ABORIGENES CHILENOS ATRAVÉS DE CRONISTAS Y VIAJEROS RESUMEN

June 28, 2018 | Author: Emina Ishino | Category: Spanish Empire, Inca Empire, Indigenous Peoples, People, Foods
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ABORIGENES CHILENOS ATRAVÉS DE CRONISTAS Y VIAJEROS – HORACIO ZAPATER Capítulo I: Agricultores del norte. Las poblaciones Indígenas de los valles. 1. Atacameños Su vestimenta se destaca principalmente principalmente por el uso de “hábitos”. “hábitos”. A las mujeres les cubría los brazos hasta los codos y las piernas hasta las rodillas. Tenían el pelo color negro y lo usaban largo. Eran sedentarios y vivían en aldeas. Vivían en casas de adobe y dobladas en sus entresuelos hechos de gruesas vigas de algarrobo, el techo era de barro. Tenían apartamentos pequeños de adobe a manera de hornos, que les servían para guardar maíz, papas, frijoles, quínoa, albarroba albarroba y chañar. Las casas casas tenían 2 separaciones, separaciones, una que era donde estaba la habitación habitación donde dormían dormían y el menaje o cocina. En la otra parte era una bóveda, donde enterraban a sus familiares. Tenía gran importancia el culto a los antepasados, enterraban a las personas con un ajuar funerario que contaba de ropas, joyas y armas (flechas y hondas). Crían en los chamanes que podían comunicarse con el espíritu sobrenatural, inhalaban tabaco e ingerían líquidos para entrar al trance. Su lengua era el Cunza. Sus antepasados se llaman Lipes. 2. San San Ped Pedro ro de Atac Atacam ama a La base de su alimentación eran los frutos del algarrobo y chañar, consumían de vez en cuando carne de llama, guanaco o vicuña, la más común era el carnero. Su vestimenta era configurada de lana de llama o ovejas, teñidos por las mujeres. Sus viviendas estaban construidas de barro, pocas de adobe, el piso era suelo natural y usaban puertas de madera. Vivían en clases, había 5 Ayllos y un alcalde por cada uno. Su lengua era el Aymara. 3. Diag Diagui uita tass Chil Chilen enos os Se encontraban en la zona de mayor fertilidad, el valle del Copiapó, se daba una variedad y abundancia de frutas como frejoles, papás, algodón, quínoa, algarrobas, chañares y calces. Destacan también sus yacimientos mineros de plata y cobre, entre otros. Sus vestimentas eran de algodón. Tenían la práctica de la poligamia, quienes tenían más poder y estatus social podían tener hasta 10-12 mujeres, el resto 1 o 2. Entierran a sus muertos, pero no muy hondo, le echan cal a la tumba, también entierran sus armas, ropas y joyas. Creen en el sol por influencia Incaica, usan y creen en la predestinación, la funciona adivinatoria de los chamanes que entran en comunicación con espíritus sobrenaturales. Sus armas armas son lanzas largas largas,, dardos dardos,, arcos arcos de flechas flechas,, hondas hondas y macanas macanas,, también también usan usan cueros cueros de animal animales es para para defenderse. Tienen tácticas de combate parecidas a las de los mapuches. 4. Vall Valle e del del Huasc uasco o Su alimentación también se basaba en cultivos agrícolas de albarrobas, chañares, calces, maíz, frisoles, quínoa y zapallos. zapallos. Tomaban bebidas alcohólicas alcohólicas de algarroba algarroba y maíz. En sus fiestas se emborrachaban emborrachaban y no era mal visto. Sus vestimentas son de lana y algodón. Tenían jefes llamados Sangotay, dependían políticamente del Cuzco porque el valle fue conquistado por los Incas. Sus ritos eran similares a los de los Diaguitas, pero no hablaban su misma lengua. 5. Vall Valle e de de Coq Coqui uimb mbo o En este territorio se registran más precipitaciones lo que hace que haya un aumento en la densidad de población. También cultivan las mismas hortalizas que las civilizaciones anteriores, destaca el autor la fertilidad del terreno y que se podía sembrar todo fruto proveniente de Europa., plantas y árboles, aparece el Arrayan. Estos indios tenían una lengua propia. 6. Vall Valle e del del Lima Limarrí Tenía muy poca población, también hay muchos árboles frutales, destacan el algarrobo y el arrayan, aparece el espinillo. La población general usa ropas de hierbas que se llaman cabuya majalan, y los más pudientes vestían con lanas. Enterraban a sus muertos en los campos y hablaban con el “demonio”. También hablan una lengua distinta a los indígenas del Valle de Coquimbo.

Capítulo II: Cultivadores del centro sur. Los pueblos araucanos. Desde el río Choapa al archipiélago de Chiloé se hablaba el idioma araucano. Hipótesis de Latcham: el origen de los Mapuches es distinto al de los otros pueblos de lengua araucana. Eran una tribu que habitaba en la pampa, atravesaron la cordillera y se introdujeron entre pueblos agroalfareros. Crítica: se critica esa hipótesis diciendo que los argumentos son demasiado débiles. Pueblos araucanos: Picunches, Mapuches, Huilliches, Cuncos, Pehuenches y Puelches. Se podría llamar a su lengua “mapuche” pero se le llama lengua araucana para evitar confusiones.

A. Los Picunches En el siglo XVIII hay una disminución en la población por el mestizaje y asimilación cultural española. La base de su alimentación era el maíz cultivado en el valle del río Mapocho. Sus vestimentas también variaban según su status económico, los pobres andaban vestidos con mantas hechas de hierbas y los ricos con lanas. Las mujeres usan una manta desde la cintura hasta la rodilla, con los pechos descubiertos y otra tela que les cubre la espalda y los hombros, usaban el cabello largo y abundante. Usaban adornos en el cuerpo, se pintaban la barba, pechos, muñecas y brazos, con rayas o una media luna, o lo que fuera. Tienen un sistema numérico hasta el 10, decimal de influencia Incaica. Sus viviendas eran separadas unas de otras, se juntaban en ferias. En la guerra usaban adornos como plumas en la cabeza y pintura en la cara, sus armas eran dardos, picas, arcos de flechas. Jugaban juegos de azar donde se apostaban todo lo que tenían incluso a las hijas y mujeres. Tenían una jefatura dual, Tanjalongo mandaba la mitad del valle a la mar y Michimalongo mandada la mitad del territorio hasta la sierra. En caso de guerra elegían un jefe militar, quien lo era por ser esforzado y respetado. Existía el cacicazgo hereditario, donde el primogénito toma el cargo, pero si no tiene hijos con la primera mujer, aunque sí con la segunda, el cargo pasa al hermano del cacique actual o al pariente más cercano. Celebraban fiestas y como se expuso anteriormente usaban pinturas para adornar sus cuerpos, aquí también lo usan, si bien se emborrachaban ocurrían muchos envenenamientos, los chamanes también participaban de estas fiestas, pero se alejaban de la comunidad para ponerse en contacto con los espíritus, en estado de trance ofrecen sangre de sus propios cuerpos, lo más común era cortarse la lengua. Po otro lado, ocupaban magia para curar enfermos con piedras, palos y yerbas. Ofrecían culto a los astros como herencia de los Incas, principalmente el Sol y la Luna. Para los ritos fúnebres se reunían los amigos y parientes para invocar al espíritu sobrenatural que protegía al difunto, lo enterraban con un ajuar de ropas y semillas, cantaros, ollas y escudillas. Los parientes se pintan el rostro de negro.

