Aldea Global Chomsky Dieterich LIBRO
January 29, 2017 | Author: tonoporto | Category: N/A
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N oam Chomsky. Filadelfia, 1928. Está considerado como el intelectual más citado del mun do. Figura relevante de la lin güística del siglo X X , sus ensa yos filosóficos y políticos ejercen una profunda influencia en todo el pensamiento social de la ac tualidad. Sus conferencias cien tíficas y políticas son reclamadas en todos los países, y sus libros han sido traducidos a numero sos idiomas. En Txalaparta ha publicado varios: Las intenciones del Tío Sam ( 1994), /Contener la chusma a raya ( 1995), Los Vence dores. Una ironía de la Historia (1992), y diversos ensayos y en trevistas en Nuestra América con tra el V Centenario (1990) El Nue vo Orden M undial (1991), Chiapas insurgente (1995), y otros, generalmente coordinados por Heinz Dieterich.
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Heinz Dieterich. Alemán, profesor de Sociología de la Uni versidad Autónom a Metropoli tana de México, presidente del Foro y Concurso Internacional por la Emancipación e Identidad de Am érica Latina, impulsor y coordinador de diversos encuen tros internacionales en solidari dad con el Tercer Mundo. De sus numerosos libros, cabe destacar su Guía de investigación científica para principiantes y Relaciones de producción en América Latina. Es asiduo colaborador de es ta editorial, en la que ha publi cado y coordinado varios libros. El último de ellos, Cuba ante la razón cínica.
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La Aldea Global
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Noam Chomsky Heinz Dieterich Steffan
La Aldea Global
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Izoifomifl L a A ldea Global Eg ile it: Heinz D ieteiich Slella n , Noam Chomsky A:iiln: Esteban Montorio
A ry ita ra t:e n Editorial Txalaparta s.l Navaz y V ides 1-2 78. Postakutxa IH O O Tala lia N AFARRO A Tlnoa 10481 75->260 F a x a 10481 755012 txalaparta(»'eusnet org http://www.eusnet.org/partaide/txalaparta le k e n e n g o e d irio a Buenos Aires. I 996ko urria T u l/a p a rta re n lehe n e n g o eifizirw Talalla. l'» 7 k o martxoa Z o rtrig a rre n frfizion Tafalla, 2004ko maiatza C o p y rig h t O T x tilo p a rta
Fotokonposalieta Megagralic tm p rim a k e ta Gráficas Lizarra
N A 15 89/2004
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Introducción
os encontram os ante un mundo extraño y m isterio so, apuntó Cristóbal Colón en su bitácora d el viaje hacia "las Indias", cuando su chalupa Sania Muría llegó finalm ente al he misferio occidental. Sen tim ien tos sem ejantes a los q ue asal taron al navegante y esclavista genovés caracterizan la rela ción actual del ciudadano común con la nueva realidad exóti ca d e la sociedad global. Desconfianza, tem or y la eterna utopía d e un futuro sin guerra, penurias m ateriales y d e am plia felicidad individual se mezclan en una cosm ovisión caótica d e lo desconocido, que es aprovechada cínicam ente por los propagandistas d e las dem ocracias neo lib erales d e m ercado para m anipular a las masas. La ruptura d e las formas d e vida y reproducción tradicio nales d e la sociedad industrial q ue experim enta el ciu d ad a no contem poráneo es, d e hecho, d e extrema profundidad. La revolución técnica-científica q ue forma la base d e la expan sión mundial del capital, es la tercera revolución existencial en la historia del hombre. M ientras la revolución agraria lo sem bró a la tierra y la revolución industrial lo concentró en las ciudades, la revolución sem iótica lo libera d e las limita7
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d o n e s del espacio y del tiem po. D e tal manera se am plía la convencional clasificación d e la evolución humana en ed ades d e piedra, bronce y hierro, con la época d e la información q u e com plem enta las realid ades b íblicas con la dim ensión cibernética d e la realidad virtual o paralela. En la génesis actual, las infantiles ideas filogenéticas del dem iurgo platónico o del dios creador cristiano ceden su lu gar al nuevo sujeto histórico-mundial: las élite s del gran ca pital internacional. La arquitectura d e la sociedad global -co mo la d el ho m b re s e m ió tic o - no es d e te rm in a d a p or los p u e b lo s d e l m undo, sin o p or los b a n q u e ro s y em p resas transnacionales y los amos políticos d e las metrópolis, cuyos procesos d e decisión se realizan detrás d e las espaldas de los afectados. Con la típica arrogancia d e los ven ced o res (d e la lucha m undial d e clases!, los ap ó sto les d e la m odernidad actual proclaman q ue su tipo d e sociedad global es la última pala bra en la construcción del futuro. "Cualquiera que piense que la globalización podría interrumpirse, d eb ería decirnos cómo q uiere congelar el progreso económ ico y tecnológico. "Esto sería como querer d eten er la rotación d e la tierra", pontificó recientem ente el ¡efe d e la Organización M undial del Trabajo (OM Cl, Renato Ruggiero. Y su colega M ichel Camdessus, ban q uero y d irecto r d el Fond o M onetario Internacional (FM I), recalca la eficiencia pedagógica d el mercado: "S i la política económ ica es sólida, las inversiones se quedan (en el país) y crecen. Pero si no se conceptualiza bien y se pone en peligro el orden económ ico y civil, por supuesto q ue el capital se va. No d e b e sorprender a nadie q ue este hecho pesa sobre los gobiernos para q ue actúen correctam ente". Ésa es la lección q ue "los meseros del capital" -como ca lificó la revista alem ana DerSpiegel al gobierno federal del país en su relación con la gran burguesía- tienen q ue aprender y que la M obil Oil Corporation prescribió con firmeza pedagógi ca al gobierno y congreso estadounidenses en un anuncio pa gado en el New York Times: "Algunos mercados son más lucrati vos q ue el estadounidense. Inversionistas globales van adon d e las tasas d e ganancia son más altas y los gobiernos garanti zan un clima hospitalario para los negocios". En la nueva religión d el m ercado y del consumismo, el Estad o ya sólo tien e razón d e ser como em presa d e servicios 8
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para el gran capital, m ientras q ue la dem ocracia desapareció por com pleto del decálogo d e los arquitectos d e la aldea glo bal. De tal m anera, la so cie d a d g lob al se realiza le jo s del "plan d e la naturaleza" q ue la razón d e la ilustración -en p a labras d e Im m anuel Kant- suponía y cuya tend encia obraba "para lograr la unificación total d e la esp e cie humana ", lejos tam bién d e la noción d e reconciliación armónica entre el d e recho individual humano y la soberanía del Estad o en la so ciedad avanzada d e la burguesía q ue postulaba Hegel en su grandiosa Filosofía de la Historia Mundial, para no hablar ya d e la visión estratégica d e Marx en cuanto a la necesaria sup era ción d e la enajenación individual y colectiva en la sociedad sin clases. La larga o d isea d el sujeto a través d e la m odernidad oc cidental ha nutrido d e sd e su nacim iento d el espíritu mítico griego y d e su hermano gem elo abstracto, la filosofía griega, las utopías concretas d e la justicia social y dem ocracia real; pero bajo el ataque totalitario del capital global esta odisea am enaza con term inar en los calabozos d e la razón instru mental, descritos por Adorno y H orkheim er en la Dialéctica de la Razón. El sujeto y su proceso d e realización histórica, como ente ético y razonable, se han concretizado en entornos es tratégicos d e perfeccionam iento q ue llam am os utopías; en su forma progresista han sido el eterno aller ego d e los proyectos elitistas d e las sociedades d e clase y el perpeluum mobile del cambio. D e ahí, la lucha d e todas las clases dom inantes d e la historia contra el d o b le fantasma del sujeto-utopía, d e sd e la expulsión d e los profetas al desierto y el enven enam ien to de Sócrates, hasta el asesinato y la tortura cotidiana d e las fuer zas dem ocratizadoras por los estados d e la ald ea global. El actual intento d e la alta burguesía d e liqu id ar el sujeto repite su ofensiva antipopular y antihum anística d e los años treinta, cuando los regím enes fascistas trataron d e llevar a cab o die Endloesung der Subjektfrage -la solución final d e la cuestión d el sujeto- m ediante el terrorism o d e Estado, en beneficio d el proyecto del gran capital. Hoy día, la tarea d e acabar con el sujeto y su horizonte estratégico, la utopía, no se basa primordialmente en el terrorism o d e Estad o, sino en una com binación d e terrorismo económico, im posición p olí tica e indoctrinación propangandística. Sin embargo, el o b je tivo es el mismo: expropiar los derechos alcanzados por el
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sujeto en dos mil años d e lucha y ponerlo bajo la tutela del gran capital y sus "m eseros políticos". El sujeto d e b e volver al estatus d e m enor d e ed ad q ue tuvo durante toda la histo ria y q ue im puso, por ejem plo, el expansionismo europeo a los su jetos d e la p ob lación in dígen a am ericana y africana d e sd e 1492. En la gran encom ienda global, el encom endero colectivo -o ideal, como diría Marx- lo constituyen los ban queros, accionistas y estados dom inantes; o, si se prefiere una analogía más reciente, el gran Führer y su partido. La p reten d id a liquidación del sujeto implica, necesaria mente, la liquidación d e la dem ocracia en el sentido d e una participación real d e los ciudadanos en los asuntos públicos. La involución d e la dem ocracia formal del Prim er M undo ha cia características cada vez más plutocráticas; la considera ción d e las dictaduras estatales d el Tercer M undo como d e mocracias por el mero hecho d e realizar elecciones am aña das cada cuatro años; el som etim iento d e los sistem as e d u cativos bajo los intereses d e la gran em presa transnacional, con la creciente exclusión d e la dim ensión humanística y de formación dem ocrática d e los educandos, en fin, una serie de parám etros o b jetivo s indican los avances d el proyecto anti dem ocrático mundial. E s o b v io q u e un p royecto totalitario d e tal radicalidad q ue p reten de convertir al homo sapiens en homo oeconomicus ij tra bajador adaptable (capital variable) y q ue causa los estragos so ciales q ue observam os en el neoliberalism o, provoca inevita b lem ente reacciones d e los grupos sociales y sectores políti cos más diversos q ue pretenden organizarse a nivel regional. El reformismo (y oportunismo) d e centro-izquierda se mani fiesta en proyectos estim ulados por el éxito d e la Coalición d el O livo en Italia, el Frepaso en Argentina, el Frente Amplio en Uruguay, el Partido Comunista en Rusia, la "concertación" en C hile y el grupo d e Camacho Solís, Castañeda el al, en M é xico. La derecha modernizada, q ue se autodenom ina centroderecha y que supuestam ente ya se alejó del militarismo y q ue adquirió s en sib ilid ad para los pobres, se inspira en el triunfo del Partido Popular español y en el Partido Republica no estadounidense, para formarse en bloques regionales. Pa ra am bas corrientes, el Mekka actual es Santiago d e Chile. En la derecha política y a nivel d e los estados existe la propuesta d e construcción d e una nueva red hem isférica de 10
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terrorismo d e Estad o en Am érica Latina, al estilo d e la "O p e ración C óndor” d e los años setenta. N uevam ente, el centro logístico e ideológico d e esa red es Washington, D.C., y su avance en el últim o año ha sido p reocupantem ente rápido. Más hacia la izquierda ha ap arecido la estrategia d e l Frente Amplio, ad elantado con con sid erab le eficiencia en Argentina en una alianza entre los partidos d e centroizquierda, UCR y Frepaso, los sindicatos in d ep en d ie n tes y el sindicato oficial justicialista (CGT). Ha sido atractiva esta alternativa en el Co no Su r y ha aportado al nivel político-estratégico la noción d e q ue las dictaduras económ icas neo lib erales -disfrazadas d e dem ocracias- no p u ed en ser d errotad as d e otra forma. Existe, finalm ente, el p ro yecto p olítico-m ilitar d e cam bio profundo, vinculado por una parte a las guerrillas colom bia nas IFARC y E L N I y por otra, a las guerrillas mexicanas del EZLN y del EPR. Este panoram a se com plem enta a nivel m undial con los proyectos d e élite, por ejem p lo, los discursos respectivos d e Henry Kissinger, d e Sam uel Huntington, del Fondo M oneta rio Internacional, etc., sobre la sociedad global; proyectos d e cientificism o reaccionario (H u b ert M arkl, p re s id e n te d e la Sociedad Max Planck d e la RFA|, hum anístico (E lm a r Altvater), d e academ icism o (Niklas Luhm anl y d e la socialdemocracia, para no m encionar los m ú ltip les p lan te am ientos de O N G s y sindicatos. El d éficit com ún d e todos los p royectos con intención hum anística en este panoram a es q ue no hay un proyecto concebido con la audacia em ancipadora y consistencia lógica necesaria para canalizar las energías d e transformación a ni vel global hacia un mismo objetivo; una sociedad más d e m o crática y más justa. M ientras este proyecto d e la dim ensión popular del Manifiesto Comunista o d e la B ill of Rigkts d e la bur guesía no exista, la construcción d e la sociedad global queda en manos d e los banqueros y políticos transnacionales q u ie nes, a m edida d e la génesis bíblica, determ inan, d e manera autocrática y lejos d e cualq uier control dem ocrático, la cons trucción d el futuro d e la hum anidad. Pero este futuro es d em asiado im portante para dejarlo en manos d e managers utilitaristas, intereses m ezquinos mer cantiles, tecnócratas reaccionarios y é lite s políticas q ue con funden sus éxitos d e explotación y dom inación globales con 11
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la predestinación d ivina y la ley del valo r con la esencia del ser humano. La tarea política central del siglo X X I consiste, por ende, en la creación d e un nuevo proyecto histórico y d e un m ovi m iento mundial q ue reanude la lucha contra la ley del valor capitalista a nivel mundial, d esd e una perspectiva del huma nismo y d e la sociedad. Ésa es la única alternativa q ue tie nen los d esh ered ado s d e la tierra para d eten e r la utopía re trógrada d e Orwell, Huxley y Bradbury, q ue el capital trans nacional trata d e im poner en la sociedad global.
Heinz Dieterich Steffan
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Democracia y Mercados en el Nuevo Orden Mundial Noam Chomsky
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L - rfx iste una imagen convencional acerca d e la nueva era en q ue estamos entrando y las prom esas q ue implica. Esa imagen fue formulada con claridad por el asesor d e Seguridad Nacional, Anthony Lake, cuando presentó la Doctrina Clinton en septiem bre d e 1993: "Durante la Guerra Fría, contuvim os la amenaza global hacia las dem ocracias d e mercado: ahora d e beríamos tratar d e am pliar su alcance". El “ nuevo m undo” que se abre ante nosotros "presenta inmensas oportunidades" pa ra adelantarse a fin d e "consolidar la victoria d e la dem ocracia y d e los mercados abiertos", agregó un año después. I. La "v e rd a d d u r a d e ra " Las tem áticas son más profundas q ue la Guerra Fría, dijo Lake. La "verd ad duradera" es q ue nuestra defensa d e la li bertad y justicia contra el fascismo y el com unism o fue sola m ente una fase en una historia d e dedicación hacia "una so cied ad tolerante, en la cual líderes y gobiernos existen, no para usar o abusar d e la gente, sino para proveerles con li bertad y oportunidades. Ésta es la "cara constante" d e lo que Estados Unidos ha hecho en el mundo, y "la id e a" q ue esta mos "d efen d ien d o " nuevam ente en la actualidad. Es en la "verd ad duradera sobre este nuevo m undo" en q ue podem os 13
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perseguir nuestra misión histórica d e una manera más efecti va, enfrentando a los "enem igos d e la sociedad tolerante" -a la cual siem p re estuvim os ded icad os- q ue siguen en pie, mo vién don os d e sd e la "contención" hacia el "agrandamiento". Por fortuna para el mundo, la única superpotencia es, "po r su puesto", única en la historia en el sentido d e q ue “ no estamos buscando expandir el alcance d e nuestras instituciones me d iante la fuerza, subversión o represión", utilizando la p er suasión, com pasión y m edios pacíficos1. Los com entaristas estuvieron d eb id am e n te im presiona dos con esta lúcida "visión d e política exterior". Este punto d e vista dom ina el discurso público y académ ico a tal grado q ue es superfluo contrastarlo con la realidad. Su tem ática bá sica fue p o sib lem en te expresada d e manera más sucinta por el Eaton profesor para la Ciencia d e G ob iern o y Director del Instituto Olin para Estud io s Estratégicos d e Harvard en la re vista académ ica International Security. los Estados Unidos tie nen q ue m antener su "prim acía internacional" en beneficio para el mundo, explicaba Sam uel Huntington, porque d e ma nera única entre las naciones, su "id entid ad nacional está d e finida por una serie d e valores políticos y económ icos univer sales", particularm ente "lib ertad, dem ocracia, igualdad, pro piedad privada, y mercados"; "la promoción d e la dem ocra cia, los derechos humanos y m ercados son |sic| mucho más im portantes para la política am ericana q ue para la política de cualq uier otro país". D ado q ue esto es un asunto d e definición, como enseña la Ciencia d e Gobierno, podem os ahorrarnos la aburrida tarea de la confrontación empírica. Una m edida sabia. Una indagación revelaría rápidam ente q ue la imagen convencional presentada por Lake tiene un rango d e verdad d esd e dudoso hasta falso en todos los aspectos cruciales, excepto en uno: tiene razón en urgimos a q ue miremos la historia para descubrir las "verdades duraderas" en lo referente a ciertas estructuras institucionales y tomarlas en serio cuando consideramos el futuro probable, cuando esa estructura queda esencialm ente sin cambios y li bre para operar con pocas restricciones. Una revisión honesta
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L a k e , N Y T . S e p t 23. I9Q4 P a r a r e fe r e n c ia s a q u í y m á s a d e la n t e , v é a s e mi e n s a
y o D ctcrrin g D em otracy ( V e r s o I9 Q ||, Y c a r S O I (S o u th E n d I QQ3|. W o rld Ordcrs, O Id a n d N ru (C o lu m b ia
1994)
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sugiere que "este nuevo mundo" podría caracterizarse por un marcado cam bio d e ia "contención" hacia el "agrandamiento", aunque no precisam ente en el sentido q ue Lake y el coro de seguidores procuran hacernos entender. Adoptando una retó rica ligeramente diferente d e la Guerra Fría, lo que estamos viendo en proceso d e evolución es un cam bio d e la "conten ción" d e la amenaza d e una democracia y d e mercados que funcionan, hacia una cam paña para "hacer retroceder” lo que se ha avanzado en un siglo d e luchas frecuentem ente amargas. A q uí no hay espacio para revisar la "faz constante" del p o der estadounidense, pero podría ser d e ayuda ver algunos casos típicos q ue ilustran estructuras q u e son bastante g en e rales y q ue son instructivos en cuanto a eventu ales desarro llos futuros. Primero, una verdad trivial metodológica. Si querem os ap rend er algo sobre los valores y o b jetivo s d e los líderes so viéticos, observam os lo que hicieron dentro d e sus ám bitos de poder. El mismo curso será seguido por un analista racio nal que q uiere ap rend er acerca d e los valores y ob jetivos del liderazgo am ericano y el mundo que trataron d e crear. Los contornos d e este mundo fueron d e lin ead o s por la em b aja dora ante las Naciones Unidas, M a d elein e Albright, justo cuando Lake elogiaba nuestro histórico com prom iso con los principios pacifistas. Ella informó al C onsejo d e Seguridad, que estaba dudando d e una resolución dictada por Estados Unidos acerca d e Irak, q ue Estados Unidos seguirá actuando d e manera "m ultilateral, cuando podam os, y unilateral, cuan d o tengamos q ue hacerlo". Haga su juego com o quiera, pero en el mundo real "se hace lo q ue nosotros decim os", como ex presaba el presidente Bush sobre esta doctrina fundamental d e una manera más brusca, mientras q ue bom bas y m isiles llovían sobre Irak. Estados Unidos tie n e derecho a actuar uni lateralm ente, la em bajadora Albright instruía al errado Con sejo, porque "nosotros reconocem os |al M ed io O rientel como vital para los intereses nacionales estadounidenses". No se requiere mayor concesión d e autoridad'. D e hecho, Irak sería un buen ejem p lo para ilustrar las "verd ad es duraderas" del mundo real, pero es más inform ati
2. Kagian lules. M iM I c EasI I n le r n iilio m i, 21 oct 1994.
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vo vo lver la mirada hacia la región d ond e Estados Unidos ha tenido la mayor libertad para actuar com o le plazca, d e tal manera que los valores y ob jetivo s del liderazgo político y su versión d el "interés nacional" q ue representa son exhibidos con la mayor claridad. Volvam os hacia "nuestra pequeña cer cana región q ue nunca ha preocupado a nadie", como el se cretario d e G uerra H enry Stim son describió el hem isferio a fi nal d e la Segunda Guerra M undial, mientras explicaba que to dos los sistem as regionales tienen q ue ser desm antelados excepto el nuestro, q ue tiene q ue se r extendido; una posi ción perfectam ente razonable, d ad o q ue "lo q ue era bueno para nosotros era bueno para el m undo" y cualq uier cosa que hacem os es "parte d e nuestra obligación para con la seguri dad del mundo", agregaba el colega liberal d e Stimson, Abe Fortas, descartando las sospechas irracionales d e Churchill d e q ue Estados U nidos albergaba ideas d e dominación. El derecho d e Estados U nidos d e actuar unilateralm ente y d e controlar esas regiones q ue selecciona es único, tal co mo com pete a la única potencia q u e está "d e fin id a" por su dedicación hacia tod o lo bueno. El intento d e |apón d e m¡metizar la Doctrina M onroe en su "p e q u eñ a región" produjo la Seg un da G uerra M undial en el Pacífico, y la Guerra del G olfo fue una reacción a la propuesta d e Saddam H ussein de q u e los asuntos d e otra región "vital para los intereses esta d oun id enses" fueran m anejados por una organización regio nal. D entro d e "nuestra p eq u eñ a región", la organización re gional q ue nosotros seguram ente dom inam os está autoriza da para funcionar, pero dentro d e lím ites. Si los latinoam eri canos "intentaran usar irresp onsab lem ente su fuerza num éri ca dentro d e la O E A ” , explicaba )ohn D reier en su estudio de la organización, "si llevan a extrem os la doctrina d e la no-in tervención, si no le d ejan a Estad os U nidos otra alternativa q ue la d e actuar unilateralm ente para protegerse a sí mismo, entonces habrán d estruid o no sólo la base d e la cooperación hem isférica para el progreso sino toda la esperanza d e un fu turo seguro para ello s mism os". Estad os U nidos tendrá que actuar "unilateralm en te cuando esté obligado a hacerlo” . Esas condiciones están aún vigentes en los lím ites extremos d e la tolerancia, bajo la política d e l Buen Vecino, d e Franklin D elano Roosevelt, q ue llevab an una "obligación im plícita de reciprocidad", enfatizó el oficial para Am érica Latina del D e partam ento d e Estado, Robert W oodw ard: "L a adm isión de 16
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una ideología extraña en un gobierno am ericano obligaría a Estados U nidos a tom ar m edid as d efensivas" unilateralm en te. Huelga decir, q ue nadie más tien e tal derecho, en parti cular, ningún derecho d e d efen d erse d e Estad os U nidos y su "ideología", q ue no son "extranjeros", sino, d e hecho, nada más q ue la vindicación d e o b jetivo s q u e cualq uier persona razonable ha d e buscar. La dedicación hacia las "v e rd a d e s duraderas" cubre el es pectro. En el extremo d isidente, el historiador y asesor del presidente Cárter para Am érica Latina, Robert Pastor, escribe que Estados U nidos q u iere q ue otras naciones "actúen d e manera in dep en d ien te, excepto cuando esto afectaría los inte reses estad ounidenses ad versam ente"; Estados U nidos nun ca ha q uerido "controlarlas", mientras q ue no "salgan del con trol" Nadie, pues, p u ed e acusar al liderazgo d e Estad os Uni dos d e no estar preocupado salvo con "el bien del mundo", incluyendo la plena libertad para actuar como nosotros dicta mos. Si nuestros subalternos usan la libertad q ue concedim os en una forma necia, entonces tenem os todo el derecho de responder unilateralm ente en autodefensa, aunque las o p i niones varían en cuanto a las decisiones tácticas correctas, lo que genera las d ivisiones entre "palom as" y "halcones". Por supuesto, es la región centroam ericana-caribeña la que refleja d e manera más clara "la id e a" con la cual el p od er estadounidense está más com prom etido, d e la misma forma que los satélites d e Europa oriental revelaron los ob jetivos y valores d el Kremlin. Esta región, q ue es rica en recursos y po tenciales, es una d e las principales regiones d e horror en el mundo. Durante los años ochenta fue nu evam en te el escena rio d e terribles atrocidades, cuando Estados U nidos y sus clientes dejaron esos países devastados -seguram ente más allá d e una p osib le recuperación-, cubiertos con cientos de m iles d e cuerpos torturados y mutilados. Las guerras terroris tas prom ovidas y organizadas por Washington se dirigieron en gran m edida contra la Iglesia, q ue se había atrevid o a ad op tar "la opción preferencial para los p ob res" y, por lo tanto, te nía q ue enseñársele las lecciones habituales por d e so b e diencia criminal. Casi no sorprende q ue esa horripilante d é cada se iniciara con el asesinato d e un arzobispo y terminara con la matanza d e seis líderes intelectuales jesuítas, en am bos casos por fuerzas arm adas y entrenadas por Washington. 17
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Durante los años q ue delim itan am bos eventos, estas fuerzas devastaron toda la región, acum ulando un horroroso récord, incluidos agresión y terror condenados por la Corte Mundial d e Justicia en una decisión q ue fue descartada con un gesto d e irritación y d esp recio por Washington y la opinión intelec tual, en general. La misma suerte le tocó al Consejo d e Seg u ridad y la Asam blea G eneral d e las Naciones Unidas, cuyas llam adas en favor d e la adherencia a la ley internacional a p e nas fueron reportadas. D espu és d e todo, un juicio razonable. ¿P o r q ué d eb ería ponerse atención a aquellos q ue sostienen la ridicula id ea d e q ue la ley internacional o los derechos hu manos podrían entrar en los cálculos d e un p od er q ue siem pre ha rechazado "la fuerza, la subversión o represión", y que, por definición se ad hiere al principio d e q ue "los gobiernos no existen para usar o abusar d e su gente, sino para proveer las con libertad y op o rtu n id ad es"? La "verd ad duradera" fue bien formulada por un distinguido hom bre d e Estad o hace dos siglos: "G ran d es alm as se preocupan poco por pequeñas moralidades". Una mirada a esta región nos enseña mucho sobre noso tros mismos. Pero éstas son lecciones falsas y, por ende, ex cluidas d el discurso respetable. Otra lección equivocada, y por lo mismo necesariam ente consignada al mismo destino, es q ue la Guerra Fría ha ten id o poco q ue ver con todo esto, aparte d e p ro veer pretextos. Las políticas fueron las mismas antes d e la Revolución B o lch eviq u e y han continuado sin cam bio d e sd e 1989. Sin una "am enaza soviética", Woodrow W ilson invadió H aití (y a la República Dom inicana), d esm an teland o el sistem a parlam entario porque se negó a adoptar una constitución "progresista" q ue perm itiera a los norteam e ricanos apropiarse d e las tierras d e Haití, matando a m iles de cam pesinos, restaurando virtualm ente la esclavitud y d ejan do al país en manos d e un ejército terrorista como plantación estad ounidense y posteriorm ente como una plataforma de exportación para em presas d e ensam blaje bajo condiciones m iserables. D espués d e su desafortunado y rápidam ente ter m inado experim ento con la dem ocracia, el sistem a tradicional fue restaurado con asistencia estadounidense, justo cuando Lake anunciaba la Doctrina Clinton, mostrando a H aití como el prim ordial ejem p lo d e nuestra puridad moral. En otras par tes tam bién las políticas continuaron sin cam bio esencial d es pués d e la caída d el muro d e Berlín, seguido a las pocas se 18
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manas por la invasión d e Bush a Panam á para restaurar el p o der a una cam arilla d e banqueros europeos y narcotraficantes, con las consecuencias p revisib les en un país q ue quedó bajo ocupación militar, tal como lo aceptó el mismo gobierno títere puesto en el p od er por la fuerza estadounidense. Habría mucho q ue d ecir sobre estos asuntos. Pero vam os a ver un caso q ue p o sib lem en te es aún más revelad or y que tam bién ilustra la relevancia marginal d e la G uerra Fría en cuanto a las actitudes tradicionales estad ounide nses hacia la democracia y los derechos humanos. Regresaré a los "m erca dos libres" más adelante. El ejem p lo q ue sugiero analizar es Brasil, descrito en d é cadas anteriores del siglo com o "e l coloso d el Sur", un país con enorm es riquezas y ventajas q ue d e b e ría ser uno d e los más ricos d el mundo. "N o hay m ejor territorio en el mundo para la explotación que el d e Brasil", observó el Wn/Í Street lournal hace 70 años. En ese entonces, Estados U nidos proce día a desplazar a sus principales enemigos, Francia e Inglate rra, aunque éstos lograron durar hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados U nidos fue capaz d e excluirlos d e la región y apoderarse d e Brasil como un "área d e experim enta ción para m étodos m odernos d e desarrollo industrial", en pa labras d e una muy reputada monografía escolástica sobre las relaciones Estados Unidos-Brasil, escrita por el historiador y diplom ático G erald Haines, q ue tam bién es un historiador d e jerarquía d e la CIA. Esto fue un com ponente d e un proyecto global, q ue Estados Unidos "asum ió por interés propio, la responsabilidad para el b iene star d el sistem a m undial ca pitalista” (H aines). D esde 1945, el "área d e experim entación” ha sido favorecida por una intensa guía y tutela d e Estados Unidos. El resultado es "una verdadera historia am ericana de éxito"; "las políticas am ericanas para Brasil fueron enor m em ente exitosas", produciendo "un crecim iento económico im presionante basado sólid am ente en el capitalism o” , un testim onio d e nuestros ob jetivos y valores. El éxito es real. Las inversiones y ganancias estadouni denses florecieron y a la p equeña é lite le fue d e maravilla; un "milagro económ ico", en el sentido técnico d e e ste término. Hasta 1989, el crecim iento brasileño superó con creces el d e Chile -muy elogiado-, q ue ahora es el alum no estrella, dado q ue Brasil sufrió un colapso y entonces cam bió autom ática 19
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m ente del triunfo d e una dem ocracia d e m ercado a una ilus tración d e los fracasos d el estadism o, si no marxismo, una transición q ue se realiza sin esfuerzos y d e manera rutinaria dentro del sistem a doctrinal, según las circunstancias lo re quieran. M ientras tanto, en el apogeo d el milagro económico, la abrum adora mayoría d e la población ocupaba un lugar entre las más m iserables en el mundo, y hubiera considerado a E u ropa oriental como un paraíso, un hecho q ue tam bién enseña las lecciones eq u ivocad as y q ue por lo tanto es suprim ido con una disciplina im presionante, junto con otros sem ejantes. La historia del éxito para inversionistas extranjeros y una fracción d e la población, refleja los valores q ue guían a los tu tores y diseñadores d e esta política. Su objetivo, como lo describe Haines, consistía en "elim inar toda com petencia ex tranjera" d e Am érica Latina a fin d e "m antener el área como un m ercado im portante para la surp/us-producción industrial estad ounidense e inversiones privadas y explotar las am plias reservas d e materias prim as y para m antener fuera al com u nismo internacional” . La última frase es sim plem ente un ri tual; como anota Haines, la inteligencia estad ounidense no podía encontrar ninguna indicación d e q ue el "comunismo in ternacional" trató d e "m eterse ” , aun si esto hubiera sido una posibilidad. Pero aunque el "com unism o internacional" no fue un pro blem a, el "com unism o" d efinitivam en te lo fue, si entendem os el térm ino en el sentido técnico d e la cultura d e élite. Este sentido fue incisivam ente explicado por |ohn Foster Dulles en una conversación privada con el p resid ente Eisenhower, quien había observado tristem ente q ue en todo el mundo, los com unistas locales tenían ventajas injustas. Ellos estaban en condiciones d e "ap ela r directam ente a las masas", se q u e jaba Eisenhow er. Es una apelación "q u e nosotros no p od e mos duplicar", agregó Dulles, explicando por qué: "E llo s a p e lan a la gente pobre y éstos siem p re han q uerido robar a los ricos". Nosotros encontram os difícil "ap e la r directam ente a las masas" en vista d e nuestro principio d e q ue los ricos tie nen q ue robar a los pobres, un problem a d e relaciones pú blicas q ue q ued a sin resolverse. En este sentido - el operativo-, los com unistas abundan, y nosotros tenem os q ue asegurar "la sociedad tolerante" de 20
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sus abusos y crímenes, asesinand o a sacerdotes, torturando a organizadores sindicales, m atando cam pesinos y persiguien do en otras formas nuestra vocación gandhiana. El problem a existía aun antes d e q u e el térm ino "com u nista" se volviera d isp o n ib le para e tiq u eta r a los heréticos. En los d eb ates d e 1787 sobre la Constitución Federal, lam es Madison observó que: “ En Inglaterra, en este día, si las e le c ciones fueran abiertas para toda clase d e gente, la propiedad de los dueños d e tierras estaría insegura. Pronto se haría una ley agraria". Para parar sem ejante injusticia, "nuestro gob ier no d e b e asegurar los intereses perm anentes del país contra la innovación", estab lecien d o pesos y contrapesos para "pro teger a la minoría d e los opulentos contra la m ayoría"'. S e re quiere bastante talento para no ve r q ue esta "verd ad dura dera" ha sido el "interés nacional" d e s d e entonces hasta hoy día, y que la "so cied ad tolerante" reconoce el derecho d e sos tener este principio "unilateralm ente si nos obligan", y con extrema violencia si es necesario. El lam ento d e D ulles e s p ersistente en los docum entos internos. De ahí que, en julio d e 1945, cuando Washington "asum ió por interés propio la resp on sab ilid ad por el sistem a capitalista m undial", una extensa investigación d e los D e partam entos d e E stad o y d e G uerra ad virtió sob re una "c re cien te marea a n ivel m undial en la cual la g ente común a s p i ra a horizontes más altos y am plios". La G uerra Fría no fue irrelevante para este p rospecto om inoso. El estu d io a d v ie r te -si bien Rusia no había d ad o señales d el crim en- q ue ella "no hubiera co q u etea d o con la id ea" d e ap o yar esas asp ira ciones d e la gente común. Tenem os q ue actuar, en co n se cuencia, en forma directa para contener la am enaza para las dem ocracias d e m ercado, com o e n ten d e m o s la noción. De hecho, el Krem lin aleg rem ente se unió con el capo en ¡efe d e la Mafia en la destrucción d e las aspiraciones d e la gente común, en "nuestra p eq u eñ a región" y otras partes. Pero uno nunca p u ed e e star seguro, y la mera existencia d e una fuer za "fuera d e control" ofreció un espacio peligroso para la noalineación e in d ep en d en cia, lo q u e es parte del significado real d e la Guerra Fría.
