52011777 Espectros de Marx
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Espectros de Marx. El estado de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional. Jacques Derrida Derrida Madrid, 1993, Ed. Trotta.
EX!D" Alguien, usted o yo, se adelanta y dice: quisiera aprender a vivir por fin.
Por fin, pero, ¿por qué? Extraña a máxima máxima.. ¿uién ¿uién aprend aprender! er!a? a? ¿"e Aprender a vivir . Extrañ quién quién?? Apre Aprend nder er #y ense enseña ñar$ r$ a %i%i %i%ir, r, pero pero ¿a quié quién? n? ¿&le ¿&lega gará rá a sa'erse? ¿(e sa'rá )amás %i%ir, y, en primer lugar, se sa'rá lo que quiere decir *aprender a %i%ir+? ¿ por qué *por fin+? Por s! misma, fuera de contexto -aunque un contexto permanece siempre a'ierto, por tanto fali'le e insuficiente- esta máxima sin frase form forma a un s!nt s!ntag agma ma poco poco me meno noss que que inin ininte teli ligi' gi'le le.. Po Porr otra otra part parte, e, ¿asta qué punto su idioma se de)a traducir? &ocuci/n magistral, a pesar de ello -o por ello mismo-. Pues, por 'oca de un maestro, este fragmento de máxima nos dir!a siempre algo acerca de la %iolencia. 0i'ra como una fleca en una direcci/n irre%ersi'le y asimétrica, la que %a, la mayor!a de las %eces, del padre al i)o, del maestro al disc!pulo o del amo al escla%o 1*yo, yo %oy a ense enseña ñarrte a %i%i %i%irr+2. 3al dir direc ecci ci/ /n os osci cila la:: entr entre e la direc irecci ci/n /n como experiencia1apr 1apren ende derr a %i%i %i%irr ¿no ¿no es ac acas aso o la expe experi rien enci cia a misma?2, la direcci/n como educación y la direcci/n como enderezamiento. Pero apr Per aprend ender a %i%i %i%irr, apr aprende enderrlo por uno mismo, solo, enseñarse a si mismo a %i%ir 1*quisiera aprender a %i%ir por fin+2, ¿no es, para quien %i%e, lo imposi'le?, ¿no es acaso lo que la l/gica misma pro!'e? A %i%ir, por definici/n, no se aprende. 4o por uno mismo, de la %ida por o'ra de la %ida. (olamente del otro y por o'ra de la muerte. En todo caso del otro al 'orde de la %ida. En el 'orde interno o en el 'orde externo, es ésta una eterodidáctica entre %ida y muerte. 4ada es, sin em'argo, más necesario que esta sa'idur!a. Es la ética misma: aprender a %i%ir -solo, por uno mismo-. &a %ida no sa'e %i%ir de otra manera. ¿ acaso se ace )amás otra cosa que no sea aprender a %i%ir, solo, por uno mismo? 5Extraño empeño para un ser %i%o y supuestamente %i%o, desde el momento en que este *uisiera aprender a %i%ir+ es a la %e6 imposi'le y necesario7 (/lo tiene sentido y puede resultar justo en una explicaci/n con la muerte. 8on mi muerte tanto como con la del otro. Entre %ida y muerte, pues9 es a! dond donde e es está tá el luga lugarr de una una se sent nten enci cios osa a inyu inyunc nci/ i/n n que aparenta aparenta siempre a'lar como a'la el )usto. &o que sigue se plantea como un ensayo en la noce -en el desconocimiento de lo que queda por %enir-, una simple tentati%a, pues pues,, de anal anali6 i6ar ar co con n algu alguna na co cons nsec ecue uenc ncia ia un exor exordi dio o co como mo el siguiente: *uisiera aprender a %i%ir. Por fin+. ¿8/mo por fin...? El aprender a %i%ir, si es que queda por acer, es algo que no puede suceder sino entre %ida y muerte. 4i en la %ida ni en la muerte solas.. &o que sucede solas sucede entre entre dos, entre todos los *dos+ que se quiera, quiera,
como entre %ida y muerte, siempre precisa, para mantenerse, de laintervención de alg;n fantasma. Entonces, a'r!a que sa'er de esp!ritus. . >oliner,(iccionario de uso del espa)ol , t. aintenant, messieurs, "e tout mon coeur )e men remets S %ous Et tout ce quun pau%re tel qu=amlet Pourra %ous témoigner damitié et damour, 0ous laure6, "ieu aidant. Mentrons ensem'le, Et %ous, )e %ous en prie, 'ouce cousue. &e temps est ors de ses gonds. R sort maudit ui %eut que )e sois né pour le re)ointer7 Allons, rentrons ensem'le. 3raducido por %es Konnefoy
aora los espectros de >arx. 1Pero ahora sin coyuntura. Tn aora desquiciado, disyunto o desa)ustado, out of joint , un aora dislocado que corre en todo momento el riesgo de no mantener nada unido en la con)unci/n asegurada de alg;n contexto cuyos 'ordes toda%!a ser!an determina'les.2
&os espectros de >arx. ¿Por qué este plural? ¿Es que ay más de uno? >ás de uno puede significar multitud, cuando no masas, la orda o la sociedad, o tam'ién alguna po'laci/n de fantasmas con o sin pue'lo, alguna comunidad con o sin )efe -pero tam'ién el menos de uno de la dispersi/n pura y simple-. (in agrupaci/n posi'le. Además, si el espectro está siempre animado por un esp!ritu, ca'e preguntarse quién se atre%er!a a a'lar de un esp!ritu de >arx, más seriamente a;n: de un esp!ritu del marxismo. 4o s/lo para predecirles oy d!a un por%enir, sino incluso para recurrir a su multiplicidad o, más seriamente a;n, a su eterogeneidad. =ace más de un año ten!a decidido llamar a los *espectros+ por su nom're desde el t!tulo de esta conferencia de apertura. *Espectros de >arx+, el nom're com;n y el nom're propio esta'an ya impresos, esta'an ya en el programa cuando, muy recientemente, rele! el 'anifiesto del partido comunista. &o recono6co a%ergon6ado: no lo a'!a eco desde ac!a decenios -y eso de'e de re%elar algo-. Kien sa'!a yo que all! espera'a un fantasma, y desde el comien6o, desde que se le%anta el tel/n. Aora 'ien, aca'o de descu'rir por supuesto, aca'o en realidad de recordar lo que de'!a de asediar#i$ mi memoria: el primer nom're del >anifiesto, y en singular esta %e6, es *espectro+: *Tn espectro asedia Europa: el espectro del comunismo+.
Exordio o incipit : este primer nom're a're, pues, la primera escena del primer acto: *!in "espenst eht um in !uropa -das"espenst des .ommunismus +. 8omo en =amlet, pr!ncipe de un Estado corrompido, todo comien6a con la aparici/n del espectro. Para más precisi/n, con la espera de su aparici/n. &a anticipaci/n es a la %e6 impaciente, angustiada y fascinada: aquello, la cosa 1 this thin2 aca'ará por llegar. El 1re2aparecido %a a %enir. 4o puede tardar. 58/mo tarda7 Para ser más precisos toda%!a: todo comien6a en la inminencia de una re-aparici/n, pero de la reaparici/n del espectro como aparici/n por primera %e6 en la o'ra. El esp!ritu del padre %a a %ol%er y pronto le dirá:** am thy /athers 0pirit + 1acto arx. En a crisis del espíritu 1II2 1*y nosotras, ci%ili6aciones, sa'emos aora que somos mortales..., etc.+2 el nom're de >arx aparece una sola %e6. (e inscri'e: e a! el nom're de una cala%era que a de %enir a las manos de =amlet:
Aora, so're una inmensa terra6a de Elsinore, que %a de Kasilea a 8olonia, que llega asta las arenas de 4ieuport, asta las marismas del (omme, las cali6as de 8ampaña, los granitos de Alsacia -el =amlet europeo o'ser%a
millares de espectros. 4o o'stante, es un =amlet intelectual. >edita so're la %ida y la muerte de las %erdades. (us fantasmas son los o')etos de nuestras contro%ersias9 sus remordimientos, los t!tulos de nuestra gloria #...$ (i toma una cala%era en sus manos, es una cala%era ilustre. -¿$hose was it ? Uste fue ionardo. #...$ este otro cráneo es el de &ei'ni6, que soñ/ con la pa6 uni%ersal. aquél fue.ant qui enuit #eel qui enuit 'arx qui enuit333 =amlet no sa'e muy 'ien qué acer con estos cráneos. Pero 5si los a'andona7... ¿acaso no de)ará de ser él mismo?#ii$.
>ás tarde, en a política del espíritu 1ed. francesa, p. VG2, 0aléry define el om're y la pol!tica. El om're: *una tentati%a de crear lo que me atre%er!a a llamar el esp!ritu del esp!ritu+ 1p. VJH2. En cuanto a la pol!tica, siempre *implica alguna idea del om're+ 1p. VJI2. En ese momento, 0aléry se cita a s! mismo. Meproduce entonces la página so're el *=amlet europeo+ que aca'amos de señalar. 8uriosamente, con la seguridad extra%iada pero infali'le de un sonám'ulo, no omite entonces más que una frase, una sola, sin siquiera señalar la omisi/n mediante unos puntos suspensi%os: la que nom'ra a >arx, precisamente en el cráneo de @ant 1* éste fue .ant qui enuit #eel qui enuit 'arx qui enuit ...+2. ¿Por qué esta omisi/n, esta ;nica omisi/n? El nom're de >arx a desaparecido. ¿Ad/nde a ido a parar? !xeunt "host and 'arx , u'iera anotado (aQespeare.El nom're del desaparecido a de'ido de inscri'irse en otro lugar. 0aléry, en lo que dice como en lo que ol%ida decir de las cala%eras y de las generaciones de esp!ritus, nos recuerda al menos tres cosas. Estas tres cosas conciernen )ustamente a esa cosa que se llama el esp!ritu. "esde que se de)a de distinguir el esp!ritu del espectro, el esp!ritu toma cuerpo, se encarna, como esp!ritu, en el espectro. R más 'ien, el mismo >arx lo precisa -llegaremos a ello-, el espectro es una incorporaci/n parad/)ica, el de%enir-cuerpo, cierta forma fenoménica y carnal del esp!ritu. El espectro se con%ierte más 'ien en cierta *cosa+ dif!cil de nom'rar: ni alma ni cuerpo, y una y otro. Pues son la carne y la fenomenalidad las que dan al esp!ritu su aparici/n espectral, aunque desaparecen inmediatamente en la aparici/n, en la %enida misma del 1re2aparecido o en el retorno del espectro. =ay algo de desaparecido en la aparici/n misma como reaparici/n de lo desaparecido. El esp!ritu, el espectro, no son la misma cosa, tendremos que afinar esta diferencia, pero respecto a lo que tienen en com;n, no se sa'e lo que es, lo que es presentemente. !s algo que, )ustamente, no se sa'e, y no se sa'e si precisamente es, si existe, si responde a alg;n nom're y corresponde
a alguna esencia. 4o se sabe: no por ignorancia, sino porque ese noo')eto, ese presente no presente, ese ser-a! de un ausente o de un desaparecido no depende ya del sa'er. Al menos no de lo que se cree sa'er 'a)o el nom're de sa'er. 4o se sa'e si está %i%o o muerto. =e aqu! -o e a!, all!- algo innom'ra'le o casi innom'ra'le: algo, entre alguna cosa y alguien, quienquiera o cualquiera, alguna cosa, esta cosa, this thin, esta cosa sin em'argo y no otra, esta cosa que nos mira %iene a desafiar tanto a la semántica como a la ontolog!a, tanto al psicoanálisis como a la filosof!a 1*>arcelo: $hat, ha4s this thin appear4d aaine toniht ? Karnardo: * haue seene nothin» ). &a 8osa es a;n in%isi'le, no es nada %isi'le («* haue seene nothin»), en el momento en que se a'la de ella y para preguntarse si a reaparecido. 4o es a;n nada que se %ea cuando se a'la de ella. 4o es ya nada que se %ea cuando de ella a'la >arcelo, pero a sido %ista dos %eces. es para a)ustar la pala'ra a la %isi/n para lo que se a con%ocado al escéptico =oracio. =oracio ará de tercero y de testigo ( terstis ) *# ...$ if aaine this Apparition come, #e may approue our eyes andspea&e to it »: *(i este espectro %uel%e, Ul podrá acer )usticia a nuestros o)os, y a'larle+ 1acto , esc. 2. Esa 8osa que no es una cosa, esa 8osa in%isi'le entre sus apariciones, tampoco es %ista en carne y ueso cuando reaparece. Esa 8osa, sin em'argo, nos mira y nos %e no %erla incluso cuando está a!. Tna espectral disimetr!a interrumpe aqu! toda especularidad. "esincroni6a, nos remite a la anacron!a. &lamaremos a esto el efecto visera: no %emos a quien nos mira. Aunque en su fantasma el rey se parece a s! mismo *como a ti mismo t; te pareces+ ( «As thou art to thy selfe» ), dice =oracio, esto no impide que mire sin ser %isto: su aparici/n le ace aparecer tam'ién in%isi'le 'a)o su armadura ( «0uch was the very Armourhe had on #...$ +2. "e este efecto visera no %ol%eremos a a'lar, al menos directamente y 'a)o este nom're, pero se dará supuesto en todo lo que expongamos en lo sucesi%o a prop/sito del espectro en general, en >arx y en otros lugares. 8omo se precisará más tarde, a partir de a ideoloía alemana y la explicaci/n con (tirner, lo que distingue al espectro o al 1re2aparecido del espíritu, incluso del esp!ritu en el sentido de fantasma en general, es una fenomenalidad so'renatural y parad/)ica, sin duda, la %isi'ilidad furti%a e inaprensi'le de lo in%isi'le o una in%isi'ilidad de un algo %isi'le, esa sensibilidad insensible de la que a'la !l 5apital -nos ocuparemos de ello- a prop/sito de un cierto %alor de cam'io: es tam'ién, sin duda, la intangi'ilidad tangi'le de un cuerpo propio sin carne pero siempre de alguno como alg 6n otro. de alg6n otro al que no nos apresuraremosa determinar como yo, su)eto, persona, conciencia, esp!ritu, etc. a con ello 'asta para distinguir tam'ién el espectro, no s/lo del icono o del !dolo, sino tam'ién de la imagen de imagen, del phantasma plat/nico, as! como del simple simulacro de algo en general del que, sin em'argo, está tan pr/ximo y con el que comparte en otros aspectos más de un rasgo. Pero no es eso todo, ni
es lo más irreducti'le. Rtra sugerencia: este al6n otro espectral nos mira, nos sentimos mirados por él, fuera de toda sincron!a, antes incluso y más allá de toda mirada por nuestra parte, conforme a una anterioridad 1que puede ser del orden de la generaci/n, de más de una generaci/n2 y a una disimetr!a a'solutas, conforme a una desproporci/n a'solutamente indomina'le. &a anacron!a dicta aqu! la ley. El efecto visera desde el que eredamos la ley es eso: el sentirnos %istos por una mirada con la que será siempre imposi'le cru6ar la muestra. 8omo no %emos a quien nos %e, y dicta la ley, y promulga la inyunci/n, una inyunci/n por otra parte contradictoria, como no %emos a quien ordena: *)ura+ 1swear 2, no podemos identificarlo con certe6a, estamos entregados a su %o6. A quien dice: *(oy el espectro de tu padre+ 1« * am thy /athers 0pirit »2, s/lo podemos creerle 'a)o pala'ra. (umisi/n esencialmente ciega a su secreto, al secreto de su origen: primera o'ediencia a la inyunci/n, que condicionará a todas las demás. (iempre puede tratarse de alg;n otro, que puede mentir, disfra6arse de fantasma, y tam'ién otro fantasma puede acerse pasar por éste. (iempre es posi'le. >ás adelante a'laremos de la sociedad o del comercio de los espectros entre s!, ya que siempre ay más de uno. &a armadura, esa *pie6a de %estuario+ que ninguna escenificaci/n podrá aorrarse nunca, la %emos cu'rir de pies a ca'e6a, a los o)os de =amlet, el supuesto cuerpo del padre. 4o se sa'e si forma parte o no de la aparici/n espectral. Esta protecci/n es rigurosamente problemática ( problema: tam'ién es un escudo2, ya que impide a la percepci/n decidir so're la identidad que tan s/lidamente confina en su capara6/n. &a armadura puede no ser sino el cuerpo de un artefacto real, una especie de pr/tesis técnica, un cuerpo a)eno al cuerpo espectral al que %iste, oculta y protege, enmascarando as! asta su identidad. &a armadura no de)a %er nada del cuerpo espectral, pero, a la altura de la ca'e6a y bajo la visera, permite al presunto padre %er y a'lar. (e an practicado, y a)ustado, a'erturas que le permiten %er sin ser %isto y a'lar, eso s!, para ser o!do. El yelmo ( helm, el casco2, al igual que la %isera, no s/lo da'a protecci/n: so'repasa'a el escudo, y señala'a la autoridad del )efe, como 'las/n de su no'le6a. Para el efecto yelmo 'asta con que una %isera sea posible, y que se apro%ece. ac'et y acordémonos del espectro de 8ésar. "espués de a'er expirado, regresa. Kruto tam'ién dice aain: «$ell< then * shall see thee aain? Nost: - Ay, at 7hilippi » 1acto arcelo llama un scholar . Puede que para un espectador en general. En el fondo, un espectador, en tanto que tal, es el ;ltimo a quien un espectro puede aparecerse, dirigir la pala'ra o prestar atenci/n. En el teatro o en la escuela. =ay ra6ones esenciales para ello. 3e/ricos o testigos, espectadores, o'ser%adores, sa'ios e intelectuales, los scholars creen que 'asta con mirar. "esde ese momento, no están siempre en la posici/n más fa%ora'le para acer lo que ay que acer: a'lar al espectro. 3al %e6 ésa es una entre tantas otras lecciones im'orra'les del marxismo. 4o ay ya, no a a'ido nunca scholar capa6 de a'lar de todo dirigiéndose a quien sea, y a;n menos a los fantasmas. 4o a a'ido nunca un scholar que %erdaderamente, y en tanto que tal, aya tenido nada que %er con el fantasma. Tn scholar tradicional no cree en los fantasmas -ni en nada de lo que pudiera llamarse el espacio %irtual de la espectralidad. 4o a a'ido nunca un scholar que, en tanto que tal, no crea en la distinci/n ta)ante entre lo real y lo no-real, lo efecti%o y lo no-efecti%o, lo %i%o y lo no-%i%o, el ser y el no-ser ( to be or not tobe, seg;n la lectura con%encional2, en la oposici/n entre lo que está presente y lo que no lo está, por e)emplo 'a)o la forma de la o')eti%idad. >ás allá
de esta oposici/n, no ay para el scholar sino ip/tesis de escuela, ficci/n teatral, literatura y especulaci/n. (i nos refiriéramos ;nicamente a esta figura tradicional del scholar , a'r!a entonces que desconfiar aqu! de lo que podr!a definirse como la ilusi/n, la mistificaci/n o el complejo de 'arcelo. Uste no esta'a qui6á en situaci/n de comprender que un scholar clásico no es capa6 de a'lar al fantasma. 4o sa'!a lo que es la singularidad de una posici/n, no digamos ya de una posici/n de clase como se dec!a en otro tiempo, sino la singularidad de un lugar de a'la, de un lugar de experiencia y de un %!nculo de filiaci/n, lugares y %!nculos desde los cuales, y ;nicamente desde los cuales, puede uno dirigirse al fantasma: *hou art a 0choller< spea&e to it #oratio», dice ingenuamente, como si participase en un coloquio. Mecurre al scholar , al sa'io o al intelectual instruido, al om're de cultura como a un espectador capa6 de introducir la distancia necesaria o encontrar las pala'ras apropiadas para o'ser%ar, me)or dico, para apostrofar a un fantasma, es decir, tam'ién para a'lar la lengua de los reyes o de los muertos. Pues Karnardo aca'a de %islum'rar la figura del rey muerto, cree a'erla identificado, por seme)an6a 1*Karnardo: *n the same fiure, li&e the .in that4s dead 3 >arcelo: hou art a 0choller, spea&e to it #oratio»). 4o le pide s/lo que a'le al fantasma, sino que le llame, le interpele, le interrogue, más exactamente, que pregunte a la 8osa que toda%!a es: «?uestion it #oratio». =oracio ordena a la 8osa que a'le, se lo manda por dos %eces en una actitud a la %e6 imperiosa y acusadora. =oracio exige, conmina a la %e6 que con)ura 1*+y heaven * 5hare thee spea&e= #...$ spea&e, spea&e= * 5hare thee, spea&e= »). , en efecto, se traduce a menudo **5hare thee» por *te con)uro+ #« je t4en conjure»$, lo que nos indica una %!a por la cual se cru6arán más tarde la inyunci/n y la con)uraci/n. 8on)urándole a a'lar, =oracio quiere confiscar, esta'ili6ar, detener al espectro dentro de su pala'ra: «( /or which, they say, you 0piritsof wal&e in death ) 0pea&e of it3 0tay, and spea&e3 0top it 'arcellus». A la in%ersa, >arcelo anticipa'a qui6á la %enida de otro scholar , un d!a, una noce, siglos después -el tiempo no se mide aqu! ya de la misma manera-. Este ser!a por fin capa6, más allá de la oposici/n entre presencia y no-presencia, efecti%idad e inefecti%idad, %ida y no-%ida, de pensar la posi'ilidad del espectro, el espectro como posi'ilidad. >e)or 1o peor2: sa'r!a c/mo dirigirse a los esp!ritus. (a'r!a que seme)ante direcci/n no solamente ya es posi'le, sino que en todo momento a'rá condicionado, como tal, la direcci/n en general. =e a!, en todo caso, a alguien lo 'astante loco como para esperar desbloquear la posi'ilidad de tal direcci/n. Era, pues, un fallo por mi parte el a'er ale)ado de mi memoria lo que fue lo más manifiesto del 'anifiesto. &o que all! se manifiesta en primer lugar es un espectro, este primer persona)e paterno, tan poderoso como irreal, alucinaci/n o simulacro, y %irtualmente más
efica6 que lo que tranquilamente se denomina una presencia %i%a. Al releer el 'anifiesto y algunas otras grandes o'ras de >arx, me e percatado de que, dentro de la tradici/n filos/fica, cono6co pocos textos, qui6á ninguno, cuya lecci/n pare6ca más urgente hoy , siempre que se tenga en cuenta lo que precisamente >arx y Engels dicen 1por e)emplo en el 7refacio de Engels a la reedici/n de WWW2 so're su propio *en%e)ecimiento+ posi'le y su istoricidad intr!nsecamente irreducti'le ¿ué otro pensador a puesto )amás so're a%iso con respecto a este asunto de forma tan expl!cita? ¿uién a apelado a la transformación %enidera de sus propias tesis? ¿4o solamente con %istas a alg;n enriquecimiento progresi%o del conocimiento que nada cam'iar!a en el orden de un sistema, sino para tener en cuenta -otra cuenta- los efectos de ruptura o de reestructuraci/n? ¿ acoger de antemano, más allá de toda programaci/n posi'le, la impre%isi'ilidad de nue%os sa'eres, de nue%as técnicas, de nue%os repartos pol!ticos? 4ing;n texto de la tradici/n parece tan l;cido so're la actual mundiali6aci/n de lo pol!tico, so're la irreducti'ilidad de lo técnico y de lo mediático en el transcurso del pensamiento más pensante -y más allá del ferrocarril y de los peri/dicos de la época, cuyos poderes fueron anali6ados de manera incompara'le por el 'anifiesto-. pocos textos fueron tan luminosos a prop/sito del dereco, del dereco internacional y del nacionalismo. (erá siempre un fallo no leer y releer y discutir a >arx. Es decir, tam'ién a algunos otros -y más allá de la *lectura+ o de la *discusi/n+ de escuela-. (erá cada %e6 más un fallo, una falta contra la responsa'ilidad te/rica, filos/fica, pol!tica. "esde el momento en que la máquina de dogmas y los aparatos ideol/gicos *marxistas+ 1Estados, partidos, células, sindicatos y otros lugares de producci/n doctrinal2 están en trance de desaparici/n, ya no tenemos excusa, solamente coartadas, para desentendernos de esta responsa'ilidad. 4o a'rá por%enir sin ello. 4o sin >arx. 4o ay por%enir sin >arx. (in la memoria y sin la erencia de >arx: en todo caso de un cierto >arx: de su genio, de al menos uno de sus esp!ritus. Pues ésta será nuestra ip/tesis o más 'ien nuestra toma de partido: hay más de uno, debe haber más de uno. (in em'argo, entre todas las tentaciones a las que de'o oy resistirme, está la de la memoria: contar lo que a sido para m!, y para los de mi eneración, que la an compartido durante toda una %ida, la experiencia del marxismo, la figura casi paterna de >arx, su disputa en nosotros con otras filiaciones, la lectura de los textos y la interpretaci/n de un mundo en el cual la erencia marxista era 1a;n sigue y seguirá siéndolo2 a'solutamente y de parte a parte determinante. 4o es necesario ser marxista o comunista para rendirse a esta e%idencia. =a'itamos todos un mundo, algunos dir!an una cultura, que conser%a, de forma directamente %isi'le o no, a una profundidad incalcula'le, la marca de esta erencia.
Entre los rasgos que caracteri6an una cierta experiencia propia en mi generaci/n, es decir, una experiencia que a'rá durado al menos cuarenta años y que no a terminado, aislar!a en primer lugar una parado)a preocupante. (e trata de una pertur'aci/n del d2j@ vu, e incluso de cierto *siempre d2j@ vu». Este malestar de la percepci/n, de la alucinaci/n y del tiempo lo menciono en ra6/n del tema que nos re;ne esta tarde: whither marxism? Para mucos de entre nosotros la cuesti/n tiene nuestra edad. En particular para los que -éste fue tam'ién mi caso- se opon!an ciertamente al *marxismo+ o al *comunismo+ de eco 1la Tni/n (o%iética, la arx, 4iet6sce,=eidegger, con su codicilo Qo)e%iano y los codicilos del propio @o)X%e2. Esta'a, por otra parte, e indisociablemente, lo que sa'!amos o lo que algunos de nosotros desde ac!a muco tiempo no se oculta'an a s! mismos so're el terror totalitario en los pa!ses del Este, so're los desastres socioecon/micos de la 'urocracia so%iética, so're el estalinismo pasado o el neoestalinismo entonces %igente 1en l!neas generales:
desde los procesos de >osc; a la represi/n en =ungr!a, por limitarnos a estos m!nimos !ndices2. 3al fue sin duda el el elemento en donde se desarroll/ lo que se llama la deconstrucci/n -y no puede comprenderse nada de ese momento de la deconstrucci/n, especialmente en rancia, si no se tiene en cuenta este enmarañamiento ist/rico-. Por ello, para aquellos con quienes e compartido ese tiempo singular, esa do'le y ;nica experiencia 1a la %e6 filos/fica y pol!tica2, para nosotros, me atre%er!a a decir, el alarde mediático de los discursos actuales so're el fin de la istoria y el ;ltimo om're se parece muy a menudo a un fastidioso anacronismo. Al menos asta cierto punto que precisaremos más adelante. Algo de este fastidio transpira por otra parte a tra%és del cuerpo de la cultura más fenom2nica de oy d!a: lo que se oye, se lee y se %e, lo que más se mediatiza en las capitales occidentales. En cuanto a los que se entregan a ello con el );'ilo de un frescor )u%enil, dan la impresi/n de estar retrasados, un poco como si fuera posi'le tomar a;n el ;ltimo tren después del ;ltimo tren, e ir toda%!a con retraso respecto a un fin de la istoria. ¿8/mo se puede ir con retraso respecto al fin de la istoria? 8uesti/n de actualidad. 8uesti/n seria, pues o'liga a reflexionar de nue%o, como lo acemos desde =egel, so're lo que pasa y merece el nom're de acontecimiento después de la istoria, y a preguntarse si el fin de la istoria no es solamente el fin de un cierto concepto de la istoria. Es ésta qui6ás una de las cuestiones que a'r!a que plantear a quienes no se contentan s/lo con ir con retraso respecto al apocalipsis y al ;ltimo tren del fin sin ir, por as! decirlo, asfixiados, sino que, además, encuentran el modo de sacar peco con la 'uena conciencia del capitalismo, del li'eralismo y de las %irtudes de la democracia parlamentaria -designaremos por tal no al parlamentarismo y a la representaci/n pol!tica en eneral , sino a las formas presentes, es decir, en realidad pasadas, de un dispositi%o electoral y de un aparato parlamentario. 3endremos que complicar este esquema dentro de un instante. 3endremos que ofrecer otra lectura del anacronismo mediático y de la 'uena conciencia. Pero para tornar más sensi'le la descora6onadora impresi/n de d2j@ vu que amena6a con acer que se nos caiga de las manos toda la literatura so're el fin de la istoria y otros diagn/sticos seme)antes, citaré s/lo 1entre otros mucos e)emplos posi'les2 un ensayo de IHI cuyo autor tambi2n a'!a pu'licado un relato ya titulado, en IHC, !l 6ltimo hombre. =ace, pues, cerca de GH años, >auriceKlancot dedica un art!culo, *El fin de la filosof!a+-#i%$, a media docena de li'ros de los años cincuenta. 3odos son testimonios de antiguos marxistas o comunistas, todos franceses. Klancot escri'irá más tarde *Para una aproximaci/n al comunismo+ y *&os tres discursos de>arx+#%$. #=u'iera querido citar aqu! completas, para suscri'irlas sin reser%a, las tres admira'les páginas que lle%an por t!tulo *&os tres
discursos de >arx+. 8on la so'ria 'rillante6 de una incompara'le densidad, de forma a la %e6 discreta y fulgurante, sus enunciados no se dan tanto como la respuesta plena a una cuesti/n cuanto se enfrentan con aquello a lo que tenemos que dar respuesta oy d!a, erederos como somos de más de un discurso, como de una inyunci/n de por s! disyunta $.
8onsideremos, primero, la heteroeneidad radical y necesaria de una erencia, la diferencia sin oposici/n que de'e marcarla, una *disparidad+ y una cuasi-yuxtaposici/n sin dialéctica 1)ustamente el plural de lo que llamaremos más adelante los esp!ritus de >arx2. Tna erencia nunca se re-une, no es nunca una consigo misma. (u presunta unidad, si existe, s/lo puede consistir en la inyunción de reafirmar eliiendo. !s preciso quiere decir es preciso filtrar, cri'ar, criticar, ay que escoger entre los %arios posi'les que a'itan la misma inyunci/n. a'itan contradictoriamente en torno a un secreto. (i la legi'ilidad de un legado fuera dada, natural, transparente, un!%oca, si no apelara y al mismo tiempo desafiara a la interpretaci/n, aquél nunca podr!a ser eredado. (e estar!a afectado por él como por una causa -natural o genética-. (e ereda siempre de un secreto -que dice: *&éeme. ¿(erás capa6 de ello?+-. &a elecci/n cr!tica reclamada por toda reafirmaci/n de la erencia es tam'ién, como la memoria misma, la condici/n de finitud. El infinito no ereda, no se ereda. &a inyunci/n misma 1que dice siempre: elige y decide dentro de aquello de lo que eredas2 no puede ser una sino di%idiéndose, desgarrándose, difiriendo ella misma, a'lando a la %e6 %arias %eces -y con %arias %oces-. Por e)emplo:
En >arx, y %enidos siempre de >arx, %emos que toman fuer6a y forma tres tipos de discurso, los tres necesarios, pero separados y más que opuestos: como yuxtapuestos. &a disparidad que los mantiene unidos designa una pluralidad de exigencias a la cual, desde 'arx , cada uno, al a'lar, al escri'ir, no de)a de sentirse sometido so pena de darse cuenta de que está prescindiendo de todo#%i$.
