Algarabia N154 Julio 2017

March 11, 2018 | Author: Ricardo Cruz García | Category: Marilyn Monroe
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Descripción: Algarabía Sexo...

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A quién le dan pan que no coma…

D

ecía la abuela, y sí, porque nadie, salvo rarísimas y muy contadas excepciones pueden decirle que no al sexo —dicen por ahí que el sexo es como la pizza, que aun cuando es mala es buena— y decirle que no a unos buenos besos, o a un orgasmo, o a una foto provocativa de la Monroe, o a una película erótica clásica o a un relato del Marqués de Sade o a una obra de teatro de Wedekind… nadie o casi nadie. Y como usted, querido lector no es «nadie» pues aquí le damos pan con pan, y más pan en forma de sexo, del bueno, del que nos gusta, del merosabroso e interesante: empezando por el creador de la revista Hustler, Larry Flynt; siguiendo con el origen de palabras como hetera, estrupo, incócupe, frotismo y proxeneta; así como con los eufemismos de «practicar el sexo» que andan de boca en boca de muchos mexicanos, como ese de: «mojar el pincel» o aquel otro de «dejar a los mecánicos en el taller».

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Y como el sexo es también ciencia hablamos de cómo hacer el amor con un caníbal; desmitificamos aquello de que los cardíacos pueden morir con un orgasmo; contamos cómo acabó un pobre «onanista» por los prejuicios del siglo xix; en qué países se ve más porno y cuántas parejas sexuales tiene la gente —en promedio— hoy en día; asimismo, atisbamos varios prejuicios ancestrales y anquilosados sobre la homosexualidad. En temas más históricos viajamos hasta la prehistoria para ver cómo eran las prácticas sexuales de los primeros homíninos; hablamos de una especie de sacerdotisas orientales de la felación, conocidas como las Tigresas Blancas; hacemos un recuento del erotismo en el cine mexicano; inquirimos sobre el arte cuasipederasta de Balthus y presentamos un ensayo de Jardiel Poncela sobre Don Juan. Por último y para cerrar con telón rojo les presentamos un delicioso librito del genio de Edward Gorey —bajo el seudónimo de Ogdred Weary—: El curioso sofá, para que usted, querido lector, coma pan y lea Algarabía 154, especial de sexo, y practique, si es posible, practique mucho, que el mundo se va a acabar y tarde o temprano, todos vamos a morir. %

María del Pilar Montes de Oca Sicilia

la frase de película Matt (Kieran O’Brien):

Exploring the Antarctic is like exploring space. You enter a void, thousands of miles, with no people, no animals, no plants. You’re isolated in a vast, empty continent. Claustrophobia and agoraphobia in the same place, like two people in a bed. Matt:

Explorar la Antártida es como explorar el espacio. Entras en un vacío, miles de kilómetros sin gente, ni animales, ni plantas. Estás aislado en un continente vacío y vasto a la vez. Claustrofobia y agorafobia en el mismo lugar; como dos personas en una misma cama. Tomada de la película 9 songs —9 orgasmos— (2004), escrita por Kieran O’Brien, Margo Stilley et. al. y dirigida por Michael Winterbottom.

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Dirección general: Dirección de arte: Dirección administrativa: Dirección ejecutiva: Dirección editorial:

María del Pilar Montes de Oca Sicilia Victoria García Jolly Érika Juárez Jiménez Claudia Martínez Saavedra Carlos Bautista Rojas

Editora: Jefa de redacción: Asesor de contenidos: Redacción:

María Luisa Durán Almazán Jazmín Amaro Fernando Antonio Montes de Oca Sicilia Arturo Gallegos García, Luz Erandy Márquez Vidrio, Bricia Martínez Martínez, Erick Said Robles Nájera, Alejandra Santoy Sánchez, Antonio Vargas Reyes Coordinación de diseño: Diana Langarica Martínez Diseño: Ana Paula Baza, Sabina Dunayevich, Jorge Ángeles, Jovany Cruz, Ariadna Mecalco Equipo digital: Alejandro Rangel Chávez, Andrea Tamayo, Astrid García Oseguera, Mariana Rodríguez

Producción: Relaciones públicas: Suscripciones: Gerente de distribución: Coordinación de ferias y eventos: Coordinación de supervisión: Gerente de sistemas: Publicidad:

Mariana Sánchez Ponce Paula Salazar Caramuta Nancy Sepúlveda Ortiz Luis Enrique González Castro José Mariano Basaguren Luis Hernández Silva Gustavo Flores Dulce González Urbina, Elsa Ruiz Hernández, María Elena Tena Romero, Adriana Mondragón

Colaboradores Dr. Carrington, Ma. Luisa Durán, Victoria García Jolly, Arturo Gallegos García, Luis González de Alba, Edward Gorey, Enrique Jardiel Poncela, Erandy Márquez, Alejandro Quintanar, Mariana Rodríguez Jurado, Said Robles, Andrea Tamayo, doctora «Tatiana», Antonio Vargas.

Consejo editorial Juan Becerra Acosta, Eugenia Blandón Jolly, José Ángel Blandón Jolly, Dante Escalante Mendiola, Renato Escalante Ochoa, Arturo Gallegos García, Gabriel García Jolly, Malusa Gómez, Ignacio Gómez Gallegos, David Gutiérrez Fuentes, Josenrique Martínez Alba, Fernando Montes de Oca Monroy, Francisco Javier Nuño Morales, Ernesto Sánchez de la Osa, Pilar Sicilia y Sicilia, José Vicente Sicilia Rosado, José Manuel Valiñas Bouchot, Alejandro Velázquez, Mario Zaragoza Ramírez

Ventas y publicidad

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[email protected] 01 800 700 5242 5448 0430 ext. 105 Julio, 2017, año XVI. Algarabía, léeme y sabrás, editada por Editorial Otras Inquisiciones, S. A. de C. V. Editor responsable: María del Pilar Montes de Oca Sicilia. Número de certificado de reserva: 04-2010-041314213600-102. Certificado de licitud de título núm. 13853 y certificado de licitud de contenido núm. 11426. ISSN núm. 2007-1019 otorgado por la Dirección de Reservas de Derechos Agencia Nacional ISSN. Impreso por Reproducciones Fotomecánicas, S.A. de C.V., Calle Durazno 1, Col. Las Peritas, Delegación Xochimilco, C.P. 16010, México, D.F. Tel. 5334-1750. Tiraje certificado por Lloyd International, S. C., folio 10306, referencia 10107 Lloyd International. Circulación y ventas certificadas por Lloyd International, S. C., folio 10332, referencia 10114 Lloyd International. Perfil del lector certificado por Lloyd International, S. C., folio 10372, referencia 10113 Lloyd International. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida total o parcialmente sin citar la fuente. El contenido de los anuncios es responsabilidad de los anunciantes y no del editor. Editorial Otras Inquisiciones, S. A. de C. V. Pitágoras 736-1, col. Del Valle, C.P. 03100, México, D. F.

Nuestra portada Autor desconocido, Marilyn Monroe.

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¿qué onda con...

la revolución de la píldora anticonceptiva?

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literatura

Frank Wedekind y su famosa Lulú por Ma. Luisa Durán

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el objeto de mi afecto

La muñeca inflable

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semblanza

Marilyn: el dulce ángel del sexo por Mariana Rodríguez Jurado

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genio y figura

Larry Flynt por Andrea Tamayo

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ideas

Decálogo de los prejuicios sobre el homosexual por Luis González de Alba

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puros números

De parejas sexuales

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la cronología

Sexo en el cine mexicano

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top 10

¿Cuánto tiempo vemos porno?

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para escribir mejor

Cómo escribir un relato erótico —y luego un libro porno— por Alejandro Quintanar y Donald Westlake

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trivia

«Vamos a comernos eso»

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taquitos de lengua

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ideas

El curioso sofá —una obra porno-gráfica— por Edward Gorey

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¡eureka!

Cómo hacer el amor con un caníbal por la doctora «Tatiana»

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de dónde viene

hetera por Said Robles

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causas y azares

Sexo prehistórico por Arturo Gallegos García

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palabrafilia

estupro, proxeneta, incócupe, frotismo por Erandy Márquez

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ideas

Ensayo número 27 493 sobre Don Juan por Enrique Jardiel Poncela

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¿qué onda con...

las Tigresas Blancas?

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arte

Balthus: el pervertido es usted por Victoria García Jolly

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íconos y grafías

Las consecuencias de «hacer justicia por propia mano»

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del tingo al tango

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en Algarabía 155 En agosto tendremos:

Algarabía FAKE

   

Las estrategias de la ilusión Los mayores farsantes de la historia El «negro literario» Los saborizantes artificiales

Para consultar las fuentes y referencias completas de los artículos de este número y tener acceso a contenidos extra, escanee con su celular este código, o visite www.algarabia.com

Nota: Como principal referente de la lengua, usamos el Diccionario del Español de México —dem—, elaborado por el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México. Sólo citamos el Diccionario en línea de la Real Academia Española —dle— cuando no existe otro referente académico. Fe de erratas: En Algarabía 152, pág. 51, en la sección Palabrotas dice «interjecciones vehiculares»; debe decir «intersecciones vehiculares». En Algarabía 153, pág 61, dice: «…el presidente John F. Kennedy da por terminado el Programa Bracero»; debe decir: «…un decreto del presidente John F. Kennedy da por terminado el Programa Bracero». La redacción de esta revista no responde por textos no solicitados.

Algarabía, léeme y sabrás es una obra impresa basada en un trabajo formal de investigación, divulgación cultural y lingüística, crítica, comunicación periodística y de sucesos de actualidad, la cual se encuentra debidamente protegida por las leyes vigentes de Propiedad Intelectual y los tratados internacionales sobre Derechos de Autor suscritos y aprobados por los Estados Unidos Mexicanos. Dicha obra ha sido realizada de conformidad con lo que de manera específica estipulan los artículos 148 fracciones II y III y 151 de la Ley Federal del Derecho de Autor, así como con las prácticas internacionales de Fair Use y con apego a las disposiciones de la Ley del Secreto Profesional del Periodista en el Distrito Federal.

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la revolución de la píldora anticonceptiva?

Russell Marker.

George Rosenkranz.

S

in duda la anticoncepción por medio de sustancias químicas es uno de los inventos más revolucionarios e influyentes del siglo xx. ¿Pero cómo se dieron las circunstancias para que esto sucediera?

En los años 30, varios científicos en distintas latitudes habían logrado aislar ciertas hormonas esteroideas y a la par descubrieron que altas dosis de andrógenos, estrógenos o progesterona inhibían la ovulación de las mujeres. Sin embargo, la obtención de estas sustancias resultaba demasiado costosa. En los 40 el químico orgánico Russell Marker, luego de varios años de desarrollar un método para obtener progesterona de algunos vegetales, logró extraer saponina del ñame mexicano —originario de las selvas tropicales veracruzanas—. Como Marker no pudo convencer a su patrocinador del potencial comercial de esta sustancia, abandonó sus investigaciones en la Universidad Estatal de Pennsylvania para fundar su propio laboratorio de investigación en México —Syntex, acrónimo de síntesis y México— junto con uno de sus socios, el químico George Rosenkranz, quien quedó a cargo del desarrollo del primer anticonceptivo oral. Sin proponérselo, la instauración de ese

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laboratorio acabó con el monopolio que existía entonces en la industria farmacéutica mexicana y permitió el desarrollo de infinidad de investigaciones y la creación de nuevos laboratorios. En 1951 el joven científico mexicano Luis Miramontes consiguió sintetizar la 19-nor-17-alfaetiniltestosterona o noretisterona —compuesto activo de la píldora anticonceptiva—, cuya patente fue registrada a su nombre, en conjunto con sus jefes: George Rosenkranz y Carl Djerassi.

Luis Miramontes.

Carl Djerassi.

Gracias a sus investigaciones, Miramontes y Rosenkranz fundaron el primer laboratorio de Química orgánica dentro de la Facultad de Química de la unam. La fórmula de la píldora anticonceptiva continúa siendo casi la misma desde su fabricación comercial. Además de un evidente cambio en nuestras prácticas sexuales, permitió una evidente liberación de la mujer, quien por fin pudo evitar embarazos no deseados, planear la cantidad de hijos que quería tener —o no tenerlos—, así como el inicio de una mayor oportunidad laboral y de equidad de género. %

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LO NUEVO DE coeditados con Selector

Me voy a tomar un Café negro para disfrutar mi Chingonario a gusto.

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ay un verbo que casi cualquier mexicano LGHQWLʐFDORXVDWRGRVORVG¯DVDYHFHV VLQGDUVHFXHQWDHQP¼OWLSOHV FLUFXQVWDQFLDV\GHDFXHUGRDOHVWDGRGH£QLPR V¯HVHOYHUERFKLQJDU En nuestro Chingonario se concentran todos los SRVLEOHVXVRVGHHVWHQREOH\YDOLRV¯VLPRYHUER VLQHOFXDOQRQRVVHQWLU¯DPRVPH[LFDQRVSXHV TX«VHU¯DGHQXHVWUDYLGDVLQIUDVHVFRPR

No me estés chingando, PX\HPSOHDGDSDUD DGYHUWLUDDOJXLHQTXHGHMHGHPROHVWDUSRUTXH \DKDFROPDGRODSDFLHQFLD 2TX«WDOHO Chingo a mi madre si no, que sirve casi como un MXUDPHQWRGHVDQJUHSDUDDVHJXUDUTXHSRUQLQJ¼Q PRWLYRVHLQFXPSOLU£FRQORSURPHWLGR

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Mi Café negro como la noche... está super chingón.

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no de los mejores vicios que el ser humano podría tener, sobre todo los Godínez; delicioso néctar que nos despierta cada mañana, compañero entrañable de las buenas pláticas o preámbulo de las citas: el café. En Café, negro como la noche, fuerte como el amor encontrará información entretenida, variada y deliciosa sobre esta invaluable bebida como la siguiente: Según un estudio realizado por la Universidad de Vanderbilt, beber de tres a cuatro tazas diarias de café proporciona los siguientes beneficios: la energía física sin crear C Aumenta dependencia.

C Previene el consumo de drogas y alcohol. C Mejora el humor. Aprenda más, verá ¡qué chingón el libro del café!

Algarabía

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literatura

Dramaturgo irreverente, crítico de la burguesía mediante contenidos abiertamente sexuales, precursor del expresionismo, creador del arquetipo de la mujer fatal, huésped permanente de burdeles, bohemio sin redención. Así fue Frank Wedekind, un autor que discretamente y sin ser apenas conocido fuera de Europa, es considerado uno de los dramaturgos más influyentes del arte contemporáneo.

Frank Wedekind y su famosa Lulú por Ma. Luisa Durán

Religiosamente erótico Benjamin Franklin Wedekind nació el 24 de julio de 1864, en Hannover, Alemania. De madre suiza y padre alemán, fue concebido en California, durante un viaje de autoexilio del doctor Friedrich Wilhelm Wedekind. El niño Frank vivió su infancia en un castillo suizo, a donde su padre llevó a la familia por desacuerdos con las políticas del ministro Otto von Bismark. A los 13 años, Frank compuso su primera obra de teatro y a los 18, su primer poemario. Se inscribió en la facultad de Derecho por exigencia de su progenitor pero, ¿cuándo fue a clases? Jamás. Decidió estudiar la carrera de Letras, pero la abandonó por el llamado de la vida bohemia. En efecto, lo que más le gustaba a Frank era cantar, actuar, escribir libremente, pero sobre todo, practicar el sexo, y si

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era con prostitutas, mejor. Peleado con su papá, huyó del castillo suizo y se instaló en Munich, donde desempeñó diversos empleos: creó un jingle para la sopa Maggi (1886), fue publicista de un circo (1888) y escribió artículos para la revista satírica Simplicissimus —que en 1899 le ganaron una temporada de nueve meses en prisión por sus «ofensas» al kaiser Guillermo ii—. Y siguió su vocación de actor de cabaret, cantante y autor de obras de teatro, una más provocativa que la anterior. Viajó por Europa. Vivió la eterna fiesta de París, la vida libre en Londres y fue visitante frecuente de los tugurios más licenciosos de Munich y Berlín. Se cuenta que «profesó

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el erotismo religiosamente» y obviamente, tuvo muchas amantes. Con la escritora austriaca Frida Uhl tuvo un hijo que luego adoptó el también dramaturgo, August Strindberg. En 1906 se casó con la actriz austriaca Tilly Newes, con quien se puede decir que «sentó cabeza» y tuvo dos hijas. En realidad, el matrimonio fue problemático por las exigencias sexuales que Wedekind se autoimponía. Al ser 22 años mayor que su esposa, se agotaba en complacerla en la cama, se volvió extremadamente celoso y posesivo hasta un punto tal que ella decidió separarse y amenazó con suicidarse. No fue necesario, ya que el 9 de marzo de 1918, a los 53 años, Franz murió por complicaciones de una apendicectomía. Durante gran parte de su vida llevó un diario impregnado de erotismo, de cuyas anotaciones tomó inspiración para sus propias obras.1

Bajo el régimen Nos encontramos en la transición del siglo xix al xx. El Imperio alemán, bajo el gobierno del kaiser Guilllermo ii (1888-1918), está formado por una sociedad que quiere quedar bien; las buenas conciencias acallan cualquier situación que pudiera parecer escandalosa. Es a esta sociedad burguesa, hipócrita, que oculta sus miserias, abusos y pecados bajo el colchón, a la que ataca Wedekind, exponiéndola en sus obras, burlándose de ella, y recibiendo a cambio el «regalo» de la censura. Wedekind se dedicaba ya de lleno a la vida de artista. En un principio su teatro coincidió con el estilo naturalista de Gerhart Hauptmann, pero pronto evolucionó hacia lo que se puede considerar preexpresionista, por su creación de personajes arquetípicos, las obras estructuradas en episodios, los diálogos fragmentados, la combinación de ambientes y una permanente crítica a la sociedad puritana de la época. Hauptmann, por su parte, seguiría en ese estilo, que lo llevaría a obtener el Nobel de Literatura en 1912. No ocurrió nada parecido con Wedekind, por supuesto. Una de sus obras maestras, Despertar de primavera —Frühlings Erwachen— (1891), estrenada en 1906, fue ultracensurada por su temática escandalosa: el despertar a la sexualidad de un grupo de adolescentes. En una serie de pequeños cuadros presenta diversas actitudes que en aquel tiempo se consideraban reprensibles: masturbación individual y grupal, homoerotismo, sadismo, violación, aborto, suicidio… 1 Sus diarios fueron editados con el título Diario de una vida erótica —Der Tagebücher: ein erotisches Leben— (1990).

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En la película Something Wild (1986), de Jonathan Demme, la actriz Melanie Griffith adopta el nombre y la estética de Lulú

De su época en prisión es la novela Mine-Haha o de la educación física de las niñas —Mine-Haha oder die körperliche Erziebung der jungen Mädchen— (1899), que trata de la vida en un un orfanato para niñas que son estrictamente educadas para una peculiar presentación en sociedad. Esta obra fue adaptada al cine como Innocence (2004) por la directora Lucile Hadzihalilovic, con Marion Cotillard. Su obra Franziska (1912) se adelantó a su época como una metáfora del feminismo, ya que la protagonista hace un pacto con el diablo para convertirse en hombre y saber qué se siente «tener todos los privilegios». Sin embargo, Wedekind consideraba su mejor obra una de las menos conocidas: El marqués de Keith —Der Marquis von Keith— (1901), mientras que, según él, la peor era El cantante de cámara —Der Kammersänger— (1899). Pero de todas sus creaciones, las que definitivamente pasaron a la posteridad fueron El espíritu de la Tierra —Erdgeist— (1895) y La caja de Pandora —Die Büchse der Pandora— (1904), gracias al personaje de Lulú.

Lulú y el erotismo trágico Fue creada para sembrar la desgracia, atraer con halagos, seducir, envenenar y matar de un modo insensible. De El espíritu de la Tierra Como casi todas las obras de Wedekind, El espíritu de la Tierra tuvo que ser reescrita y ultracorregida por el autor para poder librar la censura y estrenarse en 1898. Wedekind concibió el personaje principal durante su estancia en París. Al parecer, la inspiración surgió al ver un espectáculo de clown titulado precisamente Lulú, sin embargo, hay quien aventura que el nombre se debe también a Lou AndreasSalomé, la escritora rusa que casi provocó el suicidio de Friedrich Nietszche al rechazarlo y que le hiciera escribir tantas cartas y ensayos a Freud. Por cierto que también rechazó a Wedekind luego de llevar una relación de amistadadmiración con él en la Ciudad Luz.

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Louise Brooks.

El caso es que Wedekind creó a Lulú, una «fuerza de la naturaleza», encarnación de la sexualidad y perdición de todos los hombres —y mujeres— que se relacionan con ella, el arquetipo de la femme fatale, una hermosa mujer amoral a quien todos desean, pero por quien todos mueren. Así ocurre al final de cada uno de los actos de El espíritu de la Tierra. En 1905 Wedekind estrenó la segunda parte de esta obra y la tituló La caja de Pandora. Mientras que en la primera obra Lulú tiene una carrera ascendente, casándose con hombres ricos y llevando una vida de comodidades y placeres, en la segunda parte ha caído en desgracia: escapa de la prisión —a donde ha llegado por el asesinato de su marido— y llega a Londres, donde la miseria la obliga a prostituirse y termina asesinada, nada menos que a manos de Jack el Destripador. El estreno de La caja de Pandora se llevó a cabo en Viena. La actriz Tilly Newes desempeñaba el papel de Lulú, mientras que Wedekind interpretaba a Jack el Destripador. Resulta irónico que después de matar a Tilly en el escenario función tras función, terminara casándose con ella. En realidad, la intención de Wedekind al crear a Lulú era denunciar la hipocresía burguesa, mostrar las manías y miserias de esta serie de hombres poderosos que hacen de Lulú el objeto de sus deseos.