B. Los Mapuches Despoblación del Valle del Mapocho: Los indios del valle de Mapocho disminuyeron en número rápidamente con la conquista española. Habían más de 25 mil indios y quedaron en 9 mil indios por las guerras pasadas y, también, por el trabajo de las minas. Indios Pormocaes: La Provincia de los Pormocaes se encontraba a siete leguas al sur de la ciudad de Santiago. Estuvieron bajo la dominación incásica y los incas los designaron con ese nombre por su manera de vivir. Pormocaes significa “lobos monteses”. En idioma y vestimenta eran similares a los indios del Valle del Mapocho pero en modo de vida más primitivos. Los mapuches tuvieron una heroica resistencia a la dominación española. Defendieron con constancia y firmeza su tierra contras los enemigos. La población indígena era muy densa en la zona. El cultivo de la tierra constituía la base de su alimentación. Cultivaban maíz, papas, quinua, madí, ají y frijoles. Cultivaban más de treinta diferentes tipos de papa. Algunos alimentos típicos mapuches eran: caldillo de papas, pollos muy aderezados, envoltorios de maíz, carne con papas, carne cruda con sal y ulpo (harina tostada con agua). Otros derivados del maíz como: chuchoca, humitas, mote y ulpo, pasaron a ser alimentos populares en la cocina chilena. También era muy común el ñachi. Una bebida fermentada típica era la chicha de maíz. En la labranza de la tierra se utilizaban algunos instrumentos y esta actividad tenía un espíritu comunitario y festivo. Entre las herramientas se encontraba el hueullo, un tenedor de tres puntas. Estos días son de regocijo y entretenimiento para ellos, porque el dueño de las chacras mata muchas terneras, ovejas y carneros. Además, hay muchas cántaras de chicha y diversos fogones con asadores de carne. El hombre preparaba el terreno y hacía los camellones mientras que la mujer sembraba. No existía relación entre patrón y jornalero. Familiares y vecinos se ayudaban mutuamente. A cambio, el dueño de la chacra los agasajaba con carne y chicha.

Las tierras donde cada familia habitada provenían de sus antepasados, quienes les habían sacado sustento por la agricultura. Cada familia tiene su territorio y éste no le es disputado por ningún otro. Criaban auquénidos, pero éstos eran escasos. Eran reservados para las festividades. Otros animales eran el perro, thegua y gallina. La pesca constituía otra fuente de alimentos. Cogían peces en el río Imperial con cañas de coligüe. Hacían los instrumentos y recipientes culinarios de piedra, madrea y greda. De madera hacían sus platos, cucharas y jarros para beber chicha. Además, tenían grandes tinajas de greda. Otra industria era la cestería. Hacían fuego con piedra, aserrín y un palito. Conocían el arte textil. Las mujeres hilaban y tejían la lana en telares. El tinte lo sacaban de las raíces. Hombres y mujeres se vestían de lana. Andaban con unas camisetas sin mangas, unas especies de pantalones que se ataban a la cintura y ponchos. Las mujeres en vez de pantalones usaban faldas. Los hombres llevaban el pelo por sobre las orejas y encima de los ojos. Las mujeres usaban el pelo largo, trenzado con cintas. Las mujeres usaban llancas, piedras verdes colgadas en el cuello. El frente fluctuaba entre 28 y 56 metros. De 2 a 8 puertas. Su tamaño dependía de la función que desempeñaba. Las puertas y techos de las casas estaban adornados con tallas de madera en forma de águila bicéfala. Habían otras figuras como: gatos, zorras y tigres. Estos postes eran signos totémicos vinculados a linajes o clanes cuyos antecesores míticos serían algunos de estos animales. En la erección de una ruca participaba toda la comunidad. El material utilizado consistía en madera y paja. La planta de la ruca podía ser cuadrada o redonda. Clavaban las varas en el suelo y las unían en la parte superior. Construir la casa con ayuda era un factor de prestigio pues significaba que el dueño tenía amigos y parientes de quienes valerse. Se convocaba a todos sus parientes y a toda la provincia. La casa se edificaba en tres etapas. En la primera, se clavaban las varas en el suelo. En la segunda, se envarillaba y, en la tercera, se cubría el armazón de paja. Cada una de estas fases terminaba en una fiesta. Las personas de un status social más alto tenían que cuidar su prestigio al construir la ruca. Así, se empeñaban en que las fiestas duraran varios días. Además, sus más cercanos le obsequiaban animales para ayudar con los gastos. En retribución el dueño los invitaba a comer chicha. Cuando terminaba la fiesta, se hacía una especial para las esposas, quienes habían ayudado y servido en las anteriores. Se repartía la labor de cubrir con paja la ruca entre cuatro cuadrillas. La primera que terminaba, ganaba. No tenían divisiones internas y había tantos fogones como mujeres vivían en ella. Los fogones estaban bien provistos de ollas, asadores y sartenes. Eran los núcleos de la vida cotidiana, familiar y social del indígena. Usaban muebles que hacían con trozos o troncos de árbol que hacían de sillas y mesas. Comían sin manteles ni servilletas. Además, sus camas se preparaban con pieles de animales. Tenían sábanas y almohadas de lana. Levantaban una especie de cobertizo para cubrirse de la lluvia y del sol. Para ello, utilizaban grandes hojas y varillas. Las viviendas eran dispersas, sin formar  pueblos. Las ubicaban en la ribera de algún río o riachuelo.  Al acontecer alguna novedad, la comunicación entre las rucas se hacía con señales de humo. No tenían medio de transporte terrestre, pero para cruzar los ríos o realizar cortas travesías marítimas, contaban con balsas de paja y canoa (troncos de árbol ahuecados). Para su construcción usaban totora, juncos, cortadera y carrizo. La canoa de mayor tamaño tenía capacidad para 30 personas. Periódicamente los miembros de la comunidad, convocados por el toqui se reunían en la orilla del río que estaba rodeado de árboles. La gente participaba de banquetes, intercambiaba productos y se concretaban matrimonios. El matrimonio era una especie de contrato entre familias, cuando entregaban a la novia, la familia de esta tenía que ser  compensada económicamente. El hombre podía tener las mujeres que quisiera, mientras las pueda mantener. Cada mujer tenía una semana el cuidado de su marido. Como era un contrato el divorcio era relativamente fácil. Si la mujer  abandonaba al marido, se devolvía el dinero que habían dado por la mujer. Si la esposa se volvía a casar, el segundo marido compensaba al primer marido. Las mujeres eran bienes económicos. Si la doncella se casaba acostaba con un indio y le regalaba la flor de la virginidad, la familia procuraba de impedir el matrimonio para que se casara con un candidato más rico. Normalmente huían por amor. Acostumbraban a pagar dotes o a dejar una oveja muerta a la familia de la novia en la casa. Matrimonio por captura: el padre sabía que le iban a robar a la hija, tenía una tácita aprobación, el novio se la llevaba al bosque tres días y después arreglaba con el suegro. Después de esto, era aceptado por los parientes. Se celebraba la fiesta nupcial al contraer matrimonio un cacique. Tres días antes de hacia una fiesta, que era un ensayo de cantos. El día del matrimonio el cacique recibía a todos, incluso invitaban a gente de la zona. Procedían a matar los animales que eran parte de la dote de la novia, los parientes e invitados aportaban con chicha como regalos. A veces las fiestas duraban 4 o 6 días bailando, cantando, hasta que se acabaran las bebidas. En los matrimonios, las doncellas quedaban borrachas y era justo el momento para que se concretaran matrimonios futuros. La mujer se llamaba “rucan domo”. Y se asociaba a 3 ideas importantes: Mujer, Casa, Quehacer doméstico. La primera esposa es siempre la más importante, y es mirada por las demás como la “verdadera” esposa. Ella lleva el nombre de

