Alberto-Hidalgo-ed-Indice-de-la-nueva-poesia-americana-1926 (1).pdf
November 27, 2017 | Author: sebastianast | Category: N/A
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INIDICE DE LA NUEVA POESIA AMERICAI\A PROLOGO DE ALBERTO
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VICENTE HUIDOBROy JORGE LUIS BORGES
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TJO AQIN A8ESINAI'A8 IAS DISTANCIA8Sa l¡uede l¡ a,hor¿ eD ¡¡ocos Dltrutos rlede la esquina de Esmeralda y Corr¡e¡te$ eo Buenos Aires, hasta la callo de Ia Ma,gnolia, en Médco. Pgro no se cre¿ qus €sto es lula cont¡ibucióu al acerca¡otento de los pafses cuya ex¡llotación poralió Espa,ñ.ahace ya sur añlto€. Tengo premure en d.eclarar que ol hispa¡.o_ aDerlcaJxismo ¡!e ¡elrugaa. Eso'es una cosa falsa, utóplca y me¡d.az convertlcla, como ¡¡o podla ser de otro modo, en una profesión idéntica a otra cualquiera. ge es hfs_ panoamerlcanista comol méfucoi d comerciante. No conoz_ co uno solo de tales parásltos que éjerza su oficlo con desinterés, o asf fuera sólo con d.isioulo. E¡ América hay abundalrcia de repúbllcas a c.¿usa del exceso do caclques. Cuando haya muerto Bailto y Ordóñez, quó razón babrÁ para que subslsta el Uru_ guay? Sobran pafses y fa¡tan pueblos. gon los carclquer ¡os que sobortran a los hlspanoamerlcaristas, porque es cuestión de vida o muorte para ellos. La coDfrater¡Idad quo predican rcposa en eI hsti¡xto de conserÍació¡ y no eu el afecto mutuo nJ €l altruisD¡o. Adeuás, no hay siquicra si¡¡iütud. d6 caracteres e¡t¡e los paÍs€s Dispano_ an¡rfcanos. Nada tiene quo ver u¡ peruano con un parag'uayo. Entre un argentino y un colonrbiano ol abisao quo so columbra es inco¡mensurable. eue tod.os se¿u d.es_
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cendientes de españoleo, eso os lo de menoe. Log c¡nquistadores impusleron el idloma, psro no el espiritu. La influencia que predomina ea Ia do la ti6üa' y acaao la d.e la tribu con la, que se produjo el cruzamlento. I)€ oüro lado, afirmo que la iudependencia de España no se olrtuvo en los campoe de bata,lla. I,a verdadera intlependencia Ia está haclend.o, o la ha hecho ya, el lnmigraDto de Rusia, ftalia, Alemania, etc. Dentro de Bocos años muchos más során los americanosbijos cle ruso o italiano, quo Ios hijos do españoles.¿Cómo se puede hablar e¡ 6erio de hispanoamericallismo?(1). Eso cuanto al 6ur. Cuanto al norte, sostengo que los mericanos y centro¿rmericanos son intrusos donale están. Los grandes pueblos son como los lÍquidos: toman la forma dcl vaso que los contlene, Los Estaalos ünidcs están crecicndo, creciendo, Lógicament€ tendrátr qus extend.erse sobre Mérico, sobro Gr¡atemala, sobre Nica¡agua, sobre... (¿cuántaB aún? ¿cómo se llar¡ran las otras republiquetas?). Tienen derecho a ello. Son los dueños natr¡¡ales de todo eso, Ilasta donde el mar los deje ir, hasta ahl d.eben ir, hasta ahí irá.L Nad.a podrá para evitarlo la política de lloriqueo y adulación que México desarrolla en el sur para que lo d.efendamos contra el norte. ¡Basta ya de farsas! No es posible enmendarle Ia plana a la naturaleza. Nuestro continente, en cumplimiento de quiéni sabe qué secreto designio, está formado de t¡l modo, que tod¿ u¡ra parüo d.ebe sor sajona; toda la otr¿ latina. La doctrina de Mouroe, aunque en eI fo:rdo es jr¡st4 está mal planteaata. Ad.olece d.s excesivo romanticismo. I.e faltan medida, equilibrio. Iué constrúde a base de ambición, cuand.o sólo dl.ebió serlo a base de aspira(1) A fin de evitar tipanamer¡ca,ni8t¡.
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ción. Es poco próctic¿, Pualo etenerso ¿ lo positle, a lo fácilmente hacedero, ¿ las insinuacian€s del toEeno, o s€a al mand.ato de l¿ geologfa" Pero alur et tiempo de €nmendada. La d,oc'trin¿ de Mo¡¡oq Da¡¡ coDta.r cotr el beneplácito u¡iversal y especlalmBnt'e de la Juventud suramericanan d.ebo ser ésta: "América del Ilforte pa¡a los Dorteamericanos". El imperialismo yanqui no e! u¡¡ pellgro para la A.Dérica del 8u¡, Qr¡tzá sl es cou Brofét'lca lntuición que fueron los Dxismos norüeamericanos los que abrierotr el canel de Panauá. Ilasta ahf no más llegará la grao república. El ma,¡ es su lÍmite. El mar Ie impedirá que Base adelante, Si crec€ mucho y desbord,a, el mar se tragari sus desbordes. ¡El mar, el nar es una montañ¿! gobre esto tópico be de escribir un llbro. Estoy acrt.mulando datos y ¡aciocinios. AIIí habré de probar, haota con el apoyo de argr¡&entos cieutfficos, la verdad de rni tesis: América dol Norte para los norteamericanos. Aquf sólo quiero sig:rificar qne no opond.ré ningrrn¿ re€isteacla a que los yanquis se apoderen de M6xico el día que mejor les cuad.re, como veré con grad.o que la A¡gentina se apodere cuaJxto antes del Uruguay, etr viftud. de que actualmente ese paÍs parece una provincia argentina. Ni inferior a Jqiuy, ni superior a Santa fé. (¡tri amigo Pérez Buiz y yo, hablamos siempro d.e Mo¡rte\rtdeo como de u¡¡ arrabal de Buenos Al¡es), Otro üsco. Bollvia no tiorre representación en este libro debid.o a que en mis afanosos viaJes por los rr1a¡6a del mundo no me he encontrado con sus costas. ¿Es que no existe? Ilel Paraguay sé que no conoco ul de oÍd.as la Dalabr¿ arte, Alli sólo ge d.an loros y yerba mate. Prometo remenda,r las ausencia^se¡t futurag edlciones, si ap¿recen po€tas por ahí, o si hay alguno que, deBasiado tÍDido, no ha emprendido vlaje a ml conocirxiento. Ife suprimido datos biográficos y bibliográflcos, pa¡a,
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ro hac€r una aütología de nrlga,rialades y rlpios. QEton quiora éstos, cóDBrese cüalqr¡ier übro d.e los poetas quo no! Drepode¡r; quien lecesite aqueuos, pidalos a log auto'ras: a,hí est6n sr¡s ürecciones, Espero qtre 6to !r€ lo agtailezóa4 además, las admiradoras. Louis A¡agón üce que toda antologia es obra do conciüacló¡" Iista vieno a dosmoDtirlo. Yo no mo caso con nadie, lo cual es basta¡¿c lógico eD ur hombro que ya ao es solüero. Aquí no sobra nirgün mal poeta y e9 probable que no falte ninguno bueno. Mas coafieso que para hacer menos estruendosa la prosencia de los mejores, be di¡&tado el vacfo de los pésimos. Algunos desocupado8 ostán ahora practicando ol ospor de copiar a Gómez de la Serna, al cual lo usan üsfrazado e¡ una soluclón de Paul Mor¿Dd más unas gotas de pornografÍa. No lncluyo muestras de tales e¡gendros para ¡ro dar al pleglo carta de cludada¡xía artfstica. No es que me parezca repudiable la influencia de Ramón. Todo lo con tra,rio. Creo qr¡o en algún aspector de ni obra no €6 ditfcil perclblr la sugeltló! do eso genio, y hasta sospecho quo en easl todo escrltor modarno, así de aqui como de EuroBa, hay su pluca de ramonismo. Mas de a¡lí a la imitaclón, al calco, a ld supl¿ntación de la personaud.ad, so preüexto de que las palabras no so¡r las mispas, h¿y uD camino muy largo. ¡Quo a naüo s6 lq pued¿ llan¿r rliscíputo de nadie, porquo solre él será uDivorsal el dosprecioI No bemos nacidlo por generación espontóDea, Eaco alguno8 a,ños €stas cosan tEvleroD su ovidelte a¡ticipació¡r en la obra, brove pero cabal, del il¡menso poot¿ peruaDo Jos6 Ma¡la Egureu. Cuando la gente rubendariab¡ aún a voz eD cuello, mi paisano publicó los libros ,,SiBbóIicas" y "Ila Canción de las liguras', que son lrara los americanos lo que pa¡a los franceses la obra ale Ri¡nbaud: la Drecr¡rsiórt. Acaso los proced.l¡Dientos empleados I
por él lobrelteve¡. algnna etlad, pero el €sBfritu es nuevo, nnestro. Tras tle eso Ilo hu¡o rlada importa'nte basta qr¡o derroc¡ el en EspaÍa' a¡rar€cló Euidobro, Iluldotro, n¡bentt¿ri.soo, y Bl bie4 puede afirmarrio que su acción es igual a cero en América, a.lgo se fütra aquí, a través d6" los ultraistas argentinos puesto que el ultraisuc,o es becbura süya^ A*sf, el Boeta chileno se asemeja a nubéB. Ambos apreaden €l toúo de la hora en francia y lo trasladatr a España" Con ellos Verlai¡e y Roverdy entran Bor turr¡o en Amérlca. Abor4 bajo el sosiego de los años, emBiezan unog a d.ar voces ttuevas, aBartándose ds ]¡6 ¿sslrsl¿giniciales, y otúos inventan Bistemas Bara uso proBio, del misBo eodo quq cada quien se ajusta los B¿ntalo!.6 e la altula que Ie convtene. BeDrssentamos el ala que está tt6l laalo tlel corazón ¿Es que hay mejor manera de ser poetas? Totlo lo graDde llega por el misüro caEino. La ma¡cha ato los eJércitos se iaicia por la ¡lier¡la lzqderda- Las iglesias que sólo tienen sna torre, la que tienen uo es la derecha. Si a Cervauües no le huble¡an cortado a tiemBo la siniestra, no existirla el Quijote, pues esa mano es la r¡ue d.esd.ela Et€rDiaLad escritió aquellas páginas. Eu los días de oxcesivo tráfico, la policía mdtiplica los carteles de "conserve su izquierd.1". Dios bizo al mundo con la diestra,: por eso lo salió tan ma¡. Cuando;el sol se olvida la lección, se cnadra en el horizonte, alza los brazos para orientarse, y, naturalmonte, sa¡e pcr frente a la d.erecba.fjos hoBbres llevamos la virilidad. a ese lado y a las miujeres el seno que les crece más es el izquiordo, Y el qus no sepa hacia dóud,e ostá incunad¿ la torre d.e Pisa, veuga a pregunt6rEelo,
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IIIDAIJGO.
