52 Amantes Vol II - Pepe Carroll
April 19, 2017 | Author: Elizabeth Hammond | Category: N/A
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52
lOVERs vol II
José E d it o r ia l F ra k s o n
CARROLL
JOSE CARROLL
;INCUENTA Y DOS AMANTES T o m o se g u n d a Iluslnn-inites tic Luis H. Trucha
Editorial Frakson Libros de Mtg(a
e lotiCwnrft EdjMid FnksoA (n; Mi/fviU NìcoI m O 1 Ιβ «ιΐ£ ιβ ο »: U i i H, T m b ·
EdicîAnj «ιχο de Rsndn Miynt»
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DcpAiiio k ill: M-I9II07-I99I lm ^ u > por tto f» , S. A. Ar»«>' l99t.M «I>W I
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' I ' R A N S f - O R M A C l O N n S ............................................................................
7
R e fl ej os ................................................................................................................
9
Todo Dorsos o Ln C reación ...................................................................
2
Cariopáginiis ............................................ ..............................................
29
Transposiciones I m p o s i b l e s ........... ................................ ......................
.1?.
T I X N I C A S .............................................................................................
37
Manejos asisíidos o Tcjcnuincjos .........................................................
39
C A R T A A M H f C I O S A ..................................................................................
'«7
The Curd-culnlor ................. ..................................................................
'5 9
R O J A S Y NHCiRAS ......................................................................................
59
A g ua y Accirc en c o p ................................................................................
1
VIAJ12S ...............................................................................................................
75
Ases voladorc.s ...................................................................................................
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M V O R I T O S ....................................................................................................
¡Caroíbalcs! ................................................................................................ A ir.ivés dcl cs ppjo .............. ....................................................................... Triple chinclictnzo .........................................................................................
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TRANSFORMACIONES
REFLEJOS Efecto Cuatro Ases, Los espectadores cscoecn dos cartas, por ejemplo: un diez y una Dama. Los Ases se transforman, primero, en cuatro dieces y. después, en cuatro Damas... Pero el mago provoca que los espectadores pidan que haya una tercera transformación a una tercera carta (p. ej.: un dos) y la hay... a ¡todo dorso! Pequeño desliz que el mago solventa transfonnando los dor sos en cuatro doses... Como cncore, cada As se transforma en una caria dislinta (diez. Dama y dos) y. para Tmalizar. (os Ases vuelven a ser... ¡¡Ases!!
C om entario En esta rutina que vais a leer... ¡espero!, los Ases sufren, pues, hasta ¡scísf transformaciones— Pero lo más importante es la construcción dcl juego para que la idea que quede en el cerebro de los espectadores sea que cuatro cartas — en este caso, los cuatro Ases— pueden transformarse, los cuatro á la vez. ¡en cualquier carta de baraja!... y ¡cuantas veces se quiera! para, al final, quedar con su identidad primitiva. En medio de la rutina hay un aparente fallo, lo que siempre le da varie dad y que, en este caso, por lo incongruente ("todo dorsos” ) siempre pro vocará risas. Ademiis, hay dos finales (final más eiicorf), el segundo de tos cuales hacc que la rutina tenga estructura circular (empieza y icrniina igual... En nuestro caso, con los cuatro Ases), lo que siempre tiene un atractivo especial para el público. La idea primitiva, sobre la que elaboré este Juego, es de Hamman. También puede considcrar, Con la mano derecha coge el paquete superior y ponto dorso arrib a' crt efla d o derecho de la mesa, mientras la mano izquierda deja el paquete inferior también de dorso en el lado izquierdo de la mesa. Los Ases debc10
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rán haber quedado en el ccniro de la distancia que separa a los dos paque tes de cartas (Fig. f).