“huindomo” y dirige los negocios domésticos. Las otras se llaman “inandomo”, mujeres secundarias. El trabajo de las mujeres tenía un valor económico importante y los maridos dependían de ellas. Se dedicaban a cosechar, cargar agua, hacer ponchos, mantas. Los hombres eran para mandar y las mujeres para obedecer. Un grupo de parentesco más extenso que la familia se llama clan. Los clanes de los Mapuches, eran totémicos. El padre les heredaba todo a sus hijos, sus bienes materiales y sus dignidades. Se ponían apellidos con significados sol, sapo, león, etc… los nombres y los apellidos son de mucha importancia, derivaba de dónde venían. Los clanes estarían divididos en dos mitades, para construir un KAWIÑ o una unidad tribal. El sistema mapuche de parentesco ha sido clasificado en la organización tipo social Omaba. Entre los mapuches los grados de parentesco vistos por el hombre son distintos, que si son vistos por el lado de la mujer. Pertenencia de los hijos al linaje del padre, la madre solamente los da a luz. Se acostumbraba a ir cambiando el nombre al ir pasando la persona por diferentes periodos de su vida. Son aproximadamente 3 cambios de nombres, cuando nace, cuando sirve para trabajar hasta que se casa y otro cuando se casa. Cuando las mujeres pasaban de “niñas a mujer” la tradición decía que no se les podía decir por sus nombres reales porque se podían morir. Y las suegras con los yernos tenían que hacer lo mismo. Solían bañarse diariamente. Cuando la mapuche daba a luz, iba al rio a bañarse y a bañar a la guagua, “quillay” era  jabón. Decían que eran muy limpios, barrían los patios o casas todos los días. En la cocina eran iguales, lavaban las ollas, caras y manos. También la india siempre se peinaba, si veían la ropa sucia se la quitaban y la lavaban. La higiene en todo sentido es fundamental tanto para hombres como mujeres. Eran muy educados, era normal que pararas y te tomaras una botija de chicha antes de irte de la casa de alguien. Se podía estar en una ruca el tiempo que se quiera sin pagar nada. El invitado era especial, al recibir a un huésped se hacía una ceremonia: se preguntaba no solo por el huésped, sino por los familiares de este. El huésped también debía hacer lo mismo. Las fiestas eran de más de dos cuadras de largo, una especie de ramadas, había una gran cantidad de chicha y carne que la proporcionaba el cacique que hacia la fiesta y sus parientes. En las gradas levantadas en el recinto bailaban las doncellas y los mozos. Las mujeres mapuches solteras se presentaban en las fiestas con adornos libidinosos para atraer  a los hombres. Estas fiestas duraban 4 a 5 días lo que causaba mortalidad infantil porque los padres estaban borrachos, los ahogaban, los abandonaban, etc… Juego de chueca: en la legua araucana se llama palitún, se juega con palos de coligue y una pelota dura de madera, (es parecido al hockey) El juego duraba una tarde y apostaban animales, comida, prendas de vestir, etc.. Las mujeres también practicaban este juego. Los hombres jugaban casi desnudos. Invocaban a los dioses para ganar o perder, el dios era el Pillán. Todos se reunían a ver los partidos y los que jugaban bien gozaban de prestigios sociales. Al terminar  se celebraba con chicha. Juegos de destreza y fuerza: se llamaba el catutún-penso. Consistía en formar un círculo de diez u ocho personas cogidas de la mano en cuyo centro ponían a un niño, los atacantes trataban de desarmar el círculo y raptar al niño. Era un juego muy brusco. Juego de pelota: llamado pilma, juego con dos pelotas de viento. Juegos de azar: se hacían apuestas, utilizaban como dados unas habas partidas por la mitad y pintaban con puntos el interior. Otras veces usaban piedras. Eran etnocéntricos, tal como otros pueblos ágrafos, tenían conciencia de grupo. Se llamaban a sí mismos Reche, hombres sin mezcla, puros. El levo, consistía su unidad política y territorial, estaría dividido en dos clanes, cada uno de los grupos contaba aprox. Con 1500 a 2000 indios. Cada una de estas unidades estaba estructurada, se reunían en ciertas épocas del año. Cabezas de clan, denominados caciques eran los jefes, era el más digno o más anciano, era elegido para que los gobernase. El cacique tenía una autoridad débil porque si se mostraba imperioso no hacía caso el subalterno. Entre estas cabezas de linaje estaba el toqui, el cual era conocido por ser la más antigua y de noble estirpe. Había dos tipos de toquis, uno para la guerra, que era dueño del canelo y otro para la paz, era del hacha de paz. Este cargo era hereditario. El toqui de guerra o militar, convocaba a la guerra sacando su hacha negra ensangrentada. Enviaba a los otros caciques, una flecha enrojecida con sangre y en la punta unas lanas coloradas, que indicaban en cuantos días más se reunirían. Retornaban los instrumentos al primer toqui para que supieran que todos estaban de acuerdo. El día señalado se  juntaban, había mucha chicha, y se ponían de acuerdo en cuantos guerreros iba a poner cada uno. Elección del caudillo, se elegían a los más valientes para ir a la guerra. Tienen una organización militar muy ordenada, no le temen a la muerte. Se organizan de la siguiente manera, la prima fila del escuadrón está protegida por hombres con capas de

cuero, armada con largas picas de cobre. La segunda fila están armados con lanzas, después venía la hilera de los conas, armados con lazos de bejuco. También era característico que usaran cabezas de animales para dar más temor. Celebraban ceremonias al iniciar la guerra, el lugar para concentrarse se llamaba lepan, ahí se juntaban los guerreros. El toqui de guerra primero dice unas palabras, se sacrificaba un animal, se le sacaba el corazón. Pasaba el corazón del animal por todos los caciques y finalmente se ofrendaba. Mientras el toqui hacia sus rezos, los indios gritaban y golpeaban con los pies la tierra. Se comían el animal sacrificando, era una comida ritual, un compromiso de los guerreros. El guerrero mapuche era solidario. Hacían ritos para el sacrificio de un prisionero, la víctima era obligado a realizar una serie de actos mágicos. Su corazón era comido y su sangre ofrendada. Este ceremonial era narrado. Para hacer las paces también se hacía por medio de una oveja de color blanco. Los que se comprometían a guardar paz se comían una parte del corazón y untaban con sangre hojas de canelo. Ponían las armas en un hoyo y echaban tierra y plantaban un canelo. Existía una clase sacerdotal, que hacia ceremonias de carácter sagrado y proponían la paz. Tenían un simbolismo cromático, los colores tenían diferentes símbolos. El negro representaba guerra, tormenta o lluvia. El blanco o el azul, paz o buen tiempo (sol) La moral mapuche prohibía matar, robar o quitarle la mujer a otro indígena. Pero no se consideraba que obraba inmoralmente la persona que se embriagaba o que tenía relaciones sexuales siendo soltera. La justicia se basaba en que un acto era delito cuando implicaba el agravio a otra persona, por lo que la parte afectada debía ser compensada. Los Toquis y los Caciques actuaban como jueces. Algunos delitos, como el de homicidio y adulterio, se podían saldar económicamente, mientras que a los hechiceros se le otorgaba la pena de muerte. Los delitos de robo eran juzgados de la siguiente manera: Por ejemplo si un indígena robaba una vaca, debía de devolver el doble de vacas robadas al dueño. Si éste eludía su condena, se realiza una junta, en donde todos los asistentes de la justicia iban a la casa del ladrón y cada uno de ellos sacaba una vaca para su uso personal. Las crónicas del s. XVI y XVII no registran creencias en un ser supremo. La religión de los mapuches se centraba en creencias animistas (de las almas). El Pillán estaba en el cielo y el Wekufe en la tierra o en el mar. Por mando del pillán nacen o no los cultivos, a éste se le ofrenda sangre extraída del propio cuerpo. También el pillán del cielo o Guenupillán es el que manda a todos los otros seres malévolos. Solo los espíritus de las personas con prestigio social podían a llegar a ser pillanes. Las almas de los Caciques se encontraban en lo volcanes, así cuando éste erupcionaba manifestaba su cólera. Pero otras veces sus almas se convertían en moscardones, para así entrar en las rucas y participar en ellas. Las almas de los soldados se manifestaban en forma de truenos y relámpagos para acompañar a sus compañeros guerreros. Se quemaban sus cuerpos para que así, por medio del fuego y el humo, subieran más rápido al cielo y se conviertan en pillanes. El wuekufe o huecub, era un ser por esencia dañono, todos los males de la naturaleza y del hombre se le atribuían a él, por ejemplo: enfermedades, malas cosechas, falta de peces en los lagos, etc. Todo lo infausto, es el Wuekufe, excepto las muertes provocadas con armas de acero. En definitiva el Pillán era un concepto animista, el cual se encontraba en el cielo o en los volcanes. Era objeto de culto, y se le ofrendaba con sangre o chicha. Ayudaba en las guerras, con los cultivos y con la salud. El Wuekufe recidía en la tierra o el mar. Venía de afuera, y donde se introdujera causaba daños y mal. Los mapuches estaban ubicados en medio de estos dos planos. Buscaban el apoyo de los Pillanes y trataban de contrarrestar la acción de los Wuekufes. Las personas intermedias a estos seres protectores o malévolos eran las o los machis, adivinos y brujos. Su principal misión era curar a los enfermos de diversos males. En el machitún o curación mágica, el Chamán entraba en estado de trance por medio de humaredas y se comunicaba con el Pillán. Ese proceso le permitía conocerla causa de las enfermedades y cuál era el enemigo responsable d e utilizar  el Wuekufe para provocar el daño. En la última fase del ritual el machi se sentía poseído por el espíritu.  A los adivinos se les denominaba "dungube", es decir, el que hace hablar. Los consultaban por distintas finalidades, ya sea para recordar a algún ser querido, otros para recuperar cosas pérdidas o robadas, etc. El adivino dejaba su ruca y desde fuera realizaba los conjuros. Desde el interior de la ruca se oía una voz que respondía a las preguntas del agorero. Posiblemente el adivino tendría condiciones de ventrículo para realizar estas artimañas. Los mapuches también creían en los sueños, creían en las premoniciones. Mientras machis y adivinos gozaban de prestigio, los brujos eran odiados y temidos. Si una persona gozaba de buena salud, y sin causa alguna caía enfermo, o moría, había siempre un responsable del mal. Alguien le había tirado un Wekufe, o una flecha invisible provocándole el daño. La magia estaba omnipresente en la cultura mapuche. Creían en las supersticiones. Algunos signos eran favorables y otros nefastos. Por ejemplo al ser sacrificado un prisionero de guerra

