circulación de esas expectativas; pero además son instancias excepcionales en las que la esperanza emerge entre los bloggers, como paso a discutir.

3. ‘Live blogging’ y la experiencia del bloguear Los eventos de bloggers son encuentros que suceden por y como consecuencia de la relación que determinados individuos mantienen con una determinada tecnología: los blogs. Asisten a ellos quienes ante todo practican el bloguear y se declaran bloggers. Los eventos son instancias de celebración de los blogs, el bloguear y la Blogosfera, que es encarnada, hecha carne, con nombres, caras y la voz de sus protagonistas. Constituyen una oportunidad para ponerle cara a los bloggers que se conocen a través de Internet, que son leídos y con los que quizás ya se mantiene algún tipo de relación pero con quienes no se ha coincidido cara a cara en ninguna ocasión; ofrecen la oportunidad de forjar nuevas relaciones o sustentar aquellas ya existentes. En ellos circulan visiblemente las expectativas y promesas que se depositan en los blogs; y en ellos se celebran las esperanzas de que a través de los blogs es posible cambiar la sociedad. En una primera aproximación, los eventos blogger pueden aparecer como una reunión análoga a las conferencias especializadas sobre tecnologías, las ferias tecnológicas que desde hace un par de décadas se celebran en los lugares más diversos o incluso los congresos temáticos de académicos y expertos. No es difícil trazar paralelismos con eventos a los que asistí cuando trabajaba como periodista especializado en temas de tecnología, justo antes de comenzar mi trabajo de campo. Pero hay también diferencias notables; porque en esos años, ni los blogs ni el bloguear constituyen una práctica profesional de quienes acuden a esos eventos, por muy imbricado que el bloguear esté en su labor profesional. Los eventos blogger son un contexto lúdico antes que profesional, más un espacio de celebración que de negocios. Pero, ¿celebración de qué? Pues simple y llanamente del bloguear y de la Blogosfera; una celebración de las expectativas depositadas en los blogs, un acontecimiento de la Blogosfera esperanzada. En esta sección me ocupo de una práctica excepcional, el live blogging, que me permite explorar esos aspectos, y en la siguiente me ocupo de la participación de los partidos políticos en ellos. Pero antes, creo conveniente poner en contexto este tipo de reuniones en relación con otras similares. No es descabellado trazar paralelismos con las reuniones de hackers, como la primera conferencia hacker que tiene lugar en 1984 en EE UU y que Fred Turner describe como un momento relevante para el desarrollo de lo que denomina la utopía digital (Turner, 2006b), o las conferencias de programadores del software libre que Grabriella Coleman describe como espacios de convivialidad y camaradería (Coleman, 2010a). Los mismos paralelismos se pueden trazar con los encuentros de practicantes de juegos masivos en línea como Ever Quest (Taylor, 2006) o World of WarCraft (Nardi, 2010), o las LAN parties (Bryce y Rutter, 2001; Janz y Martens, 2005; Swalwell, 2006; de Kort, Ijsselsteijin y Gajadhar, 2007), reuniones en las que decenas o cientos de personas (incluso miles) se

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reúnen en eventos organizados durante varios días para jugar simultáneamente45. Si hubiéramos de remontarnos al pasado, puede situarse un primer precedente en las reuniones que organizaron los aficionados a la informática (hardware en aquel momento) que en EE UU comienzan a celebrarse a finales de la década de los setenta en el Hombrew Computer Club (Friedman, 2005). En 1976 se organiza en la costa oeste de EE UU la West Coast Computer Faire, replicando una feria similar que se celebra en la costa este del país; lo interesante es que Steven Levy, periodista y uno de los principales cronistas de la cultura hacker de EE UU, la describe como “el equivalente hacker de ‘Woodstock’ para el movimiento de los sesenta” (Levy, 1984: 266, citado en Coleman, 2010a: 52); es decir, utiliza un concierto como término de comparación; y no es el único, Jeroen Jansz y Lonneke Martens (2005) trazan también una comparación entre jugadores y los aficionados a la música; para muchos de estos últimos, la música no se limita a su escucha en la soledad del hogar, sino que implica la asistencia a fiestas y a conciertos; a eventos en los que la música es parte de un acontecimiento de socialización. En Europa, desde finales de la década de los noventa, un número considerable de conferencias de hackers se han celebrado bajo la nomenclatura de hackmeetings. Comienzan a celebrarse en Italia en 1998 y se extienden a otros países como España donde se celebran desde el año 2000. Los hackmeetings son encuentros de la comunidad de la contracultural digital y durante años han estado ligados estrechamente con otros movimientos contraculturales como la okupación (Fuster, 2005; Sádaba y Roig, 2004). Recuerdo, de hecho, haber asistido y participado en uno de ellos, en el año 2004 en Madrid, celebrado en el Labo2, un inmenso edificio ocupado en el barrio madrileño de Lavapiés En lo que se refiere a las reuniones de bloggers, tengo constancia de que en España durante 2006 se celebran 16 grandes eventos blogger diseminados por la geografía (Santiago de Compostela, Bilbao, Madrid, Granada, Murcia, etc.). Son reuniones de cómo mínimo un día completo (no simplemente una conferencia o charla), que se pueden prolongar hasta dos o tres días y a las cuales asisten varias decenas o cientos de personas. Entre las organizadas en 2006 se encuentran, además de la primera edición del Evento Blog España en Sevilla, otras como Mundo Blog (Murcia), Jornadas sobre bitácoras y medios de comunicación (Granada), Blogak (Bilbao) o La Conversación (Madrid); y en 2007 se celebran al menos una decena más; en total 26 eventos de este tipo a lo largo de estos dos años (ver anexo 1). Y más allá de España, grandes eventos promovidos y auspiciados por bloggers son celebrados también en Portugal, Reino Unido, Francia o Austria. En Viena, tiene lugar desde 2003 la BlogTalk, una reunión heterodoxa en la que se dan cita académicos, desarrolladores de tecnología, empresarios y bloggers. En la primera edición Juan Julián Merelo, Fernando Tricas Tricas y Víctor R. Ruiz presentaron justamente el trabajo en el que medían la Blogosfera hispana al que me he referido anteriormente y también presentaba otro José Luis Orihuela. En París se celebra Les Blogs, una reunión de referencia a la que asisten algunos bloggers españoles destacados; la primera edición se celebra el año 2006 y en la del año 2007 asisten Nicholas Sarkozy y Segolene Royale, ambos 45

Un ejemplo de LAN party es la Campus party, que comenzó a celebrarse en 1997 en Valencia (España) hasta saltar en los últimos años a otros países como Colombia o Venezuela. En la última edición de 2010 en España se reunieron algo más de 6.000 personas durante una semana, como señalan en su página web: http://www.campus-party.es.

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candidatos en liza a primer/a ministro/a de Francia están en ese momento en plena campaña electoral. Bloguear en directo: ‘live blogging’ Algunos de los bloggers de mi trabajo de campo participan en diferentes eventos a lo largo de esos años, involucrándose en algunas ocasiones en su organización. Rosa acude al eFindex organizado en 2006 por el PSOE en Badajoz donde ha estado involucrada en la organización. Viaja a Sevilla al Evento Blog España meses después y en marzo de 2007 acude nuevamente a las Jornadas Ciudad Digital que también el PSOE organiza en Huesca. Allí coincidiremos ya que ha sido ella quien me ha hablado del encuentro y me ha conminado a asistir. Los dos nos sumamos a la sección de ciberactivismo. Durante dos días, lo que en ella ocurre es en muchos momentos representativo de cómo se desarrollan las ponencias y charlas en otros eventos. Me refiero al bloguear en directo, lo que los bloggers llaman el live blogging. En mitad de una de las sesiones, mientras César Calderón elabora su discurso, Rosa toma su cámara de fotos, se levanta de su asiento y se mueve por la sala buscando el momento justo para hacer una fotografía, dos, tres. Toma su pequeña cámara de video y se mantiene durante unos minutos grabando. Regresa a su asiento, conecta la cámara a su portátil, y descarga el video y las imágenes que después publica en algún servicio de fotografía en Internet (como hiciera Álvaro con sus fotos de Ikea, por ejemplo), y coloca el título y algunas etiquetas como el nombre del evento, el nombre de la ciudad, etc. El gesto lo repiten otros también, que publican además las fotos en su blog, dentro de un artículo que están escribiendo en ese preciso momento sobre la charla. Hay unas 30 personas en la sesión y ocho de cada diez tiene su ordenador portátil abierto, y no porque estén trabajando sobre alguna propuesta del ponente; los asistentes están navegando por Internet y blogueando, o leyendo lo que otros están publicando. La actividad es frenética. Para muestra unos minutos de navegación registrados en mi cuaderno de campo de un blogger durante las sesiones, en el enorme salón de actos donde se suceden las ponencias de los representantes políticos llegados de toda a Huesca desde diferentes lugares de toda España: “Abre las estadísticas [imagen 8.2]. Las revisa arriba y abajo. Cacharrea entre ellas. Va al panel de edición de Blogger. Va a Menéame. Después a Technorati. Vuelve a su blog. Vuelve al blog de Guerras Posmodernas que había visitado antes, justo un momento antes, cuando había revisado el perfil del autor en Technorati. Vuelve a mirar en Technorati las imágenes de Carlos Guadián. Vuelve a Flickr. Después a sus estadísticas. Vuelve a Guerras Posmodernas” (Q.223.37). Así que el live blogging consiste en bloguear en los eventos de bloggers, en el mismo momento en el que se producen las charlas y debates. En lugar de escuchar, los bloggers “transmiten”, como dice Cierco, lo que acontece. Es habitual encontrar en los artículos elaborados durante el live blogging indicadores temporales y de lugar como “¡Receso! ¡Voy por un café!” (Q.235.6), o “mientras escribo estas líneas, que iba a ser un post rápido” (Q135.33), “tengo a mi lado a Mechanical que está teclea que teclea” (Q13.32). En el caso del live blogging, éste sólo tiene sentido en el preciso instante y en el lugar justo en el que acontece lo que se narra, no más tarde ni en otra parte. Un blogger escribe durante el Evento Blogs España: “creo que debía haberle cambiado el título, pues debido a los

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problemas que hemos tenido con la conexión (gracias a Iberbanda), tengo que escribir este post desde mi casa y no desde el evento, como a mí me habría gustado, por lo que debería haber cambiado lo de ‘En directo...’ por ‘En diferido...’” (Q.214.12).

Imagen 8.1.

Imagen 8.2.

Imagen 8.3.

Créditos: A. E.

Varias imágenes que muestran a un blogger, que además es un alto cargo político, haciendo live blogging durante las Jornadas Ciudad Digital en Huesca.

Y a muchos de los bloggers les ocurre que cuanto más bloguean más asisten a estos eventos; y cuantos más eventos presencian más bloguean. Como decía Steve Woolgar en un intento por dinamitar la dicotomía entre lo virtual y lo real (el online y el offline) tan acendrada en las aproximaciones metodológicas de una década atrás: cuanto más virtual más real (Woolgar, 2002). Los eventos y las reuniones informales son para muchos de quienes asisten una prolongación suave de su práctica de bloguear, de su compromiso con la Blogosfera. La mayoría de los bloggers de mi trabajo de campo han asistido a reuniones de este tipo, algunos han participado como ponentes si es que no han colaborado explícitamente en su organización o los han promovido directamente. Pero el live blogging nada tiene que ver con el bloguear convencional desde casa o el trabajo, una actividad localmente solitaria que se desarrolla la mayor parte de las veces en alguno de esos dos contextos (Lenhart y Fox, 2006, Lara y Garrido, 2007). Es una práctica excepcional no sólo dentro del bloguear sino dentro de las interacciones mediadas por Internet. Aunque esta excepcionalidad no es exclusiva de los blogs, como he señalado anteriormente, ya que recuerda en algunos aspectos a las LAN parties (Bryce y Rutter, 2001; Janz y Martens, 2005; Swalwell, 2006; de Kort, Ijsselsteijin y Gajadhar, 2007). También en ellas los participantes acuden cargados con sus ordenadores, y también en ellas practicar la tecnología que los reúne es parte integral de la reunión. La primera vez que tuve noticia del live blogging fue durante mi trabajo de campo leyendo un comentario que un asistente (blogger) le dejaba a otro en su blog durante los días de celebración de otra de estas reuniones, la primera edición de la Blogak de Bilbao. De primeras me desconcertó el comentario pues no entendía que en lugar de decírselo a la cara un asistente le dejara a otro un comentario en su blog. Quizás esta dificultad para comprender algunos aspectos de esta práctica nos sitúa en el umbral de ciertas dimensiones del bloguear que resultan extremadamente difíciles de acceder (para un etnógrafo) en la práctica cotidiana de bloguear; pero en los eventos y durante el live blogging esos aspectos resultan especialmente explícitos y fácilmente accesibles para un antropólogo. 237

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La irreverencia lúdica del bloguear Dos semanas después de asistir a la reunión que el PSOE organiza en Huesca viajo a otro evento similar organizado en Valencia con el título de Jornadas Blogs+Ciudadanía. Allí me encuentro con Jorge Galindo, a quien he conocido a través de mi blog. Jorge es un veinteañero universitario que cursa sociología en la Universidad de Valencia pero que en esos momentos reside en Madrid, donde realiza una estancia en la Universidad Complutense. Ha viajado a Valencia para asistir al encuentro y allí se encuentra con su novia, presente también en la sesiones. Durante los dos días que pasamos en un Hotel céntrico de la capital, sede del evento, Jorge escribe el blog que acaba de estrenar de manera frenética, a ciegas, sin saber siquiera si hay alguien que le lee: “¿hay alguien ahí?”, se pregunta en uno de la docena de artículos que publica. Pasa las sesiones haciendo live blogging, publicando artículos irreverentes y mordaces. En el primer día, en su segundo artículo detalla poco a poco lo que va ocurriendo en los siguientes términos: Es puro mitin. Dos jovencitos que se quieren lucir y que, la verdad, no conozco. Están emocionados, la verdad. Qué bonito. Lo de siempre: que somos de izquierdas, que impulsamos el cambio, que si ciudadanía, que si nuevos espacios de comunicación... "como son los blogs. Para mejorar la calidad de nuestra democracia". Bueno, o eso, o queréis apropiaros de la herramienta. Son... distintas formas de verlo, supongo. · Sube D. José Blanco al escenario. El público enloquece. Es coña. En fin, sigue el mitin, sobre todo enfocado a la campaña para las municipales y las autonómicas (están Alborch y Pla, candidatos del PSOE a Valencia y a la Comunitat Valenciana, respectivamente). Y claro, dos minutos ha tardado en meterse con el PP. Yo no sé por qué estoy reportando esto. Los blogs han desaparecido, por el momento, del discurso. La "campaña" y el "cambio" lo mediatiza todo. [...] En fin, sigamos con el Sr. Blanco. Vuelve al campo de las nuevas tecnologías, rollo "sé cuál es mi público y lo que tengo que venderle". Menciona de pasada los "derechos de ciudadanía en relación con las nuevas tecnologías". Bueno, ya, como el canon, ¿no?. Hay que joderse. · Habla de "televisión por internet" y de que es la televisión del futuro. Nos advierte de ello, como jóvenes, "que lo sepáis, de verdad de la buena". ¿Conocerá YouTube? · Sigue el mitin... · Sigue el mitin... ¿alguien está leyendo esto? · Sigue el mitin... ¿cómo se escribe "mitin"? ¿"Mitín"? ¿"Mítin"? · Sube Peter Sellers... quiero decir, Joan Ignasi Pla. Sí, si va a seguir el mitin. · Un apunte que ilustra el tono del discurso de Pla: habla del accidente del metro. ¿A qué viene eso ahora? Muy buen uso de 43 muertos, muy bueno. Llegando a las cotas del PP y su uso de las víctimas del terrorismo, más o menos. Pues si a eso se le suma las gotitas de nuevas tecnologías y demás, ya tenemos el discurso del candidato. · Versión jazz del himno del PSOE. Es decir: despedida y cierre. Pofale. (Q.99.3)

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Esa irreverencia está presente en otra reuniones también. Mientras los bloggers alistados desgranan las visiones de futuro y las grandes expectativas que se depositan en los blogs, los bloggers entre el público se dedican al live blogging. Mientras el alcalde de Sevilla inaugura el EBE de Sevilla en el año 2006, Mike Chapel escribe con mordaz ironía: Nos estamos tragando el rollo oficial, como no podía ser de otra manera (hasta el Alcalde de Sevilla está aquí, ¿será por que tiene un blog?). Y de vez en cuando apagan el güifi, no sé si para que escuchemos al alcalde. Ahí van las primeras fotos en directo, calentitas con tan solo unos minutos de vida. ¿Cuantos estaremos? ¿unos cien? Que más da. Me han dado una bolsa llena de regalitos: el tipico boli, una revista informática, un libro sobre blogs, la merienda (unas tortas de aceite) y más cosas que aún no he abierto. Lo mejor que la mitad de los que estamos en esta sala estamos con el portátil abierto, hay red !!! y estarán a buen seguro actualizando su blog. Queréis escuchar al alcalde!!! (Q.47.19)

Intercala en el texto varias imágenes que debe de haber tomado en ese mismo momento. En una de ellas aparece él mismo, sentado en una de las filas del salón, debajo de la imagen continúa el texto y la mordacidad, aunque en este caso tiene como objetivo a Enrique Dans, que clama sobre la revolución de los blogs en su conferencia: Este soy yo, jejeje por si alguien lo lee y esta en la sala. ¿Donde estarán los del pitodoble? Enrique Danzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz está hablando. Pronuncia bien el inglés…mu interesanteeezzzzzzzzzzzz lo que está contando. Dice que si tienes un blog y tu empresa se entera igual te hace el blogger oficial, y digo yo que en este país más bien te manda a la puta calle por perder el tiempo en chorradas. (Q.47.22)

Los posts irreverentes que Jorge ha escrito en su blog son leídos por un periodista del periódico regional Las Provincias, quien elabora un artículo con el título de ‘Un intruso se cuela en los blogs del PSPV y critica en tiempo real los discursos de Pla y Blanco’. Jorge y otros de los asistentes a la reunión, como Tíscar, se indignan del tratamiento que el periodista hace y vuelcan sus críticas sobre algunos modos del periodismo. El pequeño incidente vuelve a demostrar la oposición y antagonismo entre blogs y periodismo, y más significativo aún, demuestra la capacidad que tienen un joven gracias a su blog para intervenir en la política y hacerse escuchar por un medio de comunicación, aunque este interprete sus palabras en un sentido con el que no está de acuerdo. El incidente es otro ejemplo de performación de la influencia de los bloggers, aunque en este caso, de manera muy significativa, esa influencia no está fundamentada en los hiperenlaces. Así que el live blogging es una práctica excepcional dentro del bloguear. Y nuevamente, la excepcionalidad vuelve a servir para la performación de la influencia de los blogs. Antes de seguir quiero situar esta práctica en el contexto particular al que me estoy

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refiriendo. El live blogging se mueve en una cierta indefinición que no lo restringe al simple bloguear en directo desde cualquier lugar. Jorge mismo dice de su live blogging que no es live blogging pues apenas hay más bloggers haciendo lo mismo: “Bueno, no, no es live blogging, al menos no en su acepción que implica varias personas escribiendo y actualizando sus blogs para crear un efecto red/bombardeo de información sobre un evento determinado. Porque, hasta donde yo sé, sólo estaba yo haciendo esto. Así que se trató de una retransmisión en directo” (Q.102.3). No pretendo entrar en una discusión normativa sobre la definición, pero lo que me interesa señalar es que ese bloguear en directo al que me refiero tiene lugar en contextos donde los blogger practican sus blogs de manera colectiva, en reuniones en las que se celebra la Blogosfera esperanzada. Que bloguear en directo en cualquier otro congreso se designe con el mismo concepto no implica que nos encontremos ante la misma práctica, de hecho, como planteo más adelante, no estamos ante el mismo fenómeno porque el live blogging no consiste únicamente en bloguear en directo, no es una práctica sino un acontecimiento46. En la primera edición del Evento Blog España, cuando llega el momento de la clausura, Benito Castro, uno de los organizadores, toma la palabra en el salón de actos repleto de participantes: “hemos sido la segunda búsqueda en Technorati, y esto es el ejemplo de lo que aquí se ha movido”, dice ufano (Q.56.4). Una forma de proclamar el éxito del evento. Un rato antes Antonio Antúnez y Luis Rull, los otros dos organizadores, están exultantes señalando con su dedo una de las pantallas de proyección que flanquea el atril desde el que se pronuncian los discursos. En ella se muestra el top10 de Technorati, una colección de las 10 palabras más buscadas en cada momento. “EBE06”, que es la etiqueta que se ha utilizado para las imágenes y los artículos asociados al evento, aparece debajo de Yahoo! en la segunda posición. Alguien fotografía el instante glorioso. Un rato después ha desaparecido ya. Los números son nuevamente un indicador de la capacidad de movilización de los blogs: “en el instante que he escrito la E de este artículo, hay 711 fotos con la etiqueta ebe06 en Flickr. Posiblemente cuando lo leáis, haya muchas más. Los de las estadísticas de la cantidad de contenido generado en todo el mundo están atentos, porque este año va a tener una subida inesperada”, escribe en su blog Juan Julián Merelo. Decenas de personas publican decenas de imágenes, y decenas de artículos hablan de lo que está ocurriendo en el evento. Al mismo tiempo, muchos otros se dedican a buscar lo que los demás están escribiendo, les basta con introducir EBE06 en Technorati para que les aparezca todo lo que ha sido etiquetado. Y Technorati cuenta todas esas búsquedas y el momentáneo pico de interés por el EBE lleva a la etiqueta a ocupar ese lugar fugazmente. Nuevamente, un acontecimiento excepcional vuelve a servir como fundamento para la performación de la influencia de los blogs. De nuevo, como he señalado en el capítulo siete, se movilizan toda una serie de dispositivo para visualizar los efectos del bloguear. Y otra vez, esa influencia es resultado de la performación de unas temporalidades particulares, que implican bloguear en su justo momento. Así que las reuniones blogger en las que se bloguea en directo celebran la Blogosfera esperanzada, o más bien, una Blogosfera esperanzada a través del live blogging. 46 Agradezco a Edgar Gómez señalarme esta controversia desde su doble perspectiva de académico estudioso de Internet y blogger que disfruta del live blogging, o del bloguear en directo, o de ambas.

