Antecedentes Del Trabajo Social en Europa y Estados Unidos

September 5, 2020 | Author: Anonymous | Category: N/A
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INTRODUCCIÓN:

Desde le comienzo el hombre se ha preocupado por ayudar a sus semejantes, la historia es fiel testigo de esto, representándose en todos los aspectos cambiantes de acuerdo con el momento histórico en que sucedían, la asistencia social por los desprotegidos, los ancianos, los pobre y rechazados de las aldeas, las tribus y las comunidades. El objetivo principal de este trabajo es entender y analizar el como ³Ayudar a los Necesitados´ nace como profesión, ya que en un principio lo realizaban por creer que era un mandato divino, la principal precursora de la asistencia social, fue la iglesia cristiana. Es un hecho universalmente reconocido que las primeras formas de asociación humana, organizaciones como la tribu, iglesia familia vecindario, etc. Desde sus comienzos ponen en práctica rudimentarias y simples modalidades benéfico-asistenciales que tiene por finalidad ofrecer ayuda a personas y grupo económica y socialmente socialmente débiles. Prestando servicios y recurso, que expresan iniciativas, interés y preocupación por resolver  problemas y necesidades sociales para contribuir a mejorar condiciones de vida de individuos necesitados.

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ANTECEDENTES DEL TRABAJO SOCIAL EN EUROPA Y ESTADOS UNIDOS

El Trabajo Social nace a la vez que las Ciencias Sociales y compartiendo el mismo proyecto global. La aparición de una nueva profesión primero y una nueva disciplina después, no se produce simplemente como consecuencia de la mera evolución de la caridad y la filantropía. Cambia el contexto social. Nos adscribimos pues a la tesis que ya en 1961 formulara Walter Friedlander: "El concepto y la denominación "asistencia social", en el sentido de un programa científico, sólo muy recientemente se han relacionado con los problemas sociales de nuestra sociedad industrial. La pobreza, la enfermedad, el sufrimiento y la desorganización social han existido a través de la historia de la humanidad; pero la sociedad industrial de los siglos XIX y XX tuvo que hacer  frente a numerosos problemas sociales que no podían resolver ya, adecuadamente, las instituciones humanas más antiguas: la familia, el vecindario, la iglesia y la comunidad local. Además de que han surgido ideas humanitarias, que conceden gran importancia a nues tra responsabilidad hacia los demás, el progreso de las ciencias biológicas y sociales proporcionó nuevos instrumentos para investigar las causas de la pobreza, de las deficiencias humanas, y de la insatisfacción, con el objetivo general de resolver o aliv iar los problemas sociales" (Friedlander, 1969:3). De los orígenes de la cuestión social

"En 1765, Baudeau afirmó que, de un total de 18 millones de franceses, tres millones eran pobres. Según el resultado del censo de 1791, París tenía 118.884 desamparados, siendo 650.000 su número total de habitantes. El mismo año, la comisión nombrada por la Asamblea Nacional para el estudio de la mendicidad informó que, en tiempos normales, aproximadamente una vigésima parte de la población de Francia carecía de med ios y necesitaba alguna ayuda, mientras que en tiempos de penuria esta cifra llegaba hasta una décima o novena parte de la población. La pobreza estaba en realidad tan extendida que la simple denominación de "pueblo" era un componente esencial del concepto de pobreza. Al intentar definir "pueblo", en 1775 Necker dijo que era imposible "fijar los límites de esta palabra o el grado de desamparo que caracterizaba al pueblo". Llegó a la conclusión de que el pueblo sólo se podía definir como " la más numerosa y mísera de todas las clases de la sociedad" (Rosen, 1984:94). El texto de Baudeau de 1765 no corresponde a un periodo de pleno desarrollo del capitalismo, más debe leerse en clave de una fase avanzada del mercantilismo y de una proto-industrialización. Siempre hubo pobreza, ahora se visibiliza y se acentúa. Pero el problema de la pobreza se inscribe en un marco de desarrollo industrial (Geremek, 1998:247). Veámoslo. En la Inglaterra de finales del siglo XVIII se pone en marcha un fenómeno nuevo que va a ca mbiar  profundamente la historia de la humanidad en muchos aspectos: la Revolución Industrial. Karl Polanyi (1989) la denomina "la gran transformación". Para el sociólogo alemán Norbert Elias (1983) se trata de un proceso "civilizatorio" y es

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"multidimensional". Más allá de ciertas visiones deterministas que pondrían el énfasis en la importancia del desarrollo de las fuerzas productivas y en las nuevas relaciones sociales consiguientes, la mayoría de autores (Tusell, et al., 1995) coinciden en que cambios tan profundos son de una gran complejidad y no es fácil establecer causalidades lineales sin peligro de simplificar  demasiado; no fue pues una revolución únicamente tecnológica. Se trata de que, simultáneamente, se producen importantes cambios demográficos, económicos, urbanísticos y sociales. Ya a finales del XVIII y primeras décadas del XIX, se producen diferentes huelgas en las que a veces se incendian las fábricas y se destruyen máquinas por considerar que eran la causa de todos los males que afectaban a los trabajadores. Un obrero llamado Ned Ludd dio nombre a este movimiento: el Ludismo. La reacción de los poderes públicos fue fulminante, el parlamento inglés promulgó una ley que castigaba con la pena de muerte a quienes fueran condenados por destruir las máquinas, lo que no impidió que hubiera incidentes por toda Inglaterra. Las primeras luchas de los obreros dan lugar a la aparición de las organizaciones sindicales, las Trade Unions, que también fueron perseguidos por el gobierno. En 1836 fue fundada la Asociación Obrera de Londres, dirigida por el carpintero Lovett, que entre sus prime ras acciones, impulsó la elaboración de una petición, una carta (de ahí su nombre de cartismo), al Parlamento, que fue suscrita por más de un millón de firmas y que no tuvo éxito. En el ámbito de lo social aparece lo que se viene a denominar la "cuestión social". Grandes masas de población, ciñéndonos a los países líderes y pioneros en estos procesos, que sufren unas duras condiciones de vida dentro y fuera del ámbito laboral, en el trabajo y en el barrio, como trabajadores y como ciudadanos. De esta manera, los problemas sociales, la desventura, los desajustes sociales, las enfermedades físicas y mentales (Friedlander, 1961) se multiplican sin que las redes de apoyo primario, la protección cercana, los mecanismos de afiliación a los que se refiere Robert Castel (1997), sean capaces de enfrentarse con eficacia a la nueva situación. Cita Castel una frase de Montesquieu significativa del pensamiento liberal del XVIII: "un hombre no es pobre porque no tenga nada, es pobre cuando no trabaja", lo que implicaba la necesidad de "abrir los talleres", "proporcionar los medios de trabajo". La indigencia no era debida a una falta de trabajo sino a una nueva manera de organización del trabajo; es decir, afirma Castel, al trabajo liberado, no sometido al corsé de las relaciones feudales. Por tanto, esta indigencia, concluye, era hija de la industrialización. Cita también a Luis Napoleón Bonaparte:

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Ya no se trata pues, de una necesidad que afecta a unos pocos pobres que no causa mayor problema, ya no es una "pobreza integrada" dice Castel, se trata de un fenómeno nuevo. En el país, Inglaterra, donde más rápido corre la revolución industrial, y donde más rápidamente se había multiplicado la riqueza, la indigencia era omnipresente, insistente, masiva. Es en Inglaterra donde se bautiza con la palabra "pauperismo" el mal que le afectó a ella antes que a otras naciones. En Inglaterra aparece también el movimiento cooperativo. Este movimiento tuvo como causa inmediata el hecho de que muchos trabajadores no siempre recibieran su salario en dinero, sino en especie, lo que implicaba mala calidad, fraude en el peso y precios muy altos. El 21 de diciembre de 1844, en la ciudad inglesa de Rochdale, en la que había industria textil y donde aparecieron todos los males de l a revolución industrial, un grupo de socios, con grandes esfuerzos, consiguen constituir un capital de 28 libras esterlinas, una por socio, y constituir una sociedad denominada "De los probos Pioneros de Rochdale". Esta sociedad abrió un pequeño almacén en la "Callejuela del sapo" y, en contra de los peores augurios, la sociedad fue creciendo con nuevas incorporaciones incluso procedentes de pueblos vecinos.   Aquí encontramos el origen del cooperativismo de consumo en Gran Bretaña que luego se extendió a la Europa Continental y al resto del mundo. No deja de ser un movimiento más de autodefensa de los trabajadores tratando de conseguir mejores condiciones de vida. Las cooperativas de producción y trabajo intentaban, por otro lado, evitar el desempleo y la exp lotación extrema. Comienzan a aparecer tímidamente leyes y decretos que regulan las relaciones laborales: el Derecho laboral. Esta nueva especialidad jurídica se configura no sobre el trabajo en general, sino sobre un tipo muy especial de trabajo y las relaciones sociales que trae consigo y surge históricamente en un periodo relativamente reciente. El profesor Alonso Olea hace coincidir su nacimiento con los albores de la revolución industrial, que explica y coincide en el tiempo con la emergencia de esta nueva disciplina (1994:38). En 1802 se promulgó un decreto que regulaba el trabajo de los aprendices. En 1822 se consideró legal la formación del sindicato. En 1833 se prohibió la jornada de diez horas para mujeres y adolescentes. En 1834 se promulgó la Casa para obreros destinada a los trabajadores sin empleo, enfermos o inválidos.   Aparece con Owen el socialismo utópico, recordando la Utopía propuesta por  Tomás Moro, que pretendía conseguir el apoyo de los capitalistas para instaurar un régimen de vida más humanitario y, posteriormente, el llamado "socialismo científico". Por lo que se refiere a los Estados Unidos, Geremek (1998:253) cita la obra de Robert Hunter  La conciencia social en la Era del Progreso publicada en 1904, con pretensiones de ser un trabajo sociológico. Activista de organizaciones filantrópicas y sociales, Hunter define la pobreza como una mezcla de estrechez material, de invalidez física y de un modelo de vida ligado a la marginalidad socio-psicológica (con referencia a la condición de vagabundos y de los inmigrantes). Pero lo interesante de su obra son los cálculos que realiza:

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de los 82 millones de personas que componían la población continental de los EE.UU., al menos 10 millones vivían con estrecheces. Distinguía a los "pobres" cuya renta les garantizaba un mínimo esencial, de los pobres que obtenían ese mínimo gracias a la asistencia social y a las ayudas privadas. Si lo que explicaba la pobreza no era una presunta debilidad moral, podía ser  una supuesta debilidad mental o psicológi ca. Simplemente se trata de la culpabilización de la víctima: en el país de las oportunidades el que no triunfa es un débil moral o un débil mental. Pero con las estadísticas de Hunter los números no parecen ratificar la hipótesis: 10 millones de débiles morales o mentales entre 82 de población total son demasiados afectados. Más bien se trataba de buscar factores individuales en la etiología de la pobreza y negarse a reconocer lo que es evidente: el pauperismo forma parte indisoluble del proceso de indust rialización. Como veremos más adelante, de este error de bulto también se acusó, injustamente a mi juicio, a las primeras generaciones de trabajadoras sociales. En lo que se refiere a Francia, todavía en el siglo XVIII los principales elementos organizativos de la política social eran los hospitales, (Rosen, 1984: 82; Foucault, 1979). Naturalmente se trata de una institución que tiene muy poco que ver con lo que hoy conocemos con esa denominación. Ya en 1525 escribía Luis Vives De subventione Pauperum definiendo lo que él entendía por esta institución: "Doy el nombre de hospitales a aquellas instituciones donde los enfermos son mantenidos y curados, donde se sustenta un cierto número de necesitados, donde se educan los niños y las niñas, donde se crían l os hijos de nadie, donde se encierran los locos y donde los ciegos pasan la vida. Sepan los regidores de la ciudad que todos estos cuidados son de su incumbencia" (Vives, 1992:154). De esta manera, los hospitales son instituciones en los que hasta el sigl o XVII, proporcionan caridad y también represión lo que, como no podía ser de otro modo, fue criticado durante el siglo siguiente. De hecho, durante la Revolución francesa, la muchedumbre asaltó las cárceles y los hospitales, en los edificios dependientes del Hospital General por ejemplo, lo que indica que alguna similitud verían entre ambos establecimientos. En la Salpêtrière se produjo un sangriento ajuste de cuentas entre los acogidos -casi 8.000, la mayoría mujeres- y el personal hospitalario en septiembre de 1789 (Geremek, 1986:244). El hospital era la pieza fundamental en la organización de la política social. En 1820 Barón de Gérando escribe Le visiteur du pauvre . Esta obra nos interesa especialmente porque un autor con la autoridad de Robert Castel (1997:247) ve en ella con razón a nuestro juicio, "un núcleo de pericia del que podría surgir el Trabajo Social profesionalizado". Gérando reniega de una caridad ciega que mantiene al asistido en su condición y multiplica el número de menesterosos En su perspectiva, distribuir bienes materiales a los pobres

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podía resultar peligroso si no se controlaba estrictamente el uso de dichos bienes. Según afirma Sigerist (1984:190), Bismarck no creó de la nada su modelo de seguridad social. Lo construyó sobre la base de instituciones ya existentes e inconscientemente se vio influido por las ideas de la revolución de 1848, pese a odiarla profundamente y en la primavera de 1882 envió al Reichstag sus proyectos de ley. Tras los debates parlamentarios que se prolongaron durante más de un año el 15 de junio de 1883 consiguió la aprobación de la ley sobre el seguro de enfermedad y en julio de 1884 fue aprobada la Ley del seguro de accidentes de trabajo. El nacimiento del Trabajo Social en Gran Bretaña.

Como dice Michel Chauvière (Bec et al., 1994), la profesionalización del Trabajo Social es compleja y no unívoca. Se forja en el tiempo; es una construcción que se hace progresivamente, alimentándose de diversas corrientes, utilizando numerosas estrategias, inscribiéndose en el conjunto de los hechos sobresaliente de la época. Es pues algo socialmente e históricamente construido. la Enciclopedia de Trabajo Social de la NASW se plantea el tema de la historia y la evolución de la práctica del Trabajo Social afirma taxativamente que el Trabajo Social se desarrolló como disciplina especializada desde la mitad del siglo XVIII al final del XIX, a partir de las sociedades organizadas para la asistencia a los pobres. Estas actividades eran desarrolladas por voluntarios que adquirieron sus propias habilidades y conocimientos en un sistema de autoaprendizaje. Transcurridos unos años, la profesión . Los antecedentes inmediatos del Trabajo Social tenemos que buscarlos en el Reino Unido. Como hemos dicho anteriormente, Inglaterra fue uno de los primeros países en experimentar los efectos de la industrialización desde finales del siglo XVIII, de manera especial. Antes y en mayor medida que en otros lugares, se generalizaron las peores situaciones vinculadas a la Revolución industrial: trece horas de trabajo diarias los siete días a la semana hombres, mujeres y hasta niños de cinco años, azotados si se dormían, encadenados a sus máquinas si trataban de esconderse; salarios de hambre, condiciones de trabajo insalubres, multiplicación de tugurios... (Sand, 1931:109). No es extraño pues que ya en 1802 empiezan a aparecer normas que regulan algunas condiciones de trabajo y que durante este siglo se planteen cuestiones como la mejora de la higiene pública, y los primeros pasos de la enfermería; la organización de una red de enfermeras de distrito y, en lo que nos toca más de cerca, los intentos de organizar la caridad con Sir Charles Loch, de mejorar las viviendas en los barrios obreros con Octavia Hill, la creación del movimiento de los Settlement houses con el Toynbee Hall  instalado en un barrio obrero de Londres por el pastor Barnett, los inicios de una cierta presencia en los hospitales con las Lady Almoners,68 la coordinación de las instituciones que procuraban la protección de las madres y de los niños en las Escuelas de

