Aleister Crowley Comentado Por Julius Evola

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Crowley fue un sercuya personalidad se sobrepone ciertamente a las figuras consideradas anteriormente. Si lo asociamos con Satanismo, es porque él mismo nos invita a hacerlo. De hecho, se dio a si mismo el título de ³Gran Bestia 666´ que es el Anticristo del Apocalipsis, mientras le dio a la mujer que seleccionó y usó, el título de ³Mujer Escarlata´ la cual, en el Apocalipsis de Juan, es la Gran Ramera asociada con la ³Bestia´. El ser juzgado como ³El hombre más malvado de Inglaterra´, dado a él por un Juez en ese país en relación con un proceso judicial en que estuvo envuelto, debe de haberlo agradado grandemente, tal era su predilección por el escándalo, no escapando de máscaras y mitificaciones de cualquier tipo so lo por este simple propósito de divertimento por su parte.

Invocaciones usadas en sus ceremonias, las cuales Crowle y presidia, eran tal como la siguiente: è
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 è        Por sí mismo, esto parece confirmar el Satanismo, incluso si no con alguna mezcolanza (referencia al ³sol Espiritual´) . Es aún así necesario ver que Crowley no pone a Satán en el lugar de Dios, respetando la gran posición de Este, él se aferra a tradiciones, como la Kabbalah, la cual venera a una divinidad, incluso si se concibe metafísicamente y no religiosamente. Finalmente, como en los otros casos considerados, el ostentoso Satanismo de Crowley es expli cado solo en términos de una antítesis al Cristianismo cuya doctrina condena los sentidos y la realización integral del hombre, aunque, en su caso, con una base iniciática y ³mágica´ más bien que naturística. Si fueron invocadas fuerzas peligrosas, parece que en el especifico caso de Crowley, las condiciones previas mencionadas para afrontar experiencias del tipo que se pudieran presentar estaban bien calculadas. En primer lugar Crowley tenía una personalidad excepcional y estaba predispuesto de forma natur al para contactar con lo supersensible (mas allá de que poseyera un particular ³magnetismo´), y en segundo lugar gracias a sus lazos con organizaciones de alguna forma sucesoras de un a tradición iniciática. Estas son, inicialmente, la Orden Hermética de la Golden Dawn, en la cual Crowley tomó parte, aunque posteriormente rompió con ella y fundó la

Ordo Templi Orientis (OTO, reminiscencia de los Templarios, incluso reviviendo el Baphomet Templario). Sin embargo esta Orden usó muchos de los rituales mágicos de la Golden Dawn, para conseguir comunicarse con los así llamados ³Maestros Secretos´ y con las específicas entidades ó ³inteligencias´. Para este fin Crowley también la usó, asi como para atribuir la creación de su Liber Legis, el compendio de sus doctrinas, a una entidad que invocó en El Cairo, Aiwaz, que podía haber sido la manifestación del egipcio Hoor -Para-Kraat, el ³Señor del Silencio´. Ha de considerarse que, en general, no todo debe ser reducido a un sueño de su autor, una fabulación, y que algun os contactos de Crowley con un mundo mis terioso supersensible fueron reales.