*(o pena de darse cuenta de que está prescindiendo de todo+. ¿ué quiere decir esto? y ¿*desde >arx+? Prescindir de todo, es cierto, será siempre posi'le. 4ada podrá nunca asegurarnos contra ese riesgo, menos a;n contra ese sentimiento. un *desde >arx+ contin;a designando el lugar de asinación desde el cual estamos comprometidos . Pero si ay
compromiso o asignaci/n, inyunci/n o promesa, si ay esa llamada desde un a'la que resuena ante nosotros, el *desde+ marca un lugar y un tiempo que nos preceden, sin duda, pero para estar tanto delante de nosotros como antes de nosotros. "esde el por%enir, pues, desde el pasado como por%enir a'soluto, desde el no sa'er y lo no ad%enido de un acontecimiento, de lo que queda por ser ( to be ): por acer y por decidir 1lo que significa en primer lugar, sin duda, el to be or not to be de =amlet -y de todo eredero que, digamos, %iene a )urar ante un fantasma-2. (i *desde >arx+ nom'ra un por-%enir tanto como un pasado, el pasado de un nom're propio, entonces, lo propio de un nom're propio quedará siempre por %enir. secreto. uedará por %enir no como el aora futuro de lo que mantiene unida la *disparidad+ 1y Klancot a'la de lo imposi'le de una *disparidad+ que, a su %e6, *mantiene la uni/n+9 queda por pensar c/mo una disparidad podr!a, ella misma, mantener la uni/n, y si es posi'le a'lar de la disparidad misma, de ella misma, de una mismidad sin propiedad2. &o que se enuncia *desde >arx+ puede s/lo prometer o recordar que ay que mantener la uni/n, en un a'la que difiere, difiriendo no lo que afirma, sino difiriendo )ustamente paraafirmar, para afirmar justamente, para poder 1poder sin poder2 afirmar la %enida del acontecimiento, su por-%enir mismo. Klancot no alude aqu! a (aQespeare, pero no puedo entender *desde >arx+, desde >arx, sin entender, como >arx, *desde(aQespeare+. >antener unido lo que no se mantiene unido, y la disparidad misma, la misma disparidad-%ol%eremos constantemente a ello como a la espectralidad del espectro- es algo que s/lo puede ser pensado en un tiempo de presente dislocado, en la )untura de un tiempo radicalménte disyunto, sin con)unci/n asegurada. 4o un tiempo de )unturas negadas, que'radas, maltratadas, en disfunci/n, desa)ustadas, seg;n un dys de oposici/n negati%a y de disyunci/n dialéctica, sino un tiempo sin )untura aseurada ni con)unci/n determinable . &o que aqu! se dice del tiempo %ale tam'ién, por consiguiente o por lo mismo, para la istoria, incluso aunque ésta pueda consistir en reparar, en los efectos de coyuntura, y el mundo es eso, la disyunci/n temporal: «he tiempo time is out of joint», el está desarticulado descoyuntado, désenca)ado, dislocado, el tiempo está trastocado acosado y trastornado, desquiciado, a la %e6 desarreglado y loco. El tiempo está fuera de quicio, el tiempo está deportado, fuera de s!, desa)ustado. "ice =amlet, que a're as! una de esas 'recas, saeteras a menudo poéticas y pensantes, desde las que (aQespeare cuida'a de la lengua inglesa sin de)ar, al mismo tiempo, de marcar el cuerpo de la misma con alg;n fleca6o sin precedentes. Aora 'ien, ¿cuándo llama =amlet de ese modo a la disyunci/n del tiempo, pero tam'ién de la istoria y del mundo, la disyunci/n de los tiempos que corren, el desa)uste de nuestro tiempo, cada %e6 el nuestro? ¿ c/mo traducir «he time is out of joint »? Tna sorprendente di%ersidad dispersa en los siglos la
traducci/n de una o'ra maestra, de una o'ra genial, de una cosa del espírituque parece )ustamente ineniárselas. >aligno o no, un genio opera, resiste y desaf!a siempre a la manera de una cosa espectral. &a o'ra animada se con%ierte en esa cosa, la 8osa que se las inenia en a'itar sin propiamente a'itar, o sea en asediar , como un inaprensi'le espectro, tanto la memoria como la traducci/n. Tna o'ra maestra se mue%e siempre, por definici/n, a la manera de un fantasma. &a 8osa asedia, por e)emplo, habla y causa, a'ita las numerosas %ersiones de ese pasa)e, «the time is out of joint », sin residir nunca en ellas, sin confinarse )amás en ellas. Plurales, las maneras de traducir se organi6an, no se dispersan de cualquier modo. 3am'ién se desorgani6an por el efecto mismo del espectro, a causa de la 8ausa a la que se denomina el original, y que, como todos los fantasmas, dirige demandas más que contradictorias, )ustamente dispares. Parece que aquéllas se distri'uyen aqu! en torno a algunas grandes posi'ilidades o tipos. En «he time is out of joint », time tan pronto es el tiempo mismo, la temporalidad del tiempo, tan pronto lo que la temporalidad ace posi'le 1el tiempo como historia, los tiempos que corren, el tiempo en que %i%imos, los d!as de oy en d!a, la época2, tan pronto, por consiguiente, el mundo tal como %a, nuestro mundo de oy en d!a, nuestro oy, la actualidad misma: all! donde nos %a 'ien ( whither ), y all! donde no nos %a 'ien, all! donde esto se pudre ( wither ), donde todo marca 'ien o no marca 'ien, donde todo *%a+ sin ir como de'er!a en los tiempos que corren. ime: es el tiempo, pero es tam'ién la istoria, y es el mundo. «he time is out of joint »: las traducciones se encuentran, ellas tam'ién, out of joint . Por correctas y leg!timas que sean, y sea cual
sea el derecho que se les recono6ca, están todas desa)ustadas, como in)ustas en el iato que les afecta: dentro de ellas mismas, ciertamente, puesto que su sentido permanece necesariamente equ!%oco, tam'ién en su relaci/n entre s! y, por tanto, en su multiplicidad, finalmente o en primer lugar, en su irreducti'le inadecuaci/n a la otra lengua o a la genialidad del acontecimiento que dicta la ley, a todas las %irtualidades del original. &a excelencia de la traducci/n no puede acer nada para remediarlo. Peor, y esto es lo más dramático, no puede sino agra%ar o sellar la inaccesi'ilidad de la otra lengua. 0eamos algunos e)emplos franceses, de entre los más nota'les, irreproca'les e interesantes:
. «e temps est hors de ses onds » #*El tiempo está fuera quicio+$#%ii$. &a traducci/n de %es Konnefoy parece la más segura. Parece de)ar a'ierta y suspendida, como en la epoj2 de ese tiempo mismo, la mayor potencialidad econ/mica de la f/rmula. >ás técnica que orgánica, ética o pol!tica 1lo que no de)a de ser un iato2, la figura del quicio parece la más pr/xima al uso dominante y a la multiplicidad de usos del idioma que traduce.
J. «e temps est d2traqu2» #*El tiempo está trastornado+$ #%iii$. 3raducci/n más 'ien arriesgada: cierto uso de la expresi/n permite pensar en el tiempo que ace ( weather ). G. «e monde est @ lenvers» #*El mundo está al re%és+$#ix$. un *al re%és+ muy pr/ximo a un *de tra%és+ que parece, a su %e6, más pr/ximo al original. Y. «5ette 2poque est deshonor2e» #*Esta época está desonrada+$#x$. Por sorprendente que pare6ca a primera %ista, la lectura de Nide concuerda, no o'stante, con la tradici/n de un idioma que, de >oro a 3ennyson, otorga un sentido aparentemente más 2tico o políticoa esta expresi/n. 9ut of joint calificar!a la decadencia moral o la corrupci/n de la ciudad, el desarreglo o la per%ersi/n de las costum'res. (e pasa fácilmente de lo desa)ustado a lo in)usto. Uste es nuestro pro'lema: ¿c/mo )ustificar este paso del desa)uste 1%alor más 'ien técnico-ontol/gico que afecta a una presencia2 a una in)usticia que ya no ser!a ontol/gica? ¿ si el desa)uste fuera, por el contrario, la condici/n de la )usticia? ¿ si ese do'le registro condensara su enigma, )ustamente, y potenciali6ara su so're-potencia en aquello que da su fuer6a inaudita a la frase de =amlet: he time is out of joint ? 4o nos sorprendamos por ello, el 9xford !nlish (ictionary pone esta frase como e)emplo de inflexi/n ético-pol!tica. (e capta con este nota'le e)emplo la necesidad de lo que dec!a Austin: un diccionario de pala'ras no puede nunca dar definiciones, s/lo da e)emplos. &a per%ersi/n de lo que, out of joint , no marca 'ien o %a de trav2s ( de trav2s, pues, más que al rev2s ), la %emos fácilmente oponerse como lo o'licuo, lo torcido, lo torticero o el tra%és, a la rectitud, a la 'uena direcci/n de lo que %a dereco, al esp!ritu de lo que orienta o funda el dereco -y conduce directamente, sin des%!o, acia la 'uena direcci/n, etc.-#xi$. =amlet, por otra parte, contrapone claramente el estar out of joint del tiempo a su estar derecho, en dereco o en el camino dereco de lo que marca 'ien. >aldice, incluso, la suerte que le a'r!a eco nacer para reparar un tiempo que marca de tra%és. >aldice el destino que le a'r!a destinado )ustamente a él, a =amlet, a acer )usticia, a %ol%er a poner las cosas en orden, a %ol%er a poner la istoria, el mundo, la época, el tiempo, del derecho, en el camino dereco, a fin de que, conforme a la regla de su )usto funcionamiento, a%ance dereco -y seg;n el dereco-. Esta que)um'rosa maldici/n parece, ella misma, afectada por la torsi/n o por el entuerto que denuncia. 8onforme a una parado)a que se plantea y resuel%e por s! misma, =amlet no maldice tanto la corrupci/n del tiempo. >ás 'ien, y en primer lugar, maldice ese in)usto efecto del desarreglo, a sa'er, la suerte que le a'r!a destinado a él, a =amlet, a %ol%er a colocar en sus go6nes un tiempo dislocado -y a %ol%er a ponerlo al dereco, a reponerlo conforme al dereco-. >aldice su misi/n: acer )usticia por una di-misi/n del tiempo. Fura contra un destino que le conduce a acer )usticia por una falta, una falta del tiempo y de los tiempos, rectificando una dirección: aciendo de la rectitud y del
) un mo%imiento de la corrección, de la dereco ( to set it riht reparaci/n, de la restituci/n, de la %engan6a, de la re%anca, del castigo. Fura contra esa desdica, y esa desdica carece de fondo, pues no es otra que él mismo, =amlet. =amlet está out of joint porque maldice su propia misi/n, el castigo que consiste en de'er castigar, %engar, e)ercer la )usticia y el dereco 'a)o la forma de represalias9 y lo que maldice en su misi/n es esa expiaci/n de la expiaci/n misma9 en primer lugar, el que le sea innata, dada tanto por su nacimiento como en sunacimiento. Asignada, por tanto, por quien 1o aquello que2 %ino antes que el. 8omo Fo' 1G, 2, maldice el d!a que le %io nacer: «he time isout of jointB 9 cursed spite3 hat ever * was born to set it riht». o set it riht es traducido por rejointer #recomponer, %ol%er a colocar en el quicio$ 1Konnefoy2, rentrer dans l4ordre #resta'lecer el orden$ 1Nide2, remettre droit #%ol%er a poner dereco$ 1"erocquigny2,remettre en place #%ol%er a poner en su sitio$ 1>alaplate2. El golpe fatal, el entuerto tráico que a'r!a sido eco en su nacimiento mismo, la ip/tesis de una intolera'le per%ersi/n en el orden mismo de su destino, es el a'erle eco ser , a él, a =amlet, y nacer , para el dereco,en virtud del derecho, reclamándole as! que %uel%a a poner el tiempo en el camino dereco, a acer dereco, a impartir )usticia y endere6ar la istoria, el entuerto de la istoria. 4o ay tragedia, no ay esencia de lo trágico sino 'a)o la condici/n de esa originariedad, para mayor precisi/n: de esa anterioridad pre-originaria y propiamente espectral del crimen. "el crimen del otro, una fecor!a cuyo acontecimiento y cuya realidad, cuya %erdad, no pueden nunca presentarse en carne y ueso, sino solamente de)arse presumir, reconstruir, fantasear. (in em'argo, no se de)a de cargar, desde el nacimiento, con una responsa'ilidad, aunque s/lo sea para tener que reparar un mal en el preciso momento en que nadie ser!a capa6 de reconocerlo, sal%o confesándose confesando al otro, como si esto %iniera a ser lo mismo. =amlet maldice el destino que le a'r!a destinado a ser el om're del dereco, )ustamente, como si maldi)era el dereco mismo que a'r!a eco de él un endere6ador de entuertos, aquel que, al igual que el dereco, no puede %enir sino después del crimen, o, simplemente, despu2s: es decir, en una generaci/n necesariamente segunda, originariamente tard!a y, desde entonces, destinada a heredar . 4o se ereda nunca sin explicarse con alo del espectro 1y con algo espectral2, y desde ese momento, con más de un espectro. 8on la falta, pero tam'ién con la inyunci/n de más de uno.Use es el entuerto originario, la erida de nacimiento que padece, una erida sin fondo, una tragedia irrepara'le, la maldici/n indefinida que marca la istoria del dereco o la istoria como dereco: que el tiempo esté out of joint , eso es, lo que está tam'ién atestiguado por el nacimiento, incluso cuando éste condena a alguien a no ser el om're del dereco sino en tanto que eredero endere6ador de entuertos, es decir, castigando, condenando, matando. &a maldici/n estar!a inscrita en el dereco mismo. En su origen omicida.
(i el dereco se sustenta en la %engan6a, como parece lamentar =amlet -antes que 4iet6sce, antes que =eidegger, antes que Ken)amin-,¿no puede aspirarse a una )usticia que, un d!a, un d!a que ya no pertenecer!a a la istoria, un d!a casi mesiánico, se encontrar!a por fin sustra!da a la fatalidad de la %engan6a? >e)or que sustra!da: ¿infinitamente a)ena, eterogénea en su fuente? ¿está ese d!a ante nosotros, por %enir, o es más antiguo que la memoria misma? (i es dif!cil, en %erdad imposi'le, hoy en día, decidir entre am'as ip/tesis, es )ustamente porque he time is out of joint : tal ser!a la corrupci/n originaria del d!a de oy o, asimismo, tal ser!a la maldici/n del )usticiero, del d!a en que nac!. ¿Mesulta imposi'le reunir en torno a un foco la pluri%ocidad aparentemente desarreglada 1ella misma out of joint ) de estas interpretaciones? ¿Es posi'le encontrarle una regla de coa'itaci/n en ese foco, 'ien entendido que éste estará siempre asediado, más que a'itado, por el sentido del original? Usta es la genialidad, la insigne agude6a, la firma de la 8osa *(aQespeare+: autori6ar cada una de las traducciones, acerlas posi'les e inteligi'les sin reducirse nunca a ellas. (u conexi/n reconducir!a a lo que, en el onor, la dignidad, la 'uena imagen, el renom're, el t!tulo o el nom're, la leg!tima titularidad, lo estima'le en general, lo justo mismo, si no el dereco, supone siempre la conexi/n, la reagrupaci/n articulada consigo, la coerencia, la responsa'ilidad#xii$. Pero si la conexi/n en general, si la )untura del joint supone, en primer lugar, la conexi/n, la )uste6a o la )usticia del tiempo, el ser-consigo o la concordia del tiempo, ¿qué pasa cuando el tiempo mismo %iene a estar out of joint , dis-yunto, desa)ustado, inarm/nico, descompuesto, desacordado o in)usto? ¿ Anacrónico? 5ué no pasa en dica anacron!a7 Puede ser que he time, el tiempo mismo, )ustamente, siempre como *nuestro tiempo+, la época y el mundo entre nosotros, los nuestros cada d!a, en el d!a de oy, el presente como nuestro presente. (o're todo cuando entre nosotros *esto no marca+, )ustamente: cuando *todo %a mal+, cuando esto no %a, cuando anda mal. Pero con el otro ¿no es necesaria esa disyunci/n, ese desa)uste del *todo %a mal+ para que se anuncie el 'ien, o al menos lo )usto? &a disyunci/n ¿no es acaso la posi'ilidad misma del otro? ¿8/mo distinguir entre dos desa)ustes, entre la disyunci/n de lo in)usto y la que a're la infinita disimetr!a de la relaci/n con el otro, es decir, el lugar para la )usticia? 4o para la )usticia calcula'le y distri'uti%a. 4o para el dereco, el cálculo de la restituci/n, la econom!a de la %engan6a o del castigo 1ya que si #amlet es una tragedia de la %engan6a o del castigo en el triángulo o el c!rculo de un Edipo que a'r!a dado un paso más en la represi/n #reud, Fones, etc.$ toda%!a ay que pensar la posi'ilidad de un paso más allá de la represi/n: ay un más allá de la econom!a de la represi/n cuya ley le empu)a a desbordarse a sí misma en el transcurso de una istoria, ya sea la istoria del teatro o la de la pol!tica entre !dipo rey y #amlet ). 4o el lugar para la igualdad calcula'le, por tanto, para la conta'ilidad o la imputa'ilidad
simetri6ante y sincr/nica de los su)etos o de los o')etos, no para un hacer justicia que se limitar!a a sancionar, a restituir y a resolver en derecho, sino para la )usticia como incalcula'ilidad del don y singularidad de la ex-posici/n no-econ/mica a otro. *&a relaci/n con el otro, es decir, la )usticia+, escri'e &é%inas#xiii$. &o sepa o no, =amlet a'la en la apertura de esa cuesti/n -la llamada del don, de la singularidad, de la %enida del acontecimiento, de la relaci/n excesi%a o excedida con el otro- cuando declara: «he time is out of joint ». esta cuesti/n no se disocia ya más de todas aquellas que =amlet apreende como tales, la de la 8osa-espectro y del Mey ( hin, .in ), la del acontecimiento, del ser-presente y de lo que hay que ser, o no, to be or not to be, de lo que ay que hacer , lo que quiere decir tam'ién pensar : acer acer o de)ar acer, acer o de)ar %enir, o dar, incluso, la muerte. ¿8/mo la preocupaci/n por lo que hay que ser cru6a, aunque sea para excederla, la l/gica de la %engan6a o del dereco? 3rayectoria necesariamente sin rum'o y sin garant!a. 3rayectoria de una precipitación acia la cual tiem'la, %i'ra, se orienta y se desorienta a la %e6 la cuesti/n que se dirige aqu! a nosotros 'a)o el nom're o en el nom're de la justicia,traducci/n ésta ciertamente pro'lemática de (i&2. Tno de los lugares más sensi'les, aunque desde luego no el ;nico, en esta singular topolog!a ser!a, qui6á, oy d!a, a sentencia de Anaximandro. =eidegger interpreta all! (i&2 como )untura, conexi/n, a)uste, articulaci/n del acorde o de la armon!a, /u, /ue ( ( ie /ue ist der /u ). En tanto se la piensa a partir del ser como presencia ( als ), (i&2 con)unta armoniosamente, de alguna Anwesenedacht manera, la )untura y el acorde. Adi&ia, lo contrario: a la %e6 lo que está disyunto, desenca)ado, torcido y fuera del dereco, en el entuerto de lo in)usto, incluso en la necedad#xi%$. Anotemos de pasada que mit /u und >echt significa normalmente *con dereco+, o *a )usto t!tulo+, *con ra6/n+ versus *sin ra6/n+. El equi%alente alemán de out of joint , en el sentido de *desarticulado, dislocado, desenca)ado, fuera de s!, descompuesto, fuera de sus go6nes, fuera de quicio, dis-yunto, desa)ustado+, es aus den /uen, aus den /uen ehen. Aora 'ien, cuando =eidegger insiste en la necesidad de pensar (i&2 más acá, antes o aparte de las determinaciones )ur!dico-morales de la )usticia, reencuentra, en su lengua, con ausden /uen, las %irtualidades m;ltiples, reagrupadas y suspendidas de «he time is out of joint »: algo en el presente no %a, no %a comodebería ir . As!:
&a pala'ra adi&ia dice, en primer lugar, que la di&2 no está a! ( webleibt ). (e acostum'ra a traducir di&2 por *dereco+ ( >echt ). En las traducciones de la sentencia ( des 0pruches ) #de Anaximandro$, se
traduc traduce e inclus incluso o por por *casti *castigo+ go+.. (i aparta apartamos mos nuestr nuestras as representaciones )ur!dico-morales ( juristischmoralischen 1orstellunen ), si nos atenemos a lo que le oc ocur urre re a la pala pala'r 'ra, a, ento entonc nces es adi&ia dice dice que que all! all! donde ella reina, algo no %a como de'er!a ( dass dass es, wo ). &o que sie waltet, nicht mit rechten (inen zueht significa: algo está fuera de quicio, disyunto ( etwas etwas ist aus den /uen ). 4o o'stante, ¿de qué se trata? "el presente, en su transitoria estancia ( 1om 1om je-weili 2 Anwesenden Anwesenden #x%$.
Es impo imporrtant tante e llam llamar ar la aten atenci ci/ /n, aqu! aqu!,, a pro prop/si p/sito to de la traducci/n pu'licada de je-welli ( *en *en su transitoria estancia+2, que la es escr crit itur ura a me medi dita tati ti%a %a de =e =eid ideg egge gerr pasa pasa,, sin sin duda duda,, por por es estta ) como je-welli 1del determinaci/n del presente ( Anwesend momento, de la época, cada %e6, etc.2, luego, por esa indispensa'le atri'uci/n que es la de $eile 1momento, momento que pasa, lapso de tiempo2 o de weilen 1quedar, permanecer, quedar, mora morar2 r2.. Pe Pero ro má máss impo import rtan ante te a;n a;n pare parece ce aqu! aqu! la inte interp rpre reta taci ci/n /n del $eilen: un paso so,, cier cierta tame men nte y, por por tanto anto,, un mome momen nto, to, transitorio por definici/n, pero cuya transici/n %iene, por as! decirlo, del por%enir. Pro%iene de lo que, por esencia, a;n no pro%ino, menos a;n %ino y que, por tanto, queda por %enir. El paso de este tiempo del presente %iene del por%enir para ir acia el pasado, acia el ir de lo ido («(as (as $eil $eilen en ist ist der der Cber Cbera an n aus aus .unf .unftt zu "an "an33 (as (as entonces Anwesende ist ist das je-wellie»)#x%i$. *Pero prosigue=eidegger-, ¿d/nde, pues, en el ente presente, ay )unturas? ¿"/nde ay una sola )unta ( nur ¿8/mo o puede uede el nur eine /ue )? ¿8/m presente ( dasAnwesende serr 1est 1estar ar22 sin sin )unt )unta, a, adi&on, es deci decir, r, dasAnwesende ) se disyunto ( aus decir, ¿out of joint ? Pues puede aus der/ue )?». Es traducirse a =eidegger,lector de Anaximandro, a la lengua de =amlet: ¿c/mo es posi'le esto, a sa'er que el presente y, por tanto, el tiempo, esté out of joint ? &a secuencia de la interpretaci/n no puede serr reco se recons nstr trui uida da aqu! aqu!.. Exig Exigir ir!a !a larg largos os y minu minuci cios osos os desa desarr rrol ollo los. s. ás allá del dereco, y toda%!a más allá de la )uridicidad, más allá de la moral, y toda%!a más allá del moralismo, la )usticia como relaci/n, con el otro ¿acaso no supone, por el contrario, el irreducti'le exceso de una dis-yunci/n o de una anacron!a, cierto Dn-/ue, cierta dislocaci/n out of joint en el ser y en el tiempo mismo, una disyunci/n que, por afrontar siempre el riesgo del mal, de la expropiaci/n y de la in)usticia ( adi&ia ) contra los cuales no ay garant!a calcula'le, s/lo ella podr!a hacer justicia o impartir justicia al otro como otro? ¿Tn hacer que no se agotar!a en la acci/n y un impartir que no ser!a lo mismo que restituir? Para decirlo rápidamente y para formali6ar al máximo las apuestas: aqu!, en esta interpretaci/n del Dn-/u 1a partir o no del ser como presencia y de la propiedad de lo propio2, entrar!a en )uego la relaci/n de la deconstrucci/n con la posi'ilidad de la )usticia, la relaci/n de la deconstrucci/n 1en tanto que ésta procede de la irreducti'le posi'ilidad del Dn-/u y de la dis-yunci/n anacr/nica, y en tanto que extrae de a! el recurso mismo y la inyunci/n de su afirmaci/n reafirmada2 con lo que de'e 1sin deuda ni de'er2 entregarse a la singularidad del otro, a su precedencia o a su sol!cita pro%eniencia a'solutas, a la eterogeneidad de un pre- que significa, sin duda, lo que %iene antes que yo, antes que todo presente, por tanto, antes que todo presente pasado, pero tam'ién aquello que, por eso mismo, %iene del por%enir o como por%enir: como la %enida misma del acontecimiento. &a necesaria dis-yunci/n, la condici/n des-totali6ante de la )usticia es aqu! la del presente y, al tiempo, la condici/n misma del presente y de la presencia del presente. Aqu! se anunciar!a siempre la deconstrucci/n como pensamiento del don y de la
indeconstructi'le )usticia, indeconstructi'le condici/n de toda deconstrucci/n, cierto, pero condici/n que está ella misma en deconstrucción y permanece, y de'e permanecer -ésta es la inyuncion- en la dis-yunci/n del Dn-/u. En caso contrario, descansar!a en la 'uena conciencia del de'er cumplido, perder!a la oportunidad del por%enir, de la promesa o de la llamada, del deseo tam'ién 1es decir, su *propia+ posi'ilidad2, de ese mesianismo desértico 1sin contenido ni mes!as identifica'les2, de ese desierto a'isal tam'ién, *desierto en el desierto+, del que a'laremos más adelante, un desierto que ace señas acia el otro, desierto a'isal y ca/tico, si es que el caos descri'e antes que nada la inmensidad, la desmesura, la desproporci/n de una 'oca a'ierta de par en par -en la espera o en la llamada de lo que denominamos aqu!, sin sa'er, lo mesiánico: la %enida del otro, la singularidad a'soluta e inanticipa'le del y de lo arri'ante como )usticia. &o mesiánico, creemos que sigue siendo una marca im'orra'le -que ni se puede ni se de'e 'orrar- de la erencia de >arx y, sin duda, del eredar, de la experiencia de la erencia en general. "e no ser as! se reducir!a la aconteci'ilidad del acontecimiento, la singularidad y la alteridad del otro. En caso contrario, la )usticia corre el riesgo de reducirse de nue%o a reglas, normas o representaciones )ur!dico-morales, en un ine%ita'le ori6onte totali6ador 1mo%imiento de restituci/n adecuada, de expiaci/n o de reapropiaci/n2. =eidegger corre ese riesgo, a pesar de tantas precauciones necesarias, desde el momento en que da primac!a, como lo ace siempre, a la re-uni/n y a lo mismo 11ersammlun , /ue,leem, etc.2 so're la desconexi/n que implica mi direcci/n al otro, so're la interrupci/n que reclama el respeto que, a su %e6, la rige, so're una diferencia cuyo ;nico, diseminado en las innumera'les %irutas del a'soluto entre%erado con ceni6as, no se asegurará )amás en el Tno. &o que, por otra parte, no de)a )amás de suceder tam'ién, pero no sucede sino en la uella de lo que sucedería de otra manera y, por tanto, sucede tam'ién, como un espectro, en lo que no sucede. =amlet no ser!a capa6 de tranquili6arse en un *'uen fin+: al menos ni en el teatro ni en la istoria. Estar out of joint -sea ello a! el ser o el tiempo presentes, es algo que puede acer daño o acer el mal- es sin duda la posi'ilidad misma del mal. Pero sin la apertura de esta posi'ilidad puede que no quede, más allá del 'ien y del mal, sino la necesidad de lo peor. Tna necesidad que no ser!a 1ni siquiera2 fatalidad. arx como una cuesti/n, pero tam'ién como una promesa o una llamada, la espectralidad, cuya *l/gica+ anali6aremos, a'r!a sido recu'ierta 1*llenando un %ac!o+, como dice Klancot, all! donde el %ac!o *de'er!a más 'ien ser siempre continuamente %aciado+2 por la respuesta ontolóica de >arx. Mespuesta del propio >arx, para quien el fantasma de'e no ser nada 1no-ente, no-efecti%idad, no-%ida2 o nada imaginario, incluso
aunque esta nada tome cuerpo, un cierto cuerpo, al que nos acercaremos más tarde. tam'ién respuesta de sus sucesores *marxistas+ dondequiera que éstos, práctica, concretamente, de manera terri'lemente efecti%a, masi%a e inmediata, an sacado sus conclusiones pol!ticas 1al precio de millones y millones de fantasmas suplementarios que no de)arán de protestar en nosotros9 >arx ten!a los suyos, nosotros tenemos los nuestros, pero las memorias no entienden de seme)antes fronteras: por definici/n, estos #re$aparecidos atra%iesan las paredes, d!a y noce, engañan a la conciencia y se saltan las generaciones2. Por consiguiente, resulta in;til precisarlo aqu!, y más a;n insistir excesi%amente en ello: no ay ning;n gusto por el %ac!o o por la destrucci/n en quien satisface esta necesidad de *%aciar+ continuamente y de deconstruir respuestas filos/ficas que consisten en totalizar , en llenar el espacio de la cuesti/n o en denegar su posi'lidad, en uir de eso mismo que aquella a'rá permitido entre%er. Por el contrario, se trata aqu! de un imperati%o ético y pol!tico, de una llamada tan incondicional como la del pensamiento del que no se separa. (e trata de la inyunci/n misma -si es que la ay. &o que resuena tam'ién en *&os tres discursos de >arx+ es la llamada o la inyunci/n pol!tica, el compromiso o la promesa 1el )uramento, si se quiere: *5)urad7+, swear !), esa performati%idad originaria que no se pliega a con%enciones preexistentes, como lo acen todos los performati%os anali6ados por los te/ricos de los speech acts, pero cuya fuer6a de ruptura produce la instituci/n o la constituci/n, la ley misma, es decir, tam'ién el sentido que parece, que de'er!a, que parece de'er garanti6arlo en reciprocidad. 1iolencia de la ley antes de la ley y antes del sentido, %iolencia que interrumpe el tiempo, lo desarticula, lo desenca)a, lo despla6a fuera de su alo)amiento natural: out of joint . Es a! donde la diff2rance, aun cuando permanece irreducti'le, irreducti'lemente requerida por el espaciamiento de toda promesa y por el por-%enir que %iene a a'rirla, no significa solamente, como se a cre!do demasiado a menudo y tan ingenuamente, diferimiento, retraso, demora, posposición. En la incoerci'le diff2rance se desencadena el aqu!-aora. (in retraso, sin demora pero sin presencia, es el precipitarse de una singularidad a'soluta, singular porque difiere-yes-diferente #diff2rante $, )ustamente, y siempre otra, que se liga necesariamente a la forma del instante, en la inminencia y en la urencia: incluso si se dirige acia lo que queda por %enir, está la prenda 1promesa, compromiso, inyunci/n y respuesta a la inyunci/n, etc2. &a prenda se da aqu! aora, antes incluso, tal %e6, de que una decisi/n la confirme. Mesponde, as!, sin esperar a la exigencia de )usticia. Esta es, por definici/n, impaciente, intransigente e incondicional.
