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September 13, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Cristología y antropología

cada cristiano. La Iglesia es responsable de la unidad de su fe y de la rectitud de la confesión; por eso tiene el deber de juzgar autoritátivamente (al niv-el de la confesión de fe, no al nivel de la sinceridad subjetiva) sobre la pertenencia concreta de los hombres a -ella según la rectitud objetiva de su fe en Cristo. De lo contrarió la Iglesia no podría  perma  permanecer -en n llaa uni unidad dad denos su fe ; no seria la Iglesia de Cristo. al pro Ennecer este -e breve artículo hemos limitado deliberadamente  blema de ,1a infalib inf alibilid ilidad ad de la Iglesi Iglesiaa creyente; es uunn probl problema ema de la fe cristiana y por eso común a toda teología cristiana. Desde el punto de vista de la fe católica-, sería necesario hablar de la infalibilidad de la institución eclesial episcopal-primacial, como concreción calificada de la infalibilidad de la Iglesia creyente. La infalibilidad de la fe eclesial y la sucesión apostólica en el colegio episcopal-primacial, constituyen el  punto  pun to de parti pa rtida da par paraa la comprensión teológica de la infalibi infa libilida lidadd del llamado «magisterio» eclesiástico.

 

SI  A C T IT U D E S F U N D A M E N T A L E S    AC DE LA EXISTENCIA CRISTIANA

I 1 * La eexi xist sten enci ciaa ccrist ristiana iana integra to todas das las ddime imensi nsion ones es ¿el hsrnhre (su (s u relació relaciónn al mundo, a lo los~’ s~’55emas'h em as'horn ornbre bress y a Di Dios) os) y las..unifica

en Cristo. -Es vivir de Cristo y para Cristo: «ser-en-Cristo». Su com  pre nsión  prensi ón teológica lleva la marca de lo human humano, o, no solamen solamente te por porque que implica una antropología filosófica, sino también porque es obra del espíritu humano, que no puede conocer la totalidad compleja de lo real sino analizando y distinguiendo sus múltiples aspectos para buscar sus conexiones mutuas, e intentar así una visión completa y unitaria de la realidad concreta. Distinguir para unir es la lev del entender hurr.anc; 1?. distinción como fase provisional, que aspira a la reconstrucción unitaria ¿Te la realidad en el conocimiento reflejo de sus relaciones. La comprensión teológica de la existencia cristiana tiene su perspec tiva fundamental en la situación díalógica de Dios en el acontecimiento único e irrepetibleLo de decisivamente Cristo y la respuesta del hombre este acto essupremo del Dios-amor1. importante para elacristiano Cristo mismo, su aparición en la historia, su muerte y resurrección, como cum  plimi  pli mient entoo supremo y absoluto de la au auto todo dona nadó dónn de Dios, Este acon aconte te cimiento ha dado a la existencia humana (personal y comunitaria) y a la

historia un sentido nuevo y definitivo: el hombre está llamado a tomar  posiciónn ante Cristo, a estar con él o contr  posició contraa él (Le 1 1 , 23). Aceptar la 1 Rom 5, 8; 8,  31-39; E£ 1: 7; 2, 4; J a >3; 16; 1 Ja 4,  8-16.

 

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Cristología y antropología

gracia de Dios, aceptar ser salvado por Cristo, o rechazar el don de la sa salva lvació ción, n, en la pretensió prete nsiónn de salvarse "'por "'por sí mismo, he aquí el dilema existencial impuesto el amor de Dios será en Cristo. En todoo f u n d aalm ehombre n ta l de por l a de recibir caso la decisión la existencia humana rehusar el don de Dios, concretado en la persona de Cristo. Es la situa ción de la alianza, que ha creado Dios y no el hombre. A la libertad del hombre corresponde tomar la actitud exigida por la gracia absoluta de Dios en Cristo : la actitud de la fidelidad a la alianza. Al acto de Dios, que es indi in divisi visible blemen mente....nala te....nalabia^p bia^pig.mesa ig.mesa y don de ..sí mismo, deb deberá erá r es  pond  po nder er el hom ho m bre br e con el acto total to talizan izante te de su existencia en la f e. la esperanza y el amor. Desde el siglo XIII hasta nuestros días la teología escolástica ha considerado la fe, esperanza y caridad como «virtudes», las tres virtudes «teologales» que ponen al hombre en relación inmediata con Dios. Las ha considerado como virtudes «infusas», para expresar así su carácter de don de Dios. Las ha distinguido según su diverso fundamento «for mal» y según su «objeto material» propio, sin olvidar sus conexiones mutuas2. El resultado de esta reflexión analítica y el concepto mismo de «virtudes» «infusas» exigen una revisión, porque no encajan ya en la experiencia del hombre moderno, ni en su modo de pensar y de expresarse. Es necesario buscar una comprensión nueva a la existencia cristiana en la unidad de su realidad viviente y presentarla en los con ceptos y en el lenguaje propios de nuestro tiempo. En una palabra: es necesaria una comprensión teológica nueva de la existencia cristiana, que m antenga anten ga l .aTc’onSn on Snuíd uídad ad con la revelaci re velaciónjdi ónjdivina, vina, con la fe de la IIglesia. glesia.  y    con coSna se las quiere aportac aportacio ione neF^ F^ l lad fondo a r ^do^ Ilai r existencia teo teorrogía~>^ ecristiana, rpasado. rpasa do. es .. y  repensar fon es preciso ddeja ejar  r  atrás por el momento las superestructuras mentales acumuladas por-la teología escolástica e ir directamente a la realidad misma vivida en la experiencia del existir cristiano, tal como se ha reflejado en la revelación  bíblica, y o podemos esperar que la Sagrada Escritura nos dé una un a res■puesta pu esta total to tal a la cuestión cues tión de^la~ de^l a~^^estfuc estfuctu tura ra pro p ropi piaa de de.. la. fe, esperanz esperanzaa y caridad, y de sus conexiones mutuas. El lenguaje descriptivo y frecuen temente. simbólico de la Biblia no tiene la precisión conceptual, que exige

la ciencia teológica. Pgro la expresión bíblica de la compleja riqueza vital de la respuesta humana al Dios de la gracia representa un punto despa des partid rtida. a. Privilegi Privilegiado ado e imprescindibl imprescindible, e, para intentar una revisió revisiónn f 

En sil íiúmero 1S '(¡notas I9'0-200) preson.'Camjos en síntesis el origen histó ri rico co did! did! 'Gcxracepitio itio "v irtu ir tu d 'tadLo 'tadLogia gial” l” e n l a es esco colás lástic ticaa med m edie ieva val.l. E n ¿a jeod'agía.  patrística,  patrístic a, fue fu e isan isan -Giíe -Giíego gori riio io M agno ag no 'él 'él 'pC 'pCTXiía íarrio en ajp jpíH íHlc lcaar la lia lia fe, espa spaoai aiaa-z -zaa. y oaridiald di cénmilGio "vincud." (PL 75, 544. 594. 8-25. 956-958. 975-976).

