Antologia de Leyendas

August 6, 2018 | Author: Edson Ortiz | Category: Piracy, Lightning, Mexico, Pope, Witchcraft
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ANTOLOGIA DE LEYENDAS Y CUENTOS OAXAQUEÑOS

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ANA MARGOT ORTIZ REYES

ANTOLOGIA DE LEYENDAS Y CUENTOS OAXAQUEÑOS

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A mis padres

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PROLOGO Este 3 de Diciembre, amaneciendo con un poco de frío, me vestí para ir a la escuela, mi padre ya me esperaba en el carro y al transcurso del camino, me llego un aire que me hizo recordar como seria antes el lugar en donde vivo, me entraron unas ganas de poder saber más de las leyendas e historias de Oaxaca, y aprovechando que en la clase de Español, me dejaron un trabajo de antologías, así que decidí retomar el tema de las historias, cuentos y leyendas de Oaxaca. Terminando las clases, me fui a mi casa a investigar sobre las historias, se me hicieron muy interesantes y su cultura me encanto, y aquí te mostrare algunas con el fin de que te invada el conocimiento de nuestros antepasados. Recuerda: El conocimiento de nuestras leyendas es una fuente importante para saber nuestros orígenes.

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ÍNDICE Quetalcóatl o Pelaquetza…………. Pelaquetza………….................................................................................……. ................................................................................……. 4 El Tlacuache Rabo Pelado…………………………….................................................................. Pelado……………………………..................................................................

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El Santo de Tlacuachito................................................................................................. Tlacuachito................................................................................................. 8 Pájaro Verde…………………………..……………….......................................................................... Verde…………………………..……………….......................................................................... 8 La Paloma Encantada.............................................. Encantada.............................................. ............................................... ....... 12 ITA ANDEHUI........................................... ANDEHUI........................................................................................... ................................................ .................... 15 Las Cacicas Emparedadas, (Leyenda)............................................................................ (Leyenda)............................................................................ 18 La Campana de los Tacuates, (Leyenda)....................................................................... (Leyenda).......................................................................

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El Callejón del Susto, (Leyenda...................................................................................... (Leyenda...................................................................................... 22 Leyenda de Puerto Escondido, Oaxaca.................................... Oaxaca.......................................................................... ...................................... 25 La Canción Mixteca………………………………………………………………................................................. 26 SAN JUAN COPALA………………………….............. COPALA…………………………............................................................. ............................................... .................. 27 El Barrio de Los Barriga Chimeca........................... Chimeca.......................................................................... ............................................... .......

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El Espinazo del Diablo…………………………………… Diablo………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………….. …………………….. 32 Barrio Santo Domingo…………………………………… Domingo……………………………………….…………..................................... ….…………..................................................... ................ 33 El Tahui…………………………………………………… Tahui……………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………. ………………………………. 33 La Laguna Encantada………………………………………………….… Encantada………………………………………………….…………………………………………………………… ………………………………………………………….. .. 34 El Murcielago………………………………… Murcielago………………………………………………………………….………………………… ……………………………….…………………………………………………………… ………………………………… 35 La Angostura………………………………… Angostura………………………………………………………………………..………………… ……………………………………..……………………………………………………. …………………………………. 36 Las Brujas……………………………………………… Brujas…………………………………………………………………………………..………………… …………………………………..……………………………………………… …………………………… 37 La Tona…………………………………………………… Tona…………………………………………………………………………………………..……………… ……………………………………..…………………………………………. ………………………….

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La Princesa Donaji……………………………………………………… Donaji……………………………………………………………………………..………………………………… ……………………..……………………………………… ……

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La Cruz de Santa Maria Huatulco……………………………………………… Huatulco…………………………………………………………..………………………………… …………..…………………………………

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La Escondida……………………………… Escondida…………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………..…………………………… …..……………………………

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La Campana de Huilotepec………………………………… Huilotepec……………………………………………………………………………..…………… …………………………………………..……………………….. …………..

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La Leyenda de Apoala………………………….............. Apoala………………………….............................................................. ................................................ ............ 45

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QUETZALCOALT O PELAQUETZA En la cumbre de una montaña vivía desde antes del amanecer del mundo el Viejo Rayo de fuego, Cosijoguí. Era el rey y Señor de todos los rayos grandes y pequeños. Al pie de su trono deslumbrante tenía bajo su custodia cuatro inmensas ollas de barro donde guardaba encerrados, en una, a las nubes; en la otra, al agua, en la tercera al granizo y en la cuarta al aire. Cada una de estas ollas, a su vez, estaba vigilada por un rayo menor en forma de  “chintete”, o lagartija. Era la época en que todos los hombres vivían en la oscuridad. Para probar su poder el Viejo Rayo Cosijoguí ordenó al “chintete”  Cosijozáa, encargado de las nubes, que destapara su tinaja y dejara en libertad a aquéllas. Una columna de vapor se levantó a los cielos y rápidamente invadió los espacios siderales. Los hombres quedaron maravillados de aquel espectáculo imponente y grandioso. El Rayo Menor Cosijozáa jugueteaba, mientras tanto entre las volutas de la gran masa gaseosa, y cada movimiento suyo era un relámpago que por momentos desvanecía las tinieblas de la Gran noche. Pero los hombres tuvieron sed y elevaron sus preces al Viejo Rayo de fuego para que lo calmara. Cosijoguí dispuso que el segundo “chintete”, Cocijoniza, abriera su olla. Las aguas salieron de ésta y cabalgando sobre las nubes llenaron el ambiente terrestre. Y empezó a llover. Duró la lluvia muchos días hasta que los hombres y los demás seres que con ellos convivían empezaron a temer. Mientras ello ocurría, el Rayo Menor Cosijoniza se divertía haciendo piruetas en la altura y cada pirueta era un relámpago que iluminaba el mundo. Un coro de voces dulces e insinuantes se elevó hasta el trono del Viejo Rayo Cosijoguí. Las mujeres le pedían que mandara a destapar otra olla porque querían saber qué era lo que contenían las restantes. El Rayo de 7

fuego sonrió maliciosamente y al principio quiso complacer la curiosidad femenil, pero al fin, ensoberbecido de su poder, accedió a la súplica de las mujeres del mundo. El tercer “chintete”, al mandato de su amo, dejó escapar de otra tinaja el granizo. Y del cielo, bien pronto cayó desordenada y tumultuosa pedrizca de agua enfurecida. Gruesos granos de hielo, fríos y quemantes, cayeron sobre la tierra atónita primero, y después horrorizada de la tempestad. Los tres rayos menores iluminaban el cielo con sus continuos relámpagos y con sus truenos estremecían el espacio mientras la tormenta de agua y de granizo parecía indicar el fin del mundo y la muerte de todos los seres. Hombres y mujeres, bestias y pájaros, entonces consternados, refugiados en los riscos de la cordillera impetraron al Viejo Rayo para que calmara la tormenta. Pero Cosijoguí, el Rayo de fuego no dio oídos a las plegarias del mundo. Hombres y mujeres, bestias y pájaros invocaron entonces a Pitao, el Gran Aliento. De pronto hacia el Oriente se abrió el negro cortinaje de las nubes. Un vivo resplandor iluminó el horizonte y apareció el fulgurante disco del Sol, Gobicha. El viejo Rayo de fuego, que impasible contemplaba la tempestad y se complacía en su pujanza como la suprema deidad hasta entonces sobre el mundo, sintió un extraño pavor celeste en su corazón. Reconoció la excelsitud del Padre Sol, Gobicha y ordenó al último  “chintete” que pusiera en libertad al viento para que ahuyentara la tormenta. Cosijopí obedeció en el acto; el Viento se lanzó al espacio tenebroso; el “chintete” Cocijopí desgarró las entrañas en las nubes con una formidable centella deslumbrante y con un trueno gigantesco llamó a sus hermanos, los demás jefes de los elementos desencadenados, quienes volvieron sumisos y obedientes a su triple refugio sobre la cumbre de la alta montaña. Y el Viejo Rayo de fuego, para rendir homenaje al Amo de la Luz, compasivo, justiciero y bueno, tendió sobre la inmensidad un hermoso y multicolor puente, cuyas bases arrancaban del corazón de la tierra, y nació el Arco Iris, nuncio de calma, la serpiente adornada con plumas de quetzal, una de las manifestaciones de Quetzalcóatl o Pelaquetza, 8

enemiga de la tempestad, bebedora del agua del océano, de las nubes y de las tormentas y desde aquel día amigo y protector de los seres de la Creación.

El Tlacuache Rabo Pelado El Sol y la Luna, cuando eran pequeños fueron arrojados por sus padres al río, con la intención de que se ahogaran, porque aquellos no los querían. Una viejecita que con su ayate pescaba en la corriente, los recogió y dijo :-¡ya tengo hijos!- y se alegró mucho. Crecieron los niños y fueron muy traviesos. Un día le preguntaron a la anciana que a donde estaba su padre (de ellos) a quien querían conocer. La señora para complacerlos les dijo: -Vais a llevar alimentos a vuestro padre que está en la montaña y ahí lo conoceréis-. Y les entregó un “itacate” con sabrosas provisiones. El sol y la luna se dirigieron a la montaña en el sitio que la “viejita” les indicó debían encontrar a su padre y cuál no sería su sorpresa al encontrar en él en vez de un ser humano, a un venado. -Este no puede ser nuestro padre-se dijeron contrariados. Y acto continuo dieron muerte al animal, lo cargaron hacia la cumbre de un cerro a donde sabían que una hechicera, en una fogata, guardaba el fuego del mundo. Le pidieron un tizón a la bruja para hacer lumbre, y después barbacoa con el venado, y aquélla se los negó porque creía que iban a quemar el monte. Entonces se valieron del mapache, quien demandó también una brasa a la hechicera, pero ésta, lejos de dársela, lo apaleó. El sol y la luna acudieron al tlacuache para que fuera a conseguir con la