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El carnaval de la materialidad

Imagen 8.4.

Imagen 8.6 y 8.7.

Crédito: Fernando Tricas.

Crédito: Fernando Tricas.

Imagen 8.5

Imagen 8.8

Crédito: A. E.

Crédito: J. J. Merelo.

La imagen 8.5 muestra a Rosa haciendo live blogging en la primera edición del Evento Blog España en noviembre de 2006 en Sevilla. Sobre su ordenador reposa una cámara de fotos, otra cámara de video y un lector de tarjetas. Todo ello la acompaña cuando acude a eventos blogger; en una ocasión me muestra incluso una regleta de enchufes con la que viaja para evitar quedarse sin batería. La pantalla de su ordenador muestra un momento en el que está publicando imágenes en Flickr. Las imágenes 8.4, 8.6, 8.17 y 8.8 retratan cables, alargadores, regletas de conexión y portátiles que se convierten durante la celebración de los eventos en el objeto que atrae la atención de los bloggers. La infraestructura material que es necesario movilizar se hace visible a través de esa práctica reflexiva en la cual Fernando Tricas se pregunta (imagen 8.9) “¿Qué haríamos sin enchufes?”. La comparación entre la imagen 8.7 y 8.9 pretende ilustrar la relevancia que tiene el registro no sólo de las imágenes sino de su contexto, que he conservado haciendo una captura de las imágenes en Flickr.

Pero el live blogging sólo es posible porque ha sido cuidadosamente preparado por los organizadores, que han de disponer toda la infraestructura necesaria: conexiones inalámbricas con suficiente ancho de banda para decenas de participantes al mismo tiempo, regletas para la conexión eléctrica, etc. Si la categoría EBE06 aparece entre las diez primeras de Technorati se debe a que los organizadores se han encargado de divulgar en sucesivas ocasiones que la etiqueta identificativa que debe utilizarse es precisamente “EBE06”. César, que es uno de los responsables de Las Ideas.es y uno de los promotores en el encuentro que el PSOE celebra en Huesca, explica unos meses antes de la celebración lo que es el live blogging en un artículo de su blog, que resulta extraordinariamente revelador:

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¿Que es esto del Live Blogging? pues así dicho, parece que baste con postear en directo desde el congreso en cuestión, pero decididamente no es solo eso. Para empezar, y desde el punto de vista material, basta con que la sala tenga wi-fi y regletas de conexión a la red eléctrica estratégicamente repartidas por la misma, pero no solo de cosas materiales vive el hombre. El Congreso de nuevo periodismo de Valencia ha sido la tercera ocasión en la que he participado en un Live Blogging workshop, y lo cierto es que si alguien que no sepa ni una palabra de éstas cosas nos mirase, no entendería una palabra. Nada más llegar, los bloggers se reconocen unos a otros cual si miembros de una misma manada de lobos pirenaicos se tratase, y se preguntan unos a otros por arcanos tales como: ¿Qué tag [efindex] le ponemos a las fotos en Flickr? ¿Y a los videos en Youtube? El blogger es una especie solidaria, y a lo que se están refiriendo es a compartir elementos multimedia que podrán ser utilizados por todos en sus artículos, fotografías, y vídeos que compartirán libremente e ilustrarán sus posts. Y poco más, los artículos se irán enlazando como una maraña, los bloggers irán enlazándose unos a otros , contestándose en sus blogs, polemizando, comentando, creando una línea de comunicación que en ocasiones es más interesante que la del propio evento al que se asiste. (Q.36.12)

Y si los organizadores han de prepararlo todo cuidadosamente, los bloggers han de cumplir con su parte también, portando sus portátiles con ellos a las reuniones. En cierta ocasión, Rosa me contó que de camino al Congreso de Periodismo Digital que se celebra anualmente en Huesca se encontró en el tren con un grupo de estudiantes de periodismo que acudían también, y me comentó con una enorme sorpresa que sólo una de ellas llevaba ordenador. Para Rosa, acudir a ese congreso, como a cualquier otro de los que asiste sobre blogs, pasa ineludiblemente por cargar con su arsenal de dispositivos para bloguear: portátil, cámara de fotos, cámara de video, lector de tarjetas y regleta de conexión. En este sentido vuelve a recordar a las LAN parties, en las que los asistentes portan sus ordenadores de sobremesa con ellos, aunque en este caso el esfuerzo que eso requiere es considerablemente mayor que el de transportar el portátil (Brye y Rutter, 2001; Jans y Marttens, 2005). Cuando en la Facultad de Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid se celebra en abril de 2006 el Congreso Internacional de blogs y periodismo en la red hay una considerable incomodidad entre algunos de los asistentes por la ausencia de una red wifi abierta en el salón de actos donde tienen lugar las sesiones; sólo pueden acceder los alumnos de la facultad con su clave individual. Quejas similares se escuchan en otros eventos (en la primera edición del EBE, por ejemplo) por la falta de capacidad de la wifi, enlentecida por el número elevado de usuarios simultáneos. Hay toda una serie de dispositivos materiales que toman parte en el live blogging, toda una infraestructura que ha de ser desplegada por los organizadores del evento. Y esa relevancia de la infraestructura se torna visible por la misma práctica en la cual los bloggers fotografían ordenadores, cámaras y regletas de conexión eléctrica. En una de las imágenes (img. 8.4 a 8.8) alguien ha colocado la pregunta: “¿qué haríamos sin enchufes?”. Una de las necesidades ineludibles es disponer 242

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de alargadores suficientes para quienes se conectarán a la red pues tras varias horas de sesión, las baterías acaban por agotarse. Conocedores de ello, lo primero que hacen los asistentes que van a bloguear es buscar un asiento cercano a algún enchufe. Alguien escribe en su blog en el encuentro de Huesca: “la búsqueda de regletas para enchufar los portátiles nos ha llevado a un grupo de frikis al exilio a la sala habilitado para ello. Se nos distingue por la cámara digital en ristre y el portátil a cuestas” (Q.75.18). En ocasiones eso que se fotografía representa a su dueño, como la foto anotada en Flickr en la cual una cámara representa a Wicho (imagen 8.8), en otras ocasiones son infraestructuras mundanas u objetos de deseo, como el Ipod Touch que en el momento de celebración de la segunda edición del EBE aún no ha sido puesto a la venta en España pero que algunos de los asistentes ha conseguido ya. Esa participación de la infraestructura de la Blogosfera es especialmente explícita en la práctica de fotografía que se despliega de manera generalizada en los eventos. Los asistentes se levantan a hacer fotos en cualquier momento, recorren de un lado a otro la sala y se paran a tomar una instantánea o capturar un video. Hacen fotos en las sesiones formales como en las reuniones informales posteriores al evento. La toma de fotografías es una parte integral de la práctica del live blogging que explicita de manera especialmente clara cómo los bloggers articulan su presencia en el evento a través de la práctica de la tecnología, en este caso sus cámaras de fotos. La imagen 8.12 muestra una escena de la segunda edición del EBE en Sevilla en 2007, un blogger enfoca su cámara hacia el escenario en el que se desarrolla una de las presentaciones, al fondo, los asistentes sentados atienden a lo que ocurre. Él, de pie, en la parte delantera de la enorme sala, mantiene su ojo guiñado mientras mira por el visor y enfoca girando suavemente el enorme objetivo que sostiene sobre sus manos. Un segundo blogger, haciendo un escorzo, se inclina sobre su propia espalda para captar la escena anterior y… un tercero fotografía todo; es Victoriano Izquierdo, que publica después la imagen en el servicio de Internet Flickr de donde la tomo. Hacer fotos de quien hace fotos y publicarlas en Internet; las imágenes anteriores muestran la naturaleza lúdica de esta práctica. En realidad, las cámaras están presentes durante todo el evento, en cualquier momento alguien saca su cámara y algún otro saca la suya, no sólo en los momentos en que se celebran las sesiones y charlas. En Sevilla o en Huesca, en cualquier bar, acabas siendo el objeto fotográfico de alguien que publica después tu foto en Flickr. En la primera edición del EBE en Sevilla, después de haber comido y antes de comenzar las sesiones de la tarde un grupo de unas diez personas nos acomodamos para tomar café en una terraza cercana a la sede del evento. En un momento Tíscar y otro blogger sacan su ordenador en busca de una red wifi abierta, alguien saca su cámara de fotos, le sigue otro, y en unos instantes absolutamente todo el mundo tiene su cámara de fotos en la mano. Uno le enseña a otro imágenes previas que ha tomado, alguien muestra las que acaba de tomar. Yo alargo mi brazo para lograr la mayor perspectiva posible de la reunión y mientras hago ese gesto alguien me toma una foto. Un tiempo después, sin haberme percatado de ello, encuentro en la página de Flickr de José A. Gelado una fotografía de ese momento y otra en la que se me ve tomando notas en mi libreta.

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Performarse como blogger: esperanzarse Tras dos días de live blogging intenso en la reunión organizada por el PSOE en Valencia, Jorge está emocionado: “es la hostia. Quiero decir: es periodismo en tiempo real, como quien retransmite un partido, una rueda de prensa, un loquesea. No es ni más ni menos ‘la hostia’ que eso” (Q.145.38), a lo que añade: “es muy divertida la sensación de estar creando algo in situ, te da la impresión de que haces algo más que dejar tu opinión quieta en un sitio esperando a que alguien la lea. Sinceramente, lo aconsejo” (Q.169.44). Pau Llop también bloguea en directo a menudo. Nos conocemos en Sevilla y en Huesca nos encontramos de nuevo. Pero cuando le interpelo al finalizar las sesiones en las que no ha parado de bloguear en Sevilla no puede explicarlo con claridad: “ni siquiera sé por qué lo hago, es estresante” (Q.57.3). Bloguear en directo es un bloguear diferente del que uno desarrolla en casa; como lo es jugar en una LAN party. Como la experiencia de los jugadores, la del bloguear es también diferente. Y de lo que se trata es de la propia experiencia del bloguear en compañía de otros que están blogueando también, la experiencia a través de la cual uno se performa como blogger. Tíscar ilumina esa dimensión colectiva al compararlo explícitamente con un concierto en una conversación que mantenemos por chat: “porque los típicos de ‘fulano dice tal y cual’ repetido en 50 blogs simultáneos me parece una gilipollez extrema, y no te enteras de nada. Yo, en Sevilla, con el ordenador, estaba a cualquier cosa menos a lo que allí se decía [...] sólo atendí cuando se iba la conexión [..] sí, es increíble; es como ir a un concierto para sentir el sudor de los demás, el ‘yo estuve allí’ [...] pues eso, que tiene más de liturgia que otra cosa, de ceremonia colectiva” (Q.88.12) En su análisis de la pasión, Emili Gomart y Antoine Hennion (1999) intentan acometer desde una perspectiva próxima a la ANT el estudio de un objeto tan inusual (especialmente hace diez años) para ese ámbito como la pasión. La pasión de los adictos a la droga y la pasión de los aficionados a la música, asunto sobre el que Hennion (2001, 2007) ha continuado trabajado extensamente. Su punto de partida es no pensar en término de “acciones” sino de “acontecimientos que simplemente ocurren” (Gomart y Hennion, 1999: 223). En su análisis recurren, como hace Knorr Cetina para el caso de los operadores de bolsa, a la noción de engaste (attachment) a la que ya me he referido, con ella dan cuenta de esa intensa relación que cada uno de esos individuos, sea un adicto a la droga o un aficionado a la música, establece con el objeto de su pasión. Es Hennion quien traslada la discusión al ámbito de la ontología al pensar en un trabajo posterior en los amantes de la música (2001) o en los escaladores (2007). Lo relevante de su análisis de las pasiones es la importancia que conceden a las disposiciones en las que la pasión emerge. El aficionado a la música ha de disponer cuidadosamente una sala para la escucha, buscar el momento y crear sus rutinas. Y en esas instancias, el objeto de la pasión como el sujeto de esta se construyen mutuamente: el escalador hace a la roca que es escalada tanto como esta hace al escalador y es únicamente el momento de la escalada lo que cuenta y no únicamente el final (Hennion, 2007).

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Imagen 8.9. Dos bloggers durante la segunda edición del EBE en 2007 toman fotos en la sala principal y

un tercero retrata su acción para después publicar la imagen en Internet. Crédito: Victoriano Martín.

Imagen 8.10 y 8.11. La imagen 8.11 muestra una foto tomada por Fernando y publicada en su cuenta de Flickr; en ella se ve a tres bloggers que sonríen. Están en la sala principal en la que se celebran las sesiones de la primera edición del Evento Blog España en noviembre de 2006. La imagen anterior (8.10) muestra a Fernando tomando la foto. Uno de los que aparece retratados, Juan Ángel Gelado, ha tomado una foto de Fernando mientras este les tomaba una foto. La situación es similar a la escena anterior, pero en este caso el juego y el contexto lúdico se traslada a la pantalla; lo que resulta evidente a partir del titular irónico “No queremos fotos” y de los comentarios bajo las imágenes. Como respuesta a la imagen de Fernando, J. A. Gelado le deja su réplica con el comentario de “Duelo de flickeros :)”, a lo que Fernando responde en la cuenta de Flickr de Gelado con un “juas :)”. Crédito: José Antonio Gelado (img. 8.10), Fernando Tricas (img. 8.11).

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En el live blogging no se trata de que el contexto sea importante para comprender la práctica, la práctica es un acontecimiento que no puede desligarse de la trama situada de actores, tiempo y lugar en la que el blogger se encuentra situado. Es a través del live blogging como muchos individuos devienen bloggers en ese contexto situado, mediante la relación intensa con su ordenador, tecleando, tomando fotos, en compañía de otros bloggers. Más que una práctica podemos entender el live blogging como un acontecimiento cuidadosamente preparado. Para buena parte de los asistentes, los eventos no se entienden sin el live blogging. Y ese acontecimiento requiere de una infraestructura que César señala como fundamental y que los bloggers hacen visible en el mismo live blogging a través de sus fotografías. La infraestructura no es sólo la condición material de posibilidad sino partícipe explícito del live blogging y así queda de manifiesto en numerosas imágenes que se toman de artefactos aparentemente mundanos: cables, alargadores, portátiles, teléfonos… todos ellos se convierten en el objeto de las imágenes, como se muestran en la colección anterior (imágenes 8.4 a 8.8). Pero el live blogging es además un acontecimiento esperanzado en el que los bloggers experimentan el bloguear colectivamente, un bloguear que es influyente. Mientras escuchan a los bloggers alistados declamar las promesas de la Blogosfera, ellos se performan como bloggers con una irreverencia mordaz hacia quienes ostentan la jerarquía de la Blogosfera. Se convierten, como dice uno de ellos, en reseñistas, en críticos políticos, en periodistas ciudadanos. Alguien escribe en un comentario al artículo de César sobre el live blogging: “a mí todavía me dan escalofríos cuando, en un evento lleno de blogueros, se ve que todo el mundo está emitiendo al mismo tiempo. Todos son ponentes, periodistas, audiencia, agitadores, reseñistas, fotógrafos, ciudadanos, hackers” (Q.230.23). Esa relevancia de la experiencia del bloguear resulta especialmente explícita en la práctica de fotografiar en el live blogging porque remiten de manera muy clara al valor de la experiencia, como en un concierto de música, dice Tíscar. Las imágenes son sólo un efecto secundario de la práctica fotográfica; o dicho de otra manera. Lo relevante es cómo el momento presente se articula a través de la relación con la cámara fotográfica, cómo lo verdaderamente relevante es el mismo acontecimiento lúdico. Geoffrey Bowker se ha referido citando a Serge Tisseron a cómo el mismo acto de la fotografía es en muchas ocasiones algo distinto de un mero acto de memoria; es una forma de “enmarcar el presente” y decir, esto es un momento importante (Bowker, 2006: 15). Es la propia experiencia de tomar las imágenes la que en ese momento dota de sentido a la presencia del blogger, la experiencia del live blogging. Se trata, como ya he señalado, de una experiencia lúdica, lo que resulta incluso más evidente en las imágenes 8.10 y 8.11 por las anotaciones y comentarios que las acompañan y que trasladan el juego a momentos ulteriores y a otros contextos, en este caso la pantalla. Bien es cierto que, en este caso, las imágenes han sido publicadas, como muchas otras, pero ese acto posterior no agota ni explica las instancias en las cuales las imágenes son tomadas. La esperanza aparece como una emergencia radicalmente situada y encarnada en el live blogging. Está hecha de teclear, de tomar fotos, de publicar videos. Requiere nuevamente de una temporalidad intensa y precisa. Y de toda una infraestructura material y una trabajosa movilización de entidades. Pero requiere también de un largo aprendizaje porque cualquiera no es capaz de involucrarse de esa manera en el bloguear: ¿quién va a viajar

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cientos de kilómetros con su portátil para transcribir un discurso en el mismo momento en que este se produce cuando hay decenas de otras personas haciéndolo ya? Y cuando un individuo teclea en su ordenador y se performa como blogger en el mismo momento del encuentro, se convierte en todo eso que un blog promete ser: un agitador revolucionario, un activista, un periodista ciudadano… Y blogueando en directo, tomando fotos y tecleando ensambla su esperanza en los blogs. Trae a la existencia una esperanza que resulta en ese mismo momento, a través de una temporalidad muy precisa, mediante una infraestructura material extensa, y gracias a un laborioso trabajo por el cual otros han reunido todo lo necesario. Pero el ensamblaje de la esperanza implica además un trabajo ontológico por el que los individuos esperanzados son transformados a través de los mismos acontecimientos esperanzadores. Y como consecuencia, una cierta versión de la Blogosfera es traída a la existencia; una Blogosfera que ahora tampoco se reduce a una serie de nodos de una red donde las conexiones son enlaces. Un periodista describía de esta manera el panorama del que era testigo en una de las conferencias del Evento Blog España celebrado en noviembre de 2006 en Sevilla: “los asistentes no paraban quietos: trasteaban en sus ordenadores portátiles y se levantaban para hacer fotos con pequeñas cámaras digitales. ‘Estoy blogueando, acabo de poner la primera entrada sobre el evento en mi página’, explica Pau Llop, de 25 años” (Q.5.40). La cita la recoge Sergio Mahugo el día de su publicación en el periódico y se la deja al mismo Pau Llop en su blog, y Mahugo añade: “eso es la blogosfera, un espacio inquieto, hiperactivo, en el que nadie ‘para quieto’ porque todos tienen muchas ganas y mucho que contar” (Q.5.2). Una Blogosfera que toma la forma de un espacio vivo y encarnado, material, compuesto por individuos que andan de un lado para otro, cargados con sus portátiles conectados al wifi, cámaras y toda una serie de artefactos que participan en la celebración que tiene lugar. Individuos esperanzados.