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madres, la generalización de seguros contra el paro forzoso, y la creación de una red completa de Bolsas de Trabajo oficiales. El clima político ha cambiado. Son tiempos de reforma. En 1815 a 1820 se produce una situación de depresión económica que va a tener sus consecuencias en la política social. En 1832 se reforma el parlamento perdiendo poder la aristocracia. Jeremy Bentham reformula los objetivos del gobierno: se trataba de conseguir la may or  felicidad para el mayor número de personas y la legislación tenía que facilitar  este objetivo. El clima en Inglaterra era favorable a las reformas legislativas y a los cambios en la política social. Desde 1796 había voces reclamando medidas legislativa s que regulasen el trabajo infantil y efectivamente en 1833 aparece una ley sobre el tema. A este periodo también pertenece la aparición del Acta de Abolición de la Esclavitud y la reforma de la Ley de pobres, el cambio más importante de la Elizabethan Act  de 1601 (Cohen, 1958:30).   A principios del XIX, cuenta René Sand, había en Londres 2.500 "obras caritativas" tanto religiosas como laicas en las que trabajaban un número indeterminado de profesionales y voluntarios. Estas organizaciones aplican las reglas del Trabajo Social. René Sand, un médico cuya obra es muy poco conocida es, lo afirma su prologuista, Paul Strauss, (a su vez Ministro de Higiene de la Asistencia y de Prevención Social, y miembro de la Academia Francesa de Medicina), el organizador de la Conferencia internacional de Servicio Social celebrada en París, en 1928 y por tanto una autoridad y un estudioso del tema. En su exposición descriptiva se refiere simultáneamente a los organismos y medidas de protección social que se ponen en marcha -legislación laboral, seguros sociales de vejez, enfermedad, invalidez, desempleo, protección a la mujer y a la infancia, educación, y a lo que tiene que ver con la higiene, la atención a la salud, la prevención de la enfermedad, porque todo ello tiene que v er con el programa de reformas sociales que es su objeto de estudio. Lo que describe pues, es una serie de innovaciones que tienen que ver con la protección social, con la gestión de los riesgos, y con la salud, teniendo como telón de fondo el caos, el de sorden, la desestructuración social que trae consigo la industrialización. Estas innovaciones son a su juicio, también extensibles a Escocia, Irlanda del Norte y el "Estado libre de Irlanda", con muy pocas diferencias (Fox Piven y Cloward, 1993 ).



Análisis comparativo entre las etapas que según Ezequiel Ander Egg, caracterizaron a Trabajo Social en Latinoamérica: 







Estudio ± Investigación . Primera fase en la que se recogen y sistematizan, se relacionan, se analizan y se interpretan datos e informaciones sobre problemas sociales. Durante este momento, previo al Diagnóstico, se deben indagar los valores y las creencias, el comportamiento social y la existencia de líderes naturales y formales; además se deberá conocer la forma de toma de decisiones, lo s servicios disponibles formales e informales así como su localización, las condiciones económicas y las organizaciones existentes. Ander-Egg y   Aguilar alertaron sobre la confusión existente entre Investigación y Diagnóstico, muy frecuente en los libros de metodología del Trabajo Social. Diagnóstico. Es el nexo o bisagra entre la Investigación y la Planificación. Quedó claro durante el Taller, que este elemento fundamental de la Intervención va más allá del campo que abarca el Estudio-Investigación. Para entender el Diagnóstico hay que comprender  los problemas de cara a la acción. Esto supone conocer: cuáles son los problemas, el por qué de esos problemas en una situación determinada; cuál es el contexto que condiciona la situación -problema estudiada; cuáles son los recursos y medios disponibles para la resolución de los problemas; cuáles son los factores que influyen, condicionan o determinan la situación, y los actores sociales implicados en la misma. Finalmente, habrán de delimitarse las tendencias previsi bles para el futuro, las decisiones que se deben adoptar sobre las prioridades y estrategias de intervención y los factores contingentes que condicionan la viabilidad y la factibilidad de una intervención social. Los profesores transmitieron la problemáti ca de que todo lo relacionado con el Diagnóstico ha tenido un menor desarrollo conceptual y metodológico. Ander-Egg y Aguilar llevan realizando, desde hace más de diez años, un esfuerzo para conceptualizar todo lo referente a los aspectos metodológicos, instrumentales, procedimentales y técnicos necesarios para la elaboración de buenos diagnósticos sociales. Planificación. Elaboración de Planes y Programas. Dentro de esta fase, programar significa usar un conjunto de procedimientos para introducir  organización y racionalidad a la acción con el fin de alcanzar metas y objetivos. Quedó claro que, en esta fase, una de las líneas principales es el establecimiento de prioridades. Ejecución. Según los profesores, el Trabajador Social cambia de tareas constantemente,´ el Trabajador Social es un héroe´. Durante este momento de la intervención se ponen en marcha técnicas operativas o instrumentales, tales como las de carácter grupal, de comunicación social, de conocimiento de la realidad, de comunicación oral y de organización, administración y programación de actividades. En el Taller  se hizo hincapié en las técnicas grupales, entendidas como el conjunto de medios y procedimientos que se utilizan en situación de grupo, buscando dos objetivos: la productividad y gratif icación del grupo para alcanzar un determinado objetivo, y la puesta en práctica de técnicas de





dinámica de grupos para paliar los problemas que puedan surgir entre los miembros del grupo. Evaluación . En esta última fase se valoran los hechos y se emiten  juicios de valor. Según Ander-Egg no debemos confundir la Evaluación con otros conceptos como la medición, la estimación, el seguimiento (análisis de la información) y el control (verificación de resultados). La Evaluación sirve para la toma de decisiones y ha de ser sistemática, planificada y dirigida. Se hizo especial referencia a la Evaluación de la calidad, para la que había que tener en cuenta las siguientes dimensiones: satisfacción de los usuarios, profesionales o ciudadanos; la equidad; la accesibilidad; la optimización de recursos y los resultados efectivos (eficacia e impacto global). Para Ander -Egg, ³cuando queramos hacer una Evaluación, tenemos que implicar a los actores sociales´.

El contenido expuesto, someramente, ha contribuido a enriquecer y reciclar  los conocimientos de los participantes sobre Metodología. Los Docentes han logrado conectar con ellos con una habilidad discursiva fuera de lo común, logrando rellenar sus lagunas de conocimiento, a la vez que, se conseguía hacerles salir del ³pozo´ de la confusión que rodea, en la actualidad, al procedimiento de métodos de Intervención Social FASES DEL TSG. y

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ESTUDIO: Recolección de datos del grupo en sí, y del medio en el que están inversos empleando técnicas individuales y grupales. Técnicas como observación, entrevistas, cuestionarios, sociogramas DIAGNÓSTICO SOCIAL: Sistematizar los datos recogidos sobre la vida de las personas y el grupo, y que nos van a permitir establecer las características del grupo y su problema, el tipo de relaciones que existen entre los miembros«y cuales son las alternativas y prioridades para la intervención. TRATAMIENTO: Búsqueda de soluciones a la problemática mediante la ayuda institucional, autoayuda, rehabilitación o promoción.

