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Más que suficiente Las 10 claves para cambiar nuestro destino financiero por Dave Ramsey

Aunque seamos ricos, hay cosas que se interpondrán entre nosotros y la felicidad si, entre otras cosas, no pagamos nuestros impuestos, le mentimos a nuestra esposa (o esposo) o hablamos mal de nuestros colegas.

familias. Los blackberries, los teléfonos móviles, los videojuegos y la TV por cable han comprometido seriamente las relaciones entre los seres humanos. Todo el mundo está corriendo a la próxima actividad o apurado para poder comprar el último grito de la moda. Las familias ya no son tan unidas como antes.

Y es que la felicidad no consiste en tener mucho dinero sino en llevar una vida apegada a la moral, dar en caridad, controlar nuestro presupuesto y escribir nuestros objetivos financieros.

La buena noticia es que es posible alterar este patrón si nos concentramos en nuestros valores fundamentales. Si llevamos una vida noble y apegada a la moral, conseguiremos una abundante recompensa financiera.

RESUMEN EJECUTIVO

Al menos esto es lo que propone David Ramsey en el presente libro, donde nos ofrece la claves para tomar el control de nuestro futuro financiero.

Camino a la prosperidad Hay millones de personas que se sienten seducidas por el llamado del materialismo. Sin embargo, casi nadie se da cuenta de que el dinero y las posesiones no garantizan la felicidad. De hecho, la riqueza tiene poco que ver con el dinero que tenemos en el banco o con el tipo de automóvil que conducimos. En realidad, la riqueza tiene que ver más con llevar una vida integra y apegada a principios y valores. La gente más rica lleva es siempre honesta en su vida profesional y personal. Llamar al trabajo a decir que estamos enfermos cuando en realidad estamos sanos o evadir impuestos revela una falta fundamental de integridad que bloqueará nuestro camino hacia la prosperidad. Algunas personas aprenden a ser deshonestos desde un punto de vista financiero con sus padres. Algunas madres les esconden ciertas compras de los padres; algunos padres pierden dinero en una apuesta y no se lo dicen a las madres. El engaño se vuelve una forma de vida. La falta de integridad perjudica las relaciones y deja cicatrices emocionales y espirituales. La sociedad nos facilita culpar a los demás o a nuestras circunstancias y así evadir nuestra responsabilidad. Pero ser criado por una madre soltera o no tener suficiente amigos en la escuela elemental no es excusa para que seamos deshonestos o desleales. Nadie quiere oír quejas. Asumir la responsabilidad de lo que hacemos es el enfoque más razonable y maduro. Una vida realizada significa resistir las presiones del mundo moderno. Hoy en día, los hombres y mujeres trabajan 60 horas a la semana y sacrifican el tiempo que deberían pasar con sus

Enfocar nuestra visión Soportar los vaivenes de la vida significa concentrarnos a largo plazo sin obsesionarnos por el día de mañana, el próximo mes o incluso el próximo año. La gente financieramente exitosa tiene una perspectiva saludable. Acepta tanto lo bueno como lo malo, y trata de tomar decisiones que sean beneficiosas a largo plazo. En vez de vivir apurados por los vaivenes de las acciones, debemos aprender de nuestras experiencias. Los reveses (tanto personales como financieros) son temporales. Ahorrar lo suficiente para pagar por la educación de nuestro hijo significa tener una visión realista. Podemos invertir en el futuro o gastar en el presente. Podemos conducir un automóvil modesto y ahorrar dinero o asumir el pago de un automóvil lujoso y sacrificar los ahorros. Las deudas de tarjetas de crédito, los préstamos estudiantiles y las hipotecas son los enemigos de la seguridad financiera. Crear riqueza supone establecer objetivos y escribirlos. Cuando cumplimos con nuestros objetivos, creamos una visión y éxito. Nuestros objetivos deben ser cuantificables. Debemos asignarle a cada uno un límite de tiempo. La mayoría de la gente carece de objetivos específicos y aún menos gente los escribe. Escribir nuestros objetivos nos permitirá mantenernos motivados y concentrados.