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bruja el fuego que tanto necesitaban. El tlacuache tlacuache se metió al río y se mojó, y en seguida se le presentó a la hechicera y humildemente, titiritando, le dijo: -Madrecita, tengo frío, dame un lugar junto a tu lumbre para secarme. La bruja del fuego se lo permitió y el tlacuache aprovechando un descuido de aquélla, metió la cola en la hoguera y de este modo obtuvo fuego para que el sol y la luna pudieran hacer barbacoa del venado. Por eso el tlacuache no tienes pelos en la punta de la cola. Origen del Panal de Avispas El sol y la luna hicieron con el fuego robado a la bruja por el tlacuache, barbacoa de venado y se la comieron juntamente con las provisiones de boca que llevaban. Pero antes le habían quitado la piel a la víctima. Acto continuo cogieron muchas avispas y rellenaron con ellas el cuero del venado dejando aquel despojo con apariencia de vida, tras de una loma. Llegaron ambos jóvenes a su casa, y su mamá les preguntó si habían visto a su padre y le habían entregado su comida. -No hallamos a nuestro padre, y como no aguantamos el hambre nos vimos en la necesidad de comernos lo que llevábamos, contestaron. Entonces la vieja, alarmada, se apresuró a inquirir por su esposo, llevando un apaztle lleno de tortillas y no habiendo dado con él donde habitualmente debía encontrarlo, se fue por todos los cerros a buscarlo gritándole su nombre. Por fin, la señora dio con la piel del venado lleno de avispas impacientes. Creyendo que su esposo vivía aún le reprochó tiernamente:

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-¿Por qué no me contestabas, hijo? Pero la piel, aunque moviéndose, siguió en silencio. La anciana le dio con una piedra, pero la piel continuo muda. Viendo esto, ella le propinó un fuerte golpe con un guijarro más grande; la piel se desgobernó y cayó al suelo; las avispas salieron y se lanzaron contra la “viejita” y la picaron por todas partes hasta hacerla correr, ella tiró el apaztle de tortillas que las avispas devoraron en un instante con todo y vasija: por esto el panal de las avispas recuerda la forma convexa del apaztle, y sus capas superpuestas la figura de las tortillas, y todo ello fue un episodio que ocurrió en los lejanos tiempos en que las gentes de la raza “vivían en la oscuridad” y se permitía la unión entre seres humanos y animales.

El Santo de Tlacuachito Todos los animales dispusieron adorar a uno, hacerlo su “santo”. Eligieron al tlacuache. El cantor fue el coyote, y los demás seres se repartieron las obligaciones del culto. Colocaron un día, sobre unas andas al tlacuache y empezaron a cantarle. -¡Santo tlacuachito, dientes de marfil! -Bueno, bueno,-aceptaba contento y vanidoso el tlacuache. tlacuac he. De pronto se escuchó la voz del conejo que prorrumpió: -¡Santo tlacuachito, rabo pelado! Entonces el tlacuache, disgustado, pegó el brinco de las andas y se fue.

Pájaro Verde El rey mixteco de tututepec Dicacañu (León Grande) y el de Amialtepec, Kacueña(Siete Lagartos) de los Chatinos, para consumar una alianza 11

entre sus respectivas naciones concertaron una boda entre le hijo del primero, el gallardo Tidacuy, Pájaro Verde y la Princesa Kesné, Flor de Ciruelo, hija del segundo. Corrían los tiempos de la antigüedad pagana: ninguna nube de pesimismo oscurecía el cielo indiano en esta región del continente. Siglos faltaban para que las carabelas de Colón surcaran el océano en busca de las tierras de la especiería y del oro codiciados. El príncipe mixteco no aceptó la mano de su noble prometida Kesné, porque había entregado secretamente su corazón a la bella Itayuta, Flor del Agua, hija predilecta de un esforzado capitán de su raza y leal servidor de su padre el rey Dicacañu. Causó a éste tal disgusto la actitud renuente de su hijo, que hizo llamar a su real presencia a sus hechiceros para ordenarles que con sus mágicas artes castigaran a Tidacuy. Los taumaturgos del rey mixteco, convirtieron al príncipe rebelde en un hermoso pájaro de verde plumaje. Tidacuy, “Pájaro Verde”, cuando se vió en su nueva figura, avergonzado y triste se retiró a la selva a llorar su desgracia. Todas las aves de la montaña cuando lo conocieron y supieron las causas de su encantamiento, sintieron por él profunda conmiseración y simpatía y le construyeron su nido en lo más escondido del bosque. Y todas las mañanas iban a saludarlo con sus trinos y a llevarle su tributo de golosinas y flores de la salvaje espesura. Poco tiempo después repentinamente murió el rey Dicacañu sin tener ocasión y tiempo para disponer sobre la suerte de su hijo tidacuy,  “Pájaro Verde”, quién continuó encantado en su residencia de frondas. La madre de Tidacuy, quién también sufría por la desventura de éste, después de haber consultado con los nigromantes de la corte, fue a buscar a su hijo, a su silvestre morada y le dijo:

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-Tidacuy, hijo mío, porque me duele tan cruel infortunio he venido a verte. Tu padre el rey de Tututepec ya no existe y como no pudo resituirte a tu figura humana, he consultado con los magos de palacio qué es lo que precisa hacer para que vuelvas a tu naturaleza primitiva. Me han contestado que para que ello se logre, tendrás que llenar trece alcuzas con lágrimas; fabricar con plumas una alfombra de siete brazadas de ancho por otras tantas de largo; y colmar trece ánforas con la miel de las flores. Tal es el presente que llevarás a nuestros dioses con la condición además, de acatar el mandato de tu padre uniéndote con Kesné, la hija del rey de Amialtepec. La noticia de las pruebas exigidas a “Pájaro Verde” para su redención se extendió velozmente por todos los montes. Mientras tanto Tidacuy seguía alentando en su alma su amor inquebrantable a Itayuta, “Flor de Agua” su amada, quien también conocedora del terrible castigo impuesto a la desobediencia de su amante, gemía sin consuelo y lo recordaba con ternura infinita. Tidacuy ofreció obedecer la voluntad del rey, su extinto padre, pero con una paloma mensajera, reiteró a Itayuta su promesa de fidelidad y de amor. La madre de “Pájaro Verde” llevó sobre la cumbre de una loma trece alcuzas y todas las tortolitas del bosque fueron a llorar para llenarlas con sus lágrimas. Las guacamayas y tucanes, las urracas y las garzas, todas las aves de primorosos colores, con sus picos se arrancaron sus más hermosas plumas y tejieron la alfombra que habría de tapizar el fastuoso templo del dios implacable “Corazón del mundo”. Y una nube inmensa de colibríes volaron presurosos para recoger la miel de todas las flores de la selva y depositarla con sus gráciles picos en las pequeñas ánforas dispuestas para ese fin, sobre el collado. Reunidas todas las ofrendas, la madre de “Pájaro Verde” y éste, se 13

dirigieron al adoratorio de sus gentiles dioses y prosternada aquélla ante los pétreos númenes invocó a “Corazón de Mundo”, a través de aquellas idolátricas efigies y exclamó: -¡Oh, “Corazón de Mundo”, dios invisible! ¡Dioses de mi raza! ¡Aquí  están los presentes que “Pájaro Verde” os entrega para que le ayudéis a recobrar su libertad! Trece cantarillos contienen las lágrimas de las tortolitas que han llorado la desgracia de Tidacuy, otros tantos están plenos del néctar de las flores y todas las aves del cielo se han arrancando sus plumas para formar con ellas la espléndida estera que habrá de cubrir las gradas de esta mansión divina. ¡Devolvedle a mi hijo su antigua forma! El prodigio se realizó; “Pájaro Verde” volvió a ser el apuesto mancebo que había sido antes de su cruel castigo y los dioses compadecidos de él, premiaron la lealtad de sus sentimientos y compensaron con dicha gloriosa las penalidades que por su desobediencia había sufrido, permitiéndole celebrar sus nupcias con Itayuta, “Flor de Agua”, la amada de su corazón. Tidacuy, con solemnísimas pompas y con júbilo general de su pueblo que en él reconoció reconoció valiosas prendas morales, fue proclamado rey de Tututepec, antigua Capital mixteca, cuyo nombre está íntimamente vinculado con esta singular leyenda que hasta hoy se conserva entre los habitantes de aquella región costeña del Pacífico: Tototepec en lengua méxica, Yucudaá (1) en mixteco, palabras nativas que significan “Monte de Pájaros”. *El monte Yucudaá se encuentra en los suburbios del pueblo actual de Tututepec. (1)La d suena como th inglesa- Los lugareños dicen Yucuzaá Tomado de Oaxaca Recóndita. Wilfrido C. Cruz. Comité Organizador del CDL Aniversario de la Ciudad de Oaxaca de Juárez. México, DF. 1946.

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La Paloma Encantada (Leyenda Trique)* A la orilla del Río Sagrado de Copala estaba Kukuju, una mujer casi anciana, en compañía de su hijo Tiñen. Observaban, entre la maleza, el correr del agua. De pronto apareció una paloma revoloteando, la que después de mirar por todos lados, sacudió sus alas y por arte de magia se tornó en una hermosa joven, que quitándose la ropa, se lanzó al remanso. Tiñen, maravillado por la hermosura de la doncella, comentó: -¡Que bella mujer, yo la quiero por esposa! A Kukuju se le ocurrió una idea. Deslizándose, tomó la ropa de la joven y la escondió en el hueco de un árbol. Al salir del baño, la doncella lanzó un grito, aterrorizada al no encontrar su vestuario. -no temas nada y cúbrete con esto-le dijo Kukuju, mientras le extendía un lienzo que traía como turbante. La hermosa mujer se cubrió con la tela y reclamó sus ropas. -Yo no las he visto. Observé a un cazador que pasó corriendo con un bulto de las manos. Ven a mi cabaña y te daré uno de mis huipilesrespondió Kukuju. En la choza, una vez cubierta con el huipil de Kukuju, la joven se deshacía en llanto, exigiendo su vestido. Tiñen apareció, simulando ignorar lo ocurrido. La doncella continúo suplicando sus vestidos y para mover compasión, confesó que sin ellos no podía volver nunca a su país, porque eran sus alas de paloma. Esa confidencia fue su perdición. El tiempo pasó y la doncella parecía írsele borrando el pasado. Fingía