4. Celebraciones de la Blogosfera esperanzada La manera como se organizan los eventos convencionalmente es muy iluminadora, con la repetición sistemáticamente de tres temáticas en torno a la que se organizan su estructura, como son la política, los medios de comunicación y la empresa. Para cada una de ellas suelen convidarse a menudo a personalidades relevantes de esos ámbitos con bloggers que comienzan a ser influyentes en ellos también. La pregunta que quiero considerar es, ¿qué Blogosfera es la que se performa en esos eventos? En el capítulo siete he discutido cómo el pasado es articulado de modos diferentes, mediante distintos mecanismos materiales con efectos diferentes en el presente. ¿Qué Blogosfera es la que se performa en los eventos? De un lado del estrado, unos cuantos bloggers escogidos, invitados por cuenta de los organizadores, toman la voz. Son quienes se hospedan en el hotel que han reservado para ellos y quienes son agasajados por los organizadores. Del otro lado del estrado, decenas o cientos de personas escuchan lo que los primeros dicen y pasan el tiempo cacharreando con sus portátiles mientras bloguean en directo. La primera es la Blogosfera jerárquica efecto de los rankings que encarnan un puñado de individuos que hablan en nombre de otros. Es la Blogosfera influyente que interesa a las instituciones tradicionales como los

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partidos políticos porque constituye un espacio para la creación de opinión, un espacio que puede hacer perder votos, dice un blogger militante, doblemente militante, del PSOE y de la Blogosfera. Una Blogosfera en la que los blogs han de ser tomados en cuenta. Los eventos blogger vuelven a performar una Blogosfera jerárquica, los rankings son traducidos en una precisa jerarquía por la cual unos declaman los discursos que otros atienden del otro lado del estrado. Quienes tienen el privilegio de convocar los futuros posibles de los blogs en público son los A-list. Pero ese futuro posible que se convoca no se reduce un mero ejercicio de enunciación. La presencia de los bloggers alistados, como portavoces de la Blogosfera, ante quienes representan a las instituciones tradicionales como los partidos políticos y las empresas, es un ejercicio de performación presente de la influencia de los blogs. La influencia de los rankings tiene una traducción directa en la organización de los eventos presenciales. Y esa influencia se extiende desde la Blogosfera hasta Internet. Quizás pueda parecer anecdótico, pero el subtítulo del libro editado por la Fundación France Telecom: pioneros de la cultura digital, pone de manifiesto un hecho singular. Quienes ejercen como portavoces de la Blogosfera extienden su autoridad a todo Internet o, como dice este título, a toda la cultura digital. La Blogosfera se convierte en muchos contextos en el epítome de Internet en los años en los que me ocupa mi trabajo de campo. Gemma Ferreres lo escribe en su blog: “los weblogs han sabido capturar la esencia de internet […] corporaciones y medios tradicionales encuentran en los weblogs una forma de reinventarse. Yo asisto expectante al espectáculo” (Q.92.13). Y quienes actúan como portavoces de la Blogosfera hablan como autoridades de Internet, más aún, de todo lo digital. Desde su propia práctica y experiencia hablan del presente en nombre de una multitud sobre un futuro que estiman ha de llegar irremisiblemente. Y lo hacen en buena medida porque su práctica de bloguear en realidad implica la incorporación de múltiples otras tecnologías. Muchos de ellos son, como ya he señalado, usuarios de Internet desde hace años, son usuarios de otras muchas tecnologías (como quedaba de manifiesto en la lista que Julen consignaba en el capítulo cuatro). En el capítulo cinco contrastaba el posicionamiento de John Perry Barlow en su Declaración de independencia del ciberspacio (1996) con el de las expectativas de los bloggers en relación con las instituciones tradicionales. Mientras el primero clamaba por su expulsión de Internet los segundos exigen su implicación. Han hecho a las instituciones tradicionales como empresas, medios de comunicación y partidos políticos, destinatarias de su trabajo de producción de expectativas. En el capítulo que escribe en La Blogosfera hispana, Enrique Dans ha escrito: “las empresas se dividen, básicamente, en dos tipos: las que han tenido un problema de imagen derivado de los blogs, y las que lo van a tener” (Dans, 2006: 160). No muy diferente de como se plantea la relación con las empresas en el festival desarrollado con la temática de “blogs y empresa” en el que Álvaro participa con su queja sobre Ikea. El blogger convocante plantea también esa dicotomía explícitamente: “¿qué oportunidades y riesgos representan los blogs para las empresas?” (Q. 131.2); en la presentación que hace del festival desarrolla ese aspecto: “El encuentro inevitable entre dos estructuras muy distintas. La jerárquica, profesional, poco accesible y orientada al interés de la empresa frente a la anárquica, amateur, dialogante y orientada a la atención de la blogosfera. Las empresas ya no pueden eludir tener en cuenta este pujante espacio de diálogo social, el que

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ellas son hoy por hoy más objeto de discusión que interlocutor, y decidir cómo actuar, si merece la pena, ante él. Tampoco deberían dejar de reflexionar ante lo que podría suponer el blog como herramienta para sus diálogos internos” (Q. 131.12). Una argumentación presente en el Manifiesto Blog España que se elabora a partir del evento de Sevilla donde se consigna: “las instituciones y las empresas empiezan a entrever tanto los peligros como las oportunidades de los blogs, ajenos o propios, internos o externos. Espera un gran desarrollo en este área” (Q.87.15). A través de los ejemplares se constatan los riesgos que conlleva la Blogosfera sobre los hechos acontecidos en el pasado; mientras que las oportunidades se abren a través de las expectativas y el futuro se despliega como un espacio de posibilidad. Y esos argumentos surten su efecto, porque como algunas empresas comienzan a abrir sus blogs, algunos medios de comunicación también, y partidos políticos como el PSOE se interesan por ellos. Pero, ¿cómo ocurre eso? Ensamblando instituciones: Blogosfera progresista Regreso de nuevo a las jornadas que se celebran en Huesca y con las cuales he comenzado el capítulo. En ellas circula un tríptico impreso por el PSOE. El rojo corporativo del partido domina el documento titulado ‘Blogosfera progresista’ cuyo logo perfila un individuo que camina sobre un fondo de siluetas difuminadas, ¿es quizás ese perfil destacado el blogger progresista que ha de actuar como líder de opinión en Internet de quienes permanecen en la sombra?, la hipótesis no es peregrina y desde luego casa con la llamada que José Blanco hace en la presentación del documento en su primera página: “desde el PSOE queremos poner en marcha una nueva forma de participación política, más directa, personal y fácil de ejercer. En la Sociedad del Conocimiento, las personas son el motor del desarrollo social, la base de todo proyecto político. Por eso quiero invitarte a participar en esta campaña electoral que se avecina como Cibervoluntari@ para que tú (sic) pensamiento y reflexiones progresistas puedan ser conocidas por lo que se ha dado en llamar Universo de Internet. Todos juntos contribuiremos a desarrollar la Blogosfera Progresista que permita que nuestras ideas y valores sean mejor conocidas por la ciudadanía” (Q.152.13). Y tras esa llamada se explica lo que es la Blogosfera progresista: “la participación del pensamiento progresista en la red dentro del ámbito de la blogosfera como medio para compartir y generar conocimiento” y seguidamente dan cuenta de las ventajas que tiene abrirse un blog y vincularlo a la Blogosfera Progresista: - Es una nueva forma de participación política: persona y directa. Sin estructuras orgánicas de por medio. - Puedes trasladar tus posicionamientos políticos progresistas a la red para que sean escuchados por los demás. Crear Opinión. - Fácil de crear y mantener - Cómodo. Puedes actualizarlo desde cualquier ordenador. Tu casa, el partido, etc. (Q.152.15)

Sólo unos años antes de que ese evento se celebre, como contaba Gemma, los blogs eran simples herramientas para hacer páginas web, pero ahora se han convertido en instrumentos para la revolución o espacios para el activismo o el marketing político. En buena medida, las propuestas que realiza el PSOE se inspiran en la utilización de Internet

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en las campañas presidenciales de EE UU, especialmente en la campaña de Barack Obama y las formas de organización y activismo político desarrolladas en ella. Esto se señala explícitamente en el documento de 13 páginas que elabora la sección de ciberactivismo de las jornadas de Huesca donde se hace referencia explícita a las “recetas de éxito” citando las iniciativas vinculadas a Barack Obama (My.Barack.Oba-ma), los laboristas del Reino Unido (Labourspace.com) y Segolen Royale en Francia (Segosphere), además de la ‘Blogosfera del PSC’ (el Partit del Socialistes de Catalunya).

Imagen 8.12 (arriba), 8.13 (izda) y 8.14 (dcha.). La imagen 8.12 muestra una captura de pantalla de una imagen con la entrada del edificio en el que se celebran las Jornadas Ciudad Digital organizadas por el PSOE en marzo de 2007. La Imagen 8.13 reproduce la misma entrada, en el mostrador se lee: “Blogosfera” y en el panel de atrás “cibervoluntario”. La imagen 8.14 muestra la misma parafernalia que encontro semanas después en otra reunión en Valencia con el título Jornadas Blogs+Ciudadanía. La Blogosfera, en estas imágenes, nada tiene que ver con las representaciones que he mostrado en el capítulo siete donde esta aparece como un ranking o una representación reticular. Créditos: Imagen 8.21 ‘Lisergia’, Imagen 8.13 y 8.14 A. E.

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Durante las presentaciones y charlas informales aparecen citadas sistemáticamente esas iniciativas como casos a replicar. En el Manifiesto Blog España se señala lo que se entiende como cierta desatención de parte de las instituciones tradicionales: “la empresa, la política y la educación se tienen que abrir más a la blogosfera. Después de varios años de existencia de los blogs, no terminan de hacer caso de los mensajes que les llegan” (Q.57.13). ¿Qué significa exactamente que esas instituciones se abran a la Blogosfera?, significa que han de incorporarse a la Blogosfera, pero ¿cómo? El tríptico ya ofrece un indicio; incorporando por un lado bloggers al partido, incorporando también blogs al partido, e incorporando el partido a la Blogosfera. Hay dos mecanismos que quiero señalar porque permiten comprender la forma como esas instituciones se incorporan a la Blogosfera, las implicaciones que eso tiene para la manera de hacer política desde el partido y el lugar que la esperanza ocupa en todo esto. Las esperanzas incorporadas La sección de ciberactivismo en el encuentro en Huesca ha publicado un documento titulado ‘Acción política en la red’. César Calderón y Rosa Jiménez son dos de sus coautores. Entre la bibliografía de referencia que mencionan se encuentra el volumen de la Fundación France Telecom, el artículo publicado por Juan Julián Merelo y Fernando Tricas en el monográfico dedicado a blogs en la revista Telos y la ‘Declaración de independencia de la blogosfera, por los ciudadanos hackers’ que ha escrito Juan Freire. Se mencionan además varios casos exitosos de instrumentalización política de los blogs, uno de ellos es la “Blogosfera del PSC”. Lo interesante es que la construcción de esa Blogosfera se describe a través del despliegue de sistemas técnicos particulares: “Primero constituyendo una ‘Blogosfera del PSC’, con carácter de partido, integrada en su página web oficial con un sencillo sistema de sindicación de contenidos (RSS) mediante el cual todos los militantes con blog tienen su espacio en la página del partido […] El sistema de sindicación premia a quienes más actualizan su blog con mayor visibilidad, ya que coloca el último blog actualizado en primera posición. La red de blogs del PSC está coordinada por una persona con perfil técnico-político que desde la propia estructura del partido envía a los bloggers informaciones, documentos y estrategias-red que sirven para coordinar mensajes, acciones y campañas” (Calderón et al., s/d: 6)”. A través de un mecanismo material que modifica la página web del partido de los socialistas de Cataluña, la Blogosfera es incorporada al partido: distribuyendo los titulares de otros bloggers. Y a través de esa página web institucional el partido se incorpora a la Blogosfera. Los bloggers lo valoran y lo celebran. Cuando Jessica, que escribe un blog militante desde Cataluña encuentra que su blog ha sido destacado en la web del partido lo celebra alborozadamente en un artículo. La Blogosfera se transforma de esta manera en un espacio de interlocución con las instituciones a las que hasta ese momento desafiaba. Otro ejemplo de esa interlocución. Lisergia es un militante del PSOE que escribe un blog en defensa de la legalización del consumo de la marihuana. Por primera vez sus opiniones han comenzado a ser tomadas en cuenta por algunas instancias del partido, todo ello gracias al blog que escribe, según dice.

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Pero me interesa más un segundo mecanismo a través del cual los partidos son incorporados a la Blogosfera y la Blogosfera es incorporada a los partidos, porque a través de él es posible comprender los efectos de las esperanzas incorporadas en los bloggers apasionados. En el evento de Valencia, tras un día encerrados en el hotel, seguimos el antiguo cauce del río Turia camino de la cena, la han llamado ‘beers and blog’. Toni me cuenta por qué lleva un tiempo escribiendo su blog: “el blog es como tu ADN digital. En 15 años todos los políticos tendrán que tener uno [y traza una analogía con el teléfono móvil, omnipresente ahora en el bolsillo de todo el mundo]. El blog es la democracia directa, la relación directa entre electos y electores, sin intermediarios” (Q.83.4). Concejal de Palma de Mallorca, plantea en su argumentación uno de los elementos que aparece sistemáticamente entre muchos políticos que bloguean: “si buscas por la alcaldesa de Palma en Google, el primer resultado es mi blog” (Q.83.6). El blog les permite posicionarse frente a los medios de comunicación. “Ya no dependo de los grandes medios para trasladar mi mensaje” (Q.78.4), dirá en el mismo evento otra de las ponentes, un cargo político del partido también. Toni parece tan convencido como Lourdes Muñoz de las posibilidades que los blogs ofrecen para los partidos políticos. Los dos son bloggers esperanzados, los dos son políticos que bloguean. Cuando Lourdes Muñoz toma parte en la presentación del libro La Blogosfera Hispana, o en reuniones como La Conversación o el Evento Blog España meses después, encarna y re-presenta a su partido y por extensión a la política institucional. En ese contexto es una política que bloguea y que toma parte en un acto organizado por los propios bloggers. En el programa de La Conversación su atribución es “diputada del PSC por Barcelona y autora de http://lourdesmunozsantamaria.blogspot.com”, mientras que la atribución que le hacen en el encuentro político para bloggers que su partido organiza en Valencia es “Red de Blogs Socialistas”. No pasa de ser una anécdota que sin embargo revela ese juego doble por el cual si en el evento organizado por bloggers Muñoz representa a la política institucional, en el evento organizado por su propio partido ella, como Toni y muchos otros de los cargos que bloguean, representa a la Blogosfera. Encarnados en ellos, esa doble identidad que los hace representantes híbridos de un espacio u otro según la circunstancia. A través de ellas y ellos la Blogosfera se incorpora a los partidos políticos, y a través de ellas y ellos los partidos políticos se incorporan a la Blogosfera. Y es a través de ellas y ellos como determinados modos de bloguear circulan hacia esas instituciones y como determinadas expectativas viajan de unos lugares a otros. Anteriormente he referido cómo las expectativas viajan a través de relatos, y cómo la infraestructura proporciona las condiciones de posibilidad para la producción de las expectativas y la emergencia de la esperanza. Atendiendo a la función clave que esos bloggers políticos realizan para la incorporación de los partidos a la Blogosfera puede afirmarse que es a través de los cuerpos esperanzados de quienes bloguean apasionadamente como esas instituciones son incorporadas a la Blogosfera. Los agregadores de la Blogosfera del PSC son sólo posibles porque bloggers como Lourdes Muñoz y otros depositan en los blogs las esperanzas de habilitar nuevos espacios para la política.

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La Blogosfera influyente de los eventos La Blogosfera ya no es, en los eventos, el efecto de una base de datos en la pantalla de un ordenador, no es tampoco un ranking, ni una representación de red. La Blogosfera no es ninguna de esas representaciones, pero esas representaciones tienen efectos en esos encuentros, pues como he argumentado en el capítulo anterior, quienes ejercen como portavoces son en buena medida los bloggers alistados, los bloggers que figuran en los lugares prominentes de esos rankings. Puede pensarse que un evento es simplemente la reunión de lo que ya había, pero es sin embargo un acontecimiento excepcional en el que la Blogosfera se torna en algo diferente de lo que era antes. La presencia de bloggers en los congresos políticos de los republicanos y demócratas durante las elecciones presidenciales de 2005 en EE UU es un acontecimiento excepcional que dota de legitimidad a los bloggers y transforma la Blogosfera. Pues de manera inversa, la presencia de políticos en los encuentros bloggers tiene el mismo efecto de transformar la Blogosfera. La Blogosfera se transforma en el espacio de interlocución con las instituciones a las que hasta ese momento desafiaba, donde un blogger habla frente a cientos de bloggers al lado del alcalde de una de las principales capitales de España, como ocurre en el EBE; o es un espacio en el que se encuentran, como ocurre en La Conversación, una diputada nacional y otro diputado del parlamento europeo, ambos bloggers; un espacio donde el responsable de uno de los principales medios de comunicación digitales de España discute de tú a tú con un blogger sobre la prensa; todo ello en un contexto donde la audiencia está compuesta por bloggers. Ese blogger alistado que ejerce como portavoz de la Blogosfera se convierte en esos momentos en el interlocutor de quienes representan a las instituciones tradicionales, se torna en alguien diferente de quien era frente a la pantalla; y como resultado todos los demás bloggers (en parte), son transformados en algo distinto con él. En el mismo Manifiesto Blog España se señala lo que se entiende como cierta desatención de parte de las instituciones tradicionales: “la empresa, la política y la educación se tienen que abrir más a la blogosfera. Después de varios años de existencia de los blogs, no terminan de hacer caso de los mensajes que les llegan”, eso ha sido escrito en un evento que cuenta con el patrocinio y el apoyo de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Sevilla, Microsoft, la Fundación France Telecom, el periódico 20 Minutos, la televisión pública de Andalucía Canal Sur y la revista PC Actual. Los eventos son un ejemplo del ejercicio de la influencia de los blogs, la performación misma de las expectativas que se depositan en ellos. Lo que he intentado mostrar en esta sección es cómo el ensamblaje de la Blogosfera es un proceso en el que se reúnen entidades muy distintas que antes pertenecían a ámbitos diferenciados, sin relación entre sí: políticos que bloguean, bloggers que hacen política, sistemas de sindicación incorporados en una página web, trípticos, mostradores que dan la bienvenida a la Blogosfera… Pero una política que bloguea no es simplemente una política que utiliza un blog, una política como Lourdes Muñoz está inserta en toda una trama histórica de relaciones con esa tecnología con la que mantiene una relación intensa. Su trayectoria, antes de llegar a Valencia, pasa por Sevilla y Madrid, donde ha establecido relaciones con otros bloggers y otros bloggers han establecido relaciones con ella. Ese proceso de reunión de entidades heterogéneas es el proceso a través del cual una institución

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particular como el PSOE es ensamblada en la Blogosfera a través de infraestructuras que tienen inscritas temporalidades específicas y cuerpos que portan modos de relación, temporalidades y expectativas sobre el bloguear. Y como resultado de ese proceso la Blogosfera deviene algo diferente de lo que era, como discuto en el cierre de este capítulo.

5. Modos de esperanzamiento, ensamblajes diversos A lo largo del capítulo he señalado cómo las expectativas que se depositan en los blogs varían a lo largo del tiempo. Uno de los acontecimientos que señala la variación de las expectativas son los eventos bloggers, acontecimientos en los que algo ocurre, en los que la ontología de los blogs, los bloggers y la Blogosfera se transforma. La Blogosfera se transforma en algo distinto de lo que era. He señalado dos instancias en las que eso ocurre en los eventos, una es el acontecimiento singular del live blogging, por el cual los individuos que bloguean en directo, de manera colectiva, se performan como bloggers y experimentan la esperanza del bloguear a través de su propia práctica, en la relación con la tecnología, en compañía de otros que hacen lo mismo. La otra instancia a la que me he referido es la incorporación de las instituciones a la Blogosfera, particularmente partidos políticos, que se explicita a través de la participación de políticos en esos eventos y la organización misma de eventos por parte de los partidos políticos. La Blogosfera que atrae a esos partidos políticos es la Blogosfera influyente, la Blogosfera que permite desplegar nuevos modos de hacer política, nuevos espacios para la política. Los eventos son acontecimientos en los que se performa la influencia de la Blogosfera, tanto a través del live blogging como mediante la misma presencia de las instituciones tradicionales. Pero en un caso se trata de una Blogosfera horizontal y en el otro caso se trata, una vez más, de una Blogosfera jerárquica en la cual los bloggers alistados cumplen el papel de portavoces de la Blogosfera. Los eventos se organizan normalmente en torno a las temáticas repetidas de blogs y empresas, blogs y partidos políticos y blogs y medios de comunicación, al margen quedan las mil y unas posibles articulaciones de los blogs que ocasionalmente se insinúan. En el monográfico de Telos editado por Antonio Fumero, se han discutido los blogs como instrumento para la acción social de las ONG y la posibilidad de desarrollar a través de ellos nuevos géneros literarios, lo que también se aborda en el libro sobre los Pioneros de la cultura digital. Bien es verdad que el autor de esas piezas, un periodista argentino de un ingenio agudo y divertido llamado Hernan Casciari, participa también como ponente en la segunda edición del EBE en 2007. Pero esas posibles articulaciones de los blogs y del bloguear resultan invisibles ante la organización sistemática de los eventos en torno a esas tres temáticas. Pero hay quien no está de acuerdo con esa Blogosfera que se trae a la existencia en estos eventos. Yo no vine a jugar a esto Dos semanas después de que se celebre La Conversación en Madrid y una antes de que tenga lugar la primera edición del Evento Blog España en Sevilla, Psicobyte ha escrito en su blog un artículo que en buena medida resume el descontento de algunos de quienes participan en la Blogosfera y del que posteriormente se harán eco en algunas de las

