Alvaro Tineo Cuidar Parejas

January 5, 2017 | Author: JankoJulian | Category: N/A
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Introducción ¿Alguna vez has sentido que no entendías a tu pareja? ¿Te has sentido frustrado porque tu relación va mal y no sabes cómo arreglarlo? ¿No sabes qué hacer cuando tu pareja llora, te grita o se pone celosa? Me llamo Álvaro Tineo, y estoy aquí para ayudarte a entender a tu pareja. Sí, sé que puede parecer una proeza, pero te aseguro que después de leer este libro tendrás una imagen clarísima de qué es lo que tu pareja necesita de ti, cómo se siente y qué tiene que ocurrir para que vuestra relación dure y sea plena y feliz. ¿Tarea imposible? ¡Para nada! Las mujeres no son tan complicadas como parecen, simplemente son distintas a nosotros. Y conociendo esas diferencias, y teniendo unas pocas herramientas para comunicarnos bien, gestionar bien las emociones y ser justos a la hora de tomar decisiones… todo es muy sencillo. Te lo garantizo. Mi objetivo en este libro es el siguiente: Ayudarte a que tu relación sea duradera, sana y feliz. Para ello, voy a centrarme en tres áreas: 1. Explicarte ciertos principios sobre cómo debe funcionar una relación en el día a día para que no sea tóxica y tenga contentas a las dos partes. 2. Darte herramientas para que adquieras habilidades nuevas, que te permitan comunicarte con éxito, gestionar tus emociones y gustar a tu pareja, siendo tú mismo. 3. Ofrecerte algo de teoría para que entiendas cómo son las mujeres y qué diferencias hay entre ellas y nosotros. La suma de estas tres cosas es lo que va a hacer que tengas una relación sana y duradera con esa persona tan especial que es tu pareja. Hoy en día está muy de moda el concepto de “coaching”, y de alguna forma esto también es lo que yo hago, así que me puedes llamar “coach”, entrenador, profesor o como quieras. Pero el concepto es el mismo: yo te ayudo a que, en la práctica, tu relación vaya muy bien. Entiendo perfectamente que ahora me preguntes: “vale, Álvaro, pero ¿y tú de dónde has salido? ¿dónde has aprendido todo esto?” Como dicen los políticos, me alegra que me hagas esta pregunta. Te voy a contar brevemente mis dos formas de aprendizaje: 1. La de la vida. 2. Lo que he estudiado. Empecemos por la escuela de la vida que yo he tenido. Por suerte o desgracia, yo nací con una enfermedad genética del sistema inmune que me tuvo en cama prácticamente los primeros 16 años de vida. Al no poder ir al colegio como alguien 3

normal, no pude relacionarme con compañeros, ni chicas… y de pronto me encontré que no sabía cómo tenía que hacer para caer bien a la gente, gustar a una chica, tener amigos o poder salir por ahí y divertirme. La mayoría de la gente aprende eso desde niño sin hacer esfuerzo, como se aprende a andar o hablar, pero yo tuve que aprenderlo de mayor. Me vi sin herramientas para hacer amigos, sin tener ni idea de cómo gustar a una chica y con muchísimos complejos por mi enfermedad. Te puedes imaginar que durante mucho tiempo me sentí incompleto. Y cuando me acercaba a una mujer sentía que yo era menos que otros chicos, porque no podía trabajar como alguien normal para mantener una familia, ni siquiera pude estudiar como alguien normal, tuve que estudiar todo a distancia, desde casa, incluida la carrera. Las asignaturas que la vida me obligó a aprender fueron:: 1. Hacer de mi enfermedad mi fortaleza. 2. Leer todo lo que pude para gestionar mis emociones y complejos para sentirme poderoso en vez de inferior o enfermo. 3. Observar y practicar todo lo que podía en mis relaciones sociales para entender cómo era la gente y qué cosas necesitaban hombres y mujeres. 4. Reflexionar y leer mucho sobre cuál era la forma más sana de entender las relaciones humanas y qué principios debían regirlos. Mi enfermedad me obligó, o me permitió (lo que tú prefieras) convertirme en una especie de samurai de las emociones. Porque con mi problema no pude hacer otra cosa que cambiar el enfoque y aprender a trabajar las emociones a mi favor, en vez de en mi contra. Es por eso que si me dices que te sientes inferior por no tener dinero, entiendo lo que pasa por tu cabeza. Si me dices que tienes un problema para gestionar la ira, te aseguro que entiendo perfectamente lo que sientes (porque una enfermedad te hace odiar todo lo que te rodea). Y si me cuentas que tienes miedo a estar solo… te garantizo que yo, como enfermo crónico sé lo que es la soledad mejor que nadie. Puedo ayudarte porque he estado ahí, o al menos de forma muy parecida. Entiendo las emociones porque venían incluidas todas en el “pack” de mi enfermedad. Y al aprender a gestionarlas yo, ahora puedo ayudar a otros. ¡Pero claro, esto es sólo una cosa que yo te cuento! Y para ser un buen profesional no sólo es necesario tener una vida, también suele venir bien tener unos estudios, ¿no? Sí, tienes razón. Mi motivación personal por las emociones y la forma de aprender habilidades sociales me hizo interesarme mucho por el aprendizaje y la forma en la que la mente aprende las cosas. Es por ello que estudié y me licencié en Pedagogía en la universidad. Y también por eso, desde muy el inicio de la carrera, me especialicé, casi obsesivamente, en la área de adquisición de habilidades, y métodos de aprendizaje. Una vez terminé la carrera, me dediqué a unir las dos grandes áreas de mi vida: 4

1. Las técnicas de aprendizaje y adquisición de habilidades. 2. Las emociones y las relaciones humanas. Llevo desde 2007 dando cursos, conferencias y entrenamiento a cientos de hombres para ayudarles a mejorar en este área. Yo no soy seductor, ni soy psicólogo. Yo soy un entrenador de emociones y de habilidades humanas. Y es por eso que, en este libro (que ya es mi quinto libro sobre este tema) voy a ayudarte a entender qué es una relación de pareja sana, y qué cosas debes tener en cuenta para conseguirlo.

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PRIMERA PARTE: Algunas nociones previas

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Lo que tú eres como hombre La clave para que una relación vaya bien es que tú, como hombre, seas extremadamente justo en tus acciones. Es decir, que premies y cuides a tu pareja cuando ella invierta tiempo y energía en satisfacerte; y que pongas límites y exijas respeto cuando ella se porte de una forma desafiante o irrespetuosa. Fíjate qué simple. Pues te diría que el 99% de los hombres NO aplica esto bien. La justicia es un concepto muy importante porque es lo que te define como hombre. Tu palabra, el honor, el respeto, la justicia, la nobleza, la fortaleza… son rasgos muy asociados a la figura de un hombre atractivo. Es lo que hace que tu pareja quiera seguir a tu lado. En una relación, tú debes tener ciertos principios y valores que rijan tus acciones. Debes tener ciertos modelos que te inspiren y te hagan superarte para tener una relación más justa y sana. Para ello tienes que ser honesto y sincero contigo mismo y con ella. Tienes que saber controlar tus emociones en ciertas situaciones para no actuar de forma injusta. Debes saber pedir perdón cuando te equivoques… Y habrás de aprender a cuidar a tu pareja y saber entender lo que ella necesita. Pero también tendrás que saber ser estricto cuando ella se comporte mal contigo, deberás saber marcar límites y exigir respeto, y hacer saber a tu pareja qué es lo que tú necesitas en una relación para estar bien, porque si tú no tienes lo que tú necesitas la relación al final irá mal. Exigir respeto y saber plantear lo que tú necesitas es importante para tu felicidad, para luego poder darle a ella lo que necesita, y que la relación pueda durar. Callarse las cosas, aguantar y sufrir no vale para nada. La relación tiene que ir bien desde el principio. Y hay ciertos límites que ninguna de las partes debe traspasar nunca, o casi nunca. Yo no creo que haya que ser comprensivo cuando nos faltan al respeto. Porque si hoy nuestra pareja nos falta al respeto un poco y dejamos que eso ocurra sin hacer nada al respecto, al día siguiente lo hará un poco más, y al siguiente un poco más y al cabo de los años, seremos una marioneta pisoteada. Dejarnos pisotear hará que nosotros perdamos nuestro papel como hombres, que minemos nuestra autoestima y que ella se aburra de estar con alguien débil y acabe eligiendo alguien más atractivo. Si tú te dejas pisotear, ella no te respetará y perderá la atracción y el interés por ti. Las mujeres faltan al respeto a veces para tantear, a veces porque están acostumbradas a hacerlo porque ningún hombre les puso límites antes, a veces porque no se dan cuenta, a veces porque nos ven débiles, a veces porque nos quieren hacer daño, y a veces porque simplemente son maleducadas. Pero en todos esos caso, nosotros deberíamos actuar de la siguiente forma: 1. No tomárnoslo como algo personal. Mantener la calma. NO ENFADARSE. 2. Marcar límites y exigir que nos hable y trate como merecemos. 3. Ser inflexible y estricto hasta que no cambie de actitud.

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Como ves, he hecho énfasis en que no debemos enfadarnos y en que tenemos que mantener la calma. Si te enfadas, estás dándole motivos para luego echarte en cara que has perdido los nervios o que le has insultado sin querer, etc. Y ahí perderás la batalla por usar el arma equivocada. Además, cuando tú te enfadas, estás haciéndole ver que ella puede controlar tus estados de ánimo: si te pincha, saltas. Cuando te enfadas ella tiene un mecanismo para controlarte porque es capaz de hacerte saltar y fastidiarte cuando quiera. Pero si no te enfadas, y mantienes la calma, si tú eliges tus emociones y eres capaz de controlarlas, ella te empezará a tratar de otra manera. Porque el respeto de una mujer hay que ganarlo día a día, y esa batalla empieza en las emociones. Las mujeres son como el mar, variables, adaptativas e impredecibles. Los hombres somos como las rocas que hay en la orilla, o como el muro de hormigón que contiene una presa de agua. Debemos ser estables, fuertes, sólidos como el acero, pero justos siempre. Cuando la mujer ve fortaleza y estabilidad en el hombre, se tranquiliza, se enamora, y se siente a gusto porque ve que pase lo que pase su hombre será fuerte y estará preparado para todo. Pero si nos ve débiles, nos acabará arrollando como el agua arrolla un muro hecho con maderas mal atadas. Cuando ella te falta al respeto, está actuando como lo hace el agua cuando toca la pared de hormigón… hace presión para ver cuánto aguanta el muro. Si el muro hace una fisura… si emocionalmente te cabreas, te vienes abajo, o si tragas sus malas formas… te acabará arrollando y eso es malo PARA ELLA también. Porque ella NO quiere ir a la deriva. Ella quiere vivir rodeada de rocas que la protejan. Ella hace presión, porque está en su naturaleza. No te lo tomes como algo personal, ella es así, no lo puede evitar. Las mujeres desafían y “tocan las narices” para ver dónde están los límites, lo hacen un poco como un juego, sin darse cuenta, como lo hace un niño pequeño. Pero como digo, es una prueba, están tanteando, si tú cedes, o pierdes los nervios, estás demostrando debilidad, y la mujer hará contigo lo que ella quiera. Te recomiendo que veas el programa televisivo “Supernany”. El programa va sobre niños pequeños que han perdido el respeto a sus padres y son completos salvajes. Y una educadora entra en acción, pone límites y enseña a los padres cómo deben actuar. Los niños se vuelven sanos y felices con los límites, no con la falta de ellos. Las mujeres son igual. Necesitan límites. Los hombres también los necesitamos. El ser humano necesita límites para respetar y valorar lo que nos rodea. Si tú no marcas esos límites y no exiges el respeto y el trato que mereces, NADIE lo hará. Imagina que estás con tu pareja de fin de semana romántico. Y ella está de mal humor. Tú has preparado todo, estáis en un hotel y al salir del baño ella te dice “déjame tranquila”, de malas formas. Tú podrías pensar que esto es una tontería y que no merece la pena mencionarlo y estropear el viaje. Pero aquí yo te pregunto: ¿es justo que ella te hable así cuando tú la estás tratando bien a

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ella?¿Es justo pague contigo su mal humor cuando tú has preparado un viaje romántico por y para ella? Es decir, ¿la relación de verdad va a ir bien si tú te portas muy bien con ella y ella contigo se porta fatal? Ahí, en ese momento, en ese mismo instante la vida te está diciendo cómo van a ser las cosas en un futuro si tú no pones límites. Por eso he dicho antes que un hombre debe ser justo. NO es justo que ella te hable así. Eso NO está bien. Y no le haces ningún favor permitiendo que piense que puede comportarse como una niña malcriada. ¿Cuál es el error que cometen los hombres? Enfadarse y trabajar desde la ira. La ira no funciona bien. Tienes que poner límites con cariño. El cariño es el 90% de que esto salga bien. El cariño, y saber quitar privilegios sin enfadarte. En este caso, por ejemplo, le podrías decir: “Cariño, he preparado este viaje para ti, estás de mal humor y me acabas de contestar mal… y yo no merezco esto, así que, no pasa nada, tómate tu tiempo para relajarte, yo me voy a ir al bar con el ordenador. Cuando estés de humor para tratarme como merezco, me vienes a buscar y seguimos con el viaje”. Esto es ser una roca. Esto es ser un muro que cuida y protege al mar sin inmutarse. No la atacas, no pones ahí enfado, ni ira, no la castigas, simplemente le haces ver que tú eres una roca que no permite que nadie le falte al respeto. Nunca. Una relación de pareja es un reflejo de cómo tú te sientes internamente como hombre. De tus valores, tu fortaleza y tu autoestima. Si eres fuerte, tu pareja estará en paz y enamorada. Contrariamente a lo que parece, cuando un hombre marca límites, lo que consigue es que la mujer esté tranquila y feliz, no lo contrario. Al principio, ella podría hacerte un test para poner a prueba si vas de farol o no. En el ejemplo del viaje te puede decir: “Está bien, tú mismo, vete donde quieras” Perfecto. No pasa nada, tú eres una roca, no necesitas al mar para nada. Si ella no está a la altura, si no es capaz de tratarte como tú te mereces no merece la pena que esté en tu vida. Tú en este caso, te bajas al bar, y te pones a hacer tus cosas. Ella tiene dos opciones: bajar y arreglarlo… en cuyo caso tú la perdonarás al instante y no volverás a mencionarlo; o no bajar nunca y provocar que desaparezcas de su vida. Tú eres una roca, no eres agua. Si algo no es justo, si algo no es lo correcto, si algo está mal… debes ir hasta las últimas consecuencias. Porque si esa mujer no te respeta en ese pequeño detalle y no es capaz de darse cuenta de que está siendo una idiota malcriada al tratarte así, te aseguro que esa mujer no te interesa.

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También te digo una cosa: las mujeres son agua, no rocas. Su naturaleza es sentir atracción por un hombre que le pone límites y la obliga a actuar con justicia, no por un hombre que se deja pisotear. Este concepto es muy importante. Y de hecho lo voy a repetir: “La mujer se siente atraída por un hombre que pone límites y la obliga a actuar con justicia. No por un hombre que se deja pisotear. Eso NO es atractivo”. El agua es igual de poderosa que las rocas, pero sus funciones y sus fortalezas son otras. Si cada uno entiende su papel, la relación irá bien. Si no… es complicado que la relación dure.

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La lucha interna y la lucha externa En toda relación con otra persona hay un proceso interno y otro externo. El proceso interno es todo aquello que sentimos, pensamos, percibimos y juzgamos internamente sobre lo que nos ocurre. El proceso externo es lo que nosotros hacemos y la forma en lo que lo hacemos, que los demás ven y perciben. Nuestra pareja no puede ver lo que pasa por nuestra mente (proceso interno), pero sí puede vernos llorar o enfadarnos (proceso externo). Para que una relación vaya bien es igual de importante saber gestionar tanto lo interno, como lo externo. Hay que aprender a gestionar nuestras emociones y pensamientos para que acaben haciéndonos estar a gusto y ser justos… y también tenemos que controlar lo que hacemos, para que nuestra pareja reciba de nosotros lo que ella necesita. Es decir, que tenemos que conocernos bien para estar a gusto y sentirnos felices dentro de la relación, pero también debemos saber cómo actuar externamente y qué cosas debemos hacer para que nuestra pareja tenga lo que ella necesita. En este libro, trabajaremos ambas facetas, porque las dos son importantes. Para el tema interno, aprenderemos a relativizar las cosas y reconducir las emociones. Te enseñaré varios ejercicios muy útiles para calmar los nervios, para hacer que tus enfados pasen y se disipen poco a poco sin explotar, y para recuperar el ánimo cuando las cosas van mal. Para el tema externo te voy a dar ciertos principios o modelos de comportamiento que hacen que una relación vaya bien, pero para ello, antes de nada, necesito que entiendas lo que son los “Tres Pilares”.

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Los Tres Pilares Voy a intentar resumirte cuál es el secreto para que una mujer esté enamorada, entregada y a gusto en una relación. Este secreto es muy sencillo, sólo tienes que conseguir saber hacer que ella sienta tres cosas: 1. Que se sienta protegida, cuando lo esté pasando mal. 2. Que se sienta útil y deseada por ti a menudo. 3. Que sienta que tu realidad, como hombre, es poderosa, cuando dude de ti, o te ponga a prueba. Así dicho no parece tan complicado, ¿no? Este es el resumen de todo el libro, ¡hala, ya está, puedes cerrar el libro! Bueno, quizá no es tan sencillo, pero el resumen es este. Una mujer se siente atraída, enamorada e ilusionada en una relación simplemente cuando siente esas tres cosas. O lo que es lo mismo, cuando ve satisfechas estas tres necesidades. Por eso, a estas tres necesidades yo las llamo “Los Tres Pilares”. Los Tres Pilares, pues, serían: 1. Pilar de la Protección (hacer que ella se sienta protegida). 2. Pilar de la Escalada (hacer que se sienta deseada y útil). 3. Pilar del Juego a la Contra (hacer que nos perciba con una realidad poderosa). Como digo esto es muy sencillo (en la teoría) y no tan sencillo (en la práctica). Te invito a que, por un momento te pongas en la mente de tu pareja. Imagina cómo se sentirá ella si ve que cuando está triste, o vulnerable, la dejas sola y no puede contar contigo nunca. Imagina lo frustrante que debe ser que se ponga guapa a diario, y sentir que tú no la consideras atractiva. Y piensa lo que debe ser para ella que en una discusión tú te vengas abajo y cedas a sus caprichos siempre. ¿Algo de esto es atractivo? Me parece que no, ¿verdad? Un hombre no debe hacer mucho, realmente. No hay que comprar regalos caros, ni ser rico, ni alto, ni famoso para hacer feliz a una mujer. Sólo hay que hacer tres cosas: 1. Dejar claro que si ella lo necesita, estarás ahí. 2. Hacer que se sienta una diosa y que vea que te gusta mucho y que es útil para ti.. 3. Demostrar que no puede jugar contigo, y que tienes un par de … cuando es necesario. Son pocas cosas, pero hay que hacerlas bien.

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¿Cuándo hacer los Tres Pilares? Ahora bien, tú podrás decirme “Álvaro, pero ¿cómo demonios sé yo cuando ella necesita una cosa u otra?”. Para saber cuándo aplicar cada pilar tienes que entender que el momento lo es todo. Los Tres Pilares son estupendos si se hacen en el momento apropiado, pero un desastre si los hacemos cuando no tocan. Te voy a poner un ejemplo. Hacer sentir deseada a tu pareja es estupendo, pero si intentas tener sexo con ella cuando está llorando en el funeral de un familiar querido… quizá no sea lo ideal, ¿verdad? O, si, por ejemplo, quieres hacerla sentirse protegida, el mejor momento para hacerlo no creo que sea el día que te falta al respeto delante de tus amigos ¿me equivoco? Como digo, el momento lo es todo. Así que, te voy a intentar dar una chuleta muy sencilla para saber cuándo toca cada pilar: 1. Cuando veas que ella está triste, vulnerable, frustrada o insegura por no estar a tu altura: hay que hacer el pilar de la protección. 2. Cuando veas que ella te falta al respeto, te habla de malas formas, te ataca, se pone arrogante/subidita, o pasa de ti: hay que hacer el pilar del Juego a la Contra. 3. En cualquier momento que no pase nada de lo anterior, puedes escalar, es decir, sexualizar, siempre que quieras. Y será obligatorio hacerlo siempre que ella se vista especialmente sexy o atractiva. Es decir, si la ves triste y mal, cuídala. Si te está faltando al respeto, marca límites y hazle ver que no vas a tolerar que ella te falte al respeto. Si se pone guapa para ti, piropéala. Si está en casa contigo de buenas, hazla tuya. Es decir, disfruta del sexo con ella, haz cosas nuevas, suéltate y haz que se sienta muy deseada. Te garantizo una cosa: siempre que una relación falla es porque uno o más pilares se han dejado de lado, o se han hecho mal. Y siempre que una relación va bien es porque los Tres Pilares se hacen a RAJATABLA.

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Muy bien, pero… ¿cómo hago los Tres Pilares? Buena pregunta. Intentaré darte aquí también una chuleta bastante sencilla. Te voy a resumir de una forma coloquial, un par de trucos que puedes tener en cuenta: 1- Para hacer el pilar de la Protección imagina que estás con una niña pequeña, adorable y preciosa que se siente vulnerable e insegura. Deberás cuidar de ella con todo tu cariño, paciencia, mano izquierda, comprensión y cuidados físicos (abrazos, etc.). Todas las mujeres tienen una niña así en su interior, y esta sale a la luz cuando se ponen tristes… cuando esto ocurra, tu deber es abrazarla, y darle cariño como lo haría un padre. 2- Para hacer el pilar de la Escalada, imagina que estás en una película, haciendo de guerrero recién llegado de la batalla y que lleva sin ver a su mujer varios meses. Es decir, saca tu lado más dominante, más primitivo, más instintivo, más duro. Y hazle sentir que la deseas y que la quieres, en ese preciso momento. 3- Para hacer el pilar de la Contra, imagina que eres su jefe, es decir, que ella es la que está a tu servicio y que hay algo que ha hecho mal. Tienes que tener una actitud de un poco “sobrado” o “chulo”, en el que sutilmente, subcomunicas que NO buscas su aprobación y que no vas a andarte con tonterías ni aceptar faltas de respeto. Sé que este resumen es muy peliculero, pero me parece una muy buena forma de darte un resumen grosso modo, para que te quedes con la idea. En resumen:   

Si está triste, cuídala con dulzura. Si se pone sexy para ti, saca tu lado más animal. Si te falta al respeto o no te trata como te mereces, ponte chulo y, con cariño, pero con asertividad, deja claro que a ti nadie te habla/trata así.

Luego veremos todo esto en detalle. Pero de momento, quiero que te quedes con la idea general. Todo lo que digo parece razonable, ¿Verdad?

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El error más típico El error más típico que cometemos los hombres, es hacer los pilares cuando no tocan. Algo que hacemos muy a menudo los hombres es cabrearnos cuando vemos que ella está triste o dolida por algo que hemos hecho, porque nos sentimos atacados con un “reproche” (es decir, que hacemos Contra cuando deberíamos hacer Protección). Otro error muy común es no reaccionar rápido cuando ella nos empieza a faltar al respeto o deja de tratarnos como merecemos. Vamos dejando pasar esas situaciones por dejadez o por inseguridad, y lo que acaba ocurriendo es que dejamos de ser hombres atractivos a sus ojos, y nos acaba perdiendo el respeto. Y así con infinidad de cosas. En resumen, cometemos el error de no hacer los pilares cuando tocan. Por eso digo que el momento lo es todo. Relacionarse con una mujer es muy parecido a invertir en bolsa. Si la empresa va bien, tienes que invertir, si ves que la cosa va mal… tienes que vender. Una mujer es igual, ella fluctuará emocionalmente, en parte por sus hormonas, en parte porque culturalmente se le ha permitido comportarse así, y en parte porque es un ser humano, que siente, piensa y actúa libremente. Así que, como te digo, habrá fluctuaciones. No puedes pretender que ella sea como tú, ni como un amigo tuyo, porque ella es mujer y tú eres hombre. Ella no actúa con la lógica de un hombre, ni aplica las emociones de igual forma. La mujer es como un gato y tú eres como un perro. Ella no va a hacer “guau”, por mucho que lo intentes. Ni tú podrás hacer “miau”. La única forma de entenderse es ponerse en el lugar del otro, e intentar ver qué demonios ha querido decir cuando ha dicho “miau”. Cuando ella fluctúa emocionalmente, o cambia de estado de ánimo muy rápido, no te lo tomes como un ataque, ni como algo personal, ni pienses que sus reproches son infantiles, etc. No, de verdad, así vas a acabar mal. Sé práctico y asume que ellas SON así, y que lo único que puedes hacer es saber gestionar bien sus cambios. Igual que un inversor de bolsa tiene que entender que la bolsa va a variar. Y la única forma de ganar dinero es tener herramientas para saber ganar tanto cuando las acciones suben, como cuando las acciones bajan. Eso es todo. No cometas el GRAN error: acepta cómo es la mujer, acepta su variabilidad, y aprende a adaptarte a sus estados de ánimo, haciendo cada uno de los pilares que vayan tocando en cada momento.