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felicidad y sonriente aceptaba su destino actual. Correspondió a los amores de Tiñen y él y Kukuju le llaman Chagun, que significa “Paloma Encantada”. En una ocasión, Tiñen hizo un viaje más allá de los linderos de Copala. Chagún pidió permiso para irse a bañar al río, donde había descendido en forma de paloma. Kukuju se lo permitió. Chagún tenía el presentimiento de que su ropa estaba en las cercanías de aquel sitio. Buscó por todos lados y la encontró en un árbol, se vistió con ella y, convertida nuevamente en paloma, desapareció. Al volver Tiñen y al no encontrar a Chagún, se deshizo en llantos y lamentaciones. -¡Recuperó sus alas mi paloma encantada! ¡Ya no la volveré a ver! Kukuju en vano trataba de consolarlo, sintiéndose culpable, Tiñen abandonó la casa para buscar a Chagún por todo el mundo. Recorrió los contornos y nadie dio información de ella. En su desesperación consultó con el sol y la luna, pero ellos no supieron darle noticias sobre la paloma encantada y al implorar su ayuda, el viento le dijo: -¡Albricias muchacho! He visto a tu mujer, se encuentra muy lejos de aquí, en una isla que rodea el agua grande (mar) Mmeyiaha. Si te sientes con fuerza, yo te llevaré con ella. Tinén aceptó feliz la propuesta, el viento con sus potentes giros lo transportó en sus alas. Después de atravesar el mar, descubrieron una isla llena de vegetación. El viento dijo:-Hemos llegado. No tiembles ante ningún peligro. Si me necesitas llámame. El viento depositó a Tinén en uno de los suburbios de la hermosa ciudad 16

llena de edificios grandes y jardines exuberantes. El joven trique observó que nadie transitaba por el pueblo, pero apareció un grupo de guerreros que, hablándole en lengua extraña que no comprendió, lo hicieron prisionero y lo llevaron a un calabozo. Después de dos días de cautiverio, lo condujeron ante la cacica del lugar y una joven sirvió de intérprete. -Extranjero, has llegado a un país en el que está prohibida la entrada a los hombres. Los guardias son mujeres con disfraz masculino. Podríamos matarte, pero quiero saber el porqué estás aquí. El contó su historia y la gobernante, conmovida por sus lágrimas, le dijo que se le perdonaría la vida si se sometía a tres difíciles pruebas y si salía airoso, le haría entrega de su añorada Chagún. La primera prueba consistía en guardar en varios corrales cercanos, antes del amanecer, miles de cabras salvajes que pastaban en las colinas. Tinén suplicó ayuda al viento y éste resolvió la primera prueba. La segunda consistía en llenar los estanques de palacio, donde se criaban muchos peces, con agua “viviente” del mar. La tercera prueba era reconocer a su mujer entre miles que desfilarían ante él. También el viento mostró quién era Chagún, con una ráfaga que le hizo volar el tápalo que la cubría. -¡Esta es mi esposa! ¡No volveré a permitir que me separen de ti! La gobernante de la isla de las mujeres cumplió su palabra y les unió las manos mientras decía: -Chagún, por el amor de tu esposo te perdono, porque has faltado al  juramento de no ligarte con ningún varón. Ve con él a su país y no pienses en regresar más a la que hasta hoy fue tu patria. Los jóvenes celebraron sus bodas solemnemente, con un festejo que les ofreció la cacica. 17

Después, el viento los llevó nuevamente a la cabaña de Copala, junto al río, donde vivieron felices en compañía de Kukuju. *Esta leyenda la recogió el Lic. Wilfrido C. Cruz en San Andrés Chicahuaxtla.

ITA ANDEHUI (Leyenda)* Hace muchísimos años vivía en medio de la espesura de un bosque, situado al oriente del Yucutuó (Cerro Negro), la hermosa Ita Andehui (Flor del Cielo) en unión de Cozcaxóchitl (Collar de Flores), su madre; Coyotzin su padre, capitán de la guardia de Tilantongo, había muerto. Habitaban una casa de madera y paja en medio de un claro del bosque de ocotales, encinos y un suelo cargado de flores silvestres de diversas tonalidades y aromas. Cuando el fuerte sol mixteco estaba en el cenit, Ita Andehui bajaba al río, donde se sumergía plaenteramente. Después de aquel frescor diario, llenaba un cántaro de agua y volvía a su hogar. En una ocasión se encontró con un grupo de soldados que andaban de caza y cuyo jefe Anon Nau (Corazón de Tigre) se dirigió a ella; al verla medrosa como una gacela del monte, ante la presencia de extraño, le dijo: -¡No temas nada! y mirando sus bellos ojos negros, sintió que había sido atrapado por esa hermosa red que los humanos llaman amor. Ella también lo miró con no disimulado interés y él la acompañó hasta cerca de su cabaña. El amor ató aquellas dos almas jóvenes y ambos se soñaban uno al otro. Anon nau, por medio de una de sus hermanas, logró una entrevista con Ita Andehui en la Roca Gris, junto al adoratorio que allí se había erigido en honor del Olimpo Mixteco.

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Los amantes hicieron un juramento eterno, delante de aquella imagen azul de Yya Sadzatnahan Daha, numen del himeneo. La presencia de Cozcaxóchitl interrumpió una de estas entrevistas y severamente los reprendió, por verse en ausencia de sus padres. Ambos habían roto las leyes de la moral indígena y se acordó ir al santuario de Achiutla, para que el gran sacerdote les otorgara el perdón de aquella grave falta. Dos días después se dirigieron al centro religioso, donde se estaba verificando la fiesta del “Fuego Nuevo”, que cada 52 años se llevaba a cabo. El gran pontífice escuchó a los enamorados y después de amonestarlos les impuso una penitencia de veinte días de ayuno, prometiéndoles santificar su amor al terminar las fiestas. Anon Nau, acompañado de su madre y familiares, se dirigieron a la casa de Ita Andehui para hacer la petición formal de matrimonio. Fueron amablemente recibidos en la cabaña. Expresaron sus deseos a Cozcaxóchitl entregándole, de acuerdo a la costumbre, joyas de oro y plata como presentes. La belleza de Ita Andehui se acentuaba el día de la boda, con el hermoso traje nupcial. El pontífice les dirigió un exhortación y tomando la capa de Anon Nau, la ató al manto de Ita Andehui y una trenza de ella la ciñó al brazo de él. Tres veces los zahumó con incienso y los declaró unidos en matrimonio. Se sirvió el banquete de bodas en la casa de Anon Nau. Se obsequió a los invitados con caldo de guajolote, dos moles, tortillas, fruta y miel. Y muchos soles y muchas lunas atestiguaron su felicidad. Pero un día, Moctezuma invadió los dominios de los reyes mixtecos. Se alistaron tropas para contener el avance de los aztecas. Y Anon Nau tuvo que partir dejando a Ita Andehui desolada. Rudos y prolongados combates libraron en Tlacotepec, siendo 19

derrotadas las fuerzas de Moctezuma. Varios guerreros se distinguieron. Anon Nau, quien fuera comisionado para negociar una alianza con los Tlaxcaltecas y los Huejotzincas, no volvió con el ejercito triunfante. Entre tanto, Ita Andehui había dado a luz a un niño al que llamó Citlatemoc (Lucero que desciende). En un anochecer corrió la noticia de que regresaban vencedores los guerreros mixtecas, menos algunos de sus jefes, entre los que se encontraba Anon Nau. Al saber esta noticia, Ita Andehui, trastornada por el dolor, se arrojó al precipicio que se abre en uno de los flancos de la Roca Gris, cerca del adoratorio. El cadáver fue recogido y se le vistió con sus mejores ropajes y joyas de oro. Practicadas las ceremonias religiosas, se depositó en una tumba,  junto a varias piezas de cerámica, amuletos y vasijas con maíz para el viaje eterno. La puerta fue clausurada con una losa llena de glifos. Pero Anon Nau no había muerto. Por el trámite que se le encomendó no pudo volver junto con el ejercito y al regresar a su casa y sabiendo lo ocurrido a Ita Andehui, preso del más terrible dolor, se dirigió a la misma cúspide donde se había arrojado su adorada esposa y se lanzó al vacío. Desde entonces, en las noches solitarias cuando sopla el viento, se escuchan, confundidos con sus silbidos, juramentos de amor y de hondas lamentaciones, de dos almas que están condenadas a vagar eternamente por haberse privado de la vida, y sin poder ascender a la mansión de los dioses. Aclaran los autores que Citlatemoc conocido como Malinalli, quedó bajo la protección del rey Sahoeñiñaña, quien lo puso a educar en el  “Seminario de Achiutla”. Más tarde ciñó la corona del reino Tlaxiaco.

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*Esta leyenda la recogieron Manuel Martínez Gracida y Mariano López Ruiz. Publicada en 1906.

Las Cacicas Emparedadas Emparedadas,, (Leyenda) Muy poco después de haberse concluido la construcción de la iglesia, el pueblo de Tlaxiaco vivía en medio de frecuentes pugnas internas, entre los que habitaban las riberas del Yutatoto y los de la colina del actual barrio de San Pedro. Como parte conciliadora estaban la señorita Ana María Guergué,** quien trataba de realizar una hermandad entre los naturales, para que en perfecta armonía fueran a vivir alrededor del templo, dejando sus antiguos asentamientos. La construcción del templo había sido un reto, por ser el terreno cenagoso, aunque se había contado con la valiosa ayuda de dos genios, que llevaron el agua para dicha construcción. Ambos convinieron en hacer una apuesta para ver quien lo lograba durante una sola noche. Uno quiso traerla desde Numi, el otro desde el Trino, más la campana del alba rompió sus esfuerzos; el primero, sólo logró traerla hasta la actual caja de agua, cerca del Cerro Del Malacate. El segundo la llevó únicamente al ojo de agua de San Pedro. El comentario general había sido que, por la soberbia de ambos, el intento había quedado frustrado. (De este manantial se hizo el entubamiento para la introducción del agua a Tlaxiaco). Pero los tlaxiaqueños tenían una preocupación más, el muro frontal del templo, que aún no estaba coronado por el campanario (se levantó a principios del siglo XIX), no podía sostenerse, y continuamente se derrumbaba. Para tratar sobre estos problemas, los habitantes de Tlaxiaco y sus alrededores se reunían en el cerro de Yucunitaca, donde se discutía largamente, buscando soluciones a los mismos. 21

-¡Es que el templo fue construido sobre una ciénega que era paso de arrieros!-argumentaron algunos. -¡El cielo marcó su construcción!, al pararse la paloma blanca las dos pardas, que se echaron a volar desde el cerro de la ermita- dijo Ana María Guergué, que presidía la junta. -¡También una mula de la recua que cargaba el cajón de la sagrada imagen de la virgen, se echó cerca del ojo de agua, y no dio un paso más!-comentaron los regidores de la República de Indios. Se tomó una decisión: la señorita Guergué partiría a Roma para entrevistar al Santo Padre, pidiéndole su consejo y orientación. La viajera atravesó el mar y muchas leguas de camino, para hablar con su santidad, y habiéndole expuesto el problema, el Papa contestó pausada y cándidamente: -La única solución que existe para evitar que el muro vuelva a caerse, es enterrando vivas, en medio de la pared, un par de doncellas; una en cada uno de los lados de la puerta. Hecho esto, no volverá a hacer más derrumbes. Durante la audiencia se escuchó una campana de argentina voz. La señorita Guergué no disimuló su embeleso por tan celestial sonido; al advertirlo, el Papa le preguntó: -¿Te gusta el cantar de esa camapana? Ella contestó que nunca había escuchado nada mejor. -Si me prometes llevártela, te la regalo. Pero tienes que firmar un documento comprometiéndote a tal cosa-fue la conclusión papal. La embajadora de Tlaxiaco, acordándose de los genios que eran capaces de cualquier empresa difícil, no dudó un momento y abriéndose la muñeca con un pequeño estilete, mojó con su sangre la pluma y firmó.

