ÁLVAREZ CINEIRA D Pablo y el Imperio Romano_NEW

July 31, 2017 | Author: Rodolfo Vega Cardona | Category: Roman Empire, Augustus, Paul The Apostle, Claudius, Caligula
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MINOR BIBLIOTECA DE ESTUDIOS BÍBLICOS

DAVID ÁTVANEZ CINEIRA

15 Colección dirigida Por Santiago Guijarro OPorto

PABLOY EL IMPERIO ROMANO

pqu s''l---\ c¡ ü ).í r------J s lnx-lmrus ¡_.

(\/7 EDICIONES SÍGUEME SALAMANCA 2009

'

20

Introducción

to romano y representaban a las autoridades romanas a nivel local, independientemente que su origen fuera romano o griego. nádo el objetivo de esta colección, evitaremos, en 1a medida de lo posible, tanto las discusiones técnicas entre estudiosos como una acumulación de argumentos,

I

EL IMPERIO ROMANO CoNrnxro socrAl, poI,ÍTrco y REI.rcroso

buscando la claridad y la sencillez.

Pablo es un personaje importante dentro del mundo romano; de hecho, z, tia4ismo_primitivo. El mismo se presenta como cristiano judeo-helenista y el libro de los Hechos de los apóstoles lo describe como ciudadano romano originario de una

ciudadgriega.

:

crg,4g€!o€I999:I9nre!% judío y cristialg. Lag:glpgiones que de ahí qg deq gg{r{ltuyen el muq4o pauliry. Los escritos salidos de su pluma han conseryado parte de esas interacciones, las cuales jugaron un papel relevante en la autocomprensión específica del movimiento cristiano. Si deseamos obtener un cuadro satisfactorio de las interacciones complejas y tensas de Pablo con los poderes políticos de su época, resulta de vital importancia la lectura de sus cartas y la interpretación de esas relaciones en su propio contexto social, político y religioso. Para ello se precisa conocer el mundo romano, imperial y provincial, que modeló las relaciones y el pensamiento paulino, configuró el ámbito de expansión del cristianismo y determinó la situación de las comunidades judías de los territorios bajo influencia romana, comunidades que representaron la matnz principal del movimiento de seguidores de Jesús.

lina: viajes relativamente seguros a través de adecuadas

dianteunarqd-4e¡frt9-lcS4gb:g..dgJglggionelpglggles

¡uevo (oes)onorN

rntn.'olAI- EN TIEMPos DE AUGUSTo

vías de comunicación, mares libres de piratas y adecuados puertos. Además' la generalización de la cultura y la len-n

n\

\-

23

Las presentaciones más recientes del mundo social del que la apóstol Pablo han perpetuado la visión común de

Et-

pax romanaproporcionó un contexto positivo para el napaucimiento del cristianismo y la expansión de la misión

/

religioso

zaron la figura de Augusto y de la pax augusta mediante una poesía propagandística, así como los testimonios mudos, pero más influyentes en la sociedad" de las monedas, el arte y la arquitectura3. Los emperadores utilizaron hábilmente los cargos, los honores y la administración para producir cohesión me-

1.

[

Contexto socíal, político y

Pablo Y el imPerio romano

22

ra sriesas facilitó la difusión del evangelio y la comuii"uáOn.ntre las distintas comunidades a lo largo de la .uencu -"diterránea. El buen gobierno de Augusto habría creado un clima general de estabilidad y seguridad' Tal es el cuadro idílico que nos presentan las fuentes epigráficas y literarias, producto lógicamente de la cla-

sef rivilegiada.Lagi!p¡-f9$qpp-r,o.pqn4!de-.instqu1q1Y pueblos conquistados -unt.n., lu conformidad de los eseran el miedo a la espada y el arte delaretodca' Por en fundamental , te motivo, resultaba lógico que el tema I la oratoria de los inicios del Principado versara sobre la { paz, establecida y conservada por el emperador' con el 1

