500 Años de Difusión de Las Drogas.
April 7, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
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500 años de difusión de las drogas por el capitalismo Pablo Kundt Desde hace unas cuantas décadas las drogas se han convertido en un grave problema social y en un verdadero drama humano para muchas familias obreras. Es tan grave que la burguesía ha desatado una vasta campaña de desinformación para encubrir sus causas y sus consecuencias. Frente a todas las tergiversaciones burguesas, determinados colectivos han promovido una plataforma de «oposición» que únicamente está contribuyendo a añadir más confusión. ¿Qué posición tenemos que adoptar? ¿Estamos por la legalización o por la prohibición? La cuestión merece un examen un poco más reposado, porque ni podemos admitir las posiciones de la oligarquía, ni tampoco las alternativas que nos ofrecen determinados grupos seudoprogresistas. Nuestras posiciones se fundan en el materialismo histórico, el único que permite un conocimiento científico de todos los problemas sociales. Las drogas, lo mismo que el alcohol, son conocidas desde la más remota Antigüedad. Su consumo estaba ligado a determinadas prácticas médicas y religiosas. Sin embargo, no existían alcohólicos ni adictos: la ingestión no constituyó nunca un problema individual, ni mucho menos social. Todavía en el siglo XIX se conocía únicamente la existencia de aficionados o habituados a las drogas, careciendo el problema de las dimensiones que ha adquirido en la actualidad. Fueron los colonizadores españoles los que, tras la invasión de América, dieron a conocer a la cul-tura occidental, en el siglo XVI, el origen, las propiedades y los usos de las drogas. La coca llamó poderosamente su atención: de los 18 cronistas de Indias, 13 aluden a la coca en 201 ocasiones. El colonialismo fue el que difundió a partir de aquel siglo el consumo de estupefacientes en cantidades hasta entonces desconocidas entre las clases altas de la sociedad: la ingesta pasó a convertirse en una moda placentera, lúdica. Especialmente los intelectuales, artistas, poetas, músicos y escritores utilizaron habitualmente los más diversos tipos de fármacos. Las infusiones, jarabes, refrescos y bebidas estimulantes o sedantes de todo tipo se difundieron con la expansión del comercio ma-rítimo: café, té, tabaco, cacao, etc. El comercio de esas drogas y de otras mercancías nuevas que los colonialistas españoles descubrieron, era parte integrante de la acmulación de capital. El transporte se abarató permitiendo un acceso fácil y cómodo a un consumo mucho más abundante y más variado. El proceso coincide con una fuerte corriente secularizadora: la religión perdió cada vez más influencia en la sociedad, por lo que los estímulos alienantes hubo que buscarlos en otros sitios. El colonialismo utiliza también determinadas drogas para dominar a los aborígenes. La dominación colonial de las grandes potencias sobre los pueblos indígenas tuvo en las drogas uno de sus medios de exterminio más importantes. Como en las demás partes del
mundo, en Asia se conocía desde antiguo el opio, pero no su consumo adictivo. La expansión colonialista en aquel continente dispuso de tres herramientas de poder: el fusil, la religión y el opio. A mediados del siglo XVIII Inglaterra había hecho del té un próspero negocio y el opio seguía el mismo camino. Poderosos intereses económicos británicos forzaron la exportación de opio desde la India hacia China. Este país era un gigantesco oasis vedado a los mercaderes occidentales pero, al cabo, cedió la muralla que contra el comercio habían establecido los chinos desde hacia siglos. De ello se encargó la guerra del opio. Esta guerra fue, en cierto modo, la cuña que abrió a China el camino del capitalismo: a los europeos les interesaban numerosos productos chinos, especialmente el té; pero a los chinos no les interesaba nada de lo que los comerciantes europeos ofrecían, de modo que la balanza de pagos se desequilibraba a favor de los asiáticos. La forma de evitar la pérdida de plata y otros metales preciosos era fomentar un consumo, abrir un mercado para las exportaciones inglesas, crear una dependencia y una adicción: el opio acabó siendo la moneda de las transacciones comerciales entre China y la India británica. En 1833 el opio constituía la mitad de las exportaciones británicas a China, introducido de contrabando en las costas por barcos protegidos por la Armada británica. Un comercio ilegal en ambos países pero fomen-tado abiertamente (el opio se subastaba en Calcuta públicamente por la potencia metropolitana como método de explotación económica y dominación estratégica. Con el comercio del opio creció el mercado negro, la especulación, la piratería y el contrabando, algo que, como vemos, no es de hoy día precisamente. Como tampoco lo es el cinismo: se prohibe una droga no para restringir su consumo sino precisamente para promoverlo. No fueron, por tanto, cuestiones de salud, sino la sangría económica de divisas que dicha impor-tación significaba para China a comienzos del siglo XIX, lo que forzó la guerra contra Inglaterra de 1838, de la que salió vencedora la potencia metropolitana. La derrota supuso la desintegración moral, económica y social de China exactamente durante un siglo. En 1906 había trece millones de opiómanos chinos. Sólo la revolución de comienzos de siglo, y luego la revolución socialista, libró a China del opio y, con él, de un exterminio seguro como pueblo. Según dos médicos argentinos, China «hasta ahora es la única nación del mundo que ha logrado vencer realmente el flagelo de la drogadicción, pues no hay oferta de droga» Pero China no fue un caso aislado, aunque resulte el más paradigmático de exterminio por el colonialismo, así como de resistencia y victoria final. La destrucción por alcoholismo la utilizaron ampliamente los colonizadores blancos contra los indígenas en los propios Estados Unidos. La misma situación se repitiendo hoy en Brasil con las tribus amazónicas, fuertemente afectadas por el consumo de alcohol. LA ADICCION EN LAS METROPOLIS Ya hemos expuesto cómo tras la colonización y la expansión marítimo-imperialista del siglo XVI las drogas se difundieron entre las clases dominantes y la bohemia. Pero «los miembros de la clase trabajadora tomaban drogas por razones diferentes a las que motivaban a los miembros de la clase media» (2). La gran industria fomentó el alcoholismo en las fábricas y minas como medio de aislamiento y segregación del movimiento obrero (3). El capitalismo fue disolviendo el tejido social de solidaridad y todas las formas de vida comunitaria tradicionales fueron reemplazadas por el individualismo, la masificación, la
lucha despiadada por la supervivencia, con su correlato de fracaso y marginación: «La brutal indiferencia, el duro aislamiento de cada individuo en sus intereses privados – escribía Engels- aparecen tanto más desagradables y chocantes cuanto más juntos están esos individuos en un pequeño espacio, y aun sabiendo que el aislamiento de cada uno, ese sórdido egoísmo es, por todas partes, el principio básico de nuestra sociedad actual, en ningún lugar aparece tan vergonzosamente al descubierto, tan consciente como aquí¡, entre la multitud de las grandes ciudades» (4). La familia feudal-patriarcal no escapó a la disgregación: la incorporación de la mujer al trabajo supuso el abandono de los hijos en la vivienda, los infanticidios al nacer, por malos tratos o hambre, e incluso les narcotizaban con opio o los subastaban a los patronos. Los farmacéuticos difundieron ampliamente las drogas entre la clase trabajadora (5). Los índices de mortalidad infantil se dispararon y la esperanza de vida se redujo drásticamente en todos los países capitalistas. La división del trabajo y el modo de vida urbano imponen la alienación, fenómeno típicamente capitalista que conduce al desarraigo social y a la soledad. La alienación engendra intolerancia ante la realidad, ante la posibilidad de transformar la realidad, ante el dominio incontrolable con que el mundo se presenta ante el sujeto. La vida adopta una apariencia histórica, estática; su determinismo no deja otra opción que la evasión y la fuga, una tendencia suicida y autodestructiva que, paradójicamente, aparece ante el adicto como «liberación». Entre los muchos caminos que conducen a la adquisición de una identidad adictiva está el de la renuncia a la esperanza de modificar el medio social que, mediante su férreo determinismo, oprime las necesidades afectivas más profundas. El adicto ha interiorizado hasta lo más profundo la relación capitalista de dominación, de la que no imagina sea posible salir. La perona aparece como irrelevante y reemplazable dentro del sistema productivo y social: el trabajador es el único recambio que no cuesta dinero, la única pieza gratuita en el engranaje de la producción capitalista. El capitalismo promociona la ética del trabajo, el esfuerzo laboral, la competencia, la productividad, la lucha de todos contra todos, a cambio de un riguroso empobrecimiento afectivo, un defectuoso desarrollo de la vida emocional, una opacidad creciente de los sentimientos y un endurecimiento del carácter. La aceleración brutal del ritmo de producción y de vida expende el sentimiento de frustración, la angustia y el desamparo por la falta de control sobre los recursos vitales, por el imperio de un sistema de producción y consumo donde nadie tiene lo que necesita porque nadie necesita realmente lo que tiene. El trabajador se convierte en ser dependiente: dependiente del capital y dependiente de su propio trabajo. Ya nada es posible fuera del mercado: todo debe comprarse y venderse; nada es gratuito, nadie auxilia desinteresadamente y nada es posible sin dinero. El capitalismo crea incertidumbre ante el futuro, fomenta la impotencia para poder fomentar la dependencia: la adicción es una de las formas más férreas de sometimiento que pone de manifiesto el grado atroz de sojuzgamiento en que ha caído la voluntad personal. Los trabajadores no tienen recursos propios al margen de la venta de sus fuerzas y energías laborales: también los miembros de su familia deben trabajar como él; es un desarraigado del medio rural comunitario que ha abandonado para venir a la ciudad; comienza a conocer el alcoholismo para poder sobrellevar los ritmos de trabajo y la sobreexplotación creciente.
