A United Fruit Company

February 7, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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a United Fruit Company (UFC) (1899-1970) : Era una multinacional estadounidense que destacó en la producción y el comercio de frutas tropicales (especialmente plátanos y piñas) en plantaciones del Tercer mundo, sobre todo en Iberoamérica, Estados Unidos y Europa. Sus intereses comerciales abarcaban grandes extensiones de Centroamérica y el Caribe donde la empresa era conocida como Mamá Yunai (United) Tenía muchísimo poder en los países centroamericanos ya que, con la colaboración del gobierno estadounidense, ayudaba al derrocamiento de sistemas democráticos y a la implantación de dictaduras represoras en aquellos países que presentaban hostilidades a su actuación empresarial. Es lo que se ha dado en llamar ya que apoyaban a un líder local para poder llevar a “república cabo bananera”, sus intereses económicos.

Era la expresión superlativa del capitalismo estadounidense. Controlaba desde 1898 la zona bananera y ejercía su poder económico en todos los eslabones de la cadena de producción en la Ciénaga Grande, dominando haciendas, sembrados, ferrocarriles, transporte a los barcos... y hasta los mismos barcos. Claro está que fue quien impulsó dicha masacre y que finalmente logró en colaboración con el mismo Gobierno nacional la opresión al incalculable número de trabajadores.

Estado: En ese entonces el gobierno conservador del tolimense Miguel Abadía Méndez, que

trató la huelga como una alteración del orden público y envió al Ejército para controlarla, con su actitud acompañó la posición intransigente de la compañía, que se negó a dialogar con los huelguistas y su actuación fue contundente y definitiva en dichos la realización deellaorden masacre, ya que apremió a los actores de dicha masacre, fundamentando actos en publico. La masacre quedó consumada, pero la represión continuó por muchos meses, persiguiendo a quienes fueron señalados como criminales por el delito de reclamarle a la United. En este punto juega un rol crucial en el conflicto, conf licto, el general Carlos Cortés Vargas, nombrado Jefe Civil y Militar de Santa Marta, ordenó a la muchedumbre disgregarse en obediencia a uno de los decretos emitidos dentro del estado de sitio que prohibía la reunión de más de tres personas. Al no recibir la respuesta esperada abrió fuego contra la manifestación.

 

   A su regreso a Bogotá, el general Cortés Vargas fue objeto de los más altos honores honores del Gobierno por el aplastamiento de la revolución y como demostración de la confianza, que tuvo a bien ganarse, se le nombró como Jefe de la Policía Nacional. Víctimas: El número de muertos nunca se ha conocido con certeza y las cifras han variado,

desde los 9 que reconoció el propio Ejército colombiano, hasta la cifra encontrada en el telegrama telegram a enviado por el embajador de los Estados Unidos en Colombia al día siguiente de la masacre, y solo revelado hasta los años setenta, en el que se puede leer: “los huelguistas muertos pasaron de mil”. 

En lo referente a las cifras de los muertos Lo que más resonó de la narración literaria de García Márquez fue la cifra de 3.408 muertos que uno de sus personajes arroja como balance final de la matanza, y que pronto se convirtió en nuestro medio en el centro de un estéril debate histórico: ¿fueron pura invencióntantos?, ¿fueron tan pocos?, ¿es una cifra basada en una investigación o una literaria?.  Aunque las reseñas históricas sobre la masacre se suelen dedicar a intentar dilucidar el número de muertos que pudo haber esa noche, y no ahondan en las muertes violentas que hubo antes o después del episodio, hay que recordar que dicho conflicto no se limitó únicamente a dicha masacre, sino que se venía dando mucho tiempo atrás, es decir, las víctimas no fueron solamente quienes murieron en dicho suceso, sino todos aquellos que se venían viendo perjudicados de muchas formas por el gran imperio de la United Un ited Fruit Company que tanto acolitó el Gobierno Nacional.

Comunidad: La constante problemática desarrollo muchas divisiones en la misma comunidad,

impidiendo así una consolidación de ideales, ya que a pesar de que la gran mayoría de la zona bananera tenia muchas inconformidades con la United, las clases sociales mas influyentes prefirieron hacerse los de la vista gorda ante la explotación del resto de la población, en vista de que muchos de estos terratenientes desarrollaron una relación casi simbiótica y mutuamente provechosa con la United Fruit Company. Vendieron tierras a la compañía, en retribución recibieron los préstamos más sueldos jugosos y los contratos y sus recibían trabajos con altos más ventajosos, en la parientes compañía.

 

 Además de sus actividades económicas, estas familias ocupaban importantes puestos políticos en el departamento del Magdalena; eran gobernadores, secretarios departamentales y jueces. Trataban bien a la compañía y, a cambio de favores políticos ésta les daba un trato preferencial. Era innegable las quejas que tenían tanto trabajadores, como campesinos y cultivadores locales, pero la opresión era tanta que no había una idea concreta de cómo abolir dicho monopolio.  A pesar de la indiferencia de muchos, hubo varios personajes que se encargaron de luchar por acabar con esta explotación: Jorge Eliecer Gaitán: A través del debate lo que hizo Gaitán fue correr el telón para que se vieran los hechos tal como ocurrieron y no como los pintaba el Gobierno del presidente de la República Miguel Abadía Méndez, donde presentaba a los trabajadores huelguistas como alteradores del orden público y delincuentes peligrosos a los cuales había que eliminar, y a los militares como cumplidores de su deber dentro de La ley y la constitución nacional.

