#52 - Claves de La Motivación

April 27, 2017 | Author: Kelly Matthews | Category: N/A
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52/2012

n.o52/2012 6,50 €

CLAVES DE LA

MOTIVACIÓN

Nueva serie

EL HA BLA

Las razones que nos impulsan a actuar

MEMORIA

LAS DOS CARAS DEL ESTRÉS NEUROCIENCIA

EPILEPSIA RESISTENTE A LOS FÁRMACOS PSICOLOGÍA SOCIAL

LA ZONA GRIS DE LA VIOLENCIA EMPATÍA

¿CÓMO FUNCIONA? ESTADÍSTICA

ENERO/FEBRERO 2012

LA IMPORTANCIA DE LOS RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS

00052

9 771695 088703

Disponible en su quiosco el número de enero

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SUMARIO

Nueva serie

PSICONEUROLOGÍA DEL HABLA

50 VIVENCIA EXTRACORPORAL

En este número: Lengua y pensamiento

68 LA VIOLENCIA LENGUA Y PENSAMIENTO

26

ESTRÉS

18 54 TERAPIA CELULAR

PSICOLOGÍA

PSICOLINGÜÍSTICA

AUTOCONCIENCIA

10 CLAVES DE LA MOTIVACIÓN

26 ASÍ HABLO, ASÍ PIENSO

50 YO SIN MI CUERPO

Por Nikolas Westerhoff

Por Klaus Wilhelm

Por O. Blanke, B. Lenggenhager y L. Heydrich

Conocer los auténticos motivos de la propia conducta no resulta tarea fácil. Aquello que creemos querer tiene con frecuencia poco que ver con lo que deseamos.

De un modo sutil, la gramática y el vocabulario influyen en nuestro pensamiento.

Algunas personas experimentan como su yo abandona su cuerpo. Incluso se observan a sí mismas desde el exterior de su ser. Ciertos trastornos cerebrales conllevan vivencias extracorporales. La realidad virtual permite reproducir tal experiencia.

14 «Los objetivos orientan»

32 «El lenguaje surge de una red de conexiones cerebrales» Entrevista a Angela D. Friederici

Entrevista a Veronika Brandstätter MEDICINA MEMORIA

18 LAS DOS CARAS DEL ESTRÉS

44 CONVULSIONES BAJO EL MICROSCOPIO

Por Mathias V. Schmidt y Lars Schwabe

Por Stefan Remy y Christian Elger

La presión psíquica puede acarrear olvidos, incluso lagunas en la memoria. Sin embargo, también puede favorecer la capacidad de memorizar.

Uno de cada tres enfermos de epilepsia no responde a los medicamentos. Para averiguar las causas de esta resistencia, los investigadores provocan accesos convulsivos en muestras de tejido cerebral vivo.

Enero / Febrero de 2012 Nº 52

MOTIVADOS, LISTOS, ¡YA! 10 14

CLAVES DE LA MOTIVACIÓN «LOS OBJETIVOS ORIENTAN»

© ISTOCKP HOTO / DA NEZ

TERAPIA CELULAR

PSICOSOCIOLOGÍA

54 ACCESO AL CEREBRO POR VÍAS RECÓNDITAS

68 LA ZONA GRIS: APROXIMACIÓN PSICOSOCIAL A LA VIOLENCIA

Por F. Bernhard, L. Danielyan y C. Gleiter El tratamiento con células madre abre el camino hacia la curación de numerosas enfermedades neurológicas. Pero ¿cómo atraviesan dichas células la barrera hematoencefálica? Una ruta alternativa: la vía nasal.

Por Amalio Blanco La metáfora de «la zona gris» permite el estudio de la violencia en toda su complejidad. Más allá del blanco y negro, de «los buenos» y «los malos», la víctima también puede convertirse en verdugo. 75 Más allá de la maldad

ESTADÍSTICA

58 DE BELLEZA, SEXO Y PROBABILIDADES

Entrevista a Philip Zimbardo

SECCIONES 5

Encefaloscopio Relaciones afectivas... Razonamiento... Longevidad... Percepción... Comunicación... Ictus... Cognición social... Salud mental... Aprendizaje infantil.

36 Mente, cerebro y sociedad  El despertar de la conciencia. Por Christof Koch  Efecto antitumoral de los cannabinoides. Por Guillermo Velasco  Sueño reparador por partida doble. Por Christine Soares  Los beneficios de la actividad física. Por Jonatan R. Ruiz y Alejandro Lucia  Neuronas de laboratorio. Por M. F. Cano y otros

Por Andrew Gelman y David Weakliem

78 Retrospectiva

La complejidad estadística que entraña el estudio de efectos pequeños puede conllevar la interpretación errónea de los resultados.

84 Ilusiones

67 Laxitud analítica Por Alex Lindner

La mente de Goering. Por Jack El-Hai Visto como un todo. Por Rainer Rosenzweig

89 Syllabus Empatía: miradas reveladoras. Por Kai Vogeley

94 Libros Personalidad. Por Dolores Mosquera Ciencia y psicología. Por Luis Alonso

COLABORADORES DE ESTE NÚMERO

Pilar Bronchal Garfella Laia Torres Casas EDICIONES Yvonne Buchholz Anna Ferran Cabeza Ernesto Lozano Tellechea PRODUCCIÓN M.ª Cruz Iglesias Capón Albert Marín Garau SECRETARÍA Purificación Mayoral Martínez ADMINISTRACIÓN Victoria Andrés Laiglesia SUSCRIPCIONES Concepción Orenes Delgado Olga Blanco Romero DIRECTORA GENERAL

ASESORAMIENTO Y TRADUCCIÓN:

DIRECTORA EDITORIAL

F. A SENSI: Claves de la motivación, Convulsiones bajo el microscopio, Acceso al cerebro por vías recónditas, Visto como un todo; Á NGEL GONZÁLEZ DE PABLO: Las dos caras del estrés, Empatía: miradas reveladoras; NURIA COMAS: Así hablo, así pienso; NOELIA DE LA TORRE: «El lenguaje surge de una red de conexiones cerebrales»; MARIÁN BELTRÁN: El despertar de la conciencia; BRUNO MORENO: Sueño reparador por partida doble; M AR SANZ P REVOSTI: Yo sin mi cuerpo; LUIS BOU: De belleza, sexo y probabilidades, La mente de Goering, Encefaloscopio; Á LEX SANTATALA: Laxitud analítica; ROLF GÁSER: Más allá de la maldad.

EDITA

Prensa Científica, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.ª 08021 Barcelona (España) Teléfono 934 143 344 Telefax 934 145 413 www.investigacionyciencia.es

Gehirn & Geist Carsten Könneker (verantwortlich) Karsten Kramarczik REDACTIONSLEITER: Steve Ayan REDAKTION: Katja Gaschler, Christiane Gelitz, Anna von Hopffgarten, Andreas Jahn (Online-Koordinator), Frank Schubert FREIE MITARBEIT: Joachim Marschall SCHLUSSREDAKTION: Christina Meyberg, Sigrid Spies, Katharina Werle BILDREDAKTION: Alice Krüßmann, Anke Lingg, Gabriela Rabe REDAKTIONSASSISTENZ: Petra Mers VERLAGSLEITER: Richard Zinken GESCHÄFTSLEITUNG: Markus Bossle, Thomas Bleck CHEFREDAKTEUR: ARTDIRECTOR:

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ENCEFALOSCOPIO RELACIONES AFECTIVAS

El lenguaje del amor El uso de las palabras predice la atracción romántica

¿E

n qué se distingue un fugaz flechazo de un amor eterno? Antiguas investigaciones apuntaban a que las parejas de mayor éxito eran aquellas en las que sus miembros compartían intereses, valores y rasgos de personalidad. Un trabajo publicado en Psychological Science propone que la más simple de las palabras que usan los tortolitos para hablarse también marca la diferencia, ya sea para determinar su grado de atracción como para conocer la probabilidad de que permanezcan juntos. James Pennebaker y sus colaboradores de la Universidad de Texas, en Austin, grabaron conversaciones de 40 hombres y 40 mujeres mientras tomaban parte en una sesión de citas románticas rápidas en la que cada participante hablaba con 12 desconocidos del otro sexo, dedicándole cuatro minutos a cada uno. A continuación, los sujetos valoraron los encuentros basándose en cuánto les parecía tener en común, y si deseaban volver a ver a la otra persona. Por su parte, Pennebaker analizó las conversaciones de los participantes según su forma de usar pronombres, artículos y otras partículas gramaticales («él», «esto», «y», «como», «ser»...). Esas palabras funcionales se utilizan en casi todos los contextos, y se proce- © ISTOCKPHOTO / SLOBODAN VASIC

san de forma rápida e inconsciente [véase «Eres lo que hablas», por Jan Dönges; MENTE Y CEREBRO, n.o 43]. Pennebaker observó que las parejas que empleaban palabras funcionales similares con una frecuencia parecida tenían mayor probabilidad de querer volver a verse, con independencia de lo que creyeran, a nivel consciente, que tenían en común. En un estudio de seguimiento, el investigador comparó el lenguaje empleado por 86 parejas estables. Para ello se sirvió de muestras de mensajes escritos breves. Descubrió que cuanto más concordaban sus palabras funcionales, más probable era que siguieran juntos al cabo de tres meses, con independencia de lo felices que aseguraran ser en su relación en el momento del estudio. No obstante, la gran pregunta es si las personas se sienten más alineadas con quienes hablan como ellas, o si adaptan su forma de expresarse a la de los individuos que les gustan. Pennebaker admite que ambos casos son posibles, aunque cree que la fuerza motriz reside en la segunda causa: el lenguaje pronostica el éxito de la relación porque refleja lo bien que cada uno escucha al otro. ¿Cuál es, pues, el consejo de Pennebaker para vivir feliz y para siempre con la persona amada? «Préstele más atención», receta. —Melinda Wenner Moyer

RAZONAMIENTO

¿Te echo una mano? Los problemas resultan más sencillos de resolver si afectan a otros e acosa un problema difícil? Según un estudio publicado en línea en el Personality and Social Psychology Bulletin del 11 de febrero del pasado año, existen más probabilidades de éxito si se resuelve un problema en favor de otra persona. Los investigadores solicitaron a 137 estudiantes que se imaginasen, bien a sí mismos, bien a un desconocido, atrapados en una torre. A continuación debían idear alguna forma para escapar sin más ayuda que una cuerda que no alcanzaba el suelo. De los probandos que se vieron como un desconocido en la torre, el 66 por ciento halló la solución (deshacer la cuerda longitudinalmente en dos cabos, y anudarlos), frente al 48 por ciento de quienes se imaginaron a sí mismos en la difícil situación. Uno de los autores, Evan Polman, de la Universidad de Nueva York, afirma que si objetivásemos nuestros problemas como si afectaran a otra persona, encontraríamos mejores soluciones para resolverlos. —Nathan Collins

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© ISTOCKPHOTO / VERNON WILEY

¿L

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LONGEVIDAD

Viejo y sabio Las abejas sirven de modelo para entender la relación entre inteligencia y larga vida arece claro: las personas inteligentes viven más. La correlación entre inteligencia y longevidad es tan fuerte como la de fumar y muerte prematura. Pero no se sabe bien por qué. Es posible que este tipo de personas, además de tomar decisiones más prudentes a lo largo de su vida, cuenten también con la biología a su favor. Investigaciones en abejas demuestran que la capacidad de aprendizaje se halla, en términos generales, vinculada a una aptitud general para soportar uno de los rigores del envejecimiento, a saber, el estrés oxidativo. Ian Deary, psicólogo de la Universidad de Edimburgo, ha propuesto la expresión «integridad sistémica» para describir la posible vinculación biológica entre inteligencia y longevidad: en su planteamiento, un sistema bien conectado no solo obtiene mejores resultados en las pruebas psicológicas, sino que resulta menos susceptible a las agresiones del medio. Gro Amdam, de la Universidad estatal de Arizona y la Universidad noruega de Ciencias de la Vida, se sintió intrigado por la idea. En 2009 concibió una forma de verificarla en abejas.

De hecho, las abejas melíferas sirven a menudo como modelo neurobiológico del aprendizaje (se las puede entrenar, mediante refuerzos positivos o negativos, para que retengan información). En el experimento de Andam, se sujetaron abejas individuales a una pajita, donde

aprendieron a asociar un aroma con una recompensa alimenticia, un experimento clásico de condicionamiento pauloviano. Después de tan solo uno o dos ensayos, numerosos individuos habían aprendido a extender su probóscide lingual en previsión de una gotita dulce.

© DREAMSTIME / GUALTIERO BOFFI (anciano); © FOTOLIA / PETER_WATERS (abejas)

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PERCEPCIÓN

Dianas gigantes El tamaño del objetivo parece distinto según la atención que se le presta

E

l bateador, si acierta de pleno, a menudo refiere que la bola se veía «enorme» justo antes de propiciar el golpe feliz. Este efecto de la percepción de la acción específica se ha observado en actividades físicas de todo tipo. Ahora bien, existen dudas sobre la causa de tal ilusión. Afirman algunos expertos

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que es consecuencia de imaginar la acción antes de la jugada. Otros sospechan que al «clavarla» se conjura en la memoria la imagen de un blanco de gran tamaño. Un estudio publicado en Acta Psychologica sugiere que ninguno de los dos procesos es suficiente por sí solo. Se requiere otro elemento: la atención visual.

Investigadores de Ámsterdam y de Hong Kong pidieron a tres grupos de estudiantes que golpearan bolas de golf en dirección a un objetivo situado a un metro y medio, más o menos. Los probandos debían examinar primero el hoyo (objetivo); después, un grupo debía dirigir la bola a su diana sin verla, oculta

bajo una cortina. Otros participantes tenían que hacerla pasar entre dos referencias interpuestas en su camino hacia el blanco. El tercer grupo debía tirar sin más. Todos los voluntarios fueron informados de dónde acabaron sus tiros. Para terminar, los probandos tuvieron que estimar el tamaño de sus dianas dibujándolas en una pantalla de ordenador. Como era de esperar, los participantes que acertaron

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COMUNICACIÓN

Distanciar el conflicto

en el tiro directo asignaron a su diana un tamaño mayor. No así quienes no podían ver el hoyo o dedicarle toda su atención. Según uno de los autores, John van der Kamp, de la Universidad Libre de Ámsterdam, tales resultados refutan la teoría de que la percepción de la acción específica resulta de imaginar los propios movimientos antes de realizarlos, ya que todos los participantes tuvieron la posibilidad de experimentar dicha visuali-

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zación. Al parecer tampoco bastaba con saber, sin más, que habían acertado. La clave estriba en la atención visual a la diana. No obstante, todavía se desconoce si ver un blanco mayor ayuda al éxito, o si el primero resulta de este último. Una cosa parece clara: a menudo aquello que vemos no es un reflejo exacto de lo que nos rodea. Nuestros sentidos se hallan influidos por nuestra atención y nuestras experiencias. —Andrea Anderson

¿T

iene intención de comprarse una casa o un coche? Si es así, tal vez le convenga gestionar el negocio por correo electrónico: las negociaciones sufren menos tropiezos cuando las partes se encuentran separadas y a distancia suficiente, indica un estudio publicado en el Journal of Experimental Social Psychology. Al negociar unos estudiantes la compra y venta de una moto a través de mensajería instantánea por Internet —creían hallarse alejados físicamente a más de 25 kilómetros—, sus

negociaciones resultaron más fáciles y más serias que cuando se encontraban cerca, a un metro de distancia. Los experimentadores explican que si los individuos se hallan alejados, consideran la situación de forma más abstracta, centrándose en los aspectos importantes en lugar de enredarse en minucias. La próxima vez que deba afrontar un negocio complicado, tal vez le convenga empezar a distancia (por ejemplo, mientras está de viaje). —Harvey Black

© DREAMSTIME / BOWIE15

Algu Algunos o más en aprender: como ocurre en tardaron un poco nas, unos son má á despiertos ás desspiertos que otros. las personas, más ecimi Para simular el envejecimiento, se instaló a las mismas abejas en tubos de plástico, y se las expuso a un ambiente enriquecido con oxígeno, una de las pruebas de estrés metabólico. Todos los animales necesitan oxígeno para respirar, mas si la concentración es excesiva, las células se ven forzadas a producir radicales libres lesivos, que degradan sus membranas y provocan el suicidio celular, desencadenando un envejecimiento prematuro. Las abejas que aprendieron con mayor rapidez tendían a sobrevivir más tiempo: un promedio de 58,8 horas, frente a las 54,6 de las más torpes. Ello sugiere que poseen un sistema antioxidante más robusto, capaz de barrer los agresivos radicales libres. Andam sospecha que la resiliencia al estrés puede explicar por qué las abejas que aprendieron rápido vivieron más. En los ensayos de aprendizaje, aquellas capaces de resistir el estrés al hallarse sujetas a la paja aprendieron antes que el aroma significaba una golosina; esa misma resiliencia les permitió soportar mejor el estrés por encontrarse en un medio enriquecido con oxígeno. Andam conjetura que la capacidad de afrontar el estrés podría constituir también en los humanos un elemento de integridad sistémica: la mayor resiliencia a cualquier tipo de situación estresante podría subyacer a valores elevados del coeficiente de inteligencia, así como a vidas longevas. Si se revelaran las causas de tales discrepancias biológicas, tal vez pudieran aliviarse ciertas disparidades innatas. —Kirsten Traynor

GETTY IMAGES

La distancia física puede mejorar el clima en una negociación

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ICTUS

Sanar con el tacto

COGNICIÓN SOCIAL

Escrito en el rostro

El roce de los bigotes evita las lesiones cerebrales postictus en las ratas

Aquellos que sienten lo que ven aportan indicios de cómo interpretamos emociones y empatizamos

© ISTOCKPHOTO / IGOR BYRKO

os accidentes cerebrovasculares se consideran una de las mayores causas de invalidez. Los fármacos actuales pueden desobstruir arterias si se atiende a las víctimas a tiempo. Sin embargo, cuanto más se retrase la ayuda, más neuronas perecerán por falta de sangre. También con mejores métodos para impedir ese daño cerebral se beneficiaría la vida de las personas afectadas. Un equipo de neurocientíficos ha dado con un método de tecnología mínima que evita por completo el daño cerebral en los múridos: rozarles los bigotes. Los investigadores, dirigidos por el profesor Ron Frostig, de la Universidad de California en Irvine, indujeron ictus en ratas bloqueando una arteria que va al cerebro. Después, estimularon los bigotes de los roedores con el fin de medir la actividad cerebral de los animales y averiguar cuánto mermaban sus funciones sensoriales. Descubrieron, en cambio, que si hacían vibrar una sola de esas barbas antes de transcurridas dos horas del bloqueo vascular, las neuronas que normalmente hubieran perecido, continuaban funcionando. Las ratas no padecieron ni parálisis ni déficits sensoriales. No se sabe con certeza el mecanismo exacto del efecto protector, pero parece implicar una redistribución de sangre a través de vasos cerebrales no lesionados. Una investigación de seguimiento, publicada en Stroke en febrero de 2011, reveló que no importa la pauta del estímulo (aunque más es mejor). Otras investigaciones del laboratorio de Frostig han mostrado que la estimulación no tiene por qué ser táctil: los pitidos acústicos previenen asimismo las lesiones. La implicación de esos resultados en personas afectadas de un ictus resulta apasionante, sin embargo, no existen garantías de que estimular a estos sujetos con música o palparles áreas sensibles, como la cara o las manos, vaya a ejercer el mismo efecto que en los múridos. El tamaño del encéfalo de la rata, muchísimo menor, podría haber facilitado la recuperación. No obstante, Frostig se muestra cautamente optimista. «Se podría ayudar a las víctimas antes de que llegase la ambulancia; mucho antes de que recibieran cualquier tratamiento». Con todo, tampoco perjudicaría a los afectados hablarles o apretarles la mano de camino al hospital, opina el investigador. —Mark Lescroart

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© ISTOCKPHOTO / ZOKARA

L

C

omprender los pensamientos de otras personas resulta esencial para moverse por el mundo social. Mas la empatía supone un proceso complejo basado, en parte, en fugaces expresiones del rostro. La empatía parece resultar de la capacidad para ponernos en el lugar del otro: cuando vemos que otra persona se encuentra triste, simulamos lo que siente activando las mismas regiones cerebrales que se activan cuando nos sentimos tristes nosotros. Una investigación publicada en Journal of Neuroscience en febrero de 2011 respalda tal idea. En el estudio participaron individuos que experimentan sinestesia de tacto especular. Cuando estos sinestetas ven tocar a otra persona, sienten que les tocan en la misma parte de su propio cuerpo. El neurocientífico Michael Banissy y sus colaboradores del Colegio Universitario de Londres quisieron averiguar si esa intensa capacidad para experimentar lo que otro sujeto siente permitiría que ocho probandos con sinestesia de tacto especular tuvieran más capacidad de reconocer emociones implícitas en un rostro que otros sujetos. Así fue. Los participantes identificaron de forma correcta el 92 por ciento de las expresiones faciales que se les mostraban en el ensayo, frente al 81 por ciento de los participantes de un grupo de control. Es probable que su éxito se debiera más a su pericia en la simulación que a una agilidad general con caras, puesto que en otros experimentos no superaron a los miembros de control en la identificación de personas. Para quienes carecemos de sinestesia de tacto especular, el proceso de simulación es el mismo, aunque menos acusado, explica Banissy. Así que, ya sabe: la próxima vez que se vea simpatizando con alguien triste, agradézcaselo a esa parte del cerebro que percibe que usted está frunciendo el ceño. —Michelle Solis

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SALUD MENTAL

Deprimida o «quemada» A pesar de una sintomatología parecida, ambos estados psíquicos afectan al cuerpo de modo diferente veces pasa: esa amiga, esa compañera de envidiable energía y dedicación a una tarea estresante, de repente, se viene abajo. Su incansable afán se convierte en agotamiento inexorable, dificultad para conciliar el sueño, estado de ánimo decaído y sentimiento de ineficacia. Puede que los síntomas se parezcan a los de la depresión, sin embargo, investigaciones recientes sugieren que este desfallecimiento, hoy conocido por «síndrome de desgaste profesional», se diferencia de la depresión de modos sutiles. Aunque la sintomatología del trabajador «quemado» no está reconocida como trastorno psiquiátrico diferenciado, sí parece provocar un perfil característico de alteraciones del funcionamiento neurológico, según concluyen las investigaciones de la psicóloga Agneta Sandström, de la Universidad Umeå. Sandström comparó a mujeres «quemadas», es decir, con síndrome de desgaste profesional, con otras afectadas de depresión grave. Apreció numerosas diferencias sutiles entre uno y otro grupo de voluntarias. Aunque en ambos casos aparecían dificultades para dormir, las participantes deprimidas informaban que se despertaban demasiado pronto, mientras que las que sufrían síndrome de desgaste profesional crónico tenían problemas para conciliar el sueño. A continuación, Sandström pidió a tres grupos de mujeres (sanas, deprimidas y «quemadas») que se sometieran a una prueba de memoria de trabajo (memoria a corto plazo). A las participantes de los dos últimos grupos (deprimidas y «quemadas») les costaba más concentrarse y recordar detalles sencillos que a las mujeres sanas. Pese a dicha similitud, las mujeres con síndrome de desgaste profesional exhibían

durante las pruebas de memoria una actividad cerebral menor que las participantes deprimidas, según se comprobó mediante resonancia magnética funcional. Con el tiempo, señala Sandström, pueden irse acumulando pequeños eventos cotidianos estresantes hasta provocar un agotamiento crónico. Si las personas supiéramos afrontar mejor tales presiones, en apariencia banales, podríamos reducir el riesgo de desarrollar el síndrome de marras. «Cierto grado de estrés no es malo, pero es necesario hallar tiempo para descansar durante el día», comenta. Al igual que los músculos, el cerebro se fatiga. La investigadora añade: «Hemos de reconsiderar cuánto es capaz de soportar el cerebro en un día de trabajo normal». —Carrie Arnold

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APRENDIZAJE INFANTIL

¿Qué mira ese robot? Los niños siguen la mirada de robots sociales como si fuesen humanos

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partir de la edad de 12 meses, los niños siguen la mirada de quienes están cerca, un comportamiento instintivo que les permite aprender por observación. Ahora bien, ¿seguirían la mirada de cualquiera? En un estudio publicado en Neural Networks, Andrew Meltzoff, psicólogo en la Universidad de Washington, verificó si los niños pequeños le seguían la mirada a un robot de aspecto humanoide. Un grupo de niños de 18 meses observó a un experimentador que simulaba jugar con un robot móvil, mientras que a otro grupo se le MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

presentó un robot idéntico, aunque estático. Trece de los 16 niños que observaron la interacción del humano con el robot siguieron con la mirada al androide cuando se dirigía hacia un juguete. Solo tres de los niños que no observaron el juego con el robot, también lo hicieron. Al parecer, los pequeños están sumamente pendientes de la información social, la cual utilizan sin cesar para actualizar su percepción de los demás... Lo bastante para confundir un trozo de metal con un ser pensante. —Ferris Jabr

AGE FOTOSTOCK

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Claves de la motivación Conocer los auténticos motivos de la propia conducta no resulta tarea fácil. Aquello que creemos querer tiene con frecuencia poco que ver con lo que deseamos NIKOLAS WESTERHOFF

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alir a correr, telefonear a mamá, tirar la basura. Se trata de pequeños objetivos. ¿Grandes metas? Casarse, comprar una casa, tener hijos. Sea en la vida profesional sea en la privada, al ser humano le gusta marcarse objetivos y emprender planes para el futuro. Nada se deja al azar. No obstante, con frecuencia es este último el que toma las riendas del asunto. Muchas personas se acogen al principio hedonista «evita lo que cause dolor, busca lo más placentero» para dirigir sus acciones. ¿O aspiran en el fondo a obtener logros, poder y reconocimiento? La primera, a la par que básica, pregunta que se plantea desde la psicología de la motivación es siempre: «¿Por qué alguien hace lo que hace?». Como toda cuestión elemental, la respuesta resulta compleja. Todos nosotros nos encontramos inmersos en un cúmulo de necesidades; a menudo unas en competencia con otras. ¿Voy a comprar o me quedo en casa sentado frente al televisor? ¿Ahorro o me gasto el dinero en unas estupendas vacaciones? ¿Sigo fiel a mi pareja o me atrevo con una fugaz aventura? En ocasiones, la cabeza no desea lo que el corazón rige. Otras veces sucede al contrario. ¿Cómo puede ponerse orden a semejante caos? Desde hace décadas, algunos psicólogos elaboran largas listas o relaciones —algunas con dudoso criterio científico— de motivos que impulsan a las personas a actuar. En los años veinte del siglo XX, Luther Lee Bernard (1881-1951), sociólogo interesado en el tema, reunió nada menos que 14.000 motivos. Entre las aceptaciones se encontraba el impulso que nos reprime de comer una manzana del propio huerto. William McDougall (1871-1938), fundador de la hoy casi olvidada psicología hórmica (del griego hormé: impulso, estímulo), reconoció como objetivos universales del ser humano junto al hambre,

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el temor y el deseo sexual, la risa, viajar, la posesión y la comodidad. Por su parte, Henry Alexander Murray Jr. (1893-1988), de la Universidad de Harvard, listó 20 motivos por los que actuamos, entre ellos, la aspiración a la consecución de logros y el deseo de reconocimiento, fama, competencia y dominio. Sin embargo, la relación de motivos más conocida se fundamenta en una escala jerárquica, la «pirámide de necesidades» del psicólogo Abraham Maslow (1908-1970). En la base de la estructura se encuentran los «motivos de déficit», entre los cuales destacan el sexo y la alimentación. Por encima se hallan los deseos de seguridad y afiliación, así como de «crecimiento», caracterizado este último por la necesidad de nuevas experiencias, belleza y autorrealización. Según Maslow, primero deben satisfacerse las necesidades inferiores para acceder a continuación a los niveles superiores. Como diría Bertolt Brecht: «Primero el comer, después ¡venga la moral!». Norbert Bischof, de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich, pone en entredicho tal teoría: «¿Puede afirmarse seriamente que el hambre y el deseo sexual deberían estar saciados antes de sentir la necesidad de seguridad o de vínculos sociales? ¿Debe la satisfacción sexual preceder al enamoramiento?» A pesar de todas las dudas, el modelo piramidal de Maslow sigue formando parte del repertorio estandarizado de numerosos psicólogos especializados en motivación. Incluso algún libro de texto de psicología general califica la propuesta de Maslow como punto culminante de la ciencia de la vida. «El estudio de tales listas demuestra la dificultad de encontrarles una base concluyente», opina el psicólogo Heinz Heckhausen en su ya clásico libro de 1980 Motivation und Handeln

EN EL PAÍS DE LOS SUEÑOS Durante la infancia nos formamos la imagen de aquello por lo que vale la pena esforzarse en la vida.

RESUMEN

Impulsos ocultos

1

Con frecuencia, los motivos que una

persona manifiesta en una encuesta no coinciden con su conducta en el laboratorio.

2

Los investigadores determinan los moti-

vos inconscientes mediante pruebas proyectivas; también a base de ensayos de preparación.

3

El impulso interior para conseguir un

objetivo puede atenuarse mediante estímulos externos: dinero, elogios...

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GEHIRN & GEIST / MILENA SCHÄRER

GLOSARIO Tendencia de aproximación y evitación Se refiere a las conductas básicas del ser humano: o bien van dirigidas a conseguir objetivos deseables (actitud activa) o bien a evitar pérdida y daño (actitud pasiva).

Los «tres grandes» Según el modelo de los psicólogos David McClelland y John Atkinson, al ser humano le impulsan a actuar tres necesidades básicas creadas a lo largo de la evolución, a saber, el logro, el poder y la afiliación.

Motivos implícitos y explícitos Conceptos también introducidos por David McClelland. Se refiere a la diferencia entre los motivos inconscientes y los conscientes que aparecen en los objetivos que se marca una persona.

Motivación intrínseca y extrínseca Actos motivados por «propia iniciativa», en contraposición con aquellos que persiguen un motivo exterior (un elogio, una recompensa...).

Persistencia Constancia en la consecución de los objetivos personales. Incluye una actitud optimista, imperturbable y tolerante frente a las adversidades.

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(«Motivación y acción»). Inventarios de este tipo resultan del todo arbitrarios. ¿Por qué veinte motivos, y no cuatro, cuarenta o cien? ¿Es a caso posible delimitar el número exacto de impulsos que motivan a las personas a actuar? Entretanto, los investigadores se han avenido en la existencia de tres motivos básicos: logro, poder y afiliación. Estos representan el mínimo común denominador en el inventario de necesidades. Así, las personas motivadas por el poder buscan sentirse superiores a los demás; aquellas motivadas por los logros quieren perfeccionarse a sí mismas día a día, y las personas que sienten motivación por las relaciones sociales anteponen el deseo de amar y de ser amados. En opinión del psicólogo Heinz-Dieter Schmalt, de la Universidad de Wuppertal, esos «tres grandes» de la motivación se han ido formando a lo largo de la evolución. Así, hallamos formas semejantes en mamíferos no humanos. También en su caso todo gira en torno a poder, logro y afiliación. Tales motivos se consideran «implícitos», es decir, no siempre ligados a la conciencia, porque evolutivamente se hallan regidos por las partes más antiguas del cerebro (previas a la adquisición individual del habla). Estas áreas cerebrales rigen, sobre todo, nuestras reacciones afectivas. Los motivos implícitos muestran un marcado tono emocional: el afán de poder va unido a la sensación de fuerza, y el deseo de un logro lo está al orgullo.

Combinación complicada Los psicólogos diferencian los motivos implícitos de la «autoimagen motivacional» de una persona, es decir, de sus motivos explícitos. «En el interior van sedimentándose influencias sociales, en particular apreciaciones, valoraciones y deseos de personas referenciales importantes, así como normas culturales», señala Falko Rheinberg, de la Universidad de Postdam y psicólogo de la motivación. Los motivos explícitos resultan de una compleja mezcla de expectativas ajenas, intenciones estratégicas y deseos propios. Suelen estar relacionados también con el logro, el poder y las relaciones interpersonales. Pese a esta variedad, puede decirse que existen tres motivos básicos fuertemente enraizados y un infinito número de otros derivados de ellos. A la pregunta de cuáles son los objetivos que se trazan en la vida, la mayoría de las personas responden: «Para mí, lo más importante es el rendimiento. Quiero que mi vida sirva para algo». O bien: «Vivo para mi familia. Su protección y su cercanía son especialmente impor-

tantes para mí». Con todo, debe comprobarse si las descripciones de los propios protagonistas se corresponden con la realidad. En 1992, el psicólogo William D. Spangler, de la Universidad de Binghamton, en Nueva York, demostró en un metaanálisis que apenas existía correlación entre los motivos implícitos y los explícitos: con frecuencia, aquello que creemos querer no es lo que en nuestro interior nos mueve a actuar. ¿Cómo perciben los investigadores aquello de lo que ni la propia persona es consciente? ¿Cómo pueden estudiarse los «auténticos deseos»? Los psicólogos se sirven de dos métodos. Por un lado, un procedimiento proyectivo —el test de apercepción temática (TAT)—, y por otro, las pruebas basadas en la preparación (priming). En el TAT se presentan al probando imágenes en las que aparecen personas en escenas cotidianas. A partir de estas instantáneas, el sujeto debe inventar historias. La cuestión clave en esta prueba consiste en saber qué significado atribuye el sujeto a la escena: ¿destaca la relación entre los personajes que aparecen en la imagen como argumento principal o, por el contario, incide más en aspectos como la competencia y los logros? De hecho, las imágenes admiten una doble interpretación. (Por ejemplo, aparecen dos mujeres conversando en un laboratorio de química. ¿Se trata de dos investigadoras con afán competitivo o más bien de dos compañeras que mantienen una charla animada?) El TAT se asienta en la idea de que el probando observa de forma preferente aquellas personas en las que puede proyectar sus propios pensamientos, sentimientos y preferencias. En dicho proceso inconsciente salen a la luz motivos ocultos. Según una revisión publicada en 2001, el TAT resulta una buena herramienta informativa en materia de orientación motivacional: personas que mostraron en el test una gran motivación por el poder, años después experimentaron más ascensos en sus respectivas empresas que quienes presentaron un escaso afán de poder. En 2005, el psicólogo Joachim Brunstein, de la Universidad de Giessen, comprobó que mediante la experimentación pueden separarse los aspectos conscientes de los inconscientes en la psicología de la motivación. Para ello, el investigador diferenció en un estudio a los probandos que, en una encuesta previa, se autodefinían como muy motivados para obtener logros (forma «explícita»), de aquellos sujetos que reflejaban tal motivación a través del TAT (forma «implícita»). Ambos grupos completaron un test de concenMENTE Y CEREBRO 52 / 2012

tración en el que, entre fase y fase, se apuntaban a los participantes repercusiones individuales («Su rendimiento ha empeorado») o grupales («El 60 por ciento de los participantes son mejores que usted»). ¿Resultado? Las personas motivadas de manera implícita hacia los logros obtenían una puntuación superior cuando se las retroalimentaba de forma individual —ello les estimulaba—, mientras que en los probandos motivados de forma explícita tenía un mayor significado la referencia social: el reconocimiento de sus logros dentro del grupo les impulsaba a conseguir nuevos objetivos.

Un segundo método para valorar las motivaciones inconscientes es la preparacion o priming (del verbo inglés to prime, «preparar»). Dicha técnica es capaz de activar los objetivos que guarda el inconsciente [véase «Estimulos subliminales», por Christoph Uhlhaas; MENTE Y CEREBRO, n.o 41]. En un estudio de 2009, el investigador Gary Lathman, de la Universidad de Toronto, mostró a los participantes la imagen de una conocida atleta en los 5000 metros lisos. Ello elevó, de manera inconsciente, la disposición de los probandos a mejorar sus logros. En un test de creatividad posterior, aquellos que habían visto la fotografía obtenían una mejor puntuación que los integrantes del grupo de control. Similar resultado se comprobó en trabajadores de un centro de atención de llamadas: los empleados que habían visto la fotografía de la atleta triunfadora consiguieron recabar mayor cantidad de dinero para una donación telefónica. El efecto priming se ha estudiado con profusión. Las personas a las que en una fase previa se les ha presentado la imagen de una biblioteca tienden a hablar en voz baja; la simple lectura de los pronombres «yo» o «mí» conlleva una orientación hacia la competitividad; es suficiente dejar un maletín de ejecutivo en algún lugar del aula de experimentación para incrementar la motivación hacia el logro de los probandos. En opinión del psicólogo John A. Bargh, de la Universidad de Yale, en New Haven, los estímulos registrados de forma inconsciente ejercen una gran influencia sobre el pensamiento y el comportamiento, que resulta tan potente como las decisiones conscientes. En lugar de requerir a las personas a guardar silencio con un categórico: «¡Bajen la voz!», se les puede «estimular» de manera igual de eficaz mostrándoles fotografías de algún lugar que sugiera tranquilidad y sosiego. MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

GEHIRN & GEIST / MILENA SCHÄRER

Activación de objetivos inconscientes

La diferenciación entre motivación explícita e implícita aparece por primera vez con el psicólogo David McClelland (1917-1998). Su propuesta ayudaba a explicar fenómenos de la vida cotidiana. ¿Quién no ha experimentado alguna vez la situación de querer conseguir alguna cosa como sea, pero luego, una vez alcanzada, le parece baladí? Cuando la realización de un sueño perseguido desde hace tiempo no produce satisfacción, existe una explicación fácil, indica Falko Rheinberg: se ha logrado algo que en realidad, a modo personal, no se quería conseguir. No somos, ni mucho menos, siempre conscientes de los motivos que dirigen nuestro comportamiento, tal como ha comprobado el equipo de psicólogos dirigido por Peter M. Gollwitzer. Estos investigadores activaron, mediante el método de preparación, el deseo de colaborar con otros individuos en un grupo de probandos. Los participantes tuvieron que leer una lista de palabras relacionadas con el concepto «cooperación». Sin saber por qué, durante aquel día, los probandos mostraron una mayor disposición a colaborar con otras personas que los participantes del grupo de control. Incluso en un juego virtual prestaban mayor

¿PANORAMA SEDUCTOR? El dinero apenas seduce a las personas que experimentan una motivación intrínseca, es decir, aquellas que por iniciativa propia se esfuerzan en conseguir grandes logros. Algunos investigadores aseguran que la recompensa afecta negativamente su propio esfuerzo.

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ENTREVISTA

«Los objetivos orientan» ¿Se puede fortalecer la propia motivación? Veronika Brandstätter, psicóloga de la motivación de la Universidad de Zúrich, opina que sí: trazarse objetivos realistas, planearse mentalmente el camino para alcanzarlos y tomar los fracasos como retos es la solución

Cada persona tiene unos objetivos, pero la motivación para conseguirlos es diferente para cada cual. ¿Cómo se explica? Aquí actúan en su conjunto educación, ambiente y personalidad. La norma general indica que debe tenerse constancia, seguir siempre esforzándose, incluso cuando se presentan contrariedades. Ya desde pequeños, cuando empezamos a caminar, aprendemos a levantarnos cada vez que nos caemos. Un consejo adecuado, ¿no le parece? Naturalmente es bueno tener un objetivo vinculante, el llamado «compromiso». Una vez trazados los planes, ello ayuda a no abandonarlos de forma prematura. Por esta razón podemos trazarnos objetivos a largo plazo y trabajar sin interrupción para conseguirlos. Los objetivos orientan y dan sentido. Pero nos diferenciamos unos de otros en la manera de intentar conseguirlos: algunas personas van perfilando sus proyectos durante mucho tiempo, otras lo hacen sin darle grandes vueltas. Asimismo, ante las contrariedades existen grandes diferencias de unas personas a otras. ¿Supone un problema la falta de perseverancia? Sí. Tanto los directivos de empresa como los maestros o los padres se quejan con frecuencia de la falta de motivación de sus protegidos. Por suerte, esta situación puede prevenirse. Se

trata de plantearse mentalmente la forma de llevar a cabo las actuaciones encaminadas a conseguir un objetivo; desglosar el objetivo principal en pequeñas y realistas metas, y no dejarse amilanar ante los fracasos. ¿No nos empecinamos, a veces durante demasiado tiempo, en un objetivo profesional o privado? La constancia es un factor importante para el éxito. Al mismo tiempo, nos capacita para evitar esfuerzos innecesarios renunciando a objetivos no realistas. Quien se empecina demasiado tiempo en conseguir lo inalcanzable tiene dos inconvenientes: por un lado, sufre el malestar general propio que ello supone y que puede llegar a provocar un trastorno psicosomático; por otro, va desapareciendo la atención que se presta al problemático objetivo. Ello dificulta la posibilidad de orientarse de nuevo y la búsqueda de alternativas. ¿Cuáles son, en su opinión, las aportaciones más importantes en el estudio de la motivación? Primero, que existen dos sistemas independientes de motivación: uno consciente, explícito, y otro inconsciente, implícito. Si son demasiado divergentes, pueden originarse tensiones psíquicas. En segundo lugar, que la motivación tiene mucho que ver con la regulación de los sentimientos. Solo quien mantenga a

atención en no agotar los recursos (peces) de un lago antes de tiempo. Los psicólogos de la motivación distinguen otros dos tipos de objetivos: los que uno desea alcanzar (de aproximación) y los que desea evitar (de evitación). Los primeros poseen una carga positiva: un músico aspira a tocar algún día en el Carnegie Hall; un estudiante de medicina sueña con abrir una espléndida consulta; un corredor de maratón piensa en batir su propio récord. Tales metas, que pueden lograrse de manera activa, desencadenan pensamientos y fantasías positivas. Por el contrario, en los objetivos de evitación aparece la huida de aquello negativo en primer plano: no se quiere caer

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enfermo; no se quiere ser pobre; no se quiere experimentar una frustración ni una derrota... En opinión de Natalie Ebner, psicóloga e investigadora en la Universidad de Yale, en la juventud dominan los objetivos de aproximación, mientras que en edades avanzadas se anteponen los de evitación. La edad resulta decisiva a la hora de determinar qué motivos rigen los actos. Cuanto más tiempo se tiene todavía por delante, más motivado se está para trazarse objetivos a largo plazo. A medida que se acerca el final de la vida, se estrecha el «horizonte de objetivos»: predomina el rechazo a la enfermedad y a la muerte. La motivación para trazarse uno u otro objetivo va unida a las fantasías. Anticipamos MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

raya emociones negativas, como el nerviosismo, la preocupación o el pesimismo, está en condiciones de aspirar a altos objetivos. Tercero, que las personas deben aprender a trazarse objetivos y, dado el caso, también a abandonarlos. El abandono a tiempo es importante no solo en la vejez, cuando van viéndose cerradas muchas «ventanas de oportunidades».

Logro, poder, afiliación. ¿Poseen los «tres grandes» de la motivación el mismo valor que los «cinco grandes» de la personalidad? Nuestros actos pueden reconocer otros motivos, entre ellos, las necesidades estéticas. Los «tres grandes», sin embargo, cuentan con una base biológica; pueden considerarse congénitos. Se encuentran en casi todos los «catálogos» de motivos propuestos por los psicólogos a lo largo de los años.

HENRI GOSSWEILER

¿Cómo influye el inconsciente en las motivaciones? Andrew Eliot y su equipo de la Universidad de Rochester han realizado amplios estudios al respecto. Demostraron que determinados estímulos pueden desencadenar de manera inconsciente conductas de rechazo. El experimento consistió en someter a los participantes a un test de inteligencia. A cada participante se le adjudicó un número: o el uno o el seis. Además se entregó a cada probando una hoja donde se le informaba del curso de la prueba. Descubrimos que si la hoja informativa era de papel rojo o la persona en cuestión tenía el número seis, el resultado del test era peor. Ello sugiere que existen señales condicionadas socialmente —como el color rojo— que favorecen el fracaso. Los profesores utilizan el color rojo para corregir los ejercicios y exámenes; el número seis indica en Alemania un suspenso. Una preparación (priming) de este tipo puede influir en nuestra conducta sin que nos demos cuenta.