Las muchas Lulús Ser engañado por una muchacha como usted es diez veces mayor felicidad que ser amado fielmente por otra cualquiera. De El espíritu de la Tierra

El arquetipo de Lulú creado por Franz Wedekind trascendió en el tiempo y la distancia. En 1923 se estrenó sin aspavientos una versión cinematográfica de El espíritu de la Tierra, dirigida por Leopold Jessner, con Asta Nielsen en el papel de Lulú. Pero fue La caja de Pandora (1929), de Georg Wilhelm

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Una versión interesante del díptico de Lulú se representó en 2006 con la Compañía de Teatro Silente de Chicago, que adaptó a las tablas la versión cinematográfica muda protagonizada por Louise Brooks

Pabst, la película que cobró mayor fama, sobre todo por la brillante participación de la estadounidense Louise Brooks, quien inmortalizó al personaje y definió su apariencia: el cabello peinado al estilo bob —negro, corto, lacio y con flequillo—, los enormes y expresivos ojos y la boquita tentadora. Brooks se convirtió, gracias a Lulú, en la vampiresa del cine mudo, mientras que esta erótica película fue la primera donde apareció una lesbiana declarada. En los años 30 Alban Berg adaptó el díptico de Lulú a una ópera que se estrenó en 1937 y se convirtió en una obra maestra del siglo xx. Este personaje también inspiró el álbum conceptual de Metallica Lulu (2011) junto con Lou Reed. Alban Berg murió antes de terminar su ópera y el álbum Lulú fue la última grabación de Lou Reed, ¿será que Lulú sigue siendo ese huracán que atraviesa tiempos y épocas devastando incluso a los creadores que insisten en revivirla, en mantener, alimentar y reforzar su arquetipo? Franz Wedekind sigue siendo recordado. Las obras del dramaturgo —que influyó también en el Teatro del Absurdo y en el Teatro Épico de Bertolt Brecht, que lo consideraba su maestro— se siguen adaptando y montando en escenarios de diversas partes del mundo. Baste mencionar que Despertar de primavera se convirtió en un exitoso musical en Broadway en 2006, mientras que el célebre director estadounidense Robert Wilson dirigió una mezcla de las versiones de Alban Berg y Georg Wilhelm Pabst en 2011, misma que se presentó como una masterpiece del expresionismo alemán. En teatro, cine, ópera o musical, tanto Wedekind como su Lulú siguen entre nosotros. % Ma. Luisa Durán es periodista y no le avergüenza confesar que alguna vez, hace ya muuuchos años, presentó Despertar de primavera en una muestra de teatro universitario.

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La muñeca

inflable 

La primera patente de una muñeca inflable data de 1950 y pertenece a la inventora estadounidense Beulah Louise Henry, alias «Lady Edison». Consistía en una muñeca de torso inflable con extremidades unidas al cuerpo.



Ya desde el siglo xv algunos marineros empleaban muñecas elaboradas con telas para satisfacer sus impulsos sexuales. Los franceses las conocían como «Dame de voyage» y los españoles como «Dama de viaje».



En la ii Guerra Mundial, los nazis comenzaron el Proyecto Borghild, que consistía en crear una muñeca inflable con las características de una mujer alemana para evitar enfermedades de transmisión sexual entre los soldados, así como para prevenir que la «raza aria» se mezclara. Fue diseñada por el médico danés Olen Hanussen bajo instrucciones precisas de Hitler, sin embargo, el proyecto jamás se concluyó.



Cierto o no el proyecto de los nazis, el diseño de la muñeca inflable convencional sí surgió de Alemania: está inspirado en la caricatura Lilli, que se publicó en el diario Bild en 1952, y luego cobró tal popularidad que se comercializó como muñeca infantil. De hecho, en 1959 Mattel compró los derechos, pues de ahí se inspiraron para crear a la célebre Barbie.



Las más sencillas están fabricadas en vinil. También las hay de látex o de silicón, estas últimas suelen tener un esqueleto fabricado de pvc con articulaciones flexibles.



Su precio puede oscilar entre los 500 hasta los 50 mil pesos, según los materiales y sus características. %

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el dulce ángel del sexo Una mujer rubia vestida de blanco, despampanante, se encuentra de pie sobre una rejilla del metro; de pronto, el aire que produce el paso del tren levanta su falda blanca y ella juguetea con la tela. «¿No es delicioso?» dice riendo. Y al hablar de la suave brisa en realidad habla del placer, del sexo —sin decirlo— sólo con la candidez de su sonrisa, con el contoneo de su cuerpo. Con esta simple imagen, sin mencionar a nadie, usted ya imaginó a Marilyn. El apellido es un formalismo.

por Mariana Rodríguez Jurado

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ue la más hermosa criatura para Truman Capote, la Venus naciendo en un mar de dólares para los productores de Hollywood, el ángel del sexo para Norman Mailer: el símbolo sexual más reconocible de la historia. Genio de la comedia y afrodisiaco del celuloide; la «rubia tonta» que leía a Joyce y a Rilke; mito lascivo de pureza inalcanzable. Desde su muerte, medio siglo ha pasado, pero el fantasma erótico de sus labios rojos y sus ojos tristes seguirá, eterno, habitando las fantasías de millones desde las dulces mentiras del cine. N. J. Mortenson Antes de la diosa rubia y el péndulo de sus caderas celestiales, estuvo la pequeña Norma Jean: huerfanita invisible y abandonada, refugiándose del hambre en los cines, codiciando el amor y adoración que las grandes estrellas

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Associated Press, 1954.

cosechaban: «Soñaba con ser tan bella que la gente volteara a verme cuando pasara». El estudio la llamó una «Oliver Twist con vestido», explotando su miseria en la promesa más dulce que el sueño americano habría de encarnar. Nunca conoció a su padre; más de un hombre abusó de ella. Su madre, sumida en los demonios de la esquizofrenia, tuvo que dejarla en un orfanato católico que pasó una década imponiéndole miedo al Infierno y colocándola en una docena de «hogares provisionales». Pero llegó la pubertad. «Cuando tenía 11 años el mundo estaba cerrado para mí. De pronto todas las puertas se abrieron. El mundo se volvió amigable. Los hombres sonaban sus cláxones, sus rostros se iluminaban al verme. Fue una libertad repentina: si me ponía un suéter ajustado los chicos me prestaban sus bicicletas y yo amaba correr en el viento. Pero era un arma de doble filo: cuando el mundo se abre la gente cree tener derecho a cosas, esperan mucho a cambio por muy poco».

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Norma Jean de niña. Archivo familiar.

Con su madre: Silver Screen Collection/Hulton Archive.

Norma escapó de la orfandad casándose con James Dougherty, su vecino, a los 16 años. El matrimonio duró cuatro años antes de derrumbarse cuando él fue llamado a combatir en la ii Guerra. Y así empieza su larga procesión: fieles devotos cegados por el mito y la belleza, incapaces de satisfacer a la diosa, ciegos ante una pequeña huérfana iracunda.

Un susurro sugestivo Durante la guerra, Norma había comenzado a trabajar en una fábrica inspeccionando piezas para aeroplanos cuando, a finales de 1944, David Conover la descubrió mientras retrataba a chicas bonitas que trabajaban para las Fuerzas Armadas. Ahí comenzó su carrera como modelo pin-up y Norma Jean —torpe, morena y adolescente— iría disolviéndose en una terrible belleza, magistralmente perfeccionada. Primero llegó el tinte: un estilista asignado por la agencia de modelaje tuvo que convencerla de aclararse y alaciarse el pelo; Norma temía lucir artificial, demasiado lejana de su «yo real». Luego vinieron las operaciones: afilar su nariz y moldear la barbilla. El natural contoneo de sus caderas se vio acentuado por el truco de calzar zapatos con tacones dispares; luego desarrolló ese susurro sugestivo que la caracterizaba para contrarrestar su frecuente tartamudeo. Tomaba clases de actuación, canto y danza. Deambulaba por los foros estudiando las filmaciones, pedía consejos a los fotógrafos y aprendió sobre lentes, luces y ángulos favorables. Lois Banner, historiadora, observa: «En estas primeras sesiones vemos a una niña-mujer disfrutando de su cuerpo y buscando atención, algunas veces tímidamente, otras, atrevida, pero jamás luce vulgar». Se rumoraba que se acostaba con quién pudiera conseguirle una oportunidad de trabajo, pero lo más aproximado a la verdad es que «se tiraba» a todo aquel que quedara atrapado en la corriente de sus instintos, ya fuera un productor importante o un anónimo taxista. Marilyn usaba su cuerpo como un regalo, como moneda de intercambio en pago por el cariño que no había

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con su primer marido James Dougherty ca. 1943–1944.

Modelando para el Ejército de los ee. uu. David Conover, 1944.

recibido nunca. Se enorgullecía en su habilidad insuperable de complacer a los hombres: cada amante era el único, el último, el mejor.

Una necesidad intempestiva Arthur Miller, quién años después se convertiría en su tercer esposo, diría: «Algunos han deseado conquistarla sexualmente, otros quieren protegerla sexualmente. Algunos esperan absorber su sabiduría, otros son encantados por su inocencia; muchos se bañan en la gloria de su imagen pública, otros sueñan con cuidarla en casa». En 1952, ya encumbrada en la fama, se negó a mentir o a disculparse tras el redescubrimiento de un calendario pornográfico para el que había posado desnuda: «Lo hice porque tenía hambre. Y ahora planeo guardar una copia para mis nietos». Marilyn había recibido 50 dólares por la sesión completa, pero fueron vendidas por 500 a un joven Hugh Hefner que las publicó en su primer número de Playboy. El estudio cinematográfico temía el derrumbe de su estrella, pero el público enloqueció por ella entre la visión de su piel desnuda y la inocencia de su actitud. La relación de Norma Jean con su cuerpo era un acto de rebelión contra el destino; las suaves formas de su carne fueron espada y armadura. Desde niña sentía una necesidad intempestiva por desnudarse; se soñaba entrando en una iglesia vistiendo una falda sin pantaletas. La congregación, postrada en el suelo, levantaba la mirada para espiar debajo de su ropa mientras ella caminaba de puntas para no pisarles las cabezas: «En mi sueño no había vergüenza o pecado, las miradas me hacían sentir menos solitaria. Creo que siempre quise ser vista desnuda porque estaba avergonzada de llevar siempre el mismo vestido azul deslavado, la ropa de la pobreza». La tendencia al nudismo perduró toda su vida, aunque las profundas oleadas de depresión le cambiaban el disfrute por un abandono suicida estimulado por el alcohol y las drogas. Entre mujeres, Norma se quitaba la ropa como una manera de apaciguar sus frecuentes ataques de pánico. Entre

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hombres su desnudez se tornaba manipuladora, siempre proyectando un erotismo indefenso que transpiraba en la pantalla. «Nadie más que Marilyn Monroe —escribió Diana Trilling—, podría insinuar semejante pureza en el deleite sexual. El arrojo con que podía pasearse y sin embargo no ser nunca vulgar, la rimbombancia y jactancia sexual que exhalaba un aire de misterio e incluso reticencia, su voz, que llevaba matices tan maduros de excitación erótica y no obstante era la voz de un niño tímido —estas complicaciones eran esenciales a su don—. Y éstas describían a una joven mujer atrapada en alguna tierra fantástica de la candidez».

Tan fácil como comer helado Para 1946 ya había aparecido en 33 portadas bajo el nombre de Norman Jean; pero el tesoro que anhelaba era la plata del celuloide y no la pulpa de las revistas. Conoció a Allan «Whitey» Snyder, quién se convertiría en su confidente y maquillista hasta el día de su funeral —en agosto de 1962, para el que la vistió con su traje favorito, el Pucci verde que había llevado en su visita a México, apenas unos meses antes—. Juntos crearon el icónico rostro de la bomba rubia: los ojos caídos, el lunar sugerente, los labios coloreados con cinco capas de vaselina y rojo diabolique. El estudio la nombró «Marilyn» en honor a una legendaria actriz de cine silente;1 el «Monroe» era el apellido soltera de su madre. En la jerarquía hollywoodense estaba destinada a ser «carne de relleno» para películas de clase B, pero Leon Shamroy vio su prueba de pantalla —ella entrando al salón, sentándose y encendiendo un cigarrillo— y se encontró con una alquimia inesperada: «Me recorrió un escalofrío. Esta chica tenía algo que no había visto desde las películas mudas: cada cuadro de su prueba irradiaba sexo». Billy Wilder, legendario director que años más tarde la llevaría a la inmortalidad, lo definía como «el impacto de la carne». «Es algo poco común […] carne que fotografía como 1 Marilyn Miller (1898-1936) quien casualmente murió casi a la misma edad que Marilyn.

minificción

Pragmatismo amoroso Hombre práctico y multimillonario, prefería no hacer el amor sino comprarlo hecho. René Avilés Fabila

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Milton H. Greene, 1954.

carne. Te hace sentir que puedes estirar la mano y tocarla». Es justo esta fantasía de proximidad lo que diferenciaba a Marilyn: en la pantalla se desbordan su ego frágil, su bullicio infantil, su necesidad obsesiva de ser deseada y admirada. «Marilyn sugería que el sexo podría ser difícil y peligroso con otros —decía Mailer— pero con ella era como comer helado. “Tómame”, decía su sonrisa. “Soy fácil. Soy feliz”». Y lo fue, aunque por instantes y con la misma intensidad tiránica con la que la tristeza la arrastraba.

«Hueca y rubia» A finales de los años 40 obtuvo sus primeros papeles: nueve líneas en Dangerous Years (1947). Dos canciones en Ladies of the Chorus (1948). Un par de minutos en All About Eve (1950), robándole el amor de la cámara a Bette Davies. Un pequeño rol en The Asphalt Jungle (1950), dónde «luce como un nuevo amor, lista y expectante entre las sábanas, en el inesperado aliento fresco de una inusitada mañana erótica», según Mailer. Sus primeros años en la industria transcurren sumergidos en películas mediocres en las que entrega alma y piel con una vivacidad indómita. 1953 es el año que la define con tres películas clave:



Niagara, en la que Henry Hathaway la encuadra por 30 segundos mientras camina alejándose; según André Bazin: «Marilyn había desplazado el centro de gravedad del erotismo cinematográfico a un lugar entre el seno y el muslo».



Gentlemen Prefer Blondes, en la que, enfundada en ceñidísimo satín rosa y rodeada de hombres que fingen pegarse un tiro por ella, canta: «Los hombres se

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Getty, 1954.

Getty, 1954.

vuelven fríos / cuando las chicas envejecemos / todas perderemos nuestros encantos al final». Aquí su registro actoral se perfila como el epítome del comic vamp, una seductora que tiene más que ver con la farsa que con la tragedia, línea paralela y opuesta a la épica trágica de la Garbo y el melodrama de Marlene Dietrich.



How to Marry a Millionaire, al lado de Betty Grable y Lauren Bacall, donde Marilyn aprovecha la miopía de su personaje para entregar los primeros momentos sublimes de una comedia; años más tarde, Joshua Logan la compararía con Charlie Chaplin.

Pero mientras el público la adora, la industria la devora. Se publican cientos de páginas sobre el espectáculo del bamboleo de sus caderas; «la chica del caminar horizontal», la llaman; su «torpeza histriónica»; su hermosa cabeza, «hueca y rubia», del personaje que todos confunden con la mujer real. «El problema con los símbolos sexuales es que se convierten en objetos —dijo en su última entrevista—. Y odio ser un objeto».

La habilidad de actuar Marilyn encontró refugio en Natasha Lytess, maestra de actuación y secreta enamorada que durante siete años la rescataría de relaciones enfermizas e intentos de suicidio; impondría su presencia y opinión en todas sus filmaciones, le prestaría libros de Tolstói y Turgenev, que la mantendrían cuerda en los insomnios donde los barbitúricos y el alcohol ya no eran suficientes. De nuevo Mailer nos revela: «Era una amante de los libros que no leía […] Su búsqueda de conocimiento era arbitraria y sin contexto». Marilyn comenzó a dibujar, escribía poemas, leía —a veces fragmentos espaciados por meses, a veces obsesiva durante la noche entera— los 400 libros que componían su biblioteca; se enroló en un curso de arte por correspondencia; pasaba horas experimentando en la cocina. «Puedo sentir mi falta de talento como si fueran ropas baratas que visto por dentro. Dios, ¡cómo quiero aprender! No quiero nada más. No

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20th Century Fox, 1953.

hombres, no dinero, no amor, sólo la habilidad de actuar. Con las luces y la cámara fijas en mí, de pronto me descubrí a mí misma: torpe, vacía, inculta». Mientras la prensa se burlaba de «el acto» con el que, creían, quería convencer al mundo de que no era una rubia idiota, ella trataba de retomar el control del lente con el que las cámaras presentaban su cuerpo. Se negó a seguir filmando comedias musicales, aún bajo pena de suspensión por parte del estudio. Eventualmente renegoció su contrato, pero en castigo por su rebelión la obligaron a filmar There's No Business Like Show Business (1954), que Ed Sullivan describió como «una de las más flagrantes violaciones al buen gusto». Después, se casó con Joe DiMaggio, súperestrella del beisbol, quintaescencia del hombre-macho proveedor y protector. A pesar de sus celos violentos y su puritana visión sobre el erotismo —que justo Marilyn desplegaba en público—, ella encuentra en él la figura paterna tan anhelada. Comienza a filmar The Seven Year Itch (1955) y la mezcla es insuperable: una dirección magistral de Billy Wilder y la interpretación de Marilyn, dulce e hilarante. «Era el ideal de posguerra de chica americana; suave, transparentemente indefensa, veneradora del hombre, ingenua, ofreciendo sexo sin demanda alguna», acotó Donald Spoto. El estudio decide grabar la escena más memorable —la del vestido blanco— en Lexington Avenue. La grabación fue inservible debido al griterío del tumulto histérico. DiMaggio estalla por el escándalo publicitario. Después de nueve meses de matrimonio, se separan.

Una extraña, profética tragedia Marilyn huye a Nueva York y empieza a hablar de sí misma en tercera persona. Da una conferencia de prensa: está cansada de interpretar papeles sexuales. Inicia su propia empresa productora. La prensa, los estudios y otras estrellas —principalmente femeninas— en lugar de apoyarla, se ensañan con ella. Susan Griffin declaró: «Marilyn se lamenta de que la gente la ve como una mercancía […] irónicamente,

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Michael Ochs, 1955

mientras ella es elevada a un ente supernatural, una diosa […] Ha dejado de ser una criatura por la que podemos sentir compasión. Ella existe ahora en la imaginación, fuera de la identidad humana. La cultura puede destruir su cuerpo tan fácilmente como los manifestantes húngaros de los 50 derribaban una estatua de Stalin. Ella ahora es un símbolo pornográfico en una cultura pornográfica, ya no es real». Marilyn comienza a tomar lecciones de actuación con Lee Strasberg quien, impresionado por su potencial, la equipara con Marlon Brando y la considera una de sus más talentosas pupilas. En 1955 llega a las manos del doctor Ralph Greenson, prominente psiquiatra y analista freudiano quien, en un despliegue de la poco ortodoxa terapia «de adopción», la acoge en su casa y en su familia —tal vez intentando paliar sus problemas de abandono, tal vez infatuado por su fragilidad. Empieza a escribir una serie de diarios que serían encontrados décadas después de su muerte y en los que deja muestra de sus temores y frágiles emociones. En 1956 cambia legalmente su nombre a Marilyn Monroe. Se casa con Arthur Miller, adopta su apellido, su religión —el judaísmo—, lee todos los libros que él impone, pasa las tardes en compañía de su círculo literario dónde, sorprendidos por su conversación ingeniosa y envanecidos por su infantil veneración, la aman. Jean-Paul Sartre y Truman Capote

filosofía de Ibargüengoitia

jorge tiene razón

Yo, por mi parte, pensaba que a ella le faltaban pechos, le faltaban piernas, le faltaban nalgas y le sobraran dos o tres idiomas que ella creía que hablaba a las mil maravillas. «La vela perpetua», en La ley de Herodes.

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En 1962, el año de su muerte, declaró: «Soy un fracaso como mujer. Mis hombres esperan tanto debido a la imagen que se han hecho de mí, que yo misma he fabricado de mí: un símbolo sexual. No puedo cumplir sus expectativas. Esperan campanas y silbatos, pero mi anatomía es igual que la de otras mujeres. No puedo complacerlos»

la abanderan como musa para sus futuros guiones. Edith Sitwell escribió: «En reposo, su rostro tenía momentos de una extraña, profética tragedia, como el de un hermoso fantasma: un pequeño fantasma de primavera, un inocente demonio de la fertilidad, el espíritu de la vegetación que fue Ophelia».

La mujer más malvada Por su parte, Isak Dinesen —Karen Blixen— comentó: «No es sólo su belleza —aunque, por supuesto, es imposiblemente bella—, ella irradia al mismo tiempo una vitalidad ilimitada y un tipo de inocencia increíble. Me he encontrado con las mismas características en un cachorro de león que mis sirvientes nativos en África trajeron para mí. No me atreví a conservarlo». Monroe regresa a Hollywood para actuar nuevamente bajo el mando de Wilder en Some Like It Hot (1958). Tiene crisis nerviosas en cada llamado, aparece varias horas tarde o nunca llega; tarda 47 tomas en dar correctamente una sola línea: «Soy yo, Sugar». Es un secreto a voces que se ha hecho adicta a los calmantes. Wilder jura que no volverá a trabajar con ella, al grado de llamarla «la mujer más perversa del mundo». Tony Curtis, con los pies destrozados por esperarla durante horas subido en tacones, declaró que en la escena romántica: «fue como besar a Hitler». A pesar de esto, el American Film Institute calificó la cinta como «la mejor comedia de todos los tiempos». Monroe gana un Golden Globe y desaparece de escena durante varios meses para tratar de rescatar su matrimonio. Atraviesa por dos abortos espontáneos y varios problemas ginecológicos causados por una dolorosa endometriosis que, cuentan el morbo y la leyenda, «nunca le permitió tener orgasmos». Lee en el diario de su esposo quejas de lo decepcionado que está de ella, lo avergonzado que lo hace sentir frente a sus amigos. Wilder, quien la había llegado a conocer profundamente durante sus arranques de pánico, opinó que «sus matrimonios no habían funcionado porque

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Joe DiMaggio había encontrado que ella era Marilyn Monroe, y Arthur Miller había descubierto que ella no era Marilyn Monroe».