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conversaciones del EBE. Es más largo de lo habitual para un artículo de blog, pero creo que es lo suficientemente iluminador como para citarlo en su integridad: Yo no vine a jugar a esto Esto iba a ser la respuesta en los comentarios del post anterior a la pregunta de kinderzimmer "todo un clásico de los blogs. cómo te hace sentir eso?". Pero la cosa se me ha alargado demasiado para un comentario, así que lo dejo por aquí: Verás: Soy un currito de los de cinco días a la semana, con pausa de fin de semana para no hacer nada. Un programador "mediocre tirando pabajo" que bien podría estar trabajando en cualquier otra cosa. Me gustan los bichos, leer, salir de cervecitas, charlar con los amigos, quedar para el café de los domingos, ver una película de vez en cuando y, sobre todo, estar metido en la cama (si es con Li, mejor). Me jode que la adolescente que vive en el piso de al lado comparta sus gustos musicales conmigo y detesto los hospitales. O sea, que soy un tipo normal, quizás algo más aburrido que el promedio. Con mis peculiaridades, que todo el mundo es distinto, claro. Pero con una especie de marca en el currículum existencial que dice "Nada que destacar". Antes yo pensaba que esto del bloguerío era como una corrala de vecinas. Un grupo de gente bastante vulgar que, en lugar de dar la paliza a los colegas en la cafetería o el bar, lo hacíamos en Internet. La cosa no tiene más que ventajas: En la cafetería o el bar los contertulios tienen pocas oportunidades de huir de una conversación aburrida, mientras que en Internet sólo te lee el que quiere hacerlo. Pero, poco a poco, creo haber ido notando una especie de "profesionalización" de los blogueros. Cada vez hay más gente que parece vivir de esto o de algo relacionado con esto. Y no me parece mal, no me malinterpretes. Ojalá todo el mundo pudiese vivir de lo que le gusta. En particular, ganarse las lentejas con algo tan cómodo como escribir alguna tontería de vez en cuando es algo que, en principio, suena estupendamente. Lo que pasa es que me parece algo así como los pajilleros profesionales: No dudo de que es posible que haya mercado para ello y, si alguien consigue ganarse la vida masturbándose, me alegro por él. Pero, en mi opinión, eso le quita la gracia al asunto. De modo que si la gente quiere poner baners en sus blogs, hacer publicidad más o menos descarada o venderte algo directamente, me parece bien. Incluso si les da por venderte sus productos "de tapadillo". Cada cual, en su blog, que se lo monte como quiera, y que se las apañe con sus lectores. Un blog es un sistema tan válido para hacer negocios como un teléfono o un pasquín. En serio. Que no es eso. Lo que realmente me preocupa es que cada vez hay mas blogueros que parecen tomarse los blogs demasiado en serio. Algo así como "Muéstreme usted respeto, que soy bloguero". Las kedadas y beers & blogs (que no son mas que excusas para salir a la calle y ver personas en carne y hueso) se nos han quedado cortas, y ahora montamos

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conferencias, convenciones y jornadas, como la gente mayor. Y se habla de "blogs y prensa", "blogs y política", "blogs y empresa", en vez de aquello de "¿Y cómo se te ocurrió escribir la patochada aquella?" o "¿Leíste lo que dijo fulano?", que es lo más serio de lo que se suele hablar en una kedada. Nos damos la enhorabuena cada vez que alguien "importante" (políticos, periodistas, artistas) se abre un blog, incluso a sabiendas de que la mayoría de las veces es pura propaganda administrada por un equipo de marketing y que no durará más que la campaña publicitaria. ¿Pero no habíamos quedado que lo bueno de los blogs es que cualquiera puede tener uno? ¿A qué viene ahora tanto elitismo? Es posible que Internet esté sobresaturado de blogs de adolescentes inconformistas con crisis existenciales (por poner un ejemplo). Cuando yo era adolescente escribía, como todos, trágicas y arrebatadas poesías (tan malas en la métrica como en el contenido) de inconformismo y crisis existencial. Pero es que entonces aún no había blogs. Y parecemos mirar esos blogs como si fueran de segunda clase. ¿Por qué? ¿Porque abundan? Prefiero diez adolescentes existencialistas con sus propios puntos de vista que otro "blog tecnológico" más que se limite a copiar notas de prensa o a repetir por enésima vez "lo mucho que mola el I-Pod". Está claro que los blogs son una revolución, como lo fue el teléfono en su momento. Pero ¿Te imaginas a los primeros usuarios del teléfono llamándose todo el día o montando jornadas para decirse "Estamos haciendo una revolución, somos la caña"? Miramos nuestras estadísticas y nuestros rankings. Es una tradición bloguera, desde siempre se ha hecho así. Pero ahora parece que nos las creemos. Que no te engañen. Un bloguero no es un tipo que generosamente te permite compartir su sabiduría. Un bloguero es alguien que necestia que le leas. Y si lo haces, pues gracias. Pero ahora se supone que los blogs deben imitar a la "prensa seria", o la "literatura seria" o a cualquier cosa seria. Tenemos que profesionalizarnos y "dar un servicio" y toda esa verborrea. Y, sinceramente, estoy un poco aburrido de eso de "los blogueros somos la repolla" y de que nos tomemos tan en serio a nosotros mismos. Yo me abrí esto para escribir lo que me apeteciese, cuando me apeteciese, y como me apeteciese. Sigo siendo el mismo piltrafilla de hace tres años. Solo que un poco más harto de todo este tinglado. Porque yo no vine aquí a jugar a esto. (Q.56.71)

Tíscar se hace eco del artículo en su blog y lo comenta: “A las puertas del mayor número de blogoeventos por metro cuadrado, un soplo de aire fresco en un interesante post de Psicobyte sobre la profesionalización y el elitismo de los blogs. De recomendada lectura, extraigo algunos párrafos […]” (Q.56.82). Y Marcelino le responde a Tíscar en un 256

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comentario en el blog de esta: “No necesitamos autoridades que nos digan lo bueno que son los blogs porque destronaran a la prensa, o ayudaran a las empresas a tantas mil por blog. Necesitamos que nos ayuden a crecer solos, facilitandonos el acercamiento a los blogs haciendolos más sencillos, que puedan ser escritos y leidos por más gente, y que sobre todo que sean más libres” (Q.56.85). Marcelino está radicalmente en contra de esa Blogosfera influyente y así lo desarrolla en su blog después de que haya acabado el evento de Sevilla. Refiriéndose a los ponentes del evento dirá: “Simplemente creo que ellos y yo, no hablamos el mismo lenguaje, y que estamos condenados a no entendernos. Simple, aburrido, previsible, etc, etc, etc. Eso ha sido. Al menos para mí. ¿De que se ha hablado? Pues de blogs y empresa, blogs y periodismo, y mas empresas que ven a los bloggers como posibles receptores de publicidad, y mas empresas que dicen que somos muchos a otras empresas para que les permitan gestionar este servicio. [...] La blogosfera tal como la entienden los señores asistentes ha muerto. Quedamos nosotros. Y somos el futuro. Entiéndase que con ‘nosotros’ no me refiero a Spaces como la plataforma blogger de Microsoft, sino a los integrantes del conjunto de las plataformas de este tipo , versus la blogosfera tradicional [...] En Spaces nadie considera que blogear le hace mejor a uno que nadie, porque prácticamente todos sus conocidos lo hacen. Es mas, mantener un blog lo puede hacer cualquiera. Desde una niña a un anciano. Desde un profesional de la informática, hasta un dibujante. [...] No existen gurús que digan lo que es bueno o es malo, si uno debe escribir sobre esto, o aquello. No hay cabezas visibles en esta plataforma. Ni siquiera Microsoft las tiene. No hay autores que arenguen, y conduzcan rios de opinión [...] Algo así debió ser la blogosfera al principio. ¿Y hacia donde nos llevará esta nueva oportunidad? Quien lo sabe. Pero deseo profundamente que sea diferente a lo que hemos visto en este eventoblog” (Q.76.43). Hay una tensión entre la Blogosfera que unos y otros celebran, entre las esperanzas que cada uno de ellos deposita en los blogs y, lo que es más importante, la forma de articular esa esperanza en la práctica. Modos de esperanzamiento En el capítulo anterior me he referido a la distinción entre la esperanza y las expectativas. Muy a menudo las expectativas suelen plantearse en términos discursivos; a lo largo de mi trabajo he manejado las expectativas en términos discursivos, como las narrativas de futuro que acompañan a los blogs. Sin embargo, autores como Nick Brown, en la sociología de las expectativas, han insistido en la relevancia de la “dinámica material” de las expectativas, poniendo en evidencia que no se reducen al discurso sino que encuentran modos particulares para su materialización. Brown pone como ejemplo los bancos para la conservación indefinida del cordón umbilical. Las parejas que hacen uso de esa tecnología preservan tejidos biológicos propios con la intención de que en un futuro pudieran ser utilizados si alguno de sus vástagos los necesitara por alguna enfermedad. Las esperanzas de esas parejas están materializadas en esos tejidos preservados para un momento incierto que quizás no llegue. Singularmente, cuando Brown se interna en la discusión de esa dinámicas materiales comienza a hablar en términos de esperanzas en lugar de expectativas, sin distinguir claramente entre ambas (Brown, 2005; Moreira y Palladino, 2005). En general, como he señalado, la sociología de las expectativas no ha discutido en

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detalle las diferencias entre expectativa y esperanzas. En cuanto aparece la esperanza habitualmente desbordamos lo discursivo, como en el caso de la conservación de cordones umbilicales. Aparecen rápidamente individuos de carne y hueso esperanzados, ¿hay acaso posibilidad de hablar de esperanzas sin hablar de individuos esperanzados? Lo que me interesan no son sólo los individuos sino todo eso que hace posible la emergencia de la esperanza. La esperanza nos sitúa necesariamente ante individuos esperanzados, de la misma manera que la pasión requiere pensar en individuos apasionados. Pero, ¿esperanzados en qué? Esperanzados en eso que las expectativas formulan: una sociedad más democrática, una ciencia más participativa, una política más horizontal, unos medios de comunicación más abiertos… Pero la esperanza no puede reducirse únicamente a eso que se espera, al objeto esperado. Las imágenes de futuro que las expectativas proyectan tras clausurar las posibilidades hablan únicamente de su objeto, nombran lo esperado pero, ¿y la esperanza? En la introducción ya hacía un repaso de los modos diversos en los que esta es formulada: como una emoción, un proceso cognitivo, una instancia existencial, un estado del ser, una disposición, una emoción que refleja un estado de la mente, un instinto, un fenómeno afectivo-cognitivo-comportamental… (Webb, 2007: 67). En otras ocasiones se relaciona estrechamente con el deseo (Crapanzano, 2003; Swedberg, 2007: 21). Pero una definición de ese tipo que sitúa la esperanza en el interior de los individuos, como una emoción, un proceso cognitivo, una disposición o un estado de la mente… sigue sin resolver la cuestión crucial de cómo esa esperanza acontece aunque sea en el interior inaccesible de los individuos. Como decía en la introducción, el objetivo de este trabajo ha sido investigar la emergencia de la esperanza entre los bloggers apasionados; lo cual no consiste en caracterizarla señalando aquello que se espera. Si la esperanza implica una cierta orientación hacia el futuro que ordena el presente, lo crucial es entonces cómo se articula en la práctica esa orientación hacia el futuro. De lo que se trata es de desvelar las instancias de esperanzamiento entre los bloggers y las condiciones de posibilidad que la hacen posible. Y ese es el concepto clave: modo de esperanzamiento47 ya que traslada el espacio de investigación desde la esperanza a las instancias prácticas en las que esta emerge. Pensar en términos de modos de esperanzamiento es además un gesto que se compadece con la propuesta de Annemarie Mol (2002) que he descrito en el capítulo dos cuando al preguntarse por la arteriosclerosis sitúa el locus de su etnografía en las prácticas en torno a esta enfermedad. Las prácticas son el lugar en el cual investigar cómo la arteriosclerosis, o más bien sus múltiples versiones, se traen a la existencia, se hacen presentes. Los modos de esperanzamiento permiten por lo tanto explorar cómo en torno a expectativas similares diferentes individuos movilizan prácticas y entidades diferentes que dan lugar a órdenes radicalmente distintos en el presente que resultan en el ensamblaje de esperanzas diversas. Mi propuesta es pensar en términos de modos de esperanzamiento, que son disposiciones a través de las cuales esperanzas particulares son traídas a la 47

Darren Webb (2007) utiliza el concepto de “modos de esperanzamiento” (modes of hoping) aunque no llega a desarrollarlo, mientras que Ben Anderson y Jill Fenton (2008) distinguen entre esperanzas y “actos de esperanzamiento” en la introducción que hacen al monográfico ‘Spaces of Hope’ que editan en la revista Space and Culture.

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existencia a través de prácticas y entidades diversas (objetos, individuos, discursos). El múltiple ensamblaje de las esperanza La Blogosfera experimenta a lo largo de más de una década un proceso en el cual las expectativas que se depositan en los blogs son reformuladas. Ese cambio corre paralelo a la modificación material de la infraestructura. Nuevas tecnologías se incorporan a ella, crece el número de usuarios y hay un proceso de progresivo interesamiento de diferentes instituciones como los partidos políticos, las empresas y los medios de comunicación. Esa transformación material que los blogs experimentan a lo largo de una década habilita las condiciones de posibilidad para modos de esperanzamiento diferentes. Retomando el argumento que Antoine Hennion utiliza para referirse a la pasión de los amantes de la música; esa pasión requiere en realidad todo un esfuerzo para acondicionar espacios y tiempos en los que la música es aprendida, disfrutada, y experimentada a lo largo del tiempo. La pasión es el resultado de un notable esfuerzo a lo largo del tiempo que implica el acondicionamiento de una sala específica para la música, ser capaz de sacar tiempo para poder escucharla tranquilamente… (Hennion, 2001). La esperanza de los bloggers requiere de un esforzado trabajo para mantener el ensamblaje de la esperanza48. La esperanza de los bloggers no se reduce a las expectativas o a las imágenes del futuro que se aguardan; por el contrario es una instancia activa que se orienta hacia el porvenir. Un futuro elaborado a través de las prácticas que se despliegan en el presente, como el live blogging. Si la sociología de las expectativas ha señalado cómo las expectativas de futuro contribuyen a performar el presente, la esperanza recorre el sentido inverso del arco temporal y aparece como un presente que se orienta hacia el futuro. Es el esforzado presente el que habilita las condiciones de posibilidad para un futuro diferente y es ese mismo proceso el que hace del presente una instancia esperanzada que persigue transformar las condiciones en las que habita. El título de este capítulo es casi el mismo que el de la tesis, la diferencia es un plural que cambia de lugar. De los ensamblajes de esperanza que dan título a la tesis, al ensamblaje de las esperanzas que rubrica este capítulo. El ensamblaje se refiere a la conceptualización de la esperanza, un mismo marco desde el que intentar comprender cómo en los eventos blogger, por ejemplo, diferentes esperanzas resultan ensambladas a través de prácticas distintas, modos de esperanzamiento que movilizan una variedad heterogénea de entidades y tienen diferentes efectos sobre el presente. Quizás unos y otros depositan las mismas expectativas de transformación social en los blogs, pero las esperanzas que resultan ensambladas en los eventos son muy diferentes si atendemos a quienes quedan a un lado y 48

Mike Michael (2006) sugiere pensar en la esperanza en términos de ensamblajes heterogéneos en el capítulo que dedica a las temporalidade de la vida cotidiana en Technoscience and Everyday Life, sin emnbargo no llega a desarrollar el concepto: “si queremos mantener una noción como la de ‘esperanza’, necesitaremos retrabajarla como una performatividad temporal que se aplica a ensamblajes emergentes. En otras palabras, quizá tengamos que pensar la ‘esperanza’ como algo parecido a una cualidad de las performatividades temporales de ensamblajes sociotécnicos. Los ordenamientos/desordenamientos de tales ensamblajes generan posibilidades y diferencias […] en los que performatividades sobre el pasado, el presente y el futuro se combinan de nuevo en un ‘soñar hacia delante heterogéneo’ [heterogeneous dreaming forward]” (Michael, 2006: 149, traducción de Tomás Sánchez Criado).

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otro del estrado. A lo largo del capítulo me he referido a dos versiones de la Blogosfera que se performan en ellos. A un lado, en el estrado, una minoría de ponentes que desgranan sus discursos y ejercen como portavoces de la Blogosfera; del otro lado, la inmensa mayoría de quienes asisten en silencio pero haciendo live blogging. Marcelino Madrigal o Psicobyte persiguen una Blogosfera lúdica, horizontal y esperanzada que se abre al futuro... una Blogosfera en la que todos los bloggers son iguales. Esa es la Blogosfera que se trae a la existencia a través del live blogging: “eso es la blogosfera, un espacio inquieto, hiperactivo, en el que nadie ‘para quieto’ porque todos tienen muchas ganas y mucho que contar”, dice Sergio Mahugo (Q.5.2). Una Blogosfera en la que los individuos blogueando de un lado del estrado pueden ejercer como periodistas, críticos, reseñistas… Del otro lado del estrado, aquel en el que se sitúan los ponentes, se encuentra la Blogosfera jerárquica y vertical en la cual la autoridad que se construye sobre el pasado ha desbordado los límites de la pantalla y vuelve a performarse en la organización de los eventos presenciales reproduciendo la misma jerarquía a través de otras prácticas. Una Blogosfera influyente dominada por hombres maduros y formados académicamente; en la cual las mujeres y los jóvenes resultan invisibles. Una Blogosfera que predica la igualdad de todos sobre las singularidades (los rankings y los ejemplares) que hacen diferentes y visibles sólo a unos pocos. Es la Blogosfera que interesa a los partidos políticos y a los medios de comunicación tradicionales a los cuales desafía e incluso pretende derrotar. A un lado y otro del estrado cada uno de ellos deposita enormes expectativas en la Blogosfera, quizás las mismas, pero sus prácticas son radicalmente diferentes, como lo son las esperanzas que resultan ensambladas en ellas, sus modos de esperanzamiento. Las imágenes de futuro pueden en ocasiones ser contradictorias con las versiones del presente, como señala la queja sistemática sobre la presencia siempre de los mismos bloggers en el papel de ponentes en los encuentros o las críticas insistentes de Marcelino Madrigal y Psicobyte con la orientación que toma la Blogosfera. Pero pese a todo, la esperanza en los blogs se mantiene en aquellos que bloguean apasionadamente, más allá de las expectativas y las posibles contradicciones con el presente. De uno y otro lado del estrado se movilizan prácticas diferentes que ensamblan esperanzas y que producen distintos ordenamientos del presente.

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III. Conclusiones

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Abordar las esperanzas de los otros de manera esperanzada Desafíos de la esperanza La primera vez que me encontré con Gemma Ferreres fue en una tasca madrileña. José M. Cerezo nos había invitado a comer para comentarnos la idea de editar un libro sobre blogs, el que después se convertiría en el volumen La Blogosfera hispana: pioneros de la cultura digital y que meses después vería la luz. Era una de esas oportunidades en las que establecer contacto con otra blogger y explorar posibilidades de una relación perdurable para mi trabajo de campo. Sin embargo, al término de nuestro encuentro tenía muy claro que Gemma no era el tipo de blogger que me interesaba, y tenía un argumento de peso para ello en aquel momento; pensaba que estaba demasiado convencida de los blogs, que era demasiado militante. Y sin embargo, ella constituye un ejemplo paradigmático de esas personas que encarnan la práctica sobre la que he pretendido arrojar luz: ese bloguear apasionado preñado de esperanzas de que es posible transformar nuestra sociedad a través de los blogs. La misma razón por la que descarté a Gemma en aquel momento como parte de mis corresponsales en el campo la convirtió después en una participante privilegiada de mi investigación. Su militancia, convencimiento y confianza en las posibilidades de los blogs forma parte de la esperanza que emerge como consecuencia de la relación que ella entre muchos otros bloggers.

