Antología Ex - Placeres Carnales - Autoras Ex 13

April 8, 2017 | Author: Eduardo Romo | Category: N/A
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Escritoras Excomulgadas Placeres Carnales: Placeres susurrados en las sábanas de seda, fantasías escondidas en lo recóndito de nuestra mente, placeres que evocan gemidos de éxtasis, la profunda libertad de la lujuria desenfrenada, cuerpos sudorosos, besos de chocolate y el ardor que solo la carne puede calmar…

Antología Ex - Placeres Carnales

Manos, alcanzado el cielo, en un ínfimos segundo de gloria, con ojos fijos en una persona amada. El placer hecho carne, la unión de todas las uniones, la explosión de un amor lujurioso que evoca placeres más allá de la razón. Deseos irrefrenables dentro y fuera de la realidad.

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Escritoras Excomulgadas

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A+: La Nota Perfecta

Lady Rozade

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Lunes 7:35 a. m. No me gusta. ― No tiene que gustarte.

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― Malú, ¡se seria!…aunque solo sea por esta vez, ¡Pienza! Si algo sale mal o alguien se entera de esto terminaras bien jodida. ― Ese es el punto, y Lexi nadie tiene porque enterarse, solo lo sabremos tú, ellos y yo. ― Creo que es demasiado, ¡ni siquiera estoy segura de que eso sea físicamente posible!, tu padre se infartaría si se enterara, además ¡no es correcto! ― Bueno, ¿Y tú de qué vas? ¿Quién eres, Pepe Grillo?, ya soy grandecita y puedo decidir por mí misma, en tres días seré mayor de edad, ¡Lexi quiero hacerlo! ― Eso es Malú, ¡ni siquiera lo haces por la estúpida calificación!, eres una… ― ¡Dilo! Soy una putilla, pervertida, zorra, todo lo que tú quieras, ¡y tal vez lo sea!, es la verdad, me gusta el sexo, ¿y qué? No soy de esas estúpidas personas que se encojen cada oyen ‘pene’ o ‘vagina’ me gusta y lo hago, si a los demás no les gusta ¡que les den!

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Escritoras Excomulgadas Lunes 8:12 a. m. ― ¿Puedo pasar profe Raf?―pregunté asomándome tras la puerta, la clase estaba en completo silencio y el pedazo de hombre que me daba las mates estaba tras su escritorio. ― Señorita Herman, gracias por honrarnos con su presencia ―reviso su reloj y arqueó una de sus pobladas cejas― seguro que algo de suma importancia debió haber ocurrido para que llegue con doce minutos de retraso, adelante.

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Tomé asiento en el primer pupitre, justo frente a su escritorio, no dejaba de mirarme, supongo que esperaba una explicación por mi retraso, me hice la desentendida y pasé la clase completa mandando recaditos con Lexi que no dejaba de sermonearme. ― Bien, tengo los resultados de sus exámenes, todos saben que mañana es la entrega de calificaciones, así que no olviden avisar a sus padres, la nota aparece en la primera hoja de su prueba se promediará con las notas de sus tareas, ejercicios y demás, así que pueden ir calculando sus promedios ―decía mientras deambulaba por los pupitres entregando las temidas hojas, se detuvo junto a mi pupitre y puso la hoja en la tablilla rozándome una tetas, una F estaba encerrada en un espantoso círculo rojo. Me llevé una mano al corazón y puse mi mejor cara de pena― ¡qué horror, he reprobado!, ¡pero si estudié tanto! –Lexi a mi lado soltó una risita y Rafael me fulminó con la mirada, lo que en realidad hacia que se mojaran la bragas. Tenía una voz grave y varonil, varias veces lo imagine atándome y sometiéndome a su voluntad, sin duda sería algo memorable. ― Esperemos que su padre tome mejor la noticia señorita Herman, según me contaron no le va mucho mejor en otras materias. 6

Escritoras Excomulgadas Sonreí y me erguí en mi asiento― no se preocupe profe, ya encontraré la manera de solucionarlo –dije lo más seria posible. Él sonrió. ― Tal vez, pero por lo pronto, le otorgó un reporte en la oficina del director al terminar las clases, y esta vez, señorita Herman, asegúrese de no llegar tarde.

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Lunes 9:04 a. m. ― Señorita Herman, ¿será posible que algún día llegue temprano a clase?―dijo el profesor Samuel mientras la clase soltaba risitas tontas, por más caliente que fuera el hombre, con todo y su pelo rizado y su culo de muerte, odiaba cuando trataba de avergonzarme en clase. ― ¡Profe Sami, si solo son solo cuatro minutos! ― Samuel, S―A―M―U―E―L –deletreó como si hablara con un enano de tres― ¿es que no es capaz de pronunciar mi nombre? y así sean cuatro o veinte minutos, está llegando tarde ¡de nuevo!, por lo que tiene otro reporte. ― ¡Pero si el límite de tolerancia son cinco minutos, es injusto! ¿Quién se cree, Hitler? ― Me impresiona su comparación Herman, y más si tomamos en cuenta que usted reprobó el examen de historia sobre la primera y segunda guerra mundial. Puede usted quejarse con el señor director, estoy seguro de que él estará encantado de atenderla –dijo con una sonrisita burlona. Podría jurar que se le ponía dura cada que me humillaba en clase y aunque suene enfermo, me excitaba, lo imaginaba poniéndome de rodillas mientras se acariciaba y me

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Escritoras Excomulgadas metía la polla en la boca. ― Pues que sepa que lo haré, al terminar las clases, ¡dictador! ― Bien, ahí estaré, y solo para que lo sepa Annmalú, el director es un

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apasionado de Hitler y la Alemania Nazi.

Lunes 10:00 a. m. La clase de lite empezó sin mayores contratiempos, el profesor Daniel estaba en la pizarra explicando un diagrama mientras yo me deleitaba viéndolo, al contrario de mis otros profesores Daniel no era del tipo agresivo, más bien se ponía nervioso por casi cualquier cosa, como si un puñado de adolescentes fuera a convertirse en una manada de fieras salvajes, lo descubría a cada rato mirándome las piernas o las tetas y se ponía casi morado. Totalmente adorable. Lexi juraba que él era virgen, yo no lo creía, pero imaginarme enseñándolo y pervirtiéndolo como a un muchachito inocente era mi fantasía perfecta. ― Bien chicos, es todo por hoy, el resto de la clase pueden ocuparlo para empezar su tarea que será un análisis completo de los principales literatos del siglo dieciocho. ― ¡Profe, ya hemos hecho cuatro trabajos del siglo dieciocho!, usted dijo que podríamos avanzar, ¡eso es tan aburrido! ― Señorita Herman, disculpe, pero si mal no recuerdo, en los cuatro usted obtuvo una F, podría tomarlo como una oportunidad para mejorar su nota

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Escritoras Excomulgadas ―sus mejillas estaban sonrojadas y su frente húmeda del sudor, ¿Se vería así mientras follaba? ― ¡Que le den a la nota! Tengo mejores cosas que hacer que escribir sobre viejos aburridos, guerras desgraciadas y amores cutres –Ups, tal vez me pase un poco, pero era necesario, el profesor Daniel tenía más paciencia que un santo, su cara estaba tan colorada que casi esperaba que le saliese humo como a las figuritas anime.

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― ¡Señorita Herman! –exclamó horrorizado, si había algo que lo sacara de sus casillas era que insultaran su materia o a Shakespeare, sus más grandes pasiones. Desgraciadamente yo dudaba que un poema pudiera darle un orgasmo― ¡qué falta de respeto! Salga inmediatamente de la clase y tiene usted un reporte en la oficina del director, ¡es inconcebible su falta de respeto! ― Tranqui profe, ¡que no es para tanto! –dije mientras tomaba mi mochila y salía de clase balanceando el trasero y con los pliegues de mi entrepierna totalmente húmedos.

Lunes 12:19 ― Lo siento chicos, disculpen mi retraso, tuve un problema con el coche –el profe Oscar, Os, era la antítesis de lo que normalmente era un profesor, risueño, alburero, juguetón, guay y uno de los hombres con más atractivo sexual que hubiese visto en mi corta vida, caderas estrechas, ancho de espalda, brazos musculosos y el mejor culo de todo el instituto Clarson’s― guarden sus cosas, solo dejen su lápiz y boli –decía mientras sacaba un puñado de hojas del

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Escritoras Excomulgadas maletín y lo repartía por las mesas. ― ¡Profe Os no joda! No puede hacernos el examen hoy, ¡llegó tarde! Son seis hojas del jodido examen y ni el nerdo puede terminarlo en cuarenta minutos, ¡no es justo! ― Malú no me grite que no soy sordo, además de que se queja, usted no terminaría este examen de física aunque tuviera todo el día ―los freaks se rieron por eso, idiotas― pero en vista de que está usted en desacuerdo, puede

del pupitre y puso un mechón de cabello tras mi oreja― deseo de todo corazón que encuentre una forma de pasar la materia, sino nos veremos aquí el próximo año, en fin―se alejó y se sentó tras su escritorio, sus ojos estaban clavados en mis tetas― por lo pronto tiene reporte, salga de la clase por favor –estaba que echaba chispas, cuando salía el muy desgraciado soltó una risita, pero ya me encargaría yo de arreglarlo, pobre idiota.

Faltaba poco menos de una hora para que terminaran las clases y hasta ahora todo iba según el plan, joder, soy una zorra con suerte, tengo los profesores más sexys del mundo y estoy más caliente que la lava.

Lunes 1:00 p. m. Los pasillos de la escuela estaban ya casi vacíos, el cuarto de profesores estaba

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salir y no tomar el examen, igual no creo que le afecte mucho ―se paró al lado

igualmente vacío, el corazón casi se me salía del pecho, a pesar de estar muy 10

Escritoras Excomulgadas segura de lo que iba a hacer no podía evitar los nervios, ¿Y si algo salía mal? Entre en la oficina del director sin tocar, el profe Daniel era el único dentro, estaba leyendo una hojas, al verme con la blusa abierta cayeron al suelo, me apresure a su lado y lo ayudé a juntar el montón, puse una mano en su muslo, muy cerca de su entrepierna y me apoye para pararme― Sé, señorita Herman, ¿pero qué hace? ¡Abróchese esa blusa! –el pobre hombre tartamudeaba pero no podía apartar la vista, me paré entre sus piernas abiertas y apreté mis pechos

incline poniendo mis pechos a centímetros de su cara sudorosa― ¿Le gustan? ―pregunté con voz dulce mientras acariciaba mis pechos frente a él― Annmalú no sé qué pretende pero esto no está bien –intentó ponerse de pie y lo empujé de nuevo en la butaca, parecía que se le saldrían los ojos, joder, estaba tan caliente, impaciente y mojada, me senté a horcajadas en su regazo y me desabroché el sostén, antes que Daniel pudiera reaccionar tome su mano y la deslice entre mis pechos, le temblaba, acerqué mi boca y lamí las puntas de sus dedos, jadeó, puse su mano sobre mi pecho izquierdo y me acaricie con ella, el soltó un gemido estrangulado, retiro su mano para apretujarme más contra él, desabotoné su camisa y restregué mis pechos contra su torso desnudo, el acariciaba mis piernas debajo de mi falda cuadriculada mientras yo besaba su cuello, arrastre mis labios hasta los suyos y lo besé con todo el deseo que sentía por él, mi profesor, le mordí el labio y él respondió apretujándome las nalgas, me separé un poco y él aprovechó para chupar mis pechos, su lengua húmeda hacia círculos en mis oscuros pezones― mmm, ¿ya no está enojado conmigo, profe? –mi voz pareció romper el encanto, una vez más antes de que él reaccionara le acaricié el bulto en su entrepierna― Malú, déjalo, ¡detente! –dijo sin mucha convicción, me arrodille en el piso, entre sus piernas y clave mis ojos

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sobre el bra, haciendo que lucieran más voluminosos y a punto de salirse, me

en los suyos mientras desabrochaba su cinturón, liberé su erección y lo acaricié 11

Escritoras Excomulgadas con ambas manos, no solo era increíblemente guapo, también estaba muy bien dotado. ― ¿Le gusta profe?, ¿de verdad quiere que pare?― su mirada se oscureció, me tomó por la nuca y acercó bruscamente mi cabeza a su polla, su punta estaba húmeda e hinchada― chúpamela –metió bruscamente su verga en mi boca, me sorprendió su arrebato, el parecía fuera de sí mientras empujaba― chúpala fuerte pequeña –su mano apuño mi cabello en la nuca mientras mi lengua

― ¡Pero miren que tenemos aquí!―la puerta de la oficina se abrió y el director Jason entró seguido por los profes Rafael, Samuel y Oscar― querida niña, no pierdes el tiempo―dijo el director Jason, un vejete libidinoso al que su mujer le pone los cuernos― ¿Qué tal la chupa Daniel? –Rafael y Oscar soltaron sendas carcajadas, Samuel miraba embobado mis pechos desnudos― ¡No es lo que parece!―dijo Daniel, sacando su polla de mi boca y poniéndose en pie, su cara estaba contorsionada en una mueca de horror― señor director puedo explicarlo, ¡no es lo que parece!―los cuatro hombres lo miraron divertidos, incluso yo,― ¿No es lo que parece, Daniel?¿Quieres decir que esta pequeña zorrita no te estaba haciendo una mamada?, que raro, juraría que eso fue lo que vi. ― Quizá alucinamos―dijo el profesor Raf divertido― tal vez el café tenía algo raro, no puedo creer que la pequeña Malú haga algo como esto –se acercó hasta donde yo estaba parada y camino a mi alrededor, observándome― por cierto, lindas tetas –dijo socarrón― gracias ―Daniel se atragantó― ¡Señorita Herman! ― Tranquilo Daniel ―dijo Samuel también acercándose a mí― de sobra sabemos las intenciones de la pequeña, ¿verdad cielo? –me subió la falda por la

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jugueteaba con su henchida glande.

cintura y me dio un azote en el culo― delicioso, ¿no te parece rico Os? 12

Escritoras Excomulgadas ― Director Jason, ¡tiene que parar esto! –el pobre profesor Daniel no podía creer lo que veía, los cuatro hombres miraban a la pequeña con hambre, con lujuria, con un deseo que casi rayaba en lo animal. ― ¿Pararlo?, mi estimado Daniel, si esto está a punto de empezar ―se desabotonó la camisa y se sacó el cinturón― esta pequeña se ha portado mal, muy mal, merece un buen castigo –Raf, Samuel y Os soltaron más risitas tontas y se hicieron a un lado, me mantuve quieta a sabiendas de lo que venía, el

mis muslos estaban mojados por la humedad que se filtraba de mis bragas― ella lo ha querido así, verdad pequeña Malú?, se ha asegurado de que ustedes cuatro le pusieran un reporte hoy, entramos y lo que vemos, no hace más que aclarar sus intenciones, ¿Qué esperas de nosotros pequeña?, ¿quieres una buena nota? , adelante Daniel, tócale ese coñito, esta tan mojada, es lo que ella desea, ¿cierto linda?―Jason estaba a mis espaldas, restregando su erección contra mi culo mientras acariciaba mis pechos desnudos, Raf, Samuel y Os miraban la escena hambrientos, Daniel aún no creía lo que veían sus ojos― ¿nos quieres a los cinco, pequeña?, ¿quieres las cinco pollas para ti solita? –su mano bajo de mis pechos a mi coño y me acarició sobre las bragas blancas ― estas tan mojadita, cielo, ¿te ponen así tus profesores? ― Jason, no creo que esto sea lo correcto, ella es una niña―Daniel se abrocho la bragueta y recogió su camisa― esto no está bien, dios santo, ¡somos sus profesores! ― Tranquilo Daniel, ya no es una niña, en tres días será mayor de edad, no la estamos forzando, ella misma ha planeado esto, ella lo quiere, nos quiere a los cinco Daniel, ¿no la deseas?, nosotros lo haremos, ¿No deseas metérsela entera Daniel?