 

 A  Act ctitu itude dess fundamen fund amentales tales de d e la existenc exis tencia ia cristiana 

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teológica de la fe, esperanza_y caridad. En el NT podremos descubrir rde ^ rDios ^ T a THésiaT£ÍH THésiaT£Í eñH"ha eñH"h a vividocuya hen a m los am am..a ..aJ JL^itos .c .cíC íCL Lneo ^Mtesta £ic icG G> en Cristo, Crist o,Huna re respuesta spuesta cula ya respuesta expresión.ham escritos escr mentarios ha venido a ser palabra -de Dios para nosotros. Será necesario’ sin embargo recurrir en primer lugar a los datos del AT... que han influido en la teología del NT sobre la fe, la esperanza.y la caridad. Así se podrá señalar ío nuevo de la existencia cristiana, fundada en la originalidad absoluta del acontecimiento de Cristo. 2. La actitud del -pueblo israelítico para pa ra con Dios es p resentada en en.. el  A  AT T dentro de la perspectivaTuñciamental' 3e''Ia -airan2a. En la iniciativa 'aFsolutamenté.gratuita de su amor Yahvé a elegido a Israel para que sea su pueblo y se le ha revelado en la promesa de liberación. Revela ción y promesa de Yahvé van inseparablemente unidas. Su palabra. su¡  potenciaa salvadora y su fid  potenci fideli elidad dad constituyen el fundame fund amento nto inque inq uebra bran n table de la alianza 3. Entre las diversas fórmulas veterotestamentarias, que expresan la respuesta del hombre al Dios de la alianza, hay una que sobresale por s u concisión y densidad de contenido: heemzn be (le) Yahvé  Yahvé   4. Su signi ficado originario es «apoyarse -en Dios», en su palabra y promesa5. La versión ver sión grieg gri egaa de los Setenta ( mar arT TEÚsi sivv to toS S ©eco eco ) y la latin lat inaa de de la Vulgata (credere Deo) han interpretado exactamente su sentido, seña lando con el dativo a Dios como el fundamento personal de la fe (como el sujeto, a quién el hombre cree). La traducción castellana de la fórmula, hebrea debe ser «creer a Dios» (y no «creer en Dios»). La expresión veterotestamentaria del acto de fe pone en primer plano, no el contenido creído (la «fídes quae»), sino la relación personal del hombre con Dios (la «fides qua») y destaca en esta relación la confianza del hombre en Dios, en su palabra salvadora («apoyarse en Dios»). A la revelación de Dios en su promesa responde el hombre confiándose a Dios-

mismo. La fe veterotestamentaria lleva en su núcleo esencial la confianza; 3  Ex  Ex   3, 4-21; 4, 21; 6, 2-8 2-8;; 19, 4; 24, 3-8 3-8;; 34, 10-11. 10-11. 27; De 4, 37; 6, 5;

7, 6-9; 6-9;   10, 12-21; 11, 1; 30, 10. 16. La íá íáimulk laipaufe feic icee c-rec c-recee viades: viades: Ga 15, ‘6; Ex 14, 31; Nm 14, 11; 20, 12; * •Dt 10;seirirJi Jicc-que m 3,5 3,5; 78-22 ;niL 10a 6se, 1-2. 24; 23cítidio ;  2io Re 14co ;  JsA.43,’WieÉ 20, 1, 20 20..32;Ha9,n-o -oc ítid aot aotii17, ai aicier cierco ieÉse en; Sssca ssalíca78-22; íó íóxxico icon iLa cond conde ensa ns2a Gr Ice más -propio -propio y ptro trofeu feunid nidoo de la ffee vet vetsro srote tesi sita taimmtaí immtaíia ia (T (Tdb dbiW iWN NT VI, VI, 197). 197). s  H-ee  H-eemim mim   es la forma h¿p¡hiil de üa ta'iz ta 'iz   -weíball aman, aman,   qiue siigoi’fica fi ca “® “®sr sr firm fi rm e , sólido, 'seguro”. Qf. L. Kaehlar, "W. Banimgajrtrier,  Le  Lexik xikcm cm in V T Lib Libro ross   (Leidte® 1953) ¿0-62; A. "Weiser, G¡ G¡at atib iben en im A T   T   (Hom. Geúrg   Bear tSmi'ütgasiit 1935]) Theolog ologie ie -de -des A T   T   -(Goftioga 1957; em biteve aparecerá la 88-95; W. Éwhrodt, The vers ve rsió iónn eap eapañ añdl dlaa en ESd. Gristú Gristúáadia áadiaid) id) 1-82 -82-191; -191;   A. Schllatrt-er,  D  Der er Glaube Gla ube im N T '   (Stuttgart 19'27) 555-5-65; S. Porubcan,  La -/a -/adi dice ce ¡m n msll’A msll’A T   T   RBiblt (l19'60) 324-336; (1961) 173-183; 221-234.