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ojo Bor el i¡terior rlel tubo, no es media¿to t¡Jt "lift" sino gracias a una lente imagi¡rativa. Nada de náquinas ni d.o mod.erno ou sí. Nada de golf-stream ¡i de cocteles, Borque el gou-atream y los costeles se han vuelto más maquinaria que las loco.Dotorag o lag escafandras y Eucbo más modernos que Nerr York y los c¿tá,logos. Milán... de Ciuilad lngenua, virgen fatigada los Alpes, virgen sin emba.rgo. Y EL GEAN PEI¡IGR,O DEI, POEMA ES I,A POESIA. Entonces yo os digo busquemos más lejos, lejos de la uáquina y de la aurola, ta!. üstaote de l[ew York como de Bizancio. No agreguéis poesía a lo que si¡ necesid.ad.de vosotros la tiene, Miel sobre ¡r.iel eul¡aIaga. Dejad secar al sol los pena,chos do las fábricas y los pañuolos de los adioses. Ponetl vuestros zapatos al cla¡o de la lu¡a y luego hablaremos, y sobre toalo no olvidéis que el Vesubio a pes¿r del futu¡Ísmo está ¡leno do Gou¡od. ¿Y lo iusrevisto? A pesar de que poclria ser muy bella una cosa que ss presenta co¡ la imparcialid.ad. de un gesto nacido del azar y uo buscad.o, debemos condenarlo, porque está más c6rca del instiDto y es más animal quo humano. Ill azar es bueno cuand.o los dados nos d.a¡¡ cinco ases o al me!,os cuatro reinas. fuora de eso debemos €xcluirlo. Naala d.e poemas tirados a la suerte. Sobro la mesa del Bo€ta no hay un tapiz verd.e. Y si el mejor poema puede form¿,rso eD Ia garganta, es porque la garga[t¿ es el justo medio ontr€ el corazón y la cabeza. Ifaced. la poesia, pero no la pongáis en torno de las cosas. Invenüad.la.
I A lo! verd¿aleror Boetas, fuertos y puro8, a todo¡ los e8Dflltus jóvenes, agetros r b¡JsB Irasloltor, que no h¡E olvtal¡alo quo fuó El ma¡o l¡ quo rr¡ojó l¡r aoDlU¡¡,
O II,AY RUTA EXCLUSTVA, NI ITNA POE. sÍa oscéptica de ella r4lqDta, ¿EntoDces? Buscaremos Biempre. Xn estremecimi€ntos d.ispersos mis vór8os
sin gultarra y sln inquietud, la cosa asÍ concebida ¡e.ios del pooma, robar la nlevs al polo y ta BiBa a¡ marino. Alg1uros dias des¡rués ms di cuenta de que el polo era uDa perla para ml co¡bata. lY los exploredor€s? Co¡rvertidos en poot¿s cantaban de pie sobre las olas dotramada8. óY los poetas? Convertidos en explorad.oros bugcaban cristales en la garganta do los ruiseñoros. Y por esto: Poota : Globe trotter sin oficio actipoeta sin oficio tivo, Globe trott€r : Basivo.
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Sobre todo, es necesario cantar o simplements hablar sin equívoco obligatorio, sino con alguaas olas disciplÍnadas. Ninguna elevación ficüicia, únicamenie la verdadera, que es orgánica. Dejemos el cielo a los aatró_ nomos y las cóh¡las a los químicos. El poeta no 6s siempre rur telescopio transforuable e[ su contrario, y si la estrella se desliza ha8t¿ el
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El poeta no debe ser el lluttr¡rmento de la Natur&leza, sino convertir a la Naüuralez¿ eD su tnstrume¡to. IIe ahf to¿la la diferencia co[ las vlejas esc¡lelas. Y be aquí abora que él os trao ur¡ hecho ¡¡üevo, simple en su esoDcla, independiente de todo otro fenómeno erterno, una creación humana, muy lr¡ra y trabaJada por eI corobro con uJxa paciencia dg ostr¡. ¿Es un poema u otre cosa? Poco Imports. Poco lDrporta guo la criatula sea va¡ón o rnujer, abogado, ingeulcro o biólogo, cou tal que eUa ed.sta. V¡vo o i¡quieta, arrn quedando en el foDdo tran_ qullo, QuizÁ no sca ol pooma habitual, pero es u¡ Boema sin embargo. Así, primor ofocto dol poem¡, trarufiguración d.o nuestro Cristo cotidlano, catástrofo ingenua, los oJos dosnesurados al bords de las palabras qus corren. el cerobro desciendo a¡ pecho y el cornzón subo a Ia cabeza, si:t perd.cr srls facultndcs oscnciales, ED fi¡- reyolución total, L¿ tierra gira et¡ sc.ntido inverso y el sol se levanta por eI occidonto. ¿Ixnde estás? ¿DóDds estoy? Los puntos ca¡diaales se ¡ran pcrüdo en el mo¡¡tón. como los ases de rm juego do cartas. Después, s€ acepta o so rcch¡rza, pero la ilusión ha tenid.o asientos cóuodos, ol fastid.io ha eBcontrado un buen tren y el corazón so ha yertido co¡ro r¡¡ frasco. (La aceptación o el ¡echazo no tienen ¡ingútl valor para el pocta yordadero, porgne él sabe q.ue ol muDd.o camin& de dorecha a izquierda y los hombres d,e la izclüerda hacia la d.erecha, Es Ia ley del equilibrlo). Y luego, es ri mano la gue os ha guiado, os ha,
mosürado los paisajos que quiso y ha becho brotar ün arroyo de un almeudro sin darle uaa lanzada en el costado. Y cuando los drometlarios de rnrestra imaginación querian üspersarse, yo los detuve e¡t seco, mejor qus un ¡adrón en €l desierto. ¡Nad¿ d.e paseos ind,ecisos! I.a, bolsa o la vitla" Esto es Deto, esto es claro. Ningun¿ itrter?reta, ciól personal. La bolsa no quiere decir el cotaz6n, ni la vicla los ojos. La bolsa es la bolse y Ia vitla es la vid.a. Cada verso es el vértlce de un ángulo quo so ciorra y tro d.€ u¡ ángulo que se abre a los cuatro vie¡rtos. El poena, tal como aqui se preseDt&, no eg realista sino hu¡xano. No es ¡ealist&, pero se rruelve realitlad.. Eealidatl cósmica, coo ruta atmósfera propia, y que tiene seguramente tierra y agua; coüro agua y tierre tienen todos los ¡nulrdos que s6 respetan. No busquéÍs Jamás en ostos poemas el recueralo do cosas visba,s, ¡xi Ia posibilictad de ver otras, Un poema es un poema, como uua naranja es un¿ naranj& y no tura r¡¡¿"nzana. No e[contraréis en él cosas que existan de anteElano ni coutacto di¡ecto con los objetos dlel mundo ext€rno. ¡l pocta tro debe iD.itaf la Naturaleza, porquo no tieno derecho d6 plagiar a Dios. Encontra,réis aqrrÍ lo quo no h¿béis eacontrad.o en niaguna partc: cl Poe¡na. Una croación del hombre.