Algo auténtico Regresa a Hollywood para una última comedia musical, Let's Make Love (1960), de mala recepción y peores críticas para Monroe. Su tercer divorcio llega en 1961, no antes de que Miller termine de escribir The Misfits (1961) como un último regalo, ofreciéndole a la vez un papel exquisito a la altura de sus ambiciones y un retrato cruel. A pesar de los problemas que su adicción y sus crisis nerviosas trajeron a la producción, su director, John Huston, alabó su acto: «Ella no finge emociones, aquí no hay técnica. Marilyn ofrece algo auténtico». Su siguiente filme hubiera sido Something’s Got to Give (1962). Marilyn, recién salida del psiquiátrico, enferma y padeciendo las secuelas de una severa adicción, colapsó poco después de iniciar el rodaje. El estudio decidió demandarla cuando reapareció meses después, exquisita y en apariencia sana, para cantarle el más dulce de los «Feliz cumpleaños» a John F. Kennedy en su última aparición pública. Negoció con la Fox y volvieron a contratarla a cambio de un gran despliegue de publicidad: una sesión de fotos al desnudo para Vogue y una larga entrevista en la que contaría los pormenores de su turbulenta vida. Ambas fueron publicadas de forma póstuma; en la desnudez de sus palabras y de su carne se derrama esa energía erótica en la que se ahogaron todos los que alguna vez intentaron darle amor. En los obituarios se dijo que había sido encontrada desnuda en su cama; hablaron de las medidas de sus curvas, de sus problemas con las drogas, de la suciedad que la depresión había impuesto a su cuerpo, de sus matrimonios fallidos. Con la llegada de Internet, las fotografías de su autopsia fueron puestas a disposición del escrutinio público. Si no la hubieran matado ––Hollywood, las drogas, el patriarcado, los Kennedy, la mafia, su ego narcisista, sus problemas mentales, sus muchos fantasmas, los barbitúricos y la media botella de

frasezota

Tu vida sexual se mide en qué tanta vergüenza te daría contársela a tus papás. Vox populi

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Ben Ross, 1953

champán encontrados junto a su cuerpo en la mesita de noche–– hoy tendría 91 años.

En su biografía sobre Marilyn, Gloria Steinem se pregunta qué hubiera pasado si la bomba rubia hubiera vivido:2 «¿Se habría convertido en la actriz dramática que aspiraba a ser? ¿Habría encontrado el amor? ¿Habría dejado las drogas y los impulsos destructivos? ¿Sobrevivido la transformación de diosa sexual a mujer mortal que la edad le habría impuesto?». Resulta fascinante la idea, pero ella está más allá de toda especulación. El nicho en el que está enterrada está marcado por las huellas de labial que sus fanáticos han dejado como ofrenda durante décadas; pero todos sabemos que Marilyn no está ahí: ella yace por siempre joven y hermosa en el ámbar de nuestro inconsciente colectivo; profana y divina, frágil y erógena; es nuestra santa patrona de las causas perdidas, los anhelos más absurdos, los sueños más húmedos. Después de la muerte de Marilyn, Arthur Miller escribió: «Para haber sobrevivido tendría que haber sido o más cínica o haberse distanciado aún más de la realidad. Pero fue una poeta parada en una esquina tratando de recitar para la multitud que sólo quería arrancarle la ropa». Joe DiMaggio jamás escribió ni dijo nada, pero durante veinte años llevó rosas a su tumba cada semana. %

2 v. Algarabía 110, noviembre 2013, IDEAS: «La muerte les sienta bien»; p. 46. Mariana Rodríguez Jurado (Ciudad de México, 1986) es guionista, escritora de ciencia ficción, terror, fantasía y todos esos géneros que cualquier profesor de literatura calificaría como «basura». A nosotros nos consta que es experta en cultura pop —cómics, música rock y cine—… y ella nos sigue la corriente porque, a decir de sí misma, «de algo tiene que vivir».

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Larry Flynt (1942) por Andrea Tamayo

E

n 1965, con 1 800 dólares, fundó su primer negocio de desnudistas, al que llamó Hustler Club. No pasó mucho tiempo para que la aburrida población de los suburbios de Ohio saturara el antro cada noche y así comenzó su cadena de negocios por todo el país. En 1972 Flynt empezó a imprimir boletines para promocionar sus clubes. La publicación ganó tanta popularidad que pasó de cuatro a 32 páginas en sólo unos meses, hasta que en 1974 se convirtió en la única revista de circulación nacional sobre sexo explícito: Hustler.

Durante 43 años Hustler ha sido una de las publicaciones pornográficas más relevantes de los ee. uu. y la única que significó una competencia para Playboy y Penthouse; ha expandido su negocio a la tv, más de 60 sitios en Internet, un lujoso casino en Los Ángeles, además de mercancía, accesorios y, por supuesto, los clubes nocturnos donde todo empezó. El particular giro de su negocio lo ha llevado a librar numerosas

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De origen humilde, Larry Claxton Flynt, Jr. nació el 1 de noviembre de 1942 en Lakeville, Kentucky. En 1958, con apenas 15 años de edad, usó un certificado de nacimiento falso para alistarse en el Ejército de los ee. uu., del que desertó un año después para enlistarse en la Marina.

The People vs. Larry Flynt.

batallas legales y de la mayoría ha salido victorioso. Autonombrado «defensor de la Primera Enmienda», Flynt ha declarado «luchar por la libertad de expresión y de prensa». En 1978, justo durante un juicio, un asesino serial disparó a Flynt y a su abogado. El atacante confesó que su intento de homicidio obedeció a que en una edición de Hustler aparecieron imágenes de sexo interracial. La herida no fue letal pero desde entonces el magnate permanece en una silla de ruedas. En la política este empresario no ha sido menos polémico; en 1998, durante el proceso de destitución del presidente Bill Clinton por el caso Lewinsky, Flynt ofreció un millón de dólares a quien brindara información de cualquier escándalo sexual que involucrara a algún legislador. En 1996 Milos Forman dirigió la cinta The People vs. Larry Flynt, en la que narra las peculiaridades de este personaje, célebre por escandalizar a las conciencias más conservadoras. Tanto el director como Woody Harrelson, el actor principal, fueron nominados a los Premios Oscar. %

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ideas

Decálogo de los prejuicios sobre el homosexual por Luis González de Alba imágenes de Ernesto García Cabral

Un heterosexual no tiene idea de lo que es la vida siempre llena de canciones, anuncios, cine, carteles en los que el amor sólo existe entre hombre y mujer. lga

Durante su vida, Luis González de Alba jamás ocultó su homosexualidad, es más, la proclamó siempre y escribió acerca de ella: novelas, poemas, ensayos y artículos de divulgación científica dan muestra de ello. Su redacción directa, precisa, combativa, con ese toque de ironía que nos hace sonreír más de una vez al leerlo nos animó a tenerlo entre nuestras páginas, rebatiendo sin pelos en la lengua los prejuicios que aún prevalecen en muchas mentes con respecto de la homosexualidad. 38

Primer prejuicio Que la homosexualidad es contraria a la naturaleza, pues pone en peligro de extinción a la especie humana. Respuesta 1 El mundo por el momento está en peligro por exceso de población y no por falta. Los gobiernos gastan millones en detener la explosión demográfica. Un buen número de elementos no reproductores son bienvenidos, sobre todo si no cuestan nada, como sí cuestan las vasectomías o las ligaduras de trompas y las píldoras anticonceptivas al Seguro Social. En esta misma línea de pensamiento nos podríamos hacer la pregunta: ¿Y si la propia naturaleza tuviera mecanismos que promovieran la homosexualidad de una especie cuando ésta alcanza límites poblacionales peligrosos? Pero no hay en la actualidad más homosexuales que en siglos pasados. Sólo hacen más ruido.

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De la misma forma se puede responder que si todos tomáramos los hábitos de sacerdote o monja católicos, la humanidad también se extinguiría…

Segundo prejuicio Que la homosexualidad es contraria a la naturaleza dado que no existe en ella. Respuesta Hasta en el caso de que la homosexualidad sólo se diera en el ser humano, éste es parte de la naturaleza, luego todo lo que hace está en la naturaleza. Quien niegue esto deberá entonces ser consecuente y llamar actividades contra natura a la composición de sinfonías, la escritura de novelas, la producción de pasteles y por supuesto la transmisión de programas televisivos, tontos o no, sobre la homosexualidad o sobre el día de la madre. Pero tal supuesto es además falso: la conducta homosexual no es exclusiva del humano; está ampliamente difundida y bien documentada en todo el reino animal.1 Cualquiera puede haber visto perros macho trepándose en el amigo e intentando aparearse. No lo consiguen, pero los monos sí lo hacen y algunos peces también, como también se aparean entre 1 v. Algarabía 69, junio 2010, IDEAS: «Consultorio sexual para todas las especies»; p. 70.

el latín en la tina

 nam simul te, Lesbia, aspexi, nihil

est super mi vocis in ore lingua sed torpet, tenuis sub artus flamma demanat, sonitu suopte tintinant aures, gemina teguntur lumina nocte. Pues en cuanto te he visto, Lesbia, no me queda voz en los labios, sino que se me turba la lengua, una llama sutil corre bajo mis miembros, con un sonido peculiar me zumban los oídos, y una doble noche recubre mis ojos. Catulo, traducción de Juan Petit

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machos los delfines, las iguanas, los lagartos, los gansos, los patos, los toros.

Tercer prejuicio Que el sexo es para tener hijos. Respuesta Si esto fuera cierto, sería una perversión tener relaciones sexuales con una mujer fuera de sus días fértiles o con una que toma píldoras anticonceptivas o con una que se ha hecho ligar las trompas o con una que simplemente no es fértil. Pero, además, la mayoría de los homosexuales no se equivoca asignándose un sexo que no posee. No es un hombre que se siente mujer, aunque los haya. La inmensa mayoría de los homosexuales son hombres que se sienten hombres y a quienes les gustan los hombres. Así de simple. Una alta proporción ha tenido relaciones sexuales con mujeres y muchos, muchísimos, tienen hijos. Lo cual es un argumento más contra la tontería según la cual el homosexual pone en riesgo de extinción a la humanidad.

Cuarto prejuicio Que el homosexual es un tipo humano diferente. Respuesta Se han buscado explicaciones anatómicas, fisiológicas, hormonales y genéticas, sin encontrar diferencia alguna entre un homosexual y un heterosexual —el que prefiere al sexo opuesto—. Una vez que fallaron todas ellas, se recurrió a las explicaciones puramente psicológicas basadas, por supuesto, en diversos tipos de trauma, según cada teoría. Todas han fallado: en cuanto se menciona que un niño se vuelve homosexual por culpa de la madre, salta uno que es huérfano de madre; se culpa al padre, y sale uno que adora a su padre y tiene una magnífica relación con él. Pero, además, ¿quién sería el ser humano que no expondría queja alguna de su padre o de su madre? ¿Y todo el que se queja se vuelve homosexual? Hay personas que, en efecto, tienen parcialmente ambos sexos. Esto puede tener una causa hormonal, genética o ambas. Se trata de conformaciones anatómicas conocidas por el nombre de hermafroditismo, nombre que viene de Hermes y Afrodita, dioses griegos, hombre y mujer, que aparecen reunidos en esa figura que posee los dos sexos: el Hermafrodita. Pero una cosa es el hermafroditismo y otra cosa es la homosexualidad, el gusto por el propio sexo en hombres y mujeres perfectamente normales.

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Quinto prejuicio Que el homosexual se siente mujer —o la lesbiana, hombre. Respuesta En algunos casos puede ser verdad. Pero la gran mayoría de los homosexuales son hombres o mujeres muy satisfechos con su sexo, y no pocos hasta lo acentúan. Hay, por supuesto, homosexuales de aspecto femenino; pero también hay heterosexuales —los que prefieren al sexo opuesto— delgados, lampiños y suaves.

Sexto prejuicio Que el homosexual lo es porque le faltan hormonas masculinas. Respuesta Con el descubrimiento de la testosterona, la principal hormona masculina, en 1934, se pensó que en la falta de ésta se encontraría la tan buscada explicación de la homosexualidad. Tampoco fue así. La testosterona es responsable no sólo de la diferenciación de los genitales masculinos y del cerebro durante el desarrollo del feto, sino de los llamados caracteres sexuales secundarios masculinos: la voz grave, la barba, el vello, la menor cantidad de grasa y su distinta distribución, etcétera, y los homosexuales pueden poseer todas estas características viriles. Perloff reporta en sus investigaciones, ya desde 1967, que ningún paciente homosexual exhibe alguna alteración de sus pautas hormonales que pudiera explicar sus tendencias homosexuales.2

Séptimo prejuicio Que el homosexual lo es por un problema genético, o, lo que es lo mismo, que unos nacen y otros se hacen. Respuesta En 1940 Lang planteó que algunos hombres homosexuales eran en realidad «… tipos masculinos intermedios que son genéticamente femeninos, pero han perdido todas las características sexuales morfológicas con excepción de la fórmula cromosomática». O sea mujeres genéticas aprisionadas en cuerpos masculinos. Maravillosa explicación que se adaptaba hasta al sentimiento de algunos homosexuales. 2 En Hormonas y homosexualidad, p. 84.

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Pero en 1956 Pare sometió a verificación esta teoría empleando la técnica de la determinación cromosómica del sexo. El primer método satisfactorio para estimar el sexo cromosomático —esto es, el sexo «escrito» en los cromosomas de cada célula— fue elaborado por Barr. Se demostró empíricamente que la mayoría de las células femeninas contenían un punto característico en el núcleo. Esta comprobación probó ser válida respecto de todos los tejidos y de todas las especies de mamíferos estudiados. Pare investigó el sexo cromosómico de 50 homosexuales varones. En todos los casos, los núcleos de sus células fueron típicamente masculinos.

La respuesta de Freud En la nota añadida en 1919 a su bella obra titulada Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci, señala Sigmund Freud: [...] todo individuo, aun el más normal, es capaz de elegir un objeto homosexual, ha hecho esta elección alguna vez en su vida y la conserva en lo inconsciente, o se defiende contra ella por enérgicas disposiciones opuestas. Estos dos hechos ponen término a la aspiración de los homosexuales a ser reconocidos como un tercer sexo y también a la diferenciación entre sexualidad innata y sexualidad adquirida.

Octavo prejuicio Que el homosexual lo es por algún trauma. Respuesta Cuando a la gente dejó de importarle si la homosexualidad era o no pecado, saltó a la palestra la ciencia y la medicina sostuvo que era enfermedad, ya fuese hormonal —primera hipótesis—, o genética —última y más reciente—. Fracasó la medicina al intentar la prueba de cualquiera de estas hipótesis: no era ni una cosa ni la otra. Entonces otra ciencia vino en su auxilio: la psicología, la cual sostuvo que la homosexualidad era una patología mental causada por un trauma temprano. El más socorrido de los traumas psicológicos es el supuestamente producido por la combinación de madre fuerte y padre débil o ausente. Pero se ha observado que hay homosexuales que ni madre tienen, mucho menos la tienen fuerte. Y además, vea el lector cómo la explicación está teñida previa y prejuiciosamente de un valor: es mala esa combinación de padres porque «produce» homosexualidad, luego ésta es mala antes de que lo probemos. O bien, siguiendo exactamente el mismo modelo de pensamiento, deberíamos admitir su opuesto:

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es malo tener madre débil y padre fuerte porque eso produce heterosexualidad. ¿Verdad que suena raro?

Noveno prejuicio —sólo para creyentes— Que Dios condena la homosexualidad. Respuesta Los textos bíblicos que hablan de la homosexualidad son seis en total: uno en el Génesis, dos en el Levítico y tres en las cartas de San Pablo. En el Génesis se narra la destrucción de Sodoma y Gomorra, se nos ha dicho que por su homosexualidad. Pero aclara el padre José L. Mujica en El homosexual y la Biblia que: Un caso típico de cómo el machismo ha influenciado la mentalidad de los estudiosos y aún de las autoridades eclesiásticas, es el clásico caso de la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra. Según sus propias interpretaciones, ambas ciudades fueron destruidas por causa de la homosexualidad. Pero cualquier persona que lea ese pasaje —Génesis, capítulos 18 y 19— encontrará que la homosexualidad no se menciona… La razón por la cual estas ciudades fueron destruidas fue la soberbia, la falta de hospitalidad, la idolatría y la falta de caridad. En cuanto a las citas del Levítico, se siguen blandiendo sobre la cabeza de los homosexuales sin añadir que, este antiguo libro de la Biblia también prohíbe sembrar dos clases de semilla en el mismo campo, usar ropa con dos clases distintas de tejido, cortarse la barba y hacerse tatuajes. ¿Se irán entonces al infierno todos los campesinos mexicanos que siembran maíz y frijol juntos? ¿Y todos los lectores que traigan pantalón de mezclilla y camisa de poliéster? Hum… deberían. Y si esas prohibiciones ya no son válidas y se consideran anticuadas, porque Cristo estableció la Nueva Ley, ¿por qué siguen siendo válidas las referentes a la homosexualidad nada más?

Décimo prejuicio Que, como dijo el político y miembro del pan, Diego Fernández de Ceballos, estos son asuntos para «joteretes». Respuesta Gulp. %

Luis González de Alba (1944-2016) fue escritor, divulgador científico, militante en el movimiento estudiantil de 1968 y activo defensor de los derechos humanos. El presente texto ha sido tomado de su libro La orientación sexual: reflexiones sobre la bisexualidad originaria y la homosexualidad, México: Paidós, 2003.

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puros números

De parejas sexuales

E

n la vida de todo adulto sexualmente activo, siempre llegará el momento de hacerse la pregunta: ¿Cuántas parejas sexuales he tenido al día de hoy? La respuesta variará en función de cada persona, la edad y claro, una gran infinidad de factores, pero ¿existe una cifra adecuada? ¿Cuánto es mucho y cuánto es poco? El asunto se complica cuando la pareja en turno es la que realiza la pregunta. ¿Qué es lo que hay que decir para no parecer muy inexperto o, por el contrario, «demasiado» promiscuo? He aquí unos datos sobre las cantidades habituales de parejas sexuales.

¿Cuántas parejas sexuales tienen, en promedio, a lo largo de toda la vida?

7

4

Hombres

Mujeres

Creen que entre 10 y 14 parejas es el número adecuado

40%

49%

Hombres

Mujeres

Consideran que haber tenido menos de 10 parejas es indicador de falta de experiencia

60% 55%

Hombres

Encuesta Nacional Sobre Sexo y encuestas de Reino Unido y EE.UU.

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Mujeres

¿Cómo están las cifras en México?

Los millennials tienen menos parejas sexuales de las que tuvieron sus padres y abuelos a la misma edad

Baby boomers: 11 parejas —nacidos entre 1946 y 1964—

Generación x: 10 parejas —nacidos entre 1960 y 1984—

Millennials: 8 parejas —nacidos entre 1984 y 1999—

PRIMERA RELACIÓN SEXUAL

16.7 años Hombres 18.5 años

En México, en promedio, la primera relación sexual sucede a los

Mujeres

17.6 años

Parejas sexuales al año

Una Cero Dos Tres a cinco Seis a diez Once o más

Promedio general: 1.5 parejas en promedio, los

63.6 16.2 9.0 7.8 2.8 0.6

hombres reportan

2.2 parejas sexuales al año, mujeres 0.9 mientras que

las

reportan

Los casados tienen mayor actividad sexual, aunque los solteros tienen más parejas.

2.5 parejas al año

Solteros

1.2 parejas al año

Sólo

1 de cada

10 casados aceptó tener más parejas además de la actual. %

Casados

47

% % % % % %

Los apellidos de tres célebres escritores se han cortado a franjas horizontales y con algunas de ellas se ha formado la ilustración inferior. ¿Puede decir quiénes son?

acertijo

La primera persona que responda correctamente, a partir del 11 de julio,* a [email protected] recibirá un regalo sorpresa, cortesía del munal.**

Ganadores de la edición 152: Albert Giovanni Sarmiento y Marcela Recio Almazán. Respuesta: 2+(2/2)=3, 4+(2/4)=4.5, 5+(2/5)=5.4, 8+(2/8)=8.25, 10+(2/10)=10.2 *Para obtener el premio y no ser descalificado, se debe enviar nombre completo, edad, teléfono, e-mail y dirección completa. Limitado a un premio por participante por cada dos números. ** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 156. El plazo para recoger el premio vence el 29 de septiembre de 2017.

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el epistolario

l

a protagonista y emisora de estas cartas, Madmoiselle Simone, arde en deseos carnales en cada línea que le escribe a su joven amante Charles. De estos dos personajes de la década de 1920 sólo conocemos sus nombres y su desatado deseo de poseerse. Estas misivas llegan a nosotros gracias al embajador francés Jean-Yves Berthault, quien encontró las cartas por casualidad mientras ayudaba a una amiga suya a limpiar su sótano.

