Andrew Soltis - Secretos de la inversion de jugadas en ajedrez.pdf

August 6, 2018 | Author: G2309443 | Category: Chess Openings, Competitive Games, Board Games, Traditional Games, Game Theory
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ANDREW 50LTIS

SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADA. � a1e"árez en

E

xplote los trucos y sutilezas del orden de jugadas en la apertura

TUTOR

Editor: David Domingo Coordinación editorial: Paloma González Traducción: Antonio Gude

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni tampoco su tratamiento irúonnático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecáruco, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del

Copyright.

Título original: Transpo Tricks in chess Publicado por primera vez en U.K. en 2004 por B. T. Batsford Limited, un sello de Anova Books Company Limited, London. © 2007 by Anova Books © 2007 del texto by Andrew Soltis © 2009 by Ediciones Tutor, S.A. Marqués de Urquijo, 34. 28008 Madrid Tel.: 91 559 98 32. Fax: 91 541 02 35 E-mail: [email protected] www.edicionestutor.com



Socio fundador de la World Sport Publishers' Association (WSPA)

Maquetación: Juan Moraño ISBN: 978-84-7902-788-9 Depósito legal: M-34.272-2009 Impreso en Gráficas COFAS Impreso en España

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Printed in Spain

3

Sumario

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . CAPÍTULO 1 Aperturas abiertas

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5

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

CAPÍTULO 2 Apertura Ruy López

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. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

CAPÍTULO 3 Defensa Siciliana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 CAPÍTULO 4 Aperturas semiabiertas

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. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

CAPÍTULO 5 Aperturas de Peón Dama

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CAPÍTULO 6 Defensas indias

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CAPÍTULO 7 Defensa Holandesa y aperturas de flanco

Índice de variantes de apertura . . .

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Signos convencionales + ++

0-0 0-0-0 ? !? ?! !! ?? ± :¡: ± :¡: +-+ = oo

'2!?

ECO

Jaque Jaque mate Enroque corto Enroque largo Buena jugada Mala jugada Jugada interesante Jugada dudosa Jugada extraordinaria Grave error Ligera ventaj a de las blancas Ligera ventaj a de las negras Ventaja de las blancas Ventaj a de las negras Ventaja decisiva de las blancas Ventaj a decisiva de las negras Posición igualada Posición complicada, difícil de evaluar Posición complicada tendente a la igualdad Enciclopedia de Aperturas de lnformator

5

Introducción

Las aperturas se han vuelto tan complejas y enrevesadas, que hemos olvidado nues­ tro principal objetivo al jugarlas, es decir, la razón por la que, digamos, preferirnos 1 e4 a 1 d4 (u 11 h3 a 1 1 �e3), a saber, con­ seguir el medio juego que queremos jugar. Lamentablemente, también nuestros oponentes pueden elegir, a fin de llegar a un medio juego que les convenga. Rara vez ambos medios juegos coinciden. ¿Cómo conseguir el que usted quiere? Por sorprendente que parezca, no puede confiar en su legendaria habilidad posicio­ nal, su capacidad de cálculo (superior a la de Fritz) ni en su deslumbrante carisma personal. Lo que tiene que hacer es recu­ rrir a la superchería, a la astucia de la transposición. Piense, por ejemplo, en la apertura 1 e4

eS 2 ltJf3 ltJc6 3 .,tbS ltJf6 4 0-0 ltJ xe4 5 d4, la línea principal de la Defensa Berlinesa en la Ruy López. (Ver diagrama l.) En el 99% de las partidas, las negras responden aquí con 5 ... d6 ó 5 . . . .i.e7, y la vida sigue. Pero rnerode.ando en el laberinto de las notas al pie, descubrirnos 5 a6!?. Nor..•

malmente, se acompaña del comentario "si 6 i.a4, entonces 6 ... b5 7 .tb3 d5, transpo­ niendo a la Defensa Abierta". Puesto que se trata de una nota al pie, apenas reparamos en ella. Después de todo, 5 ... a6 "sólo transpone". Eso nos dice que no importa, porque sólo conduce a otra apertu­ ra, es decir, a algo irrelevante en esa página. Pero resulta que 5 ... a6 ha sido un ar­ ma valiosa para muchos jugadores, desde Paul Morphy hasta Vassili Ivanchuk. Su fuerza radica en la posibilidad de que las negras puedan llegar a dónde quieren lle­ gar (la Defensa Abierta), y evitar lo que quieren evitar: la Variante del Cambio (3 ... a6 4 �xc6).

6

SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ

Sutilezas como ésa rara vez se apre­ cian, hasta que pasan a incorporarse a la "teoría". Tal fue el caso de la partida Bot­ vinnik-Capablanca (AVRO 1938), que se hizo famosa al instante y que comenzó con

1 d4 llif6 2 c4 e6 3 llic3 .ib4 4 e3 d5

De qué forma degrada las opciones de su oponente o incrementa las suyas pro­ pias.

Una estrategia básica en cualquier apertura es incrementar las opciones pro­ pias. Consideremos esta conocida posi­ ción:

Hoy día parece obvio 5 a3 � x c3+ 6 bxc3. Pero en 1938 se consideró una ju­ gada magistral. "La idea de esta jugada es típicamente moderna, a saber, transponer a una variante favorable que no se hubie­ se alcanzado de una forma normal", escri­ bió Reuben Fine. En realidad, hay una forma normal que permite a las blancas evitar un peón do­ blado (la desacreditada 4 a3 �xc3+ 5 bxc3 dS? ! ) . Botvinnik empleó 5 a3 ! para empu­ jar a Capablanca a entrar en una versión favorable de 4 a3. No juzgamos las transposiciones por el mismo parámetro que hacemos con otras jugadas. Una idea original de apertura (o novedad teórica, como suele llamársela) se evalúa según la nueva posición que cree. Pero una transposición que, por de­ finición, produce una posición conoci­ da, como 5 a3 ! , lo hace brillantemente. Podríamos juzgarla por sus efectos, por ejemplo:

Se trata de un esquema, es decir, de una formación básica de partida en una apertura importante. En este caso, se trata de un esquema que ha servido como ram­ pa de lanzamiento de millares de Sicilia­ nas Dragón, que a menudo continúan con 10 ... llieS y ... l:lc8/ ... llic4. Pero en una partida de 1997, Anand­ Kiril Georgiev, las negras ensayaron 10 llia5!?. Las blancas pronto apreciaron la diferencia. Después de la natural 11 �b3, las negras podrían transponer a líneas más conocidas, con 1 1 . la c8 y 1 2 . . . lli c4 1 3 �x4 : xc4. Pero 10 .. lliaS concede a las negras una opción adicional, ... lli xb3+, que pueden emplear según cuáles sean las siguientes jugadas de las blancas. En otras palabras, las negras pueden elegir si de­ sean o no transponer, con ... lli c4. En lugar de tratar de imaginar lo pe­ ligroso que puede ser . . . lli xb3+, las blan.••

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I NTRODUCCIÓN

cás se inclinaron por una opción prácti­ ca, 11 .te2!, que podríamos considerar una contrasutileza, porque elimina la op­ ción extra de las negras y deja al caballo sin mejor opción que jugar a c4. Esto surtió un efecto benévolo, porque una sutileza en el orden de jugadas puede juzgarse también por: La forma en que enerva o confunde a su oponente.

Objetivamente, 1 1 �e2 no es mej or que 11 � b 3 . Pero psicológicamente constituye un fuerte golpe, como es típi­ co de las transposiciones, que suelen te­ ner una mayor potencia psicológica que obj etiva. Después de 11 l:i c8 12 �bl, las ne­ gras no pudieron armarse de valor para realizar la mejor jugada, 12 ... tt:J c4, por­ que daría paso al medio juego que las blancas buscaban, pues al pasar por alto 10 ... tt:Je5, las negras decidieron práctica­ mente que no querían entrar en ese me­ dio juego. Así pues, eligieron una política muy di­ ferente, 12 a6?. En el Dragón, j ugadas tan lentas suelen resultar fatales, como su­ cedió en este caso. .•.

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13 g4! bS 14 h4 e6 15 a3 hS 16 �gS hxg4 17 hS! gxhS 18 .l:txhS .li:!.cS 19 fxg4 1::r x c3 20 _t xf6 'ilV x f6 21 'ilV x c3 tLi c4 22 �xc4 bxc4 23 'i!Vxc4, y las blancas ga­ naron. Esto demuestra que las transposicio­ nes plantean trucos que afectan no sólo al orden de jugadas, sino también a la ecuanimidad de su oponente, quien, al comprender que está siendo arrastrado al medio j uego que usted busca, puede perder el habitual aplomo con que los jugadores afrontan normalmente las 15 primeras jugadas de la apertura. Y los ju­ gadores que pierden la confianza, come­ ten errores. Volvamos a 1 e4 eS 2 tt:Jt3 tt:Jc6 3 .tbS tt:'if6 4 0-0 tt:'ixe4 5 d4 a6. Giovanni Vescovi era el jugador n.º 60 del mundo, cuando, en 2005, se enfrentó por primera vez, con blancas, a esta posición. Decidió que no se dejaría arrastrar a la Defensa Abierta. Pero eso significó que debía optar por 6 �xc6?!, lo que resultó ser el preludio a una mala idea, 6 dxc6 7 'i!Ve2 .tfS 8 g4? •••

.tg6 9 h4

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Las negras podían haber refutado esta continuación con 9 'i!Vd7! 10 tt:'ixeS 'i!Vxd4, como ya había jugado Johannes ••.

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

Zukertort, ¡nada menos que en Londres 1883 ! Vescovi invirtió 40 minutos para descu­ brir esa dudosa línea. Esto nos lleva a otro criterio de transposición, que puede me­ dirse por: La forma en que su oponente piensa.

La verdadera batalla de la apertura co­ mienza cuando puede forzar a su oponen­ te a salir de sus conocimientos teóricos. Sólo entonces se arriesga a cometer erro­ res y a invertir un tiempo considerable en reflexionar. Ése fue el caso, cuando Vishy Anand, con negras, jugó una partida rápida de de­ sempate entre fenómenos, en 1994, con la Defensa Petrov. Después de 1 e4 e5 2 tllf3 tllf6 3 d4 tllx e4. Su oponente no jugó aquí 4 �d3, un movimiento que se considera automático, optando por 4 lll x e5!?

Fue ése un caso de jugada cuyo mérito principal era, simplemente, obligar a pen­ sar al oponente. Es característico de tales jugadas que no reducen sus opciones, sino que más bien las incrementan, pero obli­ gan a pensar más al rival. No tiene mucho valor, por ejemplo, ju­ gar 1 d4 c6, y luego 2 c4 dS, en compara­ ción con la ruta normal, 1 d4 dS 2 c4 c6. Pero este orden, empleado por Anatoli Karpov, entre otros, lleva a las blancas a debatir entre si conocen más acerca de la Caro-Kann (2 e4) que de la Eslava. O bien ¿qué harían, en caso de 2 c4 bS? Un orden de jugadas extraño puede conseguir eso. Una jugada "que haga pensar" puede costar a su oponente algo más que minu­ tos. Puede inducirlo a tomar una mala de­ cisión. El ejemplo más drástico de los últimos tiempos le ocurrió a Vladimir Kramnik en lo que era, hasta ese momen­ to, la partida más importante de su vida, la última de un match de Candidatos en 1994. Su oponente, Boris Gelfand, abrió con 1 c4, a lo que siguió 1 c5 2 lll c3 lll f6 3 g3. Esta posición se había producido millones de veces, pero a Kramnik nunca se le había presentado. Por rutinaria que fuese, la ju­ gada 3 g3 lo confundió. Respondió 3 d5 4 cxd5 lll xd5, y después de 5 � g2 •.•

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Anand comenzó a calcular furiosa­ mente, tratando de descubrir qué había de malo en la jugada blanca. Pero lo cierto es que no tenía nada de malo. Sólo es una ju­ gada inhabitual. Tras invertir dos de sus preciosos cinco minutos, jugó 4 d6 5 tllf3 d5, llegándose a una posición de libro. ..•

I NTRODUCCIÓN

... optó por 5 . . e6??, "casi sin pensar", se­ gún su oponente. Kramnik asumía que po­ dría transponer, .después de 6 ll'if3 ll'ic6, a otro esquema muy bueno para las negras. Pero siguió 6 ll'i xdS! cxdS 7 �b3, con lo que las blancas ganaron un peón (7 . . . c4 8 �bS + ), la partida y el match. El efec­ to de aturdimiento que produjo 3 g3 arrin­ conó, durante varios años, las aspiraciones de Kramnik al campeonato mundial. Hay una cuarta forma de evaluar una astuta transposición, a saber: .

El camino conocido es 4 . . . cS , y en­ tonces 5 a3 �xc3+ 6 bxc3 ll'ie7. Pero las blancas disponen de numerosas líneas marginales, como 5 dxcS, 5 �g4 y 5 ll'if3. La teoría no considera a estas líneas tan buenas como 5 a3. Pero en la práctica son peligrosas, si las negras no están bien pre­ paradas. En lugar de pasar horas y horas estu­ diándolas, las negras pueden jugar 4 ll'ie7!, que solía ser un preludio a 5 a3 �xc3 + 6 bxc3 b6. Pero Wolfgang Uhl­ mann demostró que 6 cS! era una simple transposición a la línea principal 4 ... cS. Las negras obtienen así los beneficios del orden de jugadas normal, sin tener que preocuparse por las líneas alternativas. És­ ta es la "higiene mental" del orden de ju­ gadas. Cada truco de transposición debe ser juzgado mediante un balance: ¿Cuáles son los beneficios? , ¿cuáles son los inconve­ nientes?, ¿qué orden de jugadas es más importante? Algunas jugadas, como 4 ... ll'ie7, pueden tener más ventajas que in­ convenientes. Otras, como la de Krarnn ik, 5 ... e6??, pueden ser desastrosas. Pero la inmensa mayoría se encuen­ tra en un término medio. La idea de alcanzar la línea de fondo no es conce­ derle una posición superior, sino una po­ sición que a usted le guste jugar. Lo ideal sería que, además, su oponente quisiera evitarla. Consideremos 1 e4 c5 2 ll'if3 ll'ic6 3 d4 cxd4 4 ll'i xd4 ll'if6 5 ll'ic3 d6, y ahora 6 h3 e6 7 g4 . Esto transpone a una versión con­ servadora del Ataque Keres, en la que las blancas confían en un esquema lento, a ba­ se de Ag2, en lugar de g4-g5. Sin embargo, en la partida Andreikin­ Kosteniuk, Tomsk 2006, siguió 7 a6 8 gS •.•

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Cómo preserva su salud mental.

Todos nosotros estamos obligados a ocuparnos de una cantidad cada vez ma­ yor de análisis librescos. Casi tan difícil de memorizarlos en casa resulta recordarlos luego ante el tablero. Esto puede ser de lo­ cos. Nos gustaóa simplificar la cantidad de "libro" que necesitamos conocer para lle­ gar a los medios juegos que nos gustan. La mejor forma de ahorrar nuestro tiempo de estudio (y de preservar nuestra salud) es mediante las transposiciones. Piense, por ejemplo, en la línea principal de la France­ sa Winawer, 1 e4 e6 2 d4 dS 3 ll'i c3 �b4

4 es.

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ll'id7 9 h4.

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SECRETOS D E LA I NVERSIÓN D E J UGADAS EN AJEDREZ

de Mark Taimanov, en la edición de 1972 de la Enciclopedia de Aperturas yugosla­ va, las negras ganan.

É sta es otra posición de libro del Ata­ que Keres, pero las blancas han perdido un tiempo, porque han invertido dos movi­ mientos en llevar su peón h a h4. Un tiem­ po perdido es una diferencia importante. Pero más importante aún resultó el he­ cho de que las negras no estuviesen fami­ liarizadas con las posiciones del Ataque Keres. Después de 9 ltJde5?! 10 .te3 b5?!, quedaron peor, y tras 11 ltJ xc6 ltJ xc6 •••

En realidad, las blancas disponen de una buena respuesta, 10 ltJf5! . La línea crí­ tica es 10 ... ltJe7!, que fuerza la secuencia

11 lLi xg7+ @f8 12 .txc5 "fixc5+ 13 @hl @ xg7 14 e5.

posición estaba perdida. La objetivamente mala 8 g5? funcionó brillantemente por transposición, convirtiéndose, en realidad, en 8 g5 ! .

Que esto sea correcto está sometido a debate, lo que significa que tanto a las blancas como a las negras puede interesar­ les llegar a la posición del diagrama. Pues bien, hay tres rutas razonables para llegar a la misma. Una de ellas es 1 e4 c5 2 ltJf3 e6 3 d4

"SOLO TRANSPONE"

cxd4 4 ltJ xd4 ltJ c6 5 ltJ c3 Wfc7 6 .t e3 a6 7 .td3 ltJf6 8 0-0, y ahora 8 .tb4 9 f4 .tc5.

Algunas posiciones de apertura pueden al­ canzarse a través de dos, tres o más órde­ nes de j ugadas lógicos. Los libros (e incluso los jugadores expertos) tienden a descartar las rutas alternativas, porque "sólo transponen". Pero cada una de esas rutas pueden tener beneficios y compro­ misos que sólo un hábil "inversor" de juga­ das sabe cómo evaluar. Tomemos, por ejemplo, esta posición de la Siciliana Tai­ manov. Juegan blancas, y según el análisis

Pero si son las negras quienes quieren lle­ gar a la posición del diagrama, este orden contiene una laguna, pues las blancas dis­ ponen de la fuerte alternativa 9 ltJ xc6!, se­ guido de 10 ltJa4. La segunda ruta es forzada. Las negras atacan el peón h con 8 .td6. El instinto de las blancas es responder a la amenaza con otra amenaza, 9 f4. Pero comprenden que las negras no van a permitir 10 e5. De modo que serán conscientes de que las ne­ gras planean transponer, con 9 . . . .tc5 ! , a la

12 'ii' d2

.tb7 13 f4 "fic7 14 �f2 ltJb8 15 a3 ltJd7 16 f5 ltJe5? 17 fxe6 fxe6 18 .th3, su

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I NTRODUCCIÓN

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p'osición del diagrama 10, y muchos juga­ dores pueden optar por alternativas como 9 h3. La tercera ruta, 8 �e7!?, es la más engañosa. Un experimentado jugador sici­ liano, con blancas, reconocería que la juga­ da temática es 9 f4, y vería que, tras 9 ... d6, el juego revertiría a una Scheveningen teó­ rica. De modo que jugaría 9 f4, permitien­ do a las negras responder 9 ... i.c5, y llegar a donde quería. De las tres rutas, 8 .. 1i.. e7 parece ser la mejor para las negras, a fin de llegar a la posición del diagrama 10. •.•

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EL SEÑUELO DE LO CONOCIDO

5 lL:ic3 a6. Tras estudiar la posición por un rato, jugó 5 'iia4 +, esperando transponer después de 5 . . lLi bd7. Pero un asombrado Keres se tomó 15 minutos para cerciorarse de que no estaba soñando, y jugó 5 ... b5! , ganando fácilmen­ te (6 lL:i xb5? �d7). Un error mucho más corriente y menos penoso se produce cuando un buen juga­ dor toma el camino fácil en una posición desconocida y transpone a otra con la que está familiarizado. Incluso puede hacerlo sospechando (o estando seguro) de que está realizando una jugada inferior. Todos hemos visto esto cuando un ju­ gador de 1 e4 se enfrenta con 1 lL:ic6, y responde 2 lL:if3. Sabe que los libros reco­ miendan 2 d4! , pero lo cierto es que la mi­ tad de todas las partidas que empiezan con 1 e4 lL:ic6 continúan con 2 lL:if3, porque las blancas quieren transponer a una apertura abierta (con 2 ... e5). De modo similar, cuando un jugador 1 d4 se enfrenta a 1 ... d5 2 lL:if3 lL:ic6 3 c4 e5? ! , lo normal es que transponga al Con­ tragambito Albin, con 4 dxe5? ! , aunque sospeche que 4 lL:i xe5 ! sea mejor. El timador explota el lado débil de la naturaleza humana. Los demás debería­ mos castigarlo por tomarse tales liberta.

Hay jugadores famosos, como Uhlmann, Lajos Portisch y Mihai Suba, que utilizan sutilezas en el orden de jugadas, con el ex­ clusivo propósito de conseguir el medio juego que desean. Hay otros, como Bent Larsen, que utilizan distintos órdenes de jugadas como un· medio de crear confu­ sión, es decir, para plantear problemas y obligar a sus oponentes a pensar. También están los tahúres o timadores. El timador busca la forma retorcida de llegar al medio juego que quiere conse­ guir. Sabe, por ejemplo, que cuando sus oponentes se ven confrontados a una juga­ da desconocida, sienten la fuerte tenta­ ción, incluso irracional, de alcanzar como sea una posición familiar. Laszlo Szabo, por ejemplo, cayó vícti­ ma de esta tentación, en el Torneo de Can­ didatos de 1953, cuando su partida con Paul Keres comenzó así: 1 d4 d5 2 lL:if3 lL:if6 3 c4 dxc4, y ahora 4 lL:ic3 a6. (Ver diagrama 11.) Esta última jugada no la conocía, pero recordó que había obtenido en una oca­ sión muy buen juego con 4 'ii a4+ lL:i bd7

...

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SECRETOS D E LA INVERSIÓN D E JUGADAS E N AJ EDREZ

des. Por ejemplo: 1 e4 c5 2 tbtJ t2J c6 3 d4 cxd4 4 tbxd4 tbf6 S tbc3 g6.

Este orden concede a las negras todos los beneficios tácticos de un Dragón Acele­ rado moderno, sin permitir la Formación Maróczy, como en el caso del Dragón Ace­ lerado. Pero hay un inconveniente, a saber, que 6 tbxc6 condena a las negras bien a un dudoso medio juego (6 ... bxc6 7 e5), bien a un final nada divertido (6 ... dxc6 7 'it'xd8+) .

No obstante, e l timador sopesará e l riesgo d e ser exprimido a muerte por l a formación Maróczy con e l que existe de que las blancas jueguen 6 t2J xc6 ! . Las apuestas se inclinan a su favor. Una comprobación en la base de datos mues­ tra que las blancas han jugado 6 t2J xc6! en menos de una de cada tres ocasio­ nes (exactamente, en 327 partidas de un total de 1 .000) . Incluso super-grandes maestros como Bobby Fischer y Mij ail Tal se decidieron por la inferior 6 .te3 para entrar en una posición que cono­ cían. Ejemplos como éste deberían decirle que desconfíe de la expresión "sólo trans­ pone". Normalmente, una transposición conlleva una ventaja, un inconveniente y una opción extra a considerar. Si la ig­ nora, puede estar permitiendo que su oponente se haga con el control de la di­ rección que tomará la apertura, y el precio a pagar será entrar en el medio juego que a él le gusta.

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Capítulo 1

Aperturas abiertas

El ventajismo comienza con las más viejas aperturas, como el Gambito de Rey Acep­ tado. Actualmente, la teoría dice que esta apertura (1 e4 e5 2 f4 exf4 3 lll f3) ya no es peligrosa, debido a 3 ... d5, a lo que sigue 4 exd5 tt:Jf6, con igualdad. Si eso hace felices a las negras, debe­ rían "pensar un momento" en el orden de jugadas 1 e4 e5 2 f4 d5 3 exd5 exf4!?, como han jugado Anatoli Karpov y Artur Yusu­ pov.

transpone al Gambito Breyer, 1 e4 e5 2 f4 exf4 3 'it'f3 d5 4 exd5. Pero el Gambito Breyer es inocuo, y las negras incluso pue­ den intentar la línea de sacrificio 4 ... lll f6 5 i.b5+ c6 ! ? , recomendada por Yakov Es­ trin. Este orden puede apenar a un practi­ cante del Gambito de Alfil. Hay pocos ju­ gadores de 1 e4 e5 2 f4 exf4 3 �c4 que se sientan cómodos en posiciones del Gambi­ to de Caballo, en el que deberían entrar ju­ gando, en el diagrama 13, 4 lll f3. De modo que veamos 4 i.c4 y com­ prendamos que transpone a una fea posi­ ción del Gambito de Alfil, 1 e4 e5 2 f4 exf4 3 �c4, y ahora 3 . . d5 4 exd5, antes que la recomendada 4 i. xd5. Se trata de una trampa psicológica, porque las blancas no están realmente mal tras 4 exd5!? tt:Jf6 5 tt:Jc3, y si 5 ... c6, 6 d4. Sencillamente, han transpuesto a la línea principal del Gambito de Alfil, que se pro­ duce en el orden 1 e4 e5 2 f4 exf4 3 �c4 lll f6 4 lll c3 c6 5 d4 d5 6 exd5. Pero se re­ quiere mucho tiempo para comprender esto ante el tablero. Si a las negras no les gusta la línea con ... d5, o aspiran a algo más que la igualdad, pueden optar por esto: .

¿Qué es lo que debe pensarse aquí? Bueno, para debutantes, las blancas se pre­ guntan si deberían entrar en una línea de libro, con 4 tt:Jf3 lll f6, o intentar 4 'it'f3, que

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SECRETOS D E LA INVERSIÓN D E J UGADAS E N AJ EDREZ

Se trata de un esquema estudiado des­ de 1860, y que hoy se considera excelente para las negras (8 g3 �h3 ! 9 J::!. f2 lbf6 ! , o bien 9 gxf4 �d7! 10 � f2 lbf6). Pero las negras no pueden llegar a esta posición a partir del orden tradicional 1 e4 e5 2 f4 exf4 3 lbt3. Necesitan una direc­ ción sesgada. La tentativa de Bobby Fischer fue 3 d6, y entonces 4 �c4 h6! 5 d4 gS 6 0-0 �g7 7 c3 lbc6, y se consigue el esquema desea­ do. El problema con 3 ... d6 es que 4 d4 amenaza 5 �xf4 antes de que las negras puedan poner su casa del flanco de rey en orden, con ... gS y ...h6. Su mejor opción es 4 ... gS 5 h4 g4, después de lo cual 6 lb gS? falla (por 6 ... f6! ) , pero 6 lbgl conduce a un juego de doble filo. No hay jugada objetivamente mejor que 4 d4, pero sí hay una que crea más confusión: 4 lbc3!? (Ver diagrama 15.) ••.

La natural 4 g5 cae en una trampa, porque 5 h4 transpone a una versión mejor de lo habitual del Gambito Allgaier (5 .. . g4 6 lbg5 h6 7 lb xf7 rj;xf7, mejor que 6 .. . f6 7 lbh3 gxh3 8 �hS+ ). A diferencia del Allgaier normal, 1 e4 ...

eS 2 f4 exf4 3 lb f3 gS 4 h4 g4 5 lb gS ? ! h6 6 lb xf7 rj;xf7 7 �c4+ dS ! , las blancas tie­ nen una jugada extra, lbc3, que es mejor que la jugada extra de las negras, ... d6? ! . Viktor Korchnoi declaró que, e n el dia­ grama 15, 4 h6! es favorable a las negras. Puede que sea lo mejor, pero después de 5 d4 gS 6 g3 ! , hemos llegado a una posición que a menudo se produce en el Gambito de Rey Aceptado y cuya evaluación es, en el mejor de los casos, "posición confusa". Por ej emplo: 6 . . . fxg3 7 h x g3 � g7 8 .tc4 y 8 ... ..tg4 9 .l:!.fl �d7 10 �d3, Ga­ llagher-Jurgens, Bad Würishofen 1994. Re­ cuerde la posición con 6 g3. Volverá a verla. Las negras pueden tratar de mejorar sobre la Defensa Fischer, con la menospre­ ciada 3 h6, buscando un buen esquema para su causa. Esto puede confundir a las blancas, a menos que sepan que 4 d4 gS 5 lbc3 ! d6 6 g3 ! llega a la línea complicada. Esto nos deja 3 g5. La continuación de la época romántica era 4 �c4 g4, pero 4 lb c6! despeja el camino hacia el esque­ ma ansiado. (Ver diagrama 16.) ...

...

...

...

Las negras incitan a jugar 5 0-0 ii.g7 6 d4 h6, etc. Una vez que las blancas j ue-

APERTU RAS ABIERTAS

guen 4 �c4, pueden intercalar, de forma efectiva, h2-h4, porque 5 h4? g4! 6 ll'ig5 se vuelve contra ellas de mala manera, tras 6 ... ll:'ie5 ! 7 il..b 3 h6 8 d4 hxg5 9 dxe5 il.. g7. La mejor respuesta a 3 ... g5 se supone que es 4 h4, que sale del esquema tras 4 ... g4 5 ll:'ie5. Sin embargo, el análisis de la po­ sición es inacabable y a las blancas puede tentarles la jugada de confusión 4 d4. En­ tonces, 4 ... g4 5 il.. x f4 ! ? gxf3 6 'iVxf3, es un ataque inusual tipo Muzio, que ha prestado buenos servicios a Alexander Morozevich. La respuesta segura es 4 d4 h6, puesto que 5 h4 il.. g7 6 g3 g4! es prometedor para las negras. Pero 5 ll:'ic3 ! y 5 ... d6 6 g3 de nuevo produce la posición confusa.

15

a esa buena posición del Gambito de Ca­ ballo que resulta de 3 ll:'if3 g5 4 �c4 ll:'ic6! . Esto constituye una ventaja psicológica porque, como antes se ha observado, los gambiteadores de alfil, a menudo se sien­ ten incómodos en el Gambito de Caballo. La bonificación es que las blancas dis­ ponen de algunas respuestas naturales pe­ ro malas, como 4 ll'ic3?, que permite la fuerte 4 ... 'iVh4+ 5 @fl il.. cS. Que las blan­ cas tengan ventaj a después de 4 d4 ll'i f6 5 e5 d5 ! no está claro (6 il..b3 ll'ie4).

APERTURA VIENESA

Si su oponente es un gambiteador de Alfil, tiene buenos motivos para suponer que está mejor preparado que usted, mucho mejor. Un jugador hábil con las transposi­ ciones respondería a 1 e4 e5 2 f4 exf4 3 �c4 con la jugada olvidada, pero favori­ ta de Chigorin, 3 ll:'ic6. (Ver diagrama 17.)

Hay dos tipos de jugadores vieneses. Los del primer tipo no quieren memorizar las toneladas teóricas de la Ruy López. Los del segundo tipo están bien preparados y dispuestos a hacerle sufrir con sus conoci­ mientos enciclopédicos sobre la Apertura Vienesa, como después de 1 e4 e5 2 ll'ic3 ll:'if6 3 il..c4 ll'i xe4 4 'iVhS. Contra ambos tipos de oponente, vale la pena desviarse ya en la segunda jugada, con 2 d6!? (Ver diagrama 18.)

Las negras pueden entonces responder a la natural 4 ll:'if3 con 4 g5! , llegándose

Esto parece demasiado pasivo, pero las blancas deben tener cuidado, pues si 3 f4

GAMBITO DE ALFIL

...

...

•••

16

SECRETOS D E LA INVERSIÓN D E J UGADAS EN AJEDREZ

exf4, y ahora 4 lZ:Jf3 h6! 5 d4 gS, estamos de nuevo en el confuso Gambito de Rey Aceptado. Lo mejor para las blancas probable­ mente sea 4 d4 ó 4 �c4. Pero pocos juga­ dores de la Vienesa están familiarizados o se sienten cómodos con las líneas del Gambito de Rey Aceptado en que las ne­ gras juegan ... 'iVh4+. Bueno, ¿qué sucede con 3 .tc4 ? En tal caso, 3 lZ:Jc6 obliga a las blancas a decidir entre permitir 4 d3 lZ:JaS ! ? , o lanzarse a otro Gambito de Rey Aceptado (con 4 f4 exf4 5 lZ:lf3 h6 ó 5 . . gS 6 h4 g4 7 lZ:lgS lZ:JeS). Podemos asumir que, en lugar de esta línea, un sencillo desarrollo, a base de 4 ttJf3, castigará la jugada 2 ... d6. Pero esto transpone a la Defensa Húngara tras 4 Ae7!?. Esta defensa tiene la reputación de ser indigesta ("no-puedo-defender-ningu­ na-posición-restringida"), pero que se ba­ sa sólo en la formación blanca c2-c3 y d2-d4 o 'iVb3. (Ver diagrama 19.) •••

.

...

Una expansión como ésa no es posible aquí y es dudoso que las blancas tengan al­ go más que una ventaja óptica, después de 5 0-0 lZ:Jf6 6 d4 .tg4 ! , o de 5 d4 lZ:Jf6 6 h3

0-0 7 0-0 liJd7 8 dS lZ:lcb8 (Movsesian-Efi­ mov, Pula 1997). Hay mucha más experiencia con la otra "jugada de debutante", 2 .tc5, que ha prestado buenos servicios a Karpov, Bent Larsen y Vassili Smyslov. Los libros solían decir que las negras estaban ya peor, debi­ do a 3 lZ:Jf3 lZ:Jc6 4 lZ:lxeS ! lZ:lxeS 5 d4. Pero las negras tienen una buena alternativa, 3 d6!, ya que 4 d4 exd4 5 lZ:lxd4 ttJe7 ó 5 .. lZ:Jc6 lleva el juego hacia una versión razonable de la Apertura Escoce­ sa, después de 6 i.e3, 6 lZ:lb3 ó 6 lZ:Jxc6 'iVf6. Por ej emplo : 5 . . ttJ c6 6 A e3 .t b6 7 liJdS lZ:Jf6 8 lZ:lxb6 axb6 9 f3 0-0 10 Ac4 dS ! , o bien 10 c4 l:t e8 1 1 lZ:Jc2 liJd7 12 'iVd2 liJdeS 13 Ae2 Ae6 14 b3 fS, con buen jue­ go para las negras en la partida Zarnicki­ Bianchi, Buenos Aires 1989. Las blancas pueden permanecer en los cauces de la Vienesa con 3 f4. Después de esto, 3 ... d6 es un Gambito de Rey Acep­ tado, en el que las blancas se han privado del avance c2-c3, su plan más ambicioso en el Gambito de Rey Rehusado, y los libros no están de acuerdo acerca de sus posibili­ dades de lograr ventaja. También es posible 3 g3, que transpone a una línea principal de la variante de ...

... .

.

APERTU RAS ABIERTAS

Louis Pá.ulsen. El único inconveniente de las negras es que renuncian a la defensa recomendada por la teoría (1 e4 e5 2 tLlc3 tLlf6 3 g3 d5! ). De modo que 2 ... $J..c5 no tiene mayores ventajas ni inconvenientes, y se trata, sobre todo, de una ventaja "que obliga a pensar".

APERTURA CENTRAL La mayoría de los jugadores que respon­ den 1 e5 a 1 e4 saben que 2 d 4 exd4 3 'ií'xd4 tLlc6 4 'ií'e3 se neutraliza con 4 tLlf6 5 tLlc3 �b4 6 �d2 0-0. Pero eso es prácticamente todo lo que recuerdan de esta apertura. Las blancas, sin embargo, tienen una jugada para "confundir" , 5 �d2. .•.

...

17

tral s e producen s i las negras temen una lí­ nea que no muchos conocen. Se trata de 5 e5!?, en lugar de S tLlc3 ó S il.d2. Este avance parece perder un peón, pero S ... tLlg4 6 'ií'e4 tLl gxeS ! permite 7 f4. Para jugar 4 ... tLlf6 con confianza, las negras deberían conocer algunas líneas caóticas como 6 ... dS 7 exd6+ il.. e 6, y lue­ go 8 il.. a6, o bien 8 .iJ..e2! tLlf6 9 dxc7 'ikxc7. Pero pueden ahorrarse muchas preo­ cupaciones y tiempo de estudio optando por una cuarta jugada diferente. Una posi­ bilidad es 4 ... �b4 +, con idea de llegar a la lmea igualadora de libro tras S tLlc3 tLlf6. El inconveniente es que las negras pueden tener que enfrentarse a opciones adiciona­ les de las blancas, como S c3 .tas 6 i.c4 ó 6 'ikg3. La alternativa de las negras es 4 �e7, en cuyo caso, S tLlc3 lbf6 transpone a la lmea 4 ... lbf6 S lbc3 il.. e 7, como hicie­ ron Alexander Alekhine y Boris Spassky. ...

Este desarrollo de alfil a menudo pro­ duce el efecto de inducir a las negras a op­ tar por otra defensa, como S ... $J.. e7 6 tLlc3 0-0 7 0-0-0, transponiendo así a la variante menos ambiciosa S tLlc3 $J..c7 6 �d2 0-0. Pero esto es, en esencia, un farol, porque si las negras contestan a S �d2 con S ... �b4! , las blancas no tienen nada mejor que transponer a la lmea teórica, con 6 tLlc3!. Las otras sutilezas de la Apertura Cen-

Sin embargo, hay otra jugada que debe preocupar a las negras, 5 'il'g3, y después de S ... lbf6 6 eS (que le gustaba a Paul Ke­ res para las blancas), o bien S ... il.. f6 6 lbc3 lbge7 7 �d2, como en la partida Ziemac­ ki-Fatyga, Correspondencia 1992 (7 . . . d6 8 0-0-0 il.. e6 9 f4).

18

SECRETOS D E LA I NVERSIÓN D E JUGADAS E N AJEDREZ

Así pues, las negras deberán decidirse o por los inconvenientes de 4 ... .tb4+ o por 4 ... .te7, y sopesar los méritos de evi­ tar la rara 4 ... lbf6 5 e5 ! ? .

GAMBITO DANÉ S

2 d4 exd4 3 lbf3 son obligar a las negras a pensar, en la tercera jugada, e impedirles que planteen una Defensa Petrov. Por ejemplo: 3 /bc6 4 /bxd4, o bien 3 ... .tes 4 /bxd4 lbc6. La principal alternativa de las negras es 3 /bf6. En tal caso, 4 eS es otra línea de la Petrov, 1 e4 eS 2 /bf3 lbf6 3 d4 exd4 4 e5, que las negras han estado evitando durante años (jugando 3 . . . /bxe4 ! ) . N o e s una mala línea, pero pocos jugadores con negras conocerán la teoría y eso hace de 3 lbf3 un arma efectiva contra un profesional de la Petrov. •••

•••

El Gambito Danés es un pariente directo de los gambitos Goring y Escocés. Este gambito tiene la reputación de ser el peor de los tres, pero las blancas pueden tratar de mejorar con 1 e4 e5 2 d4 exd4, y ahora 2 /bt'3!?, en lugar del verdadero Gambito Danés, 3 c3.

APERTURA DE ALFlL REY

Esta jugada tiene éxito en caso de 3 c5 4 c3 dxc3? S /bxc3, cuando se habría transpuesto a 1 e4 es 2 d4 exd4 3 c3 dxc3 4 /bxc3 cS? S /bf3, una defensa ridícula contra el Gambito Goring. (Pero 3 ... cS 4 c3 dS ó 4 ... 'f!ie7 son posiciones virtualmente no contrastadas.) Otra versión del Gambito Góring re­ sulta de 3 .t b4+, y entonces 4 c3 dxc3 S /bxc3. Esta olvidada variante es perfec­ tamente j ugable tras 5 . . . lb c6 6 .t c4 d6 7 /bg5 .txc3+ 8 bxc3 lbe5, y ahora 9 i.b3 h6 10 f4! hxgS 11 fxeS 'f!ie7 12 'f!id5 dxeS 13 �xgS ! . Los principales beneficios d e 1 e4 eS

•••

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Las líneas independientes en la Apertura de Alfil son un tanto raras hoy día. Lo normal es que 2 .tc4 se use como una ru­ ta hacia la Apertura Vienesa o la Apertu­ ra Italiana, que permita a las blancas evitar posiciones específicas de dichas aperturas. Así, se benefician de 2 �c4, si les gusta 2 ... lbc6 3 lbc3 lbf6 4 d3, o 2 . . . lbf6 3 d3 lbc6 4 lbc3, pero no quieren llegar a esta posición a través de la Vienesa, debido a la caótica 2 /bc3 /bf6 3 �c4 /bxe4 ! ? . Observe que después d e 1 e 4 e 5 2 .tc4 /bf6 3 d3 y la natural 3 �c5. •••

APERTURAS ABIERTAS

... tt:lc3 lleva las blancas a una Vienesa, sin tener que afrontar 2 lbc3 lbf6 3 �c4 lbc6 4 d3 �b4, ni 4 .. , lb a5. Las negras conser­ van estas opciones con la más precisa 3 lb c6! , en cuyo caso parece justificarse la vieja regla "los caballos antes de los alfiles". La otra dirección que pueden tomar las blancas después de 2 �c4 es hacia la seu­ do Ruy López, es decir, el sistema que em­ pieza con 1 e4 e5 2 lbf3 lbc6 3 �c4, seguido de 4 d3, 5 c3 y lbbd2, 0-0, �b3 y, eventualmente, d3-d4. Este sistema tiene muchas de las venta­ jas de la Ruy López, sin las 30 toneladas de teoría publicada. La principal virtud de utilizar 2 �c4 para llegar a esas posiciones (2 ... lbf6 3 d3 lbc6 4 lbf3) es que las blan­ cas evitan la Defensa Petrov. ••.

DEFENSA PHILIDOR Los libros solían ridiculizar la Defensa Philidor, debido a la ventaja blanca de es­ pacio. Pero los jóvenes maestros cuestio­ nan esa opinión. Para ellos, lo principal es cómo alcanzar el esquema del diagrama si­ guiente:

El orden tradicional, 1 e4 eS 2 lbf3 d6 3 d4 tt::ld7, una variante bautizada con el

19

nombre del mayor en la Guerra de Sece­ sión de EEUU, James Hanham, permite a las blancas quedarse con los dos alfiles, 4 �c4 c6 5 0-0 .Yie7 6 dxe5 ! dxe5 7 lbg5 �xg5 8 'it'h5. Aron Nimzovich ayudó a popularizar otra secuencia, 1 e4 eS 2 lbf3 d6 3 d4 lbf6 . De esta forma, las negras tienen más fácil conseguir el esquema deseado (4 lbc3 lbbd7 5 �c4 �e7), porque pocos jugado­ res están dispuestos a lanzarse en las com­ plicaciones de 4 dxe5 lbxe4 5 'iWd5. Si a las negras les preocupa 4 dxe5, de­ berían considerar proponer un final, por­ que todavía menos jugadores con blancas cambiarán damas después de 1 e4 d6 2 d4 e5 ! ?. Enmanuel Lasker empleó esta ver­ sión, en un match por el Campeonato Mundial, contra David ("detesto los fina­ les") Janowski. Hoy día, jugadores como Michael Adams juegan con confianza las negras en el orden 1 e4 d6 2 d4 lbf6 3 lbc3

eS!?.

Ahora 4 lbf3 lbbd7 transpone a la lí­ nea de Nimzovich, y 4 dxeS dxe5 5 �xd8+ @ xd8 es un final ligeramente peor. Por ejemplo, la partida Vaisser-Rontaine, Campeonato de Francia 2006, siguió con 6 �c4 �b4! 7 Ad2 @e7 8 f3 c6.