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De inmediato volvió a Tlaxiaco para reunirse con el pueblo y comunicarle las novedades. Era una tarde envuelta en muselinas de niebla, y el Ituyabi florecía expidiendo su aliento en toda la falda del Yucunitaca. -¡Yo ofrezco a mis tres hijas vírgenes para salvar el templo!- dijo orgullosamente el cacique. -¡Sólo necesitamos dos!-clamó el pueblo-, la otra se quedará contigo para cuidarte, ya que tu mujer ha muerto. Al momento, sin perder un minuto más, fueron emparedadas las cacicas, y gracias a este sacrificio, jamás volvió a caerse un muro, ni aún con el terremoto de 1931. Por lo que se refiere a la campana, los genios aceptaron de inmediato la comisión y una vez en Roma, identificaron la campana, de acuerdo con las instrucciones que Ana María les había dado, para que no fueran a cambiar a última hora. Una vez identificada, fueron ante la presencia del Sumo Pontífice y dijeron:-Somos portadores de este documento firmado por Doña Ana María Guergué, comprometiéndose llevarse una campana hasta la Nación Mixteca. Pronto arribaran los representantes del pueblo a postrarse a vuestras plantas, trayendo el homenaje de la raza Ñusabi, pero es necesario que cuando ellos lleguen, ya les tengan el hospedaje listo, es muy numerosa la comitiva... La campana dio sus últimas ocho agónicas despedidas al caer la noche romana, pues los seis toques de la alborada del día siguiente se escucharon más sonoros que nunca ante el atónito pueblo de Tlaxiaco. Como un apéndice feliz, agregamos que a Doña Ana María Guergué, por todos estos servicios prestados a la comunidad tlaxiaqueña, le fue concedido para su placer, un risueño manantial de la loma de San Pedro, que se conoce y existe hasta la fecha como la “Fuente de la Cacica”, así como las tierras de la “Cañada María”, que los naturales del 23

pueblo cultivaban, y cuya cosecha le era entregada religiosamente, año con año. *Tradición que recogí entre los ancianos de Tlaxiaco. **Familia de españoles radicada en Tlaxiaco durante la colonia. Fueron dueños de la Hacienda e Ingenio de Azúcar “San José” en la cañada de Yosotiche. José Joaquín Guergué, Gobernador de Oaxaca en 1847, casado con Ana María del Solar Campero y Magro, pertenecía a esa misma familia.

La Campana de los Tacuates, (Leyenda) Era el Año del Señor de Mil Setecientos...la parroquia de Santa María de la Asunción se levantaba orgullosa, haciendo sonar la algarabía de sus campanas. Varios Tacuates***del pueblo Zacatepec se embelesaron oyendo tan hermosas voces, llamando a la fiesta de la “Virgen Patrona”. Enamorados, especialmente de la voz celestial de una de ellas, al volver a Zacatepec, en conciliábulo, las autoridades decidieron solicitar su compra al cura y República de Tlaxiaco, por algunos “almudes de pesos de plata”. La negativa fue rotund. ¡Los Tlaxiaqueños no deseaban venderla! Deprimidos por el fracaso, los tacuates volvieron a su pueblo más obsesionados con el capricho de la campana, y recurrieron a los hechiceros. ¡Si no por la buena, por la mala! Los brujos dijeron que, como era muy obvio traérsela, lo que podían hacer era robar la voz en un guaje o bule, y así la acarrearía hasta Zacatepec. Una obscura noche fueron los magos de Tlaxiaco; convirtiéndose en lechuza uno de ellos, movió la campana deseada, que

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se encontraba en el arca mayor(ya que en aquel año, aún no se había fabricado el campanario). En Zacatepec había gran jolgorio, se preparaba la fundición de una campana que se hacía de bronce, plata y oro. Por otra parte, los hechiceros estaban dedicados a los sortilegios del cambio de sonido. Cuando se terminó la fundición, la campana se colocó en unos horcones frente al templo, y se probó la voz en el momento en que los brujos destapaban el bule mágico, que guardó la musicalidad tan apetecida. Los hechiceros hicieron el trabajo completo, porque no sólo escamotearon el sonido, sino que le hicieron “daño” a la campana de Tlaxiaco, la que se rajó. Esto fue también por encargo de los tacuates, que siendo exclusivistas, no deseaban que otra campana tuviera un timbre idéntico a la suya. Los tlaxiaqueños no se quedaron atrás: al observar el desperfecto y darse cuenta de lo que había sucedido, fundieron la “Campana María” y la “curaron” perfectamente, a prueba de “daños”. *Esta leyenda la recogió José María Bradomín, publicándola en un tomo titulado “Leyendas y Tradiciones Oaxaqueñas”. *Tacuate.-Grupo étnico de la mixteca a la costa.

El Callejón del Susto, (Leyenda) Cuentan los ancianos, que durante el Siglo XIX, Tlaxiaco estaba débilmente iluminado por las noches, en las Casas Consistoriales y la plaza central, hasta cierta hora. Después “Era una boca de lobo”; el vecindario que salía de noche tenía que ayudarse con un candil de aceite para evitar un tropiezo en el empedrado. Por aquellos tiempos, vivía en Tlaxiaco una mujer muy popular, cuyo

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nombre desafortunadamente no se recuerda. Era una mujer “decidora”, comunicativa y que tenía una imaginación incontrolable. Todo mundo gustaba de sus pláticas amenas y don de gran conversadora. Conocía “santo y seña” de todos los habitantes del lugar. Desde luego, las noticias estaban corregidas y aumentadas con su buena dosis de sal y pimienta. En una ocasión, al volver de una fiesta a deshoras de la noche, con sus pequeñas hijas, al llegar a la calle angosta(callejón del 2 de Abril) que sale a la actual calle de Claudio Cruz, exactamente atrás del Palacio Municipal, sus hijas pegaron un grito al ver un bulto blanco, tirado a media calle. Reprendiéndolas, les dijo: -¡No sean cobardes! Les voy a enseñar a tener valor y voy a pasar sobre ese cadáver. Y dejando a las dos niñas muertas de miedo a regular distancia del “cadáver”, que apenas alumbraba el claror de la noche, caminó junto a él y volvió con arrogancia. -¿Habéis visto?., en estos casos hay que tener valor. Las niñas, temblando y asidas fuertemente de la mano de su madre, pasaron sin abrir los ojos. Al otro día, todo el mercado y el vecindario de Tlaxiaco, hablaban sobre el “cadáver aparecido. Los alguaciles, al saber el chisme, corrieron al sitio, y no hallaron cadáver ni sangre. Sólo un bulto de petate relleno de basura. El cuento se regó como pólvora. Ya obscureciendo nadie pasaba por el tenebroso callejón o sí lo hacían por la esquina más cercana, rezaban un sudario por el alma en pena. -¡Ay nanita!., comadre, ¡cómo tuvo usted valor de pasar encima del muerto?-La interrogaban las amigas del chisme. -Yo he sido muy valiente siempre-respondía-.No es la primera cosa que 26

me sucede en la calle. Si la atraviesa a las doce del día, o ya caída la noche, verá usted correr y brincar ahí a los duendes, como “Pedro por su casa”. Son como machines* de terciopelo, que suben y bajan las paredes igual que las lagartijas. -¡Santo Niño de Nundiche!- decía la comadre horrorizada y con el cuero enchinado. Entusiasmada por el efecto provocado, volvía al relato. -Yo los vi muchas veces, siempre subiendo y bajando, corriendo, agarrándose de la mano. Tenga cuidado comadrita, ese ese callejón es es muy  “pesado”.*** -No deje a las criaturas pasar por por ahí, capaz de que se las llevan los duendes. Terminada la discusión, poniendo una cara de gárgola medieval medieval y en medio de un gran suspiro. La comadrita “se santigüaba” alejándose impresionadísima, mientras ella, muy satisfecha seguía como si nada hubiera ocurrido. Sin embargo, la la gente del pueblo evitó pasar por el lugar durante mucho tiempo y le llamó llamó a esa vía “El Callejón del Susto”. *Tradición que me comunicó el Prof. Villehado Guzmán. **Monos, changos. ***Escenario propicio para cosas de ultratumba o sobrenaturales. Tomado de Historia de Tlaxiaco (Mixteca). Alejandro Méndez Aquino. Publicación del Instituto Oaxaqueño de las Culturas y el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes.1996. Oaxaca, Méx.

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EL ORIGEN DEL NOMBRE DEL PUERTO Y UN GRAN TESORO Leyenda de Puerto Escondido, Oaxaca

Pos cómo le diré… aquí parece que hay dos versiones de por qué’l puerto se llama así. Déjeme contarle pa’ que ya sepa algo de nuestro pueblo –muy bonito nuestro pueblo, ¿eh?– Son dos las razones pa’ que Puerto Escondido se llame así, las dos son cosas de la historia. Aquí le va la primera: resulta que hace muchos años, cuando los españoles ya tenían mucho comercio con sus naves por toda la costa desde Manzanillo y Acapulco hasta Perú, los piratas que asaltaban los galeones tenían que huir y ocultarse en alguna parte cuando la marina española les daba persecución. Como siempre llevaban ventaja, entonces se metían aquí porque era una zona muy escondida. Y así fue como se le fue pegando el nombre que sigue y ya se quedó. Lo curioso es que luego decían que era un barco pirata fantasma, pero la verdad es que se ocultaban por aquí. Leyenda publicada en el libro Mitos y leyendas de todo México.