VERONIKA BRANDSTÄTTER Q

Nació en Múnich en 1963.

Q

Estudió psicología en la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich.

Q

Desde 2003 es profesora de psicología general en la Universidad de Zúrich.

Q

Entrevista realizada por Nikolas Westerhoff.

en nuestra mente los deseos soñados (dirigir algún día con éxito una empresa propia o ser padre de tres hijos). En 2002 la psicóloga Gabriele Oettingen, de la Universidad de Hamburgo, demostró que estas fantasías suelen reforzar la motivación. En todo caso quien solo se centra en los deseos soñados se esfuerza menos por conseguirlos que quien considera los aspectos positivos, pero también los negativos. No importa si se trata de terminar una carrera universitaria, de prosperar en la profesión o de conseguir una relación amorosa, la elaboración mental del objetivo nos liga psicológicamente. Sin embargo, un planteamiento demasiado idealizado tiene el efecto de la desmotivación. MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Su principal tema de investigación es la constancia y el abandono de objetivos.

Una posible explicación de ello es que induce la idea de que el objetivo ya casi se ha alcanzado. Quien cada noche sueña en la cama con llegar a ser el jefe de una clínica y conducir su propio Ferrari se contentará, lo más probable, con las meras fantasías.

Objetivos claros y ambiciosos La acción motivada cumple dos condiciones: por una parte, un fuerte vínculo con el objetivo; por otra, una conciencia de los riesgos y peligros que acechan hasta alcanzar la meta marcada. Con frecuencia algunos objetivos resultan atractivos, precisamente, por los obstáculos que deben salvarse para conseguirlos. Cuanto más difícil sea

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conseguir y más concreto esté formulado un objetivo, tanto mayor resultará la motivación para alcanzarlo. Existen múltiples estudios que confirman este postulado de la «teoría del trazado de objetivos». En general, dichos estudios demuestran que la motivación se halla condicionada por objetivos claros y elevados. En general, las personas obtienen mejores logros cuando actúan por iniciativa propia. Los psicólogos hablan de motivación «intrínseca» en contraposición con la «extrínseca» de origen exterior. Actuar siguiendo una motivación intrínseca significa ser libre y tener capacidad de tomar decisiones por uno mismo, según estima la creencia popular. En el estado de «flujo» (estado en el que el individuo se encuentra absorto en una actividad para su propio placer y disfrute), la persona está por completo a merced de sus propios actos. Para que funcione, ha de ser estimulado, mas no en exceso. Por el contrario, en

Curiosidad y aprendizaje en la escuela Algunos investigadores reconocen las fuentes naturales de la motivación humana en la ampliación de las propias capacidades. Las situaciones novedosas albergan oportunidades así como peligros; por ello, a lo largo de la evolución, se han desarrollado dos sistemas antagónicos de motivación: la curiosidad y el temor. El psicólogo Clemens Trudewind, de la Universidad de Bochum, ha investigado las interacciones entre ambos. Encontró que los niños curiosos y sin miedo solucionan mejor los problemas que aquellos que no son tan curiosos y se manifiestan más miedosos. Sin embargo, la curiosidad y el temor no representan una contraposición: en los estudios de Trudewind, los niños muy temerosos, pero también muy curiosos, resolvían muy bien los problemas. En otras palabras, los supuestos motivos contrapuestos no tienen por qué excluirse mutuamente. Con objeto de estimular la motivación de los alumnos, los pedagogos intentan despertar su interés por las disciplinas escolares. En 2007 apareció el Tercer estudio internacional de matemáticas y ciencia (TIMSS, por sus siglas en inglés), según el cual los factores «interés» y «logro» no guardan una estrecha relación. Quien se muestra interesado en contemplar las estrellas, no por ello está dispuesto a estudiar con pasión la materia de astronomía. Así pues ¿cuál es el método más efectivo para fortalecer la motivación por aprender en la escuela? Según Albert Ziegler, de la Universidad de Ulm, existen tres métodos fundamentales: primero, los alumnos deberían considerarse a sí mismos personas autodeterminadas. Ello se consigue mediante un tratamiento conjunto de los objetivos escolares, por ejemplo. En segundo lugar, hay que tomar conciencia de las propias capacidades. En este ámbito resultan importantes retroalimentaciones positivas y frecuentes. Y en tercer lugar, es básico conferir al aprendizaje un marco social, por ejemplo, a través del trabajo en grupo.

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la motivación extrínseca, lo importante no es aquello que se hace, sino las consecuencias que de ello se derivan, la ganancia que con ello se obtiene (ya sea en forma de dinero, de alabanzas o de ascensos). No obstante, no resulta sencillo delimitar las fronteras entre lo extrínseco y lo intrínseco a través de la satisfacción por la acción. Si bien solemos considerar el trabajo como una penosa obligación a cambio de un salario, numerosos estudios hablan a favor de que el estado de «flujo» en el empleo no es ninguna rareza. Con otras palabras, también la confección de una lista de motivaciones puede llevar a experimentar el «flujo». El psicólogo Stefan Engeser, de la Universidad Técnica de Múnich, en un estudio publicado en 2005, demostró que, con frecuencia, aprender vocablos o fórmulas desencadena un estado de fluidez. Ya Aristóteles consideró que no está en contraposición el placer inherente a una actividad (la satisfacción que forma parte esencial de su ejecución) con el placer que procede del exterior. Ambos son complementarios y se fortalecen mutuamente. Pero la investigación psicológica demuestra que, a menudo, los motivos intrínsecos y extrínsecos se contraponen. A mediados de los años setenta del siglo XX, el psicólogo Edward L. Deci, de la Universidad de Rochester, encontró que cuando un niño se muestra motivado por iniciativa propia, una recompensa puede resultar contraproducente. En su experimento, Deci premió a los niños de la investigación por llevar a cabo ciertas actividades (como resolver un puzzle), que antes habían desarrollado de forma espontánea, sin recibir una recompensa a cambio. Si se continuaba gratificando a los pequeños con el innecesario premio, estos perdían el interés por el juego. Según Deci, la recompensa quita a los niños la motivación intrínseca (fenómeno que más tarde se ha denominado «costo oculto de la recompensa»). Estímulos externos tales como la alabanza o el dinero perjudican a las personas que ya estaban motivadas por sí mismas. Sin embargo, Falko Rheinberg cree que dicho efecto es bastante más débil de lo que se cree en general. Solo cuando la actividad resulta atractiva desde un buen principio y la recompensa no depende de los resultados puede observarse un ligero efecto «corruptivo». El propio Deci considera hoy que entre la motivación externa y la propia no existe una contraposición tan grande como la que se pensaba. Estímulos de origen exMENTE Y CEREBRO 52 / 2012

trínseco pueden incorporarse a la propia escala de valores, con lo cual se interiorizan. La controversia continúa. Mientras que el psicólogo Robert Eisenberger, en un amplio metaanálisis, llegó en 1996 a la conclusión de que el «efecto de corrupción» es un mito, parece ser que la revisión bibliográfica de Edward Deci y sus colaboradores llega a la conclusión contraria. Según Nicola Baumann, de la Universidad de Tréveris, se han publicado un centenar de estudios que hablan a favor de que la recompensa económica disminuye la motivación intrínseca. Todo ello no deja de tener un aspecto político. Puede llegarse a la conclusión de que las personas motivadas no necesitan recibir ninguna compensación a cambio de sus acciones; ya dan lo mejor de sí. Son los propios sujetos los que en determinadas circunstancias se muestran dispuestos a ser explotados. Por ejemplo, muchos internautas trabajan en la enciclopedia en línea y abierta Wikipedia sin ser remunerados por ello. Es probable que una remuneración «superflua» tuviera para la comunidad Wiki un efecto «corruptor», en el sentido de Deci. ¿Cómo puede evitarse la pérdida de motivación? Entretanto, se han propuesto una multitud de prácticas para aumentar la motivación de las personas. En el núcleo de todas ellas se encuentra la «persistencia». Las personas orientadas hacia el éxito son constantes y buscan tareas que les supongan un desafío, pero que no lleguen a sobrecargarles. Sin embargo, la constancia por sí sola no revela hasta qué punto un objetivo es correcto o adecuado ni si vale la pena seguir con él. El entusiasmo y la voluntad constantes pueden muy bien encaminarse hacia un callejón sin salida. La psicóloga Kathrin Gärtner entrevistó a biólogos altamente motivados cuyos experimentos, a pesar de realizarse con una meticulosidad escrupulosa y de ser replicados con una pertinaz constancia, produjeron unos resultados contrarios a la hipótesis planteada. Gärtner comprobó que los científicos jóvenes mantuvieron durante más tiempo las hipótesis no demostradas que sus colaboradores más experimentados. Si el director estimula a los trabajadores a no ceder, estos continúan en el intento de manera infatigable. Los factores sociales hacen que las personas se aferren a objetivos problemáticos. Una razón más para prestar atención a los motivos interiores.

educación

filosofía ciencia a opinión o p universidad

comunicación historia cuestionar

ética

conocimiento

20 reflexiónblo blog experimento

diálogo investigación ti ió d

SciLogs Ciencia en primera persona

LUIS CARDONA PASCUAL BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA WHAT HAVE WE BEEN PRIMING ALL THESE YEARS? ON THE

Ciencia marina

CRISTINA MANUEL HIDALGO Física exótica

DEVELOPMENT, MECHANISMS, AND ECOLOGY OF NONCONSCIOUS SOCIAL BEHAVIOR.

RAMÓN PASCUAL DE SANS

J. A. Bargh en European

Física y universidad

Journal of Social Psychology, vol. 36, págs. 147-168, 2006. MEASURING IMPLICIT MO-

JOSHUA TRISTANCHO MARTÍNEZ Misiones espaciales low-cost

TIVES. O. C. Schultheiss y

J. S. Pang en «Handbook of Research Methods in

JORDI SOLÉ CASALS

Personality Psychology»,

Tecnología, ciencia y sociedad

dirigido por R. W. Robins et al., págs. 322-344. Guiford, Nueva York, 2007.

JOSÉ MARÍA EIRÍN LÓPEZ Evolución molecular

THE MOTIVATING FUNCTION OF THINKING ABOUT THE FUTURE: EXPECTATIONS VER-

JOSÉ MARÍA VALDERAS

SUS FANTASIES. G. Oettingen

De la sinapsis a la conciencia

y D. Mayer en Journal of Personality and Social Psychology, vol. 83, págs. 11981212, 2008.

ÁNGEL GARCIMARTÍN MONTERO Física y sociedad

MOTIVATION (7.a EDICIÓN).

F. Rheinberg. Kohlhammer; Stuttgart, 2008.

Y MÁS...

www.investigacionyciencia.es/blogs

Nikolas WesterhoffGURUKEÏNQIQ[RGTKQFKUVCEKGPVÉƂEQ MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

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Las dos caras del estrés La presión psíquica puede acarrear olvidos, incluso lagunas en la memoria. Sin embargo, también puede favorecer la capacidad de memorizar MATHIAS V. SCHMIDT Y LARS SCHWABE

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MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

T

CABEZAS QUE ECHAN HUMO Los exámenes constituyen una situación de estrés clásica. Estas circunstancias estresantes pue-

© DREAMSTIME / CRISTI_M

den dejar la memoria en blanco.

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

odavía quedan cinco minutos antes de que arranque el tren. Mi taxi permanece parado en el semáforo en rojo; hay que conseguir pasar en este turno. ¡No puedo llegar tarde de nuevo! Ahí delante está la estación. ¿Por qué tiene que haber siempre tanta gente las vísperas de festivos? Subo al andén corriendo a toda velocidad. El revisor da en ese preciso momento la señal de partida. El corazón me late a mil; tengo la frente perlada de gotas de sudor. Me hundo en el asiento del vagón. Una vez más, lo he conseguido. ¿Reconoce usted este tipo de situaciones? Ya sea por el apremio al que nos lleva la falta de tiempo, ya por la presión de la competencia, ya por las valoraciones críticas de los semejantes, el estrés forma parte de la rutina de la mayoría de los seres humanos. Una reacción, por otro lado, que activa un sistema biológico muy parecido en todos los vertebrados. Protagonistas de este sistema son las hormonas adrenalina, noradrenalina y cortisol, las cuales desarrollan en el cuerpo efectos dirigidos, sobre todo, a responder ante situaciones agudas y difíciles. Algunos de dichos efectos son la activación del sistema cardiocirculatorio o la aceleración de la respiración. Aunque la influencia del estrés va todavía más allá: afecta también al aprendizaje y la memoria. Quizá guarde usted recuerdo de algún examen al que asistió en época escolar o en la universidad. A pesar de que se había preparado para la evaluación durante horas y días, al salir de la prueba le invadía un sentimiento de descontento: no había podido recordar aquellos datos clave que, tras el examen, reflotaron en su mente de manera casi espontánea. ¿Por qué? Una posible razón sería la angustia que se siente durante la espera para la prueba de evaluación. Según diversos trabajos, el estrés puede perjudicar la activación de la memoria. En un experimento realizado en 2005 en la Universidad de Düsseldorf, Sabrina Kuhlmann, Marcel Piel y Oliver Wolf propusieron a una serie de voluntarios una situación ficticia; consistía en solicitar empleo bajo presión. Poco después, los probandos debían recordar palabras de contenido neutral y emocional que habían aprendido el día anterior. El estrés antes del test de memoria provocó una clara merma de la capacidad memorística para las palabras emocionales. Sin embargo, los probandos estresados recordaron los conceptos neutrales con el mismo buen resultado que aquellos que no habían pasado por la prueba previa de sobrecarga. Una explicación de ello estriba en que el estrés afecta de

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1. DE: SCHWABE, L. ET AL.: STRESS MODULATES THE USE OF SPATIAL AND STIMULUS-RESPONSE LEARNING STRATEGIES IN HUMANS. EN LEARNING & MEMORY, VOL. 14, N.OS 1-2, PAGS. 109-116; 2007. CORTESÍA DE LEARNING & MEMORY, COLD SPRING HARBOUR LABORATORY PRESS, 2009

TEST DE LA ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE En este experimento, debían aprender dónde se encontraba, de entre cuatro cartas encima de la mesa, la «carta ganadora». Los voluntarios estresados recordaban el lugar del naipe especial sirviéndose de marcadores de posición individuales (la maceta). Los participantes «relajados», en cambio, preferían orientarse por el aspecto general de la habitación.

RESUMEN

Estrés, aprendizaje y memoria

1

El estrés puede reducir las capacidades de

aprendizaje y memoria. Ello acontece sobre todo cuando los agentes estresantes no tienen nada que ver con la situación de aprendizaje.

2

Las experiencias que provocan que nuestro

cuerpo se conmocione se adhieren de forma inmediata en la memoria. En ese caso, el estrés estimula la capacidad de aprendizaje.

3

Las hormonas del estrés (adrenalina,

noradrenalina y cortisol) fuerzan cambios estructurales en las neuronas y, con ello, la capacidad de memorizar.

20

forma negativa la memoria cuando, de forma simultánea, se activa la amígdala, una estructura cerebral importante para el procesamiento de las emociones. ¿Provoca el estrés que una persona se torne olvidadiza? No. La presión psíquica, en determinadas circunstancias, incluso puede mejorar la recuperación de los recuerdos. De hecho, las experiencias emocionales, sean positivas o negativas, permanecen adheridas a la memoria de forma extraordinariamente efectiva. ¿Qué acontecimientos del año pasado recuerda? Lo más probable es que le venga a la memoria la vivencia de aquellas experiencias más alegres, penosas o molestas. Larry Cahill y sus colaboradores, de la Universidad de California en Irving, investigaron en 2003 si aumentaba la capacidad memorística con la aplicación de una situación de estrés tras desarrollar una tarea de aprendizaje. En una primera fase, se mostraba a los probandos una serie de imágenes neutrales y emocionales; a continuación, algunos voluntarios debían sumergir la mano en agua helada durante unos minutos, situación que provoca estrés corporal. Una semana más tarde se llevó a cabo el test de memoria: aquellos probandos que, tras el aprendizaje experimentaron la circunstancia estresante recordaban más imágenes que aquellos a quienes se les había ahorrado la experiencia desagradable. De nuevo se mostró que el estrés resulta eficaz solo en relación con los estímulos emocionales. Las experiencias que ocasionan un trastorno de estrés postraumático tienen consecuencias

especialmente notables para la memoria. Este cuadro clínico se caracteriza por los recuerdos de la experiencia desagradable (un accidente o una violación), los cuales se intrusan en la mente del sujeto una y otra vez. Los investigadores suponen que tales recuerdos se hallan adheridos fuertemente a la memoria debido a que las hormonas del estrés segregadas fuerzan su consolidación, esto es, el anclaje de una experiencia en la memoria de larga duración. ¿Cómo pueden explicarse los efectos en apariencia contradictorios del estrés sobre la memoria y la consolidación de los recuerdos? El grupo de trabajo en torno a Marian Joëls, de la Universidad de Ámsterdam, propuso en 2006 un modelo según el cual debemos diferenciar dos fases: en un inicio, las hormonas y los neurotransmisores segregados como reacción ante la presión psíquica fuerzan la atención, lo cual favorece el proceso de aprendizaje. Sin embargo, transcurrido un cierto tiempo, la hormona cortisol dificulta el procesamiento de informaciones que no dependen del suceso generador de estrés. Este «blindaje», al desconectar todo tipo de distracción, podría reforzar la consolidación de los recuerdos relevantes.

Examen en modo «blindaje» Acorde con lo dicho, deberíamos recordar de manera nítida situaciones como la referente a las prisas por llegar a la estación, descrita al comienzo del artículo. Los efectos del estrés que potencian el aprendizaje también explicarían la relación entre el aprendizaje y la presión que se deriva de él. En cambio, durante un examen, MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Los dos sistemas de manejo del estrés Si caemos en una situación supuestamente amenazante, envia-

red capilar sanguínea especial a la hipófisis, una glándula

mos al hipotálamo una señal de alarma. La señal de emergen-

hormonal del tamaño de una almendra que se localiza en

cia corre por fibras del sistema nervioso simpático hasta llegar

la base del cráneo a la altura de la nariz. Allí, dicha hormona

a la médula de las glándulas suprarrenales. Estas segregan las

efectúa la liberación de una segunda: la hormona adreno-

hormonas del estrés adrenalina y noradrenalina, las cuales,

corticotropa (HACT). Esta última pasa al torrente sanguíneo

en un santiamén, preparan a nuestro cuerpo para la lucha o

y llega a la corteza suprarrenal donde origina la liberación

la huida: se movilizan las reservas de energía; aumentan la

de cortisol, la hormona del estrés más importante en el ser

presión sanguínea y la frecuencia cardíaca para proporcionar

humano.

a la musculatura una mayor cantidad de materias alimenti-

El cortisol refuerza el efecto de la adrenalina y de la no-

cias; la respiración se torna más rápida, de forma que llegue

radrenalina, pero también inicia la vuelta al estado normal:

más oxígeno al cerebro, y se liberan sustancias que reducen

amortigua las reacciones primarias de estrés, de inflamación

nuestra sensibilidad al dolor y otras que minimizan la pérdida

y de inmunidad, transforma la materia alimenticia asimilada

de sangre ante la posibilidad de que se produzcan heridas.

en grasa y en glucógeno, y repone los depósitos de energía

Junto a esa rápida «tropa de intervención» en torno a la

vaciados.

adrenalina y a la noradrenalina, la activación del hipotála-

Ambas líneas de defensa colaboran de manera coordinada

mo llama a un segundo equipo de defensa hormonal que se

en la adaptación ante situaciones agudas de estrés. También

pone en marcha de forma más retardada: el eje hipotálamo-

nos preparan para situaciones futuras semejantes, entre otras

hipófisis-corteza suprarrenal. La hormona liberadora de cor-

formas, mediante la elaboración del recuerdo de la experien-

ticotropina (HLC), formada en el hipotálamo, pasa por una

cia acontecida.

Reacción de estrés rápida

Reacción de estrés lenta

Hipotálamo HLC

Hipófisis Tronco cerebral HACT

Sistema nervioso simpático Adrenalina, noradrenalina

Vaso sanguíneo Adrenalina, noradrenalina

Cortisol

Cortisol

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

GEHIRN & GEIST / ART FOR SCIENCE

Glándulas suprarrenales

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¿Cómo aprende el ratón? La mayoría de los experimentos sobre la influencia del estrés en el aprendizaje y en la memoria se han llevado a cabo con múridos. Se consideran clásicos los ensayos realizados por el psicólogo experimental Burrhus Frederic Skinner (1904-1990), quien enseñó a sus animales de experimentación a apretar un botón ante una determinada señal (el encendido de una lámpara) para recibir una recompensa en forma de alimento. Con la caja de Skinner podía medirse el efecto de factores externos (el estrés) sobre los procesos de memoria. Otros experimentos se basan en estímulos disuasorios. Con frecuencia se utiliza el laberinto acuático, desarrollado en 1984 por Richard Morris, de la Universidad escocesa de St. Andrews. Dicho laberinto permite determinar el aprendizaje espacial. Se trata de una pileta grande y redonda llena de agua teñida de blanco. Justo debajo del nivel del líquido se esconde una pequeña plataforma que los roedores no pueden ver. En cuanto el ratón

la capacidad de recuerdo se dificulta porque nuestro sistema de estrés ya lleva varias horas activado debido a la ansiedad de espera, por lo que se encuentra ya en modo «blindaje». El estrés influye no solo en cuánta información mantenemos en la cabeza, sino también en qué contenido conservamos. Nuestra memoria se divide en subsistemas que se diferencian entre sí, sea por su función, sea por las estructuras cerebrales que los componen. Dicho de forma metafórica: lejos de que nuestra memoria se asemeje a un gran armario ropero en el que tienen cabida todas las experiencias y aprendizajes, la memoria se compone de una variedad de pequeños armarios ubicados en sitios diferentes de la habitación (el cerebro), cada uno con un contenido específico.

trepa a la plataforma sumergida, se libera de la humedad desagradable

Recuerdos resistentes al estrés

y fría del agua. La motivación del roedor parece, pues, clara: cuanto antes encuentre la «isla» de salvación, tanto más rápido saldrá del agua. Los animales pueden orientarse con la ayuda de marcas en la pileta del agua y en su entorno cercano. La primera vez, los múridos encuentran la plataforma por casualidad. Al repetir la prueba aprenden con rapidez dónde se halla el soporte y nadan sin rodeos hasta él. Mediante variaciones en la longitud del intervalo temporal entre los experimentos puede comprobarse la memoria espacial de corta y larga duración.

GEHIRN & GEIST /BUSKE-GRAFIK

(Developments of a water-maze procedure for studying spatial learning in the rat. R. Morris, en Journal of Neuroscience Methods, vol. 11, n.o 1, págs. 47-60, 1984.)

22

Algunos de estos subdepartamentos, caso de la memoria episódica, la cual pone a nuestra disposición recuerdos autobiográficos [véase «Érase una vez mañana», por Thomas Grüte; MENTE Y CEREBRO, n.o 37], resultan muy sensibles al estrés. Por el contrario, la memoria de procedimiento, es decir, para las capacidades prácticas (ir en bicicleta o escribir a máquina), apenas sufren su influencia. Los distintos sistemas de memoria trabajan de forma paralela; incluso pueden entrar en competencia entre sí. El estrés determina el sistema que recibe preeminencia. En 2007, en la Universidad de Trier, provocamos una situación de tensión a una serie de voluntarios por medio del estandarizado Test Social de Trier, con el fin de comprobar el efecto del estrés en las estrategias de aprendizaje. Los probandos debían dar una conferencia en público sin haberla podido preparar previamente; a continuación se les pedía que ejecutaran ejercicios de cálculo mental. Por último, llevaban a cabo la tarea de aprendizaje propiamente dicha: presentábamos a los participantes doce veces, una tras otra, una mesa sobre la que se encontraban cuatro cartas ocultas. De estas debían elegir una carta especial, la «ganadora». La probabilidad de elegirla era, por tanto, de una entre cuatro. Por cada elección correcta, los voluntarios recibían 50 céntimos. Los probandos desconocían que la carta ganadora se encontraba siempre en el mismo lugar: justo al lado de una maceta situada sobre la mesa. Al principio de la prueba, los sujetos solo acertaban de casualidad la carta ganadora. No obstante, tras cada nueva mano, buscaban pistas que les pudieran indicar dónde se hallaba esa MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

vez. Con ese objetivo, pusieron en práctica dos estrategias: o bien se orientaban por las relaciones entre los objetos de la habitación (la puerta, la ventana, un cuadro colgado en la pared o una silla situada en un rincón); o bien aprendían que la carta ganadora se encontraba al lado de la planta, con lo que construían una relación estímulo-respuesta. Para saber la estrategia que seguía cada uno de ellos tan solo había que cambiar la maceta de lugar. Si los probandos elegían la carta donde previamente había estado la carta ganadora, colegíamos que se habían orientado por los rasgos espaciales (los objetos de la habitación). Pero si señalaban la carta situada junto a la nueva posición de la planta, inferíamos que utilizaban la estrategia de estímulo-respuesta. El resultado al que llegamos fue el siguiente: algunos de los voluntarios no estresados se decantaban por la estrategia espacial, más exigente pero también más segura. En cambio, los probandos estresados se inclinaban casi todos por la relación, quizá más simple, de estímulo-respuesta.

Flexibilidad reducida Estos resultados, junto con los datos de otras investigaciones, muestran que los cambios del sistema de memoria condicionados por el estrés reducen la flexibilidad del conocimiento adquirido; se dificulta así el paso a una nueva situación. Si bajo estrés memorizamos solo que en la estación de tren la segunda salida a la derecha conduce al andén, tal conocimiento apenas nos servirá de ayuda en caso de que nos encontremos con la entrada principal cerrada por obras, por lo que no nos quede más remedio que entrar al edificio por otro acceso. En 2009 constatamos en Bochum la hipótesis de que el estrés simplifica el comportamiento de aprendizaje a costa de la flexibilidad. Solicitamos a la mitad de nuestros voluntarios que introdujeran varias veces la mano en agua helada; a los miembros del grupo de control se les aplicó la misma orden, pero con agua templada. A continuación, se les ofreció a los probandos la posibilidad de beber cacao o zumo de naranja, productos a elegir con el clic sobre uno de los símbolos que aparecían en una pantalla de ordenador. Con rapidez, los voluntarios comprendieron qué símbolo correspondía a qué bebida. Una vez saciada la sed, ofrecimos algo de comer a los participantes: podían elegir entre pudding de chocolate y naranjas. Tal y como esperábamos, los sujetos del grupo de control evitaron en esta fase del experimento el cacao MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

o el zumo de naranja; en cambio, el caso de los estresados fue distinto. Pese a que manifestaron no desear más bebida, clicaron de nuevo el símbolo digital correspondiente. De hecho, se habían vuelto víctimas de la costumbre: el estrés de estos probandos había puesto en marcha el «piloto automático». Desde el punto de vista evolutivo, este fenómeno de «automatismo» tiene sus ventajas, ya que permite al cerebro concentrarse en aquello importante en situaciones de estrés. ¿Qué procesos se esconden en la base de estas estrategias de aprendizaje? Las técnicas de neuroimagen, como la tomografía por resonancia magnética funcional (TRMf), posibilitan la asignación de áreas cerebrales a procesos cognitivos, aunque no permiten todavía responder a la pregunta sobre qué procesos moleculares intervienen. Para la investigación de los efectos del estrés sobre la memoria, los científicos deben recurrir a los animales de experimentación. ¿Puede investigarse realmente en animales las situaciones complejas relacionadas con la memoria humana? La respuesta es sí. Los animales, al igual que los seres humanos, se ven forzados a memorizar lugares y sucesos. ¿Dónde encontré ayer comida? ¿Dónde está mi nido? ¿Qué lugares son peligrosos y conviene evitar? Un recuerdo fidedigno en momentos emocionalmente estresantes resulta imprescindible para la supervivencia de los organismos que viven en libertad. Los rendimientos memorísticos de los animales de experimentación pueden medirse a través de diferentes metodologías, como el laberinto acuático. En él, los roedores deben recordar la posición de una plataforma escondida bajo el agua. Los estudios de esa índole han puesto de manifiesto que los ratones y las ratas reaccionan al estrés igual que los humanos. Melly Oitzl y sus colaboradores de la Universidad de Leiden comprobaron en 1992 que los animales que carecían de un sistema de estrés aprendían peor. Las ratas que no podían producir corticosterona (hormona del estrés equivalente al cortisol humano), debido a que les habían extirpado las glándulas suprarrenales, necesitaban más tiempo para situar la plataforma en el laberinto acuático. El mismo efecto producía el bloqueo

GLOSARIO Adrenalina Hormona producida por la médula suprarrenal que pone al cuerpo en estado de alarma.

Cortisol Hormona producida por la corteza suprarrenal. Lleva a la descomposición de las proteínas y eleva el nivel de glucemia.

TRMf Tomografía por resonancia magnética funcional. Se trata de un procedimiento de neuroimagen que mide los cambios en la circulación sanguínea cerebral, los cuales se producen a la par que la actividad neuronal.

Para la investigación de los efectos del estrés sobre la memoria, los científicos recurren a los animales de experimentación 23

GLOSARIO LTP Potenciación a largo plazo. Se refiere al reforzamiento mantenido durante horas y hasta días de la transmisión sináptica entre las neuronas. Supone un fundamento importante de la memoria.

Molécula de adhesión celular Proteína de membrana que vincula las células entre sí o con sustancias extracelulares.

MACN Molécula de adhesión celular neuronal. Desempeña una función decisiva en el desarrollo del sistema nervioso, así como en las modificaciones de la actividad sináptica.

farmacológico de los receptores hormonales de la corticosterona en el cerebro. Por tanto, el rendimiento memorístico de los animales mejora bajo la influencia de las hormonas del estrés.

Múridos en el laberinto Sin embargo, el estrés no relacionado y no acoplado en el tiempo con la situación de aprendizaje, disminuye la eficacia de la memoria, según constataron David Diamond, de la Universidad de Florida del Sur en Tampa, y sus colaboradores en 1996. Los investigadores habían enseñado a unas ratas que siete de las calles de un laberinto formado por 14 pasadizos escondían comida. Una vez aprendida la lección, comenzó el experimento. Los investigadores aguardaron a que los múridos devoraran cuatro de las siete golosinas escondidas, momento en el que decidieron alejar a los animales durante cuatro horas del laberinto experimental. Tras ese largo período de tiempo, ¿podrían recordar los roedores qué pasadizos habían visitado y cuáles albergaban todavía una apetitosa recompensa? Solo los animales no estresados mantuvieron en la memoria los tres lugares restantes donde había comida. En cambio, si se estresaba a los animales antes de la prueba a base de colocarles en un entorno extraño, cometían más errores en su búsqueda. El estrés incontrolable, es decir, el que no origina la situación de aprendizaje, puede influir de forma negativa en la eficacia de la memoria. A menudo, este efecto alcanza tal extremo que las experiencias estresantes duraderas o intensas llegan a empeorar las capacidades cognitivas. Nuestro grupo de investigación en el Instituto Max Planck de Psiquiatría en Múnich demostró en 2009 que los ratones que habían sido sometidos en su juventud a un estrés crónico presentaban en la edad adulta un rendimiento memorístico peor que el de sus hermanos.

¿Dónde se encuentra mi andén? La memoria se basa, a grandes rasgos, en enlaces estructurales entre células nerviosas: las sinapsis. Un determinado estímulo (la visión de una estación) desencadena una cascada de señales

Los ratones sometidos en su juventud a un estrés crónico mostraron en la edad adulta una eficacia memorística inferior a la de sus hermanos 24

que lleva a la activación de lo aprendido («¿Dónde se halla mi andén?»). Las hormonas del estrés intervienen en la modificación de las sinapsis, de manera que influyen en el rendimiento de la memoria. Por regla general se entiende que, al aprender, se refuerzan circuitos neuronales concretos. Ello permite que las señales eléctricas de una neurona perteneciente a este circuito se transmitan de modo más rápido a la célula vecina gracias a la potenciación a largo plazo (o LTP, por sus siglas en inglés). Dicho fenómeno constituye la base de la plasticidad sináptica, es decir, supone la posibilidad del cerebro de reforzar o debilitar circuitos nerviosos dependientes de la actividad. Si las hormonas del estrés actúan en el espacio temporal correcto sobre las células nerviosas, se estimula entonces el LTP y, con ello, el recuerdo de un suceso o de un lugar. Pero si las hormonas no aparecen en concordancia temporal con lo aprendido, se debilitan las uniones entre las neuronas, por lo que la capacidad memorística disminuye. El grupo de Jeansok Kim, de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles, comprobó en el año 1996 el efecto de las hormonas del estrés en el hipocampo de las ratas. Dicha área cerebral actúa como «la estación central» para la formación y la consolidación de los contenidos espaciales de la memoria. Los receptores de las hormonas del estrés, que modulan la eficacia de la memoria, se encuentran allí en alta concentración. Las moléculas de adhesión celular podrían ser una pieza clave en los procesos celulares de aprendizaje. Tales proteínas estabilizan las sinapsis, de manera que posibilitan la transmisión de señales entre neuronas. No obstante, las moléculas no solo sirven como elementos estáticos de construcción: también colaboran en la regeneración de conexiones entre las neuronas, de forma que favorecen la plasticidad de las sinapsis. El estrés puede determinar la lectura de los genes para dichas moléculas y, con ello, influir directamente en el proceso de aprendizaje. Como puso de manifiesto el grupo de Carmen Sandi, de la Escuela Superior Federal de Lausana, el estrés activa las moléculas de adhesión celular neuronal (MACN) en el hipocampo, estimulando la formación de la memoria de largo plazo. Los ratones transgénicos en los que se impedía la activación de las MACN mostraban un comportamiento de aprendizaje peor que los múridos del grupo de control. MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Dirección de la transmisión de la señal

Cisura sináptica

GEHIRN & GEIST / ART FOR SCIENCE

Neurotransmisor

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA STRESS MODULATES THE USE

Receptor

Moléculas de adhesión celular

OF SPATIAL AND STIMULUSRESPONSE LEARNING STRATEGIES IN HUMANS. L. Schwabe

et al. en Learning & Memory, vol. 14, n.o 1-2), págs. 109-116, 2007.

UNA UNIÓN ESTRECHA En una sinapsis, los estímulos nerviosos saltan de una neurona a la siguiente. A tal fin, la célula nerviosa presináptica libera unos mensajeros (neurotransmisores), que, tras atravesar la cisura sináptica, alcanzan la

STRESS PROMPTS HABIT

neurona postsináptica donde se unen a unos receptores. Unas moléculas de adhesión celular especiales

BEHAVIOR IN HUMANS.

conectan ambas neuronas a través de la cisura sináptica y estabilizan la sinapsis. Según se sabe, el estrés

L. Schwabe, O. T. Wolf en

influye en la producción de las moléculas de adhesión celular y, con ello, sobre la memoria de larga duración.

The Journal of Neuroscience, vol. 29, n.o 22, págs. 71917198, 2009.

Dos en uno Desde el punto de vista de su influencia en el aprendizaje y en la memoria, el estrés tiene dos caras: por un lado, aumenta la capacidad de recuerdo de sucesos emocionales e importantes mientras que los no relevantes quedan relegados; por otro, si el estrés sobreviene crónico o de forma intensa, esos mecanismos de adaptación pueden resultar perjudiciales. Cuando sepamos qué mecanismos se hallan tras los efectos, tanto los positivos como los nocivos, es posible que podamos desarrollar medicamentos nuevos contra las enfermedades cognitivas dependientes del estrés, quizás incluso contra la enfermedad de Alzheimer. El programa de investigación MemStick, promovido por la Unión Europea, estudia desde 2008 la influencia de las moléculas de adhesión celular sobre los procesos de la memoria. Un equipo de investigación internacional intenta ahondar en los mecanismos de acción de las enfermedades cognitivas, así como ensayar nuevos tratamientos. La hipótesis parece en principio muy sencilla: si MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

las moléculas de adhesión celular son responsables de los procesos memorísticos, debería ser posible desarrollar sustancias análogas que estimularan la función de dichas moléculas. Los científicos han desarrollado un «péptido mimético» para la MACN, es decir, una pequeña proteína que se asemeja a una parte de esta molécula de adhesión. Las ratas que durante un estrés crónico fueron tratadas con este péptido mostraron una escasa mengua de sus capacidades cognitivas. El éxito permite confiar en que algún día puedan evitarse las consecuencias negativas del estrés sobre los procesos de la memoria; incluso en que se anulen por completo. También queda abierta la posibilidad de usar los efectos positivos de la presión psíquica en la capacidad para recordar. Es necesario continuar descifrando los mecanismos del estrés, del aprendizaje y de la memoria.

CHRONIC SOCIAL STRESS DURING ADOLESCENCE INDUCES COGNITIVE IMPAIRMENT IN AGED MICE. V. Sterlemann

et al. en Hippocampus 10.1002/hipo.20655, 2009. SPLINTERED BY STRESS: THE GOOD AND BAD OF PSYCHOLOGICAL PRESSURE.

M. V. Smith y L. Schwabe, en Scientific American Mind, vol. 22, págs.22-29, 2011. STRESS EFFECTS ON MEMORY: AN UPDATE AND INTEGRATION. L. Schwabe, M. Joëls,

B. Roozendaal, O. T. Wolf y

Mathias V. Schmidt es doctor en biología e investigador en el Instituto Max Planck de Psiquiatría en Múnich. Lars Schwabe, doctor en psicología por la Universidad de Trier, realiza un posdoctorado en la Universidad Ruhr-Bochum.

M. S. Oitzl, en Neuroscience and Biobehavioral Reviews, (en prensa).

25

Así hablo,

así pienso De un modo sutil, la gramática y el vocabulario influyen en nuestro pensamiento KLAUS WILHELM

L

SERIE

PSICONEUROLOGÍA DEL HABLA Parte 1: Lengua y pensamiento Enero 2012 Parte 2: Entender la gramática Marzo 2012 Parte 3: El camino de las palabras Mayo 2012 Parte 4: Lenguaje figurado e ironía Julio 2012 Parte 5: Lenguas extranjeras Septiembre 2012 Parte 6: ¿Robots parlantes? Noviembre 2012

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era Boroditsky acerca su mano a una taza de café situada encima de la mesa, frente a ella. «Si ahora tocase la taza, y esta cayera al suelo, un inglés diría: “Ella ha tirado la taza”. ¡Aunque hubiera ocurrido sin querer!». La joven investigadora de la Universidad Stanford añade que en el idioma japonés, en cambio, la intención de la acción se tiene en cuenta: la forma verbal para describir que una persona derriba una taza a propósito difiere de la que se utiliza en caso de que el accidente se deba a un error fortuito. «La taza se ha caído por ella misma», sería el enunciado en sentido literal. Para los lingüistas este fenómeno supone una de las múltiples particularidades que albergan algunos de los 7000 idiomas que se hablan en el mundo. Boroditsky, como investigadora cognitiva que es, se interesa más por la implicación que desempeñan esas diferencias para la mente. «Las características lingüísticas influyen en cómo las personas recuerdan los acontecimientos pasados», afirma. Los testigos oculares de un suceso son ejemplo de ello. Boroditsky publicó, junto a su colaboradora Caitlin Fausey, dos estudios entre 2010 y 2011 en los que probandos estadounidenses, españoles y japoneses fueron observados mientras veían distintas películas. Dos participantes actores acudieron al lugar donde se efectuaba la proyección de los largometrajes equipados con globos, que reventaron en la sala; también tiraron huevos y derramaron refrescos. Unas veces acometieron sus acciones visiblemente a

propósito; otras, al parecer, sin querer. Justo después, los participantes del experimento debían explicar lo sucedido, como si de los testimonios de un juicio se tratara. La lengua materna repercutió en el recuerdo de los probandos. Al preguntarles sobre quién había traído los globos, los testigos, indistintamente de su nacionalidad, recordaban a la perfección quién de los dos actores había sido, cuando actuaban a propósito. Por el contrario, si se trataba de un hecho aparentemente no intencionado, los probandos españoles y japoneses no recordaban con la misma precisión que mostraban los estadounidenses al causante de los hechos. Sin embargo, su retentiva funcionaba tan bien como la de los participantes de habla inglesa, tal y como demostraron las pruebas de control. El idioma, por lo tanto, influye en cómo percibimos y recordamos lo sucedido; o expresado de manera más incisiva: los estadounidenses atribuyen una intención a alguien con mayor facilidad que los españoles o los japoneses. El hablante nativo inglés tiende, al igual que el alemán, a describir los sucesos incluyendo a un personaje responsable de los acontecimientos. Los japoneses y españoles, en cambio, se fijan en otros aspectos. De todos modos, tras las lagunas en la memoria de las personas de habla hispana y japonesa podrían hallarse diferencias culturales. ¿Quizá sus padres les enseñaron a ser cautelosos a la hora de imputar la culpa a alguien? MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

© FOTOLIA / FABER VISUM (página anterior); NEUFFER-DESIGN (esta página)

PENSAMIENTO MULTICULTURAL Las singularidades de un idioma influyen en nuestra imaginación. Mientras que para los europeos el tiempo corre de izquierda a derecha, para los asiáticos transcurre de arriba abajo. Los aborígenes australianos perciben el tiempo basándose en los puntos cardinales.

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

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RESUMEN

Cuestión de matices

1

Las percepciones, los pensamientos y los

juicios se hallan sujetos a sutiles prejuicios con-

dicionados por la lengua materna.

2

Las personas reaccionan con mayor

rapidez ante estímulos sensoriales para los que su idioma nativo dispone de conceptos concretos; también relacionan atributos con objetos según su género gramatical.

3

La creencia de que el ser humano solo

comprende aquello que asocia con un término es

Las mismas investigadoras demostraron en 2010 que la influencia de la lengua sobre la mente se produce incluso dentro de una misma cultura. Probandos estadounidenses leyeron un texto que describía la provocativa actuación que las estrellas de música pop Janet Jackson y Justin Timberlake llevaron a cabo durante el intermedio de la Superbowl (el último partido del campeonato de fútbol americano). Al principio del dueto, Timberlake puso la mano en el top de Jackson, del que arrancó un trozo; ello provocó que un pecho de la cantante quedara al descubierto. ¿Era Timberlake responsable del percance? Los sujetos recibieron para leer una de dos versiones sobre el incidente; estas se diferenciaban entre sí por pequeños detalles. Mientras que en uno de los textos se leía: «Él desabrochó un botón, y se rompió el corpiño»; la otra argumentaba: «Un botón se desabrochó, y se rompió el corpiño». Aquellos individuos que recibieron de lectura la primera de las versiones condenaron a Timberlake a una multa (ficticia) mayor que los lectores de la segunda. Lo mismo sucedía tras enseñar el vídeo de la actuación a ambos grupos.

falsa: podemos aprender los matices de significado

El renacimiento de Sapir y Whorf

de otras lenguas.

«Solo la elección de las palabras», apunta Boroditsky, «ya varía el modo en que reflexionamos sobre un suceso». De ahí que la psicóloga se pregunte si la sutil diferencia entre las lenguas (si describen o no los sucesos con un protagonista) influye en el proceso cognitivo del hablante. ¿Interpreta un juez español la frase «la escopeta se disparó» de modo distinto que un juez inglés?