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director Jason me azoto las nalgas con su cinturón, el dolor me calentó aún más,

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Escritoras Excomulgadas ― ¿Malú?, ¿Es lo que quieres?―preguntó Samuel. ― Si, es lo que quiero, a los cinco, conmigo –sonrieron y los cuatro se apresuraron a deshacerse de su ropa, Daniel aún seguía dudoso. ― ¡Oh, Vamos Daniel!, ella te la estaba mamando cuando llegamos, no seas hipócrita, no finjas que no la deseas―dijo Raf exasperado, Daniel soltó un suspiro de rendición y se despojó también de sus ropa, Jason termino de sacarme la blusa blanca, la falda y las bragas, me giro y se agachó para mamar

tomó en su boca mi otro pecho, un gemido gutural escapó de su boca, a excepción del director Jason, mis cuatro profesores lucían un cuerpo perfecto, todo músculos y virilidad, y por si fuera poco, dotados de pollas grandes y gruesas. Mientras Jason y Os mamaban mis pechos tomé sus pollas en mis manos, acariciándolos, masturbándolos, estaban tan duros, sus vergas húmedas palpitaban en mi palma y ellos gemían y empujaban sus caderas contra mi mano, Raf se acariciaba el mismo viendo la escena. Samuel se me acercó por detrás y empezó a masajear mis nalgas, las separó y restregó la cabeza de su polla en la rendija de mi culo― ¿Te han dado por aquí, pequeña? –dijo Samuel mientras metía un dedo en mi culo― ¿Te han metido la verga en este culito apretado? –yo asentí distante, perdida en la sensación de sentir como Jason y Os me besaban y acariciaban por todo el cuerpo, Rafael se rió― ¿Qué esperabas Samuel, que tuviera el culito virgen?, nuestra ‘pequeña’ no tiene virgen ni el ombligo. ― Raf, no hace falta ser tan… ― ¿Tan honesto?, las cosas hay que llamarlas por como son, ¿verdad pequeña?, dime ¿te gusta que te hablen sucio, cierto? –dijo Raf tocándome la entrepierna

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mi pecho― tienes unos pechos deliciosos pequeña –Oscar se acercó, desnudo, y

― estas tan mojada –me penetró con sus dedos y Os me acariciaba el clítoris 14

Escritoras Excomulgadas hinchado. Los gemidos escapaban de mi boca sin ton ni son, me sentía en el cielo, nunca había estado con cinco hombres antes y las sensaciones amenazaban con volverme loca de pasión. Daniel estaba sentado en el sillón largo del director masturbándose mientras veía como me perdía con las caricias de los cuatro, sus ojos verdes estaban fijos en los míos, ardientes, brillantes, como si pudiera sentir con la mirada todo el placer que estos hombres me estaban dando. Samuel sacó su dedo de mi culo y

mi excitación, con una mano separo mis nalgas y con la otra tomo su polla para meterla poco a poco en mi trasero, el latigazo de dolo paso rápido y solo era capaz de sentirlo a él, empujando, mis pechos siendo succionados, Raf Masturbándome y Daniel quemándome con su mirada. ― Joder, Estás tan apretada –Samuel embestía por detrás, fuerte, duro, sin consideración alguna. Raf saco sus dedos de mi coño y los chupó uno a uno― mmm, deliciosa, chicos ay poner orden, ¿Quieres probármela, pequeña? Daniel gimió en desacuerdo― Tranquilo hombre ella te puede montar mientras Samuel le da por detrás, Os y Jason pueden continuar en sus tetas mientras ella los masturba y yo, yo puedo metérsela en la boca, ¿No es eso lo que querías, Herman, a los cinco juntos? ― Si, por favor, si –gimoteé, los cuatro hombres se apartaron y Raf me dijo que me montara a horcajadas en el regazo de Daniel, metí su polla en mi vagina y empecé a cabalgarlo, mis caderas bajaban y subían a lo largo de su pene mientras lo besaba desesperada, Daniel me inclino más y me detuvo mientras Samuel metía otra vez su verga en mi culo, después reanudé mis movimientos, mientras Daniel y Samuel me guiaban con sus pollas dentro de mí, Jason se sentó en el sillón a la derecha de Daniel y puso su boca sobre mi pecho, Os hizo

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mojo su palma con los jugos de mi vagina, se acarició el pene lubricándose con

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Escritoras Excomulgadas lo mismo de lado izquierdo, yo estaba enloquecida y gimiendo, suplicando por más, las sensaciones eran demasiado fuertes, no podía pensar con claridad, solo podía sentir, sentir todo lo que ellos me hacían, donde me tocaban, donde me besaban. ― Bien, ahora sigo yo, vamos pequeña abre tu boquita –Raf estaba parado tras el sillón a espaldas de Daniel y me acercaba la cabeza de su pene a la boca, yo estaba totalmente loca, no oía lo que ellos decían, solo podía sentir y pedir más,

chupándola con si fuese el caramelo más dulce― Eso es bebé, chúpala, así, duro, tienes una boquita hermosa. Samuel no apartaba la vista de mi boca, mi cara estampada con la desesperación y el placer que sentía. ― ¿Te gusta verdad Malú?, te gusta sentirnos a los cinco dándote por todas partes, eres una pequeña zorra― Samuel siguió diciéndome cosas sucias mientras empujaba sus caderas contra mi trasero y me daba nalgadas. ― Joder, sabes muy bien como menearla Herman, estoy cerca de venirme en tu mano pequeña, hazlo más rápido―Jason y Os estaban cerca de venirse en mis manos, chupaban mis pechos tan fuerte que era doloroso, Samuel me besaba entre los pechos y acariciaba mi clítoris ,mientras me guiaba sobre su erección, estaba a punto de llegar. Samuel empezó a gemir arrebatado y a empujar más fuerte también, Raf empujaba su polla más hondo y más fuerte en mi boca, las gotas amargas de su pre-semen se deslizaban por mi garganta. Jason se vino primero, mordisqueándome el pezón y llenándome el vientre con su semen, Samuel se corrió también mientras gemía y llenaba mi culo con chorros de leche, Raf también se corrió en mi boca y me obligó a tragar toda su corrida, yo estaba tan cerca de mi orgasmo, Os también termino empapándome

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cuando sentí la punta de la polla de Raf en los labios me abalancé sobre ella,

los pechos con su leche, Daniel lanzaba grititos ahogados, sentía como su pene 16

Escritoras Excomulgadas palpitaba en mi interior, los cuatro hombre se apartaron dándonos espacio, Daniel me beso ferozmente los labios y ambos paladeamos el sabor de Raf, sus dedos se encajaban en mis caderas, presionándome y alzándome sobre su polla, la habitación estaba llena de los sonidos que salían de mi garganta y el ruido que sonaba cada que bajaba sobre el pene de Daniel, las estrellas estallaron tras mis parpados, mi espalda se arqueó mientras todo mi cuerpo temblaba abatido por el orgasmo, Daniel me llenó con su semen también llegando a su orgasmo mientras gritaba mi nombre, caí sobre su pecho apenas consiente, Daniel se

vaso de agua y poco a poco fui tomando conciencia, los cinco estaban a mi alrededor, observándome, Os y Samuel continuaban acariciando su miembro, Jason se agacho junto a mí y chupo el semen sobre mis pechos y mi vientre causándome cosquillas, Raf y Os rieron por eso. ― ¿Estás bien pequeña?―pregunto Daniel preocupado, él definitivamente era lindo. ― Si, joder –intenté estirarme en el sillón y todos mis músculos protestaron, hice un mohín y Raf me beso, hasta podría decir que él fue dulce.― Lo hiciste genial. ― ¿De verdad te sientes Bien? –preguntó Daniel de nuevo. ― Mejor que nunca. ― Eso está bien –Dijo Samuel. ― ¿Entonces? ― ¿Entonces, que? ― ¿Cuál será mi calificación?―los cinco hombres a mi alrededor se rieron

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levantó y entre él y Raf e acostaron en el sillón, el director Jason me trajo un

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Escritoras Excomulgadas carcajadas y se miraron entre sí. ― Definitivamente una A. ― A+―dijo Jason, me beso y se puso en pie, los cinco me contemplaban como si fuera la mejor cosa que hubiesen visto.

En este Mundo Hay tres cosas que muy pocas personas pueden resistir, el poder, el dinero y el Sexo. El poder es difícil de conseguir, el dinero se consigue con esfuerzo y el sexo tan solo aceptando tus deseos.

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― ¡A+, La Calificación perfecta!

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Ángel Erótico Daeva Taegonia

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Estaba en clases de laboratorio de zoología, un viernes por la tarde y afuera estaba lloviendo, así que no

nos podíamos escapar, todos estábamos

fastidiados, tratando de escuchar al Prof. Marcelo Cifuentes, como les había explicado en la teoría, la hembra de la especie de la mantis religiosa, suele

Damián, el gracioso de la clase, dice algo gracioso, y con eso despertó un poco la clase, solo que los comentarios que surgieron fueron un poco subidos de tono, el profesor, mientras tanto, dice que va a colocar un video, para que lo observemos y después realizaría el pos laboratorio, yo miro a Ángel, que es mi compañero de mesón, ya que en laboratorio los mesones son dúplex, Ángel y yo estábamos ubicados en el último mesón junto a la pared al final de la fila izquierda, el laboratorio se queda a oscura, mientras Ángel, se me acerca aún más, y en la pantalla del televisor, aparece la mantis religiosa, y la vos del video sigue explicando los hábitos de la mantis, describe, el ciclo, su hábitat, y otras cosas de las que no estábamos prestando atención, yo me agacho en el piso, y gateo hasta quedar al frente de Ángel, el aún no se ha dado cuenta, ya que está viendo el documental, muevo mi mano sobre su pantalón y él se sobre salta, pero no dice nada, recorro su pierna con carisias, suaves y lentas, veo que se aferra al mesón, mientras yo son rio me vuelvo juguetona, llego hasta su entre pierna y empiezo a masajearle el pene sobre su pantalón, y el suspira, yo me sonrío pícaramente, y así lo pajeo un rato, luego retiro mi mano, y el gruñe. Pero se confunde con un sonido del video, yo sonrío nuevamente, y gateo hasta mi lado del mesón y me levanto, y me siento en mi banqueta, volteo hacia él y

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decapitar al macho después de la copula, cuando el Prof. termina de decir esto,

le sonrío traviesamente arrimando mi banqueta acercándola a la de él, y me 22

Escritoras Excomulgadas quedo pegada a su lado, el ni corto ni perezoso, mete su mano por debajo de la falda y comienza a sobar mi pierna de manera ascendente, hasta que llega a la altura de mi entre pierna, realiza una maniobra, moviendo mi bragas hacia un lado, masajea mi monte de Venus, con lentitud, luego pellizca mi clítoris, y yo jadeo suavemente, él sonríe con picardía, en eso, rodea mis labios vaginales y con un dedo, realiza una penetración lenta, hasta que lo mete todo, yo cierro mis piernas, y el mete y saca su dedo de mi cuevita, yo me relajo un poco, suspiro, y abro otra vez, mis piernas, el mete otro dedo, y aumenta la velocidad

retira su mano, y ahora soy yo la que gruñe, él se ríe, bajito, para que el profe no le llame la atención, yo me volteo hacia él, me sonríe pícaramente, y niega con la cabeza. Y yo le dije, ¿a que no te atreves a hacérmelo aquí, en el laboratorio, en plena clase, delante de todos, sin que se den cuenta?, él se me acerca hasta el oído y me dice, que quieres apostar preciosa, si me follas ahorita, y me arrancas más de un orgasmo, seré tu esclava sexual, este fin de semana, y si no me satisfaces, no hablare mal de ti, pero te tocara hacer los informes de laboratorio tu solo el de esta semana, ok dice Ángel, pero incrementemos la apuesta, a una semana de esclavitud sexual y a dos semanas consecutivas de informes de laboratorio, a que te hago llegar, tres veces o más, te apuntas preciosa, me rio, jaja, si tú te crees capaz, acepto, no primor, veré si tú me puedes aguantar el ritmo, hay sí, hablo el nerd de la clase, dudo mucho que sepas complacerme, de hecho aún no he encontrado al chico que me provoque más de un orgasmo, y mucho menos en una solo sección, bueno preciosa, ya te llego la hora, trato hecho si tú puedes, hecho y si puedo linda, mientras nos dábamos la mano, nos quedamos callados, y yo a la expectativa por un par de minutos y Ángel que no hace nada, ya me

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de las penetradas, en eso yo tengo un orgasmo y le empapo su dedos y mano, él

estaba impacientando cuando, veo que Ángel, se había colocado detrás de mí, 23

Escritoras Excomulgadas sentado en su banqueta, en eso, yo me reclino un poquito sobre el mesón, el aprovecha ese movimiento para meterme mano por debajo de la bata de laboratorio y agarra el borde de mi falda, la sube lentamente, nadie se da cuenta, somos los únicos que estamos, hasta atrás, el me baja las bragas, hasta que caen en el suelo, él se agacha y las recoge, las huele y dice que rico olor tienes preciosa, yo le digo gracias y el las guarda en su mochila y me dice un recuerdo tuyo preciosa, mientras que con la otra mano me estaba masajeando los cachetes de mis nalgas, yo estaba excitadísima, y para evitar soltar gemidos,

dedo en mi cuevita y empieza a entrar y salir de manera lenta, mientras que con la otra mano, agarra una de mis manos y la dirige a su pantalón, y entre los dos, logramos abrir la bragueta y sacar su pene el cual es de considerable tamaño, quien lo pensaría lo que ocultaba el chico en esos pantalones anchos y franelas por fuera, era muy grande, ya con solo eso me excito de pensar en tenerlo adentro, el mete otro dedo en mi cuevita e incrementa el ritmo de las embestidas y los mueve en diferentes sitios dentro de ella y tengo un orgasmo y mi vagina se cierra sobre sus dedos, mientras él me besa el cuello y me pasa la lengua, y se acerca a mi oído y me dice, primor ese fue el primer orgasmo, ahora voy por los otros, y me quede pensativa, como sabrá que eso fue un orgasmo, si nunca se le ha visto con novia en la universidad y por lo general se la pasa solo, y con la pinta de nerd que se la gasta con esos lentes que carga, yo por el contrario, soy jugadora de vóleibol y me conozco media universidad, y he salido con un montón de chicos y he tenido bastante sexo, hasta lo he hecho con el equipo completo de futbol de la universidad, pero con ninguno he llegado a tener un orgasmo tan rápido, y solo logro tener uno o dos orgasmo máximos cuando tengo relaciones con los chicos, y me aburro rápido de cada novio o pareja sexual que he tenido, en eso regreso al presente, Ángel, me ha

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agarro el lápiz y lo muerdo, Ángel, mueve una mano hacia adelante y mete un

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Escritoras Excomulgadas pellizcado el cachete de una de mis nalgas y ahora me golpea sobre mi clítoris con la palma de su mano, eso me excita mucho, y lo vuelve a repetir, mientras me mete un tercer dedo en mi clítoris, y comienza a aumentar las embestidas de sus dedos, y con la otra pellizca mi clítoris, en eso tengo otro orgasmo, wao, dos orgasmo y ni si quiera me ha metido la polla, mientras yo incremento el masaje en su pene el jadea también en mi oído, y dice, ya van dos, chiquilla, quieres más, yo le susurre que si, en esos sigue moviendo sus dedos en mi cuevita y siento como su otra mano se dirige a mi vagina, tiemblo de excitación, el unta

hacia adelante sobre el mesón, así, lo hago, el dirige sus dedos hacia mi entrada posterior y yo brinco cuando el penetro con un dedo en ella, yo estoy jadeando a pensar de estar mordiendo el lápiz, y él va y mete otro, y entra y sale de allí, mete un tercero y sale y entra y desde adentro con los tres dedos estira mi anito todo lo que puede, yo no aguanto más y me cierro a él con un orgasmo grandísimo, que parto el lápiz para no gritar, y él se retira sus dedos de mi anito, pero deja su otra mano en vagina entrando y saliendo lentamente, y se acerca otra vez a mi oído y dice ya van tres, voy por otro prepárate y tapate la boca, con algo, para que no nos escuchen, yo agarro el cuello de mi bata, y lo muerdo, que pretenderá hacerme Ángel, en eso siento que retira sus dedos de mi cuevita, y me desilusiono, me quita la mano de su pene y lo dirige a mi cuevita con gran expectación espero a ver qué hace, y siento su pene recorrer mis labios vaginales, juega con ellos un rato y lubrico un poco, entonces de un solo golpe me lo mete toda hasta que en mis nalgas sienten sus bolas, y embiste lentamente, y luego incrementa la velocidad, con sus manos en mis caderas me mueve un poco más y me reclino aún más sobre la mesa, y en eso tengo otro orgasmo fuerte, esta vez él no se acerca a mi oído, sigue con unas embestidas rápidas y tengo otro orgasmo, nunca antes los he tenido tan fuerte y seguido, en

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sus dedos con la crema de mi excitación y me dice que me recline un poco más

