Abre Los Ojos

March 18, 2018 | Author: gabyaep | Category: Sleep, Science, Quotation Mark, Hair, Coffee
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Descripción: Abre los ojos Isles Basada en la serie de Rizzole & Isles, Jane acepta que esta enamorada de Maur y las...

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ABRE LOS OJOS POR ISLES CAPITULO 1: --------------------------------------------Jane Rizzoli caminaba inquieta de un lado a otro en el departamento de investigación de homicidios. Su viejo compañero Vince Korsak y su compañero actual, Barry Frost la miraban preocupados sin decir palabra alguna. Jane se detuvo en enfrente del tablón que en el momento se encontraba lleno con fotos de tres mujeres asesinadas, detalles, sospechosos y una línea de tiempo. “Jane, sabes que no puede ser él “dijo Korsak cortando el silencio que había en el lugar, Jane lo miro de reojo moviendo la cabeza de un lado a otro. “Puede ser un imitador, un aprendiz, algo, pero él no puede ser y lo sabes Jane” dijo Korsak parándose de su silla acercándose a Jane, mirando el tablón también. “No se cómo lo está siendo Korsak, pero tiene que ser él, la misma técnica, los mismos cortes” decía Jane con un tono casi inaudible, como si estuviera hablando consigo misma mientras trazaba con sus dedos los detalles de una de las fotos del crimen. Korsak la miraba, notando las cicatrices en las manos de Jane, las que le dejó el hombre que la ha seguido y traumatizado hasta en sus sueños, Hoyt. “Estos detalles no se hizo público Korsak” Jane miro a Korsak, sus ojos oscuros lo decían todo, sus pesadilla volvía a perseguirla. “Pondremos vigilantes fuera de tu casa y en el sector en la noche Jane...” “No, no es necesario” lo corto Jane, dando la espalda al tablón, tomando su chaqueta del espaldar de su silla colocándosela mientras se dirigía a la puerta del elevador. “Frost, llama e investiga el historial de visitas de Hoyt en la cárcel, quiero saber quién a hablo con él, leer todas las cartas que ha recibido y sus remitentes, todo” las puertas del elevador se cerraban, Korsak y Jane compartiendo miradas hasta que se cerraron por completo. “Esto no es bueno” murmullo Frost agarrando el teléfono en mano empezando a marcar número. Korsak lo miro y se sentó en su escritorio pasando su mano por su frente mirando todos los archivos que tenía distribuidos sobre su escritorio. La Dra. Maura Isles, medica forense experta del departamento de homicidio, se encontraba terminando de cerrar el cuerpo de la última víctima que habían encontrado el día anterior. Se alejó del cuerpo y fue al lavamanos, lavando sus manos por minutos, perdida en sus pensamientos. Secando sus manos se dio la vuelta y se quedó parada, notando la presencia de Jane, recostada al marco de la puerta con los brazos cruzados mirándola. “Cuanto tiempo llevas ahí Jane” dijo Maura, tomando el archivo con las notas de la autopsia, dirigiéndose hacia su oficina.

“Lo suficiente” dijo Jane siguiéndola a la oficina “¿Algo nuevo?” pregunto Jane sentándose en el sofá que Maura había añadido recientemente en la oficina. Maura dejó los archivos sobre su escritorio y caminó hacia Jane, sentándose a su lado, sus ojos se fijaron en las manos de Jane, se tocaba sus cicatrices inconscientemente, algo que solo hacía cuando estaba nerviosa y aunque ella no lo admitiera...miedo. “Es el mismo M.O, tortura a sus víctimas, y termina cortando el cuello” Maura notaba como Jane se ponía más inquieta, ella tenía sus sospechas, pero que Maura le asegurara más lo que ella presentía, era diferente. “Hice una comparación con las notas en Hoyt, hasta ahora todo es igual Jane, el modo en que las deja, donde las deja, los corte” “Eso quiere decir que la persona haciendo esto tiene que tener alguna experiencia...” “Un cirujano, estudiante médico, alguien que pueda hacer un corte con esa precisión tiene que tener mucha práctica” dijo Maura cortando a Jane, tomando sus manos entre las de ella. Jane se sintió más relajada al segundo, a pesar de lo que Maura le estaba comunicando. Maura era la única a la que Jane dejaba que tocara sus manos y no sabía porque, pero le daba una sensación de tranquilidad. “Pensaba que una vez que él estuviera en la cárcel iba a estar más tranquila, pero hasta en mis sueños me persigue y ahora esto... ¿Has visto las fotos? ¡Es que tienen el mismo perfil que yo! ¡Hoyt me dijo que no pararía hasta matarme y han muerto tres mujeres por mi culpa!” con cada palabra la voz de Jane se elevaba más con enojo. “¡Por favor Jane! No es tu culpa que un psicópata esté en las calles matando mujeres Jane” dijo Maura, tratando de calmar a su amiga. “No entiendes Maur....” susurro Jane parándose, dejando ir de las manos de Maura “Tengo que ir a verlo, confrontarlo...no puedo dejar que tenga este efecto en mí y si él es el que está haciendo esto es uno de sus aprendiz...haré que me lo diga aunque tenga que usar una de mis balas para que lo escupe” el enojo era evidente en su voz, pero Maura sabía que era más que enojo. “Jane por favor, deja que Korsak o Frost vayan y hablen con él” dijo Maura casi suplicándole, no sabía de lo que sería capaz Jane “No Maura, esto lo tengo que hacer yo” dijo Jane dirigiéndose hacia la puerta, se detuvo antes de abrirla, “Llámame si hay algo fuera de lo común en los resultados del laboratorio” Maura quedó sin saber que decir o hacer sentada en el sofá, sabía que este caso era demasiado para todos, pero especialmente para Jane... Eran casi las once de la noche y Jane se encontraba en su apartamento sentada en su sofá, pistola en mano sin dejar de mirarla. No podía dormir, cada vez que cerraba los ojos imágenes de Hoyt y como casi la mata vuelven a su mente, sus manos ardían como si volviera a revivir el momento en que los bisturíes atravesaron las palmas de sus manos. Hoyt estaba logrando lo que quería, aun detrás de rejas la seguía traumatizando, seguía haciéndole la vida un infierno...y ahora tres mujeres están muertas por su culpa, para llegar a ella... Unos toques en su puerta la sacaron de sus pensamientos y por reflejo se paró rápidamente apuntando su pistola hacia la puerta '¿Que estoy pensando?....Korsak puso vigilancia' aun así, no guardo su pistola, la mantuvo al lado de su cuerpo mientras miraba quién era.

“¿Siempre tienes que vestirte como si fueras a una sección de fotos?” pregunto Jane sonriendo al abrir la puerta mirando a su amiga de arriba a abajo y notando que traía una bolsa con ella. “Estoy en pijamas Jane” respondió Maura, caminando dentro del apartamento de Jane, dejando la bolsa al lado de la puerta. “Y aun así te vez como una modelo ¿Un vino?” preguntó Jane ya buscándolo sabiendo la respuesta y tomando una cerveza para ella, caminó hacia el sofá y se sentó al lado de Maura ofreciéndole la copa con el vino. “¿Por qué estás aquí? Sabes que tengo un psicópata detrás de mí, no es seguro que estés aquí Maur” Maura tomó un sorbo de su vino y miró a su amiga “No sabemos si está detrás de ti Jane y estoy aquí porque soy tu amiga, además he leído unos artículos donde menciona que victimas de....” “¡Maura! No te pongas toda Google conmigo ahora” protestó Jane tomando de su cerveza, levantándose del sofá. Maura colocó su copa encima de la mesita y caminó hacia Jane. “No tengo que leer ningún artículo para saber que no estas durmiendo bien Jane, sé que soy muy torpe con las personas, que me siento más a gusto con mis 'pacientes' pero eres mi amiga Jane, tal vez la única que he tenido en mi vida, me preocupo por ti y algo me dice que me necesitas” la preocupación era evidente en los ojos de Maura y Jane no se podía negar a ella cuando la miraba así. “¿Esa bolsa es para quedarte la noche?” preguntó Jane sin poder ocultar una pequeña sonrisa por lo que su amiga había acabado de decirle. “Si, pensé que lo mejor era hacerte compañía” “Vamos entonces, no creo que pueda resistir un minuto más sin dormir, ya perdí la cuenta de cuantas horas llevo sin poder cerrar los ojos sin que Hoyt vuelva a mis pensamientos o que me despierte en medio de la noche por esas pesadillas” decía Jane mientras tomaba la bolsa de Maura y la llevaba a su cuarto, ella sabe que cuando duerme con Maura a su lado duerme mejor, no sabe porque, pero así fue cuando Hoyt la atacó por primera vez. Maura la siguió a su cuarto, las dos se acostaron al lado de la otra y Jane quedó dormida al cabo de unos minutos, Maura se quedó mirándola por casi una hora más hasta que el sueño se adueñó de ella también.

CAPITULO 2 El sonido de la alarma empezó a sonar exactamente a las 6:00am y con un gruñido Jane la apago inmediatamente. Inconscientemente se volvió a acomodar, se sentía bien, muy bien...cálido, suave con un aroma exquisito, un aroma que conocía muy bien... 'Espera...' Pensó Jane abriendo rápidamente los ojos, quedando con la boca abierta en completo en shock, respiro profundamente una y dos veces y trago en seco

contemplando la mujer que tenía entre sus brazos. De alguna manera durante la noche, Jane y Maura se acomodaron quedando abrazadas, Maura aún dormía, su cabello dorado ondulado caía sobre sus hombros, su respiración pausada y su rostro tranquilo 'Aun durmiendo es tan perfecta' pensó Jane intentando no moverse para no estorbar el sueño de su amiga. Jane se relajó un poco, la verdad, se sentía bien estar así. Maura tenía su brazo alrededor de la cintura de Jane como si la estuviera protegiendo de todo el mal y con esa simple acción, Jane se sentía más protegida que nunca, suspiro y volvió a relajarse en los brazos de Maura. '¿Y si despierta? ¿Que pensara de esto?' La mente de Jane volvía a acelerarse, el pánico regresando a ella en segundos y su cuerpo tensándose nuevamente, no sabía qué hacer, no sabía si moverse...Después de unos minutos de mirar y pensar sobre las posibles reacciones que Maura podría manifestar, decidió que lo mejor era salirse con mucho cuidado de la cama antes de que Maura despertara y así lo hizo, muy lentamente empezó a escabullirse de los brazos de Maura. “Jane...” murmullo Maura soñolienta sin abrir los ojos, estrechando un poco más fuerte a Jane dejándole sin escapatoria. Jane casi de derrite al escuchar y ver el rostro que Maura había puesto, no le podía negar nada a esta mujer. Suspirando dándose por vencida, Jane se volvió a relajar, volviendo a incorporarse junto a Maura cerrando sus ojos. Hoy podrían dormir....después de todo era sábado, no pasaría nada si llegaban un poco más tarde al trabajo. ============= Habían pasado dos horas y esta vez Maura se despertaba lentamente hasta abrir los ojos, justo delante se encontraba el rostro de Jane, por primera vez en semanas se le veía totalmente relajada. 'Espero que no haya tenido pesadillas' pensó Maura, sonriendo sin poder evitarlo, mirando el rostro de Jane. “Puedes abrir los ojos Jane” comentó Maura con una sonrisa, sin moverse y sin retirar su brazo de la cintura de Jane. “¿Cómo sabes que no dormía...?” susurró Jane algo nerviosa sin poder ignorar la posición en la que se encontraban, ella no ha tenido muchas amigas con la que haya dormido en la misma cama, pero esta situación...no sabía si le incomodaba...o era el nerviosismo....'¿Pero por qué nerviosismo?' se preguntaba Jane. “La respiración de una persona suele ser más....” Maura siguió explicando la fase de REM y las etapas de sueño, Jane solo la miraba, desde que Maura comenzó a hablar no procesaba muy bien sus palabras, la escuchaba, pero estaba tan concentrada en el rostro de Maura y como se le iluminaban los ojos cada vez que daba un detalle nuevo aunque aún siguiera soñolienta y al final, Jane no se entera de lo que le ha dicho Maura. Cuando

Maura empezó a trabajar como la jefa de médico del departamento de policía de Boston, se le hacía difícil a Jane trabajar con ella, a Maura no le gusta asumir, mentir, y siempre que había una obvia mancha de sangre, Maura, como la médica forense, se negaba a admitir que era sangre hasta comprobarlo en el laboratorio. Son cualidades únicas de Maura y Jane se ha acostumbrado a ellas, en sí, ha llegado al punto que las ve como algo adorable, especialmente cuando Maura se ponía en plan “Google” como le decía Jane, y como lo estaba haciendo en estos momentos. “Creo que debería de llevarte conmigo a todos lados, eres mejor que Wikipedia Maura” dijo Jane, riendo, su rostro acercándose un poco más al de Maura inconscientemente. “Wikipedia no es fiable Jane” dijo Maura con un tono muy seguro, como siempre. Jane solo sonrió mirándole, el ambiente cambio en cuestión de segundos, sus miradas fijas en los ojos de la otra... '¿Esto es normal entre amigas?' se preguntaba Maura, Jane era en sí su primera amiga. '¿Que está pasando aquí?' se preguntaba Jane, el miedo empezando a mostrarse en sus ojos. “JANEEE” '¿!Ma!?' se preguntó a si misma Jane levantándose rápidamente de la cama, mirando de reojo como Maura hacia lo mismo pero notablemente más tranquila. Jane salió de su cuarto, bajando rápidamente por las escaleras encontrándose con su madre, Ángela. “! Ma! ¿Qué te he dicho? Llama antes de aparecer Ma, además, ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿Sabes que es sábado verdad? Tengo que trabajar Ma” le decía Jane sin parar mientras buscaba el café para preparar. “Soy tu madre Janie, no necesito anunciarme antes de venir, y me diste las llaves ¿recuerdas?” dijo Ángela moviendo las llaves frente a Jane para que las viera. Jane la miró de reojo alucinando. “Ma, ya soy mayor de edad y esa llave es para en caso de emergencias, no para que te aparezcas y entres así en estos momentos que....” “Ya Frankie me dijo, ¿Porque no me puedes decir que ese hombre está suelto por ahí Jane?” “¿Frankie no se puede callar he?” murmullo Jane, girándose para quedar frente a frente con su madre “No es Hoyt Ma” “¿Entonces por qué hay policías afuera de tu casa Jane? Soy tu madre, ¿porque no puedes decirme estas cosas antes que tu hermano lo haga?” le reclamaba Ángela con su voz rasposa casi gritándole.

“No quería preocuparte Ma” confesó Jane, dándole la espalda por unos minutos a Ángela para servir el café ya listo “¿Porque preparas tres tazas?” pregunto Ángela, percatándose del detalle y a la vez queriendo evitar el tema, las dos estaban muy exaltadas, no era el mejor momento. “Es para M....” “Maura” dijo Ángela viendo bajar a Maura por las escaleras, se había bañado y estaba con su ropa de trabajo, tan elegante como siempre “No sabía que estabas aquí Maura, ¿cómo estás?” “Buenos días Señora Rizzoli, estoy muy bien ¿y usted?” comentó Maura tomando su taza tomando un sorbo de café. “Maura, ya te he dicho que me puedes llamar Ángela, eres prácticamente una Rizzoli más” antes de este comentario Jane y Maura compartieron una mirada, siempre que Ángela le decía eso a Maura la hacía muy feliz, sus padres no pudieron pasar mucho tiempo con ella durante su niñez, el que Ángela le diga que es prácticamente parte de la familia Rizzoli, significaba mucho para ella. “Maura vino a hacerme compañía ayer y para 'protegerme' Ma” explicó Jane haciendo comillas en el aire con los dedos cuando dijo 'protegerme' pero con una sonrisa, la cual hizo que Maura sonriera también. “Por lo menos a ti te lo permite Maura” dijo Ángela, mirando a Jane dolida, recibiendo un suspiro de Jane como respuesta. Por unos minutos las tres mujeres quedaron en silencio, disfrutando del café, Maura y Jane compartían miradas de vez en cuando, tenían que hablar de lo que había pasado en la habitación hace un rato, pero este no era el momento. Cada una estaba perdida en sus pensamientos, y fueron cortadas cuando el celular de Jane comenzó a sonar. “Jane Rizzoli” contestó Jane, su rostro mostrando muy claro sus emociones escuchando atentamente, Maura sabía que no era nada bueno. “Maura tenemos que irnos” dijo colocándose su placa y pistola en su cinto, no había tiempo para más “Ma, después te llamo” le dijo Jane saliendo rápidamente por la puerta seguida por Maura “¿Qué pasa Jane?” pregunto Maura, mientras se colocaba el cinturón de seguridad “Han encontrado otro cuerpo Maura” respondió Jane acelerando sin quitar la vista del camino.

CAPITULO 3

Jane y Maura llegaron a la escena del crimen en tiempo récord, durante el viaje Maura estuvo tentada muchas veces de dejarle saber a Jane cada vez que quebrantaba las leyes de tránsito, unas cuantas luces rojas y exceso de velocidad, pero Maura sabía que en esos momentos a Jane no le importaba las leyes y por eso Maura se mantuvo callada solo mirando a su amiga de reojo de vez en cuando. El homicidio había ocurrido en un parque, la entrada estaba rodeada con carros de la policía de Boston y algunas van negras 'Que no esté aquí el FBI....' pensó Jane irritándose mientras caminaba directo a la escena, Maura a su lado siguiéndole el paso. “¿Y qué haces tú aquí?” preguntó Jane alterándose a ver al agente Dean del FBI se encontraba enfrente de la cinta amarilla bloqueando el camino. “¡Este es mi caso Dean!” protestó Jane colocando sus manos en sus caderas caminando de un lado a otro enojada. Dean miró a Maura y ella entendió lo que le pedía. “Iré a analizar la escena” avisó Maura mirando a Jane que casi le rogaba con la mirada que la llevara con ella pero Maura sin otra opción le dio la espalda sacando los guantes de su bolsa con un solo pensamiento en su cabeza 'Jane...' “Tú no puedes hacerme esto” decía Jane mirando al agente Dean con fuego en sus ojos “Jane, sabes que este es un caso delicado y tú no puedes trabajar en el” “¿¡¿¡Qué?!?! ¿Cómo que no puedo trabajar en este caso? ¡Este...este es mi caso, soy la más informada, la que más sabe! ¿Qué te crees que porque eres del FBI puedes venir y tomarlo así de fácil? “Janie...” dijo Dean colocando sus manos en los hombros de Jane tratando de calmarla “¡No me llames Janie! Gritó Jane empujando a Dean quitando sus manos de sus hombros y se acercó a él señalándolo con el dedo “Me vuelves a...” decía entre dientes con fuego en su mirada pero Korsak la cortó. “Jane, ven conmigo por favor” le pidió Korsak sonando casi como una orden, Jane suspiro, sabía que era lo mejor así que con una última mirada le dio la espalda a Dean y fue a donde Korsak. Jane entró al carro al lado de Korsak y cerró la puerta suspirando profundamente tratando de calmarse. “Te llevaré a la estación” anunció Korsak sin preguntar, saliendo ya del parqueo. “Maura me dijo que no estabas durmiendo bien” decía Korsak sin despegar la vista de la calle. “No tienes acceso al caso Jane, nada y no es solo por Dean, es una orden de más arriba, este caso casi acaba contigo antes Janie” Jane no respondió, el resto del camino hasta la

estación fue en silencio, sabía que Korsak tenía razón, ella más que nadie sabía lo que significaba que el FBI se implicara en el caso pero aun así no dejaba de molestarle. ===== Habían pasado una hora y media y Jane no paraba de caminar de un lado a otro por su escritorio, Korsak y Frost se miraban uno al otro, la inquietud de Jane empezaba a tener efecto sobre ellos. “¿Porque no bajas a ver la Doctora Isles, Jane?” comentó Frost cruzando los dedos para que Jane aceptara la proposición. Jane paro de caminar y con cara pensativa los miro y suspiro pasando su mano por su cabello, no sabía si bajar a la a morgue era la mejor idea...tomó unos segundos más pensándolo...”Subiré al rato, de todas formas aquí no puedo hacer nada” dijo caminando hacia el elevador, Frost y Korsak se miraron aliviados y suspirando. No es que no querían que Jane estuviera, pero al a ver suspendido a Jane del caso ellos sentían que tenían que hacer todo lo que estaban en sus manos, no podían fallarle a Jane y en esos momentos, solo los estaban distrayendo. Jane llego a la morgue y notó que Maura no se encontraba allí, un cuerpo de una chica se encontraba sobre una de las mesas de autopsia cubierto hasta el cuello, era como las otras, pelo negro, ondulado y el eminente corte a través del cuello. Un escalofrió empezó a recorrer el cuerpo de Jane y se abrazó así misma inconscientemente “¿Jane?” preguntó Maura saliendo de su oficina “¡Maura!” exclamó Jane dando un brinco “Dios Maura casi me matas de un susto, pensé que no estabas....” decía Jane, su tono haciéndose más bajo con cada palabra mirando como Maura se acercaba a ella hasta estar frente a frente tomando sus manos entre las suyas. “Ven a mi oficina” susurro Maura guiándole a su oficina hasta dejarla sentada en su sofá “Frost me informó del porqué de la presencia de Dean en la escena del crimen” las dos compartieron una mirada, Maura no necesitaba decir más, las dos ya sabían lo que eso significaba. “¿Le guardas rencor por a verse ido antes?” preguntó Maura después de unos segundos de silencio “¿A Dean?” en el momento que eso salió de su boca Jane sabía que fue una pregunta innecesaria “No, no es eso Maura...esto no se trata de nada personal, es mi caso Maur y ahora ni siquiera puedo saber nada de la chica sobre tu mesa de autopsia y está ahí por mi culpa” susurro Jane agachando su cabeza, su pelo cubriendo su rostro de la vista de Maura.

'Jane....' pensó Maura, levantándose rápidamente de su silla yendo hacia Jane, su mejor amiga se estaba rompiendo frente a sus ojos, y ella no podía permitir eso. “Jane...” le llamo Maura sentándose a su lado en el sofá haciendo el pelo de Jane a un lado “Jane...mírame” Jane levantó su rostro mirando a Maura, sus ojos diciendo todo lo que ella no se atrevía decir, Jane tenía que ser fuerte y siempre iba con ese aire de invencible, pero en estos momentos no era así...Jane empezaba a derrumbarse nuevamente, como lo hizo una vez ya con Hoyt, Maura no podía permitir eso, no podría ver a Jane en ese estado nuevamente. “Todo estará bien Jane, encontraremos a quien esté haciendo esto” susurro Maura atrayendo a Jane hacia ella abrazándola, a Jane le tomo unos segundos para reaccionar pero devolvió el abrazo aferrándose a ella como si fuera lo único impidiendo que se hiciera pedazos, Jane se relajó en sus brazos, no entendía como Maura podía calmarla de esa manera “No me detendré hasta poner a ese asesino detrás rejas” eran unas de las cosas que Maura le susurraba al oído “¿Por qué no descansas un rato?” le propuso Maura “Puedes dormir aquí en el sofá, es lo suficientemente grande, es del diseñador Pablo Munyoz” “Me imagino” respondió Jane con una sonrisa alejándose de Maura mirando el sofá. Maura se paró y le buscó una manta entregándosela “¿Que tienes de todo en tu oficina?” pregunto Jane con una sonrisa mientras se acomodaba en el sofá, cubriéndose con la manta. “Quién sabe” respondió Maura guiñándole el ojo mientras se sentaba en su escritorio nuevamente empezando a analizar sus notas de la autopsia.'Por lo menos ha sonreído' pensaba Maura sin poderse concentrar ni en una sola palabra del reporte. ===== Había pasado casi una hora desde que Jane se había quedado dormida, Maura había terminado de leer los reportes y se paró con cuidado de hacer ruidos y se acercó al sofá contemplando a su amiga, se acercó un poco más para cubrirla un poco más con la manta y en ese momento la puerta se abrió y rápidamente Maura se llevó sus dedos a los labios haciéndole señal a Korsak de que guardara silencio. Maura salió de su oficina y estuvo hablando con Korsak por unos minutos, Maura entro a su oficina, escribió una nota y se acercó a Jane dejándola al lado de su cabeza, sus ojos recorrieron su rostro por un segundo más y suspirando se alejó de ella saliendo de la oficina yéndose con Korsak. Unos veinte minutos después Jane empezaba a despertarse, se sentó en el sofá restregándose los ojos “¿Maur?” preguntó al notar que Maura no se encontraba y un papel que cayó al suelo llamo su atención, se inclinó tomándolo y lo leyó por casi cinco veces 'No no no no Maura' pensaba levantándose rápidamente, saliendo por la puerta de la oficina de Maura casi corriendo.

CAPITULO 4 Jane se estaba preparando la tercera taza de café de la tarde mientras chequeaba su celular, cinco llamadas y dos mensajes a Maura y ninguna contestada y Korsak tenía su celular apagado. Jane caminó hasta su escritorio tomando un sorbo del café y se dejó caer en su silla, miro todos los archivos que tenía enfrente, sabía que tenía que actualizar y terminar los reportes, pero no se podía concentrar en nada. Tomó la nota de Maura y la volvió a leer por como la décima vez “Una pista surgió” Jane suspiro y la tiró a un lado “¿Qué no podía ser más explícita?” pensó Jane mientras miraba su reloj, habían pasado unas horas y ninguna noticia “Qué habrá pasado...aggg tengo que parar de pensar” tomó otro sorbo del café y se quedó unos segundos mirando la taza, se la había regalado Maura en las navidades pasadas, aún lo recuerda como si fuera ayer...en ese entonces Maura solo llevaba unos cuatro meses trabajando con ellos y los chicos habían organizado un “Amigos secretos” para celebrar entre ellos las navidades y dio la casualidad de que a Maura le tocó Jane. Maura le entrego su regalo diciéndole “Si vas a tomar tanto café, por lo menos hazlo en algo adecuado y no en esos vasos plásticos”. “Estaba muy nerviosa...creo que era la primera vez que la vi así” pensaba Jane sonriendo mientras pasaba sus dedos por los detalles de las letras impresas en la taza “¿Amigas he?” susurro en voz alta y unas voces la sacaron de su trance casi tirando el café al incorporarse. “¡Frost! Donde estab...” se corto al notar que Dean llegaba con él, en el fondo, esperaba que fuera Maura, estaba algo decepcionada. “Tuve que ir a la prisión por los historiales de visitas y las llamadas de Hoyt, ¿te están tratando bien el trabajo de oficina?” le preguntó riendo al ver la cara que le puso Jane “Frost, recuerda que Jane esta fuera de este caso, nada de detalles” comento Dean mirándolo y a Jane de reojo “Llámame si algo está fuera de lugar” dijo retirándose ignorando por completo a Jane. “¿¡Que le he hecho a este tío yo joder!? Dijo Jane golpeando el escritorio parándose dirigiéndose al escritorio de Frost, el cual solo movía la cabeza de un lado a otro y le hizo señal a Jane para que se sentara junto a él. “Jane...yo soy tu compañero, se cuánto significa este caso para ti, no creo que debían de sacarte del caso por completo...confía en nosotros, estamos haciendo todo en nuestras mano” miró a Jane, la cara que estaba poniendo y suspiro sin quedarle de otra “Esta limpio por ahora...no hemos encontrado ninguna conexión con Hoyt, esperemos que Maura y Korsak tengan mejor suerte” “¿Dónde está Maura?” dijo Jane al escuchar el nombre de Maura sin siquiera pensarlo. “Eso...no está en mi lugar decírtelo, lo siento Jane” decía Frost mientras caminaba hacia la cafetera para preparase un café. “No debe de tardar en llegar”

“¡Odio esto! ¿Porque no me pueden decir las cosas?” protestó Jane sabiendo la respuesta, pero aun así no dejaba de molestarle, tomó su chaqueta y subió al elevador. Minutos más tarde Jane se encontraba en la oficina de Maura, se quitó su chaqueta y se sentó unos minutos en el sofá mirando el techo, aquí estaba en silencio, no habían teléfonos sonando a cada minuto u oficiales hablando...era como un mundo diferente, donde solo faltaba Maura “Maura...”pensó Jane cerrando sus ojos respirando profundamente, su oficina tenía un ambiente tan...tan Maura....hasta olía como ella. Una sonrisa se plasmó su rostro y volvió a quedar dormida.

Alrededor de unos quince minutos, la puerta de la oficina de Maura se abrió lentamente, era Maura. “Frost tenía razón” pensó recordando la conversación que apenas había tenido con Frost en el tercer piso, le había dicho que Jane había salido, pero no pensaba que se había ido de la estación. Maura se dirigió a su escritorio dejando su bolsa encima de el con cuidado de no hacer ruido y se giró mirando a Jane, se encontraba sentada con su cabeza recostada de lado dejando su cuello al descubierto. Maura trago en seco y se acercó sentándose a su lado lo más cuidadoso que podía para no despertarla, miró su rostro y sintió como su respiración se cortó por segundos, se podía notar las huellas de las noches sin dormir en el rostro de Jane, pero la luz tenue que apenas iluminaba la oficina de Maura iluminaba su rostro de una manera que dejaba a Maura sin palabras, algo que rara vez ocurría. Maura tragó en seco otra vez y con delicadeza apartó un mechón de pelo del rostro de Jane, su mirada siguió su perfil, desde su cabello...sus parpados cerrados...hasta sus labios entreabiertos, inconscientemente Maura se acercó a su rostro, su mirada fija en sus labios, sentía como su corazón palpitaba hasta poder escucharlo literalmente, sus labios se acercaron tanto a los de Jane que podía sentir su aliento...cerro sus ojos unos segundos y se separó unos centímetros para depositar un suave beso en la mejilla de Jane. “ ¿Qué me está pasando?” pensaba Maura incorporándose con cuidado en el mismo momento que empezó a sonar el celular de Jane, lo cual hizo que Jane despertara. “Ouch” se quejó Maura que se había tropezado por el sobresalto. “¿Maura estás bien?” se paró rápidamente Jane tomando a Maura de las manos ayudándola a levantarse ignorando por completo el celular. “¿Cómo te has caído?” preguntaba Jane mirando de arriba abajo a Maura chequeando que esté bien. “M...me he tropezado” dijo Maura, dejando ir las manos de Jane para pasarse sus manos por su vestido. Jane la miro divertida. “Debe de ser esos zapatos que te pones, no sé cómo puedes caminar con eso” “Deberías de ir de compras conmigo alguna vez, podría buscarte algunos” respondió Maura sonriéndole con esa sonrisita que le paraba el mundo a Jane.

“No cre....” Jane se quejó al escuchar el tono de Ángela otra vez “Ma, estoy en el trabajo” contestó el celular Jane, disculpándose con la mirada a Maura. “Si ma....aja....Maura?” Maura que organizaba unos papeles la miró al escuchar su nombre, Jane alejó el celular de ella un poco “Ma quiere que vengas a la cena de domingo, mañana Maura...¿quieres?” le preguntó Jane rogando por dentro que dijera que sí. “Si, no tengo planes para mañana” le contestó con una sonrisa, terminando con sus papeles y sentándose en el sofá, mirando como Jane hacia lo mismo aun el celular “Si ma, ira....aja...¿qué? ma...es feriado....está bien” suspiró Jane mirando a Maura “Dice que si quieres ir al parque el lunes...por el 4 de julio” Maura le miro y le respondió moviendo la cabeza en señal de sí. “Ira ma....si ma....ya sé....eso es muy temprano ma, está bien” Jane colgó y miró a Maura suspirando. “Nunca he ido a ver los fuegos artificiales” le confesó Maura mirando sus manos apenada. “Tus padres nunca te llevaron?” le miró Jane alucinada “Nunca tenían mucho tiempo...yo tampoco pedía...y ellos estaban muy centrados en sus vidas...y viajes...” “Maur....” susurro Jane tomando sus manos entre las suyas, no sabía muy bien que decir, no podía creer como eran los padres de Maura “Iras con nosotros y veras lo lindo que es y te lo pasaras muy bien Maur y la cena de los domingos puede intimidar un poco” sonrió Jane “Mi familia es algo loca, ya conoces a mi Ma y Frankie” Maura le miró con una sonrisa, aunque en el fondo estaba algo nerviosa por la cena. “Quieres ir por una copa?” le preguntó Jane después de unos segundos de silencio aun sosteniendo las manos de Maura entre las suyas. “Creo que iré a casa mejor, ha sido un día largo” Maura notó la desilusión en los ojos de Jane “Puedes quedarte en mi casa si quieres...si quieres pasamos por Jo antes” “¿Conduzco y pizza? Preguntó Jane ilusionada a lo cual Maura solo sonrió.

===== Jane y Maura habían salido por la parte de atrás de la morgue, las dos en sus respectivos carros para dejar el de Jane en su apartamento. Hasta ahora todo había ido bien, Jane iba conduciendo el carro de Maura y Jo ladraba de vez en cuando, habían pedido la pizza antes de salir y a los pocos minutos de llegar al apartamento de Maura llegó la pizza.

Unos minutos después estaban las dos sentadas frente del sofá de la sala de Maura en el suelo con la pizza sobre la mesita. “¿No me vas a decir que hiciste hoy?” preguntó Jane, tomando una mordida de su pizza “No, sabes que no puedo y ya Korsak lo tiene todo bajo control” respondió Maura tomando su copa de vino entre sus manos. “Maurrrrr” protestó Jane poniéndole su mejor cara de puchero “No” contesto Maura sonriendo, tomando un poco de su vino notando de reojo como Jo jugaba con Bass. Sus ojos se encontraron con los de Jane nuevamente y el mundo paró alrededor de ellas, Maura notó como los ojos de Jane la miraba...sus labios '¿Se dará cuenta de la cara que está poniendo?....¿Tendré la misma cara?' se preguntaba Maura mordiendo su labio inferior inconscientemente. “Creo que necesitamos hablar....” susurro Maura rompiendo el silencio... CAPITULO 5 “Creo que necesitamos hablar....” susurro Maura rompiendo el silencio... “¿D.. De que necesitamos hablar Maur?” preguntó Jane tomada por sorpresa y tomó su cerveza encima de la mesita solo para desviar su mirada de la de Maura. “Pues...” comenzó Maura un poco nerviosa “tú sabes como soy...” Maura pausó al notar que Jane le miraba atentamente al escuchar “Sé que no estás en el caso...y que no deberíamos darte ninguna información.....¿pasa algo?” preguntó Maura “¿me estas escuchando Jane?” “Si, perdón perdón, no me esperaba esto, eso es todo” Jane no sabía si se encontraba nerviosa, aliviada o asustada, pero necesitaba un minuto para procesar todo lo que había ocurrido, '¿qué ocurrió? Pensó Jane incorporándose sentándose en el sofá, Jo salto sobre sus piernas. “¿Qué me decías Maur?” preguntó Jane acariciando inconscientemente a Jo. Maura no entendía muy bien qué le pasaba a Jane, así que continuó. “Te decía...que sé que no estás en el caso...pero eres mi mejor amiga y...y se cuánto te importa este caso así que, claro, mientras no tomes acción...porque eso no lo permitiré...te informaré de lo que necesites saber...” “¿La Dra. Isles rompiendo las reglas?” preguntó Jane divertida a la vez que Jo dio un ladrido, moviendo su cola.

“No sé mucho de esto...son las reglas, pero eres mi mejor amiga...no sé, eres la primera amiga que tengo Jane, no sé muy bien lo que es normal y lo que no es...” la risa de Jane cesó, esas últimas palabras tuvieron un efecto en ella que la hicieron tragar en seco y no sabía muy bien el por qué. “Maur...” suspiró Jane acercándose a Maura, Jo saltando de sus piernas yéndose a dar vueltas alrededor de Bass “Te agradezco mucho el que quieras ayudarme con este caso y no te creas...me muero por saber que pista surgió y cómo va la investigación pero no quiero que corrompas tu ética por eso” Jane tomó las manos de Maura entre las de ellas, acariciándolas inconscientemente con sus dedos “Tú y los chicos se están esforzando mucho...confío en ustedes y quien sabe y en verdad sea lo mejor para mí, el mantenerme alejada de este caso” 'Otra vez está haciéndolo' pensaba Maura escuchando lo que decía Jane mientras todo lo que podía pensar y sentir era como Jane acariciaba sus manos. 'Tal vez y esto sea normal entre amigas...¿una señal de apoyo tal vez...' trataba de deducir Maura “¿Ahora me estás escuchando tú Maur?” preguntó Jane dejando ir de las manos de Maura, se había percatado de la mirada de Maura en ellas '¿Qué estará pasando por esa cabecita?' sonreía Jane recordando cada vez que Maura se pone a hablar como si fuera una Wikipedia andante. “Si Jane, entiendo” respondió Maura sin saber muy bien ni lo que le había dicho Jane. “Creo que mejor vamos a dormir, creo que esa cabecita tuya está mal funcionando” se rió Jane acomodándose en el sofá. “ Mañana temprano Ma quiere salir de compras, nos puedes acompañar si quieres, creo que las dos juntas la pasaran de maravilla...aunque no sé si sea buena idea para mí que ustedes dos estén juntas....en una tienda” dijo Jane haciendo muecas imaginándoselo. “Sera un placer Jane, así vemos si podemos comprarte un par de cosas adecuadas” “¿Adecuadas? Olvídalo, mejor no saber” Jane no sabía en que se estaba metiendo, pero la risa no la podía controlar y se sentía bien. “¿Vas a dormir aquí?” preguntó un poco insegura Maura “S...si...emm...quiero ver un maratón de la Ley y la Orden...” “Puedes subir al cuarto de invitados cuando quieras, está listo” respondió Maura sin pensarlo mucho, subiendo por las escaleras. '¿!¿Un maratón de la Ley y la Orden?!? ¿En serio Jane?' Jane se acomodó en el sofá mirando a Jo que le miraba “Ven aquí Jo” sonrió cuando el perrito subió a su lado haciéndose una bolita “Creo que nos tocará ver unos episodios de la Ley y la Orden...”