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El cariño Todo lo que he dicho hasta ahora tiene sentido sólo cuando sabemos trabajar desde el cariño. Especialmente cuando hagamos el pilar del Juego a la Contra. Es decir, cuando tengamos que ponerla en su sitio. Pero en general, ser cariñoso es muy atractivo para una mujer, siempre que de fondo seamos asertivos y decididos. Esta combinación es extremadamente atractiva. Yo siempre digo que hay que tener mano de acero pero guante de seda. Muy bonitas palabras, muy bonitas formas para que ella esté a gusto, pero nuestra personalidad debe ser como el acero, estable, fuerte, duro cuando sea necesario, etc. O como las rocas, o el muro de hormigón que mencioné antes. Si no eres cariñoso, y eres solo brusco, la chica puede que se acabe yendo de tu lado por exceso de contra. Si eres muy cariñoso pero ve que puede hacer contigo lo que quiera… puede que la cosa acabe mal, por falta de contra. El secreto es ser asertivo, poderoso, inflexible pero cariñoso. Veamos algunos ejemplos. Si tú fueras brusco y dominante sin ser cariñoso, podrías decir algo como: “No voy a tolerar que me faltes al respeto, me voy, no me mereces”. Lo cual estaría bien para un caso muy extremo. En los casos extremos, como si por ejemplo se ha acostado con otro hombre… sí está justificado recurrir a la brusquedad. Pero para algo más cotidiano como que no esté de buen humor… es excesivo. Para esos casos, sería mejor guante de seda y puño de acero, y decir una frase del tipo: “Cariño, estás pagando conmigo tu mal humor y eso no me parece bien. Me voy a ir a hacer mis cosas, cuando me hables bien, vuelves” Este ejemplo es una mezcla de cariño, asertividad y fortaleza. Hay un equilibrio entre estas dos cualidades y eso es lo que hace que funcione. Veamos ahora cómo sería el caso de una respuesta con cariño, pero sin fortaleza. Es decir, guante de seda y puño de plastilina: “Cariño, cuando me hablas así me pongo triste y no me gusta, por favor… te quiero, te necesito, haría cualquier cosa por ti” Imagino que comprenderás que una frase de este tipo no es atractiva. Ninguna mujer va a respetar a un hombre que diga frases como esta cuando ella se esté portando mal. Como dije antes, no tienes que hacer muchas cosas para hacer que una mujer esté a gusto a tu lado, pero la forma en la que gestionas sus pequeñas faltas de respeto del día a día, es algo así como el 80% del resultado. 16

Ni blanco, ni negro: GRIS Enfadarse es el negro. No hacer nada es el blanco. La clave está en el gris. Tú imagina que tienes que eres el presidente de un país extranjero y otro país te ataca. Y tú sólo tienes dos opciones: 1. No hacer nada y dejar que te ataquen. 2. Usar tu única arma, que es una bomba nuclear que aniquila la tierra entera. Incluido tu país. Con estas dos opciones parece un poco difícil salir con éxito de la situación, ¿verdad? Como digo, la solución está en el gris: una opción intermedia que tenga matices y que te permita ajustar tus acciones a lo que la situación requiera en ese momento. Cuando tenemos una discusión o una situación difícil con nuestra pareja, raramente podremos usar el blanco (no hacer nada) o el negro (recurrir a medidas extremas, enfado, etc.). El 99% de las veces tendremos que movernos por el gris: asertividad, cariño, comprensión, inflexibilidad pero desde el respeto, no perder los nervios, etc. Enfadarse en ciertas situaciones extremas está bien. Pero eso es una bomba nuclear. Hay que saber cuándo hacerlo y estar seguro de que realmente se nos ha faltado al respeto lo suficiente como para que esté justificado recurrir a algo así. Si no, enfadarte te va a traer más resultados malos que buenos. La mayoría de los hombres sólo saben o tragar y padecer (blanco) o ya explotar y armar la guerra (negro). Es muy fácil hacer perder los nervios al hombre medio. Y por eso las mujeres tienen tanto control sobre nosotros, los hombres. Están muy acostumbradas a salirse con la suya porque cuando recurres al negro, sin estar justificado, luego te pueden hacer chantaje emocional: mira cómo te has puesto, no puedo decirte nada, no me merezco que me hables así, etc. Y ahí has perdido la batalla. Si eres médico y te pasas con la dosis de un jarabe, el enfermo se muere y te despiden del trabajo. Aún incluso cuando el jarabe fuera el acertado, e incluso aunque tu diagnóstico fuera bueno. Al discutir con una mujer, importa tanto lo que haces, como cuánto lo haces. La dosis del enfado, o la dosis de lo serio que te pones, influye en un 50% en el resultado. Los hombres, entre nosotros, sí somos de blanco o negro. Si un colega nos cae bien, vamos a por todas, y le permitimos sus rarezas, porque son cosas que no nos afectan o que sabemos que no van a ir a más. Si nos tocan los cojones, nos cabreamos, y nos ponemos como locos y luego no pasa nada. Ningún colega te va a decir que se ha sentido humillado porque le alces la voz. Pero una mujer sí te lo va a decir. Como tú eres físicamente más fuerte que ella (la mujer tiene más o menos un 40% de fuerza física menos que el hombre de media), ella sí que considera muy importante que no le grites, que no se sienta amenazada y que seas más cariñoso que de costumbre cuando discutas con ella. 17

Para ella eso es importante y tú debes entenderlo. Con una mujer tienes que usar el GRIS. Y más vale que lo aceptes desde el principio. Ni blanco, ni negro: gris.

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Revulsivos de personalidad Aunque he hablado de la importancia de los Tres Pilares, antes de nada, como conceptos generales, me gustaría aclararte que hay varios rasgos que son, de por sí poco atractivos en un hombre y que desde ya te recomiendo trabajar. Te hago una pequeña lista: 1. 2. 3. 4. 5.

Dependencia emocional. Falta de ambición. Vida muy rutinaria. Dejadez física. Dejarse pisotear por jefes, familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.

Los puntos de esta lista serían el equivalente a que una mujer fuera sin depilar, llevara bigote, engordara 100 kilos, eructara en público y te mordiera el pene cuando te hiciera sexo oral. Nada de esto sería atractivo, ¿verdad? Si ella hiciera algo de eso… por muy cariñosa, complaciente o buena persona que fuera luego, sería muy complicado que tú sintieras atracción por esa chica, ¿me equivoco? Pues bien, a ellas les pasa lo mismo. Si te ves en alguno de estos epígrafes, te recomiendo que empieces a trabajar para cambiarlo. Si no te ves capaz de hacerlo solo, busca ayuda. Yo mismo ayudo a cientos de hombres a mejorar esas áreas, y muchos psicólogos y coaches como yo, pueden ayudarte a mejorar cualquiera de estos problemas. Esto es importante porque si tú haces muy bien los tres pilares, pero luego, de base, tu pareja ve que dependes de ella para todo, que cualquiera puede aprovecharse de ti, que físicamente vas ridículamente mal vestido o que no tienes metas ni aspiraciones en la vida... es complicado que esté a gusto a tu lado. De hecho, creo que es importante que entiendas, que todo esto que te digo, constituye, fundamentalmente lo que significa ser un “hombre”. Un hombre debe ser ambicioso, asertivo, socialmente respetado y con una realidad poderosa. Ese es tu papel como hombre. Si no haces tu papel, al final, por muy bien que hagas los pilares… las cosas empezarán a fallar.

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Lo importante es lo que ella siente, no lo que haces tú Cuando hablamos de los Tres Pilares, algo que es muy necesario que entiendas es que cuando estás delante de una mujer, lo importante no es tanto lo que haces tú, sino lo que ella siente como consecuencia de lo que tú haces. Veamos algunos ejemplos: 





Ella está triste y tu intención es cuidarla, intentas gastarle alguna broma para animarla y haces que llore más. Da igual lo que hayas hecho, la consecuencia es que se siente peor, así que has hecho mal el pilar de la Protección. Tu pareja te desafía y te falta al respeto. Tú le dices que no te hable así mientras haces otras cosas, ella se ríe de ti y te habla peor. Tu forma de decir las cosas no ha sido suficientemente asertiva. Has hecho mal el pilar de la Contra. Tu pareja se pone guapa y tú la piropeas, pero ella te echa en cara que ese piropo es el mismo que le decías a tu ex-novia. Da igual tu intención… has hecho mal el pilar de la Escalada porque ella NO se siente deseada. Al contrario.

Como digo, lo importante no es lo que tú haces, sino lo que ella siente. Si no consigues que ella sienta los Tres Pilares… es que has hecho mal las cosas. Nuestras acciones tienen que ser extremadamente prácticas. Sólo deberemos hacer cosas que sepamos que van a provocar las emociones que ella necesita. Si no lo consigues, no has aplicado correctamente el pilar. Varios errores muy comunes que hacemos los hombres cuando estamos ante un problema o conflicto son:: 1. Hacer lo que nos harían sentir bien a nosotros. Esto es un error porque ella es distinta a nosotros. 2. Intentar cambiar de tema para evitar el problema. 3. Regalar algo muy costoso, en vez de ir a lo sutil/emocional primero. 4. Hacer cosas que se puedan ver y tocar. Y ellas son más de sentir. 5. Enfadarnos cuando ella llora. Así no se le pasa el llanto, sino todo lo contrario. Estoy harto de ver hombres que intentan cuidar con regalos en vez de con abrazos. Que intentan hacerse respetar desde la ira, o que sexualizan con miedo y a tientas, por miedo a parecer machistas. Y lo importante no es tu intención al hacer las cosas. Lo importante es conseguir un resultado: saber gestionar bien lo que ella siente. Esta batalla se gana en las emociones, en el corazón, no en la cabeza. Una discusión no es un problema racional/lógico. Es un problema emocional. Y lo único que importa es conseguir que ella SIENTA los Tres Pilares. Si tu enfado le hace ver que te puede controlar emocionalmente, no es una buena forma de hacer Contra. Si un regalo costoso no le hace sentirse especial, entonces 20

estás haciendo mal la Protección. Porque como digo, lo importante no es lo que tú haces, sino lo que ella acabe sintiendo. Da igual que te hayas gastado mucho dinero en su regalo, y que eso para ti signifique que la quieres mucho y sea tu forma de demostrarlo. Si ella no necesitaba eso… si ella después de tu regalo no se siente cuidada y protegida, tu regalo es inútil. Lo único importante es lo que ella siente. Y tienes que acostumbrarte a cambiar el enfoque. En vez de pensar qué es lo que tú crees que deberías hacer… tienes que empezar a observar y empatizar con ella y ver qué es, en la práctica, lo que ella de verdad necesita recibir de ti para sentirse protegida, deseada y al lado de un hombre poderoso (los Tres Pilares).

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No te puedes enfadar por algo que no has avisado antes Otro concepto que considero que merece la pena tener en cuenta es que no es correcto, ni justo enfadarte o reprocharle a tu pareja que no haga algo que previamente no le has avisado. Por ejemplo, no es justo que te enfades con ella por hacer ruido cuando trabajas si previamente no le has dicho que eso te molesta. Tampoco sería justo que te enfades porque llegue un poco tarde si no le has avisado previamente de que tú eres muy puntual y que te molesta esperar. Aunque parezcan cosas de “perogrullo” te aseguro que tu vida será mucho más fácil si las explicas antes de enfadarte. Hace algún tiempo me sorprendió muchísimo que en EEUU, en los vasos de café ponía: no volcar. Es decir, que te advertían de que si volcabas el café te caería en los pantalones y te quemarías la pierna. Pues bien, eso lo hicieron porque hubo gente que lo volcó y se quemó. La mente extremadamente práctica de los estadounidenses les hace pensar que es mejor advertir, por muy obvio que sea, que lamentar después. Por eso mismo, en McDonalds, siempre que friegan el suelo, ponen un cartel encima del suelo con el texto “cuidado, suelo mojado”. Porque más vale prevenir, que acabar pagando una indemnización después por no haberlo avisado. Con tu pareja, especialmente si estás empezando con ella, te recomiendo que tengas una actitud igual de práctica. El enfoque incorrecto es pensar que la chica llega tarde (o lo que sea) para fastidiarte; o que esas cosas son de sentido común y que lo hace a drede para molestarte porque te está faltando al respeto. El enfoque correcto es entender que esas cosas no tiene por qué saberlas y que antes de enfadarte, atacar o hacer daño, merece la pena advertir y avisar de lo que te molesta y lo que esperas de ella. Tú deberías tener una lista de cosas que habitualmente necesitas y esperas de ella, y poco a poco, según os vais conociendo, írselas diciendo antes de empezar la relación, para que ella te conozca bien desde el principio, y te evites problemas posteriores. Esto que es tan obvio, ¿por qué nadie lo hace? No lo sé, pero sólo con esto se resolverían muchos problemas, te lo aseguro. Sé práctico y no asumas que ella debería saber lo que te molesta o debería intentar hacer una u otra cosa para satisfacerte… antes de enfadarte, avisa y di lo que necesitas desde el principio.

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El arte de leer las emociones Efectivamente, para conseguir lo detallado en el punto anterior, tienes que saber leer sus emociones. Antes de nada, quiero aclarar, que para leer sus emociones importa mucho más lo que hace, y cómo lo hace, que lo que dice. Si le preguntas “¿qué te pasa?” y te dice que “nada”, pero con cara de enfado y los brazos cruzados… haz caso a lo que hace, no a lo que dice. En cualquier caso, y como esto puede ser un poco confuso, te voy a dar una pequeña guía simplificada para descifrar sus emociones: 1. Si llora se siente triste. Sé que pensarás que esto es una obviedad, pero no lo es. Porque muchos hombres piensan o sienten que cuando ella llora, se siente enfadada y nos echa en cara cosas. No, cuando llora se siente triste y vulnerable y necesita cariño. El abrazo tiene que ser inmediato. Nada de ira, ni culpabilidad: sólo abrázala y dale cariño. 2. Si te levanta la voz, se cree por encima de ti. A su jefe no le grita, ni a su médico, ni a su profesor de la universidad. Es decir, a las figuras de autoridad que respeta mucho, no les alza la voz. Ni siquiera alza la voz a una persona que considere su igual, como una compañera de trabajo o de clase. No. Cuando se alza la voz, se está desafiando, y eso se hace cuando consideras que tú tienes el control y la otra persona no. Siempre que ella haga eso, debes hacer Contra. Y la mejor forma de hacerlo es, con cariño, decirle que te está gritando, y que mejor habláis cuando te hable con el respeto que te mereces. No te enfades, pero no le permitas seguir hablándote así. 3. Si se pone sexy es que quiere gustarte y necesita sentirse deseada. 4. Si dedica tiempo a hacer algo por ti, como cocinar una comida especial, ponerse guapa para recibirte, o hacerte un masaje, es que se siente vulnerable porque quiere demostrarte que está a la altura. Ahí tienes que cuidarla y darle mucho cariño, premiándola, y dando las gracias por cuidarte. Si refuerzas positivamente el tiempo que invierte en ti, te asegurarás de que siga haciéndolo. 5. Cuando está de mal humor normalmente es por falta de sexo o porque no le has hecho sentirse deseada correctamente. Si llevas más de una semana sin tener relaciones sexuales con ella… lo normal es que se empiece a poner de mal humor. Y ella misma no sabe por qué, no es consciente de ello, pero así funciona. Así que, si la ves de mal humor, primero haz repaso mental y piensa cuándo fue la última vez que tuvisteis relaciones sexuales. Y luego, pregúntale qué le pasa. De todos modos, luego veremos cómo gestionar la situación cuando ella está de mal humor. 6. Si al chatear con ella tarda en responder, no insistas. Deja que encuentre el momento de contestar y si está rara, pregunta por qué. Pero no vayas detrás, ni te enfades. Mantener tu actitud tranquila siempre es atractivo y positivo para una relación. En general, espera a saber, antes de actuar o enfadarte. Primero entérate de qué pasa. 7. Si no está cariñosa, es porque se siente enfadada. En su cabeza, piensa que hay algo que has hecho que es injusto. Tienes que preguntar y averiguar qué es lo que le ha molestado. Para esto, también te daré luego más detalles. 23

8. Si no quiere tener sexo, es porque te está dejando de respetar. Aquí toca Contra. A excepción de ciertos momentos en los que esté enfadada… si notas que no quiere tener sexo contigo… el problema es que te ha dejado de respetar. 9. Si te hace sexo oral, quiere decir que te quiere mucho y que quiere gustarte. Después de eso siempre hay que hacer Protección y cuidarla, darle cariño y abrazos. Si tiene sexo contigo pero últimamente está dejando de hacerte sexo oral… mal síntoma. Seguramente toca hacer Contra. Si la chica nunca te ha hecho sexo oral es un caso distinto. Pero si empezó a hacerlo y últimamente ya no lo hace, algo pasa y tienes que averiguar por qué.

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Como conseguir cosas de ella Si algo no te gusta en tu relación, ¡cámbialo! Esto puede parecer evidente pero no lo es. La mayoría de hombres se resignan (primero), se frustran (después) y se enfadan (al final), porque las cosas no salen como ellos quieren. En vez de, desde el principio, saber plantear lo que necesitan y tomar acción para que las cosas que a uno le molestan cambien. La clave está en saber cómo plantear lo que necesitas para que tu pareja no se ofenda, ni se disguste, ni se sienta atacada, sino todo lo contrario. Si lo haces bien, deberías conseguir que ella esté más motivada e ilusionada, pensando que está trabajando para tenerte feliz y contento. Si queremos conseguir que alguien haga algo por nosotros, lo ideal es empezar planteándolo como un favor, haciendo que la persona se sienta especial, útil e importante al hacerlo. Por ejemplo, es mucho mejor decir: “Cariño, hoy he llegado tarde del trabajo y estoy agotado… ¿me harías el favor de hacerme tú la cena, por favor? Es que no puedo ni con mi alma…” Que decir: “Joder, llevo todo el día trabajando y ¡¡¿no tengo ni la cena preparada??!!” Es mucho mejor decir: “Cariño, estoy viendo la tele y me molesta un poco el ruido de la música de la cocina, ¿podrías cerrar la puerta o bajar un poco el volumen, por favor?” Que decir: “Cariño, ¡baja la puta música!” Te aseguro que estos matices importan mucho. Si después de pedirlo como un favor, tu pareja te dice que no quiere hacerlo (algo raro, cuando de verdad estás pidiendo algo justo y lo haces con cariño), entonces debes recurrir a argumentar con más asertividad, explicando por qué es justo y necesario que lo haga ella. Sería bueno decir algo como: “Cariño, entiendo que tú también estás cansada, pero entiende que yo trabajo más horas, y además mi trabajo conlleva mucho más estrés. Ya hablamos en su momento que era justo que yo no tuviera que preocuparme por la cena, y ahora no me parece razonable que me des problemas con ello, así que por favor, haz la cena, cariño, entiende que lo necesito y es justo”. Y si después de esto, sigue en las mismas, la tercera ofensiva ya debe ser un ultimátum, pero con cariño: “Ok, cariño, mira, te estás comportando de forma injusta y en contra de lo que habíamos hablado, sin motivo aparente. Si tienes algún problema, de otro ámbito, 25

conmigo, podemos hablarlo en otro momento, pero ahora mismo, tienes que hacer la cena, porque te tocaba a ti hacerla. Así que, como me estás dando muchos problemas… te voy a decir sinceramente una cosa: yo no voy a aceptar estar en una relación con alguien injusto, que no tiene en cuenta lo que yo hago por la relación, trabajando muchas horas para encontrarme esto así. Es por ello que ahora me voy a ir a cenar fuera. Tú te vas a quedar aquí pensando, y tendrás que cambiar de actitud. Si quieres estar con un hombre al que no le importe esta situación, entonces te digo en serio que no soy para ti. Pero si quieres estar conmigo no voy a permitir que esto vuelva a ocurrir, jamás.” Y en ese momento te vas, tal y como has dicho, pero sin enfadarte, a cenar fuera, solo. Advertencia: esto no funciona bien si te enfadas. Si te enfadas pierdes la razón y ella se agarra a tu error en las “formas” para salirse con la suya. Además, debes tener en consideración varias cosas. La primera es que esto es sólo un ejemplo, en cada caso habrá que analizar qué se debe hacer. Por otro lado, este último argumento tan contundente, sólo podrá hacerse cuando de verdad tengamos claro que nosotros NO estamos fallando en nada, que estamos siendo de verdad justos en todo lo que decimos y que su “rebelión” con respecto a la cena, no se debe a una “cagada” monumental nuestra anterior, como podría ser: gritarle habitualmente, haberla tratado mal injustamente en el pasado, haber puesto los cuernos, gastarte el dinero en otra gente en vez de ser responsable con la casa y con ella (en el caso de que viváis juntos), etc. Es decir, si su rebelión está justificada, entonces NO DEBES HACER LO QUE HE PUESTO ARRIBA. Si su rebelión está injustificada, pero es extraño en ella, puedes preguntar antes del ultimátum: “Cariño, esto no es propio de ti, ¿por qué tienes esta actitud hoy con la cena? ¿Qué pasa?” Y según lo que te diga, pues ya gestionas. En resumen: 1- Antes de nada, plantea lo que quieres como un favor. En vez de enfadarte pensando que las cosas ya deberían estar hechas, etc. 2- Si ves una negativa, sé justo y piensa si su rebelión está justificada. 3- Si no ves motivo aparente… plantea, racionalmente y sin enfadarte, por qué crees que es importante y justo que ella haga eso. 4- Si no reacciona pregunta por qué se está comportando así. 5- Si ante eso, ves que no hay nada de peso detrás de su conducta y que simplemente te está faltando al respeto, entonces, con cariño, plantea un ultimátum, en el que o cambia de actitud, o todo se acabó.

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Sé que puedes pensar que los ultimatums son excesivos en una discusión de pareja, pero no lo es. Sobre todo no lo es cuando de verdad estás ante algo injusto. Que tú hagas más que ella en casa, o que tú hagas más que ella en conjunto por la relación, es injusto. Que ella te falte al respeto es injusto. No te recomiendo que aceptes recibir ese trato por parte de NADIE. Si tú permites que ella te falte al respeto o se aproveche de ti… en algo pequeño, luego lo hará en algo grande. Las faltas de respeto hay que pararlas desde el principio. Pero como digo, siempre con cariño. El error que cometen la inmensa mayoría de hombres es o bien tragar y no hacer nada (eso es nefasto porque ahí están sentando el precedente de que la mujer puede hacer contigo lo que quiera) o bien se enfadan, atacan y acaban perdiendo el argumento, porque su desproporcionada y descontrolada reacción acaba provocando que el hombre tenga que disculparse por haber insultado o gritado, en vez de mantener su posición de autoridad moral, que es la que te capacita para conseguir lo que tú quieres, y que además, es lo justo. Gestionar mal este tipo de situaciones supone el 90% de los problemas de una pareja. Si los hombres hiciéramos las cosas siempre así, con justicia, tranquilidad, cariño y sin ceder… te aseguro que las mujeres no acabarían tratándonos como muchas veces lo hacen, y las parejas durarían muchísimo más tiempo y serían bastante más plenas. Tú tienes en tus manos el potencial necesario para ser respetado y cuidado por tu pareja, pero tienes que tener el valor de usar ese potencial con madurez y cariño. Sólo así conseguirás lo que tú quieres.

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Tus funciones como hombre Para saber qué puedes exigir de una mujer, es importante entender qué es lo que tú como hombre tienes que ofrecer primero, porque si tú no haces tu parte… ¿por qué debería ella hacer la suya? Aunque hay algunos puntos muy subjetivos, te voy a hacer una lista de lo que yo considero que tú como hombre, normalmente deberías hacer con respecto a una chica en una relación. Antes de nada, te digo una cosa: cada chica es distinta. Y según lo madura e independiente que la chica sea, quizá ella espere de ti menos cosas. La edad también influye mucho. Y con tu pareja, tendrás que ver cómo es ella en concreto y qué espera ella de ti, pero de momento te voy a dar una lista de las cosas que son lógicas que una chica te pida. Es decir, te voy a dar una lista de las cosas más habituales y socialmente aceptadas que casi cualquier mujer espera de un hombre en una relación. Si una chica te pide alguna cosa de esta lista probablemente debas hacerlo: 1. Llevarla y traerla de algún sitio nuevo al que ella no sepa llegar o del que pueda perderse. Si puedes y tienes tiempo libre, es un gesto de protección muy masculino encargarte de que llegue bien a los sitios. 2. Ayudarle con la tecnología si ves que se atasca con algo, y enseñarle cómo hacerlo con cariño y paciencia. 3. Abrazarla siempre que esté mal y cuidarla. Esto forma parte de tu papel como hombre, pero en cambio escuchar todos sus problemas o preocupaciones no es necesario. Una cosa es cuidar de ella cuando esté mal y otra es ser su mejor amiga. Este es un error muy extendido, un hombre no es una amiga. Y tampoco hay que fingir serlo. 4. Estar ahí y hacer todo lo necesario para cuidarla en los momentos duros e importantes de su vida, como la muerte de un familiar cercano, un problema de salud, un despido, una discusión fuerte con su familia, etc. Cuando eso pase, tienes la obligación de estar ahí. Y estar ahí en esos momentos es algo decisivo para vuestra relación. Si cuando de verdad hizo falta no estuviste, nunca te lo va a perdonar. En cambio, para las cosas tontas, del día a día, no tienes por qué estar tan presente, de hecho es bueno que ella vea que tú haces tu vida y que no estás ahí para las situaciones sin importancia. El hombre debe estar ahí cuando hace falta, no de forma servil en todos los detalles. Así que, cuando ella tenga un problema gordo, puntual, deja y pospón el resto de cosas que tengas para ese día, y ocúpate de ella. 5. Hacer cosas especiales en su cumpleaños, navidad, San Valentín, aniversarios, etc. Sí, esto le gusta a todas las chicas y socialmente esperan que lo entiendas y lo hagas por ellas. Tienes que comprender que aquí hay que ser práctico, y no importa que en teoría el hombre no debiera hacer eso, etc. Lo que importa es que ella lo espera y, si la quieres y quieres que siga a tu lado, tienes que entrar de alguna forma, en un modelo de pareja que haga que se sienta feliz y a gusto. Igual que ella hace y debe hacer por ti las cosas que tú, como hombre buscas y esperas en una novia/pareja. 6. Quedar de vez en cuando con su familia y amig@s para que pueda presumir de “novio”. 28

7. Formalizar la relación y oficializar que estáis juntos si así te lo pide, o si ves que lo insinúa. Ponte en su lugar, para una chica suele ser importante saber que oficialmente tiene novio. Esto significa mucho para ellas.