I

teneficio de la seguridad y el bienestar para los habitantes del imperi o. l-¿:e!sds a-pubtisa*e¡¡g-lzqbe lagt.blen las relaciones d9 poder en el imperior' Como testimonio que ensalde esta teología imperial destacan los autores2 Influence" 1. R. A. Ramsaran, Resisting Imperial Domination and pouti iioootyptic Rheiáric ¡n I ioriithians'en R' A' Horslev (ed')' Paul que la retóand the Roman Imperiál Order, 89-101, donde.se recuerda

debe ser leída en este conPablo usa modelos retóricos de su época' Su arresistencia al g"Á""óiO" t. entiende;ica-ente en e1 contexto de lajudíu'.Vtt:T?' ioder imoerial romano dentro de la tradición apocalíptica a los conntlos raolo más adelánte. por ejemplo. que en la primera Carta apocalíptica retórica la á g.eóo-rá-attus i\dia' ^formai ¡unto emplea II' 3 1' 2 (1981) 7-07C¡. V' P íschl, Vi rgi I un á Au gu s r u s, en ANRW 1922(1981) II'31'3 727; E. iioblhofet'noioZ undAugistus,enANRW

ti"á .. p.iiii."; tu-tié.t la retórica de Pablo te*to

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iápdat

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el cual partía de ellos mismos y alcanzaba todos los ámbitos de la vida política, social y religiosa. Se trataba de un elaborado sistema de relaciones, que estaba vinculado especialmente al valor del honor. Estas relaciones de patronazgo personal entre el emperador y la elite local constituían las líneas más im- ¡ portantes y efectivas a través de las cuales fluía el poder I entre el centro (Roma) y las autoridades regionales y lo- I cales. Dicho sistema de poder jerarquizado representaba otra forma más de mantener el orden público y ejercer el control sobre los súbditos. Además, gracias a la estrecha relación entre religión y Estado, esta situación estaba sancionada por los poderes divinos. Por t¿l raz6n, el sistema político, económico y social del patronazgo interaccionaba constantemente con el sistema político-religioso de los sacrificios y el culto al emperador. ba-sada en e_l-,s_istemp d.el p-411q{r.a?go,

El sometimiento de las provincias a la dominación romana fue una construcción ideológica. Su realización dependía de que muchas personas compartieran un conjunto de creencias que sancionaban una noción romana peculiar de orden social. La misma Roma aportó la articulación inicial de los valores a los que los súbditos orien1986; G. Townend,Literature and Society, enA. K. Bowman - E. Champlin - A. Lintott (eds.), The Cambrídge Ancíent History: X. The Augus-

tan Empire, 43

B.C=4D.69, Cambridge University Press, Cambridge

2004,,905-929.

3. Sobre este tema,P. Zanker, The Power of Images in theAge ofAugusfzs, University of Michigan Press, Ann Arbor 1988.

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Contexto social, político y religioso

Pablo Y el imPerio romano

taban su vida como miembros de la comunidad, y fue la creencia de que otros compafrían esos mismos valores lo que legitimó el orden social establecido por Roma' Dicho sistema social, basado en relaciones piramidales entre el imperio, el emperador, las provincias, las ciudades y los individuos, proporcionaba a sus miembros una idea colectiva de pertenencia a un ente superior que, al mismo tiempo, requería compromisos de los súbditos: asentimiento, aceptación y lealtad a Roma' La concesión de la ciudadanía, las fiestas, la unidad monetaria, las imágenes imperiales, así como los rituales políticos, jugaron un papel importante a la hora de aglu-

tinar el mosaico de culturas

y

razas que componían el

imperio. Las pretensiones romanas para legitimar el poder no se limitaban a la autoridad carismática del emperador, sino que Roma universalizó los beneficios de sus

logros, es decir, presentó acuerdos institucionales que de algunos individuos como si sirvieran a los intereses de toda la población. Asimismo, la

rc*íun a los intereses

ideoloeía subyacente idealizó el imlerio qomo Pna coleeliviáád que incluía a todos. minimizando las dif9renclas Cg

qulturl y cl-a.99,-ry9131!gggll'13{ttuqd"

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Roma se Pre-

sentaba, en este sentido, como gapnte de la estabilidad

política y económica.