se les mostraba la cabeza; si ésta rodaba y quedaba mirando al enemigo era una buena señal, en cambio si los miraba hacia ellos era una mal augurio. El signo de la muerte era un pájaro llamado "meru", y cuando se posaba en alguna casa significaba alguna muerte dentro de la familia. Mito del diluvio: En este mito se expresan creencias mágicas y un aspecto de dualismo araucano (el bien y el mal). La versión del Padre Diego Rosales señala que el indígena veneraba algunos cerros elevaos. El mito constituía la enseñanza para las generaciones futuras. Narraba que en la cima de estos montes vivía una culebra sagrada, Tenten, la cual se preocupaba de cuidar a los mapuches, pero había otra culebra, la cual les deseaba las desgracias llamada cacaivilu. Esta última un día quiso levantar las aguas de los mares, por lo que Tenten advirtió al pueblo mapuche para que subieran a lo alto de los cerros, pero los que no alcanzaron a llegar también fueron salvados convirtiéndose en peces. Desde ese momento se dice que las doncellas que van al río son acariciadas por estos peces y luego quedan embarazadas, y de ahí proceden los linajes que hay en ellos. Esto explica la conexión entre una especie animal y un linaje (rasgos totémicos). La sociedad mapuche tenía magos y hechiceros que tenían poderes mágicos sobre la naturaleza. Se les dominaba Dueño de la tierra (Nguenmapu), Señor del Cielo (Nguenuenu), Dominados de los gusanos y de las pestes (Nguenpiru). Estos magos usaban varios medios para hacer que llueva o fingir que mandaban a las lluvias que lloviese. Primero esperaban que esté nublado o corriendo el viento norte para empezar con sus rituales. En estas ceremonias o rituales utilizaban piedras redondas, las ponían junto al fuego, y luego, echaban cantidades de tabaco hacia las nubes haciendo sus invocaciones. Sin embargo, no siempre resultaba, pues llovía sólo cuando Dios quería. Cuando resultaba, el hechicero recibía todas las adoraciones, pero cuando no generaban lluvias o por el contrario generaban demasiadas (llovía por muchos días, siendo peligroso para los sembrados), el hechicero se hacía el enojado y les echaba la culpa a ellos. En los mapuches existían los brujos denominados calcu(practicantes de magia negra). Las ceremonias se realizaban en el interior de una cueva subterránea. Los instrumentos que usaban en estas juntas eran canutos y varillas de canelo, yerbas y distintos excrementos. Para llegar a ser este tipo de hechicero debían beber orina de perro, tragarse un corazón de gente y ponerse una máscara de un pellejo sacado de cara humana. La muerte era considerada como el viaje del alma a unos “campos tristes, fríos y destemplados” ubicado al otro lado del mar. Para el indio después de la muerte existía otra vida, con las mismas necesidades vitales. Por ejemplo, un padre, al morir su hijo, le aconseja que en la otra vida coseche mucho alimento, para que cuando llegue él y su mujer estén abundantes de especies. Las ceremonias fúnebres estaban naturalmente vinculadas a la idea de que las almas corporales migraban a la tierra de los muertos. El muerto se colocaba en un ataúd y era llevado a la cima de una loma a través de una procesión. En esta procesión se caminaba a la cima del monde cantando cantos fúnebres, acompañado de innumerables sollozos y llantos. Cuando llegaban a la cima llenaban el cajón con distintos objetos y alimentos (la madre le daba su olla de papas, el padre el cantarillo que llevaba; los demás le echaban un cántaro de chicha, un asador de carne de oveja de la tierra, maíz, tortillas, ají, entre otros). Luego de llenarlo, tapaban el cajón con tierra. El primero en echar tierra sobre él era el padre. Para los caciques el procedimiento era distinto. Se colocaba al cacique en un ataúd, pero luego se cubría por otro ataúd y se enterraban entre dos árboles juntos o sobre fuertes horcones.

C. Los Huilliches La bibliografía del siglo XVI proporciona más información acerca de los huilliches, en cambio, aquellas del siglo XVII proporciona escasos datos. La zona de Valdivia estaba densamente poblada en la época de la conquista. La vivienda en Valdivia y Ancud era similar a la ruca de los Mapuches. Se dice que estas viviendas eran muy buenas casas. En Ancud tenían seis puertas y eran confeccionadas con varas y cubiertas con una paja llamada coirón El cultivo de la tierra era la base de la alimentación. Se cultivaba maíz, frijoles y papas. Las islas grandes de Chiloé, especialmente Ancud eran tierras sorprendentemente fértiles y protegían sus sembrados de papas con un cerco de cañas. Resalta la crianza de auquénidos. Cada indio tenía dos, cuatro y hasta ocho animales. Los caciques tenían hasta veinte. Otra fuente de alimento era la pesca y la recolección de mariscos. Tanto el archipiélago de Chiloé como Valdivia abundaban de peces y mariscos. El pescado de la costa era trasladado al interior. Los Huilliches se vestían como los de la provincia de concepción. Usaban adornos de cobre. La vestimenta de Chiloé, por ser tierra muy fría, usaban vestidos abrigados, calzones y camisetas, mucetas de lana (en lugar de capas) y sobreros de lana. Las armas estaban hechas de nudillos de cordel de la hierba. Así formaban las lanzas y las ondas, cuya punta de la vara era poderosa. Estas armas las llevaban colgadas al hombro.

La embarcación típica de la zona era la dalca (o piragua), más bien conocida como canoa. Eran construidas de la siguiente manera: Tres tablas largas cosidas unas con otras con cordeles formados por corteza de unas cañas (las cuales no se pudren con el agua). Por encima de la costura colocaban una cascara de árbol, la cual impedía que entrara agua a la canoa. Utilizaban el fuego para encorvar las tablas, es decir, formar las curvas propias de la canoa. La embarcación era manejada por un indígena que se ubicaba en la popa con una pala o canaleta. Luego, estaban ocho a diez remeros. Uno de los tripulantes desaguaba constantemente el agua (con una batea) que se filtraba por las tablas cosidas, ya que siempre había cierta cantidad de agua que se pasaba. Cuando había viento suficiente, se colocaba una vela, por lo tanto tenían remos y vela a la vez para movilizar la embarcación. Se destaca la gran calidad que estas canoas tenías; ninguna embarcación superaba su capacidad para trasladarse por los golfos que hay entre las islas. La sociedad se organizaba de la siguiente manera: Existía un gobernador que dividía el territorio en parcialidades o cabíes, gobernados por un cacique. Estos cabíes a la vez se dividían en compañías menores llamadas machullas, las cuales eran pocos indios sujetos a un superior (aunque este superior dependía del cacique). Se hace la similitud con clanes y bandas. Las machullas serían los clanes y los cabíes corresponderían a las bandas. La lengua de los Huilliches presentaba algunas diferencias dialectales con la habla de otras zonas. El levo es un grupo comunitario, el cual se reunía algunas veces al año, por quince o veinte días. Se reunían para intercambiar productos, embriagarse, hacer justicia para mantener la unidad de los cabíes, prepararse para la guerra (era obligación cumplir las tareas militares), realizar ceremonias chamanísticas y permitir que hijas u hermanas solteras contraigan matrimonio. El matrimonio era por compra, pues se compraba la mano de la hija, dando una cierta cantidad de ovejas al padre. Cualquier tipo de delito podía ser compensado económicamente, pero si el culpable no cumplía con las pagas, la pena es de muerte. Postes totémicos se colocaban en las puertas de sus casas como señal de linaje. También, colocaban tigres, leones, gatos o perros en las puertas en señal de grandeza. La religión astral incaica no se propagó en esta zona, pues no se adoraba ni al sol ni a la luna, ni tenían ídolos ni casa de adoración. Atribuían a los hechiceros el poder de controlar las plagas y los roedores, colocando a todos los roedores en un agujero. Las costumbres funerarias eran similares a la de los Picunches y Mapuches.

