5 Exhortaciones - 4 - Confesionalidad
August 2, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Exhortaciones a la Iglesia Presbiteriana La falta de confesionalidad
Hace unos días hablaba con un grupo de estudiantes en un seminario. Les decía que aunque soy presbiteriano, constantemente me veo en la necesidad de añadir algunas etiquetas extra a mi identidad teológica para delinear bien los contornos de mi fe. Decir “soy presbiteriano”, ya no es garantía de nada. No desde que hay presbiterianos liberales, presbiterianos arminianos, presbiterianos dispensacionalistas, etc. Antiguamente, decir “soy presbiteriano” implicaba un sistema doctrinal muy bien definido, convicciones muy precisas. Pero en la actualidad, al parecer, sólo implica una forma de gobierno por presbíteros (ancianos). Es por eso que hay que especificar qué tipo de presbiterianismo es el que uno profesa. Uno de los seminaristas me preguntó “¿no sería suficiente con decir ‘Presbiteriano Reformado’?”. Con tristeza le respondí: “Debería serlo, pero no lo es. Ya no es suficiente, pues aún el término ‘Reformado’ ha sido devaluado”. devaluado”. En la actualidad, actualidad, decir “soy reformado”, parece implicar, simplemente, adhesión a los “Cinco Puntos del Calvinismo”. Eso no es todo lo que ser Reformado significa. Los Reformados de otras épocas, probablemente, reprobarían a los Reformados de la nuestra en decenas de puntos ¡aunque claro! estarían de acuerdo con ellos en cinco puntos. Nuestra época ha limitado el significado de ese precioso término de esa triste manera. Algunos otros espíritus, aún más perturbados, toman el término “reformado”, e ignorando su desarrollo histórico, alegan que ser reformado significa, simplemente, continuar con la misión de los reformadores del siglo XVI y reformar continuamente a nuestra iglesia ¿Qué hay de malo con eso? Primero, que ellos toman eso como una excusa para innovar tontamente en doctrinas y prácticas opuestas a aquella fe Reformada enraizada en la Biblia y en la historia, diciendo: “somos reformados, estamos reformando a la iglesia”. Y segundo, que ese no es el significado histórico del término. Es como si tomásemos el término “protestante” y dijésemos que todo aquel que haya ido a una marcha para protestar contra el gobierno de nuestra ciudad debe ser llamado “protestante”. Es cierto, hay relación entre la actividad realizada y el significado del término. Hay cierta lógica en llamar protestante al individuo que constantemente está en protestas. Sin embargo, el término “protestante” tiene un pasado, fue acuñado en un momento histórico en específico, para identificar a ciertas personas con convicciones específicas. No podemos usar el término caprichosamente. No podemos llamar reformado a todo aquel que está “reformando” a la iglesia, así como no llamamos “protestante” a todo aquel que protesta. protesta. Pero entonces ¿qué etiqueta podríamos adoptar para delinear con precisión los contornos de una fe más ortodoxa, y realmente reformada? ¡Confesional!