El matrimonio como sociedad financiera Las peleas por dinero tienen la capacidad de destruir o fortalecer el matrimonio. De hecho, el dinero es la principal causa de divorcio en EUA. Los matrimonios se hunden cuando la pareja no está dispuesta a hacer lo más indicado para la relación. Las parejas felices entienden que el matrimonio implica sacrificio. Irónicamente, las características que inicialmente atrajeron a dos personas pueden terminar convirtiéndose en causa de

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Más que suficiente 2 pelea. Es preciso buscar un consenso con el que se sientan cómodas ambas personas. Las parejas exitosas reconocen y aprovechan las diferencias inherentes a cada sexo. Los hombres quieren solucionar los problemas financieros. Las mujeres se sienten más atraídas por discutir asuntos y sentirse seguras. La persona más instruida o con una personalidad más fuerte suelen asumir el control de las finanzas de la familia. Esto implica que la otra persona se sienta inferior. Para evitar este conflicto, las decisiones financieras se deben tomar en equipo. Este tipo de decisiones nunca deben ser unilaterales. La incapacidad de comunicarse creará sin duda una brecha entre dos personas que se aman. En cambio, el trabajo en equipo crea unidad. Es posible que cuando hablemos de una compra con nuestra esposa o esposo nos sintamos como si le estuviéramos pidiendo permiso. Pero si dejamos de lado esta reacción, estrecharemos los lazos de la relación. Debemos ser pacientes y comprensivos. Debemos escuchar a nuestra esposa o esposo. Asimismo, debemos crear un presupuesto que refleje objetivo mutuos.

No perder las esperanzas La esperanza y la fe son esenciales. La esperanza impulsa a las personas que tienen que soportar malos momentos financieros o personales. El optimismo nos permite recuperarnos de situaciones apabullantes tales como una bancarrota, la disolución de nuestro negocio o un problema de salud. Debemos aprender a pararnos de nuevo. Las personas esperanzadas saben que es inútil obsesionarse con el pasado. No podemos cambiar la historia. Por tanto, no tiene sentido recordar una y otra vez los errores que hayamos cometido en nuestra vida profesional o personal. De hecho, es imposible aprovechar las oportunidades que nos brindan el presente y el futuro si permanecemos atascados en el pasado. Debemos evitar cualquier expectativa poco realista. Es posible que nuestro nuevo trabajo no sea tan bueno como pensábamos. Nuestro nuevo socio es menos que perfecto. Debemos ser optimistas y a la vez asumir un enfoque práctico. Nunca debemos colocar nuestras esperanzas en las cosas. Las casas, los automóviles de lujo y las tarjetas de crédito nos procuran gratificaciones a corto plazo. Debemos desarrollar una perspectiva saludable. La idea es concentrarnos en nuestros objetivos y mantener una fe vigorosa. Recordemos: todo pasará.

Ser responsables Solemos meternos en problemas financieros porque no nos hacemos responsables de nuestras acciones. No estamos dispuestos a examinar nuestros defectos y nuestros malos hábitos. Todos necesitamos de alguien que nos diga la verdad, nos haga críticas constructivas y nos ofrezca apoyo incondicional. Debemos buscar este tipo de socios en todas las esferas

de nuestra vida. Si establecemos una relación con nuestro guía espiritual, creceremos espiritualmente. Nuestro sentido de responsabilidad se profundizará si acudimos a nuestros amigos.

Vivir con pasión e intensidad Debemos ser muy resueltos para poder superar los restos y alcanzar nuestros objetivos. Nunca lograremos nada si vivimos en piloto automático. Debemos ser proactivos y enérgicos. Por ejemplo, debemos ser muy dinámicos para eliminar nuestras deudas. Podemos pagar miles de dólares en deuda en un año o dos si realmente estamos comprometidos a hacerlo. ¿Estamos dispuestos a tomar un par de trabajos extra o a cancelar la TV por cable o dejar de salir a comer los sábados a un restaurante? ¿Estamos dispuestos a cambiar nuestro automóvil últimos modelo por un vehículo más modesto? Las acciones enérgicas crean impulso. Nuestra energía produce resultados positivos. Podemos dejar la timidez y empezar a aprovechar las oportunidades.

