Alkimia Tradición y Milagros - José Luis Padilla Corral

May 29, 2019 | Author: Padilla Corral | Category: Universe, Existence, Homo Sapiens, Water, Truth
Share Embed Donate


Short Description

http://masajeneijing.blogspot.com.es/ Relato de las sabidurías fundamentales de la tradición alkímica. Para vivir baj...

Description

áM

José Luís Padilla Corral

ALKIMIA TRADICIÓN Y MILAGROS

José Luis Padilla Corral

INDICE Empezamos..............................................................................................

7

Desde la eternidad, transmitiendo................................................... 11 En el rescate del hombre estelar.......................................................

19

El infinito se hizo llegada y se concretó en el hombre................

27

El El El El

soplo. La luz in ic ia l................................................................ espíritu. L in g ............................................................................ hombre. R e n ............................................................................ sentido. Dao (Tao)...................................................................

30 31 32 33

Génesis y culminación de la concretización del espíritu del soplo............................................................................ 39 El hombre configurado.......................................................................

43

Comportamiento y organización de la fuerza lumínica del soplo en los reinos m u tan tes..................................................... 53 Reino Reino Reino Reino Reino

muíante muíanle mutante muíanle mulante

del A gu a............................................................ de la Madera............................. del Fuego......................................................... de la T ierra ..................................................... del M etal.........................................................

54 133 141 162 178

La tradición como soporte alkímico del ser en la consecución del milagro. Sus anclajes luminosos en la configuración de su estructura................................................................................... 185 Herencia........................................................................... 186 Esencia.......................................................................................... 192 Destino.......................................................................................... 197 El hombre providencial................................................................... 203 Y en la írascendencia

213

7

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

*

E

rase una vez una humanidad errante que vagaba y vagabundeaba en un espacio circular azul. Ella consideraba que ése era el único lugar en donde se desarrollaba la existencia. Érase, también, que el espacio azul giraba sobre sí mismo y en torno a una luz brillante. Y érase, que es hoy, un espacio azul que está llenando su vacuidad, haciéndose pleno, corrosivo e indiferente. Eran transportados por una inmensa fuerza de la que apenas unos pocos eran conscientes. Humanidad nómada, sometida y obligada, que se encontraban a merced de la presencia de lo INFINITO. En el transcurso de su eterno viaje realizaron su peregrinar bajo muy diversas condiciones, hasta que, poco a poco, lograron institucionalizar un código que les per­ mitiera encontrar las explicaciones que dieran sentido a su propia existen­ cia dentro de su entorno. Sin conocer su verdadera naturaleza, se colocaron en una posición según la cual todo era referenciado basándose en sus propias característi­ cas, y éstas fueron la pauta con la que dieron una explicación totalizadora de todo lo existente. Las vivencias tenían sentido o carecían de él según la economía preponderante o según los propios deseos. Siendo referenciales de sí mismos, entraron en un sendero contra­ dictorio que les llevó:, a la "duda", a la desconfianza, al miedo, a la obse­ sión y a un alto nivel de agresividad, convirtiendo sus convivencias en un permanente desespero. El diseño de universo que anidaba en ellos era cada vez menos rea­ lizable, razón por la cual, empezaron a deteriorarse en sus concepciones y en sus formas. Fueron perdiendo paulatinamente los mecanismos de transformación, cambio, mutación y transmutación propios del infi­ nito en el que habitaban. Su memoria estelar se fue debilitando y fueron creando recursos paliativos que les permitieran sobrevivir. De la misma forma, estos recursos entraban en constante contradic­ ción y se constituyeron también, en mecanismos de agresión, los cuales eran interpretados como una evolución propia de sus existencias. Los instantes culminantes en el espacio de lo concreto fueron definidos bajo los términos de "comienzo" y "fin”... NACIMIENTO Y MUERTE. Con lo cual, hicieron de su universo un lugar limitado en el magma de un universo infinito. Todo ello, conllevó la aparición de vivencias que se consideraban negativas o malas...: EL SUFRIMIENTO. En estas circunstancias dieron tam­ bién por buena esta evolución y la incorporaron a sus sistemas de evidencia.

8

Em peza m o s.

"Los pocos conscientes" que se apercibían de la fuerza, mantenían la suficiente "memoria estelar" para descubrir que en cada entidad humana existía un modelo de universo de naturaleza infinita. Esta circunstancia permitió el desarrollo de una "tradición oral" que desarrollara el "modelo de luz" del hombre. Se perfilaron los movimientos de sus haces lumínicos, así como, las diferentes concentraciones de la misma, de tal manera, que se llegó a la certeza de que el modelo humano reproducía en su totalidad la infinitud en el aspecto de una forma. Así se recuperó, a través de la tradición, la veracidad alkímica del ser y se estuvo ante la ocasión de que ésta fuera transmitida bajo las expectativas de despertar en los hombres su consciencia estelar y su sentido de eternidad. En las circunstancias en las que se encontraba la humanidad, esta tradición alkímica fue considerada una quimera y, por añadidura, una visión distorsionada de la realidad. A pesar de estas consideraciones, el desespero y la tenue intuición de que existía otra manera de considerar la realidad, se le permitió a esta tradición alkímica tuviera su realización y mostrara sus resultados. La resultante produjo un asombro del pensa­ miento convencional que, en el más común de los casos, lo consideraba una "casualidad" o un acto de sugestión. Si bien, los que vivían el prota­ gonismo de estas realizaciones lo sentían como un MILAGRO.

Y AHORA... CULMINADA ESTA HISTORIA, VAMOS A RELATARLES LAS SABIDURÍAS FUNDAMENTALES DE ESTA TRADICIÓN ALKÍMICA. VIVE, BAJO EL SIGNO DEL MILAGRO DE DESPERTAR A LOS HOMBRES, A SU REALIDAD ESTELAR; DESDE LA QUE PROVIENEN, EN LA QUE ESTÁN Y EN LA QUE PERMANECERÁN EN EL INFINITO.

9

DISDÌ LA ETERNIDAD# TRANSMITIENDO ¡pwrai to #» wtodta» « ätractOi» los stoniiklä'MM y *p$tiri5Ka»siitos M W rt :

' •

:

11

•• : ' i ! i

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

L

a IDEA, como imagen preexistente, es el motor iniciático de esta parte de la historia. Todo comienza con ocho movimientos de luz que, recordando los ocho cuadrados de los escaques del ajedrez, se disponen a servir de forma ORIGINAL: el sustento, la permanencia y la transmutación de todas las existencias. "La IDEA se hizo forma y habitó entre nosotros mostrando el aspecto de una imagen REVELADORA". EL IDEOGRAMA es la manera y descripción que ha tenido la tradición de la humanidad de transmitir un len­ guaje, sin duda, revelado por el Cielo. La imagen que les hemos mos­ trado está compuesta por los ocho movimientos de luz descritos y todos ellos constituyen el fundamento de la escritura de todos los demás ideogra­ mas. Es por ello, que su significado es "LA ETERNIDAD, LO ETERNO". Esta transmisión cifrada, comienza de forma ideopictográfica, para rápidamente convertirse en ideosimbólica y así, definir la idea bajo todos los componentes que se han dado cita para llegar a ella. Si nos fijamos en nuestro primer ideograma, descubrimos con inme­ diata rapidez que está formado por dos ideas:

La primera es:

La segunda:

Interpretemos estas dos estructuras para entender el criterio opera­ tivo de la eternidad. La segunda estructura representa EL AGUA. El agua, como princi­ pio, es el origen de la vida. Es el sustento absolutamente imprescindible para esta forma de existencia y, en consecuencia, es el elemento impres­ cindible que impregna toda la realidad de este planeta. Sin duda no podría ser otra idea la que estuviera incluida en el concepto de eternidad. Y sin

12

D e s d e l a E t e r n i d a d t r a n s m it ie n d o .

duda, también, no es muy costoso aceptar que —dada la antigüedad de los ideogramas, la forma y composición de realizarlos— no parecen estar muy en relación con el desarrollo intelectual del hombre. Consecuentemente, el definir esta escritura como revelada no parece una descabellada idea. Cada ideograma se escribe de arriba abajo y de izquierda a derecha, en sentido genérico. Si hemos descrito la segunda parte como el germen de la perpetuidad de la vida, sin duda la primera parte antecedió a la for­ mación de la misma, en un significado muy diferente al del agua. La parte superior, desde el punto de vista puramente formal, posee dos conceptos: el primero se trata de un radical que da sentido y con­ tenido a cualquier ideograma. Es, por así decirlo, la raíz de la idea. El segundo tiene una traducción literal referida al contenido de una marmita que conserva en su interior el alimento de la forma y que se encuentra bajo la acción del fuego, constituyendo todo ello el sustento familiar. Bajo esta óptica podemos observar las concomitancias que existen entre los dos ideogramas como fundamento del mantenimiento de la vida. Pero quisiéramos añadir algo más, en consideración a la transmisión alkímica oral. En este sentido, el primer trazo representaría EL ROCÍO y el segundo trazo representaría LA PERMANENCIA DE ESTE ROCÍO SOBRE EL PLANO DE LO CONCRETO. Aún podríamos añadir que el primer trazo representaría la decisión de la eternidad para dar inicio a un determinado nivel de existencia, y el segundo, representaría la horizontalidad de esa existencia, es decir, la forma... Y para culminar estas últimas consideraciones, una referencia bíblica contenida en el Génesis, según la cual, en la creación se separan las aguas anteriores de las posteriores, clara referencia al ideograma que estamos estudiando, en el que podríamos constatar que la naturaleza de ambas aguas, es diferente. La conjunción de estas dos aguas es la que define LO ETERNO. En consecuencia, la existencia de la humanidad es una expresión de la eter­ nidad y en este sentido, el hombre es de naturaleza eterna. Cielo anterior = aguas anteriores Cielo posterior = agua posteriores Eternidad

13

A l k im ia .

T ra d ic ió n

SENTIDO DEL FUEGO

y

M ilagros

SENTIDO DEL AGUA

C r e a t iv i d a d C ie l o

d el

P e n e t r a c ió n

C alm a d el

La g o

d el

Vie n t o

A

L u m i n o s id a d d el

F

M

b is m o

del

u eg o

In m o v il id a d

o v il id a d

d el

Tr u e n o

de la

R e c e p t iv id a d de la

T ie r r a

14

M

o n taña

A

gua

D e s d e l a E t e r n i d a d t r a n s m it ie n d o .

15

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Cada uno de estos trazos luminosos (y lo expresamos así por dos razones: la primera porque al ser un lenguaje revelado implica una ilu­ minación por el que lo recibe; la segunda porque el hombre, al realizar el movimiento que imprime el trazo, lo hace a través de la fuerza lumínica de su ser, ya que, como emisor de infrarrojos, su ánima de intención está dotada de una expresión de luz) tiene su lenguaje en la corporalidad. De tal manera, que las aguas anteriores están bajo el VERBO de: • Descenso de las lágrimas: 41VB • Barrera externa: 5SJ • Pulso del inicio: 62V • Continuidad del torrente: 3ID Y todo ello se corresponde al influjo del fuego. Siendo, en conse­ cuencia, el equivalente del agua en el Cielo. En el Cielo posterior (aguas posteriores) el VERBO se expresa en: • Joven misterioso. Desfiladero: 7P • Mar luminoso: 6R • Barrera interna: 6MC • Ofrenda universal: 4B En esta ocasión se corresponde con el influjo del agua propiamente dicha, equiparándose, en consecuencia, con el fuego del Cielo. Si tenemos en cuenta que estos resonadores de luz se correspon­ den con las llamadas "vías extraordinarias lumínicas", que no emanan del propio ser, sino que son la impronta que el Cielo hace en él, estaremos en condiciones de regular y sintonizar las dos aguas bajo el prisma de la Impronta Celeste, sin tener en cuenta la corporeidad del sujeto. Sintéticamente esta sintonía se obtendría en la secuencia de un tra­ bajo energético sobre la barrera externa: 5SJ y el mar luminoso: 6R. Estos dos puntos constituirían un sistema de regulación que incorporaría la esencia del ser, a su dimensión de eternidad. El procedimiento de acción sobre estos resonadores se realizaría de la siguiente manera: Se comenzaría con la Barrera externa: 5SJ, actuando con el calenta­ miento (moxibustión) de forma intermitente con ocho aproximacio­ nes. Así, ajustaríamos la incidencia del ocho y la naturaleza del fuego como agua celeste.

16

D e s d e l a E t e r n i d a d t r a n s m it ie n d o .

A continuación, se procedería sobre el Mar luminoso: 6R. En este caso se actuaría bajo la acción de una puntura que, como ele­ mento metal, se constituye en generador de agua, entrando, por tanto, en sintonía con el agua tangible que maneja la humanidad. La puntura sería rápida, instantánea y sin manipulación. Dado que existen cuatro resonadores, se elegirían la barrera externa del brazo izquierdo y el mar luminoso del pie derecho. Este procedimiento nos sitúa en el sentido alkímico (Sanjiao), en el sentido de la tradición (el agua) y en el sentido del milagro (las consecuen­ cias que sobre el ser trae este acto sanador). Las indicaciones de esta actuación estarían fundamentalmente cen­ tradas en todas las patologías que estén ligadas con los estados disociados que vive el hombre en su mentalización entre lo material y lo espiritual, entre lo visible y lo invisible, entre el mundo de sus ideas y el mundo de su realización y, finalmente, como aspecto más concreto, en el MIEDO CON QUE VIVE SU EXISTENCIA, al considerarla como una vía de principio y final.

17

EN EL RESCATE DEL Mif%Èàtb' f t 'M T (mmAUlil ri M u JHI %KN/m®PmrPtP PÎV* Smp b«§# te

i j'â i ï i M l

i

• ni p r o »p ó s i t o l i t T k u i

19

A l k im ia .

L

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

a eternidad se hace manifiesta en una creación singular: EL HOMBRE.

A lo largo de la historia el hombre se pregunta "quién es", "de dónde viene" y "a dónde va". ¿Quién es? Una creación insólita, única, imprescindible, necesaria y absoluta. ¿De dónde viene? De la eternidad. ¿A dónde va? Está en la eternidad y vaga por el infinito eterna­ mente. El hombre, como ser estelar emanado del infinito, adquiere unas características y una posición en el universo perfectamente definidas y TIAN. diseñadas, que adquieren su verdadera expresión a través del ideograma El ideograma TIAN está formado por cuatro luminarias, según se aprecia en el comienzo de este capítulo. Aunque realmente, su constitu­ ción esencial está trazada en tres módulos de fuerza. Uno lo constituye el universo propiamente dicho; otro lo forma una parte de ese universo, el planeta tierra; y el tercero queda diseñado con el ideograma HOMBRE.

Universo Tierra Hombre

El cuatro [4] define la forma, el tres [3] establece el misterio. Misterio y forma cohabitan en el espíritu del hombre como así ocurre en la perma­ nente cotidianidad. Sin duda, no puede ser más expresivo este ideograma. Por añadidura, el haz lumínico que representa al universo está constituido por un trazo continuo, lo cual implica infinito. Y el segundo trazo, está formado por un haz discontinuo, lo cual implica concretización. Estas dos manifestaciones nos dan la clara idea de un universo que oscila entre la expansión y la contracción, de la misma manera que los cánones científi­ cos admitidos actualmente. Si la eternidad nos llevaba al ocho [8], a un movimiento de inusi­ tadas posibilidades, en TIAN todo ello se confabula en el primer trazo (la expansión). El trazo de la contracción, cuando se produce la forma (dis-

20

E n el R es c a te d el H o m b r e E stela r

continuo) nos da una muestra opuesta y complementaria de la absoluta eternidad. En ella tienen su asiento los procesos mutantes en los que se encuentra el hombre, como una forma de réplica del universo expansivo. La tradición lo conceptualiza en el cinco [5]. Establece cinco actividades mutantes que se constituyen en una dimensión circular con fuerzas inte­ ractivas en su interior que denotan los movimientos propios del lugar de residencia del hombre (la tierra). Su expresión circular expresa su movimiento alrededor del sol y su dinamismo interno representa el giro sobre su eje. El diseño que acabamos de describir y que puede apreciarse en el gráfico que adjuntamos, va a tener una significación pronostica, preven­ tiva, terapéutica y sanadora que puede situar al hombre en la esfera de su "forma" y darle una dimensión homeostática con su medio. Si el hombre puede ser despertado a la sintonía de su sincronismo con la forma más mediata de su universo, estará en inmejorables condi­ ciones para dar un vuelo cualitativo hacia los espacios infinitos.

m etal

agua

21

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

El ideograma que representa al hombre: REN, está formado por dos soplos de luz, los cuales conservan muy similar estructura. Esta situación define al principio de masculinidad y feminidad, siendo el primer trazo el principio de lo eterno femenino y el segundo trazo el sentido de lo mas­ culino (ver ideograma REN). Si ahora toman las tres estructuras —estructuras en el sentido de funciones— descubrirán de inmediato que el hombre surge del infinito, se asienta en lo concreto y se define desde lo concreto como una unidad. Es decir: el hombre como especie es femenino en su esencia y reside desde y entre el universo infinito y la manifestación de éste en lo definido. En definitiva, es un ser situado entre el Cielo y la Tierra.

/

\ V

J PRINCIPIO FEMENINO

PRINCIPIO MASCULINO

22

E n el Resc a te d el H o m b r e E stela r

Si la eternidad estaba constituida bajo la idea de ocho [8] haces lumínicos y la creación en el nivel humano se corresponde con cuatro [4] haces de luz, en el ideograma TIAN —teniendo en cuenta, además, que todo proceso de creación manifiesta procede de esa eternidad— la obten­ ción ideogramática de TIAN se obtiene en base del ocho eterno. Veamos este proceso:

✓ AGUA

A

Femenino *

A

Masculino

REN

ETERNO

CREACION

"T T * i \S . 7

'/ AGUA:

NEGRO - MATERIA OSCURA

23

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Cuatro [4] haces provenientes de "Lo Eterno" constituyen TIAN y los otros cuatro [4] vuelven a generar agua, en este caso bajo otra expre­ sión ideográfica, lo cual nos hace pensar, salvando las diferencias concep­ tuales, que se trata del equivalente de la "materia oscura”. Realidad que se sitúa proporcionalmente en el 90% del universo conocido, siendo el manifiesto tan sólo entre el 1 y el 10%. Esta circunstancia nos hace pensar que el "agua eterna" es el matraz y el sustento que da origen y genera el universo constituido. Los dos trazos que constituyen el ideograma REN (hombre) son la expresión de dos realidades sin sustrato material, sorprendentemente igual que el primer trazo de TIAN, lo cual no hace más que reafirmar que la estructura esencial del hombre es de carácter insustancial, aunque en su expresión vivificante en este plano de existencia sea sustancial. Estas dos realidades van a constituir el SANJIAO y el MAESTRO DE CORAZÓN, haces de luz que, emanando de lo manifestado y de lo no manifestado, confluyen en la instancia de la tierra para dar forma y evi­ dencia a la realidad del hombre. Los dos ejes de luz que transcurren por la cara anterior y posterior de la mano y el brazo van a tener un sentido ascendente y descendente, según el cual, el ascendente se difumina en la cabeza, partiendo del dedo anular, y el descendente —emergiendo de la fusión de las ramas internas del Sanjiao y confluyendo en el corazón— va a descender hasta el dedo medio o corazón. Esta expresión de fluidos de luz no hace más que corroborar la rea­ lidad del ideograma, según la cual, el maestro del corazón surge a partir del Sanjiao. Por último, reseñar que el Sanjiao va a realizar la culminación del agua en su relación con el fuego, a fin de llevar lo mental a la ilumina­ ción. El maestro de corazón va a purificar los sentimientos con objeto de hacerlos transcendentes y convertirlos en "sentisientos" y, ambos, hacen del ser una UNIDAD que surge de la confluencia entre el AMOR y la INTE­ LIGENCIA. En la eternidad del ocho [8] rescatábamos la posibilidad del mila­ gro que sintonizará al hombre con su eternidad. En el caso de los reinos mutantes —la línea partida del ideograma TIAN— y en el caso del ideo­ grama REN, podemos desarrollar dos actividades sanadoras concretas que se encuentren en la misma dimensión pero bajo otras indicaciones que en el caso de la eternidad. De los cinco reinos mutantes, dos de ellos son los constituyentes fundamentales de la actividad de los cinco y son el agua y el fuego, eje energético que sintoniza la luminosidad del fuego con el resplandor del

24

E n el R esca te d el H o m b r e E stela r

agua. Estos dos conceptos, llevados a la forma del hombre, se concretizan en la parte más prominente de la cabeza (el fuego) y en la planta del pie (el agua). Si actuamos en estos dos extremos, bajo el conocimiento del agua en la doble versión en la que la contemplábamos a propósito de la eternidad, descubrimos que el funcionalismo fisiológico del humano se sintetiza en la interacción de esas dos aguas o de esos dos fuegos, —según como se mire— si bien, en principio, la manifestación es la de un cuerpo caliente que está constituido fundamentalmente por agua. Si consegui­ mos una interacción armoniosa a través de la sintonía de los opuestos, estaremos en condiciones de dar una respuesta sanadora, MILAGROSA­ MENTE SANADORA.

La actuación en concreto consistiría en imponer el dedo medio de la mano izquierda en el vértex craneal, el cual se corresponde con un resonador de luz denominado BAHUI (20TM) y, simultánea y alter­ nativamente, la imposición del meñique en la planta del pie, en la porción de oquedad de la misma, lugar que se corresponde con el resonador YONGQUAN (IR) (Fuente floreciente de la tierra). En este lugar se impondrá el dedo meñique de la mano derecha. Sucesivamente el sanador, comenzando en la cabeza, seguirá hacia el pie, de nuevo a la cabeza, y así sucesivamente hasta que se sienta una sensación de calor en ambos dedos, momento en que se dará por culminado el tratamiento. En el caso de los pies, se emplearán ambos resonadores, reali­ zándose la primera imposición en el pie izquierdo y después de pasar por la cabeza, en el pie derecho y así sucesivamente.

En el caso de REN, con el objetivo de aunar el eterno femenino de la humanidad y bajo la dimensión de la unicidad y de la confluencia (recuér­ dese la génesis del maestro de corazón), existen dos improntas de luz que se sintetizan en una barrera:

L a B a rrera

d el

Sa n jia o

y

la

B arrera

d el

M

aestro

de

C

orazón.

Situados a dos traveses de dedo del pliegue de flexión de la muñeca, en la línea media de la cara anterior y de la cara posterior.

25

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Se incidirá sobre ellos con una presión media y simultánea­ mente en los dos antebrazos con el dedo pulgar en el Sanjiao y el dedo índice en el maestro de corazón, realizando sucesivas y rítmicas presiones y descompresiones hasta que el terapeuta tenga la sensa­ ción de haber unido sus dos dedos. Este último proceder va a conseguir en el ser una armonía y una consecuencia entre su deber y su hacer, haciendo de ambos aspectos una sola unidad que serena la mente y hace florecer el corazón.

LA SANACIÓN A TRAVÉS DEL IDEOGRAMA TIAN

ETERNIDAD: 5SJIZDO- 6RDCH0

26

e l n un mro S£ HIZO LLEGADA Y SE CONCRETÓ EN EL HOMBRE...

27

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

E

l misterio de nuestra existencia, sin dejar de reconocer y de vivir en él, puede ser plasmado a través de los movimientos lumíni­ cos de los ideogramas. Ya veíamos en capítulos anteriores cómo lo eterno tenía la capacidad de gestar al hombre estelar, y reservarse para s perpetua génesis una misteriosa agua que sería capaz de dar origen a otro impensables universos.

28

E l in f i n it o se h i z o l l e g a d a y se c o n c r e t ó e n el h o m b r e

La tradición alkímica oral nos sitúa ante la posibilidad de dar una visión chamánica de la evolución de lo eterno hasta el retorno hacia sí mismo. Siguiendo los módulos que preservan la existencia, vamos a mos­ trarles este viaje de lo eterno, bajo la óptica de la aparición del hombre. Así, el infinito se hizo llegada y se concretó en el hombre... Lo eterno gesta la eternidad y de ésta emerge el universo infinito, del que surgen los soplos vivificantes. Ellos van a configurar el espíritu y éste se va a definir bajo unos límites, con lo cual surge la forma. Y ésta se hace consciente y se despierta al hombre estelar, el cual alcanza la visión de su verdadero sentido (TAO) y resucita en vida a la inmortalidad y desde ella realiza un infinito camino para fundirse de nuevo en lo eterno.

*

INMORTAL: YONGYUAN

LO ETERNO: YONG

ETERNIDAD: YONGYUANXING ^

?k

'A

INFINITO: YONGXIAN

?&

\ Jí. DAO

\ tia n

'

^ REN

LING

29

QI

A l k im ia .

T ra d ic ió n

y

M ilagros

EL SOPLO. LA LUZ INICIAL "QI" (chi) es el aliento lumínico que, emergido del infinito, va a ser el constituyente de todas las formas existentes. Se trata de una emanación muy sutil que podríamos bien llamarla "La luz filosofal". Clara referencia a la piedra filosofal de la alkimia, ya que en su organización contiene tres funciones que preservan el misterio y en su dinamismo permiten todos los movimientos, cambios, mutaciones y transmutaciones de este minús­ culo infinito. Si lo reseñamos según el sentido caligráfico de su escritura, en la parte superior encontramos TRES TRAZOS que representan lo invisible, el vapor, las nubes, el agua potencial, el preámbulo de la chispa... El inicio del fuego... La matriz del rayo... Agua y fuego en una simbiosis que permi­ tirá un ciclo interminable desde lo inconcreto a lo concreto y viceversa. La función media es el vector de luz que representa las condicio­ nes del fuego-calor que ya está gestado en el mundo de lo concreto. Su calidad, intensidad y origen son las que van a permitir los movimientos alternativos de las concretizaciones de agua y fuego propiamente dichos. La parte inferior representa el agua y lo que se gesta a través de ella. Cuatro pozos distribuidos en el cuadrado, representan lo concreto. La parcelación de los mismos indica la perfección del agua que emana de los pozos, al ser esta parcelación (la cruz) el simbolismo de lo perfecto. Todo ello hace posible que se geste el sustento material y conformado que termina por simbolizarse en las espigas de un cereal.

INFERIOR

30

E l in f i n it o se h i z o l l e g a d a y se c o n c r e t ó e n e l h o m b r e

EL ESPÍRITU. LING En síntesis, la idea del espíritu se nos presenta bajo la grafía de dos funciones: la superior contenida de nuevo bajo el sentido del tres y la inferior constituida también de nuevo en el sentido del cuatro. Se repite de esta manera el mismo contenido que en el ideograma QI. En la expresión superior, disponemos de tres manifestaciones de la luz: • La primera equivale a LA DECISIÓN INNOMBRABLE DE "LO ETERNO", a través del infinito y por medio del Qi, de dar curso a esta manifestación. Es también, el esbozo potencial de la inmortalidad. • En segundo lugar, el haz del AMOR. Expresión de lumino­ sidad que permite al hombre sintonizarse y sentirse atraído hacia sí mismo y hacia el infinito eterno de la eternidad y, consecuentemente, el desarrollo en el ser del "modus operandi" entre los elementos de la misma especie. • El tercer espacio de luz, que surge como consecuencia del anterior, significa LA SOLIDARIDAD (sol - i - dar - i - dad) ("sed como el sol; luminosos y radiantes que, sin hacer dis­ tinciones, da y da y da... todos los días de la eternidad").

DECISIÓN DE "LO IN NOM BRABLE"

31

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

La segunda manifestación, bajo el signo del cuatro, significa etimo­ lógicamente "el fuego". Pero como se puede apreciar, el hombre (REN) está inmiscuido de una forma clara y contundente. Las otras dos influencias nos pueden llevar a la conclusión de que estamos ante el HOMBRE FUEGO...: emisor de infrarrojos, cuerpo caliente, movimientos... el fuego cuando se ini­ cia, se propaga hasta consumir todo el sustento que le sirve de alimento... Es por ello que el hombre fuego también representa a la energía sexual, término que proponemos sustituir por el de "soplo espiritual sensible”, por pensar que expresa de manera clara la función de esta energía... y así como se propaga el fuego, esta energía es el asiento de la reproducción, alegría del corazón, despertar a la beatitud y abrirse al infinito aroma de los amantes.

EL HOMBRE. REN La constitución lumínica de este ideograma está definida por dos tra­ zos. Recordando párrafos anteriores, el primer trazo estaba definido por el principio de la feminidad, en el sentido de la humanidad y el segundo por la masculinidad. También significa el primer trazo el sentido unitario del ser y el segundo trazo su posición en el mundo de lo dual. Finalmente se puede observar que los dos trazos son idénticos y que tan sólo difieren en la lon­ gitud de su expresión, teniendo además un lugar de encuentro en donde se consuman los dos principios. Si hiciéramos el ideograma en sentido inverso, el principio masculino, en el sentido de la guía, se reuniría con el descenso de la unicidad de la humanidad y a partir de ese instante de fusión se res­ tablecería la armonía de los opuestos. Opuestos que en realidad no lo son, sino que tan sólo constituyen dos expresiones de un mismo principio.

E l in f i n it o se h i z o l l e g a d a y se c o n c r e t ó e n e l h o m b r e

EL HOMBRE ESTELAR es la consecuencia del despertar al reflejo lumi­ noso de su posición como ser de universo y con el contenido de todas sus características de infinito. Todas las consideraciones realizadas a propósito de este ideograma (en el capitulo anterior) se adjuntarían a esta descripción.

EL SENTIDO. DAO (TAO) "Existe una fuerza inconmensurable en el Universo que da origen y entretiene a todas las cosas, como no sé su nombre, le llamo Dao (Tao)". A esta fuerza se sumerge el hombre estelar para realizar el camino hacia su inmortalidad. "El Dao que puede ser representado, no es el Dao de lo absoluto". "El Dao que puede ser expresado no es el Dao verdadero". Todo lo que pudiéramos decir del Dao resultaría, en consecuencia, una expresión que no ayudaría a profundizar en él, sino que rondaría en torno a su verdadera esencia. El despertar al sentido del Dao es un acontecimiento que se REA­ LIZA, SE MUESTRA Y SE SIENTE. Que ocurre con la naturalidad de lo sen­ cillo y que sumerge al ser en el abismo de lo insondable. La práctica de la virtud ("TE"), el hacer sin querer debiendo ("WU WEI") y el marchar en el sentido de los signos, definen en esencia, la sensi­ bilidad del hombre transfigurado, sabiéndose portador de eternidad que va de regreso hacia ella. "EL DAO ES GRANDE PORQUE SE ALEJA, EN SU LEJA­ NÍA SE EXPANDE Y ÉSTA LE HACE RETORNAR" (Dao Te Jing. Lao Tse).

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

La aparición del soplo y las subsiguientes consecuencias que de ello se derivan, nos sitúan ante la posibilidad de incidir sobre los diferentes haces de luz que se corresponden con cada ideograma, de una forma concreta, precisa y con todo el bagaje de los conocimientos anteriores. Descubramos en la topografía del hombre los diferentes lugares en donde se concentran preferentemente todas estas actividades. Podremos así "despertar" a la verdadera naturaleza de su ciclo de universo y hacer que el hombre de testimonio de su eternidad.

EL SOPLO: QI No por casualidad se encuentra en el territorio del ocho y su resi­ dencia es el ombligo: QIHE: "la fusión con el soplo". Sobre este lugar vamos a depositar la sal de la vida hasta colmar la oquedad y sobre ella el fuego que funda la vida en una eternidad. La inmovilidad de la montaña, representada en un cono de artemisa vulgaris, será el volcán que realice la alkimia de la "gran obra". EL ESPÍRITU: LING Toda una sugerencia de valores siempre girando en torno a los nos­ tálgicos, alegres, melancólicos y sufrientes momentos de la humanidad. ¡Dónde estás que no te encuentro, sabiendo que no te vas! ¡Dónde estás que no te veo, sintiendo que en mí estás! ¡Dónde estás que no te toco y que siento tu acariciar! ¡Dónde estás que sin buscarte me encuentras y me colmas sin más! ¡Dónde estás que, aunque te burlo, me persigues sin cesar! ¡Dónde estás que, aunque me esconda, siempre me llegas a encontrar! ¡Dónde estás, dónde estás, porque sabiendo que estás, por mucho que te busque, nunca te puedo encontrar! Estoy de viaje, querido preguntón insolente, estoy vagando sin saber mi rumbo, pero sintiéndome certero, estoy flotando aunque tú me quieras atrapar. Estoy en tus pensamientos furtivos, estoy en tus palabras escondidas, estoy en tus deseos fundados,

34

E l in f i n it o se h i z o l l e g a d a y se c o n c r e t ó e n e l h o m b r e

estoy en lo que quisiste hacer y no te atreviste, estoy detrás de tus miedos, buscando que los deseches, estoy con todas tus alegrías... viajando y viajando. Y tú viajas conmigo. Te crees otra cosa distinta a m í y yo soy realmente tú. No me busques, por tanto, no te atolondres pensando que soy otro, soy tú y tú no existes, sólo existo yo. Vamos por la estela de una oscuridad sin fondo. Vamos por los caminos sinuosos de lo infinito. Vamos en brazos DEL QUE VE. Como equipaje sólo vamos. No necesitamos nada que no sea SER. ¡Ay, tantos viajes preparados de cuando éramos dos y habíamos diseñado y qué mal habían terminado!, ¡Ay, qué inútil pérdida de eternidad, y qué esclavos estábamos entonces del llamado tiempo! ¿Recuerdas, salir a día fijo, llegar a día concreto y volver en la hora precisa? Ya nunca más será así, somos sólo espíritu, vestidos de trajes de colores: blancos, negros, amarillos... de texturas diferentes: suaves, ásperos, rudos. Todos, adornados con lo que llaman los vulgares: "cabeza, tronco y extremidades" y a lo que ya podemos llamar "Cielo, hombre y tierra" ¿Verdad que suena así mejor? ¿Verdad que esto suena más a verdad? ¿Verdad que parece como si estuviéramos en la verdad? ¿Verdad que es verdad?... Todo ello lo podemos encontrar despertando un lugar de nuestro traje. Se encuentra disimulado, pero basta con flexionar la muñeca y justo en el filo que marca la línea del meñique, viajando hacia el codo, más o menos desde la flexión, hacia arriba, a un y medio camino, está el lugar en el que podemos descubrir lo que realmente eres. Su nombre es LINGDAO: "el viaje del espíritu p e r e g r in o Allí puedes recalar un instante y tan sólo has de posar tu propio meñique en dicho lugar, sobre ti o sobre otros... Y esperar hasta que tu pequeño dedo, el más inocente, la gracia de la casa, se ponga inquieto y juguetón y todo ello lo sientas con un ligero calor. Será tan apasionante que no dudarás ni un instante en considerar que lo que te cuento en este verso es verdad de converso.

35

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

No sólo te convertirás tú, sino que convertirás a los demás. No te dejes engañar si te dicen que nada sienten, ten por seguro que no te están diciendo la verdad. Déjalos partir si dicen que no tiene sentido... porque tú ya sabes que los has despertado al auténtico sentido. Ya recibirás noticias de verbo, de sueños o de referencias. Nada cae en saco roto cuando se marcha hacia la eternidad.