PRINCIPIOS DEL TSG. y

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Reconocimiento del problema del grupo, relaciones y diferencias propias de cada grupo.  Aceptación plena de cada individuo. La interrelación se debe dar entre el grupo y el profesional. Estimular la relación interpersonal, ayuda y cooperación entre los miembros. Incrementar la participación individual dentro del grupo y la búsqueda de soluciones colectivas. Desarrollar periódicas programaciones y evaluaciones. Posibilitar el desarrollo del grupo o partir de sus propias conductas.

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TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO.

La organización de la comunidad surge dentro de la profesión y tiene su principal desarrollo en Estados Unidos. y

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Los problemas solo se solucionan con la participación consciente de las mayorías implicadas. Hay casos que solo se solucionan si todo el mundo se implica.  Antecedentes:

SUCESOS PRINCIPALES QUE DAN ORIGEN AL TRABAJO SOCIAL EN MÉXICO LA HISTORIA DEL SERVICIO SOCIAL EN MÉXICO: LO FUNDAMENTAL PARA SU COMPRESIÓN Y SU DESARROLLO INSTITUCIONAL Y SOCIAL. ³Una universidad sostenida en gran parte con dinero del pueblo, no debe ni puede crear profesionistas para el sólo provecho de los individuos que reciben esta educación, sino que el impartir la cultura profesional con fondos del Estado, sólo puede justificarse si el profesional va a devolver más tarde en forma de acción social, los beneficios que recibió por medio de su cultura´  Alfonso Caso. Historia del servicio social en México

En la diferente literatura acerca de los orígenes del servicio social encontramos, aspectos que hablan de la asistencia social a las comunidades desde la época de la colonia y de un servicio que prestan los profesionistas como actividad voluntaria, principalmente en las áreas de la salud y la educación. Se describe también el trabajo de los misioneros que llegaron a nuestro territorio durante la época de la colonia como una labor de carácter  religioso para aliviar el ³sufrimiento´ de los indígenas, que padecían debido a los pesados trabajos a los que eran forzados a realizar. La ayuda o la asistencia que se prestaba fue org anizada principalmente por la iglesia y centros educativos para subsanar la pobreza en la que vivía la mayoría de la población como eran los indígenas. Debido a la gran inestabilidad que vivió el país desde la guerra de independencia y con la introducción de las ideas liberales, el Estado mexicano a finales del siglo XIX desarrolla una vinculación de la educación superior con la sociedad a través de la creación de diferentes carreras de carácter social entre las que se encuentran la medicina y el derecho. Es así, como se inicia el establecimiento de las primeras ideas de vinculación del quehacer universitario con las necesidades sociales del país. En diciembre de 1885 surge una de las primeras expresiones jurídicas y legales de servicio social producto de un decreto del Congreso de la Unión, que

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crea la escuela normal de profesores de instrucción primaria y un año más tarde en 1886 se presenta ante el Congreso un reglamento, que es aprobado, y que establece el servicio social obligatorio al Estado durante tres años después de terminada la carrera. Con ello, se desarrolla el principio de una responsabilidad social pública. Establecimiento del servicio social en las universidades de México La lucha armada que ocurre con el movimiento revolucionario de 1910 tuvo importantes influencias de carácter positivo en el desarrollo de la educación superior. Es el educador Justo Sierra quien introduce la idea de que la educación superior debía estar en una relación estrecha con las necesidades sociales y a la problemática del país. Esta idea propició que la investigación y la extensión universitaria tuvieran como principios básicos el estudio y la contribución a mejorar la calidad de vida de los grupos sociales menos favorecidos. Después del movimiento revolucionario el Estado considera que la educación es el principal elemento de transformación social en México. Con el propósito de mejorar la situación económica, social, educativa y cultural del país se inician reformas educativas y algún tipo de normatividad. En 1914 se establece una incipiente obligatoriedad de servicio social para los estudiantes universitarios, para que éstos presten un servicio en beneficio de las personas analfabetas y participen en la solución de los problemas de la nación mexicana. En relación a la reglamentación del servicio social universitario, adquiere gran importancia en 1917 con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues el artículo 5° determina jurídicamente la prestación de dicho servicio. El artículo 4° constitucional señala: "La Ley determina en cada Estado cuáles son las profesiones que necesitan título para su ejercicio, las condiciones que deben llenarse para obtenerlo y las autoridades que han de expedirlo.´ También el último párrafo del artículo 5° indica: "Lo s servicios profesionales de índole social que serán obligatorios y retribuidos en los términos de la ley con las excepciones que ésta señala". En estos artículos se registran las bases de lo que más tarde será la filosofía y la reglamentación del servicio social en un primer momento, en una posición de  justicia social y de servicio por parte del Estado. En estos artículos se resume la intención de que la educación sirva como motor para el desarrollo social y de que los profesionales de las diferentes disc iplinas y universidades asuman su responsabilidad con la sociedad, que les permitió obtener un grado académico a nivel superior. Otro antecedente con relación a la normatividad del servicio social y que tiene que ver con su obligatoriedad se expresa de ma nera categórica y más clara en el año de 1929, al lograrse y legitimarse la autonomía de la Universidad Nacional por parte del presidente de la República Emilio Portes Gil, quien pugna por una universidad que en su quehacer cotidiano antepusiera el interés del servicio social a cualquier otro interés particular, además de fomentar el compromiso entre los universitarios de establecerlo obligatoriamente para los

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estudiantes como requisito indispensable a fin de obtener el título profesional, como una muestra clara de contribuir al progreso social, coadyuvando en la elevación del nivel cultural y educativo de los sectores sociales más desprotegidos. El servicio social aparece en el contexto universitario para iniciar un compromiso con las comunidades, empezar con una organización y esbozar objetivos claros con las instituciones de educación superior. Durante la década de los años treinta aparece de manera más sistemática signos acerca de la normativa del servicio social, la institucionalización del servicio social a nivel universitario permite la construcción de una normatividad más delimitada. Un ejemplo claro de ello, es en 1933 cuando Lucio Mendieta y Núñez señala que la responsabilidad del servicio social debería estar por  completo dentro de la organización universitaria y debía establecerse como una responsabilidad de los profesionistas. En 1934 en el primer congreso de profesionistas, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Gómez Morín presentó una propuesta para que se realizara el servicio social a nivel nacional, que los estudiantes se vinculen con su entorno y pongan en práctica sus conocimientos adquiridos en su formación universitaria. La obligatoriedad del servicio social  Las aspiraciones del presidente Emilio Portes Gil s e concretizan cuando el médico y docente Gustavo Baz Prada, en 1936 organiza la primera brigada médica multidisciplinaria de servicio social, conformada por estudiantes de las áreas de la salud (medicina, odontología y biología), así como del área técnica (arquitectura e ingeniería) y de la carrera de derecho, representativa del área de humanidades. Esta brigada fue solicitada por la Federación Obrera de la Industria Textil en Atlixco, Puebla, para otorgar servicio médico gratuito a unas 5,000 personas, en su mayoría de procedencia obrera y campesina.   Ante la importancia que cobra los trabajos de esta brigada estudiantil, el servicio social se vuelve un requisito institucional indispensable para que los estudiantes puedan obtener su título profesional, especialmente para los estudiantes del área de la salud. El año de 1936 puede considerarse el momento en el que se institucionalizó el servicio social como lo conocemos en la actualidad. Hacia finales del mismo año la Universidad Nacional firma el primer convenio de colaboración entre la Escuela Nacional de Medicina y Departamento de Salud Pública (hoy Secretaría de Salud) para que los prestadores de la carrera de medicina realizaran su servicio social. En 1937, inicia la incorporación de universidades com o la Autónoma de Nuevo León y la Nicolaita de Michoacán, a determinar la obligatoriedad del servicio social para los estudiantes de la carrera de medicina, para que éstos lo realicen en comunidades indígenas y rurales. En 1938, con la nacionalización del petróleo se da una mayor participación universitaria, la reciente industria expropiada por el General Lázaro Cárdenas como Bien de la Nación (Petróleos Mexicanos), requería de profesionales