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Pero, ¿qué fue lo que ocurrió entonces para que reorientara mi decisión? Ocurrió que a lo largo del desarrollo de mi trabajo de campo las expectativas y esperanzas resultaron estar ampliamente extendidas entre muchos otros bloggers con los que me cruzaba y constituían un elemento fundamental para comprender su apasionada práctica de bloguear. Ese rechazo inicial era un indicio de mi incapacidad en aquel momento para comprender su esperanza; algo que se convirtió en parte del nudo que debía desentrañar para entender su modo de bloguear y su implicación con esa tecnología. Lo que pretendo señalar es justamente que la esperanza constituye generalmente un desafío para quienes no participan de ella. Mi encuentro con Antonio Lafuente le sumaba una dimensión añadida a ese desafío. Historiador de la ciencia consagrado, los libros de los mismos autores con quienes yo dialogo en esta tesis descansan en las baldas de su librería. En más de una ocasión mis charlas sobre blogs y tecnología con Antonio discurrían entre las anécdotas de nuestras propias experiencias y la discusión de tintes analíticos salpicada de referencias académicas. Cada vez que eso ocurría mi incomprensión por las esperanzas de Antonio en los blogs, los wikis y las múltiples tecnologías de Internet para habilitar un nuevo espacio de producción de autoridad redoblaba el desafío de mi escepticismo. Si Antonio, con todo su arsenal para el análisis de la tecnología acumulado tras años de experiencia mantenía su esperanza en las posibilidades de los blogs, ¿cómo podía yo rechazarla sin más? Y Antonio no es una excepción aunque sea excepcional. Representa en parte a esos bloggers ampliamente cualificados académicamente que constituyen el referente empírico de mi investigación. La esperanza nos desafía doblemente, primero proponiéndonos un reto metodológico porque siendo un fenómeno presente se orienta hacia un momento temporal que está más allá de nuestro alcance, un espacio no muy habitual para el análisis social. Y segundo planteándonos un desafío político al que me refiero al final de estas conclusiones y que puede ser concretado con una sencilla pregunta: ¿cuál es la responsabilidad del científico social al abordar ese frágil y preciado logro que es la esperanza de los otros? A ellas me refiero en las páginas siguientes en las que recapitulo las conclusiones finales. Los futuros de las tecnologías Internet y las tecnologías digitales se han convertido desde hace dos décadas en el objeto privilegiado de todo tipo de discursos sobre la revolución de nuestras sociedades. Promesas de lo que serán capaces de realizar, visiones de un porvenir distinto, expectativas de revolución para el mañana… Internet y las tecnologías digitales están preñadas de futuro. En ocasiones, no está muy claro si la revolución que se predica se ha producido ya, está a punto de tener lugar o si, por el contrario, aún hemos de aguardar su llegada. Esa orientación hacia el futuro ha sido nombrada de maneras diversas; en algunas ocasiones como utopías, en otras como ideologías o mitos digitales. Raras veces se ha aproximado al análisis de esas tecnologías explorando la esperanza que las acompaña. Ese es el objeto de indagación que me ha ocupado en esta tesis. Pero frente a las pretensiones de hacer de estas tecnologías fenómenos exóticos de naturaleza novísima, creo que constituyen por el contrario ámbitos cruciales para explorar algunos aspectos de nuestra contemporaneidad. Son ante todo contextos en los que se

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Abordar la esperanza de los otros…

reconfiguran de modos diversos dimensiones fundamentales de nuestras vidas en común. Un aspecto de redoblada importancia cuando tenemos en cuentan que esa reconfiguración no afecta únicamente a quienes practican esas tecnologías sino incluso a quienes permanecen ajenos a ellas y que, de una manera u otra, tarde o temprano, sufren sus efectos. Al margen de los intentos de exotización de lo digital, su análisis ha servido a algunos autores para aproximarse al análisis de conceptos clásicos como el juego (Taylor, 2006), los públicos (Kelty, 2008) o la modernidad (Miller y Slater, 2000). El análisis que he llevado a cabo en esta tesis de una tecnología particular como los blogs y una práctica específica como el bloguear apasionado no ha pretendido simplemente discurrir por un territorio a veces exótico y singular como es eso que de manera laxa he calificado como ‘lo digital’, sino aproximarme a un tema de creciente interés en diversas disciplinas, entre las que se encuentra la antropología, como es la esperanza. Situar este trabajo como un estudio sobre lo digital es un una estrategia con la cual delimitar el contexto empírico con el que trazo similitudes y pretendo dialogar. Un aspecto clave que he situado como punto de partida de mi tesis es la necesidad de suministrar diversidad sobre lo digital. Y me refiero con ello a la necesidad de poner en evidencia las diferencias de lo que en muchos discursos se presentan como un todo homogéneo, una unidad indiferenciada que en ocasiones se designa como Internet, cibercultura o cultura digital. Si bien con esos conceptos se señalan realidades empíricas más o menos delimitadas, es necesario asumir que carecen de alcance analítico. Los argumentos sobre la localización pueden ser respondidos por argumentos sobre la globalización de estas tecnologías; el empoderamiento que proporcionan en determinadas geografías o grupos sociales puede ser contrapuesto a la dependencia que generan en otros contextos, y la diversidad cultural que se reivindica en algunos contextos puede ser por tendencias a la homogeneización cultural en otros. No es posible argüir sobre los efectos generales de Internet, o sobre las características generales de la cultura digital, o sobre las implicaciones de los blogs. Tal es la diversidad a la que me refiero. Mi decisión de designar como bloguear apasionado a la práctica de quienes constituyen el referente empírico de mi investigación es un intento por suministrar diversidad en torno a los blogs y los modos de implicación con ellos. Los bloggers apasionados son un porcentaje mínimo de quienes utilizan los blogs, no son en absoluto representativos de la mayoría; pero sin embargo son relevantes porque contribuyen decisivamente a la elaboración del discurso público sobre los blogs, particularmente de las intensas expectativas de futuro que se depositan en ellos. Son quienes se tornan en portavoces de lo digital e interlocutores entre ese espacio y diversas instituciones tradicionales (como los partidos políticos, la administración pública y los medios de comunicación). La intensidad de su bloguear trazar paralelismos con otras prácticas tecnológicas intensas como las de algunos hackers (Coleman, 2008), los geeks (DunbarHester, 2008), los radioaficionados (Haring, 2002) o los jugadores intensivos de videojuegos (power gamer) (Taylor, 2006). Pero además de ciertas oportunidades empíricas lo digital plantea algunas cuestiones metodológicas particulares en su estudio. Y si bien la discusión metodológica es un asunto relevante, lo fundamental es, a mi entender, que las prácticas y mundos sociales que

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resultan en torno a lo digital, son relevantes para la antropología. Ante las dificultades que surgen puede asumirse que no es posible realizar etnografías en muchos de estos contextos empíricos; o por el contrario podemos aventurarnos a empujar la etnografía hasta sus propios límites salvando las problemáticas que se plantean. Creo que ese proceso nos sitúa en las condiciones para explorar algunos de los fundamentos metodológicos de la propia etnografía (como por ejemplo la co-presencia física), indagar en posibles innovaciones en las técnicas de investigación (como el uso de un blog de campo y otras técnicas) e imaginar nuevas posibilidades como las que se abren en ese espacio que he designado como técnicas de investigación digital. Las problemáticas y desafíos que se presentan constituyen por lo tanto un espacio que puede resultar excepcionalmente fructífero para elaborar soluciones imaginativas y desarrollar innovaciones en las prácticas epistémicas de producción de conocimiento antropológico. En términos metodológicos este trabajo debería ser tomado como un intento por acometer el estudio de Internet y las tecnologías digitales desde una aproximación etnográfica. Pero el tema central de esta tesis es la esperanza. Un asunto que puede resultar hasta cierto punto paradójico ante los diagnósticos sobre nuestras sociedades que algunos autores han realizado al señalar un mundo cada vez más desesperanzado (Miyazaki, 2006; Anderson y Fenton, 2008; Harvey, 2007; Zournazi, 2002). En la introducción he mencionado como ejemplo singular de ese diagnóstico de sociedades desesperanzadas el caso de Japón y el interés que la esperanza ha cobrado como objeto de análisis social en ese país (Miyazaki, 2007; Genda, 2009a, 2009b). Una desesperanza que para algunos autores resulta en gran medida de las transformaciones operadas por el neoliberalismo (Miyazaki, 2006; Anderson y Fenton, 2008; Harvey, 2007; Zournazi, 2002), la aparición en nuestras sociedades de formas de orden que proceden de orígenes alejados y que parecen imponerse de manera irremisible. Singularmente, las tecnologías digitales se presentan ajenas a esos diagnósticos como el umbral de un mundo mejor que ha de venir, como las portadoras de una esperanza universal y una revolución irremisible que ha de llegar. Así que en esas tecnologías se depositan las expectativas de cambio en la política, la ciencia o los medios de comunicación. Esos discursos encuentran, sin embargo, su contraparte en las visiones catastrofistas que señalan a Internet y las tecnologías digitales como instrumentos al servicio de nuevas formas de dominación (Cabrera, 2004; Mosco, 2005; Ribes, 2007; Almirón y Jarque, 2008). En cualquiera de los dos casos, la orientación hacia el futuro que acompaña a esas tecnologías es innegable. Son tecnologías que nos hablan del mañana y a través de las cuales hablamos del mañana. Objetos que se orientan definitivamente desde el presente hacia un futuro distinto e incierto que ha de llegar. Pero el futuro es un objeto esquivo para el análisis social que raras veces se aborda en la antropología o en la sociología. Sin embargo, se moviliza sistemáticamente y se hace presente en las narraciones que acompañan a las tecnologías en las que se predica el porvenir; en las promesas que concitan y en los efectos que se les atribuyen para el mañana. La esperanza, sin embargo, es un concepto raramente utilizado para referirse a esa orientación hacia el futuro.

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Materiales para la esperanza A lo largo de mi relato he intentado mostrar que durante los años en los que realizo mi trabajo de campo los blogs están cargados de expectativas de futuro sobre la posibilidad de transformar la sociedad. Esas expectativas portan las imágenes de unos medios de comunicación más participativos, unos partidos políticos más horizontales y una ciencia más abierta. La Blogosfera, el conjunto de todos los blogs, es un espacio revolucionario y una fuerza revolucionadora de la sociedad, se repite insistentemente. Esas narrativas de futuro circulan en los eventos en los que se reúnen bloggers, son impresas en publicaciones, discutidas en blogs y diseminadas en los medios de comunicación. He designado genéricamente como expectativas a esas narrativas de futuro, a las promesas tecnológicas y las visiones del porvenir que las acompañan. Y me he aproximado a su análisis a través de las propuestas de un conjunto de autores ubicados en los estudios sociales de la ciencia y la tecnología que han sido agrupados bajo la denominación de sociología de las expectativas (Brown, Rapper y Webster, 2000; Hedgcoe y Martin, 2003; Borup et al., 2006). Hay dos aportes fundamentales realizados en mi opinión desde esta literatura que quiero recordar para poder situar algunas de las aportaciones de mi trabajo. La sociología de las expectativas ha señalado la relevancia que tiene el futuro como objeto de estudio y ha hecho una propuesta específica para acometer su análisis. Esta propuesta consiste en centrarse en el análisis de la naturaleza performativa que tienen las expectativas dejando de lado el examen de la solidez epistemológica de sus enunciados. A la sociología de las expectativas no le interesa, por lo tanto, en qué medida el futuro que se predica llegará a realizarse, sino qué efectos tienen las narrativas del futuro y sus promesas sobre el presente. Pero hablar del futuro en el presente implica convocar un espacio incierto. Es un ámbito poco habitual para las ciencias sociales, incluida la antropología. Al tratar sobre el futuro, las expectativas señalan un espacio temporal sobre el que sólo excepcionalmente caben certezas y, de esa manera, las expectativas de futuro suelen contraponerse a los hechos ciertos y probados del presente (o del pasado) y se asocian con la incertidumbre. Es precisamente esa contraposición la que lleva a considerar en ocasiones a las expectativas (y también a la esperanza) como creencias infundadas o mistificaciones, en ocasiones peligrosas imaginaciones, y en otras una pulsión que es necesario dominar (Barney, 2000: 6). Pero a lo largo de mi relato he tratado de mostrar que la elaboración de las expectativas de futuro entre los bloggers está estrechamente imbricada con los hechos del presente y con unos modos muy particulares de sostener materialmente el pasado. Esa relación entre expectativas y hechos queda patente en la producción de eso que he llamado ejemplares. Retomar de nuevo aquí esa figura me permite introducir algunos aspectos de mis conclusiones finales. Los ejemplares son historias de éxito sobre la influencia de los blogs. Más precisamente son relatos factuales de acontecimientos a través de los cuales se argumenta la influencia que algún blog particular ha ejercido en el pasado y a partir de los cuales se predica la influencia futura de cualquier otro blog. La presencia de los mismos relatos en Estados Unidos y España proporciona indicios de la circulación global de esas expectativas de transformación social que se depositan en los blogs. Los relatos de los ejemplares son replicados en España, y excepcionalmente también hacen el

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recorrido inverso, desde España hasta Estados Unidos. Los ejemplares muestran además cómo los mismos dispositivos y mecanismos se utilizan en unos y otros lugares en su elaboración, particularmente dispositivos basados en el recuento de los hiperenlaces, listas y rankings, a través de los cuales se performa la influencia de los blogs y la Blogosfera. Los mismos instrumentos sirven en diferentes lugares del planeta para producir hechos con los que argumentar la influencia de los blogs sobre las cuales se fundan sus expectativas de transformación social. Lo singular de los ejemplares es que las expectativas de futuro que se depositan en los blogs se fundan en la producción de hechos sobre el presente que son sostenidos a lo largo del tiempo por la infraestructura material de la Blogosfera. Cualquiera puede revisar y constatar los argumentos una vez que ha pasado el tiempo, pues han sido inscritos materialmente y son sostenidos a lo largo del tiempo. La infraestructura de la Blogosfera proporciona las condiciones para elaborar sobre la base de los hechos del presente y del pasado nuevos futuros posibles. El análisis de la esperanza y las expectativas se suele ubicar en el presente y normalmente explora su relación con el futuro. Se indaga en cómo desde el presente se elaboran diferentes futuros, o como ciertas visiones del futuro toman parte en la performación del presente. Al tratar con las expectativas, o la esperanza, el pasado suele ser un convidado con escasa presencia. Una excepción es el singular trabajo de Nik Brown y Mike Michael (2003) Retrospecting Prospects and Prospecting Retrospects, en el cual se dedican a revisar cómo desde el presente se reconstruyen las expectativas del pasado. Los ejemplares, sin embargo, indican que las expectativas de futuro de los bloggers se fundan en el sostenimiento del pasado que lleva a cabo la infraestructura de la Blogosfera. Esa relevancia del pasado y su articulación con el futuro en la producción de expectativas permite repensar los blogs como espacios para la memoria. De hecho, cuando se los define como diarios personales (Herring y Paolillo, 2006; Stefanone y Jang, 2007) por la ordenación cronológica de sus textos y la temporalidad implícita se reconoce este aspecto. Sin embargo, a esa dimensión de objeto para la memoria se le ha prestado una limitada atención; mucha más se ha concedido a la orientación hacia el presente de su práctica. Esa atención prioritaria por el presente queda de manifiesto en su definición convencional, que se refiere a ellos como espacios que se actualizan frecuentemente, sin considerar siquiera que sean archivos vivos del pasado de sus autores. Sería inmediato y sencillo abordar ese ritmo intenso de escritura de los blogs desde la crítica por la aceleración de nuestra contemporaneidad realizada por autores como Paul Virilio (1986 [1977]). Y ciertamente esa aceleración que he designado como una temporalidad intensa es fundamental entre los bloggers apasionados. Pero es un aspecto que ha de ser entendido en relación con el sostenimiento del pasado que lleva a cabo la infraestructura de la Blogosfera. Y no deja de ser sorprendente, por otro lado, que la intensidad acelerada del presente y la esperanza del futuro estén en buena medida fundadas en infraestructuras y prácticas de memoria (Bowker, 2006) cuya función es preservar el pasado. Pero es el pasado, al menos un cierto pasado, la fuente para imaginar nuevos futuros posibles a través de los blogs que abren el porvenir como un espacio de posibilidad. Pero esta fundamentación de las expectativas en los hechos se presenta en contra de como la sociología de las expectativas ha planteado habitualmente la relación entre ambos.

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En la confrontación de las expectativas de futuro inciertas con los hechos sólidos del presente, Nik Brown y Mike Michael (2003) explican la distinta confianza que diferentes individuos depositan en las expectativas como consecuencia de la lejanía a los lugares de producción de la tecnología. Centrados en contextos de tecnologías en desarrollo, los autores explican que cuanto más alejados están los individuos de los lugares en los que se elabora la tecnología más expectativas depositan en ellas. Un gradiente basado en la ignorancia. Mientras los científicos y tecnólogos implicados en la producción de tecnologías son más escépticos gracias a su conocimiento, los usuarios depositan grandes expectativas debido a su ignorancia. Singularmente, mi argumento ha sido el inverso para los bloggers apasionados. Entre ellos, es precisamente la proximidad a los hechos la fuente para la producción de las expectativas depositadas en los blogs. Son quienes encarnan en su cotidianidad un modo de bloguear apasionado quienes se esperanzan en su práctica. Son aquellos ajenos a los blogs quienes en buena medida se muestran más escépticos frente a sus posibilidades. Lo relevante es que el trabajo de producir expectativas entre los bloggers no se reduce únicamente a un acto de la imaginación, por el contrario, es sólo posible gracias a esa infraestructura material que sostiene el pasado. Un segundo aspecto relevante se refiere al contexto en el que esto se produce: la cotidianidad de las prácticas de bloguear, regreso sobre ello un poco más adelante. De las expectativas a la esperanza Esas expectativas que acompañan a los blogs señalan que gracias a ellos el presente podría ser diferente de lo que es: la política, los medios de comunicación, la ciencia… Ese es el gran logro de las expectativas, ofrecer visiones de un futuro distinto para transformar el presente. Pero si las expectativas ofrecen visiones de futuro, la esperanza hace algo más que eso. Aunque esta, la esperanza, ha sido un asunto abordado en ocasiones por la sociología de las expectativas (Brown, 2005; Moreira y Palladino, 2005), creo que no se le ha dedicado suficiente atención. Un indicio de ello es que apenas se han explorado las muchas diferencias que existen entre las expectativas y las esperanzas, hasta el punto de que en ocasiones utilizan alternativamente ambos términos. Mi intención ha sido explorar sus diferencias en mi trabajo de campo. Un indicio de esas diferencias queda claro cuando en su estudio sobre las técnicas de reproducción asistida, Sarah Franklin señala que algunas parejas pueden mantener la esperanza de concebir a sus hijos biológicos a través de estas técnicas incluso cuando los médicos no les ofrecen ninguna expectativa de éxito (Franklin, 1997). El refrán castizo ya dice que la esperanza es lo último que se pierde; puede haber esperanza sin expectativas, y esa soledad de la esperanza carente de expectativas es un indicio más que evidente de la diferencia entre ambas. Para explorar esas diferencias me remito al punto de partida de esta tesis, desde el que señalo un movimiento que traslada la discusión desde el ámbito de la epistemología hasta la ontología. La propuesta implícita en este movimiento es asumir que cuando nos aproximamos a los otros no tratamos únicamente con las representaciones que elaboran del mundo sino con mundos diferentes. La sociología de las expectativas se adentra en buena medida por los derroteros de la ontología cuando pone de manifiesto que aquello que se espera de una determinada tecnología constituye parte de lo que esta es en el presente. Más

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aún, no puede desligarse aquello que se espera de una tecnología de lo que es. A lo largo de la tesis he tratado de señalar las diferencias entre las expectativas y la esperanza en el espacio de la ontología. Las expectativas, tal y como son entendidas en la sociología de las expectativas, se suelen pensar como “representaciones en tiempo real de situaciones y capacidades tecnológicas futuras” (Borup et al., 2006: 286). Visiones que acompañan a tecnologías que se encuentran en desarrollo, en proceso de estabilización y que toman parte en la performación de un cierto presente. Se trata de tecnologías que casi son, que prometen esto y lo otro, pero que en ocasiones no llegan a ser nada y desaparecen sin dejar rastro ni cumplir promesa alguna. Las expectativas tecnológicas se orientan por lo tanto a la clausura ontológica de las entidades. Las expectativas contribuyen a establecer espacios de negociación (Konrad, 2006), lograr recursos y aliados (Hedgecoe y Martin, 2003) y establecer compromisos (van Lente, 2000; Brown, 2003: 6). Todo ello orientado a la estabilización de esas tecnologías que se encuentran en estados de desarrollo. En ese proceso, las expectativas tecnológicas clausuran el futuro posible en una trama particular de agencias en la que atribuyen competencias y distribuyen responsabilidades. Para que esas tecnologías lleguen a ser y cumplan todas sus promesas, para que las expectativas se tornen en hechos, es necesario que las múltiples entidades que son movilizadas cumplan cada una con la función que se les atribuye. De manera que el futuro que se promete exige ciertos modos de ordenación del presente. Eso es lo que constituyen las expectativas de los blogs y así es como pueden entenderse sus ejemplares; como relatos en los que se señala de forma explícita qué se puede esperar de los blogs y qué prácticas y dispositivos resulta necesario movilizar para ello. La esperanza, en cambio, articula una relación con el futuro distinta si la consideramos en términos de estabilización ontológica y apertura/clausura del presente y el futuro. Como dice Ben Anderson, la esperanza es un movimiento hacia una apertura constante (Anderson, 2007: 137), que persigue desestabilizar el presente orientándose hacia un futuro abierto. Desde una ontología que se presume clausurada, un presente estable en el que las cosas parecen ser tal y como aparecen, la esperanza se orienta hacia la desestabilización de ese presente. Desestabilizar la ontología del presente significa hacer de un enfermo desahuciado un paciente esperanzado (Good, 1990), transformar una pareja infértil en una potencial familia biológica (Franklin, 1997), convertir a un individuo que bloguea en un comentarista político o un periodista ciudadano. Mientras el trabajo de las expectativas consiste en elaborar futuros posibles que intervienen en el presente, la esperanza trabaja sobre el presente de cara al futuro. O dicho de otra manera, las expectativas y la esperanza recorren un camino inverso en la relación entre la estabilización/desestabilización de entidades y la consiguiente apertura/clausura del presente y futuro. Desde un presente estabilizado ontológicamente las esperanzas se orientan hacia la apertura del futuro mediante la desestabilización del ahora. Desde un presente inestable ontológicamente las expectativas se orientan hacia la clausura del futuro mediante la estabilización del ahora. Pero la diferencia entre esperanzas y expectativas aparece también en otras instancias mostrando dimensiones añadidas de los matices entre ambas. Una oportunidad para

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apreciarlo son los ejemplares. Las expectativas narran los ejemplares de manera retrospectiva como acontecimientos que demuestran la influencia de los blogs. Y a través de ellos se elaboran futuros particulares. Hay pues una clausura de las posibilidades en esos ejemplares; una clausura que significa señalar de manera precisa lo que los blogs son en relación con el futuro. Pero esos acontecimientos se tornan excepcionales sólo como resultado de esa elaboración. La excepcionalidad no permite explicarlos, es por el contrario lo que ha de ser explicada. Aquello que toma parte en la producción de esos acontecimientos cotidianos que después se tornan en ejemplares es la esperanza. La esperanza que permea la cotidianidad de los bloggers, una cotidianidad empapada de otras expectativas, de otros relatos, pero también de toda una infraestructura material que toma parte en esa cotidianidad, que ofrece y exige y que proporciona las condiciones de lo que es posible. La esperanza es un acontecimiento y la expectativa el relato retrospectivo que se hace de él imaginando un cierto futuro que clausura cualquier otra posibilidad. Con cierta licencia literaria podría decirse que las expectativas son los rescoldos de la esperanza, aquello que resulta de los acontecimientos esperanzadores. La cotidianidad esperanzada Pero que las expectativas de los blogs sean elaboradas por los mismos bloggers y no por los tecnólogos que han desarrollado la tecnología o los empresarios que la promueven obliga a replantear un aspecto crucial de la sociología de las expectativas. Ocupada casi de manera exclusiva con ultimísimas tecnologías como la farmacogenética (Hedgcoe y Martin, 2003), los xenotrasplantes (Brown, 1998), la nanotecnología (Selin, 2007) o los trasplantes de células (Moreira y Palladino, 2005), la sociología de las expectativas ha privilegiado el laboratorio y los momentos de innovación y desarrollo como el locus principal para la producción de expectativas. Como si más allá de las paredes de los laboratorios, una vez que la tecnología ha sido clausurada materialmente, no hubiera lugar para las expectativas. Como si la estabilización material de las tecnologías en el presente cerrara la posibilidad de imaginar nuevos futuros a través de ellas. Apenas ha prestado atención esta literatura a lo que ocurre cuando las tecnologías son estabilizadas, se convierten en una caja negra funcional y comienzan a circular por el mundo. Pero lo singular en el caso de los blogs es que la estabilización de la tecnología no implica clausurar la posibilidad de imaginar nuevos futuros asociados a ella. El contexto cotidiano de la práctica de bloguear está pleno de expectativas vinculadas a esa tecnología. La cotidianidad del bloguear es el locus para la esperanza de los bloggers. Cuando las plataformas de blogs comienzan a ofrecer sus servicios de manera regular desde finales del año 1999, esta tecnología no queda anclada al presente, al contrario, la infraestructura material de la Blogosfera estable y disciplinada se convierte en la condición que hace posible la producción de toda una serie de expectativas a través de las cuales se imaginan otros futuros y otros presentes posibles para la sociedad que los bloggers habitan. Puede argumentarse por lo tanto que las expectativas tecnológicas no se producen únicamente en los momentos de desarrollo de la tecnología sino que son elaboradas también en momentos ulteriores.