EL HOMBRE: REN Y en el génesis se dice, cuando Adán despertó, al contemplar a su amada exclamó: "esto sí es carne de mi carne, sangre de mi sangre, hueso de mis huesos..." Y Adán quedó complacido. Desde entonces, este hom­ bre — amasijo de cuerdas y tendones, como dice una canción— ha vagado atrapado en sus carnes, sus huesos y sus sangres. ¡Ay! qué inútil obsesión, con lo fácil que hubiera sido el darse cuenta de que tenía en su traje hermoso, un lugar preciso en donde poder evocar el primer BESO y darse así cuenta de que en ese lugar estaba la clave de su verbo de amor con sabor a besos! Tan justo, tan preciso y tan prieto que no tiene pérdida. Además, se encuentra en un ligero surco, en el centro. En el centro de ese labio que se prolonga con el primer aliento y que hace de la voz un verso y que hace del hombre un centro, tan preciso, tan sublime e inmaterial, que ¡para qué tanta carne, tanta sangre y tantos huesos! Su nombre, por si lo quieres vivenciar, ya te lo he dicho entre los versos, pero te lo vuelvo, ahora, a recalcar: RENZHONG: "el centro de mi ser que transfigura mi forma hacia los espacios i n fi n i t o s Ahí puedes recalar, con tu pulgar hambriento, tan sólo tienes que presionar con la decisión de un sediento, y luego... si liberado estás de tantos acondicionamientos, deposita en ese lugar un tenue beso.

HOMBRE ESTELAR: TIAN El viajero de luz con forma se hace eco en las estrellas y se aposenta como esencia de la verdadera naturaleza en lo que es fuego y agua a la vez, en lo que es misterio y en lo que es forma. Sólo en un pozo, donde este proyecto comenzó, puede situarse la estancia de esta parcela de TIAN. TIANJING (10SJ): "pozo celestial", es el receptáculo que surge después de la montaña del codo como el valle fértil que recoge las escurridas aguas de las nieves perpetuas. En ese lugar es propicio plantar, es necesario arar

36

E l in f i n it o se h i z o l l e g a d a y se c o n c r e t ó e n e l h o m b r e

y llegar a la profundidad de la tierra hecha carne y con el arado más sutil, puntiagudo en su contacto y espiral en su manejo, se hace el surco per­ fecto que, en el sentido del ascenso, busca llegar a los confines del fuego más sutil que no quema, que no arde, que sólo da ternura de calidez.

SENTIDO: DAO El verdadero servidor, el que transporta para ofrecer a lo eterno. "Y cuando creí que era yo el que marchaba, volví la vista sobre mis pasos y no descubrí mis pisadas. Al instante supe que me llevaban. Fue un instante nupcial, como los que se ven en las películas. Me sentí desposado con la eternidad y a la vez me asombré al verme con mi inútil banalidad. Es verdad que no sé tu nombre, pero sí tengo la certeza de que tus brazos son seguros, que tu caminar es certero, que tu corazón es eterno y que tu mirada es infinita. Y si te he de buscar en mi ser, en mi traje ya casi nuevo, sólo te puedo encontrar en el lugar que no veo, en el lugar donde mis sentires se agolpan, mis preocupaciones se acrecientan y mis dudas me atormentan. Allí, cuando en ese lugar me aposento, como despierto a tu pre­ sencia, todas mis dudas, preocupaciones y temores se disipan y mi sentir sólo piensa en la inmortal presencia. Puedo llegar con mi propia mano, haciendo un pequeño esfuerzo y, de nuevo, con mi pulgar ansioso, puedo acceder a mi nuevo traje o al traje de otros y aposentarme entre espacio y espacio de montañas rocosas que están entre el diez y el once, desde la perfección hasta la identidad. Allí me quedaré un rato, el rato suficiente y necesario para que me sienta y sienta el otro, el dolor sutil de lo vulgar... y, poco a poco, el ensueño se apodere del camino del eterno despertar.

37

A l k im ia .



2o

3o

T r a d ic ió n

A Â. A



5o

y

M ilagros

QIHE (8RM)

LINGDAO (4C)

RENZHONG (26TM)

TIANJING (10SJ)

ü

SHENDAO (11TM)

tu

▲ *8. Pl1 Jk "X

EN CINCO ESTANCIAS MUTANTES SE APRECIAN SIETE EXPRESIONES DE LUZ QUE DESPIERTAN A LA SANACIÓN, EN EL SENTIDO DE LA SANTIFICACIÓN, ES DECIR... EN LAS PUERTAS DEL MILAGRO.

38

GÉNESIS ¥ CULMINACIÓN DI LA CONCRET1ZACIÓN DEL ESPÍRITU DEL SOPLO

39

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

D

esde los abismos del soplo oscuro se gestó una orientación: EL NORTE. Y de ella emergió el color: EL NEGRO. Y el color se expresó en sabor: EL SALADO. Y el salado se condensó y de él surgió la forma: EL RIÑÓN; y de éste empezó a destilar EL AGUA DE LA VIDA reteniendo lo vivificante y dejando pasar lo espeso, pero aún útil por su contenido de formas que serían reutilizadas bajo la acción del fuego. Así se gestó el REINO MUIANTE DE LAS AGUAS, con un embalse de contención que, a manera de ubre, se convirtió en VEJIGA. Ambos dos se hicieron cómplices de lo retenido y lo expandido. De ellos surgió LA RESPONSABILIDAD Y LA FIRMEZA, al igual que se hicieron custodios de la calidad del agua que transmitía la vida, la cual se convirtió en ESENCIA. Expandió su reino en sucesivas mutaciones ges­ tando lo duro y emergieron LOS HUESOS. Una nueva mutación gestó lo blando y se hizo lo rojo y surgió LA SANGRE. Y finalmente, una tercera mutación se hizo crines y surgieron LOS CABELLOS, adornos de caballos al viento, que sólo buscan ser mecidos por el viaje de la luz. Cuando el hombre descubrió este reino se hizo fuerte y poderoso y, aunque tenía las claves para confluir en la unicidad. Lo duro, lo fluido y la esencia, en virtud de tanto poder, en vez de unificarlo, lo separó. Con lo duro se hizo inflexible y así finalmente se rompió. Con lo fluido se hizo espeso y así finalmente se estancó. Y con la esencia se hizo placer y final­ mente se consumió. Aún se mantiene la esperanza, desde los confines de lo oscuro, de que el hombre sepa unificar la trinidad de este reino y, con la firmeza flexible de sus huesos y la alegría ansiosa de sus fluidos, se fusione con la sutil ascensión de su esencia y haga de este reino una eternidad que sólo subsiste en la sublime expresión de la admiración, que se mueve hacia la pasión, que cambia hacia el gozo, que se transforma en devoción, que se muta en veneración y que se transmuta en la iluminación. Del soplo de las constelaciones del AZUL Y EL VERDE emergió el color del reino mutante de LA MADERA, que se expresó en el sabor ÁCIDO Y AGRIO, que en una condensación hizo surgir la forma bajo la estructura del HÍGADO Y VESÍCULA BILIAR. El hígado elaboró su propia esencia y la vertió a la vesícula biliar. Entre la complicidad de lo grande y lo pequeño surgió la DECISIÓN, el juicio justo, el intermediario entre el agua de vida y el fuego de puri­ ficación. Su reino mutante expandió sus fronteras y gestó MÚSCULOS Y TENDONES, almacenó el fluido rojo y su esencia culminó en la VISIÓN de la forma.

40

G én e s is y C u l m i n a c i ó n d e l a c o n c r e t i z a c i ó n d e l e s p ír it u d e l s o p l o

Cuando el hombre descubrió la fortaleza de este reino, la decisión la convirtió en VIOLENCIA y de ella pasó a la IRA incontenible y a la instau­ ración del HORROR. Lo que se diseñó como almacén del rojo, como flexi­ bilidad adaptativa y como potencialidad de la visión perfecta, se convirtió en el poder del golpe, en la ira del estanque y en la vanidad de la visión. La sutil esperanza que aún liga a este reino con su origen, aguarda la fusión de la trinidad para hacer de este reino un lugar de encuentro, donde el juicio se hace clemencia, la adaptación se hace misericordia y la visión se transforma en ensueños. Desde el soplo de las constelaciones del ROJO emergió el PÚRPURA PERFECTO, del cual se destiló el AMARGO purificante, revulsivo de aven­ turas, de hondas pasiones, de vertiginosos vuelcos, que se condensaron en una forma, EL CORAZÓN, que con cuatro cavidades, recordando las cua­ tro luminarias custodias de este reino, se movía al ritmo de un tambor. Él controlaba los movimientos del fluido rojo, teniendo como aliado a la sutil serpiente que, enroscada en su bajura, le servía de recipiente cuando su ritmo se embotaba. Cómplices de sueños y tactos en los que la serpiente era un abrazo y el tambor era la voz del enamorado. Los otros dos custodios de este soplo vivificante permanecían cer­ canos y a la vez relevantes para recordar constantemente los deberes que habían contraído con la luz del SUR. Son custodios del principio y de la culminación. Como principio, es un misterio, pues con tres fuegos realiza la alkimia del ser desde la forma hasta la esencia. Como culminación es un maes­ tro, guía inevitable del tambor, que le hace señalar su rumbo, su ritmo y su cadencia, para que sea siempre un fiel testigo de amor. Desde la lejana espesura de un amanecer de estrellas doradas, emerge EL AMARILLO, el sutil color de oro de soles que se hace centro, que se hace encuentro y que se hace emisario. Todo lo recibe y todo lo distri­ buye según la necesidad de los otros reinos. Es el punto de encuentro que, aliado con el receptáculo de las formas, extrae de ellas el sutil diamante insípido que se convierte en un néctar de PERFUME sutil, que es capaz de llegar a toda la forma a través de ser distribuidor del rojo y dispensador del indiferente néctar extraído de las formas. "Panal de miel" deberían llamarte, en vez de BAZO. Tus acinis son como las celdillas; tú eres la abeja reina, que, con sus zánganos dispuestos, retienes lo primordial y das a todos sustento.

41

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Su reino se expandió rápidamente y dio cohesión a toda la forma. CARNE la llamaron a esta fuerza de conjunción, pero en verdad, tan sólo son las sutiles celdillas que albergan el néctar de toda la función. Cuando el hombre descubrió este reino, se sintió el centro del uni­ verso, se hizo rey de todos los reinos, usurpó la fuerza de los otros y de su responsabilidad hizo una OBSESIÓN de poder; de su distribución hizo una especulación de sus bienes y de su gusto hizo generar el HAMBRE. La sutil esperanza del color se hace tenue y a veces opaca, pero se mantiene la idea original de que este reino recupere la responsabilidad alegre de ser albergue de peregrinos, custodio de la forma y generador de la alegría de vivir bajo el gusto de esta existencia. Desde la estelaridad del BLANCO transparente y luminoso, se expresa la identidad del SOPLO y surge el PICANTE que, como fuego con­ tenido, enardece las entrañas e insufla de RECUERDOS de eternidad al viajero de luz estelar. El sabor se confina en el PULMÓN, fuelle de alkimia eterna que aviva el fuego y sublima la esencia. Es el alimento sutil que se hace cóm­ plice con el viento y, en una mutación inaudita, establece una alianza, como expresión mutante de su origen, con el INTESTINO GRUESO. Es la gran convivencia entre el rescatador de agua y dador de abono fértil con el flautista de trazos blancos. Su reino se expande en el cortejo de los límites. PIEL la llaman y está poblada de la sutil vegetación de unos vellos ardientes. Cada pozo es una insinuación de beso, cada vello, con su raíz y su tallo, es una inspiración hacia el ascenso. De punta se ponen a veces, como reclamando con ansie­ dad el efecto vivificante de un suspiro de amor. También se expresa su reino en la sutil hazaña de la OLFACIÓN, haciendo del aroma un enamorado acto de ilusión. Sus confines se expan­ den mas allá de cualquier forma y entre el tambor del iniciado, con su serpiente de abrazo y bajo la batuta del maestro, hace con su flauta un trío de sutiles encantos. Aún se espera, en este universo ansioso, que alguna vez interpreten su verdadera melodía.

42

■pi

L t r li , mUL n V M

î

u

u

v

S l i l i

CONFIGURADO

43

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

ada reino establecido en un lugar del universo llamado "Tierra", permanece y se sustenta desde el infinito, emanando de la génesis de su color y asentándose bajo la expresión de la orientación. La manifestación de cada reino, por su mutabilidad, se hace grande porque se expande y en su retorno se concretiza. Se establecen así, en simultá­ nea acción, la expansión y la contracción que coexisten en cada reino y que permiten la definición de una forma-función. De esta manera, queda constituido el SER HUMANO. Consecuentemente podemos afirmar que el ser es una concretización definida, surgida y mantenida desde y en el infinito, como una expresión del mismo. Esta perspectiva del hombre nos conduce a una conceptualización en cuanto a la experiencia misma de la llamada "vida" y a toda una serie de consideraciones en torno al hacer de cada ser y su significado dentro del infinito eterno. En definitiva, bajo este prisma, todas las consideraciones que tiene nuestra cultura en torno a la existencia deben ser inmediatamente reconsideradas y replanteadas, definiendo desde estos postulados nuevas deducciones a las perspectivas de la existencia y, consecuentemente, una compromisoria acción que definitivamente haría cambiar la faz de esta "existencia", rescatando el sentido de la verdad de lo auténtico en la natu­ raleza del ser.

C

La explosiva manifestación del inicio de este capítulo puede ser debidamente confirmada y corroborada a través del legado de la tradición, en cuanto a sus referencias en torno al sentido de la luz, dentro del diseño que se ha conformado a través del soplo. Veamos con detenimiento, bajo la óptica de un progresivo descenso, cómo la declaración de principios emitida en este comienzo se hace tangible, sensible, operativa, perdura­ ble, inmutable, preventiva, curativa, sanadora y liberadora... TODO UN MILAGRO. Al igual que el modelo de universo, que se expande y se contrae, los cinco reinos mutantes que van a definir la forma-función del ser, realizan la misma dinámica. Cada uno en sí mismo posee la expansión y la con­ tracción. Desde su mismidad y simultáneamente con la dinámica ante­ rior, se expanden y se contraen en relación con los otros reinos. El comienzo emergente desde las constelaciones de lo oscuro defi­ nía el REINO MUTANTE DEL AGUA. En su mismidad se contrae en el órgano RIÑÓN y se expande en la entraña VEJIGA. Todo el reino en común se expande y se contrae en rela­

44

E l H o m b r e C o n f ig u r a d o

ción con los otros cuatro reinos y todo ello ocurre simultáneamente. Todo un universo contenido en una forma definida. Si nos ciñéramos a nuestro sistema cohabitante planetario, la contracción de cada reino corresponde­ ría al giro de nuestro planeta sobre su eje, y la expansión, a la traslación del planeta alrededor del sol. Todas las tradiciones expresaban que el hombre era "un microcos­ mos" o que "no es cierto ni menos cierto que lo de arriba es igual que lo de abajo". La tradición oriental no hace más que confirmar este principio, pero con la particularidad de escudriñar hasta sus últimas consecuencias el modelo de universalidad que representa el ser humano. El reino mutante del agua, en su movimiento alkímico propio, rea­ liza un continuado proceso en la alkimia del agua, que, manteniendo la armonía de los opuestos (contracción-expansión), permite el equilibrio del ser y se constituye en el elemento consustancialmente imprescindible para el inicio y el desarrollo de la existencia... su expansión... traslación... la alkimia de su identidad... le lleva lejos, y se convierte en el REINO MUTANTE DE LA MADERA, confluyendo y conjugándose con la ya exis­ tencia de la misma, haciéndose un todo inseparable. Sucesivamente, la madera realizará el mismo proceso en sí misma y, junto con la fusión del premonitorio reino mutante del agua, se expan­ dirá para, de nuevo, conjugarse con la preexistente existencia del REINO MUTANTE DEL FUEGO. El fuego, a su vez, desarrollará su propia identidad alkímica y, con­ jugado con sus predecesores, realizará su traslación para una nueva conju­ gación con el REINO MUTANTE DE LA TIERRA, el que, a su vez, realizará su propio movimiento de identidad incorporando a los predecesores y trasladándose a una nueva cópula con el REINO MUTANTE DEL METAL, el cual a su vez se identificará en su alkimia interior y, con la incorpo­ ración de sus predecesores, completará el ciclo vivificante retornando al reino mutante del agua. Todo este ciclo expansivo y de contracción individual no se agota en estas actividades sino que, además, realiza en simultaneidad todo un proceso de contracción según el cual, cada reino mutante establecerá una vinculación de control y de ser controlado sobre los otros reinos. En definitiva, en la concepción de los cinco reinos mutantes dis­ ponemos de los siguientes mecanismos que reproducen la dinámica del universo:

45

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

I o. Cada reino muíante realiza un proceso alkímico de contracción y de expansión en sí mismo. 2o. Cada reino mutante realiza, desde su identidad, un proceso de conversión-expansión hacia la conjunción con los otros reinos preexistentes. 3o. Cada reino, en su proceso de alkimia, se incorpora a su predecesor sin interferir en su proceso de identidad sino que más bien, por el contrario, se funde con él en una sola unidad. 4o. El reino mutante del agua se encuentra permanentemente presente en todos los procesos de la alkimia interior y retorna a su partida haciendo válida la consideración en torno al sentido ideográfico de la eternidad. 5o. Cada reino mutante, desde el punto de vista de la globalidad, realiza un proceso genérico de contracción, según el cual, establece una vinculación de control y de ser controlado, con lo cual la continuidad de la forma queda garantizada en el Cielo posterior... en lo que llamamos vida y se abre a las puertas de las sucesivas vidas en el infinito eterno a través del acceso a el Cielo anterior. De esta manera, el ciclo de lo eterno se hace manifiestamente infinito y la existencia de la inmortalidad se convierte en un hecho incontestable dentro del abismo misterioso de "Lo Eterno".

IDENTIDAD: ROTACIÓN SOBRE SU EJE. CONTRACCIÓN. ALKIMIA DE CADA REINO EN SU MISMIDAD. MUTACIÓN.

46

E l H o m b r e C o n f ig u r a d o

TRASLACIÓN: TRANSMUTACIÓN. EXPANSIÓN EN RELACIÓN CON LOS OTROS REINOS.

CONTRACCIÓN: EN RELACIÓN CON LOS OTROS REINOS. MECANISMOS DE CONTROL Y DE SER CONTROLADOS

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

RESUMEN: EXPANSIÓN - CONTRACCIÓN INDIVIDUAL. EXPANSIÓN - CONTRACCIÓN SOLIDARIA.

La globalidad de todos estos procesos nos muestra que existen tres actividades fundamentales que quedan definidas en: • MUTACIÓN • TRANSMUTACIÓN • EQUILIBRIO Cuando se actúa en la mutación, se acciona en el sentido de mante­ ner el equilibrio entre los opuestos y generar armonía. Cuando se interviene en la transmutación, se induce a compensar las carencias y promocionar la génesis. Cuando se actúa en el equilibrio, se interviene en el sentido de ajus­ tar la forma en su deficiencia o en su plenitud, obteniéndose una res­ puesta unitaria sin descompensaciones.

48

E l H o m b r e C o n f ig u r a d o

Veamos ahora de qué forma podemos actuar en estos tres sentidos:

Mutación: los ángulos ungueales internos y externos de cada uno de los dedos son el lugar de residencia de los resonadores que actúan, cuando se les activa, en el sentido de la mutación. La presión con la uña del pulgar constituye una acción terapéutica que favorece este proceso. Cada movimiento está representado en alguno de los dedos. En el agua, el dedo meñique del pie; en la madera, el dedo anular y el pulgar del pie; en el fuego, el dedo meñique de las manos; en la tierra, el dedo pulgar y el dedo índice y el medio del pie; en el metal, el dedo pulgar e índice de la mano. En consecuencia, dependiendo del reino muíante afectado, podremos establecer un complejo, a la vez que sencillo, tratamiento con la uña del dedo pulgar.

Transmutación: Con ambas manos se rodeará las rodillas y los codos y se las hará girar cada una en un sentido opuesto a la otra, hasta calentar, en base a una suave fricción, las rodillas y los codos, momento en que se dará por terminada la acción transmutadora de todos los reinos mutantes.

Equilibrio: Como un funambulero en la cuerda floja, con su pértiga entre las manos y con la clave del juego de sus muñecas para mantener su equilibrio, el sanador recalará justamente en las muñecas y realizará movimientos de rotación sobre ellas abrazándola con el dedo pulgar y el dedo índice, o bien, con el dedo pulgar y el dedo medio, de tal forma que la mano que rodea gire en un sentido y la muñeca que es rodeada gire en el otro. De la misma forma se actuará sobre los tobillos. Estos tres procederes estarían indicados para una acción preventiva que realizará el propio sanador sobre sí mismo e igualmente una acción terapéutica sobre el sujeto en estado de enfermedad o bajo la indicación de una prevención. Ya veremos, cuando entremos en la profundidad de

49

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

los caminos de la luz, cuáles son las motivaciones de dicho proceder. De momento nos quedamos bajo la óptica del empirismo, con objeto de que todo se vaya descubriendo... A SU DEBIDO TIEMPO. Cada reino mutante está sometido a una condición general según las conceptualizaciones de la alkimia interior: • El agua está en la órbita del movimiento • La madera está en la órbita del cambio • El fuego está en la órbita de la transformación • La tierra está en la órbita de la mutación • Y el metal está en la órbita de la transmutación.

Agua - Movimiento: Desde el movimiento incesante de las olas del mar, contemplo el vaivén de tu cuerpo al caminar. Si tuviéramos que hablar de la vida como expresión en una sola palabra, ésta sería el movimiento... Todo se mueve en el universo. De ahí que al reino mutante del agua le corresponda este arquetipo porque es la muestra más evidente de la manifestación de la vida, cuyo origen es el sustento de nuestra existencia... Que tu vida sea como la de un salmón, que, nadando en sus vuelos hacia la contracorriente, se hace uno con ella para llegar al remanso de la verdadera paz, donde ofrenda su esencia y, desde allí, ésta se derrame como maná furtivo en el sentido de la corriente, para confluir en el océano de amor que le acoge ardientemente. Madera - Cambio: Dice un sentir de la tradición: "que tus manos se conviertan en una eterna primavera"... En primavera, el reino mutante de la madera alcanza su máxima expresión. Es la estación en la que todo se hace propicio y se manifiesta el cambio largamente esperado por el transcurrir del invierno oculto, latente y ya fatigado. Si tus manos son capaces de ser vehículo de un cambio permanente —porque ellas son la expresión del hacer en sintonía con el HACEDOR—, el hombre entrará en la dimensión de ser el "creador" de universos nue­ vos, constantes, diferentes y permanentes. Es la estancia del resucitado, al que todos creían ya muerto, pero que tan sólo estaba aguardando el que su fermento se inclinara unos gra­ dos más en su eje y poder así despertar a un nuevo y perpetuo renacer,

50

E l H o m b r e C o n f ig u r a d o

en el que todo es posible y en donde la decisión firme y flexible a la vez se da cita con la naturalidad del viento, el genuino representante de este instante, que no es más que las manos del Cielo que se expresan en la sutil transparencia de lo invisible y en la sencillez de una brisa al atardecer.

Fuego - Transformación: El permanente, el quieto, el referencial. Fuego de fuego para los hombres y luminaria en el Cielo para el viajero estelar. Es la expresión del permanente transformador que hace de lo duro, blando; que hace de lo claro, oscuro; que hace en el frío, calor; que hace de la mujer una antorcha y del hombre un clamor; que hace, desde que la tierra se le muestra con su amanecer, su mediodía y su ocaso... UN DÍA... La noche ya vendrá con sus estrellas, como eco lejano del adiós de la tierra. Paraíso de saludos humanos es su luz; asombro ante sus chispas certeras son su sorpresa; calidez de peregrino enfriado son sus ascuas y... voraz enamorado, como volcán incesante, es la ebullición que provoca... cuando el hombre —agua de vida que es— se expone ante él con una entrega apasionada, dispuesto a purificarse y marcharse con su amado, fundido entre sus vapores y el humo de la ultima llamarada. Tierra - Mutación: Tierra, redondamente suspendida, eres el albero de un coso donde el rito de la vida se da, fundiéndose con el círculo mágico que todo trans­ muta para dar utilidad. Tierra de albero de magia y fantasía, todo lo que en ti acontece es un milagro de vida, es un aplauso a la vida, es un salir a hombros por la puerta grande que conduce al infinito. Y cuando así no es, ¡qué feo se le hace a la vida!, porque el verdadero aficionado de la vida sabe de ella, porque el verdadero aficionado sólo aspira a ver abierta la puerta grande. ¡Ay, albero de mi vida!, eres la mutación de un sueño, del eterno sueño, de la infinita vida.

Metal - Transmutación: Entre fragua anda tu soplo. Transmutador aliento que todo lo ani­ mas. Entre yunques y martillos se modelan tus veleidades y eres siempre el fiel testigo de una espada con filo que corta, de una daga escondida que traiciona y de una piedra preciosa que cautiva. Tu dureza es la pre­ monición de un sortilegio embrujado, que lleva al ser... con una simple respiración, a vivir la blandura de lo duro, a aspirar el jadeo de los amores,

51

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

mientras que a la vez, en el reino de tus albores, eres simultáneamente pedernal oculto de cavernas. El seno misterioso de tu pecho es un latido silencioso que sólo el orfebre experto es capaz de escuchar. Con la paciencia del cincel, a golpe de corazón latido, también te muestras transmutado y haces de una pie­ dra un fino estilo... En todos los niveles estás, porque en ti residen las ventanas que, cuando se abren, conducen a la eternidad.

52

COMPORTAMIENTO ¥ ORGANIZACIÓN DE LA FUERZA LUMÍNICA DEL SOPLO r! J LOS REINOS MUTANTES rtW H t

.| » 'f t N ' i

53

g%

í? m

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

REINO MUTANTE DEL AGUA

O 54

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Si recordamos el viaje realizado hasta ahora, nuestra memoria de este reino recoge dos manifestaciones del agua: • En primer lugar, la que se sustenta como manifestación de la vida y que es la que el hombre comparte cotidianamente en la composición de su ser y en la absoluta dependencia que tiene de ella para su permanencia. Esta, a su vez, se nos presenta como dos estados: el agua del mar y el agua de lluvia que en su continuo proceso de calentamiento y enfriamiento, se define con un ciclo que perpetúa su asistencia. Se corresponde con la parte del ideograma de "Lo Eterno", siendo, por tanto, el agua de existencia que se simbiotiza con los sentidos del ser ya conformado. • En segundo lugar, recordarán igualmente que en la constitución del hombre estelar, los ocho haces lumínicos de "Lo Eterno" transferían sus capacidades en dos manifestaciones. Una definía a TIAN y la otra se quedaba en el sustento de matriz gestante, que iría a constituir la otra manifestación del agua (ver esquemas página 23). En consecuencia, en este reino mutante, consideraremos las dos sustancias primordiales que, bajo el epígrafe de "agua", se definían bajo el esquema de las aguas anteriores y las aguas posteriores. EL AGUA ANTERIOR - MATERIA OSCURA - AGUA-FUEGO La tradición configura este "agua primordial" bajo el signo del ocho, bajo la imagen del octograma, bajo el fluido lumínico de las ocho vías extraordinarias o maravillosas. Sentido de luz que se constituye en el matraz que va a dar origen y sustento a la existencia humana. Su simbiosis desde lo eterno del ocho se :oncretiza en el primer trazo del ideograma TIAN, haciendo una equipa­ ración entre "Lo Celeste" y "Lo Eterno". Estos ocho sentidos lumínicos asientan en el hombre sin tener una correspondencia en torno a la forma y, teniendo a la vez, la posibilidad de su utilización por ser los mantenedores de la misma. Su arraigo en el ser se manifiesta en una vía circular que se define en el sonido chino como TAEMO:

55

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

TAEMO Es el único sentido de luz de EXPRESIÓN CIRCULAR que existe en la estructura del soplo del hombre. Su equivalente idiomàtico en nuestra lengua sería: EL CANAL DE LA CINTURA, expresándose en este sentido en la zona anatómica de la cintura. Representa "LA CREATIVIDAD DEL CIELO" por ser la expresión lumínica de luz que adquiere un sentido cir­ cular a semejanza de toda la creación, que se manifiesta según el modelo de los espacios curvos. Es el anillo que va a representar los esponsales entre "Lo Eterno" y su expresión en el hombre. Su fuerza, desde su vacui­ dad, va a ser la que englobe a todas las demás vías de luz, gestando, en consecuencia, la aparición de la forma. Así podríamos decir que TAEMO es el "ENFORMADO". Su asiento desde el VERBO CREADOR comienza con la expresión: "el sentido del que corteja" ("canal de cintura": 26VB. DAIMAI). Establecida esta función, expande la realización de su cortejo en "las cinco direcciones" ("cinco chamelas": 27VB. WUSHU). Y habiendo recogido en su cortejo las cinco orientaciones, impregna a todas las vías de luz que corteja hacia el sentido del "camino de la unión" ("camino de la unión": 28VB. WEIDAO). /

56

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

EL VERBO CREADOR, en la expresión de su manifestación, inicia la expresión del hombre a través del verso (el verse A SÍ MISMO): Y LO ETERNO SE EXPRESA EN EL SENTIDO DEL QUE CORTEJA Y SE EXPANDE HACIA LAS CINCO DIRECCIONES, RECOGIENDO ASÍ SU PROPIA EXPRESIÓN, ESTABLECIENDO EL CAMINO HACIA EL RETORNO QUE CONDUCE A SU PROPIA CREACIÓN, A LA UNIÓN CONSIGO MISMO.

La acción sanadora sobre esta vía de luz se expresa bajo la sencilla contundencia de lo evidente y —bien hacia uno mismo o hacia el otro— partiendo del encaje que rea­ lizan ambas manos entre el pulgar y el índice sobre los costados de la forma, se realizan movimientos circulares del tronco (alternativamente hacia izquierda y derecha) y movimientos circulares de las dos manos en el sen­ tido opuesto, de tal forma que en este giro de opuestos, los pulgares irán alternativamente hacia el centro de la espalda, justamente en el resonador de luz denominado "la puerta del destino" o "la puerta de la vida", a la vez que los índices confluirán, también en alternancia, en el ombligo, "la fusión con el soplo".

Bajo esta acción se hace confluir, a través de la alianza, la luz origi­ nal que transcurre a través de otro de los ocho espacios lumínicos de "Lo Eterno": TOUMAI y el espacio lumínico de la vía de luz de lo ancestral: RENMAI que, viajando también por la línea media, hace de su ser un tem­ plo en el cuenco vacío del ombligo, fusionándose así con el soplo, primera manifestación de la expresión de "Lo Eterno" desde el infinito. Esta forma de proceder es la expresión alkímica por excelencia que, reservada hasta ahora en la transmisión oral, se hace necesaria en su expresión dadas las condiciones en las que evoluciona el ser fuera de su verdadero sentido.

57

El VERSO sanador se expresaría así: EN EL VAIVÉN DE LA RUTA DE LA UNIÓN, SE RECOGE EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA EN LA PUERTA DEL DESTINO DE LA VIDA, Y SE LA PROYECTA HACIA LA FUSIÓN CON EL SOPLO, DESPERTANDO ALSER A LA VIVENCIA DE UNA LUZ DE INFINITO QUE COHABITA EN EL TEMPLO DE LO ETERNO.

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

TOUMAI: Es el siguiente vector de luz que, partiendo y fundiéndose con el reino mutante del agua, se establece en la línea media posterior del tronco, continúa por la línea media de la cabeza y termina en la cara interna del labio superior. Su trayecto se funde con el canal circular TAEMO en el espacio posterior de su curvatura. Es portador fundamentalmente de "soplo original", a diferencia del TAEMO que es portador, fundamental­ mente, del "soplo primordial". Veintiocho estancias de luz marcan el sendero del desarrollo de esta vía, y cada una de ellas se sitúa entre los espacios intervertebrales del tronco y a lo largo de la línea media de la cabeza. Su original topografía deñne —junto con las dos vías que describiremos a continuación— la tri­ nidad, el trípode fundamental en el que se gesta la odisea del ocho, que da paso a la posibilitancia del cinco y que de manera culminante se establece en el dos (véase ideograma TIAN). La vía fundamental que hemos descrito se refiere al lugar de pro­ yección en donde se encuentran alineados los resonadores de luz con sus diferentes improntas de verbo, que hacen de cada estancia un proceso de ascensión, purificación, redención e iluminación. Pero igualmente posee ramificaciones de extremada importancia que, junto con sus conexiones, definen claramente las funciones en la totalidad del ser. Estas ramifica­ ciones emanan de diferentes resonadores, dando la expresión clara de las posibilidades de los mismos desde el punto de vista de la distribución —en el sentido terapéutico— de su soplo. Desde su emanación en el agua concreta (reino mutante del agua -riñones), lo hace junto con RENMAI: otra línea de luz de los ocho, que viaja por la línea media de abdomen y tórax, justamente en oposición a TOUMAI. Cuando TOUMAI emerge al exterior en la zona perineal, lo hace junto con RENMAI, y una de las ramas de TOUMAI acompaña a RENMAI hasta la zona del resonador ZHONGJI ("el centro más culminante"). Y es justamente desde esta zona donde se emite su primer haz secun­ dario que se dirige a la zona genitourinaria, se distribuye por el espacio de las zonas glúteas y, a través de múltiples conexiones con la vía de luz de la vejiga, asciende hasta la cabeza, se concentra en JINGMING: IV ("pupila clara"), penetrando por esta vía en la entraña extraordinaria cerebro, donde se ramifica y emerge otra vez al exterior para conectar de nuevo con el canal de vejiga y descender hasta concentrarse en SHENSHU: 23V: "transportar para ofrecer al riñón" y desde allí volver al lugar de partida: los riñones.

59

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Apreciamos en este trayecto, una vía de expansión de la luz en su aspecto de agua original que, sumándose al agua material, hace contactar la expresión de la genitalidad del hombre con la entraña extraordinaria cerebro y desde ella vuelve a su punto de partida, aprovechando la vía del reino mutante del agua —vejiga— en su ascenso a través del canal superfi­ cial y en su descenso a través de la vía principal... Se expande, llega lejos, se hace grande y retorna. Otra vía de luz, partiendo igualmente desde la concentración de ZHONGJI se adjunta a la vía superficial del sendero del BAZO, recala en el ombligo, dando aún más sentido a la fusión con el soplo; continúa su ascenso ramificándose en el corazón y desde allí, bajo la guía del canal de corazón, culmina en el iris. En este sentido podemos comentar que el agua original realiza un camino de ascensión con tres estancias importantes: la fusión con el soplo, la residencia de los sentimientos, y la expresión del sentir... que, a decir del sentido bíblico, se pierde en la profundidad de lo oscuro para de ella emerger en la variabilidad del color, mostrando la expresión de la virtud, que no es más que la sonrisa del AMADO. La siguiente derivación de su fuerza lumínica parte de un resona­ dor propio, NAOHU: 17TM: "puerta interior del cerebro", desciende por el cuello, se ramifica en el omóplato y se une a la primera rama ascendente secundaria que habíamos descrito. La función de esta derivación reside en incrementar —en su último trayecto— la fuerza lumínica ascendente que, recordando, tenía como función unir lo de arriba con lo de abajo. Y por último, la cuarta rama secundaria se emite a partir de CHANGQIANG: 1TM: "crecimiento de la fuerza longeva", viaja por abdomen, tórax, cuello y cabeza y desciende por la espalda para reunirse de nuevo con la primera rama secundaria. Se trata, evidentemente, de un nuevo refuerzo que incrementa la simbiosis entre lo instintual y lo sublime, para hacer de ambos opuestos una complementariedad que conduzca a la armonía. La vía principal en donde emergen todas las resonancias de luz — verdaderos cuantums de luz de soplo disponible— es todo un camino iniciático de alkimia interior, donde la impronta clara del VERBO que define las expectativas de las que dispone este camino, en el que la naturaleza de la luz se corresponde con el agua misteriosa que, como sustento de "Lo Eterno", hace de fermento a lo que en apariencia es perecedero (el agua constituida) logrando que todo sea un manantial de fecunda e inagotable sublimación.