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Escritoras Excomulgadas eso el sale, aún estoy algo aletargada, mis piernas son gelatina, si él no me sostuviera por mi cintura ya me habría caído al piso del laboratorio, en eso el sale de mi vagina, yo estoy contentísima, en eso siento su glande en la entrada de atrás yo niego con la cabeza, y un así el entra de un solo golpe, wao, me dolió mucho, pero aguante, se quedó quieto un ratico, mientras me adaptaba a su tamaño y empieza a embestir rápido, sin contemplación, y yo me vengo en otro orgasmo, que siento que me desmayo, el aún no se vino, que aguante tiene este chico me digo, en eso el me empuja hacia el piso, ya entiendo sus intenciones y

juego con él un momento, y el gruñe, y me dice rápido, que le queda poco tiempo al video, yo me la meto y la saca y pregunto, cuanto falta, según la pantalla 5 minutos aproximadamente, así que apúrate y más te vale que sea buena, me dice en susurros, yo comienzo a mamárselo, suavemente, y voy incrementando, succiono, como si estuviera comiendo una chupeta, y con la mano aprieto y suelto, más rápido ahorita y succiono otra vez duro, en eso siento como empieza a convulsionar su pene, y descarga en mi garganta, mientras me voy tragando todo lo que va soltando, wao, fue fenomenal, hasta me vine en otro orgasmo con eso. Chupo todo su pene hasta que lo dejo limpio y él se lo guarda, aun me quedo un rato en el suelo mientras me quedo en el piso, me recompongo un poco la ropa, luego, el me ayuda a levantarme, y me siento en mi banqueta, mientras él lo hace en la suya, luego se me acerca, y me dice, te tengo como esclava sexual durante una semana, preciosa, y eso incluye que hagamos juntos los informes de laboratorio, ok, está bien ganaste Ángel, saliendo de clases hablamos, ok. Aún estaba el video rodando, y él me mete la mano por debajo la falda y me mete un dedo en la vagina, hum, estas mojadita, aun, en eso el video termina y

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me volteo y empiezo a realizarle una mamada, lentamente lamo su glande,

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Escritoras Excomulgadas se enciende la luz del laboratorio, creí que me sacaría la mano de la falda, pero todo lo contrario, me metió otro dedo, mientras el profesor realizaba alguna aclaraciones, procede a pasar por los mesones repartiendo el post laboratorio, relacionado, con el video de la práctica de hoy, el mete un tercer dedo, mientras el Prof. se acerca a nuestro mesón y nos pasa los exámenes, el profesor se nos queda, mirando, un momento y continua hacia la otra hilera, y sigue repartiendo exámenes, y el Prof., dice que volteemos la página y comencemos el examen, yo suspiraba, no tenía idea si podría responder el examen, y Ángel,

pregunta si me siento bien, ya que estoy roja y sudando, le dije, al Prof., que sí, que ya se me pasaría, me toco, y me dijo que estaba afiebrada, que me dejaba salir, e ir al consultorio médico de la universidad, yo puedo hacer el examen, Prof. tranquilo, él se quedó mirándonos a los dos, y Ángel aun embistiendo en mi cuevita, mete otro dedo, el profe se retira hacia el escritorio, pero se queda mirándonos, hacemos que estamos realizando el examen, yo escribo algunas cosas que recuerdo de teoría, y Ángel, escribe algunas cosas, también, luego el Prof. dice que ya termino el tiempo para realizar el examen, y empieza a recogerlos, y los muchachos van saliendo, hasta que nos deja de últimos a Ángel y a mí, luego recoge los exámenes, nos mira y mira los exámenes otra vez, entonces dice, muchachos, ustedes no prestaron atención al video verdad, Ángel le dice que en realidad estábamos ocupados con otra cosa, yo abro los ojos mucho, y golpeo a Ángel en el hombro, y se puede saber que estaban haciendo muchachos, teniendo sexo Prof., porque se quiere unir a nosotros, aun la estoy follando con los dedos, yo abro aún más los ojos, y le digo a Ángel oye, idiota por que le dices, y él me manda a callar, recuerda que eres mi esclava, ahora quiero hacer algo, y tú solo tienes que realizarlo, me dijiste que eras esclava para toda la semana, ahora quiero que el profesor te folle, mientras yo

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seguía entrando y saliendo de mi cuevita, en eso, el Prof. se acerca a nosotros y

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Escritoras Excomulgadas miro, no lo podía creer, y él hablaba muy en serio, entonces le dijo al Prof. que estaba mirándonos, Prof. se anima, eso sí, solo tiene que pasarnos el curso a los y se la podrá follar, como quiera, en las posiciones que quiera, solo podrá hacerlo hasta, son las 5,45pm, hasta las 6,45, para que nos dé chance de tomar el transporte de las 7pm, que dice Prof., se anima, es un trato?, espera chaval, me estas ofreciendo a tu novia, para que la folle en la manera que quiera, por donde yo quiera las veces que quiera hasta antes de las 7pm, jolines, y solo quieres que los pase a los dos el curso, si Prof. ese es el trato, no me estas tomando el pelo,

entonces, desnúdate muchacha mientras voy a cerrar con llave el laboratorio y guardar los exámenes. Ángel, me miraba, no te puedes echar para atrás preciosa, ya que de eso depende que pasemos el curso y con honores, así que inspírate y hazlo muy bien, para que nos pongan un sobresaliente, mientras me decía eso, me ayudaba a desvestirme, me daba besos, lamidas, mientras me ayudaba a quitar cada prenda, en eso siento una mano en mis nalgas que ya habían quedado al aire, solo tenía puesto mis zapatos deportivos, el de atrás era el Prof., y Ángel me voltea hacia él , wao, el Prof., estaba bien dotado, he hecho estaba como un garrote, era más grande y grueso que el de Ángel, nunca había tenido uno tan grande como ese, en mi cuevita, o en algún otro sitio, el profesor, me besa, mientras lleva su mano a mi cuevita y la toca y estimula el clítoris , mientras yo dirijo mi mano a su pene que me tiene fascinada, Ángel está detrás de mí mordiéndome los cachetes de las nalgas, y lamiéndome la entrada trasera, el profesor, esta que no aguanta, me carga, y me lleva hasta su escritorio, me suelta sobre él, y me dice que me recueste, me abre la piernas lo más que puede, y me realiza, un cunnilingus de campeonato, mete y saca la lengua de mi

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chaval, no Prof., yo solo podía, mirar con la boca abierta, bueno es un trato

vagina, muerde mi clítoris, y entro en un orgasmo tremendo, en eso el profe 28

Escritoras Excomulgadas para y yo gruño, el me dice, muchacha siéntate a horcajadas sobre mí, en eso me siento en su regazo, y él dirige su pene a mi cuevita, y me agarra por las caderas, y me empala de un solo golpe, yo grito, y él me dice cabálgame niña, gánate la nota, yo frenética, me muevo lento y rápido, lento y rápido, el me chupa un pecho y jala el pezón, y muerde, me dice, más rápido, y yo cabalgo muy rápido, como si mi vida se fuera en ello, mientras él me mete un dedo, por mi anito, grito, y tengo un orgasmo, hoy he encontrado a los dos hombres que me llevan de un orgasmo a otro, ¿a quién tengo quedarle las gracias?, en eso el

piernas rodéame la cintura muchacha, así lo hago, ahora el me cabalgaba así muy rápido y llego a otro orgasmo, y de repente, él se detiene, me agarra las piernas y las lleva a sus hombros, y reinicia los embiste, primero lento, y entrecortado, y de repente, lo empujaba hasta el fondo, sale, lentamente, y empuja de un golpe hasta el fondo, eso me vuelve loca y mis gemidos se incrementan, pero van al ritmo de las embestidas, el cambia de ritmo aumentando la velocidad y profundidad de las embestidas. Abro los ojos y veo a Ángel, masturbándose, el Prof. sale de mí, me voltea, y me lo mete por detrás, rápido y salvajemente, yo enloquecía por las embestidas, ahora iba más rápido el profesor, en eso siento que me cae algo en mi trasero, el profesor me acaba de escupir, y entiendo cuáles son las razones, cuando masaje, mi anito con la saliva que me hecho en mi culito, y mete un dedo y luego dos, y tres hasta que tengo otro orgasmo, y el no para, incrementa las embestida con el pene, y los dedos, ya van al mismo ritmo, en eso saca su pene de mi vagina y los deditos de mi anito, y coloca si pene en el anito y empuja, un poco, y luego un poco más, me duele, un poco, siento como un mordisco, arde, gruño, y el entra de una vez, se detiene, con una mano, estimula mi clítoris, y luego mete sus

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me levanta y me coloca, sobre el escritorio, y me lleva hacia la orilla, con las

dedos en mi cuevita, y embiste en ella, dándole velocidad a cada embestida, y 29

Escritoras Excomulgadas empieza a salir y a entrar, en mi anito, tengo otro orgasmo, tremendo, el Prof., ya está que se viene, se sale de mi anito, y eyacula sobre mis nalgas, cuando me volteo, le digo al profe que se acueste en el escritorio, y empiezo a lamerle con una mamada el pene, y mientras que con una mano le jalo y aprieto el pene con la otra, le estimulo la tetilla, y mientras estoy en esa faena, Ángel se coloca detrás de mí y me clava el pene de un solo golpe y ahí mismo tengo un orgasmo, y comienza a embestir, de manera salvaje, en eso el profe empieza también a embestir en mi boquita, el Prof. para y me jala, hacia el Ángel gruñe,

Y yo me empale en él y lo cabalgo, en eso, Ángel se monta en el escritorio también y me reclina sobre el Prof. y el profe comienza a embestir desde abajo, Ángel, coló su pene en mi anito, y Empuja de un solo golpe y ambos embiste de manera rítmica dentro de mí, de mi bota salen gemidos, no aguanto más y me vengo con un orgasmo que tiemblo toda, el Prof. incrementa las embestidas y sale de mi cuerpo, y eyacula sobre mis barriguita, mientras Ángel, sale de mi anito, y entra en mi vagina de un golpe y continúa embistiendo a un ritmo enloquecedor, tengo otro orgasmo, y con este le aprieto el pene con mi vagina, y el eyacula dentro de mí, el me besa en mi cuello, y me dice gracias preciosa, sale de mí, y yo me derrumbo sobre el Prof. E l Prof. me da un beso en la mejilla y me da también las gracias, y entre los dos me levantan y me sientan en la silla del profesor, mientras termino de pasar mis orgasmos sentada en la silla, Ángel, conversa con el Prof. y le da las gracias, por todo, por su amistad, y por habernos cumplido, esta fantasía que teníamos, y que luego nos pondríamos de acuerdo para otras, mi esposo Ángel me ayuda a colocar la ropa, estoy que no puedo conmigo, estoy tan flácida, me siento gelatina, no me puedo tener de pie, entre los dos terminan de vestirme, y les

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el me coloca sobre él y me dice cabálgame.

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Escritoras Excomulgadas sonrío a los, dos, gracias amigo, le dije, tendremos que repetirlo, cuídate mucho, y le doy un beso en el cachete, mientras Ángel mi marido, me carga y sale del salón conmigo en brazos, sonriendo, me da un beso en la boca, y me dice, gracias, cielo, por cumplirme esta fantasía, ahora te toca a ti, que quieres hacer, yo sonrío y le digo, déjame pensar, ya hicimos, la del Prof. de tenis, mía, luego la del encuentro en la piscina a medianoche y fingimos ser extraños, tuya, luego en el balcón del apartamento de unos amigos, mientras era el cumpleaños de mi amiga Carla, mío, luego en el baño de un avión, tuya, en una tienda, mía, la

fútbol, tuyo, en la oficina de mi trabajo, mío, y lo del trió con un profesor en el laboratorio de la universidad, tuyo, que nos queda, así, que te parece en la fiesta de disfraces de tu hermana, en noche de los muertos Ángel, pero para eso falta mucho cariño, bueno, está bien, que te parece que te disfraces de jeque, y me secuestres, y me lleves al desierto y me amarres en la cama de la carpa, mientras me quitas la virginidad, y me follas en todas las posiciones del Kama Sutra, jajaja, amor esa es buena, vale, déjame organizar el viaje a la costa, y armamos la carpa en alguna isla en la playa, perfecto Ángel, listo cielo, nunca me he aburrido, desde el día en que nos conocimos, me has hecho muy feliz, y tú a mí, mi Ángel salvador, sino hubiera sido, por el ladrón, yo no te habría conocido mi Ángel guardián, ni yo a ti, mi panterita, y se dan un beso mientras cada uno piensa en la próxima fantasía que van a realizar...

Fin

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caída en paracaídas, tuyo, en el tren vestida de colegiala, mío, en el estadio de

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Escritoras Excomulgadas

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Daeva Taegonia

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La Prometida

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Ella creía que no tenía a nadie, que su familia solo la toleraba, pero tenía estos sueños, que la hacían muy feliz, hasta que queda embarazada y algo confundida, entonces no solo eran sueños, había encontrado a alguien que era

desaparecido, su familia la presiona para que diga la identidad del padre del bebé, pero ella no está segura y no dice nada, pasa mucho tiempo sin verlo, será que si era verdad lo que me dijo o solo fui engañada... El era un Rey de un pequeño país, pero también lo es del mundo de los vampiros, lleva varios siglos esperando por ella, cuando la encuentra es más de lo que esperaba e imaginaba, entre los dos entran en un mundo de erotismo que ambos están redescubriendo, pero se ve obligado a abandonarla, por peligros en su reino, le pierde la pista y cuando la encuentre tiene que convencerla de que la ama de verdad y que quiere tener una vida a su lado, pero ella corre peligro, le dará tiempo de encontrarla y protegerla y hacerla suya para siempre o será demasiado tarde, como la última vez... No lo puedo creer, Billy me volvió a dejar en la oficina, ¿porque siempre confío en él?, de aquí es muy difícil salir y aun más a estas horas de la noche, ¡que estúpida soy! y pensar que creí en el, ¡te espero a las 7pm para salir de aquí!, y solo eran las 6.45pm y ya se habían ido. Siempre me quedo un rato para adelantar lo que pueda, soy la única mujer en la oficina como abogada y es muy reñido el trabajo. Me dejo sola, y hoy de paso esta de turno señor manos largas Nelson Carlyle, si me pone una mano encima se la corto, cada vez que puede

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compatible con ella, pero este extraño guapo del que se había enamorado esta

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Escritoras Excomulgadas me toca, roza, pregunta cosas y haciendo todo tipo de insinuaciones. ¡Buenas noches Señorita López!, ¿cómo esta Ud. hoy?, ¡bien gracias Nelson!, ¿y Ud.? Bien para el tiempo señorita, pero podría estar mejor, está haciendo mucho frio y estoy anhelando entrar en calor, claro, que con mi polla entre tus piernas, pensó Nelson. Bueno tómese un cafecito, debe de quedar algo en la cafetera, esto se lo decía mientras recogía mi pendrive, cuya información del caso más reciente es de una

abogados para la que trabajo los Velásquez & Gómez López, claro que por ser prima de uno de los asociados no me daba privilegios dentro de la firma de abogados de la familia y mucho menos por ser mujer, todo lo contrario, por ser familia y mujer mis errores son más graves. Luchaba por ser aceptada por mi familia y compañeros, aunque Billy es el único que se ha acercado más a mí, de seguro quiere ascender rápido, lástima que equivocado esta. Mientras recogía mi bolso, me despedí de Nelson, que trato de acercarse a mí, y salí rápido de allí hacia el ascensor que estaba abierto y entre, Nelson tenía una mirada muy rara, casi lasciva, y murmuro algo así que pronto, y marque la planta baja, mientras tanto soñaba con ser tratada con mimo y erotismo, eso me excitó y empape mis bragas, era una de mis maneras de escapar a la realidad. Recordé que soy huérfana, soltera, 32 años, sin novio y aun virgen, ¿triste, no? Nadie se me acercaba porque siempre fui ratón de biblioteca. Cuando se enteraban que era integrante de una de las familias más influyentes se acercaban tratando de ganarse mi amistad, sabía que no eran sinceras, así que nunca tuve amigos, o novios. Una vez en la universidad alguien trato de

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de las firmas más importantes del país y otra europea, que lleva la oficina de