4o ay diff2rance sin alteridad, no ay singularidad, no ay singularidad sin aqu!-aora.
alteridad
sin
1¿Por qué insistir en la inminencia, en la urgencia y la inyunci/n, en todo lo que, en ellas, no espera? Para intentar sustraer lo que %amos a decir de lo que amena6a -tenemos más de una señal de ellocon sucederle oy en d!a a la o'ra de >arx, es decir, tam'ién a su inyunci/n. &o que amena6a con suceder es que se intente utili6ar a >arx en contra del marxismo a fin de neutrali6ar o de ensordecer, en todo caso, el imperati%o pol!tico en la tranquila exégesis de una o'ra arci%ada. (e %e %enir una moda o una coqueter!a a este respecto en la cultura y más precisamente en la uni%ersidad. ¿ué ay de inquietante al respecto? ¿ué ay que temer en lo que puede tam'ién con%ertirse en una operaci/n de amorti6aci/n? Este reciente estereotipo estar!a destinado, se quiera o no, a despoliti6ar en profundidad la referencia marxista,a acer lo posi'le, ofreciendo la imagen de la tolerancia, para neutrali6ar una fuer6a potencial, en primer lugar, de'ilitando en ella un corpus,acallando en ella la re%uelta 1se acepta la vuelta con tal que no %uel%a la revuelta que inspir/, en un principio, el le%antamiento, la indignaci/n, la insurrecci/n, el impulso re%olucionario2. (e estar!a dispuesto a aceptar la %uelta de >arx o la %uelta a >arx, a condici/n de silenciar aquello que, en él, prescri'e no s/lo descifrar sino tam'ién actuar, y con%ertir el desciframiento 1de la interpretaci/n2 en una transformaci/n que *cam'ie el mundo+. En nom're de un %ie)o concepto de la lectura, seme)ante neutrali6aci/n en curso intentar!a con)urar un peligro: aora que >arx a muerto y, so're todo, que el marxismo aparece en plena descomposici/n, parecen decir algunos, nos %amos a poder ocupar de >arx sin ser molestados -por los marxistas y, por qué no, por el propio >arx, es decir, por un fantasma que toda%!a sigue a'lando-. 50amos a tratar de él serena y o')eti%amente, sin tomar partido: de acuerdo con las reglas académicas, en la uni%ersidad, en la 'i'lioteca, en los coloquios7 0amos a acerlo sistemáticamente, respetando las normas de la exégesis ermenéutica, filol/gica, filos/fica. (i se agu6a un poco el o!do, se oye ya murmurar: ya lo %en, a pesar de todo, >arx no fue sino un fil/sofo más e incluso, se puede decir aora que tantos marxistas se callan, un ran filósofo digno de figurar en los programas franceses de agregaci/n, de los cuales a estado demasiado tiempo proscrito. 4o pertenece ni a los comunistas, ni a los marxistas, ni a los partidos9 de'e figurar en nuestro gran canon de la filosof!a pol!tica occidental. 0uelta a>arx, leámoslo por fin como un gran fil/sofo. (e a o!do esto y se seguirá oyendo. &o que querr!a intentar aqu!, en el momento de %ol%er la %ista o de %ol%er acia >arx, es algo completamente distinto. Es asta tal punto *otra cosa+ que, más 'ien, y no será s/lo por falta de tiempo y de espacio, insistiré más en lo que exige oy en d!a que, sin demora,
se aga todo lo posi'le por e%itar la anestesia neutrali6ante de un nue%o teoricismo y por impedir que pre%ale6ca una %uelta filos/ficofilol/gica a >arx. Precisemos, insistamos: acer todo lo posi'le para que no prevalezca pero no e%itar que tenga lugar, ya que tam'ién sigue siendo necesaria. Esto me lle%ará, de momento, a dar paso al gesto pol!tico que ago aqu!, en la apertura de un coloquio, y a de)ar más 'ien en fase de programa y de indicaciones esquemáticas el tra'a)o de exégesis filos/fica, y toda la scholarship que esta *toma de posici/n+, oy en d!a, toda%!a requiere.
Pero el aqu!-aora no se repliega ni en la inmediate6, ni en la identidad reapropia'le del presente, aun menos de la presencia a s!. (i *llamada+, *%iolencia+ , *ruptura+, *inminencia+ y *urgencia+ son, en el párrafo siguiente, las pala'ras de Klancot, la exigencia que él llama *siempre presente+ de'e impl!citamente, nos parece, de allarse afectada por la misma ruptura o la misma dislocaci/n, el mismo *cortocircuito+. 4o puede estar siempre presente, solamente puede ser, si la hay , no puede ser más que posi'le, de'e incluso permanecer en el puede ser para seguir siendo exigencia. "e no ser as!, %ol%erla á con%ertirse en presencia, es decir, en sustancia, existencia, esencia, permanencia, de ninguna manera en la exigencia o la urgencia excesiva de la que Klancot a'la con tanta precisi/n. &a *re%oluci/n permanente+ supone la ruptura de lo que liga la permanencia a la presencia sustancial y, de manera más general, a toda ontolog!a:
El segundo discurso #de >arx$ es pol!tico: es 're%e y directo, más que 're%e y más que directo, ya que cortocircuita todo discurso. 4o acarrea ya un sentido, sino una llamada, una %iolencia, una decisi/n de ruptura. 4o dice nada, propiamente dico9 es la urgencia de lo que anuncia, %inculada a una exigencia impaciente y siempre excesi%a, puesto que el exceso es su ;nica medida: as!, al llamar a la luca e incluso 1cosa que nos apresuramos en ol%idar2 al postular el *terror re%olucionario+ al recomendar la *re%oluci/n permanente+ y al designar, siempre, la re%oluci/n no como una necesidad Z pla6o sino como unainminencia, pues es carácter propio de la re%oluci/n el no ofrecer demora, si a're y atra%iesa el tiempo, aciendo que se la %i%a como exigencia siempre presente 12. 12 Esto se puso de manifiesto, y de manera explosi%a, en mayo del BW#xx%$.
Klancot nom'ra, por fin, la necesaria desconexión de los lengua)es de >arx, su no contemporaneidad a s! mismos. ue éstos se *des)unten+ y, en primer lugar, en el propio >arx, es algo que no se de'e ni denegar ni reducir, ni siquiera deplorar. Aquello a lo que ay que %ol%er constantemente, tanto aqu! como en otros lugares, tanto a prop/sito de ese texto como de cualquier otro 1y seguimos conser%ando aqu! para este %alor de texto un alcance sin l!mite2 es a una eterogeneidad irreducti'le, a una intraduci'ilidad interna, en cierto modo, que no significa necesariamente de'ilidad o inconsistencia te/rica. El defecto de sistema no es aqu! un defecto. &a eterogeneidad a're a lo contrario, se de)a a'rir por la fractura misma de aquello que afluye, %iene o queda por %enir -singularmente del otro-. 4o a'r!a ni inyunci/n ni promesa sin esta desconexi/n. Klancot insist!a en ello entonces 1entre IBW y IC2 para poner so're a%iso no contra el sa'er sino contra la ideolog!a cientificista que a menudo, en nom're de la 8iencia, o de la 3eor!a como 8iencia, a'!a podido intentar unificar o purificar el texto *'ueno+ de >arx. (i, aqu!, Klancot parece concordar con ciertos temas altusserianos, pre%iene ya contra el riesgo que, seg;n él, les era inerente:
El tercer discurso es el discurso indirecto 1el más largo, pues2 del lengua)e cient!fico. A tal t!tulo, >arx es onrado y reconocido por los otros representantes del sa'er. Es, entonces, om're de ciencia, responde a la ética del sa'io, acepta someterse a cualquier re%isi/n cr!tica. #...$ (in em'argo, El 5apital es una o'ra esencialmente su'%ersi%a. 4o tanto porque conducir!a, por las %!as de la o')eti%idad cient!fica, a la consecuencia necesaria de la re%oluci/n, cuanto por incluir, sin formularlo demasiado, un modo de pensar te/rico que trastoca la idea misma de ciencia. 4i la ciencia ni el pensamiento salen, en efecto, intactos de la o'ra de >arx, y esto en el sentido más fuerte, por cuanto que la ciencia es designada all! como transformaci/n radical de s! misma, teor!a de una mutaci/n siempre en )uego en la práctica, as! como, en dica práctica, mutaci/n siempre te/rica#xx%i$.
Este otro pensamiento del saber , por as! decirlo, no excluye a la ciencia. Pero la trastoca y des'orda su noci/n tradicional. Klancot reconoce all! *el e)emplo de >arx+. ¿Por qué el e)emplo?, preguntaremos, antes incluso de sa'er por qué *el e)emplo de >arx+. Antes de citar de nue%o, insistamos en este punto. Tn e)emplo lle%a siempre más allá de s! mismo: a're, as!, una dimensi/n testamentaria. El e)emplo es, en primer lugar, para los otros y está más allá de s! mismo. A %eces, puede que siempre, quien da el
e)emplo es desigual al e)emplo que da, incluso aunque aga todo lo posi'le por seguirlo de antemano, *aprender a %i%ir+, dec!amos, e)emplo imperfecto del e)emplo que da. ue da, dando entonces lo que no tiene e incluso lo que no es. Por eso, el e)emplo as! disyunto se separa lo suficiente de s! mismo o de quien lo da como para no ser ya o para no ser toda%!a e)emplo para 2l mismo. 4o tenemos por qué solicitar el acuerdo de >arx, muerto en esto antes incluso de estar muerto lisa y llanamente, para eredarlo: para eredar esto o aquello, esto más que aquello, que sin em'argo nos %iene por él, a tra%és de él, cuando no de él. no tenemos por qué suponer que >arx estu%o de acuerdo consigo mismo. 1*&o que es seguro es que no soy marxista+, le a'r!a confiado a Engels. ¿=a'r!a que recurrir a;n a él para decir lo mismo?2. Pues Klancot no %acila en darlo a entender, >arx vivía mal esta desconexi/n de las inyunciones en él, y el eco de que fueran intraduci'les unas a otras. ¿8/mo reci'ir, c/mo entender un discurso, c/mo eredarlo, desde el momento en que no se de)a traducir de s! mismo a s! mismo? Eso puede parecer imposi'le. es pro'a'lemente imposi'le, ay que reconocerlo. Pero puesto que puede que en ello se resuma el extraño prop/sito de esta conferencia dedicada a los espectros de >arx, como la reconocida distorsi/n de su axioma, perm!taseme, pues, darle la %uelta a la o')eci/n. &a traduci'ilidad garanti6ada, la omogeneidad dada, la coerencia sistemática absolutas es lo que ace seguramente 1ciertamente, a priori y no pro'a'lemente2 que la inyunci/n, la erencia y el por%enir, en una pala'ra, lo otro, sean imposi'les. !s preciso la desconexi/n, la interrupci/n, lo eterogéneo, al menos si ay alg;n es preciso, si es preciso dar una oportunidad a alg;n es preciso, aunque sea más allá del deber #xx%ii$. Tna %e6 más, aqu! como en otras partes, dondequiera que entre en )uego la deconstrucci/n, se tratar!a de ligar una afirmación 1so're todo pol!tica2, si la hay , a la experiencia de lo imposi'le, que no puede ser sino una experiencia radical del puede ser , del *tal %e6+. Klancot, pues, de nue%o9 y en esta elipse tan potente, en esta declaraci/n casi tácita, me tomo la li'ertad de su'rayar algunas pala'ras donde Klancot s/lo lo ace, aunque significati%amente, más que en el caso de m6ltiples y en el de a la vez, es decir, 'a)o el signo de la contradicci/n sin contradicci/n, de la diferencia no dialéctica 1o *casi+2 que atra%iesa y tra'a)a toda inyunci/n:
4o desarrollemos más aqu! estas o'ser%aciones. El e)emplo de >arx nos ayuda a comprender que la pala'ra de escritura, pala'ra de incesante protesta, de'e constantemente desarrollarse y romperse 'a)o formas m6ltiples. El discurso comunista es siempre a la vez tácito y %iolento, pol!tico y erudito, directo, indirecto, total y fragmentario, largo y casi instantáneo. >arx no
%i%i/ c/modamente con esta pluralidad de siempre están cocando y lenuajes que descoyuntándose en él. arx pensa'a, por su lado, el otro lado que la frontera entre el fantasma y la efecti%idad de'er!a ser franqueada, como la utop!a misma por una realización es decir, por una re%oluci/n9 pero, 2l tambi2n siempre crey/, siempre intent/ creer en la existencia de esa frontera como limite real y distincion conceptual. ¿Ul tam'ién? 4o, alguien en él. ¿uién? El *marxista+ que engendr/ lo que a dominado muco tiempo con el nom're de *marxismo+. que fue tam'ién asediado por aquello que intenta'a excluir2. =oy, casi un siglo y medio más tarde, son numerosos los que, en todo el mundo, parecen tam'ién angustiados por el espectro del comunismo, igualmente con%encidos de que no se trata sino de un espectro sin carne, sin realidad presente, sin efecti%idad, sin actualidad, pero esta %e6 de un espectro presuntamente pasado. (/lo fue un espectro, se oye por todas partes oy, una ilusi/n, una fantas!a#xxxi$ o un fantasma. («#oratio saies, “4tis but our /antasie, And will not let beleefe ta&e hold of him».) (uspiro de ali%io toda%!a inquieto: 5actuemos de manera que, en el por%enir, no regrese7 En el fondo, el espectro es el por%enir está siempre por %enir, s/lo se presenta como lo que podr!a %enir o 1re2aparecer: en el por%enir dec!an las potenc!as de la %ie)a Europa en el siglo pasado es preciso que no se encárne.-. 4i en p;'lico ni en secreto. En el por%enir, se oye oy en d!a por doquier, es preciso que no se re-encarne: no se le de'e permitir que reapare6ca puesto que a pasado. Es pasado. ¿8uál es exactamente la diferencia, de un siglo a otro? ¿Es la diferencia entre un mundo pasado -cuando el espectro representa'a una amena6a por %enir- y un mundo presente, oy que el espectro representar!a una amena6a que algunos querr!an creer pasada y cuyo regreso toda%!a, toda%!a en el por%enir, a'r!a que con)urar? ¿Por qué el espectro es sentido, en am'os casos, como una amena6a? ¿8uál es el tiempo y cuál es la istoria de un espectro? ¿=ay un presente del
espectro? ¿Rrdena el espectro sus idas y %enidas seg;n la sucesi/n lineal de un antes y un después, entre un presente-pasado, un presente-presente y un presente-futuro, entre un *tiempo real+ y un *tiempo diferido+? (i ay algo como la espectralidad, ay ra6ones para dudar de este tranquili6ador orden de los presentes, y so're todo de la frontera entre el presente, la realidad actual o presente del presente, y todo lo se le puede oponer: la ausencia, la no-presencia, la inefect!%!idad, la inactualidad, la %irtualidad o, incluso, el simulacro en general, etc. En primer lugar, ay que dudar de la contemporaneidad a s! del presente. Antes de sa'er si se puede diferenciar entre el espectro del pasado y el del futuro, del presente pasado y del presente futuro, puede que aya que preguntarse si el efecto de espectralidad no consiste en des'aratar esta oposici/n, incluso esta dialéctica, entre la presencia efecti%a y su otro. Puede que aya que preguntarse si esta oposici/n, aunque sea dialéctica, no a sido siempre un palenque y una axiomática com;n para el antagonismo entre el marxismo y la coorte o alian6a de sus ad%ersarios. Perd/nenme esta formulaci/n tan a'stracta para un comien6o. A mediados del ;ltimo siglo, contra este espectro, para dar ca6a al mal, se a'!a constituido una alian6a. >arx no llama'a a esta coalici/n una (anta Alian6a, expresi/n con la que )uega en otros lugares. En el'anifiesto, la alian6a de los angustiados con)urados agrupa, más o menos secretamente, a una no'le6a y a un clero -en el %ie)o castillo de Europa-, para una incre!'le expedici/n contra aquello que, en la noce, a asediado a esos (eñores. En el crep;sculo, antes o después de una noce de pesadilla, en un presunto fin de la istoria, se lle%a a ca'o una *santa monter!a contra el espectro+: *3odas las potencias de la %ie)a Europa se an aliado ( verb%ndet ) en una santa monter!a contra este espectro 1 zu einer heilien #etzjad een dies )+. "espenst (er!a, pues, posi'le aliarse en secreto contra un espectro. (i >arx u'iera escrito su 'anifiesto en mi lengua, estoy seguro de que, si se le u'iera ayudado a ello, a'r!a )ugado -los franceses sueñan con los )uegos de pala'rascon la pala'ra francesa conjuration#con)uraci/n[con)uro$. &uego, a'r!a diagnosticado para oy la misma con)uraci/n, esta %e6 no solamente en la %ie)a Europa sino tam'ién en la nue%a Europa, en el 4ue%o >undo -que interesa'a ya muco a >arx ace un siglo y medio- y en todo el mundo, en el nue%o orden mundial donde se e)erce a;n la egemon!a de ese nue%o mundo, quiero decir los Estados Tnidos, una egemon!a más o menos cr!tica, me)or y peor garanti6ada que nunca. &a pala'ra francesa conjuration tiene la %enta)a de acer tra'a)ar el sentido y de producir, sin reapropiaci/n posi'le, una plus%al!a por siempre errante. 8apitali6a, en primer lugar, dos /rdenes de %alor semántico. ¿ué es, en francés, una conjuration?
&a pala'ra conjuration re;ne y articula entre s! las significaciones de dos pala'ras inglesas -y tam'ién de dos pala'ras alemanas.
. 5onjuration significa, por una parte, *con)uraci/n+ . 1(u om/nimo inglés, conjuration, tam'ién designa dos cosas a la %e6.2 a2 Por una parte la conspiraci/n 1en inglés conspiracy , en alemán 1erschwGrun 2 de quienes se comprometen solemnemente, a %eces secretamente, )urando a la %e6, mediante un )uramento 1oath, 0chwur 2, a lucar contra un poder superior. Esta con)uraci/n es a la que =amlet con%oca, e%ocando la *1ision+ inmediatamente anterior y el *honest "host +, cuando pide a =oracio y a >arcelo que )uren 1swear4t, 5onsent to swear 2 . ue )uren so're su espada 1upon my sword 2, pero que )uren o se con)uren a propósito de la aparición espectral misma, y que prometan secreto a prop/sito de la aparici/n de un no'le fantasma que, de'a)o de la escena, se con)ura con =amlet para pedir lo mismo a los con)urados: *1"host cries under the 0taeB 0weare2+. Es la aparici/n la que exige que se con)uren para silenciar la aparición, y que prometan el secreto respecto de lo que requiere seme)ante con)uraci/n: no se de'e sa'er de d/nde procede la inyunci/n, la con)uraci/n, el secreto prometido. Tn i)o y el *no'le fantasma+ del padre, el fantasma presuntamente no'le, el esp!ritu del padre, se con)uran para acer que aconte6ca seme)ante acontecimiento. '2 5onjuration significa, por otra parte, la encantaci/n mágica destinada a e%ocar, a acer %enir por la %o6, a convocar un encanto o un esp!ritu. En resumidas cuentas, el con)uro es, la llamada que ace %enir por la voz y ace %enir, pues, por definici/n, lo que no está ahí en el momento presente de la llamada. Esta %o6 no descri'e, lo que dice no constata nada, su a'la ace llegar. Este uso es el que %ol%emos a encontrar en 'oca del Poeta al comien6o de imón de Atenas. "espués de a'er preguntado: *¿8/mo %a el mundo?+ 1*#ow oes the world ?+2 y de que el Pintor le aya dico: *(e desgasta, (eñor, a medida que %a creciendo+ 1**t wears, 0ir, as it rows+2, el Poeta exclama: *(!, es cosa conocida, pero ¿ay alguna rare6a particular, algo extraño que no cuente a;n sino con escasos e)emplos? 0ed, pues+. Entran, por puertas diferentes, un )oyero, un comerciante y otros pro%eedores. *5R >agia de la generosidad7, todos estos esp!ritus es tu poder el que los a e%ocado 1conjur4d to attend 2. 8ono6co al comerciante+:
Ay tats Lell Kut Lat particular rarity?
Lat
QnoLn, strange,
Oic manifold >agic of 'ounty7
all
record not matces? (ee, tese spirits ty poLer
Hath conjur’ to atten. "no# the merchant.
>arx e%oca, más de una %e6, imón de Atenas as! como !l mercader de 1enecia, so're todo en a ideoloía alemana. El cap!tulo so're el *8oncilio de &eip6ig-(an >ax+ ofrece tam'ién, ya lo precisaremos, un 're%e tratado del esp!ritu o una intermina'le dramati6aci/n de fantasmas. 8ierta *8onclusi/n comunista+#xxxii$ recurre a imón de Atenas. &a misma cita reaparecerá en la primera %ersi/n de la 5ontribución a la crítica de la economía política. (e trata de una desencarnaci/n espectrali6ante. Aparici/n del cuerpo sin cuerpo del dinero: no del cuerpo sin %ida o del cadá%er, sino de una %ida carente de %ida personal y de propiedad indi%idual. Pero no carente de identidad 1el fantasma es un *quien+, no es simulacro en general, tiene una especie de cuerpo, pero sin propiedad, sin dereco de propiedad *real+ o *personal+2. Es preciso anali6ar lo propio de la propiedad, y c/mo la propiedad 1!ientum 2 general del dinero neutrali6a, desencarna, pri%a a toda propiedad 1 !ient%mlich&eit 2 personal de su diferencia. Esta fantasmati6aci/n de lo propio la a'r!a comprendido el genio de(aQespeare ace siglos, y la a'r!a expresado me)or que nadie. El inenium de su genialidad paterna sir%e de referencia, de cauci/n o de confirmaci/n en la polémica, es decir, en la guerra en curso -a prop/sito, )ustamente, del espectro fiduciario, del %alor, del dinero, o de su s!m'olo monetario, el oro:
(aQespeare sa'!a me)or que nuestros pequeño'urgueses im'uidos de teor!a ( unser theoretisierender poco que el dinero, la más .leinb%rer)lo general de todas las formas de propiedad ( die allemeinste /orm des !ientums ), tiene que %er con las propiedades de la persona ( mit der ) #...$. persGnlichen !ient%mlich&eit
&a cita ará tam'ién aparecer, 'eneficio suplementario pero completamente necesario, una fetici6aci/n teologi6ante, que siempre %inculará irreducti'lemente la ideolog!a a la religi/n 1al !dolo o al fetice2 como principal figura suya, una especie de *dios %isi'le+ al que se dirigen la adoraci/n, la oraci/n, la in%ocaci/n 1hou visible od 2. &a religi/n, %ol%eremos so're ello, no a sido nunca una ideolog!a entre otras para >arx. &o que el genio de un gran poeta -y el esp!ritu de un gran antepasado- a'r!a expresado con profético resplandor, yendo de golpe más deprisa y más le)os, parece decir
>arx, que nuestros compañeros 'urgueses en teor!a econ/mica, es el de%enir-dios del oro, a la %e6 fantasma e !dolo, un dios sensi'le. 3ras a'er marcado la eterogeneidad entre la propiedad del dinero y la propiedad personal 1tienen *tan poco que %er+ entre ellas2, añade >arx, y me parece una precisi/n no desdeña'le, que %erdaderamente no son s/lo diferentes sino opuestas 1 enteensetzt 2. entonces es cuando, cortando en el cuerpo del texto seg;n unas opciones que será preciso anali6ar de cerca, extrae un largo pasa)e de esa prodigiosa escena de 3im/n de Atenas 1acto arx a de'ido de 'orrar, en la econom!a de una larga cita, los que aqu! más nos importan, por e)emplo, las apor!as y el double bind que arrastran al acto mismo de )urar y de con)urar dentro de la istoria misma de la %enalidad. En el momento de inumar el oro, con una a6ada en la mano, el sepulturero-profeta, que es todo menos un umanista, no se contenta con aludir a la ruptura de los %otos, al nacimiento y a la muerte de las religiones 1*his yellow slave / $ill &nit and brea& reliions< bless the accurs4d $+, *Este dinero amarillo tramará y romperá los %otos, 'endecirá al maldito9+#xxxi%$2. 3im/n con)ura tam'ién al otro, le pide insistentemente que prometa, pero tam'ién con)ura al per)urar y al reconocer su per)urio con un solo y mismo gesto '!fido. En %erdad, con)ura al finir la verdad, al finir por lo menos que ace prometer. Pero si finge que ace prometer, se trata en realidad de acer prometer no cumplir la promesa, es decir, no prometer, al tiempo que se ace como si se prometiese: como si se per)urase o se a')urase en el preciso momento del )uramento9 luego, siguiendo con la misma l/gica, con)ura a e%itar los )uramentos. 8omo si di)era, en resumidas cuentas: os con)uro, no )uréis, a')urad de %uestro dereco a )urar, renunciad a %uestra capacidad de )urar, por otra parte, no se os pide )uramento, se os pide que seáis las no-)uramenta'les que %oi% 1«you are not oathable»2, %osotras, las putas, %osotras que sois la prostituci/n misma, %osotras que os entregáis al oro, que os entregáis a cam'io del oro, que os destináis a la indiferencia general, %osotras que confund!s, en la equi%alencia, lo propio y lo impropio, el crédito y el descrédito, la fe y la mentira, *lo %erdadero y lo falso+, el )uramento, el per)urio y la a')uraci/n, etc. 0osotras, las putas del dinero, llegar!ais a a')urar ( forswear ) de %uestro oficio o de %uestra %ocaci/n 1de puta per)ura2 por dinero. arx mediante la imagen de la apariencia o del simulacro, más precisamente del fantasma. 4o s/lo los a descrito, tam'ién los a definido, pero la presentaci/n figurati%a del concepto parec!a descri'ir alguna *cosa+ espectral, es decir, a *alguien+. ¿ué necesidad ay de esta presentaci/n figurati%a? ¿8uál es su relaci/n con el concepto? ¿Es contingente? Esta es la forma clásica de nuestra cuesti/n. 8omo aqu! no creemos en ninguna contingencia, llegaremos incluso a inquietarnos por la forma clásica 1Qantiana en el fondo2 de esta cuesti/n que parece tornar secundario o mantener a distancia, precisamente cuando lo toma en serio, el esquema figurati%o. a 5rítica de la economía política#xxx%i$nos explica c/mo la existencia ( (asein ) de la moneda, el (asein metálico, oro o plata, produce un resto. Este resto ya no es, ya no sigue siendo, )ustamente, más que la som'ra de un gran nom're: «$as %bribleibt ist magni nominis um'ra+. *El cuerpo de la moneda no es sino una som'ra ( nur noch el mo%imiento de ein 0chatten )+#xxx%ii$. 3odo ideali6aci/n ( *dealisierun ) que >arx descri'e entonces, se trate de moneda o de ideologemas, es una producci/n de fantasmas, de ilusiones, de simulacros, de apariencias o de apariciones ( 0chein ). >ás adelante, dasein del0chein-0overein y del 0chein-old esta'lecerá una relaci/n entre esta %irtud espectral de la moneda y lo que, en el deseo de acumulaci/n, especula so're el uso del dinero despu2s de la muerte, en el otro mundo ( n ach dem )#xxx%iii$."eld, "eist, "eiz: como si el ode in der andern $elt dinero ( "eld ) fuera a la %e6 el origen del esp!ritu ( "eist ) y de la a%aricia ( "eiz ). *m "eld liet der Drsprundes "eizes , dice Plinio citado por >arx inmediatamente después. En otro lugar, la ecuaci/n entre "as "eist %iene a añadirse a la cadena#xxxix$. &a metamorfosis de las mercanc!as ( (ie 'etamorphose der $aren ) era ya un proceso de ideali6aci/n transfiguradora que puede ser llamado leg!timamente espectropoético. 8uando el Estado emite el papel moneda de curso for6oso, su inter%enci/n es comparada con una *magia+ ( 'aie ) que transmuta el papel en oro. Entonces el Estado 1a2parece -pues se trata de una apariencia, incluso de una aparici/n-, *parece aora, por la magia de esa estampilla #la que marca el oro e imprime la moneda$, metamorfosear el papel en oro ( scheint jetzt durch die 'aie seines 0tempels
7apier in "old zu verwandeln )+#xl$. Esta magia se afana siempre cerca de los fantasmas, ace tratos con ellos, manipula o se afana ella misma, se con%ierte en un trato, el trato o negocio que ace en el propio elemento del asedio. este negocio atrae a los desenterradores, aquellos que tratan con los cadá%eres pero s/lo para ro'arlos, para acer desaparecer a los desaparecidos, lo cual es la condici/n de su *aparici/n+. 8omercio y teatro de sepultureros. En las épocas de crisis social, cuando el nervus rerum social está, dice ) )unto al cuerpo del que es el ner%io+, el >arx, *enterrado ( bestattet enterramiento especulati%o del tesoro no entierra sino un *metal in;til+, pri%ado de su alma de dinero ( "eldseele ). Esta escena del enterramiento no recuerda solamente la gran escena del cementerio y de los enterradores de #amlet , cuando uno de ellos sugiere que la o'ra del rave-ma&er dura más tiempo que todas las demás: asta el )uicio final. Esta escena del enterramiento del oro e%oca una %e6 más, y con más precisi/n a;n, a 3im/n de Atenas. En la ret/rica funeraria de >arx, el *metal in;til+ del tesoro se con%ierte, tras el enterramiento del tesoro, en algo parecido a la ceni6a enfriada( ausebrannte Asche ) de la circulaci/n, en algo parecido a su caput mortuum, su residuo qu!mico. El a%aro, el acumulador, el especulador, se con%ierte, en su elucu'raci/n, en su delirio nocturno ( #irn-espinst ), en un mártir del %alor de cam'io. a no cam'ia más, porque sueña con un cam'io puro. 1, más adelante, %eremos c/mo la aparici/n del %alor de cam'io, en !l 5apital , es )ustamente una aparici/n, se dir!a que una %isi/n, una alucinaci/n, una aparici/n propiamente espectral, si esta imagen no nos impidiera a'lar aqu! propiamente de lo propio2. El om're del tesoro se comporta, entonces, como un alquimista ( alchimistisch ), especula en torno a los fantasmas, a los *elixires de %ida+, a la *piedra filosofal+. &a especulaci/n permanece siempre fascinada, eci6ada por el espectro. El que esta alquimia siga estando a'ocada a la aparici/n del espectro, al asedio o al retorno de los 1re2aparecidos, es algo que aparece en la literalidad de un texto que las traducciones, a %eces, descuidan. 8uando, en ese mismo pasa)e, >arx descri'e la transmutaci/n, se está tratando del asedio. &o que opera de manera alqu!mica son intercam'ios o me6clas de 1re2aparecidos, composiciones o con%ersiones locamente espectrales. El léxico del asedio y de los 1re2aparecidos ( 0pu&, spu&en ) ocupa el frente de la escena. &o que se traduce por *fantasmagor!a de una loca alquimia+ 1*&a forma fluida de la rique6a y su forma petrificada, elixir de %ida y piedra filosofal, se entreme6clan en la fantasmagor!a de una loca alquimia+#xli$ y, es *# ...$spu&en alchimistisch toll durcheinander ».2 En una pala'ra, y %ol%eremos continuamente a ello, a >arx no le gustan los fantasmas más de lo que gustan a sus ad%ersarios. 4o quiere creer en ellos. Pero no piensa sino en eso. 8ree 'astante en lo que se supone que los distingue de la realidad efecti%a, de la efecti%idad %i%a. 8ree poder oponerlos, como la muerte a la %ida, como las %anas apariencias del simulacro a la presencia real. 8ree lo
'astante en la frontera de esta oposici/n como para querer denunciar, dar ca6a o exorci6ar a los espectros, pero mediante el análisis cr!tico, no mediante una contra-magia. Pero ¿c/mo distinguir entre el análisis que afecta a la magia y la contra-magia que aquél corre el riesgo de seguir siendo? 0ol%eremos a plantearnos esta pregunta, por e)emplo a prop/sito de a ideoloía alemana. El *8oncilio de &eip6ig-(an >ax+ 1(tirner2 organi6a tam'ién a!, recordémoslo de nue%o antes de %ol%er a ello más adelante, ) y una irresistible pero interminable ca6a del fantasma ( "espenst ). *rresistible como una cr!tica efica6, pero del 1re2aparecido ( 0pu& tam'ién como una compulsi/n, interminable como se dice de un análisis, y la concomitancia no tendr!a, desde luego, nada de fortuito. Esa ostilidad acia los fantasmas, una ostilidad aterrada que se defiende a %eces del terror con una carca)ada es tal %e6 lo que >arx a'rá tenido siempre en com;n con sus ad%ersarios. El tam'ién a'rá querido conjurar los fantasmas y todo lo que no fuera ni la %ida ni la muerte, es decir, la re-aparici/n de una aparici/n que nunca será ni el aparecer ni lo desaparecido, ni el fen/meno ni su contrario. =a'rá querido con)urar el fantasma como los con)urados de la %ie)a Europa a los que el 'anifiesto declara la guerra. Por irredimi'le que siga siendo esta guerra y por necesaria que siga siendo esta re%oluci/n, se con)ura con para exorzanalizar la ellos y espectralidad del espectro. éste es oy, y qui6á será tam'ién mañana, nuestro pro'lema.