 

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Cfisiología y antropología

del hombre en la gracia y en la el fidelidad está íntimamente unida a la esperanza. Lo confirma análisis de de Dios: las diversas situaciones concretas, en que aparece la forma heemin heemin   como expresión de la fe. La respuesta de fe (o de no-fe, incredulidad) del pueblo israelítico ante la revelación de Dios como su salvador es descrita en Ex 4,28-31; 14, 41; Nm 14, 1 1 ; 20, 1 1 ; Dt 1 , 32; 9, 23; 2  Re 17, 146. Yahvé se muestra a Moisés, le da a conocer su promesa de liberar a Israel de la esclavitud y confirma\su palabra con los signos de su  poder,  pod er, «para «pa ra que crean que Yahvé Yahv é se te ha aparecido» (E (Exx 3, 1 -2 2 ; 4, 1-9)7 Ante el mensaje y íos signos de Dios el pueblo «creyó que Yahvé había visitado a los hijos de Israel y había mirado su aflicción...» (4,31). Este acto de fe implicaba el asentimiento a la verdad de la aparición de Yahvé a Moisés y la confianza en la promesa de la liberación futura. Al acercarse el ejército de Faraón, los israelitas se ven perdidos y se rebelan contra Yahvé (Ex 14, 10-18) ; pero al experimentar su poder ad mirable «el pueblo... creyó a Yahvé...» (14, 31), es decir, se confió y sometió a él. «No-creer a Yahvé» equivale a rebelarse contra su palabra y desconfiar de su promesa (Nm 14, 1 1 ; 20, 21; Dt 1 , 32; 9, 2 3 ; 2  Re 17, 14). Las circunstancias en las que Abrahán «creyó a DÍo.s» (Gn 15, 6) muestran que la fe del patriarca fue .confianza plena en la promesa divina^_certeza incondicional de su cumplimiento y_sumi¿i^^l~precepto A su edad y en las condiciones de su mujer había perdido toda esperanza de descen dencia. Yahvé le devolvió esta esperanza, que no tenía otro fundamento

que la palabra divina. «Creyendo a Dios», Abrahán se entregó en la confianza a su promesa y «le fue contado como justicia», es decir, tomó la actitud que corresponde al al hombre ho mbre ante la palabr palabraa de D io s T. San Pablo Calificará esta fe como «esperanza contra toda esperanza», como persua sión inconcusa del cumplimiento futuro de la promesa (Rom 4, 18-20).  _L  _La fe yeterotesta yeter otestament mentaria aria y su co conexi nexión ón ínt íntim imaa con la esperanza adquiere fuerte relieve enlos escritos de Isaías: es la actitud existencial total del hombre anteTa palabra salvadora de Dios y la condición in dispensable para la salvación 8."Los pasajes pr prín ínap apal ales, es, e£T que destaca destaca este concepto de la fe, son Is 7, 9; 28, 26; 43, 1 0 ; 53, 1. 0Cf. N m 14, 4.  8-10. 40-41; 27, 14; Dt 1, .27. 37; 32, 35; 2 Re 17, 8-1-8. 7 R. 'de Viaiux,  La Gé-nGé-n-he he  ^Bairís 1953) -82; Til. Viríezan, Theologie des AT   (Wiaga (W iaganiilnigm niilnigm 195-6 195-6)) 104; 104; O. Proeles Proelesdi, Theologie des AT   (Giitersioh 1950) 607; H. Junkex, Génesis  i(Wujxbiiiigo 1949) 52; J. Chame,  Le livre de la Genész   (Paríss 1948) 211; G. von (Parí von.. R R& &d,  Das -ers otiinag-a -a 1961 1961)) 156. 156. -erste te Baoh B aoh Moses Mos es  ^Gotiinag s A. 'Wieisser, Glmhen im AT   93; "Wl 'Kdhirodt, Theologie ¿es AT,   III, 24; S. ViiingulLi'n,  La “fs fsd  d e ” nel -profeta Isaia  jornia 1950) 1-3; O. Loretz,  Der  D er Glaube   des P-rofibeten Isaías an das Gottesreiob : ZXT '82 (1960) 40-73. 159-181.

 

 A ctitud cti tudes es fi fim m da dam m entd en tdes es de la existencia existe ncia cristiana

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Ante la amenaza de invasión y de supresión de la dinastía davídica, Isaías exhorta al rey Achaz a mantenerse fiel a la promesa divina, confiando únicamente enjdla (Is 7, 1-8: 2  B.e 16, 1-1S). Las palabras tajantes de Isaías sintetizan todo el sentido de la fe: «si no creéis, no permaneceréis» (Is 7, 9), solamente apoyándose en Yahvé y en su  promesaa el rey y su pueblo serán salv  promes salvos. os. Creer es confia confiarr en Dios, sola mente en Dios, sin buscar otra garantía que su promesa (Is 31, 1-3; 22 , 9- 1 1 ; 30, 1 6 ; 28, 9-13; 29, 31). «Quien cree, no vacilará» (Is 28, 1 6 ) , es decir, quien pone la confianza en Ya'hvé se sentirá seguro de ser sal vado por él (Is 7, 4; 28, 1 2 ; 30, 15; 37¿ 15-25). «El resto de Israel... 1 0 , 2 0 ; 33, 2 ). se apoyará en 10-13 Yahvé», él su confianza (Isa de En Is 43, 43, (y poniendo 53 53,, 1) la en dimesión cognoscitiv cognoscitiva la fe pasa al  prime  pri merr pla plano no:: «creer» a Yahv Yahvéé equivale a «comp «comprende render» r» y «reconocer» que él es el único Dios y Salvador. Pero aun aquí no falta la sumisión confiada a su soberanía salvífica. Reconocer a Yahvé como el único salvador quiere decir someterse y confiarse a la fidelidad indefectible de su promesa. La fe se presenta, pues, en lo,s^,$i^k 9s_df_Ig.,aiaS-Como un acto total quee ab qu abar arca ca la co conf nfes esió iónn de L ú n im J IH Q O ^ b e di dien enci ciaa a su su pa pala labra bra y la conBanza en su promesa, que abre la esperanza del hombre al'Tntnm