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formados en la petroquímica como eran los ingenieros y los químico s. La Universidad Nacional a través de la Escuela de Ciencias Químicas inicia el servicio social de sus estudiantes como apoyo a esa industria. La conformación de la reglamentación del servicio social  Poco a poco en las décadas de los cuarenta se inició el proceso de conformación del servicio social, en carreras y universidades. Primero se incorporan de manera directa y efectiva las carreras de medicina, derecho, química. Y aunque ya existía la obligatoriedad del servicio, las otras carreras universitarias se suman a esta actividad, pero lo hacen de manera voluntaria. Se puede decir que la legislación propiamente del servicio social en las universidades, es con Lázaro Cárdenas, durante su presidencia 1939) que se elabora el proyecto de reglamento de los a rtículos constitucionales 4° y 5° que rigen el servicio social, aunque esta reglamentación se aprueba seis años más tarde, es decir en 1945. En 1940, el doctor Jesús Díaz Barriga, miembro de la Comisión de Estudios de la Presidencia de la República durant e el gobierno cardenista, formuló un Proyecto de Servicio Social para Estudiantes de Carreras Profesionales. El documento se presentó en dos grandes apartados: el primero hace una recapitulación y sistematización de las actividades realizadas hasta ese momento, así como de sus fines y naturaleza; la segunda parte, consiste en una propuesta para organizar el servicio social estudiantil en toda la República Mexicana. La respuesta del Gobierno Federal a esta propuesta se centró en ofrecer un marco legal que normara el servicio social a nivel nacional. La heterogeneidad de criterios en cuanto a la obligatoriedad de la práctica del servicio social lleva a un bloque parlamentario en diciembre de 1942 a presentar una iniciativa ante la Cámara de Diputados para regl amentar las profesiones a nivel nacional y tener mejor control de las actividades de los pasantes de educación superior en cuanto al servicio social. Esta iniciativa fue un antecedente importante para que el 26 de mayo de 1945, durante el gobierno del presidente Ávila Camacho, se publicara en el Diario Oficial de la Federación la Ley Reglamentaria de los artículos 4° y 5° constitucional relativo al Ejercicio de las Profesiones en Distrito Federal y Territorios Federales, en el cual queda definido el concep to de servicio social, en el artículo 53 de la Ley, que a la letra dice: ³se entiende por servicio social, el trabajo de carácter temporal y mediante retribución, que ejecuten y presten los profesionistas y estudiantes en interés de la sociedad y el Estado ´. Esta ley se conocerá veinte años más tarde ³Ley Reglamentaria del Artículo 5° Constitucional relativo al ejercicio de las profesiones en el Distrito Federal y Territorios Federales´ o Ley de Profesiones. A partir de entonces el servicio social debe ser cumplido obligatoriamente tanto por estudian tes como por  profesionistas. Es interesante señalar que esta Ley que regula el artículo 5° constitucional, contempla que en los casos en que se preste el servicio social de tiempo completo, se debe asegurar una remuneración para la manutención del

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prestador, lo cual resulta de gran relevancia para la universidades, sobre todo si se consideran los programas de desarrollo comunitario que se tienen en las zonas de alta marginalidad. Aunque La Ley no contempla quien deberá hacerse cargo de esta remuneración a los estudiantes, ni de donde se obtendrán los recursos económicos para el pago a los presatures de servicio social. Organización del servicio social en la década de los cincuenta y sesenta Un aspecto relevante en materia de servicio social es que en su reglamentación y legislación considera, que en casos de emergencia, los profesionistas quedarán a disposición del Gobierno Federal para prestar  servicios en contingencias de la Nación. Debido probablemente a un desconocimiento de este mandato legal o a las actividades de carácter  administrativo que se generarían para las instituciones educativas que certifican procesos de servicio social, no lo han querido tomar en cuenta en muchas ocasiones, que el país ha sufrido desastres naturales. Esto nos demuestra que el servicio social encierra en sí mismo un gran potencial humano con formación profesional de todas las disciplinas al servicio de la sociedad, y que debe servir a coadyuvar a resolver problemáticas del país, tales como el analfabetismo, el rezago educativo, salud pública, construcción de vivienda, apoyo a la agricultura y a la industria petrolera, entre otros. Ejemplo de ello, fue en 1955 cuando un grupo de pasantes de diversas disciplinas piden ser enviados a la Sierra de Puebla, donde un ciclón había azotado a las poblaciones dejando cuantiosos daños. El trabajo de servicio social que realizan los alumnos para ayudar a los damnificados se convierte en una experiencia multidisciplinaria capaz de ser replicabl e en diferentes lugares del país, como han sido varios casos: la Costa del Golfo para ayudar a los damnificados por desastres naturales, el sismo de 1985, los recientes ciclones e inundaciones del Sureste de México. La Reglamentación en México en materia de servicio social, sirve como modelo en 1958 para los países de América Latina como Colombia, Venezuela y Perú. En algunos estados de nuestro país como Tamaulipas, Coahuila y Tabasco se inicia un proceso de reglamentación en esta materia. También, en 195 8 la Escuela Superior de Medicina Rural del Instituto Politécnico Nacional organizó como práctica y sistema, la prestación del servicio social multidisciplinario dirigido a zonas indígenas y rurales. Siete años después, en 1965 esta Escuela establece un periodo de 12 meses para la realización del servicio social. En 1960 en el mes de enero se publica en el Diario Oficial un decreto que fija la regulación del servicio social de los estudiantes de las escuelas normales federales y las obligaciones de los becarios de dichas escuelas. La Universidad Nacional Autónoma de México en 1963 a través de la Facultad de Medicina reestructura la prestación del servicio social con el objetivo de que éste adquiera un carácter interdisciplinario y curricularmente organizado.