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Motivos más frecuentes de ruptura Además de ver los detalles de cómo hacer que una relación funcione, me parece muy útil entender y saber de antemano, cuales son las causas más frecuentes de rupturas. Sobre todo cuando hablamos de las razones por las que una mujer decide romper con un hombre. Sabiendo estos motivos, podemos estar especialmente atentos y prevenir futuros problemas. Para ello voy a hacerte una pequeña lista de las razones más frecuentes por las que una mujer puede decidir romper una relación: 1. Ve al hombre incondicionalmente entregado, demasiado disponible, débil. Cuando una mujer siente que te tiene haga lo que haga, porque necesitas estar con ella para estar bien, estás ante el principio del fin. Una mujer no está a gusto al lado de un hombre que no le pone límites y que no le hace ver que si actúa de una forma equivocada le perderá. La mujer debe tener miedo a perderte si lo hace mal. Igual que tú debes tener miedo de perderla si lo haces mal. Ese miedo es sano y coloquialmente se llama: interés por mantener la pareja. Una mujer tendrá interés por mantener la pareja si tiene un poco (solo un poco) de miedo por perderte si lo hace mal. Si te da por sentado y piensa que serás su perrito faldero al margen de cómo ella te trate no sólo dejará de esforzarse por mantenerte en su vida, sino que ella misma será la que prefiera irse con otro hombre que la estimule más. 2. Falta de ambición. Esto ocurre mucho. El hombre pierde el trabajo, no lucha, se queda en el sofá disfrutando del paro y sin hacer nada… y la mujer se ve al lado de un hombre débil que no lucha por mejorar y prosperar. Esto no es nada atractivo. 3. No encajas en su mundo. Ella tiene un estilo de vida al que está acostumbrada y tu forma de ser y tu estilo de vida no encajan para nada con el suyo. Esto aunque al principio puede ser atractivo… a la larga es la motivación de muchas rupturas. La mujer siente que no eres para ella, que no encajáis, que nunca podrás estar a gusto con su gente, etc. Y la presión de tener que elegir entre tú y el resto de su mundo y sus valores… hace que decida romper. 4. Insatisfacción sexual. Aquí no considero que sea tan importante el tema técnico (durar mucho, que llegue al orgasmo siempre, etc.) sino más un tema de actitud dominante, conseguir que se sienta muy deseada, y darle variedad a las relaciones sexuales. Por supuesto que conseguir que siempre llegue al orgasmo, hacer muy buen sexo oral o durar mucho ayuda. Pero yo no he oído nunca de una mujer que me dijera que lo dejó con un chico porque de vez en cuando no llegara al orgasmo. Pero sí que he visto muchas mujeres que han dejado a sus parejas por no sentirse deseadas, por verles débiles en la cama y por necesitar más variedad. O mejor dicho, he visto muchas mujeres que han buscado en otros hombres, estas cualidades que sus parejas iniciales no les daban. 5. No se siente cuidada. Muchas veces, una mujer acaba dejando a su pareja porque no se siente especial, porque siempre acaban discutiendo o porque el hombre siempre le da problemas y nunca le hace sentirse especial ni cuidada. 6. Falta de perspectivas de futuro. Esto tiene mucho que ver con el punto número 4. Si una mujer no ve ninguna posibilidad de que contigo pueda pasar el resto de su vida, no querrá seguir en la relación por mucho tiempo, 30

porque eres una “mala inversión”. Cuidado porque esto no quiere decir que tengas que ser el hombre de su vida. La clave es que sienta que es “posible” que pudieras serlo. La posibilidad es suficiente. Ninguna mujer va a necesitar estar segura. Es suficiente con que no esté segura de que NO lo vas a ser. Ten muy en cuenta esta lista, y piensa si estás haciendo bien todas estas cosas. Si no es así, toma nota de tus errores y soluciónalos lo antes posible para prevenir futuros disgustos.

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SEGUNDA PARTE: Las emociones

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Entiende tus emociones Para tú estar bien en una relación es fundamental que primero sepas lo que necesitas, que te conozcas bien y sepas cómo eres, y que seas realista con respecto a las cosas que de verdad te importan. Si tú no sabes lo que necesitas ni te conoces bien… la relación irá a la deriva y sin dirección. Una relación es como un barco. Tiene que tener una dirección, tiene que tener cierta organización y el capitán del mismo tiene que conocer muy bien su nave. Si un capitán no conoce todos los entresijos de la nave, la tripulación podrá hacer lo que quiera y engañar al capitán como quiera. Pero si el capitán conoce al dedillo todos y cada uno de los detalles del barco y entiende cómo funciona la máquina, y qué condiciones puede soportar y cuáles no… la travesía irá como la seda y todo funcionará como un reloj. Tú tienes que conocerte a ti mismo igual de bien que un capitán conoce los detalles de su barco. Tienes que saber cuáles son tus límites, qué puedes aguantar y qué no, y qué necesitas en el día a día para estar bien en una relación. Así mismo, también debes conocer tus puntos débiles, es decir, qué áreas te hacen estar especialmente vulnerable o susceptible. Si, por ejemplo, tienes una relación delicada y complicada con tus padres, tienes que ser consciente de que ese tema es delicado y que no se puede bromear sobre él. Y debes avisar a tu pareja desde el principio. Puedes decirle: “Cariño, este tema para mí es un poco delicado, por favor, no hables así de mis padres” ¿No sería mejor decir esto así, de antemano que no decir nada y de pronto enfadarte sin motivo aparente? Conocerte bien a ti mismo implica ser capaz también de comunicárselo a tu pareja. De igual forma que un capitán de barco, si sabe que uno de los motores no funciona bien a partir de 5000 revoluciones, tendrá que decirlo de antemano a los técnicos. Si los técnicos no lo saben y ponen el motor a 8000 revoluciones y el motor se rompe. ¿De quién es la culpa? Del capitán, por no haberlo dicho. En una relación ocurre igual. Tú eres el capitán y tienes que conocer bien tu mente, tus emociones, tus límites y tus necesidades. Y poco a poco, según tu pareja vaya conociéndote, antes de que se rompa el motor por revolucionarlo de más, debes avisar, para evitar errores innecesarios.

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El chiste del gato Una vez me contaron un chiste que decía: “A un hombre se le pincha una rueda a mitad de noche en la carretera, al intentar cambiar la rueda se da cuenta de que no tiene gato hidráulico para levantar el coche y a lo lejos ve una casa con las luces encendidas. Y piensa para sí: qué bien, ¡una casa! Seguro que ahí tendrán un gato y si me lo prestan, podré reparar mi rueda. Así que comienza a andar en dirección a la casa y mientras se acerca, piensa que quizá sea un poco tarde para pedir un gato. También piensa que quizá los dueños de la casa no estén de humor para recibir a un extraño, o que puede que se asusten y le cierren la puerta. O aún peor, que le digan que no quieren prestarle el gato ¡porque no se fían de él! Eso hace que se enfade. Sigue caminando y empieza a pensar que quizá podría simplemente llamar por teléfono y no tener que mendigar un gato… y se enfada interiormente por la posibilidad de que le traten como un pordiosero… así que de pronto llega a la casa, llama a la puerta y cuando le abre la puerta el dueño de la casa le dice: - ¿Sabe qué? ¡Que se meta el gato por el culo!” He visto a muchas parejas discutir por lo mismo que le pasa al hombre del chiste. Van pensando internamente las cosas que podrían pasar, y lo que la otra persona podría decir o pensar y se encienden cada vez más, hasta que llega un punto en el que asumen que la otra persona tiene mala fe y se enfadan y atacan cuando externamente NO HABÍA PASADO NADA. Es muy importante que entiendas que hay una diferencia muy grande entre lo que tú crees que puede estar pasando o que puede pasar en un futuro y lo que realmente está pasando. Y antes de asumir, juzgar, enfadarte y montar un cirio, es aconsejable preguntar y confirmar cómo se siente la otra persona y qué está pasando realmente. La razón por la que actuamos así es el miedo. Tenemos miedo de quedar como un idiota, miedo de que se aprovechen de nosotros, miedo de que nos insulten. Hacemos una predicción negativa, asumiendo que la situación va a ir mal. Y para evitar que eso ocurra nos ponemos directamente a la defensiva. Pero nada de esto tiene por qué ser real porque aún no ha pasado. Es mucho mejor que mantengas la calma, que esperes a comprobar qué es lo que está ocurriendo y que preguntes a tu pareja si no estás seguro. Muy a menudo, simplemente preguntando “¿por qué has dicho eso?” o “¿a qué te refieres?” o “¿estás enfadada por algo?” ya estás haciendo mucho. Antes de asumir, pregunta. Es tu pareja, pregunta antes de enfadarte, asumir lo peor, o dejar que la imaginación vuele. La comunicación cariñosa, racional, sin anticipación negativa es básica para que una relación vaya bien. Si tú pierdes los nervios a menudo, nunca podrás conocer a tu pareja realmente. Los dos estaréis siempre a la defensiva. La única forma de que dos personas se conozcan de verdad a un nivel profundo es que bajen los escudos y las armas al hablar.

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Durante todos los años en los que llevo trabajando he ayudado a infinidad de hombres a mejorar sus relaciones de pareja y hay una constante que se ha repetido una y otra vez: cuanta más ira expresan a la hora de hablar, menos conocen a su pareja. Es decir, que cuando el hombre es muy frío e irascible, lo que provoca es que su mujer se cierre, se enclaustre emocionalmente y no exprese lo que necesita ni lo que siente. Hasta el punto de que ha habido casos en los que después de meses o años de relación mis clientes no sabían si su pareja quería vivir o no con ellos, ni si querían tener hijos, ni si le iba bien en el trabajo. No sabían NADA de su pareja, porque nunca habían permitido que ella se expresara, sin ponerse a la defensiva y enfadarse. Cuando tú estás a la defensiva, lo que provocas es que tu pareja se vaya cerrando poco a poco emocionalmente si ve que hay problemas y que se le habla desde la ira. De hecho, uno de los mejores medidores para saber si una relación va bien es que la mujer se abra emocionalmente y cuente todo lo que siente y piensa a su pareja. Las mujeres cuando están enamoradas e ilusionadas con su pareja sienten la necesidad de hablar de todo y expresar todo lo que piensan y sienten. Se abren igual que las flores cuando llega la primavera. En este sentido son muy parecidas a como son los niñas pequeños. Cuando un niño está tranquilo y feliz, su naturaleza es contar con ilusión todo lo que le ha pasado en el colegio. Eso es síntoma de que el niño está emocionalmente sano, porque se siente con libertad para expresar. Debes hacer que tu pareja sienta esa misma libertad para expresarse. No anticipes, estate tranquilo y escucha. Y si algo no lo entiendes o te da miedo, primero pregunta.

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Sé práctico Un amigo mío dice que en la vida hay problemas imaginarios, y problemas reales. No tener dinero para comer es un problema real. Llevarse un disgusto porque creemos que nuestra pareja ha podido pensar de nosotros que somos débiles, cuando ni hemos hablado aún con ella, ni sabemos lo que piensa, es un problema imaginario. Un problema imaginario puede ser también una percepción emocional. Por ejemplo que notas, o percibes que tu jefe no te respeta. O que notas que no gustas a tu pareja. Pero eso no es nada concreto. Es sólo como lo del chiste del gato: una posibilidad. Yo te recomiendo que seas práctico. Y que olvides las percepciones emocionales y te centres en concretar y especificar qué quieres en la práctica, en tu día a día y qué no. Olvídate de las intenciones, los matices o las emociones de la otra persona. Pide lo que tú quieres. Veamos algunos ejemplos. “Un chico queda con su novia y esta llega tarde. Aquí hay dos problemas. Por un lado está el hecho de haber tenido que esperar a la novia. Y por otro está el tema de sentirse insultado por pensar que su pareja no le respeta. Es muy poco alfa preocuparse de lo segundo. Y es muy poderoso y atractivo centrarse únicamente en lo primero.” No es masculino preocuparse mucho de la parte emocional o sentirse triste porque alguien piense una cosa u otra. El hombre debe ser pragmático, e inflexible. Como una roca, ¿recuerdas? En este momento, el hombre debería preocuparse sólo de la parte práctica: ha perdido 10 minutos de su tiempo y esto no se puede volver a repetir. Punto. El hombre poderoso exige respeto con actos, no con emociones. Esta frase resume muy bien la esencia de lo que quiero que entiendas en este capítulo. Veamos otro ejemplo: “Una chica grita a su novio en una discusión sin estar justificado” Al igual que en el ejemplo anterior, en esta situación tenemos dos problemas. El grito y la falta de respeto. Los dos son importantes pero la forma para conseguir que nos respete, es centrarnos en hablar sólo del grito. No te metas a discutir los matices de algo que ella siente, porque ahí tienes todas las de perder. Si le dices que te está faltando al respeto al gritar, ella te dirá que no, que simplemente ha alzado la voz, pero que te respeta. ¿Y entonces qué dirás tú? Te quedarás sin argumento, no podrás demostrar nada, y hará lo que ella quiera. La forma de salir de ahí victorioso es decir: “No me grites. Si quieres que sigamos hablando, baja la voz inmediatamente” Esto tiene una réplica mucho más difícil. Ella puede decir: “Te hablo como quiero”

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Y tú ahí respondes: “Muy bien, entonces me voy, cuando me hables con el respeto que merezco, volveremos a hablar”. Aquí hablas de respeto pero no de emociones. Cuidado con el matiz. Hablar de respeto cuando hablamos de algo práctico y concreto que ella debe corregir, eso está bien. Hablar de respeto como emoción asociada a algo que intuimos o percibimos ambiguamente, está mal. Porque a eso no podremos agarrarnos. Sé práctico y especifica cosas concretas y medibles que quieres que cambien. Y asume que cuando eso cambie, ella te estará respetando como mereces. El respeto se gana con las acciones no con las palabras. El líder no es el que recibe las mejores palabras, sino el que consigue que todos hagan lo que él quiere. El alfa, el hombre poderoso se centra en conseguir lo que quiere. Y si tiene que hacer una ostentación de poder, lo hace para conseguir resultados. No para matices emocionales. Infinidad de veces he visto chicos que han leído un par de libros de seducción y que salen a una discoteca, hablan con una chica, se ponen chulos, dejan claro que ellos mandan y que tienen opciones y se van de ahí sin ligarse a la chica, pero con el ego hinchado por haber sido ellos los que “rechazan” a la mujer. Y al poco llega otro chico, entra simpático, no hace alarde de nada, está hablando un rato, las hace reír… va poco a poco y al final consigue llevarse a la chica a la cama. El primero se centró en algo emocional (que es muy ridículo y poco masculino) y el segundo se centró en algo práctico y tangible: tener sexo con la chica. ¿Quién es más poderoso? ¿Quién es más líder? ¿El que sale con el ego intacto pero sin resultados? ¿ O el que tiene a la chica que quiere cuando quiere? En una relación ocurre lo mismo. ¿Quieres demostrar que tienes razón o conseguir lo que quieres? Sé práctico y consigue lo que quieres haciendo el mínimo esfuerzo. Te voy a poner otro ejemplo: “Imagina que estás con tu pareja y quieres convencerla para ir a comer con tus padres. Y sabes que si te impones por la fuerza y le dices que vas a ir sí o sí… ella accederá pero de mala gana… o que incluso puede rebelarse y no ir. Pero tú te sientes muy macho, y muy alfa, imponiendo el plan por la fuerza. Así mismo, también sabes que si vas más suave y le dices que se te ha ocurrido ir a comer con tus padres, y que qué le parece la idea de ir… y permites que ella opine y participe, con mano izquierda seguro que conseguirás que ella esté deseando ir contigo. Es decir, por la fuerza puedes conseguir lo que quieres pero con menos éxito, menos predisposición, y teniendo en la práctica una peor experiencia, pero con mano izquierda y sin ejercer presión, consigues seguro lo que quieres y de mil amores.” Aquí yo te digo, ¿en cuál de los dos casos eres más alfa/líder? ¿Ejerciendo presión pero no consiguiendo lo que quieres al 100%?¿O siendo listo, permitiendo que tu pareja opine y consiguiendo al 100% lo que tú quieres? El más líder, el más 37

alfa, el que tiene más éxito no es el que domina, sino el que consigue lo que quiere. Sé práctico. Olvídate del ego y de las formas y céntrate en conseguir lo que tú quieres. Si tú siempre te sales con la tuya… y si ella siempre te muestra el respeto que tú mereces… ¿qué más quieres? ¿Qué importa lo demás? Es cierto que hay ocasiones puntuales en los que sí que hay que plantarse y ponerse serio e incluso enfadado si la chica nos falta mucho al respeto o si se está produciendo una situación muy injusta. Pero aquí tengo dos cosas que decirte: 1- Si tú eres buen líder y un hombre que cuida de ella como debes, es muy raro que esto ocurra. 2- Si ocurre, debería ser una vez cada muchísimo tiempo. No la tónica normal de una relación.

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Apunta tus emociones Un recurso bastante útil cuando estamos enfadados, tristes o estresados, es simplemente apuntar lo que sentimos, en vez de decírselo a la otra persona. Puedes hacerlo en forma de carta (que NUNCA se enviará) o de frases sueltas (que nunca enseñaremos a nadie). Se trata de soltar todo lo que piensas en el momento de calentón, y que no debes decir a tu pareja. Tu pareja debe saber cómo te sientes en general. Pero en un momento de calentón ni tú, ni ella ganáis nada explotando delante de la otra persona y diciendo cosas feas, sin cariño, que realmente no pensáis. En esos momentos lo mejor es descargar sobre el papel o el ordenador, y una vez se te haya pasado todo el calentón, entonces ya, con cariño, hablar con ella. La carta podría ser algo así: “Me cago en tu puta madre porque me has hecho esperar hoy una hora y media y había cancelado planes por verte y luego me has dejado colgado. Eres una puta imbécil, malcriada, consentida, caprichosa y egoísta. Siempre estamos igual, estoy harto y no te mereces a un hombre como yo. Yo valgo mucho más que tú y me tienes muy cansado ya. Que te den por culo, etc.” No es de mala persona pensar esto en un momento de calentón. Es de mala persona decirlo. Atención al matiz. Si lo piensas y estás enfadado, ponlo por escrito, y suelta todo lo que piensas. Es mejor eso, que intentar “negar” que estás enfadado y de repente explotar y soltarle un comentario injusto a tu pareja que ni se merece, ni es real. Nada de lo que pongas en la carta es real, probablemente. Al igual que en el ejemplo que yo te he puesto, todos los insultos son excesivos y fuera de lugar. Por eso los ponemos por escrito. Una vez los pongas por escrito y te leas a ti mismo poniendo barbaridades ocurrirán dos cosas: 1. Te sentirás muy aliviado porque ya has soltado lo que pensabas. 2. Al leerlo verás que es desproporcionado y te darás cuenta de que es muy duro decir algo así y que no es real ni justo hacerlo. Una vez hayas puesto todo eso por escrito, y te sientas aliviado, habla con ella con cariño y explícale que te ha molestado que sea impuntual. Que habías cancelado planes por ella, y que por favor, la próxima vez, no lo haga. En la carta o las frases que hagas para desahogarte, sé visceral, di tacos, suéltalo todo tal cual lo piensas. No te reprimas nada. Nadie va a leer eso. Es sólo para ti, para desahogarte. Suéltalo todo tal cual. Sin censura. Desahógate de verdad, para luego poder estar tranquilo y hablar con tu pareja desde el cariño y el respeto. Realmente, el recurso de escribir lo que sentimos es buenísimo no sólo para los enfados y no sólo para cuando tenemos un problema con otra persona. Sea cual sea la emoción que te frustra, si la escribes y lo sueltas todo por escrito, te sentirás increíblemente en paz y desahogado. Porque cuando la mente suelta las cosas, y le da palabras y lo pone por escrito, estás permitiendo a tu cabeza racionalizar, verlo desde fuera, tomar perspectiva, 39

ser consciente de qué sientes, y analizar la situación en conjunto. Y ese proceso de verlo todo como si fueras un observador externo es increíblemente sanador y eficaz. Te recomiendo que siempre que tengas un bloqueo emocional, un momento de enfado, de pena, o de frustración, escribas frases y apuntes por escrito todo lo que sientes, todo lo que te da miedo, todo lo que te preocupa. Suéltalo todo por escrito y verás qué fácil es luego de manejar la emoción una vez que has hecho ese proceso de observación externa del problema, al escribir lo que sientes y leerlo después.

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Los celos Los celos son una emoción poco aconsejable dentro de una pareja. Sobre todo cuando hablamos de mucha cantidad de celos. Con respecto a este tema, cada pareja debe establecer un poco los límites que considera tener en cuenta. Para una persona, es ofensivo que su pareja quede con amigos a solas, y para otra puede no serlo. Así que acepto que hay una dimensión subjetiva que debe acordarse dentro de cada pareja. Pero te digo ya una cosa desde el principio, un hombre muy celoso no es atractivo porque los celos son un muy evidente síntoma de inseguridad. Si tú estás muy seguro de ti mismo, ¿por qué ibas a temer que nadie te quitara a tu pareja? Cada vez que demuestras celos estás dejando claro que eres inseguro y que no te sientes capaz de fascinar a una mujer como ella, o al menos no si ella tiene libertad para conocer a otros hombres y comparar. Esto es como si un vendedor te dice que su producto es una maravilla pero te prohibe ir a ver otras tiendas. Si su producto es realmente bueno, ¿por qué iba a tener miedo de que compararas? ¿No sería al contrario? ¿No debería animarte a que salieras y comprobaras que no hay ningún otro producto de la misma calidad? Si tú estás seguro de ti mismo y de tu pareja, los celos no tienen ningún sentido. Pero claro, tú me podrás decir que eso es algo que no se puede controlar. Muy bien, entonces te recomiendo que hagas las frases que dijimos en el capítulo anterior. Coge papel y lápiz, o un archivo de texto en el ordenador, y empieza a escribir todo lo que te preocupa o que te da miedo que pueda pasar con tu pareja y otros hombres. Descárgalo todo, apúntalo todo, y suéltalo todo por escrito. Luego reléelo y si te vienen más cosas, apúntalas también. No pares hasta que te quedes a gusto. Sé visceral. Algunos ejemplos de frases podrían ser:        

Me da miedo que me engañe con algún chico. Mi novia no es de fiar. No me fío de ella. Me fío de ella pero no lo de los buitres que hay por ahí. Me pongo como loco cuando la veo con otro chico. Me está faltando al respeto. No me respeta. Etc.

Y así cientos de frases. Yo he llegado a escribir más de 200 frases sobre UN mismo tema. Así que tú tira sin miedo, y escribe todo. Cuando luego lo leas, te darás cuenta de que es bastante ridículo pensar así y ser celoso. Pero claro, en el momento es difícil de controlar. No pienses que es normal ser celoso, porque no tiene por qué serlo. Hay gente que no es nada celosa, que se siente segura de sí misma y que no tiene ningún 41

miedo de que su pareja se vaya con nadie. Esto también tiene mucha relación con el hecho de sentir que entiendes bien a tu pareja y a la mujer (en general) y que sabes que tú estás haciendo bien tu parte, y que ella está totalmente satisfecha contigo. Como digo, los celos son un síntoma de mucha inseguridad, y cuanto más los trabajes, mejor te irá. Ahora bien, las faltas de respeto sí que se deben frenar en seco. Una cosa es que tu pareja salga con sus amigas y otra es que te falte al respeto insinuándose a otros hombres. En mi opinión, un hombre no debería permitir que su novia o pareja: 1. Se vista más sexy cuando él no está, que cuándo él sí está. Cuidado porque no estoy diciendo que ella no pueda ir sexy con sus amigas, estoy diciendo que no puede ir más sexy con sus amigas o con otras personas, que contigo. Si ella siempre viste sexy, entonces estupendo, que vista sexy para todo (estés tú o no). Pero si entre diario, cuando queda contigo se viste normal, y cuando sale sin ti, con sus amigas, se pone muy sexy, mala cosa. Tú eres su pareja y deberías tener acceso a lo mejor de lo mejor. Tú eres el que cuida de ella, el que está todos los días a su lado y a cambio, te mereces que para ti se arregle más que para NINGUNA otra persona de su vida. Si no lo hace, es que no te valora ni respeta. 2. Si toca a otros hombres al hablar, especialmente en público. Si ella habla con un chico que habla con ella en una discoteca estando con sus amigas, es legítimo que sea educada, conteste y se lo pase bien. Pero tocar su hombro por ejemplo, o tontear ya es otra cosa. Si una mujer toca a un hombre, eso, socialmente es claramente un síntoma de interés sexual y coqueteo. Y es responsabilidad de una mujer entender y saber esto. Si ves que ella no lo sabe, explícaselo tú. Pero con un desconocido no es razonable que haga contacto físico al hablar. 3. Que te evite cuando estáis con amigos y hable con otro chico. En general, cualquier actitud en la que te dé a ti menos que a los demás, siendo su pareja, no es respetuoso. Por supuesto, depende mucho de cómo se haga. Si lleva meses sin ver a un amigo suyo, es normal que esté entusiasmada, pero si tú estás ahí, debería hacerte partícipe de la situación, y hacer lo que pueda por integrarte a ti en la conversación. A veces es, simplemente un tema de cuidar los detalles. 4. Arreglarse mucho para quedar con un amigo suyo a solas. Una vez más, como dije antes, un hombre interpreta ciertas señales como coqueteo. Ir muy provocativa incita a pensar que se tiene interés. Su obligación es entender eso y ser responsable. 5. Hablar mal de ti a tus espaldas, o intentar ridiculizarte delante de otras personas. 6. Piropear a otros chicos y en general, incitar a dar malos entendidos. Una mujer debe ser lista y responsable. Debe saber cuándo está incitando ella a crear malos entendidos y cuándo no. Y tú, como hombre inteligente también debes saber diferenciar cuándo está siendo educada y cuándo está jugando con el interés de los chicos para tontear. También influye mucho el tiempo que llevéis juntos. Cuanto más tiempo llevéis juntos, más normal es que confiéis más, que os conozcáis más y que estéis más tranquilos. 42

La llave rota y la llave que es de otro coche Si tú vas por un parking buscando tu coche y al ver tu coche e intentar abrirlo la llave no funciona pueden ocurrir dos cosas: 1- Que la llave o la cerradura no estén bien y haya que arreglarlas. 2- Que te hayas equivocado de coche y ese coche no sea el tuyo. En el primer caso, tendrás que ir a un taller o a la empresa de automóviles para que solucionen el problema. Pero en el segundo caso tendrás que darte cuenta, cuanto antes, de que estás ante un coche que no es el tuyo. Con las relaciones ocurre lo mismo. Este libro está muy bien para ayudarte a arreglar relaciones que puedan funcionar bien, y que tenga sentido arreglar. Pero también hay que estar atento para saber diferenciar cuándo una pareja no va bien porque esas personas no deben estar juntas. O más concretamente, hay chicas que no te interesan. Y relaciones que NO merece la pena arreglar. Aunque a veces esta puede ser una decisión y una percepción muy subjetiva, te voy a hacer una lista de los rasgos que yo creo que no merece la pena aguantar en una mujer y que yo creo que son evidencias de que estás ante una persona tóxica.