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Pero este desplazamiento del locus de producción de las expectativas tiene otras implicaciones añadidas. Con este giro hacia la cotidianidad entronco con las propuestas de autores como Hirozaku Miyazaki (2004, 2006) o Ben Anderson (2006) que, inspirados en la obra de Ernst Bloch (2007 [1959]), hacen de la cotidianidad un espacio para la esperanza. Anclar la esperanza en la cotidianidad implica asumir la posibilidad de desestabilizar ontológicamente cualquier entidad y cuestionar a través de ello que todo podría ser de una manera distinta. La localización sistemática de las expectativas en el laboratorio parece conceder el monopolio de su producción a los expertos –científicos y tecnólogos–. Así que trasladarlas a la cotidianidad de algunos individuos convierte en productores de expectativas a quienes en otras ocasiones se concibe como meros receptores de los discursos utópicos o ideologizados. Por el contrario, son los mismos individuos que se implican con la tecnología, los bloggers en este caso, quienes a través de su práctica cotidiana son capaces de elaborar expectativas de futuro vinculadas a esa tecnología, esperanzándose en que a través de ella es posible construir un mundo distinto, mejor. El bloguear apasionado es una práctica que abre en la cotidianidad un espacio para la esperanza de aquellos que la practican. Los ensamblajes de esperanza Regresando a la esperanza, esta es concebida en ocasiones como una emoción, como un proceso cognitivo o una instancia existencial (Webb, 2007: 67), en otras ocasiones se la relaciona estrechamente con el deseo (Crapanzano, 2003), como cuando el sociólogo Richard Swedberg la define como “el deseo de que algo llegue a ser verdad” (Swedberg, 2007: 21). Pero abordar las esperanzas que emergen en la práctica de determinadas tecnologías hace imposible constreñirlas al interior de los individuos, limitarlas a un estado mental o reducirlas a eso que es esperado. La esperanza es, como dicen Ben Anderson y Jill Fenton, un acontecimiento relacional (2008: 78), a lo que añado que se encuentra orientado hacia el futuro. Ese carácter relacional lo he caracterizado refiriéndome a la esperanza como un ensamblaje heterogéneo, un acontecimiento que da lugar a una emergencia (Deleuze y Parnet, 2004: 79), la aparición de algo distinto de lo que había. Eso distinto es el futuro, que toma la forma de una promesa, de una cierta visión de lo que podría ser el porvenir y que transforma el presente. He caracterizado a lo largo de mi relato esos ensamblajes de esperanza del bloguear apasionado señalando tres dimensiones: una temporalidad intensa que ordena las prácticas del presente, una gran infraestructura temporal que sostiene el pasado y proporciona las condiciones para imaginar nuevos futuros, y unas expectativas incorporadas en las narrativas de futuro hegemónicas que circulan en la Blogosfera. De manera que la esperanza de los bloggers apasionados no es ni una creencia irracional infundada ni una actitud pasiva de espera; es una actitud activa que pretende transformar el presente a través de una involucración intensa y prolongada en el tiempo con toda una serie de dispositivos materiales. Esa involucración implica una actitud comprometida con el bloguear y con la Blogosfera, como las asociaciones de pacientes involucradas en la gestión de su enfermedad que Carlos Novas describe y que están preñadas de una actitud esperanzada y comprometida hacia el futuro (2006). Se trata

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además, y esto es especialmente relevante, de un compromiso por el bien común, entendido este en el caso de los bloggers como el logro de una sociedad más democrática y participativa en la gestión de sus instituciones. La estrecha relación entre esperanza y bien común está presente en buena parte de los autores que han hecho de la esperanza su objeto de estudio. Una estrecha vinculación que queda de manifiesto bien cuando ligan explícitamente la esperanza con la posibilidad de rehabilitación de las políticas progresistas (Zourzani, 2002; Harvey, 2007, Anderson y Fenton, 2008). O cuando establecen un vínculo estrecho entre las utopías y la esperanza. Entendida de manera simple como la sociedad perfecta e inalcanzable (Levitas, 2003: 3), la utopía está estrechamente vinculada a la realización del bien común. Esa relación es elaborada por Ernst Bloch en su Principio Esperanza (2007 [1959]) y es explorada por otros autores en un intento por rehabilitar a la utopía frente a las críticas que la han condenado por la vinculación que se establece entre ella y el autoritarismo. Frente a esas críticas, autoras como Ruth Levitas (2003) o el propio David Harvey (2007 [2000]) exploran concepciones abiertas de utopías que habilitan espacios para la esperanza. Sin intención de entrar en ese debate complejo entre la esperanza y la utopía, me interesa señalar sin embargo la relación implícita que en él se establece entre esperanza y bien común. Un bien común que en ocasiones se entiende como una cierta configuración del espacio urbano (Harvey, 2007; Anderson, 2008), logros en el cuidado de la salud (Franklin, 1997; Novas, 2006; Leibing, 2009;) o un cierto modo de hacer política (Zournazi, 2002) que revitaliza la democracia (Barney, 2000). Hay un aspecto final de ese debate que arroja sin duda luz sobre esa otra dicotomía a la que me he referido entre expectativas y esperanza, especialmente en relación con las instancias de apertura y clausura a las que me he referido. Harvey señala como uno de los temas principales de interés en relación con las utopías lo que denomina la “problemática del cierre” (Harvey, 2007: 226). En una exploración que hace sobre diversos intentos, algunos actuales, por materializar propuestas utópicas de organización del espacio, el geógrafo se refiere con la problemática del cierre al hecho de que las materializaciones de la utopía implican siempre una distribución de la autoridad y la clausura ineludible de otras posibilidades futuras. Pero regresando a la esperanza de los bloggers, esta constituye un logro esforzado en el que participan múltiples entidades. Una de ellas es lo que he denominado la infraestructura material de la Blogosfera. Esa infraestructura ha pasado desapercibida muy a menudo y ha recibido una limitada atención en la literatura especializada. Sin embargo, es precisamente la aparición de esa infraestructura la que permite la popularización del bloguear y su extensión global desde finales del año 1999. Una forma de arrojar luz sobre el papel de esa infraestructura es recurrir a la literatura elaborada en la última década en el ámbito de los estudios sociales de la ciencia sobre las implicaciones que las infraestructuras informacionales tienen en la organización científica (Star, 1996; Bowker y Star, 1999; Beaulieu, 2001; Hine; 2006; Bowker et al., 2010). Si antes de que se abrieran los primeros servicios de blogs, infraestructuras, no había más de un centenar de bloggers; en unos años desde su apertura serán varias decenas de millones las personas que bloguean de un lado a otro del planeta, unos 70 millones en del año 2007 (Sifry, 2007). Y eso se logra porque la infraestructura asume la responsabilidad de hacer todo aquello que previamente sólo estaba

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al alcance de personas con conocimientos especializados de Internet (como programar y diseñar en lenguaje HTML, por ejemplo). La extensión de la infraestructura y el aumento del número de personas que bloguean significa que la práctica de bloguear viaja y con ella circulan las condiciones de posibilidad para la emergencia de la esperanza. Pero además de asumir ciertas responsabilidades que antes estaban en manos de los expertos que elaboraban a mano sus blogs, la infraestructura hace más cosas. Impone algunas limitaciones y establece ciertas exigencias en aquellos que se involucran con ella; entre ellas el ordenamiento temporal de las prácticas de los blogger. En este sentido, la esperanza no es el resultado de una implicación simplemente con esa tecnología; requiere por el contrario de una temporalidad particular. Por temporalidad me refiero a modos de ordenar entidades y prácticas diversas en el tiempo (Michael, 2006: 131). Desde luego, los bloggers apasionados son bloggers que escriben intensamente y de manera prolongada a lo largo del tiempo. Y esa temporalidad es de hecho el fundamento para la performación de la influencia de los blogs y la Blogosfera. Los ejemplares que relatan esa influencia, o las reacciones explosivas multitudinarias a acontecimientos de relevancia son ejemplos de esa temporalidad intensa. Acontecimientos ambos que provocan reacciones colectivas que en su visualización performan la influencia de la Blogosfera y sirven como argumentos sobre su capacidad para intervenir en la política y los medios de comunicación. Una influencia sobre la que se fundan las expectativas de futuro de los blogs. Es decir, la producción de las expectativas de futuro está fundada en la temporalidad intensa del bloguear. Sólo mediante una práctica que no espera los bloggers son capaces de esperar un futuro distinto. O dicho de otra manera, es el intenso ritmo que mantienen en el presente el que permite a los bloggers imaginar nuevos futuros. Pero esos futuros que imaginan formas de orden social diferente exigen de los bloggers un disciplinado orden en el presente, una temporalidad intensa. Pero no todos los individuos que se aproximan a los blogs establecen este tipo de relación intensa en el tiempo con estas infraestructuras. De hecho, la mayor parte de ellos no llegan a implicarse, sólo escriben ocasionalmente y abandonan la práctica rápidamente al cabo de unas semanas (Henning, 2003; Lenhart y Fox, 2006). Sólo unos pocos llegan a desarrollar prácticas cuya temporalidad es intensa, blogueando apasionadamente y por periodos de tiempo prolongados. Es decir, sólo algunos llegan a esperanzarse a través de los blogs. Y como consecuencia de todo esto he designado a la infraestructura de la Blogosfera como una infraestructura temporal. Que se refiere tanto a su participación en la ordenación de la temporalidad del bloguear en el presente como a su participación en la producción de expectativas de futuro. La infraestructura de la Blogosfera traza un arco temporal en el que conecta el presente urgente con los futuros imaginados a través del sostenimiento material del pasado. Es la memoria de los rastros de un presente acelerado la que proporciona las condiciones de posibilidad para fundar las expectativas de un futuro posible y diferente. Las prácticas de memoria de la infraestructura de la Blogosfera son por lo tanto prácticas que no sólo recuerdan el pasado sino que habilitan para la construcción de los futuros posibles.

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La problemática economía política de la esperanza No todas las personas llegan a esperanzarse con los blogs; algo que puede interpretarse como un simple desinterés, o una falta de necesidad en el bloguear. Pero si los blogs son algo más que un instrumento y la esperanza no es sólo una instancia que busca el bien común sino un bien en sí misma, la ausencia de esperanzamiento bien puede atribuirse a la falta de las condiciones que lo hacen posible. O dicho de otra manera, hay quienes no se esperanzan porque carecen de las condiciones para ello, no todos tienen el privilegio de esperanzarse. Carlos Novas (2006) ha sido explícito en ello al referirse a que generalmente, quienes articulan y operan sobre sus esperanzas en la biomedicina contemporánea suelen ser blancos, de clase media, educados y capaces de movilizar redes sociales en persona y a través de Internet; en resumen, grupos privilegiados de las sociedades analizadas, dice citando la literatura existente (Epstein, 1996; Rapp, 1999; Stockdale and Terry, 2002). Y desde luego, los bloggers apasionados de mi trabajo de campo se corresponden con ese perfil. Novas se ha referido en ese mismo trabajo a lo que designa como la economía política de la esperanza (Novas, 2001, 2006). Concepto con el que pretende capturar el hecho de que a través de la esperanza y gracias a los recursos que se consigue movilizar mediante ella, las asociaciones de pacientes son capaces de intervenir en los contextos biomédicos de investigación y tomar parte en la gestión de su salud. Un aspecto que la sociología de las expectativas ha explorado en detalle al evidenciar cómo las visiones de futuro permiten habilitar espacios de diálogo, lograr recursos y enrolar aliados (van Lente, 2000; Brown, 2003; Hedgecoe y Martin, 2003; Konrad, 2006). Pero esa economía política de la esperanza debe dar cuenta también, justamente, de quiénes son capaces de esperanzarse, cuáles son las condiciones para la esperanza y quiénes establecen los futuros hegemónicos y las expectativas dominantes en cada momento del presente. Ya he argumentado que las expectativas son instancias en las que se clausuran futuros particulares, en las cuales tienen lugar una distribución de atribuciones e imputación de responsabilidades. He señalado que no todas las expectativas son igual de visibles ni circulan con la misma extensión, y no todos los actores tienen la misma capacidad para hacer circular los futuros que imaginan. Las narrativas de futuro de las que me he ocupado son hegemónicas en la Blogosfera. Los responsables de ellas son un grupo de individuos que son designados como A-list, los bloggers alistados de la Blogosfera, quienes figuran en las listas y rankings que se hacen a partir del recuento de los enlaces entre blogs, son la jerarquía de la Blogosfera. He argumentado que la Blogosfera es un efecto de esa jerarquía; un enunciado con el que señalo en primer lugar que esa jerarquía es anterior a la misma noción de Blogosfera, y en segundo lugar que las representaciones convencionales de la Blogosfera y su misma definición reproducen los mecanismos de producción de esa jerarquía. Las definiciones de los blogs como sitios de Internet actualizados frecuentemente con enlaces, y de la Blogosfera como una red de blogs enlazados entre sí mediante conversaciones, están ancladas en la práctica fundamental de esa jerarquía: el enlace y la actualización frecuente del blog. Todo esto es importante para destacar que, paradójicamente, la mayoría de los blogs y bloggers no despliegan ese tipo de práctica y la mayor parte de ellos no se encuentran enlazados con otros blogs (Tricas y Merelo, 2004; Herring et al., 2005; Kumar et al., 2005; Batchnik et al., 2005). Es decir, la definición convencional de los blogs y de la Blogosfera tiene como referente a una práctica y un grupo

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de individuos excepcional entre quienes bloguean. Un grupo constituido por hombres adultos, altamente formados académicamente y expertos en el uso de Internet y otras tecnologías digitales. El mismo perfil con el que los bloggers influyentes han sido caracterizados en general (Tremayne et al., 2006). Y como consecuencia de definir de esa manera a los blogs y articular modos de representarlos, la mayor parte de los modos de bloguear son excluidos e invisibilizados. Las mujeres, las (y los) adolescentes, y los hombres que no practican esa forma de bloguear quedan excluidos de la Blogosfera. Es decir, la esperanza del bloguear apasionado va acompañada de una economía política de la exclusión basada en una economía política del enlace que se articula a través de rankings y listas de blogs en la Blogosfera. El problema del cierre que David Harvey refiere en relación con las utopías resuena con intensidad cuando consideramos la política de la esperanza del bloguear apasionado. Esas esperanzas de transformación social que se depositan en los blogs están fundadas en la influencia que un puñado de bloggers ejerce a costa de invisibilizar, o más precisamente excluir, a la mayoría de los bloggers de la misma definición de lo que es un blog. Singularmente, esa jerarquía de la Blogosfera se funda en el sostenimiento del pasado que realiza la Blogosfera, aunque en este caso el pasado se articula de manera diferente a través de listas y rankings que establecen una jerarquía de autoridad en la cual unos blogs y otros son diferentes en relación con su influencia. Mientras los ejemplares sirven para argumentar la influencia de todos los blogs y performar una Blogosfera igualitaria en relación con el futuro porque cualquier blog puede ser igual de influyente en el porvenir, los rankings performan una Blogosfera desigual en la cual todos son diferentes porque tienen distinta influencia. En un caso nos encontramos con un modo de articulación del pasado que funda las expectativas de un futuro mejor, en otro caso, el pasado se articula reproduciendo las desigualdades existentes. Paradójicamente, ambos se encuentran inextricablemente ligados. Desde esta perspectiva, es posible un análisis crítico de la esperanza no en términos de mistificación o deformación de la realidad, como hacen los análisis críticos, sino por los efectos que la economía política de la esperanza tiene en el presente. No todas las esperanzas son iguales, por mucho que se orientan hacia el bien común; y los efectos de estas no necesariamente redundan siempre en ese bien común al que se aspira. El mundo está lleno de buenas intenciones y malos resultados cuando se llevan a la práctica. Así que una forma de acometer el análisis de la economía política de la esperanza es pensar términos de modos de esperanzamiento, concepto que tomo de Darren Webb (2007) 49. Si la esperanza implica una cierta orientación hacia el futuro en el presente, los modos de esperanzamiento son disposiciones a través de las cuales prácticas y entidades diversas (objetos, individuos, discursos) son movilizadas en el presente en el cual esperanzas particulares son traídas a la existencia. Los modos de esperanzamiento son, por lo tanto, formar particulares de ensamblar la esperanza. Una manera de comprender el valor de esta noción es pensar en instancias en las cuales las expectativas o las narrativas de futuro son similares pero la disposición en el presente hacia ellas es distinta, es decir, las prácticas y 49

Como ya he señalado en el capítulo 8, Darren Webb (2007) utiliza el concepto de “modos de esperanzamiento” (modes of hoping) aunque no llega a desarrollarlo, mientras que Ben Anderson y Jill Fenton (2008) distinguen entre esperanzas y “actos de esperanzamiento” en la introducción que hacen al monográfico ‘Spaces of Hope’ que editan en la revista Space and Culture.