LA INDUSTRIA DE LA DROGA Entre los nuevos mercados que abrió el capitalismo, uno de los más importantes, estratégicamente hablando, fue el de la droga. El progreso de la química inicia la industria farmacológica. Los países capitalistas crean grandes laboratorios dedicados a la fabricación de drogas sintéticas. Del opio surge la morfina y luego la heroína; de la hoja de coca, un alcaloide: el clorhidrato de cocaína, fórmula química descubierta en 1862. Ya no se mastican productos naturales, ni se fuman hierbas apenas elaboradas: la aguja hipodérmica se difunde a mediados del siglo XIX, consiguiendo que los tóxicos se introduzcan directamente en la sangre. Toda una industria de refrescos comenzó a funcionar a finales del siglo pasado a base de jarabes maravillosos y preparados gaseosos mezclados con cocaína, el más famoso de los cuales fue la Coca-Cola que, en su famosa fórmula, contuvo cocaína hasta 1903, en que la sustituyeron por cafeína. Las fotos de comienzos de siglo exhiben las fachadas de las farmacias anunciando diversos preparados gaseosos de cocaína de maravillosos efectos estimulantes. Incluso se fabrican chicles de coca con gran éxito comercial y los vendedores ambulantes distribuyen preparados de coca de puerta en puerta. Junto a la industria farmacéutica, los médicos desempeñan una labor fundamental en la difusión de las drogas sustituyendo a los viejos remedios caseros por la «nueva ciencia». La morfina combate el dolor y el sufrimiento; la cocaína estimula y remedia la fatiga y el cansancio. Freud fue el pionero en el tratamiento de sus pacientes con cocaína, y en las guerras, la morfina corría por los hospitales como un remedio casi milagroso. Naturalmente ninguna droga cura ni sana ninguna enfermedad; las drogas no sirven para nada desde el punto de vista médico; sólo alivian el dolor momentáneamente, de modo que el enfermo aparece como sano. Las drogas permiten la evasión, multiplican la alienación de la sociedad capitalista. El adicto no hace más que trasladar al campo de su vida individual el tipo de relaciones alienadas que imperan en la sociedad donde vive; lejos de ser su expresión mistificadora o distorsionante, el drogadicto es la versión fiel, literal del mundo en que vive, la exposición sin disimulos y sin conciencia de las contradicciones de la ideología dominante. Los estimulantes (cocaína, anfetaminas) multiplican las energías laborales; los sedantes (heroína, morfina) adormecen, fomentan la evasión en los momentos de ocio. Cuando los españoles iniciaron el expolio de las minas de plata de Potosí, pagaban a los trabajadores nativos con hoja de coca: la productividad se disparaba y desaparecía la sensación de hambre. Como los salarios se reducían al mínimo, este sistema monetario fue adoptado también por los hacendados y propietarios de tierras para pagar a los jornaleros, todo ello a pesar, tanto de las prescripciones morales de la Iglesia católica como de las disposiciones legales de la Corona que lo impedían. LA PROHIBICION DE LAS DROGAS EN ESTADOS UNIDOS Paralelamente al fomento de las drogas, se fue desarrollando otra campaña de signo exactamente opuesto, especialmente en los Estados Unidos, denunciando sus perniciosos
efectos y reclamando su persecución «salvo prescripción facultativa". La prohibición no significó más que eso: no la imposibilidad del consumo sino su control, no la reducción de las toxicomanías sino la vigilancia del toxicómano. Estados Unidos fue la potencia que impuso la prohibición de las drogas por todo el mundo, incluso antes de asumir el papel de primera potencia imperialista. El estudio de la prohibición de la droga, en con-secuencia, está estrechamente ligado al estudio de la situación interna de aquel país. La interdicción de las drogas en Estados Unidos fue el resultado de los esfuerzos por imponer un control estricto sobre la clase obrera dentro de un contexto de expansión capitalista y, por tanto, de urbanización. A finales del pasado siglo, los Estados Unidos experimentaron, como otros países capitalistas, un fuerte auge económico. Estados Unidos se transfor-maba en un país de capita-lismo monopolista de Estado y el proceso iba acompañado de fuertes corrientes migratorias de fuerza de trabajo en una dirección geográfica sur-norte y oeste-este. Estas corrientes migratorias las formaban, sustancialmente, las minorías étnicas de chinos afincados en la costa oeste, de negros provenientes del sur, así como de mexicanos posteriormente. Estas minorías aportaron un factor de curiosidad, extrañeza y recelo entre las clases norteamericanas tradicionalmente dominantes en la costa este, de procedencia blanca, protestante y anglosajona. La lucha de clases aparecía como un conflicto racial. En los suburbios de las ciudades del este crecieron grupos étnicos de obreros que engendraron un mosaico urbano de colores, religiones, costumbres, culturas y también, por supuesto, de drogas. Había que ordenar este rompecabezas. Los chinos fumaban opio, los negros tomaban coca y los mexicanos marihuana. Las clases dominantes blancas alzaron la voz contra lo que ellos -falsamente- reputaron como consecuencias de las drogas: sexualidad desenfrenada, delincuencia, corrupción de las costumbres, vagancia, etc. El cine, la prensa, la radio, las editoriales comenzaron a intoxicar con los binomios droga-marginación, droga-violaciones, droga-vagancia, etc. La imagen social: el «demonio de la droga» (los teólogos católicos del XVI llamaban «el talismán del diablo» a la coca) era el vehículo justificativo del puritanismo dominante para la vigilancia sobre el trabajador, la excusa legitimante que permitió crear un «registro de empresas» para poder acceder a las drogas. EL CONTROL SOCIAL: MEDICOS Y POLICIAS Los instrumentos de control de los obreros fueron dos: los médicos y una nueva policía tributaria, el FBD, especie intermedia entre inspectores de Hacienda y cuerpo represivo al más puro estilo USA. Las leyes de prohibición se iniciaron en 1890 con el impuesto del trabajador emigrante se asoció al peligro social para justificar el control sobre el opio; en 1906 se dictó otra ley contra su «adulteración» y en 1909 se impuso la prohibición de fumarlo. No deja de ser curioso que cuando la industria farmacéutica producía drogas sintéticas, la represión enfilara precisamente contra la «adulteración» de las drogas naturales, así como también que se prohibiera fumar opio, pero no el consumo de derivados sintéticos como la morfina o la heroína. La prohibición no era de la droga en general sino