-----Eran las 10:00am y Maura esperaba a Jane en su auto, Jane se acercaba de una cafetería con dos tazas de café. “Aquí tienes, un café, dos azúcar una crema” sonrió Jane entregándoselo. Maura tomó un sorbo y una sonrisa se dibujó en sus labios, nada mejor que un café en una mañana de domingo. Maura abrió la boca para darle las gracias a Jane pero su celular sonó, ya era la tercera vez. “Deberías responder Jane” suspiró Maura sin quitar su vista del tránsito. Jane la miró por un segundo y suspiró también. “Ma...ya te dije hace unos diez minutos que llegaríamos pronto...ya estamos casi en la esquina” Maura podía escuchar la voz de Ángela mientras Jane alejaba el celular de su oído. “Aquí estamos Ma...” dijo Jane colgando el celular mirando como Ángela bajaba los escalones del portal rápidamente. “Que día me espera...”susurró y Maura empezó a reír. “¡Buenos días Maura!” saludó toda entusiasmada Ángela mientras se sentaba en el asiento detrás de Jane. Jane solo tomó un poco de su café y suspiro. “Buenos días Ángela, a donde desea ir” Maura se estaba divirtiendo mucho con Ángela y las reacciones de Jane, demasiado. “Un lugar donde podamos comprarle un vestido adecuado a mi hija” “Sé el lugar indicado” respondió Maura, Jane casi escupe su café. “¿Ma...para que quieres comprarme un vestido? Es solo la cena de todos los domingos” “Tendremos un invitado, deberías de vestir bien” Ángela sonrió y Maura podía verle por el retrovisor. “Ma, Maur está cansada de verme en esta ropa, así visto” Ángela no respondió nada, pero no dejaba de sonreír “Un cambio no estaría mal Jane...nunca te he visto en un vestido” dijo Maura parqueando ya delante de la tienda. “¡MAURA! ¡No ayudas!” Protestó Jane bajándose del carro -----Estaba decidido, más nunca en su vida Jane iba a ajuntar a estas dos para ir de compras...llevaban más de una hora caminando por las tiendas y no se decidían en cual entrar, o entraban a todas, miraban todo y con la misma salían a otra, la estaban

enloqueciendo y Jane buscaba la forma de escaparse. “¿Qué piensa Ángela?” preguntó Maura mostrándole un vestido negro, un poco escotado y dejaba la espalda al descubierto. Ángela y Jane miraron a la vez. “¡Perfecto!” “Ni lo pienses” Dijeron Jane y Ángela a la vez y solo bastó una sonrisa de Maura sosteniendo el vestido para rendirse. “¿Jane, estás bien?” preguntó Maura desde afuera del vestidor mirando a Ángela a su lado “No puedo creer que mi hija no sepa ponerse un vestido” dijo Ángela fingiendo voz dolida. “¡MAAA!” gritó Jane desde el vestidor y murmullando de por donde se metía el brazo, después de unos minutos Jane abrió la puerta mirando a las dos. Maura se acercó a la puerta para preguntarle qué pasaba cuando Ángela le dio un pequeño empujoncito haciendo que entrara al vestidor con Jane. “Por favor ayuda a mi hija Maura” dijo Ángela moviendo la cabeza de un lado a otro. “M...Maur” dijo Jane tratando de cubrirse el cuerpo “Jane...no es nada que no haya visto antes, en mi trabajo...” “Ahhh lo sé, no tienes que recordarme de muertos ahora” la cortó Jane dándole la espalda a Maura. “A ver....” susurro Maura que solo la pudiera escuchar Jane, Jane tenía el vestido por la cintura, su espalda al descubierto y cubriéndose con sus manos y parte del vestido su pecho. Maura se acercó un poco más a Jane y al tocar su hombro un escalofrió recorrió el cuerpo de Jane. “¿Estás bien?” preguntó Maura sin pensarlo, Jane solo cerró los ojos con fuerza. 'Si...si....no' “Si” contestó Jane con un suspiro. “Esto va por aquí” susurró Maura, girando un poco a Jane “Jane...necesito que sueltes el tirante...” dijo Maura tratando de ignorar lo rápido que su corazón latía y lo caluroso que se volvió el vestidor en cuestión de segundos. Maura tomó el tirante y se dio la vuelta detrás de Jane nuevamente, colocándolo por donde iba. Jane sentía como su cara ardía, no sabía si era de pena de que no sepa ponerse un vestido o por las manos de Maura. “Entonces por aquí” decía Maura hablando con ella misma. Maura se giró parándose frente a Jane con una sonrisa, acomodó un poco los tirantes y se acercó a Jane un poco más para soltarle el pelo. Jane aguantó la respiración por unos segundos. Maura dio unos pasos hacia tras mirando a Jane de arriba a abajo sin palabras.

“Chicas, ¿para cuándo es esto? No tenemos todo el día” gritó Ángela desde afuera perdiendo un poco la paciencia. Jane y Maura seguían en silencio, Maura mirando a Jane y Jane sin saber si decir algo o mantenerse callada. Unos toques en la puerta rompieron el silencio. “Todo listo Ángela” dijo Maura abriendo la puerta dejando a la vista Jane, Ángela se cubrió la boca de la sorpresa. “Perfecto” “Nunca más” suspiró Jane cerrando la puerta del vestidor, se recostó a una de las paredes del vestidor con su mano sobre su pecho. Podía escuchar a Maura hablando con su madre afuera, se miró en el espejo del vestidor, sus mejillas rojas...pero ella podía sentir eso. ------

Era de noche en la casa de la familia Rizzoli, Jane estaba siendo molestada por su hermano, como era de raro verle en un vestido pero eso no lo salvo de algunos golpes, el padre de Jane, Frank solo se reía. La cena estaba casi lista. “Ma, Maura es una invitada...que haces” protestó Jane colocando sus manos en su cintura. “Porque tú no lo haces, además Maura es como familia” contestó su madre terminando de colocar lo que faltaba en la mesa, Maura se rió, se le hacía muy divertido como Ángela tenía la habilidad de sacar a Jane de sus casillas. Jane la miró moviendo la cabeza de un lado a otro. Unos toques en la puerta llamó la atención de todos y Ángela se apresuró a abrir la puerta. “¿Dean?” se dijo Jane sin poder creerlo Ángela lo invitó a la mesa y todos lo siguieron, Jane y Maura se sentaron una al lado de la otra, de vez en cuando compartiendo miradas. Maura podía sentir como Jane se iba enojando más y más, ahora entendía lo que Ángela había dicho...este era el invitado especial...lo planeó todo. Su mente estaba a todo dar y paró por completo al sentir la mano de Maura sobre su rodilla por debajo de la mesa. Jane le miró de reojo y Maura solo le sonrió, Jane le sonrió también. “¿Cómo puede notar....” empezaba a pensar Jane pero paró, mejor no pensar...así se sentía bien... El resto de la comida pasó mejor de lo que Jane pensaba, aunque trato de ignorar a Dean lo más que podía y Maura ayudaba mucho. Estaban como en su propio mundo, pero Frankie, el hermano de Jane las estaba mirando atentamente.

Al final de la noche, con la ayuda de su padre que mantuvo de Dean lo suficiente ocupado con temas del baseball, Jane logró evitarlo lo más que pudo. “¿Tu madre lo invitó a propósito verdad?” le preguntó Maura, las dos estaban sentadas en el portal de la casa de Jane. “No lo dudo, hablamos de la mujer que me regalo un libro con todas las palabras de “matrimonio” y “hijos” resaltado...¿puedes creer eso?” le dijo Jane sonriendo, aunque en aquel momento no le hizo ninguna gracia. “Gracias Jane, me gusta tu familia, no puedo esperar a cómo será mañana” “Lo pasaras muy bien Maur, estaremos con mi familia un rato, pero pienso llevarte a un lugar mucho mejor donde se ven mucho mejor los fuegos, es algo muy especial...” Jane paró de hablar “No no no llores Maur” Jane no necesitaba preguntar por qué...Maura ya le había comentado como se había perdido muchas cosas en su niñez...cosas como celebrar el cuatro de julio en familia.... Jane nunca antes había visto a Maura llorar, no se pudo contener y la tomó en sus brazos, sin decir palabra alguna. Maura solo lloró más fuerte y se aferró a los brazos de Jane...y todo estaba siendo presenciado por Ángela, que estaba parada detrás de la ventana mirando la escena delante de ella. CAPITULO SEIS

“¿Qué tal está?” preguntó Jane girándose mostrándole una blusa con el logotipo de la policía de Boston. Maura hizo una mueca. “¿En verdad es necesario?” preguntó Maura que se encontraba sentada en el borde de la cama de Jane. “Maura...es una barbacoa...se come con las manos, salsa por todos lados, créeme, no quieres usar ese vestido que posiblemente cueste más de lo que gano en un mes” decía Jane mientras abría unos cajones “¿shorts o jeans? Preguntó Jane mostrando uno en cada mano. “Jane...” empezó Maura pero al ver la cara de Jane solo suspiró, se miró su vestido y las opciones que tenía “jeans...” “¡Bien!” dijo Jane entregándole el pantalón mientras ella tomaba el lugar donde Maura estaba sentada. “Pensándolo...nunca te he visto con pantalones Maura, esos deben de quedarte bien, ma me los compro y me quedaban muy pequeños...” Jane paró de hablar, miraba como Maura empezaba a abrir el zipper al lado del vestido.

“¿Sabes que mucha gente celebra este día jugando baseball también? Me debes algunas clases de baseball” Empezó a hablar Maura de la nada, mientras dejaba el vestido a un lado solo quedando con un juego de ropa interior de color negro. “Ahhh ¡Maura! Avisa” dijo Jane nerviosa parándose rápidamente de la cama dándole la espalda a Maura. Maura que en ese momento tomaba el pantalón en sus manos y se giró mirando a Jane, no entendía el por qué su reacción. “¿Avisar qué Jane?, no entiendo” “Maura, tu privacidad, ya...ya sabes, cambiándote” se le notaba el nerviosismo en la voz de Jane. “Las dos somos mujeres Jane, además, ya nos hemos cambiado muchas de ropa delante de la otra después de las clases de yoga” Jane se quedó callada, no lo había pensado y Maura tenía razón... ¿por qué había dicho eso? “¿Qué tal?” dijo Maura sacando a Jane de sus pensamientos y dándose la vuelta para ver a su amiga “Wow....” fue lo único que pasó por la mente de Jane. “¿Entonces?” preguntó Maura haciendo un gesto colocando sus manos en sus caderas. “Te vez...wow, te quedan muy bien” comentó Jane mirando como los pantalones le quedaban bien ajustados. “¿Y esos zapatos? “Son cómodos” “¿Para correr?” preguntó Jane recogiendo todo lo que necesitaban para el resto del día. “Bueno...no, pero creo que estará bien” Jane movió la cabeza de un lado a otro riéndose en el momento que el celular sonó” “Esta mujer no falla” murmulló tocando el celular en el lado para silenciarlo. Maura le seguía hasta llegar al carro.

------“¡Oh no...! Se quejó Maura, un poco de salsa había caído en la blusa de Jane que llevaba puesta. “Tranquila Maura, no pasa nada con una lavada ya está listo” Jane no podía evitar reírse mientras limpiaba la blusa de Maura con una servilleta. Ángela que estaba sentada lista para que empezaran los fuegos solo las miraba.

“¡Oh por favor! Pops, admítelo, ya no puedes correr como hace veinte años” decía Frankie que venía riendo con Frank llamando la atención de las chicas. Jane se paró para organizar una canasta. “¿Y eso Jane?” preguntó Ángela mirándola curiosa. “Llevaré a Maura a ver los fuegos Ma” Jane no tenía muchas ganas de dar explicaciones, aún estaba un poco molesta por el invitado sorpresa de su querida madre. “Pero desde aquí se ven muy bien, ¿nos vas a dejar aquí?” protestó Ángela mirando a Frankie y Frank para que le apoyaran. Frank solo suspiro y se sentó al lado de Ángela, él entendía que Jane ya era adulta y por lo menos había pasado la tarde con ellos, no le veía nada malo con la decisión de Jane pero lo mejor era mantenerse callado, no quería enfrentarse a Ángela. Frankie solo miro a Jane y le guiñó con una sonrisa, lo cual dejó a Jane un poco desconcertada, no entendió el porqué del gesto. “Ma, hemos estado aquí toda la tarde, ¡hasta hemos jugado baseball! Y más vale que no hayas invitado a Dean otra vez....” “No lo he hecho ¿pero qué pasa si lo hiciera? ¡Por dios Jane! Salieron cuando estaban en la academia de policía y todo iba bien si no fuera porque tuvo que irse a New York. Ahora está aquí, así que tienes que aprovechar ¿no es así Maura?” Jane solo suspiro, no podía creer que Ángela sacara este tema otra vez y precisamente ahora. Maura se había quedado sin habla, sabía que Jane tenía sus problemas con Dean, pero siempre pensó que era algo profesional. “¿Jane tuvo una relación con Dean?” “¿Maura?” Ángela le miraba esperando una respuesta. “Pues...Jane no tiene pareja y no muchos hombres aceptan su tipo de trabajo...y el tiempo...riesgo y Dean es atractivo y tienen el mismo tipo de trabajo...se complementan” Jane casi escupe su cerveza y miró a Maura sorprendida. “Pero que acabo de decir...” pensó Maura desviando su vista de las de Ángela y Jane. Algo que Jane notó. “¡Vez! Por fin alguien entiende” dijo Ángela con una sonrisa de oreja a oreja. Frankie, que se encontraba atendiendo la parrilla, le hizo señas a Jane para que se acercara y esta aprovechó que su madre le empezaba a pelear a Frank sobre la posición en la que estaban las sillas y si así verían bien los fuegos. Maura estaba entretenida con Jo, su mente en otro lugar. “¿Ahora que pasa Frankie?” preguntó Jane “Sis...no sé cómo preguntarte esto...pero...tú y Maura emmm” Frankie hacia señas con las manos “¿Qué Frankie? Acaba de soltarlo” Jane empezaba a impacientarse.

“Ustedes...son bien cercanas” “Pues claro Frankie, es mi mejor amiga... ¿a qué viene esto?” “¿Nada más?” preguntó Frankie con mucho cuidado, sabía que su hermana no dudaría en pegarle. “¿¿De que estas hablando Frankie??” el tono de voz de Jane subió llamando la atención de Maura, los dos la miraron y Jane miró a Frankie “Después seguiremos esta conversación” dijo Jane tomando la canasta en su mano “Vamos Maura” las dos se despidieron, aunque Ángela no lo hizo muy fácil. Después de un pequeño recorrido de como diez minutos en auto llegaron a su destinación. Durante del camino no se dijo nada, Jane pensaba en lo que su hermano le había dicho, le daba mil vueltas. Por otro lado, Maura no dejaba de pensar en lo que Ángela había dicho sobre Dean. “Tenemos que caminar un poco hacia arriba, creo que esos zapatos te darán un poco de problemas” dijo Jane riendo “Te lo dije” “Déjame ayudarte” dijo Maura tomando la manta de las manos de Jane, dejándole solo la canasta. Habían caminado unos tres minutos y Maura se quejó haciendo que Jane parara y mirara hacia atrás. “Vez...” dijo Jane acercándose a Maura agachándose delante de ella observando el tacón roto. “Quítatelos” “¡No! Sabes cuantas bacterias podrían ver...y...y...no es bueno andar descalza” “Necesitas vivir un poco más Maura, venga, está allí” dijo Jane señalando con sus dedo en la dirección izquierda, Maura le siguió con la vista y suspiró. “Está bien” dándose por vencida Maura se quitó los zapatos apoyándose un poco en Jane. Tomó los zapatos y se sorprendió cuando Jane tomo su otra mano con la suya sin decir nada dirigiéndose hasta la cima de la colina, se podía ver prácticamente toda la ciudad desde allí. “Esto es hermoso” susurró Maura admirando la vista. “Deja que empiecen los fuegos” dijo Jane dejando ir de la mano de Maura “En unos cinco minutos” avisó Jane apurándose colocando una manta bien grande sobre la yerba y abriendo la canasta, una botella de vino se podía ver. “Ven acá” dijo Jane señalándole a Maura para que se sentara a su lado, Maura lo hizo y Jane le entregó una copa de vino, ganando una sonrisa de su amiga. “Gracias por traerme a este lugar Jane...en verdad es hermoso y ha sido un día inolvidable, la he pasado muy bien con tu familia”

“Gracias a ti Maur” unos minutos de silencio pasaron, las dos disfrutando de la brisa, la vista...y el vino. “¿Es verdad que saliste con Dean?” preguntó Maura rompiendo el silencio. Jane que en el momento tomaba un de su vino paró en seco. “No fue nada serio, ya pasó” dijo Jane poniendo su copa a un lado “Ángela no lo hizo sonar así” susurró Maura tomando el último trago de vino que le quedaba en su copa. “Maur...” Jane suspiró mirando a su amiga “Fue la relación más larga que he tenido y mi madre tiene la costumbre de exagerar un poco las cosas...en su momento si fue seria, pero las cosas no son iguales” Jane miró cuidadosamente a Maura, jugaba con uno de sus anillos...hacia eso cuando estaba inquieta. “¿No me digas que la Dra. Isles está celosa?” “Oh dios...¿pero por qué he dicho eso?” pensó Jane al segundo que esas palabras salieron de su boca. Maura quería responder, en su mente gritaba que no pero las palabras no salían y solo quedó con los labios entreabiertos mirando los ojos de Jane. Jane por su parte al igual que Maura, se había quedado sin habla, como pudo decir eso...y aun en la poca luz que las rodeaban...podía notar ese brillo único en los ojos de Maura, sus labios resplandecían por el vino...y su aroma las rodeaba. Jane se acercó lentamente al rostro de Maura, compartieron una última mirada, una pregunta sin palabras, Maura cerró los ojos y sintió la suavidad y calidez de los labios de Jane sobre los de ellas a la misma vez que empezaron a sonar los fuegos artificiales, las luces resplandeciendo en sus rostros, pero en ese momento ninguna de las dos escuchaban nada, estaban en otro mundo, un mundo donde solo estaba el sentir de los labios de la otra. CAPITULO SIETE Todos los conocimientos de Maura no podrían explicar lo que estaba pasando en ese momento. Tan solo un roce de los labios de Jane fue suficiente para dejar la mente de Maura en blanco. Ninguna hormona ni procesamiento fisiológico podrían explicarlo, en sí, Maura no quería explicarlo, no quería buscar una razón científica del por qué su corazón latía de tal manera, el por qué su respiración se detuvo por unos segundos...¿o fueron ideas suyas? Eso no importaba... “Jane...” susurró Maura a milímetros de los labios de Jane. Las dos se miraron a los ojos por unos segundos, las luces de los fuegos aún iluminando sus rostros pero ellas estaban en una burbuja, no escuchaban nada solo eran ellas dos, sus miradas, sus respiraciones, solo ellas. Maura empezaba a ponerse nerviosa, hacia unos segundos podía ver con exactitud lo que los ojos de Jane le decían, anhelo y pasión, lo cual con cada segundo que pasaba cambiaba a...¿miedo?. “Por favor Jane...” pensaba Maura empezando a reflejar la misma mirada.

“Jane...” repitió Maura, su voz temblorosa notando como Jane empezaba a alejarse. “Oh dios...” se dijo Jane a si misma casi inaudible pero Maura escuchó...la escuchó como si lo hubiera gritado. Jane se levantó lentamente, parecía perder el equilibrio por un segundo y le dio la espalda a Maura tapando su boca en shock. Ninguna dijo palabra alguna, el único ruido que se escuchaba eran los fuegos artificiales resonando a lo lejos. Maura se incorporó y empezaba a caminar hacia Jane en el momento que ella se giró mirándole a los ojos, esta vez Maura no sabía qué era lo que le decían los ojos de su amiga. “Eso no debió pasar...” decía Jane caminando de un lado a otro pasándose su mano por el pelo. “Eso no es bueno...” pensaba Maura, ella conocía los gestos de Jane. Esto no era nada como hace unos minutos. Hace unos minutos pensaba que podría morir de felicidad aunque no entendía muy bien el por qué...nunca había pensado en besar a Jane...mucho menos que algún día podría pasar. Ahora se siente igual, pero aterrorizada...curioso como el cuerpo responde así de igual a emociones totalmente diferentes. Maura llevó su mano a su pecho, sentía como si su corazón fuera a salir, como hace unos minutos pero por una razón muy diferente, sabía que lo que había pasado tendría consecuencias, ¿buenas o malas? Eso era lo que no sabía... Jane no sabía qué hacer, podía enfrentar esto o escapar. Su cabeza era un caos total, ¿caos? Creo que eso se quedaría corto y Maura decidió tomar la situación por el lado que siempre ha tomado las cosas, científicamente...por lo menos de esa manera tendría una explicación a lo que le estaba pasando. “Jane...si tanto te molesta podríamos olvidarlo, esto es algo muy común, desde los sigl....” “¡Detente!” gritó Jane dejando a una Maura sorprendida. Jane tomó un segundo para respirar profundamente, los fuegos artificiales habían cesado, ahora solo era solo ellas. “No digas nada...” susurró Jane mirándole a los ojos a Maura. “Ahora no puedo hacer esto...mi cabeza es un caos, no entiendo nada, mejor déjame llevarte a casa, después hablamos. Maura contemplo la idea por un minuto mientras miraba a Jane recoger todo...después de todo no fue una pregunta. ¿Pero qué podría decir ella? Tampoco entendía lo que había pasado y tampoco entendía el por qué Jane reaccionaba de esta manera. -----El camino hacia su casa Maura no sabía cómo describirlo, era algo ¿incomodo? Quería decir y preguntar muchas cosas pero ninguna palabra salía de su boca. Jane tampoco decía nada pero de reojo podía ver con la fuerza que Jane sostenía el volante, sus nudillos empezaban a tornar a un color blanco.

“Aquí estamos Maura” dijo Jane deteniéndose enfrente de la casa de Maura. Maura miró a su lado como si no se lo pudiera creer, tan perdida estaba en sus pensamientos que el tiempo prácticamente voló por ella. “¿No vas a entrar?” preguntó expectativa Maura mientras bajaba del carro. “Mejor no Maur, me he atrasado con unos papeles en el trabajo y tengo que levantar temprano” dijo Jane sin poder mirarle a los ojos. “Mentira...” “Buenas noches entonces Jane, gracias por este día” dijo Maura dándole la espalda dirigiéndose a su puerta, no sabía que era lo que le pasaba, quería regresar y gritarle a Jane pero no entendía el por qué. Maura Isles no sabía lo que estaba pasando. Mientras abría la puerta podía sentir la mirada de Jane aun en ella y no se fue hasta que entró a su casa. Maura entró y cerrando su puerta y apoyándose en ella suspiró “Jane...”susurró llevando sus dedos a sus labios rozándolos. Así pasó unos minutos, recordaba el momento en que sintió los labios de Jane. Un ruido la saco de sus pensamientos y abrió los ojos encontrándose con Bass, su tortuga mascota que había chocado contra una de las sillas en la cocina. “Hola Bass ¿me extrañaste?” decía Maura mientras buscaba una fresa para ofrecerle. “Jane tiene razón...tengo una mascota poco comunicativa” pensaba mirando como Bass comía su fresa. “Pero como dijo, va muy bien conmigo” pensaba dirigiéndose al baño mientras se iba deshaciendo de los zapatos, cerró la puerta y empezaba a quitarse la blusa cuando se detuvo repentinamente. “Huele a Jane...” pensó terminándose de quitar y mirándola en sus manos, miró a un lado mirándose en el espejo de cuerpo entero y se acercó a él. “Aceleración cardíaca...dilatación de pupilas...oh....” sintió como si le hubieran echado un cubo de agua fría encima ¿cómo no pudo verlo antes?. Ahora lo entendía todo. -----Era muy temprano y la estación estaba demasiada ruidosa para Jane, todos se quejaban de que si solo dan un día feriado otros comentando todo lo que hicieron más los ruidos de los teléfonos, ya no podía más. “¿Qué te pasa Jane? Estas como que arisca hoy ¿qué no la pasaste bien ayer?” pregunto medio burlón Korsak desde su escritorio. “Cállate Korsak” vociferó Jane tomando su taza en la mano “Me iré por un café, no puedo concentrarme aquí” Korsak y Frost se miraron, hoy no podrían meterse con Jane. Jane se preparaba su café, lo mismo de cada día, solo algo diferente...no podía sacarse a Maura de la cabeza. “Ey...sis...”

“¿eh? ¿Frankie?” “Llevo llamándote como cinco veces ¿dónde tienes la cabeza metida?” decía Frankie mientras se sentaba en una de las mesas de la pequeña cafetería de la estación. “No te imaginas la que ha montado Ma, se pasó toda la noche peleando que si no regresaste, de que si no llamaste” “Me olvide por completo de eso ” admitió Jane tomando un poco de su café “¿Le gustaron los fuegos a Maura?” preguntó Frankie sin quitar su mirada de Jane. Jane se tensó por completo al escuchar el nombre de Maura. “¿Que pasó Jane?” “¿Qué pasó de qué Frankie?” dijo Jane a la defensiva. “Soy tu hermano Jane, puedes hablar conmigo...y algo obviamente paso, mírate, estas de mal humor y se nota que no dormiste nada ayer...además...Maura a pedido el día libre” “¿¿Qué??” ¿Está bien? ¿Por qué ha pedido el día?” Jane se dio cuenta de lo alarmada que se había puesto e intentó calmarse un poco al ver la cara con que le miraba Frankie. “No sé, creo que porque no se sentía bien, ¿qué pasó Jane?” Jane se tomó unos segundos pensándolo, esto tenía que hablarlo con alguien o perdería la cabeza. “De esto ni una palabra a nadie Frankie...muchos menos a Ma...” dijo Jane tomando un segundo para suspirar. “Yo...Maura y yo nos besamos...” confesó Jane nerviosa. Pasaron unos segundos en silencio y empezaba a ponerse inquieta. “¡JA! ¡Ya era hora! Me estaban volviendo loco con las miraditas y siempre se andan tocando y abrazando” Frankie puso cara pensativa “Creo que hasta una apuesta hay” “¿Qué?” Jane no sabía por dónde empezar “¿Cómo que ya era hora? Y una apuesta...como la gente...” “Sis...no sé si te das cuenta, pero cuando Maura entra al lugar tu rostro se te pone...gracioso” Frankie no pudo evitar la risa. Jane estaba perpleja ¿cómo todos lo podían ver tan claro y ella ni se había enterado...? “¿Entonces estás con Maura?” preguntó Frankie “...No creo...no sé...le dije que eso no debió pasar...el besarnos” decía Jane acariciando la cicatriz en sus manos... “¿Maura que piensa? Preguntó Frankie curioso

“No sé” respondió Jane suspirando “Bueno...por la cara que tenía cada vez que Dean te miraba en la cena...diría que algo siente” Frankie sonrió al ver la cara de sorpresa que puso Jane. “No te enteras de nada sis, deberías de hablar con ella” Jane lo pensó por unos segundos jugando con el borde la taza que Maura le había regalado. “Sí. Creo que es lo mejor...” Jane parecía tranquila por fuera pero por dentro estaba muriéndose del miedo, muchas cosas están de por medio. “¿Tú estarías bien con esto?” Jane siguió al ver la cara de pregunta de su hermano “Maura y yo” dijo Jane nerviosa. “Pues claro que estoy bien con eso Jane, eres mi hermana y como dije, ya era hora” Frankie se rió, siempre que decía “ya era hora” no podía aguantar la risa. “Bueno sis, yo tengo que regresar al trabajo ¡Habla con Maura!” dijo Frankie dejando a Jane que terminaba de tomar lo que le quedaba de café. --“¿Qué estoy haciendo?” se preguntaba Jane, ya había conducido por la casa de Maura unas cuatro veces y no se atrevía a parar. “Vamos Jane” se decía a si misma frenando y colocando parqueo, apagó el carro y se echó hacia atrás tratando de calmarse, hacía tiempo que no se sentía así de nerviosa, como si fuera a hablar delante de mil personas. Con mucho esfuerzo llegó a la puerta de Maura, debatiendo si tocar o no...Tocó, una y dos veces...no hubo respuesta. “¿Estará durmiendo? Aún es temprano...pero eso no es de Maura...¿Y si está enferma de verdad?” “Jane” susurró Maura al abrir la puerta tomando a Jane por sorpresa, estaba tan metida en sus pensamientos que no se había dado cuenta que Maura había abierto la puerta. Las dos se quedaron mirándose a los ojos sin saber muy bien que decir.... CAPITULO OCHO “Jane...” dijo Maura un poco extrañada y emocionada por la aparición de Jane. Jane sólo la miró como si intentara decirle todo con su mirada, los segundos pasaron entre ellas; se sentían como horas. Jane tenía sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Su mirada perdida en la de Maura, no sabía muy bien que decir o qué hacer, quería abrir la boca, aunque fuera para decir un simple “Hola” para cortar el silencio, pero su mente estaba desconectada por completo que no podía coordinar ni un simple “Hola” “Puedes pasar Jane” dijo Maura dándose la vuelta dejándole la puerta abierta para que pasara. Le tomó unos segundos a Jane reaccionar y entró cerrando la puerta detrás de ella. Su vista se dirigió hacía Maura, vestía su pantalones de pijama y una blusa color azul marino que le caía a un lado dejando al descubierto su hombro derecho. Jane tragó en seco.

“¿Quieres algo de tomar? Tengo agua...jugo...vino” decía Maura con un tono nervioso mientras miraba en el refrigerador buscando que más le podía ofrecer a su amiga. “Maura...” Jane tomó a Maura por la muñeca para que se detuviera. El cuerpo de Maura se tensó al sentir la mano de Jane. “Mejor jugo, estás trabajando y tiene muchas vitam...” al momento en que Maura colocaba la botella de jugo sobre la mesa Jane la detuvo colocando su manos sobre la suya otra vez. “Maur...” dijo Jane sin reconocer su propia voz. Maura la miró, miedo evidente en sus ojos aunque lo disimulaba muy bien. “¿Qué haces aquí Jane?” preguntó Maura alejándose de la mano de Jane, le dio la espalda, mientras le daba la vuelta a la mesa. “¿Qué me está pasando?...es solo Jane” pensaba Maura tratando de respirar más profundo y calmar su ritmo cardíaco mientras se sentaba en el sofá. Jane dejó el jugo a un lado olvidado y le dio la vuelta a la mesa caminando hacia Maura. En el camino a la casa de su amiga había pensado en miles de cosas que podría decir y preguntar, pero ahora estaba en blanco, no sabía que decir o que hacer. Se sentó al lado de Maura en el sofá dejando de por medio una considerable distancia. “¿Qué no puedo preocuparme por mi amiga?” dijo Jane tímidamente. “¿Amigas he?...para Jane sólo soy una amiga” pensaba Maura con la mirada perdida. “Ey ey, humanidad llamando a Maura” decía Jane chasqueando sus dedos frente a su rostro “¿Estás bien Maur?” ¿Y si Maura estaba enferma de verdad? Jane empezaba a preocuparse. “Creo que necesitamos hablar Jane” propuso Maura sin darle importancia a las preguntas de Jane, no era que las ignorara...simplemente su cabeza estaba centrada en otras cosas. El mundo de Jane se paralizó al escuchar las palabras de Maura, recordó que para esto había venido después de todo...para hablar, no sabía muy bien cómo o de qué exactamente...en sí, estaba aterrorizada. “¿No fuiste a trabajar por ayer, verdad...por...el beso?” preguntó Jane mirando a Maura a los ojos. “Jane...sabes que no puedo mentir...y..y...” Maura intentaba no decirlo, pero su respiración se agitaba. Jane se acercó a ella sin pensarlo y colocó sus manos en los hombros de Maura “En verdad no puede mentir” pensaba Jane sonriendo. Le tomó unos tres minutos a Maura para calmarse, esto era más difícil de lo que ella pensó. “Jane...” dijo Maura mucho más calmada “Creo que tengo...” tomó una breve pausa y

respiró profundamente “Creo que tengo sentimientos por ti” confesó Maura con el corazón a punto de salírsele del pecho por el mixto de emociones que sentía en el momento, miedo, emoción...amor...Jane se quedó paralizada con los ojos abiertos como platos. “Sentimientos más allá de los de una amiga...” sintió la necesidad de aclarar Maura. Los brazos de Jane quedaron tensos en los hombros de Maura y poco a poco los retiró poniendo más distancia entre ellas. Los ojos de Maura veían los movimientos de Jane como si estuviera mirando una película en cámara lenta y su mundo derrumbándose...justamente esto temía. “Tú y yo...no puede pasar” decía Jane a sí misma “¿Por qué?” preguntó Maura antes de pensarlo. Jane le miró de reojo algo sorprendida por la pregunta. ¿Maura quería estar con ella? “Muchas cosas Maur...empezando por lo obvio” Jane se paró haciendo señas entre Maura y ella. “Somos mujeres Maur” dijo ante la mirada confusa de Maura. Jane se pasó la mano por su cabello, no sabía si estos motivos era para convencerse a ella misma...¿pero de qué?. “¿Y eso es un problema Jane?” preguntó Maura levantándose del sofá para pararse frente a Jane, que le diera la cara. Jane gruño, esto era muy difícil...demasiado. “Es por lo que dirán la gente ¿verdad?” susurró Maura mirando como el rostro de Jane cambiaba. “Si...no...” Jane tenía una pelea interna consigo misma. “No Maur...a mí no me importa lo que diría la gente, pero tú...” Jane empezó a caminar de un lado a otro como si la acción le ayudara a poner sus pensamientos en orden. “Desde que entré a la comisaría siempre me han llamado...cosas” Jane hizo una cara de disgusto por el recuerdo “solo porque era la única mujer detective...yo no quiero que tú pases por eso Maur...” esta vez Jane susurró acercándose a Maura. “Eso lo decido yo Jane” el tono de Maura un poco seco “No soy tan frágil, he pasado mi vida sola y por ser tan...” Maura suspiró recordando “tan” rarita” he recibido muchos comentarios con la intención de hacerme sentir mal” Maura tomó un segundo con cara pensativa y miró a Jane a los ojos. “¿Acaso no has escuchado los rumores en la comisaría?” Jane miró a un lado apenada sin poder responder. Maura suspiró, tantos pensamientos la estaban agotando y Jane no ayudaba mucho. Se giró sirviéndose una copa de vino y a la vez dándole tiempo a Jane para que dijera algo. Maura tomó un sorbo del vino y delineaba el filo de la copa con sus dedos mirando a Jane de reojo. Dejó la copa a un lado y tomando valor se dirigió hacia Jane con paso rápido. Jane no tuvo mucho tiempo para reaccionar, sintió las manos de Maura en su rostro, seguidos por labios húmedos y tibios sobre los de ella. Los brazos de Jane quedaron al

lado de su cuerpo caídos, le tomó unos segundos para procesar todo lo que había pasado ¡Maura la estaba besando! Sus piernas empezaban a perder fuerza pero Maura la rodeó con sus brazos sosteniéndola por la cintura. Los labios de Jane correspondieron a los de Maura en un movimiento suave y lento, podía saborear el sabor del vino que hacía unos segundos Maura tomaba. Las manos temblorosas de Jane se dirigieron hasta las caderas de Maura, provocando un gemido al rozar con las yemas de los dedos la piel que quedaba al descubierto por el diseño de la blusa. El beso termino rápido, más rápido de lo que Maura desearía. Jane terminó el beso, pero no se alejó, ni dijo palabra alguna. Sus frentes unidas, labios separados solo por centímetros, sus respiraciones agitadas. “Jane...” se atrevió Maura a romper el silencio, era un susurro casi inaudible, que solo Jane podría escuchar. Algo se activó en Jane, dio unos pasos hacia atrás, lágrimas en sus ojos “¿Qué...qué acaba de pasar?” Jane llevó sus dedos a sus labios como para confirmar que no se trataba de un sueño. Levantó su vista y miró a Maura, sus mejillas sonrojadas y sus ojos más oscuros. “Jane...por favor...” le suplicaba Maura como si supiera todo los pensamientos que le estaban pasando por la mente a Jane. “No...no...no Maura” Jane empezaba a entrar en pánico. Maura intentó acercarse pero se detuvo al ver que Jane daba unos pasos hiciera atrás. “No entiendes...” Jane no podía contener las lágrimas y Maura al ver esto sentía como si el corazón se le hacía trozos, nunca había visto llorar a Jane...”¡No puedo perderte como amiga Maura! Siempre arruino mis relaciones, no duran nada...” Maura iba a hablar pero Jane siguió “Si...si hacemos esto lo voy a arruinar...y te perderé como amiga, eres mi única amiga Maura...no puedo hacer esto...olvidemos esto, seamos amigas...” Maura iba a responder pero su celular las interrumpió, Jane tomó un suspiro y limpiaba sus lágrimas mientras Maura buscaba el celular en su cartera. “Isles” contestó Maura con un tono molesto “Maura, tenemos un problema....” dijo Korsak en la otra línea pero Maura había dejado de escuchar desde que notó que Jane caminaba hacia la puerta. Maura alejó el celular por un minuto de su oído. “Espera ¡Jane!” le rogaba Maura con la mirada. Jane solo respondió moviendo sus labios “Lo siento” dijo cerrando la puerta dejando una Maura con la boca abierta, solo el ruido de Korsak prácticamente gritando en la línea llamó su atención. “¿Me escuchas Dra. Isles?” “Si Korsak, perdón” “¿Jane está en su casa?”

“No Korsak, acaba de salir, ¿por qué? ¿pasa algo? “Lo siento Dra. Isles, sé que es su día libre pero Dean ha dado la orden” se escuchó como Korsak gruñó “Hemos encontrado nueva evidencia en la última escena de crimen y es urgente que la analice Maura” “Está bien Korsak, me preparo y estaré allí lo más rápido posible” “Otra cosa Maura...” Korsak pausó unos segundos “tenemos un sospechoso, en estos momentos no lo hemos podido localizar...pero lo conocemos, cuando este aquí le daré más detalles...solo una cosa...Jane tiene que llevar vigilancia las 24 horas del día, sabe cómo es, si se niega por favor ayúdenos. “Haré lo que este en mis manos Korsak” Maura colgó el celular tirándolo a un lado. Se sentó en el sofá y cubrió su rostro con sus manos. “¿He perdido a Jane?” sus lágrimas humedecían su rostro "¿Qué he hecho?"...susurró tratando de recuperar el aliento, llevó sus dedos a sus labios y cerró los ojos recordando. Solo hizo que las lágrimas salieran sin control.