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Cómo identificar a una chica tóxica 1. 2. 3. 4. 5. 6.

Se enfada con facilidad y con intensidad. Es muy celosa y posesiva. Te miente con frecuencia. Siempre llega tarde y es incapaz de organizarse en nada. Toma drogas o bebe demasiado. Administra muy mal su dinero y tiene muchas deudas. Pide dinero a todo el mundo. 7. Necesita gustar a todo el mundo hasta el punto de tontear con todos los chicos. 8. Da constantemente lugar a malos entendidos con otros hombres. Nunca dice que tiene novio, etc. 9. Usa el sexo para manipularte y conseguir lo que quiere. 10. Recurre siempre al llanto para hacerte sentir culpable y salirse con la suya. 11. Cuando se enfada es violenta, rompe cosas, te pega, etc. 12. Te insulta y maltrata psicológicamente, riéndose de ti y dejándote por debajo, con relativa frecuencia. 13. Es inestable emocionalmente, un rato ríe, al rato llora, luego se enfada y al final quiere tener sexo. Sin motivos aparentes cambia de humor. 14. Se ríe de la gente débil o desfavorecida y les mira por encima del hombro, con desprecio. 15. Trata mal a los empleados, trabajadores, personas de la limpieza, etc. 16. Es muy pelota y sumisa con sus jefes, y bastante arisca y malintencionada con los que están a su nivel o por debajo. 17. Está obsesionada por su imagen y hace cosas demasiado extremas para verse guapa, como por ejemplo gastarse 500 euros que no tiene en un tratamiento de belleza. 18. Viste muy provocativa cuando sale con sus amigas sin ti, y contigo viste normal. 19. No pide nunca perdón cuando se equivoca o te hace daño, ni da las gracias cuando tú haces algo por ella. Si identificas un rasgo de la lista en tu pareja, ten cuidado, e intenta plantearlo como un área a mejorar, tal y como hemos dicho en el capítulo “cómo conseguir lo que quieres”. Si ves que tu pareja tiene dos o tres rasgos de la lista… preocúpate y mira a ver si te compensa estar con alguien así. Si tiene más de 5 rasgos de la lista, te aconsejo que te plantees muy seriamente en dejar la relación. No creo que esa chica te interese.

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Tus problemas personales Dejemos clara una cosa, tu pareja no tiene la culpa de lo que a ti te pase, ni es justo que pagues con ella el estrés en tu trabajo o tus problemas personales fuera de la relación. Todo hombre (y mujer) tiene la responsabilidad de gestionar sus problemas y emociones sin que perjudiquen a los demás. Muchos hombres llegan estresados de trabajar, están de mal humor y consideran que tienen derecho a desahogarse y pagar su frustración con su pareja, gritándole, hablándole de malas formas, o con un tono borde. No tienes ningún derecho a pagar tus problemas del trabajo con ella. Ni ella contigo. Tampoco veo lógico que si discutes con tu familia luego ella pague el pato en casa. Hay que separar la dimensión personal, de la pareja. Si no se está preparado para hacer esta separación, directamente no se debería haber empezado una relación. Debemos ser responsables y saber si nuestro grado de madurez es suficiente para convivir con otra persona, o para empezar una relación. Además, una relación estable no es la única forma de acabar teniendo una intimidad con una mujer. También existe la posibilidad de ser “amigos con beneficios”. Tú tienes que diseñar tu vida acorde a tus valores y tu forma de ser. Quizá no estés preparado para tener pareja o para convivir con alguien aún. Tienes que ser sincero contigo mismo. Pero si inicias una convivencia o una relación, hazlo bien. Ni permitas que sus problemas personales le hagan tratarte mal, ni permitas que los tuyos te pongan de mal humor con ella. Entiendo que hay veces que una situación en el trabajo o con tus padres o hermanos puede ser abrumadora emocionalmente, pero yo aquí siempre digo lo mismo, no se trata de ser robots, con no trabajar desde la ira es suficiente. No se trata de que no tengas emociones, tú puedes llegar del trabajo estresado y compartirlo con tu pareja, y contarle tu problema. Pero esto puede hacerse desde la vulnerabilidad y la apertura emocional, o desde la ira. Y puede hacerse avisando de que estás mal y compartiendo tu problema, o guardándotelo todo y explotando injustamente. El registro del enfado, o de la ira es el que yo recalco que NO es correcto. Con tu pareja puedes tener y expresar cualquier emoción derivada de tus problemas personales, menos la ira. Puedes llorar, puedes tener miedo, puedes sentir ansiedad, etc. Puedes compartirlo todo, pero sólo debes tener en cuenta dos cosas: 1. Si te pasa algo, explícalo antes de explotar. 2. Cuando lo hagas, hazlo desde la apertura emocional y la vulnerabilidad, en vez de hacerlo desde la ira. La ira no funciona y es una muy buena forma de acabar rompiendo la pareja.

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La gestión de la ira es uno de las áreas más difíciles de conseguir hacer bien. Es algo que casi nadie logra controlar y que es la base de muchísimos problemas sociales y personales. Si tú te identificas con este problema, si sientes que te enfadas con facilidad y que te cuesta no descargar toda tu frustración con tu pareja… te recomiendo que busques ayuda y que leas libros relacionados con este tema para solucionar este problema porque es algo realmente importante, y tu relación puede acabar rompiéndose por este motivo. Así mismo y como primer paso te recuerdo que viene muy bien hacer los ejercicios que dijimos de las frases anteriormente. Escribe lo que te pasa. Desahógate por escrito y ahórrale a tu pareja el mal rato innecesario de tener que aguantar tu ira sin ella merecerlo.

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Motivos por los que no hay que empezar una relación Ya te dije antes que no todas las parejas hacen bien estando unidas. Hay personas que es mejor tener lejos, y parejas que no son compatibles entre sí. Te voy a hacer una lista de las razones por las que NO deberías empezar (o continuar) nunca una relación con una chica. Especialmente cuando sólo tenga uno o dos rasgos de esta lista y nada más te guste de ella: 1. No quieres estar solo. Te da un poco igual una chica que otra, te emparejas huyendo de la soledad. 2. Tu novia es muy atractiva y fardas con ella socialmente. Pero su personalidad no te termina de convencer. 3. Te da un sexo excepcional. No niego que este motivo es importante, pero no es suficiente para que una relación funcione. 4. Te da estatus social por ser de buena familia. 5. Te da estatus social por ser muy inteligente/culta/con estudios. 6. Le cae bien a tus padres. 7. Es buena persona y te da pena dejarla y hacerle daño. 8. Empezasteis como “rollo” y con el tiempo ella ha ido encasillando la relación en “algo más” y tú por pereza no has querido hacer nada para evitarlo. 9. Económicamente te viene bien para compartir los gastos. 10. Era un capricho/reto social estar con esa chica porque te dijo que no y/o porque es muy difícil gustarle. 11. Le gusta a tu familia. 12. Es doña perfecta y eso te da estatus. 13. Te interesa tener una pareja así a nivel profesional. 14. Tiene dinero y con ella vas a vivir bien. 15. Quieres olvidar a tu ex y para superarlo empiezas algo con una nueva chica. 16. Tener novia te da estabilidad y tiene ventajas. 17. Quieres algo estable pero luego sabes que serás infiel. 18. Llevas ya muchos años y no quieres cambiar de vida, pero estás sin ilusión. 19. Tenéis hijos en común y no quieres empezar un cambio tan grande como sería dejar la relación. Tú puedes cortar con tu pareja y ser responsable para que eso no afecte en nada a tus hijos. Incluso puedes vivir en la misma casa, pero durmiendo por separado, para que los niños no sufran. Pero si estás a disgusto con tu pareja, y aguantas por tus hijos, al final tus hijos pagarán tu mal humor, y lo que es peor, copiarán tu conformismo. Además, lo más probable es que una situación así acabe deprimiéndote, y eso no beneficia a nadie. 20. Quieres tener hijos y montar una familia y ves que se te va a pasar el arroz. 21. Tus amigos están todos emparejados y no quieres ser el apestado del grupo. 22. Te aburres. 23. Te sientes deprimido y piensas que así saldrás de la depresión. 24. Crees que es la única chica que se fijará en ti. 25. Te encanta su personalidad pero apenas te excita sexualmente.

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En general, no deberías empezar ninguna relación estable con una chica cuando su personalidad no te gusta, y cuando NO estás enamorado e ilusionado. Para eso mejor no empezar nada. Sólo debemos empezar una relación con una mujer cuando estando bien solos, sentimos que esa persona mejora nuestra vida. Cuando tenemos ilusión y cuando la personalidad de esa chica de verdad nos encanta. La pregunta del millón es: ¿Si esa chica no fuera atractiva, nos gusta su personalidad lo suficiente para haber sido amigo suyo? Es decir, ¿te parece una persona suficientemente excepcional para haber podido ser una buena amiga tuya? Si una chica no te cae bien como amiga… nunca debería ser tu novia. Y con esto no estoy diciendo que el físico no sea importante. Lo es, y mucho. Lo único que estoy diciendo es que tienes que buscar una mujer que te llene como persona, además de que su físico te guste. Tienes que buscar las dos cosas: que te atraiga/excite mucho + que su personalidad te encante.

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La dependencia emocional La dependencia emocional se define como un estado personal en el que no serías capaz de conseguir estar emocionalmente sano y feliz estando solo. Es decir, que tu bienestar interno depende de que una persona esté contigo o no. La dependencia emocional es un tema muy popular ahora, pero poca gente sabe cómo gestionarlo y cómo identificarlo. Para identificar que tienes dependencia emocional puedes tener en cuenta los siguientes rasgos: 1. Si piensas en que esa persona puede dejarte se te viene el mundo encima, y sientes que podrías entrar en una depresión, drama, suicidio, etc. 2. Cuando esa persona no está a tu lado más de 3 o 4 horas te entra un poco de angustia, ansiedad, estrés…. 3. Eres muy celoso de que esa persona pase tiempo con otra gente. O de que otros chicos hablen con ella. 4. Te atormenta el miedo a la pérdida. 5. No serías autónomo económicamente sin esa persona a tu lado. 6. Sin esa persona no sabes valerte solo en ciertas tareas de tu vida diaria. Para trabajar la dependencia emocional es también muy útil hacer los ejercicios de las frases que comentamos anteriormente. Eso te ayudará a desahogarte y a verlo todo con algo de perspectiva. Ve escribiendo todo lo que te da miedo que ocurra si la relación con tu pareja se acabara… y poco a poco verás todo con más claridad. Una relación no puede ser sana y si hay dependencia emocional. Eso no quiere decir que si tú tienes dependencia emocional tengas que dejar a tu pareja. Ni mucho menos. Lo que quiere decir es que tienes que trabajar tus emociones, hacer frases por escrito y buscar actividades que refuercen tu autonomía.

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Cómo trabajar la dependencia emocional Si te has visto reflejado en alguno de los puntos de la lista anterior, te aconsejo que tengas en cuenta las siguientes ideas, para trabajar tu dependencia emocional y poco a poco ir ganando independencia, y paz, con respecto a tu pareja: 1. Intenta estar ocupado haciendo cosas que puedas hacer tú solo. Si todos los planes los haces con tu pareja y nunca haces nada solo, el mensaje que le llega a tu mente es que no eres capaz de hacerlo solo. Pero si, de vez en cuando, te pones a hacer tus cosas, a tu aire, tranquilo, poco a poco, tu mente verá que eres autónomo y capaz de estar bien solo. Esto ayuda mucho a ir ganando independencia. 2. Relativiza las cosas e intenta derribar todos los mitos románticos falsos, como: es mi media naranja; no hay nadie como ella; nunca conoceré a una mujer igual; etc. Piensa que todo es relativo y que tú te has adaptado a esta chica… igual que en el futuro podrías adaptarte a otra. Es cierto que a veces puede costar encontrar una chica especial, pero el ser humano es flexible y adaptativo. Esto quiere decir que hay muchas chicas compatibles contigo. Unas tienen unas cosas buenas y el resto otras… pero precisamente esa cualidad adaptativa hace que te puedas adaptar a más chicas, aprovechando lo bueno que puedan ofrecerte y sabiendo gestionar lo que te gusta menos. Por ejemplo, si tu actual pareja tiene muchísimo sentido del humor… quizá no conozcas una chica con un sentido del humor igual, pero sí puedes conocer una chica aventurera que te haga divertirte y pasártelo bien con otro tipo de actividades. Y así con casi todo. No hay una única chica para ti. Y recordar eso hace que afrontes tu relación con más amor y menos dependencia, aunque parezca contradictorio… el amor sin dependencia es más sano y profundo que el que surge de la sensación de necesidad. 3. Practica habilidades sociales para sentirte capaz de gustar a otr@s y caer bien con facilidad. Es muy difícil sentirte emocionalmente independiente si te sientes un negado para relacionarte con los demás. Si tú no te ves capaz de caer bien a casi nadie… lógicamente te dará mucho miedo perder a la única persona que se ha fijado en ti. Pero si tienes muchísima facilidad para conocer gente nueva y hacer nuevos amigos… es muy sencillo sentirte confiado y tranquilo ante la idea de una posible pérdida emocional. 4. Sé capaz de gestionar tu economía sin ayuda. Ten un plan B. Piensa qué pasaría si las cosas no fueran bien, y ten preparadas un par de ideas para sobrevivir y salir adelante sin el apoyo económico de tu pareja. 5. Ten amigos que no sean amigos de tu pareja. Amigos que conozcas tú, por ti mismo, y rescata amigos de la infancia, o de tu época de estudiante. Es decir, no te centres exclusivamente en tu relación con tu pareja. Cultiva y revive amistades tuyas. 6. Intenta desarrollar hobbies que te entretengan y desarrolla algún proyecto de emprendimiento aunque sea pequeñito. Por ejemplo, si te gustan las bicis, coge un par de bicis viejas de amigos y ofréceles repararlas a cambio de venderlas luego y llevarte la mitad del dinero. Si te gusta pintar, haz un par de cuadros, y dile a algún dueño de puesto en un mercadillo que te los venda y vais a medias. Si eres bueno con el inglés, ofrece traducir algún texto por algo de dinero. Lo que sea. No hablo de grandes negocios, hablo de pequeños proyectos, de barrio, o con amigos, que te permitan sentirte 50

útil, ganar algo de dinero y reforzar tu autoestima a través de actividades que te hagan brillar. 7. Cuida tu imagen. Ve al gimnasio, dedica algo de tiempo y dinero a vestir mejor y llevar ropa que te guste. Cuida tu pelo, rasúrate el vello, etc. 8. Lee y aprende cosas nuevas. Si son de psicología o de relaciones humanas, mejor que mejor. 9. Escribe frases y desahógate por escrito cuando tengas miedo, ansiedad o ganas compulsivas de ver a tu pareja. Nada de esto tiene como finalidad que tú dejes a tu pareja. Al contrario. Te digo todo esto precisamente para que tu relación vaya BIEN. Además, recuerda que este apartado es importante si de verdad tienes dependencia emocional. Si no, hay puntos que tampoco deberían obsesionarte. Aún así, hacer cosas de esta lista siempre van a hacerte estar mejor y con más autoestima.

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La justicia Lo bueno (o lo malo) de una pareja es que se acaba sabiendo bastante bien cómo eres. Cuanto más tiempo llevéis juntos, más difícil es andarse con jueguecitos y más necesario es saber aceptar y ser como tú realmente eres. Y en este punto, el concepto de justicia es muy importante. Tienes que ser justo, y si no lo eres aún, o no sabes cómo serlo, tienes que aprender, y cambiar el chip para acabar siéndolo de verdad. Si tú no eres justo pierdes tu autoridad como hombre y sólo te quedará la fuerza para defenderte o imponer tus normas. Usar la fuerza significa hacer algo ilegal, inmoral y totalmente reprobable, así que… la única forma de llevar una relación con salud es ser justo. Como concepto general, ser justo significa que en el cómputo global de vuestra relación, y teniendo en cuenta todos los factores, al final tú das igual o un poco más que ella, que cumples tu palabra y que no recurres a juego sucio para hacer las cosas. En el día a día, se concreta en cosas como estas: 1. Tú trabajas, en conjunto, una cantidad de horas equivalentes a las que trabaja ella. 2. No le insultas, ni atacas verbalmente, ni la menosprecias para conseguir lo que quieres. 3. Económicamente eres generoso y si tú ganas más, o incluso si tú trabajas y ella no, pero hace las labores domésticas, tú le das un pequeño sueldo para que ella esté bien y pueda ser independiente de ti y hacer sus cosas. 4. No te aprovechas de ella, ni de sus debilidades para conseguir lo que quieres. Si tú sabes que por ejemplo es muy enamoradiza, no te aprovechas de eso para hacer lo que tú quieras… eres justo y respetuoso y no tomas ventaja de tu superioridad emocional. 5. No la usas. 6. No la engañas ni la mientes. 7. Te aseguras de que esté bien y no le pase nada. 8. Si te equivocas, lo admites y pides perdón. 9. No la manipulas emocionalmente. 10. No haces nada que la pueda perjudicar a largo plazo. 11. Te preocupas de hacer tu parte como hombre, protegerla, cuidarla, estar ahí, etc. Si tú haces bien tu parte, será muy fácil atajar una falta de respeto de raíz, porque tienes todo el poder moral para hacerlo. Pero si constantemente estás actuando de forma injusta y pierdes las formas a menudo… ¿qué demonios vas a exigir? ¿cómo va a exigir respeto alguien que no respeta? La justicia es uno de los rasgos más poderosos en un hombre. Ser justo, respetuoso, ecuánime, tranquilo… son los rasgos de fortaleza, de estabilidad, de poder. Eso significa ser una roca. La justicia es la gran cualidad que hará que una mujer te respete. Ser justo e inflexible cuando haya injusticias. Para ser justo es muy importante que tengas las ideas claras. Si tu mente es un caos de ideas desorganizadas, inconexas y siempre actúas siendo presa de las 52

emociones, por lo que sientes en una o en otra situación, en vez de por tener claro qué es lo correcto… tus acciones serán caóticas, injustas y extremadamente débiles e ineficaces. Si por el contrario, tus valores hacen que tú controles tus pensamientos e ideas, que razones de forma organizada y global, teniendo todo en conjunto en la cabeza y siendo siempre justo. Sin ceder ante lo que las emociones del momento te empujan a hacer… tus acciones serán poderosas, contundentes, eficaces y trascendentes. Es por ello que lo importante no es hacer una cosa u otra… sino tener claro POR QUÉ lo estamos haciendo. Si el por qué es justo, todo irá bien. Si no lo es, al final, pagarás el pato.

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Cumplir la palabra en todo Ninguna mujer te va a respetar si no cumples tu palabra, en todo. Para lo bueno, y para lo malo. Si le dices que os vais a ir de viaje ese año y al final no os vais… mal. Haberte organizado mejor, o si no estabas seguro, no haber dicho nada. Si le dices que si no para de hacer ruido te vas a ir al bar para no escucharla… y ella sigue y tú no te vas, mal. Si no te ibas a ir realmente ¿para qué dices nada? Si le dices que el viernes vais a salir juntos con sus amigas, y luego no vas, mal. Si le prometes una cena romántica y luego haces una cena muy sencilla, sin cuidar los detalles y para salir del paso… mal. Sea lo que sea que prometas, un verdadero hombre, lo cumple. Si dices algo, hazlo. Si amenazas con algo, cúmplelo. Repito, ninguna mujer respeta a un hombre que no tiene palabra y que a la mínima cambia de opinión con las cosas. Recuerda que tú eres una roca. Si dices algo para quedar bien en el momento, o para hacer presión en el momento y luego te desdices, estás demostrando que eres un cobarde y que no tienes lo que hay que tener para hacer las cosas sin recurrir a truquitos. Cambiar de opinión, significa que eres un niño que no tienes las cosas claras. Sea lo que sea que digas, tienes que cumplirlo para luego tener autoridad emocional dentro de la relación y que te respete y te tome en serio. Si cada vez que tú dices algo, ella sabe que no lo vas a cumplir, hará lo que quiera contigo porque no lo tomará en serio. No te tendrá en cuenta para nada. Ahora bien, si tú cuando hablas sentencias y una vez que dices algo, lo cumples siempre, cuando le digas:   

“Este viernes nos vamos de fin de semana”, ella tendrá una ilusión y un enamoramiento brutal. “Si me sigues faltando al respeto me voy”, reculará porque sabrá que realmente te vas. “Si esto no cambia, se acabó…” te aseguro que lo tendrá en cuenta, porque sabe que de verdad estás dispuesto a dejar la relación.

En definitiva, sabrá que no te andas con tonterías, y que tu palabra, vale. Los hombres que se enfadan mucho y gritan mucho son débiles. Recurren a la ira o a la fuerza para conseguir lo que quieren, porque no tienen el poder de su palabra. Un hombre que cumple su palabra hasta las últimas consecuencias no necesita ponerse a dar gritos, ni enfadarse, ni perder los nervios. Simplemente dice lo que va a pasar, y lo hace. Toma acción. Y esto es más poderoso que cualquier otra forma de decir las cosas. 54

Pero para esto tienes que tener palabra, de verdad. Antes de hablar, PIENSA. Piensa si realmente estás dispuesto a cumplir tu palabra. Si no estás dispuesto, no digas nada. Y si lo estás, atente a las consecuencias. Una vez que lo digas, eso ya es un CONTRATO. Y ese contrato debes cumplirlo.

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La menstruación y los altibajos emocionales Hay mujeres que fisiológicamente son muy estables emocionalmente, y otras que, por la razón que sea, sufren más con sus cambios hormonales y eso puede afectar químicamente a su actitud. También hay muchos factores a tener en cuenta. A veces porque se espera que sean así y ellas ya se autosugestionan a que “tienen la regla”. Y otras veces, porque simplemente, con esa excusa de las hormonas han conseguido lo que quieren… están acostumbradas a ser varibales y caprichosas. Pero en todos estos casos, tu labor es ser una roca a nivel emocional, y no ceder a sus altibajos. Porque si ella tiene cambios de humor y tú en vez de mantenerte estable, también cambias de humor, ella hará contigo lo que quiera y al final, el resultado será que en vez de ser ella la que se vuelva más estable gracias a ti, serás tú el que te vuelvas más inestable. Si tu pareja no tiene altibajos emocionales nunca, entonces estás de suerte. Eso quiere decir que estás con una mujer madura, centrada y que sabe gestionar sus hormonas. En este caso, no tendrás los problemas descritos en este capítulo. Ahora bien, si tu pareja tiene altibajos, más vale que leas con atención. Sus hormonas no deben ser una excusa para comportarse de forma inmadura, o para faltarte al respeto, al igual que una enfermedad no es un excusa para tratar mal a la gente que te rodea. Nadie tiene derecho a tratar mal a otra persona por un problema que nada tiene que ver con ella. Al igual que tú tampoco debes permitir nunca que un mal día en el trabajo te haga pegarle un grito a tu pareja sin ella merecérselo. Cada cual debe ser responsable de gestionar sus emociones cuando algo le pasa, para que los demás no paguen por ello. Es decir, que lo primero que quiero que tengas en cuenta es que su menstruación no es una justificación (jamás) para tratarte mal. Ni su menstruación, ni una enfermedad, ni un mal día en el trabajo. Respecto al tema de los altibajos emocionales, diré lo que dije anteriormente sobre las emociones. Una persona tiene derecho a usar cualquier emoción para comunicarse contigo, menos la ira. Ella puede estar contenta y luego triste. Puede estar estresada, puede estar cariñosa y luego querer sexo. Todo esto es aceptable y tienes que entender que es producto de sus hormonas y no pasa nada. Ahora bien, jamás, bajo ninguna circunstancia debe tratarte mal o enfadarse contigo o ponerse a exigirte cosas por tener la regla. Ella, como mujer que es, tiene que ser responsable con su fisiología y saberlo gestionar. Igual que tú gestionas el aceptar no tener sexo un día que estás “cachondo” y no podéis hacerlo porque ella está con gripe, por ejemplo. Si tú no te enfadas ese día, ella tampoco se debe enfadar ni pagar contigo el tener el periodo.

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Te pongo muchas comparaciones, para que entiendas lo que debe ser, y también para que veas lo que es justo. No es justo que NADIE pague negativamente un problema suyo con los demás. La gente que nos rodea no son cubos de basura donde echar nuestra porquería emocional y nuestra frustración. Y cuando una mujer tiene la regla, tampoco. Además, lamentablemente, la mayoría de las veces, la regla es sólo una excusa que ellas se han puesto socialmente para ser caprichosas de más. Porque los chicos e incluso su familia siempre les han consentido hacer lo que han querido. La falta de actitud, de personalidad y de autoestima del hombre moderno hace que la mujer haya podido hacer casi siempre lo que ha querido con los hombres. Y esto ni está bien, ni es bueno para ellas tampoco. Tú, como hombre, tienes toda la capacidad y toda la autoridad para detener este ciclo y hacer ver a tu pareja que debe ser respetuosa y madura en CUALQUIER situación, con o sin menstruación.