Capítulo III: Los montañeses: recolectores del pehuén y cazadores de guanacos Grupos indígenas que vivían de la recolección del piñón y de la caza de guanacos. Se distribuían de norte a sur en los siguientes grupos étnicos: A. Chiquillanes: Banda oriental de la cordillera. Es considerada la banda más bárbara de todas las chilenas. Tiene un idioma corrupto. Presenta un escaso desarrollo cultural y una baja densidad poblacional. Viven en toldos de cuero y semidesnudos, cubiertos con una piel y adornados con pinturas faciales. Comercian la sal en la frontera extraída de las grandes lagunas de la cordillera. Transitan de un lado a otro mudando las tolderías.

B. Pehuenches: Se ubican al sur de los Chiquillanes, desde Chillán hasta el volcán Lonquimay. Su principal alimento es el pehuén. Al haber tantos de estos árboles hacen con él pan, vino, etc. Es la principal cosecha a cierto tiempo del año. Por esto, guardan los piñones en grandes silos hechos debajo de la tierra.

C. Huilliches cordilleranos: Eran nómades y vivían en tolderías. Viven en parcialidades con sus caciques. Se visten con un poncho y calzones a excepción de los jóvenes. Mientras no se casan no usan calzones y los envuelven en una manta. El cambio de estatus se manifiesta con un ritual y con el cambio de vestimenta. El poncho está reservado para los casados y guerreros.

D. Puelches: Se ubican al sur de los Pehuenches. En la otra banda de la cordillera, en el paralelo 39 y 40 y al oriente de la cordillera. Su dieta alimenticia tiene como alimento principal la carne de guanaco. Presentan una escasa densidad poblacional, no sobrepasan los veinte o treinta indios. Son un pueblo nómade que se traslada de un lugar a otro como los gitanos. Caza de guanacos, leones, tigres, venados, gatos monteses y aves. Bebidas: bebidas alcohólicas elaboradas con la fruta muchi. Realizan el trueque para adquirir productos agrícolas de la gente del valle. Para esto, bajan a los llanos para reunirse con la gente de febrero a finales de marzo porque después había mucha nieve en la cordillera. Sus armas son arcos, flechas y boleadoras. En las puntas de sus dardos hay veneno (yerba coliguai), el cual mata dentro de 24 horas a la persona a no ser que se le aplique sal en la herida. Sus relaciones pacíficas y bélicas con otros pueblos eran inestables (del amor al odio). Vestimenta confeccionada con cueros de guanaco (mantas). Se ponían tocados en la cabeza y se pintaban la cara con varios colores. Vivían en comunidad, tenían sus casas juntas y formaron calles. Al mudarse, se trasladaban con todas sus cosa, de acurdo a las necesidades de la caza. Incursionaban a las comarcas vecinas para robar. Lo más importante para ellos era la mujer y los hijos. Si el hombre ve que la mujer que se ha comprado no tiene hijos, le paga a un indio con muchos hijos (buen engendrador) para que le haga hijos en su mujer. Sacrificios de animales: realizan sacrificios de animales sobre una roca, la cual bañan en sangre y luego adoran.

E. Poyas y Guilipoyas: Se ubican desde el río de los Suárez (LabquenLeubú) hasta la tierra de los Caucahues y desde la cordillera todas las pampas hasta el mar del norte. Al norte el lago Nahuel Huapi, al sur el golfo de Penas, al este el Océano Atlántico y al oeste la cordillera. La carne de vaca remplazó la carne de guanaco. Con cuero de ovino levantaban sus tiendas. Embarcaciones para cruzar los ríos usaban odres inflados de guanaco. En señal de luto se cortaban los brazos con cuchillos. Hay una diversa poligamia. Las mujeres tienen por los menos dos hombres como marido.

F. Caucahues: Se ubican entre la cordillera y las playas del golfillo de los Evangelistas. Desde el golfo de Penas hasta los 52 grados y medios. Armas de varas gruesas de maderas que las tiran como garrochas.

G. Onas: Se ubican en la isla grande de la Tierra del Fuego, en la boca del Estrecho de Magallanes. Los hombres son soberbios, grandes y fuertes. Andan desnudos con pellejos de guanaco. Se untan en el cuerpo y la cara con una tierra blanca semejante al cal. Presentan una escasa densidad poblacional. Sus casas son hechas con pellejos de guanacos y ovejas, al igual que sus zapatos. Armas arco, flecha y palo (macanas). Su modo de vida está limitado por el escenario físico. El medio geográfico impuso una dura economía de subsistencia, la cual impidió una división y especialización en el trabajo. Tuvieron que desarrollar una técnica rudimentaria.

Capítulo IV: Los Ribereños: pescadores y recolectores de marisco 1. Changos Fueron las poblaciones indígenas que merodearon por la costa septentrional y central de Chile, obteniendo su alimento del mar.  Algunas poblaciones del litoral al quedar maginadas en los procesos de cambio operados en los valles nortinos continuaron con sus antiguas faenas de pescas, a estos indígenas se les denominaba “camanchacas” porque los rostros y cueros se les ha vuelto como una costra colorada durísimo, el autor sugiere que esa pigmentación la tenían por beber  sangre de lobo marino. Balsas de cuero: Se fabricaban con piel de lobo marino, de remo utilizaban una “pala como canaleta”. En la zona del Norte chico se valían de un arpón de hueso para pescar. En Arica ponían al instrumento una púa de cobre. Al extremo de la fisga estaba amarrada una soga de cuero. En esta zona en general se pescaba atún, tollos, congrios, dorados, jureles, pulpos, entre otros. La caza más peligrosa era la de la ballena. Sus recipientes de lobo marino eran llenados con lonjas de ballena. Estas se derretían por el calor del sol y se convertían en aceite, que constituía su bebida ordinaria. Tenían estos pescadores una primaria división del trabajo “cada género de pescador mata el género de pescador a que se aficiona y no otro”. Los indígenas que mataban lobos marinos se especializaban en confeccionar las balsas. Estas embarcaciones les servían para uso propio y para intercambiarlas por otros bienes de consumo. Creían que en la otra vida seguirían con sus faenas pesqueras, y cuando mueren mandan a que encima de su sepultura pongan todos sus utensilios de pesca. El francés Alcides D Orbigny describe cómo vivían los pescadores nortinos. Calcula que su número no pasaría de las mil almas. Vivían dispersos por el litoral. Para hacer su habitación clavaban cuatro estacas en la tierra y ponían encima pieles de lobo y algas marinas, formando una especie de techo. Obtenían su alimento del mar como sus antepasados.  Además tenían, en ese entonces, el monopolio del contrabando comercial de la costa y servían de guía a los viajeros por  los desiertos. Por influencia de pueblos vecinos habían aprendido el arte textil. Hubo una disminución de lobos marinos, lo que genero un gran problema para los indígenas de la zona. Los modos de vida habían sufrido cambios. Los hombres se dedicaban a la pesca con sus balsas o al trabajo minero. En invierno cazaban guanacos porque no podían salir al mar. Las mujeres apacentaban las cabras, moviéndose de un lugar a otro en busca de pasto y agua. Los pescadores australes ocupaban la mitad del sur de la isla de Chiloé hasta el canal de Beagle.

2. Conchales Se ubicaron en la región del Beagle, tanto en la costa de Tierra del Fuego como en la isla de Navarino. Eran muy numerosos. En la relación del capitán Cook se muestra que la continuidad histórica de os contactos entre Yáganes y Onas. Los tres pueblos que habitaban en los archipiélagos y los canales estaban diferenciados, lingüística y culturalmente, de la restante población indígena.

3. Chonos Vivían en la zona comprendida entre los 43° y los 48° de latitud sur. Habitad “es toda la tierra horadada cuya costa es toda islas, grandes, montuosas hasta la cumbre de os cerros y es fondable y de muchos puertos buenos y limpios...”. Indios marinos que utilizan canoas, lanzas, macanas, puñales de hueso y piedra, redes, anzuelos, entre otras cosas. Se viste con lana, comen mariscos y pescados. Su habitación es en las canoas donde traen sus hijos y mujeres. Con la corteza de los árboles hacen redes, mantas y tinajas para guardar la comida. También tienen ollas para cocer el pescado. Estaban bien adaptados a su medio. Sus herramientas eran de piedra. Estos indígenas no tuvieron una conducta osada contra los españoles. Lengua: aprendieron fácilmente la lengua española.