----Hora y media después las puertas del elevador del cuarto piso se abrían. “¡Dra. Isles! Qué manera de arruinarle el día libre he” comentó Frost con el teléfono aguantándolo con el hombro y a la vez ojeando unas notas. Korsak y Jane levantaron la vista de sus trabajo y miraron a Maura. “Perdona la llamada así de inesperada Maura” dijo Korsak caminando hacia ella con unos archivos en las manos. Maura miró a Jane por encima del hombro de Korsak, sus ojos se encontraron con los de ella pero no duró mucho, Jane regreso a su trabajo. “Soy idiota” pensaba Jane tocando con su bolígrafo el escritorio a gran velocidad. "¿Por qué me tuve que ir de esa manera?” “Ey, Jane...” le llamó Frost ganando su atención. Jane le miró preguntando con la mirada. “¿Pasa algo?” Jane tomó unos segundos para contestar, dejó el bolígrafo a un lado y se hundió en la silla mirando el techo. “Nada Frost, es algo frustrante no poder estar en tu propio caso” eso es lo que menos estaba en la mente de Jane en esos momentos...solo podía pensar en Maura. -----Tres pisos más abajo, Korsak le mostraba unos archivos a Maura la cual los analizaba con

cuidado. “¿Y ese cuerpo en mi mesa Korsak?” preguntó Maura algo irritada “Ah...eso, de eso le tenía que hablar en persona, sus asistentes han ayudado muchísimo” los dos se acercaron al cuerpo, la autopsia estaba terminada. Maura se inclinó mirándolo, tomo las notas de la autopsias “Hmmm después de todo son mis asistentes” sonrió Maura, mirando a Korsak. “Pero este hombre no entra en la investigación Korsak, ¿por qué me han llamado? Mis asistentes hicieron un buen trabajo” dijo Maura metiendo sus manos en su bata blanca. Korsak se ponía inquieto. “Maura...este hombre es uno de los asignados a la vigilancia de la casa de Jane” Maura se paralizó, ¿qué quería decir eso? “El método es diferente, esta vez ha usado un arma de fuego, ¿qué opinas Maura?” “No me gusta asumir Korsak” suspiró Maura, Jane estaba en peligro, esto era muy malo. “¿Jane sabe de esto? Preguntó Maura volviendo a ojear las notas de la autopsia. “Claro que no, imagínate como se pondría, me preguntaba si podrías convencerla de que se quedara contigo esta noche, tendremos los resultados de los analices para mañana temprano.” “No creo que sea tan fácil convencerla” decía Maura dirigiéndose hacia su oficina sentándose con un suspiro. “¿Están bien ustedes dos?” preguntó Korsak curioso. “¿Estamos bien?...yo ni se...” “No se Korsak” por el tono que usó le dejo claro que no quería que le preguntara nada más. “Bueno, Maura” dijo Korsak dejándole los archivos nuevos del caso sobre su escritorio. “Le diré a Jane que baje, lo que tengan que arreglar, arréglenlo” Korsak salió de la oficina de Maura antes de que pudiera responder. CAPITULO NUEVE Maura caminaba de un lado a otro en su oficina sin quitar su mirada de los papeles que sostenía en sus manos. El sonido de sus tacones resonaban en sus oídos por el vasto silencio de su oficina. Pausó y miró el reloj en la pared; habían pasado veinte minutos desde que Korsak se retiró. “¿Qué pensaría Jane si se llega a enterar de lo John?” pensaba Maura sentándose en su escritorio dejando caer los papeles frente a ella, la primera página tenía la foto de John y sus datos. “Jane está en peligro...no había razones para

que mataran a John...al menos que...” Maura se levantó rápidamente dirigiéndose a paso rápido hasta el elevador. Las puertas del elevador se abrieron y Maura salió de el sin mirar a nadie y se dirigió directamente hasta la pequeña oficina donde se encontraba toda la información en el caso. Jane miró a Korsak y Frost, los dos movieron la cabeza de un lado a otro. “Yo voy” dijo Korsak sin desviar su mirada de Jane. ------“¿Maura? ¿pasa algo?” preguntó Korsak entrando en la oficina, Maura al parecer no lo escucho...estaba tan concentrada que ni cuenta se dio que Korsak había entrado. Miraba el tablón lleno de fotos del caso, las más recientes de John. “¿El equipo revisó el apartamento de Jane?” preguntó Maura mirando a Korsak seriamente “No hemos podido, hace una hora hemos mandado el equipo mientras Jane está en la comisaría, estamos siendo lo más cuidadosos que podamos para que no se entere de nada, como viste en el informe, todo paso cuando vino a trabajar. Mientras estaba en tu casa las cosas se hicieron lo más discretamente que estuvo a nuestro alcance” contestó Korsak revisando su celular por si había alguna actualización del equipo. “El equipo ha terminado, al parecer todo está normal” “Eso no tiene ningún sentido” murmulló Maura caminando de un lado a otro pasándose la mano por su pelo. Del otro lado del cristal Jane disimulaba yendo por un café, mientras lo preparaba no despegaba la vista de las ventanillas que dejaban ver hacia dentro de la oficina donde se encontraban Korsak y Maura. “¿Qué no tiene sentido Maura?” dijo Korsak mirándola con curiosidad, esta actitud no era normal de Maura. “¿Por qué matar a John?” se preguntó Maura más a si misma que a Korsak “Ya estamos en eso Maura, estamos buscando alguna conexión o motivo que completen el rompe cabeza, trata de calmarte Maura...estamos haciendo todo lo posible...Jane estará bien” dijo Korsak colocando su mano sobre su hombro, Maura levanto su mirada, sus ojos reflejaban miedo, asintió con la cabeza y suspiró mirando el tablón otra vez. Desde fuera Jane miraba atónita. “¿Qué le pasa a Maura?” pensaba Jane mientras se apresuraba a su escritorio al notar que Maura y Korsak salían de la oficina. Korsak se sentó en su escritorio y empezó a hacer unas llamadas, pero eso no retuvo la atención de Jane...su atención estaba en la mujer que caminaba hacia ella. “Jane” dijo Maura sonriéndole lo cual dejo a Jane un poco extrañada. ¿Se habrá hecho ideas con lo que había visto hace unos minutos?

“¿Maura?” preguntó Jane tomando un sorbo de su café, mirando de reojo a los chicos; estaban ocupados en sus cosas. “¿Por qué me está hablando?...Después de cómo me fui en la mañana...” miró como Maura agarraba un bizcocho de chocolate y nueces que tenía sobre su escritorio. “¿Sabías que el chocolate tiene feniletilamina?” Jane le miró subiendo una de sus cejas “Un estimulante del sistema nervioso....” al notar que la cara de Jane no cambiaba siguió “desencadena un estado de euforia y bienestar emocional” “Ohhhh” Jane no pudo contener una pequeña sonrisa, pero desapareció demasiado rápido y el silencio incomodo volvió entre ellas. “No sé qué decir...” pensaba Jane mordiendo su labio inferior inconscientemente “¿Qué quieres decirme Maura?...eso del chocolate...cuando te pones de ese modo...” “Bueno...regresaré a la morgue” dijo Maura dejando el bizcocho sobre la mesa y dándole la vuelta para marcharse. “¡Espera!” exclamó Jane tomando el brazo de Maura. Maura se giró mirándole extrañada. Jane miró a Korsak y Frost que ahora les miraban, al parecer el tono de voz de Jane fue más alto de lo que deseaba. Maura siguió la mirada de Jane y miró a los chicos, regresó su vista a Jane y a su mano que aun sostenía su brazo. “Ven conmigo” le dijo Maura que sólo ella pudiera escuchar. Jane le miró y asintió con la cabeza dejando ir el brazo de Maura y siguiéndola hacia el elevador. “Estas dos se traen algo” susurró Frost con una sonrisa aun mirando el elevador. “¿Qué dijiste chico?” preguntó Korsak con tono algo serio. “¿He? Nada, nada” Frost aclaró su garganta y se puso a escribir nuevamente. Korsak se reclinó en su silla con una sonrisa aunque estaba algo preocupado. La situación con el caso solo se había tornado más crítica y había un aire tenso entre Jane y Maura últimamente...y se notaba. ----El corto recorrido en el elevador fue en silencio, un gran y cortante silencio. Las puertas se abrieron y Jane siguió a Maura hasta su oficina, llevaba sus manos en sus bolsillos; algo que hacia cuando estaba inquieta o nerviosa. “Anita, ya puedes ir a tu descanso, buen trabajo hoy” le dijo Maura a una chica en bata blanca que trabajaba en una de las computadoras. “Gracias Dra. Isles” agradeció la chica de cabellos rubios

Jane la miró algo extrañada y siguió a Maura hasta entrar en su oficina. Maura cerró la puerta y se sentó en una de sus sillas que se hallaba a unos pasos del sofá; Jane tomó asiento en el sofá. “¿Quién era esa chica? Preguntó Jane arrepintiéndose al segundo que esas palabras salieron de su boca. “Genial...ahora la estoy interrogando” pensó moviéndose inquieta en el sofá. “Es una interna, estará ayudándome por un tiempo” Maura se levantó de su silla, fue por una botella de agua y se la entregó a Jane. Esta vez, se sentó en el sofá. “Esto no es del congelador de los muertos ¿verdad?” preguntó Jane mirando la botella. Maura no pudo evitar reír, Jane la miró de reojo y se quedó tonta...Maura era una mujer hermosa, pero cuando sonreía de esa manera era algo de otro mundo. “Ay Jane...para empezar está sellado...y no” Maura pausó riéndose otra vez “En mi oficina no tengo nada de los muertos” La risa de Maura cesó poco a poco “El agua ayudará a que te relajes un poco” Jane asintió y tomó un gran sorbo de agua y cerró los ojos al sentir como el agua fría recorría su garganta. “Maura...” susurró Jane jugando con la botella de agua en sus manos, no se atrevía a mirar a Maura. “No tenemos que hablar de esta mañana Jane” empezó Maura, su mirada perdida en su oficina “Entendí lo que dijiste, yo no actuaré sobre mis sentimientos” pausó por unos segundos, sus palabras se sentían como si se clavara un puñal ella misma...pero debía de seguir. “Nuestra amistad es muy importante para mí, espero que comprendas eso” Maura notó como Jane presionaba la botella de agua entre sus manos “Hagamos algo...olvidemos esta mañana, olvidemos lo que dije, lo que hice” Maura se levantó dirigiéndose a su escritorio tomando unos papeles en su mano y regresó al sofá. “¿Estas segura Maur?” preguntó Jane insegura. No era que no quisiera estar con ella...sentía algo pero no sabía muy bien que hacer. El beso de Maura le dejó mucho claro...estaba claro que sentía algo por su amiga, siempre que la veía su día se hacía mejor a pesar de los crímenes, siempre que Maura llegaba a la escena todo se hacía un poquito mejor. “La deseo...” se dijo a si misma Jane mirando a Maura, sus ojos miraron sus labios...los labios que había probado hace unas horas “...no puedo arriesgarlo...” “Estoy segura Jane” dijo Maura cortando a Jane de sus pensamientos. Pasaron unos segundos de silencio, las dos suspiraron y Maura decidió romperlo. “Mira esto” le entregó los papeles que tenía en sus manos a Jane para que le echara un vistazo. Jane se relajó más mientras leía atenta. Maura se acercó mucho más a ella hasta poder leer también. “Quiero saber qué opinas de esto” decía Maura señalándole algunas partes con su dedo.

Así pasaron alrededor de media hora. Jane le comentaba teorías del caso que Maura le estaba mostrando y sus opiniones. A Jane le pareció algo raro al principio, Maura nunca antes le había pedido sus opinión cuando se trataba de su trabajo, pero al final no le dio mucha importancia...arriba solo estaba terminando reportes viejos, esto estaba mucho más interesante...y la compañía de Maura lo hacía mucho más agradable. Por otro lado, Maura no sabía si sentirse bien o mal. Estaba compartiendo “en parte” información del caso, de lo que había pasado a John...pero hasta ahora Jane no parecía sospechar nada. “Gracias Jane, sabía que tu opinión me ayudaría mucho” dijo Maura levantándose para regresar los papeles a su archivo. Jane le iba a contestar pero su celular comenzó a sonar. “Rizzoli” “Jane, ¿Dónde estás?” preguntó Korsak haciéndose el inocente. “En la oficina de Maura, Korsak” Jane miró a Maura con una sonrisa. “Pues...aquí está tu madre” decía Korsak, por su tono se notaba que intentaba contener la risa. “¿¿¿QUÈ???” Jane se levantó del sofá rápidamente tomando de sorpresa a Maura que la miró preocupada. “Si, ahí te la mande en el elevador” esta vez Korsak se estaba riendo. Jane colgó el celular y gruño mirando a Maura. “¿Todo bien Jane? Preguntó preocupada Maura “Si...es solo...” unos toques en la puerta detuvo a Jane y Maura le miró extrañada mientras se dirigía hacia la puerta para abrirla. “¿A.. Ángela?” ¿Qué hacía Ángela aquí? Fue lo primero que pasó por la cabeza de Maura. “Oh dios mío, ¿!¿eso es un muerto allí?!?” preguntaba Ángela señalando con la boca abierta a una de las mesas de autopsia. Jane solo llevó su palma a la frente pegándose. “Ma...” “Si, es un cadáver Ángela” respondió Maura con una sonrisa. Maura le dio paso a Ángela para que entrara y se sentara en el sofá. Jane le miró con cara de “¿Pero qué haces?” pero Maura solo le sonrió divertida. “Ma...¿qué haces aquí?...es mi trabajo, cuantas veces tengo que decirte que...”

“Jane, soy tu madre” dijo Ángela cortándola. “Además...no me llamaste y no me respondes las llamadas” “Ma...estoy en el trabajo” repitió Jane pasando su mano por su cabello “No puedo contestar el celular cuando me llamas cada cinco minutos” “Soy tu madre, es normal” decía Ángela mirando alrededor “Tienes una linda oficina Maura” dijo levantándose para mirar de cerca unas pinturas que habían en la pared. “Gracias Ángela” Ángela le estaba dando la espalda a las dos mujeres, estaba entretenida mirando los detalles de una pintura. Maura se acercó a Jane y le dio un suave golpe en el costado sonriendo. Jane se quejó susurrando un “ouch”, no entendió el por qué Maura hizo eso...pero tenía el presentimiento que a Maura le gustaba como su madre la podía poner de esta manera. “Oh dios” pensó Jane mirándola a las dos. “¡Bueno!” se giró Ángela de repente “ A lo que venía...” dijo mirando su reloj “Quería invitarte a almorzar en el restaurante de la esquina, pero ya que Maura está aquí, ¿quieres venirte con nosotras Maura?” “Pero no he dicho que si...” pensó Jane “Sería un honor Ángela, hoy no desayune, me vendría bien comer algo” “¡Genial!” exclamó Ángela. - --Las tres mujeres decidieron caminar hasta el restaurante. Habían invitado a los chicos, pero los dos ya habían hecho un pedido de comida y esperaban por ella. “Mis amigas me han dicho que la comida aquí es para chuparse los dedos” decía Ángela emocionada mientras la mesera colocaba su pedido enfrente de ella. “Eso no sería muy higiénico” comentó Maura, Jane le miró sonriendo. “Maur, es un decir...no creo que mi madre se vaya a chupar los dedos” Jane pausó y miró a su madre “¿Verdad ma?” preguntó Jane dudándolo ella misma. “Como crees” dijo Ángela tomando sus cubiertos y empezando a comer. El almuerzo pasó bastante bien, pequeñas conversaciones, casi toda la conversación la hizo Ángela que se dedicaba a contar historias de la niñez de Jane, el resto era Jane pidiéndole que parara y Maura sólo reía y preguntaba más. Ya habían terminado de comer y estaban tomando un café. Jane y Maura estaban hablando de algo que le sonaba como a un caso a Ángela, ella tomaba un sorbo de su café mirando curiosa a las dos mujeres enfrente de ella. Las dos sonreían y de vez en cuando Jane tocaba de alguna forma a Maura y Maura hacia lo mismo...aunque...Ángela miraba las manos de Maura

disimuladamente, las mantenía una encima de la otra, o con sus dedos entrelazados, como si intentara mantenerlas quieta. “Maura” dijo Ángela alejando la taza de café ya vacía. Las dos mujeres la miraron. “¿Cómo la pasaste con los fuegos artificiales? Es muy lindo el lugar donde Jane te llevó” preguntó Ángela mirando a Maura. Las dos mujeres se tensaron y la respiración de Maura empezó a agitarse un poco y Jane se puso nerviosa. Algo que no pasó desapercibido por Ángela. “Dios...Maura no puede mentir...si le pregunta algo más...” Pensaba Jane mirando a Maura de reojo. “Si...era un lugar hermoso Ángela” “Eso fue mejor de lo que pensaba” Jane suspiró “¿Y los fuegos? Desde allí se puede ver casi toda la ciudad. “Los fuegos...” Maura pausó unos segundos...solo vio los fuegos por algunos segundos...todo lo que tenía en su mente era el sentir de los labios de Jane. “Oh oh...” pensaba Jane tomando un sorbo de su café intentando ocultar su rostro de su madre. “Fue...fue una experiencia única” dijo Maura mirando a Jane con una sonrisa. “En verdad estoy muy agradecida con usted y su familia por haberme invitado” decía Maura, esta vez mirando a Ángela “Los fuegos fueron preciosos” Ángela le miró sonriendo y la invitó para el siguiente año. Ángela había notado el rostro de su hija y los ojos de Maura cuando habló sobre los fuegos, algo no le quedaba claro...pero no preguntó nada. Las mujeres salieron y Ángela fue a casa. Jane y Maura siguieron con sus trabajos independiente, las horas pasaban por Jane como días, no podría ser más lentos. Para Maura, las horas pasaron demasiado rápido, tenía mucho trabajo con el caso y los resultados de los analices le habían llegado al regresar del almuerzo, el resto de la tarde lo pasó analizándolos y haciendo el informe. Ya era de noche y Jane estaba a punto de irse a su apartamento cuando Maura entró con su chaqueta y bolsa en mano. “¿Cómo puede ser tan hermosa?” pensó Jane mirándole. “¿Ya vas a casa?” preguntó Jane “Si” respondió Maura acercándose a ella hasta estar frente su escritorio. “Me preguntaba si podrías quedarte en mi casa esta noche” le preguntó Maura “¿Qué?” preguntó Jane desconcertada. “¿Después de todo lo que le dije y todo lo que pasó me está preguntando que me quede en su casa? Jane no podía creerlo

“¡Eso sería perfecto!” dijo Korsak acercándose a ellas. “Gracias Korsak” pensó Maura...esto lo habían planeado en la mañana en la oficina, lo mejor era que Jane se quedara con ella. “¿Pero a ti quién te ha metido en esto viejo?” cuestionó Jane algo molesta “Oye...algo de respeto, que podría ser tu padre” dijo ofendido Korsak “Mira...si te quedas con Maura es más seguro y no estarías sola” “Y claro...subir la vigilancia el doble...con lo ocurrido era lo mejor” pensó Korsak. Después de mucho convencimiento y que hasta Frost se incluyera en la conversación para convencer a Jane, había aceptado. Jane estaba ahora en la sala de la casa de Maura, se levantó muchas veces para mirar por una de las ventanas, podía ver desde allí un carro aparcado en la esquina...la vigilancia...eso la relajaba un poco. Fue hacia el sofá y se recostó en el por completo mirando el juego de Básquetbol con los ojos casi cerrados. Podía escuchar el ruido del agua a lo lejos, Maura se estaba bañando; ella ya lo había hecho en el baño de invitados. Sus ojos se hacían más pesados y el control de la tv que sostenía en su mano cayó al suelo. “¿Jane?” le llamaba Maura bajando por las escaleras. Ya le había llamado unas veces pensando que estaba en el cuarto de invitados, pero no había tenido respuesta. Al notar que la televisión de la sala estaba prendida sonrió; Jane tenía que estar aquí. “Jane...” pensó Maura recogiendo el control de la tv del suelo y apagándolo. Se quedó arrodillada y miró a Jane con ternura. Tomó el borde de la manta y cubrió a Jane un poco más. “De seguro no has podido dormir como yo” susurró Maura acariciando el rostro de Jane ligeramente rozándolo. Unos segundos pasaron así y Maura se incorporó levantándose, se inclinó y depositó un beso sobre la mejilla de Jane. Se alejó de Jane sin mirarla y se dirigió a su cuarto subiendo las escaleras mientras se limpiaba las lágrimas de su rostro. Los ojos de Jane se abrieron poco a poco cuando el sonido de Maura subiendo los escalones cesó. Llevó su mano a su mejilla, estaba húmeda.“...Maura estaba llorando...” pensó Jane cerrando los ojos con fuerza y tomó la manta cubriéndose por completo. En el silencio de la sala solo se escuchaba sus sollozos. CAPITULO DIEZ Jane preparaba el desayuno para las dos con lo que había encontrado en la cocina de Maura. Algo simple, tostadas, un café y algo de frutas. Mientras esperaba que el café terminara, miró las escaleras que subían a las habitaciones. “Estoy agotada...” , el aroma de café inundaba la cocina; ya estaba listo. “Me pregunto si Maura ya está despierta...” pensaba deteniéndose enfrente del refrigerador mirando con una sonrisa las fotos de ellas después de un juego de baseball que tuvieron con los chicos de la comisaria. Había una con todo el equipo y una de ellas solamente; las dos sonrientes.

Jane suspiró, recordó la noche anterior ¿cómo iba a vivir así? No soportaba hacerle daño a Maura. “Ahhh” gritó Jane casi brincando del otro lado de la barra de la cocina. Se llevó la mano a la boca rápidamente, no quería despertar a Maura con un grito. “Dios...Bass, casi me matas del susto, eres tan hablador que es difícil no acordarse de ti” susurró sarcásticamente arrodillándose mientras acercaba su mano al caparazón de la tortuga dudosa de tocarlo. “Espera” dijo abriendo el refrigerador buscando unas fresas. “Espero que tu dueña no me mate por alimentarte, seguro te tiene un horario y una dieta” Jane sonreía imaginándoselo, no tenía dudas de que Maura lo hiciera. “Sabes...” Jane se sentó en el suelo al lado de Bass que disfrutaba de su fresa. “Tu dueña...” Jane pausó por un segundo “Maur me quiere” susurró atónita como si se lo acabaran de decir “¿Y sabes lo peor Bass?” Jane le sonrió, pero sus ojos solo reflejaban tristeza. “Yo también la quiero...” susurró quedándose sorprendida por las palabras que acababan de salir de su boca. Se quedó pensativa unos segundos...'Siempre salimos juntas...en sí...el poco tiempo libre que tenemos la pasamos juntas...' Jane jugaba con sus manos inquieta notando su cicatriz y se quedó mirándolas 'Es la única persona que dejo que me toque estas cicatrices...¿cómo no me di cuenta antes..? Jane miró a la mascota de su amiga pensativa “pero soy tan cobarde Bass...” suspiró mirando como la tortuga se escondía en su caparazón. “Como siempre Bass, muy lindo hablar contigo” sonrió Jane levantándose del suelo y tocando el caparazón de Bass acariciándolo. “Espero que tú y yo nos llevemos bien” Jane dejó el desayuno listo en la cocina y subió los escalones silenciosamente hasta el cuarto de Maura, tocó unas cuantas veces pero no hubo respuesta. Jane miró su reloj, ya eran las siete. 'Que raro...Maura suele levantarse mucho más temprano' Jane notó que la puerta no estaba cerrada por completo y la abrió lentamente asomando su cabeza. Entró con cuidado de no hacer ruido, en la cama yacía Maura. Su cabello cubría parte de su rostro y la mirada de Jane quedó fija en él. 'Maura...' Jane se atrevió acercar sus dedos a su rostro; apartando con ellos el pelo con delicadeza. Era una de las pocas veces que veía a Maura sin maquillaje; era notable que no estaba durmiendo bien últimamente '¿Será por el caso? ¿O por mi culpa?' “Jane...” murmulló Maura moviéndose un poco sin despertar. Jane alejó su mano rápidamente por miedo a despertarla. '¿Pero qué hago?...Vine a despertarla' Los ojos de Jane recorrieron el rostro de Maura, parecía sonreír. “Oh dios...” susurró Jane casi inaudible al notar la camiseta del pijama de Maura se había abierto un poco al moverse. Jane tragó en seco. '¿Qué me está pasando?...vamos Jane...viniste a despertarla solo a...' los pensamientos de Jane se detuvieron mirando como su amiga empezaba a abrir los ojos. “¿Jane?” dijo una Maura somnolienta sentándose en la cama mientras se restregaba los ojos con una de sus manos. “Me duele todo el cuerpo” dijo para sí misma. Unos segundos pasaron en silencio y Maura miró extrañada a Jane y siguió su mirada. “¡P...perdón!” exclamó Maura cerrándose la camiseta rápidamente. Se levantó con la misma rapidez y se dirigió hacia su baño cerrando la puerta detrás ella. '¿Qué acabo de hacer? No es

como si Jane no me hubiera visto antes...mucho más cuando nos cambiamos en...---' “Maura” le llamaba Jane mientras tocaba la puerta del baño “Maur por favor abre la puerta” Maura caminaba de un lado a otro en el baño, se detuvo 'Relájate Maura...es sólo Jane...Jane' Maura se detuvo enfrente de la puerta, miró su camisa y la abrochó, tomó la manilla y abrió la puerta lentamente; Jane la abrió por completo entrando en el baño haciendo que Maura retrocediera unos pasos. “Jane, perdón por la camisa...no era mi intención, sé que esto puede ponerte incom...” Maura fue callada por los labios de Jane, fue rápido, fugaz, no lo vio venir. El cuerpo de Maura se quedó inmovilizado y su mente aún no procesaba lo que estaba ocurriendo; hasta que sintió los labios de Jane moverse pausadamente sobre los de ellas y se dejó llevar. Las manos tímidas y exploradoras de Jane se ubicaron en las caderas de Maura y sonrió sobre los labios de Maura al sentir como su cuerpo temblaba. “Jane...” susurró sobre sus labios con los ojos cerrados. “Shhh...no digas nada” dijo Jane abriendo sus ojos encontrándose con la mirada de Maura, sus ojos verdes plagados con lujuria tornados a un verde más oscuro y mejillas sonrojadas “Eres hermosa...” murmulló Jane a su oído, sus mejillas se rosaban y las manos de Jane la estrecharon con más fuerza sin dejar espacio entre ellas; sus cuerpos encajaban a la perfección y podía escuchar la respiración de Maura agitarse. La sonrisa de la morena sólo se hizo más grande, no sabía que la había llevado a hacer esto pero sólo quería más; se sentía...justo...normal...correcto. Maura respondió a las caricias de Jane rodeando su cuello con sus brazos, sus labios se rozaron y ahogó un gemido al sentir como la lengua de Jane rozaba sus labios pidiéndole permiso; Maura se lo concedió. Los besos de Jane se tornaban más urgente y persistentes, sus manos más atrevidas acariciaban el abdomen de Maura sintiendo como los músculos temblaban bajo las yemas de sus dedos. Los únicos sonidos que se escuchaban eran sus respiraciones agitadas y gemidos. Maura sentía como sus piernas perdían fuerza y jadeó al sentir como era levantada del suelo; por instinto rodeó a la morena con sus piernas. Maura gimió en el beso al sentir como su espalda golpeó la puerta del baño, sus brazos alrededor del cuello con fuerza y sus dedos perdidos en los rizos oscuros de Jane; desesperada por mantener todo el contacto posible entre ellas. “Cama” susurró Maura entre besos. Jane sonrió tomando el labio inferior de Maura entre los de ella mordiéndolo suavemente. Con un poco de trabajo encontró la manilla de la puerta y la abrió rápidamente, sus manos regresaron a las nalgas de Maura sosteniéndola con fuerza mientras caminaba hasta la cama. Se detuvo al sentir sus piernas chocar con el borde y con delicadeza dejó caer a Maura sobre ella. Las dos tomaron un minuto para mirarse, las dos estaban excitadas y sus respiraciones agitadas. Jane miró a la mujer

tendida frente a ella, su pelo alborotado en las sabanas y sus ojos parecían brillar y esa forma en que la miraba...con esa mirada nada se le podría negar a esa mujer. “Hermosa...” dijo Jane con una sonrisa, sus dedos rozando los labios entreabiertos de Maura y lentamente los deslizó por su garganta, entre sus pechos, por su blusa, su uña tocaba cada botón de la camisa hasta llegar al borde y comenzó a desabrocharla. Maura se incorporó un poco sobre sus codos; Jane que no despegaba su mirada de su rostro se acercó y se apoderó de sus labios sin dejar de desabrochar la camisa; solo quedaban dos botones y Jane ya no tenía paciencia, tiró de los bordes haciendo volar los botones que quedaban logrando un gemido de Maura. Jane se separó un poco, sus ojos llenos de lujuria miraban la piel desnuda de Maura, su mano temblorosa acariciaba el abdomen de Maura y lentamente subían; Jane miró como Maura tragó en seco y asintió con la cabeza invitándole a seguir. Jane tragó en seco también y aguantó la respiración; su mano apenas rozando la piel de Maura pero se detuvo cuando el celular de Maura comenzó a sonar. “No puede ser” susurró Jane mirando a Maura suspirando “Lo siento Jane” respondió Maura tratando de calmar su respiración. Jane se hizo a un lado sentándose en el borde de la cama mirando como Maura se levantaba a contestar el celular. Jane sabía que era una llamada importante, ese timbre Maura sólo lo tenía para llamadas urgentes. “Isles” contestó Maura aún con la respiración algo agitada. “Maura, Anita ya terminó las comparaciones con el informe que hiciste, pensé que ya estarían aquí...no sueles llegar tarde” “Ehh...” Maura miró a Jane algo nerviosa. Jane le miró con una sonrisa y se levantó yendo hacia ella abrazándola por detrás. “Es que me he levantado algo tarde Korsak, pero estaremos allí lo más pronto que podamos” Maura tragó con dificultad al sentir la lengua de Jane en su cuello y sus manos sobre su abdomen. “¿Estas bien Maura?” “¡Sí!...si Korsak, algo agitada” Jane intentó aguantar la risa escondiendo su rostro en el cuello de Maura, en verdad no podía mentir. “Bueno...aquí estaré esperándola Dra.” “Está bien Korsak” Maura colgó y se giró en los brazos de Jane “No puedo concentrarme si haces eso” Jane solo sonreía “Lo siento mucho pero...esto tendremos que....” “Dejarlo para otra ocasión” terminó Jane apartando un mechón de pelo del rostro de Maura. “Prepárate, es desayuno está listo” Jane depositó un beso rápido sobre los labios de Maura y le dio la espalda dejando a una Maura con la boca abierta. No podía creer todo lo que había pasado, pero su sonrisa nada se la podía borrar.

==== Una hora después, la dos mujeres salieron del elevador en el piso cuatro. Las dos se estaban riendo, al parecer de un chiste tonto que Jane inventó en el camino al ver como una mujer se cayó por los tacones. “Te digo Maura, un día te pasará si sigues con esos zapatos” le decía Jane sonriendo mientras se quitaba su chaqueta “Hola chicos” Korsak y Frost le miraron extrañados “No creo, estoy acostumbrada Jane” contestó Maura sin dejar de mirarla. “Hola Korsak, Frost” “¿Qué miran? Preguntó Jane a los chicos “Nada nada, pareces muy feliz...vamos ¡Hasta saludaste!” dijo Frost mirando a las dos mujeres “Creo que Maura tiene una buena influencia en ti” decía Korsak recogiendo unas carpetas “Claro” Jane intentaba ocultar su sonrisa con el periódico del día. “¿Nos vemos para el almuerzo Jane?” preguntó Maura que estaba junto a Korsak esperando por el elevador. “Bajaré a tu oficina a la hora” contestó Jane con una sonrisa de oreja a oreja. Maura entraba al elevador y antes de que se cerraran las puertas le guiñó el ojo. “¿Ustedes que se traen?” preguntó Frost curioso “¿De qué hablas Frost?” “Pues, parecen muy...” Frost hacía gestos con las manos intentando encontrar las palabras “Sonrientes, contentas...con un brillito” decía Frost poniendo un tono femenino. “Que payasito” dijo Jane moviendo su cabeza de un lado a otro. Frost se rió y contesto su teléfono que comenzó a sonar. Jane tomó su bolígrafo entre sus dedos jugando con él, su mente llena de imágenes de la mañana...Maura... '...Se siente bien...se siente bien estar con Maura...Maura lo vale todo...' pensaba Jane mordiendo su bolígrafo con una sonrisa sin darse cuenta que Frost le miraba atento sin dejar de sonreír. 'Vamos Jane...que yo también soy detective' pensaba Frost tomando un sorbo de su café.

CAPITULO ONCE

Maura y Korsak entraron a la oficina, lo primero que hizo Maura fue dejar su bolsa y colocarse su bata blanca; Korsak tomó asiento frente a su escritorio en una de las sillas y Maura se sentó detrás de su escritorio tomando el teléfono y marcando unos números. “Llegará en unos minutos, está en el laboratorio” dijo Maura con una mirada preocupada “¿Se encontró algo fuera de lo común?” “No...y eso es lo raro, tiene que ver alguna conexión con John y el asesino” Maura esquivó su mirada, pensaba en el caso y todas las pistas que tenían. “Korsak...” pausó tomando una pluma entre sus dedos “¿No sería mejor decirle a Jane? Creo que debería saber. Está bien que hayan revisado su apartamento, lo esperado era que hubieran puesto algún artefacto o hayan tomado algo; pero el equipo no sabría qué estaría fuera de lugar o si faltaría algo...¿No crees que Jane sería la indicada para eso?” “¿Cómo crees que se sentiría Jane si llega a saber que un oficial....” Korsak pausó y miró a Maura a los ojos. “Fui su compañero desde que entró al departamento de homicidios, tú la viste como se puso con Hoyt...y tres mujeres han muerto y ya se siente culpable por eso. ¿Crees que podría vivir con la muerte de un oficial también?” “Lo sé Korsak...solo pienso que Jane es más fuerte de lo que pensamos, ella podría ayudarnos mucho con este caso, míranos, estamos en un callejón sin salidas” Maura suspiró “No me gusta ocultarle esto...y no sé cuánto más podré” “Yo tampoco se Maura...pero fueron ordenes de Dean y el capitán...los dos sabemos que es lo mej--” Los dos se dieron la vuelta a mirar hacia la puerta. “Adelante Anita” dijo Maura parándose caminando hacia ella para tomar los resultados. “Gracias, ya puedes retirarte”

“Cualquier problema que haya en el informe me llama por favor” dijo Anita retirándose. “No sabía que se tomara internados aquí” comentó Korsak mirando como Maura le echaba un vistazo al informe. “Yo tampoco, pero me ha venido muy bien en estos momentos con tanto trabajo” Maura pausó en unas de las páginas. “Las únicas huellas que se encontraron en el auto de John fueron las de él y su compañero Erik” “Nada fuera de lo común, es normal” Korsak revisó sus notas “¿Y qué con la sangre encontrada en el maletero?” Maura cambió un par de páginas “El ADN es de Erik” Maura pausó unos segundos “¿Dónde estaba Erik ese día? “Tenía una coartada, pasó la noche en un hotel; las cámaras de seguridad lo confirman” Maura suspiró sentándose en la silla al lado de Korsak. “Le haré una copia al informe y te lo subiré, le diré a Anita que vuelva a inspeccionar el auto de John, la casa de él también” “¿Estás diciendo que tratemos a John como un sospechoso? Es un oficia...”

“Las cosas como están no se puede confiar en nadie Korsak, eso lo sabes tú” Maura se levantó pasando las manos por su bata “Jane está en peligro, no podemos arriesgarnos” “Hablaré con Dean y espero la copia del informe Maura” Maura asintió con la cabeza siguiendo con la mirada a Korsak que se retiraba. Le dio la vuelta a su escritorio y se dejó caer en la silla mirando el informe enfrente de ella. Este caso era mucho para ella “Si algo le llegara pasar a Jane...” Maura abrió el informe dispuesta a leerlo las veces necesarias “Nada le pasará a Jane...”

====

“Deja de mirar el reloj, me estás poniendo nervioso” dijo Frost mirando a Jane “No me mires entonces” contestó Jane mirando el reloj solamente para molestarlo “¿Qué ha pasado? Korsak lleva mucho rato con Dean en la oficina” preguntó mirando por las ventanillas de la oficina donde se encontraban los datos del caso. “No sé...pero yo tengo que ir también” dijo levantándose “Y deja de mirar el reloj que Maura no irá a ningún lado” le dijo guiñándole el ojo antes de darle la espalda dejando a Jane con la boca abierta. Jane se quedó sentada mirando a los chicos en la oficina, aún no podía creer que la hayan sacado del caso “Algo pasó...”pensó mirando su reloj “Maura...” se dijo dirigiéndose al elevador.

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Jane entró a la morgue buscando a Maura, miró a los alrededores pero no la encontró. “¿Puedo ayudarle en algo detective?” preguntó Anita por la entrada trasera de la morgue “¿Anita, verdad?” dijo Jane girándose “Así es” Anita colocó unos papeles al lado de la computadora y le miró cuestionando su presencia. “Esta chica...” Jane no podía evitarlo, la chica tenía un aire que no le gustaba nada a Jane “¿Maura está en su oficina?” “Si, no ha salido” dijo mirando hacia la oficina de Maura. “Gracias” dijo Jane dándole la espalda, no podía sacarse de la mente el aire que la chica le daba. Abrió la puerta de la oficina de Maura y cerró las ventanillas; lo menos que quería era esa chica mirándoles. Maura estaba sentada detrás de su escritorio recostada sobre él, su rostro escondido. Jane le dio la vuelta al escritorio y se inclinó un poco

dejando un beso sobre el cabello de Maura. Maura abrió los ojos incorporándose en la silla mirando a Jane con una sonrisa. “Hola” susurró Maura con una vocecita que provocó que Jane se acercara con una sonrisa y la besara, un beso suave, tierno. Jane se separó después de unos segundos, su mano en la mejilla de Maura. “¿Pasa algo? Preguntó Jane preocupada agachándose al lado de Maura acariciando su rostro apartando el pelo de Maura. “No...es sólo que...se siente como un sueño” Maura le sonrió a medias “¿No es un sueño verdad?” Jane tomó las manos de Maura entre las de ellas y le miró fijamente a los ojos. “Maur...no es un sueño, estoy aquí enfrentándome a mis miedos...” Jane le sonrió llevando sus manos a sus labios “aceptando mis sentimientos, quiero estar contigo Maur y no sé cómo no me di cuenta antes” “¿Si?” preguntó Maura con una sonrisa que deslumbraba “Si” susurró Jane tomando su rostro entre sus manos besándola. Se separaron poco a poco y las dos se rieron, no sabían el por qué; pero eso no importaba. Mira” Jane buscaba en su chaqueta y Maura le miraba curiosa. “Te traje esto” Jane le mostró una lata de atún con una sonrisa. Maura no pudo aguantar la risa tomando la lata en sus manos. “Gracias Jane” “Maur, ¿por qué no vas a casa? Te tomas el resto del día libre...no has dormido casi nada en días” Maura lo pensó por unos segundos mientras ponía el informe del caso bajo llave. Jane se había incorporado apoyándose en el borde del escritorio. “Creo que eso haré, no tengo ninguna autopsia y lo pendiente por hoy está en manos de Korsak” Maura se levantó y se situó frente a Jane que la rodeó con sus brazos atrayéndola hacia ella. “¿Iras cuando termines de trabajar?” susurró Maura rozando los labios de Jane, ella tragó en seco y asintió con la cabeza tomando los labios de Maura entre los de ellas. “Dra. Isles” llamó Anita tocando la puerta. Jane gruñó y Maura suspiró mirando la puerta. ¿Por qué siempre alguien tiene que interrumpir? “¿Pasa algo Anita? Preguntó Maura al abrir la puerta. “Sólo quería saber si terminó de firmar los documentos que le di en la mañana” “Si, dame un minuto” Maura empezó a buscar por su escritorio sin darse cuenta de la guerra de miradas que tenían Jane y Anita. A Jane por un segundo le pareció ver una sonrisa retorcida en el rostro de Anita y la miró extrañada. “¿Pero qué pasa con esta chica?”