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Y de todas las fuerzas humaJra,s la que más nos i¡¡teresa eg la fuo¡za cfead.ora.
condc cl ilu¡o ¡entl¡¡rfe¡to rlel ba¡rio on quo don Jua¡ Ma¡uol fu6 temlble. - el rovoroDcta'lor Et europeo faústlco do SpoDgler tle¡rBo' d.e lo leJano €o ol esl¡aclo y tto lo l¡deciso eD el a'rriboy ol que enüendc !ólo progresiaüa el arcalzanto o - tüvo una que vleno Úes o al antenocho u¡ 4 m¿lnalolo Ntn' tor?o teatucción al absuralo elr €l rubonlsta 'to eq'ul' guno de ellos !e aüeüó a supoaer Quo ya estaba en la dou'le ieaü¿Á: todos busca¡on ur¡a Yereda de elrfrcnto Per¡la o fuó Ve¡salles Yereda ega Rubá& Psra aloJarse. o el ![edltotsáneo o l¡ l¡¿mpa, y Do la Irampa de balao¡ y dfas largos, sl¡o 1¿ Paml¡a triDtolémica' crisol de raza'e leyentlas fslándicas ] to aenls. P¡ra Froyre fueron las y Da¡¡ 8a¡tos Choca,Do' el A¡abuac de don Antonio ile Eolis. En cuaÍto a nodó, fuó un norbeaBericano' ¡¡o l¡¡¡ de iluta¡qui pero sl un c¿ted¡ático do Boston, relleno footro es Lugones hlspanldad. e laünidad, sfoneg sobre ra,stero gleclzante, verseaalor de vagos paisaJer becbos & puro arbitrio do rlmas y donalo basta quo sea azul el aire eD urr Yorso p¿ra que al subsig:uiente le salga un abedul e¡ la puDta. De la Stornl y ale otras Dersouas que han met¡ificado su tedio do vivir e¡r esta ciudá de calles derechas, sólo .tir6 que el aburrimiento es qÚzá la rlnlca emocfón impoética (irreparablemeDto impoética, pese aI gFaD Pío Baloja) y que er también, la que con preferoncla ensalzan sr¡s plumas. gon lubenistas velgouzanteg'
vice¡te FttIDoBBo.
III
N ANTIQUISIMO CUENTERO DE CUYO nombro ao quiero acordarme (es d.e Cervantes. elo fostoJBalo mellntlre y Be lo devuelvo en se. gulda) cuonta que en los principios d.e l¿ era. crlstla.na salió dcl nlar una gran voz, un evangelio prlmitivo y final, y ¿¡nució rr I¿ gerltiüdad que el dios Pan habfa muerto, Ta¡rto mo gusta suponer que las cosas. eleuentales participan en las d.el ¿lma y son gus chasqües o lenguaraces o r¡utrclos, que hoy guerria hablarles a todos con la voz salobrs dcl mar y la inca¡sablo de, Ios úos y l¿ enterrada de los pozos y la extática de log charcos, para decirles quo sel gastó ol ruberüsmo ¡al fin, gracias a Dios! Xl rubenismo fuó nuestra ailoranza de Europa. Fué uD suelto lazo do nostalgia ti¡ado hacia sus torres, fu6 un largo adiós que rayó el aire d.ol Atlántico, fué rur sentirnos extraños y descontentaüzos y finos. Tiem¡lo en que Lorras d.e Zamora versific¿ba a Chipre y elx que Eolemnizaban los mulatos acerca de Xstambul, se d.escompuso para dicha de üodos. Queds su eternidá er¡ las atrtologías: qued.en muchas estrofas de LubéD y alguaas de Lugones y otras d.e Marcolo del Mazo y ninguna dO Rojas... Hay otro verso rubenjsta hoy en pie: la suspirosa 3,osaleda quo con su cisnerio y sr¡ lrdolencia es-
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mledosos. Dcsde mil lovocietrtos veintidós - la fecha es tanteadora: se trata de una situ¿ción dc conciencia que ha itto tlefiniéntl.ose poco a Boco - totlo eso ha catlucatlo' I,a verdad. poetizable ya no está sólo allentle el mar' No es d.lllcil ni hu¡aña: está en la queja de la canilla del patio y en el Lacroze que rezonga una esquina y en el claror do la cigarreia frente a la noche callejera' Esto' aquf en Buenos Ai¡es. En Méjico, el compañero Maples
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Arce apura la avenid¿ Juárez en un t!¿go ile gasoliua; €n Chile, Rcyes eusalza ol cabaret y €l vi€r¡to del mar, rur viento nogro y de suiciüo, que trae aves marinas en su enylón y en el cüa,l las persianas de Valparaíso ostán siemple golpeándose. I¿as dos alas de esta poesía (ultraísmo, simplisno: et rótr¡lo es lo do menos) son el verso suelto y la imagen, La rima es aleatoria. Ya d.on francisco de Quevedo ao burló de ella por la esclavitud que impone at poeta; ya otro más ponderoso Quevedo, Milton ol Buritano, la tacbó de invencfón de una era bá¡bara y se Jactó dle haber dov¡relto al verso su libertad antigua, omanciBándole de la moderna suJoción de rima¡ (,,modern bondage of rihiñg"). Estas lhutrcs opiliones las saco a reluclr, para quo nuestro desdén de la rima no se juzgue a pü¡o capricho y a torpeza do mozos. Sín ombargo, mi mejor arg¡rme¡¡to es el empirlco do que las rimas ya nos cansart" Para cualquior¿ de nosotros, cstos versos blancos de Ga¡cllaso sotr entero y gr¿to arquetipo de musicaliclad: Corriontor 8gu¡c, Durf,s, crlstaltrr¡¡ Arbolcs qtro oE cstá,ls Dlr¿ndo en €llsJ, Vo¡alo Dr¡do do lrctca ¡ombra llsno...
gu auüor, ehpero, corr esa asidua observación ds l¿ r¡¡r¡ que hubo en su siglo, escrtbió, en seguida otras lí_ ]leas qüo etrtonces era¡, necesarias para cumplir la or_ trofa, esto es, el pleno halago musical, y hoy la rebaJaa siDg"ularmente: Avos qro aqui sembráir vuosirar quersllar, Yed¡¿ que por ¡os órbolos camlna8 To¡clo¡rdo el Daso por ru verde !oDo, Yo m€ vI t¿a ,,gotro De¡ grsvs Dal quo 6lelto co¡¡telto. . . Que óo ptro
y ¡o que subsigue. 16
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&cerca do la Quiero inscribir algr:¡a obsorvación los imagen. La imagen (la que llamaron traslación por boy es' y metáfo¡a) latinos, y los griegos tropo hoy, nuestro rüliv€rsal sanio y seña. Destle esas uoches incansables eD que el calaverón frailuro Quovedo holgabs cle con la lengua española, no han sucedido porretadas imágenes, plea,mares y malones d'o aetáforas, asemetay bles a los que en este libro verás. Des'le lo travesura de brujería de Macedonio Fernández hasta el resBlan¿lor Juicio final que altiveció los vetsos cte Piíero, 'Lesdo Ias firu^xs acertattas d.o lüclalgo hasta el rebaño do vebemeDci¿ bíblica que Brantlán rige bien, hay obtencione8 de expresión i[aualitas. El itlioma se suelta' Los verbos i:rtransitivos se bacen activos y el adj€tivo sienta plaz¿ pa' de nombre, Meilra¡ el barbarismo, el neologismo' las que labras arcaicas. Frente al proviDciaDisr¡¡o remilgado ejerce la Academia (deotro de lo universal español tar¡ provincia es castiua como soriano y tan casero es hablar de los cerros tte Ubeda como de dontte el Diablo pertlió el porcho) ¡rüestlo idioma va adinerántlose' No es de altos rÍos soslayar la impureza, sino aceptarla y con' vertüla en su envión. Así Io entendieron los hombres del sigto diez y siete: asi lo comprendió Saavettra qrre se burió de quienes end.eblecen nuestra lengua por rnantenerla pura, así don Luis de Góngora que (al decir de srr prinxer prologuista) huyó de la sencillez de nlrestra habla, ¡-rsÍel agringad.o Cervantes que se jactó del cauce do dulzura que abrió en üuestro lenguaje, a9í ese díscolo Qucuecloque sacó voces dcl latín y del griego y ann d€ Ia gcrmauía, así el piecursor de elIos, Tray Luis ale IÉó¡r' que hebraizó tau pertinazmente en sus traslados bíblicos... No l¡cmos nosotros de ser menos. ' Est;l clrre nos ciñe es la realidá, es ' 'ulla' realiüá,. Junto a llosotros cstón la Vida y la Muerte y las levintrrcnos cor¡ vcisos.