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Tercera parte: El día a día

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Las familias políticas Un tema que es causa de muchas discusiones en la pareja es la relación con las familias políticas. Es decir, sus padres y hermanos y los tuyos. Mucho de lo que explicaré aquí se puede también aplicar para familia menos cercana (primos, tios, etc.) y amigos, pero sobre todo, suele haber problemas con padres y hermanos. El concepto más importante que yo creo que debes tener en cuenta es el siguiente: “No te metas en su relación con su familia, habla sólo de las cosas que te afectan a ti”. Veamos algunos ejemplos:  





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Su madre le ha gritado, y ella está triste. Consuélala, pero no te metas, ni opines. Su hermano le ha estafado 100 euros. Consuélala, y dale algún consejo, pero no te metas, ni hables tú con el hermano. Ayúdale a que ella lo gestione, como si fueras su amigo, pero no te metas. Su hermano se ríe de ti en una fiesta. Ahí sí debes gestionar. La primera vez díselo a tu pareja: “cariño, tu hermano me ha dicho esto y no me gusta el tono. No he dicho nada, por respeto a él y a ti, pero quiero que me digas qué hago la próxima vez. O si prefieres que no haga nada, y directamente no vaya a las reuniones cuando él vaya, dímelo”. Al ser su familia, ella tiene que responsabilizarse de que eso no te afecte, no tú. Así que tú debes plantear el problema y ella es la que debe decidir cómo resolverlo. Su padre le dice, a solas, que no le pareces buen novio para ella. No te metas. Deja que ella se arregle con su padre. Y no se lo tengas en cuenta al padre, ni te enfades. Su relación con su familia no es algo en lo que debas meterte. Consuélala, sé comprensivo. Su hermana le grita y habla mal, delante tuyo. No digas nada. Deja que ellas resuelvan el conflicto solas. Su hermana te pide dinero prestado. Aquí sí debes tomar acción. Yo lo que te recomendaría en este caso es que si te pide dinero, le digas que te deje hablarlo con tu pareja y que en cuanto lo hables, le dirás algo. Después háblalo con tu pareja y pensad qué hacer entre los dos. Que ella decida. Si claramente su hermana te lo está pidiendo a escondidas, y te dice que no le digas nada a su hermana (es decir, a tu pareja), entonces trata y actúa como si la hermana de tu pareja fuera tu amiga, sin tener en cuenta su parentesco con tu novia. Es decir, ¿esa persona te parece de confianza?¿se ha ganado tu amistad al margen de ser “hermana de”?¿Es para algo legítimo? En definitiva, actúa sin tener en cuenta que es la hermana de tu pareja. Ni más ni menos. No le dejes dinero por compromiso.

Te vas quedando con la idea, ¿no? No opines de nada que no te afecte a ti personalmente. Deja que ella gestione sus problemas con su familia sin tomar parte en ellos. Cuando una chica te cuenta algo no espera que tú le resuelvas el problema, no lo hagas. Otro problema muy frecuente es que su familia sea hostil o poco amigable contigo. Ante este respecto yo te recomiendo que tengas paciencia, que seas cariñoso con ellos igualmente y que asumas que, poco a poco, te irán cogiendo cariño y te irán 59

aceptando. Tómatelo con filosofía y ten confianza en que tú vales y que al final se darán cuenta. Te adelanto ya que casi ninguna madre o padre considera que un chico esté a la altura de su hija. Esto es una realidad social, que viene en los genes de la paternindad, y cuanto antes lo aceptes, más fácil será todo. No es por ti. Seguramente pusieron pegas a todos sus novios anteriores también. Es un problema que tienen los padres, no tú. Cuenta con que eso va a ocurrir… y no te lo tomes como algo personal. Si pasado un tiempo la hostilidad se mantiene o crece. O incluso si de primeras la hostilidad es demasiado evidente, plantéale a tu pareja que quizá sea mejor que no vayas a ver a sus padres por un tiempo, o al menos mientras te traten así. Pero normalmente, los padres ponen mala cara y ya está. Y solo durante un tiempo. Al cabo de unos meses, si tú mantienes una actitud cariñosa y no te lo tomas como algo personal, te irán cogiendo cariño y se harán a la idea. Lo mismo pasa con sus herman@s y amig@s. Al principio muchos estarán recelosos, pero si te lo tomas de buenas, y no como algo personal… manteniendo una actitud educada, cariñosa y respetuosa… al final te verán como uno más de la familia/grupo.

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Las tareas de la casa Este apartado está dirigido, evidentemente a quienes vivan con su pareja. Para que tengas claro cuál es el mejor y más equilibrado enfoque a la hora de plantear el tema de las labores del hogar te diré algunas de cosas que debes tener en cuenta: 1. Lo justo es que por cada hora de trabajo ganando dinero, se cuente una hora de trabajo en casa. Es decir, una jornada de ocho horas trabajando en una oficina es igual de digno y equivalente a ocho horas de trabajo en las labores domésticas. 2. Si los dos trabajáis la misma cantidad de horas ganando dinero, las tareas del hogar deberían dividirse entre los dos. 3. Si uno trabaja más horas que el otro ganando dinero, lo más justo es que el que menos horas trabaje, compense la diferencia haciendo las labores del hogar. Es decir, si ella trabaja fuera ocho horas al día y tú cuatro, me temo que las labores del hogar deberían ser cosa tuya. 4. Es justo y razonable que se pague a una persona para que limpie si una o ambas partes no quieren limpiar y pueden permitírselo. 5. Una cosa es limpiar y otra es ordenar. Ordenar es algo que siempre vas a tener que hacer, trabajes o no. Ser una persona desordenada y desastre no es atractivo. Es un rasgo de inmadurez y no debes caer en ello. Así que, todo lo que digo aquí, es para la limpieza, no para el orden. En cuanto al orden considero que es razonable que para una correcta y sana convivencia, ambas partes se responsabilicen de tener siempre sus cosas ordenadas, y no ir dejando todo por en medio. 6. En cuanto al tema de la comida… si uno hace una comida para él sólo (porque la otra persona esté fuera de casa, trabajando, de viaje, o porque llegará tarde y comerá fuera), creo que es justo que el que coma en casa limpie lo que ensucie y que esto no se añada al cómputo general de horas de limpieza. Como ves, en todo momento hablo del trabajo “ganando dinero” al mismo nivel que el “trabajo limpiando”. Ambos son trabajos. Y si tu pareja o tú limpiáis, eso es un trabajo que estáis haciendo y debe considerarse como tal. Aunque no se gane dinero con ello, lo es. Una vez dicho todo esto. Veamos algunos ejemplos prácticos. Si tú trabajas 8 horas diarias ganando dinero y tu pareja cuatro… no es lógico que tú hagas las tareas del hogar. Tu pareja está en casa con tiempo libre y en esas 4 horas de diferencia debería encargarse de todo lo que incumbe a la casa. Si eres tú el que trabaja menos horas, entonces deberías encargarte tú. En este caso, supongo que ambos ganáis un sueldo parecido. Pero en el caso de que el que trabaja menos gane más que la otra persona, veo muy razonable que en vez de limpiar con sus propias manos, se pague a alguien si así se desea y os lo podéis permitir económicamente. Si por ejemplo, tu pareja tiene un puesto de dirección que sólo le lleva 4 horas de gestión diaria y desde casa. Y gana más dinero que tú y no quiere fregar… pagad a alguien que limpie. Si eres tú el que gana más incluso trabajando menos… pues lo mismo. 61

No veo lógico hacer vosotros un trabajo que no os gusta, y que podéis permitiros pagar/delegar. No considero que esto sea muy eficiente ni en la casa, ni en nada. De hecho, las empresas que delegan funciones van mejor que las que intentan que todo se haga con la misma gente. Si esto funciona para una empresa, te aseguro que también funciona para una casa. Además, una persona encargada de la limpieza del hogar seguramente lo hará mejor y más rápido que vosotros. De todos modos, esto lo veremos mejor en el siguiente capítulo, que trata sobre el tema del dinero. Otro problema que surge a menudo en las parejas es establecer cuándo algo está limpio y cuándo no. Normalmente, las mujeres esperan que las cosas estén más limpias de lo que nos hace falta a los hombres. Aunque en alguna ocasión también puede ocurrir al contrario. En cualquier caso, la teoría es la misma: lo ideal es que lo dejéis a mitad de camino de como dice cada uno. Si ella tiene un estándar de limpieza y tú otro, lo más recomendable es dejar las cosas en un término medio. A no ser que el que más exigente en limpieza sea el que suele limpiar. Es decir, si tú limpias y tú eres exigente, déjalo como tú quieras. Y si limpia ella y ella es exigente, pues que lo limpie como ella considere. Pero si tú limpias y ella es la exigente, o si ella limpia y el exigente eres tú… entonces tendréis que llegar a un acuerdo. De todos modos, normalmente, con ajustar bien el tema de las horas que te comenté antes… las cosas suelen solucionarse muy bien. Porque el tiempo es limitado y hay que ser prácticos. Si tú limpias y ves que no te da tiempo a hacerlo todo (o al menos que no te da tiempo manteniendo el equilibrio de horas… entonces dilo y plantea que el resto se haga a medias o se pague a alguien). Si es ella la que limpia y dice que no le da tiempo, sé justo y haz lo mismo. Tendrás que, o bien ayudar tú un poco, o bien plantearte que debéis pagar a alguien para que haga el resto que a ella no le dé tiempo. Cocinar para los dos y dejar limpia la cocina después de cocinar, es parte del trabajo del hogar y debe considerarse como tal. A todos los efectos: horas y calidad de trabajo. Y cuidar de los niños, también es un trabajo, en el caso de tenerlos. Teniendo todo esto en cuenta, lo mejor es hacer horarios y ver juntos qué da tiempo a hacer y qué no. Qué le corresponde a cada uno y cuándo, y qué hay que delegar en alguien ajeno a la casa, para limpiar y/o cuidar de los niños en el caso de que ambos trabajéis y/o que podáis permitíroslo. En resumen, mentalmente debes equiparar tu tiempo de trabajo al de tu pareja. Y el trabajo que se hace en casa, con o sin hijos, debe ser tenido en cuenta con el mismo respeto y consideración que el trabajo que se hace ganando dinero. Por último, muchos problemas de convivencia se solucionarían simplemente pagando a alguien externo para que limpie ciertas cosas. Quizá no es rentable ni maduro pagar a alguien para que lave tus platos, pero por ejemplo, hay cosas como:

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Limpiar el horno a fondo. Limpiar a fondo los baños. Limpiar todas las ventanas y persianas de la casa. Etc.

Para cosas así, que NO se hacen todos los días, sino cada cierto tiempo, es muy razonable pagar a alguien para que ayude, y así aliviar la carga de la persona que está limpiando en casa. Pero por supuesto, esto es en el caso de que las dos personas trabajen muchas horas y se vean en situación de poderlo pagar cómodamente. Normalmente, una pareja que conviva bien y en la que por ejemplo trabaja sólo una de las dos partes, simplemente debería dividir el trabajo: que uno gane dinero y el otro limpie y tenga la casa perfecta.

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El dinero Otro quebradero de cabeza muy frecuente en cualquier pareja que conviva junta, es el dinero. ¿El dinero es de los dos? ¿Todo? ¿Una parte sí y otra no? Este tema es delicado, pero es importante tenerlo claro, porque si gestionas esto bien, te vas a ahorrar muchísimos problemas. Cada persona es un mundo y cada pareja tiene que encontrar un acuerdo que considere justo y encaje con su forma de ver la vida y las relaciones. Pero yo te voy a dar mi opinión para que puedas tener algunas referencias, en el caso de que no sepas muy bien qué modelo seguir. En mi opinión, los dos extremos son malos. Ni todo el dinero debe ser de los dos, ni cada uno debe mantener guardado su parte sin compartir. Que los dos compartáis todo, y que ninguno pueda comprar o pagar nada sin consultar al otro, o sin que el otro lo sepa, me parece muy poco beneficioso para una relación, porque se desdibuja la dimensión personal y la individualidad. Y que los dos ganen dinero separadamente, en cuentas separadas y que no se tenga ni una sola cuenta en común, ni se compartan algunos ahorros, tampoco me parece sano, ni razonable en una pareja que vive conjuntamente. Porque, como mínimo, es bueno tener una cuenta común para gastos de la casa, para poder ahorrar para un viaje juntos, etc. Una vez tenemos claro que los extremos no son buenos, la cuestión es encontrar qué punto intermedio va más contigo. Y sobre todo, qué modelo consideras más justo. Recuerda que la justicia es uno de los rasgos más poderosos en un hombre. Debes actuar con justicia, siempre. Para decidir qué forma quieres que tenga vuestra economía puedes tener en cuenta las siguientes cosas: 1. Si una de las dos partes de la pareja no trabaja ganando dinero, pero sí que hace las labores del hogar, debería tener un pequeño sueldo para sus gastos. Aunque sean 50 euros al mes (para una economía muy ajustada), pero algo debe tener para sus caprichos y como remuneración simbólica por su trabajo. Tú me podrías decir que es suficiente con darle dinero para lo que necesite, que no hace falta darle un sueldo fijo, pero te equivocas. Si tú le das dinero para lo que va “necesitando” (o si ella te lo da a ti en el caso de tú trabajar en casa) estás haciendo que la persona que recibe el dinero DEPENDA de la otra parte. En este caso, estás obligando a “mendigar” y pedir el dinero cada vez que se necesita, y no estás permitiendo que, por ejemplo, esa persona ahorre. Es mejor dejar las cosas claras de antemano. Y pactar una cantidad que uno se pueda permitir, para los gastos personales y algún capricho que esa persona pueda tener. Esto hace muy digno el trabajo del hogar y representa un agradecimiento y valoración del esfuerzo que hace la persona que está en casa limpiando. Además de dar 64

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algo de autonomía y libertad para que pueda salir con sus amigas sin “mendigar” dinero. Algo muy humillante y nocivo para una relación. Esta minucia de dar una pequeña cantidad de dinero (que puede ser un mínimo de 30 euros al mes) para la persona que limpia y cuida la casa… nadie la hace, y soluciona infinidad de conflictos. Si lo que sobra después de los gastos de la casa y la comida es cero, o menos de cero (es decir, que no tienes para pagar las facturas) tengo que decirte una cosa: a no ser que tu situación sea temporal, creo que deberías plantearte muy seriamente que quizá estéis viviendo por encima de vuestras posibilidades.Y esto no es sano, ni responsable. Además, te aseguro que vivir por encima de tus posibilidades va a hacer que tu relación se hunda. Porque en el día a día va a haber muchos roces. En el caso de que sólo una de las dos partes trabaje ganando dinero… esta parte debe hacerse cargo de los gastos de la casa y la comida. Y no usarlo como arma arrojadiza para atacar en las discusiones. Sé maduro y generoso y exige que ella también lo sea. Si tú eres el que trabaja ganando dinero, nunca uses eso para echarle algo en cara o para atacarla. Imagina que, por ejemplo, tú eres el que trabaja ganando dinero en una oficina o en tu negocio. Esto no quiere decir que tengas que pagar todos sus caprichos, pero sí para lo más básico: casa y comida. Y esto no es algo que debas mencionar para atacarla, ni echarlo en cara. Como dije antes, el que no gane dinero tiene que encargarse de la casa y eso es igual de digno que lo primero. Al margen de lo generosos y compenetrados que estéis con el dinero, ambos deberíais tener un dinero únicamente vuestro para vuestros gastos. Es decir, que si en casa entran por ejemplo 1200 euros al mes. Como mínimo, deberíais quedaros cada uno 30 euros (entre 30 y 60), para vuestras cosas, sin que el otro participe en ese dinero. Ya dije antes que si uno trabaja en casa, este dinero también debe recibirse. Si tu pareja trabaja en casa y tú ganando dinero, y tú tienes un sueldo de 1000 euros al mes, tu pareja debería recibir, como mínimo 30 euros para sus gastos todos los meses. Estoy poniendo siempre el ejemplo de una economía de pareja muy ajustada (1200 euros para dos personas considero que es ir muy justos a fin de mes, puesto que son 600 por persona). Yo he pasado momentos de mi vida en los que he vivido con menos, así que con esto no estoy diciendo que no sea consciente de lo mal que se puede pasar cuando se tiene menos dinero. Te aseguro que yo sé lo que es vivir con poco. Pero, como te digo, estoy poniendo un ejemplo general, para que te hagas una idea. El alquiler de la casa o la hipoteca, debería estar entre el 25 y 40% de lo ingresado. Pero un 40% ya es ir muy ajustado. Sobre todo para los sueldos de 1000 euros netos o menos. Es decir, si en la casa entran 1000 euros, el alquiler o hipoteca jamás debería superar los 400 euros al mes. Y si para eso, en vez de poderos permitir una casa para vosotros solos tenéis que compartir piso, o vivir más lejos del centro, considero que eso, de verdad es lo más responsable. Cualquier otra cosa es vivir por encima de vuestras posibilidades. La comida, la gasolina, la luz, la calefacción, los impuestos, la comunidad, el agua, el teléfono y demás gastos fijos, deberían no superar nunca el 50% del sueldo ingresado. Si entran 1000, nunca deberían estos gastos superar los 500 euros. Deberíais poder tener para ahorrar, y para vuestros gastos, un 10% o 15% del sueldo al final del mes. Si entran 1000 euros en casa, sería muy bueno 65

poder tener cada uno, por ejemplo, 30 euros para vuestros gastos, y 90 para ahorrar por si acaso. O 50 para los gastos de cada uno, y 50 para ahorrar. Pero mínimo deberíais ahorrar un 5% de lo que entre en la casa. Eso como mínimo, mínimo. La verdad es que estos 6 puntos que acabo de comentarte no son producto de mi genialidad, sino que es lo que dicen TODOS los libros de economía doméstica. Y yo lo suscribo totalmente. Como apunte diré que esto es especialmente difícil de cumplir en las ciudades grandes, como Madrid, o Barcelona. Pero especialmente fácil de cumplir en las ciudades pequeñas como Murcia, Alicante, Almería, Toledo, etc. Yo por ejemplo vivo en Murcia y antes viví en Madrid. Comparando ambas ciudades, te aseguro que si tienes una economía ajustada, te merece muchísimo la pena cambiarte a una ciudad pequeña. Es importante que seáis responsables con el dinero. Y aprendáis a vivir con algo de holgura, en vez de ir ahogados con un nivel de vida que no podáis permitiros. Debería sobraros dinero para ahorrar un 10% del sueldo, o un 5% como mínimo. Y también para tener un mínimo de un 5% cada uno para sus gastos y caprichos. Si la forma en la que tenéis dispuesto vuestro dinero no permite esto, como dije antes… quizá no estáis enfocando bien la economía. Soy consciente de que este libro no va sobre economía doméstica, pero después de muchos años de ser coach de parejas y también de ser yo mismo una persona que vive con su pareja, y que ha vivido con parejas antes, puedo decirte con mucha sinceridad que el dinero es uno de los grandes problemas de las parejas. Muchas veces es simplemente la sensación de ahogamiento económico lo que deteriora una pareja. Porque eso acarrea muchas discusiones, reproches, preocupaciones, estrés, etc. O dicho de otra forma: una pareja que gestiona mal su economía y vive siempre ahogada, con problemas económicos y con un estilo de vida superior al que se puede permitir, es muy complicado que se mantenga feliz y estable durante mucho tiempo. Y, por el contrario, una pareja que vive con holgura, con cabeza y ahorrando para tener un fondo por si pasa algo, tiene muy fácil estar tranquila y feliz, y llevarse bien. Tenlo como dato.

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Los cumplidos Vamos ahora a cambiar de tercio y hablar de otro tema igual de importante que el dinero, pero de una dimensión distinta: los piropeas. Si tu novia o pareja se pone guapa, y especialmente si lo hace para ti, tu obligación es piropearla, agradecerlo y decirle que te encanta lo que lleva puesto. Y si además de hacer esto, tienes sexo con ella, mejor que mejor. Esto es importantísimo para una mujer, y su tranquilidad, enamoramiento, atracción y bienestar con respecto a su relación contigo depende en gran medida de esto. Ella necesita sentirse deseada y útil para su “hombre”. Si tú no premias sus esfuerzos con palabras de agradecimiento y piropos… ella va a pensar que no te gusta. Y la sensación de gustar es una emoción muy primaria, que si no encuentra en ti, acabará buscando fuera. Sé tú el que la mire, la desee, la piropee y la halague y no tendrás nunca que preocuparte de que otro sea el que lo haga. Y te diré una cosa más, para la mayoría de mujeres es más importante sentirse deseada que tener sexo satisfactorio. Cuando una mujer se queja de un problema de erección de su marido, por ejemplo, el problema sobre todo está en el factor emocional: ella asocia la disfunción de él a que no la encuentra suficientemente atractiva. O lo que es lo mismo, a que se siente poco deseada. Cuando el hombre no tiene apetencia sexual, ocurre que en ella importa más el pensar que ya no gusta a su pareja, que el hecho en sí de tener mucho o poco sexo. Por eso hay parejas que están separadas seis meses y lo llevan perfectamente. Y otras que viven juntas y acaban fatal. ¿La razón? Lo que importa realmente es que ella se sienta deseada, por encima del sexo en sí. Imagina por ejemplo una mujer de un militar. Imagina que el militar se va seis meses fuera a una misión. En esos seis meses, evidentemente no tendrán sexo, pero si el hombre le hace notar a ella que la echa de menos y que la sigue deseando, la mujer puede llevar eso bien, porque aún sin sexo ni contacto, siente que su hombre la desea igual o más que antes. Como digo, lo importante es que se sienta deseada, mucho más que el hecho de tener mucho sexo en sí mismo. Imagina ahora el caso contrario. Un hombre que vive con su pareja y tiene sexo semanalmente, pero lo hace sin ganas, porque ella se lo propone a él, el hombre no la piropea nunca, y mira a todas las chicas que pasan. Aunque la frecuencia del sexo sí sea razonablemente buena, esa mujer puede que acabe yéndose con otro porque NO se siente deseada. No estoy diciendo que no sea importante la frecuencia del sexo. Y por supuesto que una relación a distancia es difícil. Lo que digo es que, mucho más importante que la frecuencia, es el que ella se sienta deseada. Y que si no te preocupas de piropearla y premiarla cuando se pone guapa para ti, ocurrirán dos cosas: 1- Poco a poco dejará de arreglarse para ti. 2- Lo acabará haciendo para otro que sí lo valore. 67

Podríamos decir que hacer que se sienta deseada es como echar gasolina a un coche, y tener sexo con frecuencia y de calidad es como conducir bien. Para que un coche sea útil y no de problemas, es importante saber conducir bien, pero mucho más importante es echar gasolina. Porque sin gasolina no hay NADA que podamos hacer. NADA. No un poco, nada. En cambio conduciendo mal, pues algo puedes conseguir. Así que recuerda, lo más importante y lo primero, que se sienta deseada.

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Tiempo para vosotros Toda pareja debe tener tiempo para disfrutarse. Un trabajo necesita tiempo, la familia necesita tiempo y una pareja también. Si tus horarios y tu rutina hacen que no tengas tiempo para disfrutar de tu pareja haciendo planes con ella, a solas, y tener una intimidad tranquila a su lado, creo que hay cosas que debes cambiar. Sé que la vida moderna es muy estresante a veces. Y que, al igual que dijimos con el dinero, hay veces que uno mismo ser ha organizado mal, y vive por encima de sus posibilidades a nivel de “tiempo”. Este concepto es bastante útil. Y yo te pregunto ¿Estás viviendo por encima de tus posibilidades en cuanto a tiempo se refiere? ¿Estás demasiado ocupado para disfrutar de tu pareja? ¿No tienes ni un minuto para ir al cine, salir a cenar o pasar un fin de semana con ella por ahí? ¿Llegas a casa muy estresado y no tienes tiempo para nada? En mi opinión, todas las parejas deberían salir fuera o pasar una velada juntos a solas una vez por semana, como mínimo. Te aviso que esto es importante. Si no dedicáis tiempo, ambos, a estar juntos y a solas… la relación se resentirá. En este libro te voy dando muchos conceptos para que tú puedas ir identificando fallos. Si lees este libro imagino que será o bien porque algo no va bien en tu relación y quieres coger ideas para saber qué puede ser, o bien porque tienes una relación que va bien, pero quieres que vaya mejor, o al menos comprobar si lo haces bien. En ambos casos te digo que como mínimo, un día a la semana, debes hacer algo especial con tu pareja. No tiene por qué ser algo costoso, pero sí merece la pena que sea algo que os saque de la rutina. Si sientes que no tienes tiempo, quizá debas plantearte organizarte mejor, o renunciar a otras cosas. Sé que esto no siempre es fácil, e incluso en algún momento de la vida, puede no ser posible renunciar a nada. Todos pasamos malas rachas en las que no nos queda más remedio que dedicar TODO nuestro tiempo a algo ajeno a la pareja. Pero si ese es tu caso ten en cuenta que cuanto más dure esa situación, más se resentirá la pareja. Por último, si de verdad estás en una época en la que no puedes dedicarle tiempo a tu pareja, te recomiendo que compenses eso con especial cariño, atenciones y “buen rollo” con ella. La mujer valora mucho el tiempo a solas y lo espera en una relación. Si no se lo das, debes intentar compensarlo de la forma que puedas para que ella se sienta querida e importante. Y que no piense que es tu última prioridad.

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Exceso de convivencia El caso contrario al del capítulo anterior que tampoco es bueno son las parejas que se asfixian porque pasan tanto tiempo juntos que al final no tienen vida propia. Ya dije anteriormente que los extremos no son buenos. Ni 24 horas juntos, ni 0 horas juntos. Lo ideal es un término medio. La fortaleza de una relación se mide por los buenos momentos que pasan juntos, pero también por la solidez de la relación cuando están separados. Tanto tú como tu pareja debéis tener tiempo para: 1. Estar con vuestros amigos de vez en cuando a solas. 2. Estar solo (o al menos tranquilo y en silencio) leyendo, estudiando, o viendo la televisión. 3. Hacer deporte o ejercicio físico. 4. Estar a solas con la familia (padres y/o hermanos). 5. Etc. Una pareja debe estar suficientemente asentada como para poder pasar tiempo separados… sin que pase nada. Pero también te digo que esto depende mucho de cuántas horas trabajéis y conviváis juntos. No es lo mismo vivir juntos que separados. Si vivís juntos, lo más probable es que tengáis exceso de rutina y convivencia. En ese caso, merece la pena dedicar tiempo a hacer planes a solas FUERA de casa y también asegurarte de que haces planes fuera de la pareja de vez en cuando para renovar la convivencia con frecuencia. Si, por el contrario, vivís separados, es bueno que os veais con más frecuencia para compensar el no veros a diario. Al final se trata de encontrar un equilibrio sano.