Querido amor mío: Qué sensaciones las de anoche… Todos esos minutos contigo me habían trastornado […] Todas esas palabras apasionadas me turbaron deliciosamente, y en mi cama, en la oscuridad de mi alcoba, no me comporté precisamente como una niña buena. Me perfumé todo el cuerpo antes de meterme entre las frescas sábanas, como si tú fueras a seguirme hasta allí. Con la cabeza en la almohada, evoco la imagen querida de mi pequeño dios. Mi mano acaricia despacio todo mi cuerpo, que se estremece poco a poco. Baja de mis pechos hasta mis muslos, se pierde un instante en el cálido vellón y luego se desliza más abajo. Bajo esa doble caricia, una infinita voluptuosidad se apodera de todo mi ser. Ahora tiemblo de placer, pues te recuerdo con todas mis fuerzas. El goce es tan intenso que me contengo para no gritar. Charles, Charles querido, sí, mañana te daré el espectáculo turbador que deseas. Cuando goce como una loca, me tomarás toda para no dejarme tiempo de recuperarme, para que un segundo goce, más intenso aún que el primero, me lleve al placer. Mañana, querido amado, podremos hacer realidad todas nuestras locuras. Otra vez he de dejarlo aquí. No tengo tiempo de decirte todo lo que quiero. Hasta luego, amado mío. Te amo.

Simone

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la cronología

Armando Calvo y Ana Luisa Peluffo en La fuerza del deseo.

1931

Santa. Dir. Antonio Moreno, con Lupita Tovar y Carlos Orellana. La más famosa de las cuatro versiones que se han hecho de esta cinta —adaptada de una novela de Federico Gamboa—, que inaugura la etapa del cine sonoro en México. Relata la vida de una campesina «deshonrada» por un militar y obligada a prostituirse. La joven pecadora, perdición de los hombres y finalmente redimida, se convierte en un arquetipo del cine de los años 30.

1933

La mujer del puerto. Dir. Arcady Boytler, con Andrea Palma y Domingo Soler. Una muchacha es engañada por un hombre y huye al puerto de Veracruz, donde ejerce la prostitución y paga su pecado enamorándose de un hombre que resulta ser su hermano. La imagen de Andrea Palma recargada en un poste en postura lánguida y sensual, con el cigarrillo en la boca, es una de las más famosas e icónicas de la cinematografía nacional.

1940

Amor de los amores. Dir. René Cardona, con Lily del Callejo y José Cibrián. Melodrama que incluye chantajes, acusaciones de adulterio, intentos de asesinato y a una madre que trabaja como sirvienta de su hija sin que ésta se entere.

1943

La mujer sin alma. Dir. Fernando de Fuentes. Con Fernando Soler y María Félix. Esta película —junto con Doña Bárbara (1943) y La devoradora (1946)— le otorgó a María Félix el estereotipo de femme fatale por excelencia. Es la historia de una trepadora, de una mujer que usa como arma su sensualidad para conseguir el ascenso social sin importarle arrastrar a unos cuantos hombres —que, por añadidura, son parientes— a la perdición.

1944

Las abandonadas. Dir. Emilio Fernández, con Dolores del Río y Pedro Armendáriz. Una mujer abandonada por su amante y con un hijo, no tiene más remedio que prostituirse. En el burdel se enamora de un militar que resulta ser un impostor, pues es nada menos que el jefe de la Banda del Automóvil Gris, un famoso grupo de delincuentes.

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En el tema sexual, nuestro cine cobijó especialmente dos arquetipos femeninos: la devoradora de hombres y la maltratada por la vida, cuyo mayor pecado era estar buenísima —y bailar de maravilla—, por lo que no tenía más remedio que dedicarse a la prostitución. El primer tipo es el equivalente de la femme fatale hollywoodense; el segundo es difícil de encontrar en filmes que no sean mexicanos. Muchas de las cintas de esta cronología exaltan a esas «víctimas del pecado»; otras fueron censuradas por presentar desnudos o por abordar temas polémicos para la sociedad de cada época.

La película estuvo a punto de ser censurada porque las autoridades consideraron que lesionaba el prestigio del Ejército. Crepúsculo. Dir. Julio Bracho, con Arturo de Córdova y Gloria Marín. Una película de amores prohibidos: un médico enamorado de la sensual mujer de su hermano, quien también lo desea; a su vez, la hermana de dicha mujer —también muy bella— se enamora de él. El personaje de Arturo de Córdova se debate en el dilema moral de su pasión por la cuñada, la concuña y la lealtad al hermano.

1945

El monje blanco. Dir. Julio Bracho, con María Félix y Tomás Perrín. Adaptada de una obra de teatro ambientada en la época medieval, este filme, que le dio a María Félix su primera nominación al premio Ariel, cuenta la historia de una mujer deseada por dos hombres: fray Hugo, de quien fue amante, y fray Can, quien la confunde con la Virgen María.

1947

Algo flota sobre el agua. Dir. Alfredo B. Crevena, con Arturo de Córdova y Elsa Aguirre. Un hombre rescata a una hermosa joven que encuentra flotando en un río y la lleva a su casa, donde la cuida su esposa. La intrusa provocará celos y deseos prohibidos, al incitar con sus encantos a su salvador. La diosa arrodillada. Dir. Roberto Gavaldón, con María Félix y Arturo de Córdova. Película censuradísima por la Liga de la Decencia y que, por tanto, todos fueron a ver. Un prestigiado artista regala a su esposa la escultura de una mujer desnuda, cuya modelo había sido su amante. La truculenta historia se complementa con chantaje, escenas de pasión subidas de tono para la época y un crimen. Para la escena del desnudo, María Félix recurrió a una doble de cuerpo.

1948

Salón México. Dir. Emilio Fernández, con Marga López y Miguel Inclán. Primera versión fílmica de este melodrama con ambiente de cabaret. La protagonista es una joven decente que debe trabajar de cabaretera para mantener a su hermanita, quien no tiene idea de este sacrificio. La necesidad económica lleva a la cabaretera a sufrir la explotación de su padrote.

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1949

Aventurera. Dir. Alberto Gout, con Ninón Sevilla y Tito Junco. Gran representante del cine de rumberas, cuenta la historia de una joven inocente, sola y pobre que es atrapada en la prostitución. Como en muchas películas de rumberas, el mayor pecado de la protagonista es su sensualidad ilimitada. La malquerida. Dir. Emilio Fernández, con Dolores del Río y Pedro Armendáriz. El escándalo se produce cuando Acacia, hija de la hacendada Raimunda, es deseada por su padrastro, Esteban. Después de muchos enredos, sufrimiento de Raimunda y un intento de asesinato, Acacia termina enamorándose de Esteban y enfrentando a su madre. El pecado de quererte. Dir. Fernando Cortés, con Gloria Marín y Luis Aldás. Un ladrón escapa de la cárcel y se oculta en una finca, donde se acuesta con la dueña, que en ese momento se encuentra sola y ávida de cariño. Él se va, pero tiempo después regresará con una identidad falsa, provocando un caos que se resuelve con una dolorosa separación porque, como dice el crítico Emilio García Riera: «En ese cine mexicano nadie copula impunemente».

1950

Sensualidad. Dir. Alberto Gout, con Fernando Soler y Ninón Sevilla. La mujer de vida fácil que se vuelve la obsesión y la perdición de los hombres. Nada más y nada menos que un juez cae en las garras de una femme fatale, por quien sacrifica su vida de rectitud y se convierte en un criminal. Susana. Carne y demonio. Dir. Luis Buñuel, con Fernando Soler y Rosita Quintana. Una aparentemente ingenua jovencita llega a una hacienda, donde es recibida como un miembro más de la familia. Sin embargo, muy pronto empieza a explotar su poder de seducción: sus coqueteos y falsa inocencia encenderán la pasión de los varones de la hacienda, sembrando la discordia y llevándolos a cometer locuras con tal de obtener sus caricias. Víctimas del pecado. Dir. Emilio Fernández, con Ninón Sevilla y Tito Junco. Una cabaretera recoge de la basura al bebé de su compañera, que ha sido obligada a tirarlo allí por su padrote. La cinta relata las aventuras de ambos, seres inocentes que —en el caso de ella— son obligados a pecar para sobrevivir.

1951

Subida al cielo. Dir. Luis Buñuel, con Lilia Prado y Esteban Márquez. Es el relato de un viaje en autobús. El personaje de Raquel —Lilia Prado— es una voluptuosa mujer que desean todos los hombres del vehículo, pero ella sólo está interesada en seducir a Oliverio, uno de los pasajeros. El escritor José de la Colina calificó a esta película de «desenfadadamente erótica».

1954

Un extraño en la escalera. Dir. Tulio Demicheli, con Arturo de Córdova y Silvia Pinal. Es una historia melodramática con tintes de comedia negra bastante intrascendente, lo más destacado es el encanto y el sex appeal que destila Silvia Pinal. En su época les pareció muy atrevida a los miembros de la Liga de la Decencia, por las escenas entre Pinal y Córdova.

1955

Después de la tormenta. Dir. Roberto Gavaldón, con Augusto Benedico y Ramón Gay. Los gemelos Rafael y Melchor salen a pescar un día.

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En el mar los sorprende una tormenta y sólo regresa uno de ellos, Melchor, quien dice ser Rafael. La razón es que desea a la mujer de su hermano muerto. Locura pasional. Dir. Tulio Demicheli, con Silvia Pinal y Carlos López Moctezuma. Basada en «La sonata de Kreutzer» de Tolstói, es la historia de un hombre dominado por los temibles celos que lo llevan hasta el crimen. La fuerza del deseo. Dir. Miguel M. Delgado, con Armando Calvo y Rosario Granados. La cinta relata un triángulo amoroso entre dos pintores y su bella modelo. Pero lo más importante es que presenta los primeros desnudos del cine nacional, realizados por una bella —aunque un tanto inexpresiva— Ana Luisa Peluffo. Por supuesto, el desnudo es un pecado que la modelo debe pagar. Esposas infieles. Dir. José Díaz Morales, con Columba Domínguez y Lilia del Valle. Melodrama que tiene como tema el adulterio, adornado por los desnudos de la curvilínea Kitty de Hoyos.

1956

La Diana cazadora. Dir. Tito Davison, con Ana Luisa Peluffo y Armando Calvo. Marta, esposa del doctor Luis, practica el tiro con arco. Julián, un escultor admirado de su belleza, le pide que pose —obviamente desnuda— para él. Entre los dos nacerá un dramático romance. Después de este filme, la Dirección de Cinematografía les prohibió a los productores la realización de películas que incluyeran desnudos.

1957

Desnúdate Lucrecia. Dir. Tulio Demicheli, con Silvia Pinal y Gustavo Rojo. Silvia Pinal, en el papel de Lucrecia, se confirma como una de las joyas del cine mexicano, por su simpatía, belleza y picardía, que muestra de manera magistral en esta comedia de enredos, que incluye una insinuación de desnudo en la bañera.

1958

Miércoles de ceniza. Dir. Roberto Gavaldón, con María Félix y Arturo de Córdova. El personaje de María Félix se desmaya y es atendida por un hombre que abusa de ella. Luego, cuando va a recibir la ceniza en el templo, ella se da cuenta de que su violador es el sacerdote. A este tema se añaden otros como la prostitución y disquisiciones en torno al pecado. La estrella vacía. Dir. Emilio Gómez Muriel, con María Félix e Ignacio López Tarso. Ella desempeña su papel prototípico: la devoradora de hombres, ambiciosa de dinero, fama y éxito profesional. Además de pisotear a sus amantes, se practica un aborto clandestino y desaira a su mejor amiga, que se hunde en el alcoholismo y la prostitución.

1960

Las Leandras. Dir. Gilberto Martínez Solares, con Rosario Durcal y Enrique Rambal. Es una revista musical española adaptada al cine mexicano, que cuenta cómo una compañía musical utiliza una vieja casa de citas para montar su nuevo proyecto bajo el disfraz de ser un colegio.

1961

Viridiana. Dir. Luis Buñuel, con Silvia Pinal y Francisco Rabal. Esta cinta fue prohibida en México y condenada por la Iglesia católica por su crítica al catolicismo y por sus alusiones al incesto, la violación y la necrofilia.

1963

Amor y sexo (Safo 1963). Dir. Luis Alcoriza, con María Felix y Julio Alemán. Una mujer madura se enamora de un joven médico. María Félix se despoja de la ropa y muestra sus pechos por vez primera, a sus casi 50 años.

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Tajimara. Dir. Juan José Gurrola, con Pilar Pellicer y Claudio Obregón. Basada en un relato de Juan García Ponce, cuenta una historia de amor que ha terminado y, al mismo tiempo la de dos hermanos que están enamorados.

1969

Las pirañas aman en cuaresma. Dir. Francisco del Villar, con Isela Vega y Ofelia Medina. Adaptada de la obra homónima de Hugo Argüelles. Triángulo amoroso entre un pintor y dos mujeres que son madre e hija. Él quiere a la joven, pero tiene relaciones sexuales con la mamá. La situación termina en homicidio. El pecado de Adán y Eva. Dir. Miguel Zacarías, con Jorge Rivero y Candy Cave. Después de ser expulsado del jardín del Edén con Eva, Adán recuerda los días en que eran felices e inocentes, antes de ser tentados por el Diablo. Ambos actores aparecen sin ropa, luciendo espectaculares anatomías.

1970

El topo. Dir. Alejandro Jodorowsky, con Alejandro y Brontis Jodoroswky. Una película surrealista, a veces incoherente e incomprensible, llena de escenas de desnudez, lesbianismo y blasfemia, que escandalizó a la sociedad mexicana de aquella época.

1971

Vidita negra. Dir. Rogelio A. González, con Mauricio Garcés, Kiki Herrera Calle. El romance entre un escritor que ha perdido la inspiración y su sirvienta Vidita, una negra alegre y sexy al estilo de Rarotonga,1 que —de manera un tanto surrealista— convierte su departamento en un rincón tropical, le devuelve la inspiración y su prestigio como escritor. Es la primera mujer negra que se convierte en objeto de deseo en una cinta nacional. Ángeles y querubines. Dir. Rafael Corkidi, con Helena Rojo y Jorge Humberto Robles. Película erótica, transgresora y con una bella fotografía, que trata el tema de los vampiros.

1972

El profeta Mimí. Dir. José Estrada, con Ignacio López Tarso y Ofelia Guilmáin. Un hombre maduro, fanático religioso y que vive en un ambiente de represión, se convierte en asesino de prostitutas. El dilema moral viene cuando la mujer que ama decide vender su cuerpo ante su difícil situación económica. El castillo de la pureza. Dir. Arturo Ripstein, con Claudio Brook y Rita Macedo. Basada en una historia real, trata de un hombre que mantiene a su esposa y tres hijos encerrados en su casa, para mantenerlos alejados de las tentaciones mundanas. Esta represión lleva al incesto y la violencia cuando los dos hijos mayores llegan a la adolescencia.

1973

Los cachorros. Dir. Jorge Fons, con José Alonso, Helena Rojo y Carmen Montejo. Basada en la novela homónima de Mario Vargas Llosa, relata la historia de un niño que, atacado por un perro, pierde el pene. Años después, eso le crea grandes problemas que van afectando su estabilidad emocional cuando se enamora de una hermosa mujer. El monasterio de los buitres. Dir. Francisco del Villar, con Enrique Lizalde, Enrique Álvarez Félix e Irma Serrano. En un antiguo monasterio en México, un sacerdote psicoanaliza a los seminaristas, quienes manifiestan indecisión, problemas sexuales —como el incesto o la homosexualidad— y falta de fe.

1974

La isla de los hombres solos. Dir. René Cardona, con Mario Almada, Eric del Castillo y Wolf Ruvinskis. Retrata la vida en el penal de San Lucas, exclusivo para hombres. Vejaciones, torturas, homosexualidad y travestismo son los elementos fundamentales de dicha existencia.

1975

El llanto de la tortuga. Dir. Francisco del Villar, con Jorge Rivero, Isela Vega y Hugo Stiglitz. Un grupo de amigos se reúnen en Acapulco para

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beber y compartir experiencias. La velada se va poniendo complicada a causa de los agravios, mentiras y secretos de la infancia que salen a la luz. Además, los juegos sexuales se imponen en esta noche de libertinaje. La pasión según Berenice. Dir. Jaime Humberto Hermosillo, con Pedro Armendáriz Jr., Martha Navarro y Blanca Torres. Es una película de autor, que obtuvo varios premios de la crítica. Cuenta la historia de pasión entre una joven viuda que parece que no rompe un plato y un médico en una ciudad de la provincia mexicana. Auandar Anapu (el que cayó del cielo). Dir. Rafael Corkidi, con Aurora Clavel, Ernesto Gómez Cruz y Patricia Luke. Un desconocido llega a un pueblo y se convierte en su líder espiritual. Esta película tuvo la clasificación sólo para adultos de amplio criterio, debido a sus escenas de sexo y ritos religiosos al desnudo. El apando. Dir. Felipe Cazals, con Salvador Sánchez, José Carlos Ruiz y Manuel Ojeda. La película —adaptación del libro homónimo de José Revueltas— transcurre en la sobrepoblada cárcel de Lecumberri, donde varios hombres se rebelan y son recluidos en la celda de castigo, llamada, precisamente, el apando. Presenta escenas de homosexualidad, abusos,

drogadicción y sufrimiento. Tivoli. Dir. Alberto Isaac, con Alfonso Arau, Pancho Córdova y Lyn May. Cinta ambientada en el México de los 50, donde un grupo de artistas trata de evitar la demolición de su teatro de burlesque. Es el debut de una de las reinas del cine de ficheras: Lyn May.

1976

La india. Dir. Rogelio A. González, con Mario Almada e Isela Vega. Con varias escenas de desnudos, esta cinta da cuenta de la pasión prohibida e incestuosa de un hijo por su madre, la bella india encarnada por Isela Vega.

1977

Alucarda, la hija de las tinieblas. Dir. Juan López Moctezuma, con Claudio Brook, David Silva y Tina Romero. Justine vive en un monasterio y recibirá la influencia terrible de la bruja Alucarda — Drácula al revés y en femenino—. Una cinta de gore mexicano, con su buena proporción de sangre, satanismo, desnudos y escenas lésbicas. La viuda negra. Dir. Arturo Ripstein, con Mario Almada e Isela Vega. La relación entre un sacerdote y una huérfana en un pequeño pueblo mexicano, con las consabidas escenas de pasión protagonizadas por las cerradas curvas de Isela Vega. Tal vez es la única actuación de calidad tanto de Almada, como de la Vega. El lugar sin límites. Dir. Arturo Ripstein, con Roberto Cobo, Lucha Villa y Gonzalo Vega. Algunos de los temas de esta película —que transcurre en un burdel— basada en la novela homónima de José Donoso son: machismo, homofobia y el amor de un hombre por un travesti. Las mariposas disecadas. Dir. Sergio Véjar, con Silvia Pinal y Ricardo Noriega. Una solitaria escritora que tiene como pasatiempo coleccionar mariposas, se enamora de un muchacho, a quien se propone añadir a su colección. Silvia Pinal en un personaje de pedófila nunca visto.

1978

Amor libre. Dir. Jaime Humberto Hermosillo, con Julissa, Alma Muriel y Manuel Ojeda. Los carteles de esta película anunciaban que «Julissa se desnuda el cuerpo» y así fue. Trata de dos mujeres liberadas que comparten una sincera amistad, un departamento y los hombres de su vida.

1984

Mujeres salvajes. Dir. Gabriel Retes, con Tina Romero, Jorge Santoyo y Patricio Mayers. Siete presidiarias escapan de la cárcel, llegan a una

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playa buscando un tesoro y se encuentran con un grupo de hombres tan salvajes como ellas. Desnudos, violaciones, lesbianismo y sexo explícito ocurren en esta provocativa cinta. Doña Herlinda y su hijo. Dir. Jaime Humberto Hermosillo, con Arturo Meza, Marco Antonio Treviño y Guadalupe del Toro. Película de temática gay, trata de la relación entre dos hombres que viven en casa de la madre de uno de ellos con su consentimiento.

1980

Naná. Dir. Rafael Baledón, José Bolaños e Irma Serrano, con Irma Serrano, Isela Vega y Verónica Castro. Esta adaptación libérrima de la novela de Émile Zola recrea la escandalosa vida de una prostituta en el París del siglo xix, con los consiguientes desnudos de las protagonistas.

1986

Mariana Mariana. Dir. Alberto Isaac, con Pedro Armendáriz Jr. y Elizabeth Aguilar. El despertar sexual de un niño que se enamora de la hermosa mamá de un amigo de la escuela. Basada en Las batalles en el desierto, de José Emilio Pacheco.

1987

La venganza de los punks. Dir. Damián Acosta Esparza, con Juan Valentín, Olga Ríos y Bruno Rey. Una pandilla de punks se fugan de la cárcel y se vengan del policía que los encarceló violando y matando a toda su familia.

1990

La tarea. Dir. Jaime Humberto Hermosillo, con María Rojo y José Alonso. Una estudiante de cine, a fin de cumplir una tarea, cita a un antiguo amante para grabar sus juegos sexuales sin que él lo note.

1991

Sólo con tu pareja. Dir. Alfonso Cuarón, con Daniel Giménez Cacho y Claudia Ramírez. Comedia acerca de un joven casanova a quien le hacen creer que tiene sida. Fue la primera película mexicana que trató directamente el tema del vih. La mujer de Benjamín. Dir. Carlos Carrera, con Eduardo López Rojas y Arcelia Ramírez. Un viejo solterón se obsesiona con una muchacha hasta el punto de secuestrarla y mantenerla encerrada hasta que se enamore de él.

1992

Anoche soñé contigo. Dir. Marisa Sistach, con Martín Altomaro y Leticia Perdigón. El aprendizaje sexual de un muchacho, cuya maestra es una parienta lejana mayor que él, que se hospeda en su casa durante unas vacaciones de verano.

1995

El callejón de los milagros. Dir. Jorge Fons, con Salma Hayek y Ernesto Gómez Cruz. Basada en una novela de Naguib Mahfuz adaptada por Vicente Leñero, cuenta la historia de varios personajes que conviven en un barrio popular de la Ciudad de México; cada uno va confrontando su sexualidad y su manera de vivir según sus circunstancias. Temas como la homosexualidad y la prostitución, tratados de forma realista, hicieron de esta película un referente para el cine nacional.