J. Pues conjuration significa, por otra el parte, *con)uro+ ( 5onjurement , +eschwGrun ), o sea, exorcismo mágico que, por el contrario, tiende a expulsar al esp!ritu maléfico que a'r!a sido llamado o con%ocado 1R.E.".: «he exorcisin of spirits by invocation», «the exercise of maical or occult influence»). Tna con)uraci/n es, en primer lugar, una alian6a, ciertamente, a %eces una alian6a pol!tica, más o menos secreta, cuando no tácita, un complot o una conspiraci/n. (e trata de neutrali6ar una egemon!a o de derri'ar un poder. 1En la Edad >edia, conjuratio designa'a tam'ién la fe )urada por la que los 'urgueses se asocia'an, a %eces contra un pr!ncipe, para fundar los 'urgos francos.2 En la sociedad secreta de los con)urados, algunos su)etos, indi%iduales o colecti%os, representan fuer6as y se al!an en nom're de intereses comunes para com'atir a un temido ad%ersario pol!tico, es decir, tam'ién para con)urarlo. Pues con)urar quiere decir tambi2n exorci6ar: intentar a la %e6 destruir y negar una fuer6a maligna, demoni6ada, dia'oli6ada, las más de las %eces un esp!ritu maléfico, un espectro, una especie de fantasma que retorna, o amena6a con retornar, post mortem. El exorcismo con)ura el mal mediante unas %!as que tam'ién son irracionales y mediante unas prácticas mágicas, misteriosas, incluso
mistificantes. (in excluir, ni muco menos, el procedimiento anal!tico y la raciocinaci/n argumentati%a, el exorcismo consiste en repetir, a modo de incantaci/n, que el muerto está 'ien muerto. Procede mediante fórmulas y, a %eces, las f/rmulas te/ricas desempeñan este papel con una eficacia tanto mayor cuanto que da el pego respecto a su naturale6a mágica, su dogmatismo autoritario, el oculto poder que éstas comparten con aquello que pretenden com'atir. Pero el exorcismo efica6 no finge constatar la muerte sino para dar muerte. 8omo ar!a un médico forense, declara la muerte, pero, en este caso, para darla. Esta táctica es 'ien conocida. &a forma constati%a tiende a asegurar. &a constataci/n es efica6. uiere y de'e serlo en efecto. Es efectivamente un performati%o. Pero la efecti%idad, aqu!, se fantasmati6a ella misma. (e trata, en efecto, de un performati%o que intenta tranquili6ar, y en primer lugar tranquili6arse a s! mismo, asegurándose, pues nada es menos seguro, de que aquello cuya muerte se desea está 'ien muerto. =a'la en nom're de la %ida, pretende sa'er lo que es. ¿uién lo sa'e me)or que un ser %i%o?, parece decir fuera de 'romas. Procura con%encer1se2 all! donde 1se2 da miedo: resulta que aquello que se manten!a %i%o, 1se2 dice, ya no está %i%o, ya no resulta efica6 en la muerte misma, estad tranquilos. 1(e trata, a!, de una manera de no querer sa'er lo que todo ser %i%o, sin aprender y sin sa'er, sa'e, a sa'er: que, a %eces, el muerto puede ser más poderoso que el %i%o. , por eso, interpretar una filosof!a como filosof!a o como ontolog!a de la %ida nunca resulta fácil, lo que quiere decir que resulta siempre demasiado fácil, indiscuti'le, como lo que cae por su propio peso, pero tan poco con%incente en el fondo, tan poco con%incente, como la tautolog!a, una tanto-ontolog!a 'astante eterol/gica, la de >arx o de cualquier otro, que no reconducirá todo a la %ida sino a condici/n de incluir en ella la muerte y la alteridad de su otro, sin la cual ésta no ser!a lo que es2. En una pala'ra, se trata a menudo de acer como que se constata la muerte all! donde el certificado de defunci/n sigue siendo el performati%o de una declaraci/n de guerra o la gesticulaci/n impotente, el agitado sueño de un dar muerte.
Jaqcues Derrida
tierra$: Furad Hamlet #...$ Furad. [ El e%ectro, #ajo # 3uran$. / Hamlet: 8álmate, cálmate, esp!ritu inquieto. Aora, señores, [ 8on todo mi cora6/n me encomiendo a %osotros [ todo lo que un po're om're como =amlet [ Pueda testimoniaros de amistad y amor [ &o tendréis, si "ios me
ayuda. Entremos )untos [ y %osotros, os ruego, la'ios sellados. [ El tiempo está fuera de quicio. 5R suerte maldita [ que a querido que yo na6ca para recomponerlo7 [ 0amos, entremos )untos. #i$ 8f. nota a pie de página HJ del cap!tulo H. Expresiones como ..encantado[a+, *encantar+, *encantamiento+ -que, por otra parte, se usan en el texto con otros fines- o *em'ru)ado+, *em'ru)ar+, *em'ru)o+ no cu'ren suficientemente el alcance de hanter , hant2( e ), hantise. #anter -"errida insiste en ello continuamente- es el modo de a'itar de los espectros. Por otro lado, hanter %iene a traducir tam'ién el umehen del'anifiesto y el es spu&t de >arx y de reud, no lo ol%idemos. Entre los m;ltiples sentidos de umehen no se encuentra ninguno de los que admitir!a una traducci/n can/nica y literal de hanter .
Aora 'ien, *o'sesi/n+, que traducir!a hantise, se define normalmente como: *1de obsidio ) relati%o al asedio...+. Asediar es una forma de *estar+ en un lugar sin *ocuparlo+: uno de los sentidos del umehen transiti%o 1uso militar: rodear una posici/n2. "e a! la elecci/n, tal %e6 algo auda6, de *asediar+, *asedio+, *asediado+ para hanter , hantise, hant2( e ). 8f. tam'ién la cita correspondiente a la nota I del cap!tulo H y las páginas del cap!tulo Y relati%as al domicilio. ( I3 de los .) #ii$ Paul 0aléry, a crise de l4esprit , en 9euvres, Ki'liotXque de la Pléiade, Nallimard, Paris, IHC, t. , p. IIG. ¿=a'r!a que recordar aqu! que, al Reste, cerca del extremo de la pen!nsula europea, el reino de "inamarca a estado a punto de ser, precisamente con aastrict? 4o. Este corolario so're la ca'e6a real se orientar!a más 'ien acia otros lugares. Para empe6ar, lugares de articulaci/n entre estas proposiciones y las de 4autre cap 1>inuit, Paris, II2 #trad. castellana de P. Peñal%er, 8er'al, Karcelona, IIJ$, que anali6a'a tam'ién un tratamiento del capital 1de la ca'e6a y del ca'ecilla2, en especial en 0aléry,para reintroducir la cuesti/n de Europa como cuesti/n del espíritu, es decir, la cuesti/n de Europa como la del espectro. no de)aremos de insistir tam'ién -es el primer enca'e6amiento- en determinada imagen de la ca'e6a, por as! decirlo ( der .opf y das #aupt ), tal como %iene a imponerse, regularmente, en mucos lugares del corpus de >arx, y entre los más ospitalarios para con el fantasma. "e manera más general y más expl!cita, el presente ensayo prosigue por recorridos anteriores: en torno a un tra'a)o del duelo que ser!a coextensi%o a todo tra'a)o en general 1so're todo en "las, Nalilée, Paris, ICY2, so're la pro'lemática frontera entre incorporaci/n e introyecci/n, so're la
pertinencia efecti%a pero limitada de esta oposici/n conceptual, as! como de la que separa el fracaso del éxito en el tra'a)o del duelo. 8f. so're estos puntos *ors+, Prefacio a e verbierde l4homme aux loups de 4. A'raam y >. 3oroQ, Au'ier-lammarion, Paris, ICB, especialmentepp. JB %%.$ 0chibboleth -pour 7aul 5elan, Nalilée, Paris, IWB9 /eu la cendre, "es emmes, Paris, IWC9 (e l4esprit, #eideer et la ?uestion, Nalilée, Paris, IWC #trad. castellana de >. Arran6, Pretextos, 0alencia, IWI9 '2moires -pour 7aul de 'an, Nalilée, Paris,IWW #trad. castellana de 8. Nardini, Nedisa, Karcelona, IWI9 so're la super%i%encia de un so're-%i%ir que no se reduce ni al %i%ir ni al morir 1*(ur%i%re+, en 7araes, Nalilée, Paris, IWW2, so're la econom!a de la deuda y del don ( (onner le temps, Nalilée, Paris, IIJ #trad. castellana de 8. de Peretti, Paid/s, Karcelona IIH$2. En cuanto a la l/gica de la espectralidad, insepara'le de la idea de la idea 1de la ideali6aci/n de la idealidad como efecto de itera'ilidad2, insepara'le del moti%o mismo, no digamos ya de la *idea+ de la deconstrucci/n, esta o'ra, de forma expl!cita la mayor!a de las %eces, en todos los ensayos pu'licados durante los ;ltimos %einte años, en particular en (e l4esprit 3«>evenant » 1*#re$aparecido+2 fue all! tam'ién el primer nom're ( * Fe parlerai del du revenant #...$ #=a'laré 1re2aparecido$+2.
#iii$ Paul 0aléry, ettre sur soci2t2 des esprits, en 9euvres, cit., p. GI.
la
&a pala'ra *fantolog!a+ trata de cu'rir, en castellano, las siguientes dimensiones del neologismo derridiano hantoloie: - Alusi/n a hanter ,hantise, hant2( e ). 0éase la nota correspondiente a ..asediar.., *asedio+, *asediado[a+. Para ello, se a respetado *fant-+ por su relaci/n con el fainein 1fantasma, fantas!a, etc.2. - Alusi/n a la ontolog!a, a una ontolog!a asediada por fantasmas.
-Alusi/n al modo t!pico de ser del asedio en la actualidad: la imagen *teletecnomediática+. 1I3 de los 3 ) #i%$ >. Klancot, *&a fin de la pilosopie+: a Iouvelle >evue /ranJaise WV 1IHI2. #%$ >. Klancot, a risa de los dioses 1IC2, trad. castellana de F. A. "o%al &i6, 3aurus, >adrid, ICB, pp. WH-I. #%i$ *bid ., p. WI. 1El su'rayado es m!o.2 #%ii$ #amlet , trad. de . Konnefoy, IHC, Nallimard, Paris, IIJ #ay %arias traducciones castellanas, por e)emplo, la de
&. Astrana: O.(aQespeare, 9bras completas, Aguilar, >adrid, IBC. Astrana, por cierto, traduce: *5El mundo está fuera de quicio7+, p. GYB$. #%iii$ #amlet , trad. de F. >alaplate, 8orti, II. #ix$ #amlet , trad. de F. "erocquigny, &es Kelles &ettres, Paris, IWI. #x$ #amlet , trad. de André Nide, Nallimard, Paris, IHI. #xi$ "e'o remitir aqu! a una aproximaci/n más sistemática a estas cuestiones del 1lo2 dereco y de lo o'licuo, especialmente en (u droit @ la philosophie 1so're todo a prop/sito de @ant2, Nalilée, Paris, IIV, pp. WV y passim, y en 7assions, Nalilée, Paris, IIG, pp. GG ss. #xii$ (o're la manera en que estos su %e6 en los de título, c'. *3itre en 7araes , Nalilée, Paris, IWB.
%alores se re;nen a S préciser+,
#xiii$ E. &é%inas, otalidad e infinito 1IB2, trad. castellana de ". E. Nuillot, (!gueme, (alamanca, IWC, p. JJ. #xi%$ *"iQé, aus dem 0ein als Anwesen edacht, ist der fuend-fuende /u. AdiQia, die Dn-/ue, ist der Dn/u» 4«(i&2,pensada a partir del ser como presencia, es el acuerdo que )unta y acuerda. Adi&ia, la dis-yunci/n, es la discordia+, >artin =eidegger,0endas perdidas 1IHV2, trad. castellana de F. Mo%ira, &osada, Kuenos Aires, IBV, p. JIW$. #x%$ *bid ., p. JIB. #x%i$ *bid ., p. JIG. B. #x%ii$ *bid ., p. JII. #x%iii$ *bíd . #xix$ «!r sat es und sat es nicht +, ibid ., p. JIC. #xx$ *bid ., p. JIB.
#xxi$ 8f. (ar KelL tiempo , p. J, n. G ss. y pp. HB-HC, n. J y 0auf le nom, pp. WG y J. #xxii$ >. =eidegger, o3 c3, p. JIW. #xxiii$ *bíd . 4arrivant , literalmente, es *el que llega+, *el que %a a llegar+, *el recién llegado+. "ada la importancia que "errida concede al arrivant ,emos optado por traducirlo por el sustanti%o *arri'ante+, que nos a parecido una traducci/n adecuada, dado que *arri'ar+, en castellano, significa no s/lo *llegar un 'arco a puerto+, sino tam'ién *llegar+ sin más. ( I3 de los .) #xxi%$ >. Klancot, a risa de los dioses, cit., p. WI. #xx%$ *bid ., p. IV. #xx%i$ *bíd . #xx%ii$ Este punto está desarrollado en 7assions, Nalilée, Paris, IIG. #xx%iii$ *bid ., pp. IV-I. #xxix$ *bid ., pp. JIJ-JIG. 1El su'rayado es m!o.2 #xxx$ Mespecto de una nue%a ela'oraci/n, en un estilo *deconstructi%o+, del concepto de heemonía , remito a los tra'a)os de Ernesto &aclau.
#xxxi$ 3raducimos phantasme por *fantas!a+, aproximándonos a la an/mala graf!a inglesa phantasy . 7hantasme es una *graf!a propuesta por (u6an arx y r. Engels, a ideoloía alemana, trad. castellana de O. Moces, Nri)al'o, Karcelona, ICV, pp. JBH-JBB. #xxxiii$ 8itado en a ideoloía alemana, p. JBB. #xxxi%$ O. (aQespeare, imón de Atenas #*5e jaune arent tramera et rompra les voeux, b2nira le maudit », trad. francesa, ran]ois-0ictor =ugo, Nallimard, Paris, t. J, p. JJG #trad. castellana, p. CB$. #xxx%$ *bíd . #xxx%i$ 5ontribución a la crítica de la economía política , adrid, JICW, p. GW. #xxx%ii$ *bid ., p. GI. #xxx%iii$ *bid ., p. B. #xxxix$ *bid . , p. BG. Es ésta una cadena semántica que a'!amos anali6ado en "las 1en =egel2 y en (e l4esprit3 #eideer et la question . #xl$ *bid ., p. HV. #xli$ *bid ., p. BH.
#ap$tulo #%J'!)! E/ M)!X"(M «he time is out of joint »: la f/rmula a'la del tiempo, tam'ién
dice el tiempo, pero se refiere, singularmente, a este tiempo, a estostiempos, a un *este tiempo+, el tiempo de este tiempo, el tiempo de ese mundo que, para =amlet, fue un *nuestro tiempo+, solamente un *este mundo+, esta época y ninguna otra. Este predicado dice algo del tiempo y lo dice en el presente del %er'o ser ( he time is out of joint ),pero si lo dice entonces, en
ese otro tiempo, en el pasado simple, una %e6 en el pasado, ¿c/mo puede aquello %aler para todos los tiempos? "ico de otra forma, ¿c/mo puede %ol%er y presentarse nue%amente, de nue%o, como lo nue%o?, ¿c/mo puede estar a!, de nue%o, cuando su tiempo ya no está a!?, ¿c/mo puede %aler en todas las ocasiones en que se intenta decir *nuestro tiempo+? En una proposici/n predicati%a que se refiere al tiempo, y más precisamente a la forma-presente del tiempo, el presente gramatical del %er'o ser , en tercera persona de indicati%o, parece ofrecer una ospitalidad predestinada al retorno de todos los esp!ritus, pala'ra ésta que 'asta con escri'ir en plural para dar con ella la 'ien%enida a los espectros. 0er , y so're todo cuando en el infiniti%o %a so'reentendido ser pre-sente, no es un mot d4esprit , sino que es la pala'ra del esp!ritu, es su primer cuerpo %er'al. En un tiempo del mundo, oy d!a, en estos tiempos, un nue%o *orden mundial+ intenta esta'ili6ar un desarreglo nue%o, necesariamente nue%o, instalando una forma de egemon!a sin precedentes. (e trata, pues, aunque como siempre, de una forma de guerra inédita. Por lo menos, se parece a una gran *con)uraci/n+ contra el marxismo, un conjuro del marxismo: una %e6 más, otro intento, una mo%ili6aci/n nue%a, siempre nue%a, para lucar contra él, contra aquello y contra aquellos a los que el marxismo representa y seguirá representando 1la idea de una nue%a arx tanto a'l/ 1*metamorfosis+ fue durante toda su %ida una de sus pala'ras fa%oritas2, un nue%o *marxismo+ no tenga ya el aspecto 'a)o el cual era a'itual identificarlo y derrotarlo. ui6á ya no se tenga miedo a los marxistas, pero se teme a;n a ciertos no marxistas que no an renunciado a la erencia de >arx, criptomarxistas, seudo o para*marxistas+, que estar!an dispuestos a tomar el rele%o, 'a)o unos rasgos o entre unas comillas que los angustiados expertos del anticomunismo no están preparados para desenmascarar. Además de por las ra6ones que aca'amos de dar, tendremos a;n que pri%ilegiar esa figura de la con)uraci/n por otras ra6ones que ya se an anunciado. En am'os conceptos de con)uraci/n ( conjuración y conjuro, 1erschwGrun y +eschwGrun ), de'emos tener en cuenta otra significaci/n esencial. &a del acto que consiste en )urar, en prestar )uramento, por tanto en prometer, en decidir, en adquirir unaresponsabilidad , en suma, en comprometerse de manera performati%a. de manera más o menos secreta, más o menos p;'lica, pues, all! donde esa frontera entre lo
p;'lico y lo pri%ado se despla6a constantemente, quedando menos garanti6ada que nunca, como aquella que permitir!a identificar lo pol!tico. si esta frontera capital se despla6a es porque el medium en el que se instituye, a sa'er, el medium mismo de los media 1la informaci/n, la prensa, la telecomunicaci/n, la tecno-telediscursi%idad, la tecno-tele-iconicidad, lo que garanti6a y determina en general el espaciamiento del espacio p;'lico, la posi'ilidad misma de la res publica y la fenomenalidad de lo pol!tico2, ese elemento no está ni %i%o ni muerto, ni presente ni ausente: espectrali6a. 4o depende de la ontolog!a, del discurso so're el ser del ente o so're la esencia de la %ida o de la muerte. Mequiere lo que llamamos, por econom!a más que por in%entar una pala'ra, la fantoloía . 8ategor!a que consideraremos irreducti'le y, en primer lugar, irreducti'le a todo lo que ella ace posi'le: la ontolog!a, la teolog!a, la onto-teolog!a positi%a o negati%a. Esta dimensi/n de la interpretaci/n performati%a, es decir, de una interpretaci/n que transforma aquello mismo que interpreta, desempeñará un papel indispensa'le en lo que me gustar!a decir esta tarde. Tna interpretaci/n que transforma lo que interpreta es una definici/n del performati%o que es tan poco ortodoxa desde el punto de %ista de la speech act theory como desde el de la undécima de las 3esis so're euer'ac 1*&os fil/sofos no an eco sino interpretar el mundo de diferentes formas, lo que importa es transformarlo». «(ie 7hilosophen haben die $elt nur verschieden interpretiert0 es &ommt aber drauf an, sie zu verndern+.2 (i tomo la pala'ra en la apertura de un coloquio tan impresionante, am'icioso, necesario o arriesgado, otros dir!an ist/rico9 si, después de prolongadas %acilaciones, y a pesar de los l!mites e%identes de mi competencia, e aceptado con todo la in%itaci/n con la que me a onrado Kernd >agnus, no es, en primer lugar, para mantener un discurso filos/fico y erudito. Es, ante todo, para no eludir una responsa'ilidad. >ás precisamente: para someter a discusi/n algunas ip/tesis so're la naturale6a de seme)ante responsa'ilidad. 8uál es la nuestra? ¿En qué es ist/rica? y ¿qué tiene que %er con tantos espectros? 4adie, me parece, puede discutirlo: una dogmática intenta instalar su egemon!a mundial 'a)o unas condiciones parad/)icas y sospecosas. =ay, oy en d!a, en el mundo, un discurso dominante, o más 'ien en trance de acerse dominante, respecto a la o'ra y al pensamiento de >arx, respecto al marxismo 1que es, qui6ás, otra cosa2, respecto a todos los rostros pasados de la arx a muerto, el comunismo está muerto, 'ien muerto, con sus esperan6as, su discurso, sus teor!as y sus prácticas, 5%i%a el capitalismo, %i%a el mercado, so're%i%a el li'eralismo econ/mico y pol!tico7 (i dica egemon!a intenta montar su dogmática orquestaci/n en condiciones sospecosas y parad/)icas es, en primer lugar, porque esta con)uraci/n triunfante se esfuer6a %erdaderamente en denegar, y para ello, en ocultarse el que, )amás, pero )amás de los )amases en la istoria, el ori6onte de eso cuya super%i%encia se cele'ra 1a sa'er, todos los %ie)os modelos del mundo capitalista y li'eral2 a sido más som'r!o, amena6ador y amena6ado. 4i más *ist/rico+, entendiendo por tal inscrito en un momento a'solutamente inédito de un proceso que no por ello está menos sometido a una ley de itera'ilidad. ¿ué acemos a'lando, desde estas primeras frases, de un discurso que tiende a ser dominante y de una e%idencia indiscuti'le al respecto? Al menos dos cosas. Mecurrimos, e%identemente, a conceptos reci'idos: 2 el de egemon!a 1*discurso dominante») y J2 el de testimonio 1*e%idencia indiscutible»). 3endremos que dar cuenta de ellos y )ustificarlos.
. 4os emos referido impl!citamente ^so're todo para a'lar de lo que, supongo, a nadie se le ocurrir!a poner en duda^ a aquello que organi6a y controla por todas partes la manifestaci/n p;'lica, el testimonio en el espacio p;'lico. (e trata de un con)unto constituido, al menos, por tres lugares o dispositi%os indisocia'les de nuestra cultura. a2 En primer lugar está la cultura llamada, con mayor o menor propiedad, pol!tica 1los discursos oficiales de los partidos y de los pol!ticos en el poder en el mundo, más o menos all! donde pre%alecen modelos occidentales, el a'la o la ret/rica de lo que se denomina, en rancia, la *clase pol!tica+2. ) 3am'ién está la cultura confusamente calificada de mass-
mediática: *comunicaciones+ e interpretaciones, producci/n selecti%a y )erarqui6ada de la *informaci/n+ a tra%és de canales cuya potencia se a acrecentado de manera a'solutamente inédita a un ritmo que coincide precisamente, sin duda de modo no fortuito, con el de la ca!da de los reg!menes de modelo marxista, a la cual a contri'uido
poderosamente pero ^y esto no es menos importante^ 'a)o formas, modos de apropiaci/n y a una %elocidad que afectan tam'ién, de manera esencial, al concepto mismo del espacio p;'lico en las democracias llamadas li'erales9 y, en el centro de este coloquio, la cuesti/n de la tele-tecnolog!a, de la econom!a y del poder mediáticos, en su dimensi/n irreducti'lemente espectral, de'er!a atra%esar todas las discusiones. ¿ué se puede acer con esquemas marxistas para tratar oy de todo ello ^te/rica y prácticamente^ y por tanto para cam'iarlo? Para decirlo con una frase que resumir!a en el fondo la posición que %oy a defender 1y lo que adelanto aqu!, perd/nenme por insistir en esta inquietud, corresponde más a una toma de partido que al tra'a)o que dica posici/n reclama, presupone o prefigura2, esos esquemas parecen a la %e6 indispensa'les e insuficientes en su forma actual. >arx es uno de los escasos pensadores del pasado que tomaron en serio, al menos en su principio, la indisocia'ilidad originaria de la técnica y del lengua)e, por tanto de la tele-técnica 1ya que todo lengua)e es una tele-técnica2. Esto no es en a'soluto denigrarlo, es incluso a'lar dentro de lo que de nue%o nos atre%eremos a llamar el espíritu de 'arx . "ecir que >arx no pod!a, en cuanto a la tele-técnica, es decir, tam'ién en cuanto a la ciencia, acceder ni a la experiencia ni a las anticipaciones que son oy las nuestras, es casi citarle al pie de de la letra en sus propias pre%isiones, es tomar nota y confirmarlo. c) Por ;ltimo, está la cultura erudita o académica, especialmente
la de los istoriadores, los soci/logos y los polit/logos, la de los te/ricos de la literatura, los antrop/logos, los fil/sofos, en particular los fil/sofos pol!ticos, cuyo discurso es a su %e6 sustituido por la edici/n académica, comercial y tam'ién mediática en general. Pues no escapará a nadie que los tres lugares, formas y poderes de la cultura que aca'amos de identificar 1el discurso expresamente pol!tico de la *clase pol!tica+, el discurso mediático y el discurso intelectual, erudito o académico2 están más que nunca soldados por los mismos aparatos o por aparatos indisocia'les. Estos aparatos son, sin duda, comple)os, diferenciales, conflicti%os, so'redeterminados. Pero sean cuales sean los conflictos entre ellos, sean cuales sean sus desigualdades o sus so'redeterminaciones, 1se2 comunican y concurren en todo momento acia el punto de mayor fuer6a para garanti6ar la egemon!a o el imperialismo en cuesti/n. &o acen gracias a la mediaci/n de lo que se llama, precisamente, los media en el sentido más amplio, más m/%il y, teniendo en cuenta la aceleraci/n de los adelantos técnicos, en el sentido más in%asor de este término. &a egemon!a pol!tico-econ/mica, al igual que la dominaci/n intelectual o discursi%a, pasa, como )amás lo a'!a eco en el pasado, ni en tal grado ni 'a)o tales formas, por el poder tecnomediático ^es decir, por un poder que a la %e6, de manera diferenciada y contradictoria, condiciona y pone en peliro toda democracia^. Aora 'ien, éste es un poder, un con)unto diferenciado de poderes que no se puede anali6ar ni, llegado el caso, com'atir, ni apoyar aqu! o atacar all!, sin tener en cuenta m;ltiples
efectos espectrales, sin tener en cuenta la nue%a %elocidad de aparición 1entendamos esta pala'ra en el sentido fantasmático2 del simulacro, la imagen sintética o protética, el acontecimiento %irtual, el cyberspace y la confiscaci/n y las apropiaciones o especulaciones que despliegan oy en d!a potencias inauditas. (i, ante la cuesti/n de sa'er si >arx y sus erederos nos an ayudado a pensar y a tratar este fen/meno, decimos que la respuesta es a la %e6 sí y no, sí en tal aspecto, no en tal otro, y que si ay que filtrar, seleccionar, diferenciar, reestructurar las cuestiones, es solamente para anunciar, de manera muy preliminar, el tono y la forma general de nuestras conclusiones, a sa'er, que hay que asumir la herencia del marxismo, asumir lo más *%i%o+ de él, es decir, parad/)icamente, aquello de él que no a de)ado de poner so're el tapete la cuesti/n de la %ida, del esp!ritu o de lo espectral, de la-%idala-muerte más allá de la oposici/n entre la %ida y la muerte. =ay que reafirmar esta erencia transformándola tan radicalmente como sea necesario. Meafirmaci/n que ser!a a la %e6 fiel a algo que resuena en la llamada de >arx ^digamos de nue%o en el esp!ritu de su inyunci/n ^ y conforme con el concepto de la erencia en general. &a erencia no es nunca algo dado, es siempre una tarea. Permanece ante nosotros de modo tan indiscuti'le que, antes mismo de aceptarla o renunciar a ella, somos erederos, y erederos dolientes, como todos los erederos. En particular, de lo que se llama marxismo. 0er , esa pala'ra en la que %e!amos más arri'a la pala'ra del esp!ritu, quiere decir, por la misma ra6/n, heredar . 3odas las cuestiones a prop/sito del ser o de lo que ay que ser 1o no ser: or not to be ) son cuestiones de erencia. 4o ay ning;n fer%or pasadista en recordarlo, ning;n regusto tradicionalista. &a reacci/n, lo reaccionario o lo reacti%o son s/lo interpretaciones de la estructura de erencia.0omos erederos, eso no quiere decir que tenamos o que recibamos esto o aquello, que tal erencia nos enrique6ca un d!a con esto o con aquello, sino que el ser de lo que somos es, ante todo, erencia, lo queramos y lo sepamos o no. que, =_lderlin lo dice muy 'ien, no podemos sino testimoniarlo. 3estimoniar ser!a testimoniar lo que somos en tanto que heredamos de ello, y e a! el c!rculo, e a! la suerte o la finitud, eredamos aquello mismo que nos permite testimoniar de ello. =_lderlin, por su parte, llama a esto, al lengua)e, *el más peligroso de los 'ienes+, dado al om're *a fin de que testimonie a'er eredado [ lo que él es ( damit er :i; / eerbt zu haben )» . zeue, was er sei
J. 8uando decimos, al menos a t!tulo de ip/tesis, que el dogma respecto del fin del marxismo y de las sociedades marxistas tiende oy a ser un *discurso dominante+, seguimos a'lando, por supuesto, en cla%e marxista. 4o de'emos denegar u ocultar el carácter pro'lemático de este gesto. Algunos no estarán del todo equi%ocados al denunciar a! un c!rculo o una petici/n de principio.