“Aquí tienes Anita” le entregó los documentos y se quitó la bata tomando su bolso. “Iré a casa, si pasa algo no dudes en llamarme” Anita asintió y miró como Maura y Jane se dirigían al elevador. “Trataré de escaparme lo más rápido que pueda” le dijo Jane robándole un beso antes de que las puertas se abrieran en su piso. “Te estaré esperando” susurró Maura guiñándole.

====

Maura había llegado a su apartamento, hizo su rutina diaria; le dio comida a Bass, dejó su bolsa a un lado y subía las escaleras quitándose la ropa para darse un baño antes de acostarse. Entró a su cuarto con su blusa en la mano, la colocó sobre una silla y cuando fue a poner su celular en la mesita de noche notó una pulsera de oro. Le tomó unos segundos para reaccionar, esa pulsera se la había regalado a Jane por su cumpleaños...”Jane no la usa para trabajar...¿cómo está aquí?” Las reacciones de Maura fueron rápida, casi brincó al otro lado de la cama; abrió uno de los cajones y tomo una pistola sólo para quedar paralizada al ver una nota que decía “¿Tan predecible Dra. Isles?” Las manos de Maura temblaban y apuntando la pistola fue por el celular. Caminaba lentamente, abriendo la puerta del baño, no había nadie. 'Respira...Jane te enseñó cómo usar esto...mantén la calma...' se repetía una y otra vez. “¿Maura?” “Jane...necesito que vengas urgente...creo que hay alguien...”

CAPITULO DOCE “Mauraaa” gritó Jane casi tirando la puerta abajo, con sus dos manos sostenía su pistola. “¿Maura?” llamó Jane mirando por todos lados; la sala y la cocina estaban desocupadas. Podía sentir como la adrenalina fluía por sus venas 'Maura...' ascendía por las escaleras sintiendo como su pulso se aceleraba. Maura no la hubiera llamado de esa forma si no se trataba de una emergencia. Miró como la puerta de la habitación de Maura comenzaba a abrirse lentamente. “¿Maura?” Jane sujetó la pistola más fuerte en sus manos y su respiración se detuvo por unos segundos. “Jane” Maura abrió la puerta por completo, sostenía su pistola en una de sus manos temblorosas. “Maura...cariño” Jane se apresuró a ella tomando con cuidado la pistola de la mano de

Maura. “Ven” le susurró sujetándola de la mano llevándola con ella hasta la cama sentándola en el borde. “Maura...mírame” Jane se arrodilló frente a ella, acariciaba sus brazos tratando de calmarla. “¿Qué pasa Maur?” Jane observó cómo Maura respiraba profundamente; era su manera de calmarse y lo estaba logrando. “Alguien entró a la casa Jane” dijo Maura levantándose de la cama yendo por la pulsera, se giró y se la mostró. “¿Qué hace eso aquí?” dijo Jane acercándose a ella tomando la pulsera en sus manos “La pulsera la tenía guardada en uno de mis cajones...¿qué hace aquí?” “Esto también” Maura le entregó la nota. Jane la leyó. “Esto no puede ser...” se dijo Jane. “Jane...tengo que decirte alg..---” Maura se detuvo al escuchar pasos y voces proviniendo del piso bajo. “Tranquila, son los chicos” le dijo Jane colocando su mano en el hombro de Maura para tranquilizarla. Maura tomó unos segundos 'Respira...respira...' se repetía una y otra vez. Esto viene con el trabajo...soy jefa de médicos, por mi personas han acabado en prisión; podría tener mil enemigos. Maura estaba tan perdida en sus pensamientos que no se había percatado de la presencia de Korsak y Frost. “¿Maura está bien?” preguntó Frost entrando apresurado a la habitación. Jane miró a Frost asintiéndole con la cabeza. Él sabía que tenía que hacer. Jane salió de la habitación con Korsak y bajaron hasta salir de la casa donde tenían un poco más de privacidad; dentro de la casa estaba el equipo forense. Jane estaba caminando de un lado a otro, sus manos en sus caderas; no era una buena señal. Se detuvo y miró de reojo a un miembro del equipo forense que revisaba la puerta de la casa de Maura por señales si había sido forzada y por huellas. “¿Me puedes explicar qué es esto?” exigió Jane mirando a Korsak enfurecida. “¿Por qué alguien le daría estos sustos a Maura? No me importa que no esté en este caso pero quiero saber que está pasando ¡Korsak!” “Eso lo decido yo, Rizzoli” Dean se acercaba a ellos. Jane lo miró y refunfuñó “Lo que me faltaba” dijo Jane en voz baja cruzando sus brazos a la defensiva. Miró como los chicos salían de la casa; habían terminado con la revisión.

“No había mucho” dijo Frost entregándole a Dean dos bolsas, una con la pulsera y otra con la nota. Maura miró a Jane por un segundo antes de dirigirse a Dean “Hay poca probabilidad de que haya alguna huella en la pulsera o en la nota, la puerta no fue forzada...cambiare las cerraduras por seguridad” “Pondremos vigilancia aquí también” dijo Dean mientras miraba las bolsas en su mano. “¿Alguien me podría explicar que está pasando aquí? Jane se empezaba a desesperar. Todo el mundo parecía entender lo que estaba pasando menos ella. ¿Por qué alguien entraría en la casa de Maura y dejaría esa nota? ¿Por qué estaba su pulsera aquí cuando ella la tenía en su casa?. Tenía muchas preguntas y nadie se las estaba contestando. “Jane...” comenzó a decir Dean guardando las bolsas en el bolsillo de su gabardina. “Lo que pasa es que...” “No Dean” lo interrumpió Maura “Siento que yo soy la que debo hablar con Jane” Maura miró a Jane que la estaba mirando con confusión en sus ojos. Los chicos se miraron y se pusieron de acuerdo con la mirada. Jane estaba perdiendo la paciencia. “Maura, tomate el día libre no te preocupes por las pruebas, pondré a alguien más a cargo por ahora” Dean miró a Jane “Tú también Rizzoli” dijo antes de retirarse. Korsak y Frost se acercaron a ellas antes de retirarse. “Cualquier cosa que necesiten, no duden en llamarnos” dijo Korsak mirando a las dos chicas preocupado. “Dejaremos un oficial haciendo vigilancia en las dos casas” dijo Frost Los dos hombres se despidieron de las mujeres. Los dos se subieron al auto, Frost conducía. “¿Qué tiene que ver Maura en todo esto?” Murmuró Korsak mirando por la ventanilla. Frost no respondió; él tampoco entendía, pero sabía que ahora todo encajaba...ahora tenía sentido todo lo que había pasado...

---Jane y Maura se habían quedado paradas fuera del apartamento de Maura, seguían con la vista el auto de Korsak y Frost. Pero la cabeza de las dos chicas estaban en otro lugar. Jane no tenía idea de lo que estaba pasando y esto que había ocurrido no lo entendía para nada, tenía miles de preguntas y al parecer todas las respuestas las tenía Maura; pero su primera prioridad era la seguridad de su amiga...más que amiga. Maura, trataba de controlar su respiración, todos esos años de meditaciones las estaba poniendo en práctica. ¿Cómo reaccionaría Jane cuando le dijera todo lo que le estaba

ocultando hasta ahora? Ya ella se sentía mal por hacerlo...le había dicho a Jane desde un principio que si quería saber algo del caso ella se lo diría...pero ahí fue y no le dijo lo más importante que había pasado. Maura suspiro y se atrevió a mirar a Jane a los ojos; la morena la estaba mirando como si estuviera intentando leer su expresión, sus ojos hacían todas las preguntas que no preguntaba en voz alta. “Entremos” dijo Maura entrando al apartamento. Fue directo a la cocina, saco una copa y se sirvió un poco de vino. “¿Quieres una cerveza?” le preguntó a la morena que se sentaba en el sofá sin dejar de mirarla. “No, estoy bien” Maura asintió con la cabeza y tomó el vino que se había servido en un sorbo. Jane no necesitaba alcohol, pero ella sí. Estaba aterrorizada. No sabía cómo reaccionaría Jane, pero ella sabía que tenía que hacerlo...ella era la más indicada para esto. Maura dejó la copa a un lado y caminó hasta la sala y se sentó al lado de Jane tomando las manos de Jane entre las de ellas. “Jane...” notó que su voz salió temblorosa y se detuvo por unos segundos. “¿Qué pasa Maur?...me estás asustando...” Jane comenzaba a preocuparse. Maura retomó su compostura y siguió. “Como sabes...tenemos el caso...sólo que algo más pasó” los dedos de Maura acariciaban las manos de Jane inconscientemente. Por la cabeza de Maura le pasaban miles de maneras de cómo le podría decir esto a Jane, pero sólo tenía que reunir su valor y soltarlo, sólo soltarlo. “John, el oficial que estaba a cargo de la vigilancia de tú apartamento fue asesinado” Maura observó el rostro de Jane por alguna pista de...ella ni sabía que esperar.... ¿Qué...? fue lo único que dijo Jane en un susurro. Su rostro estaba en blanco. Maura no podía leerla como había aprendido ella después de tanto estudio. “No encontrábamos ningún motivo para que lo asesinaran, aunque ahora lo estamos mirando de otra manera. El equipo hizo una revisión a tu casa...” Maura pausó al notar que Jane soltaba sus manos y se cubría su rostro con ellas. Maura tenía que seguir, si lo iba a hablar, tenía que decirlo todo. “No encontraron nada fuera de lugar o micrófonos, tú apartamento estaba limpio...hasta ahora, ya sabemos que faltaba” “La pulsera” murmulló Jane aun cubriendo su rostro. “Si...la pulsera” Maura tomó un segundo, estaba procesando todos los datos que tenía, toda la información. “¿Cómo sabían qué esa pulsera te la regalé?” se dijo a si misma Maura cayendo en esa realidad. Pasaron unos segundos en silencio. “¿Cómo pudiste ocultarme esto?” el tono de Jane hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo de Maura, esto es lo que temía.

“Jane...” “¡No Maura! Un oficial murió, un oficial...” Jane miró a Maura “Me dijiste que podía contar contigo, que aunque no era correcto si yo quería saber algo del caso me dirías, aunque eso sería romper las reglas” pasó una de sus manos por su cabello y se levantó del sofá “¡Tú estabas dispuesta a hacer algo así por mí! La Dra. Isles que sigue las reglas al pie de la letra” Maura se mantuvo callada, sabía que Jane tenía razón...debió de decirle desde el principio. Jane caminaba de un lado a otro intentando calmarse. Este no era el momento para enojarse con Maura, tenía que intentar y dejar eso a un lado...aunque no lo podía creer ¿Maura le había ocultado algo así de verdad? “¿Por qué tiene que pasar esto?” se preguntaba una y otra vez Jane. “¿Qué más pasó?” preguntó Jane. Iba a tomar esto como la detective que era, a pesar de lo que Maura le acaba de confesar ella era su primera prioridad, su seguridad era lo más importante para Jane y en el fondo ella sabía que Maura le había ocultado estos detalles por la misma razón. La pregunta tomó a Maura por sorpresa. Se esperaba reproches, insultos, todo menos esto. La mirada de Jane le dolía, era fría y distante. ‘La habré perdido?' se preguntó Maura dirigiéndose a la cocina por otra copa de vino. “Eso es todo” decía mientras volvía al sofá con la copa en mano. “John fue asesinado por un disparo a corta proximidad, nada se encontró en su auto” Maura quedó pensativa unos segundos “Lo que más nos resultó fuera de lo normal fue un poco de sangre de su compañero Erik que encontramos en el maletero...ya Korsak lo está investigando. Ahora estamos tratando a John como un sospechoso; no podemos confiar en nadie” “¿Tú crees que John sea el aprendiz?” preguntó Jane sentándose al lado de Maura un poco más calmada. Maura lo pensó por unos segundos. “No creo, no tenía ninguna educación en medicina, ni siquiera fue a la universidad” Maura tomó un sorbo del vino. En verdad estaban en un callejón sin salida “Necesitaré todos los informes que tienen hasta ahora en el caso” Jane empezaba a entender más y más el por qué Maura le ocultó esta información. “Jane...tú sabes que....” “Lo sé Maur...lo sé” Jane giró su rostro mirándola. Ahora la aterrorizada era ella. Hasta donde ella sabía. El asesino estaba detrás de ella...¿por qué la pulsera...y la nota? ¿Será una distracción? Sentía que Maura había entrado a este juego de mal gusto y se sentía culpable; en parte porque si no la hubieran sacado del caso Maura no se hubiera involucrado tanto. Ahora tenía que hacer todo lo que estuviera en sus manos por

mantener a Maura segura, lo primero que necesitaba era los informes del caso y ya sabía cómo los conseguiría sin dejar a Maura sola. “Maur...sal del caso” no era una orden, parecía suplicarle. “Jane...no puedo hacer eso...” Maura dejó la copa sobre la mesita de la sala y se acercó a Jane tomando sus manos entre las de ellas otra vez; está vez Jane no se alejó. “Maur...no podría soportarlo si algo te pasara...¿tienes idea del susto que me has dado hoy?” Jane miró sus manos entre las de Maura. “Ahora que te tengo no puedo perderte Maur” la sola idea de que algo le pasara a Maura mataba a Jane por dentro. “Te entiendo Jane...”susurró Maura. En verdad la entendía, sabía perfectamente lo que Jane sentía. Ella lo sentía cada vez que Jane salía a la calle por un asesino o cuando llegaba con rasguños por arrestar solo algún criminal . “Pero no puedo...este es mi trabajo...al igual que el tuyo tiene riesgos....” Jane suspiró mirándole rogándole con la mirada que cambiara de pensar. Pero sabía que no cambiaría de pensar...si Maura le hubiera pedido lo mismo esa hubiera sido su respuesta. Maura dejó ir una de las manos de Jane para acariciar su rostro suavemente. “Todo estará bien Jane...estás conmigo” susurró Maura, su frente tocando la de Jane. No estaba segura si las cosas saldrían bien pero si sabía que el tener a Jane junto a ella le daba una sensación de seguridad que no podría alcanzar con nadie o nada más. “Me quedaré contigo” susurró Jane rozando los labios de Maura, tomó sus labios entre los de ella y la besó como no la había besado antes. Este beso era diferente, era suave...lento...paciente; era como si Jane estuviera poniendo todos sus sentimientos en él. Las dos se separaron lentamente, Maura estaba sin palabras, sentía que había entendido a la perfección lo que Jane intentaba decirle en ese beso. “No te perderé” susurró Jane. Maura asintió y se recostó su cabeza sobre el pecho de Jane. Jane la rodeó con sus brazos y besó su pelo. Habrían pasado unos veinte minutos, Jane no estaba segura; pero Maura se había quedado dormida en sus brazos. '¿Cuantos días llevaras sin dormir?' se preguntaba Jane mientras acariciaba inconscientemente la espalda de su novia. '¿Novia?...me gusta cómo suena eso...” . Su celular vibró e intentó sacarlo de su chaqueta sin moverse mucho para no despertar a Maura. Era un mensaje de Frank. 'Necesito los informes del caso. Dile a Korsak' escribió con una mano el mensaje y lo envió. Dejó el celular a un lado y miró como Maura se movía un poco, se acomodó sobre sus muslos aún dormida. 'Vamos a resolver este caso...no dejaré que nada te pase...' pensaba Jane mientras acariciaba el cabello de Maura.

CAPITULO 13 “ADN en maletero...John....” murmuraba Jane mientras leía una de las páginas de los informes. En una mano sostenía el papel y con la otra jugaba con una cuchara moviéndola en un tazón lleno hasta la mitad de su cereal preferido con un poco de leche. Jane dejó el papel a un lado y tomó el tazón en sus manos llevando una cucharada a su boca sonriendo. Cuando encontró la caja de cereal en la cocina de Maura no se lo podía creer; la había escuchado cuando le dijo que prefería comer cereal en las mañanas, aunque no sólo por las mañanas; como en este momento. El pensar que Maura solo se lo compró para ella le pintaba una sonrisa tonta en su rostro. Ya era tarde, miró su reloj y su mirada se dirigió hacia el sofá. Maura yacía en el sofá cubierta con una manta; su rostro tranquilo y su pelo alborotado, ya había perdido la cuenta de cuantas veces había contemplado a Maura de este modo, sin que la chica de pelos rubios se preocupara por alguna arruga en su vestido o tener el pelo perfecto. Esta era Maura relajada, sin preocupaciones...su Maura. Maura comenzaba a despertar, le tomó unos segundos para saber dónde se encontraba. Se sentó en el sofá lentamente dejando la manta caer a su lado, miró a la mesita restregándose los ojos. Estaba llena de papeles, los informes; al parecer todo se lo habían traído. Había dos cervezas vacías y una bolsa que parecía ser comida china. “Ya despertó Dra. Isles” dijo Jane sentada en la cocina con una sonrisa plasmada en el rostro mirándole. Se levantó dejando al lado el tazón de cereal vacío y caminó acercándose a Maura que aún estaba sentada en el sofá. “¿Cuánto he dormido?” murmulló Maura estirándose un poco. Debió de ser un buen tiempo; se sentía descansada, aunque el cuerpo le dolía un poco. 'Debe de ser por dormir en el sofá’ pensó Maura. “Unas cuatro horas” Jane miró su reloj “más o menos” le sonrió Jane sentándose a su lado. “No quería despertarte, necesitabas dormir” “Y en cuatro horas hiciste un caos de mi sala” le dijo Maura mirando todos los papeles esparcidos sobre la mesita y las cervezas. “Eso...lo limpiare...perdona” le miró disculpándose “Eso espero” Maura sonrió entre dientes mirándole divertida. Maura se acercó a Jane y recostó su cabeza en su hombro. “¿Cómo ya tienes todos los informes...?” Maura cerró los ojos suspirando “¿Me dejaste sola--?” “¡No!” contestó rápidamente Jane. “Frankie me trajo los informes mientras dormías...” Jane acercó más a Maura estrechándola en sus brazos. “Me dijo que ya la vigilancia está

y que están trabajando todos en las pistas que tenemos hasta ahora” “Tú leíste los informes por lo que veo” Maura escondió su rostro en el cuello de Jane, las vibraciones de su voz enviaban escalofríos por todo el cuerpo de Jane. “Leí todos los informes...pero no quiero hablar más del caso por hoy” susurró Jane enredando sus dedos en el cabello de Maura. “¿Y de qué te gustaría hablar detective?” susurró Maura rozando con sus labios el lóbulo de la oreja de Jane. A Jane no le salía la voz. Tragó en seco moviendo su cabeza dándole más acceso , tenía a Maura tan cerca que podía oler el champú de sus cabellos. Maura aprovechó el gesto y depositó un beso húmedo en el cuello de la morena. Jane se mordió el labio inferior intentando callar los gemidos que Maura le provocaba. Maura sintió como los dedos de Jane apretaba su cabello sosteniendo su cabeza allí. “No me has contestado” susurró Maura con una sonrisa al sentir como el cuerpo de Jane reaccionaba. Su lengua se deslizó de largo por el cuello de Jane. “Oh dios” murmulló Jane entre dientes. De repente la sala estaba demasiado acalorada y su respiración se le cortó. Su mano libre la colocó en la cadera de Maura que se incorporaba encima de ella sosteniéndose sobre sus rodillas a los lados de los muslos de Jane. Maura tomó las manos de Jane y las colocó al lado de su cabeza. “No sabía de este lado dominante Dra. Isles” dijo Jane sin poner fuerza alguna, sólo miraba el rostro de la mujer que deseaba. Ya conocía ese brillo tan distinguido en esos ojos. “No sabes muchas cosas” susurró Maura sobre sus labios antes de hacerlos suyo en un beso fugaz. Maura dejó ir de las manos de Jane para tomar el rostro de Jane entre ellas con delicadeza. Jane sentía como si cuerpo estuviera flotando en el aire, aunque tuviera la mitad del cuerpo de Maura sobre ella. Al escuchar las palabras de Maura sintió una corriente recorrer su cuerpo. ¿Cuantas cosas no sabrá ella?...¿Y cuantas les mostrará? Jane gimió en el beso al sentir la lengua de Maura hacer contacto con la suya y las dos se perdieron en el beso. Las manos de Jane, ahora más atrevidas y curiosas tomaron las caderas de Maura acariciando la piel y atrayéndola a ella aún más sin dejar espacio entre ellas. La casa estaba en silencio, lo único que se escuchaba eran sus respiraciones agitadas y gemidos. Las dos se separaron lentamente, trataban de calmar sus respiraciones agitadas. Las manos de Maura comenzaron a jugar con el borde de la blusa de Jane y la empezó a levantar lentamente. Jane le miró con una sonrisa nerviosa y levantó sus manos ayudando a Maura. Maura tiró la blusa a un lado de sofá cayendo al suelo. Hizo algo de espacio entre ellas y miró a la mujer que tenía frente a ella, su lengua humedeció sus

labios. Maura se levantó y atrajo a Jane con ella haciendo que se levantara también y se adueñó de sus labios, esta vez con desesperación y deseo incontrolable. Jane le respondió de la misma manera. Las manos de Maura acariciaban el abdomen de Jane, podía sentir con sus dedos como los músculos se contraían. Sus manos bajaron unos centímetros más y empezaron a jugar con la hebilla del cinturón de Jane hasta que sus pantalones cayeron al suelo. Jane tomó el labio inferior de Maura entre los de ella mientras se deshacía de la blusa de Maura y bajaba su falda hasta que cayó al suelo. Las dos tomaron un paso hacia atrás para admirar el cuerpo de la otra; las dos tragaron en seco y se miraron a los ojos, estaban llenos de lujuria y deseo. Sentían sus corazones latir en sus pechos, las dos pensaban en si la otra podría sentirlo; parecía que iba a salir de sus pechos. No habían palabras de por medio, no eran necesarias. “Maur...” comenzó Jane pero fue detenida por los labios de Maura en un beso. Las dos temblaron al sentir sus pieles desnudas juntas, sólo quedaba la ropa interior de por medio; pero Maura no perdió tiempo para deshacerse de ellas... “Quiero sentirte toda” susurró Maura sobre los labios de Jane, sus manos ocupándose de quitar el sostén deportivo de Jane y le hizo compañía a la ropa que yacía en el suelo. Jane se veía hermosa, su pelo estaba suelto y despeinado, sus mejillas sonrojadas...simplemente hermosa. Maura tomó unos pasos adelante haciendo que Jane diera unos hacia atrás hasta tocar el borde del sofá con sus piernas y con un pequeño empujoncito Jane cayó en el sofá algo sorprendida por el carácter dominante que Maura estaba mostrando y ella no conocía. Maura se incorporó como estaba antes, sobre la morena. Las manos de Jane se deshicieron del sostén escotado de Maura y lo tiró a un lado. “Oh dios...” susurró a si misma rozando sus dedos sobre los senos de Maura. “Una mujer” dijo con una sonrisa boba como si se hubiera acabado de dar cuenta. “Si...una mujer, Jane” dijo Maura arqueando su espalda, compartiendo la misma sonrisa y deseando mucho más el toque de su amada. Jane tomó unos segundos para contemplar el monumento de mujer que tenía frente a ella y recordó algo. “Espera” dijo Jane mirando a Maura, ella le miraba confusa. “No interrupciones” Maura entendió y miró alrededor. El celular de las dos estaba al final del sofá; Maura los tomó y los apagó los dos tirándolos encima del bulto de ropa en el suelo. “Listo” susurró Maura sobre los labios de Jane. Se dejó caer sobre ella y las dos gimieron por el contacto de sus pechos desnudos. Las manos de Jane se ocupaban de recorrer toda la espalda desnuda de Maura y a veces sostenía sus caderas acompañándolas con el movimiento que Maura estaba haciendo sobre ella y que a la vez frotaba sus pechos con los de ellas. A este punto los besos a penas podían callar los gemidos de las dos chicas.

Las dos perdían el nerviosismo, estaban pasando una línea muy fina que tenían entre ellas. Ninguna de las dos habían estado con una mujer antes y no estaban segura de que hacer o si lo que hacían era lo correcto; pero de alguna manera sabían exactamente qué hacer. A penas se habían tocado y ya sentían algo que nunca habían sentido con ningún hombre, se les hacía inexplicable lo que estaban sintiendo...pero eso no importaba. Sólo querían sentir. Jane empezaba a tomar un poco más de confianza y tomaba el control. Sus labios llenaban el cuello de Maura de besos y dejaron una pequeña marca en él, su marca. Maura sabía que tendría que cubrirlo después en el trabajo y que Jane lo sabía...¿tal vez por eso lo hizo? Para mostrarle al mundo que Maura le pertenecía a ella. La mente de Maura quedó en blanco al sentir como los labios de Jane bajaban hasta sus pechos y tomaba uno de sus pezones en su boca; un gemido de Maura resonó por toda la sala, sostenía la cabeza de Jane con fuerza mientras arqueaba su espalda. Las manos de Jane la sostenían mientras ella se saciaba de Maura. Maura miró a Jane por unos segundos con los ojos entrecerrados y como si Jane sintiera su mirada en ella dejó ir el pezón de Maura emitiendo un ruido de 'pop' y la miró sonrojada, su piel parecía brillar por el sudor y sus ojos estaban mucho más oscuros que lo normal. Jane rodeó el cuello de Maura con una de sus manos y la atrajo hacia ella apoderándose de sus labios. Maura sintió la otra mano de Jane deslizarse por su abdomen y jugar con el borde de sus bragas. Jane se separó de sus labios y la miró pidiéndole permiso con su mirada. Maura pensó que el corazón se le detuvo por unos segundos, le respondió con un beso y las dos gimieron en el beso al contacto de los dedos de Jane entre sus pliegues. Jane sonrió tomando el labio inferior de Maura entre los de ella, mordiéndolo un poco fuerte; estaba enloqueciendo a la mujer encima de ella. Maura se dejó caer sobre ella escondiendo su rostro en el cuello de la morena; colocó las palmas de sus manos en el sofá apretando el material entre sus puños. Jane se mordió los labios, sentía lo excitada que Maura estaba con sus dedos; con cada movimiento de la mujer encima de ella sus pechos de rozaban, quería más...y con eso humedeció sus labios con su lengua e introdujo dos de sus dedos en Maura. Un gemido fuerte resonó por toda la casa y las dos se quedaron quietas por unos segundos, las dos tenían la respiración jadeante y sus cuerpos estaban húmedos por el sudor. Maura comenzó a moverse lentamente sobre la mano de Jane y ella siguió sus movimientos, cada vez se hacían más rápidos y Maura le jadeaba al oído, eso enloquecía a Jane. “Quiero verte” le susurró Jane al oído entre gemidos. Maura se incorporó más sobre Jane apoyándose por completo sobre sus manos en el espaldar del sofá. Jane le miró a los ojos, oh dios, nunca antes había visto algo más hermoso en su vida. Tenía a la vista el rostro de Maura lleno de placer y sus labios entreabiertos gimiendo, sus pechos moviéndose al ritmo de sus movimientos y llenándola por completo con sus dedos. Jane sentía que Maura estaba casi en el punto de estallar y con un movimiento de sus dedos rápidamente un grito provino de los labios de Maura y su cuerpo calló tembloroso sobre el de Jane.

“Wow” susurró Jane unos segundos después “Si...wow...” Maura sonreía tontamente con los ojos entrecerrados. Jane tomó la manta que Maura había dejado a un lado y se acomodó en el sofá acostándose a lo largo y Maura se recostó a su lado con su cabeza sobre su pecho escuchando el corazón de Jane. Pasaron unos minutos en silencio sintiendo la respiración y el calor de la otra. “¿Sabías que el sexo es como un tratamiento de belleza?” murmulló Maura. “¿Si?” sonrió Jane dibujando con su dedo sobre el brazo de Maura. “Si...cuando la mujer hace el amor produce doble cantidad de estrógeno, la hormona que mantiene la piel suave y le da brillo al cabello” “Hmmm...tendremos una piel bien suave entonces” dijo Jane dejando un suave beso sobre los labios de Maura. Maura se iba a incorporar pero Jane la detuvo. “No tienes que hacerlo ahora” Maura le miró por unos segundos tratando de leer los ojos de Jane y entendió. “Quédate así” dijo Jane apartando el pelo del rostro de Maura. Las dos mujeres se quedaron acostadas en el sofá. Jane las cubrió un poco más con la manta y las dos se quedaron dormidas abrazadas en la sala....

CAPITULO CATORCE Jane comenzaba a despertar. Intentó moverse pero no pudo. ‘Pero que…’ abrió sus ojos lentamente y miró hacia abajo para encontrar a Maura encima de ella. Con una de sus manos apartó el cabello dorado hacía un lado y una sonrisa apareció en sus labios al recordar los eventos del día anterior. No sabía qué hora era; pero por la luz que entraba por una de las ventanas de la sala era de día y muy temprano. Uno de sus brazos estaba entumecido ‘ha de ser por la posición’ pensó sin dejar de sonreír. Tenía una mujer hermosa encima, para ella, la mujer más hermosa que ha visto en su vida. Sus manos acariciaban delicadamente el rostro de la mujer, se le hacía muy lindo cuando Maura se acurrucaba más a ella sin despertarse. Jane echó un vistazo alrededor de la sala, eran las 7:00am. ‘Dios’ hacía semanas que no dormía tanto. El tener a Maura en sus brazos y después de la tarde que pasaron no podría estar más relajado de lo que ya estaba en ese momento. El mundo se podría estar cayendo afuera de esa casa y a ella no le importaría. Jane cerró los ojos unos segundos concentrándose en Maura, sentía el calor de su piel desnuda, su respiración en conjunto con la de ella; esto es el paraíso. Jane trataba de recordar el sueño que había tenido pero nada le venía a la cabeza. Le pareció escuchar unos toques en la puerta. ‘Eso’ pensó abriendo un ojo mirando la puerta de la entrada y mirando a la mujer encima de ella aun dormida. ‘¿Quién podría ser a

estas horas?’ pensaba decidida a ignorarlo por tal de no despertar a Maura. Jane cerró los ojos pensando que la persona que tocaba la puerta se había marchado y refunfuño al escuchar unos toques aún más fuertes que los anteriores. Maura empezaba a despertarse poco a poco mirando somnolienta a Jane. “¡Jane! Sé que estás ahí, abre la puerta en este instante” vociferó Ángela desde el otro lado de la puerta. “Parece que es tu madre” murmuró Maura intentando sentarse mirando la puerta. “¿Qué vamos a hacer?” se decía a si misma mientras intentaba ponerse su pantalón rápidamente. “Jane…” Maura estaba sentada sobre el sofá solo cubierta con la manta. Jane pausó unos segundos para mirar a Maura, había algo en sus ojos que la detuvo. ¡Jane, si no abres esta puerta en tres minutos la derribo! Jane y Maura ignoraron los bullidos de Ángela. Jane se sentó al lado de Maura tomándole las manos. “Puedo subir y bajar cuando esté lista, podemos ocultarlo hasta que estemos lista para decirles” decidió empezar Maura dejándole el camino libre para que Jane decidiera. Ángela seguía tocando la puerta y empezaba a llegar a los nervios de Jane. “Creo que si no abrimos esa puerta la derrumbara en serio” dijo la morena evitando las palabras de Maura. Ella sabía que estaba lista para decirlo a sus amigos, no estaba muy segura si era momento para decirlo a Ángela, no sabía cómo iba a reaccionar ni que esperar. “Me daré un baño rápido y bajare” Maura recogió su ropa del suelo y antes de subir se acercó a Jane besándole. Se retiró subiendo las escaleras mirando de reojo como Jane se acercaba a la puerta, sabía lo difícil que ha de ser para Jane el decirle a su madre la naturalidad de su relación. Maura la entendía y estaba dispuesta a darle el tiempo que Jane necesitara. Jane estaba parada detrás de la puerta, pensaba y pensaba, quería decirle…no, quería gritarlo, quería gritar que estaba con Maura que esa mujer hermosa era suya; pero algo la detenía y eso era la mujer que estaba del otro lado de la puerta.

“Ma…” dijo Jane suspirando al abrir la puerta. “¡Dios! ¿Qué te ha pasado? te ves horrible” exclamó Ángela mirando a su hija de arriba abajo. Estaba despeinada, su camisa toda arrugada y mal abrochada. Jane se miró, no se había dado cuenta que se había abrochado la blusa mal, por el apuro se había dejado unos botones desabrochados al nivel del escote y tenía un lado más bajo que el otro.

“Emm” Jane trataba de pensar en alguna excusa, pero nada se le ocurría. Ángela hizo camino adentrándose en la casa mirando a los alrededores. Jane se arreglaba la camisa, sus dedos le temblaban del nerviosismo. “¿Y Maura?” preguntó Ángela mirando la mesita cubierta con papeles. “¿Siempre eres así? Estas un día aquí y parece que ha pasado una huracán” Ángela se agachó y tomó un cinturón del suelo “¿Esto es tuyo…?” “Ma…” al parecer este era el momento. Jane se pasaba su mano por su cabello nerviosa. “Jane, te conozco” empezó a decir Ángela sentándose en una de las sillas en la mesa mirando a su hija. Jane se caminó hasta la mesa y se sentó frente a su madre. “¿Pasa algo con Maura?” Jane se tomó unos segundos, el aire empezaba a ponerse algo incómodo con el silencio de las dos. Este era el momento, su oportunidad para hablar. Ángela no era tonta, sabía que algo pasaba entre las dos mujeres pero no estaba segura de que exactamente. Sabía cómo estaba el caso y que ninguna de las dos chicas lo estaba llevando bien; pero ha estado observando como las dos mujeres interactúan y había una conexión entre las dos; pero pensaba que ni siquiera las dos eran conscientes de ello. Cualquier cosa que fuera Ángela sólo quería que su hija le dijera lo que le estaba pasando, que confiara en ella. “Ma-“ “Ángela” las dos mujeres dirigieron la mirada a Maura que bajaba las escaleras en ese instante. Traía una falda ajustada que le llegaba casi a las rodillas y una blusa roja ajustada a sus curvas. “Buenos días Maura” le sonrió a Maura y miró a Jane seria “Deberías de aprender cómo vestirte por Maura” “Oh dios” Jane dejó caer su cabeza sobre la mesa, no estaba segura si lo que dijo fue por lo que insinuaba su madre con lo que acaba de decir o por todos los pensamientos que pasaron por su cabeza al pensar como Maura podría ayudarle a vestirse mejor. “Se lo he propuesto muchas veces Ángela” Maura empezaba a preparar un café. “¿Qué tiene la manera en que me visto?” preguntó Jane mirando a la dos mujeres indignada. “Terrible” “Monótono” dijeron Ángela y Maura a la vez. Jane las miró a las dos con la boca abierta y se paró sin decir nada sólo moviendo la cabeza de un lado a otro. Caminó hasta la cocina donde se encontraba Maura y empezó a ayudarla con el desayuno. Ángela se quedó sorprendida de como las chicas se ayudaban mutuamente a preparar el desayuno sin preguntar o hablar; como si fueran una pareja de casados.

Jane preparaba unas tostadas y se detuvo de repente. Espera…algo se le olvidaba. “¿Ma, que haces aquí?” “¿Qué hago aquí? Te llame mil veces al celular” dijo Ángela mirando a Jane enojada. “Perdona el alboroto que forme en la puerta Maura” le dijo sonriendo; Maura solo le sonrió. “Te parece suficiente que me entere que estabas aquí por tu hermano y lo que había pasado con Maura” Ángela pasó sus dedos por la frente tratando de calmarse “¿Por qué no puedes decirme estas cosas Jane? Siempre tengo que enterarme de las cosas más importantes por terceros” “Ángela tiene razón Jane” susurró Maura tomando un sorbo de su café. Jane le miró sin poder creer lo que Maura había acabado de decir. “¿Qué ahora te vas a poner de su lado Maura?” Jane le entregó una taza de café a su madre y suspiró agotada, estas dos mujeres la iban a enloquecer. “Lo siento Ma, se me pasó, me había puesto a leer los informes y después-“Jane calló dándose cuenta de lo que estaba diciendo “Y después me quedé dormida Ma” dijo tomando un sorbo de su café y así no decir de más. “¿Qué pasará ahora?” preguntó Ángela mirando uno de los papeles del informe que Jane leía la tarde anterior. “Ahora estamos bajo vigilancia; Korsak y Frost están llevando a cabo un reviso en las casas de dos sospechosos” Maura dejó su taza a un lado “Eso por ahora” Ángela se quedó pensativa unos segundos y tomó los papeles del informe en sus manos. Jane la iba a detener pero la dejó leerlo, por lo menos así estaría entretenida. Jane miró a Maura que estaba parada a su lado y se le abrieron los ojos como plato y le hacía señas con los ojos hacia su cuello. Maura le miró confusa y se llevó su mano al cuello cayendo en cuenta de lo que Jane le intentaba decir y rápidamente se cubrió esa parte del cuello con el pelo; la morena le sonrió sonrojada. “Maura” dijo Ángela sin quitar su mirada de sus papeles, pasaron unos segundos y le miró a los ojos. “Quiero que sepas que puedes contar con nosotros, puedes quedarte en nuestra casa” Jane y Maura quedaron sorprendidas por la inesperada propuesta de Ángela. “Gracias Ángela, pero creo que no será necesario” respondió Maura aún conmovida por la proposición de la mujer. “Tengo los oficiales de vigilancia y a Jane, no podría sentirme más segura que eso” Maura le sonrió a Jane. Ángela iba a contestar pero se quedó contemplando las dos mujeres frente a ella. “Esto es muy obvio” pensaba Ángela sin poder contener una pequeña sonrisa. Jane rompió el momento aclarándose la garganta mirando a su madre.

“Ma, tenemos que ir a trabajar en el caso” dijo Jane colocando las tazas vacía en el fregadero. “¿Si?” Preguntó Maura confusa, pensaba que tendrían el día libre. “Si” Jane le miró haciendo señas con los ojos esperando que Maura entendiera lo que le intentaba decir.

“Si” afirmó Maura algo dudosa. “Bueno…” empezó Ángela parándose pasándose las manos por la ropa. “Las visitare en la noche, que haré un gnocchi con la receta de mi abuela que te chuparas los dedos Maura” “¿Qué?” “Encantada Ángela” dijeron Maura y Jane a la vez. “¡Maur! No sabes que estás haciendo, si esa mujer entra aquí no saldrá” la risa de Ángela se podía escuchar mientras caminaba hacia la puerta. “Nos vemos a la noche chicas” dijo Ángela con una sonrisa de oreja a oreja cerrando la puerta dejando a una Jane con la boca abierta sin podérselo creer. Una vez solas Maura miró a la morena preocupada y se acercó a ella acariciando su brazo con su mano tiernamente. “No estará tan mal Jane, es tu madre” “Eso lo dices porque no la conoces…esa mujer…” Jane se giró para quedar frente a frente a Maura “Algo me dice que se viene tramando algo Maur” Jane besó a Maura tiernamente, colocando sus manos en las caderas de la rubia. “¿En verdad vamos a trabajar?” susurró Maura sobre los labios de Jane. “Pensé que el capitán nos dio el día libre” “Si” Jane tomó el labio inferior de Maura entre los de ella juguetona. “Creo que deberíamos ir aunque sea un rato, no podemos escondernos en la casa todo el día” Maura asintió, también pensaba que era una buena idea y no le había dejado órdenes a su internada, no podía faltar al trabajo mucho, después de todo era la jefa y tenía que estar presente. Se preguntaba si Jane había hablado con Ángela sobre su relación, pero no quería preguntar y por la actitud de Ángela estaba casi segura que no habían hablado del tema.