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Escritoras Excomulgadas violarme para obligarme a casarme con él, para estar así ligado a la familia Gómez López, gracias a Dios en ese momento llego mi compañera de cuarto con su novio y el patán huyo de la habitación, les pedí que no comentara nada y después se olvidaron de todo. El ascensor se abrió saliendo de allí, me despedí de Marcos, el vigilante que estaba en la entrada, y salí a la calle apresurándome tratando de alcanzar la avenida principal, hasta allí todo bien, me sentí observada, voltee y no vi nada,

advierte de que algo va mal, cuando me estoy acercando a la avenida me sale un perro callejero, me gruñe y ladra, no sé qué hacer, si corro me persigue me atacara, si me quedo quieta tal vez se vaya y aleje, así que me aferre al bolso, recordé que llevaba espray de gas pimienta, para el caso de que alguien me asaltara, ¡mujer precavida vale por dos! decía mi madre. Bueno registre el bolso con mucho cuidado observando por el rabillo del ojo como el perro se me acercaba y olfateaba, en eso el perro gruñe, y se me eriza de nuevo la piel, y el perro sale corriendo, me pregunto, ¿que pudo haber pasado? ¡Estaba a punto de atacarme!, en eso me voy corriendo hasta la avenida principal, de allí sigo hasta la parada del metro, mientras espero el metro se acerca un borracho a pedirme dinero le digo que no tengo efectivo, solo tengo un vale de comida que tal vez le sirva, pero se puso pesado, trata de agarrarme la cartera diciendo que le estoy escondiendo el dinero, le arrebato el bolso y le doy un punta pie en el entrepierna, en eso se acerca el hombre más guapo que he visto en toda mi vida, parece un modelo tipo ruso como de unos 25 años, muy pálido, con un pelo muy rubio platino y unos ojos de color aguamarinas tan claros como el mar en tiempos de calma, pero su rostro reflejaba descontento, venía acompañado con un chico muy bello, como de unos 20 años,

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me dio escalofrío y apure el paso, sentía esa sensación en el cuello que me

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Escritoras Excomulgadas pelirrojo, parecía un querubín, lo apode el escoses y otro como de unos 30 años más alto y cuadrado, y rostro severo se parecía como a un Dios Vikingo, eran los tres ejemplares de hombres más bellos y perfectos que he visto hasta ahora, y también muy pálidos, pienso que les falta un viajecito a la playa. El que tenía pinta de vikingo gruñe y le dice algo al borracho, que no logro escuchar pero que hace que huya, solo tengo ojos para el modelo rubio, él también me mira fijamente pero con fastidio, me pregunto ¿y a este que le

antes de que ellos intervinieran, ellos solo me miran con cara de fastidio, y el ruso solo sonríe con picardía, mi pulso se acelera y me excito empapando de nuevo mis bragas. En eso llega el metro y se abren las puertas. Entramos va algo lleno aunque no es hora pico, me toca ir de pie, con esos individuos a mi alrededor, en un momento entramos en un túnel, donde se queda a oscura unos minutos, siento que alguien se pega a mi espalda, y los otros a mi derecha e izquierda, en eso siento una mano que me levanta la falda, al mismo tiempo siento que me tocan el entrepierna por delante, y otra mano me agarra un seno sobre la blusa, y me dan un beso en el cuello, siento como un sueno y una pesadez, es algo muy erótico y suspiro, de hecho era una de mis fantasías ser sobada, lamida, besada y penetrada en un viaje en el metro, el de atrás me mete mano entre mis pantimedias y las rompe, me sobresalto, pero me susurran que disfrute, es la voz del que he apodado el vikingo, en eso el de adelante me arranca mis bragas e inhala el aroma de mi cuello sé que es el que apode el ruso por su aroma, y simultáneamente mi blusa es abierta y desabrochan mi brazier y dando un masaje en mis pequeños pechos que me hicieron jadear, el de adelante estimula mi clítoris, mientras el de atrás mi sigue besando el cuello y el de adelante me

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pico?, les doy las gracias, pero que solita me he defendido del pobre borracho

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Escritoras Excomulgadas besa en los labios con un hambre que me sorprende al principio, y luego me hace abrir mis labios y mete su lengua jugando con la mía, y mordiéndome los labios inferiores, eso me pone muy caliente, mas aun con la estimulación de mi senos que me realiza al que he apodado el escoses, y el de adelante se agacha y pasa su lengua por mi clítoris y luego lo succiona mientras mete un dedo y luego otro hasta meter tres en mi cuevita, casi me desmayo del placer, el de atrás mete su mano en mi entrepierna y recoge algo de fluidos de mi vagina y los desliza a mi entrada trasera, eso me excita mucho mas y poco a poco va

culito virgen, me duele pero tengo otro orgasmo que me deja temblando, muevo mis caderas de manera frenética, mientras el escoses succiona uno de mis pechitos, y con la otra mano estira mi otro pezón. Que está con su boca en mi vagina se levanta y logro escuchar el sonido de las braguetas al abrirse, antes de que mis alarmas estallen, siento el glande del ruso restregándose sobre mis labios vaginales a un ritmo tan erótico que tengo un orgasmo y luego me alarmo, recuerdo que es mi primera vez, son unos completos extraños y sin protección, esto el ruso como que lo intuye porque me dice que no se pueden enfermar y están sanos, ¿no es eso extraño?, pero con mi mente obnubilada, me levanta un poco, sube mis piernas y me dice que rodee su cintura con ellas, el de atrás, coloca su glande en mi entrada trasera solo frotando por ahora, y me besa en la oreja y cuello, aturdida por el éxtasis, mientras pienso nunca lo había hecho y allí estaba con los tres hombres más sexis que visto en mi vida, y lo iba a hacer y nada menos que en un metro y en público, y no me importaba, me siento sexi y desinhibida, es una locura, me siento afiebrada y urgida. Solo sé que aquí están ellos tres dándome un placer que nunca había sentido, el de adelante me penetra un poco con su pene mientras que con una mano juega con mi clítoris y estalla otro orgasmo, entra otro poco y eso me duele, le clavo las

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empujando un dedo primero, y luego dos hasta que son tres dedos por mi

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Escritoras Excomulgadas unas en sus brazos, y comienza a mordisquearme el cuello, hasta que siento una punzada en mi cuello, tengo otro orgasmo y en eso el ruso me penetra completamente, siento un dolor suave y lanzo un grito de dolor y éxtasis, y el dolor es reemplazado por el placer punzante de la succión en mi cuello, el me dice, que no lo esperaba, que era un privilegio y que se sentía muy honrado en ser el primero y que si no era la elegida de todas formas seria recompensada y en eso comienzan unas embestidas suaves que aumentan mi excitación, y me contraigo alrededor de el con otro orgasmo, en eso siento un dolor agudo en mi

reclino hacia adelante y muerdo al ruso en el pecho, hasta que siento las bolas del de atrás contra mi trasero y empieza a embestir en sincronía con el de adelante, de mi boca empiezan a salir gemidos, y estallo en otro orgasmo, chupo donde mordí, y retiro mi boca del pecho, el que estaba en mi pezón me silencia con un beso, en eso se sientan los dos en el piso, y aumentan el ritmo de las embestidas, siento otro pinchazo al otro lado de mi cuello, el que está besando mi boca, el escoses se separa y levanta metiéndome su pene en la boca, ahora estoy siendo penetrada por mis tres lugares, por tres penes de considerable tamaño, muy grandes por lo que pude sentir ya que no les pude ver, tengo varios orgasmos seguidos. El que esta adelante aumenta las arremetidas hasta que gruñe, y eyacula en mi vagina, y sale, y suelta mi cuello, y lo lame, el que está en mi boca sale de ella y se agacha y con un gruñido entra en mi cuevita lubricada con la eyaculación anterior, y coloca su boca en mi pecho derecho y lo muerde y succiona, esto era tan erótico que convulsiono con otro orgasmo, y los músculos internos de mi vagina vibraron alrededor del pene del que tenia adelante entrando y saliendo apretándolo, gruñe y salió de mi rápido eyaculando sobre mi vientre y

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entrada trasera, el pene es muy grande, grito y lloro de dolor y placer, me

entrepierna, lame mi pecho y me dice gracias princesa es un privilegio y se 39

Escritoras Excomulgadas aleja, otro gruñido muy cerca, pero no se dé quien. Estaba toda chorreada entre mis piernas con el fluidos de las anteriores eyaculadas y los míos por la excitación, en eso siento que me colocan en posición sobre mis manos y rodillas, mientras me siguen acariciando y besando entre los tres, el que está detrás sale de mi anito y empieza a embestir contra mi vagina, mientras los otros me colocan sus penes en mi boca por turnos para que les dé lamidas en sus sacos y penes, les retiro los residuos de sus eyaculaciones

ruso, mi excitación crecía aun mas por las arremetidas del último en mi cuevita, el tamaño era más grande que el de los anteriores, pero era tan bueno el sentirlo dentro de mí, y su boca aun en mi cuello, sentí que me mareaba un poco se lo atribuí a la energía gastada por la mega follada que me estaban pegando sin descanso, y en eso el vikingo, salía de mi y eyacula con gran satisfacción en mis nalguitas, en eso lame mi cuello, y repite lo mismo del chico algo de princesa pero no puse atención y en eso el escoses eyaculan en mi boca y me lo trago todo, mientras el vikingo otra vez erecto se coloca en mi boca y lo mamo hasta que eyacula, en eso me sientan y estoy extasiada, en eso el ruso mete su erección contra mi boquita, mientras se da placer con ella, los otros retiran toda mi ropa sin que me dé cuenta, estoy en un estado aletargado, fascinada, y tan relajada que nada me importa, hasta que siento que eyacula en mi boca y empiezo a tragar, el vikingo con su boca me lame todo lo que puede desde la izquierda de mi entre pierna y siento unos pinchazos y el escoses desde mi derecha hace lo mismo, el ruso me pincha en el seno izquierdo y succiona, tengo otro orgasmo múltiple, luego se retiran los tres de mi y lamen las perforaciones que se cierran a instante. El ruso me levanta en sus brazos y me dice ¡descansa princesa! y caigo rendida.

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y mis fluidos que quedaron en ellos, incluida mi sangre virginal en el pene del

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Escritoras Excomulgadas No sé qué paso después de eso, solo sé que me desperté por la mañana en mi cama, desnuda y con olor a flores que es mi jabón favorito, y me sentía tan pesada, aun aletargada, me dije que solo fue un sueño y nada más, que a mí no me pasaban cosas interesantes, y me dije fue el mejor sueno erótico que he tenido en toda mi vida. Ese día prácticamente lo pase en la cama me dolía un poco el cuerpo y tenia morados, llame a la oficina y deje dicho que me sentía indispuesta, que mandaba las correcciones por correo electrónico, lo cual hice

Me acosté temprano. Tuve otro sueño erótico con mis tres galanes como les llame, el ruso, el vikingo y el escoses. Esta vez, solo me penetraba por delante el ruso, ya que era al único que quería tener adelante, él fue el único que siguió eyaculando en mi vagina en todas esas ocasiones, lo más erótico y alarmante porque me sentía enamorada de un modelo que vi una sola vez y con el que sueno todo el tiempo. Me fascinaba que los tres a la vez siempre me mordieran, lamian, jalaban y chupaban por todas partes, el ruso me susurraba que siempre lo ponía duro, que solo pensar en mi, mirarme y olerme lo volvían loco por follarme, eres mía, nunca lo olvides, matare a aquel que te toque a parte de mi sin mi consentimiento, y si se aloja mi simiente en tu vientre, eres la princesa elegida y serás mi reina, pero tengo que estar seguro, de eso dependen muchas cosas, entiendes cielo. No entendía mucho, de lo que me decía y lo poco que le capte, me hizo reflexionar y no me lo iba a creer, la simple señorita Martina López, la pariente pobre y huérfana de la gran familia Gómez López, de 32 años de edad, ejecutiva abogada de la firma de su familia, una princesa y tal vez esposa y reina de ese portento de macho, yo me reía, y lo abrazaba y besaba y le decía que era un buen sueno, y tener esos tres sementales para mi sola, ya era de por si un honor, no me importa ser reina, solo que no me gusta la prensa, y

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antes de las 10 am.

que tenía mucho apetito insatisfecho, oh, Dios creo que soy ninfómana le dije, el 41

Escritoras Excomulgadas solo sonreía y decía, por la prensa no te preocupes nos cuidamos mucho de ellos, y de lo otro que podía tener a los demás dentro de mí solo en la boca y en la parte de atrás hasta que se alojara su simiente, después de allí, yo escogería quienes de sus guardianes que no esté apareado, se podría adjuntar a nuestros juegos amorosos, porque sabía que era mi sueño erótico, eso sí una advertencia, soy muy posesivo y celoso querida recuerda eso, nunca jugaras sola con otros hombres sin mi consentimiento, eres muy preciada para mi, bella. Si como no, ya me creería ese cuento en mi propio sueño, pero sueños son sueños y estos

El domingo amanecí muy cansada, y con moratones, de seguro me golpeé varias veces con algo en diferentes sitios de mi cuerpo, lo pase haciendo oficio y cuando pude descansar el domingo en la tarde me acosté a dormir temprano de lo cansada y débil que me sentía, me bañe y me acosté a dormir temprano, tuve otro sueño erótico, muy placentero, pero esta vez el ruso era el único que me besaba, lamia, mordía, jalaba y penetraba por todas partes, pero solo eyaculaba en mi cuevita, para arraigar su simiente y no desperdiciarla me decía. Una semana después de eso, firme unos documentos, él dijo algo de matrimonio, y un juez, luego hubo un ritual de sangre donde el ruso llamado Varian y yo intercambiamos sangre, en copas de madera, con incrustaciones de piedras preciosas de rubíes, esmeraldas, diamantes y otras que no identifique. Ellos llamaron a eso matrimonio o enlace, porque decía Varian que su simiente había arraigado en mi vientre, y lo sabía por el cambio de olor de mi cuerpo, como testigos el escoses y el vikingo, donde ellos juraron proteger y cuidar de mí y mis descendientes con Varian con su propia vida, luego se cortaron vaciaron sangre, en un vaso, y me dieron de beber, lo cual hice, yo tenía que darles a ellos de mi sangre, para así poder culminar con este ritual de sangre, Varian me

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eran muy placenteros.

pinche un dedo y les di a chupar fue muy erótico como chupaban y lamian mi 42

Escritoras Excomulgadas dedo sangrante, Varian los aparto y después del juramento, el vikingo y el escoceses marcaron mi nombre y fecha en el musculo interno del brazo izquierdo como si fuera un tatuaje, pero había otro nombre y fecha, ¿Varian se habrá casado antes? Luego le pregunto y le colocaron sal para cicatrizar las letras en la piel, más tarde llegaron mucha delicias de penetradas y un banquete de carisias, chupones, lamidas y mordidas por parte de los tres que me enloquecieron hasta quedar saciada de la necesidad de sentirme bonita, sexi, amada y respetada por esos tres hombres o lo que fueran. Pero asi eran los

nadie me quería, y mi familia solo me toleraba. El resto de la semana fue tome y dame en la oficina, las negociaciones fueron duras, con el contrato más importante que tenemos con las empresas que estaban realizando la fusión, todos estaban tensos en la oficina. Pero en la noche caía en los brazos de Morfeo y en el éxtasis que me proporcionaban mis galanes, esperaba estos sueños con anhelo y lo disfrutaba al máximo. Pasó un mes, no siguieron los sueños eróticos con Varian y mis galanes, aunque si sonaba despierta divagando por la oficina. Por fin se cerró el contrato en buenos términos, pero todos en la oficina andaban con mucho estrés. Me sentía mal, había vomitado el desayuno y estaba mareada le dije a Billy, me siento mal, creo que contraje un virus, será que me puedes acercar al médico, por favor, sin mirarme gruñó algo así como, ¡hum claro!, dame un minuto, que termine aquí y te llevo, cuando me acerco a mi escritorio a recoger mi bolso para irme con él, me maree, grite un auxilio y luego me desmaye. Me desperté desorientada en una habitación que no era mi cuarto, cuando logre enfocar mi entorno, a mi lado estaba un médico hablando con mi primo Don Antonio Gómez López, muy serio este, mientras escuchaba al doctor, cuando se

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sueños, fantasías que realizaba mientras dormía, yo no era ni bonita, ni sexi y

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Escritoras Excomulgadas percataron de que estaba despierta, el Dr. Freitez se presentó y me recomendó mucho reposo, que tomara unas vitaminas y no sé qué otras cosas más, mientras se me cerraban los parpados, que no me preocupara que iba a estar bien, lo último que vi fue la cara de mi primo muy enojado pero preocupado. Me desperté tres días después, me habían inducido una cura de sueño, porque estaba muy debilitada, y necesitaba recuperar energías, para poder llevar mejor un descanso y alimentación en mi condición delicada, aun seguía sin entender a que se refería lo que estaba diciendo la enfermera, me quede pensando, hasta

para avisarle que ya estaba despierta y que me podía pasar a visitar. Mi primo me recrimino que por que no le había dicho que estaba en cinta, que me hubiera ahorrado todo el estrés al que me vi sometida, el médico me regano porque casi pierdes al niño, yo estaba paralizada, de que hablaba el primo, y seguía hablando, no importa, ¿lo quieres tener?, moví la cabeza con gesto afirmativo, te daré vacaciones con licencia de maternidad mientras te recuperas, tienes que descansar, ya que es un embarazo de alto riesgo, si quieres me pongo en contacto con el padre del bebé, le dije que no, ¿Quién es el padre? Bramo, negué otra vez con la cabeza, muchacha respóndeme ¿el padre es Billy Carlson?, tenía cara de culpable cuando te trajo a emergencias, otra vez lo negué. Mientras pensaba que no me lo podía creer, ¿cómo diablos estoy embarazada?, si soy virgen, en eso el