60

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Este cometa de luz, certero y decidido en su ascenso, hace su pri­ mera aparición en la luminaria CHANGQIANG: 1TM: "crecim iento d e la fu erza longeva". Su ubicación dentro de las coordenadas de la forma del ser, se sitúa en la zona más baja del tronco: justo en el centro del cilindro del abdomen y justo sobre los restos de la unión de las dos mitades, en el rafe del periné, entre el extremo del cóccix y el ano. Su nombre ya nos advierte de que, a partir de esa estancia, la fuerza crece, se manifiesta hacia la vía de la longevidad (lo cual es una expresión elegante y pausada de eludir la palabra eternidad). En el recóndito espacio donde se encuentra, la oscuridad es su aliado. Es el fondo de un valle que se encuentra oculto por montañas plegadas. Su fisiológica acción reside en alertar al ser sobre la utilización del potencial alkímico de su existencia. Es el prólogo del "orgasmo soste­ nido”, que mantiene las expectativas de ser "mantenido” de una forma progresiva y continuada hasta la consecución del éxtasis liberador. Bajo esta perspectiva alkímica, la tradición hace de su acción un MILAGRO cuando es capaz de reanimar a un ahogado, calmar a un epiléptico, sere­ nar la precoz emisión de la esencia, desobstruir y activar el estancamiento del fluido del rojo y ser la luz que, en su llamada con su nombre, con su tacto, con el calor y con la antena, se disponga al servicio de iniciar el camino converso de lo limitado a lo ilimitado. Las diferentes combinaciones que con su comunión se pueden reali­ zar dan muestras de un número infinito, y esta circunstancia ocurrirá con cada uno de los cuantums de luz, con lo que podemos culminar diciendo que, en base a las posibilidades infinitas de los diferentes resonadores, la estructura del soplo del ser no puede ser considerada en ningún caso —salvo cuando se está bajo la óptica de lo aparente y lo limitado— como una estructura que nace, crece, se desarrolla y muere, sino como la con­ tundente evidencia de que se está en un espacio infinito, dentro del infi­ nito, con la perdurabilidad de lo eterno... SIN TIEMPO. El viaje de la luz continúa y realiza su primer movimiento de ascenso siguiendo la línea media posterior y a nivel de la configuración del cuarto agujero sacro establece su siguiente clímax, por encima de la articulación sacro coccígea. Su nombre: YAOSHU: 2TM, se define como "el tran sp orte estratégico". El sentido del transporte viene dado por el primer movimiento que hace el soplo de la luz de la vía del TOUMAI, y su estrategia se define en base a las conexiones que, a través de las vías secundarias, se realizan en este resonador. Por constituir la segunda

62

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

estancia, en él se aúna con mayor intensidad toda la fuerza del chacra inferior, ya que es el primer momento de su movimiento. El acceso sigue siendo en el espacio plegado y la acción sobre él se realiza a través de la experta penetración del metal alkímico que incide en dirección des­ cendente o bien perpendicularmente descendente, con el fin de aclarar, activar, movilizar y fluidificar lo que tiende hacia lo bajo. Y en este sen­ tido, todos los procesos que se configuran en el estancamiento, así como todos los trastornos que en lo femenino cursan con dificultad en la reno­ vación de la sangre, son susceptibles de ser abordados a través de este resonador. Si su aplicación se realiza en el sentido oblicuo ascendente, favorecerá la retención de lo que desciende inadecuadamente, tanto en el varón como en la hembra, promocionando de esta manera el ascenso a su lugar adecuado y el desarrollo de las capacidades que adornan a cada una de esas estructuras. YAOYANGGUAN: 3TM, se constituye en la tercera estancia y se establece bajo el verbo de: "la b arrera del yartg". Su topografía se concen­ tra a dos espacios intervertebrales por debajo de las últimas costillas. Y en la tercera estancia de ascensión, se establece la barrera de lo expansivo, de lo original; barrera que va a constituir una unidad móvil que se va a desarrollar de forma natural haciendo que el fluido de luz evolucione de forma intermitente y la dosificación del agua celeste sea rítmica, paulatina y moderada. Cuando este acontecer no sucede, el ser experimenta sensación de calor y dolor en la movilidad de su cintura, así como una experiencia de vacío y frialdad a lo largo de la línea media posterior, con manifestacio­ nes de frialdad, saturación, ligera sensación de mareo y dificultad en la coordinación de las ideas. En el plano de la experiencia espiritual, la falta de movilidad rítmica de esta barrera genera apatía, indiferencia, somno­ lencia, disminución de la creatividad y de la comprensión, así como sen­ sación de inutilidad. Ante estas situaciones se puede incidir en YAOYANGGUAN bajo la acción del metal, añadiendo a continuación calor indirecto de una manera intermitente y rítmica hasta conseguir un claro enrojecimiento de la zona. MINGMEN: 4TM: "puerta del destino", "puerta de la vida". La historia de la existencia se hace símbolo e idea en esta cuarta estancia. No es una puerta para entrar sino que es una puerta para salir. Siempre se

63

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

piensa que las puertas sirven para salir y entrar pero, en este caso... érase una vez una puerta que sólo servía para salir y, como ésa era su única fun­ ción, estaba localizada en un lugar que no se podía ver, porque si fuera para entrar, lógicamente se vería. Pero lo que sale se va... o marcha a otro lugar, por eso esta puerta no se puede observar. Se siente que está, pero el acceso al que se abre es difícil de imaginar. Unos dicen que conduce al destino y otros dicen que conduce a otra forma de vida; unos dicen que siempre está cerrada y otros afirman, con extraños criterios, que bajo determinadas invocaciones se puede abrir... ¿Recuerdan el famoso cuento de Ali-babá y los cuarenta ladrones?... ¡ÁBRETE SÉSAMO!... Pues aquí ocurre algo parecido. El que sienta que él mismo elabora su destino, jamás la podrá abrir. El que sienta que su destino no depende de él, es posible que encuentre las palabras mágicas que abran la puerta y... el que sienta lo anterior más... que también se añade a través de la puerta la vía hacia una nueva existen­ cia, es muy probable que desvele la invocación que abre la puerta de esta salida... ¡Ah!, se nos olvidaba, los que piensen que la puerta no se abre hacia otra forma de existencia, tampoco podrán encontrar las palabras mágicas que abran la puerta. Los que, en trance de sueños extraños, han vivido la apertura de esta puerta se ven a sí mismos en parecidas circunstancias a los momentos de cuando empezaron a configurarse, de ahí que se diga que, a través de esta mágica puerta emana la esencia del ser en un sentido cósmico y rea­ liza un camino de ascensión permanente. Moraleja: la función de este resonador es suministrar, con su activi­ dad, la información necesaria para que el ser despierte progresivamente a la vivencia suspendida del universo, a la interdependencia con EL PRIN­ CIPIO y a la expectativa de que es un soplo en permanente estado de alkimia, que se configura y evoluciona en el ámbito de las imprevisibles coordenadas de "lo infinito". La desobediencia a la llamada de esta luminaria que posee la guía del agua material, proporciona al sujeto unas características psíquicas y espi­ rituales que le llevan a una "lucha por la vida", una "actitud de triunfo", un "diseño de objetivos en donde el fracaso constituye una pérdida de motivación", un "estar harto de la vida"... "No merece la pena"... etc. Este carácter fatalista o de placentero luchador de triunfos culmina en un callejón sin salida y con un estado de frustración y abandono ante la derrota inevitable...

64

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

La actuación sobre este resonador se sitúa fundamentalmente en la óptica del fuego calor: moxibustión indirecta hasta conseguir sobre la piel una clara sensación de calor que, cuando se vive más allá de la piel para sentirse en la profundidad, marca el final del acto de sanación. Por encima de las últimas costillas, entre la primera y segunda vérte­ bra lumbar, se concretiza la quinta estancia bajo el nombre de XUANSHU: 5TM: *p ila r su sp en d id o", el cual hace alusión a que la vía del ser, bajo la guía expansiva de la energía original, tiene un sentido de firmeza pero que a la vez no trata de combatir resistencias y que, en consecuencia, se encuentra suspendido, generando una disposición en el ánima del hom­ bre de que su ser es invariablemente un producto de universo que tiene como función primordial dar cumplimiento a la necesidad para la que fue creado y, consecuentemente, saber que su existencia formal se encuentra suspendida según la decisión de "Lo Eterno". Cuando el hombre desoye esta expectativa se vuelve duro, com­ bativo y rígido, y tiende a considerar su existencia como un enclave que debe defender, y desenvolverse bajo la expectativa del ataque y la reserva. Igualmente puede volverse tolerante y permisivo bajo la estado de: "así es

65

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

la vida..." con lo cual pierde la capacidad de generar ideales que le con­ duzcan hacia circunstancias liberadoras. Su espalda se vuelve rígida, sus movimientos torpes y el dolor aparece como una expresión de desencanto de la propia naturaleza de su ser. La actuación en este resonador se realizará con la función transmutadora del metal que incidirá de forma perpendicular generando una sensación local y profunda de que... algo hay dentro que está firme y se mantiene. JIZHONG: 6TM: "en el centro de la columna", se establece como la sexta estancia, que se concretiza entre la undécima (11a) y duodécima (12a) vértebra dorsal. Su función primordial reside en la acción de ser el eje director que guía a la estructura y, en consecuencia, es un referencial que actúa como centro y que se conduce hacia EL CENTRO INVARIABLE, siendo la estruc­ tura de la columna vertebral la manifestación, en la vía de lo material, de la vía hacia el centro. Si representáramos el ideograma ZHONG (centro),

t

La parte equiparable al cuadrado representa "la forma", el tronco, y el trazo vertical representaría la vía del TOUMAI y concretamente, la columna vertebral. Siendo más incisivos en la definición de ZHONG:

\ - - 7

Qi

Yong

J

in g

Qi

Zhong



1

Yuan

Qi

Qi

El primer trazo representaría la creación de la forma y su alimento sería el soplo nutricio (YONG QI). El segundo sería equiparable a la energía espiritual sensible (energía sexual) como vehículo o soplo de amor insuflado desde "Lo Eterno" para animar al ser (JING QI). El tercer trazo se equipararía soplo ancestral (ZHONG QI) como expresión de la energía que se encarga de la reproducción y, en consecuencia, de la continuidad de la especie. Finalmente el cuarto trazo correspondería a esa energía original (YUANQI) que tendríacomo función dar sentido a la existencia.

66

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Y si profundizáramos más aún en este ideograma, podríamos insi­ nuar que el resonador al que hacemos referencia estaría situado en el segundo cruce que hace este último trazo con la expresión del cuadrado. Su función prioritaria reside en mantener la cifosis y lordosis natu­ ral de la columna vertebral, con lo cual, se manifiesta el Cielo bajo una decisión firme pero... flexible y curva. Cuando este resonador se ve dificultado (por la actitud del hombre) a realizar su función, aparecen las distintas y variadísimas alteraciones de este eje central firme y flexible... que tantas mortificaciones da a nuestro hombre civilizado contemporáneo. Dedúzcanse, en consecuencia, cómo el desarrollo del hombre cultural se aparta de la naturaleza de su ser y desarrolla una competencia entre su agua material y su agua original, impidiendo que ésta realice su liberadora función. Cuando el sanador se encuentre —como se encuentra diaria­ mente— con esta problemática, puede actuar con la flexibilidad certera de que actuando sobre este resonador, restablecerá el equilibrio y favorecerá los procesos de búsqueda del dolorido civilizado para que éste encuentre el verdadero sentido de su existencia. La actuación sobre este resonador se debe realizar según la intención de "la maestría del ser", a través de la transmutación del metal. Comienza —como diría la historia— con "poner una pica en Flandes": vertical como la bandera que se pone al conquistar una fortaleza. Esto se hará de forma suave y superficial. A continuación —y siguiendo los criterios del "artista interior"— se hará un movimiento suave y balanceado que coloque a la transmutación del metal en oblicuo descendente. Se hará una ligera vibración y, con la suavidad de la siesta del ciprés, se retirará suavemente la intención transmutadora; volverá a su posición de partida, perpendicular, y ahora —guiado por el sentido orante de la sanación— dirigirá la transmutación hacia el sentido de una oblicuidad ascendente. De nuevo volverá a vibrar, retrocederá a su posición perpendi­ cular y retirará suavemente el metal transmutador, realizando un suspiro. ZHONGSHU: 7TM: "la cu lm in ación del equ ilibrio" o "el cen tro d el equilibrio", es la séptima estancia de la ascensión del TOUMAI. Su espacio se delimita entre la décima (10a) y undécima (11a) vértebra dorsal. Sin duda es un lugar culminante. Y lo es porque la función de esta FUSIONANTE estrella es la de hacer confluir en ella la fundición entre el agua material y el agua inmaterial. En este preciso lugar las dos aguas se reconocen y se hacen una; en este preciso lugar —como si de un agujero

67

A l k im ia .

T ra d ic ió n

y

M ilagros

negro se tratara— el agua celestial atrae para sí el agua manifestada. Es un pozo de vida eterna... Cuando el agua de los hombres se hace dispersa y huidiza y se des­ vía de su cauce, la posibilidad de hacerse una con el agua celestial es difi­ cultosa y escasa; sin duda, se produce un cierto grado de fusión, porque si así no fuera, sería inviable la vida. Pero... el escape precipitado de la mani­ pulación que el hombre hace de su agua le conduce a una posición de desequilibrio que le hace perder gran parte de su referencial como centro, y le sitúa ante la pérdida de vivir la existencia bajo una culminación per­ manente. Culmina momentos parciales, propios de esa pequeña cantidad de agua que confluye con la celestial, pero después vuelve a su cotidiano proceder y esto es causa de sus desvarios, celos, imprudencias, errores, torpezas, violencias y tristezas en las que sólo encuentra alivio con la dis­ persión de sus aguas en los ocasos del placer. Toda la humanidad marcha hacia este doloroso camino, de ahí que no sería descabellado comenzar cada acto de sanación con la presión pro­ videncial del pulgar en este espacio del ser y posteriormente realizar las actividades que requiera cada caso. No lo olviden: hay un lugar en donde las aguas confluyen que se llama "la culminación del equilibrio"... JINGSUO: 8TM: "fuerza contraída". Es la octava estancia que se encuentra en la referencia entre la novena (9a) y la décima (10a) vértebra dorsal. Es un lugar donde se manifiesta la fuerza original pero de forma con­ centrada, contraída. Fuerza que anima lo expansivo, pero que se encuen­ tra en este resonador en una disposición de asalto y expansión, teniendo como función fundamental poner a disposición del ser el sentido de la fuerza del Cielo, bajo la perspectiva del manejo personal de la misma, si bien, constituye el reservorio esencial de la utilización de la fuerza del ori­ gen, confiriendo, por tanto, su situación de disponibilidad de la fuerza del movimiento y de proyectarse desde ella hacia el sentido de la vitalidad, que está representado en el YANG como expresión de un infinito. Cuando su función no se realiza, el sujeto presenta signos claros de debilidad, cansancio y fatiga muscular. Igualmente, pierde parte de su perspectiva de futuro y queda sometido a los vaivenes de sus gustos. La acción sobre este resonador reside en desbloquear su estanca­ miento y aislamiento, y se hace a través de la utilización de la moxa que se deberá de aplicar por tres días consecutivos. Una moxibustión directa en

68

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

base a yanguinizar la estructura del ser que, como soplo de lo inmaterial, entretiene y mantiene la forma. ZHIYANG: 9TM: "llegada del yang": se encuentra situado topográ­ ficamente entre la séptima (7a) y la octava (8a) vértebra dorsal. Cuando las condiciones de equilibrio están en armonía, el yang del agua celeste asciende a modo de impulsos, a manera de lanzadera, para constituirse en llegada con la naturaleza del Yang Celeste. Su fundamento se centra en ser la asistencia permanente en el sentido de la creatividad y de la inspiración. Es el que posibilita la aparición de la visión de la reali­ dad bajo el sentido de lo simbólico y bajo la textura verbal del verso. Cuando deja de realizar su función por el excesivo pragmatismo y utilidad de la vía del agua material, el hombre se convierte en un pen­ sante materialista que sólo observa su realidad bajo la apariencia de la causa y el efecto. Es cuando su creencia sólo se manifiesta en la renta­ bilidad de su relación con el medio y considera todos los procesos de forma limitada, con un nacimiento y una muerte o desaparición. Busca sistemáticamente la "renta de la vida" y asume el rango del beneficio de lo material, sustituyendo el sentido de la belleza por el de la practicidad y el de la comodidad. Su recuperación se fundamenta en la acción transmutadora del metal que se realizará en dos pasos. En primer lugar se hará un masaje que comen­ zará con la presión del dedo pulgar y posterior giro alternativamente hacia la izquierda y hacia la derecha. Esta maniobra suele producir una sensación de ascenso del QI a lo largo de la columna vertebral. Posteriormente se pasa a la puntura, que se aplica de forma perpendicular con maniobras de rota­ ción a izquierda y derecha entre los dedos índice y pulgar. LINGTAI: 10TM: "terraza del e s p í r i t u Sus coordenadas se sitúan entre la sexta (6a) y la séptima (7a) vértebra dorsal. En este espacio se agolpa el soplo en la naturaleza de su origen y en la especificidad del espíritu. Se corresponde con la décima estancia y en este sentido, la posición que ocupa nos habla de la "perfección". Recordando las características esenciales que definían al ideograma "espíritu" (LING), en este soplo de luz, en esta vía de ascensión, este resonador alkímico realiza la función de mantener en el ser las expectativas —dentro de la naturaleza de su esen­ cia— de la potencialidad de la inmortalidad, el despertar al sentido del amor trascendente, la solidaridad hacia el compromiso de especie y la vía de sublimación de la energía espiritual sensible a través de la esencia.

69

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Cuando el hombre atiende preferentemente al sentido finito de su existencia, al amor como expresión posesiva y a la solidaridad como expectativa de beneficio, culminando con la energía espiritual sensible como vehículo de placer y de manipulación, la función de este resona­ dor se ve debilitada y aunque continúe su función, el no-seguimiento de este mandato genera en la estructura del ser una concepción anímica de carácter ególatra, con una exacerbación del don de la importancia perso­ nal; una valoración de la solidaridad a nivel de tratos preferenciales de amistad; y una utilización del sexo como vía de eliminación de pulsiones y de parcialización del deseo bajo el sentido de los instintos. La capacidad de la fantasía se ve notablemente disminuida y se busca que ésta se realice en el plano de lo material, y toda la confianza del hombre se gesta ante sus propias posibilidades que culminan con la obsesiva intención de la vivencia del poder. A nivel de las estructuras somáticas aparecen tensiones cervicales, accesos de ira y violencia, malestar consigo mismo y un sentimiento lar­ vado y continuado de impotencia ante la realidad cotidiana, que hace del hombre un cómodo burgués asentado que contempla cualquier situa­ ción de cambio como un riesgo e incluso como un atentado hacia su pro­ pia supervivencia. Inagusto con lo que tiene, no posee el valor suficiente para afrontar su verdadero desarrollo, viviendo, en consecuencia, bajo un estado de latente envidia que le hace estar sujeto continuamente a su cuerpo de deseo. La acción recuperadora de la función de este resonador se efectúa a través de la labor transmutadora del metal, que se implanta de forma obli­ cua ascendente, con una manipulación rotacional de izquierda a derecha, para añadir posteriormente sobre la aguja implantada moxibustión indi­ recta y favorecer de esta forma la fuerza alkímica del fuego sobre el metal realizándose una conversión simbiótica entre las dos aguas del ser. SHENDAO: 11TM: "ruta divin a" o "cam ino del psiquism o". La undécima estancia se define entre la quinta (5a) y la sexta (6a) vértebra dorsal y constituye el remanso caracterológico de la previsión de la pro­ videncia sobre el individuo. Podríamos decir que en esta luminaria se concentra el designio que el universo tiene sobre cada ser, siendo, por tanto, su función el recordar permanentemente el débito que ha de reali­ zarse como consecuencia de que cada ser es un elemento imprescindible, necesario y absoluto, y que su existencia obedece a una necesidad de la totalidad.

70

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

En su composición ideogramática se reseñan dos funciones que dan cumplimiento a su nombre. La primera nos habla de la actitud, tenden­ cias, inclinaciones que, de una manera potencialmente evidente, desa­ rrolla cada individuo. La segunda se expresa en el ideograma del DAO y en este caso son válidas todas las consideraciones que en su momento hicimos sobre este ideograma. En definitiva, es el lugar donde se marca el camino del ser; y la energía original en este espacio, tiene como función el ser acicate permanente que recuerda al sujeto la obediencia "de-vida” que tiene contraída con la totalidad de lo infinito... NO ESTAMOS SOLOS... Habitualmente, como se comprueba en el análisis del carácter del hombre y en sus realizaciones frustrantes en contra de sus inclinaciones, éste no sigue el sentido de su débito. En consecuencia, la armonía de su ser se presenta siempre en una situación descentrada, lo cual motiva, den­ tro de la totalidad, una tendencia compulsiva y multiplicadora hacia la realización de los demás seres... TODO SALPICA... Se llega con esta convivencia a admitir con absoluta normalidad que cada uno tiene sus manías y que todos son un poco o un mucho neu­ róticos... TODA UNA DEMOSTRACIÓN DE CORDURA... La actitud sanadora en la consecución de la verdadera naturaleza del ser, debe estar guiada bajo la intención consciente del sanador de que, al actuar sobre este resonador, lo hace bajo la actitud de que se potencie y sea revelado —a través del propio ser y con la fuerza suficiente para considerarlo— su verdadero sentido y su concreta labor a realizar. Esta condición previa por parte del sanador es de vital importancia a efectos de la activación de este centro lumínico. En lo concreto, la acción se sintetizará en la aplicación de moxibustión indirecta, que deberá de seguir un ritmo y una pauta periódica que permita un progresivo despertar sin violentar los hábitos adquiridos, e ir extrayendo de ellos enseñanzas liberadoras. Bajo el ritmo del siete o del ocho, se realizarán las intervenciones sobre este quantum de luz, durante un espacio mínimo de un año (tiempo que tarda el planeta en hacer un giro alrededor del sol). SHENZHU: 12TM: "existen cia sostenida". Situado entre las coor­ denadas de la tercera (3a) y cuarta(4a) vértebra dorsal, su nombre es toda una revelación de principios. En este quantum de luz se expresa la visión de la tradición alkímica de que la existencia es un proceso que, proveniente de la emanación de "Lo Eterno" y desde el infinito hacer, está mantenida por esa fuerza pri­ mordial y está sostenida por este haz lumínico.

72

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

¿Quién mantiene durante el sueño la vida? ¿Quién sostiene durante la vigilia la existencia? ¿Quién es el señor de la fuerza que se manifiesta en cada ser y que de él hace su testimonio? Su función no puede ser más contundente y podríamos decir de ella que se trata de una invocación, una plegaria... una oración. Cuando su actividad se debilita por el egoísmo de los hombres, la existencia se hace torpe, contradictoria y DESESPERADA. Las acciones sobre este resonador se realizan en primer lugar con la presión del pulgar, creando un espacio vacío de blancura, para inmediata­ mente aplicar moxibustión indirecta que haga resurgir un enrojecimiento inmediato y cree una sensación de calor que, sin duda, se podría situar en la esfera de una verdadera reanimación. El trabajo continuado sobre este resonador hace del ser un continuo y permanente soñador de ilusiones ya casi perdidas, despierta a la esperanza de lo que parecía ya perdido y hace de cada despertar una ilusión por la vida que se empieza a convivir bajo los signos de lo interminable. TAODAO: 13TM: " vía de la mutación". En las coordenadas entre la primera (Ia) y la segunda (2a) vértebra dorsal, TAODAO es la expresión viva de que en la energía YUAN QI está el sentido lumínico de la alkimia del ser. TAODAO representa la evocación del verbo creador que hace des­ pertar al hombre a la realidad de que en él se realiza la posibilidad de alkimizar su existencia y que tiene una vía para realizarlo... el camino del DAO... vivir acorde a los signos celestes y a las expresiones de la providencia. Cuando el hombre pierde su potencialidad resucitadora, convierte su hacer en un cúmulo de limitaciones que le llevan a continuos callejones sin salida que no le permiten, ni siquiera, soñar. Su corazón late ansioso, su respiración es jadeante, su pensamiento es agresivo, ataca antes de pre­ guntar y no da tregua a cada paso. El sentido de ir más allá de su propio ser se difumina como un imposible y queda definitivamente atrapado en las causas y en los efectos, con todas las puertas cerradas. La acción sanadora sobre este resonador se realiza a través de la función transmutadora del metal, comenzando por la imposición de la cabeza del crisol alkímico metálico sobre este espacio de luz y conti­ nuando de inmediato con la implantación en forma perpendicular y con

73

rápidos giros a derecha e izquierda, siguiendo con una modificación de este ángulo recto, haciéndolo oblicuo ascendente y rotando nuevamente con una intención de impulso y rigor que haga recordar al sanador el simbolismo del DAO, como expresión más cercana —aunque no sea la verdadera— de recordar y reforzar en el ser su vía mutante aquí y ahora.

c

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

DAZHUI: 14TM: "granprotuberan cia". La ascensión de la energía original llega a su punto culminante. Su nombre no solamente hace refe­ rencia a la protusión vertebral sino que esconde detrás la culminación de un proceso de ascensión, que está a punto de atravesar el valle que con­ duce a la consecución impresa del símbolo. Cuando esta culminación se realiza parcialmente o cuando se espa­ cia como accidental y fortuita, el ser hace de su existencia una cotidiana monotonía que culmina en la timidez de un sábado, de un viernes o de un domingo —según sea su contexto religioso— de forma rutinaria y sin expectativas culminantes que no sean la mención del triunfo de su equipo, o de un día de campo, o de una excursión, o de un día de pro­ longado sueño aburrido. Aún más esto es manifiesto cuando observamos numerosos momentos de enfermedad, cada vez más frecuente, que sólo se presentan en esos "días festivos". Sin duda la culminación clama por su existencia. Llama a la puerta del que no está diseñado para ser anodino, vulgar y sedentario. Clama por el que está pensado para que sea una conti­ nua, sorprendente y vigorosa expresión de una culminación permanente que, a modo de orgasmo mantenido, prolonga su experiencia despierta sin tregua, hasta alcanzar una vivencia extásica permanente que le per­ mite vivir cada momento bajo la mirada trascendente de cada uno de sus actos y con la convicción firme de ser un vehículo liberador y de represen­ tar en cada acción un acto redentor. Cuando actuemos sobre este espacio culminante lo haremos con la presión providencial de la uña del pulgar, marcando sobre él el símbolo de lo perfecto (+) para posteriormente implantar el elemento transmutador justo en el lugar de cruce, de una manera perpendicular y con una manio­ bra puntual de giro rápido en el sentido antihorario. YAMEN: 15TM: "puerta d el m utism o". Su luz emerge en el puente que se conjura entre lo espeso y lo claro y justamente se sitúa ligera­ mente por debajo del último cabello como expresión de agua floreciente de la tierra. ¿Qué hace el hombre cuando se asombra? ¿Qué hace el ser cuando descubre lo inaudito? ¿Cómo reacciona su verbo?... Mudo se queda ante el asombro; no encuentra palabras;

75

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

no sabe cómo definir; con su verbo limitado, lo que ha descubierto en el seno de su corazón enamorado. Entra en un silencio contemplativo en el que sólo el silencio hace rescatar la escucha del verbo que proviene de lo infinito. Y así] de su boca sólo saldrá palabra de eternidad. Y así, de su gesto sólo emanará figura de identidad. Y así, de su hacer sólo florecerá una expresión de arte infinito, inacabable y eterno, como el verbo del que procede. Prohibida su utilización por el riesgo que entrañaba el daño de la forma, fue restituido su uso en aquellos estados de sordomudez humana; pero se desconocía —merced a la custodia de la tradición oral alkímica— que el sentido y la dimensión de su función no está en la onda del verbo del hombre, si bien actúa sobre ella, sino que está en la onda del verbo del AMADO. Cuando su función pierde la dimensión trascendente el hombre se vuelve parco en expresiones, se empobrece en las jergas culturales de lo miserable —y buena prueba de ello es esta cultura— y cada vez se resume más y más el lenguaje como expresión, y la elegancia como la sublime cortesía de un eterno enamorado. De esta manera la belleza se convierte en un útil que se vende y se compra, cuando jamás tuvo precio, cuando jamás desde el universo se pudo pensar que eso podría ser negociable. No tardará mucho tiempo en el que contemplar una noche de estre­ llas suponga un nuevo I.V.A., porque constituya un acontecer que pueda liberar al hombre de la esclavitud de su aplastante caminar. No faltarán artefactos con señales codificadas —que tendrán que llevar los usuarios (ciudadanos)— que encorseten su cuello y les impidan mirar hacia el Cielo, y que sólo puedan hacerlo si pagan una cómoda cuota mensual que les permita descodificarse por algunos minutos. Entonces, el artefacto se volverá articulado y la mirada podrá volverse hacia arriba, y todo ello parecerá normal, lógico, necesario. Todos los partidos políticos estarán de acuerdo y las religiones serán las principales participantes del desarrollo de este sofisticado corsé, al cual probablemente le incorporaran —cuando el usuario esté al día de sus cuo­ tas— música gregoriana o cantos sufis, con lo cual todo será rentable para los manipuladores del VERBO CREADOR. Como nota adicional, es proba­ ble también que el usuario —y todos serán usuarios— sólo pueda disfrutar

76

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

de esta descodificación, tan sólo unos minutos al día. Es obvio pensar que aquellos que se nieguen a aceptar estos "mandatos legales" del estado, serán declarados "objetares de conciencia" y encarcelados en celdas cuya altura del techo raye prácticamente sobre sus cabezas... ¿Les parece exagerado? ¿Cuánto tiempo hace, querido lector, que no contempla las estre­ llas? ¿Recuerda cuándo fue la última vez que se asombró o le impresionó la visión simple de la luna o de cualquier otra estrella?... Y en consecuencia ahora que ya ha dado su respuesta, ¿no piensa que todo lo anteriormente descrito pueda llegar a ser posible?... Y lo que es más dramático ¿no piensa que ya está sucediendo sin que aún sea económicamente rentable?... La acción sobre este resonador ha de ser suave y precisa, tan suave como el posar de una mariposa y tan intensa como un amanecer. Y así el sanador, cerrando todos sus dedos menos el índice, impondrá sobre este espacio de luz la suavidad de su caricia haciéndola girar para llamar a la luz y para despertarle a su eterna sonrisa de amor. FENGFU: 16TM: "taller del v i e n t o Un nuevo salto de la energía original se sitúa ligeramente por encima y en la línea media de la cabeza, de los cabellos. Después del silencio enamorado, sólo el viento es capaz de ser el equivalente de un verbo de amor arrebatado. Taller celeste de infinitas proporciones, viajero incansable de sonidos entre rendijas... Verbo de los verbos, que se lleva nuestras sonrisas y que nos trae las carcajadas vivifi­ cantes del infinito. La alkimia del soplo vivificante de la energía original se hace aquí verbo creador y asiento de la escucha obediente que no se expresa con palabras... que se descubre en el aliento del corazón. Cuando el viento apenas si se escucha y cuando tan sólo se oyen las voces disonantes de los hombres, el ser pierde su rumbo pues ya sólo sigue consignas, dogmáticas directrices que le impiden escuchar el viento... ignorantes se vuelven ante el lenguaje del Cielo y se conforman con el sonido gutural de letras de alfabeto debidamente estructuradas, que empiezan y terminan, haciendo del universo un espacio terminal y finito... pero aún sigue en este taller el gran orfebre del viento que vive en la esperanza permanente de despertar al sediento, al hambriento, al que intuye los verdaderos ecos. Trabaja sin cesar. Y bajo forma de divinidad se le sugirió algún día: "Eolo", soplador insaciable que limpiaba y limpiaba hasta dejar todo sediento para que así, cada ser, se desprendiera de sus lamentos y despertara a la vocación de seguir a los vientos.

77

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

Cuando sobre este lugar se actúa, el orfebre menor, obrero de sanea­ mientos, se dispone intencionadamente con humildad y con sumisión a la verdadera voz que calma al desesperado escuchador de viento, y sobre él actúa llevando la alkimia de lo aparentemente rígido, para así trans­ mutar las voces de palabras limitadas, en un ansioso viento. Dirige sus movimientos, con suavidad y sigilo, de forma ascendente y tímidamente se retira aguardando la llegada del viento... NAOHU: 17TM: "puerta in terior del cerebro". Su expresión se concretiza en una oquedad que se encuentra por encima de la protu­ berancia occipital, en la línea del extremo superior de las orejas... ¡Qué casual coincidencia! Viniendo lo original con el viento descubre una puerta que permite escuchar, una puerta que se abre inexorablemente bajo el impulso decidido y contumaz de lo que es veraz y trascendente. Penetra así esta fuerza del origen en el espacio culminante de las aguas, en el lugar donde el agua material está a punto de convertirse en agua sublime, y es por ello que allí acude el agua original, para hacer de esta ascensión natural del agua concreta un bautismo emergente que des­ cubra a la totalidad del ser su vía inmortal en el seno de las luminarias permanentes. Cuando esta función se debilita, la puerta queda entreabierta. Ape­ nas sí hay resquicio para el viento fugaz. Y así el hombre se convierte en un simple estímulo-respuesta y en un esclavo del sí y del no, haciendo de su consciencia una realización de logros y renuncias que sólo están sujetas a la posesión perecedera... Y, además, con la puerta entreabierta, surge el fantasma del tiempo que convierte a cada hombre, a cada cultura, a cada sociedad, en un ghetto intransigente, combativo, degradante, escondido y traicionero. Así, el hombre teme a la traición, despierta a la alucinación de ser perseguido por el tiempo, el cual, además, NO QUIERE PERDER y al cual, también, quiere ganar. Se hace así, cada hombre, un perdedor inexo­ rable y un ganador imposible... La acción sobre este espacio de luz se realiza de forma precisa e ins­ tantánea con el elemento transmutador. Se implanta la intención de abrir la puerta y con la suavidad de una brisa de verano, deposita con calma ese sutil crisol de viento transmutador que deja aposentado como un reclamo de esperanza. QUIANGJIAN: 18TM: "intervalo de la fuerza". Emana en la coor­ denada de la línea media occipital, a 1,5 cun de su predecesora estancia.