Prejuicio elocuente La lengua materna influye en nuestro pensamiento. Mas ¿qué pasa con las personas que crecen en un entorno bilingüe? Por lo visto, tienen una visión del mundo distinta según el idioma en el que hablan. Shai Danziger, de la Universidad Ben Gurión en Beer Sheva, junto con otros colaboradores, investigó en 2010 si sujetos israelíes de raíces árabes albergaban prejuicios implícitos frente a nombres judíos (como Avi) o árabes (Samir, por ejemplo). El resultado variaba según el idioma con el que se llevaba a cabo la prueba: en hebreo surgían menos opiniones negativas frente a los nombres judíos; en árabe, en cambio, los nombres árabes obtenían de media una mejor aceptación. («Language changes implicit associations between ethnic groups and evaluation in bilinguals». S. Danziger y R. Ward en Psychological Science, vol. 21, págs. 6799-6800, 2010)

28

¿Acaso viven las personas de distinta lengua materna en mundos diferentes? Los científicos Edward Sapir (1884-1939) y Benjamin Whorf (1897-1941) se manifestaban convencidos de ello. Durante los años treinta del siglo XX lanzaron una hipótesis con su nombre: la hipótesis Sapir-Whorf. La suposición estribaba en que, ya que la lengua caracteriza nuestra forma de pensar, los hablantes de distinta lengua deben percibir el mundo de maneras diferentes. En el período posterior hubo investigadores que recogieron datos que parecían respaldar esa idea. Los zuni, por ejemplo, una tribu india de Norteamérica, utilizan la misma palabra para designar el color amarillo y el naranja. Según un estudio, en comparación con los sujetos estadounidenses blancos, los zuni no recuerdan con tanta precisión si un objeto que han visto previamente es amarillo o naranja. A principios de los años setenta, el fundamento empírico de la teoría empezó a desmoronarse. Los experimentos que desarrolló la psicóloga Eleanor Rosch, de la Universidad de California en Berkeley, mostraron que, aunque los dani de Nueva Guinea solo conocen dos palabras para designar colores (claro y oscuro), pueden diferenciar los matices de los colores del mismo modo que los perciben los hablantes de lengua inglesa. Al mismo tiempo, la idea del lingüista Noam Chomsky, basada en que todas las personas se hallan unidas por una misma estructura mental universal, con independencia de su lengua materna, iba cogiendo fuerza. Todas las lenguas del mundo expresan los mismos pensamientos; se diferencian solo en el modo de hacerlo. Hasta finales del siglo XX, los científicos apenas dedicaron esfuerzos para comprobar la hipótesis Sapir-Whorf. Boroditsky y otros neowhorfianos no creían que la lengua y el pensamiento fueran tan independientes la una del otro. En sus experimentos recogieron, indicio a indicio, las diferencias cognitivas sutiles entre personas de lenguas maternas dispares. La crítica los seguía de cerca. En opinión de la lingüista Lisa Gleitman, de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia, Boroditsky infravalora la complejidad de la mente humana. «El lenguaje es solo una pequeña parte en comparación con la gran riqueza de nuestro pensamiento.» Sobre este tema se discute y discutirá en profusión, puesto que afecta a la naturaleza de nuestra mente. ¿Cómo adquirimos el conocimiento? ¿Qué hace a Homo sapiens tan inteligente? Los investigadores deben traducir preMENTE Y CEREBRO 52 / 2012

guntas sobre la humanidad de tal envergadura en condiciones experimentales manejables, ya que a menudo el efecto de las estructuras idiomáticas sobre la mente se basa solo en matices. Por tradición, la percepción de los colores desempeña una función muy importante en este ámbito. En principio, todas las personas que no sufren ningún defecto óptico relacionado con los colores deberían percibir lo mismo. Al parecer, sin embargo, existen diferencias. En 2008, Boroditsky y Jonathan Winawer, de la Universidad Stanford, junto con otros colaboradores, analizaron a 24 sujetos ingleses y otros 26 rusos nativos de los alrededores de Boston. Mostraron a los probandos tres cuadrados azules dispuestos de forma triangular. Su tarea consistía en señalar, tan rápido como les fuera posible, cuál de los cuadrados inferiores tenía el mismo tono que el cuadrado situado en la parte superior. En ruso, azul claro (golubói) y azul oscuro (sinii) se consideran colores distintos. Los investigadores trabajaron con matices de color que los participantes rusos habían calificado momentos antes como golubói o sinii, unívocamente. Si los nativos rusos veían una pizarra en la que los dos cuadrados del mismo color se hallaban pintados de azul claro y el tercer cuadrado, por el contrario, de una tonalidad azul perteneciente a la gama del oscuro, estos reconocían el cuadrado de abajo con mayor rapidez que cuando todos los tonos pertenecían a la gama de azul claro. Para los sujetos de habla inglesa, en cambio, no suponía una diferencia alguna la gama dentro del espectro de azules con la que estuviese pintado el cuadrado. En una variante de la prueba, los sujetos debían clasificar los cuadros azules a la vez que realizaban un ejercicio de visión espacial (consistía en detectar un patrón de cuadrados blancos y negros). De nuevo, los probandos rusos sacaban mejores resultados si los dos matices de azul se correspondían con términos distintos en su idioma nativo. En una segunda variante, se distrajo a los sujetos con una actividad oral: debían pensar en un número de ocho cifras que repetirían una y otra vez solo para sí. En este caso, los hablantes rusos se mostraron igual de rápidos en distinguir las tonalidades de azul. Por lo visto, el lenguaje desempeña una función activa en la percepción de los colores. ¿Con qué intensidad arraigan en el cerebro tales categorías lingüísticas? ¿Se trata de una reacción automática o de una reflexión consMENTE Y CEREBRO 52 / 2012

ciente en todo detalle del tipo «esto es azul claro, esto es azul oscuro»? En 2009, el psicólogo Guillaume Thierry, de la Universidad galesa de Bangor, intentó aportar luz a la cuestión. Junto con lingüistas y neurocientíficos investigó la actividad cerebral de nativos griegos e ingleses mediante electroencefalografías (EEG). En griego, las tonalidades de azul galazio (claro) y ble (oscuro) también se consideran colores distintos. Los sujetos vieron en una pantalla una serie de círculos coloreados, la mayoría de los cuales eran de un color, ya fuese azul claro o azul oscuro. De vez en cuando, en intervalos aleatorios, aparecían círculos del otro azul. A continuación, los investigadores repitieron la misma operación con círculos de color verde claro y verde oscuro; en este caso, en griego solo existe un término para el verde.

¿MÁS AZUL QUE EL AZUL? Los nativos rusos utilizan distintos términos léxicos para denominar el azul oscuro y el azul claro: sinii y golubói, respectivamente. Ello les facilita distinguir con rapidez qué cuadrado inferior se corresponde con el superior.

Alarma lingüística de errores Thierry y sus colaboradores observaron que siempre que cambiaban, de modo inesperado, los colores del estímulo de claro a oscuro, o viceversa, surgía en las EEG de los sujetos un dato característico: el potencial de disparidad (mismatch negativity). Se trata de un tipo de detector de errores neuronales que advierte que ha aparecido un objeto inesperado. En los sujetos griegos, dicha reacción aparecía más marcada cuando los colores cambiaban entre las dos gamas de azul que cuando cambiaban de verde claro a oscuro, o al revés. Para los probandos británicos no existía diferencia ninguna: su cerebro reaccionaba a los cambios siempre con la misma intensidad. El potencial de disparidad es una reacción automática que sucede unos 200 milisegundos antes de formular una idea. Por esa razón,

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NEUFFER-DESIGN

EL GÉNERO IMPORTA Según sea el género gramatical de la palabra para denominar un puente —masculino en el caso del español, femenino en alemán (die Brücke)—, los hablantes de las respectivas lenguas asocian el objeto con atributos de fortaleza o bien de gracilidad.

Dr. Jekyll y Mr. Huang Según Sylvia Chen y Michael Bond, de la Universidad Politécnica de Hong Kong, una persona dispone de cualidades personales diferentes tras aprender una lengua extranjera. Una encuesta reveló que los individuos nativos chinos poseían más capacidad de liderazgo y se mostraban más extrovertidos y abiertos cuando hablaban en inglés que si lo hacían en cantonés. Los investigadores lo atribuyeron a las normas culturales que se adquieren al aprender una lengua extranjera, y que se ponen en práctica al utilizar ese idioma. («Two languages, two personalities? Examining language effects on the expression of personality in a bilingual context». S. X. Chen y M. H. Bond en Personality and Social Psychology Bulletin, vol. 36, págs. 1514-1528, 2010.)

30

Thierry concluyó que los nativos rusos e ingleses diferencian su percepción de los colores de manera inconsciente ya en un primer nivel, antes de centrar su atención de manera consciente en el matiz del color. Es probable que esta sutil diferencia no se limite solo a los colores; de hecho, las lenguas se distinguen entre ellas de innumerables maneras. Así, algo parecido sucede con los términos de dirección y relaciones espaciales. Los thaayorre, un pueblo aborigen del norte de Australia, carece de términos para referirse a la derecha o a la izquierda; tampoco pueden indicar delante o detrás. La relación espacial no la definen desde el punto de vista del observador, sino teniendo en cuenta el firmamento: cuán este, oeste, norte o sur se encuentra un objeto, indistintamente de qué se trate. Una hormiga camina por el oeste de la mano más al norte de una persona; o una taza se encuentra depositada al sur de un plato. Aquellos que se expresan de este modo deben encontrarse orientados en todo momento; de no ser así, incluso las conversaciones más sencillas fracasan. Los thaayorre indican con mayor exactitud su situación en comparación con los miembros de otras tribus aborígenes de su entorno, cuya

lengua no dispone de términos para referirse a las direcciones absolutas. Según Boroditsky, aquello que faculta a los thaayorre para disponer de tan sorprendente capacidad cognitiva, es la lengua. Las relaciones espaciales son básicas para nuestro pensamiento. A partir de ellas creamos otros conceptos más complejos: los tonos son agudos o graves, las orientaciones políticas de derechas o de izquierdas, las personas pueden sentirse bajas de moral o vivir momentos álgidos. Lo mismo ocurre con nuestras experiencias vividas. Imagínese el lector una línea del tiempo de su vida, con el nacimiento a un extremo, y el presente al otro. ¿Quizá la línea que usted acaba de trazar en su mente es horizontal, va de izquierda a derecha? La mayoría de los nativos alemanes o ingleses siguen dicho principio: a lo lejos, a la izquierda, aparece aquella temible prueba de matemáticas de la que debía examinarse en la selectividad; un poco más a la derecha emerge ese fantástico viaje a Asia; y todavía más a la derecha se ubican las primeras vacaciones con la familia. La lingüista Alice Gaby, de la Universidad de California en Berkeley, ha investigado con Lera Boroditsky a 14 nativos de la tribu de los thaayorre: siete hombres y otras tantas mujeres, de entre 40 y 70 años. Primero mostraron a los probandos tarjetas, cada una de las cuales representaba una fase de un episodio temporal (por ejemplo, las etapas de la vida de un hombre MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

desde su infancia hasta la senectud, o la secuencia de un plátano cada vez más mordisqueado). Los aborígenes debían colocar las tarjetas en el orden temporal adecuado. En la segunda parte del estudio, las investigadoras colocaron una piedra en el suelo que representaba el «hoy». Pidieron a los sujetos que marcaran con otras dos piedras el «ayer» y el «mañana». Durante cada ejercicio, los probandos cambiaban de posición, de modo que cada vez su cabeza estuviera orientada en una dirección. Resultado: casi todos los thaayorre representaron el paso del tiempo de este a oeste, de modo que la «línea del tiempo» cambiaba de dirección de forma constante, dependiendo de la posición de los sujetos en cada momento. Si se hallaban mirando hacia el norte, el tiempo transcurría de derecha a izquierda; si, por el contrario, miraban hacia el este, el tiempo transcurría hacia ellos. En cambio, para los 14 participantes estadounidenses de un grupo de control, el tiempo avanzaba de izquierda a derecha. Las comparaciones con otras culturas revelan que los hablantes de chino mandarín imaginan el transcurso del tiempo de modo vertical. Los acontecimientos del pasado los clasifican en lo más alto, mientras que los futuros los sitúan en la zona más inferior. Al parecer, tal tipo de conceptos abstractos dependen de la dirección en la que se lee y escribe una lengua.

Escritura y percepción del tiempo En un experimento análogo, los investigadores obstaculizaron la manera natural de razonar de los hablantes del idioma mandarín al hacerles colocar objetos en una secuencia horizontal. En esa situación, ante la pregunta: «El mes de noviembre ¿se encuentra delante o detrás del octubre?», la respuesta de los probandos ya no era ni rápida ni segura. Lo mismo ocurrió con los participantes de lengua inglesa materna al tener que ordenar los conceptos temporales de arriba abajo. La dirección de nuestra escritura y la representación temporal parecen estar estrechamente relacionadas. Si se impide a los sujetos representar la dirección espacial, se desordena su percepción temporal. Para corroborar las tesis sobre el pensamiento influido por el lenguaje, Boroditsky enseñó a algunos individuos en el laboratorio a hablar de formas distintas sobre el tiempo. Ingleses nativos debían describir una secuencia de hechos con una metáfora vertical. «Acto seguido, su percepción temporal se asemejaba mucho más a la de un hablante de chino mandarín», comenMENTE Y CEREBRO 52 / 2012

ta Boroditsky. «De hecho, cuando aprendemos un nuevo idioma, también hacemos nuestro un nuevo modo de pensar.» Existen numerosos idiomas que clasifican objetos inanimados según un género, aunque pueda parecer absurdo: ¿por qué tiene que ser una pelota femenina y un paraguas masculino? Los puentes en español son masculinos mientras que en alemán son femeninos. En 2007, Boroditsky demostró que los alemanes, de manera automática, describen un puente con atributos femeninos: elegante, esbelto, grácil, bello o apacible. Los españoles, por el contrario, lo asocian con cualidades como fuerte, peligroso, grande o sólido. Al solicitar a sujetos franceses que se imaginaran que uno de los tenedores dispuestos frente a ellos hablara, los probandos asignaban al objeto una voz aguda (en francés, este utensilio para comer recibe el «coqueto» nombre de la fourchette); un español, en cambio, atribuiría al tenedor una voz más grave y masculina. El artículo gramatical activa conceptos muy arraigados de feminidad o masculinidad cuando se piensa en un objeto. «Cuando un estadounidense que estudia un idioma nuevo aprende el género de un objeto, ello influye en la representación mental que tiene de ese objeto del mismo modo que le sucede al nativo», afirma Boroditsky. No es necesario trasladarse al laboratorio para observar semejantes efectos. En cada museo se hallan ejemplos de personificaciones, es decir, de representaciones en forma humana de conceptos abstractos: la muerte, el pecado, la victoria o el tiempo, entre otros. ¿Cómo decide un artista si la muerte debe ser masculina o femenina? El 85 por ciento de las personificaciones son del mismo género que el término utilizado en la lengua materna de su autor. Los pintores alemanes acostumbran a representar la muerte personificada en un hombre y, por el contrario, en los lienzos de pintores rusos suele aparecer como una mujer. Los fenómenos descritos señalan que las lenguas han encontrado caminos disímiles para describir el mundo y distribuirlo en categorías; tales diferencias se reflejan en el proceso cognitivo de sus hablantes. Ello no significa, empero, que las personas deban mantenerse ajenas a espacios lingüísticos básicos diferentes. El cerebro es lo bastante flexible como para aprender otros significados y términos. Es la manera de conocer nuevas formas de ver las cosas.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA RUSSIAN BLUES REVEAL EFFECTS OF LANGUAGE ON COLOR DISCRIMINATION.

J. Winawer et al. en Proceedings of the National Academy of Sciences USA, vol. 104, págs. 7780-7785, 2007. REMEMBRANCES OF TIMES EAST. ABSOLUTE SPATIAL REPRESENTATIONS OF TIME IN AN AUSTRALIAN ABORIGINAL COMMUNITY. L. Boroditsky

y A. Gaby en Psychological Science, vol. 21, págs. 16351639, 2010. CONSTRUCTING AGENCY: THE ROLE OF LANGUAGE. C. M.

Fausey et al. en Frontiers in Cultural Psychology, n.o 10.3389/fpsyg.2010.00162, 2010. SUBTLE LINGUISTIC CUES INFLUENCE PERCEIVED BLAME AND FINANCIAL LIABILITY.

C. M. Fausey y L. Boroditsky en Psychonomic Bulletin & Review, vol. 17, págs. 644650, 2010. EL PRISMA DEL LENGUAJE: CÓMO LAS PALABRAS COLOREAN EL MUNDO.

G. Deutscher. Ariel, Barcelona, 2011. LENGUAJE Y PENSAMIENTO.

L. Boroditsky en Investigación y Ciencia, n.º 415, págs. 40-43, 2011.

Klaus WilhelmGUDKÏNQIQ[RGTKQFKUVCEKGPVÉƂEQ

31

ENTREVISTA

«El lenguaje surge de una red de conexiones cerebrales» ¿Cómo se forma el lenguaje en nuestro cerebro? La neurocientífica Angela D. Friederici afirma que el talento para comunicarnos a través de palabras y oraciones surge de un trabajo neuronal en equipo ENTREVISTA REALIZADA POR JOACHIM MARSCHALL

aula, de cuatro años, gatea sobre la litera del escáner cerebral situado en una habitación con juguetes y peluches. Mas no se trata de un tomógrafo de verdad. Nos encontramos en la sala «maqueta» (mockup) del Instituto Max Planck de Cognición y Neurociencias, en Leipzig, donde se prepara a los niños para la prueba posterior con el fin de que puedan familiarizarse con un entorno para ellos desconocido. Angela D. Friederici y su colaborador Michael Skeide colocan a Paula las videogafas; también le proporcionan dos pulsadores de plástico para que los sostenga uno en cada mano. En la prueba real, tales interruptores servirán a la niña para responder a unas preguntas que le formularán los neurocientíficos mientras miden su actividad cerebral en la pantalla. La pequeña lleva, además, unos auriculares, los cuales simulan el ruido dentro del tubo de escáner (en el experimento posterior servirán para protegerla del estruendo habitual del funcionamiento del dispositivo). Profesora Friederici, ¿para qué experimento preparan a Paula? Estudiamos un fenómeno relativo al desarrollo del lenguaje, para el cual, por el momento, no tenemos una explicación clara: a la edad de seis años los niños pueden expresarse bastante bien a través del lenguaje, y entenderlo todo. No obstante, cuando se les confronta con oraciones que no se corresponden con el orden normal de palabras, por ejemplo, «al tigre lo empuja el oso», en lugar de «el oso empuja al tigre»; entonces suelen malinterpretarlas.

32

¿Cómo lo investigan? Mostramos a los niños dos imágenes. Les preguntamos cuál de ellas corresponde a la oración que acaban de escuchar. En una de las ilustraciones, el oso empuja al tigre, en la otra ocurre al contrario. Cuando han escuchado la oración en el orden «incorrecto», escogen la imagen al azar. Parece que no son capaces de procesar una estructura oracional en la cual el objeto se encuentra al principio de la frase. ¿Cómo se explica esto? Lo intentamos averiguar con ayuda de la resonancia magnética nuclear funcional. Sabemos que a esa edad se activan durante el procesamiento sintáctico las mismas áreas cerebrales que en los adultos: la corteza frontal inferior en torno al área de Broca y la parte posterior de la circunvolución temporal superior. La pregunta es, sin embargo, ¿por qué no funciona bien? Hace algunos años constatamos que determinadas conexiones fibrilares posibilitan un intercambio intenso de información entre los centros del lenguaje. Es probable que tales vías nerviosas no se encuentren del todo desarrolladas en niños entre los seis y siete años. En consecuencia, no podrían facilitar de forma adecuada el flujo de información de una región cerebral a otra, como sí ocurre en el cerebro adulto. Es lo que indican los primeros resultados.

AMBAS FOTOGRAFÍAS: MARTIN JEHNICHEN

P

ANGELA D. FRIEDERICI Q

Q

Nació en 1952 en Colonia. Estudió filología germánica y románica, lingüística y psicología en Lausana y Bonn.

Q

Ha investigado, entre otros, en los observatorios científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, así como en el Instituto Max Planck de Psicolingüística en Nijmegen.

Nombrar el sujeto de una oración al principio de la frase es una particularidad de ciertos idiomas, como el español, el inglés o el alemán. Los niños criados con otra lengua materna, ¿presentan problemas similares?

Q

Dirige el departamento de neuropsicología en el Instituto Max Planck de Cognición y Neurociencias en Leipzig.

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Es una pregunta muy interesante. ¿Hasta qué punto son necesarias determinadas conexiones fibrilares para desempeñar funciones concretas? La vía dorsal parece encargarse, por lo general, del procesamiento de estructuras gramaticales. Consideremos estas dos oraciones: «un hombre pinta a la mujer» y «un hombre pinta la mujer». Solo cuando escucho «la mujer» al final de la oración, sé que debo reinterpretar «el hombre» como objeto de la oración. Para ello necesito unas conexiones fibrilares correctamente desarrolladas entre los dos grandes núcleos cerebrales del lenguaje. Este tipo de «trampas» se dan en casi todos los idiomas. En los últimos años, los psicólogos han hallado numerosas pruebas de que la lengua materna influye sobre el pensamiento. ¿Qué opina usted como neurocientífica? Soy escéptica al respecto. Cuando una lengua posee una diferenciación muy precisa acerca de un concepto y distingue, por ejemplo, más tonalidades de azul, entonces seguro que debe tener una repercusión sobre cómo formulo mis pensamientos mentalmente. No obstante, si una persona dispone de una palabra para referirse a algo, resulta mucho más importante la siguiente cuestión: ¿entiende el concepto subyacente? Que las lenguas abarquen diferentes conceptos con palabras, seguro que influye sobre nuestro patrón de pensamiento, pero ello no significa que no podamos comprender conceptos foráneos. Por el momento no es posible visualizar en el encéfalo conceptos mentales. ¿Podrá conseguirse en un futuro? Es difícil. Hoy en día podemos constatar al instante si un cerebro está procesando una oración correcta o incorrecta. Por otro lado, para que pueda «leer» una palabra en la actividad neuronal, debería conocer la historia completa de la persona implicada. Usted aprendió el término «lápiz» en una situación distinta de la mía. Por ello, la representación de dicha palabra en su cerebro difiere de la mía. Los conceptos relacionados con vocablos son muy amplios. Por ejemplo, en su concepto personal de lápiz se hallan implicados todos los MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

PRUEBAS EN EL ESCÁNER En una reproducción de un escáner cerebral, Angela D. Friederici y su colaborador Michael Skeide preparan a Paula, de cuatro años, para un experimento. El estudio debe proporcionar información sobre el trasfondo neuronal de la adquisición infantil del lenguaje.

utensilios para la escritura que usted haya utilizado alguna vez. Se trata de la semántica conceptual. Además, las asociaciones de otros conceptos afines se coactivan de forma automática; en este caso, términos como tinta, papel o escribir. ¿Podría explicar este fenómeno por qué el género gramatical influye en cómo pensamos acerca de los objetos materiales? ¿Es por despertar asociaciones con los conceptos de «feminidad» y «masculinidad»? Seguramente eso sea correcto. Un ejemplo usual es el de la luna, palabra de género masculino en alemán. Así, en los libros infantiles españoles, la luna aparecerá femenina, mientras que para los niños alemanes predomine el lado masculino de la luna. Ello tiene que ver precisamente con lo que antes comentaba. ¿Cómo va a saber un investigador qué libros infantiles leyó usted? Si en ellos se incluían traducciones

del alemán, quizás usted aprecie la luna como menos femenina. ¿Se diferencian las lenguas maternas en la anatomía cerebral? Los estudios indican que las personas que han aprendido una escritura pictográfica utilizan conexiones fibrilares distintas a las de europeos o americanos. Por otro lado, se han observado determinadas vías nerviosas subdesarrolladas en los niños disléxicos. De todos modos, debemos seguir investigando para comprender qué significado tienen las vías conectoras para el procesamiento cerebral del lenguaje. Al menos hemos comenzado a comprender que no son áreas concretas y aisladas las que posibilitan dicha capacidad. La función se encuentra en la red de conexiones. ¿Significa esto que el lenguaje surge de la relación entre áreas cerebrales?

«Las lenguas tienen sus propias palabras. Ello no significa que una persona no pueda comprender conceptos extranjeros» 33

Fraguado en la izquierda Para la mayoría de las personas, el hemisferio

Visión de corte frontal del cerebro

izquierdo es dominante (lateralización) en la elaboración neuronal del lenguaje. La parte

Hemisferio derecho

posterior de la circunvolución temporal supe-

Hemisferio izquierdo

rior recibe señales de la corteza auditiva, y las transmite a través de la vía dorsal (flecha blanca) al área de Broca. Los ganglios basa-

Caudado

les funcionan a modo de marcapasos en la

Tálamo

comprensión y producción del lenguaje. Los ganglios basales engloban una serie de estructuras situadas bajo la corteza cerebral: el putamen, el globo pálido, el núcleo subtalámico y el caudado, así como la sustancia negra. Las áreas marcadas con amarillo en la

Putamen Globo pálido

Circunvolución temporal superior

Núcleo subtalámico

Claustro Amígdala Sustancia negra

parte superior de la gráfica se consideraban hasta ahora parte de los ganglios basales, pero, según estudios recientes, desempeñan

Visión lateral izquierda

otro tipo de funciones. El tálamo, un núcleo forma a la corteza de cuándo se infringen las

Área de Broca

reglas gramaticales, gracias a unas fibras que

Circunvolución temporal superior

le proporcionan retroalimentación.

Sí, pero aún hay más. Al parecer, las áreas de la red lingüística no son solo específicas para el lenguaje, también se hallan implicadas en otras actividades cognitivas, según con qué otras regiones colaboren. ¿Qué otras funciones ejercen las áreas del lenguaje? En la actualidad se discute mucho sobre el tema. Parece que el área de Broca también se encuentra implicada en la planificación de movimientos. Mi impresión es que dicha región está relacionada, por lo general, con la secuenciación, esto es, con la producción de series. En cambio, la parte posterior de la circunvolución temporal superior se activa siempre que deben integrarse informaciones de fuentes distintas.

espera que se lleven a cabo funciones cognitivas complejas. En 2008 tuvimos la oportunidad de examinar, junto a Fabian Klostermann y Gabriel Curio, de la facultad de medicina de la Universidad Libre de Berlín (Berliner Charité), la actividad neuronal de pacientes con trastornos del movimiento. Los afectados esperaban para ser operados, por lo que se les habían insertado unos electrodos en la parte profunda del cerebro. Para nosotros era importante comparar esta medición con las señales de la superficie cerebral, las cuales registramos mediante electroencefalografía (EEG). Confrontamos a los sujetos con errores sintácticos, por ejemplo, transgrediendo una categoría morfológica.

¿Existen otros componentes destacados de la red lingüística? Hace poco hemos descubierto que el tálamo desempeña una función. Se trata de una estructura cerebral situada bajo la corteza, donde normalmente no se

¿Qué quiere decir? Pongamos la oración «la pizza en fue comida». Al escuchar la preposición en, se espera que a continuación aparezca un sustantivo, no una acción. Desde los años noventa sabemos que el cere-

34

Parte posterior de la circunvolución temporal superior

bro reacciona de manera eficaz y rápida ante tales transgresiones morfológicas. Así, transcurridos unos 150 milisegundos, puede observarse una negatividad anterior izquierda temprana o ELAN (por sus siglas en inglés), oscilación característica de la EEG. Tras 600 milisegundos le sigue una oscilación positiva. Descubrimos que el tálamo reacciona aumentando su actividad ante el error sintáctico; por así decirlo, informa de que «algo no es correcto». Para nosotros resultó fascinante averiguar qué activación sucedía primero, si la subcortical o bien la cortical. En la EEG se reconoce primero el componente temprano; después, con una demora de unos 50 milisegundos, se da la activación del tálamo, la cual disminuye poco antes de que aparezca la señal positiva. Es como si la información viajara desde la corteza y pasara por el tálamo para ser procesada y enviada de vuelta. En concreto, ¿qué ocurre en el tálamo? MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

GEHIRN & GEIST / MEGANIM

destacado para los estímulos sensoriales, in-

Todavía lo desconocemos. Es posible que el tálamo valore información sensorial global aferente e informe de nuevo a la corteza sobre la inconsistencia. ¿Se encuentran otras estructuras subcorticales implicadas en el procesamiento del lenguaje? Sí. Los ganglios basales, por ejemplo. Estos generan ritmos neuronales. Mi compañera Sonja Kotz ha comprobado, con ayuda de estudios desarrollados en pacientes con párkinson, que estos individuos comprenden mejor lo que se les dice cuando se les habla con un ritmo insistente: dadam-da-dam-da-dam. La enfermedad de Parkinson se caracteriza, sobre todo, por las lesiones en los ganglios basales. Cuando estas estructuras se ven afectadas, parece que los enfermos no reconocen de modo correcto el ritmo del lenguaje espontáneo, a no ser que se exagere desde el exterior. ¿Puede aplicarse esta teoría a la práctica para mejorar la comunicación con los afectados? En principio sí, pero es difícil mantener el ritmo de habla monótono de manera prolongada. Los electrodos que los neurocirujanos les colocan también pueden provocar errores de coordinación. En estos momentos estamos comprobando si los pacientes con párkinson pueden comunicarse mejor con este tipo de marcapasos. A propósito del ritmo, usted se interesa por la relación entre el lenguaje y la música. ¿Guardan una relación estrecha? Es frecuente que las redes que se activan ante estímulos lingüísticos y musicales se solapen. Por otro lado, en la música existe algo parecido a la sintaxis: las armonías. Estas también se procesan en el área de Broca. Por lo demás, el hemisferio izquierdo es dominante en el procesamiento neuronal del lenguaje, mientras que para la música y la prosodia, es el derecho. ¿Cuán importante es la prosodia en una lengua? Junto a la neuróloga Daniela Perani hemos llevado a cabo un experimento en el que exploramos con el escáner a neonatos de tan solo dos días. El cerebro de los MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

«El desarrollo verbal de los niños refleja, en cierta medida, los cambios evolutivos»

recién nacidos todavía no ha recibido un abundante input lingüístico, excepto los ruidos filtrados en el vientre materno. Al presentarles oraciones con voz robótica y monótona, no apreciamos activación alguna. En cambio, oraciones «tarareadas» en las que se había preservado la melodía de la lengua, a pesar de no contener palabras reconocibles, activaban las áreas del lenguaje con casi tanta intensidad como la lengua natural. Los sonidos sin prosodia parecen ser irrelevantes para los niños.

mina y la serotonina. Así, se observa la actividad de las neuronas dopaminérgicas y serotonérgicas durante el desarrollo de una tarea cognitiva muy concreta.

¿Es posible atar conclusiones en relación al desarrollo filogenético? Existen estudios en los que se han comprobado los fascículos nerviosos que conectan los núcleos del lenguaje entre sí; tanto en macacos, como en chimpancés y humanos adultos. Grosso modo, se observa que la vía dorsal, sobre todo, se encuentra subdesarrollada en los primates no humanos, igual que sucede en los niños. Ello demuestra que el desarrollo en la etapa infantil encaja con los cambios evolutivos. De todas maneras, tales ideas suponen, por ahora, especulaciones. No sabemos qué había antes del lenguaje.

Entonces ¿el procesamiento del lenguaje es una especie de fotocalco de la manera de funcionar del cerebro? Sí. El lenguaje es un campo fabuloso para investigar el cerebro, ya que los lingüistas han desarrollado teorías maduras al respecto. Gracias a ello, los científicos pueden recurrir a ellas en sus experimentos, lo que no ocurre con otros temas, como la toma de decisiones. Los neurocientíficos pueden sacar buen provecho de las teorías en torno a la gramática cimentadas por los lingüstas para comprender la globalidad del trabajo del cerebro.

¿En qué trabaja ahora? Las conexiones nerviosas cerebrales revisten gran importancia para el lenguaje. Pero ¿qué ocurre a nivel de los neurotransmisores? Para saberlo debe analizarse cómo se encuentran distribuidos los receptores en las neuronas. Las áreas que trabajan en conjunto, ¿se parecen más en su arquitectura de receptores en comparación con otras regiones? En estos momentos me encuentro enfrascada en esta investigación, junto a Karl Zilles y Katrin Amunts, ambos del Centro de Investigación Jülich. Nuestra meta a largo plazo es comprender la distribución de los neurotransmisores en el cerebro vivo. Para ello necesitamos ligandos que se unan a los mensajeros y puedan hacerse visibles mediante procedimientos de neuroimagen. Dicho proceso ya funciona con la dopa-

Los diversos procesos lingüísticos ¿se fundamentan en neurotransmisores distintos? Eso suponemos. Es muy probable que los procesos moleculares de base no sean específicos para el lenguaje, sino que sean característicos de cada área cerebral que procese, entre otras cosas, el lenguaje.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA THE ROLE OF THE HUMAN THALAMUS IN SYNTACTIC LANGUAGE PROCESSING.

M. Wahl et al. en Neuron, vol. 59, págs. 695-707, 2008. BROCA’S REGION: NOVEL ORGANIZATIONAL PRINCIPLES AND MULTIPLE RECEPTOR MAPPING. K. Amunts et al. en PLoS Biology,

vol. 8, pág. e100489, 2010. VIOLATION OF SYNTAX AND PROSODY: DISENTANGLING THEIR CONTRIBUTIONS TO THE EARLY LEFT ANTERIOR NEGATIVITY (ELAN). B. Herrmann et al. en Neuro-

science Letters, vol. 490, págs. 116-120, 2011.

35

MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD COGNICIÓN

EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA Un recién nacido procesa estímulos visuales complejos y presta atención a los sonidos e imágenes. Mas ¿cuándo comienza a ser consciente? CHRISTOF KOCH

¿C  

ómo sabemos que un recién nacido sano posee conciencia? Sin duda, está

despierto: sus ojos aparecen completamente abiertos, mueve su cuerpecito, hace muecas y, lo más importante, grita y llora. Empero ¿siente dolor, huele la leche de su madre, distingue el color rojo? En definitiva, ¿es consciente de que forma parte de este mundo? Se conoce que los bebés no son conscientes de su propio estado, sus emociones y motivaciones. Incluso los niños que ya saben hablar comprenden de forma limitada sus propias acciones. No resulta extraño que un adolescente que ha cometido alguna acción imprudente responda a la pregunta de por qué lo hizo con un encogimiento de hombros o, como mucho, con una simple respuesta: «No sé, me pareció buena idea en ese momento». Un recién nacido carece de autoconciencia, pero es capaz de procesar estímulos visuales complejos y presta atención a los sonidos e imágenes a su alrededor, en esCORBIS

pecial a las caras. Aunque la agudeza visual del bebé le permite ver tan solo borrones, se encuentran en funcionamiento las conexiones básicas entre el tálamo y la cor-

¿Cuándo empezó a tener conciencia este recién nacido?

teza cortical necesarias para construir perceptos visuales simples y otros conscientes.

Cerebro preparado

sobrevivir en ese momento fuera del útero

Por otro lado, el entorno en el que crece

Pero ¿cuándo empieza el mágico viaje de

con los cuidados médicos apropiados. Ya

determina sus capacidades lingüísticas. La

la conciencia? La conciencia requiere una

que resulta más fácil observar e interactuar

exposición a los sonidos del habla materna

red sofisticada de componentes altamente

con un bebé prematuro que con un feto

en los limitados confines del útero permite

interconectados: las células nerviosas. Su

de la misma edad gestacional en el útero,

al feto detectar regularidades estadísticas,

sustrato físico, el complejo tálamo-corti-

a menudo se considera al feto como un

de manera que cuando nace es capaz de

cal, que proporciona a la conciencia un

bebé prematuro, como un recién nacido no

distinguir la voz de su madre; incluso su

contenido de gran complejidad, empieza

nacido. Sin embargo, esta noción no tiene

forma de hablar. Un comportamiento to-

a funcionar entre las 24 y 28 semanas de

en cuenta el particular entorno uterino: el

davía más complejo es la imitación: si el

gestación. Unos dos meses después, la

feto duerme suspendido en una cueva cáli-

padre saca la lengua, el niño imita el gesto

sincronía del ritmo electroencefalográfico

da y oscura conectada a la placenta, la cual

combinando la información visual con una

(EEG) entre los hemisferios corticales seña-

bombea sangre, nutrientes y hormonas a

respuesta propioceptiva a partir de los mo-

la el comienzo de la integración neuronal

su cuerpo y cerebro en desarrollo.

vimientos propios. Por tanto, es probable

total. En el tercer trimestre, muchas de las

Los experimentos invasivos en ratas y

que el bebé posea algún nivel básico de

conexiones necesarias para la conciencia

crías de cordero, más los estudios obser-

conciencia inmediata irreflexiva.

están listas. Los bebés prematuros pueden

vacionales en humanos con registro elec-

36

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

PREMATURO CONSCIENTE Un niño prematuro de dos semanas nacido en la vigesimoquinta semana gestacional. REPRODUCIDO CON PERMISO DE ANN-SOFI GUSTAFSSON Y HUGO LAGERCRANTZ

Aunque el recién nacido puede presentar alguna experiencia consciente, un feto de la misma edad gestacional se mantiene sedado en el entorno intrauterino.

trónico y por ultrasonidos, muestran que el feto en el tercer trimestre casi siempre se halla en uno de los dos estadios de sueño conocidos: el activo y el tranquilo. Estos estadios pueden distinguirse a través de EEG. Sus diferentes características van de la mano de comportamientos distintivos: en el sueño activo (sueño REM, por las siglas en inglés de «movimiento rápido de ojos»), el bebé respira, traga, lame y mueve los

autorreflexión—, los sueños se experimen-

se de la placenta materna, el feto experi-

ojos; en cambio en el sueño tranquilo (sue-

tan y se sienten de forma consciente. ¿Sueña

menta una oleada masiva de norepinefrina

ño de onda lenta) no respira ni mueve los

el feto cuando está en fase REM? Se desco-

—más potente que la que le proporcio-

ojos ni muestra actividad muscular tónica.

noce. Si fuese así, ¿con qué soñaría?

narían algunas actividades extremas en

Tales estadios son comunes en todos los

Tras el nacimiento, los recuerdos más

su vida adulta, como el paracaidismo o la

mamíferos. Al final de la gestación, el feto

recientes y más remotos inspiran el con-

escalada libre—; se libera de la anestesia

se halla el 95 por ciento del tiempo en una

tenido de las ensoñaciones. Los estudios

y la sedación, de tal manera que puede

de esas dos fases de sueño, separadas por

longitudinales del psicólogo David Foulkes

lidiar con sus nuevas circunstancias. Toma

transiciones breves.

sobre los sueños de niños sugieren que

su primer aliento, despierta, y empieza a

Fascinante resulta el descubrimiento de

soñar es un desarrollo cognitivo gradual

experimentar la vida.

que el feto se mantiene sedado debido a

estrechamente ligado a la capacidad de

la baja presión de oxígeno (equivalente a

imaginar cosas de forma visual y a las ha-

la de la cima del Everest), al entorno ute-

bilidades visuoespaciales. Los sueños de

rino cálido y confortable, y a una variedad

los preescolares son a menudo estáticos y

de sustancias neuroinhibitorias e inducto-

planos, sin personajes que se muevan o ac-

ras del sueño que son producidas por la

túen, casi sin sentimientos y sin recuerdos.

placenta y por el propio feto, a saber, la

¿Cómo sería soñar para un organismo que

adenosina, la alopregnanolona y la preg-

pasa el tiempo suspendido en una suerte

nanolona (dos anestésicos esteroides), y la

de tanque aislado, sin recuerdos y sin for-

Christof Koch Profesor de biología cognitiva y comportamental Instituto de Tecnología de California

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

prostaglandina D2 (una potente hormona),

ma de imaginar nada en absoluto? Apues-

LAS TENSIONES DEL NACIMIENTO. Hugo

entre otras. La función de la placenta en

to a que el feto no experimenta nada en

Lagercrantz y Theodore A. Slotkin en In-

el mantenimiento de la sedación se revela

el útero; siente igual que nosotros cuando

vestigación y Ciencia, n.o 117, págs. 80-

cuando se pinza el cordón umbilical mien-

nos hallamos profundamente dormidos y

88, junio, 1986.

tras se suministra el oxígeno adecuado al

sin soñar.

feto. Entonces, el embrión de cordero se

Sin embargo, los acontecimientos dra-

mueve y respira sin interrupción. Por todos

máticos que comporta el parto natural

FOR UNDERSTANDING FETAL PAIN.

estos indicios, los neonatólogos concluyen

(vaginal) hacen que el cerebro se despier-

David J. Mellor, Tamara J. Diesch,

que mientras el cerebro madura, el feto

te de forma abrupta. Se obliga al feto a

Alistair J. Gunn y Laura Bennet en Brain

duerme.

salir de una existencia paradisíaca dentro del

Research Reviews, vol. 49, n.o 3, págs.

útero protector, acuoso y cálido, y llegar a

455-471, noviembre, 2005.

THE IMPORTANCE OF «AWARENESS»

¿Dormir sin soñar?

un mundo hostil, aéreo y frío que asalta

En este punto surge una complicación. Las

sus sentidos con sonidos, olores y visiones

personas que se despiertan durante el sue-

extraños, un acontecimiento altamente

NESS: FROM FETAL TO NEONATAL LIFE.

ño REM suelen contar sueños vívidos con

estresante.

Hugo Lagercrantz y Jean-Pierre Chan-

relatos extensos. Aunque la conciencia no

Hace dos decenios, el pediatra Hugo

es la misma cuando soñamos que en pe-

Lagercrantz, del Instituto Karolinska de

ríodo de vigilia —falta la introspección y la

Estocolmo, descubrió que al desconectar-

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

THE EMERGENCE OF HUMAN CONSCIOUS-

geaux en Pediatric Research, vol. 65, n.o 3, págs. 255-260, marzo, 2009.

37

ONCOLOGÍA

EFECTO ANTITUMORAL DE LOS CANNABINOIDES Los derivados de la marihuana contribuyen a reducir el crecimiento de tumores diversos, entre ellos, el cerebral GUILLERMO VELASCO



a marihuana es una de las drogas no

laboratorios —incluido el nuestro— han

nas mal plegadas en su interior) se activan

legales más utilizadas con fines recrea-

puesto de manifiesto que la unión de THC

una serie de mecanismos de respuesta al

tivos en nuestra sociedad. Sin embargo,

(o de otros compuestos cannabinoides) a

estrés del RE; su objetivo es restablecer el

existe otra vertiente en la utilización de los

los receptores de cannabinoides reduce el

normal funcionamiento del RE. Sin embar-

derivados de la marihuana: su uso con fines

crecimiento de tumores derivados de di-

go, en ocasiones, la intensidad o duración

terapéuticos. A lo largo de la historia de la

versos tipos de células tumorales: glioma

del estímulo que origina la alteración hace

humanidad, diversas culturas han utilizado

(el tumor cerebral más frecuente), cánceres

que la ruta de respuesta a dicho estrés con-

extractos de cannabis con el objetivo de

de mama, próstata y páncreas, y carcinoma

duzca a la activación de la muerte celular

tratar distintas enfermedades. De acuerdo

hepático. Ello abre la puerta a la posible

programada.

con esa idea, numerosos estudios realizados

utilización de tales compuestos a modo de

durante las tres últimas décadas del pasado

fármacos antitumorales.

En nuestro laboratorio hemos encontrado que la acumulación que promueven los cannabinoides del esfingolípido ceramida

siglo y la primera de este han puesto de manifiesto que existe una base científica

Muerte de las células

conduce a la activación de una ruta de se-

que justifica tal práctica medicinal.