4. Alacalufes  Al sur de los Chonos, vivían los Alacalufes. Ocupaban la porción del litoral que iba desde el Golfo de Peñas, hasta las islas al oeste de Tierra del Fuego. Los hombres tenían barba no muy larga. Su vestimenta era de piel de lobo marino o de venados. Andaban en canoas de cáscaras de árboles. Se alimentaban de carne de lobos marinos, peces y animales cruda, y mariscos. No tenían ollas ni otras vasijas. Estaban adaptados a su ambiente.

5. Yaganes El hábitat de este pueblo es el más austral del Continente. Ocupaban los canales al sur del Beagle, islas Hoste, Navarino y archipiélagos del Cabo de Hornos. Los yaganes se alimentaban de moluscos, peces, huevos de mar, bayas y setas. A veces mataban focas o descubrían restos semipodridos de ballenas. Las mujeres esperaban que bajara la marea y se encargaban de recolectar mariscos con palos puntiagudos. Su vestimenta era con piel de guanaco o de foca, se la ponían sobre los hombros. Envolvían sus pies con un trozo del mismo cuero, cerrándolo como una bolsa debajo del tobillo. Las mujeres usaban un pequeño delantal o mandil que les cubría el pubis. La manta de cuero se la ceñían a la cintura con una correa. Les encantaba adornarse, se pintaban el rostro, usaban brazaletes de huesos de pájaro. Cubrían su cabeza con un gorro de plumas blancas de pájaro. Confeccionaban sus instrumentos con materiales que le ofrecía la naturaleza (madera, piedras, hueso, etc.). Hacían arcos y flechas de madera pulida, la cuerda del arco consistía en una tripa de animal. Usaban canasto y bolsas de cuero. Se observa que entre sus cosas productos de procedencia europea: anillos, botones, paños telas, cuentas de vidrio. Los indígenas tenían gran atracción por el color rojo (telas coloradas). También codiciaban los vidrios azules. Las viviendas de los yaganes eran una especie de cúpula formada por unas estacas clavadas en la tierra cubierta con ramas y hierbas. La vida social de estos indígenas era precaria debido a que no había un gobierno, ni jefe y estaban rodeados por otras tribus hostiles que hablaban dialectos distintos. Están separadas unas de otras por un territorio neutral que permanece desierto; la principal causa de sus guerras perpetuas parece ser la dificultad que experimentan para proporcionarse alimentos. Pasaban de playa en playa en busca de alimento. Tenían pautas establecidas sobre el intercambio de productos y el respeto humano. Los bienes eran compartidos. Acostumbraban enterrar a sus muertos en cavernas o en el interior de los bosques. Su lengua se caracterizaba por los sonidos guturales.

Capítulo V: Hispanización y frontera interior  1. “Las indias que sirven a los españoles y viven en las ciudades, están muy españolizadas en el lenguaje y en el hábito" Rosales La población indígena ubicada en el norte del Bio- bio fue una minoría etnico-social, que asimilo muy bien la nueva sociedad en formación. La densidad de la población indígena disminuyó en más de 2 siglos y medio de dominación española, al inicio no se habría experimentado una notoria disminución, en el último tercio del siglo XVIII el crecimiento del mestizaje fue un factor  para la disminución indígena. La sociedad que se constituyó al norte del Bio- bio fue bastante homogénea por la hispanizacion del mestizo y el indígena. Hubo una rápida asimilación del aborigen, como ejemplo de mestizos hijos de español e india o al revés. Rosales describe la vestimenta españolizada de los indígenas, que viven en las ciudades pobladas de españoles los cuales usaban sus ropas cada vez más ya no andan descalzos. Destaca también que las indias eran muy creyentes y una vez que aprendían la religión iban a confesarse, un sacerdote da el ejemplo de que no se distinguía por su modo de hablar si era española o indígena. Otro historiador GómesVidaurre señala las causas de la disminución indígena y de su asimilación a los patrones culturales hispánicos, como la lengua y costumbres. También los mutuos matrimonios, comenzando el mestizaje. Otro factor fueron las enfermedades que trajeron los españoles, como la viruela, la cual no era conocida hasta entonces. Así los pocos naturales o indígenas que quedaron en las provincias viven con los conquistadores, observando una misma religión católica y las leyes del rey. 2. El fenómeno social que se operó al sur del Biobio fue diferente, la sociedad mapuche estuvo sometida a una presión militar y económica. A raíz de un levantamiento (1553) se intentó doblegar al indígena. Guerra de Conquista: Alonso de Góngora (capitán de conquista) señala que algunas batallas fueron sumamente crueles y duras, como por ejemplo la de Imperial en 1556. Llegaron a matar y ahogar a diez mil mapuches, quemaron sus rucas y así destruyeron su e economía, ya que en ellas guardaban las semillas para luego cosechar. Temían entonces ser  sorprendidos y debieron buscar nuevos métodos para guardar las semillas. Debido a la escasez de alimento la población comenzó a disminuir. Las exigencias del trabajo del encomendero, solicitaron mejores tratos con el indígena, ya que muchos se estaban ahorcando o simplemente dejando morir y formando un odio al cristiano. Así la situación económica y militar del indígena mejoro y tras el segundo levantamiento (1598) se dio muerte al gobernador de la época, mataron a más de tres mil españoles, tomaron prisioneros mujeres y niños. Los españoles que estaban cautivos por los indígenas comenzaron a aprender de su lengua y costumbres, había niñas españolas rubias y hermosas que nacieron ahí conociendo solo el mapudungun y no estaban acostumbradas a conocer  otra gente que no fuera indios. Muchas mujeres españolas tuvieron hijos con indígenas, luego no se atrevían a volver a su vida española, por vergüenza y tuvieron que soportar los celos de las esposas de ellos. Existían también aquellos que debido al cautiverio aprendieron la lengua nativa y servían de traductores entre españoles y nativos, para concretar  tratos. Estos generalmente eran tratados muy bien por los caciques. La guerra de la frontera a inicios de XVIII empezó a favor del indígena, quienes debido a su carácter militar se quedaban con las armas y caballos de los españoles. A demás muchos soldados españoles desertaban por miedo, también algunos les proporcionaban secretamente armas a cambio de comida. Consiguieron defender mejor sus cosechas y se reemplazó el maíz por la cebada, ya que crecía más rápido. Ahora guardaban sus cosechas en lugares escondidos en los bosques. El Mestizaje surgió después del segundo levantamiento, con mayores patrones de conducta del guerrero indígena, no se diferenciaban del aborigen, aprendían ambas lenguas y estaba marginado de la sociedad indígena. Ejemplo del cacique Chicaguala (hijo de toqui y española) quería llegar a la paz por ambas partes, pero había un odio profundo entre los dos pueblos. La guerra de la frontera provoco la división interna entre los propios mapuches, al no ser centralizado (varios líderes, toquis y tomas de decisiones).

“Indios amigos” eran guerreros indígenas que estaban en las líneas españolas, también llamados "indios de paz". Para asegurar la disciplina militar de estas huestes había españoles conocedores de su lengua, quien los guiaba. Eran muy necesarios dentro de los combates, debido a su fuerza y conocimiento de las tierras. La batalla de Petaco fue ganada (1631) gracias a los indios amigos mandados por capitanes españoles. Debido a las paces de Quillin, el cacique Catumalo movía el ejércitoespañol, destaco el poderío del imperio español, decía que ganarles era pretender un imposible. Señalo los beneficios de un trato pacifico con los conquistadores: "nosotros los araucanos, conociendo esto y favoreciendo el buen trato con los españoles que nos amparan y defienden, con gusto les dimos la paz... Los españoles por conocer que son superiores sus fuerzas, mejor su partido y más justa su causa". Los mapuches ubicando en uno u otro bando diferían muy poco de sus patrones de conducta. La mantención de la guerra estaba vinculada a intereses económicos. Los españoles e indios amigos eran las "malocas", quienes podían coger piezas y servirse de esa mano de obra esclava o venderla. Los indios de guerra también lo deseaban, era un medio de conseguir renombre, fama, robar ganado y capturar mujeres españolas. El dominio español en esta área era un problema para los mapuche y huilliches. Holandeses en Arauco, eran los enemigos de España en Europa, intentaron establecerse en el territorio araucano, creando lazos con caciques y mapuches que quisieran aliados, para batallar contra los españoles. A cambio le pedían entregar los puertos (Valdivia y Chiloé) para poder sacar oro de las minas, el que lo sacarían ya que traerían a negros africanos. El resentimiento contra los españoles podía provocar la alianza de todas las comunidades araucanas con los corsarios holandeses. Sin embargo la suerte favoreció a los españoles, ya que la nave holandesa que transportaba las municiones y pertrechos para poblar, se perdió. Después de esto los españoles fortificaron Valdivia y lo poblaron. Los modos de reaccionar de estos pueblos indígenas (mapuches,  picunches y huilliches) ante la conquista española tuvieron distintas capacidades de asimilar o rechazar las maneras de vida extranjeras. Las denominaciones de cronistas permiten ver la presencia de indios de las paz/ amigos y por otro lado indios de guerra.