de aquellas drogas que no pasaban por los alambiques de las empresas farmacéuticas. Era una interdicción selectiva y clasista que afectaba a los trabajadores paro no a la burguesía, la cual podía seguir consumiendo, fuera de la estigmatización moral, gracias a las recetas médicas: el facultativo les «obligaba» a tomarlas; era un consumo involuntario que para nada cambiada las pautas adictivas del burgués. Por el contrario, el trabajador tuvo que entrar en las redes de control para ingerir una sustancia que no era la que habitualmente él tomaba y cuyo precio se encareció notablemente. Que las normas fueran de carácter tributario pone de manifiesto la herencia capitalista ya revelada en la guerra del opio: el contenido económico de la prohibición. Su carácter recaudador que elevaba los precios y reservaba el consumo de drogas para que únicamente pudieran adquirirlas legalmente los sectores más elevados de la sociedad, mientras los trabajadores debieron recurrir a los canales marginales, al mercado negro o a la delincuencia. Para el control sobre la droga se creó una nueva policía federal dependiente del Ministerio de Hacienda, el FBD, antecedente inmediato de la DEA actual, también dependiente del mismo departamento ministerial. La legalización de la droga exigía el pago de impuestos. El control sobre las drogas te-nía unos claros objetivos de clase. Desde el punto de vista de la producción, eliminaba la materia prima originaria de los países coloniales, el opio, el cáñamo y la hoja de coca, imponiendo los productos sintéticos elaborados por las empresas farma-céuticas. Desde el punto de vista del mercado de destino, no se veían afectados los burgueses, mientras los obreros debían sujetarse al control policial para disponer de unos fármacos que no eran los mismos que ellos habían conocido antes y cuyo precio era mucho más elevado. La medicina natural tradicional se vió casi definitivamente desplazada por los médicos convencionales. Pero el momento decisivo de la represión llegó en 1914 con la ley Harrison, que prohibió definitivamente «el uso no médico» de las drogas, es decir, el autoconsumo sin receta médica. El sentido de la interdicción era y ha sido siempre ése justamente: no Impedir la extensión de las drogas sino su fomento, pero un fomento controlado. Naturalmente el control engendró el mercado negro: los médicos vendían las recetas, lo que seguía elevando su precio; apareció la reventa, el contrabando y el mercado clandestino; se buscaron sustitutivos sintéticos, como las anfetaminas a partir de 1932 para sustituir a la cocaína y la heroína a la morfina; finalmente se promovió el delito, el robo de recetas o de las drogas en los consultorios, clínicas y farmacias. MILITARISMO Y DROGAS La prohibición coincidió -no por casualidad- con la I Guerra Mundial, no solamente por la tradicional vinculación de las drogas con los militares y las guerras imperialistas, sino porque la morfina se utilizó ampliamente, tanto en labores de cirugía, como para sobrellevar los dolores de las heridas, para combatir el miedo y la angustia en el combate. La cocaína se empezó a utilizar como anestesiante local inyectada en el nervio desde finales del siglo pasado. Numerosos combatientes, luego licenciados, adquirieron adicción a la morfina; entre los aviadores se distribuyó cocaína, lo mismo que en la II Guerra Mundial se difundieron las anfetaminas entre los soldados. Era la única manera de sobrellevar el riesgo de la muerte o el dolor en una guerra que nada tenía que ver con los pueblos. Que el
engarce entre las drogas y el imperialismo no era casualidad se comprobó cuando los Estados Unidos incluyeron una cláusula en el Tratado de Versalles por la que se prohibía a los laboratorios alemanes la libre venta de drogas. Aunque Estados Unidos no se integró inicialmente en la Sociedad de Naciones, consiguió en una época en la que aún no era la primera potencia imperialista, que la organización internacional asumiera la prohibición de las drogas como cosa propia. Dentro de los propios Estados Unidos la represión fue adquiriendo unos tintes cada vez más delirantes. En 1918 la prohibición se extiende a las bebidas alcohólicas y los controles sobre las drogas se fueron endureciendo progresivamente, hasta el extremo de que la policía tributaria acabó dictaminando acerca de los diagnósticos médicos y las prescripciones farmacológicas correspondientes. El FBD llevaba a juicio a los médicos que recetaban drogas poniendo en tela de juicio su labor y desde 1922 consiguió amedrentarles y sustituir el control médico por el policiaco-tributario. Lo que inicialmente parecía ser un intento legislativo de limitar el suministro de drogas a la práctica profesional de la medicina, fue reconstruido administrativamente cercenando al extremo la capacidad médica para usar de la discrecionalidad profesional en el tratamiento de los adictos. Cualquier prescripción o tratamiento que el FBD no considerara dentro de la correcta práctica médica o se presumirá que apuntara a mantener estable la dosis necesaria para un adicto, llevaba al médico ante los tribunales. En 1937 la Sociedad de Naciones promociona, por presión de los Estados Unidos, la firma de una serie de tratados internacionales contra el tráfico de drogas: la política antidroga de los Estados Unidos se convirtió en la política mundialmente dominante, anticipando lo que sucedería una década después en todos los ámbitos sociales. La interdicción logró todos los efectos que perseguía: fue un rotundo éxito de las multinacionales y de la política policiaca estadounidense. El consumo de drogas se disparó: hoy, sólo en USA, 25 millones de personas fuman marihuana, 6 son adictos a la coca y medio millón a la heroína. Más consumidores y más adictos significa más control, más registros y redadas, más intervención policial, más personas fichadas, más leyes represivas, etc. Pasar de la represión de la droga a la represión política no requiere ningún esfuerzo. En EEUU los medios de comunicación al servicio de la clase dominante, asociaron desde un principio ambos frentes: la droga la difundían, al principio, las organizaciones obreras; luego la internacional comunista; finalmente, resultó que tras los traficantes estaba la China roja, Cuba o Nicaragua aún más recientemente. CONCLUSION Las drogas se difunden y promocionan con el mismo origen del capitalismo; y se prohiben con la entrada del capitalismo en su fase monopolista e imperialista. Su objetivo es controlar, reprimir y, finalmente, destruir físicamente a la dase obrera. No es un fenómeno actual sino con cinco siglos de historia, los suficientes como para conocerlo perfectamente. Y siempre ha funcionado de la misma forma: primero se promociona y luego sé prohibe. Pero no se prohibe para restringir su consumo sino para someter al consumidor a la policía.