El efecto antitumoral de los cannabinoides

ñalización relacionada con la respuesta al

Hoy en día se encuentra bien estableci-

se basa en la capacidad de estos compues-

estrés del RE que lleva a la muerte de las

da la capacidad del '9 -tetrahidrocannabi-

tos para inducir la muerte de las células tu-

células tumorales. En dicha ruta desempe-

nol (THC), el principal principio activo de

morales, pero ¿cuál es la cascada de eventos

ñan una función destacada dos proteínas p8

la marihuana, y de otros ligandos de los

que lleva a la activación de ese proceso?

(un factor de transcripción que controla la

receptores de cannabinoides para atenuar

Uno de los cambios que ocurre de mane-

expresión de otras proteínas) y una de sus

los efectos secundarios asociados a deter-

ra temprana tras la activación de los recep-

dianas, TRB3. El tratamiento con cannabi-

minados tratamientos antitumorales. Di-

tores de cannabinoides en las células tumo-

noides origina un aumento en los niveles

versos fármacos que contienen THC u otros

rales es la estimulación de la biosíntesis de

de estas dos proteínas, lo que conduce a

análogos sintéticos de este cannabinoide

esfingolípidos (familia de lípidos que de-

la inhibición de otro importante complejo

se han aprobado o están en vías de ser-

sempeña un importante papel estructural

señalizador: el mTORC1 (siglas del inglés

lo en Estados Unidos, Canadá y algunos

y señalizador en la célula) y su acumulación

mammalian target of rapamycin complex 1),

países europeos para su utilización como

en el orgánulo donde tiene lugar dicho

y a la activación de un proceso celular que

agentes antieméticos (inhibidores de la

proceso: el retículo endoplasmático (RE). En

dicho complejo controla, la autofagia (lite-

nausea y el vómito) y estimuladores del

el RE se dan funciones de gran relevancia

ralmente, «autodigestión»).

apetito en pacientes sometidos a trata-

para la célula, entre las que se encuentran

En circunstancias normales, la autofagia

mientos de quimioterapia.

la propia síntesis lipídica, la síntesis y plega-

actúa proporcionando nutrientes a las cé-

Junto a esos efectos paliativos de los

miento de proteínas o el almacenamiento

lulas; es, por tanto, un proceso que parti-

cannabinoides, experimentos llevados a

de calcio. Cuando este orgánulo sufre algún

cipa en el funcionamiento normal de las

cabo durante los últimos años por diversos

tipo de alteración (acumulación de proteí-

mismas. Sin embargo, al igual que ocurría en el caso del estrés del RE, la autofagia puede desempeñar un papel inductor de muerte celular. Así, el tratamiento con can-

THC, el principio activo de la marihuana

nabinoides activa la autofagia de manera

En la década de los noventa del siglo XX se descubrió que el '9-tetrahidrocannabinol

de la apoptosis y a la muerte de las célu-

(THC), el principal principio activo de la marihuana, mediaba gran parte de sus efectos a

las tumorales. Es importante destacar que

través de su unión a unas proteínas específicas de membrana: los receptores CB1 y CB2.

estos efectos de los cannabinoides son se-

Dichos receptores forman parte de un sistema de comunicación celular implicado en la

lectivos de las células tumorales ya que el

regulación de numerosas funciones fisiológicas (sistema cannabinoide endógeno). Así, la

tratamiento con tales compuestos no pro-

mayor parte de los efectos de la marihuana se deben a la capacidad del THC para mime-

mueve ni la acumulación de ceramida ni

tizar los efectos de los endocannabinoides, los compuestos endógenos generados por el

la activación de la ruta relacionada con el

organismo, que se unen a esos receptores.

estrés del RE, ni la autofagia ni la apoptosis

que dicho proceso conduce a la activación

en células no transformadas.

38

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Cannabinoides TH H THC MECANISMO DE ACCIÓN ANTITUMORAL DE LOS CANNABINOIDES

CB2

El THC y otros ligandos de los receptores de canna-

CB

1

binoides promueven a través de los receptores CB1 y CB2 la estimulación de la síntesis de novo de ceramida en el retículo endoplasmático (con la ayuda de la

SPT

enzima SPT). Ello produce la activación de una ruta Ceramida

relacionada con el estrés del retículo endoplasmático que promueve autofagia, apoptosis y, finalmente, la

controla la expresión de otras proteínas) y una de sus

Apoptosis A Ap popto to osssis iiss

p8 TRB3 R

dianas, TRB3. El tratamiento con cannabinoides origina un aumento en los niveles de estas dos proteínas,

CORTESÍA DEL AUTOR

muerte de las células tumorales. En dicha ruta intervienen las proteínas p8 (un factor de transcripción que

Esttrés Estrés t del el retículo í lo endoplasmático en ndoplas n doplas plasssm mático

Autofagia

mTORC1

que conduce a la inhibición del señalizador mTORC1.

Resistencia a la acción antitumoral de los cannabinoides

derivados de células de glioma en mode-

de estos compuestos excelentes candidatos

los animales, incluso en aquellos tumores

para su utilización en el tratamiento del

Hoy en día se considera que la mejora de la

que son resistentes al tratamiento con uno

cáncer. Los resultados obtenidos en los úl-

eficacia de las terapias antitumorales debe

solo de los dos compuestos. Estos resulta-

timos años a buen seguro contribuirán a

fundamentarse en la caracterización mo-

dos indican que la combinación del THC

impulsar el desarrollo de nuevos ensayos

lecular de los diferentes tipos y subtipos de

con otros fármacos antineoplásicos podría

clínicos que permitan determinar cuáles

tumores. Ello debería facilitar el diseño de

actuar de manera sinérgica reduciendo el

son las condiciones óptimas de utilización

terapias personalizadas que permitan esco-

crecimiento tumoral.

de dichos compuestos en terapias antitu-

ger el tipo de tratamiento más adecuado

¿Pueden estos hallazgos, obtenidos en

—con frecuencia basado en la combinación

células en cultivo y modelos animales, tener

de varios agentes antineoplásicos— para

una aplicación directa en el desarrollo de

cada tipo de tumor y paciente.

nuevas terapias antitumorales? La respues-

En el caso de los cannabinoides, datos

ta definitiva a esa pregunta solo puede

recientes obtenidos por nuestro grupo de

obtenerse, como ocurre con cualquier otro

investigación en relación al glioblastoma

tipo de fármaco, mediante el desarrollo de

multiforme sugieren que determinados ti-

ensayos clínicos que permitan corroborar

pos de tumores, en particular aquellos que

en pacientes estos resultados.

morales.

Guillermo Velasco Departamento de bioquímica y biología molecular I Facultad de Biología Universidad Complutense de Madrid

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

expresan altos niveles del factor de creci-

Hace unos pocos años se desarrolló un

miento midquina (MDK), presentan una

primer estudio clínico piloto en el que se

mayor resistencia a la acción antitumoral

trataron nueve pacientes con glioblastoma

THE STRESS-REGULATED PROTEIN P8 ME-

de los cannabinoides. La MDK promueve

multiforme recidivado con THC. Los resul-

DIATES CANNABINOID-INDUCED APOPTOSIS

la resistencia de las células de tumores ce-

tados obtenidos fueron esperanzadores

OF TUMOR CELLS. A. Carracedo et al. en

rebrales a la acción de los cannabinoides

ya que indicaron que la administración de

Cancer Cell, vol. 9, n.º 4, págs. 301-312,

mediante su interacción con una proteína

este agente era segura para los pacien-

2006.

ALK (proteína quinasa asociada al linfoma

tes. Aunque el tamaño del estudio era

anaplásico). Cabe destacar que la resisten-

demasiado pequeño para poder extraer

STIMULATION OF THE MIDKINE/ALK AXIS

cia a la acción antitumoral de los canna-

conclusiones estadísticas, se observó una

RENDERS GLIOMA CELLS RESISTANT TO

binoides se revierte cuando se reducen

tendencia a una mayor supervivencia de

CANNABINOID ANTITUMORAL ACTION.

los niveles de MDK o se inhibe mediante

los pacientes que habían sido tratados con

M. Lorente et al. en Cell Death and

fármacos la proteína ALK en tumores ge-

dicho agente. Asimismo, se obtuvieron

Differentiation, vol. 18, págs. 959-973,

nerados en ratones.

pruebas de que el THC activaba los meca-

2011.

Por otra parte, un estudio reciente de-

nismos responsables de la muerte de las

sarrollado en nuestro laboratorio indica

células tumorales también en los tumores

A COMBINED PRECLINICAL THERAPY OF

que la administración conjunta de THC y

presentes en humanos.

CANNABINOIDS AND TEMOZOLOMIDE

el fármaco antitumoral temozolomida (un

La potente actividad antitumoral de los

agente alquilante del ADN que se utiliza

cannabinoides, unida a su capacidad para

Molecular Cancer Therapeutics, vol. 10,

en el tratamiento del glioblastoma multi-

potenciar la acción de otros agentes anti-

págs. 90-103, 2011.

forme) reduce el crecimiento de tumores

neoplásicos y a su reducida toxicidad, hace

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

AGAINST GLIOMA. S. Torres et al. en

39

MEDICINA

SUEÑO REPARADOR POR PARTIDA DOBLE Ciertos somníferos podrían ayudar a vencer el problema de la adicción CHRISTINE SOARES

U  

n sueño reparador podría hacer que la

«Lo que hemos mostrado no es que las

necesidad de tomar una taza de café

orexinas sean un objetivo de la anfetami-

a primera hora de la mañana no fuese tan

na», explica Renger, «porque sabemos que

perentoria. No contentas con eso, las com-

el objetivo de la anfetamina es la dopa-

pañías farmacéuticas investigan si las pas-

mina». El hecho de que el cerebro libere

tillas ideadas para proporcionar un sueño

orexinas en respuesta a los estimulantes,

profundo y natural podrían desempeñar

sin embargo, favorece las actividades sub-

asimismo un papel activo en la superación

siguientes de la dopamina que conducen a

de las adicciones.

la sensibilización y a la adicción. La orexina

Los nuevos fármacos para dormir blo-

crea el ambiente en el que pueden produ-

quean la actividad de las orexinas, péptidos

cirse esos cambios cerebrales, según explica

cerebrales. Esas pequeñas proteínas nos

Renger. Como se ha comprobado en caso de la

el día, pero también gobiernan algunos

narcolepsia, la falta de orexina elimina una

GETTY IMAGES / SARAH-JANE JOEL

mantienen despiertos y atentos durante efectos estimulantes de las drogas adictivas. Pese a que las orexinas no provocan de forma directa la adicción ni las recaídas, ninguno de dichos procesos sucede sin la participación de tales péptidos. La intrigante conexión entre el sueño y

de las barreras que impiden el sueño. Por esa razón, los más recientes fármacos para facilitar el descanso que bloquean la orexina promueven un sueño más natural que el de los somníferos que reducen la actividad cerebral en general y, por lo tanto, deben luchar contra las señales de un cerebro

la adicción se conoce desde hace tiempo

«despierto», incluída la orexina.

gracias a la observación de personas con

OJOS BIEN ABIERTOS

narcolepsia, una enfermedad que provoca

El péptido orexina, que estimula el cerebro,

que quienes la sufren se duerman de forma

ha sido estudiado en investigaciones sobre el

podrían remedar los estímulos naturales,

repentina. Aunque a veces se trataba a los

insomnio. También podría abrir nuevas vías

sugiere Renger, lo cual podría explicar por

afectados con potentes anfetaminas para

para el tratamiento de adicciones.

qué las orexinas facilitan el aprendizaje ba-

De modo similar, las drogas estimulantes

sado en la dopamina y recompensan los

ayudarles a mantenerse despiertos, no se

procesos que llevan a la adicción. Los estu-

convertían en adictos. En 1998, un trabajo detectivesco en el campo de la genética

una menor sensibilización al estimulante

dios con animales indican que administrar

descubrió que la causa de dicho trastorno

que los animales de control; incluso con

bloqueadores de la orexina con una dro-

del sueño residía en mutaciones en los ge-

dosis repetidas. Las neuronas sensibiliza-

ga estimulante posibilitaría terminar con

nes relacionados con las orexinas o con sus

das producen más receptores de la ansia-

la adicción.

receptores, un hallazgo que reveló tanto la

da droga, exigiendo una mayor cantidad

Renger señala que los medicamentos

existencia de los péptidos como su papel

para alcanzar la estimulación, con lo que se

para facilitar el sueño podrían contribuir al

esencial en mantener despierto al cerebro.

inicia un círculo vicioso que lleva a la adic-

tratamiento del abuso de sustancias adicti-

Las empresas farmacéuticas que han

ción. John J. Renger y sus colaboradores

vas simplemente ayudando a dormir bien

desarrollado medicamentos para favore-

de la compañía farmacéutica Merck han

durante la noche. «Existen indicios que

cer el sueño han investigado en animales

demostrado que si se administra otro an-

muestran que una de las razones princi-

la función que desempeñan las orexinas

tagonista dual experimental de los recep-

pales para las recaídas de los alcohólicos

en la adicción. Davide Quarta y sus cola-

tores de orexina (DORA, según sus siglas

es el insomnio», explica. Los somníferos

boradores del Centro de Investigación de

en inglés) junto con anfetaminas, se evita

que bloquean la orexina podrían propor-

Fármacos de GlaxoSmithKline, en Verona,

la sensibilización en roedores. En el mismo

cionar un sueño de mejor calidad que la

confirmaron que al administrar el blo-

estudio, la administración de DORA y nico-

inconsciencia inducida por el alcohol y en

queador experimental de la orexina de la

tina a un grupo de ratas que habían sido

principio, al menos, podrían ser también

compañía (SB-334867) a un grupo de ratas

adictas a la nicotina con anterioridad, evitó

los primeros somníferos con garantía de

junto con anfetaminas, el cerebro de los

que los animales presentasen una recaída

no producir adicción.

múridos liberó menos dopamina y mostró

en su adicción.

40

Christine Soares MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

ALZHÉIMER

LOS BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA El ejercicio regular favorece la ejecución de las tareas cotidianas y una vida independiente en las personas con alzhéimer JONATAN R. RUIZ Y ALEJANDRO LUCIA



os cambios en el estilo de vida pueden frenar el inicio y la progresión de la

Ejercicio y genética

enfermedad de Alzheimer. El seguimiento de pacientes a partir de estudios longitudi-

¿Cómo influye la actividad física sobre las alteraciones bioquímicas asociadas al

nales de períodos de cinco a siete años han

alzhéimer? La mayor parte de los datos científicos existentes proceden de investigaciones

puesto de manifiesto que las personas muy

realizadas con modelos animales. Dichos estudios han mostrado que un programa de

activas tienen un riesgo entre un 20 y un

ejercicio aeróbico de cinco meses de duración retarda la acumulación de amiloide beta

50 por ciento menor de padecer demencia

y mejora el ritmo de aprendizaje. También estimula la expresión génica de los factores

respecto a personas menos activas.

de crecimiento nervioso que son importantes para la neurogénesis y para la producción

El deterioro mental progresivo con desorientación, los problemas de memoria y

y la función de los neurotransmisores, sobre todo en la región del hipocampo, donde el alzhéimer causa mayor daño.

confusión, comunes en la enfermedad de

En humanos, una investigación con adultos mayores de 50 años que padecían un ligero

Alzheimer, interfieren con la capacidad

deterioro cognitivo demostró mejoras en la función cognitiva después de un programa de

para desarrollar las tareas de la vida dia-

actividad física de seis meses. Además, se observó que los efectos beneficiosos del ejercicio

ria. Además, el deterioro físico y la pérdida

persistieron durante doce meses tras finalizar la intervención. Se estudió el efecto en el gen

de masa muscular aumentan el riesgo de

de la proteína ApoE (la ApoE e4 se relaciona con las alteraciones bioquímicas asociadas

caída y de fracturas, así como una mayor

al alzhéimer, tales como acumulación de amiloide beta): el impacto de la actividad física

pérdida de funcionalidad e independencia.

fue superior en la función cognitiva de los probandos no portadores del alelo ApoE e4.

A través de dos investigaciones aleatori-

No obstante, el bajo número de portadores del alelo de marras (24 en el grupo experi-

zadas hemos valorado (mediante los índi-

mental, 27 en el grupo control) no permitía establecer conclusiones sobre la interacción

ces clásicos de Katz y de Barthel) los efectos

entre genética y actividad física.

que la actividad física regular ejerce sobre la habilidad de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer para desempeñar tareas cotidianas. Estas tareas incluyen

actividades como limpiar la casa, cocinar,

En fecha reciente se ha observado que

administrar el dinero y hacer la compra,

un programa más corto, pero mucho más

además de otras de cuidado personal: co-

intenso, mejora asímismo la capacidad para

mer, asearse, ir al servicio o vestirse. La pér-

desarrollar las actividades de cuidado per-

dida de las habilidades para hacer frente a

sonal. Durante doce semanas las personas

tales quehaceres incrementa el riesgo de

asistieron a tres sesiones semanales en las

hospitalización, el grado de institucionali-

que debían combinar ejercicios de fuerza

zación y la mortalidad.

muscular, movilidad articular y coordina-

Uno de los programas de actividad física

ción; también contaban con supervisión

de nuestra investigación consistió en dos

individualizada. Estos resultados amplían

sesiones por semana de ejercicios sencillos

el nivel de conocimiento actual basado en

(caminar, tonificación, equilibrio y flexibi-

más de 100 estudios longitudinales.

lidad) durante un año. Dicha rutina logró disminuir la tasa de la pérdida de la capa-

Estudios anteriores

cidad de los pacientes para desempeñar las

La actividad física practicada de manera

tareas cotidianas.

regular tiene otros beneficios sobre la sa-

CORTESÍA DE LOS AUTORES

lud de los pacientes con alzhéimer. Yves Rolland, del Servicio de medicina interna y

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

MÁS CAPACES

gerontologia del Centro Hospitalario Uni-

La actividad física favorece la capacidad

versitario de Tolouse, y sus colaboradores

de desarrollar tareas cotidianas en los

mostraron que un programa de ejercicio

enfermos de alzhéimer.

físico de siete semanas de duración, que

41

consistía en andar y montar en bicicleta,

múltiples beneficios del ejercicio físico en

deberían instaurarse lo antes posible en

redujo las complicaciones nutricionales y

estos pacientes, poco o nada se sabe so-

la vida del enfermo.

de comportamiento, así como el riesgo de

bre qué tipo de intervención resulta más

caídas. Linda Teri, de la Universidad de Wa-

efectiva (modo de ejercicio, frecuencia

shington, y su equipo demostraron que un

semanal, intensidad y duración de cada

programa de ejercicio físico de tres meses

sesión). De hecho, los especialistas no dis-

realizado en el domicilio de los enfermos,

ponen de métodos para objetivar el nivel

combinado con una formación para los cui-

de actividad física de sus pacientes. Tam-

dadores sobre técnicas de cuidado especí-

poco se contempla la posibilidad de que

ficas, mejoró la salud física y los niveles de

los afectados de alzhéimer lleven a cabo

depresión en los afectados de alzhéimer.

ejercicios aeróbicos combinados con ejer-

Otro estudio reveló que, junto con la mejo-

cicios de fuerza muscular, a pesar de que

ra de la capacidad para afrontar las tareas

todo programa de entrenamiento físico

EXERCISE IS BENEFICIAL FOR PATIENTS WITH

cotidianas, se producían mejoras en la for-

para mejorar el estado de salud de un in-

ALZHEIMER’S DISEASE: A CALL FOR ACTION.

ma física del enfermo, con la consecuente

dividuo (enfermo o no) debería incluir este

A. Lucia, J. R. Ruiz en British Journal

disminución del riesgo de caídas.

tipo de trabajo. Dado el carácter progre-

of Sports Medicine, vol. 45, n.o 6,

Quedan todavía cuestiones pendientes.

sivo de la enfermedad, las intervenciones

págs. 468-469, mayo de 2011.

A pesar del consenso general sobre los

terapéuticas, incluida la actividad física,

Jonatan R Ruiz Universidad de Granada Alejandro Lucia Universidad Europea de Madrid

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

BIOMEDICINA

NEURONAS DE LABORATORIO Los cultivos de células nerviosas humanas podrían contribuir al estudio de nuevos fármacos antiepilépticos MARÍA F. CANO ABAD, RAFAEL GARCÍA DE SOLA, JESÚS PASTOR Y ANA RUIZ NUÑO

 A

pesar del rico arsenal farmacológico

cerebral en la que se produjo el origen

sin demostrarse su funcionalidad. Cuestión

disponible, entre un 20 y 30 por cien-

de la crisis epiléptica (foco epileptógeno),

esta última que hemos logrado esclarecer a

to de los pacientes epilépticos no mejoran

consiguiéndose entre un 50 y un 60 por

partir del cultivo de neuronas y astrocitos

con la medicación. Además, a solo entre

ciento de resultados satisfactorios. Si bien

de tejido humano obtenido de pacientes

un 15 y un 18 por ciento de los afectados

este porcentaje puede incrementarse en

epilépticos sometidos a cirugía, estudio pu-

de epilepsia resistentes a los fármacos se

pacientes con epilepsia del lóbulo tempo-

blicado en la revista International Journal

les puede aplicar tratamiento quirúrgico.

ral hasta un 94 por ciento.

of Developmental Neuroscience.

En dichos casos, la opción terapéutica más

Los cultivos primarios de células ce-

aconsejable es la extirpación de la porción

rebrales (neuronas y astrocitos) son una

Células funcionales

herramienta muy útil para comprender la

Para establecer esas condiciones experimen-

fisiopatología de la epilepsia y para la bús-

tales, se emplearon tejidos que provenían de

EN CULTIVO

queda de nuevos fármacos antiepilépticos.

pacientes epilépticos resistentes a la medi-

Preparación del tejido cerebral humano tras la

Estos tipos de células se preparan a partir

cación y que fueron sometidos a cirugía. Las

cirugía (a), recién disociado de las células (b)

de cerebro de roedores; muy pocos han

neuronas y astrocitos se aislaron por medio

y tras un mes de cultivo (c).

sido descritos a partir de tejido humano,

de un protocolo de disociación enzimática y

a

b

c

Neurona

42

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Mayor concentración

a

I

II

III Regiones de interés

2

1

IV

V

3

VI

Menor concentración

4

Intensidad de la señal en función de la concentración de calcio citosólico

I II III IV V VI

b

Regiones de interés 1 2 3 4

En la secuencia de imágenes de neuronas estimuladas con potasio (K+) (a) se observa la elevación de la concentración citosólica de calcio cuando la célula es activada con K+. Los tonos en amarillo y rojo indican el incremento de la concentración de calcio. En b aparece la cinética

75 K+

0

VARIACIONES EN LA CONCENTRACIÓN DE CALCIO

en la concentración de calcio estimulada con K+ en una neurona del hipocampo de un humano.

1

2

3

4

Tiempo (minutos)

si estos cultivos pudieran mantener el fenotipo epiléptico.

mecánica. Se cultivaron en suero humano y

calcio desempeña una función muy im-

Debido a la escasez de tejido prove-

en presencia o ausencia de B27, suplemen-

portante en los mecanismos fisiológicos y

niente de pacientes epilépticos, el hecho

to nutricional que optimiza la supervivencia

patológicos que generan la epilepsia, así

de poder mantener estos cultivos duran-

de las neuronas mientras se atenúa el cre-

como en los cambios que a largo plazo se

te más de un mes los convierte en una

cimiento de los astrocitos. El suero humano

producen después de un ataque epiléptico.

herramienta importante para estudios de

fue relevante en nuestros cultivos.

Algunos estudios desarrollados en anima-

fármacos antiepilépticos con tratamientos

Las células fueron viables entre tres y

les de laboratorio por Robert J. DeLorenzo

a largo plazo, asemejándose a los trata-

seis semanas. Al principio, mostraban una

y sus colaboradores, de la Universidad de

mientos crónicos en pacientes.

apariencia redondeada y brillante. Tras una

Virginia, han mostrado una alteración en la

semana en cultivo, empezaron a ramificarse

homeostasis del calcio en la epilepsia.

Tales cultivos humanos nos abren la oportunidad de profundizar en el estudio

y diferenciarse en distintas formas (unipo-

Con el fin de investigar las variaciones

de los mecanismos de resistencia de las cé-

lar, bipolar, poligonal, estrellada) y longitu-

en la concentración de calcio en el interior

lulas nerviosas a los fármacos antiepilép-

des. Las células crecieron en agrupaciones,

de las neuronas y astrocitos humanos, am-

ticos y desarrollar nuevos fármacos para

y el número aumentaba con el tiempo de

bos tipos celulares se estimularon con una

epilepsias intratables, además de conocer

cultivo. Las neuronas presentaban un ta-

solución de alta concentración de potasio

más sobre la plasticidad, la maduración y la

maño reducido y largas prolongaciones;

(K+). La membrana plasmática de las células

emisión de neuritas (expansiones del soma

los astrocitos, en cambio, eran grandes y

se despolarizó, se abrieron canales de cal-

de una neurona) para posibles estudios de

poligonales. Ambos tipos de células se se-

cio; este los atravesó, por lo que se produjo

injertos futuros.

ñalaron mediante anticuerpos específicos

un aumento en la concentración intracelu-

a través de técnicas de inmunocitoquímica.

lar de dicho elemento. Es decir, se observó

Una vez aisladas y cultivadas, se procedió a

que las células cultivadas eran funcionales.

comprobar su funcionalidad.

Curiosamente, en algunas neuronas se detectaron fluctuaciones espontáneas de las

Concentración de calcio

concentraciones intracelulares de calcio

Las neuronas se caracterizan por la excitabi-

en presencia del suero humano, las cuales

lidad eléctrica de su membrana plasmática

podrían asemejarse con la actividad epi-

a través de la cual transmiten el impulso

léptica observada en registros electrocor-

nervioso. Los iones de calcio se hallan ín-

ticográficos en el momento de la cirugía.

timamente ligados con dicho proceso: el

Se requieren más estudios para demostrar

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Rafael García de Sola y Jesús Pastor Servicio de Neurocirugía Instituto de Investigaciones Sanitarias Hospital Universitario de la Princesa, Madrid Ana Ruiz Nuño y María F. Cano Abad Servicio de Farmacología Clínica Instituto de Investigaciones Sanitarias Hospital Universitario de la Princesa, Madrid +PUVKVWVQ6GÏƂNQ*GTPCPFQ

43

Convulsiones bajo el microscopio Uno de cada tres enfermos de epilepsia no responde a los medicamentos. Para averiguar las causas de esta resistencia, los investigadores provocan accesos convulsivos en muestras de tejido cerebral vivo STEFAN REMY Y CHRISTIAN ELGER

M

ientras una mañana Peter K. ojea el periódico, varios pares de ojos observan lo que sucede en su cerebro. Los electrodos dispuestos en su cabeza, cerca de la corteza cerebral, envían sin interrupción señales a un ordenador. En la pantalla aparecen diversas líneas; cada una registra la actividad de una región cerebral de K. Sin embargo, ni el paciente ni el equipo de investigadores se interesan por cómo el encéfalo descifra las letras. En realidad, aguardan un ataque epiléptico. Peter K. es un paciente de la Clínica de Epileptología de la Universidad de Bonn. Es resistente al tratamiento farmacológico. Ello significa que ha probado todos los medicamentos antiepilépticos habidos y por haber —incluso combinaciones de estos—, mas los ataques siguen apareciendo. Los médicos contemplan la intervención quirúrgica como última salida. Dicha medida no resulta tan sencilla: es indispensable saber de qué región del cerebro proceden los ataques. A menudo se requiere una observación durante varias semanas. Con todo, la posibilidad de que el foco epileptógeno pueda eliminarse quirúrgicamente alcanza solo entre un 10 y un 20 por ciento. En los casos restantes suele fallar la intervención, porque no se ha localizado el foco o bien porque no puede eliminarse sin ocasionar graves consecuencias para el paciente. Hoy en día, la epilepsia puede tratarse con bastante éxito: dos tercios de los afectados dominan su enfermedad gracias a los medica-

44

mentos disponibles; algunos se ven libres de los ataques después de sufrir el primero o el segundo. El resto de los pacientes no corre la misma suerte a pesar de los intentos de cura. Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que en el mundo existen unos 15 millones de personas que sufren epilepsia resistente a fármacos. Los investigadores trabajan sin tregua para entender las causas. Ese conocimiento podría propiciar el desarrollo de medicamentos eficaces para los casos hasta ahora no resueltos o bien hallar sustancias que permitan que el organismo de tales personas responda a los tratamientos tradicionales [véase «Neuronas de laboratorio», por M. F. Cano Abad et al., en este mismo número].

Barreras para los fármacos En los últimos años, los científicos han fijado su atención en una determinada clase de proteínas activas en la barrera hematoencefálica. En la mayoría de las áreas de nuestro sistema vascular, el cerebro se encuentra bloqueado por una barrera. Esta membrana, formada por células muy apiñadas, deja pasar el oxígeno, entre otras sustancias, pero resulta impermeable a las que puedan dañar el delicado tejido cerebral. Actúa como una especie de filtro de café: deja pasar el líquido y retiene el polvo. Si existen sustancias nocivas en las sinapsis, ciertas proteínas especializadas las expulsan y las devuelven al torrente circulatorio. Tales «proteínas de transporte» superan la barrera hematoencefálica.

BAJO OBSERVACIÓN La intervención quirúrgica es la última esperanza para numerosas personas con epilepsia resistente a los medicamentos anticonvulsivos. En la Clínica de Epileptología de la Universidad de Bonn, los médicos exploran con minuciosidad al paciente durante varias semanas antes de decidirse a efectuar la intervención quirúrgica.

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GEHIRN & GEIST / MANFRED ZENTSCH

RESUMEN

Contra la resistencia

1

Los afectados de epilepsia resistente al

tratamiento no responden a los anticonvulsivos actuales. Los investigadores buscan nuevos fármacos para este grupo de afectados.

2

En los pacientes resistentes se acumu-

lan unas proteínas que transportan las sustancias activas fuera de la célula nerviosa.

3

Estudios realizados en tejido cerebral

demuestran que los fármacos anticonvulsivos bloquean los canales iónicos en la superficie de las neuronas. En el caso

Además de las sustancias tóxicas, dichas diligentes moléculas pueden expulsar del encéfalo sustancias activas que los médicos, con gran esfuerzo, han logrado introducir con finalidad terapéutica. En 1995, David Tishler, del Hospital Infantil en Los Ángeles, descubrió que una de esas proteínas, mediante el mismo mecanismo, podría frenar la efectividad de los medicamentos antiepilépticos. Este oncólogo se interesó por la glicoproteína P (gp-P), molécula que podría ser asimismo responsable de la resistencia que algunos pacientes ofrecen a los quimioterápicos. De este modo, Tishler demostró que la gp-P se presentaba en abundancia en muestras de tejido cerebral de algunos pacientes epilépticos que no respondían a los medicamentos habituales. Ello levanta sospechas en torno a esta molécula transportadora. En 2005, el farmacólogo Wolfgang Löscher, de la Escuela Superior de Veterinaria de Hannover, comparó ratones que reaccionaban bien al anticomicial fenobarbital con otros que no respondían a dicho fármaco. En el encéfalo de los animales resistentes se hallaron más glicoproteínas P. Ello aumentó la creencia de que la molécula transportadora pudiera ser responsa-

ble de la pobre acción de los medicamentos antiepilépicos. Otros experimentos demostraron que, sobre todo después de un ataque epiléptico, la concentración de gp-P en el cerebro era muy elevada. Ello explicaría por qué los pacientes que han sufrido múltiples ataques suelen responder mal a los fármacos. Actuar de forma directa sobre la proteína transportadora se dibuja, pues, como una posibilidad terapéutica para el tratamiento de los pacientes afectados de epilepsia resistente a los medicamentos. Sin embargo, surge la cuestión de si los resultados obtenidos en experimentación con animales son aplicables al cerebro humano. Mientras que en Homo sapiens existe solo una versión de la molécula transportadora, en los ratones aparecen dos tipos de glicoproteínas G; ambas pueden retirar las sustancias antiepilépticas fuera del tejido cerebral. El intento de influir en la función de las moléculas transportadoras resulta también arriesgada por otra razón. Al fin y al cabo, la función natural de la gp-P y las moléculas afines consiste en expulsar del encéfalo las sustancias tóxicas. Los medicamentos que neutralicen tales moléculas o disminuyan de modo artificial su número dificultarían su importante cometido.

de resistencia a los anticonvulsivos, dicho mecanismo se halla alterado.

Modelo animal cuestionado Los investigadores suelen utilizar ratas y ratones con el fin de ahondar en las causas de la epilepsia. Para investigar en modelos animales y ensayar nuevos medicamentos antiepilépticos, en primer lugar deben provocarse de forma artificial ataques epilépticos. Tal práctica se desarrolla desde hace más de 50 años mediante estimulación eléctrica del cerebro o mediante sustancias que aumentan la activación de determinadas regiones cerebrales. Bajo el microscopio existen una serie de características comunes entre las personas y los

Estimulación en vez de cirugía

animales. Tras tiempo de sufrir la enfermedad aparece tanto en el hipocampo de los múridos como en el de los humanos una pérdida de neuronas, además de unas cicatrices. Al parecer, las células granulares desempeñan en la epilepsia una función especial: establecen numerosas

Desde hace unos años, puede

conexiones entre sí en vez de hacerlo con otro tipo de células. Tal fenómeno (brote de fibras

ayudarse a los pacientes

musgosas) parece que contribuye a la hiperestimulación del hipocampo.

resistentes a los antiepilépticos

A pesar de algunas similitudes entre las epilepsias de los animales y las humanas, existen

y en los que se descarta la inter-

diferencias fundamentales a nivel celular. Mientras que hay muy pocas posibilidades de des-

vención quirúrgica mediante la

encadenar convulsiones en los roedores, múltiples causas pueden originar ataques epilépticos

estimulación del nervio vago. Se

en las personas. Los motivos pueden ser congénitos o adquiridos (como consecuencia de una

trata de implantar un electrodo

lesión cerebral, por ejemplo). Existen formas en las que las causas no aparecen claras.

en el pecho, el cual estimula

El cerebro de los pacientes con epilepsia evoluciona hacia un estado en que no puede evitar

de forma regular dicho nervio

por sus propios medios la instauración ni la extensión de los ataques. Esta «epileptogénesis»

craneal. A menudo se mejora

puede durar años o acontecer en un plazo corto de días. En la experimentación animal el

la situación del paciente. No

proceso puede acelerarse: mediante el desencadenamiento de una serie de graves ataques se

obstante, por regla general, no

establece la epileptogénesis de forma muy rápida. Las epilepsias humanas, por el contrario,

se consigue evitar por completo

rara vez empiezan con una serie de ataques convulsivos.

los ataques.

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A LA ESPERA DEL ATAQUE En la Unidad de «monitorización» se estudian los electroencefalogramas de los pacientes. De esta forma los médicos pueden averiguar de qué región cerebral proceden las convul-

GEHIRN & GEIST / MANFRED ZENTSCH

siones.

Investigación in vivo En la Clínica de Epileptología de la Universidad de Bonn investigamos qué otros mecanismos de resistencia a los fármacos antiepilépticos pudieran existir. Nuestro centro es uno de los pocos en Alemania que cuenta con la posibilidad de estudiar en directo el efecto de los medicamentos sobre el tejido cerebral humano vivo. Las células proceden del casi centenar de pacientes que cada año se someten en Bonn a una intervención quirúrgica [véase «Epilepsia», por Christian Hoppe; MENTE Y CEREBRO, n.o 16]. Peter K. también es candidato para ser operado. Los análisis demuestran que sus convulsiones proceden del lóbulo temporal del hemisferio cerebral derecho. Las imágenes por resonancia magnética nuclear apoyan el diagnóstico: existe una esclerosis del cuerno de Ammón, alteración en forma de cicatriz en una parte del hipocampo. El paciente está de suerte: como en la mayoría de las personas, la mitad izquierda de su cerebro rige la función del habla, por lo que puede extraerse el cuerno de Ammón derecho de K. sin arriesgarse a afectar su memoria lingüística. Tras una cuidadosa valoración de oportunidades y riesgos, el equipo médico decide intervenir. Con el consentimiento del paciente, la porción de tejido cerebral extraído se utilizará, junto a los motivos diagnósticos, para la investigación científica. Así, se analizará y someterá a experimentos específicos con el objetivo de MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

investigar la resistencia terapéutica a los anticonvulsivos. ¿Cómo se consigue que el fragmento de hipocampo extraído de Peter K. llegue vivo a los objetivos y a los electrodos de los neurólogos? En primer lugar, el neurocirujano ha de intentar extraer la pieza con sumo cuidado, sin someterla a presión y sin causar hemorragias. A continuación se introduce en una solución conservante a base de una composición salina similar a la del líquido cefalorraquídeo humano. Para mantener la vitalidad del tejido se necesita oxígeno; puesto que el recipiente especial en el que se transporta la muestra desde el quirófano al laboratorio no puede contener mucho, las neuronas son enfriadas a cuatro grados Celsius, temperatura en la que el metabolismo se ralentiza de forma notable. Una vez llega la muestra al laboratorio, un equipo de neurólogos comprueba las condiciones en que se encuentra. Luego la corta en finas capas que conservan los estratos celulares del hipocampo. Bajo observación microscópica, los investigadores practican experimentos con las neuronas vivas en una o varias cámaras de medición. El trabajo es contrarreloj: las células nerviosas sobreviven de media no más de doce horas. En 2003, junto a los investigadores dirigidos por el neurofisiólogo Uwe Heinemann, de la Charité de Berlín, simulamos un ataque epi-

Glosario ANTICONVULSIVOS (del griego anti, «contra», y del latín convulsio, «convulsión») Medicamentos indicados para el tratamiento o la atenuación de los ataques epilépticos.

BARRERA HEMATOENCEFÁLICA Barrera fisiológica entre los vasos sanguíneos y el sistema nervioso central. Mantiene en perfectas condiciones el medio del cerebro, ya que filtra las sustancias nocivas. Consiste principalmente en células endoteliales muy apiñadas. Operan en ella procesos especiales de transporte que aportan sustancias nutritivas y eliminan los desechos metabólicos.

GLICOPROTEÍNA P Producto del gen MDR 1. Esta proteína es un transportador activo que, con consumo de energía, expulsa de la célula sustancias dañinas que han atravesado la barrera hematoencefálica.

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CORTESÍA DE DIRK DIETRICH, CLÍNICA DE NEUROCIRUGÍA, UNIVERSIDAD DE BONN

TRABAJO MILIMÉTRICO Los investigadores aprovechan el tejido del hipocampo humano extraído quirúrgicamente para los experimentos científicos.

1 cm

La epilepsia en síntesis Los síntomas típicos de la epilepsia consisten en repetidos ataques convulsivos y «desconexiones» neurológicas. Los investigadores han demostrado que durante un ataque de este tipo se da una fuerte actividad sincrónica neuronal en un área del cerebro. Los síntomas concomitantes, entre ellos, contracciones, rigidez muscular o trastornos de la

léptico en un corte cerebral de ese tipo. Para ello cambiamos la composición electrolítica del líquido conservante; asimismo, estimulamos las neuronas con choques eléctricos. Estas empezaron a activarse de forma rítmica dando lugar a un patrón de actividad similar al de los ataques epilépticos. A continuación las irrigamos con carbamazepina, un anticonvulsivo de uso habitual. Resultado: la sección del cerebro de los pacientes que respondían mal a los medicamentos seguía convulsionando. Muy diferente fue la respuesta de la muestra tisular de afectados que respondían con éxito al tratamiento antiepiléptico (se les había extirpado tejido del hipocampo por otros motivos, como un tumor). En este último caso, las muestras celulares respondían a los medicamentos de la forma deseada, ya que disminuía la actividad convulsiva. De esa forma demostramos que la resistencia a los antiepilépticos puede estudiarse en muestras de tejidos humanos vivos, además de que no solo las proteínas transportadoras en la barrera hematoencefálica son las responsables de la resistencia. En un corte cerebral sin vasos sanguíneos, los medicamentos pueden llegar sin problema a las neuronas sin ser eliminados de forma inmediata por las proteínas transportadoras.

conciencia, dan una pista sobre la región del encéfalo

Túnel iónico obstruido

donde se alteran las neuro-

¿Cómo actúan los anticonvulsivos sobre las neuronas? El grupo dirigido por Heinz Beck, investigador del trastorno cerebral de la epilepsia en la Clínica Universitaria de Bonn, estudió los puntos de actuación de las sustancias en la superficie de las neuronas. Se trata casi en exclusiva de los canales iónicos, unas proteínas dotadas de un receptor situadas en la membrana

nas. Las circunstancias más diversas pueden desencadenar ataques epilépticos: el despertarse, el estrés, una luz intermitente o unos estímulos acústicos.

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celular. Si se acopla una molécula apropiada a ese receptor, se abre en el centro de la molécula proteica un túnel a través del cual irrumpen partículas con carga eléctrica (iones de sodio). Ello altera de forma momentánea la diferencia de potencial eléctrico de la membrana. Si existen suficientes canales iónicos abiertos, la célula se excita y emite una señal eléctrica. En 2003, investigadores de las universidades de Bonn y Berlín estudiaron con todo detalle los canales de sodio del tejido cerebral humano. De nuevo, una fase de los experimentos se desarrolló con pacientes con epilepsia resistente a la carbamazepina; otra fase se realizó con voluntarios que respondían bien a dicho fármaco. Los investigadores se interesaron sobre todo por los canales de sodio en la membrana de las pequeñas células granulares del hipocampo. En las muestras cerebrales del grupo de control, el medicamento cumplió su función: bloqueó los receptores de los canales de sodio evitando que se abrieran los túneles iónicos. De esta forma resultaba difícil que las células se activaran, lo cual hacía imposible que tuviera lugar la ilimitada irritación neuronal de los ataques epilépticos. En cambio, la imagen neuronal de los pacientes resistentes al tratamiento antiepiléptico era completamente diferente. Los canales de sodio no respondían al medicamento; de hecho, las muestras cerebrales mostraban que la activación eléctrica provocaba convulsiones.

Resistencia frente a la sedación Otro grupo de sustancias para frenar los ataques epilépticos son las benzodiazepinas. Estos sedantes activan receptores del ácido gamma-aminobutírico (GABA), neurotransmisor que, por lo general, frena la excitación eléctrica de las neuronas. Empero puede haber pacienMENTE Y CEREBRO 52 / 2012

tes resistentes a este medicamento. La neuróloga Amy Brooks-Kayal y sus colaboradores de la Universidad de Pennsylvania descubrieron en 1998 que, después de frecuentes convulsiones, el plan estructural de los receptores del GABA se alteraba. Con ello, la efectividad de las benzodiazepinas se debilita, puesto que el transmisor no puede desarrollar todo su efecto sedante. Es probable que los ataques epilépticos ocasionen una alteración de la contrarregulación cerebral. La disposición genética en los humanos dispone los planes estructurales de los receptores o de las proteínas del túnel. Después de ataques convulsivos pueden producirse errores frecuentes en la lectura o en la transcripción de esta información. Dicha posibilidad puede estudiarse hoy mediante nuevos métodos basados en técnicas de microchips. Con todo, lo único claro, de momento, es que no existe una única causa de resistencia a los antiepilépticos. Si un medicamento no produce efecto, el motivo puede hallarse en un defecto en el transporte a través de la barrera hematoencefálica, en una alteración de los receptores en la superficie de las neuronas o en una combinación de ambos mecanismos. La propia epilepsia no es una enfermad única, sino que tiene múltiples causas y puede cursar de formas diversas. Junto a la obstaculización del transporte a través de la barrera hematoencefálica, una nueva estrategia para superar la resistencia a la medicación antiepiléptica podría consistir en el desarrollo de sustancias que se acoplen a los receptores alterados de las proteínas túnel (canales) de las neuronas. Hasta que dispongamos de tales posibilidades terapéuticas, queda un largo trecho por recorrer. La recuperación de Peter K. tras la operación ha sido rápida. El tiempo dirá si ya se encuentra libre de los ataques epilépticos. Desde el punto de vista estadístico, los pronósticos son favorables: el 60 por ciento de los pacientes no sufren ningún ataque epiléptico tras una intervención quirúrgica; en el 40 por ciento restante los síntomas suelen mejorar. Sin embargo, solo es posible operar a una parte de las personas con epilepsia resistente a los anticonvulsivos. Encontrar medicamentos adecuados para cada caso sigue siendo una tarea imperiosa.

ha publicado sobre el tema, entre otros, los siguientes artículos:

Control del cerebro por medio de la luz, de Karl Deisseroth Enero 2011 BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA MULTIDRUG RESISTANCE IN EPILEPSY: RATS WITH DRUGRESISTANT SEIZURES EXHIBIT ENHANCED BRAIN ESPRESSION OF P_GLYCOPROTEIN

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Una mente extracorpórea, de Miguel A. L. Nicolelis Abril 2011 Claves de la resiliencia, de Gary Stix Mayo 2011

COMPARED WITH RATS WITH DRUG-RESPONSIVE SEIZURES.