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I aI qüa aD t¡l güct¡ ac ¡,¡¡¡tr, Dcba c¡¡¡t¡a c[¡r¡lto ct¡lt¡ OoD toll. l¡ ror quc üs¡..
FENELON ARCE (Casü14 2898. -
Jorgo Luta TOBOEB
ganüago ate Chile)
D D IANO o páJa¡o pero algo ll6ga a mf tlesalelos bosgues I dond.e noras con las agujas d.e ese canto tejo esta malla d.e palabras levanto ecos alo sombra en l& t€rraza del cansaJxclo y no está atluIrclado el expreso ttel alba qus te trao baJo de mf el honbre mecánlco Ju6g¿ poker con el ualpe dlo los henlqferiog y el cambfavfas no ha tomadlo la palanca e¡ las manos no recuerdo la éBoca pero fué antes de tu primer sueño cua¡xdo abrlste tu alm¿ como un libro de cuontos yo era entonces el ünico grumete de tu barco ahora en los cimieutoe de tu sonrlsa d.e eD€ro y pertticla construyo esto andamfo enormo d,e nueve mll momontos pero tú no estás nl üegas y la espera es lnútil.
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G. horizontal de Norte a Su¡ llmite de sueño I\/IUJER. rvr¿¡¡sgl6 tr¡ maceüerode flores y no to encüetrt¡o en la plaza geométrlca €tr paracafdas fuó tu viaJe mufeca d.e resorto
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pero quoalaste desarticulaata, y bonrt& estamos UeDos de capftulos desdo que da,nzaste tu último sbimmy en mis recuerdos algo nos falta para estar distantes un radiograna o u! tren nocturno abre tus oJos de colores mientras me destiño a[te tus claridacles y d.etrás del paisaje gritan tus palabras huérfanas so me rluiebran ]as nanos si te toco niñ.a y te deshaces tampoco sabrfa suspenrlcrte en los brazos no quiero quo diluya tu actitud. de camino frente a mis actos colgados en la techumbre de la nocbe proyecto llev¿r tu sombra y tu retrato más allá de ¡ri dolor, siondo tu tristeza una caja de sorpreBas tengo fotografiad¿ la ópera de tu voz desde que to entretcnías en cl pixno del vie$to y ostoy solo frcnto ¡ tu calda 80 refleja ml vida cn tu chtrco do aguas sin orillas las banderas de tu no¡rbrc nto ll¿m¿u pero suena la hora de con:rtl'uír trr edificio de cascabele¡ p&sa una nube por uds rn¡,nos en tanto dialogo con tu cir¡dacl encuedernaclacle sueños tu última carta está girand.o en el circo clc mi esBera destruítta frasco de ti¡ta la noche so derrama por tus cabellos y tu entusiasmo de sábado se clurmió entrc tus labios despierta niña Ia alr,,ohad;r,sujeta tu fiscnomía antigua seDxejasuna cortina en la vent¿na rle la natr:r&leza se descuelga de tu boca tu sonrisa de vidrio mientras archivo trrs palabras y tts jestos y en la pizarra de tus bescs nuevos übujo el affiche de lo que piensas esta tard.e
AI,ITOI\IO ARRAZ (Caracas, Ve¡ezuole)
BARBO O mo Bopulto o! tf, amads; V I en tf, perfumada y ttbia como lul rddo on la selva. En tl, dulce como rura, Delodfa, tn tt que sólo er6s ¡ur gra¡ suspiro páUdo que crujs bajo mf. Soy un sello ca¡ld.ente. Y seüa,rto 68, atlada, mi más bella, mi ¡¡ás grand.e, ml más primorosa obra d.e arte. Yo soy d.e fuego y ca;nto: tu barfo desmayado y tlbfo, mi barro a¡doroso y fuert€.
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EI,
MIIEI|'TO
OY he recordad.o a Dl
Vtvló
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?Í¡:R.MANO
borma"Do de sangXe quo tnr¡rló on la batall¿.
nucho ¡ntes que yo,
2l
/
Murló mucho &Dt€6 quo yo. Y, sin enbalgo, 6l ss rd hermano de s¿ng¡e. Ilernano, de guerr* y do paz. Ilermat¡o de br8zo y de mente. Horm¡no de vitla y do Druert€. Mi bermano de eangre murió heco ya tleo¡lo. La herid.a la tuvo on ol pecho. No bablaba osü& longu¿ extralJera que hablo yo ehor&. No tenia la freuto ultr&Jsd.a. No vlvía en caaas tapad.as al gol. corrla llbremerto colfnaE' creyó ar¡¡ oL Ptt¡o oozaaDa, el dios quo 80 orlgotrd¡a a af mlsmo. Ml hermano de sengro murló haco ya tlempo. ¡Qui6n fuera ml hermano de saJxgrol
RUBEN AZOCAR (Llceo de hombree, AJrcual. -
Ohile)
oy coN x,As oLoBosAs cA¡fcroNEs QUE Prr. RIFICABON SI' DET.EITE. r¿ lnfintta espelanz¡ que €r& cuando est¿ba I ¡nt lado. a travéB de su rosttro se alze la sombra gin lfmlts y Es descuelga sobre €stos caninoe &laleanos. Eumo torcid.o robre mis Bolitarios o1os trlst€s. Euyo hacla alonale tú qulebras los dlas on las manog t€¡rallt¡|. Aüenta las hojas. Espanta las estrellas, Cielo aüsetrt€. rt\quí se apoya la noche. Entonces era la alegrla al¡ecledor de gu aombre. Todo se va- Ilecir eso también no está más; aUá huía alguien e fbamos entre las hoJas.
I r ;l I I
Una palabra puede traer lo que I1o tien€ térñtno. Eso es la soledad, la profunda soled.ad.que yo hablo. Ahí hay historias de amor, campiñas llenas al€ fragancia, altos árboles musicales, mar de lr¡bos erf8tlte! o el sol cierra lag lentas alas frento I ois creB{reculos. .Entoncos era la alegrla. filu
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sln anécd,oües,
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s¡rcedialo €D Ot¡A éI¡OCB. Dulce suef,o alormialo a la oriüa alo su cuerpo srecldo do llores dle color; lento licor do dolette quo yo bebfa ávltl¿mente. Después la alta sombra de la aruencia hacla donde mf alm¿ Be tuerce como €l humo.
a tus fa¡ales
iluminados.
LeJanía, no erlsúes.
Toda la uoche c¿e¡á lo solealaal gobro ml ¿lm& Ee ahl mis palabras, moliao vagabuado, columpio de aguas azules, espoJo de otoños aú¿rluos.
Desde aquí mlro los astros dontlo eso rro e¡ist'ia.
AI otro latlo del ¡xar Buegan las velas del crepúsculo. CoEo u¡a, plaza eoütari¿ ml soledaal está &nocheciéudoFe.,
I¡eJanos Buertos. B¿rcos remotos, anclados al fo¡do de ml vlda vagabur¡da.
La Da¡oa t¡oplacable golpea Dl congoj¿, ¡ecinto de páJaros tristes; üe a[l cónro huyetr.
Quién era el v¡ajero
recién llegado.
Viajero taciturDq dclces c¿mi¡os do la tlerra, celidog a mi c¡rerpo como un cintüróD eb¡lo.
¡1 UMOR de Ia resac¡. Vlonto quo a,huyenta Eis vocos. f\ nuinas llenas do sombras, TorreoD€s sia páJaros y al poDlente l¿s c&rpas gitanas ds la ta¡de.
Para qu6 rlecir las Balabras ale las ausencias, catcÍoneg de humo, abandon¿dos c¿ntos de olv¡alo.