Dr. entro, con mi expediente en mano. No tenia

explicación, le di las gracias a mi primo por todo, que aceptaba su oferta inmediatamente por que tenía que guardar reposo y le dije que le veía luego y hablábamos para concretar lo del reposo y los permisos respectivos y que lo del padre del niño no era su problema, salió hecho una furia bramando contra los

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que mi primo entra con cara de pocos amigos a la habitación, lo habían llamado

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Escritoras Excomulgadas parientes ingratos. Le explique al Dr. que era imposible que estuviera embarazada, que era virgen, que no tenía novio y que vivía sola, el Dr., entonces me dijo que presumía que mí caso era de una posible violación, inducida por alguna droga, tal vez que por eso no recordaba lo que paso, le pedí que no le dijera nada a mi primo y tampoco a la policía, que no había sospechosos, y tampoco pruebas, mi primo es muy poderoso, a pesar de lo joven que se ve, y es capaz de meter preso al que crea sospechoso, así sea

El consintió, que valiente eres muchacha me dijo el Dr., y me dio una cita para el ginecólogo urgente. En una hora, me llevaron en silla de ruedas al consultorio que quedaba a dos pisos debajo de donde estaba hospitalizada, y la Dra. Ana Santeliz estaba impresionada con mi historial, nunca enfermedad, ni huesos rotos, solo los morados de hace un mes y las plaquetas bajas, otros síntomas de embotamiento y debilitamiento, y el sangrado que tuve, por el estrés por el cual casi pierdo al bebé, del resto estaba perfecta, me pregunto sobre el padre le dije que no estaba en el país, y no podía localizarlo, que aún no sabía lo del bebé, y no sabía nada sobre sus antecedentes médicos, le dije que todo tenía que ser en total confidencialidad, siendo parte de la familia Gómez López, quedo claro, lo de la confidencialidad, si salía algo en la prensa sobre mi embarazo y soltería, pondría en el ojo del huracán a mi familia, me estresaría y sería perjudicial para mi bebé y para mí, me realizo un examen exhaustivo y un eco, tenía tres masita grises a lo que ella llamo fetos, esos son tus hijos o hijas, llevas tres en tu vientre, sí que sois fértil muchacha, felicidades, me decía que tenía como un mes de embarazo, me entrego las copias del eco, y un video, me dio la fecha tentativa de parto, me mando reposo absoluto por que el embarazo era de alto riesgo, los medicamentos y la siguiente cita para mi serie de consultas de chequeo.

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inocente, además voy a tener al bebé.

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Escritoras Excomulgadas Me mude inmediatamente a otro apartamento, Billy me llamo, me pregunto cómo seguía, me relato que Nelson, se había encaprichado conmigo, que preguntaba por mí, que estaba enojado, porque nadie sabía noticias tuyas, ni de donde estabas, ni como contactar contigo, Don Antonio dijo que andabas de vacaciones y prohibió hablar de ti en la oficina, y además Nelson desapareció hace unos días, me reí y le dije chao, pero me dio a que pensar. Una noche, hace más de un mes Nelson estaba muy raro, con mirada lasciva, si estaba obsesionado, cambiare el teléfono, por si acaso. Solo tengo esos recuerdos de los

existes Varian, ¿dónde estás mi amor?, ¿de verdad me quieres?, ¿de verdad estamos casados?, Y ¿Dónde están el escoses y el vikingo? Tu y ellos prometieron protegerme y ninguno esta, o era mentira todo, me duele el corazón. Todo marchaba bien, estaba engordando, mi primo Don Antonio, me equipo todo mi nuevo departamento y lo que necesitarían los bebés, me contrato una enfermera para que estuviera cuidando de mi durante lo que durara el embarazo y después de este, la enfermera se llama Rosita me dijo mi primo un día, es muy buena, según sus credenciales y referencias, segura que no quieres avisarle al padre de los bebés ¡que va a ser papa! bramo y por partida triple, gruñó enojado, tiene que hacerse cargo de ellos, esos tres son mucha responsabilidad para ti sola muchacha. No está en el país y no hay forma de localizarlo respondí. Es del ejército, Marín, CIA, FBI, alguna otra agencia, diplomático que no se le puede localizar y esta fuera del país, bramo, porque si es así, no te preocupes, que yo lo ubico y traigo su trasero ante ti. Dime la verdad, no será uno de los clientes o de los otros ejecutivos, vamos primita dímelo no te juzgo, gritaba,

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sueños eróticos, y por mi actual situación no fueron sueños, y si de verdad

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Escritoras Excomulgadas mientras yo le decía que no, pero me miraba con suspicacia, Me rindo, ¡tú sabrás que carajos haces muchacha!, bramo mi primo y se fue cerrando de un golpe la puerta. Un día Don Antonio me visito con Billy, mientras mi primo iba a la cocina a saludar a Rosita, Billy me dijo que si quería se casaba conmigo, entrecerré los ojos, intuí que presionado por mi primo me hacia la oferta, yo le dije que no y el suspiro de alivio, y luego se fue con mi primo, después de eso no supe más de Billy.

decía Varian, que por fin me había encontrado, que estaba feliz, y aun mas saber que su simiente crecía muy bien en mi vientre, que se preocupó porque no me encontraban desde varios meses, me conto que tuvo que regresar urgente a su tierra con sus amigos por que se altero algo en su reino, me decía que fue un estúpido por solo dejar a uno de sus guerreros para protegerme, que me vendría a buscar pronto, e iríamos a un lugar seguro, me beso y penetro con ternura, por el bebé, yo le dije que eran los bebés, estaba muy sorprendido y complacido, el reía y me decía que en mi vientre estaba albergando el futuro de su raza y la dinastía de los Muravief. Varian, me confesó que casi se vuelve loco del dolor cuando se enteró de mi desaparición, y que no había podido conectar conmigo para ubicarme, porque le había bloqueado mentalmente. Por último me dijo que tenía que arreglar unas cosas para trasladarme con él. Un día me desperté estaba muy feliz y todo era como siempre, aunque estaba más callado que de costumbre, me levante lentamente, y trate de ir al baño, en eso se asoma por la puerta del cuarto Nelson, yo me sobresalto, ¿qué haces tú aquí?, vine a matarte zorra respondió Nelson, te he estado rastreando durante meses, sabía que el rey chupasangre venia por ti, yo estaba sorprendida, ¿aún no lo sabes? Me dijo sonriendo, pues

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Cuando estaba cerca del 6to mes, empezaron los sueños eróticos otra vez, me

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Escritoras Excomulgadas te lo diré zorra, cada 500 años nace una princesa humana con sangre de la realeza de los caminantes nocturnos que está destinada a ser reina y albergar en su vientre a los hijos de las bestias de la noche, que le permitirán caminar de día, pero mi organización a través de los años nos encargamos de vigilar los nacimientos con las señales y deshacernos de ellas antes de que los príncipes las encuentren y las apareen, pero quería tenerte para mí y matarlo a él después, eres más bonita que las demás que han sido retratadas en la historia, yo quería poseerte y plantar mi semilla en ti antes que Varian, para verlo sufrir como la

tu vientre, ese bebé no debe nacer, será la destrucción de nosotros, no lo entiendes, ahora caminaran de día, por que serán mitad humanos y podrán tolerar el sol. No entendía nada de lo que me decía Nelson, solo pensaba en proteger a mis bebés, y donde estaría Rosita. Zorra si estás pensando en la enfermera ella salió, no hay nadie que te defienda, decía Nelson con un sonrisa diabólica, y ellos no pueden salir de día, así que estas a mi merced, a ver qué hago primero, te follo como la zorra que eres y luego mato a la bestia que llevas y te follo mientras te mato o te mato primero y luego te follo zorra. Yo estaba histérica, no tenía nada a mi alcance, no podía moverme rápido por mi condición y tamaño, no podía pasar por un lado de Nelson a través de la puerta. No entendía que decía Nelson, chupa sangre, y tolerantes al sol, me estaba haciendo a una idea en ese momento y empecé a negar con la cabeza en eso siento la presencia en mi cerebro, antes no la sentía, algo me decía que me calmara, que ya me llegaría la ayuda, en eso Nelson me ataca, lo pateo, lo golpeo, araño, le muerdo y arranco un pedacito de carne del brazo, entonces él me golpea en la cabeza y empiezo a desmayarme y le digo a Varian, que lo siento que no pude proteger a nuestros

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otra y luego matarlo, pero tú, zorra te acostaste antes con él y llevas a su hijo en

hijos, que no me importaba que fuera un vampiro, que amaba a nuestros bebés, 48

Escritoras Excomulgadas pero que no tuve la suficiente fuerza para protegerlos, mientras me quedaba inconsciente, escuchaba el grito en mi cabeza de amor y horror de Varian negando lo obvio, y algo más que me pareció que era Rosita gritándole a Nelson mientras la negrura me acogía. Cuando desperté, Varian estaba a mi lado en la cama, regañado a Rosita, por haberme dejado sola, y ella regañándolo a él por haberme deja sola tanto tiempo. Don estaba allí, bramando que tenía que haber matado a ese hijo de

amo, quieres estar conmigo para siempre mi vida, si quiero Varian, y te acepto eternamente y me beso.

Fin

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puta, se había escapado y casi la mataba. Varian volteo, todos se callaron, te

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Celia Celia Terrones

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Melodía Secreta

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Él la seguía. Mientras subía por la escalera de caracol de la estancia y dejaba a todos en la fiesta, sabía que él estaba detrás de ella, por ello no se giró, solo obligó a sus pies a seguir moviéndose mientras su cuerpo poco a poco era mas consiente de todo, su piel en contacto con el vestido de satín de un verde

pezones se endurecieran, y finalmente sus ojos acariciando su espalda, llegó al segundo piso con la respiración un poco agitada, comenzó a avanzar por el pasillo y se detuvo contra la pared a resguardo de la columna que la hacía casi invisible. Respiró pesadamente y cerró los ojos. Él llegó frente a ella, podía sentirlo, las manos masculinas lentamente comenzaron a acariciar sus brazos, subieron a sus hombros y ella contuvo el aliento a la espera de su siguiente movimiento. Sus dedos dibujaron trazos pequeños en su piel ya sensible y ella usó su imaginación, invocando su rostro, el rostro que ella eligiera, sintió su aliento contra la piel de su cuello y luego un poco más arriba. ―Eres hermosa―, le dijo en voz baja y ella reprimió una sonrisa, trató de concentrase y miró hacia él, algo del hechizo se rompió pero era necesario, tenía que verlo, ojos verdes contra ojos negros, casi insoldables, sus dedos lentamente comenzaron a bajar de sus hombros a su escote y ella miró hacia la cámara en el movimiento final.

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profundo, su cabello rozándole los hombros, el aire frio causando que sus

― ¡Corte!―, gritó el director mientras ella se enderezaba y él le daba una 52

Escritoras Excomulgadas sonrisa abiertamente encantadora. ―Muy bien chicos, hemos terminado―, continuó el hombre mientras Dana Bradley agradecía el final de las grabaciones, preparar un video musical no era su parte favorita de formar parte de un grupo. Ella solo quería un micrófono en frente y cantar las palabras que ella sentía tan propias pero sabía que con cada nuevo disco había la necesidad de meterse en

Entre el tragueteo de gente a su alrededor notó que Adam Silva seguía observándola. El era un actor popular en estos días, endiabladamente apuesto y carismático, con una ascendencia española que lo hacía casi irresistible, sabía que tendría que cortar cualquier insinuación de algo más. Por eso le gustaban mas los videos donde el grupo era grabado tocando y la historia recaía en manos de dos actores ajenos a ellos, pero no, estaba vez su querido manager había dicho que ella seria la protagonista de su próximo éxito y nadie lo había hecho cambiar de opinión. ― ¿Cansada?―, pregunto Adam con una sonrisa torcida mientras ella comenzaba a caminar hacia una de las habitaciones de la casona que había sido acondicionada como vestidor. ―Exhausta, hemos estado aquí todo el día, entre las grabaciones cantando y las grabaciones contigo es mi debut y despedida como actriz―, le aseguró con una media sonrisa, omitió decirle que no había podida dormir bien, o de hecho no había dormido, el sexo fabuloso no era bueno antes de un arduo día de trabajo. Adam la siguió hasta que ella se detuvo justo en la puerta de su vestidor. ―¿Tan cansada como para acompañarme a beber algo?―, preguntó mirándola

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los estudios de grabación o en enormes casas rentadas, como era el caso.

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Escritoras Excomulgadas fijamente, debía admitirlo, era muy bueno, sentía que era hermosa y deseable con solo una mirada suya, pero bien quizás era que su autoestima en los últimos años había ido subiendo

con demasiada efervescencia, no era

presunción, Dana sabía que Adam disfrutaría con ella, pues eso era lo que quería, sexo, además de las portadas que darían a los paparazzi por que el actor de moda salieran con la vocalista de Black Love, sin embargo Dana iba a pasar de eso e irse a su casa, era todo lo que deseaba después de un día cantando una

Una sonrisa se formó en sus labios y Adam debía de haberlo tomado como una invitación, se acercó un poco más. ―Vamos Dana, te estoy invitando a salir, eres hermosa, lo decía en verdad, pero también divertida y original―, admitió el en un susurro acariciante. Ella amplió su sonrisa, un poco divertida pero la puerta de su vestidor se abrió antes de que pudiera contestar. ―Esa es buena, si no te molesta te la tomare prestada para mis chicas―, comenzó Ash detrás de ella, Dana se giró para observar a los otros dos integrantes de su grupo. ―Ash no lo insultes, pretendía ser romántico ―, replicó Jasón con voz seria mientras Adam entrecerraba los ojos algo molesto por la interrupción y las bromas a su costa, en realidad sus “compañeros” había sido groseros con el todo el día. Dana creyó que el actor caería en el jugo pero el solo se giró hacia ella y le sonrió de nuevo. ―Te dejo para que te cambies, espero tener tu respuesta antes de irme―, le dio

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y otra vez palabras de amor secretas, necesitaba un desahogo, y lo tendría.

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Escritoras Excomulgadas un beso en la mejilla y se giró sin otra mirada hacia los dos hombres en la puerta. Dana expulsó el aire y miró hacia el resto de Black Love. Ambos eran casi de la misma estatura casi 15 centímetros más altos que ella, pero ahí acababa toda similitud, la piel como el azúcar morena de Jasón Thomas resaltaba a la más pálida de Ash Carter, la barba bien recortada y rubia de este contrastaba con el cabello negro de Jace, los dos era arrebatadoramente apuestos y masculinos, siempre lo había pensado, desde el primer momento, a

eran sus ojos, eran muy honestos, los ojos aguamarina de Ash gritaban enojo, los de Jasón, castaños y dulces, fastidio. ―Pensé que ya se habían ido―, dijo ella haciéndose un espacio entre los dos para entrar al vestidor. Sus grabaciones habían terminado hace horas. ― ¿Estas decepcionada hiedra?―, preguntó Ash con sorna, aun en el marco de la puerta, ella miró su vestido y luego a él con los ojos entrecerrados, comenzó a cepillar su largo cabello pelirrojo. Evitando decirle algo por el uso de su apodo favorito, de el…y de ella. ―Decidimos esperarte―, explicó Jasón mirándola recargado en la pared junto a la puerta ―Saben que no es posible―, dijo ella en un susurró y los miró rechinar los dientes, casi al mismo tiempo que estuvo a punto de reírse. ― ¿Saldrás con él?―, preguntó Ash con voz letal, ella arqueó una ceja. ―Quizás―, dijo

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pesar de lo que ellos mismos pudieran pensar lo que más le gustaba de ambos

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Escritoras Excomulgadas ―Dana, por favor―, replicó Jasón mientras ella los miraban. ―Vengan conmigo―, propuso mientras ellos la miraban con diferentes grados de asombro y fastidio. ―Saben que si me niego sería raro y otra escena más de ustedes y todo se irá al traste, ¡estaban esperándome en mi vestidor genios!―, les reclamó mientras Ash sonríe encogiéndose de hombros.

respiración de Dana se aceleró solo un poco mientras él se inclinaba para quedar a su altura. ―Mientras él te esté tratando de seducir toda la noche, recuerda a Jasón fallándote mientras me corro en tu boca―, lo dijo tan bajo que apena y Jasón podría haberlo escuchado. Dana tragó y Ash rozó la comisura de sus labios. Cuando se enderezó Jasón los veía con sus ojos chocolate ardiendo, le sonrió a Dana y miró hacia sus pechos, haciendo que sus pezones hormiguearan. ―Solo una hora Dana, después nos iremos casa―, terminó mientras ambos salían dejándola sola y excitada, se levantó con piernas temblorosas y cerró la puerta para volver a sentarse frente al espejo de media luna. Casa, esa palabras tenía para ellos un significado tan distinto a las otras personas que ella conocía, casa no era donde ella, Ash o Jase tenían sus departamentos lujosos, donde su familia, manager y reporteros podían encontrarlos, casa eran los pocos lugares en los que conseguían ser ellos mismos, donde podría estar juntos, donde los podía amar a ambos y entregarles su cuerpo, donde ellos, dos amigos desde la infancia, podían compartir a una

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―Tenemos confianza con nuestra más íntima amiga―, explicó acercándose, la

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Escritoras Excomulgadas mujer, y sobrellevar todos los problemas que eso significaba. Un lugar que nadie conociera, pues era su secreto, una relación que nadie debería conocer, en muchas entrevistas a Dana le había preguntado cuál era su sueño más preciado, y había contestado infinidad de cosas que no recordaba, pero en su corazón solo tenía una respuesta, poder retirarse después de algunos años con el dinero suficientes para no tener que preocuparse nunca más, y vivir con sus dos hombres, tener una familia y comenzar una vida nueva, sin los

Se quitó finalmente el vestido estremeciéndose cuando sus pechos quedaron desnudos y sus pezones ansiaban contacto. Se cambió rápidamente por unos jeans, una blusa negra causal que se amoldaba a su cuerpo delgado y se coloca sus gafas oscuras para detener el cabello, se puso unos aretes de plata, su único adorno, y los dos anillos de plata entrelazados de los que solo Black Love conocía el significado. Al salir casi se dio de cara con su asistente, una de las pocas personas que medio sospechaba lo que pasaba realmente con el grupo. Pero por órdenes de su manager era un tema del cual nadie hablaba, y les pagaban muy bien por eso. Le sonrió a Silvia y dejó que entrara para recoger el resto de sus cosas, diciéndole que la vería en unos días. Adam la estaba esperando con cara un tanto agria al lado de sus músicos, casi se rió de la escena. ― ¿Y bien a dónde iremos?―, preguntó ella con una sonrisa Ash y Jasón se fueron en la camioneta de Black Love mientras ella se subía junto

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reflectores y el mundo teniendo carta libre para juzgarlos.