Nunca jamás la prohibición ha significado reducción en el comercio de drogas y, por tanto, el problema no está ni en la legalización ni en la prohibición. Hoy nos presentan la droga como un problema proveniente del Tercer Mundo, de los países subdesarrollados (Colombia, Pakistán, Tailandia, etc.). La droga no es ajena al capitalismo y, más en concreto, su difusión proviene de una política deliberada de los países más desarrollados y no al revés. Es un fenómeno de destrucción masiva de personas que sólo es posible bajo un sistema tan desarrollado y extendido como el capitalismo actual. El tráfico de drogas no existiría en la escala actual sin las sociedades anónimas, las cuentas numeradas, los paraísos fiscales y todos los demás mecanismos del sistema financiero internacional que permiten mover ingentes cantidades de divisas en muy pocos minutos y de forma anónima. Nadie quiere tocar la droga, pero nadie rechaza sus dividendos porque el dinero no tiene color. Los que administran los capitales del mercado negro no son los que trafican, sino expertos financieros que trabajan por cuenta ajena. La droga y sus dividendos se mueven como pez en el agua por los circuitos capitalistas internacionales. El capitalismo no puede luchar contra la droga porque no puede luchar consigo mismo. Hay que luchar contra la droga luchando contra el capitalismo, que es un sistema económico moribundo, decadente, en descomposición. Hay que transformar sus proyectos de muerte en un proyecto de vida. Y todavía ninguno de esos expertos ni ninguno de esos «alternativos» nos ha dicho una palabra de esto, que es lo esencial. Notas: (1) E. Kalina y S. Kovadloff: “Droga: la máscara del miedo”, Fundamentos, Madrid, 1987, pág. 53. (2) Jerald W. Cloyd: “Drogas y control de la información. El rol del hombre en la man,pulación y el controI del tráfico de drogas”., Tres tiempos, Buenos Aires, 1982, pág. 65. (3) Federico Engels: «La situación de la clase obrera en Inglaterra”., Madrid, Júcar, págs. 108 y 111. (4) Engels: “La situación...”., pág. 46. EEUU: capitalismo, drogas y control social Andreu Martí Rebelión
EL MAYOR MERCADO DE DROGAS DEL MUNDO
La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha reconocido en un informe dado a conocer hace unas semanas que EEUU es el mayor consumidor de drogas del mundo. Un total de 72 millones de estadounidenses, el 34% de los mayores de 12 años, ha consumido drogas alguna vez; el 41% de los jóvenes que asisten a las escuelas secundarias consumen drogas, así como el 47% de los preuniversitarios. El 62% de los estudiantes de secundaria asiste a centros donde se trafica en drogas, frente a un 44% en 2002; en los preuniversitarios la cifra es del 28%, un 9% más que hace tres años. El 9% de los niños de 8 a 12 años (1 millón de niños) han presenciado tráfico de drogas en sus escuelas al menos una vez por semana. En cuanto a la cocaína, los norteamericanos consumen un tercio de la producción mundial. La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU, JIFE decía ya hace dos años que que "Estados Unidos es el mayor mercado mundial de drogas ilícitas" (Granma, Cu., 060705). Los beneficios de la droga en EEUU son de 80 mil millones de dólares; las autoridades apenas confiscan el 1%. Veinte mil norteamericanos mueren cada año como consecuencia de las drogas; decenas de miles van a parar a la cárcel. En abril de 2001 el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, declaró en el Congreso que "la razón principal por la cual los países andinos se enfrentan a dificultades para doblegar la producción de drogas, particularmente de cocaína, es la gran demanda que existe en Estados Unidos" (Diario de Yucatán, Mex., 270401): "El verdadero problema de la región no es causado por la región: es causado por lo que ocurre en las calles de Nueva York, en las calles de todas nuestras grandes ciudades"(Diario de Yucatán, Mex., 270401) En marzo de 1999, el subsecretario de Justicia, Eric Holden, manifiestó que el narcotráfico subsistirá mientas haya demanda en los EEUU: "A menos que se reduzca la demanda interna de drogas subsistirán los incentivos en México y otras naciones del sur para producir lo que nosotros consumimos" (CNN 120399) En mayo de 1997 Bill Clinton reconoció que los EEUU consumen alrededor del 50% de todas las drogas del mundo, mientras que sólo representan el 5% de la población del planeta. EN noviembre de 1997, Francis X. Kinney, director de planificación estratégica para la Oficina de política nacional de control de drogas, declaró que los EEUU son incapaces de detener el tráfico de drogas que proviene de México. "El director de la (DEA), Thomas A. Constantine, reconoció que sin grupos de distribución en Estados Unidos los cárteles (...) estarían fuera del negocio del narcotráfico: (...)"No pueden operar sin una gran red de administradores de alto nivel, transportistas, contadores, expertos en comunicaciones y personal para almacenamiento" (Notimex 031297) y que la dirección del negocio se hace desde fuera, en ciudades como Cali (Colombia) Guadalajara (México) o Moscú" (Notimex 031297) "En Harlem, el barrio negro marginal ubicado cerca de los rascacielos de la famosa 5 Avenida de Nueva York, es moneda corriente ver a los chicos y adolescentes con jeringas con las que se inyectan cualquier clase de droga, sobre todo el crack, que es mucho más barato que la cocaína." (Clarin, Arg., 080597) Florida es un paraíso no sólo de la droga ilegal sino también de la drogadicción con fármacos. Como en este Estado no hay control de las recetas, en clínicas privadas se prescriben medicamentos que funcionan como drogas legales. Un aluvión de gentes de todo el país viaja regularmente a Florida, para drogarse de esta manera. En 2006 perdieron la vida en Florida a causa de la droga un total de 2.052 personas, el doble que en 1996.
EL CULTIVO MAS RENTABLE DE LA AGRICULTURA DE LOS EEUU ES ... LA MARIHUANA
En diciembre de 1999 el "zar" antidrogas Barry McCaf reconoce que hay zonas en EEUU donde la seguridad recae en manos de los narcotraficantes y no de la policía y otras en las que los cultivadores de marihuana desafían o sobornan a las fuerzas policiales: "Hemos visto lugares en Estados Unidos donde realmente hemos perdido el control de la seguridad pública y lo que estamos intentando hacer es recuperarlo (...) Hay lugares donde 10 a 15 personas con armas AK-47 están cultivando mariguana al aire libre y están dispuestos a defender esos campos con esas armas" (La Jornada, Mex., 171299) En concreto, en la región de Apalachia (zona situada a caballo de Kentucky, Tennessee y West Virginia) se produce el 40% de toda la marihuana cultivada en los EEUU. Se hace mencion a que la Apalachia tiene un índice de paro del 20% y un nivel de ingresos por familia un 25% del promedio nacional. El aviso se repite en agosto de 2003 cuando el zar antidrogas, John Walters, denuncia que los narcos mexicanos atraviesan la frontera para establecer plantaciones de droga en territorio norteamericano, protegido con gente armada y trampas explosivas, siguiendo el ejemplo de Vietnam: "El problema ha crecido y tememos que el peligro aumente. Hay una enorme invasión de narcotraficantes mexicanos creando plantaciones de marihuana en territorio de los Estados Unidos" (Clarín, Arg., 020803) y añade que "estas organizaciones se han vuelto más poderosas y son una amenaza grande para México y para los Estados Unidos debido al dinero que los consumidores estadounidenses aportan a estos narcotraficantes" (Clarín, Arg., 020803) Curtis Kamman, embajador en Colombia, manifiesta que como EEUU es el mayor productor de marihuana del mundo, ya no necesita marihuana colombiana: "No tengo los detalles de nuestra producción de marihuana pero sé que somos autosuficientes" (Clarin, Arg., 240200). Días antes, Kalus Nyholm, representante en Colombia del Programa de las Naciones Unidas para el Control de Drogas, había dicho que "EE.UU. es el más grande productor de marihuana en el mundo" (Clarin, Arg., 240200). A diciembre de 2000 en EEUU había 7.000 laboratorios ilegales que producían drogas. EEUU produce anualmente unos 35.800 millones de dólares de marihuana (casi diez mil toneladas en 2005, diez veces lo producido en 1981), lo que hace que sea el cultivo más rentable del país, por encima del maíz y la soja. El valor de la producción de maíz es de 23 mil millones de dolares, la soja 17.600 millones y el heno 12.200 millones. California concentra un tercio de la producción nacional de marihuana.