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lon alhan E llio t. ed ., Ttir Dflmlfs in lite Stveral Sltilc OnwralKms ira Un- Adoptan ol Ihc
Fi’i1,-nil Constituían, 1787. Y ates’s M inutes, vo l I, segunda e d (Lip p in co tt 18)61, 450
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Por cierto, la U R S S fue culpable d e otros crímenes, W as hington y sus aliados estaban profundam ente preocupados porque sus d ep en d en cias tradicionales estuvieran im presio nadas con el desarrollo soviético (y chinol, particularmente en com paración con "historias d e éxito"' com o la d e Brasil; los d isciplinado s intelectuales occidentales p o sib lem en te no son capazes d e en ten d e r esto, pero los cam pesinos tercerm undistas pueden. La asistencia económ ica del bloque so viético fue considerado tam bién una seria amenaza, a la luz d e las prácticas occidentales. Tom em os India como ejem plo. Bajo el dom inio británico cayó en decad encia y miseria, pero algún desarrollo com enzó d e sp u é s d e la salida d e los británi cos. Esto, sin embargo, no fue v álid o para la industria farma céutica. d ond e em presas transnacionales (en su mayoría bri tánicas) hicieron ganancias trem endas en la India m ediante precios muy altos, aprovechando su m onopolio d e mercado. Con ayuda d e la Organización M undial d e la Salud y d e UNIC EF, India com enzó a escaparse d e estos controles, pero la producción d e m edicinas por parte del sector público fue fi nalm ente estab lecid a m ediante tecnología soviética. Esto produjo una reducción radical en los precios d e medicinas; para algunos antibióticos los precios cayeron hasta el 70%, obligando a las transnacionales a recortar sus precios. Una vez más, la malicia soviética había socavado la dem ocracia de mercado, perm itiendo a m illones d e personas en India so b revivir a enferm edades. Por suerte, con el criminal ido y el capitalism o triunfante, las transnacionales están volvie nd o a ten er el control, gracias, recientem ente, a las características fuertem ente proteccionistas d el últim o tratado d e GATT; de ahí q ue quizas podem os esperar un marcado increm ento en defunciones junto con crecientes ganancias para la "minoría opulenta" en cuyos "intereses perm anentes" los gobiernos dem ocráticos tienen q ue trabajar'. La historia oficial es q ue occid en te estuvo horrorizado por el estalinism o d e b id o a sus atrocidades. Esta pretensión no p ued e tom arse en serio ni por un momento, como tampoco las pretensiones sem ejantes sobre los horrores fascistas. M o ralistas occid en tales han ten id o poca dificultad en unirse con asesinos a gran escala y torturadores, d esd e Mussolini y Hi-
4. FronMmr {In d ia ). 21 oct., 1994.
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tler hasta Suharto y Sadd am Hussein. Los horribles crímenes d e Stalin preocupaban poco. El p resid en te Truman admiraba al brutal tirano, considerándolo "honesto" y 'astuto como el diablo". Truman sentía q ue su m uerte sería una "verdadera catástrofe". Él podía "en ten d erse " con Stalin, mientras E sta dos Unidos im ponía sus intereses el 85% d e las veces, obser vaba Truman: lo q ue pasaba dentro d e la U R S S no era su asunto. Otras figuras dirigentes estaban d e acuerdo. En reu niones d e los tres grandes, W inston Churchill elogiaba a Sta lin como "un gran hombre, cuya fama se ha extendido no só lo en toda Rusia sino en el mundo entero", y hablaba cálid a m ente d e su relación d e "am istad e intim idad" con esta esti m able criatura: "Mi esperanza - d ecía Churchill- radica en el ilustre p resid ente d e Estad os U nidos y en el Mariscal Stalin, en quienes encontrarem os los cam peones d e la paz, quienes, d espués d e golpear al enem igo nos conducirán para llevar adelante la tarea contra la pobreza, la confusión, el caos y la opresión". "E l Premier Stalin e s una persona d e mucho poder, en quien tengo toda la confianza", d ijo Churchill a su gab ine te en privado en febrero d e 1945, d esp ués d e Yalta; por eso era im portante q ue quedara en el poder. Churchill estuvo particularm ente im presionado con el apoyo d e Stalin a la san guinaria represión d e la resistencia antifascista griega, enca bezada por los comunistas, q ue fue uno d e los brutales e p i sodios dentro d e la cam paña m undial d e los libertadores pa ra restaurar las estructuras básicas y las relaciones d e poder de los enem igos fascistas, m ientras dispersaban o destruían la resistencia, con sus radicales dem ocráticas tendencias y su incapacidad para com prend er los derechos y necesid ad es de la "minoría opulenta". Regresando a Brasil, durante los prim eros años d e la d é cada d e los sesenta, el experim ento estad ounidense se e n frentó a un problem a familiar: la dem ocracia parlamentaria. Para rem over el im pedim ento, el gobierno d e Ken n ed y p re paró las bases para un golpe militar, q ue instituyó un régimen d e torturadores y asesinos q ue entendieron las "verd ad es duraderas". Brasil es uno d e los países principales, y el golpe tuvo un significativo efecto d e dominó. La plaga d e la repre sión se extendió d e sd e el Coloso d el S u r a través d e todo el continente, con un apoyo e involucram iento consistente de Estados Unidos. El o b jetivo fue descrito d e manera precisa por Lars Schoultz, el reconocido especialista académ ico am e 23
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ricano en derechos humanos y política exterior estadouni dense en Am érica Latina: "D estruir d e manera perm anente una am enaza percibida para la estructura existente d e privi legio socioeconóm ico m ediante la elim inación d e la partici pación d e la mayoría numérica...". Nuevam ente, la Guerra Fría no tenía virtualm ente nada q ue v e r con esto. Y como siempre, la U R S S estuvo muy contenta d e colaborar con los asesinos más depravados, aunque por razones com pletam ente cínicas ofreció a veces asistencia a gente q ue trataba d e defenderse d el ejecutor hemisférico, y sirvió como un disuasivo contra la im plem entación total d e la violencia estad ounidense -uno d e los pocos casos auténticos d e disuasión, pero q ue por al gún m otivo sufre d e prom inencia en tantos estudios sobrios d e la teoría d e la disuasión. Conforme a la doctrina convencional, m ediante el derro cam iento del régimen parlam entario en nuestra "área privada" e instalando un Estado d e Seguridad Nacional gobernado por generales neonazis, los gobiernos d e Kennedy y lohnson -en el apogeo del liberalism o am ericano- estaban "conteniendo la am enaza mundial hacia las dem ocracias d e m ercado” . Ésta es la tesis q ue debíam os entonar con propia solem nidad. Y en aquel entonces el asunto fue presentado en esta forma, le vantando pocos escrúpulos detectables. El golpe militar fue "una gran victoria para el mundo libre", explicó el em bajador d e Kennedy, Lincoln Gordon, antes d e volverse presidente de una gran universidad no lejos d e aquí. El golpe fue realizado "para preservar y no para destruir la dem ocracia brasileña". En efecto, se trató del "caso más decisivo d e victoria d e la liber tad durante m ediados d el siglo X X ", que d eb ería "crear un cli ma muy m ejorado para las inversiones privadas", d e ahí que contenía una am enaza para la dem ocracia d e mercado, en un cierto sentido d el término. Esta concepción d e dem ocracia es am pliam ente acep ta da. En Estad os Unidos, sus p ob lad ores son "entrom etidos e ignorantes extraños" q ue p u ed en ser "esp ectad ores" pero no "participantes en acción", sostenía W a lte r Lippm ann en sus ensayos progresistas sobre la dem ocracia. En el otro lado del espectro, estadistas reaccionarios d e la varied ad d e los reaganistas les niegan aun el p apel d e espectadores: d e ahí su dedicación sin p reced en te a la censura, y operaciones clan destinas q ue son secretas únicam ente para el enem igo do24
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mástico. La "gran bestia", com o Alexander Ham ilton llamaba al tem id o y od iado enem igo público, tien e q ue ser d om e sti cado o enjaulado, si el gobierno q u iere asegurar "los in te re ses perm anentes d el país". Las mismas "verd ad es duraderas" son ap licab les a nues tros clientes extranjeros, d e hecho con mucho más vigor, d a do que sus lim itaciones son mucho menores. Su práctica con sistente lo dem uestra con brutal claridad. La tradicional oposición estad ounidense a la dem ocracia es enten dible, y a veces reconocida con justa explicitud. Tó mese la d écada d e los ochenta, cuando Estados Unidos estu vo d ed icad o a una "cruzada por la dem ocracia", particular m ente en América Latina, según la doctrina estándar. Algunos de los m ejores estudios d e este proyecto -un libro y varios artículos- son d e Thom as Carothers, quien com bina el enfo q ue del historiador con el d e l informado. Él estuvo en el D e partam ento d e Estad o bajo Reagan, involucrado en los pro gramas para "asistir la dem ocracia" en Am érica Latina. Ésos fueron "honestos", escribe, pero en gran m edida un fracaso -un fracaso extrañam ente sistem ático-. D ond e la influencia estadounidense era menor, el progreso fue mayor: en el cono sur d e América Latina, d ond e hubo un progreso real al cual se opusieron los reaganistas, éstos se adjudicaron el crédito por él, cuando no pudieron im pedirlo. D ond e la influencia esta dounidense fue más grande -en Centroam érica-, el progreso fue menor. Ahí Washington "buscó in evitab lem ente sólo for mas d e cam bio dem ocrático lim itadas y d e arriba hacia ab a jo, q ue no pusieran en riesgo las estructuras tradicionales de p od er con las cuales Estados U nidos ha estado aliado por mucho tiem po", escribe Carothers. Estad os U nidos buscó m antener "el orden básico de... sociedades bastante no-democráticas" y d e evitar "cam bio basado en el populism o" que podría trastornar "órd en es económ icos y políticos estab leci dos” y abrir "una dirección d e izquierda". Esto es precisam ente lo q ue estam os vien d o justo ahora en el m odelo prim ordial d e Lake, si decidim os abrir nuestros ojos. En Haití, al p resid ente electo le fue perm itido regresar d espués d e que las organizaciones populares fuesen som eti das a una dosis suficiente d e terror, pero únicam ente d e s pués d e que aceptó un programa económ ico d ictado por E s tados Unidos q ue estipulaba q ue "el Estad o renovado tiene 25
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q ue centrarse en una estrategia económ ica enfocada hacia la energía e iniciativa d e la sociedad civil, especialm ente del sector privado, tanto nacional como internacional". Inversio nistas estad ounidenses son el núcleo d e la sociedad civil hai tiana, junto con los super-ricos que apoyaron el golpe d e Es tado, pero no los cam pesinos y habitantes d e los guetos que escandalizaron a Washington creando una sociedad civil tan viva y vibrante q ue fueron capaces d e elegir un p resid ente y entrar en la arena pública. Esta desviación d e las normas acep tab les fue superada d e manera usual, con am plia com plicidad estadounidense; por ejem plo, m ediante la decisión d e los gobiernos d e Bush y Clinton d e perm itir a Texaco el envío d e petróleo a los líd eres golpistas en violación d e las sanciones, un hecho crucial revelado por la Associated Press el día antes d el d esem barco d e tropas estadounidenses, p e ro q ue todavía tien e q u e pasar por los portales d e los medios nacionales. El "Estad o renovado" ha vuelto a la normalidad, siguiendo las políticas ap oyad as por el candidato d e W as hington en las elecciones d e 1990, q ue "salieron fuera d e con trol", en las q ue recibió el 14% d el voto. Las mismas "verd ad es duraderas" son válidas para el peor violador d e los derechos humanos en el hem isferio que -sin sorpresa alguna para cualquiera q ue sabe d e historia- recibe la mitad d e toda la ayuda m ilitar estad ounidense en el he misferio: Colom bia. A q uí se elogia como una dem ocracia ex cepcional y es descrita por un grupo d e derechos humanos de los jesuítas - q u e trata d e funcionar a pesar d el terror- como una "democra-dura", un térm ino d e Edu ardo G aleano para la mezcla d e formas dem ocráticas y terror totalitario favorecida por la "so cied ad tolerante realm ente existente", cuando la dem ocracia am enaza con "salirse d e l control” . 2. D e m o c ra c ia , m e r c a d o s y d e re c h o s h u m a n o s En el m undo real, dem ocracia, mercados, y derechos hu manos están bajo un serio ataque en muchas partes del mun do, incluyendo a las más im portantes dem ocracias industria les. Adem ás, la más poderosa d e ellas - Estad os Unidos- en cabeza el ataque. Y en el mundo real, Estados Unidos nunca ha ap oyad o m ercados libres, d e sd e su historia más tem prana hasta los años d e Reagan, en q u e establecieron nuevos es tándares d e proteccionism o e intervención estatal en la eco nomía, contrario a muchas ilusiones. 26
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El historiador d e econom ía Paul Bairoch recalca q ue "la escuela m oderna d e p ensam iento proteccionista... nació en efecto en Estados Unidos", q ue fue el "país padrino y el bas tión d el proteccionism o m oderno". Tam poco estuvo solo E s tados Unidos. Gran Bretaña seguía un curso sem ejan te antes q ue nosotros, volcándose hacia el libre com ercio sólo d e s pués d e q ue 150 años d e proteccionism o le hubiese d ad o tan enorm es ventajas q ue "condiciones com petitivas ¡guales" p a recían estar aseguradas, abandonando esta posición cuando la expectativa d ejó d e ser satisfecha. No es fácil encontrar una excepción. Los Prim er y Tercer M undos d e hoy fueron mucho más sim ilares durante el siglo XVIII. Una d e las razones d e las enorm es diferencias d e sd e entonces es q ue los q ue d om ina ban no aceptarían la disciplina del m ercado q ue im pusieron a la fuerza en sus d ep end encias. El "m ito" más extraordinario d e la ciencia económica, concluye Bairoch d e s d e una revisión d el desarrollo histórico, consiste en q ue el m ercado libre pro vee el sendero del desarrollo: "E s difícil encontrar otro caso d ond e los hechos contradicen tanto una teoría dom inante", escribe, subvalorando la im portancia d e la intervención del Estad o para los ricos porque se limita d e manera convencio nal a una restringida categoría d e interferencias d e mercado'. Para m encionar sólo un aspecto d e la intervención estatal que, com únm ente se om ite d e la historia económ ica e stre cham ente construida, hay q ue recordar q ue la revolución in dustrial tem prana fue fundada sobre el algodón barato, al igual que la "ed ad d e oro" d e pos-1945 d ep en d ía del petró leo barato. El algodón no se mantuvo barato por los m ecanis mos d e mercado: más bien, por la elim inación d e la pobla ción nativa y la esclavitud, -una interferencia más bien seria con el mercado, no considerado com o un tópico d e economía, sino d e otra disciplina- Si las ciencias naturales tuvieran un departam ento d ed icad o a los protones, otro a los electrones, un tercero a la luz, etc., cada uno lim itándose a su dom inio designado, habría poco tem or d e q ue se enten diera a la na turaleza. El historial es im presionantem ente consistente. Gran B re taña utilizaba la fuerza para im ped ir el desarrollo industrial en la India y Egipto, actuando muy conscientem ente para so
5. Bairoch, Etonomiis
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World Hiílonj. Chicago 1993
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cavar una potencial com petencia. D espués d e la revolución estadounidense, sus antiguas colonias se desarrollaron sobre un send ero propio, basándose en una extensiva protección y subsidios para su propia revolución industrial, prim ero en textiles y maquinaria, d esp u é s acero y manufactura y así has ta el día d e hoy: com putadoras y electrónica en general, me talurgia, la industria aeronáutica, la agricultura, los farmacéu ticos, d e hecho, virtualm ente todo sector operativo d e la eco nomía. D esd e la Segunda Guerra M undial, el sistem a del Pen tágono -inclu yen do a la NASA y al D epartam ento d e Energíaha sido usado como un m ecanism o óptim o para canalizar sub sidios públicos hacia los sectores avanzados d e la industria, una d e las razones por las q ue sigue existiendo con escasos cam bios d esp ués d e la desaparición del presupuesto alega do. El actual presupuesto d e l Pentágono es más alto en d óla res reales q u e bajo Nixon y no muy por d eb ajo d e su prom e dio durante la G uerra Fría y p rob ablem ente se incrementará bajo las políticas d e los reaccionarios estadistas mal llamados "conservadores". Como siem pre, mucho d e eso funciona co mo una forma d e política industrial, un subsidio del contribu yente fiscal a la ganancia y el p od er privados. Partidarios más extremos d el p o d er estatal y d e la inter vención han expandido estos m ecanism os d e asistencia so cial para los ricos. Básicam ente por m edio d e los gastos m ili tares, el gobierno d e Reagan aum entó la proporción estatal en el P IB a más d el 35% hasta el año d e 1983, un incremento mayor al 30%. com parado con la décad a anterior. La guerra de las galaxias fue ven d id a al público como "defensa" y a la co m unidad em presarial como un sub sid io público para tecnolo gía avanzada. Si se hubiera perm itido q ue las fuerzas del mer cado funcionaran, entonces no habría una industria d e acero autom ovilístico estad ounidense ahora. Los reaganistas sim p lem en te cerraron el m ercado a la com petencia japonesa. El entonces secretario d e Hacienda, lam es Baker, proclamó orgullosam ente ante un público em presarial que Reagan "había con cedido más alivio d e las im portaciones a la industria esta doun id ense q ue cualquiera d e sus predecesores en más de m edio siglo". Era dem asiado modesto: fue, d e hecho, más q ue todos sus predecesores ¡untos, aum entándose las res tricciones a las im portaciones en un 23%. El economista inter nacional y director d el Instituto para la Econom ía Interna cional, en Washington, Fred Bergsten (quien realm ente aboga 28
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en favor d el com ercio libre), agrega q ue el gobierno d e R ea gan se especializó en el tip o d e "com ercio gerenciado” que más "restringe el com ercio y cierra mercados", como por ejem p lo los acuerdos d e restricción voluntaria d e exportacio nes. Ésta es la "forma más insidiosa d e proteccionismo", recalcaba, q ue "aum enta los precios, reduce la com petencia y refuerza el com portam iento tipo cartel". El Informe Económ i co 1994 para el Congreso estim a q ue las m edid as proteccio nistas d e Reagan redujeron las im portaciones industriales en un 20%. Mientras que la mayoría d e las sociedades industriales se han vuelto más proteccionistas en las décadas recientes, los reaganistas muchas veces lideraron el proceso. Los efectos so bre el Sur han sido devastadores. Las m edidas proteccionistas de los ricos han sido un factor principal en la duplicación del abism o -ya d e por sí grande- entre los países más pobres y los más ricos, d esd e 1960. El Informe d e las Naciones Unidas sobre el Desarrollo, d e 1992, estim a q ue tales m edidas han privado al Sur d e SOO.OOO m illones d e dólares al año, esto es alrededor d e 12 veces la "ayuda" total -que en su mayor par te, d e hecho, es promoción d e exportaciones bajo diferentes disfraces. E ste com portam iento es "virtualm ente criminal", observó recientem ente el distinguido diplom ático y autor ir landés, Erskine Childers. Uno podría d etenerse un momento para ver, por ejem p lo el "genocidio silencioso" condenado por la O M S: 11 m illones d e niños q ue m ueren cada año porque los países ricos les niegan centavos d e ayuda, siend o Estados Unidos el más m iserable d e todos, aun si incluimos el com po nente más grande d e "ayuda", q ue va hacia uno d e los países ricos, el cliente am ericano Israel. Es un tributo al sistem a de propaganda estadounidense el q ue sus ciudadanos grosera m ente sobrestim en los gastos d e ayuda externa, al igual que hacen con la asistencia social, q ue tam bién es m iserable a la luz d e los estándares internacionales, si excluimos la asisten cia social para los ricos, y no la q ue tienen en la mente. Los reaganistas reconstruyeron tam bién la industria esta dounidense d e tarjetas electrónicas tchips) m ediante m edidas proteccionistas y un consorcio d e gobierno e industria, para im pedir que los japoneses se posesionaran d e ella. El Pentágo no, bajo Reagan, apoyó tam bién el desarrollo d e com putado ras avanzadas, convirtiéndose -en palabras d e la revista S cien29
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ce- en "una fuerza clave del mercado" y "catapultando la com putación paralela masiva del laboratorio hacia el estado d e una industria naciente", para ayudar d e esta manera a la creación d e muchas "jóvenes com pañías d e supercomputación".