Detrás de la¡ vlilrierag mi abandono ae puebla rle im6geaes Pe¡o en tus ojos vagabunilos, Jugueteria de colores, el carrou.gel de la prlnav€ra d& Vueltas y hace müsica.
Quién empqia los astros, qulén d.€shoJal¿s co¡st€lecio¡rei;. dónde suJetan los paisajes y cortan las am+'ra,s al vlonto. Aü. Vastedatl boütblo. Soledail lnconclusa. Quién cantar6 mls pal¿bras tle Júbilo.
lr el tiempo rlQ las lluvt¿s, nollno de paisaJes despirtado8. Lloro y csnto. Alegda defi¡ltlva. Ah Dada pueclo contenerla y r€balB¿ en tug b¡¡zos cono el Et&r er¡ las playas.
Uimno de estrellas, surtidor b¿Jo la ¡och€, carrouse¡ onvejocido mi corazón esté triste.
Surco reclén araalo húmedo ari¡ de crepüsculo. CampaDa suspenrUcla de tus ojos ll€nos de páJaros.
lUDer¡ DE LA TARDE: SILENCIO SI¡f LIMITE, golpeado por el viento ávido: allá mueve los ceraos. hacs flamea¡ los árboles; ronda; huye; galopa, m¿tando la tristeza de los caminos dorrotados.
Aüarfa mis voces como cord.eles infiDitog
Ma¡ de colores. ocóano tle soletl.ad.
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da¡do tuEbo8, oriUa¡ralo el clelo, leuto creDúsculo dc (Xolo, silos como s las trlss mi corazón ¡ollta¡to. .Oa¡acol d€l creDfisculo: all6 caJrta le ols, allá doode ell¿ vuelca Bu voz bella y leJana. pena. ltisteza lncortoDlblo. Sol de adloses. Infhlta Ilulce mujer: cuanilo los pescadores recojen la€ redes colmadas ale ostrollas vlvas conozco quo en t¡t puorto, Uonq do páJaros y de barcoc pequoflor tú Juegas con ml anillo y tu corazón 86 anega de congoJr.
EN 3T. UATAO TLEOIIAS CLAVADAS COBAZON DEI, \rIENTO, son las campanas de la fglesla ontrlstecldas. Yo voy con ml hato do camlnos, como el rebenque co[ ol quo ms azotaba n¡l paclre, y 10 [ego salta,r volvletralo al puoblo. 8e sumergen las camptÍas y los altos árboles, al fondo de mi polvareda de vagabundo enveJecido, Ambulante Uuvla moJacla de grls trémulo, rocia[alo el corazón desuudo do los pueblos. Solariega barca llet¡a de canciones muerüas anclada en mealio de los ce¡ros fugitivos. Desde todas las orillas de los cielos iamóviles vuolan innumerables bandad.as de páJaros vlaJeros. 26
FRANCISCO LUIS BERNARDEZ (Bfo de J¿uelro 262, Bs. Alros)
TAR^I'E CON8TRUIDA
CON VERSOS
del horizonte se va poniendo mi cor¡zón ElnAg y la tarde se ti€r¡ale a descansar sobre ml 8lD&. Tarale lent& y silenciosa como un beso. T¿rd.o dulce como ol agua ile los ríos. Ta¡de ancha como el pecho d.e un hombre y acogoalor& coEo el regazo de uaa muJer. Ifay u¡a lu¿ de páJaro8 err Bu vor. üDa luz olvltlatla por muchacbas. Una luz pensads por alños. Llevo la tard.o a cuestar. como Ee lleva una gulta,rra, cono se lleva u¡¿ cruz En la boca redo¡xala del Espaclo, la tarde es u¡xa canción de cu¡a quo DioB me canta cacla día. Es ¡¡Da palabta de dlstanclag que el Tlempo d:ics, para consolaru.e, Y €s u¡ peltlalo más 27
Ba¡¡ subl! balta ttr amo!. DesmoleDadE d.6 versol, la ta¡ds ¡e tlende s desc¿¡la,r sobre ml alma, EloDtres ¡vaüz& l¿ muchedumbre de l¡ oombra, de ost¡ell¡s. entu¡l¡¡u¡d¡
SETS \¡lEB8Os
A
I'NA
La amjgtacl cotidia¡¿ de la tierra, contagiándote tod.a, de tus iled.os hizo las ciuco prEtas de una estrolla. Crispada ostás c'rrl remansado rÍo. Iú, otomial¿d es tu primer domipgo.
\rENTA¡IA
¡r OBRE ml ho¡ra lntügencia tle dktauclas J este vqntena og ¡ln& m¿¡o ablerte. En la morro, rugos¿ do caminos, su pa,ñuelo ds clelo mo co¡suola. Ml sodontarl¡ Borüd,oz sllvle con u.¡¡ pulado tá,clto do loguas.
ooA80 L süencto se abrló como una llaga. E IJ Crecen como recuerdos las ostrolla"s. Juega con un cantar l¡ fue¡te huérfsua y, en la ya,cento paz del borlzonto, solloza el canpo viudo sus tuclérD¿gas.
EPITAEIO
A ITNA
MA¡IO
DE
LABB.ADOB'
N el Pontágtane del labradfo il' tr escribiste la müsfca del trlgo. Tu eruatfcióu de soles y trabaJos, predicando palabras do sudor halló crucifixión en el arad.o. La noche d.o tu art€sa repoblaste co¡r u¡iv€rso8 lúclilos d.e pa¡¡es. 28
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Y ¡é que h¡ de degemtoca¡ co¡ todas nts cá¡¡ditla¡ f[orre8 eD la rada ge¡isl alo I¿ Et€mitlaü ¡Yo 8oy Uu Maravlllogol Alluente de Dfosl
FEDERICO BOLAÑOS (Camaná 869, Lime. -
Psrü) EI¡ EO![ts8E
EI¡
ATLUENTE
vlolotrtas
8IN
ATIOB
Anfva A el anttguo híncfpe alo la Pasfóu de Arnor, Dordiendo la cal de los tnurog. quebrándose las ma¡os fal¿nge por fala,uge.
DIVINO
ENGO de la nlta montaña donde ha nÍrcldo €l llombre.
En mi lormaclón coufluYoron los antiguos d.oslgnios dsl Mundo.
I
A.hf va el acribillaclo ¡ra,ladeanalola sal amarga de su saDgre sin cerebro y sin estrella, ¡ecostándose como urr mendigo eD totlas las esqulnas de la Sombra.
Como soy torronto inflatlo de alogres ospumas, como soy naturaloza coronada de dinámica"g luces creadorss, como soy el Ifombro vienen d.el Dolor, las Nflos i¡visible¡ que fecundan mi cuerpo; voy pendiento abajo desmoronando piedras eD el camino, empollando en mis ondes las más dulces est¡ellas. sin Boder, sin pod.er detetrer Bi carrer¿.
Vedle. ¡Es ur insulto a la alegrfa d.e la Tier¡a! Con los ojos llorosos ciego y desmedulado camina entre los hombres, sin poder doblarse como un grito contra las costillas ágrias del gilencio El que tenia en slu¡ manos un inmenso penacho d.e luz, el quo caldeaba su corazón con un¿ llamarada de júbilo,
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I
LUIS
JORGE
hoy tieDe la frente entre el polvo y aun no acaba de traga,rse el co¡azón Como es un insulto al, carnavxl de la vida, atrapaallo con vuestlos brazos varoniles y crucificadle cual un Cristo de tiniebla eJxl¡ cruz do un viento cualquiera.
(Avonicl¡
Quintaua
2n,
3,s. Afros. -
Bep. Arg@tt¡s)
I4IL CI'ITABBA E ul¡atlo I¿ Penpa m BE@o¡ cle un patleclto de la c¿lle 8¿r¡nü Alre¡. Cuanclo eut'16 no l¿ vf. Est¿ba a€r¡.rrucatla en lo profundo do un¿ brqsca gult¡rta Solo so desmelenó a,l e¡tleyerar la dlest¡a la¡ cuertla,s. No sé lo que azuzaba¡r; a lo meJor fu6 un triste dsl Norts pero yo vl la PamBa. Vf muchas bragadas d.e clelo sob¡o u¡ maaojito de pasto. Ví u¡a loma que arritrco¡art quietas distancias m,ientras leguas y leguas caeü d.esd€ lo alto. Ví eI campo dond.e cabo Dios si¡ haber de l¡rclina¡se, vi cl único lugar cle la tl6ra donde puede s¿mln¿¡ Diog a gus aJ¡cbrt. Vl la pampa cansada quo antes hortorizaron los malones y hoy apaciguan cü quietutl macTza las lta¡fte
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A
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De un tlró¡ vi toalo eso tn.f€cxtras so desesperaban las c1rerda's| eD u¡r comp6s tan zarand,eado como 6ste. (IÉ vl tambi6n o olla ctryo recuord.o aguarda en toda mustca). Easta qus eú brusco cataclismo se allanó la gultarra e¡cabritada y ostn¡Jomo el sllsnclo y hu¡añaDeúto volvió ol yivt¡ a estaucarsg,
ATAR.DECEB f L¿ El ha I,a de En
A
vthuota ya no üc€ Bu Amor €n tu regazo, silencio que vlvo cn los osp€Jos forzado su cárcel. oscurldá es Ia sangrs las cosas heridas. el poniente pobro la ta,rale mutilada, ¡ezó u¡ Avemaúa, de colo¡es.