Y aquí le va la otra versión, que como verá está relacionada con los mismos piratas. Según la cosa, que una vez un pirata inglés consiguió asaltar el galeón que venía de China y se quedó con un tesoro muy grande. Los de la marina española le dieron persecución y parece que lo atraparon allá por el Istmo, pero ya no llevaba el tesoro que se había robado. Se llevaron al pirata y sus gentes y los torturaron bien gacho para que dijeran dónde habían escondido ese tesoro y cuando estaba a punto de morirse uno de los piratas dijo: “Allá en el puerto escondido, allá en el puerto escondido.” Como se murió ese pirata, los españoles pos no supieron dónde quedaba ese puerto escondido. Y así quedó la cosa, y así ya es 28

una historia de que nadie ha dado con ese tesoro, y eso que lo han buscado bastante. Pos sí, lo enterraron por este rumbo, o lo metieron en alguna cueva, ¿y luego? ¿Pa’ saber cuál o dónde?

Leyenda subida por Homero Adame. Esta leyenda fue contada por Francisco Ortega, cuyo oficio es de lanchero, en Puerto Escondido, Oaxaca.

La Canción Mixteca Qué lejos estoy del suelo en que he nacido, inmensa nostalgia invade mi pensamiento… Cuanto dolor debió haber sentido el sacerdote, Don Porfirio López Alavés al plasmar en tinta y papel tan duras palabras. Juxtlahuaca tierra de leyendas, estaba a dos días de distancia, a pie, de Huajuapan de León el  joven sacerdote recién ordenado había sido designado por la diócesis de Huajuapan de León, como encargado de la parroquia de Juxtlahuaca. Dice la leyenda que Don Porfirio López Alavés, en su estancia, en el seminario de Huajuapan se aficionó a la música y que le gustaba componer románticas canciones. Debió a ver sido cierto, pues un hombre de letras no podía estar lejos de las artes, así se explica su afición por la música y en los días de soledad, en las cuantas casitas que en aquella época existían en Juxtlahuaca, se hacía sentir gran nostalgia en Don Porfirio López Alavés, que le nació de lo más profundo de su corazón escribir tan estremecedoras y penetrantes frases plasmándolas en su obra maestra, que quizás el jamás imagino que llegarían hasta nuestros días y que son hoy conocidas por todo México y en todo el mundo, un himno que los mexicanos cantamos cuando estamos fuera de nuestro méxico y en esos momentos y lugares se siente lo que somos y de dónde venimos, de esta tierra, México.

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Sabemos que en aquellos años las reglas del clero eran mas rígidas y ortodoxas que las actuales, y era muy extraño que con la seriedad y sobriedad que caracterizaba a los ministros del clero de aquella época, y sobre todo que un hombre al servicio de dios se dedicara a la música. Don Porfirio, sabedor de esto, cedió la canción mixteca a su querido hermano, Don José López Alavés, quien radicaba en su tierra natal Huajuapan de León, así el, se encargó de hacerle difusión y de lograr su popularidad, la cual se agiganto con el paso de los años y grandes artistas de reconocida fama mundial la han incluido en su repertorio. Así la canción mixteca en día, es símbolo de identidad de los mixtecos, estando seguros que seguirá identificando a las nuevas generaciones nacidas en nuestra tierra, así dice la leyenda de que la “canción mixteca” fue escrita por el sacerdote Don Porfirio López Alavés en las muros de su curato en la Parroquia de Santiago el mayor, apóstol, Don Porfirio López Alavés fue párroco de Santiago Juxtlahuaca, y fue de los hombres mas ilustres llegados a nuestra tierra, que en la historia de nuestro pueblo, es muy significativo, mucho le debe esta tierra a este hombre de noble pensamiento y a su hermano Don José originarios ellos de Huajuapan de León, pueblo hermano de Juxtlahuaca, de la Mixteca, sea pues esta leyenda un homenaje a estos hombres, que forjaron la historia de esta bendita tierra con sus vidas, porque con ellas le llamaron, Juxtlahuaca tierra de leyendas . Fuente: Carlos I. Mejia Banda , 2010. Juxtlahuaca, Oaxaca - Tierra de Leyendas.

SAN JUAN COPALA San Juan Copala; existen tantas leyendas de San Juan Copala, como estrellas hay en el cielo. San Juan Copala es un pueblo que admiro desde niño, cuantos grandes y buenos amigos ha tenido mi padre de este lugar y yo mismo, como olvidar mi convivencia de niño con mi amigo Mario Merino, un gran amigo mío. La leyenda dice que San Juan Copala ha sido la capital del pueblo triqui, desde siempre y desde los antepasados mas remotos, ha sido la gran capital de la región triqui, y el pueblo triqui siempre se ha sentido 30

orgulloso de sus raíces, de sus tradiciones, de sus leyendas, de su historia, jamás dividido, jamás vencido Hace muchos años, el camino rural de Juxtlahuaca a Villa Putla Guerrero, pasaba exactamente por el centro de San Juan Copala, frente a su majestuoso templo, cuando todos los templos católicos contaban con un atrio grande, donde era el patio de descanso de los arrieros, que comerciaban sus mercancías, animales y todos sus productos de Puebla, Oaxaca o viceversa de la costa de Guerrero, Chiapas o mismo Oaxaca, Oaxaca , la leyenda dice que su santo patrono era llevado por cargadores para su venta a las grandes ferias de Ometepec, Cacahuatepec, Juquila y otros lugares Al llegar al lugar de descanso natural, se dispusieron acampar y pasar la noche, frente al templo de San Juan Copala, en donde existía un gran fresno que había crecido alcanzando una altura fantástica y frondoso, dando a los cansados caminantes una sombra natural que les daba protección de los fuertes rayos del sol, así al otro día, al continuar su camino y tratar los cuatro hombres en sus hombros cargar la imagen, jamás lo pudieron hacer, jamás, el peso les venció y era tal, que ni con sus animales, ni fuerza natural alguna lo pudieron mover, ni un solo metro del lugar, quedándose la sagrada imagen de Padre Jesús en San Juan Copala y que por decisión divina esta en el templo hasta nuestros días, así esta es la sagrada leyenda, del Padre Jesús de San Juan Copala, capital del pueblo triqui Fuente: Carlos I. Mejia Banda , 2010. Juxtlahuaca, Oaxaca - Tierra de Leyendas.

El Barrio de Los Barriga Chimeca Juxtlahuaca, heredo de la madre patria España, la organización de su población en barrios. Esta es una organización típica de una ciudad española, y Juxtlahuaca, fundada y evangelizada por Fray Gonzalo Lucero, Fray Benito Fernández y Fray Domingo de Santa María, no podía escapar a esta orgánica. Entonces así vemos que en la actualidad existen barrios en lugar de las clásicas colonias de las grandes ciudades actuales, existe el Barrio de Santo Domingo, el Barrio de Santo Niño de Atocha, el Barrio de Guadalupe, el Barrio de San Pedro, el centro y uno

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de los más antiguos el Barrio de la Santa Cruz, y es este que cuanta la leyenda, que se fundó y pobló por personas que se dedicaban al noble oficio de carboneros, esta era de las actividades más importantes en la región, pues al no existir energía eléctrica o gas natural, para producir calor, cocinar o alumbrarse por las noches oscuras de Juxtlahuaca la población sufría. El área norte del territorio, contaba con un extenso bosque de robles (encinos) y ahuehuetes (sabinos) los cuales producían carbón de gran calidad para utilizarse utiliz arse como combustible en las necesidades de los hogares y oficios de los pobladores, entonces el noventa por ciento de estas personas se dedicaban a la producción del carbón, el cual después de elaborarse era trasladado por ellos mismos hasta la carbonería donde toda la familia lo comerciaba a los compradores, así al usar la mayoría de la gente ropa blanca de manta que era la tela con que se confeccionaba el vestuario, al contacto del carbón, producía que estas personas siempre anduvieran con la ropa en color carbón y sobre todo los hombres que tenían que cargar las mulas y pollinos para el traslado de su carbón, por lo cual la gente les comenzó a nombrar: "oye tu barriga chimeca…" y así se popularizo hasta llegar hasta nuestros nuestros días, esta es la leyenda del barrio de los barriga chimeca. Fuente: Carlos I. Mejia Banda , 2010. Juxtlahuaca, Oaxaca - Tierra de Leyendas

El Espinazo del Diablo Esta es una leyenda trágica de Juxtlahuaca, por los desafortunados acontecimientos que han sucedido en este lugar, sin embargo, con todo el respeto que me merecen la leyenda dice, que este lugar fue reubicado para que pasara la carretera Juxtlahuaca-Huajuapan de León, porque al construirla por su trazado original fue imposible, por la razón de que el terreno era demasiado fangoso e inconsistente provocando con esto una verdadera dificultad para su construcción. Los ingenieros decidieron buscar otra opción en la construcción, realizándose el trazado por su actual ubicación, y dando lugar al abismo en uno de los costados de la carretera, que la gente popularmente lo llama “el espinazo del diablo”.

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Se dice que en las noches obscuras y lluviosas, ll uviosas, en los camiones de pasajeros con destino a Huajuapan de León, entes de llegar al lugar un kilómetro antes aproximadamente, aparecía a la orilla del camino una mujer hermosa vestida de blanco, la cual abordaba el camión, como una situación normal de rutina, pero al pasar el lugar y al buscarla el conductor del vehículo, esta había desaparecido de a bordo del camión el cual estaba en movimiento y no se había detenido para nada, convirtiéndose esto en un misterio, como para el conductor como para todas las personas que viajaban en él, siendo esta la leyenda del “espinazo del diablo”. Fuente: Carlos I. Mejia Banda , 2010. Juxtlahuaca, Oaxaca - Tierra de Leyendas

Barrio Santo Domingo El Barrio de Santo Domingo De Guzman es el barrio más antiguo y mas grande de Santiago Santiago Juxtlahuaca. Como consecuencia de esto, es el de mayores tradiciones que perduran hasta nuestros días. El barrio Santo Domingo está ubicado al sur del área urbana, por donde pasa el río que también lleva el mismo nombre. Dice la leyenda que hace mucho tiempo llovió con gran intensidad, que el río Santo Domingo se desbordo e inundo el área que ocupaban las viviendas arrastrando lo que encontraban las aguas a su paso. Al disminuir las lluvias los habitantes del lugar se dieron a la tarea de organizar sus viviendas, y al estar efectuando trabajos de refuerzo, a las márgenes del río, un niño descubrió que las aguas arrastraban la imagen de Santo Domingo de Guzmán. Al verla, las personas se aprestaron a rescatarla de la corriente lo cual lograron, nombrándolo su patrono del barrio, y levantando en su honor el templo que en nuestros días conocemos. Fue así que se nombro el Barrio Santo Domingo.