8onfiamos, en efecto, al menos pro%isionalmente, en esa forma de análisis cr!tico que emos eredado del marxismo: en una situaci/n dada, y con tal que sea determina'le y determinada como la de un antagonismo sociopol!tico, una fuer6a egem/nica aparece siempre representada por una ret/rica y por una ideolog!a dominantes, cualesquiera que sean los conflictos de fuer6as, la contradicci/n principal o las contradicciones secundarias, las so'redeterminaciones o los rele%os que, luego, puedan complicar dico esquema ^y, por tanto, incitarnos a sospecar de la simple oposici/n entre lo dominante y lo dominado, incluso de la determinaci/n ;ltima de las fuer6as en conflicto, e, incluso, más radicalmente, a sospecar que no sea la fuer6a siempre más fuerte que la de'ilidad 14iet6sce y Ken)amin nos an animado a dudar de ello, cada uno a su manera, y so're todo este ;ltimo cuando asoci/ el *materialismo ist/rico+, )ustamente, a la erencia de alguna *dé'il fuer6a mesiánica+#ii$2^. =erencia cr!tica: as!, por e)emplo, se puede a'lar de discurso dominante o de representaciones e ideas dominantes , y referirse, as!, a un campo conflictual )erarqui6ado sin suscri'ir necesariamente el concepto de clase social con el que >arx determin/ tan a menudo, so're todo en a ideoloía alemana, las fuer6as que se disputan la egemon!a. E incluso, simplemente, el Estado. 8uando, por e)emplo, al e%ocar la istoria de las ideas, el 'anifiesto declara que las *ideas dominantes+ ( die herrschenden *deen ) de una época no an sido nunca sino las ideas de la *clase dominante+ ( der herrschenden .lasse ), no le está proi'ido a una cr!tica selecti%a el filtrar la erencia de dico enunciado para conser%ar de él esto en lugar de aquello. (e puede seguir a'lando de dominaci/n en un campo de fuer6as suspendiendo no solamente la referencia a ese soporte ;ltimo que ser!a la identidad y la identidad consigo misma de una clase social, sino tam'ién suspendiendo el crédito concedido a lo que >arx llama la idea, la determinaci/n de la superestructura como idea, representaci/n ideal o ideol/gica, y asta la forma discursi%a de dica representaci/n. 3anto más cuanto que el concepto de idea implica esa irreducti'le génesis de lo espectral que tenemos intenci/n de %ol%er a examinar aqu!. Pero conser%emos pro%isionalmente, para este momento muy preliminar de nuestra introducci/n, el esquema del discurso dominante. (i un discurso tal tiende oy a lle%ar las de ganar en la nue%a escena de lo geopol!tico 1en la ret/rica pol!tica, en el consenso mediático, en la parte más %isi'le y sonora del espacio intelectual o académico2, éste es el que diagnostica, en todos los tonos, con una seguridad impertur'a'le, no solamente el fin de las sociedades construidas conforme a un modelo marxista sino tam'ién el fin de toda la tradici/n marxista, incluso de la referencia a la o'ra de >arx, por no decir el fin de la istoria sin más. 3odo ello a'r!a llegado por fin a su término en la euforia de la democracia li'eral y de la econom!a de mercado. Ese discurso dominante resulta relati%amente omogéneo, las más de las %eces dogmático, en
ocasiones pol!ticamente equ!%oco, y, como los dogmatismos, como todas las con)uraciones, secretamente inquieto y manifiestamente inquietante. El protocolo de nuestra conferencia e%oca el e)emplo del li'ro de rancis uQuyama, !l fin de la historia y el 6ltimo hombre#iii$. ¿Acaso no se tratará de un nue%o e%angelio, el más ruidoso, el más mediático, el más succesful a prop/sito de la muerte del marxismo como fin de la istoria? Esa o'ra parece a menudo, es %erdad, el consternador y tard!o su'producto de una «footnote»: Iotabene para cierto @o)X%e que merecer!a algo me)or. (in em'argo, el li'ro no es tan malo ni tan ingenuo como permitir!a creer una explotaci/n desenfrenada que lo exi'e como el más 'ello escaparate ideol/gico del capitalismo %encedor en una democracia li'eral que, por fin, a accedido a la plenitud de su ideal, cuando no de su realidad. "e eco, por más que en lo esencial queda, en la tradici/n de &eo (trauss, retomada por Allan Kloom, como el e)ercicio escolar de un )o%en, aplicado, pero tard!o lector de @o)X%e 1y de algunos más2, ay que reconocer que dico li'ro resulta en este o aquel punto más que mati6ado: a %eces incluso suspensi%o asta la indecisi/n. En las cuestiones que ela'ora a su manera, añade, en ocasiones, ingenuamente, para no ser cogido en falta, lo que llama una *respuesta de i6quierdas+ a una *respuesta de derecas+#i%$. Precisar!a, pues, un análisis muy a)ustado. Esta tarde de'emos atenernos a lo que concierne a la estructura eneral de una tesis que es, )ustamente en la estructura misma de su l/gica, en la f/rmula de su f/rmula, indispensa'le para la con)uraci/n antimarxista. =ace un momento la emos llamado, por supuesto adrede, un *e%angelio+. ¿Por qué un e%angelio? ¿Por qué la f/rmula ser!a aqu! neotestamentaria? El li'ro pretende aportar una *respuesta positi%a+ a una cuesti/n cuya formaci/n y formulaci/n no son cuestionadas nunca por s! mismas. Es la cuesti/n de sa'er si una *istoria de la umanidad coerente y orientada+ *terminará por conducir+ a aquello que el autor llama tranquila, enigmáticamente, de forma a la %e6 p;dica e imp;dica, *la mayor parte de la umanidad+ acia la *democracia li'eral+#%$. "esde luego, aun respondiendo *s!+ a la cuesti/n as! formulada, uQuyama reconoce, en la misma página, no ignorar lo que permite dudar de ello: las dos guerras mundiales, los orrores del totalitarismo ^na6i, fascista y estalinista^, las masacres de Pol Pot, etc. Puede suponerse que a'r!a admitido ampliar esta desastrosa lista. 4o lo ace, y uno se pregunta por qué y si esta limitaci/n es contingente o insignificante. Pero, seg;n un esquema que organi6a de principio a fin la argumentaci/n de este extraño alegato, todos esos cataclismos 1terror, opresi/n, represi/n, exterminaci/n, genocidio, etc.2, esos *acontecimientos+ o esos *ecos+ pertenecer!an a la empiricidad , al *flu)o emp!rico de los acontecimientos de esta segunda mitad del siglo+#%i$9 resultar!an fen/menos *emp!ricos+ acreditados por *testimonios emp!ricos+#%ii$.
(u acumulaci/n no desmentir!a en a'soluto la orientaci/n ideal de la mayor parte de la umanidad acia la democracia li'eral. 8omo tal , como telos de un progreso, dica orientaci/n tendr!a la forma de una finalidad ideal. 3odo lo que parece contradecirla proceder!a de la empiricidad ist/rica, por masi%a y catastr/fica y mundial y m;ltiple y recurrente que ésta sea. arx y propone corregir su economicismo materialista y *completarlo+: le faltar faltar!a !a ese *pilar *pilar+ + egeli egeliano ano-cr -crist istian iano o del recon reconoci ocimie miento nto o esa componente *tim/tica+ del alma. El Estado uni%ersal y omogéneo, el del fin de la =istoria, de'er!a sustentarse so're ese *do'le pilar de la econ ec onom om!a !a y del del rec eco onoci nocimi mien entto+#x%ii$. 8omo en los tiempos del 'anifiesto, una alian6a europea se forma en el asedio de lo que aquélla excluye, com'ate o reprime. in de este paréntesis. El alcance ^pasado o futuro^ de ese neo-e%angelismo se precisará más adelante.
El ma mate teri rial alis ismo mo ec econ onom omic icis ista ta o el ma mate teri rial alis ismo mo de la f!si f!sica ca moderna de'er!an as!, en esta l/gica, ceder su lugar al lengua)e espiri espiritua tualis lista ta de la *'uena *'uena nue%a+ nue%a+.. Por consig consiguie uiente nte,, uQuya uQuyama ma esti es tima ma nece necesa sarrio rec ecu urrir a lo que que llam llama a *la *la exp explica licaci ci/n /n no materialista que #=egel$ propone de la istoria, fundada so're lo que llama'a la Dluca por el reconocimiento+. 0erdaderamente, todo el li'r li'ro o se insc inscri ri'e 'e en la indi indisc scut utid ida a axio axiomá máti tica ca de es este te es esqu quem ema a simplificado ^y fuertemente cristiani6ado^ de la dialéctica del amo y del escla%o de la /enomenoloía del espíritu. &a dialéctica del dese deseo o y de la co conc ncie ienc ncia ia es pres presen enta tada da,, sin sin em em'a 'arg rgo, o, co con n una una conf co nfia ian6 n6a a impe impert rtur ur'a 'a'l 'le, e, co como mo la co cont ntin inua uaci ci/n /n de una una teor teor!a !a plat/nica del thymos que es reempla6ada, asta =egel y más allá de él, por una tradici/n que pasar!a, a pesar de tantas diferencias y de'ates entre todos estos pensamientos pol!ticos, por >aquia%elo, =o'' =o ''es es,, &o &ocQ cQe, e, etc. etc. &a co conc ncep epci ci/n /n angl anglos osa)o a)ona na del del li'er li'eral alis ismo mo moderno tam'ién ser!a e)emplar al respecto. En efecto, ésta a'r!a intentado excluir toda esa mealotimia 1propia de (talin, de =itler y de (adam =ussein#x%iii$ 2, incluso aunque *el deseo de reconocimiento contin;e estando omnipresente 'a)o la forma residual de la isotimia ». 3oda contradicci/n desaparecer!a desde el momento en que que un Esta Estado do pudi pudier era a co con) n)ug ugar ar lo que que uQu uQuya yama ma llam llama a los los dos dos #xix$ *pilares+ , el de la racionalidad econ/mica y el del thymos o del dese deseo o de reco recono noci cimi mien ento to.. 3a 3all se ser! r!a a el ca caso so,, y la cosa cosa habr habría ía advenido , seg;n @o)X%e, al menos tal y como es interpretado ^y apro apro'a 'ado do^ ^ por por uQu uQuya yama ma.. Este Este ace ace ac acre reed edor or a @o @o)X )X%e %e de una una *co *c onsta nstattac aci/ i/n n )ust )usta+ a+ 1trad tradu ucci/ cci/n n de la trad tradu ucci/ cci/n n fran france cessa de important truth ) *al afirmar que la América de postguerra o los miem miem'r 'ros os de la 8o 8omu muni nida dad d Euro Europe pea a co cons nsti titu tu!a !an n la real reali6 i6ac aci/ i/n n perfecta del Estado uni%ersal y omogéneo, el Estado del reconocimiento uni%ersal+#xx$. (u'ray (u'rayemo emoss estas estas pala'r pala'ras as 1*cons 1*constat tataci aci/n /n )usta+ )usta+,, important truth ). 3raducen 'astante 'ien la sofisticada ingenuidad o el grosero sofisma que confieren su mo%imiento, y tam'ién su tono, a seme)ante
li'ro li'ro.. le pri%a pri%an n tam'ié tam'ién n de toda toda credi' credi'ili ilidad dad.. Porque Porque uQuy uQuyama ama quie quiere re sa saca carr argu argume ment ntos os de todo todo:: de la *'ue *'uena na nue% nue%a+ a+ co como mo acontecimiento em emp p!rico y presuntament ente constata'le 1la *con *c onst stat atac aci/ i/n n )ust )usta+ a+,, la *imp *impor orta tant nte e %erd %erdad ad+ + de la *rea *reali li6a 6aci ci/n /n perfecta del Estado uni%ersal+2, y[o de la *'uena nue%a+ como simple anun anunci cio o de un idea ideall regu regula lado dorra6n inacce que no podr odr!a inaccesib sible le, que medi me dirs rse e por por ning ning;n ;n ac acon onte teci cimi mien ento to ist ist/r /ric ico o ni, ni, so so'r 're e todo todo,, por por ning;n fracaso llamado *emp!rico+.
7or una parte, el e%angelio del li'eralismo pol!tico-econ/mico necesita del acontecimiento de la 'uena nue%a que consiste en lo que a'r!a sucedido efectivamente 1lo que a sucedido en este fin de siglo, en particular la presunta muerte del marxismo y la presunta reali6aci/ reali6aci/n n del Estado de la democracia democracia li'eral2. li'eral2. 4o puede prescindir prescindir del recurso al acontecimiento pero como, por otro istor oria ia efec efecti ti%a %a y tant tantas as otra otrass real realid idad ades es de apar aparie ienc ncia ia lado, la ist emp! em p!ri rica ca co cont ntra radi dice cen n es ese e ad%e ad%eni nimi mien ento to de la demo democr crac acia ia li'e li'era rall perfecta, es preciso, al mismo tiempo, plantear esta perfecci/n como un simple ideal regulador y transist/rico. (eg;n le 'eneficie y sir%a a su tesis, uQuyama define la democracia li'eral unas %eces como una realidad efecti%a, otras como un simple ideal. El acontecimiento es, unas unas %ece %eces, s, la real reali6 i6ac aci/ i/n, n, otra otras, s, el anun anunci cio o de la real reali6 i6ac aci/ i/n. n. 3omando, con todo, en serio la idea de que un anuncio o una promes promesa a consti constituy tuyen en aconte acontecim cimien ientos tos irredu irreducti cti'le 'les, s, de'em de'emos, os, sin em'argo, cuidarnos de no confundir esos dos tipos de acontecimiento. Tn pensamiento del acontecimiento es, sin duda, lo que más le falta a seme)ante discurso. (i insistimos tanto, desde el principio, en la l/gica del fantasma, es porque ésta señala acia un pensamiento del acontecimiento que excede necesariamente a una l/gica 'inaria o dialéctica, aquella que distingue u opone efectividad 1presente, actual, emp!rica, %i%a ^o no^2 e idealidad 1no-presencia reguladora o a'soluta2. Esta l/gica de la efecti%idad efecti%idad parece tener una pertinenci pertinencia a limitada. limitada. 8iertament 8iertamente e el l!mite no es nue%o, se marca desde siempre tanto en el idealismo antimarxista como en la tradici/n del *materialismo dialéctico+. Pero dico l!mite parece me)or demostrado que nunca por lo que ocurre oy d!a de fantástico, fantasmático, *sintético+, *protético+, %irtual, en el orden cient!fico, y por tanto tecnomediático, y por tanto p;'lico y pol!tico. tam'ién a sido puesto a;n más de manifiesto por aquello que inscri'e la %elocidad de una %irtualidad irreducti'le a la oposici/n del acto y la potencia en el espacio del acontecimiento, en la aconteci'ilidad del acontecimiento. Por no reela'orar un pensamiento del acontecimiento, uQuyama oscila confusamente entre dos discursos irreconcilia'les. Aunque cree en su reali6 ali6ac aci/ i/n n efec efecti ti%a %a 1es és éstta la *imp importan rtantte %er %erdad+ dad+22, uQuyama no tiene incon%eniente en oponer la idealidad de este democr crát átic icoo-li' li'er eral al a todo todoss los los test testim imon onio ioss que que mues muestr tran an ideal demo masi%amente que ni los Estados Tnidos ni la 8omunidad Europea an
alcan6ado la perfecci/n del Estado uni%ersal o de la democracia li'eral y que apenas, por as! decirlo, se an aproximado a ella. 1¿ c/mo ignorar, por otra parte, la guerra econ/mica que causa estragos oy tanto entre estos dos 'loques como en el interior de la 8omunidad Europea? ¿8/mo minimi6ar los conflictos del NA33 y todo lo que all! se concentra, las comple)as estrategias del proteccionismo lo recuerdan cada d!a, por no a'lar de la guerra econ/mica con Fap/n ni de todas las contradicciones que agitan el comercio de esos pa!ses ricos con el resto del mundo, los fen/menos de pauperi6aci/n y la ferocidad de la *deuda exterior+, los efectos de lo que el 'anifiesto llama'a tam'ién la *epidemia de la so'reproducci/n+ y el *estado de 'ar'arie momentánea+ que aquélla puede generar en sociedades llamadas ci%ili6adas, etc.? Para anali6ar estas guerras y la l/gica de estos antagonismos, una pro'lemática de tradici/n marxiana será indispensa'le durante muco tiempo. "urante muco tiempo. ¿ por qué no siempre? 1"ecimos 'ien una pro'lemática de tradici/n marxiana, en su apertura y en la constante transformaci/n que a'r!a de'ido y de'erá caracteri6arla, no la dogmática marxista ligada a las estasis y a los aparatos de la ortodoxia.2 8omo no puede negar, sin caer en el rid!culo, todas las %iolencias, las in)usticias, las manifestaciones tiránicas o dictatoriales de lo que denomina la mealotimia 1la desmesura o la disimetr!a en el deseo de ser reconocido como el amo2, como tiene que admitir que aquéllas causan estragos en el mundo capitalista de una democracia li'eral muy imperfecta, como esos *ecos+ contradicen la *constataci/n+ que, sin em'argo, él a'!a calificado de *)usta+ 1es ésta su *importante %erdad+2, uQuyama no %acila en acer que un discurso se deslice 'a)o el otro. Al anuncio de la *'uena nue%a+ de hecho, su acontecimiento efecti%o, fenoménico, ist/rico y emp!ricamente constata'le lo sustituye por el anuncio de una 'uena nue%a ideal , inadecuada a toda empiricidad, la 'uena nue%a teleoescatol/gica. "esde el momento en que de'e, de ese modo, desistori6arla, reconoce en ella el lengua)e de una *4aturale6a+ 1es la expresi/n que utili6a y un concepto fundamental de la o'ra2 y la identifica seg;n *criterios+ que califica de *trans-ist/ricos+. Ante tantos desastres, ante todos los fracasos de hecho en los intentos de esta'lecer la democracia li'eral, uQuyama recuerda que a'la solamente *en el plano de los principios+. (e contentar!a, dice entonces, con definir solamente el ideal de la democracia li'eral. Mecordando su primer art!culo de IWI, *¿El fin de la =istoria?+, escri'e en efecto:
8iertos pa!ses modernos 'ien pod!an fracasar en el esta'lecimiento de una democracia li'eral y otros 'ien pod!an recaer en formas más primiti%as de go'ierno como la teocracia o la dictadura militar, pero el ideal de la
democracia li'eral no pod!a ser me)orado en el plano de los principios#xxi$.
Mesultar!a demasiado fácil mostrar que, medido por el fracaso en el esta'lecimiento de la democracia li'eral, el iato entre el eco y la esencia ideal no aparece s/lo en las formas llamadas primiti%as de go'ierno, de teocracia o de dictadura militar 1suponiendo incluso, concesso non dato, que toda teocracia sea a)ena al Estado ideal de la democracia li'eral, que sea eterogénea con su mismo concepto2. Pero este fracaso y este iato caracteri6an tam'ién, a priori y por definici/n, a todas las democracias, incluidas las más %ie)as y esta'les de las democracias llamadas occidentales. (e trata, aqu!, del concepto mismo de democracia como concepto de una promesa que no puede surgir sino en seme)ante diastema 1iato, ). Por fracaso, inadecuaci/n, disyunci/n, desa)uste, estar out of joint ello, siempre proponemos a'lar de democracia por venir , no de democracia futura, en presente futuro, ni siquiera de una idea reguladora, en el sentido Qantiano, ni de una utop!a ^al menos en la medida en que su inaccesi'ilidad conser%ar!a a;n la forma temporal de un presente futuro, de una modalidad futura del presente vivo. #>ás allá incluso de la idea reguladora en su forma clásica, la idea, si a;n sigue a'iendo una, de la democracia por %enir, su *idea+ como acontecimiento de una inyunci/n pignorada que ordena acer que %enga aquello mismo que no se presentará )amás en la forma de la presencia plena, es la apertura de ese iato entre una promesa infinita 1siempre insosteni'le porque, al menos, apela al respeto infinito tanto por la singularidad y la alteridad infinita del otro como por la igualdad conta'le, calcula'le y su')etual entre las singularidades an/nimas2 y las formas determinadas, necesarias pero necesariamente inadecuadas de lo que de'e medirse por esta promesa. En esa medida, la efecti%idad de la promesa democrática, como la de la promesa comunista, conser%ará siempre dentro de s!, y de'erá acerlo, esa esperan6a mesiánica a'solutamente indeterminada en su cora6/n, esa relaci/n escatol/gica con el por%enir de un acontecimiento y de una singularidad, de una alteridad inanticipa'le. Espera sin ori6onte de espera, espera de lo que no se espera a;n o de lo que no se espera ya, ospitalidad sin reser%a, saludo de 'ien%enida concedido de antemano a la a'soluta sorpresa del arribante, a quien no se pedirá ninguna contrapartida, ni comprometerse seg;n los contratos domésticos de ninguna potencia de acogida 1familia, Estado, naci/n, territorio, suelo o sangre, lengua, cultura en general, umanidad misma2, justa apertura que renuncia a todo dereco de propiedad, a todo dereco en general, apertura mesiánica a lo que %iene, es decir, al acontecimiento que no se podr!a esperar como tal ni, por tanto, reconocer por adelantado, al acontecimiento como lo extran)ero mismo, a aquella o aquel para quien se de'e de)ar un lugar %ac!o, siempre, en memoria de la
esperan6a ^y éste es, precisamente, el lugar de la espectralidad^. (eme)ante ospitalidad sin reser%a, aunque es condici/n del acontecimiento y, por lo tanto, de la istoria 1nada ni nadie llegar!a de otra manera, ip/tesis que no puede nunca excluirse, por supuesto29 ser!a fácil, demasiado fácil, mostrar que es lo imposi'le mismo, y que dica condición de posibilidad del acontecimiento es tam'ién su condición de imposibilidad ,como ese extraño concepto del mesianismo sin contenido, de lo mesiánico sin mesianismo, que nos gu!a aqu! como a ciegos. Pero ser!a igualmente fácil mostrar que, sin esta experiencia de lo imposi'le, más %aldr!a renunciar tanto a la )usticia como al acontecimiento. (er!a a;n más )usto o más onrado. >ás %aldr!a renunciar tam'ién a todo lo que a;n se pretender!a sal%ar en la 'uena conciencia. >ás %aldr!a reconocer el cálculo econ/mico y todas las aduanas que la ética, la ospitalidad o los di%ersos mesianismos instalar!an a;n en las fronteras del acontecimiento para filtrar al arri'ante.
0ol%amos a uQuyama. &o que resulta más original que indiscuti'le, en su l/gica, es que no plantea ese ideal como un ideal regulador infinito ni como la meta de una tarea o de una aproximaci/n sin fin, aunque a menudo ^otra incoerencia^ declara que esta *tendencia actual acia el li'eralismo+, a pesar de sus *retrocesos+, *está destinada a ( promises to ) triunfar a largo #xxii$ pla6o+ . uQuyama considera tam'ién este ideal como un acontecimiento. Porque ya a'r!a lleado, porque el ideal ya se a'r!a presentado en su forma de ideal, dico acontecimiento a'r!a marcado desde aora el fin de una istoria llegada a su fin. Ese ideal es a la %e6 infinito y finito: es infinito, puesto que se distingue de toda realidad emp!rica determinada o queda como una tendencia *a largo pla6o+ pero, no o'stante, es finito, puesto que a llegado, ya, como ideal, y la istoria, desde ese momento, a aca'ado. Por eso, dico li'ro se define tam'ién como egeliano y marxista, como una especie de e)ercicio en la disciplina de esos dos maestros del fin de la istoria, =egel y >arx. "espués de a'er eco comparecer a los dos maestros y de a'erlos escucado a su manera ^un poco expediti%a, todo ay que decirlo^ el disc!pulo elige. Escri'e:
3anto =egel como >arx cre!an que la e%oluci/n de las sociedades umanas no era infinita, sino que se aca'ar!a el d!a en que la umanidad u'iera perfeccionado una forma de sociedad que satisficiera sus necesidades más profundas y más fundamentales. Am'os pensadores a'!an esta'lecido un *fin de la =istoria+: para =egel era el Estado li'eral9 para >arx, la sociedad comunista#xxiii$.
El disc!pulo elige, pues, entre am'os maestros, al pensador del Estado li'eral. 8onforme a una tradici/n cristiana, ya lo emos %isto#xxi%$, pero tam'ién, pare6ca o no consecuente con ese cristianismo esencial, conforme a una tradici/n naturalista. =a'r!a que anali6ar aqu! minuciosamente esta o aquella página, pero tendremos que contentarnos con aludir a ellas, aunque no sin citar al menos algunas frases. Por e)emplo éstas:
A fin de cuentas, puede parecer imposi'le a'lar de *=istoria+, y más a;n de *=istoria uni%ersal+, sin referencia a un criterio transist/rico permanente, es decir, sin la referencia a la naturale6a. &a *istoria+ no es un dato, ni simplemente un catálogo de todo lo que se a producido en el pasado, sino un esfuer6o deli'erado de a'stracci/n mediante el cual separamos lo que es importante de lo que no lo es #...$#xx%$.
(/lida y duradera tradici/n de una l/gica seg;n la cual naturalismo y teleologismo se fundan el uno en el otro. uQuyama reca6a lo que serenamente considera como *testimonios Demp!ricos que nos ofrece el mundo contemporáneo+#xx%i$. *"e'emos, por el contrario ^prosigue^, examinar directa y expl!citamente la naturale6a de los criterios transist/ricos que permiten e%aluar el carácter 'ueno o malo de todo régimen o sistema social+#xx%ii$ . &a medida de todas las cosas tiene un solo nom're: el criterio transhistórico y natural por el que, finalmente, uQuyama propone medirlo todo se llama *el om're en cuanto =om're+. Es como si nunca se u'iera trope6ado con ninguna cuesti/n inquietante en torno a dico =om're, ni u'iera le!do a un determinado >arx, ni al (tirner con el que se ensaña a ideoloía alemana en cuanto a la a'stracci/n propiamente fantasmática de seme)ante concepto de om're, por no a'lar de 4iet6sce1constantemente caricaturi6ado y reducido a algunos misera'les estereotipos: por e)emplo 5el *relati%ista+7 y no el pensador de un 1*;ltimo om're+ al que tan a menudo llam/ as!2, por no a'lar de reud 1e%ocado un sola %e6 como el que pone en duda la *dignidad umana+ al reducir al om're a *pulsiones sexuales profundamente escondidas+#xx%iii$ 2, ni de =usserl ^simplemente pasado por alto^ o de =eidegger 1que no ser!a sino el *sucesor+ de 4iet6sce el relati%ista #xxix$2, por no a'lar de algunos pensadores a;n más cercanos a nosotros y ante todo, so're todo, por no a'lar de =egel, del que lo menos que se podr!a decir es que no es un fil/sofo del om're natural y transist/rico. Aun cuando la referencia a =egel domina en ese li'ro, no resulta en ning;n
momento tur'ada por esta e%idencia. Para definir esa entidad supuestamente natural, aist/rica y a'stracta, ese om're en cuanto =om're del que tranquilamente a'la, uQuyama pretende %ol%er a lo que llama *el primer om're+, es decir, *el om're natural+. (o're el concepto de naturale6a, so're la genealog!a de este concepto, uQuyama guarda, por lo demás, silencio 1casi tanto como >arx, todo ay que decirlo, aunque el tratamiento cr!tico al que éste somete los conceptos a'stractos de 4aturale6a y de =om're no de)a de ser rico y fecundo2. cuando, para a'lar de este *om're natural+, uQuyama pretende recurrir a una dialéctica *enteramente no materialista+ surgida de lo que él denomina *un nue%o fil/sofo de s!ntesis que se llamar!a =egel-@o)X%e+, el artefacto que nos propone parece tan inconsistente 1tanto en el sentido francés como en el inglés de este término2 que renunciaremos a concederle demasiado tiempo esta tarde. >ás allá de su ingenuidad filos/fica, ay sin duda que tratarlo )ustamente como unartefacto, un monta)e sintomático que responde, para tranquili6arla, a una demanda, casi podr!a decirse que a un encargo. "e'e sin duda su éxito a esa confusi/n apaciguadora y a esa l/gica oportunista de la *'uena nue%a+ que oportunamente pasa de contra'ando.