Eran casi las nueve de la mañana y las dos mujeres estaban a unas cuadras de llegar al trabajo. Jane iba conduciendo en silencio y Maura miraba por la ventanilla; en sus piernas llevaba su bolsa con los informes del caso.

“Estaba pensando” empezó Jane rompiendo el silencio. “Me gustaría llevarte a almorzar a un lugar que me gusta mucho, comida italiana ¿quieres?” “¿Es una cita? Preguntó Maura mirándole con una sonrisa. Jane sonrió poniendo cara de pensativa por unos segundos. “Si, sería nuestra primera cita” Maura no necesitaba que Jane explicara, entendía a qué se refería con “primera cita”.

“¿Chicas?” Korsak las miró sorprendido. “Pensé que tenían el día libre hoy” dijo dejando a un lado unos papeles que estaba leyendo. Frost saludó con la mano porque estaba al teléfono. “Solo vinimos a chequear si se encontró algo en la casa de los sospechosos” respondió Jane sin alejarse mucho de Maura. “Llegan justo a tiempo” dijo Frost colgando el teléfono. “Acabaron de analizar algunas cosas que encontramos en la casa de Erik”. “¿La casa de Erik?” preguntó Jane confusa “Ya verán” dijo Korsak haciéndoles señas para que lo siguieran. Todos entraron a la oficina donde se encontraban toda la información que tenían hasta ahora del caso. Jane caminó hasta el tablón mirándolo concentrada, era mucho mejor así, todo estaba organizado. “En la casa de John no encontramos nada fuera lo normal” empezó Korsak señalando unas fotos. “Por la sangre en el maletero de John pudimos sacar una orden de reviso para la casa de Erik” Korsak se giró para mirarlas “Su hija de diecisiete se encontraba en casa, encontramos unos bisturí en su ático, eso y su pistola se la dimos al laboratorio, como dijo Frost ya tienen los resultados” “¿Y Erick?” preguntó Jane mientras se dirigirán al elevador para bajar al laboratorio al lado de la morgue. “Tenemos oficiales buscándolo, según su hija había salido hace dos días por una emergencia familiar al norte de Boston” dijo Frost, estaba contento de tener alguna pista, por lo menos ahora no estaban en un callejón sin salidas. “Buenos días Dra. Isles” le saludó Anita con una sonrisa “Buenos días detectives” saludó a los detectives girándose en su silla para tomar los bisturís y colocarlos sobre una mesa de metal. “tengo malas noticias” comenzó a decir “la pistola de Erick es una .45, no es la misma que usaron para asesinar a John; los bisturí son nuevos, no tienen huellas digitales o sangre. “O sea que estamos en cero otra vez” dijo Frost claramente disgustado.

“No, aún tenemos que interrogar a Erick” dijo Korsak esperando que con esa interrogación salieran nuevas pistas a la luz. “Gracias Anita” dijo Frost antes de retirarse con Korsak. Anita sólo asintió con su cabeza. “Jane, dame unos minutos iré a mi oficina para dejar unos papeles listos para Anita” Maura miró Anita y se retiró a su oficina. Jane iba a regresar al cuarto piso con los chicos pero Anita la detuvo. “Detective Rizzoli” dijo Anita con un tono seco. Jane se giró y la miró confusa. ¿Qué podría querer esta chica de ella? “¿Si?”

“Usted y la Dra. Isles” Anita jugaba con su bolígrafo entre sus dedos sin dejar de mirarle directamente a los ojos. “¿Son más que amigas?” La pregunta tomó por sorpresa a Jane. “Eso no es de su incumbencia, Anita” Esta chica no podría caerle más mal…Jane se giró dándole la espalda decidida a irse. “Si usted no está con ella…yo si iré por ella…es una mujer…muy atractiva” dijo Anita lo suficientemente alto para que Jane la escuchara…

CAPITULO QUINCE “Detective Rizzoli” dijo Anita con un tono seco. Jane se giró y la miró confusa. ¿Qué podría querer esta chica de ella? “¿Si?” “Usted y la Dra. Isles” Anita jugaba con su bolígrafo entre sus dedos sin dejar de mirarle directamente a los ojos. “¿Son más que amigas?” La pregunta tomó por sorpresa a Jane. “Eso no es de su incumbencia, Anita” Esta chica no podría caerle más mal…Jane se giró dándole la espalda decidida a irse. “Si usted no está con ella…yo si iré por ella…es una mujer…muy atractiva” dijo Anita lo suficientemente alto para que Jane la escuchara… La detective Rizzoli se dio la vuelta y tomó unos pasos hacia la interna que se veía bastante relajada a pesar de la mirada con la que la morena la estaba mirando en ese instante. “¿Qué me has dicho?” preguntó Jane sin podérselo creer aún, ¿esta chica estaba bromeando con ella verdad?

“Lo que ha escuchado detective” la interna se levantó de su silla y le dio la espalda por unos segundos mientras organizaba unos papeles que parecían ser unos informes y los guardó en una carpeta. “Me pareció que lo dejé bastante claro ¿no es así, detective?” dijo con voz serena Anita girándose dándole la cara a la detective que frunció el ceño al escuchar esas palabras. Jane apretaba sus puños, tanto que los nodillos empezaban a tomar un tono blanco. Intentaba con todas sus fuerzas no lanzarse encima de Anita y sacarle el alma con sus puños. “Escúchame bien niña” dijo Jane entre dientes acercándose a la chica traspasando el espacio personal de la interna. “Maura y yo estamos juntas, sea como sea, eso no te incumbe, sólo acércate a ella y veras lo–” “Ya estoy lista, Jane” anunció Maura aproximándose a ellas con su bolso sosteniéndolo con una de sus manos y con la otra intentando de cerrarlo. Al no escuchar respuesta de Jane alzó su vista mirando las dos mujeres “¿Pasa algo Jane?” preguntó Maura. Jane retrocedió unos pasos hacia atrás alejándose de Anita y miró con una sonrisa a Maura.

“Nada Maur, sólo hablábamos sobre las pistas” Jane miró de reojo a la interna “¿No es así Anita?” preguntó mirándole desafiante. Maura se quedó sorprendida al sentir como Jane tomaba su mano, la miró por unos segundos con una mirada confusa sin soltarle de la mano. “Así es detective Rizzoli, espero que le haya ayudado la explicación” la mirada de Anita se dirigió a las manos entrelazadas de las dos mujeres por un segundo, pero no pasó de ser percibido por Jane. Maura se despidió de su interna dándole unas cortas instrucciones de lo que debía de hacer por el resto del día y en caso de que mañana estuviera ausente. Durante todo ese tiempo Jane no soltó la mano de Maura, no que ella protestara tampoco. Las dos salieron por la salida posterior de la morgue, caminaban de la mano por el estacionamiento de la comisaria hasta llegar al auto de Maura. La rubia se detuvo al lado de la puerta del conductor y dejó libre la mano de Jane, la miraba sonriendo. “¿Ahora me dirás que le hiciste a Anita?” preguntó Maura sin dejar de sonreír. Jane dio la vuelta al auto, abrió la puerta y entró. “No sé de qué hablas” Jane miró a Maura que ya estaba sentada y encendía el auto. Se mantuvo unos segundos callada, al parecer Maura no tenía intención de salir del estacionamiento aún. Jane soltó un suspiro y se hundió en el asiento cruzando sus brazos, sabía lo que esta mujer le estaba haciendo y no se le podía resistir. “Está bien” resopló Jane girando su cuerpo en el asiento mirando a Maura. Maura sólo asintió con su cabeza en señal para que la morena continuara hablando.

“¿No piensas que Anita...?” Jane no sabía cómo decirle, ella ni sabía que era lo que estaba pasando. ‘Oh al diablo’ pensó Jane; quería ser directa y así sería mejor y no se complicaría tanto. “Creo que le gustas a Anita” confesó Jane gruñendo evitando la mirada de Maura por primera vez. Maura se quedó con la boca abierta por unos segundos y empezó a reír; Jane la miró perpleja. ¿Acaso eso era motivo de risa? “Perdón Jane” se disculpó Maura al notar su mirada seria “Ahora entiendo porque me tomaste de la mano...” dijo Maura saliendo del estacionamiento. “No he notado ninguna actitud de Anita que me haga pensar que tenga algún sentimiento de esa clase hacia mi Jane” “¡Me lo dijo Maur!” soltó Jane sin pensarlo. Maura no despegaba su mirada del tránsito, pero empezaba a ponerse inquieta. ¿No eran ideas de Jane entonces? “Me preguntó si tú y yo éramos algo más que amigas, que si no era así ella iba a tomar acción” Maura miró de reojo a la morena, por su lenguaje corporal y tono de voz era obvio que esto le molestaba a Jane. Las dos se quedaron en silencio por unos minutos. “Anita ha mostrado una ética de trabajo impecable” empezó a decir Maura retomando la atención de Jane que gruñó ¿Acaso Maura la iba a defender? ¿A pesar de lo que le acaba de decir? “Anita ha mantenido un profesionalismo igual de impecable, ha sido de gran ayuda en este caso” Maura aprovechó que se detuvo en una luz de semáforo y miró Jane a los ojos. “En otras palabras, si no me hubieras dicho, yo no me hubiera enterado” Jane le hizo una seña, la luz había cambiado a verde. “Yo estoy contigo Jane” dijo Maura suspirando con una sonrisa mirando hacia adelante atenta al tráfico. “Si quieres o no hacer esto oficial delante de nuestros amigos y familiares, lo entenderé...pero quiero que sepas una cosa” Maura tocaba el volante con uno de sus dedos constantemente. “Tú eres la única mujer con la que quiero estar y Anita y quien sea pueden “tomar acción” como dices, pero yo sólo tengo ojos y corazón para ti”

Jane quedó conmovida con las palabras de Maura. No se esperaba en ningún instante que esta mujer aquí a su lado expresara lo que sentía de tal manera. De algún modo con sólo esas palabras las preocupaciones de Jane desaparecieron en el aire. Anita no importaba. Jane tomó una de las manos de Maura que mantenía sobre su muslo y la llevó hasta sus labios dejando un suave beso en ellas susurrando un “Gracias” casi inaudible para las dos; pero que hizo que todo el cuerpo de Maura se estremeciera al sentir los labios de Jane posados en su piel. Maura la miró regalándole una sonrisa. “Ahora que eso está aclarado, dime a donde iremos” preguntó Maura emocionada. “Queda como a unos diez minutos de aquí” contestó Jane mirando a los alrededores para ubicarse donde estaban. “Sólo toma la izquierda en el segundo semáforo y sigue, ya te diré” Jane no dejó ir de la mano a Maura, tenían sus dedos entrelazados y Maura no se quejó en absoluto, no tenía problemas conduciendo con solo una.

Jane hizo que Maura se estacionara a una calle del restaurante donde iban a almorzar.

“¿No te preocupa si algún compañero de trabajo nos ve Jane?” preguntó Maura algo nerviosa mirando sus manos entrelazadas. A Maura no le molestaba el detalle, todo lo contrario, le encantaba este lado demostrativo de Jane.

“No” contestó Jane con una sonrisa “Si nos ven, nos vieron Maur, no quiero esconderte” Esas palabras conmovieron inmensamente a Maura. Las dos entraron a Giacomo’s Restaurant.

“¡Janie!” exclamó un hombre que parecía estar en sus sesenta. Jane dejó ir de la mano de Maura y se acercó al hombre abrazándolo. “¡Pero como has crecido!” Jane sólo soltó una carcajada y miró a Maura que la miraba con una sonrisa boba.

“Giovan, ella es mi compañera, Maura” Jane la presentó señalándola “Maura, él es dueño del restaurante y como un segundo padre para mí, Giovan”.

“Un gusto Giovan” Maura lo saludó de la mano con una de sus mejores sonrisas, se sentía feliz que Jane compartiera con ella estas pequeñas cosas que la dejaban conocerla aún más.

“Es más hermosa de lo que me dijiste por teléfono chiquilla” dijo el hombre riéndose haciendo que Jane y Maura se sonrojaran.

“¿Me tienes listo lo que te pedí?” preguntó Jane colocándose al lado de Maura. “¡Claro que sí!, ya sabes dónde está, disfruten de la comida”

“Gracias Giovan” agradeció Jane tomando de la mano a Maura guiándola entre las mesas hasta llegar a una mesa apartada con una vista hermosa. Jane ayudó a Maura sentarse y seguido se sentó enfrente a ella. Los detalles de Jane mantenían una sonrisa en el rostro de Maura que ya comenzaba a parecer permanente.

“Cuando era pequeña siempre veníamos los domingos y desayunábamos todos juntos” contaba Jane sonriendo al recordar. “Giovan es un viejo amigo de pops”

“Gracias por traerme a un lugar así de especial para ti Jane” Maura tomó una de las mano de Jane entre las de ellas sonriéndole.

“Deja que pruebes la comida” Jane le guiño.

¿Qué te gustaría hacer? Tenemos el día libre hasta la noche” Jane suspiró recordando que su madre iba a darle una visita. Las dos caminaban de regreso al estacionamiento

“Podríamos–” Jane se quejó al escuchar su celular y se disculpó con la mirada.

“Rizzoli” las mujeres seguían caminando mientras Jane escuchaba atentamente. “Estaremos allí en unos veinte minutos Korsak” Jane guardó su celular y miró a Maura, ella conocía esa mirada, la tenía siempre que encontraban alguna pista. “Encontraron a Erick, lo tienen en la comisaria”

Jane y Maura se apresuraron para llegar a la comisaria. Maura intentaba ignorar los pedidos de Jane para que acelerara más. Eso era una de las cosas que ponían inquieta a Jane estos casos, Maura nunca rompía ninguna ley de tránsito, ni siquiera pasar una luz amarilla...ni porque iba con un policía a su lado.

“Jane sabes como soy, además no hay apuro, Erick no irá a ningún lado” se disculpaba Maura mientras esperaban que el elevador llegara al cuarto piso. Jane sólo sonrió y se acercó dejando un beso en la mejilla de la rubia justo antes de que las puertas del elevador se abrieran.

“Jane, te estaba esperando” Las dos mujeres lo siguieron hacia la sala de interrogación. Miraban por el cristal al hombre que caminaba de un lado a otro nervioso. Jane tenía el presentimiento que había visto a este hombre antes; pero no lo pensó mucho, de seguro lo había visto en la misma comisaria.

“Quiero entrar” pidió Jane mirando a Korsak y Frost.

“No, tú quédate aquí Jane” contestó Korsak serio. Jane estaba a punto de protestar pero Frost lo impidió.

“Janie, es mejor que te quedes aquí y observes”. Frost entró a la sala y Jane se quedó parada jugando con su pelo inquieta.

“Sabes que es lo mejor Jane” dijo Maura mirándola. Jane asintió y miró a los hombres del otro lado del cristal. Pasaron unos minutos y la morena empezaba a impacientarse aún más. ¿Por qué no acababa de preguntar sobre la evidencia? Maura puso su mano sobre el hombro de Jane tratando de calmarla.

“¿Por qué tiene esto en su casa?” preguntó Frost colocando los bisturís enfrente del hombre.

“¿Con que derecho revisaron mi casa, mi compañero acaba de ser asesinado y me están investigando a mí?” Erick golpeó la mesa de metal enfadado.

“Es mejor que se calme” dijo Korsak levantándose de su silla mirándose en el cristal por unos segundos. “Es mucha casualidad, su compañero es asesinado ¿y usted se va de viaje?”

“Ya les dije que fue una emergencia familiar” protestó Erick

“Su hija nos contó” dijo Frost tocando la mesa llevando la atención de Erick hacia los bisturís. “No ha contestado la pregunta”

“Pensé que ustedes eran mejor investigando” dijo Erick con una sonrisa burlona. “Mi mujer murió hace unos años, era cirujana” Erick tomó la bolsa con los bisturís en sus manos mirándolos. “Los tenia de recuerdo, decía que unos de sus profesores se lo había regalado al graduarse de la escuela de medicina, nunca los sacó del estuche” Erick miró

a los detectives enojado “Pero eso ya ustedes lo saben, se metieron en mi casa e hicieron y deshicieron como les convenía”

“Esto es malo” susurró Jane mordiéndose una de sus uñas. “Esto nos deja en cero otra vez, no tenemos nada más que ate a Erick con el asesinato de John; tenemos los bisturís pero ni una huella” Jane gruño pasando sus manos por su cabello. Frost salió de la sala.

“Voy a confirmarlo” dijo pasando por el lado de las dos mujeres.

“Usted trabajó en la cárcel ¿cierto?” dijo Korsak retomando la atención de Jane que miró confusa a Maura.

“¿De qué cárcel habla? Eso no estaba en los informes” Maura encogió los hombros, ella tampoco había visto nada sobre la cárcel en el expediente de Erick. Las dos mujeres miraron al hombre, estaba un poco más inquieto y se movía hacia atrás y adelante en su silla.

“Así es” confesó Erick “Fui guardia en la institución correccional en Cedar ¿Cómo sabe eso?”

“Ahí está Hoyt” murmulló Jane. Maura la miró preocupada, empezaba a pensar que era una mala idea que Jane estuviera escuchando la interrogación, pero era demasiado tarde.

“Hice mi investigación” dijo Korsak acomodándose la corbata “Es una prisión con alta seguridad, delincuentes muy peligrosos” Korsak abrió una carpeta que tenía frente de él y la volvió a cerrar.

“¿Por qué dejó de trabajar allí?” preguntó Korsak mirando como el hombre enfrente a él se ponía aún más nervioso.

“Si leyó mi expediente debe de saber por qué” al ver que Korsak no tenía intención en seguir decidió seguir el. “Se me hizo mucho, tenía mi mujer preocupada y por el bien de mi hija, trabajar en una prisión así no es nada fácil”

“Puede ir a casa Erick” dijo Korsak tomando su archivo y saliendo de la sala. Dejando a Erick con la boca abierta sorprendido ¿Eso era todo?

“¿Qué estás haciendo?” vociferó Jane al ver a Korsak. El hombre la ignoró y siguió caminando hasta su escritorio.

“¡Korsak!”

“Jane...” Maura intentaba calmarla.

“Jane, no tenemos nada” dijo Korsak sentándose en su silla.

“¿Cómo que no tenemos nada? ¡Acabó de decir que trabajó en la misma prisión donde está Hoyt!”

“Jane, sabes cómo esto trabaja” Korsak suspiró, esto se le hacía frustrante para el también “No podemos tenerlo arrestado si no tenemos ninguna prueba que lo involucre con el asesinato de John”

Jane se dejó caer en su silla llevando sus manos a su rostro. Maura tomó una silla y se sentó al lado del escritorio de Jane sin decir nada, esto estaba fuera de su territorio y lo único que podía hacer era apoyar a la morena como podía.

“Frost, la prisión debe de tener videos de vigilancia, podemos sacar una orden para que nos los entregue, revisa las cuentas bancarias otra vez” ordenó Korsak y Frost asintió comenzando a hacer las llamadas inmediatamente. “Déjanos esto a nosotros Jane, si encontramos algo te avisaremos” dijo Korsak, sabía que Jane se iba a negar pero también sabía que cuando Erick mencionó la prisión y se hizo la conexión con Hoyt los nervios de Jane se elevaron por los cielos. Korsak y Maura se miraron y Maura asintió con su cabeza.

“Jane, Korsak tiene razón” empezó a decir Maura susurrando, sólo Jane podía escucharla.

“Deberíamos de pasar por Jo” dijo Jane dejándose caer en el sofá de Maura. No dejaba de pensar en el caso y la imagen de Hoyt no dejaba de rondarle en la cabeza.

“¿Por qué no le dices a Ángela que lo traiga cuando venga?” sugirió Maura quitándose los tacones antes de sentarse al lado de Jane.

“Eso es una buena idea” dijo Jane tomando su celular.

“¿Ma, me puedes traer a Jo cuando vengas?” Jane sonrió viendo como Maura se recostaba a su lado, ella pasó su brazo alrededor de la rubia atrayéndola un poco más a ella.

“¿¡Te quedaras a dormir en casa de Maura!?” Maura rió al poder escuchar a Ángela.

“Si Ma...me quedaré con Maura, ya sabes, criminales sueltos por ahí, yo soy policía, conéctalos”

“Si claro, conecto mucho más que eso... ¿Sólo por eso?” la pregunta tomó por sorpresa a la morena

“¿Por qué otra cosa podría ser? ¿Y qué otra cosa conectas?” preguntó Jane genuinamente confusa.

“Nada, nada...creo que llegaré como en media hora, tengo que pasar por la tienda y estaré allí en nada” la emoción era notable en su voz.

“Genial” resopló. Jane colgó y dejo su celular a un lado.

“¿Ya viene?” preguntó Maura rodeando a la morena con sus brazos. Jane sonrió dejando un beso en el cabello de Maura.

“¿Qué crees?” Jane soltó una carcajada abrazando la rubia más fuerte “Cuando te digo que esa mujer trama algo...” las dos mujeres se rieron. Jane no sabía cómo Maura lo hacía, hace unos minutos estaba atormentada con la imagen de Hoyt y Maura con sólo una sonrisa hizo que todo se le olvidara. CAPITULO DIECISEIS Jane se encontraba una vez más sentada frente a la mascota de su amante, tenía sus piernas cruzadas y apoyaba su rostro en su mano mientras miraba curiosa la tortuga. Miró hacia las escaleras, Maura aún se estaba bañando. “Te daré otra fresa Bass” susurró Jane con una sonrisa juguetona, no dejaba de mirar hacia las escaleras, sabía que Maura no iba a bajar en ese momento pero no quería arriesgarse a que la rubia la agarrara alimentando a Bass de extra. “Eso es por ayudarme aquel día, fue una buena conversación” Jane sonrió mirando como la tortuga terminaba de comer la fresa, se quedó con Bass por unos minutos, empezaba a entender por qué a Maura le gustaba; por lo menos no hacia tanto ruido como Jo. “Voy a ver si tu dueña terminó” dijo Jane levantándose del suelo subiendo por las escaleras mientras miraba su reloj. Ya Maura llevaba más de veinte minutos bañándose. La morena entró a la habitación, aun podía escuchar el agua de la bañera, con solo imaginarse el cuerpo desnudo de Maura y el agua recorriendo por sus curvas hizo que Jane tragara en seco, miró la puerta y se contuvo, su madre podría llegar en cualquier momento. ‘Empieza a hacer calor aquí’ pensó Jane caminando por el cuarto para distraerse un poco. Unos CD encima de la cómoda de Maura llamaron su atención. No sabía qué tipo de música le gustaba, la curiosidad pudo más que ella, presionó Play y una música clásica empezó a sonar, piano. A Jane se le hacía conocida la melodía y sonrió al leer la portada del CD. ‘Beethoven...no esperaba menos de Maura’ “¿Jane?” preguntó Maura saliendo del baño seguida de una nube de vapor. Jane se giró y se quedó inmóvil, con la música y leyendo las caratulas de los CD no se había percatado que el ruido del agua había cesado. Ahora tenía una Maura duchada con solo una toalla color azul marino cubriendo su cuerpo, su pelo húmedo caía sobre sus hombros, y los ojos de Jane seguían las gotas que corrían por su piel. Jane tragó en seco, sus labios entreabiertos, a este punto no escuchaba la música que resonaba en el cuarto, su mente estaba 100% en la mujer a unos pasos de ella. “Escuché la música, no sabía que habías subido” dijo Maura caminando hacia el armario

mirándolo de un lado a otro. ¿Acaso no se daba cuenta de lo que le estaba haciendo a Jane? ¿O lo estaba haciendo a propósito? Jane no sabía si moverse o quedarse parada donde estaba. Su lengua humedeció sus labios y cuando estaba a punto de caminar hacia la rubia se detuvo en seco mirando como las manos de Maura se dirigían al borde de la toalla despojándose de ella para llevarla a su cabello. Un gemido audible escapó de los labios de Jane mirando el cuerpo desnudo de Maura y rápidamente mordió sus labios. Estaba claro, la estaba provocando. “No sé qué ponerme” susurró Maura sin dejar de mirar el armario, una corriente recorrió su cuerpo al sentir los brazos de Jane rodearla por su cintura y no pudo contener su sonrisa. “Así como te ves, estas perfecta” susurró Jane al oído de Maura, tomando la toalla de las manos de Maura y la dejo caer al suelo, giró la mujer en sus brazos, su lengua humedeciendo sus labios antes de capturar los de la rubia entre los suyos en un beso ardiente. Las dos gimieron al contacto, las manos de Jane recorrían la espalda húmeda de Maura, sus labios dejaban trazos de besos hasta su cuello, podía sentir el pelo humedecido de la rubia en su cara, tener a Maura de esta forma entre sus brazos sólo la excitaba más. Esta mujer no tenía idea de lo que le hacía, con solo escuchar los gemidos que provenían de sus labios se sentía como si unas llamas la envolvieran. Había calor, pero la habitación empezaba a arder. “Hmm” gimió Maura al caer sobre la cama mordiendo sus labios mirando como la morena se deshacía de su blusa quedando en un sostén rojo y bajándose los pantalones con la misma rapidez. Maura suspiró de placer, sus ojos no se desviaban de los pechos de la morena y bajaban hasta los músculos visibles de sus abdominales. Jane se arrojó sobre ella, sus ojos conectados mientras Jane trazaba un camino con su lengua por el abdomen de Maura provocando espasmos musculares de sus abdominales, una de las manos de Jane recorría su costado hasta llegar a su seno, sus dedos rozando provocativamente el pezón de Maura. Las dos se miraron a los ojos por unos segundos, el deseo evidente en ellos. Jane tomó el pezón de Maura entre sus dedos jugando con el provocando un gemido oíble, una sonrisa triunfadora apareció en los labios de la morena y se acercó a los labios de Maura a sólo centímetros de ellos, su lengua trazó los labios de la rubia. Las piernas de Maura rodearon a Jane y sus manos se perdieron en el cabello de la morena atrayéndola haciendo que sus labios chocaran con los suyos, y así terminando la tortura de Jane. “¿Maura? ¿Jane?” llamaba y tocaba la puerta una Ángela que empezaba a frustrarse. Miró como Jo movía la cola dando vueltas delante de la puerta. Ángela echó un vistazo a los lados e intento abrir la puerta sorprendiéndose cuando se abrió. Lo primero que pensó fue que Maura la dejó abierta para cuando ella llegara, le quitó la correa a Jo y se fue corriendo por las escaleras. Ángela miró a los alrededores no veía señal de las chicas, notó los dos celulares en la mesita al lado del sofá. ‘Ya veo porque nunca contestan’. La mujer dejó unas bolsas sobre la mesa y suspiró colocando sus manos en su cintura, llamó a Jane por segunda vez pero no había respuesta. Decidió atreverse y subir las escaleras, tal vez se había quedado dormida, con cada escalón que subía podía escuchar una

música que se hacía más fuerte. “¿Jane?” la llamó casi en un susurro. ¿A quién le mentía? Apenas se escuchó ella misma. Se detuvo enfrente de la puerta de unos de los cuartos, no sabía si este era el de Maura o si era el de los invitados donde Jane muchas veces le dijo que se quedaba a dormir. La puerta estaba entreabierta y de allí provenía la música, tomó la manilla en sus manos un poco indecisa en si debía de abrir la puerta o no, cuando escuchó un ruido que le pareció sonar a un quejido la abrió sin pensarlo por segunda vez. “¿¡Jane!?” esta vez llamó casi gritando a la vez que abría la puerta, quedándose con la boca abierta e inmóvil. “¿¿¡¡MA!!??” gritó Jane cubriendo rápidamente su cuerpo y el de Maura con las sabanas. Jane aun llevaba su ropa interior, pero Maura estaba en toda su gloria y lo único que la cubría era el cuerpo de Jane sobre ella. “A...Ángela” murmulló Maura tratando de cubrirse lo más que podía con las sabanas, vaya manera de cortarle el momento. Había olvidado por completo que Ángela vendría y que había dejado la puerta sin seguro pensando que estarían ellas en la cocina cuando Ángela llegara y sólo tendrían que decirle que pasara. Ángela aún estaba parada sosteniendo la manilla de la puerta, su expresión ambigua, y con la misma dio unos pasos hacia atrás cerrando la puerta sin decir ni una sola palabra. “Mierda” vociferó Jane saltando de la cama tomando su pantalón en la mano poniéndoselo lo más rápido que podía y su blusa que estaba mojada enfrente por el contacto que tuvo con Maura cuando había acabado de salir del baño. Jane salió del cuarto corriendo detrás de su madre. Maura se quedó inmóvil en la cama ¿Esto en verdad había pasado? ¿Ángela las había acabado de ver....? Maura se levantó tomando su pijama de seda dorada que era lo más cercano que tenía a mano, fue al baño a arreglarse un poco, no podía bajar de esa forma ¿Cómo iba a mirarle a la cara a Ángela? “¡Ma!” exclamó Jane para que su madre dejara de caminar de un lado a otro. Eso la estaba poniendo más nerviosa a ella. No sabía que decir, ni siquiera sabía en qué pensaba. Mil explicaciones pasan por su cabeza, pero ninguna salía de sus labios. Su madre se detuvo y la miró con los ojos llenos de lágrimas. ‘Oh no...’ pensó Jane preparándose para lo que venía. “Ma...” la voz de Jane salió más como una súplica. “¿Por qué no me dices las cosas importantes de tu vida Jane?” “Ma...” espera “¿Qué?” Esta vez Jane fue la que se quedó sin palabras. ¿No gritos ni reclamos? Antes de que Jane pudiera contestar Ángela siguió. “Un psicópata está detrás de ti y no te molestas en decirle a tu madre, tienes una novia y tampoco me dices y tengo que encontrarlas a...así” Ángela se restregó los ojos tratando

se componerse. “¿Q...qué?” fue lo único que pudo articular Jane. Esperaba una reacción totalmente diferente a esto. “Ángela” Maura bajaba por las escaleras en pijama y el pelo recogido en una coleta. Maura se detuvo al lado de Jane, no sabía muy bien que decir. “Lo que vio...no f—“ “Sé muy bien lo que vi Maura” Ángela se sentó en una de las sillas de la barra de la cocina pasando su mano por su cabello. Maura se quedó callada, su mente, que en situaciones como esta estaría soltando terminologías y estudios sobre el tema, se encontraba en blanco. Jane se armó de valor, y tomó la mano de la mujer a su lado; Maura la miró sorprendida y confundida. “Ma...” Ángela miró a las dos mujeres y su mirada bajó a sus manos unidas. “Maura y yo...” esto era más difícil de lo que ella esperaba “Maura y yo estamos juntas” lo puso sobre la mesa de un tirón. Unos segundos pasaron en silencio y las dos mujeres empezaban a ponerse nerviosas. “¡Pues ya era hora!” exclamó Ángela alzando sus manos al aire. “¿Qué?” dijeron Jane y Maura a la vez con la boca abierta asombradas. “¿Qué? Al parecer eran las únicas que no lo notaban” Ángela puso cara de pensativa “Desde el día de la independencia, cuando Janie me dijo que te llevaría a ese lugar, mis sospechas se hicieron más fuertes” la mujer miró a las dos chicas que aún estaban tomadas de las manos y con rostros sorprendidos. “Aunque...no me era necesario ver...eso...” dijo Ángela señalándolas la una a la otra “Aggg ¡Ma!” gruño Jane soltando la mano a Maura, le dio la vuelta a la barra abriendo el refrigerador buscando una cerveza. Mientras tanto, pensaba en la reacción de su madre, ¿había salido mejor de lo que pensaba no? Maura no sabía qué hacer o decir, estaba parada allí donde estaba, Ángela la estaba mirando y ella sólo quería desaparecer en ese momento. Estaba tan apenada por lo que había ocurrido antes, ¿Desde cuándo estaba Ángela allí? Muchas preguntas le rondaban en la cabeza, un brazo en su hombro la sacó de sus pensamientos haciendo que casi brincara al otro lado de la cocina por el inesperado toque. “No tienes por qué estar así Maura, eres familia, desde que Janie te llevó a casa por primera vez te hemos recibido como familia y eso eres” esas palabras conmovieron tanto a Maura que sus ojos empezaron a brillar por sus lágrimas. Jane dejó su cerveza a un lado rápidamente para apresurarse a Maura, pero se detuvo en seco mirando como su madre abrazaba a la mujer confortándola. La escena era conmovedora, era muy importante para Jane que su madre la aceptara por cómo era, y el que aceptara a Maura era igual de importante. Jane se recostó en el borde de la barra mirando con una sonrisa como su madre acariciaba suavemente la espalda de la rubia. Jane no estaba muy sorprendida por

la reacción de Maura, estaba preocupada. Maura le había hablado pocas veces de sus padres y como son...tal vez por eso estaba reaccionando de esta forma con la aceptación de Ángela. Pasaron unos minutos, Maura había subido a la habitación para retocarse un poco. Jane ayudaba a Ángela servir la mesa. “Pásame otro plato Ma” pidió Jane colocando los cubiertos. Ángela se lo entregó y Jane terminó con la mesa. Se movían en silencio por la cocina, Jane ayudaba a cortar unos tomates para la ensalada mientras Ángela cortaba el pepino. “¿Desde cuándo?” preguntó Ángela sin dejar de picar con destreza. “¿He?” La pregunta tomó por sorpresa a la morena “Desde cuando sabes que...que te gustan las mujeres” Jane detuvo el movimiento del cuchillo y lo dejó a un lado, había terminado con su parte. “Ma...” Jane volvió a tomar la cerveza que había dejado atrás y tomó un sorbo. “No me gustaban las mujeres Ma...no me he fijado en ninguna otra mujer y nunca pensé que me enamoraría de una, hasta que conocí a Maura” Jane sonrió mirando al vacío “Maura me hace sentir algo que nunca había sentido Ma, ningún hombre me ha hecho sentir tan completa como lo hace ella” “¿Cómo no te diste cuenta antes?” preguntó Ángela, las palabras de su hija la habían sorprendido. “No sé Ma...somos las únicas mujeres en la comisaria...trabajamos juntas, es mi mejor amiga...siempre estábamos juntas y no sé Ma...creo que las dos pensábamos que así era como se sentía, tener una amiga” “¿Y desde cuando están...tú sabes...juntas?” Ángela estaba haciendo muchas preguntas, pero Jane entendía su curiosidad. “Hace unos días Ma” Jane tomó la ensalada terminada y la colocó en el centro de la mesa. “¿Sus padres saben?” Ángela se sentó en una de las sillas en la mesa. Jane fue por el vino preferido de Maura y lo puso sobre la mesa también. “No...Y creo que por eso reaccionó de esa forma cuando le dijiste que era parte de la familia” Jane miró a su madre a los ojos por primera vez desde que había llegado. “Sus padres son muy...conservadores...y nunca han estado mucho que digamos para Maur” Ángela iba a responder pero los pasos de Maura bajando las escaleras llamaron su atención.

Las tres mujeres estaban comiendo tranquilamente, Ángela tenía razón, la comida estaba para chuparse los dedos. “Tenía razón Ángela, este es el mejor gnocchi que he comido en mi vida” comentó Maura llevando otro pedazo a su boca. “¿Se puede tener la receta?” preguntó Maura esperando un no como respuesta. “¡Claro hija!” el tenedor de Maura casi cae de su mano al escuchar cómo la llamó. Jane pensó que la quijada se le había caído sobre la mesa, una, porque acepto darle la receta, su madre nunca daba las recetas familiares, eran como su grial...y ¿hija? Maura miró a Jane de reojo preguntándole con su mirada, ella sólo encogió los hombros, estaba igual de sorprendida que Maura. Los siguientes minutos pasaron en silencio, las mujeres habían terminado de comer y estaban saboreando el exquisito vino de Maura. “Wow Maur, este es mejor que el que me diste a probar aquella vez” Jane tomó otro sorbo del vino. Maura y Ángela se rieron. “Bueno... ¿tendré nietos verdad?” preguntó Ángela, Jane escupió el vino literalmente. Maura se quedó con la boca abierta por unos segundos y empezó a reír, nerviosa. “¡MA!” “¿Qué?, tienes una novia, doctora, hermosa... ¿qué tiene?” las dos mujeres se sonrojaron al escuchar la palabra novia, Ángela soltó una carcajada divertida. ¿No crees que es un poco pronto para eso...MA?” Jane la miró advirtiéndole con la mirada y resaltando el MA. Ángela estaba lista para contestar pero Maura se le adelanto. “Yo creo que, cuando el momento sea adecuado, si se podría” ahora las que tenían los ojos como platos y las quijadas sobre la mesa eran Jane y Ángela. “¿QUÉ?” “Perfecto” dijeron Jane y Ángela a la vez. Jane la miró a su madre con una mirada asesina. Ángela sólo le respondió con una sonrisa de oreja a oreja. “Pero antes de eso tienen que casarse” dijo como cuestión de hecho. “¡MA!” “Sólo quiero tener las cosas claras” Ángela tomó el resto de su vino con una sonrisa en sus labios. Maura miró a Jane con una sonrisa tan deslumbrante que hizo que olvidara lo que su madre había acabado de decir, aunque de esto tenían que hablar en algún momento. “Nunca me imaginé que esta noche terminara así” decía Jane entregándole el último

plato a Maura para que lo secara. “Aún estoy apenada por cómo nos encontró” murmulló Maura, un sonrojo cubriendo sus mejillas, Jane no se pudo contener y dejó un beso en ella. “¿No te diste cuenta que tenías la blusa mojada desde que bajaste verdad?” susurró Maura pasando sus manos por la blusa que ahora se encontraba seca. “Para nada” susurró Jane tomando con una de sus manos el mentón de Maura levantando su rostro para tomar el labio inferior de Maura entre los de ella. “Jane...tu madre puede llegar en cualquier momento” susurró Maura sobre los labios de Jane. “¿No he me ido y ya están en eso otra vez?” dijo Ángela entrando con Jo de la correa. Las dos chicas se separaron rápidamente sonrojadas. “Venga, que ya no tienen que ponerse así todas nerviosas, ¡el amor de jóvenes!” Ángela no estaba ayudando mucho con la situación. “Bueno chicas, yo me voy que tengo en casa a dos hombres hambrientos que de seguro no saben ni donde están los platos” Ángela se acercó a las dos mujeres y les dio un abrazo y un beso a las dos. Las dos miraban como se retiraba, miraron como la puerta se estaba cerrando cuando de repente se detuvo y Ángela asomó la cabeza con una sonrisa de oreja a oreja. “¡Se me portan bien he!” y con un guiño del ojo cerró la puerta. “oh my...” susurraron las dos mujeres con la boca abierta.