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Dormir separados o juntos En un mundo ideal, las personas tendríamos todos un sueño profundo, reparador y fácil de recuperar siempre, y no tendríamos ningún problema para conciliar el sueño al dormir con alguien. Pero en la vida real, esto no es así. ¿Cuántas veces te has levantado a mitad de noche porque tu pareja estaba roncando, porque se movía mucho, porque te había quitado la manta o porque simplemente se levantaba antes que tú y te ha despertado su alarma? En este libro intento ser lo más práctico y realista, posible. El sueño es un gran problema en muchas relaciones. Y no me parece inteligente simplemente resignarse, cuando hay cosas que se pueden hacer para solucionar este problema. Aquí influye el factor económico, sin duda. La gente cree que las parejas duermen juntas porque eso une a las personas, porque es bonito, porque es romántico y porque siempre se ha hecho así para propiciar más el sexo y la convivencia. Pero lo cierto es que esto no es así. Antiguamente, sólo dormían juntas las parejas pobres. La gente adinerada, como la nobleza o la alta burguesía, dormían siempre en camas y cuartos separados. Todos hemos visitado algún palacio o castillo donde los aposentos del rey y la reina estaban alejados el uno del otro. Cada uno tenía su cuarto, su espacio y su cama. De hecho, en muchos hoteles aún se estila que las habitaciones para dos personas, tengan dos camas separadas, en vez de una de matrimonio unida. ¿Por qué? Porque la gente tiene problemas de sueño y duerme mejor en camas separadas, esto es una realidad. Así que, el primer concepto que quiero que tengas claro es que dormir en la misma cama, no tiene un origen romántico, ni sexual. Sino puramente económico. La gente duerme junta porque dormir separado es más caro, puesto que es necesario tener dos habitaciones en vez de una. Dormir separados no es algo exclusivo de los ricos del pasado, hoy día aún hay parejas adineradas que duermen separadas. Lo que quiero decir es que hay que ser sinceros y realistas: si se duerme solo, se duerme normalmente mejor que acompañado. Hay personas que tienen un sueño profundísimo. Si este es tu caso, entonces este capítulo no te interesará para nada. Pero la mayoría de la gente tiene problemas para dormir en algún momento de su vida. En ese caso, te propongo algunas ideas que puedes tener en cuenta para mejorar tu sueño y no amanecer maldiciendo a tu pareja por haberse movido mucho, haber roncado, o haberte quitado tu trozo de manta: 1. En primer lugar y lo más sencillo, si tu casa tiene dos cuartos, o más… plantéate que cada uno tenga un cuarto, en vez de estar los dos siempre en 71

el mismo. Esto no tiene por qué ser algo definitivo ni para todos los días. Podéis dormir, por ejemplo, separados entre semana (que al haber jornadas de trabajo hay que dormir mejor, y además lo normal es tener horas de despertarse distintas) y dormir juntos los fines de semana. O dormir siempre juntos, pero si algún día dormiste mal la noche anterior, esa noche dormir en el otro cuarto para remontar el sueño atrasado y descansar. También puedes cogerle el gusto y simplemente que cada uno tenga su cuarto con su espacio. Personalmente esto es lo que yo hago. Yo duermo en un cuarto y mi pareja en otro. Y descanso de maravilla. Al principio tenía la idea de hacerlo sólo entre semana, pero dormíamos tan bien que decidimos siempre dormir separados. La convivencia así es facilísima porque cada uno tiene su espacio, y dormimos muy bien. Para mí esto es especialmente importante por mis problemas de salud. Si duermo mal, acabo enfermando. Tu situación puede ser distinta a la mía, claro, pero te digo mi ejemplo para que veas que se puede hacer y que no pasa nada por dormir separados. 2. Tener un buen colchón. Un buen colchón tiene la ventaja de que si te mueves en un lado, no se mueve el otro. Esto hace más fácil dormir bien. Con el tema de los colchones, una vez más, nos encontramos con la limitación económica. Pero piensa que por 300 euros tienes colchones excepcionales. Y también piensa otra cosa. Si te gastas en una televisión 500 o 1000 euros… ¿no será más importante gastarte dinero en un colchón que de verdad te permita dormir bien? Yo siempre he pensado que es mucho más importante dormir y descansar bien, que tener un sofá bonito o una tele de calidad. De hecho, cuando me independicé mi casa tenía una tele enana, no tenía mesa para comer, ni muebles de ningún tipo, pero tenía un colchón de mucha calidad. La casa debería empezar a amueblarse por un buen colchón y una buena base para el mismo. Cuando hablo de “bueno” no hablo de bonito. Hablo de que sea excelente para el descanso. 3. Otra variable importante es el tamaño del colchón. Un colchón de 1,35.m. normalmente es insuficiente para que dos personas descansen bien. Lo ideal es un colchón de más de 1,5 m. Hay colchones de 2m que son excepcionales, pero son caros. La mejor solución son dos colchones de 90cm juntos. Una vez más, prefiero tener un salón sin sofá que un colchón pequeño. Piensa que es muy difícil no enfadarte y maldecir internamente a una persona que ha hecho que no duermas bien. Si tu colchón puede evitar que tu pareja te acabe cogiendo manía por no dejarla dormir bien o que tú se la cojas a ella… creo que 300 euros más de inversión merecen la pena. 4. También es una buena solución dormir en dos camas separadas de 90cm pero en la misma habitación (para los casos en los que no se tenga otro cuarto). Como dije antes, muchos hoteles tienen este tipo de habitación, y para dormir bien son fantásticas. Soy consciente de que esto que te digo es raro, y muy diferente a todo lo que vemos en las parejas convencionales. Pero tu descanso y el de tu pareja son más importantes que los convencionalismos sociales. Actualmente y como te dije yo duermo en un cuarto y mi pareja en otro. Y los dos tenemos un colchón de matrimonio para cada uno. Mi descanso es EXACTAMENTE igual que en mi época de soltería. Y gracias a eso… jamás hemos discutido o hemos dormido mal por dormir con la otra persona. Cada uno va a dormir cuando quiere. No tenemos que dormirnos a la vez. No nos 72

despertamos porque el otro se levante para ir al baño, el sexo es igual o mejor, porque no tenemos rutina y eso le da variedad. No tenemos que levantarnos a la vez. Ni nos molestan los despertadores, etc. Como digo, considero que es una solución extraordinaria. Como último apunte, te diré que en mi experiencia profesional, el sueño y el dinero son los dos problemas más frecuentes que motivan discusiones en la pareja sin tener NADA que ver con la pareja. Hay motivos de peso para tener problemas en una pareja: no ser compatibles, las faltas de respeto, mal sexo, etc. Pero tener discusiones y disgustos por dos cosas TAN ajenas a la pareja como son dormir bien y estar preocupados por el dinero me parece que es una pena. En el caso del dinero, entiendo que a veces no queda más remedio, porque es más difícil de controlar. Pero ¿dormir mal? Por favor, no permitas que dormir mal sea un factor de ruptura o de problemas en la pareja. Sé práctico y soluciónalo.

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Pasar el “rodillo” Cuando quieres que tu pareja u otra persona haga algo por ti, o que cambie alguna actitud que te molesta… siento decirte que no va a ser suficiente decirlo una sola vez. Es por ello que considero necesario hablarte de un concepto que, con cierto humor, utilizo yo a veces y es “pasar el rodillo”. Cuando asamos carne, sobre todo en las braserías brasileñas, existe un sistema de horneado que consiste en un rodillo, con el que se ensartan las carnes, que se pone a dar vueltas en un espacio con calor (un horno) y la carne se va asando poco a poco. Este sistema seguro que lo has visto en los establecimientos de pollos asados… e incluso en algún restaurante. Me parece muy buena idea aplicar este concepto del rodillo a las relaciones humanas. Cuando quieres que una persona cambie o haga algo por ti, como digo, no puedes decirlo una vez y ya. Tendrás que repetirlo más veces. En ocasiones muchas veces para que lo cambie de verdad. A cada una de esas repeticiones yo le llamo “pasar el rodillo”. Pasar el rodillo pues, consiste en, con cariño y brevemente, recordar una vez más a la otra persona que hay algo que te importa que cambie o haga. Y también se puede “pasar el rodillo” para reforzar positivamente el que esa persona, efectivamente, haga lo que tú quieres. Veamos un ejemplo: Tú quieres que tu pareja se vista sexy para ti y en este momento no lo hace. Al principio, el primer día, le dices: Tú: Cariño, la verdad es que lo he estado pensando y me encantaría que algún día te vistieras sexy para mí, como en las películas… con un vestidito ajustado y lencería sexy Ella: Está bien, cariño, lo intentaré. Pero luego pasan los días y no lo hace, por uno u otro motivo. Un hombre poco práctico se enfadaría porque asumiría que es una falta de interés y que su pareja no quiere complacerlo. Pero un hombre inteligente y pragmático pasaría el rodillo, y le diría al cabo de 5 días, mientras ven la tele: Tú: Mira cariño, un modelito así sería perfecto para lo que te dije el otro día. Mira qué bonito el vestido, qué sexy la lencería… te imagino así vestida y me pongo como una moto (refuerzo positivo, hacemos que se sienta deseada y que nos hace ilusión verla sexy). Ella: Ah, sí, ¿tú crees? ¿Te gustaría eso? Tú: Sí, me encantaría, así sería perfecto- dices tú. Ella: Ok. Ahora ya va entrando la idea en su cabeza… pero pasan unos días y aún no se ha vestido así. Así que, esa misma semana, pasáis por una tienda de ropa y le dices: Tú: Ven, vamos a entrar aquí a ver si hay algún vestido como el que te dije. Ella: ¿Ahora? Tú: Sí, ahora, es sólo para verlos… 74

Entráis en la tienda, le preguntas a la dependienta por ese tipo de vestidos, véis algunos… y le dices: Tú: Este me encanta, cariño… me pongo como loco de imaginarte con él (esto es el rodillo, repetir lo mismo, a veces literalmente, mil veces). Ella: Ufff, no sé yo si me sentará bien… ya sabes que mi tipo no es muy escultural… Tú: Cariño, te imagino con esto y me pongo como loco, en serio (rodillo) Ya es todo más real. Pero pasan días y no hace nada, pero un día se pone minifalda. Y tú le dices: Tú: Cariño, hoy me encanta como vas porque me recuerda el look que te dije… es que te veo con minifalda y me pongo como loco, tienes que comprar el vestido que te digo. Al cabo de unos días, vas al mismo centro comercial y le dices: Tú: Vamos a entrar en la tienda otra vez, quiero que te pruebes el vestido, sólo para ver cómo queda. Ella: Está bien, pero solo probar. Entras en la tienda, se lo pone… vas con ella al probador y cuando se lo pone le dices: Tú: Cariño estoy como una moto, no puedo pensar en otra cosa que no sea tomarte y poseerte aquí mismo… estás espectacular, este vestido me encanta, y te sienta… ufffff, cómo me pones (rodillo). Ella: ¿En serio? ¡Me hace gorda! Tú: ¡Qué va! No ves cómo estoy ahora mismo? Cómo me tienes? Si no puedo pensar en nada que no sea desnudarte y hacerte mía. ¡Hay que llevárselo! Ella: ¿De verdad? Tú: De verdad, vamos, ponte la ropa de nuevo que nos lo llevamos. Esto, por supuesto, es un ejemplo nada más. Cada situación es diferente, pero lo importante es que entiendas el principio que hay detrás. En el ejemplo hemos hecho el rodillo un montón de veces, concretamente lo hemos hecho simple y llanamente TODAS las veces que ha hecho falta hasta que hemos conseguido lo que queríamos. Cuando alguien que nos quiere no hace algo por nosotros que le hemos pedido, normalmente es porque: 1. 2. 3. 4.

No sabe cómo. Le da vergüenza. Le da miedo decepcionarte. Cree que lo dices por decir y no lo considera importante.

El rodillo hace que estas objeciones desaparezcan. 75

En algunos casos, aún haciendo el rodillo verás una gran negativa. En el caso del vestido podría ser: Ella: Cariño, lo siento pero no. Yo no visto así, no es mi forma de ser, me parece denigrante, y nunca llevaré algo así. Antes muerta. En este caso… la cosa cambia. Ante algo así no te recomiendo hacer el rodillo por los siguientes motivos: 1. Quizá haya que plantearse cosas más importantes como: ¿he elegido bien a mi pareja?¿me interesa estar con una chica que no vea como algo prioritario incentivar nuestra vida sexual y hacerme feliz?¿somos sexualmente compatibles?¿me respeta realmente? 2. En el caso de que sea una objeción cultural quizá sí podría hacerse el rodillo pero para hacer esto bien, hay que tener mucha experiencia y conocer muy bien a la persona. Ninguna de estas cosas puedo resolverlas en este libro. 3. Habría que analizar también si hay un trauma detrás de esta actitud (quizá es una persona muy acomplejada por un defecto físico, o se siente inferior porque ha sentido que siempre se la trata sólo como un cuerpo, etc.) Así que, si ves una negativa muy fuerte, en principio sé cauto al hacer el rodillo. Pero para cualquier otra situación en la que, simplemente, tu pareja lo acepte de palabra, pero luego en la acción no lo haga, el rodillo es la mejor estrategia. Quizá puedas pensar que es un poco aburrido, deprimente, o incluso humillante, tener que estar repitiendo lo que tú quieres… y que lo ideal sería que ella lo hiciera y ya está. Sí, puede ser, pero aquí yo te pregunto: ¿Quieres tener razón o conseguir lo que quieres? Llámame loco, pero yo prefiero salirme con la mía. Los triunfadores consiguen, los perdedores se ofenden y renuncian. Ten en cuenta siempre esto: el más alfa es el que consigue lo que quiere. Que no te engañen. Conseguir lo que tú quieres es siempre lo más óptimo, el mejor resultado. Muy por encima de tu orgullo, tu ego, o sentirte de una u otra forma. Da igual lo que, en teoría se supone que tu pareja tendría que hacer, lo importante, para tú estar bien es poder conseguir lo que tú necesitas para estar bien. Y eso es algo que NADIE va a hacer por ti. Nadie va a luchar por ti para que tú consigas lo que quieres. Esto es una responsabilidad TUYA en tu vida. Y de nadie más. Si tu pareja a la primera no hace lo que tú quieres, tarea tuya es insistir. Pasa el rodillo cuando algo te interese mucho o te haga mucha ilusión.

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Regalos La mayoría de hombres regalan cosas cuando se han equivocado (para compensar el error) o cuando temen que su pareja les deje, porque ven que las cosas no van bien, intentando que el regalo haga que la chica en cuestión se quede o que no se enfade. Es decir, que al final suelen ser intentos de manipular emocionalmente a la mujer. Pero la verdadera y más poderosa forma de hacer regalos es para PREMIAR a una persona que se ha portado muy bien con nosotros y que se lo merece. Los regalos NUNCA deben hacerse esperando algo a cambio. Si te has equivocado, igual sí que puedes hacer un regalo para compensar. Pero no esperando algo a cambio, sino como una forma de arreglar el daño. Si ella te quiere dejar porque, por ejemplo, le has puesto los cuernos, y tú quieres hacer un regalo para reparar el daño… y eso no es suficiente y la chica te quiere dejar igualmente… así es la vida. Tu regalo no debería tener lugar para que ella no te deje sino para tú compensar el daño, al margen de que volváis o no. El matiz es importante. Los regalos, si se hacen, siempre deben ser a fondo perdido, sin esperar nada a cambio, y jamás usándolos para manipular a la otra persona. Aquí debes apelar a la justicia de la que hablábamos antes. ¿Esta persona se merece un regalo? Si la respuesta es sí, entonces debes hacer un regalo y no volver a mencionarlo, ni darle importancia, ni esperar nada a cambio. Hay que hacerlo porque es lo correcto. Un hombre hace lo correcto. Si no se merece el regalo, entonces NO regales. Si le regalas algo a una chica que no se lo merece, esa chica no te va a respetar. Veamos los casos en los que una mujer no se merece un regalo:            

Cuando no se está preocupando por ti, ni por tu bienestar. Cuando te ha faltado al respeto. Cuando cuestiona tu liderazgo o insinúa que no vales para hacer algo. Cuando tiene una actitud desafiante o altiva contigo. Cuando no hace ningún esfuerzo por hacerte feliz, o por cuidarte. Cuando es poco cariñosa. Cuando no hace su parte en las tareas del hogar. Cuando no cumple su palabra. Cuando te habla en mal tono o paga contigo algún problema personal suyo. Cuando está todo el día sin hacer nada viendo la tele. Cuando está triste, pero contigo no se porta bien. Etc.

Cuidado porque los hombres somos muy blandos cuando vemos sufrir a una chica, y tendemos a cuidar de más, aunque esa chica NO se lo merezca. Al final, lo más importante es premiar su actitud. Si ella lo está pasando mal, pero su actitud hacia nosotros es irrespetuosa, o desagradecida, NUNCA deberemos regalarle nada. 77

Tenemos que ser justos y fuertes. Aunque lo esté pasando mal, no se merece nuestros cuidados ni regalos, porque no se está portando bien con nosotros. Y en estos casos es bueno verbalizarlo y decir: 

Cariño, quiero ayudarte porque lo estás pasando mal, pero me estás hablando mal y me estás faltando al respeto, así que, hasta que no cambies de actitud, voy a estar haciendo otras cosas. Si luego estás más tranquila, y cariñosa, dímelo y te cuido de mil amores.

O también puedes decir algo como: 

Cariño, entiendo que es un mal momento para ti, pero no es justo que pagues conmigo tu enfado porque estoy aquí para cuidarte. Necesito que me digas las cosas con más cariño, ¿ok?

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¿Qué debo regalar? Supongamos que la chica, efectivamente, tiene una actitud buenísima, se porta de maravilla con nosotros y siempre está pensando en qué hacer para cuidarnos. Aquí será OBLIGATORIO premiar eso y hacer regalos materiales o no, pero hay que regalar/premiar. Para hacer regalos es importante que tengas en cuenta lo siguiente: 1. Un buen regalo no tiene por qué ser costoso. 2. Un buen regalo no tiene por qué ser algo material, ni algo que se compra. 3. Un buen regalo tiene que ser algo que te puedas permitir, sin que luego estés preocupado pensando el coste que te ha supuesto. 4. Un buen regalo se hace sin esperar NADA a cambio. Se hace por justicia, por valores superiores de equidad, respeto, y agradecimiento. Jamás mirando lo que se consigue después. 5. Un buen regalo es más poderoso si es algo que sólo tenga efecto con ella. Cuanto más personalizado sea, mejor, porque más le estaremos haciendo ver que la conocemos y que es especial para nosotros. Por eso un ramo de rosas rojas típicas es un regalo regular. Pero un ramo de su flor preferida (una desconocida que a ella le encanta, por ejemplo) es un buen regalo. 6. Un buen regalo requiere más inversión de tiempo, que de dinero. Ir a buscar las flores al último rincón de la ciudad… es mejor que algo caro en la tienda de la esquina. 7. Un buen regalo tiene que presentarse bien. La presentación, para una mujer, es tan o más importante que el regalo en sí. Y cuanto más peliculera sea la forma de que ella lo encuentre, mejor. 8. Un buen regalo es más simbólico, que funcional. Una mujer prefiere una carta leída en público que una tablet o un ordenador.

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La ropa, lencería Algo que ocurre en ocasiones en la pareja es que la pasión disminuye y que la rutina acaba invadiéndolo todo. La ropa que ella se pone puede influir mucho en tu deseo sexual y saber animarla a que se ponga lo que a ti te gusta y varíe de atuendos puede ayudar mucho a que tú vuelvas a tener tantas ganas de sexo como al principio. Pero claro, para eso hay que saber qué es lo que quieres. Qué es lo que te gusta, qué te excita, etc. Y la mayoría de los hombres, por desgracia no saben nada o casi nada, de ropa femenina, de tallas, etc. Así que permíteme que te dé un pequeño curso acelerado y simplificado de lencería y ropa femenina. Vamos a empezar por el sujetador. Muchísima gente cree que la talla de sujetador (90, 95, 100, etc.) hace referencia al tamaño del pecho. Pues bien, esto es un error. La talla del sujetador, hace referencia al tamaño del tórax (costillas y espalda), o para que nos entendamos, de lo ancha o estrecha que es la chica en cuanto a torso y espalda se refiere. Lo delgada o gorda que es, vamos. Una 110 quiere decir que la chica es muy ancha de espalda. Una 85 quiere decir que la chica es muy delgadita. Esto nada tiene que ver con el pecho. La talla del pecho no se expresa en número, sino en LETRAS. Y no se llama “talla”, se llama COPA. Así pues, lo correcto es decir que la talla del sujetador es la suma de dos cosas: un contorno, que viene expresado en números, y un tamaño de pecho, o copa, que viene expresado en letras mayúsculas. La letra A corresponde al pecho más pequeño. La letra D al más grande. Y luego hay tallas especiales súper grandes. Una talla 110A, quiere decir que la chica es muy ancha de espalda, y que tiene un pecho muy pequeño. Una talla 85D, quiere decir que la chica está muy delgada, pero que tiene un pecho enorme. La talla 90B es la más común, y hace referencia a una chica delgada, con un pecho tamaño medio, debe ser la talla de Penélope Cruz, más o menos. Te explico esto para que puedas comprar y regalar lencería a tu pareja. Esto es muy bueno para demostrar que ella te gusta, que la ves sexy y para tener más complicidad y novedad en el sexo. En cuanto a las “braguitas” o partes de abajo… el tallaje va desde las XS (extrasmall), que son las más pequeñas, hasta las XL o XXL. Las más frecuentes son:     

XS. Extra Small. Muy pequeñas. S. Small. Talla pequeña. Esta y la M son las más frecuentes. M. Medium. Talla media. L. Large. Talla grande. XL. Extra Large. Talla extra grande. 80

Penélope Cruz, por ejemplo, debe tener una S, más o menos. Tú, como novio o marido de tu pareja debes conocer su talla a la perfección. Para esto no hay excusa. Debes saber sus tallas, de todo. Así que, en cuanto puedas, pregúntaselo, si aún no lo sabes. O abre su cajón y míralo tú mismo. Luego está la talla de pantalones, que va desde la talla 32 (en Europa) hasta la 44 aproximadamente. Una vez más, poniendo el ejemplo de Penélope Cruz, ella debe tener una 34/36 de pantalón más o menos. Las faldas o bien se tallan como los pantalones, o bien como las braguitas. Depende del fabricante. Los vestidos, normalmente también se tallan con letras, como el resto de prendas. Los zapatos se tallan igual que los de los hombres, por números. Y las camisetas, jerseys, sudaderas, chaquetas, etc. se suelen tallar con las mismas letras que las braguitas (XS, S, M, etc.). Pero no siempre se corresponde la talla de camiseta con la de braguita. Aunque sí es frecuente que coincida. Una vez más, Penélope Cruz debe estar en una S. Las tallas son muy importantes porque sienta muy mal a una mujer que alguien le regale una prenda equivocándose en la talla. Sobre todo si la compras más pequeña de su talla real y no le entra luego la prenda. Te aviso ya que comprar lencería es muchísimo más fácil que comprar ropa normal. Porque la lencería no se ve cuando alguien sale a la calle, porque normalmente, si es lencería sexy, se la pondrá para ti, sobre todo… y porque si tú se la regalas, aunque no le quede perfecta, como sólo la vas a ver tú y a ti claramente sí te gusta (porque se la has comprado tú), ella se la pondrá contenta. Pero si regalas una prenda de ropa normal, que se va a poner para salir a la calle, le tiene que sentar PERFECTA. Y eso es complicado de conseguir, te lo aseguro. Y más sin probársela antes. Así que, considero que deberías limitarte a comprar y regalar lencería, que es lo que más vas a disfrutar tú, y lo que más sencillo es de encontrar. Si no has comprado nunca ropa para tu pareja, el primer día, pide ayuda a las dependientas. Diles qué estás buscando y que te aconsejen. Otra forma de regalar algo fácil de combinar y llevar son los complementos, es decir: bufandas, cinturones, bolsos, pulseras, pendientes, etc. Esto es un buen regalo también, aunque tú lo vas a disfrutar menos. Y por supuesto, perfumes. Si regalas un perfume, te tienes que gastar mínimo 40 euros. Si no, regala otra cosa. No pasa nada, pero regala sólo perfumes de esa gama o superior. Y en los zapatos pasa algo parecido. Si regalas zapatos alguna vez, gástate mínimo 50 euros. Porque en los zapatos se nota en seguida cuando son de mala 81

calidad y si le hacen daño o son malos, además de ser peligroso, porque se puede romper el tacón y caerse y hacerse mucho daño (o incluso lesionarse), quedarás en mal lugar. Lo de lesionarse no lo digo en broma. Tengo dos amigas que sufrieron lesiones por romperse el tacón. Una se fracturó el pie y la otra se hizo un esguince por esto que te comento. En el resto de prendas, puedes gastarte poco dinero y no pasa nada. De hecho, hay braguitas que, en rebajas, pueden costarte un par de euros, y algunas son muy sexis y elegantes. Te recomiendo que eches un ojo a Women’ Secret y H&M. Tienen mucha variedad, muy buenos precios y bastante gusto. Un hombre que sepa regalar lencería con gusto y acertando la talla… te aseguro que se posiciona muy por encima de cualquier otro hombre que ella pueda conocer. Aunque este apartado del libro te parezca una tontería o incluso pueda darte vergüenza pensar en ir a comprar lencería para tu pareja… te garantizo que va a ser muy beneficioso para la relación. Porque como dije antes, esto hace que ella se sienta MUY deseada. Y eso es fundamental para una mujer.

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El baile Otra maravillosa forma de regalar una experiencia inolvidable a tu pareja es sacarla a bailar, o si no sabes bailar bien, apuntaros juntos a unas clases de baile. A TODAS las mujeres les gusta bailar. Bailando se sienten diosas, se sienten preciosas, se sienten princesas y, sobre todo, se sienten muy deseadas. No hace falta que tú bailes bien. Lo importante es que ella baile, y que ella sienta que te seduce. El baile para una mujer, es lo que ver fútbol o deportes es para muchos hombres. Incluso más. Porque conozco muchos hombres que no ven deportes, pero aún no he conocido una chica a la que no le guste bailar. Si odias bailar, entonces no lo hagas. Hay otras formas de hacer sentir especial y deseada a tu pareja. Pero si simplemente no se te había ocurrido, o si lo habías pensado pero te da vergüenza, te recomiendo que te plantees muy seriamente intentarlo. Como cualquier regalo, sacar a tu pareja a bailar debería ser una forma de agradecimiento por lo que ella pone de positivo en tu vida y por su actitud hacia ti. Pero nunca deberías hacerlo si ella se está portando “mal” contigo en algún aspecto de vuestra relación.