¡Presbiteriano Confesional! De hecho, ser Confesional, es el sentido original de lo que significa ser Reformado. Todo buen creyente Reformado es y ha sido Confesional. Pero ¿qué significa ser un Presbiteriano Confesional? Significa ser ese tipo de presbiteriano que se adhiere a aquellos documentos históricos a los que las Iglesias Reformadas se han suscrito a lo largo de su historia. Algunos de estos documentos son: Los Cánones de Dort, La Confesión Belga, El Catecismo de Heidelberg, La Confesión Escocesa, La Segunda Confesión Helvética, etc. De entre nuestros documentos históricos reformados, probablemente, los más representativos, son los redactados en Westminster entre 1646 y 1647: La Confesión de Fe de Westminster, y el Catecismo Mayor y Menor de Westminster. En estos documentos, no sólo encontramos un montón de ideas académicas frías y sin vida. En ellos encontramos la historia del pensamiento de nuestras iglesias. Encontramos la mentalidad de nuestros antecesores presbiterianos. De modo que, al haber descuidado estos documentos, hemos olvidado de dónde venimos, y esto ha provocado una pérdida de identidad denominacional tremenda. Si un individuo, repentinamente perdiera la memoria, eso influiría en su personalidad. Tal persona sería radicalmente distinta. Porque nuestro pasado, nuestras experiencias, el camino que hemos recorrido, en gran medida nos hace ser lo que actualmente somos. La Iglesia Presbiteriana, en términos generales, no sabe lo que significa ser presbiteriano, no sabe cómo se ve, ni cómo se oye un presbiteriano genuino genu ino ¿Por qué? porque no tiene memoria. Debemos recordar, fijarnos del camino que hemos recorrido, fijarnos en nuestros documentos históricos Reformados, eso nos hará recobrar nuestra identidad propia, vibrante y gloriosa. Rechazar los Catecismos y Confesiones, por otro lado, es una gran muestra de arrogancia. Si un médico llegase a decir “olviden “olvid en todo lo que se ha dicho hasta ahora, olviden todas las formulas y los hallazgos, olviden a todos los demás médicos, con sus trabajos y esfuerzos. La medicina comienza a partir de mis propios estudios personales, voy a hacerlo todo desde cero”. Aquello sería una iniciativa muy arrogante ¿Tirar a la basura todo el desarrollo que se ha dado a lo largo de la historia de la medicina para actuar como si todo lo bueno comenzase a partir de uno mismo? ¡Qué gran arrogancia! La Biblia es nuestra norma máxima de fe y práctica, y de ella debemos extraer nuestras convicciones más profundas. Sin embargo, los Catecismo y Confesiones son el desarrollo histórico de esa fe, una fe que busca basarse más y más en la Biblia; son el fruto del trabajo del Espíritu Santo sobre las mentes y corazones de cientos de hermanos mucho más capaces y piadoso que nosotros. ¿Desecharemos ese trabajo para actuar como si la fe cristiana genuina iniciase a partir de nosotros mismos? No seamos tan soberbios, por favor. Por supuesto, debemos aclarar que, no creemos que estos documentos reformados tengan la misma misma autoridad que la Biblia. La Biblia tiene autoridad “en sí misma”, no
necesita que nada ni nadie le confiera autoridad o veracidad. La Biblia, por ser la infalible Palabra de Dios, debe ser creída y obedecida por todo hombre. Sin embargo, aunque los Catecismos y Confesiones, no tienen esa misma autoridad, si tienen una autoridad derivada de la autoridad de las Escrituras. ¿Qué significa eso? que en cualquier punto donde estos documentos nuestros sean fieles a la Biblia, tendrán la misma autoridad de la Biblia respaldándolos. Sí, la misma autoridad de la Biblia, aunque derivada de ella. Así mismo, en donde no estén en armonía con las Escrituras, deben ser desechados como doctrinas de hombres. El asunto es que, hasta ahora, nadie ha logrado probar contundentemente, que estos documentos difieran de la Biblia en algún punto. Estos documentos, han pasado la prueba de la historia y han prevalecido por sobre cientos de errores y desvíos teológicos. Su autoridad sobre nuestra fe