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Explica con aire docto: “ Por ejemplo, ef objeto real...” — señala el paquete derecho— "... y la imagen reflejada.,." — .señala cl paquete izquierdo.— "... .son simétricos e inversos con respecto d«l piano del espe jo ..." — .señala a los Ases— , pero, si nos olvidamos de las consideraciqnes físicas y pensamos que ía imagen reflejada no es más que otra for* ma de realidad, los espejos pasan a convertirse en la puerta de un mundo mágico... el mundo dcl otro lado dcl espejo..." —señala de nuevo cJ paquete izquierdo. 4. Coje cl paquete derecho dorso arriba y sujétalo en tu mano izquier da en 1^ posición de dar. Con la mano derecha córtalo por la mitad, pero mantén la separación entre las dos mitades con tu meñique izquierdo. Di: “ Vamos a hacer que un par de cartas viajen de un lado a otro del espejo". Tienes que forzar ahora las dos cartas superiores de? paquete inferior de tu mano izquierda. Cualquier forzaje ai stop sirve... Hasta cl clasico... P?sa cartas por la esquina .superior izquierda con tu pulgar izquierdo y pide a un espectador que le detenga diciéndote “ alto". Detente cuando te lo dígan y con la mano detvcha levanta todo el paquete que hay por encima de la separación que manlcnfas con tu meñique izquierdo. La itusión ha d« &er que levanta.s justo por donde te habían detenido. Pasa el paquete de tá rrjano derecha debajo dcl de la mano izquierda y ctiadra. Coij !a mano derecha voltea cara an ib a la carta superior —es el 10 de corazones— y a continuación la siguiente —«s la Q de picas—, carft arriba, con cl diez como carta superior, sobre su paquete y devuelve II
¿sie 8 su sitio en el Udo derecho de la mesa. Allrma con descaro: “ El azar y tú habéis designado a cstAS dos cartas... un diez y una D am a..." (no te referirás nunca a los palos de la cartas). · 5. Coniinija: “ Para que las cartas puedan pasar de este lado...” ^ s e ñ a l a el paquete derecho— al oiro lado del espejo...” — señala cl paquete izquierdo, cógelo y medio extiéndelo entre tus manos... al cuadrar lo obién una separación con (u meñique izquierdo bajo las cuatro cartas superiores y manténlo en lu'm ano izquierda en la posición normal de repartir— la condición necesaria es que se reflejen, que su imagen apa rezca en los espejos...” (señala con tu mano derecha a los Ases). 6. Tienes ahora que añadir las cuatro carcas que tienes separadas por tu meñique izquierdo bajo los cuatro Ases cara arriba. Yo utilizo esic método, creo que original de J. Camey, y que llamaré de "añadido en libro” . . * La idea es que ia mano derecha solamcnie coge los Ases de la mesa y los cuadra chocándolos contra la m esa y el lomo del mazo de la mano izquierda. En el transcurso de este gesto se realiza el añadido de las otras cuatro cartas. Brevemente... o no tan brevemente: Sujeta cl paquete de tu mano izquierda en la posición normal de repartir y haz que tu meñique izquierdo se introduzca dentro de la separación, que él mismo mantiene, de forma que quede al menos toda su primera falange atrapada entre las cua tro cartas superiores y el resto del paquete (Fig. 2).
La mano derecha coge los cuatro Ases por su lado derecho — pulgar por encima, resto de los dedos por abajo— , y com ienza a levantarlos de la mesa. 12
Gira ahora (u mano izquierda 90* hacia la derecha de rorma que su pal m a y el paquete que sujeta queden perpendiculares a la mesa. Cuando )a mano derecha apenas ha levantado unos tres centímetros los Ases de la mesa, la mano izquierda, siempre con su paquete perpendicular a la mesa y con sus nudillos casi rozando el tapete, se dirige con rapidez dispuesta a sujetar con la puma de sus dedos índice y mayor los cuatro Ases por su lado izquierdo y a ayudar a que la mano derecha cuadre el lado corto inferior de los Ases contra la superficie de la mesa. Pero en el trayccto, pinza fucrtemenic cntie el anular y el meñique izquierdos ];)s cuatro cartas que éste mantenía separadas, y abre ahora estos (los dedos hacia la derecha haciendo que las cuatro canas también se abran, casi 90° en forma de libro, de manera que ahora queden cara arriba y casi paralelas a la mesa (Fig. 3). Observa que c! índice izquierdo, al estar en el lado corto exterior« evita que tas carias &c dcscuadren.
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Sin deienenc, introdúcelas debajo de los Ases, desiizándolas enlrc el espacio que queda entre le mesa y el lado izquierdo de éstos (Fig. 3). Tendrás ahora un paquete de ocho cartas cara arriba que estará cogido cnirc las dos manos de la siguiente manera: Por su lado derecho sujeto por la mono derecha, por su lado lai^o izquierdo apoyado sobre los dedos mayor y anular Izquierdo y por su lado cono exterior reltnido por el índice izquierdo. Sin solución de conlinuídad, inclina ahora las dos manos hacia (i de forma que el paquete quide vertical, cara de las cartas hacia el mago y dor so hacia los espectadores, y cuádralo por su ]ado corto inferior contra la suMrficte de la mesa con un par de golpecitos (Fíg, 4), Inclina las manos palmas hacia arriba, con lo cual las cartas tambiín que darán caras arriba, y aleja lo mano izquierda... has terminado Ja maniobra. 13
Fig. 4
El pase, bien realizado, es complc»ameiHc invisible aunque parezca que cl momenio en que tas carias se abren y se iniroduccn bajo tos Ases se ten ga que ver Un secrctillo podría ser que tas cualro can as se abren en libro tan sólo un instante antes de tener que introducirse bajo los Ases. El pase es invisible, pero no está de más una pequeña m isdirecfhn diri giendo ía mirada y la atención tiacia las dos carias escogidas por tos cspec^ tadores. Pregunta: "¿Cuántas cartas escogisteis,..? ¿D os...?” i 7. Sujeta cl paquete de ocho cartas en la mano derecha en la po.tual. También los “ culebreos” pueden ser Ijcchos cn un plano vertical y cara hacia los cspcciadorcs, leiiicndo cn cuenta, tan sólo, que la caria c.xlra se cncticmrc cn cuarta posición desdo dclanic en lugar de cn tercera, como es habitual. KOTA 2: ílay a quien puede no gustarle usar, durante toda la rutina, dos cartas de doble cara. Para tratar t!e canvcnccrlo, esgrimiré dos argumentos: Uno. cl usar las dos cartas desde cl comienzo de la rutina y mostrándose caras y dorsos continuamente, hace que, al final, su uso sea completamente insos pechable para los cspcciadorcs y... iüpara los magos!!! Y dos, al final, tras las dos fases anieriores cn que se han visto incesanicmenie carias rojas y negras, los e.spcctadorcs csiün supercondicionados a la existencia de ocho canas... máxime cuando, como corroboración, se añade la cuenta " ila m m n n ” ... La desaparición de cuatro de esias canas, cn el interior cíe una copa de cristal, es ab.soluiamcnic icrrorfnca e inesperada para ellos, por lo que creo que cl fin justifica los medios. 73
NOTA 3; Pur supuesto, ni U'rmiruir, puctlcs cnmhinr, por cl incMoJo ijiic niiis tc pusii;, las dos carl.i?; dobles, p.ir.i poder dejar, dc.spuís, en uti lado de la mesa y "com o olvid.idns" cujuro carias rojas... por si alpiít; especiadíir “ curiosino" quiere indagar.