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Escritoras Excomulgadas a Adam en la suya, recibiendo una mirada de advertencia de sus compañeros

Adam era buen conversador y un tanto adulador, el camino le pareció corto hasta que llegaron al club que había elegido, unos pocos reporteros en su ronda habitual los capturaron al llegar, mientras se acomodaban en una mesa privada,

Adam se portaba encantador, Jasón sensualmente cortante y Ash demasiado atractivo. Adam la tomó de la mano despidiéndose de sus fans mientras miraba a Ash escoger a tres rubias ganadoras que le harían compañía y buscarían robarle una sonrisa a Jasón, una situación nada nueva pero que aún le hacía revolver las tripas, y ellos se atrevían a recordarle…cosas Bien, bien les enseñaría lo que eran los celos en verdad. Después de tomar un delicioso Daiquiri, miró a Adam con una media sonrisa y lo invitó a bailar, el actor le respondió con una mirada brillosa y sensual, cuando se levantaron acercándose a la pista privada en donde solo unas ocas personas también buscando privacidad convergían. Adam llevó una mano a su cintura y la pegó un poco a su cuerpo. Dana se obligó a no mirar los rostros de los hombres con las rubias, no aun. ―Desearía besarte―, dijo Adam a su oído, su cuerpo ya hace horas excitado se estremeció y se sintió algo culpable por no haber pensado en los sentimientos del actor, trató de alejarse un poco y la mano de Adam recorrió lentamente su

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Dana pudo observar la forma en que las mujeres asediaban a los tres hombres,

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Escritoras Excomulgadas espalda de forma tranquilizante. ―Pero no podré hacerlo porque tu no lo deseas―, le dijo mirándola a los ojos, Dana le sonrió sinceramente, se giró pegando la espalda contra su torso mientras sus cuerpos se movían al ritmo de la música. Cuando se volvió por el rabillo del ojo pudo ver las expresiones feroces de ciertos músicos que ya había despachado a las rubias.

veces fuera un incordio, eran por mucho las mejores noches cuando ellos la reclamaban como suya en el modo más elemental, se alegraba al menos de que ahora los celos fueran por otro hombre y no entre ellos, les había costado mucho solventar los problemas de una relación de tres. Adam la acercó de nuevo a su cuerpo y ella lo miró con una sonrisa. ―Es cierto eso que dicen que eres irresistible―, le aseguró ella y el soltó una carcajada baja y sensual. ―No para ti, para mi pésima suerte―, le dijo mientras ella se acercaba incitando sus labios, casi podía sentir el modo en que dos pares de ojos la quemaban al mirarla a la distancia. ―No es por ti, estoy arruinada para cualquier otro hombre―, le aseguró y el solo pasó el pulgar por su boca. ―Lo sé―, dijo sorprendiéndola. Cuando llegaron a la mesa sus hombres se despidieron con expresiones agrias y casi golpearon a Adam cuando él se ofreció a llevar a Dana a su departamento. ―Como quieras―, dijo Ash mirándola mientras soltaba una sonrisa falsa típica

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Dana sonrió y se estremeció por el chispas de excitación, aunque lo negara y a

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Escritoras Excomulgadas del personaje que el mismo había creado para los medios. ―Jase y yo tenemos un trío de rubias que complacer―, les aseguró mientras se despedían. Dana solo arqueó una ceja cuando cruzaron miradas, Jasón le dio un beso en la mejilla, un beso húmedo y con significado. Sus bragas estaban empapadas, una bebida más después de que se fueran, Dana

― ¿Impaciente?―, preguntó el mientras pedía la cuenta. Se subieron a la camioneta y Dana esperó que estuviera en marcha para mirarlo. ―Nadie lo adivinaría, ¿sabes?―, dijo Adam sorprendiéndola y diciéndole lo que ella sospechaba Dana decidió no confirmarle nada. ―Estate tranquila, hay que tener mucha imaginación para creer en relaciones de tres, quizás he bebido un poco y todo se me olvidara mañana, aunque estaré soñando con pelirrojas unos cuantos días, si me lo permites―, aseguró haciéndola sonreír. Dana le dio la dirección de su departamento en una de las zonas más lujosas de la ciudad y se despidió con un ligero beso en los labios. ―Adiós Adam―, se despidió mientras él le sonreía. ―Fue un placer conocerte Dana―, aseguró mientras le abría la puerta y susurraba a su oído. ―Que disfrutes tu noche

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miró a Adama esperando que pudieran irse también.

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Escritoras Excomulgadas Tomar su auto “invisible”, ese que había comprado modelo anterior exclusivamente para pasar desapercibida y dirigirse a casa le tomó casi una hora. Estacionó su auto en el aparcamiento de un complejo de edificios de clase media, utilizando sus propias llaves abrió la puerta del edifico y luego subió las escaleras hacia el tercer piso, no pudo evitar recordar su video clip y aquello la hizo reír, ahora si estaba viviendo su pasión prohibida.

sala y el comedor estaba a oscuras, encendió la lámpara de la sala mientras caminaba hacia la cocina, ambos la esperaban con cerveza en mano. No podía hablar siquiera, estaba demasiado excitada y expectante. ―Tardaste―, murmuro Jasón antes de tomar su cerveza. ―Si―, dijo ella mientras Ash se acercaba ―Y bailaste con el―, le recordó mientras la tomaba de la cintura dejando la botella sobre el refrigerador, la cocina era un espacio pequeño y de repente demasiado caluroso. ― ¿Sabes lo que fue mirarte así?, preguntó el contra su mejilla, su barba recortada le hacía cosquillas, recordaba cómo se sentía contra sus muslos. ―Lo mismo que fue para mí mirarlos con las barbies malibu―, aseguró ella mientras Jasón reía. ―No te han avisado Dana, no nos van las rubias―, le aseguró mientras él se acercaba para hacerla quedar entre los dos, Ash frente a sus ojos, Jasón a su espalda, dejó que le quitaran la blusa negra y el sujetador, pero no la tocaron

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Cuando abrió la puerta del pequeño departamento, no hubo recibimientos, la

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Escritoras Excomulgadas como ella más deseaba, su respiración se aceleró y ella se mordió los labios. ― ¿Qué quieres cariño?―, preguntó Jasón contra su cuello. ―Tóquenme―, murmuró mientras Ash comenzaba a desabrochar sus jeans. ―Si lo haces sería una recompensa, y te mereces un castigo―, le recordó Jasón mientras ella gemía cuando con expertos movimientos fue despojada de sus pantalones y sus bragas.

Dana, mirando su cuerpo, haciéndola estremecer y sentirse hermosa, ellos era los incentivos para su autoestima. Era tan placentero y sobrecogedor ser deseada por dos hombres, sus pantalones dejaban ver claramente sus erecciones unas que ella ansiaba sentir, saborear y tener dentro de sus cuerpo, aferrarlas contras sus paredes internas antes de… ―No fantasees con nosotros en frente hiedra―, la voz de Ash la trajo de regreso. ―Por que imaginarlo si puedes tenerlo, tócate―, le ordenó Jasón mientras ella gemía bajito y llevaba ambas manos de su vientre hasta sus pechos, contra sus pezones rodándolos contra sus palmas y pellizcándolos ligeramente. Cerró los ojos un momento presa de sus miradas, tan cerca del orgasmo solo con ese estimulo, al siguiente segundo sus manos eran reemplazadas por otras cálidas y grandes, masculinas, Jasón estaba de nuevo detrás de ella mientras abría los ojos y miraba a Ash arrodillarse frente a ella. ―Cómo podemos darte un castigo cuando deseamos tenerte desesperadamente tanto―, le dijo su hombre rubio mientras Jasón seguía acariciando sus pezones haciéndola gemir, besó su cuello mientras Ash la acariciaba la pantorrilla

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Ambos se separaron de ella y Jasón caminó hasta quedar junto Ash frente a

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Escritoras Excomulgadas derecha hasta llegar a la rodilla y le levantaba la pierna contra su hombro, acercándola a su rostro, haciéndole sentir el aliento contra su entrepierna. ―Esta húmeda e hinchada―, le dijo a Jasón mientras este mordía su hombro suavemente, Dana echó la cabeza hacia atrás presa de las sensaciones, gimió sus nombres débilmente. ― ¿Te vas a correr en su boca cariño?―, preguntó Jasón a su oído mientras acariciaba sus pezones y Ash la lamía, antes de abrir sus pliegues con los dedos

borde. ―Ya estás en casa cariño―, le aseguró Jasón antes de que girara su cabeza para un beso abrazador mientras Ash capturaba su botón entre los labios y su orgasmo estallaba contra Dana, se retorció entre ellos mientas Jasón sujetaba sus pechos y seguía besándola y ella seguía entregándole a Ash sus jugos, y el lamía, una y otra vez, fallándola con su lengua. La sostuvieron hasta que ella pudo volver a respirar y abrió los ojos para mirar la sonrisa de gato de Ash mientras pasaba la lengua por sus labios. Se levantó y le dio un beso en los labios mientras Jasón se separaba de ella, perdiendo la sensación de su erección contra su trasero. ―A la habitación hiedra―, le señaló Ash mientras ella comenzaba a caminar delante de ellos sintiéndose observada, deliciosamente deseada, desnuda para que ellos la miraran. Se subió a la cama extra grande, la única en el departamento de dimensiones modestas, un contraste que siempre le divertía. Les dejo ver sus pliegues mientras se colocaba en sus manos y hordillas y los

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y soplar contra su clítoris, ella se estremeció con el orgasmo ondulando en el

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Escritoras Excomulgadas miraba sobre su hombro, ellos habían empezado a desvestirse mientras la observaban, ella abrió aún más sus piernas mientras su clítoris punzaba. Ash se acercó acariciándose su trasero, besó su espalda y sus manos separaron sus mejillas para poder encontrar la entrada estrecha que a él le encantaba, besó y lamió la pequeña abertura haciéndola gemir, preparándola para lo que vendría después, le dio otras cuantas lamidas dejándola al borde antes de alejarse.

contra ella, su pene eres largo, le encantaba, se podía imaginar el color más oscuro de su piel contra sus pliegues rosados, ella gimió y se empujó contra él, mientras Ash se colocaba de rodillas frente a ella. ―Se buena con el hiedra, si no, se correrá antes de follarte―, le aseguró mientras acariciaba su pene con movimiento lentos junto a su boca, grueso, de venas fuertes y deliciosamente adictivo, ella se lamió los labios y luego gimió cuando Jasón comenzó a entrar en ella. ―¿Eso fue lo que recordaste cuando le dijiste que no, al despedirte del actorcito?―, preguntó Ash frotando la punta de su pene contra sus labios, ella lo lamió en una rápido movimiento y sonrió negando con la cabeza. ―No, recordé que me aman―, Ash le sonrió, la sonrisa sincera que solo guardaba para ella. ―Lo hacemos cariño, maldita sea, lo hacemos―, murmuró Jasón enterrándose hasta el fondo, Ash presionó contra su boca y ella lo tragó todo mientras los sentía dentro de ella, ambos empezaron a moverse y reclamarla con movimientos coordinados, cada vez más rápidos.

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Fuertes manos sostuvieron su cintura mientras la erección de Jasón se frotaba

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Escritoras Excomulgadas ―Vamos hiedra―, incito Ash mientras ella lo chupaba, haciéndolo jadear. Jasón encontró su clítoris y comenzó a frotarlo con sus dedos mientras podría sentir sus bolas contra sus pliegues en cada embiste, ella cerró los ojos y chupó el pene de Ash una y otra vez jugando con su lengua, mientras contraía sus músculos internos encerrando a Jasón, deseaba que ardieran con ella, los sintió correrse a ambos mientras que su orgasmo la barría por completo, ellos la sostuvieron de nuevo, la ayudaron recostarse y la acariciaron suavemente.

murmurara frases de amor que rivalizaban con las letras de sus canciones.

Fin

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―Yo también los amo―, murmuró ella haciendo que Jasón riera feliz y Ash le

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La Felicidad En La Puerta De Al Lado

Encarni Arcoya Álvarez

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Lentamente, como si temiera un rechazo por su parte, llevó su mano hasta el “culo” y siguió el contorno de su “espalda” por la que iba dejando un sendero

Volvió a centrar su atención en el monitor del ordenador cuando terminó de escribir la traducción que antes había mirado en los documentos y lanzó un grito levantando las manos y echándose para atrás en la silla. Ya estaba otra vez. Cassie era traductora de novelas románticas para una editorial y se suponía que era buena en su trabajo pero, desde que sus dos vecinos se mudaron a la casa de al lado, las cosas no le salían bien. Su propio jefe la había llamado hacía casi dos meses para quejarse por la última traducción enviada debido a que algunas partes ni siquiera se correspondían con el original. Y es que, cada vez que ella se ponía a trabajar, alguno de los dos hombres salía fuera a hacer algo y acababa escribiendo y mirando al mismo tiempo con lo que dejaba que su mente se recreara en la vista y sus manos escribían todo lo que se le pasaba por ella. ¿Acaso no tenían un trabajo al que ir? A sus treinta años, Cassie no podía desear nada mejor que tener unos vecinos como esos. Más teniendo en cuenta que nunca antes había tenido novio debido a que no era el tipo de nadie. Una mujer gorda no le interesa a nadie y después de meterse eso bien en la cabeza para dejar de sufrir decepción tras decepción, había decidido que su vida serían las novelas románticas donde los personajes,

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de “besos” hasta llegar a su “entrepierna”...