A pesar de todo ello, parece que no ser!a ni )usto ni siquiera interesante acusar a uQuyama de la fortuna alcan6ada por su li'ro. (er!a me)or preguntarse por qué el li'ro, con la *'uena nue%a+ que pretende aportar, se a con%ertido en seme)ante adet mediático, y por qué ace furor en todos los supermercados ideol/gicos de un Rccidente angustiado, donde se compra ese li'ro igual que, a los primeros rumores de guerra, la gente se lan6a so're el a6;car y el aceite antes de que se aca'en. ¿Por qué esa amplificaci/n mediática? ¿ c/mo es que un discurso de este tipo es 'uscado por aquellos que, si 'ien cantan la %ictoria del capitalismo li'eral y su predestinada alian6a con la democracia, lo acen s/lo para ocultar ^y, so're todo, ocultárselo a s! mismos^ que nunca dico triunfo a sido tan cr!tico, frágil, amena6ado, incluso en ciertos aspectos catastr/fico y, en el fondo doliente por lo que el espectro de >arx representa toda%!a oy y que se intentar!a con)urar de manera )u'ilosa y man!aca 1fase necesaria en un tra'a)o del duelo a;n no aca'ado. seg;n reud pero tam'ién %irtualmente doliente por s! mismo. Al ocultar todos estos fracasos y todas estas amena6as, se pretende ocultar el potencial ^ fuer6a y %irtualidad^ de lo que se llamará el principio, e incluso, siempre recurriendo a la iron!a, el espíritu de la cr!tica marxista. >e gustar!a distinguir este espíritu de la cr!tica marxista, que parece oy en d!a más indispensa'le que nunca, del marxismo como ontolog!a, sistema filos/fico o metaf!sico, *materialismo #xxx$ dialéctico+ 9 del marxismo como materialismo ist/rico o como método9 y del marxismo incorporado en aparatos de partido, en Estados o en una arx ni por Engels ( a 7hilosophie de 'arx , &a "écou%erte, Paris, IIG, p. Y2. "e entre todas las preciosas aportaciones de un li'ro que interpreta tam'ién y despla6a de manera muy densa toda una istoria del marxismo 1y especialmente del marxismo francés de los ;ltimos decenios2, escogeré esquemáticamente las que me interesan aqu! más de cerca. . &a necesidad de acerse cargo del moti%o de la ,*inyunci/n+ de >arx 1la pala'ra reaparece regularmente, pp. I, JV, JY, etc.2. J. El tema del mundo *encantado+ como mundo de los %alores mercantiles 1pp. HI y ss.2 en torno a lo *sensi'le suprasensi'le+ 1de que a'laremos más adelante2. G. &a categor!a de la inminencia ^ mesiánica o no, pero a-ut/pica^ 1pp. GW, GI, BI, W2, y so're todo la de *transici/n+, categor!a *%islum'rada por >arx+ como *figura pol!tica de la Dno-contemporaneidad a s! del tiempo ist/rico pero que se alla inscrita por él en lo provisional » 1p. VY2. 1(o're la *transici/n+ y la nocontemporaneidad, cf. supra, pp. HV-Harx 1aquello que sigue resultando deconstructi'le en sus filosofemas2 a lo que expone Kali'ar en a filosofía de 'arx : *4o ay ni a'rá nunca filosof!a marxista+ 1p. G2, lo que no de'e impedir el *'uscar #...$ las filosofías de >arx+ 1p. C2. 8omo lo que yo llamo aqu! la filosof!a o la ontolog!a de >arx no pertenece exactamente al espacio o al ni%el de enunciados anali6ados por Kali'ar, los protocolos de una discusi/n, dondequiera que lle%e, requerir!an una larga y minuciosa ela'oraci/n. Pero espero que tales protocolos sean legi'les, al menos en estado impl!cito, en un ensayo tan esquemático y preliminar como éste. #xxx$
8itado por >icel (urya en *&a puissance, les rices et la carité+: ines W 1IIG2, pp. J y JI, *&ogiques du capitalisme+. #xxxi$
Alexandre @o)X%e, *ntroduction @ la lecture de #eel3 eJons sur la 425no6enolo*ie de l7esprit, Nallimard, Paris, IYC, pp. YGB-YGC. #xxxii$
#xxxiii$
*bid ., p. YGC
#ap$tulo 3
DE(8)(TE(i: ;4"%T'!) DE '% M'%D ("% ED)D< he time is out of joint . El mundo %a mal. Está desgastado pero su desgaste ya no cuenta. 0e)e6 o )u%entud ^ ya no se cuenta con él. El mundo tiene más de una edad. &a medida de su medida nos falta. a
no damos cuenta del desgaste, ya no nos damos cuenta de él como de una ;nica edad en el progreso de una istoria. 4i maduraci/n, ni crisis, ni siquiera agon!a. Rtra cosa. &o que ocurre le ocurre a la edad misma, para asestar un golpe al orden teleol/gico de la istoria. &o que %iene, donde aparece lo intempesti%o, le ocurre al tiempo, pero no ocurre a tiempo. 8ontra-tiempo. he time is out of joint . =a'la teatral, a'la de =amlet ante el teatro del mundo, de la istoria y de la pol!tica. &a época está fuera de quicio. 3odo, empe6ando por el tiempo, parece desarreglado, in)usto o desa)ustado. El mundo %a muy mal, se desgasta a medida que en%e)ece, como dice tam'ién el Pintor en la apertura de imón de Atenas 1tan del gusto de >arx, por cierto2. a que se trata del discurso de un pintor, como si a'lara de un espectáculo o ante una pintura: «#ow oes the world ? 5 *t wears, sir, as it rows». En la traducci/n francesa de ran]ois0ictor =ugo: *El Poeta. ^ =ace muco tiempo que no os %eo. ¿8/mo %a el mundo? El Pintor. ^ (e gasta, señor, a medida que en%e)ece+. Este desgaste en la expansi/n, en el crecimiento mismo, es decir, en la mundiali6aci/n del mundo, no es el desen%ol%imiento de un proceso normal, normati%o o normado. 4o es una fase de desarrollo, una crisis más, una crisis de crecimiento, ya que el crecimiento es el mal( *t wears, sir, as it rows ), no es ya un fin-de-las-ideolog!as, una ;ltima crisis-del-marxismo, o una nue%a crisis-del-capitalismo. El mundo %a mal, la pintura es som'r!a, se dir!a que casi negra. ormulemos una ip/tesis. (upongamos que, por falta de tiempo 1el espectáculo o la pintura están siempre *faltos de tiempo+2, se proyecta solamente pintar, como el Pintor de imón de Atenas. Tn pintura negra so're una pintura negra. 3axonom!a o detenci/n de la imagen. 3!tulo: he time is out of joint o: *&o que oy %a tan mal en el mundo+. A este t!tulo 'anal a'r!a que tolerarle su forma neutra, para e%itar a'lar de crisis, concepto muy insuficiente, y para e%itar decidir entre el mal como sufrimiento y el mal como entuerto o como crimen. A este t!tulo para una posi'le pintura negra se le podr!an añadir simplemente algunos su't!tulos. ¿8uáles? &a pintura Qo)e%iana del estado del mundo y de los Estados Tnidos de la postguerra pod!a ya entonces cocar. El optimismo se teñ!a all! de cinismo. Era ya entonces insolente decir que *todos los miem'ros de una sociedad sin clases pueden apropiarse, desde aora, de todo lo que les pla6ca, sin por ello tra'a)ar más de lo que les apete6ca+. Pero ¿qué pensar oy de la impertur'a'le ligere6a que consiste en cantar el triunfo del capitalismo o del li'eralismo econ/mico y pol!tico, *la uni%ersali6aci/n de la democracia li'eral occidental como punto final del go'ierno umano+, el *fin del pro'lema de las clases sociales+?, ¿qué cinismo de la 'uena conciencia, qué denegaci/n man!aca puede acer escri'ir, cuando no
creer, que *todo lo que o'staculi6a'a el reconocimiento rec!proco de la dignidad de los om'res, siempre y en todas partes, a sido refutado y enterrado por la istoria+#ii$? Pro%isionalmente y por comodidad, atengámonos para empe6ar a la caduca oposici/n entre guerra ci%il y guerra internacional. 8on respecto a la guerra ci%il, ¿ay que recordar otra %e6 que nunca la democracia li'eral de forma parlamentaria a sido tan minoritaria ni a estado tan aislada en el mundo? ¿ue nunca estu%o en seme)ante estado de disfuncionamiento en lo que se llaman las democracias occidentales? &a representati%idad electoral o la %!a parlamentaria no s/lo está falseada, como fue siempre el caso, por un gran n;mero de mecanismos socio-econ/micos, sino que se e)erce cada %e6 peor en un espacio p;'lico profundamente trastornado por los aparatos tecno-tele-mediáticos y por los nue%os ritmos de la informaci/n y de la comunicaci/n, por los dispositi%os y la %elocidad de las fuer6as que representan, e igualmente, y como consecuencia, por los nue%os modos de apropiaci/n que aquéllas ponen en marca, por la nue%a estructura del acontecimiento y de su espectralidad que producen 1que in%entan y ponen al d!a, inauguran y re%elan, acen suceder y sacan a la lu6 a la vez, ahí donde aqu2llas estaban ya ahí sin estar ahí : de lo que aqu! se trata es del concepto de producción en su relaci/n con el fantasma2. Esta transformaci/n no afecta s/lo a los ecos, sino al concepto de tales *ecos+. Al concepto mismo del acontecimiento. &a relaci/n entre la deli'eraci/n y la decisi/n, el mismo funcionamiento del go'ierno a cam'iado, no solamente en sus condiciones técnicas, su tiempo, su espacio y su %elocidad, sino tam'ién, sin que nos ayamos realmente dado cuenta, en su concepto. Acordémonos de las transformaciones técnicas, cient!ficas y econ/micas que, en Europa, después de la Primera Nuerra >undial, a'!an ya trastornado la estructura topol/gica de la res publica, del espacio p;'lico y de la opini/n p;'lica. 4o afecta'an solamente a esta estructura topol/gica, sino que comen6a'an incluso a acer pro'lemática la presuposici/n de lo topográfico y que u'iera un luar y, por tanto, un cuerpo identifica'le y esta'ili6a'le para el a'la, la cosa o la causa p;'lica, poniendo en crisis, como se dice a menudo, a la democracia li'eral, parlamentaria y capitalista, a'riendo as! el camino a tres formas de totalitarismo que después se aliaron, se com'atieron o se com'inaron de mil maneras. Aora 'ien, estas transformaciones se amplifican oy desmesuradamente. Por otra parte, este proceso no responde ya siquiera a una ampliaci/n, si por esta pala'ra se entiende un crecimiento omogéneo y continuo. &o que ya no se mide es el salto que nos ale)a ya de aquellos poderes mediáticos que, en los años %einte, antes de la tele%isi/n, transforma'an profundamente el espacio p;'lico, de'ilita'an peligrosamente la autoridad y la representati%idad de los electos y reduc!an el campo de las discusiones, deli'eraciones y discusiones parlamentarias. Podr!a incluso decirse que ya pon!an en cuesti/n a la democracia electoral y a la representaci/n pol!tica, al menos tal y como las conocemos
hasta ahora. Pues si, en todas las democracias occidentales, se tiende a no respetar ya al pol!tico profesional, ni siquiera al om're de partido como tal, no es ya solamente a causa de tal o cual insuficiencia personal, de tal o cual fallo o de tal o cual incompetencia, de tal o cual escándalo ^que en lo sucesi%o son cada %e6 me)or conocidos, amplificados, de eco con frecuencia producidos, si no premeditados, por un poder mediático^. es que el pol!tico se con%ierte cada %e6 más, casi de manera exclusi%a, en un persona)e de representaci/n mediática en el momento mismo en que la transformaci/n del espacio p;'lico, precisamente por los media, le ace perder lo esencial del poder e incluso de la competencia que ostenta'a anteriormente y que reci'!a de las estructuras de la representaci/n parlamentaria, de los aparatos de partido %inculados a ella, etc. 8ualquiera que sea su competencia personal, el pol!tico profesional conforme al antiguo modelo tiende oy a resultar estructuralmente incompetente. El mismo poder mediático acusa, produce y amplifica a la vez esta incompetencia del pol!tico tradicional: por una parte, le sustrae el poder leg!timo que reci'!a del antiguo espacio pol!tico 1partido, parlamento, etc.2, pero, por otra parte, le o'liga a con%ertirse en una simple silueta, si no en una marioneta en el teatro de la ret/rica tele%isi%a. Antes se le considera'a actor de la pol!tica, aora corre a menudo el riesgo, como es 'ien sa'ido, de no ser más que actor de tele%isi/n#iii$. Mespecto de la guerra internacional o ci%il-internacional, ¿es necesario a;n recordar las guerras econ/micas, las guerras nacionales, las guerras de las minor!as, el desencadenamiento de los racismos y de las xenofo'ias, los enfrentamientos étnicos, los conflictos culturales y religiosos que oy en d!a desgarran la Europa llamada democrática y el mundo? Megimientos de fantasmas an reaparecido, e)ércitos de todas las épocas, camuflados 'a)o los s!ntomas arcaicos de lo para-militar y del super-armamento postmoderno 1informática, %igilancia pan/ptica por satélite, amena6a nuclear, etc.2. Aceleremos. >ás allá de estos dos tipos de guerra 1ci%il e internacional2 cuya frontera ya apenas se distingue, ennegre6camos a;n más el cuadro de este desgaste más allá del desgaste. (eñalemos de un pluma6o lo que amena6ar!a con acer que la euforia del capitalismo dem/crata-li'eral o socialdem/crata pareciese la más ciega y delirante de las alucinaciones, o incluso una ipocres!a cada %e6 más cillona con su ret/rica formal o )uridicista so're los derecos umanos. 4o se tratará solamente de acumular los *testimonios emp!ricos+, como dir!a uQuyama, no 'astará con señalar con el dedo la masa de ecos irrecusa'les que este cuadro podr!a descri'ir o denunciar. &a cuesti/n, muy 're%emente expuesta, no ser!a ni siquiera la del análisis al que a'r!a que proceder entonces en todas estas direcciones, sino la de la doble interpretación, la de las lecturas ri%ales que este cuadro parece reclamar y o'ligarnos a asociar. (i se nos permitiera indicar estas plagas del *nue%o orden mundial+ en un telegrama de die6 frases, tal %e6 escoger!amos las siguientes:
. El paro, esta desregulaci/n me)or o peor calculada de un nue%o mercado, de unas nue%as tecnolog!as, de una nue%a competiti%idad mundial, merecer!a oy d!a, sin duda, otro nom're, al igual que el tra'a)o o la producci/n. 3anto más cuanto que el teletra'a)o introduce un nue%o reparto que pertur'a tanto los métodos del cálculo tradicional como la oposici/n conceptual entre el tra'a)o y el no-tra'a)o, la acti%idad, el empleo, y su contrario. Esta desregulaci/n regular está a la %e6 dominada, calculada, *sociali6ada+, es decir, muy a menudo denegada ^y es irreducti'le a la pre%isi/n, como el sufrimiento mismo, un sufrimiento que sufre a;n más, y más oscuramente, de a'er perdido sus modelos y su lengua)e a'ituales, desde el momento en que no es reconoci'le ya con el %ie)o nom're de paro ni en la escena a la que a dado nom're durante muco tiempo^. &a funci/n de la inacti%idad social, del notra'a)o o del su'empleo entra en una nue%a era. Meclama otra pol!tica. otro concepto. El *nue%o paro+ se parece tan poco al paro, en las formas mismas de su experiencia y de su cálculo, como aquello que, en rancia, se denomina la *nue%a po're6a+ pueda parecerse a la po're6a.
J. &a exclusi/n masi%a de ciudadanos sin teco ( homeless ) de toda participaci/n en la %ida democrática de los Estados, la expulsi/n o deportaci/n de tantos exiliados, apátridas e inmigrados fuera de un territorio llamado nacional anuncian ya una nue%a experiencia de las fronteras y de la identidad: nacional o ci%il.
G. &a guerra econ/mica sin cuartel entre los pa!ses de la 8omunidad Europea mismos, entre ellos y los pa!ses europeos del Este, entre Europa y Estados Tnidos, entre Europa, Estados Tnidos y Fap/n. Esta guerra preside todo, empe6ando por las otras guerras, puesto que preside la interpretaci/n práctica y la aplicaci/n inconsecuente y desigual del dereco internacional. =ay demasiados e)emplos de ello desde ace más de un decenio.
Y. &a incapacidad para dominar las contradicciones en el concepto, las normas y la realidad del mercado li'eral 1las 'arreras de un proteccionismo y la so'repu)a inter%encionista de los Estados capitalistas para proteger a los suyos, incluso a los occidentales o los europeos en general, contra la mano de o'ra 'arata, a menudo sin protecci/n social compara'le2. ¿8/mo sal%aguardar sus propios intereses en el mercado mundial al tiempo que se pretende proteger sus *conquistas sociales+, etc.?
H. &a agra%aci/n de la deuda externa y otros mecanismos conexos conducen al am're o a la desesperaci/n a una gran parte de la umanidad. 3ienden as! a excluirla simultáneamente del mercado que, no o'stante, esta l/gica procurar!a extender. Este tipo de contradicciones agita mucas fluctuaciones geopol!ticas, por más que pare6can dictadas por el discurso de la democrati6aci/n o de los derecos umanos.
B. &a industria y el comercio de armamentos 1tanto los *con%encionales+ como los de máxima sofisticaci/n tele-tecnol/gica2 están inscritos en la regulaci/n normal de la in%estigaci/n cient!fica, de la econom!a y de la sociali6aci/n del tra'a)o en las democracias occidentales. A no ser que se produ)ese una inimagina'le re%oluci/n, no se los puede suspender, ni siquiera reducir, sin correr riesgos mayores, empe6ando por la agra%aci/n del aludido paro. En cuanto al tráfico de armas, en la medida 1limitada2 en que se le podr!a toda%!a distinguir del comercio.normal+, sigue siendo el primero en el mundo, por delante del narcotráfico, al que no siempre es a)eno.
C. &a extensi/n 1la *diseminaci/n+2 del armanento at/mico, que sostienen los mismos pa!ses que dicen querer protegerse de ella, no es ya ni siquiera controla'le, como lo fue durante muco tiempo, por estructuras estatales. 4o des'orda solamente el control estatal, sino todo mercado declarado.
W. &as guerras interétnicas 1u'o alguna %e6 otras?2 se multiplican, guiadas por un fantasma y un concepto arcaicos, por un fantasmaconceptual primiti%o de la comunidad, del Estadonaci/n, de la so'eran!a, de las fronteras, del suelo y de la sangre. El arca!smo no es un mal en s!, conser%a sin duda un recurso irreducti'le. Pero ¿c/mo negar que este fantasma conceptual esté más caduco, por as! decirlo, que nunca, en la ontopoloía misma que él supone, por la dislocaci/n teletécnica? Entendemos por ontopoloía una axiomática que %inculaindisocia'lemente el %alor ontol/gico del ser-presente ( on ) a su situación, a la determinaci/n esta'le y presenta'le de una localidad 1el toposdel territorio, del suelo, de la ciudad, del cuerpo en general2. 4o por extenderse de manera ins/lita, cada %e6 más diferenciada y más acelerada 1es la aceleraci/n misma, más allá de las normas de %elocidad que an informado asta aqu! la cultura umana2, es este proceso de dislocaci/n menos arci-originario, es decir, tan *arcaico+ como el arca!smo al que aquélla desalo)a desde siempre. En todo
caso, es la condici/n positi%a de la esta'ili6aci/n que sigue siempre reacti%ando. (iendo toda esta'ilidad en un lugar una esta'ili6aci/n o una sedentari6aci/n, a'rá sido preciso que la i''6rance local, el espaciamiento de un despla6amiento dé el mo%imiento. de)e sitio y dé lugar. 3odo arraigamiento nacional, por e)emplo, arraiga en primer lugar en la memoria o en la angustia de una po'laci/n despla6ada ^o despla6a'le^. 9ut of joint no lo está solamente el tiempo, sino tam'ién el espacio, el espacio en el tiempo, el espaciamiento.
I. ¿8/mo ignorar el poder creciente e in-delimita'le, es decir, mundial, de esos Estados-fantasma, supereficaces y propiamente capitalistas, que son la mafia y el consorcio de la droga en todos los continentes, incluidos los antes llamados Estados socialistas del Este europeo? Estos Estados-fantasma se an infiltrado y eco comunes en todas partes, asta el punto de no poder ser ya identificados con todo rigor. 4i de poder siquiera a %eces ser claramente disociados de algunos procesos de democrati6aci/n 1pensemos, por e)emplo, en una secuencia cuyo esquema, aqu! telegráficamente simplificado, asociar!a la istoria de una mafia-siciliana-acosada-por-el-fascismodel-Estado-musoliniano-!ntimamente-y-sim'i/ticamente-aliada-as!-alos-aliados-tanto-en-el-campo-dem/crata-de-am'os-lados-delAtlántico-como-en-la-reconstrucci/n-del-Estado-dem/crata-cristianoitaliano-entrado-oy-en-una-configuraci/n-nue%a-del-capital, de la que lo menos que podr!a decirse es que no se entenderá nada de ella sin tener en cuenta su genealog!a2. 3odas estas infiltraciones atra%iesan una fase *cr!tica+, como suele decirse, lo que nos permite sin duda a'lar de ello o acometer su análisis. Estos Estadosfantasma in%aden no solamente el te)ido socio-econ/mico, la circulaci/n general de los capitales, sino tam'ién las instituciones estatales e interestatales.
V. Pues, so're todo, so're todo, a'r!a que anali6ar el estado presente del dereco internacional y de sus instituciones: a pesar de ser, afortunadamente, perfecti'les, a pesar de un innega'le progreso, estas instituciones internacionales adolecen al menos de dos l!mites. El primero y más radical de los dos se de'e al eco de que sus normas, su 8arta, la definici/n de su misi/n dependen de determinada cultura ist/rica. 4o se las puede disociar de determinados conceptos filos/ficos europeos, y especialmente de un concepto de so'eran!a estatal o nacional cuya clausura geneal/gica se manifiesta cada %e6 me)or, de manera no solamente te/rico )ur!dica o especulati%a sino concreta, práctica, y prácticamente cotidiana. Rtro l!mite se %incula estrecamente al primero: ese dereco internacional y pretendidamente uni%ersal sigue estando ampliamente dominado, en su aplicaci/n, por Estados-naci/n particulares. 8asi siempre su potencia tecno-econ/mica y militar
prepara y aplica, dico de otra forma, se sale con la suya en la decisi/n. 8omo se dice en inglés, hace la decisión. >;ltiples e)emplos, recientes o menos recientes, lo demostrar!an ampliamente, ya se trate de deli'eraciones y de resoluciones de las 4aciones Tnidas o de su puesta en marca ( enforcement ): la incoerencia, la discontinuidad, la desigualdad de los Estados ante la ley, la egemon!a de ciertos Estados en 'ase a la potencia militar al ser%icio del dereco internacional, esto es lo que es preciso constatar año tras año, d!a tras d!a#i%$. Estos ecos no son suficientes para descalificar a las instituciones internacionales. &a )usticia exige, por el contrario, que se rinda omena)e a algunos de los que, en aquéllas, operan en una l!nea de perfecti'ilidad y con %istas a emancipar instituciones a las que no a'rá que renunciar )amás. Por insuficientes, confusos o equ!%ocos que sean a;n seme)antes signos, demos la 'ien%enida a lo que se anuncia oy con la reflexi/n so're el dereco de in)erencia o la inter%enci/n de carácter humanitario 1como se dice de manera oscura y a %eces ip/crita2, limitando as! la so'eran!a del Estado en ciertas condiciones. "emos la 'ien%enida a estos signos sin de)ar, con todo, de desconfiar cautelosamente de las manipulaciones o de las apropiaciones de las que estas no%edades pueden ser o')eto. 0ol%amos aora muco más cerca del asunto de nuestra conferencia. >i su't!tulo *la nue%a arx para decir *yo no soy marxista+? ¿En qué se reconoce un enunciado marxista? ¿ quién puede, toda%!a, decir: *yo soy marxista+?
(eguir inspirándose en determinado esp!ritu del marxismo ser!a seguir siendo fiel a lo que a eco siempre del marxismo, en principio y en primer lugar, una cr!tica radical , es decir, un procedimiento capa6 de autocr!tica. Esta cr!tica pretende, en principio y expl!citamente, estar a'ierta a su propia transformaci/n, a su ree%aluaci/n y a su auto-reinterpretaci/n. (eme)ante *pretensi/n+ arraiga necesariamente, está enrai6ada en un suelo que no es toda%!a cr!tico, aunque tampoco es, toda%!a no, precr!tico. Este esp!ritu es más que un estilo, aunque tam'ién sea un estilo. Es eredero de un esp!ritu de la arx y del marxismo. arx, fue porque la ontolog!a marxista, la apelaci/n a >arx, la legitimaci/n en 'ase a >arx esta'an en cierto modo demasiado s/lidamente confiscadas. Parec!an soldadas a una ortodoxia, a unos aparatos y a unas estrategias cuyo menor defecto no era solamente que estu%iesen, en cuanto tales, pri%adas de
por%enir, pri%adas del por%enir mismo. Puede entenderse por soldadura una aderencia artefactual pero s/lida, y cuyo acontecimiento mismo a constituido toda la istoria del mundo desde ace un siglo y medio y, por tanto, toda la istoria de mi generaci/n. Pero una radicali6aci/n está siempre endeudada con aquello mismo que radicali6a#%ii$. Por ello, e a'lado de la memoria y de la tradici/n marxistas de la deconstrucci/n, de su *esp!ritu+ marxista. 4o es el ;nico esp!ritu marxista ni, por supuesto, uno cualquiera. =a'r!a que multiplicar y refinar estos e)emplos, pero falta tiempo. (i mi su't!tulo señala'a el !stado de la deuda , era tam'ién con %istas a pro'lemati6ar el concepto de Estado o de estado, con o sin may;scula, y de tres maneras.
!n primer luar , emos insistido 'astante en ello, no se redacta el estado de una deuda, por e)emplo con respecto a >arx y el marxismo, como se establecería un 'alance o un in%entario exausti%o, de forma estática y estadística. A estas cuentas no se las puede presentar en un cuadro. Tno rinde cuentas en %irtud de un compromiso que selecciona, interpreta y orienta. "e manera práctica y performati%a. por una decisi/n que comien6a por tomarse, como una responsa'ilidad, en las redes de una inyunci/n ya m;ltiple, eterogénea, contradictoria, di%idida ^por tanto, de una erencia que guardará siempre su secreto^. el secreto de un crimen. El secretode su propio autor. El secreto de quien dice a =amlet:
Nost. * am thy /athers 0pirit , "oomd for a certaine terme to LalQe te nigt9 And for te day confind to fast in iers, 3ill te foule crimes done in my dayes of 4ature Arc 'urnt and purgd aLay: Kut tat < am for'id 3o tell te secrets of my Prison-=ouse9
* could a ale vnfold ...
(oy el esp!ritu de tu padre
8ondenado por un tiempo a %agar, en la noce, a ayunar por el d!a en la prisi/n de las llamas =asta que las negras culpas de mi %ida (ean purgadas. (i no me estu%iera proi'ido El des%elar los secretos de mi prisi/n, Podr!a acerte un relato#%iii$.
Aqu!, todo 1re2aparecido parece %enir y reaparecer desde la tierra, %enir de ella como de una clandestinidad soterrada 1el umus y elmantillo, la tum'a y la prisi/n su'terránea2, para %ol%er all!, como a lo más 'a)o, acia lo umilde, lo ;medo, lo umillado. 3am'ién nosotros tenemos que pasar aqu!, pasar por alto, en silencio, pegados a la tierra, el retorno de un animal: no la imagen del %ie)o topo ( $ ell said, old'ole ), ni la de cierto eri6o, sino más precisamente la de un *inquieto puercoesp!n+ ( fretfull 7orpentine ) que el esp!ritu del Padre se dispone entonces a con)urar, sustrayendo un *eterno 'las/n+ con *ore)as de carne y sangre+#ix$.
!n seundo luar ^otra deuda^ todas las cuestiones de la democracia, del discurso uni%ersal so're los derecos umanos, delpor%enir de la umanidad, etc., no darán lugar sino a coartadas formales, 'ienpensantes e ip/critas, mientras la *"euda exterior+ no sea tratada frontalmente, de manera responsa'le, consecuente y lo más sistemática posi'le. Ka)o este nom're, o 'a)o esta figura em'lemática, se trata del inter2s y, ante todo, del interés del capital en general, de un interés que, en el orden del mundo oy, a sa'er, del mercado mundial, tiene 'a)o su yugo y en una nue%a forma de escla%itud a una gran parte de la umanidad. Esto sucede y se autori6a siempre dentro de las formas estatales o interestatales de alguna organi6aci/n. Aora 'ien, no se tratarán estos pro'lemas de la "euda exterior ^y de todo lo que este concepto metonimi6a^ sin, al menos, el esp!ritu de la cr!tica marxista, de la cr!tica del mercado, de las m;ltiples l/gicas del capital y de lo que %incula al Estado y al dereco internacional con este mercado. !n tercer luar , por fin, y por consiguiente, a una fase de mutaci/n decisi%a de'e corresponderle una reela'oraci/n profunda y cr!tica del concepto de Estado, de Estado-naci/n, de so'eran!a nacional y de ciudadan!a, que no ser!a posi'le sin la referencia %igilante y sistemática a una pro'lemática marxista, cuando no a conclusiones marxistas so're el Estado, el poder del Estado y el
aparato de Estado, so're las ilusiones de su autonom!a de dereco con respecto a fuer6as socio-econ/micas, pero tam'ién so're las nue%as formas de una decadencia o, más 'ien, de una nue%a inscripci/n, de una nue%a delimitaci/n del Estado en un espacio que ya no domina y que, por otra parte, no a dominado nunca enteramente.
#i$ 3raducimos usure por *desgaste+, en lugar de por *usura+, porque, en castellano, la pala'ra *usura+ carece de una de las acepciones del término francés, que resulta especialmente importante en este texto: el uso y el desgaste, producido por dico uso, de una prenda u otro o')eto. ( I3 de los 3 ) #ii$ Allan Kloom, citado en ines 1cit., p. GV2 por >icel (urya, que recuerda )ustamente que Kloom fue *maestro y ensal6ador+ de uQuyama. #iii$ 0eamos dos e)emplos recientes, cogidos al %uelo de la *informaci/n+, cuando rele!a estas páginas. (e trata de dos *pasos en falso+ más o menos calculados cuya posi'ilidad u'iera sido inimagina'le sin el medio y los ritmos actuales de la prensa. . "os ministros intentan influir en una decisi/n gu'ernamental en trámite 1por iniciati%a de uno de sus colegas2, explicándose en la prensa 1esencialmente tele%isi%a2 a prop/sito de una carta supuestamente *pri%ada+ 1secreta, *personal+ o no oficial2 que dirigieron al )efe del go'ierno y que *lamentan+ que aya sido di%ulgada en contra de su intenci/n. En cualquier caso, y sin ocultar su mal umor, el )efe del go'ierno, a pesar de todo ello, les sigue, seguido por el go'ierno, seguido por el Parlamento. J. */E >)!!"#)D) ;"M4'!) "M4'!) A"(T!") "M4'!) DE B)%T)(M)(C<
El mes de )unio de WYW, apresurémonos a decirlo, fue un eco aparte, y casi imposi'le de clasificar en la filosof!a de la istoria. #...$ Pero, en el fondo, ¿qué fue el mes de )unio de WYW? Tna re'eli/n del pue'lo contra s! mismo. #...$ ue se nos permita, pues, detener un momento la atenci/n del lector en las dos 'arricadas a'solutamente ;nicas de las que aca'amos de a'lar #...$ esas dos espantosas o'ras maestras de la guerra ci%il. #...$ &a 'arricada (aint-Antoine era monstruosa #...$ la ruina. (e pod!a decir: ¿quién a construido esto? (e pod!a decir tam'ién: ¿quién a destruido esto? Era algo grande y algo pequeño. Era el a'ismo parodiado in situ por el 'arullo. #...$ "ica 'arricada era frenética #...$ desmedida y esta'a %i%a9 y, como del lomo de un animal eléctrico, sal!a de ella un cisporroteo de rayos. El esp!ritu de la re%oluci/n cu'r!a con su nu'e aquella cima en la que rug!a esa %o6 del pue'lo que recuerda a la %o6 de "ios9 una extraña ma)estuosidad se desprend!a de aquel titánico cué%ano de escom'ros. Era un mont/n de 'asura y era el (ina!. 3al como emos dico antes, la 'arricada ataca'a en nom're de la Me%oluci/n, ¿el qué? &a Me%oluci/n. #...$ Al fondo se al6a'a esa 'arrera que con%ert!a la calle en un calle)/n sin salida9 inm/%il y tranquilo muro9 all! no se %e!a a nadie, no se o!a nada, ni un grito, ni un ruido, ni un soplo. Tn sepulcro. #...$ El )efe de esa 'arricada era un ge/metra o un espectro. #...$ &a 'arricada de (aint-Antoine era el tumulto de los truenos9 la 'arricada del 3emple era el silencio. Entre am'os reductos exist!a la diferencia de lo formida'le y de lo siniestro. Tna seme)a'a unas fauces, la otra, una máscara. Admitiendo que la gigantesca y tene'rosa insurrecci/n de )unio u'iese estado compuesta de una c/lera y de un enigma, se nota'a al drag/n en la primera 'arricada y, detrás de la segunda, a la esfinge.
¿TU =A8EM E4 E& AKR (A&0R 8=AM&AM?
"ieciséis años cuentan en la soterrada educaci/n del mot!n, y el mes de )unio de WYW sa'!a muco más de eso que el mes de )unio de WGJ. #...$ a no a'!a om'res en esa luca aora infernal. a no eran gigantes contra colosos. Aquello se parec!a más a >ilton o a "ante que a =omero. Tnos demonios ataca'an, unos espectros resist!an. #...$ "esde el más oscuro fondo de los grupos, una %o6 grit/ #...$ 8iudadanos, le%antemos acta de los cadá%eres. #...$ 4unca se supo el nom're del om're que a'l/ as! #...$ ese gran an/nimo siempre me6clado a las crisis umanas y a las génesis sociales #...$ "espués de que ese om're cualquiera, que decreta'a *le%antar acta de los cadá%eres+, a'lase y diese la f/rmula del alma com;n, de todas las 'ocas sali/ un grito extrañamente satisfeco y terri'le, f;ne're por el sentido y triunfal por el acento: ^ 50i%a la muerte7 Permane6camos todos aqu!.
^ ¿Por qué todos? ^di)o En)olras. ^ 53odos7 53odos7
0ictor =ugo, os miserables.
!spectros de 'arx : el t!tulo de esta comunicaci/n o'ligar!a, en primer lugar, a a'lar de >arx. "el propio >arx. "e su testamento o de su erencia. de un espectro, la som'ra de >arx, el 1re2aparecido, para con)urar el retorno del cual tantas %oces se al6an oy d!a. Pues esto se parece a una con)uraci/n. En %irtud del acuerdo o del contrato esta'lecido entre tantos su)etos pol!ticos que suscri'en cláusulas más o menos claras y más o menos secretas 1se trata siempre de conquistar o de conser%ar las lla%es de un poder2 pero, ante todo, porque seme)ante con)uraci/n está destinada a con)urar. Es preciso, de forma mágica, auyentar a un espectro, exorci6ar el posi'le retorno de un poder considerado, en s!, maléfico y cuya demon!aca amena6a seguir!a asediando el siglo. Pero, desde el momento en que seme)ante con)uraci/n insiste oy d!a, a modo de ensordecedor consenso, para que lo que está, seg;n dice ella, 'ien muerto permane6ca 'ien muerto, despierta nuestra sospeca. 4os despierta all! donde querr!a adormecernos. 0igilancia, pues: el cadá%er qui6á no esté tan muerto, tan simplemente muerto como la con)uraci/n trata de acernos creer. El desaparecido aparece siempreahí , y su aparici/n dista de no ser nada. "ista de no acer nada. (uponiendo que los restos mortales sean identifica'les, oy se sa'e me)or que nunca que un muerto de'e poder tra'a)ar. acer que se tra'a)e, qui6á más que nunca. =ay tam'ién un modo de producci/n del fantasma que, a su %e6, es un modo de producci/n fantasmático. 8omo en el tra'a)o del duelo, después de un trauma, la con)uraci/n de'er!a asegurarse de que el muerto no %ol%erá: deprisa, acer todo lo necesario para que su cadá%er permane6ca locali6ado, en lugar seguro, en descomposici/n all! mismo donde a sido inumado, incluso em'alsamado como gusta'a de acerse en >osc;. 5"eprisa, un pante/n cuyas lla%es se guarden7 Esas lla%es no ser!an sino las del poder que la con)uraci/n querr!a reconstituir de ese modo al morir >arx. =a'lá'amos antes de descorrer el cerrojo. &a l/gica de la lla%e acia la que desea'a orientar esa &eynote address era la de una polito-l/gica del trauma y la de una topolog!a del duelo. "e un duelo, de eco y de dereco, intermina'le, sin normalidad posi'le, sin l!mite fia'le, en la realidad o en el concepto, entre la introyecci/n y la incorporaci/n. Pero esa misma l/gica, como sugerimos, responde a la inyunci/n de una )usticia que, más allá del dereco, surge en el respeto mismo de aquel que no está, no está ya o no está a;n %i%o, presentemente vivo.