EL TRAFICO DE DROGAS ES UN COMPONENTE MAS DE LA ECONOMIA NORTEAMERICANA
Más de 300.000 organizaciones y bandas viven en EEUU del control del negocio de la droga. En Houston las cifras son de 169 organizaciones de narcos y 392 pandillas. Los Angeles cuenta con 158 organizaciones distribuidoras y 49 productoras de metamfetaminas. San Francisco enfrenta a 120 grupos mayores y 170 de apoyo, 240 pandillas y 22 de lavadólares; cada año se blanquean en esa ciudad 550 millones de dólares. En Nueva York están 529 organizaciones mayores y 261 de lavado de dinero. Florida cuenta con 232 organizaciones. La MAFIA ITALOAMERICANA comprende 24 familias, y se dedica a la extorsión, el lavado de dinero, los fraudes, la prostitución, el tráfico de drogas, el control de diversos sectores profesionales, el cobro por "protección" y los asesinatos. Se centran en Nueva York, Nueva Jersey, Chicago y Boston, especialmente; les siguen en importancia Detroit, Nueva Orleans, Filadelfia, Cleveland, Las Vegas, Miami, San Francisco y Los Ángeles. Nueva York es el centro de la mafia, con 800 personas organizadas. Los Genovese, una de las bandas, ingresaron más de 14 millones de dólares de 1998 al 2000. Después de la Segunda Guerra Mundial, la CIA ayudó a la mafia a tomar el control de Sicilia, con todo lo que ello implicaba, en compensación por el apoyo de la mafia a los aliados en la pasada contienda. A la vez, la CIA apoyó a los traficantes corsos de heroína a desbancar a los sindicatos comunistas en el control del puerto de Marsella. Ambas organizaciones (la mafia y los corsos) se unen en los años 50 dominando el mercado mundial de la heroína hasta los años 70. En la actualidad, la mafia italiana está en declive. Las nuevas mafias son la rusa, la china, las bandas asiáticas y las hispanas. La MAFIA COLOMBIANA tiene ya un largo historial en los EEUU. En agosto de 1999 se produjo un hecho muy ilustrativo en la embajada de los EEUU en Colombia: Laurie Hiett, esposa de James Hiett, coronel norteamericano agente antodriga en esa embajada, enviaba regularmente paquetes con droga desde Bogotá a Nueva York. Al menos 8 funcionarios norteamericanos en la embajada en Bogotá se encuentran "bajo investigación", según el New York Times La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de las Naciones Unidas ha dicho que Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo, con más del 90% del mercado mundial. La droga sale Sudamérica a un precio de 200 dólares el kilo. Llega a México y de allí a los EEUU, donde pasa a los grandes distribuidores que han pagado por ella unos 10.000 dólares el kilo. La droga llega a los EEUU por carretera y también por barco. Recientemente se ha sabido que los narcotraficantes intentaron comprar un submarino ruso, tripulación incluída, que haría la ruta de Colombia a la costa oeste de los EEUU. En junio de 2000 el FBI dió a conocer la lista de los narcotraficantes más peligrosos del mundo: Seis mexicanos, dos asiáticos, dos caribeños y dos nigerianos. Curiosamente, no hay ningún colombiano. En una entrevista en junio de 2007 a la revista Semana, el narco colombiano Fabio Ochoa Vasco declara que las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) usan México como puerto intermedio para pasar la droga a los EEUU y así financiar las actividades de los paramilitares colombianos. Por su parte, la acción antidrogas de los norteamericanos en Colombia y otros países, más bien encubre actividades contra las fuerzas progresistas y la aniquilación de los cultivos tradicionales, arruinando a campesinos cuyas tierras pasan a manos de grandes propietarios: "Sólo entre diciembre de 1999 y diciembre del 2000 se fumigaron 60.000 hectáreas de cultivo de coca en Colombia. Las fotografías por satélite encargadas por Estados Unidos y la ONU demostraron que, a pesar de ello, las zonas de cultivo se incrementaron en 162.000 hectáreas. Pero el glifosato ya había cumplido su misión. Había arrasado la biodiversidad amazónica, liquidado los cultivos agrícolas del campesinado y los animales domésticos de miles de empobrecidos y sencillos campesinos del sur de Colombia y noreste de Ecuador" (Pascual Serrano, Rebelión, Esp., 210502) Con toda la razón, José Vicente Rangel, vicepresidente venezolano, denunciaba que "altos miembros del gobierno de (el presidente George W.) Bush están implicados en ese comercio y el sistema financiero está infiltrado por el narcotráfico, y desde el punto de vista practico han fracasado estrepitosamente" (Granma, Cu., 020306) y añadía que los EEUU "no solamente carece de autoridad moral, sino que desde el punto de vista práctico en la lucha contra el narcotráfico ha fracasado estrepitosamente y hoy en día utiliza la lucha antinarco como bandera política" (La Jornada, Mex., 030306) El NARCO MEXICANO está en auge. Ha tenido a su favor que mucha de la droga que entra en los EEUU lo hace a través de la frontera con México. Los cárteles mexicanos producen una heorína muy pura, lo que les ha permitido que desde 1998 controlen una parte muy importante del negocio. México produce 4,5 toneladas de la heroína que se consume en EEUU, mientas que Colombia llega a 6 milones de toneladas. Los cárteles mexicanos y colombianos, muchas veces aliados, han desplazado a los asiáticos, que han pasado de controlar el 90% del mercado al 28% El 59% de la cocaína que se consume en EEUU llega a través de México (en total, EEUU consume 300 toneladas de cocaína al año) Los narcos mexicanos tienen unos 10 mil millones de dólares de beneficios al año, de los que 6 mil se van en sobornos a funcionarios y policías mexicanos. Cada día más de 2 toneladas de cocaína están en tránsito por México y el Caribe; el 30%, al menos, es para los EEUU. El gobierno de México tuvo que liquidar el Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), creando una nueva agencia antidrogas, pues el director del INCD, Jesús Gutiérrez Rebollo, protegía al narcotraficante Amado Carrillo, "el señor de los cielos".