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Escritoras Excomulgadas fueran como fuesen, siempre acaban felices. Tenía el pelo castaño que le caía en ondas por encima del hombro. Le habían dicho que lo mejor de ella eran sus ojos, de color marrón, y sus labios, carnosos y rosados que nunca perdían la forma de lo que debían ser. Vivía sola en su casa y también trabajaba allí. Un lujo de trabajo, poder hacerlo cuando quería y solo tener que cumplir la fecha de entrega de las traducciones. No salía mucho a la calle, salvo sus paseos diarios (para al menos hacer algo

semana. Echó un vistazo de nuevo al monitor antes de borrar lo que había escrito mal y leyó otra frase del documento en inglés para traducirla mentalmente. Antes de que se diera cuenta, su vista voló de nuevo hacia el jardín de sus vecinos. Uno de ellos, Kai, estaba cortando el césped sin camiseta, con lo que tenía una muy buena vista de su pecho desnudo y su tableta de chocolate que se perdía por debajo de sus pantalones. Era bastante alto, seguramente más de un metro ochenta y musculoso. Su pelo era negro y lo llevaba un poco largo, con algunos mechones cayéndole sobre su nuca. Un bulto en su entrepierna le dejaba entrever que los pantalones no parecían ser demasiado anchos como para esconder lo que hubiera ahí dentro. Se lamió los labios de forma inconsciente y se sacudió la cabeza para centrarse... La traducción; tenía que acabar la traducción del capítulo sin interrupciones. Mordiéndose el labio inferior con fuerza para controlarse y no volver a mirar a su vecino se centró en su trabajo cuando el timbre de la puerta sonó. Se levantó y bajó las escaleras del patio donde estaba traduciendo hacia la puerta de entrada. Cuando la abrió sus ojos se dilataron ante la vista que tenía delante. Su otro vecino, Ryan, estaba allí, con una camiseta blanca que se ceñía a su pecho

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diferente) o sus citas con su jefe que se empeñaba que fueran una vez a la

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Escritoras Excomulgadas como si lo comprimiera. Llevaba unos pantalones negros cortos que tampoco eran demasiado anchos marcándosele el paquete. Unas sandalias negras resguardaban sus pies. Lo miró de arriba a abajo deleitándose en su pelo. Era tan alto como Kai y sin duda mucho más que su metro sesenta con lo que tenía que levantar el cuello para mirarle a los ojos negros. Su pelo era castaño claro, casi rubio, y le caía lacio por debajo de sus hombros. Lo llevaba suelto lo que le hizo pensar en lo que sería poder entrelazar sus dedos en él. No lo había tenido tan cerca de ella desde que, dos meses atrás, se mudaran allí y se acercara con

― Hola. Perdona que te moleste. Me he quedado sin sal y me preguntaba si podrías dejarme una poca. ¿Por qué su voz la hacía estremecerse de deseo? No... Eso no le pasaba a ella. Bueno, puede que sí, pero era algo en un solo sentido. Ella podía sentir muchas cosas por los demás pero los demás por ella... No, imposible. Se despejó de su ilusión como otras tantas veces y le sonrió. ― Claro. Pasa, iré a por ella ahora mismo. ― Gracias. Se dio la vuelta a regañadientes por tener que perderse el cuerpo de Ryan pero tenía que dejar de pensar tonterías. Una mujer gorda nunca iba a lograr nada con alguien como ellos. Lo único que conseguiría es que se rieran de ella con sus amigos. Si es que se merecía alguna mención. Fue hasta la cocina y se agachó para coger un bote de sal que tenía. Cuando se levantó y se volvió no esperaba encontrárselo tan cerca y se echó hacia atrás pegando su espalda contra la encimera.

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Kai a presentarse.

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Escritoras Excomulgadas ― Perdona. ¿Te he asustado? ― No, no pasa nada. ― Contestó con una sonrisa. Él se acercó más. ― Tienes una cocina muy bonita. ― Gr―Gracias. Otro paso más lo hizo estar en contacto con ella. Sintió el calor en esa zona mientras se le cortaba la respiración. ¿A qué venía eso? A ella nunca le pasaba

trataba de averiguar el motivo de lo que estaba haciendo Ryan pero era difícil cuando éste se pegaba a ella haciendo que su miembro la rozara provocándole sensaciones nuevas para ella. La mano de Ryan le rozó la mejilla hacia un mechón que se había salido de su coleta y se lo metió por detrás de la oreja. Sus rostros estaban tan cerca que podía sentir el aire salir de los labios de él. Eso hizo que se lamiera los suyos. ¿La iba a besar? Sería su primer beso así que no le importaba. Una cosa que iba a conocer al margen de los libros. ― Esta noche celebramos una pequeña fiesta. Nos gustaría que vinieras. ― Le murmuró al tiempo que le acariciaba el lóbulo de la oreja. Los ojos de Cassie se cerraron dejando que la sensación de tener a un hombre tan cerca se grabara a fuego en su cuerpo. Sintió la mano de él deslizarse por su pequeño cuello rozándola primero con un dedo, después con dos, hacia arriba y abajo. Un gemido escapó de sus labios antes de poder controlarlo lo que hizo que se sonrojara y abriera los ojos. ― ¿Qué me dices? ― Insistió. ― No soy buena en las fiestas. ― En esta lo serás. Nuestra invitada... ― Añadió al tiempo que le mordía el

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nada de eso... Nunca. Se agarró al borde de la encimera con las manos mientras

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Escritoras Excomulgadas labio inferior abriéndole la boca pero sin llegar a besarla. ― Di que sí. ― S....Si... ― Susurró incapaz de pensar más que en decir lo que él quería oír. Vio los labios esbozar una sonrisa antes de cruzar el mínimo espacio que quedaba y asaltar los suyos con intensidad. Recorrió con su lengua los labios de ella y la obligó a abrirlos para poder entrar en su boca y degustar su sabor. Eso era un beso, lo que llevaba años perdiéndose y ahora lo experimentaba por primera vez. Dios, era como estar en el cielo.

cuando una mano la rodeó por la cintura sirviéndole de soporte. Ryan se acercó más a ella agachándose un poco para que su polla presionara sobre su coño. Gimió de nuevo por tenerle tan cerca. Cuando abandonó los labios ambos respiraban con dificultad. Cassie no quiso mirarlo a los ojos por miedo de que hubiera sido alguna apuesta entre ellos así que miró a otro lado. Él se separó de ella al notar la tensión en su cuerpo. ―La cena será a las nueve. Te esperamos. ― Le dijo saliendo de la cocina hacia la salida. Cuando quiso darse cuenta, estaba sola en su casa. Ahora tenía una invitación a una fiesta, una experiencia que la acababa de catapultar al cielo, y una esperanza de haber encontrado a alguien que se hubiera fijado en ella, y no en su físico, en el mismo saco. Tenía que hacer algo. Distraerse. Se había saltado la comida (tampoco es que tuviera hambre) y su mente solo volvía una y otra vez a ese beso con Ryan... ¿¡Y le había dicho que sí a una fiesta!? Ella no iba a fiestas... No iba a ningún sitio donde hubiera multitudes que pudieran quedársele mirando y cuchicheando sobre su cuerpo. Pero le contestó que iría, y ahora no sería bien visto no

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Sus piernas se volvieron de goma y sentía que no podía aguantar más de pie

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Escritoras Excomulgadas aparecer. ¿Y qué se ponía? ¿Cuántos irían a la fiesta? ¿Podría ir y volverse a su casa a los cinco minutos? Bueno, tal vez diez para no ser descortés... ¿No había traducido en alguna novela algo sobre el tiempo que se considera correcto de estar en una fiesta cuando no quieres estar? Se echó las manos a la cabeza y se revolvió el pelo. Se estaba volviendo loca. ¿Cómo podía estar pasándole eso a ella? Estaba bien como estaba, sin preocupaciones, sabiendo lo que podía y lo que no podía esperar del mundo. Y ahora llegaba Ryan y la besaba... Tenía que haber alguna regla que prohibiera poner patas arriba el mundo de una mujer

Entró en su habitación y se puso el chándal. Aún hacía calor fuera pero prefería salir a pasear y alejarse un poco de la tentación que quedarse y que su mente la inundara de nuevo con ese beso. Se apresuró a ponerse la camiseta y

las

zapatillas y salió disparada hacia la puerta. No dejó de caminar hasta que estuvo bien lejos de su casa y solo entonces se serenó un poco. No había nadie en la calle lo que le vino bien para no ser el centro de atención por su enrojecimiento y acaloramiento. ¿Por qué la había besado? Él podía tener a cualquier mujer que quisiera, tenía un cuerpo de infarto y muchas se tirarían al suelo por conseguir al menos una mirada suya. Entonces... ¿por qué a ella? Sus temores la hicieron dudar. ¿Era una broma? No sería la primera vez que lo hicieran. ¿Una apuesta? Seguro que con Kai. Para ver si eran capaces de besar a una mujer fea y gorda como ella. Pero, ¿y la fiesta? ¿Querían humillarla delante de sus amigos? Su corazón se partió un poquito al pensar en eso. Era mejor pensar en ellos desde la distancia, soñar que la besaban y le hacían el amor y despertarse y verlos a lo lejos. Eso no podía hacerle daño pero lo otro... Un tirón le hizo perder el equilibrio y acabó entre los brazos de un hombre. Se

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que se había resignado. Seguro.

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Escritoras Excomulgadas agarró a sus hombros para poner bien los pies y poder mantenerse ella misma. ― ¿Estás bien? ¿No te has dado cuenta que ibas a chocar? ― Le preguntó una voz grave que entró como una bala en sus oídos y fue a parar a su coño mojándose al instante. Cassie levantó la vista y vio a Kai junto a ella. ¿Era tan guapo en primera persona? Solo lo podía ver a lo lejos y el día que fueron a presentarse él se había quedado en un segundo plano con lo que apenas pudo observarle. Ahora,

fuerte, y si tenía en cuenta que uno de sus brazos aún la sujetaba por encima del codo mientras el otro estaba en su cintura, no podía cuestionarlo. Se había equivocado con respecto a la altura en, por lo menos cinco centímetros, lo que le hacía más alto que Ryan. Tenía las cejas fruncidas y parecía enfadado. Recordó entonces que acababa de decirle que iba a chocar contra algo. Giró la cabeza para ver que delante había un coche aparcado. ¿Tan despistada iba que no había visto un coche? Si hubiera sido una cosa pequeña vale, pero, ¿un coche? ¿Ryan la besaba y ella perdía su sentido de la orientación? Y a todo esto... ¿Kai no la tenía en esos momentos apretada a su cuerpo? Podía sentir sus manos, su brazo, sus caderas y su... Oh, Dios mío ¿¡eso podía ser tan duro!? ¿Y por quién demonios estaba así de duro? Desde luego por ella no. Se empujó con las manos para alejarse de él y que la soltara. No le gustaba que nadie la tocara debido a su físico; la mayoría pensaban que era como gelatina, toda blanda. Y ya era bastante con saber eso solo por los murmullos. ―Gracias. Estaba despistada. ―Debía ser algo importante para no poder ver ni un coche. ― Replicó torciendo sus labios en una sonrisa. Era tan maravillosa que Cassie no se dio

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teniéndolo ahí, se dio cuenta de sus ojos del color de la miel. Se notaba que era

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Escritoras Excomulgadas cuenta que se le olvidaba respirar. ―Sí, bueno, más o menos. ― Logró articular. ―Ryan me ha dicho que vienes a la fiesta. ― Era lógico, vivían juntos y suponía que habrían hablado de ella. ―Si... Aunque no puedo quedarme mucho. ― Cinco minutos. Daba igual que fuera o no correcto, no podía estar cerca de ellos dos sin perder la cabeza.

voces cerca. Se volvió para encontrarse con un grupo de cuatro, dos chicas y dos chicos, que hablaban bajito mirándola directamente y riéndose. De acuerdo, no era un buen día. Y si encima de parecer tonta le recordaban lo demás, ese día no iba a entrar dentro de sus mejores días. Kai también se volvió para mirar a los chicos y entrecerró los ojos. Agarró a Cassie de nuevo y la estrelló sobre su pecho haciendo que sus manos se posaran sobre el mismo mientras, con una mano detrás de su nuca, la acercaba hasta él y la besaba. Le mordió los labios con el objetivo de que abriera la boca y, cuando lo hizo, arremetió con su lengua para jugar con la de Cassie obligándola a moverse, a salir de su boca para entrar en la suya, a dibujar el contorno de sus labios y sus dientes. La estaba devorando viva. Ya podía morir en paz. Tanto el beso de Ryan, algo más dulce, como el de Kai, intenso y apasionado, acababan de derrumbar las barreras que había erigido desde años en su corazón. Ella se aferró a la camiseta de él para no caerse mientras gemía en la boca de Kai. Cada vez que lo hacía éste reaccionaba entrando más adentro, moviéndose más cerca de ella, no solo su boca, sino todo su cuerpo. Podía sentirle en zonas que jamás hubiera pensado que sentiría a un hombre.

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Kai parecía que iba a decir algo cuando Cassie oyó el murmullo de algunas

Kai dejó de besarla de golpe y ella tuvo que apoyar su cabeza sobre el pecho de 75

Escritoras Excomulgadas él para controlar el mareo que sentía. Sus bragas estaban empapadas y solo por un beso; no quería ni pensar en lo que podría ser si la tocara. Él giró la cara para mirar a los chicos que aún estaban mirándolos con las bocas abiertas. ― ¿Algún problema? ― Preguntó de un modo que no toleraba respuesta alguna. Los chicos se fueron inmediatamente y se perdieron entre las calles. ― ¿Puedes andar? ― Le preguntó más tranquilo. Estaba acariciándole el pelo mientras que su brazo se instalaba en la cintura por precaución. Asintió incapaz

Sin soltarla, empezaron a andar juntos, abrazados el uno al otro, hasta que llegaron a su calle y a la puerta de la casa de Cassie. Ninguno dijo nada, solo el silencio los envolvió. Una vez allí ella se separó de él y se metió las manos en los bolsillos para sacar las llaves de su casa cuando se dio cuenta de algo. Había salido precipitadamente de casa... ¿Y las llaves? En su mente podía ver una imagen de ellas en el plato del mueble de la entrada. Apoyó la frente en la puerta y se echó a reír. ― ¿Qué pasa? ― Le preguntó Kai a su lado. ―Me olvidé las llaves dentro. ― Contestó ella aún con una sonrisa. ― ¿Está todo cerrado? ―No. La puerta corredera que da al patio estará abierta, y esta puerta también, no le eché la llave. Pero por fuera... No le dio tiempo a decir más porque Kai escalaba la valla de su casa con agilidad y rapidez. Contempló cómo se flexionaban sus músculos sobre su chándal y la forma de moverse. Sus ojos se fueron directamente hacia su culo y enrojeció al pensar en verlo desnudo. Se perdió justo a tiempo de que su mente

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de pronunciar palabra.

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Escritoras Excomulgadas pensara en alguna cosa pervertida. La puerta se abrió unos segundos después y Cassie entró en su casa cohibida al tener a Kai allí. Atravesó el jardín y subió los escalones del patio sin poder evitar echar un vistazo hacia la casa de sus vecinos. Ryan estaba sentado en el jardín escribiendo en el portátil. Se dio más prisa para abrir la puerta y entrar en casa antes de que la viera. Cuando la descorrió se giró hacia Kai. Sabía que estaba detrás de ella, consciente no solo de su presencia, sino también de su

―Gracias por ayudarme. ―De nada. Te esperamos en la fiesta. ―Si... Claro. A las nueve. ― Kai asintió. Sus manos le temblaban y, si no las hubiera escondido, él lo hubiera notado. Sin embargo, cuando llevó sus manos detrás de su espalda hizo que los ojos de Kai se oscurecieran un tono y pronto estuvo sobre ella, una de su manos sujetando las suyas por detrás mientras la otra dirigía su cadera hacia su polla. Estaba mucho más duro que antes y se frotaba sobre ella como si quisiera aligerar algo del deseo que tenía.... ¿por ella? Imposible... Quería moverse, tocarle, pero la asía con fuerza obligándola a sentir pero no a tocar. De pronto notó los dedos de Kai en sus bragas. Miró hacia abajo y vio que el brazo estaba dentro de sus pantalones. ¿Cuándo lo había metido ahí? Apenas pudo pensar nada más cuando empezó a mover los dedos frotándole, por encima de las bragas, ahondando en ellas hasta llegar a su clítoris, ya de por sí inflamado y deseoso de ese contacto. La primera vez fue como un destello de luz para su propio cuerpo. Cassie inspiró profundamente al notarlo pero no tuvo tiempo de reponerse pues Kai seguía atormentando su clítoris al tiempo que, con los otros

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olor, un perfume masculino aderezado con frutas salvajes y madera.

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Escritoras Excomulgadas dedos, presionaba sobre su coño para entrar. Si no hubiera estado apoyada en la puerta corredera, seguramente se habría caído por la intensidad de las sensaciones. Tenía a Kai pegado a ella, su polla frotándose sobre la cadera, su boca en su cuello mordisqueándola, su mano humedeciéndose de los jugos que salían cada vez con más intensidad de su coño. Cuando éste aumentó la velocidad el calor empezó a crecer en el cuerpo de Cassie y empezó a respirar más rápido hasta que estalló en sus piernas y gritó. Kai la silenció con sus labios bebiéndose el grito y moviendo su lengua como si fuera su polla quien entraba

La llevó hasta la silla que había en el patio y la ayudó a sentarse. Lo vio relamerse los dedos que había tenido en sus partes con placer mientras le sonreía. ―Nos vemos en la fiesta. ― Le dijo antes de despedirse. Ella lo siguió con la mirada, era lo único que podía hacer ya que su cuerpo se negaba a responderle. Cuando dejó de verlo se volvió y suspiró. ¿Hoy era algún día especial para las mujeres gordas? Se preguntó cerrando los ojos para rememorar lo que había pasado. Cuando los abrió parecía que su cuerpo ya estaba más descansado y pudo levantarse, aunque aún se notaba temblorosa. Miró, debido a la costumbre, al jardín de sus vecinos, para ver que Ryan seguía sentado en la mesa escribiendo aunque parecía más feliz que antes. No podía asegurarlo pero creía verle una sonrisa de oreja a oreja.