SersIa la eter¡xictad. espera eD la encnrcijad¡ ile estrellat. I¡i¡do es vivi¡ en la amlstad oscura de ul zaguán, de u¡ alero y alo u¡ alJlbo.
LA
NOCEE
DE SAN JITAN
¡. L poniente implacablo en esplondores quebró a füo d.e espada las üstancias. ,?.. Suave como r¡Jx sauzal est'á la :xoche. Rojas chisponotean l?s guit?.rras calientes de las bruscas hogueras: leña sacrificada que se desangra en brlosa Uamarada' bandera viva en ágil travesura. f,a sombra es apacible como u¡la lejanía; bien ¡ecuerd.an las calles que fueron s¿mp6 un dla. Toda la santa noche la soled"ad.rezando el ¡osario üsBerso de astros desBarTamad.os.
ATA3,D3CER UN PATIO rr ON la ta.rde L.u ."rr."ron los dos o tres colorcs del patio, I,a gran franqueza de la luna llena ya no entusiasma su habitual firmarxento. Ifoy que está crespo el cielo tl.irá la agoreúa que ha muerto u¡ angelito. Patio, cielo eDcauzaalo. El patio es el decUve Bor el cual se derrana eI clelo en la casa. 34
1- oDA la charra multitud, de un ponieDto I alborota la callo la calle abierta como u¡r a¡cbo sueño hacia cualquier aza,t, La limpida arboled¿ que serena y bendice mi vagaocl¿ se olvid¿r del paisaje y acalla cl barullero respla,nd.orde sus ramag. La tarde naniatada sólo cla¡na su queja en el ocaso,
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La nano Jtro¡¡tta dc un menilfgo .lfuerza le co¡goJal ale I¿ teral6.
BI'SIA avanzada es eu la cctepa un berco ¡ A TRINCIIEBA IJ &l abordajo Gol gallardeter do hurar lÍetllorlfa¡ ostalleD on lor ojo6 BaJo bandoras do silenclo pasa la muchoalumbro Y el Bol cruclflcado on el poniento, 8e pluraliza en la voclnglería D6 las torrer del Kreml ll nar vendrá nadantlo a esos ejércitos Que envolverán sus torsos En toda¡ la¡ prader¡s del nacfonte En el cuerto salvaJe do uu arco lrle Clama¡emos 8u gesta Bayonetas Que lleva¡r en la punta I¡rs mañan¡.s.
DITLCIA
I,INQI'IITVS
ATT,VA
llfi canclón de crlouo flnal Po! Ir noche sg!¿ndad¡ ¿le rolámpagor Ea ól cxpreso del sur Que ales¡onda y pierdo lor caEpor:
NA amistad. hicieron mis abuelo¡ Con esta leJanía Y conquistaron la fntinldacl de la Panpa Y ligaron a au baqufa Ira tierra, el fuego, el airo, el agua.
fucon solalodog !r gta¡rc{oros Y apacentaron el corazón con maf,aua! Y el horizonte lgual quo uns boraloua AoItó etr la hond.u¡a de su ¿r¡¡tera Jor¡¡d¿ Su Jornatla fu6 cla¡a cono u¡ rfo Y era fresca Bu t¿rtle como ol algfbe itel patto Y en su vlür eran las cuat¡o estaclonos, Oomo los cu¡tro vergog d,e una copla esperaá.a. Desclfia,ron br¡ra,ñas l¡olya,red.ag Th ca¡Tstas o en caballadas Y lo! alegró el resBlandor Con que avlva el sereno la luz de Ia osBadal¿. Uno peleó contra los godos, Otro en el Paraguay cansó su espada; Todos supiero¡ del abrazo del mundo Y fué mujer Bu.mlsa a su querer la canpa,ñ¡. I¡s otros corazones fueron sorenog Como ventana que d.a al campo; Respland.ecientes y altos eran sus üag Eechos de cielo y llano. Sabitl.r¡¡fa d.e tier¡a ad.entro la suya, De la lazada quo es comitt¿ Y d.e la estrella quo es vereda Y de la guitarra encendida. gangre negra de coplas brotó bajo sus m¿no8; ge sirltieron confesos en el canto tte un páJa,ro. Soy un puebiero y ya no sé d.e esas cosas, Soy hombre de ciuilarl, do barrio, de calle: I.os tra,üvías leja¡os me ayudan la tristeza Con esa queja larga que sueltan en las tardos.
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![ONTEvfDEO lr /f I CORAZON resbata por Ia tartle corDo el ee¡r¡laucfo lVl p"t Ia Bieclaclde un deciive. La Iroche nu€va es como un ala sobre tug azoü¡s. Ere¡ ol Buenos Aircs que tuvimos, el quo en los a.ños ge alejó quietamonte' Eres remaEsada y clara e! la tarde como el rectrordo do una lisa amistad' El cariño brot¡ en tus picilras como un pastito hümilalo' Eros nu€stra y ficstera, como la esürella que duplica uD 'bañaato. Puorta falsa cn ol tlcn¡po, tus calles miralx al pasado más .levo. Claror de dondc la maflana nos llega, sobre la dulce turbied.ad de las ag"ua.s. Antos do llumlnar ml cslostn su bajo sol bienaveDtu¡a üus qui¡tas. Ciuttad quo 89 oyo como un vor8o. Galles con luz de Patlo.
A LA CAI.LE i
¡ I
Ife solt¿o ni vagancia lrof tu noche gua¡8nga" Ad.ontro de un fonégrafo Bersisto una guitaüre Y el sabor d.e Paleno so me subo hasta el 8¡.ú¿. La tie¡rda La gfteD¿ Se aneBintió d.e e¡seó¿. A¡te8 Eabfa rm corazón en cada casa: El corazóu ttel patfo. Me acuerdo de u¡a luna gla"ncle desde la ac€ra. (No s6 si era Carriego ol qus le daba cuerda.) tr(q a,cuerd.o de esas tapias rosad.as que slegFaban Y e¡a¡ cr¡no u¡t espeJo do Ia tartle ligora. Por ellas el po¡rfente Slsllpro estaba en tu tle¡t¿.
SERR.ANO
ALI¡E gerraJxo. \/os ya no sos Ia Bisma de cuando el Cent€n¿rlo: A¡tes eras más cielo y hoy sos puras fachad'as. El cfelo esta,ba en tod.o: En la, Iuz de los charcos Y en las tapia,s rosadas. A.hora te prestlgian El bar¡¡Ilo c¿liente de u¡a confitería Y un avigo punzó como una injuria. En la espa,ldla movltla de tusJ italia¡ita¡ No hay ni una trenza donde ahorcar la ternr¡r¿. .. . 38
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G-:-:.:....@
A. BRANDAI{ CARAFFA (¡an J¡a!
1886, DoD. 8. -
Bs. Alros, BeD. ArgeutJna)
EXPn,ESS N esaa horas grandes como cimlentos del tleEpo: ¿r I: cu¿ndo ol Júbüo de ml¡nrnos Dodaba nuest¡os oJos do tod¿ brlzna del mu¡do, y anudábamos con los c&blos do Ia f¡¡ica luz Du.estraa dos certld.umbrss do ostar vlvos y o¡¡testos. IbaEos de retorno. (I¡a eü€rDlttad alzada) Ttapasados d.e días. Con el rencor antiguo de los cuatro horizontes al vot qEe arrebatÁbamos lnsaclobles el vie[to. r:n una sutil cabltra Doblaala do virtuales ausenclas; pequeños corazones de metal gustadores de on¿las (ella,s se abren como coll¿res d6 eter más aUá de Ias nocho!) aleJados atrás los rápidos clamorosos y turbfos qne ftecuentaD los hombres. En las grandes behfas sensitivas del cielo, audacias I'minosas que difunden abismo; ¡ll[l¡cbealumbres de espacios que no se acuesta¡ nuncet Xn Un t¡ea-transatl6ntico-dtrigible. . . .
