Aljovín Cristobal- Cultura Política en los Andes (1750-1950)..pdf

March 2, 2018 | Author: Juan Carlos Jurado Reyna | Category: Max Weber, Society, Anthropology, Bolivia, State (Polity)
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(1750-1950) Traducci6n de:

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= y comprendia a los ((Jnicmbros aClivos, diligentes e inleligenles» (1859: 11, 39-40). La noci6n. asimismo, evoea a «la plebe erisliana». un iJeal jesuita que defendia la "dc111ocracia calo1ica» (Ln':v",,,o AGUIR.R.E \966: 265-300, en especial pp. 268, 276).

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asi como a 1.1 escritura y lectura en cspanol. Al igual que en otras areas de la referrna cducativa, para elliderazgo en la cnsenanza prima ria el gobierno se volv io a Europa. En 1863 los I Ier manos de las Escuelas Cristianas llegMon de Francia, travendo consigo su modcrnlsima pcdagogia «s irnu lt.ine.i». Basada en las cnsen.m­ zas de Jean Baptiste de la Salle (1651-1719), cl fund.idor de la or­ den, la educacion dcbia scr rigurosamente C 15 lIOO en 1861 a S IliO 000 en 1869-1 R75 (JOB\R Dm-:oso 1940 216, 219) i\1L~IE" 1871: R [Sill: circLllar del 28 de octLlbre de 18i,5. F/\unolhti. 4 de l1,wiel11bre de 1Ril5. n° 202: para una justi lieaci6n neoborb6nica nut:J!,lel11el1le parecida de b cal':lcitaci6n tecnica en Colol11bia \~ase SAITURD 1976: 13. 17 ,'Re~lal11ento". L'i :\'uciol/ai, jllliu-agostu de I R72 (n." 191). YOI]-.Jos~. «1nfol111e», 1 de Jbril de 1873, Ministerio del Inleri"r [en adclante Min. dellnl.]. [1I[orllle, y Ei Nuciol/ai, 27 de l11ayo de 1862 (n' 76).

tante fue que canalize fondos y energias del gobierno hacia la ensefianza de mujeres e indigenas, los hijos mas «descu idados» pero prometedores de la sociedad. Educando a mujeres e indios



En el area de la educaci6n Iernenina. los logros del gobierno de Garcia fueron considerables: tal vez «ruonjiles» pero, a pesar de tod o, sustanciales y progresistas. Reflejando los imperatives mas amplios del Estado, la educacion de las rnuchachas ecuatorianas, aunque «csencialmente religiosa». dio prioridad tam bien a los elementos femeninos de las «artes y ciencias». Se contra to, por ejemplo, a las Hermanns del Sagrado Corazon de Francia para que educaran a las hijas de la elite urbana en lectura yescritura, geo~rafia y aritrnetica elemental, lenguas extranjeras y bellas ar­ tes.' Tambien se ensefio historia y Iiteratura, aunque restringi­ das a los temas aprobados por los activistas censores eclesiasti­ 15 cos. EI gobierno financio diversas instituciones catolicas para las muchachas de clase media y baja, las cuales se concentraban de modo mas explicito en una preparacion «cientifica» en «artes manu ales». La confeccion de vestidos y encajes, y la manufactura de flo res artificiales, fueron algunas de las «tareas ferneriiles» que era probable aprendiera una rnuchacha urbana de clase media. A las de los barrios mas pobres 0 que vivian en orfanatos usualmen­ te se les enseiiaba a planchar, cocinar y lavar ropa, habilidades necesarias para ser sirvientas domesticas (TOBAR Oc,Nosc11940: 243, 246, 250). En las zonas r urales, el currtculo enfatizaba elementos de lectura, escritura y religion, con una instruccion adicional en costur a, tejido, higiene y «economia del hogar». Para preparar jovenes mujeres que trabajaran como profesoras en el campo, las ]6 escuelas secundarias urbanas abrieron «divisiones pedagogicas», A decir verdad, el progreso hacia la implementacion de la educa­ " II

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Decreto ejeclltivo del 27 de octllbre de 1874, en Ei Naciunai, 30 de octubre de 1874 (n.' 375): GUFRRERO 1876: 4-1-45. Para la prohibici,in de 1871 de la publicaci6n 0 il11portJci6n de illlpresos cunsiderJdos cunlrarios a b «l11oral )' la religi6n cat6Iica», \'~Jse Ei Nacionui, 27 de diciel11bre de 1871 (n.' 124). (dnfom1e... de enseiianza primaria", 21 de l11ayo de 1872. en Ei Nacionai, 12 de juniu de 1872 (n.' 179).