78

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

La resonancia de luz alcanza en esta estancia una posición de la manifestación de la fuerza, haciendo valer su ascendente posibilitancia. Se trata del lugar en donde se conjugan las dos cualidades del agua, siendo su expresión fisiológica el mantenimiento de las cualidades de lo concreto y lo inmaterial de una manera armoniosa. Es el asentimiento del equilibrio entre la posibilitante del hombre y los mandatos del Cielo. Cuando se debilita esta función, el desarrollo de las intenciones del hombre sigue el camino del pragmatismo, con la aparición del sentido de "la duda". Vive bajo la sospecha de que "falta algo", con la sensación de no terminar de culminar sus acciones. Las acciones sobre este resonador se realizan a través del transmutador metálico en un sentido oblicuo ascendente, con maniobras de rotación suave en ambas direcciones, con objeto de sintonizar las dos manifesta­ ciones de luz y reequilibrar la sintonía de lo personal con lo totalizador. HOUDING. JIAOCHONG: 19TM: "a s a lto del reencuentro". Si en la estancia anterior se producía la sintonía, en esta posición la energía ori­ ginal "asalta" y se funde, en un abrazo enamorado, con las pretensiones de poder del hombre, haciéndole despertar en su posición de fusión con el origen. Su función, en consecuencia, es la de realizar la conjunción, la de religar al hombre con su consustancial pertenencia a lo eterno. Sus coordenadas se sitúan a 1,5 cun en el sentido ascendente de la luminaria anterior. Cuando se debilita esta acción, el sentido del agua se vuelve "agnós­ tico" en la relación con su participación en el origen. Ni lo niega ni lo acepta, se encuentra ante la incapacidad de poder inclinar la balanza; se realiza en un comportamiento respetuoso pero se niega a tomar partido; vive en la sospecha de otras realidades que, sin buscarlas, aguarda a que se hagan evidentes y vivenciables para poder ser aceptadas. Su aplicación, en la restitución de esta función, se realiza con la transmutación del metal en el sentido oblicuo ascendente, con una implantación rápida y en un solo movimiento. BAIHUI: 20TM: "cien reuniones". En el lugar culminante, en la cima, alcanza la energía original su síntesis de ascensión. Se define en la mitad de la línea que une los vértices de ambas orejas. Su apelativo verbal, con otros variados nombres, hace alusión a su valor trascendente como máxima expresión de la expansión. En esta cima

79

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

de luz confluyen las diferentes vías lumínicas de forma directa e indi­ recta. Se constituye en el "GRAN CAPTOR". Sus funciones se expanden en todas las direcciones y se constituye en la "CONFLUENCIA LUMÍNICA DEL SER". Se sintetiza en él la experiencia trascendente del hacer y su acti­ vación promueve la inspiración inabarcable del universo. Estamos ante la "puerta cerrada" que, en su apertura, se convierte en el "GRAN VISOR" de la amplificación de la realidad. La alkimia de su acción "transfigura" la configuración energética del ser y le hace perceptivo a otras realidades. Cuando sus funciones están amortiguadas, las percepciones senso­ riales se hacen limitantes y la lógica inteligente adquiere preponderancia. Aparece también sensación de vacuidad y sentido crítico exacerbado, con tendencia permanente al debate y con el PERO... insistente, convirtiendo el hacer en un relativismo bloqueante que hace de los escasos compromi­ sos una sospecha de fracaso inminente. Su aplicación sanadora se realiza en la dinámica del metal transmutador que, en una imposición oblicua descendente, continuadora del torrente, oblicua derecha e izquierda, logra activar las cinco orientaciones y rescatar el papel de la "GRAN CONFLUENCIA". Después de esta maniobra, la aplicación de calor indirecto con pequeña intensidad, favorece el derrame de sus acciones en su actividad expansiva hacia todo el organismo.

80

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m o t a n t e d e l A g u a

QIANDING: 21TM: "culm inación anterior". En las coordenadas de 1,5 cun por delante de BAIHUI, nace de su actividad la expresión de "dar continuidad a lo culminado". Se trata de la expresión celeste que hace recordar al hombre sus actitudes hacia la vivencia de su hacer bajo el signo de una "permanente expectativa creativa y sorprendente": una fuente inagotable de proyectos y creaciones que no "decaen" en la "monótona cotidianidad", expresión que denota el signo claro de la falta de actividad resonadora de este concentrado de luz. El hombre, ante la carencia de la continuidad culminante se rea­ liza... "igual que siempre..." "como siempre..." "tranquilo..." ¿Es que acaso el universo está tranquilo? ¿No está en permanente ebullición equi­ librada? Y si el hombre es una expresión de ese universo... ¿no ha de vibrar en esa dimensión? Su aplicación sanadora se realiza en el plano de lo transmutador, en sentido perpendicular, con una actuación de cortas y vibrantes acti­ vaciones. XINHUI: 22TM: "reencuentro en la cim a". De nuevo la culmina­ ción se hace ostensible por tercera vez. La intensidad de luz de las aguas anteriores y posteriores se acomodan y encuentran sus unitarias identida­ des. El reencuentro despierta al ser a identificarse con los mensajes cifra­ dos del universo en que habita (reencuentro en el sentido de retornar a su verdadera identidad). Su lugar espacial se concretiza a 3 cun de la primera culminación: BAIHUI. La intención sanadora debe estar en la mentalización por parte del sanador, antes de iniciar cualquier maniobra, de sentirse vehículo de RECONCILIACIÓN ante el designio personal del paciente y sus contra­ dicciones. El "reencuentro reconciliador", bajo la tutela del origen, es la motivación primordial... Luego actuará con la acción del masaje, por medio del dedo corazón, con el plegamiento de los otros, realizando una ligera presión a la vez que realiza pequeños desplazamientos hacia delante y atrás. SHANGXING: 23TM: "estrella superior". En la orientación a 4 cun de la primera culminación (BAIHUI), se define con la contundencia de su nombre, en una clara referencia a las características luminosas de la energía original.

81

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

Sus funciones están ligadas a la apertura, en la realidad del hombre, a su "concepción estelar". A sentirse unificado con la luz en el sentido de eternidad, permanencia y viaje perpetuo. Igualmente, tomar la evidencia de "ser guiado" e iluminado... hacia la certeza del sentido de la universa­ lidad de su ser. Cuando se pierde en disminución esta función, el hombre se desa­ rrolla en el plano de su contexto cultural y bajo la guía de las motiva­ ciones del exterior, realizando continuos cambios de rumbo sin sentido definido. Incorpora sus vinculaciones con el entorno en un sentido igualitarista, sin la individualidad necesaria hacia el compromiso de su iden­ tidad solidaria. Las acciones sobre esta "estrella” se realizan bajo la imposición del dedo pulgar, con el resto de los dedos plegados, realizando una presión mantenida que se hace latido progresivamente, hasta alcanzar el sanador la sensación de sintonía con este resonador. SHENTING: 24TM: "palacio divino". Después de la estelaridad del origen la vía de luz se concretiza en lo suntuoso: el palacio divino, en el sentido del pensamiento humano, de tal manera que el hombre alcanza con el desarrollo de este resonador el nivel de LA SABIDURÍA. Sus sentidos entran en la armonía de la clarividencia y sus sentires se hacen aliados del amor en la universalidad de todo lo existente, tomando consciencia de "SER AMADO" y convirtiéndose en un faro de amor testimonial que sirve de referencia a los otros. Cuando el hombre empobrece esta sintonía sus sentidos se vuelven exigentes, su inteligencia se hace rentable y contempla su hacer como un acúmulo de posesiones. Las acciones sobre este resonador —situado a V2 cun de la zona de implantación de los cabellos, en la línea media— se realizan a través del ejercicio transmutador del metal, en imposición oblicua hacia la dirección de la estrella superior, con movimientos de suave rotación y vibración. SULIAO: 25TM: "orificio sim ple". Situado en la punta de la nariz, su expresión verbal hace referencia al significado alkímico de la res­ piración, constituyéndose en el resonador que, en su funcionalismo, impregna cada respiración —tanto en el acto inspirador como espira­ dor— de la dote de "ALIENTO ESTELAR", siendo el referencial a través del cual el adepto toma consciencia en cada respiración meditativa de su simbiosis con el TODO. En cada inspiración recoge el aliento del eterno

82

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

infinito de AMOR, realizándose en él LA GRAN OBRA. Y en cada espira­ ción se constituye en "ofrenda renovada". Es el resonador de la "GRAN INVOCACIÓN". Todas las culturas de la "gran tradición" han considerado de vital importancia el "comportamiento meditativo en torno a la respiración", y muy especialmente la hindú, de ahí la memoria ancestral que está deposi­ tada en el ser a través del "orificio de lo sencillo" que, como ventana este­ lar, se incorpora de forma misteriosa a la constitución del ser, haciéndole cómplice solidario de toda la creación. En su realización se pueden contemplar dos aspectos: • El de realización propia: realizando respiraciones pausadas con el referencial en el TIAN inferior (zona infraumbilical) y posando con un simple contacto el dedo índice (de la mano izquierda en el caso del varón y el de la mano derecha en el caso de la hembra) concentrando la atención en la imagen de la totalidad, hacia la consecución del vacío. • Si la aplicación se hace sobre otro se posará, igualmente, el dedo índice, y con la misma intención anterior se referenciará la respi­ ración del sanador en el dedo índice. RENZHONG. SHUIGOU: 26TM: "el centro del hom bre", "La ruta del agua". El agua original se constituye en el eje central de la existencia del hombre y, también, en el camino desde su agua hacia el agua verda­ dera del origen. En las coordenadas del tercio superior del surco nasolabial, en una ligera oquedad, se hace alkimia su función en esta precisa localización, en donde los labios, preámbulo de la boca, como verbo y como expresión del alimento... y como antesala de un beso, se hace el origen... VERSO. "Reanimador" y sugerente del idilio insondable ante la "BONDAD SUPE­ RIOR" y la criatura emanada por ÉL. Cuando el hombre pierde esta perspectiva, el desánimo anida en su corazón, su camino se hace tortuoso, se esclaviza en el alimento y se hace dependiente de lo sensual. Su aplicación sanadora se centra en primer lugar sobre la presión del pulgar y, de inmediato, la implantación transmutadora en oblicua izquierda y posteriormente perpendicular, con ligero golpeteo intermi­ tente, para volver de nuevo, ahora, en el sentido oblicuo lateral derecho y finalmente, de nuevo, perpendicular con golpeteo.

83

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

DUIDUAN: 27TM: "doctrina conforme al Cielo y acorde con los hombres". XXVII mansión celeste. Sobre la línea media del labio supe­ rior, justo en el límite donde cambia de color el labio, tiene su asiento esta luminaria. La energía original, en su penúltima estancia, hace la llamada cul­ minante sobre la "DOCTRINA de la verdad en relación con el Cielo", la cual traerá una concordancia con los hombres. Su correspondencia con la mansión celeste reafirma una vez más su fuente de universo original. Cuando el hombre establece "su doctrina" sin estar en consonancia con las leyes del Cielo, él es su única referencia y, en consecuencia, se agota, como así ocurre en la actual civilización; es un monólogo de repe­ titivos obstáculos y fracasos, repitiendo ciclos cada vez más confusos y alienantes. "El hombre alienado", sin ideas de liberación, es la expresión de la falta de una integración completa de este resonador. Su acción sanadora se realiza a través de transmutación perpendi­ cular y superficial sobre su espacio de luz, con la utilización de una fina instrumentalización y con precisa rapidez. YINJIAO: 28TM: "cruce del Inn". En la cara interna de la línea media del labio superior, está su lugar de abordaje. En esta decidida y vigorosa culminación, la energía original se funde, en aliento y hálito de vida, con la estructura que aguarda a ser animada, con el agua. Su función es la de alentar a la "unicidad de la forma". Cuando su actividad se aminora, el hombre se recoge en su solilo­ quio verbal estéril, se hace hipocondríaco y se obsesiona con su forma. Se afianza en su ahorro y busca la seguridad de su existencia en el manteni­ miento de las constantes de sus estructuras, terminando obsesionado ante la falta de explicaciones coherentes que expliquen su vivencia deteriorada y el "sentido de sus males". Su actuación sanadora se realiza por medio de la transmutación del metal, en una acción rápida y decidida, hacia una dirección oblicua ascen­ dente.

84

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

T

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

REJV M A l Si TOUMAI hacia un recorrido a través de la línea posterior del tronco, emanando de los riñones, RENMAI establece su cometa de luz partiendo desde el agua concreta y siguiendo la línea media anterior hasta terminar por unirse, en el cruce del Inn, con TOUMAI. Emite dos ramas secundarias: la primera, partiendo de CHENGJIAN: 24RM, se divide en ambos lados de la cara y llega a culminar su influen­ cia en CHENGQI (1E). La segunda de sus ramas secundarias se deriva de JIUWEI: 15RM y se dispersa, a manera de raíces de medusa, sobre todo el abdomen. La vía principal, emanando desde el agua orgánica —como lugar de asiento, no como lugar de generación— alcanza los órganos genitourina­ rios y emerge en su primer resonador de luz en el punto medio del periné, para continuar a lo largo de la línea media y culminar su ascenso en el mentón, desde donde vasos secundarios contornean labios y encías y ter­ minan por confluir en YINJIAO: 28TM.

86

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Su primera emergencia de luz es HUIYIN: 1RM: "reencontrar al yin". Sus coordenadas se sitúan en el punto medio del periné y expande su luz de forma confluyente con el TOUMAI siendo, en consecuencia, el lugar donde las dos aguas se organizan de forma unitaria para que, a partir de este lugar, paulatinamente se diferencien hasta culminar en su encuentro. Reencontrar al Inn implica la fuerza de luz que, proveniente de la herencia lumínica del acto creador sobre el hombre, define la constitu­ ción diferenciada de cada una de las formas del ser. Es el lugar donde se recoge la esencia del agua en su expresión ancestral. Toda esta vía de luz está fundamentada en el camino de las energías ancestrales (hereditarias, congénitas, código genético...). La función de esta actividad de luz es organizar el Inn de tal manera que cada acción de este soplo permita ser influenciado por la energía ori­ ginal, aparte de ser ésta la que da el aliento a la forma. Cuando esta posibilidad se ve disminuida, el hombre, en la cons­ titución general de su estructura, tiende a presentar multitud de acon­ tecimientos patológicos en una serie interminable de sucesos que le acompañan durante toda su existencia. Las acciones sanadoras sobre este resonador se realizan a través del elemento transmutador del metal, bajo una dirección perpendicular y ligeramente profunda, teniendo la sensación, el sanador, de que la pene­ tración se realiza sin ofrecer resistencia y, en consecuencia, no realizará ninguna maniobra más que dejar el implante metálico sobre esta estruc­ tura de luz. QUGU: 2RM: "estructura sinuosa"... mansión celeste correspon­ diente a la cabeza de Hidra (XXIV). El soplo ancestral se hace contorneado y se plasma en esta estructura bajo la forma que dará definitivamente la manifestación concreta de las energías hereditarias en la doble hélice del código genético. Su definición como mansión celeste le da la configuración de ser una estructura gestada desde el universo. En consecuencia, todos aquellos acontecimientos que van a culmi­ nar con alteraciones ligadas a transmisiones hereditarias y que, por tanto, son designios estelares, tendrán su respuesta vivificante y la posibilitancia de restituir la alteración sinuosa de su función a través de la acción sobre este resonador. Exige, por parte del sanador, la toma de consciencia de que los acontecimientos se producen de esta manera y con la intención

87

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

definida de que la estructura a tratar tiene la posibilidad de retomar el camino del equilibrio. Y también, bajo la evidencia de que se encuentra ante un proceso kármico redentor, recogerá el elemento transmutador del metal y en las coordenadas de la línea media anterior, en el borde superior de la sínfisis del pubis, realizará una implantación perpendicular con una manipulación de rotación en ambos sentidos y una retirada inmediata de la misma, para seguir a continuación con la moxibustión indirecta hasta alcanzar un grado de enrojecimiento que defina claramente la aparición de la luz, la cual se suele manifestar de forma expansiva —y no concen­ trada— produciendo con frecuencia, en el receptor, la vivencia de que algo se mueve hacia el interior y que penetra en la profundidad del abdomen. ZHONGJI: 3RM: "el centro m ás elevado". También llamado QIYUAN: "soplo creativo". Definida la estructura sinuosa se está ante la garantía de la continuidad de la especie, estableciéndose a continuación un lugar de guía, un lugar de soplo, un lugar creativo que define la diversidad y la indi­ vidualidad de cada entidad creada, que le da carácter de unicidad; y que va a permitir que sobre cada ser se deposite la realización de una determinada función con su estructura definida y bajo la tutela del centro invariable que le hace retornar. Su posición en la corporeidad queda definida a 1 cun por encima del resonador precedente. Cuando pierde parcialmente su función, aparecen trastornos conti­ nuados y perseverantes en la esfera de la energía espiritual sensible y en la esfera del dinamismo de recambio del principio femenino. La actuación sobre este quantum de luz se realizará fundamental­ mente a través de la moxibustión indirecta, generando en el receptor una sensación de penetración del calor con una experiencia de alivio y de des­ compresión que, en la mayoría de las ocasiones, va a producir un alivio inmediato y una respuesta permanente. GUANYUAN: 4RM: "barrera d e la fuente". En la cuarta estancia se establece la barrera de la fuente de las aguas que transcriben el potencial hereditario del sujeto. Es una barrera de purificación en donde, como el buscador de oro, se cierne la ganga y queda lo dorado. Así, en este reso­ nador podemos encontrar el momento y el instante para purificar toda la potencialidad perturbadora de la que puede ser portador cada hombre. En este sentido está en la misma dimensión que la estructura sinuosa y el centro más elevado.

88

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

En su luz también se encuentra la posibilidad de activar el sentido virtuoso del ser, con lo cual, tiene el resonador la doble función de filtrar lo impuro y de resaltar lo puro. Nótese como la estancia de la barrera —en el caso de la vía prece­ dente (TOUMAI)— se encontraba en la tercera estancia: YAOYANGGUAN, lo cual implica el misterio de la energía original, mientras que en el caso del soplo conocido, la estancia de la barrera se encuentra en la esfera del cuatro. De esta forma se distingue, por tanto, también, en las estancias — según el lugar que ocupe— la naturaleza del fluido de luz que transporta. Sus coordenadas de proyección se encuentran a 2 cun por encima del borde superior de la sínfisis del pubis y su acción sanadora tiene una doble vertiente. Por una parte tiene una función preventiva, en cuyo caso se actuará con moxibustión indirecta a un ritmo anual. Y una acción de la virtualidad del sujeto, en cuyo caso se actuará con el elemento transmutador en posición perpendicular, debiendo de implantar esta acción por espacio de al menos media hora, con intermitentes manipulaciones de rotación y, posteriormente, moxibustión indirecta hasta conseguir la sensación de profundidad del calor. SHIMEN: 5RM: "puerta d e la p ied r a sonora". En este lugar se deposita la luminosidad del agua que ha sido depurada en el resona­ dor anterior, si bien, de no haberse producido la purificación en toda su dimensión, pueden aparecer elementos contaminantes que aumentarán su potencialidad de aparición ante situaciones del exterior que actúen como factores desencadenantes. Pero en el sentido más estricto y fisio­ lógico del término, la puerta de la piedra sonora es el lugar alkímico por excelencia del agua en su manifestación más pura, en donde su caudal es sonoro, es decir, se mueve; y en donde a su vez —como lugar de piedra de luz— se activa la potencialidad del arte-belleza del que es portador el ser por su origen celeste. Sus acciones se correlacionan con el sentido trascendente de la acti­ vidad del ser, de tal manera que este resonador se convierte en custodio y manifestador de esta característica. Cuando el ser disminuye por los elementos contaminantes esta fun­ ción, el agua tiende a estancarse, el sonido tiende a perderse y el sentido trascendente del quehacer, así como la percepción de la belleza y el arte, se dejan de valorar y el sujeto adquiere un carácter pragmático e indiferente ante todo aquello que nutre su espíritu en el sentido de lo inútil, pero que constituye el verdadero alimento que da sentido y alegría a su corazón.

89

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

El carácter se suele hacer huraño y refunfuñón, y nada parece gus­ tarles, nada parece llamar su atención y a todo le suelen encontrar alguna dificultad... ¿verdad que conocen a más de una persona así? Sus coordenadas de viaje se sitúan a 3 cun por encima de la sínfisis del pubis, y la acción sobre el mismo se concretiza en la inserción perpendicular del elemento transmutador con una manipulación lenta y suave que retira y profundiza la aguja, mientras realiza giros a derecha e izquierda como si estuviera horadando el terreno, como si estuviera bus­ cando lo auténtico. Cuando acontece la sensación del despertar del QI, la acción queda concluida y se retira con suavidad —insistiendo en la mani­ pulación rotativa— la implantación del metal. QIHAI: 6RM: "m ar d el soplo". La puerta de la piedra sonora da paso en su brillantez a el mar del soplo, lugar en donde aparece específicamente el soplo con la más genuina expresión del representante de las aguas ante­ riores en el plano de la realidad, como lo es el MAR. Es el lugar donde podemos reunir el instante más culminante de las aguas posteriores y, en consecuencia, en donde se puede "conectar" la realidad del ser con la realidad estelar, partiendo de su propia estructura organizada. Con unas coordenadas de localización que se sitúan a 3,5 cun del borde superior de la sínfisis del pubis, sus acciones se focalizan en la implan­ tación transmutadora y en la moxibustión aplicada sobre la espiral de tras­ mutación, de tal manera que después de la puntura rápida y precisa, se coloca la antorcha sobre el mástil y se hace, por la acción del fuego, la trans­ misión del QI estelar que a la vez manifiesta su conexión con la sonoridad del universo a través del humo que emana de la combustión bautismal. Cuando el hombre pierde la capacidad del mar del soplo, su estruc­ tura se avejenta, su cintura se debilita, su esencia se pierde y su inquietud aumenta. No tiene lugar claro de asiento y todo lo pone en entredicho, sumándose a la primera novedad y cambiando permanentemente sus planteamientos. Su perseverancia se ve enormemente disminuida y su ansiedad por la consecución de un logro le hace consumirse progresiva­ mente a la vez que se muestra pusilánime emotivo, violento y ansioso. YINJIAO: 7RM: "cruce de los Inn". Es el lugar de encuentro con las vías de luz de los fluidos del Hígado, Riñón y Bazo. Desde esta luminaria se expan­ den las consignas de la herencia en el sentido de la decisión, la reflexión y la responsabilidad, de tal manera que la función de YINJIAO se nos presenta bajo el prisma del agua que riega el comportamiento testimonial del hombre.

90

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

En la medida en que este riego es deficitario, la reflexión se hace obse­ siva, la decisión se hace duda y la responsabilidad se convierte en miedo. Las acciones sobre este resonador se realizan bajo la acción de la moxi­ bustión indirecta, la cual incide sobre el lugar de sus coordenadas, a 1 cun por debajo del ombligo, aproximándose rítmica y puntualmente sobre el reso­ nador y realizando posteriormente giros a izquierda y derecha hasta hacer la última aproximación, puntualmente, sobre este concentrado de luz. SHENQE - QIHE - QIZHONG: 8RM: "puerta del palacio emocio­ nal, del ánimo, del espíritu", "fusión con el soplo", "alimentación con el centro". Sus coordenadas son toda una sugerencia pues quedan cons­ tituidas como señal indeleble de una extraña y excepcional vivencia que realiza el ser en la caverna oscura del principio femenino. Su oquedad siempre original y distinta —como el artesano que modela el vidrio— es la huella de todo un proceso evolutivo del amor pensante del Principio. Las acciones sobre su vacuidad hacen despertar al hombre a su retorno presente, así como le reaniman a continuar en su existencia, como también a restablecer la emoción en su lugar preciso, haciendo del sentir una invocación templaría que le hace reconocer la posición de dignidad de su ser y la aceptación de que es el enamorado del PADRE. Las acciones sobre este cuenco se realizan en primer lugar a través de la presión mantenida del pulgar, para después pasar a llenar su oque­ dad con la sal como elemento de vida y depositar sobre ella el fuego puriñcador que, en su combustión, eleva la plegaria de la forma en un canto de armonía sinuosa que marcha hacia la dirección de "Lo Eterno".

91

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

SHUIFEN: 9RM: "división de las aguas". En la línea ascendente, a un cun por encima del ombligo. Y en el génesis se cita, en un momento de la creación, que separó las aguas anteriores, a las que llamó firmamento, y las aguas posteriores a las que llamó mares... Al igual que tiempos atrás, en el octograma de FUJI se des­ cribía el Cielo anterior y el Cielo posterior... En SHUIFEN las aguas —como expresión de la esencia de la vida— encuentran su punto de comunicación y, en consecuencia, en este resonador se hace posible la casual coincidencia de los dos focos acuíferos entre los que se encuentra el hombre. Representan el instante de conversión hacia lo alto y hacia lo bajo, haciendo posible que el agua alkímica del ser se funda en una sola realidad trascendente. Sus acciones quedan definidas por la posición antes descrita, de tal manera que en todos aquellos trastornos en los que el agua no fluye con naturalidad, SHUIFEN constituye el punto de anclaje para poder encauzar el estancamiento. Su aplicación en la puntura tiene el proceder de situar cada agua en su lugar y de dejar un fino hilo sutil que permita la continua renovación. De esta forma, el desarrollo de la ancestralidad del ser tendrá la posibilidad de reencontrarse con sus antepasados y estar en disposición de encauzar el débito con el que acudió a este paradisíaco planeta. Si las acciones se realizan a través de la moxibustión, estaremos ante la posibilidad de alkimizar las aguas posteriores, de tal manera que el ser contemple su existencia según el curso natural del agua, y así pueda simbiotizarse con el medio con la naturalidad de un camaleón, con la destreza de la caída de una hoja de otoño y con el sortilegio de un sueño de verano. Sin desdeñar ningún lugar de su paso, sin juzgarlo, y siendo siempre un agua de vida, servidor de lo sediento, testimonio de alegría y generador de vida. 10RM: XIAWAN: "granero inferior". Dando continuidad al reso­ nador anterior, a un cun por encima de éste, se encuentra el valle fértil que, con la humedad adecuada, sabe guardar el grano, sabe madurarlo en tiempo útil, sabe su momento de utilizarlo germinado y sabe el momento de reservarlo para sequías prolongadas. Es el espacio del ser en donde la llegada de cada aporte nutricio se considera la mejor oportunidad para obtener de él la esencia generadora capaz de mantener el hálito y con­ servar la función de la forma. Se constituye en el fogón inferior y es, en consecuencia, la marmita que en cada hogar siempre está dispuesta para cualquier imprevisto o cualquier invitado... así ningún peregrino podrá marcharse sin llevar algo caliente... en su corazón.

92

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Cuando este acontecimiento se ve dificultado, el hombre se debi­ lita, su gusto en el sabor se hace torpe y sus "gracias" por el alimento se hacen olvido. Su humor se vuelve taciturno, sus noches incómodas y sus iniciativas pobres y estériles... Es semejante a un campesino que en tiempo próximo de sembrar ha perdido sus semillas... Mira con nostalgia la tierra, observa con temblor sus manos y medita entre lágrimas y suspi­ ros, con su mirada al Cielo... Y después de un "¡Ay!" mira hacia atrás, a su prole, que le pide sin palabras un retoño de campo florido... Y ahora su ¡Ay! se hace mirando a la tierra... Y empuñando sus dos manos, incrustán­ dolas en el pecho, se promete al Cielo y a la Tierra que nunca más volverá a ocurrir lo sucedido... Plantará las escasas semillas débiles como espigas pasadas y con la ternura de una caricia, las cubrirá con la mejor tierra que encuentre a su paso; posará suavemente su mano para dar el aliento y suspirar un perdón, y así poder volver de nuevo su mirada y sonreír a los que le miraban con temor, y señalarles con el índice y un grito, el lejano y cercano firmamento. ¡Calor! ¡Calor! ¡Calor! es lo que necesita este campo. Calor sin brasa, calor húmedo de rocío mañanero. Calor de lágrimas transparentes que tan sólo precisan una fugaz lluvia insignificante. Calor, calor, calor de cuidado cauto que se aproxima y se aleja con suavidad para hacer fértil lo que era infecundo; para hacer flexible lo que era rígido; para hacer retoño lo que era enano; para hacer de un marrón, un verde grácil, tierno y sua­ vemente enamorado. 11RM: JIANLI: "m ed id a establecida". Un cun más hacia arriba, la medida establecida hace referencia al justo alimento de la forma, a la justa cantidad del deleite, a la exacta medida de la necesidad, a la impecable medida establecida por la Providencia para cada uno de los seres, para que éstos sean la llama adecuada que ilumine su justo espacio y se haga cóm­ plice de todas las demás luminarias y se conviva en la justa claridad cre­ ciente... Una cucharada de más es una ofensa, una de menos un castigo... Una caricia de más no es sentida, una caricia de menos es un chantaje. La medida establecida se encuadra, en consecuencia, en toda la estructura del ser para que todo él establezca sus verdaderas necesidades y haga de su cuerpo un templo pulcro, suficiente, adecuado y ... complaciente. Cuando el hombre pierde esta función: ACUMULA o ANSÍA. Se hace un depredador de ilusiones y posesiones, las cuales defiende con porfía. Se convierte en heredero y en heredador de bienes, en conservador de patrimonios y en cultivador de gananciales. Necesita de protectores,

93

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

perros, alambradas y guardianes. Sus inquietantes desmedidas no le dejan atraparse en una sonrisa, no le permiten escuchar unas palabras de ilusión, no le dejan marcharse con el aroma de una fantasía y menos aún dejarse seducir por una caricia... ¿Qué hará y qué pensará cuando, en el reducido lecho de una tierra oscura, contemple su desmedida? ¿Cómo podrá seguir controlando su afanada fortuna? ¿De qué le valdrá haber previsto lo que imprevisible es? ¿De qué le servirá tanto afán desmedido en su inevitable viaje hacia el olvido? ¿Con qué rostro se presentará al que le aguarda espe­ rando verle desnudo? ¿Qué vergüenzas sentirá cuando nada pueda ofrecer y descubra que jamás, que jamás nada le han pedido? ¿Habrá algún sitio en el infinito universo donde se pueda refu­ giar? ¿O tendrá que reconocer que su desmedido afán por no aceptar la medida justa —que el Amor Eterno había establecido— fue una soberbia por suplantar lo que en dones precisos le dieron y por querer continuar salvaguardando lo que no le correspondía?... Así será inevitablemente... aunque si, en su soberbio orgullo, aún tiene la fuerza de tratar de con­ vencer a El Amado desnudo... tendrá que volver de nuevo a sus viejas y recalcitrantes posesiones, pero ya lo hará en inquietud constante pues... el reflejo luminoso del DESNUDO se habrá incrustado en su corazón y en algún momento, en algún instante, contemplará la inutilidad de su des­ medido afán acartonado. No es difícil acertar quienes son los candidatos para redimir tal situación... Y así, con la cautela de un lince y con la certeza providencial de lo que acontece, el sanador impondrá su pulgar providencial sobre esta estancia y presionará hasta llegar a producir un ligero dolor... varias veces... quizás, quizás, después de varias ocasiones el desmedido afán esta­ blecido empiece a ver, escuchar, saborear y perderse en un perfume. 12RM: ZHONGWAN: "granero central". En la continuación de la vía ascendente de la ancestralidad, a cuatro lugares desde el ombligo, se ubica el centro rector que coordina la realidad de la forma. Su depósito es ilimitado, pues habita en el espacio curvo y ello le da la expresión de ser la simiente y a la vez la leña que mantiene el fuego sagrado del templo de la forma. Hacia él llegan todos los elementos que pueden ser emisarios de una dignidad capaz de salvaguardar la posición del hombre en el Universo. Se trata del equiva­ lente de la luz de la totalidad en su correspondencia con el hombre. Cuando estas funciones se ven infravaloradas o distorsionadas por los afanes y anhelos del deseo, su fuerza alkímica, salvaguardados de la evolución de la forma, se hace turbia y espesa, perdiendo así la serenidad

94

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

de su estar y asumiendo la sola función de ser un tránsito inconsciente del maná del sabor. El hombre se vuelve quejumbroso y contradictorio, se hace prag­ mático y productivo y consume, así, la posibilidad de mantener su figura bajo el lema de lo "excelso", obligándose de esta forma a empobrecer el empuje transformador del fuego y tempranamente debilitar su exterior y empobrecer su interior. De la misma manera, su función de coexistencia como calor de conjunción se hace débil y sus texturas pierden el brillo, la lozanía y la calidez de un terciopelo. Paulatinamente se arruga como un viejo papel y pierde los espacios que eran reposo de caricias y besos... Tan sólo quedan lugares para la compasión o la caridad que confinan al inminente final en una residencia de acartonados seres que aguardan, con desesperada inquietud o con el abandono de cenizas sin fuego, la partida obligada hacia nuevas texturas. Cuando sobre él se actúa, se muestra amplio y generoso, recibe con agrado la mano cálida y acepta con virtud el calor o el hálito que le aliente, así como también, la impronta que le remita hacia el mundo de las infi­ nitas formas en busca de la eterna lozanía que haga, de toda su inmensa extensión de bellos combados, un lugar de reposo propio y de amantes caricias interminables. 13RM: SHANGWAN: "granero s u p e r i o r La ascensión del fuego que se cimbrea en espiral llega a aposentarse de nuevo en el medio, a un paso por encima del granero central. Es la primera chispa que acoge con intrépido afán lo fríamente tibio que no se atrevía a pasar, lo envuelve en un sortilegio y le hace girar y girar hasta que el calor se va generando como en un interminable vals, y lo que era torpe y hosco al principio, en manos de tan certero galán, se hace un idilio de rapto y nada queda ya indiferente o inseguro. Los dos se pierden en la fuga de una mirada, en la fusión de un abrazo; sin dejar de mover sus compases se precipitan a la caída libre que busca la curva de la eternidad. Cuando esta fusión de chispa de primera llama no se produce, no hay espacio para el tránsito, no hay lugar para el latido alegre del corazón. El encuentro de estos dos amantes furtivos se convierte en un obstáculo, como si de familias reñidas se tratara. Se diría, en ambientes de cortes, que no es un encuentro que favorezca al rey. Sin duda sus consejeros, guiados por la envidia, asesoran mal al monarca; se conturba la paz del palacio y tratan de expulsar a un teórico enemigo.

95

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

El príncipe suele ser el sospechoso; se duda de su rango y de su realeza; todo parece mostrarse como un amor imposible o como una pér­ dida de la dignidad de la princesa. Llora desconsoladamente, apagando la fogata de su amor, y termina por aceptar el destierro del recién llegado hálito de amor en beneficio de la calma y del sosiego de las residencias palaciegas; para que así el monarca pueda sentir, con el aplauso de sus concubinos envidiosos, el ejercicio de su poder. Todo el reino vive este acontecer conturbado, como un dolor hondo y punzante que atraviesa el tronco de su árbol de vida. Se pierde la alegría del banquete y la fiesta, se olvidan las festividades del sagrado ayuno y se asume la frialdad de un invierno que siempre se hace crudo y que termina por hacer del reinado un pueblo famélico, triste y arruinado. ¡Ay, cuando llega el primer encuentro! No dejes que se pierda en un lamento; recógelo como la primera flor de primavera; escóndelo si es pre­ ciso; mira su aroma y toca su textura; agárrate a él como clavo ardiendo para que, en tus huellas, además de las líneas de tu destino, haya otra marca indeleble que te recuerde a ti y a todos, el verdadero camino.