FBIUA19EBA I I'NA so¡l alo agu¿ sobre los tochos D6ltalor; Et r 'Ifaa sed. d.e acuf,¿¡ los rlsados crtstales stu DüUr d,e ls Uuvtq V el dulce tabletoa,r del citrc y del asfatto rove¡taüdo o¡ sotrid.os como frutos D.aduros.. . . Prinavetra.. . . Es u¡a sed de agna robro los techos pátfilo* Ios etpaclos d.el cielo su tfblo azul espesan y oprlmen las cludad.es como una pulpa ilócil. Una bla¡da epftlermis se desnuda en la copa dle lo¡ á¡_ 'bolos claro& Una bla¡rala a{rpereza se d.eFañ4 en €l aire, pat¿d¡s alol cslraclo. Y esperaado el augurlo de las aves vlajeras que remolcan. .la lluvia, escudriÍ¿¡r ansiosas los camlnos, las torres. los caminos del viento polvorosos y secos y aq¡rellos tan Drofulxdor que frecuentan las nubes. Prim¿vera. , . Es uua s€d de ag:ua sobre los techos páIid.os. Ua deseo de darnos o vibrar en el aire como u¡t arco transido bajo la cabellera vibra¡te de la iluvia que estalla en grandes nardos. ' IfD a.nsia de apretar las estrellas Jugosas en las nochef carnales, de coagular la luz ardie¡te en las pupilas y desnnda.r las párpadol y mojarnos los dedos y mancharnos la boca y hrudirnos en el balo de ungüentos y de zu.mos de las lunas violentas, del violento setiembre. En loca emrüación de cristalinos sones. las calles y las plazas, limpian ,* .opm de oro.
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T mientras el creBúsculo, garganta quo se ahoga de ||n amproso celo despedaza en sollozos de luz sus tard.os oJos, las manos do la sombra üspersas y liviana,s, anltlan largamento las voces de los niños que Juegan en los patio$ Hmavera... Es u¡xa sed. de agua sobre los techos pállctos. Ifn perfnne flltel al6 maÍa¡as antiguas y de vlrtuolar ;yerbas y una ronda profunda d€ clgarras aldeanas adormeciondo ostablos y ataJos en la si€sta. Olor del cabaUito de palo y d.el tambor afónlco y el sol salta[do petios y huertos y baldlos con la car¿ lav¡da por el üa. Los parques 8o ¡omaDsa¡¡ do brlsas y d€ pausadas horas. I,as camBanas ao aloJan hacia valles de donde ya no vuelven y laa mad.res retozan con sr¡s rubios hxfantes, dando ¿l.bricfas al alre quo d.escubre el secreto liviano d.o las vlrgenes y €nsa¡rcha log senderos del bosque y dol deseo. Primavera... Es ura sed. de agua sobre los techos páIlctos, Nacen tÍbios espejos en el airo lavado acumulan los labios, prodicación de besos y premura de cantos y las ma.nos,torcaces, se engolan de caricias... Una bl.auda eBidermis so dosnud¿ olr eI mundo, torpe vaso del cielo las palomas, jadea¡tos do deslertas Jortradas, traen al fin la llave d.ol leJano horizonte y se abren co¡r estrépito, s€rTentinas de plata, las cuencas de la lluvia, porteutosa y fragante. 42
DA¡IZA y porfecta como los ssres dlvi[os S LM.{NA Arco de flechas incendiadas, tiembla su cuerpo en el ai¡o. En sus ojos tsanquilos, Juegatr Ias últimas lucos de la ta.ralo. Sus ma¡os d,ecoran el silencio, con mucheclumbres de
E L
!Éreros. Y €n sus pies vive la dulce cogturDbre de una danza. El mu¡do Bs h¿ce pequeño como u¡a senda para adorar sus pasos; y la muerte Ia mira, como Abraham a su hijo: ¡Con la hoz levantada, pero el amor deshecbo en lla,ntol... Cuand.olleg4 una nube (le sueños se posa sobre laa horas, y antiguos horizor¡tes se asoman en los mareg... Cua¡do se va, la vida se desgaja en camiuos y la lur la sigue como |rn DáJaro... . . .Entoncos, La noche, construye la soledaal y el espanto y los ojos se queal¿n prlsloneros eDi l& torre sollad.a de rn 8¡¡Scncla
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E. BUSTAMANTE BALLIVIAN (Ipgacló¡
ilsl Perú. -
Eio ile Jalelro,
Bra¡il)
cuyo DÉrp8do 8sr¡l cúerre u¡¿ ¡ruplla qgónlcr de r€eücara¿cionfl y ile ma,f¿ua¡. Sangro, sElgre, r¿Dgrtt E¿¡ ablsto todas Eus trtülar Gl clo¡o, ol Er,r y l¡ plaV¡.
CABBON UIIITBO
l[IsTroa A catodraf f ¡-¿ atormentada do hft¡lto hunde sus torrgs en las nubes para brxcar ¿ dlo¡. Pero como sab€ qne es un ard.uo probleEs se tientlo de ospaldas para no caüra¡go do cglrersr. El órgano tlsfco hace gimn¿g¿ respiratoria porque sier¡te que so va a qued.ar afónlco.
PONIENTE -¡ fEMBITAN de anglstia ¡oja I las manos suicidas d.e la ta¡de
E N l¿ entraú¡
lJd€l rocavól late la bomba ahogándoso tlo profulüuralo rnusro, apenas Douslo, a,penassrr.oi,o"^co-l:: suavü¿dc , p o r u n budLur¡ a t ó n rosa. ¡osa. E l reflejo r e r t o ; ^ de ¡^ ,^ El los focse aplasta, extendido asfalto. falto. contra el Caballiüo, caballito r¡ el
un cuento,'¡i;;;:"-]T"Hvas il0
riacre vacÍq pareces
t,
t,
t
?f ODO duermo, I La luna está en su medio día, susponsa en el cielo ernbrumado de claridad. Tus Bieraas se estiraD sobre el césped prolijo. Tus hombros reposaJxen mis brazos quieüos. CoDtra nxi espalda rribra el tronco de una, palmera inve_ cuy¿s hojas, casi olvid.ad.as,duermennarcotizadas. 1*Í.il de bla¡cura lunar. La Docho estaba hoy tan presente en la veuta¡a, qus por ella saümps para someternos a la voluntad de Ia tierra. Calña. Tus roBaa se abren como nubes causadas sobre ¡¡n cielo DUevo. Tu cuerpo está tibio como las frutas que largo rato so tun¡ero¡ eu las manos. Un millar de grillos hacen zumbar los oid.os del munalo. Tu ci]rtüa so arquea, fuerte.
ttt
t'-
t h boca mailura dlce apenas: -Eoy es slempre.
POEllfA
SOI,ITAR,TO
ñlr labio$ er¡ los de la vld¿: LJ E PITESTO .I I Náusea. Ee vtsto la suorto giolpea¡ on torno snyo cotr Eaüo. plas tle lcüota. Y el üonbro es un espectáculo tau Doquoñ¿montc sórd.ido, quo busco eu mf la soleala¿ B¿cuerdos: ¡Qu6 blancos cran los muros de las casas, qu6 heróf'cos los hombro¡l BI caDpo cntraba hasta los aposotrtos y algo graD¿c ro acostaba, on todas la¡ sombras. Cualquler brts¡ tonla leguas de pabpa y los so¡ialos llegaban Btn roüure dcl llano, puro cotDo uD eieto. La tardo agrandaba los troncos del monte y el medlodla nos volvfa contro do nuestra sombra, caíd¿ s966 u¡ Éudor.
ctrarüos y la te,rde a toalol los ¡eüros En la d,efe:u¡ alol toro. OoDclüftls le Joraada, la slua tt6l patró& m¿nchsda oD la sombr¡ de los parafsos, tóDla br¡zos de tro[o. llflo¡rtras ol relsto dol capataz resurd¿ los trsbejos atol (U8. Y, yq c¡anilo el hombre call¡ba a¡to la noche, ls l¡D¡ so Derdfa o¡¡ las hue¡¡as qEe dual¡,!.
