9 Los No Lugares

Bases de la etnografía general Julio Enrique Chávez Villarruel 3er Semestre Antropología Centro Universitario del Norte Tarea 9: Los no lugares. Espacios del anonimato Marc Auge De los lugares a los no lugares

La modernidad y sobre todo el arte en la modernidad reivindica a los rituales antiguos, lugares y ritmos antiguos que pone en segundo plano, sin dejarlos en el pasado, sin borrarlos con una goma de tiempo, “son como indicadores del tiempo fijos en espacio y palabras”, la modernidad preserva estos lugares en todas sus temporalidades; son aquellos espacios o lugares que no cuentan con elementos histórico, identitarios ni relacional los llamados no lugares. Los no lugares (ya no lugares antropológicos) pueden ser esa medida, o registro, de cierta época. Para comprender bien este concepto hay que entender primero el significado atribuido tanto a espacio como lugar. El autor ofrece una alusión a lo que los artistas de la modernidad consideran como lugar y espacio definiendo de diversas maneras el concepto de espacio que es todavía más complejo. Hay que tener en cuenta que el espacio es esa práctica de los lugares; tiene que ver con un acontecimiento, un mito o una historia; y puede ser éste indiferente a la distancia o extensión como a una dimensión temporal. El ejemplo del poema de Baudelaire es usado para explicar esas formas mas profundas de concebir el espacio, la manera en que se pasa a la propuesta de la sobremodernidad dejando en conexión la relación de los no lugares con las nociones de lugar y espacio de la modernidad. Son dos realidades complementarias las que designan a los no lugares, por una parte los espacios que se relacionan con cierto fin, por el otro lado la relación entre el individuo y estos espacios. Existe una mediación en cuanto a ese vinculo relacional sobre todo por palabras o textos que a fin de cuentas son imagen, en la sobremodernidad estas palabras son sobrepuestas, condicionadas estratégicamente con mensajes que conforman el paisaje contemporáneo esperando una no interacción en esos espacios. Así, el espacio se invade por textos que demarcan un orden y un control en la identidad, totalmente opuesto a la identidad que constituye el lugar antropológico, el no lugar crea identidades compartidas para pasajeros, clientes: ciudadanos de la ciudad mundo. Es la referencia a esta soledad sobremoderna la que hace comprender como un individuo se puede encontrar en su soledad (viajando, conduciendo su automóvil, estando de compras, etc.) pero a la vez sentirse parte del todo, semejante a los otros. El anonimato aquí desaparece o por lo menos se individualiza a causa de ese registro controlado de la identidad. La historia es otro aspecto invisible, la actualidad, rapidez, prácticas agilizadas, urgencia son característicos del presente, la historia se transforma en elemento de espectáculo; el espacio ya no es ese espacio esencialmente, esta atrapado en una línea de tiempo y la sigue dejando de lado a la historia, como “una inacabable historia en el presente”. Otro punto (que aquí personalmente me llamó la atención) es lo que el autor llama “participaciones cruzadas” en cuanto a los aparatos publicitarios, donde se mezclan los mensajes o textos de medios de comunicación para dictaminar cuestiones identitarias de la actualidad; también esta red de conexiones publicita o financia a unas con otras (instituciones, empresas, etc.) atrapa a los individuos en esta pauta consumista. Es pues que la sobremodernidad convierte a la historia en exotismo, en un espectáculo para los individuos actuales, este espacio (el del no lugar) solo tiene que ver con los individuos que lo transitan, que lo trabajan sin ser identificados, socializados ni localizados. El concepto de no lugar es entendible por parte del autor y mas aun cuando en esta actualidad, la sobremodernidad, se viven estos elementos diarios que imponen diversas instituciones como el mismo gobierno para mantener de cierto modo una equidad o similitud entre la ciudadanía. Analizar a los no lugares conviene mucho y es de suma importancia, en la etnografía actual aportará sin duda una fuerte crítica hacia el sistema globalizado y permitirá

una mayor comprensión de la sociedad como de las determinantes que hacen o provocan la diversidad cultural, o que a la vez van creando una nueva lengua: la de las modernas tecnologías que cada vez se usan mas. Como menciona el autor “el no lugar es lo contrario de la utopía: existe y no postula ninguna sociedad orgánica”, me quedo con la idea de que el no lugar no puede representar a un grupo o estar conformado por, o atrapar a un número determinado de personas, pero si es un espacio y un contexto sobre todo importante de analizar por las interacciones, mensajes y practicas que lo refieren y que cargan a los entes sociales de pensamientos, ideologías, ideales, etcétera.

Bibliografía Augé Marc, Los no lugares. Espacios del anonimato, Gedisa, España, 2008, P. 125.