nuevo de Dios.9. La confianza en Dios une tan estrechamente la fe con la esperanza, frecuentemente llegan a identificarse en qu Isaías la  1termino logía de la que fe (heemin) (heemin)    y la esperanza ( ba batah tah¡¡ hc hcisa isah, h, quaw awah) ah)  0. El contexto, dentro del cual aparece heemin heemin   en los salmos 27, 1 3 ; 1 1 6 , 10   y  y   1 1 9, 9,   66, muestra con evidencia la dimensión fiducial de la fe, y su conexión vital con la esperanza y con la obediencia a la palabra de Dio Dios/ s/ Este mismo significado ttiene iene el término «creer» (o «no-c «no-creer») reer») en los salmos 78, 2 2 . 32  y 10 6 , 14. 24, cuyo contenido presenta una notable semejanza: el pueblo de Israel ha sido infiel a la alianza, olvidan do «las maravillas de Yahvé» en su liberación, desconfiando de su  poder  pod er salvífico, no esperando en su ayuda y rebelándos rebelándosee per pertinaz tinazmen mente te contra sus preceptos. «Creer a Yahvé» quiere decir «poner la esperanza 1 06 , 3 , 1 2a). su«Noen él» equivale y «observar sus manda mandamient mientos» os» promesa (Sal 78,y 7;desobedecer creer» a «no-esperar» en su pa labra (Sal 78, 2 2 . 10. 56; 106, 7. 2 1 . 24. 25). Si se compara ú) heemin  heemin  de 2  Cr 20 , 20  con' 6, 7. 13-17. 22 , aparece claro que se trata de una fé impregnada de confianza en Dios lx. a C. StulhimueJIer, Creative Redemptácm m Deutero-haiah   (Roma 1970) 135-208. Cf. .S. VirgulEn, op. cit., cit.,   5-6. 24-27n Cf.  J.   J.  /Jifero,  Pid  Pides es in t&rmin t&rminologia ologia bí bíbl blica ica-'. -'.   "Greaojúaoum” 42 (19-61) 469-472. 27

 

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Gñstología y antropología

En los es escri crito toss griegos del AT los términos mGreóetv y tzictic  ,  conservan el mismo significado que el heemin heemin   hebreo: el acto total, que implica el asentimiento al contenido de la palabra divina, la confianza en la promesa salví salvífica fica y la sumisión a Dios (Ecl 2 , 6. 8. 1 0 ; 42, 2 0 ; 45, 4; 2  Mac 2, 52. 59; 3, 13; Safo 3, 9. 14; 1 0 , 17; 18, 13). La fe veterotestamentaria incluye, pues, inseparablemente unidas las dimensiones del conocimiento, de la confianza y de la obediencia: es aceptar el contenido de la palabra, divina, confiarse y someterse a ella. La palabra de Dios es palabra de salvación; por eso la respuesta del hombre la feaún, implica entrega confiada y ladeobediencia gracia de Dios.enMás es la laconfianza en el Dios la alianza aellaaspecto que destaca con mayor relieve en la fe del AT. La fórmula «creer a Dios» expresa la actitud personal del hombre como respuesta a la actitud de Dios, que se revela como su salvador 12.  y  Hemos indicado ya que la noción y la terminología misma de la fe  y  de la esperanza se presentan estrechamente unidas. Es preciso añadir,

sin embargo, que la esperanza veterotestamentaria implica no sola mente el aspecto de la confianza, común a la fe ( batah} hasah* hasah* yahd),  yahd),   s i í ^ t a m bién bién la eexpec xpectac tación ión perseviriñFe^y^er'deseo te tenso nso de la interinterve^ión^A^ (qawah7 ^ £ a í i J ‘r~Esta r~Esta Tensión'“ Tensión'“E Eacm“ cm“"el futuro de Dios aparece como el aspecto propio de la esperanza13. Mientras la esperanza veterotestamentaria, anterior al período de los grandes profetas, se centra en los bienes de este mundo, en la prosperi dad del pueblo israelítico y en la permanencia de la dinastía, el desastre de la nación y de la monarquía fueron consdierados por los profetas como el resultado de la infidelidad a la alianza y como el punto de  parti  pa rtida da para par a una un a nueva y definitiv defin itivaa intervención interv ención de Dios en la historia. Si Israel ha roto la alianza. Yahvé. en su fidelidad y misericordia creará una alianza «nueva» y «eterna», en la que revelará, su soberanía universal.. El «día del Señor» viene a ser la fórmula cifrada del acto salvífico últi mo de Yahvé en el tiempo. Nace una espera y una esperanza nuevas, que en los escritos apocalípticos del AT apunta ya hacia el fin de los ■tiempos 14. 12 Cf Cf.. E. Jacob, Theologie de l‘AT   l‘AT   (NmcMíd 1955) 141-145; A. 'Wehsr, AT,   107; W . EM tuct^eóu: TiHWNT VI, 1SS; Th. Vdúezeo, Tbsologie des AT,  EMhflo hfloát, át, Th sol oloo gis gis de dess A T  10, 23-30; P. Antoine,  Foi:  Foi:   DBS Til, 279-291; O. Procksdh, Theologie des AT,  AT,   60 6000-62 622; 2; H . Zim Zimmiér iér.m .mair airDn Dn,, ■Glaube, Glaube,   e n  Bib  Bibelt eltbeo beol.l. Wórt&rbucb Wórt&rbucb   (J. B. Baiufer) 321-343; F. Batmigá-rtted, Gla-ube'. Gla-ube'.   RGG íl, 158-8-1590; R. ven Riad, Theologie des des AT ,   H, 3S7-396. 1S J. van der Pioeg, U esp esperan erance ce dans l‘A l‘A T \   RB '61 (1954) 481-507. 14 Cí. G.  G.  voa Rad, Theologie des AT   ,11, 112-137. 252-258. 314-32.8; G. Eotirer,  Die  D ie Strukit Strukiter er der alttestamentUch-en Eschap chapola olag-i-e:  TIilLZ 83 (1960) 411-420; J. IHlndBfcfflQ, G ib ibii --ees em emee Esc Eschatol hatologis ogis beí dden en aUte aUtestñ-m stñ-menÜ enÜichen ichen P-ropheten P-ropheten?? :

 

 A cfitudes cfitude s fmz fmzdam damsnta sntales les de la exisPs exisPsncia ncia cristiana