La historia sigue y sigue en prácticam ente todos los sec tores d e la econom ía q ue funcionan. La crisis social y económ ica global e s com únm ente atri buida a fuerzas d e m ercado q ue son inexorables. Los analis tas se d ivid en entonces en torno a la contribución d e varios factores, prim ordialm ente la automatización y el com ercio in ternacional. Hay un ele m en to considerable d e decepción en tod o esto. G ran d es subsidios estatales y la intervención del Estad o siem p re han sido necesarios, y todavía lo son, para hacer aparentar com o eficiente al comercio, pasando por alto los costos ecológicos im puestos a las generaciones futuras q ue no "votan" en el mercado, y otras "externalidades", con signadas en las notas al p ie d e página. Para m encionar sólo una p equeña distorsión del mercado, una buena parte del presupuesto d el Pentágono ha sido d ed icad a para "asegurar el flujo del petróleo a precios razonables" d e sd e el M ed io O riente, "pred om inan tem ente un territorio reservado para Estad os Unidos", como observa Ph eb e Marr, d e la Universi dad d e Defensa Nacional, en una revista académica; ésta es una contribución a la "eficiencia d el com ercio" q ue pocas v e ces recibe atención. Véase el segundo factor, la automatización. Seguram ente contribuye a las ganancias en algún momento, pero este mo m ento fue alcanzado por décad as d e protección dentro del sector estatal -la industria m ilitar- com o D avid N ob le ha d e mostrado en una obra im portante. Adem ás ha dem ostrado q ue la forma específica d e automatización fue escogida fre cuen tem ente por razones d e p o d er más q ue d e ganancia o eficiencia; fue d iseñad a para desprofesionalizar a los trabaja dores y subordinarlos al Management, no por principios de m ercado o la naturaleza d e la tecnología, sino por razones d e dom inación y control. Lo mismo es cierto en un sentido más general. Ejecutivos han inform ado a la prensa em presarial que una razón princi pal para trasladar trabajos industriales a países que tienen mano d e obra más cara es o b ten er ventajas en la guerra de clases. "N os preocupa ten er sólo un lugar d ond e se hace un 30
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producto", explica un ejecutivo d e la corporación G illette, principalm ente por "prob lem as laborales". Si los trabajado res en Boston van a la huelga, explica, G ille tte podría sum i nistrar tanto a los mercados europ eos como a los estad ouni d enses d esd e su planta en Berlín, rom piendo, d e esta m ane ra, la huelga. Por lo mismo e s sim p lem ente razonable q ue G i llette e m p le e tres veces más trabajadores fuera d e Estados Unidos, in d ep en d ie n tem en te d e los costos y no por razones d e eficiencia económica. De manera similar, la corporación Caterpillar, q ue ahora está tratando d e destruir los últimos restos del sindicalism o industrial, está prosiguiendo "una e s trategia em presarial q ue ha em pujado a los trabajadores am ericanos d e sd e una posición d e desafío hacia una d e su misión", informa el corresponsal para asuntos em presariales, lam es Tyson. La estrategia incluye "m anufacturar en instala ciones más baratas en el exterior y contar con im portaciones desd e fábricas en Brasil, lapón y Europa". Esto se facilita por las ganancias q u e se han vu elto extraordinarias al tiem po que se diseña la política social para enriq uecer a los acaudalados; la contratación d e "tem p orales" y "trabajadores d e remplazo perm anente" en violación d e los estándares internacionales del trabajo; y la com plicidad d e l Estad o criminal q u e se n ie ga a cum plir con las leyes laborales, una posición convertida en cuestión d e principio por los reaganistas, como Business VJeek docum entó en una im portante reseña". El significado real del "conservadurism o d e m ercado li bre" es ilustrado si observam os d e cerca a los entusiastas más apasionados por q u erer "quitarnos el gobierno d e encim a" y d ejar q ue el m ercado reine sin ser perturbado. El vocero de la Cámara baja, Newt Gingrich, es quizás el ejem p lo más im presionante. Él representa al C ondado d e C obb en Georgia, q ue el Nciv Y or( Times seleccionó para ilustrar en una nota de primera plana a la creciente ola d e "conservadurism o" y de d esprecio para el "Estado-nana". El título dice: "E l conserva durism o florece entre los superm ercados", en este acaud ala d o suburbio d e Atlanta, escrupulosam ente aislado d e cual q u ier infección urbana, d e tal manera q ue los habitantes p ue den disfrutar d e sus "valores em presariales" y entusiasm os d e mercado, defend id os en el Congreso por el guía conserva-
fe Tyson. C SM , 21 NYT, 19.9.1995. Los e je m p lo s son virtu a lm e n te inagotables. Por e jem p lo , la Com isión E u ro p ea autorizó a lapón e n o ctubre d e 1996 exportar unos 13.000 vehículos por en cim a d e su cuota anual d e 1.066.000 u n id ad es E l Universal. 19.10 1996. 92
E/ Priís, M ad rid. 30.4.199-1
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res, más q ue cualq uier otro país, y puso en órbita casi 3.000 satélites d e todo tipo -igual al 65% del total mundial con un récord im batible d e 94% d e lanzamientos exitosos-, es rele gada por distintas lim itaciones político-adm inistrativa a con trolar del 1% al 3% d el mercado; ya que, como observa el Financial Times, la aparición d e Rusia en el m ercado d e los lan zamientos podría saturarlo y abaratar los costos del mismo'"". A inicios d e 1995 se desató un conflicto diplom ático e n tre lapón y E stad o s Unidos, porque durante una ronda d e negociaciones m ercantiles q ue tuvieron lugar en este último país, el eq u ip o japonés -encabezado por el ministro d e Co mercio, Ryutaro Hashimoto, fue som etido a espionaje e le c trónico por parte d e la CIA estadounidense'1'. Otro caso digno d e m encionarse son las su b vencion es agrarias: tan sólo los subsidios directos q u e se pagaron en 24 países miembros de la O E C D en 1995 alcanzaron la suma d e I82'4 mmd, es decir, más d e tres veces y m edio el monto d e la "ayuda al desarro llo" q ue d a el Prim er M undo. (Reuler, 21.5.1996). Finalm ente, hay q ue m encionar la mercancía y el m ercado más im portan te d e todos: la fuerza d e l trabajo y el m ercado laboral que están som etidos a estrechas codificaciones legales y extrale gales en todos los países, generalm ente en detrim ento del p o d er negociador del trabajador. Estos ejem p lo s se refieren a la intervención d e actores políticos en el libre juego del mercado, pero hay una serie d e otras variab les q ue distorsionan la ecuación d e producti vidad = ingreso/empleo, tales como: la estructura oligopolística d el m ercado global, los subsidios estatales y las estruc turas m u n d iales d e p referencia d e los consum idores, que encabezan japón (38’5%), A lem ania (36%), E stad o s U nidos (34’3%), Francia (20'6%). D entro d e la en cu esta d e G allup, ejecutada en 17 países q ue representan dos tercios d e la ac tividad económ ica m undial y q ue cuentan con 3.000 millones d e consum idores, el prim er país del Tercer M undo q ue apa rece en la escala en un octavo lugar (9'3%), es China"'. Por las razones expuestas y algunas otras q ue explicitaremos a continuación, la pretensión d e los apologetas d e la
93. E x a ls io r , M éxico. 14.7.1995. 94
NYT. 28 10.1995.
95. L a lomada, 24.5.1995
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p ro d u ctivid a d , d e in te rp re ta r c o rre ctam e n te el p ro b lem a mundial d el abismal diferencial d e rem uneraciones -es d e cir, d e ten er un alcance ilim itado en espacio y tiem po-, se vu e lve ideológica. Hay algunos e jem p lo s en los cuales la in teracción entre la productividad, el ingreso, el em p le o y la e d u cació n p u e d e ser e x p lic a d a satisfa cto riam e n te p o r el concepto d e la productividad. Un industrial agrícola estad o u n id e n se (cam pesin o) q ue tiene una preparación académ ica, utiliza información d e sa télites y d e los fulure markets d e la bolsa d e valores d e Chica go para determ inar el tipo d e cultivos q u e plantará en la es tación agrícola ve n id e ra, es, o b v ia m e n te , m ú ltip le s v e c e s más productivo q ue un cam pesino ejid atario d e Oaxaca o un m inifundista hondureño o brasileño. Es más productivo en los dos com ponentes q ue determ inan el concepto, tanto en su connotación como en su dim ensión cuantitativa: a) la pro ductividad subjetiva, q ue se d e b e a una excelente prepara ción ed u cativa y profesional q ue integra am p lio s sectores d el conocim iento y d e la m etodología científica; b) la pro ductividad ob jetiva, q ue es una función d e las condiciones objetivas del puesto d e trabajo, particularm ente, su desarro llo tecnológico. En am bos com ponentes d e la unidad d e m edición "pro ductividad", el industrial agrícola estad ounidense lleva am plias ventajas com parativas sobre el cam pesino minifundista latinoam ericano lo q ue explica q ue su trabajo genere m ayo res remuneraciones, que el d e su hom ónim o d e l sur, aunque se realice en ¡ornadas m enores y en condiciones laborales más humanas. El ingeniero electrónico japonés q ue participe en el d e sarrollo d e novedosas tecnologías o software para el mercado mundial es, por las mismas razones expuestas arriba, recep tor d e rem uneraciones m ayores en su país q ue el electricista que sim plem ente instala cab les en una casa; y, obviam ente, mayores a las q ue recibe un ingeniero electrónico en C olom bia que controla la reparación d e televisores o com putado ras en Bogotá. Existen, sin em bargo, una s e rie d e em p le o s, d o n d e la productividad sub jetiva y o b jetiva d e l trabajador es sem e jante en el Prim er y Tercer M undo, pero d ond e, no obstante, el diferencial salarial es abism al y, por tanto, no p u ed e ser 105
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explicado com o una función d e su productividad individual. Por ejem plo, los ingenieros alem anes ganan sie te veces más q ue los d e Kenya, y la rem uneración d e las trabajadoras tex tiles en la RFA excede en 18 veces la q ue se paga en el país africano"0. El chófer d e un autobús urbano en Nueva York ga na alred ed o r d e dos mil dólares mensuales; con frecuencia, el autobús tien e aire acondicionado, ve lo cid a d e s autom áti cas y aparatos q ue invalidan el boleto. En la Ciudad d e Méxi co, el conductor maneja un autobús d e mala calidad y reali za, ad em ás d e la conducción, el cobro d e los boletos. Pese a q ue e l con du cto r m exicano realiza una función d e trabajo más y opera en condiciones laborales mucho peores para su salud q u e sus homólogos prim erm undistas, gana 160 dólares al mes. Pese a la misma o mayor productividad del trabaja dor tercerm undista, su colega d e N ueva York gana doce v e ces más, sin contar las prestaciones en cuanto a los servicios de seguro social, d esem p leo, etc. Pero aunque se aceptara la validez d el teorem a tal cual, no explicaría las diferencias exorbitantes que se observan. Si un trabajador en la sección alem ana d e la transnacional Volks wagen recibe un salario mensual d e 2.500 dólares en una línea d e ensam ble ¿p o r q ué su homólogo en la sección mexicana recibe solo 250 d ó lares? ¿ E s la productividad del trabajador alem án d ie z v e ce s m a yo r? O b v ia m e n te no; tratándose d e trabajos m ecánicos q ue requieren ninguna o muy escasa pre paración profesional, la productividad d el trabajador alemán p u ed e estar ligeram ente por encim a d e la d el mexicano; p e ro sería absurdo pensar q ue fuera 10 veces mayor. El argumento oficial para explicar este problem a es el s i guiente. D entro d e cada ocupación, explica el Banco M un dial, las diferencias d e rem uneración en los distintos países reflejan la "prod uctivid ad m edia en toda la economía. Si un chó fer d e autobús en Seú l gana tres ve ces más q ue uno en Bombay, no es p o rq u e el ch ó fer coreano sea tres ve ces mejor q ue el d e Bom bay. Por el contrario, la mayor productividad del trabajo en toda la econom ía coreana y, por tanto, el nivel más alto d e ingresos en esa econom ía significa por un lado q ue se d e b e pagar un salario suficientem ente alto para que
9ó Banco M undial. Informe sobre el desarrollo mundial 1995, Washington. D C . 1995, p I i
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se d ed iq uen a esa actividad en lugar d e ganarse la vida d e otra manera...'"'1. Esa explicación deja claro q ue no existe una correlación directa entre la productividad individual d e l trabajador y la remuneración por el mercado, sino q ue la retribución in divi dual d ep e n d e , en térm inos generales, del grado prom edio d e desarrollo d e la econom ía nacional. Es decir, si el ensamblista d e la em presa G o o d ye a r en Estad os Unidos gana 17 dólares por hora y su homólogo en la filial mexicana es rem u nerado con 3 dólares, esto se d e b e a q u e la econom ía esta dounidense está d e 5 a 6 vece s más desarrollada q ue la m e xicana. Por ende, la noción d e la justa e im parcial retribución del m ercado al esfuerzo individual del trab ajad o res, para las mayorías d e la población m undial, una ficción. Esas mayorías están atrapadas en la determ inación del "m ercado" nacional q ue sólo p erm ite m o v ilid a d e s in d iv id u a le s , b ásicam en te m ediante el aum ento d e las calificaciones profesionales. D a do q ue los servicios educativos son cada vez más una m er cancía privada q ue sólo p u ed e adquirirse m ediante la d isp o sición d e p od er ad q uisitivo -precisam ente lo q ue le falta a la población precaria-, el trabajador pobre y d e escasa ed u ca ción formal q ued a d efinitivam en te excluido d e la posibilidad de mejorar su nivel d e vida. M ientras la cre cien te privatización y el en carecim ien to de la educación pública le cierra las puertas al "ascensor" so cial d e la educación, su segunda p osib ilid ad d e m ejoram ien to social radica en la emigración, para pasar d e un nivel de productividad históricam ente d eterm inado a otro mayor. Sin em bargo, las p olíticas inm igratorias d e los p aíses primermundistas se vuelven cada vez más restrictivas, d e tal m ane ra que aun esta salida in dividu al se les dificulta cre cie n te m ente a los pobres q ue p retenden em igrar a Estados Unidos o la Union Europea. Estas lim itaciones económ icas estructurales d e las d e mocracias latinoam ericanas y, en general, tercerm undistas, a la posib ilid ad d e realizarse com o ser hum ano m e d ian te el binom io educación-productividad, son, evid entem ente, his tóricas: son el resultad o d e m e d io m ilen io d e explotación
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Banco M undial, Informe
I99S, p. 14
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m ediante la fuerza militar, económ ica y el m ercado mundial por los países dom inantes, hecho d el q ue se deriva una res ponsabilidad histórica y moral d e estas potencias, para repa rar el daño causado a las naciones más débiles. El argumento ideológico d e la productividad encubre la discusión real d e la precariedad tercerm undista; por lo tanto, hay q ue dejarla atrás y pasar a la pregunta fundam ental res pectiva: ¿cuál es la función económ ica d e la población preca ria en la econom ía m undial q ue p u ed e explicar su existencia, estructura y dinám ica, satisfactoriam ente? Dicho d e una manera más dramática: el hecho d e que la mitad d e la población latinoam ericana sufre una reproduc ción atrofiada significa que, ¿a l capital no le importa su so b reviven cia? La respuesta es: s í y no. Del fenóm eno, d e q u e el capital garantice solam ente la reproducción atrofiada d e la mayoría d e la fuerza d e trabajo e n nuestros países, pod ría inferirse q ue esta población es prescindible, por ejem p lo q u e no le im porta al capital si las personas q ue la com ponen se m ueren d e inanición y d e en ferm edades evitab les. Esta inferencia ded uctiva es indiscuti b lem ente verd ad era a nivel d e personas in dividu ales y gru pos sociales o étnicos. A los banqueros e industriales d e la econom ía m undial les es irrelevante, si un determ inado tra bajador y/o su familia o un grupo indígena en Brasil, México o Perú se m uere d e ham bre o si no p u ed e pagar dos dólares para una m edicina q ue le salvaría la vida. El siguiente ejem p lo ilustra el caso. Si un productor agrí cola tien e un ele m en to productivo, digam os una vaca, cuya reproducción la d escu id a sistem áticam ente, d e tal manera q ue le suministra solam ente el 40% al 50% d e la alim entación q ue requiere, la conclusión sobre el valo r d e la vaca estaría clara: no tien e mayor im portancia si se muere. Porque, si tu viera importancia, se le garantizaría su reproducción ad ecua da. Ésta es la situación q ue históricam ente se produjo en la colonización d e Am érica Latina. M uchos investigadores han confirm ado q ue el trato d e los colonos españoles hacia los esclavos africanos fue mejor q ue a los indígenas integrados a los trabajos forzados, com o la encom ienda, la mita, el yanaconazgo, etc. Y la explicación d e e ste fenóm eno es evidente: 108
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los esclavos africanos representaban un capital invertido que tenía q u e ser am ortizado, para no c o n ve rtirse en p érd id a económica. En cam bio, los trabajadores forzados fueron o b ten id o s virtu alm en te gratis por los e x p lo tad o res p rivados {mineros, latifundistas, encom enderos), por lo q ue la m uerte de, digamos, un mitayo en el Cerro d e Potosí, no le preocu paba dem asiado a un com erciante o minero español, dado q ue a su m uerte podía ser rem plazado sin costo d e im por tancia para el explotador privado'". Una situación id eal que se repitió en el siglo vein te en las fábricas del gran capital alem án situadas en los cam pos d e concentración (Siem ens, IC Farben), d ond e la S S ofrecía, al estilo d e la corona esp a ñola, volúm enes ilim itados d e infrahumanos -denom inados Untermenschen por los nazis e indios por los españoles- a pre cios sim bólicos a los q ue hoy se llama, la iniciativa privada. La resp uesta a la interrogante es, por en d e , ab so lu ta m ente clara a nivel individual; pero se v u e lve más com pleja a nivel sistém ico o colectivo. Sabem os q ue la fuerza d e tra bajo es. para el capital, una mercancía como cualq uier otra, cuyo valo r se determ ina por la cantidad d e trabajo exigida para su reproducción. En la constitución d e este valo r inter vienen diversos factores -principalm en te el costo d e las n e c e sid a d e s básicas d el trabajador, d e te rm in a d a s histórica mente-, siend o uno d e los fundam entales la relación entre la población ocupada y la población deso cup ad a y subempleada, q ue Marx llam aba el "e jé rcito industrial d e reserva", y que nosotros denom inam os la población "precaria” . El tam a ño relativo d e la población precaria, es decir, la proporción en tre la p ob lación eco n ó m icam en te activa y la p ob lación ocupada mundial, es la clave teórica para la com prensión de la posición del capitalism o global frente a los pauperizados d el Tercer Mundo, más allá d e las ideologías q ue producen sus intelectuales. Esto es, el grado d e reproducción atrofiada -ingresos salariales q ue no garantizan la reposición del d es gaste del trabajador en el proceso d e trabajo- q ue el capital mundial "asigna" a las diferentes regiones, d e p e n d e del ta maño relativo del ejército industrial d e reserva: es mayor en
98. V éase, H einz Dieterich Slettan , Editor, Relación General del Míenlo y Villa Imperial de Polossi. y de las cossas mas importantes a asu gorierno,dirigida al euelenlissimo señor D o n Hernan do de Jorres y Portugal, rondel del Villar y Vissorrrey del Pira, U A M . México. 1095
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África q ue en Am érica Latina y mayor en ésta q ue en Asia suroriental. La población precaria no es, por end e, un residuo inutiliz ab le o d e s e c h a b le d e la econom ía m undial, sino un e le m ento integral y estructural para su funcionamiento en b en e ficio d e los grandes capitalistas. Sus dos funciones principa les consisten en, a) ejerce r una constante presión a la baja sobre los salarios d e los q ue tienen em p le o y b) fungir como alm acén humano ante las oscilaciones coyunturales en la d e m anda d e mano d e obra. M ientras q ue la población precaria tenga una proporción adecuada frente a la población ocupada, las condiciones rea les d e vida d e sus integrantes no importan: pueden, efectiva y literalm en te, m orirse d e ham bre. T e n e r una proporción ad ecuad a q u ie re decir, en este contexto, q ue d e b e oscilar dentro d e un intervalo, d eterm inado por dos valores límites: a) ha d e ser lo suficientem ente grande para no afectar nega tivam ente las tasas d e ganancia; la "tasa d e d esem p leo natu ral” , tal com o la llam an los e con om istas estad ounide nses, d e b e representar mínim o un 6% d e la fuerza laboral; bl tiene q ue ser lo suficientem ente p eq ueño para no p oner en p eli gro la estab ilid ad política y la cohesión social del sistema. S e p u ed e ilustrar la función reguladora d e la población precaria con la d e una presa. Si el volum en d e agua (tamaño población precaria) se v u e lve d em a sia d o grande, existe el peligro d e q ue la presa (el sistem a) se rompa. Si el volum en d e agua es d em asiado escaso, aum entará el costo d e la ener gía y d e los productos agrícolas (salarios). La situación actual, creada por la globalización del capi tal en su forma neoliberal, se asem eja al prim er escenario: el tam año d e la población precaria ha alcanzado tales d im en siones q u e p one en p elig ro la e s ta b ilid a d d el sistem a, lo q ue explica las febriles activid ades actuales d e los intelec tu a les g lo b ales - d e s d e el Banco M undial hasta la OIT, de p restar atención al fenóm eno- y los p reparativos m ilitares .hemisféricos d e los m ilitares americanos. Las oscilaciones d e la población precaria dentro d e los dos puntos lím ites están influenciadas por diferentes varia bles, entre ellas: las tasas demográficas, las migraciones la borales, la expulsión d e trabajadores del sector primario, la 110
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sustitución d e mano d e obra por tecnología, las coyunturas económicas... El capital trata d e actuar a través del protoestado mundial sobre todas ellas, pero algunas, como la crea ción d e em pleos o los ciclos económ icos, están d eterm ina das por la lógica del sistem a y están, adem ás, esencialm ente fuera d e la esfera d e influencia d e los gobiernos. La interven ción se realiza, entonces, so b re las "acce sib le s" y aquí, en prim er lugar, sobre las tasas demográficas, d o n d e su política ha tenido éxitos considerables. Sin em bargo, en lo económ ico, la cien cia burguesa no d isp o n e d e ninguna ex p licación p la u s ib le d el d e se m p le o masivo, fenóm eno reciente y p ertin en te a la econom ía ca pitalista m oderna d el siglo XX'*', ni tam poco sabe cómo resol verlo. En su último informe sobre E l Mundo del Trabajo en una Economía Integrada, el Banco M undial constata q ue los países industriales han estado "luchando con el problem a del d e sem pleo d esd e hace unos 15 años... Pese a q ue tanto los go biernos como ios organismos internacionales y la com unidad académ ica han prestado constante atención a este p ro b le ma, todavía no se sab e muy bien cómo resolverlo"100. Lo mismo es válido para el antiguo problem a d e la p o breza1'1', hecho q ue ha producido una verd ad era ola propa gandística d e los teóricos neoclásicos, centrados en torno a la necesaria flexibilización d e la regulación laboral. Según esos propagandistas, hay q ue dism inuir el costo d e las "re gulaciones laborales", a fin d e estim ular los em pleos. Una econom ía d e m ercado q ue no sufre intervenciones del E sta do, o d e los sindicatos, genera - m ed ian te la oferta, la d e manda y precios flexibles- un eq u ilib rio sin exceso d e oferta ni demanda. Salvo el "paro por fricción" -qu e p u ed e generar un d e sem pleo del 2% al 3% d e b id o a im perfecciones del m ercado d e trabajo-, el d e se m p le o se origina p or las e le v a d a s d e
99 V éase Kurt Rothschild. Thcorien der Arbeilslosigheil, Ed . O ldenbo ufg, M uenchen 1904. RFA 100. Banco M undial, op.til., p. 140
101 Véase, po r e jem p lo , e l cap itu lo “ Pobreza. T eoría Eco nóm ica y E stilo s d e D e sarrollo” . e n A rm ando d i F ilip p o , Desarrollo ij desigualdad soeial en la Amerita Latina, q u e re v e la to d a la pobreza teórica d e la academ ia - in clu yen d o la d e l autor- trente al p ro b le m a E d Fo ndo d e Cultura Económ ica. M éxico. 1981, p p 74
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mandas salariales d e los trabajadores y una excesiva protec ción ¡urídica-social. D e ahí q ue aquellos q ue no encuentran trabajo están en "paro voluntario". Su d ese m p leo desapare cería si aceptasen los precios d e la mano d e obra que el mer cado ofrece. El rem edio está en la reducción d e los salarios y dem ás costos laborales, no en la intervención del Estado m e diante m edidas d e seguridad social, ni tam poco en una fuer te política sindical. Tal "teoría" fue inventada en y para el Pri mer M undo -do nd e salarios d e 15 a 20 dólares por hora/em plead o son com unes- y se basa en la globalización d e la eco nomía q ue perm ite al capital transnacional aprovechar el d e sam paro total d e la mano d e obra en las dictaduras de laclo d el Tercer M undo (Indonesia, Filipinas, etc.), d ond e los sala rios mínimos oscilan entre los 35 y 45 centavos d e dólar. Pero si la "teoría" tiene cierta p lausibilidad para el entor no económ ico prim erm undista, se vu e lve absurda en el con texto latinoamericano. Entre el 45% y el 75% d e la población económ icam ente activa en Am érica Latina so b revive con em pleos precarios, gana un ingreso mensual d e máximo 150 d ó lares, cuando la cesta d e la compra en las grandes urbes del s u b c o n tin e n te re q u ie re un m ín im o d e 500 d ó la re s . Esto q uiere d ecir q ue en el mejor de los casos se da a la mayoría de los trabajadores menos del 30% del ingreso necesario para una reproducción no atrofiada suya y d e su familia. Lo absurdo d e p reten d er la validez d e la teoría en estas condiciones ob jetivas es obvio; d e ahí la gran labor d e los intelectuales, que logran co n ve rtir los p ro b lem as o b je tiv o s d el sistem a (d e sem p leo ) en cu lp ab ilid ad es y fracasos individuales. La dis tracción sistem ática d e las causas reales d e la miseria latino am ericana en las estrategias discursivas d e evasión, se e n cuentra tam bién en e l d ocum ento borrador d e la reciente cum bre del G-7 en Halifax, en el q ue sus integrantes asegu ran q ue "la dem ocracia, los derech os humanos, la transpa rencia, la responsabilidad gubernam ental y la protección am biental son las bases d e un desarrollo sostenido""’'. Llama la atención q ue el virtual g ab in ete (económ ico) d el protogobierno m undial capitalista sostenga que el desarrollo soste nido ha d ejad o d e ser un asunto económ ico, y q ue d ep en d e d e todo lo im aginable m enos d e los factores económicos.