CAPITULO DIECISIETE Habían pasado dos días desde que Maura tuvo a Ángela de visita en su casa. Las chicas habían regresado al trabajo al siguiente día y todo era un caos en la comisaria. Jane y Maura raramente daban una con la otra en el trabajo, aunque si alcanzaron a tener un tiempo para almorzar juntas...lo bueno era que en la noche, cuando el día terminaba, las dos regresaban juntas a casa. El caso estaba llegando a todos en la unidad, algunos oficiales se quedaban a dormir en la comisaria. Los recursos se estaban acabando y no llegaban a ningún lado sin pistas. Korsak y Jane estaban constantemente en la calle, respondiendo llamadas de personas que reportaban a “personas sospechosas” era cansado y muchas veces solo perdían el tiempo, pero no podían descartar las llamadas. Las noticias estaban haciendo de las suyas también, más presión para la unidad.

“¿Cómo vas Frost?” preguntó Jane con su cabeza escondida entre sus brazos. Los tres estaban en la sala de conferencia con todo lo que tenían en el caso hasta el momento. Frost no había dejado de trabajar en el computador. Frost ya había revisado las cuentas de Erick una y otra vez, no había encontrado nada fuera de lo normal. La mesa principal tenía unas cuantas tazas de café, los dedos de Jane jugaban con el borde de la suya levantando la mirada para ver las pantallas; se levantó y cruzó los brazos. “Repite el video de la prisión” le pidió a Frost. El video mostraba a Erick, visitaba la prisión de Hoyt cada tres día a la semana personalmente, también a dos prisioneros más. “¿Por qué un guardia le lleva el periódico a un prisionero?” Jane miró a Korsak “Sospechoso, eso no entraba en las obligaciones de Erick. La celda de Hoyt estaba totalmente limpia, miramos en todos los lugares, si tenía unos cuantos periódicos, pero nada raro. Jane caminó un poco, acercándose a una de las pantallas. “¿Y eso?...ese pago de todos los meses...siempre la misma cantidad...Frost, chequea el número de cuenta” “Estoy en eso” dijo Frost con su mirada centrada en la pantalla. Jane miró a Korsak de reojo, estaba leyendo unos papeles, al parecer los registros de la cárcel...otra vez. No tenían más pistas...así que había que revisar y revisar las que tenían por si perdían algún detalle...algo debe de haber que no están viendo. Jane miró el reloj en la pared, ya era casi las 7:00PM y no había visto a Maura en todo el día. “Bajaré a la morgue” anunció saliendo ya por la puerta.

El día había estado pesado, se habían pasado el día en la sala de conferencia. Estaba agotada mentalmente y físicamente, solo quería ver a Maura. La bajada del elevador hacia la morgue se le hizo eterna. “¿Maur?” dijo entrando por la puerta, había visto a alguien sentado enfrente del microscopio. “Detective” el cuerpo de Jane se paralizo por dos segundos e hizo una mueca al reconocer esa voz. “Anita, buenas noches” trataba de ser lo más “profesional” como había mencionado Maura hacía unos días “¿Aun trabajando?” “Así es, ¿por usted no? Mando a analizar todos los resultados una vez más” “Es tu trabajo” el tono de Jane tornándose más frio

“Usted no es mi jefa” Anita le contestó con la misma frialdad. Jane trataba de controlarse...Maura...Maura, recordar lo que le había dicho Maura...tenía que mantener el profesionalismo aunque quisiera romperle la cara a la muchacha. “¡Jane!” exclamó Maura saliendo de su oficina con una sonrisa de oreja a oreja al ver a Jane. Las dos chicas que antes se mataban con la mirada sonrieron a la vez y miraron a Maura acercarse. “Pensaba que no te vería, ya casi me iba” “¿Cómo crees?...” preguntó Jane acercando Maura a ella con su brazo por su cintura y besando su mejilla. El cuerpo de Maura quedó rígido, estaba consciente de la presencia de Anita, pero aun así, no podía ocultar su sonrisa. “Anita, ya puedes ir a casa, gracias por el trabajo de hoy y no te preocupes por el permiso” “Gracias Dra. Isles” dijo Anita quitándose los guantes “Lo siento mucho otra vez Anita, tomate los días libres que necesites” Anita asintió y dio la espalda a las dos mujeres. Maura tomo la mano de Jane y caminó hasta su oficina. “¿Qué fue eso?” preguntó Jane señalando en la dirección donde estaban hace unos segundos. “Me pidió unos días libre, su padre murió” decía Maura mientras se quitaba la bata. Jane se quedó sin habla, se había comportado como una idiota con la muchacha. “Mierda” dijo entre dientes sentándose en el sofá. “¿Qué pasa?” Maura se estaba colocando la chaqueta “Es que...no sabía...y creo que fui muy fría con ella...más como estamos con el trabajo” en verdad se sentía como una idiota. Maura se acercó a ella, con una de sus manos apartando un mechón rebelde. “El trabajo es el trabajo Jane, además, le di unos días libre, su padre vivía al norte de Boston” Maura besó la mejilla de Jane sonriendo al ver que la morena sonreía.

“¿Cómo te ha ido el día?” preguntó Maura sentándose a su lado. Jane se arrimó a ella apoyándose en su hombro. Maura la miró un poco sorprendida, la morena era más afectuosa de lo que alguna vez pensó...y que le mostrara este lado de ella...tener esa confianza; Maura no podía estar más feliz. “Hmmm” fue la única respuesta que obtuvo de la morena que ahora tenía sus ojos cerrados y se acurrucaba más. “Hueles rico” susurró con su rostro en el cuello de Maura.

“Jane...” Maura rodeó la morena entre sus brazos acariciando su espalda lentamente, tenía que cerrar los ojos con fuerza cada vez que Jane susurraba sobre su cuello. Las vibraciones de su voz sobre su piel hacían que se estremeciera. “Odio a Dean” murmulló Jane gruñendo. Maura no pudo aguantar una carcajada; pero sabía muy bien a que se refería la morena. Dean había estado en la tarde en la morgue presionándola de igual forma, le faltó poco para botarlo de su oficina. “Estas agotada cariño, no has dormido muy bien tampoco, necesitas descansar” Maura sintió la sonrisa de Jane en su piel. “Es la primera vez que me llamas así” Jane se incorporó un poco mirándola a los ojos “¿Qué?” “Cariño” Jane empezó a reír mirando como las mejillas de Maura se sonrojaban. No se había dado cuenta. “Y no puedo Maur, los chicos están trabando igual de duro” Maura iba a contestarle, pero se tomó unos segundos para pensar. No era solo Dean o las noticias lo que presionaban a Jane...Jane cargaba con la culpa de los asesinatos de esas mujeres, las veía como su responsabilidad; aunque ya había hablado con ella sobre el tema...no habría forma de hacer cambiar de pensar a la morena. Hasta que no se resolviera este caso, no se quedaría tranquila. “Está bien...pero me quedo contigo” anunció Maura mientras jugaba enredando sus dedos en el cabello de Jane. “No Maur, de eso ni hablar, tú también necesitas descansar, los chicos y yo ya estamos haciendo todo lo que podemos” “¿Dudas de mis habilidades de detective?” preguntó Maura con un tono serio pero con una sonrisa. “¡NO!...en si nos has ayudado muchísimo Maur, pero quiero que descanses” Jane la miró poniéndole “los ojitos” como un día le había dicho Maura que no podía resistirse a ellos. “Está bien...” resopló Maura “Llamaré a Frankie para que haga la guardia” dijo Jane sacando su celular pero Maura la detuvo. “Jane eso no es necesario” “Claro que es necesario, ¿que se te olvido lo que pasó? Si fuera por mi te pediría que durmieras aquí por tal de que no te separes de mí, tengo que protegerte, a ti no te perderé” Jane estaba escribiendo el mensaje de texto en su celular a Frankie, no se percató de la cara que puso Maura al escuchar esas palabras. Ahora entendía por qué Jane se negaba a regresar a su casa o porque las llamadas cuando no se podían ver, Jane estaba preocupada...aterrorizada de que algo le pasara. “List...mmm” fue callada por los labios de Maura, un beso suave pero intenso.

“Estaré bien...no me perderás” susurró sobre los labios temblorosos de la morena. Las palabras no eran necesarias. Después de unos minutos, Jane miraba como Maura recogía sus cosas en la oficina y tomaba su bolso en una de sus manos. Estaba nerviosa. Maura la había calmado un poco...pero eso no hacía que se preocupaciones desaparecieran. La acompañó hasta el estacionamiento mirando a todos los lados. “Jane” dijo Maura sentada ya en el asiento del conductor “Estaré bien Jane, tu hermano ya me está esperando en casa ¿sí?” “Está bien...está bien” susurró Jane tratando de convencerse a sí misma “Espero terminar pronto aquí” dijo antes de inclinarse para dejar un beso sobre los labios de Maura.

***** Jane había regresado a la sala de conferencias, Ángela la había llamado estando en el elevador, algo de Frankie...ya lo había olvidado. Treinta minutos más en la sala de conferencia...un café más, era lo único que la mantenía en pie. “Después de que Erick dejara de trabajar Hoyt no tuvo ninguna visita” mencionó Korsak poniendo los registros a un lado “Tampoco periódicos” dijo Frost sin despegar la mirada de la pantalla “La cuenta bancaria es falsa también, ese dinero no viene de esa empresa, es una cuenta privada...y...” Frost se acercó más al ordenador “Erick nunca trabajó en ese lugar” “Entonces...para de llevar los periódicos a Hoyt...pero aún sigue cobrando dinero” decía Jane más a si misma pensando...tenia y no tenía sentido a la vez “Llamen al oficial de vigilancia de Erick, que lo mantenga vigilado, lo iremos a recoger” “Erick no tienen ningún oficial de vigilancia Jane” dijo Korsak “¿¡QUE!? Como no va a tener ninguna vigilancia, es un sospechoso!” “No teníamos ninguna prueba Jane, estaba limpio, mantuvimos la vigilancia por un día después que lo interrogamos y ya” aclaró Korsak. Jane estaba enfurecida ¿Cómo iban a quitar la vigilancia así por así? El celular de Jane comenzó a vibrar y respondió molesta. “¿Ahora qué pasó Ma?” la línea se quedó en silencio por unos segundos

“Esa no es manera de hablarle a una madre Detective Rizzoli” respondió una voz ronca, cualquiera que sea estaba alterando la voz. Jane le hizo señales a Frost, él sabía que tenía que hacer.

“¿Quién eres?” preguntó Jane tratando de mantener la calma, miles de pensamientos estaban pasando por su cabeza. “No se molesten en rastrear la llamada, solo perderán el tiempo” Jane miró a Frost de reojo. “Sabe Detective Rizzoli...usted era mi prioridad número una...pero” la voz pausó, lo hacía a propósito, quería llenar a Jane de miedo...lo estaba logrando. ¿Cómo es que se llama?...hmmm....su compañera, la médico” el corazón se Jane se detuvo...Maura. “Oh...si Maura Isles... ¿no es así?...me pregunto cómo sería sentir su sangre correr por mis manos, bella mujer” Jane se tuvo que sostener del escritorio para no caerse, no sentía sus piernas. “Le pones un dedo encima a Maura y te jur— “¿Y qué?... ¿cómo se siente detective? Poder probar el fracaso, saber que no puedes protegerla por siempre” los labios de Jane temblaban, no podía moverse. “Pensaba que sería más divertido esto” aun con la voz alterada se podía notar la decepción en la voz de la persona. “Le daré una pista...” toda la atención de Jane se centró en la voz. “Mire los videos...” fue lo único que dijo y colgó. A Jane le tomó unos segundos para reaccionar, la voz de Frost y Korsak la sacaron de su trance. “Era un teléfono desechable” dijo Frost dejándose caer en la silla derrotado, no habría manera de rastrearlo. Las voces de los dos hombres se escuchaban lejanas para Jane, miraba la pantalla del celular y reacciono al segundo marcando el número de Frankie. Uno...dos timbres...no contestaba y el pánico se apoderaba de Jane. “Sis” “¡Frankie! ¿Dónde está Maura? ¿Está bien?” “Si sis, aquí esta, ¿todo bien?” Frankie nunca había escuchado a su hermana así “Te la paso” “¿Jane?” preguntó Maura preocupada. Jane dejó ir un suspiro que estaba aguantando hace minutos y se dejó caer en su silla aun temblando. No sabía si reír o llorar al escuchar la voz de Maura. “Si...todo bien Maur, solo quería saber cómo estaban” contestó Jane tratando de sonar lo mejor que podía. “Jane segur— “Llegaré pronto Maur, intenta dormir” dijo Jane colgando el celular, no quería que Maura se enterara de lo que había acabado de ocurrir, no quería preocuparla. Los dos hombres la miraban asombrados, no sabían que le habían dicho pero nunca habían visto a Jane de ese modo.

“Videos, busquen todos los videos que tenemos en el caso y busquen inmediatamente a Erick” Jane salió por la puerta apresurada. Los dos hombres se miraron sin saber muy bien que había pasado pero siguieron sus órdenes. Jane caminó rápidamente hasta el baño, sus manos apretaban el borde del lavamanos con fuerza. La voz del celular se repetía una y otra vez en su cabeza. El miedo se estaba apoderando de ella...se miró en el espejo, veía como sus lágrimas corrían por su rostro sin control. “Maura” susurraba sin cesar...la persona en el celular la inundo de dudas y miedos... ¿cómo podría proteger a Maura así?...tenía que resolver este caso lo más pronto posible...o iba a perder la razón.

CAPITULO DIECIOCHO

Frankie cerró la revista que en ese momento estaba leyendo. Había escuchado un ruido. Miró atentamente como el pomo de la puerta giraba hacia la izquierda; Jane le había avisado antes de que llegaría en unos minutos, aun así...colocó su mano sobre su pistola...sólo siendo prevenido. La puerta se abrió lentamente y la morena entró y cerró la puerta con seguro. “Pensaba que ya no vendrías” dijo Frankie mirando el reloj de pared en la sala, eran casi las 4:00AM. “Sólo por unas horas...” respondió Jane quitándose su blazer “Los chicos no han estado trabajando desde ayer sin descanso, no querían irse...pero así de cansados no vamos a llegar a ningún lado” Jane se dejó caer sobre el sofá al lado de su hermano cerrando los ojos por unos segundos. “Tú también Jane” “¿Qué?” preguntó la morena abriendo uno de sus ojos mirándolo de reojo “Que no es sólo Korsak y Frost, tú también necesitas descansar... ¿desde cuándo no duermes?” Jane resopló levantándose del sofá yendo por un vaso de agua. Frankie la siguió. “Sabes como es este trabajo Frankie, o ya sabrás pronto” dijo lo último con una sonrisa tratando de cambiar el ambiente. Frankie se quedó callado, es su hermano, no era un desconocido al que podría decir cuatro palabritas y hacerle pensar que todo estaba bien. La miró como terminaba el vaso de agua, su mirada evitando la suya. “¿Ahora me dirás que es lo que está pasando Jane?” “Frankie...”

“No, me dirás Jane, soy tu hermano... ¿es Maura?” el rostro de Jane cambió por completo al escuchar el nombre de Maura. “¿Crees que no me he dado cuenta? A pesar de todo lo que está pasando a nuestro alrededor...se nota. Maura y tú están que derraman azuquita la una por la otra. “¿He?” “Vamos...que es que es obvio...y bueno...Ma me dijo” Frank le guiñó un ojo riendo. Jane sólo movió su cabeza negativamente, claro...no habría manera de que Ángela mantuviera la boca cerrada. “¿Ahora me vas a decir que pasa?” Frankie no dejaba descansar el tema. “Alguien me llamó al celular...no sé quién fue, tenía la voz alterada” Jane pausó, con sólo recordar la llamada sentía todas las emociones que sintió en aquel momento regresar, y por su orgullo...no podía ponerse así delante de Frankie. “Creo que Maura es su objetivo...o está jugando conmigo...ya no sé” “Por eso soy yo el que está aquí” dijo Frankie cayendo en cuenta. “Confió en ti, mira lo que pasó con Josh...en estos momentos todos son sospechosos, nadie mejor que tú para cuidar a Maura...” “Entiendo Sis” los dos compartieron una mirada, esto se estaba saliendo de las manos. “¿Por qué no vas a descansar? Seguiré aquí abajo, puedes dormir tranquila, lo necesitas” Jane asintió y le dio un abrazo antes de subir las escaleras...estaba tan agotada, había perdido cuenta de cuantas tazas de café había tomado para mantenerse despierta. Ya no podía más. Jane caminó por el pasillo hasta la puerta de la habitación de Maura, necesitaba verla. El cuarto estaba a oscuras, sólo la luz de la luna era lo único que iluminaba el cuarto lo suficiente para que Jane caminara sin colisionar con algo. A su lado derecho, en una silla había unas ropas de dormir dobladas, Jane sonrió. ‘Maura’ pensó quitándose la ropa lo más rápido que podía y se puso el juego de shorts y la camiseta sin tirantes. Jane se quedó parada por unos segundos, tenía su pistola en sus manos mirándola; por unos segundos, el mundo se detuvo y su mente quedó en blanco. Suspiró y la dejó encima de la silla con el resto de su ropa, si quería descansar...tenía que olvidarse de todo aunque sea por unas horas. La morena caminó hacia la cama, una sonrisa apareció en sus labios automáticamente, dios...esta mujer no podría ser más hermosa. Con mucho cuidado se deslizó por debajo de las sabanas, Maura se arrimó a ella abrazándola instintivamente. Estos instantes eran los que hacían a Jane la mujer más feliz del mundo, los instantes que deja de ser alguien corriente y pasa a ser la más afortunada; todo gracias a la rubia que ahora se aferraba a su cuerpo. “Jane...” murmulló Maura abriendo sus ojos lentamente “Lo siento Maura, no quería despertarte” susurró Jane depositando un beso sobre su pelo

“¿Qué horas es?” preguntó Maura tratando de incorporarse pero Jane la detuvo abrazándola a su cuerpo. “No te preocupes por eso, lo siento much—” Jane fue callada por los dedos de Maura cubriendo sus labios. “No tienes que explicarme nada ahora Jane...ahora solo quiero que duermas y descanses, quiero sentirte aquí, a mi lado...tu calor” Maura se acurrucó sobre el pecho de la morena suspirando, el aroma de Jane era único...no hay otro lugar donde se pueda sentir tan segura como se siente cuando está en los brazos de Jane. “Te he extrañado” murmulló Maura en la camiseta, Jane apenas la escuchó. Los dedos de la morena acariciaban el brazo que ahora estaba a su alrededor, sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad del cuarto, podía ver a Maura claramente, se había quedado dormida. La rubia no había dormido mucho, se había acostado hace horas y sólo daba vueltas, pensando en la llamada de Jane, sabía que algo estaba mal por el tono de la morena por teléfono. Jane se quedó unos minutos contemplando a la mujer que yacía ahora sobre ella. Su mejor amiga, su amante. No sabía desde cuándo o como, pero Maura se había convertido en su fuego, era la llama que la mantenía con vida, que le daba fuerzas para enfrentar cada día. Era inexplicable, ilógico y misterioso; pero había estado ciega todo este tiempo...por tanto tiempo, pero abrió los ojos y vio todo lo que tenía frente a sus ojos, lo que ha tenido todo este tiempo ahí...tenía que haber estado ciega. ‘Si amarte es una locura....’ los pensamientos de Jane se detuvieron por un segundo. Maura susurraba algo incomprensible en su sueño. El miedo volvía a apoderarse de su mente, su cuerpo se tensó por completo, miraba el rostro de Maura, intentando relajarse, de que esa mujer hiciera su magia, que borrara todos sus pensamientos y que sólo pensara en ella. Una lagrima silenciosa se deslizo por la mejilla de la morena. “Jane...” murmulló la rubia dormida abrazándola con más fuerza. Jane se preguntaba si en verdad estaba dormida o si la rubia notaba como estaba aún estando dormida. “Gracias Maur” susurró Jane besando su pelo. Cerró sus ojos y logró relajar su cuerpo por completo, se concentró en la respiración de Maura y así pudo quedarse dormida...por fin. *****

Maura estaba retocándose el maquillaje en el baño, intentaba ocultar las ojeras. Sentía como si sólo hubiera dormido treinta minutos la noche anterior. Se hizo una coleta recogiendo el pelo y se miró en el espejo, el maquillaje no estaba cubriendo las ojeras como a ella le gustaría. Emergió del baño mirando la morena entre las sabanas y una sonrisa se dibujó en sus labios. No quería despertarla, era temprano aun...mejor dejarla dormir un poco más. “Buenos días Frankie” dijo bajando las escaleras dirigiéndose a la cocina empezando a preparar el café.

“Buenos días Maura” saludó Frankie parándose del sofá y caminando hacia la barra de la cocina para sentarse en unas de las sillas. Maura lo miró de reojo, no había dormido en toda la noche...este caso está terminando con todos... “Eso huele exquisito” dijo Frankie restregándose los ojos “Lo necesitas, creo que todos lo necesitamos” dijo Maura sirviéndole un poco de café en una taza. “Je, dices eso...no has visto la sala de conferencia en la estación, parece un Starbucks” el hombre tomó un sorbo y suspiró “Esto si es bueno” susurró al probarlo. “Sobre eso...” comenzó Maura dejando su taza a un lado “¿Tú sabes qué pasó?” “Creo que eso es mejor que Jane te diga...” dijo Frankie tomando su taza entre sus manos sintiendo como el líquido la calentaba poco a poco, su mirada fija en el oscuro líquido. Maura suspiró, sabía que las probabilidades de que Frankie le dijera algo eran muy bajas...pero no perdía nada con intentarlo. “Conoces muy bien a Jane, Maura” Maura que se había girado lo miró por encima de su hombro al escuchar su voz. “Este caso...” Frankie tomó el ultimo sorbo de café que le quedaba “nunca he visto a Jane así...y tú viste como estaba cuando Hoyt la atacó” el hombre se levantó y le dio la vuelta a la barrera para entregarle la taza a Maura. Los dos se miraron, una cosa reflejada en sus ojos; preocupación. “Esta vez es diferente” cruzó sus brazos recostándose en el borde de la barra, su mirada se alternaba entre el suelo y los ojos de Maura. “Esta vez Jane se dio cuenta que no todo se trata de ella, que no sólo es ella la que está en peligro, ¿si me entiendes?” preguntó Frankie confuso...ni siquiera él estaba seguro de lo que decía. Maura asintió sin decir palabra alguna.

“Huelo justo lo que necesito” dijo Jane con una voz más rasposa de lo normal mientras bajaba por la escalera. “Buenos días Frankie” dijo Jane pasando por su lado hasta Maura, dejó un beso sobre sus labios. “No me gusta levantarme con una cama fría” susurró al oído de una Maura que ya estaba sonrojada por la muestra de amor enfrente de Frankie. “Oh dios, no estaba preparado para eso” dijo Frankie dándoles la espalda rápidamente, había escuchado claramente el “susurro” de Jane. “¿Qué, nunca has dado un beso de buenos días?” preguntó Jane con una sonrisa burlona antes de tomar un sorbo de su café. “Claro... mi hermana besándose con Maura” su cara se quedó pensativa por unos segundos hasta que Jane le dio un codazo. “Ey, cuidado con lo que estás pensando” advirtió Jane mirándolo seriamente intentando no reírse. “¿De qué hablas?... ¡Aaaah no! ¡No! No me hagas eso tan temprano...mal pensada”

“Si claro” dijo Jane mientras limpiaba su taza. “Es muy común que los hombres fantaseen con dos mujeres en el acto de— ” “MAURA” “Oh no, no escuche nada” dijeron Jane y Frankie a la vez. Maura los miró con cara de “¿Qué dije?” “Esas cosas...” como podría explicar eso Jane “Mejor no saberlas” terminó la oración Frankie “Exacto” “Pero si se han hecho estudi—” “No, no más estudios por hoy Wikipedia” todos terminaron riendo. Pasaron unos minutos en la cocina teniendo una conversación “normal” algo que no habían tenido desde hace unos días. Todo era el caso y el caso, un receso venía bien. Jane no había tenido chance de hablar con su hermano por casi ya una semana, por lo menos su madre se había ocupado de actualizarlo con toda su vida privada. “Ya puedes ir casa Frankie, duerme un poco” le dijo Jane mirando el reloj. “¿Estas segura Jane? Puedo quedarme o llamar a otro uniforme que se quede por mi” “No, estaremos bien, estando aquí no pasara nada y ya saldremos al trabajo en un rato, así que anda, no te preocupes” La verdad...es que Jane quería estar a solas con Maura antes de regresar al trabajo, necesitaba hablar con ella. “Está bien Sis, cualquier cosa me llamas” le dijo abrazando a las dos mujeres antes de retirarse. Jane le hizo una señal con el dedo a Maura para que se acercara y la besó lentamente sin prisas, sus manos en la cadera de la mujer. “Ahora sí...buenos días” susurró Jane sobre los labios de Maura con una sonrisa “No puedo creer que me hayas besado delante de tu hermano” dijo Maura sentándose con Jane en el sofá. “No tengo intención de ocultarte” dijo Jane con tanta franqueza que sorprendió a Maura.

Jane tomó la rubia entre sus brazos, una de sus manos acariciaba su mejilla tiernamente. Maura no decía nada, sabía que Jane quería hablar pero que le tomaría un tiempo para decir lo que tenía que decirle. “Maur...” el cambio de expresión en el rostro de Jane tomó por de sorpresa a Maura. “¿Qué pasa Jane...?” Maura susurró, su tono tranquilo...no quería presionar la morena.

“Ayer, antes de que te llamara, recibí una llamada...” Jane buscó los ojos de la rubia “Dijo que...sus manos...tu sangre” la voz de Jane empezaba a cortarse y pausó unos segundos intentando calmarse... “No sé si sea capaz de protegerte Maur” tomó sus manos entre las suyas, temblaban. “Jane...” Maura miró sus manos, podía sentir las manos de Jane temblar...ahora lo entendía todo. “Tengo miedo Maur” admitió la morena, sus ojos brillaban por las lágrimas que intentaba contener. “Si te pasa alg—” “¡No!” la rubia la cortó cubriendo sus labios con sus dedos otra vez “No digas eso porque nada me pasará” “Eso no lo sab...— ” “Yo sé que está en tu naturalidad el proteger las personas” Maura llevó las mano de Jane hacia sus labios dejando un beso sobre sus nodillos. “Soy más fuerte de lo que parezco Jane...no soy de cristal y tampoco quiero que cargues con todo este peso sobre tus hombros...¿crees que no me preocupo por ti? Que algo podría pasarte en cualquier momento, cada vez que sales siguiendo alguna pista...” “Maur” “Yo también tengo miedo Jane, estoy aterrorizada, pero confió y tengo fe de que todo se resolverá...que las dos estaremos bien, sólo te pido que no cargues con todo, déjame ayudarte” el tono de Maura suplicante. Jane asintió y miro los ojos de Maura, a este punto ninguna de las dos podían contener las lágrimas. Maura rodeo la nuca de la morena con una de sus manos y la atrajo hacia ella tomando sus labios entre los suyos, podían probar la salinidad de las lágrimas en el beso. “Estaremos bien” susurró Maura sobre los labios de Jane. “Estaremos bien” repitió Jane. Las dos lo decían más para convencerse a sí mismas. No sabían que les esperaba o que pasaría. Pero algo si tenían claro, están juntas y sea lo que sea lo pasaran juntas...y eso es lo que les importaba en esos momentos.

CAPITULO DIECINUEVE

“¿Lista Maur? Te estás tomando un siglo y ya se nos está haciendo tarde” gritó Jane cruzando los brazos mirando hacia las escaleras. Dios, ya parecían una pareja casadas de treinta años.

“Aún es temprano Jane” dijo Maura bajando por las escaleras apresurada. El celular de Jane empezó a vibrar y respondió inmediatamente. Maura tomaba su bolsa y abría la puerta siendo seguida por Jane. “Rizzoli” Jane se acomodaba en el asiento de pasajero en el auto de Maura escuchando atentamente. “Aja... ¿QUÉ?...si, está conmigo” Maura la miró de reojo intentando interpretar la expresión en el rostro de Jane. “¿Pasa algo Jane?” preguntó Maura. “Olvídate del tránsito y las reglas, lo más rápido que puedas a la casa de Erick” dijo Jane colocando su mano sobre el muslo de Maura. “Jane... ¿Sabes, las estadística de accidentes automovilísticos...—” “Maur” Maura conocía ese tono. No sabía que le habían dicho en esa llamada, pero algo grave debía de ser para que Jane reaccionara de esa forma. Nunca antes había conducido tan rápido en su vida. Se estacionaron enfrente de la casa de Erick, el perímetro alrededor de la casa estaba cerrado con cinta amarilla. Frost y Korsak estaban esperándolas a la entrada. “¿Qué pasó aquí?” preguntó Maura un poco confundida. Miró a los tres detectives y la hija de Erick sentada en la parte trasera de una ambulancia llorando desconsoladamente. “La hija de Erick lo encontró al regresar de correr” Frost miró sus notas “Hace cuarenta minutos” Maura tragó en seco, no sabía que esperar. “Vamos” susurró Jane haciendo camino entre los dos hombres adentrándose en la casa. Maura caminaba a su lado, los chicos se habían quedado atrás dándole órdenes a un oficial. “¿Estas preparada para esto?” preguntó Jane con un tono suave, sólo Maura podía escucharla. “Si...” respondió Maura automáticamente, todo esto no tenía sentido. “Por aquí Maura” indicó Dean pasando su mano por su cabello. Las dos mujeres se dirigieron a lo que parecía la oficina de Erick. “Disparo a corta distancia, muerte instantánea” farfulló Maura analizando el tamaño y forma del orificio producido por la bala. “Eso parece” dijo Dean cruzando sus brazos mirando el cuerpo del hombre sin vida sentado detrás de su escritorio, el olor metálico de la sangre inundaba la oficina. Jane se acercó a Maura colocando su mano sobre el hombro de la mujer, Maura no apartaba su mirada del hombre, si miraba a Jane a los ojos no podría contenerse. Esto podría haber sido ella...o Jane. “Ya el equipo forense hizo su trabajo” mencionó Dean dejándoles saber que podían mover o tocar la evidencia. Jane se puso sus guantes y observaba el cuerpo de Erick caminando a su alrededor. “¿Crees que sea un suicidio?” preguntó Maura mirando el revolver en el suelo al lado de Erick, como si se le hubiera caído de la mano.

“Lo dudo...” susurró Jane tomando el revolver en sus manos inspeccionándolo antes de ponerlo en una de las bolsas de evidencia. Pasaron unos minutos, Maura seguía revisando la entrada de la bala mientras Jane examinaba el resto de la oficina. La morena intentaba concentrarse, tratando de encontrar algo fuera de lugar...pero se le hacía imposible. Se giró y miró la espalda de Maura, estaba quieta, congelada mirando al hombre. Jane se quitó los guantes y caminó lentamente hacia la rubia tomándola de la muñeca. Por unos segundos la rubia no reaccionó. “Maur...” susurró Jane consiguiendo sacarla de su trance. “Salgamos de aquí” propuso Jane y Maura asintió con su cabeza siguiéndola, su mirada fijada en la mano de Jane. “Nos iremos a la estación, preparen todo, estaremos esperando el cuerpo en la morgue...a Diana también” le dijo Jane a los chicos que estaban parados en la puerta de entrada a la oficina. ***** “Dice Korsak que el cuerpo llegará en unos minutos” susurró Jane entregándole un vaso de agua a Maura que se encontraba sentada en el sofá con una mirada pensativa plasmada en su rostro. Tomó el vaso entre sus manos y bebió un poco. “¿Podrás hacer la autopsia?” preguntó Jane sentándose a su lado apartando un mechón de pelo del rostro de la rubia. Estaba preocupada por ella. “Si” fue lo único que respondió antes de beber el resto del agua. Jane la atrajo a su cuerpo rodeándola con sus brazos y Maura suspiró al aspirar el aroma de Jane. ¿Cómo sabía que hacer siempre para calmarla? Así permanecieron por unos minutos, el único ruido que se escuchaba era el de sus respiraciones, todo estaba tranquilo...por ahora. Las dos tenían muchas preguntas, demasiadas...pero tenían que tener mucha paciencia. El celular de Maura sonó y se incorporó un poco para mirar la pantalla y seguido miró por la ventanilla de su oficina, dos oficiales entraban en la morgue. Jane se levantó y siguió a la forense. “Todo listo Dra.” dijo uno de ellos “Muchas gracias” agradeció Maura. Los dos oficiales se retiraron y Jane miró a Maura pensativa. ¿En verdad Maura estaba preparada para hacer esta autopsia? “Estaré bien Jane, te llamaré en cuanto termine la autopsia” Jane asintió no muy convencida y antes de retirarse se acercó a la rubia dejando un beso en su cabello. Maura sonrió mirando la figura de la morena hasta que desapareció de su vista. ***** “Bien, ¿Qué tenemos?” preguntó Jane con sus manos en su cadera mirando a la chica sentada del otro lado del cristal. “Diana Anderson, hija de Erick...” dijo Korsak que se encontraba a su lado mirando como la chica no podía parar de llorar. Jane entró a la habitación con un vaso en su mano y se lo entregó a la chica. La detective le hizo una serie de preguntas básicas, siendo lo más comprensible que podía por la situación. La chica los culpó a ellos por la muerte de su padre, para ella, si no lo hubieran visto como sospechoso su padre aun pudiera estar vivo y no suicidarse. Los dos detectives salieron de la sala de interrogación después de media hora de hablar con la chica, la dejaron irse.

“¿Qué piensas?” preguntó Korsak sentándose en una de las sillas en la sala de conferencias. “No creo que se trate de un suicido, Erick no dejaría a su hija de ese modo” dijo Jane suspirando. En ese momento Frost entró. “Aquí están todos los videos que tenemos desde la primera víctima Jane” decía mientras conectaba unos cables a la portátil. La imagen apareció en la pantalla plana que se encontraba centrada en la pared. “He comparado todos los videos, rostros, caras y nada” Frost se sentó en una de las sillas mirando la pantalla fijamente, como si tratara de encontrar algo que no estaba viendo. Los tres se tomaron unos minutos para mirar los videos e imágenes, eran pocas. “No veo nada fuera de lo normal Jane” comentó Korsak girándose en su silla para mirar la morena que no despegaba su mirada de la pantalla. “Y...”empezó Jane, parecía tratar de organizar sus pensamientos “Repite las imágenes” le pidió a Frost y lo hizo. Al terminar de revisar las imágenes y los videos de nuevo, tenían razón...no encontraban nada. Jane se levantó de su silla sin dejar de mirar las imágenes en la pantalla y lo vio. “Lo único que vemos en cada video es el personal” dijo Jane y los dos hombres miraron la pantalla tratando de ver lo que Jane indicaba. “Chequen cada uno de los forense, oficiales y todos los del personal que han ido a las escenas” pidió Jane sacando su celular y marcando un número “Y ni una palabra de esto a nadie” dijo muy seria antes de salir de la sala. “Necesito otro favor” dijo por el celular, unas cuantas palabras más mientras presionaba el botón del elevador una y otra vez hasta que las puertas se abrieran y colgó el celular. “Hola” susurró Maura mientras se lavaba las manos en lavado. “¿Ya terminaste?” preguntó Jane acercándose a la mujer. “Si” respondió Maura haciéndole una seña para que la siguiera a su oficina. “Mande la bala a balístico, mandaran los resultados al cuarto piso cuando terminen” Jane cerró la puerta de la oficina y la miró preocupada. Claro, Maura no podía verlo porque en ese momento le estaba dando la espalda. “Aunque podría decir que es una .45, de su arma de fuego” “¿La Dra. Isles adivinando?” Jane intentaba ponerle algo de humor a la situación, pareció funcionar porque Maura la miró de reojo con una sonrisilla. Jane se acercó a ella rodeando su cintura con sus brazos, no podía despegarse de esta mujer. “¿Cómo te fue con Diana?” Maura sintió como los brazos de Jane se tensaron por unos segundos. “¿Todo bien Jane?” la forense se giró en sus brazos mirando a la morena a los ojos. “Me culpó” susurró Jane bajando su mirada. “Jane, eso es ridículo” Jane sonrió a medias al escuchar las palabras de Maura...en parte tenía razón...no era su culpa, ni de los chicos, pero ya cargaba con la culpa de los homicidios, cuando Diana le gritó que todo era por su culpa...no pudo evitar sentirse

culpable. “Además...tengo algo que mostrarte” Maura se giró tomando el informe de la autopsia, había algunas fotografías. “¿Qué? Jane tomó una de las fotografías en su mano. “Hice prueba de residuo de la pólvora” decía Maura indicándolo en la fotografía que sostenía la morena. “Consistente con suicidio Maur” Jane no entendía que intentaba decirle Maura. “Su billetera estaba en el bolsillo derecho Jane” las dos se quedaron calladas mirándose por unos segundos. “No tiene sentido el ser diestro y suicidarse con la mano izquierda” “Homicidio” susurró Jane. “Así parece” murmulló Maura sin saber cómo sentirse con el descubrimiento. “Eres extraordinaria” susurró Jane tomando el rostro de la forense entre sus manos dándole un beso sonoro. “¿Eh?” musitó Maura tomada por sorpresa. La morena sólo le sonrió guiñándole un ojo. “¿Has terminado por hoy?” preguntó Jane. Maura la miró extrañada. “Estoy esperando los resultados del laboratorio Jane” “Pero eso ya lo veremos nosotros...es que...” Jane tomó las manos de Maura entre las suyas llevándolas a sus labios para besarlas “Ma quería ir a almorzar...y no puedo ir con ella porque aún tengo mucho trabajo...entonces, me preguntaba si la podrías acompañar, Frankie irá también” Maura dudó por unos segundos mirando los oscuros ojos de la morena intentando descifrar lo que Jane no estaba diciendo. “Supongo que no habría problema...” respondió la rubia confundida. “¡Perfecto! Frankie debe de estar en el estacionamiento esperándote” exclamó Jane con una sonrisa levantándose sin soltar la mano de Maura. “Puedo ir en mi auto Jane” reclamó Maura quitándose la bata y alisándose el vestido con sus manos. “Que va, así se ahorra el gas” dios que excusa más mala. La morena acompañó la forense hasta el estacionamiento. Frankie la estaba esperando justo en la salida de la morgue. Se despidieron con un beso y miraba con una sonrisa como Maura se acomodaba en el asiento de pasajero. Frankie la miró asintiendo con la cabeza antes de marcharse. Jane regresaba al cuarto piso, esta vez optó por las escaleras. Se sentía mal...no le había mentido a Maura...pero le había ocultado lo que habían descubierto. Había llamado a su hermano, lo había actualizado en los nuevos descubrimientos y pedido que la sacara de la estación... ¿y qué mejor que estar con su madre y un oficial de confianza? Lo más probable...no, le pidió a su madre que sacara a Maura a la tienda, un lugar con mucha gente y que llevara a Frankie con ellas...aunque fuera arrastrado por los pelos. El único lugar seguro para Maura...ya no lo era. “Jane, tienes que ver esto” dijo Frost tecleando rápidamente.