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En un esfucrzo sin precedentes pOl' mejorar la cducacion ru­ ral, en 1865, el gobierno contrat6 a los Hermanos de las Escuelas Cristiauas para que prepararan a los profesores indigenas con un curricula uniforme de escr itura y Iectura elementales, asf como 22 de etica religiosa. La generaci6n de cuadros de maestros indige­ nas que esparcier an la «ilustraciori y el progreso» en las «aldeas mas rcmotas- de la nacion fue vista como una soluci6n practice tanto para la escasez cronica de profesores, como para la severa resistencia paterna a la ensefianza, En 1871 se recluto a varios adolcscentes indigenes se les comenz6 a preparar en una Es­ cuela Normal en Quito. Dejando de Iado un enfoque estricta­ mente asimilacionista, el gobierno pragmaticaments respaldo una pedagogia que desarrollaba una base ya existente de la lcngua y la cullura quechuas, Par ejernplo, un manual de ensenanza oficial publicado en 1869 recomendaba que las lecciones se impartieran a los indios en la «Iengua que pueden en tender y hablar», Se dijo a los maestros que hicieran sus lecciones c1aras y simples, utili­ zando explicaciones y relatos quechuas como un medio practice con el cual facilitar la ensenanza de la moral cat6lica y - even­ tualmentc - a leer y escribir en castellano (SALAZAR 1969: 78_79)24 EI impacto de la Escuela Normal fue decepcionante, a pesar de los informes que senalaban la intelfgencia y progreso de los maestros indigenas en formaci6n. Para 1875, cuatro aiios despues de que la Normal abriera, apenas cinco maestros indios se habian graduado y otros diez seguian estudiando en Quito. Aunque es­ tos si retornaron a sus regiones de origen, solamente dos provin­ cias parecen haberse beneficiado con el programa.f La Normal entro en decadencia luego de la muerte de Garcia Moreno y fue eventualmente cerrada. En general, serian los curas y /0 cualquier otro miembro de la sociedad ruralletrada quienes ensenarian en las nuevas escuelas rurales. Al final, las iniciativas estatales en Ia

ci6n universal femenina Iue len to. realidad esta que irritaba parti­ cularmente al Presidente. Mas no obstante sus limitaciones. el pro­ grama estatal cumpli6 su promesa de ilustrar a las mujeres can un avance impresionante en la asistencia a los cenlros educativos. El numero de escuelas para mujeres se cuadruplico entre 1857 y 1875. Para el morncnto de la mucrte de Garcia Moreno, mas de 8500 I, muchachas esiaban matriculadas en escuelas primarias. La extension de los beneficios de la educaci6n a la «indigcnte clase indigena» - alrededor de la mitad de la poblacion ecu ato­ riana, de aproximadamente un millen de habitantes>- Ie presen­ 18 taba al gobierno desafios similares pero especificos. Para los in­ digenas de la sierra, cuya «repugnancia a toda innovacion» era notoria, el gobierno considero que un curriculo nacionalizador y una pedagogia reformadora eran alga secunda rio a la creaci6n de '9 una cultura de asistencia ala escuela. Can esta finalidad, en 1871 las leyes que hacian obligatoria la cducacion primaria eliminaron tarnbien la costumbre impopular de subsidiar la cducacion rural con un impuesto especial 0 can la venta de tierras indigenas. Las sanciones en contra de las farnilias de los alurnnos por no asistir a clases fueron contra pesadas con i.ncentivos tales como exceptuar a los indios que sabian leer y escribir de Ia tradicional obligaci6n 2 0 de trabajar en obras pllblicas Los horarios escolares fueron rearreglados de modo tal que los nifios indios pudicran asistir a clases y ayudar a sus familias con las labores agricolas (TOBAR DONOSO 1940: 408). EI gobierno elev6 los salarios de los maestros, contrato ompresarios locales para que construyeran escuelas pri­ marias e hizo que los curas parroquiales y los hacendados esti­ "1 mularan la matricula."

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Garcia Moreno. «Mensajc ... 1875», en NODOA 1906-7: ill. 134; entre 1857 y 1875 sc construyeron mas de 120 escuelas para nifias, de un total de 1M; "case TODAR DONmo 1940: 73R; para el cstimado de "pen as 48 escuelas para muieres ell Peru (i861 ) "Case REGAL 19G8: 191. Para el estiruado de 1858 de 462 400 «indios» en la sierra "case VILLAVICENCIO \858: 164. "Informe... de ensefianza primaria», 21 de mayo de 1872, cn r.·1 Nacional, 12 de o junio de 1872 (n.' 179); EI '\acional, 29 de novi~mbre de 1871 (n. 116). o Ley del 3 dc novicmbrc dc 1871, e" El Naciollal, 12 dejunio de 1872 (n. 179). Seguodo sil1odo.. qui/elise, cap. 4, arts. 18-20; Garcia Moreno a Leon Mera, 24 de mayo de; 1873. citado en TOBAR DONOSO 1940: 259-60.