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El Tahui Al norte del área urbana de Juxtlahuaca se ubica un rinconcito de tierra en donde se encontraba un ojo de agua. Rodeado de grandes sabinos, existían dos posas de agua grandes y un ojo de agua que las alimentaba, el ojo de agua formaba un pequeño arroyo que corría hacia el río grande. Esta agua que nacía en este lugar se le atribuyo poderes mágicos, tan mágicos de cómo que quien tomara agua de este lugar se enamoraba de Juxtlahuaca y se quedaba a radicar y vivir en el mismo. Así era pues de que las damas da mas enamoradas de algún joven apuesto que no fuera oriundo de Juxtlahuaca y que deseaban atrapar como esposo, le dieren de beber de tan efectiva agua para que se quedara en Juxtlahuaca con ellas, así también existieron exi stieron grandes personajes de la historia de Juxtlahuaca que según se les dio a tomar de esta agua y amaron profundamente a Juxtlahuaca, como el General Lázaro Cárdenas, y otras personas más, esta es la historia de este lugar tan peculiar y original de Juxtlahuaca

La Laguna Encantada Al norte de Juxtlahuaca se encuentra la laguna encantada, en  jurisdicción del municipio de Tecomaxtlahuaca, sin embargo por su situación geográfica, en la historia de Juxtlahuaca siempre estará presente la de la laguna encantada.

Este bello lugar siempre está ligado a infinidad de leyendas, pero quiero referirme a la más significativa, así pues es este un lugar hermoso, único en nuestra república y en el mundo, azul-verde el color de sus aguas, profunda, rodeada de sabinos frondosos, al pie de un cerro alto, cerca de un río, con una corriente que desagua día y noche, es pues un lugar único en el mundo.

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La última noche del año, en su último minuto y el primer minuto del año nuevo a la luz de la luna tres segundos la laguna encantada se transformaba en un salón fantástico al estilo de la madre patria España en donde se llevaba a cabo una majestuosa tertulia, a la cual las damas ataviadas con grandes vestidos y luciendo su belleza con toda su esplendor, arribaban en grandes carruajes tirados por caballos blancos y los caballeros luciendo sus trajes bordados en hilos de oro, amenizando la fiesta una gran orquesta con música clásica y así durante los tres segundos se desarrollaba un baile con todo el esplendor de grandeza y majestuosidad, en donde damas y caballeros disfrutaban de la gran fiesta, pero esto sólo duraba unos escasos tres segundos y al desaparecer la magia todo volvía a la normalidad, por esto y por otras grandes leyendas la misma laguna encantada es una leyenda.

EL MURCIÉLAGO Las hermosas mariposas que hoy vemos, llenas de vistosos colores, no son mas que una débil imagen de lo que una vez fue el murciélago: el ave mas bella de la creación. Pero no siempre fue así, en un principio era como lo conocemos, se llamaba Biguidibela (BIGUID=MARIPOSA Y BELA=CARNE), es decir; (mariposa desnuda) .Era la mas fea y desventurada de todas la criaturas. Un día, acosado por el frio, subió al cielo y le pidió plumas al creador, y como el creador no vuelve tareas a tareas ya cumplidas, no tenia ninguna pluma. Le dijo que bajara a la tierra y suplicara en su nombre una pluma a todas las aves. Así lo hizo el murciélago, recurriendo a la aves de mas vistoso plumaje. Obtuvo hermosas plumas y orgulloso, volaba sobre las sienes de la mañana. Las otras aves frenaban el vuelo para admirarlo sentado en sus ramas, aleteaba alegremente, una vez, como un eco de su vuelo, creo el arcoíris. Era la encarnación dela belleza. 35

El murciélago olvido su origen y ahora hacia aspavientos de su belleza, demasiados. Y lo que un día fue admiración entre sus compañeros, se torno en franca molestia. Una parvada de pájaros, con el colibrí por delante, subió al cielo para comunicarle al creador como el murciélago se burlaba de ellos; además, con una pluma menos padecían de frio. Una vez subió también el murciélago, el creador le hizo repetir los ademanes que de aquel modo había ofendido a sus compañeros. Agitando las alas se quedo otra vez desnudo; se dice que todo un día llovieron plumas del cielo. Desde entonces solo vuela en los atardeceres en rápidos giros, cazando plumas imaginarias y no se detiene para que nadie advierta su fealdad.

La angostura Hace algún tiempo, a consecuencia de las fuertes lluvias, el río grande de Juxtlahuaca alcanzaba un gran volumen y corriente en los meses de agosto y septiembre. El camino real entre Juxtlahuaca y Huajuapan corría paralelo al mismo, el recorrido del río es largo y en su tramo entre la laguna encantada y el arroyo seco se encuentra el cañón del río, conocido por los pobladores como la angostura. Cuenta la leyenda, una tarde lluviosa de tormenta por el camino acompañado de su sacristán caminaba, el cura en aquel entonces de Juxtlahuaca, estos montados en sus acémilas se dirigían a Tlacotepec. La lluvia azotaba con toda su fuerza, y la corriente del río corría con toda su furia, así al pasar por la parte más profunda del río por el 36

cañón y frente a el sacerdote, en la corriente del agua flotaba una jícara llena de monedas de oro la cual al verla el sacerdote quiso darle alcance poseído por su gran ambición, introduciéndose en las crecidas aguas sin medir peligro alguno, y que su sacristán pudiera impedirlo. El sacerdote avanzo hasta la jícara y la tomo en sus manos, pero la profundidad y corriente de las furiosas aguas se lo tragaron sin misericordia, ante los ojos de su asustado sacristán s acristán sin s in que se encontrara su cuerpo jamás. Así para sorpresa de los pobladores de la región en la piedra superior del cañón, con el paso del tiempo, apareció la figura de un sacerdote tomando la jícara entre sus manos, la cual permanece hasta nuestros días y esta se puede ver, bien definida.

Las Brujas En años pasados, contaban de bolas de fuego que pasaban iluminando el cielo oscuro de las noches de Santiago Juxtlahuaca. Los niños, unos por temor y otros por curiosidad señalaban "Ahí va una bruja". Las brujas, según cuentan, eran mujeres de edad avanzada, que para recuperar su belleza, verse mas jovenes, y obtener la inmortalidad, se alimentaban de la sangre de los bebes. Se podían transformar en animales, tal como guajolotes, para acercarse a los bebes y asi chuparles su sangre. Usaban sus encantos y artimañas para dormir o engañar a los adultos y asi acercarse a su presa. Cuentan que hubo una vez que una bruja cayo en el patio de una iglesia mientras unos muchachos llevaban una ronda, o serenata. Al caer la bola de fuego, con palos y leños los muchachos empezaron a golpear a la bola de fuego, hasta que una voz de mujer decia "por favor, ya no me peguen. Soy ...." diciendo su nombre. Los señores grandes cuenta otra historia de una pareja de ancianos que vivian en una montaña. Cada noche, para que el marido no diera cuenta de sus fechorías, la mujer que se convertía en bruja se quitaba sus pies y se los dejaban en los brazos del marido. Una vez, pasada la media noche, el marido se despertó, y ante su sorpresa, encontró los pies de la mujer en la cama. Entre asombro y coraje, dándose cuenta de en lo que se convertía su mujer por las noches, el marido junto leña para lumbre 37

y ahí quemo a las piernas de la mujer. La mujer, al regresar, y no encontrar sus piernas, sufrió mucho al ya no poder convertirse completamente en su forma de mujer. La mujer, después de esto, se pasaba los días llorando hasta morir de tristeza.

La Tona Al sur de Pochutla, a poca distancia del mar se levanta un pequeño cerro que en tiempos muy remotos sirvió como fortaleza a las tribus primitivas para defenderse de la invasión de los mexicas. En la cima de este cerro edificó su vivienda el jefe TEHUINTLE, pues desde ahí podía ver cuanto pasaba al oeste, al norte y en el mar en una extensión de muchas leguas. Para descender hacia el mar sólo había un angosto camino bordeado de frondosos árboles, que entrelazaban sus ramas a gran altura y tanto la maleza como los bejucos, obstruían el paso al caminante casi por completo. En la época a que se refiere esta leyenda, al llegar a la parte baja se encontraba un hermoso bosque en el que había zapotes, huanacaxtles, ceibas y muchos árboles de maderas preciosas. Al salir de este hermosísimo bosque se llegaba a las arenosas playas y desde ahí se veía el horizonte inmenso, en medio de una total soledad, sintiéndose de inmediato, lo salvaje, balsámico, silenciosos y encantador de este lugar pintoresco y maravilloso. Y  justamente en este sitio donde el espeso bosque terminaba, bajo la sombra de los últimos árboles, había un ranchito formado de tres jacales y una enramada, habitado por Teutli y Loxicha, una pareja indígena que se dedicaba a la pesca de tortugas de carey, cuyas conchas sabían pulimentar con perfección. La leyenda es de época precolombina. Teutli era descendiente de los mexicas que el rey AHUIZOTL mandó a territorio zapoteca con autorización de COCIJOEZA, rey de Zaachila, como guarnición mexica, cerca al río Atoyac. Loxicha era una mujer mixteca de pura raza. Esta pareja que parecía completamente feliz, no lo era en realidad, porque a pesar de que ya tenían varios años de vivir juntos, no habían logrado tener tener hijos. - Yo sé que el dios Uichana que es el "Alma del Mundo", pronto nos va a conceder la gracia de tener un hijo, yo se lo estoy pidiendo mucho- dijo una vez Loxicha, y... un año después, la mujer estaba dando a luz su primer hijo. El dios Uichana había escuchado sus ruegos. En cumplimiento de sus leyes religiosas llamaron al sacerdote para que practicara las ceremonias prescritas, quien después de poner en las manos del niño la saeta litúrgica, preparó la leña especial para calentar el agua sagrada con la que lavó al recién nacido y le puso el nombre de Ayotzin porque el hechicero estaba dibujando una tortuga en la arena cuando el niño estaba naciendo y por lo tanto, la tortuga era su TONA, 38