20

SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

Las negras pronto igualaron (9 lt:Jge2 lt:J bd7 10 lt:Jcl b5! 1 1 � e2 �d6 12 a4 b4 13 lt:Jdl a5), Juego quedaron mejor (14 lt:Je3 lt:J b6 15 lt:J d3 g6 16 b3 lt:J fd7 17 c3 bxc3 1 8 �xc3 f6 19 lt:Jb2 lt:Jc5) y acabaron ga­ nando. Observe que los órdenes con 1 ... d6 tienen el beneficio añadido de recortar las opciones blancas tras 1 e4 e5, como 2 f4, 2 �c4, 2 lt:Jc3, etc. Hay un capítulo independiente, en Ja teoría de Ja Defensa Philidor, cuando las negras entregan el centro, como tras 1 e4 e5 2 lt:Jf3 d6 3 d4 exd4, y ahora 4 lt:J xd4 g6, o 4 ... lt:Jf6 5 lt:Jc3 Ae7. Las blancas pueden tratar de explotar esto con la jugada de Henry Bird 4 .tc4!?

9 'ifa4+, ganando). En la misma página. consideró 1 e4 e5 2 lt:Jf3 d6 3 d4 lt:Jf6 4 lt:Jg5! ? exd4 5 �c4 d5 como igualado. Bueno, es la misma posición. Lo mej or , después de 4 � c4 lt:J f6 5 lt:Jg5, es 5 ... �e6, una jugada que se re­ monta a los tiempos de Rudolf von Bil­ guer, quien pensaba que 6 ltJ x e 6 fxe6 7 �xe6 'ife7 (8 �c8 ! 'if xe4+ 9 'it'e2) era igualado. A los ojos de un jugador moder­ no, las blancas tienen ventaja. Por consi­ guiente, 4 �c4 ! ? es algo más que una j ugada "para confundir". Observe que en los órdenes de jugadas tradicionales (1 e4 e5 2 lt:Jt3 d6), las blan­ cas pueden intentar 3 � c4, con idea de 3 ... lt:Jd7 4 0-0 �e7 5 d4. De esta forma, evitan 3 d4 exd4 y cazan a las negras en la lmea Hanham inferior. Es mejor 3 � e7! 4 0-0 lt:Jf6, que deja a las blancas con una ventaj a mínima tras 5 l:t el 0-0 6 c3 lt:Jbd7 7 d4. Es más ambi­ cioso 3 lt:Jf6!? 4 lt:Jg5 d5 5 exd5, con lo que se llega a una Defensa Dos Caballos, con un tiempo menos por parte de las ne­ gras. •••

•••

Una de las claves es que 4 . . . ltJ c6 5 lt:J xd4 sería una excelente Apertura Es­ cocesa, y 5 c3 dxc3 6 lt:J xc3 transpone a un buen Gambito Escocés. Es como si las ne­ gras respondiesen a 1 e4 e5 2 lt:J f3 lt:J c6 3 d4 exd4 4 c3 dxc3 5 ltJ xc3 con 5 . . . d6 6 �c4. El verdadero test para 4 .tc4 es 4 lt:Jf6. En la primera edición de Ja Enciclo­ pedia de Aperturas, Lev Polugaievsky indicó 5 lt:Jg5 d5, como favorable a las blancas (6 exd5 h6 7 lt:Jf3 j_b4+ 8 c3 dxc3

...

Pero el tiempo menos es . . . c6, lo que puede beneficiar a las negras, porque aquí su caballo no está atacado. Así que pueden

APERTU RAS ABIERTAS

erear una posición confusa, con 5 . . . h6 6 tl'lf3 �d6, o bien 6 ... e4 7 'iVe2 .tb4 8 c3? ! 0-0! (Miguel Najdorf).

DEFENSA PETROV La Petrov es tan increíblemente sólida que las blancas, frustradas por alguna(s) expe­ riencia(s), pueden intentar transponer a otra apertura. Los hermanos Paulsen po­ pularizaron 1 e4 e5 2 tl'lf3 tl'lf6 3 tl'lc3, por ejemplo, para derivar a una Apertura Cua­ tro Caballos. Sus colegas del siglo XIX ensayaron 1 e4 e5 2 tl'lf3 tl'lf6 3 d4 exd4 y 4 �c4, en un esfuerzo por entrar en una Dos Caballos (4 ... tl'lc6), que suele ser terra incognita pa­ ra un jugador Petrov. Pero la línea crítica es 4 ... tll xe4 ! , el dudoso gambito del prín­ cipe Urusov. Actualmente, es más habitual 3 d4 tll x e4, y la teoría dice que las posibilida­ des están, más o menos, equilibradas tras 4 ..td3 d5 5 tll xe5. El descubrimiento de Yakov Murey, 4 ... tl'lc6, permite a las ne­ gras evitar esto. Se basa en 5 � xe4 d5 6 .td3 e4, que parece correcto. Si las blancas quieren evitar la idea de Murey y buscan una línea sólida, pueden j ugar

4 tll xe5!?

21

En tal caso, 4 ... d5 5 �d3 transpone a la línea principal, como si se hubiese juga­ do 4 �d3 d5. Este orden concede a las negras una opción extra, 4 . . d6!? 5 tl'lf3 d5. Han trans­ puesto a la "otra" Petrov, la línea 3 tll xe5, que las blancas presumiblemente querían evitar, puesto que han jugado 3 d4. La es­ caramuza de Murey (4 ... tl'lc6), la preven­ tiva 4 tll x e5 y la contrasutileza 4 ... d6 tienen poco que ver con buscar la jugada objetivamente mejor, sino con buscar, más bien, la posición en la que su oponente se sienta más incómodo. La "otra" Petrov es hoy día la más po­ pular: 3 tl'lxe5 d6 4 tl'lf3 tll x e4 5 d4 d5. La alternativa de Smyslov, 5 ... Ae7 6 Ad3 tl'l f6 , tiene la reputación de ser pesa­ da, porque 7 h3 deja al alfil dama negro sin una buena casilla. Después de 7 ... 0-0 8 0-0 d5, el juego transpone a una versión favorable de la Francesa (Variante del Cambio), en la que h2-h3 es una jugada extra. Las blancas pueden tratar de inducir a su oponente a entrar en la línea de Smyslov, por medio de un orden de juga­ das popularizado por Alfonso Romero Holmes, que comienza con 5 �d3!?. Aho­ ra, 5 ... tl'lc5 6 Ae2 permite a las blancas ju­ gar d4 con ganancia de tiempo. De modo que 5 . tl'lf6 6 0-0 Ae7 7 h3! es lo más ha­ bitual. (Ver diagrama 29.) .

..

Las blancas alcanzan una Smyslov des­ pués de 7 ... 0-0 8 c3 d5 9 ..tc2 l:t e8 10 d4. Es una forma más conservadora de la mis­ ma, porque las blancas han renunciado al útil avance c2-c4. Pero también es una po­ sición bastante más modesta para las ne­ gras de lo que muchos jugadores Petrov pueden tolerar.

22

SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

Gari Kasparov dijo que 6 l2Jc6 7 0-0 . Ae7 8 .l:.el �g4 era bueno para las negras. ..•

La mejor réplica a 5 �d3 es 5 ... d5, y ahora 6 'iVe2 'W/e7. Un caso típico se vio en la partida García Padrón-Romero Hol­ mes, Las Palmas 1991: 7 0-0 l2Jc5 8 l:t el 'iVxe2 9 .t xe2 l2J e6 10 d4 c6 1 1 c4 ! �b4 12 l2Jc3 0-0 13 a3! ii.xc3 14 bxc3 b6 15 l2Je5 l:t d8 16 a4! f6 17 l2Jg4, y las blancas ganaron. Un esquema posterior de la Petrov co­ mienza con 3 l2J xe5 d6 4 l2Jf3 l2J xe4 5 d4 d5 6 �d3, seguido, por parte de las negras, de ... �g4, ... Ae7 y ... l2Jc6. El orden de es­ tas jugadas, sin embargo, está sometido a debate. En la mayor autoridad del siglo XIX, el Handbuch1, Emil Schallopp reco­ mendaba 6 .. �e7 7 0-0 l2Jc6, seguido de ... �g4. Pero otros defendían 6 ... l2Jc6 7 0-0 �e7, o incluso 6 ... �g4 7 0-0 l2Jc6 y ... �e7, como Carl Schlechter, que recomendó es­ ta línea en su versión del Handbuch. Podemos prescindir del último orden, ya que 6 ... .tg4 permite 7 'iVe2 ! , con ventaja después de 7 ... 'iVe7 8 0-0 l2Jc6 9 �bS ! y �xc6+, o bien 7 ... fS 8 h3 �hS 9 g4! . .

' El autor hace referencia al Handbuch des Schachs­ piels (Manual de ajedrez), el tratado más influyente de aperturas del siglo XIX, iniciado por Paul Rudolf von Bilguer y finalizado por los teóricos alemanes más destacados de la época. Su primera edición data de 1843. N.d. T.

A 9 c4, las negras responden 9 ... l2Jf6 10 cxdS �xf3 ! , con buen juego. Pero Kas­ parov añadió que las blancas obtienen la iniciativa, si minan la posición del caballo una jugada antes, con 8 c4! . Por esta razón, Karpov prefirió 6 ... l2Jc6 7 0-0 �g4 en su match de 1 985, a fin de poder responder (con negras) a 8 c4 con 8 ... l2J f6 ! ? . Entonces se considera lo mejor 9 l2Jc3 (9 . . . l2Jb4 10 �gS ! , ó 9 . . . dxc4 10 �xc4 �e7 1 1 dS !), y los resultados de 9 ... �xf3 10 'iVxf3 l2J xd4 1 1 'ifh3 han sido favorables a las blancas en los últimos tiempos. La última línea no ha sido univer­ salmente aceptada. A Jan Timman y Ale­ xander Beliavsky les gusta 6 ... l2Jc6 /7 �e7, mientras que Vishy Anand, Vladimir Kramnik y Alexei Shirov prefieren 6 .. . �e7/7 ... l2Jc6, y Yusupov juega ambos ór­ denes de jugadas. Otro esquema surge después de, diga­ mos, 6 ... l2Jc6 7 0-0 ii.e7. Las blancas, nor­ malmente, eligen entre minar el caballo de e4, con 8 c4, y atacarlo con 8 l:l el . Isaac Kashdan tuvo éxito en los años treinta con la siguiente línea: 8 c4 l2Jb4 ! 9 cxdS l2Jxd3 10 'ifxd3 'it'xdS 1 1 l:t el ii.fS. •••

APERTU RAS ABIERTAS

23

La línea de Kashdan sigue resistien­ do hoy día, y si las negras quieren, pue­ den alcanzarla incluso después de 8 l:. el, con 8 Af5, antes que con la po­ pular 8 . . . �g4. ...

Ahora, 9 c4 lDb4 10 cxd5 lD xd3 trans­ pone a lo que las negras quieren y proba­ blemente las blancas no, pues de otro modo habrían jugado directamente 8 c4.

APERTURA PONZIANI La Apertura Ponziani (1 e4 e5 2 lDD lDc6 3 c3) no goza hoy del menor respeto. Pero si las negras se descuidan, pueden quedar en posición comprometida, con 3 lD f6 4 d4 d6. No parece haber nada con 5 �c4 lD xe4 ! , de modo que 5 �b5, transponien­ do a la vieja Defensa Steinitz de la Ruy López, suele jugarse más a menudo. (Ver diagrama 32.) •••

La variante de Steinitz se considera una reliquia, pero ésta es una Steinitz en la que las blancas han jugado de modo conservador (1 e4 e5 2 lDf3 lD c6 3 �b5 d6 4 c3? ! lDf6 5 d4, en lugar de 4 d4! ) . Este orden era una incursión esporádi-

ca favorita de grandes maestros como Srnyslov y Geller, y no tiene mayores in­ convenientes. Por ejemplo: 5 ... �d7 6 0-0 �e7 7 'i!Ve2 0-0 8 l:t dl 'i!Ve8 (amenaza ... lD xd4 ! ) 9 d5 lt:J d8 10 c4 c6 11 Aa4 b5 ! , corno en la partida Manik-Mokry, Olo­ mouc 1998. Pero si, por otra parte, las negras saben lo que tienen que hacer en una aguda línea de la Apertura Escocesa (1 e4 e5 2 lbf3 lDc6 3 d4 exd4 4 c3 lD f6 ! ? 5 e5 lt:Je4), pue­ den transponer a la misma, desde la Pon­ ziani, mediante 3 ... lDf6 4 d4 exd4 ! .

APERTURA ESCOCESA Las blancas pueden entrar en una de las principales variantes de la Escocesa, a tra­ vés de la Apertura Cuatro Caballos (1 e4 e5 2 lD f3 lD c6 3 lD c3 lD f6 4 d4 e x d 4 5 lDxd4). S i ésta es una posición que quiere usted jugar, éste es el mejor orden, porque 4 ... �b4? ! es dudoso. Por el contrario, en el orden tradicional de la Escocesa, 1 e4 e5 2 lDf3 lDc6 3 d4 exd4 4 lD xd4, las negras pueden evitar esta lmea con 4 .. .tes, en­ tre otras jugadas. Hay varias sutilezas en la línea de la Cuatro Caballos, después de 5 A b4 6 tD xc6 bxc6 7 �d3. .

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ

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Ahora, 7 dS 8 exdS cxdS 9 0-0 0-0 10 �gS se juega casi con uniformidad ro­ .•.

bótica, y es muy ligeramente favorable a las blancas, o igualada, según el autor. Pe­ ro hay varias desviaciones posibles, que comienzan con 8 �e7+!? . La teoría ha respaldado y se ha vuelto atrás acerca del valor de 9 �e2. En cual­ quier caso, contra un oponente al que le gusta conservar damas en el tablero, 8 .. �e7+ tiene evidentes méritos. Pero si las blancas entran gustosas en un final, pueden forzarlo respondiendo a 8 cxdS con 9 �e2+!?, de modo que 9 . . . �e7 transpone. Hay beneficios adi­ cionales, en el caso de que un jugador con negras que odie los finales j uegue 9 . . . � e6 ( 1 0 � b5 + ! lLi d7 1 1 � c6 d4 12 �e4), o bien 9 . . � e7 (10 . . . � g5 0-0 1 1 0-0-0 ! ? , con posibilidades mej ores de lo habitual). Las negras pueden anticiparse a esto y excluir los finales mediante otra ruta hacia el esquema, concebida por Georg Marco, 7 0-0 y entonces 8 0-0 dS 9 exdS cxdS 10 � gS . Esto parece ser lo más preciso, y lo más engañoso, puesto que las blancas comenzarán a pensar en 8 �g5 y la amena­ za 9 e5. Las negras quedan peor tras 8 ... d6, de modo que 8 dS. •••

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La idea de las negras es 9 eS �e8!, y son las blancas quienes se llevan la sorpre­ sa. Por ejemplo: 10 f4? ltJg4 1 1 �e2 f6 (12 exf6 gxf6 13 h3 fxg5 14 hxg4 �xg4! 15 �xh7+ @g7, y se rindieron en la partida Candela-Korneev, Ponferrada 1997). Si las blancas ven la idea y buscan el esque­ ma habitual, con 9 exdS, las negras pueden re­ currir a una opción adicional, 9 �xdS!. De esta forma, atacan g5 y g2, y después de 10 �xf6 �e6+ y 1 1 ... �xf6 quedan bien. Actualmente, a las negras les preocupa más el orden estándar de la Escocesa, 1 e4 eS 2 lLit3 lLic6 3 d4 exd4 4 ltJxd4, y ahora 4 ... lbf6 5 lbxc6, o bien 4 ... �c5 5 lbxc6. Por esa razón, pueden tratar de transponer a la ver­ sión de los Cuatro Caballos, con 4 �b4+!? ••.

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APERTURAS ABIERTAS

Ahora, S tl:ic3 tl:if6 transpone a dicha apertura, lo que podría considerarse una pequeña victoria moral para las negras. La objeción evidente a 4 ... �b4+ es 5 c3. En tal caso, con 5 �c5 6 �e3 �b6 se llega a una posición de libro (a partir de 4 ... i.cS S .te3), pero con un adicional c2-c3 de las blancas. ¿A quién beneficia ese avance? Las blancas tienen una protección adicional de la casilla d4, pero pierden una de las prin­ cipales bazas de la Escocesa, el salto de ca­ ballo de c3 a dS. La práctica reciente indica que las negras están bien, después de 7 tl:if5 .txe3 8 tl:i xe3 tl:if6, porque las blan­ cas no pueden defender el peón e con tl:ic3 (y 9 tl:id2 permite la igualadora 9 ... dS) . O bien 7 �c4 d6 8 0-0 tl:if6 9 tl:id2 tl:ieS ! 10 �e2 0-0 1 1 h3 � e8, como en la partida Goloshchapov-Brodsky, Hoogeveen 2006. ¿Qué sucede con el orden habitual, 4 tl:i xd4 Ac5 5 i. e 3, amenazando tl:i xc6? Se han dedicado muchas horas de estudio a S ... 'it'f6, pero la higiene mental alternativa es 5 i.b6! ...

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siguió con 6 tl:i c3 d6 7 g3 tl:i f6 8 � g2 0-0 9 tl:i xc6 bxc6 10 A xb6 axb6, con igual­ dad. Otra línea de moda es 4 ... tl:if6 S tl:i xc6 dxc6 6 eS. Las negras pueden evitarla con 4 'it'f6. De ese modo tratan de alcanzar, no de evitar, la posición con S �e3 �cS. Este orden tiene la ventaja de eludir otra línea difícil, 4 ... �es S tl:ib3. La mejor for­ ma de castigar 4 . . . 'it'f6 es S ttJ bS A es 6 'ii' e2. Pero el veredicto no está claro aho­ ra. Las candidatas son 6 ... .ib6 y 6 ... 'ii'd 8 (para seguir con ... a6) . E n u n momento dado, e l destino d e la Escocesa parecía vinculado a la corrección de 4 'it'h4. Hoy hay serias dudas de que esta salida de dama sea siquiera jugable. Su suerte depende de cómo evaluemos la posición que sigue: .•.

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Ahora, 6 tl:i c3 dS y 7 ,,, tl:i f6 ó 6 . . . tl:i f6 transponen a una sólida línea Cuatro Ca­ ballos/Escocesa. Por ejemplo: la partida Sveshnikov-M. Tseitlin, Budapest 1 989,

La última palabra sobre 7 . . . � xc3 + 8 tl:i xc3 u 8 bxc3 está por pronunciarse. Pero es igual de importante encontrar el mejor camino de las blancas hasta la posi­ ción del diagrama. Hay cuatro rutas: (a) 5 tl:ic3 .tb4 6 tl:idb5 'ii' xe4+ 7 � e2 , y ahí estamos. Pero las negras pueden ju­ gar mucho mejor, con 6 ... .taS ! y ... a6. Por ejemplo: 7 �e2 a6 8 tl:i d4 i.xc3+ 9 bxc3 tl:if6 10 tl:ixc6 dxc6 1 1 eS tl:i g4 (Rentería-

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ

Miktov, Minneapolis 2005). Por esa razón, las blancas deberían preferir: (b) 5 lLlc3 .tb4 6 .te2! , y ahora 6 11Wxe4 7 lLldb5. Si las negras se desvían con 6 . . . lLlf6 7 0-0 .1xc3, entonces es fuerte 8 lLlf5 ! . Por ejemplo: 8 . . . 11Wxe4 9 .1d3 '1Wg4 10 f3 ! '1Wa4 11 bxc3 0-0 12 lLl xg7 ! , con ata­ que ganador, Karj akin-Malinin, Sudak 2002. Pero las blancas pueden optar por 5 lLlb5, porque es más apremiante y aspira a algo más que la posición del diagrama. Posibilidades: (c) Con 5 lLl b5 11W x e4+ 6 .1 e2 .tb4+ 7 lLllc3 se alcanza la posición del diagra­ ma. Pero las blancas pueden mejorar con 7 �d2!, que da lugar a líneas como 7 . . . .txd2+ 8 '1Wxd2 '1We5 9 f4 ! . ( d) Las negras pueden tratar de mejo­ rar con 5 ... .1b4+, ya que 6 lLl lc3 11Wxe4+ 7 .1e2 transpone. Pero de nuevo es mejor intercalar la jugada de alfil, 6 �d2!, lle­ gándose a (c) , después de 6 . . . 11Wxe4+ 7 .1e2. El principal problema de 5 lLlb5 es 5 ... �c5, y tras 6 '1We2 lLld4, con lo que las blancas no pueden llegar a la posición del diagrama, ni obtener una clara ventaja. Se­ gún el actual estado de la teoría, la opción (b) parece ser la más precisa. •••

APERTURA CUATRO CABALLOS La lúlea principal de la Apertura Cuatro Caballos ha sido, durante la mayor parte del siglo pasado, la que se conoce como "desclavada" de Johannes Metger, des­ pués de 1 e4 e5 2 lLl f3 lLl c6 3 lLl c3 lLl f6 4 .1b5 �b4 5 0-0 0-0 6 d3. (Ver diagrama 38.) Las negras deshacen la clavada que si­ gue, con 6 ... d6 7 �g5 .1xc3 8 bxc3 '1We7,

y ahora ... lLld8-e6/...c5, que plantea un blo­ queo sobre casillas negras. Ésta es la mejor forma para las negras de j ugar a ganar en la Cuatro Caballos, ya que la jugada de Akiba Rubinstein, 4 . . . lLl d4, permite orientar el juego hacia tablas, por parte de las blancas, con 5 lLl xd4 exd4 6 e5. Las blancas tienen modos de evitar la maniobra de Metger -y seguir jugando a ganar-, y las negras también los tienen de seguir buscándola. La jugada marginal de las blancas es 7 lLl e2, revivida por Daniel Cámpora, quien demostró que la ventaj a de las blancas e n una posición simétrica (7 . . . lLl e7) es algo con lo que se puede trabaj ar. Por ejemplo: 8 c3 .1a5 9 lLl g3 lLl g6 10 d4 c6 1 1 .t d3 .:. e8 12 h3 � b6 1 3 J:!. e l h6 1 4 � c2 '1W c7 1 5 .1 e3 .t e6 16 'IWcl ! l:. ad8 17 a4 a5 18 lLlf5 d5 19 lLlxg7 ! , Cámpora-B arón Rodríguez, Lanzarote 2003 . Las negras pueden evitar esta línea capturando antes en c3. Reuben Fine así lo hizo, con 6 ... "fi/e7 7 �g5 .1xc3 8 bxc3, y para evitar la tablista 8 . . . d6 9 � xc6, jugó

8 ... lLld8! (Ver diagrama 39.) Ahora, 9 d4 d6 es la posición de Met­ ger. Si las blancas comienzan la maniobra

APERTU RAS ABIERTAS

de caballo con 7 ll'ie2, las negras pueden responder 7 . . . d5 ! ? . Por ejemplo: 8 exd5 ll'i xd5 9 ll'ig3 ll'i f4 10 d4 ll'i g6 1 1 c3 �d6, Loevenfish-Alatorzev, Moscú 1940. No obstante, el método más popular es diferir ... °fie7, 6 ... �x c3 7 bxc3 d6 8 �gS °fie7. Éste era el orden favorito de Frank Marshall y Smyslov.

APERTURA ITALIANA Y DEFENSA DOS CABALLOS Hay una frontera definida, después de 1 e4 e5 2 ll'if3 ll'ic6 3 �c4, que separa a la Aper­ tura Italiana (o Giuoco Piano) , 3 . . . �c5, de la Defensa Dos Caballos, 3 ... ll'if6. Pero esa frontera a menudo se difumina por transposición. Con 3 . . . �c5 , las negras evitan ciertas líneas, como 3 . . . ll'if6 4 ll'ig5 , que tienen buena reputación, o incluso el cuestiona­ ble Ataque Max Lange, 3 . . . ll'if6 4 d4 exd4 5 0-0 �c5 6 e5 ! ? . Las blancas pueden forzar a las negras a entrar en el Max Lange, p o r 1 e4 eS 2 ll'if.3 ll'ic6 3 �c4 �es, y ahora 4 0-0. Es­ te enroque fue en su día ridiculizado, pero hoy se considera una ruta alternativa a la seudo Ruy López (4 0-0 ll'if6 S d3) . Tam­ bién es posible S d4!?

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Ahora, 5 . . . exd4 6 e5 lleva al Max Lan­ ge, que presumiblemente las negras querían evitar. Si siguen queriéndolo, el antídoto es 5 ... �xd4 ! , y después de 6 ll'i xd4 ll'i xd4 7 �g5 d6 8 f4 "fie7, o bien 8 ... �e6. Pero Yakov Estrin argumentó que las blancas tienen posibilidades razona­ bles. Lo que es cierto es que esto es mucho mejor que 4 d4 �xd4 5 ll'i xd4 ll'i x d4 6 f4? (6 0-0 transpone) 6 ... d5 ! 7 exd5 °fih4+ 8 g3 l/i'h3, que es favorable a las negras. Puesto que 3 . . . �c5 no plantea ningu­ na amenaza, las blancas tienen más liber­ tad que en la Defensa Dos Caballos. Así, pueden optar por una seudo Ruy López, con 4 d3, 4 c3 ó 4 0-0, conservando otras opciones. La teoría dice que puede contes­ tarse a 4 c3 con 4 . . . ll'i f6 ó con 4 . . . "fie7 5 d4 �b6. Pero si la idea de las negras es conservar el punto fuerte de eS, lo más preciso es 4 ... �b6, en cuyo caso 5 d4 "fle7, como jugaban los integrantes de las Pléyades de Berlín, transpone. La justificación de 4 . . . �b6 es que . . . VJ!/e7 no es tan útil como . . . �b6 en la seudo Ruy López. Las blancas pueden cam­ biar de idea tras 4 . . . "fie7, y pasar a 5 d3, con intención de atacar posteriormente a la vulnerable dama negra, con ll'ie3-d5 ó lZ'i fS. El inconveniente de este orden de ju-

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

gadas es que tras 4 . . . �b6 5 d3, las negras habrán perdido un tiempo si, más adelan­ te, consideran necesario seguir con ... a6 y ... Aa7. Observe que 3 Ac4 Ac5 es una ruta hacia la Variante Canal (4 llJc3 llJf6 5 d3 d6 6 Ag5!?), una de las líneas más prome­ tedoras de la Italiana. Las blancas no pue­ den llegar a esta posición por la Cuatro Caballos, debido a 1 e4 e5 2 llJ f3 llJ c6 3 llJc3 llJf6 4 �c4? llJxe4 ! , y necesitarían la cooperación de las blancas. Sin embargo, sí pueden conseguirlo, a través de la Defen­ sa Dos Caballos, 1 e4 e5 2 llJf3 llJc6 3 �c4 llJf6, si evitan 4 llJc3? (por 4 . . . lLi xe4! ) y j uegan 4 d3 ! , para seguir con 4 . A c5 5 llJc3. En un orden estándar de la Dos Caba­ llos, 1 e4 e5 2 llJf3 llJc6 3 �c4 llJf6 4 llJg5, hay dos líneas marginales que están conec­ tadas: 4 ... d5 5 exd5 llJd4 y 5 . b5. No son del todo parecidas, y sin embargo transpo­ nen después de 5 ... llJd4 6 c3 b5 ! 7 Afl ! ,o bien 5 ... b5 6 �fl ! llJd4 7 c3. La elección de las negras debería de­ pender de qué línea puede provocar una mala respuesta de las blancas, corno 5 . . . b 5 6 dxc6 ? ! bxc4 7 'ir'e2 h 6 8 'ir'xe5+ �e7, favorable a las negras. Hans Berliner re­ vivió 5 ... b5 en su lucha por el Campeo­ nato Mundial por Correspondencia, explicando que 5 ... llJ d4 "es menos cla­ ra", tras 6 llJ c3 . Otro orden d e jugadas e n l a D o s Caba­ llos guarda relación con la periódicamente revivida 4 d4 exd4 5 e5 d5 6 .tb5 llJ e4 7 llJ xd4. (Ver diagrama 41.) ..

..

Desde hace mucho, se asumió que las negras deben responder 7 ... Ad7, la j uga­ da de Paul Morphy, después de lo cual, 8 .txc6 bxc6 9 0-0 Ac5 y 10 .te3, la posición

está equilibrada. Pero la reciente expe­ riencia sugiere que con 10 f3! las blancas obtienen la mejor parte. Para evitar eso, las negras pueden recu­ rrir a la jugada de Adolf Anderssen, 7 Ac5!?. Después de 8 Ae3 Ad7 9 Axc6 bxc6 10 f3, las negras podrían responder 10 ... 'ifh4+ 11 g3 llJ xg3 ! . Lo normal, por tanto, es que las blancas jueguen 10 0-0. La clave es que han transpuesto a la línea de igualdad 7 ... Ad7, en la que se juega 10 Ae3, sin disponer de la opción 10 f3. El riesgo de esta sutileza es que 7 ... Ac5 permite 8 llJ xc6 ! ? , a lo que es forzoso seguir 8 ... .txf2+ 9 @fl , o bien 9 @e2 ! ? �g4+ 1 0 @fl . Las blancas también obtie­ nen una opción adicional, tras 8 Ae3 �d7 9 Axc6 bxc6, a lo que pueden responder 10 llJd2! (antes que transponer con 10 0-0), que ha logrado buenos resultados en los últimos tiempos. (Ver diagrama 42.) ..•

La partida Sveshnikov-Zaj a, Belgrado 200 1 , por ej emplo, siguió así: 10 . . . llJ xd2 11 'ir'xd2 0-0 12 lLib3 ! Ab6 13 0-0-0 'ir'e7 14 J::t hel a5 15 a3 a4 16 �g5 ! 'ir'e6 17 tt:ld4 'ir' g6 1 8 f4, y las blancas acabaron ga­ nando. Al efectuar un balance, 7 ... �d7 pare-

APERTU RAS AB I E RTAS

ce mejor que 7 . . . �cS, de modo que Morphy vence a Anderssen una vez más.

GAMBITO EVANS La primera pregunta a plantearse en el Gam­ bito Evans (1 e4 e5 2 ll:lf3 lll c6 3 � c4 .tc5 4 b4 il.xb4 5 c3) es a dónde deben retirar las negras su alfil. Hay dos formas de llegar a b6: optar por la sólida defensa de Lasker, S ... �es 6 O-O d6 7 d4 �b6, y s . �as 6 O-O d6 7 d4 �b6. El orden importa, porque las blancas disponen de varias opciones en su sexta jugada. Detengámonos en 5 �c5. ..

...

La ventaja principal es que después de

6 'it'b3 (una jugada válida contra S . . . �aS)

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es aquí bastante anodina, ya que 6 . . . 'it'e7 amenaza 7 . . . ll:laS ! . Pero ese beneficio s e altera con 6 d4!. Las negras no pueden conseguir la seguri­ dad de la defensa Lasker, 6 . . . �b6 (7 0-0? d6) , debido a 7 dxeS ! . Por consiguiente, deben entrar e n una de las líneas principales el Gambito Evans, como 6 . . . exd4 7 0-0! d6 8 cxd4 �b6, en cuya posición las blancas tienen compen­ sación, que ha resistido la prueba del tiem­ po durante siglo y medio. Una vez que las negras se decidan por 5 ... �a5, una cuestión clave es si las blan­ cas deberían jugar la inmediata 6 �b3 o precederla de 6 d4. Suele prestarse más atención a 6 d4 d6 7 �b3, pero 7 . . . �d7 parece ser una réplica adecuada. Comparemos con 6 'i/Vb3: Ahora es imposible ... 'it'd7. Las otras jugadas de damas, 6 . . 'iff6 ó 6 ... 'it'e7, pa­ recen transponer a malas versiones de la línea 6 d4 d6 7 �b3. Por ejemplo: 6 �b3 �f6 7 d4 d6? permite 8 dS ! lZ:l juega 9 'it'a4+. También en caso de 6 �b3 'it'e7 7 d4 exd4 8 0-0 ..tb6 9 cxd4, o de 6 ... �f6 7 d4 exd4 8 0-0 d6 9 eS ! , estamos en variantes que a menudo resultan fatales para las ne­ gras, antes de la jugada 2S. .

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ

El verdadero reto para 6 'iVb3 es 6 'iVf6 7 d4 lLl xd4! . Entonces, 8 lLl xd4 exd4 9 0-0 ha sido puesto a prueba en una par­ tida por correspondencia (9 . . . dxc3 10 eS 'iVxeS ! 1 1 � xt7+ @f8) , sin llegar a una conclusión. Si a las blancas les gustan, 6 'iVb3 sería mucho mejor para sus intereses que 6 0-0 y quizá también superior a 6 d4. Observe que antes, en el Evans, cada bando puede plantear al contrario un du­ doso "algo en qué pensar". En el caso de las negras es 4 ... lLl xb4? ! , antes que 4 . . . .txb4. Pero n o e s algo que cree muchos problemas a las blancas, tras S c3 ltJc6, lo único que ha pasado es que las negras han transpuesto a la cuestionable 4 ... �xb4 S c3 .tes. La apuesta de las blancas por la inteli­ gencia es peor. Se trata de 5 0-0, después de 4 . . . �xb4. ••.

GAMBITOS ESCOCÉ S Y G Ó RING Estos dos gambitos están estrechamente relacionados y por ellos puede llegarse a posiciones de la Apertura Italiana y la Defensa Dos Caballos. El orden del Gambito Escocés (1 e4 e5 2 ltJ f3 li) c6 3 d4 exd4 4 .tc4) concede a las negras mayor elección.

La respuesta más simple es 4 li)f6, que transpone a los Dos Caballos (1 e4 eS 2 ltJf3 li) c6 3 �c4 li)f6 4 d4 exd4). Es una buena opción para las negras, si les gusta afrontar el Ataque Max Lange (S 0-0 .t cS ) o la variante anti-Lange (S 0-0 li) xe4). Pero si las negras responden normal­ mente a 3 �c4 con 3 . . . �es, es un mal or­ den, porque pueden acabar en territorio desconocido. Por esta razón, pueden pre­ ferir 4 ... .th4+. La idea es que S c3 dxc3 6 li) xc3 transpone a la que antes se consi­ deraba la mejor defensa contra el Gambito Goring (1 e4 eS 2 li)f3 li) c6 3 d4 exd4 4 c3 dxc3 S li) xc3 .tb4 ! 6 .tc4) . Esa conclusión está siendo debatida úl­ timamente. Sin embargo, las blancas no tienen por qué implicarse en el debate, ya que el orden del Gambito Escocés 6 bxc3 ! ...

Las blancas quieren dej ar para más tar­ de c2-c3, como en caso de S . . . d6? 6 d4 exd4 7 c3 ! ? , como sugerido por Savielly Tartakower. Pero Marshall demostró que S 0-0 puede responderse eficazmente con 5 ltJf6! 6 d4 exd4 7 c3 dxc3 8 e5 d5!. ...

APERTURAS ABIERTAS

es· favorable a sus intereses (6 . . . � e7 ? 7 'ii d S). Bueno, entonces ¿qué decir de la terce­ ra opción, en la posición del diagrama 46, 4 .tc5? Se trata de una invitación nada velada a entrar en el Max Lange (S 0-0 lLif6 6 eS dS) . En comparación con 4 . . . lLif6, las negras pierden l a posibilidad anti­ Lange. Pero se benefician de no tener que enfrentarse a la línea aS eS ! ? , que Evgeni Sveshnikov ha demostrado puede resultar peligrosa. Otra virtud es que después de 4 .,tc5 5 0-0, las negras disponen de la opción adi­ cional 5 d6. (Ver diagrama 47.)

31

.••

...

•••

La idea no es 6 c3 dxc3 ? ! , que transpo­ ne a un Güring poco atractivo. Es mejor 6 �g4, con juego confuso. Por ejemplo: 7 'ii b 3 'ii d7 8 c x d4 il. x f3 9 d x cS lLi d4 1 0 'iie3 'ilig4 1 1 'ifgS , con un final comple­ jo, Wist-Rausis, Correspondencia 1 994. Un último punto es que 4 ... .tes tam­ bién puede transponer, después de S c3 ...

ttJf6, a la Apertura Italiana, lo que es una opción más segura que S ... dxc3 ? ! 6 tLi xc3 d6, otra línea confusa del Güring (7 il.gS tLige7 8 lLidS f6 9 �xf6 ! ?) . De modo que l a última nota sobre e l Gambito Escocés, 4 �c4, es que debe evi­ tarse 4 . .. � b4+? ! , 4 . . . ltJ f6 es la opción segura y 4 . . . �es la jugada más de doble filo. Ésa es una de las conclusiones más definitivas que podemos extraer acerca de estas aperturas abiertas, llenas de trampas.

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Capítulo 2

Apertura Ruy López

Hay muchos más trucos con el orden de jugadas en la Ruy López que en cualquier otra apertura abierta, y a menudo empie­ zan a verse ya en el cuarto movimiento, co­ mo en la Defensa Berlinesa. Al adepto a esta defensa le hace feliz entrar en un fi­ nal, por ej emplo con 1 e4 e5 2 lll f3 lll c6 3 fi.b5 lll f6 4 0-0 lll xe4 5 d4 lll d6 6 ii. xc6 dxc6 7 dxe5 lll f5 8 'it'xd8+. Por eso, es muy probable que le disguste la réplica 4 'ii'e2!?

� c5 ! ? 5 ii. x c6. Por ej emplo : 5 . . . dxc6 6 lll xe5 'it'd4 7 lll d3 ! . Porque probable­ mente no esté en su ADN. Las negras deberían conocer la contra­ sutileza 4 .. a6! . Después de 5 fi.xc6 dxc6 6 lll xe5 'it'd4 recupera el peón. Lo mejor para las blancas es 5 �a4 ! , pero deben co­ nocer la Variante Worrall (a la que nor­ malmente se llega con 3 . . . a6 4 j_a4 lll f6 5 'it'e2), y a la que se ha transpuesto. .

DEFENSA CLÁSICA En la Defensa Clásica (1 e4 e5 2 lll f3 lll c6 3 j_b5 j_c5) hay dos esquemas tempranos y varias formas de alcanzarlos. Uno de ellos, con ... lll ge7, se produce tras 4 c3 lll ge7 5 0-0 j_b6, o bien 4 0-0 lll ge7 5 c3 f;_b6. (Ver diagrama 49.)

Y no es muy probable que se sienta a gusto defendiéndose en un tipo de posicio­ nes como las de la Defensa Steinitz, 4 .. fi.e7 5 c3 d6 6 d4. Tampoco estará muy in­ clinado a gambitear un peón, con 4 ... .

Hay un consenso en el sentido de que las blancas están ligeramente mejor des­ pués de 6 d4, y su principal mérito es que eluden lo que quieren evitar: 4 0-0 deja a un lado 4 c3 f5 ! ? , por ejemplo. Pero 4 c3 evitaría, a su vez, 4 0-0 lll d4. Lo que realmente inclinaría la balanza a favor de 4 c3 sería el hecho de que al-

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SECR ETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ

1 1 exd6 cxd6 12 I:!. dl, como en la partid.a Matulovic-Ilincic, Sombor 2004. Hay cierto componente psicológico en 4 0-0 y ahora 4 ... CiJf6 5 CiJc3!?

guien encontrase la forma de lograr venta­ ja con la opción extra 4 ... CiJ ge7 5 d4, pero lo cierto es que, desde hace décadas, se conoce la solución igualadora 5 . . . exd4 6 cxd4 i.. b4+ ! . S i las negras quieren jugar . . . CiJf6 en lugar de ... CiJ ge7, hay tres órdenes de ju­ gadas que vale la pena considerar. La pri­ mera y más efectiva es 3 CiJf6!, a lo que sigue 4 0-0 i.. c5 . Esto explota la preferen­ cia de las blancas por 4 0-0, pues esperan que las negras continúen con una Berli­ nesa normal. De esta forma, las negras evitan c2-c3/d2-d4, en vista de 3 . . . CiJ f6 4 c3? CiJ xe4! . Los otros dos órdenes comienzan con 3 .. i.. c5 4 c3 CiJf6 5 d4 i.. b6 6 0-0 0-0 y 4 0-0 CiJf6 5 c3 0-0 6 d4 i.. b 6. Los libros le con­ ceden mucha atención al primer orden de jugadas, porque garantiza a las blancas una opción adicional, 6 'iie2. Pero si, de todos modos, quieren jugar 6 0-0, y no recuerdan la compleja teoría de la línea 4 c3 f5, el se­ gundo orden es el mejor. Para empezar, porque tiene la ventaja añadida de tentar a las negras a jugar 4 ... CiJf6 5 c3 CiJ xe4?. Esto parece la línea 3 ... CiJf6 4 c3? CiJ xe4! antes mencionada, pero ésta resulta ser mala tras 6 'it'e2 ! . Por ejemplo: 6 ... f5 7 d3 CiJ f6 8 d4 i.. e7 9 dxe5 CiJ e4 10 i.. c4 ! d5 •••

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Lo que ha sucedido es que hemos aca­ bado en una Apertura Cuatro Caballos (1 e4 e5 2 CiJf3 CiJc6 3 CiJc3 CiJ f6 4 i..b5), en la que las negras han jugado una rara línea marginal, 4 ... i.. c5 ! ? , y las blancas han res­ pondido 5 0-0. Esto está muy bien para las negras, si conocen la teoría (5 ... 0-0! 6 CiJ xeS CiJxeS 7 d4 i.. d6!). Alexander Beliavsky se vio sorpren­ dido en una ocasión, por Lj ubomir Lju­ bojevic, con este orden de jugadas, y fue superado tras 6 ... .l:t e8? ! 7 CiJf3 CiJ xe4 8 d4 CiJ xc3 9 bxc3 i.. f8 10 CiJ g5 ! h6 1 1 CiJh3 d6 12 'iff3 ! i.. d7 13 I:t bl � b8 14 'ii g3 CiJ e7 15 i.. xd7 'if xd7 16 .ixh6 ! .