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Con todo, los nuevos estudios históricos reflejan que esta situación idílica del imperio romano únicamente beneficiaba a las clases privilegiadas. Los romanos y las familias dirigentes de los pueblos y ciudades conquistados, cuyo dominio y poder fue ratificado e incrementado por

Roma, perpetuaron un orden político y económico que

4. Sobre la ideología en el imperio romano' C' Ando, The Imperial Ideology tn the Roman"Empire, University of California Press' Berkeley' CA 2000, l9-48, aqui 40.

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aseguraba su propio poder y sus privilegios. Por desgracia, la inmensa mayoría de la población sufría sus consecuencias opresorass. No es de extrañar que los pueblos sometidos no aceptaran amablemente el nuevo orden imperial, y que algunas de las disposiciones impuestas por los romanos exacerbaran aún más los conflictos locales. Las epístolas paulinas, los escritos del historiadorjudío Flavio Josefo y del filósofo Filón de Alejandría muestran

quegJg,r¡4:¡4o_o¡d9tlql4dlel¿_tq1puqglogolleg¡alsrus deqdeAgglsjp.e14.sufr idocomg,qql¡po-¡qurchal pglqnq! e,q la.q pror13.gias. Esta situación opresiva no se menciona normalmente en la historia romana, tal

&g

vez porque las ounto de vista de los onresores.

l

Basta con reparar en la historia de Palestina durante los dos primeros siglos de nuestra erapara afirmar que la pax romana constituía una pesadilla de la que no resultaba posible librarse. Los movimientos de resistencia fueron reprimidos por los gobernantes con mano dura por amenazar el orden imperial y su propio status.Tanto los intentos fanáticos por conservar las formas tradicionales de religiosidad, como los intentos oficiales por tomar medidas drásticas contra la resistencia, condujeron a conflictos sangrientos: dos guerras de liberación contra los romanos que terminaron en represión y destrucción. A dichas circunstancias de explotación, agitación, subversión y represión aluden Pablo (Gal 1, 13; Flp 3, 4-6) y el libro de Hechos (4-5; 7 , 54-8, 3) al presentar el movimiento de los seguidores de Jesús en Jerusalén y más allá de ias fronteras judías. También se encuentran duras críticas contra la dominación romana dentro de las 5. K. Wengst, ¡. Anspruch und llirHichkeit. Erfahrung und Warhnehmungen des Friedens bei Jesus und im Urchristentum,Kalser Verlag, Miinchen 1986.

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Contexto social, político y

Pablo Y el imPerio romano

corrientes apocalípticas judías, como puede verse en el comentario de Habacuc6. La estabilidad política reinaba en otras ciudades en las que actuó Pablo, pero tal estabilidad impuesta por el poder imperial romano significaba inseguridad para la mayor parte de los habitantes, como testimonian las deportaciones de pueblos conquistados y colonizados, que experimentaron el yugo de la dominación y ocupación romana. A ese yugo hay que añadir la esclavitud' uno de los pilares sobre los que se basaba el orden socioeconó-

mico romano. Dicha situación sociopolítica contaba, además, con el beneplácito de los dioses.