102 U i ¡ornada, 0.6.1995
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La esencia política-ideológica d e l proyecto económicoeducativo d e la globalización es el binom io desarrollo eco nómico sostenible-desarrollo humano sostenible, con la cla ra primacía d e lo prim ero sobre lo segundo. En su Informe so bre Desarrollo Humano 1994, los funcionarios d e Naciones Uni das encargados d e aten d er ideológicam ente el problem a de la pobreza en el Tercer M undo -generalizada dram áticam en te por el cap italism o neoliberal-, han concretizado la idea del "desarrollo humano so sten ib le" y su com ponente ed u ca tivo. Sostienen, al igual q ue el Banco M undial, q ue "entre los elem entos centrales d e una estrategia nacional efectiva d e em p leo" figuren la enseñanza y la capacitación: "Para com p e tir en una econom ía m undial en ráp ido proceso d e transi ción, todos los países tienen q ue hacer fuertes inversiones en la educación, la capacitación y la formación técnica d e su población". D esde esta prem isa -qu e e s correcta para el Pri mer M undo e ideológica para los países neocoloniales-, los tecnócratas del PN U D desarrollan un nebuloso discurso lib e ral con obvios fines propagandísticos: "E l verd ad ero funda m ento d el desarrollo humano es el universalism o en el reco nocim iento d e las reivindicaciones vitales d e todos", estip u la el docum ento y, en e v id e n te referencia al factor educativo-generacional, sostiene q ue la "ética d el universalism o exi ge claram ente eq u id ad tanto dentro d e una misma genera ción como entre distintas generaciones". "Sin embargo, esta e q u id ad atañe a las oportunidades, no necesariam ente a los logros definitivos. C ada in dividu o tiene derecho a una op ortunid ad eq u itativa para hacer el m ejor uso d e su capacidad en potencia. Igual cosa ocurre con cada generación. La forma en q ue usen efectivam ente esas opor tunidades, y los resultados q ue logren, es m ateria d e su pro pia elección. Pero cada uno d e b e ten er la op ortunid ad d e elegir, ahora y en el futuro". Y, en otra parte: "E l universalism o aboga por la igualdad de oportunidades, y no por la igualdad d e ingresos, aunque en una sociedad civilizada d e b e garantizarse a todos un in greso m ínim o b ásico'"0'. Lo q u e p id en los funcionarios del
103 Programa d e las N acio n es U nid as para e l D esarrollo. P N U D . Informe iobre desa rrollo Humano 1094, O N U , N u e v a York, E d . esp añ ola: Fo ndo d e Cultura Económ ica. M éxi co. 1994. p p 15-10
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PN U D está básicam ente realizado en los países d e la Unión Europea. Existe un ingreso mínim o y una igualdad d e opor tunidades ante la ley. El hecho, d e q ue esta igualdad formal esté siend o anulada para la gran mayoría d e la población por la desigualdad d e las condiciones m ateriales, se vu e lve se cundario ante el alto nivel d e vida proporcionado a los ciu dadanos, q ue produce el tip o d e cultura q ue | K. Galbraith llama, la mayoría satisfecha"” . Si en el Prim er M undo la "ética del universalism o" inven tada por los tecnócratas lleva una existencia demagógica, en el Tercer M undo se vu elve absurda: ¿q u é igualdad formal y material p u ed e o b ten er un cam pesino analfabeto afrobrasileño frente a los dueños d e O Rede Globo a fin d e expresar su opinión ante la nación brasileña? ¿Q u é igualdad d e oportu nidades p ued e te n e r el estud iante d e com unicación mexica no para crear un m onopolio televisivo como el d e Televisa? El concepto igualdad d e oportunidades es un concepto axiomático para el liberalism o, q ue lo define d e manera ne gativa, como ausencia d e discrim inación; id est, como ausen cia d e discrim inación formal, mas no material. Sabem os que en Am érica Latina la pretensión d e una igualdad d e oportu nidades formales para todos los ciudadanos es una piadosa ficción; pero si la analizam os en su d im ensión material, se v u e lv e un con cep to ap riorísticam en te irreal. Lo ideológico d e la categoría resulta claro a prim era vista, porque una p olí tica q u e se lim ita a p ro p o rcio n ar una ig uald ad formal de oportunidades, renuncia d elib erad am en te a com batir d e ma nera activa la desigualdad real. E s la capitulación disfrazada a n te el status quo e s ta b le c id o p o r el n e o lib e ra lis m o y su barbarism o inocultable, tal com o se manifiesta en la acciden tada geografía neoliberal d el continente d e sd e el norte hasta Tierra del Fuego: en Estados U nidos en la acelerada d em o li ción d e los programas d e affirniative action (programas em pre sariales y d e em p le o d el gobierno para minorías) y, en gene ral, en la política socialdarw inista d e l Partid o Republicano bajo la hegem onía d e los New t Gingrich y Pete W ilson en co laboración con la Casa Blanca; en Chile, la noción referida fue
104 |ohn Kenn eth G a lb ra ith , Tin' Culliirc ol Conleiilmenl, New York, 1992.
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un pilar ideológico central d e la dictadura del capitalism o de Estad o pinochetista. La función ideológica d e los intelectuales g lobales q u e da más clara a la luz d e las reflexiones sociológicas d e Karl M annheim sobre la esencia d e la propaganda, q ue consiste en "la determ inación d el nivel de la realidad en el q ue se lle va rán a cabo las discusiones y los actos". Por nivel d e la re ali dad "querem os d ecir q ue toda sociedad crea un clim a m en tal, en el q ue ciertos hechos y sus relaciones mutuas se co n sideran fundam entales y m erecen el calificativo d e "reales", mientras q ue otras... ¡deas son calificadas d e fantásticas, utó picas o poco realistas". En toda sociedad hay una in terp reta ción d e la realidad "'generalm ente aceptada. En este sen ti do, toda sociedad estab lece un conjunto d e ¡deas re sp eta bles m ediante sus convenciones y aplica el ostracism o a to das las dem ás, considerándolas "diabólicas", "subversivas" o "indignas""1'. Los Ihinh lanlts del protoestado mundial capitalista traba jan en estrecha colaboración con las universidades d e élite del Prim er M undo, particularm ente Estados Unidos, las cua les, a su vez, trabajan en estrecha cooperación con las em presas transnacionales. Recordem os la colaboración orgánica entre esas instituciones y el com plejo militar-industrial e sta dounidense durante la ilegal guerra d e agresión en Indochi na, cuando muchos científicos d e las más renom bradas uni versidades invirtieron su saber en el desarrollo d e nuevas ar mas d e destrucción masiva -gases, napalm, explosivos, téc nicas d e guerra psicológica, biológica, e t c - q ue fueron utili zadas contra las socied ad es agrarias indochinas, q ue pagaron su intento d e liberación nacional con 4'5 m illones d e muer tos. Hoy día, como ya mencionamos, universidades d e élite como el M IT o la Johns Hopkins-University están en íntima colaboración con el Pentágono, tratando d e desarrollar las tecnologías d e la futura guerra cibernética. Pero, la influencia y el in terés d el "gran negocio” tras cien de con mucho la colaboración militar. A lred ed or del año 2000, 70% d e los trabajos en Estad os U nidos no requerirán
105 Karl M annheim . \deologir «mí Ulopie, K losterm ann Verlag, 7 Auílage, R FA , I9K5, P P 57.
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una educación superior. Para perm anecer com petitivos, dice la transnacional petrolera M obil Corporation, tenem os que m ejorar la educación básica, particularm ente matemáticas y ciencias. Para asegurar q ue los em plead os d e mañana esta rán m ejor p rep arad o s, los e m p resa rio s tie n e n q u e tom ar "m ayor interés en la elevación d e los estándares educativos y ayudar a los maestros para que ayuden a sus alumnos a lo grar esos ob jetivos"'*. Las reformas educativas m undiales, cuyo centro es la pri vatización, elitización y mercantilización d e la educación su perior, tien en por o b je tiv o con vertir el m odelo estad ouni d en se d e la producción d e conocim iento universitario al ser vicio del gran capital en el único m odelo posible, con una pretensión totalitaria aún m ayor d e la q ue Max W e b e r tenía en m ente, cuando en 1917 advertía ante el peligro d e q ue la universidad alem ana asim ilara el paradigma estadounidense (Wissenschaft ais Beruf). La subordinación d e todos los sectores d e la vid a bajo el d ictado del gran capital y la medición mercantil-positivista d e todas las relaciones sociales con el cál culo em presarial d e costo-beneficio, expone el legado de la formación hum anística tradicional a su peor amenaza absolu tista. En muchas un iversid ad es d e élite d e Estados Unidos, los estudiantes d e la adm inistración d e em presas pagan un costo anual d e alred ed o r d e 25.000 dólares. Sus ofertas sala riales al term inar la carrera oscilan en torno a los 100.000 d ó lares anuales. Es o b vio q ue ven su carrera académ ica como una inversión financiera y al profesor como un m edio, cuya función consiste en encam inarlos hacia las grandes ganancias futuras. Para garantizar que esa inversión cum ple con las ex pectativas d e los estudiantes-inversionistas, en algunas uni v ersid ad es los profesores están obligados a reunirse sem a nalm ente con una representación d e su grupo "q u e reporta regularm ente profesores (problem áticos) y errores d e la en señanza del currículum a la adm inistración". Si los estudian tes d e esos qualily feedbach circles no están d e acuerdo con las enseñanzas del maestro, éste se expone a sanciones"". Este sistem a im plica dos desarrollos d e gran trascenden cia. En prim er lugar, los intereses d e las em presas transna
106 Nfu' Y o rí Times, f.8 .1095 107 Business Week, 21 10 1006
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cionales q ue determ inan los con tenid os p rin cip ales d e los curricula, convierten al profesor universitario de facto en un mero em p lead o y ejecutor suyo; el estudiante se transforma en un inversionista en "valores d e futuro" y la universidad en un m ercado d e valores futuribles. En segundo lugar, la ¡mplem entación d el m o d elo em p resarial liq u id a los últim os elem entos d e dem ocracia y pluralism o en el sistem a ed u ca tivo superior q ue están presentes en la vieja universidad d e cátedras. Porque las em p resas son burocracias fund am en talm ente autoritarias o, incluso, totalitarias, d ond e, al igual q ue en un cuerpo m ilitar o un partido fascista, las decisiones y líneas d e com ando van d e s d e arriba hacia abajo. El hecho d e que el capital se esté ap od erand o -adem ás d e la produc ción, distribución y consumo y d e la conducción política del Estado- tam bién d e la esfera d e la educación, presagia un futuro negro para la dem ocracia mundial. Al mismo tiem po, los desarrollos ilustrados signan el fin d e la relación sim biótica entre la cultura y la universidad. La unidad tendencial entre la cultura, la universidad y la clase burguesa, q ue en la fase d e ascenso d e la burguesía y d e su lucha contra el feudalism o parecían p o sib le cual coexistencia armónica entre el sab er y el poder, se está convirtiendo rápi dam ente en mito del pasado. La regresión política d e la bur guesía d esd e una clase revolucionaria hacia una clase reaccionaria-plutocrática, su trivialización e instrum entalización de la cultura com o m edio d e castración ideológica d e las ma yorías y la transformación d e las universidades en em presas de servicio -qu e únicam ente generan conocim ientos d e d o minación política y d e maximización d e ganancias-, llevan la ¡dea de Voltaire sobre la historia m undial como m edio d e lu cha para el progreso y la educación d el ser humano, ad absurdum. De esta manera, la dialéctica d e la Ilustración encuentra -al menos tem poralm ente- su fin unidim ensional en el triun fo d e la razón instrumental. 3. G lo b a liz a ció n y E d u c a ció n ; la re a lid a d Lo q ue significa una "profunda reforma del sistem a d o cente", según la lógica del Banco M undial, se d eriva con ma yor claridad d e los im perativos d e la realización d el capital a nivel mundial q ue d e los discursos propagandísticos d e los tecnócratas g lobales. D entro d e este en sayo d iscutirem os b revem ente cuatro d e ellos. 117
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Antes, no obstante, conviene una breve discusión m eto d oló gica acerca d e la re p re s e n ta tiv id a d d e las sig uien tes averiguaciones. Los datos d e este capítulo se refieren bási cam ente a los países latinoam ericanos, sin embargo, su re presentatividad trasciende la situación im perante en el subcon tinente. Los p aíses latinoam ericano s más im portantes, como Argentina, Brasil y México, pertenecen estadísticam en te a los N ew ly Industrialized Countries (NIC), cuyo desarrollo económico-social, m ed id o en térm inos del PIB, aventaja al d e los p aíses sub d esarro llad os más pobres, denom inados Least D e v e lo p e d C ountries (L D C I. En 1992, a lre d e d o r del 64% d e la población pertenecía a los LDC, cuyo ingreso per cápita es m enor d e 670 dólares anuales. Los así llam ados pa íses d e transformación, es decir, los estados d e la ex Unión Soviética, han sufrido - d e sp u é s d e su liberación por la d e m ocracia o c cid e n ta l y e l n e o lib e ra lis m o g lo b aliz an te- un proceso d e tercerm undización q ue ha acercado sus estructu ras sociales y dem ás parámetros, d e una manera mimética, al status quo im perante en los LDC y NIC. Por ejem plo, los sala rios reales cayeron en Bulgaria entre 1990 y 1993 en un 30'8%; en Polonia - d o n d e la cuna d e la dem ocracia, los astilleros de Solidarnosc, han sido cerrados por "el m ercado" por insolven cia- un 28%; en Rusia un 35*7% y en Ucrania un 54’2%. El Pro ducto Interior Bruto se redujo en el mismo período en Bulga ria en 25'9%, en Polon ia en I7'5% , en Rusia en 30’4% y en Ucrania en 24'6%. Y una vez más, la revolución devora a sus hijos (obreros): en todos los países en transformación se han recortado drásticam ente d esd e 1991 los pagos del seguro de d esem p leo, d e tal m odo q ue según cálculos d e la E C E "sola m ente a lre d e d o r d el 30%-40% d e los d ese m p lead o s tienen d erecho a los pagos q ue a su vez apen as representan el 30% d el salario m e d io ’" " . D e las sem ejanzas estructurales en la situación socio-eco nómica; d e los sistem as políticos seudo-democráticos con co rrupción y represión endém ica; d e la d ep endencia neocolonial frente al proto-Estado capitalista global y a la estructura tridim ensional d e dom inación global; en una palabra, d e la sem ejanza esencial entre el status quo y las perspectivas de desarrollo entre los LDC, los estados latinoamericanos -con
108. I H auchler. Ed.. Clobale T m á s . Fischer. R FA , I W , p 251
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la excepción d e Cuba, Costa Rica y, posiblem ente, C hile- y los ex Estados socialistas, podem os inferir q ue las conclusio nes adelantadas en este capítulo tienen validez para muchas otras zonas geopolíticas d e la sociedad global. Volvam os a nuestro punto d e partida, los im perativos de la realización d el capital a nivel mundial. En la econom ía glo bal del siglo X X I la calificación científica y profesional d e la fuerza d e trabajo constituye el arma com petitiva fundam en tal, en detrim ento d e ventajas com parativas tradicionales co mo recursos h istó ricam en te acu m u lad o s (p o r e je m p lo , el stock d e capital acu m ulad o) o riquezas naturales. Esta cre cie n te im portancia d e la calid ad científica-profesional del factor humano aum enta, in abstracto, la im portancia d e los sis tem as educativos formales a nivel mundial. La segunda ten d en cia estructural d el cap italism o m un dial tiene un efecto opuesto a la primera. Por m últiples razo nes -que hem os desarrollado en otros trabajos- el cap italis mo actual se caracteriza por una proliferación acelerada y g e neralizada d e un exorbitante d e se m p leo y su b em p le o q ue oscila entre el 7% y el 25% en el Prim er M undo y el 30% y el 75% d e la Población Económ icam ente Activa (PE A ) en Am éri ca Latina. La situación actual del em p le o contrasta "d e modo radical con la del período 1950-1973", observa preocupada m ente la Organización Internacional d el Trabajo (OIT), "en el cual el p leno em p le o fue una realidad en los países indus trializados y la mayoría d e los países en desarrollo tuvieron un crecim iento constante d e la producción y del em p le o en el sector estructurado"'*'. D esde el punto d e vista del capital, esa población preca ria es una población superflua, económ icam ente inviable, cu ya educación no produce beneficios -sino sólo costos- para los amos d e la sociedad global: reduce, en consecuencia, la importancia d e los sistem as ed ucativo s formales generales. El tercer im perativo consiste en q ue la tendencia hacia la equilibración d e los precios d e los factores d e producción se extiende hacia el factor "salario": la igualación d e los precios genera una igualación d e los salarios a nivel global, es decir,
109 Organización Internacional d e l Trabajo. E l Empleo en el Mundo, 1995. G in ebra 1995. p . 27.
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los diferenciales salariales tienden crecientem ente a reflejar los d iferenciales d e p rod uctividad nacionales. Por lo tanto, en una econom ía global el trabajador sólo p u ed e ofrecer dos cosas: una am p lia calificación formal o la d isposición para trabajar por salarios mínimos. "D ad o q u e productos pueden hacerse en cualq uier lado, los trabajadores no-profesionales q ue viven en socied ad es ricas tienen que trabajar por sala rios com o los q ue se pagan a los trabajadores no-profesiona les en los países pobres. Si no trabajan por estos salarios, entonces los em p le o s sim plem ente se desplazarán hacia los países pobres""". Un ejem p lo d e este im perativo nos da un análisis com parativo d e la p rod uctividad en la industria automotriz. Un estudio reciente d el periódico británico The Economist llegó a la conclusión d e q ue la em presa alem ana Volkswagen produ cía al año un prom edio d e 23’6 coches por em plead o, com parado con una planta productora d e la com pañía Ford en Michigan q u e produce 58’8 coches d el m odelo "Escorts" al año, m ientras q u e una planta d e Toyota produce I33'6 co ches al a ñ o "1. Por lo tanto, la relación costo-beneficio d e los com petidores d e Toyota tien d e a desplazarlos d e l mercado, si no acercan sus niveles d e productividad a la última. Otro e je m p lo p u ed e citarse d e la industria informática. Por ejem p lo , em presas estad o u n id en se s han com enzado a realizar trabajos d e software para com putadoras hacia países d el Tercer M undo. Los salarios para programadores en Esta dos Unidos, p u ed en oscilar entre 4.000 y 6.000 dólares por mes, m ientras q ue en la India program adores d e la misma calidad ganan entre 1.200 y 1.500 dólares. El resultado ha si d o q ue d e unos cuantos m iles d e programadores hindúes en los años ochenta la cifra se ha increm entado hasta alrededor d e 75.000 actualmente"-'.
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'D e s d e q u e los pro ductos p u ed en ser m anufacturados e n cu alq u ie r parte,
lo s no cu alificad os q u e vive n en s o cie d a d e s ricas ten drán q u e trabajar a cam bio d e sa larios q u e s e o frecen a los no cualificados en so cied a d e s po b res S i e llo s no están d is p u esto s a trabajar a ca m b io d e e so s salarios, los trabajos no cualificados s e tendrán q u e realizar en pa íses po b res” L esterT h u ro w , H ead lo Henil The Corning Economic Bullir Am oiig lapini, Europe nuil Ameri ca W a rn e r Books. New York, 1993, p 52. 111
NYT. 13.9.1995.
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NYT. 28.8.1995.
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Sin em bargo, uno d e los p rob lem as d e esta tend encia consiste en q ue los trabajos no-calificados q ue se desplazan hacia Am érica Latina no son suficientes para rem ediar el d e sem pleo cuantitativo ni son, por lo general, puestos d e tra bajo d e alto ingreso1", d e tal manera q ue el IO%-20% d e la población económ icam ente activa (PEA) d el Prim er M undo y alred ed or del 50% del Tercer M undo quedará al margen de la fu*i society del siglo XXI. En cuanto al sistem a ed ucativo tercerm undista esa ten dencia económ ica requ iere q ue una minoría d e la PE A -bási cam ente la q ue será em p le ad a en el ensam b laje industrial (m aquiladoras)- sea dotada d e calificacio nes ele m en ta les, eq uivalentes o m enores a los conocim ientos enseñad os en los primeros cuatro años d e la educación primaria. El núcleo d e esos proletarios son aquellos q ue trabajan en las m aqui ladoras d e la industria ligera por salarios d e ham bre d e 2’28 dólares diarios, com o en Indonesia. El último im perativo es resultado d e la cam biante estruc tura d e producción q ue se d eriva d e los avances d e la tecno logía. Estam os dirigiéndonos hacia un mundo en el cual 'un muy p eq ueño porcentaje d e trabajadores trabaja en la ma nufactura, alguna proporción d e la población estará trabajan do en em pleos d e conocim iento y el resto en servicios", dice el economista |.A. E is e n a c h "4. La consecuencia educativa de este desarrollo consiste en que, según una publicación d e la M obil Corporation, a inicios d e l siglo XXI, el 70% d e los pues tos d e trabajo en Estados Unidos no requerirá personal con educación superior. Las repercusiones principales sobre la fuerza d e trabajo son una reducción en los ingresos salariales y una transforma ción en su composición d e la clase. Un estudio d e la Oficina de Estimación Tecnológica del Congreso estadounidense no tó en 1986 que entre 1979 y 1984 alrededor d e 11*5 millones d e tra b a ja d o res habían p e rd id o su trab ajo o habían sid o
11 3. T a m b ié n en A m érica Latin a em peo raron en g eneral las co n d icio n es d e e m p leo a lo largo d e casi to d o el d e ce n io d e 1980. en e l cual el grueso d e los e m p le o s cread os s e refirieron a a ctivid a d es d e baja p ro d u ctivid ad d e l sector no estructurado, en un contexto d e d e s e m p le o urbano cre cien te y dism inución d e los salarios reales" OIT. E l empleo en el mundo. 1995. op cil.. p V. 114. NYT. 28.8.1995
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transferidos a trabajos con menores ingresos en el sector de servicios. "Alrededor d e la mitad d e todos los trabajadores desplazados entre 1979 y 1984 trabajaron en industrias manu factureras como d e acero, automovilística, eq uip os industria les, textiles y ropa. ICerca del 45%| han sufrido reducciones sa lariales y el 66% d e éstos ganaban menos del 80% d e su ingre so anterior". El 95% d e los nuevos puestos d e trabajo genera dos en este período eran d e servicios con bajos salarios1''. La tendencia d e desplazam iento d e trabajos calificados en el sector m anufacturero y en la industria pesada, hacia e m p le o s mal rem un erado s en el secto r servicios, significa para el Prim er M undo q ue con el actual progreso científicotecnológico capitalista no habrá una m ovilidad social d e los trabajadores pobres hacia los estratos más privilegiados, si no, al contrario, una m ayor pauperización d e los trabajadores m edios y un crecim iento d e la clase trabajadora pobre. La mayor productividad no se expresa en m ayores ingresos de la mayoría d e los trabajadores, sino en un mayor em po breci miento. Para las econom ías latinoam ericanas dicho proceso p u ed e im plicar el d esm antelam iento d e logros sociales en los sectores privilegiados d e los trabajadores d e la econom ía formal por una parte, y la creación d e islas d e em pleo en tor no a las m aquiladoras o islas d e conocim iento, tal como su ced e con el ejem p lo d e los ingenieros del software q ue cita mos. Sin embargo, el im pacto sobre las dem andas ed ucati vas en Am érica Latina no serán masivas, sino singulares, es decir, no cam bian el perfil d e requisitos educativos necesa rios en nuestros países. Ahora p od em os e sta b le ce r el nexo m etodológico entre las cuatro tendencias em píricas d e la globalización d el capi tal y nuestro interés d e conocim iento - la futura estructura ed ucativa latinoamericana-, m ediante una inferencia hipotética-deductiva, fundam entada en la lógica del sistem a y la evid en cia histórica: la estructura d e producción y realización m u n d ial d e l c a p ita l d e te rm in a la estru ctu ra ocu p acion al mundial, la q ue a su vez condiciona la estructura del sistema ed ucativo mundial, d el cual los sistem as educativos naciona les son funciones o subsistem as d ep end ientes.
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C ita d a e n S a m M arcy. H igh Teth. Lou* Pay, W o rld V ie w Forum , N u e v a York
1086. p. VIII
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Existe una fuerte asociación entre las variab les claves del proceso: lógica d e realización del capital -estructura ocupacional- estructura ed u ca tiva global-nacional. El estatus de cada una es evid en te: el e m p le o y la educación son variables d ep en d ien tes d e la primera. Si extrapolam os las tendencias estructurales d e producción y realización capitalista globales y las necesidades d e calificación d e la fuerza d e trabajo lati noamericana d e las em presas transnacionales, sobre las es tructuras ocupacionales contem poráneas en Am érica Latina, entonces podem os inferir d e manera hipotético-deductiva el perfil del futuro subsistem a educativo subcontinental. Para p od er llevar a cabo esta inferencia es im prescindi b le una breve discusión d e las estadísticas oficiales sobre el e m p le o y d e s e m p le o en Am érica Latina. Las tasas d e d e sem p leo en Am érica Latina se m iden conforme a los parám e tros m etodológicos estab lecid os por la Organización Interna cional d el Trabajo (O ITI en G in eb ra, p articularm en te en la "Resolución sobre estad ísticas d e la población económ ica m ente activa, del em pleo, del d esem p leo y del subem pleo", adoptada por la decim otercera Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (G inebra, 1982). Esta definición considera com o "personas con em pleo' a todas las personas que tengan más d e cierta ed ad espe cifi cada y q ue durante un b reve períod o d e referencia, tal como una sem an a o un día, e stu vie ran en c u a lq u ie ra d e las s i guientes categorías: a) Con em p le o asalariado': a .l) 'trab a jando': personas q ue durante el períod o d e referencia hayan realizado algún trabajo por un sueld o o salario en m etálico o en especie; a.2) 'con em p le o pero sin trabajar'...; b) Con em pleo indep en diente': b. I) 'trabajando': las personas q ue d u rante el período d e referencia hayan realizado algún trabajo para ob tener beneficios o ganancia familiar, en m etálico o en especie; b.2) con una em presa pero sin trabajar’... 2) Por razones prácticas, la noción 'algún trabajo' d e b e in terpretarse como una hora d e trabajo p or lo m e n o s""0. El d esem p leo se halla d efinid o en forma siguiente en la misma resolución: I) "P e rso n a s d e s e m p le a d a s ’ son todas aquellas personas q ue tengan más d e cierta ed ad especifica
116 ILO , Year Boofc o¡ Labour Slnlislics. 1994. G in e b ra . 1995, p 227.
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da y q ue durante el período d e referencia se hallen: a) 'sin em p le o ’, es decir, q ue no tengan un em pleo asalariado o un em p le o in d ep en d iente, tal como se las define en el párrafo 9; b) 'corrientem ente d ispo nib les para trabajar',..; c) 'en bus ca d e e m p le o s...""’. Esta definición estánd ar es utilizada internacionalmente, p ero con va riacio n es n acio n ales re sp ecto a los lím ites d e edad, los períodos d e referencias, etc. Podem os ejem plificar el uso d e esta definición y d e algu nos otros conceptos estadísticos d e la O IT en el caso d e M é xico. Por Población Económ icam ente Activa |PEA ), el Institu to Nacional d e Estadística, G eografía e Informática (IN E G I) d e M éxico en tien d e ' a todas las personas d e 12 años y más q ue realizaron algún tipo d e actividad económica (población o cu pada), o q ue buscaron activam en te hacerlo (población d eso cup ad a ab ierta) en los 2 m eses previos a la sem ana de referencia". La Población O cupada (PO ) son las personas d e 12 años y más q ue en la sem ana d e referencia: "a) Trabajaron al m e nos una hora o un día a cam bio d e un ingreso monetario, o en especie, o q ue lo hicieron sin recibir pago, b) No trabaja ron por estar ausentes tem poralm ente d e un em pleo... y con retorno asegurado al trabajo o negocio, c) Iniciarán con segu ridad un trabajo en cuatro sem anas o menos". Fin alm en te, p or Po b lació n D esocup ad a A b ierta se en tien d e a las personas d e 12 años y más q ue en la sem ana de referencia: "a) No trabajaron, b) S e encontraban disponibles para d ese m p eñ ar una actividad económ ica, c) Buscaron in corporarse a alguna actividad económ ica en los 2 m eses pre vios a la sem ana d e referencia, realizando algún trámite para conseguirlo, sin lograr su ob jetivo""". La Tasa d e D esocupación Abierta es, por end e, la pro p orción re s p e c to a la p o b la c ió n e c o n ó m ic a m e n te activa (PE A ) q ue representa las personas d e 12 años y más que en el p eríod o d e referencia d e la encuesta no trabajaron ni una hora a la sem ana, a pesar d e q ue realizaron acciones d e bús
117 Itóf. p 4X7 118. IN E G I. Avance de Información Económica. México. D F . junio. 1995, p 16
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queda d e un em p le o asalariado e intentaron ejerce r una acti vidad por su cuenta. La aplicación d e estas categorías a las pob laciones na cionales revela estructuras d e em p le o como la siguiente, que es el resultado d e una encuesta nacional d e e m p le o "0, ap li cado a la población mexicana en 1993. [Ver gráfica 2) Sob re la tasa d e d e se m p leo abierto hay datos muy varia dos, como muestran los siguientes ejem plos. Según la última publicación del IN E G I en m ayo d e 1995 la tasa era d e 6'6% d e la PE A eq uivalente a 2.310.000 personas1-'0. Datos propor cionados por la Secretaría d e l Trabajo y Previsión Social indi can q ue la cifra d e d esem p lead o s alcanza seis m illones121 y la sindical CTM maneja la cifra d e I4'4 m illones d e d ese m p le a d os122. Finalm ente, una proyección d e la em presa estadouni d ense W E F A pronostica q ue la desocupación ab ierta alcan zará a fines d e año la cifra d e I0.9%121. Si utilizamos la cifra proporcionada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social sobre un d ese m p leo ab ierto d e 6 m illones d e personas, entonces la tasa oscila alred ed o r del 18% d e la PEA. Las estim aciones sobre la cantidad d e la fuer za d e trabajo em plead a en el sector d e em p le o precario (mal definido como informal) varían d e 40% al 60%. En Argentina, la tasa d e d esem p leo ab ierto llegó en ma yo d e 1995 a una cifra récord d e I8'6%, superando, com o re conoció el propio secretario d e Program ación Económ ica, luán Llach, el 20% en el cinturón industrial q ue rodea a la ca pital, el Gran Buenos Aires. A su vez, la Confederación G e n e ral del Trabajo (CGT) estim a q ue el su b em p leo suma entre el 12% y 15%, lo que da un total nacional d e 30% a 34%, con máximos regionales d e 40% y 45% en provincias com o Tucumán, Santa Fe y C haco'24. Conform e a datos d e la Central d e
119 En tre las cu atro fu entes p rin c ip ale s d e estad ísticas d e em p leo : en cuestas por m uestra sobre la fuerza trabajadora y en cuestas g en era les po r m uestra d e hogares: las estadísticas d e l seguro social: estad ísticas d e las oficinas d e colocación y las estim a cio nes oficiales, las e n cu estas son co nsiderad as po r la institución com o la fu ente qu e proporciona "la s cifras d e conjunto m ás co m pletas"
120 . Lrr ¡ornada, 18.7.1995 121 E l Universal. México. I I 7.1995.