DEFENSA COZIO Y DEL FIANCHETIO Cuando las negras desarrollan su alfil de rey por g7 están jugando una Apertura Vienesa con los colores invertidos, siendo una reflexión especular de 1 e4 e5 2 CiJc3 CiJf6 3 g3 i.. b4. Pero el tiempo extra de las

APERTU RA RUY LÓPEZ

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blancas en la versión Ruy López (1 e4 e5 2 tZ:lf3 tZ:lc6 3 �b5 g6) significa que pue­ den avanzar antes su peón d. Podrían hacerlo rápidamente porque después de 4 0-0 las negras tienen tiempo para jugar 4 ... �g7 5 c3 tZ:lge7 6 d4, y en­ tonces 6 ... exd4 7 cxd4 d5 ! , con juego de doble filo. Más peligroso es 4 c3:

ta el tema 3 ... g6 4 c3, lo mismo que la mo­ lesta 3 ... g6 4 d4 exd4 5 Ag5 !. Se trata de la Defensa Cozio (3 tZ:lge7), que transpo­ ne a una posición de 3 ... g6 4 0-0, después de 3 ... tZ:lge7 4 0-0 g6 5 c3 �g7 6 d4 exd4 7 cxd4 d5. Si las blancas responden 4 d4 exd4 5 tZ:lx d4 tenemos 5 g6 6 tZ:lc3 .i.g7 7 Ae3

Las negras tienen problemas tras 4 ... d6 5 d4 �d7 6 �b3 ! (6 ... �g7 7 dxe5 dxe5 8 �c4 ataca f7 y b7). Vassili Smyslov, el maestro de esta variante, dijo que lo mejor era 4 ... a6!. Las negras están dispuestas a transponer, después de 5 �a4, a una De­ fensa Steinitz diferida (3 ... a6 4 �a4 d6 y ... g6). ¿Por qué preferirían las negras 3 ... g6 al orden normal de la Steinitz diferida? La respuesta es que evitan otras lfueas de esa variante, como 5 0-0! y 5 �xc6+ ! ? . Puede que las blancas prefieran res­ ponder a 4 ... a6 con 5 Ac4, lo que sería una versión muy sólida de la Apertura Ita­ liana, en la que las negras disponen de la jugada extra . . . a6. Por ejemplo: 5 ... d6 6 d4 'f!ie7 7 0-0 �g7. Hay un camino por la puerta trasera, hacia un fianchetto de las negras, que evi-

La posición se convierte en una vieja Defensa Steinitz, aunque, en realidad, una de las mejores versiones de esa defensa, después de 8 . . . d6. Pero las negras pue­ den jugar mej or, con ... d5 ! ? . Por ejemplo: 8 �d2 d5 9 exd5 tZ:l xd5 1 0 tZ:l xc6 bxc6 1 1 .i. xc6 tZ:l xe3 ! 12 � x e3 l::t b8, o bien 12 �xa8 �xd2+ 13 �xd2 tZ:lc4+ 14 �el tZ:l xb2. Debe haber un inconveniente en el or­ den de la Defensa Cozio, pues de no ser así todo el mundo la jugaría, y es 3 tZ:l ge7 4 tZ:lc3!, con lo que la posición se hace más complej a después de 4 . g6 5 d4 e x d4 6 tZ:ldS!. Que las blancas tengan ventaja des­ pués de 6 ... ilg7 7 �g5 es discutible. Con todo, pocos partidarios de la Ruy López están dispuestos a comprobarlo, lo que ha­ ce que el orden de la Cozio sea un buen ar­ ma práctica.

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0-0.

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ

DEFENSA BIRD La defensa de Henry Bird (1 e4 e5 2 tll f3 tll c6 3 i.b5 tll d4 4 tll xd4 exd4) parece ab­ surda. Las negras mueven su única pieza desarrollada por segunda vez, para doblar sus propios peones. Pero esos peones centrales doblados llevan a cabo una buena tarea de restringir a las blancas después de 5 d3 c6 6 Ac4 d5!. Por ej emplo: 7 exd5 cxd5 8 A b5 + i. d7 9 i.xd7+ '/i'xd7 10 0-0 .ic5 ! 1 1 .la el+ tll e7, y la posición es perfectamente razonable para las negras. El error de las blancas fue comprome­ terse demasiado pronto (5 d3? ! ) . La mejor jugada de espera en muchas -si no en to­ das- es el enroque. Aquí, 5 0-0! permite a las blancas decidir entre 6 d3, 6 c3, 6 i.c4 e incluso 6 '/i'h5 , una vez que las negras realicen su quinta jugada. Así, tienen ex­ celentes posibilidades en caso de 5 . . . c6 6 .ic4 d5 7 exdS cxd5 8 .tb5+ .td7 9 %1 e l+ tll e7 10 .txd7+ '/i'xd7, y ahora 1 1 '/i'h5 u 1 1 c4 (en lugar de transponer con 1 1 d3?). Después de 5 0-0, la jugada más popu­ lar en los últimos años ha sido 5 i.c5.

vulnerando la regla de que no debe m­ verse una pieza dos veces en la apertura. Las negras deben neutralizar la amenaza 7 i.xf7+ @ xf7 8 '/i'h5+, de modo que no tie­ nen tiempo para jugar ... d5.

STEINITZIANA La solución de Wilhelm Steinitz al proble­ ma de la Ruy López fue mantener una só­ lida cabeza de puente en e5, después de 1 e4 e5 2 tll f3 tll c6 3 ii.b5, mediante 3 ... d6. Sus discípulos ensayaron 3 d6 4 d4 i.d7 5 tll c3 tll f6 6 0-0 .t e7, o incluso, por inver­ sión, 3 tll f6 4 0-0 .te7 5 tll c3 d6 6 d4 ..•

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i.d7. Una posición clave surge después de que las blancas protejan su peón e con 7 n el, y amenazan con ganar el negro. Eso lleva a una formación típica, 7 exd4 •••

8 tll xd4 0-0 9 .txc6 bxc6.

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Ahora, 6 d3 c6 7 i.c4 dS ! deriva hacia la línea con 5 d3. Más preciso es 6 i.c4!,

Las blancas están mejor, pero las ne­ gras tienen juego sobre la columna b y con el plan ... c5 !/... .tc6. Por ejemplo: 10 .tf4 c5 1 1 tll f3 .t c6 1 2 '/i' d3 tll h5 ! 1 3 i. e3 : es 1 4 l:l adl 'ii'b8 15 �el '/i'b7, Narciso Du­ blan-Mirzoev, Salou 2006. La experiencia demuestra que las blan­ cas deberían tratar de obligar a las negras

APERTURA RUY LÓPEZ

en c6 con el alfil, eliminando así el contra­ juego ... c5 ! . Pueden hacerlo así: 3 d6 4 d4 .td7 5 lll c3 lll f6 6 .txc6! , ya que si 6 ... bxc6?, las negras pierden un peón, con 7 dxe5. En lugar de ello, 6 . .txc6 7 �d3 re­ nueva la amenaza dxe5, y es favorable a las blancas: 7 ... lll d7 8 lll xd4 �d7 9 .tgS �e7 10 0-0-0 y 8 ... g6 9 .tgS .tg7 10 lll xc6 bxc6 11 e5 dxe5 12 �f3 �d6 13 l:t dl (Lu­ pulescu-Pessi, Bucarest 2004). La contrasutileza de las negras radica en jugar ... exd4 antes de .txc6, a fin de po­ der retomar con el peón b, lo que consi­ guen con 3 . d6 4 d4 .td7 5 lll c3 . •.•

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una diferencia, porque las blancas puede.n retomar de dama, 5 'it'xd4 .td7 6 .txc6, una línea favorable a las blancas, algo que es sabido desde los tiempos de Morphy. Para resucitar la Defensa Steinitz, las negras necesitan una nueva idea, quizá la relativamente poco explorada 5 ... l2Jge7!?, en el último orden de jugadas, o algo que pueda confundir a las blancas acerca del momento oportuno del cambio .txc6. Po­ drían intentar el orden de la Defensa Ber­ linesa, 3 ... lll f6 4 0-0, y ahora 4 ... d6, o bien 4 ... .te7 5 l:l el d6. Esto tiene la ventaja de privar a las blancas de sus planes más agre­ sivos, como 'if d3/0-0-0, y evitar 4 d4. Pero las blancas deberían ser conscien­ tes de que después de 3 .. l2J f6 4 0-0 d6 5 d4 .td7, pueden seguir con 6 .txc6! .txc6 7 lll c3 . .

Ahora 5 ... exd4! 6 lll xd4 lll f6 7 0-0 �e7. Si ahora 8 .txc6 u 8 l:t el 0-0 9 .txc6, el juego derivaría hacia la formación de doble filo (con ... bxc6) que debería hacer felices a las negras. Lamentablemente, hay una contracon­ trasutileza. Las blancas pueden acelerar la captura en c6, como demostró Jackson Showalter hace más de un siglo, 3 ... d6 4 d4 .1d7 y ahora 5 .txc6 .txc6 6 lll c3, que transpone a la línea favorable después de 6 ... lll f6 7 'ii' d3 exd4 8 lll xd4. Por supuesto, las negras también pue­ den acelerar su plan, con 4 d4 exd4, como suele hacer Alexander Onischuk. Pero hay

La liquidación que sigue, 7 ... l2J xe4 8 lll x e4 .txe4 9 l:t e l es favorable a sus in­ tereses (9 .. f5 10 lll g5 ó 9 ... �f5 10 dxe5 d5 11 lll d4). Por otro lado, las negras normalmente transponen, con 7 ... exd4 8 lll xd4 a una línea .txc6, antes que ... bxc6 ! . Conclusión: l a Steinitz merece s u repu­ tación, pero sólo si las blancas juegan oportunamente ..txc6. Si a las negras les gustan las líneas con ... bxc6, tendrán una .

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

mejor oportunidad de alcanzarlas por la Steinitz diferida, como 3 ... a6 4 �a4 lt:if6 5 0-0 �e7 6 .!:!. el d6, en cuyo caso lo mejor que tienen las blancas es 7 � xc6+ bxc6 8 d4 cxd4 9 lt:i xd4 .td7.

DEFENSA STEINITZ DIFERIDA Este sistema se conoce en Rusia como "Defensa Steinitz mejorada" y la mejora más evidente es que, al intercalar 3 . . . a6 4 �a4 antes de 4 ... d6, las negras hacen que el avance d2-d4 sea un tanto arriesga­ do. Después de 1 e4 e5 2 lt:if3 lt:ic6 3 �b5 a6 4 �a4 d6 5 d4, las negras pueden res­ ponder 5 ... b5! 6 �b3 lt:i xd4 7 lt:ixd4 exd4.

Ahora 8 'it'xd4? cae en la trampa cono­ cida como el Arca de Noé (8 ... c5 9 'it'd5 �e6 10 'it'c6+ �d7 11 'it'd5 c4, ganando). Pero 8 c3! es un gambito muy respetable: 8 .. dxc3 9 lt:i xc3 lt:if6 10 0-0. La quinta jugada más flexible de las blancas es 5 0-0!, que les concede todo tipo de sutilezas. Pueden, por ej emplo, responder a 5 ... �d7 con 6 c3. Esto nor­ malmente transpone a la línea principal de la Steinitz diferida, 5 c3 �d7, pero sin exponerse a la azarosa Variante Siesta (5 c3 f5 ! ?). .

Hay otra idea que merece ser debiqa­ mente acreditada. Se trata de c2-c4, inven­ to de Oldrich Duras. No se considera peligrosa, porque si 5 c4, 5 . . .tg4! explota el agujero de d4. Pero después de 5 0-0 � d7, las blancas pueden buscar una Duras mejorada, con 6 c4, en cuyo caso, si las ne­ gras responden 6 ... �g4 les costaría un tiempo, y no está claro que eso o 6 ... lt:if6 7 lt:ic3 puedan igualar. La continuación más habitual, después de 5 0-0 .td7 es 6 d4. .

Éste es un gambito mejorado, en vista de 6 ... b5 7 � b3 lt:ixd4 8 lt:i xd4 exd4 9 c3, pues ... �d7 no es tan útil como ... �b7. Por otro lado, 6 ... lt:ige7 7 c4! es un ex­ celente Duras. Por ej emplo: 7 . . . lt:i g6 8 lt:ic3 �e7 9 .te3 0-0 10 l:t cl Ag4 11 �xc6 bxc6 12 h3, como en la partida Smagin-Ba­ bu, Londres 1990 . La teoría prefiere 6 ... lt:i f6!. En tal caso, ambos jugadores pueden pensar que han ganado la batalla de la apertura. Las negras dicen: "Te he engañado, llevándote a una Defensa Steinitz do­ blemente diferida, sin permitirte la opor­ tunidad de emplear tu mej or arma." Traducción: Esta posición puede alcan­ zarse por 3 . . . a6 4 Aa4 lt:i f6 5 0-0 d6 6 d4

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� d7, pero sólo si las blancas pasan por alto 6 i. xc6+ ! . "No", responden las blancas, "tengo lo que quería, porque ahora puedo jugar 7 i.xc6 y obtener una versión favorable de la Steinitz clásica". Con lo que quieren decir 7 ... i.xc6 8 l:t el exd4 9 lb xd4, porque si 8 . . . lb xe4? , 9 d5, y si 8 . . . �xe4, 9 lbc3, posibilidades ambas favorables a las blan­ cas. Como a menudo sucede al transponer, ambos jugadores pueden tener razón. Las blancas han conseguido el medio juego que querían, y las negras han evitado el medio juego que querían evitar. Lajos Portisch añadió otra sutileza a la moderna Defensa Steinitz, al responder a 5 0-0 con 5 i.e7! ? •••

Ésta parece una ruta inocua hacia cau­ ces tranquilos, como 6 c3 lbf6 7 l:t el 0-0 8 h3 i.d7, pero hay diferencias entre 5 ... i.e7 y 5 . . . i.d7. Una de ellas es que las ne­ gras están mejor situadas para jugar 6 . . . i.g4, e n relación con l a u n tanto dudosa 5 0-0 i.g4. Por ej emplo : 6 c3 i. g4 7 d4 b5 8 i.b3 lbf6, con idea de . . . i.xf3. También 7 d3 lbf6 8 lbbd2 lb d7 9 h3 �h5 10 i.c2 lbf8 ! ? resultó bueno para las negras (11 g4 i.g6 12 d4 h5) en la partida Browne-Por­ tisch, Milán 1975.

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Otra diferencia es que las negras pue­ den tratar de implementar la Variante Siesta, respondiendo a 6 c3 con 6 f5! ? 7 exf5 �xf5 8 d4 e4. Una prueba más dura para 5 . . . i.e7 es 6 d4. En tal caso, 6 . . . b5 7 i. b3 lb x d 4 8 lb xd4 exd4 9 c3 e s otro gambito central. Después de 9 . . . lb f6 ! 10 cxd4 �b7 11 f3 0-0, se ha transpuesto a una línea más o menos igualada (5 d4 b5 6 � b3 lb xd4 7 lb xd4 exd4 8 c3 �b7 9 cxd4 lbf6 10 f3 �e7) . Si hay una refutación de 5 . . . �e7, es 6 �xc6+ bxc6 7 d4. Entonces, 7 . . . f6?, que es temático en líneas similares con �xc6+ de la viej a Defensa Steinitz, hace que las pie­ zas del flanco de rey parezcan estúpidas. Ahora 7 ... exd4 8 lb xd4 ..•

. . . permite a las blancas ejercer el control de la posición, con 8 c5 9 lbc6! �d7 10 lba5! (10 . . . lbf6? ! 1 1 c4). Pero 5 . . . i.e7 es j ugable si las negras postergan . . . c5 , en favor de 8 �d7 9 lbc3 lbf6. O bien, mejor aún, 9 �f6!, seguido de . . . lbe7. La olvidada 5 . . . �e7 merece que se la recuerde. Las negras también pueden mezclar la Steinitz diferida con la Cozio, si juegan 1 e4 e5 2 lbf3 lb c6 3 �b5 a6 4 i.a4 y ahora .••

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..•

SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ

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4 ttJge7. Alexei Suetin recomendaba "5 c3! " y citaba una de sus partidas, con 5 bS 6 .tb3 dS 7 'i!Ve2!, con ventaja. •..

...

.

Pero las negras mejoran su juego con 5 .. d6! , y después de 6 d4 .td7, se transpo­

ne a la línea de la Steinitz diferida con 5 c3 �d7 6 d4 ttJ ge7. La teoría favorece hoy más la posición blanca que una generación atrás, pero lo que puede ser más importan­ te es que las negras evitaron las opciones distintas de 5 c3 de la Steinitz diferida. Por otra parte, después de 4 ... ltJge7 5 0-0, las negras pueden transponer con seguridad a la lmea de fianchetto (5 ... g6 6 c3 d6) . Las blancas pueden tener que replicar a 4 ... ttJge7 con 5 d4 exd4 6 ltJ xd4, que hasta ahora no ha sido claro, después de 6 ... g6 ó 6 ... b5 ! ? 7 .tb3 ttJ a5.

2 ltJf3 ttJc6 3 i.bS a6 4 i.a4 ltJf6 5 .t�c6 dxc6 6 d3 ltJd7?! 7 ttJbd2 �e7 8 ltJc4 ii..f6? 9 'i!Ve2 cS 10 �d2 0-0 11 g4, con un ataque ganador (11 ... b5 12 ttJe3 g6? ! 13 h4 ttJb8 14 0-0-0 ttJc6 15 :i dgl i/.e6? 16 @bl ltJb4 17 �xb4 cxb4 18 g5 ! y ltJ g4). Una ventaja importante de diferir el cambio .txc6 es que a las negras les re­ sulta más difícil defender su peón e. Des­ pués de 3 . . . a6 4 .ta4 ttJf6 5 i.xc6 dxc6, no pueden jugar ... f6, como en el caso de 4 � xc6 dxc6. Sin embargo, 6 ... i.d6! es una buena defensa de desarrollo, y las negras están bien después de 7 lb bd2 i.e6. La razón por la que el cambio doble­ mente diferido, 5 0-0 ii.. e 7 6 � xc6 dxc6, tiene mejor reputación es que 7 ... i.d6 costaría un tiempo. Las negras, en cam­ bio, obtienen una posición sólida con . . . ttJ d7. Si quieren un medio juego dese­ quilibrado, con mayores posibilidades de victoria, deberían considerar la rara 6

... bxc6!?

VARIANTES DEL CAMBIO Las blancas pueden jugar ii.. x c6 en la cuar­ ta, quinta o sexta jugadas de las lmeas principales. Cambiar en la quinta jugada tiene sentido, si las blancas quieren evitar la Defensa Abierta y conservar la opción 0-0-0. Eduard Gufeld venció a Mijail Tal en una partida que se desarrolló así: 1 e4 eS

Esto puede transponer a una Defensa Steinitz. La línea del cambio doblemen­ te diferido (7 :! el d6) que le gustaba ju­ gar, con negras, a Akiba Rubinstein, que es similar a las mejores versiones de la

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viej a Steinitz, tras 8 d4 exd4 9 llJ xd4 .t d7. Las blancas podrían mejorar con 7 llJ x e5 llJ xe4 ó 7 d4 llJ xe4 8 dxe5 0-0 (9 l:l el d5 10 llJ d4 .td7 11 f3 llJ g5 , como en la partida l. Sokolov-S. Nikolic, Pan­ cevo 1 987), pero apenas hay experiencia con la variante para pronunciar un vere­ dicto.

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evitar la Defensa Abierta, 5 d4. Esto a me­ nudo favorece a las blancas, si están mejor preparadas, después de 5 ... exd4 6 0-0 ó 6 e5. Pero las negras pueden jugar, en cam­ bio, 5 b5!? •.•

DEFENSA ABIERTA Antes de pasar a la línea principal de la D efen s a Abierta, 1 e4 e5 2 llJ f3 llJ c6

3 .tb5 a6 4 Aa4 llJf6 5 0-0 llJ xe4 6 d4 b5 7 Íi.b3 d5, consideremos 7 .te7!?. •.•

Ahora 6 dxe5! llJ x e4! 7 f¡_ b3 llJ c5 8 .td5 .te7 9 0-0 transpone a la línea an­ terior. La formación estándar de la Defensa Abierta se produce tras 1 e4 e5 2 llJt3 llJc6

3 .tb5 a6 4 .ia4 llJ f6 5 0-0 llJ xe4 6 d4 b5 7 .tb3 d5 8 dxe5 .te6. Las jugadas a dispo­

Esta jugada trata de inducir a las blan­ cas a 8 l:l el, y entonces 8 ... d5 9 dxe5 i.e6, una posición absolutamente igualada, que podría producirse tras 7 ... d5 8 dxe5 .te6, si las blancas juegan la inepta 9 l:l el ! ?, pues entonces 9 ... Íi.e7. La mejor tentativa para castigar 7 ... Ji.. e7 es 8 dxe5. La experiencia con 8 ... llJc5 9 .td5 .tb7 ( ó 9 ... llJe6) dista de ser convincente. Por ejem­ plo: 9 . . . Ji.. b7 1 0 llJ c3 0-0 1 1 1i.. f4 llJ e6 1 2 1;_g3 f5 ! . . S i a las negras les gustan estas posicio­ nes, pueden conseguirlas aunque las blan­ cas adopten una forma estándar para

sición de las blancas (c2-c3, .te3, llJbd2) y de las negras ( ... .te7, ... llJc5, ... il,.c5) pue­ den mezclarse en distintos órdenes, ha­ ciendo inevitables las transposiciones. En la primera edición de la Enciclope­ dia de Aperturas yugoslava, Viktor Korch­ noi endosaba la sabiduría convencional de que 9 c3 .te7 10 Ae3 y 9 c3 il.. e7 10 llJbd2 eran tan favorables a las blancas que las negras deberían evitarlas con 9 ... .tc5 ! . Pero Andrei Sokolov demostró l a forma en que las blancas pueden inducir a su ri­ val a entrar en una línea favorable, con 9 Ae3!?, y si entonces 9 fi.e7, 10 c3!. Esto es muy efectivo contra oponentes muy preparados teóricamente en la línea 9 c3 •••

.tes.

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ

Por ej emplo: 10 . . . 0-0 1 1 tt:J bd2 'i:fd7 12 l:t el l:t ad8 13 il.. c2 tt:J xd2 14 'i:fxd2 il..g4 15 'it'd3 g6 16 il..h6 l:t fe8 17 � adl tt:Ja5 18 h3 il.. xf3 19 'i:f xf3 c5 20 'i:fg3 tt:Jc4 21 b3 tt:J a3 22 e6! 'i:fc6 23 il.. f5 ! y ganan, Kamsky-Piket, Dos Hermanas 1995. No hay un antídoto evidente contra 9 ile3 , pero se ha llamado la atención sobre 9 tt:Jbd2, porque permite a las blancas res­ ponder a 9 . . . il.. c5 con 10 ttJ xe4 d x e4 1 1 il.. xc6, con, al menos, una pequeña venta­ ja. Esto ha hecho que las negras se decanten por 9 ... il.. e7, después de lo cual 10 c3! es otra buena transposición. El inconvenien­ te de 9 tt:Jbd2 es que las blancas pierden control de d4, en relación con 9 ile3 y 9 c3, lo que resulta significativo tras 9 tt:Jc5! . En tal caso, a las blancas les agrada­ ría ver 10 c3 il.. e 7 11 ilc2 il.. g4, porque transpone a otra buena línea 9 c3 (9 c3 tt:Jc5 10 il.. c2 il.. g4 1 1 tt:Jbd2 il.. e7) . Por ejemplo: 12 l:. e l 'it' d7 13 tt:J fl l::t d8 1 4 tt:J e3 il.. h5 15 tt:Jf5. Pero las negras han obtenido mejores resultados respondiendo a 10 c3 con 10 d4, hasta tal punto que se ha convertido en una de las líneas pricipales, con análisis teóricos que superan la jugada 20. Un timador preferiría otra novena ju­ gada, 9 a4!? ...

...

Las blancas tratan de deslizarse en una línea olvidada que comienza así: 1 e4 e5 2 tt:Jf3 tt:Jc6 3 .ib5 a6 4 il.. a4 tt:Jf6 5 0-0 tLixe4 6 d4 b5 7 .ib3 d5, y ahora 8 a4, en lugar de 8 dxe5. Si las blancas logran el control de la columna abierta a, con 8 ... l:. b8 9 axb5 axb5, habrán alcanzado una versión muy mejorada de la Defensa Abierta, 10 dxe5 il.. e6 11 c3. Pero 8 a4? fue encerrada en una nota al pie, a raíz del match Lasker-Schlechter de 1910, pues las negras igualaron con 8 ... tt:J xd4! . El atractivo del orden de jugadas 8 dxe5 .te6 9 a4 es que 9 ... .l:l b8 permite a las blancas alcanzar la versión ideal de 8 a4 (seguido de 10 axb5 axb5 1 1 c3). Por ejem­ plo: 11 ... il.. e7 12 tlJd4 ! tt:J xe5 (12 ... 'i:fd7 13 Ac2 ! ) 13 f3 tt:Jc5 14 ilc2 il.. d7 15 b4, con ventaja, Alekhine-Rohacek, Munich 1941. Así pues, ¿qué tiene de malo 9 a4? La teoría dice que 9 tt:Ja5 es la respuesta. Pero 10 axb5 axb5 11 tt:J d4! il..c5 12 c3 0-0 13 Ac2 no es muy convincente. Se requie­ re más experiencia práctica (digamos 9 b4 10 a5, amenazando il.. a4), antes de po­ der evaluar debidamente 9 a4! ? . ...

...

APERTURA RUY LÓPEZ

DEFENSA M O LLER/ARKANGELSK No hay mejor ejemplo de cómo las trans­ posiciones pueden mejorar un grupo de aperturas hermanadas que en los sistemas agresivos en que las negras juegan ... a6, ... llJf6 y . . . .tes, posiblemente en conjunción con ... bS y ... i.b7. Hasta hace muy poco, parecían primas hermanas indignas de nuestra atención. El Ataque Móller (1 e4 e5 2 llJfJ lLlc6 3 i.. b5 a6 4 �a4 lLlf6 5 0-0 Ac5) se consi­ deraba demasiado inconsistente, debido a 6 c3 Aa7 7 d4, o bien 6 lLl xe5 llJ xe5 7 d4. La Variante Arkangelsk, 5 b5 6 i. b3 i.b7, disfrutó de quince minutos de fama en los años sesenta. Una fama que expiró cuando las blancas lograron ventaja en ambos flancos, con 7 l:t el .tes 8 c3 d6 9 d4 i.b6 10 i.gS y a2-a4. Pero entonces surgió la nueva Arkan­ gelsk, 5 ... b5 6 .tb3 Ac5. •.•

La idea de las negras radica en diferir el desarrollo de su alfil dama, hasta que se­ pa donde les servirá mejor, si en g4 o en b7. Por ejemplo: en caso de 7 ll el, descar­ tan 7 . . i.b7 (que transpone a la desfavora­ ble vieja Arkangelsk) y juegan 7 .. tLig4!, en el espíritu del Móller. Esta jugada es .

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buena, pues si 8 d4? tLl xd4 9 lLl xd4 'ifh4 ! , o bien 8 ll e2 lLl d4 9 lLl xd4 i.xd4, amena­ zando 10 ... 'ifh4. Si las blancas concluyen que deberían jugar 7 'if e2, seguramente acabarán trans­ poniendo al Ataque Worrall, que normal­ mente se produce con el orden S 'if e2 bS 6 i.b3 �cS 7 0-0, y conduce a posibilidades más o menos igualadas. Si las blancas abandonan el plan c2c3/d2-d4 y optan por 7 d3 , las negras pue­ den revertir a la vieja Arkangelsk, 7 .. . 0-0 8 a4 i.b7. Se trata de una "antigua" posi­ ción, que se produce después de S 0-0 bS 6 .tb3 .tb7, cuando las blancas prescin­ den de las líneas críticas, como 7 : el . Una vez más, las negras consiguen así un juego libre de la apertura. Una prueba clave para la nueva Arkal­ gensk es 7 c3 d6 8 d4 i.b6.

La diferencia entre la nueva y la vieja variante se pone de manifiesto con 9 n el. En tal caso, 9 . . Ab7? transpone a una posi­ ción inferior de la "vieja". Pero tras 9 . . i.g4!, estamos en la "nueva". Las blancas no pueden mantener ahora la disposición de su centro y no logran ventaja tras 10 dS lLle7 1 1 h3 .td7 ! y ... c6. ¿Qué decir de a2-a4, el antídoto contra .

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ

un temprano ... bS ? Eso no molestaría a las negras en la posición del diagrama 68. Por ejemplo: 9 a4 Ag4! 10 axb5 axb5 11 : xa8 'iVxa8 U h3 .ih5, con lo que han obtenido buenos resultados. Puede seguir 13 'it'd3 exd4 14 .,tgS .txf3 1S .txf6 �xg2 ! , Pavlo­ vic-Carlsen, Reykjavik 2006. ¿No hay más que buenas noticias para las negras en la nueva Arkangelsk? No del todo. Deben saber qué hacer en caso de 7 tLi xe5. En los últimos años ha surgido una gran cantidad de teoría sobre la línea 7 ... tLl xeS 8 d4 .txd4 9 'iVxd4 d6, y los restos del naufragio aún no han desaparecido del todo. Por otra parte, las blancas pueden plan­ tear sus propias trampas de transposición. Con 7 a4 obligan a las negras a responder a la amenaza axbS. Después de 7 .tb7 .••

porque no tienen que enfrentarse a las· líneas más críticas, 8 ... 1:1 b8 y 8 ... .ig4. A pesar de todo, la familia ... .tes sigue siendo respetable, porque las negras han descubierto hasta ahora mejores transpo­ siciones que las blancas.

ATAQUE MARSHALL Y VARIANTES ANTI-MARSHALL En los años treinta, el gambito de Frank Marshall se consideraba refutado. En los sesenta fue reintroducido por Boris Spassky, como un arma efectiva de tablas. Hoy quizá sea la defensa más peligrosa contra la Ruy López, lo que concede una importante significación a la séptima juga­ da negra: 1 e4 e5 2 tLl f3 tLl c6 3 .tbS a6

4 .ta4 tLlf6 5 0-0 .te7 6 I:t el b5 7 .tb3.

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8 d3 es otra línea tranquila, una anti-Mar­ shall, en la que se ha jugado ... .tes en lugar de ... .te7. Eso podría parecer beneficioso para las negras, pero las blancas pueden complicar las cosas con 8 c3, esperando 8 d6 9 d4 �b6 10 .tg5!, una posición favo­ rable de la "vieja" Arkangelsk. ¿Qué ha sucedido? Hemos transpuesto a la línea 7 c3 d6 8 a4 ! ? .t b7 9 d4 � b6 1 0 j¿gS. Esto ha ayudado a las blancas, .••

Con 7 . . . d6 las negras se comprome­ ten con una de las variantes principales (8 c3 0-0 9 h3 , etc.) . Pero 7 0-0 les per­ mite plantear el Gambito Marshall, 8 c3 d5 ! ? . Se trata sólo de una amenaza, por­ que aún pueden j ugar 8 . . . d6, revirtiendo a las líneas principales. Con todo, la ame­ naza es tan molesta hoy día que hasta los más fuertes grandes maestros suelen es­ quivarla optando por modestas -si no ..•

APERTU RA RUY LÓ PEZ

cobardes- j ugadas anti-Marshall, como 8 d3 u 8 h3. ¿Por qué, entonces, debería jugar al­ guien 7 ... d6, que permite a las blancas ju­ gar más agresivamente sin riesgo? El único inconveniente de 7 ... 0-0 es que se supone que 8 a4 es fuerte. Lo es, pero no de forma muy significativa, tras 8 a4 .tb7. Por esta razón, los mejores grandes maes­ tros del mundo han estado investigando una forma agresiva de eludir el Marshall. Una idea es 8 d4.

13 ll'i c3 ! ) . Lo normal es que las negras respondan a 8 d3 con 8 d6. Después de 9 c3 las blancas podrán acabar avanzan­ do d3-d4. Esto les asegura que pueden ejecutar la maniobra ll'ifl , tan importan­ te en la Ruy López. Así pues, planean 10 lL'i bd2, 11 ll'ifl , 12 ll'i g3 y, eventualmente, d3-d4. Hay que decir que en algunas líneas con 8 c3, como la Variante Zaitsev, no con­ siguen hacerlo (8 ... d6 9 h3 �b7 10 d4 l:l e8 1 1 ll'ibd2 .tf8 12 ll'ifl ? exd4 ! , y las negras ganan un peón). El inconveriiente de 8 d3 d6 9 c3 es que las blancas irán un tiempo por detrás de las líneas tradiciona­ les con 8 c3 d6 9 h3, en las que normalmen­ te el avance d4 se realiza en una sola jugada. Pero ese tiempo puede ser un in­ conveniente menor, en comparación con los problemas que puede plantear el Mar­ shall. Observe que una de las pocas respues­ tas activas de que disponen las negras es 9 . .te6. Las negras parecen estar bien, si se compara esto con 8 c3 d6 9 h3 .te6 10 d4 ! , que según l a teoría e s favorable a las blan­ cas, después de 10 . . . � xb3 11 axb3 l:!. e8 12 dS ! y 13 c4. Pero ¿han igualado las negras después de 8 d3 d6 9 c3 �e6, y ahora 10 d4?. •.•

..

Este avance da buen resultado cuando las negras juegan 8 ... ll'i xd4 9 ll'ixd4 exd4 10 eS , y es una incógnita en caso de 8 d6. En tal caso, 9 c3! transpone a la línea 8 c3 d6 9 d4 �g4. Los libros dicen que esta viej a línea es la segunda mejor, tras 8 c3 d6 9 h3. Pero "segunda mejor" no quiere decir que sea mala, y la vieja línea es em­ pleada hoy por Gata Kamsky, Magnus Carlsen y Alexander Grischuk, entre otros. ¿Qué decir de otras líneas anti-Mars­ hall? La más simple comienza con 8 d3. Entonces, la respuesta 8 ... dS se conside­ ra incorrecta, porque la casilla c3 está disponible para un caballo (9 exdS ll'i xdS 10 ll'i xeS ll'i xeS 11 l:! xeS c6 12 l:t el .td6 ...

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

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Tienen un tiempo de ventaja sobre la línea anterior. Pero lo único que eso signi­ fica es que las blancas no han j ugado h2h3. Puede que lo mejor para las negras sea 10 .tg4!, transponiendo a 8 c3 d6 9 d4 .tg4, ese viejo y razonable sistema. Otra sutileza anti-Marshall es 8 h3. Si las negras continúan con 8 d6, como a menudo hacen en el caso de 8 d3, las blan­ cas pueden retomar la variante principal con 9 c3! , con lo que han transpuesto a 8 c3 d6 9 h3, de paso que han eludido el Mar­ shall. Los libros solían despachar la jugada 8 h3 con el comentario de que tras 8 .tb7 el gambito seguía vivo. Es decir, que des­ pués de 9 c3 dS! 10 exd5 ltJ xdS 11 tLi xeS tLi xeS 12 l::i xe5 ltJf4 ! , las negras obtienen un fortísimo ataque. Efim Geller señaló, en cambio, las vir­ tudes de 9 d4!?. Si ahora 9 d6, 10 c3! transpone a la Variante Zaitsev. Si las blan­ cas prefieren jugar la Variante Zaitsev an­ tes que el Marshall -y ése suele ser el caso para la mayoría de los adeptos a la Ruy López-, entonces se han anotado una pe­ queña victoria moral. •..

...

.••

�xf7+ l:t xf7 1 1 tLi xe5 l:t f8! 12 �xd4 c5 es un buen gambito, y 10 lLi xd4 cxd4 11 e5 ltJe4 12 'i!Yg4 ha dado buenos resultados a las negras. No obstante, es posible que 9 d4 sea consistente, pues permitir el Marshall es peor, y debido a que la respuesta más natural de las negras es entrar en 9 . d6 10 c3, lo que da lugar a las posiciones co­ nocidas. A causa de la naturaleza forzada de las principales lúteas en el Marshall, hay poco lugar para las transposiciones, después de 8 c3 dS 9 exdS lLi x dS 10 lLi xeS ltJ x eS 11 l:t x eS c6. Una excepción se produce con la idea de Fischer 12 g3. ..

...

Esta j ugada está concebida para sor­ tear la megateoría de la línea 12 d4 i.d6 13 : el �h4 14 g3 �h3. La forma más sen­ cilla de responder a 12 g3 es 12 i.d6 13 l:t el, y ahora 13 �d7! y ... �h3 transpone a la línea que las blancas tratan de evitar. Una de las pocas variables en el Mar­ shall es un oportuno cambio .txd5, si las blancas lo desean. Pueden hacerlo con 12 d4 �d6 13 l:t el �h4 14 g3 'it'h3 15 AxdS cxdS, o bien esperar con 15 .t e3 .t g4 16 'it'd3 l:! ae8, y cambiar en este momen­ to, 17 AxdS. O también pueden seguir postergando •••

...

El test para el orden de jugadas pro­ puesto por Geller es 9 ltJ xd4, ya que 10 ...

APERTU RA RUY LÓPEZ

'el cambio, con 17 tll d2 l::l e6 18 'iVfl 'iVh5 19 .t x d5 . También pueden llegar a las mis­ mas posiciones con el orden U �xd5 cxd5 13 d4 �d6 14 1:1 el 'iVh4 15 g3 'iVh3 . ¿Qué es mejor? Quizá el último orden porque -al margen de la opción extra 14 · l:!. e3- elude otra línea de Geller, 12 d4 �d6 13 l:t el 'iVh4 14 g3 'iVh3 15 �e3 �g4 16 'iVd3 tll xe3 ! ? 17 l:t xe3 c5.

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obligadas a analizar las complejidades de la jugada 7 tll g5 ". Hay opiniones diversas acerca de la corrección de 7 . .. d5 8 exd5 tll d4. Las blancas acabaron optando por 7 c3, y las negras transpusieron, con 7 Ae7 8 h3 tll a5 9 Ac2 c5 10 d4. Pero para enton­ ces habían ganado ¡ más de una hora en el reloj ! •..

MAPAS DE RUTA HACIA LAS LÍNEAS PRINCIPALES DE LA RUY LÓ PEZ Las negras alcanzan la formación principal de la Ruy López tras 1 e4 e5 2 tll f3 tll c6 3 �b5 a6 4 �a4 tll f6 5 0-0 Ae7 6 1:. el b5 7 .1i.b3 0-0 8 c3 d6 9 h3. Otros órdenes con­ ceden más opciones a las blancas, pero también obligan más a pensar. Arthur Bisguier explicó una vez en Chess Review por qué empleaba el orden 5 b5 6 �b3 d6!? ...

En primer lugar, quería evitar la Va­ riante Steinitz diferida, favorita de su opo­ nente (5 ... Ae7 6 Axc6). En segundo lugar, de esa forma las blancas "no po­ dáan estar seguras de que yo quisiera trans­ poner a la línea principal, y se sentirían

É se es un caso extremo de "dar moti­ vos para pensar" al oponente. Como otras rutas alternativas a las formaciones princi­ pales de la Ruy López, eso siempre tiene un precio. Las blancas han ahorrado un tiempo, en comparación con las líneas principales jugadas en el orden habitual. No tienen que jugar l::t el, puesto que Ac2 protege ya al peón e. En otras rutas, pueden prescindir de h2-h3, porque ... .tg4 no es una preocupación. Con todo, y como veremos, las blancas pueden tener que ju­ gar h2-h3 y l:t el después de todo, y entre­ gar a las negras los tiempos. Si lo hacen, las negras pueden obtener algunos beneficios a corto plazo, gracias a estos órdenes alter­ nativos. Otro orden es 1 e4 e5 2 ttJ f3 ttJ c6 3 .1i.b5 a6 4 �a4 tll f6 5 0-0 b5 6 �b3, y ahora 6 �e7. Entonces 7 tll g5? no tiene sentido, por 7 ... 0-0 ! . .•.

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

Este orden tiene el inconveniente habi­ tual de ... b5, a saber, permitir el avance 7 a4. Entonces, 7 ... b4 tiene mala reputación, debido a 8 'ik'e2 0-0 9 a5 ! y 10 c3. Quizá sea mejor 7 ... �b7 y 8 axb5 axb5 9 l:t xa8 y 10 tll c3, pero hay poca experiencia práctica para comprobarlo. Otro orden casi olvidado (después de 1 e4 e5 2 tll f3 tll c6 3 � b5 a6 4 � a4 tll f6 5 0-0) es 5 . �e7 6 l:l el bS 7 �b3 .tb7. Esto también se produce vía Variante Ar­ kangelsk, si las negras sitúan su alfil rey en e7, en lugar de c5. Las blancas no tienen aquí nada mejor que 8 c3.

Lo que ha sucedido es que hemos llegado a una línea principal de la Ruy López, pe­ ro con la omisión de h2-h3 y ... 0-0. Eso de­ be favorecer a las blancas, no a las negras, pero es difícil demostrarlo, si las negras continúan postergando el enroque, con 11 •••

cxd4 12 cxd4 : c8.

..

Esto no es sólo una trampa, pues 13 dxeS dxeS 14 tll xeS? 'ik'c7! merece la seria verificación que aún no ha obtenido.

LA VIEJA LÍNEA PRINCIPAL Esta posición se produjo varias veces en los cincuenta, como un medio de plan­ tear una especie de Gambito Marshall, 8 ... d5. Sin embargo, las negras también pue­ den responder 8 d6, con la esperanza de alcanzar una versión mejorada o, al menos, confusa, de la principal línea de la Ruy Ló­ pez, tras 9 d4 tll aS !? . Esto deja un peón colgando, pero nadie que haya jugado esta posición parece confiar en la línea 10 dxe5 dxe5 1 1 tll xe5 tll xb3. También se ha jugado la alternativa 10 �c2 cS. Cuando Paul Keres llegó a esta posición, descartó 11 dxe5 dxe5 12 'ik'xd8+ tt xd8 13 tll xe5 Axe4! , y jugó 11 tll b d2. •.•

La forma en que se llegaba a la formación principal de la Ruy López, durante gran parte del siglo XX, era 5 O·O �e7 6 l:t el bS 7 �b3 d6 8 c3, y ahora 8 . . tll aS 9 i.c2 cS. Esto se consideraba una sutileza, porque evitaba 8 ... 0-0 9 d4, en una época en que esta línea se considera muy fuerte. El or­ den 8 ... tll a5 comenzó a desaparecer en los años cincuenta, pero fue revivido por Bent Larsen y Oleg Romanishin. ¿Por qué fue revivida? Una razón es que, al diferir el enroque, las negras pue­ den responder a 10 d4 'f/c7 ll h3 con un rápido ... : c8, que amenaza el alfil de c2 antes de lo habitual. Por ejemplo: 11 .td7 12 tll bd2 cxd4 .

•••

. APERTURA RUY LÓPEZ

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13 c x d4 :t c8. Puesto que las blancas no tienen tiempo de jugar ll:lfl , no pueden de­ fender el alfil con .i::t e2 o lll e 3, como sue­ len hacer en la línea principal ortodoxa.

En lugar de ello, suelen jugar 14 .tbl , a lo que sigue 14 .. 0-0 15 ll:lfl, que transpo­ ne a una posición a la que normalmente se llega por 5 0-0 .t e? 6 l::t el b5 7 �b3 0-0 8 c3 d6 9 h3 ll:l a5 10 ii.c2 c5 11 d4 'i#c7 12 lll bd2 cxd4 13 cxd4 ii.d7 14 ll:lfl l:t ac8, si en este momento las blancas renuncian a 15 lll e3 ! y 15 :t e2 ! , y optan por 15 .tbl . E n este orden, las blancas n o disponen de esa elección y el resultado es una posición más o menos equivalente ( 1 5 . . . l:t fe8 16 ll:lg3 ll:l c6). Otra ventaja de la vieja lmea principal es que las negras no están enrocadas des­ pués de 8 ... ll:la5 9 ii.c2 c5 10 d4 'i#c7 11 h3 lll c6. Esto significa que 12 d5? (una buena j ugada con los movimientos añadidos lll bd2 y ...0-0) resulta ser buena para las negras después de 12 ... ll:lb8 13 ll'lbd2. En lugar de 13 ... 0-0? 14 a4 ... (Ver diagrama 80.) .