Demostró que los trabajadores por estar reclamando sus derechos y mejoras salariales y de seguridad social ante la United Fruit Company, fueron encarcelados y posteriormente fusilados por orden del desalmado general cortés Vargas y los oficiales y soldados que ciegamente cumplieron sus órdenes. María de los Ángeles Cano: Conocida como la Flor del Trabajo, ésta mujer nacida en Medellín fue la primera en Suramérica que usó la palabra ante las multitudes. Tras la masacre de las bananeras fue reprimida violentamente, y posteriormente llevada a prisión. Estos hechos y la recesión de 1930, provocaron la terminación de las labores del Congreso Nacional Obrero y el fraccionamiento del PSR.

1.EL TIEMPO,  TIEMPO, http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-198424 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-198424..  2.RAZONPUBLICA.COM,http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-198424 2.RAZONPUBLICA.COM, http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-198424   3.BIBLIOTECA LUIS ANGEL ARANGO: -La masacre de las bananeras, Por: Credencial Historia.  http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/octubre2005/masacre.htm Historia. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/octubre2005/masacre.htm   -Colombia en la repartición imperialista: (1870-1914). Anexo:  DETRAS DE LA MASACRE.  http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/corim/corim6.htm MASACRE. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/corim/corim6.htm   ESPECTADOR, Masacre de las bananeras Por: Reinaldo 4.EL Spitaletta.  http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/reinaldoSpitaletta. spitaletta/columna95241-masacre-de-bananeras   spitaletta/columna95241-masacre-de-bananeras Publicado por  Ignacio2014 en 14:09 14:09  No hay comentarios: Enviar por correo electrónicoEs electrónicoEscribe cribe un blogCompartir blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir FacebookCompartir en Pinterest  Pinterest 

Contextualización Contextualizac ión del presente caso  caso 

 

La Masacre de las bananeras ocurrió entra la noche del 5 y 6 de diciembre de 1928, en la población p oblación de ciénaga – Magdalena, debemos decir que Ciénaga es un municipio de Colombia que pertenece al departamento Magdalena, localizado a las orillas del mar caribe carib e[1] [1];; la masacre de las bananeras fue un episodio que ocurrió en 1928 cuando las fuerzas armadas de Colombia abrieron fuego contra un número indeterminado de manifestantes, trabajadores de la United Fruit Company. Company. [2] [2]   Esto ocurrió bajo el gobierno de Miguel Abadía Méndez (1926-1930) él fue el último presidente de la hegemonía conservadora, y al mismo m ismo tiempo impulsó la industrialización del país, por medio de una política de enclave. La empresa norte americana Untad Fruit Company (UFC), fue creada en Boston en 1899 fue una firma comercial multinacional creada en Estados Unidos , fue fundada en 1899 la cual producía y comercializaba frutas tropicales cultivados en América latina y había llegado a la zona bananera de magdalena a comienzos del siglo XX; la mayoría ma yoría de los trabajadores de sus plantaciones eran vinculados indirectamente por medio de contratistas, después de la masacre de las bananeras en los años 70 tras su quiebra producto de toda esta situación , esta empresa se reorganizo como “ La chiquita brands international”   Huelga y masacre 

Para empezar debemos tener en cuenta que estábamos en un momento histórico en donde la clase obrera colombiana le toco librar múltiples batallas para lograr la defensa de sus derechos y esto se vio tanto en el sector privado como público , todo como una lucha antiimperialista contra la agencias monopólicas gringas , que buscaban saquear nuestros recursos naturales.

 

Todo empezó cuando las gestiones entre el sindicato obrero de las bananeras quien era dirigido por Raúl Eduardo Mahecha y la United Fruit Company, en donde la United rechazo de un pliego de peticiones de los trabajadores cuyas peticiones principales era la abolición del sistema de contratistas, el aumento general de los salarios, el descanso dominical remunerado, la indemnización por accidentes laborales, entre otras cosas básicas para tener un trabajo digno. La empresa rechazo el pliego de peticiones amparado según ellos por la ley le y 69 de 30 de octubre la cual establecía la ilegalidad anticipada de cualquier pretensión obrero que tratara de obtener, mediante huelgas o cualesquiera otros medios de fuerza. Producto de este rechazo al grupo de trabajadores de la zona bananera no le quedo más alternativa que ir a la huelga pero al mismo tiempo la empresa United al ser una de las primeras empresas multinacionales que se establecían en nuestro país tenía un grupo grande de influencias en alto gobierno y por esta razón el mismo desplego un contingente del ejército, el cual estaba al mando del general Carlos Cortes Vargas, todo esto para proteger la vida de los directivos de la United y los intereses de la misma. El 12 de noviembre de 1928, comenzaron la huelga para presionar la solución de un pliego de nueve puntos, pero antes de esto habían existió una serie de conflictos co nflictos de tipo laboral en la zona, desde 1918 en donde existió un cese de trabajo en sectores específicos como los ferroviarios o portuarios dependientes de la multinacional, en el mismo tiempo existieron distintas luchas en nuestro país las cuales se destacan: 1. La huelga de los trabajadores de la tropical Oíl Company en 1924 2. La huelga de los trabajadores del ferrocarril del pacifico en 1926. Durante el lapso transcurrido entre el 12 de noviembre y el 6 de diciembre la huelga en la zona bananera no fue de gran relevancia para la prensa nacional, por esta razón siempre existió una enorme confusión en las primeras versiones ya que algunos periodos hablaban de que habían existido “miles de muertos” mientras otros hablaban de “unos pocos muertos y heridos “   Gaitán en la escena 