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En el libro del Exodo y sobre todo en el Deuteronomio hay varios textos, en los que se hace mención del amor del pueblo israelítico a Yahvé (Ex 20, 6 ; Dt 5, 1 0 ; 6, 5; 7, 1 0 ; 1 0 , 13; 11, 1. 13. 22 ). Pero las investigaciones más recientes han demostrado que la terminología del amor (ahabah) expresa únicamente la actitud de lealtad, fidelidad y su misión al Dios de la alianza15. Hay sin embargo en el AT algunos textos aislados, que insinúan el amor del hombre para con Dios16. La transformación interna del «corazón» del hombre, anunciada por Jeremías (24, 7; 31, 31-34) y Ezequiel ( 1 1 , 19-21; 36, 2(5-28), implica la adhe sión del hombre a Dios en lo más profundo de su ser. Y no se puede olvidar que qu e la l a confianza^ con fianza^ en Dios, propia pro pia de la l a --fe y de la l a esperanza, esperanza,

es una actitud de entrega y abandono a la .-grada^de-Dios, que está muy cercanaaTamor. Ha notado J. Coppens que los escritos del AT no presentan nunca unidos el precepto del amor de Dios y dél prójimo; pero esto no sig nifica que estos dos preceptos no estén en mutua y estrecha relación 17. Y, en efecto,- el AT presenta indivisiblemente unidas las dos exigencias fundamentales de la alianza: la fidelidad a Yahvé, concretada en el culto y enellaprójimo confesión monoteísticas, los deberes de amor y mento justicia  par  para a con prój imo.. Ambas exigencias exigenciasy tienen un mismo funda fun dame nto:: el amor de Yahvé, que por pura gracia ha elegido y liberado a Israel. La.relación del pueblo israelítico al Dios de la alianza..incluye insepa rablemente unidas la dimensión religiosa y la ética. (Ex 20 , 1-17; 2 2 , 20 -2 1 ; Lv 19, 1-18. 33-35; Dt 1 0 , 18; 24, Í4). La promesa salvífica de Yahvé impone al pueblo y a sus jefes la misión de observar los deberes de justicia, en espedal para con los pobres y desvalidos: Dios mismo se constituye en su defensor1S. El hombre «justo», a saber, el que vive conforme a las exigendas del Dios de la alianza, es el que cree en Yahvé y observa la justicia con el prójimo 19. ST 6 (1953) 79-114; H. Pirsuss,  Jah  Jahwsg wsglau laube be una un a Zuktm Zuktmftser ftsertüar tüartuntun-g  g   (¡Smittgact 1968)   167-169; H. P. Miiller,  Za 1968)  Z a r Fra ra-g -gee nach dem de m Ur Urspr sprwi wigg de? biblíc-hen biblíc-hen    Escbaiol  Escb aiologie ogie::  VT 14 (19'64) 276-293; O. Schiiling,  D  Der er J&nseitsgsdanke J&nseitsgsdan ke im A T  T    (Maguncia 1951). 15 Cf. ~W.  1. Macan, The Ancient Neo? Backgrowid of the Love oj God ín  ín    Deuter  Deu terono onomy my'.'.   CBL 25 (1963) 77-87; N. Lohfínk,  Das H m p tg e b o t   (R-oma 1968) 7-S; J. Cop^en-s,  La doc doctri trine ne biblia bib liaue ue stvr stvr Vam Vamour our de D isu is u e t d u procha prochain: in:   ETL 40 (19-64) 252-282. “ Sail ail 15, 2. 8-9; 17, 31; 18 18,, 2; 21. 224; 4; 73 73,, 20-28 20-28;; 116, 1; 145, 20; J*c 2, 2; Bal 1, 10; 2, 18-19; 4, 14; 7, 30; 34, 10. 17 J. ''CotKpanB, CotKpanB, art. cit.,  cit.,  283. 13 Jue Ju e 2, 16-19 16-19;; 3. 10; 4, 10; 11--0, 2-3; 1 Sam 8, 7-22; 9- 17; 13, 14; Jr 21, 12; 22, 3; Asm 1, 23; is 1, 22-23; 3, 14-15; 10, 1-2; 58, 1-12; Sai 9, 10. 13; 10, 14. 17- 18; 40, 18; 68, 7; 76, 10; 103, 6; 146, 7-9M Sal 10, 14-15; 33, 5; 37, 21; 62, 11; 72, 4; 82, 3-4, 89, 11. 15. 52;

 

420

Cfisiología y antropología

La fórmu fó rmula la ve terotestamentar testamentaria ia «conocer a Yahvé» (qu (quee aparece es  pecialmente  pecialme nte en los profe profetas tas y en el D t) inte integra gra la actitu actitudd del hombre hada el prójimo en su relación misma con Dios. Se trata de un «conoci miento» de Yahvé que implica no solamente confesarle y darle culto como al único Díos, sino también reconocer prácticamente su soberanía mediante la observancia del precepto del amor y de la justicia hada los hombres. El Dios de la alianza rechaza el culto sin la justicia. No «cono

ce» ce» real realmente mente a Yahvé quien porcuna parte pa partid rtidpa pa en el ccult ultoo ritual y por priva aldel prójimo Laotra existenda pueblodey sus del derechos individuo20.está, pues, caracterizada en el AT como respuesta al amor y a la fidelidad de Yahvé. Una respuesta qtte une íntimamente la fe y la esperanza en su dimensión común, la confianza en Dios, y que integra la actitud del hombre ante el prójimo en su relación misma con Dios: sumisión a la gracia de Yahvé, cumpli da en el reconodmiento de su acdón salvífica y en la conducta para con los demás hombres. Esta visión de la existenda humana será recogida y al mismo tiempo profundamente modificada en la revelación cristiana. 3 . El cristianismo ha nacido con el acontecimiento de la muerte. muerte... y resurrección de Cristo, y con la comprensión de este acontedmiento "como" cumplimiento definitivo de las promesas de Dios. Lo que Dios ha realizado en Cristo, lo ya acontecido y cumplido, importan cia totalmente singular y dedsiva 21. Por eso la fealcanza cristianaunaacentúa con  particula  parti cularr relieve la dimensión confesio confesional nal com comoo expresión de la reali reali dad, ya cumplida, de la intervención salvífica de Dios en la resurrecdón de Cristo 22. Pero no se puede olvidar que la fe cristiana vio -en la resurrección de Cristo, no snkmenteL^l^UQ^a3imi^ta^'-...Ias~promega^..divinas^^ino también la promesa nueva y definitiva que mira_ii..l6, 4--6; 10,  10,   12; 12, 7; Is 11, 1-5; 58, 2-10. Oí". G. J. B-otjeerwed:, “Got-t E-rk-stmen" ím S-prachgebra S-prachgebrauc-h uc-h des A T   (Boon 1951) 43-49. 55-56. -66. 5*8; Th. Vdfeaoa, Theologie des AT,  AT,   104. 114. 115. 200; O. ílrodásidh, Tbeologi Tbeologiee ¿es .A T, T,   '614-618; tS. Movráojckel,  D  Die ie HrkermPnis HrkermPnis Gottes Gotte s  b-ei dttestamtl. Propbete-n-  Propbete-n-  (Oslo 1941) 33-47; J. Lmdiblain,  Prop  Prophecy hecy m ¿m ¿mci ci& &nt    Is  I s m d   d  (Oxford. (Oxford. 1962) 340-349a 1 Oor Oo r 15, 3-4; 2 Co r 1, 20; Rom 1, 2-4; •G •Géil 3,16; 3, 16; Le 24, 26-27; 26-27 ; Act 1Ü, 1Ü, 43; 13. 1-38; 17, 3; 2-6, 2-2-23. Rom 10, 9-10; 8, 8-9; 1 Cor 15, 20; BJ¡p 2,-9-11; Act 2, 3'6; 16, 31; Le 24, 3 4 ; icf. icf. R. Bii Biiltmltm-a-oía a-oía,, t u o te ó co: TK TKWTS TSTT TT V I, 209; 20 9; J- -Alífer -Alífero, o, art. cía.,5 5'64-5-65. '64-5-65. ® 1 Co r 1, 7; 15, 22-28; 22-2 8; 16, 26; 1 Tas 1, 10; 5, 8; 2 Tes 4, 17; Rom 5, 5-11; 23. 31-3S; Á-ct 1,11; 1 Pe 1, 3, 13.