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LEON 1865: 8: ley del 3 dc noviembre de 1871, en Ei Narionnl, 12 de junio de 1872 (n.' 179). £1 Nacional, 29 de novicmbrc de 1871 (n.' (16) Para direclivas similares sobre la predicaei6n a los soldados indios y mestizos vcase Min. de ESlado a obispo de Ibarra, 20 de febrcro de 1872, Arehivo de la Curia (Ibarra ) [en adelante AU!], 17/15/1Ie. Yon-Josc, «["fonnel>, 1 de abril de 1873, ell Min. del [nl.. 10(0l"l/Ic.

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educacion rural jamas se aproximaron siquiera a la meta de 200 000 2 6 niiios prometida por el presidente en 1871 Enfrentados a una gran poblacion de jovenes que escapaban de clases, muchos fun­ cionarios locales propusieron mas bien Id cducacion obligatoria en 21 artes manuales. Con todo. Ia polttica educativa garciana en las regiones rurales indigenas fue disenada en forma global, estuvo fi­ nanciada sustancialmente y tuvo un impacto discernible. Los 17 000 nuevos alumnos matriculados entre 1871 y 1875 provenian princi­ palmente de los pueblos y aldcas de la sierra ccuatoriana.T

Por cierto q lie tales formas de sen tido comun de comprender la raza y el genero no eran algo singular del Ecuador de Garcia Moreno. En realidad, los misruos discursos validaron la limita­ ci6n de los derechos legales individuales de mujeres e indigenas par toda America Latina durante el siglo XI\.'" Sin embargo, cl gobierno de Garcia oficializ6 -y utilizri estrategicamente este conocimiento para la fonnaci6n de una genu ina idcntidad n.ic io­ nal cat6lica. Su retorica sostenia que las mujeres e indios del Ecua­ dor tenian una inclinacion particular a la rcligiosidad, la abnega­ cion y el trabajo duro. Ambos grupos ternan 10 necesario: el po­ tencial, si se les educaba cu idadosamcnte. para convertirse en alia­ dos formidables en Ia empresa de construcci6n nacional encabe­ zada por el Estado. Al igual que sus pares en otras partes de America La tina, las elites ecuatorianas decimononicas juzgaban que sus mujeres con­ formaban el «espiritu de la sociedad», un reflejo del grado de la 30 civilizacion del pais (WILSON 1880: 75-77). Sin embargo, la im­ portancia ernblematica de la mujer ecuatoriana fue ampliada C01110 parte del proyecto garciano de construir una comunidad riguro­ samente catolica e industriosa. En un discurso que feminizaba la crishandad como la «madre sin igual» (GOMEZ 1875: 13), la mujer podia ser pintada como la discipula domestica de una gran jerar­ quia religiosa. De heche, la elite conservadora entendia que las mujeres ecuatorianas eran la misrnisirua encarnaci6n de los valo­ res cat6licos nacionales. Se juzg6 que los «ataques a la crishan­ dad» eran «ataques en contra de la mujer. y viceversa (MARTiNEZ 1878). Al igual que en otros contextos poscoloniales, las mujeres del Ecuador garciano fueron asimismo convertidas en los principales repositories y transmisores de la cultura nacional con que la so­ cicdad contaba. Para el gobierno central, elias transmitian la pie­ dad y la fuerza moral tan necesarias para una sociedad a punto e­

Las mujeres y Ia construcci6n de una identidad nacional cat61ica No obstante las importantes diferencias en el contenido de la edu­ caci6n indigena y fernenina, el gobierno central tenia expectati­ vas paralelas para ambos grupos en una nueva comunidad cato­ lica, y se referia a ell os en formas notablemente similares, La re­ forma educativa, al igual que las politicas culturales mas amplias de Garcia Moreno, estaba enraizada en unos discursos sexistas y raciales que se intersecaban e identificaban a la «rnujer. y a los «indios» como menores de edad. Ambas colectividades fueron infantiliza das, considerandose que sus almas eran innatamente puras y sus mentes abiertas tanto a la corrupci6n como a Ia re­ denci6n. Una disposici6n peligrosamente no ilustrada y «sin dis­ cernirniento- hacia que fueran particularmente susceptibles a la inmoralidad (GUERRERO 1997: 562-66). Con todo y al mismo tiem­ po, la docilidad y la inocencia casi infantil hacian que ambos es­ tuviesen aparentemente muy bien dotados para alcanzar la vir­ tud cat6lica. Por encima de todo requerian de una vigilante su­ pervisi6n paternal. :!(,

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