“Dime” Jane miró la pantalla mientras tomaba un sorbo de su café oscuro. “Hicimos un estudio de los antecedentes de cada miembro del personal que aparecía en cada video, mira” Frost apretó una tecla más fuerte de lo necesario y se echó hacia atrás tomando su café que ya casi estaba frio. Jane se aproximó a la pantalla grande, aparecieron cinco imágenes “¿Sólo estos?” Jane preguntó sin apartar su mirada de las fotografías “No, pero esos son los que tienen la experiencia medica” explicó Korsak Jane se pasó la mano por su pelo suspirando. “Búsquenlos a los cincos, y quiero un estudio profundo de cada uno, donde y como terminaron sus estudios, ya saben cómo funciona esto” Jane miraba una de las fotos fijamente. “Quiero antecedentes, estudios, todo y absolutamente todo de esta persona primero” “¿Esa no es la internada de Maura?” Preguntó Korsak “Anita” susurró Jane sin despegar su mirada de la fotografía. CAPITULO VEINTE La detective Jane Rizzoli caminaba de un lado a otro mordiendo su labio inferior frunciendo el ceño con sus manos en su cadera. Ignoraba por completo la mirada de uno de los guardias. Se preguntaba una y otra vez si había tomado la decisión correcta de venir hasta aquí sin decirle a nadie. Tomó un segundo y se detuvo recostándose en la pared, sus dedos recorrían lentamente el vacío donde estaría su arma; la tuvo que entregar en el punto de chequeo en la entrada. Hicieron bien...porque si volvía a tener la oportunidad le volaría la cabeza a ese hombre como no lo hizo la primera vez. Se armó de valor y tomó aire llenando sus pulmones. “Pase lo que pase, no entre ahí si no lo llamo” ya tenía su cara de detective puesta. El guardián asintió con la cabeza y Jane le dio la espalda entrando a la pequeña habitación de visitas. “Vaya vaya...no me esperaba tan grata visita” la voz del hombre hizo que un escalofrió recorriera el cuerpo de Jane de pies a cabeza, pero supo ocultarlo muy bien. “No es que tengas muchas” dijo Jane sentándose enfrente del hombre que la miraba con esa sonrisa torcida que podría paralizar a cualquiera...pero no a ella. La mesa era diminuta, estaban casi cara a cara.

“Te daría la mano pero como ves...” el hombre levantó sus manos mostrándoselas, las tenía totalmente encadenadas. Jane se acarició la cicatriz de sus manos por debajo de la mesa, su cara se mantenía seria y hasta se podría decir serena. “Deja las modalidades a un lado” Jane colocó tres fotos enfrente de él y su sonrisa se hizo más grande. “Ya tus compañeros me visitaron...pero tú sabes eso...” el hombre se inclinó un poco más sobre las fotos echándoles un buen vistazo. “No compartieron tanto conmigo” “Me vas a decir ahora mismo quien hizo eso” no era un pedido, era una orden. “¿Si?” la risa del hombre resonó en la pequeña habitación y termino con un fuerte sonido. Jane había tomado las cadenas por debajo de la mesa y las había tirado con tanta fuerza que hizo que el rostro de Hoyt golpeara la mesa. “No estoy para tus jueguitos Hoyt” susurró entre dientes la detective tirando con más fuerza la cadena hasta escuchar un quejido del hombre. Jane dejó ir de las cadenas y el hombre se sentó derecho en su silla sin dejar de sonreír. “No es un trabajo tan bueno como el mío” dijo colocando una de sus manos sobre la foto del medio, parecía que delineaba el cuerpo de la mujer con sus dedos. En ese momento Jane pensó que iba a vomitar. “¿Verdad?” le preguntó mirándole a los ojos. “No sé...tu aprendiz tiene más fama que tu...eso si es verdad” Jane decidió seguirle su jueguito. El rostro de Hoyt se tornó sombrío. “No tengo ningún aprendiz...y este trabajo nunca será tan perfecto como el mío...es...” volvió a mirar las fotos inclinando su cabeza a un lado “descuidado... ¿ves cómo empieza el corte...o como ata las manos?...sólo un incompetente lo haría de ese modo” Hoyt arrastró las fotos hacia Jane con un gesto de asco. “Ya puedo ver los títulos de periódicos... ¿no te da pena que una mujer camine por encima de ti de esa forma?” Jane se estaba arriesgando diciendo algo que no estaba comprobado ni que se sabía si era cierto...pero tenía que ver la reacción de este hombre. “¿Mujer?” preguntó incrédulo, los músculos de su mandíbula se contrajeron por apenas unos milisegundos que no pasaron desapercibido por Jane. El hombre volvió a sonreír “Eso explicaría un trabajo tan malo” Jane guardó las fotos, tenía lo que quería...por hoy. Se levantó de la silla y cuando estaba a punto de abrir la puerta la voz fría del hombre la detuvo. “Dele saludos de mi parte a su amante....quien lo iba a decir... que ibas a terminar con alguien como yo, he Jan—” Jane se había girado con tanta rapidez que Hoyt no la vio venir, tomó al hombre por la garganta con tanta fuerza que tiró la silla al suelo junto con

él. “Te vuelves a comparar con la Dra. Isles y te juro que te mato” susurró a su oído con un tono lleno de aborrecimiento mientras apretaba la garganta del hombre más fuerte, se incorporó un poco para mirarle a los ojos, el rostro del hombre empezaba a tornarse a un color rojo por la falta de oxígeno. “Eres muy basura, no le llegas ni a los tacones” Jane sentía como la ira se iba apoderando de su cuerpo y pensó que lo mejor era marcharse lo más pronto posible de ese sitio antes de que lo matara con sus propias manos. Dejó al hombre tirado en el suelo y se marchó a paso rápido. Jane permaneció en su carro unos minutos, ¿Cómo pudo decir eso? Sus manos apretaban con fuerza el volante. Maura no era nada pero buena, hablaba por los muertos, le daba tranquilidad a los familiares, ponía al culpable detrás rejas...y Hoyt....Hoyt era un asesino...una basura. Su celular la sacó de sus pensamientos, tenía dos mensajes, uno de Maura y otro de Frost, mientras los leía empezó a sonar y casi lo tira por la sorpresa. “Rizzoli” “Jane ¿Dónde has estado? No vas a creer lo que he encontrado” “Tenía que hacer una visita, ¿Qué encontraste?” “Mejor ven rápido y te muestro” Frost pausó por unos segundos “Fuiste a hablar con Hoyt ¿verdad?” “Si...” “¿Maura sabe?” “No” respondió con un tono confuso ¿Por qué tendría Maura que saber...? “Ya voy en camino” dijo colgando antes que Frost pudiera decir alguna otra cosa. Durante todo el camino los pensamientos de Jane fueron invadidos por las palabras de Frost. ¿Qué le iba a decir a Maura? “¿Fui a ver a Hoyt y casi lo mato?” tenía que decirle...no quería tener ningún secreto con Maura. Cuando llegó a la estación no vio el auto en el estacionamiento, eso quería decir que Maura aún estaba con su madre. Ya estaba atardeciendo, con solo pensar en todo lo que podrían estar haciendo esas dos mujeres por tanto tiempo hacia que se sintiera mal por Frankie. Antes de entrar a la sala de conferencia se preparó un café, últimamente eso era lo único que la mantenía andando. “¿Cómo se te ocurre ir a la prisión sin uno de nosotros?” fue lo primero que escucho al entrar por la puerta. “Korsak...” Jane resopló sentándose en su silla “Solo fui a hablar, no necesito a alguien a

mi lado para eso” Korsak estaba enojado, más de lo normal. Frost sintiendo como el aire se hacía cada vez más tenso decidió interrumpir. “Jane, como me dijiste, investigue más a fondo los archivos de Hoyt junto con los del staff, empezando por la interna” decía Frost mientras tecleaba y daba unos clics. “¿Encontraste algo?” preguntó Jane mirando la pantalla ansiosa. “Encontré esto” respondió Frost dando un último clic. En la pantalla apareció un artículo del periódico de la universidad. “Casi no nos dimos cuenta, ¿pero reconoces a la chica?” En el artículo se veía una foto de Hoyt cuando estaba en la escuela de medicina y una chica a su lado, según el artículo se le habían otorgado una beca a la estudiante para unas investigaciones junto con Hoyt. “El perfil se parece mucho al de Anita, un poco más joven y pelo negro” dijo Jane levantándose de la silla para acercarse más a la pantalla. “¿Ekaterina Skolov?” preguntó Jane mirando a Frost. “Aún estoy en eso...al parecer Anita enterró muy bien su verdadera identidad” “¿Los oficiales aun no la encuentran?” preguntó Jane dirigiéndose a Korsak esta vez. “No, fueron al norte a la dirección que tenía su supuesto padre, ninguna noticia aún” “Quiero que le quiten todo el acceso que tiene a la morgue y alerten a toda la comisaria, ven a esa mujer y la arrestan ¿entendido?” Los dos hombres asintieron con la cabeza y empezaron a hacer llamadas. ***** “¿Jane?” llamó al vació Maura seguida por Ángela y Frankie. Jane les había avisado que estaría en su apartamento, no había ido en días. Los ladridos feliz de Jo se podían escuchar hasta la habitación de Jane. “¿¡Pero han comprado la tienda!?” emergió de su habitación Jane con solo unos shorts y camiseta sin mangas apresurándose para ayudar a Maura con las bolsas. “Sólo lo necesario...y algo extra” susurró Maura mirándome con una sonrisa tímida que la hizo sonreír tontamente. “Oh por dios” dijo Frankie dejándose caer sobre uno de los sillones. “No tienes idea lo que es salir de compra con dos mujeres” “¿Y tú no compraste nada?” le preguntó burlona Jane.

“Atrévete” dijo sin fuerzas el chico. “Deja de quejarte, no es tan malo pasar un día con tu madre” “Eso es cierto, Ángela es muy agradable y divertida” Jane y Frankie miraron a Maura arqueando una de sus cejas. “Te he traído comida” dijo Ángela dejando una bolsa con comida china sobre la mesa. “Gracias Ma” Jane se sentó al lado de Maura en el sofá tomándola de la mano, a pesar de la presencia en el momento Maura recostó su cabeza sobre el hombro de Jane inconscientemente, estaba muy cansada en el momento como para preocuparse de la presencia en la sala con ellas en ese momento. Ángela se quedó mirando la escena por unos segundos con una sonrisa boba, Maura había cerrado sus ojos y su respiración era tan lenta que parecía estar durmiendo. Jane trataba de mirar cualquier cosa que no fuera su madre, sentía su mirada en ellas y la morena sentía como sus mejillas empezaban a quemar. “A ver cuando te buscas a alguien así Frankie” le dijo Ángela dándole un golpecito en el hombro “Lo único que me faltaba” refunfuño Frankie levantándose del sillón e yendo por un vaso de agua. Ángela se sentó dónde estaba Frankie sin dejar de mirar a las chicas. “Tendré unos nietos hermosos” “¡MA!” exclamó Jane sonrojada. Maura no pudo aguantar la risa. “¡Maura! no la animes” Maura solo sonrió aún con los ojos cerrados. “Frankie! Vamos a casa para que las chicas descansen” “Me debes una y bien grande” le dijo Frankie a su hermana “No le digas eso a tu hermana” Frankie resopló tomando las bolsas de compra de Ángela. “¡No se olviden de la comida!” dijo Ángela antes de cerrar la puerta. Jane rodeó la rubia con sus brazos buscando sus labios para besarla lentamente. “Te he extrañado” susurró la morena sobre sus labios. “Y yo a ti...aunque disfruto mucho de las compras” susurraba antes de tomar el labio inferior de Jane entre los suyos “disfruto mucho más de ti” Maura se separó unos centímetros y la miró a los ojos “Aunque creo que me has mandado con tu madre...y Frankie a propósito” la cara que puso Jane la delató “Puedo explic...–”

“Ahora no” la detuvo Maura colocando su dedo índice sobre los labios de Jane para remplazarlo con los suyos. “Ahora sólo quiero estar contigo...después me dices todo lo que tengas que decirme” susurraba Maura entre besos...

CAPITULO VEINTIUNO “Jane…” “Ummm” “Tu móvil…haz que pare…” susurró Maura, su cabeza sobre el pecho de la morena. Jane dejó caer su brazo al lado del sofá, buscando en el suelo entre la ropa. El sonido del tono de Korsak se detuvo y las dos chicas suspiraron retomando sus posiciones relajándose pensando que el hombre se había dado por vencido. “Ves…ya no llamara más” susurró Jane somnolienta. Las dos se volvieron a relajar y justo cuando empezaban a conciliar el sueño el tono empezó a sonar una vez más. Jane se incorporó un poco mirando el suelo, sus ropas dispersa y ni señal del móvil. Maura se incorporó sentándose en el sofá cubriéndose el torso con la manta. Jane respondió el móvil frunciendo el ceño. “¿Si?” contestó recostándose en el sofá. Maura recostó su cabeza en su hombro. “Si…” los dedos de Jane se entretenían jugando con el cabello de la forense. “¿Ahora?” Maura la miró curiosa y Jane la besó sonriente. “Está bien” Jane colgó el móvil y suspiró. “¿Tienes que ir?” preguntó Maura deslizando sus dedos por la piel del abdomen de Jane. “Si, Dean llegó y quiere verme para hablar del caso, al parecer está muy enojado” “No me extrañaría, lo has estado evitando por días” “¿Cómo no hacerlo?” Jane se rió levantándose del sofá recogiendo su ropa en el proceso. “Me daré un baño y salgo” “No me has dicho lo del caso Ja…” unos toques en la puerta la cortó y las dos chicas miraron frunciendo el ceño. “Como sea mi madre….” Dijo Jane entre dientes “Anda, yo abriré” dijo Maura levantándose del sofá desnuda, Jane se quedó

contemplándola por unos segundos y con una sonrisa subió las escaleras rápidamente. Maura se envolvió en una bata y se acercó a la puerta abriéndola lentamente. “Ángela…que…que sorpresa” dijo con una sonrisa cerrando un poco más la bata. “¿He venido en mal momento?” preguntó asomando su cabeza por la puerta mirando en la sala, la ropa de Maura aún estaba en el suelo…había olvidado recogerla. La rubia miró en la misma dirección y un sonrojo cubrió su rostro al ver su ropa al lado del sofá. “No, pasa Ángela” Maura se apresuró al bulto de ropa recogiéndolas mientras Ángela se hacia la dueña de la cocina empezando a preparar un café. Maura se retiró por unos minutos dejando a Ángela en su territorio, por así llamarle. La rubia regresó con sus pijamas dorados y el pelo recogido en una coleta, tomó la taza de café que Ángela le puso sobre la mesa. Jane bajó por las escaleras lentamente, el olor a café hacia que respirara profundamente, Maura la miró de reojo con una sonrisa tímida. Jane se estaba poniendo su blazer con una sonrisilla y tomó la taza que su madre le brindó y bebió un pequeño sorbo. “Creo que olvidé decirte que mi madre vendría…aunque, no tan temprano” dijo en un susurro mirando a su madre de reojo. “No tenía nada que hacer…y tu hermano tenia turno de noche” dijo Ángela como si fuera lo más natural del mundo. “Yo ya tengo que irme, Dean me está esperando en la estación” dijo tomando un último sorbo de café y besando a la rubia dejándola con un leve sonrojo en sus mejillas. “Adiós Ma” La detective salió por la puerta con una sonrisa plasmada en su rostro. Maura terminó su desayuno, miraba de reojo como Ángela seguía trabajando y moviéndose por la cocina, ya Maura había aprendido que era algo que hacia cuando algo le molestaba o cuando estaba nerviosa o preocupada. Dean le había dado el día libre a Maura…una vez más….ya estaba un poco cansada de no trabajar, el que un asesino este suelto por las calles, con una gran posibilidad de que este detrás de ella no quería decir que no pudiera si quiera ir a trabajar. Pero, también entendía que de esta forma Jane estaría más tranquila, si esto hacía que Jane estuviera más tranquila, estaba bien con ella. “Entonces… ¿me harás compañía hoy Ángela?” preguntó Maura sabiendo la respuesta. “Si no es un problema…” empezó a decir Ángela con un tono bajo. “No, no, es perfecto, así no estaríamos sola ninguna de las dos” una sonrisa apareció en los labios de Ángela. “¡Tengo muchos planes para hoy!” dijo mirando la cocina con un brillo en sus ojos.

“¿Si…?” susurró Maura con miedo de preguntar a qué se refería la mujer.

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“Detective Rizzoli” la morena miró en dirección de la voz con una expresión confusa en su rostro. “Ten cuidado, parece que se levantó del lado izquierdo hoy” susurró Frost disimuladamente. Dean estaba esperando la detective en la sala de conferencias, al parecer estaba muy enojado. “Lo que me faltaba” susurró Jane entre dientes preparándose un café antes de dirigirse hacia el hombre. Los dos hombres se sentaron en sus escritorios mirando disimuladamente. Dean le tiraba una carpeta con papeles sobre la mesa y Jane movía la cabeza en un lado a otro con sus manos colocadas en sus caderas. “¿Qué crees que le esté diciendo?” preguntó Frost al otro hombre que parecía no ponerle atención. “Te apuesto que Jane no le dijo sobre el nuevo descubrimiento sobre el staff” dijo Korsak recostándose en su silla estirándose. Frost se rió, podría imaginarse eso de Jane, se había dado cuenta que lo venía evitando desde hace unos días. “Vaya comienzo” resopló Jane dejándose caer en su silla. “No le dijiste, ¿verdad?” preguntó Korsak antes de tomar un sorbo de su café. “Claro que no, este es nuestro caso” “Pero él trabaja con nosotros Jane” dijo Frost mirándola curioso “El sólo quiere saber qué ha pasado para ir corriendo y hacer una entrevista para los medios de comunicación, no creas que es otra cosa” Jane jugaba con su bolígrafo moviéndolo entre sus dedos pensativa; Dean le había comentado algo más… “El apartamento de Anita, digo, Ekaterina está desocupado” “¿Entonces si viajó como le dijo a Maura?” pregunto Jane pensando en lo que le había dicho Dean “Eso parece, no dejó dirección de a dónde fue, pero en su apartamento encontramos una

agenda con varias direcciones…ya mandamos a algunos uniformes” “Bien…Frost, Dean te está esperando, él puede ayudarte con el historial de Anita… Ekaterina” Frost se levantó y despareció de sus vista. “¿Estás bien?” preguntó Korsak mirándola preocupado “Si, tengo que hacer una llamada” contestó Jane ya marcando los números en su móvil. “¿Ma?” “Si Jane” “¿Por qué Maura no contesta su móvil?” Jane se levantó de su silla para caminar como perro enjaulado por toda la oficina. “Lo llevó con ella ¿No te contesta?” “¿A dónde fue Ma?” pensé que se quedarían el día en casa, me dijiste que ibas a decorar o que se yo. “Si Jane, pero, me dijo que quería sacar a Jo a caminar antes…” “Ma… ¿hace cuánto salió Maura?” Jane se pasó la mano por su cabello tratando de no ponerse paranoica. “Hace como veinte minutos… ¿pasa algo Jane?” “No salgas de la casa Ma” Jane terminó la llamada y corrió hacia su escritorio moviendo papeles de un lado a otro hasta encontrar lo que buscaba y marcó otro número. “¿Rizzoli?” “Mark, ¿estas vigilando el perímetro verdad? ¿Ves a Maura?” “Tranquila Rizzoli, hace unos minutos la vi pasar con el perrito ese…” “Jo” “Ese ese…aunque” la línea quedó en silencio “¿Aunque que Mark?” Jane escuchó la puerta cerrarse, al parecer Mark se había bajado del carro. “oh…”

“¡No me digas “oh” y dime qué diablos pasa Mark!” Korsak y todos los oficiales que se encontraban en la oficina en ese momento la miraron. “Jane…Jo está aquí” dijo el oficial casi en un susurró mirando como el perrito se acercaba hacia el arrastrando la correa “Maura no está” Mark miró a todos lados sintiendo como la adrenalina empezaba a correr por sus venas, sólo había ido a la cafetería de la esquina por dos minutos, no pensaba que nada pasaría en tan corto tiempo…y sabiendo que Ángela estaba en la casa…había visto a Maura salir con el perro…pero sólo se giró por dos minutos… ¿¡Qué no la estabas vigilando!?” “Lo…lo siento Jane…haré un recorrido” Jane había cortado la llamada y estaba sosteniendo el móvil con tanta fuerza que sus nudillos empezaban a tornar a un color blanco, intentaba no tirarlo contra la pared. “¿Qué pasó Jane?” preguntó Frost que había salido junto con Dean de la sala de conferencia al escuchar gritar a Jane. “Maura desapareció” dijo entre dientes, aún no se lo podía creer. “Rastrea su celular, lo llevaba con ella, Korsak alarma los uniformes” Jane salió de la oficina como el viento, tomó las escaleras hasta el aparcamiento, se sentía rara, miedo, pánico; pareciera que su cuerpo se hubiera separado de su mente. Ese día había venido en el carro de Maura e intentaba abrir la puerta con las llaves pero le temblaban tanto que no podía lograrlo. “Detente…” se dijo a si misma respirando profundamente cerrando los ojos, tres respiros y abrió los ojos logrando abrir la puerta, se sentó en el asiento del conductor y el aroma de Maura la envolvió haciéndola estremecer, sus manos apretaron con fuerza el volante y apoyó su frente sobre el...intentaba parar los temblores de sus manos pero, era inútil. Tenía que volver a marcar…

---“Por fin despiertas” dijo una voz con toda la serenidad del mundo. Mi cabeza parecía querer explotar del dolor y cuando llevé mis manos a tocarla no pude, las tenía atadas. “Tú…” mi vista esta nublada pero podía divisar el rostro de la persona conduciendo. “Yo, quien lo diría ¿verdad?” se rió mirándome de reojo “Ah sí…te debe de doler la cabeza…no me lo pusiste muy fácil” en ese momento el móvil comenzó a sonar y lo agarró “Esto ha estado sonando…” miró la pantalla y soltó una carcajada, escribió un mensaje y lo envió antes de sacar un pañuelo de su bolsillo y lo pasó por el móvil sin quitar su vista del tránsito, al terminar lo tiró por la ventanilla. “Parece que la detective Rizzoli está preocupada”

“Jane…” dijo Maura con una voz temblorosa ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Qué te hemos hecho?” “Estás hablando de más” dijo la persona con tono molesto tomando la pistola y golpeó la rubia en la cabeza con la empuñadura. “Calla” dijo entre dientes mirando la rubia inconsciente.

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“Jane ábreme la puerta” decía Korsak tocando la ventanilla. Jane tenía su mirada enfocada en la pantalla de su móvil, sus manos estaban tan temblorosas que el móvil calló de ellas….

CAPITULO VEINTIDOS “Jane déjame conducir” suplicaba por su vida Korsak. Al parecer Jane había olvidado las reglas del tránsito, especialmente la del límite de velocidad. La mirada de la morena estaba enfocada enfrente y sus manos sostenían el volante con fuerza. “¿Qué crees que no puedo conducir?” gritó Jane enfurecida “No es eso, es que aún no sabemos a dónde ir” explicó Korsak mirándola seriamente. Él también estaba preocupado por el bienestar de Maura, pero, el estar conduciendo de esta manera no iba a resolver nada. Jane condujo hacia la senda del lado y frenó en seco deteniendo el auto y respiró profundamente. Korsak sabía que la morena se estaba conteniendo y, con cada segundo que pasaba con Maura desaparecida, esas murallas que ponía la mujer enfrente de todos se iban desboronando. “¿Qué quieres que haga Korsak? No puedo quedarme aquí sentada como si nada estuviera pasando” Korsak colocó su mano sobre el hombro de la mujer. “Aclara tu mente, vamos a hablar con Ángela” Jane asintió y con un último suspiro se incorporó al tránsito una vez más. Korsak estaba siendo un poco frio, pero sabía que si no se ponía fuerte Jane perdería la cabeza. El desaparecimiento de Maura también lo afectaba, pero Jane contaba con él en estos momentos y él tenía que ser su fuerza, aunque eso significara ser de esta manera. El trayecto a la casa fue rápido. Korsak no esperaba menos; cuando llegaron se encontraron con la patrulla de Mark y la de Frankie. Ángela estaba sentada en el portal siendo consolada por su hijo.

“¡Jane! Lo siento mucho Jane, debí salir con ella, para eso vine y...y” la mujer no pudo continuar hablando, un sollozo emergió de su garganta. “Ma...ma no es tu culpa” dijo Jane intentando calmarla. “Yo me quedaré con ella Jane” le dijo Frankie mirándole a los ojos. Korsak había contestado su móvil mientras Jane hablaba con su familia y se acercó a ellos cuando terminó la llamada. Le hizo un gesto con la cabeza a la morena y ella se acercó a él con un brillo de esperanza en sus ojos. “Frost consiguió rastrar el móvil de Maura” Jane no pudo evitar la sonrisa que se dibujó en su rostro, esto era algo, aunque fuera algo pequeño, la llevaría a algo. La morena compartió una última mirada con su hermano y él le asintió. No se necesitaban palabras, en estos momentos la primera prioridad era encontrar a Maura. “Yo conduzco” anunció Korsak ya abriendo la puerta del lado del conductor. Jane lo miró por unos segundos y suspiró caminando alrededor del auto hacia el lado del pasajero, sabía que era lo mejor. “La vecina de la esquina vio a Maura subirse a un auto, Toyota azul, por la forma en que subió debió de conocer a la persona” el hombre la miró de reojo. “¿Consiguió ver quién conducía?” “No…” “…Si es ella…y le ha puesto un dedo encima a Maura…la mataré” dijo la morena entre dientes. El hombre solo la miro, sabía que estaba hablando en serio… -----“Si no me atiendes me desangraré...” murmulló Maura con su cabeza baja. “Si no hubieras intentado escapar esto no te hubiera pasado” dijo la figura desde la ventana de la cabaña. La mente de Maura estaba a todo dar, aunque la pérdida de sangre de su brazo le estaba nublando la vista. Sólo era un rasguño de un bala, por sus conocimientos como médico forense sabía que no había ningún daño grave, pero, no duraría mucho más consiente si seguía así. “Jane...” susurró Maura casi inaudible. Era en lo único que pensaba, podría no salir viva de esta y su plan de escape no funcionó, si hubiera tenido solo unos segundos más... “¿Qué dijiste?” preguntó la figura acercándose a ella inspeccionando el brazo por primera vez, su pistola en una de sus manos. “¿Por qué estás haciendo esto?” preguntó la rubia levantando su mirada para mirarle a

los ojos. La figura puso cara de pensativa por unos segundos y una sonrisa torcida apareció en sus labios. “Bueno...como ya tengo planeado terminar contigo... ¿Por qué no decirte?” la mujer colocó una silla enfrente de la mujer sin soltar la pistola de su mano y se sentó cruzando sus piernas. “Todo lo aprendí de mi mentor, aunque tenemos diferentes gustos...y diferentes formas de llevar las cosas...” el rostro de la mujer cambió a una expresión como si estuviera recordando algo. Una sonrisa leve apareció en los labios de Maura y con la poca fuerza que le quedaba miró a la mujer a los ojos. “Me das pena” dijo antes de ser golpeada una vez más a los pocos segundos de que esas palabras danzaran en el aire. “Me estás haciendo perder la paciencia” se dijo más a si misma que a Maura. La mujer regresó a su vigilancia a la ventana ignorando los jadeos de la mujer atada a la silla. -----Jane y Korsak condujeron unos treinta minutos hacia el norte en las afueras de Boston. El lugar estaba desierto, las esperanzas de Jane desaparecieron en el aire al escuchar el móvil de Maura y encontrarlo entre unos matorrales. Alguien lo había tirado, juzgando por la distancia de la autopista…ni se había molestado en detenerse. La morena sostuvo el móvil entre sus manos con fuerza, su mente en blanco. Korsak estaba en el móvil suyo ordenando una búsqueda urgente en el perímetro. El cielo se había nublado, parecía ser mucho más tarde de lo que era, daba sensación de nostalgia y algo más. Algo que a Jane no le gustaba y algo que intentaba sacar de su mente a toda costa. Dos patrullas habían llegado y cuatro uniformes estaban revisando el perímetro. Korsak no se despegaba de su móvil y Jane intentaba pensar como lo que era, una detective. “Rizzoli” ”Jane, ya he revisado el historial de Ekaterina, su padre si a fallecido, cuando tenía 10 años.” “Ella le había dicho a Maura que su padre había fallecido y pidió unos días…” Jane quedó callada mientras conectaba todos los puntos en su cabeza. Ahora la actitud de Anita tenía sentido, ahora todo tenía sentido. “¿Dónde está su residencia?” preguntó Jane ya dirigiéndose hacia su auto haciéndole una seña con la mano a Korsak para que subiera. Esta vez ella conduciría. Condujeron por las montañas por un buen tiempo. El lugar estaba desierto, en unos treinta minutos sólo habían visto dos o tres casas. Era el lugar perfecto. La lluvia era fuerte, no veía más de dos metros delante de ella. Al llegar a la cabaña lo primero que notaron fue el auto que la vecina había descrito. Los dos sacaron sus armas de fuegos y corrieron hacia el auto sin despegar sus miradas de la cabaña. Jane se apoyó en la puerta

del conductor y miró hacia dentro mientras Korsak registraba el maletero. “El maletero está lleno de instrumentos médicos…” “Llama por refuerzos” dijo Jane cargando su pistola, cuando iba a incorporarse para moverse hacia la cabaña piso un charco de agua, la sangre fue lo que la detuvo. En apenas unos segundos una serie de imágenes pasaron por su cabeza y su cuerpo se negó a moverse, estaba totalmente paralizada y a la vez quería correr hacia esa cabaña. Sólo le tomó unos segundos para poner su cuerpo en movimiento y sentir la mano de Korsak deteniéndola esta vez. No dijo nada, pero sus ojos lo decían todo. “Si vas a entrar de esa manera…no lo hagas sola” El hombre dejó ir de su brazo y la siguió. Korsak fue por la parte trasera y ella por adelante. “¡Anita! Sé que estás aquí…” la furia se podía escuchar en el tono de Jane a pesar del ruido de la lluvia. El cabello de Jane estaba pegado a su rostro y sus manos sostuvieron su pistola con fuerza antes de patear la puerta haciendo que se abriera por completo. La imagen que tenía frente a sus ojos hicieron que se quedara paralizada apuntando su arma, sus ojos se dilataron con pánico. En la oscuridad de la pequeña sala de la cabaña el cuerpo de Maura parecía brillar, estaba sentada con sus manos atada hacia atrás y su cabeza baja, rasgos de sangre por su blusa y al lado de su brazo izquierdo tenía un charco de sangre. El pánico cambio rápidamente a odio hacia la persona que se encontraba parada detrás de la mujer. “Un movimiento…tuyo…o del viejo que vino contigo…y muere” advirtió Anita. Sus palabras de alguna forma la aliviaron…lo primero que había pensado Jane al ver a Maura de esa forma fue lo peor, las palabras de Anita confirmaron lo contrario. La morena dio dos pasos hacia adentro ignorando la advertencia de la mujer. “¡Te dije que no te movieras!” dijo levantando el rostro de la mujer y llevando un bisturí a su garganta presionándolo peligrosamente a la piel de la rubia. Al ver el rostro de Maura los ojos de Jane se abrieron por completo, su respiración se agitó al ver el costado de la frente de la mujer sangrienta. Jane nunca imaginó poder ver a Maura de esta forma… nunca lo hubiera deseado. El perfecto rostro de su amada cubierto en sangre era algo que nunca quiso ver. “Te mataré…” dijo Jane entre dientes apuntando su pistola decidida. Intentaba detener los temblores de sus manos. El ver lo que estaba pasando le trajo las imágenes de Hoyt y sus casos, como les quitaba la vida a las personas con sus seres amados observando. ¿Eso era lo que pretendía Anita? “Qué curioso…eso me advirtió mi mentor…pero estaba equivocado…no soy una inútil como el piensa… ¡No soy tan tonta” Jane se dio cuenta de cuanto le importaba la opinión de Hoyt a Anita. Lo pensó por unos segundos, era un juego muy peligroso y podría salir más…pero era lo único que podía hacer sin acercarse a la mujer. “Hoyt negó conocerte…pero si dijo que el imitador…era un fracaso…incopetent…”

“¡Calla!” exclamó Anita apuntándole con su mano libre, había alejado un poco el bisturí de la piel de Maura. Estaba funcionando. “Cómo alguien sin talento podría rehacer su “arte” siguió Jane ignorando las advertencias. Y todo pasó demasiado rápido. En un segundo que Anita alejó el bisturí apenas unos centímetros más de la garganta de la mujer un disparo resonó en la cabaña y Jane vio como el cuerpo de Anita caía al lado de Maura y Korsak se apresuraba a ella sosteniendo sus manos y esposándola. Le había disparado en el hombro. Jane corrió hacia Maura, lo primero que hizo fue liberar sus manos mientras ignoraba los gritos de Anita. “¡Yo soy mejor que él! Nunca valoró lo que hice, ¡Soy mejor!” gritaba mientras Korsak la sacaba de la cabaña a la fuerza. Al final la calló con un golpe en la cabeza dejando que callera inconsciente. “Mucho mejor así” dijo irritado antes de mirar a Jane por apenas unos segundos. La dejaría a solas con ella. Las patrullas del condado se escuchaban venir. “No quiero que la vean así” le dijo Jane tomando a una Maura inconsciente en sus brazos. El hombre asintió y ayudó a Jane abriéndole la puerta de su auto para colocar a Maura en el asiento de pasajero. “Apúrate al hospital…ha perdido mucho sangre, yo me ocupo de esto aquí” La mujer se subió al auto sin demorar un segundo y desapareció del lugar. Durante todo el camino hacia el hospital más cercano miraba de reojo a la mujer a su lado. Sus lágrimas corrían por sus mejillas sin discreción. Estaba aliviada de tenerla, pero el verla de esa forma rompía su corazón en mil pedazos…y en el fondo se sentía culpable por todo…ella era la que tenía que estar en el lugar de Maura…esto nunca debió de pasarle a ella…y todo por su culpa… -----“¿Ya despertó?” preguntó Ángela entrando a la habitación de Maura en el hospital. Jane estaba sentada a su lado con la mano de la mujer entra las suyas. “Aun no…” respondió Jane evitando los ojos de su madre intentando contener las lágrimas. “El doctor dijo que tenía una concusión…perdió mucha sangre por el roce en el brazo…debe de despertar pronto…” “Te traeré un café…” dijo Ángela mirando a su hija y a la mujer inconsciente a su lado. Maura era como una hija para ella, parte de la familia, verla de esta forma…no podía. Ángela se retiró de la habitación y Jane soltó el suspiro que no sabía que aguantaba. Con una de sus manos quitó un mechón de pelo del rostro de Maura. Esa venda en su cabeza y los moretones rompían a Jane en pedazos. Se incorporó un poco sobre la mujer y con sus labios temblorosos depositó un beso en la piel descubierta de su frente.

“Jane…” murmulló Maura casi inaudible “Shhh…descansa…estás bien…aquí estoy” susurró Jane sonriendo al volver a escuchar esa voz. Los labios de Maura se arquearon en una débil sonrisa y siguió bajo el efecto de la morfina. Unos minutos después Ángela apareció con una taza de café en su mano y una mujer que se parecía demasiado a Maura. “Constance…” dijo Jane levantándose de su silla sin soltar la mano de Maura.