2. L¡ porÍrlcA RELIGIosA

RoMANA EN TIEMPoS DE AUGUSTo

Para entender el mundo religioso del imperio, es ne-

cesario repensar el concepto de religión existente en la Antigüedád. De hecho, tq-gl99Agle-q-b-&-4S-lp-l-i4lri-

duqlqoqg-qsqf lguraa-pert1r{g*lqrylgpiÓggefs-gqp!gpn lq divinidad sino fundamentalmente dq +anerq!-9c.1-?1,

d@ció¡

"9$!rs sqli!-c-e v 1gl-ls'-o-l' entramado y un concomplejo un I-a retigiOn desarrolla que estructura la interacciones e junto sutil de relaciones

sociedad. El velo que distorsiona y encubre las duras realidades del imperialismo se tejió mediante una ideología centra' da en ia paz y la seguridad la cual se instauró involucrando a los dioses en y a través de Roma' Si la paz y la seguridad deben ser considerados logros de Augusto, el imperio los alcanza gracias a las victorias militares y los 6. lQpHab (cf . eL Pesher Habacuc

OuirAi.irotta. Madrid

enE' García Marquez Textos de

' 1gg2' 248-253, donde la justicia de Dios

8pon. u la de Roma)l también Sa/mos de Salonón

17

'

se

religioso

27

impone a los pueblos sometidos. Asi,la pax romana

se

Uasa-sda€uerra¡¿enlasenqSriglg-pggteL4-o-p"g,qlgd-ql: El mensaje de!_(evan-

me@Igdg.

Be_lio>deAqgusloeJ?qlpfo. jqs!_cj?yJ%,ey9_!q!_t9=491 ne.s dg.loq dioses, se han

pqifgqtadg 9obry !a t!_errq_gAgl

or4en¿lg."9egqtdqd impuestos p.o: Bg!.q4. Los súbditos están invitados a responder con gratitud, temor y lealtad. Esta propaganda de Augusto úiliz6los distintos medios a su alcance -poesía, escultura, cultura en general...-, con el fin derealizaruna reforma religiosa, política y social que impregnara los diversos ámbitos de la existencia humana. De hecho, hasta el mismo Augusto fue incorporado a una compleja red de ritos, instituciones y, eventualmente, deidades. Este emperador renovó la moral y los valores roma-

nos tradicionales, las virtudes y los idealesT. De forma deliberada s.e propuso a qi 4icmp-s"_omop¿ta{igma En el centro de toda la reestructuración dgl Ci$tq!,nelglgiSto

Áüguiió, rn o.u.iónór pi..s:"tu¿ó-io*o

n"""o

"rtut-u Rómulo8. Se convirtió en miembro de todos los "t sacerdoffijVo1atitia (), proceso que culminó en el 1 año 12 a.C. cuando asumió el cargo de pontifex maxinus, I fusionando en su persona los poderes políticos y religio- / sos. Pronto se consideró la época de Augusto como la realización de la edad de oro o edad de Saturno. Los poetas ensalzaron su (pietas, especialmente Horacio), lo que conllevaba un cierto paternalismo, así como una 7. J. H. V¿ G. Liebeschuetz, Continuíty and Change in Roman Religion, Clarendon P¡ess, Oxford 'z1996, 55-100; M. Bea¡d - J. North - S. Price (eds.), Rellgrons of Rome:1. History, Cambridge University Press, Cambridge 1998, 313-363: . 8. Cf. S. R. E, Price, The Place of Religion: Rome in the Early Empire, en A. K. Bowman - E. Champlin - A. Lintott (eds.), The Cambridge Ancient History: X. The Augustan Empire, 43 B.C.-A.D. 69, Cambridge University Press, Cambridge 22004, 820-847 , donde dedica especial atención a los cargos sacerdotales, a los templos y a 1os juegos seculares.

Contexto social, políticoy

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vinculación especial de su persona a los dioses 'La pietas I adquirió connotaciones del patronazgo imperial, a la que I correspondía la lealtad (fides) de los súbditos' Además, como parte de est¿ nueva visión religiosa, el mismo Augusto ocupará un lugar central en la vida política, religiosay social romana.

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conviftióenparadigrlga4

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res sucesivo.s, especialmente para Tiberio y Claudio' Inau-

dinastía y un nuevo sistema político (el Princi"nu pado), por lo que fue ampliamente venerado'AUngugg

g*o

is!qq!9_%t$i"_!g_9ut!9-4reito ?!-e+pqra4o to -ie4q4. rtirría,-slg-q4bargo, su nut,en o pode .o riqgel".ú!o-!g9l9tfq[I9g. El culto al emperador r.itt'otttt no fue impuesto, ya que e&-e$raño-g-b ÍIenjlgFe'

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te!!ddr9!q94q e4qrgt¿ u! -e-ryp 9-&49l-vly9 Jglgq po. en la capital del imperio, los emperadores y los "so, de su familia sólo recibieron oficialmente homiembros nores divinos después de la muerte y tras el reconocimiento de sus méritos por el senado.

3.

EICUTTOALEMPERADOR

Los estudios del Nuevo Testamento han considerado es el culto alpl4l,e-radsf-como una de las,- l Dichas investigaciones se centraban, @L!g!tlgll!4910. coFrecu.tt"ia, en el objeto de la fe, especialmente si el emperador era considerado un dios o si el culto expresa9. Cf. la carta que el emperador Claudio dirigió a los alejandrinos el a¡o ¿f d.C.,PLoná, 1912,11n.50-51; Dión Casio,Hist'LX'5'4' -'*lO. Lu liíeratura sobre este punto es inmensa; cf., por ejem,plo, D' und die p.auAluarázcinetra, Die Religionspolitik des Kaisers Claudiul 'ñ¡1"ít" Uitt¡oi, Herdeq Freiburg 1999' 55-97, y especialmente el libro in Asia Miá"'é. n. i. p¡*, Rituals and Powér The Roman Imper¡al -Cult iií,' €Áir¡aeé universitv Press, cambridge 1984; F' Gtaf, Kaiserkult,

religioso

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ba una relación personal. Segun la interpretación cristiana dominante, las palabras y formulas usadas en el culto al emperador pronto se convirtieron en expresiones manidas y frases estereotipadas, sin verdadero contenido. No obstante, los estudios modernos consideran que los honores y las fiestas dedicadas al emperador no sólo estaban ampliamente extendidos, sino que dominaban la vida pú-

blica de las ciudades de Grecia yAsia Menor.

El culto imperial, en sus múltiples manifestaciones, era un elemento religioso y político constitutivo del ambiente donde Pablo desempeñó su misión. Sin perder de vista la piedad personal que también produjo, fue sobre todo un medio usado por las naciones dominadas para relacionarse con los poderes gobernantes. Religión imperial y política, rituales y poderes eran totalmente inseparables. Además, el variado y dinámico culto imperial del siglo I supo adaptarse a las sociedades más diversas, dependiendo de las tradiciones y situaciones locales, ya que se incorporaba frecuentemente a los cultos tradicionales de las comunidades provinciales. En este sentido, su amplia implantación se convirtió en uno de los elementos integradores del imperio. Aunque el culto al no fue una ca-\ racterística exclusiva ni originaria del imperio romano, ) Augusto realizl su propia contribución, pues lo convir- | tió en el contrapeso ideológico a la amplia presencia mi{ litar de control y gobierno del extenso territorio impe- | rial. Este culto pronto alcanzó importantes dimensiones J religiosas, tanto en su terminología como en sus formas VI (1999) 143-145; M. Clauss, Kaiser und Gott. Herrscherkult ím rómischen Reich,B. G. Teubner, Stuttgart - Leipzig 1999, 54-'75; A. Brent, The Imperíal Cult and the Development ofChurch Order: Concepts and Images ofAuthoríty in Paganism and early Christianity before the Age of Cypria¿, Brill, Leiden 1999, ll-16; 73-130. en DNP

Pablo Y el imPerio romano

30

los de expresiónrr. Los templos, las imágenes imperiales'

saceáotes y los sacrificios fueron organizados y erigidos de u".r".do con los modelos de los dioses tradicionales. A¡rnqge lgs

rrnpttq4gre¡¡qluqe!ry$9-Qrg4lu-y-4o

¿A.f¡g"*-U9¿o-tl'lqqq¡449[9l:l9=qtp!led-o!¿!cullq*4pLos espacios públicos de las r@.

transformaron virtualmente en templos' ya "i"¿ffi que las estatuas y santuarios imperiales, con sus inscrippúblicas ixaltando las grandezas del emperador' "ionm podía susdominaban el ágorar3. Un súbdito dificilmente efigie del la traerse al influjo de la ideología imperial; perfectaemperador acuñada en las monedas recordaba *rnt. quién era el señor del mundo (cf' Mt 22' 15-21)'

*

del emperador se convirtió en omnipresente' I Se instltoveron festivales y juegos imperiales; además' I tas fiestas con motivo de su nacimiento subrayaban el Iini"io de una nueva erara. De esta forma, el culto impe\rial estrucruró el tiempo y la vida urbana' patroclLa elite local y provincial estaba interesada en las renar el culto imperial en las provincias y en estrechar medianimperial familia la o laciones con el emperador propio te el patronazgo' Con ello conseguía consolidar su ciudaLas provincia' poder tanto en la capital como en la esta de ies, agradecidas, recompensaban el I

tu i-us"n

Gradel, Emperor Worship and Roman-Religion' Clarendon p.ess -'O*for¿ Uáiro"tiity Press, Oiford - New York-2002' presenta-un como en Ita.rtráio á"i."ito entre loí mismós romanos' tanto en Roma ñ.t";"mo, Religion del poder' El culto imperíal en Atenas eny losámperadires Julio-Claudlos' J' and E' Hedges 'lusutto Á,rchaeopress. Oxford 2002' (ed')' Paul 12. P. Zanker. The poier of Images, en R' A' Horsley 11.

i;Ci 'iioi

I.

ñ

and " -- Empire,72-86.

ij.'Cf.'S. R. F. Price, Rituals and Power;P' Zanket, The Power of Imases, '"'""ü. l0l-166. en U' b; ;;.reto del Consejo provincial de Asia el año 9 a C"calennuovo del a'C' 9 "i nel all'íntroduz¡one relative fum, L"-ii,r)i"¡oní d'Asia: Studi classici e orientali 16 (1967) 5-98'

Tlii

¿itt"pi"r¡rcia

Contexto social, político y

relígioso

31

elite provincial o local con la entrega de los oficios públicos más prestigiosos. De este modo, el culto al emperador favoreció una vida cívica urbana basada en la lealtad al emperador y al imperio, pero que generaba beneficios políticos y económicos, y reconocimiento social y honor en el ámbito local. nes,r9!9ryft ió jq¡ltqs!¡¡nr9!19_pnr149eg4.gp_qre-p--$e:

blecerlasrelacionescoAglpg4g_t-i4p_e_Ual,y:g_leSIpte-

slg!Jg3g4lÍ? g4q -ispg4@&ls-9úe'ps. sqst4 A'í, la vinculación entre el gobernante y los súbditos no sólo adquirió formas religiosas, sino que reclamó la participación de los súbditos en dicho culto como qysstr"_de_lgAl: t44_4 impeno. Como es de suponeq no todos los súbditos participaban en ese culto. Los judíos, a pesar del rechazo de las

imágenes y de la devoción exclusiva a su dios, lograron minimizar el conflicto con el culto imperialt5. Ello se debió a que los emperadores generalmente no les exigieron el culto a su persona y les permitieron vivir conforme a sus costumbres ancestrales. Es en este contexto políticoreligioso donde tenemos que situar la actividad paulina.

4. Er ruleÍsvro ¡s re orÁspoRA

BAJo EL DoMrNro RoMANo

Los emperadores Augusto, Tiberio y Claudio se esforzaron por proteger la antigua religión romana. Los cultos extranjeros estaban sometidos a Roma y a la ideo15. J. S. McLaren,Jews and the Imperial Cult: FromAugustus to Domitían: JSNT 27.3 (2005) 257-278, examina seis casos de interacciónjudía con Roma y el culto imperial:
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