El duelo %a siempre después de un trauma. =e tratado de mostrar en otros lugares que el tra'a)o de duelo no es un tra'a)o como otro cualquiera. Es el tra'a)o mismo, el tra'a)o en general, rasgo por el cual a'r!a que reconsiderar, qui6ás, el concepto mismo de producci/n ^en lo que lo %incula con el trauma, con el duelo, con la itera'ilidad ideali6ante de la exapropiaci/n y, por consiguiente, con la espirituali6aci/n espectral que o'ra en toda techn25. 3entaci/n de añadir, aqu!, un post-scriptum aporético a la f/rmula de reud que encaden/ en una misma istoria comparati%a tres de los traumas infligidos al narcisismo del om're as! des-centrado: el trauma psicolóico 1el poder del inconsciente so're el yo consciente, descu'ierto por el psicoanálisis2, el trauma biolóico 1la descendencia animal del om're descu'ierta por "arLin ^al que, por lo demás, alude Engels en el Prefacio del 'anifiesto de WWW^2 y el cosmolóico 1la 3ierra copernicana ya no es el centro del uni%erso, y esto es cada %e6 más cierto, podr!a decirse para sacar de ello mucas consecuencias respecto a los confines de lo geopol!tico2. 4uestra apor!a pro%iene, aqu!, de que ya no ay nom're ni teleolog!a para determinar el impacto marxista ni su campo. reud, por su parte, cre!a sa'er lo que es el om're y su narcisismo. El impacto marxista es tanto la proyectada unidad, en una forma a %eces mesiánica o escatol/gica, de un pensamiento y de un mo%imiento o'rero, como tam'ién la istoria del mundo totalitario 1na6ismo y fascismo incluidos, insepara'les ad%ersarios del totalitarismo estaliniano2. Esta es, qui6á, para el om're la erida más profunda, en el cuerpo de su istoria y en la istoria de su concepto, más traumati6ante incluso que la lesi/n ( .rEn&un ) *psicol/gica+ producida 'a)o el impacto del psicoanálisis, la tercera y más gra%e seg;n reud#i$. Pues sa'emos que el impacto producido, que lle%a enigmáticamente el nom're de >arx, acumula y recopila tam'ién los otros tres. =oy en d!a los presupone, aun cuando no lo aya eco en el siglo pasado. &le%a más allá de esos tres impactos al efectuarlos, igual que lle%a el nom're de >arx des'ordándolo infinitamente: el siglo del *marxismo+ a'rá sido el del descentramiento tecnocient!fico y efecti%o de la 3ierra, de lo geopol!tico, del anthropos con su identidad ontoteol/gica o con sus propiedades genéticas, del eo coito 5y del concepto mismo de narcisismo cuyas apor!as son, digámoslo por ir deprisa y aorrar mucas referencias, tema expl!cito de la deconstrucci/n^. "ico trauma es continuamente denegado por el mo%imiento mismo que trata de amortiguarlo, de asimilarlo, de interiori6arlo y de incorporarlo. En ese tra'a)o del duelo en marca, en esa tarea intermina'le, el fantasma sigue siendo lo que más da que pensar ^y que acer^. arx entran en escena por el otro lado. (e nom'ran seg;n la otra %!a del geniti%o ^y esa otra gramática dice más que la gramática^. &os espectros de >arx son tam'ién los suyos. ui6á son, en primer lugar, los fantasmas que lo an a'itado, los 1re2aparecidos por los que el propio >arx a'rá sido ocupado y
que, de antemano, a'rá querido con%ertir en cosa suya9 esto no significa que aya dispuesto de sus secretos9 ni siquiera que aya temati6ado, a su %e6, la o'sesionante recurrencia de lo que ser!a un tema si se pudiese decir del 1re2aparecido que se de)a poner ahí, ex-poner ante sí , como de'er!an acerlo un tema o un sistema, una tesis o una s!ntesis. Pero todos esos %alores son los que descalifica el espectro, si lo ay. &os espectros de >arx: desde aora nom'raremos con esas pala'ras ciertas figuras cuya %enida >arx a'rá sido el primero en apreender, temer y, a %eces, descri'ir. Aquellos que anuncian lo me)or y cuyo acontecer a'rá acogido fa%ora'lemente, aquellos que re%elan o amena6an con lo peor y cuyo testimonio a'rá recusado. =ay %arios tiempos del espectro. &o propio del espectro, si lo ay, es que no se sa'e si, 1re2apareciendo, da testimonio de un ser %i%o pasado o de un ser %i%o futuro, pues el 1re2aparecido ya puede marcar el retorno del espectro de un ser %i%o prometido. ás adelante llegaremos a esto pero, desde aora, ay que indicar este cruce. &o consideramos significati%o. El espectro del que a'la'a >arx esta'a a! sin estar a!. 3oda%!a no esta'a a!. 4o estará nunca a!. 4o ay (asein del espectro, pero tampoco ay (asein sin la inquietante extrañe6a, sin la extraña familiaridad ( Dnheimlich&eit ) de alg;n espectro. ¿ué es un espectro? ¿8uál es su istoria y cuál es su tiempo? El espectro, como su nom're indica, es la frecuencia de cierta %isi'ilidad. Pero la %isi'ilidad de lo in%isi'le. la %isi'ilidad, por esencia, no se %e, por eso permanece epe&eina tes ousias, más allá del fen/meno o del ente. El espectro tam'ién es, entre otras cosas, aquello que uno imagina, aquello que uno cree %er y que proyecta: en una pantalla imaginaria, all! donde no ay nada que %er. 4i siquiera la pantalla, a %eces9 y una pantalla siempre tiene, en el fondo, en el fondo que ella es, una estructura de aparici/n desapareciente. Pero
ya no se puede pegar o)o acecando el retorno. "e a! la teatrali6aci/n del a'la misma y la espectaculari6ante especulaci/n so're el tiempo. Tna %e6 más, ay que in%ertir la perspecti%a: fantasma o 1re2aparecido, sensi'le insensi'le, %isi'le in%isi'le, el espectro primero nos %e. "el otro lado del o)o, cualefecto visera, nos mira antes incluso de que le %eamos o de que %eamos sin más. 4os sentimos o'ser%ados, a %eces %igilados, por él, incluso antes de cualquier aparici/n. (o're todo ^y éste es el acontecimiento^, porque el espectro es acontecimiento, nos %e durante una visita.4os ace %isitas. 0isita tras %isita, puesto que %uel%e a %ernos y que visitare, frecuentati%o de visere 1%er, examinar, contemplar2, traduce perfectamente la recurrencia o la 1re2aparici/n, la frecuencia de una *%isitaci/n+. Esta no marca siempre el momento de una aparici/n generosa o de una %isi/n amiga'le, puede significar la inspecci/n se%era o el %iolento registro domiciliario. &a persecuci/n consecuente, la implaca'leconcatenación. 3eniendo en cuenta esta repetici/n, tam'ién podr!amos utili6ar, para el modo social del asedio, para su estilo original, el nom're de frecuentación. >arx %i%!a más que otros ^lo %amos a precisar^ en la frecuentaci/n de los espectros. Tn espectro parece presentarse, durante una *%isitaci/n+. 4os lo representamos, pero él, por su parte, no está presente, en carne y ueso. Esta no-presencia del espectro exige que se tome en consideraci/n su tiempo y su istoria, la singularidad de su temporalidad o de su istoricidad. 8uando, en WYC-WYW, >arx nom'ra el espectro del comunismo, lo inscri'e en una perspecti%a ist/rica que es exactamente la in%ersa de aquella en la que yo pensé, al principio, al proponer un t!tulo como *los espectros de >arx+. All! donde a m! me tenta'a nom'rar de ese modo la persistencia de un presente pasado, el retorno de un muerto, una fantasmal reaparici/n de la que no consigue desacerse el tra'a)o del duelo mundial, de cuyo encuentro ella uye acia delante, encuentro al que da caza 1excluye, reca6a y a la %e6 persigue2, >arx, por su parte, anuncia y requiere la presencia por %enir. Parece predecir y prescri'ir: lo que de momento no parece más que un espectro en la representaci/n ideol/gica de la %ie)a Europa de'er!a con%ertirse, en el futuro, en una realidad presente, es decir, %i%a. El 7ani'ie%to llama, requiere, esa presentaci/n de la realidad %i%a: ay que proceder de forma que en el futuro, ese espectro ^y, en primer lugar, una asociaci/n de tra'a)adores for6ada al secreto asta cerca de WYW^ se con%ierta en una realidad , y en una realidad viva. Es preciso que esa %ida real se muestre y se manifieste, que se presente más allá de Europa, de la %ie)a o de la nue%a Europa, en la dimensi/n uni%ersal de una arx y a los propios marxistas. Pues se podr!a caer en la tentaci/n de explicar toda la erencia totalitaria del pensamiento de >arx, aunque tam'ién los demás totalitarismos que no fueron contemporáneos de éste por a6ar o por yuxtaposici/n mecánica, como una reacci/n de terror pánico ante el fantasma en general. Al fantasmaque el comunismo representa'a para los Estados capitalistas 1monárquicos, imperiales o repu'licanos2 de la %ie)a Europa en general le a respondido una guerra amedrentada y sin cuartel, solamente en el transcurso de la cual an podido constituirse, endurecidos asta la monstruosidad de un rigor cada%érico, el leninismo y, luego, el totalitarismo estalinista. Pero, dado que la ontolog!a marxista luca'a asimismocontra el fantasma en general en nom're de la presencia %i%a como efecti%idad material, todo el desarrollo *marxista+ de la sociedad totalitaria respond!a tam'ién al mismo pánico. >e parece que ay que tomar en serio seme)ante ip/tesis. >ás tarde, entre (tirner y >arx, llegaremos a esa fatalidad esencial del refle)o reflexi%o del asustarse #*darse miedo+$ en la experiencia del fantasma. Es como si >arx y el marxismo u'iesen uido, uido de s! mismos, como si se u'iesen dado miedo a s! mismos. En el transcurso de esa misma cacería, de esa misma persecuci/n, de ese mismo acoso infernal. Me%oluci/n contra la re%oluci/n, tal y como lo sugiere la imagen de os miserables. Para mayor precisi/n, teniendo en cuenta el n;mero y la frecuencia, es como si u'iesen tenido miedo de aluien dentro de s! mismos. (e considerará, un tanto apresuradamente, que no ten!an por qué. &os totalitarismos na6i y fascista se encontraron, en esa guerra de fantasmas, tan pronto de un lado, tan pronto del otro, pero siempre en el curso de una sola y misma istoria. ay tantos fantasmas en
esa tragedia, en los osarios de todos los campos, que nadie estará seguro )amás de estar de un solo y mismo lado. >ás %ale sa'erlo. En una pala'ra, toda la istoria de la pol!tica europea al menos, y al menos desde >arx, ser!a la de una guerra despiadada entre campos solidarios e igualmente aterrori6ados por el fantasma, el fantasma del otro y su propio fantasma como fantasma del otro. &a (anta Alian6a está aterrori6ada por el fantasma del comunismo y emprende contra él una guerra que toda%!a dura, pero una guerra contra un campo que, a su %e6, está organi6ado en 'ase al terror del fantasma, aquel que está frente a él y aquel que lle%a dentro de s!. 4ada de *re%isionista+#i%$ ay en interpretar la génesis de los totalitarismos como reacciones rec!procas al miedo al fantasma que el comunismo inspir/ desde el siglo pasado, al terror que inspir/ a sus ad%ersarios pero que dio la %uelta y experiment/ dentro de s! lo suficiente como para precipitar la reali6aci/n monstruosa, la efectuaci/n mágica, la incorporaci/n animista de una escatolog!a emancipatoria que de'iera a'er respetado la promesa, el serpromesa de una promesa ^y que no pod!a ser un simple fantasma ideol/gico, puesto que, a su %e6, la cr!tica de la ideolog!a no pose!a ninguna otra inspiraci/n. Porque, al final, ay que llegar a ello, el 1re2aparecido fue la persecuci/n de >arx. 5omo la de (tirner. Iinuno de los dos a de)ado de perseguir ^cosa muy comprensi'le^ a su perseguidor, a su propio perseguidor, a su más !ntimo extraño. A >arx le gusta'a la figura del fantasma, la detesta'a, la toma'a por testigo de su protesta, esta'a asediado por ella, acosado, sitiado, o'sesionado. "entro de él pero, sin duda, para desterrarla, fuera de él. "entro de él fuera de él: éste es el lugar fuera de lugar de los fantasmas en todas partes en donde fingen fi)ar domicilio. >arx, qui6á más que otros, ten!a 1re2aparecidos en la ca'e6a y sa'!a sin sa'er de lo que esta'a a'lando («'ensch, es spu&tin (einem .opfe!», podr!a dec!rsele parodiando a (tirner2. Pero, por esa misma ra6/n, tampoco quer!a a los espectros que le gusta'an. ue le quer!an ^y le o'ser%a'an tras la %isera^. (in duda esta'a obsesionado con ellos 1esa pala'ra era suya, enseguida llegaremos a eso2 pero, lo mismo que contra los ad%ersarios del comunismo, li'ra'a contra ellos un com'ate sin cuartel. Al igual que todos los o'sesos, ostiga'a a la o'sesi/n. 3enemos mil indicios de ello, a cual más expl!cito. Por no citar más que dos e)emplos muy diferentes en esta rica espectrolog!a, se podr!a, en primer lugar, e%ocar de pasada la (isertación de WY ( (iferencia entre las filosofías de la naturaleza de (emócrito y !picuro ). El )o%enc!simo >arx firma a! una dedicatoria filial 1pues siempre es al padre, al secreto de un padre al que una criatura asustada pide socorro contra el espectro: «* am thy /athers 0pirit 4...8 * am forbid o tell the secrets of my 7rison#ouse»). En esa dedicatoria, él mismo se dirige como un i)o a
&udLig %on Oestpalen, *conse)ero !ntimo del go'ierno en 3ré%eris+, ese *muy querido amigo paternal+ ( seinen theuren vEterlichen /reund ). =a'la, entonces, de un signo de amor filial( d iese Heilen als erste Heichen &indlicher iebe ) acia alguien ante quien *comparecen todos los esp!ritus del mundo+ ( vor dem alle "eister der $elt erscheinen ) y que )amás retrocedi/ espantado ante las som'ras de los fantasmas ) ni ante retr/grados ( 0chlaschatten derretroraden "espenster el cielo de ese tiempo a menudo cu'ierto de oscuras nu'es. &as ;ltimas pala'ras de la dedicatoria nom'ran al esp!ritu ( (er ) como el *gran médico mágico+ ( der rosse zauber&undie "eist ) a quien se a confiado ese padre espiritual y de quien saca toda Arzt su fuer6a para lucar contra el mal del fantasma. Es el esp!ritu contra el espectro. En ese padre de adopci/n, en ese éroe de la luca contra los fantasmas retr/grados 1que >arx parece distinguir impl!citamente del fantasma del progreso que, por e)emplo, será el comunismo2, >arx %e la prue'a %i%a y %isi'le ( arumentum ad oculos ) de que *el idealismo no es una ficci/n sino una %erdad+. ¿"edicatoria de )u%entud? ¿8ostum're con%encional? 8iertamente. Pero las pala'ras son poco comunes, parecen calculadas y la conta'ilidad estad!stica puede empe6ar. &a frecuencia cuenta. &a experiencia, la apreensi/n del fantasma se armoni6a con la frecuencia: el n;mero 1más de uno2, la insistencia, el ritmo 1de las ondas, de los ciclos y de los per!odos2. Aora 'ien, la dedicatoria de )u%entud sigue a'lando y multiplicándose, parece más significante y menos con%encional cuando se o'ser%a, en los años siguientes, la o'stinaci/n en denunciar, es decir, en con)urar, 5y con qué locuacidad, pero tam'ién con qué fascinaci/n7, lo que a ideoloía la istoria de los alemana llamará fantasmas ( "espenstereschichte ). Enseguida %ol%emos a ello, es un er%idero, un tropel de fantasmas nos espera a!: sudarios, almas errantes, ruidos de cadenas en la noce, gemidos, carca)adas cirriantes, y todas esas ca'e6as, mucas ca'e6as que nos miran in%isi'les, la mayor concentraci/n de todos los espectros en la istoria de la umanidad. >arx 1y Engels2 intentan poner orden a!, tratan de identificar, fingen contar. &es cuesta tra'a)o. Tn poco después, en efecto, !l PQ +rumario de uis +onaparte se despliega a su %e6, en la misma frecuencia, como una espectro-pol!tica y una genealog!a de los fantasmas o, para mayor precisi/n, como una l/gica patrimonial de las eneraciones de fantasmas. >arx no de)a, a!, de con)urar y de exorci6ar. Expurga entre los 'uenos y los malos *fantasmas+. A %eces en la misma frase, intenta desesperadamente oponer 1pero 5qué dif!cil y qué arriesgado resulta72 el *esp!ritu de la re%oluci/n+ ( "eist der ). (!, resulta dif!cil y arriesgado. >evolution ) a su espectro( "espenst En primer lugar, de'ido al léxico: como esprit #esp!ritu$ y spirit , "eist puede significar tam'ién *espectro+ y >arx cree
poder explotar, sin de)ar de controlarlos, los efectos de esta ret/rica. &a semántica del "espenst asedia a su %e6 la semántica del "eist . (i ay fantasma es, precisamente, cuando, entre am'os, titu'ea la referencia, indecidi'lemente, o 'ien cuando ya no titu'ea all! donde de'iera acerlo. Pero si resulta dif!cil y arriesgado, más allá de todo posi'le dominio, si am'os permanecen indiscerni'les, y finalmente sin/nimos, es porque, a o)os del propio >arx, en un primer momento el espectro a'rá sido necesario, incluso %ital para el despliegue ist/rico del esp!ritu. Pues, en primer lugar, >arx hereda, a su %e6, la o'ser%aci/n egeliana acerca de la repetici/n en istoria, ya se trate de los grandes acontecimientos, de las re%oluciones o de los éroes 1como se sa'e: primero la tragedia, luego la farsa2. 0ictor =ugo tam'ién esta'a muy atento, como se a %isto, a la repetici/n re%olucionaria. Tna re%oluci/n se repite, e incluso repite la re%oluci/n contra la re%oluci/n. !l PQ +rumario ... saca de a! la conclusi/n de que si los om'res acen su propia istoria es a condici/n de la herencia. &a apropiaci/n en general, dir!amos, reside en la condición del otro y del otro muerto, de más de un muerto, de una generaci/n de muertos. &o que se dice de la apropiaci/n %ale tam'ién para la li'ertad, para la li'eraci/n o para la emancipaci/n:
&os om'res acen su propia istoria ( ihre eiene "eschichte ), pero no la acen por su propio mo%imiento ( aus freien 0t%c&en ), ni en las condiciones elegidas por ellos solos, sino en las condiciones que encuentran, aquellas que se les dan y se les transmiten ( %berlieferten DmstEnden ). &a tradici/n de todas las generaciones muertas ( aller toten ) pesa ( lastet )con un peso muy pesado so're "eschlechter el cere'ro de los %i%os #>arx dice lastet wie ein Alp, es decir, *pesa como un fantasma+, uno de esos seres espectrales que producen pesadillas. 3al y como ocurre tan a menudo en las traducciones, el fantasma cae en las ol%idadas ma6morras o, en el me)or de los casos, se disuel%e en figuras aproximati%as, por e)emplo la fantasmagor!a, pala'ra a la que, además, se despo)a en general del sentido literal que la liga con el a'la y con el a'la p;'lica$. Pero incluso cuando parecen ocupados en transformarse a s! mismos y a las cosas, en crear algo totalmente nue%o ( noch nicht (aewesenes zu schaffen ),precisamente, en esas épocas de crisis re%olucionaria es cuando e%ocan #con)uran, )ustamente, beschwGren $ timoratamente a los esp!ritus del pasado ( beschwGren sie Enstlich die "eister der 1eranenheit zu ihrem (ienste herauf ), cuando toman prestados ( entlehnen ) sus nombres, sus consignas ( 0chlachtparole ), sus tra)es, a fin
de aparecer en la nue%a escena de la istoria 'a)o ese respeta'le disfra6 y con ese lenuaje de prestado ( mit dieser erborten 0prache )v:.
(e trata, en efecto, de con%ocar ( beschwGren ) esp!ritus como espectros con el gesto de una con)ura positi%a, aquella que )ura para reclamar y no para reprimir. Pero ¿se puede depender de esta distinci/n? Pues aunque seme)ante con)uraci/n resulta acogedora y ospitalaria, puesto que reclama, de)a o ace %enir al muerto, ésta %a siempre unida a la angustia. , por consiguiente, a un mo%imiento de repulsi/n o de restricci/n. &a con)uraci/n no s/lo está caracteri6ada, determinada por a)adidura, por una cierta angustia 1como indicar!a el ad%er'ioEnstlich ), sino que está condenada a la angustia que ella misma es. &a con)uraci/n es angustia desde el momento en que reclama la muerte para in%entar lo %i%o y acer que %i%a lo nue%o, para acer que %enga a la presencia lo que toda%!a no a sido[ estado a! ( noch nicht(aewesenes ). Esta angustia ante el fantasma es propiamente re%olucionaria. (i la muerte pesa so're el cere'ro %i%o de los %i%os, y más a;n so're el cere'ro de los re%olucionarios, es que de'e tener cierta densidad espectral. Pesar ( lasten ) es, asimismo, cargar, gra%ar, imponer, endeudar, acusar, asignar, prescri'ir. cuanta más %ida ay, tanto más se agra%a el espectro del otro, tanto más gra%osa es su imposici/n. tanto más de'e el %i%o responder de ella. >esponder del muerto, responder al muerto. 8orresponder y explicarse, sin seguridad ni simetr!a, con el asedio. 4ada es más serio ni más %erdadero, nada es más )usto que esta fantasmagor!a. El espectro pesa, piensa, se intensifica, se condensa en el interior mismo de la %ida, dentro de la %ida más %i%a, de la %ida más singular 1o, si se prefiere, indi%idual2. "esde ese momento, ésta ya no tiene, ni de'e ya tener, precisamente porque %i%e, ni pura identidad consigo misma ni adentro asegurado: esto es lo que todas las filosof!as de la %ida, e incluso del indi%iduo %i%o o real, de'er!an sopesar#%i$. =ay que agudi6ar la parado)a: cuanta más irrupci/n aga lo nue%o en la crisis re%olucionaria, tanto más en crisis está la época, tanto másout of joint está y tanto más necesario es con%ocar a y *tomar prestado+ de lo antiguo. &a erencia de los *esp!ritus del pasado+ consiste, como siempre, en tomar prestado. iguras de préstamo, figuras de prestado, figuralidad como figura del préstamo. el préstamo habla:lengua)e de prestado, nom'res prestados, dice >arx. 8uesti/n de crédito, pues, o de fe. Pero una inesta'le y apenas %isi'le frontera atra%iesa esa ley de lo fiduciario. Pasa entre una parodia y una %erdad, pero una %erdad como encarnaci/n o repetici/n %i%a del otro, una re%i%iscencia regeneradora del pasado, del esp!ritu, del esp!ritu del pasado que se ereda. &a frontera pasa
entre una reproducci/n mecánica del espectro y una apropiaci/n tan %i%a, tan interiori6adora, tan asimiladora de la erencia y de los *esp!ritus del pasado+, que no es otra que la %ida del ol%ido, la %ida como ol%ido mismo. el ol%ido de lo materno para acer que el esp!ritu %i%a en s! mismo. (on las pala'ras de >arx. Es su lengua, y el e)emplo de la lengua no carece de importancia. "esigna el elemento mismo de esos derecos de sucesi/n.
As! es como &utero adopt/ la máscara del ap/stol Pa'lo, como la Me%oluci/n de CWI a WY re%isti/ sucesi%amente el atuendo de la Mep;'lica romana, luego el del imperio romano, y como la re%oluci/n de WYW no supo acer nada me)or que parodiar ( parodieren ) tan pronto CWI, tan pronto la tradici/n re%olucionaria de CIG a CIH. As! es como el principiante que aprende una nue%a lengua la retraduce siempre a su lengua materna, pero no logra asimilarse #apropiarse: hat er sich nur aneeinet $ el esp!ritu de esa nue%a lengua y utili6arla #producir en ella: in ihr produzieren$ li'remente más que cuando consigue mo%erse en ella sin acordarse de su lengua materna y cuando llega incluso a ol%idarse de esta ;ltima#%ii$
"e una erencia a la otra. &a apropiaci/n %i%a del esp!ritu, la asimilaci/n de una nue%a lengua, ya es una erencia. la apropiaci/n de otra lengua, aqu!, figura como la re%oluci/n. Esta erencia re%olucionaria supone, ciertamente, que se termine por ol%idar el espectro, el de la lengua primiti%a o materna. 4o para ol%idar lo que se ereda, sino la pre-erencia a partir de la cual se ereda. Este ol%ido no es sino un ol%ido. Pues lo que se a de ol%idar a'rá resultado indispensa'le. Es preciso pasar por la pre-erencia, aunque sea parodiándola, para apropiarse de la %ida de una nue%a lengua o para acer la re%oluci/n. aunque el ol%ido corresponde al momento de la apropiaci/n %i%a, >arx, sin em'argo, no lo %alora tan simplemente como pudiera creerse. &as cosas son muy complicadas. =ay que ol%idar el espectro y la parodia, parece decir >arx, para que la istoria contin;e. Pero si nos contentamos con ol%idarlo, topamos con la simple6a 'urguesa, o sea, con la %ida. Por consiguiente, no ay que ol%idarlo, ay que recordarlo aunque ol%idándolo, en esa memoria misma, lo suficiente como para *recuperar el espíritu de la re%oluci/n sin acer %ol%er su espectro» ( den 8eist der >evolution wiederzufinden, nicht ihr 8espenstwieder umehen machen. El su'rayado es m!o2. A! está el pliegue de *una estrepitosa diferencia+ ( ein ), dice >arx, entre dos modalidades o dos sprinender Dnterschied temporalidades en el con)uro del muerto ( otenbeschwGrun ), en la
e%ocaci/n o la con%ocaci/n del espectro. ay que decir que se parecen entre s!. Am'as se contaminan a %eces de forma tan inquietante 1pues el simulacro consiste precisamente en remedar al fantasma o en simular la fantasmal ilusi/n del otro2 que la *estrepitosa+ diferencia explota, )ustamente, desde el origen y no salta a la %ista más que para saltar a o)os %istas. Para desaparecer, al aparecer, en el fen/meno de su fantas!a. (in em'argo, >arx tiene apego a esta diferencia, igual que a la %ida9 lo ilustra en una de esas elocuentes epopeyas re%olucionarias a la que no se puede acer )usticia más que en %o6 alta, alta asta perder el aliento. Empie6a as!, con el conjuro ( +eschwGrun ) de los muertos a escala de la istoria mundial ( welteschichtlicheotenbeschwGrun ):
El examen de esta e%ocaci/n de los muertos de la =istoria re%ela de inmediato una estrepitosa diferencia. 3anto 8amille"esmoulins, "anton, Mo'espierre, (aint-)ust, 4apole/n, los éroes, como los partidos y la masa, durante la antigua Me%oluci/n francesa, cumplieron, en atuendo romano y con la fraseolog!a romana, la tarea de su época ( die Aufabe ihrer Heit ), a sa'er, la li'eraci/n y la instauraci/n de la sociedad buruesa moderna. &os unos icieron añicos las instituciones feudales y cortaron las ca'e6as feudales que a'!an 'rotado de dicas instituciones. &a otra cre/, dentro de rancia, las condiciones gracias a las cuales se pudo, desde entonces, desarrollar la li're competencia, explotarla propiedad parcelaria del suelo #...$ mientras que fuera de las fronteras francesas #...$#%iii$.