según una antigua leyenda de la mitología indígena. Cuando Ayotzin tuvo uso de razón lo llevaron sus padres a la orilla del mar con el fin de mostrarle su TONA y recordarle que tanto su suerte como su felicidad, estaban ligadas a ella, quedando además su vida misma sujeta a idénticos peligros, al grado de que si él, Ayotzin, era herido o recibía algún daño en alguna época de su vida, su TONA sufriría igual que él y viceversa, Ayotzin sentiría en su cuerpo los dolores y molestias si su TONA recibía algún golpe o alguna herida. Según la misma mitología, LA TONA era el mejor amigo del hombre durante toda su vida, era la mitad de su ser, su otro yo y según se sabe era algo mucho más inmediato y protector que el mismo ángel de la guarda de los cristianos. Aunque aparentemente Ayotzin y Loxicha iban a ser muy felices con el advenimiento de su hijo, no fue así debido a que mientras el padre deseaba que el joven fuera un guerrero, su madre quería que fuera sacerdote, lo cual ocasionaba muchas y muy agrias discusiones. Cuando Ayotzin tenga la edad suficiente, lo haremos un conquistador, un guerrero, un caballero león, un caballero tigre o un caballero águiladecía Teutli con orgulloso énfasis. -¡Eso no será jamás! ¡Un hombre que derrame la sangre de sus hermanos, nunca lo permitiré!- decía indignada Loxicha -yo haré que se dedique al servicio de nuestros dioses; lo enviaré a Teitipac, donde los sabios sacerdotes lo instruirán y después cuando ya sea sumo sacerdote, irá a Mitla y recibirá los honores de su investidura. - Figúrate que se hiciera notable en el ejercicio de las armas y conquistara muchas tierras y muchos reinosinsistía Teutli -entonces nosotros seríamos llevados a la gran Tenochtitlán y ahí nos recibirían con honores, como si fuéramos nobles. - Pero siempre habría sobre él un sumo sacerdote a quien tendría que pedirle consejo y en cambio, que orgullo sería para nosotros que fuera Ayotzin, el que diera los consejos. Y nunca pudieron ponerse de acuerdo, ni tampoco fueron capaces de preguntarle a su único hijo, pues no tuvieron otro, qué deseaba ser cuando fuera mayor y así  discutiendo siempre sobre el futuro del muchacho, murieron los dos, casi al mismo tiempo, cuando Ayotzin ya había cumplido dieciocho años y quien por cierto nunca llegó a ser ni sacerdote ni guerrero. Cuatro o cinco años después, paseando por la laguna de Pochutla conoció a una linda jovencita, llamada Xía, de la cual pronto se enamoró, siendo su amor correspondido por ella, formando tan linda pareja que al verlos, cualquiera hubiera supuesto que en su futuro, ya unidos, serían muy felices. Pero no fue así pues ella y su familia, aunque vivían en Pochutla eran de Huatulco y sus padres, siguiendo la antigua costumbre, desde muy niña la habían comprometido con el hijo de un hombre importante y poderoso de Huatulco; compromiso al que la linda Xía no pudo oponerse. El forzado matrimonio se llevó a cabo, lo que ocasionó una gran decepción al enamorado Ayotzin y una noche caminando sin rumbo 39

por la salida norte de Pochutla decidió morir ahorcándose y aunque el bejuco que amarró a la gruesa rama de un enorme chicozapote y que luego se ató al cuello, no aguantó su peso y se reventó, sin embargo murió del golpe que recibió en la cabeza al caer al suelo ya medio desnucado. Su muerte fue llorada en todo todo Pochutla pues el joven era muy querido por todos en la región, pues por su carácter amable y bondadoso la gente siempre lo distinguió con su cariño. En secreto la linda Xía, también lo lloró y siguió llorando durante toda su vida, pues nunca pudo borrar el recuerdo de Ayotzin, el único y verdadero amor de su vida. Y cuenta la leyenda que en la noche en que murió Ayotzin, cuando la luna estaba a medio cielo, el viento comenzó a azotar con desiguales y furiosas ráfagas los árboles de los montes y se oían ruidos extraños, sordos, prolongados y lejanos como los que se escuchan en el mar cuando se aproxima la tempestad y que parecen gemidos lanzados por las olas al sentir el látigo del huracán. El cielo había abierto sus cataratas, el huracán redoblaba su furia. El viento silbaba como una monstruosa serpiente en la llanura y rugía como un león entre los matorrales. De la montaña bajaban furiosos torrentes arrastrando grandes árboles y enormes piedras. Todo era destrucción, terror y espanto. Al día siguiente, cuando amaneció, todo estaba en completa calma; en el lugar donde cayó muerto el joven suicida apareció una piedra con la forma de una gran tortuga y según la misma leyenda era LA TONA de Ayotzin que al morir éste, tuvo que morir también y que por disposición de los dioses se había convertido en piedra.

La Princesa Donají Los mixtecas al desconfiar de Cocijoeza, exigieron como garantía que los zaachileños no atentaran contra la fortificación de Monte Albán, que habían conquistado en la guerra; así, pidieron que la única princesa Zapoteca quedara en calidad de rehén. Donají fue recibida por los mixtecas con los honores de su rango y quedó en prenda de paz. Más esta noble heroína meditando acerca de su inusitada prisión, decíase: "Mi estancia aquí humilla mi casa; sólo la continuación de la guerra podrá lavar esta afrenta; mi padre que venció en Guiengola a mi abuelo Ahuitzotl vencerá a Dzahuindanda en esta fortificación". Despreciando su vida por la gloria de su pueblo, Donají  envió recado a los zaachileños para que, sin pérdida de tiempo, cayeran sobre el dormido y descuidado campamento enemigo, a quien vencieron. Más Donají había desaparecido, los Mixtecas la degollaron, dándole sepultura inmediata, a fin de que los Zapotecas ignorasen su paradero. Pasado algún tiempo creció un hermoso lirio morado próximo

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a la margen izquierda del Río Atoyac, donde al cavar encontráronse los despojos de Donají. La sola cabeza con el cuello hacia abajo, la cara al oriente algo inclinada y con las raíces del lirio sobre la frente y sien derecha, y al parecer dormida.

La Cruz de Santa María Huatulco Paraíso Terrenal, donde Adán y Eva pudieran haber sido Viento de Nueve Culebras y Viento de Nueve Cavernas. Cosa que también ocurre en la leyenda de La Tona, donde se encuentran escenas y ritos muy parecidos a la ceremonia del Bautismo y la misma TONA que tiene gran semejanza con el Angel de la Guarda. Pero tanto Antonio Gay como algunos otros historiadores, agregan a lo anterior la posibilidad de que Quetzalcóatl haya sido nada menos que Santo Tomás Dídimo (gemelo), el incrédulo pescador galileo, discípulo de Jesucristo. El mismo historiador está de acuerdo con lo que suponen otros investigadores; él también cree que dadas las cualidades y las características que todos le atribuyen a Quetzalcóatl, éste solamente pudo haber sido un apóstol o un santo, lo que robustece la versión de que era Santo Tomás, el llamado dídimo en los textos de la Biblia. Y según esta versión, basada además en lo dicho por los viejos filósofos indígenas y en las tradiciones de los pueblos, es muy creíble que el apóstol Santo Tomás, haya atravesado toda Asia y navegando en primitivas y débiles embarcaciones haya llegado a América, tal vez al Perú, para seguir después - siempre por mar- hasta las tierras de Anáhuac. En el mismo capítulo Gay dice textualmente: Los caracteres de Quetzalcóatl, dicen los historiadores, no pueden convertir sino a un apóstol y que fuese Santo Tomás lo dice el nombre mismo que llevaba, pues Quetzalcóatl quiere decir tanto como precioso o estimable gemelo, significación equivalente a la de precioso o estimable dídimo. Si tal conjetura fuese correspondiente a la verdad histórica, quedarían esclarecidas las misteriosas leyendas de los indios y las no menos misteriosas semejanzas de su culto con el Evangelio. Como aclaración diré que la palabra dídimo proviene del griego (didymoz) y significa gemelo y además que, aunque la traducción literal de Quetzalcóatl es serpiente emplumada, conviene analizar por separado tanto la palabra quetzal, como la palabra coatl. Se supone también que aunque la cruz cruz es ahora emblema del cristianismo, Santo Tomás la usó poco como tal y por eso no se han encontrado muchas huellas de ella ni en Tula, ni en ninguno de los lugares más mencionados, donde se supone que llevó a cabo su gran obra evangelizadora, como Cuautitlán, Tulancingo, Cholula y otros, no obstante que cuando pisó por primera vez el suelo de Anáhuac, en el bello puerto de Huatulco, plantó la famosísima y muy milagrosa Cruz de Huatulco. El historiador J.A. Gay Gay en el segundo tomo de su "Historia "Historia de 41

Oaxaca", incluye tres apéndices y uno de ellos lo dedica precisamente a los hechos relacionados con esta Cruz, que según la tradición era venerada por todos los habitantes de la región desde mil quinientos años antes de la llegada de los españoles, pues en ella hallaban el remedio eficaz y seguro a todas sus aflicciones. Y era tradición entre ellos que la habían llevado allí un hombre que vino por la mar, como del rumbo del Perú, a quien describían como un anciano de piel muy blanca, vestido con túnica larga, ceñida a la cintura y con un bello manto; el cabello y la barba largos, a la manera domo comúnmente se pinta a los apóstoles. Decían que cuando lo vieron venir abrazando la enorme Cruz, acudieron a la playa en gran número, quedándose admirados cuando los saludó en su propia lengua mixteca. Referían también que a pesar de que la Cruz era muy grande y sumamente pesada, el mismo hombre venerable la fijó el solo, sin la ayuda de nadie en el mismo sitio donde tantos siglos después la encontraron los conquistadores españoles (se supone que fueron quince siglos). Estuvo con ellos algunos días, pasando la mayor parte del tiempo hincado en fervorosa oración y hablándoles de cosas que entonces no pudieron entender y cuando se fue les dijo que allí les dejaba el símbolo de su felicidad, al que debían tenerle gran respeto y veneración y que pronto vendría el tiempo en que conocerían al verdadero Dios y el bien inestimable que debían a la Cruz. Cruz. Confirma esta tradición el nombre mismo del puerto, pues Quauhtolco, que es el nombre propio, significa lugar donde se adora o se hace reverencia al madero, por estar compuesto de Quahuitl que significa palo o madero y del verbo toloa que quiere decir hacer reverencia bajando la cabeza y la partícula co que denota lugar. Y cuenta la leyenda que a fines del año de 1587 el terrible pirata hereje, Thomas Candish o Cavendish, entró y tomó por sorpresa al puerto de Huatulco, lugar de pocos y pobres habitantes, en el obispado de Oaxaca, situado como a sesenta leguas de aquella ciudad. Al ver enhiesta la gran Cruz, preguntó a sus asustados habitantes, quién la había colocado ahí y cuanto tiempo hacía que estaba en ese lugar, a lo que ellos le informaron que desde mucho antes de la llegada de los españoles ellos le tributaban suma veneración porque en ella hallaban el remedio a sus aflicciones: y era tradicional entre ellos que la habían llevado allí, hacía más de mil quinientos años un hombre anciano, blanco y barbado que había llegado por el mar hablando el idioma mixteco. Y dice textualmente el historiador Gay: Queriendo pues, el hereje corsario destruirla, mandó a su gente que con hachas la rompiesen, pero éstas se hacían pedazos, desmayaban antes que hacerle el más leve daño. Habiendo ordenado luego que la aserrasen por varias partes, saltaban los dientes de las sierras como si fueses postizos, y se rendían los brazos de los que las manejaban, sin que la Santa Cruz sufriera detrimento alguno. Hizo en seguida que la atasen con gruesos gruesos cables 42