y práctica, debe ser tomada en cuenta. La triste realidad, es que en muchas iglesias Presbiterianas, ni siquiera se conoce de la existencia de estos documentos. Hermanos, si verdaderamente somos Presbiterianos, debemos ser también Reformados, y si somos Reformados, debemos ser Confesionales. No hay otra manera. Nunca ha sido de otro modo. ¡Regresemos hermanos! ¡Regresemos a las verdades que nuestros antecesores, encontraron, defendieron, redactaron y nos legaron, con tanto esfuerzo, en estos Credos, Catecismos y Confesiones! No por amor a los textos antiguos o las viejas formas, sino por amor a las Escrituras que jamás han sido tan honradas por algún grupo de documentos como lo han sido por éstos documentos. El Señor nos asista. L.S.T. Alejandro Gonzáles Viveros
I xic’bentel jiñi Iglesia Presbiteriana: Che’b mach yujilic baqui b i ñopbal
Max to weñ añic ora woli yon ti t`añ yic’ot jun mojt xq’el juñob ti jump’el seminário. Wolic su’beñob anquese presbiterianojoñ, pero añ tajol mu’to cs clañ yantac b jc’aba’ cha’añ mic weñ c jñel chuqi mic ñop. Che’b mi y jel “presbiterianojon” mach weñ añix i c’ jñi’bal. Tsa’ tejchi che b tsa’ caji jiñi presbiterianos liberales i c’aba’, presbiterianos arminianos, presbiterianos dispensacionalistas, añ yañ tac b. Ti wajali wajali che’b mi y jlel “presbiterianojoñ” yomch i yl jump’el weñ b cntesa, weñ uts’at b melbil. Pero wle, mi laj q’el, cojachix yom i yl cha’añ bajche mi i mel i ye’tel, añob ti wenta presbíteros (ancianojob). Jiñi cha’añ yomch mi i weñ ajlel baqui b jiñi jiñi lac ñop bal añonla che’ bajche presbiterianos. Juntiquil jiñi seminarista tsa’ i c’aj ti’beyoñ ¿mach ba jaslic che mi la cl cha’añ presbiteriano Reformadojonla? Yic’otix c ch’ijiyemlel tsa’ c jac’be jac’be:: che’ch yom, pero mach che’ic mi yujtel. Mach jaslix, come jiñi i c’aba’ Reformado tsa’ix jiñi i c’ jñi’bal. wle che mi la c l “joñon Reformadojoñ” yom jax i yl yilal cha’añ mi i ñop jiñi “jo’p’el i cntesa jiñi Calvinismo”. Mach cojic jach iliyi che’ mi la c l cha’añ Reformadojonla. Jiñi Reformadojob Reformadojob ti wajali, i tajol muq’ix i q’elob ti lecoj come ca’blix puntoj tac melbilb ¡pero i sujm! Acuerdojob jiñi jo’p’el puntos am b wle. Tsa’ix weñ q’extyi i sumlel jiñi i c’aba’ wale. Añob lamit’al ñumen asiyemo’b i ña’t’bal, mi i ña’tañob jiñi t’añ “Reformado” che b mach yulilo’bic bajche tsa’ ujti wajali, mi y lob cha’añ cojach yom i y l cha’añ mi lac mel majlel i ye’telob jiñi reformadores tsa’ b ajñiyob ti siglo XVI yic’ot mi lac ch n toj esañ majlel jiñi iglesia. ¿chuqui mach b weñic ilayi? ñaxamb, mi i q’elob iliyi che’ bajche jump’el to’ol t’añ cha’añ mi i laj tsijib tesañob cntesa yic’ot bajche i ñusaq’iñob pero mach lajalic che’ bajche’ ñop b lel Reformadab añ b i sumlel ti i t’añ lac Yum yic’ot ti historia, mi ylob: “joñon lojoñ reformadojon lojon, wolic tsijib tesañ lojon jiñi iglesia”. I cha’ p’ejlel, mach jiñi mero i sujmlelb jiñi jiñi t’añ Reformado ti wajali. wajali. Lajal bajche mi lac mel lajiya jiñi t’añ “protestante” mi la c l pejtelel ajñemb ti marcha cha’añ mi i letojiñ yuml baqui añonla yom mi i yochel i c’aba’ ti protestante. I sujm, lajalch chuqui tsa’b i mele yic’ot i c’aba’. Añ ch i wenlel cha’añ mi i pejc ntel ti protestante jiñi ñmlb i contrajiñ yuml. Pero, jiñi t’añ “Protestante” añ ch bajche tsa’ ujti, tsa ochi jiñi i c’ c’aba’ aba’ cha’añ mi i c jñel wiñicob x ixicob año’b wem b i ñop balob. Ma’añic mi i mejlel ti c’ jñel jiñi t’añ cche’ he’ bajche ba jche jach la com. Mach mejlic m ejlic lac pejcan ti reformado pejtelel woli b i “tsiji’ tesañ” iglesia, che’ bajche ma’añic mi i me jlel lac pejcañ ti protestante pejtelel muc’o’ b ti leto yic’ot yum l. Pero wle ¿baqui b mero i c’aba’ yom mi lac ch’ m cha’añ cñl baqui b jiñi toj b cntesa yic’ot mero reformado b? ¡Confesional i c’aba’! ¡Presbiteriano Confesional i c’aba’! Che’b mi lac pejcntel ti confesional jiñ ch mero i sujmlel b cha’añ Reformadojonla. Pejtelel weñ b xñop t’añ Reformado b añ ch w le yic’ot c’l ti wajali jiñi wem b i ñop bal.