Capítulo VI: Atracción de la pampa y vida pastoril en la cordillera Viajeros destacan la multiplicación de cabezas de ganado caballar, vacuno y lanar, entre los indios de Chile. Señalan que al pasar el tiempo han cambiado sus antiguas costumbres, alimento y vestimenta. Estos pueblos nómades cabalgan sin parar. Se alimentan de la carne y leche de las reses y algunas veces de su sangre. Se abrigaban de los cueros de animales y confeccionaban con sus pellejos las viviendas y armas defensivas. Los pehuenches, puelches y mapuches llevan sin duda un estilo de vida nómade pastoril, aun teniendo para ellos la ganadería muy importante para ellos. Los antiguos pueblos montañeses: Los pehuenches vivían en la región de la Araucanía. Satisfacen sus necesidades con la recolección del pehuén y carne del guanaco. Riqueza ganadera de la pampa del los siglos XVII y XVIII tratan sobre la abundancia de ganado vacuno y caballar en las vastas planicies argentina. Los animales traídos por españoles aumentaron de gran manera. Los indios moradores de la zona se alimentaban con la carne de yegua y despreciaban el vacuno. Puelches a mediados del siglo XVII comenzaron a robar ganado a bandas de las cordilleras. Distintas bandas comenzaron a asaltar para tener alimento. Ya en el siglo XVIII la guerra de las fronteras a la pampa ya estaba extendida. Donde se fueron desplazando grupos de indios cordilleranos araucanos y patagones a las planicies argentinas. Los rebaños de vaca salvajes que poblaban las llanuras trasandinas, al no ser cazadas por los indios Pampas, se multiplicaron. Los indios cordilleranos comenzaron a cazarla para comerlas y traficar su carne hacia los araucanos y propio españoles de chile. Al ir desapareciendo los rebaños de la zona, se fueron concentrando en el centro de la pampa. Al cabo de un tiempo fueron exterminadas las vacas cerriles de la región pampeana. Los belicosos araucanos para procurarse el ganado doméstico de las estancias, enseñaron a las pampas el uso de sus armas y los animaban a hacer la guerra a los españoles. Gracias a los caballos hizo más fácil la comunicación. Las guerras intertribales solían ser frecuentes algunas causas de ellas era el robo de animales, también cuando robaban a españoles y volvían a su territorio se encontraban con otros que se los quitaban. Esta vida nómade crea motivos para conflictos bélicos se atribuye a las malocas, aquellas guerras que tienen uno con otros. La guerra de frontera liberada en las planicies argentinas o en los valles cordilleranos se caracterizo por la crudeza y terror desplegado por ambos lados. 1740 se efectuaron matanzas de indios patagones al sur de la provincia de Buenos  Aires, sin causa justificada. Estas muertes provocan un alzamiento indígena en ese año. Se aliaron tribus tehuelches, huilliches y pehuenches e invadieron los partidos de magdalena al sudeste de buenos aires. Este modo de actuar provenía de un odio mutuo, originado por una secular guerra de frontera. Los varones y jóvenes son asesinados, las mujeres después de ser maltratadas cruelmente, son raptadas y condenadas también a vivir con los vencedores, tienen poca esperanza de volver a su patria. No solo las fronteras significaban guerra si no también comercio, intercambio de producto, trueque. Es una participación de los propios indígenas entre si y con los españoles. Los pehuenches y tehuelches pese a su odio mutuo, mantenían relaciones comerciales. Algunas veces lo que traficaban los indígenas con los blancos había sido producto de saqueo. Por el vino y tabaco pagaban por cualquier precio. Si hacemos la guerra con los españoles no tendrán mercado de pieles, ponchos, plumas, etc. Por lo cual mantenía buena relación para no perder su comercio.  Al adquirir prendas de vestir de los europeos o por cualquier otro medio, se difundían entre los indígenas las enfermedades contagiosas que los diezmaban. Durante el siglo XVIII hay una difusión de la viruela. Entre españoles o negros por su modo de ser; mala alimentación, falta de abrigo, remedios y el descuido, ya que los parientes se escapan para no contagiarse. La comunicación con el blanco resultaba perjudicial para los indios pampas y puelches del siglo XVIII por los vicios que contraían. Enseñándole el juego de dados, naipes, pasando grandes noches. Los pehuenches han sido el grupo cordillerano más representativo de la vida nómade pastoril del siglo XIX Los viajeros hablan sobre valiosos datos sobre su modo de vida. Estaban completamente araucanizados en lengua y en algunos aspectos de vida, pero mantenían una economía recolectora y ganadera que los diferenciaba de los mapuches y huilliches. Gran importancia a los piñores en su alimentación. Los indígenas consumen pehuenes en estado fresco, cocido o tostado. Para el invierno se le seca después de la cocción, las mujeres conocen entonces la preparación de una especie de harina, usada para confeccionar pan.

La vida giraba fundamentalmente en torno al caballo. Constituía la carne de esquino su alimento preferido. Cuando degollaban un animal aprovechaban la sangre para hacer morcilla, lavarse e limpiarse. Confeccionaban sus toldos con cueros de caballos. Cada vez que se consumía todo el pasto buscaban otro lugar para irse a vivir., instalándose nuevamente. La educación de los jóvenes pehuenche estaba orientada a que fueran buenos jinetes y guerreros desde muy chicos. Las mujeres recogían semillas y las conservaban para el invierno, trituraban el maíz entre dos piedras. Cuidaban el ganado, prepararan bebidas alcohólicas, encendía el fuego, entre otras cosas. Tejen ponchos, mantas y plumeros de plumas, entre otras cosas más. La sal constituía el principal producto para el intercambio con los colonos. Los pehuenches orientales, su cacique principal tenía autoridad y se diferenciaba de su gente por los bienes que poseía. Llama mucho la atención la obediencia que esa gente profesaba a su jefe. La autoridad del Cheoque se extendía al norte hasta Mendoza. Su poder es absoluto y su palabra es la ley hasta para sus súbditos más distantes. La idea de riqueza entre los pehuenches estaba basada en los bienes transportables; animales y adornos de plata.. El comunismo pero al mismo tiempo la libertad existía de hecho en la pampa, si se mataba un animal se repartía entre ellos. Para concertar matrimonio el novio debía pagar al suegro con caballos, monturas, adornos y armas. Se sacrificaba un animal le extraían el corazón y lo cocían en agua. El padre de la novia repartía las presas. Había ceremonias religiosas muy curiosas; en el bautizo también se ocupaban caballos como sacrificios. Y la fiesta duraba hasta que se acabara la carne y el vino. Machitun Pehuenche: En los machitunes también estaba presente el caballo como elemento fundamental de la ceremonia. Se buscaba alegrar al enfermo para que se sanara. En los entierros colocaban al difundo sobre el lomo del caballo donde lo llevaba al lugar que se enterrara, también llevaban su cama y otros utensilios del fallecido Cuando llegaban al lugar abrían el sepulcro y sacaban los huesos que encontraban poniendo la cama y al difundo y luego lo tapaban hasta el pecho cubrían el sepulcro con tierra. Luego consistía en ahorcar a los caballos que trasladaba al difuntos y sus cosas. La vida de los pehuenches constituía uno de los testimonios con más cambios, alteración del medio físico. Un pueblo recolecto y cazador paso a ser un pueblo jinete y pastor reproduciéndose en territorios americanos condiciones de vida similares a los nómades asiáticos.