No es mi intención aquí penetrar en la vida de Crowley, que en verdad fue azarosa e influyente, porque mas allá de cultivar la magia (él llego a decir: ³yo rehabilité la magia y la ensanché en el curso de mi vida´) era un poeta, un pintor, un escalador de montañas que intentó escalar los riscos más elevados del Himalaya (K2 y el Kanchenjunga), un experimentador de drogas (incluso escribió el Diario de un adicto a las Drogas, publicado en 1922). Aquí nos limitaremos más bien a indicar brevemente sus doctrinas y técnicas. En el Liber Legis podemos pasar por alto las polémicas de Anti-Cristiano y pagano. Alli leemos, entre otras cosas ³¡Sé fuerte, oh hombre! Lujuria, disfruta todas las posibilidades de los sentidos y éxtasis: no temas que ningún Dios te condenará por ello´ (II,22) Pero, en realidad, es una doctrina que acompasa tres principios claros. La primera es: ³Haz tu Voluntad será la única ley´ . Pero esto no debe ser necesariamente tomado al pie de la letra como si te prescribiera que hagas lo que te dé la gana (como en el Rabelais ³Fay ce que vouldras´) porque Crowley a lo que se refiere es a la c   !  "   que ha de ser descubierta en nosotros mismos y posteriormente ser realizada. Este descubrimiento y esta realización debe de ser la esencia del Trabajo (el discípulo debe jurar de antemano a la ³Gran Bestia 666´ dedicarse totalmente a si mismo a ello) como la realidad de que ± Crowley afirmabasolo esos que alcanzan un elevado nivel son realmente hombres y maestros, los otros son ³esclavos´ (desde el punto de vista oculto y no fisico). Para ello, Crowley habló también de una auto-disciplina para conseguir asi el propio respeto, de una ³moralidad rigurosa superior a la de los demás , incluso dentro de la libertad de respetar cada diferente y convencional código de conducta´ . En la misma perspectiva, está la moraleja de ³El único pecado es la restricción´, evidentemente en relación a la Auténtica Voluntad.

El segundo principio es que ³Cada hombre y cada mujer es una estrella´, en el sentido de que en ellos un principio trascendental divino puede ser manifestado o encarnado de una cierta manera, eso se dirige, en general, más allá de un mero naturalismo ³pagano´. Uno puede recapacitar sobre la teoría del ³Ser´ distinto del simple ³Yo´. Consecuentemente, la conexión con el concepto especial de la voluntad que antes indicamos, también se muestra evidente. Entre otras cosas, Crow ley vuelve a traernos la antigua teoría de los ³dos demonios´, nos habla de una forma de vida dirigida a invocar el ³demonio bueno´, sin rendirse a la tentación que nos puede sujetar a las gracias de otros demonios, trayéndonos la ruina y la maldición, mie ntras que gracias al primero, uno será inspirado para el correcto uso de las técnicas mágicas. De una forma dramatizada, esto podría parecer de nuevo, el principal y profundo postulado de la concepción del ser humano como una ³estrella´ (o como un ³dios´) cuya presencia constituye la base pare enfrentarse a las peligrosas experiencias de la vida. Finalmente, el tercer principio es ³Amor es la Ley, Amor bajo la Voluntad´, donde ³amor´ significa esencialmente amor sexual. Esto está en cabeza para tachar el Crowleyanismo como doctrina satánica de coloración orgiástica. En la forma proclamada por Crowley, el uso del sexo, así como las drogas, pasa a primer plano. Pero aun así, uno debe reconocer que, al menos en intención, el uso del sexo y la droga era pensado de manera ³sagrada´ como lo fue en las tradiciones antiguas. El objetivo, conscientemente trazado, es el de obtener experiencias de los supersensible y contactar con las ³entidades´ . Un uso de éstos de una forma un tanto diferentes a lo que sucede hoy en dia, en el que sexo y drogas son sencillas maneras de evasión, sensaciones y ³paraísos artificiales´. Crowley escribe, ³Existen drogas que abren los umbrales del mundo oculto más allá del velo de la materia´, esta formulación, siendo sin embargo, imperfecta ya que de principio uno no debe de hablar de drogas  !  !   (cualquiera que estas sean) a la ligera solo por uno de sus muy especiales usos que además solo puede ser logrado en pre cisas y no fácilmente realizables condiciones. Lo mismo se puede aplicar al sexo como técnica, mas allá de ³religión orgiástica ´ anunciada en el Liber Legis, con una alusión al ³gran Dios Pan´. Para Crowley, el acto sexual tenía el significado de un sacramento, de una operación sagrada y mágica; en el coito, uno tiene como objetivo en mente, en el límite, un tipo de ³ruptura del nivel´ a través de la cual uno se encuentra a si mismo ³cara a cara con los dioses´, algo así como asegurar una apertura hacia lo supersensible. Es importante remarcar que, en este y otros contextos, Crowley ha hablado de cosas ³que para ti son veneno, de hecho veneno del más alto grado que han de transformarse en comida´ y que el resultado