.. .las negras pueden atacar, con 13 ... g5! (14 ll:l xg5 l:t g8), con ventaja, según Alek­ sandar Matanovic.

El inconveniente de la vieja línea prin­ cipal es que las blancas ahorran un tiempo, no jugando h2-h3. Pero eso puede ser tem­ poral. Por ejemplo: 11 llJ bd2 0-0 12 ll:lfl?, antes que 12 h3 ! , permite 12 ... cxd4 13 cxd4 .tg4 ! , con excelente juego. Tal se vio totalmente frustrado cuando Larsen adoptó contra él la vieja lmea prin­ cipal en 1991 . Tal sabía que, según los li­ bros, 10 d4 'i#c7 11 a4 era la refutación. Pero al estudiar la posición, concluyó que 11 c4! (en lugar de la teórica 1 1 ... b4?) no era mala en absoluto. También se dio cuenta de que tras 11 ll:lbd2, las negras pueden responder 11 ... � d7 12 d5 0-0, y cuando las blancas j ueguen ll:l fl-e3, las negras responden ... ll:lg4 ! , que parecía bueno. De modo que, tras considerable reflexión, Tal se limitó a jugar 11 h3, transponiendo después de todo. Ésa fue la última partida entre estos dos grandes guerreros y finalizó en tablas, después de que las negras recurriesen al truco 1 1 . . . �d7 12 llJ bd2 13 cxd4 1:1 c8 ! 14 �bl 0-0. ...

LÍNEAS PRINCIPALES Una moderna línea principal discurre así: 1 e4 e5 2 ll:lf3 ll:l c6 3 i.b5 a6 4 �a4 ll:lf6

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

5 0-0 Jie7 6 l':t el b5 7 ..tb3 0-0 8 c3 d6 9 h3, y ahora 9 tll a5 10 .tc2 c5 11 d4. Lo nor­ .•.

mal es que las negras defiendan el atacado peón e con ... 'fi/c7, ... tll d7 ó ... tll c6, con o sin cambio de los peones c. A menudo, inclu­ yen . .. .l:[ e8, de forma que, tras ... �f8, poder completar su desarrollo y presionar sobre e4. Por ejemplo: 11 ... 'fi/c7 12 tll bd2 cxd4 13 cxd4 Jib7 14 tll fl : ac8 y 15 . . . .l:. fe8. Más económica es la idea de gambito de Yakov Murey, 11 ... !i e8!?, que se basa en 12 dxe5 dxe5 13 tll xe5 Ab7, con com­ pensación por el peón sacrificado.

ejemplo: 11 ... l:t e8 12 tll bd2 Af8 13 b3 tll c6 14 Jib2 .td7 15 a3 'fi/b6 ! , con buen juego. Por el contrario, 11 . . . 'fi/c7 12 tll bd2 I:i e8 13 b3 .tf8 14 tll fl es favorable a las blancas. La contribución de Igor Zaitsev a la Ruy López se produce cuando las negras responden al esquema habitual, 9 h3, con 9 . .l:. e8 10 d4 .tb7. De esta forma se impi­ de la maniobra tll d2-fl, tan valiosa para las blancas en la Ruy López, como antes se ha observado. Lo que hizo jugable a la Variante Zait­ sev fue comprender que 9 l:t e8 10 tll g5 ..

••.

Por ejemplo: 14 tll d2 .td6, o bien 14 'fi/f3 Jif8 15 Jif4 l:t e6 16 tll g4 tll c4 17 tll xf6+ .!:. xf6 18 tll d2 tll e 5, Chandler-Heb­ den, Millfield 2000. Pero la idea principal de 1 1 ... l:l e8 es ahorrar un tiempo, omitiendo ... 'fi/c7. Por ejemplo: 12 tll bd2 Ji t8 13 tll tl, que concede a las negras buen contrajuego después de 13 cxd4 14 cxd4 ..•

exd4 15 tll xd4 Jib7. Compare esta línea con 11 . . . 'fi/c7 12 tLl bd2 l:[ e8 13 tll fl Jif8, en cuyo caso las

blancas consiguen ventaj a con 14 .tg5 ! . Al evitar . . . 'fi/c7, las negras pueden encontrar una mejor utilización de su dama. Por

... no creaba a las negras problemas, puesto que 10 l:i t8! es perfectamente seguro. Las blancas, en tal caso, no tienen nada mejor que 1 1 tll f3 ! , repitiendo posiciones. En realidad, las tablas de grandes maes­ tros han finalizado aquí, o tras algunas re­ peticiones más. El orden de jugadas original de Zaitsev es inexacto, si las negras quieren evitar unas tablas, así como las complicaciones de 9 ... ll e8 10 a4 tll a5 11 i.a2. Más preci­ so es 9 .tb7!, primero, y luego 10 d4 .!:. e8, transponiendo. .••

•••

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Capítulo 3

Defensa Siciliana

En la Defensa Siciliana los trucos por transposición castigan las jugadas rutina­ rias con mayor frecuencia que en ninguna otra apertura. Eso es lo que cabría esperar de las agudas líneas abiertas, pero también sucede en las variantes cerradas. Las blancas pueden intentar, por ejemplo, ahorrar un tiempo en compara­ ción con el tradicional orden cerrado, 1 e4 cS 2 ltJ c3 ltJc6 3 g3, con 2 g3. El campeón ruso por correspondencia, Sergei Koro­ liev, mostró las ventajas de la idea, des­ pués de 2 ltJc6 3 j,, g2 g6 4 d3 � g7 S f4 d6 6 ltJfJ. Las negras han jugado de forma mecá­ nica, pero si siguen con 6 eS 7 0-0 ••.

...

ltJge7?! (Ver diagrama 83.) ... gracias al tiempo ahorrado ( ltJc3), las blancas disponen de un fuerte sacrificio de peón, 8 fS! gxfS 9 ltJh4 fxe4 10 dxe4, segui­ do de ltJf5 o 'i'h5. Por ejemplo: 10 ... .te6 11 ltJf5 j,xf5 12 exf5 f6 13 ltJc3 0-0 14 lbd5, Koroliev-Varlamov, Corresponden­ cia 1981. Si las negras se decantan por 6 ... lbf6, Koroliev hubiese entrado gustoso en una cerrada normal, con ltJc3, pues mu­ chos jugadores piensan que ... ltJf6 es una

de las defensas menos efectivas contra la Variante Cerrada. El inconveniente de 2 g3 es 2 dS!. Las blancas no tienen tiempo para jugar 3 d3 y 4 ltJd2, debido a 3 ... dxe4 ! , y puede que tampoco les guste 3 exd5 'i'xd5 4 ltJf3 �g4 5 .tg2 'i'e6+ ! . Alexander Morozevich refinó este or­ den de jugadas con 2 d3!?, que permite a las blancas transponer, después de 2 ... g6 3 g3 �g7 4 .tg2 ltJc6 5 f4 d6 6 lbf3 e5 7 0-0 ltJge7 8 f5! , al sacrificio de Koroliev. Pero también les permite responder a ... d5 con ltJd2 ! , y obtener un Ataque Indio de Rey (es decir, una India de Rey con los colores invertidos). ...

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

SICILIANA CAMALE ÓN

cas apuntan a una línea cerrada. Pero si las negras responden ingenuamente 4 g6?, esperando 5 ii.g2 ii.g7 •••

Este elástico sistema se basa en la posibili­ dad que las blancas tienen de diferir una decisión en cuanto a si abrir o no el centro con d2-d4. Da resultado, porque las sofisti­ cadas jugadas negras de las líneas abiertas, como ... a6 y ... fl/c7, estarían fuera de lugar en los esquemas cerrados, como demos­ tró por primera vez Vladimir Simagin, en partidas como Simagin-Portisch, Plovdiv 19S9: 1 e4 c5 2 llJf3 e6 3 llJc3!? a6 4 g3 b5.

. . . se verán sorprendidos por 5 d4! cxd4 6 llJ xd4. Esto las expone a un feo agujero

El esquema negro funcionaría bien después de S d4 cxd4, pero no en la conti­ nuación de la partida, 5 Ag2 ii.b7 6 d3! llJc6 7 0-0 d6 8 llJ gS . A pesar de su expe­ riencia en la Siciliana Abierta, Lajos Por­ tisch pareció desorientado, a la vista de la continuación: 8 ... h6 9 llJh3 llJf6 10 f4 ii.e7 1 1 fS ! eS 12 llJf2 llJd4 13 llJbl ! llJd7 14 c3 llJc6 lS a4 ii.gS 16 ..txgS fl/xgS 17 axbS axbS 18 l:t xa8+ ii.xa8 19 llJa3 llJ a7 20 d4! . Por otra parte, si las negras asumen que el juego se encauzará hacia una Siciliana Cerrada, las blancas pueden pasar a la abierta. Tal es el caso, después de 2 llJc3 llJc6 3 llJge2 e6 4 g3. Las negras muestran su disposición a jugar una Variante Taima­ nov o una Scheveningen, así que las blan-

en d6 (6 ... ii.g7? 7 llJdbS ! ) . D e modo similar, 4 ... llJ ge7 S ii.g2 g6? 6 d4! . Las negras nunca tienen este proble­ ma en órdenes normales de la Siciliana Cerrada, como 1 e4 cS 2 llJc3 llJc6 3 g3 g6 4 Ag2 Ag7, porque tienen demasiada fuerza concentrada sobre d4. Supongamos que las negras renuncian a ... g6 y tratan, en cambio, de jugar un rá­ pido ... dS, como en la línea 1 e4 cS 2 llJc3 e6 3 g3 dS 4 exdS exdS. Es un arma perfec­ tamente válida contra esquemas cerrados. Pero 2 ... e6 es una jugada más comprome­ tida de lo que las negras sospechan, y des­ pués de 3 llJf3 , no pueden impedir d4. Si el jugador con negras es un adepto de la Naj­ dorf o la Dragón, se encontrará fuera de su repertorio. Hay tres versiones básicas del Cama­ león: 1) las blancas desarrollan sus caba­ llos por f3 y c3. 2) Pueden jugar 2 llJe2 y 3 llJbc3. O bien, 3) pueden comenzar con 2 llJc3 y luego 3 llJge2. La primera versión es la más engañosa.

DEFENSA S I C ILIANA

Después de 2 tt::l f3 , un practicante de la Va­ riante Taimanov respondería 2 ... e6, por­ que quiere evitar 2 ... Ac6 3 i.b5, la Variante Rossolimo. Pero 3 tt::l c3 plantea entonces un problema. Si las negras siguen con 3 ... tt::l c6, permiten una de las mejores versiones de la Rossolimo, 4 �b5 ! , mien­ tras que 3 ... tt::l f6 transpone, después de 4 e5 tt::l d5, a la dudosa Variante Nimzovich (a la que normalmente se llega por el orden 2 tt::l f3 tt::l f6 3 e5 tt::l d5 4 tt::l c3 e6). La respuesta más flexible a 2 tt::l f3 e6 3 tt::l c3 es 3 ... d6. Entonces, 4 d4 cxd4 5 tt::l xd4 da paso a toda una serie de posibles sicilia­ nas (5 ... tt::l f6, 5 ... tt::l c6, 5 ... a6). Sin embar­ go, las blancas pueden sorprenderles con 5

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tt::l c6 3 tt::l c3 con 3 d6 4 d4 cxd4 5 tt::l xd4 g6. Pero ésta es una moderna Variante del •••

Dragón, con una ligera diferencia, a saber, que se ha jugado ... tt::l c6 en lugar de ... tt::l f6. Eso significa que es posible 6 tt::l d5!. En­ tonces, 6 ... .td7 7 j,, g5 es molesto, y 6 ... e6 7 tt:Jc3 expone los agujeros.

1Wxd4!?

Si las negras responden 6 i.g7, en su lugar, no están perdidas como afirmaba Alexei Suetin en la primera edición de la Enciclopedia de Aperturas yugoslava (ECO). Pero quedan peor tras 7 tt::l b 5! l:! b8 8 c4. El jugador de la Dragón podría refinar este orden y responder a 2 tt::l f3 con 2 d6 3 tt::l c3 g6. Pero quedaría en un nue­ vo y complicado territorio, tras 4 d4 cxd4 5 1Wxd4! (5 ... tt::l f6 6 e5 tt::l c6 7 �b5). Pero la vida no es tan simple para las blancas en este orden del Camaleón. Un inconveniente principal a 2 tt::l f3 tt::l c6 3 tt::l c3, o a 2 d6 3 tt::l c3 es 3 e5! , en cuyo caso el avance d2-d4 es imposible y las blancas se encuentran atascadas en una Si­ ciliana Cerrada, con su caballo de rey mal situado en f3, donde bloquea el peón f. Por ejemplo: 2 ... tt::l c6 3 tt::l f3 e5 4 �c4 d6 5 0-0 i.e7 6 a3? ! tt::l f6 7 I:1 bl 0-0 8 b4 a6 9 d3 b5 ! , como en la partida J. Polgár-Kramnik, París 1994. Las blancas pueden mejorar •••

•••

Entonces, 5 .. tt:Jc6 6 Ab5 es una posi­ ción (a la que normalmente se llega por 2 tt::l f3 d6 3 d4 cxd4 4 1Wxd4) con la que la mayoría de los jugadores de 2 ... e6 no es­ tán familiarizados. Y 5 a6 es más enga­ ñosa de lo que pudiera pensarse: 6 1Wd3 .

•••

tt::l c6 7 ..tf4 1Wc7 8 0-0 tt::l e 5?? 9 tt::l xe5 dxe5 10 �xe5!, y las negras se rindieron, Benja­ min-Hrop, Parsippany 2003. El jugador de la Dragón puede sentir­ se a gusto en la primera versión del Cama­ león, porque puede responder a 2 tt::l f3

•••

•••

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJEDREZ

sobre 6 a3? ! , pero hasta ahora 3 ... eS ! ha conseguido buenos resultados. José Raúl Capablanca y Paul Keres trataron de resolver el problema de ... es con la segunda versión del Camaleón, 2 lt:Je2 y 3 lt:Jbc3. La diferencia es que 2 . . . lt:Jc6 3 lt:Jbc3 e S permite 4 lt:JdS ! , seguido de lt:Jec3 ! y �c4, con lo que las piezas blancas quedan muy bien coordinadas. La respuesta natural a 2 lt:Je2 es 2 lt:J f6 , que ataca el peón e y provoca com­ plicaciones, con 3 eS ? ! lt:Jg4, o bien 3 . . . lt:JdS 4 lt:Jbc3 e6.

•••

Pero así es cómo Bobby Fischer se vio superado, en su match-revancha de 1992, por Boris Spassky, quien pasó a una Sici­ liana Cerrada, 3 lt:Jbc3 d6 4 g3! lt:Jc6 5 �g2 d6 6 0-0 �g7 7 d3 0-0 8 h3 y 9 f4, un arma excelente contra Fischer, quien siempre había preferido los sistemas ... fS o ... e6/ ... lt:Jge7, no aquéllos con ... lt:Jf6. Quizá la mejor política de las negras, tras 2 lt:Je2, sea permitir una Siciliana Abierta, digamos, con 2 . . . lt:Jc6 3 lt:Jbc3 d6 4 d4, con lo que postergan ... es, hasta que las blancas hayan renunciado a lt:JdS/ �c4, por ejemplo, con 4 g3 eS ! . Hay pequeñas diferencias e n e l tercer orden del Camaleón, 2 lt:J c3 y 3 lt:Jge2.

Puede suponerse que un jugador Najdorf . responda 2 d6 y 3 ... a6. Después de 4 d4 cxd4 5 lt:J x d4 , puede elegir entre transpo­ ner a una Najdorf normal, con S ... lt:Jf6, y la opción adicional 5 ... e6!?. Esto evita la Najdorf con 6 �gS, y obtiene buenas ver­ siones de otras Najdorf, como 6 f4 bS 7 �d3 �b7 8 0-0 lt:Jd7 9 fS? 'it'b6 ! . También crea un razonable Ataque Keres después de 6 g4. Por ejemplo: 6 . . . t[J e7 7 a3 lt:J bc6 8 lt:Jb3 bS, como en la partida Vallejo-To­ palov, León 2006. El problema con el orden imitador de la Najdorf es que las negras deben justifi­ car . . . a6 después de 4 g3! •••

Ahora, 4 ... e5 no es ni de cerca tan efectivo como cuando el peón f está blo­ queado. Virtualmente, están una jugada por delante de la Siciliana Cerrada normal, tras 5 �g2 lt:Jc6 6 d3 g6 7 f4 �g7 8 0-0 lt:Jge7 9 �e3 0-0 10 'it'd2 lt:Jd4 11 .IH2 . Observe que las negras también logran una opción extra, tanto en el orden 2 lt:Jc3/3 lt:Jge2, como en el 2 lt:Jc3/3 lt:Jf3. Después de 2 ... lt:J c6 y 3 ... d6 4 d4 exd4 S lt:J xd4, pueden intentar S ... eS. Esto tiene la ventaja de alcanzar una Variante Sveshnikov (6 lt:JdbS a6 7 lt:J a3 bS 8 lt:JdS), pero con la posibilidad 8 ... lt:Jce7 ! ? , que ha

DEFENSA SICI LIANA

obtenido buenos resultados. Sin embargo, las blancas también disponen de una op­ ción extra, 6 t2Jf5 ! ? , y toda esta línea 5 .. eS debe calificarse de confusa. El mayor problema con todos los órde­ nes Camaleón es el Dragón Acelerado. Después de 1 e4 c5 2 t2Jf3 t2Jc6 3 t2Jc3 g6! , surge la posición del diagrama: .

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liana como Evgeni Sveshnikov dijo que permitirlo, respondiendo a 2 f4 con 2 ... t2Jc6, era un grave error, pues "las negras ya están peor", escribió. El plan básico de las blancas en este ataque es t2Jc3 y f2-f4, seguido de t2Jf3 y el alfil de rey en c4 o bS. Si las negras pudie­ sen estar seguras de que las blancas no van a transponer, su mejor orden sería 1 e4 c5

2 ll:ic3 ll:ic6 3 f4 e6 4 ll:if3 ll:ige7.

Ahora, 4 g3 �g7 es una inocua Sicilia­ na Cerrada, en la que el caballo rey de las blancas está, una vez más, mal situado. Es mejor 4 d4 cxd4 5 t2J xd4 �g7. Si a las ne­ gras les gusta la Variante del Dragón, se sentirán aquí felices, porque disfrutan de los beneficios del orden acelerado, sin per­ mitir a las blancas su mejor arma, la For­ mación Maróczy. Pero las blancas también pueden estar contentas con este orden de j ugadas, porque han disuadido a las negras de una serie de variantes que podrían haber preparado, como la Taimanov o la Sves­ hnikov.

ATAQUE GRAND PRIX El Ataque Grand Prix se consideraba en una época una apertura de cafetero. Pero nada menos que una autoridad en la Sici-

De esta forma, pueden responder a 5 �b5 con 5 ... a6! y a 5 .tc4! con 5 d5! . Pero la mayor fuerza del Grand Prix reside en su capacidad de transposición. Las blancas pueden pasar a una Siciliana Abierta, con 5 d4 cxd4 6 t2Jxd4. El resulta­ do es una versión perfectamente buena de la Variante Taimanov. Pero hay abundante teoría que las negras deben conocer, y si su conductor no es un practicante habitual de la Taimanov, habrá sido empujado a salir de su repertorio. Este tipo de desplazamiento sucede porque las negras deben realizar compro­ misos de piezas y peones. Eso aporta a las blancas la información que necesitan para decidir si transponer a otra línea de la Siciliana. Las blancas podrían jugar 5 g3 , creando una Siciliana Cerrada, en la que •..

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

las negras han renunciado a las jugadas re­ comendadas ... tll f6 y ... e5 . ¿Qué puede decirse de otro orden más flexible -y muy corriente- como 1 e4 c5 2 tll c3 tll c6 3 f4 d6 4 tll f3 e6? En tal caso, a 5 �b5 existen las buenas réplicas 5 ... tll ge7 y 5 ... a6! . Pero las blancas pueden jugar 5 g3!

Las blancas obtienen así una buena Camaleón. Por ejemplo: 5 ... tll ge7 6 �g2, y si 6 ... g6, entonces 7 d4! expone de nue­ vo el agujero d6. Es mejor 4 a6. Pero entonces, 5 d4 cxd4 6 tll xd4 tll f6 llevaría el j uego a una extraña Najdorf. Es decir, 1 e4 c5 2 tll f3 d6 3 d4 cxd4 4 tll xd4 tll f6 5 tll c3 a6 y 6 f4 tll c 6? ! . Por ejemplo: 7 �e3 �d7 8 'it'f3 g6 9 tll d 5! l:. c8 10 tll xf6+ exf6 11 c3 es exce­ lente para las blancas (Fogarasi-Ftacnik, Austria 2006). Lo más probable es que la mejor respuesta para las negras, después de 1 e4 c5 2 tll c3 tll c6 3 f4 d6 4 tll f3 , no sea ni 4 ... e6 ni 4 ... a6, sino 4 ... g6, que debe­ rían contentarse con 5 �b5 .td7, una po­ sición conocida del Grand Prix. Pero también están obligadas a conocer mucha teoría del Dragón, a causa de 5 d4! ?. El Grand Prix es un arma especialmen­ te buena contra los jugadores Najdorf,

Scheveningen y Dragón, porque respon· derán a 1 e4 c5 2 tll c3 con 2 d6, con la es­ peranza de transponer (3 tll f3 tll f6 4 d4), o bien de castigar el orden de las blancas (3 tll f3 d5 ! ) . Pero hay un problema con 2 ... d6. Algunas de las mejores versiones (para las blancas) del Grand Prix son las que se derivan de . . . d6. Por ejemplo : 3 f4 tll c6 4 tll f3 g6 5 �b5! es una clavada que impi­ de ... tll d4, una fuerte idea cuando el peón d se encuentra en d7. La solución de Gari Kasparov fue 1 e4 c5 2 tll c3 d6 3 f4 g6 4 tll f3 i.g7. ..•

.•.

Esto es muy superior a 4 ... tll c6 5 .tb5 .tg7? ! 6 i.xc6+! , que es favorable a las blancas. Las negras pueden responder ahora a 5 �b5+ con 5 ... �d7 ! . También invitan a entrar en una Dragón, 5 d4 cxd4, y pueden responder a 5 i. c4 con 5 . . . tll c6 6 0-0 e6, hostigan­ do a continuación al alfil, con . . . tll ge7/ . . . d5 . El timador puede tratar de explotar el orden de Kasparov con la paradójica 5 Ab5+ ii.d7 6 �c4!?. La idea es que el al­ fil negro interfiere con la posible ruptura ... d5. Sólo hay algunos ejemplos hasta aho­ ra (6 ... tll c6 7 0-0 e6 8 d3 tll ge7 9 'it'el a6 10 f5 ! ? gxf5 11 'it'h4 b5 12 �b3 'it'b6, R.

DEFENSA SICI LIANA

Pérez-Movsziszian, Balaguer 2006). Pero puede que sea una sutileza a tener en cuenta. En caso de 3 g6, las negras tienen otro rompedero de cabeza. Las blancas pueden responder 4 d4 cxd4 5 'it'xd4. Esto les permite un prometedor sacrificio de peón, tras S ... li:Jf6 6 eS li:Jc6 7 .tbS (7 ... dxeS 8 'it'xd8+ @ xd8 9 fxeS ! lll xeS 10 i.f4 li:Jed7 11 0-0-0). ..•

VARIANTE ALAPIN A Simon Alapin se le debe la idea 2 c3, a pesar de que el jugador alemán H. W. Po­ pert ya la había planteado, así como la as­ tuta 2 li:Jf3/3 c3, más de cincuenta años antes que Alapin. La ventaja del segundo orden de juga­ das es que las blancas quieren ver cuál es la segunda jugada negra, antes de definir­ se por c2-c3. Esto es significativo, porque después de 2 li:Jf3 li:Jc6 3 c3!?, las negras han perdido algunas de sus mejores opcio­ nes 2 c3.

No pueden jugar, por ejemplo, la mejor versión de ... b6/ ... .tb7, que se produce en la línea 2 c3 li:Jf6 3 eS lll dS 4 d4 cxd4 S cxd4 e6 6 li:Jf3 b6, porque el caballo dama

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interfiere (3 li:J f6 4 e5 lll d5 5 d4 cxd4 6 cxd4 h6 7 .tc4!). También 3 ... d5 4 exd5 'it'xd5 conduce .••

a una posición 2 c3 dS en la que el caballo dama negro se desarrolla temprano. Las blancas amenazan pronto con avanzar sus peones centrales. Por ejemplo: 5 d4 �g4

6 .te2 e6?! 7 h3 i.h5 8 c4 'it'd6 9 g4 i.g6 10 d5!, con ventaja. En la práctica, la forma diferida de la Variante Alapin no aparece con frecuen­ cia tras 2 li:Jf3 d6, debido a 3 c3 li:Jf6! (4 d4? lll xe4) . Se produce más a menudo después de 2 li:J f3 a6, cuando las blancas tratan de demostrar que . . . a6 es irrele­ vante. También es un buen arma contra 2 ... e6, pero existe la contrasutileza, 3 c3 li:Je7 ! ? y ... dS. Esta idea, favorita de Evge­ ni Vasiukov, evita las líneas ... dS/exdS, en las que las negras deben retomar de dama o peón e, es deir, 1 e4 cS 2 c3 dS 3 exdS, o bien 2 ... e6 3 d4 dS 4 exdS. La diferencia es 2 li:Jf3 e6 3 c3 li:J e7!?

4 d4 cxd4 5 cxd4 d5.

Ahora 6 exd5 permite 6 li:Jx d5! . Lo que ha sucedido es que las negras han en­ trado en una posición de la Defensa Semi­ Tarrasch a la que normahnente se llega •••

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

por un orden como 1 lDf3 l2Jf6 2 c4 e6 3 d4 c5 4 e3 cxd4 5 exd4 d5 6 cxd5 ? ! lb xd5. Lo mejor para las blancas es 6 e5, aun­ que después de 6 lDbc6 y 7 ... l2Jf5, las negras tienen una versión muy respetable de la Francesa del Avance. Pero, aunque respetable, tal vez no sea el tipo de medio juego que le gustaría defender a un sici­ liano. Por esto es por lo que se juega 1 e4 c5 2 l2Jf3 e6 3 c3 d5 4 e5, pues aunque 4 exd5 es objetivamente mejor, las blancas esperan que un jugador de la Siciliana no se encuentre cómodo en la Francesa. Y también es la razón por la que las negras evitan a menudo la objetivamente mejor 4 . . . lb c6 5 d4 y prefieren un gambito, con 4 ... d4! ? 5 cxd4 cxd4 6 �b5+ lb c6 7 �xc6+ bxc6 8 'iWa4, o bien 6 ... �d7 7 lD x d4 ! ? . ••.

LÍNEAS PRINCIPALES DE LA ALAPIN Después de 2 c3 tt:lf6, el juego normalmen­ te sigue con 3 e5 tt:ld5 4 d4. Pero Sveshni­ kov, la mayor autoridad en la variante, prefiere 4 l2Jf3, y responde a 4 .. tt:lc6 con 5 .t c4, y tras 5 . . . e6 6 0-0 d6 7 d4 cxd4 8 cxd4, se llega a una posición típica de la Variante Alapin. El motivo por el que Sveshnikov prefiere ese orden es que evi­ ta algunas molestas líneas, como 4 d4 cxd4 5 cxd4 d6 6 tt:lf3 tt:lc6 7 �c4 dxe5 y 7 ... tt:lb6 8 �b3 d5. Otro mérito de 4 tt:lf3 es que concede a las negras la posibilidad de j ugar 4 ... e6 5 �c4 b6. Piensan que pueden transponer a la línea 4 d4 cxd4 5 cxd4 e6 6 tt:lf3, que goza de una buena reputación. (Ver diagrama 96.) Pero las blancas pueden salir al paso con 6 �xd5! exd5 7 d3, con una ligera ven-

taja. La ruta más precisa a esta línea del fianchetto es 4 tt:lf3 b6 ! 5 �c4 �b7. El inconveniente de 4 l2Jf3 tt:lc6 5 �c4 es la idea de Gedeon B arcza, 5 ... tt:l b6! 6 �b3 c4, aunque n o e s necesariamente mala para las blancas. Sólo es confusa, so­ bre todo después de las continuaciones de moda 7 �c2 'iWc7 8 'iWe2 g5!?. La línea principal de 2 ... d5 es 3 exd5 'iWxd5 4 d4. Las negras deberían evitar 4 ... cxd4, porque entrarían en uno de esos me­ dios juegos con peón d aislado que sabe­ mos son inferiores, en el Gambito de Dama Aceptado y la Defensa Semi-Ta­ rrasch. Por ejemplo: 4 ... cxd4 5 cxd4 tt:lc6 6 tt:lf3 e6 7 tt:lc3 'iWd8 8 �c4 transpone a una posición de 1 d4 con un tiempo extra para las blancas. Es mejor 4 ... tt:lf6 5 tt:lf3. Suelen jugar­ se tanto 5 ... e6 como 5 ... �g4. La otra al­ ternativa es 5 ... tt:lc6!?. (Ver diagrama 97.) Esto impide populares esquemas de ata­ que con �d3, porque si 6 �d3, seguiría 6 ... Ag4! (7 .te3 cxd4 8 cxd4 .txf3 9 gxf3 e6). Otra ventaja de 5 ... lb c6 es que 6 .te2 (que prepara c2-c4) puede responderse con 6 ... cxd4! 7 cxd4 e6, con una aproxi­ mada igualdad. Las blancas no pueden to-

DEFENSA SICI LIANA

mar en d4 de caballo, porque g2 está col­ gando. Por el contrario, 6 . . . e6 7 0-0 cxd4 8 lZ:i xd4 ! lZ:i xd4 9 cxd4, seguido de lZ:i c3 ó �f3, es favorable a las blancas.

VARIANTES ROSSOLIMO, MOSCÚ Y 'ii' xd4

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Otra virtud es que 4 d4 cxd4 5 'ii'x d4 �d7 6 �xc6 �xc6 es una línea principal que también puede producirse después de 2 ... d6 3 d4 cxd4 4 'ii' x d4, y ahora 4 ... lZ:ic6 5 .tb5 �d7 6 .txc6 �xc6. Si las negras in­ vierten su tiempo de estudio sobre esta posición, pueden estar preparadas para to­ das las principales variantes de �b5( +) y 'ii' x d4. Observe que en la posición 6 �xc6 �xc6, la única apuesta de las blancas por la ventaja o incluso por la iniciativa se su­ pone que es 7 lZ:ic3 lZ:if6 8 �g5 ! y 0-0-0. Sin embargo, 7 ... h6! ? deja a las blan­ cas sin plan. Un ejemplo de la práctica, Ló­ pez-Dobrov, Neiva 2005: 8 �e3 e5 ! 9 'ii' d3 lbf6 10 0-0-0 �e7 11 h3? 'ii'd7 12 @bl b5 13 lZ:i d2? 'ii' b7 14 f4 0-0 1 5 fxe5 dxe5 1 6 lLlf3? b4 17 lLle2 �b5, y las blancas se rindieron. En consecuencia, las blancas se antici­ pan a 7 lLlc3 h6 con la inmediata 7 �gS!.

Las dos variantes en que las blancas sitúan su alfil en b5 en la tercera jugada están, na­ turalmente, relacionadas. Si las negras son lo bastante versátiles como para jugar sici­ lianas abiertas, tanto con 1 e4 c5 2 lZ:it3 d6, como con 2 ... lbc6, pueden reducir su in­ versión en estudio, mediante 2 d6 3 �bS+ lZ:ic6!, y 2 lZ:ic6 3 �bS d6!, transponiendo. •••

•••

Esto casi siempre transpone (7 ... lLl f6 8 lLlc3) y, hasta ahora, nadie ha detectado un inconveniente en 7 .tgS!. El modo más fácil de responder a 1 e4 c5 2 lLlt3 d6 3 d4 cxd4 4 'iVxd4, con la perspectiva c2-c4, es, sencillamente, evitarlo mediante 3 lLlf6! (4 lLlc3 cxd4!). •.•

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

Grandes maestros de primera fila, co­ mo Vishy Anand, han tratado de buscar ventaj a para las blancas en la línea 4 dxcS, pero no lo han conseguido, tras 4 ... ll:i xe4

negras no han invertido un tiempo en ... a6,. pero la experiencia indica que las blancas quedan bien tras 7 c4 g6 8 b3.

5 cxd6 ll:ic6! 6 lLibd2 ll:i xd6. Hay una forma más directa, poco cono­ cida, de que las blancas traten de crear una Formación Maróczy, a saber, 1 e4 cS 2 ll:if3

d6 3 d4 cxd4 4 lll xd4 ll:if6 5 �d3!?.

Por ejemplo: 8 .. �g7 9 �b2 0-0 10 0-0 f!ic7 11 ll:ic3 (Fogarasi-Starostits, Scanno 2005). Hasta el momento, no ha aparecido un buen antídoto contra 5 �d3 ! ? . .

Objetivamente, esto no es peligroso, pero subj etivamente puede crear un se­ rio trastorno a las negras, porque la ra­ zón por la que juegan 4 . . . ll:i f6 es forzar 5 ll:i c3 para evitar c2-c4. Hoy sabemos que las estructuras de peones resultantes de 5 �d3 e6 6 c4, o de 5 . . . g6 6 c4, no son necesariamente malas para las negras. Pero pueden resultar muy difíciles de ju­ gar, si no se está familiarizado con ellas, aunque el j ugador de la Dragón moder­ na, la Scheveningen o la Najdorf suele estarlo. Las negras tienen dos respuestas obli­ gadas. Una es 5 ... e5, y después de 6 lLif3 y 7 c4, las blancas alcanzan una buena ver­ sión de la Variante Kalashnikov. Quizá sea mejor 5 ... ll:ic6, y después de 6 lLi xc6 bxc6, 7 ... g6. A diferencia de 6 �d3 en la Najdorf (que consideraremos más adelante) , las

VARIANTE MODERNA DEL DRAG Ó N El Dragón moderno nació como una con­ trasutileza. Cuando el Dragón comenzó a anotarse victorias en el siglo XIX, normal­ mente se planteaba en este orden: 1 e4 c5 2 ll:if3 lLic6 3 d4 cxd4 4 ll:i x d4 ll:if6 5 lLic3 d6 6 �e2 g6. Pero las blancas encontraron una efectiva jugada disuasoria, 6 Ag5, pues si 6 ... g6? ! , 7 �xf6 ! . Kurt Richter, que contribuyó a lanzar 6 Ag5, popularizó también el orden refi­ nado 1 e4 es 2 ll:if3 d6 3 d4 cxd4 4 ll:i xd4 ll:if6 5 lLic3 g6! , y ahora es demasiado tar­ de para 6 �g5 Ag7. El precio que las negras pagan es comprometerse a un Dragón, antes de Ae2, lo que permite a las blancas disponer de opciones más agresivas, como el Ataque Yugoslavo, � e3/f3/f!id2/0-0-0, y algunas j ugadas

DEFENSA SICI LIANA

tranquilas, como el sistema de fianchetto, 6 g3. Incluso este último contiene esco­ llos, tras 6 g3 iJ.. g7 7 .t g2.

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en la ruta. Un camino es 7 ... 0-0 8 �d2 tlic6, y otro 7 ... tlic6 8 �d2 0-0. La mayo­ ría de los jugadores no aprecian la diferen­ cia. Sin embargo, existe, porque 7 tli c6 8 �d2 permite a las negras utilizar 8 iJ.. d7!? como jugada de espera. ..•

••.

La natural 7 tlic6 permite plantear la trampa 8 tlixc6! bxc6 9 e5, en la que han caído muchos maestros. Las negras debe­ rían jugar bien 6 ... tlic6 (7 il.g2 tli xd4 ! ) , antes d e ... §lg7, o bien diferir ... tlic6 e n favor de 6 ... iJ.. g7 7 .tg2 0-0. Es importante conocer esta trampa, porque también puede surgir con otros órdenes de j ugadas, como 1 e4 c5 2 tlif3 tli c6 3 d4 cxd4 4 tli x d4 tli f6 5 tli c3 d6 6 g3 g6, y ahora 7 ilg2 ilg7 8 tlixc6! trans­ pone a lo que las blancas querían, y 7 . . . tli xd4! 8 �xd4 ilg7 e s l o que las negras quieren. En elAtaque Yugoslavo hay una juga­ da que sirve "para hacer pensar", 6 f3. Efim Geller, en la edición de 1975 de la ECO indicaba que "6 f3 ? ! " se castigaba con 6 ... �b6 7 ile3 �xb2. Pero esto per­ mite 8 tli db5 ! , con amenazas de encerrar la dama con 9 n bl, una jugada lo bastan­ te fuerte como para conceder un "? ! " a 6 . �b6. Más corriente es 6 ile3, que plantea una pequeña trampa (6 . . . tli g4?? 7 iJ.. b 5+ ), y que conduce a otra bifurcación ...

..

En tal caso, a 9 ilc4 pueden transponer, con 9 0-0, a las líneas principales. Esto es útil en tiempos corno el actual, en el que las negras obtienen mejores resultados contra el Ataque Yugoslavo (9 iJ.. c4) que contra otras líneas. Gracias a este orden, pueden momentáneamente mantener a su rey en el centro, después de 9 0-0-0 n c8. Ahora, 10 g4 tlie5 1 1 h4 h5 ! 12 g5 tlih7 ha­ ce que el enroque sea más seguro para las negras, una vez que las columnas g y h es­ tán cerradas. Otra situación se produce cuando las blancas juegan ilc4 pero difieren �d2, co­ mo en el orden 7 tlic6 8 il c4 a fin de acelerar el ataque h2-h4-h5. Este orden trata de inducir a las ne­ gras a jugar 8 . . �b6, que parece bueno, en vista de 9 ilb3? tli xe4, o bien 9 ... tli g4. Sin embargo, 9 tli f5 ! �xb2 10 tli xg7+ es un sacrificio tan prometedor, que los maestros renunciaron a 8 . . �b6 ya en la década de los sesenta. La mejor •••

•••

,

.

.

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SECR ETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ

política para las negras, después de 8 .tc4, es 8 0-0!, que normalmente trans­ pone a una línea principal, tras 9 �d2. Si, en su lugar, las blancas juegan 9 kb3, en­ tonces las negras pueden poner en mar­ cha más rápidamente su ataque en el flanco de dama, 9 k d7 10 h4 lll xd4 .•.

•..

11 .,txd4 bS 12 hS aS.

Esto transpone a la línea de captura del peón, 11 ... tll xd5 12 t2ixd5 cxd5 13 �xd5. Pero no hay razón alguna para permitir una opción extra a las negras, la idea de Vassili Panov, 11 �as 12 dxc6 .te6!. Una partida soviética de 1954 siguió así: 13 a3 l Hd8 1 4 'iWe2 l:. xdl+ 15 �xdl l:t d8 16 'ife2 lll d5 17 tLixdS 'ifxd5 18 c7? kxb2+! 19 c;t> xb2 �a2+, y ganan. Si las negras no juegan 9 ... d5, tienen dos órdenes naturales para alcanzar esa formación. U no de ellos es 9 ttJ xd4 10 .t xd4 �e6 11 c;t>bl! 'ifc7 (no 1 1 ... 'ifa5 12 lll dS ! �xd2 13 lll xe7+ ). La experiencia dice que las blancas están mejor, pero no lo bastante para disuadir a las negras de jugar la variante. El otro orden es 9 ke6, seguido de 10 ... t2i xd4. Las negras puede estar reti­ centes a adoptarlo, porque ... (Ver diagrama 106.) •.•

Por ejemplo: 13 hxg6 hxg6 14 lll dS tll xdS lS k x dS l:t c8 16 'i/V d2 � x c2! 17 �xc2 kxd4 18 0-0-0 il.g7 19 c;t>bl �b6 20 g4 e6, como en la partida Pérez Cande­ lario-Guseinov, Kusadasi 2006.

DRAG ÓN CON 9 0-0-0 En la formación del Ataque Yugoslavo (1

e4 cS 2 lll f3 d6 3 d4 cxd4 4 lll xd4 lll f6 S lll c3 g6 6 ke3 kg7 7 f3 lll c6 8 'it'd2 0-0), las blancas tienen tres alternativas princi­ pales. Una de ellas, 9 0-0-0, concede poco lugar para las sutilezas, tras la apremiante

9

..•

dS.

En tal caso, ha sido muy analizada la lí­ nea 10 exd5 ltJxdS 1 1 tLi xc6 bxc6 12 kd4, que sigue siendo controvertida, y 12 t2ixd5 cxd5 13 �xd5 es arriesgado. Las blancas deberían evitar la alternativa 10 lll xc6

bxc6 11 exdS.

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... en lugar de 10 c;t>bl t2i xd4 1 1 kxd4 �c7, transponiendo, las blancas pueden inten­ tar 10 tLi xe6 fxe6 11 g3!, y 12 kh3, atacan­ do e6. Pero 9 ... ke6 tiene un aspecto positi­ vo, pues de este modo las negras prescin­ den de 9 ... lll xd4 10 �xd4 ke6 1 1 lll d5 ! ?, que a muchos draconianos no les gusta

DEFENSA SICI LIANA

afrontar. De modo que de ellos dependerá cuál de estas líneas prefieren evitar, si 1 1 lt:Jd5 ! ? , o l a derivada de 9 . . . .te6 1 0 ltJ xe6. Cualquiera que sea la ruta hacia la for­ mación estándar, las blancas normalmente continúan con 12 g4 ó 12 h4. Un jugador diestro en el orden de jugadas preferiría 12 �b5!?. El alfil se dirige a b3, su mejor ca­ silla en el tablero. ¿Pero no es eso una pérdida de tiempo?

por cierto, que ha llegado a analizarse has­ ta ¡ los finales de peones ! , con la conclusión de que las blancas están mucho mejor, si es que su ventaja no es decisiva. Esto subraya un peligro para ambos ju­ gadores en la Dragón moderna, a saber, la posibilidad de que la línea 9 0-0-0 se con­ vierta en una arriesgada línea 9 g4, y vice­ versa. O bien que una línea con 9 0-0-0 se transforme en una posición de 9 �c4. Tal es el caso con 9 0-0-0 lt:J xd4 10 .txd4 'i!Va5, y 1 1 ... .te6. Se diría que es otra Dragón rutinaria. Pero el orden de las negras es deficiente, porque 11 .tc4! trans­ pondrá, después de 11 .te6 12 .tb3 , a la mala línea de los años cincuenta. ...