122. If-írf 123 La lomada, 18 7 1995 124. La jomada. 20.7.1995
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DE M ÉXICO , 1993 NACIONAL DE LA POBLACIÓN OCUPACIONAL ESTRUCTURA
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los T rab ajad ores d e V en ez u ela (CTV), e l d e s e m p le o en el país alcanza alred ed or del 20%, m ientras q ue cerca del 50% d e la población se em plea en el "secto r informal". (La |ornada, I i .8.19961. Estadísticas internacionales calculan el porcentaje d e la población económ icam ente activa en B o livia que (so b revive del "secto r inform al", en 60% a 65%. Fuen tes d e la O EC D indican para el año d e 1992 que, haciendo abstracción del sector agrario, el 33'7% d e los em p lead o s argentinos o p e raron en el "sector informal"; en Brasil se calculaba el 30’3%, en C hile el 30'5% y en M éxico el 36%. Lo interesante d e estos datos es que, con la excepción d e Chile, reflejan tendencias significativam ente ascendentes frente a 1980'” . Con la m etodología descrita anteriorm ente, la O IT ha pu blicado las siguientes tasas d e d e se m p leo en Am érica Latina respectivas al año d e 1992: Argentina 6’9%; B o livia 6’8%; B ra sil 5 9%; Chile 5’3%; México 2'6; Nicaragua 14’0%; Uruguay 9'3% y Venezuela 8%, entre otros1-'". No se necesita un análisis com parativo con las tasas d e d esem p leo d e las econom ías más avanzadas d el planeta (ta pón, Estados Unidos, Unión Euro pea) y d e la O C D E (p rom e dio d e 10% actualm ente), para saber q ue estas cifras han p a sado el ám bito d e la ciencia para entrar al reino d e la ciencia ficción. Algunas razones d e la ars poética estad ística son o b vias. Las tasas d e d ese m p leo ab ierto publicadas por los go biernos nacionales se refieren, en muchos casos, al d esem pleo urbano, q ued an do excluida la población rural del muestreo. Pero hay una segunda limitante: por lo general, los re sultados no representan el 100% d e la población urbana, lo que reduce la cobertura nacional en algunos países a un m e ro 50% de la población total1” . En segundo lugar, las tasas d e pobreza - q u e son una fun ción del em p leo- resultan ser mucho más altas en el cam po que en las ciudades. Datos d e la misma O IT muestran los si
125. I Hauchler. op.til.. p. 246. 126. OIT, E l Empleo..., p 76 127. La E n cu e sta N acional d e E m p le o U rb ano ( E N E U I en México, po r ejem plo, cubre cerca d e l 65% d e la po blación urbana nacional. Tom ando e n cu enta la d istribu ción d e la población en áreas rurales y urbanas la tasa d e D e se m p le o A b ierto para el m es d e abril d e 1995, eva lu a d a por e l IN E G I e n 6 3%. rep resentaría a la m itad d e la p o blación nacional IN E G I. M anual del Entrevistador, México. 1994, p 2. e IN E G I. A i 'anee de. , op í i l . p. 2
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guientes porcentajes d e pobres urbanos y rurales en 12 paí ses latinoam ericanos para el períod o d e 1981/1990: 15% versus 25% en Argentina, 38% y 66% en Brasil, 23% y 43% en México, y 10% versus 23% en Uruguay; en térm inos relativos, diferen cias d e 30% hasta el 130%'". La tercera razón y, p osiblem ente, la principal, radica en la base conceptual d el levantam iento d e datos, cuyas d efini ciones reprodujim os con anterioridad. Por ejem plo, con sid e rar a personas q ue trabajaron al m enos una hora o un día a cam bio d e un ingreso monetario, o en especie, o que lo hi cieron sin recibir pago en el períod o d e referencia lun día o una sem anal, com o personas ocupadas, es, obviam ente, absur do. La connotación d e la categoría "e m p le o " d e la O IT -que d efine la tasa d e d esem p leo ab ierto- es tan am plia q ue su dom inio d e ap iicab il¡dad (denotación) abarca d e sd e ingre sos salariales d e m iles d e dólares hasta el trabajo no-remu nerado (síc). En consecuencia, la categoría pierde su capaci d ad analítica y en lugar d e revelar estructuras d e la realidad, las encubre. El sentido d e un em pleo, oficio o profesión remunerado es, evid en tem en te, la reproducción d e la fuerza d e trabajo en un sentido am plio, incluyendo a la familia, la educación, vivien d a digna, seguro social, etc. Y el problem a del capita lism o neoliberal es q ue no p u ed e garantizar esa reproduc ción más q ue para una minoría privilegiada del 10% al 20% de la población latinoamericana. La gran mayoría d e la población laboral no trabaja por q ue sien te un d eseo irresistible d e em plearse, sino porque la necesidad d e reproducción le obliga. Q ue dicha reproduc ción sea una reproducción atrofiada, es el verdadero escán dalo del sistem a económ ico-político q ue rige el destino de 500 m illones d e habitantes en estas tierras. lunto con el d e se m p le o ab ierto es el su b em p leo d e la fuerza lab o ral el q u e ex p lica la p ob reza g en eraliza d a d e Am érica Latina, a tal grado q ue |ohn W ells, especialista d e la OIT, sostiene q ue el principal factor responsable del fracaso d e erradicar la pobreza y extrem a d esigualdad del ingreso
128. OIT. E l Trabajo en el Mundo, G in eb ra. I9 9 Í, p 102.
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en la región es "la persistencia d e altas tasas d e sub em p leo en la región’"-"'. En su brillante trabajo, p ub licado en 1987, W ells atribuye la persistencia del su b em p leo latinoam ericano a tres razo nes. La primera d e estas razones resid e en la "am plia a d o p ción -en la industria, en diversos sectores agropecuarios, co mo tam bién en la parte "moderna" del sector d e serviciosd e técnicas d e producción d e gran densid ad d e capital, poca mano d e obra y alta productividad". Com o resultado, el sec tor "m od erno” absorb e una parte d esp rop orcionad a d e los recursos d e inversión d e la región "con relación al tam año de su fuerza d e trabajo, en tanto q ue se d eja una parte relativa mente pequeña del capital social d ispo nib le para m antener los trabajos del resto d e la fuerza laboral". El segundo factor exp licativo es la tasa d e crecim iento ■'excepcionalmente rápida d e su fuerza d e trabajo, fom enta da por altas tasas d e natalidad, una m ortalidad d ecreciente y, en el caso d e la fuerza d e trabajo urbana, por una rápida migración cam po-ciudad""1 ’. La tercera razón q ue menciona W ells consiste en la dis tribución muy desigual d e la riqueza. Com o es sabido, A m é rica Latina es el (sub) continente con la m ayor desigualdad d e ingreso a nivel m undial y, como ya mencionamos, las d is paridades entre ricos y pobres aum entaron aun durante la "década perdida". La interacción d e las tres variab les m encionadas, ¡unto con el perfil d e consumo dom inante -que está determ inado por el nivel d e ingreso per cápita y las necesid ad es d e reali zación d e ganancia d e las em presas transnacionales- d e te r mina que la mayor parte d e la dem and a existente d e alim en tos, productos industriales y servicios modernos, p u ed e sa tisfacerse "usand o una parte relativam en te p eq u eñ a d e la fuerza d e trabajo total d e la región". En consecuencia, sólo una p equeña parte d e la fuerza d e trabajo p u ed e desem p eñarse en formas d e em p le o "razona blem ente bien rem uneradas, ad ecuad am en te capitalizadas y
12» lohn W e lls . Emplee en América Latina. Un» búsqueda de opciones. O IT , G in eb ra. 1087,
p.
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no
|ohn W ells, op eil.. p. 04.
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so cialm en te p ro d u c tiva s ”. El resto d e la fuerza d e trabajo -m ucho mayor q ue este sector d e reproducción adecuada"excede a los requerim ientos, y ante la ausencia d e un ingre so m ínim o proporcionado por el Estad o, su único derecho sobre el exced en te económ ico p roviene d e su capacidad de trabajo, en condiciones d e oferta excesiva crónica d e trabajo en diversas activid ades mal pagadas y poco capitalizadas". Por supuesto, esta población no sería superior a los re querim ientos si se hicieran "serios intentos para proporcio nar a toda la población un nivel civilizado d e abastecim iento d e b ien e s y servicios básicos... dada la tecnología existente y lo q ue d e b e ría con sid erarse o b jetivo s razonables con res pecto a las metas d e consumo, la región debe... recorrer un largo cam ino antes d e q u e se pueda considerar q ue su fuer za d e trabajo excede realm ente los requerim ientos". Es d e cir, el problem a d e la surp/us-población es económico-políti co. El derecho d e esta población -que nosotros denom ina mos precaria o sup erflu a o eco n ó m icam e n te in via b le - de participar sobre el exced en te económ ico es esencialm ente secundario: participa en una forma d e redistribución del ingre so del sector p rivado "d e sd e el 20% más alto", d ep en d ie n d o en gran m edida d e las "costum bres sociales d e las clases a l ta y m edia", q ue consum en entre el 50% y el 60% d el total de bienes y servicios "m od ernos"1". La esencia d e la información, resum ida por W ells, es la siguiente. En las econom ías d e ráp ido crecim iento (G rupo A), p arece h ab er ocurrido una reducción muy considerable d e la incidencia d e su b em p leo en la fuerza d e trabajo total; sin embargo, el número absoluto d e aq uellos "considerados com o d e se m p le a d o s exp erim en tó un alza im portante" d u rante el períod o d e referencia. En los países del Grupo B vir tualm ente no hubo cam bio en la tasa d e sub em p leo y en las naciones p erten ecien tes al G rup o C aum entó la incidencia del subem pleo. En lo referente a las tendencias em píricas futuras del su bem pleo, el profesor d e la U niversidad d e Cam bridge escri bió en 1987, q ue la severa recesión experim entada a partir d e 1982 "ha reducido y, en algunos casos, incluso ha elim ina
131. Ibid, p. 95 y 112
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do los avances previos en la reducción del su b e m p leo " en las econom ías del G rup o A. En cuanto a los países d el Grupo B y C -el resto d e la región- la recesión 'ha asegurado pro b ab lem ente q u e el efecto neto d e todos los progresos entre 1950 y 1986 haya llegado a un real aum ento d el sub em p leo". En lo q ue atañe a las perspectivas d e superar el proble ma del d esem p leo, W ells constata: "Cuando observam os el futuro d eb em os d ecir q ue tanto las p erspectivas d e em pleo d e la región y, por lo tanto, la posib ilid ad d e cualq uier re ducción adicional en el su b em p leo son extrem adam ente re motas. Al menos d e corto a m edio plazo no se vislum bra nada en el am biente económ ico internacional q ue conduzca a un crecim iento económ ico en la región como fue el caso en las d écad as an terio res a 1980. D e e s te m odo, es im p ro b ab le que aun las partes económ icam ente exitosas d e la región re pitan su rendim iento del período 1950-1980, lo q ue significa q ue tam poco p u ed e extrapolarse su anterior éxito en la re ducción del su b em p leo ”'". Si agregamos las cifras del d e se m p le o abierto latinoam e ricano proporcionadas por la O IT Im edia = 8'l 1%) para 1992 (1990 en algunos casos! con las cifras d el sub em p leo (m edia = 38'3%) para 1980, entonces obtenem os un prom edio d e la población precaria latinoam ericana d e l 46’4%. Sin embargo, con los estragos en la fuerza d e trabajo q ue el capitalism o neoliberal ha causado d esp ué s d e la publicación del trabajo d e W ells, las tasas d e s u b e m p le o son, hoy d ía, e v id e n te mente, más altas q ue las q ue se refieren al período d e 19501980. Tratarem os d e acercarnos en lo siguiente a estas tasas, hecho por el q u e tenem os q ue aclarar en prim er lugar los conceptos heurísticos. En el estudio d e la PR EA LC utilizado por W ells, la m edición d e l su b em p le o se hizo tom ando en cuenta la suma d e trabajadores in d ep en d ie n tes (m enos de los trabajado res p rofesionales), trabajado res fam iliares no pagados más los em plead os d om ésticos1".
132. | W ells, op.ti!., p % . 133 | W ells, op t i l . p 112
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En el informe d e la O IT sobre E l Empleo en el Mundo 1995 se diferencia entre el sector estructurado y el no estructura do, refiriéndose el segundo concepto, obviam ente, a lo que se denom ina generalm ente en el discurso oficial "sector in formal". No hay una definición d e la categoría sino nada más una descripción d e las activid ades q ue abarca. En el área ru ral, éstas incluyen artesanías tradicionales y "productos muy sim ples, como los m uebles esenciales y los aperos agrícolas, a consum idores d e ingresos m odestos. En las zonas urbanas, la varied ad es mayor, y va d e sd e los arquetípicos lim piabo tas y ven d ed o res d e cigarrillos hasta los talleres metalúrgi cos innovadores, con mano d e obra contratada y aprendices, los subcontratos con el sector estructurado y la concepción d e productos propios” . El sector no estructurado suele con sistir, según la OIT, en "unas activid a d e s d e sup ervivencia extrema y otras d e p equeña envergadura, con posibilidades d e crecim iento y perfeccionam iento técnico". Finalm ente, se distingue este sector en un subsector "parásito" y uno mod ern iz ad o ro dinám ico11’. E s útil introducir ahora al análisis d e la futura pirám ide ocupacional las categorías d e población ocupada (PO| y del em p le o precario. M ientras el concepto d e población ocupa da tien e la ventaja d e representar a todas las personas em p le a d a s in d e p e n d ie n te m e n te d e su p e rte n en cia sectorial (formal o informal) y d e su estatus económ ico (em plead o o in d e p e n d ie n te ), la categoría em p le o precario evita las d e ficiencias d e los términos: sector informal, econom ía subte rránea y sub em p leo, cuya historia se remonta a los años se tenta y, en el último caso, al paradigm a desarrollista. En un excelente trabajo sobre la temática, Fernando Talavera y Martín Rodríguez definen el em p le o precario en su aspecto cuantitativo m ediante cuatro características: en lo re ferente al n ivel d e ingreso, se trata d e tod as las personas q ue perciben dos o dos y m edio salarios mínimos; según es te criterio, en 1990 el 65% d e la PO mexicana tenía un em pleo precario. El segundo criterio se refiere a las prestaciones re cib id as por la legislación federal d el trabajo o los subsidios directos e indirectos d el Estado. El tercero atañe a la jornada d e trabajo q u e en el sector formal oscila (legalm ente) entre
134. O IT . E l Empleo. .. pp. 103.
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las 48 horas máximas y el mínim o d e las 35 horas sem anales. La población no com prendida en este marco legal trabaja de manera precaria. El último criterio operativo utilizado por los autores puntualiza el tam año d e la em presa, dado q ue la microem presa {m enos d e 5 personas em p lead as) constituye la fuente principal del em p le o precario. Al an alizar los autores la econ om ía m exicana con esta m etodología y sobre la base d e estadísticas oficiales, infie ren que en agosto d e 1994 alred ed o r d e 16 m illones d e per sonas (50%) d e la población nacional ocupada trabajaba en el em pleo precario. Agregando a esta cifra el número d e d e sem pleados concluyen q ue en la fecha indicada más del 50% de la población mexicana con "capacidad para trabajar... no estaban p ercibiend o las rem uneraciones suficientes para v i vir y m antener a su fam ilia"11'. Con la crisis económ ica d e d iciem bre d e 1994 esta situa ción ha em peorado dram áticam ente por la p érdida d e l p o der adquisitivo del salario mínimo, el aum ento del d e se m pleo abierto y las excesivas tasas d e interés, entre otros. Es obvio, adem ás, q ue con dos salarios m ínim os nadie p u ed e viv ir en la C iudad d e México. Según el artículo 123, fracción VI d e la Constitución mexicana, "los salarios mínimos genera les d eberán ser suficientes para satisfacer las nece sid ad es normales d e un ¡efe d e familia, en el orden material, social y cultural y para proveer a la educación obligatoria d e los hi jos". Esto no se cum ple: un reciente estudio d e la Facultad d e Econom ía d e la U N AM llegó a la conclusión d e q ue el sa lario mínimo nominal perm itió en mayo d e 1995 únicam ente la adquisición d e 30% d e la Canasta Obrera In d isp e n sab le (C O I)11"; el Instituto Mexicano del Seguro Social (IM SS) calcu laba que en 1988 era necesario una cantidad d e 4’78 salarios mínimos para satisfacer una cesta básica d e consum o d e la población. La central sind ical oficialista, CTM, calculó para 1993-1994 tres salarios mínimos como ingreso necesario117, y hoy día (junio 1995), es realista, considerar ocho salarios mí nimos para cum plir con el artículo constitucional. Por lo ante
134. OIT. E l Empleo. . . p p 103. 135. Fernando Talavera y M artín Rodríguez. 'L a calidad d e l e m p le o e n el México d e los noventa", e n R evista Memoria (C em osl. México. nL 69. agosto d e 199-1, p . 5o 136 ¡ornada, 2.7 1995 137 Talavera/Rodríguez. op cil.
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rior q ued a claro q ue a m ediados d e 1995, la población en si tuación socio-económica desam parada trascendía el 50%; es decir, am bos m étodos d e cálculo llevan, grosso modo, al mismo resultado. Realicem os, finalm ente, nuestra última aproximación m e d ian te el concepto d e población precaria, definiéndolo como la proporción d e la Población Económ icam ente Activa (PEA ) q u e d isp o n e d e un ingreso entre cero y tres salarios m íni mos, esté em p le ad a o no. Si analizamos la distribución por centual d e la población urbana ocupada, clasificada por el nivel d e ingreso, en la C iudad d e M éxico en abril d e 1995, entonces ob tenem os las siguientes conclusiones: Del total d e la población urbana ocupada, el 114% ganó menos d e un salario mínimo; el 36’2% obtuvo entre uno y dos salarios m ínim os (no hay categoría con 3 salarios) y el 5'5% no recibió ingresos. Si a este subtotal del 53'I % agregamos la ta sa d e d esem p leo ab ierto del mes d e m ayo d e 1995 -6'6%-, entonces la población precaria urbana (PPu) alcanza la tasa d e 59'7, es decir, el 60%"". Si tal situación se da en un país con petróleo y una in dustria relativam ente desarrollada, las tasas para Haití, Bolívia, Perú, etc., han d e ser aún más extremas. D e los datos y tendencias em píricas d e la evolución eco nómica global podem os inferir los requisitos ocupacionales de las transnacionales en este proceso, las q ue a su vez determ i nan las actuales reformas educativas en Nuestra América. Para altas tareas d e conducción d e la econom ía y del E s tado (directores, ministros, etc.) se necesitará p robablem en te entre el 0 'l% y el 0'3% d e la PE A nacional. Además, mu chas p o sicio n es d ire c tiv a s en las filiales d e las em presas transnacionales serán ocupadas por personal enviad o desde el país matriz. Pese a la ideología m ulticulturalista d e las cor poraciones transnacionales y su cre cie n te actuación global -por ejem p lo, en la últim a década, el núm ero d e países don d e se cotizan las acciones d e las 10 principales transnaciona les del m undo aum entó d e 58 a 70'"'- sus aparatos d e con ducción siguen siend o predom inantem ente monoculturales.
138 IN E C I, 'A vance d e
", p 12
139. Tin- EíOTioims!, Lond res, 12.7 1993
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Según in ve stig acio n es so b re la m ateria, la p rop orción d e m iem bros del consejo nacidos en el extranjero, en las 500 p rin cip ales com pañías d e E stad o s U nidos en 1901 era del 2 'l% , lo mismo q ue diez años antes. En Francia, el 50% d e los jefes d e las 200 com pañías más im portantes fueron ed u ca dos en las mismas seis grandes e'coles "“. Para un estrato m edio d e conducción d e em presas y del Estado (ingenieros, contadores, econom istas, abogados, etc.) se requerirá p o sib lem en te d e un 10% a un 15% d e la PEA. Para las em presas d e m ontaje industrial y, en m enor m e dida, d e los sectores prim arios y terciarios, d e las transna cionales será preciso del 20% al 30% d e la PEA. El resto d e la PEA, es decir, entre el 45% y el 70% se repro ducirá a través del sector d e em p le o s precarios o quedará, sim plem ente, fuera d e la econom ía como d esem pleado. Un último estrato d e este sector lo formaría el luitipemprolelarial. En total, estos 45% a 70% constituyen la surpÍMS-población relativa q ue le ofrece al capital una reserva inagotable d e mano d e obra barata y, por lo tanto, un constante m edio d e presión a la baja d e los salarios d e los trabajadores em pleados. Es obvio que la no-utilización educativa d e este enorm e potencial humano im plica una grave destrucción d e creativi dad y talento. Sin embargo, el sistem a paga este precio, por que la función d e América Latina dentro d e la división inter nacional d el trab ajo no co n siste en p ro ve e r in n ovacion es científico-tecnológicas -convirtiéndose en un peligroso rival en el mercado m undial- sino suministrar mano d e obra bara ta y m aterias primas. Los talentos que tienen q ue proteger se, son los d e las m etrópolis, no los d el Tercer Mundo. Podem os esquem atizar la pirám ide ocupacional-educativa d e un país m odelo latinoam ericano en la econom ía global d el siglo XXI conforme a la lógica económ ica sistém ica, en abstracción d e la variab le "resistencia y/o d isidencia p olíti ca", d e la siguiente maneradCrafíru 3.1 Éste es el panorama ocupacional-educativo cuantitativo para Am érica Latina q ue se p u e d e inferir d e sd e un prim er análisis d e las tendencias económ icas im perantes en la so-
140 T/io Etononiisl. L o n d r e s . 12.7.1995.
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PIR A M ID E OCURAC10NAL-EDUCATIVA D E A M ERICA LATINA EN LA A LD EA G LO BA L
C r e c ie n te m e n te : É li t e 0 M % - 0 'í%
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4 5 % - 75%
4 5 % - 75%
u
Ocupacional
Educativa
G R Á FIC A 3 136
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ciedad global y en abstracción d e una posible modificación d e este proceso por la in tervenció n d e v a ria b le s p olíticas populares y democratizantes. Recalcam os q ue estam os abor d and o únicam ente el asp ecto cuantitativo-causal d el fenó meno; no estam os analizando la tragedia humana causada por la situación precaria d e las mayorías, tal como se refleja d e manera cuantitativa en el aum ento d e las tasas d e d elin cuencia, violencia intra y extrafamiliar, suicidios, alcoholismo, destrucción d e familias, d e relaciones d e parejas, etc., y en su dim ensión cualitativa q ue el lenguaje abstracto d e las es tadísticas no p u ed e aprehender. Dentro d e estas ten d en cias inm anentes no se ob serva ninguna d e tipo sistém ica q ue pudiera contrarrestar o m odi ficar sustancialm ente el pronóstico; como tam poco se le e n cuentra en las estrategias económ icas del capital, sean éstas del neoliberalism o o del keynesianism o. La única respuesta q ue el capital ha encontrado al problem a del creciente d e sem pleo y pauperism o es d e índole no-económica; el control dem ográfico. C om o los arq u ite c to s d e la a ld e a g lob al no pueden mejorar la oferta d e e m p le o y, por end e, d e nivel d e vida d e las mayorías en el Tercer M undo, p retenden desacti var el potencial d esestabilizador d e la m iseria por el lado de la dem anda: intentan congelar el status quo. Ante este trasfondo d e la lógica económ ica global con v ien e hacer un b reve esbozo d e las principales tendencias evolutivas d e la educación latinoam ericana. Una somera lec tura d e esas tendencias -tanto norm ativas com o em píricasnos revela el sig uien te perfil. Uno d e los d esarro llo s más preocupantes consiste en q ue la brecha educativa entre los países industriales y los del Tercer M undo se está am plian do. En 1960, los p aíses in du striales gastaron catorce veces más en cada alum no d e nivel básico q ue los países subdesarrollados. En 1985 gastaron 50 veces más. En 1985, los gastos públicos recurrentes para la educación prim aria en países d e bajos ingresos representaban el I '3% del Producto Nacional Bruto (PN B ). Esto era eq u iva le n te a 31 dólares por alumno, q ue representa un descenso d el 25% d e los niveles d e 1975, año en q ue se gastaron en el mismo rubro 4 1 dólares por d is cíp ulo1".
