Adolescencia Tardia

 Adolescencia Tardía

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David Slavsky  El termino adolescencia tardía seria discutible por el uso que se hace de é l en el lenguaje cotidiano, como algo que llego a destiempo. Por tanto, adolescencia tardía sería aplicable a una situación patológica, a estados adolescentes prolongados o a manifestaciones ya no esperadas. Sería más adecuada la expresión fase evolutiva de la adolescencia tardía, dado que hay procesos del aparato psíquico que vienen ocurriendo desde etapas anteriores y deben culminar en determinadas desenlaces para arribar a la madurez, así, e l acento se pondría mas en los procesos intrapsiquicos, mas que en los o bservables. Si tomamos el modelo del aparato psíquico de Freud, encontramos que lo que podemos identificar como factor común en cuanto a lo que ocurre en esta etapa de la vida en las distintas culturas, es lo que corresponde al ámbito pulsional. -En la regulación de la pulsión y en como se organiza defensivamente el yo, se advierte una diferencia entre diferentes ámbitos socioculturales. En el tercero de las instancias psíquicas, psíquicas, es en el superyó y el Ideal del Yo donde mas nítidamente se infiltran los valores de la cultura a la que el adolescente pertenece: los permisos y las prohibiciones son transmitidas por el contexto social a través de la familia. Cuanto mas desarrollada y tecnificada es la sociedad, hay un estiramiento del periodo adolescente, dado que se demora el ingreso del joven a la producción. La dependencia material respecto a los padres, sostiene una mediatización con respecto al enfrentamiento de la exigencia de tareas laborales. Esto conlleva la posibilidad de un amplio lapso de preparación para un futuro que permanece en el horizonte, como para que coincida el logro de la propia manutención con la efectivizacion de la capacidad de procrear. Esta espera en el ingreso laboral, determina esta subdivisión en etapas adolescenciales: temprana, media y tardia, este proceso esta mas comprimido en sociedades donde la división del trabajo no adquirirá tanta complejidad. -En esta etapa hay un nacimiento del propio proyecto y el acercamiento a la muerte del lugar de hijo, ya que aquel proyecto incluye la propia posibilidad de procreación. Analizar este periodo implica revisar varios temas: a) b) c) d) e)

Salida de la fijación a metas sexuales infantiles Cambios defensivos Constitución del superyó definitivo- juicio de condenación Ideal del Yo Formación del carácter- identificación secundaria- sublimación. sublimación.

a) Salida de la fijación a metas sexuales infantiles e intersubjetividad: un requisito para consolidar la salida del periodo adolescente es la liquidación de la hegemonía de fijación a metas sexuales infantiles. Se requiere un abandono del predominio de la satisfacción de

pulsiones parciales, no de manera absoluta, pero si en cuanto a que las pulsiones parciales se subordinen como meta a la pulsión genital. Lo cual es correlativo a que en el aparato psíquico se consolide la constitución del superyó, las identificaciones secundarias, la formación del carácter y las sublimaciones. Veremos obstáculos para el abandono de la masturbación: El que se mantenga sin resolver la rivalidad con el progenitor del mismo sexo, lo  cual implica una sofocación del deseo ambicioso, que se evidencia en la inhibición a exhibir las propias actitudes, que va a decretar la insuficiencia del sujeto frente a la supuesta potencia de su rival. Esto va habitualmente asociado a la necesidad de mantener la idealización del progenitor del mismo sexo con el objeto de no derrotarlo, manteniéndolo en un lugar omnipotente. Hay una posición que encubre el anhelo de mantenimiento de un ideal infantil de  no existencia de límites y condicionamientos y suele estar impulsado por una descalificación que el o los padres mantienen respecto al contexto. Otro obstáculo a la renuncia a la pulsión parcial son las fijaciones orales, lo  predominante es una figura materna idealizada, abastecedora de todos los bienes, dedicada por completo a satisfacer pulsiones parciales y supuestamente ubicada ella en esa misma lógica. La resistencia a salir del ámbito de las pulsiones parciales también puede deberse  a fuertes identificaciones en el orden familiar. En otros casos la identificación existe en cuanto al trasfondo pero no e n la conducta. Como otro obstáculo, podemos mencionar, son las decepciones experimentadas  en la convivencia con el mundo adulto.(conflictos en la pareja parental) Debe señalarse también, resistencias narcisistas de salida a la pulsión genital y que  se pueden expresar directamente a nivel del vínculo sexual. Me refiero a que la curiosidad/envidia por el goce del otro, puedan mantener una intensidad que interfiera el placer compartido.

 ° Desde donde se favorece el abandono de la sensualidad autoerótica. Se tiende a sustituir esta voluptuosidad arcaica por un cambio de meta de la pulsión y por un incremento de las sublimaciones e identificaciones secundarias. Hay aspectos que se pueden vincular con el contexto y otros ligados a la propia ex periencia. 