La droga cruza la frontera transportada por gentes que cobran hasta 1.000 dólares por "viaje". Pero si la droga es capturada, habrán de trabajar gratis, serán torturados o incluso asesinados. En la frontera de El Paso - Ciudad Juarez, con un tránsito de un millón de vehículos al mes, los policías sólo disponen de 10 a 15 segundos por auto. Lo suficiente para que el control del narcotráfico sea imposible. En esta frontera trabajan los "marcadores", que indican a los que transportan droga por qué carril han de pasar. Cobran de 25 a 50 dólares por día y suelen ser mujeres; un salario muy superior al de cualquier maquila mexicana. En enero de 2006 se descubrió un túnel que servía para pasar drogas de México a EEUU. EL túnel tiene 60 metros de longitud y es el tercero encontrado en una semana. En septiembre, otro túnez entre México y EEUU ha sido descubierto de nuevo, de unos 210 metros de largo. Hace unos años fueron detenidos unos 60 empleados de American Airlines como parte de una red de narcotráfico. La red usaba las líneas aéreas para distribuir droga por todo EEUU. La mafia recién llegada es la MAFIA RUSA. Pero pisando fuerte. En diciembre de 1999 se dió a conocer que la mafia rusa financió la campaña electoral de Rudolph Guiliani, alcalde de Nueva York (46.250 dólares, que se sepan), y de Charles Sumer, senador demócrata (8.000 dólares, que se sepan), entre otros, según fuentes del FBI. Entre 1996 y 1998 hubo donaciones al partido republicano que no se han dado a conocer. La tapadera fue la empresa de imanes YBM Magnex de Filadelfia. De todo lo anterior se deduce que millones de norteamericanos son "asalariados" del negocio de la droga. El sistema está tan podrido que, si se liquidara el narcotráfico, se provocaría un número de parados tan alto que la economía norteamericana no lo podría soportar. Por otra parte, "resulta evidente que los flujos sumados de dinero blanqueado y dinero negro cubren buena parte del déficit de la balanza de pagos norteamericana (que alcanza cientos de miles de millones de dólares por año). En la actualidad, el déficit comercial norteamericano se acerca a los 300.000 millones de dólares. Sin el dinero negro, la balanza exterior sería totalmente insostenible, el nivel de vida se derrumbaría, el dólar perdería valor, el capital de inversión y préstamo disponible se contraería y Washington sería incapaz de mantener su imperio global. "(J.Petras, Emancipación, Arg., 060501)
LA DROGA FINANCIA LA POLITICA EXTERIOR NORTEAMERICANA
En septiembre de 2006, Michael Bromwich, del Departamento de Justicia, anuncia el inicio de una investigación sobre la implicación de la CIA en la financiación de la "contra" nicaragüense con dinero de la droga. La investigación se hace a raíz de la publicación en la revista Executive Intelligence Review (EIR), en la que demuestra que la CIA, en la época de la presidencia de Geoge Bush, suministró grandes cantidades de droga y crack a los "ghettos" de los EEUU y con ese dinero se financió a la "contra" nicaragüense. "La mayoría de los traficantes que están en nuestras prisiones fueron condenados en base a menos evidencias de las que nosotros hemos conseguido acumular", declaró un portavoz de la revista en una rueda de prensa y añadió que "es hora de que George Bush empiece a pagar por lo que hizo". "El informe presentado por el EIR, de 120 páginas de extensión, es un compendio de documentos oficiales, transcripciones de audiencias legislativas, fotos, organigramas y gráficos, y sostiene que Bush facilitó la creación de una red de tráfico de armas y drogas para apoyar a la contra nicaragüense, que en 1984 había dejado de recibir oficialmente la ayuda norteamericana" (El Periódico, Esp., 210996). "El EIR asegura también que, bajo un manto de secreto, pilotos privados conocidos como narcotraficantes llevaban armas y pertrechos a los contras en Centroamérica y luego regresaban a Estados Unidos con cargamentos de drogas". (El Periódico, Esp., 210996). Un mes antes, el diario californiano San José Mercury News también relaciona a la CIA con el tráfico de drogas: "Ese periódico, en base a documentos oficiales, testimonios judiciales y entrevistas, aseguró que la CIA reclutó a narcotraficantes nicaragüenses para recaudar fondos para su guerra contra el Gobierno socialista de Managua. Según el diario, las autoridades estadounidenses hacían la vista gorda mientras los nicaragüenses le vendían cocaína barata a las pandillas negras en Los Angeles" (El Periódico, Esp., 210996) A finales de septiembre de 1996, Celerino Castillo III, ex agente de la DEA, asignado a El Salvador a mediados de los años 80, afirmó en rueda de prensa que había enviado informes a su central de la DEA en el sentido de que los "contras" se estaban financiando con la droga vendida en los EEUU y que su embajador, ante una denuncia verbal, le había manifestado que las autoridades norteamericanas ya estaban al tanto de ello y que "tengo las manos atadas porque son operativos de la Casa Blanca". Sus informes contenían detalles concretos de vuelos con droga que partían de la base yanqui de Ilo Pango, San Salvador; muchas veces los pilotos eran norteamericanos; la base era un punto de apoyo esencial de los yanquis para los "contras" nicaragüenses. Castillo recibió amenazas de que su carrera iba a acabar si continuaba con las denuncias. EN las mismas fechas, Jesse Jackson señala que la distribución de la droga en California estaba dirigida por Danilo Blandón, exiliado nicaragüense y actual informante de la DEA. Blandón reconoció ante un tribunal que él y otros exiliados comenzaron a vender drogas en los barrios negros de Los Angeles en 1982 para financiar a la contrarrevolución en Nicaragua y que Enrique Bermúdez, dirigente de la Fuerza Democrática Nicaragüense (oposición al sanidnismo) y a sueldo de la CIA, era perfecto conocer de estos hechos. Blandón enviaba un promedio de 100 kilos de droga semanales durante los años 80. "Distribuir cocaína en forma de crack entre los jóvenes de los ghettos es una forma de guerra química que costó más vidas y destruyó más familias que una guerra convencional", dice Jackson (Clarin, Arg., 250996). El reverendo Scott Richardson de Pasadena, California, dijo que "cuando se trata de adicción, los ricos van a Betty Ford (clínica para las estrellas de Hollywood) y los pobres a la cárcel" (La Jornada, Mex, 130600)
La "Convención Sombra", alternativa a la convención demócrata del 2000, reunió al reverendo Jesse Jackson, los actores Susan Sarandon y Tim Robbins, el dirigente latino Antonio González y el escritor Gore Vidal. Tim Robbins declaró que "¿Estamos llevando a cabo una guerra contra la droga o es esto una versión estadunidense de una limpieza étnica?" (La Jornada, Mex., 160800) En agosto de 1998 la revista Enquire publicaba que la CIA dispuso de campos de aterrizaje en México para llevar la droga a EEUU con la que se financiaba a los "contras" de Nicaragua. El artículo recoge las declaraciones del exagente de la DEA Héctor Berréllez, en el sentido de que los "contras" introdujeron el crack en los barrios negros estadounidenses y que aviones militares yanquis volaban cargados de droga a sus bases en Homestead (Florida) y al norte de Tucson. Berréllez informó a sus superiores de lo que pasaba, sin resultado. El 16 de marzo pasado, el inspector general de la CIA, Frederick Hitz, declaró ante un comité de la Cámara de Diputados que "hubo instancias en que la CIA no cortó de manera expedita o eficiente sus relaciones con individuos que apoyaban el programa de los `contras' y que alegadamente estaban involucrados en actividades de narcotráfico y no tomaron