ALTHUSSER y la Escuela como aparato ideológico del Estado

Segundo parcial de SOCIOLOGÍA Profa. Solange SACARON

Sebastián MARTÍNEZ WALLACE 2O B – MATEMÁTICA – no 27

ALTHUSSER y la Escuela como aparato ideológico de Estado Louis ALTHUSSER filósofo marxista francés nacido en 1918 en Argelia; estudió en la Escuela Normal Superior en París, donde se convirtió en profesor de FILOSOFÍA. Estableció con varias de sus obras, en particular con su trabajo “Ideología y aparatos ideológicos de Estado” (1970) un excelente marco de referencia para la descripción y el estudio de la escuela capitalista francesa; y por extrapolación de su metodología a las sociedades capitalistas en general. Si bien este autor no desarrollo una teoría de la educación propiamente dicha, sus elementos de análisis de la sociedad capitalista han servido de referencia constantemente para el estudio de los procesos educativos en dichas sociedades. La obra mencionada (“Ideología y aparatos Ideológicos de Estado) a sido muy utilizada en las investigaciones del campo educativo, en especial en trabajos relacionados con SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN. Es por ello que nuestra intención en este trabajo es relacionar y describir los aportes althusserianos al tema educativo. El interés por este texto se ha producido junto a otros que inauguraron y desarrollaron una temática similar en líneas generales, en una situación naciente de crisis del sistema educativo francés, y otros países capitalistas alrededor de los años ’70. En efecto, a principio de esta década aparecen sucesivamente “La Reproducción” de BOURDIEU y PASSERON (1970), “Ideología y aparatos ideológicos de Estado” de ALTHUSSER y “La escuela capitalista en Francia” (1971), de BAUDELOT y ESTABLET; obras que sin dejar de desconocer otras, resultan de las más destacadas pues describen perfectamente la escuela capitalista, y además ponen en el centro de la atención política sobre la educación la cuestión de las condiciones de la producción y la reproducción de la sociedad capitalista. En ella el sistema educativo cumplirá una función decisiva en la constitución diferenciada de la subjetividad formando y consolidando el orden social imperante. Estos trabajos, y otros en la misma línea, han sido agrupados y caracterizados dentro del conjunto de los “reproductivistas”. Además los autores mencionados tienen en común el ser marxistas, y el aplicar la metodología y las características marxistas de análisis al sistema escolar. En particular ALTHUSSER, que toma muchos elementos de MARX, se propuso la tarea de devolver al marxismo el carácter científico que sus fundadores, MARX y ENGELS quisieron darle, mediante una nueva concepción de la filosofía marxista, a partir de una nueva lectura de las obras de estos pensadores. El planteamiento de ALTHUSSER es bastante amplio y resulta útil para ubicar el problema dentro de la problemática general de lo que el autor denomina “Aparatos ideológicos del Estado”, donde la Escuela ocupa un lugar preponderante; aunque esta preponderancia puede extenderse a un Sistema Educativo en general donde la Escuela ocupa un lugar privilegiado.

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“Hasta un niño sabe que una formación social que no reproduzca la condiciones de producción al mismo tiempo que produce, no sobrevivirá siquiera un año”. Esta referencia a MARX, que ALTHUSSER menciona al comienzo de su obra “Ideología y aparatos ideológicos del Estado” anticipa de lo que va a ser el eje central de la preocupación teórica y política de todo su trabajo: el centrar la atención en la reproducción de las condiciones de producción es un elemento decisivo para el análisis de la perpetuación de la formación social capitalista. Esta reproducción se realiza en tres planos diferentes, puesto que se deben reproducir los medios de producción, las relaciones de producción, así como las fuerzas productivas. El último plano es el que nos interesa particularmente porque en él es posible reconocer, en forma directa, la necesidad del capitalismo de cualificar diversificadamente (variedad de cualidades) la fuerza de trabajo, de manera funcional con su distribución social. Dicho de un modo más sencillo, perpetuar las luchas y diferencias de clase. La diversificación de esas cualificaciones es una de las bases del capitalismo y de las sociedades capitalistas que se encargarán de su reproducción misma de forma prioritaria. A diferencia de las formaciones sociales precapitalistas, donde el aprendizaje de las habilidades requeridas para el desempeño laboral se realizaba en el mismo proceso de producción, el capitalismo ha ido especializando esta formación, trasladándola a instituciones que se dedican a ello. Las funciones de estas instituciones es doble, por un lado, enseñar las habilidades necesarias de la producción, y por otro, establecer una influencia al grado de inculcación ideológica, diversificada también según el puesto (posición) que los miembros de las distintas instituciones tengan asignado en las correspondientes formaciones sociales. Por lo tanto, la reproducción de la fuerza de trabajo tiene un doble aspecto, la de la enseñanza de habilidades y la de sometimiento ideológico. La función de reproducción ideológica que llevan adelante las instituciones educativas se hacen más comprensible si referimos la función general que corresponde al Estado. De acuerdo con la concepción marxista, el propósito medular del Estado es el aseguramiento de las condiciones de dominación de clase. Resulta ser entonces la reproducción del sometimiento ideológico la base de la reproducción de la fuerza de trabajo, y de las relaciones de producción dominantes, ya que la primera reproducción asegura la segunda. La Escuela, además de otras instituciones del Estado, enseñan ciertos tipos de saber – hacer, pero de manera que aseguren el sometimiento a la ideología dominante, o al dominio de su “práctica”. Conviene por lo dicho analizar como clasifica ALTHUSSER a las distintas instituciones del Estado. Primero, cabe aclarar, la concepción marxista de Estado, en donde la esencia del mismo es para los marxistas el poder de dominación política y económica de las clases poseedoras sobre las poseídas. La función del Estado, como dijimos, es la de asegurar la perpetuación de las relaciones capitalistas de explotación, la perpetuación del sistema social.