1998

Sexo, pudor y lágrimas. Dir. Antonio Serrano, con Demián Bichir, Susana Zabaleta y Mónica Dionne. Dos parejas en crisis y dos terceros que se integran al conflicto, se unen para hacer una enredada historia en la que el sexo y el amor se confrontan. Causó inquietud —y fue una de las más taquilleras del cine mexicano— porque hablaba explícitamente de sexo y había desnudos a la menor provocación.

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Y tu mamá también. Dir. Alfonso Cuarón, con Gael García Bernal y Diego Luna. Julio, Tenoch y Luisa emprenden un viaje hacia la playa y se internan en una aventura erótica, en la que la fidelidad, la amistad y el amor son cuestionados. Además de la masturbación y el sexo, el ménage à trois se sugiere como la cereza del pastel.

2002

La habitación azul. Dir. Walter Doehner, con Juan Manuel Bernal y Patricia Llaca. Cuando Toño regresa con su esposa a su pueblo natal, se encuentra con Andrea —una vieja amiga— con quien tiene encuentros sexuales que despiertan rumores en el lugar. La infidelidad descarada y los desnudos, tanto en la película como en el cartel promocional, causaron gran controversia.

2007

Eros una vez María. Dir. Jesús Magaña Vázquez, con Diana Bracho, Julio Bracho y Bianca Calderón. Apoyado del psicoanálisis, Tonatiuh busca entre sus recuerdos y fantasías superar a su amada María. Para ello recurre a otras mujeres del mismo nombre que lo acompañan en una serie de experiencias eróticas y de autodescubrimiento.

2010

Año bisiesto. Dir. Michael Rowe, con Mónica del Carmen, Gustavo Sánchez Parra y Armando Hernández. Laura llega de Oaxaca a la Ciudad de México a vivir sola en un modesto departamento. Casi no sale ya que trabaja desde su casa para una editorial y lo poco que sabemos de su vida en el exterior es por las visitas de su hermano y los distintos encuentros sexuales que mantiene con hombres desconocidos.

2015

Las oscuras primaveras. Dir. Ernesto Contreras, con Irene Azuela, José María Yazpik, Cecilia Suárez. Igor pasa por un estancamiento en su relación con Flora, por lo que busca en Pina, una madre soltera, la pasión que le hace falta a su vida %

adivina quién

2001

Considerada uno de los primeros símbolos sexuales de México. Rompió récord de venta de postales e inmortalizó el foxtrot. Murió en 1958. La primera persona que responda correctamente a partir del 11 de julio a [email protected],* recibirá un regalo sorpresa.** Ganadora de la edición 152: Sandra Nieves Díaz. Respuesta: El periodista mexicano en ser asesinado por un policía fue Manuel Buendía. * Para obtener el premio y no ser descalificado, se debe enviar nombre completo, edad, teléfono, e-mail y dirección completa. Limitado a un premio por participante por cada dos números. ** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 156. El plazo para recoger el premio vence el 29 de septiembre.

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top

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¿Cuánto tiempo vemos

Tiempo invertido por visita

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Bélgica 9 minutos 01 segundos

9

Francia 9 minutos 17 segundos

8

Suecia 9 minutos 19 segundos

7

Países Bajos 9 minutos 33 segundos

6

Reino Unido 9 minutos 40 segundos

5

Australia 9 minutos 44 segundos

el doctor carrington dice En promedio, cada

segundo 28 mil personas están viendo pornografía.

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Como cada año, PornHub, la página más relevante de pornografía gratuita en línea, ha publicado las estadísticas de su sitio. Fundada en Canadá y con oficinas en San Francisco, Houston, Nueva Orleans y Londres, tan sólo el año pasado sumó más de 23 millones de visitas. Dentro de los datos que arroja están los países con más tráfico de usuarios; los ee. uu. ocupan el primer sitio, seguido de Reino Unido y Canadá. México se encuentra en el lugar número once. Entre las estadísticas también se muestra el tiempo que cada país invierte a tan recreativa actividad. He aquí los diez países que más tiempo navegan y México no se queda tan atrás.

México se encuentra en 14º lugar con 8 minutos y 51 segundos.

4

Canadá 9 minutos 49 segundos

2

Sudáfrica 10 minutos 46 segundos

Filipinas 12 minutos 45 segundos %

3

Estados Unidos 10 minutos 15 segundos

1 59

Cómo escribir

un relato eróticő —y luego un libro porno—

por Alejandro Quintanar

E

n los últimos años, sobre todo desde la aparición de la novela Cincuenta sombras de Grey (2011), muchos

escritores independientes se han lanzado a escribir una novela erótica. Pero algunas veces confunden ciertos términos:

! ! !

No es lo mismo erotismo que amor. No es lo mismo amor que pasión. No es lo mismo sexo que pornografía.

Lo que recomendaría a cualquier escritor —del sexo que sea—, es que use el erotismo como recurso, no como tema. Es decir, que sea el marco de fondo para desarrollar su temática. Aunque esto también puede servir para escribir escenas de sexo. Porque no se trata sólo de «cómo escribir una novela erótica», sino de que las escenas de sexo no parezcan «porno malote», es decir, burdo.

1. Construya relaciones, no impactos El acto sexual es un acto muy físico en el cual entran en juego muchas sensaciones. Los cinco sentidos se potencian a la vez: Tacto: poder tocar es básico y el mismo orgasmo se experimenta mediante sensaciones corporales. Vista: la visión de los cuerpos desnudos excita y las escenas se describen de forma muy gráfica. Olfato: sin duda, el olor de la persona deseada o amada evoca recuerdos y sensaciones. Gusto: no en vano besar y lamer son acciones imprescindibles de la actividad sexual.

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La diferencia entre pornografía —buscar tan sólo la excitación sexual al describir escenas íntimas— y erotismo, consiste en mostrar la intimidad de los personajes con un sentido narrativo

Oído: escuchar los gemidos de placer y las palabras de deseo del otro estimulan la excitación. Pero describir las escenas eróticas en términos que impliquen los cinco sentidos no basta. El juego erótico entre personajes se da en su psique, no sólo en el terreno físico. La mejor manera para mostrar ese juego es construir su complicidad emocional. Si no construye ese juego como parte de la relación personal de los implicados, las escenas que describa serán pornográficas, no eróticas. Tal como sucede con las supuestas escenas románticas de las malas películas: el romanticismo no lo define una cena con velitas y música suave, sino la relación de los personajes. En la cama sucede exactamente igual: lo excitante y lo que estimula las emociones del lector son las relaciones de complicidad, no el acto en sí. El porno no consiste en describir sexo explícito sin censura, sino en exponer un comportamiento puramente sexual, sin admisión de otro elemento que le dé sentido. Por eso, al describir escenas sexuales, procure que el lector conozca las implicaciones emocionales y los sentimientos de esa relación, el juego de complicidad entre personajes.

2. Las cosas por su nombre Siempre y cuando haya seguido el primer consejo, cuando describa escenas eróticas no escatime detalles. En el cine, erotismo significa sugerir; pornografía significa mostrar. Pero en literatura una descripción detallada transmitirá mejor

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la fuerza y la carga emocional de una situación erótica. Porque en el cine las imágenes hablan por sí mismas, pero en literatura hay que construirlas en la imaginación del lector. Una situación erótica es un momento culminante dentro de la historia, por lo cual recomiendo que proporcione el máximo de detalles posible. Utilice las palabras y expresiones que mejor describan la situación: ni más, ni menos. Escriba coño, verga o puta sólo cuando sea necesario. Pero evite tópicos y eufemismos como:

! ! ! ! !

Pechos generosos, caderas voluptuosas y similares. A flor de piel, hormigueo/mariposas en el estómago. Movimientos insinuantes, contoneo sensual… Botón del placer, licor de la vida… mástil del amor [¡!] Se estremeció al contacto de su piel/manos y demás expresiones trilladas.

Está claro que necesita respetar el tono y el estilo literario que emplee al escribir su historia. Pero si durante todo el rato está describiendo de manera realista y de repente entra en modo «tupido velo» cuando quiera describir el sexo, el lector se preguntará: «¿Por qué rayos me cuenta tantos detalles de otras cosas y precisamente de esto no?». Puede describir sexo de forma tan explícita como quiera, siempre y cuando no sea con la única intención de excitar al lector: recuerde el consejo número 1 y preste atención al…

3. Deje el puritanismo Olvide sus propios prejuicios y tabúes en torno al sexo, la sexualidad y el erotismo. Como ha visto en el segundo consejo, necesita crear imágenes de impacto en la mente del lector, estimular su imaginación y llevarla al límite. Para ello, no puede limitar la suya, necesita dar rienda suelta a todo aquello que pueda pasar por su cabeza —y estómago—. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que los protagonistas de sus escenas eróticas son los personajes, no usted. Piense, sienta y actúe como lo harían ellos, pero nunca proyecte sus ideas preconcebidas respecto a la sexualidad. Si conserva sus tabúes, transmitirá esa inseguridad en lo que cuente… y sonará forzado, a falso. Y si no tiene ninguna clase de prejuicio, es posible que sus personajes se comporten como lo haría usted en esa situación, no según su propia personalidad. Si usted es capaz de llevar estas pautas, estas escenas incluso tendrán un sentido narrativo, más allá de buscar un mero impacto en los lectores.

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Pero si su intención jamás fue escribir un delicado y emotivo relato erótico, sino más bien un libro explícito y «bien cochino», aquí están las…

Instrucciones para escribir un libro porno por Donald Westlake

H

ay cuatro argumentos de novela erótica, que numeraremos del 1 al 5:

1 Un chico que vive en un pueblo quiere ver mundo. Se coge a su novia como despedida y se va a la gran ciudad. Allá encuentra trabajo y conoce a una sucesión de personas, la mayoría mujeres, y tiene relaciones sexuales con todas. Escenas típicas son pedir ride hasta Nueva York y ser recogido por una esposa aburrida, pero guapa, en un descapotable, o encontrar trabajo en unos almacenes y coger con una ninfómana en los probadores, o ir a una cita con una chica y toparse, en cambio, con su compañera de habitación, que es ninfómana. Al final de todo, el chico puede hacer una de estas tres cosas: volver a su pueblo y a su novia local, casarse con una de las chicas de la gran ciudad o volverse inflexible y, tras «echarse» a una de las chicas de la gran ciudad, largarse por ahí solo. No importa cuál de los tres escoja, cualquiera le proporciona a esta mierda «erótica» esa significación social redentora que impida que la obra sea secuestrada por la policía.

2 Lo mismo que en 1, pero con una chica. Se va de su pueblo, deteniéndose primero para coger con el novio de su pueblecito, y ya puede largarse a la gran ciudad. La causa de que se meta sexualmente con su compañera de habitación lesbiana es que ha sido violada por el jefe. Ustedes rellenen los detalles, añadan unos cuantos sementales y ya tendrán el libro. La misma porquería que el 1 para el final, y ¡listo!

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Todo elemento de su historia sirve a un propósito y una escena erótica no es la excepción

3 La Ronda. El capítulo 1 presenta a George que se coge a Myra. El capítulo 2 pasa al punto de vista de Myra, que lo hace con Bruno. En el capítulo 3 seguimos a Bruno cuando se mete en la cama con Phyllis. Y etcétera. Y etcétera. En este caso, el final es o bien que el primer personaje coja con el último, o bien que el último decida quedarse con el penúltimo y acabar con esta cadena de sexo sin sentido. Funciona de cualquier forma.

4 Un marido aburrido y una esposa aburrida. Los capítulos alternan sus puntos de vista. Los contemplamos manteniendo relaciones aburridas entre ambos y mucho menos aburridas cuando lo hacen con otros personajes. Si hacemos que uno de ellos, marido —o más habitualmente mujer—, sea un pesado, la esposa puede acabar haciendo que el pesado consiga a su —o a la suya— ligue y que el chico —chica— bueno consiga a una chica —chico— aún mejor. Si hacemos que la pareja inicial sea gente confundida y preocupada, pero fundamentalmente agradable, volverá a estar junta al final. Tiene que haber implicaciones de redención social en cualquiera de los casos, como pueden suponer.

5 Naturalmente hay otras novelas pornográficas que podrán escribirse, pero ¿para qué esforzarse? He hecho algunas con decorados universitarios, pero acaban esencialmente por ser variantes de las versiones 1 o 2. Rod me dio estos cuatro esquemas básicos, y Rod es escritor y sabe lo que hace... Hasta ha vendido una al cine. % Alejandro Quintanar (Barcelona, 1971) ha hecho un poco de todo: ha sido transportista, agente comercial, auxiliar de cámara de cine y TV, fotógrafo e incluso actor. Desde hace unos años es asesor de escritura profesional —su verdadera pasión y especialidad— y ha publicado cuatro libros sobre fundamentos básicos de redacción y escritura. Descubra más de sus recomendaciones en: http://oficiodeescritor.com Donald Westlake (Nueva York, 1933-2008) fue guionista de Hollywood, pero destacó como autor de novelas de misterio, de las que publicó más de un centenar, obteniendo tres premios Edgar y el título de Gran Maestro del Misterio, que otorga la Asociación de Escritores de Misterio de los EE. UU. El texto que presentamos aquí proviene de su novela Adios Scheherazade (1970).

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tones pa’ los preguntones La primera persona que responda correctamente a partir del 11 de julio a [email protected],* recibirá un regalo sorpresa, cortesía de Maratón.**

1.

Cierta vez ofrecieron a José María Morelos dejar la lucha a cambio de honores y privilegios, mismos que rechazó prefiriendo ser llamado… a) Siervo de la Nación b) Soldado de la paz c) Amigo del pueblo

2. ¿Cuánto tiempo transcurrió entre las caídas del Imperio Romano de Occidente y del Imperio Romano de Oriente? a) Mil años b) Dos mil años c) Tres mil años 3. Catherine Cortez Masto fue la primera mujer de ascendencia mexicana electa senadora de ee. uu., cosa que a Trump seguro no le gustó. ¿Qué estado representa? a) Georgia b) Alabama c) Nevada 4. Meryl Streep lleva 20 nominaciones al Oscar, y contando. ¿Cuántas veces lo ha ganado, aunque merecía al menos dos más? a) 4 b) 5 c) 3 5. El nombre griego de este metal duro y brillante significa color, por «las múltiples tonalidades de sus compuestos» a) Cromo b) Cadmio c) Bismuto 6. ¿Qué trastorno mental es típico de quienes ostentan el poder económico o político, y surge cuando empiezan a creer que lo pueden todo? a) Misantropía b) Psicopatía c) Megalomanía

Ganador de la edición 152: Humberto Gómez Padilla. Las respuestas correctas fueron: 1.

a) Floridas

2.

a) Idi Amin Dada

3.

b) Isla del Diablo

4.

c) Edgar Allan Poe

5.

b) La influencia española

6.

c) Electra

* Para obtener el premio y no ser descalificado se debe enviar nombre completo, edad, teléfono, e-mail y dirección completa. Limitado a un premio por participante por cada dos números. ** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 156. El plazo para recoger el premio vence el 29 de septiembre de 2017.

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trivia

Vamos a comernos

eso ¿Usted cómo dice cuando de copular se trata? ¿Cómo le insinúa a su pareja las ganas de coger?

E

sa satisfacción de placer provocada por el sexo es innegable y ahí vamos a buscarle similitudes a nuestras insaciables ganas de sentir placer, ya sea para sonar más convincentes, para que se rían y respondan con un beso apasionado o porque no soportamos el simple «vamos a hacer el amor» que, bueno, en estos tiempos es el máximo eufemismo.

En España dicen follar o echar un polvo, y, aunque entendemos de qué se trata, se quedan muy cortos en inventiva. En cambio, los mexicanos somos ocurrentes, dicharacheros, creativos, pícaros, albureros, ¡unos artistas del lenguaje y el doble sentido! Si en su diccionario personal sólo existe el pulcro, cursi y arcaico «cuchi-cuchi», le recordamos que vive en México, así que aquí van algunos eufemismos, que usan miles a diario, de lo que simple y llanamente se llama coger. Vamos a:

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Echarnos un

clavado " Acariciar el peluche " Alimentar a la chimuela " Almidonar los interiores " Animar a la bestia " Anudar el mástil " Apachurrar al animal " Aplastar al sapo " Arrimarte el camarón " Azucarar el churro " Buscar una media pa’ hacerla tres cuartos

" Chalco… a Chalcolchón " Chocar los/nuestros carritos " Clavar el hacha " Clochar " Coshar " Colorear al panda " Comer carne de la buena " Cotorrear la lombriz " Cuchiplanchar " Darle su liana al mono

" Darle mazacuata al chimuelo " Darle rienda suelta al caballo " Darle zanahoria al conejito " Dejarte aquello como bandera de Japón

" Derramar el pulque " Desflemar el chile " Deshuesar la papaya " Despeinar/aporrear a la cotorra " Despertar al animal " Desplumar al patito " Desvencijar el catre " Echar los mecánicos en el taller " Echar pasión " Echar pata " Echar un palenque " Echar un paliacate... sin zacate " Echar un palito/patín " Echarle crema al pambazo " Echarle queso al taco " Echarnos

Enroscar el tornillo " Echarnos un brinco " Echarnos un cojín " Echarnos un rapidín " Electrocutar al canario " Embarrarle mantequilla al bolillo " Empanizar el camarón / la mojarra

" Empujar el columpio

" Empujar la tripa " Encamarnos " Engrasar el pistón " Ensamblar a Voltron " Enseñarle a ladrar al Chihuahua " Enterrar a tu mejor amigo " Escurrir la iguana " Espantar al cucaracho

Explorar

la cueva

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Mojar el

bizcocho " Espantarle el cuello a tus

" Hundir el Titanic " Jalarle el moco al guajolote " Jugar al doctor " La junta inglesa: ingle con ingle " La playa a recoger conchitas " Llenar el tanque " Llevar el buque a puerto

cachorros

" Firmar el asterisco " Glasear la dona " Hacer junta de ombligos " Hacer magia " Hacer que chille el mono

Darle

al chango su banana " Machucar la rata " Matar al gusano " Matar el oso sin piedad y a puñaladas

" Matar la rata a escobazos " Medir el aceite " Meter gol " Meterle el muñequito a la rosca " Mojar la serpiente " Montar a caballo " Mover el atole " Pasear en lancha " Peinar al gato

" Percudir el colchón " Picarle el ojo al niño " Picarle las alitas al murciélago " Pisar el nido " Pisarnos los talones " Pisotear la cucaracha " Poner el arete " Ponerle carnita al tamal " Ponerle crema al pambazo " Ponerle Jorge al hijo " Ponerle la peluca al calvo " Ponerle lechuga al pambazo " Ponerle mayonesa a la torta

frases de mamá

No me vayas a salir con tu domingo siete. Decir de mi mamá cuando llego a las 3 de la mañana

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Rellenar el pavo " Ponerte a mirar a la Meca " Ponerte en Pino Suarez " Ponerte mirando pa’ Toluca " Por unas dobladitas de lomo " Quebrarnos una yuca " Rechinar el catre

" Remojar la brocha " Reventar el colchón " Romper el catre " Rostizar al pollo " Sacar el veneno a la cobra " Sacar los miguelitos

Matar la a palos " Sacarle baba al oso " Sacarle el callo a la almeja " Sacarle la leche a la boa " Subirnos al guayabo " Tallar pelucas " Tirolear el techo

" Treparnos al guayabo " Tronar el cacahuate " Tronarle la concha al mejillón " Un entierro " Zangolotear al chango

Sacarle

punta al lápiz Algunas variaciones de lo mismo:

" ¿Cuándo juega tu chiquillo con mi mocoso?

" Cuando las uvas se secan, ¿qué tal las pasas?

" Esta noche cena Pancho " Hacer el mañanero —sólo a primera hora del día—

" ¿Quieres lo tuyo?

" Te disparo el café con leche " Te disparo los ostiones en el centro

" ¿Te gratino el mollete? " Te la voy a dejar ir " Te voy a dar la estocada " ¿Traes tupper? Porque te voy a dar hasta pa’ llevar %

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la lengua de nunca acabar Ya desde la época de Shakespeare se hacía referencia a la acción de copular a través de eufemismos. Algunos de ellos, con el tiempo se convirtieron en palabras obscenas, como cock, que se puede traducir como ‘gallo doméstico adulto’ y que originalmente designaba a la llave de un barril en forma de cuello de gallo y ahora también es una forma vulgar de llamarle al pene. La siguiente es una lista de eufemismos de la palabra copular recopiladas en el libro Shakespeare’s Bawdy usados por Shakespeare en sus obras:



to board a land carack —Othello—. ‘Montarse en un barco de carga’, que significa copular con una prostituta.



buried with her face upwards —Much Ado About Nothing—. ‘Enterrada con la cara hacia arriba’, dicho de una mujer copulando.



to change the cod’s head for the salmon’s tail —Othello—. ‘Cambiar la cabeza de bacalao por la cola del salmón’, siendo the cod’s head y the salmon’s tail los genitales masculino y femenino.



to make the beast with two backs —Othello—. ‘Hacer la bestia con dos jorobas’, aludiendo a la imagen que forman un hombre y una mujer durante el coito.



to thrust to the wall —Romeo and Juliet—. ‘Empujar contra la pared’, aludiendo a echarse un «rapidín».

barbarie en la red Lo que vimos:

Cómo escribirlo: ¿Y qué tal el regalo adelantado de mi mamá de 10 de mayo? 4 macetas con sus cunas de moisés. Un árbol huele de noche. ¿Y qué tal sus bonsáis? ¡Eh, amá, ya la compraron con sus bonsáis! ¡Ji,ji,ji…!