medidas para resolver las dudas" (Diario de Yucatán, Mex., 160898). Cuando el exiliado cubano Alberto Sicilia Falcón es detenido en 1975 en México por narcotraficante, declara que la CIA le ayudó a montar su negocio de narcotráfico en Tijuana, con unas ventas de 3,6 millones de dólares a la semana. Su papel en la CIA era el transporte de armas a los grupos anticastristas de Centroamérica. "En realidad la CIA no es solamente una agencia de espionaje del gobierno de Estados Unidos, es una de las maquinarias de narcotráfico, subversión y terrorismo de Estado más potentes que haya conocido la historia humana. Es una organización podrida por la corrupción, envilecida por el crimen y depravada por su falta de principios éticos. Una de las epidemias sociales más graves de los tiempos modernos es la adicción al consumo de estupefacientes. La CIA ha sido determinante en la expansión del vicio y se ha convertido en una red de distribución de drogas más extensa que la propia mafia. La razón es que la CIA ha utilizado los fondos así recaudados para financiar la contrarrevolución, golpes de Estado y asesinatos en todo el planeta. " (Lisandro Otero, Rebelion, Esp., 221204) "Tan grave como lo anterior es que la CIA utilizó la expansión del consumo de narcóticos dentro de los barrios negros como una manera de implementar una limpieza étnica. Mataban dos pájaros de un tiro: de una parte financiaban las guerrillas contrarrevolucionarias y de la otra embrutecían y anulaban a las minorías negras norteamericanas sumiéndolas en la narco adicción. Así han logrado que de los dos millones de presos en Estados Unidos más de la mitad de los reclusos sean negros y un sesenta por ciento de las mujeres presas sean negras. "(Lisandro Otero, Rebelion, Esp., 221204) "Las grandes epidemias de drogadicción han coincidido con las guerras secretas que la CIA ha desarrollado en el Tercer Mundo. En los años sesenta y setenta el consumo de heroína se elevó superlativamente en el momento en que se desarrollaba la guerra en Vietnam, La CIA utilizaba a sus agentes asiáticos con el respaldo del Nugan Hand Bank, de Australia, que lavaba el dinero de esas operaciones. " (Lisandro Otero, Rebelion, Esp., 221204) "1978 fue el año en que se inició la gran operación de hacer a Iberoamérica una vasta colonia productora de drogas. En ese entonces Jimmy Carter, el presidente estadounidense nombrado por la Comisión Trilateral, sentó las bases para que la banca estadounidense se pusiera a la par con los narco-bancos más grandes del orbe o fuese absorbida por ellos" (Pedro Grima / Lindon H. LaRouche 040903). "Apenas tenía dos años Jimmy Carter en la Casa Blanca y ya el tráfico de estupefacientes se había convertido en la industria más grande de Florida, con entradas de 13.000 millones de dólares." (Pedro Grima / Lindon H. LaRouche 040903) "David Rockefeller, jefe del Chase Manhattan Bank, empezó a buscar dinero mafioso a mediados de los sesentas, por los días en que el Citibank organizaba su sección de "servicios bancarios personales internacionales" para administrar el desplazamiento de capitales ilegales, y el Bank of America sufragaba al Banco Ambrosiano de Italia. Pero no fue sino hasta 1976, cuando David Rockefeller se compró un gobierno estadounidense y los rancios fondi europeos se instalaron en Wall Steet, cuando el narcotráfico comenzó a convertirse en negocio digno de la atención de los bancos más grandes del mundo." (Pedro Grima / Lindon H. LaRouche 040903) A comienzos de los 70, la CIA apoya el tráfico de opio desde Laos. En Vietnam, 300.000 soldados norteamericanos eran adictos a la heroína. "En Laos y Tailandia la droga se transportaba en los aviones de Air America, una compañía fachada de la CIA, y el dinero recaudado servía para combatir a los movimientos de liberación nacional en aquellos países. Los ingresos de la heroína producida en Afganistán y Pakistán sirvieron para armar y organizar a los mujaidines que combatieron la ocupación soviética. Los barones de la droga afganos fueron los principales aliados de Bin Laden y Al Quaida, instrumentos de la CIA cuando iniciaron sus actividades. "(Lisandro Otero, Rebelion, Esp., 221204) En 1978, se produce un golpe de Estado en Afganistán apoyado por la URSS. El cultivo de heroína es perseguido y aniquilado. En consecuencia, la producción de heroína desde el sudeste asiático se dispara; en Afganistan, los mujhaidines que se oponen al gobierno, apoyados por la CIA, usan la droga para financiarse: en las zonas controladas por los opositores al gobierno, el consumo de heroína cuenta con todas las bendiciones de la CIA. En la actualidad, invadido el país por Occidente, con los yanquis a la cabeza, Afganistán vuelve a ser el mayor productor de heroína del mundo. "En Kosovo las guerrillas albanesas kosovares, considerados como "combatientes por la libertad", los mismos que asesinaron mujeres y niños en una brutal limpieza étnica en los Balcanes, eran brazos activos de la CIA. Esos grupos armados traficaban con drogas y utilizaban sus ganancias para la subversión. "(Lisandro Otero, Rebelion, Esp., 221204) "Si el intercambio comercial mundial fuera transparente, el déficit de un país serían superávit de otro, de tal forma que la suma total debería ser cero. Pues no, las discrepancias demuestran que en la década 73-83 (Informe del FMI) las discrepancias sumaban 800.000 millones de dólares. Es decir, entraron ilegalmente al sistema bancario. "(Pedro Grima / Lindon H. LaRouche 040903) "Para 1978 la economía del narcotráfico era ya la política oficial expresa del FMI. Frederick Wills, ex Ministro de Relaciones Exteriores de Guayana, declaraba que "los países esperan que con obtener el visto bueno del FMI se le abrirán las puertas del crédito de otros paises y de los bancos privados. Pero la aprobación del FMI requiere que se apliquen con buen éxito sus programas. Si no se tiene éxito, entonces se seca la corriente de fondos de los bancos y los mercados monetarios. Esto quiere decir, en primer lugar, que los ministros de gobierno deben responderse la siguiente pregunta: ¿qué exportaciones pudieramos emprender que reditúen ganancias inmediatas en efectivo para salvar esta brecha de la balanza de pagos? Sólo hay una mercancia que satisface este requisito, las drogas". "(Pedro Grima / Lindon H. LaRouche 040903)
"Tras cuatro años de intervención del FMI, el ingreso marihuanero de Jamaica se calcula conservadoramente en 3.500 millones de dólares al año, más que todo el Producto Interno Bruto de 1980, cuando el FMI instaló en el gobierno a Edward Saga." (Pedro Grima / Lindon H. LaRouche 040903)
EL SISTEMA FINANCIERO NORTEAMERICANO SE BASA EN EL LAVADO DE DINERO