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W o rld Bank, The Dm iífiiás of leurmng. W ashington, D C , 1990, p 8
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Al com enzar esta décad a había I 13 m illones d e latinoa m ericanos m atriculad os en los cuatro n iv e le s d el sistem a e d u cativo formal. D e este total, el 65% (73 m illones) se co n centraba en la educación básica, el 20% (22'6 m illones) en el n ivel secundario, el 6% (6'78 m illones) en la educación su p erior y el 9% en la enseñanza preescolar. Tal distribución d e la población escolar p one d e m anifiesto, en palabras de los expertos del Proyecto Principal de Educación para América Lati na y el Caribe, d e la U N E SC O , el estilo "piram idal y segm en tado d el sistem a ed u cativo y confirma q ue la educación pú blica y gratuita se concentra fundam entalm ente en la e d u cación b ásica'"41. Según los especialistas d e la U N E SC O y el estudio arriba citado, se observa una dism inución en el número d e analfa betos absolutos en el subcontinente. Pese a esa tendencia existen todavía alred ed or d e 42’5 m illones d e personas adul tas en Am érica Latina q ue no saben leer ni escribir y q ue re presentan el 15% d e la población total mayor d e 15 años de edad. De acuerdo a los datos d e la U N ESC O , en los países con alto analfabetism o absoluto (Bolivia, Brasil, El Salvador, G uatem ala, Haití, Honduras y núcleos indígenas d e Ecuador, M éxico y Perú) se desarrollan diversos esfuerzos para enfren tar el problem a, m ientras q ue los dem ás países están dando los pasos iniciales para enfrentar "la principal tarea d e fines d e siglo en esta materia: lograr el alfabetism o funcional"1". La tercera tendencia im portante del panoram a educativo es la correlación entre los años d e escolaridad básica y el ni vel socioéconóm ico d e los alumnos. Los datos indican que la capacidad del sistem a escolar d e la región d e retener a los alum nos no supera los seis años. Ocho d e cada diez alumnos perm anecen "p o r lo m enos 7 años en la escuela, aun cuando algunos deserten tem poralm ente y no sean prom ovidos ese año al grado siguiente. D e hecho, el alum no prom edio sólo ap ru eb a 4'2 grados". La perm anencia en la escuela sin ser prom ovido a los grados siguientes genera deserción en los prim eros grados, luego d e haberlos repetido en varias opor tunidades. Esto es un fenóm eno característico para los alum
142 U N E S C O . Hiitñi uiw nueva elapa tic tlesarrolb educativo, Sa n tia g o d e C h ile, Id4)?,
P 21 143. U N E S C O . Hutía.... p. 29.
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nos más pobres que tienen una alta tasa d e repetición y son los q ue se quedan 'fuera del 42'7% d e los alum nos q ue com pleta su educación básica d e seis grados. D e estos afortuna dos, sólo la cuarta parte logra hacerlo a tiem po, o con un año de retraso, y casi todos ello s provienen d e nive les socioeco nómicos m edios y altos ". Esto indica q ue el sistem a d e e d u cación básica sólo es eficiente "para un grupo bastante red u cido d e la población d e la región, es decir, es inequitativo y selectivo". Los costos ad icionales causados por la perm anen cia prom edia d e I ’7 años d e los alum nos d e educación b ási ca se calculan en 3'5 mmd por añ o '". Otra tendencia im portante es el uso del llam ado m étodo frontal en que el maestro se dirige a un alum no prom edio y los alum nos escuchan en forma pasiva. No sorp rend e q ue sea en los grupos d e m enores ingresos d o n d e p revalece la deserción tem poral y definitiva, por lo q ue muchos d e ellos "perm anecen en la institución escolar, pero aprueban pocos grados y su nivel d e aprendizaje es mínim o". A estos factores se agregan otros "no registrados por las estadísticas oficiales: el reducido número d e días d e clase y d e enseñanza efectiva (150 días d e 3 a 4 horas por día, d e las q ue sólo la mitad se usa en enseñar) y la falta d e textos y el q ue sean atendidos por maestros sin formación pedagógica". De esta manera, el avance en el acceso universal a la escuela se ve lim itado en los grupos d e m enores ingresos por el uso d e m étodos basa dos en un alum no "p ro m ed io " q ue supera la cap acidad de muchos alumnos lo q ue "lim ita la calidad y la eq u id ad d e la educación p rim aria'"1'. Las deficiencias curriculares son otra característica g en e ralizada en Am érica Latina. Anotan los investigadores d e la U N E SC O , q u e los resultad os d e la investigación so b re los procesos d e enseñanza coinciden en q ue "no se dan oportu nidades para: reflexionar sistem áticam ente; usar el con oci m iento previo q ue tienen los alum nos sobre el asunto, rela cionarlo con el contexto local, discutir en grupos pequeños sobre los diversos puntos d e vista y com partir las reflexiones pertinentes con la familia y la com unidad. Los curricula tam
144 U N E S C O . Hniw
. p 25
145 U N E S C O . H o íw
. p 2i
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poco utilizan el "sa b e r popular" ni la "tradición oral d e la co m unidad""". Otro desarrollo significativo en el escenario educativo es el creciente reconocim iento d e la im portancia educativa preescolar. Hasta ahora, constata la U N ESC O , la familia ha sido "el principal agente" para satisfacer las necesid ad es básicas d e aprendizaje d e los niños entre O y ó años. Sin embargo, en la región, este p apel "se em pieza a compartir, en forma c re c ie n te , con los s e rv ic io s d e e d u c a c ió n p re p rim a ria o preescolar. M ientras la actividad privada se ha concentrado en el "tram o d e 4 a 6 años d e ed ad y atiend e a los hijos de familias q ue p u ed en pagar el servicio y q ue luego los envían a escuelas prim arias privadas", la acción pública se ha orien tado hacia los sectores en situación d e pobreza. Como ha si d o com probado por numerosos estudios, el éxito escolar del niño d e p e n d e d e manera sustancial d e su socialización pre escolar q u e determ ina sus habilid ad es cognitivas y capacida d es sociales d e ap ren d iz aje"’. La bifurcación del sistem a educativo en un sector priva d o y otro p úb lico es un desarrollo d e extrema importancia que, como citam os anteriorm ente, ha alcanzado niveles de participación privada en la educación superior que trascien d e n e l 50% (Brasil, C olo m b ia, etc.). La privatización d e la educación refleja su creciente elitización, en la cual la evolu ción individual se v u e lve básicam ente un juego al azar bioló gico: el niño q ue tiene la suerte d e nacer en una familia rica p u ed e em p ren d er su o d isea ed ucativa en un am biente idó neo; el niño pobre se estrellará, en la mayoría d e los casos, contra las rocas d e la desigualdad social Vinculada a la ten d en cia anterior es la cada vez mayor im posición d e los estándares curriculares d e eficiencia, competitivid ad , evaluación, etc., del Prim er M undo en América Latina. E sto s p atro n es cu ltu rale s - q u e son esen cia lm en te m ed io s d e dom inación, no d e eficientizació n"*- rigen cre
146. U N E S C O . H« í m
, p. 2r>
147. H a d a una. .. p p 21/25. 148. Una recie n te en cuesta efectu ada po r el D epartam ento d e Instrucción esta d o u n id e n se en tre 22.000 estu d ian tes d e l últim o ciclo d e l secundario, arrojó com o re sultado q u e e l 60% d e los en cuestad os de sco n o ce casi to d o sobre los hechos históricos d e l país E ncuestas sem eja n tes en áreas com o geografía, m atem áticas, etc . han arroja d o resu ltad os parecidos. E/ Universal. México, M I 1995.
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cien te m en te las formas y con ten id os d e enseñanza d e sd e los niveles primarios hasta los sistem as d e posgrado"0. En la hegem onización cultural d e los países tercermundistas el Banco M undial (Brinco Internacional de Reconstrucción y Desarrollol ¡uega un papel fundam ental Cuando los 700 eco nomistas, banqueros, diplom áticos y políticos salieron d e la reunión constitutiva d e la institución en 1944, |ohn Maynard Keynes les dijo q ue tenían q ue salir d e ahí "com o m isiona rios, inspirados por el celo y la fe". H em os ven d id o "todo e s to a nosotros, pero aún tenem os q ue persuadir al m undo e n tero". Actualm ente, la persuasión del m undo entero encuen tra uno d e sus cam pos más fértiles en la educación, donde los misionarios proveen "asistencia técnica, conducen análi sis e investigaciones d e política, divulgan sus d escubrim ien tos, entran en discusiones políticas con gobiernos y ayudan a movilizar y coordinar ayuda externa para la educación'"'11'. S e gún los informes del Banco, inicialm ente se enfocaba hacia la expansión d e la infraestructura educativa, en los años s e te n ta se am plió su política hacia todos los aspectos d e la educa ción y d e sd e finales d e los ochenta enfatiza la educación pri maria y la atención a la gente más pobre. D esde la caída d el socialism o europeo, el Banco M undial ha increm entado significativam ente sus activid ades e d u cati vas, concentrando la mayor parte d e sus partidas financieras (en este rubro) hacia Am érica Latina, hecho q ue p ro b a b le m ente esté vinculado al Tratado d e Lib re Com ercio (NAFTA). La última ten d en cia estructural o b se rvab le e s la d ism i nución del papel d el Estad o en la educación q u e está siendo sustituido por los intereses d el gran capital, m istificados co mo "m ercado". La creciente intervención d el gran capital se realiza d e manera directa o indirecta por m edio d e los inte lectuales orgánicos colectivos d el sistema, como la O EC D , el FM I y el Banco Mundial. En una revisión d e su política ed ucativa global publicada en 1995, los misionarios del Banco M undial formularon una
149 Un e je m p lo d e l fenóm eno e s el Padrón de posgrados de excelencia en el extranjero para las cien cias so ciales y hu m anidades, d e l Co nsejo N acional d e C iencia y Tecnología IC O N AC YT ) mexicano, e n cuyo listado d e 402 instituciones a ca d ém icas no hay ni una latinoam ericana. Actualización del padrón de programas de posgrado de excelencia para ciencia y tec nología. 1994. México. 1994. p p XV 150 The Dividends , p 12
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vez más con loable claridad su credo. Según el documento, el o b jetivo d e la institución consiste en generar crecim iento económ ico y reducir la pobreza m ediante el uso productivo d e la fuerza d e trabajo. La educación es precisa para alcanzar am bas metas, hecho p or el q u e su reform a es un co m p le m ento im p o rtan te d e las reform as económ icas. La rápida transformación d e la base económica-tecnológica, d e la in dustria del conocim iento y d e las reformas económ icas han creado la posib ilid ad d el ' crecim iento económ ico sostenido con frecuentes cam bios d e trabajo para los individuos". De ahí se d e riva n "d o s p rio rid a d e s cen trale s para el sistem a educativo: tiene q ue satisfacer la creciente dem anda d e las econom ías d e trabajadores adaptables, así como la continua expansión d el sa b e r"1'1. Los trabajadores estadounidenses "se han adaptado ya a la idea d e que no tendrán para siem pre un mismo trabajo", infor ma la revista Time con abierta alegría. "Han aprendido a aceptar el inevitable cam bio del trabajo y a seguir adelante con su vida en la m edida que puedan". "Los trabajadores en Europa y Ja pón no han mostrado esa m ovilidad o adaptabilidad"1''. Ésa es la gran tarea d e los reform adores educativos en la sociedad global: crear al trabajador adaptable que -al igual que el adap tad or eléctrico universal- encaje en cualquier "enchu fe" em presarial regional, sin causar problem as en la genera ción d e ganancias. O, si dejam os el discurso eufem ista d e los evangelistas neo lib erales a un lado, el trabajador desechab le q ue al fin d e su ciclo productivo d e vida sale expulsado de los dem ocráticos y ve rd e s programas d e reciclaje d e la Aldea G lobal. D e esta m anera, la u to p ía re accio n aria d e l c ap ital se acerca a su o b jetivo totalitario d e convertir el homo sapiens en "capital humano". Y sin quererlo, rehabilita enfáticam ente al teórico y político Karl Marx - d e s p u é s d el "fin" del marxis mo-, agregándole a la categoría d e capital variab le una nue va dim ensión d e significado. Ironías d e la historia mundial.
I 1)! .
d o s prio rid ad es cla v e s e n ed ucación: tie n e q u e confluir con la gran d e
m anda q u e e l sistem a económ ico hace d e trabajadores ada p ta b les
. y tie n e q u e ap o
ya r la continua expansión d e l co no cim iento " W o rld Bank. Prioriiies . p p I y 154. 152 Time. 10.1 1994.
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ante las cuales ni siquiera los m andarines culturales del capi tal global se encuentran a salvo. 4. S o c ia liz a c ió n en e l C ib e re s p a c io El fordismo revolucionó el uso d e las fuerzas productivas y las relaciones d e producción industriales durante la prim e ra mitad d el siglo XX. Pero no se q u e d ó allá: generó tam bién la correspondencia antropológica q u e re qu ería su p rod uc ción industrial en masas, extrem ando la valorización del ser humano bajo dos aspectos: como productor enajenado taylorista d e mercancías -hecho inmortal por Charly Chaplin en su película M odern Times- y realizador consum ista d e plusvalías. Esta reducción d el homo sapiens al homo oeconomicus -cuyo valor para la com unidad social y política d e p e n d e exclusiva m ente d e am bos roles- expresa el carácter fetichista d e la sociedad burguesa, en la q ue las necesid ad es y p otenciali dad es d e la evolución d el hom bre se vu elven una función de la reproducción am pliad a d el capital. El se r hum ano sigue siendo, como durante toda su historia precientífica, esclavo de sus propios productos m entales y materiales. La relación entre el hardware capitalista -la tecnología en función d e los im perativos d e la ganancia- y su software (com plem ento) humano, es decir, el paradigma antropológico que hace operativo lo primero, tien e q ue adquirir en la sociedad global un perfil d iferente al d e la etapa fordista, básicam en te, por tres nuevas realidades: a) las em presas transnaciona les, tanto en lo financiero como en lo productivo y mercantil, aparecen como las en tid ad es dinám icas formativas d eterm i nantes en la econom ía nacional e internacional. Los pronun ciam ientos respectivos d e sus representantes no d ejan du das. El vicep resid ente Al Gore, encargado d e los m edios en el gobierno d e Clinton, sostiene q ue las autopistas de la informa ción constituyen "el m ercado más im portante y lucrativo del siglo XXI"; Mark W oessner, director d e una d e las em presas transnacionales más im portantes d el sector (Bertelsm ann), va un paso más allá: "L a industria d e la información y d el e n tretenim iento ha asum ido la función dinám ica q u e antes se suponía asignada a la industria del arm am entism o’’1'’'. Ésta es
IV )
Fnnihlurter Rundsthiiu. U .S . 1994, Frankfurt/M . RFA. Según un estu d io d e la e m
presa Ford, e l co sto actual d e la electrón ica e n un auto m ó vil e s d e 1.500 a 1.700 dólares: esto e s e l d o b le d e l co sto d e acero utilizado para construir e l coche NYT, 6 .11.1905
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una verd ad a m edias, porque el com plejo militar-industrial estad ounidense sigue siend o el principal m edio d e dinamización d e la econom ía nacional -con un presupuesto tres v e ces m ayor q ue el d e Rusia y dos veces mayor q ue los d e la pón, Alem ania, Inglaterra y Francia juntos'1 ' 1- y com parte con la industria bélica francesa los primeros dos lugares a nivel m undial en la venta d e armas. Sin embargo, la importancia trascendental d el sector es indiscutible, d ad o q ue se trata d e una tecnología "transversal", cuya aplicación aum enta la p ro d u ctivid ad y la c alid ad d e las m ercancías en todos los sectores económ icos. Según un estudio d e la em presa Ford, los com ponentes electrónicos d e un autom óvil representan ya un valor d e 1.500 a 1.700 dólares, o sea, el d o b le d e los c o m p o n en tes d e acero 1’’'. En el n ivel m acroeconóm ico las p erspectivas d e crecim iento d e la industria cibernética son tam bién enorm es. Los cálculos respectivos suponen q ue el total d e inversiones en tecnologías relacionadas con la infor mación en los diez años venideros alcanzarán la suma d e I '4 billones d e dólares, es decir, 140.000 m illones d e dólares al año. En 1993, este sector había alcanzado un volum en mun dial d e 2’23 billones d e dólares y la proyección d e sus tasas d e e m p le o muestra q ue dentro d e un lustro habrá más tra bajadores y em p lead o s en esa área q ue en la industria auto m ovilística1’’". D e ahí q ue no sorp rend e q ue el gran capital sueñe que las innovaciones d e esa tecnología generen un largo ciclo de crecim iento d el tip o d e Kondratieff, s e m ejan te a aquellos q ue los econom istas académ icos atribuyen a la máquina de vapor (1850-19001, al autom óvil (1900-19501, a los aviones y a los m ateriales sintéticos (1945-1970). En la carrera por la apropiación d e los frutos del avance tecnológico, Estad os U nidos lidera en casi todos los secto res. Por ejem p lo, el número d e teléfonos m óviles en Estados U nidos es d e 58% habitantes, m ientras q ue en lapón y A le mania las cifras respectivas son 48 y 46 Lo mismo es válido para los PC: el prom edio estadístico d e pertenencia d e una com putadora personal en Estados U nidos e s d e 34% habitan
154. NYT. 6.7.1996 155 NYT, 6.11 1995. 156. M in isterio d e Eco n o m ía d e la RFA, D if hitormalionsgeíellsihall. nov d e 1995
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tes; en Alem ania son 19% y en (apon 8%. El m ercado mundial d e software está controlado en un 80% por em presas canadien ses y estadounidenses. Los europ eos dom inan un segmento d e 16%, los países d el Pacífico el 4% y e l resto d e l mundo apenas el 1%. Ú nicam ente en las redes d e fibras ópticas se encuentra Alem ania a la cabeza del proceso1” . La segunda realidad nueva consiste en q ue b| para las entidades formativas d e la sociedad global, el m ercado na cional deja d e ser la plaza prim ordial d e reproducción d e ca pital; y q ue c) en el ám bito d e la com unicación se opera una transformación sustancial d e la cultura basada en la escritura hacia una cultura visual o d e la imagen, en la cual los proce dim ientos m im éticos cada vez más perfectos d e los m edios electrónicos crean una realidad propia, virtual q ue se vuelve global y normativa frente a las socied ad es nacionales. El nuevo paradigm a antropológico q u e los subsistem as de educación y cultura d e la socied ad global d e b e n im p o ner, se realiza, por end e, en la tríada d e esas variables; y la esencia del proceso d e desarrollo e im plantación p u ed e sin tetizarse en la siguiente sentencia: generar el hom bre semiótico m ediante su socialización en el ciberespacio. Este hom bre sem iótico d e b e ser el homo oeconomicus q ue vive d eterm i nado por "la dictadura d e las superficies" dentro d e una cul tura hom ogenizada m u nd ial y en un e s p a c io p ú b lic o tan transformado, que el "cam b io estructural d e lo p úblico" ana lizado por Juergen H aberm as no trasciende la dim ensión de una tormenta en un vaso d e agua. Dentro d e esta tarea d e construir la antropología del es pacio cibernético conforme a los intereses del capital trans nacional, las viejas quim eras d e la "corporación con corazón" han perdido su funcionalidad y, en consecuencia, han d e sa parecido del arsenal ideológico d e los vencedores. Ya no son necesarias las apologías d e A.A. Berle y G.C. Means, quienes, en su clásica obra The Modera Corporation and Prívate Property 119321, sostienen q ue la m oderna sociedad anónim a d e cap i tal variable muestra un com portam iento cualitativam ente d i ferente a la p equeña em presa capitalista. "E s prob able -de hecho, parece casi inevitable, si el sistem a d e las sociedades
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D i? Inlormiilionsgesellutnitl. o p c i i . p 60
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d e capital variab le preten de seguir existiendo-, q ue el con trol' d e las grandes corporaciones evolu cion e hacia una tec nocracia m eram ente neutral, q ue m antiene en eq uilib rio las reivindicaciones d e los diversos grupos sociales y que asigne una parte del ingreso a cada grupo, más con base en el b ie nestar general q ue en la avaricia p rivada’"'". En 1956, C ari K a ys e n s o stu vo en 1956 en la reunión anual d e la Asociación Económ ica estad ounidense, q ue una de las características fund am entales d e la corporación era su co m p o rtam ien to re sp o n sab le. "E l management ya no es agente d e la p rop iedad, q u e trataba d e maximizar la renta b ilid ad, sino q ue carga con la resp onsab ilid ad para los a c cionistas, em p lead o s, clientes, el bien com ún y, sobre todo, para la em presa com o institución... Bajo un punto d e vista p u ed e calificarse este com po rtam iento com o responsable: No se m uestra ni avaricia ni tacañería; no se realiza ningún intento d e descargar una parte d e los costos sociales d e la em presa sobre el trabajado r o la gente en general. La em presa m oderna es una em presa con corazón". De la misma manera se expresó el director general d e la Stan dard Oil of N ew jersey en 1960, cuando sostuvo q ue “ la gran em presa disfruta, efectivam en te, d e m enores espacios d e decisión q u e la p e q u e ñ a "1'0. Esos viejos iconos d e la indoctrinación capitalista del fordism o están siend o sustituidos p or las creaciones adecuadas a las necesid ad es d e la sociedad global informativa. Para p o der diferenciar entre los elem entos sustanciales (constantesl y transitorios d e este proceso ideológico, con viene realizar una b reve reflexión sobre los paradigm as antropológicos de Occidente. Dicha reflexión muestra q ue detrás d e la m ultipli cidad d e cosm ovisiones desarrolladas a lo largo d e la histo ria, existen dos vertien tes fundam entales: la utilitarista y la hum anista o romántica, en ten d ién d ose el concepto románti co como en el período del Sturm und Drang alem án, es decir, una orientación d e vid a id en tificad a p rim o rd ialm e n te con id eales y principios éticos; a diferencia d e la concepción uti
158. AA B e rle . G a rd in e r C M eans. The Modern Corporation and Prívate Propcrtij. New Y ork 1932, p. 356. 159. A m b a s citas en P A
Baran, P M S w ee z y. M onopolij Capital. E d alem an a, en
Suhrkam p, Frankfurt/M.. RFA, 1967. p 30.
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litarista q ue conceptualiza al ser humano básicam ente como un ente concentrado en procurar su propio bien. El sím bolo clásico d e la visión humanista es, por sup u es to. el Prom eteo griego, cuya axiom ática es hered ad a en su forma m ilitante por, entre otros, los jacobinos, Marx y Lenin, mientras q ue su vertiente pacifista re vive en personajes co mo jesús, Gandhi y otros. Sin embargo, el ideario filosóficopolítico del cual se nutre la concepción antropológica d el ca pitalism o d e Estad o reaccionario, mal llam ado neoliberalismo, d e v ie n e del paradigma utilitarista. La concepción d el hom bre com o homo homini lupus ("el hombre es el lobo del hom bre") y d e la sociedad como bellum omnium contra omites ("guerra d e todos contra todos"), tal como la desarrolla Tom ás H ob bes en su dim ensión política en el Levialhan, encuentra su expresión utilitarista-mercantil en la obra Escritos Económicos del "filósofo d e la utilid ad ", el econom ista inglés jerem y Bentham (1748-1832). "M i noción de hom bre", dice Bentham , "es la d e un ser q u e anhela la fe licidad, tanto en el éxito como en el fracaso, y en todos sus actos continuará haciéndolo, m ientras siga ho m b re." En el curso general d e la existencia, "en todo corazón humano, el interés d e la propia consideración predom ina so b re todos los dem ás en conjunto. Más brevem ente: p revalece la propia estimación; o bien, la autopreferencia se encuentra en todas partes". El principio d e autopreferencia, “ d e b e en ten d erse como la propensión d e la naturaleza humana, por la cual, con motivo d e cada acto que ejecuta, todo ser humano se ve in clinado a seguir la línea d e conducta que, en su inm ediata estim ación del caso, contribuirá en el más alto grado a su propia felicidad máxima, cualquiera q ue sea su afecto en re lación con la dicha d e otros seres similares, uno cualquiera o todos ellos en conjunto". La única causa eficiente d e la ac ción "es el interés... Únicam ente por un sentido d e interés, por la eventual expectativa d e placer o dolor, e s como p ue de ser influida la conducta humana en cualquier caso’" 00. La concepción del hom bre como un anim al esencialm en te egoísta y egocéntrico, cuya conducta -al igual q ue la d e una rata d e laboratorio en el laberinto- se determ ina básica
160 lerem y Bentham . Estrilos Económicos. F C E , M éxico. I ‘>78. p i
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m ente p or e stím u lo s d e castigo y gratificación, p lan tea el problem a d e la instancia rectora q ue posibilitaría su convi vencia política y social ordenada y pacífica. La respuesta histórica-sistémica q ue el hom bre ha encontrado es el Estado. El Estad o es el agente civilizador q ue im pide la guerra civil: en su forma absoluta como el Leviathan d e H obbes; "dom esti cad o" com o el Estad o constitucional d e Locke o como princi pio ético en la filosofía d e Hegel, culm inándose su desarrollo en el Estad o d e derecho -la reconciliación entre el p od er ab soluto y el derecho in dividual- o, como en Marx, en la asim i lación d e la sociedad política por parte d e la sociedad civil. El cam ino a la barbarie en la convivencia humana se abre cuando el Estad o se v u e lve totalitario - "absorbiend o" la so cied ad civil, tal como sucedió en el fascismo y estalinismo-, o cuando p ierd e sus funciones civilizadoras, convirtiéndose en sim p le com plem ento ejecutor d e una instancia superior, como el mercado. Esto es el caso d el estadism o reaccionario o Estad o neoliberal. En el capitalism o d e Estad o reacciona rio, q ue es la forma d e dom inación y explotación actual d e la burguesía, la sociedad política ha d e jad o d e ser benefactor y protector del demos (p ueb lo) y d el bien común. Su fuerza es utilizada en pos d e los intereses d e las minorías dominantes, no en favor del bien público: protege a los ricos d e los rigo res d el m ercado e im plem enta el terror d el "m ercado libre" contra los indefensos. Para lograr tal efecto, el gran capital y su s a lia d o s p o lític o s e in te le c t u a le s han re a liz a d o una incesante cam paña propagandística contra el Estad o q ue ha logrado en E sta d o s U n id o s un d e te rio ro sustancial d e su imagen. De tres cuartas partes d e la población que opinaba en 1963 q ue el gobierno federal cum plía un p apel positivo en la sociedad, para 1993, sólo una cuarta parte opinaba lo m ism o"’1. La brutal lógica del neoliberalism o reconoce como única Geslall legítima d el homo sapiens su grotesca caricatura utilita rista, el homo oeconomicus, y com o único derecho genuino de sobrevivencia el q ue pueda conquistarse en el mercado. Los derechos hum anos formales, sociales y colectivos sólo tienen vigencia práctica en la m edida en q ue pueden "valid arse” en el mercado; en caso contrario son letra muerta.