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Debemos diferenciar entre el poder y el aparato de Estado para comprender de que forma se lleva a cabo la perpetuación antes nombrada. El aparato de Estado está formado por todas las fuerzas e instituciones encargadas de imponer su dominio, entre ellas: fuerzas represivas que actúan cuando esas instituciones no logran ejercer un control absoluto. ALTHUSSER establece que el aparato de Estado es el Estado mismo y éste define su función fundamental. En relación a el poder de Estado, consiste en la capacidad del Estado para utilizar del aparato de Estado en función de sus objetivos. A su vez, dentro del aparato de Estado se identifican los Aparatos Ideológicos de Estado (AIE) y su Aparato Represivo (ARE). El gobierno, la administración, el ejército, la policía, los tribunales, las prisiones, etc, es lo que ALTHUSSER llama aparato Represivo de Estado, pues este aparato funciona y se impone mediante la violencia física (o no directamente) y la represión. Los aparatos ideológicos de Estado son definidos por ALTHUSSER como “cierto número de realidades que se presentan de modo inmediato al observador en forma de instituciones diferenciadas y especificadas”; los aparatos religiosos, escolar, familiar, jurídico, político, sindical, informativo y cultural entran en la categoría mencionada. Ahora bien, la supuesta diversidad de los aparatos ideológicos se unifica en su funcionamiento, pues la ideología que ellos propugnan es la ideología dominante, que es la de la clase dominante. Es a través de la ideología dominante como se asegura la “armonía” entre el aparato represivo de Estado y los aparatos ideológicos de Estado, y también entre diferentes aparatos ideológicos de Estado entre si. El aparato represivo de Estado respalda por medio de la represión el desenvolvimiento y la actuación de los aparatos ideológicos de Estado. Los AIE actúan fundamentalmente a través de la ideología, sin embargo ambos utilizan simultáneamente la represión y la ideología para imponerse, sólo que con distinta preponderancia. La finalidad última de los aparatos es la reproducción de las relaciones de producción. Centrándonos en los AIE, la ideología ocupa en ellos un lugar fundamental, siendo dicha ideología la de la clase dominante que es el denominador común de esta clase de aparatos, aunque debemos reiterar que los aparatos represivos también utilizan la ideología. En este punto conviene plantear que ALTHUSSER explica el “fenómeno ideológico” como un conjunto o sistema de representaciones falsas que deforman el conocimiento y la realidad social. Dicho de otro modo la ideología es la relación imaginaria (sucede en la mente) de los sujetos con sus relaciones sociales. Son las clases dominantes que buscan afianzar y perpetuar su dominación, que “hablan” a través de los AIE, concientizando a la clase dominada implícita y explícitamente, sobre la adopción del punto de vista de la reproducción, que es en último termino adoptar el punto de vista de la lucha de clases. Habría en ALTHUSSER una suerte de sujeción y preasignación ideológica desde el nacimiento mismo, en el que ya es efectivo, por ejemplo, el aparato ideológico familiar. La Escuela se impondrá posteriormente, y así