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El sexo oral El sexo oral es un regalo también. Es trabajar para darle placer a ella. Esto es fabuloso si tu pareja, como decíamos, realmente tiene una actitud muy buena hacia ti, y quieres agradecérselo. Pero si ella no se está portando como debiera, NUNCA le hagas sexo oral. Si nunca lo has hecho, te aconsejo que leas un poco en internet antes de hacerlo. Y, sobre todo, habla con tu pareja sobre ello, que ella te vaya diciendo cómo le gusta. Conozco chicas que han dejado a chicos que no les hacían sexo oral. Y otras que han estado con chicos mucho más tiempo del debido sólo porque hacía un sexo oral de campeonato. No estoy diciendo que para todas las mujeres esto sea imprescindible. Pero sí que quiero transmitirte que esto es bastante importante. Tenlo en cuenta. Tampoco creo que para ellas sea TAN importante como para los hombres. Ellas no necesitan que le hagamos sexo oral tan a menudo como los hombres esperamos que nos lo hagan a nosotros, pero sí que lo valoran mucho. Y luego esto depende mucho también de la chica. Encontrarás chicas a las que no le guste que se lo hagan. Y otras que necesiten que lo hagas con mucha frecuencia. Pero, como digo, esto tienes que verlo como un regalo y tener en cuenta: 1. 2. 3. 4.

Sólo hacerlo cuando la chica realmente lo merezca. Nunca hacerlo para conseguir algo a cambio. No hacerlo por obligación, ni por miedo a fallar si no lo haces. No lo hagas tampoco si es algo que de verdad no te gusta hacer.

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Cómo hacer que se sienta deseada Como ya he dicho antes, y he repetido a lo largo de varios capítulos, hacer que ella se sienta deseada es importantísimo. Es un tercio de la relación, prácticamente. Así que en este capítulo voy a darte varias ideas para conseguir que ella se sienta muy deseada y sexy a tu lado. La idea es que tengas conceptos donde elegir para saber qué hacer cuando veas que ella no se siente suficientemente deseada. 1. Piropos. Un muy buen recurso a tener en cuenta es el hecho de verbalizar las cosas que te gustan y te excitan de ella. Son importantes las dos: lo que te gusta y lo que te excita. Algo te puede gustar por lo bonito del rasgo en sí, como sus ojos, su sonrisa, etc. O bien puede despertar tu lado más animal, como su escote, su culo, su vestido, sus pezones, su forma de mirar, etc. No te calles nada. Si ella se porta bien contigo, piropéala siempre que puedas. 2. Miradas. Una mirada penetrante de deseo tiene un impacto espectacular en la mente de una mujer. No te cortes. Seduce a tu pareja con la mirada y hazle sentir que la deseas al mirarla. 3. Contacto físico. Tocar a tu mujer, tanto romántica como sexualmente es otro elemento fundamental a tener en cuenta en una relación. Debes tocar a tu mujer con cariño y con deseo. Ambos registros son importantes. Si eres tímido o frío y te cuesta tocar y tener contacto físico con la gente, te recomiendo que lo trabajes día a día y que te dediques a intentar mejorar en ese área. 4. Regalos sexuales. Ya dije antes que regalar lencería es todo un acierto. Pero no sólo es útil regalar lencería. Puedes regalar cualquier juguete erótico, una noche de hotel para pasarla juntos, un viaje, un vestido que te excite y te llame la atención, un masaje, etc. 5. Cantidad de sexo y pasión en el mismo. Evidentemente, mucha cantidad de sexo hace sentir a una mujer muy deseada. Y si ese sexo es con mucha pasión, mejor. Cuanto más rutinario sea el sexo, menos deseada se sentirá ella. De hecho, agarrarla fuerte, “empujarla” contra la pared, o incluso atarla y probar cosas nuevas, son recursos que deberías tener muy en cuenta. A las mujeres, normalmente estas cosas les encantan. Y casi ningún hombre las hace. Estas son sólo algunas ideas. Lo importante es que tú te comuniques bien con tu pareja y que te preocupes de hacer que ella se sienta realmente deseada.

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La intimidad y la privacidad Una relación sana no debería tener intromisiones en la privacidad de cada uno, por ninguna de las dos partes. Es decir que, por ejemplo ninguno debería mirar a escondidas el móvil o el ordenador de la otra persona, o estar revisando a qué números de teléfono se llama. O sin que la otra persona lo sepa, preguntar a amigos comunes qué ha hecho nuestra pareja un día u otro. Nunca deberíamos permitir que este tipo de acciones ocurran por ninguna de las dos partes. Es más, creo que cada cual debe tener su espacio y que nadie debe entrometerse en él. Aunque una persona esté en pareja, hay una dimensión de su vida que debe mantener a nivel personal, para sí misma, con sus pensamientos e ideas, con sus objetos y algunos secretos, que no afecten a la otra persona, pero que sean cosas personales, que no queremos compartir. No es sano perder la individualidad por una pareja. No es sano tener que, patológicamente, compartirlo todo y no poder tener ningún espacio de intimidad dentro de la pareja. Si te estás planteando inspeccionar su móvil, su Facebook, su ordenador, su correo electrónico, sus cuentas bancarias, sus armarios, sus facturas de móvil o cualquier efecto personal suyo, porque te da miedo que te esté engañando con otro hombre, te digo dos cosas: 1. En ningún caso está justificado hacer esto, a no ser que tengas información de extrema fiabilidad, que confirme que tu pareja te engaña, como por ejemplo, que una amiga común te haya dicho que vio a tu pareja besándose con un chico. Esta información debería ser MUY explícita, fiable y concreta, para que justificara una intromisión tan grave en la intimidad de tu pareja. E incluso en estos casos… no siempre es correcto proceder de esta manera. 2. La inmensa mayoría de las veces que una mujer engaña a un hombre es porque éste está dejando de darle a ella lo que necesita. Así que, antes de nada, en vez de patológicamente revisar sus cosas, piensa lo siguiente: ¿Le estoy dando yo todo lo que ella necesita? ¿Estoy haciendo mi parte? Si tú no haces tu parte, preocúpate de hacerlo, en vez de estar metiendo las narices donde no debes. Si de verdad estás seguro de que haces bien tu parte, no debes temer que ningún otro hombre te haga sombra o te quite a tu chica, porque nadie puede competir contigo, puesto que tú tienes el amor, el enamoramiento y la complicidad de tu pareja construida durante mucho tiempo. Eso no se puede ver amenazado por nadie más si, como digo, ella no se siente insatisfecha en ninguno de los Tres Pilares. Esto es muy parecido al mundo laboral. Un jefe no debe tener miedo de que un empleado se vaya de su empresa si le paga bien, le trata bien, se preocupa de que 86

esté motivado, le hace sentir parte de un proyecto en el que se siente útil y necesario y si además, le da parte de las acciones de la empresa. Pero claro, si el jefe trata mal a su empleado, no le paga a tiempo, además le paga poco, no le deja decidir nada, y le hace sentir como un inútil cada dos por tres… ese empleado dejará la empresa, seguro. Preocúpate de ser BUEN novio, en vez de ser mal novio y luego estar al acecho a ver qué encuentras en su ordenador, o en su móvil. Así mismo, tampoco veo lógico que ella se entrometa en ningún caso en tu privacidad. Y con esto tienes que ser muy tajante. Si tu pareja es de naturaleza celosa, tienes que poner especial atención en dejar claro que no vas a permitir que ella se entrometa en tu intimidad. En general, creo que es conveniente que nunca asumas que la otra persona va a hacer algo mal antes de hacerlo. Es decir, que si tu pareja aún no ha mirado tus cosas, no la trates como si lo fuera a hacer, porque eso no es justo. Pero si alguna vez ocurre, y te enteras, debes ser MUY claro y decir algo como esto: “Cariño, esto que has hecho es totalmente intolerable. No voy a permitir que, nunca más, vuelvas a mirar mis cosas. Si te vuelvo a ver dudando de mí, hurgando en mis archivos o en mi móvil o desconfiando de mí así, te aviso ya, que se acabó. Esta es la primera y última vez que voy a tolerar una conducta de este tipo” Y esto nos lleva al siguiente punto.

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¿Cuándo hay que ponerse serio? Un hombre no debería ponerse serio casi nunca. Es decir, que tener discusiones o conversaciones con un tono y talante de enfado, o de autoridad, deberían ocurrir muy pocas veces en la vida. Y a este respecto el concepto que me gustaría transmitirte es: elige bien tus batallas. Si vas a la guerra, más vale que estés eligiendo bien el tema de la discusión. Porque si tú dices algo en serio, ella se va a defender, y va a usar todos sus recursos emocionales para hacerte sentir mal, hacer que pierdas los nervios, jugar contigo para que olvides lo que estás diciendo, hablarte en mal tono, intentar hacerte de menos, etc. Lo hará sin darse cuenta, pero esto va a ocurrir. Lo más probable es que ella te acabe faltando al respeto sin querer, y tú tendrás que ponerte más firme aún. Y en este caso, puede que llegues a un punto en el que o cedes, o te mantienes. Si te mantienes, la cosa puede ponerse muy seria. Y cuando se ponga así de seria te preguntarás: ¿Merecía la pena llegar a este punto?¿Realmente este tema era tan importante? Cuando llegues a esta pregunta, más vale que te hayas asegurado de elegir bien tu batalla y de que el tema fuera verdaderamente importante, porque si no… va a ser muy difícil desandar camino. Si lo desandas, ella se va a ver por encima de ti, porque tendrás que “poner el culo” para pedir perdón, perderás legitimidad para la siguiente ocasión en la que de verdad tengas que decir algo importante… y tú te vas a sentir fatal. Tienes que saber cuándo algo es importante y hay que hablarlo en serio y cuándo no. La regla de oro es: nunca empieces una discusión o una conversación en serio, si no estás dispuesto a dejar la relación por ese tema. ¿Suena muy radical? En el fondo verás cómo no lo es tanto, deja que me explique. Hay ciertos temas que provocan que una relación se vaya a pique y hay que conocerlos bien y ser consciente de ellos. Por ejemplo, una infidelidad o que tu pareja tontee con otros chicos. Por ejemplo que falte al respeto a tu familia. O que te deje en ridículo delante de tus amigos. La pregunta es: si yo no paro este comportamiento, ¿a largo plazo esto hunde la relación? Si la respuesta es sí, entonces estás ante uno de esos TEMAS que tienes que hablar en serio. Si la respuesta es que no, y que en realidad es una tontería, entonces ni lo menciones. O dilo como una petición, con cariño. Por si esto no está claro y lo ves poco concreto, déjame que comparta contigo una lista de las cosas que yo creo que son necesarias defender, o no permitir que la otra persona haga en una relación.

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La lista negra Esta es mi lista de acciones que me desagradan especialmente en una pareja. Algunas de ellas, hacen inviable tener una relación sana, otras me molestan especialmente a mí, por parecerme faltas de respeto y ser cosas que como hombre, no quiero en mi vida. Pero creo que, en general, la mayoría te parecerán, como a mí, acciones desagradables que es mejor evitar: 1. Que tontee descaradamente con otros hombres, que no deje claro que tiene pareja o que dé lugar a malos entendidos que son perfectamente evitables. 2. Que frecuentemente me dé problemas para tener sexo y disfrutar de mi sexualidad con ella. 3. Que me hable mal o me falte el respeto en público sin yo haber hecho nada para merecerlo. 4. Que me falte al respeto en privado alzándome la voz con frecuencia y no pare. 5. Que se comporte de forma injusta en repetidas ocasiones. 6. Que hable mal de mi familia o mis amigos. 7. Que no cumpla su palabra y no se desviva por compensarlo. 8. Que no se arregle nunca para mí y no muestre intención de hacerlo. 9. Que falte al respeto o hable en mal tono a mis amigos o familiares sin ellos haber hecho nada contra ella. 10. Que hable sin tacto de temas que yo he avisado que para mí son delicados o que me preocupan especialmente. 11. Que hable sin respeto de mi trabajo, mis aficiones, mis hobbies, mis proyectos o mis acciones. 12. Que no me premie cuando trabajo para cuidarla. 13. Que me “castigue” cuando trabajo para cuidarla. Si por ejemplo yo la llevo y la recojo para ver a sus padres, y al montarse en el coche está borde o seca… eso no me parece bien. 14. Que no respete mi hombría y mi masculinidad. Que desafíe constantemente mi liderazgo y mi papel como hombre. Esta es mi lista negra porque de verdad que yo no quiero tener una relación con alguien que me falta en estas cosas. Pero claro, yo soy yo y tú eres tú. Tú debes tener tu lista negra, y tú debes elegir TUS batallas. Ahora bien, hay cosas que me parecen tonterías. Por ejemplo, ponerte muy serio por algo que ha hecho UNA vez. Es muy importante la frecuencia y la cantidad de veces que una acción se ha repetido. Si tu pareja siempre te habla bien, pero de pronto un día al año te falta al respeto y te grita, pues tampoco le des mayor importancia. Dale un toque de atención, eso sí. Para que la acción en cuestión no se vuelva a repetir, pero más allá de eso, se comprensivo y pregunta qué le pasa, porque si ha sucedido una sola vez… no tiene mayor trascendencia. Pero si, por ejemplo, tu pareja te grita habitualmente, entonces sí que tendrás que tomar medidas. E incluso plantearte que o bien:

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1. Tú, como hombre no te haces respetar y que tienes que tomar las riendas de tu dignidad. 2. Quizá hayas elegido mal y estés ante una persona tóxica que paga toda su frustración con la gente que le rodea, sin tener en consideración a nadie más que a sí misma.

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Las mujeres y la gestión En un mundo ideal, las mujeres serían buenísimas organizando y liderando y los hombres seríamos extremadamente empáticos y buenos al leer las emociones. Pero en la vida real, normalmente te vas a encontrar que los hombres debemos mejorar nuestra empatía y lectura emocional y que las mujeres, en la práctica, no son muy buenas organizándose. Espero no transmitirte con esto un enfoque machista. No estoy diciendo, para nada, que una mujer no pueda ser buena organizando o liderando, lo que digo es que no es frecuente que estén entrenadas para ello. Y creo que, realmente, la culpa es nuestra, de los hombres, porque las consentimos desde niñas y las educamos para que ellas no tengan que hacer nada. En cualquier caso, sea por el motivo que sea… cuando una mujer llega a la edad adulta es muy frecuente que en gestión, y a la hora de organizarse sean un poco desastre. Ejemplos de esto pueden ser: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

Que se pierden con el coche y no saben llegar a un sitio. Que llegan tarde a casi todos lados. Que se dejan el móvil en casa. Que se olvidan de cargar el móvil. Que lo dejan en silencio sin darse cuenta. Que llamas y no lo cogen y luego se olvidan de contestar. Que no llevan la agenda bien organizada y es muy difícil hacer planes con cierta antelación. 8. Que no quieren salir de casa si hace mal tiempo. Y una innumerable cantidad de etcéteras. Por supuesto, también hay hombres desastre, pero es estadísticamente menos frecuente y este libro es para ti, que eres hombre. Así que mi labor es hablarte sobre las mujeres. Yo considero, que tu trabajo, como hombre, ante una mujer que tenga problemas de gestión u organización es doble: 1. Por un lado debes ser paciente y comprensivo entendiendo que ella nunca ha aprendido a hacerlo (porque no ha tenido necesidad, ya que todos los hombres le han malcriado en este tema). 2. Por otro lado debes ayudarla a que aprenda a gestionarse bien, porque si no, tu vida va a ser mucho más complicada, y ella no madurará ni aprenderá nunca a valerse sola. Y no es bueno, ni sano para una relación que ella dependa de ti. Tú debes contribuir al máximo a conseguir que ella sea independiente GRACIAS a su relación contigo. No al revés. Cuando hablo de ser comprensivo, no estoy diciendo que toleres que ella haga lo que quiera, lo único que estoy diciendo es que no te enfades. Y mucho menos por algo que no le has dicho antes.

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Tienes que tener la paciencia que tendrías con una niña pequeña, porque literalmente es como una niña pequeña, puesto que de pequeña no le enseñaron a organizarse bien, y ahora tiene que aprender y retomar ese aprendizaje de nuevo. Estás ante una “alumna” que dejó los estudios de gestión y organización de niña. No te enfades, no asumas que debería ser capaz de valerse sola, no te cabrees porque se haya dejado el móvil en casa. Ella no es tonta, ni menos válida por hacer cosas de este tipo. Simplemente nunca ha tenido que aprender a hacerlo, porque la sociedad la ha sobreprotegido. Precisamente porque la sociedad es machista. Y tú ahora puedes y debes ayudarla. El enfoque correcto sería: 1. Avisarle de que necesitas que cambie una actitud concreta. Por ejemplo, imagina que ella está acostumbrada a llegar siempre 10 minutos tarde y que nunca pase nada. Bien, pues tú le dices algo como: “cariño, necesito que llegues puntual, así que, a partir de ahora, vas a tener que organizarte mejor”. 2. Decirle que tiene tu ayuda si la necesita. Podrías comentarle que entiendes que, a lo mejor, al no haber tenido nunca la exigencia de hacerlo no sabe cómo organizarse mejor, y que si quiere tú la ayudas a hacerlo para que sepa gestionar su tiempo llegando puntual y sin prisas. 3. Si te pide ayuda, ayúdala. En el caso de la puntualidad, puedes ayudarla a calcular los tiempos para que le dé tiempo. Una vez le dices todo esto, llega el momento de la verdad: quedar con ella a una hora y ver si llega puntual o no. Aquí la clave es comprobar si hay mejoría. No perfección. Si ella antes llegaba 10 minutos tarde y ahora llega 5, perfecto. Primera prueba conseguida y hay que felicitarle por haber mejorado y poner de su parte. Si antes llegaba 30 minutos tarde y ahora tarda 15, estupendo. Esto es lo mismo que entrenar a un francotirador. Si el primer día se desviaba 3 metros y el segundo se desvía 2.5m. hay que estar contento porque está mejorando, ¿no? Un entrenador de tiro nunca se enfadaría porque no lo haga perfecto a la primera corrección. Simplemente tendría paciencia y estaría contento comprobando que cada día mejora un poco. Tú debes actuar igual, sea con el tema que sea que estés trabajando con ella. Si ves avances, prémiala y hazle saber que va por muy buen camino y que estás orgulloso de ella. Debes ser paciente y entender que ella tardará varios días en poder llegar a la hora, porque lleva toda su vida llegando tarde. Si el primer día llegaba 30 minutos tarde, el segundo llegará 15, el tercero 10, el cuarto 10, el quinto 5 y el sexto quizá ya llegue a la hora. Por supuesto esto que te digo es un ejemplo que yo me estoy inventando ahora, pero es una referencia para que entiendas el concepto. Si tú eres paciente y tienes en cuenta su progreso y la vas premiando cada vez que mejora, al final será una excelente gestora de su tiempo. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando después de haber hablado con ella, ella sigue haciendo mal las cosas (en el caso del ejemplo sería que vieras que sigue

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llegando tarde)? En ese caso, tendrás que tomar medidas y poner límites. En el caso de la impuntualidad, yo recomiendo lo siguiente. 1. Si después de haber hablado con ella, ella llega igual de tarde… cuando llegue, le dices que le dijiste que era importante que pusiera de su parte para llegar más puntual, que haciéndote esperar te falta al respeto y que no ha hecho ningún esfuerzo por mejorar… así que, el próximo día vas a poner límites. No te enfades. Dilo con cariño, pero siendo tajante. 2. El próximo día que quedéis, le adviertes de que vas a esperar sólo el 50% del tiempo que ella llegó tarde la última vez. Si llegó media hora tarde, espera sólo 15 minutos. Si llegó 20 minutos, espera sólo diez. Si llegó una hora tarde, espera sólo media. Y así sucesivamente. 3. Adviértela y enfatiza el hecho de que no vas a esperar más. Es decir, que si no cumple este horario máximo de retraso que tú le has puesto (el 50% del último retraso) te vas a ir sin ella. Recuerda que un hombre cumple su palabra para lo bueno, y para lo malo. Déjale muy claro que de verdad te vas a ir. Y que por favor, no te obligue a irte. 4. Como bien has podido imaginar, si llegado el momento, pasa el tiempo establecido (el 50% de su último retraso) y no aparece, te tienes que ir. Pero no sólo eso. Una cosa que yo recomiendo es que por escrito, y para añadir presión… le recuerdes haciendo el rodillo, que te vas a ir. Por ejemplo, imagina que habéis quedado a las 17:00 y que ella el último día llegó media hora tarde. Hoy tocaría esperar sólo 15 minutos. A las 16:00, puedes escribirle diciendo: cariño, recuerda que hemos quedado para dentro de una hora. Cuando llegue la hora, si no está dile: cariño recuerda que si no estás a y cuarto, me voy, por favor, date prisa. Cuando sean y 10, dile: cariño, sólo quedan cinco minutos, si no estás aquí, me iré. Y cuando llegue la hora te vas. Y no sólo te vas, haces el plan que teníais pensado hacer juntos, pero solo. Ver una película, quedar con amigos, ir a pasear, ir de compras, lo que sea… pero hazlo solo. Si es un plan al que ella puede ir por sus propios medios, y te escribe pasado un rato y te dice: ¡ya estoy!. Entonces puedes decirle: ok, cariño, pero yo ya me he ido, si quieres puedes venir en taxi o en autobús, o si no, nos vemos otro día, no pasa nada. Y que ella se busque la vida. Te tiene que dar igual. Sé que estás pensando que esto puede llegar a ser algo muy extremo, pero es que si tú no marcas los límites nadie lo hará. Y que alguien llegue siempre media hora tarde y te haga esperar es intolerable, y una gran falta de respeto. No debes permitir jamás que nadie juegue con tu tiempo y que asuma que su tiempo es más importante que el tuyo. Las faltas de respeto empiezan como algo pequeñito y acaban haciendo que la chica no te respete y que se vaya con otro tío que tenga el valor (por no decir los cojones) de ponerla en su sitio. Lo mismo ocurre con cualquier otro problema de gestión. Sea lo que sea que ella haga mal, o gestione mal, si te afecta, debes educarla de la misma forma. Si dice que te llamará y no lo hace, si se olvida de cargar el móvil y luego no puedes contactarla a menudo y eso te vuelve loco, etc. Sea lo que sea que te perjudique, encárgate de que aprenda a ser “mayor” y adulta. Es bueno para ella y para ti.

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También te digo que esto hay que hacerlo cuando ya la relación está formalizada y asentada. Si sólo sois pareja desde hace un mes, te recomiendo esperar hasta llevar por lo menos 2 o 3 meses. Si tuvisteis una ruptura, y acabáis de retomarlo, espera un mes o dos hasta que las cosas se asienten. Y si en el pasado tú has cometido errores y aún no los has rectificado, entonces tampoco estás como para exigir nada. Te toca tragar y esperar. Pero si llevas tiempo con tu pareja y las cosas van bien, es el momento de ayudarla a ser una persona adulta en todos los sentidos. Si el impuntual o el desastre para organizarte eres tú… por favor, cambia. Tienes un problema, y no vas a ser atractivo ni tener éxito si tu vida es un caos de desorganización y falta de gestión. Te recomiendo que leas libros sobre el tema, y que intentes mejorar lo máximo posible en este tema.

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Las faltas de respeto Al igual que con el caso de los problemas de gestión y mucho más necesariamente, cuando una chica te falte al respeto, tienes que poner límites y educarla para que no lo haga. La palabra educar es un poco fuerte pero no hay otra forma de expresarlo. Una persona que te falta al respeto es una maleducada, malcriada y sin civismo. Y cuando a una persona así le pones límites y le obligas con tus acciones a madurar y mejorar, la estás educando. En todo el sentido positivo del término. Y te diré otra cosa más. Hacer esto por ella es un regalo. Es algo que luego te va a agradecer, porque hay que tener mucho valor, y hay que querer mucho a alguien para tomarse el tiempo y las molestias necesarias para estar ahí en todo el proceso y, con cariño, marcar límites para que aprenda y cambie hacia una actitud más madura. Este es tu papel como hombre y como pareja suya. Y también para ti es importante porque refuerza tu autoestima y te hace expresar que tú vales y MERECES todo el respeto del mundo. Como cualquier otro ser humano. No te ablandes, porque NADIE le hace un favor a una persona permitiéndole que vaya por la vida faltando al respeto a todo el que le rodea. Que no te dé pena, al contrario. Lo que debería darte pena es no poner límites. Porque si tú no le ayudas a tener límites y sigue así, perderá trabajos, perderá amig@s, te perderá a ti y difícilmente logrará sus metas en la vida. En ocasiones es difícil saber o identificar cuándo alguien te está faltando al respeto. Aquí te dejo una lista que creo que puede venirte bien tener como referencia. En ocasiones, si el tono al hacerlo es cariñoso o de humor, puede no ser una falta de respeto, al menos no muy grave. Y también hay que analizar si lo hace UNA vez, o si es algo que se repite con frecuencia. Pero deberían ser tarjetas “amarillas” las siguientes cosas: 1. Gritar o alzar la voz al decir algo, o al argumentar. Se pueden decir las cosas normal, con respeto y tranquilo. 2. Llegar tarde. 3. Marear a la otra persona para quedar, no ser claro al decir las cosas y esperar al último momento para confirmar una cita. 4. Cualquier tipo de insulto. 5. Cualquier tipo de indirecta despectiva, como por ejemplo: “sí, ya sabemos que tú con este tema no eres muy fino…” o “siempre estás con lo mismo, no hay quien te aguante”. 6. Hablarte sin cariño, cuando no has hecho nada por merecerlo. 7. Cualquier insulto o menosprecio a tus amig@s o familia. 8. Cortarte cuando hablas. 9. No escucharte al hablar y hacer otras cosas mientras. 10. Pegarte, empujarte o cualquier tipo de violencia física por pequeña que sea. 11. Reírse de lo que dices cuando estás en serio. 12. Que se vaya a mitad de conversación 13. Colgarte a mitad de una conversación telefónica 95

14. No contestarte por whatsapp cuando claramente tenía tiempo para hacerlo y leerlo. 15. Ponerse a mirar el móvil o la tele cuando le estás hablando. Cualquiera de estas cosas son faltas de respeto para mí. Y supongo que para ti también. O como mínimo, digamos que no son agradables, ni justas, ¿a que no?