Respecto a la influencia del medio y al papel que juegan las instituciones, Freud confiere a las instituciones y al contexto, como un espacio de ayuda para superar etapas de desarrollo. Se constituye una representación de objeto intermedio o transicional entre el objeto endogámico y el exogámico, denominado Iniciador. Una necesidad del aparato psíquico es la de investir a un personaje del entorno como aquel que va a significar un puente entre el objeto de deseo incestuoso y el que la cultura permite. Esto es válido no solo para el te rreno de la sexualidad, sino también para el trabajo, el estudio y aún para la actividad recreativa. En lo que respecta a la sexualidad, actualmente en nuestro medio, los adolescentes prefieren el vínculo sexual con una mujer desflorada, en esto coinciden la posibilidad de evitar el hecho traumático y el que en nuestra cultura va perdiendo prestigio el mantenimiento del himen como símbolo de la virginidad.

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Veamos qué factores motivan que en el propio sujeto se vaya efectivizando una renuncia al autoerotismo y se traslade el requerimiento pulsional a una satisfacción compartida con el objeto, dándose así una subordinación de las pulsiones genitales. En el recurso onanístico en cierto momento va dejando como residuo una vivencia de decepción. La fantasía va perdiendo su facultad estimulante y se constituyen representaciones crecientemente masoquistas, pierden su brillo. Entonces empieza a adquirir empuje la promesa de una satisfacción más plena, la posibilidad de una práctica heterosexual con un objeto no fantaseado, en que puedan converger sensualidad y ternura. Este espacio también va a resultar decepcionante en un momento posterior, dado que la satisfacción plena es una ilusión, lo cual va a explicar que la salida del autoerotismo no siga un camino lineal, sino que habitualmente ocurre un zigzag con alternativa de una estado a otro. El sujeto en esta etapa de preadultez, va advirtiendo por sus propios resultados o por comparación con otros que el predominio de esta consumación en la fantasía lo perjudica en cuanto a logros o desarrollos en su contexto social.

b) Los mecanismos de defensa

La renuncia al autoerotismo y del investimento narcisistico de objeto, con el pasaje a la constitución estable de una representación de deseo, es correlativamente de un cambio defensivo, en el sentido de que la desmentida deja de tener el liderazgo que mantiene en la adolescencia temprana y media en la producción de manifestaciones. Se produce así un tránsito a una clara hegemonía de la re presión. La eficacia de la desmentida se sostiene en la tarea de protección del aparato psíquico de dos contenidos, que Freud señaló como “las cosas ultimas” (Sexualidad y Muerte). Otro desenlace es el fetichismo. Se mantiene entonces en el ámbito de la desmentida, el anhelo dentro de una lógica omnipotente, la búsqueda de un objeto completo, para sostener también la ilusión de completud del sujeto. Este criterio prima en las 2 primeras fases de la adolescencia. Para un adecuada resolución de la última etapa, es condición que la lógica de la represión se configure en lo estructurante. En este pasaje a la aceptación de las 2 realidades traumática: la diferencia de sexos (que implica admitir la propia incompletud y la del objeto) y la realidad de la futura muerte propia (que es también admitir un limite, el máximo, como es e l fin de la propia existencia) se requiere un cambio en la lógica defensiva, que se expresa en una constitución efectiva del Precc. Independiente del Inc. ; que es donde debe quedar re legado el Yo de placer. El anhelo de la completud debe quedar reprimido. El Precc. Queda constituido entonces acorde a la realidad a la consensualidad, admitiendo una dolorosa renuncia. c)

Constitución del Superyó definitivo

La representación de la muerte, toma un valor traumático, se configura en la adolescencia con el acceso al ejercicio de la sexualidad, la factibilidad de la procreación y el desmiento respecto a la función protectora de los padres.

La idea de procrear comienza a adquirir otro sentido. En las fases anteriores, la fantasía de tener un hijo cumplía con la satisfacción de un valor narcisistico referido a un logro. Ahora adquiere estatuto de trascendencia, se trata de un superyó que incluye la propia ubicación del sujeto en posición materna o paterna. El superyó de la adolescencia tardía suma a sus funciones de clausura y prohibición, un fuerte incremento de su tarea anticipatoria en base a la experiencia. También es importante para la solidificación de este superyó, lo que Freud llama  juicio de condenación, que consiste en una prohibición consistente del sujeto de satisfacer una pulsión o relativizar su importancia, siguiendo la lógica del principio de realidad o de las normas éticas de la cultura correspondiente. Se trata de una desestimación proveniente del superyó, que inhibe a la pulsión. d) Identificación Secundaria

El proceso de solidificación del superyó es correlativo en el plano de las identificaciones, con el predominio de la lógica de las denominaciones secundarias. En la identificación secundaria, rige el juicio de existencia del yo real definitivo. El objeto puede ser representado como carenciado y caído de su lugar idealizado. Resta de todas maneras la tendencia a r etener, pero ahora ubicada en un rasgo, en alguna particularidad del objeto que el sujeto mantiene, como una transacción que permita renunciar a la posesión del objeto total.