 Al existir tanta confusión por lo ocurrido, El editorial de El Tiempo del 7 de diciembre hizo un retrato magistral de la situación: “No es apropiado todavía llamar revolución, así con esa palabra trascendental que alude al

intento de toma del poder con la violencia, el movimiento de las masas borrascosas del magdalena. Hay una huelga convertida en revuelta, en una revuelta desastrosa que nosotros no podemos, demás está decirlo, aprobar explícita o implícitamente y cuyos incidentes, escenas, y complicaciones perjudican ante los espectadores importantes de esta lucha sangrienta la causa  justa de los obreros, el nombre del gobierno, el prestigio que debe ser intocable de las armas de la república, y acaso, desgraciadamente, los más altos intereses del país. Desatada la violencia no es discutible la necesidad de restablecer el orden, y el gobierno principalmente es el llamado a realizar esa tarea. Pero resta averiguar si no hay medidas preferibles y más eficaces que las de dedicar la mitad del ejército de la República a la matanza de trabajadores colombianos a quienes, durante la huelga mantenida hasta hace poco en perfecto orden, hizo exaltar y enfurecer la presencia provocadora de las tropas movilizadas, la sustitución de funcionarios civiles por militares, la certidumbre larga, dolorosamente

 

fundamentada de que la United Fruit Fr uit Company tiene corrompida y dominada la organización del Estado en el departamento y la mayoría de los estamentos social es directivos…”.  El encargado de investigar a fondo lo ocurrido fue Gaitán ya que empezó a realizar un montón de entrevistas con obreros y pobladores de la zona , al mismo tiempo fotos de cadáveres y de los destrozos en general en el municipio de la ciénaga , después de mucho tiempo de investigación en el mes de septiembre demostró la grave situación de explotación que eran sometidos los obreros de la zona bananera, al mismo tiempo demostró que los trabajadores no había ningún motivo para que se disparar contra ellos por lo tanto se convirtió en un genocidio. genocidio.[3] [3]   Análisis psicosocial de las masacres  

Violencia: Al ser un fenómeno social por medio del cual se vulnera a otro por medio de la

realización de un daño, en este caso podemos ver que el desarrollo de esta masacre fue ejecutada por el estado mismo es decir que fue por medio del desarrollo de las actividades a cargo de estado esto debido a su administración de poder publico. Por esta razón la psicología social de Ignacio Martin Baro, establece que este tipo de problemáticas debe ser analizado para empezar desde su propio reconocimiento y al mismo tiempo realizando una contextualización histórico de los hechos y de esta manera m anera poder hallar el sentido psicosocial de las múltiples formas de violencia que se presentan en dicha comunidad. La mentira institucionalizada: Desde la perspectiva de Ignacio Martin Baro es considera como

una de las características y/o consecuencias de la violencia y guerra ya que esta permite que al conflicto se le reste importancia, en este caso podemos ver que siempre existió mucha confusión de la realidad que estaba ocurriendo y permitió que existiera una identidad impuesta y generada atravesó de mentiras ya que esto desde la psicología social produce una despolarización y desideologización del país.

 

Ya que en nuestra realidad podemos ver que siempre existe una gran influencia de los medios de comunicación con el manejo de la información, es más conveniente con el fin de preservar el buen nombre del estado o en este caso una multinacional y con el fin de mantener unos intereses económicos y políticos de algunas personas. Trauma psicosocial: A pesar de que los hechos ocurrieron hace mucho tiempo el trauma

psicosocial continúa porque queda una herida en comunidad, una herida en un país y en especial en este caso en donde no existieron culpables ni la ley les dio castigo suficiente a las personas implicadas.

Por esta razón en esta sociedad y en general en el país sigue el temor de revivir el momento de dolor y más cuando fue el estado el responsable de esta masacre.

[1] http://www.cienaga-magdalena.gov.co/informacion_general.shtml   [2] http://cut.org.co/85-anos-masacre-de-las-bananeras-no-podemos-olvidar/   [3] http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/octubre2005/masacre.htm  

Publicado por  Ignacio2014 en 10:21 10:21  No hay comentarios: Enviar por correo electrónicoEs electrónicoEscribe cribe un blogCompartir blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir FacebookCompartir en Pinterest  Pinterest  lunes, 13 de octubre de 2014

Las bananeras...Violencia, trauma psicosocial, polarización social y mentira instituionalizada  instituionalizada  El triste recuento de un episodio lamentable como la masacre de las bananeras esta sujeto a tres puntos de vista que facilitan su análisis y comprensión. (i) Desde el punto de vista jurídico, la responsabilidad del estado y de sus agentes. (ii) Desde el punto de vista histórico por la aclaración de los hechos y la búsqueda de la verdad. (iii) Desde el punto de vista simbólico, por el reconocimiento de la responsabilidad y la reparación de las víctimas. I. 