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 Ante los exitosos resultados de la prestación del servicio social, la demanda de estudiantes en condiciones de realizar su servicio, por parte de las secretarías de Estado crece cada vez más, tal es el caso del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE), que incorpora pasantes a sus tareas de planeación, promoción y supervisión de la construcción de escuelas rurales a nivel nacional, se reorganiza el servicio y se establece el reglamento respectivo en 1968. Las Instituciones de Educación Superior a finales de los años sesenta, con el propósito de revalorar el servicio social en sus principios filosóficos, académicos y sociales, organizan diferentes eventos para sensibilizar a autoridades, maestros y a estudiantes universitarios del valor fundamental que tiene en si mismo el servicio. Se dan a la tarea de realizar conferencias, foros y mesas redondas, entre otros; donde se discuten temas del servicio social y cómo reorganizarlo desde el ámbito académico adminis trativo.  A principios de la década de los setenta el Instituto Nacional para el Desarrollo de la Comunidad y de la Vivienda Popular (INDECO) realizó el primer censo nacional para contar con estadísticas y encauzar la oferta real de prestadores del servicio social a los programas que necesitaran de apoyo. Como era de suponerse la acción provocaría reacciones de las instituciones educativas, pues el censo proporcionó información relevante y las instituciones no estaban dispuestas a asignar masivamente a los prestadores. Entre 1970 y 1971 existían 115 instituciones de educación superior en el país, y de ellas egresaban un total de 32, 672 pasantes anualmente. A nivel licenciatura eran 30, 655 alumnos; 2, 017 a nivel medio superior, terminal o técnico. Los dat os también mostraron que el 67% de los pasantes estaba realizando el servicio social. De los pasantes que en el momento de la aplicación del censo lo estaban realizando, el 47% lo hacía en las instituciones de educación superior  de origen; el 32.5% en las dependencias del sector público, y el 20% restante en el sector privado. El 33% de los pasantes en ese momento, no lo estaban realizando, por algún motivo o situación determinada. El censo proporcionó datos contundentes a las instituciones educativas y al Estado, mostró que los prestadores de servicio social son un gran potencial de mano de obra profesional de todas las disciplinas que forman las universidades en nuestro país. Con esta población estudiantil, el Estado pretendería resolver  gran parte de la escasez de contratación de personal en el sector público, pues los alumnos prestadores de servicio social serían asignados por el Gobierno Federal, como vienen asignándose los pasantes del sector salud. A partir de esta década las dependencias federales, c ontinúan con la demanda sistemática de prestadores de servicio social de las universidades, para realizar  actividades propias del personal de las dependencias. Mientras que, con ello las universidades dejarían poco a poco de atender la problemática social, aunque posteriormente las retomaría, también paulatinamente. Como nos da cuenta la historia, las instituciones públicas han aprovechado coyunturalmente cada Ley, norma o reglamento para regular la demanda de prestadores de servicio. Muestra de ello, es la publicación en 1971 de la Ley de la Reforma Agraria, la cual propicia que se incorporen prestadores de servicio

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social a los programas sociales rurales y comunitarios entre ejidos y comunidades de los estados más necesitados económicamente. Era tanto el interés de la dependencias públicas por contar con mano de obra calificada a nivel profesional para desempeño de actividades en sus instituciones, que se dieron a la tarea de organizar grandes eventos como fue el Primer Congreso Nacional para la Reforma del Servicio Social de 1972, en el que se propone constituir un organismo interinstitucional para coordinar la prestación del servicio por parte de los alumnos de una manera coherente y sistemática. Como no fueron consolidados los objetivos de este Congreso, las dependencias del sector público establecieron nuevos sistemas de incorporación de prestadores. Ese mismo año, la Secretaría de Educación Pública crea una Coordinación General del Servicio Social. Un elemento de gran importancia en 1973, fue la publ icación del Código Sanitario y la Ley Federal de Educación, que viene a reforzar la obligatoriedad del servicio social. Así se inicia un nuevo periodo de cambios sustanciales que alcanzan a la Ley de Profesiones en el Distrito Federal en 1974, y a su reglamento en 1975. Cabría preguntarse a través de tantas leyes y reformas en materia de servicio social para obligar a los estudiantes de educación media superior y superior ¿qué le pasaría a este país si no existiera el servicio social obligatorio?, ¿qué pasaría en las dependencias públicas en cuanto a la contratación de personal?, ¿qué pasaría si las universidades se abocarán a construir más programas en beneficio de los grupos más vulnerables de nuestro país? ¿Qué pasaría si las universidades se organizaran interinstitucionalmente para diseñar y ejecutar programas de servicio social dirigidos a las comunidades más pobres de nuestro país? Programas de construcción de vivienda, programas para el campo, programas educativos para combatir de una vez y para siempre el analfabetismo, el rezago educativo, programas de fortalecimiento a la energía eléctrica, petroquímica y alimenticia; así como programas ambientales. El servicio social y la ANUIES  En las últimas décadas del siglo pasado el servicio social retoma gran fuerza en el tema de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior (ANUIES), realizando estudios tendientes a organizar el servicio social a nivel nacional. Desde 1972, en las asambleas generales ordinarias de rectores, se abordó y elaboró una serie de recomendaciones, propuestas y proyectos de reglamentación en torno a su organización en las instituciones de educación superior, y es dicha asociación la que propone la creación de un organismo nacional de interés público para la administración del servicio. El 2 de enero de 1974 se hace una reforma a la Ley Reglamentaria de los artículos 4° y 5° constitucionales, haciendo nuevamente referencia a: señalar  cuáles son las profesiones que requieren título y cédula para su ejerci cio, cómo regularan el servicio social las instituciones de educación superior y aclara nuevamente que el servicio social es un requisito previo a la obten ción del título profesional.

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En 1975 se publica la Ley Nacional de Educación para Adultos, misma que promueve a principios de 1976 el decreto que establece y regula el llamado servicio social educativo que reúne a estudiantes de educación media y superior en un programa federal de educación para adultos. Ese año culmina con la publicación de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal que designa facultades especiales a la Secretaría de Educación Pública en esta materia. También en 1976, las autoridades universitarias inician una reestructuración del servicio social atendiendo más a los aspectos de coordinación entre ellas, apoyo jurídico, promoción y planeación desde sus instituciones, que al aspecto académico y curricular del servicio, tampoco se abocan al diseño de programas comunitarios. Fortalecimiento económico: asignación de presupuesto f ederal  Con el fin de modificar, consolidar y vincular el servicio social con las necesidades más urgentes del país, en 1978, el Gobierno Federal da un paso importante en el proceso operativo y de organización de las diversas disposiciones que se han venido dando, en la educación media superior y superior y en servicio social. Para ello, crea la Comisión Coordinadora de Servicio Social de Estudiantes de las Instituciones de Educación Superior  (CCOSSIES), que es un organismo público de carácter interinstitucional integrado por las Secretarías de Educación Pública y de Programación y Presupuesto, instalada formalmente en marzo de 1979. A partir de ese año, se establecen las bases para convenios de colaboración y coordinación entre las instancias federales, estatales y municipales con las instituciones de educación superior a nivel nacional, a fin de gestar programas específicos en apoyo a la problemática socioeconómica del país. El 30 de marzo de 1981, el Poder Ejecutivo Federal promulga el Reglamento para la Prestación del Servicio Social de los Estudiantes de las Instituciones de Educación Superior en la República Mexicana, en que deroga el decreto de creación de la CCOSSIES de 1978, así como las disposiciones que se opongan a este ordenamiento. Asimismo, introduce nuevos conceptos y normas que justifican la creación de un plan general de servicio social. De esta manera surge la Dirección de Apoyo al Servicio Social del Estudiante y   Análisis del Empleo (DASSEAE), que depende directamente de la Dirección General de Programación y Presupuesto Regional de la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP). Con ella, los programas de servicio social que reciben apoyos económicos deberán elaborarse de conformidad con el Plan Nacional de Desarrollo para la asignación de becas a los prestadores. Las actividades de carácter administrativo y de servicio a comunidades marginadas se dieron a través del Programa Emergente de Protección al Empleo en 1983, que más tarde se denominó Programa Regional de Empleo Servicio Social Obligatorio (PRESSO). Dicho programa se planteó como una de las estrategias fundamentales para proteger el empleo y la planta productiva del país. La característica