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Remediar estos eventos no es fácil cuando el monarca anda por den­ tro. Habrá que recurrir a su magnanimidad y al buen hacer de sus latidos en el tiempo. Así, no escuchará las palabras lujuriosas de sus consejeros envidiosos y sabrá ver, en la princesa del fuego, esa danza de fuego ígneo que haga de su reino una fogata de luz, en el que el espacio del palacio se haga de paredes de amores aguerridos, de soles encendidos, en donde sólo es posible respirar un arrebatador amor. HABRÁ QUE IMPLORAR A LA PROVIDENCIA PARA TAL ACONTE­ CER y, en un primer momento, habrá que exhalar un cálido aliento sobre el espacio de su encuentro, para enseguida posar la mano en su oquedad y, de inmediato, con la intención más enamorada, imponer la lanza de la conquista que haga del ser un emisor aguerrido de conquistas y exhalante de eternas aventuras. 14RM: JUQUE o XIN MU: "la gran p u erta del p a la c io d e los sen ti­ m ientos". En el espacio del medio, a una distancia del extremo del ester­ nón, se concentra la puerta del gran palacio del que antes hablábamos. Es la estancia en donde el monarca recibe a sus íntimos invitados; es un lugar de transparente rosa aterciopelado; es un espacio en el que sólo se aprecia la puerta. No tiene paredes, ni techo ni suelo, pero sólo es posible entrar en su interior a través de la apertura de esa puerta. Allí el monarca acude puntualmente cada día, desde el instante de su despertar, a la cita. Aguarda con paciencia el sonido del primer golpe que resuena en toda la estancia, como producto del aldabonazo del sen­ tir que llega a despertar, a aclarar y a iluminar el ánima del emperador. Con sólo sentir su sonido, el monarca da la intención de que la puerta se abra y así esos sentires, indecisos al principio, transvasan el umbral y se concentran ante la imagen vacía y receptora del emperador que, adornado con sus mejores galas, extiende sus manos para dar la acogida al visitante. Éste no duda en precipitar sus buenas nuevas al corazón del impe­ rio y convierte la acogida cálida del emperador en un palpitante llenado de vacíos. Toda la sala se llena de suspiros. Toda la sala se llena de jadeos sonoros que se escuchan más allá de la eternidad. El visitante se funde con la corona real y transfigura al emperador hasta convertirle en un dragón volátil que se pierde en techumbres inexistentes y que vaga en la eterni­ dad como insaciable raptor de nuevos nacimientos. Su apariencia ya no puede volver a ser como antes. Ahora, el dra­ gón del infinito atiende la llamada de la puerta y acoge a cada invitado

97

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

con el calor de su exhalante aliento y, en un arrullo que como arrollo se contornea, se hace fértil el allegado, e inconmensurablemente más infi­ nito el dragón. Cuando esta circunstancia no acontece, el emperador acude a su cita cargado de asesores, rodeado de consejeros que le dictan en cada momento la conveniencia o no de recibir al recién llegado. A pesar de los esfuerzos por rescatar su identidad, el emperador no logra zafarse de los lógicos prejuicios de sus consortes consejeros. Y así, audien­ cia tras audiencia, el emperador se retira con la tristeza de la soledad, con la imposibilidad de un encuentro vital y con la palmada vil y depredadora de los que dicen bien quererle. Tristes transcurren los días en palacio. Melancólica es la mirada del monarca. Y quisiera gritar, pero resultaría improcedente; y quisiera escapar, pero su seguridad se lo impide. Quisiera ser mendigo pero su dignidad no se lo permite; quisiera renunciar a su trono pero su sanguinidad no le deja. Tristes reinos son los que no atienden a la llamada de esta puerta. Tristes rei­ nos los que se dejan seducir por consejeros de culturas estériles y de morales corruptas, que sólo viven de la envidia y de su propia inoperancia. ¿Cómo liberar a un emperador del gozo de ser un dragón en fusión con la princesa de sus sueños? ¿Cómo introducirse en palacio sin ser visto y poder llegar a la mirada del que busca afanosamente el amor de la eterni­ dad? Sólo un milagro puede tentar tal osadía. Sólo el inesperado momento del sortilegio puede hacer que, en un paseo rutinario por jardines de palacio, acontezca algo insólito y a la vez sencillo que haga recuperar al monarca la firme decisión de reclamar para sí lo que no necesita consejo, sino que sólo necesita la apertura decidida, convincente y exhausta de su propio corazón. EL MILAGRO ES POSIBLE. Y así, cuando nadie lo esperaba, al evocar sin ninguna pretensión el monarca sus cuitas, la mano inocente del sanador milagroso, que caído de la providencia llega, presiona con suavidad con la oquedad de su mano, para mitigar el palacio de sus fatigas y hacerle despertar a la realización de su instinto, en apariencia imposible. De inmediato el brillo de los ojos opacos se hace turbio y rutilante, a la vez que una incipiente alegría inunda la mueca de sus labios. Y con pres­ teza y agilidad, y con la misma naturalidad de la primera mano, la acción providencial cambia su imposición por la presión rápida y decidida de la obra de su mano en su pulgar preciso, y presiona en vertiginosas vueltas, hacia un lado y a otro, hasta despertar un ¡AY!, de quejido y de esperanza,

98

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

que abre la luz de la convicción profunda de que el emperador es el here­ dero de los decretos del Cielo. Y a él corresponde la fusión con los sentires. Y de él depende el despertar a su dragón. Los consejeros huyen despavori­ dos, los asesores y pitonisas se esconden en los últimos rincones del reino, mientras el monarca exhala en un grito atronador: ¡AQUÍ ESTOY!... 15RM: SHENFU - JIUWEI: "reunirse en el com ienzo", "depósito e m o c i o n a l El ascenso continúa hacia el centro invariable. Esta mansión celeste se sitúa a un cun por debajo de la unión entre lo duro y lo blando del esternón. Raptado por los invitados que transvasaron la puerta, el dragón viaja para reunirse en el comienzo de sus sentires e inmiscuirse en el depósito de la emoción de la creación: un suspiro de amor del Eterno. Cuando el ser convive en esta estancia se sabe eternamente amado e inconmensu­ rablemente tejido. Entra en la crisálida inmortal en donde se gestan las emociones imperecederas y en donde florece la eterna primavera. Ningún acontecer que no sea la propia actividad de la crisálida, puede distraer su atención. Late al ritmo de un respirar fluido que va armando sus alas y que le convertirá en un dragón alado lleno de cambiantes colores, que irá dejando tras de sí una estela de aromas inconfundibles, inolvidables, imperecederos... ¿Quién quiere seguir esta estela? "Reunirse en el comienzo" es estar en un permanente comenzar, y éste es otro de los aspectos que se destilan de este resonador. Sus acciones predisponen al ser a vivir sus aconteceres de una forma invariablemente novedosa. De esta manera, sus capacidades creativas se sitúan en las esferas de lo imprevisible y entran en la espe­ ranza que se deposita en una emoción renovada. Las acciones sobre este resonador se materializan en la aplicación de calor que, de forma indirecta, va a hacer hervir las posibilidades del inicio y, en este sentido, puede ser considerado como un resonador de "punto de partida" a partir del cual se irían gestando las diferentes actividades tera­ péuticas. Es la acción renovadora de la herencia del ser que, en su capaci­ tación, por la impregnación de la energía original, se abre hacia un destino capaz de realizarse con todas las inconveniencias que éste pueda tener. Consecuentemente, estará indicada su aplicación en aquellos esta­ dos de sufrimiento en los que no se acepta el deterninismo de la enferme­ dad como una parte inherente a la evolución del propio ser. Esta situación colocaría al hombre ante la posibilidad de dar realización a su deber sin que la enfermedad constituya un obstáculo.

99

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

16RM: ZHONGTING: "pabellón central". En el camino ascendente de la energía ancestral, ésta llega al espacio que se sitúa en el universo entre el tránsito de lo duro y la flexibilidad de la última medida de su daga de sacrificio. Se trata de un nuevo encuentro en el que emerge un centro, que se hace heredero del ritmo acompasado del viento en su relación con la per­ cusión de su tambor central. En otras palabras, se trata del espacio de luz que regula el alimento del prana celeste con el alimento de los sentimien­ tos (corazón-pulmón). Es como el lugar de encuentro entre el príncipe y sus ministros. Es la sala de protocolo en donde las apariencias no engañan sino que todo se hace bajo el sentido impecable del rito, de la transfigura­ ción y de la purificación. Cuando esta conjunción no se hace de forma respetuosa o bien cae en la monótona actividad protocolaria, el ser entra en contradicción entre sus pensamientos, como recuerdo, y sus sentimientos, como realidad pal­ pitante... Y así, su respiración se vuelve entrecortada, sus suspiros son constantes, su corazón se vuelve trémulo, indeciso y desganado, o bien, ansioso y crepitante como un buscador de oro. En estas condiciones, el ser se vuelve fatigoso, quejumbroso y entra en un recuerdo nostálgico en donde sus tambores han perdido el ritmo. No está dispuesto a asumir el papel que le corresponde en la sinfonía de la humanidad; desea cambiar de instrumento; quiere tocar otra melodía; aspira a ser director; le des­ agrada el público; quiere más aplausos... Cuando la intención sanadora se concentra en esta situación, el equilibrio de esta luz se hace como la llama de la lámpara de un celemín: suave y ascendida, tersa y sonrosada, sin humo, con claridad pero con la suficiente penumbra que sólo deja ver la virtud y la ternura de los labios temblorosos de los amantes que se buscan. Así, cualquier instrumento que utilice en la sinfonía de su existencia resultará el más adecuado. Así, su posición de impecabilidad le situará en un contagio salpicante que haga que cada miembro de la sinfónica rescate el gusto por la existencia... Así, el público entendido y el no entendido, jadeará con sus tambores palpitantes hacia un éxtasis distendido que haga romper, en la culminación de la melodía, en un ¡bravo! ¡bravo! ¡bravo! de interminables aplausos... Así, cada espectador dejará de ser espectador para ser siempre el solista indispensable que da brillo y resplandor a una melodía...: LA DE LA VIDA. Las acciones que sobre esta resonante y tenue luminaria se pue­ den realizar son semejantes al lacre rojo con el que se cierra una misiva:

100

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u l a n t e d e l A g u a

caliente en su principio y pétreo y duro en su culminación, pero sin duda con el distintivo, claro, del remitente. Como firma de analfabeto, el sana­ dor apoya su pulgar para sellar la misiva ardiente de un enamorado eterno que vive para sus versos, sus versos que no escribe por su incultura, pero que están impresos en la huella de su sello. Presiona y presiona con la insistencia de un depredador, hasta que depredado y depredador se hacen uno con un quejido, con una profundidad, con una necesidad de aliento, porque tanto verso fundido ha conmovido su corazón. 17RM: SHANZHONG, TANZHONG: "Centro del p ech o , centro d e la sinceridad". Desde el centro anterior se accede a un nuevo centro que se sitúa, además, justo en el centro del pecho, en la línea media interma­ milar. Y que se define en su nombre como la expresión del más sutil verbo interior de las convicciones del fuego ascendente del corazón. Es el canto del ancestro que asume, con devoción y adoración, la continuidad en lo eterno a través del maestro, haciéndose una sola mano con él y abriendo sus cavidades a un incesante vacío y plenitud que le hace sincronizarse con el latido lumínico del universo. Es la oportunidad que brinda la creación al ser de poder entregarse con la convicción de ser permanentemente atendido, escuchado y, por ende, guiado hacia las puertas de "Lo Sagrado". Cuando esta realidad no se cumple —y esta posibilidad resulta hoy casi insólita— el ser exclama, desde el silencio de su eco: ¡Ay, si pudiera decir lo que siente mi pecho! ¡Ay, si pudiera expresar lo que vibra en mi corazón! ¡Ay, si pudiera existir con la presencia certera de quien me escuchara sin que mi ser se ruborizara! ¡Ay, si pudiera dejar libres mis manos y ser una prolongación del latido de mis amores! ¡Ay, si pudiera decir con mis ojos y mis ardores lo que tantas veces siento y me conturba! ¡Ay, si no tuviera que consumirme en las apariencias! ¡Ay, si el volcán que soy pudiera entrar en erupción, y dejar tras su paso la tierra fértil de mi proyecto! ¡Ay, si me atreviera alguna vez a ser lo que siento! Qué distinto todo sería... Pero ¡Ay!, mi corazón está lleno de nidos de miedo, de prejuicios y de desencantos... ¡Ay!, qué imposible y milagroso me resulta ser un encanto.

101

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

Ante esta situación de humanidad incierta, de flores cascadas casi marchitas, ¿cómo reavivar el rojo pétalo de la rosa caduca? ¿Cómo reto­ mar el aroma furtivo que nos guía hacia la fantasía y el sortilegio? ¿Cómo poder llegar a ser "el que me pensaron"?...

Te pensaron de alabastro transparente y flexible. Te pensaron pulsando en el latido de un jadeo. Te pensaron viajando cual vagabundo sin escobas ni trenes. Te pensaron con una sonrisa, con un parpadear sediento Y con unas manos que nunca tuvieron dedos, sino que fueron manantiales. Te pensaron con unas piernas que nunca fueron tales, que fueron raíces de viento, sibilantes, sugerentes y cadenciosas. Te pensaron con sentidos transparentes, oquedades de nubes que dejan traslucir el último rayo del ocaso. Te pensaron de piel tan tenue que con tan sólo moverte te desvanecías. Te pensaron con pechos sedientos, que en volcanes se convertían. Te pensaron como una estrella fugaz que nunca se consumía. Te pensaron como el mejor adorno de un infinito universo. Te pensaron como el mejor sonido para la llegada del gran invitado. Te pensaron como el mejor perfume para la perfecta seducción. Te pensaron como la mejor voz a la que tenía envidia el viento. Te pensaron tanto y tanto... Que es difícil creer que ahora seas tanto desencanto. Por todo ello lloran los Dioses con parpadeantes luminarias cada noche. Por todo ello sus ojos están empañados por el sol de cada día.

102

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Por todo ello guardan un silencio cautelar sobre cada ser; conteniendo la desesperación, reteniendo la inmisericordia, ahuyentando la justicia. Por todo ello dejaron caer la tierra, para que el peregrino rebelde retomara su rumbo entre lluvias, ríos y mares; entre pozos, riachuelos y manantiales. Por todo ello la tierra se hizo fértil y el inmediato cielo se hizo azul, para guardar así la esperanza de que un día todo se abra y vuelva a ser lo que de él se pensó.

Esta huella indeleble que hace de eco de tambor, necesita de la llama ardiente de un guía previsor, y así, con el fuego y el calor, se accede a este universo para avivar el recuerdo de lo que de él se pensó.

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

18RM: YUTANG: "palacio (reunión, sa la ) del jade". Continúa la ascensión de la energía hereditaria un paso más hacia arriba, en el medio, y el viajero se encuentra con el "palacio del jade". En esta estancia la luz alcanza la luminosidad y la grandiosidad de un palacio, cuyos muros y almenas están todos tallados en jade. Es, sin duda, la imagen evolucionada de una luz que se hace regia, que se convierte en tornasolada y que implica, en la estructura formal del ser, el acceso a la primera estancia de la dignidad. Estancia que se constituye en el reflejo luminoso de la luz del universo. Su función en la totalidad de este universo humano es la de ser el asiento de la purificación que hace digno al hombre ante la Fuerza Crea­ dora. Aquí reside la primera estancia de los Dioses, el primer lugar donde lo impuro se hace puro, donde el pensamiento se hace ideal y la reflexión se hace donación. Cuando el hombre pierde esta posición, considera su estructura como algo finito, caduco, y sujeto a la evolución de la estructura. Se siente completado y asume su herencia como algo inevitable y dependiente de sus progenitores. Así, las posibilidades especulativas de su intención se quedan ceñidas a un habitáculo estrecho, que está permanentemente sometido a las codicias del exterior. Se refugia ante los otros; se vuelve medroso, desconfiado y huraño, estableciendo así, una relación hacia el exterior cargada de prejuicios y de susceptibilidades, haciéndosele extre­ madamente difícil generar y ser generador de confianza. Cuando esta situación se establece, la restauración hacia su esen­ cia se hace posible a través de la sintonía de la alkimia del metal que, en posición ligeramente oblicua y descendente, trata de recoger la sinceridad afectiva de su corazón y llevarla a la dignidad de la convivencia en un palacio. El milagro se puede producir en cualquier instante. Y el men­ digo puede sentirse en su choza como en el mejor palacio y el desposeído puede vivir su pérdida como la mejor ganancia para estar disponible sin ninguna renta. 19RM: ZIGONG: "palacio del púrpura". Un peldaño más en la ascensión en el centro y el tornasol del jade se convierte en un palacio purpúreo que recoge la esencia de la profundidad hermosa de los mares a través del coral frondoso que adorna el azul de las aguas. Es la estancia en la que la dignidad se eleva al grado de un respeto inmaculado hacia todo lo existente, sin desdeñar ningún objetivo y haciendo convivir su ser bajo la estela del color, que es como seguir la estela del viento. Es instalarse en la alianza entre el Cielo y la Tierra. Es estar en disposición de ser el dig-

104

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

natario elegido y, en consecuencia, el receptáculo de la esencia del Cielo. Es el instante en el que el recuerdo de la profundidad de la oscuridad de la caverna inicial, adquiere su máxima transparencia y todo lo profano y mundano pasa a ser insustancial, innecesario y trascendido. En una caverna me gesté Y en un túnel oscuro emané. Con un grito de oscuridad exhalé mi primer aliento. Con un gozo de aspiración, recibí mi primer alimento. Con una progresiva claridad distinguí la silueta. Con una insinuante insistencia, perfilé el color. Y con una fantasía de un cuento inagotable y verdadero, alcancé el palacio del púrpura que me dio el sentido trascendente de descubrirme como uno de los elegidos por el Cielo. Cuando esta función se debilita, el hombre pierde el criterio de cali­ dad; rebaja sus niveles de exigencia; acepta cualquier sugerencia como buena, siempre y cuando le produzca beneficio. Asume la mentira como trato y hace de su ser un canto rodado que rastrea en la sequedad de una cuenca sin agua. Y así se consume en la insustancial cotidianidad, desde la que no alcanza a ver el significado de sus signos. Reinstaurar esta función es un arte sublime, ya que hay que indagar en la profundidad para que todo el ascenso sea renovado y convertido en una realidad trascendida. En este proceder, la alkimia de la tradición se dis­ pone a posibilitar el milagro de este acontecimiento imponiendo el pulgar providencial en giros incompletos de medio círculo que, presionando en profundidad desde el comienzo, se proyectan hacia la siguiente estancia. 20RM: HUAGAI: "cobertu ra de esplendor". Un paso más de ascenso en el centro y el púrpura se abre como derramado entre las comisuras de una boca radiante, descubriendo el ser que todo su contenido está cubierto de un gran esplendor. Es ese esplendor que, invisible, mantiene la vida en la forma concebida y, a la vez, es el esplendor que guía a la función con­ formada hacia la siguiente estancia: la perla de las estrellas. Se dice que el cuerpo áurico es el producto de la emanación del contenido energético-espiritual del ser. Sin duda, esta es una visión con­ templada desde la perspectiva del hombre. Si se le contempla desde la

105

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

perspectiva del Creador, esta cobertura de esplendor no emana realmente de él sino que es el soporte constitucional que mantiene al ser en las dimensiones de un hacer concreto, para alimentarle y donarle de los atri­ butos necesarios para que cumpla su necesidad creativa... Poco puede hacer el hombre a este resplandor. Cuando esta cobertura de esplendor se debilita, el hombre entra en la estancia de la quietud, la apatía, la somnolencia, el olvido, la sintonía con el entorno, y la debilidad se apodera de su cuerpo, haciéndolo indife­ rente ante cualquier estímulo externo. Es, en estas circunstancias, cuando el sanador INVOCA AL PRIN­ CIPIO SUSTENTADOR para que siga asistiendo, si así aún es preciso, a la estructura, para que ésta dé un cumplimiento definitorio de su hacer y pueda finalmente marchar sin mácula hacia el camino que este esplendor le tiene deparado. El sanador perspicaz sabe darse cuenta de que su alki­ mia milagrosa —servicio que le presta la Divinidad— debe ser invocado. Y para ello utiliza el resplandor del fuego para hacerse semejante al resplan­ dor de la fuerza y dar sentido a la exclamación que permita que se acepte la voluntad de la Suprema Luz, sin que esto exima de "que no quede nada por hacer" por parte del intermediario Celeste. 21RM: XUANJI: "perla de estrella". Un paso más hacia el centro y la perla de estrella se hace el equivalente a la posición que ocupa en la existencia un ser trascendido, semejante a una estrella blanca y anacarada que brilla en otras dimensiones y que se sustenta en la eternidad por las aguas anteriores que harán de esta perla, hombre ascendido, un aconteci­ miento insólito hacia las demás existencias. Cuando el hombre pierde la dimensión de su estelaridad, el universo se le hace lejano, inaccesible; se materializa en su inmediato terruño, se torna egocéntrico, exigente, y se conforma con el sentido racional de la dinámica de causa y efecto. Su vida gira en torno a lo conseguible, a la posesión y a todo lo que implique un estado de logro personal. Cuando esto, además, no ocurre, su vida se convierte en un fracaso, y contempla la existencia como algo absurdo, inútil e incluso irreverente. Sobreviven por el éxito y supravaloran el don de la importancia personal, así como son muy susceptibles a los criterios y comentarios del entorno, siendo, a su vez, impositivos y dominantes. Cuando queremos rescatar esa posición de perla de estrella, actuare­ mos con el calor de forma indirecta, rítmica y constante, expresando por constancia la posibilidad de realizar al menos siete encuentros consecutivos.

106

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u l a n t e d e l A g u a

22RM: TIANTU: "im pronta celeste". El ascenso se sumerge en el territorio de la forma, en la oquedad que delimita el túnel que marcha hacia la culminación. Es semejante su espacio a la horquilla de un tirachinas desde el que se puede acceder a la fuente incorrupta de las aguas anteriores. En este espacio de universo, la energía ancestral se impregna de los matices de la experiencia de un ser situado entre las dimensiones infinitas del Cielo y las dimensiones finitas de la Tierra. Estamos ante la posibilidad de hacer de esa perla de estrellas una consciencia conformada que abar­ que, en la convivencia, el sentido universal de cada acción. Cuando el hombre pierde la intensidad de esta luz, su ambición de universo se concretiza en el espacio inmediato; se sintetiza en la con­ cepción de que su especie es la única realidad inteligente del universo. El culto a la inteligencia y a los desarrollos de su ciencia le hacen adoptar posiciones arrogantes y actitudes soberbias. Eleva a nivel de culto su posi­ ción descubridora, y valora su trayectoria histórica como la única posibi­ lidad evolutiva dentro del universo que le contempla. Su posición ante su realidad es la "definición" y su palabra de poder es la "objetividad". Sacri­ fica cualquier opción que no se ciña a las normas que conoce y domina, y dogmatiza en sus credos y costumbres considerándose en su micromundo, como "lo mejor" con respecto a los demás. Desarrolla igualmente un alto nivel de competitividad que a menudo le lleva a adoptar posiciones violentas en pos de la consecución y la con­ servación de sus logros. La restitución de la luz de este encuadre energético se realiza a tra­ vés de la alkimia del otoño. En dirección oblicua descendente la sequedad, anuncio de prontas lluvias, se precipita con suavidad por detrás de la daga del sacrificio y ahí queda inmóvil para destilar el alkímico elixir que con­ vierta al hombre en un consciente y abrupto ser estelar. 23RM: LIANGQUAN: "fuente incorrupta". El ascenso ancestral consigue culminar en el otro lado del desfiladero y, siguiendo su sentido de centro invariable, se define como espacio en la senda oculta que con­ duce al sonido del verbo. Lugar de manantial que, incorrupto en el nom­ bre, tiene su equivalente en la forma constituida del ser en las poderosas aguas sutiles que inundan la caverna alkímica de la transmutación del alimento. En consecuencia, podríamos decir que, en la estructura del ser, las aguas anteriores se manifiestan de forma equivalente en la oquedad flexible en la que convive lo duro y lo blando, lo blanco y lo rojo, espacio

107

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

no solamente de alimento de la forma, sino que también se constituye en el vacío insondable del beso profundo. Cuando la actividad de este resonador no vibra en la dinámica de su universo, el agua del hombre —como origen de su ser— se hace corrupta porque tiene insuficiente aliento de la fuente suprema; y el hombre se vuelve espeso, obsesivo, truculento, envidioso y acaparador. Sus afectos se hacen fríos, a distancia y calculados. Es una presa en busca de placer y no un ave en busca de altos vuelos. Se vuelve exigente y se obsesiona por el ahorro, la prevención y la seguridad... No obstante, se sabe deficitario aunque todo lo anterior lo posea, porque es un agua de tiempo y en ese tiempo se agota, y termina secándose en un baño de lágrimas. El rescate de esta fusión de aguas, el llegar a ser parte de la fuente inco­ rrupta de las aguas primigenias, exige una alkimia que, bajo la impronta del fuego y del metal, haga posible la recuperación de las funciones de este universo. El fuego, como fogata de amor, como fuego de fragua, como fuego de horno ardiente, templa casi hasta derretir el metal impenitente... y cuando está a punto de fundirse, se realiza un suave giro en el viento y, con la certeza del sonido de una gota, se deposita en la fuente para hacer de ella un manantial de inagotables gozos. 24RM: CHENGJIANG: "recepción d e los líquidos". Se llega a la cul­ minación. La fuente de luz ancestral se hace evidente justo en el espacio donde se derrama la última gota del último sorbo de un licor. Suspendido está, como la gota, este espacio de luz que se constituye en anfitrión que recibe el líquido del milagro. Ya está todo dispuesto, ya está todo a punto de consumarse. Es semejante a la recepción que hizo la humanidad, sin ser anfitriona, del líquido que emanó del costado del Cristo en la Cruz... AGUA DE VIDA... Es la estancia que hace del hombre un receptáculo en donde la Divinidad derrama sus dones milagrosos. Largo camino es el que aguarda a la forma del hombre en estas vein­ ticuatro estancias hasta llegar a convertirse en una gota de amor enamo­ rada... sublime expresión que es la antesala del rocío antes de que llegue a aposentarse. Sublime e impecable, a la vez que cristalina dimensión de lo que, partiendo de la forma, se hace elixir de vida eterna. Cuando el anfitrión no está presto, los invitados llegan tarde. Cuando el anfitrión no se engalana, los invitados se muestran irrespetuo­ sos. Cuando el anfitrión no sonríe, el encuentro resulta serio y misterioso. Cuando el anfitrión no es capaz de mantener la sorpresa, la reunión se hace estéril. Cuando el anfitrión no sabe aguardar con la misma identidad

108

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

del comienzo, la despedida del último invitado, el anfitrión es, tan sólo, un huésped. Despertar a toda la dimensión de anfitrión, de ser receptáculo de cuenco pobre y vacío, es una premisa ineludible para entrar en la consu­ mación de lo etéreo y apercibirse de la transfiguración de lo formado. LA GRAN OBRA. La gran obra de haber alcanzado la sencilla y pobre vacui­ dad de poder contener una gota vaporosa de misericordia que sirva de luz y de guía en el ascendente camino. El metal, alkimia serena de la quietud, se implanta aguardando el momento oportuno para no desfallecer y no retirar el cuenco. Y todo ello se consigue envolviendo el sinuoso camino de la antena del Cielo con el cálido fuego, que no se siente, pero que llega con suficiente intensidad como para convertir esa gota incorrupta en alimento eterno del sediento hombre de amor.

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

CHONG MAI: Dice la tradición que Chong Mai es el mar de todas las vías... Sin duda no se trata de una expresión a la que podamos seguir su camino de una manera lineal o anatómica sino que, por el contrario, se trata de una expresión que denota otra de las vías del agua en sus movimientos de ascenso sublimado, que transporta fundamentalmente una fuerza de luz que participa de igual manera de las aguas anteriores y de las posteriores. Estamos hablando de una función de luz intermediaria que hace posible la fusión y la interrelación entre el Cielo anterior y el Cielo posterior. La naturaleza de su luz se corresponde con la energía espiritual sen­ sible (EES) y su equivalente anatomo-morfológico estaría representado por la placenta, por ser ésta una estructura que participa simbióticamente con la madre y con el hijo. Con su cara fetal y su cara materna, sirve de intermediación entre las demandas del embrión y las posibilidades de la gestante. Podríamos decir, en consecuencia, que el Chong Mo, con su energía espiritual sensible, equivaldría a una placenta estelar, ya que posi­ bilita la llegada de un reencarnado y luego lo mantiene. Esta energía espiritual sensible (energía sexual) es un patrimonio de la perpetuidad de la especie y sería el equivalente de la expresión de amor de los amantes con la inclusión implícita del amor de la Deidad. En otras palabras, el principio femenino y el principio masculino, para poder llegar a una cohabitación amorosa, precisan de la presencia del amor del Supremo y Éste estaría representado en la placenta. En estas condiciones estaríamos en la disposición alkímica de poder afirmar que la experiencia de amor entre los dos principios se realiza bajo la inclusión de un ter­ cer principio, con lo cual entraríamos de lleno en el misterio trinitario del amor. Quizás ahora se pueda entender con mayor naturalidad, que el despertar a una experiencia amorosa reúne las condiciones de misterio, gracias a la presencia en su seno de la Divinidad. Bajo estos parámetros, Chong Mai, en la expresión de ser el mar de todos los canales, sería el OCÉANO DE AMOR —que bien expresa Kabir— con la particularidad de que se encuentra inmerso en la estructura vital lumínica de cada humano... "El Señor está en nosotros". De esta conceptualización se podría entender el hecho de que, en la sexualidad tántrica, el encuentro entre los amantes siempre está presi­ dido por la figura del maestro, que sería el equivalente más inmediato del que dispone la pareja para hacer presente en su unión el vínculo con la Divinidad.

110

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Su emergencia, como la de todas las vías extraordinarias, surge en el seno del agua y se define en una vía sin sustento morfológico —como ocurre con todas las vías extraordinarias— haciendo recaladas instancias en vías que si tienen sustrato estructural. Su primer encuentro con otra naturaleza del agua lo hace en HUIYIN ("reencontrar al yin"): 1RM. Aquí deberíamos de recalcar que esta primera confluencia se realiza con el agua del Cielo posterior, dando a entender que su confluencia con el Cielo anterior está fuera de la estructura del ser. Por tanto, a nivel estrictamente alkímico, su comienzo no podría aceptarse en el seno del agua del hom­ bre, sino que estaría en el seno del infinito. Por eso el primer encuentro lo hace a nivel de la energía hereditaria, típicamente del Cielo posterior, y no lo hace con la energía original, típicamente considerada como del Cielo anterior. Nos atreveríamos a decir que la vía de penetración del infinito en el hombre se realiza a través de MING MEN ("puerta de la vida, puerta del destino"): 4TM. Desde este primer encuentro realiza su haz lumínico, dos deriva­ ciones: una posterior, que se ramifica a lo largo de la cara interna de la columna vertebral, y una anterior, que sigue la vía del RENMAI hasta la barrera de la fuente: GUANYUAN: 4RM, haciendo desde allí un recorrido a través y en comunión con el canal de Riñón, hasta HENGGU: "esen­ cia vacía": 11R. Continua su ascenso hasta YOUMEN: 21R: "puerta secreta superior" y sigue su ascenso hasta SHUFU: 27R: “el que transporta para ofre­ cer", para finalmente enviar en este ascenso vertiginoso, su haz de luz a LIANGQUAN: 23RM: "fuente incorrupta". Nótese que realiza tres confluen­ cias en RENMAI (1RM, 4RM y 23RM), dando testimonio así de una trini­ dad impresa dentro del propio ser. Vías secundarias de luz se emiten desde HENGGU: 11R, para irrigar los miembros inferiores hasta la planta del pie (origen del canal de R). De igual forma, otra rama, partiendo del mismo punto, llega a GONGSUN: 4B: "ofrenda universal". Por último, una tercera rama, también partiendo de HENGGU, desciende por las piernas y termina difuminándose en el dedo gordo del pie. Es de resaltar en este trayecto como las mismas vías se diferencian claramente en un movimiento de ascenso y de descenso, marcando de nuevo la ESPE cialísima posición de este haz de luz, que participa en su ascenso, como expresión del Cielo anterior y en su descenso, como su participación en el Cielo posterior.

111

A l k im ia .

T ra d ic ió n

y

M ilagros

112

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

YIN OE. YANG OE. La tradición especifica que la función prioritaria de estas vías es la UNIÓN. Esta función de unificar es la que permite alcanzar la unidad de las partes a la vez que respeta cada una de ellas. Uno guía el yang y otro guía el yin. También podemos decir en este sentido que con motivo de esa unión se gesta la IMAGEN, termino que nos conduce a la idea de un diseño definido pero no aislado que permite la identificación de lo for­ mado. Al igual que en las otras vías extraordinarias, no contiene soporte estructural y por todo lo anteriormente citado, se podría definir como la imagen arquetípica del ser. Es el modelador de la forma que, como orfebre minucioso, perfila la estructura de la manera más adecuada para que esta pueda cumplir su función en el seno de la pluralidad en donde habita. Sirve de vehículo a otra forma de fuerza que tipificamos como "EL SOPLO CONFORMADO DE LO ETERNO". Si atendemos bien a esta última sentencia y la llevamos al organigrama energético, descubrimos que los resonadores de apertura de estas vías están definidos en el SANJIAO y en el XINBAO, estructuras de luz intermediarias entre el Cielo, el hombre y la tierra. En consecuencia, el perfil energético desarrolla un perfecto ensam­ blaje en la configuración del ser, ya que, sin desdecir el origen, se instaura en lo concreto. Este planteamiento se ratifica más aun cuando los resona­ dores de apertura son resonadores BARRERA, definiéndose así su función de filtro que permite una diferenciación entre la Fuerza inductora y la configuración definida.

;

113

A l k im ia .

T ra d ic ió n

y

M ilagros

YIN KEO Y YANG KEO: La idea de la tradición nos manifiesta que su función es el EQUILI­ BRIO. Se trata de mantener entre las partes una relación de alternancia en la que el ritmo sea el que conjugue los diferentes elementos y los anime. Constituye la SEMEJANZA del modelo de universo y, en consecuencia, de la fuerza creadora. La característica que define la luz de esta vía se explícita como "EL SOPLO ALENTADOR DEL ETERNO”. Todo ello se corrobora, como en el caso de los OE, por los resonadores de apertura que, de nuevo con su nom­ bre, concretizan lo anteriormente expuesto, y así, el "mar luminoso": 6R, y "el pulso del inicio": 62V, nos hacen referencia a ese aliento que da ánima a la imagen y que permite crear, en definitiva, un nuevo universo...: EL HOMBRE. Resulta evidente que la cita bíblica de que el hombre fue "Realizado a Imagen y Semejanza de su Creador", no es sólo la expresión cómplice de un sistema religioso, sino que encierra un secreto alkímico que, gracias a la tradición de la visión del hombre como un universo, podemos explicitar cuando contemplamos sus funciones de soplo a través de sus vías de luz. Como colofón de estos ocho afluentes lumínicos, estamos en condi­ ciones de redefinir en la alkimia del milagro que la naturaleza de la Fuerza se manifiesta de forma específica y diferente en sus distintas representa­ ciones, pudiendo decir: • TAEMO: soplo primordial • TOU MAI: soplo original • REN MAI: soplo ancestral • CHONG MAI: soplo espiritual sensible • INN Y YANG OE: soplo conformado del eterno • INN Y YANG KEO: soplo alentador del eterno Todo ello se desenvuelve de forma simbiótica, alcanzando su defi­ nida preponderancia en sus vías correspondientes, sin que podamos sepa­ rar unos elementos de otros. Se trata de una perfecta combinación que se interrelaciona y se interdependiza con la totalidad unitaria, aunque se nos presente como entidades individuales y separadas. Todas estas reveladoras posiciones van a configurar un cambio importante en la visión sanadora, ya que nos aparta del modelo conocido de circuitos impresos ajenos a la posición del hombre en la unicidad.