H. A. Volk y W. Löscher en Brain, vol. 128, n.o 6, págs. 1358-1368, 2005. DER GROSSE TRIAS-RATGEBER EPILEPSIE. G. Krämer. Trias,

Stuttgart, 2005. MOLECULAR AND CELLULAR MECHANISMS OF PHARMACORESISTANCE IN EPILEPSY.

S., Remy y H. Beck en Brain, vol. 129, n.o 1, págs. 18-35, 2006. SINCRONIZACIÓN Y EPILEPSIA: EL BUENO, EL MALO Y EL

Stefan RemyGUPGWTQƂUKÏNQIQGPNC%NÉPKECFG'RKNGRVQNQIÉCFGNC7PKXGTUKFCFFG$QPPChristian Elger es FKTGEVQTFGNOKUOQEGPVTQ'PNGHWGEQPEGFKFQGN RTGOKQ*CPU$GTIGTFGPGWTQƂUKQNQIÉCENÉPKEC

Cien billones de conexiones, de Carl Zimmer Marzo 2011

La neurociencia en el sistema judicial, de Michael S. Gazzaniga Junio 2011 Un órgano oculto en los ojos, de Ignacio Provencio Julio 2011 Consciencia artificial, de Christof Koch y Giulio Tonomi Agosto 2011 Física de la inteligencia, de Douglas Fox Septiembre 2011 Técnicas para la estimulación del aprendizaje, de Gary Stix Octubre 2011

PATOLÓGICO. L. Menéndez,

en Mente y Cerebro, vol. 33, págs. 12-21, 2008.

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Yo sin mi cuerpo Algunas personas experimentan como su yo abandona su cuerpo. Incluso se observan a sí mismas desde el exterior de su ser. Ciertos trastornos cerebrales conllevan vivencias extracorporales. La realidad virtual permite reproducir tal experiencia OLAF BLANKE, BIGNA LENGGENHAGER Y LUKAS HEYDRICH

¿Q

ué es el yo? La pregunta del millón en filosofía ocupa en los últimos años también a los neurocientíficos. Equipos de investigación interdisciplinares han estudiado las vivencias subjetivas de forma sistemática. Los resultados obtenidos parecen indicar que la base de la autoconciencia se fundamenta en mecanismos cerebrales que conectan las señales de los órganos sensoriales para componer una representación corporal global y estable. En el laboratorio de neurociencia cognitiva de la Escuela Politécnica Federal de Lausana se estudia desde hace unos años la función que desempeñan las señales corporales multisensoriales en la autoconciencia. Mediante varios métodos neurocientíficos —electroencefalografía (EEG), imagen por resonancia magnética funcional (IRMf), técnicas de la realidad virtual—, biólogos, psicólogos, médicos, físicos, ingenieros e informáticos trabajan codo a codo. En probandos sanos y pacientes neurológicos con trastorno del esquema corporal, investigamos el anclaje de la autoconciencia. Los resultados los detallamos a continuación. En estado de vigilia diurno, las personas perciben el yo dentro de sus límites corporales. Sienten el cuerpo como suyo y toman conciencia del entorno a partir de la perspectiva corporal. Un estado de autoconciencia adecuado supone: 1. localización del yo (el yo es percibido dentro del cuerpo como una unidad espacial), 2. perspectiva del yo (vemos, oímos y sentimos el mundo desde el interior de nuestro cuerpo), 3. autoidentificación (sentimos que nuestro cuerpo nos pertenece). Bajo circunstancias determinadas, no obstante, dichos aspectos de la autoconciencia pueden alterarse. Es el caso de la experiencia extracorporal u OBE (de out-of-body experience), situación en la que fallan los tres factores a

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la vez. Los afectados se sienten «incorpóreos», ven el entorno y su propio cuerpo desde fuera; se identifican con su estado ilusorio, no con su condición física. El relato de 1929 de Sylvan Muldoon (19031969), quien creía haber experimentado OBE desde niño, constituye en el escenario del esoterismo el paradigma de tales vivencias: «Flotaba en el aire, en posición horizontal, un par de pies por encima de mi cama... Me acerqué al techo, seguía en posición horizontal y sin fuerzas... Conseguí girarme, y allí... había otro “yo” reposando plácidamente en la cama». Aunque Muldoon padeciera epilepsia, este tipo de episodios también pueden presentarse en personas sanas bajo circunstancias determinadas: anestesia total, sueño, influencia de narcóticos o miedo extremo. Sin embargo, son más comunes en pacientes con trastornos psiquiátricos o neurológicos, entre ellos, la migraña o la epilepsia.

Descubrimiento casual Una casualidad nos ayudó en 2002 a reproducir experiencias extracorporales de forma artificial. Una mujer de 43 años padecía graves ataques de epilepsia imposibles de controlar con medicación [véase «Convulsiones bajo el microscopio», por S. Remy y C. Elger; en este mismo número]. Junto con Theodor Landis y Margitta Seeck, del Hospital Universitario de Ginebra, buscábamos el foco de los ataques en el encéfalo de la paciente para poder extraerlo quirúrgicamente. Mediante la implantación de electrodos estimulamos otras áreas del cerebro para determinar sus funciones. Hallamos el foco epiléptico en el lóbulo temporal anterior derecho. Pero al estimular el giro angular derecho, una circunvolución cerebral situada entre el lóbulo temporal y el lóbulo parie-

RESUMEN

La base del yo

1

El estímulo de determinadas áreas cere-

brales, como la circunvolución angular derecha, puede desencadenar percepciones extracorporales.

2

Tales sensaciones pueden provocarse

en personas sanas mediante una ilusión sensorial reproducida gracias a la realidad virtual.

3

La autoconciencia corporal se funda en

tres aspectos: la localización del yo, la perspectiva del yo y la autoidentificación.

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

GEHIRN & GEIST / ANDREAS RZADKOWSKY

tal, la paciente nos sorprendió con la sensación repentina de estar hundiéndose o cayéndose. Aumentamos la intensidad de la corriente, a lo que ella respondió con las siguientes palabras: «Me veo desde arriba, tendida en la cama, pero solo me veo las piernas y la parte inferior del tronco». La mujer, quien nunca antes había experimentado una OBE, tenía la sensación de estar flotando dos metros por encima de su lecho. MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Acabábamos de encontrar un área del cerebro cuya actividad guardaba relación directa con las experiencias extracorporales [véase «En el umbral de la muerte», por Detlef B. Linke; MENTE Y CEREBRO, n.o 7]. La circunvolución angular procesa varias señales corporales: el sentido del tacto, el equilibrio, la vista, así como la propiocepción. Esta última registra la posición y el movimiento de los

DESPRENDIDO Quien tiene una experiencia extracorporal siente que abandona su cuerpo; se observa desde el exterior.

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BOTÓN DE EYECCIÓN

OBE

La aplicación de estímulos eléctricos en la circunvolución angular derecha de una paciente epiléptica (puntos azules), desencadenó una experiencia extracorporal. Los demás puntos indican otros centros de esti(rojo), somatosensorial (lila) y auditiva (amarillo). La región cerebral que desencadenaba los ataques epilépticos se encuentra en el lóbulo temporal anterior

CORTESÍA DE OLAF BLANKE

mulación en la corteza motora Corteza motora Corteza somatosensorial Corteza auditiva Foco de los ataques

(puntos negros).

músculos, los tendones y las articulaciones, y al mismo tiempo procesa otras informaciones espaciales y corporales. Suponemos, por tanto, que las experiencias extracorporales presentan dos causas: la estimulación sensorial contradictoria en la circunvolución angular provoca por un lado la disolución de la sensación de unidad en el cerebro entre diversas representaciones corporales; por otro, corta la conexión entre tales representaciones y las del entorno espacial inmediato. Ambas alteraciones de la percepción del cuerpo parecen necesarias para la experiencia extracorporal. Los estudios que hemos llevado a cabo en personas con trastornos del esquema corporal señalan qué mecanismos cerebrales podrían es-

En busca del yo Los filósofos llevan largo tiempo estudiando la relación entre el cuerpo y el yo. El problema mente-cuerpo se remonta a los antiguos pensadores griegos como Platón (428/427-348/347 a.C.), aunque fue René Descartes (1596-1650) quien dio al debate el empujón determinante. El filósofo distinguía entre «el espíritu y la materia»; sostenía que «es posible que el espíritu exista sin la materia [y el cerebro]». Tales pensamientos le condujeron a la frase quizá más citada de la historia de la filosofía occidental: Cogito ergo sum («Pienso, luego existo»). Ese dualismo es rechazado en la actualidad por la mayoría de los filóso-

conderse tras la conciencia del yo anclada en la percepción del cuerpo. No obstante, escasean los casos clínicos semejantes. Tampoco podemos determinar hasta qué punto nuestros resultados valdrían para individuos sanos. Por este motivo decidimos hace unos años analizar las bases neuronales de la autoconciencia en personas sanas en condiciones controladas. Para ello nos inspiramos en un experimento del año 1899. El psicólogo George Malcolm Stratton (1865-1957) se colocó un espejo sobre la cabeza de tal forma que podía verse de pie a unos metros delante de sí mismo. Después de pasearse con tal aparato por su ciudad natal, Berkeley, durante tres días, Stratton tenía la sensación creciente de encontrarse fuera de su cuerpo. Experimentaba su yo en el lugar de su propia imagen visualizada en el espejo. En 2007 construimos, con la tecnología de vídeo más avanzada, algo parecido en nuestro laboratorio. En lugar de un espejo utilizamos unas gafas 3D, en las que proyectamos una grabación del probando de modo que se veía de espaldas a dos metros de sí mismo. A continuación tocamos su espalda con un bastón. Los participantes que observaron la acción a través de las gafas, tuvieron la extraña sensación de notar el bastón no solo en su propia espalda sino también en la de la imagen proyectada, como si el cuerpo virtual formara parte de su yo. La ilusión se desvanecía cuando la proyección mostraba los toques en diferido, es decir, cuando las acciones reales y las virtuales no estaban sincronizadas. No solo la identificación del yo, sino también la localización se alteraban en caso de sincronización. Situamos a nuestros probandos dos pasos hacia atrás con los ojos cerrados y les pedimos a continuación que volvieran a su sitio inicial. Todos aquellos que habían sido tocados al mismo tiempo que su alter ego se dirigieron con plena determinación hacia la figura virtual. No obstante, en los casos en que los estímulos no se hallaban sincronizados, los sujetos volvieron a su posición original.

fos, psicólogos y neurocientíficos, quienes se concentran en los mecanismos cerebrales que intervienen en la autorreflexión. Los aspectos superiores de

Ver y sentir

la autoconciencia se manifiestan en los seres vivos que se reconocen en un

Ese experimento y otros más demuestran la importancia que desempeña una buena integración multisensorial de las señales corporales para la autoconciencia. También revela que la localización subjetiva del yo en el propio cuerpo, por lo general muy estable, requiere un trabajo activo del encéfalo. Dado que esta percepción es manipulable en personas sanas, puede investigarse de forma sistemática.

espejo, que poseen memoria autobiográfica o que utilizan un lenguaje con pronombres de primera persona, como «yo» o «mío». Investigadores, entre ellos, el neurólogo Josef Gerstmann (1887-1969), el psicólogo James Gibson (1904-1979) o el filósofo William James (1842-1910) habían reconocido con anterioridad el significado de aspectos fundamentales del yo, los cuales se manifiestan en las señales sensoriales corporales y su procesamiento en el cerebro.

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MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

MARTIN BOYER / SCIENCE, VOL. 317, PÁG. 1097, 24 DE AGOSTO DE 2007

PROBANDO

PROYECCIÓN CORPORAL VIRTUAL

VIDEO ERGO SUM Los probandos que observan a través de unas videogafas cómo alguien toca su cuerpo con un bastón por la espalda, se identifican con esta proyección corporal virtual.

Resulta todavía más sorprendente que las personas no solo se identifican con un cuerpo virtual, sino que además asumen las percepciones elementales en la propia superficie corporal. Constatamos este hecho en 2009 cuando estudiamos cómo varía la representación cerebral de estímulos al tacto durante la ilusión descrita anteriormente. Para ello, usamos el efecto de congruencia multisensorial visuo-táctil (CEE, de crossmodal congruency effect), gracias al cual puede medirse de forma objetiva la influencia que ejercen los estímulos visuales sobre nuestra percepción corporal táctil. Normalmente reaccionamos con más rapidez ante un estímulo al tacto si lo vemos en el lugar de la superficie corporal correspondiente; es decir, si la información de varias señales sensoriales, la visual y la táctil en este caso, es coherente. Para comprobar si la representación cerebral de estímulos táctiles se desplaza del mismo modo al cuerpo virtual, tal como observamos que ocurría con la localización del yo, introdujimos algunos cambios en nuestro experimento anterior. Suministramos un breve estímulo vibratorio a nuestros probandos mientras ellos observaban a través de las gafas 3D cómo se encendía una lucecita en la misma o en otra parte de la espalda de la imagen virtual. A continuación, les pedimos que indicaran, lo más rápido posible, dónde habían sentido la vibración. Si los sujetos habían recibido el estímulo en el mismo lugar y, por tanto, se habían sentido más identificados con su alter ego, el efecto de congruencia era mayor; al contrario, en el caso de una vibración no sincronizada, los probandos se sentían menos MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

o nada identificados con la imagen virtual. Ello indica que el cerebro también había percibido el espacio táctil de forma desplazada en el cuerpo virtual. Por supuesto, las sensaciones de nuestros voluntarios en el laboratorio no son comparables a la intensidad de una experiencia extracorporal desarrollada por completo. No obstante, nuestros experimentos muestran una forma sistemática de estudiar la conciencia del yo. A pesar de que los datos obtenidos hasta ahora apuntan a una función clave de los lóbulos temporal y parietal derechos, existen indicios de que intervienen otras áreas cerebrales. Tanto algunas áreas del lóbulo frontal como la corteza prefrontal medial o precúneo, que a su vez cuenta como una región del lóbulo parietal y desempeña una función relevante en la autopercepción, contribuyen a la conciencia del yo. También participan la corteza somatosensorial primaria, la cual procesa estímulos de presión y tacto, así como la corteza vestibular, que se encarga del sentido del equilibrio. Es probable que algunas de esas áreas cerebrales se activen cuando entran en juego aspectos del yo como la memoria autobiográfica, el autoconocimiento y el lenguaje. Esperamos que las investigaciones futuras nos permitan dar una respuesta científica a la búsqueda del ser y la conciencia.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA VIDEO ERGO SUM: MANIPULATING BODILY SELF-CONSCIOUSNESS. B. Lenggenhager

et al. en Science, vol. 317, n.o 5841, págs. 1096-1099, 2007. KEEPING IN TOUCH WITH ONE’S SELF: MULTISENSORY MECHANISMS OF SELF-CONSCIOUSNESS. J. E. Aspell et al.

en Public Library of Sciences One, vol. 4, n.o 8, e6488, 2009. ILLUSORY OWN BODY PERCEPTIONS: CASE REPORTS AND RELEVANCE FOR BODILY SELFCONSCIOUSNESS. L. Heydrich,

S. Dieguez, T. Grundwald,

Olaf Blanke es neurólogo y dirige el laboratorio de neurociencia cognitiva de la Escuela Politécnica Federal de Lausana. La neuropsicóloga Bigna Lenggenhager y el médico Lukas Heydrich forman parte de su equipo de investigación.

M. Seeck, O. Blanke, en Consciousness and Cognition, vol. 19, n.º 3, págs. 702-710, 2010.

53

Acceso al cerebro

por vías recónditas El tratamiento con células madre abre el camino hacia la curación de numerosas enfermedades neurológicas. Pero ¿cómo atraviesan dichas células la barrera hematoencefálica? Investigamos una ruta alternativa: la vía nasal FELIX BERNHARD, LUSINE DANIELYAN Y CHRISTOPH GLEITER

RESUMEN

Por la nariz

1

Algunas sustancias pueden llegar al

cerebro desde la cavidad nasal a través del nervio olfativo.

2

En ratones, las células madre mesenquima-

les pueden alcanzar zonas profundas del encéfalo a través de la nariz.

3

El suministro de células madre por vía

nasal permitiría administrar el tratamiento tantas veces como se desee. No obstante, la investigación se encuentra todavía en pañales.

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L

a barrera hematoencefálica es una de las más importantes del cuerpo humano. Impide que sustancias lesivas, bacterias o virus penetren al cerebro desde la sangre. Sin embargo, para los tratamientos médicos suele suponer un inconveniente, ya que múltiples medicamentos que se administran en forma de pastillas o se inyectan llegan a la sangre, empero no son capaces de franquear dicho obstáculo. ¿Resultado? Algunas sustancias que pudieran resultar útiles en el tratamiento de enfermedades neurológicas, entre ellas el párkinson, el alzhéimer o los ictus cerebrales, no alcanzan su objetivo. Desde hace tiempo los científicos buscan vías a través de las cuales las sustancias terapéuticas puedan llegar directamente al cerebro. Un método aceptado, aunque agresivo, consiste en practicar un orificio en el cráneo: a través de él puede administrarse el medicamento de manera directa en el lugar deseado. El farmacólogo William Frey II, director del Centro para la In-

vestigación de la Enfermedad de Alzheimer en St. Paul, en Minnesota, investiga desde hace más de dos décadas una nueva vía: la nariz. Frey demostró que algunas sustancias pueden llegar al cerebro desde la cavidad nasal a través del nervio olfativo. Tal sinuoso rodeo para alcanzar al encéfalo aporta varias ventajas en el tratamiento de enfermedades neurológicas. Así, un espray nasal para tratar el párkinson no solo resultaría más cómodo, más barato y con menos riesgo que una intervención quirúrgica, sino que en caso necesario podría repetirse durante meses. En 2009, junto con William Frey, investigamos en la Clínica Universitaria de Tübingen la posibilidad de administrar mediante esa vía, además de sustancias y partículas, células que llegaran al cerebro. Para múltiples enfermedades neurodegenerativas, entre ellas el alzhéimer y el párkinson, el tratamiento con células madre mesenquimales (CMM) abre grandes expectativas. Tales células se encuentran en disposición MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Corteza cerebral

Células madre

Bulbo olfatorio

GEHIRN & GEIST / ART FOR SCIENCE

Fibras nerviosas olfatorias que atraviesan el hueso etmoides

Nervios olfatorios

Cerebelo

Líquido cefalorraquídeo

CAMINOS OCULTOS POSIBLES Las células madre que se instilan en la nariz podrían llegar a determinadas áreas del cerebro. Un posible acceso es a través del bulbo olfatorio (flecha blanca); otro a través del espacio cefalorraquídeo (flecha azul). En la actualidad se investiga si tales puertas de entrada pueden practicarse en humanos.

de evolucionar hasta los más diversos tipos de células del organismo, y de este modo detener, al menos en parte, la desaparición de neuronas. Las células proceden de la médula ósea del propio paciente, por lo que no interfieren con el sistema inmunitario y no suponen ningún reparo ético como el que pudiera surgir con el uso de células madre de origen embrionario.

Migración bajo el microscopio En 2008 demostramos que, al menos en roedores, las CMM adultas pueden alcanzar el cerebro a través de la nariz. Para ello marcamos con un colorante células que habían sido aisladas de la médula ósea de ratones en el laboratorio de células madre que dirige Richard Schäfer. Luego instilamos por los orificios nasales de los múridos una solución que contenía esas células. Con ayuda de un microscopio especial seguimos su trayecto. ¡Al cabo de una hora varios cientos de ellas habían alcanzado ya la corteza cerebral! MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Los registros nos permitieron reconstruir la ruta celular: primero, las células se acumulan en la mucosa olfativa del área superior de la fosa nasal, donde la lámina cribosa obstaculizaba su paso, de manera que dificultaba el acceso al cerebro. Dicha lámina constituye la capa ósea superior del hueso etmoides, el cual separa las fosas nasales de la cavidad craneal. Mas la lámina en cuestión presenta múltiples orificios pequeños a través de los cuales las terminaciones del nervio olfatorio penetran en las fosas nasales. Por ello, las células consiguieron atravesar el etmoides a lo largo de esas fibrillas nerviosas hasta el bulbo olfatorio, estructura cerebral profunda situada justo sobre las fosas nasales. Una vez alcanzado el sistema nervioso central, continuó la segunda etapa del trayecto. Algunas células emigraron desde el bulbo olfatorio, atravesaron el cerebro y llegaron a regiones alejadas: el hipocampo y el cuerpo estriado. Descubrimos algunas CMM fuera del encéfalo,

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Contra el alzhéimer, el párkinson y otras neuropatologías Las células madre mesenquimales (CMM) predominan en la médula ósea. Forman parte de las células madre adultas que todavía son capaces de convertirse en distintos tipos celulares, incluso en neuronas bajo determinadas circunstancias. Ello abre grandes esperanzas para el tratamiento de enfermedades neurológicas. Todavía más destacable, si cabe, resulta su capacidad de frenar procesos biológicos que participan en la puesta en marcha o en las primeras fases del proceso inflamatorio, ya que la «neuroinflamación» (inflamación en el sistema nervioso central) desempeña una relevante función en múltiples enfermedades cerebrales. El grupo de trabajo de Lusine Danielyan, en cooperación con el equipo de Richard Schäfer de la Clínica Universitaria de Tübingen, ha demostrado que las CMM frenan la inflamación. En presencia de la sustancia amiloide beta, componente más importante de las «placas» cerebrales de los pacientes con alzhéimer, las células nerviosas de animales de experimentación liberan menos citoquinas proinflamatorias si previamente han sido tratados con CMM. La capacidad antiinflamatoria de las CMM pudiera asimismo explicar por qué el sistema inmunitario del receptor suele rechazarlas de manera menos enérgica que otras células trasplantadas.

Pequeñas todopoderosas Por células madre se entienden aquellas células somáticas no del todo maduras y que pueden evolucionar en distintos tipos celulares y tisulares. Las que presentan un mayor potencial de desarrollo («pluripotenciales») son las células embrionarias: de ellas pueden surgir múltiples tipos de tejidos. Las células madre de adultos suelen presentar una menor capacidad de diferenciación, aunque entre ellas se encuentran ciertos tipos aptos para ser insertados. Es el caso de las células madre de la médula ósea.

en concreto, en el espacio cefalorraquídeo donde se encuentra el líquido homónimo. Desde allí se desplazaban hasta diversas áreas de la corteza cerebral y regiones cerebrales profundas. Al cabo de una hora, unos cuantos centenares o algunos millares de las cerca de 300.000 células madre que contenían las gotas nasales habían llegado al cerebro. Otras muchas permanecían aún en las fosas nasales. Sospechamos que tarde o temprano también irían a parar al sistema nervioso central. ¿Cómo es posible que en solo una hora las células madre recorran la para ellas enorme distancia entre la nariz y las regiones cerebrales profundas? Todavía no se ha encontrado respuesta a la cuestión. Sí se sabe que partículas de gran tamaño y proteínas situadas en el espacio cefalorraquídeo alcanzan en pocos minutos, mediante la bomba perivascular, el interior del encéfalo. Debido a la presión ejercida por las pulsaciones arteriales, las partículas, y es probable que también las células madre que se hallan entre los vasos sanguíneos y las meninges, pueden desplazarse y recorrer con rapidez largas distancias.

Una enzima para relajar Sería interesante descubrir alguna sustancia cuya administración pudiera favorecer el paso de células madre a través de las fosas nasales. Así, investigamos con hialuronidasa, una enzima que relaja la fijación celular en la capa superior del epitelio de la mucosa nasal, de manera

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que favorece la permeabilidad de las células. Estudios anteriores demuestran que un tratamiento de este tipo contribuye al acceso de bacterias al sistema nervioso central. Observamos que los ratones cuya mucosa se había tratado previamente con hialuronidasa presentaban una hora después un número de CMM en el cerebro superior a la de los múridos que no habían recibido dicho tratamiento intranasal. Además de la trayectoria descrita para la migración a través del bulbo olfatorio y el espacio cefalorraquídeo, puede pensarse en otra vía. Las células podrían desplazarse a través del nervio trigémino. Dicho nervio aporta fibras nerviosas a buena parte de la cara, llega al tronco del encéfalo, y desde allí alcanza incluso el cerebelo. William Frey demostró que algunas sustancias (la hormona interferón beta) pueden desplazarse desde la nariz al sistema nervioso central siguiendo esa vía. La línea de investigación parece prometedora. Una de las mayores ventajas de la administración de células madre por vía nasal es la posibilidad de repetir el tratamiento tantas veces como se desee. Por el contrario, los trasplantes quirúrgicos reiterados con el fin de administrar células madre al cerebro acaban perjudicando al paciente, ya que se trata de una técnica invasora que conlleva la posibilidad de múltiples efectos adversos colaterales (cicatrices o infecciones). Con todo, un inconveniente del nuevo método podría estribar en que las células introducidas no lleguen de forma directa a la región MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

ESPERANZAS ABIERTAS Las células madre mesenquimales de la médula ósea pueden ayudar a tratar enfermedades neurológicas. En la imagen, un cultivo celular marcado con CORTESÍA DE LUSINE DANIELYAN

un colorante fluorescente verde.

cerebral lesionada. En tal caso, las células se diseminan por todo el cerebro, con lo cual podrían no acertar el objetivo deseado. No obstante, algunos estudios sostienen que las células madre poseen la propiedad de dirigirse de forma específica a las regiones cerebrales inflamadas. Ello permite suponer que las células madre administradas por vía nasal migren de manera directa al lugar donde se ubica el tejido dañado. Nuestros estudios lo confirman. Lesionamos mediante un proceso químico un área del encéfalo de algunas ratas; acto seguido les administramos células madre por vía nasal. La mayor parte de las células se desplazaron al hemisferio cerebral donde se hallaba la lesión; allí sobrevivieron durante medio año. Ello apunta a que las células madre son capaces de buscar por sí mismas el camino que les llevará hasta las áreas donde se requiere su ayuda. El planteamiento se encuentra todavía en mantillas. Hasta llegar a una aplicación en el tratamiento de pacientes se necesita toda una serie de experimentos. Debe demostrarse que la repetida administración de células madre por vía nasal propicia un efecto terapéutico en determinadas enfermedades del sistema nervioso. Además se exigen observaciones a largo plazo para confirmar si realmente el nuevo método resulta eficaz. Tanto el potencial efecto terapéutico como los posibles efectos secundarios de este método dependen, sobre todo, del tipo de células utilizado, no del hecho de administrarlas por la nariz. Se ha iniciado el camino para disponer en un futuro de un método tolerable para tratamientos con células madre.

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BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA INTRANASAL DELIVERY OF CELLS TO THE BRAIN. L. Da-

nielyan et al. en European Journal of Cell Biology, vol. 88, n.o 6, págs. 315324, 2009. INTERNASAL DELIVERY OF STEM CELLS AND GENETICALLY ENGINEERED CELLS TO THE BRAIN. L. Danielyan y W.

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W. H. Frey II, H. B. Schiöth, B. Schultes, J. Born y M. Hallschmid en Experimental Gerontology, vol. 46, n.º 2-3, págs. 112-115, 2011. THERAPEUTIC EFFICACY OF INTRANASALLY DELIVERED MESENCHYMAL STEM CELLS IN

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Felix Bernhard es colaborador en el departamento de farmacología clínica en la Clínica Universitaria de Tübingen y doctorando en el grupo que dirige Lusine Danielyan. Christoph Gleiter es profesor de farmacología clínica en la Universidad de Tübingen. MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

DISEASE. L. Danielyan et al.

en Rejuvenation Research, vol. 14, n.º 1, págs. 3-16, 2011.

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De belleza, sexo y probabilidades La complejidad estadística que entraña el estudio de efectos pequeños puede conllevar la interpretación errónea de los resultados ANDREW GELMAN Y DAVID WEAKLIEM

E RESUMEN

Pequeños pero sugerentes

1

Con frecuencia, los medios de informa-

ción divulgan hallazgos carentes de significación estadística, como el trabajo que concluyó que en las parejas guapas nacían más niñas.

2

Los estudios que carecen de suficiente

potencia estadística emiten resultados aleatorios y, en la mayoría de los casos, solo sugerentes.

3

Para evitarlo, la clave estriba en considerar

la posible magnitud de los efectos mediante la inferencia clásica y la bayesiana.

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n los últimos años, Satoshi Kanazawa, de la Escuela de Economía de Londres, ha publicado una serie de artículos en el Journal of Theoretical Biology con títulos cuya traducción podría ser «De padres grandes y altos nacen más bebés varones» (2005), «Los hombres violentos engendran más niños» (2006), «Los ingenieros tienen más hijos, las enfermeras, más hijas» (2005) y «Las parejas atractivas procrean más niñas» (2007). Posteriormente, algunas de dichas aseveraciones han aparecido en el artículo «Diez verdades políticamente incorrectas sobre la naturaleza humana», que el mismo autor escribió para Psychology Today, así como en el libro Why beautiful people have more daughters («Por qué la gente guapa tiene más hijas») escrito por Kanazawa junto a Alan S. Miller. Sin embargo, se ha demostrado que en los análisis estadísticos subyacentes a las tesis de Kanazawa existen fallos de base. En algunos se comete el error de tener en cuenta un resultado intermedio en la estimación de un efecto causal; otro análisis incurre en problemas de comparación múltiple. Se trata de errores técnicos (de los que se hablará más adelante), los cuales producen resultados engañosos. Dicho en breve: los hallazgos de Kanazawa no son estadísticamente significativos. Las regularidades analizadas por él bien pudieron ocurrir por azar. Es casi seguro que esos artículos no habrían aparecido en la revista científica de haberse detectado durante la revisión técnica la carencia de significación estadística. El hecho de haberse publicado y divulgado en los medios de comunicación (además

de en formato de libro) suscita una interesante cuestión: ¿qué pensar de investigaciones con resultados fascinantes pero carentes de significación estadística? Una respuesta rápida sería: desdeñarlas, pues cualquier persona armada con solo un sencillo paquete de tratamiento estadístico podría ir revisando bases de datos de acceso público en busca de correlaciones que apoyasen conjeturas previas. Tal rechazo pecaría de superficial, porque incluso hallazgos no significativos resultan sugerentes. Supongamos que un análisis indicase que la probabilidad de que en una pareja de gran atractivo físico nazca una niña fuese un 5 por ciento mayor que en el caso de padres poco agraciados, pero que el error estándar (desviación típica) fuese de un 4 por ciento. El análisis no resulta significativo estadísticamente, no obstante, si hubiéramos de conjeturar si es más probable que nazcan niñas en familias con padres guapos que con feos, los datos nos harían pensar en lo primero. Existen otras razones sustantivas por las que las hipótesis de Kanazawa no deben descartarse de antemano, a pesar de que sus resultados no sean significativos desde el punto de vista estadístico. Por ejemplo, la motivación teórica de sus hallazgos se encuentra en un modelo de amplia aceptación, propuesto por Robert Trivers y Dan Willard en un artículo ya clásico de 1973. La hipótesis Trivers-Willard propone que si un atributo heredable le resulta más beneficioso a los niños de un sexo que a los del otro, los progenitores tenderán a engendrar en mayor proporción descendencia de ese sexo. Ciertas MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

TODAS LAS ILUSTRACIONES DE ESTE ARTÍCULO: AMERICAN SCIENTIST / TOM DUNNE

investigaciones señalan que las personas consideradas atractivas gustan más y son más respetadas. Se ha observado asimismo que el sexo de los hijos influye en las actitudes de sus padres: al comparar personajes políticos, se observa que los que tienen niñas tienden, en cuestiones que afectan a la mujer, hacia posturas más liberales que aquellos que cuentan solo con descendencia masculina. El presente artículo se centra en la cuestión de cómo interpretar resultados no significativos. Aludiremos también a las distorsiones que introducen los medios de comunicación ante hallazgos equívocos. Habida cuenta de que los estadísticos y sociólogos más estrictos tienden MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

ERRORES ESTADÍSTICOS Robert Trivers Y Dan Willard conjeturaron en 1973 que la ratio de sexos (cociente de los números de niños y niñas en el nacimiento) se explicaba según qué rasgos heredables resultaban más ventajosos para la progenie de un sexo que para la del otro. Las investigaciones sobre los factores que afectan a la ratio de sexos (raza, salud de la madre, y otros) han hallado efectos limitados, en general, inferiores a un 1 por ciento.

a envolver sus afirmaciones en nubes de matizaciones y jerga técnica, no sorprende que los periodistas dejen influenciarse por osadas exageraciones. Los errores sistemáticos, como la sobrestimación de las magnitudes de pequeños efectos, pueden desorientar a los científicos y, por su mediación, al público general.

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Se usa en todo el artículo la expresión estadísticamente significativo en el sentido convencional, a saber, que una estimación dista por lo menos dos desviaciones típicas de una cierta hipótesis nula, vale decir, de un valor previamente especificado que indicaría que no se da un cierto efecto. Una estimación sería estadísticamente insignificante si el valor observado pudiera ser atribuido a meras fluctuaciones aleatorias, como sucedería si en una serie de 20 lanzamientos de una moneda se obtuvieran 8 caras y 12 cruces: se diría entonces que este resultado no difiere, en cuanto a significación estadística, del puro azar. Con mayor precisión, la proporción observada de caras sería del 40 %, pero la desviación típica resulta ser del 11 %: los datos distan menos de dos errores típicos de la hipótesis nula, un 50 % de caras, y el resultado podría haber ocurrido por azar. El «error estándar», o desviación típica, es una medida de la variación de una estimación;

Belleza y progenie Valiéndose de una muestra de 2972 individuos del «Estudio longitudinal nacional de la salud adolescente», en el que se valoraba el atractivo personal individual en una escala de cinco puntos, Satoshi Kanazawa comparó el grupo de los de máximo atractivo con el promedio de los otros cuatro grupos. Llegó a la conclusión de que existía una probabilidad más elevada de que el primogénito de los encuestados más atractivos fuese niña. Una metodología más habitual consiste en determinar la curva de ajuste óptimo para el total de datos, con un error típico basado en el tamaño de la muestra. A partir del intervalo de confianza clásico del 95 %, se aprecia que efectos negativos de –3,9 % o positivos de 13,3 % son compatibles con esos datos. Así pues, una determinación de 4,7 % proporciona exigua información sobre la asociación de belleza parental y la ratio de sexos de la progenie en la población general.

Porcentaje de nacimientos de niñas

60%

55% efecto +13,3 % Curva de ajuste óptimo; efecto +4,7 %

50%

efecto –3,9 %

45%

40% 1

2

3

4

Puntuación del atractivo de los padres

60

5

disminuye (tendiendo a cero) al aumentar el tamaño de la muestra.

Inferencia clásica y bayesiana para efectos pequeños Nos centraremos en el análisis de Kanazawa (2007) con datos tomados del «Estudio longitudinal nacional de la salud adolescente estadounidense», el cual concluía que los progenitores bellos tienen más hijas. El trabajo incluía las valoraciones subjetivas de los entrevistadores en relación al atractivo físico de los encuestados (en una escala del 1 al 5) junto con datos correspondientes a los sexos de sus progenie (si tenían). Para un grupo de algo menos de 3000 padres, Kanazawa informaba de una diferencia estadísticamente significativa de 8 puntos porcentuales: un 52 % de nacimientos de niñas en el caso de los probandos incluidos en la categoría de máximo atractivo, frente a una frecuencia relativa del 44 % para el promedio de los miembros de las cuatro categorías inferiores. Sin embargo, como explicó uno de los autores (Gelman) en una carta publicada en Journal of Theoretical Biology, la comparación de la categoría superior con las cuatro inferiores representa solo una de las múltiples comparaciones posibles que podrían hacerse con esos datos. Se trata del problema de comparaciones múltiples que hemos mencionado antes. Nos encontramos ante la frecuente situación de apreciar una regularidad en los datos, que, en la jerga de las ciencias sociales, resulta sugestiva sin ser estadísticamente significativa: podría haber ocurrido por puro azar, pero aun así, proporciona cierto respaldo a un modelo propuesto. Los estadísticos y sociólogos, ¿cómo resuelven el problema de los resultados «sugestivos, pero no estadísticamente significativos»? La clave se halla en considerar la posible magnitud de los efectos. Como explicaremos, según la bibliografía científica, encaja en el límite de lo posible que padres hermosos presenten una probabilidad de tener una hijita de hasta un 1 % más que los padres «corrientes», pero resulta inverosímil que esa diferencia ronde el 5 %. Tal ejemplo nos servirá para encuadrar el problema en dos de los principales paradigmas estadísticos: la inferencia clásica, que se basa en la comprobación de hipótesis y en significación estadística, así como en que la información científica externa se halla codificada en una familia de «hipótesis nulas», y la inferencia bayesiana, donde la información externa se codifica en una «distribución a priori». MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Basándonos en los datos presentados en el artículo de Kanazawa, hemos desarrollado un análisis estándar para pronosticar la frecuencia de nacimientos de niñas a partir de la expresión numérica del atractivo de los progenitores. Advertimos que aquellos más atractivos presentaban una probabilidad de procrear niñas que superaba en un 4,7 % a la media de los demás grupos, con un error estándar de 0,043, o sea, de un 4,3 %. El problema consiste en la interpretación de tal hallazgo, el cual aun siendo consistente con una hipótesis previa, no es estadísticamente significativo. Debemos reconocer, ante todo, que la magnitud de los efectos que se estudian es limitada. Existe abundante bibliografía sobre las variaciones en ratios por sexo en los nacimientos humanos. Los efectos observados han sido del orden de 1 punto porcentual (por ejemplo, una fluctuación en la probabilidad de nacimiento de niñas comprendida entre 48,5 y 49,5 %). Las variaciones atribuibles a factores como la raza, la edad de los padres, el orden o mes de nacimiento, el peso de la madre, o el estado civil de la pareja se estiman comprendidas entre menos de 0,3 y unos 2 puntos porcentuales, con variaciones mayores (pueden alcanzar 3 puntos porcentuales) debidas a la pobreza extrema o la hambruna. No resulta sorprendente que las carencias extremas eleven la proporción de niñas en los nacimientos, pues se ha observado que los fetos masculinos ofrecen, en condiciones adversas, mayor probabilidad de muerte que los femeninos (dato que también vale para los bebés varones y niños). Basándonos en un análisis de la bibliografía existente, esperaríamos que cualesquiera que fueran los efectos que la belleza de los padres pudiera ejercer sobre el sexo de su descendencia, la proporción de nacidos de uno u otro sexo no fluctuaría más de un 1 %, valor que corresponde al intervalo de variación natural en condiciones normales.

Inferencia clásica De vuelta a nuestro ejemplo, con una variación estimada en 4,7 %, y un error estándar de 4,3 %, el intervalo de confianza clásico del 95 % para la diferencia de probabilidad de que nazca una niña de unos padres atractivos con respecto a la de otros que no lo son es [-3,9 %, 13,3 %]. Dicho de otro modo, efectos tan reducidos como -3,9 % o tan altos como +13,3 % resultan consistentes con los datos. Dado que los efectos que esperábamos observar se encuentran en el intervalo MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

INCERTIDUMBRE INEVITABLE Los hallazgos estadísticos no se encuentran en el ojo del observador, sino que exigen el conocimiento del razonamiento estadístico. La incertidumbre es inevitable, y queda resumida en una distribución de probabilidad. Aunque 56 es decididamente más que 44, en cualquier maternidad podría ocurrir, por azar, que de 100 nacimientos, 56 fueran niñas y 44 niños.

de ±1 %, con este trabajo no hemos aprendido, en sustancia, nada. Otra forma de encuadrar el problema consiste en considerar lo que ocurriría si se efectuasen reiterados estudios con la misma precisión y, por consiguiente, con el mismo error estándar de 4,3 %. Si se trabaja con un intervalo de confianza del 95 %, existe como mínimo una probabilidad de un 5 % de obtener un resultado estadísticamente significativo, lo que implicaría una estimación de 8,4 % o mayor en cada sentido (1,96 veces la desviación típica desde 0). Con múltiples test aumenta la probabilidad de hallar algo estadísticamente significativo. En cualquier caso, la magnitud del efecto estimado —de al menos un 8,4 %— es mucho mayor de lo que se podría pensar. Nos encontramos aquí con un error de tipo M (de magnitud): el estudio se ha construido de modo tal que cualquier hallazgo estadísticamente significativo será, casi con certeza, una enorme sobrestimación del auténtico efecto. Existirán, además, errores de tipo S (de signo), en los cuales la estimación irá en sentido contrario

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Guapos y famosos En un estudio sobre las ratios por sexo correspondientes a la progenie de las personas más bellas del mundo —a criterio de la revista People—, entre los años 1995 y 2000, las féminas arrancaron con fuerza en 1995, con 35 niñas recién nacidas frente a 24 niños. Siguieron así en 1996. Pero al aumentar el tamaño de la muestra, la ratio muestral fue convergiendo hacia la frecuencia poblacional. Concluyó con 157 hijas y 172 varones, es decir, un 47,7 % de niñas, una frecuencia parecida a la de la población general, que es del 48,5 %.

32 niñas 24

niños

1995

21 niñas 25 niños 1998

45 niñas 35 niños 1996

23 niñas 3

0 niños

1999

24 niñas 3

5 niños

1997

29 niñas 25 ni

ños

2000

al del efecto verdadero. Podemos hacernos una idea de las probabilidades de dichos errores al examinar tres supuestos estudios con errores estándar de 4,3 puntos porcentuales. 1. Diferencia verdadera igual a 0. Si no existe correlación entre la belleza parental y la proporción de nacidos de cada sexo, se obtendrá una estimación estadísticamente significativa en un 5 % de las veces; en todos esos casos, será engañosa. 2. Diferencia verdadera de 0,3 %. Si la probabilidad de nacimiento de niñas de padres atractivos fuera realmente un 0,3 % mayor que para los no atractivos, existe una probabilidad de un 3 % de observar un resultado positivo estadísticamente significativo... y una probabilidad de 2 % de observar un resultado negativo estadísticamente significativo. En ambos casos, el efecto estimado, de al menos 8,4 puntos porcentuales, supera en más de un orden de magnitud al efecto verdadero; presenta, además, una probabilidad de 2/5 de ir en la dirección errónea. Si el resultado no es estadísticamente significativo, la probabili-

62

dad de que la estimación se tome en la dirección errónea (un error de tipo S) es del 47,5 %, valor tan próximo al 50 % que la dirección de la estimación apenas proporciona información sobre el signo del efecto auténtico. 3. Diferencia verdadera de 1 %. Si la probabilidad de nacimientos femeninos para las parejas atractivas fuese realmente 1 % mayor que para las que no lo son —un valor que, según la bibliografía existente, se encuentra en el máximo de posibles magnitudes del efecto— habría una probabilidad de 4 % de obtener un resultado positivo estadísticamente significativo; y todavía más de un 1 % de obtener un resultado estadísticamente significativo en la dirección errónea. Se tiene, en conjunto, una probabilidad del 40 % de error de tipo S. De nuevo, la estimación nos proporciona escasa información sobre el signo o la magnitud del verdadero efecto. 4. Diferencia verdadera de 3 %. Incluso aunque la diferencia verdadera alcanzase tan elevado valor —lo que parece implausible a tenor de la bibliografía analizada— se dispondría solo de una probabilidad del 10 % de obtener significación estadística; la tasa global de error de tipo S sería 24 %. Un estudio basado en una muestra de tan escaso tamaño carece de utilidad para estimar variaciones de una o unas pocas unidades porcentuales. He aquí una de las razones por las que los estudios fructíferos sobre repartos porcentuales por sexos recurran a muestras mucho más extensas y utilicen bases de datos demográficos en las que el tamaño de la muestra puede ser de millones.