Responsabilidad del Estado y de sus agentes.   Lamentablemente a la fecha de los hechos no existía un régimen jurídico que permitiera esclarecer la responsabilidad de los agentes estatales. A pesar del contexto generalizado de persecución política hacia los representantes de los movimientos sindicales y a la brutal

represión frenteuna a cualquier manifestación libertad sindical, el incipiente derecho nacional proporcionaba estructura jurídica que de permitiera a las víctimas de la masacre reclamarno la responsabilidad del Estado.

 

 

La narración de los hechos realizada por Gabriel García Márquez en 100 años de soledad  –  a través del coronel Aureliano Buendíapermite vislumbrar la magnitud del horror y la sevicia con que los agentes estatales perpetraron la cruel masacre. La aquiescencia y el sometimiento del gobierno de Miguel Abadía Abadía Méndez a los intereses de la United Fruid Company han sido una deuda histórica que nunca ha sido saldada por los agentes del Estado colombiano. Este tipo de actos sometidos al triste olvido son los que hacen que el conflicto armado en Colombia se perpetúe, hay víctimas sin reparar desde el principio del siglo pasado, hay verdades a medias e historias ocultas desde tiempos inmemoriales, las multinacionales han construido sus fortunas con nuestro sudor, su dor, nuestra sangre y nuestras lágrimas y el Estado ha permitido que los responsables sigan tranquilos mientras la impunidad se burla del dolor de las víctimas. ¿Cómo no se iba a perpetuar la violencia si habían tantas heridas abiertas?. Bien censuraría Jorge Eliecer Gaitan Ayala con sus valientes denuncias el actuar de los miembros del ejército nacional que perpetraron la masacre, este es uno de los capítulos más tristes de nuestra historia que no debemos dejar de contar y por el que el estado siempre será responsable, sin importar que no existan rutas jurídicas para reclamarle su actuación. II. 

La Verdad. 

En cualquier circunstancia bélica la primera víctima es la verdad, en un hecho bochornoso y doloroso como la masacre de las bananeras la verdad ha sido revictimizada una y mil veces. Nunca, tras casi 90 años de haberse cometido, los agentes del Estado han reconocido la responsabilidad de las instituciones nacionales. La compañía bananera sin mayor pudor continuó explotando los recursos hasta su saciedad. La masacre fue borrada durante muchos años de nuestros libros de historia, la lucha de María Cano y de los demás sindicalistas de la época parece no haber sido detallada en nuestra triste historia nacional.

¿Por qué es importante la verdad?. Hay muchas frases que pueden llegar a ser cliché , sin embargo están cargadas de profunda sabiduría, una de ellas reza: “pueblo que no conoce su historia está condenado a desaparecer o a repetirla” . Somos el vivo ejemplo de la especie condenada a cien años de soledad que no resiste su propia historia. La masacre de las

 

bananeras es solo una de las tristes masacres que ha sufrido el país, desde antes del conflicto armado, durante el conflicto y roguemos al cielo para que no sucedan después del conflicto. En la historia de esta triste nación violenta la verdad siempre se ha ocultado, no se habla en los colegios de la guerra de los mil días, no se explican los conflictos conf lictos entre liberales y conservadores de mitad del siglo, no se dan nociones sobre el frente nacional, por todo ello no se entiende el conflicto armado que hoy nos carcome. Las pinturas de Alejandro Obregón y Luis Angel Rengifo guardan consigo las verdades que no se han dicho, las que permiten que la guerra y los muertos siguen creciendo, las que hacen que haya sido incontenible el crecimiento de la violencia en Colombia. Hay que un que museo para el institucionalizada dolor en todas lasperdure, ciudades país, sino se cuenta la verda , si construir se permite la mentira va del a ser muy difícil reconstruir el tejido social, mejor construir sociedad, y el país va a seguir siendo una colcha de retazos de dolor, de odio bañada en sangre y muerte. III. 

Reconocimiento de responsabilidad y reparación de las víctimas.   Es muy poco probable que aun perduren personas afectadas por la masacre, quizás los sobrevivientes ni siquiera se ocuparon de contar la verdad a sus familias o quizás si lo hicieron, pero este país sin memoria no los recuerda.