a

 

 Acc ti  A titu tudd es fu funda ndame menta ntales les ddss la-existenci la-existenciaa cristiana

4211 42

de Cristo j ^ n e f i n a las ppro rom m es esaas e inaugu inau gura ra el el.....C .CQ Qmimz.Q.-d .-de «lo. «lo. ú ltim lt im o » ; e'q 'ql'l'aT aTpa pala labr braa def definiti initiva va de Dios, Dios, que imprime en k hist hist.orÍa .orÍa,eLs ,eLsmtid mtidqjle qjle W ifl k. plenitplenit-nd, nd, final final.... La existencia cristiana queda marcada  porr la tensió  po tensiónn er.rre er.rre el «va» de la fe y el «todav «todavía ía no» ce la esperanza: espera nza: 'f una le lenn sí síóó n qu que, e, lleva en su misma misma dialéc dialéctic ticaa la llamada permanente

a laotros decisión «ahora» de la situación concreta de cada hombre ante los y anteenelelmundo. Ya en sus primeras cartas san Pablo condensa coca la existencia rrufiana en la «fe, esperanza, caridad» ( 1   Cor 13/13; 1   Tes 1 , 3; 5, 8) 24. Cualquiera que sea el origen de esta fórmula paulina 25, no puede dudarse de qué en ella sé refleja la importancia primordial que el Apóstol atribuye a la fe, esperanza y caridad. En la fe recibe el hombre el don de la justificación (Rom 3-4). La salvación futura está.anfcici p ^ a , ^ J Í I i s j p r S 5 ^ C E o m 8, 23-25. 17-18. 3Í-38; 6, 6,   5-11; Éf 1. 1314). En la caridad culmina v se recapitula la existencia cristiana, gmada ^

0 ; 1Pablo por la ley: inter interior delS:.Espíritu Esp (Gal (G al 5v, 1caridad, . 6. 13-14; Rom: según 13, 9-1san   Cor 13, 1-13: 1-13 Col ior 3. 14 14S l e .íritu esperanza he acu: acu las las *latitudes latitude s fu fund ndam am en eniale iales^d s^de^ e^la^ la^^^ . cristi cristiana. ana.]] La fe paulina no puede ser comprendida sino dentro de su cristccentrísmo y de su función en la justificación. Dios ha cumplido la mara villa suprema de su amor en la muerte y resurrección de Cristo; san Pablo tiene siempre presente este acontecimiento, en el que Dios ha revelado y realizado su acto salvífico supremo 26. L a ^ mcri cri^aa ^aana_ na_jfiv jfiv£,_ £,_d^ d^ la_realídad de este acontecimiento. (Gal 2, 2,   2 0 ; 1   Cor 15, 12-17). Crey_eada^^-^-rnue£te^^esurreccijóa.,„d£^^ k^

gratui gra tuida dadd La abs absolu pper erdó dónndel _:...dmao.... .dmao... .y recibe reci be..corresponde , así la l a graciaaldedon j a de justi justla i ficaci ficación^ ón^ feoluta eta s ladelactitud hombre, que reconciliación de Dios por Cristo Z Cristo  ZJJ. San Pablo subraya intensamente el aspecto confesional de la fe cris tiana: creer es aceptar como verdadero el mensaje de la muerte y resurrec ción de Cristo, «el Seño Señor» r» ES. Las fór fórmu mulas las «fe en Cristo» Crist o» ( sv ) y «fe de Jesucristo» tienen un mismo significado: se refieren siempre al contenido conten ido de la fe y en último término a su verdad, a su realidad real idad 29. M 1 'Car 13, 13, 13 1 3 ;'1 Tes 1, 3; 5, 8; 8; G tt   5, 5-6; 5-6;   Cal 1, 4-5; Ef 1, 15-18. Cí. 1 Tdrn .2;4Heb 31 Gal G-6 al, 11; 5, uua-n -n -noo aparec apa recen en nuaca- ¿os verbos verb os c   íú  ¡para e sp íes íe s a r llaa esp esper eran anza za cciíCíana. cciíCíana. HL su sust stan antiv tivoo é^rcíg se en-G en-GU'entm 'entm 'a 'a¡n ¡naa s-c s-cüüa vez (IJn 3, 3). 81 J. J-ka J-kaby by,, De la comnaíssanee de foi Jetáis St. Jean:  Jean:   RSR 21 (1930) 385-421: D. Mollar,  La fo i d m s le quaPáü quaPáüme me Ex Exan angü güe: e:   LV 22 (-19;5'5) 91-107; R. Scbnackenburg,  D  D¿r ¿r Glati Glatibebe- im vien vienenen- Evang-e Evang-elium lium   (iBreslau 1937) E. M. Braan,  L  L’’acac-  cueil de la foi selon St. ]eaw.  ]eaw.  YS 92 (1955) 344-3;63; F. Rottsraag,  Le  Less momen-ts momen-ts   d$ la foi st sesjoh conditions de la possibiüté : RSR RS 46 (1 (195 95!!561-577; 8) 34 344-3 4-378; 78; A. Dodd, Deeoutteiy, Deeoutteiy,  La co-nception johan anni niqa qaee de foi: fo i:   NRT 81R >(1959) C. H. T he    Inter-preta  Interpretation tion o f the th e Eourph G.os G.osp.d, p.d,   179-1'8:6; A. Schlatter,  D  Der er Gla-ub Gla-ubee im N T .   NT,   422-430; H. ScfalHer,  Bes  Besmn mnun-g un-g a-uf  a-uf   490-523;  R. B¿artann, Theologie des NT,  da dass NT ,   279-293. 08 J . Bfaolc, op. dt,, 96.  96.  238-239; C. Spieq Spieq..  Ag  Agap ape, e,   III, 133-134. 137-139; A.'J. Skaonis,  Die  D ie Hi-rteiv Hi-rteivreds reds im 1okaime 1o kaimes-Eva s-Evan-gel n-gelium ium   (Roma 1967) 290-293; 2S