161. L a lomada, 28.5.1995.
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El dramaturgo alem án Bertold Brecht ha expresado esa verdad en el aforismo d e q ue el p eo r crimen en el cap italis mo es ser pobre, pero nadie ha formulado esa lógica d e gue rra contra los desprotegidos con más claridad q u e el piadoso cura-economista Robert M althus (1766-1834), cuya ideología con stituye la segunda fuen te d e in sp iración actual d e los neoliberales en general y d e los republicanos estad ou n id en ses en particular. En su "Plan propuesto para la supresión gradual d e las leyes d e beneficencia", M althus dem anda que la sociedad se libere d e "la tiranía, la d ep end encia, la indo lencia y la infelicidad" q u e engendra la beneficencia pública y le parece q ue "la justicia y el honor nos obligan a rechazar d e la manera más formal tod o derecho d e los pobres a q ue se les sostenga". Contraer matrim onio sin contar con la "seguri dad d e p od er sostener a los hijos" es una inm oralidad. Para acabar con ella propone q u e "ningún niño nacido d e cual q u ie r m atrim onio q u e tuviera lugar un año d e sp u é s d e la promulgación d e la le y d e supresión d e beneficencia, y nin gún hijo ¡legítim o nacido dos años d esp ués d e aquella mis ma fecha, tendría nunca derecho a la asistencia parroquial". D e esta manera "se libraría d e una vez a toda la generación naciente d e su m iserable d ep en d en cia respecto del gob ier no y d e los ricos, liberación cuyas consecuencias morales y m ateriales son casi incalculables". A u nq ue el acto d e m atrim onio d e los p auperizados es "a todas luces inmoral", no le co n vien e a la socied ad casti garlo. Con la razón práctica d el terrorista d e E sta d o com prende q ue el trabajo sucio d e acabar con los "inm orales" d e b e encargarse a lo q u e d em agógicam ente e n tie n d e por "le y e s naturales". C uando "la naturaleza se encarga del go bierno y del castigo en lugar nuestro, es una am bición bien mísera el q u erer q uitarle d e la mano el p alo y atraer sobre nosotros el o d io q u e siem p re recae sobre el e jecu to r d e la justicia. D eberá, pues, d e járse le |al p ob re q u e se casal al castigo im puesto por la naturaleza, a la necesidad... D eb e negársele todo socorro parroquial y d e b e ab an d o n ársele al socorro inseguro d e la caridad privada. D e b e hacérsele ver que las leyes d e la naturaleza, q u e son las leyes divinas, le han con den ad o a él y a su fam ilia al sufrim iento... q u e no tien e ningún derecho a reclam ar d e la so cied ad la más p e queña porción d e alim ento, fuera d e la q ue p ued a procurar le su trabajo...". 149
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En lo q ue resp ecta a "lo s hijos ilegítim os, no d eb iera p erm itírseles ningún derecho a la ayuda parroquial... Si los padres abandonan a su hijo, d e b e hacérseles responsables d el crimen. La criatura es, relativam ente, d e escaso valo r pa ra la sociedad, ya q ue otras ocuparán en seguida su p ues to'"'’2. La absolutización y mistificación d el mercado, su verda dera transubstanciación en M althus y sus discípulos contem poráneos, co n stitu ye la b ase d e una nueva y reaccionaria metafísica q ue d e b e estabilizar el vacío d e dominación id eo lógica d e la socied ad posfeudal, causado por la seculariza ción y desm itologización y ap en as "rellenado " m ediante las teorías del consenso, d el derecho natural, y del público co mo espacio d e la realización d e la razón. Para los arquitectos malthusianos d e la ald ea global, aun la noción del Conlral so cial d e Rousseau o las id eas liberales d e H aberm as sobre el Lebenswell (m undo vital) son intolerables, porque reflejan d e m asiado el axioma d e la necesaria in cidencia dem ocrática del ciudadano. Todas las huellas d e la soberanía popular d e ben erradicarse. En su lugar aparece la nueva referencia m e tafísica, el mercado, investido con los atributos del dios ju dío-cristiano, lahvé, del v iejo testam ento con su incom pren sib le brutalidad y om nipotencia. Cuando alguien p ierd e su existencia burguesa, es decir, su trabajo, la culpa es del mer cado mundial. Si un joven no encuentra un em p le o o una for m ación superior, p orq ue no m uestra el n ivel cultural sufi ciente, se d e b e a q ue no es "com petitivo" en el mercado. Si alguien tien e 50 años y ya no e s "productivo", entonces tiene q ue acep tar este dictado como la sentencia d e un dios ag nóstico q ue ha d ecid id o en su contra, sin q ue haya una ins tancia d e ap elación o interpelación. El d estino ciego d e la tragedia griega o d e la ira del dios todopoderoso q ue con vierte sujetos in d ivid u a le s com o p u eb lo s enteros -los del Tercer M undo- en polvo, se llama hoy día mercado. Y con la típica arrogancia d e los vencedores, los apóstoles d el b ecerro d e oro proclam an el nuevo evangelio: "E l que piensa q ue se pueda d eten er la globalización, debería d ecir
162 T hom as R obert M althus, Ensayo sobre el principio de In población, Fo n d o d e Cultu ra Eco nóm ica, M éxico, 1086. p 95 213. U i ¡ornada. I2 A 9 5 y 22.2.1995
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El principal instrum ento d e gobierno d el presidente ar gentino, Carlos M enem , ha sido tam bién el cuarto p od er pre visto por Locke, por m edio d e los llam ados "decretos d e ne c e sid ad y urgencia". E s te instrum ento co n stitu ye jurídica m ente una excepción constitucional, p or lo q ue el p red ece sor de M enem , Raúl Alfonsín, sólo utilizó diez "decretos de n ece sid ad y urgencia" d urante sus se is años d e gobierno. M enem , en cam bio, ha utilizado la "excepción constitucional" 360 veces en cuatro años en el poder, p rin cip alm ente para im plem en tarsus reformas económ icas neoliberales-'14. En Brasil, el programa económ ico Plan Real, ha estado en vigencia a lre d e d o r d e un año sin ratificación del congreso. En lugar d e la autorización legislativa, el p resid en te F.H. Car doso lo ha im plem en tado m ediante las llam adas "m ed id as provisionales", es decir, d ecreto s p resid en cia les q ue p u e den ser renovados repetidam ente. D espu és d e asum ir el p o d er el I d e enero, hasta el 15 d e mayo d e 1995, Cardoso ha utilizad o más d e 150 "m e d id a s p ro v is io n a le s " para cubrir d esd e la creación d e nuevas agencias gubernam entales has ta la alocación d e fondos fed erales’15. En Perú, e l p re s id e n te Fu jim o ri d is o lv ió , en ab ril d e 1992, en un golpe d e Estado, parlam ento y la Corte Suprem a para gobernar ocho m eses por decretos presidenciales. D es pués reform uló la constitución y realizó e le ccio n es fraudu lentas y bajo condiciones controladas por el gobierno, q ue le dieron una sólida mayoría. Todo esto con la anuencia y com plicidad d e la Organización d e Estados Americanos. En la víspera d e las elecciones se descubrió un intento d e fraude electoral en la ciudad d e Huánuco. D e 500 actas llenadas ¡legalm ente, 370 favorecían al presidente-candidato a la re e le c c ió n , A lb e rto F u jim o ri, con a p ro x im a d a m e n te 75.000 votos. Las actas electorales estaban en manos d e per sonas d e la alianza gobernante C am bio 90-Nueva M ayoría. César Gaviria, el secretario general d e la O EA , quien llegó el 8 d e abril a Perú para observar los comicios, afirmó q ue en las ciu dades d e Pasco y H uancavelica sé habían d etectado hechos sim iliares a los d e Huánuco. Sin em bargo, d esp ué s
2M Tirar. I5 5 .IW > 215. Newsweek, I5 .5 .IW » .
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del día electoral, el funcionario afirmó q ue el proceso se rea lizó con normalidad y q ue el sistem a electoral peruano po see una buena estructura. De esta manera, Gaviria respaldó a la misión d e observadores del organismo q ue poco antes había destacado el am biente d e tranquilidad en q ue se d e sarrolló la ¡ornada-'10. No obstante el p lácet d e G aviria y sus observadores, el lurado Nacional d e Eleccio nes se vio obligado a informar s ie te d ía s d e s p u é s q u e 2.988.897 v o to s p a rla m e n ta rio s -el 24'07% del total- fueron declarados nulos, por errores com e tid os por los ciudadanos al m om ento d e marcar la cédula. Esta cifra es sup erio r a los 2.280.018 registrados en la lista más votada, la d e la coalición oficialista C am bio 90-Nueva M ayoría'” . En la prim era vuelta d e las elecciones generales colom bianas d e mayo d e 1994, el abstencionism o alcanzó la cifra d e 66%. Según el ex p resid en te y actual secretario general de la OEA, César G aviria, el alto grado d e abstencionism o se d e bió a q ue ahora "los electores tienen más libertad para elegir a sus representantes en el gobierno". No menos original fue la lectura d e los resultados por parte del can didato liberal Ernesto Sam per, acusado d e haber recibido d inero para la cam paña electo ral d el narcotráfico (Cartel d e Cali). Q uedó dem ostrado, afirmó, q ue el país "q u iere un cam bio y puede lograrlo conm igo en la p resid en cia'” '”. Una explicación más cercana a la realidad sería la situación social del país -50% d e la población en la miseria-, el continuo terrorismo d e E s tado q ue excluye cualquier alternativa política real al bipartidism o d e lib erale s y conservadores, así com o el hecho de q ue "durante 8 m eses d e 1993 y durante 35 años d e los últi mos 42, el gobierno funcionó bajo estados d e em ergencia, los cuales le dieron al Ejecu tivo una am plia gama d e p o d e res para exp ed ir decretos, algunos d e los cuales violaron los d erech o s básicos..."310. En buen rom ance: a lre d e d o r d e 36 años d e dictadura abierta del régimen.
216. La \oraaila. 10. y 9.4.95. 217 Lrt lomada, 18.4.1998. 218. La ¡ornada. 16.8 194 210. Com isión Intercongregacional d e lu slicia y Paz, InslirM ij Paz. V o l 7, núm ero I, Bogotá, 1094, p. 188
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Sem ejan te es la situación en G uatem ala, q ue sufre, d e s d e la intervención estad ounidense d e 1954, una feroz dicta dura d e la élite, a veces abiertam ente ejecutada por los mili tares y otras disfrazada con una fachada civil. D ad o q ue al am o hem isférico le co n vien e actualm ente te n e r "d e m o cra cias", la oligarquía guatem alteca se ve obligada a utilizar la segunda opción, m otivo p or el cual se realizaron el 14 de agosto d e 1994 las elecciones legislativas. Ante la farsa e le c toral, las mayorías no participaron en el proceso, d e tal ma nera que el abstencionism o alcanzó el 80%. El Frente R ep u blicano G uatem alteco (F R G ) del general y ex d ictador Efrain Ríos Montt, q u ien gobernó G uatem ala entre 1982 1983 a partir d e un golpe d e E stad o - p erío d o en q ue com etió un auténtico genocidio contra la población indígena- ob tuvo el 33% d e los votos, seguido por el derechista Partido d e A van zada Nacional (PA N ) con un 26%. Si el golpista llegara a la presidencia, entonces representaría el 6'6% d el electorado total. Si am bos partidos decid ieran hacer una alianza, el go bierno d e la dem ocracia guatem alteca representaría al 11'8% del electorado d el país220. El "cuarto p od er" del Estad o latinoam ericano, ¡unto con el uso d e elecciones fraudulentas o ilegítim as221 para gober nar al margen d e los intereses mayoritarios, son d e hecho los mecanismos dom inantes d e las élites en el poder, a las cua les la norm atividad d e una convivencia dem ocrática les tiene sin cuidado. Un ú ltim o e le m e n to d e la filo so fía p o lític a b urguesa constitutiva m erece ser tom ado en cuenta: la eticid ad d e la sociedad política, tal como es analizada por Hegel. Aun los que no entienden nada d e Hegel, saben q ue el filósofo ido latró al Estado: que para él representaba el m om ento ético
220. L/í lomuda, lo.K. 1004 221
L o s eje m p lo s son, p o r sup uesto , interm inables. E n la R ep ú b lica Dom inicana
-otra dem ocracia latinoam ericana Morir in U SA d e s p u é s d e la invasión estad o u n id en se d e I00S- e l p re sid e n te loaquin Balag u e r v o lv ió a eleg irse e l 16.5.1994. p e se a q u e el cand id ato triunfante tie n e K7 años d e ed ad , e s ciego, p a rcialm ente so rdo y p u e d e a p e nas cam inar; e s d e cir un cand id ato rem inlscente d e l protagonista d e la p e lícu la Kngomtisíifl d e Akira Kurosawa A n te s d e las e le c cio n e s d esap areciero n oportunam ente d e las listas electorales a lred ed o r d e 200 000 ciud ad an os registrados, p rincip alm ente d e la oposición, y en s ie te d e las 29 p ro vincias d e l país e l e le c to ra d o se en tusiasm ó a tal gra d o q u e el total d e votos superó el cie n por cien. "R em ark ab ly en thusiastic turnouts oí m ore tiian 100 petcent", inform ó e l New York Times. 30.5.1994
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de la vida nacional. Pero Hegel no era idólatra ni reacciona rio. Entend ía q ue la polarización d e la sociedad burguesa en ricos y pobres resultaba d e sus insuperables antagonismos de clase. D e ahí la grandiosa id ea d e l Estado como garante d el bien p ú b lico -frente a los in tereses particulares-, que com parte con, virtualm ente, todos los grandes pensadores de la sociedad burguesa; porque e s e v id e n te que la ley de la civilización capitalista -sin correctivo- e s la ley d e la selva. A la luz d e los cuatro criterios, el Estad o latinoamericano aparece como encarnación caricaturesca del ideario original d e los clásicos. Lejos d e representar el bien común, se ha convertido en botín d e los intereses oligárquicos q ue lo usan com o G ¡libán en sus políticas d e saqueo.
L a d e m o c ra c ia re a lm e n te existente El análisis d el status quo d e la dem ocracia latinoamericana no requiere hacerse d e sd e una posición radical. Los com en tarios ocasionales d e los m iem bros d e la clase política criolla - q u ien es viven, parafraseando a Martí, en las entrañas del monstruo- no dejan lugar a dudas sobre el estado d e la d e mocracia en el subcontinente. El ex ministro d e D efensa y d e Relaciones Exteriores de Venezuela, general Fernando Ochoa Antich, declaró en una entrevista reciente q ue uno d e los problem as más graves del continente es la persistencia d e "una oligarquía entreguista, sin sentido d e lo nacional. Son oligarquías q ue se vanaglo rian d e hablar inglés." A estos "grupos oligárquicos latinoa m ericanos no les interesa cambiar, d e ahí que los pueb los se desesperen, d e ahí q ue cada vez sea más alta la abstención e le cto ra l". M ien tras la d em o cracia no s e a "g e n u in am en te participativa y genere igualdad d e oportunidades a todos los grupos políticos y sociales, no tendrem os paz social", dice el militar, y continúa: "N o basta con hacer elecciones y elegir p a rlam en tario s y p re s id e n te s : hace falta q u e la so cied ad realm ente d ecid a su d estino y para e so es preciso que las elecciones dejen d e ser un trám ite y sirvan para dar vida a la dem ocracia”" 2.
222 L a lom ada, 3.7.1995.
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Según el ex p resid ente argentino Raúl Alfonsín, se obser va "q u e el peligro d e presidencialism o se acentúa, d ond e la d ivisión d e poderes q ued a d esd ib u jad a, el conflicto es v i sualizad o com o d e so rd e n y e l ord en com o im p o sició n , y d ond e la estab ilid ad y la gobernabilidad... quedan cautivos d e estrechos m árgenes d e m aniobra frente a una fabulosa concentración oligopólica del p o d er económ ico, la transna cionalización d e los m ercados y la volatilid ad d e los flujos fi nancieros. Con reglas d e juego d ond e tienden a im perar la co m peten cia salvaje, las estrategias d e s u p erviven cia y la fragmentación d e la sociedad, la gente se ve em pu jada hacia un neopopulism o autoritario q ue se presenta como natural contención d e los peligros y fantasmas pasados y presentes: hiperinflación, desintegración social, inseguridad territorial, laboral, sanitaria y existencial. En el caso d e Perú tanta y tan dramática ha sido la em ergencia experim entada q ue el sim ple hecho d e p od er vo lve r a cam inar más o m enos tranquilo por las calles d e Lima ha sido d ecisiva prueba d e eficacia pa ra plebiscitar la gestión presidencial. La explicación es sim ple: a un m odelo d e sociedad q ue se transforma en un 'esta d o d e naturaleza’ hobbesiano le sigue un nuevo L evialán con las dosis d e discrecionalidad q ue la realidad im ponga"'2'. Re cordem os en este contexto tam bién la oportuna reflexión d e Alfonsín sobre la situación d el Estad o latinoam ericano d e pendiente, citada en el prim er capítulo, en el sentido d e que d e lo q ue se trata es d e suplantar al Estad o para destrabar las cadenas d e mando del p o d er económ ico, e instalar "un Estad o gerente, sin fines y con secu e n tem en te sin política, transmisor y ejecutor d e las decisiones d e una é lite q ue ni Mosca ni Pareto hubieran imaginado". Y recuerda el ex p resid ente q ue esto está claro "en cuan to a la d ep end encia externa, q ue ha lim itado a niveles inve rosímiles la libertad d e elección entre alternativas económ i cas. Pero tam bién está muy claro en cuanto al p od er econó mico interno, enlazado con el externo en el marco d e la glo balización financiera, capaz, en c u a lq u ie r m om ento y ante cualquier circunstancia desfavorable, d e hacer sonar el escar m iento si algún gobierno tuviera la peregrina idea d e recu perar el Estad o para el pueblo".
223. L fll ornad,i. 11.0.1995
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El p resid ente argentino en funciones, Carlos M enem , ex plícita con mayor precisión el "p o d e r económ ico interno, en lazado con el externo": las políticas neoliberales y d e privati zación, q ue -como reconoció el mismo p resid ente- han crea d o un d e s e m p le o d e I8 '6 % en Argentina, se d e b en "a los em presarios y productores y ejecutivos d e finanzas que p e dían este proceso"” ". H ernando d e Soto, d irector d el conservador Instituto Li bertad y Democracia d e Lima, ex asesor para asuntos relacio nados con las drogas d el p resid en te peruano Alberto Fuji mori, com entó el 20 d e marzo d e 1992 con m otivo del intento d e golpe d e Estad o venezolano que, en Am érica Latina, "no existe una econom ía d e m ercado para todos, sino sólo para unos cuantos" y q ue la mayoría no tiene acceso a la propie dad. Tam poco "existe la dem ocracia". En todas las elecciones se elig e a "un dictador", al q ue se entrega en las urnas "un ch eq u e en blanco" y q ue ya no consulta a la población hasta el final d e su mandato. En vez d e la dem ocracia reina la partid ocracia en un sistem a d e "aparlheid p o lítico ", d o n d e no existe ningún m ecanism o estatal que pudiera recoger las as piraciones legítim as d e la población y satisfacerlas” '. D e m a n e ra p a r e c id a se p ro n u n c ia e l ex p r e s id e n t e costarricense Rodrigo Carazo, quien niega q ue en Am érica Latina haya dem ocracia y para quien los partidos políticos del sub continente son "sistem as oligárquicos-elitistas" que carecen d e cualq uier contacto con la población22”. Oscar Arias, ex p resid ente d e Costa Rica y Prem io Nobel d e la Paz, critica a su vez, q ue si bien se han ido "los Pinochets y otras dictaduras, el p od er civil sigue subordinado al m ilitar". En muchos estados no hay "verd ad era división de poderes y las libertades in d ivid u ales y civiles no se ejercen a p le n itu d "227. El ex ministro del Interior del gobierno d e Carlos Salinas d e C ortan, Fernando G utiérrez Barrios, d ice q ue "no es posi
224. La lomada, 12.9 1995. 225. La tornada, 20.6.1992. 226. En trevista personal. Bogotá, junio d e 1992 227. L a lomada, 30.5.1992.
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ble una dem ocracia electo ral sin una dem ocracia social, ni tam poco es válido afirmar q ue el factor distintivo d e la d e mocracia es la alternancia en el poder. Cierto, es un e le m e n to, pero no sustantivo ni definitorio. Lo im portante e s acatar la voluntad soberana del p u eb lo y no q uerer el cam bio por el cambio, o bien, montar un sim ulacro d e alternancia, como entre refrescos d e cola"-1'". Y laim e Paz Zam ora, p re s id e n te d e B o livia, resum e el aprecio d e las élites latinoam ericanas por sus dem ocracias -en las q ue el asesinato d e oponentes políticos con frecuen cia forma parte del q uehacer dem ocrático'” - en una ad ver tencia al Parlam ento boliviano, pronunciada a pocos d ías del golpe d e Estad o d e Alberto Fujimori: "E l Parlam ento debería funcionar bien, para no d ar pretextos para su elim in ació n "'10. H itler y Mussolini estarían p lenam en te d e acuerdo con esta moraleja, q ue refleja el "espíritu d e las leyes" en el país an dino, como tam bién lo hace el estado d el sistem a jurídico. El ministro d e justicia boliviano, Ren é Blattm an, reconoció que el sistem a jurídico del país es "in a cep ta b le" y vejatorio, ya que prim ero se encierra a una persona y d esp ués d e muchos años, si tiene suerte, p u ed e probar su inocencia. Por ello, d i jo que el 85% d e los d eten id os en cárceles bolivanas están en "prisión p re v e n tiva " y carecen d e p ro ce so '11. No mucho mejor está la situación en Venezuela, d ond e hay unos 26.000 presos, hacinados en '30 cárceles, en las q ue en p rom ed io m uere un preso por día. Dos d e cada tres presos son proce sados sin sentencia, abandonados a su suerte en lo q ue criminólogos consideran "depósitos hum anos"'1'. En cuanto a la dem ocracia chilena, el prim er presidente dem ocráticam ente ele g id o d e sp u é s d e la dictadura m ilitar
228 Excelsior, 17.10.1906 229 E n su ¡niorm e anual so b re lo s d e rech o s hu m anos en e l a ño d e 1994. Amnistía liileriiiuifiial d e n u n c ió un d rástico e m p eo ra m ie n to d e la situació n resp ectiva e n Am érica Latina, d o n d e se registraron “horrend as viola cio n es a lo s d erecho s hu m anos” -princi palm ente po r parte d e los estado s d e la región-, sin q u e la m ayoría d e los gobiernos tomara m e d id a s elica ce s para co m b a tir esta situación E l Universal, M éxico. 6.7.1995. 230. L a lomada, 9 4 1992 231. L a lomarla. 15.7 1995 232
La lomarla. 15 7 y 9.6.1995. Un caso elo cu e n te e s e l d e M an u el lim é n ez Castro
q u ie n lú e e n via d o a prisión e n 1967, po r o p o n erse - e n su condición d e vete rin ario d e l sector d e S a n id a d - a una venta ilegal d e carne d e res d e un grupo ganadero S a lió d e la prisión a la e d a d d e 83 años. 27 d e lo s cu ales perm aneció en prisión a la esp e ra d e una sen tencia q u e nunca fue dictada.
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d e Pinochet afirmó en agosto d e 1995 q ue su país vive una "dem ocracia con restricciones" ya que las atribuciones presi d enciales están lim itadas por la inam ovilidad del com andan te en jefe, Pinochet, y por la ley d e las fuerzas arm adas'". P i nochet, quien - p e se a ser responsable d e alta traición a la patria por un g o lp e d e E sta d o q u e provocó la m uerte d e 30.000 chilenos- sigue siend o el com andante en jefe d e las fuerzas m ilitares del país, se burla im punem ente d e sus crí menes. Abordado recientem ente por la prensa acerca d e los d erech o s hum anos contestó irónicam ente: "Yo no conozco los derechos humanos. ¿O u é cosa es e s a ? " ’". En abril d e 1994, dos sem anas antes d e las elecciones generales en Paraguay, el general Lino C ésar O viedo, com an dante d el principal cuerpo del ejército, declaró q ue "nuestra decisión es cogobernar con el glorioso e inmortal Partido C o lorado, por sécula seculorum. No quiero probar yo ni todas las fuerzas arm adas con otro p artid o p olítico q u e d esco n o ce mos, q ue todavía no m anda y ya em pieza a ponerse en con tra nuestra, a hablar mal d e nosotros y tratar d e denigrarnos". El ex p resid en te d e Argentina, Raúl Alfonsín, "no entendió y quiso probar y procuró gobernar en contra d e sus fuerzas ar madas, pero seis m eses antes Id el fin d e su mandato) tuvo q ue tirar la toalla...” 2” . En Honduras, el actual jefe d e las fuerzas armadas, gene ral Luis Alonso Discua, fue el prim er jefe del Batallón 316, un escuadrón d e la muerte creado por la CIA y los militares hondureños, q ue fue responsable d e la desaparición d e más de 184 personas en los años ochenta. Discua E lv ir no niega los cargos, sino que alega q ue las desapariciones fueron produc to d e una política d e Estado q ue contó con el visto bueno de las au toridades'1”. Parece q ue en la particular intelección de la dem ocracia q ue tienen los m ilitares d e la región, la com pli cidad con los arquitectos civiles del terrorismo d e Estado los liberara d e la responsabilidad política y legal d e sus actos. Si la é lite criolla tien e una visión idiosincrática d e la realpolilifi y del pragmatismo en la dem ocracia, sus patrocinado res y guías e s p iritu a le s d el P rim e r M u n d o no se q ued an
233. L a lomada, 7.8.1995. 234. L a tornada. 4.8.1995. 235. La lomada, 29.4.1993. 236. E l Universal. 25.8.1995
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atrás. Recientem en te se reunieron los "más connotados ex pertos sobre d em ocracia d e la U nión A m ericana” en W a s hington para d eb atir el "gran dilem a: ¿liberalización econó mica o política?". En esta ocasión la vicep resid enta d e la in fluyente Socied ad d e las Am éricas y m iem bro d e la junta d i rectiva del National Endow m ent for Dem ocracy (N E D I, Susan Purcell, com entó q ue México ” no pudo haber hecho las refor mas macroeconóm icas bajo una dem ocracia plena, no hubie ra habido consenso...". Purcell d estacó la ironía d e q u e de los tres países q ue más han avanzado en las reformas macro económ icas (México, C hile y Argentina), sólo uno, Argentina, "ha hecho las reformas bajo un sistem a dem ocrático y, aun así, abusó del poder del decreto... Brasil em pezó más tarde, pero su manera d e im poner los cam bios es, hasta cierto pun to, más dem ocrática pues está tratando d e crear un consen so, mientras q ue México, bajo el PRI, Chile, bajo Pinochet y Argentina, bajo los peronistas, hicieron las reformas primero, y buscaron el consenso después". M uchos d e los "co n n o tad o s ex p e rto s" co in cid iero n en q ue hay q ue rechazar la idea d e q ue "todo tenga q ue hacer se sim ultánea y súbitam ente", q u e los procesos dem ocráti cos "tienen su propio ritm o” y q u e no es p osib le forzarlos-"1. El carácter oligárquico-plutocrático d e las dem ocracias li berales es tan evid ente en el Prim er como en el Tercer Mundo, siendo el gobierno-Estado el botín d e las dos fracciones políti cas principales en q ue se manifiesta la burguesía: los conser vadores o demócrata-cristianos y los liberales o socialdemócratas. Los miembros d e sus gabinetes y estructuras políticas conductoras son parte d e una estrecha é lite d e hombres de negocios, políticos y militares con considerables fortunas per sonales"', q ue rotan dentro d e estas tres esferas d e poder. En las elecciones estad ounidenses d el 8 d e noviem bre d e 1994 que dieron al Partido Republicano la mayoría en am bas cámaras del Congreso, el abstencionism o fue del 6 I ’3%. Comenta Ellen M iller, directora del Centro d e Estudios para la Política Reactiva, "el costo d e la cam paña brindó, aun an-
237. 2*8
E l Fiiuwticro. o 5.1903 L a fortuna d e l nu evo p re sid e n te francés, lacques Chirac, alcanza la sum a de
l ’7 m illones d e dólares, igualando la d e su a nteceso r socialista Franco ise M itterrand L o m ism o e s vá lid o para lo s p re sid e n te s e stad o u n id en se s
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tes d e las elecciones, un óptim o indicador del resultado. En 29 d e las 35 com petencias para el Se n ad o ganó el candidato q ue gastó más. Para la Cámara d e Representantes, 364 d e los 421 ganadores fueron los m ejor financiados'"'. Existe, sin embargo, una diferencia fundam ental entre la plutocracia d em ocrática d el Prim er M undo y la d e l T ercer M undo. La prim era cuenta con el apoyo mayoritario d e la po blación y su clase dom inante ostenta, por ende, el carácter d e clase dirigente. )ohn Kenneth Calbraith ha analizado las im plicaciones d e este im portante hecho en su libro Tfte Cul ture of Contenlmenl. D eb id o al alto nivel d e vida d e la mayoría d e la población existe una "m ayoría electoral contenta", cuya vid a gira en torno a la defensa d e su "com odidad y satisfac ción inm ediata". S ie n d o ellos la mayoría, "éste es el estado d e ánim o q ue controla al país". " L o q u e es n u e v o en los a s í llam a d o s p a ís e s c a p ita listas... es q ue la satisfacción dom inante y las creencias re sultantes son ahora las d e la mayoría, no sim plem ente d e al gunos pocos. Eso opera bajo la fuerte cobertura d e la d em o cracia, si bien no d e una dem ocracia para todos los ciu dada nos, sino aquellos que -en defensa d e sus ventajas sociales y económ icas- acuden efectivam ente a las urnas. El resulta do d e esto es un gobierno q ue se acom oda no a la realidad o las n ece sid ad es com unes, sino al credo d e los satisfechos, quien es son ahora la m ayoría d e los q ue v o ta n ""“. El credo d e los afortunados -en el q ue la sensib ilid ad para los pobres, la indignación moral o la voluntad d e refor mar, no juega un p apel significativo- es utilizado "para servir la causa d e perpetua satisfacción y las id eas económ icas y políticas co n tem p oráneas son acom odadas d e una manera se m ejan te "'41.