DRAG Ó N, 9 g4 El avance 9 g4 hace mucho que se conside­ raba una alternativa fiable a 9 0-0-0. En al­ gunos aspectos es superior, porque impide 9 . . . d5 con 10 g5 ! . Disuade 9 . . ltJ x d4 10 .txd4 .te6, debido a ll lt:Jd5 ! , que es una mejor versión de 9 0-0-0 lt:Jxd4 10 .txd4 �e6 1 1 lt:Jd5. Pero 9 g4 sufrió un duro golpe en el Campeonato Mundial de 1995, cuando el equipo de Kasparov descubrió 9 .te6! 10 0-0-0 lt:J xd4 ll .txd4 'i!Va5 ! . .

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En absoluto. Una continuación natural es 12 'i!Va5 13 .ta4 l:t fc8 14 .t b3 , en cu­ yo caso habremos llegado a una posición que, en los años cincuenta, se alcanzaba por el orden 9 .tc4 lt:J xd4 10 .txd4 .te6 11 .tb3 'i!Va5 12 ..ti>bl l:. fc8. Una posición, ...

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SECR ETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

Nos dirigimos a una posición estándar, en la línea 9 0-0-0 lt:i xd4, pero con un tiem­ po extra para las negras, que ahorraron lle­ vando directamente la dama a a5 en una jugada, en comparación con 9 0-0-0 ltJ xd4 10 .1xd4 �e6 11 @bl ! , cuando se suele jugar 11 ... �c7, porque 11 ... �a5? falla, por 12 lt:id5 ! . Un tiempo extra vale oro en la Dragón, y esto resultó evidente en la primera parti­ da Anand-Kasprov. Después de 12 @ bl ll fc8, las negras amenazaban ya ... ll xc3/ ... �xa2+. Su ataque sería más rápido en caso de 13 a3 l:i[ ab8 14 h4 bS 15 h5?! b4!. No parece tener un inconveniente 9 g4 Ae6 ! , como existe en la posición compara­ ble 9 0-0-0 �e6, debido a que 10 lt:i xe6 fxe6 11 g3 es, por supuesto, ilegal.

... .ie6!?

peón no ha resultado significativa en p�r­ tidas que siguieron con 10 0-0-0 ll c8 1 1 i.c4 �d7 ó 10 .ic4 @f7 1 1 a 3 (de otro modo, ... lt:ia5) 11 ... ll c8 12 .ta2 lt:ie5 y ... lt:ic4. Las negras pueden tratar de mejorar esta idea, con 8 ttJ xd4 9 �xd4 i.e6, pues las blancas se ven privadas tanto de lt:i xe6 como de Ac4. Pero falla, por 10 .tbS+! . Ahora, 10 ... i.d7? 1 1 �c4, y las negras se encuentran en la posición que trataban de evitar, con una j ugada menos. No hay, virtualmente, experiencia con 10 ... @f8 (11 0-0-0 �a5), de modo que tendremos que dejar que los tahúres la prueben por nosotros. En la línea principal ii.c4, 7 lt:i c6 8 �d2 0-0 9 -tc4, las negras normalmente juegan ... Ad7 y sitúan una torre en c8, mientras que las blancas juegan 0-0-0, .ib3 y h2-h4. Si las negras quieren jugar, en cambio, un sistema . . . 'iV a5/ . . . ll fc8 , la forma más precisa de hacerlo es con 9 � as y 10 . . . �d7, antes que a la in­ versa.

Las negras quieren transponer a líneas sin .tc4, después de 9 0-0-0 0-0, o bien 9 g4 0-0. El inconveniente obvio es 9 lt:ixe6 fxe6. Pero hasta ahora, esta debilidad de

La razón es que este orden frena un rá­ pido ataque, a base de 10 h4?, que falla, por 10 �b4! 11 �b3 lt:i xd4 12 Axd4? lt:i xe4. Las blancas deben jugar el final 12

DRAG Ó N, 9 .ic4 Algunos expertos en el Dragón, como Ser­ gei Tiviakov, han rodeado esta línea hiper­ teórica, 6 �e3 ii.g7 7 f3 lt:ic6 8 �d2, con 8

...

.••

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DEFENSA SICI LIANA

'i!Vxd4 y, aunque no es penoso, no es, desde luego, lo que tenían in mente.

DRAGÓ N CLÁ SICO Cuando las blancas juegan �e2, normal­ mente prosiguen con f2-f4 y 11.. e3. Una pri­ mera formación es 1 e4 c5 2 ll:if3 d6 3 d4 cxd4 4 ll:i xd4 ll:if6 5 ll:ic3 g6 6 �e2 � g7. Hay pocas lúieas con il.e2 en las que las blancas enroquen largo, de modo que 7 0-0 parece su mejor opción. Sin embargo, la diagonal gl-b6 constituye un problema, después de 7 0-0 8 i.. e3 ll:i c6.

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La forma de evitar este tipo de sorpre­ sa, así como otras ideas liberadoras como ... d5, ... ll:ixd4 y ... ll:ig4, es retirar el caballo de d4 a b3. Siegbert Tarrasch calificaba ru­ tinariamente a ll:ib3 con un signo de inte­ rrogación en la Siciliana. Pero en el Dragón moderno, un caso a considerar es 6 Ae2 i.. g7 7 ll:ib3, en lugar de 7 0-0. La razón es que la natural 7 0-0 permi­ te a las blancas una aguda opción extra, 8

g4!?.

•..

La posición del rey negro hace que 8 ll:ic6 9 g5 ll:id7 10 h4 o 10 i.. e3 sea más pe­ ligroso que si hubiesen jugado 7 ... ll:ic6. A algunos jugadores no les gusta ll:i b3, porque permite a las negras j ugar . . . � e6 sin temor a ll:i xe6. Pero el alfil se enfrenta a mayores peligros por parte de los peones: 7 0-0 ll:i c6 8 ll:i b3 �e6? es fa­ vorable a las blancas, después de 9 f4 ! y 10 f5 ! . Por ej emplo: 9 . . . l:t c8 1 0 f5 �d7 1 1 g4. Lo cierto es que ll:i b3 sirve a mu­ chos buenos propósitos, y la cuestión principal es cuándo j ugarlo. Es esencial para la línea clásica más de doble filo, el ataque de Jan Foltys. Quizá el orden más preciso para las blancas sea 6 �e2 ..tg7 7 Ae3 ll:i c6, y ahora 8 f4 0-0 9 ll:ib3 11.. e 6 ••.

Ahora, 9 f4 permite 9 'i!Vb6!, que amenaza 10 ... ll:i xe4, o bien 10 ... ll:i g4/ll ... il.xd4. No es mejor 8 f4, por la misma respuesta, 8 ... 'i!Vb6 ! . Esto subraya la difi­ cultad de las blancas en alcanzar posicio­ nes clásicas, a través de la Variante Loevenfish (6 f4). Esta variante plantea una trampa, 6 ... il.g7 7 e5 ! ? , que como me­ jor se evita es con 6 ... ll:i c6. Un jugador tai­ mado, con blancas, podría intentar esta idea, 6 f4, para ver si las negras caen en la celada, y luego pasar a la lúiea clásica, des­ pués de 6 ll:ic6 7 �e2 11.. g7 8 il.e3 0-0. Pero no debe pasarse de listo, con 9 0-0?! , porque eso permitiría otra vez 9 'it'b6!. ••.

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10 g4! ?.

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ

Este orden evita 8 lt:lb3 .te6 9 f4 �c8!, que impide g2-g4. Entonces, las blancas no tienen nada mejor que transponer a las lí­ neas antiguas, con 10 0-0 0-0, que dan buen resultado a las negras. Las blancas pueden temer el avance 8 f4 a causa de 8 �6. Pe­ ro en este caso, el primer jugador dispone de 9 e5!, que Sammy Reshevsky permitió en una ocasión (9 ... dxe5?? 10 lt:lxc6, ganando). Después de 8 0-0, las blancas entran en el Ataque Foltys con 9 lt:lb3, y ahora 9 ... .te6 10 g4. En cuanto a las negras, su forma de desviarse es 9 lt:la5. Entonces, 10 0-0 .te6 ! transpone a una posición a la que normalmente se llega por 9 . . . �e6 10 0-0 lt:la5, que se considera lo bastante se­ gura. Este orden permite a las negras res­ ponder a 10 g4 con 10 b6!?. No hay alfil al que hostigar con f4-f5, y después de 11 g5 li:ld7 y ... e5, tienen contrajuego. Por ejemplo: 12 �d2 �b7 13 .td4 e5 14 fxe5 lt:l xe5 15 lt:l xa5 bxa5 16 0-0-0 'W/c7, como en la partida OH-Van der Wiel, Campeo­ nato de Holanda por equipos 1996. También las blancas disponen de una opción adicional en este orden, 10 e5. (Ver diagrama 1 14.)

Las negras pueden transponer a una Dragón moderna, con 6 ... g6, y si 7 jt,e3 ó 7 lt:lb3, el juego es normal. Pero también es posible 6 lt:l xd4!? 7 'W/xd4 g6. (Ver diagrama 115.)

Ahora, 10 ... dxe5?? pierde pieza (por 11 'W/xd8 y lt:l xa5). Pero 10 lt:le8 necesi-

Entonces, después de 8 �e3 �b7, las blancas no tienen ventaja, porque su dama

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ta más pruebas prácticas, para ver si las blancas se han hiperexpansionado. La alternativa más popular a 9 ... lt:la5 es 9 a5. En tal caso, a la semiautomática 10 a4, las negras pueden responder con se­ guridad 10 .te6, ya que 11 g4 d5 ! es mu­ cho más fuerte cuando el caballo dama negro no puede ser expulsado de b4 (12 f5 .tc8! 13 exd5 lt:lb4 14 .tf3 gxf5). Normal­ mente, las blancas juegan 11 0-0 y transpo­ nen a una posición a la que suele llegarse por 9 ... .te6 10 0-0, pero con la adición de las jugadas de peón a. Esto tiene sus más y sus menos, pero suele ayudar a las blan­ cas en líneas como 11 ... 'W/ c8 12 h3 lt:l b4 •••

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13 lt:ld4 �c4 14 lt:ldb5. Por último, hay un orden de jugadas que no encaja en ninguna categoría tradi­ cional del Dragón. Se produce tras 1 e4 c5

2 lt:lt'3 d6 3 d4 cxd4 4 lt:l xd4 lt:lf6 5 lt:lc3 lt:lc6, y las blancas responden con la juga­ da 6 �e2.

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DEFENSA SICILIANA

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rey por fianchetto, deberán intentar algo como 6 ll:ide2 ll:if6 7 g3.

es vulnerable (9 �d2 0-0 10 0-0-0 iie6). Esta posición podría producirse también en el Dragón moderno, 5 ... g6 6 .te2 ll:ic6 7 .te3 ll:i xd4 8 �xd4?. Si las blancas quieren castigar este orden, la mej or apuesta es 8 � gS Ji g7 9 lLl dS. La posición crítica seguramente es 9 . 0-0 10 ii.xf6 gxf6. Pero los alfiles negros parecen compensar los malos peones. Por ejemplo: 1 1 0-0-0 f5 12 �d3 fxe4 13 �xe4 li! e8 14 �f3 l:t eS 15 ..tc4 .te6, como en la partida Michiels-Van der Weide, Amster­ dam 2000. Si eso es cierto, 6 ... ll:i xd4 ! ? es una con­ siderable sutileza, y una recompensa de los dioses de la teoría a las negras por haber revivido el viejo orden de jugadas del Dra­ gón, después de tantos años. ..

DRAG Ó N ACELERADO El Dragón Acelerado, 1 e4 cS 2 ll:i f3 ll:i c6 3 d4 cxd4 4 ll:ixd4 g6, se convierte en mo­ derno, después de ... d6. Las ventaj as en el orden del Acelerado radican en que limi­ tan las opciones blancas y pernúten a las negras preparar el avance ... d5 ! . El caballo de las blancas queda inme­ diatamente atacado, después de 5 ll:i c3 il.g7, y s i éstas quieren desarrollar s u alfil

Ahora, 7 ... 0-0 8 il.g2 d6 9 0-0 lleva el juego a un respetable Dragón moderno (1 e4 c5 2 lZ:i f3 d6 3 d4 cxd4 4 lZ:i xd4 lZ:i f6 5 lZ:i c3 g6 6 g3 Ji g7 7 .t g2 0-0 8 0-0 lZ:i c6 9 ll:ide2). Pero las negras mejoran con 7 bS! (8 ll:i xb5 ll:i xe4), a diferencia de las lí­ neas normales, en las que deben gastar un tiempo ( ... n b8, ... a6) para preparar el avance ... b5, en el Dragón moderno. Más a menudo vemos 6 ll:ib3. Las blan­ cas buscan un Dragón clásico (6 ... ll:if6 7 .te2 0-0), en el que conservan la opción .tgS, así como las líneas con@hl/f2-f4, en las que se difiere Jie3. Algunos libros afir­ man que 6 ll:ib3 se refuta con 6 ... .txc3 + ! ? ( 7 bxc3 ll:if6 8 ii.d3 d5). Pero muchos grandes maestros no lo creen. Anatoli Karpov, por ejemplo, ha jugado 6 ll:ib3 y tanto Bent Larsen como Gata Kamsky prescindieron de 6 ... �xc3+ cuando juga­ ron esta posición con negras. No obstante, si las blancas quieren ju­ gar ii.e2 pero no Jie3, una ruta más preci­ sa es 5 �e2 ó 5 ll:i b3 (después de 1 e4 c5 2 ll:if3 ll:ic6 3 d4 cxd4 4 ll:ixd4 g6). Por ejem­ plo: 5 .te2 �g7 6 ll:ib3 y 6 ... d6 7 0-0 ll:if6 8 ll:ic3. Si busca usted en los libros 5 ll:ic3 ...

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ

i.g7 6 Ae3, sólo encontrará 6 ttJ f6 . La razón es que así es cómo las negras eluden algunas líneas del Ataque Yugoslavo. Por ejemplo: 7 f3? ! 0-0 8 'ii'd2, y ahora no 8 ... d6, sino 8 ... d5 ! , con excelentes posibilida­ des. Lo mismo puede decirse de 8 g4 'ii'b6! . •••

1 e4 c5 2 ttJf3 g6. Entonces, si las blanca.s

tratan de transponer a la Maróczy, con 3 c4 ii.. g7 4 d4, ó 3 d4 i.g7 4 c4 (y ahora 4 ... cxd4 5 tlJ xd4 ttJc6), las negras disponen de diversas opciones independientes, como 4 ... 'ii' a5+ y 4 ... d6. Estas opciones adicionales deben ser sopesadas, considerando sus inconvenein­ tes. Para jugar 1 e4 c5 2 ttJf3 g6 3 d4 Ag7, las negras deben sentirse cómodas en otras aperturas, como la Benoni Schrnid (4 d5) y la Caro-Kann Panov (después de 4 c3 cxd4 5 cxd4 d5 ! 6 exd5 ! ) , así como con 4 dxc5 ! ?.

VARIANTE SCHEVENINGEN

Pero aquí rara vez s e menciona un in­ conveniente de 6 ... ttJf6, a saber, que ase­ gura a las blancas una opción adicional: 7 tDxc6!? bxc6 8 e5, que reporta ventaja de espacio tras 8 ... ttJg8, o permite un inten­ so juego táctico en caso de 8 ... ttJ d5, anali­ zado hasta más allá de la jugada 20. ¿Realmente quiere usted memorizar lí­ neas como 8 ... tlJd5 9 tlJ xd5 cxd5 10 'ii' x d5 n b8 1 1 � x a7 :! xb2 12 A d4 l:t x c2 1 3 Ad3 e6! 14 'ii' a8 %:t c6 15 Ab5 l:t a6? Si la respuesta es no, es preferible la mayor higiene mental de la jugada 6 ... d6. Puede que acabe jugando el Ataque Yugoslavo, pero también le permitirá dormir por la noche. Debido a la forma en que el orden de jugadas del Dragón Acelerado degrada las opciones de las blancas, sería una defensa perfecta contra 1 e4, de no ser por la For­ mación Maróczy, para evitar la cual las ne­ gras han ensayado distintos órdenes, como

Los elementos básicos de la Scheveningen son: peones negros en e6 y d6, y un caballo en f6, contra caballos blancos en c3 y d4, y un peón en e4. Este esquema puede resul­ tar de variados órdenes, pero muchos de ellos comprometen prematuramente las negras a jugadas como ... 'ii' c7. ¿Por qué es prematuro? Después de todo, las negras siempre juegan ... 'ii'c7 en la Siciliana, de modo que puede conside­ rarse una mera transposición, ¿o no? No, no cuando las blancas se desarro­ llan, por ejemplo, con Ag2. Una de las me­ jores características del moderno orden de la Scheveningen, 1 e4 c5 2 ttJf3 d6 3 d4 cxd4 4 ttJ xd4 ttJf6 5 ttJc3 e6, es que des­ pués de 6 g3 (Ver diagrama 118.) .. .las negras pueden prescindir de ... 'f!lc7, y obtener la igualdad con 6 ... ttJc6 7 i.g2 A d7! . Por ej emplo: 8 0-0 a6 9 a4 i. e7 10 i.e3 0-0 1 1 @hl ttJe5 12 f4 ttJc4, Malajov­ Vogt, Feugen 2006. No es mejor 8 tlJdb5 'ii'b8 9 i.f4 ttJ e5 y ... a6. El orden de la Scheveningen también

DEFENSA SICI LIANA

es efectivo contra los jugadores blancos que tratan de entrar en una Siciliana más emocionante, con 6 �c4 ó 6 �g5. En tales casos, suelen esperar 6 ... lll c6 ó 6 ... a6, lle­ gando así a terreno conocido. Pero las ne­ gras disponen de una mejor jugada, 6 ... �e7 ! , con lo que las blancas quedan atra­ padas en una Najdorf inferior u otra Sici­ liana. Por ejemplo: 6 �c4 .te7! 7 � b3 y 7 ... a6? 8 f4 es favorable a las blancas. 8 ... b5 9 e5 ! , con ventaja, o bien 8 ... 0-0 9 "it'f3. (En el orden de jugadas de la Najdorf, es­ to sucede con 5 ... a6 6 �c4 e6 7 �b3, cuando las negras juegan 7 ... �e7? ! , en lu­ gar de 7 ... b5 ! .) Las negras pueden conseguir contra­ juego a base de ... lll a6-c5 , mejor que ... a6. Por ejemplo: 7 0-0 8 �e3 lll a6! 9 f4 lll c5. Si las blancas están alerta, pueden intentar 7 � e3 , en lugar de 7 �b3, sin importarles entrar en una variante teórica del Ataque Sozin (7 ... lll c6). Pero es mucho mejor 7 ...

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a6! (Ver diagrama 119.) É sta es una posición superior de la Najdorf, que puede producirse tras 5 ... a6 6 �c4 e6 7 �e3? ! . Por ejemplo: 8 'i!Ve2 b5 9 �b3 b4, o bien 9 �d3 �b7 10 a3 lll bd7 1 1 0-0 lll c5 12 f3, y las negras quedaron es-

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pléndidamente en la partida Ulko-Ulibin, Moscú 2005.

ATAQUES KERES E INGLÉS Hay dos alternativas capitales al tranquilo Sistema Scheveningen, y ambas parten del avance g2-g4. Una de ellas es el Ataque Keres, con la inmediata 6 g4, y otra el Ata­ que Inglés, con �e3, f2-f3 y "it'd2. Durante décadas se pensó que el Ata­ que Keres sólo podía plantearse en el or­ den tradicional. El avance g2-g4-g5 no tiene sentido, si las negras no han situado un caballo en f6, el motor temático. Como consecuencia, en un artículo de 1967 en Shajmatny Buletin se recomendaba 1 e4

c5 2 lll f3 d6 3 d4 cxd4 4 lll xd4 lll c6 5 lll c3 e6. (Ver diagrama 120.) De esta forma, con 6 .te2 lll f6, las ne­ gras alcanzan una Scheveningen, a la vez que evitan el Ataque Keres. Pero las blancas no necesitan atacar un caballo. En el match por el Campeonato Mundial de 1985, Kar­ pov mejoró con la simple y, al mismo tiem­ po, sorprendente 6 g4!. Después de 6 ... lll f6, 7 g5 es un excelente Ataque Keres. Es me­ jor evitar ... lll f6 , pero no necesariamente

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ

iguala el juego (6 ... a6 7 �e3 l:i:Jge7 8 l:i:Jb3). La triste verdad es que no hay ninguna ruta sencilla anti-Keres que lleve a la Scheveningen. Kasparov incluso recurrió a la Najdorf (5 ... a6 6 Ae2 e6) para evitarlo, aunque eso permite a las blancas numero­ sas alternativas en su sexta jugada. En el orden normal del Ataque Keres,

1 e4 cS 2 l:i:J f3 d6 3 d4 cxd4 4 l:i:J xd4 l:i:Jf6 5 l:i:Jc3 e6 6 g4, se ha producido una especie de consenso, en el sentido de que 6 ... h6 es la única jugada que permite a las negras aspirar a la igualdad. Otras jugadas condu­ cen a versiones favorables para las blancas del Ataque Inglés, el Ataque Velimirovic o formaciones similares. Por ejemplo: 6 ... a6

7 gS l:i:Jfd7 8 .te3 bS 9 a3.

Esto es un Ataque Inglés en el que las blancas han reemplazado f2-f3 por a2- a3, y ya han jugado g4-g5, lo que basta para ase­ gurarles ventaja. Por ejemplo: 9 . . . l1:J b6 10 .U. gl l:i:J8d7 11 f4 y 12 f5. Otro ejemplo es 6 . . . � e7 7 g5 l:i:J fd7 8 h4 l:i:Jc6 9 Ae3, en cuyo caso 10 Ac4! concede a las blancas una versión favora­ ble del Ataque Velimirovic. A partir del orden del Ataque Sozin (1 e4 c5 2 l:i:Jf3 ti:Jc6 3 d4 cxd4 4 l:i:Jxd4 l:i:Jf6 5 l:i:Jc3 d6 6 Ac4 e6 7 .te3), las blancas tam­ bién pueden conseguir algo muy similar, aunque sólo si las negras se muestran muy colaboradoras: 7 a6 8 'ii' e2 �e7 9 g4? 'V/lc7? (mejor 9 .. . l:i:J xd4 10 .txd4 e5 ! y . . . � x g4 ) 10 g5 l:i:Jd7 11 h4. Otro peligroso esquema de ataque co­ mienza con 1 e4 cS 2 l:i:J f3 d6 3 d4 cxd4 4 l:i:J xd4 l:i:Jf6 5 l:i:Jc3 e6 6 Ae3 o 6 f4. En ambos casos, las blancas pueden ejecutar el plan de Mijail Tal, a base de �e3, f2-f4, 'V/lf3 y 0-0-0. La jugada de peón parecía superior, porque si 6 ... Ae7, 7 .tb5+ y 8 e5 plantea problemas a las negras. La jugada de alfil, por otra parte, concede a las blancas una opción extra, después de 6 ... l:i:Jc6: transpo­ ner a un Sozin (7 Ac4), sin tener que afrontar la jugada de Pal Benko, 6 ... 'V/lb6, en el orden normal del Sozin. Pero hoy día se prefiere 6 Ae3 por otra razón, a saber, que es la ruta principal hacia el Ataque In­ glés. Después de 6 a6. (Ver diagrama 122.) •••

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Si las blancas adoptan el plan f2-f4, las negras obtienen un rápido contrajuego (7 f4 b5 ! 8 l!Vf3 Ab7 9 Ad3 l:i:Jbd7 10 a3 l::[ c8). Pero 7 g4 es una buena réplica. En tal caso, la natural 7 ... h6 transpone a una espe-

DEFENSA SICI LIANA

cie de Ataque Keres, en el que las blancas han añadido la útil ii.e3, mientras que las negras sólo han añadido la lenta ... a6. Co­ mo consecuencia, las blancas tienen bue­ nas posibilidades, tanto en el caso de continuar a lo Keres (8 h4), al modo del Ataque Inglés (8 f3), o al modo del híbri­ do TalfTopalov, con 8 f4. El avance 7 g4 tiene un inconveniente, pues 7 e5 8 t2Jf5 g6 obliga a las blancas a sacrificar material (9 t2Jg3? ii.xg4). Pero la línea de Bela Perenyi, 9 g5! gxf5 10 e xf5 , ha demostrado ser tremendamente fuerte. No hay un orden que sea el exclusiva­ mente correcto en el Ataque Inglés, des­ pués de 6 �e3 a6, pues tanto 7 f3 y 8 'if d2, como 7 'if d2 y 8 f3, tienen sus méritos. En los noventa, las blancas demostraron que su mejor desarrollo refutaba ... d5, aun cuando difiriesen el avance g2-g4, como en la lútea 7 'ifd2 ii.e7 8 f3 t2Jc6 9 0-0-0 d5, y ahora 10 g4! dxe4 1 1 'iff2 'ifc7 12 g5, con ventaja. •••

fried) que lo investigaron hacia 1880. Pero puesto que existe ya una Variante Paulsen, digamos que Clásica puede servir. Las negras pueden elegir entre dos órdenes, 2 ... d6 y 5 ... tbc6, o bien a la inversa, 2 ... tbc6 y 5 ... d6. Hoy su decisión normalmente depende de cómo el jugador se sienta respecto a 2 . . . tbc6 3 �b5 (o bien a 2 ... d6 3 !/i.b5+ ), así como también de lo preparado que se encuentre respecto a 3 c3 ó 3 tbc3. Los Paulsen solían jugar este orden de la Clásica para llegar al Dragón, la Scheve­ ningen y otras líneas que llegaron a poner­ se de moda mucho después de que ellos hubiesen desaparecido, como la Variante de Isaac Boleslavsky, 6 !/i.e2 e5. Actual­ mente, se utiliza también como un compás de espera. Después de 6 �e2, por ejemplo, las negras pueden jugar una Scheveningen o una Dragón, con mayor seguridad (o bien 6 ... t2Jxd4 ! ? 7 'ifxd4 g6, como antes se ha dicho). En la mayoría de las partidas, las blancas juegan 6 !Ji. g5 y 6 !/i.c4, de modo que las negras suelen dedicar la mayor parte de su tiempo de preparación a las variantes Rauzer y Sozin. Esto las hace más vulnerables a las trampas por trans­ posición, para empezar, 6 f4. Esta jugada puede ser un problema para las negras que utilizan la Clásica para eludir el Ata­ que Keres y alcanzar la Scheveningen ( 6 !/i.e2 e6) . (Ver diagrama 123.) Si las negras responden 6 e6, su rival dispone de un ambicioso plan, a base de 7 � e3 y 'iff3/0-0-0. Esto transpone a la línea 1 e4 c5 2 tb f3 d6 3 d4 cxd4 4 tb xd4 tbf6 5 t2Jc3 e6 6 f4 t2J c6 7 !/i.e3, y las negras han perdido la posibilidad del agudo esquema 6 . . . a6, seguido de ... b5/ ... !/i.b7. •••

VARIANTE CLÁSICA El maravilloso y flexible sistema que re­ sulta de 1 e4 c5 2 t2Jf3 d6 3 d4 cxd4 4 tbxd4 t2Jf6 5 t2Jc3 t2Jc6 debería llevar el nombre de los hermanos Paulsen (Louis y Wil-

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72

SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

El jugador con negras que prefiera 6 �e2 en la Variante Boleslavsky también puede tener un problema con 6 f4. Los li­ bros recomendaban 6 ... e5, debido a que 7 lll xc6 bxc6 8 fxeS lll g4! les concede un ex­ celente juego sobre casillas de su color, tanto si las blancas aceptan el peón (9 exd6 �xd6), como si permiten 9 ... lll xeS. Sin embargo, 6 .. e5 se pone a prueba con 7 tll f3! , seguido de .tc4. Un ejemplo de cómo un jugador Boleslavsky puede encontrarse en territorio desconocido lo tenemos en la partida Salmensuu-Atalik, Groninga 1999: 7 ... .te7 8 �c4 0-0 9 0-0 exf4 10 ..txf4 �g4 1 1 �d2 �hS 12 l:!. ael .,tg6 13 @hl l:t e8 14 �b3 a6 15 lll d4 lll aS 16 tll fS lll xb3 17 axb3 tll xe4 18 lll h6+ g x h 6 1 9 n xe4 ..t x e 4 20 lll x e 4 � f8 ? 2 1 �gS, con posibilidades confusas. La respuesta más sólida a 6 f4 debe ser 6 ... g6, transponiendo a la Variante Loeven­ fish del Dragón. Pero aunque un draconia­ no pueda memorizar las complejas líneas 7 lll xc6 bxc6 8 es y 7 Ab5 Ad7 8 ..txc6, no es probable que un habitual de la Clásica lo haga. Ése es otro punto a favor de 6 f4! ? . Otras opciones engañosas d e l a Clásica son 6 � e3 y 6 f3, ambas agresivas y, a la vez, jugadas de espera. Pueden transponer a .

una Dragón ( 6 ... g6) o al Ataque Inglés ( 6 ... e6), pero si las negras querían realmen­ te jugar una Dragón, habrían optado por S ... g6, y si querían jugar un Ataque Inglés, habrían optado por 5 . . . e6. De esta forma, pierden algunas opciones. La teoría prefie­ re ... a6 a ... lll c6 en el Ataque Inglés, pero después de 6 ..ie3 e6, las negras ya están comprometidas con ... lll c6. También, en caso de 6 ... e6 7 ..ic4! sería molesto para las negras, que normalmente responden a 6 ..tc4 con la jugada de Benko 6 ... �b6. Hay dos nubarrones en el horizonte de 6 .te3. Uno es 6 ... eS, que transpone a una línea de la Variante Boleslavsky, que se considera igualada (7 lll b 3 �e7 8 �e2), o a de la Variante Sveshnikov, considerada buena para las negras (7 lll dbS a6 8 lll a3 bS). El otro nubarrón es 6 ... lll g4! , que la teoría considera, como mínimo, posición igualada. Por esto es por lo que es más pre­ ciso 6 f3.

Las blancas siguen pudiendo alcanzar posiciones del Ataque Yugoslavo en la Dragón, o del Ataque Inglés (6 ... g6 7 Ae3 ó 6 ... e6 7 .te3 , respectivamente), pero evitan 6 -te3 lll g4. La experiencia con 6 .. . eS 7 lll b3 ..te7 8 �e3 .te6 9 lll d S, y 7 .. . .te6 8 lll d5 es aleatoria.

DEFENSA SICILIANA

ATAQUE RAUZER En el orden clásico, 6 � g5 disuade de pasar al Dragón (6 . . . g6 7 � xf6) , o a la Boleslavsky (6 . . . e5 7 j_xf6 'i!Vxf6? 8 l2Jd5). Las negras normalmente prefieren 6 . . . e6 y la experiencia ha demostrado que la única forma que tienen las blan­ cas para luchar por la ventaj a es 7 'i!Vd2 y 8 0-0-0. Las negras toman decisiones importan­ tes acerca del momento oportuno o nece­ sidad de ... l2J xd4, ... h6, ... a6 y ... 'i!Vb6. Si las blancas responden a ... 'ii'b6 con lb b3, po­ drían alcanzar la posición del diagrama 125, una de las mejores formaciones Rau­ zer para las negras:

Normalmente se llega por el orden 6 e6 7 'i!Vd2 �e7 8 0-0-0 0-0 9 l2Jb3 'ii'b 6. Pe­

•..

ro las blancas pueden impedir que se pro­ duzca, jugando 9 f4 ó 9 f3, avances ambos que gozan de buena reputación. Por esta razón, las negras pueden decantarse por 6 ... 'ii'b 6 y después de 7 l2Jb3 e6 8 'ii'd2 �e7 9 0·0-0 0-0, transponiendo. Una tercera ruta hacia la formación del diagrama es 6 ... e6

7 'ii'd2 'ii'b6 8 l2Jb3 i.e7 9 0-0-0 0-0. ¿ Qué orden es el mej or? Los dos últimos amenazan ... 'i!Vxd4, además de

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... 'i!Vxb2, pero comparten el demérito de permitir que su rival les doble peones, con .txf6. Además, las blancas pueden responder a 6 ... e6 7 'i!Vd2 'ii'b 6 con 8 0-0-0 (y trans­ poner, después de 8 ... �e7 9 f3, por ejem­ plo). La única forma de castigar esto es 8 ... l2J xd4 9 'i!Vxd4 'i!Vxd4 10 l::t xd4. A diferen­ cia de otros finales sicilianos tempranos, éste es favorable a las blancas, según Peter Svidler, quien prefirió 6 ... 'ii'b 6, aunque esta jugada también se enfrenta al proble­ ma 7 Ae3!?.

Declinar el peón es malo (7 ... 'ii' a 5 ? 8 l2Jb3 'ii'c7 9 l2Jd5!, o bien 8 ... 'ii'd8? 9 .te2 e6 10 0-0, una Scheveningen con un tiem­ po o dos menos). Lo mismo puede decirse de 7 ... lb g4 8 l2J d5 ! l2J xe3 9 fxe3, en vista de 9 . . 'i!Va5+ 10 b4! l2J xb4 1 1 lb b3 ! l2J d3+ 12 @ e2, ganando pieza. Por el contrario, 6 . . . e6 7 'i!Vd2 'ii' b 6 8 A e3 l2J g4 ! es bueno para las negras. De modo que la respues­ ta a qué orden es el mej or depende de si las negras pueden jugar 6 . . . 'ii' b6 7 i.e3 'ifxb2 8 l2J db5. Si no es así, 6 . . . e6 7 'ii' d2 � e7 y 8 0-0-0 0-0 9 l2J b3 'i!Vb6 es el me­ jor. Otra formación es: .

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ

Esta posición se considera de doble filo, lo bastante como para atraer a juga­ dores con blancas como con negras, y pue­ de producirse tras 6 � g5 e6 7 'iVd2 Ae7

8 0-0-0 0-0 9 f4 ll:\ xd4 10 'iVxd4. Si las negras prefieren defender esta posición antes que la que se produce con 9 tt:lb3, pueden lograr lo que buscan con 8 tt:lxd4 9 'iVxd4 0-0 10 f4. El problema con el segundo orden es que las blancas no tie­ nen que cooperar jugando 10 f4. También pueden jugar 10 e5, avance sobre el que Jan Timman se pronunció en una ocasión, diciendo que es la única forma de castigar Ja secuencia negra. Por ejemplo: 10 ... dxe5 1 1 'Y:W x e5 � d7 12 � e2 l: c8 13 A e3 a6 14 g4, con posición confusa, Akopian-Joba­ va, Beer Sheva 2005. Las blancas también tienen otra pro­ metedora alternativa: 10 f3. Esta jugada funciona mejor aquí que con caballos so­ bre el tablero (6 �g5 e6 7 'iVd2 i,.e7 8 0-0-0 0-0, seguido de 9 f3 a6 10 g4 d5 ! ) . La cuestión es ésta: las negras deben decidir qué medio juego prefieren, si el que resul­ ta de 8 ... 0-0 9 tt:lb3, o Jos que resultan de 8 ... tt:l xd4 9 'iVxd4 0-0 10 e5 y 10 f3. Con negras, un timador puede inclinar­ se por la rara 7 'iVd2 i,.e7 8 0-0-0 0-0 9 f4 •••

�d7!?

La idea es responder a Ja natural 10 .tc4 con 10 ... tt:l xd4 1 1 'iVxd4 �c6 y al­ canzar una prometedora posición (12 l:t hel 'iVa5). Hay una línea que normalmente se produce con 9 . . . tt:l xd4 10 'iV x d4 'iV a5 1 1 Ac4 �d7, en cuyo caso las blancas sus­ tituyen 12 e5 ! por la menos ambiciosa 12 l:t hel. La aparente refutación de 9 ... .td7 es 10 tt:ldb5, amenazando tt:l xd6. Pero 10 ... d5!? ofrece buen juego por un peón. Por ejemplo: 1 1 exd5 tt:l xd5 12 tt:l xd5 exd5 13 'iVxd5 .tg4! 14 'iVxd8 Axd8 15 lld2 �b6. O bien 1 1 e5 tt:le8 12 h4 a6 13 tt:ld4 f6, Su­ tovsky-Zviagintsev, Essen 2000. Otro orden engañoso es 7 'iVd2 �e7 8 0-0-0 a6 (o bien 7 ... a6 8 0-0-0 �e7), que guarda parecido con 7 'iVd2 � e7 8 0-0-0 0-0 9 f4 a6?, que Paul Keres refutó con 10 e5! dxe5 1 1 tt:l xc6 bxc6 12 fxe5. (Ver diagrama 129.) Este orden es significativo, porque si 9 f4, las negras transponen no a la línea ma­ la (9 ... 0-0?) sino a una muy buena, 9 ... �d7!, que también puede producirse por 7 'iVd2 a6 8 0-0-0 �d7 9 f4 �e7, cuando las negras prescinden de 9 f3. Si insisten en jugar 9 f3, las negras res­ ponden 9 ... tt:lxd4 10 'it'xd4 b5!, y sitúan su

D EFENSA SICILIANA

alfil de forma más útil, en b7 y no en d7. Por ej empl o : 1 1 h4 � b7 12 @ b l 'fi/ c7 13 'fi/d2 � c8 14 .id3 h6 15 .te3 b4 16 lll a4 d5 ! , Sax-Acs, Campeonato de Hungría 2003 . Puesto que 9 lll b3 permite 9 b5!, en circunstancias mejores de las habituales, el verdadero test para el orden de jugadas de las negras es 9 .txf6. Si responden 9 . . . .ixf6?, pierden un peón, por 10 lll xc6. Pe­ ro la experiencia con 9 . . gxf6 10 f4 .id7 y 10 .te2 'fi/b6 no ha sido concluyente, de modo que ésta puede ser una verdadera contribución al Ataque Rauzer. .••

.

ATAQUE SOZIN Joseph Blackburne solía jugar 6 .ic4 con­ tra la Variante Clásica, de modo que 6 ... g6 se castigaría con 7 lll xc6 bxc6 8 e5 ! . Más tarde, Ossip Bernstein descubrió la sutile­ za 6 .id7. (Ver diagrama 130.) ...

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lll xd4 11 .ixd4 .ic6. No existe, virtual­ mente, experiencia magistral con 8 lll db5 'fi/b8 9 j,f4 ó 9 � g5. La sutil respuesta 7 .ib3 es una jugada de espera, a fin de ver cómo siguen las ne­ gras (7 ... e6 ó 7 ... g6). Pero después de 7 g6 8 .i e3 , las negras pueden responder 8 lll g4! y contra 8 f3 es posible 8 lll xd4! 9 'fi/xd4 .ig7, con un juego excelente. Por ejemplo: 10 .te3 0-0 1 1 'fi/d2 b5 12 .ih6 .txh6 13 'fi/xh6 b4 14 lll d5 e6! 15 lll e 3 as 16 h4 a4 17 .ic4 d5 ! , Shivaji-Motylev, Min­ neapolis 2005. La gran contribución de Pal Benko a la teoría de 6 .tc4 fue comprender que 6 ... �b6 7 lll b3 e6 transpone a una buena Sche­ veningen para las negras, aunque es proba­ ble que tengan que retirar la dama a c7 con pérdida de un tiempo. Uno de los se­ cretos del Ataque Sozin es que entrar en la línea correcta a menudo cuesta un tiempo. Esto es evidente cuando las blancas se mantienen en los límites del Sozin, respon­ diendo a 6 'fi/b6 con 7 lll db5!? , y después de 7 a6 8 �e3 'fi/a5 9 lll d4 e6 (no 9 . . lll xe4? , por 10 'fi/f3): (Ver diagrama 131.) •••

•••

...

•••

Los libros recomiendan 7 0-0, porque 7 ... g6 8 lll xc6 es ligeramente favorable a las blancas. Pero 7 e6!? es una "vieja" juga­ da Sozin, con 0-0, que no está considerado tan peligroso como las líneas con 0-0-0. Por ejemplo: 8 �b3 �e7 9 �e3 0-0 10 'fi/e2 •••

•••

.

Las blancas tienen un tiempo menos, en un "viejo" Sozin. (Se produciría des-

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ

pués de 6 .tc4 e6 7 .1;.. e 3 a6, si las negras tuviesen el tiempo extra ... 'it'a5.) Pero in­ cluso con un tiempo menos, las blancas tie­ nen buenas posibilidades, después de 10 0-0 ii.e7 11 f4, según la teoría. En realidad, los grandes maestros a menudo devuelven el tiempo, digamos, con 1 1 ... 'it'c7 12 �b3 0-0 para llegar a una línea de libro, 13 'it'f3 4J xd4 14 .txd4 b5, con posibilidades equi­ valentes. En el caso de la ortodoxa 6 Ac4 e6, las blancas eligen entre la vieja 0-0 y el plan f2-f4-f5, o bien el Ataque de Dragoljub Ve­ limirovic, a base de .11.. e 3, 'it'e2, 0-0-0 y g2g4-g5. Entretanto, las negras deberán optar, bien por un rápido desarrollo ( ... i.e7, .. . 0-0), bien por un plan más ambi­ cioso, pero de desarrollo más lento ( ... a6, ... b5, ... 'it'c7). Hallar la defensa correcta para cada plan de ataque y viceversa es algo crucial. El juego en el flanco de dama no funcionó bien contra el viejo Sozin, cuando era jo­ ven la continuación 6 i. c4 e6 7 0-0. Des­ pués de 7 a6 8 A e3 'it'c7 9 �b3 4J a5

'ii' d7 1 4 'it' f3 y 1 5 e 5 ó 1 5 f x e 6 f x e 6 1 6 'it'h3). Se encontró un antídoto en el rápido desarrollo, 7 i.e7 8 .11.. e3 0-0 9 f4? dS! . Pero esa política no da buen resultado contra el Ataque Velimirovic. Por ejem­ plo: 7 �e3 .11.. e7 8 'ike2 0-0, y ahora 9 0-0-0 .1;.. d7 10 i. b3 'it'b8 1 1 g4 ! l:t c8 12 g5 4J e8 13 h4 4J a5 14 g6 ! , como en la parti­ da Velimirovic-Milic, Belgrado 1965, uno de los primeros éxitos de la estrategia blanca. En lugar de ello, las negras suelen ob­ tener mejores resultados cuando empren­ den operaciones en el flanco de dama. Por ejemplo: 7 ..te3 a6 8 'it'e2 'it'c7 9 0-0-0 4J a5, o bien 9 .. i.e7 10 .la hgl 4Ja5 1 1 Ad3 b5. Lo que esto significa e s que cada bando debe ser lo bastante flexible como para explotar el plan de su oponente. La mejor jugada de espera de las blancas es 7

10 f4 bS.

...pueden plantear el Velimirovic, con 9 'i!fe2!, con la ventaja de saber dónde vive

•.•

.

�b3. Después de 7 ... Ae7 8 Ae3 0-0 (Ver diagrama 133.)

•••

(Ver diagrama 132.) .. .las negras a menudo eran aplastadas por 11 f5 4J xb3 12 cxb3 ! (12 ... i.e7 13 l:t cl

el rey negro. La mejor réplica de espera es 7 a6. Si las blancas se comprometen, con 8 f4, en.•.