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Yo soy así, tienes que aceptarme como soy Muchas chicas (y chicos) te dirán que no quieren cambiar una mala actitud o conducta que es irrespetuosa para los demás porque, simplemente, esa es su forma de ser. E incluso te dicen que así es como ella es y que si la quieres tienes que aceptarla como es. Es lo mismo que podría decir un nazi: mi forma de ser es matar judíos y si me quieres, me tienes que aceptar como soy. O un maltratador: si estás conmigo, te voy a pegar, así es como soy y si me quieres tienes que aceptarlo. Pues no, las faltas de respeto son INTOLERABLES. No hay excusa. No tiene nada que ver con un rasgo de la personalidad. Simplemente estamos ante una persona maleducada, malcriada y caprichosa que toda la vida ha estado acostumbrada a que le permitan hacer todo lo que quiera. Y no debemos permitir que nos lo haga a nosotros. No tienes que aceptar nunca que alguien te falte al respeto. He oído infinidad de veces a mujeres decir: yo soy impuntual por naturaleza, y si un hombre me quiere, tiene que aceptarme tal y como soy, sin querer cambiarme. ¡Menuda tontería! (por no decir otra cosa más fuerte). No te dejes engañar ni manipular por estupideces como esta. Esa chica te está faltando al respeto y de ti depende que siga haciéndolo. Es más, si te dice alguna vez algo así, le puedes perfectamente contestar: “ok, pues entonces no, no te acepto como eres, o cambias de actitud o me vas a perder para siempre”. Punto final. Que se busque la vida y espabile. Hay veces que tenemos que ser tajantes. Y no dar pie alguno a negociación. Yo no permito que nadie me falte al respeto y mucho menos mi pareja. Primero porque si lo hago, irá a más y perderé mi dignidad. Y segundo porque si me dejo pisotear, al final se irá con otro porque me verá débil. No mendigues cariño. No aceptes ninguna relación que se base en una situación desigual. Sé tajante: a ti, tu pareja no te falta al respeto. Punto. Que te cuente el cuento que quiera, haz que te entre por un oído y te salga por el otro.

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El principio de una relación Por el principio de una relación me refiero a los 6 primeros meses. Este primer periodo de tiempo es decisivo porque marcará las pautas de cómo va a ser la relación entre vosotros y porque harán que la chica decida si de verdad está a gusto contigo o no. Si tú llevas años con tu pareja, entonces este capítulo quizá no te interese mucho. Pero si estás empezando con ella, o si lo dejasteis y después de daros un tiempo habéis vuelto… entonces quizá sí puedas sacar cosas útiles de aquí. Al principio de una relación el concepto clave es ir “poco a poco”. La mayoría de los hombres cometen el error de tener prisa: tienen prisa con el sexo, tienen prisa con hacerse respetar, tienen prisa por quedar, tienen prisa por irse de viaje, tienen prisa por confirmar que la chica muestra interés, etc. Y al tener prisa, muestras necesidad, y espantas a la otra persona. Tienes que dejar que las cosas pasen poco a poco. Y muy importante: nunca te enamores (o al menos no lo muestres) antes que ella. La mujer es más emocional, enamoradiza y cariñosa que el hombre. Sé que muchas mujeres dirían que esto es una afirmación machista, pero en realidad las que dijeran eso serían profundamente ignorantes, porque la ciencia ya demostró esta diferencia hace años. La razón de que la mujer sea así, es a causa de una hormona llamada “oxitocina”. Esta hormona es la hormona del enamoramiento, y se tiene no sólo con los hombres, sino especial y precisamente con los hijos. Las mujeres se enamoran locamente de sus hijos, literalmente, a causa de la oxitocina y gracias a eso el niño sobrevive. Porque su amor y apego incondicional por el hijo hace que le cuide más allá de cualquier vínculo racional. Pues bien, esta hormona, que en el cuerpo de la mujer está muy presente, siempre, también se segrega muchísimo cuando la mujer tiene relaciones sexuales con un hombre. Las mujeres se enamoran antes y mucho más que los hombres a causa de esta hormona. Por supuesto te hablo de la media. Puede haber una mujer que no segregue casi oxitocina y un hombre que segregue mucha… pero normalmente las cosas ocurren como te estoy diciendo. Si en este estado de cosas, tú te enamoras antes que ella o lo muestras… estás demostrando, básicamente, que eres una chica, en vez de un hombre. Tú puedes intentar luchar contra la naturaleza o incluso contra la sociedad. Del mismo modo que una mujer que tenga barba puede intentar convencer a todos los chicos que conozca de que se puede ser muy femenina teniendo barba. Pero la realidad es que la mayoría de los hombres no estarán cómodos besando a una mujer con barba. Lo más inteligente sería que esa chica se hiciera la depilación láser y se quitara el vello facial cuanto antes.

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Siento mucho decirte que tu papel no es ser alguien dulce, ni emotivo, ni sensible. Tú eres el hombre y deberías tener una realidad poderosa. El enamoramiento está muy bien, pero es la mujer la que debe enamorarse antes, del mismo modo que es el hombre el que debe tener barba. Los hombres que saben mantener su papel hasta que la mujer está MUY ilusionada con la relación, hacen que la relación dure. Los hombres que se ilusionan mucho por la relación antes de que la mujer esté enamorada… hacen que la chica huya y busque un hombre con más fortaleza emocional. En general, la norma no es que no te enamores nunca, o que no te ilusiones… sino que lo hagas un poco menos que ella, y un poco después. O lo que es lo mismo: que esperes a confirmar que ella lo está, para mostrarlo tú. Y cuando lo hagas, que sea un poco menos que ella. Si haces esto bien, estarás reforzando la percepción de que tú eres el hombre, y ella la mujer. Y eso es atractivo, créeme. En el tema del romanticismo ocurre exactamente igual. Espérate a confirmar que ella está muy enamorada e ilusionada, para hacer alguna sorpresa romántica. Si vas a llenar el cuarto de baño de velas y pétalos de rosas… asegúrate de que ella siente que eres el hombre de su vida y que se desvive por ti, porque si ella percibiera que tú eres más romántico que ella, más sensible, o que estás más enamorado que ella, eso va a hacer que ella se agobie… y se va a acabar yendo de tu lado, por verte débil. Aguanta en tu papel de hombre hasta que veas que ella está MUY entregada y enamorada y que ya te ve como novio al 100%. Y entonces ya sí puedes mover ficha. Para saber cuándo una chica está enamorada, puedes tener en cuenta los siguientes indicadores: 1. Te abraza con mucha fuerza, como si le diera miedo perderte. 2. Se pone extremadamente guapa para ti y está un poco nerviosa. 3. Siempre te dice que sí a quedar e incluso ella te propone quedar con frecuencia. 4. Te presenta a sus amig@s y familia. 5. Te llama o te presenta como “su novio”, o habla de ti como su pareja. 6. Va por la calle de la mano contigo, o se te abraza en público. 7. Hace sexualmente contigo cosas que nunca había hecho antes. 8. Se entrega mucho en el sexo y hace mucho esfuerzo por complacerte. 9. Se abre emocionalmente a ti, te cuenta sus problemas e incluso llora contigo. 10. Te dice que te quiere (este es el mejor indicador de todos). 11. Siempre intenta que durmáis juntos. Cuando una chica quiere dormir contigo quiere decir que te quiere. 12. Cuando dormís juntos, se abraza mucho. 13. Se pone celosa. 14. Está más feliz y eufórica que de costumbre cuando está contigo. 15. Te mira embobada.

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16. Se comporta como una niña pequeña con mucha más ilusión de lo normal por las cosas. 17. Por supuesto, no queda con ningún chico con los que antiguamente se “enrollaba”. 18. Se depila mucho y a la perfección cuando queda contigo. 19. Te pregunta que si le queda bien la ropa, y se muestra insegura con respecto a gustarte. 20. Te hace regalos. 21. Cocina para ti. 22. Dedica tiempo a hacer algo especial, sorpresas, etc. Todos estos indicadores, normalmente, dejan claro que la chica está enamorada de ti. De todos modos, básicamente la regla que puedes seguir en el plano emocional/romántico es: no hagas con ella algo que ella no haya hecho contigo antes. Sobre todo cuando hablamos de las cosas de esta lista.

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“Por favor” y “gracias” Da igual el tiempo que lleves con tu pareja. No importa si ella debe hacer algo o no. Siempre que pidas algo, pídelo por favor, y siempre que ella haga algo por ti, da las gracias y muestra, con tu actitud, que agradeces el gesto. No cuesta nada y ¡sólo esto resolvería tantos problemas! Cuando una mujer hace algo por ti, es porque quiere agradarte y va a prestar atención a cómo reaccionas al verlo, mirará si te ha gustado. Si estás contento, si das las gracias… si no dices nada y reaccionas mal, o si simplemente no reaccionas de ninguna forma, la próxima vez que piense en hacer algo por ti, dejará de poner interés, porque no verá que su trabajo sirva para nada, ni que tú lo agradeces. Si, por el contrario, en cuanto ella ve que hace algo por ti, inmediatamente recibe cariño, agradecimiento y en tu actitud ve que su trabajo o lo que ha hecho por ti te entusiasma, te encanta y te resulta muy útil, ella también se sentirá útil, y querrá repetirlo de nuevo. Cuando mis alumnos me dicen que sus novias no hacen casi nada por ellos… el 90% de las veces es porque ellos no agradecieron nunca lo que ellas intentaron hacer, y con el tiempo ellas, simplemente, decidieron no volver a hacerlo más. Cuando un hombre agradece de palabra y de actitud a una mujer, de forma sincera, los pequeños detalles que ella va haciendo por él… esa mujer cada vez se involucra más y hace más por cuidar a su hombre. Lo mismo ocurre con pedir las cosas por favor. Si tú das una orden sin dejar la opción de que la otra persona pueda negarse, o sencillamente no estar en un buen momento para hacerlo… estás subcomunicando que no te importa nada el bienestar de la otra persona. Cuando eso lo haces con frecuencia, la mujer poco a poco, dejará de tener buen ánimo para cuidar de ti, y empezará a querer hacerte pagar tu falta de tacto. Ahí empezarán las discusiones, las broncas, etc. Pide todo por favor, y da las gracias siempre que alguien haga algo por ti. Especialmente cuando hablamos de tu pareja. Tu pareja, más que nadie se merece que cuides este tipo de detalles. Y te interesa hacerlo, te lo aseguro. Tú eres el primer beneficiado en hacerle ver que su trabajo importa y que lo valoras.

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Los amigos y las salidas Muchas discusiones dentro de una pareja surgen por el tema de los amigos y de quedar con ellos. Tú debes tener tus amigos y tu espacio y tu pareja los suyos. Por un lado, considero que tú deberías tener una actitud de autoconfianza suficiente como para no preocuparte ni agobiarte cuando ella quede con sus amig@s. Si te molesta que ella quede con sus amig@s, tienes que cambiar de actitud y empezar a ser más confiado contigo mismo. Es más, ¿recuerdas lo que dije del enamoramiento? Pues lo mismo ocurre con las salidas. Si quieres una regla de oro realista de lo que REALMENTE funciona cara a una chica, la regla es la siguiente: “Estate tú siempre más ocupado que ella, ten tú siempre más planes sociales que ella”. La mujer, por naturaleza es menos social que el hombre. Esto viene de la época de las cavernas, el hombre salía con los demás hombres a cazar y conseguir alimento, y la mujer se quedaba cuidando de la descendencia. Gracias a eso estamos hoy vivos. No es atractivo que un hombre salga menos que una mujer, o que tenga menos amigos y menos planes que ella. Lo normal y natural para que una relación vaya bien es que el hombre sea más líder, más popular y más social que la chica. Si al final del mes ella ha salido de fiesta más que tú, ella tiene más planes y más amigos que tú, y ella está fuera de casa más que tú… ten cuidado porque dudo que esa relación dure mucho. Recuerda a la chica con barba, eso no es atractivo, ¿verdad? Es verdad que hay mujeres que son totalmente distintas a las demás… pero si tu pareja ve que tiene más vida social que tú… es muy complicado que te perciba como un hombre atractivo y poderoso. Ahora bien, pongámonos en el caso de que el problema es el contrario. Tú tienes una vida social muy activa y ella se siente apartada o de menos, porque tiene miedo de que no pueda verte, de que puedas olvidarte de ella, etc. En este caso, la mayoría de los hombres cometen dos grandes errores: 1. Dejan de salir y de tener su vida social por miedo a perder a su pareja. Y pierden el interés de esta porque se convierten en hombres poco atractivos. 2. Siguen saliendo sin prestar ninguna atención a su pareja. Y su pareja se busca a otro que cuide más de ella. Lo ideal no es hacer ni una cosa ni la otra. Mi recomendación es la siguiente: sigue haciendo tus planes, pero dile a tu pareja que puede asistir al 80% de ellos. Es decir, si tú por ejemplo quedas con tus amigos cinco noches al mes, dile a tu pareja que puede unirse a vuestras salidas tres o cuatro veces de cada cinco. Puedes salir solo con tus amigos de vez en cuando. Pero si tienes pareja, es sano 102

e importante que ella sepa que puede salir con vosotros porque no escondéis nada. En este caso, ella ve que tú no tienes nada que ocultar, pero al mismo tiempo se da cuenta de que eres una persona popular y sociable, y eso te hace atractivo a sus ojos. El día que salgas solo, sin ella, explícale qué es lo que vas a hacer y por qué no puede ir ella. Puedes decirle que tus amigos a veces no están cómodos hablando de ciertos temas con chicas delante (aunque cuanto más maduros sean tus amigos, más igual les dará esto)... o que tienes que hablar un tema importante con un amigo en concreto. No cambies tu realidad por estar en pareja…. al contrario, mantén tu realidad e invita a tu pareja a que forme parte de ella. No cedas a sus caprichos, pero tampoco la apartes. Simplemente haz los mismos planes que antes, pero encárgate de que ella sepa que la mayoría de las veces está invitada a asistir contigo y que te encanta que lo haga. Por otro lado, por cada día que salgas solo con tus amigos, sin estar ella… encárgate de darle a ella una cita o una velada contigo a solas. Es decir, que ella vea que como mínimo, pasas el mismo tiempo con ella a solas que con tus amigos a solas. No es sano para una relación que ella vea que dedicas a tus amigos más tiempo y energía que a ella. Ninguna mujer se va a sentir especial si ve que tus amigos son más importantes para ti que ella. Así que el resumen sería: 1. Asegúrate de que estás con ella más tiempo a solas que con tus amigos. Y esto también se aplica al dinero, los viajes y demás. Si con tu pareja has hecho 4 viajes al extranjero el último año, no pasa nada porque te vayas un fin de semana con amigos por ahí. Ahora bien, si nunca viajas con ella y te vas con tus amigos, mala cosa. Con el dinero igual: si en un regalo a ella te gastas 100 euros, una vez al año, y a tu mejor amigo le regalas algo de 200… tu relación no va a salir bien. 2. No cambies tus planes por ella, pero asegúrate de que la invitas a la inmensa mayoría de ellos (como mínimo, al 80% de ellos). 3. Si ella sale, no te agobies, ni te preocupes. Sal tú también, haz tus cosas y estate ocupado. 4. Asegúrate de que tú sales más que ella, y que tú tienes más amigos y planes que ella. Si aplicas a rajatabla estas cuatro cosas, te aseguro de que el resultado será que ella estará muy enamorada y entregada a ti, y que tú podrás hacer realmente los planes que quieras. Pero si cedes a sus caprichos o no la tienes en cuenta, dejará de admirarte y de estar a gusto en la relación… y las cosas empezarán a ir mal.

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Métete sólo en lo que te afecta a ti Tu pareja debe poder tener la libertad de hacer con su vida lo que quiera, siempre que no te afecte a ti y tú no deberías decirle lo que tiene o no tiene que hacer. Al igual que ella a ti tampoco. La norma que deberías seguir es muy sencilla: “No te metas a opinar en lo que ella haga si esto no tiene ninguna relación contigo”. Te voy a poner varios ejemplos de cosas que no te afectan a ti: 1. Cómo trata a su jefe. 2. Cómo se comporta con su madre. 3. La música que escucha. 4. Que de vez en cuando salga con sus amigas. 5. Las discusiones que tiene con sus amigas. 6. Lo muy o poco ordenado que tiene su coche. 7. Que haga una dieta u otra. 8. El tipo de trabajo que tiene. 9. Que retome los estudios. 10. Etc. En esta lista te he puesto varias cosas que en principio no deberían afectarte a ti, pero si ella las gestiona mal sí que te afectarían a ti y entonces ahí sí puedes y debes intervenir. Es decir que el criterio que debes tener en cuenta es: ¿esto me afecta a mí directamente? ¿Tiene alguna consecuencia en mi vida? Si la respuesta es sí, entonces es legítimo que hables con ella. Si no, no. La forma en la que ella trata a su jefe, en principio no tiene nada que ver contigo, ni te afecta. Pero si pierde el trabajo y no puede traer dinero a casa entonces sí que te afecta, con lo cual, ahí sí podrías hablar con ella. El modo en el que trata a su madre tampoco es algo que tenga que ver contigo, pero si le habla de ti a menudo y acaba forzándote a ir a comer con sus padres todos los domingos, entonces sí puedes hablar con ella sobre eso. Si tú no usas su coche y ella lo desordena… ¿qué más te da? Que haga lo que quiera con sus cosas. En cambio, si el coche es común, entonces te afecta y sí puedes intervenir. Si ella decide retomar los estudios, bravo por ella. Ahora bien, si eso significa que quita tiempo de estar contigo y que tú no ves tus necesidades de pareja cubiertas, entonces, como te afecta a ti, sí puedes hablar con ella. Cuando hables con tu pareja sobre temas de este tipo que sí te afecten… el punto de vista debería ser: “Me da igual lo que hagas, pero que no me afecte” Esa frase es muy poderosa. Ejemplos: 104

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Cariño, no me quiero meter en lo que haces con tu madre, pero no quiero ir los domingos a comer con ellos. Así que, por favor, arréglalo. Cariño cuando tú estés en el coche haz lo que quieras, pero por favor, déjalo limpio cuando yo vaya a usarlo. Cariño, escucha la música que quieras cuando no esté, pero si estoy yo, no pongas esa música que no me gusta, por favor. Cariño, me parece genial que estudies y te apoyo. Pero necesito que te organices mejor, para que yo te vea un poco más.

Y así hasta el infinito. El error que cometen la mayoría de hombres es intentar controlar todo lo que su pareja hace. Le dicen lo que tiene que hacer: lo que tienes que hacer es dejar los estudios, lo que tienes que hacer es tirar esa mierda de música, etc. Tú no le digas a tu pareja lo que tiene que hacer. Dile, simplemente, que quieres que a ti no te afecte negativamente lo que ella haga. Punto. Si la controladora es tu pareja. Y es ella la que te dice a ti lo que debes y no debes hacer. Dile algo así: “Cariño, perdona si te he molestado haciendo esto. No te preocupes que me encargaré de no hacerlo más contigo, para que no te moleste. Pero no te metas en lo que hago o dejo de hacer cuando no estoy contigo.” Cuando convives con otra persona, debes respetar el espacio común, el tiempo común, y los planes en común para que ambos podáis estar a gusto y sea sostenible. Pero ninguno de los dos es dueño del tiempo de la otra persona. Así que, cuando estéis separados… mientras no os perjudique negativamente, que ella haga lo que quiera, y tú también.

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Qué hacer cuando ella tiene un problema Una mujer no va a esperar que tú arregles todos sus problemas, de hecho eso no es ni sano, ni correcto. Cuando tu pareja se enfrente a un problema laboral, familiar, personal, de salud, o del tipo que sea… lo ideal es que tú tengas una actitud de apoyo, y que si es necesario hacer algo por ella, que sean cosas adyacentes, como llevarla en coche a un sitio, ayudarle a preparar la cena, o cosas por el estilo. Lo que quiero decir es que el problema lo tiene que resolver ella. Imagina que tu pareja tiene una fuerte discusión con su madre y no sabe qué hacer. El problema aquí es el conflicto con su madre. Si fuéramos muy sobreprotectores e intentáramos solucionar nosotros su problema iríamos a hablar con su madre y le diríamos que nuestra pareja está muy triste y que se arrepiente de lo que dijo… para que la madre se ablandara y así arreglaran las cosas, pero eso sería resolver su problema por ella. Y eso no es lo que tenemos que hacer. Incluso en el caso de que nosotros fuéramos a hablar con nuestra novia y le dijéramos qué es lo que tiene que hacer y decir a su madre, tampoco estaríamos haciendo las cosas bien porque ella es la que tiene que decidir y arreglar las cosas con su madre. Nosotros tenemos que ayudarla a que ELLA lo arregle, no arreglarlo por ella. En este caso, por ejemplo, podríamos intentar animarla, podríamos hacer la cena, podríamos ofrecernos a llevarla en coche el día que quiera ir a hablar con su madre, e incluso podríamos dar nuestra opinión sobre qué hacer SOLO en el caso de que ella nos pregunte directamente. Nuestro papel debe ser de “ayudador” no de “resolvedor”. Este matiz es muy importante tenerlo en cuenta. Por otro lado, algo que también suele ocurrir con mucha frecuencia es que nuestra pareja “pague” con nosotros el pato cuando le haya pasado algo en el trabajo, con su familia, etc. Es decir, que por ejemplo, discuta con su jefe trabajando y al volver a casa, al intentar ayudarla nos hable de malas formas, o nos falte al respeto de alguna manera. Lamento decir que aquí tenemos que dar un toque de atención, porque las faltas de respeto no hay que permitirlas nunca. Yo no considero que esté bien ni sea razonable que nos hable de malas maneras por muy complicado que sea su problema. Y tampoco creo que le hagamos ningún favor permitiendo que ella piense que puede comportarse así y agarrarse una pataleta cada vez que le pasa algo. No. Nuestros cuidados no son incondicionales, cuidaremos en función de lo que sintamos o veamos que ella se merece que la cuidemos y de cómo nos trate al hacerlo. La clave es conseguir gestionar esto sin enfadarnos ni ponernos por las malas. Si nos habla mal cuando tiene un problema, lo que debemos hacer es decirle que ese tono sobra, que estamos ahí para ayudar, y que si nos habla mal, entonces nos

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ponemos a hacer otra cosa. Y que no se preocupe, que en cuanto nos hable bien… volvemos a ayudarla. Como si estuviéramos ante una niña pequeña. Lo explicamos con cariño, pero no cedemos.

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La guerra fría Cuando nos faltan al respeto levemente, o cuando nuestra pareja hace algo ligeramente injusto que no debería estar haciendo… otra forma de gestionar el problema que también funciona muy bien es lo que yo llamo “la guerra fría”. La guerra fría no es otra cosa que: estar más frío, estar esquivo y callado, decir que no te pasa nada, ser huidizo, poco cariñoso, irte a hacer tus cosas, etc. En resumidas cuentas: hacer lo mismo que hacen ellas cuando se enfadan. Las mujeres por suerte o por desgracia tienen menos fuerza física que los hombres y eso ha hecho que durante los milenios que llevamos en el planeta tierra, hayan ido desarrollando habilidades para fastidiar a los demás sin gritar, ni pegar. Y la guerra fría es una de esas cosas. ¿Cuántas veces nos ha pasado aquello de preguntarle a una mujer qué le pasaba y ella contestar con un simple “nada”, al tiempo que nos evitaba y se ponía a hacer otras cosas con cara de pocos amigos? Eso es la guerra fría. La guerra fría es mostrar distancia emocional y frialdad, sin gritar, ni enfadarse… Esta técnica funciona muy bien porque las mujeres están muy acostumbradas a entender y hacer este tipo de guerra. Y les duele mucho que se la hagamos nosotros. Cuando notan que no tienen tu cariño, y que eres frío y que no explotas pero que no te ablandas y haces tus cosas y estás esquivo, etc., se preocupan. Y cuando se preocupan, se mueven por arreglarlo.

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Epílogo No siempre es fácil saber lo que uno debe hacer, como hombre, ante ciertas situaciones. Una relación de pareja es una dura prueba que hay que superar día a día y que, en ocasiones, requiere de nosotros una especial paciencia y cariño. Pero haciendo lo correcto y actuando con justicia e integridad, la pareja puede llegar a ser un proyecto común que haga que los dos seáis muy felices. Si tuviera que resumir en una palabra los conceptos que he detallado en este libro diría que esa palabra es "justicia". Un hombre debe ser justo. Un hombre debe tener honor, palabra, integridad, dignidad, fortaleza, paciencia y valentía. Un hombre debe respetar a la mujer, y exigir respeto también. Como dije al comienzo del libro, un hombre debe ser una roca, o un muro que aguanta, abraza y soporta el mar. Si tú te comportas con fortaleza y justicia, serás esa roca a la que tu pareja se abrace siempre. Cuidarás de ella y estarás ahí para apoyarla... pero al mismo tiempo sabrás marcar límites y exigir respeto, cuando ella pueda desafiarte o tantearte. Ese equilibrio entre protección y autoridad es lo que hace que ella se enamore y se sienta a salvo y tranquila a tu lado. No es fácil ser justo. Lo sé. A veces entran en juego las emociones. Y nos enfadamos cuando no debemos. La buena noticia es que se puede rectificar y pedir perdón. Un verdadero hombre pide perdón cuando se equivoca. Y no sólo eso, se preocupa de arreglar el daño que haya podido causar con sus acciones o sus palabras. No pasa nada por equivocarse, pero sí pasa por no arreglarlo. Sé justo, sé noble, sé fuerte y demuestra que estás ahí para lo bueno y para lo malo. Ojalá que este libro te ayude a vivir muchos años de felicidad al lado de tu pareja. Ojalá que mi trabajo pueda ayudarte. Te deseo lo mejor de todo corazón.

Con mucho cariño,

Álvaro Tineo

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