cuyas extremidades se fijasen en la popa del navío y que soltando las velas se dirigiese éste hacia el mar, ayudando también a hacer fuerza con otros cables los marineros a fin de derribarla; mas tampoco esto pudo conseguir, pues rompiéndose los cables quedó la Santa Cruz inmóvil en su puesto como si fuera un monte. Enfurecido Thomas Cavendish, ordenó poner alrededor de la Cruz, leña con brea y que se le diese fuego; ejecutada su orden, viendo que la Santa Cruz no se quemaba, mandó que la untasen toda de alquitrán; sin embargo permaneció ilesa entre las llamas. Furioso y cansado se dio por vencido al fin el sacrílego corsario y se embarcó nuevamente para seguir abordando y robando a cuantos veleros españoles se cruzaran en su camino. Por la noticia que de los prodigios referidos llegó al Perú, los que venían de allá a este puerto de Huatulco cortaban de la Santa Cruz tantas astillas, que la fueron adelgazando mucho por el pie hasta la altura que podían alcanzar con la mano, siendo motivo de admiración ver como podía sostenerse lo restante del cuerpo y los brazos sobre lo disminuido del pie, y resistir el furor de los vientos tan fuertes como era en aquella playa. El historiador Burgoa, nos cuenta que don Juan de Cervantes, Obispo de Antequera, cuando llegó a Oaxaca en 1611, al enterarse del estado de destrucción en que se encontraba la Santa Cruz de Huatulco a causa de que muchos devotos cortaban fragmentos de ella, propuso a los hombres doctos del clero secular y regular, que para evitar la total destrucción de la venerada Cruz, se trasladara a la Ciudad de Oaxaca, para lo cual mandó construir una suntuosa capilla dentro de la catedral para colocarla en ella. Pero al enterarse los habitantes de toda la región, acudieron tantos y tantos a cortas astillas de la Santa Cruz que la dejaron del grueso de una caña, por lo que el cura la sacó del lugar donde estuvo por tantos siglos y que por cierto no tenía ni una tercia enterrada en la arena y en el mes de abril de 1612, a pesar de la fuerte oposición de los huatulqueños, casi todos indios mixtecos, llegó a la Ciudad de Oaxaca, donde fue recibida con grandes honores, fiestas muy solemnes y peregrinaciones; celebrándose además en la ciudad, corrida de toros, toros, cañas, encamisadas y máscaras. Para colocarla en su capilla de la catedral hubo que quitarle las partes dañadas, disminuyendo así su tamaño, pues se le hicieron los cortes necesarios para que no cambiara sus armónicas proporciones. La verdad es que la Santa Cruz, con justificada razón o sin ella, fue desmenuzada y el padre Gay nos informa con todo detalle como ocurrió esto: Por disposición del Obispo de Antequera se quitó a la Santa Cruz una gran parte del pie, ya que por estar muy desproporcionada en el grueso a causa de haberle cortado tantas astillas los devotos, ya también por distribuirla entre los individuos de su cabildo, los de las comunidades religiosas y demás vecinos, que con instancias pedían fragmentos de la Cruz; y así quedó reducido el tamaño de ésta a una vara de largo y cuatro dedos de 43

ancho. Hizo cortar también un pedazo de la cabeza, de una cuarta e largo y mandó se formase de él otra cruz para enviársela al Sumo Pontífice, el papa Paulo V, quien la recibió de manos del dominico Fray Andrés de Acevedo, junto con una carta explicativa fechada el día 4 de mayo de 1613, firmada por el Obispo de Antequera, el ilustre Dr. don JUAN DE CERVANTES incluyendo en ella un testimonio auténtico del proceso. Según nos informa informa esta fascinante leyenda, La Santa Cruz de Huatulco fue plantada a mediados del Siglo I, por Santo Tomás, el apóstol llamado Dídimo en la Biblia, quien después de atravesar toda Asia y cruzar el Gran Océano, al introducirse en tierras de Anáhuac, lo hizo como Quetzalcóatl y quien el continuar su peregrinación hacia el oriente llegó a la Península de Yucatán, donde fue llamado Kukulkán por los mayas.

La Escondida El feroz pirata Andrews Drake, hermano del famoso capitán Francis Drake tan temido en las turbulentas aguas del Mar Caribe, fondeó una vez su velero en un lugar de aguas tranquilas cerca de una pequeña bahía totalmente deshabitada, próxima a la desembocadura del río Colotepec, para descansar unos tres o cuatro días sin ningún peligro, pero sin dejar de observar el gran océano acechando siempre el paso de algún bajel español, para asaltarlo y tal vez agregarlo a su flora, matando a toda la tripulación, naturalmente. Unas semanas antes, habían secuestrado a una linda y joven mujer mixteca en el pueblo de Santa María Huatulco y la tenían prisionera, bajo estricta vigilancia, pero en un descuido de sus captores la muchacha logró escapar del camarote del capitán Drake - donde la tenían recluida - y como era muy buena nadadora, se lanzó al mar sin ningún titubeo, logrando rápidamente alcanzar la playa para correr luego y esconderse en los bosques selváticos cercanos donde los piratas nunca la pudieron encontrar. Posteriormente al referirse a la linda joven mixteca, los piratas en vez de llamarla Josefa - que era su nombre - la mencionaban como La Escondida y cada vez que volvía Drake a la barra del Río Colotepec, ordenaba que la buscaran, pero por más esfuerzos que hicieron jamás la encontraron, por lo que a esa tranquila bahía empezaron a mencionar como la Bahía de la Escondida, misma que después se transformó y a la fecha se llama Puerto Escondido.

La Campana de Huilotepec Huilotepec Un día se puso a platicar con el cadenero Vérulo Altamirano, con quien se llevaba muy bien y casi se puede decir que era su único amigo. Al 44

principio escuché su charla por pura casualidad pero después, como me pareció muy interesante lo que don Honorio estaba contando, puse mucha atención. Se cuenta que San Pedro Huilotepec fue fundado en 1645, un siglo después de la conquista de la capital azteca por los españoles y que hay suficientes datos y documentos para comprobarlo; su nombre que es náhuatl, significa Cerro de las palomas, está al pie del cerro Danii-Guienvisho (Cerro de la Piedra de Avispa) y se encuentra a la mitad del camino antiguo entre Tehuantepec y la Ventosa de Salina Cruz en la misma margen del río Tehuantepec donde está la ciudad de ese mismo nombre. Al oeste de Huilotepec, Huilotepec, después de cruzar el río, está el cerro de San Diego, como de cuarenta metros de altura, boscoso y siempre cubierto de espesa vegetación. Cuenta la leyenda que hace muchos años, al pie de este cerro existió una laguna llamada también de San Diego y que en cierta ocasión unos indios zapotecos encontraron en las tierras que había entre la laguna y el río, una gran campana de color verde y de mucho sonido, misma que con el tiempo utilizaron para colgarla en el campanario de la iglesia del pueblo. Años después, otros otros nativos encontraron un santo de bulto que los indios de Zuleta reconocieron como San Diego, su santo patrón, por lo que cada año se celebra en Huilotepec la gran fiesta dedicada al santo milagrosamente aparecido, San Diego y a su campana. En lengua zapoteca tanto el cerro de San Diego, como la laguna se llaman Guile-Xopa, que quiere decir Seis Piedras.

La Leyenda de Apoala Al comienzo de los tiempos, el mundo estaba en tinieblas. Sobre la faz terrestre había sólo lama y agua. A este tenebroso ambiente llegó, haciéndose "visible" y revestido de la "figura humana" un dios llamado Un ciervo y por sobrenombre Culebra de León. León. Apareció también una diosa de singular belleza, cuyo nombre era Un Ciervo y Culebra de Tigre como sobrenombre. Estos dos fueron el principio de todos los dioses que aparecieron después. Con su omnipotencia formaron una gran peña y ahí construyeron un palacio para habitarlo; encima del palacio había una gigantesca hacha de cobre, y con el filo hacia arriba, sosteniendo el cielo. Peña y palacio estaban asentados en lo que muchísimo tiempo después serían tierras de Apoala en en la Mixteca Alta. Los dioses vivieron varios siglos en esta morada y el mundo continuaba sumergido en la oscuridad. Culebra de León León y Culebra de Tigre procrearon procrearon dos hijos que llevaban los nombres del día en que habían nacido y se llamaban: Viento de nueve Culebras y Viento de Nueve Cavernas. Cavernas. Los pequeños dioses fueron creados llenos de felicidad y abundancia. El mayor, cada vez que deseaba recrearse, se volvía águila y se remontaba a las alturas, el otro tornábase en serpiente alada que podía hacerse invisible. De común 45

acuerdo decidieron hacer una ofrenda a los dioses, sus padres; tomaron unos incensarios de barro y sobre las brasas colocaron con gran devoción "veleño molido". Esta fue la primera ofrenda en el mundo. Después de este acto de veneración a los dioses, sus padres, los dos hermanos hicieron un jardín generoso en árboles y plantas de gran belleza que producían flores perfumadas, frutas deliciosas y aromáticas yerbas de colores variados. Junto a ese vergel, pusieron un hermoso prado, donde pasaban el tiempo.

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