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fundamental del programa fue la creación de empleos temporales a los estudiantes de las instituciones de educación media superior y superior, otorgando a cada prestador de servicio social un estímulo económico correspondiente a la mitad del salario mínimo, de acuerdo a la zona económica del país en que se prestara el servicio. [11] Durante 1984 la Universidad Nacional Autónoma de México, la Secretaría Educación y la entonces Secretaría de Programación y Presupuesto, trabajan interinstitucionalmente con el objetivo de establecer mecanismos de coordinación para la captación, promoción, difusión, registro y control de los programas y de los prestadores dentro de la política social. Así acuerdan la transferencia de recursos entre estas instituciones para ofrecer un empleo temporal a los prestadores y crear  un paliativo al problema del desempleo. En 1981 se crea por acuerdo presidencial, el Fideicomiso entre Nacional Financiera y el Gobierno Federal, con objeto de racionalizar la ayuda económica que se otorga en ese momento a los estudiantes que prestan servicio social en los programas del sector público, así surge el Fideicomiso Nacional de Servicio Social de los Estudiantes de las Instituciones de Educación Superior (FONASSE), que a través de CCOSSIES canaliza el fondo monetario para que los estudiantes dispongan de un incentivo económico durante el desempeño de su servicio de su social. Cuatro años más tarde, en 1985 desaparece por medidas de austeridad y restricción del gasto público, la expectativa de empleo temporal creada en los prestadores también se pierde. En la primera mitad de la década de los ochenta se dan cambios relevantes para el servicio social a nivel nacional. A pesar de que la CCOSSIES es creada para la sistematización y organización del programa nacional del servicio social desaparece como tal y se crea el Programa Nacional d e Servicio Social (PRONASS). En el periodo de Carlos Salinas (1988 a 1994), el servicio social le sirve de estandarte político, pues crea el programa de Solidaridad, como un programa del gobierno para erradicar la pobreza extrema, el cual se difunde ampli amente entre la sociedad y especialmente en el ámbito universitario, otorgando las becas de solidaridad. El programa invirtió grandes cantidades de dinero en papelería oficial, publicidad y en un listado enorme de trámites administrativos para otorgar el presupuesto a las instituciones educativas. El trámite era tres veces más costoso, que el monto mismo de la beca del prestador de servicio social. El programa de solidaridad para el mejoramiento productivo y el bienestar popular coordinado por los diferent es niveles de gobierno y de las instituciones de educación superior concluyó con el sexenio en 1994. La Dirección de Apoyo de Servicio Social del Estudiante y Análisis del Empleo (DASS), sustituye a la DASSEAAE desde 1989. Las actividades de la DASS se en marcan en el Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, la Ley General de Planeación y el Programa Nacional de Solidaridad PRONASOL. Posteriormente con la desaparición de la Secretaría Programación y Presupuesto, la DASS, pasa a depender de la actual Secretar ía de Desarrollo Social.

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La consolidación desde el espacio universitario La historia de nuestro país muestra las grandes fortalezas para el servicio social en el ámbito constitucional, con la Ley Reglamentaria de los Artículos 4° y 5° constitucionales relativos al Ejercicio de las Profesiones en Distrito Federal y Territorios Federales. Asimismo, se encuentran acciones específicas para fortalecerlo y enriquecerlo; entre ellas: 1) La creación de diversos organismos a nivel federal responsables de institu cionalizarlo, para mejorar la calidad de vida de los diversos grupos vulnerables; 2) La asignación de recursos financieros a nivel federal para el otorgamiento de becas a los prestadores; 3) El papel preponderante que ha tenido la Asociación Nacional de Un iversidades e Instituciones de Educación Superior desde 1972 en materia de extensión universitaria y su apoyo continuo para el desarrollo de programas y eventos en pro de un servicio social universitario; y 4) La publicación constante y pertinaz desde enero de 1993, del Programa Nacional de Extensión de la Cultura y los Servicios, en el que destaca el Programa Nacional para el Mejoramiento del Servicio Social y el trabajo con las diferentes institu ciones educativas afiliadas. Todos estos acontecimientos relatados hasta aquí a nivel federal y estatal en materia de servicio social, hablan poco de lo realizado al interior de las universidades a nivel nacional que son las que forman a los profesionales académicamente y en una conciencia de la realidad social. E n este aspecto las Instituciones de Educación Superior deben dirigir los proyectos de investigación a conocer los aspectos cualitativos de la prestación de la práctica del servicio social y difundirlos a través de publicaciones. En este mar legislativo de leyes y reglamentos, se pierde uno de los aspectos más importantes del servicio social que es la profesionalización de una formación y una práctica académica en el desempeño de las habilidades del saber y del hacer, y el deber ser del prestador ante su compromiso social. Si no se contara con prestadores de servicio social con una formación sólida y con conciencia de solidaridad qué podría pasarle a nuestro país. Por ello, me interesa abordar el servicio desde un ámbito universitario y académico, y desde luego del trabajo realizado por la Comisión Interuniversitaria del Servicio Social (CISS), ya que es un elemento fundamental y significativo en la historia del servicio y las universidades del país. Antes de 1985, algunas universidades sólo sabían de la exi stencia de la CISS, mientras otras y el sector público conocían a la CCOSSIES, pues fue creada por el Estado paralelamente a la conformación de la instancia universitaria, que velaría por un servicio hacia la sociedad en defensa de los programas universitarios. Diversos académicos involucrados en esta actividad, que documentan la historia del servicio social y coinciden que si bien los principales acontecimientos ocurrieron a lo largo de las primeras siete décadas del siglo XX, en realidad es una práctica académica relativamente nueva que no rebasa los 40 años dentro del contexto nacional de las universidades, en términos de su planeación, organización y evaluación. Más que por falta de interés y voluntad de los universitarios, ha sido por la intromisión co nstante del gobierno federal para copar y controlar la asignación de prestadores hacia las

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secretarías de estado y desarrollar sus programas sociales, limitando a las universidades en la planeación de éstos de acuerdo a los perfiles profesionales de los estudiantes. Dentro de las universidades el debate sigue abierto, en cuanto a quién ordena la asignación de prestadores y qué programas de servicio social son prioritarios en el país. Los universitarios se plantearon la organización de congresos a nivel n acional para discutir la situación académica del servicio social desde 1978. El interés fue lograr un servicio social integrado a las funciones sustantivas universitarias y crear una instancia de intercambio que coadyuvará a la creación de proyectos destinados a resolver cuestiones tan elementales como a aclarar su propio concepto, a construir una metodología y una estructura organizativa para el servicio social como función sustantiva, a desarrollar programas de extensión universitaria. En esta instancia de intercambio tendrían que converger factores de discusión colectiva, la experiencia para ordenarlas y sistematizarlas en beneficio de la sociedad y de los responsables del servicio en las universidades. Para ello, los universitarios realizan diversas reuniones de trabajo para discutir  esta temática, las cuales se desarrollan en diferentes ciudades de la República y concluyen con la realización de un primer congreso nacional de servicio social en 1978, en la Universidad Autónoma de Baja California Sur. En 1979 en la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Es en este congreso donde se discute ampliamente y se aprueba la creación de la CISS, que se concreta en el III Congreso en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). La Universidad Pedagógica Nacional (UPN) tiene una importante participación en la determinación de qué universidad tendría la presidencia de esta Comisión.  AMPLIARNsm, La CCOSSIES y la CISS se crean paralelamente en 1978 -1979, como ya se ha mencionado, una comisión por parte del Gobierno Federal para imprimir su política social y con el aval de la mayoría de las universidades del país, la CISS representada por una minoría de universidades que se oponían a la política del gobierno y proponía una alternativa que se basaba en el derecho que t ienen las universidades de organizar el servicio social universitario (poner art de la ley de pro. Debido a intervención directa de la CCOSSIES para impedir la creación de la CISS, el trabajo de algunas universidades disminuyó mucho en las reuniones interuniversitarias. Aunque otras, como la Universidad Autónoma de Morelos, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad Autónoma de Guerrero, la Universidad Autónoma de Sinaloa, y la Universidad Nicolaíta de San Nicolás de Hidalgo de Michoacán se organizaron con académicos destacados en la construcción del servicio social universitario, para trabajar  arduamente en las reuniones que organizaba CCOSSIES en el norte, centro, y sur del país. Los académicos participaban en ellas, con el propósito si empre de sensibilizar a los demás participantes en el significado académico, político y social que tenía la creación de la CISS, para desarrollo del servicio social. Debido a la serie de cuestionamientos del organismo gubernamental que representaba al Estado, éste quería impedir que los universitarios y las