Aunque la sincron!a no tiene oportunidad alguna, ning;n tiempo es contemporáneo de s! mismo, ni el de la Me%oluci/n, que en resumidas cuentas no a tenido nunca lugar en el presente, ni los tiempos que le siguen o que de ella se siguen. ¿ué pasa? 4ada, al menos nada sal%o el ol%ido. Primero esa tarea que, sin em'argo, fue la de su tiempo ( die Aufabe ihrer Heit ) aparece en un tiempo ya dislocado, desenca)ado, fuera de quicio ( out of joint o aus den /uen ): no puede presentarse más que con la o'sesi/n romana, con la anacron!a del atuendo y de la frase antiguos. &uego, una %e6 cumplida la tarea re%olucionaria, so're%iene entonces necesariamente la amnesia. a esta'a en el programa de la anacron!a, en la *tarea de su tiempo+. &a anacron!a practica y promete el ol%ido. &a sociedad 'urguesa ol%ida, con su so'ria simple6a, *que los espectros de los tiempos romanos a'!an %elado )unto a su cuna+ ( dass die "espenster der >Gmerzeit ihre $iee eh%tet hatten ). 8uesti/n de ca'e6a, como siempre seg;n >arx, cuesti/n de ca'ecera y de esp!ritu: en el orden amnésico de la 'urgues!a capitalista 1la que %i%e, como un animal, del ol%ido de los
fantasmas2, los ocicos sustituyen a la ca'e6a en la cum're, la gordinflona )eta de un rey 'urgués, ce'ado, sedentario sustituye a la pol!tica y ner%iosa ca'e6a de los re%olucionarios en marca. &a traducci/n francesa pierde a menudo dicos rasgos:
#...$ sus %erdaderos capitanes ( ihre wir&lichen ) esta'an asentados detrás de los mostradores, y #eerf%hrer la adiposa ca'e6a #literalmente la ca'e6a de tocino: 0pec&&opf $ de &uis b0arx considera que ay que distinguir entre el esp!ritu ( "eist ) de la re%oluci/n y su espectro ( "espenst ), como si aquél, ya, no llamase a éste, como si todo eso no pasase 1él mismo lo reconoce sin em'argo2 por unas diferencias en el interior de una «fantástica » tan eneral como irreductible. &e)os de organi6ar los esquemas de una constituci/n del tiempo, esa otra imaginaci/n trascendental otorga su ley a una in%enci'le anacronía. arx apunta a menudo a la ca'e6a y al ca'ecilla. &as figuras del fantasma son, en primer lugar, rostros. (e trata, pues, de máscaras, si no, esta %e6, de yelmo y de %isera. Pero entre el esp!ritu y el espectro, entre la tragedia y la comedia, entre la re%oluci/n en marca y lo que la instala en la parodia, no existe más que la diferencia de un tiempo entre dos máscaras. "el esp!ritu se trata cuando &utero se pone la máscara( mas&ierte sich ) del ap/stol Pa'lo, se trata del espectro, de *parodia+ y de *caricatura+ con la )eta de &uis b0arx no puede no sa'erlo, ¿qué quiere decir entonces? ¿ué quiere exactamente? ¿ué quer!a entonces, él, que está muerto y enterrado? En primer lugar, parece que quer!a recordarnos el darse-miedo de ese miedo de uno mismo: durante las re%oluciones pasadas, las muertas, la con)uraci/n con%oca'a a los grandes esp!ritus 1los profetas )ud!os, Moma, etc.2, pero s/lo para ol%idar, para reprimir, por miedo, para anestesiarse a s! misma ( sich betEuben ) ante la %iolencia del golpe que asesta'a. El esp!ritu del pasado la proteg!a contra su *propio contenido+, aquél esta'a a! para protegerla contra s! misma. 3odo se concentra, entonces, en la cuesti/n de ese *contenido+ y de ese *contenido propio+ al que >arx se refiere tan a menudo, y tres %eces en esas pocas l!neas céle'res. 3oda la dislocaci/n anacr/nica inter%iene en la inadecuaci/n entre la frase y el contenido ^el contenido propio, el contenido apropiado^. >arx cree en ello. (in duda, dico desa)uste no cesará nunca. (e in%ertirá, sin duda, y será la re%oluci/n en la re%oluci/n, la re%oluci/n futura que, sin duelo, se impondr!a so're la re%oluci/n pasada: será, por fin, el acontecimiento, el ad%enimiento del acontecimiento, la %enida del por%enir, la %ictoria de un *contenido propio+ que terminará pre%aleciendo so're la *frase+. 4o o'stante, en la re%oluci/n pasada, cuando los sepultureros esta'an %i%os, en suma, la frase des'orda'a al contenido. "e a! la anacron!a de un presente re%olucionario asediado por sus modelos antiguos. Pero, en el por%enir, y ya en la re%oluci/n social del siglo barx 1toda la no%edad de lo nue%o a'itar!a esa dimensi/n social , más allá de la re%oluci/n pol!tica o econ/mica2, la anacron!a o la intempesti%idad no se 'orrará tras ninguna plenitud de la parus!a ni de la presencia a s! del presente. El tiempo toda%!a estará out of joint . Pero esta %e6 la inadecuaci/n se de'erá alexceso del *contenido propio+ en relaci/n con la *frase+. El *contenido propio+ ya no dará miedo, ya no se ocultará, reprimido 'a)o una ret/rica que lle%a luto por los modelos antiguos y 'a)o la mueca de las máscaras mortuorias. "es'ordará a la forma, ará estallar los atuendos, ganará por la mano a los signos, a los modelos, a la elocuencia, al duelo. a no a'rá a! nada afectado, aprestado : no más crédito ni más figura de préstamo. Pero, por parad/)ico que pare6ca, en este des'ordamiento, en el momento en que cedan todas las )unturas entre la forma y el contenido, es cuando este ;ltimo será propiamente *propio+ y propiamente re%olucionario. En 'uena l/gica, no a'r!a que reconocerlo más que por la desmesura de esa desidentificaci/n intempesti%a, por lo tanto, por nada que sea. Por nada que sea identifica'le en el presente. "esde el momento en que
se identifica una re%oluci/n, ésta comien6a a imitar, empie6a su agon!a. Usta es la diferencia poética, puesto que >arx nos dice de d/nde de'erá tomar su poes!a la re%oluci/n social . Esta es la diferencia de la poes!a misma entre el allí de la re%oluci/n pol!tica de ayer y el aquí de la re%oluci/n social de oy d!a, más precisamente de ese inminente oy d!a del que por desgracia sa'emos, aora, oy, que, en el mañana, desde ace un siglo y medio, a'rá tenido que exponerse indefinida, impertur'a'lemente, a %eces para 'ien, más a menudo para mal, aqu! más que all!, a una de las más inagota'les fraseolog!as de la umanidad moderna: «(ort in die 7hrase %ber den*nhalt, hier eht der *nhalt %ber die 7hrase hinaus». (! y no, por desgracia. Por supuesto, a'r!a que a'er multiplicado los e)emplos de esa implaca'le anacron!a en !l PQ +rumario de uis +onaparte 1y ese t!tulo, y la feca, proporcionan ya el primer e)emplo de enlutada parodia de duelo: en lo que es una familia, los Konaparte, y rancia, en la )untura geneal/gica de lo p;'lico y de lo pri%ado2. 4o retengamos más que un solo e)emplo, el más cercano a la literalidad, es decir, aqu!, al cuerpo espectral que ace las %eces de la misma. En resumidas cuentas, esta %e6 se trata de una parodia del espectro mismo. Tna re%oluci/n se pone a caricaturi6ar, a su %e6, al *espectro ro)o+ que los contra-re%olucionarios a'!an intentado con)urar por todos los medios. El *espectro ro)o+ tam'ién fue el nom're de un grupo re%olucionario #xii$. El pliegue suplementario que aqu! nos importa es el que asegura con regularidad el trastrueque reflexi%o de una con)uraci/n: los que dan miedo se dan miedo a s! mismos, con)uran al espectro mismo que representan. &a con)uraci/n está en duelo por sí misma y se %uel%e contra su propia fuer6a. Esta es nuestra ip/tesis: muco más allá de un *W Krumario+, esto nunca a de)ado de ocurrirle a lo que se denomina el marxismo. &e)os de protegerlo contra lo peor, ese trueque de la con)uraci/n, esa contra-con)uraci/n lo a'rá precipitado acia ello de un modo más seguro. En el cap!tulo G de !l PQ +rumario, >arx opone de nue%o la re%oluci/n de WYW a la primera Me%oluci/n francesa. Tna ret/rica segura y efica6 multiplica los rasgos de una oposici/n dominada por una figura de peso: CWI es la l!nea ascendente, la audacia %ence, se %a cada %e6 más le)os 1constitucionales, girondinos, )aco'inos2, mientras que en WYW se sigue la l!nea descendente: mientras los constitucionales conspiran contra la 8onstituci/n, los re%olucionarios se consideran constitucionales y la Asam'lea nacional aoga su omnipotencia en el parlamentarismo. &a frase pre%alece decididamente so're el contenido:
#...$ en nom're del orden, una agitaci/n sal%a)e y %ac!a de contenido ( inhaltslose Aitation )$ en nom're de la
re%oluci/n, la más solemne prédica a fa%or del orden, pasiones sin %erdad, %erdades sin pasi/n, éroes sin ero!smo, istoria sin acontecimientos( "eschichte ohne !reinisse )#xiii$ .
Aora 'ien, ¿en qué consiste aqu! esa ausencia de acontecimientos y, finalmente, esa aistoricidad?, ¿a qué se parece? Mespuesta: a una ausencia de cuerpo, por supuesto. Pero ¿quién a perdido su cuerpo? Pues 'ien, no un indi%iduo %i%o, no un su)eto ^ como se dice^ real, sino un espectro, el espectro ro)o que con)ura'an los contra-re%olucionarios 1en %erdad, Europa entera: el 'anifiesto fue ayer2. Por eso, es preciso *trastocar+ las cosas, in%ertir el cuento de 8amisso, a maravillosa historia de 7eter 0chlemihl , el om're que perdi/ su som'ra. Aqu!, nos dice >arx, *cual un (clemil al re%és+ ( als ume&ehrte 0chlemihle ), la som'ra perdi/ su cuerpo en el momento en que apareci/ la re%oluci/n con el uniforme del orden. El propio espectro, el espectro ro)o, en resumidas cuentas, se desencarn/. 8omo si eso fuese posi'le. Pero ¿no es tam'ién la posi'ilidad, )ustamente, la %irtualidad misma? para comprender la istoria, es decir, la aconteci'ilidad del acontecimiento, ¿acaso no ay que contar con esa %irtuali6aci/n? ¿Acaso no ay que pensar que la pérdida del cuerpo puede afectar al propio espectro?, ¿asta el punto de que resulte imposi'le discernir entre el espectro y el espectro del espectro, el espectro a la ';squeda del contenido propio y de la efecti%idad %i%a? 4o ya la noce en que todos los gatos son pardos, sino gris so're gris porque ro)o so're ro)o. Pues no ol%idemos nunca que, cuando descri'e estos trastrueques, in%ersiones, con%ersiones sin 'orde, lo que >arx pretende es denunciar unas apariencias. (u crítica consiste tam'ién en decir: esos om'res y esos acontecimientos que se descarnan como un (clemil al re%és cuyo cuerpo a desaparecido ( abhanden ), as! es como aparecen, ciertamente, pero ésa no es e&ommen ist más que una aparici/n, por consiguiente, tam'ién una apariencia y finalmente una imaen, en el sentido del fenómeno y en el sentido de la fiura ret/rica. &o que queda, pues, es que lo que finalmente parece ser una imagen es asimismo, pro%isionalmente, la imagen final, lo que *aparece al final+ ( endlich erscheint ), gris so're gris y ro)o so're ro)o, en la parus!a de esa re%oluci/n a'ortada:
(i alguna %e6 se pint/ grisáceamente ( rau in rau ) un per!odo ist/rico, fue )ustamente éste. =om'res y acontecimientos seme)an (clemiles al re%és ( erscheinen als ume&ehrte 0chlemihle ), como som'ras que an perdido sus cuerpos. &a re%oluci/n misma parali6a a sus propios promotores y no pro%ee más que a sus ad%ersarios de %eemencia y de pasi/n. 8uando el *espectro
ro)o+ ( das «rote "espenst »), continuamente e%ocado y ) por con)urado ( heraufbeschworen und ebannt los contra-re%olucionarios, aparece por fin ( endlich ), no aparece tocado con el gorro frigio anarquista, erscheint sino %estido con el uniforme del orden, con pantalón rojo 1in roten 7lumphosen )#xi%$.
En am'os lados, entre la re%oluci/n y la contrare%oluci/n, entre los dem/cratas y Konaparte, la guerra no s/lo opone espectros y con)uraciones, 'ru)er!as an!micas e incantaciones mágicas, sino tam'ién los simulacros de dicos simulacros. En am'os lados, una reflexi/n especular no de)a de reen%iar el simulacro, es decir, de diferir asta el a'ismo el encuentro con el cuerpo %i%o, con el acontecimiento real, %i%o, efecti%o, la re%oluci/n misma, la re%oluci/n propiamente dica, en persona. Eso no le impide a >arx dar una feca. 8ierto es que indica, siempre entre corcetes, que se trata de un domingo. Aora 'ien, en su misma singularidad, una feca repite, resucita siempre el fantasma de otra por la cual está en duelo. Además, un domingo no es un d!a cualquiera para una re%oluci/n. =egel ya a'!a nom'rado cierto %iernes santo especulati%o, >arx ace %er lo que se %e el d!a del (eñor, la esperada aparici/n, el retorno del muerto, la resurrecci/n como re-aparici/n:
#...$ efecto de gracia del J. #domingo de, 0onnta des 'onats$ mayo de WHJ. El J. #domingo del mayo de WHJ se a'!a con%ertido para ellos #los señores dem/cratas$ en una idea fi)a, en un dogma, igual que para los quiliastas el d!a en que 8risto de'!a resucitar ( wiedererscheinen sollte ) e instaurar en la tierra el reino milenario. &a de'ilidad a'!a encontrado, como siempre, su sal%aci/n en la creencia en los milagros, imagin/ a'er %encido al enemigo porque lo a'!a exorci6ado en la imaginaci/n ( in der7hantasie wehexte ) #...$
y, un poco más tarde ^es tam'ién un domingo, el mismo d!a, otro domingo^, tienen la pala'ra los fantasmas, la fantasmagor!a, el ), la 'ru)er!a9 la anatema como f/rmula de exorcismo ( +annformel super%i%encia no a'rá durado más que un a'rir y cerrar de o)os, e a! el testamento de un pue'lo. 8on su propia %o6, con su propia mano, un pue'lo inmediatamente cegado se da la muerte con un decreto mefistofélico:
#...$ los relámpagos de la prensa cotidiana, toda la literatura, las cele'ridades pol!ticas y los renom'res espirituales ( dieeistien >enommeen ), el 8/digo ci%il y el 8/digo penal, la libertad, iualdad, fraternidad y el J. #domingo de$ mayo de WHJ, todo ello desapareci/ como por encanto ( wie el eine 7hantasmaorie ) ante exorcismo ( +annformel ) de un om're que sus mismos enemigos no consideran como un 'ru)o ( #exenmeister ). El sufragio uni%ersal parece no a'er )durante un a'rir y cerrar de o)os más so're%i%ido ( %berlebt que para escri'ir de su puño y letra su testamento ante los o)os del mundo y proclamar en el nom're del pue'lo mismo: *todo lo que existe merece perecer+#x%$.
¿ué a ocurrido en un santiamén? ¿8/mo descri'ir ese )uego de manos? Tn falso 'ru)o, tan inconsistente como una especie defantasma de seunda , un espectro auxiliar, un 1re2aparecido de ser%icio 1&uis Konaparte2, a su %e6 asediado por la figura casi paterna de un gran espectro 14apole/n Konaparte y la Me%oluci/n de CWI2, de pronto, apro%ecando un d!a de guardia, ace desaparecer la re%oluci/n, como una fantasmagor!a, por medio de un exorcismo per%erso, dia'/lico e inaparente. Pues, aunque su con)uro ace desaparecer al pue'lo, de eco firma al mismo tiempo su propia desaparici/n, la firma de su puño y letra: alienaci/n a'soluta y en adelante sin cuerpo, alienaci/n de s! que no se apropia de ese modo más que de su muerte y no lega más que el patrimonio de su expropiaci/n. ¿Mesponden estas parado)as a una l/gica consistente e irreducti'le?, ¿o 'ien ay que ir por partes? ¿Acaso una parte ser!a la parte de una ret/rica? ¿(e trata s/lo de los efectos 'uscados en lo que se a cre!do a %eces incluir 1por e)emplo con >icel =enry#x%i$ entre los textos *pol!ticos+ o *ist/ricos+ de >arx, en contraposici/n a sus textos *filos/ficos+? 4uestra ip/tesis es otra distinta. (in duda ay que tomar la medida de la polémica, del talento oratorio, de un arsenal de lengua)e poco com;n: una panoplia de argumentos, y tam'ién de imágenes, una panoplia fantástica en unos tiempos en que se ten!a gran afici/n por los 1re2aparecidos 1por un determinado teatro de 1re2aparecidos, de acuerdo con una escenograf!a ist/ricamente determinada ^pues toda época posee su escenograf!a, todos tenemos nuestros fantasmas^2. 8iertamente, tam'ién es preciso tener en cuenta el compromiso singular en la mo%ilidad de unos contextos ist/ricos, tácticos y estratégicos muy diferenciados. Pero, más allá de estos l!mites, eso no de'e impedir que se recono6can algunas in%ariantes. =ay a! constancia, consecuencia y coerencia. =ay a! capas discursi%as cuya estratificaci/n permite que largas secuencias permane6can su'yacentes a algunas formaciones ef!meras. arx 1y de Engels2, a tra%és y más allá del mot d4esprit , no s/lo de la econom!a del $itz, de sus agude6as y flecas, sino a tra%és y más allá de la transustanciaci/n entre "as y "eist #x%ii$. 4osotros s/lo podremos pri%ilegiar algunos rasgos ingeniosos en una larga y espiritual diatri'a. "e nue%o se trata de una cacería. 4o se repara en medios. (e ostiga siempre sin piedad, a menudo sin fe ni ley, es decir, sin demasiada 'uena fe, a alguien a quien se acusa de pertenecer a ese lina)e del neoe%angelismo del que a'lá'amos antes. (an >ax 1(tirner2, si creemos a >arx 1y a Engels2, a'r!a eco que el Apocalipsis de san Fuan mintiese. All! donde éste anuncia'a a la mu)er de Ka'ilonia, ese otro foco de nuestra elipse de Rriente >edio, a;n oy en d!a, el neoe%angelista (tirner proclama al om're, al secreto ( das "eheimnis ), al ;nico ( den !inzien ). a! está, en el desierto del esp!ritu ( die $%ste des "eistes ), toda la istoria de los esp!ritus, de los fantasmas o de los 1re2aparecidos: primero, la pura istoria de los esp!ritus ( reine "eistereschichte ), luego la istoria de los posesos ( die +esessenen ) como istoria impura de los fantasmas ( unreine "eistereschichte ), después la impura istoria impura de los esp!ritus ( unreine unreine "eistereschichte ). El propio (tirner lo proclama: *"esde que el %er'o se i6o carne, desde que el mundo se ) y ), es un espirituali6/ ( vereistit fue encantado ( verzaubert #x%iii$ )» fantasma ( ein0pu& . >arx ironi6a acerca del caso *(tirner+ #nom're propio entre comillas: es, como se sa'e, un seud/nimo$: *D(tirner %e esp!ritus( sieht "eister )». Pues, cual gu!a tur!stico o profesor, (tirner pretender!a enseñarnos las reglas del método para una 'uena introducci/n a los fantasmas. "espués de a'er determinado el esp!ritu como algo otro que 1el2 yo ( (er 1atre%ámonos a "eist ist etas )ndres als *ch ), definici/n
su'rayarlo2 que no carece de profundidad, (tirner plantea a;n una pregunta excelente 1*Pero ese otro ¿qué es?+ (iesesAndre aber, was ist4s ?), una gran pregunta de la que, al parecer, demasiado pronto se mofa >arx, y que ace todo lo posi'le por exorci6ar a su %e6. 3anto más cuanto que 1el propio >arx lo señala para 'urlarse más fácilmente2 dica cuesti/n se contenta con modificar, mediante una *metamorfosis+ ( $andlun la pregunta $andlun ) suplementaria, originaria ( die cuesti ti/n /n a'is a'isma mall que que se die urspr%n urspr%nliche liche /rae /rae ), la cues refer!a, en resumidas cuentas, a la no-identidad consigo mismo, a la inad inadec ecu uac aci/ i/n n y, por por co cons nsig igu uien iente, te, a la no-pr o-pres esen enci cia a a s!, s!, la intempesti%idad desa)ustada de aquello que se denomina espíritu. >arx no de'iera a'erse 'urlado, pero lo ace, con malicia, con una ingenuidad que quisiera parecer fingida. 3al %e6 lo es menos de lo que parece 1no tratemos, pues, de ocultar aqu!, incluso aunque no sea del todo el momento, que tomamos en serio la originalidad, la audacia y, precisamente, la seriedad filos/fico-pol!tica de (tirner, al que a'r!a que leer tam'ién sin >arx o contra él9 pero éste no es aqu! nuestro prop/sito2. >arx:
&a cuesti/n está, pues, aora planteada de este modo: ¿ué es el esp!ritu sino yo? >ientras que la cuesti/n primiti%a era: ¿Por su creaci/n a partir de la nada, qué es el esp!ritu sino él mismo? ( $as $as ist der "eist durch seine 0chopfun aus Iichts anderes als er selbs t?). esto es lo que le permite a san >ax saltar a la *metamorfosis+ siguiente#xix$.
En su primera y simple *impure6a+, la istoria de los fantasmas se despliega en %arios tiempos. &o que interesa su'rayar, antes de asistir, 'ien arrellanado en la cátedra, a lo que de'e denominarse la teor!a de los espectros, la procesi/n de los fantasmas de conceptos que ser!an esos conceptos de fantasmas 1sus meros nom'res, piensa >arx >arx2, 2, es que que dic dica a teor teor!a !a traiciona su orig origen en,, a sa sa'e 'er, r, al *t!o+ *t!o+ =egel. 3raiciona y traiciona. "e)a que se %ea su ascendiente y es indi indign gna a de él. &o denu denunc ncia ia.. &a gene geneal alog og!a !a ege egeli lian ana a de (tir (tirne nerr tam'ién ser!a una decadencia del i)o. (tirner desciende de =egel, está asediado por el autor de la /enomenoloía del espíritu y no puede soportarle. Escupe sus fantasmas %i%os como una 'allena que sufre de indigesti/n. "ico de otro modo, no comprende a =egel no tan 'ien como aquel otro de sus descendientes, 5adi%inad cuál7 e a! a! que que es este te ;lti ;ltimo mo igua igualm lmen ente te ac acos osad ado o por por la so som' m'ra ra de es ese e ancestro que retorna todas la noces dispuesto tam'ién a traicionarle o a %engarle 1a %eces es lo mismo2, se dedica a darle una lecci/n de egelianismo al ermanito (tirner. Este se desli6a siempre en la frase egeliana, cuela sus pala'ras en la *'ien conocida fraseolog!a de la ortodo ortodoxia xia egeli egeliana ana+ +#xx$. Pero este indigno eredero no a
comprendido lo esencial del testamento, no a le!do como es de'ido la /enomenoloía del espíritu en la que se inspira y de la que querr!a darnos una %ersi/n cristiana 1*(an >ax se propone ofrecernos una fenomenolog!a del esp!ritu cristiano+2. ¿ué es lo que no a comprendido? ¿ué es lo esencial? 3ratándose del de%enir-espectro del esp!ritu, no %io que, para =egel, el mundo no s/lo se a'!a espirituali6ado ( vereistit ) sino sino des-es des-espir piritu ituali ali6ad 6ado o 1ent 1enteistit 2, 2, vereistit tesis que el autor de a ideoloía alemana parece, pues, apro'ar: dica desespirituali6aci/n es perfectamente ( anz anz econ ono ocida cida por por =egel egel,, pued puede e leer leerse se a!. a!. =e =eg gel supo upo richti ) rec relacionar am'os mo%imientos, pero nuestro *santo dialéctico+, que ignora el *método ist/rico+, no supo aprender a acerlo. Además, si u'iese sido me)or istoriador, u'iera terminado por romper con =egel. Pues se le reproca a (tirner no comprender a =egel y, lo cual no es for6osamente contradictorio, ser demasiado egeliano en su genealog!a del fantasma. Ese mal ermano#xxi$ se %e acusado de ser a la %e6 el i)o demasiado filial y un mal i)o de =egel. Tn i)o d/cil escuca a su padre, lo imita pero no se entera de nada, da a entender >arx ^que no a'r!a querido acer lo contrario,es decir, con%ertirse tam'ién en un mal i)o, sino otra cosa: interrumpir la filiaci/n^. Es más fácil de decir que de acer. En cualquier caso, la o'ra de (tirner res esul ulta ta nula nula y sin %alo %alor. r. *Aunqu unque e nos nos u'i u'ies ese e 'rin 'rind dado ado esa fenomenolog!a 1por lo demás superflua después de =egel2, no nos u'iese dado nada en a'soluto+#xxii$. >al i)o y mal istoriador, (tirner ser!a incapa6 de romper con el ascendente y con el precedente de la /enomenoloía 1¿y qué es unafenomenoloía sino una l/gica del faineszai y del phantasma por co cons nsig igui uien ente te,, del fant fantas asm ma?, a?, a me meno noss de phantasma, por agot agotar arse se dese desesp sper erad adam amen ente te,, co como mo el prop propio io >arx >arx,, fina finalm lmen ente te,, tratando de distinguir el esp!ritu del espectro2. El autor de !l 6nico y ctos como la su prop propie ieda dad d no %e que conceptos tan a'stracto 8onciencia de s! o el =om're son de naturale6a religiosa. 8on%ierte la religi/n en una causa sui , como si los espectros pudiesen mo%erse por s! mismos. 4o %e que *el cristianismo no tiene istoria alguna+, istoria alguna que le sea propia. 4o supo explicar, como tendr!a que a'e a'err ec eco, o, las las *a *aut utod odet eter ermi mina naci cion ones es+ + y los los *des *desar arro rollo llos+ s+ del del *esp!ritu religioso+ a partir de *causas emp!ricas+, de *condiciones emp!ricas+, de *formas estatales determinadas+, de *relaciones de intercam'io y de relaciones industriales determinadas+. (e le pas/ por alto alto a la %e6 el ser ser-de -deter termin minado ado,, por consig consiguie uiente nte necesa necesario rio,, la determinación 1pala'ra cla%e de la acusaci/n2 y, más precisamente, la empiricidad de dica determinaci/n. "esconoci/, de ese modo, lo que determina esa determinaci/n del esp!ritu como etero-det etero-determin erminaci/n aci/n.. El empirismo empirismo aparentem aparentemente ente declarado declarado que inspira dica cr!tica reconduce siempre, de eco, a una ley de la alteridad. 8omo siempre, el empirismo tiene %ocaci/n de eterolog!a. (e reconoce la experiencia efecti%a en que encuentra algo 1del2 otro. Aor Aora a 'ien 'ien,, dada dada su igno ignora ranc ncia ia de es esa a ete etero ro-d -det eter ermi mina naci ci/n /n del del esp!ritu cristiano, (tirner está su'yugado9 alucinado, fantasmati6a, se
dir!a que enfantasma el esp!ritu. En %erdad, está asediado por la frecuencia egeliana. 4o está a'itado más que por ella. &a ;nica alteridad de la que es capa6 es el *ser-otro+ de una cátedra, *el serotro de los pensamientos del profesor 'erlinés+. &as *metamorfosis+ del del om' om're re y del del mund mundo o stir stirne neri rian anos os so son n la ist istor oria ia uni% uni%er ersa sall encarnada en la som'ra de =egel, incorporada a la *carne de la filosof!a egeliana+ ( in den eib metamorfo rfosea seada da e incor incorpor porada ada en der #eelschen 7hilosophie ),metamo *espectros que s/lo son, de acuerdo con la apariencia, un *ser-otro+ de arx arremete ante todo contra el espectro y no contra el esp!ritu, como si creyese a;n en alguna purificaci/n descontaminante al respecto, como si el fantasma no acecase al esp!ritu, como si no lo asedi ediase, precisamente, desde el um'ral de la espirituali6aci/n, como si la itera' itera'ili ilidad dad misma, misma, que condic condicion iona a tanto tanto la ideali6 ideali6aci/ aci/n n como como la espirituali6aci/n de la *idea+, no aca'ase con cualquier seguridad cr!tica en lo que respecta al discernimiento entre am'os conceptos. Pero lo que quiere >arx es discernir. El&rinein de la cr!tica tiene ese precio.
(igmund reud, Dna dificultad de psicoanálisis #trad. castellana de &. &/pe6-Kallesteros, 9bras 5ompletas, romo 0adrid, JICW, p. GC. #iii$
&/gica per%ersa, per%ersidad a'ismal de todos los *re%isionismos+ que marcan este fin de siglo y que seguramente no terminarán con él. Por supuesto, a'rá que com'atir sin descanso los peores de esos re%isionismos o negacionismos, aquellos cuyos rasgos e intereses ya están 'astante 'ien determinados, aun cuando sus manifestaciones se multipliquen y se renue%en constantemente. &a tarea será, pues, siempre urgente, siempre a'rá que reafirmarla. Pero, aqu! y allá, se perci'en los signos precursores de una per%ersidad simétrica y no menos amena6adora. Pertrecados de una 'uena conciencia impertur'a'le, pues a menudo arropada de ignorancia o de oscurantismo, se mantiene a sal%o, en los medios de comunicaci/n, de cualquier dereco de réplica efecti%o 1pienso en el reciente art!culo de >iciQo @aQutani, *Oen =istory and >emory Are 8asualties: =olocaust "enial+, en Iew Ror& imes del GV de a'ril de IIG2, algunos no se contentan con sacar pro%eco de los fantasmas que asedian nuestra memoria más dolorosa. (e consideran autori6ados tam'ién, por las mismas, a manipular impunemente, sin ning;n escr;pulo, la pala'ra misma de *re%isionismo+. Están dispuestos a con%ertirlo en una acusaci/n contra cualquiera que plantee cuestiones cr!ticas, metodol/gicas, epistemol/gicas, filos/ficas so're la istoria, so're la manera en que es pensada, escrita o en que está esta'lecida, so're el estatuto de la %erdad, etc. 8ualquiera que reclame la cautela en la lectura de la istoria, cualquiera que complique un poco los esquemas acreditados en la doxa o que exi)a que se reconsideren los conceptos, los procedimientos y las producciones de la %erdad ist/rica o las presuposiciones de la istoriograf!a, etc., corre el riesgo de %erse acusado oy en d!a, de este modo, por #i%$
amalgama, contagio o confusi/n, de *re%isionismo+ o, al menos, de ser%ir a los prop/sitos de alg;n *re%isionismo+. En adelante, la acusaci/n está a la disposici/n del primero que %enga que no entienda nada de esa necesidad cr!tica, que desee protegerse de ella y quiera, ante todo, que no se toquen su cultura o su incultura, sus certe6as o sus creencias. (ituaci/n ist/rica muy inquietante que corre el riesgo de golpear a priori con la censura la in%estigaci/n ist/rica o la reflexi/n so're la istoria all! donde toquen 6onas sensi'les de nuestra existencia presente. Mesulta urgente recordarlo: parcelas enteras de la istoria, so're todo la de este siglo, en Europa y fuera de Europa, a'rán todavía de ser interrogadas y desocultadas, cuestiones radicales a'rán de ser planteadas y refundidas sin que aya a! ning;n tipo de *re%isionismo+. "igamos incluso: al contrario. @. >arx, !l PQ +rumario de uis +onaparte 1WHJ2, Progreso, >osc;, p. I. El su'rayado es m!o. #%$
Por supuesto, aqu! estamos pensando en el tra'a)o de >icel =enry ( 'arx , %ols. < y . =enry, en *el caso so're todo de !l PQ +rumario de uis +onaparte, redactado para un peri/dico americano+ 1%ol. , p. 2. Aora 'ien, este ;ltimo tra'a)o no parece en modo alguno estar encerrado en el cerco de los textos #%i$
*pol!ticos+ o *ist/rico-pol!ticos+, suponiendo que se acepte una distinci/n tan pro'lemática, so're todo en el caso de una o'ra como la de >arx. (e alla en particular su paradoxolog!a espectral, aquella que aqu! nos interesa, en los textos más *filos/ficos+ y más significati%os en opini/n del propio >. =enry, por e)emplo ^enseguida lo compro'aremos^, en a ideoloía alemana. Al pesar y pensar esta espectrolog!a, no nos oponemos frontalmente a la filosof!a de la %ida o de la *su')eti%idad radical de la que es excluida cualquier o')eti%idad+ 1%ol. . =enry 1con el que compartimos aqu! al menos algunas inquietudes, pero sin duda desde un punto de %ista totalmente distinto, con respecto a lo que a sido asta aora la lectura de >arx2. Pero se intenta reconocer la necesidad de complicarla de forma a'ismal, all! donde el suplemento de un pliegue interno-externo pro!'e oponer simplemente lo %i%o a lo no-%i%o. 8ualquiera que suscri'a, tal y como tendr!amos la tentaci/n de acer, las ;ltimas pala'ras de la conclusi/n final del 'arx de >. =enry 1*El pensamiento de >arx nos sit;a ante la cuesti/n a'ismal: ¿qué es la %ida?+2 de'e remitir a dico a'ismo, es decir, re-pro'lemati6ar todas las proposiciones anteriores de ese li'ro tan entero acerca de lo vivo, del indi%iduo vivo, de la su')eti%idad viva, del tra'a)o real como tra'a)o vivo, etc, es decir, todo el arsenal cr!tico de un tra'a)o profundamente polémico. Pues es, finalmente, en nom're de esa referencia un!%oca a lo %i%o como trata, con gran %iolencia, de desacreditar más o menos todas las lecturas anteriores de >arx y, so're todo, en su dimensi/n pol!tica. Tno se pregunta: ¿por qué la cuesti/n de la %ida a'r!a de ser *a'ismal+, precisamente? "ico de otro modo, ¿por qué esa cuesti/n? ¿Acaso no se a're so're la noidentidad a s! mismo impensada del concepto o del ser denominados *%ida+?, ¿so're la oscuridad esencial, tanto para la ciencia como para la filosof!a, de lo que se llama %ida? ¿Acaso todo eso no a'r!a de marcar los l!mites, internos o externos, la clausura o el principio de la ruina de una filosof!a de la %ida?, ¿y de la su')eti%idad, por nue%a que sea su presentaci/n conceptual, desde el momento en que es determinada como esencialmente %i%a? (i se integrase a la %ida de dica su')eti%idad %i%a el tra'a)o de la negati%idad o de la o')eti%idad, los fen/menos o, me)or, los no-fen/menos de la muerte, etc., ¿por qué o'stinarse toda%!a en llamar a eso %ida? En cam'io, a esa interpretaci/n del ser o de la producci/n como manifestaci/n ^o inmanencia radical^ de
una su')eti%idad %i%a y monádica 1cf., por e)emplo, %ol.
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