114

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

En la medida en que el intermediario sanador asuma intenciona­ damente esta nueva visión, imprimirá a su acontecer una inducción a la estructura enferma que le permita recogerse en todas las implicaciones que supone su existencia al igual que posibilitar el desarrollo del hombre en todas sus posibilidades, apartándose así de los modelos codificados que pretenden dar a la naturaleza del hombre una posición limitada y limi­ tante de sus verdaderas opciones, separándole, consecuentemente, del modelo universal que él representa... Podría decirse, como culminación, que el intermediario en la enfermedad es un sanador de universos.

115

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Las Actividades de La Forma en el Reino Mutante del Agua

La configuración del ser se encuentra soportada —según la tra­ dición— por los órganos y las entrañas. Es por ello que, de una manera general, vamos a realizar una visión panorámica de ellas con el fin de que puedan ser molde para cada uno de los reinos mutantes y nos sitúen en la dimensión de la verdadera función de tanto unos como otras.

116

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

ÓRGANOS El asiento del soplo vivificante —QI— va a animar a cada órgano bajo una idea que se sintetiza en el ideograma de los órganos (ZANG).

Este complejo ideograma posee, en la parte superior, tres trazos que van a definir la misteriosa función de todos los órganos, de tal forma que los trazos verticales de la parte superior, van a representar al Cielo y la Tierra, y el trazo horizontal va a representar a la Imagen del Hombre. Si realizamos la escritura según indica el ideograma, el primer trazo es la imagen, y a continuación aparece la influencia del Cielo y de la tierra, que va a definir la Semejanza.

En consecuencia podríamos afirmar que cada órgano es "a imagen y semejanza" del universo, razón que, por otra parte, se expresa en la tra­ dición a través de las correspondencias que tiene cada uno de ellos con los planetas. En definitiva, cada órgano va a contener la esencia creativa de todo el universo, de tal manera que la estructuración viene dada por la fuerza de la tierra, y la animación viene dada por la fuerza del cielo. El siguiente trazo

representa la puerta que es la capacidad que cada órgano tiene de estable­ cer una comunicación con el exterior y con los demás órganos y entrañas. La conformidad ideogramática nos sitúa en un trazo horizontal y en un

117

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

trazo vertical. El horizontal nos define la función de la estructura organi­ zada y el vertical, que se une al horizontal, nos perfila la actividad espiri­ tual del órgano.

v

7 Sobre esta constitución se van a asentar dos incidencias en las que la superior tiene como función atender a las necesidades de retorno de la vía espiritual, y la inferior a definir la realización de esa función en el plano estructural. De esta manera, los órganos van a realizar una función de ascenso y descenso que, si bien es unitaria, representa la sintonía entre el pensar y el hacer bajo el soporte del instru­ mento formado. Seguidamente aparece la ideografía que, en cruz, va a significar la actitud que van a desarrollar los órganos en el sentido de definir su fun­ ción sin desligarla del resto de los elementos.

\

Es semejante a una flecha que está sujeta a un arco y que, si bien puede ser lanzada, esta tiene un determinado alcance y podemos recupe­ rarla para continuar con su función. En este sentido, cada órgano se encarga de coger, de capturar, su función especifica, y simultáneamente expandirla hacia los demás, pero retornando siempre a su posición original. El apostrofe que adorna el ideograma antes descrito, se encuentra asistido por un trazo que va a significar LA CERTEZA. Una certeza que, como el arquero, se proyecta hacia la diana y que no renuncia a fundirse con ella. Finalmente, la totalidad de esta parte del ideograma, hace referencia a EL COLOR, y en concreto al negro. Sin duda se trata de una alusión a la oscuridad misteriosa en la que se encuentra cada formación de universo. Es el recuerdo de la materia oscura desde la que se gesta y se interrelaciona la estructura del ser.

118

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Por último, el ideograma interno: CHEN

g

Se define como la HUMILDAD, el servicio, el inclinarse ante, el súb­ dito... lo cual va a significar que cada órgano se constituye en un humilde servidor que se inclina ante la grandeza del infinito.

LAS ENTRAÑAS: FU

Esta ideografía comienza bajo la influencia inmediata de la asis­ tencia celeste, para continuar con la misma puerta que en el caso de los órganos, pero ya sin los asientos o soportes de estos. En su interior se nos presenta la ideografía del hombre.

i Lo cual nos advierte sobre la naturaleza de semejanza que este tiene con la totalidad del universo.

119

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

Por último, CUN

Estructura semejante pero invertida a la que aparecía en los órganos, va a significar una acción puntual, a propósito, corta, y en el momento preciso. Y en este sentido el SO WEN nos advierte que ellas tienen como función TRANSFORMAR Y TRANSPORTAR, Y NO CONSERVAR como en el caso de los órganos. Finalmente, volviendo a la imagen especular de este último ideo­ grama, se nos pone de manifiesto que ambos son opuestos y complemen­ tarios entre sí y que, en consecuencia, constituyen una unidad inseparable aunque su expresión se nos haga en el plano de la dualidad. Si conjugamos REN Y CUN

Encontramos el fonema FU, que da sentido a las entrañas, y su sig­ nificado es dar, entregar, remitir, pagar, hacer efectivo. Con lo cual, la entraña se sitúa en un grado de DISPONIBILIDAD con la actitud puntual de RESTITUIR en el momento preciso el tesoro de los órganos. Todas estas concepciones van a implicar, en el sentido sanador, una impronta en la intención capaz de hacer que cualquier maniobra que se realice sobre ellos, lleve impresa la impronta de las capacidades de los mismos, sea cual sea el resonador que se haya empleado. La combinación alkímica de estos conceptos y su relación con el nombre del resonador, así como el reconocimiento exacto del lugar puntual donde necesita la estructura el auxilio, van a hacer posible la instauración del milagro como la expresión permanentemente muíante e infinita del hombre como equi­ valente de lo absoluto.

120

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u í a n t e d e l A g u a

121

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

RIÑÓN: SHEN

En su conformidad se nos muestra dual y a la vez confluyente, ya que su expansión le lleva a la unicidad de la vejiga. Si realizamos una abstracción, formaremos entre los dos riñones y la vejiga un triángulo nomádico en el que están definidas las líneas de descenso pero en el que se encuentra abierto el espacio superior. Nómada abierto a los influjos celestes pero nómada a fin de cuentas, que va destilando su agua de vida de una manera rítmica, fluida y temperante. Así, lo que parecía ser un estanque de quietud, tiene en su interior la movilidad del agua y sigue el curso de ésta como expresión evidente del nomadismo de las funciones que hacen un ciclo desde las nubes del cielo hasta los abismos del mar. Su expresión sonora nos recuerda a la grandiosidad creativa de Beethoven que, en su sinfonía n° 7 en La mayor, opus 92, bien podría haber estado inspirado desde el triángulo nomádico de sus riñones y su vejiga. La ideografía de SHEN está expresada por tres ideogramas, siendo el primero de ellos la expresión ya descrita a propósito de los órganos. El segundo

X representa una mano con el puño cerrado, lo cual equivale a expresar que su proceso de contracción es el albergue de la oscuridad que nos condu­ cirá al fluir sinuoso de la claridad del agua. Y así se expresa en este aspecto Lao Tse cuando en uno de sus poemas nos dice:

122

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

"Quien es brillante por sí mismo y permanece en la oscuridad, es el valle del mundo si es el valle del mundo vive en lo eterno y toma a la unidad." Y por último, el tercer ideograma expresa lo que genéricamente se denomina CARNE:

Esto nos indica, en primer lugar, que la función de la que estamos hablando tiene una apariencia material; en segundo lugar, que es propia en su significado, del hombre; y en tercer lugar que su función es trascen­ der en esa apariencia para fundirse con su origen. La ideografía nos mues­ tra dos ideogramas del hombre (REN) superpuestos, estando el superior por fuera del marco de la forma. Todo ello nos indica que el hombre, en su expresión conformada, está enmarcado dentro de unas posibilidades, pero que a su vez posee otra estructura transfigurada que en definitiva es el sustento de la apariencia... Y así, cuando hacemos una caricia o cuando nos fundimos en un beso, la "carne" se estremece y el corazón se acelera. Ello no sería posible si no hubiera una transfigurada existencia en el seno de la apariencia de la forma. La alkimia del agua, inseparablemente unida al riñón, se constituye en la FIRME DECISIÓN, según la cual no renuncia en ningún caso a su identidad y, consecuentemente, por ser el vínculo imprescindible para la sustentación de la forma, desarrolla el propósito irrevocable de la RESPON­ SABILIDAD, ya que sin ella, la solidaria coexistencia de los hombres sería imposible. Este compromiso desarrolla al hombre en una actitud solidaria y le hace partícipe —tanto activa como pasivamente— de cualquier acon­ tecer. El curso de la solidaridad se hace testimonial, de una forma sincera, en el SERVICIO; con lo cual el hombre se hace AUTÉNTICO y replica en la dimensión del comportamiento del agua. Progresivamente, esta identidad con el fluir de las aguas transforma a la unicidad del ser en un sustento de FE, gracias a la cual el hombre

123

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

puede desplegar todas sus posibilidades sin defraudar en sus acciones y puede emular el curso y el ciclo de ese agua hasta alcanzar la etérea posi­ ción de vapor luminoso que le funde con la totalidad. Toda esta secuencia se transmite cada vez que se hace incidencia sobre el ser, ya que en su constitución fundamental, la proporcionalidad del agua es siempre manifiesta, pero además, cuando se incide directa­ mente en el filtro equilibrante de todas las aguas, estas funciones se ven especialmente potenciadas y convierten a la estructura en un peregrino de sonido de luz que se refleja y se plasma en el cielo de nubes claras u oscuras que anuncian su permanente partida y llegada. Cada paso que da el hombre en su caminar es una gota de agua que deposita en su planeta azul. Él también llueve, y de esta forma, es como emana la vía del agua de los riñones que, partiendo de la planta del pie, asciende hasta culminar en el extremo superior del tórax. Su gota de lluvia en cada paso comienza a rezumar en los dedos meñiques de sus pies, y finalmente se derrama en la oquedad que marca la huella. En su ascenso emite dos vías: una de ellas emana de la estructura morfológica del riñón y asciende haciendo conexión con el hígado, con el diafragma, con el pulmón y termina por derramarse en la raíz de la lengua. Otra, procedente de su conexión con el pulmón, se deriva hacia el corazón y se distribuye por el tórax para fundirse con las vías del corazón. Secundariamente, de DAZHONG: 4R, sale una vía que se va a conjugar con la viscera acoplada, Vejiga, en JINGGU: 64V. Otra rama, partiendo desde el mismo lugar, realiza un camino ascendente siguiendo la vía prin­ cipal, para recalar finalmente en SHANZHONG: 17RM, penetrar en la pro­ fundidad para alcanzar el corazón, y terminar por ramificarse a lo largo de la columna vertebral. El afluente más superficial emana de YONGQUAN y asciende, cual salmón en asalto, hasta ZHONGJI, lugar donde se ramifica en la expresión externa del principio de masculinidad y feminidad. Igualmente, desde ese pozo ramificado, parte otro ramal que transcurre a través del ascenso verte­ bral hasta culminar en la nuca, para reunirse con la vía del agua de la Vejiga. Sus aguas profundas, partiendo de la flexura de la rodilla, descien­ den hacia los gemelos para luego ascender y confluir con el canal circular, y de ahí, seguir su ascenso hasta la base de la lengua, para proyectarse hacia lo más posterior y reunirse con la rama superficial en el descenso del agua de la vejiga.

124

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Quizás la primera vez en que el hombre pisó la tierra tal y como ahora se recuerda, la primera vez que el hombre pisó la luna, su huella no fue la suela de un zapato, sino que hizo brotar de ese paraíso terres­ tre, con su primera pisada, una fuente floreciente, que hizo de su pie un espacio cóncavo en el que no existiera rastro de su peso y en el que sólo quedara el vacío de la huella del agua. Quizás todo empezó así, quizás esta fuente floreciente fue inundando paulatinamente esa primera pisada, para ir configurando la imagen del hombre en cuanto a expresión de esen­ cia y así sucesivamente hacerlo sobre todos los que descendían sobre este paradisíaco planeta. Y quizás también por eso, la plenitud de la forma del ser la configura el agua, hasta llegar a formar una fuente que, como todas las fuentes, tienen una forma, llegan hasta una altura. Y quizás así se sus­ tentaron todos los hombres. Y quizás a lo largo de esta eternidad, cada hombre adquirió una floreciente expresión de la emanación de un Cielo que ahora le sustentaba bajo la forma de un soplo, que en agua, en este lugar llamado tierra, se conformaba. Todo el planeta se convirtió en un inmenso valle de aprobación en donde cada hombre, convertido en un dragón de aguas profundas, vagaba según su intención hacia el torrente supremo de las aguas ante­ riores, configurándose en ocasiones como una gran campana, como ese cielo azulado que contemplamos como bóveda en cada amanecer. Desde entonces, el origen del agua estuvo ligado a la pisada del hombre y tanta fue su magnitud, que de ser fuente, en mar luminoso se convirtió, como en las tardes de primavera cuando contemplamos un atardecer y vemos en las aguas tranquilas de un mar, el resplandor de las últimas luces. Y así, progresivamente, retornaba al principio y vagaba hacia desti­ nos ilimitados fuera de este planeta que le dio su primer asiento. Su gozo era tan ilimitado que desarrollaron entre ellos una con­ fianza mutua; que hizo de este paraíso una estancia para otros seres, para otros invitados. Era el lugar del universo en donde se homenajeaba a los amantes del Supremo, era un valle de calma y serenidad, en donde ale­ teaba la esencia vacía del Amado, y en donde se podía contemplar el res­ plandor del Supremo. Y se podía abrir la puerta desde donde se pudiera contemplar la caverna insondable de la fuerza. Todas las aguas se conjugaban y se constituían en un depósito de esencias en donde el Clemente se depositaba, siendo el centro de adora­ ción permanente, siendo la corriente central a través de la cual los hom­ bres de fuentes florecientes transportaban sus ofrendas para ofrecerlas a El

125

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

Divino. Era este lugar del universo, la segunda mansión celeste del amado, era el espacio donde por primera vez la divina indiferencia colocaba su hacer en una piedra sonora que tañía como una campana y que se cons­ tituía en la capital del infinito para comunicarse con todo lo existente. Era el gran valle comunicante en donde confluían todas las existencias de ángeles y arcángeles, querubines y serafines, que podían acceder a ese lugar por la permisividad del Amado, a través de la puerta secreta de su complacencia. Todos ellos, en comunión con el Creador, recorrían la galería de un destino infinito, y todos ellos, igualmente, se consagraban en comu­ nión con los hombres, a la mente suprema. Hacían de su espíritu un vacío insondable en donde pudiera anidar el eco del verbo, y en donde se pudiera conservar el tesoro de la divinidad. Era el centro más brillante de la existencia. Era el depósito en el que el Supremo apostó para mostrar su creatividad y ofrecerla a todos los que después deberían de existir. Pueden creerse o no creerse esta historia, pueden imaginársela y pueden pensar también que es la historia más fantástica y estrepitosa en la que se puede ver envuelto el origen del hombre. Pueden también pen­ sar que es lo que nos gustaría creer. También pueden, finalmente, razonar que es una inútil leyenda de la que nada se puede sacar. Pero si después de estos soliloquios consiguen volver a leer esta trepidante historia, es posi­ ble, a lo mejor, quizás, que piensen que puede ser verdad, en cuyo caso muy pronto descubrirán como saberla aplicar; como darse cuenta que es una tradición estelar la que han escuchado, que nunca se había escrito, jamás, que viene desde tan lejos que sólo el infinito la puede gestar, y que es la opción de concebir la existencia bajo la visión de una alkimia per­ manente en la que lo que hoy llamamos milagro, era y puede volver a ser, una sencilla cotidianidad.

126

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

127

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

VEJIGA: PANG GUANG

Y érase una vez, antes de antes, una pupila. De ella salió, por pri­ mera vez, un haz de luz. Sólo la misma pupila sabía de su existencia pues sólo esa pupila existía. Y cuando decidió ceder su luz, emitió a la vez un sonido de flauta de bambú para recolectar y canalizar sus haces lumínicos. En ese momento, la pupila se acrecentó y de ella emanó el ojo del Crea­ dor, que también en sombras se autoofreció; sombras estas que zanjaban el centro de su propia aparición. La pupila, siguiendo oscura, ya tenía en su ojo avizor un movimiento sinuoso que se hacía curvo y que inundó todos los lugares del infinito. Todo ello constituyó una herencia luminosa que fue creando diferentes estancias, las cuales, todas ellas, se comunica­ ban con esta profunda pupila en donde todos, como luciérnagas, podían envolverse en retirada. Las luminarias de esta profunda oscuridad se aposentaban en su silencio dormido en la profusión de esa pupila que, como almohada de jade, recogía a todo lo que de Él emanaba. Todo el infinito se convirtió en una columna, en un lugar de expansión a voluntad de la visión crea­ dora; y como una lanzadera inconmensurable, expandía cada vez más su

128

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

progresivo aliento, haciendo de su respirar de color una puerta de vien­ tos, desde donde se transportaba como ofrecimiento el propio respirar de aquel ojo sediento, de aquel palacio imperial, de aquel lugar que, en su curvatura de abombamiento, latía como un corazón y desde él y hacia él, se transportaba a sí mismo en el control de su propia creación. Fue tan expansivo su aliento que cada parpadear era un ascenso y un descenso de su propio mirar. Se transportó también hacia sí mismo y se ofrendó en forma de mancha, de mancha roja que se deslizaba paulatina­ mente en una indescriptible decisión que pudiera replicarse en innumera­ bles pupilas, que sirvieran de referencia hacia el punto del principio. De igual forma se gestaron colores que, en espacios curvos, retenían lo oculto y lo convertían en luz de movimiento, hasta poder alcanzar, entre tanta diversidad, la consciencia en cada luminaria de ser misterio, de ser un misterio de agua, de ser un misterio de aliento, de ser un miste­ rio de transformar lo más sutil en denso, de ser un misterio en constituirse cada luz en una barrera que, sin ser un obstáculo, comenzó a dar identi­ dad propia a cada una de las diversidades existentes. Y así, de igual forma, el generoso y progresivo afán de expandir la luz desde el origen, se hacía un regalo hacia cada uno, para plegarse en sutil fragancia y extraer de cada emisión de luz lo más preciado, cultivado y lumínico; hasta llegar a alcanzar la transparencia, la incoloridad, el nosabor, el no-olor, propios de aquella primera pupila ardiente. Todo ello se hizo único, aunque permanecía en apariencia disperso en lo infinito. Se hizo centro, como columna de alabastro. Pero a la vez también el ojo mostró por primera vez la blancura que rodeaba su pupila, una mansión de jade a la que se acudía incesantemente y a la vez partían por el orificio de esa pupila siempre ardiente. Unos seguían una dirección, otros seguían otra segunda dirección, otros se mantenían en la dirección central y otros vagaban por los orificios aún no iniciados de aquella pupila interminable. Y todos se reencontraban y se confabulaban en el apoyo e hicieron, por ello, una puerta de prosperidad desde la que pudieran ser contem­ plados y contempladores a la vez; en la que sólo había un instante en el que aquello no ocurría, intervalos inconsistentes de una pupila exhausta que, en su autocomplacencia, almacenaba interminables proyectos, aun­ que todos ellos pudieran haberse considerado como una carga para tan insospechada aventura. Pero ese abrir y cerrar de ojos de la pupila ardiente, distinguía sin error donde debería de estar su apoyo y así estableció una puerta para cada una

129

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

de sus llamas, dándoles la vitalidad y el palacio providencial de su eterna mirada, de su eterno grito de dolor que no era doloroso sino que era dolor de gozo, dolor de saber que todo aquello podía truncarse alguna vez. En las distancias que no lo son en el infinito, cada luminaria, en su gozo de eternidad, fue creando su propia mirada, lo que se temía aquel grito de dolor. Y así fue como surgió una segunda puerta, que permitía autocontemplarse a cada luminaria aunque aún sin perder la ligadura con el parpadeo de lo Eterno, pero... ya necesitando un asalto de imaginación y un acopio de fuerzas para sustentarse por sí mismas y tener la vitalidad suficiente para crear una voluntad propia, que les permitiera mantener una actividad central que les envolviera como cobertura. A pesar de todo ello, la dirección desde donde venían era constante, todos ellos —emanadores de la primera oscuridad— se reunieron ante el progresivo debilitamiento de su propia autoproclamación y reclamaron la herencia de la fuerza, la herencia de la montaña de aquel ojo que les per­ mitiera recobrar el vuelo flotante que aún recordaban desde el principio, y que les posibilitara, igualmente, recobrar el contacto con aquel primer movimiento de luz, que les permitiera ser montañas de alkímica mansión, para borrar las dificultades que ellos mismos habían creado. Se ofrecieron como servidores para recobrar el pulso de su inicio, y para que la puerta preciosa del parpadeo no quedara cerrada, como ahora estaba, con lágrimas a punto de derramarse. Se confabularon en la firme decisión de aunarse en su súplica, y se ligaron fortificadamente para reabrir el valle que permitiera la comunicación interrumpida y permitiera, finalmente, la llegada de aquella pupila oscura, eterno amor que, desde aquel grito de dolor, había cerrado sus ojos. Tal vez este "érase una vez", este cuento que nunca se ha acabado, les pueda resultar, como la revelación anterior, una de las historias de la enci­ clopedia de las cosas que jamás existieron. Pero... antes de dar por zan­ jada esta opinión, les rogaríamos que se queden con las imágenes de este cuento, no les sugerimos, como en el caso anterior, que lo vuelvan a leer, quédense con las imágenes que les han surgido. Y si... mañana o pasado mañana, o al otro como mucho, descubren que sus propias dolencias y sufrimientos han menguado o han desaparecido, o les comunican que estados sorprendentes que ya se consideraban finitos se han resuelto, no dejen de pensar entonces que probablemente, que posiblemente, que casi seguramente, que certeramente, todo ello HA TENIDO QUE VER CON ESTE CUENTO.

130

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

131

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a M a d e r a

REINO MUTANTE DE LA MADERA

*

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

134

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a M a d e r a

La tradición dice de este reino que es una simbiosis perfecta con el reino mutante del agua, una continuidad de esta, una realidad inseparable. Sería como expresar que es imposible el nacimiento de un árbol sin una gota de agua. De ahí la inmanente fusión de ambos reinos, situación que no se volverá a repetir en los demás reinos mutantes. Es el reino que contiene el mayor territorio, con su regente jupiteriano, en donde la mancha roja —torbellinos de huracanes— simbolizaría a la vesícula biliar. Se constituye en el equivalente macrocósmico de este imperio. Su grandeza le hace inestable y su poder le coloca en el filo de lo corrupto. Su frondosidad, en esa íntima cohabitación con el agua, le hace ser cómplice de ésta, a la vez que es dador de bienes para que todos se sirvan de él. Orada las entrañas de la tierra y la penetra con justicia y decisión. Su mansión del tesoro es grande y poderosa y su custodia le hace recurrir con frecuencia a violentas defensas. Su justicia, como imperio, se expande a los demás reinos a través de la franja del verde, que se consti­ tuye en el asesor y en el estratega de tanto poder. Su temor, a la vez que su renovación, se encuentra supeditada a la decisión lumínica del Cielo. Se constituye, además, en el pulmón del pla­ neta, a la vez que es el alimentador del mismo, de ahí su inmenso poder. Y como si esto fuera poco, sus sombras le dan un hálito de ternura que también alimenta los más sutiles sentimientos. Cuando este reino se inmiscuye en la naturaleza del hombre, lo hace bajo tres moradas: el tronco, las ramas y el fruto. El tronco y las ramas se plasman desde el este y, en su acidez, culminan como en una hoja de trébol de dos hojas. Su fruto emana, como todos los frutos, con el néctar de la savia de este árbol; su color es verde; su sabor amargo, preám­ bulo del amargo corazón que surge del amor entre los hombres mientras no conoce el dulzor del amor entre los dioses. Su expansión le lleva lejos, tan lejos que sus ramas llegan hasta la cima, siempre puede crecer más. Pero en el hombre, gracias a la poda que realiza entre sus frutos, se puede prevenir tal acontecimiento, porque cuando este □curre, apaga la luz de la luminaria de la imaginación y el pensamiento. La justicia divina posó sus ojos en este reino y en los frutos de su poder y, bajo esta égida, el juicio de este reino en el seno del hombre tenía como misión la flexibilidad y la comprensión, sin perder la firmeza, de mantener todos los reinos en equilibrio y en armonía. Y sobre todo la dotó de la suprema virtud del juez: el perdón. Pero pronto tanta supremacía se fue haciendo autosuficiente y, salvo en excepcionales ocasiones, el fluido del fruto se hizo denso y justiciero,

135

A l k im ia .

T ra d ic ió n

y

M ilagros

prejuicioso, sentencioso y condenador, sin dejar apenas resquicio para la clemencia, y el fruto de la justicia se fue haciendo duro y pedregoso para constituirse en un obstáculo permanente que iría anulando progresiva­ mente la decisión firme y flexible, y colocando al hombre en una posición de duda permanente. De igual manera el tronco poderoso y fértil, en su hegemónico poder y en su inconmensurable capacidad regeneradora, fue también siguiendo los pasos de su juez y se hizo vulnerable a lo pequeño, siendo medrado en su opulencia por los invisibles depredadores que fueron sembrando poco a poco el terror en el imperio hasta convertirle en multitud de ocasiones en un reino duro, insuficiente, contraído y sin fuerza.

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a M a d e r a

HÍGADO: GAN

Si la primera huella del hombre fue la fuente floreciente de la tierra, el primer paso de su reinado sin duda fue la fuente del agua, la gran abun­ dancia. Si la primera huella comenzó sutilmente en el pequeño dedo, su primer paso empezó grandiosamente en el gran dedo. Después de este pri­ mer paso quedó suspendido en un intervalo activo para preparar el asalto supremo de un caminar interminable. Su andar se hizo decidido sellando para siempre su presencia en el universo y con la consciencia clara de ser sostenido desde el origen. La fuerza de su ser era semejante al árbol imponente que delimita un espacio y, consciente de su valor, se sintió en la totalidad de un centro y se inclinó ante el Cielo, haciendo de su rodilla un acto de sumisión que le permitiera, con la permisividad del Altísimo, ser una fuente de curva sinuosa que poblara y envolviera todo el paraíso del agua que le inundaba. Expandió sus dominios en las cinco direcciones y se hizo uno en su fuerza con todo lo existente, siendo una fuerza pura de vaso ardiente. Cedió su capacidad creadora manifestándose en una puerta sin herrajes que le dio vivir en la intemporalidad de un venidero tiempo. Cada una de estas estancias perfila en su descripción todas las accio­ nes que, en la alkimia del ser y hacia el rescate de su naturaleza, pueden realizarse en sus catorce momentos de expansión. La imposición transmutadora del metal y el sacrificio, como ofrenda, de gotas del líquido rojo precioso, suelen ser las aplicaciones más aconse­ jadas en esta vía de luz.

137

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Este proceder alkímico en el poderoso, permite el rescate de la serena fuerza y la disolución de la soberbia... piénsese siempre en este poder cuando el sufrimiento o la actitud general del hombre vive en el drama imparable de la soberbia. De igual forma pienses en él cuando la desesperación, la agitación, la angustia y la ansiedad sean el preámbulo de la aparición de otro reino combatiente dentro de su propio seno. Finalmente, cuando la debilidad de su poder hace presa a todos los reinos, actúese en la senda de la imposición sanadora de las manos en todas las regiones en las que expande su reino, desde sus pies hasta su zona genital, siguiendo por su capital central, continuando en el aliento del soplo y culminando en la cima de la estructura.

VESÍCULA BILIAR: DAN

Se dice que no se puede ser juez y parte a la vez, pero en el caso que nos ocupa, se es juez y parte, porque el fruto que adorna la madera posee una doble naturaleza. Por una parte es viscera pero por otra parte es entraña extraordinaria; y esta última cualidad es la que le confiere su capacidad de juicio y su virtud de la decisión correcta. Repartir equitativamente justicia siendo parte del poder de la fuerza sería en cualquier circunstancia una tarea ardua, dura y finalmente impo­ sible de cumplir. Así ocurre normalmente en la mayoría de los casos en

138

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a M a d e r a

este hombre de hoy que hace de su entraña extraordinaria una caricatura, y hace de su viscera un juez penitente... Pero en la vía del retorno, para resaltar la naturaleza original del hombre, aún se conserva, la posibilidad de que, inmiscuido en el poder, el juez esté asistido por la clarividencia creativa de Lo Supremo y reparta su equitativa justicia y llegue a conseguir el privilegio del indulto, haciéndose así digno y respetable en todos los reinos. Generando en su reino humildad y generosidad. Su impronta en la naturaleza del hombre es expansiva y llega a todos los rincones y, haciendo honor a la emanación de la pupila, se constituye en un rayo de justicia dócil y severa a la vez, convirtiéndose en una pupila maestra desde su comienzo. Y en su segundo paso sabe escuchar a los que se encuentra a la vez que se comporta como huésped y anfitrión en su tercera estancia, retirán­ dose a deliberar como mentón pensante en su cuarta andadura y llegar a la resolución de que la justicia en el reino del seno del hombre siempre se referencia en el centro de la esencia y en la comunicación con ésta. Así su veredicto siempre genera una felicidad suspendida que se per­ petúa a través del sinuoso camino del tiempo, sin que ley alguna quede escrita, sino que todo quede culminado en un valle de continuidad prós­ pero, que sea una ofrenda a manera de asalto a lo Celeste, que posibilite en todos los súbditos una claridad creciente en sus mentes y que la conser­ ven en su cavidad de cuenco para que su estructura integral conviva bajo los dictámenes de la providencia fundamental. Así, cada ser despliega su pensamiento en claridad y es capaz de vivir sus lágrimas bajo el signo del perdón; sabe aguardar la llegada flore­ ciente de la pupila iniciática y se decide a combinar todo lo correcto. En este instante el hombre despierta a la herencia espiritual del ini­ cio y hace de su ser una vacuidad desde lo alto, para que los vientos no se vuelvan convulsos y el hombre no caiga en el pozo de su posesión; sepa abrirse al abismo de las aguas y disuelva la brusquedad de sus acciones. Actuando con el psiquismo luminoso que le permita ser un depósito de soplo vivificante que le conduzca a replicar en lo circular de su estancia y sepa dirigir cualquier decisión hacia todos los lugares; pueda caminar en unión con cada uno, sabiendo valorar el reposo que permita estar prepa­ rado hacia el asalto de la gran circularidad. Marchar con el viento, a través del canal central que borra las barre­ ras y que florece en la colina más prominente. En este descenso se afilia al misterio de los fluidos luminosos y se convierte en un altar que hace su ofrenda al Cielo y la Tierra, para que su claridad radiante sea el depósito

139

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

del gran invitado que llegará al son de campanas y que confluirá en la colina de la decisión acertada para alcanzar así el día del gran perdón, que haga de toda la humanidad una reunión trascendente que se defienda del torrente de los egoísmos y que permita la comunicación entre los hom­ bres para que cada corazón esté en el corazón del otro. Toda esta historia de justicia, decisión y firmeza, puede resultar, hoy, impensable. Toda esta historia puede resultar tan inviable que el hombre termine por olvidarse de ella. Pero toda esta historia, está impresa en el código de honor de la naturaleza del hombre. Toda esta historia está sinuosamente expresada en el código de su herencia. Toda esta historia es un anhelo ansiado, aunque desesperadamente lejano. Cuando el sanador se disponga a ser vehículo de despertar este recuerdo, tendrá la posibilidad, en cada una de las estancias, de activar aquel elemento que, en justicia, es imperioso rescatar, sabiendo que a la vez todos los demás elementos van a vibrar en su ansiado reconocimiento. Tampoco se ha de olvidar que la labor será ardua y no estará exenta de enfrentamientos, pero si se actúa con la convicción de que estamos ante una función equiparable a la Decisión del Innombrable, se evitará la con­ frontación y el juez severo y castigador terminará por escuchar al verda­ dero juez y dejará de escribir sus leyes dogmáticas, sus ajusticiamientos y sus condenas perpetuas. Dejará igualmente de ser juez y parte a la vez, dejando la parte para sí mismo y el juicio para el extraordinario. La duda, el rencor, la justicia indiscriminada en la que vive el hom­ bre contemporáneo, se alkimiza milagrosamente cuando el sanador sabe depositar su instrumento alkímico que haga retomar la verdadera esen­ cia del juez y que posibilite así la facción misericordiosa de cada hom­ bre, despertando al reconocimiento de su pequeñez y dándose cuenta de la insolente posición de sus mandatos. Cualquier estancia puede ser un buen comienzo, pero cada una de ellas tiene la decisión puntual de cada momento. Bien hará entonces el sanador en recordar cada una de las sen­ tencias que sentaron jurisprudencia en su tiempo, en el tiempo del verbo revelador de cada una de estas estancias. Quedará desprovisto de boato, de toga y de martillo, para que, con su sola presencia, se reinstaure la reconciliación y se minimice la contradicción, dando paso, a un caminar conjunto que haga del reino de los hombres y de cada uno de ellos, un fruto de vida que sintonice los opuestos, aclare el pensamiento, serene el corazón y sepan juntar sus manos como signos de una gran oración.

140

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l F u e g o

REINO MUTANTE DEL FUEGO

141

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

142

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m í n i c a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l F u e g o

«En el principio la Palabra existía y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por Ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En Ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo Único, lleno de gracia y de verdad.»

E v a n g e l io

seg ú n

Sa n J u a n [ 1 : 1 , 1 4 ]

143

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

El fuego habla por boca de Juan en el texto del Nuevo Pacto, dando la verdadera trascendencia y sentido de la palabra como expresión del corazón. Del fuego palpitante que se expande y se contrae al ritmo de un tambor. Esta dimensión alkímica de la facultad expresiva del fuego nos da la dimensión alkímica por excelencia de lo que en principio se nos muestra como una simple actividad contráctil de un órgano de vital importancia. Sin duda la alkimia de esta función hoy es casi una quimera, un mero trámite cargado de promesas y quizás buenas intenciones, pero que en ningún caso refleja, salvo en la excepcionalidad, el mandato supremo que recordamos a propósito de la palabra Divina. Por si misma, esta situación ya nos plantea un estado de latente y floreciente enfermedad y, de igual manera, una actitud sanadora que ha de tenerse en cuenta en cualquier tiempo de enfermar.

CORAZÓN: XIN

Y si la Palabra es la vida y ella es la Deidad, y en un instante de eter­ nidad fluyó de la pupila un haz de luz, sin duda este primer haz de luz, fuego de claridad suprema, fue la fuente del más alto grado, la primera estancia de la vía del corazón. Y, como ya expresábamos a propósito del agua, el haz de luz precipitó su radiación en el espectro del color, y así, la segunda lanzadera de la vía del corazón, se constituyó en la fuente del color. Y se hizo solicitud temperante, alegría de vivir. Todo ello en el corto trayecto que va desde la axila hasta el codo.