Después de estos años, lo único que resta al estado es reconocer su responsabilidad, reclamar por la vida que se despreció, por los niños, por las madres, los padres, las abuelas, los abuelos masacrados con tanta crueldad aquel 5 de Diciembre de 1928 en manos del Ejército Nacional a instancias del entonces Presidente Miguel Abadía Méndez y para favorecer los intereses de la United Fruit Company. La reparación colectiva debe estar enfocada hacia todo el país, los muertos de ese día eran ciudadanos trabajadores como cualquiera de nostros, con sueños, aspiraciones, familias y metas por cumplir. El estado solo debe operar, solo debe reparar , al menos simbólicamente, el dolor sufrido por las víctimas de aquel entonces. Se debe contar cont ar la historia muchas veces, incluso puede ser necesario recontar las masacres por mes, en febrero el Salado, en Mayo Bojaya, en Julio Mapiripan y en Diciembre Las Bananeras, solo por contar unas cuantas. El trauma psicosocial está latente y es alimentado a diario por el actuar de todos los actores de la violencia, el Estado con su mentira, las guerrillas con su desparpajo y desprecio por la vida y las autodefensas con sus verdades a medias. Solo la reparación, al menos simbólica, simbólica, de todas las víctimas permitirá cerrar el capítulo y empezar uno escrito con tinta de lápiz y no con manchas de sangre, una nueva historia que nos permita convertirnos en una verdadera nación. Publicado por  Ignacio2014 en 21:18 21:18  No hay comentarios: Enviar por correo electrónicoEs electrónicoEscribe cribe un blogCompartir blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir FacebookCompartir en Pinterest  Pinterest 

Situación de las Bananeras en el país  país  

Toda la población de la zona bananera tenía motivos de queja contra United Fruit Company.

 

  ¿Pero qué hizo precipitar la huelga?

En primer lugar, los cultivadores colombianos se volvieron más impetuosamente contra la compañía. En los veinte la inflación comenzó a mermar las ganancias de los cultivadores, aunque el volumen creciente de exportaciones las compensaba en parte. Las utilidades de la expansión bananera fueron distribuidas en forma desigual. Los cultivadores de Santa Marta sacaban provecho, mientras los pequeños cultivadores de Ciénaga y Aracataca eran golpeados por los precios que subían, la falta de crédito y la competencia de los grandes cultivadores. A comienzos de veinte, apelaron al gobierno nacional.relacionándose Mientras los cultivadores habían tratado enfrentarse a lalos dominación de la United Fruit Company con otras compañías de exportación, otros trataron de buscar la intervención directa del gobierno. Éste podía ayudar a la industria colombiana bananera a ganar su independencia rompiéndole a la United Fruit Company sus monopolios sobre el ferrocarril, el riego y el crédito. El hecho que la concesión sobre el ferrocarril cedida durante el gobierno de Rafael Reyes Prieto a la United Fruit Company estuviera próxima a expirar, revivía las esperanzas de los cultivadores. Mientras tanto, un grupo asesor estadounidense, la misión Kemmerer, apremió al gobierno colombiano para que gravara las exportaciones de banano.

En Santa Marta y en Bogotá se habló de nacionalizar los canales de riego y los ferrocarriles dominados por la United Fruit Company, de imponer un impuesto de exportación y crear vías alternas de crédito que permitieran a los colombianos colom bianos romper sus contratos con la compañía. En el fondo de tales iniciativas había un nacionalismo incipiente que, al mismo tiempo que le abría los brazos a la inversión extranjera, quería utilizarla para propósitos colombianos. La comisión tuvo dificultades para su trabajo: se enfrentaba tanto con la United Fruit Company como con los cultivadores locales, que insistían en sembrar banano dentro de las reservas nacionales y se negaban a obedecer las órdenes de la comisión. En mayo de 1928 ocurrió una violenta confrontación entre agentes de la United Fruit Company y la Comisión de Baldíos. Ésta ordenó a la compañía dejar de cambiar el cauce del río Tucurinca para sus riegos y, cuando la comisión trató de deshacer los diques, la policía municipal encarceló a los representantes del gobierno nacional, en obidiencia a las órdenes dadas por la United Fruit Company. La presencia de la comisión tuvo varios importantes efectos. Limitaba artificialmente el terreno disponible en la zona, no solamente para la United Fruit Company, sino para los cultivadores colombianos y los colonos, restringiendo así las posibilidades de movilidad social. La competencia entre ellos se intensificó, y los más pequeños y menos influyentes cultivadores salieron perdiendo. Al mismo tiempo, los hallazgos de la comisión apoyaban apo yaban la pretensión de los colonos de que la tierra usurpada por la United Fruit Company Com pany pertenecía a la nación, y el desafío, por parte de la United Fruit Company, a lo reglamentado por la comisión, ponía en claro el ostensible desprecio de la compañía hacia las autoridades colombianas. El gobierno tomó otras medidas. En 1924, los cultivadores solicitaron que una sucursal del nuevo Banco Agrícola Hipotecario fuera abierta en Santa Marta para suministrar una fuente alterna de crédito. Y en 1925 la Corte Suprema de Justicia ordenó a la United Fruit Company devolver el ferrocarril al gobierno colombiano. La United Fruit Company opuso resistencia a estas medidas, que no entraron en vigor sino después de 1930. El que la primera tentativa gubernamental en la zona no dentro tuvieradel efecto contribuyó a la visión de que la United Fruit Company actuaba como un «estado Estado».