Ios árboles ostabnn más solos ante el firnxametrto.,. Y el sol estab¡ mÁs prosento eD Duestra carno y Duegtros sudores, El toro con süs gua,mpas rompfa viento como los aáStiles. Y todo era mós abierto: El pampero silbaba millones de silbidos, tajeáDaloso en tos paJonales que se clarc¿ban a listones, como si la t¡erra acosada de felino enoJo alisara el pelo del lono. Y los ñand.uces no hallaban Umlte a su andar meüalor do desiertos. La madrugada asistía a todos los despertares eD los 712
t13
ALEJANDRO
CuTIERREz (oasüla 2898'
gatlt'lsgo ae Cbllo)
Glróscopo vago ¡ecojss toalae las est¡ellas eB tu espejo absurdo y runca recoJiste mi palabra lacontenible úl lame¡rto sln cálculo, obstinado como podrfa yo espantar los recuerdos si tus oJos go¡r los hemisferios dol mapa-murdi y yo estoy crucificailo eu e8o8 dos bemisfer¡os
.. I tt,
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plalo sobre ua bolag locas cor¡o las boras va"r¡ rodaJ¡do ildilado
z '"ivo fl""'f#T"#I""HH l"fi'il:"il:"ü' cielos
'16
inmóviles
o inúe''o f# i;'ffit hliilnlñ'Í:"':T'lbuster pero me dueles
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frutal
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ya puedo recottla¡to
sin desespetar¡¡s
olouertos ihil"t,1*."if$"Li,Ti1T;."*'J##fi -Y ri Pue¿o dirigir 1t5 114
E R T A L G
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Bosch 6740. -
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BuoBoB Alres, Be¡r. Atge[tl¡¡¡)
Tra¡¡polf¡
alo la sten¡fdad
ea el glmtrssto de los orbos.
AguJero hecho e¡ las pa,redes do la nocho por donde saca la cabez.t un pedacfto de auror¡ Dara vor al eg temprano toalavfa Merlida infintt¿ con que descifra¡ la anchr¡¡a del latlilo
del muntlo.
Ifora cero. sólo es vorso el r¡&cido en los brazos abiertos tle tu l¡stante. O* etr quo a los reloJes les dnele las 12 ilo Ia DochG H ABóntüce del tloEBo
NITEVO AUTORBETR,ATO
DoJor para las evasio¡es de Ia vida
I SIOORAfIA
es una osquina.
M Seg:rnrlo irúiDltoslmal, f¡terEinablo como muchag horss cosidas u!¿8 I otra!. Pt¡¡to seguido Bara que f,lnchen el pecho la¡ üstanclt!.
Soy el puato de choque de dos vientos, ![1 gráflco se haco metleDtlo un áng'ulo en Ia nada, En las noches Bi¡ türa encfenclo utr verso.
Apico do mov¡m,ionto, im¡rosiblo do fotografierse, porque con ól fraca,sa hasta Ia cómara ultrarráplda" Tenaplén do la nada en el que los mlnutos Bo p&r¿D & tomar alro, ávidos ya de ruta. lwomento adulto, tan mayor que se sale de la cueDt¿, único que hay de fugacictatl perrxaoeüte. Esquina por donde dobla el dle hacia la posibllldatl de otro pats*Jo. il6
A v€ces ca€ tula múslca tlesrle el quinto piso para dar a mi arritmo un ritmo atómico. El cielo ae agazapa en mis ventanas. fDieian su acrobacia los recuerdos hacia los cuatro puntos ca.rdinales. Una desannonfa me arD.onlza con el todo. Xntonces, resultante de dos fuerzas,
u7
\
camino más allá del horizoDto.
para que no se arranque su elástico fuvtsible.
soy una esquina eu malcba.
La soprano no t€rEina de r¡¡ fa sosterúdo,
de vomitar
la eolita¡l¿ I
ABENCA
SIMPLISTA
A IOS ASCENSOBES
hasta quo en forma brtsca, se le recoge en la garganta.
i¡sóUt8,
?Ta ODOS los a¡cengores saben que están €¡r la cárcel.
I
¿Es u¡¿ clnt¿ tle ré8orte?
EsBinas do¡sales de los etüfictos. 3brüllciones de la electricidail. Yo también soy l¡¡ ascer¡sor. A vosotros uo os deJa subir Eás el tocho. A mf me iu¡lide su,bfr más el cfelo. ¡Ascensores, e las armast I)ad cabezazos en los tochos Uasta abr¡rlss boquetes, y subi{ subfat, subiaL Yo eubiré I ml voz, aünquo mo rompa el ponsaElento contra, el cielo y se m.e salgan la.8 ldoas, ¡Al menos habrá asf unos cr¡aDto8 millones mÁs do estrellas!
El do de pecho del tenor levsuta el v¡relo haclo la cúDula segtrlalo por los üez mil oJos coDtentos de los melómanos. La voz tlel bajo tlene r¡.n üámet¡o de 40 centfmetros. t¡neJorable para a¡narra de paquebotes en las d.á¡senas. Por la ranura de la alcancía que es el descote do la contralto caen y ca€n las mi¡adag de los espectadores más o menos ye¡des. Ea terminado la fi¡¡cióD.
Tf.
OPERA SIMPIJISTA g
lr VIOUNISTA
esti¡á¡dola suavemente t18
L rll{
saca la ¡¡úsica del violín
EI¡f
SIMPT,ISTA"
v al cabo 'lecl'lió irse el Tlemlro,
A y se quedó l¿ vtd¿
119
sln le ¡¡oció¡r de ls hora.
¡Ers la nad¡
Y se Dxs,rchó el EsDa¿to.
ts s¡da'
. I¿s miradas so reBlegarou eu, Bl
d'el nnu¡üol
lqu,8s,
y la perspoútlva \ quetló para slenr¡rre estrangulad.a, tru¡c¿.
ET. SEPEI,IO f
Y ae perüó
^tñ¡
lnEortsl,
ol lfoln"ren"
SIMPI¡ISTá,
l, ZINO del cielo para el ataúd.
f-
Solalaalura tle lág¡imas. I-os cuerpos 66 prolo[garou
basta lo üflalto,
La caja construÍda de recuerdq la !¡adero m6Jor Ba¡a los que se vaD.
inclelineables, impalpables, üúorm€s. La tierra, el agua, el alre, perdieron sus propied.des, se disgregaron, so diqolvieroD en los horizontes d.esaparecid.os,
abiortos tras u¡ abrazo fi¡al. Murió todo. y se vió de repoDte leva¡tarso
llamas de somtra.
El dolo¡ queda encargado de Bresta,r los clavos para ajustar la tapa. ¡Que la fosa la cave[ eu el airel
ODA SIMPLISTA
A ABEQUIPA
N FORZADA si¡taxis pone el úo E I 'sobre el ala del viento su catrto d.e agua y piedr¿. Por los oJos de las muchachas se escapa todo el panora,na,
lenguas de sorabra,
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Ua&arad.¿s do sombra
Ellas besan con los labios d.el cielo y abrazan co¡r las ramas d.e Ios árboles.
de un i¡ceBdio
¡¡Arjeres de mi tierra
de sombra.
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I l,
que posێls stocks de una honradez antigua!
se escucha el do del establo y el sol de la sacristÍa.
El sol les s¿ca brillo a las paredes. Pa¡an las recuas de borricos con su rltmico trote aBrendldo er¡ los v€rsos de Chocsno. I¡s caballos d.e firerza de los autonóvlles 66 mueren d.e hambrg por las ealles.
¿U¡r traspiés? El crepüsculo se cae tras el monte.
j
¡A¡equipa, mi recuerdo doblado en cuatro pliegues te lo envÍo en sobre cet-üificado por este mismo correol
\ I
l
Do allf gus tumbos sobre el empeilraalo. ¡Esquel6ticos y I¿ EII¡
tristes
E,P.!
voz de las camparlas D.o ss aleJa Jam6s. flota
en ol alro
o so queda d.ormlala en las cordsas. ¡Arequlpa, del son do tus campanas arn pos6o un rotazo guardado en un b¿úl! I)octores do éplco cuya ágiles faldas lo ú¡ico que está a la voracid¿d. d€ Vibraüto
chaqu6 abanican vedado ¡as moscag y Ia maled,tceucia.
orquesta de aromas
su¡ca las hondas aguas del palsaje. Jutrto al ¡e de la ¡nanza¡a
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SENSACIO¡T
DE
VELOCIDAI)
fOEfP. O blro.a y recta l¿ cllta del camlno. Be siento AGR,IMENSOB DEI, EO&IZONTE. Darcha125 kilómetros
por bora.
se eD¡olla Boco a poco la cinta del carino eD ol carrete bambriento qug es el "rolls royce'. al fir, u¡a mu¡alla do¡de termi¡ra la canetera. me qued¿ el gesto de quien ha MENSIIRADO EL y guardo €l auto e¡ el garagg bolsillo de los automóyiles.
INFINITO.
123
VTA,TT AI,R.EDEDOB
DE III
¡dI8MO
OMO los suspicaces politlcos l/^t \. sale¡ a recorrer sldear hacia laa vísperas do las elecclones, ¡le h€ puosto a camloa¡ Bor los camtDog de mf YO. ¡cómo tardo eu volver al pu¡to
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