239. C a b le s d e E F E y A N SA , 10.11.1994. 240. "L o q u e e s n u e vo en lo s a sim ism o llam a d o s países capitalistas, e s q u e el co n te n to co ntro lad o y su resultante creencia, e s m ayoritaria y no d e unos pocos. O pera bajo e l p o d ero so paraguas d e la dem ocracia, una dem ocracia no d e todos los ciu d ad a nos, sino d e a q u e llo s q u e e n d e íe n s a d e su venta|a econó m ica y social v a n a las urnas E l resu ltad o e s un g obiern o no aco m o d a d o a la realidad o al in terés com ún, sino a la cre en cia d e los satislech os, q u e son la gran m ayoría d e lo s q u e vo tan " lohn K Galbraith, Tfic Culture olContentmenl. H oughton M iíflin Co, N e w York, 1992, p 10 241 "L a s creencias d e lo s satislech os son d e d ica d a s a servir la causa d e l co nten to continuo, y las ¡d e a s econó m icas y p o líticas d e l m om ento, son igualm ente ad ecu a d a s a esta causa" lohn K en n eth C a lb ra ith , The Culture ol Contenlment, H oughton Mifllin, N e w York 1992, p 2
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El panem el circenses como clave d e la estab ilid ad política ha sido patrim onio d e todas las élites dom inantes en la his toria, d esd e las prim eras socied ad es griegas d e clase hasta el nacionalsocialism o alem án y la dem ocracia estad ouniden se. Basta, al respecto, leer La Política, d e Aristóteles, d ond e el gran pensador indica q ue "la com unidad política adm inistra da por la clase m edia es la mejor... q ue la mayor fortuna para una ciudad consiste en q ue sus m iem bros tengan un patri monio m oderado y suficiente, ya q ue d ond e unos poseen en dem asía y otros nada, vendrá o la dem ocracia extrema o la oligarquía pura, o bien, com o reacción contra am bos excesos, la tiranía". Y resum e el filósofo la experiencia griega, conclu yendo q ue "las dem ocracias son más seguras y d e más larga duración q ue las oligarquías a causa d e la clase media... Mas cuando falta la clase m edia y los pobres alcanzan un número extremado, so b revien e la adversidad y pronto se arruinan"2". Esta verdad política-social es inm ediatam ente e v id en te tanto para la dem ocracia griega com o para Ln Democracia en América. En la clásica obra d e Alexis d e Tocqueville, el "suce sor ideológico" d el barón d e M ontesquieu atribuye la situa ción dem ocrática encontrada en Estados Unidos a un hecho generador: la igualdad d e condiciones d e los ciudadanos. A m edida que estudiaba la sociedad norteam ericana, "veía ca da vez más, en la igualdad d e condiciones, el hecho genera dor del q ue cada hecho particular parecía derivarse, y lo vo l vía a hallar constantem ente ante m í com o un punto d e atrac ción hacia d ond e todas mis ob servaciones convergían” . No difiriendo entonces "ninguno d e sus sem ejantes, nadie p o drá ejercer un p od er tiránico, pues en este caso, los hombres serán perfectam ente libres, porque serán del tod o ¡guales, y perfectam ente iguales, porque serán d el tod o libres"24'. La precariedad socio-económica es, por lo tanto, la razón fundamental del d ep lorab le estado dem ocrático d e la res pu blica latinoamericana, y la condición d e su m ejoram iento d e p en d e d e la sup eración d e la crisis económ ica-social. Sin embargo, las perspectivas d e desarrollo d e la región bajo el neoliberalism o no dan pie al optim ism o. Los cuatro paráme-
242 Aristóteles. Elica Nicomaquea Política. Ed . Porrúa. M éxico. 1994. p 232. 243
A d e T o cq ueville. U» Democracia cu America. 2.* Ed.. Fo n d o d e Cultura E co nó
mica, México. 1961. p 31 y 463
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tros fundam entales para m edir el progreso económico-social son elo cuentes al respecto: en cuanto al crecim iento econó mico, el P IB por habitante es inferior al d e 1980; la tasa de d e se m p le o es m ayor q ue a m e d iad o s d e la décad a d e los ochenta; en lo relativo a la distribución del ingreso, la aplica ción d e los programas d e ajuste estructural ha reforzado el carácter "notab lem en te in equ itativo" q ue muestra el ingreso en la región; la pobreza, finalm ente, ha pasado d e 247 m illo nes d e habitantes en 1986 a 270 m illones d e habitantes en 1990 en Am érica Latina2". En lo social, la reaparición d e enferm edades "decim onó nicas" es uno d e los costos p rin cip ales del neoliberalism o. En la eterna carrera d e evolución entre los seres humanos y los microorganismos patógenos (bacterias, virus, etc.), los úl tim os se han visto beneficiad os por dos tend encias cap ita listas q u e les proporcionan condiciones idóneas d e repro ducción: la im parable destrucción ecológica y el sistem ático d esm antelam iento d e los sistem as d e salud públicos. La gran incógnita sobre el origen del VIH (Sid a) hoy día está virtualm ente resuelta. Las evid en cias científicas dispo nibles sobre este tipo d e enferm edades apuntan en una d i rección: se trata d e tipos d e virus q ue existen en determ ina das regiones geográficas -po r ejem plo, el Ébola en los bos ques tropicales d e África Central- en ciertas poblaciones ani males. La incesante penetración y destrucción capitalista de estos hábitats pone al ser humano en contacto con el virus q ue -en su estado genético natural o m utándose- infecta al nuevo huésped biológico. A través d e la globalización d e los transportes, el m icrobio se d ifund e y se v u e lve un peligro mundial, tal como sucedió con el Sida. A p arte d e la introducción d e nu evos m icroorganism os patógenos locales en la so cied ad m undial, antes d e crear una ad ecuad a estructura d e salud preventiva global, la rapi ña d el capital ha sido inexorable en cuanto al d esm antela m iento d e los sistem as d e salud públicos. La primera ad ver tencia del regreso d e las enferm edades "decim onónicas" fue la reap arición m asiva d el có le ra en Am érica Latina en los años ochenta, resultado -según el director d e la "fuerza de
244. La formula. 2 8 .1 0 .1 « 5 .
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tarea contra el cólera", d e la Organización Panam ericana de Salud, doctor Brandling-Bennett- del em peoram iento sanita rio e higiénico-social d e la región. Estim a el experto q ue se rán necesarios 200.000 m illones d e dólares para vo lver a los "están d ares sanitarios d e los años s e s e n ta ” . La fie b re del dengue -que en su forma hemorrágica tie n e una alta in ciden cia d e m ortalidad- es otra enferm ed ad q ue estab a virtu al mente erradicada en el hem isferio occidental, d eb id o a una cam paña regional em prend id a d esp ués d e 1945. Actualm en te la enferm edad ha reem ergido con tal fuerza q ue am enaza al hem isferio en forma d e ep id em ia. Durante este año se han identificado más d e 88.000 casos en Brasil, más d e 35.000 en Centroamérica y más d e 15.000 en Venezuela. El d eng ue es un p a d e c im ie n to -al igual q u e la fieb re am arilla- q ue se transm ite por el m osquito Aedes aegypti que se reproduce, p referen tem e n te, en zonas urbanas. D e ahí que, como en el caso del cólera, su existencia y proliferación d e p e n d e fundam entalm ente d e las condiciones sociales en q ue vive esta población. Otra ep id em ia d e los pobres e s la "encefalitis venezola na" q ue actualm ente está afligiendo a más d e 45.000 perso nas en Colom bia y 10.000 en Venezuela. Según un e p id e m ió logo del Center for D isease Control y Prevention en Atlanta, contratado por el gobierno colom biano, este padecim iento "p u ed e ser p reven id o al cien por ciento". Si existiera "un sis tema d e continua vacunación y vigilancia ep idém ica, nada d e esto hubiera pasado", com enta el especialista. Esta lista de enferm edades posibles d e prevención m ediante una escasa inversión d e recursos y la voluntad política correspondiente, podría prolongarse considerablem ente: tendría q ue m encio narse el fuerte repunte d e la malaria; la aparición d e la peste bubónica al norte d e Perú ( I994|; el mal d e Chagas q ue afec ta a 18 m illo n es d e latinoam ericano s; las in fe ccio n es gas trointestinales y la tuberculosis, entre otras'4'. El cuadro d e la dem ocracia realm ente existente en Am é rica Latina arriba descrito -que tendría q u e com plem entarse con un análisis sobre la corrupción endém ica, la im punidad con q ue actúan los sectores represivos d e l Estado, la con
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N Y T . 23.*». 1995, l « lonimte, 2 0 5 1905
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centración oligopólica d e l p o d er d e com unicación en unas cuantas em presas transnacionales, la destrucción ecológica, la falta d e viviendas, etc - es el resultado d e 170 años d e in tegración d e p e n d ie n te d e las élites criollas a la pax americana y a un sistem a m undial, cuyos m ecanism os d e expropiación y transferencia d e la riqueza global hacia el Prim er M undo si guen op erand o d e s d e el siglo XVI, abriendo la brecha entre los ricos y p ob res cada vez más. Una estim ación sobre el problem a, citada por el Banco M undial, llega a la conclusión d e que, en 1870, el ingreso m edio p er cápita en los países más ricos era 11 veces superior al d e los más pobres; esa re lación aum entó a 38 en 1960 y a 52 en 1985-'“ . Tal tendencia secular no sorprende a la luz d e un dato elaborado por los expertos del Programa d e Naciones U nidas para el Desarro llo (PN U D ) q ue revela q ue el Tercer M undo recibe cada año por concepto d e ayuda d el Prim er M undo la suma d e 50.000 m illo n e s d e d ó la re s , m ie n tra s q u e p ie r d e a n u a lm e n te 500.000 m illones d e dólares por el pago d e la deuda externa y la distorsión d e los mercados-'". Por lo anterior es e v id e n te q ue el problem a d e desarro llo d e la dem ocracia latinoam ericana es, hoy, más q ue nunca, un problem a del sistem a m undial y q ue es inverosím il que puedan encontrarse soluciones d e salvación nacional. La d i mensión del cam bio queda, entonces, definida como una d i mensión bolivariana q ue in evitab lem ente tiene que abarcar la Patria Grande entera. La tran sic ió n d e m o c rá tica Irónicamente, el problem a d e las fuerzas d e cam bio lati noam ericanas es el mismo q ue el d e la burguesía: no tener una propuesta económ ica via b le para las mayorías. Sus pro gramas económ icos se d eb aten entre el neoliberalism o y el keynesianism o, o freciend o una mezcla d e am bos m odelos d e acumulación q ue no se traduce en fuerza d e movilización. Del neo lib eralism o toma, por ejem p lo, el elem ento cla ve d e la necesaria integración en el m ercado mundial, pero no p u ed e ser congruente con tal postura, porque la esencia
246 B a n co M undial. E l Minuto, p 11 247. C itado e n Kdiros Europa Ncwsínillclin, Bruselas, N o v 1004
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del neoliberalism o es la destrucción d el Estad o benefactor y d e la industria nacional d el T ercer M undo; am bos e le m e n tos son incom patibles con la clie n tela d e las fuerzas p o p u la res. Del keynesianism o integran la im portancia del m ercado interno y d e la creación d e e m p le o s p or m e d io d e l déficit spending, pero tam poco son con gruen tes con este p la n te a miento, porque im plica una renegociación a fondo d e la dis tribución d el p lusp rod ucto m u nd ial -y, sob re todo, d e la deud a externa- con las burguesías m etropolitanas. Sie n d o una oposición inm anente al sistem a capitalista, no pueden p lan te ar el cho q u e con los am os d e la ald e a g lob al y, en consecuencia, carecen d e una fuente p la u s ib le d e capital para la política estatal. Las cantidades d e capital q ue requieren los países lati noam ericanos no p u ed en d e v e n ir d e l ahorro interno. Para ap ro p iárselas d el p lu sp ro d u cto m undial q u e está b ajo el control d e las m etrópolis, es conditio sine qua non la constitu ción d e un bloque latinoam ericano que tuviera la fuerza de negociación necesaria para cam biar las condiciones macroeco n ó m ica s e n tre las tres g ra n d es p o te n c ia s m u n d ia le s y América Latina. Sin embargo, no se observa voluntad política para dar este paso ni la com prensión económ ica d e q ue esto es im perativo para cualquier estrategia keynesiana. C ualqu ier persona q ue e n tien d e algo d e econom ía e his toria sabe que, para un país atrasado en el sistem a mundial capitalista, existe d e sd e hace 150 años un solo cam ino d e sa lir d e la d ep en d en cia y d el atraso: la dictadura d e desarrollo cap italista. A lem a n ia y japón fueron las ún icas p o ten cia s que, d e esta manera, lograron en el siglo X IX subir al nivel d e las p otencias in du striales hegem ónicas. En el siglo XX, ninguna potencia nueva ha logrado alcanzar el prim er nivel; pero aun el ejem p lo d e las dictaduras asiáticas (los cuatro "tigres") -y en cierto sentido, la dictadura pinochetista- con firman la moraleja alem ana y japonesa. Taiwan, por ejem plo, fue durante más d e cuarenta años una dictadura abierta, con la prohibición d e sindicatos, d e m o vim ien tos p olíticos de oposición, salarios bajos controlados y la p en a d e m uerte para la fuga d e capital. Resum iendo, sin un Estad o fuerte q ue controla todas las variables estratégicas del desarrollo, como son: los flujos de capital, los salarios, los precios, las im portaciones y exporta191
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d ones, los sindicatos, partidos políticos y la educación, entre otros, la "m odernización" capitalista e independización na cional no pueden lograrse. No sabem os si el m odelo d e las dictaduras asiáticas podría funcionar aun bajo las condicio nes actuales d el m ercado y d e la política mundial. Pero aun q ue fuera así, los sectores dem ocráticos no podrían proponer un programa d e este tipo, porque no p u ed e ser agente opre sor del m ovim iento obrero y popular. Excluyendo la opción dictatorial, no hay una propuesta económ ica realista para los sectores p op ulares d entro d el capitalism o contem poráneo. Su única bandera económ ica y política via b le será, por ende, un nuevo p royecto d e dem ocratización regional, o sea, un nuevo proyecto histórico. D ado q ue la reflexión d e este capí tulo es la p ersp ectiva d e la dem ocracia en Am érica Latina, nos lim itam os a la exposición d e una serie d e elem entos m í nim os que d eb en formar parte d e la futura organización d e la com unidad política en sus d im ensiones vitales. El proyecto d e dem ocratización regional -al igual que el gran m ovim iento universal d e democratización e im plem en tación efectiva d e los d erech o s hum anos políticos, econó micos y sociales- se enfrenta a cuatro com plejos d e poder q ue determ inan la arquitectura d e la sociedad global: I., el capital transnacional y su m edio d e realización, el mercado m u nd ial; 2., el gran cap ital nacional, aso cia d o al transna cional; 3., los estados burgueses nacionales; 4., el proto-Estad o capitalista m undial. Esas cuatro estructuras o com plejos d e p od er forman el nuevo sujeto-mundo q ue -con la excep ción parcial d e los estados nacionales del Prim er M undo y a l gunos d el T ercer M undo- carecen d e legitim idad y control d em o crático , p e se a q u e sus d e c is io n e s su elen afectar el d estino d e la hum anidad entera. Nada en este sistem a -qu e tolera cada año la m uerte de trece m illo n es d e niños p or e n fe rm e d a d e s sociales, fácil m ente controlables con escasos recursos económ icos- indica q u e sus ten d en cias económ icas in herentes o los intereses políticos q ue lo dom inan, cam biarán el rumbo q ue ha mos trado d e sd e 1492. Para lograr su transformación, es necesario un proceso d e dem ocratización profunda q ue ponga las es tructuras d e p od er antidemocráticas/oligárquicas del sistema m undial bajo el control efectivo d e las mayorías, porque en cu a lq u ier sistem a dem ocrático son éstas las únicas fuentes p osib les d e legitimación del p od er político. 192
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Entre los contornos del perfil dem ocratizador d e la Patria Grande -y del sistem a m undial, en general- se encuentran los siguientes elem entos q ue se refieren a las esferas más im portantes d e la reproducción social humana. En lo político, la separación d e poderes, el sufragio universal y el parlam enta rismo son las tres aportaciones históricas d e la burguesía a la evolución d e la sociedad política d e la hum anidad. Cada uno d e estos principios es lim itado en sí y muy deficien te en su funcionamiento en la gran mayoría d e los entornos d e los ca pitalism os nacionales actuales; sin embargo, representan for mas incipientes d e soberanía popular, q ue han d e tom arse en consideración com o puntos d e partida para d ar el paso d e la protodem ocracia a la dem ocracia. D e ahí q ue es im p e rativo q ue las elecciones en Am érica Latina dejen d e ser manipulativas y plutocráticas y q u e adquieran un carácter d e mocrático q ue merezca tal nombre. Esto presupone: al que el control político organizativo esté en manos d e la ciu dada nía que utilizará las estructuras d el Estad o únicam ente como a p o y o té cn ico al p ro ce so e le c to ra l; b| q u e las cam p añ as electorales se realicen en condiciones equitativas en lo eco nómico, político, jurídico y propagandístico; c) q ue las o p cio nes electorales representen la am plitud d e los intereses d e los sectores y minorías principales d e la sociedad civil, dado q ue una elección sólo es dem ocrática cuando se p u ed e e le gir entre alternativas político-sociales reales; d| responsabili dad legal d e las prom esas electorales realizadas en cam pa ña, porque hoy día los discursos electo rales constituyen fla grantes fraudes a la población: prom eten política social p o pular e im plem entan neoliberalism o; ofrecen m ansiones, y entregan chozas. La soberanía popular, q ue es el fundam ento d e cualquier sistem a dem ocrático, existe en los regím enes latinoam eri canos básicam ente en el papel. El verdadero p od er reside en un pequeño círculo d e banqueros, capitalistas y políticos na cionales, q u ie n e s están asociados a los círculos corresp on dientes d e las metrópolis, tal como lo ha expresado el ex pre sid ente argentino Raúl Alfonsín. Elocuentes dem ostraciones de este hecho se encuentran durante las crisis económicas, cuando la justificación d el desastre la da el p o d er político, no ante la nación, sino ante los inversionistas d e Nueva York. El esta b le c im ie n to d e una d ivisió n formal d e p od eres que sea operativa -hoy día e s una quim era en la mayoría de 193
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los países latinoam ericanos- es un ele m en to jurídico-político im prescindible para evitar los abusos d e p od er del Esta do. En el m ism o sen tid o es im p re scin d ib le una extensión sustancial d e las instituciones plebiscitarias, a fin d e reforzar el control d e la sociedad civil sobre la sociedad política. El re co n o cim ien to d e l E s ta d o com o una e n tid a d fed erativa, multicultural, pluriétnica, laica y republicana garantizará la li bertad d e expresión y los derechos civiles d e sus ciudada nos sin d iscrim in ació n d e sexo, raza, religión, e d a d o na cionalidad particular latinoamericana. La creación d e una sociedad más justa y participativa im plica necesariam ente el control d e las mayorías sobre la d is tribución del plusproducto social; y, en particular, sobre las decisiones d e inversión. La inversión es la variab le estratégi ca d e cualquier sistem a económ ico capitalista, no sólo en lo referente al p o d er político-social q ue otorga, sino tam bién en cuanto al nivel d e vid a y seguridad social d e las mayorías. Por end e, las áreas d e inversión prioritaria y la proporción respectiva d el PIB destinada a ellas, han d e d ecidirse por referendo, tanto en los sectores privados como en los estatales d e la econom ía nacional. Por las mismas razones, el presu puesto nacional d e b e som eterse al voto popular. La descon centración d e la riqueza social en el campo, la industria, el com ercio y las finanzas, q u e hoy día son el sostén material del p od er plutocrático dom inante, es una necesidad objetiva en el cam ino hacia la nueva democracia. Dada la experiencia m undial d el capitalism o y, particu larmente, su obra en Am érica Latina, es o b vio que constituye un sistem a incapaz d e satisfacer las necesid ad es d e la m ayo ría d e nuestra población. Pese a los asom brosos avances de la tecnología productiva d e sd e la revolución industrial, la mi seria en el m undo no ha dism inuido, sino aum entado. Es d e cir, las relaciones d e producción capitalista y su e je móvil, la ganancia, no perm iten reorientarla hacia una econom ía en beneficio d e las mayorías. En consecuencia, la econom ía del futuro d e Nuestra Am érica tien e q ue girar sobre un eje de acumulación diferente, q ue serán las necesid ad es básicas de la población; el valor d e uso d e b e sustituir al valo r d e cam bio com o spiritus rector de la econom ía Es im p rescin d ib le la renegociación o cancelación d e la d eud a externa -por dem ás im pagable-, por m edio d e la cual 194
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la soberanía económ ica ha sido secuestrada y entregada al capital financiero internacional. M ed ian te un estudio interna cional ha d e calcularse el valor d e la d eud a externa del Pri m er con el Tercer M undo, contraída durante cientos d e años por concepto d e esclavism o, trabajo forzado, expropiación d e los recursos naturales, contratos leoninos, intervenciones militares, etc. El sald o p ositivo d e am bas d eud as -qu e re dondeará in du dablem en te en favor d e los países d el Tercer Mundo- formará el Fondo para el Desarrollo sostenido y con justicia social d e los últimos. En lo militar, la dem ocratización significa: I., el som eti m iento d e las fuerzas arm adas a la autoridad civil. 2., la re ducción sustancial d e las fuerzas arm adas pon a| carecer de una razón d e ser adecuada, la función d e una fuerza militar consiste en d e fe n d e r la integridad territorial nacional ante un agresor externo; dada la situación geopolítica latinoam eri cana, ese agresor sólo p u ed e ser Estados U nidos o una po tencia europea apoyada por Estados U nidos (G uerra d e las M alvinas) y, en este caso, ninguna d e las fuerzas arm adas la tinoam ericanas tiene la posib ilid ad d e prevalecer; el segun do escenario b élico p osib le son conflictos entre los estados latinoamericanos; éstos, sin embargo, d e b e n y pueden resol verse por la vía d e las negociaciones; b) es necesario liberar los recursos m ilitares para inversiones productivas; c) reducir sus tendencias al golpismo. La democratización d e la esfera cultural hace indispensa ble el restablecim iento d e la educación laica y gratuita d e s de la escuela primaria hasta la carrera universitaria. Asim is mo, requiere la socialización d e los grandes m onopolios de comunicación, particularm ente la televisión. Los canales y re cursos d e la televisión d eb en estar en partes equitativas en manos d e los p rin cip ales sectores d e la socied ad civil. Su función no p u ed e consistir en estar al servicio d e la com er cialización d e las mercancías y d e la creación d e una realidad virtu al q u e d e te rm in a m a n ip u la tiv a m e n te las d e c is io n e s prácticas d el sujeto d e sd e la elección d e un candidato presi dencial hasta el consumo cotidiano. Lo mismo es válid o para las licencias d e transm isiones radiales y d e los m edios im presos. El proyecto histórico d e democratización bolivariano d e la Patria Grande tiene q ue estar acom pañado por la dem ocra 195
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tización a fondo del sistem a mundial, ya q u e éste ha mono polizado el p o d er d e las cinco esferas fundam entales d e la vid a humana -la política, económica, militar, cultural y cien tí fica- en ios tres polos internacionales d e dom inación: E EU U , Europa y lapón. M ientras q ue el 20% d e la población mundial concentra y consum e el 83% d el ingreso mundial, no puede haber m ejoram ientos sustanciales en el nivel d e vida d e los "cond enad os d e la tierra" (Fanón). El desarrollo desigual y desfasado q ue le es in herente al cap italism o requiere una in iciativa p olítica d e lib e ra d a para hacer la riqueza so cial m ente producida del planeta accesib le a la hum anidad ente ra. Esta iniciativa política im plica la democratización del FMI, del Banco M undial, del G rup o G-7 y d em ás estructuras del proto-Estado capitalista m undial, es decir, su som etim iento al control m ayoritario d e la humanidad. A nivel político, el Consejo d e Seguridad d e las Naciones U nidas ha d e ser d isuelto y todas las decisiones del organis mo se tomarán en la Asam blea G eneral, tal como exige la mí nima lógica d e la dem ocracia formal burguesa. Hoy día, el cuerpo político m undial representa a un régimen oligárquico-elitista profundam ente antidem ocrático. A nivel militar, la democratización del sistem a m undial hace forzosa la disolu ción d e la OTAN, q u e es el brazo arm ado d e las élites del Prim er M undo, y el sustrato material d e su intervencionism o arm ado en el Tercer M undo. En lo cultural, el pluralism o de las culturas tien e q ue reflejarse en el acceso equitativo a los m edios m ateriales d e difusión m asiva y los patrones d e in formación y entretenim iento, q ue hoy día están oligopolizados en manos d e unas cuantas agencias noticiosas, emisoras televisivas privadas y periódicos y revistas mundiales. En el gran proceso d e rehabilitación física, cultural y so cial d e los pueb los del Tercer M undo q ue constituye la ese n cia d e la dem ocratización m undial, les han d e ser repatria dos sus valores y objetos culturales, expropiados por las p o tencias d om in an tes m e d ia n te el robo y la com pra leonina durante el colonialism o y neocolonialism o. Para contrarrestar la "fuga d e cerebros" d e los países d ep en d ien tes, que im po sib ilita su futuro, se formará un fondo m undial d e becas y fo m ento a la investigación científica y artística q ue perm itirá a esos cuadros realizar sus trabajos d e investigación dentro y en beneficio d e sus países d e origen, en igualdad d e condi ciones con las d el Prim er Mundo. 196
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Es clave en la dem ocratización d e la sociedad m undial y d e América Latina q ue se establezcan alianzas d e lucha e n tre los secto res honestos d el Prim e r M undo, sus sectores marginados 110% a 20%) y las mayorías del T ercer M undo, co mo única esperanza d e superar a la civilización d el mercado que ha hundido a las mayorías d e Nuestra Am érica en la mi seria y opresión. A la globalización del capital y la universalización d el ho mo oeconomicus, hay q u e con trap one rle el p royecto histórico de la dem ocracia universal y d e la sociedad hermanada. Por que sería ignominioso q ue al atard ecer d e la evolución hu mana, las fuerzas oscurantistas lograran su triunfo definitivo sobre el homo sapiens.
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Epílogo
F
I trabajo hacia la construcción d e una nueva socie dad más allá d el Estado y del m ercado tiene q ue partir n ece sariamente d e la sociedad global capitalista en status nascendi. Por suerte para las naciones econ óm icam en te inviables, el efecto paralizante d el colapso d el socialism o, del posm oder nismo y del neo lib eralism o sobre las energías espiritu ales creativas d e la hum anidad em pieza a retroceder. D esde d ife rentes rincones d e la ald ea global brotan nuevas iniciativas y p arad ig m as te n d e n te s a s u p e ra r la b a rb a rie c a p ita lis ta . M ientras en Alem ania, lürgen H aberm as sigue su trabajo d e Sísifo dentro del laberinto d e la democratización interna del sistem a burgués europ eo -ya q ue el Tercer M undo no entra en la visión eurocentrista d el filósofo-, el joven intelectual Robert Kurz ha planteado con audacia la necesidad d e crear una "tercera fuerza'" o un "tercer frente” , más allá d e lo que conceptualiza como las dos vertientes d e la m odernidad: el capitalism o y el socialism o "real existente"1.
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V éa se la ex celen te obra d e R ob ert Kurz, Der Lelzte machi das ü
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