 

En los años anteriores a la huelga, la hostilidad entre la United Fruit Company, por un lado, y el gobierno colombiano y los cultivadores colombianos, por el otro, llegó a su cima. Un desastre natural precipitó la crisis: en 1927, un huracán destruyó 13 millones de matas de banano cerca de Sevilla (Magdalena), causando seis millones de pesos en pérdidas a las plantaciones de banano colombianas. Los cultivadores solicitaron préstamos de emergencia para rehacer sus propiedades y la United Fruit Company los negó, lo que enfureció a los cultivadores y, por primera pr imera vez, los unió. Acudieron al gobierno para que nacionalizara inmediatamente los ferrocarriles y canales de riego de la compañía. Mientras tanto, Juan B. Calderón y Julio Charris fundaron una Cooperativa de Productores Colombianos de Banano en Ciénaga, y a comienzos de 1928 establecieron acuerdos mercadeo con el mayor competidor de la United Fruit Company: la Cuyamel & Atlantic Fruitde Company.

Mientras aumentaba la hostilidad de los cultivadores hacia la compañía, se resquebrajaba la autoridad política establecida y se encendían las lealtades partidistas liberales y conservadoras. Al final de los años veinte llegó al poder un nuevo gobernador conservador, Juan B. Cordomane. Asumió una posición a favor del nacionalismo económico y de la intervención del Estado en la economía bananera. La crítica abierta a la United Fruit Company por parte de Cordomane dividió a los conservadores. A la larga, Cordomane fue destituido para ser reemplazado por un personaje ajeno a la región, José M. Núñez Roca, quien a nadie gustaba y contra quien se tornaron todos los conservadores de la sección. Se ha sugerido que algunos importantes cultivadores apoyaron la idea de una huelga con la esperanza de tumbar al nuevo gobernador, y mientras los conservadores se dividían, los liberales de Ciénaga y Aracataca se unieron, en parte como respuesta al fracaso fr acaso en 1928 de la nueva Cooperativa de Productores Colombianos de Banano, destruida por otro embargo más de la United Fruit Company. Los liberales culpaban a la United Fruit Company y al gobierno conservador por sus dificultades. En 1929, los liberales en Ciénaga hablaron de separase de Magdalena y establecer un departamento aparte. Al mismo tiempo fomentaron la huelga contra la compañía, viéndola como una revuelta liberal que podría tumbar a los conservadores. Así, el período inmediatamente anterior a la huelga fue de agitación política en la zona. La hostilidad hacia la United Fruit Company por parte de algunos cultivadores se contagió a sus trabajadores.  Aparte de los cultivadores de banano, los campesinos y trabajadores asalariados tenían sus propias razones para entrar en huelga. Una era el deterioro de su situación económica. Los problemas de los colonos provenían directamente de la rápida expansión de la producción de banano después de la primera guerra mundial. m undial. En menos de diez años el área dedicada al cultivo se duplicó. Al mismo tiempo, grandes cantidades de colonos luchaban una batalla sin esperanzas contra el desalojo: desde 1920 hasta 1928, los colonos notificaron a las autoridades nacionales más de cuarenta expulsiones, algunas de las cuales amenazaban hasta cien familias campesinas. Así, durante los años anteriores a la huelga, muchos colonos fueron echados de sus tierras y obligados a dirigirse a las plantaciones.

 

