Anton Makarenko - Su vida y Labor Pedagógica
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"Para trabajar con una sola persona hay que conocerla y cultivarla. Si yo me imagino las personas como granos amontonados, si no las veo en escala de la colectividad, si las · abordo sin tener en cuenta que son parte de la colectividad, no estare en condiciones de trabajar con ellas". "La maestria es algo que pueden lograr tanto un buen oficial tornero y un excelente especialista medico como un magnifico pedagogo ... " A. S. Makarenko
ANTON A A ENKO SU VIDA Y LABOR PEDAGOGICA
EDITORIAL PROGRESO MOSCU
Esbozo biognifico de V. K u m a r in Compilaci6n de A. Kudryashova Traducido del ruso por Joaquin Rodriguez Presentaci6n de V. Kuleshov \ ~
PEDAGOGO, ESCRITOR, CIUDADANO. ESBOZO BIOGRAFICO lmpre.m en fa URSS
A. C. MAKAPEHKO )KI13Hb Yl ITE,IlArOrH'IECKAJI ,llEJITE.AbHOCTb
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Traducci6n al esFailol
rg~~rial Progreso
60300-595 M----864-74 014(0 1)-76
1975
V. Kumarin
PEDAGOGO, ESCRITOR, CIUDADANO
A
cada persona que este relacionada con la educaCI6n le interesani la experiencia del eximio pedagogo sovietico Anton Semi6novich Makarenlzo, sus inagotables hallazgos y procedimientos pedag6gicos. Makarenko entreg6 toda su vida consciente a la educaci6n de la generaci6n creciente. Elabor6 un sistema de educaci6n infantil con ayuda de la colectividad, que utiliz6 con habilidad en su labor practica. Su rica experiencia pedag6gica ayud6 a Makarenko a crear brillantes obras Iiterarias. Sus libros Poema pedag6gico. Banderas en las torres y Libra para los padres disfrutan del reconocimiento general en la Union Sovietica y han sido vertidos a muchas lenguas extranjeras. . · Las ideas y Tas imagenes de las obras literarias de Makarenko y sus trabajos pedag6gicos prueban una vez mas que el arte de la educaci6n tiene un 5
matiz individual, en el que se percibe diifanamente Ia personalidad del pedagogo. . . La vida de Makarenko es un trabaJO apaswnado y encaminado a un fin concreto, el trabajo de un hombre cuyos sentimientos e ideas estan onentados al futuro.
* * * Anton Semi6novich Makarenko naci6 el 1(13) de marzo de 1888 en Ia ciudad de Bielopolie de Ia provincia de Jarkov. Su padre Semien Grigori~v_ich era un obrero nato pintor. Antes de pasar a vi vir_ a Bielopolie trabaj6 e~ Kriu~?."• donde contraJO matrimonio con Tatiana MIJailovna Dergachova, hija de un soldado, que habia servido 25 anos en el ejercito zarista. Recordando a su padre. Anton Semi6~ovich · escribio: "Diariamente, durante decenas de anos, se levantaba a las cinco de Ia manana, porIa siren a de Ia fabrica. AI cabo de quince minutos ya iba andando a lo largo de las vallas grisaceas de nuestra _desgraciada calle, llevando en sus manos el hatillo con Ia comida. Regr~saba a casa a las. seis de l_a tarde, cubierto de polvo y serio, depos1tando cmdadosamente en e1 taburete de Ia cocina el panuelo rojo, en el que hace tanto tiempo llevara su comida" 1 • A diferencia de su esposo, un tanto reservado y poco comunicativo, Tatiana Mijailovna era una mujer optimista y alegre. Magnifica l}arradora, c:o_n un gran sentido del humor, _mantema en _Ia fam1)~a Ia atmosfera de optimism~ vital, que A~ton S~mw novich llama con tanto aCierto en sus hbros tono mayor". A pesar de q':le el em pleo_ _en _los talleres frrroviarios se cons1deraba un pnvilegw, el sueldo 1
A. Makarenko. Obras, t. IV, M., 1957, pag. 28.
de Semion Grigorievich era &astante modestito. Solo las extraorcfinarias aptitudes de Tatiana Mijailovna como ama de casa permitfan alimentar, calzar .. .. y vestir a sus cuatro hijos. Anton era el segundo hiJO en Ia fam1ha. Alexandra era Ia hermana mayor y los menores, Natalia y Vitali. En su _infancia ten:prana, Anton fue un nino muy deb1l enferm1zo. Y aunque estaba malo a menudo, se esarrollaba normalmente. A los cinco alios Anton ya sabia leer. Leia f!lucho y con avidez, prefiriendo los libros ~ los jueg~s habituales infantiles. Ya en aquellos anos se mamfestaron en el un caracter observador poco comun, el deseo de calar basta las causas originarias en c::ada hecho y en cada fenomeno. En 1895, a los siete anos, Anto11: ingres6 en Ia escuela. Haciendole a! parvulo Ia~ .ult1mas adv~rten cias, el padre, a lo obrero, le diJO con senCII!ez y severidad: "Las escuelas urbanas no las han hecho para nosotros, asi es que,
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