Análisis Obra Teatral Oleanna

Reflexión y Análisis de la obra “Oleanna” de David Mamet

Gianpiero Girardi Oleanna, dirigida por Rodrigo Bazaes, es una obra que explora la relación entre un profesor universitario y una de sus alumnas: Ella, tímida, insegura y cabizbaja, reflejándolo en sus manos escondidas en los bolsillos del pantalón, con los hombros encogidos, tomando nerviosamente la correa de su bolso, prácticamente inmóvil, desviando su mirada al hablar, acude a él en búsqueda de ayuda debido a sus bajas calificaciones y su incapacidad para comprender la visión del curso. El profesor, abrumado por sus problemas matrimoniales y su eventual evaluación para un asenso, comunicándolo al llevarse las manos a la frente, sus bruscos movimientos de manos al hablar por teléfono, pero a la vez con una actitud altanera al conversar con la alumna, reflejándolo al no mirar a la alumna cuando esta habla para escribir en su escritorio, con los brazos cruzados y el mentón elevado cuando comienza a escucharla realmente, y su constante movimiento al interior de la oficina, para posicionarse repetidas veces detrás de su escritorio, identificado con la frustración de su alumna, aunque siempre manteniendo una actitud altanera, se sincera sobre su visión del mundo ante ella e intenta ayudarla desde lo afectivo. La alumna se quiebra y comienza a llorar de frustración, llevándose las manos a la cara y dando la espalda al profesor. Este se acerca a ella para consolarla, tomándole los hombros. Han pasado, al parecer, meses y ambos vuelven a reunirse, pero esta vez ambos tienen una actitud muy distinta. El profesor ha sido ascendido y la alumna ha denunciado al profesor ante las autoridades de la universidad un abuso sexual por parte del profesor. El profesor, ahora más seguro de si mismo, utilizando un traje elegante, reforzándolo al llevarse las manos a los bolsillos e inflando su pecho al hablar, intenta defenderse de las acusaciones de la alumna. Ella refleja mayor convicción, con la mirada más elevada y un tono de voz más fuerte, pero aún demostrando inseguridad, vistiéndose más cubierta que en el primer acto, con un grueso abrigo y vistiendo la capucha de este y demostrando nerviosismos al tomar la correa de su bolso. Ambos se interpelan mutuamente y él comienza a descontrolarse debido a la postura inamovible de su alumna, que insiste, subiendo su tono de voz y su ritmo de habla, que ha sido abusada, para finalmente tratar de dominarla físicamente para que se mantenga en la oficina tomándola violentamente, con los brazos extendidos, para sentarla en una silla, a lo que ella reacciona con temor y grita en búsqueda de auxilio.

Pasa el tiempo y el profesor ahora se encuentra demacrado, reflejándolo en su vestimenta más descuidada y casual, sus movimientos menos rígidos, sus hombros encogidos y su tono de voz bajo. Ella, por otro lado, se muestra más atrevida, con una vestimenta más descubierta y con un tono de voz constantemente fuerte. El profesor ahora ocupa el sector izquierdo del escenario (cercano al sillón), lejos de su escritorio y su soberbia inicial, donde se refugió en los primeros sucesos, donde ejercía control y poder sobre la situación, para dejar ese espacio a la alumna. Él, frustrado por su eventual despido, se encuentra inmóvil sentado en el sillón, mientras ella parada y muy erguida, demuestra comodidad y poder. Finalmente, el profesor termina por perder los estribos y ataca a la alumna, ahorcándola, luego de enterarse de que su esposa ha sido notificada de una demanda de violación por parte de él. Esta obra permite analizar como el ejercicio del poder juega un rol importante en las relaciones humanas y como este puede mutar en el transcurso de estas. A su vez, explora los sentimientos de frustración y desesperación producto de este ejercicio del poder y como somos capaces de manifestarlo, en este caso, por una búsqueda de la perdición del poderoso ya sea física o psicológicamente. En este sentido, esta salida a terreno ha permitido un análisis sobre la importancia de la comunicación corporal y como una malinterpretación, ya sea del receptor como del emisor, puede desembocar en una situación agobiante.