Inferencia bayesiana Podemos también rehacer el análisis de Kanazawa recurriendo a una distribución bayesiana previa. En la inferencia bayesiana, la distribución previa o distribución a priori representa la información sobre un problema de fuentes externas a los datos que se analizan. Una distribución previa resulta difusa si no aporta más información que los datos con que se cuenta. Para empezar, dada una distribución previa difusa, la distribución a posteriori será aproximadamente normal, con una media de 4,7 % y una desviación típica de 4,3 %, lo que entrañaría alrededor de un 86 % de probabilidad de que el efecto verdadero sea positivo. En general, cuanto más se concentre en torno a 0 la distribución previa (como se presume a partir de los datos sobre porcentajes de cada sexo, los cuales indican que el efecto auténtico es, probablemente, MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

pequeño), más cercana al 50 % será la probabilidad a posteriori. Piense en una distribución acampanada (la distribución normal gaussiana) centrada en 0, cuya forma sea tal que la diferencia auténtica en los porcentajes de niñas correspondientes a progenitores guapos y feos sea casi nula, con una probabilidad del 50 % de encontrarse en el intervalo [-0,3 %, +0,3 %], una probabilidad del 90 % de pertenecer al intervalo [-1 %, +1 %], y una probabilidad del 94 % de ser inferior a 3 puntos porcentuales en valor absoluto. La distribución a priori ha sido centrada en 0, pues no existe de antemano ninguna razón para creer en la diferencia, positiva o negativa, de probabilidad de nacimientos femeninos al comparar progenitores de diferente atractivo físico. El paso siguiente consiste en calcular la probabilidad de que el efecto posea diversas magnitudes, basándonos en la presunta distribución previa y en los datos disponibles. En breve, la distribución resultante a posteriori indica que la probabilidad de que la diferencia resulte positiva (los padres hermosos engendran más niñas) es solo del 58 %; incluso si el efecto es positivo, existe una probabilidad de un 78 % de que tal efecto sea inferior a 1 punto porcentual. Ese análisis depende de la distribución previa, empero no en demasía. Por ejemplo, al ensanchar la base de la campana y aumentar el intervalo de inclusión, la probabilidad a posteriori de que la diferencia auténtica sea positiva es todavía de tan solo un 65 %. Al ir probando con distintas familias de distribuciones de probabilidad a priori, los resultados apenas varían. La clave estriba en que los efectos resultan limitados; de hecho, los datos son coherentes con resultados pequeños. Lo ideal para disponer de conocimiento científico sobre una magnitud (en este caso, la correlación entre belleza parental y porcentajes por sexos en la descendencia) es tener una incertidumbre reconocida que pueda resumirse en una distribución de probabilidad. Los investigadores recopilan a modo individual datos o analizan de forma imaginativa las fuentes existentes (como hizo Kanazawa) y publican sus resultados. Luego, es posible efectuar metaanálisis para examinar de manera crítica los resultados. Tal proceder suaviza en parte la variación inherente a tales estudios con muestras pequeñas, en los que la probabilidad de un efecto positivo puede saltar de un 50 a un 58 %, y tal vez, después descender a un 38 % en el estudio siguiente, y así repetidamente. MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Las 50 personas más bellas Para calibrar nuestros juicios sobre los resultados de Kanazawa, recogimos más datos. La revista People publica todos los años una lista con las 50 personas más bellas. Al tratarse de personajes afamados, no resulta difícil averiguar de qué sexo son sus hijos, visibilidad que aprovechamos entre los años 1995 y 2000. Los datos proceden de Wikipedia, de la base de datos Internet Movie Database, y de las páginas de estas personas en la Red (con fecha de cierre de agosto de 2007). Con todo, no existía información sobre dos de las beautiful people de 1995, dos de 1996, tres de 1997, seis en 1998, tres en 1999, y dos de 2000. En 2007, las 50 personas más guapas de 1995 habían tenido 32 niñas y 24 niños, un 57,1 % de niñas, lo que supone 8,6 puntos porcentuales por encima de la frecuencia poblacional general, que comprende un 48,5 %. Una buena noticia a favor de la hipótesis. Pero la desviación típica es de 0,5/√(32 + 24) = 6,7 %, por lo que la discrepancia no es estadísticamente significativa. Obtengamos más datos. Las 50 personas más bellas de 1996 tuvieron 45 niñas y 35 niños: 56,2 % de niñas, un 7,8 % más que en la población general. Buena noticia. En combinación con los datos de 1995, obtenemos un 56,6 % de niñas —un 8,1 % más de lo esperado— con una desviación típica de 4,3 %, cercano a la significación estadística. Continuemos en busca de pruebas confirmatorias. Los 50 personajes más bellos de 1997 tuvieron 24 niñas y 35 chicos —no vale; ese dato va en sentido contrario...—. En 1998 procrearon 21 niñas y 25 niños; en 1999 fueron 23 niñas frente a 30 niños, y en 2000, 29 niñas y un total de 25 chicos. Tras agrupar los datos correspondientes a estos años, eliminar las repeticiones (caso, por ejemplo, de Brad Pitt), las personas más atractivas según la revista People procrearon 157 niñas dentro de un colectivo total de 329 nacimientos, es decir, 47,7 % de niñas (con una desviación típica de 2,8 %), un porcentaje estadísticamente no significativo de 0,8 puntos porcentuales por debajo de la frecuencia poblacional. Visto así, no parece que ocurra nada especial. Pero si los efectos estadísticamente insignificantes se considerasen aceptables, podríamos publicar cada dos años un artículo con los datos actualizados de las «personas más hermosas».

Los estudios que carecen de suficiente potencia estadística emitirán resultados aleatorios

¿Qué importa todo ello? ¿Por qué dilapidamos nuestro tiempo en una serie de artículos que contienen errores esta-

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dísticos, al parecer no detectados por la revisión técnica de una revista científica? Dos son las razones. La primera, como se explica en la sección siguiente, señala que las dificultades estadísticas se presentan a menudo en relación con observaciones sugerentes, aunque no estadísticamente significativas. En segundo lugar, como explicaremos ahora, la estructura del sistema de publicación científica y la atención de los medios de comunicación parecen inducir sesgos en las investigaciones sociológicas. Antes de publicarse en Psychology Today y en formato de libro, los hallazgos de Kanazawa recibieron una amplia cobertura en los medios de difusión. Freakonomics, un conocido blog de noticias, informaba: «Un nuevo estudio realizado por Satoshi Kanazawa, psicólogo evolucionista de la Escuela de Economía de Londres, lleva a pensar [...] que existen en el mundo más mujeres bellas que hombres bien parecidos. ¿Por qué? Kanazawa sostiene que si los progenitores son atractivos, la probabilidad de que su primer hijo sea una

niña es un 36 % mayor que la probabilidad de que sea un varón, lo que hace conjeturar que, en términos evolutivos, la belleza constituye una característica más favorable para las mujeres que para los hombres. El estudio fue realizado con datos correspondientes a 3000 estadounidenses deducidos del “Estudio longitudinal nacional de la salud adolescente” y se ha publicado en Journal of Theoretical Biology.» La publicación en una revista con revisión por pares parece eliminar todo escepticismo, dato a destacar, pues los autores de Freakonomics están bien cualificados para juzgar investigaciones en ciencias sociales. El efecto estimado fue en aumento a lo largo del proceso de información. Como se ha señalado ya, la diferencia de un 4,7 % (no estadísticamente significativa) correspondiente a los datos se convirtió en un 8 % al elegir Kanazawa el máximo contraste (el grupo más atractivo, frente al promedio de los cuatro grupos menos atractivos), que se convirtió en un 26 % al ser tratado como coeficiente de regresión logístico,

Titulares erróneos

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«Un análisis estadístico, debidamente realizado, consiste

escapársele errores metodológicos. Y los medios de comuni-

en una delicada disección de incertidumbres», escribía M.

cación pueden interpretar de forma errónea o exagerada los

J. Moroney en Facts from figures, publicado en 1951. El

hallazgos originales. Tales riesgos se acusan especialmente

comentario de Moroney es válido para efectos pequeños.

si el hallazgo resulta sugestivo y el estudio carece de la po-

Resultados debidos al azar puede que sean considerados,

tencia estadística necesaria para resolver las correlaciones

erróneamente, significativos. A la revisión técnica pueden

de los datos.

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

y elevado después hasta un 36 % por razones desconocidas (probablemente, un error tipográfico en un reportaje periodístico). Lo curioso del caso fue que la noticia del 36 % nos alertó de inmediato de que algo no encajaba, porque era de 10 a 100 veces mayor que las variaciones en ratio de sexos mencionadas en la bibliografía biológica. Nuestra reacción al ver estimaciones tan grandes no fue de admiración ante un hallazgo importante, sino la convicción de que la potencia del estudio era insuficiente. La potencia estadística se refiere a la probabilidad de que en una investigación se descubra un efecto estadísticamente significativo en caso de que este exista realmente. Supuesto un determinado valor de un efecto real, la potencia aumenta con el tamaño de la muestra. Como hemos explicado, es improbable que los estudios «subpotentes» alcancen la significación estadística y, quizá más notable aún, sobrevaloran las estimaciones de la importancia del efecto. En términos metafóricos: mucho ruido y pocas nueces. Ese problema se presenta con frecuencia, por lo que merece la pena que reflexionemos sobre él. Para empezar, es de presumir que casi todos los frutos que las ciencias sociales tenían más al alcance ya han sido cosechados, por lo que la investigación deberá centrarse en los efectos de menor magnitud. La proporción relativa de individuos de cada sexo presenta un interés intrínseco para quienes han tenido hijos, así como para aquellos que consideran la posibilidad de ser padres, por no hablar de las consecuencias en la organización social. Miller y Kanazawa, al anunciar su resultado como «una verdad políticamente incorrecta», aludían de forma implicita a cuestiones políticas candentes: el aborto, los permisos por paternidad u otras leyes de importancia comparable que giran en torno a juicios y presunciones concernientes a los roles propios de hombres y mujeres en la sociedad. Ya hemos mencionado que los estudios que carecen de suficiente potencia estadística emitirán resultados aleatorios, los cuales serán, en algunas ocasiones, estadísticamente significativos, mientras que con mucha mayor frecuencia, solo sugerentes (como en los estudios de Kanazawa sobre belleza y natalidad). Resulta tentador explicar las indicaciones de tales hallazgos, azarosos en esencia, sin reconocer la fragilidad de las explicaciones que construimos. La psicología evolucionista podría explicar un resultado o su contrario, apelando a razonamientos tales como: es plausible que las personas consideradas herMENTE Y CEREBRO 52 / 2012

mosas posean buena salud, una posición económica holgada, pertenezcan a grupos étnicos dominantes y, en general, cuenten con características valoradas por el conjunto de la sociedad a lo largo del tiempo (por ejemplo, hasta hace unos veinte años, Miss América era siempre de raza blanca). Tales grupos cuentan con mayores posibilidades de ejercer el poder, característica que según ciertos argumentos sociobiológicos resulta más beneficiosa a los hombres que a las mujeres. Sería, pues, natural que los progenitores más atractivos tuvieran mayor probabilidad de tener hijos varones. No afirmamos tal cosa, sencillamente señalamos que el argumento es reversible, lo que impone una carga adicional en el análisis de los datos. La capacidad de tal teoría para facilitar explicaciones en un sentido o en el contrario fue señalada en 2007 por Jeremy Freese en American Journal of Sociology. Freese afirmaba que «los argumentos de esta naturaleza tienen más de “vampíricos” que de “empíricos”, porque es imposible matarlos con meras pruebas». En estadística no resulta posible demostrar negaciones. El titular «Los guapos tienen más niñas» engancha. Un enunciado más fundado, «No existen pruebas convincentes de que una pareja guapa tenga mayor (o menor) probabilidad de engendrar niñas» resulta nulo desde el punto de vista periodístico. En consecuencia, el discurso público puede atiborrarse de asertos no demostrados, lo que desembocaría en un escepticismo general que —como en el cuento del pastor que gritaba «¡Que viene el lobo!»— desacreditaría de forma injusta a otras investigaciones más convincentes. El resultado de todo ello se asemeja a una especie de guerra asimétrica, en la que los proponentes de diferencias entre sexos y de otros asertos «políticamente incorrectos» publican una serie de artículos empíricos que, por su insuficiente potencia estadística, proporcionan indicaciones aleatorias sobre regularidades poblacionales auténticas, mientras quienes se oponen a esta línea de investigación quedan reducidos a declaraciones como «los datos son insuficientes». El artículo de Freakonomics concluía: «Es buena cosa que Kanazawa sea tan solo un investigador, y no, por ejemplo, el rector de Harvard. Si lo fuera, sus observaciones podrían provocar su cese». En biología y en las ciencias sociales debería ser posible la critica a las aseveraciones grandilocuentes pero no demostradas, sin tener que desechar a toda la empresa.

En estadística no resulta posible demostrar negaciones

65

¿Por qué no es evidente?

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA BAYESIAN DATA ANALYSIS. 2.a ED. A. Gelman, J. B. Carlin,

H. S. Stern y D. B. Rubin. CRC Press, Londres, 2003. BIG AND TALL PARENTS HAVE MORE SONS: FURTHER GENERALIZATIONS OF THE TRIVERS-WILLARD HYPOTHESIS.

S. Kanazawa en Journal of Theoretical Biology, n.o 233, págs. 583-590, 2005. ENGINEERS HAVE MORE SONS, NURSES HAVE MORE DAUGHTERS: AN EVOLUTIONARY PSYCHOLOGICAL EXTENSION OF BARON-COHEN’S EXTREME MALE BRAIN THEORY OF AUTISM. S. Kanazawa y

G. Vandermassen en Journal of Theoretical Biology, n.o 233, págs. 589-599, 2005. VIOLENT MEN HAVE MORE SONS: FURTHER EVIDENCE FOR THE GENERALIZED TRIVERSWILLARD HYPOTHESIS. S.

Kanazawa en Journal of Theoretical Biology, n.o 239, págs 450-459, 2006. SHOULD ATTRACTIVE MALES HAVE MORE SONS? T. W. Faw-

cett, B. Kuijper, I. Pen y F. J. Weissing en Behavioral Ecology, n.o 18, págs. 71-80, 2007. BEAUTIFUL PARENTS HAVE MORE DAUGHTERS: A FURTHER IMPLICATION OF THE GENERALIZED TRIVERS-WILLARD HYPOTHESIS. S. Kanazawa en

Journal of Theoretical Biology, n.o 244, págs, 133-140, 2007.

66

La reacción natural de un investigador competente en métodos cuantitativos ante los argumentos estadísticos de este artículo será, casi seguro, un «¡Pues claro!». De acuerdo. Pero si tan obvio resulta, ¿cómo es que el error resultó no de un artículo, sino de varios en Journal of Theoretical Biology, una publicación distinguida, de nombre imponente y con un coeficiente de impacto de 2,3 (superior al de cualquiera de las tres principales revistas profesionales de estadística: Journal of the American Statistical Association, Annals of Statistics y Journal of the Royal Statistical Society)? Uno de los problemas consiste en que los expertos encargados de la revisión técnica son personas ocupadas; además, los errores estadísticos resultan sutiles y fácilmente ignorados. Otro de los problemas estriba en la confusa relación entre significación estadística y tamaño de la muestra. Es bien sabido que, si la muestra es lo bastante grande, ocurre casi siempre la posibilidad de hallar efectos estadísticamente significativos, si bien pequeños. Lo que no se tiene tan claro es que cuando los efectos son realmente pequeños, no es razonable tratar de descubrirlos mediante estudios subpotentes. Tales problemas no son nuevos, ni siquiera en el campo de las ratios entre sexos. Richard von Mises, en un libro de 1957 titulado, con escaso acierto, Probabilidad, estadística y verdad, estudiaba las ratios de sexos de los nacidos en Viena en los 24 meses de 1907 a 1908. Hallaba una variación menor de la esperable por puro azar. Von Mises atribuyó el hallazgo a las diferentes proporciones de sexos en grupos étnicos distintos. Sin embargo, tal variabilidad, aunque menor de lo esperable por azar, no poseía significación estadística. Parece existir un deseo humano de descubrir algo más que puras fluctuaciones aleatorias en las proporciones entre los sexos, a pesar de que no existan pruebas de que las proporciones de nacidos de uno y otro sexo varíen gran cosa, excepto en condiciones extraordinarias. En términos realistas, un investigador de las ratios de sexos tendría que formular dos argumentos: por una parte, una fundamentación estadística indicativa de que las regularidades observadas representan efectos poblacionales auténticos, no explicables de forma simple por la variabilidad inherente al muestreo; por otra, un argumento biológico que respaldase que efectos del orden del 1 % poseen una importancia sustantiva. El proclamado efecto del 26 % tendría que haber suscitado sospechas en cuanto fuese cotejado con

la bibliografía sobre ratios por sexo. Además, si los artículos lograron sobrevivir al cribado previo, fue porque los revisores no se percataron de que la potencia de los estudios era tan escasa que solo efectos estimados muy grandes superarían el filtro de la significación estadística. El resultado consistió, básicamente, en una máquina de producción de asertos desmesurados, los cuales resultan más exagerados todavía cuando impactan en los medios de comunicación. (Una estimación de 4,7 % ± 4,3 % fue inflada hasta un 26 % y convertida después, al publicarla, en un 36 %.) Los estadísticos deben asumir su cuota de responsabilidad. Los manuales de estadística se muestran bastante claros al exponer los conceptos de potencia y significación estadística, pero, en cambio, apenas dan orientaciones sobre cómo debe procederse cuando se obtienen estimaciones implausibles, por lo grandes, a partir de muestras pequeñas. Los cálculos clásicos de significación estadística no utilizan conocimientos previos concernientes al tamaño de los efectos, y los análisis bayesianos no resultan, a menudo, mucho mejores. Los tratamientos de la inferencia bayesiana que los textos exponen se basan casi por entero en distribuciones apriorísticas, no informativas, y que en esencia olvidan los problemas de potencia estadística. De forma recíproca, los cálculos sobre potencia suelen utilizarse en el diseño de experimentos (para indicar la extensión de un estudio), pero raramente se utilizan para arrojar luz sobre los análisis de datos. Conceptos teóricos, como los errores de tipo S y de tipo M, no se han incluido en la práctica estadística habitual. La solución moderna para las dificultades de comunicación estadística reside en un intercambio más abierto de métodos e ideas. No obstante, parece necesaria una mayor transparencia. Psychology Today no pareció atender a las críticas de los hallazgos de Kanazawa expuestas en Journal of Theoretical Biology, ni a otras varias objeciones metodológicas aparecidas en revistas de sociología. Mantenemos la esperanza de que una metodología más sistemática de comprensión de las estimaciones de efectos pequeños pueda proporcionar una estructura más clara para conseguir una comunicación abierta. © American Scientist Magazine Andrew Gelman profesa en los departamentos de estadística y de ciencias políticas de la Universidad de Columbia, en Nueva York. David Weakliem ejerce en el departamento de sociología de la Universidad de Connecticut. MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

APUNTE

Laxitud analítica La imprecisión estadística en el análisis de los datos procedentes de neuroimágenes puede incluso resucitar a peces muertos AXEL LINDNER



CRAIG BENNETT, UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA, SANTA BARBARA

n las jornadas convocadas en 2009 por la Organización para el Mapeo Cerebral

Humano (OHBM, por sus siglas en inglés) que tuvieron lugar en San Francisco, se aglomeró la mayoría de los 2500 participantes en un auditorio demasiado pequeño para tal multitud a fin de escuchar la ponencia final sobre avances en el mapeo del cerebro humano mediante tomografía por resonancia magnética funcional (TRMf). Un tema que, por tradición, suscita gran interés. El ponente resaltó alguna de las informacio-

EL MILAGRO DE LA NEUROIMAGEN ¿Actividad cerebral (rojo) en un salmón muerto? La estadística lo hace posible.

nes destacadas de las jornadas, entre ellas las relativas a una ponencia que habría pa-

fue el mismo que en los experimentos con

«activaciones cerebrales correlacionadas

sado por completo inadvertida a la mayoría

TRMf con personas. La sospecha que se ge-

con la función analizada» de un total de

de los asistentes (incluyéndome a mí) de no

neró fue que las áreas cerebrales observa-

8000 pruebas.

ser por él. La sala se alarmó.

das no llevan a cabo la función supuesta.

Craig Bennett, de la Universidad de Cali-

¿Quizá es todo un truco? No del todo.

Existen procedimientos matemáticos de corrección para la reducción de falsos

fornia en Santa Bárbara, había presentado

El investigador quería poner sobre la

positivos integrados en los programas de

un experimento basado en TRMf en el que

mesa un problema que se produce siem-

análisis de los TRMf, pero a menudo no

un voluntario debía observar fotografías

pre que se contabilizan test estadísticos

se utilizan. Aplicándolos sobre los datos

de personas en diferentes circunstancias

de forma reiterada. En cada pasada, los

facilitados por Bennett, resulta que no

sociales durante diez segundos cada una. El

científicos cuentan con una probabilidad

existe actividad cerebral demostrable en

probando, bajo el escáner cerebral, debía

de fallo del 5 por ciento. Ello significa que

el salmón muerto. Menos mal.

nombrar la emoción que manifestaba la

en 100 pruebas se obtiene en promedio 5

El estudio no puso de manifiesto nin-

persona de la imagen. Como reflejaron los

veces un falso positivo. La probabilidad de

guna correlación de capacidades empáti-

datos procedentes del dispositivo TRMf, el

que en 100 repeticiones se produzca por

cas en los peces muertos, pero sí reveló

cerebro del sujeto mostraba mayor activi-

lo menos un error de ese tipo es incluso

de manera manifiesta y divertida que las

dad cuando se le presentaban fotografías

superior al 99 por ciento.

múltiples comparativas estadísticas sin la

que cuando no se le mostraba ninguna.

Ese riesgo es especialmente relevante

correspondiente corrección pueden llevar

La descripción de las emociones por par-

en la TRMf, dado que se comprueban a

a conclusiones descabelladas. Ello no solo

te del voluntario no cuajó del todo. Nada

menudo 50.000 o más ubicaciones en el

vale para la técnica TRMf. Se trata de un

extraño, si se tiene en cuenta que el «pro-

cerebro para saber si participan en una

problema de evaluación matemática de los

bando» era un pez muerto. En concreto se

función de percepción o comportamiento

datos muy común y a menudo subestima-

trataba de un ejemplar de salmón atlántico

concretos. El número potencial de falsos

do. Quien mantenga una perspectiva laxa

(Salmo salar) de 45 centímetros de longitud

positivos aumenta de forma notable. Para

y falta de rigor, puede meterse fácilmente

y kilo y medio de peso.

contrarrestar tal problema, numerosos di-

en un gran lío.

¿Acaso los investigadores en neurología

rectores de programas de investigación eli-

y funcionamiento cerebral no tienen nada

gen un nivel de significancia mayor. En tal

mejor que hacer? Bennett convirtió en posi-

caso, la probabilidad de fallo puede llegar

ble lo imposible. Demostró que puede regis-

a ser del orden de uno por mil. Bennett

trarse actividad cerebral en un pez muerto.

situó alto el listón de su experimento con

El procedimiento experimental que utilizó

el salmón; pese a ello se encontró con 16

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Axel Lindner Laboratorio de Neurobiología y Toma de Decisión (NoD Lab) Instituto Hertie de Investigación Cerebral Clínica de la Universidad de Tubinga

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LA ZONA GRIS: aproximación psicosocial a la violencia La metáfora de «la zona gris» permite el estudio de la violencia en toda su complejidad. Más allá del blanco y negro, de «los buenos» y «los malos», la víctima también puede convertirse en verdugo RESUMEN

Víctimas y verdugos

1

A lo largo de la historia de la humanidad,

numerosos acontecimientos han causado dolor y destrucción: guerras, genocidios, acciones terroristas, lucha entre pandillas...

2

La clave de la violencia y la agresión no

reside de forma exclusiva ni prioritaria en la manera de ser de las personas.

3

Los perpetradores de los más dolorosos epi-

sodios de la historia son personas normales rodeadas de circunstancias que, por diversas razones, promueven y justifican la violencia, normalmente contra «enemigos».

68

AMALIO BLANCO

E

l acontecimiento que más dolor y destrucción ha causado al ser humano a lo largo de la historia han sido las innumerables guerras en las que se ha embarcado, los sangrientos genocidios en los que ha participado y las numerosas acciones terroristas que de forma meticulosa ha diseñado y consumado. Pero también las batallas campales que protagonizan los grupos y pandillas juveniles, la violencia de género, los crímenes de odio cada día más frecuentes en sociedades multiculturales, o la violencia escolar (el bullying). Todos estos acontecimientos tienen en común su inserción dentro de una siniestra espiral de «buenos» y «malos», de «amigos» y «enemigos», de «tirios» y «troyanos»; todos ellos caen dentro de la activación de divisorias intergrupales, a las que aludíamos en otro momento en esta revista [véase «Los cimientos de la violencia», por Amalio Blanco en Mente y cerebro n.o 49]. No hay duda de que dichas acciones las protagonizan personas concretas, pero muy posiblemente no sean sus disposiciones personales (los rasgos diferenciales de su personalidad) o

biológicas las que más nos ayuden a resolver el enigma de las guerras, de los genocidios o del terrorismo; ni siquiera en aquellos casos en los que pareciera estar especialmente aconsejado jugar todas las bazas a la carta psicológico-individual, como en el de los terroristas suicidas. En este, como en tantos otros casos, resultaría cómodo aceptar la idea de que se trata de personas que no están en su sano juicio. Esa no es, sin embargo, la conclusión a la que han llegado quienes se han tomado la molestia de indagar los contornos de un hecho tan siniestro. En la revisión publicada en 2003 en la revista Science, Scott Atran, del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, sostiene que hablar de psicopatología en el caso de los terroristas suicidas es una inconfundible manifestación del «error fundamental de atribución» al que tan propensos somos los humanos: creemos que la naturaleza de la acción es un fiel reflejo de la naturaleza de quien la ejecuta. Estamos convencidos de que el comportamiento de las personas descansa en exclusiva sobre sus MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

WIKIMEDIA COMMONS / PRIVATE H. MILLER / EJÉRCITO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

rasgos y disposiciones internas. Tras aplicarse al estudio de los resultados de media docena de investigaciones, Atran concluye que los suicidas no pertenecen ni forman un grupo especial de personas desde el punto de vista social o psicológico, sino que representan a la población normal en términos de nivel educativo, estatus socioeconómico, características y atributos sociales (desempleo, aislamiento social, desintegración familiar, etcétera) y rasgos de personalidad. La más ingenua de las representaciones que la psicología popular ha trazado alrededor de estas personas es aquella que atribuye su comportamiento a razones psicopatológicas, tan cómodas, claras y tranquilizadoras para todos. Esta hipótesis se halla hoy «definitivamente desechada por los especialistas», advierte Luis de la Corte, de la Universidad Autónoma de Madrid. No obstante, con ello en modo alguno queda anulada la presencia de razones psicológicas individuales. Lo que queda fuera de duda es que, por lo general, las personas implicadas en este tipo de acciones tienen en común los siguientes rasgos: MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Q Q

Q

Q

Q

viven en un entorno violento; suelen ser jóvenes y, por tanto, necesitados de apoyo, reconocimiento, identidad, al tiempo que se hallan expuestos a la presión grupal; son personas imbuidas o a las que se les adoctrina en una ideología política o religiosa primaria, excluyente, o ambos, normalmente, con claros ribetes de fanatismo; Hay una organización que alienta, legitima y premia de diversas maneras las misiones suicidas, y suelen tener motivos personales para embarcarse en esa macabra aventura (sed de venganza por la pérdida de seres queridos a manos del enemigo; resentimiento, búsqueda de una identidad social positiva, cumplimiento del deber, odio macerado a lo largo de generaciones...).

CASO PARADIGMÁTICO Elie Wiesel (círculo amarillo) ejemplifica en su trilogía la posibilidad de que una misma persona pase de ser víctima en el campo de concentración de Auschwitz a convertirse en verdugo como miembro de un grupo terrorista.

Robert Pape, profesor de ciencia política en la Universidad de Chicago, ha dedicado un pormenorizado estudio a desentrañar las estrategias del terrorismo suicida. La lógica causal de esta

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Los terroristas suicidas no pertenecen ni forman un grupo especial de personas desde el punto de vista social o psicológico

La trilogía de Primo Levi sobre sus experiencias en Auschwitz (Si esto es un hombre, Los hundidos y los salvados y La tregua) recoge el testimonio más completo de la lucha por la vida en un campo de exterminio.

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modalidad tan aterradora de violencia se asentaría sobre tres componentes: uno estratégico, que persigue hacerse presente en la escena política mediante el miedo y la coacción; uno social, que consiste en un amplio respaldo ciudadano, y otro individual, que se basa en una insólita motivación altruista. Es decir, se trata de personas que sacrifican su vida por el bien común, y que, como ya apuntara Emile Durkheim, poseen una débil individuación: su «yo personal» se confunde con el «yo colectivo»; su razón de ser se halla definida por la pertenencia grupal o categorial. ¿Qué tipo de personas eran los perpetradores del Holocausto?, se pregunta Raul Hilberg en su obra La destrucción de los judíos europeos, probablemente el más completo estudio sobre la aniquilación a que fueron sometidos en el viejo continente. «No eran hombres especialmente elegidos. El perpetrador alemán no era un tipo de alemán diferente... Por mucho que queramos trazar la línea de la participación activa, la maquinaria de destrucción constituyó una notable sección transversal de la población alemana. Cada profesión, cada especialidad y cada categoría social estaban representadas en ella.» Una prueba descorazonadora la ofrecieron «aquellos hombres grises» del Batallón de Reserva Policial 101, cuyas fechorías criminales estudia con tesón Christopher Browning, especialista en el antisemitismo nazi y, en la actualidad, catedrático de historia en la Universidad de Carolina del Norte. En el transcurso de los diez meses que duró su andadura (de julio de 1942 a mayo de 1943), el Batallón 101 participó de forma directa en el fusilamiento de unos 38.000 judíos polacos y colaboró en la deportación de otros 45.000 a Treblinka, donde les esperaba con los crematorios al rojo vivo el sanguinario Franz Stangl, comandante del campo. Al cabo de su investigación, Browning ofrece una reflexión: «Por fortuna, aquellos hombres grises no son todos los hombres; para nuestro consuelo algunos de ellos se negaron a matar y otros dejaron de hacerlo» en el transcurso de las diversas carnicerías en las que se vieron obligados a participar. Pero junto a las diferencias individuales, en todas las sociedades existen grupos a los que queremos apartar de nuestro lado (exclusión); existen tradiciones de discriminación y racismo insertas en las entrañas de algunos colectivos, incluso de algunas culturas; se inculca el respeto reverencial por la autoridad; la gente tiene un afán incontenible por medrar; hay una estructura burocrática en la que nos vemos enredados y de cuyas consecuencias no nos sen-

timos responsables; existen grupos, sobre todo el grupo de iguales, que «ejercen una presión enorme sobre el comportamiento e imponen normas morales». Browning culmina su reflexión con una inquietante pregunta: «Si los miembros del Batallón de Reserva Policial 101 pudieron convertirse en asesinos bajo estas circunstancias, ¿qué grupo de hombres no lo haría?». Los vecinos de Jedwane lo hicieron. Lo relata Jan Gross, quien fuera catedrático de ciencia política en la Universidad de Nueva York y que hoy enseña historia en la de Princeton, en el libro Vecinos. Un buen día, el 10 de julio de 1941, los varones polacos de esta pequeña población fueron convocados al ayuntamiento al tiempo que se conminaba a los judíos a reunirse en la plaza para realizar unas supuestas labores de limpieza. A partir de ese momento «se desató en el pueblo un delirio de violencia» que acabó en un progromo al que sucumbieron la práctica totalidad de los judíos (unos 1600). Los verdugos fueron sus vecinos: «En Jedwane fueron unos polacos normales y corrientes los que mataron a los judíos». Antes de continuar, permita el lector un consejo: no diga que nunca lo haría; no se crea moralmente mejor que aquellos que lo hicieron; no piense que está hecho de una pasta que le inmuniza, por arte de magia, contra la presión grupal, la obediencia a la autoridad, el favoritismo endogrupal, la comodidad del anonimato, la manipulación de las emociones exogrupales, la activación automática de guiones de acción que ponen contra las cuerdas a quienes no son de los nuestros, la fuerza arrolladora de los ideales, etcétera. Si seguimos de cerca el conocido relato que la filósofa política alemana de origen judío Hannah Arendt trazara de Adolf Eichmann, teniente coronel de la SS, la investigación de Christopher Browning en torno al Batallón 101, así como la increíble historia de los polacos de Jedwane, y a todo ello le añadimos las consideraciones de Raul Hilberg, el panorama ofrecería el siguiente perfil: Existen motivos personales (avaricia, deseos de poder, convicciones y creencias etnocéntricas, entre otros), unas veces ocultos y otras al descubierto. Q Es preciso prestar la máxima atención a la estructura burocrática, en los términos definidos por Max Weber: una estructura de poder que se concreta en el fiel y ciego cumplimiento del deber, obediencia a las órdenes emanadas de la autoridad, aceptación acrítica de las normas, etcétera. Q

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Q Q

Q

Q

Aparece una presión social hacia la conformidad y un ataque indiscriminado a la independencia personal. Reina el adoctrinamiento: la influencia de la propaganda y el aprendizaje. Se persiguen metas colectivas. Existe la ilusión de una identidad única y común. Se hallan presentes sesgos endogrupales (favoritismo) y exogrupales (discriminación y hostilidad), los cuales abren las puertas a la polarización y a la activación de divisorias intergrupales. Persiste un clima de desintegración moral creado por la guerra.

La víctima convertida en verdugo Las confesiones de las víctimas son siempre un punto de referencia obligado. El escritor y superviviente del Holocausto, Primo Levi, ha legado a la posteridad el que probablemente sea el testimonio más completo y estremecedor de la lucha deshumanizada por la vida en un campo de exterminio, el de Auschwitz, en la trilogía Si esto es un hombre, Los hundidos y los salvados y La tregua. El capítulo segundo de Los hundidos y los salvados muestra su desconcierto ante el «refinamiento de perfidia y odio» mostrado por los nazis: el último eslabón de la cadena de aniquilamiento se hallaba en manos de los propios judíos (los Sonderkommando). Ellos eran los encargados de meter a sus correligionarios en las cámaras de gas, introducirlos, ya cadáveres, en los hornos crematorios, sacarlos y esparcir sus restos, convertidos en ceniza, en los alrededores del campo. «Haber concebido y organizado los Escuadrones ha sido el delito más demoníaco del nacionalsocialismo», escribe. La víctima convertida en verdugo. Una metáfora dolorosa que nos estremece y nos desconcierta porque, de pronto, pone entre paréntesis la comodidad, la claridad y la seguridad de esos esquemas de razonamiento causal construidos en clave psicológica individual, y obliga a prestar atención al contexto: los poderosos y orgullosos nazis somos perversos, pero vosotros, los judíos, no sois mejores. «Si queremos, y lo queremos, somos capaces de destruir no solo vuestros cuerpos, sino también vuestras almas, tal como hemos destruido las nuestras.» Este era el mensaje que encerraba la creación de los comandos especiales. Por eso, Levi entiende que «ha llegado el tiempo de explorar el espacio que separa a las víctimas de los perseguidores». Ese no es un espacio en blanco («los buenos») y negro («los MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

malos»), sino que se trata de una «zona gris, de contornos mal definidos, que separa y une al mismo tiempo a los dos bandos de patrones y siervos». Una zona de víctimas y verdugos, oprimidos y opresores, donde se dan la mano, aparentemente contra toda lógica, la piedad más exquisita y la brutalidad más destructiva. Viktor Frankl, psiquiatra judío, compartió con Levi el horror de Auschwitz, así como algunas de las apreciaciones en torno a lo que allí ocurría, reunidas en su espléndida obra El hombre en busca de sentido: «Es evidente que el mero dato de saber si un hombre fue guardia del campo o prisionero nada nos revela de su intimidad... Las fronteras entre estos grupos se difuminan y se sobreponen en muchas ocasiones, y no debemos simplificar las cosas afirmando que unos hombres eran ángeles, y otros, demonios». Es necesario prestar atención al sistema, al propio sistema concentracionario presidido por la creencia en la superioridad de la raza aria, marcado por la coacción, por el terror indiscriminado y caprichoso, organizado en torno a una rígida y estricta jerarquía en la que cada uno cumplía con su deber, definido en la vida cotidiana por la humillación y el desprecio a la vida de «los otros», presidido por la ilusión de una identidad única (la pertenencia a la raza aria), y diseñado con el inequívoco propósito de dar cumplimiento a una meta colectiva (el exterminio de los judíos europeos). «Es ingenuo, absurdo e históricamente falso creer que un sistema infernal como era el nacionalsocialismo convierta en santos a sus víctimas; por el contrario, las degrada, las asimila a él.» Las convierte en egoístas, emocionalmente apáticas, sumisas, indiferentes al sufrimiento y a la muerte, insolidarias, inhumanas. «El Lager es una gran máquina para convertirnos en animales», escribe Levi en Si esto es un hombre. El caso que Elie Wiesel plantea en su trilogía resulta paradigmático. Al poco de ser rescatado del infierno de Auschwitz, entra a formar parte de un grupo terrorista que se opone a la ocupación inglesa de Palestina y prepara el terreno para la creación del estado de Israel. En un momento determinado, al protagonista—creyente profundo y estudioso desde su adolescencia de los textos sagrados— le encargan dar muerte a sangre fría a John Dawson, un soldado inglés capturado en represalia por la detención de David Ben Moshe, miembro de la célula terrorista. Los detalles los cuenta Wiesel, laureado con el Premio Nobel de la Paz en 1986, con maestría literaria en El Alba. Los elementos centrales de

WIKIMEDIA COMMONS

Q

Primo Levi El escritor y químico Primo Levi (1919-1987) fue deportado en 1944 a Auschwitz por su condición de judío, donde sobrevivió hasta su liberación el 27 de enero de 1945. Su obra autobiográfica como superviviente del Holocausto nos ha legado, además de un testimonio histórico sobre el horror que vivió en el campo de exterminio de Auschwitz, el concepto de «zona gris», un espacio en el que confluyen, hasta llegarse a confundir, las «víctimas» y los «verdugos», los «amigos» y los «enemigos», los «buenos» y los «malos».

71

su argumentación para justificar su paso de víctima a verdugo son un interesante punto de partida para el estudio de la violencia: 1 El enemigo. Se trata de un argumento omnipresente: «Lo único que sabía de John Dawson es que era inglés; que era mi enemigo»; eso fue suficiente para firmar su sentencia de muerte. No existe piedad ni medias tintas.

«El undécimo mandamiento del Movimiento: odia a tu enemigo.» 2 Invocación a Dios. A los designios divinos, a su voluntad convertida en ley, a sus deseos insondables, a su posición decantada a nuestro favor. Dios es un combatiente de la Resistencia. Wiesel añade con la seguridad y la contundencia del fanático: «Dios es un terrorista». Su plegaria ante el trance de ajusticiar a sangre

«La pasión más aniquiladora del siglo XX

nos empequeñecemos como personas:

es la renuncia al individuo y la acusación

anulamos nuestra independencia, abdi-

colectiva contra pueblos o grupos étni-

camos de nosotros mismos y de nuestra

cos», dice Imre Kertész, superviviente de

manera de ver y de estar en el mundo;

Buchenwald y Auschwitz y premio Nobel

nos convertimos en prisioneros de una

de Literatura en 2002, en Dossier K, el

identidad única que es incompatible con

que puede ser considerado su legado

la intrínseca diversidad que nos caracte-

autobiográfico.

riza como personas. En estos casos, «el mundo es considerado a menudo una colección de religiones (o de “civilizaciones” o “culturas”), y se ignoran las otras identidades que los individuos tienen y valoran: entre ellas, las de clase, el género, la profesión, el idioma, la moral y la política... El reduccionismo de la alta teo-

Amin Maalouf

ría puede hacer una gran contribución,

Imre Kertész

a menudo inadvertida, a la violencia de

«esa concepción estrecha, exclusivista,

la baja política».

beata y simplista que reduce toda iden-

Amin Maalouf, Premio Príncipe de As-

tidad a una sola pertenencia que se pro-

turias en Ciencias Sociales, da un paso

clama con pasión», escribe Maalouf en el

más: existen identidades directamente

preámbulo de su libro Identidades ase-

asesinas, «gente que comete crímenes en

sinas, nos obliga a renunciar de manera

nombre de su identidad religiosa, étnica,

regular a nuestra independencia, nos

nacional o de otra naturaleza». Quizás

define como personas intercambiables, nos obliga a pensar, a sentir y actuar de

Sobre esta sencilla hipótesis va tra-

manera idéntica en un insistente ejerci-

zando Amartya Sen, premio Nobel de

cio de sumisión y de conformidad con la

Economía en 1998, su línea argumental

mayoría y de obediencia a las órdenes

para dar cuenta a lo largo de su ensa-

de la autoridad, revestida muchas veces

yo Identidad y violencia de una de las

del interesado y siniestro manto de la

manifestaciones más inquietantes de la

religión. En una palabra, «si los hombres

violencia: el terrorismo con fondo iden-

de todos los países, de todas las condicio-

titario. «El cultivo de la violencia asocia-

nes, de todas las creencias, se transfor-

da con los conflictos de identidad pare-

man con tanta facilidad en asesinos, si es

ce repetirse en todo el mundo cada vez

igualmente tan fácil que los fanáticos de

con mayor persistencia.» Cuando, por

toda laya se impongan como defensores

iniciativa propia o, en la mayoría de los

de la identidad, es porque la concepción

casos, por exigencia de otros, nos empe-

“tribal” de la identidad que sigue domi-

ñamos en reducir a la mínima expresión

nando en el mundo entero favorece esta

la diversidad de nuestras pertenencias,

72

Amartya Sen

desviación».

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

WIKIMEDIA COMMONS / CSABA_SEGESVÁRI / LICENCIA CC 3.0 (Kertész); WIKIMEDIA COMMONS / ELKE WETZIG / LICENCIA GNU 1.2 (Sen); WIKIMEDIA COMMONS / MAALOUF DINKLEY / LICENCIA GNU 1.2 (Maalouf)

El peligro de «empequeñecer» al sujeto

WIKIMEDIA COMMONS / OFICINA FEDERAL DE INVESTIGACIÓN DE EE.UU.