  La condición de los trabajadores de las plantaciones es menos clara. Con la expansión de la producción del banano, su número se incrementó. Los salarios también aumentaron algo en los años veinte, pero es probable que cayeran en términos reales, dada la inflación rampante.  Antiguos trabajadores se refieren a un aumento en el subempleo: después del huracán de 1927, algunos encontraban trabajo por tres días a la semana, o por dos semanas al mes. De esta manera, tanto los colonos como los trabajadores de las plantaciones experimentaron una creciente inseguridad económica.  Al mismo tiempo, los artesanos, obreros y campesinos comen comenzaban zaban a presionar derecho a organizarse y por mejores condiciones de trabajo en varias partes del país.por Laelactividad huelguística en Colombia fue iniciada por trabajadores del ferrocarril del puerto y del río. La zona bananera no fue la excepción: las primeras personas en salir en huelga fueron los trabajadores del ferrocarril en 1910. En 1918 —un año de paros en Bogotá y la Costa Atlántica— una segunda huelga explotó en Santa Marta, nuevamente entre los trabajadores del ferrocarril y el del muelle. Promovida por algunos cultivadores locales de banano y algunos comerciantes en lucha con la United Fruit Company, logró el alza del salario para los trabajadores del transporte. En medio de la actividad huelguística, ese año el Congreso pasó algunas débiles leyes laborales de Colombia.  Alrededor de 1920, varias sociedades obreras surgieron en la zona. Eran organizaciones comunales que proveían quinina cuando sus miembros contraían malaria, pagan fianza cuando eran arrestados, etc. La más fuerte era el Sindicato General de Obreros de la Sociedad Unión, fundado en 1921. La Sociedad Unión recibía apoyo de los trabajadores del ferrocarril, del puerto y de la construcción de Santa Marta, y de unos pocos artesanos de Ciénaga y Aracataca. Mantenía sitios de reunión y una funeraria en Santa Marta y publicaba su propio periódico. En 1924 la Sociedad Unión presentó un pliego de peticiones a la United Fruit Company solicitando alzas de los salarios en el puerto, el ferrocarril, y las plantaciones, y la abolición del sistema de enganche por contrato. Cuando la United Fruit Company se negó a negociar, la sociedad llamó a una huelga que duró un día. Creyendo en las promesas de la United Fruit Company y del gobernador de que las condiciones mejorarían al iniciar nuevamente el trabajo, la unión se rindió. Después de 1924, la Sociedad Unión no hizo más peticiones. Conocida como la «Unión  Amarilla», continuó continuó funcionando en Santa Marta en oficinas que pagaba la United Fruit Company. El campesinado de la zona se mantuvo sin organizaciones ni sindicatos hasta mediados de los años veinte. La primera organización en apelar directamente al campesinado y en funcionar independientemente de la United Fruit Company y de las clases dominantes locales apareció en 1925. Fue fundada por un italiano it aliano en ese viejo baluarte liberal que era el caserío de Guacamayal. Los fundadores procedían de la tradición española anarcosindicalista a narcosindicalista y, junto con José Garibaldi Russo, un intelectual local impresionado por la Revolución rusa, formaron en octubre de 1926 la Unión Sindical de Trabajadores del Magdalena —USTM—, una organización poco rígida en la cual se mezclaban muchas ideas mutualistas, anarcosindicalistas, socialrevolucionarias y liberales. Estaba influida por los movimientos obreros de Barrancabermeja y de otras partes de la Costa Atlántica, particularmente Barranquilla y Montería. En forma embrionaria, la idea de una huelga contra la United Fruit Company comenzó a crecer. En febrero de 1927 representantes del Partido Socialista Revolucionario —PSR—, fundado un año antes en Bogotá, visitaron la zona, pronunciándose contra el imperialismo y en pro de los derechos del trabajador. Estos representantes, el quindiano Ignacio Torres Giraldo y la antioqueña María Cano, notaron una gran presión de los trabajadores para realizar una huelga. «Los trabajadores de las plantaciones bananeras querían declarar la huelga inmediatamente», escribió Torres Giraldo. También comentaba que el antagonismo de los trabajadores hacia la United Fruit Company y sus convicciones liberales se reforzaban mutuamente: «Las masas estaban saturadas de ideas revolucionarias seguramente muy confusas, pero que tenían la virtud de unirlas, de alinearlas para la lucha conjunta. ¿En qué consistía esta lucha y cuál era su finalidad? Ahí era donde la claridad faltaba. Pero es indudable que la gente veía — o creía ver — en esta oleada en aumento de las fuerzas vitales del pueblo trabajador, ¡la caída del régimen odiado de la hegemonía conservadora, instrumento dócil de la United Fruit Company!»

 

   Aparte de su sentimiento liberal, las motivaciones de la población campesina nacían de sus quejas económicas. Ignacio Torres Giraldo encontró a los colonos de la zona abiertos a nuevas ideas de organización y protesta. Los campesinos ayudaron a convencer a los trabajadores de las plantaciones para enfrentarse a la compañía. A fines de los veinte los colonos se unieron a los trabajadores asalariados para formar grupos de trabajadores por toda la zona. En cada finca se formaron comités: se llamaban «sindicatos de obreros y colonos campesinos», pero eran asociaciones sueltas y espontáneas.

Los comités locales enviaban representantes a asambleas de obreros más grandes de Ciénaga y de Guacamayal. Hacia 1927 los campesinos y los obreros estaban listos para actuar. Planeaban declarar la huelga en mayor, pero con el huracán fue pospuesta. En febrero de 1928, Ignacio Torres Giraldo y María Cano regresaron en otra gira, esta vez con Raúl Eduardo Mahecha, organizador del Partido Socialista Revolucionario que tendría un papel muy importante en la gran huelga, quien llegó a involucrarse con los obreros por medio del movimiento sindical católico. Habiéndolo abandonado, organizó huelgas a todo lo largo del río Magdalena, entre ellas las de los obreros petroleros en Barrancabermeja en 1927 y 1927. Una vez en la zona bananera, Mahecha se convirtió en secretario de la Unión Sindical de Trabajadores del Magdalena y ayudó a los trabajadores a elaborar el pliego de peticiones. Más tarde, en agosto de 1928, otro organizador con amplia experiencia, Alberto Castrillón, se unió a los obreros de las bananeras. Impresor de profesión, miembro del Partido Socialista Revolucionario y reciente delegado a Moscú, Castrillón se haría famoso por su testimonio desde la cárcel sobre la masacre. «Agitadores de afuera» como Mahecha y Castrillón, ciertamente apoyaron la huelga, pero también lo hicieron algunos comerciantes, cultivadores locales de banano y políticos liberales. Sin embargo, la huelga era ante todo un movimiento desde abajo, de obreros y campesinos resueltos a afirmar sus derechos y la ley colombiana sobre la poderosa compañía extranjera. El movimiento obrero era de masas, democrático, de organización poco rígida y autodirigido. -BIBLIOTECA VIRTUAL – BIBLIOTECA Luis Ángel  Arango:  http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/corim/corim6.htm  Arango: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/corim/corim6.htm   -COLOMBIA LINK:  http://www.colombialink.com/01_INDEX/index_historia/07_otros_hechos_historicos/0180 LINK:  _masacre_bananeras.html    _masacre_bananeras.html -LA SEVICIA EN LAS MASACRES DE LA GUERRA COLOMBIANA. Andrés Fernando Suárez:  http://www.plataformademocratica.org/Publicacoes/20926.pdf   Suárez:

 

  Publicado por  Ignacio2014 en 19:48 19:48  No hay comentarios: Enviar por correo electrónicoEs electrónicoEscribe cribe un blogCompartir blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir FacebookCompartir en Pinterest  Pinterest 

Recuento Histórico - Contextualización de la problemátic problemática a 

La Masacre de las bananeras ocurrió el 6 de diciembre de 1928, en la población de ciénaga  –  Magdalena –, cuando las fuerzas armadas de Colombia abrieron fuego contra un número indeterminado de manifestantes, trabajadores de la United Fruit Company Company..[1] 

Esto ocurrió bajo el gobierno de Miguel Abadía Méndez (1926-1930), en donde se impulsó la industrialización del país, por medio de una política de enclave.  Estábamos en un momento histórico en donde la clase obrera colombiana le toco librar múltiples batallas para lograr la defensa de sus derechos y esto se vio tanto en el sector privado como público , todo como una lucha antiimperialista contra la agencias monopólicas gringas , que buscaban saquear nuestros recursos naturales.  La empresa norte americana United Fruit Company (UFC), fue creada en Boston en 1899, y había llegado a la l a zona bananera de magdalena a comienzos del siglo XX; la mayoría de los trabajadores de sus plantaciones eran vinculados indirectamente por medio de contratistas. 

El 12 de noviembre de 1928 uno de los sindicatos de la región , realizaron una huelga para presionar la solución de un pliego de nueve puntos , pero antes de esto habían existió una serie de conflictos de tipo laboral en la zona , desde 1918 en donde existió un cese de trabajo en sectores específicos como los ferroviarios o portuarios dependientes de la multinacional, en el mismo tiempo existieron existieron distintas luchas en nuestro nuestro país las cuales se

 

destacan : 1. La huelga de los trabajadores de la tropical Oíl Company en 1924 2. La huelga de los trabajadores del ferrocarril del pacifico en 1926.  El pliego de peticiones se basaba en 3 puntos básicos que se le llamaba al cumplimiento de leyes colombianas con lo referente al seguro colectivo y obligatorio para los trabajadores, al mismo tiempo lo referente a accidentes laborales y habitaciones higiénicas, en el mismo pliego solicitaban un aumento del 50 % del salario, entre otros. otros.[2]  Las gestiones realizadas entre el sindicato obrero de las bananeras, dirigido por Raúl Eduardo Mahecha y la United Fruit Company (Compañía frutera de Sevilla), pero la United no cedió y rechazo de manera rotunda el plano de pliego de peticiones de los trabajadores, el cual se basó en una serie de peticiones entre las cuales estaban: un aumento salarial, descanso dominical remunerado, la indemnización por accidente de trabajo, entre otros.  La frutera de Sevilla rechazo las peticiones de los obreros amparada por la ley 69 de 30 de octubre de 1928 que declaro la ilegalidad anticipada de cualquier pretensión obrero que tratara de obtener mediante huelgas o cualquier otro medio a la fuerza. Pero al mismo tiempo los directivos de la United movieron influencias en el alto gobierno, logrando un despliegue del ejército nacional al mando del general Carlos Cortes Vargas, para proteger la zona bananera y la vida de los directivos de la United. Por lo tanto la huelga del sindicato comenzó el día 12 de noviembre.  Después de tiempo de protesta el 6 de diciembre obligo a una pronta intervención por parte del ejército y los huelguistas se enfrentaron a una tropa que sigo la orden dada por el general Carlos Cortes Vargas, que disparo contra todos ellos y mato a varios y para tomar control de la zona y puso fin del movimiento subversivo. De igual forma el presidente la republica felicito al general Cortes por haber logrado tener el control de la zona bananera y de salvar al país de la anarquía política que estaba viviendo. viviendo.[3]  Contextualización teórica de las masacres dentro de los lineamientos del 1.  derecho internacional humanitario. 

El derecho internacional humanitario es el conjunto de normas jurídicas que tiene como objeto humanizar el conflictocivil armado porencuentra medio dede establecer unas reglas para la en protección la población que se manera externa del conflicto cuestión.dePor

 

lo tanto lo que busca es proteger los posibles ataques y acciones violentas en contra de la población civil, y en general todos los estados y en especial el nuestro debe cumplir y respetar y velar por el debido cumplimiento de las normas que plantea el derecho internacional humanitario.  El termino masacre no ha sido definido específicamente por el derecho internacional, pero debemos tener en cuenta una definición casi similar al referirse como a un homicidio, o la ejecución de un homicidio de 3 o más personas en un mismo evento y que al mismo tiempo se encuentren en un estado de indefensión.  Pero de igual forma a través del tratado de ginebra del 12 de agosto de 1949 el cual establece “impide los atentados contra la vida y la int egridad corporal, especialmente el homicidio en todas formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los l os suplicios en cualquier tiempo y lugar.”   “Las masacres ocupan un lugar central en la difusión del terror. Son espectáculos espectácul os de crueldad. Su forma extrema, brutal y sanguinaria tiene un enorme impacto social y psicológico que se extiende más allá de la memoria colectiva de las comunidades directamente afectadas”  afectadas”  [4]  

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