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dispositivos que movilizan son diferentes y, más importante aún, lo son los efectos que tienen en el presente. Se trata de un concepto que, además, pone de manifiesto nuevamente la productiva diferencia entre expectativas y esperanzas. Es un gesto que se compadece con la propuesta de Annemarie Mol (2002) que he descrito en el capítulo dos cuando señala las prácticas como locus de investigación. Atendiendo a los modos de esperanzamiento, las esperanzas sólo pueden ser evaluadas por las disposiciones que adoptan en el presente; o dicho de otra manera, lo que se predica como esperado carece de valor si no se pone en relación con las disposiciones que en el presente se orientan hacia ello y los efectos que esas disposiciones tienen. Y como he señalado, en el caso de la esperanza de los bloggers apasionados, el presente que la esperanza de la Blogosfera revolucionaria performa es más que problemático pues implica la exclusión de la mayoría a costa de la visibilización exclusiva de una minoría que encarna la esperanza de los blogs. Ontologías esperanzadas El punto de partida de esta tesis señala un movimiento que traslada la discusión desde el ámbito de la epistemología hacia el de la ontología. La propuesta implícita en este movimiento es asumir que cuando nos aproximamos a los otros no tratamos únicamente con las representaciones que elaboran del mundo sino con mundos diferentes. Una aproximación hecha por autores con objetos de investigación diversos y ámbitos distintos, ya sea Eduardo Viveiros de Castro (2003) en el estudio de las cosmologías amazónicas, Amiria Henare (2007) y Martin Holbraad (2007) en una particular aproximación a lo que pretende ser un análisis de lo material en antropología que trata de distanciarse del análisis de la cultura material, o Bruno Latour (2004) a través de su interés por la ciencia y la tecnología como ámbitos específicos para la producción de orden social. Para algunos, ese gesto hacia la ontología no es más que una alambicada orfebrería academicista baldía e innecesaria. Sin embargo, he tratado de mostrar que ese giro es importante porque con él se reformula el posicionamiento epistemológico entre el antropólogo y aquellos a quienes intenta comprender. Para explicitar este argumento retomo la discusión previa que he realizado sobre los enfoques críticos. He denominado de tal manera a un extendido conjunto de análisis sobre las narrativas que acompañan a Internet y a las tecnologías digitales. Desde lo que pretenden una prudencial distancia, esos trabajos se presentan como análisis desapasionados de las promesas y las expectativas que se depositan en las tecnologías digitales (Flichy, 2003 [2001]; Cabrera, 2004; Mosco, 2005; Almirón y Jarque, 2008). Tienden a interpretar las promesas y las expectativas como deformaciones de la realidad que ocultan los intereses de quienes promueven la extensión de las tecnologías digitales y reducen estas a instrumentos de dominación en manos de unos pocos. En su empresa, buena parte de estos trabajos constriñen lo digital a los límites de la utopía y la ideología (Flichy, 2003 [2001]) o el mito (Mosco, 2005; Almirón y Jarque, 2008). Sin embargo, este enfoque plantea notables problemas que ya he señalado. Una buena parte de ellos se centra en el análisis de los discursos públicos que acompañan a la tecnología, a partir de los cuales interpretan que esos discursos seducen a los individuos para que incorporen las tecnologías. Sin embargo, no explican cómo esos discursos son capaces de sostener las prácticas de esas tecnologías de manera continuada a lo largo del

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tiempo, si es que son capaces. Y tampoco dan cuenta de los sofisticados procesos de apropiación de los discursos que se producen cuando estos viajan desde el espacio público a la cotidianidad de las personas. Y finalmente, no explican ni siquiera se interesan por la imbricación entre esos discursos y las prácticas cotidianas de los individuos. Y es precisamente en las prácticas cotidianas donde he argumentado que se descubre el sentido de la esperanza. En el caso de mi análisis sobre los bloggers apasionados hay argumentos empíricos que plantean notables problemas a esos enfoques críticos. El primero de ellos es que lo que he denominado la narrativa revolucionaria de la Blogosfera es elaborada por los mismos bloggers fundándose en su propia práctica de bloguear. Los discursos públicos sobre los blogs son el efecto de la práctica de bloguear y no la causa de esta. Pero si a lo largo de mi relato he sido especialmente beligerante con estos enfoques críticos se debe a otra razón principalmente. Esta es el efecto que su perspectiva tiene sobre los otros; es decir, la manera como reducen a quienes constituyen su objeto de estudio a crédulos, ingenuos o ignorantes. Mientras que el analista es capaz de desvelar los oscuros intereses que se ocultan tras las tecnologías, las personas que las incorporan son incapaces de darse cuenta de ello. El analista asume una asimetría epistemológica entre el investigador capaz de abordar de manera desapasionada la realidad y aquellos otros que son embaucados por ella. Así que nombrar a esas expectativas y visiones de futuro como esperanzas, en lugar de designarlas como utopías, ideologías o mitos, no es simplemente una elección analítica. Se corresponde con una atención que reconoce que la manera como nombramos esas prácticas tienen efectos sobre la performación de la realidad. Lo que está en juego en esas instancias es qué les hacemos ser a los otros. Al hablar en términos de mitos o utopías50 hacemos a ser a los otros unos pobres ignorantes atrapados en las ensoñaciones que el analista es capaz de desenmascarar. Nombrar esos fenómenos en términos de esperanza implica intenta eludir una dudosa posición de superioridad epistemológica. De hecho, con la anécdota de campo que he referido antes he tratado de señalar que la esperanza de los otros pone más bien en evidencia nuestra ignorancia e incapacidad ante el presente de los otros antes que la de ellos. La problemática que se plantea es similar a la que se le ha presentado a los antropólogos desde hace tiempo con el análisis del animismo (Bird-David, 1999; Viveiros de Castro, 2003; Descola, 2005). Un giro hacia la ontología en el cual esta es pluralizada implica que en nuestros relatos de los otros les hacemos ser algo diferente de lo que resultarían cuando en el encuentro con ellos asumimos que nuestras epistemologías se encuentran enfrentadas sobre el espacio de una realidad de ontología única. Pluralizar la ontología tiene como consecuencia reconocernos en pie de igualdad epistemológica con los otros a costa de multiplicar las versiones de la realidad. Al trasladarlo al análisis de la esperanza esto significa que esta no es simplemente una cierta creencia, sino un indicio de que eso sobre lo cual se depositan las expectativas de futuro es algo distinto para quienes se esperanzan y para quienes son incapaces de hacerlo. El desplazamiento hacia la ontología en el análisis de la esperanza sitúa a los otros en un mundo cuya ontología es diferente a la nuestra, en un presente que se está transformado por su orientación hacia el futuro. 50 Utopía en el sentido particular que estos análisis le dan, más próxima a una ensoñación fútil que a una instancia productiva y fértil para la intervención en el presente.

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Y ahora retomo el título de este cierre: Abordando la esperanza de los otros de manera esperanzada. El título pretende responder a la pregunta clave que Hirokazu Miyazaki (2004) eleva en su The Method of Hope, cuando plantea: el conocimiento, ¿para qué? El conocimiento par habilitar espacios de esperanzas a partir de las esperanzas de los otros, es mi respuesta. Una respuesta que sigue el planteamiento que realizan otros autores como Ben Anderson (2006), David Harvey (2007) o Mary Zourzani (2002), por citar algunos. Todos ellos señalan la impresión compartida de que la teoría social ha perdido su dimensión crítica (Miyazaki, 2006; 149) y ha caído en la desesperanza, al igual que la política progresista (Rorty, 1998; Harvey, 2000; Zournazi, 2003; Hage, 2003). Y todos ellos conciben la esperanza como un método de investigación para las ciencias sociales y una exigencia de que estas propongan diagnósticos del mundo que resulten esperanzados y esperanzadores. Ben Anderson lo plantea de una manera muy clara: “¿abre la investigación el presente para que se convierta en algo distinto? [...] ¿Multiplica a partir de entones la investigación la presencia de algo mejor?” (Anderson, 2006: 706 t. p.). Pero, ¿cómo lograr una mirada esperanzada sobre el mundo? No estoy seguro de que al final de mi relato pueda responder de manera esperanzada. O que acaso esta tesis sea un relato esperanzado. Me queda sin embargo una duda que abre un resquicio de posibilidad porque un relato esperanzado no es necesariamente aquel que comulga con las expectativas de los otros. Un relato esperanzado es aquel que en el reconociendo de otros futuros posibles elaborados por terceros abre la posibilidad de otras esperanzas diferentes. O dicho de otra manera, reconocer la esperanza de los otros nos conmina a mantener las nuestras, como dice Bauman (2004), más allá de los hechos. Retomando a Ernst Bloch, un mundo sin esperanza no merece la pena. Creo que es mi responsabilidad como científico social reconocer la legitimidad de las esperanzas de los otros y creo que incluso esta puede emerger desde la ausencia de expectativas o, incluso por qué no, desde el desesperanzamiento. Mi sentimiento es desesperanzado ante un espacio abierto de posibilidades como la Blogosfera: demasiado amplio para transformar el mundo parece que acaba siendo transformado por él. Pero creo que esa desesperanza es un fructífero punto de partida para elaborar una esperanzada mirada sobre el futuro que significa, ni más ni menos, que imaginar que otros presentes son posibles porque otros nos lo muestran a través de su pasión.

Líneas futuras de investigación Algunos de los temas con los que he concluido este último capítulo constituyen parte del dominio abierto de mi investigación futura. Hay aspectos particulares que necesitan de cierto desarrollo y que me ofrecen la posibilidad, a mi entender, de realizar aportes novedosos y significativos. Quiero destacar tres de esos ámbitos que se abren como esperanzadoras líneas futuras de investigación que espero desarrollar en el futuro próximo. El primero se refiere a la ética de la investigación, el segundo a la posibilidad de extender el vocabulario de la pluralización de la ontología a ámbitos nuevos para explorar su alcance, y el tercero se refiere a la reflexión metodológica y el desarrollo desde la práctica de técnicas digitales de investigación.

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Como he señalado en el capítulo tres, la ética de la investigación es un aspecto casi marginal en la antropología en España (del Olmo, 2010: 9). Internet plantea problemáticas específicas a los antropólogos e investigadores sociales que muy a menudo no encuentran respuesta o una orientación clara a partir de las guías éticas elaboradas en distintas geografías o sobre la base de analogías con dilemas similares en contextos no mediados por Internet. Aunque la resolución práctica de estas problemáticas es sin duda importante para los implicados y la acumulación de un corpus de experiencias contribuirá decisivamente a aliviar estos dilemas, lo más relevante a mi entender es que muy a menudo nos colocan sobre la pista de cuestiones epistemológicas fundamentales que trascienden el dominio de la ética. Me explico en más detalle retomando la discusión sobre lo público y lo privado plateada en el capítulo tres. La controversia que aparece sistemáticamente cuando se considera el registro de datos en Internet es un asunto que afecta no sólo a los antropólogos e investigadores sociales sino que constituye un dominio controvertido en el que actualmente se discuten los consensos sociales que deberían adoptarse. Indagar en este ámbito constituye por lo tanto una oportunidad, y podría decirse que una obligación, para todas las antropólogas y antropólogos que quieran intervenir a través de estudios empíricos en esos debates públicos. El marco teórico de este trabajo está anclado en ese particular vocabulario que pretende pluralizar la ontología. En relación con él hay dos derrotas señaladas en esta tesis sobre las cuales se abren líneas de futuro en las que he comenzado a trabajar y espero continuar haciéndolo. La primera retoma el tema de la ética: ¿qué implicaciones tiene pensar la ética desde la asunción de una ontología múltiple? O dicho de otra manera, si asumimos que existen diferentes versiones de la realidad que son traídas a la existencia a través de prácticas diversas, ¿qué consecuencias tiene sobre la ética de la investigación? La mayor parte de las problemáticas éticas que un antropólogo o una antropóloga encuentran en sus investigaciones se deciden sobre una serie de valores consensuados: la protección de la dignidad, la privacidad o el anonimato (cuando así sea requerido) parecen incuestionables. Pero aunque exista consenso sobre esos valores teóricos, su articulación en la práctica resulta controvertida. Aunque nadie duda de la necesidad de proteger la privacidad, qué es la privacidad en la práctica es un asunto controvertido. Lo interesante no es la controversia entre investigadores sino las disensiones entre investigadores y sujetos. La cuestión clave se plantea cuando investigadores y sujetos investigados no llegan a un acuerdo sobre los valores en la práctica y entonces surge una pregunta clave: ¿quién establece las prácticas a través de las cuales determinados valores son traídos a la existencia?, ¿son los valores que establece la antropología o son los valores que establecen los sujetos de estudio? El ámbito al que he dedicado un notable esfuerzo e interés a lo largo de estos años es lo que se pueden denominarse técnicas digitales de investigación. Estoy plenamente convencido de que constituyen una oportunidad para explorar nuevos modos de articular las prácticas epistémicas de producción de conocimiento en la antropología y en el trabajo de campo etnográfico. Mi intención es continuar trabajando en las posibilidades de estas técnicas tanto como sobre los desafíos que presentan, entre ellos las problemáticas éticas que ya he mencionado así como la desestabilización de algunas asunciones metodológicas

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fundamentales. Hay pues una doble vía que se abre en este ámbito que va desde la práctica, a través de la experimentación cuando sea necesario con este tipo de tecnologías en el trabajo de campo, y desde una reflexividad que se vuelque sobre esta práctica e indague en las transformaciones de las técnicas de investigación, su mantenimiento y su posible innovación.

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Bibliografía y anexos

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Ensamblajes de esperanza

career. En V. Amit (Ed.), Constructing the Field (pp. 147-161). Oxon: Routledge. Wyat, S. (2000). Talking About the Future: Metaphors of the Internet. En N. Brown, B. Rappert & A. Webster (Eds.), Contested Futures: A Sociology of Prospective TechnoScience (pp. 109-128). Aldershot: Ashgate. Wyatt, S. (2004). Danger! Metaphors at Work in Economics, Geophysiology, and the Internet. Science, Technology, & Human Values, 29(2), 242-261. Yates, J. (1989). Control through communication: The rise of system in American management. Baltimore, MD: Johns Hopkins University Press. Zafiropoulos, K. y Vrana, V. (2008). A Social Networking Exploration of Political Blogging in Greece. Emerging Technologies and Information Systems for the Knowledge Society. Lecture Notes in Computer Science, 5288, 573-582 Zournazi, M. (2002). Hope: new philosophies for change. Annandale: Pluto Press Australia. Zuckerman, E. (2008). Meet the bridgebloggers. Public Choice, 134(1), 47–65. Zurawski, N. (2000). Virtuelle Ethnizität. Frankfurt am Main: Peter Lang.

310

Anexos

Anexo 1. Ejemplo de un post del ‘blog de campo’ Live Blogging: eventos que explotan en Internet 8 March 2007 Me pirro por el ‘live blogging’ (que por cierto, no aparece en la Wikipedia. Lo seguí en vivo y en directo en el Evento Blog España en Sevilla, y me quedé bastante alucinado. Me parece una especie de flash mob a través de Internet. De repente, decenas de personas se ponen a postear, a hacer fotos subirlas y colgarlas en Flickr, o incluso video (en eso Rosa es una experta). Todos etiquetando con el mismo nombre sus post, imágenes, videos, buscando por Technorati hasta el punto de que las etiquetas de marras pasan a ocupar el top ten de las más buscadas… Y de repente, lo que comenzó con una reunión presencial explota en Internet. Las posibilidades para dotar de visibilidad a un evento son enormes. César, de NeoRatón, lo explica magistralmente en un post, originalmente publicado originalmente en su blog: Ponga un blogger en su congreso y replicado hace unos días en el sitio de Jornadas Ciudad Digital. Con el ‘live blogging’ lo que se consigue es dotar de visibilidad a los eventos “saltándose además la agenda de los medios de comunicación tradicionales y rompiendo el silencio mediático”. […] Exacto, en realidad, para que salga adelante hace falta todo un trabajo previo. Yo supongo que cuando Luis Rull and Co. habilitaron en su momento el wifi para el Evento Blog España eran muy conscientes de que live blogging haberlo lo habría: […] Y esto de que sean preferiblemente de un ranking medio-alto en Technorati y Google… pues a Marcelino Madrigal no le ha gustado nada (con una crítica subida de tono), que defiende que en los blogs “cada uno vale lo mismo”. Podría replicarle yo pero Toni1004 lo hace ya: […] This entry was posted on 8 March 2007 at 11:01 am and is filed under Blogs, Cuaderno. 18 Responses to “Live Blogging: eventos que explotan en Internet” 1. mmadrigal Says: 8 March 2007 at 12:09 pm Buenas. Por alusiones. Sinceramente cada vez siento más que esto de bloguear por bloguear, con el único objetivo que alguien te lea y poder mantener una conversación, y que no implique obtener un beneficio en forma de

311

Ensamblajes de esperanza

poder, rentas, etc, se va pareciendo más a una cala libre en marbella rodeada de constructores. Lo único que pido es que dejen ese trozo de arena que se llaman blogs en internet fuera de la especulación. Si tienen un montón de cosas con que entretenerse… 2.

Adolfo Says: 8 March 2007 at 12:21 pm Pero los blogs son poder. Es decir, que quien tiene a 1.000 personas que le leen cada día, o 2.000 o 3.000, tiene poder, Marcelino. No parece una simple conversación a esos niveles. Poniéndome un poco cursi podemos decir que con los blogs se puede cambiar el mundo, o al menos intentarlo. Tanto como con una reunión de vecinos para protestar por cualqueir asunto de su barrio. Es decir, que con los blogs se puede hacer política, en el buen sentido, tomar parte en la vida pública. Lo que César escribía yo creo que responde a una visión que trata de organizar justo ese poder de la Blogosfera en favor de unas causas u otras. Eso se hace cuando se montan iniciativas como el GoogleBombing contra la SGAE, contra el ADSL de Ya.com, o a favor de unos partidos o de otro.

3.

Luis Rull Says: 8 March 2007 at 12:29 pm Gracias por lo que me toca (Para lo que no lo sepan, la Co. de la que habla son mis dos compañeros de la organización de Evento Blog: Benito Castro y José Luis Antúnez. Lo del “live blogging” depende de los objetivos que se planteen en el mismo. Si quieres implicación y buenos post, no necesariamente necesitas a dos o tres “a-list”, tienes que pedíserlo a gente que le guste el tema, que sepa de lo que se está hablanso y que sepa redactar. […]

4. mmadrigal Says: 8 March 2007 at 1:23 pm Adolfo que los blogs son poder es claro. Estamos de acuerdo. Pero la parte que siempre se omite es que el poder es responsabilidad. […] 5. mmadrigal Says: 8 March 2007 at 1:29 pm Luis Ese modelo lo vemos todos los días en la tele. El resultado Televisión Basura todos los días, información adulterada

312

Anexos

porque la audiencia prefiere consumir eso, que la verdad. […] 6. rvr Says: 8 March 2007 at 3:53 pm La gran diferencia entre la tele basura y los blogs es que la televisión utiliza un bien escaso y público (el espectro de radiofrecuencias). En Internet, cada cual se busca su sitio para hacer lo que quiere. […] 7. mmadrigal Says: 8 March 2007 at 4:08 pm Cierto Victor. No hay nada malo en intentar ganar dinero con los blogs. […] 9. rvr Says: 8 March 2007 at 5:35 pm Marcelino: Si algo es popular, es más probable que gane proporcionalmente más audiencia que algo que no es popular, aunque sea igualmente interesante. Aquí podemos hablar de blogs, películas, música, política o cualquier otro asunto. […] 10. Jorge Says: 8 March 2007 at 6:04 pm […] 13.

César Calderón Says: 8 March 2007 at 8:54 pm Adolfo, La idea del taller de ciber-activismo es articularlo como un foro de internet, es decir, con discusión abierta y aportaciones de todos los participantes. De tomarnos una cerveza no te escapas. Nos vemos en Huesca.

14.

Adolfo Says: 9 March 2007 at 1:31 pm A mi me queda poco que añadir después de esto. A la espera de tu post, Víctor. Por cierto, me alegro mucho de verte de nuevo en actividad. César: pues unas cañas, eso está hecho.

15.

LuisCarlos Says: 10 March 2007 at 4:45 pm Me encanta haber seguido algunos eventos en España o en Nueva Delhi a través del Live Blogging de los asistentes. Hace poco me ocurrió que mi computadora fue la única que no se conectó en un congreso y para

313

Ensamblajes de esperanza

postear me prestaron una laptop en coreano de la que desistí al final. […] 16.

Adolfo Says: 10 March 2007 at 6:19 pm Hey, Luis Carlos, se me ponen los comillos largos con eso que me cuentas de los congresos. Si me das oportunidad me gustaría que me contaras más.

17. Tíscar Says: 12 March 2007 at 12:009 pm Yo estoy con Luis Carlos en que a veces es preferible el post reposado, del que vuelve, procesa y elabora. No le veo mucho sentido a doscientas personas escribiendo exactamente lo mismo: ahora sale fulanito y dice bla bla bla. Para eso prefiero una retransmisión en directo, una conferencia grabada, un slideshare previo. Demasiada redudancia y poca información. […] 18. Un "listillo" en las 2as Jornadas Blogs + Ciudadanía. « Weblog Enrique Castro 2.0 ¡Blogoizquierda? Says: 5 April 2007 at 10:22 pm […] estuvo realizando posts en directo, o lo que copypasteando al autor estuvo realizando “live blogging en el marco (expresión periodística absurda) de las Segundas Jornadas […]

314

Anexos

315

Ensamblajes de esperanza

Anexo 2. Eventos blogger durante los años 2006 y 2007

Año 2006 Nombre de la reunión (organizador)

Temática

Sede de celebración

Ciudad

Fecha

Mundo Blog. Primeras jornadas regionales sobre e-culture (Centro de Arte Libre Párraga)

Comunica.

Centro Arte Libre de Párraga

Murcia

1-3/3

1as Jornadas Red de Blogs Socialistas “Red de Blogs” (PSOE)

Política

Facultad de Ciencias Políticas (USC)

S.. de Compostela

25-26/3

X Jornada de comunicación siglo XXI. La Blogosfera: periodismo ciudadano (U. de Granada)

Comunica.

Colegio Mayor Albayzín

Granada

1/4

Blogak 2.0 (Alianzo)

Negocios

U. de Deusto

Bilbao

6/4

EnBlogs 2006 (Consello da Cultura Galega)

General.

Consello da Cultura Galega

S.. de Compostela

19/4

III Jornadas sobre bitácoras y medios de comunicación

Comunica.