Capítulo VII: Difusión de elementos culturales hispánicos y el limen del Biobío. 1. Los Mapuches y Huilliches lograron establecer, en los siglos XVIII y XIX, la frontera norte por el río Biobío, la cual se encontraba protegida por los españoles por diferentes fuertes que iban de este a oeste (entre ellos Purés, Tucapel, Yumbel, Concepción, etc.). Durante estos siglos se tuvo que reconocer que hubo en Chile dos sociedades: la pequeña sociedad de los indígenas tenía su territorio, lengua y costumbres. Pero no se había podido organizar en un Estado ni crear la noción de patria común. En cambio, los españoles sí lo habían logrado. La guerra entre estas dos sociedades, también durante estos siglos, no fue tan violenta como los siglos anteriores. Incluso se acrecentaron las relaciones entre los dos grupos. Había una relación comercial. Entre los pueblos de lengua araucana figuran: Pehuenches, araucanos, huilliches, cuncos, indios de los llanos, maquehuanos y los indios de Boroa. Los españoles introdujeron modificaciones en el ambiente cultural, social, natural y en las creencias. Los indígenas los adecuaron a su cultura pero de manera general. No les afectó profundamente. Comercio: Había tráfico. Los españoles adquirían cabezas de ganado, caballos, ponchos y mantas. Los indígenas recibían artículos de ferretería, tabaco, armas, bebidas alcohólicas, entre otros. Realizaban ferias. Los niños indígenas también se traficaban, se les vendía a los españoles niños robados y, también, los padres a sus propios hijos. La Araucanía es el destino de muchos delincuentes que escaparon de la justicia chilena. Se dice que es tan baja la calidad moral de los que llegan donde los indígenas, que no son los modelos de virtudes necesarios para educarlos. Los mapuches de mediados del siglo XIX tienen muy pocos conocimientos de su pasado: no recuerdan bien quién fue por ejemplo Lautaro o Caupolicán. No saben de la bélica guerra que pelearon sus antepasados con los españoles. Pero todas las generaciones se preocuparon de mantener el territorio intacto. Ante el menor avance, ya sea ocupado o comprado, lo detenían drásticamente. Malones, como los blancos ocuparon tierras indígenas, ellos fueron a la zona próxima a la Cordillera de Nahuelbuta y se llevaron todas las cabezas de ganado, quemando casas y pueblos.  Algunos indígenas vendían sus tierras a los blancos con contrato de compraventa, pero no sabían realmente el significado de ello. Por eso se sintieron despojados de sus tierras y cundió el odio entre su gente. Además, se llevaron a cabo juicios que les significaron grandes costos. Por esto se produce un levantamiento donde muchos blancos deben abandonar la zona. Cuando se logró la pacificación de la Araucanía entre los años 1861 y 1883, trasladando la línea de la frontera, comenzaron nuevos problemas con las tierras, ocurriendo numerosos enfrentamientos, se las usurpaban. Cornelio Saavedra dijo que era necesario respetar judicialmente la propiedad de los indígenas. El cristianismo se había difundido en la zona indígena. Ya en el siglo XVIII podía distinguirse tres zonas de influencia: La primera era a orillas del Biobío. La segunda en Valdivia a los huilliches, que resultaron ser más fáciles de penetrar que los del Biobío. La tercera era en la Isla de Chiloé (mucha caridad y devoción surge en este lugar). La zona de los mapuches fue difícil la propagación del cristianismo. Primero porque la cultura mapuche permitía la poligamia, por lo que cuando los misioneros llegaron diciendo que sólo un hombre y una mujer podían estar juntos no les gusto la idea.  Además, muchas mujeres que se convirtieron, escaparon de sus maridos y se dirigieron a las misiones españolas y los hombres fueron a exigirlas devuelta. Esto generó conflictos. La segunda es que muchos de los signos cristianos fueron interpretados como maleficios, generando desconfianza. 2. La guerra, el comercio y las misiones vincularon a las dos sociedades. Intercambiaron sólo los elementos culturales que les interesaban. El ataque de los araucanos de 1598 los proveyó de armas europeas, entre ellas espadas y hoces (los unían a sus lanzas), cuchillos, hachas (los usaban para botar árboles entorpeciendo el paso de los españoles, para construir sus casas, entre otros.), escopetas, arcabuces y mosquetes. Tenían porras con clavos. Usaron el arado español. A sus caballos, también, los protegieron.

Se introdujeron nuevas semillas y ganado europeos. Luego del levantamiento de 1598 quedaron con terrenos plantados con viñedos de los españoles. Los indígenas conocieron el trigo, el vino y la cebada. En las zonas próximas a las criollas, el trabajo de la agricultura se intensificó. Casi todos los araucanos eran propietarios, pero con la pasificación muchos dejaron de serlo, por lo que sus ganados y sembradíos disminuyeron. En el mismo año (1598), los araucanos también adquirieron ovinos y caprinos. En el siglo XVII, ya tenían algunos vacunos. De los animales introducidos el caballo fue el que generó mayores cambios. Permitió mayor movilidad, cambia tácticas militares, los adiestran para la guerra, ayuda a la ocupación araucana de la Patagonia, mejora la trilla del trigo y los usaban como sacrificio por la muerte de algún araucano importante y para el rito del machitún. Les gustaba usar ropas de los españoles para adornarse. Cuando el cacique se juntaba con el gobernador de Chile, se vestía a lo europeo, como para estar bien presentados. Pero no saben cómo usar esta ropa, para demostrar que la tenían dejaban todo a la vista (“ropa interior” también). Las viviendas disminuyeron su tamaño en el siglo XIX. Esto pude deberse a que el número de esposas disminuyó o que ya casi no quedaban araucanos ricos. Pero las comodidades dentro de ellas aumentaron. En la vida económica y social, los mapuches y huilliches experimentaron pocos cambios. Subsistió la poligamia, la propiedad familiar de la tierra, trabajos comunitarios, el matrimonio por compra o rapto. Pero las creencias totémicas se debilitaron ya en el siglo XVII y XVIII. Tuvieron importantes cambios políticos debido a la necesidad de defenderse. Los levos se unieron en los aillareue y éstos formaban los huichanmapu o tierras aliadas. Dentro de cada uno de estos tipos de grupos había un líder militar: en los levos estaba el Ulmen, en los aillareue los apo-ulmenes, y en las tierras aliadas el toqui. Existía el Gran Consejo  Araucano, que era la fuente de poder, constituido por la asamblea de guerreros. Ellos elegían al jefe supremo del ejército, que podía salir de los ulmen, toquis o un cona. El elegido, al asumir el mando, también tomaba el nombre de Toqui. Cada agrupación antes nombrada, debía aportar un cierto número de guerreros. Los españoles buscaron acrecentar el poder de los caciques, quienes tuvieron mucho contacto con ellos por los parlamentos que se llevaron a cabo. A cambio de que los caciques reconocieran al rey de España, la corona los reconocía y les daban el título de “don”. Esto es lo que explica el movimiento anti republicano en el siglo XIX y su apoyo al francés Orelie- Antoine I para crear un estado monárquico independiente en la Araucanía. Se mantuvo las creencias mágicas y el temor a los brujos. La otra vida seguía siendo un viaje por mar a otras tierras, y las almas corpóreas mantenían las mismas necesidades corpóreas. El cristianismo influyó en que creyeran en un Ser Superior. Muchos cautivos y evangelizadores llevaron esta idea a la  Araucanía. Luego en los siglos XVIII y XIX ven la influencia de la visión dual, un Ser Supremo y un demonio, esto se vio reflejado en su idea de  pillañ del cielo, creen que el ser supremos es el gran toqui criador de todo. Luego en el siglo XIX empiezan a designar al ser superior como Nguenemtapún. A pesar de que los araucanos no fueron cristianos, sí adquirieron de ellos los términos de moros, herejes e infieles, es decir, los distinguían de los cristianos y los miraron con horror. La difusión de la cultura europea produjeron cambios significativos en las áreas de tecnología, agricultura, ganadería, movilización, táctica de guerra y armas. Pero los araucanos mantuvieron aspectos íntimos de su cultura como la estructura familiar, trabajo comunitario y vinculación mágica con los poderes de la naturaleza. Sin embargo, gracias al espíritu misionero de los españoles, adquirieron la idea de un Ser Supremo, pero al estilo mapuche.

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