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apellido del mes Cacho Tiene dos orígenes, ambos del latín: el primero, de caecabus, ‘olla’, significa «pedazo pequeño de alguna cosa». El segundo proviene de coactus, ‘impulso, necesidad’. Es el participio pasivo de cogere, ‘recoger’. Una variante es Garcho, que quiere decir ‘encorvado, inclinado hasta la tierra’.

la lengua de todos los días chosto. Apócope de chóstomo, mexicanismo que significa pene. Actualmente muy usado por algunas tribus de la generación millennial. categoría gramatical: apócope tipo de neologismo: caló uso: Un wey me venía embarrando el chosto en el metro, ¡qué asca!

el romanceamiento del mes Latín - íngiva:

/'ingiua/ > 'ingiwa > in'g j←iβa >

en' dzia > en' dsia > en'θia > en'sía > encía - español la lengua fresca culamen. Esta palabra hace referencia a las nalgas, en especial a aquellas que son de grandes dimensiones. El otro día tuve una discusión con mis amigos de la cantina sobre cuál era el principal atractivo de las mujeres, la decisión estuvo dividida entre los ojos, la boca, los pechos y el culamen.

de estos lares

huevos Aparte de ser el cuerpo de forma ovoide que producen las hembras de algunas especies, particularmente en México, los huevos son sinónimo de los testículos. Se dice que quien tiene huevos es una persona valiente y con mucho arrojo. —Mario demostró tener muchos huevos cuando se atrevió a llegarle a María.

de otros lares

timbales Palabra que en las islas del Caribe como Cuba, Puerto Rico y República Dominicana se utiliza para hacer referencia a los testículos. También suele usarse para decir de alguien que es muy valiente o que tiene mucho coraje. —El tío de José es un timbal, él solo le hizo frente a todos los que querían asaltar su tienda. %

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ideas

El curioso sofá —una obra porno-gráfica— por Edward Gorey

Publicada en 1961 bajo el seudónimo de Ogdred Weary, esta obra es una hilarante parodia de los tópicos de la literatura pornográfica.

P

oblada de caballeros bien dotados, doncellas deliciosamente simpáticas, personajes inmorales, adminículos sorprendentes, juegos excitantes, fiestas libertinas y un inquietante sofá, esta obra maestra de la imaginación erótica confirma que el principal órgano sexual humano es el cerebro. 72

He aquí una selección de la maestría de este ya clásico ilustrador estadounidense. Herbert la invitó a dar un paseo en un taxi, en cuyo interior hicieron algo que Alice no había hecho nunca.

Después de hacerlo varias veces de diferentes maneras, Herbert sugirió a Alice que fuera a adecentarse en la casa de su tía, Lady Celia, quien los recibió con gran cordialidad.

Después de fregar los platos, Albert, el mayordomo, hombre admirablemente bien formado, los acompañó en otra travesura. A Herbert y a Lady Celia poco les costó convencer a Alice de que pasara unos días con ellos. La velada fue un gran éxito, a pesar de que a veces alguno se desmayaba.

Totalmente agotada, Alice se metió en la cama con la ayuda de Lise, la doncella francesa de Lady Celia, que le resultó deliciosamente comprensiva.

A la mañana siguiente, Lady Celia la despertó de una manera novedosa, justo a tiempo para el tentempié de las once.

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Al mirar por la ventana, Alice vio a Herbert, Albert y Harold, el jardinero, un joven de cuerpo excepcional, retozando en el jardín.

Durante el almuerzo, que fue al aire libre, Lady Celia anunció que habían sido invitados a pasar el fin de semana con los Gilbert.

Esa noche, en la biblioteca, Seylla, una invitada con ciertas peculiaridades anatómicas, hizo una demostración de «la máquina de escribir lituana» con la experta colaboración de Ronald y Robert, dos fornidos jóvenes del pueblo.

Más tarde, Reginald, otro corpulento joven del lugar, suministró a todos el más sorprendente adminículo.

el poema Rabia de vida Quiero que te deslices como un pez sobre mi cuerpo, escurridizo entres en mí y me hagas dentro un mar. Julia Santibáñez

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Al llegar, encontraron a sir Egbert, un anciano extraordinariamente bien proporcionado, y a su amigo, Louie, jugueteando en la terraza.

Durante la cena frugal de tipo bufé, Louie ensayó un baile con una boa.

Sir Egbert se ofreció a mostrarles su famoso sofá. Alice sintió un escalofrío de indescriptible aprensión.

El sofá estaba en una habitación sin ventanas, forrada con pieles de oso polar y por lo demás vacía. Tapizado en terciopelo rojo, el sofá tenía nueve patas y siete brazos.

En cuanto estuvieron todos metidos en la sala, sir Egbert cerró la puerta y puso en marcha el mecanismo que había dentro del sofá. %

Escritor e ilustrador de más de un centenar de libros, Edward St. John Gorey (Chicago, 1925–Cape Cod, 2000) es objeto de culto entre numerosos y fieles admiradores de todo el mundo. Entre sus obras más conocidas se encuentran El huésped dudoso (1957), La fábrica de vinagre: Tres tomos de enseñanza moral (1963) y Los pequeños macabros (1963). Puede leer más acerca de él en Algarabía 95, agosto 2012, LITERATURA: «Edward Gorey: una vida singular»; p. 24.

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eureka

Cómo hacer el amor con un

caníbal! por la doctora «Tatiana»

N

o es la primera vez que la doctora «Tatiana», desde su consultorio sexual, colabora con Algarabía,1 y es que ¿cómo no va a hacerlo, si nos devela con tal claridad y sentido del humor los secretos más oscuros del reino animal? Como en esta ocasión, en la que, piadosa, le explica a una araña desdichada las razones y variedades del canibalismo en algunas especies. Querida doctora «Tatiana»: Soy una araña dorsirroja australiana y un auténtico fracasado. Le dije a mi amante: «Tómame, aquí tienes mi cuerpo», y salté a sus mandíbulas. Pero me escupió y me dijo que me largara. ¿Por qué ha desdeñado mi sacrificio último? Desdichado en la Naturaleza

1 v. Algarabía 69, junio de 2010. Especial de sexo.

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La doctora «Tatiana» responde: ¿Puede haber mayor perversión? ¿Un reputado caníbal que se niega a comer a quien desea ser comido? Huelga decir que tu problema es insólito. Pero tú también. Ante la perspectiva de practicar el sexo con un caníbal, la mayoría de los machos no se esfuerzan por resultar deliciosos. Aunque ser comido después del sexo sin duda es mejor que ser comido antes del sexo, la mayoría prefieren simplemente no ser comidos. Cómo habría de ser de otro modo, si la muerte impide todo amorío futuro. Cualquiera que tenga oportunidad de aparearse de nuevo debe montar y salir corriendo; nada de susurrar dulzuras, nada de cigarrillos después del sexo. Más bien conviene aporrear un poco a la pareja para impedir que salga en nuestra persecución. Por ejemplo, el macho escorpión Paruroctonus mesaensis golpea a su pareja varias veces antes de salir corriendo; el macho de araña lobo Lycosa rabida lanza al aire a su amante y la deja aturdida en el suelo mientras se larga pitando.

¿Quién se come a quién? Pero, ¿y si no hay otra oportunidad de aparearse de nuevo? Éste sería el caso, por ejemplo, de los machos que sólo fueran capaces de aparearse una vez, o de los que viven poco tiempo o cuando la búsqueda de otra hembra fuese un empeño condenado al fracaso. Entonces, siempre y cuando el macho hubiese completado su misión, no debería poner demasiados remilgos ante la idea de ser comido. El macho de la araña Argiope aemula se resiste ferozmente a ser capturado antes del sexo, pero luego la excitación lo domina y por lo general expira in copula. Poco le importa que ella opte por un entierro gastronómico. En el poliqueto Nereis caudata ocurre algo parecido, pero por esta vez es el macho el que se zampa a la hembra. Estos gusanos, que tienen el aspecto de cepillo de botella, viven en la arena y el fango del fondo del mar. Una vez que la hembra ha puesto los huevos, el macho los introduce en un largo tubo que él mismo fabrica y los fecunda. Luego vigila los huevos como un dragón que guarda un tesoro hasta que eclosionan y las larvas están listas para aventurarse en el mundo. Poco después de poner los huevos la hembra pasa a mejor vida. Si el macho decide, como en ocasiones ocurre, acelerar su final comiéndosela, que así sea. A ella qué más le da.

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En una sociedad caníbal típica los adultos se comen a los jóvenes, los jóvenes a los más pequeños y los más pequeños se comen los huevos. Incluso en las amebas los caníbales son gigantes. El canibalismo entre adultos, sea sexual o no, es infrecuente

Canibalismo platónico ¿Hay otros machos que coman a sus amantes? Yo no sé de ningún otro. Pero eso no quiere decir que los machos no coman a las hembras. Lo hacen. Sólo que no durante el sexo. El canibalismo platónico es un problema para muchos organismos, desde los simios hasta las amebas. ¡Depravado que es nuestro mundo! El solrayo de arena, por ejemplo, es un tiburón que practica el canibalismo intrauterino. Sí, has oído bien. El feto más grande devora a sus hermanos y hermanas embrionarios mientras todavía está en el útero. Así lo dice la conocida rima: El tiburón, viciosa bestia, desgarra entrañas en las fiestas. Cómo no, si a sus hermanos en la matriz se comió antaño. La razón por la cual el canibalismo platónico es mucho más común que su forma sexual es simple: el canibalismo es arriesgado, porque la supuesta víctima puede volverse contra uno y capturarlo. Por eso la mayoría de los caníbales son cobardes y nunca intentan cazar a de alguien de su mismo tamaño.

Caballerosos por interés Para la mayoría de los machos no tiene sentido comerse a su pareja, pues perderían los huevos que tanto han luchado por fecundar. Por eso el macho de la jaiba

¡ah, qué chida es la ch!

# chiclán Adjetivo popular referido a un hombre o animal, que tiene un solo testículo. Los cíclopes de la Ilíada fueron los primeros chiclanes de la historia con un ojo y un testículo.

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Ameba.

remadora, Ovalipes catharus, es todo un caballero. En esta especie de cangrejo, todos comen a todos, pero sólo durante la muda. Se cumple la Regla del Cobarde. Durante la muda, los cangrejos no pueden defenderse porque durante varios días no tienen caparazón para resistir los golpes ni pinzas con las que propinarlos. Sin embargo, como por desgracia es común entre los cangrejos, las hembras de jaiba remadora sólo pueden aparearse durante la muda. Esto las deja vulnerables a un ataque caníbal. Afortunadamente, no les falta ayuda. Cuando un macho encuentra a una hembra que está a punto de mudar, se la lleva y la guarda hasta que esté totalmente blanda. Entonces hace el amor con ella muy lentamente, a veces durante días, y la protege de machos con intenciones menos honestas hasta que su caparazón se haya endurecido de nuevo y pueda cuidar de sí misma. Pero esta galantería no es desinteresada. Al defenderla de machos que quieran comerla también la defiende de otros machos que deseen copular con ella, y de este modo consigue aumentar la probabilidad de ser el único padre de los huevos que lleva encima. No es poco premio si consideramos que las hembras de gran tamaño pueden llevar más de 250 mil huevos en cada puesta.

Algunos misterios Si los machos por lo general no comen a sus amantes, ¿qué decir de los hermafroditas? Lo que sabemos sobre esta cuestión es casi nada. No obstante, muchos hermafroditas son caníbales platónicos, y no me cuesta imaginar que en ocasiones, cuando se encuentran dos individuos, uno de ellos quiere sexo mientras que el otro sólo quiere almuerzo. Pero como ninguna de las dos partes desea ser comida, me sorprendería que este problema fuera frecuente. Me inclino a pensar que cuando el canibalismo sexual puede constituir un riesgo, la evolución desarrolla rápidamente

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Canibalismo energético También en el Homo sapiens se dan casos de canibalismo, pero éste se podría llamar «energético», puesto que se trata de mujeres que, cual verdaderas viudas negras «devoran» a los hombres, dejándolos en la miseria y con el corazón roto. Esto se ilustra con frecuencia en el cine: La devoradora (1946), donde la diva María Félix hace de las suyas y La dulce enemiga (1956), en la que una hermosa Silvia Pinal hace lo que quiere de los hombres, son ejemplos de ello a la búsqueda de la verdad y la justicia.

contramedidas. Por ejemplo, si uno fuera especialmente vulnerable cuando copula con alguien de mayor tamaño, la evolución conduciría a aborrecer a los individuos de mayor tamaño. Se ha sugerido que el riesgo de canibalismo es lo que explica el sexo ultrarrápido de la babosa de mar Hermissenda crassicornis. Lo de «babosa» no refleja para nada la belleza etérea de estos nudibranquios. Con apenas un par de centímetros de longitud, se asemejan a babosas terrestres que hubieran sucumbido a un poderoso encantamiento. Su cuerpo delicado y vidrioso teñido de un azul pálido está recorrido por una banda anaranjada que se extiende desde la cabeza, y más abajo lucen una soberbia masa de prominencias plumosas, como si el animal se cubriera con un abrigo de colas de zorro. Pero cuando se trata de sexo, estas criaturas no atienden a ceremonias. Como en una justa entre caballeros, los dos animales pasan rozándose sin parar, con las lanzas prestas para tirar al rival. Pero por muy peculiar que sea esta costumbre, no está claro que su verdadera causa sea el canibalismo.

Consejo final Hablando de cosas peculiares, nada las supera a ustedes, las arañas dorsirrojas, con su deseo de ser víctimas de canibalismo. Un deseo tan fuerte que a veces luchan por el privilegio, y entonces un macho saca a su rival de las mandíbulas de la hembra, lo envuelve en seda como si fuera una mosca, y se arroja en su lugar a las mortales mandíbulas. La escena resulta aún más absurda cuando se considera que son enanos, cien veces más pequeños que las hembras, y en su lucha parecen dos conejos danzando

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alrededor de un león. Huelga decir que un deseo de morir como el que los embarga sólo puede evolucionar en descendencia mayor que cuando uno se salva de la muerte. Hasta el momento, tu especie es la única conocida que cumple con estos criterios. Un macho de araña dorsirroja que acabe comido fecunda más huevos que un macho que sobreviva. ¿Por qué? Conviene recordar que en las arañas el sexo consiste en que el macho introduzca sus pedipalpos en sendos orificios del vientre negro y peludo de la hembra. Pero incluso con la punta del abdomen en las fauces de la hembra, todavía alcanzan los orificios. Y resulta que el sexo dura más cuando ella se entretiene masticándolos, lo que les permite transferir más esperma y por tanto fecundar más huevos. Así que para ustedes el mayor reto consiste en hacerse más apetecibles. El secreto está en elegir el momento. Las hembras de araña dorsirroja no son glotonas; si no tienen hambre, no comen. Si te ofreces a ella justo después de que haya comido, fracasarás. Tienes que esperar a ver esa mirada furibunda y hambrienta en sus ocho pequeños ojos. Teniendo en cuenta lo que estás a punto de recibir, espero que tus hijos se sientan agradecidos.

%

La doctora «Tatiana», seudónimo de Olivia Judson, es bióloga evolutiva por la Universidad de Stanford y consiguió su doctorado por parte de la Universidad de Oxford. En la actualidad es investigadora en el Imperial College de Londres, pero es más conocida por su labor de divulgación científica en publicaciones como The Economist, Nature, Science y The New York Times Higher Education Supplement. El artículo que presentamos fue tomado de su libro Consultorio sexual para todas las especies, Barcelona: Ares y Mares, 2004.

perdido en la traducción

mansplaining | /·P±QVSOH,Q·LQJ/ Es un neologismo anglófono compuesto de man, ‘hombre’, y explain, ‘explicar’, literalmente significa «el hombre explica». Dicho término se usa para definir el tono o la forma condescendiente o paternalista que un hombre usa al explicarle algo a una mujer, por considerarla poco inteligente o inexperta en un tema. —Jorge me interrumpió para explicarme cómo funciona «realmente» el invento que yo hice, como si no supiera. ¡Es un imbécil! —Te aplicó el mansplaining, amiga. Típico de machos. % 81

por Said Robles

hetera.

Muy pocas veces habremos escuchado

esta palabra —que no debe ser confundida con hetero, ‘otro, distinto’—, para referirse a lo que de verdad quiere decir, pues como bien confirma el diccionario etimológico de Joan Corominas, este término es muy poco usado en el español, tal vez por las peculiaridades de este oficio en la actualidad o tal vez porque simplemente se perdió en la historia. La palabra proviene del latín hetaera y ésta a su vez del griego ἑταίρα, ‘compañera, amiga’, que en su momento fue usada para referirse a las cortesanas de alto linaje en la antigua Grecia. Se sabe que éstas eran mujeres de alto rango dentro de la sociedad, pues poseían una educación que no cualquier mujer tenía: estaban entrenadas en danza, música y demás manifestaciones artísticas y vivían como seres totalmente independientes —la mayoría de las veces—. Su relevancia social llegaba a tal grado que incluso eran consideradas para participar en los simposios, donde solían reunirse los expertos en distintas áreas del conocimiento para exponer y desarrollar un tema específico que, mediante las intervenciones individuales, era observado y discutido desde varios puntos de vista.

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El Diccionario de la Lengua Española —dle—, en su segunda acepción, define este término simplemente como «prostituta», aunque en realidad se queda corto y no hace la merecida justicia a estas mujeres, quienes tenían la facultad total de decidir si le daban placer o no a quien se lo solicitara. Su principal arma era su extraordinaria belleza, la cual resaltaban con vestidos de gasa semitransparentes, modales refinados, complejos peinados y adecuadamente ornamentados y siempre se las veía maquilladas con polvos blancos, signo evidente de su alta posición, pues denotaba que no necesitaban trabajar a la luz del sol. Por estas razones los jóvenes atenienses solían ser advertidos sobre los riesgos de derrochar toda su fortuna en lo que hoy conoceríamos como una femme fatale. Aunque no tenían permitido casarse con ningún ciudadano, siempre podían aspirar a cautivar a alguien con todo el peso de su astucia y poder de seducción. En el caso de quienes eran esclavizadas, se servían de todas la artimañas previamente mencionadas para lograr que alguien comprara su libertad. Una de las heteras más influyentes de la antigua Grecia fue Aspasia de Mileto —ca. 460- 401 a.C. —, quien se cree que fue pareja de Pericles, además de haber influido notablemente a grandes filósofos de la época como Aristófanes y Jenofonte; se cree que fue la principal fuente de inspiración para la Diotima de Platón, uno de los personajes más importantes en El Banquete, cuyas ideas

la dichosa palabra

dieron origen al concepto de «amor platónico» %

¿Qué palabra significa «apetito inmoderado o propensión a los deleites carnales»? La primera persona que responda correctamente, a partir del 13 de julio,* a [email protected] recibirá un regalo sorpresa.** Ganadores de la edición 152: David Jehudiel Ávalos González y Arturo de Jesús Martínez Madrigal. Respuesta: La palabra que significa principio moral que lleva a dar a cada uno lo que corresponde es justicia.

*Para obtener el premio y no ser descalificado, se debe enviar nombre completo, edad, teléfono, e-mail y dirección completa. Limitado a un premio por participante cada dos números. ** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 156. El plazo para recoger el premio vence el 29 de septiembre de 2017.

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causas y azares

prehistórico por Arturo Gallegos García ilustraciones de Mohart Blanco

La urgencia por tener sexo está en nosotros porque descendemos, todos, de gente que se la pasaba practicándolo, a cada rato y con quien se dejara.

¿Alguna vez se ha preguntado desde cuándo y Por qué nos gusta tanto el sexo?¹ Puede que sí y lo más seguro es que prefiera hacerlo que cuestionárselo. Pero si ya le dio curiosidad acerca de por qué existen las infidelidades, las orgías, la prostitución y otras prácticas que los pudorosos todavía consideran impuras e incluso tabú, aquí le contamos de dónde provienen. 1 Datos tomados de Gustavo Vázquez Lozano, ¿Por qué nos gusta tanto el sexo?, libro I: Prehistoria, México: Editorial Otras Inquisiciones/Editorial Lectorum, 2014.

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P

ara muchos historiadores la palabra «prehistoria» es insignificante. Para no entrar en discusiones, para nosotros la prehistoria es el periodo que abarca desde la aparición del primer homínino,2 pasando por los grupos nómadas de Homo sapiens, hasta civilizaciones que no desarrollaron escritura —por ejemplo, los olmecas— así como también a tribus actuales —como los mangaianos—3 que en sentido estricto «siguen viviendo» en la prehistoria. Eso sí, tome sus precauciones, porque si es creyente del creacionismo, le va a dar un pálpito con lo que le vamos a presentar y quizás hasta deje de serlo.

Evolución anatómica En algún momento hace 6 o 7 millones de años, en África, nuestro más antiguo antepasado viró hacia un camino evolutivo diferente que el de los otros grandes simios.4 Como podrá imaginar, el coeficiente intelectual era todavía una nimiedad, pero empezaron los cambios antropomórficos que ahora nos definen. Aunado a un cambio climático, de estar colgados de árboles en la selva a caminar grandes distancias en la sabana, las patas traseras prensiles se fueron aplanando hasta convertirse en pies; el cráneo, que ya tenía una orientación casi vertical y la columna vertebral dejaron de estar inclinados hacia el frente; evolucionaron de brazos largos y piernas cortas a brazos cortos y piernas largas, dentadura menos pronunciada y mandíbula más débil. Pero el hecho de que surgiera el «acto sexual» sin necesidad de reproducirse fue gracias a un simple cambio óseo: la

2 En taxonomía, un homínino —no confundir con homínido— abarca todos los géneros bípedos y erguidos de la familia Hominidae: Australopithecus, Ardipithecus, Paranthropus, Sahelanthropus, Orrorin, Kenyanthropus y Homo. 3 Tribu asentada en una isla del Pacífico Sur. 4 Gorila, orangután, chimpancé y bonobo.

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pérdida del báculo en el pene. Fue entonces cuando las mujeres primitivas comenzaron realmente a disfrutar del sexo, gracias a un pene más flexible, más grueso y —culpe a la gravedad— más largo. Pero ellas no se quedaron atrás, ya que por la posición erguida del cuerpo, la vagina —junto con un clítoris más pequeño— avanzó hacia delante, permitiendo el privilegio evolutivo de estar cara a cara durante el coito —además de que se ensancharon los labios de la boca y así surgieron los besitos—. Esto podría significar el nacimiento del amor o —siendo menos cursi— del fortalecimiento de los lazos afectivos.