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DEFENSA SICILIANA

alternativas. La primera es 5 lll bd7 , en­ sayada por Tigran Petrosian, Mark Taima­ nov y Bent Larsen. En el libro de torneo de La Habana 1966, Petrosian escribió: "La única ventaja de esta jugada radica en ... su relativa novedad." ••.

tonces 8 ... Ae7 9 .te3 0-0 dirige el juego hacia una vieja formación del Sozin, que ofrece posibilidades a ambos bandos (10 0-0 lll xd4! 11 �xd4 b5 !). El compás de es­ pera continúa si a 7 �b3 a6 sigue 8 .te3. Jugadores muy fuertes, como Vishy Anand, han jugado aquí 8 "i/Jc7, para mantener vivas las opciones de contrajuego en el flan­ co de dama. Sin embargo, pasar al viejo Sozin, con 9 f4!, permite explotar el retraso de las ne­ gras, que quedan peor tras 9 ... b5 10 lll xc6 "i/Jxc6 11 f5. O bien 9 ... �e7 10 0-0 lll xd4 11 Axd4 b5 12 e5 ! , con rápida victoria en la partida Golubev-Lerner, Odesa/Estam­ bul 2006, después de 12 ... dxe5 13 fxe5 lll d7 14 %:[ xf7 ! @ xf7 15 "i/Jf3+. Ambos bandos se quedan finalmente sin jugadas de espera tras 8 �e3 y 8 � e7 ! . Entonces, 9 0-0 0-0 es una buena po­ sición Sozin para las negras, y 9 "i/Je2 0-0 10 0-0-0 es una posición del Ataque Veli­ mirovic, que aún debe ser evaluada. ...

•••

QUINfAS JUGADAS RARAS Sabemos mucho acerca de 1 e4 c5 2 lll t3 d6 3 d4 cxd4 4 lll xd4 lll f6 5 lll c3, cuando las negras responden 5 ... g6, 5 ... e6, 5 ... a6 y 5 ... lb c6, pero muy poco acerca de dos

La novedad es buena cuando las blan­ cas juegan 6 .ic4 y descubren, después de 6 ... a6 7 .ib3 e6, que han sido empujadas a una popular línea de la Najdorf que sue­ le ser buena para las negras. En el orden normal de la Najdorf, 5 ... a6 6 �c4 e6, las blancas pueden evitar esa posición (7 �b3 lll bd7) mediante 7 0-0 ! , como jugó ese as­ tuto mago de la transposición, Deep Fritz, contra Kramnik, en 2006. Pero no hay otros trucos con 5 ... lll bd7, y sí muchos inconvenientes. A 6 .tg5, lo mejor que pueden hacer las negras probablemente sea 6 . . . a6, alcanzando una Najdorf (5 ... a6 6 �g5 lll bd7), que no ha tenido éxito desde los años sesenta. También, el caballo blanco de d4 no puede cambiarse, de modo que éste domi­ na el centro, y las blancas obtienen una forma superior del Ataque Inglés, tras 6 i.e3. Por ej emplo: 6 . . . a6 7 g4 h6 8 f3 e6 9 "i/Jd2 "i/Jc7 10 0-0-0 y 1 1 h4, o bien 8 . . b6 9 "i/Jd2 �b7 10 0-0-0 e6 11 h4 d5 12 .ih3 ! , .

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

con una fuerte iniciativa, Balogh-Bilek, Budapest 2002. La alternativa de mayor éxito es 5 �d7, una especialidad de Viktor Kuprei­ chik y Aloyzas Kveinis. .•.

ventajas sobre el orden de la Clásica, pero las negras corren el riesgo de caer en el peor escenario, a saber, un Ataque Inglés o un Rauzer.

VARIANTE NAJDORF La jugada esencial de la Najdorf, ... a6, es útil en la mayoría de las variantes sicilia­ nas y eso concede a las negras libertad para transponer a las mismas. Que tenga sentido dependerá de cuál de las casi doce alternativas razonables elijan las blancas en su sexta jugada. Los órdenes de jugadas de algunas de ellas, como 6 ..te2, 6 .1g5 y 6 f4, son demasiado complejos para consi­ derar aquí. Entre otros, tenemos: (a) 6 .td3 Esto funciona como una jugada de es­ pera en casos como 6 �e2 g6, en los que las negras han eludido el Ataque Yugosla­ vo, o 6 ... e6, cuando se llega a una Scheve­ ningen sin que pueda plantearse el Ataque Keres ni el Ataque Inglés. El principal in­ conveniente de 5 ... .td7 es que ocupa la mejor casilla de retirada del caballo rey y que mejora el impacto de g2-g4-g5 en el Ataque Inglés (6 .te3 ó 6 f3). Pero en la práctica, 6 �g5 es la jugada favorita de las blancas. En tal caso, 6 ... tt:Jc6 transpone a un Rauzer con 6 ... .td7. El único beneficio aparente de las negras para jugarlo en ese orden (en lugar de 5 ... tt:Jc6 6 ..tg5 .1d7) es evitar el Sozin y otras alternativas de la Clásica, como 6 f4. En aras de la originalidad, los grandes maestros prefieren responder a 6 .tg5 con 6 ... e6, porque ofrece a las blancas elec­ ción entre una línea muy rara de la Naj­ dorf (7 f4 a6) , otro Rauzer (7 'i!V d2 tt:J c6 8 f4 h6) y la confusa 7 tt:Jdb5 ..tc6 8 .txf6. Conclusión: 5 ... .td7 tiene algunas

Esta jugada, virtualmente no teórica, tiene un gran valor de transposición. Des­ pués de 6 e6 7 f4 ó 7 0-0, las blancas ob­ tienen posiciones muy razonables de la Scheveningen, en las que ..td3 reemplaza a .te2. Por ejemplo: 7 f4 tt:J c6 8 tt:Jf3 .te7 9 0-0 y 'i!Vel-g3. Si las negras nunca juegan posiciones Scheveningen, porque respon­ den a 6 �e2 con 6 ... e5, entonces 6 ..td3 podría ser un problema. •.•

D EFENSA SICILIANA

Si las negras responden a 6 �d3 con 6 ...

es, las blancas disponen de una buena

casilla de retirada en e2. Por ejemplo: 7 lDde2 �e7 8 0-0 0-0 9 f4 liJbd7 10 lD g3 (10 . . . exf4 11 liJ fS ! lD e5 12 lD xe7+ "Wi x e7 1 3 ii.xf4 h6 14 ii.g3 ! y ii.h4, Gallagher­ Karjakin, Panormo 2002). El inconvenien­ te de 6 �d3 parece ser 6 liJc6, ya que el caballo atacado no puede mantenerse en d4 (7 �e3 lDg4!). Sin embargo, después de 7 lDxc6 bxc6 8 0-0. ••.

Las blancas pueden continuar con lD a4/c2-c4 ! , como hacen en la línea del Sozin que sigue: 1 e4 c5 2 liJ f3 lD c6 3 d4 cxd4 4 lD xd4 liJ f6 5 lD c3 d6 6 Ac4 "Wib6 7 lD xc6 bxc6 8 0-0 y lD a4, con un brillan­ te panorama. En la posición del diagra­ ma 137, pueden responder a 8 . . . e5 con 9 b3 A e7 10 �b2 0-0 1 1 lD a4. Después de 1 1 . . . .t e6 12 "Wie2 "Wi c7 13 c4 liJ d7 1 4 c5 ! , favorable a las blancas e n la p artida Dgebuadze-Wemmers, Bélgica 2004. É sa no puede ser la mej or línea pa­ ra las negras, tras 6 Ad3. Pero entonces ¿cuál es? (b) 6 a4 Ésta es la mejor jugada de espera para las blancas en la Najdorf. Contra 6 ... e5,

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pueden continuar con 7 liJf3, de modo que 7 ... ii.e7 8 �c4 0-0 9 ilg5, ó 7 ... h6 8 �c4 la dejaría con un tiempo de ventaja sobre las líneas 6 � e3 e5 7 liJ f3 y 6 A e2 e5 7 liJf3. En lugar de ello, las negras pueden transponer a una Scheveningen, una Boles­ lavsky o una Dragón, tras 6 ... lDc6. Hay evidencias en el sentido de que los avances del peón a ayudan a las blancas en el Dra­ gón. Por ejemplo: 6 lDc6 7 A e2 g6 8 0-0 Ag7 9 �e3 o-o. .••

El agujero de b6 concede a las blan­ cas la posibilidad de ejercer un férreo control del flanco de dama, después de 10 'iVd2 lD g4 1 1 �xg4 � xg4 12 liJ d5 ! l:l c8 1 3 a5 . También es bueno 1 0 f4, ya que 10 . . . 'iVb6, que iguala al instante cuando los peones a se encuentran en sus casillas iniciales, puede contestarse con la fuerte 11 a5 ! lD xe5 12 e5. Si las negras optan por 10 . . . �d7, entonces 1 1 lD b3 y liJ d5 garantizan ventaj a posicio­ nal a las blancas. Otra idea, después de 6 lDc6 es 7 �e2 eS. Los libros recomiendan 8 lD xc6, pero lo cierto es que sólo demuestran que iguala. Es mejor 8 lDb3! .te7 9 0-0 0-0, y ahora 10 �gS! •..

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ

gen (1 e4 c5 2 lt:Jf3 d6 3 d4 cxd4 4 lt:Jxd4 lt'lf6 5 lt:Jc3 e6 6 �c4 i.e7 7 �b3 0-0 8 Ji..e3 lt:J a6 ! ?). Después de 8 0-0 lt:Jc5, las negras tienen un desarrollo más rápido que en la línea de Fischer. La contrasutileza es 7 0-0, que se había descartado en los años cincuenta. En tal caso, 7 ... b5 8 �b3 transpone a la posición con 7 �b3 b5 8 0-0 que las blancas quieren conseguir, y evita la de 7 it.. b 3 lt'lbd7, que las negras buscan. Si, de todos modos, las negras juegan 7 lt'lbd7, entonces 8 it.. g5 ! •••

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Esto es favorable a las blancas, después de 10 .t e6 11 i.xf6 y lt:Jd5. Es diferente de la Boleslavsky normal (5 ... lt:Jc6 6 it.. e 2 e5 7 lt'lb3 it.. e 7), en cuyo caso las negras igualan de inmediato, tras 8 0-0 0-0 9 �g5 lt:Jxe4 ! . La inclusión d e a2-a4 y ...a 6 significa que 10 it.. g5 lt:J xe4? condena el caballo, pues sigue 11 ii.. x e7 lt'l xc3 12 ..txd8 lLJ xdl 13 i.c7 lt'l xb2 14 :l fbl . .•.

(c) 6 it.. c4 Existe consenso general en cuanto a que la mejor respuesta de las negras es 6 e6, pero en cuanto a la séptima jugada blanca ese acuerdo se diluye. La vieja fa­ vorita, 7 �b3, se consideraba la mejor por­ que preserva la opción del enroque largo. Por ejemplo: 7 �e7!? 8 f4 0-0 9 �f3, y ahora 9 ... lt'lbd7? 10 g4, o bien 9 . �c7 10 f5 lt:J c6 1 1 it.. e 3. Así pues, las negras volvieron su aten­ ción sobre 7 b5. Las blancas encontraron 8 0-0 era bueno, porque tras 8 . . . � b7 9 l::t e l ! lt'lbd7 10 �g5 lt:Jc5? 1 1 it.. d5 ! es un sacrificio correcto, corno demostró en su día Fischer. Para anticiparse a esa posibilidad, las negras comenzaron a jugar 7 lt'lbd7 y ... lt:Jc5 , muy en el espíritu de la Schevenin•••

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Esto transpone a la variante Najdorf con 6 .tg5, que ha puntuado bien para las blancas desde los años sesenta. Fuertes jugadores, corno Leonid Yudasin, han en­ sayado 8 ... 'iWc7 ! ? , pero tras 9 ..t xe6! fxe6 10 lt:J xe6, las negras han sido sistemática­ mente demolidas, desde una brillante partida de Keres (10 . . . 'it'c4 1 1 lt'ld5 @f7 12 ..txf6 @ xe6 13 ..tc3 ! , ganando). Para jugar esta línea, las negras pueden tener que arriesgarse con 8 ... h6 9 it.. h4 g5 10 it.. g 3 lt:J e5. Pueden evitar todo esto, recordando por qué se abandonó 7 0-0 hace medio si­ glo: 7 it.. e7! 8 i.b3 0-0. Ahora, 9 f4 lt:Jc6 llega a una posición perfectamente equili•••

D EFENSA S I C I LIANA

brada del viejo Ataque Sozin, y 9 il.e3 b5 es una línea de doble filo de la Najdorf. (d) 6 .te3 Las blancas se disponen a entrar en una tranquila Scheveningen, o un Ataque Inglés. Algunos grandes maestros, como Michael Adams, prefieren jugar contra 6 i.e3 e5 antes que contra 6 .ie2 e5, de mo­ do que comienzan con 6 i.e3. Si 6 ... e6, entonces 7 �e2 les permite transponer a 6 .te2 e6 7 �e3. Algunos partidarios del Ataque Inglés prefieren 6 f3 y 6 ... e6 7 i.e3. De esta for­ ma, evitan 6 .ie3 lt:Jg4. Pero también re­ nuncian a otras opciones, como 6 .te3 e6 7 g4 y 6 ji,e3 e5 7 lt:Jb3 .ie7 8 "i!Vd2 ! ? . En esta última línea, las blancas difieren f2-f3, a fin de impedir ... d5, y mantener abierta la opción f2-f4, como en la línea 8 "i!Vd2 �e6 9 0-0-0 llJ bd7 10 f4. También pueden indu­ cir a las negras a entrar en una mala línea, tras 8 ... 0-0 9 0-0-0 b5? 10 f3 ! .te6 l l lt:Jd5, como en la partida Topalov-Van Wely, Wijk aan Zee 2007. La respuesta más retorcida a 6 .ie3 es 6 lt:Jc6. •••

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negras disponen de la activa réplica 7 lt:J xd4 8 .ixd4 e5 y .t e6 . Y si las blancas proponen una Scheveningen, con 7 .i e2 , las negras pueden abrirse paso hacia un Dragón clásico, 7 g6, en el que las blan­ cas se han visto privadas del Ataque Yu­ goslavo y las líneas con .ig5. El precio que pagan es haberse comprometido con la ju­ gada ... a6! ? . •••

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VARIANTE TAIMANOV/KAN A la posición básica de la Variante Taima­ nov puede llegarse de dos formas diferen­ tes, y Mark Taimanov utilizaba ambas, 1 e4 c5 2 lt:Jf3 lt:Jc6 3 d4 cxd4 4 lt:J xd4 e6 y 2 •••

e6 3 d4 cxd4 4 lt:J xd4 lt:Jc6. El primer orden disuade el Ataque In­ dio de Rey (3 d3), que es prometedor con­ tra 2 ... e6, mientras que el segundo orden elimina la Variante Rossolimo, pues si 3 it.. b 5? (tras 2 ... e6), 3 ... a6 ! . Las negras también pueden elegir un orden basado en cómo piensen responder a 3 lt:Jc3 ó 3 c3. Por ejemplo: 1 e4 c5 2 lt:Jf3 e6 3 lt:Jc3 es un buen Camaleón para las blancas, pero 2 ... lt:Jc6 3 lt:Jc3 e5 ! no lo es. Ambos órdenes, junto con un tercero, empleado por Salo Flohr, 1 e4 c5 2 lt:Jf3 lt:Jc6 3 d4 cxd4 4 lt:J xd4 'iic7!?, tienen el in­ conveniente de permitir una Formación Maróczy. Por ejemplo: 4 e6 5 lt:Jb5 ame­ naza lt:J d6+, ganando tiempo para, tras 5 ... d6, jugar 6 c4! . Las negras pueden impedir l a Maróczy con 5 lt:Jf6!? (Ver diagrama 142.) •••

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Esto evita 6 ... e6 7 g4 y obliga al ata­ cante inglés a preparar g2-g4. Si 7 Vi'd2, las

Si las blancas defienden el atacado p e ó n e con 6 llJ l c 3 , entonces 6 . . . d6 7 .tf4 e5 8 .t g5 es la Variante Sveshni­ kov, como también 6 i. f4 e5 7 it.. g5 d6 8 lt:J lc3 .

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

Ahora, a 6 � e3 las negras pueden res­ ponder más enérgicamente, con 6 lbf6 7 WI d2 ..t b4! . Puede seguir 8 f3 ltJ xd4 9 �xd4 e5, o bien 9 W/xd4 .txc3+ 10 bxc3 e5. El inconveniente de este orden puede ser 7 li:Jdb5 W/bS 8 f4, aunque las negras recuperan un tiempo con 8 .. . d6 y ... a6. Fischer (a quien le gustaban las líneas li:Jb5/c2-c4 con blancas), planteaba la Tai­ manov, con negras, a través de otro orden, el de Ilia Kan: 1 e4 c5 2 li:Jf3 e6 3 d4 cxd4 4 li:Jxd4 a6. Después de 5 lt:J c3 , transponía (con 5 ... lt:Jc6) a la Taimanov 5 . . . a6. Otros jugadores de la Kan difieren to­ davía más ... lt:Jc6, mediante 5 'fJ/c7, a fin de alterar el desarrollo blanco con ... b4 ó ... �b4. Por ejemplo: 6 .te2 li:Jf6 7 .t e3? permite 7 �b4! . Por ejemplo: 8 W/d3 lt:Jc6, amenazando 9 ... lt:l xe5. O bien 8 �d2 .txc3 9 .txc3 lt:lxe4 10 .tb4 W/b6 1 1 .ta3 lt:Jc6, con escasa compensación por el peón perdido, Bonte-Cabrilo, Timisoara 2006. Otra ventaja del orden Kan es cuando la blancas fianchetan su alfil rey, 5 lt:Jc3 W/c7 6 g3 .t b4! ••.

Las negras, por supuesto, disponen de una ruta más simple a la Sveshnikov, si eso es lo que quieren, y 5 ... lbf6 tiene sentido cuando las negras quieren plan­ tear una Taimanov y no les gusta permitir 5 lbb5. Jugar oportunamente los tres mo­ vimientos clave de la Taimanov ( . . . a6, . . . lb c6 y ... W/c7) ha resultado ser más complicado de lo que parecía una década atrás. Sólo hace poco 1 e4 c.5 2 lLit3 lLic6 3 d4 cxd4 4 lb xd4 e6 5 lbc3 a6 ha sido puesto a prueba por el Ataque Inglés, por ejemplo, que ha resultado peligroso tras 6 �e3 lbf6 7 g4, o bien 6 ... W/c7 7 'i!Yd2 lbf6 8 0-0-0. Esto aporta un argumento a favor de 5

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'i!Yc7.

Las blancas no pueden ignorar ... .txc3+, pero tampoco pueden pretender

DEFENSA SICILIANA

que tienen ventaj a tras 7 lbe2 lbf6, ó 7 .td2 lbf6 (8 �g2 lbc6 9 lbb3 �e7 ! y ... d6, con una excelente Scheveningen). Los inconvenientes del orden Kan comienzan con 5 c4. Esto da mal resulta­ do contra la Taimanov (1 e4 cS 2 lb f3 lb c6 3 d4 cxd4 4 lb xd4 e6, y ahora 5 c4 lb f6 6 lb c3 � b4 ! ) , pero no contra la Kan. Otro inconveniente es que las blancas pueden j ugar 5 ..t d3 , debido a que su caballo no está colgando en d4, como en la Taimanov, lo que les permite crear una Formación Maróczy diferida, con c2-c4. Con estos órdenes, las negras tendrán muchas oportunidades de transponer a una Scheveningen con ... d6. Pero eso tiene sen­ tido cuando las blancas han realizado una jugada que es útil en la Taimanov, pero no en la Scheveningen. Una ilustración es a2a3, para impedir ... �b4 y ... b5-b4. Un or­ den popular en los sesenta era 1 e4 c5 2 lbf3 lbc6 3 d4 cxd4 4 lb xd4 e6 5 lbc3 a6

83

6 �e2 'i// c7 7 a3.

normales como 10 a4 ó 10 'i//e l, las blancas transpondrían con 10 a3? ! . Pero n o s e considera prudente para las negras transponer a una Scheveningen después de g2-g3, cuando ya han jugado . . . 'i/ic7. Después de 1 e4 c5 2 lb f3 lb c6 3 d4 cxd4 4 lb xd4 e6 5 lbc3 'i// c7 6 g3, las ne­ gras están más o menos obligadas a jugar 6 ... a6 para evitar 7 lbdbS 'i//b8 8 �f4. Sigue 6 a6 7 �g2 d6 8 0-0 lbf6 9 .!:!. el!, que permite a las blancas ejecutar su plan es­ tratégico lb xc6 y e4-e5 -que se supone ... 'i//c7 debía evitar- por medios tácticos. Es decir, 9 �e7 10 lb xc6! bxc6 11 e5! dxe5 U l:t xe5 y U 'i// x eS 13 �x c6+. No ha habido mejoras importantes en esta línea desde los años sesenta. Por esta razón, muchos jugadores consideran que 5 ... 'i//c7 es un ligero error, que se castiga con 6 g3 ! , y que 5 ... a6 es una mejor juga­ da de espera (6 g3 d6 !). Pero las negras disponen de otra sutile­ za, aunque se hayan comprometido con ... 'i//c7 y ... a6.

Aquí, 7 lbf6 8 0-0 �e7 9 �e3 d6! es una buena decisión. Comparémoslo con 1 e4 cS 2 lbf3 d6 3 d4 cxd4 4 lb xd4 lbf6 5 lbc3 e6 6 �e2 a6 7 0-0 'i//c7 8 f4 lbc6 9 �e3 �e7, y ahora, en lugar de las líneas

Esta posición puede producirse después de 5 'i//c7 6 g3 a6 7 �g2, y entonces 7 d6 8 0-0 ..te7!? (Erling Mortensen). Las ne­ gras se disponen a jugar una Scheveningen normal, después de 9 ... lbf6 y 10 ...0-0.

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ

84

La única forma de impedirlo es 9 n el, con idea de que si 9 . . . ll:l f6?' 10 ll:l xc6 ! , alcanzando la posición de los se­ senta. Pero la diferencia es 9 Sl.f6!?. Ahora no valen gran cosa 10 lll b3 , 10 ll:l de2 ni 10 �e3, debido a 10 . . . ll:l ge7. Las líneas cruciales son 10 ll:l xc6 bxc6 11 jLf4 eS y 10 ll:lfS exfS 1 1 ll:l dS y, a me­ nos que consigan mayor éxito que hasta ahora, el orden de Mortensen constituye un refuerzo significativo para la Varian­ te Taimanov. .•.

VARIANTES CON ···'*'b6 Hay una familia de líneas elaboradas en torno a . . . '*'b6 y . . . e6, a menudo en conjunción con . . . �cS. Todas ellas tie­ nen por obj eto presionar sobre la dia­ gonal b6-f2, al menos al comienzo pero suelen usarse para desembocar en la Scheveningen. Los miembros de la fa­ milia son: (a) 1 e4 c5 2 ll:l f3 ll:l c6 3 d4 c x d4 4 ll:lxd4 '*'b6; ( b ) 1 e4 c5 2 lLl f3 lLl c6 3 d4 c x d4 4 ll:l xd4 ll:lf6 5 ll:lc3 �b6; (c) 1 e4 c5 2 ll:lf3 e6 3 d4 cxd4 4 ll:lxd4 �c5, y ( d) 1 e4 c5 2 ll:lf3 e6 3 d4 cxd4 4 ll:l xd4

�b6. Las dos últimas líneas, popularizadas por Michael Basman y Kveinis, respectiva­ mente, pueden transponer entre sí. Por ej emplo : 1 e4 c5 2 lLl f3 e6 3 d4 c x d4 4 ll:l xd4 �b6, y ahora 5 ll:lc3 �c5 6 �e3

ll:lc6. (Ver diagrama 147.) No 6 ... '*' xb2? 7 ll:l dbS , ¡ que fue re­ futada en una partida Morphy-Paulsen !

Las negras han obtenido buenas posi­ ciones después de 6 . . . ll:l c6. Por ej em­ plo: 7 ll:l a4 '*'a5+ 8 c3 � xd4! 9 Jl. xd4

ll:l xd4 10 '*'xd4 ll:l f6 11 it. e2?! e5! 12 '*'c4 d6. La ruta más precisa para las negras ha­ cia la posición del diagrama 147 es la de Kveinis. Una razón es que 4 ... il.. cS no ha dado buen resultado contra la sorprendente 5 it.e3 '*'b6 6 c3 ! . Por ejemplo: 6 .. �xb2 7 '*'b3 'ii' x al? 8 lll c 2, o bien 7 .. . '*'xb3 8 axb3, o aun 6 ... ll:lc6 7 lll d2! ll:lxd4 8 ll:lc4. Los otros tres órdenes a menudo deri­ van en Scheveningens, una vez que las blancas retiran su caballo a b3. La ventaja para las negras es evitar los ataques Keres e Inglés. Por ejemplo, en el orden de Kvei­ nis, el juego puede continuar así: 5 lLl b3 lll c6 6 lll c3 ll:lf6, y ahora 7 �d3 �e7 8 0-0 0-0 9 �e3 Wlc7 10 f4 d6 11 Wif3 a6 12 a4, o bien 12 g4. La teoría dice que las blancas están un poco mejor, pero que la posición negra es sólida. Si eso es lo que las negras quieren, ¿cuál es el mejor camino hacia esa posi­ ción? En el orden (a), las blancas tienen una opción extra, 5 lll b5. Pero las negras disponen de una sorprendente réplica, 5 .

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a6 6 �e3 �d8!

DEFENSA SICI LIANA

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posición, después de 6 d6 7 .t f4 e5 8 .tgS a6, a lo que se llamó Variante Sves­ ...

La idea de esta jugada es que 7 lb d4 lb f6 8 lb c3 e6 es una Variante Taima­ nov con .te3, lo que tiene mucha mej or reputación hoy gracias a 'i!Vd2 y 0-0-0, pero puede ser algo con que las blancas no se sientan cómodas, sobre todo si j uegan normalmente .t g2 contra la Tai­ manov. Este orden también puede confundir a las blancas, puesto que 7 lb5c3 y luego 7 e6 8 lbd2 b5! es bueno para las negras. Si tuvieran alguna duda al respecto, deberían inclinarse por el orden (b ), porque 6 lbdb5 a6 7 .te3? es un error (7 ... 'i!Va5 gana ma­ terial) y 7 lba3 e6 8 lbc4 'i!Vc7 9 .te 3 b5 nunca ha obtenido buenos resultados para las blancas. ••.

hnikov. Esto priva a las blancas de las op­ ciones de la Sveshnikov normal, 1 e4 c5 2 lbf3 lbc6 3 d4 cxd4 4 lbxd4 lbf6 5 lbc3 e5 6 lbdb5 d6 7 .tg5 a6, como 6 lbf5, 6 lb db5 d6 7 lbd5 y 7 a4. Por supuesto, también en la Cuatro Ca­ ballos hay abundante teoría que conocer, si las blancas deciden no sumarse a la ruta hacia la Sveshnikov. Pero las negras pue­ den reducir considerablemente esos des­ plazamientos llevando el juego hacia una Scheveningen, con 6 . . . d6. Eso es normal­ mente la segunda mejor opción. Pero evi­ ta cantidad de análisis teóricos, como 6 g3 d5 7 .tg2 .tb4 8 exd5 lb xd5, o bien 6 .te2 .tb4 7 0-0 .txc3 8 bxc3 lb xe4 9 �d3 d5 10 .ta3. En lugar de ello, las negras están más o menos igualadas tras 6 g3 d6! ? ó 6 �e2 d6! ? . Hay una lmea e n l a que ambos conten­ dientes parecen jugar a ver quién engaña a quién, 6 a3.

VARIANTE CUATRO CABALLOS Durante décadas, la variante que comien­ za c o n 1 e 4 c5 2 lb f3 lb c6 3 d4 c x d4 4 lb xd4 lbf6 5 lbc3 e6 estaba etiquetada como "dudosa", porque la línea principal, 6 lbdb5 .tb4 7 a3 dejaba a las blancas con la pareja de alfiles y mejores perspec­ tivas. Su reputación cambió en la década de los setenta, cuando las negras adoptaron la Cuatro Caballos como una forma de trans-

Después de 6 ... d6, las negras dicen: "He sido más listo que tú. He llegado a una Scheveningen en la que tu jugada a2a3 es una pérdida de tiempo." Las blancas responden: "En absoluto.

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

Mi objetivo era evitar tanto la Sveshnikov como 6 ... �b4. La ventaja añadida es que podré jugar 7 �c4 ! , entrando en un Sozin, en el que te has privado de la línea de Ben­ ko." o bien las negras pueden jugar 6 ... es y decir: "He conseguido lo que quería, una Sveshnikov. En esta versión, no puedes ju­ gar 7 ttJdbS d6 8 �gS, porque tu caballo no tiene retirada, después de 8 . a6! ." A lo que las blancas responden: "Tonterías. Yo soy quien se ha llevado la mejor parte, por­ que después de 7 ltJb3, es una Sveshnikov con un tiempo extra para mí. Ese tiempo impide ... .tb4! ." No hay consenso acerca de cuál es la mejor respuesta a 6 a3 , pero 6 ... d6 no puede ser malo, sobre todo porque 7 �c4? ! no es, realmente, un buen Sozin, tras 7 . . . 'iW c7 ! 8 .t a2 a6 9 0-0 tLl x d4 10 'iVxd4 ltJ g4. El orden Cuatro Caballos-para-llegar­ a-la-Sveshnikov tenía por objeto impedir una contrasutileza. El siempre creativo Igor Zaitsev encontró la siguiente: 6 ttJdb5 ..

d6 7 .tf4 e5 8 ttJd5!?

Zaitsev dijo que había jugado esto, por primera vez, en una partida de cinco minu­ tos y, más tarde, en unas simultáneas, que siguieron con 8 ttJ xd5 9 exd5 exf4 10 dxc6 bxc6 11 'iVf3. La experiencia con 11 ... dS 12 0-0-0 es un tanto incierta (12 ... .td6? 13 'iVc3 ! cxbS 14 'iWc6+ .td7 15 'iWxd6 fue favorable a las blancas en una partida Zaitsev-Sveshni­ kov) Pero en el mismo caso se encuentran las líneas principales de la Variante Sves­ hnikov. La Siciliana nunca es fácil para las negras... ¡Ni tampoco para las blancas! ...

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Capítulo 4

Aperturas semiabiertas

El jugador con negras revela algo acerca de sí mismo, cuando responde a 1 e4 con una jugada distinta a 1 ... e5 ó 1 ... c5. Un especialista en la Alekhine, por ejemplo, casi siempre tendrá preferencia por de­ sequilibrios posicionales y un rápido con­ trajuego. Puede que tenga un problema, por tanto, con 1 e4 tt::l f6 2 tt::l c3!?, porque la Apertura Vienesa (2 ... e5) no es probable que le permita jugar lo que él quiere. Por otra parte, pocos jugadores de la Alekhine están preparados para defender una Francesa (2 ... e6 3 d4 d5) o una Pire (2 ... d6 3 d4), y es dudoso que lo estén para jugar una Siciliana (2 ... c5? ! 3 e5). Después de 2 ... d5 3 e5

.. .las negras pueden ser reticentes a reali­ zar la mejor jugada, 3 ... tt::l fd7!, porque puede conducir a una Francesa Steinitz (4 f4 e6 5 d4). Pero las alternativas son un tanto cuestionables, como 3 ... tt::l e4 ó 3 ... d4 4 tt::l ce2 tt::l g4. Si las blancas aspiran a una ventaj a importante en la Alekhine, la elección tradicional es el Ataque de los Cuatro Peones, 1 e4 ttJ f6 2 e5 ttJ d5 3 c4 ttJ b6 4 d4 d6 5 f4. La respuesta estándar es 5 ... dxe5 6 fxe5 tt::l c6, que plantea algunas trampas, basadas en la clavada tt::l f3/ . . . A g4. Por ej emplo, si las blancas j ue­ gan 7 tt::l f3 , con la esperanza de 7 . . � f5 ? 8 d5 ttJ b4 9 tt::l d4, con ventaja, pe­ ro 7 ... Ag4! es excelente para las ne­ gras. Lo mismo puede decirse de 7 .te3 Af5 8 tt::l c3 e6 9 tt::l f3 y 9 . . . Ag4 ! , a pesar de la pérdida de tiempo. Por ejemplo: 10 �e2 �xf3 11 gxf3 'ifh4+ 12 �f2 'iff4. Las blancas pueden evitar esto, invirtien­ do simplemente el orden, con 9 �e2 ! y 10 tt::l f3. Si el jugador con negras es más astuto, puede diferir tanto ... dxe5 como ... tt::l c6, como hizo Viktor Korchnoi, con 5 ... �f5 .

6 tt::l c3 e6.

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

Ahora, 10 dS i.b4! hace saltar el centro blanco, tras 10 0-0 f6 11 exf6 !/l xf6 12 !/l e3 ltJ c6, con lo que las ne­ gras llegan a donde querían llegar. Cuando se introduj o por primera vez este orden, en una partida de 1 960 Ge­ ller-Korchnoi, las blancas se desorienta­ ron y quedaron peor tras 11 i. f4? ltJ c6 1 2 exf6 !/l xf6.

ALEKHINE, 4 ltJf3 Esto reporta dividendos en caso de 7 !/ld3? !/lxd3 8 'ifxd3 c5 (9 d5? dxe5 10 fxe5 'ifh4+ y ... 'ifxc4). Es mejor 7 ltJf3, después de lo cual 7 . . . dxe5 8 fxe5 lb c6 9 i.d3 ? ! i.g4! es otra trampa. Pero des­ pués de 9 !/le3 ! !/le7, las blancas tienen po­ sibilidades razonables, bien el camino más trillado, 10 !/le2 0-0 11 0-0 f6, bien con el emprendedor avance 10 d5 ! ? (10 ... !/lb4 11 ltJd4 �g6 12 a3). Puesto que 10 d5 requiere una prepa­ ración minuciosa por parte de las negras, tal vez prefieran responder a 7 ltJ f3 dxeS 8 fxe5 con 8 !/le7!. Esto les permite al­ canzar la formación de los Cuatro Peo­ nes, de forma no traumática, tras 9 ile2 ...

0-0.

Cuando las blancas responden a 1 e4 ltJf6 2 e5 ltJd5 con la más modesta 3 d4 d6 4 ltJt3, el momento preciso de cambiar en d6 y e5 resulta crucial. Después, por ejemplo, de 4 i.g4, parece que las blancas buscan el mo­ mento oportuno de jugar exd6, ya que ... cxd6 les permite ganar espacio con d4-d5! . Pero a l a inmediata 5 c4 ltJb6 6 exd6, las negras pueden responder 6 ... exd6 ! , una satisfactoria versión d e l a Variante del Cambio, que normalmente se ve después de 4 c4 ltJb6 5 exd6 cxd6. Es más preciso 5 �e2 e6, y luego 6 c4 ltJb6 7 exd6, o bien 7 0-0 ile7 8 exd6. Otra cuestión tiene que ver con h2-h3. En la mayoría de los casos, las negras reti­ rarán su alfil sencillamente a h5. Pero 5 i.e2 e6 6 h3 es inoportuno, debido a 6 �xf3! 7 i.xf3 c6. (Ver diagrama 154.) ...

•••

Las negras quieren crear un objetivo en e5 (8 0-0 dxe5 9 dxe5 ltJ d7 10 'ife2 'ifc7), explotando el descuido de las blan­ cas, porque 8 c4 ltJb6 9 exd6 permite la fa­ vorable 9 ltJxc4! . Si las blancas quieren cuestionar al al­ fil, un mejor orden es 6 0-0! i.e7 7 h3. Des­ pués de 7 !/lxf3 8 !ílxt3 c6 9 c4 ltJb6, las negras pierden material, con 10 exd6 y 11 cS. La razón por la que las negras necesi•••

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APERTURAS SEMIABIERTAS

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do, y 14 ... .,tg6 da tiempo a las blancas pa­ ra 15 lbd4!, y sus piezas dominaron des­ pués de 15 ... Af6 16 lb xc6 bxc6 17 'ii' x c6, como en la partida A. Sokolov-Arzhen­ kov, Bar 2000 (17 ... � xb2 18 l:t adl 'it'a5 1 9 'ii' xd6 'ii' xa2 20 � f3 ht ac8 21 c5 ! a5 22 c6). Una ramificación diferente del árbol 4 lbf3 es 4 g6. Hoy se considera lo mejor 5 �c4 lbb6. Pero la vieja 5 c6!? tiene un nuevo uso gracias a la transposición. Des­ pués de 6 0-0, las blancas parecen entrar en una buena Variante del Cambio, en vis­ ta de 6 i.. g7 7 exd6! exd6 8 l:t el+. •••

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tan 8 ... c6 es que 8 ... dxe5 falla por 9 c4! lb juega 10 .txb7. Por otro lado, 7 .tfS permite a las blancas ejecutar el plan de ganar espacio en condiciones ideales. Por ejemplo: 8 c4 lbb6 9 lbc3 0-0 10 i.. e3 lbc6, y ahora 1 1 e x d6 c x d 6 1 2 d5 ! e x d 5 1 3 cxd5 ! lb e5 1 4 lb xe5 ! dxe5 15 'ii'b 3, con ventaja. El principal beneficio de h2-h3 radica en 7 .thS 8 c4 lbb6 9 lbc3 lb c6 10 exd6, y ahora 10 cxd6 11 .te3 0-0 12 d5!. Esto es muy bueno para las blancas, sobre todo después de la natural 12 exdS 13 lb xdS lb xd5 14 'ii' x dS.

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...

Sin embargo, 6 dxeS! 7 lb xe5 .tg7 es el orden de un taimado. Lo que ha sucedi­ do es que las negras han transpuesto a una línea atribuida a Edwins Kengis. Normal­ mente se produce en el orden 4 lbf3 dxe5 5 lb xe5 g6 6 �c4 c6 7 0-0 .tg7. Las negras han igualado. Por ej emplo: 8 c3 lb d7 9 lb xd7 ,t xd7 1 0 lb d2 0-0 ll lb f3 A e6 1 2 'ii'e2 lbc7 ! 13 ..tf4 .txc4 14 "ii' xc4 lbe6 15 .tes 'ii'd5, Sarbok-Carlsen, Gausdal 2003. La clave del orden 4 ... g6 5 .tc4 c6 es que las negras evitan alguna de las opcio­ nes del orden de Kengis, como (tras 4 lbf3 dxe5 5 lb xe5 g6) 6 c4 y 6 'ii'f3. Si a las ne­ gras les gusta la línea de Kengis, 4 . . . g6 •••

Si el alfil siguiese en g4, las negras esta­ rían bien con ... .tf6. Pero aquí está ataca-

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ

5 �c4 c6 puede ser la forma más precisa de llegar a ella. Por último, está la línea 4 ll:\ f3 ll:\c6. La reputación de esta línea descansa sobre los últimos análisis de un gambito, 5 c4 ll:\ b6 6 e6 ! ? fxe6. Si las blancas no tienen con­ fianza en qué hacer a continuación, debe­ rían renunciar al mismo y optar por 6 ll:\c3.

Ahora 6 .ig4 (ó 6 ... dxeS 7 dS) 7 exd6 exd6 transpone a una Variante del

no supieran que 3 ll:\ c3 � a5 4 d4 ll:\ f6 5 ll:\ f3 ii.g4 6 h3! es claramente favorable a su causa (6 ... .ihS 7 g4! �g6 8 ll:\ eS). Hoy día, las negras suelen jugar 1 e4 dS con ... �fS, para obtener una estructura ti­ po Caro-Kann, con juego más activo. Pero se mantienen alerta ante la posibilidad de jugar una mejor versión de ... .tg4. Por ejemplo: 4 ll:\f3 ll:\f6 5 .ic4 c6.

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Cambio en la que las negras definieron de­ masiado pronto la posición de sus piezas en el flanco de dama. Por ejemplo: 8 .ie2 �e7 9 d5 ! y 9 ... �xf3 10 i.xf3 ll:\eS 1 1 .te2 ll:\exc4? 1 2 �xc4 ll:\ xc4 1 3 'iVa4+, o bien 1 1 . .. 0-0 12 b3 .if6 13 �b2 as 14 0-0, con ventaja de espacio, Emms-Baburin, Is­ la de Man 1997. Esta posibilidad no se produciría en una Variante del Cambio normal (4 c4 ll:\b6 5 exd6 exd6 6 ll:\f3) si las negras tie­ nen cuidado. Por ejemplo: 6 ... .ie7 7 ll:\c3 0-0 8 .ie2 y 8 . ll:\c6 9 �e3 .ig4 ! . ..

DEFENSA ESCANDINAVA Erase una vez un jugador que respondió a 1 e4 con 1 ... d5 2 exd5 °if xd5, sólo para sa­ lir "del libro", esperando que las blancas

Ahora, 6 0-0 i.g4! tiene las ventajas de una Caro-Kann superior (7 d4 e6 8 J::t el ll:\bd7). Pero las negras son las que tienen ma­ yor probabilidad de ser cazadas en la Es­ candinava, aunque piensen que son las cazadoras. Después de 4 ll:\f3, podrían caer en la tentación de apoderarse del centro con 4 ... eS. Pero en tal caso, 5 d4! las caza en una desacreditada línea, que solía pro­ ducirse con 4 d4 eS? ! 5 ll:\f3 ! . El mayor refinamiento d e l a Escandi­ nava comienza después de 4 d4 ll:\f6 5 ll:\f3 (o bien 4 ll:\f3 ll:\f6 5 d4). La jugada de es­ pera 5 ... c6 anticipa la idea estratégica más peligrosa de las blancas, d4-d5, y evitan trampas sobre la dama (6 ll:\eS lLJ bd7 7 ll:\c4 �c7 ! ) . La respuesta más corriente a 5 . c6 es 6 �c4, que permite alcanzar una for­ mación, tras 6 ... .tf5 7 i.d2 e6 8 'ife2 ..

APERTURAS SEMIABIERTAS

�b4, en la que las blancas eligen entre 9 lt:ie5 y el enroque. Las dos jugadas a me­ nudo revierten: 9 lt:ie5 lt:ibd7 10 0-0-0 y 9 0-0-0 lt:ibd7 10 lb e5.

Pero la jugada más precisa de caballo recorta las opciones negras. La simplifica­ dora 9 lt:ie5! lt:id5? es lamentable para las negras (10 � xd5 ! cxd5 1 1 �b5 + ! �xb5 12 lt:ixbS .txd2+ 13 @xd2 lt:ia6 14 lt:id6+, ga­ nando ). La misma idea tiene éxito, sin em­ bargo, después de 9 0-0-0 lt:id5, en vista de 10 �xd5 cxd5 1 1 �b5+ lt:id7 ! (12 'ifxb7 l:t b8 13 'flc6 .ta3). Las blancas también obtienen algunas opciones adicionales de 9 lt:ie5 ! , como 9 ...

lt:ibd7 10 lt:i xd7 lt:i xd7 11 g4 .tg6 12 h4, que ha resultado peligroso en las pocas ocasiones que se ha producido en la prác­ tica. La situación más peligrosa para las ne­ gras es cuando las blancas han jugado pronto j.c4 y 'ii'e 2, con lo que está en el aire la ruptura d4-d5 ! . Por ejemplo: 1 e4 d5

2 exd5 'it'xd5 3 lt:ic3 �a5 4 d4 lt:if6 5 �c4 c6 6 �d2 �f5 y ahora 7 �e2!, que permi­ te a los alfiles blancos hacerse los amos, después de 7 ... e6 8 d5 ! cxd5 9 lt:i xd5 �d8 10 lt:i xf6+. La mejor tentativa para explotar el or-

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den de las blancas es 5 ... .tg4!?, antes que 5 ... c6.