¿chuqui yom i yl che b presbiteriano confesionalonla? Yom i yl cha’añ jiñch juntiquil presbiteriano mu’b i ñop jiñi jun tac melbil b ti wajali (documentos históricos) baqui ochemob pejtelel iglesias Reformadas c’l ti wajali. Jiñi jun tac woli b la cl jiñch iliyi: los Cánones de Dort, la Confesión Belga, el Catecismo de Hidelberg, la Confesión Escocesa, la Segunda Confesión Helvética, añ to yan tac b. Jiñi lac jun tac melbil b añ ñumen añ b i c’ jñi’bal, jiñch melbil b ya’ ti Westminster che’ ti 1646 yic’ot ti 1647: jiñch Confesion de Fe de Wstminster yic’ot yi c’ot Catecismo Mayor y Menor de Westminster. Ili jun tac, tac, macg cojic jach mi lac taj ña’t’ball mach b añic i c’ jñi’bal. Ilayi mi lac taj che bajche tsa’ tili i ña’t ’bal jiñi Iglesias tac. Ya’i mi lac taj beñob i ña’t ’bal jiñi ñaxamb presbiterianojob. Jiñi cha’añ, che’b cybil ili jun tac lac cha’añ, ñajyemix baqui tilemonla jiñi cha’añ tsa’ix p’ojli che’b mach la cujilix baqui tilemonla. Mi añ juntiquil mi i wa’ st i ña’ti’bl mi i laj asi’beñ i cuxtlel. Muq’ix i sujtel ti yamb come jiñi laj cuxtlel ti wajali, pejteel lac ñusaq’iñ x mbil b lac cha’añ jiñch mu’ b i yq’eñonla i sujmlel laj cuxtlel. Jiñi Iglesia Presbiteriana, mach yujilic chuqi i sujmlel cheb presbiteriano i c’aba’, mach yujilic bajche yilal mi i q’ejlel mi q’ejlel mi jiñic bajche mi i yu’bin juntil weñ b Presbiteriano ¿chucoch? Come ma’añic i ña’ti’bañ. Yom mi lac ña’tañ, mi laj cñ jiñi bij xmbilb lac cha’añ, ma lac cha’ q’el jiñi jun tac lac cha’añ Reformado b, jiñch mu’b caj i cha’ su’beñonla majqiyonla, majqiyonla, xuxulb yic’ot pejtelel i ñuclel. Mi muq’ix lac choc jiñi Catecismos y Confesiones, yom i y l cha’añ cha’añ woli lac bajñel q’el lac b ti ñuc. Añic jax juntiquil doctor mi i y l “laj ñajtesanla pejtelel chuqui albilb wle, pejtelel chuqui melbiltaquix tajbiltaqix. Ñajtesanla pejtelel yantac b doctorob, pejtelel ye’telob. Jiñi pejtelel ts’ac tac mi’ cajel ti tejchel tic bajñel ña’tbal, mi i cajel c tech ti ye’bal”. Iliyi woli jach i chan esañ i b. Che mi laj choc ti basura pejtelel tsa’ix b mejli ti wajali cha’añ jiñi ts’ac cha’añ mi i tejchel tsiji’b jiñch yom i yal ¡chan esa b! Jiñi i T’añ lac Yum jiñ ch ñumen ñuc b cha’añ mi i su’beñonla chuqui mi lac ñop yic’ot bajche mi lac cha’leñ chumtl, jiñi cha’añ ya’ ch baqui yom mi lac loc’ loc’ pejtelel lac xuc’tlel. Che’ ja’el jiñi Catecismo