Cada año se lavan entre 500.000 millones y 1,5 billones de dólares en todo el mundo; de ellos, 300.000 a 500.000 millones de dólares acaban en bancos norteamericanos. De esta cifra, 80.000 millones de dólares corresponden al lavado de dinero procedente de la droga en EEUU, operaciones que se realizan principalmente en Nueva York, Houston, San Antonio, El Paso, Los Angeles y Miami. Otro punto de lavado de dinero es el Caribe. En las Islas Caimán viven 30.000 personas pero hay 500 bancos y 40.000 empresas (más empresas que personas). Naciones donde también se lava dinero son México, Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Uruguay. Más de 200 millones de personas en todo el mundo se dedican a este "negocio". El 98% del beneficio de la droga va a parar a los países consumidores, y no a los productores, especialmente EEUU y Europa. "Tomemos el ejemplo de la heroína. Se estima que este sólo producto (con el opio para fumar y otros derivados) maneja 25.000 millones de dólares anuales (en 1978). Para comparar, el negocio mundial del oro y de diamantes juntos para ese mismo año movilizó 12.000 millones de dólares USA, apenas la mitad que la heroína. Podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos que el negocio de la droga mueve alrededor del 20% del comercio total mundial." (Pedro Grima / Lindon H. LaRouche 040903) El juez argentino Adolfo Bagnasco ha dicho que que "la mayor cantidad de lavado de dinero pasa por Estados Unidos" (La Jornada, Mex., 160200) y añadió en lo relativo al secreto bancario que "Luxemburgo dio los nombres, Suiza dio los nombres. Estados Unidos dice: resguardo el secreto del cliente" (La Jornada, Mex., 160200). En 1997 de 77 millones de informes de transacciones sospechosas sólo se pudieron demostrar ciertas 580. En octubre de 2000, se dió a conocer una reunión entre la procuradora general, Janet Reno, y representantes de grandes empresas como Ford Motor Company, Hewlett Packard y Whirlpool, para tratar el tema de cómo el dinero de la droga está penetrando en las bases económicas del país. La subsecretaria de Justicia, Mary Lee Warren pedía en 1998 leyes especiales, pues EEUU se estaba convirtiendo en el depositario mundial del dinero procedente del crimen. El lavado de dinero en la frontera de México con EEUU equivale al 10% del comercio entre ambos países: en 2000 el comercio ascendió a 246.836 millones de dólares y el lavado de dinero (incluído en la cifra anterior) fue de 22.000 millones. El 45% de las compras colombianas en EEUU proceden de la droga. Algunos ejemplos de lavado de dinero a través de entidades financieras de los EEUU: -> El año 1996 se revisaron las transacciones de dinero desde bancos de Nueva York a Colombia. Resulta que en Nueva York viven 25.000 familias colombianas con unos ingresos medios de 27.000 dólares anuales cada una; pero el envío promedio de dinero a Colombia fue de 32.000 dólares por familia, es decir, 800 millones de dólares. Los envíos se hacen de menos de 10.000 dolares cada uno, que es la cifra con la que se abre una investigación oficial si se hace por banco; si la transferencia se hace por agencias privadas como Western Union o American Express, burlan toda vigilancia. -> Una testigo protegida declaró en octubre de 1997 que grandes empresas y bancos estadounideses lavan el dinero que proviene del tráfico de drogas y que tiene su origen en Colombia. Se trata del Citibank, Chase Manhattan o Bank of America y de las exportadoras Ford, Whirpool, John Deere o Procter and Gamble. Por parte colombiana, tenemos al Banco Occidente, Banco Cafetero, Banco Ganadero, Banco del Estado y Banco Industrial Colombiano. "A través de las casas de cambio del mercado negro en Colombia, que operan con corresponsales que disponen de cuentas en bancos de Estados Unidos, las empresas son pagadas con dólares generados por el narcotráfico". (Clarin, Arg., 231097). "Puede ser que no conozcan el origen de esos fondos, pero aceptaron mis pagos sin preguntarme jamás quién era o cuál era el origen del dinero" (Clarin, Arg., 231097), declaró la testigo protegida, al explicar cómo lavó 14 millones de dólares desde una casa de transferencia de remesas de Nueva York. -> En 1997 Bancomer y dos bancos mexicanos lavaron millones de dólares de los cárteles de la droga. Es la operación de lavado de dinero más elevada que se conoce. -> El peruano Victor Venero, que trabajaba para Vladimiro Montesinos, abrió en 1998 una cuenta en el Citibank de Miami. Desde esta cuenta movió unos 15 millones de dólares. El dinero salía de Peru e iba a tres bancos de las islas Caimán para pasar a los EEUU en bancos como Citibank, Prudential Securities, Bank of America Corp., Financial Advisors (American Express Co), Northern Trust Corp., Hacienda Bank Santa Maria CA y Sanwa Bank en California, unos 10 ó 12 bancos en total. -> Según fuentes policiales, el Bank of America lavó unos 20 millones de dólares mediante 165 transacciones electrónicas en 1998. "El Banco de América fue punto de partida y de cierre de ciclos de transferencias que se hicieron en la oficina de Bancomer en Los Angeles, Tijuana y Tepatitlán, Populare de Italia, Chase Manhathan Bank de Nueva York y Mercury de las islas Caimán en el Caribe" (Notimex 120599) -> En agosto de 1999 se detectó una operación de lavado de dinero en el Bank of New York, por importe de 4.200 millones de dólares, realizada por la mafia rusa en 10.000 transacciones. La operación pudo ser 3 veces superior.
-> "Las investigaciones del Congreso estadounidense revelaron que Citibank había proporcionado "servicios" a cuatro estafadores políticos: Raúl Salinas (por un monto de 80 a 100 millones de dólares), Asif Ali Zardari (esposo de la anterior primer ministro de Pakistán: más de 40 millones), El Hadj Omar Bongo (dictador de Gabón desde 1967: más de 130 millones), Abacha (hijo del general Abacha, ex dictador de Nigeria: más de 110 millones). En todos los casos Citibank violó todas sus propias normas y las directrices del Gobierno: no existía el perfil del cliente (examen de sus antecedentes), se desconocía la fuente de los fondos, se había ignorado cualquier tipo de delito en el país de origen del dinero. Por el contrario, el banco facilitó la salida del dinero de los respectivos países con arreglo a un formato preparado: creó compañías ficticias, facilitó nombres en clave, encaminó los fondos a través de cuentas de concentración y los invirtió luego en negocios legítimos o en bonos del Tesoro, etc. En ninguno de estos casos -ni en miles de otros- se practicaron las diligencias debidas por parte de los bancos (con arreglo a las cuales el banco privado está obligado por ley a hacer lo necesario para garantizar que no favorece el blanqueo de dinero) y nunca se encausó y juzgó a ninguno de los responsables bancarios. Incluso después de la detención de sus clientes, Citibank continuó facilitándoles servicios, incluyendo el movimiento de fondos a cuestas secretas y la provisión de préstamos." "En el caso del blanqueo por parte del Citibank de la fortuna de Raúl Salinas (hermano del ex presidente de México), por un total de 200 millones de dólares. Tras la detención de Salinas y el descubrimiento de su saqueo a gran escala de fondos gubernamentales, su banquero particular en el Citibank, Ami Elliott, manifestó a sus colegas que "este asunto llega hasta el más alto nivel del banco; están al corriente los peces más gordos. Nosotros somos los peones del asunto.¨" (J.Petras, Emancipación, Arg., 060501) "Los bancos estadounidenses han desarrollado una sofisticada gama de métodos de transferencia de fondos ilegales hacia los EE UU y para su inversión en empresas legítimas o en bonos del Tesoro, lo que los legitima." (J.Petras, Emancipación, Arg., 060501). El lavado de dinero supera "los ingresos netos de todas las compañías de computación de los Estados Unidos, y por supuesto sus beneficios. Esas entradas anuales sobrepasan todas las transferencias netas realizadas por las principales compañías petrolíferas y militares y las fabricantes de aviones. Los mayores bancos de EE UU --Bank of America, J.P. Morgan, Chase Manhattan y en particular Citibank-- obtienen un alto porcentaje de sus beneficios bancarios de los servicios prestados a estas cuentas de dinero sucio de origen criminal. Los grandes bancos e instituciones financieras estadounidenses son el soporte del poderío global de los EE UU, mediante sus operaciones de blanqueo de dinero y de gestión de fondos extranjeros de origen ilegal." (J.Petras, Emancipación, Arg., 060501).
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