El fracaso de la «Mano Dura» Francisco Flores, presidente de El Sal-

de justicia, además de crear una psi-

amenazas, de 264 a 430, los desórdenes

vador entre 2003 y 2007, prometió en la

cosis de inseguridad y miedo entre la

públicos, de 1539 a 2149... En una pala-

campaña que le aupó a la presidencia de

población juvenil.

bra: «los planes antipandillas no solo no

la República acabar por la vía rápida y

lograron reducir los índices delincuencia-

de manera contundente con uno de los

les, sino que generaron condiciones para

problemas más graves del país: la violen-

que la violencia criminal se agudizara

cia de las pandillas juveniles, las maras.

cualitativa y cuantitativamente». Esa es

Imbuido de una ideología simplista ba-

la conclusión a la que llegó el Instituto

sada en principios como «el que la hace,

Universitario de la Opinión Pública de

la paga», Flores pretendía acabar con la

la Universidad Centroamericana de El

violencia mediante medidas represivas de

Salvador. Jeannette Aguilar, su actual

persecución policial indiscriminada a toda

directora, se ha dedicado durante años

aquella persona cuyo aspecto externo lo

al estudio de las pandillas violentas. Su

delatara, a ojo de buen cubero, como

balance acerca de la política de Flores de

miembro de alguna de las maras (por

llevar hasta sus últimas consecuencias el

sus tatuajes, vestimenta, modo de hablar,

error fundamental para combatir la vio-

manera de comportarse, etcétera).

lencia de las pandillas juveniles no puede

Con tal fin estableció dos medidas le-

resultar más desolador: las leyes de la

gales, la «Ley de la Mano Dura», vigente

Mano Dura y de las Super Mano Dura

desde el 10 de octubre de 2003 al 10

fortalecieron los mecanismos internos de

de abril de 2004, y la «Ley de la Super

cohesión y solidaridad entre los mareros;

Mano Dura», cuya vigencia comenzó

se fortaleció la estructura y la organiza-

en agosto de 2004. Anunció la medida

SOLUCIÓN FALLIDA

ción de las pandillas; se colapsaron las

a bombo y platillo usando una rancia

Las medidas gubernamentales represivas

cárceles; se dispararon las reyertas entre

artillería mediática, y con la ayuda y

contra las maras en El Salvador provocaron

los presos con consecuencias letales; se

el despliegue de 39 grupos de tareas

el efecto contrario al deseado: fortalecie-

abrió la puerta a los grupos de «limpie-

antipandillas (fuerzas combinadas del

ron los mecanismos internos de cohesión

za social» especializados en la ejecución

ejército y la Policía Nacional Civil) que

y solidaridad entre los mareros.

extrajudicial de pandilleros, e incluso, se endurecieron los requisitos de ingreso en

se desplegaron en 139 municipios. Entre julio de 2003 y agosto de 2004, dichas

Cuando analizaron los resultados de la

las maras (la exigencia más frecuente es

«Unidades de Choque» allanaron vivien-

iniciativa, saltó la sorpresa: entre 2004 y

la eliminación de un miembro de la mara

das, detuvieron a unos 18.800 pandille-

2005, los homicidios atribuidos a las pan-

contraria). Además, la detención de los

ros y encarcelaron a miles de ellos, lo

dillas pasaron de 432 a 964; los robos, de

líderes acentuó la lucha por el poder en

que colapsó las cárceles y los tribunales

372 a 603; las lesiones, de 197 a 362; las

el interior de las pandillas.

fría a un inocente es, con algunos matices, la misma que invoca hoy el terrorismo salafista: «Padre —le dije— no me juzgues. Juzga a Dios. Es él quien creó el universo e hizo que la justicia se obtenga con la injusticia, que la felicidad de un pueblo se adquiera al precio de las lágrimas, que la libertad de una nación, como la de los hombres, sea una estatua levantada sobre los cuerpos de los condenados a muerte». Un verdadero horror. 3 Ideales sublimes. Metas sagradas y objetivos inaplazables, aun a costa de la vida de los nuestros y, sobre todo, de los otros. «Nosotros decimos que estamos comprometidos en una lucha sagrada, que luchamos contra algo, por MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

algo; combatimos contra los ingleses, combatimos por una Palestina libre, independiente.» David ben Moshe sabe por qué lucha; John Dawson no lo sabe. La muerte del primero tiene sentido; la muerte del segundo es un absurdo. 4 El contexto de guerra. El entorno de combate lo engulle todo, lo justifica todo, lo perdona todo. «Estábamos en guerra. Teníamos un objetivo, un ideal. Teníamos un enemigo que se interponía entre nosotros y el infinito. Entonces, había que eliminarlo. ¿Cómo? No importaba cómo. Los métodos no tenían ninguna importancia. Los medios son múltiples y pronto se los olvida. Lo que cuenta y queda es el fin único.»

73

Cuando una persona se ve obligada a actuar de una determinada manera, tiende a congraciar lo que piensa con lo que hace

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

5 El cumplimiento del deber. La planificación, la estrategia, la distribución de tareas, los sistemas de control y, de manera especial, la jerarquía forman parte de la estructura de cualquier organización. Todo va en la misma dirección: el cumplimiento del deber, la obediencia incondicional a las órdenes recibidas. «¿Quién ejecutará a John Dawson?, pregunté a Gad. Tú, respondió. ¿Yo?, pregunté sorprendido. No daba crédito a mis oídos. Tú, repitió Gad. Después de un momento agregó: son órdenes del Viejo.»

AQUELLOS HOMBRES GRISES.

Experimentos reveladores

EL BATALLÓN 101 Y LA SOLUCIÓN FINAL EN POLONIA.

C. Browning. Edhasa, Barcelona, 2002. GENESIS OF SUICIDE TERRORISM. S. Atran en Science,

vol. 299, págs. 1534-1539, 2003. MORIR PARA GANAR. R. Pape.

Paidós, Barcelona, 2006. TRILOGÍA DE AUSCHWITZ.

P. Levi. El Aleph, Barcelona, 2006. EL EFECTO LUCIFER. EL PORQUÉ DE LA MALDAD. P. Zimbardo.

Paidós, Barcelona, 2007. TRILOGÍA DE LA NOCHE: LA NOCHE, EL ALBA, EL DÍA.

E. Wiesel. El Aleph, Barcelona, 2008. PSYCHOLOGY OUT OF THE LABORATORY: THE CHALLENGE OF VIOLENT EXTREMISM.

J. Ginges, S. Atran, S. Schadeva y D. Medin en American Psychologist, vol. 66, págs. 507-519, 2011.

74

El hilo argumental que nos viene acompañando guarda un estrecho parecido con las conclusiones procedentes de tres de las investigaciones más emblemáticas de la historia de la psicología: los experimentos de Solomon Asch, Stanley Milgram y Philip Zimbardo. A grandes rasgos, todos ellos apuntan como ingredientes de climas sociales violentos a la conformidad del individuo con los lineamientos de la mayoría, la escasa resistencia a la presión grupal, la sumisión a las figuras de autoridad y la obediencia ciega a sus órdenes al margen de las más elementales convenciones morales, la difusión de la responsabilidad y la posibilidad de esconderse detrás de una máscara (el deber, el papel que nos han asignado, etcétera). El propio Zimbardo ha dado a conocer los detalles de su célebre «Experimento de la Prisión de Stanford» (EPS), que llevó a cabo entre el 14 y el 19 de agosto de 1971, en un extenso libro de título inquietante, El efecto Lucifer. El porqué de la maldad [véase «Más allá de la maldad», por Steve Ayan; en este mismo número]. Según indica, es posible «inducir, seducir e iniciar a buenas personas para que acaben actuando con maldad». Mientras no se demuestre lo contrario, esas «buenas personas» somos también nosotros. Puede que eso no nos haga mucha gracia, pero deberíamos orillar la arrogancia de creer que somos distintos (inmunes a la influencia del entorno) de quienes lo hacen y de quienes lo hicieron. En palabras de Zimbardo: «La mayoría de nosotros podemos sufrir unas transformaciones inimaginables cuando estamos

atrapados en una red de fuerzas sociales». Es decir, la situación reviste importancia, mucha más de la que estamos dispuestos a concederle, y mucha más de la que acostumbra a conceder la ley del mínimo esfuerzo por la que se rige el funcionamiento de nuestra mente, marcado por el error fundamental de atribución. También las normas suelen ser un medio de dirigir nuestra conducta en determinadas direcciones; sobre todo, aquellas en las que algunos ven la mano de un ser superior que no está obligado a dar cuenta de su santa voluntad. Por otro lado, en el gran teatro del mundo aprendemos a interpretar papeles (roles). Unos, los elegimos; otros nos son encomendados. A veces, el guion se adueña del personaje, el hábito acaba adueñándose del monje. El anonimato ayuda a ejecutar acciones que no serían posibles a cara descubierta. «Cuando una persona se siente anónima en una situación, como si nadie se diera cuenta de su verdadera identidad —y, en el fondo, como si a nadie le importara—, es más fácil inducirle a actuar de una manera antisocial», señala Zimbardo. De acuerdo con un elemental principio de coherencia cognitiva, cuando una persona se ve obligada a actuar de una determinada manera, tiende a congraciar lo que piensa con lo que hace. «La gente tiene más capacidad para racionalizar que para ser racional; tiende a justificar las discrepancias entre su moralidad privada y los actos que la contradicen.» Nos guste o no, actuamos con un ojo puesto en lo que los otros piensan y opinan al respecto: la necesidad de respaldo y aprobación social está presente en nuestras acciones y, todavía más, el miedo al rechazo, a la soledad y a la exclusión. La conformidad frente a la presión de la mayoría es un fenómeno que forma parte de nuestra vida cotidiana y, mucho más, de contextos marcados por el afán de unanimidad, por un escaso respeto a la independencia, por verdades con vocación de eternidad, por un liderazgo autoritario, etcétera. En definitiva, el poder, la obediencia a las órdenes recibidas, el cumplimiento del deber, las justificaciones ideológicas, los ideales colectivos, la búsqueda de un enemigo culpable de nuestros males y fracasos, la presión grupal, el clima social... todas estas son algunas de las razones que han estado, siguen y seguirán presentes en las manifestaciones más dolorosas y destructivas de la violencia. Amalio Blanco es catedrático de psicología social en la Universidad Autónoma de Madrid. En la actualidad coordina el Grupo de Investigación en Violencia y Bienestar Social. MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

ENTREVISTA

Más allá de la maldad El padre del legendario experimento de la cárcel de Stanford, Philip Zimbardo, fue considerado durante años el psicólogo experto del lado oscuro del alma. A sus 78 años quiere deshacerse de esta imagen, además de promover la bondad en el ser humano ENTREVISTA REALIZADA POR STEVE AYAN

V

arias filas de sofás se alinean en el vestíbulo del hotel Europäischer Hof. Este lujoso establecimiento sito en la ciudad alemana de Heidelberg ofrece el marco adecuado para un encuentro con, sin duda alguna, el más famoso psicólogo vivo. Philip Zimbardo acude a la entrevista apoyándose en un bastón, aunque su apretón de manos es firme. Su mirada despejada y curiosa. Y su sonrisa refleja cierta astucia.

habían creado los estudiantes realmente ejercía un poder sobre ellos, o se trataba simplemente de la reacción concreta de los participantes que se interesaban por este tema. Anuncié a mis asistentes que nosotros mismos realizaríamos el experimento. Intentamos recrear la psicología de la cárcel de la forma más realista posible, con la vergüenza y la indefensión que sienten los reclusos, pero también con el poder ilimitado de los vigilantes.

El experimento de la cárcel, realizado en la Universidad Stanford y considerado uno de sus estudios más famosos, tuvo que interrumpirse al cabo de pocos días, ya que los probandos escogidos al azar para desempeñar el papel de prisioneros o vigilantes comenzaron a agredirse. ¿Qué razones le llevaron a desarrollar este experimento? Durante la guerra de Vietnam participé en manifestaciones contrarias al conflicto. Me sorprendió la energía que mostraban los estudiantes. En clase comenté: «Siempre pensé que debía hacer todo el trabajo en los seminarios, pero ustedes tienen mucha más energía que yo. Les propongo diez preguntas que me interesan pero para las que no tengo respuesta ninguna». Los estudiantes, organizados en grupos de trabajo, eligieron cada uno una cuestión y recogieron ideas. Una de las preguntas se refería a qué ocurre con una persona que llega por primera vez a la cárcel. Los jóvenes estudiantes propusieron que el fin de semana se recrease en la residencia del campus la misma situación que se vive en una prisión. Al lunes siguiente llegaron a clase y contaron cuán mala había sido la experiencia. Algunos incluso empezaron a llorar. Me pregunté si la situación que

¿Qué le impresionó más durante el experimento? La dinámica que tomó todo de manera repentina. Ya en la segunda noche, los vigilantes empezaron a despertar a cada instante a los internos para acosarlos; les obligaban a cantar o hacer flexiones. Los casos de humillaciones y trato degradante empezaron a proliferar. Treinta y seis horas después del inicio del experimento se registró el primer caso de choque emocional en uno de los prisioneros. Al principio creí que estaba fingiendo; cada día teníamos que dejar marchar a individuos y sustituirlos por otros. Habríamos podido decir bastante antes que el poder de la situación había quedado demostrado, dando por finalizado el experimento en aquel momento. Sin embargo, esto fue para mí el aspecto más dramático; en ese instante yo mismo me había transformado en un jefe de vigilantes a quien le daba prácticamente igual el destino de las personas. En lugar de preocuparme por las

MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

víctimas, me dedicaba a observarlo todo de forma meticulosa. El estudio giraba en torno al modo en que unos estudiantes normales se convertían en prisioneros y vigilantes, pero también yo me transformé. Aunque personalmente no hice nada malo, sí que di el permiso para hacerlo. ¿Quién interrumpió el experimento? Al final de la primera semana invité a un grupo de estudiantes para que nos entrevistasen. Entre ellos se encontraba una mujer con la que mantenía una buena amistad. Ella vio cómo los vigilantes colocaban a los reclusos en fila, les ponían sacos encima de la cabeza, les pegaban y les chillaban. Recuerdo que en aquel momento expliqué: «Esta es la carrera para llegar al lavabo». La mujer me contestó con lágrimas en los ojos: «Es terrible lo que les estás haciendo a los chicos». Entonces comprendí que tenía razón, que debíamos finalizar el experimento. La buena noticia es que al año siguiente me casé con esa mujer [ríe]. El experimento de la cárcel ejerció una gran influencia en investigadores posteriores. Su joven colaborador Jonathan Haidt, de la Universidad de Virginia en Charlottesville, criticó en fecha reciente que la psicología social tiene una orientación unilateral porque las facultades están dominadas por progresistas. ¿Qué opinión le merece? Siento un gran respeto por Jonathan Haidt. Es una de las personas más inte-

«Los psicólogos no se consideran a sí mismos como transformadores de la sociedad, aunque deberían hacerlo» 75

PHILIP ZIMBARDO Q

Nació en 1933 en Nueva York, en el seno de una familia de inmigrantes sicilianos.

Q

Tras doctorarse en 1959 en la Universidad de Yale, ejerció como profesor asistente en la Universidad de Nueva York.

Q

Desde 1968 es profesor de psicología social en la Universidad Stanford, en Palo Alto (California); en la actualidad, emérito.

Q

En 2004 testificó como experto en el proceso sobre los excesos de violencia cometidos por los soldados estadounidenses en la prisión militar de Abu Ghraib (Irak).

ligentes que conozco. Coincido con él en que los psicólogos, quizás en especial los psicólogos sociales, tienden a defender ideas progresistas. Por supuesto, tal actitud puede influir en los modelos que se desarrollan en psicología. El estudio sobre el poder que ejerce la autoridad en la personalidad surgió en la década de los treinta del siglo XX como reacción contra el fascismo. Uno de los primeros trabajos experimentales, realizado por Kurt Lewin, comparó a líderes autocráticos, democráticos y liberales. De este trabajo surgió toda una línea de investigación. ¿Cómo llegó al mundo de la psicología? Mi familia proviene de Sicilia. Muchos psicólogos sociales eran inmigrantes y pertenecían a una minoría; además, por lo general, eran pobres. Posiblemente, las personas adoptan una actitud más bien

76

«situacionista» cuando su entorno social es desfavorecido. Si una persona ha crecido en un ambiente privilegiado y a su alrededor solo ve éxito, cree que su suerte está determinada por factores genéticos. Si, en cambio, eres pobre, te dices: «Si la situación fuese diferente, las cosas me irían de otra manera». Mi compañero de clase en el instituto Monroe en el Bronx, el pequeño Stanley Milgram, y yo realizamos dos de los estudios más conocidos sobre el poder de las circunstancias años más tarde. En 1949 estábamos sentados juntos en la misma aula. No había transcurrido mucho tiempo desde el Holocausto, y nos preguntamos si una cosa así podría ocurrir en Estados Unidos. En aquel momento le respondí a Stanley que eso solo podía pasar en la Alemania nazi, pero él me replicó: «¿Le descargarías un electrochoque a una persona desconocida si una autoridad

como Hitler te lo ordenase?» «Nunca», le contesté. Stanley movió la cabeza: «Los vigilantes del campo de concentración se decían lo mismo y acabaron colaborando en las torturas». En su libro El efecto Lucifer expuso por qué cada persona, en determinadas circunstancias, puede convertirse en un ser capaz de practicar una violencia extrema. Ello demuestra que la situación desempeña una mayor incidencia en el comportamiento moral que la propia personalidad. ¿No deberían tenerse siempre en consideración ambos aspectos? La lucha entre la personalidad, por un lado, y el contexto social, por otro, no tiene sentido. Lo que cuenta siempre es la persona en la situación. El aspecto decisivo es que no tomamos en cuenta las ovejas negras del rebaño, sino al pastor que MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

las guarda; es decir, el sistema o la autoridad. En el caso del ejército, por ejemplo, se producen con frecuencia situaciones en las que las personas se ven sometidas a manipulaciones. Desde un punto de vista psicológico, ello supone que debemos entender la interrelación dinámica entre persona, situación y sistema. Los conocimientos sobre la interrelación entre persona, situación y sistema son muy útiles para la sociedad. ¿Qué puede aportar la investigación? Lamentablemente, en muchos países la psicología carece de la importancia que debería tener. Los políticos creen que saben cómo funcionan las cosas, y con frecuencia toman decisiones contrarias a las pruebas que aporta la psicología en lugar de modificar normas y leyes de tal manera que se apoye el comportamiento positivo y se minimice el negativo. Como consecuencia de ello, los psicólogos no se consideran a sí mismos como transformadores de la sociedad, aunque deberían hacerlo. ¿Proporciona la psicología, al menos para el individuo, consejos prácticos adecuados? No solo para el individuo. La mayoría de las empresas confían hoy en día en la psicología de gestión. Las agencias publicitarias demandan grupos focales; también en la actualidad resulta mucho menos probable que los padres peguen a sus hijos. Además, cada vez son menos las personas que cuestionan la importancia de la psicoterapia. No obstante, podemos emplear los conocimientos psicológicos de una forma todavía más beneficiosa para el bienestar humano. Con su nuevo proyecto Heroic Imagination intenta ayudar a las personas a actuar con valentía. ¿Qué sentido tiene? Pues justamente lo contrario de lo que he hecho hasta ahora. Hasta ahora he sido el Dr. Evil, que estudiaba aquellas condiciones en las cuales las personas buenas hacían el mal. Ello llevó a cuestionarme cómo podemos sobreponernos a esas fuerzas. De todas las personas que se sometían a mis estudios, siempre había una parte, en torno al diez por ciento, que lograba imponerse a la maldad. Lo mismo MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

«Los héroes son individuos que pueden protegerse de poderosas fuerzas sociales; creo que cualquier persona puede ser un héroe» ocurrió en el experimento de Milgram. La pregunta estriba en: ¿De qué tipo de personas se trata? En mi opinión, los héroes son individuos que pueden protegerse de poderosas fuerzas sociales, aunque casi no existen estudios sobre el tema del heroísmo. Creo que cualquier persona puede ser un héroe. Por esta razón fundé una organización sin ánimo de lucro en San Francisco. Tenemos un equipo formado por una docena de personas. Iniciamos proyectos de investigación y apoyamos a doctorandos en todo el mundo. ¿Algún ejemplo? Con mi compañero Piero Bocchiaro, de la Universidad de Ámsterdam, acabamos de finalizar un estudio sobre la «denuncia» por motivos morales. Es uno de los primeros que se realizan en este terreno. La investigación se llevó a cabo intencionadamente en los Países Bajos, en un entorno universitario muy progresista. Piero indicó a los estudiantes que habíamos llevado a cabo investigaciones sobre la privación sensorial durante las cuales algunos de los probandos sufrieron alucinaciones o dolores de cabeza; incluso algunos padecieron tales efectos después de finalizar las pruebas. A este respecto se les comentó que nuestra intención era repetir el experimento en Holanda, por lo que necesitábamos la ayuda de los estudiantes para convencer al mundo académico de que se trataba de un estudio importante. Se instó a los estudiantes a que escribieran a la Comisión de ética de la Universidad para expresarle su consentimiento de someterse a la prueba. También se les indicó que si desarrollaban bien su trabajo, recibirían una gratificación. Tuvimos en cuenta tres alternativas: participantes que de inmediato enviaban una carta firmada a la Comisión de ética para comunicar su consentimiento; estudiantes que no hacían nada, y aquellos que denunciaban al jefe de estudios ante la Dirección de la universidad. La última actitud constituía la «condición de héroe». En una encues-

ta anterior, ocho de cada diez personas habían confesado que, si se les planteaba someterse a un experimento de esta naturaleza, optarían por denunciar los hechos. Sin embargo, en la situación concreta expuesta, ni siquiera una décima parte del grupo lo hizo. Convertir a individuos en «héroes». ¿No es un reto muy difícil? La mayoría de nuestros proyectos se dirigen a personas jóvenes. Nosotros desarrollamos programas formativos para escuelas. Disponemos ya de sesenta vídeos accesibles en línea. En uno de ellos podemos ver a una mujer que se desvanece en la calle y 35 personas pasan a su lado sin hacer nada por ella. Denominamos al fenómeno «efecto espectador»: cuando muchas personas se encuentran presentes, la norma general, por desgracia, suele ser la de no hacer nada. Nosotros instamos a los escolares a reflexionar sobre cómo pueden cambiar su actitud a través de los conocimientos adquiridos. También nos ocupamos del coraje civil en empresas e iniciativas para el voluntariado social. Hemos inventado el «héroe tecnológico»: jóvenes que estudian en el instituto acuden a residencias de ancianos y enseñan a las personas mayores a navegar por Internet. Estamos abiertos a nuevas ideas y sugerencias.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA DER LUZIFFER EFFEKT. DIE MACHT DER UMSTÄNDE UND DIE PSYCHOLOGIE DES BÖSEN.

P. Zimbardo. Spektrum Akademischer Verlag, Heidelberg, 2008. DIE NEUE PSYCHOLOGIE DER ZEIT: UND WIE SIE IHR LEBEN VERÄNDERT WIRD. P. Zim-

bardo, J. Boyd. Spektrum Akademischer Verlag, Heidelberg, 2011.

77

RETROSPECTIVA

LA MENTE DE GOERING Los encuentros en prisión de Hermann Goering, criminal de guerra nazi, y el psiquiatra que llevaba su caso, Douglas M. Kelley, abren interrogantes sobre la responsabilidad, la lealtad y la naturaleza del mal JACK EL-HAI

AKG BERLIN

comienzos del verano de 1945 aterrizó en Mondorf-les-Bains, villa luxemburguesa donde se había creado un centro de reclusión para sospechosos de crímenes de guerra, un preso de 52 años. Este hombre, que arrastraba consigo 49 maletas, joyas incrustadas de pedrería, pitilleras de oro, relojes preciosos y casi todas las reservas mundiales de paracodeína (un narcótico), se había entregado a oficiales aliados algunas semanas antes. Tras detentar durante una docena de años un

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poder casi ilimitado que le permitía exigir cuanto quisiese, ocupaba ahora una pequeña celda sin más mobiliario que un inodoro, un catre, una silla y una mesa. El sangriento hundimiento del Tercer Reich, a cuyo Gobierno todavía representaba por ser —aunque cautivo— su jerarca vivo de máximo rango, le había trocado en líder sin seguidores, en comandante sin combatientes, en preso acusado del asesinato de millones de personas y de la comisión de otros crímenes contra la humanidad.

El preso reconocía el derecho de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial para castigar a los dirigentes nazis; empero se proponía defender con vigor sus actos cuando fuese juzgado como criminal de guerra. Tal era la situación de Hermann Goering, antiguo lugarteniente de Adolf Hitler, presidente del Reichstag, comandante en jefe de la Luftwaffe, miembro del Consejo Secreto del Gabinete y mariscal del Reich (amén de otra ristra de títulos oficia-

HERMANN GOERING (1893-1946)

DOUGLAS M. KELLEY (1912-1958)

Lugarteniente de Hitler y comandante supremo de la Luft-

Psiquiatra militar del ejército estadounidense, tenía la

waffe. Fundador de la Gestapo, fue condenado a muerte

misión de diagnosticar la salud mental de Goering para

por el tribunal militar internacional de Núremberg.

determinar si era apto para ser juzgado o no.

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DOUG KELLEY / CORTESÍA DEL AUTOR

A

EN PRISIÓN Hermann Goering permaneció encarcelado en la prisión de Núremberg durante los pro-

les), cuando Douglas M. Kelley, psiquiatra estadounidense de 32 años, entró en su celda para la primera de las que iban a ser numerosas entrevistas. Kelley se contaba entre las escasísimas personas (médicos, abogados y guardianes) a las que se permitió el contacto con Goering. A lo largo de los seis meses siguientes, el preso y el psiquiatra fueron desmenuzando el resultado de la guerra y la suerte de la familia de Goering. Y preparando el legado del mariscal del Reich. Para el preso, esas conversaciones eran un alivio en el estrés de su estricta reclusión. Para Kelley, comandante del Cuerpo Médico Militar estadounidense y jefe de psiquiatría de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, era mucho más lo que se jugaba. Las entrevistas le ofrecían una mirada sin par a las honduras de la mente de uno de los más infames criminales de todos los tiempos, así como la oportunidad de analizar las personalidades de los nazis de elevado rango detenidos en Mondorfles-Bains. Tras los horrores de la guerra, Kelley escribía: «[...] de nada habría servido la casi total destrucción de la cultura moderna si no se extrajeran las debidas lecciones sobre las fuerzas que provocaron tal caos. Hemos de comprender los porqués del éxito nazi, para adoptar las medidas necesarias que impidan la recurrencia de tal maldad». Goering, por otra parte, era el único superviviente del pináculo del poder nazi: Hitler, Heinrich Himmler y Joseph Goebbels se habían suicidado. Kelley alentaba la esperanza de utilizar la información que pudiera recopilar para abrir nuevos espacios en el estudio de la motivación criminal mediante la aplicación del test de Rorschach (una serie de láminas impresas con manchones de tinta), instrumento psicológico del que era abanderado desde hacía tiempo. Los papeles personales de Kelley y los historiales médicos que conservó —cuyo examen nunca ha permitido su familia, hasta concederlo para este artículo— hacen ver con cuánta tenacidad persiguió el MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

AKG BERLIN

cesos por los crímenes de guerra.

psiquiatra sus ambiciones en la celda de Goering, llegando a traspasar las lindes de su labor de médico y confidente de su paciente, para actuar también de informante de la Fiscalía, al tiempo que elaboraba graves conclusiones sobre la mentalidad del nazi. En el momento del juicio, Kelley estaba experimentando la peculiar disonancia mental que hoy manifiestan numerosas personas que trabajan con delincuentes: aunque aborrecía las atrocidades que Goering cometió u ordenó, Kelley llegó a considerarle un ser humano cautivador; agradable, incluso. En sus esfuerzos por encontrar una lógica en la personalidad de Goering, Kelley fue uno de los precursores en la evaluación psiquiátrica de criminales de guerra. Los pasos en falso que cometió y la nebulosa definición de sus límites de conducta presagiaban los conflictos éticos que psicólogos y psiquiatras militares seguirían afrontando durante la Guerra Fría, y en fechas más recientes, en las guerras que han engendrado prisiones militares como Abu Ghraib, en Irak, o Guantánamo, en Cuba. Problemas de lealtad, así como la desconcertante disonancia entre los crímenes que se atribuyen a un preso y los atractivos que ofrece su personalidad, siguen fascinando a los especialistas en psicología que participan en los interrogatorios a detenidos en el campo de batalla.

El buen médico El cometido oficial de Kelley en Mondorfles-Bains primero, y en la prisión de Núremberg después, donde serían recluidos Goering y otros 21 jefes nazis de alto

rango para ser juzgados por un tribunal internacional del que no existían precedentes, consistía en atender las necesidades médicas de los detenidos mientras se valoraba si estaban cuerdos y eran aptos para afrontar un juicio. Kelley, nacido en una población montañesa en la Sierra Nevada de California, había logrado a los 30 años trepar en la psiquiatría hasta un puesto de responsabilidad en el Hospital Psicopático del Condado de San Francisco. Ingresó en el ejército y sirvió en el conflicto europeo de la Segunda Guerra Mundial como jefe de psiquiatría del 30.o Hospital General. Ello le situó en el lugar adecuado y en el momento preciso para el histórico

RESUMEN

Un juicio en Núremberg

1

Tras la Segunda Guerra Mundial, el psiquiatra estadounidense

Douglas M. Kelley trabajó de cerca

con jerarcas nazis encarcelados.

2

Aunque Kelley aborrecía los crímenes del partido nazi, estableció

una relación estrecha con Hermann Goering, el nazi de más alto nivel aún vivo. Este impresionó al psiquiatra por su inteligencia, tenacidad y dedicación a su país, familia y amigos.

3

Kelley se encontró en el dilema de mantener la lealtad a los su-

periores mientras velaba por la salud y bienestar de sus pacientes.

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juicio previsto en Núremberg al concluir la guerra. Kelley no hablaba alemán, pero su ambición, su inteligencia y su ardiente curiosidad le impulsaron a aprovechar esta oportunidad irrepetible de escrutar a los líderes nazis. Las primeras impresiones de Kelley sobre su más notorio sujeto fueron memorables. «Todos los días, cuando llegaba a su celda durante mis rondas», escribía Kelley, «se alzaba de un salto de su asiento, me saludaba con una amplia sonrisa y la mano extendida, me acompañaba hasta su catre y se palmeaba el torso con su manaza. “Buenos días, doctor. Me alegro mucho de que haya venido a verme. Por favor, doctor, siéntese. Siéntese aquí.” Después relajaba su corpachón... justo a mi lado, presto a responder a mis pre-

TRIBUNAL EN EL PALACIO DE JUSTICIA Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y la Unión Soviética invocaron un juicio militar para una justa y rápida sentencia de los

el psiquiatra. «Por consiguiente, resultó fácil sugerirle que si bien hombres más débiles... pudieran seguramente necesitar medicamentos para desprenderse de una habituación a las drogas, él, hombre fuerte y de recia voluntad, no tendría necesidad de recurrir a ellos.» Cuando el preso logró librarse del narcótico, Kelley dedicó la atención a su objetivo principal: el estado psiquiátrico del recluso nazi. En razón de sus responsabilidades ante el tribunal internacional, el psiquiatra tenía que determinar si Goering era mentalmente competente para afrontar un juicio. Por otra parte, debía resolver su propio rompecabezas: ¿Qué movía al nazi y qué caracterizaba su personalidad? Kelley empezó por recopilar la historia de Goering: desde sus principios como piloto de caza en la Primera Guerra Mundial, pasando por su amistad con Hitler en los primeros años veinte, y su ascenso en las filas nazis hasta llegar a comandante de la Luftwaffe y probable sucesor del Führer. Con esta fundamentación, elaboró su propia valoración psiquiátrica.

AKG BERLIN

criminales de guerra del Eje europeo.

guntas.» A pesar de la mediación de un traductor, Kelley lo encontró encantador —cuando Goering quería serlo—, inteligente, elocuente e imaginativo. Goering experimentaba un entusiasmo infantil en la exhibición del botín de guerra que había podido conservar consigo en su cautiverio: grandes anillos, un conjunto con un colosal rubí montado en platino, otros con esmeraldas y diamantes azulados, así como una enorme esmeralda sin montar. En un principio, Kelley tuvo que concentrarse en mejorar la salud de Goering y poner fin a una drogadicción que venía de antiguo. Cuando el mariscal del Reich fue capturado por los Aliados, consumía a diario grandes dosis de paracodeína, un narcótico que por entonces solo se producía en Alemania, para uso analgésico. Su adicción se remontaba a operaciones de odontología en los años treinta. Goering fue gradualmente dejando de engullir píldoras gracias a cierta manipulación psicológica de Kelley. «Goering estaba muy ufano de su... poderío físico... y de su capacidad para soportar el dolor», escribió

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Kelley hallábase convencido de que el test de Rorschach, desarrollado por el psiquiatra suizo Hermann Rorschach tras la Primera Guerra Mundial, era de importancia crucial para comprender a Goering y a los demás nazis prisioneros. En dicha prueba se presentan al sujeto 10 imágenes abstractas, que este debe describir y utilizar para trenzar una explicación o historia justificativa. Kelley era considerado experto evaluador de personalidades por medio de la aplicación de este método, que consiste en centrarse en diversos aspectos de las respuestas de los sujetos a las imágenes de los borrones. Tenía en cuenta si los sujetos se referían a la totalidad de la figura o solo a ciertos detalles, así como el sentido lógico de sus interpretaciones. (Entre 1950 y 1970, el test de Rorschach siguió siendo la prueba de personalidad más utilizada. En la actualidad se encuentra bastante desacreditado; incluso numerosos psicólogos no recomiendan servirse de él para el diagnóstico de trastornos mentales.) Las conclusiones del análisis de sus test Rorschach con Goering nunca llegaron a ser conocidos por el tribunal, aunque Kelley estaba convencido de que podrían revelarle los entresijos psicológicos del líder derrocado. Por entonces, Goering había sido trasladado al Palacio de Justicia de un Núremberg arrasado por las bombas. Allí, él y un elenco de altos cargos nazis capturados por los Aliados (entre ellos Alfred Jodl, jefe del estado mayor del ejército alemán; Joachim von Ribbentrop, ministro de asuntos exteriores; Rudolf Hess, anteriormente Führer del delegado; Alfred Rosenberg, el filósofo del Partido Nazi, y el Jefe de las Juventudes Hitlerianas, Baldur von Schirach) eran mantenidos en confinamiento solitario durante su juicio. El alcaide de la cárcel de Núremberg, el coronel Burton Andrus, había hecho venir a un psicólogo de Estados Unidos, Gustave M. Gilbert, para que ayudase a Kelley en la evaluación de los prisioneros. Kelley no recibió de buen grado la ayuda de Gilbert; de hecho, la relación entre ambos solía ser tensa. A pesar de ello, efectuaron una evaluación Rorschach completa de casi todos los acusados de crímenes de guerra. MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Los resultados de Goering constituyeron para Kelley una sorpresa, pues según la propaganda bélica, los líderes nazis tenían que estar locos. Las respuestas de Goering a las imágenes del Rorschach revelaban «una personalidad básica normal», escribió Kelley; aunque también reflejaban «un acusado egocentrismo y poderosos impulsos emotivos». En cambio, no indicaban que en la mente de Goering hubiera nada anómalo grave. A pesar de ello, el psiquiatra consideró que los resultados del test constituían un paso en la dirección correcta para ahondar en el pensamiento de Goering. Aplicó al recluso pruebas de inteligencia; le asignó un cociente intelectual de 138, el tercero más alto entre los nazis encarcelados. (Goering, muy vanidoso, estaba encantado con esta puntuación.) Kelley observó además que el prisionero era «cínico y rebosaba fatalismo místico», lo cual explicaba por qué no se sentía responsable de conductas suyas durante la guerra, como el asesinato de rivales o adversarios políticos, o su complicidad en genocidios. En su informe psiquiátrico y neurológico inicial sobre Goering (documento que permaneció oculto entre los papeles personales de Kelley durante los últimos 65 años) el psiquiatra anotaba la volatilidad emotiva de Goering y su fijación narcisista en lo que percibía como belleza y vigor de su cuerpo. Preocupado por la salud cardíaca del preso nazi, se valió de esta obsesión suya para convencerle de que adelgazase: «Cuando le indiqué que así ofrecería una imagen mucho mejor en el juicio, estuvo de acuerdo, y comió con moderación». Mucho más intimidatoria era la faceta terrible que Goering presentaba, en contraste con la impresión de bonhomía y elocuencia de sus primeras entrevistas. Este hombre, que en su condición de Maestro Forestal del Reich había condenado repetidamente la crueldad contra los animales, promulgando leyes prudentes y humanas para la preservación de la naturaleza, no había dudado en ordenar el bombardeo de Ámsterdam en 1940, ciudad indefensa; bombardeo que arrasó su centro, y dejó sin hogar a 85.000 personas. En otra ocasión, habiendo Goering referido con toda naturalidad el asesinato de un antiguo

CORBIS-BETTMANN

La personalidad del criminal de guerra

14 DE JULIO DE 1938 Goering con Emmy, su esposa, y su hija Edda, recién nacida.

asociado, Kelley le preguntó cómo pudo resolverse a exigir que su antiguo amigo fuese asesinado. «Goering dejó de hablar y me miró como a un bobo de pocas luces. Después se encogió de hombros, volvió lentamente hacia arriba las palmas de las manos, y con claros y sencillos monosílabos explicó: “Era un estorbo...”.» ¿Qué conclusiones extrajo Kelley de todo ello? En el informe dirigido al tribunal internacional de crímenes de guerra declaró a Goering legalmente cuerdo y competente para ser juzgado. Pero en el estudio de la personalidad de Goering que reservó para sí, Kelley afirmaba: «Fue sin duda el ser humano más despiadado que yo haya experimentado jamás».

Creciente admiración La brutalidad de Goering, en lugar de repeler a Kelley, intensificó en el psiquiatra la determinación de lograr cierta comprensión de la mentalidad del cautivo.

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Con el tiempo llegó a plasmarse una insólita relación de confianza entre ambos. Dedicaban horas a discutir la política alemana, la estrategia de la guerra, y el probable resultado del ya cercano juicio. Goering a menudo hacía énfasis en que él asumía la responsabilidad de muchos de los presuntos crímenes de guerra, entre ellos, la deliberada vulneración de tratados internacionales con el fin de poner en pie a Alemania y contribuir a que su nación lograse su destino. «¡Pues claro que nos rearmamos!» afirmó. «Rearmamos Alemania hasta encresparla como un erizo. Lo único que lamento es no habernos rearmado más. Los tratados, desde luego, no valían para mí más que como papel higiénico. Y, desde luego, yo ansiaba una Gran Alemania. Si podíamos lograrlo pacíficamente, bueno y bonito. Si no... daba lo mismo. Cuando me dijeron que al construir la Luftwaffe estaba jugando con una posible guerra, les respondí que ciertamente no estaba dirigiendo un internado para señoritas de buena familia.» En otros momentos, menos a la defensiva, Goering admitió ante Kelley otros impulsos. «En conversaciones confidenciales, echado sobre el catre de su celda... a veces admitía que su motivo básico había

sido una y una sola motivadora ambición: lograr para Hermann Goering el mando supremo del Tercer Reich», rememoraba Kelley. Otras veces explicaba que se trataba de su propia supervivencia. Cuando el psiquiatra le preguntó por qué era como el perro faldero de Hitler, que a todo le decía que sí, incluso a los planes más desafortunados cuando la guerra presentaba tan mal cariz para Alemania, Goering sardónicamente replicó, «Tenga la bondad de indicarme en Alemania alguien que le dijera “No”, y no se encuentre hoy yaciendo a dos metros bajo tierra». En sus conversaciones, Goering explicaba que, siendo el último representante del Gobierno alemán, «sentía una gran responsabilidad, no por sus crímenes, sino por el juicio que de él hiciera la Historia». Goering planeaba en concordancia su estrategia de defensa. «Una y otra vez», escribía Kelley, «me repetía jactanciosamente: “Sí, sé que me van a ahorcar. Estoy preparado. Pero estoy decidido a pasar como un gran hombre a la historia de Alemania. No podré convencer al tribunal, pero al menos sí podré convencer al pueblo alemán de que todo cuando hice fue para el Gran Imperio Germánico. Dentro de cincuenta o sesenta años habrá estatuas de Hermann Goering por toda

Alemania. Estatuas pequeñitas, tal vez, pero una en cada hogar alemán”.» Goering despreciaba los temblequeos de última hora de algunos acusados nazis que le acompañaban en Núremberg. «¡Yo, nunca!», proclamaba. Kelley admiraba esta actitud decidida, respetaba también lo que el recluso describía como «sumo afecto y ternura hacia su familia y amigos». Mas, por mucha que fuese su admiración, en nada atenuó los sentimientos de responsabilidad de Kelley hacia su propio Gobierno. En sus frecuentes memorandos al general William Donovan («Wild Bill»), fundador de lo que pronto sería la CIA, y que a la sazón actuaba en Núremberg como ayudante del fiscal principal, Kelley compartía informaciones que sin duda habrían sido calificadas de confidenciales y reservadas en una relación normal entre médico y paciente. En una de estas reseñas, fechada el 11 de noviembre de 1945, Kelley revelaba la estrategia de defensa de Goering; también hacía saber su idea de invocar a Lord Halifax como testigo para que acreditase la disposición a buscar acuerdos de paz antes de la guerra. Donovan era informado dos semanas después de que Goering había asumido plena responsabilidad por el plan cuatrienal alemán de mediados de los años treinta, un conjunto de reformas económicas y militares que contravenían diversos artículos del Tratado de Versalles que dio fin a la Primera Guerra Mundial. Las simpatías de Kelley hacia Goering traslucieron: le pidió a Donovan que se acolchasen los banquillos de madera de los acusados, en deferencia a la edad y la salud de Goering y de otros de los acusados.

Intereses en conflicto Con su proceder, Kelley se había enredado en un dilema profesional. ¿Era el médico de Goering, su compañero de conversación y confidente, el observador psiquiátrico, o el informante para la fiscalía?

INCORREGIBLE El 21 de noviembre de 1945, Herman Goering intentó defender sus crímenes de ULLSTEIN BILD

guerra ante el tribunal militar internacional en el Palacio de Justicia de Núremberg. Se declaró «no culpable».

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WIKIMEDIA COMMONS

NO ESTABAN LOCOS Valiéndose de los borrones del Rorschach, Kelley llegó a la conclusión de que los nazis no estaban locos, como proclamaba la propaganda bélica. El psiquiatra estadounidense era considerado un experto evaluador de la personalidad mediante el análisis de las respuestas a las manchas del test. Este método ha caído en descrédito para muchos psiquiatras.