Cambio hormonal Pero si ya le «echamos sus flores» al miembro masculino, el siguiente legado más importante fue el celo silencioso, mejor conocido como ovulación. Por si no se había dado cuenta, cuando una mujer está ovulando, su temperatura corporal aumenta, al igual que el flujo hormonal —estrógeno, más que nada— responsable de actitudes más provocativas y seductoras. Dichas actitudes consiguieron que los hombres se mantuvieran junto a las mujeres, ya que aún no conocían la regla, por lo que era necesario copular continuamente hasta concebir. Igualmente, se cree que los infanticidios disminuyeron gracias a este cambio biológico. Como bono extra, apareció el par favorito de muchos y muchas: los senos, que junto con las nalgas tienen elementos de seducción. Algunos científicos debaten que hubo una época en la cual nuestros antepasados se la vivían en el mar, dando a entender que las chichis evolucionaron así porque sirvieron como boyas para que los infantes se aferraran y no se ahogaran. Eso sí, todos ellos concuerdan que son enormes e innecesarias biológicamente —exceptuando, evidentemente, durante la lactancia— pero si me preguntan, prefiero la primera observación. Si tomáramos al pavo real como comparación, las plumas coloridas y llamativas de los machos equivalen a los senos de las mujeres.

incipit

Kurt le explica a un amigo que la impráctica del sexo, o la aplicación de limitaciones de cualquier clase a esa práctica, es una ofensa a Dios. Kurt (1998), Kurt K

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Existen sólidos indicios de que las sociedades prehistóricas utilizaban anticonceptivos naturales. Esto quiere decir que desde hace 4 millones de años la especie humana ha sido capaz de separar el sexo de la procreación

Evolución de las costumbres Es bien sabido que hay especies animales «interesadas» que permiten la cópula, como los pingüinos emperador, que hacen su nido para que las hembras juzguen lo dedicados que son. Lo mismo sucede con nosotros: la «cena romántica» podría remontarse a la prehistoria, ya que si un hombre nutría a la mujer, además de obtener una retribución sexual, también demostraría ser un buen proveedor. Es probable que en este toma y daca se originara también el oficio más antiguo del mundo: la prostitución, que es tan longeva como el sexo mismo. Si bien el coqueteo ha variado en cuanto a presentación —como hacer ojitos—, algo que no cambia son los gemidos a la hora de la hora. Específicamente los de las féminas, antiguamente no sólo eran una demostración de placer sino también un llamado a otros machos para que «pasaran a visitar». Por otro lado, científicamente, entre más grandes sean los testículos del macho, la hembra tiende a ser más promiscua. Esta bendita resistencia de las mujeres primitivas evolucionó a sus habilidades multiorgásmicas envidiables e inclusive a la capacidad de filtrar el semen del macho habilidoso que logró darle el orgasmo. Si a todo lo anterior le agregamos la pérdida del pelo simiesco, ahora las zonas erógenas son más visibles. ¿Y cómo las mujeres llaman aún más la atención? Aplicándose maquillaje, desde tiempos inmemoriales. Las mujeres primitivas se aplicaban ocre rojo en los labios de la boca para asemejar el enrojecimiento de la vulva de los primates durante el celo. Con el paso de los siglos, eventualmente la inteligencia también fue factor de interés —y, en sentido estrictamente evolutivo, mejor supervivencia de la especie—, los hombres se volvieron más inteligentes para conquistar a las mujeres —de todas las edades— a través de danza, música, seducción e intoxicación.5 5 Efecto Mick Jagger.

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Los senos de las mujeres —oscilantes cuando caminaban topless por la sabana africana— evolucionaron para imitar su trasero, ahora menos visible que cuando sus tatarabuelas caminaban en cuatro patas

Pero si de inteligencia hablamos, las mujeres sin duda siempre han sido superiores. Recordando el ocre rojo, cuando el alimento escaseaba y los hombres andaban de flojos, las mujeres confabulaban una huelga sexual: se manchaban las piernas con ocre simulando tener una menstruación colectiva para que así los hombres se largaran a cazar. Más aún, existen registros fósiles de escenas lésbicas en ausencia de los hombres, prueba fehaciente de que la homosexualidad es totalmente natural —si no, pregúntele a los bonobos—. Al parecer, dicha inteligencia evolucionó de tal manera que las mujeres siguieran entreteniendo a los hombres, noche tras noche, con conductas variadas y creativas.6

Evolución de las «mañas» Podrá notar que ha existido una tendencia a competir evolutivamente mujer versus hombre. Tomando el dato anterior de los gemidos, los hombres contrarrestaron esa promiscuidad femenina al evolucionar la fórmula del semen, ya que la última gota que se eyacula es un espermicida. De esta forma, se aseguraría que la mujer quedara encinta con el primer afortunado, sin embargo, el pene en forma de flecha sirve, además, para remover fluidos —como el del anterior—. A todo esto, ¿cómo sabían en aquellos tiempos exactamente de quién era quién? Pues si no se sabía, todos los que entraron en la carrera tomarían la misma responsabilidad —más fácil. ¿Recuerda que las primeras herramientas inventadas por el hombre fueron huesos y piedras tallados como lanzas o cuchillos? Pues no le sorprenderá saber que al pulir aún más esas piedras nos encontramos con la invención del consolador. Así es, hace 28 mil años, alguna cavernícola dijo: «Suficiente con los dedos o las ramas, me voy a hacer un pene de roca». De la misma manera, las Venus de Willendorf o la doble de Avdeevo son obras de arte prehistóricas que, junto a representaciones de sexo oral y anal, vulvas, escenas homosexuales y bestiales en pinturas rupestres, pueden dar a entender una libertad sexual sin prejuicios ni límites. 6 Efecto Scherezada.

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La urgencia por tener sexo está en nosotros porque descendemos, todos, de gente que tenía esa misma urgencia

«Todos contra todos» Finalmente, llegamos al colmo de nuestra libidinosidad y el resultado del Homo sapiens «sapiens». En una cueva de Siberia, se encontraron restos de tres especies de homínidos: Homo neanderthalensis, Homo sapiens y el «hombre de Denísova». Seguro sospecha hacia dónde va todo esto, pero si persisten las dudas, lo detallo: hubo sexo interespecie, todos contra todos. Pruebas genéticas corroboran estos coitos antiguos, ya que la población mundial actual contiene 1% de material genético neandertal. Peor aún, si usted proviene de una familia totalmente europea o asiática, podría tener hasta 6% de genes neandertales —y eso no es precisamente bueno, ya que enfermedades como la diabetes y la hipertensión son herencia de esos hombrecillos. Si se pregunta por qué se extinguieron los neandertales, fue por tres razones principales: su mala adaptación al clima templado y húmedo, su no tan alto coeficiente intelectual y el hecho de que los hombres no pudieron hacerlo bien con las mujeres sapiens, lo que interrumpió el traspaso del cromosoma Y neandertal —es decir, no más hombres neandertales nuevos—. En cuanto a los denisovanos, solamente en Melanesia persisten sus genes; le paso el dato por si usted quiere «diversificar» su descendencia.

Una «nueva moralidad» Como ha podido leer, por milenios hemos disfrutado del sexo en cualquier forma, presentación, participación, enfoque, propósito, lugar, animal, hombre o mujer. Muchos investigadores ven a la agricultura y, en especial, al sedentarismo como el crucifijo de la primitiva libertad sexual con la que gozaron nuestros antepasados. Se formaron núcleos familiares más estrechos, la idea del «vínculo de pareja a largo plazo» —monogamia serial— se popularizó en Occidente y luego algunas ideologías y costumbres religiosas «satanizaron» las prácticas sexuales ahora llamadas exuberantes, kinky o francamente extrañas —la mayoría de las cuales ya practicaban nuestros más añejos antepasados. %

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por Erandy Márquez ilustraciones de Auguste Rodin



PALABROTAS

Entre perversiones, parafilias y algunas restricciones civiles consideradas delitos, la gente se permite el desfogue de toda clase de preferencias sexuales que no siempre son bien vistas por la sociedad. Aquí presentamos algunas de las actividades sexuales que han ameritado, si no una sanción legal, sí el rechazo de la comunidad.

estupro

Proviene del latín stuprum, un viejo vocablo latino que significa en sentido amplio ‘deshonor’, ‘vergüenza pública’. El término hace referencia al atentado contra el pudor, a una acción de deshonra contra una persona joven, generalmente adolescente —sea mujer u hombre—, que a través del abuso de confianza o engaño da el consentimiento a un adulto para mantener relaciones sexuales con él, esto es lo que le da un carácter de delito. Si el acto sexual ocurriera sin su consentimiento, finalmente sería una violación.

Es una parafilia1 que consiste en alcanzar un grado de excitación a través de frotar o rozar el órgano genital —u otra parte— contra el cuerpo de otra persona, por lo regular desconocida y sin su consentimiento. Esta palabra proviene del francés frotter, que significa ’restregar‘ o ‘rozar’. El froteurista siente un impulso irrefrenable de aproximarse a los cuerpos y abordarlos eróticamente en lugares públicos.

¡Cuídate de los frotistas en el metro! Al menor descuido te arriman el camarón.

frotismo / froteurismo

Los curas violadores se amparan en el estupro para no pagar sus delitos.

1. v. Algarabía 69, junio 2010, TRIVIA: «Parafilias»; p.50.

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proxeneta

Del latín proxenēta ‘mediador, intermediario’, ‘comisionista’, y éste del griego προξενητής, proxenētñs. Ya era utilizado desde la Antigua Grecia, pero entendido como aquella persona que mediaba en algún asunto o negocio, sobre todo el que tenía que ver con personas extranjeras, o también el comerciante de esclavos. Estos individuos prosperaron y en la Edad Media ampliaron sus alcances para fungir como intermediarios

entre casamientos. El término fue acumulando acepciones y en 1788, en el Diccionario de Esteban de Terreros y Pando, su significado resumía: «especie de oficio en la antigüedad romana, casamentero o intérprete. Intermediario para ventas, compras y matrimonios». A finales del siglo xviii su significado se redujo al de «alcahuete», para, finalmente, limitar su uso durante el siglo xix; según el Diccionario de la Lengua Española: «persona que obtiene beneficios de la prostitución de otra persona».

Sabrina entró en la prostitución cuando se enamoró de su

palabra rara e inusual que no recoge ningún diccionario. Sirve para describir a aquella persona —hombre, mujer o quimera— que no gusta ni se siente atraído por el sexo, es decir, que carece de concupiscencia: «apetito desordenado de placeres deshonestos». La diferencia entre incócupe y «asexualidad» es que en esta última sí se puede sentir atracción romántica.

Pobre Anita, se quiere ligar a ese incócupe. Alguien dígale que no pierda su tiempo. %

incócupe

proxeneta.

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ideas

Ensayo número 27493 sobre por Enrique Jardiel Poncela

Éste no es un ensayo cualquiera. Podrá ser el número 27493 que se escribe acerca del gran seductor, pero jamás se redactó uno en el estilo incomparable del humorista español Enrique Jardiel Poncela, realizado con tanta meticulosidad, con muy serias anotaciones y, por si fuera poco, con conclusiones tan insospechadas y novedosas sobre el donjuanismo. No nos queda más que invitarlo a la sesuda lectura de este atípico escrito.

Max Slevogt, El cantante Francisco d’Andrade como Don Giovanni, 1902.

H

e aquí un ensayo cuya médula es el donjuanismo y Don Juan. ¿Qué número de orden le corresponderá, dentro de nuestra literatura contemporánea? En la Dirección de Carruajes me han dicho que el 27 493. O, lo que es lo mismo: los libros, comedias, ensayos, etcétera, dedicados a Don Juan y al donjuanismo suman ya 27 492, sin contar 132 abortos y 450 que quedaron planeados.

Muchos son, pero, ¡qué diablos! Porque Don Juan, como los crímenes pasionales y los productos Kotex, ha despertado siempre un máximo interés que emana de la misma causa, a saber: Que decir Don Juan, como decir crimen pasional, como decir productos Kotex es lo mismo que decir intimidades del sexo.

Don Juan desde nuestro punto de vista …no es un hombre espiritual, porque no utiliza para nada el espíritu; …no es un ensalzador de las buenas cualidades de la mujer, porque las cualidades de la mujer que él encuentra buenas —o explotables— son, precisamente, las cualidades malas; …no es un aventurero, porque su anhelo estriba en provocar siempre el mismo lance; …no es un idealista, porque carece en absoluto de ideales; …no es un inadaptado, porque vive perfectamente a gusto en la esfera de su actividad; …no es un alma sin par, puesto que alienta rodeado de almas semejantes a la suya: sus mujeres; …no es un hedonista, soportar cada día una mujer distinta es lo que menos se parece al placer; …no es un tipo feminoide, porque sabe mover las manos y accionar sus discursos; ni lo es viriloide, porque disfruta de abundante cabellera; …no es un selecto, porque su acción amorosa comprende a cuantas mujeres ve, con tal de que sean jóvenes y hermosas, y nadie ignora que hay mujeres hermosas y jóvenes totalmente irresistibles; …no es un fauno, porque tiene pies y piernas iguales a los demás hombres; …no es un enamoradizo, porque no se enamora de las mujeres que persigue; …no es un coleccionista, puesto que nunca conserva a las mujeres conquistadas;

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Alexandre Marie Colin, Byron como Don Juan, con Haidee,1831.

…no es un sultán, porque carece de harén; …no es un triunfador, porque no sojuzga a la Humanidad, sino a una sola parte de ella; …no es un tirano sexual, porque después de llegar a la posesión, se marcha; …no es un captador de voluntades, porque los hombres lo odian; …no es un hambriento de amor, porque se halla continuamente sentado a la mesa de Eros; …no es un malvado, porque para él el mal es un medio y nunca un fin; …no es un artista, porque subsiste apartado del arte; …no es un caso clínico, porque está siempre en equilibrio con su propia naturaleza. Luego, si Don Juan no es nada de eso, como hasta ahora ha venido diciéndose, ¿qué es verdaderamente Don Juan? Desde nuestro punto de vista se advierte clarísimo: Don Juan es un idiota.

Por qué es un idiota Don Juan Estudiemos ahora por qué es un idiota Don Juan. Ante todo, Don Juan es un idiota, porque no busca a la mujer para tener hijos ni para tranquilizarse. Y es un idiota, también, por gusto de que se diga que es un seductor. Esto puede comprobarse fácilmente… Ponga a Don Juan en una isla desierta —en absoluta soledad— y jamás lo verá entregarse al donjuanismo. ¿Por qué? Porque nadie puede

c

borges verbal

compartida. Su hermano le dijo ahí tenés a la Juliana, si la querés, usala. Desde aquella noche los hermanos la compartieron. Nadie sabrá los pormenores de esa sórdida unión, que ultrajaba las decencias del arrabal.

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comentar sus dotes de seducción. Y tal vez, además, porque hallándose en una soledad absoluta, carecerá de mujeres a las que seducir. Pero, principalmente, por lo primero. Don Juan es, asimismo, un idiota —según queda ya afirmado más atrás— por el motivo de que hace falta ser un idiota completo para vivir pendiente exclusivamente de las mujeres. Y no se vea en esto un ataque a la mujer: la mujer es admirable —tan admirable, por sus cualidades espirituales y físicas, como es admirable, por su precisión y excelente factura, un mechero automático suizo. Pero ¿qué diría del hombre que, desde el instante de despertar hasta el momento de dormirse, durante todo el día, a todas horas, sin más descanso que el imprescindible para comer y almorzar, se dedicara a prender y apagar un mechero suizo? Diría que era un idiota: no lo niegue. Pues lo que haría aquel hombre hipotético con el mechero suizo es lo que hace Don Juan con la mujer. Y a causa de ello es ésa una de las verdades en que me apoyo para decir que es un idiota Don Juan.

Y... y... y... ¡Oh! y quedan más razones todavía. Don Juan es también un idiota porque no está al lado de cada mujer más que un día: el de la seducción. Como si las mujeres no tuvieran todas y cada una su tiempo… Y, asimismo es un idiota Don Juan porque les dice a todas idénticas palabras. Y porque muchas veces conquista a fuerza de dinero. Y porque está persuadido de que es Don Juan. Y porque los éxitos que más lo envanecen son los logrados sobre la inocencia. Y es un idiota Don Juan porque lleva bigotes de largas guías. Y porque, en ocasiones, se vale de las criadas para conquistar. Y porque hace de su corazón un fichero. Y porque no sabe abandonar a tiempo la profesión. Y porque viaja continuamente sin enterarse de lo que ve: como los baúles y los cómicos. Y porque si sonríe es sólo por lucir la dentadura. Y porque se deja llevar del tópico del Baedecker,1 por lo cual confía en que lo mejor de Italia es Venecia; y lo mejor de España, Sevilla; y 1 Guía de viajes.

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lo mejor de Estados Unidos, las cataratas del Niágara; y lo mejor de Inglaterra, París,2 etcétera, etcétera.

Y es Don Juan un idiota porque no fuma Y porque no le falla ninguna conquista, pues el hombre inteligente de veras acaba por toparse con una mujer lo suficientemente normal para no hallar seducciones en él. Y porque no lleva nunca en sus viajes máquina fotográfica —aventuras sin Kodak son aventuras perdidas. Y porque aborrece «operar» en el campo. Y porque tiene en su casa un saloncito árabe o turco. Y porque le dan igual las morenas que las rubias. Finalmente: Don Juan es un idiota, porque los hombres le creen listo, las mujeres le creen guapo, los homosexuales le creen hábil, y él se cree hábil, guapo y listo. Veamos ahora la razón del éxito de Don Juan.

Razón del éxito de Don Juan con las mujeres Infinidad de autores han dejado escritas sendas razones que justificaban el éxito de Don Juan con las mujeres.3 Pero se hace preciso declarar que ninguno, hasta ahora, ha dado con la verdadera razón. Y es hora de divulgar la razón verdadera. Sin anunciarse, sin que su fama corra de boca en boca, sin que todo el mundo se haga lenguas de lo seductor que es, Don Juan no conquistaría más que alguna que otra de esas muchachas de la clase media que gimen sofocadas por el hervor de casarse.

El éxito de Don Juan obedece a idéntica causa que el éxito de la hoja Gillete, la máquina Singer o el refresco Coca-Cola. Esta causa es el anuncio. Sencillamente: El anuncio, la réclame; el bluff. 2

El que quiera puede rectificar diciendo que París no está en Inglaterra. 3 Krafft Ebing. Bermenkugen veber geschlechtliche Hoerigkeit und Masochismus. 1892. Crawley. The mysticrose.1902. Steinach. Verjüngung. 1920. Kraepelin afirma que Don Juan vivió en una casa de huéspedes, y Kronfel, que era bizco. Weil, por el contrario, se queja de lo mal pavimentado que esta Nuremberg. Datos para elevar el tono del ensayo.

dimes y decires

A coger y a chupar, que el mundo se va a acabar. Decir popular

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Pero Don Juan se anuncia; camina precedido de una nombradía extraordinaria, y las mujeres se lo rifan. Y Don Juan se deja rifar por las mujeres. Y las toca a todas; cosa que no pasa con ninguna rifa del mundo.

Progresión aritmética de la seducción ¿Ha tenido usted tiempo de sobra en su vida? Si alguna vez ha tenido tiempo de sobra en su vida, seguramente que lo habrá perdido en estudiar qué es una progresión aritmética. Pero para quienes sólo hayan estudiado cosas útiles, lo advertiré aquí. Progresión aritmética es: Una serie de términos en la que cada uno se diferencia del anterior en la razón, que es constante. Ejemplo de progresión aritmética:

1 – 3 – 5 – 7 – 9 – 11 – 13 – 15 – 17 – 19 – 21 – 23 – 25, etcétera. Y ahora me apresuraré a demostrar que la seducción de la mujer también es una progresión aritmética. Pruebe, si no, a enamorar a una mujer, y así que la tenga enamorada, haga que lo sepan dos de sus amigas. Inmediatamente las amigas se enamorarán de usted. Y si las amigas de estas amigas se enteran de que sus amigas están enamoradas, no tardarán veinticuatro horas en enamorarse también ellas. Y al punto se enamorarán las amigas de estas amigas. Y las amigas de estas amigas. Y así sucesivamente. De suerte que incluso podemos escribir la progresión aritmética de la seducción femenina. Hela aquí:

Una querida — Tres queridas — Cinco queridas — Siete queridas — Nueve queridas, etcétera. ¿Lo ha visto bien? Pues en la verdad de esta fórmula reside, de igual modo, la razón del éxito de Don Juan.

La testarudez de Don Juan Pero aún queda, para el final, la razón suprema del éxito de Don Juan con las mujeres: la testarudez.



No todos los idiotas son testarudos, pero, siendo idiota, puede llegarse a ser un testarudo estupendo. Tal es el caso de Don Juan, a quien ya hemos presentado como el tipo más idiota que puede imaginarse.

 

Porque… ¿qué es la testarudez mas que una escasez de ideas?



será testarudo, sino que siempre estará dispuesto a admitir las ideas

Un hombre rico en ideas, habituado al tráfago de las ideas, a la bajamar y la pleamar de las ideas, raramente

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que se le brinden y, por lo tanto, a dejarse convencer. Por el contrario, cuantas menos ideas albergue un hombre en el interior de su cráneo, mas sostendrá y defenderá las pocas que posea.



La testarudez es el puente gracias al cual los idiotas pasan a la Historia transformados en héroes, en símbolos o en genios.



Don Juan —el idiota-tipo— alimenta una sola y única idea: lograr mujeres.



Y como es formidablemente testarudo, las logra; y a fuerza de lograrlas a todas, absolutamente a todas, Don Juan pasa a la Historia con el carácter simbólico del seductor.



Por otra parte… ¿quién que sea testarudo no conseguirá cuanto se proponga? Ante el ariete de la testarudez los obstáculos se quebrantan y ceden. En el agua caliente de la testarudez lo más sólido se disuelve y deshace.