Entonces, 6 lt:if3? lt:ic6! y 7 ... 0-0-0 con­ cede a las negras el esquema más agresivo que pueden obtener en la Escandinava. Por ejemplo: 7 �b5 0-0-0 8 �xc6 bxc6 9 0-0 e5 10 �d3 exd4 11 tt:ie2 �xf3 12 'ii' xf3 �d5, David-Kosteniuk, Dresde 1999. En caso de 6 f3 .tf5 7 lt:ige2 e6, las ne­ gras tienen una posición segura. Por ejem­ plo: 8 � d2 ? � b 6 9 g4 .t g6 10 h4 h6 11 �b3 tt:ic6 ! 12 �e3 0-0-0 13 ¡vd2 �b4 14 0-0-0 lt:id5 15 .tf2 lt:ia5, con ventaja, Movsesian-Kogan, Nova Gorica 2000.

ESCANDINAVA, 2 ... lt:if6 Si aspira a una gran ventaj a contra 1 e4 d5 2 exd5 lt:if6, tendrá que dominar las com­ plejas líneas 3 �b5+. Pero si lo que quiere es un medio juego razonable, podrá aho­ rrar mucho tiempo de estudio con 3 c4. Lo mejor para las negras es 3 ... c6 4 d4 cxd5, transponiendo a un Ataque Panov de la Ca­ ro-Kann. Si lo que busca es un término medio entre ambas cosas, existen las opciones 3 d4 y 3 lt:if3. Después de 3 ... lt:i xd5, las ne­ gras elegirán entre dos planes básicos de

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ

desarrollo: ... g6/... �g7 y ... �g4/ ... e6. Con­ tra cualquiera de estos planes, las blancas siguen con .te2, 0-0 y c2-c4. La virtud de 3 tt:Jf3, y luego 3 lZJ xdS 4 d4, radica en evitar las versiones más agudas del Gambito Portugués (3 d4 �g4! ?). Si las negras insisten en responder a 3 tt:Jf3 con 3 .tg4, las blancas parecen llevarse la palma con 4 �bS+!, en vista de 4 ... c6 5 dxc6 lZJ xc6 6 h3 .th5 7 .t xc6+ bxc6 8 d3 , o bien 4 . . . lZJ bd7 5 h3 � hS 6 tt:Jc3. Un orden más sutil es 3 d4 lZJ x d S .•.

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4 ..te2!?.

Esto impide 4 ... �g4 y transpone a la lí­ nea principal favorable a las blancas, tras 4 ... g6 5 tt:Jf3. Puede que las negras prefieran 4 ... .tf5, sobre la base de que han induci­ do a las blancas a una de las líneas más tranquilas de 3 .tbS+ (3 ... .td7 4 �e2 ! ? lZJ xdS 5 d4 �fS). Pero incluso aunque hayan sido "enga­ ñadas", las blancas siguen disfrutando de buenas perspectivas después de 4 .tfS 5 tt:Jf3 e6 6 0-0 .te7 7 c4. Por ejemplo: 7 ... tt:Jb4 8 tt:Ja3 lZJ8c6 9 .te3 0-0 10 �d2 �d7 1 1 l Hcl J::t fd8 12 tt:J b5 ! tt:J a6 1 3 a3 �e8 14 l:t dl , Van der Weide-Buschke, Senden 2006. •..

DEFENSA MODERNA Las negras a menudo juegan 1 . . . g6 y 2 . . . � g7 como una especie de reconoci­ miento del terreno. Esperan a que las blancas muestren sus cartas, antes de decidir si transponer a una Defensa Pire, con ... tt:J f6. Esto tiene sentido cuando, por ejem­ plo, las blancas han entregado su más peli­ grosa arma anti-Pire, con un rápido i.e3-h6xg7. Es cuestión de gustos después de 1 e4 g6 2 d4 �g7 3 tt:Jc3 d6 4 f4, que las negras elijan entre transponer al Ataque Austriaco de la Pire (4 ... tt:Jf6) o mantener­ se en la Defensa Moderna, con 4 ... c6, 4 ... tt:Jc6 ó 4 ... a6. Pero la opción de la Pire pronto se aca­ ba. Después de 4 f4 c6 5 tt:Jf3 tt:Jf6?.

Ésta es una mala versión de la Pire, porque ... c6 no encaja con la línea 6 ..t d3 0-0 7 0-0 bS 8 e S ! d x e S 9 fx e S lZJ dS 10 lZJ xdS �xdS 11 a4. Las negras quedaron claramente peor tras 1 1 . . . c5 12 1ii' e2 ! .1 b7 13 c4 b x c4 1 4 �xc4 1li'd8 15 e6, como en la partida Ghinda-Bogdan, Campeonato de Ruma­ nía 1997, que podemos considerar un caso en el que un adepto a la Moderna se en-

APERTU RAS SEMIABIERTAS

contró en una Pire con la que no estaba fa­ miliarizado. Las blancas deben tomar una decisión clave en la cuarta jugada de la Moderna. Supongamos que quieren desarrollar su alfil de rey por g2. El fianchetto se ejecuta gradualmente en la Pire (1 e4 d6 2 d4 lt:Jf6 3 lt:Jc3 g6 4 g3), pero puede impedirse en la Moderna, 1 e4 g6 2 d4 .tg7 3 lt:Jc3 d6 4 g3 lt:Jc6!. En tal caso, si 5 lt:Jge2? i.g4 ! , 5 dS lt:J d4 y 5 .te3 cS no son los tipos de posi­ ción que las blancas buscan cuando juegan g2-g3.

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3 lt:Jc3 g6), las blancas han logrado algún éxito con 4 Ac4 i.g7 5 'ife2. Pero en la Moderna, 4 .tc4 se enfrenta a 4 tt:Jc6!?. Ahora 5 d5 es incoherente y a otras juga­ das las negras pueden pasar a una agrada­ ble Pire, como 5 lt:Jf3 lt:Jf6 6 0-0 .tg4, o bien 5 �e3 lt:Jf6 6 f3 0-0 7 lt:Jge2 eS. La moraleja es que las blancas necesi­ tan lt:Jc3 en el orden de jugadas Pire para defender e4, pero que deberían diferirlo en la Moderna, si quieren disponer de la opción de responder a ... lt:Jc6 y/o ... .tg4 con c2-c3 ! . El orden favorable es 3 lt:Jf3, y después de 3 ... d6, 4 .tc4 lt:Jf6 5 'if e2. También es gratificante jugar 3 lt:Jt3 d6 4 i.e2! antes de lt:J c3, con lo que las blan­ cas buscan el esquema clásico, pues 4 lt:Jf6 5 lt:J c3 transpone a una Pire muy vista. •••

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Por ejemplo: 5 d5 lt:Jd4 6 lt:Jbl!?, para encerrar al caballo, conduce a un juego de doble filo como 6 ... c6 7 c3 lt:JbS 8 .tg2 cxdS 9 exdS lt:J c7 10 lt:J e2 lt:J f6 1 1 0-0 0-0 12 c4 bS ! , Raetsky-Sakaev, San Petersbur­ go 1999. Las blancas deberían optar por la más precisa 4 lt:Jge2!. Después de 4 tt:Jf6 5 g3, consiguen la deseada posición de la Pire. Si las negras insisten en jugar 4 ... lt:J c6, las blancas ganan espacio con 5 dS ! lt:JeS 6 f4 y .te3/lt:J d4 les da una posición mucho mejor que la que normalmente obtienen en la variante g2-g3. Las lmeas con i.c4 cuentan una histo­ ria similar. En la Pire (1 e4 d6 2 d4 lt:J f6 •••

Esto evita algunas lmeas marginales, como 4 lt:Jc3 .tg4, ó 4 ... a6. Por el contra­ rio, 4 � e2 .t g4 5 h3 .t xf3 6 ..t xf3 lt:J c6 7 c3 e5 8 d x eS es favorable a los alfiles blancos. Al diferir lt:J c3, las blancas tam­ bién disuaden a su rival de jugar ... a6/... b5, porque no hay un caballo atacable con el avance ... b4. Además de la transición Moderna/Pire, las negras también pueden �ntentar la transición Moderna/Dragón, intercalan-

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

do . . . c5 . Por ej emplo: 1 e4 g6 2 d4 ..t g7 3 tt:l c3 y 3 . . . c5, que busca un Dragón Acelerado ( 4 tt:lf3 cxd4 5 ttJ xd4 tt:l c6) , sin tener que preocuparse por la Formación Maróczy. En la práctica, han tenido éxito en un tercio de las ocasiones, porque los jugado­ res 1 e4 normalmente evitan la Benoni Schmid, 4 d5, y tienen dudas acerca de 4 dxc5 ! ? .

DEFENSA MODERNA, 3 ... c6

Las negras deberían transponer con 4 d6! 5 ii. e2 tt:lf6 a una línea principal de la

agudas de la Pire, basadas en f2-f2 y/o ..tgS . El test más duro para 3 ... c6 es 4 f4. En­ tonces, 4 ... d6 5 tt:lf3 tt:lf6? es una mala Pire, como antes se ha dicho, y 5 ... �g4 es una Moderna un tanto dudosa. Las negras suelen preferir 4 ... dS, buscando una Va­ riante Gurgenidze. Hay varias rutas hacia una formación Gurgenidze, entre ellas 1 e4 g6 2 d4 ii.g7 3 tt:lc3 c6 4 f4 'iVb6!? 5 tt:lf3 d5 y ahora 6 e5!, puesto que 6 exdS ii.g4 ! aseguraría a las negras una buena compensación por el peón entregado. ¿Cuál es la mejor ruta hacia esta for­ mación? Lo único que parece cierto es que las negras deberían evitar 1 e4 c6 2 d4 dS 3 tt:lc3 g6, si quieren entrar realmente en una Gurgenidze. Las blancas tienen dema­ siadas buenas alternativas a 4 eS y 5 f4, co­ mo 3 cxdS y 3 eS. Observe que las blancas pueden disua­ dir a su rival de una Gurgenidze, después de 1 e4 g6 2 d4 �g7, mediante 3 f4. (Ver diagrama 166.)

Pire, que normalmente se plantea en el or­ den 1 e4 d6 2 d4 tt:lf6 3 tt:lc3 g6 4 tt:lf3 � g7 5 �e2 0-0 6 0-0 c6 y se consideraba perfec­ tamente equilibrada. Gracias al orden 3 ... c6, las negras han eludido las líneas más

Ahora 3 c6 4 tt:lf3 d5 5 e5. A diferen­ cia de la Gurgenidze normal (en la que el caballo está situado en c3), las blancas pueden aquí reforzar el centro con c2-c3.

Cuando las negras juegan ... c6 antes de ... d6, crean problemas a las blancas, que después de 1 e4 g6 2 d4 ii. g7 3 tt:lc3 d6, du­ dan entre una jugada del alfil dama o un fianchetto de alfil rey. Por ejemplo: 4 � gS es razonable después de 3 . . . d6, pero des­ pués de 3 . . . c6 es un dudoso gambito, 4 �gS �b6! . E n caso d e 3 c 6 4 g 3 provoca 4 d5! , cuando el alfil blanco se estrella contra un muro. Por ejemplo : 5 exdS cxdS 6 .i g2 tt:l f6 7 tt:l ge2 0-0 8 0-0 tt:l c6 9 h3 b6 10 ii. gS e6 y . . . ii. a6 , como en la partida Ambrus-Eliseev, San Petersbur­ go 2002. Pero ... dS y ... �b6 no son las únicas ideas subyacentes en 3 ... c6. Las blancas deben tener cuidado para no caer en una Pire con la que no están familirizadas, si las negras siguen con ... d6 y ... tt:lf6. Por ejem­ plo: 4 tt:lf3. (Ver diagrama 165.) •••

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APERTU RAS SEMIABIERTAS

Y en caso de 3 . . . d6 4 tll f3 , las blancas tie­ nen una prometedora Pire. "Después de 3 f4, me sentí como un hombre roto", dijo en una ocasión Julian Hodgson al enfrentarse a dicha jugada. No obstante, las negras tienen una bue­ na respuesta: 3 ... c5!, que aquí da resulta­ do porque 4 c3? no refuerza el centro eficazmente (4 ... cxd4 5 cxd4 '/:!Vb6 ! ) .

DEFENSA PIRC El orden estándar de la Pire es 1 e4 d6 2 d4 tll f6. Como el peón e está atacado, las blancas están prácticamente limitadas a 3 �d3, 3 tll d2, 3 f3 o la línea principal, 3 tll c3. Las dos primeras jugadas tratan de al­ canzar el tranquilo sistema de Efim Geller en la Defensa Moderna (1 e4 g6 2 d4 �g7 3 c3 d6 4 tll f3 y �d3/tll bd2). Si lo consi­ guen, habrán logrado una pequeña victo­ ria moral, pues los jugadores de la Pire a menudo se sienten incómodos en las lí­ neas de la Moderna. A 3 �d3, las negras pueden evitar el sistema Geller, con 3 e5. Después de 4 c3, 4 d5!? es la forma activa de obstacu­ lizar el plan de las blancas, mientras que la forma sólida es 4 ... tll c6 5 tll f3 . •••

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¿Qué bando está aquí más cómodo? El jugador Pire amante de la táctica aguda, puede no gustarle defenderse en una seudo-Ruy López, con 5 ... � e7 6 h3 0-0 7 tll bd2. Pero las blancas pueden encon­ trarse, después de 5 ... i.g4 6 d5 tll e7 7 c4, en una India Antigua, favorable, desde lue­ go, pero que tal vez no convenga a un ju­ gador de 1 e4. Las negras también pueden responder a 3 �d3 ó 3 tll d2 con una Philidor, me­ diante ... tll b d7, como en la línea 3 tll d2 e5 4 c3 i.. e7 5 tll gf3 tll bd7. El esquema blan­ co es tan pasivo que su ventaja normal­ mente desaparece hacia la jugada 12. Por ej emplo: 6 i.. e 2 0-0 7 0-0 c6 8 � el '/:!Vc7 9 .tfl l:! e8 10 '/:!Vc2 .tf8 1 1 b4 d5 ! , y las ne­ gras pronto quedaron mejor (12 dxe5 tll xe5 13 tll xe5 '/:!Vxe5 14 tll f3 '/:!Vh5 15 e5 i.. f5), Rublevsky-Azmajparashvili, Inter­ net 2004. Con 3 f3, las blancas indican que de­ sean jugar una India de Rey, Ataque Samisch. Un ejemplo de lo que puede su­ ceder a un fuerte GM que le gusta la Pire, con negras, pero no la India de Rey, lo te­ nemos en la partida A. Rodríguez-Kuz­ min, Minsk 1982: 3 ... g6 4 c4! i.. g7 5 tll c3 tll c6 6 tll ge2 0-0 7 �e3 a6 8 tll cl e5 9 d5 tll d4 10 tll b3 c5? ! 1 1 dxc6 bxc6 12 tll xd4

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJE D R EZ

exd4 13 .txd4 : b8 14 'iYd2 'iVaS? lS l:l c l:t d8 1 6 .te2 .te6 1 7 0-0 'iYb4 1 8 b3, y las blancas ganaron. Las negras pueden tratar de evitar ese destino, con 3 ... e5. De esta forma están proponiendo a las blancas un final, con una ventaja minúscula, 4 dxeS dxeS S 'iVxd8+, pero 4 llJe2!, seguido de S c4 y 6 llJbc3 conduce igualmente al Samisch. Si las blancas juegan la convencional 3 llJc3, después de 1 e4 d6 2 d4 llJ f6 , las ne­ gras tienen una alternativa a 3 ... g6, en 3 c6, un sistema elaborado por el maestro de Omsk, Anatoli Ufimtsev.

... g6? ! S llJf3), ni la Philidor (4 ... llJbd7,? ! S llJf3) son lo bastante activas. Ufimtsev prefería 4 �a5!, que disfrutó de cierta popularidad en los años ochenta, pero que sigue siendo un tanto sospechosa. El punto de partida de la mayoría de las defensas Pire es 3 llJc3 g6. Las negras buscan la ocasión de atacar el centro con ... cS. Por ejemplo: 1 e4 d6 2 d4 tLlf6 3 lLl c3 g6 4 tLlf3 .tg7 5 ..te2 c5. •••

•.•

Las negras esperan. Después de 4 llJf3 o 4 g3 , pueden plantear una versión tenue de la Pire, con 4 ... g6. Pero si las blancas juegan 4 .tgS, entonces 4 llJ bd7 y S ... eS/ ... il.e7 ! es una buena Philidor, porque el alfil dama blanco está mal situado. En caso de S f4 'iVaS 6 'iVd2 bS ! , las ne­ gras obtienen un contrajuego más rápido que en una Pire normal, porque no han gastado tiempos en ... g6/ ... .tg7. Por ejem­ plo: 7 .td3 tLlb6 8 llJf3 b4 9 tLldl dS ! 10 eS llJe4, como en la partida Wells-Hodgson, Edimburgo 1989. La verdadera prueba para el orden de Ufimtsev es 4 f4!. En tal caso, ni la Pire (4 •••

Después d e 6 0-0 c x d4 7 lLl xd4 0-0, han transpuesto a una Dragón Clásica. Si 6 d5 0-0, es una Benoni Schmid, pero una Schmid en la que las blancas se han visto privadas de la útil jugada ..tbS+ ! . L a j ustificación táctica e s 6 dxc5 '1Wa5!, con buen juego. Esto explica por qué S . . . cS es mejor que S . .. 0-0 6 0-0 cS 7 dxcS dxcS, que se considera favorable a las blancas, después de 8 'it'xd8 y 9 .te3. La línea más peligrosa de la Pire es 4 f4 y la continuación habitual en tal caso es 4 �g7 5 llJf3 0-0 6 .td3. Las negras pueden tratar de evitarlo con s . . . es 6 dxcS 'iVaS y 7 ... 'ir'xcS , ya que 7 exd6? permite un fuerte 7 ... llJ xe4. Pero las blancas pueden alterar el orden, con 4 f4 �g7 5 .td3! ? ...

APERTU RAS SEMIABIERTAS

Esto evita 5 ... c5 6 dxcS 'i!i'aS, porque e4 ya está protegido (7 cxd6 ! ) . Tampoco es bueno 6 ... dxcS 7 eS (7 ... ltJdS? 8 AbS+ ). Si, en cambio, las negras juegan 5 ... 0-0, las blancas transponen a la línea principal, con 6 ltJ f3 ! . El inconveniente puede estar en las opciones extra de que disfrutan las ne­ gras tras S ..td3, como 5 ... ltJc6 6 d5 l2ib4 o 6 ltJf3 �g4. Pero no ha habido mucha experiencia práctica con estas líneas para que podamos pronunciarnos sobre las mis­ mas. Otro refinamiento, esta vez por parte de las negras, se produce con 4 f4 ..t g 7 5 l2it3 ltJa6!?. Parece una oferta de trans­ posición, después de 6 Ad3 0-0, a una va­ riante que discurre así: 4 f4 Ag7 S tt::l f3 0-0 6 .td3 tt::l a6, y se considera favorable a las blancas tras 7 0-0 cS 8 dS y f4-fS. Pero las negras disponen de la opción adicional 6 Ad3 c5!? (Ver diagrama 171 .) La idea es 7 d5 �g4 8 0-0 tt::l d7, o bien 7 ... 'i!i'c7 y ... c4, cuando su contrajuego es más rápido de lo habitual. Por ejemplo: 7 d5 'i!i'c7 8 'i!i'e2 0-0 9 a3 e6! 10 dxe6 Axe6, Bareev-Christiansen, Biel 1991 , partida que siguió con 11 .tc4 l:. ae8 12 0-0 Axc4 13 'i!i'xc6 'i!i'c6! 14 eS ltJg4, con buen juego.

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Las únicas pegas de S . . . tt::l a6 son 6 eS y 6 �c4 0-0 7 eS. Pero, una vez más, la expe­ riencia con estas jugadas es escasa.

DEFENSA CARO-KANN La Caro-Kann contiene trampas de trans­ posición incluso después de la supertran­ quila 1 e4 c6 2 d3. Si el juego continúa con 2 ... d5 3 tt::l d2 ltJd7 4 tt::l gf3.

Aprendimos de una famosa partida Smyslov-Tal, que 4 ... e5? fallaba por 5 d4!, que es favorable a las blancas. También po­ demos ver que 4 ... tt::l gf6 5 e5! es una De­ fensa Francesa mejor de lo habitual (S ... tt::l g4 6 d4 e6 7 tt::l b3).

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ

Si las negras preparan ... ll:Jgf6 con 4 'Wic7, las blancas juegan 5 exdS! cxdS 6 d4, con una forma favorable de la viej a Va­ riante del Cambio en la Caro-Kann. Por ejemplo: 6 ... e6 7 .td3 ll:Je7 8 0-0 g6 9 l:t el �g7 10 ll:Jfl ll:Jc6 1 1 c3 0-0 12 .tgS, y la partida Tiviakov-Dreev, Gotemburgo 2005, continuó con 12 ... e5 13 ll:Je3 ! lbb6 14 dxe5 lb xe5 15 .tf4 lb xf3+ 16 'Wixf3 'Wic617 lbc2 y ll:Jd4, con clara superioridad. El camino más seguro hacia la igual­ dad, después de 2 d3 , es 2 ... dS 3 lb d2 eS 4 ll:Jgf3 �d6! (no 4 ... ll:Jd7? 5 d4! , que trans­ pone a la partida Tal-Smyslov) . Entonces, 5 d4 se parece a una Francesa Tarrasch, después de 5 .. exd4! 6 exdS cxdS. •••

mejor para las negras de lo usual, porque no es posible 7 .tc4. Sin embargo, hay una razón de mayor peso para jugar 3 ll:Jd2. Las blancas pue­ den responder a 3 ... g6 con 4 c3, como de­ mostró Anatoli Karpov en una partida de 1990 contra Deep Thought, que siguió con 4 ... .tg7 5 eS! f6 6 f4, con ventaja blanca. El inconveniente de 3 ll:Jd2 es que el peón d no está protegido, después de 3 ... 'Wib6 .

.

Pero las negras tienen un tiempo ( ... .td6) por delante de la versión de la Ta­ rrasch, 1 e4 e6 2 d4 d5 3 ll:Jd2 c5 4 exd5 exd5 5 lbgf3 cxd4, y deberían poder igua­ lar. A menudo verá que los grandes maes­ tros juegan 1 e4 c6 2 d4 dS 3 ll:Jd2 para transponer a las líneas principales, después de 3 . . . dxe4 4 ll:J xe4. Este orden descarta la oscura continuación 3 lbc3 b5, que pue­ de conducir a una versión de la Caro­ Kann con ... exf6, después de 4 a3 dxe4 5 lb xe4 lbf6 6 lb xf6+ exf6, que podría ser

Entonces, 4 lbgf3 .tg4 facilita conside­ rablemente el juego de las negras. Las blancas deberían jugar aquí 4 c3, y después de 4 ... dxe4 5 lbxe4 .tfS 6 ll:Jg3 .tg6, se llega a una línea principal de la Caro­ Kann, pero con las jugadas añadidas ... 'Wib6 y c2-c3. Esto dificulta que las blan­ cas desarrollen su alfil dama sin dejar col­ gado el peón de b2. Sin embargo, 7 h4 h6 8 ll:Jh3 puede hacer que c2-c3 resulte más útil que . . . 'Wib6. Por ej emplo: 8 . . . ll:J d7 9 lbf4 �h7 10 .tc4 e6 1 1 'Wie2, Lanc-Pe­ dersen, Trnava 1985.

CARO-KANN, DOS CABALLOS El orden 1 e4 c6 2 ll:Jc3 d5 3 ll:Jf3 transpone a las líneas principales (3 d4), después de 3

APERTURAS SEMIABI E RTAS

.. : dxe4 4 lll xe4 lll d7 S d4, o bien 4 ... tll f6 S tll xf6+ y 6 d4. Sin embargo, hay dos trampas para el j ugador imprudente. Una de ellas es muy conocida, 3 dx e4 4 lll xe4 Af5 5 lll g3 �g6?, en cuyo caso las blancas explotan su jugada extra de caba­ llo con 6 h4 h6 7 lll e5! � h 7 8 'if h5 g6 9 � c4. La otra se plantea con 4 tll d7 5 �c4 lll gf6 6 lll e g5 e6 7 'ife2, y no se cono­ ció hasta 19S2, en gran parte debido a que la jugada de Aaron Nimzovich, 4 ... lll d 7, no se jugaba mucho antes de esa fecha. .•.

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mantener libre la casilla f6. Por ejemplo: 6 d3 lll d7 7 �d2 �es 8 'i!Vg3 'i!Vf6 ! , Cherni­ shov-Lastin, Voronezh 2006. La clave principal de 5 ... e6 se pone de manifiesto tras 6 d4 lll f6!

...

Los libros solían descartar esta jugada, citando una partida de 19Sl que siguió con 7 �d3 �e7 8 eS lll fd7 9 'i!Vg3, con un ata­ que fácil. Pero las negras pueden mejorar su j uego con 7 dxe4! 8 lll xe4 lll xe4 9 'if x e4 lll d7. Por ej emplo: 1 0 c3 lll f6 11 'i!Ve2 'i!VdS iguala tras 12 0-0 �d6 13 l:t el 0-0 14 �c4 'i!VaS lS �d2 l:tfe8 16 l:t adl .l:!. ad8 17 �el 'i!VhS ! , Krai-Kamsky, Cam­ peonato de EEUU 2004. Si las blancas aspiran a más, después de S ... e6 6 d4 tll f6, deberían probar jugadas tipo Francesa, como 7 eS ó 7 �gS, pero con su alfil dama cambiado, sería una bue­ na Francesa para las negras. Entretanto, 4 �h5 (después de 1 e4 c6 2 lll c3 dS 3 lll f3 �g4 4 h3) ha sido pro­ fundamente analizado, empezando por S g4 �g6 6 exd5 cxd5 7 �bS+. Cuando al­ guien juega 4 ... �h5, normalmente se está jactando de que su memoria es mejor que la de usted. La higiene mental alternativa es 5 d4 ...

Si se hubiese jugado d2-d4 (en lugar de

lll f3 ), las negras tendrían un juego sólido con 7 lll b6. Pero aquí perderían un peón, por 8 lll e5!, y las negras deben acep­ tar una ligera inferioridad, con 7 ... lll d S. ...

La línea principal de la Variante Dos Caballos es 1 e4 c6 2 lll c3 d5 3 lll f3 .ig4, y ahora 4 h3 �xf3 5 'i!Vxf3. En los años cin­ cuenta, las negras jugaban S ... e6 hasta que descubrieron que 6 d4 dxe4 7 lll xe4! era un gambito correcto. Por ejemplo: 7 ... �xd4 8 �d3 tll f6 9 c3 'ifd8 10 0-0 y l::t dl . En consecuencia, adoptaron S ... lll f6, por­ que 6 d4 es ahora incorrecto: 6 . . . dxe4 7 lll xe4 'ifxd4 ! . Pero Karpov h a jugado exclusivamen­ te S ... e6, entre cuyas ventajas se cuenta el

...

e6 6 Ad3.

SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE JUGADAS EN AJ EDREZ

1 00

La idea de las blancas es que 6 dxe4 7 l2J xe4 i.xf3 8 ¡fxf3 ¡f xd4 9 0-0 es una versión superior del gambito 4 . . . i. xf3 5 ¡f xf3 e6 6 d4. Las negras probablemente deberían declinar la oferta, con 6 l2Jf6, y después de 7 e5 l2Jfd7 8 g4 �g6 9 �xg6 y 10 l2Je2, las posibilidades son mutuas (Short-Jalif­ man, Mérida 2001). •••

•.•

ATAQUE PANOV La variante de Vassili Panov, 1 e4 c6 2 d4 d5 3 exd5 cxd5 4 c4, se convierte en un Gambito de Dama Aceptado, en caso de ... dxc4. Pero una versión ligeramente infe­ rior, y las negras deberían postergar . . . dxc4, aun a costa de que las blancas creen una favorable cuña de peones, con el avance c4-c5. Una posibilidad es 4 •••

l2Jc6?!

permite un molesto l2Jc3. Por ejemplo: 6 ... e5 7 l2J c3 �b4 8 �d2 �xc3 9 � xc3, con ventaja. Más habitual es 4 l2Jf6 5 l2J c3, y en tal caso una línea clave comienza por 5 l2Jc6 6 � g5 e6. Ahora, 7 c5 � e7 8 .t b5 0-0 9 �xc6! bxc6 10 l2Jf3 amenaza 'i!Va4/l2Jf3-e5 y concede a las blancas una versión ideal de la formación Panov. Por ejemplo: 10 ... l2Jd7 1 1 Ji.xe7 ¡fxe7 12 0-0 e5 13 l2J xe5 l2J xe5 14 dxe5 ¡vxe5 15 l:t el 'iYf6 16 ¡fd2 l:t b8 17 b4 (18 ... f! xb4? 19 l2J xd5), Rath Brinck-Claussen, Vejle 1974. Desde que el Ataque Panov empezó a atentar contra la salud de la Caro-Kann, hace más de setenta años, las negras han encontrado diversas formas de evitarlo, como 6 ... ¡fa5, 6 ... �e6 y 6 ... e6 7 c5 �e7 8 �b5 .td7 ! . Por esta razón, las blancas suelen preferir 6 l2Jf3 a 6 .tg5. (Ver diagrama 179.) •••

•••

(Ver diagrama 178.) Si ahora 6 e6?, 7 c5! es bueno para sus intereses. Por ejemplo: 7 ... �e7 8 �b5 0-0 9 0-0 y 9 ... l2Je4 10 .txc6 l2J xc3 11 bxc3 bxc6 12 'iYa4. Pero 6 ... .tg4 logra una fácil igualdad, después de 7 Ae2? e6 8 c5 l2Je4. En lugar de 7 �e2?, la mejor respuesta de las blancas a 6 � g4 es 7 cxd5 l2J xd5 8 ¡fb3, que conduce a un final algo supe.•.

Ahora, 5 l2Jf3 �g4 6 l2Jc3 l2Jf6 transpo­ ne a una línea principal del Ataque Panov. Pero el inconveniente es 5 cxd5! ¡f xd5 6 l2Jf3. Resulta que hemos aparcado en una Siciliana Alapin (1 e4 c5 2 c3 d5 3 exd5 ¡fxd5 4 d4 l2Jc6 5 l2Jf3 cxd4? ! 6 cxd4) en la que el temprano cambio de los peones e

•••

APERTU RAS SEMIAB I E RTAS

1 01

Es mejor 6 � e7! , y ahora puede se­ guir 7 ll:lf3 0-0. Si 8 �d3, ha llegado el mo­ mento de jugar 8 ... dxc4! 9 .txc4 a6, porque esto da lugar a un buen Gambito de Dama Aceptado para las negras. Por ejemplo: 10 0-0 b5 1 1 .tb3 �b7 12 l:t el ll:lc6 13 a3 l:t c8, o bien 1 1 �d3 �b7 12 ¡ve2 ll:lc6 13 l:t adl ll:lb4 14 Abl ll:lbd5. En lugar de 6 �g5, las blancas pueden intentar 6 c5 �e7 7 �b5+. Pero si el juga­ dor con negras está alerta, verá que 7 ... ll:lc6? conduce a la posición con 8 ll:lf3, y optará por 7 ... �d7 ! 8 j:,xd7+ ¡vxd7 9 ll:lf3 ll:lc6. Además de 6 Ag5 ó 6 c5, las blancas pueden considerar el cambio de peones en d5. Pero la inmediata 6 cxd5 ll:l xd5 7 ,td3 .tb4! ha obtenido buenos resultados prácticos para las negras. La alternativa 6 ll:lf3 tiene sentido, ya que 6 ... ll:lc6 de nuevo es impreciso (7 c5 ! ) y 6 ... �b4 7 Ad3 dxc4 8 j:,xc4 concede a las blancas un buen Gambito de Dama Aceptado que, en realidad, es una Nim­ zoindia. Pero la clave principal es que contra 6 •••

rior, que se hizo famoso a raíz de la victo­ ria de Bobby Fischer sobre Max Euwe (8 ... .txf3 9 gxf3 e6 10 ¡vxb7 ll:l xd4 1 1 �b5+ ll:l xb5 12 ¡vc6+ ! @e7 13 ¡vxb5 ll:l xc3 14 bxc3 ¡vds ó 14 ... ¡vd7). É sta es una lmea importante, porque las blancas pueden plantearla en diversos órdenes y porque la inferioridad de las ne­ gras es tan ligera que éstas a menudo cola­ boran. Otra estrategia de las negras es enrocar rápidamente tras 4 c4 ll:lf6 5 ll:lc3 y 5 ... e6. Ahora, a 6 .tg5.

Las blancas pueden transponer, 6 ll:lc6 7 c5, para llegar a la posición 4 c4 ll:l f6 .••

5 ll:lc3 ll:lc6 antes mencionada.



.. i.. e7

.. .las blancas pueden jugar 7 cxd5! ll:l xd5, sin tener que defender c3, en comparación con 6 cxd5 ll:l xd5 7 .td3 .tb4. Ahora, con

SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ

1 02

PANOV ACELERADO

8 .td3 u 8 .tc4 consiguen una ligera ven­ taja. Si las negras retoman en d5 de peón (7 cxd5 exd5), quedan con la peor parte de una posición simétrica, después de 8 .tb5+! .td7 (8 . . tbc6 9 tb e5) 9 'ifb3 tb c6 10 0-0, o bien 9 .t xb5 10 � xb5+ �d7 .

...

11 tbe5. Cuando las blancas no juegan 4 c4, después de 1 e4 c6 2 d4 d5 3 exd5 cxd5, las dificultades de las negras se centran, sobre todo, en el problema de su alfil da­ ma. Las blancas juegan, normalmente, 4 �d3, que impide ... �f5 y hace que ... �g4 sea problemático. Después de 4 . . . tb c6 5 c3, el primer jugador tiene una buena posición. Las negras pueden ver la luz si su rival juega 4 c3.

Con 2 c4, las blancas tratan de plantear un Ataque Panov en el que las negras no pue­ den mantener un peón en d5, ni tampoco alcanzar la relativa seguridad del final Fis­ cher-Euwe. En lugar de ello, las negras a menudo asumen un medio juego ligeramente peor, con peón d aislado, como en el caso de 2 •.•

d5 3 exd5 cxd5 4 cxd5! tbf6 5 tbc3 tb xd5.

Ahora, 6 .tc4 ttJb6 7 �b3 tbc6 8 ttJf3 6 ttJ f3 ttJ c6 7 .t b5 e6 8 0-0 .t e7 9 d4 son líneas prometeras para las blan­ cas, que gracias a este orden de jugadas, han evitado 6 d4 tbc6 7 tbf3 �g4 ! , la va­ riante del final. Las blancas obtienen también opcio­ nes adicionales, relacionadas con molestos j aques, 5 .tb5+ y 5 'ii' a4+, con posiciones que la teoría considera difíciles para las negras. Las negras pueden evitar estos proble­ mas respondiendo a 2 c4 d5 3 exd5 con 3 ttJf6!. Ahora, 4 dxc6 tb xc6 es un gambito correcto, más conocido por la Defensa Es­ candinava ( 1 e4 d5 2 exd5 tb f6 3 c4 c6 4 dxc6 tb xc6, y ahora 5 d3 e5 6 tb c3 .tf5 7 ttJf3 �b4 8 .te2 e4! ) . y 9 d4, o

Esta jugada parece negligente, debido a 4 .tf5. Pero la idea (o la trampa) se pone de relieve con 5 �b3!, atacando b7 y d5. Después de 5 . . . b6? 6 .tb5+ ó 5 ... �d7 6 tb f3 tb c6 7 �b5 ! y tb e5 , las negras están claramente peor. Pero si se mantie­ nen alerta, comprenderán que tras 4 tb c6 las blancas no tienen nada mejor que 5 .td3, transponiendo a la línea prin­ cipal. ••.

.••

••.

APE;RTU RAS SEMIABIERTAS

Si las blancas impiden 4 ... cxd5 con 4 'iVa4, las negras pueden ofrecer otro peón, 4 ... e6! 5 dxe6 �c5! 6 ext7+ @ xt7, o bien 6 lt::i f3 lt::i g4 7 d4 � x d4 8 lb xd4 'iV x d4 9 'iVc2 lt::i a6, como en la partida Hübner­

1 03

bro de 1983 sobre la Defensa Francesa. Svetozar Gligoric, por su parte, escribió que la mej or respuesta a 3 0, c3 dxe4 4 0, xe4 0, d7 es 5 0,f3 0,gf6.

Luther, Sauerbrücken 2002. Es más preciso 3 cxd5!

En tal caso, 3 ... lt::i f6 4 dxc6 lt::i xc6 es menos correcto ( 5 0, c3 e5 6 0, f3 !Ji. c5 7 !1i.b5). Las negras pueden evitar todo esto res­ pondiendo a 2 c4 con 2 ... e5, con lo que asumen que un jugador de 1 e4 no está psi­ cológicamente preparado para jugar una India Antigua (3 0,f3 d6 4 d4 0,bd7).

DEFENSA FRANCESA Las variantes de la Defensa Francesa (1 e4 e6) en que se producen más transposicio­ nes son la Rubinstein (2 d4 d5 3 0,c3 dxe4 o 3 0, d2 dx e4) y la Bum (3 0, c3 0, f6 4 !1i.g5 dxe4), algo que a las blancas pare­ cía no importarles, porque se asumía que quedan mejor en cualquier caso. "La práctica ha demostrado que las po­ sibilidades de las blancas son algo mejores y ahora esta defensa es rara", dijo Alexei Suetin de la Variante Rubinstein en su li-

En tal caso, "6 !1i.g5 ! " consigue una buena Burn, dijo, puesto que 6 . . . c5? per­ mite 7 dxc5 0, xc5? 8 'iVxd8+ y 9 0, xf6. Pero hoy día muchos grandes maestros desconfían de 6 !1i.g5, debido a que tanto 6 . . . h6 como 6 . . !Ji. e7 7 0, xf6+ 0, xf6 8 !1i.d3 c5 parecen igualar. De modo que las blancas comenzaron a descartar 6 !1i.g5 en la Rubinstein, y las negras descubrieron que la Burn era la forma de inducir a las blancas a entrar en una Rubinstein con !1i.g5 . Esa i d e a se plantea a s í : 3 0, c3 0, f6 4 !1i.g5 dxe4 5 0, xe4 0,bd7, de modo que 6 0,f3 transpone a la posición del diagrama 185. No es mejor 6 ltJ xf6+ 0, xf6 7 0,f3 h6! (8 !1i.d2 c5 ! u 8 !1i.h4 !1i.e7 9 �d3 c5 10 'iVe2 'iVa5+ !). Para evitar la Bum, las blancas pue­ den j ugar líneas muy diferentes, como 3 0, d2 ó 3 0, c3 0, f6 4 e5. Pero las negras descubrieron que 3 . . . !1i. e7 hace más fuerte a . . . dxe4 ! . Por ej emplo: 3 0, d2 ( ó 3 0, c3) 3 ... !1i. e7 4 !1i. d3 dxe4 5 0, xe4 .

0, f6.

1 04

SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJ EDREZ

Las negras pueden retomar de alfil en f6, logrando así una excelente Rubinstein. Por ejemplo: 6 tt'i xf6+ .t xf6 7 tt'i f3 tt'i c6! 8 c3 e5. O bien 6 tt'if3 tt'ibd7 7 'ii' e2 tt'i xe4 8 Axe4 c5! , a lo que puede seguir 9 0-0 cxd4 10 l:t dl tt'ic5 1 1 ll'i xd4 tt'i xe4 12 'ifxe4 0-0 (Becerra-Kaminski, Internet 2005). Las negras consiguieron alcanzar una posición que también podría producirse por el orden 3 tt'i c3 dxe4 4 tt'i xe4 tt'i d7 5 tt'if3 tt'igf6 6 i.d3 il.. e 7, pero sólo si las blancas descartan 6 tt'i xf6+ ! .

FRANCESA STEINITZ La Variante Steinitz ha pasado a ser una forma popular de transponer a una aguda línea de la Variante Tarrasch: 3 tt'i c3 tt'i f6 4 e5 tt'ifd7 5 tt'ice2!?, y ahora 5 c5 6 c3 tt'ic6 7 f4 'ii'b5 8 tt'if3. (Ver diagrama 187.) ...

Esta posición es la misma que la que se produce después de 3 tt'id2 tt'if6 4 e5 tt'ifd7 5 c3 c5 6 f4 tt'ic6 7 tt'idf3 'ifb6, una vez que las blancas juegan tt'ie2. De esta forma, las blancas eluden otras líneas de la Tarrasch. Cuando Vishy Anand quiso llegar a la posición del dia-

grama 187 en la fase final del Campeona­ to Mundial PIDE 2000, sabía que si opta­ ba por 3 tt'i d2, su oponente, Alexei Shirov, no colaboraría jugando 3 ... tt'if6, porque prefería otras j ugadas. De modo que Anand optó por 3 tt'ic3 ! , llegando a la po­ sición de la Tarrasch que quería, y acabó ganando. Una situación muy diferente surge des­ pués de 3 tt'ic3 tt'if6 4 e5 tt'ifd7 5 tt'i f3 . Las blancas están listas para liquidar su cen­ tro y obtener posibilidades tácticas, como 5 c5 6 dxc5 tt'i c6 7 -tf4 .t xc5 8 il.. d3 y 8 . . . 0-0? 9 il.. x h7+. Es efectiva una Francesa más abierta como, por ej emplo, 8 . . . f6 9 exf6 ttJ xf6 10 'ii'e2 0-0 1 1 0-0-0 a6 12 tt'ie5 tt'ib4 13 il..g5 b5 14 a3 tt'i xd3+ 15 l:t xd3 'ifc7 16 f4, como en la partida Berg-Akesson, Gotemburgo 2006. Si a las blancas les gusta esta posición, pueden alcanzarla esquivando la Rubins­ tein y, quizá, también la Winawer, comen­ zando por 1 e4 e6 2 tt'if3!?. Los francófilos considerarán esta jugada con un cierto desdén y aspirarán a algo más que 2 d5 3 tt'ic3 dxe4 . sólo para constatar que que­ dan un poco peor después de 3 d4 4 tt'ie2 c5 5 c3. De modo que jugarán 3 tt'if6 y después de 4 e5 tt'ifd7 5 d4 llevarán a las •••

,

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.