Nunca, hasta entonces, había existido un contacto tan íntimo entre un psiquiatra y un enemigo detenido de tan elevada posición jerárquica. ¿A quién debía Kelley su lealtad, y a quién el conocimiento que había adquirido de su paciente? La red iba a tensarse. Goering acabó viendo en Kelley no solo un médico y un oyente atento, sino también un personaje con influencia y buenas relaciones. Goering tenía asuntos que necesitaba resolver. Aseguraba que, al ser arrestado, las autoridades aliadas le garantizaron que cuidarían de su esposa Emmy y de su hija Edda. Sin embargo, en noviembre de 1945, madre e hija se hallaban separadas: Emmy, en un campo de internamiento para personal civil, cerca de Ratisbona; Edda en un orfanato de la ciudad de Neuhaus, a kilómetros de distancia. Goering deseaba escribirles. Quería además que estuvieran juntas. Kelley accedió a interceder ante Donovan en su favor, además de entregar personalmente las cartas de Goering a su esposa. En una nota que Kelley conservó entre sus papeles, Goering le decía a Emmy: «Hoy puedo enviarte una carta directamente. El comandante Kelley, el médico que me está cuidando, en el que tengo plena confianza, te la va MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

a llevar. Puedes también hablarle con toda libertad». Después de que prosperase la petición de Kelley de reunir a madre e hija, Goering, lleno de gratitud, le pidió que si Emmy fallecía, adoptase a Edda, la tomase como hija propia, y la educase en Estados Unidos. Se ignora la respuesta del psiquiatra, aunque Edda permaneció en Alemania. El agradecimiento de Goering fue enorme. Ofreció a Kelley, en recompensa, uno de sus colosales anillos. Según Douglas Kelley, Jr., hijo del psiquiatra, este respondió, «No, usted es un prisionero; no puede regalarme eso», a lo que Goering respondió: «Entonces le daré algo aún mejor y más valioso; una fotografía autografiada». Ese retrato que exhibe toda la parafernalia militar, dedicado con la sinuosa letra del mariscal del Reich, con la tinta ya casi desvanecida, se conserva entre los documentos del médico. Kelley estuvo asistiendo a las sesiones del juicio durante las primeras semanas, desde noviembre de 1945 hasta enero de 1946. Había proyectado escribir en colaboración con Gilbert un libro sobre la psicología de los líderes nazis, pero rompió bruscamente el acuerdo y regresó a Estados Unidos. Meses después, el tribunal notificaba a Goering su condena de muerte, lo que no sorprendió a nadie. Mas Goering había planeado un último desafío que tomó a todo el mundo por sorpresa. En octubre de 1946, horas antes de su prevista ejecución en la horca, los guardianes descubrieron su cadáver en su celda de Núremberg: había ingerido un vial de cianuro, que alguien, probablemente un carcelero simpatizante, le había proporcionado en secreto. «El suicidio, envuelto en el misterio que subrayaba la impotencia de sus guardianes norteamericanos, fue un hábil toque final, incluso brillante. El remate del edificio con el que había de ser admirado por los alemanes en los años venideros», comentaba Kelley con estima manifiesta.

que Goering y sus cohortes eran personas corrientes: sus personalidades «podrían hallarse duplicadas en cualquier país del mundo actual». En los años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial, y durante ella, la oportunidad de hacerse con el poder los llevó a abrazar una filosofía política que causa horror. Con otras palabras, el Holocausto y otros horrendos crímenes cometidos durante la guerra fueron producto de mentes sanas. Posteriormente, Kelley, en la vida civil, ejerció docencia en la Universidad de California en Berkeley, también trabajó como asesor criminalista para la policía de la ciudad de Berkeley. Mas acabó desnortado: se dio a la bebida, y a menudo perdía los estribos en discusiones con su mujer. Tras una de estas broncas, el día de Año Nuevo de 1958, Kelley, que contaba 45 años, sujetó entre los dientes una cápsula de cianuro y amenazó con romperla y tragársela. Entonces se la tragó —su hijo, Doug, que fue testigo ocular, cree que fue un accidente—. Falleció en cuestión de segundos. Su final, el mismo de Goering, puede que sea una coincidencia. Jack El-Hai, escritor y periodista, en la actualidad escribe un libro sobre el juicio a los médicos nazis, que siguió a los procesos contra Hermann Goering y otros jerarcas nazis en Núremberg.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA 22 CELLS IN NUREMBERG. Douglas

M. Kelley. Greenberg, 1947. NUREMBERG DIARY. G. M. Gilbert.

Da Capo Press, 1995. THE QUEST FOR THE NAZI PERSONALITY: A PSYCHOLOGICAL INVESTIGATION OF NAZI WAR CRIMINALS. Eric A. Zillmer

et al. Routledge, 1995. IN SEARCH OF THE NAZI PERSONALITY.

Nick Joyce en Monitor on Psychology,

La banalidad del mal

vol. 40, n.o 3, 2009.

Un par de años después, Kelley publicó sus hallazgos sobre Goering y otros acusados nazis. Se fundó en los resultados casi normales de los Rorschach que él mismo había interpretado, para afirmar

DOCTORS. Steven H. Miles. University

OATH BETRAYED: AMERICA’S TORTURE

of California Press, 2009.

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ILUSIONES

VISTO COMO UN TODO El sistema perceptivo aporta significado al caos de estímulos e informaciones que captamos. Existen reglas que rigen dicho proceso RAINER ROSENZWEIG

a percepción de las formas constituye una de las facultades más importantes que nos permiten percibir el mundo que nos rodea. Los órganos de los sentidos nos proporcionan una serie de datos incoordinados: los ojos se limitan a registrar manchas y líneas; los oídos, detectan tan solo sonidos y ruidos. Es el cerebro, al relacionar entre sí los elementos, el que adjudica significado a la información registrada. En definitiva, el ambiente en el que nos movemos no está formado por líneas y manchas de colores, sino por objetos y seres vivos. El sistema perceptivo se ocupa de agrupar estímulos en unidades mayores con el fin de facilitar su procesamiento. Hasta principios de siglo XX , predominaba la idea en psicología de que las sensaciones consistían en la simple suma de percepciones individuales. En los años veinte del pasado siglo se opuso a dicha «psicología elemental» la escuela berlinesa de la psicología de la Gestalt, fundada, entre otros, por el psicólogo Max Wertheimer (1880-1943). La idea básica de sus defensores estriba en que el todo es algo más que la suma de sus partes. Para reforzar tal principio, Wertheimer y sus partidarios buscaron las reglas según las cuales a partir de los estímulos surgen las percepciones. Descubrieron toda una serie de leyes básicas que, en su opinión, rigen el proceso perceptivo: las leyes de la Gestalt. Una de las más importantes es la ley de la buena forma o de la pregnancia. De acuerdo con ella, interpretamos los estímulos de modo que obtenemos el resultado más sencillo y obvio posible. En la figura izquierda de A, por regla general reconocemos dos cuadrados superpues-

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BEV DOOLITTLE / THE GREENWICH WORKSHOP, INC. («EL BOSQUE TIENE OJOS»); LAS DEMÁS ILUSTRACIONES DEL ARTÍCULO: GEHIRN & GEIST

L

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tos, no un octógono con ocho pequeños triángulos en cada lado, respuesta también posible. La leyes de la semejanza (B) y de la proximidad (C) ayudan, asimismo, a agrupar de forma racional los estímulos: percibimos los objetos de similar o igual color, orientación, tamaño, luminosidad o forma como si formasen parte del mismo colectivo. Igual ocurre con los elementos próximos. Ahora bien ¿qué sucede cuando una misma imagen se ve sometida a va-

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rias leyes de conformación contradictorias entre sí (D)? En la mayoría de los casos, una de las leyes se impone a las demás. Aquí desempeña una función importante la intensidad con la que se manifiestan las propiedades en cuestión, como es el grado de proximidad o semejanza entre los elementos. La ley del destino común se manifiesta en algunos partidos de fútbol. Imagínese el lector a los seguidores de un club de balompié en el estadio. Aparecen como

un mar multicolor unificado por los colores de su equipo. De repente un sector de los espectadores, de forma progresiva y de arriba a abajo, se va poniendo en pie

OBSERVADOR PENSATIVO La tendencia a interpretar formas donde no existen más que manchas sin relación alguna se pone aquí de manifiesto. En la imagen pueden reconocerse hasta 13 caras. ¿Cuántas encuentra usted?

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A. CUADRADOS EN VEZ DE OCTÓGONO Por lo general, en la imagen superior se reconocen dos cuadrados girados superpuestos. La mayoría de las veces pasamos por alto el octógono (derecha).

y volviéndose a sentar. El sector situado junto al anterior hace lo mismo, mas con un poco de retraso; así de manera sucesiva. Si se observa la escena desde el exterior, da la impresión de que una ola recorra el estadio a través del público. De hecho, los amantes del fútbol hablan de «hacer la ola». Según el principio de esta ley gestáltica, diversos elementos actúan como una unidad cuando realizan movimientos similares, es decir, cuando poseen el «mismo destino». En el caso de la ola, son los espectadores situados en sectores sucesivos quienes al levantarse crean el movimiento. Un efecto semejante sucede cuando un grupo de puntos tomados al azar se desplazan respecto al resto. Interpretamos el conjunto de elementos que se desplazan como constitutivos de una figura; lo mismo sucede con la ola humana en un estadio.

C. COMO UNA CADENA Interpretamos una serie de objetos situados uno junto a otro como partes de un todo.

D. SOLO UNA Si se aplican a una imagen dos o más leyes gestálticas incompatibles entre sí, es frecuente que se imponga una a las demás. En este caso, para la mayoría de las personas domina la impresión cromática, de manera que los círculos aparecen agrupados en columnas.

B. IGUAL CON IGUAL El sistema perceptivo tiende a agrupar elementos semejantes como partes de una unidad.

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E. SIGUIENDO LA CONTINUIDAD En la imagen de la izquierda vemos dos líneas curvas que se cruzan. Una interpretación alternativa aparece cuando existe un espacio vacío (derecha).

Reconstrucción de un balón Supongamos ahora que seguimos un partido de fútbol ocultos tras de unos arbustos. A través de las hojas solo distinguimos una parte del balón. Nuestro sistema perceptivo puede reconstruir la imagen completa del esférico a base de ordenar las manchas que se mueven en la misma dirección. De esta manera admitimos el destino común de los fragmentos de la pelota: todos ellos forman parte de un mismo objeto, el balón. Por otra parte, tendemos a considerar que las líneas rectas o curvas forman parte de un todo (ley de la continuidad, E, derecha). La mayoría de las veces solo reconocemos cambios bruscos de dirección cuando las líneas se interrumpen, con lo cual no cabe ninguna otra explicación. Este principio guarda relación con la ley general de la pregnancia (A, izquierda): los

F. RELLENAR LOS HUECOS La imagen muestra solo 16 cortos trazos con una ligera curvatura, sin embargo nuestro sistema perceptivo construye una circunferencia a partir de su ordenación.

dos cuadrados están formados por líneas continuas. La ley del cerramiento describe la tendencia a agrupar como componentes de un todo aquellos elementos que conforman una forma cerrada. En su virtud interpretamos 16 trazos individuales como una circunferencia completa (F). Además de las seis leyes básicas de la Gestalt, los psicólogos de la percepción han descrito otros factores que influyen en el reconocimiento de las formas. La ley de la simetría (G) agrupa estructuras que destacan por hallarse ordenadas de modo regular. Esta experiencia desempeña una función importante en la ley de la fami-

G. PONER ORDEN AL CAOS Las estructuras ordenadas de forma regular siempre llaman más la atención. En consecuencia, para nuestro ojo resulta más llamativo el cuadrado formado por los puntos verdes que los puntos rojos, a pesar de que su color destaca más.

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H. MULTITUD DE INTERPRETACIONES En esta estrella pueden reconocerse diversas formas: dos triángulos entrelazados (tercera desde arriba) o dos libros de color gris claro abiertos (abajo).

I. FIGURAS FUGACES La imagen consiste en una multitud de pequeñas manchas negras. No obstante, creemos reconocer sencillas figuras geométricas: líneas, circunferencias y cuadrados que aparecen y desaparecen en cada movimiento de los ojos. En ocasiones, el intento de reconocer figuras supera nuestro sistema perceptivo.

liaridad. Podemos identificar de forma rápida aquellas figuras que nos resultan conocidas. Con frecuencia identificamos en las formaciones nubosas toda clase de formas; también reconocemos un gran número de caras en el cuadro El bosque tiene ojos de la pintora Bev Doolittle (al inicio del artículo). Para el psicólogo Stephen Palmer, de la Universidad de California en Berkeley, importa que los elementos se presenten de manera simultánea, en la misma zona o relacionados entre sí. Sin embargo, las leyes de la forma pueden inducir a error, ya que en la actualidad sabemos que dichos principios no comportan una validez indiscutible, más bien son correctos en la mayoría de los casos. De hecho, su valor difiere de una persona a otra. Seguidores de la psicología de la Gestalt de Wertheimer critican que tales principios no permitan hacer pronósticos. Las auténticas leyes deben ir más allá de explicar relaciones internas entre elementos, deben ofrecer la posibilidad de predecir cómo percibimos un estímulo del cual no tengamos experiencia previa. Ello no se consigue con las leyes gestálticas. La ley de la pregnancia no proporciona criterios para definir qué se entiende por una «buena forma». Existen incluso figuras en las que pueden descubrirse diversas formas saltando la percepción de unas a otras. La imagen superior en H se percibe, en principio, como una

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estrella regular de cinco puntas. Al cabo de unos instantes, algunas personas aprecian también dos triángulos invertidos superpuestos, dos libros abiertos separados por rombos u otros objetos. Sea como fuere, las leyes de la Gestalt resultan útiles, ya que sirven de herramienta para describir nuestras percepciones. Además, demuestran que, aunque quisiéramos, no podemos sustraernos a la formación de patrones interpretativos de las imágenes. La búsqueda de sentido y significado del mundo que nos rodea resulta muy útil para la supervivencia diaria, pero también supone una fuente de irritantes ilusiones. En resumen: nuestro cerebro descubre un orden en el mundo; y allí donde no existe, se lo inventa. Rainer Rosenzweig es doctor en psicología de la percepción y director del museo Turm der Sinne («Torre de los sentidos»), en Núremberg.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA WAHRNEHMUNGSPSYCHOLOGIE. EIN GRUNDKURS (7.a EDICIÓN). E. B. Goldstein.

Spektrum Akademischer Verlag, Heidelberg, 2007. GESETZE DES SEHENS. KLOTZ (4.a EDICIÓN).

W. Metzger. Eschborn, 2007.

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SYLLABUS

EMPATÍA: MIRADAS REVELADORAS ¿Por qué podemos identificarnos con otra persona? Algunos investigadores buscan la respuesta en la mirada de nuestros semejantes... y en la de personajes virtuales KAI VOGELEY

E

xperimentemos. Elija usted a una persona cualquiera; mírela e intente imaginar qué sucede en su interior. ¿Qué piensa? ¿Cómo se siente? En la mayoría de las personas surgirá de forma rápida y en cierta medida automática una impresión que percibirá también muy concreta. De hecho, a menudo creemos saber qué ocupa los pensamientos de otra persona, o si se siente bien o mal. De inmediato ajustamos nuestro comportamiento a esa idea formada. Cada dos por tres intentamos ponernos en el lugar del otro. Esa impresión intuitiva y rápida que nos forjamos de la vida interior de otros individuos —Sigmund Freud acuñó para referirse a ella el término «empatía»— desempeña una importante función en la vida cotidiana; tanto es así que el pequeño experimento propuesto al inicio del artículo le habrá parecido, seguramente, casi banal. Empero ¿cómo podemos saber lo que otra persona piensa o siente? Los filósofos se refieren a dicho enigma como el «problema de la psique ajena»: las personas tenemos acceso solo a nuestra propia experiencia, no sin más a los pensamientos de los otros. En sentido estricto, no podemos asegurar que el o la otra posea una vida interior o un espíritu. Sin embargo, presuponemos que la mayoría de los seres humanos piensan y sienten de forma semejante a la nuestra. Parece que llevamos en la sangre la capacidad de inferir el estado de ánimo momentáneo de nuestros semejantes a partir de unas cuantas impresiones efímeras. ¿Cómo funciona la empatía? Con personas desconocidas recurrimos a señales no verbales: la conducta visual o la mímica. Además, deducimos a menudo el estado anímico de un individuo a partir MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

de las circunstancias externas en las que se encuentra. Pensamos que alguien que se halla atrapado en un embotellamiento de tráfico está más estresado que aquel que se encuentra de vacaciones en la playa. En el caso de las personas que nos son conocidas y cercanas, su personalidad se agrega como una fuente de información importante. Aun así, las informaciones que disponemos de los otros, incluso de nuestra pareja, son limitadas. ¿Por qué, entonces, la empatía nos proporciona la mayoría de las veces tan buen resultado en la vida cotidiana?

Cerebro con neuronas espejo y red social Tras siglos en el terreno de la filosofía, los neurólogos han comenzado a interesarse por los mecanismos biológicos que nos posibilitan empatizar con otro ser. Han encontrado dos redes cerebrales que parecen responsables del procesamiento de las señales de interacción entre los individuos (cognición social). Una de ellas corresponde al sistema de las neuronas espejo. Tales células nerviosas se tornan activas cuando vemos movimientos en otras personas, los imaginamos en nuestra mente o los imitamos. Las regiones cerebrales que forman dicha red abarcan el lóbulo parietal superior, el lóbulo frontal medial inferior y la corteza promotora, en la cual se planean los movimientos. El nombre de este sistema neuronal hace referencia a las neuronas espejo, descubiertas en 1966 por el neurofisiólogo Vittorio Gallese, de la Universidad de Parma. Su grupo de trabajo encontró en los macacos unas células que se activaban siempre que los animales observaban un movimiento determina-

do que efectuaban ellos mismos o bien otro congénere, o incluso el director del experimento. Las neuronas espejo nos capacitan para reconstruir mentalmente las acciones de otras personas. También se ha considerado en ocasiones la «base biológica» de las relaciones humanas [véase «El descubrimiento del otro», por Katja Gaschler; MENTE Y CEREBRO, n.o 23]. El segundo sistema de células nerviosas implicado en la empatía es la red neuronal social, la cual se activa cuando atribuimos un estado de ánimo a otra persona sin que participe ningún componente corporal o espacial para ello. Esto es, cuando intentamos ponernos en el lugar de otro individuo sin necesidad de verle a él o a su mímica. Los componentes de esa red se encuentran, sobre todo, en las áreas mediales anteriores del cerebro frontal, las regiones limítrofes entre los lóbulos temporal y parietal, y la corteza temporopolar (situada en el polo anterior del lóbulo temporal). También en la amígdala, la cual desempeña una función

RESUMEN

Leer en los rostros

1

Desde hace algún tiempo los neurocientíficos investigan el origen

de la empatía.

2 3

Al parecer, dos redes cerebrales intervienen en esta capacidad. Estudios con personajes virtuales muestran que ambos sistemas

neuronales se hallan activos cuando leemos la mirada de otros.

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GEHIRN & GEIST / VOLKER STRAETER, BDM DESIGN

DOBLEMENTE CONECTADOS Innumerables neuronas y regiones cerebrales se encuentran conectadas entre sí; pero también lo está nuestro propio cerebro con los de nuestros semejantes gracias a la empatía.

importante en el procesamiento de las emociones. Mientras que el sistema de las neuronas espejo entra en funcionamiento con el procesamiento del movimiento, la red neuronal social interviene cuando se atribuyen a otras personas pensamientos o estados de ánimo. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la distinción nítida entre ambos sistemas neuronales y su supuesto reparto de tareas son todavía una explicación provisional, puesto que su investigación sistemática se encuentra en pleno proceso. En la Universidad de Colonia investigamos la actividad de determinadas regiones cerebrales para acercarnos a los

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mecanismos neuronales de la empatía. Nos interesa en especial la comunicación no verbal, ya que supone una fuente de información relevante para inferir el estado de animo del otro. Según las apreciaciones, dos tercios de la comunicación se realizan mediante señales no verbales, esto es, a través de la mímica, la gesticulación o la melodía del lenguaje [véase «Expresión corporal», por Ipke Wachsmuth; MENTE Y CEREBRO, n.o 19]. La conducta visual parece aquí especialmente relevante: puede expresar interés, simpatía o aversión. Por otro lado, solo con la mirada podemos dirigir la atención de otro sujeto hacia determinados objetos del entorno. Los niños ya dominan la técnica

de la atención compartida en su primer año de vida. De forma intencionada alternan su mirada hacia una persona adulta y a un objeto determinado, de modo que acaban atrayendo el interés del adulto hacia el objeto deseado. Con todo, la animación por ordenador nos ha facilitado la investigación sistemática de la conducta visual social. Los compañeros de experimentación de nuestros probandos han sido personajes virtuales.

Sociedad ciberespacial El éxito cosechado por los juegos de ordenador basados en los intercambios sociales constituyen una prueba de que los encuentros artificiales cumplen reglas MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

semejantes a las de las relaciones «naturales». En Los Sims, los jugadores conforman personajes de los que pueden modificar tanto la apariencia exterior como su personalidad. Las relaciones entre los protagonistas del juego se producen casi sin que intervenga el lenguaje. Tampoco en el mundo en línea de Second Life los usuarios interaccionan de forma directa con personas reales, sino con sus representantes o avatares. Aun así, en el jugador surge una sensación de inmersión, de zambullida en ese entorno virtual. Junto a Leonhard Schilbach y otros colaboradores de la Clínica Universitaria de Psiquiatría y Psicoterapia de la Universidad de Colonia, desarrollamos un método de investigación para estudiar el procesamiento de señales visuales con la ayuda de personajes generados por ordenador. Los voluntarios «humanos» recibieron la instrucción de imaginarse que tenían a una persona sentada a cada lado, codo con codo. A continuación vieron una serie de filmaciones cortas de siete segundos y medio de duración cada una. La secuencia de los vídeos era siempre la misma: un agente virtual masculino o fe-

Alrededor de dos tercios de nuestra comunicación se desarrolla de forma no verbal, es decir, mediante mímica, gestualidad, melodía del lenguaje y conducta visual menino aparecía en la imagen, dirigía su mirada al probando o bien en un ángulo de 30 grados hacia una de las dos figuras invisibles supuestamente situadas al lado del participante real. A continuación, el rostro en la pantalla mostraba un gesto con significado social (una sonrisa, por ejemplo) o una expresión facial carente de sentido. Nuestros experimentos a lo largo de tres años muestran que los probandos perciben ese personaje artificial como un compañero de interacción social. En un estudio llevado a cabo en 2006, los electrodos fijados en el rostro de los voluntarios registraron una actividad débil, mas perceptible, en el músculo cigomático mayor siempre que el probando veía a un personaje sonriente. Dicho músculo levanta la comisura bucal, de lo que se deduce que los voluntarios se disponían a devolverle

la sonrisa. Este impulso aparece en los primeros años de vida. El estudio demostró asimismo que los agentes virtuales desencadenan en las personas la imitación del comportamiento (mimetismo), una conducta que nos permite establecer vínculos sociales y consolidarlos [véase «Camaleones sociales», por Arn Florack y Oliver Genschow; M ENTE Y CEREBRO, n.o 48]. En 2007 comprobamos, en cooperación con el instituto de neurociencias y medicina del Centro de Investigación Jülich, que el sistema de las neuronas espejo se activaba con la visión de los personajes virtuales. Los voluntarios se hallaban situados esta vez en el escáner mientras contemplaban una serie de cortas secuencias a través de unas videogafas. Según se apreciaba en la tomografía por resonancia magnética, cuando la imagen les sonreía

LOCALIZACIONES DE LA EMPATÍA Estudios en neurociencia social muestran que, al parecer, existen dos redes cerebrales relacionadas con la empatía: la red neuronal social (izquierda) y el sistema de las neuronas espejo (derecha). Se investiga en qué medida interaccionan ambos sistemas para que seamos capaces de identificarnos con los demás.

SISTEMA DE NERURONAS ESPEJO

RED NEURONAL SOCIAL

Lóbulo parietal superior

Lóbulo temporal/ lóbulo parietal Corteza promotora

Corteza temporopolar

Corteza frontal medial posterior

CORTESIA DE KAI VOGELEY

Corteza frontal medial anterior (cerebro frontal)

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Amígdala

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Al observar una sonrisa inferimos el sentimiento que va unido a ese gesto; también en personajes virtuales Empatía de oído La neurocientífica Jane Warren, del Colegio Imperial de Londres, descubrió en 2006 que los sonidos activaban las neuronas espejo. Tan pronto como sus voluntarios oían vocalizaciones no verbales que sonaban «triunfantes», «disgustadas» o «divertidas», se activaban las neuronas de la corteza premotora, en las cuales se diseñan los movimientos del rostro. Los músculos faciales, sin embargo, no se movían. Según Warren, la excitación de la corteza motora podía ayudar a imaginarse la mímica que se ajustaba con el sonido y, con ello, inferir el correspondiente sentimiento. «Emotions preferentially engage an auditorymotor “mirror” system». J. E. Warren et al. en The Journal of Neuroscience, vol. 26, págs. 13.067-13.075, 2006.

subía el consumo de oxígeno en la corteza motora, así como en otras regiones del encéfalo relacionadas con el procesamiento de los estímulos emocionales. Parece, pues, que la mera observación de una sonrisa hace que reflejemos en el «espejo» de nuestra propia cabeza tal gesto e infiramos en el otro de forma simultánea el sentimiento unido a dicho ademán. Al funcionar esta interacción con personajes virtuales, se diría que la reacción se produce de manera automática. En resumen, la coparticipación y el reconocimiento de las emociones aparecen fuertemente ligados en nuestro cerebro. Con nuestra colaboradora Bojana Kuzmanovic y el psicólogo de la Universidad de Colonia Gary Bente, quisimos comprobar si aparte del sistema de las neuronas espejo también la red neuronal social

participaba en el procesamiento de las señales oculares emocionales. Esta vez, los protagonistas de los vídeos se confrontaban a los probandos con miradas continuamente evasivas o, por el contrario, con una mirada directa y breve. La duración del contacto visual directo alcanzaba entre uno y cuatro segundos. De este modo, el cerebro de los participantes debía enfrentarse a dos tareas: por un lado, determinar si eran ellos los observados; por otro, percibir y procesar la duración del contacto visual directo. Estudios previos indican que la duración de una mirada tiene más trascendencia y transmite más información en relación a las preferencias y aversiones de una persona que la mera dirección de la mirada. Los humanos aprenden estas sutiles apreciaciones a partir de los cinco o

Las dimensiones de la empatía La empatía se compone de una serie

lo cual nos supone un escaso esfuerzo

mos en los estados internos sin necesidad

de dimensiones que pueden represen-

cognitivo.

de una relación con la realidad física. Dicha diferenciación puede trasladarse a

tarse como tres ejes de un sistema de coordenadas. Una primera característica

Es importante, además, la referencia a

las dos redes neuronales que utilizamos

importante atañe al dominio de la cogni-

la empatía: en la relación mundana nos

en los estudios neurocientíficos de la

ción social: a través de la diferenciación

ocupamos de fenómenos corporales

empatía: el sistema de las neuronas es-

entre lo propio y lo ajeno distinguimos

tangibles, como los movimientos que

pejo se correspondería con la referencia

nuestros procesos mentales o corporales

percibimos en los otros. En la referencia

mundana; la red neuronal social, con la

de los de los demás. En el intercambio de

personal, por el contrario, nos focaliza-

referencia personal.

lo propio y lo ajeno utilizamos nuestras experiencias para adscribir a otras perReferencia personal

sonas estados mentales o corporales. Ambas capacidades se construyen una sobre otra, y posibilitan un «cambio de

Procesamiento reflexivo

perspectiva». El procesamiento puede realizarse a distintos niveles: en el procedimiento

Diferenciación propio y ajeno

Dominio

Intercambio propio y ajeno

reflexivo utilizamos el pensamiento sobre los pensamientos de los demás. En el procedimiento «prerreflexivo», por el contrario, empatizamos con los

Procesamiento prerreflexivo

Nivel Relación GEHIRN & GEIST

consciente e inferimos conclusiones

Referencia mundana

otros de forma inconsciente e intuitiva,

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MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

23. CORTESIA DE BOJANA KUZMANOVIC; TOMADO DE «DISSOCIATING NEURAL CORRELATES OF DETECTION AND EVALUATION OF SOCIAL GAZE», POR B. KUZMANOVIC ET AL. EN NEUROIMAGE, VOL. 46, PAGS. 1154-1163; 2009.

TE MIRO A LOS OJOS El contacto visual directo es una señal social intensa. Puede manifestar interés o simpatía incluso si procede, como sucede aquí, de un personaje virtual. No solo la dirección, también la duración de la mirada desempeña un papel.

La duración de una mirada transmite más información y datos sobre las preferencias o las aversiones de una persona que su mera dirección

seis años. Los niños en edad de gatear ya son perfectamente capaces de reconocer el significado social de la dirección de la mirada. En este ámbito, los sujetos virtuales se revelaron de nuevo «socialmente aprovechables». Una encuesta posterior a los voluntarios demostró que cuanto más tiempo les miraban los seres virtuales, tanto más simpáticos los consideraban. Los datos del escáner cerebral manifestaban asimismo que se activaban regiones cerebrales dispares según la tarea de la que se tratara. Al diferenciar si eran los voluntarios los observados u otra persona, dos regiones cerebrales se mostraban especialmente activas: el área V5 (área de la corteza visual especializada en el reconocimiento de movimientos) y la parte posterior del surco temporal superior (STS) del lóbulo temporal. El STS reacciona de forma selectiva ante los movimientos procedentes de objetos animados. Se activa cuando vemos un punto luminoso fijado a una articulación sobre un fondo oscuro del que puede inferirse que una persona practica jogging, pero no lo hace cuando se desplazan por nuestro campo visual objetos inanimados. Los movimientos oculares de los personajes virtuales los percibimos, por tanto, como animados. MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

Para diferenciar los contactos visuales cortos de los largos empleamos una región cerebral distinta. En el experimento, las partes anteriores de la corteza prefrontal medial (CPM) se tornaban tanto más activas cuanto más duraban las miradas dirigidas de forma directa a los voluntarios. La CPM es una de las áreas principales para la neurociencia social. Se supone que participa en un cúmulo de tareas, entre ellas, cuando adscribimos estados mentales a nosotros mismo o a otros, o cuando juzgamos a personas o situaciones sociales. Para leer en la mirada se requieren, por tanto, dos pasos procesales: primero debemos percibir un movimiento y constatar de manera simultánea que procede de un objeto animado; luego, valiéndonos de la duración del contacto visual, decidimos el significado que esa percepción tiene para nosotros. Ambas tareas se asignan a las dos redes mencionadas al principio: con la ayuda del sistema de neuronas espejo podemos reconstruir los movimientos corporales de nuestros semejantes, mientras que la red social neuronal nos es necesaria para entender la vida interior de los demás. Ambos sistemas deben colaborar entre sí para llevar a cabo la cognición social cotidiana que nos relaciona con nuestros semejantes.

Kai VogeleyGUPGWTÏNQIQRUKSWKCVTC[ƂNÏUQHQ Investiga en la Clínica Psiquiátrica Universitaria de %QNQPKC6CODKÅPEQQRGTCEQPGNFGRCTVCOGPVQ de psicología de la Universidad de Colonia, con el Instituto de Neurociencias y Medicina, del Centro de Investigación Jülich, y con el Instituto Max 2NCPEMFG+PXGUVKICEKÏP0GWTQNÏIKECFG%QNQPKC

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA WHAT’S IN A SMILE? NEURAL CORRELATES OF FACIAL EMBODIMENT DURING SOCIAL INTERACTION. L. Schilbach et al. en So-

cial Neuroscience, vol. 3, págs. 37-50, 2008. DURATION MATTERS: DISSOCIATING NEURAL CORRELATES OF DETECTION AND EVALUATION OF SOCIAL GAZE. B. Kuz-

manovic et al. en Neuroimage, vol. 46, págs. 1154-1163, 2009. ITS IN YOUR EYES: SING GAZE-CONTINGENT STIMULI TO CREATE TRULY INTERACTIVE PARADIGMS FOR SOCIAL COGNITIVE AND AFFECTIVE NEUROSCIENCE. M. Wilms, L.

Schilbach, U. Pfeiffer, G. Bente, GR Fink, K. Vogeley. Social Cognitive and Affective Neuroscience, vol. 5, págs. 98-107, 2010.

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LIBROS

PERSONALIDAD El impacto del apego en el desarrollo

THE IMPACT OF ATTACHMENT,

por Susan Hart. Norton & Company, Inc. Norton, 2011.

E

l libro de Susan Hart ofrece una buena revisión del desarrollo neuroafectivo, es decir, de la base neurológica de las emociones y los afectos, así como de diversos aspectos relacionados con el apego y los vínculos afectivos. La autora describe un novedoso enfoque integrativo para trabajar con pacientes: la psicología del desarrollo neuroafectivo. A lo largo del texto, la autora describe cómo la falta de una atención integrada al cerebro, la mente, la biología, el aprendizaje y los cuidados por parte de los cuidadores pueden favorecer o afectar al desarrollo del individuo y al desarrollo de la personalidad. Explica cómo el desarrollo del niño va creándose por un proceso recíproco que tiene lugar entre madre e hijo en los primeros años, y los estímulos que son necesarios para que el sistema nervioso se ocupe del desarrollo de la personalidad. La interacción con el cuidador primario es crucial para el desarrollo neuroafectivo de los niños, para la formación de repre-

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sentaciones internas, la capacidad de mentalización o para entender los procesos mentales de las otras personas, y el nivel de organización mental. El cerebro se halla en desarrollo constante; se va modelando a partir de la estrecha relación entre los aspectos biológicos de cada individuo y la estimulación que recibe del entorno. El reflejo por parte de las madres de las experiencias subjetivas del niño ha sido reconocido por diversos autores como una fase clave en el desarrollo del self o personalidad del niño. Los padres que captan de forna adecuada las señales del infante, le ayudarán a identificar y verbalizar los diferentes estados emocionales y emociones. Por el contrario, aquellos progenitores que interpretan las señales del niño en función de su propio estado, generarán confusión, y el niño tendrá dificultades para diferenciar entre lo que siente y lo que le «dicen que siente». El futuro adulto tenderá a llegar a conclusiones sobre lo que piensan y sienten los demás en función de su propio estado emocional. Una

persona con apego seguro suele enfrentar los problemas, tiende a centrarse en posibles soluciones y a positivizar lo que ocurre. Por el contrario, un individuo con problemas de apego suele presentar muchas dificultades para hacer frente a los problemas de manera efectiva. Numerosos estudios han demostrado que el entorno determina el grado en el que el potencial genético de un individuo llega a expresarse. La función más importante del sistema de apego es que el niño aprenda a regularse a sí mismo. Es a través de la relación de apego y la interacción con el cuidador como el niño aprende a regular las emociones. El objetivo es aumentar la capacidad de autorregulación que permite que el niño esté en contacto consigo mismo y establezca relaciones con los demás. Los genes se expresan continuamente y crean capacidades que nos permiten realizar cambios; sin embargo, sin un entorno apropiado que module tal proceso, sin un apoyo que promueva cambios, surgirán fallos o se dará MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

un aprendizaje desadaptativo. Es decir, si todo ello no se modela adecuadamente, el desarrollo se verá afectado y el futuro adulto presentará problemas en diversas áreas. El niño depende de un amplio rango de expresiones afectivas formadas por movimientos, ello incluye mímica o imitación, las expresiones motoras y la vocalización. Todo parece indicar que existe una estructura innata en el sistema nervioso central dedicada a imitar la conducta. Tal capacidad de imitación se ha relacionado con las neuronas espejo, las cuales nos permiten, en cierto modo, empatizar con los demás y realizar interacciones sofisticadas. En el caso de los bebés, las expresiones se generan por las acciones del cuidador, por su propia mímica, lo que ayuda al niño a entender a la madre a la vez que permite que esta comprenda las expresiones del bebé (el pequeño repite lo que aprende, aquello que asocia a un determinado estado emocional). Los patrones de personalidad se encuentran condicionados por nuestras experiencias vitales, siendo el impacto de las experiencias tempranas de particular importancia. Todo parece indicar que la capacidad del cuidador para regular las

funciones mentales no solo modula los estados internos del niño, sino la capacidad para la autorganización. La intersubjetividad se forma a partir de biorritmos sincronizados. Los momentos de intersubjetividad compartida ayudan al niño a desarrollar y mantener vínculos emocionales con el cuidador; también a desarrollar su capacidad para autorregularse. Es sabido que los niños consiguen regularse a nivel emocional a través de la madre, afectando y regulando a su vez la o las respuestas de la madre. Por ejemplo, si el niño llora, y la madre responde de manera confortante, y le calma, la tensión del bebé se reduce. La intersubjetividad y las interacciones externas moldean el sistema nervioso del niño y de forma gradual conllevan al desarrollo de la representación interna de la relación. El desarrollo y la maduración del sistema nervioso dependen de estos procesos de desarrollo neural que ocurren en momentos muy específicos a lo largo del desarrollo del niño. La dialéctica entre naturaleza y crianza es la fuente de la formación de la personalidad. Es a través de ese proceso como el genotipo emocional del niño se transforma en fenotipo. Es decir, la capacidad inherente del niño unida a la

modulación por parte de los cuidadores primarios crean la intersubjetividad que forma las bases del desarrollo de la personalidad. Dichos aspectos aparecen plasmados de manera práctica y comprensible en esta obra. El libro se divide en tres partes: la primera se centra en el desarrollo normal de los niños, en especial, en la interacción entre la maduración del cerebro y el vínculo entre cuidador e infante. La segunda nos ofrece una perspectiva neuroafectiva sobre los trastornos relacionales y de apego: incluye los patrones de desregulación y falta de sintonía en la comunicación. La tercera parte del libro se centra en la intervención, integrando los abordajes terapéuticos existentes dentro de un marco de trabajo neuroafectivo. Cada capítulo se centra en aspectos clave sobre la importancia del apego. Con este fin, la autora ilustra la teoría con la exposición de casos prácticos de su experiencia clínica, lo cual facilita la comprensión y asimilación de los contenidos. Su enfoque que aúna aspectos objetivos, científicos y subjetivos resulta de gran utilidad para profesionales de la salud, educadores e incluso para padres. DOLORES MOSQUERA

CIENCIA Y PSICOLOGÍA La ciencia convertida en fuente y espejo de la psicología

L

a ciencia tiende a ser interpretada como un fenómeno cognitivo o como un fenómeno social. De la primera se ocuparían la filosofía y la historia de la ciencia. De la segunda, la sociología de la ciencia, (Las categorías de lo racional y de lo social quedan nítidamente distinguidas.) Tomar sentido de nosotros

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SCIENCE AS PSYCHOLOGY. SENSE-MAKING AND IDENTITY IN SCIENCE PRACTICE,

por Lisa M. Osbeck, Nancy J. Nersessian, Kareen R. Malone y Wendy C. Newstetter. Cambridge University Press; Cambridge, 2011.

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mismos, comprender nuestros procesos mentales formales, científicos, agregarles la informalidad del quehacer diario para constituir nuestra propia identidad, tal es el propósito ambicioso de esta obra, que busca la interrelación entre ciencia e identidad personal, entre conocimiento y sujeto cognoscente. Aquí, las relaciones sociales, la emoción, la cultura y el talante individual se hallan implicadas en las prácticas de solución de problemas que se plantean en el banco de laboratorio, donde se da de manera privilegiada la cognición distribuida. La cognición científica emerge de un proceso de interacción en el seno del grupo con los arte factos e instrumentos de su labor depurada. En la segunda mitad del siglo XX , la vuelta a la praxis como unidad central de análisis de la sociología y la filosofía se solapó con la vuelta al concepto de actividad práctica en psicología. En los últimos decenios el término praxis se ha hecho más visible e influyente que actividad, sobre todo en relación con la ciencia. Aunque relativamente nuevo en inteligencia artificial, el foco sobre la actividad y la praxis como unidades analíticas hunde sus raíces en la crítica contra las exposiciones representacionalistas de las relaciones mente-mundo. Por representacionalista designamos la doctrina que sostiene que las traducciones formales del mundo en símbolos se llevan a cabo en el cerebro y que tales representaciones son, para el cognoscente, puntos de acceso a ese mundo. Entre los psicólogos, la teoría del acto de Brentano (para quien los actos son medios por los que se aprehenden los objetos del mundo) y el ataque de Dewey a la teoría del conocimiento como visión del espectador aportan ejemplos históricos de alternativas al representacionalismo. Si la psicología como ciencia constituye una empresa con más de un siglo de historia, la ciencia como psicología es un concepto reciente. Alguien podría objetar por qué la práctica científica ha de ser objeto de análisis psicológico por encima de otras prácticas profesionales, requieran o no particular habilidad. Parte de la respuesta tiene que ver con el anhelo de rigor científico que el psicólogo desea

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para su disciplina. Una convicción que se creía unida al ideal de la ciencia como empresa ajena al mundo de los valores o neutra respecto a los mismos. El psicólogo sueña con aplicar el método experimental que otorgue marchamo de autoridad a su trabajo. No solo el método. Los psicólogos tienen mucho que descubrir en la práctica diaria de los científicos: sus complejas trayectorias de aprendizaje, sus tenaces esfuerzos empeñados en lograr coherencia y desarrollar nuevos conceptos, el entrelazamiento entre su creación de sentido y los valores y compromisos personales. Convertir la ciencia en espejo de la psicología. Se partía de un precedente muy cercano, el libro de Gregory Feist The Psychology of Science and the Origins of the Scientific Mind, publicado en 2006. La revisión de Feist abarca un meta-análisis de 26 estudios publicados en los que comparaba rasgos de la personalidad de científicos o alumnos de ciencias con los profesionales de otras orientaciones. Aunque los estudios de psicología de la ciencia se remontaban a los años setenta del siglo XIX, hasta ese mismo año de 2006 no se erigió la Sociedad Internacional de Psicología de la Ciencia y la Técnica, merced a los esfuerzos de Feist, Michael Gorman y Sofia Liberman. Antes, en 1999, K. Knorr Cetina propuso, en Epistemic Cultures: How the Sciences Make Knowledge, contemplar el laboratorio como un entorno donde prima el orden natural sobre el orden social. El comportamiento en el laboratorio de bioingeniería deviene modelo y prototipo de la conducta humana. Seres racionales, según la definición tradicional admitida, la comprensión psicológica de la ciencia facilita de modo excelso la comprensión de nuestra naturaleza. La unidad de análisis será el científico en su medio, la persona actuante como científico en contextos normativamente estructurados. Propio de la ciencia es explicar las cosas de una manera vertebrada, conferirles sentido. Pero no puede conferirse sentido si no existe quien lo confiera. Y esa persona no solo resuelve problemas, sino que, siente y se emociona. La metodología del tema abordado no puede ser la acostumbrada en psico-

logía, que aísla las variables implicadas para acotar y predecir sus interrelaciones. Aquí la información ha de proceder del coloquio constante con los investigadores y de la observación del desenvolvimiento del grupo investigador. Los autores se familiarizaron con los protocolos de laboratorio, leyeron solicitudes de subvenciones, asistieron a los seminarios de trabajo y siguieron las ideas y venidas de las publicaciones. Durante dos años. Realizaron un centenar y medio de entrevistas a investigadores de bagaje muy dispar, desde doctorandos hasta científicos de largo recorrido. Las entrevistas concernían a la naturaleza de su trabajo, los problemas enconados, las fuentes y progresión de sus ideas, su aprendizaje y experiencias sociales en el laboratorio, la transformación de su propia identidad intramuros, sus aspiraciones y planes de futuro. La ciencia como actividad humana es una fuente inagotable de generación de nuevos conocimientos de la psicología humana. Aunque se trata de una élite y de una comunidad altamente especializada, sus prácticas —cognitiva, investigadora y abierta a la objeción constante— que conducen a la producción de conocimiento, ejemplifican lo que significa adaptarse al mundo, cambiarlo y ser cambiado por él. En ese entramado, el impacto de las emociones sobre las tareas cognitivas y procesos cognitivos induce a hablar de una «cognición emocional». A menudo, las emociones y motivaciones condicionan la toma de decisiones, positiva o negativamente. Nadie discute la experiencia estética de las teorías dentro de los parámetros generales de los valores científicos. Ni que la excitación o la frustración impulsa o frena una línea de investigación. Los científicos tienden a evocar el papel de los factores personales o psicológicos solo en relación con fallos o desviaciones del protocolo. Se echaba a faltar una exposición de las vías en que esa dimensión contribuye a la praxis científica en las fases de descubrimiento y de justificación, es decir, en las formas en que potencian la ciencia y no solo cuando la alejan de su pureza y precisión. LUIS ALONSO MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

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