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dependencias públicas hablaran de ella, argumentando que no era importante, pues ya existía la CCOSSIES. Después de cuatro años, en 1984, la Universidad Autónoma de Sinaloa organiza foros de servicio social y con el apoyo de las universidades de Morelos, Michoacán, Puebla y Guerrero realiza cuatro reuniones regionales con carácter nacional, para discutir las temáticas y la organización del III Congreso Nacional de Servicio Social. La temática más importa nte sería la creación de la Comisión Interuniversitaria de Servicio Social (CISS). Es así como se crea en marzo de 1986 como resolutivo de este Congreso, que se celebró en la ciudad de Culiacán, Sinaloa con la participación de todas las universidades del p aís. Desde su creación, la CISS se ha planteado entre sus objetivos: establecer  mecanismos y estrategias de comunicación entre las diferentes universidades; intercambiar experiencias; conformar un banco de datos a nivel nacional; promover el servicio social en diferentes medios, lograr la profesionalización del personal en esta actividad y el intercambio de prestadores para los programas interdisciplinarios. En el ámbito de la CISS se han obtenido avances sustanciales. Uno relevante es que a partir de 1986, los congresos nacionales se realizan cada año con gran asistencia por parte de las universidades públicas y privadas del país. En ellos se revisan, discuten e intercambian experiencias en las áreas de planeación, administración, operación, evaluación y financiamiento del servicio social. Asimismo, estos espacios han sido un canal de interlocución colectiva frente al Estado, para proponer y concertar políticas generales y deslindar  cuestiones jurídicas con el interés de mantener el respeto a la soberanía universitaria. Como hemos visto, la evolución de esta práctica académica ha sido motivada por momentos coyunturales y políticos del país. La base común de estas reflexiones surge del quehacer político y de la experiencia universitaria; el concepto de servicio social como práctica académica se debe al trabajo universitario de docentes y alumnos, así como de práctica social. De conformidad con los mandatos constitucionales la responsabilidad de normar, organizar, supervisar y liberar el servicio social de l os estudiantes como requisito previo a titulación, es de las instituciones universitarias del país.

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¿Que

es Trabajo Social

La Federación Internacional de Trabajadores Sociales y la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (IASSW) , definen al Trabajo Social de la siguiente manera: "La profesión de trabajo social promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación del pueblo para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los Derechos Humanos y la Justicia Social son fundamentales para el tra bajo social". El trabajo marginal en sus distintas expresiones se dirige a las múltiples y complejas relaciones entre las personas y sus ambientes. Su misión es facilitar  que todas las personas desarrollen plenamente sus potencialidades, enriquezcan sus vidas y prevengan las disfunciones. Por ello, los y las profesionales en trabajo social, se convierten en agentes de cambio en la sociedad y en la vida de las personas, familias y comunidades para las que trabajan. El trabajo social es un sistema integrado y dinámico de valores, teoría y práctica interrelacionados

Cual es su objeto de intervención profesional ¿Qué es un trabajador social?  Un trabajador social es un profesional capacitado que utiliza la aplicación de la teoría social y los métodos de investigación para estudiar y mejorar la vida de las personas, grupos y sociedades. Trabajo social impactos tanto la pequeña escala, trabajando con las personas, y el más grande como un campo de la investigación, de pensamiento y de estudio. Los trabajadores sociales se han comprometido a ayudar a las personas a desarrollar su pleno potencial, con independencia de que serán, y corregir los males sociales y las injusticias. Los trabajadores sociales trabajan con individuos, familias, grupos y organizaciones. Un trabajador social ayuda a las personas con problemas en su vida cotidiana, incluida la crisis médica, vivienda, familia y desafíos. Los trabajadores sociales pueden ayudar a las personas con discapacidad en obtener los servicios que necesitan, o ayudar a las personas sin hogar  encontrar la vivienda y el empleo. Ellos pueden facilitar una variedad de grupos de apoyo o ayuda a personas a través de desafíos a corto plazo. Los trabajadores sociales también son empleados como terapeutas, proporcionando asesoría a individuos, familias y parejas. Como consejeros, trabajadores sociales pueden trabajar con los psicólogos o psiquiatras, o trabajar de manera independiente.

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Los trabajadores sociales de todo tipo, incluidos los trabajadores sociales médicos, servicios de protección de niños trabajadores, abuso de sustancias y los trabajadores sociales proporcionan un valioso servicio a las personas y sus comunidades en su conjunto. Este trabajo duro y compasivo personas hacen la vida un poco más fácil para los que luchan, si sus temas son específicamente sociales o relacionados con la salud mental.

Que objetivos se propone alcanzar el Trabajo Social en su proceso de intervención profesional. La Importancia de Trabajo Social  Según la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales, "La misión primordial de la profesión de trabajo social es mejorar el bienestar humano y ayudar a satisfacer las necesidades humanas básicas de todas las personas, prestando especial atención a las necesidades y el empoderamiento de las personas que son vulnerables, oprimidos, y que viven en la pobreza. "Sin lugar a dudas, esto es fundamental el trabajo, y si está motivado para hacerlo, seguramente se rá una carrera que va a traer gran satisfacción personal. Los trabajadores sociales de todo tipo pueden hacer una diferencia significativa en las vidas de muchas personas durante el transcurso de su carrera. No cabe duda de que en una carrera de trabajo social es a la vez significativo y gratificante. El trabajo social como una carrera no siempre es fácil, y puede ser  emocional y físicamente de drenaje. Los trabajadores sociales pueden no sólo mejorar las condiciones de vida, pero en el caso de los niños trabajadores de servicios de protección o el uso indebido de sustancias trabajadores sociales pueden incluso ser capaz de salvar vidas que podrían haberse perdido. Históricamente, los trabajadores sociales han trabajado para eliminar la pobreza y mejorar la vida de muchos. No sólo los trabajadores sociales ayudan al individuo, sino que han trabajado por la justicia social en las comunidades más grandes, trabajando hacia la eliminación del racismo, la discriminación y otros males sociales.

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CONCLUSIONES

Mediante la utilización de teorías sobre comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los Derechos Humanos

y la Justicia Social son fundamentales para el trabajo social por 

lo que los trabajadores sociales son agentes de cambio en la sociedad y en las vidas de las personas, familias y comunidades para las que trabajan. El trabajo social ha crecido con ideales humanitarios y democráticos, y sus valores se basan en el respeto a la igualdad, el valor  y la dignidad de todas personas. EL Trabajo Social entonces resulta en el campo de la Familia, no como profesión complementaria o de apoyo, sino de suma trascendencia en el ámbito corporativo y social. Esto es la capacidad de diseñar, ejecutar y evaluar proyectos de cualquier naturaleza, con una visión integral del mundo y la prospectiva.

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