yic’ot Confesiones jiñ ch bajche mi i ps i b ili xuc’ tlel c’l ti wajali, jump’el xuc’t lel yomb chñ ajñel ti i T’añ Lac Yum; jiñch i wut i ye’tel jiñi Chujul b i Ch’ujlel lac Yum ti’ ña’ti’b l yic’ot ti’ pusic’al bajc’ l x ñop t’añob ñumen uts’at b tsa’ i ñopoyob lac Yum bajche’ onla. ¿jiñi cha’añ mu ba cajel lac choc ili e’tel cha’añ mi lac cajñel c ajñel che bajche i ñopol lac mi i bajñel tejchel ti lac tojlel wle? Mach yomic weñ ñuc mi laj q’el lac b lac b ¡la’ wocolic! wocolic! Yom mi lac ña’tañ ja’el cha’añ ili jun tac woli b la cl mach lajalic i ñuclel che’ bajche jiñi i T’añ T ’añ lac Yum. Jiñi i T’añ lac Yuma ñ i bajñel ñuclel, mach wersa jic añ majqi mi ch mach b añic i falla yom mi i ñojpel yic’ot mi i yq’eñtii pejtelel ñuclel opañimil. i sumlel.Pero Come jajq’el jiñi jiñ Catecismos y Confesiones anquese ma’añic i bajñel ñuclel, pero añch i ñuclel come loq’em ya’ ti i T’añ lac Yum. ¿chuqi yom i y ¨l iliyi? Cha’añ ti i pejtelel ili jun tac baqui uts’at uts’a t mi i ps chuqi an ti Biblia, añ i ñuclel come ya’ch loq’em ti i T’añ lac Yum. Añch i ñuclel che’ bajche lac Biblia pero ya loq’em i
ñuclel ti i t’añ lac Yum. Che’ jael baqui mach tojic añ che bajche an ti i t’añ lac Yum, yom mi i chojquel come i cntesajach wiñic. Pero c`l w le ma’añic majqi albil i cha’añ ti i sujm cha’añ pejtelel iliyi mach lajalic yic’ot i T’añ lac Yum. Come ñumenix i cha’añ ca’b l prueba ti wajali i tsa’ laj Ñumi i cha’añ pejtelel yan tac b mach b weñic cntesa. Jiñi cha’añ yom mi i q’ejlel ti ñuc come añ i c’ jñi’bal cha’añ i ñopol lac Yum yic’ot bajche mi la cajñel. Pero jiñi ch’ijiyemb añ ca’bl Iglesias Presbiterianas mach b junya yujilic mi an tañ jun melbil tac b. Quermañujob, mi ti i sujm mero Presbiteriano jonla yic’ot Reformadojonla yomch añ weñ b lac ñopbal. Come ma’añic yamb bajche yom. ¡la’ cha’ sujticonla! ¡la’ cha’ sujticonla ti sujmlel tsa’ b i tajayob ñaxamb x ñop t’añob, tsa’ i yc’yob ti c jñel, tsa’ i ts’ij ts’ijbayob bayob yic’ot tsa’ i cybeyonla che ca’bl tsa’yu’biyob i wocolel ya’ ti Credos, Confesiones y Catecismo! Mach cha’añic mi ac weñ c’uxbiñ ili ñoxixb jun tac melbil b cha’añch mi laj c’uxbiñ i T’añ lac Yum che’ bajche tsa’ weñ q’ejli ti ñuc baqui ora tsa’ mejli ili jun tac. La’ i weñ coltañonla coltañonl a lac Yum. Traducción al Ch’ol: Pbro. Eulalio Gómez López
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