Las nueve de la noche y Cassei estaba plantada delante de la puerta de la casa

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y salía de ella.

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Escritoras Excomulgadas de Ryan y Kai. Durante el resto de la tarde su mente había sido un hervidero entre lo de Ryan y después Kai. No podía entenderlos y, sin embargo, era lo más maravilloso que le pasaba en su vida. Llamó al timbre y esperó que le abrieran. Fue Kai el que lo hizo invitándola a entrar. Llevaba unos pantalones vaqueros que le llegaban a la rodilla y una camiseta negra, la misma ropa, cambiando por una camiseta blanca, que llevaba Ryan.

que le quedaban bien. El jardín estaba iluminado y tenían la puerta abierta que daba a la cocina. ― ¿Te gusta la carne? ― Ella asintió y Ryan le devolvió una sonrisa a cambio. Miró a su alrededor buscando a más personas pero solo estaban ellos tres. ― ¿Y el resto? ― Le preguntó a Kai. ―No hay nadie más. ― Respondió conduciéndola hasta la mesa que habían dispuesto. ¿Una fiesta para ellos tres? ¿Por qué? Se sentó y observó un libro. Era en inglés y el título le sonaba. Leyó el nombre de la autora y sonrió. Era la autora que solía traducir porque sus novelas románticas siempre la hacían sentir bien. ― ¿Te gustan los libros? ― Preguntó Ryan acercándose a ella. ―Sí. Y más de esta autora. Yo me encargo de traducirlos para España. Pero a veces su forma de escribir se pierde en la traducción. A menudo prefiero leerlos en inglés que en español. ―Vaya, gracias. ― Dijo Kai dejándola desconcertada.

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Ella se había puesto unos pantalones pirata y una camiseta roja, dos prendas

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Escritoras Excomulgadas ―A decir verdad conocemos muy bien a esa autora. ― Comentó Ryan. ― ¿En serio? ¿Podéis presentármela? Nunca la ha visto nadie y es imposible conocerla en persona. ― Cassie estaba animada por lo que acababa de conocer. Ambos se miraron y sonrieron. ― Tienes delante a tu autora. ― Dijo Kai agachándose y tomándole una mano. ― Si, aquí mismo. ― Añadió Ryan también agachado acariciándole la otra

― ¿Vosotros... ― Que un hombre escriba novela romántica es raro. Que lo hagan dos más aún. Decidimos que era mejor tener un seudónimo y ocultar nuestra identidad. ― Comentó Ryan. ― Pero cuando el jefe de la editorial nos dejó leer la traducción de una de nuestras novelas y vimos que alguien lo había cambiado quisimos conocerla. ― No sabíamos que iba a resultar ser nuestra vecina. ― Continuó Kai. ― Y menos aún que iba a ser hermosa. Hasta ahí había ido bien, hasta esa mentira. Cassie se levantó y apartó las manos de ellos como si la quemaran. ― ¿Os habéis divertido bastante? Siento mucho haberme equivocado con la traducción, tuve algunos problemas de concentración esos últimos días que traduje... ― Justo cuando nos mudamos. ― Apuntó Kai. ― Pero es algo que no volverá a pasar. Así que, aclarado eso, yo me largo.

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mano.

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Escritoras Excomulgadas Se dio la vuelta para irse cuando las manos de Kai le oprimieron las caderas impidiéndole avanzar. Sintió su respiración sobre su oreja, su pecho sobre su espalda. ― No vas a ninguna parte, preciosa. ― No me digas eso, soy fea. ― No vuelvas a decir que eres fea. ― Gruñó en su oído mordiéndole.

mejillas. ― Nunca nadie me ha hecho lo que vosotros. Tengo treinta años y mi única experiencia ha sido lo que me habéis dado. Soy dos hombres guapísimos, nunca os fijaríais en una gorda como yo. ― No podía dejar de hablar, de soltar todo aquello que llevaba guardado. Ryan se puso delante y la besó para acallarla. ― Princesa, ahora nos tienes a nosotros. No somos como los demás. No vemos fealdad en tu peso o tus curvas. Vemos una mujer pasional y decidida, Una mujer que nos observa día a día sin pedir nada más a cambio pero que no se da cuenta cuando nosotros la miramos a ella. ¿La habían estado mirando? ¿Cuándo? Asombrada por lo que le había dicho, lo miró a los ojos y solo vio sinceridad en ellos. Kai le levantó la camiseta hasta descubrirle los pechos El fresco en su piel la hizo arquearse y apoyó su cabeza en el pecho de él mientras acunaba sus senos con las manos como si estuviera analizando la forma de ellos. Los pezones se notaban duros y dolían al estar comprimidos por el sujetador pero se ocupó de liberarlos con rapidez de su prisión dejando al descubierto su piel. Ryan se lamió los labios antes de coger un pecho con su mano y chupar el otro con su

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― ¡Lo soy! ¡Os estáis burlando de mí! ― Exclamó dejando caer lágrimas por sus

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Escritoras Excomulgadas boca moviendo la lengua dentro del mismo y rozando con sus dientes el pezón. ― Tan hermosos... ― Murmuraba mientras iba atendiendo uno y otro. Kai la ayudó a sacarse la camiseta del todo y la tiró al suelo mientras se ocupaba de desabrochar el botón de los pantalones. No dejaba de besarla en el cuello y el hombro y ella no podía parar de moverse ante tal ataque. Sintió deslizarse los pantalones y recobró un poco de sentido común.

― ¿No te gustamos? ― Preguntó Kai. ― Sois perfectos. ― Esa afirmación hizo que Ryan mordiera uno de sus pezones al tiempo que Kai apretaba su clítoris con sus dedos. No tuvo más remedio que soltar un gemido. ― Yo no soy perfecta. Soy... ― Kai le cogió la barbilla para girarla y besarla. Le mordió el labio hasta que le hizo sangre y después lamió con cuidado profundizando en su boca lentamente. ― Nosotros te queremos así. ― Le confirmó Kai. ― Llevamos dos meses desesperados por acercarnos a ti, por tenerte donde estás ahora y no te vamos a dejar ir a ningún lado. Siente lo que nos haces. Y, al decir esto, tanto el pene de Kai como el de Ryan presionaron cada uno en una de las aperturas de su cuerpo para que fuera consciente de lo duros que estaban. ¡Por ella! Ryan se apartó para quitarse la ropa mientras Kai continuaba martirizándola con sus dedos sobre el clítoris y su coño. Estaba muy mojada y solo quería sentir algo más, probar aquello que ellos le ofrecían. ¿Te importa que te amemos los dos? ― Ryan hizo la pregunta esperando con

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― Esto no está bien.

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Escritoras Excomulgadas paciencia sin llegar a tocarla. Pudo ver cómo su pene, largo, duro y grueso, se movía deseoso por lo que tenía delante. Gotas de presemen salían de él desperdiciándose en el suelo. Se relamió los labios con el deseo de probarlo. ― Cassie, ¿te importa? ― Insistió. ― A mí me gustáis los dos. ― Respondió. ― Pero, ¿no os importa? ― Nosotros queremos a la misma mujer. ― Le susurró Kai al oído. ― A ti.

con hambre de lobo. Quería saborearlo, dejar que los jugos entraran en su boca y jugar con ella. ― ¿Es tu primera vez? ― Ella asintió avergonzada. Treinta años y ni una vez... Patético. ― ¿Confías en mí? ― De nuevo asintió. Ryan cogió sus pantalones y sacó un preservativo que se colocó presto antes de acercarse a ella. ― Está muy mojada. ― Le informó Kai mientras introducía dos dedos en ella. Se tensó por la intrusión y se puso de puntillas pero se relajó cuando empezó a lamerla por el cuello. ― ¿No sería mejor la cama? ― Sugirió Ryan. ― Joder, no puedo aguantar más a meter mi polla en ella. No llegaría a la cama teniéndola a mi lado tal y como está. Cassie quedó asombrada. ¿Provocaba ese estado en esos hombres? Debían tener la misma edad que ella y seguramente mucha más experiencia en el sexo... ¿No eran capaces de controlarse con ella? ― Princesa, puede dolerte, lo sabes, ¿verdad? ― Ella asintió.

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Desgarró las bragas al decir eso dejando al descubierto su coño. Ryan lo miró

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Escritoras Excomulgadas Colocó la cabeza de su pene en la entrada de ella y presionó hacia arriba. Logró meter unos centímetros antes de tensarse. ― Déjale entrar, preciosa. Quiero verte follándote a Ryan mientras te toco. ― Murmuró Kai apretándole los pezones de sus pechos. Siseó ante el dolor y placer que sentía por partes iguales y la humedad empapó más la polla de Ryan. ― Está apretada pero tan mojada.... ― Comentó Ryan. Se retiró sin llegar a

Ryan llenándola en rincones que no sabía que tenía mientras su conducto lo exploraba apretándole y soltándole. ― ¿Te he hecho daño? ― Le preguntó sin moverse buscando su rostro. Ella lo miró. ― ¿Estás dentro del todo? ― Esa pregunta le hizo reír. ― No te ha dolido. ― Dijo más como una afirmación que una pregunta. Se retiró un poco y volvió a embestirla. Sin el apoyo a su espaldas de Kai seguramente no hubiera podido aguantar esa posición pero tanto uno como otro la sostenían sin quejarse. Era maravilloso sentir cómo entraba su polla e invadía su espacio haciéndole sitio a su enorme erección. ― ¿La tienes? ― Preguntó Kai. Ryan asintió disminuyendo la velocidad en sus embestidas. La hizo poner las manos sobre los hombros de Ryan y aguantar su peso. Miró hacia atrás para preguntarle por qué pero estaba demasiado ocupado quitándose, o mejor dicho rasgando, su ropa como para responder. Un minuto después lo tenía desnudo sobre su espalda, presionando su pene en la raja del culo. Sintió los dedos de él explorar más abajo recogiendo de su flujo

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sacarla del todo y empujó con fuerza dejándola sin aliento. Sentía el pene de

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Escritoras Excomulgadas y llevándolo a la entrada de su trasero para lubricarlo. Presionó con un dedo hasta que entró haciendo que se cerrara más sobre la polla de Ryan. Éste echó la cabeza hacia atrás mientras suspiraba. ― Dios... ― Susurró. ― Como siga así no voy a aguantar. ― Ninguno aguantará mucho tiempo. ― Convino Kai mientras lubricaba su pene con una crema que había cogido de su pantalón. ― ¿Estás lista preciosa?

― ¿Confías en nosotros? Jamás te haremos daño. Te queremos. ― Esas palabras eran suficientes para que su corazón se hinchara de felicidad. La querían... ¡Ellos! No podía darle otra respuesta. ― Sí. Fue todo lo que tuvo que decir para notar la cabeza del pene de Kai, más grueso y largo que el de Ryan, presionar sobre su agujero para forzarlo a entrar. Cassie se movió nerviosa hasta que las manos de Ryan y Kai la sujetaron. Ryan casi se había salido de ella y se mantenía quieto. Kai volvió a empujar, esta vez más fuerte, haciendo que ella gritara ante el dolor. ― ¿Te duele mucho, preciosa? ― Preguntó Kai. ― ¿Puedes aguantar, princesa? ― Preguntó a su vez Ryan. ― Si...gue... Sigue... ― Murmuró conteniendo el dolor. Ryan se dedicó entonces, mientras esperaba, en degustar los pechos que habían quedado abandonados. Los lamió hasta llegar a los pezones y, cuando los tuvo

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― ¿Los dos?

en su boca, presionó con sus labios y tiró de ellos hasta hacerla gemir. Kai 85

Escritoras Excomulgadas tampoco se quedó quieto. Sin sacar su pene del culo se inclinó para llegar con su mano hasta el clítoris y lo masajeó y pellizcó llevándola hasta el precipicio de un orgasmo. Sentía el pene de Ryan removerse en ella pero sin hacer otro movimiento más hondo, esperando a que Kai entrara de una vez. Retrocediendo unos centímetros de lo que había conseguido entrar, Kai presionó las manos sobre sus caderas mientras Ryan ponía sus manos sobre sus hombros. Empujó con fuerza mientras entraba en el cuerpo de ella hasta el

― Ya está. Ya estoy dentro, preciosa. ― Murmuró mientras ella trataba de recuperar la capacidad de respirar. Lo sentía, podía sentirlo dentro, no haciéndole daño, sino de una manera placentera. Comenzó a moverse con suaves movimientos tanteando el dolor de ella y sus reacciones. Ryan seguía dedicado a sus pechos lo que la ayudaba a centrarse solo en el placer. Notaba cómo su culo lo succionaba con fuerza cada vez que se echaba hacia atrás y cómo se abría a él cuando empujaba. ― Ryan... ― Llamó Kai. Levantó la cabeza hacia él y supo que podía volver a moverse. La miró a ella extasiada por lo que ellos dos le estaban dando y la besó jugando con su lengua, haciendo que saliera de su boca y explorara la suya. Se movió dentro y fuera de su sexo. Los dos estaban equilibrados de modo que, cuando uno embestía, el otro se retiraba, nunca vacía en su cuerpo. El calor creció con mayor intensidad poniéndola en el mismo filo de un precipicio que iba a lanzarla a un orgasmo tremendo del que ni siquiera sabía si podría salir cuerda. ― ¿Confías en nosotros? ― Volvió a preguntar Kai. Cassie asintió.

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fondo rodeado del grito de Cassie.

Las dos pollas se retiraron y ella pensó que algo pasaba cuando las sintió 86

Escritoras Excomulgadas embistiendo al mismo tiempo mientras ellos mantenían su cuerpo. Si antes estaba en el filo del precipicio ahora solo la sujetaba su mano para no caer. Tras tres embistes más los tres estallaron al mismo tiempo uniendo sus gritos al unísono y dejándose caer al suelo del patio, refrescante tras su pasión ardiente. Ambos acunaron a Cassie entre sus cuerpos mientras recuperaban el aliento y, sobre todo, las fuerzas para poder moverse.

Dos meses después La vida tiene muchas formas de demostrar que es una alegría levantarse por la mañana y mirar al cielo esperando que la ilusión llegue. Cassie guardó el archivo y cerró el ordenador. Acababa de traducir el último libro que le correspondía y la última frase que contenía en si misma su propia alegría. Ryan y Kai eran lo mejor que le había pasado y nada ni nadie que podría separarla de ellos. Se levantó y bajó las escaleras hacia el jardín. Abrió la puerta que ahora comunicaba una casa con la otra y los dos hombres levantaron la cabeza. ― ¿Terminaste? ― Preguntó Ryan. Ella asintió. ― ¿Ya eres nuestra? ― Inquirió Kai acercándose y rodeándola con sus brazos

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― Creo que no apagué el horno... ― Comentó Ryan. Cassie y Kai se rieron.

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Escritoras Excomulgadas en la cintura. ― Para siempre.

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Fin

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Escritoras Excomulgadas ©Titulo Antología Ex: Placeres Carnales Relato Nº 1 ©Título: A+: La Nota Perfecta. © 2012 Lady Rozade. Diseño de Portada: Lady Rozade.

©Título: Ángel Erótico. © 2012 Daeva Taegonia. Diseño de Portada: Cami Lozano. Relato Nº 3 ©Título: La Prometida. © 2012 Daeva Taegonia. Diseño de Portada: Cami Lozano. Relato Nº 4 ©Título: Melodía Secreta. © 2012 Celia Terrones. Diseño de Portada: Celia Terrones. Relato Nº 5 ©Título: La Felicidad En La Puerta De Al Lado.

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Relato Nº 2

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Escritoras Excomulgadas © 2012 Encarni Arcoya Álvarez. Diseño de Portada: Encarni Arcoya Álvarez.

Edición y Coordinación General: Kiti08. Coordinación de Publicación: Encarni Arcoya Álvarez

Derechos Exclusivos: De Las Autoras Derechos en Ebook: El Club de las Excomulgadas Distribución Gratuita

Todos los Derechos Reservados Abril 2012.-

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Diseño de Portada: Cami Lozano

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