144

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u í a n t e d e l F u e g o

Y desde esta flexura se precipitó la ruta del corazón a definir el camino del espíritu de la palabra, y permitir así establecer una vía de comunicación con el principio de su origen y empezar en el seno del hombre a exhalar los primeros sonidos, preámbulos de palabra que, como piedra sonora en un templo de jade, abrían la puerta del espíritu del ser hacia la comunicación directa con la palabra divina, para hacerse así un producto de alegría en conformidad con el Cielo y en concordan­ cia con los hombres de una manera dulce y juiciosa. Y desde ese instante, precipitarse hacia el menor de los dedos para exhalar transformado ese sonido de piedra en la primera palabra, comenzando la transmisión del verbo creador. Esta expresión de caminante que va a culminar con la palabra, comunica a la totalidad del ser entre sus diferentes partes para confluir en una verdad interior que haga de todos los sonidos del ser, una evocación hacia el entorno sincera, transparente y verdadera. Un equivalente de la PALABRA DIVINA. La urgencia sanadora de esta naturaleza es evidente en el propio ser aunque esté habituado a lo contrario; es deseosa, es una necesidad, aunque practique cotidianamente lo opuesto. De ahí la urgencia de que en todo planteamiento de la alkimia del ser, se deba de tener en cuenta la implicación de esta ruta del corazón que, junto con el agua de vida, constituyen —en la reseña de la tradición— el milagro que convierte al ser en una sinusoide, ya plasmada en su ancestralidad, que le permita viajar en sus diferentes estados de infinito y vivir una existencia plena de inmortalidad. Muestra de esta última sentencia lo constituye la actividad sana­ dora que se puede aplicar en el comienzo de cualquier tratamiento, que consistiría en presionar simultáneamente la fuente floreciente de la tierra del pie derecho y comenzar la transmisión en la mano izquierda. Esta vibración cruzada en el eje de agua-fuego, pretende despertar a la huella inicial y a la palabra de vida. El milagro de lo simple se hace evidente en esta maniobra.

145

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

146

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l F u e g o

INTESTINO DELGADO: XIAO CHANG

'

b

¡k 0

Acoplado al corazón, este sinuoso camino de la forma despliega su actividad de luz justo después de la expresión de la palabra. Es el guar­ dián del acecho y el custodio de la inmaculada vía del corazón. Desde ese comienzo se constituye en pequeños vapores luminosos que destilan su esencia para nutrir el valle de la forma interior, dando así continuidad al torrente de la palabra del emperador, a todo lo que está constituido. Se insinúa en la profundidad de lo duro, y de él aflora a la superficie para constituirse en un valle exterior que garantice la custodia de la calma del emperador, siendo de esta forma el soporte de su deseada ancianidad. Es el servidor correcto, el pequeño mar que carga sobre sus espaldas sinceras la defensa de las ofensas del exterior, protegiendo en particular la espalda del monarca, haciendo un cierre de sus puertas posteriores para preservar así al ancestro celestial y ser custodio a la vez de la autoridad de su palabra que, como el viento, se hace omnipresente en todos los lugares. Es un muro sinuoso que transporta hacia el monarca las ofrendas que ya han sido filtradas por él, y lo hace a través de esa puerta posterior, abriéndose al exterior a través de una ventana celestial que pone de mani­ fiesto la figura que custodia y que se expresa en el color de su faz; y desde allí permanece permanentemente despierto en el palacio del oído, desde donde puede apercibirse de cualquier conjura.

147

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Esta visión alkímica del intestino delgado, parece contradecir la imagen transmitida en otras tradiciones al asignar al Maestro del Cora­ zón la función protectora del emperador, pero no existe tal contradicción. El intestino delgado, recuérdese, junto con la vejiga, constituye el canal unitario más exterior de nuestro esquema energético, y la parte que le corresponde a este acoplado del corazón, es la de evitar todo tipo de ace­ chanzas que, desde el exterior, tratan de cambiar las decisiones y el rumbo de la PALABRA VERDADERA. Los impactos afectivos y emocionales son el principal acecho con el que cuentan el corazón, y es el intestino delgado el encargado de establecer, como acoplado que es, una función defensiva del emperador. En otro nivel, el maestro de corazón se corresponde con las defen­ sas de las propias acechanzas que emanan de la personalidad del propio sujeto. Es el encargado de recordar —cual maestro que es— cual es el deber de la palabra verdadera en cada ser. Es el guía que previene al emperador sobre las distintas actitudes de las comarcas de su propio imperio. Imperio que ya nace contaminado por la herencia de un débito y que trata de per­ petuar su desorden en base a un código adulterado que se ha ido gestando por la progresiva soberbia de los hombres. Él, el maestro de corazón, será el encargado de disolver los propios fantasmas, de conducir a cada ser a su propia individualidad, y disolver su ego para llevar a ese corazón a la presencia del origen de forma transparente e inmaculada. Toda esta cosmovisión del hombre debe de hacer replantearse al sanador la utilización de estos dos vectores mencionados si quiere sal­ vaguardar el posible rescate de la sinceridad del sujeto y la necesaria esperanza de poder lograrlo. Sin duda bajo estos presupuestos, la acción sanadora varía ostensiblemente en su planteamiento, y coloca en la dig­ nidad apropiada a este intestino delgado, el gran olvidado, que parece que sólo era un servidor inútil para dolores sin importancia.

148

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l F u e g o

149

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

SANJIAO

Se trata de la más extraña de las configuraciones de luz que posee el hombre. Trataremos de explicarlo: Por una parte carece de sustrato anatómico; por otra su recorrido se hace absolutamente anárquico y aparece y desaparece en funciones, esen­ cias y estómago como... Un misterio. Además, como si esto fuera poco, se le puede también situar en lo más tangible, cuando vemos su función de desarrollo en la etapa embrionaria. Pero, pero... hay que tener en cuenta que en esta etapa el ser no constituye un individuo. Sus funciones tan pronto pueden ser consideradas como regulado­ ras del agua y ligadas a su metabolismo —como así se expresa en la mayo­ ría de los textos— o bien puede ser contemplada, como su propio nombre indica, como un generador de calor termodinàmicamente considerado, en el sentido de la entropía. Como ven, es todo un enigma. Tan pronto nos sirve para una braquialgia como nos puede ser de utilidad para un ulcus gastroduodenal. De igual forma puede resolver una sordera o una tendinitis de codo de tenis... Sin contar las extrañas magias alkimistas que los taoístas de la flor de oro proponen en sus extrañas e impenetrables funciones que, con él, se pue­ den desarrollar a través de la meditación, de la energía espiritual sensible, de la concentración, de la visualización, del sonido, de la postura... y un largo e interminable etcétera de prácticas, todas ellas de indudable valor, no solamente para el estudioso, sino también para el practicante... ¿Con cual de todas ellas se queda? ¿Está suficientemente explicado que nos encontramos ante un enigma? ¿O... prefieren llamarle EXPEDIENTE X?

150

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u í a n t e d e l F u e g o

Intentemos por un momento ser (sólo por un momento) mínima­ mente coherentes. Primera pregunta: si su función es obviamente evidente en la etapa embrionaria, ¿podríamos decir que continúa en la etapa de individualiza­ ción? Si decimos que sí, tendremos que admitir que la función en esta etapa sería la encargada de proporcionar el desarrollo estato-ponderal y quizá psíquico del sujeto, con lo cual nos veríamos abocados a considerar que el SANJIAO es la primera y la última función en aparecer y desaparecer del individuo. También nos veríamos abocados a considerar que sería el regu­ lador general de todas las funciones, con lo cual todas ellas quedarían en un segundo plano. Si seguimos considerando esta propuesta, nos veríamos forzados a plantear en cual de los innumerables niveles se debería actuar para determinadas patologías. Y siguiendo con esta coherencia, termina­ ríamos por convertirnos, obligatoriamente, en especialistas del San Jiao, situación que nos llevaría a realizar una kabalá permanente y continuada, amén de desarrollar todas las artes de alkimia que podríamos imaginar. Todas estas propuestas no parecen ser ninguna de ellas precisamente fáciles y, de seguro, que desde sus comienzos desanimarían al iniciado en tan truculento sistema. No obstante, no podemos desaconsejar esta vía, ya que en el instante coherente en el que nos encontramos, parece indicar que es la más razonable.

151

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Supongamos ahora que su función termina cuando el cordón umbi­ lical se corta y que lo que queda —tradicionalmente hablando— de su canal, es tan sólo una manifestación derivacional del intestino delgado y el intestino grueso. En este caso, habría que replantear sus trayectos y redefinir las vías de los dos intestinos para hacer coherente, ésta ya no tan razonable posibilidad. Una tercera opción dentro de esta primera pregunta, sería el pensar que, así como es evidente su participación en la etapa embrionaria, en el proceso de individualización se ocuparía exclusivamente de dar sentido a las glándulas de secreción interna, con lo cual sería el responsable de los complejos mecanismos de bio feed-back de las secreciones hormonales. Esta posibilidad sin duda alegraría a la estrecha mente científica, porque encontraría por fin una razón "de peso" para justificar tan descabellado vector de energía. Segunda pregunta: si recurrimos a su sentido ideogramático, debe­ mos de considerar que el San Jiao es la función inmaterial de un orga­ nismo gestado en el calor que tiene como función favorecer todos los mecanismo bioquímicos que se suscitan a través de los mediadores, enzi­ mas, coenzimas y demás elementos prácticamente insustanciales, que hacen posible los diferentes cambios que se suceden en un organismo adulto. ¿Sería el generador de calor que se desprende invariablemente de toda reacción bioquímica? Esta posibilidad vuelve a ser extremadamente sugerente, porque explicaría el ciclo evolutivo de los diferentes elementos que, bioquími­ camente y ortomolecularmente, se manejan en la actualidad, con lo cual tendríamos una justificación "científica" de cómo ha evolucionado el pen­ samiento del hombre desde las arcaicas concepciones de un tal San Jiao, hasta el estudio del comportamiento mitocondrial. También explicaría el auge pomposo con el que se pronunciaron los científicos cuando afirma­ ron que las punturas liberaban endorfinas, encefalinas y otras... "inas" de menor importancia, con lo cual, tenían una explicación "científicamente razonable" para justificar la "eficacia" de la acupuntura. Aunque quedaba un vacío inconmensurable, que obviamente se trataba de ocultar, a cerca de cual sería el mecanismo por el cual, por ejemplo, el asma bronquial o el dolor de cabeza o el ulcus gastroduo­ denal resuelven sus problemas con esta práctica milenaria. Pero aún el vacío sería más grande cuando después de este IMPONENTE DESCUBRI­ MIENTO, los científicos no se lanzan a la aplicación indiscriminada para curar cualquier enfermedad a través de derivados mórficos. De esta forma

152

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m í n i c a d e l s o p l o : R e in o m u l a n t e d e l F u e g o

podríamos desterrar definitivamente las viejas prácticas chinas de dudoso valor científico. Pero como sabemos, este atrevimiento no ha tenido lugar, ni lo tendrá. Pero todos han quedado más o menos satisfechos con las numero­ sas deducciones que, a partir de las endorfinas y de una serie interminable de otros productos, se detectan bajo la acción de la medicina tradicional china. Se han conformado, como cabría de esperar, con la apariencia, sin preguntarse la profundidad. Si con estas dos preguntas se han sentido incómodos o han notado una crítica mordaz o una ironía del destino, están alejados de la verdadera intención de estos comentarios. LO QUE URGE ES SANAR... y para ello nada mejor que un suave sentido del humor... entre otras cosas. ¡Ah!, y si alguno de ustedes se ha reído ¡enhorabuena! Tercera pregunta: abandonamos, no por deshecho sino por necesi­ dad del guión de estos escritos, el sentido coherente de las dos anteriores preguntas. ¿Será el SANJIAO la fuerza que surge de la nada y que, gestada desde el "algo": el Cielo, se proyecta, en el caso de la humanidad, sobre la tierra, constituyéndose así en la fuerza inmaterial preexistente del no ser? ¿Estaríamos entonces subsistiendo con un Jiao superior situado en el universo, un Jiao medio situado en la tierra y un Jiao inferior en la conexión del San Jiao con el Xin Bao? En cuyo caso, ¿no sería el único San Jiao que posee el hombre el Jiao inferior y los otros dos estarían fuera de su realidad?... Y en consecuencia también, ¿todos los vectores de energía que representa la tradición en el San Jiao sólo estarían vehiculizados por lo que entendemos por Jiao inferior? Y de ser esto así, ¿tendría alguna posibilidad el hombre de actuar sobre el Jiao Celeste y el Jiao terrestre? ¿o estaría supeditados a ellos en forma de un misterioso destino? ¿Podríamos entonces decir que la loca­ lización precisa y exacta del Jiao inferior, el único que tendría el hombre, sólo podría estar en el ombligo? Y en consecuencia... ¿todas las teorías que hablan de la localización de los tres Jiaos en el organismo, ¿no serían nada más que una forma de ocultar la verdadera realidad que antes hemos puesto en forma interrogante? En este caso, la única práctica "relevante" de todo lo escrito sobre el san Jiao, sería la respiración embrionaria, y todo lo demás, una simple comparsa para distraer la atención. Intentemos resolver una de estas preguntas: aceptemos que el único Jiao que existe en el hombre es el inferior, situación que, por otra parte, no

153

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

sería nada de extrañar, ya que en el inconmensurable universo el hombre realmente es tan pequeño, tan pequeño, tan pequeño, que resulta ser infe­ rior. ¿Cómo podría, bajo estas circunstancias, actuar sobre el Jiao Celeste y el Jiao terrestre? Si decimos que sí, sólo habría una forma de hacerlo: la actuación sobre el jiao terrestre estaría ceñida A LA MEDITACIÓN, y la actuación sobre el jiao celeste, estaría igualmente ceñida a LA ORA­ CIÓN... El inferior queda a cuenta del propio sujeto.

154

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l F u e g o

Examinemos ahora en detalle esta última posibilidad a través del nombre de los resonadores que la tradición nos lega para el San Jiao. El asalto de la barrera (1SJ) constituiría la expresión de que el hom­ bre se encuentra entre la barrera del Cielo y la Tierra. Puerta de los líquidos (2SJ) sería la expresión de que se encuentra en la frontera entre las aguas anteriores y las posteriores. Islote central (3SJ) sería la expresión que denotaría al hombre como un centro aislado y unitario (Jiao inferior) entre el Jiao Celeste y el Jiao terrestre. Estanque de los yang (4SJ) expresión clara y transparente de que su realidad se encuentra estancada entre dos expresiones yang, él sería el yin. Barrera externa (5SJ) su propio nombre define a su realidad como una entidad "encarcelada" entre el Cielo y la tierra Foso ramificado (6SJ): expresión que puede hacer referencia al foso del ombligo, del que en su momento se ramificó toda la energía que vehiculizaba la madre. Encuentro con los antepasados (7SJ)... encuentro entre los antepa­ sados terrestres y celestes... Cruce de los tres flujos celestes (8SJ): él es un flujo, y los otros dos emanan ajenos a él. Cuatro canales (9SJ): expresión que denotaría como con su único Jiao inferior, está sujeto a las 4 direcciones... de la tierra, Jiao medio. Pozo celestial (10SJ): expresión claramente alusiva a que el origen de su ser procede de lo celeste y le dona un sólo jiao... el pozo. Límpido foso abismal (11SJ). Origen solitario. El hombre es un abismo sustentado en un universo que convive habitualmente de forma solitaria, haciendo culto a su ego, desocupándose de las influencias que, en definitiva, le mantienen. Rivera dispersa (12SJ): como ser de agua, realiza su camino, a través del jiao inferior, encargado específicamente del agua, y dispersa su aten­ ción en los objetos de placer. Reunión del brazo (13SJ): en esta estancia se contempla como el hombre relaciona su Jiao inferior con el poder de su fuerza, que reside básicamente en sus brazos. Hueco de los hombros (14SJ): desde su espalda, una desconocida para su visión, se desarrolla la expresión del hacer de su fuerza, ya que toda su constitución desarrolla su poderío a través de su espalda.

155

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Hueso celeste (15SJ): su estructura dura y rígida se hace imperece­ dera a través de sus huesos y al ser su Jiao inferior de origen celeste, estos son los que permanecen después del desencarnamiento. Ventana celestial (16SJ): es el lugar del descubrimiento en el que el hombre puede atisbar que su realidad depende de la fuerza del Cielo. Pantalla del viento (17SJ): espacio y lugar en donde el Jiao inferior se aísla del entorno ante la creencia de que es un ser aislado y que en él asientan, y por él, todas las posibilidades. Vaso pulsátil (18SJ): el ritmo del jiao inferior es como un vaso que agua contiene y que se derrama y se llena a base del sustento que el jiao terrestre y el celeste le proporcionan. Respiración de la cabeza (19SJ): en este espacio se recoge la expresión de poder despertar a la verdadera respiración. Es el estigma que pone el Cielo a su Jiao inferior para que pueda abrirse a la realidad del Jiao superior. Dirección descendente (20SJ): denota la expresión clara de que su hacer marcha hacia el descenso, hacia lo inferior... A no ser que... Puerta del oído (21SJ): una nueva oportunidad, la posibilidad de escuchar y no de oír, el lenguaje del entorno. Hueso de la paz (22SJ): de nuevo lo pétreo y rígido, como expresión de lo inferior, busca, cuando su demanda es egocéntrica, una paz garanti­ zada por la rigidez, la inflexibilidad y la legislación. Los acordes del bambú vacío (23SJ): una nueva opción, la posibi­ lidad de despertar, a través de este resonador, al sonido de la naturaleza como expresión de la simbiosis entre el Cielo y la tierra. En definitiva, la respuesta a esta tercera pregunta plantea en la alki­ mia de la tradición otra realidad a cerca de la sustancia del hombre, con la especial particularidad de que dispone en su estructura de opciones posibilitantes para sintonizarse con los otros dos Jiaos, haciéndole ver, a su vez, que sólo el más humilde, sólo el más sumiso, sólo el más pobre, sólo el que sea como un niño... entrará en el reino... sólo el que asuma su condición de inferioridad. La aparente contradicción que puede existir entre los conceptos ya conocidos a cerca de la presencia de los tres Jiaos en nuestra estructura, son tan sólo aparentes, ya que el Jiao superior y medio si estarían en el ser, pero en forma refleja... como la luz de la luna. Toda esta tradición de alkimia hasta ahora suspendida, constituye el verdadero hacer del hombre para que éste se convierta en un milagro de salvación.

156

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l F u e g o

157

A l k im ia .

T ra d ic ió n

y

M ilagros

XINBAO (MAESTRO DE CORAZÓN)

iL Y en el principio, el vínculo que unía al hombre con la Creación, era la propia Creación y justo en el preciso instante en el que el hombre trasgrede la fidelidad de esta Creación, la clemencia de la Fuerza Creadora instaura, para acceder ante Él, la figura del enviado, intermediario, guía, maestro, el cual tendrá como misión desentrañar y ofrecer en su debido momento las previsiones del Cielo hacia cada hombre, así como la fun­ ción de surtir de los necesarios elementos que hagan posible la comunión, a través de él, con el principio generador. Esta figura, en manera alguna se equipara con el concepto del lla­ mado "maestro interior", derivación que procede del concepto de la pro­ pia conciencia, que el propio sujeto manipula y ordena según su propio interés, sino que, por el contrario, la impronta impresa del XINBAO, es la necesidad de la naturaleza humana de la búsqueda de la figura ajena a él que represente el enviado previsto para cada individuo, permitiendo de esta manera la verdadera disolución del ego, sin que ello implique una renuncia de la propia identidad, y que todo ello permita el despertar a la consciencia de unidad con el Supremo. Aunque esta opción posibilitante inherente a la naturaleza humana se constituye en la señal inequívoca de la confianza del Supremo, el hom­ bre se aparta cada vez más de ella ante el incremento de su propia fuerza y poder, y el temor a poder ser manipulado o usurpado en su función en base a la influencia de otro u otros. Y es así como contemplamos, de una manera general, a cada hombre como una entidad dudosa, perspicaz, des­ confiada, temerosa y obsesiva. Todo ello es el reflejo de los síntomas del

158

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l F u e g o

159

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

rechazo a aceptar la vía necesaria que, por otra parte, imperiosamente se demanda, pero que a la vez se rechaza por las implicaciones que ello va a constituir en la renuncia de sus protagonismos, acomodos y placeres. Veamos ahora cómo todo lo anteriormente expuesto se plasma en cada estancia del recorrido de esta vía de luz, que emana hacia el exterior desde el pecho, constituyéndose en un estanque celeste. Agua de transmi­ sión, que busca de inmediato el brazo para constituirse en fuente celeste, desde donde se precipita vertiginoso hasta el codo para emanar vapores luminosos sinuosos, y de allí, dar un salto hasta la cara interna del brazo y constituirse en la puerta del límite, para de inmediato, y dentro de la misma zona, ser el intermediario. Una intuición e intención que tuvo su principio en el estanque del Cielo, que se hizo fuente y vapor hasta llegar al límite, y ahora ser inter­ mediario que se convierte en una barrera que protege lo interno, y tras un pequeño salto más, llegar a la muñeca y definirse y constituirse en el maes­ tro del corazón que, así definido como posibilidad de retorno hasta el estan­ que celestial, se hace eco de que ello se conseguirá en base a la vivencia de una labor entre fatigas, que se concretiza en la palma de la mano, para así poder, finalmente, acceder a despertar a través del intermediario, al asalto central, lugar que se manifiesta culminantemente en el dedo medio. La descripción de este recorrido —también en nueve estancias, como en el caso del corazón— carente de sustrato físico, nos evidencia la naturaleza de esta fuerza como un devenir ligado a una entidad exterior y, en este sentido, sería semejante al postulado que se planteaba a propósito del Sanjiao, al cual se acopla, y consiguientemente ambos dos serían reali­ dades inherentes a la naturaleza del ser pero que han de confluirse en una sintonía con la naturaleza del origen. Por último, no debemos de olvidar que en su unión con el Sanjiao, definía al hombre como un caldero inferior y eso no hace más que ahon­ dar en el significado que hemos dado a este maestro del corazón, puesto que para poder acceder a la convivencia con los otros dos calderos, el celeste y el terrestre, la opción que han tenido los seres sólo ha sido posi­ ble a través del cumplimiento de la realización con la guía que marcara las claves para realizarse en ese camino.

160

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l F u e g o

161

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

REINO MUTANTE DE LA TIERRA

162

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a T ie r r a

Un "Voyager" se encuentra, según nos cuentan, a punto o ya en estos momentos fuera de nuestro simpático sistema solar... Lo de nuestro lo retiro... Esta primitiva nave es la primera propaganda comercial que ha decidido realizar esta especie, con el fin de darse a conocer a otras posi­ bles existencias... Está claro que no hay que dejar de vender. Las pantallas parabólicas gigantes, cuencos blancos que se orientan hacia diferentes partes del universo, buscan con ahínco señales que indiquen existen­ cia de vida inteligente provenientes de... No importa de dónde. Según nos informan, también, no se ha tenido noticia expresa de que haya­ mos sido conocidos o que hayamos despertado el suficiente interés en el universo como para comunicarse con nosotros. Mientras tanto, nuestro querido "voyager" continúa con su carga propagandística en la que figura el código genético de la especie, la imagen del masculino y del femenino, las características generales del planeta, una extensa colección de música que va desde los Beatles hasta las diferentes manifestaciones étnicas, y finalmente, un mensaje hablado del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica... Toda una expresión hortera y macarra de lo que puede ser este lugar del universo. ¿Qué podrá pensar una entidad pensante si se encuentra con tal información? ¿Escuchará el compacto que lleva esta información y des­ pués lo tirará a la basura? o, por el contrario, ¿quedará sorprendido y casi alucinado por tal nivel de existencia? Se lo planteo de otra forma: supónganse que reciben una carta del señor Lu de Tasmania y en ella, dicho señor les cuenta cómo ha ido su trabajo, las peleas que tiene con su mujer, las dificultades que entraña la educación de los hijos y lo preocupado que se encuentra con su jubi­ lación. Contéstense ahora con sinceridad qué harían con esa carta, ¿le contestarían? O dirían: "¿Y a mí que me cuenta este señor?" ¿Viajarían a Tasmania para interesarse por sus problemas? O simplemente dirían: "este tío se quiere quedar conmigo", arrugando la carta y tirándola a la papelera. ¿Podría ocurrir algo semejante con esta campaña propagan­ dística planetaria? Claro está que en dicha información nuestro querido "Voyager" no incluye el estado actual de la humanidad sino que se limita a dar la versión cursi, que además de macarra y hortera, está totalmente "desaboría". Resulta realmente insólito que en este sistema solar exista una manifestación de existencia que llamamos vida y que se concentra bási­ camente en el hombre. Si cotejamos la posición planetaria en relación con el universo conocido, no existe nada peculiar ni especial ni extraor­

163

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

dinario en este sistema solar, como además tampoco sabemos si está a la derecha o a la izquierda, o arriba o abajo, sino que está flotando, ya sea a la deriva o a la "izquierdiva", el sentimiento que nos produce es de estar en un lugar desconocido, dentro de lo desconocido, lo cual hace pensar que, probablemente, seamos desconocidos y que, en consecuencia, exista escaso interés en conocernos. Todo esto, sin duda, puede parecer un chiste, o una canción deses­ perada o un bucolismo trasnochado, o quizá un bla, bla, bla, bla... Pero quizás sea una de las pocas formas de expresarse separándose un poquito del ombligo... Porque hablar de la tierra describiendo el Cañón del Colo­ rado, las cataratas del Niágara, las pirámides de Egipto, el Monasterio del Escorial o la madre que nos parió, nos parece sencillamente una vulga­ ridad, y sería como la carta del señor de Tasmania... Así que tomémoslo con buen humor y con una cierta dosis de originalidad, sin caer en la vanidad, en el lamento desgarrador o en las esperanzas apocalípticas. Porque si bien de todo ello hay, si queremos estar un poco separados del ombligo y no seguir llamando a "mamá", deberemos de hacer un esfuerzo por ser lo suficientemente subjetivos al hablar de la tierra, por­ que sabemos que somos parte contratante de la primera parte, como diría Groucho Marx en una noche en la ópera, o como diría, igualmente, desde la famosa escena del camarote, una y otra vez... "¡y dos huevos duros!" Subjetivamente hablando, podríamos empezar diciendo, desde den­ tro hacia fuera, refiriéndonos a este planeta, que es un femenino, porque no es "tierro" sino que es TIERRA. En principio esta idea es lo suficien­ temente sugerente como para alentar a los varones y alegrar a las hem­ bras, por aquello de la importancia personal. Así que, sin más referencias, podríamos afirmar, siendo parte contratante de la primera parte, que la tierra es: un femenino. Si nos salimos de ella, cerquita, desde la luna por ejemplo, se nos muestra como un círculo azul que, desde la óptica subjetiva del hom­ bre, podría decirse que, en la oscuridad circundante, resulta ser bella. O sea, que desde dentro y un poquito desde fuera, la tierra es un femenino bello... no está mal, ¿verdad? Si continuamos en este juego de vaivén y nos volvemos hacia el interior, la tierra es ante todo y sobre todo SONIDO (mares, ríos, pájaros, truenos, relámpagos, ornitorrincos, elefantes). Si ahora nos volvemos hacia fuera y nos vamos un poco más lejos, contemplaremos la tierra como una lejana y minúscula luminaria azul.

164

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a T ie r r a

En este estado de cosas podríamos decir que la tierra es: UN FEME­ NINO BELLO ADORNADO DE SONIDOS QUE SE VE PEQUEÑO... ¡esto se pone interesante! Si volvemos de nuevo a ELLA, lo siguiente que descubrimos es su color, interminables colores; y si ahora nos alejamos mucho más ¡YA NO LAVEMOS!... ¡CHATA TACHAN, CHATA TACHAN!... O sea, que estamos ante un femenino bello, adornado de innume­ rables sonidos y con multitud de colores, que es azul en la cercanía, y que desaparece en la lejanía. Dejamos que nuestros queridos lectores sigan jugando con el zoom y que, a buen seguro, puedan seguir rescatando un sinfín de elementos... pero ya todos ellos desde dentro... porque desde fuera ya nada se ve.

Mujer de belleza sin igual, azul te ves cuando te alejas mientras se escuchan tus cantos de sirena. De miles de colores te adornas en tus vestidos cuando te aproximas en seducción, y cuando creemos que estás tan cerca... Desapareces. Eres ¿eres un fantasma o una ilusión? ¿Eres de verdad o de mentira? ¿Estás o no estás? Cuando te siento tan cerca es justo cuando te vas, y cuando dejo de verte me sorprendes apareciendo. Atrapado me tienes con tu sortilegio, con tu magia, con tu encanto y con tu embrujo, y tanto es así que nunca me dejas marchar; porque cuando decididamente me voy, tú me vuelves a encontrar.

165

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Y así vivo en tus redes y cuando estoy en tu oquedad no te veo, pero cuando estoy entre tus hilos, me enredo. Me has pescado, soy tu pez saltarín al que no dejas morir, porque cuando contemplas sus últimas bocanadas me vuelves a la mar. Y cuando creo estar entre tus brazos me vuelves a sacar. Si algún día pensé que eras cruel ya no lo puedo recordar, lo que sí intuyo y casi creo saber es que, aunque tú eres la red y la mar, tú no eres quien lanza la malla a la mar.

166

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a T ie r r a

A l k im ia .

T ra d ic ió n

y

M ilagros

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a T ie r r a

Y una vez, o quizás fueron muchas veces, Lo Creativo fijó su punto de mira en un lugar del universo, hasta tal punto que lo convirtió en el centro de la gran diana de todo lo creado. El Arquero Creador apuntó con su arco y flecha y lanzó con precisión una exhalación vertiginosa que en luz azul se convirtió. Dio en el blanco, que se hizo azul, y su flecha se clavó tan fuerte que como antena quedó. Y a raíz de ese acontecimiento muchas fuerzas fueron precipitándose hacia este azul, rodeando su diana, hasta culminar un gran objetivo de amor. Cada círculo era toda una crea­ ción que, superpuestas en capas, se hicieron una; pero el centro, fundido y separado a la vez del resto de los círculos, siguió manteniendo clavada la flecha... hasta hoy. El Arquero contempló y contempla aquella fértil imaginación. Al centro le llamó "humana tierra"; y a todo lo que estaba a su alrededor, "servidores del azul”. Y para que así fuera y se perpetuara, al hombre-tierra le hizo sobrevivir —por la fijación de la flecha— en base a dejarse servir. Y con el fin de que todo ello se perpetuara, dotó a este hombre-tierra de un receptáculo capaz de recibir lo de sus servidores. Y también le donó de un distribuidor capaz de mantener siempre vacío el palacio de los que servían. De esta manera, además de la fuerza que la flecha aún tenía, lo que ella había gestado por sí misma a la flecha retendría. Al receptáculo le dio la capacidad de la forma a través del sonido: "ES". Luego le añadió un segundo sonido: "ESTO"... ES ESTO. Y final­ mente, para que no pudiera descubrir el misterio de su origen, lo convirtió en "MAGO"..: ES ESTO MÁGICO..: ESTO ES MÁGICO. BIENVENIDO SEÑOR ESTÓMAGO... EN VERDAD QUE ERES MÁGICO, PORQUE POR TU VACUIDAD TE DEJAS SERVIR; PORQUE CUANDO ESTAS PLENO DAS REPOSO A TUS SERVIDORES; PORQUE MIENTRAS QUE ESTAS EN PLENITUD DAS ALIENTO A TUS ALIADOS; PORQUE TU MAGIA LLEGA A CONVERTIR LO MÁS ÁSPERO EN SUAVE, LO MÁS DURO EN BLANDO, LO MÁS IMPOSIBLE EN POSIBLE; Y PORQUE FINALMENTE, TU MAGIA ES CAPAZ DE CONVERTIR CUALQUIER COLOR... SIEMPRE EN... ROJO.

169

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

t iWtm ato\

i f

m t'i.-frft&s ah tm tS* a‘íiáC¿*y%u*€ %m* u m i d é f d it t f A M f i lufoC r

rf» s

SOPORTE ALKÍMICO DEL SOI EN LA CONSECUCIÓN

m% ANCLAJES LUMINOSOS EN LA, CONFIGURACIÓN DE SU ESTRUCTURA

185

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

En este capítulo les vamos a mostrar los diferentes resonadores que, a manera de anclaje, constituyen la imantación que el hombre conserva en relación con el espacio infinito en el que habita.

HERENCIA

Nuestro comienzo no podría ser otro que el de la HERENCIA, ya que el hombre se constituye en un microcosmos y, por tanto, tiene su procedencia de un macrocosmos generador.

186

L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o e l ser e n l a c o n s e c u c ió n d e l m i l a g r o : H e r e n c ia

187

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

En la estructura del soplo del hombre encontramos ocho residen­ cias de la herencia. Cinco se encuentran en el territorio del reino mutante del agua, uno en el reino mutante de la madera y dos en el reino mutante de la tierra. Y todos ellos, excepto uno, pertenecen a la EMANACIÓN DEL YANG. 6V: CHENGGUAN: "herencia luminosa". 36V: CHENGFU: "heredar la ayuda". 56V: CHENGJIN: "herencia de la fuerza". 57V: CHENGSAN: "herencia de la montaña". 18VB: CHENGLING: "herencia espiritual". 1E: CHENGQI: "heredar el pesar silenciosamente". 20E: CHENGMAN: "herencia completa autosuficiente". 24RM: CHENGJIANG: "la herencia de los líquidos". Podríamos decir... La herencia luminosa de las aguas anteriores se transmite, hace fuerza y genera la forma; dando a ésta el hálito del espíritu que permite al hombre realizarse en un pesar silencioso, que se continúa en un proceso autosuficiente, semejante al correr de las aguas. Este pesar sería la limitación que impone la decisión del Innom­ brable al libre vuelo del espíritu, al situarle bajo la dimensión de un perfil conformado... ¡Y cuántas veces nos hemos quejado de nuestro cuerpo! ¡Y cuántas veces han sido un pesar nuestras piernas, nuestras espaldas, nuestros dolores de sufrimiento! ¡Y cuántas veces no hemos querido des­ aparecer o nos hemos visto preocupados por la pérdida de fuerza o por la imposibilidad de seguir el vuelo de nuestros pensamientos! ¡Y cuán­ tas veces nuestro CUERPO no ha sido capaz de seguir los dictámenes de realización que señalaba nuestro pensamiento y nuestro corazón!... ¿Será el cuerpo la cárcel del alma? ¿Será ese el "castigo" no nombrado, al que está sometido el hombre como expresión de heredero de un pecado origi­ nal?... ¿Podrá... o puede liberarse de ese corsé con el aliento de un suspiro, con la ternura de un beso, con el imán de un deseo, con el abrazo poseso o con la simple sonrisa de una cómplice aventura?

188

L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o e l s e r e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : H e r e n c ia

¿Y si dijéramos... El discurrir autosufíciente de las aguas, dan al ser la humildad y la sumisión para aceptar su pesar silenciosamente, lo cual permite avivar el espíritu y hacer de él una continua ascensión, como en montaña. Toma consciencia de que es parte de la "Fuerza", que le ayuda a renacer a su esencia luminosa. Depárese ahora en la distribución de estos resonadores: dos de ellos están en la cima de la cabeza, tres en las piernas, dos en la cara y uno en el tronco. En consecuencia, los de la cima se corresponden a lo luminoso y lo espiritual, y serían la herencia del Cielo. Los de las piernas se corres­ ponden con la ayuda, la fuerza y la montaña, y serían la herencia de la Tierra. Y los de la cara y el tronco se corresponderían con el hombre... AL VERSE EN SU LIMITANTE POSIBILIDAD, en tanto en cuanto no asuma su humilde y sumisa procedencia.

189

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

L u m in o s o - A y u d a - F uerza - M

ontaña

- E spir itu a l -

S ilen c io sa m e n t e - C o m pl et a A u t o s u f ic ie n t e - L íq u id o s .