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funcionarán los diversos aparatos ideológicos en la constitución de la subjetividad (que podrá modificarse, pero nunca estar ausente). El AIE por excelencia, que desempeña un papal dominante, aunque parezca que se presenta como totalmente neutral, como sin ideología, o dicho de otro modo, con una ideología “universal” aceptada por todos es la Escuela. Teniendo en cuenta las condiciones en que se desenvuelve y aplica su función, resulta explicable su dominancia. En efecto, la Escuela recibe a los niños de todas las clases sociales desde los jardines infantiles, momento desde el cual, con viejos métodos lo mismo que con nuevos, les inculca durante muchos años, justamente los años en que el niño es más “vulnerable” y se halla aprisionado entre el aparato ideológico familiar y el escolar, “saberes prácticos” tomados de la ideología dominante (el idioma materno, el cálculo, la Historia, las ciencias, etc) o simplemente la ideología dominante en estado puro (moral, educación cívica, Filosofía). A cierta edad, una gran masa de jóvenes cae “en la producción” (obreros); otra parte de la juventud escolarizada continúa estudiando, donde tarde o temprano va a acceder a cargos medios. Un último sector llega a la cima, para finalmente sumarse a la ideología dominante. Podemos observar aquí la diversificación entre la enseñanza de habilidades e inculcación ideológica que ya hemos comentado cuando hablamos de la reproducción y su objetivo en las sociedades capitalistas, pues las relaciones de producción de una formación social capitalista, o sea, las relaciones entre explotador y explotado, se reproducen en gran parte justamente gracias al aprendizaje de saberes prácticos, durante la inculcación masiva de la ideología capitalista dominante. Las distintas formas en que se produce este resultado esencial para el régimen capitalista están naturalmente disimulados mediante una ideología universalmente vigente de la escuela, pues ésta es una de las formas básicas de la ideología capitalista. Una ideología que representa a la escuela como medio neutro, desprovisto de ideología, aún más, laico. A su vez los maestros se presentan como respetuosos de la “conciencia” y de la “libertad” de los niños que tienen a su cargo; además con la confianza de los padres depositada en ellos, padres que supuestamente también “son libres”. Pero, ¿hasta que punto estos maestros no están inmersos ya en el sistema y a su vez tienen inculcada la ideología dominante?. Es una pregunta difícil de responder. ALTHUSSER señala: “Pido excusas a los maestros que, en condiciones espantosas, tratan de volver en contra de la ideología, en contra del sistema y en contra de las prácticas en las cuales se hallan inmersos, las armas que pueden encontrar en la Historia y en el saber que “enseñan”. Son verdaderos héroes”. Pero luego reconoce que son pocos, y que la mayoría no es conciente del “trabajo” que el sistema los obliga a realizar. Por lo tanto, la educación y la escuela (haciendo equivalentes escuela y sistema educativo) funcionan en términos de lo que podríamos llamar el proceso de reproducción. En efecto, como una aparato de reproducción ideológica que penetra en el mismo proceso productivo de un sistema dominante, como resulta ser el sistema capitalista, fundamentándolo y reproduciéndolo, la escuela funciona como un proceso de introducción

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ideológica, como una disciplina de normalización y como una relación de poder que se da en el saber frente al no saber. Luego desde una perspectiva reproductivista, la escuela funciona como el instrumento básico del proceso ideológico en el sentido de que no sólo actúa en favor de la reproducción ideológica general de la sociedad y de las relaciones de producción, sino más particularmente a favor de la íntima relación entre la Escuela y el Estado. O sea, la Escuela aparece como el instrumento fundamental a través del cual se introduce y se estructura todo aquello que es considerado como fundamento de la concepción del Estado y de la sociedad civil contemporánea: la división social del trabajo, a través de la que se diferencia de forma radical el trabajo manual del trabajo intelectual; diferencia que, simultáneamente alimenta la posibilidad misma del funcionamiento del Estado y del proceso productivo. Resumiendo; la Escuela juega un papel fundamental en relación con la reproducción general de las relaciones de producción y en cuanto al funcionamiento del Estado mismo; donde se da además una relación de poder entre “saber” y “no saber”, del saber como instrumento de poder coercitivo, discriminatorio, normalizador, que favorece la supervivencia de la ideología dominante.

Bibliografía: “Ideología y aparatos ideológicos de Estado” “La Filosofía como arma de la revolución”, ambos textos de Louis ALTHUSSER. “ALTHUSSER, la SOCIOLOGÍA y la EDUCACIÓN”, de Felipe CAMPUZANO VOLPE.

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