 

434

Cristología y antropología

El amor amo r toma to ma eaea- el cuarto Evangelio una u na coloración . intens intensament amentee cristol crist ol ógira 7  frml.tg.ria.: es la respuesta al amor del Padre, revelado y cumplido en el amor de Cristo a Dios y a los hombres hasta el sacrificio de su propia Els Padre ama a Cristo como su Hijo Cristo^ a los vida. hombre hom bres ss. Cris Cristo to cor corres respon ponde de al aamor del unigénito Pa Padr dree .c .cooyn en , la. entrega de su vida por la salvación de la humanidad 90. El cristiano ama a Cristo"'en~ Cristo"'en~'respué 'respués'ta s'ta áI áI amor ce c e Crisro para con é l 91. De este modo surge el amor mutuo y la comunión de vida entre Cristo y el cristiano, c-omo participación en el amor y la comunión de vid.a..,.aiti£^-£LP¿d££.^r Cristo., Es, pues, el Padre el manantial del amor; pero este amor se con creta en Cristo, en su entrega total al Padre por los hombres. Por eso el amor del cristiano a Dios toma forma concreta en el amor a Cristo 92. Ei amor del prójimo tiene... en el cuarto Evangelio el mismo funda mento cristo cristolóf lóffic ficoo j j u e el amor de D Dio ios. s. San Juan lo .llama_el ««mand manda a no.i_£xcdmds.   («ei mandamien mi ento to** nue nuevo vo>> >>^e ^ell mand ma ndaa m ie n to ^ e . Cristo no.i_£xcdmds. rníeñto^tnib»), eTque discípulo Cristo (Jn 13, 34-35; 15, 99-17 17). ). La distingue novedad noved ad al.verdadero del amor cristiano _estádeprecisamente precis amente en amar al prójimo, como y porque Cristo ha amado a los hombres.  hombres.   La conjunción xa«9'go 1956). m  De  D e Ver. Ver.   q. 14, a. 4; 4;   lí-II; q. 4, a. 5;  De  D e Vi Virt. rt. in comm comm..  a. 7.  D e Ver. Ver.   q. 14, -a. 2, ad 10; II-II, q. 4, aa. 1. 3. 5. 112  De

 

 Act  A ctititud udes es fu funda ndamen mental tales es de la existe ex istencia ncia cristiana cristia na 

441

En un texto de la Suma, teológica  teológica  menciona la confianza («confíden(«confíden-   tiam») como una de las dimensiones pertenecientes a función de la. voluntad en la fe, y en otra de.sus primeras obras afirma que la misma fe «informe» (no sostenida por el dinamismo de la caridad) supone de  parte de la v o l u n t a d la aspiración al amor de Dios 11S. Todos estos indi cios convergen hacia la conclusión de que la opción libre de la fe debe ser en todo caso una opción de esperanza 7  amor, al menos iniciales e imperfectos. la es posición tomista sobre la total entonces de la fe y¿cómo de la explicar esperanza, decir, de la posibilidad separabilidad Pero

de que que permane permanezca zca la fe aun en en la pérdida total total de llaa espe esperanza?1 ranza?1 1 Es evidente que tal posición elimina lógicamente todo lo que santo Tomasha dicho acerca del «credere ia Deum», a saber, de la tendencia fina lista de la fe hacia la salvación futura. ¿Cómo puede tender la fe hacia, la. felicidad futura, y «esperada» sin el deseo del encuentro con Dios, que no puede ser sino el deseo de la esperanza? La clave para compren der este caso de lamentable incoherencia, en un pensador tan genial mente sintético como santo Tomás, la encontramos en la misma refle xión con que intenta justificar su posición sobre la separabilidad total de la esperanza respecto de la fe. El asentimiento de fe versa sobre la. verdad universal de que la Iglesia tiene el poder de perdonar los pecados. Por eso la fe puede permanecer en el hombre que en su desesperación  piensaa que pa  piens para ra él («s («sibi ibi») ») no hay pe perdó rdónn 113. La separación radical del «in se», reservado a la fe, y el «pro me» exclusivamente propio de la. esperanza, conduce al callejón sin salida de tina fe, que por una parte tiende realmente (aunque sea de modo imperfecto) hada el Dios de la salvación (de lo contrario no sería fe sobrenatural) y por otra parte carece totalmente del deseo de Dios y de su perdón, que implica la. esperanza. Evidentemente si santo Tomás hubiera sabido que la fe  bíblica incluye en su mismo n úd údeo eo f-o f-orm rmal al de «creer a Dios Dios»» la con fianza en la palabra salvadora de Dios, difícilmente hubiese llegado a esa posición extrema, que además está en contradicdón con su doctrinade la función imprescindible de la voluntad, orientadahacia orientadahaciael el fin úl timo de la visión de Dios, en el acto de fe. Si elentendimiento elentendimiento no1 asiente a lo revelado sino movido por la voluntad, llamada por la gra cia hada el Dios del amor, del perdón y de la promesa ¿qué acto de fees posible sin algo de esperanza y de amor? Si el acto de fe es teologal en su dimensión formal de asentimiento, tiene que serlo también en la op ción, que susdta e informa el asentimiento. Y una opción teologal no  puede  pue de ser sino la opción de la esperanza y del amor. II-II, q. 5, -a. 4; 111 Sent.  Sent.  d. 23, a. 2, a. 5,-.ad 5. 114II4I I-II, II, q. 20, 2; 11 Sent.  Sent.  d. 23, a. 3, ad 1. 115 II-II, q. 20, a. 2 in c. et ad 2.