Un bebedor testarudo acabará por echarse completo el barril de cerveza que tiene delante.



Un artista que se obstine en hacer arte popular, conseguirá al cabo morirse de hambre.



Un jurista testarudo, decidido a explicar la Ley Hipotecaria, concluirá por quedarse solo en un salón.



Cuanto un hombre se proponga, lo conseguirá siempre gracias a la testarudez.



¿Y qué? ¿Por ventura conquistar mujeres es mas difícil que beberse un barril de cerveza, morirse de hambre o quedarse solo en un salón disertando sobre Ley Hipotecaria?



No. Conquistar mujeres es tan fácil de hacer como cualquiera de esas cosas. Y desde luego, mucho más rápido.



Nos consta ya por qué el tema de Don Juan interesa universalmente.

Y sabemos que es un idiota Don Juan. Y por qué lo es. Y no ignoramos que la seducción femenina es una progresión aritmética. Ergo, ya conocemos las razones del éxito de Don Juan con las mujeres. % Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901-1952) fue un novelista y dramaturgo español quien, con su estilo de humor provocativo e ilógico, casi tendiente al surrealismo, alborotó las buenas conciencias y provocó carcajadas en miles de lectores y espectadores de sus obras de teatro, así como de las numerosas obras suyas que se han adaptado al cine. El presente ensayo fue tomado del prólogo de su novela Pero… ¿hubo algunas vez once mil vírgenes? (1931).

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las Tigresas}

Blancas?

H

ace muchos siglos, aproximadamente en el 2 500 a.C., surgió en China una sociedad secreta conformada por mujeres que derivaban su pensamiento filosófico de la doctrina taoísta. Pero no sólo eso, también creían que podían alcanzar la inmortalidad y prolongar la juventud por medio de la felación. Su nombre: las Tigresas Blancas.

De acuerdo al taoísmo1, el tao —‘vía’ o ‘camino’— busca lograr la conjunción entre el hombre, la naturaleza, el tiempo y cuanto lo rodea. En su concepción siempre se encontrará la conjunción de los opuestos que, a su vez, forman una totalidad, como el caso del yin y el yang. Para ellos este camino siempre conduce a la inmortalidad. El yin y el yang es el sentido de los opuestos, la compenetración de lo distante que al unirse generan movimiento. El yin es lo femenino, lo oscuro, lo nocturno, lo húmedo, y su símbolo es el tigre, que representa el dominio sobre la tierra. Por otro lado, el yang es lo 1 Pensamiento instaurado por Lao Tse en el Tao Te King.

Katsushika Hokusai, La pescadora Awabi y el pulpo, 1760-1849.

masculino, lo luminoso, lo diurno y es el dragón, gobernador del cielo, quien lo representa. Desde un punto de vista biológico, las hembras del tigre precisan de varios actos sexuales para quedar preñadas, ya que necesitan una mayor cantidad de semen. Las Tigresas Blancas pensaban que el sexo constituía una forma de iluminar el camino y alcanzar la eterna juventud, puesto que en las doctrinas orientales la energía sexual guardada en el ser humano es la más fuerte.

La preparación Tomaba nueve años convertirse en una Tigresa Blanca. Tres periodos de tres años cada uno: en el primero, de restauración, se debía tener el mayor número de felaciones y aprovechar con ello un mayor ímpetu de la energía sexual; el segundo, de conservación, estaba dedicado a acumular y canalizar el chi o ‘energía vital’; por último, el periodo de refinamiento, en el cual, a partir de la actividad sexual se llegaba a la plenitud de la conciencia y del espíritu. En su ideología el uso de la boca remitía más a los comportamientos juveniles con los que se descubren muchas sensaciones en los primeros años de vida. Por otro lado, con el sexo oral se logra que los músculos de la cara se ejerciten constantemente, con lo que tanto la mujer como el hombre alcanzan un mayor nivel de excitación y el orgasmo resulta más placentero. El semen era el instrumento con el cual la mujer lograba prolongar su juventud. En vez de tragarlo, lo untaba por la piel de sus pechos y rostro para después retirarlo. Se cree que una de las propiedades del semen era volver a la piel más tersa y suave. La seducción era el arma para encontrar a más de una pareja. Tenían dos tipos de parejas: los Dragones Verdes con quienes no podían mantener relaciones duraderas y los Dragones de Jade, que eran una suerte de mecenas para la mujer que emprendía este camino. Las prácticas sexuales eran acompañadas de otras técnicas como el Kung fu, los automasajes y yoga, aparte de una dieta especializada con la finalidad de mantener una buena salud y prevenir enfermedades de transmisión sexual. Hoy en día no es posible asegurar la existencia de las Tigresas Blancas, ya que por mucho tiempo fueron tildadas de inmorales, indecentes y prostitutas, por lo que su oficio se vio mermado. %

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arte

el pervertido es usted por Victoria García Jolly

¿Se ha preguntado alguna vez por qué vemos lo que vemos? O más bien, ¿por qué creemos que lo visto es exactamente lo mostrado y viceversa? ¿En dónde radica la diferencia? ¿Por qué, como en el caso de Balthasar Klossowski de Rola, mejor conocido como Balthus, vemos sólo una parte de lo que pintó? Es decir, encontramos en su obra imágenes perturbadoras, escenas «inapropiadas» cuando el autor tenía una motivación muy distinta.

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e acuerdo con el teórico de arte Max Black1 la interpretación se ve afectada por el tema y su representación, dado que ambos conceptos están en categorías distintas. Sin embargo, es difícil diferenciarlos dentro de la obra de arte; el contexto muchas veces depende del tema, pero en otras, se recrea en el mismo objeto, es decir, el cómo está representado. Al final, la interpretación en gran medida dependerá del espectador y su percepción, cognición, estructuración de los sistemas simbólicos, las relaciones que establece entre pensamiento y sensación, su bagaje estético y el de las artes visuales del momento. 1 E. H. Gombrich, J. Hochber y M. Black, Arte, percepción y realidad, Barcelona: Paidós Estética 42, 1996. 2 Todas las citas pertenecen al poema «Balthus» de François Baron.

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Porque amo a los hombres que miran al mundo con maravillada e inquieta ansiedad amo a Balthus2

En ese sentido, Balthus dice: «No me interesa la manera en que los adultos miran las cosas. Buscan símbolos ocultos y confunden todo. Están enviciados por el pensamiento psicoanalítico que ha provocado que mis pinturas se malinterpreten». Ésta es la voz de un ser lúcido a los 94 años, cuyo rostro no reflejaba bondad, acaso pragmatismo e inteligencia. Su actitud y sus pocas palabras mostraban a un hombre que conocía la naturaleza humana y sus perversiones, lo más bajo y, por ello, despreciable: desde el ego hasta el más oscuro pensamiento, ojos groseros que se posan en sus cuadros sólo para corromper la idea original. No obstante, los críticos insisten en señalar la innegable carga erótica en la obra de Balthus; dice François Rovan: «Un cuadro suyo no lo sería sin esa extraña tensión entre la idea de la calma en la que aparentemente nada sucede. Es un pintor que mantiene todo bajo control, no es exhibicionista. Es extraño cómo se relacionan la violencia contenida y la sensualidad. Podría decirse que hay un crimen que no se comete nunca aunque el arma esté presente en la escena».

La falda blanca, 1937.

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¿Ángeles o demonios? Porque ve los rostros tras las máscaras y vislumbra la suprema Realidad, esa perfecta amo a Balthus Philip Roth, en Animal moribundo (2001) alude a El salón o Niños para describir la inquietante presencia de uno de sus personajes: «De manera muy parecida a la de una joven que hubiese huido del arriesgado melodrama de una pintura de Balthus para participar en la diversión de la fiesta con los alumnos, Miranda había estado a gatas en el suelo con el trasero alzado o tendida en mi sofá, en una actitud de postración desvalida, o haraganeando alegremente sobre los brazos de una butaca, sin que, al parecer, le pasara por la cabeza el hecho de que, con la falda a la altura de los muslos y las piernas impúdicamente separadas, tenía el aire balthusiano de estar semidesnuda aunque estuviera vestida del todo». En cierto sentido Roth parece entender esa inocencia —polémica— que Balthus alegaba sobre sus intenciones al recurrir frecuente y, a veces, obsesivamente a la figura de las jovencitas: «Culpan a Nabokov con su Lolita (1955) de haberme influenciado, sospecho que compartimos el mismo sentir sobre las niñas que entran a la pubertad: para mí son ángeles; me atemoriza, incluso, dirigirles la palabra, no hay manera de aproximarse a ellas sino como a algo sagrado, desde lejos», a lo que sus propias modelos responden: «Podían pasar horas mientras él pintaba, me hacía sentir como si él no estuviera presente, como si yo fuera la única en la habitación; él se desvanecía, desaparecía». Ese miedo de Balthus es el freno al acto ilícito, el filtro de la moral, la pintura es la sublimación de lo que es prohibido. Nos turba porque nos damos cuenta de que nosotros podemos cometer la atrocidad, la estamos imaginando,

El salón, 1943.

Niños, 1937.

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Datos biográficos Balthasar Klossowski de Rola, Balthus, nació el 29 de febrero de 1908, en París, Francia y murió el18 de febrero de 2001, en Rossinière, Suiza. Estuvo casado dos veces: primero con Antoinette de Watteville (1937-1966) con quien tuvo dos hijos, Thaddeus y Stanislas. Después con Setsuko Klossowska de Rola (1967-2001), con quien procreó dos hijos, Harumi Klossowska y Fumio Klossowski. André Gomès, Balthus y su gato, ca. 1955-1960.

nosotros somos los perversos. Sólo los niños son capaces de ver más allá, mientras que nosotros vemos muy de cerca la posibilidad de caer en la tentación, quedamos desprovistos del freno, nos proyectamos: somos los retratados al igual que los retratistas, somos mudos testigos, voyeuristas que no impiden la transgresión. Somos incapaces de ver lo que Balthus nos quiere mostrar: la transición de niña a mujer, el despertar a un mundo nuevo, el sexual, pero desde la inocencia, desde lo desconocido, desde el azoro ante un cuerpo que cambia frente a los propios ojos, expuesto a sensaciones desconocidas hasta ahora. No podemos ver la sacralidad de un cuerpo virginal, intocado, porque la imagen de la piel, de sus miembros, se nos va directamente al subconsciente y despierta el instinto, la libido, en consecuencia miramos con morbo. Nos sorprendemos excitados en una fantasía que no tendríamos sin el estímulo de Balthus: invasores de una privacidad violentada por nuestra mirada, no podemos apartar los ojos del cuerpo y su desnudez, buscamos afanosos los signos que delaten la sexualidad: la entrepierna cubierta por la ropa interior, una falda subida hasta la ingle, la transparencia de un corpiño, una boca abierta levemente, el ademán del éxtasis, la luz que baña un cuerpo, cualquier cosa, cualquier postura que esté

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en nuestra memoria. Entonces creemos con malicia que el autor pintó aquello que creemos ver —que queremos ver—, que es cierto lo que pensamos.

¿Cómo es que pinta lo que pinta? porque implacablemente se mantiene en la línea de la pintura porque indolentemente es el hombre honesto de nuestro tiempo mas… no… tan tranquilizador Perdidos en esa fantasía perturbadora omitimos la presencia del gato que bebe leche, el mobiliario, el color de la pared, el fuego en la chimenea, los personajes secundarios indiferentes a lo que sucede en primer plano, los cuadernos, las cortinas; nada de eso vemos. Ignoramos la composición clásica del cuadro, la influencia notoria de portentosos maestros de la pintura como Piero de la Francesca —su favorito—, Nicolás Poussin, Ambrogio Lorenzetti o Masaccio, a quienes Balthus admiraba y copiaba3 asiduamente en el museo de Louvre, el que se considera su única escuela de artes plásticas, pues nunca recibió educación artística en forma. Por otro lado, la influencia intelectual y cultural recibida en la casa paterna fue determinante, como la presencia de Rainer María Rilke, quien fue su mentor. La riqueza de su formación es resultado, también, de los viajes familiares ligados a su origen aristócrata polaco-rusofrancés-inglés. Una muestra de ello podría ser una serie de escenas de niños dibujadas a partir de una memorable visita al norte de Inglaterra, donde no sólo fue el paisaje lo que lo asombró, sino la literatura que Balthus conoció allá, escrita en esos mismos parajes: Cumbres borrascosas (1847) de Emily Brontë, de tal manera que esos niños no son otros que Catherine y Heathcliff. Si pensamos un poco en la apasionada y tormentosa historia de la pareja de adolescentes, uno empieza a entender las fijaciones de Balthus. Ejemplos de pintores que transitaron por la figuración de manera tangencial a las vanguardias del siglo xx cuando la apuesta estaba dirigida hacia la abstracción y el informalismo, hay muchos, todos y cada uno, como Chagall u Otto Dix, seguidores de sus propios instintos e intereses. Balthus, como individualista, se vuelca hacia lo íntimo, hacia 3 El copiar ha sido una de las técnicas centenarias de enseñanza de las artes plásticas. Todavía hoy se pueden ver estudiantes alrededor de un cuadro analizando cada uno de sus detalles y entrenando, así, el ojo y la mano, aprehendiendo el color, la composición y, sobre todo, el contenido de cada obra. En este sentido, copiar es algo tremendamente provechoso. El plagio o la falsificación es una cosa distinta.

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Los años dorados, 1945.

Niña y gato, 1937.

«La libertad es una cosa peligrosa, yo soy lo contrario a un hombre moderno, soy feudalista: me baso en la lealtad, la fe y el ideal cristiano» Balthus

Katia leyendo, 1974.

el detalle y hace de su obra un cúmulo de intereses propios que poco o nada tiene que ver con los otros. Si bien la vida de este pintor está rodeada de intelectuales como Pierre Bonnard, André Malraux, Georges Bataille, Albert Camus, pocos son los artistas plásticos que frecuentó, de ahí la inexistente influencia de sus contemporáneos. Sólo Alberto Giacometti se contaba entre sus verdaderos amigos y Balthus establecía su diferencia con los demás: «Yo no soy un artista sino un artesano; los artistas lo han arruinado todo: envenenan la pintura con sus pretensiones».

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En su juventud estuvo influenciado por el mundo escénico, muchos de sus amigos trabajaban en el teatro de donde surgirán personajes, historias, roles, personalidades que van a dar a sus lienzos como imágenes vivas, dando a luz, en consecuencia, cuadros vivos y grandes proyectos. Al haber entrenado su mano y su ojo por medio de la copia, Balthus siempre requirió de modelos para trabajar, no lo hacía de memoria ni lo hacía rápidamente. Su trabajo surgía luego de interminables sesiones de bocetaje, de exploración de los detalles, poses, iluminación y elementos incidentales; como el mobiliario con el que armaba la composición de cada obra; por ejemplo, la simetría que luego rompe con la postura del personaje o su agrupamiento. Realizaba numerosos dibujos a lápiz y ensayos a color empleando técnicas rápidas como acuarela y gouache. Se tomaba el tiempo necesario

La lección de guitarra, 1934 Esta obra fue presentada inicialmente en París y, desde ese momento hasta la fecha, ha sido motivo de controversia debido a sus imágenes lésbicas y sexualmente explícitas, calificadas como una escena de abuso infantil. Se trata de una jovencita semidesnuda que «toma el lugar de una guitarra», la maestra —prefigurada a partir de la madre del propio autor—, tira maliciosamente de su pelo mientras que con la otra mano «rasguea» su entrepierna como si fuesen las cuerdas del instumento. Hoy forma parte de la colección del cineasta Mike Nichols.

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Las tres hermanas, 1954-1955.

Las tres hermanas, 1964-1966.

para construir sin precipitarse antes de llegar al lienzo. Incluso podía llegar a hacer versiones o variaciones de un mismo lienzo, como es el caso de Las tres hermanas, del que hay por lo menos cinco versiones terminadas.

Balthus, Roi des Chats4 Porque es hombre libre, altivo, solitario ¡Vamos, un gran pintor! amo a Balthus La segunda temática obsesiva de este pintor es el gato, ellos están siempre presentes en sus cuadros, pocas veces son los protagonistas —aunque llegaron a serlo: El gato en el espejo (1977-1994)—, lo que, de algún modo, contradice todo lo que Balthus alega sobre el simbolismo que el espectador quiere hallar forzadamente en sus telas, puesto que el gato es él mismo: en su Autorretrato a los 27 años junto a su figura, a sus pies, presenta un bastidor, al estilo de maestros antiguos que dan testimonio de la factura de la pieza, donde inscribe: «A portrait of HM, The King of Cats, painted by himself».5 ¿Entonces Balthus nos ha tomado el pelo con todo este discurso de las modelos-ángeles y su pureza? Si el gato es él, ¿es el voyeurista disfrazado de indiferencia o es el pervertidor potencial? ¿Acaso sea tan sólo el testigo silencioso de ese dramático instante en que la inocencia se pierde y el espíritu es forzado a levantarse? No lo sabremos nunca, pero en el mundo balthusiano todo es posible, en él, el triunfo de las apariencias es una constante.

Balthus vivió y sobrevivió en el arte ejecutándolo por mera necesidad expresiva —donde están inmersos sus personajes 4 Rey de los Gatos. 5 Un retrato de Su Majestad, el Rey de los Gatos, pintado por él mismo.

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recurrentes—, realizando retratos por encargo, creando diseños escenográficos y de vestuario para el teatro, dirigiendo la Academia de Francia en Roma. Llegó a ser el único artista vivo cuya obra formaba parte de la colección del museo del Louvre. Sus frecuentes exposiciones en galerías lo convirtieron muy pronto en un artista del mundo y fue bien recibido en los grandes museos a pesar de sus ángeles pervertidos por el Rey de los Gatos. % El Rey de los gatos —Autorretrato a los 27 años—, 1935.

El primer acercamiento consciente a la obra de Balthus que Victoria García Jolly tuvo en su vida fue bajo la influencia de las descripciones eróticas de Philip Roth. Al averiguar sobre éstas se dio cuenta de que había estado en presencia de algunos lienzos balthusianos y apenas lo recuerda, señal de que no halló nada en ellos ni perturbador ni ofensivo ni inapropiado. ¿O será que comparte con el Roi de Chats su visión del mundo?

I’m too sexy for my car  Too sexy for my car Too sexy by far And I’m too sexy for my hat Too sexy for my hat  What do you think about that?

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«I’m too sexy», Right Said Fred

laralalá

Las consecuencias de

«hacer justicia por

propia mano»

A más de uno se nos advirtió de los peligros de andarnos «agarrando por ai’»; nos amenazaron con que nos saldrían pelos de la mano y, en casos más extremos y religiosos, con irnos al Infierno. Ahora sabemos que nada de eso es cierto, sino imagínense cuántos andarían por la calle con manos de hombre lobo.

S

in embargo, en el siglo xix no se andaban con rodeos si de cuidar la moral y las buenas costumbres se trataba, ya que actos tan impúdicos como el onanismo1 podían llevar a cualquier hombre a la muerte. O al menos así lo advertía El libro sin nombre —Le Livre Sans Titre— (1830) que cuenta la tragedia de un joven en la flor de la vida, al que le pasa de todo por «jalarle el cuello al ganso»: deformaciones, debilidad y una terrible agonía hasta consumirlo por completo.

Al parecer, en esa época masturbarse era considerado una enfermedad y de ello queda registro en ésta y otras publicaciones resguardadas en la Colección Percy Skuy del Museo Ditrick de Historia de la Medicina, el más grande acervo en cuanto métodos anticonceptivos se refiere. De hecho, fue uno de sus investigadores, James Edmonson, quien puso a nuestro alcance esta joyita de la medicina de hace casi dos siglos por medio de su blog. Acompáñenos a ver esta triste —y trágica— historia. 1 v. Algarabía 23; PALABROTAS: «Onanismo»; p. 53.

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E

ra joven, guapo, el orgullo de su madre.

¡Se corrompió! Pronto carga con el castigo de su crimen, envejece antes de tiempo, su espalda se encorva.

Un fuego devora sus entrañas; sufre horribles dolores de estómago.

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Mirad sus ojos, antes puros y brillantes; su brillo se ha apagado, una banda de fuego los rodea.

No puede andar, sus piernas flaquean.

Sueños terribles perturban su descanso; no puede dormir.

Sus dientes se pudren y se caen.

Le arde el pecho, tose sangre.

Su antes maravilloso cabello se le cae como a un anciano, se queda calvo prematuramente.

Está hambriento y quiere comer; la comida no permanece en su estómago.

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Su pecho se colapsa, vomita sangre.

Su cuerpo entero se cubre de pústulas; es una visión horrible.

Una lenta fiebre lo consume, lo hace languidecer; todo su cuerpo arde.

Su cuerpo se agarrota completamente, sus miembros dejan de moverse.

Delira, se resiste a morir: la muerte es más fuerte.

A los 17 años expira entre horribles tormentos. %

James Edmonson es curador en Jefe del Museo de Dittrick de Historia de la Medicina y Profesor Adjunto de Historia en la Universidad Case Western Reserve. Como parte de su trabajo en el museo siempre está en contacto con una gran diversidad de objetos médicos, archivos y libros de medicina. Actualmente participa en investigaciones sobre patentes estadounidenses de dispositivos médicos y quirúrgicos, la historia de la endoscopía y el impacto de la tecnología en el diagnostico sobre la relación médico paciente. En el blog http://dittrick.blogspot.mx/ podrá encontrar más sobre sus hallazgos médicos.

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las mil y una respuestas

¿Con qué otro nombre te refieres al sexo? 28% 25% 23% 14% 11%

Despeinar la cotorra Echar palenque Destejer el petate Mojar la brocha Ponerle Jorge al niño

Total de votos: 65 participantes.

¿Cuál es tu posición sexual favorita? De perrito Misionero La cuchara La plancha El sometido

48% 22% 13% 13% 5%

Participantes: 263. Consulte la encuesta completa en www.algarabia.com

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