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VIAJIvS
ASES VOLADORES lí fc c t o y C o n i c t ü n r i o
Siempre he sido un fanático nbsotuco de! jucf.o cl.lsico de “ Los Cu;i(ro A ses", lis muy claro — tos Ases cstín y luego no csián— ; es un cfccio 'que se repite — ¡tres vcccs!. una vez con cada As— ; liene un ctímax ninrcado — los Ases Tc.'ípareccji cn cl montón det As escojiido al comicnzo— ... Pero sobre iodo, es tm efecto muy fuerte para e! público, los que lo ¡entráis en cl rcpcnorio seguro que me duréis !a razón. Por supucsfo, que, las ciialtdíldcs que acabo de enumerar, concurren para que cl efe cío sea tan fu cric, pero yo creo que. sobre todo, es cl uso — y uso inteligente adcm;í.·;— de cartas: de doble cara, cl que hace que el juego .sea tan brutal para cl público. En cl juego de “ Lo.s Cuairo Ases" todo es muy soiil porque los .Ases so pueden dar a examinar o. mejor, dejar ver de forma subliininal que jon nonnales {detalles psicológicos, etc..,) al comienzo y a! Unal. pracias a h excelente construcción de la ruliiia y. aún nii's, las desapariciones tfitíían la idea de que .se usan cartas irucadas. Pues bien, hace unos años, aparecieron variadas versiones de un nuevo plol para "Los Cuatro Ases" que se dcnomiiió "ASLS PROGRÍ;.S]VOS"; cl primer As desaparece de su paquete y vjr.jn al paquete dcl sej^iuiido As, estos dos Asc.s dc.saparccc.n juntos y viajan a reunirse con cl tercer Aü del tercer paquete y. por último, tres Ases v'iajaíi a la vez y rcaj>areccn en cl último paquele junto al As líder. He leído varias versiones de Krcncl. Mario y Solomo». Pero crco que csias versiones, aun siendo más elabora das, eran demasiiuto complejas y menos directas que el primitivo y clísico “Cuatro Ases”, La nitina que sigue a contítiuación estí basada cn una de David Solomon. que íainbiín usa caria,s de dohlc cara, y que viene dcscriia en cl Mat hi Muf^azitie N” 1. 77
Prefiero reservar cl rcsio de los comcniftrios de la rulina para, una vez leído el juego, poder juzgar mejor mis opiniones... Mi iniención ha sido aunar cl conccplo y la fuerza del juego clásico de “ Cuatro A ses” con la brlilaniez y novedad dcl moderno “ Ases progresivos” . Si tc ha imcrcsado, “ progresa" con la rutina.
Ordenación Supondremos que las cartas dobles sean: K de Tréboles/As de Corazones, seis de Trcbolcs/As de Diamantes y nueve de Diamantcs/As de Tréboles. Por .supuesto, retira de la baraja cl Rey de Tréboles, seis de Tréboles y cl nueve de Diamantes normales. Con la baraja cara arriba y de arriba Ijacia abajo; carta indiferente (cuya abreviatura será x). siete de Tréboles,!«. Rey de Tréboics/As de Cora7,pnc.; — lanto visuales como (.le charla— y s avión que tccienlcmentc se ha eslrellado en la selva amazónica y decide e.sccnograrinr lo ocurrido con un mazo de c.irlas... Cotí citas construye un avión (¿7) y de él .sallan en paracaídas el p lo to, un Rey y una Dama,.. IZti la espesura de la selva les acechan cuatro pér fidas criaturas... ¡¡Caníbales! f... que Icis capturan y los colocan sobre la piedra de .sacrificio. Los Caníbales — siempre hambrientos— se coinet. al
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