Fac. Sociología (U. de Granada)

Granada

20-21/6

Congreso Internacional de blogs y periodismo en la red *

Comunica.

Fac. de Comunicación (UCM)

Madrid

26-27/6

I Congreso iberoamericano bitácoras y derecho

Derecho

Auditorio de Zaragoza

Zaragoza

4-6/6

eFindex ((Las Ideas, PSOE et al.)

Política

Complejo Cultural San Francisco

Badajoz

5-7/6

1er Encuentro Nacional de Edublogs (Aulablog)

Educación

Roa de Duero (Burgos)

6-7/7

1er Evento Blog España (indep.) *

General.

U. de Sevilla (¿)

Sevilla

17-19/11

La Conversación *

General.

U. Politécnica

Madrid

19/10

BlogAUT. Blogs y Wikis: nuevas tecnologías, nuevas formas de autoridad (indep.) *

General.

La Casa Encendida

Madrid

6-7/11

UniCien Blog. Jornadas de Blogs, Ciencia y Universidad

General.

ETSII (Univ. de Sevilla)

Sevilla

16/11

UCAM Media Lab 2006 (Univ. Católica de Murcia)

General.

Ucam Medialab

Murcia

14/12

Los eventos a los que asisto están marcados con un asterisco: *

316

Anexos

Año 2007 Nombre de la reunión (organizador)

Temática

Sede de celebración

Lugar

fecha

Jornadas Ciudad Digital (PSOE) *

Política

Instituto E.S. Pirámide

Huesca

9-11/3

2as Jornadas “Blogs + Ciudadanía” (PSOE) *

Política

Hotel NH Center

Valencia

31/3-1/4

II Congreso Int. de blogs y periodismo en la red

Comunica.

Facu. Comunicación (UCM)

Madrid

25-26/4

I Congreso Andaluz de Periodismo Digital (APDA)

Comunica.

Teatro Mira de Amescua

Guadix (Granada)

19-20/4

eSeg. Jornadas sobre blogs y ciudadanía. Jornadas en torno a la Blogosfera (Las Ideas et al.)

Política

Segovia

4-6/5

Blogak 2.0 (Alianzo)

Negocios

Universida de Deusto

Bilbao

24/5

Jornada Espiral 2007 (Asociación Espiral) *

Educación

Col·legi de L. en Filosofia de Catalunya

Barcelona

8-9/6

2º Encuentro de Edublogs 2007 (Aulablog.com)

Educación

Ayerbe

4-6/7

Periodismo social, comunicación y nuevas tecnologías *

Comunica.

UCM

El Escorial

9-13/7

Blogs. La conversación 2007

General.

(ETSIT) UPM

Madrid

Seminario UNI-BLOGS. Del discurso a la acción (UPM, UPGC, UA)

Académico

UPM

Madrid

22/11

eFindex 2007 (PSOE)

Política

C. Cult. San Francisco

Cáceres

2-4/11

Evento Blog España 2007 (indep.) *

General.

Hotel Príncipe de Asturias

Sevilla

23-25/11

317

Ensamblajes de esperanza

Anexo 3. Los 100 blogs en español de Atalaya 2005 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43

318

Barrapunto: La información que te interesa minid.net eCuaderno v.2.0por Jose Luis Orihuela Sebastian Delmont presenta 'zonageek.com' Las cinco del viernes google.dirson.com - noticias de google en español' Microsiervos Escolar.net - Ignacio Escolar ALT1040 | Netcultura Denken Über' Tantos hombres y tan poco tiempo - Peluche Pedro Jorge Romero blogpocket.com v4.0 beta Error500 Trovadores.org blog.com.mx An astronomical blog tintachina | internet y yo Atalaya: desde la tela de araña El pelotero del Toro Libro de notas La Cosa Húmeda - Fabrizio Ferri Benedetti Elastico.net Reflexiones e irreflexiones Oink! | navegando por ti desde principios de siglo | La Petite Claudine Por La Boca Muere El Pez WEBLOG DE UNA MUJER GORDA kusor.net ALDv3 - bitácora de Afrael Ortiz Periodistas 21 Venethinker's Pensamientos Wimbledon Kirai.NET - Un geek en Japn by Hctor Garcíaa :: Quien Lo Entiende :: El diario de Letizia Ortiz Efímera Caspa.tv Semidios .:: 4Colors * blog sin criterio ::. Antes Muerta Que Sencilla Nicols Fantino (ala_747) - 100px Diseo Web Tebeos

1805 905 1098 755 904 635 695 156 680 520 667 336 644 436 612 366 566 402 555 257 518 226 465 231 442 365 441 201 383 107 382 144 355 225 347 298 346 224 338 296 335 276 323 244 293 187 288 186 284 232 283 223 270 214 270 210 266 144 253 153 252 192 251 190 249 137 249 181 242 231 238 216 236 210 234 187 231 194 227 193 222 205 221 42 219 166

Anexos

44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90

Diarios . Blog de Arcadi Espada Orsai :: Casciari Merodeando por la enredadera - Bitácora de Julio Alonso Caso Patologico html life Arbol de los Mil Nombres Biblioteca de Babel Equivocality Puto y aparte Hispalibertas: Sapere Aude Bitacoras.org | Metablog colectivo sobre weblogs Chica con falda roja días estranhos crossfader network Borjamari BandaAncha.st Delirios de un informático » Bitácora' Korochi FrancoG Asakhira Magonia aventuras erticas info-TK, tu otra fuente de informacion Blogómetro 3 demonios Enjaulados Sonia Blanco La Remington de Joe Gillis Chango #100 Korochi Industrias [ lapsus de memoria ] Diario de un feo Blogs Ya.com: Blog de una Soltera la decadencia del ingenio Mangas Verdes Bitacora de la Amargura Simultaneo Weblog* Pensamientos Radicalmente Eclécticos Guerra eterna en Oriente Medio Awablog El Blog de Enrique Dans telendro mexicano elfrascodelodio.com Blog de Magda Oficina de Objetos Perdidos Linotipo El Hombre Que Comía Diccionarios HUMPHREY BLOGGART

215 214 207 204 202 198 197 190 188 180 177 176 170 169 165 163 162 161 161 159 159 156 155 154 153 153 152 150 150 150 145 143 139 136 135 131 129 125 125 125 124 123 123 123 122 119 118

153 160 86 172 162 158 70 158 123 137 135 168 123 152 134 140 108 133 88 132 109 114 38 49 123 43 80 128 130 118 143 134 131 86 121 104 98 94 101 80 103 109 109 111 96 105 108

319

Ensamblajes de esperanza

91 IRA VEHEMENTI: foxcorp.org 92 Jime Dice 93 .: El mundo sigue ahí :. 94 Santa Maradona 95 anedonia.net 96 Papel Continuo 97 Calumnia, que algo queda 98 Domestik Alien 99 Fotoblog.com 100 Zootropo. Diario del Mundo Geek

118 117 116 115 115 115 115 114 113 113

100 92 96 100 83 102 102 78 34 81

Fuente: Juan Julián Merelo, Atalaya, en URL: http://atalaya.blogalia.com/historias/25147

320

Anexos

Anexo 4. Ranking de Alianzo en tres fechas de 2005, 2006 y 2007 Ranking de Alianzo, noviembre de 2005 POSICION 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40

BLOG

TENDENCIA

Barrapunto Microsiervos Minid.net google.dirson.com eCuaderno.com Escolar.net Error500 Xataka Peluche Kirai.NET genbeta Herramientas para blogs El Blog de Enrique Dans blogpocket 5.0 BandaAncha.st Elastico.net Borjamari pjorge.com tintachina Periodistas 21 alzado.org La Petite Claudine Atalaya html life La Cosa Húmeda Caspa.tv Mangas Verdes Reflexiones e irreflexiones Por La Boca Muere El Pez Blogdecine Pixel y Dixel VidaExtra David Bravo Merodeando por la enredadera Radio Spaces of Sound Orsai Papel Continuo Libro de notas hmmm El Blog Salmón

321

Ensamblajes de esperanza

41 42 43 44 45 46 47 48 49 50

Mundo Geek Chavalina.net (Inma Bermejo) furilo Linotipo Diarios. Blog de Arcadi Espada Abundando. El blog de Pablo Martínez MartínezAlmeida Proletarium Blog de una soltera Directo al paladar Úsalo. Usabilidad para todos

(Actualizado: 03/nov/2005 11:53)

Ranking de Alianzo, junio de 2006 Posición

322

Variación

Blog

Tendencia

1

=

Microsiervos

2

=

Barrapunto

3

+1

Escolar.net

4

-1

google.dirson.com

5

=

Xataka

6

+2

genbeta

7

=

Minid.net

8

-2

Error500

9

+4

eCuaderno.com

10

=

El Blog de Enrique Dans

11

-2

Herramientas para blogs

12

+2

hmmm

13

-1

Kirai.NET

14

-3

Borjamari

15

=

BandaAncha.st

16

=

blogpocket

17

=

Periodistas 21

18

+1

pjorge.com

19

-1

alzado.org

20

+7

gizmodo

21

+1

La Petite Claudine

22

+2

Blogdecine

23

-2

Elastico.net

24

-4

Pixel y Dixel

25

-2

ñblog

Anexos

26

+2

Atalaya

27

+3

VidaExtra

28

-3

David Bravo

29

+4

El Blog Salmón

30

-1

Caspa.tv

31

-5

html life

32

=

tintachina

33

+3

Mangas Verdes

34

=

La Cosa Húmeda

35

= Merodeando por la enredadera

36

-5

Martín Varsavsky Weblog

37

+1

Reflexiones e irreflexiones

38

+1

Por La Boca Muere El Pez

39

+4

Libro de notas

40

+5

¡Vaya Tele!

41

+7

Directo al paladar

42

+4

Malaprensa

43

-3

86400

44

-3

No puedo creer que lo…

45

-3

Orsai

46

-2

Mundo Geek

47

+12

Notas de Fútbol Diarios. Blog de Arcadi Espada Ricardo Galli, de software libre

48

+3

49

-2

50

+3

MotorPasion

51

+6

Jabalí Digital

52

+2

Chavalina.net

53

+2

Linotipo

54

-4

Papel Continuo

55

-6

furilo

56

+2

La Cárcel de Papel

57

+4

Guerra Eterna

58

-2

OJO!Buscador

59

-7

Proletarium

60

+2

Punto y aparte

61

+2

telendro.com.es

62

+6

CanalPDA.com

63

+8

Online, el blog de un adicto a Internet

323

Ensamblajes de esperanza

64

+5

Efímera

65

+1

Kriptópolis

66

-6

Emezeta blog

67

-2

Abundando. El blog de Pablo Martínez-Almeida

68

+2

Blog de una soltera

69

-2

PC Actual Blogs

70

+2

Retiario, por Pepe Cervera

71

+4

Abladías de Fernando Polo

72

+1

La Tejedora

73

324

-9 Más respeto, que soy tu madre

74

+2

Loogic

75

-1

QuéWeb! Colección de cosas mal hechas

76

+8

Blog de Juan Freire

77

=

Ceklog

78

+845

Blog de Eduard Punset

79

+2

eTc: El Blog del Marketing en Español

80

+21

aNieto2k

81

+13

Cuaderno de bitácora

82

-3

Sonia Blanco

83

+16

Véase Además

84

-6

Sustatu

85

+19

Blog de Octavio Isaac Rojas

86

+4

CPI (Curioso pero inútil)

87

+30

Weblogs SL

88

+12

el palimpsesto

89

-1

La Taberna del Turco

90

-1

Genciencia

91

+16

Barcepundit

92

-10

La pastilla roja

93

+37

Bebés y más

94

+1

Halón Disparado

95

-12

Buenos días, Silicon Valley

96

-4

Tecnorantes

97

-11

Redes Sociales

98

+8

Atún tun tun...

99

+11

MobuzzTV

100

-20

jorge.cortell.net

Anexos

Ranking de Alianzo51, junio de 2007 2007. Posición

Variación

Blog

Histórico

1

=

Microsiervos

2

=

Barrapunto

3

=

genbeta

4

+2

El blog de Enrique Dans

5

-1

google.dirson.com

6

+1

Error500

7

-2

Escolar.net

8

=

hmmm

9

=

Borjamari

10

=

Kriptópolis

11

=

BandaAncha.st

12

+1

Pixel y Dixel

13

+2

Xataka

14

+12

Periodistas 21

15

-3

Mangas Verdes

16

+1

blogpocket

17

+1 No puedo creer que lo hayan inventado

18

-4

eCuaderno.com

19

+6

gizmodo

20

-1

VidaExtra

21

=

alzado.org

22

-2

Kirai.NET

23

=

Plástico TV

24

=

ñblog

25

+2

La Petite Claudine

26

+3

Fogonazos - Asombros diarios

27

+5

MotorPasion

28

-12

Skarcha (Antonio Pérez)

51

En el ranking de 2006 y de 2007 se han suprimido varias de las columnas originales para facilitar su lectura.

325

Ensamblajes de esperanza

326

29

-7

Martín Varsavsky Weblog

30

-30

The Inquirer ES

31

=

pjorge.com - Pedro Jorge Romero

32

+6

¡Vaya Tele!

33

+1

Elastico.net

34

-1

El Blog Salmón

35

-5

David Bravo

36

-8

Merodeando por la enredadera

37

+13

Oink!

38

-1

Atalaya

39

-3

Caspa.tv

40

-5

Applesfera

41

-2

Reflexiones e irreflexiones

42

+4

La Cosa Húmeda

43

+24

Blogdecine

44

+16

Wwwhatsnew

45

-5

CPI (Curioso pero inútil)

46

-4

Ricardo Galli, de software libre

47

-2

Online, el blog de un adicto a Internet

48

+5

Loogic

49

-8

Guerra Eterna

50

-2

Por La Boca Muere El Pez

51

-2

faq-mac

52

-9 eTc: El Blog del Marketing en Español

53

-1

Libro de notas

54

+1

Xataka móvil

55

+1

Minid.net

56

-2

Blog de Juan Freire

57

-13

Astroseti

58

+3

86400

59

+4

Retiario, por Pepe Cervera

Anexos

60

+6

Chica de la tele

61

-10

Mundo Geek

62

-5

furilo

63

-4

Malaprensa

64

=

Diario del viajero

65

+13

Papel en blanco

66

+4

OJO!Buscador

67

+17

SigT

68

+5

Redes Sociales (Alianzo)

69

-11

aNieto2k

70

+16

Carlos Blanco

71

-9

Consultoría artesana en la red

72

-1

Chavalina.net

73

+26

El pito doble

74

-2

Buenos días, Silicon Valley

75

+18

Notas de Fútbol

76

+28

AmbienteG

77

-9

Las penas del Agente Smith

78

-1

Herramientas para blogs

79

-32

Tecnorantes

80

+18

despuesdegoogle

81

-2

markarina.com

82

-1

Linotipo

83

-3

Sentido Web

84

+13

Bebés y más

85

+6

Ounae

86

+14

Sonia Blanco

87

+153

blogoff

88

+6

Sustatu

89

-4

Abladías de Fernando Polo

90

+11

Todo Pocket PC

327

Ensamblajes de esperanza

91

-15

Electroduende

92

+51

Recuerdos del día de mañana

93

+40

La brújula verde

94

+2

Abundando. El blog de Pablo MartínezAlmeida

95

+45

Trabajar sin conexión (Antonio Mas)

96

-4

La Huella Digital

97

-7

Directo al paladar

98

+18

Compradicción

99

+15

Estratega

100

+1786

valdeande

Fuente: Alianzo, en URL: http://www.alianzo.com

328

Anexos

Anexo 5. Rankings y listas de blogs operativos en 2006 y 2007.

Rankings creados en España Bitacoras Top500. Septiembre de 2004, URL: http://bitacoras.com/top500. Ranking de Alianzo. Agosto de 2005, URL:http://www.alianzo.com/ranking-blogs BlogoRank. Agosto de 2005, URL:http://www.zoomblog.com/blogoRank.html Kedume. Junio de 2006, URL:http://www.kedume.net/conversa/index.php?lang=all EmezetaTop. Agosto de 2006, URL: http://top.emezeta.com (fuera de servicio). Ranking de blogs 86400. Septiembre de 2006, URL: http://86400.es/ranking-blogs(fuera de servicio). TopBlogs. Septiembre de 2006, URL: http://top.blogs.es (fuera de servicio).

Rankings creados en EE UU Blogdex. 2001, http://blogdex.media.mit.edu (fuera de servicio). Technorati. Noviembre de 2002, URL: http://www.technorati.com Blogosphere Ecosystem. URL:Truthlaidbear.com (fuera de servicio). Blogpulse. Mayo de 2004, URL:http://www.blogpulse.com Daypop. 2002, URL: http://www.daypop.com (fuera de servicio). Popdex. Noviembre de 2002, URL: http://www. popdex.com (fuera de servicio). Nombre. Fecha de creación, dirección URL.

329

Ensamblajes de esperanza

Anexo 6. Lista de fuentes documentales procedentes de publicaciones entre los años 2002 y 2007. Rodzvilla, J. (Ed.). (2002). We've got blog. How weblogs are changing our culture. Cambridge (MA): Perseus Publishing. Bowman, S., & Willis, C. (2003). We Media: How audiences are shaping the future of news and information. Reston, Va: The Media Center at the American Press Institute. Henning, J. (2003). The Blogging Iceberg: Perseus Development Corp. s/d. (2003). Weblogs and Journalism. In Nieman Reports, vol. 57 (3) (pp. 61-99): The Nieman Foundation for Journalism at Harvard University. Ferreres, G. (2004). I Encuesta a webloggers y lectores de blogs. Gillmor, D. (2004). We the Media. Sebastapol (CA): O'Reilly. Ramirez, R. (2004). Weblog Magazine 1. Ramirez, R. (2004). Weblog Magazine 0. Borders, R. W. (2005). Handbook for Bloggers and Cyber-dissidents: Reporters Without Borders. Brailey, M., & Montgomery, J. (2005). Informe de Intel sobre el Estilo de Vida Digital: Intel. Calson, A. (2005). Blogging Profile: Calson Analytics. ComScore. (2005). Behaviors of the Blogosphere: Understanding the Scale, Composition and Activities of Weblog Audiences: ComScore. Fox, S., Anderson, J. Q., & Rainie, L. (2005). The Future of the Internet. Washington: Pew Internet & American Life Project. Lenhart, A., & Madden, M. (2005). Teen Content Creators and Consumers: Pew Internet & American Life Project. Perseus. (2005). The Blogging Geyser: Perseus. Perseus. (2005). The Blogging Iceberg. Rojas, O., Alonso, J., Antúnez, J. L., Orihuela, J. L., & Varela, J. (Eds.). (2005). Blogs. La Conversación en internet que está revolucionando medios, empresas y ciudadanos. Madrid: ESIC. Sentinel, M. (2005). Measuring the influence of bloggers on corporate reputation: Market Sentinel. Blood, R. (2005 [2002]). Universo weblog. Consejos prácticos para crear y mantener su blog: Gestion2000. Fumero, A. (Ed.). (2005, octubre-diciembre). Blogs, webogs, bitácoras... Telos, cuaderno central, vol. 65.

330

Anexos

Byron, D. L., & Broback, S. (2006). Publish and Prosper: Blogging for your business. Berkeley: New Ryders. Celaya, J. (2006). Los blogs en la comunicación empresarial en España. Barcelona: Grupo BPMO. Cerezo, J. M. (Ed.). (2006). La blogosfera hispana: pioneros de la cultura digital. Madrid. Edelman, & Technorati. (2006). Public RelationSHIPS: Communications in the age of personal media. Ferreres, G., & Garrido, F. (2006). Perfil del blogger español. In J. M. Cerezo (Ed.), La Blogosfera Hispana: pioneros de la cultura digital (pp. 52-69): Fundación France Telecom. Garrido, F. (2006). I Enquisa a blogueiros/as Galegos/as: Observatorio para la CiberSociedad. Lenhart, A., & Fox, S. (2006). Bloggers. A portrait of the internet’s new storytellers. Washington: Pew Internet & American Life Project. Orihuela, J. L. (2006). La Revolución de los blogs. Madrid: La esfera de los libros. Scoble, R., & Israel, S. (2006). Naked Conversations. How blogs are changing the way businesses talk with customers. Hoboken (New Jersey): John Wiley & Sons. Calderón, C., Salvador, L., Pombo, P., Jimenez, R., Talavera, C., & Moreno, M. (2007). Acción Política en la red. Documento Marco para el Grupo de Trabajo de Ciber-Activismo. s/d. (2007, 25 de enero). Manifiesto Blog España, Visitado el 28/02/2007, en URL: www.eventoblog.com/manifiesto Sifry, D. (2007, 5 de abril). The State of the Live Web. Visitado el 15/04/2007, en URL: http://www.sifry.com/alerts/archives/000493.html Ugarte, D. d. (2007). El poder de las redes. Barcelona: El Cobre Ediciones. Wyld, D. C. (2007). The Blogging Revolution: Government in the Age of Web 2.0: IBM. Garrido, F., & Lara, T. (2008). Perfil del blogger hispano. III Encuesta a Bloggers. Diálogos de la comunicación.

331

Ensamblajes de esperanza

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