.

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•.•

APERTU RAS SEMIABIERTAS

blancas a dónde querían. Y en caso de la natural 3 c5 .••

... 4 exd5 exd5 5 d4! caza a las negras en una de las ideas menores de Frank Mar­ shall (1 e4 e6 2 d4 d5 3 lbc3 c5 y 4 exd5 exd5 5 lbf3). ¿Qué deberian hacer las negras des­ pués de 2 lbf3 d5 3 lbc3 , si no les gusta 3 ... lbf6? En tal caso, su mejor apuesta podría ser 3 �b4. No está claro que las blancas deban transponer a una Winawer, con 4 e5 lb e7 5 a3 .txc3 6 bxc3 y 7 d4, o aspirar a más con 6 dxc3!? . Por ejemplo: 6 . . . c5 7 h4 lb bc6 8 h5 h6 9 Af4 'f//c7 10 'f//d2, como en la partida Rogers-Tondivar, Hoogeveen 2006. •••

FRANCESA WINAWER Como se observó en la introducción, las negras pueden esquivar muchas de las lí­ neas raras en la Winawer (3 lbc3 Ab4), respondiendo a 4 e5 con 4 lb e7 5 a3 Axc3+ 6 bxc3 c5. El hecho de que la jugada 4 ... lb e7 plantee la necesidad de "algo en qué pen­ sar" a menudo provoca respuestas como 5 lb e2? c5 6 a3 Axc3+ 7 lb xc3?, favorable a las negras después de 7 ... cxd4 8 'f// x d4 •••

1 05

lbbc6 9 'f//g4 0-0 10 'f//h5 d4! , Byrne-Uhl­ mann, Reykjavik 1968. En caso de 5 lbf3

.. .las negras pueden transponer (5 ... c5) a una Winawer normal. Pero también es atractivo 5 b6, ya que las blancas han de­ jado escapar su oportunidad de jugar 'f//g4, en comparación con 5 a3 � xc3+ 6 bxc3 b6 7 'f/Jg4 ! . Las posibilidades serían equiva­ lentes después de 5 ... b6 6 .td2 Axc3 ! ? 7 .txc3 �a6 8 Axa6 lb xa6 9 0-0 c5 (Bo­ kros-Rustemov, Kircheim 2006). La contrasutileza para replicar a 4 ... lbe7 es 5 .i.d3. Después de 5 c5 6 a3 .txc3+ 7 bxc3, las negras parecen tener una buena versión de una Winawer, en vis­ ta de que las blancas han desarrollado pre­ maturamente su alfil (7 ... lbbc6 8 lbf3 c4, o bien 7 ... c4 y ... �d7-a4). Pero las blancas mejoran su juego con 6 dxc5! lbbc6 7 lbf3, transponiendo a la va­ riante 4 ... c5 5 dxc5 que hizo famosa la partida Fine-Botvinnik, AVRO 1938. La compensación de las blancas sigue siendo importante después de 7 d4 8 a3 .,ta5 9 b4 lb xb4 10 axb4 .txb4, en vista de 11 0-0!, en lugar de la jugada de Fine, 1 1 �b5+. Esto es significativo porque hoy rara vez las blancas llegan a esa posición por la .•.

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•..

1 06

SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ

vía de Fine, 4 eS cS S dxcS, dado que la teoría recomienda S ... 'l!Vc7 ! ? , o bien S ... lbc6 6 lbf3 d4! . La principal ventaja de 4 cS sobre 4 ... lbe7 es que concede a las negras una op­ ción adicional, la idea armenia 5 a3 AaS. Entonces, en lugar de la línea principal, 6 b4, el tahúr puede preferir 6 dxcS!?, que amenaza 7 b4 y transpone a una versión su­ perior de la línea de Fine, después de 6 ... d4 7 b4 dxc3 8 'l!Vg4 ! . Quizá l o mejor sea 6 � xc3+ 7 bxc3 lb e7. El resultado es una extraña posi­ ción, que podría producirse a través de una Winawer normal ( 1 e4 e6 2 d4 dS 3 lbc3 �b4 4 es cS s a3 �xc3+ 6 bxc3 lbe7 7 dxcS), si las blancas tuviesen un tiempo extra. .•.

nishin empleó con éxito 7 .td3!?. Esto a menudo transpone a las demás líneas, pe­ ro por el momento conserva la posibilidad 'l!Vg4. Por ejemplo: 7 ... 0-0 8 W/g4, con lo que las blancas obtienen la posición 7 'l!Vg4 0-0 8 �d3, sin tener que ocuparse de las réplicas 7 ... W/c7 y 7 ... cxd4 a 7 W/g4. Por ejemplo: 7 �d3 lbbc6 8 W/g4 c4 9 �e2 lb fS 10 a4 'l!VaS 1 1 �d2 � d7 12 'l!VhS h6 13 �g4, como en la partida Bagheri-Api­ cella, Chartres 200S.

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El principal inconveniente de 7 �d3 es 7 b6. ¿Por qué? Porque cuando las negras tratan de cambiar su alfil malo, con ... b6/ . . . �a6, la mejor forma que las blancas tienen de salir al paso es ..tbS+, como en la línea 7 lbf3 b6 8 �bS+! �d7 9 �d3 ! . Pero tras haber invertido un tiempo en 7 .td3 , hay pocas razones para responder a 7 . . . b6 con 8 ..t b S + � d7 9 .td3. ...

¿Pero es dxcS una buena jugada extra? Eso depende de posiciones como 8 W/g4 lbd7 9 lbf3 0-0 10 � d3 La temática 9 �c7 10 'l!Vxg7! 1:1 g8 11 'l!Vxh7 lb xeS es fa­ vorable a las blancas, después de 12 W/hS lb xf3+ 13 'l!Vxf3 �d7 14 �f4, Shamko­ vich-Gipslis, Campeonato de la URSS 1961. En la línea principal de la Winawer, 4 c5 5 a3 �xc3+ 6 bxc3 lbe7, las opciones son 7 lbf3, 7 a4 y 7 h4. Pero Oleg Roma.

...

...

FRANCESA, TARRASCO En la Variante Tarrasch (3 lb d2) , las ne­ gras suelen utilizar la jugada de espera 3 ..te7. Después de 4 lbgf3 lbf6 5 eS lbfd7, las blancas no tienen nada mejor que 6 c3 c5 7 .td3 lb c6 8 0-0 W/b6. ...

APERTU RAS SEMIABIERTAS

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te eligen 5 f4 ó 5 �d3. Si prefieren esta úl­ tima, pueden diferir �d3 con 5 c3.

Se ha transpuesto a una versión del gambito de Viktor Korchnoi (3 lbd2 lb f6 4 e5 lbfd7 5 �d3 c5 6 c3 lbc6 7 lb gf3 'iYb6 8 0-0), en la que las negras juegan 8 ... �e7, en lugar c;le capturar el peón. La jugada de alfil se consideraba dudo­ sa en un momento dado, pero ahora tiene la reputación de ser una alternativa válida. Por ej emplo: 9 dxc5 lb xc5 10 � c2 lb d7 11 l:I el "ifc7 U 'iWe2 g5 13 �a4 lbc5!, Ka­ banov-Kravstov, Tomsk 2003. En otras pa­ labras, 3 ... .te7 puede inducir a las blancas a plantear un gambito que nunca tuvieron la intención de jugar. Si a las blancas les gusta el gambito, pueden alcanzarlo por otros órdenes. Por ejemplo: 3 ... c5 parece excluirlo. Pero 4 lbgf3 lbf6 5 e5 lbfd7 6 c3 transpone. Si las negras quieren eludir el gambito, tienen otras líneas a su disposición, como 4 ... lb c6 y 4 .. cxd4. También es posible 3 ... lbc6 y 4 lbgf3 lbf6 5 e5 lb d7 6 �d3. Ahora es natural 6 . . . lb b4, y después de 7 � e2 c5 8 c3 lb c6 9 �d3 "ifb6 10 0-0, hemos vuelto a la posi­ ción del gambito, aunque esta vez las blan­ cas están mejor, con 9 0-0 cxd4 10 cxd4 "ifb6 lbb3. En la línea más aguda de la Tarrasch, 3 lbf6 4 e5 lbfd7, las blancas normalmen-

Tanto con 5 c3 como con 5 �d3 se lle­ ga a la línea principal tras 5 ... c5. Sin em­ bargo, las negras tienen una estrategia alternativa, con 5 ... b6 y 6 ... �a6, a fin de cambiar su alfil malo. Esto hace que sea más preciso 5 c3, porque si las negras adoptan su plan B de cambio, las blancas tendrán un tiempo de ventaj a: 5 c3 b6 6 'iYg4 ( ó 6 lbh3) 6 ... �a6 7 �xa6, o bien 5 �d3 b6 6 c3 .ta6 7 �xa6. Después de 3 c5 , las principales cues­ tiones acerca del orden de jugadas giran en tomo a .tbS+ y el momento oportuno de exd5. Las negras han estado obtenien­ do buenos resultados impidiendo ese ja­ que. Por ejemplo: 4 exd5 exd5 5 lbgf3 a6. (Ver diagrama 194.) •..

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También puede llegarse a esta posición con 4 lb gf3 a6 5 exd5 cxd5 y 3 ... a6 4 lbgf3 c5 5 exd5 cxd5. ¿Cuál es el mejor orden para las negras? El inconveniente del primer orden es que las blancas pueden dar jaque en la quinta jugada. El inconveniente de 3 ... a6 es 4 e5. Algunos jugadores franceses no re­ nuncian a la perspectiva de pasar a una Va-

SECRETOS DE LA INVERSIÓN DE J U GADAS EN AJEDREZ

1 08

ro si las blancas consiguen su objetivo, la . respuesta más habitual es 6 �d6. •••

riante del Avance (4 ... c5 5 c3), en la que han jugado ... a6 en lugar de ... 'iWb6 ó ... ll:lc6, movinúentos habituales de tal variante. En el tercer orden, 3 ... c5 4 ll:lgf3 a6, las negras deben tener en cuenta 5 dxc5 Axc5 6 .td3, que concede a las blancas un boni­ to esquema, después de 7 0-0 y 8 a3/9 b4. De modo que depende de las negras evaluar los escenarios resultantes en los tres órdenes, y elegir el mejor de ellos pa­ ra sus intereses. Ahora bien, ¿cuán peligroso es el j a­ que? Una escuela de pensamiento dice que el cambio de alfiles de casillas blancas es bueno para el primer jugador, y que a 3 ... c5 4 exd5 exd5 5 .tb5+ debe contestar­ se 5 ... ll:l c6. Pero Lev Psajis insiste en que es bueno 5 ... Ad7, argumentando que el cambio de estos alfiles ayuda a las negras. Max Euwe está de acuerdo con esto, y di­ jo que 5 ... ll:lc6 6 ll:lgf3 era tan bueno pa­ ra las blancas que deberían inducir a su rival a entrar en esta posición, con 5 ll:l gf3, y si 5 ... ll:lc6, 6 �b5 ! . S i Euwe tiene razón acerca d e l a clava­ da, aún sería preferible otro orden para las blancas, 3 c5 4 ll:lgf3, a fin de responder a 4 ll:lc6 con 5 exd5 exd5 6 .tb5. El in­ conveniente es que concede a las negras opciones como 4 ... ll:lf6 5 exd5 ll:l xd5. Pe-

Es inminente un cambio de peones, ya sea en c5 ó en d4. Dos líneas que a menu­ do transponen son 7 dxc5 .txc5 8 0-0 y 7 0-0 ll:l e7 8 dxc5. Mijail Botvinnik estimaba que el segundo orden era impreciso, debi­ do a que las negras pueden mejorar sobre 7 ... ll:le7, con 7 ... cxd4 ! . Entonces, 8 ll:lb3 ll:le7 9 ll:lbxd4 0-0, con juego igualado. Lo que ha sucedido es que se ha trans­ puesto a la línea 7 dxc5 .i. xc5 8 0-0 ll:l e7 9 ll:lb3 .td6 10 ll:lbd4 0-0. Pero en ese orden, las blancas tienen muchas más opciones, como 10 : el , 10 �g5 y 10 .t xc6+ bxc6 1 1 'iWd4. En cambio, el orden 7 0-0 cxd4! les priva de elección.

FRANCESA, VARIANTE DEL AVANCE El esquema habitual de la Variante del Avance solía ser 3 e5 c5 4 c3 ll:lc6 5 ll:lf3 'iWb6 6 .td3 (Ver diagrama 196.) .

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A raíz de una partida de Howard Staunton (en 1841), se consideraba lo me­ jor 6 .td7. Pero se demostró que esto •••

APERTU RAS SEMIAB I E RTAS

era inexacto en la celebrada victoria de Nimzovich sobre Georg Salwe, en Carls­ bad 1 91 1 , en la que siguió 7 dxcS! � x cS 8 0-0 y b2-b4, dificultando seriamente el desarrollo de las negras. Las negras pueden mejorar con 6 cxd4! 7 cxd4 �d7, en cuyo caso las blancas no tienen una defensa adecuada de d4, y el gambito 8 0-0 ltJ xd4 no está considerado del todo correcto. Hay dos posiciones básicas que han in­ fluido mucho sobre la teoría de 3 e5. Una de ellas es la de la partida Nimzovich-Sal­ we, y la otra, con 6 ... cxd4. Por ejemplo, puede usted ver 4 ... 'i!t'b6 en lugar de 4 ... lLJ c6, y luego 5 ltJf3 �d7. Las negras conservan la opción ... jLbS, para desembarazarse de su alfil malo. Las blancas disponen de dos extrañas, aunque posiblemente buenas respuestas, 6 �d3 �bS 7 �c2!? (7 ... ltJc6 8 .te3) y la diabó­ lica 7 dxcS �xcS 8 b4!?, basada en la ga­ nancia del alfil, tras 8 ... �xf2+ 9 'it>e2. Las negras pueden eludir ambas répli­ cas contestando a 6 �d3 con 6 ltJc6?, pero en tal caso 7 dxcS! lleva de nuevo a la partida Nimzovich-Salwe. También pue­ den tratar de arreglar las cosas con 6 ... cxd4 7 cxd4? ltJc6, alcanzando así una po­ sición agradable para su causa. Pero debi-

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do a su retraso en ... ltJc6, las blancas pue­ den mejorar con 7 ltJ xd4!. Por ejemplo: 7 ... ltJe7 8 ltJd2 ltJbc6 9 lb xc6 y �e2/ltJf3, con una pequeña ventaja. A causa de 6 ... cxd4! , en el diagrama 196, 6 �e2 reemplazó a 6 ..td3. Ahora, la respuesta más habitual de las negras es 6 ... cxd4 7 cxd4 ltJ ge7, que no tienen mayores problemas en líneas como 8 lLJ c3 lLJ f5 9 ltJ a4 'i!t'a5+ 10 ..td2 ..tb4 11 ..tc3 b5 ! , u 8 b3 ltJfS 9 .tb2 �b4+. Es posible que la mejor tentativa de las blancas sea 8 ll'ia3 ltJfS 9 ll'ic2 �b4+ 10 @fl . Pero las negras pueden evitarla, si lle­ gan a esta posición:

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En este momento, 8 ltJa3 permite 8 ... ..txa3! 9 bxa3 ltJf5. Ahora bien, ¿cómo lle­ gan hasta aquí las negras? El problema con 6 �e2 lZJ h6 es 7 �xh6 ! . Las blancas pueden castigar 7 ... 'i!t'xb2? con 8 .te3 ! 'i!t'xal 9 'i!t'c2. Después de 9 ... cxd4, es ma­ lo 10 cxd4? , por 10 ... .tb4+ y la dama ne­ gra no puede ser encerrada. Pero 10 lZJ xd4! da a las blancas una gran ventaj a tras 1 0 . . . ltJ xd4 1 1 .txd4 �a3 1 2 �b5+ c;t>d8 13 0-0, ó 10 ... .ta3 11 ltJbS ! . Por consiguiente, e l orden apropiado es 6 ... cxd4 7 cxd4 lZJh6, alcanzando la posi­ ción del diagrama 197. Las blancas no de-

1 1O

SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE JUGADAS EN AJEDREZ

ben jugar 8 Axh6, porque transpondrían a la mala línea 10 cxd4. En lugar de ello, de­ ben entrar en una de las mediocres alter­ nativas 8 l2Jc3 u 8 b3. David Bronstein calificó a 5 A d7 de "inteligente jugada de espera", después de 3 e5 c5 4 c3 t2Jc6 5 l2Jf3. Las blancas deben declarar sus intenciones con 6 a3, 6 l2J a3 o una jugada de alfil. .••

Otro beneficio es que, al postergar . . . 'ii' b 6, las negras se aseguran de que d x c5 no tenga un carácter forzoso, que podría ser un problema en caso de 5 ... 'ii' b 6, porque 6 ... l2J ge7? permite 7 dxc5 ! 'ii' x c5 8 �d3, favorable a las blan­ cas. Pero en la posición del diagrama, 6 �e2 l2Jge7 7 d xc5 l2Jg6! es excelente para las negras, como también lo es 7 l2Ja3 cxd4 8 cxd4 l2Jf5 9 0-0 �xa3 10 bxa3 0-0 (Sax­ Dreev, Tilburg 1992). Si las blancas optan por 6 a3, que segu­ ramente es lo mejor, las negras se benefi­ cian de su orden de jugadas, porque b6 está libre para un caballo, y las líneas con 6 ... c4, como 7 l2Jbd2 l2Ja5 8 �e2 t2Je7 9 0-0 h6 10 %:l el l2Jc8 ! y . . l2Jb6, con perspectivas de crear una camisa de fuerza en el flanco de dama. Por último, si las blancas creen que con 5 ... �d7 no hay presión sobre d4, pueden optar por la natural 6 �d3. Pero entonces 6 cxd4 7 cxd4 'ii'b 6! les obliga, una vez más, a entrar en la mala posición 5 ... 'ii'b6 6 �d3 cxd4 ! . .

La espera es gratificante después de 6 l2Ja3? cxd4 7 cxd4 .txa3! 8 bxa3 'ii'a5+, con ventaja.

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Capítulo 5

Aperturas de Peón Dama

La mayoría de las partidas que empiezan con 1 d4 dS se convierten en Gambitos de Dama, tras la inmediata (o diferida) c2-c4. La razón por la que las blancas podrían di­ ferir esa agresión es impedir determinadas defensas contra 2 c4, y sopesar la opción de una apertura de Peón Dama, una vez que vean la respuesta de las negras en las jugadas inmediatas. Con 1 d4 d5 2 lbt3 privan a su rival de algunas líneas agudas, como el Contra­ gambito Albin, Eslavas marginales y el Gambito de Dama Aceptado con 1 d4 dS 2 c4 dxc4 3 lbf3 a6. Las negras pueden tra­ tar de transponer a esta última lmea, con 2 ... a6, esperando 3 c4 dxc4. Pero las blancas pueden convertir ... a6 en una pérdida de tiempo. Por ej emplo: 3 .tf4 lb f6 4 e3 e6 5 .td3 cS 6 c3 .td6 7 0-0 lbc6 8 dxcS ..txcS 9 lbbd2 .id6 10 �g3 0-0 1 1 e4, con venta­ ja, Vladimirov-Iuldachev, Mumbai 2003. Pero 2 lbf3 no obliga a las blancas a ju­ gar una apertura de Peón Dama, porque pueden cambiar de idea y optar por 3 c4. Supongamos que 2 cS es una buena ju­ gada, si las blancas tienen in mente algo así como 3 c3 lbf6 4 �f4 lbc6 5 e3 'tli'b6 ! . Sin embargo, las negras deben estar prepara­ das contra la posibilidad 3 c4. ...

Esta fuerte jugada es obra de un maes­ tro suizo poco conocido, Hans Fahrni, con la que confundió a jugadores de elite hace un siglo. La partida Fahrni-Spielmann, Barmen 1905, siguió así: 3 lbc6? 4 cxd5 't!i'xd5 5 lbc3 'tli'd8 6 d5 lbb8 7 e4, con evi­ dente superioridad. Incluso en caso de las naturales 3 lbf6?! o 3 cxd4?, quedan mejor las blancas, con 4 cxd5!. Por supuesto, el juego negro no tiene nada de malo después de 3 dxc4! o 3 e6! , pero para realizar estas jugadas hay que conocer mucha teoría acerca del Gambito de Dama Aceptado (3 . . . dxc4 4 e3 ó 4 dS), o de la Defensa Tarrasch (3 ... e6 4 cxdS exdS). ...

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1 12

SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ

Si las negras se encuentran con tantos escollos, ¿por qué los jugadores actuales no optan siempre por 2 ll:Jf3? La respues­ ta es que, de esa forma, las blancas se pri­ van de varias opciones, a la vez que conceden algunas a las negras. Así, las blancas renuncian a las líneas del Gambi­ to de Dama Aceptado 1 d4 dS 2 c4 dxc4 3 e4 y 3 e3, lo mismo que a variantes del Gambito de Dama Rehusado con ll:Jge2. Por otro lado, renuncian a demoler la De­ fensa Chigorin (2 c4 ll:Jc6 3 cxdS ó 3 ll:J c3) y la Defensa Báltica (2 c4 AfS 3 cxdS ó 3 ll:Jc3). Al mismo tiempo, conceden a las ne­ gras opciones adicionales, corno las varian­ tes Ragzin y Semi-Tarrasch, que no son posibles después de 2 c4, a menos que las blancas colaboren. Se trata de toda una se­ rie de ventajas e inconvenientes a ponde­ rar por el jugador. Observe que 1 ll:J f3 d5 2 d4 conduce a la misma posición que 1 d4 dS 2 ll:J f3 . Esto puede ser exasperante para u n ju­ gador agresivo con negras al que le guste desequilibrar rápidamente la po­ sición, con 1 llJ f3 dS 2 c4 d4 ó 1 d4 ll:J f6 . Tal era el caso cuando Laj o s Por­ tisch, un especialista en las defensas indias, se enfrentó al j oven Anatoli Kar­ pov, quien abrió el juego con 1 ll:J f3 . Portisch s e encontró e n una Defensa Eslava, relativamente desconocida para él, después de 1 . . . dS 2 d4 ! , y acabó per­ diendo.

SISTEMA COLLE El mayor peligro después de 1 d4 d5 2 ll:Jf3 ll:Jf6 3 e3 no es el Sistema Colle, sino aca­ bar en otra apertura que nunca se ha juga­ do o que, sencillamente, a usted no le guste.

¿Cómo puede suceder eso, después de jugadas tan tranquilas? Bueno, suponga­ mos que las negras responden 3 c5. Están mejor preparadas para una Semi­ Tarrasch (4 c4 e6) o un Gambito de Dama Aceptado (4 ... dxc4). Y si prefieren 3 ... g6, necesitan conocer algo acerca de la Grün­ feld, en vista de 4 c4?!. Efirn Geller, quien rara vez jugaba la Grünfeld, descubrió en una ocasión , con negras, que 4 ... � g 7 5 cxd5 ll:J xd5 6 .te2 c5 no era una posi­ ción fácil de jugar. •.•

Poco después de 7 e4!, Geller se encon­ tró en aguas turbulentas (7 . . . llJ b6 8 dS 0-0 9 a4) y acabó perdiendo. El otro gran peligro para las negras es el paso del Colle caracterizado por c2-c3 al Colle gemelo, es decir, el Sistema Zuker­ tort, caracterizado por b2-b3 y i.b2. Esto es un problema, porque las mejores defen­ sas contra el Colle, a menudo incluyen ... ll:Jbd7, que puede ser dudoso contra el Sistema Zukertort. He aquí cómo: después de 1 d4 d5 2 ll:Jf3 ll:J f6 3 e3 e6 4 ,.td3 c5 5 c3 ll:Jc6 6 ll:Jbd2, las blancas normalmente responden a 6 ... �e7 ó 6 ... �d6 con 7 0-0 0-0 8 dxcS ! AxcS 9 e4, con buen juego. Pe­ ro si las negras desarrollan su caballo da­ ma por d7

APERTURAS DE PEÓN DAMA

... ahora a 8 d x c5? se contesta con 8 ... lli xc5! . El alfil de d3 queda atacado y las blancas no pueden realizar la ruptura cen­ tral e3-e4, y están ya un poco peor. Pero en el Sistema Zukertort, 1 d4 d5 2 llit3 llif6 3 e3 e6 4 i.d3 c5 5 b3, las negras quedan bien con 5 .. llic6! 6 �b2 i.e7. Por ejemplo: 7 0-0 0-0 8 llibd2 "i!lc7 9 llie5 llid7 ! . E l peligro para ambos jugadores e s pi­ llarse los dedos. Si las negras hubiesen jugado ... llibd7, en lugar de ... llic6, queda­ rían peor tras 9 llie5 ! . Por ejemplo: 9 ... b6 10 f4 i.b7 11 c4 llie4 12 cxd5 exd5 13 llixe4 dxe4 14 �c4, como en la partida l. Rabi­ novich-Makogonov, Campeonato Soviéti­ co 1937. Lo que esto significa es que el caballo dama negro debe vigilar al alfil dama blan­ co y viceversa. Después de 1 d4 d5 2 llit3 llif6 3 e3 e6 4 �d3 , es impreciso 4 ... llibd7. (Ver diagrama 202.) .

Las blancas aún no se han definido por el Colle o el Zukertort, de modo que 5 0-0 c5 6 b3 ! les concede posibilidades algo me­ jores. Es más preciso 4 ... c5, cuando 5 b3 y 5 c3 definen la posición blanca, y las ne­ gras pueden responder 5 ... llic6! y 5 ... llibd7 ! , respectivamente.

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La respuesta más astuta a 4 '" c5 es 5 0-0, como jugaron José Raúl Capablanca y Aki­ ba Rubinstein, con idea de esperar a que las negras declarasen sus intenciones. Si 5 ... llibd7, 6 b3 ! , o si 5 ... llic6, 6 c3 ! . Pero no fueron puestos a prueba con 5 ... c4!. Por ejemplo: 6 .ie2 b5 7 b3 .tb7 8 a4 a6 9 axb5 axb5 10 l:t xa8 �xa8 11 bxc4 bxc4 12 c3 llibd7, con igualdad, Inkiov-Groszpeter, Copenhague 1988. OTRAS APERTURAS DE PE ÓN DAMA La Apertura Trompowsky ( 1 d4 lb f6 2 .tgS) tiene un pariente pobre en 1 d4 d5 2 �g5 . Como en este caso no existe la ame­ naza i.xf6, la vida de las negras es aquí más fácil. Los libros recomiendan 2 ... h6 3 �h4 c6 y ... '1Wb6. Si a las negras no les gusta esa línea, de­ berían estar alerta ante las trampas deriva­ das del avance c2-c4. Una de ellas se produce cuando evitan el doblaje de peo­ nes, con 2 ... llid7 y 3 ... lligf6. En tal caso, sigue 3 c4! (Ver diagrama 203.) Ahora, 3 .. dxc4 4 llic3 es un Gambito de Dama Aceptado inferior, y 3 ... c6 es .

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SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J U GADAS EN AJ EDREZ

va ... tt:Jge7/ . .. 0-0. Los partidarios del Albin . han intentado, sin éxito, decidir qué jugada del alfil dama es la correcta. Deberían con­ siderar también responder a 5 tt:J bd2 con

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una dudosa Eslava, 4 cxdS! cxdS 5 lt:J d3 , porque el caballo dama negro debería es­ tar en c6. Por ejemplo: 5 . . . lt:J gf6 6 e3 g6 7 tt:Jf3 �g7 8 �d3 0-0 9 0-0 b6 10 � el �b7 1 1 "iVb3, con ventaj a, Skembris-Vasovsky, Skopje 2002. El Ataque Torre queda definido por las jugadas 1 d4 lt:Jf6 2 lt:Jf3 e6 3 �gS. Normal­ mente, las negras pueden evitarlo, simple­ mente, con 1 . . . d5 , ya que 2 tt:J f3 tt:J f6 3 �g5 les permite igualar de inmediato, con 3 ... lt:Je4 ! . Pero hay una sinuosa jugada d e espera, 3 c3. Después de 3 ... e6 4 ..tg5, las negras han sido empujadas al Ataque Torre. Si 3 ... c6, las blancas tienen la habitual peque­ ña ventaja de una posición simétrica, con 4 �f4. El modo más fácil de igualar contra 3 c3 posiblemente sea 3 ... �f5 4 "iVb3 "iVc8.

CONTRAGAMBITO ALBIN

...

�fS!?.

A diferencia de 5 ... �e6 y 5 ... �g4, esta jugada plantea una amenaza, 6 ... lt:Jb4, ganando así tiempo para enrocar largo, tras 6 a3 "iV d7 , en mejores condicio­ nes que las habituales. La prueba para es­ te orden es 7 b4 � xb4! ? (8 axb4 lt:J xb4 9 "iVa4 lt:J c2+ 10 @dl lt:J xal 11 'i!Vxal c5) . Declinar e l sacrificio e s inocuo, 8 �b3 �a5 9 e3 l:l d8, Spais-Katsaris, Atenas 1999. Lo que sucede después de 7 g3 0-0-0 8 �g2 es virtualmente terreno inexplora­ do. Por ejemplo: 8 ... d3 9 e3 �h3 10 �xh3 °iVxh3 (11 b4 � xb4!). Las blancas evitan esto con 5 g3!, y si 5 � e6 , entonces 6 •••

tt:Jbd2. La línea principal del Contragambito Al­ bin comienza con 1 d4 dS 2 c4 eS 3 dxeS d4 4 tt:Jf3 lt:Jc6. Las blancas suelen fianchettar su alfil de rey, y luego siguen con tt:J bd2, 0-0, "iVa4 y a2-a3. Entretanto, las negras, desarrollan su alfil dama, normalmente e6 ó g4, y luego se deciden entre ... "iVd7/. . 0-0-0 y la alternati.

GAMBITO DE DAMA ACEPTADO Una vez que Joseph Blackbume populari­ zó la jugada 3 tt:Jf3, después de 1 d4 dS 2 c4 dxc4, las alternativas de las blancas casi se desvanecieron. Pero volvieron a hacer ac­ to de presencia, sobre todo gracias a inver-

APE RTU RAS DE PEÓN DAMA

siones en el orden de jugadas. Gari Kaspa­ rov, por ejemplo, jugó 3 e3 cuando quería evitar 3 lbf3 c6 ! ? -4 e4 bS. Tanto 3 e3 como 3 lbc3 obligan a las negras a pensar en si transponer a las líneas principales, con 3 ... lbf6, o buscar una igualdad más rápida, con 3 ... eS. Por ejem­ plo: 3 lbc3 eS 4 dxeS? �xdl + es excelen­ te. La línea clave es 3 lb c3 e5 4 e3 exd4

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vió esta línea, que plantea un problema con el orden de jugadas.

5 exd4 lbf6 6 �xc4.

Después de 4 . . � b4+ 5 lb bd2 exd4 6 .txc4, surge una posición controvertida, y por transposición, 4 ... exd4 5 .txc4 �b4+ 6 lbbd2. ¿Qué es mejor para las negras? Hacia los años ochenta, la respuesta era 4 ... �b4+, porque 5 lbbd2 se castiga con 5 ... c3!, y 5 .td2 .txd2+ 6 �xd2 e x d4 desemboca en la igualdad, tras 7 �xd4 �xd4, ó 7 lb xd4 �e7 8 f3 lb f6 9 .txc4 0-0 y ... � d8. Pero si las negras quieren dar jaque, 4 ... exd4 5 .txc4 .tb4+, entonces las blancas pueden elegir entre 6 .td2 y la más agresiva 6 lbbd2!. Diez años después, la teoría se contradi­ jo y declaró que 4 ... .tb4+ era la segunda mejor respuesta, porque las blancas obte­ rúan buenos resultados con 5 lbc3!. Hoy día, no está claro cuál de estos órdenes es el me­ jor. La cuestión es qué posición quieren evi­ tar las negras, si 4 ... � b4+ 5 lbc3 ! , o si 4 ... exd4 5 .txc4 .tb4+ 6 lbbd2 ! . .

La teoría solía calificar a estas posicio­ nes de aburridas e igualadas. Pero en los noventa, las blancas consiguieron buenos resultados con ellas, a través de la Varian­ te del Cambio en la Francesa, o de la Petrov, de modo que las negras compren­ dieron que su decisión en la tercera jugada era vital. Las blancas facilitan un poco las cosas cuando juegan 3 lbc3 , porque después de 3 ... lbf6, no tienen nada mejor que 4 e3, llevando la partida hacia las líneas princi­ pales del Gambito de Dama Aceptado. Pe­ ro en aquellas líneas, es mejor diferir lbc3, como pronto veremos. Algo muy distinto es 3 e4. Este avance se consideró dudoso en su momento, debi­ do a 3 ... e5, pues las blancas no pueden mantener un peón en d4. Pero 4 lbf3! revi-

GAMBITO DE DAMA ACEPTADO, 3 lbf3 En cualquier torneo podemos ver que, en un Gambito de Dama Aceptado, las ne-

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SECRETOS DE LA INVERSIÓN D E J UGADAS EN AJ EDREZ

gras realizan sus seis primeras jugadas co­ mo si no importasen. Pero lo cierto es que su tercera jugada es significativa. La op­ ción más popular, 3 . lt:Jf6, permite a las blancas proponer un gambito, 4 lll c3 y 5 e4, basado en el ataque al caballo negro, con e4-e5.

mantener el peón, 5 exd4 �e5 ! ? . La línea · clave es 5 �x c4 filc7 (no 5 ... dxe3?? 6 �xf7+).

. .

Esto se consideraba refutado con 6 filb3, porque 6 ... �e6? se contesta con 7 Las negras pueden eludir esta lmea con e6 5 e4 �b4, una invitación a entrar en la Variante Vienesa (6 �g5 ! c5 ! ) y que, además, debería aceptarse, porque 6 e5 lt:Jd5 7 �d2 lll b 6! dificulta que las blancas puedan recuperar su peón. Otra opción de las negras, después de 4 lt:Jc3, es 4 lt:J c6 , en cuyo caso, 5 e4 .tg4 es una de las mejores líneas de la Defensa Chigorin. Es como si las blancas jugasen 1 d4 d5 2 c4 lt:J c6 3 lll c3 dxc4 4 lll f3 lt:Jf6 5 e4 �g4, y no 4 d5 ! ? . Pero si las negras juga­ ron 2 ... dxc4, para seguir en el Gambito de Dama Aceptado, deben considerar las tres alternativas a 3 ... lt:Jf6, que no sólo evitan el gambito, sino que aceleran su contra­ juego. La primera es 3 c5. Después de 4 e3, las negras pueden dirigirse hacia una for­ mación del Gambito de Dama Aceptado, con 4 ... lt:Jf6 5 �xc4 e6. También disponen de una opción extra, 4 cxd4, con idea de

4

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�xe6 ! filxcl + 8 @e2, con un fuerte ata­ que, probablemente ganador. Sin embargo, las líneas del Gambito de Dama, tanto del Aceptado como del Rehusado, están repletas de "jugaditas" que marcan una gran diferencia, como 6 ... e6!. Después de 7 lt:Jxd4 a6, la posición está igualada, y 7 exd4 lll c6 8 0-0 a6 lleva a una posición más normal del Gambito de Da­ ma Aceptado, pero con las jugadas de da­ ma añadidas. Eso ayuda a las negras, porque amenazan 9 ... lt:Ja5 ! y pueden ob­ tener una buena posición después de 9 fildl lt:Jf6. Por ejemplo: 10 lt:J c3 i.e7 1 1 d5 lt:Ja5 ! , o bien 1 1 file2 0-0 12 l:l dl lll b4, co­ mo en la partida Wojtkiewicz-Yermo­ linsky, San Francisco 2002. Eso significa dos ventajas de 3 ... c5 ! ? , evitando e l gambito 3 ... lt:Jf6 4 lt:Jc3/5 e4 y ofreciendo a las negras una buena alterna­ tiva a la formación del Gambito de Dama Aceptado. El inconveniente es 4 d5!?, y en tal caso 4 e6 5 lt:Jc3 lt:Jf6 6 e4, una lmea confusa. •..

APERTU RAS DE PEÓN DAMA

La segunda alternativa es 3 a6, que a menudo transpone a la tercera, 3 ... e6. En los años treinta se consideraba una impor­ tante sutileza (para disuadir 4 'iVa4+, por 4 . . . bS ! ) , cuando las blancas solían explotar 3 .. . li::i f6 con 4 �a4+. Hoy día, sin embar­ go, parece inocua, y 3 ... a6 apenas es un preludio a 4 e3 li::i f6 S �xc4 e6, otro esque­ ma de la apertura. También hay una arriesgada opción adicional, 4 e3 bS, así como la línea de Ca­ pablanca, 4 e3 e6 S �xc4 bS ! ? y 6 ... �b7. Esto es, a menudo, lo bastante intimidato­ rio como para inducir a las blancas a jugar ·

•••

4 a4?! .

1 17

tienen buen juego en las complicaciones derivadas de 8 h3 �hS 9 0-0 �d6 10 �e2 0-0 1 1 g4 �g6 12 li::i h4 ll:ib4, Hillarp Pers­ son-C. Hansen, Malmo 2003 . Si 3 ... a6 (y 3 ... e6) tiene un serio in­ conveniente, es 4 e4!?, en cuyo caso, 4 b5 5 a4 c6, como ha jugado Kasparov, es una posición de doble filo. •••

GAMBITO DE DAMA ACEPTADO, 3 ll:i f6 •••

El mérito principal de 3 ... li::i f6 es que im­ pide 4 e4 y conduce, en la gran mayoría de las partidas, a la formación 4 e3 e6 5 �xc4. La inevitable . es permite a las negras ais­ lar el peón d blanco ( ... cxd4/exd4) o ex­ pansionarse en el flanco de dama, con . . . a6/ ... bS/ ... c4. Pero esto también concede a las blancas la posibilidad de jugar dxcS, tal vez seguido de un cambio de damas, pa­ ra entrar en un final ligeramente inferior. Si el jugador con negras es el más fuerte, puede eludir el final, difiriendo ... cS. Por ejemplo: 5 a6 6 0-0 li::i bd7. ..

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Este avance, s in embargo, ayuda a las negras, que pueden transponer a la línea de Rubinstein, en el Gambito de Dama Aceptado, 4 ll:i f6 5 e3 e6 6 �xc4 c5, nor­ malmente considerada demasiado tran­ quila como para conseguir ventaja. O bien puede intentar 5 �g4! 6 �xc4 e6 7 ll:ic3, una versión superior de la variante de la clavada. En el orden original de la clavada, 3 li::i f3 li::i f6 4 e3 �g4, las blancas logran ventaja con S �xc4 e6 6 ll:ic3, sobre todo después de 6 ... ll:ic6 7 �bS ! . En este or­ den, en cambio, eso no es posible, y con 7 ll:i c6 , las negras bien igualan con ... e5, o •••

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Ahora, 7 �e2 cS 8 dxcS �xcS es ino­ cuo, y en caso de 7 a3? ! , las negras incluso pueden obtener ventaja, tras 7 . . . bS 8 �a2 �b7 9 �e2 cS 10 dxcS li::i xcS ! .

118

SECRETOS DE LA I NVERSIÓN DE J UGADAS EN AJEDREZ

El problema de este orden de jugadas es 7 a4! , que plantea una versión mejor de lo habitual de la línea Rubinstein. A dife­ rencia de la Rubinstein normal, las negras no pueden desarrollar su caballo dama por c6, su mejor casilla una vez que aparece en campo blanco el agujero b4. Así, no logran igualar del todo después de 7 ... c5 8 lbc3 cxd4 9 exd4 �e7. Por ejemplo: 10 'iYe2 0-0 11 .tg5 lbb6 12 .tb3 lbbd5 13 l:. fel y lbe5, como en la partida Lechtynsky-Kan­ torik, Plzen 2003. Otra versión con ... c5 diferido es 1 d4 d5 2 c4 dxc4 3 ltJf3 tLlf6 4 e3 a6 5 .txc4 b5, una idea de Capablanca.

A la rutinaria 6 A b3 .t b7 7 0-0 e6 8 'iYe2, las negras pueden alcanzar una po­ sición más o menos igualada de la línea principal, con 8 ... lLlbd7 9 l:t dl c5. Este or­ den tiene algo de farol, porque se basa en que las blancas sigan al pie de la letra una de esas reglas "de oro" en el Gambito de Dama Aceptado, según la cual, siempre que el alfil sea atacado con ... b5, debe reti­ rarse casi siempre a b3. Ésta es una excepción: 6 �d3! y 7 a4! ponen favorablemente a prueba el flanco de dama negro. Por ejemplo: 6 ... �b7 7 a4! b4 8 lLlbd2 tLlbd7 9 0-0 e6 10 'iYe2 c5 1 1 e4

cxd4 12 e5 tLld5 13 lLlb3 ltJc5 14 Ag5 ! · 'ii'd7 15 tLlfxd4, Topalov-Narciso, Barcelo­ na 2000. La estrategia blanca da resultado por­ que su caballo se encontraba en bl. Si el primer jugador vulnera otra regla "de oro" y lo desarrolla pronto, se llega a una posi­ ción como la que se produce tras 4 e6 5 .txc4 c5 6 lLlc3 y 6 ... a6! 7 0-0 b5. •••

La experiencia con 8 Ad3 tLlbd7 de­ muestra que las negras tienen un juego có­ modo. Por ejemplo: 9 'iYe2 .tb7 10 l:t dl 'iYb6 l l Ac2 l:t d8 12 a4 b4 1 3 lLl b l 'iYc7 14 Ad3 cxd4 15 exd4 a5, Benitah-Fressinet, París 2004. Lo que ha sucedido es que las blancas han sido empujadas a una línea sin mordiente de la Variante Merano, en la Semi-Eslava. Compárelo con 1 d4 d5 2 c4 c6 3 ltJf3 ltJf6 4 ltJc3 e6 5 e3 tLlbd7 6 Ad3 dxc4 7 Axc4 b5 8 Ad3 a6, cuando juegan 9 0-0?! (no 9 e4! ) 9 . .. c5 ! 10 'iYe2 Ab7. En la posición del diagrama 212, las blancas pueden mejorar con 8 Ab3!, después de lo cual 8 . . . � b7 9 'iY e2 ttJ bd7 10 l:r dl 'iYb8 (ó 10 ... 'ii'c7) es una línea principal del Gambito de Dama Aceptado, practicada durante décadas, sin que haya podido conseguirse una ventaj a signifi­ cativa.

APERTURAS DE PEÓN DAMA

· También se ha pasado la atención a un temprano 'iYe2. Los libros solían decir que el orden de 0-0 y 'iVe2 no importaba por­ que -como usted habrá supuesto- "transpo­ nían" . Pero resulta que sí importa, debido a la posibilidad dxc5 y e3-e4-e5, el plan de Semion Furman. Después de 1 d4 d5 2 c4 dxc4 3 ltJf3 ltJf6 4 e3 e6 5 .1l.xc4 c5, se lle­ ga a la posición del diagrama:

9; . ... ..•• . . ·

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