CAPITULO VEINTITRES La madre de Maura omitió las palabras de la morena al ver el rostro de su hija. Su bolso se deslizó por su brazo cayendo al suelo y cubrió su boca con sus manos mientras se aproximaba a la mujer sobre la cama. Jane se hizo a un lado dándole espacio a la señora y se situó al lado de su madre. Constance rozó con sus dedos el rostro de su hija y sus hombros temblaron por apenas unos segundos, intentaba mantener la compostura. Nunca había visto a su hija de este modo, en sí, lo más grave que llegó a tener fue una caída en bicicleta. La mujer dio unos pasos hacia atrás, y se giró mirando a las dos mujeres. “¿Quién ha sido responsable de esto?” fue lo primero que dijo. Ángela miró a Jane y se dirigió hacia una de las mesitas dejando la taza del café sobre ella y girándose mirando las dos mujeres. Ella no tenía nada que decir aquí, pero los ojos de Constance destallaban ira, no iba a dejar a su hija sola…y a Maura. “La culpable está bajo custodia” respondió Jane dando unos pasos hacia la mujer “Soy la detective Rizzoli, yo la llamé” “Cuente con todo mi poder para que esa mujer pase el resto de su vida tras rejas” sus palabras salían entre dientes conteniendo su furia. Constance se sentó en la silla al lado de su hija y respiró profundamente unas cuantas veces. Jane no pudo contener una sonrisa, Maura hace lo mismo siempre que se enojaba e intentaba relajarse, aunque fueran pocas veces. Unos segundos pasaron en silencio, Ángela se sentó en una silla extra al lado de la mesita mientras se tomaba el café de Jane. La morena permanecía parada con sus brazos cruzados, su mirada alternado entre Maura y Constance. “Entonces…” comenzó Constance girando la silla y cruzando sus piernas enfocando sus ojos en los de la detective “¿Tú eres Jane?” “Si, Jane Rizzoli, trabajo con Maura” contestó Jane pasando su mano por su cabello, las

preguntas comenzaban y por alguna razón empezaba a ponerse nerviosa. “¿Nada más?” preguntó la mujer sin rodeos. Ángela casi escupe el café y las dos mujeres la miraron curiosas. Jane imaginaba lo que estaba pasando por la cabeza de su madre “¿¿¿No le han dicho???” o algo cercano a eso. “Perdonen, estaba muy caliente” se disculpó Ángela dejando el café a un lado, esperaba que se lo creyeran. “Soy la madre de Jane y, Maura es como una segunda hija” las dos mujeres compartieron una mirada que no fue desapercibida por Jane. “Me alegro que Maura tenga a personas como ustedes en su vida” dijo con una sonrisa haciendo el ambiente más ligero. Sus ojos se enfocaron en la detective con tal manera que no necesitaba recordarle su pregunta a la morena. “Somos…parejas…” las palabras salieron de los labios de Jane pausadas por el nerviosismo. No sabía si Maura le había dicho a su madre, no lo habían hablado, pero no estaba dispuesta a esconderlo. “Románticamente” aclaró. “Y parece que soy la última en enterarse” musitó la mujer observando a Ángela que tenía una sonrisa de oreja a oreja plasmada en su rostro. “¡Oh! A mí no hubieran dicho si no es porque entré sin avisar y…—” “¡MA!” exclamó Jane con un sonrojo cubriendo su rostro, definitivamente, así no es como se imaginaba este momento. Ángela volvió a tomar la taza en sus manos escondiendo una sonrisa tras ella. “La última vez que hablé con mi hija…me dio esa impresión…por lo general habla mucho de usted, pero esa vez había algo diferente, se le escuchaba feliz, muy feliz y claro, esa vez no paraba de hablar de Jane” dijo Constance con una leve sonrisa recordando la conversación con su hija. Jane iba a comentar algo pero un susurró de la mujer sobre la cama llamó la atención de las tres mujeres. Jane se dirigió a su lado rápidamente tomando su mano. Maura abrió los ojos lentamente, su vista borrosa por unos segundos. “¿Madre?” preguntó parpadeando rápidamente y mirando a su otro lado observando a una Jane sonriente. “Hija…vine lo más rápido que pude…Jane me llamó” susurró Constance apartando un mechón de pelo del rostro de su hija. “¿Jane?” susurró Maura mirando la morena con una leve sonrisa “Pero…tu exposición, madre…—“ “La cancelé”

“¿QUÉ?” el tono de voz de Maura sorprendió a la tres mujeres. Y es que ella sabía lo importante que eran las exposiciones de su madre, el tiempo que llevaba, el dinero…las conexiones. “Una exposición no es más importante que mi hija” susurró la mujer dejando un beso sobre la frente de Maura. Los hombros de Maura empezaban a temblar y no pudo contener sus lágrimas. Tal vez eran los medicamentos, los últimos días o tal vez era este lado de su madre tan desconocido para ella. Nunca en su vida imaginó Maura que su madre no se presentara a una de sus exposiciones, ni pensar en una cancelación. Pero aquí estaba, diciéndole y haciendo cosas que nunca en su vida había hecho y se sentía bien, tan bien que parecía doler. Después de unos segundos Constance se disculpó y se retiró para hablar con el doctor de su hija. Ángela la acompañó. Maura se incorporó lentamente sentándose. “Hola” susurró Jane sentándose al lado de la rubia con una sonrisa tonta y con sus dedos limpiando las lágrimas del rostro de su amante. “Hola” respondió Maura contagiándose con la sonrisa de la morena. Una de las manos de Jane se entrelazó con la de Maura y su otra mano acariciaba suavemente su mejilla, sus frentes se unieron y las dos suspiraron en conjunto. “Pensé que no te volvería a ver…” musitó Maura sintiendo como sus palabras eran detenidas por uno de los dedos finos de Jane. Se separaron unos centímetros para mirarse a los ojos, Maura tenía sus ojos cristalinos y Jane se negaba a pensar en algo así, si eso hubiera pasado…no, mejor no pensar en eso. Maura estaba aquí, mirándole, sosteniendo su mano; Maura no iba a ningún lado. “No digas eso” susurró Jane sonando como una imploración; su voz traicionándola temblorosa. Maura asintió y con su mano atrajo la morena hacia ella hasta que sus labios se conectaron en un deseado beso. Un beso suave y lento que decía más que cualquier palabra. Unos minutos después Jane se había acomodado sentándose sobre la cama inclinada y Maura se había recostado sobre su pecho con su rostro escondido en el cuello de la morena. Los dedos de Jane se enredaban en el dorado cabello de su mujer con su mirada fija en sus manos entrelazadas. Maura no quería hablar sobre lo que había ocurrido; por lo menos no en este momento. Este momento era perfecto, estaba relajada y se sentía protegida, no quería arruinar este momento en que después de todo se sentía tranquila y segura en los brazos de la mujer que la salvó. Pasaron unos minutos así y un suspiro escapó de sus labios con sus ojos cerrados. La

morena la miró con una sonrisa. “¿En qué piensas?” preguntó Jane curiosa. ¿Qué te hace pensar que pienso en algo?” contestó la rubia sin poder contener una sonrisa “Esa mente tuya…se me haría raro si no estuvieras pensando en algo” explicó la morena pausando por unos segundos “Y bueno, siempre suspiras de ese modo” Maura abrió sus ojos y la miró. “Ahora no lo dejes de hacer he” advirtió la morena apartando un mechón dorado del rostro de la mujer. “No tengo estudios en cómo leer macro expresiones como ciertas personas” susurró antes de elevar el rostro de la rubia un poco con uno de sus dedos bajo su mentón y capturar sus labios una vez más. “Pensé que te basabas en tus habilidades como detective” susurró Maura sobre los labios de la morena al separarse. “Eso ayuda” dijo Jane rodeando a Maura en sus brazos con cuidado de no tocar el vendaje en su brazo. “Gracias” susurró Maura volviendo a recostarse sobre el pecho de Jane “¿Hmmm?” “Por llamar a mi madre” dijo Maura “No tienes que agradecerme por eso Maur, es tu madre y merecía saber y estar a tu lado” Maura suspiró y se relajó. “Me debo de ver horrible” dijo Maura unos segundos después. Jane soltó una carcajada al escuchar lo que la rubia había dicho. “Te ves hermosa como siempre querida” dijo Jane aun riendo contagiando la rubia con su risa. A unos metros de la habitación estaban las dos madres hablando con el doctor que había atendido a Maura. Constance se despidió de él y las dos mujeres regresaban hacia el cuarto hablando la una con la otra entretenidas. Ángela detuvo a Constance con su mano y cuando la mujer la miró confusa Ángela le hizo un gesto con la cabeza hacia la habitación donde se encontraban sus dos hijas. “Nunca he visto a Maura sonreír de ese modo” dijo Constance con una sonrisa dibujándose en su rostro. La felicidad de su hija era lo que más deseaba en este mundo y, aunque no se le diera bien el papel de madre; por lo menos como ella hubiera deseado, siempre deseó lo mejor para su hija.

“Lo mismo digo de mi Janie” Ángela caminó hacia una banca que había en el pasillo y Constance la siguió sentándose a su lado. La escena de las dos mujeres abrazadas en la cama era tan hermosa que se les hacía difícil interrumpir. “Siempre planeaba citas para Jane” dijo Ángela riendo. “¿Citas?” preguntó Constance mirándola arqueando una de sus cejas “Si, hijos de mis amigas, hasta Maura le presentaba hombres, ¡una vez hasta salieron en una cita doble!” Ángela dirigió su mirada hacia la habitación una vez más, Jane parecía estar contándole algo porque movía sus manos de un lado a otro y Maura la miraba con una sonrisa y de repente empezaba a reír a carcajadas. Constance observó la escena también. “Maura siempre me habló mucho de Jane, cuando llegó a Boston no tenía amigos, una vez que conoció a Jane supe que estaría bien. Aunque…nunca imaginé que terminarían enamorándose” “Yo nunca pensé que a Janie le gustaran las mujeres…aunque creo que si me escuchara decir eso me diría que sólo es Maura” dijo Ángela poniendo cara de pensativa. “Esas dos estaban ciegas para no haber visto lo que tenían entre ellas mucho antes” Constance la miró con una mirada confusa y Ángela decidió explicarse mejor. “Las miradas, tenías que ver” dijo la otra mujer subiendo un poco el tono de voz por la emoción. “Se miraban con unos ojitos y siempre tocándose y bueno, un poco así” dijo señalando hacia la habitación de las dos mujeres. “Pero sin los besos” corrigió con los ojos abiertos y una sonrisa al ver como las dos mujeres se besaban. “Me perdí mucho” dijo Constance arrepintiéndose por la distancia que tenía con su hija. No había visto a Maura hacía ya unos meses y si no fuera por las llamadas telefónicas del mes, no sabría ni siquiera quien es Jane. “Puedes recuperarlo” dijo Ángela mirando a la mujer a los ojos. “Eso espero, me quedaré un tiempo en Boston. Richard vendrá por un tiempo también” “¿Su esposo?” “Si, no ha visto a Maura en unos meses también, aunque ellos tienen más comunicación” dijo Constance mirando sus manos suspirando. “¡Podrían venir un domingo a la casa!” dijo Ángela tratando de animar a la mujer “Nos reunimos la familia todos los domingos, Maura ha ido muchas veces, podríamos darle una sorpresa” dijo guiñándole un ojo a Constance a lo que ella respondió con una sonrisa asintiendo con su cabeza. “Bueno, creo que ya es momento de entrar ahí” dijo Ángela levantándose. ----

“¡No puedes darle torta a Bass Jane!” exclamó Maura mirándola seria. “Lo sé, lo sé, sólo bromeaba cariño” decía Jane sin dejar de sonreír y alzando su mirada al escuchar la puerta deslizarse. “Espero que no estemos interrumpiendo” dijo Ángela guiñándole un ojo a Jane. “Para nada Ángela, Madre” Maura se incorporó un poco sentándose al lado de Jane mirando las dos mujeres. “¿Cuándo puedo ir a casa?” preguntó la rubia. “Impaciente” susurró Jane con un tono bromista “No le gustan los hospitales” dijo Constance con una sonrisa sentándose recostándose en la pared al lado de Ángela. “¿¡QUÉ!?” dijeron Jane y Ángela a la vez mientras Maura sonreía nerviosa “Pe…pero eres forense, ¡la directora!” exclamó Jane mirando la mujer incrédula “Porque sea forense no quiere decir que me guste los hospitales Jane…” la mujer suspiró y la miró apenada “Trato con…bueno, mi trabajo…pero no me gusta que me traten a mi” explicó. Jane la miró por unos segundos con la boca abierta por la sorpresa y fue remplazado por una sonrisa. “Cuando pensé que no podrías ser más encantadora, sales con cosas así” susurró Jane llevando sus manos entrelazadas a sus labios y depositando un beso sobre la mano de Maura. “Eso no tiene nada de encantador Jane” objetó Maura “¿Vez a lo que me refiero?” le dijo Ángela a Constance “Ya entiendo” respondió Constance sin despegar sus ojos de las dos mujeres “¿De qué hablas Ma?” inquirió la morena mirando a su madre “Nada, nada” dijo Ángela moviendo su mano de un lado a otro como intentando de sacarle importancia “Hija” interrumpió Constance intentando no reír por las acciones de Ángela. “Ya puedes salir, el doctor sólo quería tenerte en observación por un tiempo, ya me ocuparé de terminar los papeles” “Gracias madre...” agradeció la rubia y miró a la detective a su lado “¿Me llevas a casa por favor? En verdad no me gusta nada los hospitales…y…” pausó mirando la bata “Esto es, nada elegante” al terminar la última palabra escuchó las risas de las mujeres en la

habitación presente y resopló antes de unirse a ellas también. Después de las últimas semanas, la ansiedad, la presión, las noches sin dormir; ver a las mujeres que más amaba en su vida reír…lo hacía todo perfecto. “Ya quiero ver cuando te levantes” dijo Jane entre risas “¡Jane!” exclamó Maura dándole un golpecito en el brazo. Unos segundos pasaron y la madre de Maura se acercó a las dos mujeres con una sonrisa. “Estoy muy feliz por ti hija” dijo colocando su brazo sobre el hombre de la mujer. “Me quedaré un tiempo aquí en Boston…así podré verte más” la mujer miró a Jane “Y conocer más a la mujer que hace tan feliz a mi hija” Jane asintió con una sonrisa. “Iré a terminar tus papeles e iré a mi apartamento, mi asistente a dejado veinte mensajes en mi móvil” “¿No me digas que no le avisaste que cancelaste la exposición?” preguntó Maura asombrada “No tuve tiempo” dijo Constance riendo. Maura sabía que de vez en cuando su madre le hacía cosas así a Ruby, su asistente. Por suerte, eran mejores amigas desde hace muchos años. “¿Cuento con que Jane te llevará a casa? “Claro” dijo Jane antes de que Maura pudiera contestar. “Lo más pronto posible” rogó Maura mirando a la morena poniendo los ojitos que sabía que Jane no se podía resistir a ellos. “Te visitaré en la mañana” dijo Constance despidiéndose con un beso en la mejilla. “Yo haré lo mismo” dijo Ángela cuando Constance se retiró de la habitación. “¡No apagues tu móvil!” le advirtió la mujer a su hija apuntándole con uno de sus dedos. Jane resopló asintiendo con la cabeza. No pasaron mucho más tiempo en el hospital. Cuando salieron Constance ya había terminado los tramites y se había marchado. Jane estaba alegre de haber llamado a la madre de Maura, no tenía idea de cómo Constance iba a reacción pero, al ver que todo salió mejor de lo que esperaba y que Maura conoció un lado de su madre que nunca imaginó; supo que no se equivocó con su decisión. Lo más importante para la morena en esos momentos era el bienestar de la mujer que en ese instante se estaba sentando en una silla de ruedas y protestando pero obedeciendo por ser protocolo del hospital. La detective intentaba dejar a un lado los pensamientos relacionados con todo lo que había ocurrido unas horas antes, para ser más preciso, intentaba no pensar en Anita. Anita estaba en la estación y Jane lo sabía, pero también sabía que sus compañeros Frost y Korsak se estarían ocupando de todo, pero, ella tenía que hablar con esa mujer cara a

cara en algún momento. El momento podría esperar, Maura la necesita en este instante y ella necesita sentir a la mujer en sus brazos después de estar tan cerca de perderla. El camino hacia la casa de Maura fue en silencio, la rubia iba con sus ojos cerrados. Jane hubiera pensado que estaba dormida si no fuera por sus manos entrelazadas y el dedo pulgar de Maura acariciando la cicatriz en su mano. La morena sonrió sin desviar su mirada del tránsito, si la situación fuera diferente Maura le estaría diciendo lo inapropiado que era conducir con solo una mano. Jane estaba agradecida por el contacto, aunque Maura se pusiera en su modo Google, Jane sólo le hubiera sonreído. Sin hacerle mucho caso, porque no dejaría ir de su mano. “Llegamos cariño” dijo Jane estacionando el carro en el garaje de Maura y llevando sus manos entrelazadas a sus labios depositando un beso en la mano de la rubia. Maura abrió sus ojos a medias mirándole con una sonrisa “¿Necesitas ayuda?” “Jane…puedo caminar, solo use la silla de rueda para salir del hospital por ser protocolo” dijo Maura mientras cerraba la puerta de su auto. “Es solo un —“sus palabras fueron cortadas por un quejido. La morena se acercó rápidamente a ella y agarró su brazo con cuidado observando el vendaje; no estaba sangrando” “¿Sabes que soy jefe de medico verdad?” dijo Maura mirando a la morena con una sonrisa dibujada en sus labios “Es solo que olvido que la tengo y…” “Y vas como si nada” dijo la morena mientras abría la puerta hacia del garaje que iba hacia la cocina. “Supongo que aun debo de tener algo del efecto de los medicamentos” “¿Dra. Isles suponiendo?” preguntó Jane con un tono burlón mientras se sentaba en la esquina del sofá al lado de Maura. “No…pero…dadas las consecuencias y el medicamento que me han administrado es lo más pro…hmmm” Maura fue callada por los labios tibios de la morena, le tomó unos segundos procesar lo que había ocurrido pero una vez procesado respondió al beso siguiendo el ritmo de los labios de la morena. “Creo que me gusta esta forma de hacerme callar” susurró Maura con una sonrisa rozando los labios de Jane con los suyos. Jane sonrió tontamente y envolvió a la mujer en sus brazos con cuidado de no lastimarla. Maura suspiró felizmente y retomaron la posición que tenían en el hospital, su rostro sobre el pecho de la morena y sintiendo esos brazos protectores a su alrededor. “Te ofrecería una copa de tu vino favorito después de este día…pero no creo que aun puedas beber…” a esto Maura sólo respondió suspirando profundamente. “Tengo todo lo que quiero aquí” susurró moviendo un poco su rostro escondiéndolo en el

cuello de la morena. Sus palabras emitieron corrientes de electricidad por el cuerpo de la morena. La simple idea de que con sólo unas palabras, la mujer entre sus brazos tuviera ese efecto en ella…era…algo desconocido; no encontraba una explicación. Nunca se había sentido así con otra persona, la magnitud de sus sentimientos hacia Maura, nada se podría comparar. Pero no necesitaba una explicación para entender lo que sentía o él porque era tan…increíblemente maravilloso. Con solo sentir su respiración en la piel de su cuello, el calor emitiendo de su cuerpo y su corazón latiendo junto al suyo, eso era todo lo que necesitaba; explicaciones eran innecesarias…solo quedaba el sentir. En el sofá se quedaron hablando de cosas al azar, en el fondo las dos querían evitar hablar sobre lo que había pasado pero no podían escapar de eso por siempre. “No es tan grave como piensas…fue sólo un roce…la gravedad de mi estado se dio por la pérdida de sangre…” dijo Maura después de unos minutos en silencio. Sintió como el cuerpo de Jane se volvió rígido y pensó que no debió de decir eso… “¿Cómo puedes decir eso Maura?” el tono se Jane más elevado que en sus previas conversaciones, puso sus manos sobre los hombros de la rubia y la alejó lentamente de ella para mirarle a los ojos. Las imágenes de Maura sentada en aquella silla con sus manos atadas hacia atrás y su cabeza inclinada a un lado…la sangre, intentaba contener sus lágrimas. Ya había mantenido su compostura por tanto tiempo que ya empezaba a quebrarse. “Lo siento…no debí…” Maura tenía sus propios miedos y recuerdos. Parte del tiempo que Anita la tuvo secuestrada Maura se mostraba calmada, pero cuando la mujer le disparó… todo se hizo pedazos. Sabía que unos centímetros más y hubiera sido un disparo mortal, no sabía si Anita la estaba torturando o simplemente había fallado en su intento de matarla. El que la mujer no terminara con ella después de herirla, le dio la respuesta, ella sólo se estaba divirtiendo viéndola sufrir. Eso le dio algo de esperanza…daría más tiempo para un posible rescate, sólo pensaba en Jane, como después de tener lo que tanto deseo por tanto tiempo…iba a durar tan poco. Ahora todos esos recuerdos eran una imagen borrosa…solo tenía algo claro, y eso era que Jane la salvó. “Lo importante es que estás aquí…que estás bien” dijo Jane mirando como los ojos de la rubia se opacaban. Su tono era suave esta vez. “Siento no haber llegado antes…” murmulló Jane atrayendo la rubia a sus brazos una vez más. Sintió como el cuerpo de Maura temblaba y dejaba salir sus lágrimas libremente mientras ella la sostenía como si de ella dependiera su vida. Si de algo se arrepentía Jane, era el de no llegar antes…salvar la mujer entre sus brazos de tanto dolor. Las dos mujeres se fueron a dormir juntas a la habitación de Maura. La mujer le había preguntado si podría quedarse con ella esa noche; sabía que Jane quería lidiar con Anita. Para su sorpresa Jane aceptó, la morena no quería alejarse de ella ni por un segundo. Anita podría esperar, no iría a ningún lado y así ya se iba acostumbrando a lo que sería el

resto de su vida. Jane hizo algunas llamadas antes a Korsak, había dejado todo listo para el día siguiente. Esa noche las dos mujeres durmieron tranquilamente por primera vez en semanas. ----

CAPITULO VEINTICUATRO El móvil de Jane había estado sonando ya por unos minutos. Dos llamadas perdida de su madre. Maura se quejó moviéndose entre los brazos de Jane. Las dos mujeres sabían que si se trataba de Ángela…hasta que no contestaran…no dejaría de llamar. “Por favor…contesta…” gruño Maura. Jane miró hacia el móvil, estaba en la mesita de noche y eso quería decir que tendría que desenredarse de Maura. Con un resoplo molesto agarró el móvil. “Ma… ¿Qué quieres?” dijo la morena regresando a su previa posición sonriendo mirando como Maura se volvía a aferrar a su cuerpo. “Eso no es forma de hablarle a tu madre, mujercita” “Ma…” “¿Qué no puedo llamar para saber cómo está mi hija y mi futura nuera?” “¡Ma!...no empieces…” dijo Jane con un tono prevenido. Maura entreabrió sus ojos mirando el rostro de la mujer. Jane alejó el móvil y le susurró a Maura “Mi madre llamándote nuera otra vez” Maura soltó una carcajada, Ángela era única. “Eso suena a que están bien” dijo Ángela escuchando la risa de Maura de fondo. “Si Ma, estamos bien…” “Bien…ves que no es tan difícil decirle a tu madre como estas” Ángela pausó unos segundos “Frankie no regresó ayer a casa, me dijo que las cosas en la estación están un poco loca, ¿me imagino que no has ido? “No, pero” Jane levantó su mano izquierda mirando su reloj “Ya iré, a lo que se refiere Frankie ha de ser a los medios de noticias Ma, no te preocupes ¿sí?” “Está bien Janie, cuídate y cuida de Maura” dijo antes de terminar la llamada “Quiero ir contigo” dijo Maura sentándose al borde de la cama mirando a Jane por encima de su hombro.

“¿A la estación?” preguntó Jane sorprendida “Si, no puedo quedarme aquí mientras lidias con todo esto” dijo mientras se diría al baño para mirarse en el espejo. “Habrá muchos medios de noticias a la entrada…pensé que…” “Esto se puede cubrir fácilmente con un flequillo…y algo de maquillaje” la corto Maura mientras observaba cuidadosamente su rostro. “Está bien” dijo Jane aun no muy segura si era lo correcto…no por los medios…si no por Anita. Jane buscaba algo de ropa limpia en la parte que Maura había separado para ella en su closet. Se había quedado tanto en su casa en las últimas semanas que había traído algo de ropa de trabajo por si acaso. Maura se quiso bañar a solas y Jane entendió y se bañó mientras en el cuarto de invitados. “¿Me ayudas?” preguntó Maura asomando su cabeza por la puerta del baño. No había querido ducharse con Jane pensando que podría vestirse a solas. No quería que Jane viera su herida. “Claro cariño” respondió Jane notando el tono inseguro de Maura. “Termina el vendaje por favor…” pidió Maura evitando la mirada de Jane. La morena se acercó y tomó en sus manos la venda, ya Maura había cubierto la herida con una vuelta. Jane lo hizo con todo el cuidado del mundo por miedo de lastimarle o hacerlo muy fuerte. “¿Así está bien?” preguntó al terminar. Maura miró su brazo y sonrió. “Perfecto” dijo premiando la morena con un beso rápido en sus labios “Ahora dame unos minutos para terminar” Jane asintió y salió a la habitación, terminó de vestirse. Lo regular, pantalones, chaqueta y el pelo algo alborotado. Al terminar se sentó sobre la cama de Maura mirando la puerta cerrada. Habían pasado quince minutos y ninguna señal de Maura. “¿Sabes?” dijo Maura desde adentro “Me gusta la idea de tu madre” Jane se quedó boquiabierta. Le tomó unos segundos para saber a qué se refería Maura. Se levantó de la cama caminando hacia la puerta del baño pero Maura se adelantó abriéndola dejando a Jane inmóvil. “Te ves… ¡guau! Parece que no tienes nada” “Las cosas que pueden hacer el maquillaje, ¿lista?” preguntó dirigiéndose a la puerta para salir pero fue detenida por la mano de Jane en su muñeca. La rubia se giró con una

mirada confusa. “¿De verdad te gustaría?” preguntó Jane con un brillo en sus ojos “No me imagino la vida con alguien más que no seas tú” fue la respuesta de Maura antes de girarse con una sonrisa dándole la espalda a Jane y saliendo de la habitación dejando la morena con la boca abierta que se fue convirtiendo en una sonrisa de oreja a oreja al repetir esas palabras en su cabeza. --“Buenos días Maura, ¿Cómo sigues?” preguntó Korsak al ver las chicas salir juntas del elevador con una taza de café en las manos. “Mucho mejor Korsak” respondió Maura con una sonrisa y siguió a la morena que buscó una silla y la colocó al lado de su escritorio para que se sentara. Unos minutos después Ángela apareció con una taza de café en su mano y una mujer que se parecía demasiado a Maura. “Constance…” dijo Jane levantándose de su silla sin soltar la mano de Maura. -----

CAPITULO FINAL Habían pasado dos semanas desde que el caso fue cerrado. Todo había vuelto a la normalidad en el trabajo, bueno…los criminales no descansaban pero todo era lo usual. Anita terminó en la cárcel con varios cargos, y estaría tras rejas por el resto de su vida. Constance había cumplido con su palabra y se había quedado en Boston, visitaba a Maura algunas noches y hasta salían de compra juntas. Jane solo fue la primera vez y juró que nunca más lo haría…esas dos mujeres juntas eran peor que su madre en una tienda; no esperaba menos. “Maur…es solo la casa de Ma… ¿Por qué te demoras tanto?” gritaba Jane desde la cocina mirando el reloj de reojo. “Ahora no Joe…anda a jugar con Bass” le dijo la morena a su mascota que no dejaba de correr a su alrededor. Desde los acontecimientos de hace dos semanas, las dos mujeres pasaban las noches juntas, unos días en el apartamento de Jane, otros en la casa de Maura. Ninguna de las dos se había quejado, las dos querían estar juntas. “Porque sea la casa de tu madre no quiere decir que no deba ir presentable…además… Ángela invitó a mi madre…” dijo Maura mientras bajaba por las escaleras alisando su blusa con sus manos.

“Guau… ¿Cómo es que no dejas de sorprenderme?” Jane ojeó la mujer de pies a cabeza boquiabierta. Maura le sonrió sonrojada y Jane se acercó a ella colocando sus manos en la cadera de la mujer “Me gusta cuando llevas el pelo así” susurró la morena sensualmente, sus labios rozando la piel del cuello de Maura. Lo llevaba recogido en una coleta. “Jane…” susurró Maura mordiendo su labio inferior “Llegaremos tarde” “Si llegamos tarde…eso sería por tu culpa” suspiró Jane tomando delicadamente el rostro de la rubia entre sus manos y besándola hasta dejarla sin aliento. “Soy la mujer más afortunada de este mundo” sonrió Jane sobre los labios de Maura tomándola de la mano guiándola a la salida, el sonido de la risa de Maura la hacía sentir mariposas en el estómago --“Ma… ¿podrías dejar de mirar por la ventana?…la señora pensará que tienes algún tipo de problema” Ángela se giró con una mirada que hizo que Frankie se encogiera y movió su cabeza negativamente de un lado a otro. “Me dijeron que estarían aquí a las siete, ¡ya están tarde por quince minutos!” “Ma…vienen prácticamente todos los domingos…darles un descanso” Frankie se arrepintió de decir esas palabras al segundo que salieron de su boca. Los domingos para la familia eran sagrados. “¡Mejor ve y ayuda en la cocina!” Frankie resopló y le sonrió a Constance “Bienvenida a la familia Constance, una pisca de locura y el resto más locura” “¡¿Pero Frankie!? Constance…te puedo asegurar que aquí nadie está loco” dijo Ángela sonriendo observando como la mujer no podía contener la risa. “Aja” se escuchó Frankie decir desde la cocina. Afuera de la casa Jane estacionaba el auto de Maura y suspiró al apagar el motor. Era la primera vez que Constance conocería a toda su familia…todos…en el mismo lugar… unidos…solo le rezaba a dios que todo saliera bien y que la mujer no se fuera corriendo por la puerta trasera. “¿De verdad me veo bien?...mi madre es muy…” “Lo sé cariño…y no hay nada con vestir casual…y tú querida… no sé cómo le haces pero aun vistiendo casual…me dejas muda” aseguró Jane mirando los vaqueros denim y ascendiendo su mirada al escote.

“Jane…estás haciendo eso otra vez” mencionó Maura refiriéndose a la mirada de Jane. “Perdona, es difícil…no mirar” dijo riendo sonrojada “Tienes suerte de poder tocar también” susurró Maura guiñándole antes de salir del auto “Ufff…esta mujer me quiere matar” se dijo a sí misma. “¿Preparada?” preguntó Jane antes de tocar la puerta y fue sorprendida por su madre abriendo la puerta rápidamente dejando a las dos mujeres con los ojos abiertos procesando lo que había acabado de ocurrir. “Ma… ¿estabas detrás de la puerta?” preguntó Jane arqueando una de sus cejas “¡Bingo!” gritó Frankie desde la cocina “Buenas noches Ángela” saludó Maura sin poder dejar de sonreír. “Madre, me alegra mucho que hayas podido venir” “Hija…te ves… ¡muy bien¡” comentó Constance sinceramente observando a su hija de arriba abajo. “Gracias madre…” dijo Maura suspirando aliviada. Las dos mujeres se sentaron en el sofá de la sala charlando con Frank mientras los otros Rizzolis se habían marchado a la cocina. “Menos mal que llegaron, pensaba que Ma saldría a buscarlas en cualquier minuto” le dijo Frankie mientras cortaba unos tomates “Oye…que estoy aquí a tu lado” se quejó Ángela señalándolos con el cuchillo que estaba usando para cortar las otras verduras. “Cuidado Frankie” dijo Jane burlona. “Perdona por la demora Ma…ya sabes cómo es Maura…se demora mucho en arreglarse” Jane estaba llevando su mano hacia unos chocolates y Ángela le dio un golpecito haciendo que retractara su mano rápidamente. “Claro…arreglándose” añadió Frankie sin quitar su vista de su tarea. “¡Pervertido!” exclamaron Jane y Ángela a la vez dándole otro golpecito al hombre. “¡Oigan! Eso es peligroso mientras estoy cortando” exclamó Frankie mostrando el pequeño cuchillo de cocina y Jane lo miró arqueando una de sus cejas intentando aguantar la risa.

“¿Todo bien por aquí?” preguntó Maura asomándose a la cocina. “Todo bien cariño…sólo Rizzolis siendo…Rizzolis” “A ver cuándo tendremos otra Rizzoli” susurró Ángela bajito que solo los dos hermanos pudieran escucharla. “No otra vez” “Ahí va…” dijeron Jane y Frankie a la vez. “¿Qué?” preguntó Maura con una sonrisa. No había escuchado lo que Ángela había dicho pero si lo que los hermanos dijeron. “Nada cariño, mi madre siendo mi madre” le dijo a Maura acercándose a ella y rodeando su cadera con unos de sus brazos. “¿Para cuándo estará la comida Ma? Estoy muriendo de hambre” “Aún no…estamos esperando a otro invitado” dijo Ángela terminado de preparar la ensalada. “¿Otro invitado?” preguntó Jane confusa. En ese momento alguien tocó la puerta y todos miraron hacia la puerta. “Y creo que acaba de llegar… ¿Por qué no contestas la puerta por favor Maura?” le pidió Ángela. Maura miró a Jane desconcertada y la morena encogió sus brazos. No tenía idea de quien podría ser. Maura hizo como Ángela le pidió y fue a abrir la puerta. Al abrirla iba a saludar pero al ver al hombre parado enfrente de ella sus palabras se ahogaron en su garganta. “¿Padre?” dijo Maura en un susurró, no se lo podía creer. Se lanzó a sus brazos abrazándolo con fuerza. “Siento no haber podido venir antes hija…” Padre e hija estuvieron abrazados por unos instantes. Todos miraban la escena con una sonrisa en sus rostros. “Hablé contigo hace unos días por teléfono… ¿Por qué no me dijiste que vendrías?” preguntó Maura sin poder borrar la sonrisa de su rostro. “Porque así sería una sorpresa…quería venir antes, pero sabes que estaba en Hong Kong…y el saber que tu madre estaba a tu lado era un alivio…además…quiero conocer a Jane en persona”

Al escuchar su nombre Jane sintió como su garganta se secó y su corazón se aceleró en apenas un segundo. Maura se giró buscándola con la mirada y le hizo una seña con la mano para que se acercara. “Un placer conocerlo señor” lo saludo Jane tomando su mano firmemente mirándole a los ojos “Me gusta” le dijo Richard a Maura con una sonrisa dejando ir la mano de Jane que ahora estaba sonrojada por el comentario del padre de Maura. “Puedes llamarme Richard” dijo el hombre sonriendo. Maura la miró con la misma sonrisa y Jane sólo podía asentir sonrojada. “Richard” dijo por fin logrando articular alguna palabra. “Eso” dijo el hombre riendo. A pesar del aspecto que daba su traje, su carácter era amable y hasta me atrevería a decir…dulce. La comida terminó siendo mucho mejor de lo que Jane pudo esperar. Las dos chicas se habían sentado juntas y miraban como sus padres interactuaban el uno con el otro mientras tomaban unas copas de vino. Maura y Jane se ofrecieron a limpiar los platos, dejando a sus padres conversar a solas en la mesa. “Mejor de lo que esperábamos ¿no?” dijo Maura tomando un sorbo de su vino mirando a sus padres. “Mucho mejor” Jane se terminó de secar sus manos y se colocó detrás de Maura rodeando su cintura con sus brazos y apoyando su mentón sobre su hombro. “Al parecer mi padre se lleva muy bien con Frank” dijo mientras observaba como los dos hombres se reían y Frankie los miraba arqueando una ceja. Jane se imaginaba que lo más probable es que se estuvieran riendo de él. “Estaba más preocupada por mi madre… ¿sabes que las dos planearon todo esto? Ma me acaba de decir hace unos minutos” “Me gusta tu madre” dijo Maura girándose en los brazos de la morena para besarla. “Hmmm” me gusta ese vino” dijo la morena pasando su lengua por su labio provocativamente. “Ejem” Ángela entró en la cocina. Las chicas se separaron sonrojadas, Maura ayudó a Ángela con el postre y Jane utilizó el momento para algo que había pensado desde hace unos días y este era el momento perfecto. “¿Una linda noche verdad?” dijo Richard al notar la presencia de la mujer. El hombre había salido unos minutos al portal.

“Una de las mejores” respondió Jane introduciendo sus manos en los bolsillos de sus vaqueros. “He leído mucho de ti en el periódico…eres una de las mejores detectives de Boston… muchas personas te ven como una héroe…especialmente mi hija” “…No me veo como un héroe…es mi trabajo el proteger la ciudad… y Maura es lo más importante para mí, siempre la protegeré” “Lo sé…se nota que se aman, nunca vi a mi niña sonreír de ese modo” Jane no pudo evitar sonreír “La veo muy feliz, y espero que la sigas haciendo muy feliz” dijo el hombre mirándole a los ojos. “Ella también me hace muy feliz a mi señor, digo, Richard…y por eso quería hablar con usted” “Dígame” el hombre se giró mirando expectante “En algún momento…” comenzó Jane tratando de ocultar su nerviosismo “No quiero apresurar las cosas con Maura…pero quiero que sepa que cuando el momento sea correcto…pienso pedirle a Maura que se case conmigo…y espero tener su bendición” dijo Jane, no estaba preguntando…pero tener la bendición del padre de Maura era algo que ella sentía necesario. Especialmente para Maura. Jane sentía como si su corazón se detenía mientras esperaba la respuesta. Una sonrisa empezó a dibujarse en el rostro del hombre y Jane empezó a relajarse. “Si mi hija está feliz, que eso es indiscutible…tienes mi bendición” el hombre se rió al ver como los hombros de Jane se relajaron notablemente y soltó un suspiró que llevaba aguantando por varios segundos. “Pero no la hagas esperar mucho he” Jane se sonrió nerviosa y en ese momento Maura abrió la puerta avisándoles que el postre estaba servido. ---“¿Ahora si me vas a decir de que estabas hablando con mi padre?” preguntó Maura mientras se quitaba los tacones. “No” dijo Jane saliendo del baño con su short de pijamas y su blusa de Boston homicidio. “¿No hay nada que pueda hacer para hacerte cambiar de pensar?” preguntó Maura con un cambio en su tono de voz que hizo que Jane la mirara arqueando una de sus cejas y una sonrisa. Maura se acercó a ella y con un suave empujón hizo que Jane callera sobre la cama y Maura la siguió sentándose encima de ella tomando sus manos sosteniéndolas en el lugar al lado de la cabeza de Jane. Maura miró a la morena a los ojos notando como se oscurecían con deseo y sus labios se entreabrieron.

“Tendrás que probar…” dijo Jane en un susurro casi inaudible. Maura sonrió y se inclinó hasta tener sus labios rozando provocativamente los de Jane. “Ese es mi plan” susurró Maura antes de mordisquear el labio inferior de la morena antes de besarla con deseo. El beso no comenzó suave y lento, pero con cada segundo que pasaba se convertía más necesitado, más hambriento. Jane deslizó sus manos por debajo de la blusa de Maura acariciando su espalda baja y subiendo obteniendo un gemido de la garganta de la mujer encima de ella. Cuando Maura se alejó unos segundos después, se detuvo para observar las llamas del deseo en los ojos de Jane, y una sonrisa transformó su cara. El resto del mundo desapareció, lo único que existía en ese momento era Jane. Dios, ella necesitaba esto. Maura se inclinó y la besó de nuevo, lentamente esta vez, sus caderas se oprimían suavemente contra el cuerpo de Jane. Ahora era turno de la morena para gemir. Maura agarró el borde de la blusa de Jane y se la quitó tirándola al suelo. Sus labios se encontraron una vez más encajando a la perfección. Alternaban entre besos y sonrisas mientras se deshacían de sus ropas elaborando gemidos y jadeos de sus labios. “Mmm Dios” dijo Jane entre dientes sintiendo el cuerpo desnudo de Maura sobre el suyo. Sentía sus manos recorrer su costado hasta llegar a sus pechos y tomarlo por completo en su mano, mientras su boca húmeda cubrían el otro. Jane abrió sus ojos para encontrarse con los ojos de Maura mirándole directamente sin detener sus acciones. “Dios” gimió Jane mordiendo sus labios enredando los dedos de una de sus manos en el cabello de Maura. Su mente vagamente reflexionando sobre su nueva definición del paraíso. Maura tenía a Jane a su merced. Su cuerpo se estremecía debajo del suyo. Reaccionando a cada roce, a cada movimiento de sus caderas, a cada beso. Maura besó su clavícula, su hombro, mientras su mano subía por el muslo de Jane. La morena instintivamente separó sus piernas un poco más. “Mírame” susurró Maura dejando un beso sobre los labios entreabiertos de Jane. La morena entreabrió sus ojos, para encontrarse con los ojos y el rostro sonrojado de Maura. Una sonrisa apareció en sus labios antes de arquear su espalda gimiendo el nombre de Maura al sentirla dentro de ella. Sus piernas rodearon a la rubia. “Eres hermosa” dijo Maura con la respiración entrecortada antes de enmudecer los gemidos de la morena con sus labios. Sus brazos aferrándose a la rubia como si su vida dependiera de ello. Sus movimientos se hicieron más rápidos y los gemidos de la morena cada vez más audibles. “No pares” pidió Jane entre gemidos. Maura sonrió con su rostro escondido en el cuello de la morena mordisqueándolo e hizo sus movimientos más rápidos y más fuertes llevando a

Jane al clímax. “Guau…” suspiró Jane aun con la respiración agitada. Maura sonrió dejando un beso en su hombro antes de dejarse caer sobre ella. Jane la miró apartando su cabello de su rostro, dejando un beso en su frente sudorosa. “Te amo Maur” susurró Jane alzando el rostro de la mujer con su dedo besándola suavemente. “Y yo te amo a ti Jane…” las dos mujeres se miraron con una sonrisa tonta. Jane la rodeó con sus brazos y Maura se acurrucó cerrando sus ojos con una sonrisa. En la cama yacían dos mujeres dormidas, que a pesar de sus diferencias, tenían una cosa en común. Estaban locamente enamoradas la una de la otra .

FIN

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