No hay sustituto del trabajo duro La mayoría de las personas aceptan el hecho de que tiene que trabajar para ganarse la vida. Pero pocas entienden que trabajar realmente duro es la clave de la prosperidad. La mayor parte de los millonarios estadounidenses se pasaron largos períodos desarrollando sus negocios y ascendiendo por la escalera corporativa. Sólo algunos heredaron sus fortunas. El trabajo duro significa levantarse temprano todos los días y hacer nuestro mejor esfuerzo. Rezar es vital, pero Dios no está en el negocio de recompensar a los perezosos. Trabajar duro no significa terminar el día exhausto. Por el contrario, el trabajo duro es satisfactorio. Lograr algo es muy satisfactorio y puede ofrecernos la motivación necesaria para obtener grandes resultados. El trabajo duro es el antídoto perfecto contra la deuda porque genera flujo de caja. Debemos darles el ejemplo a nuestros hijos con nuestra ética de trabajo. Debemos ayudarlos a entender el valor y la necesidad de trabajar. Les estaremos haciendo un flaco favor si no les imponemos ciertas tareas. Las tareas diarias nos disciplinan. Si les damos una mesada a nuestros hijos, es probable que estos se sientan con el derecho a la misma. Por tanto, lo mejor es pagarles por ciertas tareas. Los niños deben entender la relación que hay entre trabajo y dinero. Si les explicamos lo importante que es la independencia y la responsabilidad, se convertirán en adultos responsables.

Ser pacientes La paciencia pareciera haber desaparecido en esta era de avances tecnológicos y comunicaciones instantáneas. Cuando tratamos de atiborrar tantas actividades como sea posible en un número limitado de horas, terminamos viviendo a un ritmo frenético y creamos una sociedad "quemada". Además, cuando

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Más que suficiente 3 actuamos impulsivamente, hacemos compras e inversiones innecesarias. Debemos calmarlos y saborear el momento. Podemos ganar la carrera si continuamos lenta y constantemente. Las personas pacientes ahorran dinero cada mes y se resisten a la tentación de saquear sus fondos de pensión para satisfacer un capricho. No compran la primera casa o el primer automóvil que ven. La gente de negocio exitosa conoce la importancia de ser pacientes, sobre todo en las negociaciones y al tomar decisiones. Valoran la opinión de los demás, toman en cuenta las posibles consecuencias a corto y largo plazo y actúan en beneficio de la mayoría. Ser pacientes significa no aplanar a los demás con nuestras opiniones. Ser pacientes implica escuchar realmente a nuestra esposa (o esposo) y a nuestros hijos, y priorizar sus necesidades. Seremos más sabios y tolerantes cuando hayamos dominado el arte de ser pacientes.

Buscar satisfacción Todo el mundo admira a aquellos que se sienten satisfechos. Las personas satisfechas parecieran tener un don que les falta a los demás. Parecieran tener sus prioridades en orden y no dejan que la sociedad ni los medios definan sus valores. La publicidad está diseñada para perturbar nuestra satisfacción y para crearnos la necesidad de cosas que son innecesarias. Las

personas poco satisfechas siempre están buscando el último grito de la moda. Están buscando la salida fácil o cualquier método que les prometa enriquecerse inmediatamente. Por lo general, les cuesta mantener sus empleos y carecen de respeto por sí mismas. Luego, tratan de aliviar todo esto con la compra de objetos materiales. A estas personas las impulsa la envidia y pasan por la vida llenas de preocupaciones y miedo. Las personas insatisfechas viven según la siguiente máxima: "Seré feliz cuando...". Pero esto es falso. Las personas cuya felicidad depende de cosas o de otras personas siempre termina decepcionada. Los individuos satisfechos aprecian lo que tienen y se sienten bendecidos. Se sienten felices con la familia y los amigos que tienen. Deciden conscientemente ser felices.

Dar es el mejor regalo Debemos olvidarnos del dinero que tenemos en el banco. La verdadera riqueza depende de cuánto le hayamos dado a los demás. Los grandes filántropos conocen el concepto de compartir sus riquezas. De hecho, conocen la relación que hay entre dar y adquirir riquezas. Darles nuestro dinero o nuestro tiempo desinteresadamente a los más necesitados es una de las experiencias más satisfactorias de la vida. Quienes hacen caridad porque esperan que Dios les devuelva el favor, no prosperan. Debemos dar porque es lo correcto. En buena medida, la prosperidad es una gran prueba de disciplina.

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Título original: More Than Enough Editorial: Penguin Publicado en: Febrero de 2002

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