destructivo que la forma en que él ha señalado ytenía en alguna de sus disciplinas, fue explicado luego con referencia a ³dosis de veneno demasiado grandes para ser transformadas en comida´. De nuevo, él añade la excepción encontrada en una personalidad excepcional, refiriéndose a las drogas, que fueron alimento solo para un ³hombre real´. Asi como para la mag ia sexual, la técnica a menudo indicada era excesiva: en el orgasmo y en la intoxi cación uno debe alcanzar un estado de agotamiento llegando a límites extremos ³ al límite de la supervivencia´. Incluso en el área de ceremonias de evocación la ³daga mágica´ usada junto a las tradicionales aplicaciones de signos, fórmulas, túnicas, pentaculos etc, contaba como ³un símbolo del Ser listo para sacrificarlo todo´. En el ritual secreto de la        llamado # c  $ % !  in c.XV uno habla de una muerte en el orgasmo llamada      El límite extremo del agotamiento y estasis orgiástico fueron señalados también como el momento de una posible lucidez mágica del trance clarividente alcanzado por el hombre o la mujer. Así en el &%   $% !    '  ((( él habla de la apasionada y desenfrenada joven mujer que en un tirón ³no esperado por nadie, pasará al estado de calma profunda distinguible solo con dificultad desde un trance profético, a través del cual ellos comenzarán a describir lo que estab an viendo´.

Como es natural, lo que sucedió realmente en experiencias de ese tipo, con esos planos contactados de lo invisible, no pueden ser admitidos o contrastados. Es cierto que en el Crowleyanismo la inoculación de elementos mágico-iniciaticas concretos es preciso, y las referencias a ritos u orientaciones de tradiciones ancestrales son evidentes. Desde el nivel de lo caóticos, desordenados y temerarios experimentos con sexo salvaje y drogas característicos de los círculos de jóvenes al margen del mun do contemporáneo, uno pasa a algo más serio pero, solo por esta razón, también más peligroso. Crowley tuvo algunos discípulos que, también en el grupo directivo de la anunciada ³Ley de Thelema´ fueron expuestos a test y disciplinas de todo tipo (en 1920 creó también en Cefalu, Sicilia una ³Abadía Mágica´ ± con la llegada del Fascismo fue entonces deportado inmediatamente de Italia debido a lo que se hablaba que ocurría dentro de la Abadía). Pero lo destinos de sus miembros no parecían haber sido los mismos. Aquellos que fueron lo suficientemente fuertes para aguantar, para no virar el rumbo, dijeron que llegaron renovados e integrados por esos experimentos hechos con la Gran Bestia 666; aun así, también se habla de otras personas, al parecer de mujeres, que se hicieron añicos, que incluso acabaron sus días en hospitales; parece que incluso ocurrieron algunos suicidios. En dichos casos, Crowley dijo que él no tuvo la posibilidad de trabajar la transformación mágica de las fuerzas evocadas a las cuales él

había dado camino libre ó que las dosis de veneno habían sido demasiado altas para ser transformadas en comida; por esta razón, esas personas acabaron rotas. Hasta para el mismo Crowley, que supo cómo mantenerse sobre sus pies hasta el fin, muriendo en 1947 a la edad de 72 años con todas sus facultades lúcidas y normales. Aparte de sus discípulos, diferentes personalidades, incluso de cierto rango (por ejemplo, Fliller, el notorio general de las fuerzas armadas) tuvo contacto con él y le dio el clima general que impera hasta nuestros días. Es natural que su carácter continúe ejerciendo una fuerte fascinación y que sus ideas sean a menudo citadas.

Que la visión Crowleyana haya sido problemática y oscura para muchos, incluso objetivamente el elemento ³satánico´, q ue a pesar de todo representó teatralmente, no nos parece muy relevante. Esta coloración no tiene tanta prominencia como el hecho de que él en realidad poseyó una mágica e iniciática capacidad.

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