 

442

Cristología y antropología

Es sorprendente que santo Tomás no haya captado la Inmanencia mutua entre la fe y esperanza, una vez que él mismo se dio cuenta de la  priori  pri orida dadd mutua mu tua (bajo aspec aspectos tos diversos) entre el entendim entendimiento iento y la

voluntad, y de la presencia íntima de la opción libre en el asentimiento mismo de la fe. La tensión hacia el fin último de la salvación futura es Impresa al acto de fe por la decisión libre de la voluntad («credere in Deum»), Aquí es donde se debería descubrir la inmanencia de la es  peranz  per anzaa en la fe. Pero santo Tomás mantien man tienee siempre la precedencia absoluta de la fe respecto de la esperanza, basándose en la razón de que el hombre no puede esperar, si previamente no conoce por la fe lo que  puede  pu ede esperar 116 116: reconoce tan sólo que la esperanza fort fortific ificaa la f e 117. 117.    Ñ  Ñoo ha visto que si por p or la opción de la fe el hombre tiende tiend e a la salvación futura, tal opción implica inevitablemente el deseo y la esperanza. Santo Tomás considera 'con razón la tensión hacia la felicidad plena >del hombre en la 'salvación venidera como la dimensión característica de la esperanza. El futuro de la plenitud definitiva en la visión de Dios -constituye la perspectiva propia de la esperanza cristiana: espera y deseo •del encuentro con Dios en sí mismo 11S. La otra dimensión de la esperanza es la confianza en la promesa divina, cumplida en Cristo. El hombre no puede llegar por sí mismo al encuentro inmediato con Dios (su única «felicidad perfecta»); sola mente confiando en la gracia de Dios recibirá finalmente el don de la •divinización plena en la visión 119. Al hablar de la -dimensión fiducial ■de la esperanza, santo Tomás está de nuevo muy cerca de descubrir la  presencia de la confianza en la fe fe:: «Pertenece a la fe creer algo y creer   .a alguien.  Pero la confianza pertenece a la esperanza... Y por eso el término confianza   parece significar signifi car ante todo que se concibe concibe esperanza al ■creer a las palabras pala bras de quie qu ienn promete prom ete aux au x ilio il io»1 »122C. Des Despué puéss de habe haberr notado acertadamente que -la fe es creer a alguien, a las palabras de quien    p  prr o m e te au auxi xilio lio,,   la reflexión cambia extrañamente de dirección y excluye de la fe la confianza, para atribuirla solamente a la esperanza. La certeza de la esperanza supone la certeza de la fe y participa en «lia. Es una un a certeza fiduci fid ucial al y tenten-de denn cia cial,l, vivi vivida da bajo la lllamada lamada interior inte rior de la gracia en la decisión de la confianza en la misericordia divina ■y de la espera espe ra de la l a salvaci sal vación ón como don de Dios Dio s 121. 1M I-I-I, q. 62, a. 4; II-II, -q. 17, .a. 7;  III Sent. Sent.  

22-3, 3, q. 2, a. 5. 117 II-II, q. 4, a. 7, ad 2; 2;   -q. 5, a. 4; 4;   -q. 17, a. 7, ad 1. Spe,  -a. 2, 2,   ad 2; a. 3; 111 Sen-i. Sen-i.   rd. 26, 26,   q. 2, II-II II,, q. q . -62, &. 3 ifl if l ‘‘C C. e t aadd 3;  De Spe, -a. a. 1, ad 1. 113 -II -II-II, -II, q. 129, 1 29, a. 6;  De  D e Spe, Spe ,  -a. 1, ■ad 4   et 12; Com. Th e oí. í.   II, 4  I  Inn Heb?. Heb?.   ¿r.11, iact. 3, íi. 134. II-II, o. 129, a. 6. 121 II-II, a . 18, a. a. 4; q. 20, a. 2, ad 1;  D  Dee Spe, a. 2, 2,   ad 4;  In R om .  c. 5, 5, iLeo iLeot.t. I ,

 

 Á ctikide ctiki dess funda fundamen mentales tales dé l a existen existencia cia cristiana 

443

 Hemos   indicado ya que santo Tomás distingue netamente la espe  Hemos  ranza de la caridad por su fundamento formal (Dios, como bien supre mo para el hombre: Dios, bien sumo en sí mismo) y por su diversa radicación antropológica (el amor -del propio bien: el amor del bien por sí mismo). La esperanza, en cuanto proviene del «amor imperfecto», a saber, de la adhesión a Dios como nuestro propio bien, dispone a la caridad. Solamente logra su perfección -en la amistad con Dios, en el amor de benevolencia propio de la caridad, «porque esperamos sobre todo en los amigos» 12~. 12~.   La confianza de la esperanza logra su plenitud en la intimidad filial con Dios, propia de la caridad123. La conexión entre la  plenitu  ple nitudd de la esperanza y la caridad mediante medi ante la dimensión común de la confian a queda qued a así explicada de modo convincente. Pero no se explica cómo el acto de la «esperanza informe» puede tender hacia la unión inmediata con Dios (que no puede ser sino una unión de amor de Dios en sí mismo, en respuesta a su autodonación al hombre), si no implica la aspiración y el deseo de la caridad. Sirviéndose concepto aristotélico amistad, explica la caridad comodel amistad del hombre condeDios: es unsanto amorTomás desinteresado (de benevolencia), mutuo, fundado en la comunión comunión   de vida, es decir, en la participación del hombre en la vida misma de Dios 124. Es Dios quien en la gratuidad absoluta de su amor llama al hombre por la gracia de Cristo a la intimidad de vida con él. El hombre responde a esta llama da amando a Dios en sí mismo y por sí mismo. Surge así la unión del hombre con Dios en el amor mutuo, en la que vive la experiencia de amar a Dios y de ser amado por él; una unión trasformativa del hom  bre, porque porqu e al amar a Dios recibe el amor de Dios para con él y pa part rti i cipa así en su vida12S. Apropiándose la doctrina teológica común a los siglos XII-XIII, sostiene santo Tomás que la virtud de la caridad .comprende también el a. 393; lleat. 2, ai. 399; c. 8, feot. 3, o.. -646;  I<  I
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