Reordenemos de nuevo estos atributos de la herencia y descifremos su mensaje: EL HOMBRE PROCEDE DE UNA LUMINOSA FUERZA QUE, SILENCIOSAMENTE, LE CONVIERTE EN UNA MONTAÑA ESPIRITUAL, AYUDA A LA VÍA DE LOS LÍQUIDOS PARA SER UNA HERENCIA COMPLETA. Bajo esta conceptualización el desenvolvimiento de esta herencia, indudablemente, no debería de desarrollarse según los cánones que pode­ mos comprobar en el comportamiento de la humanidad, sino que más bien, por el contrario —haciendo testimonio de su naturaleza, heredada del uni­ verso— sus actuaciones deberían de ser completamente diferentes. De tal manera que se reflejara en su hacer la fuerza luminosa de sus ideas, la deci­ sión infranqueable de su voluntad y el cultivo permanente de su espíritu en el silencio de su soledad. Todo ello se correspondería con ese macrocosmos y, de esta manera, su naturaleza sería un reflejo de él mismo, estando, con­ secuentemente, en condiciones de replicar bajo las constantes de la Fuerza generadora y alcanzar así la imagen y semejanza de su procedencia. Recurrir a la herencia "verdadera" del hombre es abordar, sobre su desviación evidente, una expectativa que conduzca al resurgimiento del hombre "nuevo", que tan sólo lo es en relación a su estado actual, pero que se corresponde con su ancestral esencia. ¿No estarían en esta esfera los emperadores celestes? ¿No estarían bajo este influjo los primeros faraones? ¿No estarán bajo estas coordenadas los seres iluminados? ¿No se corresponderán en esta categoría las civilizaciones preincaicas y mayas? Hoy nos sorprende, en sobremanera, los descubrimientos que se realizan sobre estas herencias antepasadas. Y no se alcanza a entender cómo en aquellas épocas los "hombres" pudieron concretar sus acciones en tan impresionante magnitud. Todo ello sin incluir los interminables mitos, las "desaparecidas" civilizaciones (Atlántida), y toda una serie de aconteceres que están en una prudente y escondida incomprensión.

190

L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o e l s er e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : H e r e n c ia

En las interminables preguntas que surgen no puede faltar una extremadamente inquietante: ¿existe la posibilidad de que el hombre actual pueda acceder a esa naturaleza, o se ha perdido para siempre? En el contexto en que movemos los descubrimientos del soplo del hombre, legado por la tradición alkímica, estamos en condiciones de afir­ mar que el MILAGRO de la recuperación de esta herencia, es aún posible. A las puertas del tercer milenio el hombre se encuentra sitiado por su propia historia. Sólo recogiendo el pesar de sus errores de una manera silenciosa y evocando su espiritualidad, se erguirá como una montaña, con la fuerza suficiente para alcanzar la dignidad de ser iluminada por la misericordia de la Fuerza.

191

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

ESENCIA

Cuando hablamos empleando la palabra ESENCIA, inevitable­ mente nos remontamos al FUNDAMENTO y a la TRASCENDENCIA del motivo en el que se esté dialogando. TODO TIENE UNA ESENCIA... Y... ¿Qué connotación alkímica y milagrosa tiene una esencia? Comencemos por lo más simple: • ES • ENCIA ES... Del verbo SER o ESTAR... ES EL QUE... ES...: esencia. ENCIA: cavidad fecunda que promueve el nacimiento de lo blanco con la dureza suficiente para transformar lo duro y poder conseguir la subsistencia de la forma.

192

La t r a d i c i ó n c o m o s o p o r t e a l k í m i c o e l s e r e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : E s e n c i a

La esencia sería entonces: la fuerza del que ES, que alberga en su seno la posibilidad de emanar lo contundente. • ES • EN • CIA ES: la misma connotación anterior. EN: expresión que denota la situación en la que se encuentra el verbo. CIA: en compañía. Esencia sería, bajo esta perspectiva, "LO QUE ES", "EN COMU­ NIÓN CON". Si recordamos la descripción de los resonadores anteriores, ahora estaríamos intentando aclarar la esencia o, mejor dicho, descubrir la natu­ raleza de la herencia: la esencia. ¿Cuál es, en consecuencia, la esencia de la herencia?... LA ESENCIA DE LA HERENCIA ES UN VACÍO QUE SE DEPOSITA EN EL CENTRO DEL SER.

193

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

¿Dónde se encuentra ese vacío? ¿Qué es el vacío? Si está vacío, ¿cómo es que se deposita? ¿En dónde se deposita? Y por último, ¿cuál es el centro del ser? La esencia de la herencia no se nos presenta de fácil comprensión cuando ha de ser descrita con palabras y cuando, además, éstas tienen que ser escritas. No obstante, hagamos un esfuerzo. EL QUE ES, EMANA DEL VACÍO Y SE DEPOSITA EN EL QUE ESTÁ, SIENDO SU CENTRO EL INFINITO. Parece ser que esta mayusculinización de las palabras no ha sido sufi­ cientemente aclaradora del enigma en el que nos encontramos, sobre todo, si contemplamos la expresión de quien transcribe estas páginas. Difícil tarea será para ella dar una explicación en la participación de este relato... Si bien este pequeño comentario es una intimidad en la redacción de este libro, si se hace, es en aras de que el lector pueda vivir con un servidor la perspicaz sorpresa que el lector puede experimentar y que ya se ha expe­ rimentado en nuestra querida transcriptora. Por tanto, no se desanime. La tradición alkímica que conduce al milagro, no es una tarea sencilla cuando el hombre se ha apartado de su verdadera visión y cuando está en actitud de renunciar a su auténtica herencia en la expresión de su esencia. Los resonadores que cumplen la función de ser el anclaje de la esen­ cia son: SUIKONG: "esencia vacía": 2TM, 11R, 5VB, 5E. SUIFU: "depósito de la e s e n c i a 2TM, 14R. SUIZHONG: "el centro de la e s e n c i a 14R.

L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o e l ser e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : E s e n c ia

Apréciese —como en el estado de la herencia— que el agua vuelve a ser el protagonista principal de esta historia. 1 IR: SUIKONG: "esencia vacía”, es la undécima estancia de la vía yin del agua. En este sentido se correlaciona con el principio de IDENTI­ DAD, dando la expresión, su nombre, de ser el equivalente en el hom­ bre de la esencia original. Tiene como función fundamental realizar una purificación en la vía del agua y acrecentar el caudal virtuoso de ésta. La acción sobre este resonador tiene dos estancias: en la primera se hace una presión con el pulgar hasta conseguir una sensación de vacío y, continua­ damente, se pasa a la segunda actuación en la que se aplicará moxibus­ tión indirecta. 5VB: SUIKONG: "esencia vacía”*. Es un vacío ilusorio pero que vibra en la sintonía de la circularidad. Circularidad, como expresión del sentido retrógrado de la luz. Se define como el espacio del ser en el que se apela a la decisión de la Fuerza a través de la función de juez en que se desenvuelve la entraña extraordinaria V.B. De esta manera, el sentido compasivo entre los hombres y la actitud comprensiva en sus relaciones, se expresa como el eco de un vacío que, desde el infinito, emana sus dones, no como una fuerza castigadora sino como una expresión que obedece a la intimidad de su amor y que pretende, permanentemente, librar al hombre de su per­ manente sentido de culpa, sin que ello esté exento de una responsabilidad liberadora, mientras que a la vez, se hace uno con la totalidad, deslava­ zándose de las ataduras y los yugos de las leyes humanas para pasar a ser vivenciador de una continua mutación y transmutación, como así ocurre en el infinito; trayendo, consecuentemente, esta postura, una posición en la relación entre los hombres que no queda fijada a la ofensa o al éxito sino que se desarrolla en la búsqueda de centrarse a la obediencia de los signos, los ideales, la virtud, la aceptación, y la esperanza. La actuación sobre este resonador se culminará con la imposición alkímica del metal, realizándose una imposición oblicua descendente con una manipulación vibrante exenta de rotación, hasta que se aperciba el sanador de un ligero calor sobre los dedos que manipulan esta antena de referencia hacia el vacío creador. 2TM:

SUIKONG: "esencia vacía”. SUIFU: "depósito de la esencia”**.

* Es otro de los nombres de este resonador. ** Son otros de los nombres de este resonador.

195

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

Recordemos que su otro nombre es YAOSHU: "transporte estratégico"... de energías ancestrales. Nos remitimos a la descripción que de él se dio al hablar del TM. 14R: SUIFU: ",depósito de la esencia", la decimocuarta estancia se constituye en el depósito de la vacuidad de esa esencia. En él se alberga la opción de que el ser conjugue su estructura de agua con la estructura fundamental del agua celeste. En este caso se actuará con moxibustión indirecta. 14R: SUIZHONG: “el centro de la e s e n c i a Hay un centro en la esen­ cia, referenciado en el riñón, situado en el agua, en una zona muy concreta que tiene que ver con la circularidad del ser en relación con la vesícula biliar. Simboliza el quehacer del agua como centro a partir del cual la esen­ cia se va a diversificar en diferentes estructuras, al igual que ocurre con la emanación de los canales extraordinarios que parten de ella. Sobre todos estos resonadores, excepto el 5VB, actuaremos a través de la moxibustión indirecta. Con todas estas actuaciones se conseguirá una purificación, como actividad terapéutica, que permita que la naturaleza de la herencia en su basamento en la esencia, vivifique la forma y la sitúe en el sendero del iniciado, con lo cual, se adquirirá unas determinadas sutilezas que avisan a cerca de la transformación alkímica que está sucediendo en el ser.

196

C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

DESTINO

La herencia con su esencia, están sometidas a un DESTINO, que, con independencia de la frecuente discusión entre el libre albedrío, el destino providencial y la libre voluntad de elaborar el propio destino, no se debe olvidar que las características generales de una especie —configu­ radas por la esencia de su herencia— van a conferir unas cualidades muy perfiladas en torno a dicha especie, si bien esto no contradice las posibili­ dades evolutivas de aprendizaje y de enseñanza de las mismas. Si seguimos el sentido alkímico en el que nos encontramos inmer­ sos y según la visión que la tradición hace del mismo, el milagro del ser se concretiza en hacer una sintonía perfecta entre su microcosmos y su macrocosmos, diluyendo así las disquisiciones entre su propio ego y los conocimientos que se le aportan. El arquero con su flecha se funde en la diana y se hace uno con ella, aunque cada uno tenga sus propias caracte­ rísticas y sus sentidos evolutivos sean diferentes.

197

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

La misma palabra: DES-TINO, nos habla de "dar en el tino". Pero sin olvidar que el tino no se encuentra en el plano del que da, sino que está fuera de él. En este sentido —si siguiéramos con el ejemplo del arquero— el hombre que cumple con su destino, sin dejar de apuntar a la diana, siem­ pre lanzará su flecha fuera de ésta, porque su tino le reclama en otra diana que no es de la misma naturaleza y configuración que la del arquero. Esta situación es difícil de comprender, sobre todo cuando el hombre trata, por su perfección y su acondicionamiento, de atrapar en su reino lo que no es de él. En consecuencia, la actitud del hombre en la alkimia de su destino, no renuncia a su posición humana, pero se proyecta en la flecha y con el arco en su vuelo hacia el tino que marcan sus estrellas. El DES-TINO —palabra siempre incomoda, tanto si lo elabora la conciencia del hombre como si lo rige la Fuerza del universo— ha consti­ tuido para el hombre una muy truculenta situación. Porque en cualquiera de los casos, existen una serie de variables a las que el hombre no tiene acceso en los estados "interesados" de conciencia. Desde el arte en sus más diversas expresiones, hasta en el lenguaje popular con sus dichos y refranes; desde el nacimiento hasta próximos al último suspiro; y desde la buena y la mala suerte, el destino siempre se encuentra presente. ¿Por qué se depara tanto en él? ¿Por qué tanto inte­ rés en hacerlo o saberlo? ¿No sería más sencillo estar y hacer "sintiendo",

198

L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o e l s e r e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : D e s t in o

sin esperar al mañana destino? ¡Qué oportunidad tan fútilmente perdida ocurre todos los días en tantos miles de millones de habitantes! ¿Cómo ha podido llegar el hombre a sentirse tan importante? ¿Cómo ha podido llegar a pensar que es el ombligo de la Creación?... ¿Cómo debió de ser su pecado para que llegara a concebir la posibilidad de inmiscuirse en esta palabra? Porque, sin duda, el solo instinto de manejarla constituye un acto de soberbia "grave” que ya define por sí mismo a este gran pecador. No se trata de que piensen, a estas alturas, que estamos haciendo un sermón; mucho menos que puedan llegar a pensar que se está juzgando. Tan sólo se trata de poner en evidencia otra visión de la "realidad". Es muy posible que la mayoría de los que tengan la ocasión de leer estas palabras estén en total desacuerdo con ellas, pero no caigan en esta vanidosa trampa... Déjense llevar por lo que han escuchado y pregúntenle al escondite de ter­ nura que tienen, según se baja a la derecha, en el corazón... quizás puedan variar su "juicio". Las clarividentes visiones de visionarios que no tuvieron la suerte de llamarse Julio Verne —al que hoy se le venera como si fuera un profeta— también tuvieron su parte contratante de la primera parte y definieron que existían, en el organigrama del soplo del hombre, cuatro espacios en los que el destino se hallaba presente. Uno era la PUERTA DEL DESTINO. Otro era la GALERÍA DEL DESTINO. Otro era EL DESTINO EXTERIOR. Y, finalmente, otro era LA BARRERA DEL DESTINO. Tres se encontraban en las aguas y uno en la tierra. El primero de las aguas, en las aguas misteriosas anteriores y los otros dos en las aguas cris­ talinas posteriores. Uno era la puerta... Sí, sí, la puerta que permite la vida. Los otros eran los soportes de esa permisividad que tenían una larga o corta galería dependiendo del flujo que pasara por la puerta de la vida. Sería como el "tiempo de vida" que tendría cada ser. Y por último, ese destino exterior vendría a ser algo así como la huella o huellecita que cada uno deja en el lugar donde habita, que puede llegar a ser o no famoso. Todo ello también dependerá del tiempo histórico que le toque vivir... Con el paso del tiempo, nadie se acordará del destino exterior de nadie... salvo algún que otro curioso inmortal... Y si no, háganse una pregunta: ¿qué saben del destino exterior de su tatarabuelo?... Nada. Sin duda existió, pero salvo que tengan la suerte de que se llamara Einstein o Beethoven o Da Vinci, mucho nos tememos que su huella del destino ha quedado borrada para siempre... Todo resulta evidentemente comprobable en esta mágica tradición...

199

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

De cualquier forma, si están especialmente interesados en el des­ tino exterior de su tatarabuelo, busquen algún curioso inmortal que se lo cuente, porque las cosas no pasan en balde. El de la tierra, representa la barrera de la forma en la consecución de ese destino. Barrera en el sentido de otras puertas, esta vez en una estan­ cia de la tierra, que permitiría el paso del alimento de la caverna, favore­ ciendo la asimilación y distribución de las energías que el ser necesita para dar cumplimiento a su "tiempo de vida". Si deciden asumir las posibilidades... HUMILDEMENTE Y SUMISA­ MENTE, que el destino tiene guardado para cada ser, podrán acceder a un trabajo iniciático sobre estos cuatro resonadores. Comenzarán con MINGMEN: 4TM: LA PUERTA DEL DESTINO. Sobre él ejercitaran, en primer lugar, una presión fija, quieta y mantenida, para luego poder realizar una puntura oblicua ligeramente descendente y, finalmente, realizar sobre él una moxibustión indirecta. Sería como reali­ zar los tres pasos que dan título a este trabajo:

la tradición con el dedo, la alkimia con la aguja, y el milagro con el fuego. Probablemente con esto sea suficiente para que el ser se ratifique en su presencia, en su constancia, en su certidumbre y en su invariable cami­ nar hacia el papel que le corresponde en la totalidad. No obstante, es posible que se necesite recurrir a la ayuda del des­ tino más inmediato, sobre todo en aquellos casos en los que el hombre se encuentra más perdido, más desconexionado, más desubicado de su reali­ dad. En estos casos habría que añadir LA GALERÍA DEL DESTINO: 22R, EL DESTINO EXTERIOR: 7R y LA BARRERA DEL DESTINO: 17B. En el primero de los casos habría que aplicar moxibustión indirecta, casi directamente en busca del milagro que DE SENTIDO A LA VIDA. En el segundo, se actuará con la alkimia del metal en una imposición oblicua ascendente, con una suave manipulación que despierte en el que la recibe la sensación de vacuidad y de incorporeidad de la zona en la que se ha manipulado este resonador. Y, en el tercero, se aplicará moxibustión indi­ recta, para que toda la estructura se disponga en el sentido del destino. Si les sirve de referencia, tenemos la referencia personal, de haber "abordao" una variable patología con el trabajo exclusivo en MINGMEN, pudiendo haber constatado resultados absolutamente evidentes.

200

L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o el ser e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : D e s t in o

Sentimos no poderle proporcionar bibliografía al respecto, pero los que ya nos conozcan y los que no, podrán darse cuenta que nuestras fuentes de información proceden de la investigación, la búsqueda, la meditación, la oración... Y, como diría Julio Iglesias... Y tantas y tantas cosas más. No nos queda más remedio que añadir, recordarles que este apa­ rente juego entre lo lúdico, lo tradicional, lo alkímico y lo milagroso, que en ocasiones puede parecer fantástico y en otras una barbaridad, se corres­ ponde en cierta medida, con ese espíritu que nos relatan las viejas histo­ rias taoístas, en las que era, sin duda, mucho más difícil descifrar cuando se estaba hablando en serio y cuando no. En la parte que a nosotros nos corresponde, pensamos que esta claro, si bien, no es de extrañar, que de vez en cuando sientan la duda y puedan incluso hasta llegar a pensar que todo esto... "ES UNA PASADA de un pirao con una imaginación calenturienta que, a falta de no tener otra cosa que hacer, y aprovechándose de su conocida actividad... Se quiere quedar con el personal" Bien, este final es una muestra más de lo que acabábamos de decir, y sólo terminar por añadir que bien pobre sería, y cuan absurdo, nuestro afán, si lo último escrito fuera cierto, si tenemos en cuenta que este libro, como todos los anteriormente escritos, quedan básicamente en el olvido, producen inevitablemente ruina, generan suficiente desprestigio y final­ mente, ni lo más allegados conspicuos terminan por comprar... Todo ello sin contar las innumerables fotocopias que de este o de todos los demás libros, se hacen sin cesar... Pero lo hecho, hecho está y a quien tenga que llegar... Llegará... Y una sonrisa en el Cielo aparecerá...

201

HOMBRE Pat&V$DEN€JAL

203

A l k im ia .

T ra d ic ió n

y

M ilagros

204

E l H o m b r e P r o v id e n c ia l

efinir la Providencia como un acontecer ajeno al hombre podría enmarcarse dentro de lo teologal, lo religioso, lo esotérico... "Los dones del Espíritu Supremo". De igual forma podríamos abordar lo providencial como aquellos acontecimientos que se producen en la vida del hombre como consecuencia de las acciones individuales de cada uno y las infinitas posibilidades de combinaciones que se pueden dar a través de sus confluencias. En el primer caso, el hombre sería un intermediario-contemplador, ajeno en cuanto a lo que se refiere a su aportación como protagonista de cualquier acontecer. En el segundo caso todo estaría a merced de las posibilidades y de sus diferentes combinaciones que el protagonista —hombre— es capaz de desarrollar. Con este planteamiento podríamos pensar que son dos posiciones totalmente antagónicas. En el primer caso el hombre quedaría excluido de cualquier responsabilidad. En el segundo, el hombre sería el único respon­ sable, en virtud de sus potencialidades. Pero podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Existen realidades antagónicas de esta magnitud que sitúan a una como certera y a otra como falsa?... ¿o es tan sólo una situación que surge como consecuencia del planteamiento esquivo del lenguaje?... O dicho de otra manera: cada una de las dos posiciones sólo mira con un ojo y excluye la visión del otro. ¿No les llama a ustedes la atención el hecho de poseer dos oídos, dos ojos, dos fosas nasales, miles de posibilidades sensoriales e inconta­ bles opciones en la discriminación de los sabores?... Y, en consecuencia, el hecho de que existan todas estas variables ¿no nos indica en una gran medida que no pueden existir posiciones irreconciliables y que, conse­ cuentemente, estas solamente surgen cuando quedan abolidas todas las posibilidades reales y el sujeto se centra en una sola? Les proponemos que hagan el siguiente ejercicio: mirando con los dos ojos, cierren uno. Podrán comprobar de inmediato que el campo visual queda reducido a la mitad. Si lo aplicamos al oído los sonidos aferentes al oído afectado no son captados por el otro en su totalidad. Si accedemos a la olfacción, de igual forma, cuando ésta está alterada, determinados olo­ res no son captados y menos aún discriminados. Con el gusto pasaría otro tanto. Y con el tacto las variaciones, dada la amplitud de su textura, serían aún más evidentes. Cuando estas circunstancias ocurren, esto no significa que los sonidos, campos visuales, olores, sabores, etc. NO EXISTAN, sino que el receptor está abolido o alterado. Si bien una persona puede decir que tal o cual ciudad NO EXISTE, en su experiencia, porque no ha estado en ella, esto no significa que dicha ciudad no tenga una evidente exis­

D

205

A l k im ia .

T ra d ic ió n

y

M ilagros

tencia... Así sucesivamente podríamos alargar nuestra lista de ejemplos y poner en evidencia que las dos posturas iniciales de las que partíamos, son productos irreconciliables en la medida en que el observador no se apercibe de la parte que niega, lo cual no significa que esta no exista. En consecuencia, podemos afirmar que las dos posturas existen, y que se reconcilian y se hacen una, cuando el receptor amplifica, en el sentido de sus posibilidades, todo el campo de su realidad. Las causas fundamentales que conducen a estos criterios parciales están claramente definidas en "la visión" que va recibiendo el sujeto de parte de los sistemas dominantes (familia, cultura, estado, continente etc.). Poco a poco se va anulando "la visión" de otras concepciones y ya se entra en el mundo dual que termina por sintetizarse en: cierto-falso... Esta situación podría definirse en términos médicos como una "histeria espiritual", ya que el protagonista reacciona de forma negadora ante situaciones para las que ha sido educado bajo el comportamiento del rechazo... Como "todos" están sometidos a esta situación, no puede exis­ tir, en principio, un reconocimiento de esta patología. Se da por buena la posición y se pierde la perspectiva de la totalidad.

206

E l H o m b r e P r o v id e n c ia l

Si nos fijamos en los factores que terminan por evocar un compor­ tamiento de "histeria espiritual", todos ellos están bajo el sinónimo del PODER. Poder que tiene su fundamento en la afirmación de una visión que se mantiene por el combate de otra. Se podría decir que, en estas circunstancias, el "vencedor” deja tras de sí los cadáveres de los "derrotados"... Pero los cadáveres son... él mismo... Esta situación sería comparable, por ejemplo, a una sordera de percep­ ción, situación en la que el sujeto oye los sonidos, pero es incapaz de interpre­ tarlos, "escucharlos", porque el lugar de recepción de los mismos se encuentra alterado; no reconociendo el lenguaje sonoro que llega ni su significado. Estamos en condiciones de apercibirnos de que la única posibili­ dad, en el plano estrictamente humano, de poder participar en la resolu­ ción de esta "histeria espiritual", residiría en la disolución de los criterios de poder, que serían sustituidos —no en el sentido de reposición— por el descubrimiento y la respetabilidad que emanaría del entorno. De esta manera, el desarrollo evolutivo de cada individuo no estaría sometido a un "acondicionamiento permanente" sino que estaría en una estancia en la que el comportamiento del entorno le muestra el abanico de sus descu­ brimientos, despertando, en consecuencia, en el observador, una actitud de respeto, una posibilidad de elección, una opción de síntesis y, final­ mente, una concepción "original" de su existencia. La opción a la que nos ha llevado todo este cúmulo de disquisiciones no es, ciertamente, fácil de conseguir, sobre todo teniendo en cuenta que el basamento de la especie del hombre se ha desarrollado fundamentalmente en torno a la esfera del poder. Las posibilidades de disolver este criterio sólo pueden irse gestando bajo el descubrimiento de la búsqueda individual del "proyecto personal"... Situación que ha de pasar bajo el prisma del "no combate", bajo el filtro selectivo de una información abrumadora, bajo la inducción permanente de la búsqueda de un bienestar y confort, bajo las expectativas especuladoras de una tecnología dependiente, bajo... en defini­ tiva, de una multitud de facetas que, sin definirse como poder... LO SON. ¿Cómo podríamos reconciliar —después de las expectativas descri­ tas— estas dos concepciones de lo que genéricamente se entiende por Providencia? La respuesta providencial que emana de la actividad exclusiva del hom­ bre se rige por el principio de la "casualidad"... de la "imprevisibilidad"... del "azar"... y, en último termino, de la "suerte". Si pensamos en estas deduccio­ nes y las llevamos al plano de los acontecimientos de la vida de un adulto, no podemos por menos que establecer poderosas sospechas en torno a las

207

A l k im ia .

Tr a d ic ió n

y

M ilagros

"COINCIDENCIAS" que se dan con TANTA FRECUENCIA para que se pro­ duzcan determinados hechos en la cotidiana vida de cualquier ser humano. EL AZAR CASUAL que sitúa al hombre en descubrimientos persona­ les que cambian y modifican sus criterios, que son capaces de llegar incluso a cambiar el sentido de su existencia, se nos ofrecen con la suficiente y abru­ madora mayoría como para pensar, con evidente naturalidad, que los únicos factores que inciden en dichos acontecimientos no pueden ser atribuidos exclusivamente al proceso inteligente de los hombres. En consecuencia, habremos de admitir que existen otros factores que podríamos calificar de "extrahumanos", en el sentido de que no proceden de la propia actividad de su estructura, aunque bien es cierto que él se encuentra inmerso en esos factores: los cuales son capaces de producir una respuesta capaz de dar sen­ tido a la intervención DEFINITIVA, que posibilita la recombinación casual del azar para que acontezca lo inesperado. Si, además, situamos al hombre ante una realidad de universo con unas fuerzas de desconocido valor que rigen la dinámica del mundo existente, podríamos llegar a concluir, que tendríamos que admitir, que el aporte que hace el hombre en el sentido providencial es de una magnitud prácticamente despreciable. Si repasamos los basamentos en los que se cimienta la cultura del hombre, descubrimos que estos se han producido por verdaderas "casua­ lidades" que, bajo el signo de la "inspiración", han surgido como de "la nada" y a partir de esa nada y con lo que de ella ha surgido, es cuando el hombre ha ido añadiendo sus estudios e investigaciones que finalmente le han llevado a concebir que él es el artífice providencial de su existencia. Si el hombre consigue mantener —y es capaz, a través de la Fe— el estado de asombro que ha producido en su seno la fuerza providencial de Lo Celeste, y no trata de añadir, de su propia cosecha, ningún elemento que justifique de alguna manera su participación en tan insólito acto, estará en condiciones de vivir, de una manera permanente y cotidiana, el asombro de los dones de la Providencia, e incorporarlos a la dinámica de su propio ser individual, lo cual le llevará a ser un permanente realizador de los designios de la Providencia Celeste, bajo el signo de una actuación sacerdotal que haga imprimir en cada uno de sus actos: "hacer-dote"... S: silencio interior H: mudez. Acer: realizar lo inspirado. Dote: vigencia permanente que se encuentra disponible para acometer constantemente un compromiso sacramental.

208

E l H om bre I t a m

o n

¿Cómo llevar todo esto más específicamente al campo del sanador? Se trata de reconciliar la posición providencial como "magma de sustento" con la consciencia individual y parcial del hombre. En este sen­ tido, en términos absolutos, la enfermedad debería ser vivida como un acontecimiento más, sin diferenciarla de su término opuesto: salud... Pero... en el estado actual de la mente del hombre, sometido a la pluralidad relativa de sus posibilidades y, más concretamente, a la duali­ dad, en este caso, salud-enfermedad, cuando quedan definidos los pará­ metros de lo saludable, todo lo que no esté dentro de ellos se considera enfermedad. Este hecho puede fácilmente constatarse a lo largo de las diferentes culturas, en las que el concepto de salud y enfermedad estaba y está ceñido al criterio dominante de una época. Debemos indagar en el sentido de "lo absoluto". Y en este aspecto, poder llegar a disolver el sentido dual de los acontecimientos y contemplar sus alternancias como producto de las manifestaciones de "lo absoluto". Esta tarea no es nada fácil, teniendo en cuenta que, con machacona frecuencia, cuando se recurre a alguna fracción de lo absoluto, el hombre suele caer en un absolutismo intransigente y en un sentido dictatorial férreo en el que controla y produce el miedo suficiente como para crear un rencor y odio también suficiente, que desencadene las hostilidades. La pregunta sería entonces: ¿Cómo vivir en el sentido de "lo absoluto" sin caer en el "absolutismo"? O dicho de otra manera: ¿Cómo convertir la experiencia de vida en un sentido absoluto, sin perecer en el intento? Si bien nuestro mundo fenoménico se nos muestra como, cada vez más, absolutamente relativo, no deja de ser menos cierto que en la impli­ cada absoluta relatividad se encuentra una flagrante contradicción. Todo ello nos hace pensar que las manifestaciones existenciales que contem­ plamos se nos muestran relativas porque sólo se realizan bajo el espectro de una determinada dimensión y, en consecuencia, se deja de percibir la fuerza de emanación, que se nos muestra en un sentido relativo, siendo ésta, de carácter absoluto.

¿Soy absoluto o relativo cuando me pierdo en la profundidad de tu mirada? ¿Soy absoluto o relativo cuando sueño con una sincera expresión? ¿Soy absoluto o relativo cuando me oculto en un profundo llanto?

209

A l k im ia .

T ra d ic ió n

y

M ilagros

¿Soy absoluto o relativo cuando contemplo que mi estar es un lamento y mi presencia no es un azar? ¿Soy absoluto o relativo cuando sé que me aguardas por interés? ¿Soy absoluto o relativo cuando gimes a mi lado sin encanto? ¿Soy absoluto o relativo cuando de mi amor haces un desencanto? ¿Soy absoluto o relativo cuando contemplo que mi hacer es un arrebato? ••• ¿Es absoluto o relativo entregarme como un holocausto? Si contestan a estas preguntas, las opiniones de los hombres, todas ellas, confluirán en que no hay por qué plantear la duda... son estados de absoluto relativismo... Si pregunto a mi corazón... Sólo existe lo absoluto... Si consulto a mi inteligencia... Lo absoluto queda lejos, lejos, lejos... y vivir siempre es relativo. Parecen de nuevo disociados, pero a la vez se sienten muy cerca... La respuesta es muy simple: LO ABSOLUTO SE HACE RELATIVO A LOS OJOS DE LOS HOMBRES... PERO LA REALIDAD... LA VERDADERA REALIDAD, ES ABSOLUTA... Y está ahí para que los hombres tengan acceso a ella... Si s a b e s

v e r l o a b s o l u t o d e c a d a f r a c c ió n q u e se t e p r e se n t a

COMO RELATIVA, TODO TU HACER SE CONVIERTE EN A BSO LUTO ...

No caerás en la tentación del poder y del absolutismo sino que, más bien, te sumergirás en el camino de absoluto que cada ser tiene con La Deidad. Y así... podrás marchar —como dice la vieja sentencia budista— "más allá del más allá"... El hombre enfermo vive su realidad en el sentido absoluto de sus sensaciones. El sanador ha de "abrir" su relativismo para impregnarse de

210

E l H o m b r e P r o v id e n c ia l

lo absoluto de cada enfermedad... De esta manera, sus actuaciones estarán siempre guiadas por El Absoluto... El cual, en su absoluta eternidad, es inagotable y, por tanto, no excluye la vivencia de otros absolutos... que siguen terminando por confluir en la culminación de su eterna vacuidad. Podríamos expresar en un verbo silencioso, antes de afrontar la rea­ lidad de una enfermedad, diciendo: Soy un absoluto que te aguarda aunque en apariencia sea relativo. Soy un absoluto que se introduce en tu absoluta enfermedad. Y desde ahí, la inspirada bondad del eterno me suministra con absoluta certeza el hacer contigo... Enfermo. No hay error. No hay lugar para la duda ni tampoco espacio para la vanagloria. En ese instante se sabe que el Eterno ha acudido puntual. Emergente como siempre. Exaltante de bondad. Estando en ese absoluto cualquier relatividad salta al espacio insondable y se contempla con absoluta totalidad. No es preciso demostrar nada. No es necesario comprobar. Menos aún discutir... sólo, actuar... Luego, si es preciso... Comentar... ¡por decir algo!... Y ¡qué difícil es estar allí! cuando todo acosa hacia la relativa estancia, cuando todo exige una comprensible justicia, y cuando cualquier acto de firmeza se interpreta como absoluta e intransigente decisión... ¡No es la voz del hombre la que habla en esos instantes!... Es la espiración del Eterno la que se expresa con rigor. ¡Déjese hacer, buen humano, que el que le guía bien lo sabe... Usted no!

211

A l k im ia .

T r a d ic ió n

y

M ilagros

212

Y ENI LA TRASCENDENCIA. v o l v i m o s al

213

ntmano...

A l k im ia .

L

T r a d ic ió n

y

M ilagros

a tradición era y es la secuencia simultánea, constatable y evidente, del empirismo intuitivo de la clarividencia.

La alkimia se constituía en el vehículo —por la invocación a El Cielo— de los elementos constituyentes: fuego y agua. Los milagros se definían por la acción decidida y contundente de la imprevisible misericordia del Cielo... Ahora es tiempo, en esta culminación, de hacer kabalás de todo lo que ha transcurrido. Observen y presten atención: • TRADICIÓN: Retiren la cuarta letra empezando por la izquierda... quedará TRAICIÓN. • ALKIMIA: También empezando por la izquierda, retiren la tercera y la cuarta, y les quedará: AL-MIA. • MILAGROS: Retiren la quinta letra empezando por la izquierda y les quedará MILAROS: MIRALOS. Si se fijan, de la primera palabra, tradición, hemos retirado una letra, la cuarta; de la segunda hemos retirado dos letras, la tercera y la cuarta; y de la tercera, milagros, hemos retirado la quinta, una letra, y además, la hemos girado. En consecuencia, la secuencia sería: 1 - 2 - 1 , que representaría la secuencia de retirada de las letras, lo cual nos indicaría que el hombre, el dos [2], está custodiado permanentemente por el Uno [1], Y ahora, realicemos otro salto y veamos lo que sucede cuando el hombre renuncia a la tradición; cuando lo hace, igualmente, a la alki­ mia; y cuando también, consecuentemente, desdeña los milagros... como hemos visto al quitar las letras. Lo que nos queda es esta concluyente sentencia: ¡ALÁ! MIRA MIS TRAICIONES.

214

De forma poética, se describen los canales energéticos, en un viaje iniciático que cada persona puede hacer. Es "alkímico", porque nos va abriendo puertas hacia la visión de otros estados de conciencia. Es un libro "de Tradición": cuenta con ele­ mentos muy originales de la Medicina Tradicional China — al tiempo que no se contradice con otros textos— Es "milagroso" porque los trata­ mientos que plantea permi­ ten mutar diferentes estados de enfermar.

ALKIMIA

TRADICIÓN Y MILAGROS

MANDALA EDICIONES

www.mandalaediciones.com

7 8 8 4 83

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF