5 El Grupo Instituyente Del Sujeto. y El Sujeto Instituyente Del Grupo

July 22, 2017 | Author: Cardozo Zul | Category: Dialectic, Psyche (Psychology), Subjectivity, Psychoanalysis, Psychology & Cognitive Science
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EL GRUPO INSTITUYENTE DEL SUJETO Y EL SUJETO INSTITUYENTE DEL GRUPO *

Analizando la obra de Enrique Pichon-Riviere, el itinerario que sigue en su desarrollo, nos encontramos con un autor que accede a la temática de la intersuejetiuidad a partir de su interrogarse por la intrasubjetiuidad. Es la pregunta por el sujeto' y su acontecer, particularmente por ese tipo de experiencia que se denomina psicosis lo que lo llevará a interrogarse por la interacción, el vínculo, el grupo, su estructura y su eficacia determinante. Desde su descubrimiento de que la enfermedad mental, esa modalidad peculiar de significarse a sí y al mundo, de interpretar la experiencia, es un emergente, es decir, tiene sus condiciones de producción en ciertas formas deinteracción familiar, la problemática· del ~ujeto y la temática, del grupo quedarán definitivamente articuladas en su pensamiento en tanto se reenvían recíprocamente. En la relación terapéutica, y a partir del análisis del proceso transferencial Enrique Pichon-Riviere accede a un

* Conferencia dictada en el Centro de Investigación to en Psicología, en' 1984.

y Asesoramien-

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mundo interno, dimensión intrasubjetiva que tiene las características de una trama argumental interna, de una dramática en la que se articulan e interactúan el self y los objetos internos. Interaetúan relacionándose con las características de una formación grupal. En la "conducta réplica", en la "falsa conexión" de la transferencia, Enrique Pichon-Riviere veía no sólo actualizarse deseos, sino como lo señala Neuyrat, .a una relación del pasado interrogar a esa relación del presente. Accedía a las formas de esa dramática interna porque ésta intentaba desplegarse en el e~pacio transicional de la relación terapéutica, espacio del grupo. Y ese desplegarse se manifestaba por un adjudicar roles o intentar asumirlos, por un reeditar modelos de relación inscriptos en ese mundo interno, sostenidos en esa trama argumental desde la que se interpretaba la realidad. En el paciente . psicótico o neurótico esa dramática condiciona un empobrecimiento de la relación sujeto-mundo, la intensidad del estereotipo revela una detención del aprendizaje. El carácter interaccional, grupal, dramático de la dimensión. intrapsíquiea había sido adelantado por Freud a partir de las diversas formulaciones del concepto de fantasía y en particular cuando en "Psicología de las masas y análisis del yo" afirma: "en la vida psíquica está siempre integrado el otro, como objeto, modelo, rival o ayudante". A la vez, desde la Escuela Inglesa, de tanta influencia entonces (fines de la década del '40 y década del '50) en el pensamiento de Enrique Pichon-Riviere se plantea que las primeras fantasías se experimentan como sensaciones, pero que toman más tarde la forma de imágenes plásticas y representaciones dramáticas. Podemos preguntamos: ¿qué • hechos de su práctica clínica llevaban a ese psicoanalista, que tenía a su disposición esas respuestas en las que el deseo inconsciente y la actividad pulsional aparecían como artífices de esa dramática, a seguirse interrogando por su origen? Y ¿qué lo llevaba a centrar su indagación en los procesos de interacción, la dialéctica entre sujetos, buscando las condiciones de producción de esa dramática, replan-

teándose el concepto de relación de objeto y sustituyéndolo por el de vínculo 1, en el que se adjudica eficacia no sólo a una interrelación fantasmática, producción del sujeto, sino a la acción del otro, del objeto, que se mueve de hecho hacia la gratificación o frustración, resituando así el lugar fundante de la experiencia con el otro, de las relaciones reales con el contexto, en la constitución de lo subjetivo? ¿Cómo llega Enrique Pichon-Riviere a elaborar la hipótesis de que la enfermedad es un emergente, es decir una cualidad nueva que aparece en un ·campo interaecional y que tiene sus condiciones de producción en un proceso de interacción que denominamos patogenético, siendo el que enferma portavoz de ese proceso? Su práctica terapéutica, particularmente en el campo de la llamada "urgencia" psiquiátrica lo contactaba no sólo con el paciente en crisis, sino con su grupo familiar, también en crisis. Y en este grupo la situación de crisis, la emergencia de la enfermedad en uno de sus integrantes des-cubre con toda crudeza los mecanismos de interacción. La crisis funciona como analizador, en el sentido de que permite explicitaciones de lo hasta allí encubierto o implícito. ¿Qué queda al descubierto? Las formas de comunicación, el sistema de fantasías que organiza la interacción grupal, la adjudicación y asunción de roles, las formas de la mutua representación intema, las alianzas y exclusiones, los secretos grupales, las proyecciones masivas, las depositaciones, el destino de la necesidad de los integrantes, que es habitualmente un destino de negación o frustración sistemática. El mecanismo de segregación que comienza a estructurarse y que da cuenta de que el portavoz empieza a ser significado por los otros como el portador de lo siniestro,

1 Vínculo: estructura compleja que incíuye un sujeto, un objeto, su mutua interrelación y procesos de comunicación y aprendizaje.

(Pichon-Riviere,

E., El proceso grupal,

Ed. Nueva Visión).

de lo que "debiendo permanecer oculto se ha manifestado". Ese contacto le permite establecer ciertas correspondencias; algunas hipótesis acerca de una relación de causalidad dialéctica, no lineal, no especular, entre el acontecer del paciente y el acontecer del grupo 2. Ese contacto espontáneo es tan revelador que Enrique Pichon-Riviere lo transforma en recurso técnico, y ya en ese encuadre una investigación sistemática de esas relaciones pone de manifiesto los nexos entre ese sistema interno, esa dramática (mundo interno del portavoz) y la interacción grupal. Grupo familiar y paciente aparecen articulados en un sistema o "gestalt", en una relación cambiante de figura y fondo. Esto es: esa investigación sistemátiCa, dada ya en el abordaje grupal familiar del proceso del enfermarse, revela relaciones de causalidad dialéctica entre la estructura y dinámica de ese grupo familiar y la estructura y dinámica del mundo interno del portavoz. Esto conduce a Enrique Pichon-Riviere a caracterizar a ese mundo interno, a esa trama argumental como reconstrucción fantaseada de la trama de relaciones en la que emerge, trama que es escenario de su experiencia y la determina, la significa, la organiza. Así el émergente de la enfermedad, ese delirio, ese discurso psicótico, ese síntoma, remite como signo a un proceso interaccional, con un presente y con una historia, proceso que ha operado como condición de producción de esa estructura (la del grupo interno) y de la actual quiebra entre grupo interno y grupo externo. La enfermedad es indicador, denunciante del funcionamiento de esa estructura grupal. 2 La posición de Enrique Pichon-Riviere no puede ser identificada con la antipsiquiatría; la antlpsiquiatría idealiza la enfermedad, o la niega. La denuncia se define lúcida. Para Enrique Pichon-Riviere la enfermedad es ruptura con la realidad, denuncia ciega, que no sabe que denuncia. Lo que se idealiza 'no puede ser transformado, rescatamos el valor de la crisis como posibilidad de cambio, de desestructuración de lo previo. Se trata de no simplificar la complejidad de lo psíquico, la relación mundo interno-mundo externo es dialéctica, no mecánica.

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Eso lo lleva a pensar que esa conducta no tiene sólo un sentido intrapsíquico sino que es esencialmente relacional aun la aparentemente más aislada, y en tanto relacional e~ también 9ireccional. Es señal, respuesta en un código grupal cuyas claves deben ser descifradas. Y que ese desciframiento sólo puede darse en el contexto de la red vincular en la que se configura. El sujeto se comporta en un contexto que es, como decíamos, horizonte de su experiencia, organizador y determinante de la misma, sólo en ese contexto esa conducta adquiere entonces significatividad y coher~ncia. Esto nos conduce a una aparente paradoja: que para comprender lo intrasubjetivo debemos, en gran medida, descentramos de esa intrasubjetividad, focalizando la intersubjetividad que la determina. Lo requerido será entonces el análisis de la dialéctica éntre grupo interno y grupo externo, entre lo intrasubjetivo y lo intersubjetivo, en la indagación de la complejidad de causas internas y condiciones externas. El descubrimiento de la eficacia de la interacción que puede generar patología o por el contrario, promover el aprendizaje, el desarrollo de identidad, la fortaleza· yoica, llevan a Enrique Pichon-Riviere a un camino de investigación, en el que se interrogará por el lugar del otro, del vínculo, del grupo, de las instituciones y de las relaciones sociales en la constitución de lo subjetivo. Esta investigación culminará en una concepción del sujeto como "social e históricamente determinado", que es en cada aquÍ y ahora la síntesis, el punto de llegada de una historia vincular y social. El sujeto se constituye como· tal en· una relación dialéctica con el mundo, relación que tiene su motor en la necesidad. Necesidad que lo vuelca sobre el mundo en busca de la fuente de gratificación. Pero el mundo para el sujeto humano se da a su experiencia entretejido de vínculos y relaciones sociales, que determinan a esos vínculos. Son estos vínculos y relaciones entonces los que configuran la subjetividad.

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Para Enrique Pichon-Riviere el sujeto es en primer término sujeto de la necesidad, y desde allí accede a las representaciones, las significaciones sociales, las normas. Esa transformación del sujeto de la necesidad en sujeto de la significación tiene como escenario e instrumento la interacción, el vínculo, el grupo. Dice Enrique Pichon-Riviere: "El hombre es un ser de necesidades que sólo se satisfacen socialmente en relaciones que lo determinan, nada hay en él que no sea resultado de la interacción entre individuos, grupos y clases" . Pero ese sujeto, en tanto sujeto de la necesidad, lo es también de la praxis. Es actor, productor, protagonista de su historia vincular y social. Jerarquiza desde aquí el problema de la acción, y se replantea la temática de la cura, elaborando un criterio de salud, a la que caracteriza como "adaptación activa a la realidad", aprendizaje, relación de modificabón recíproca, de mutua transformación de sí y del contexto. El sujeto para Enrique Pichon- Riviere, si bien emergente, producido, configurado y determinado desde lo vincular social, no es sólo el sub-jectum de la necesidad; en tanto sujeto de la acción destinada a satisfacerla, es sujeto del pro-jeetum, de la acción transformadora, de la creatividad. La sujeción a la r:ecesidad, como punto de partida de una acción destinada a satisfacerla, es condición de una praxis, en la que el sujeto se proyecta sobre el mundo, se articula con otros en un hacer, en una tarea. Este hacer con otros, esta interacción en función de la necesidad es rasgo esencial y fundan te de esa estructura que denominamos grupo. Señalamos hasta aquí que el grupo instituye al sujeto, que como dice René Kaes, el grupo es apoyo del psiquismo. Apuntaremos a mostrar cómo el sujeto de la praxis y de la representación a su vez instituye al grupo. Cómo se da la dialéctica entre función instituyerite del grupo en el sujeto y del sujeto en el grupo. Enrique Pichon-Riviere define al grupo como "conjunto

restringido de personas, que ligadas por constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna, se proponen en forma explícita o implícita una tarea que constituye su finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de adjudicación y asunción de roles" . Toda definición, en tanto intenta conceptualizar la esencia de un proceso, alude a los principios que rigen la emergencia y desarrollo de ese proceso. Llamamos' a esos principios "organizadores internos". ¿Cuáles serían entonces para Enrique Pichon-Riviere los principios organizadores internos de la: estructura grupal, sus rasgos determinantes? Un complejo de necesidades-objetiva-tarea y la mutua representación interna. El grupo se constituye a partir de las necesidades de los integrantes y en la mutua representación interna. Cada sujeto se incluye en una dialéctica, en 'Jn interjuego con otros a partir de una contradicción interna entre necesidad y satisfacción, contradicción que sólo puede resolverse en una experiencia, en una relación con otro. De allí que el vínculo como unidad iIlteraccional básica y el grupo como trama vincular constituyan a la vez escenario e instrumento de resolución de necesidades. Esto tiene una historicidad individual y social. El otro o los otros aparecen intrincados en el interjuego necesidad-satisfacción, en una red de expectativas, adquiriendo entonces significatividad. Esto tiene como consecuencia que la acción hacia el otro en tanto fundada en la necesidad, sea direccional, intencional. Tiene un objetivo que podrá o no ser explícito. La acción hacia el otro, como búsqueda del objeto para lograr gratificación o evitar la privación, tiene siempre una finalidad. Por eso es que Enrique Pichon-Riviere sostiene que "no hay vínculo y en consecuencia grupo sin tm:ea"; ya que toda relación se establece con un sentido de operatividad, logrado o no. Dentro de esta constelación necesidad-objetiva-tarea que da lugar a la constitución de un grupo, que organiza internamente esa red interaccional, po~

demos caracterizar al objetivo como aquello que, definido desde la necesidad, significaría su satisfacción, aquello de lo que se carece y a lo que se tiende. La tarea a su ve;!:podría entenderse como el proceso, el conjunto de acciones destinadas al logro del objetivo; la tarea se plantea desde la necesidad y es la transformación de esa ausencia, de esa carencia en aquello que la satisface. Implica necesariamente transformación de la realidad interna y externa. Para Enrique Pichon-Riviere el grupo se plantea como una estructura de acción, de operación; de allí que todo grupo sea en esencia una estructura operativa. Esta concepción del grupo tiene consecuencias a nivel metodológico. La técnica de grupo operativo apunta a centrar la interacción en el reconocimiento de las necesidades, elaboración de un proyecto y desarrollo de la tarea, potencializándose la acción grupal en tanto se visualicen, aborden y resuelvan las contradicciones que emergen en la marcha hacia el objetivo grupal. La interacción no es sólo un proceso motivado, fundado en la necesidad y con una illtencionalidad. Es también un proceso eficaz. Uno de sus efectos, el más significativo, es la constitución, modificación o reestructuración del mundo interno de los sujetos comprometidos en ese proceso. La acción en el mundo externo, la relación, la experiencia con el otro se inscribe en una dimensión intrasujeto, alcanza otro nivel de existencia como huella, como registro de la experiencia en el escenario. interno o mundo interno. El vínculo se instituye como tal cuando cada. sujeto, cada actor reconstruye en su interioridad, la trama relacional de la que participa. En la interioridad de cada uno de los integrantes de la red interaccional se inscribe, adquiriendo entonces otra vigencia, otra calidad, la situación que articula un complejo de actores, necesidades y objetivos que definen un proyecto y en consecuencia una tarea. Esta inscripción de la trama interaccional en cada uno de los sujetos, efectivizada en la mutua representación interna o intemalización recíproca, coherentiza y estructura esa trama. Le da su carácter de sistema.

El proceso de interiorización recíproca como instancia constitutiYa del grupo fue estudiado en primer término por Sartre. En Crítica de la Razón Dialéctica afirma que el grupo se constituye como tal cuando todos y cada uno de los integrantes sintetiza, totaliza en su interioridad el conjunto de relaciones en el que está incluido. Se denomina a este proceso configurador síntesis policéntrica o to talización. Desde allí y desde su hacer el sujeto se convierte en agente de constitución del grupo, instituye al grupo. En ese proceso instituyen te se liga con todos y cada uno por relaciones de interioridad :r,ecíproca, o como dice Laing, por relaciones de co-inherencia. Podemos decir que a partir de esta mutua representación interna, según Enrique Pichon-Riviere, se configura un "lugar" del grupo, que no es su ámbito espacial, sino la estructura representacional que se apoya en todos y cada uno de los miembros del mismo. Esa estructura representacional no es sólo efecto de la interacción, será de allí en más también determinante de la misma; es la que sostiene, como interjuego de fantasías, los mecanismos de adjudicación y asunción de roles. En esa mutua representación interna se apoyan los sentimientos de pertenencia grupal, esa vivencia de contar con los otros que permite la planificación conjunta. Esa internalización recíproca o mutua r~presentación interna no es inerte; es proceso que continúan desarrollando todos y cada uno de los integrantes; la praxis grupal consiste no sólo en un hacer, es también esa síntesis activa, por eso el grupo es acto, es proceso permanente. "El nosotros del grupo -dice Sartre-- es un nosotros práctico, no ontológico". Con esto afirmamos que el grupo no es un sujeto, sino un sistema de sujetos fundado en su praxis. Esa estructura es construcción de los sujetos, y construcción permanente. Enrique Pichon-Riviere dice "el grupo es gestalt-gestaltung, estructura-estructurando", y con esto podemos retomar la idea ya planteada: la de la dialéctica de la función instituyente del grupo en el sujeto.

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Sujeto constantemente determinado por ese proceso interaccional, y del sujeto en el grupo, al que hace, configura con cada acto, con cada representación. He intentado demostrar aquí que el grupo es estructura en movimiento en que lo múltiple se unifica, adquiere coherencia interna a partir de dos principios organizadores que operan con interdependencia, a) necesidades, objetivo y tarea, y b) la mutua representación interna, internalizacián recíproca, por la· que adquiere vigencia interna, en todos y cada uno, la situación interaccional en su complejidad. Síntesis que tiene como agente a cada integrante, síntesis que es a la vez proceso y producto, siempre en movimiento, siempre en totalizacián, nunca acabada. Y que el sujeto es a la vez productor de ese proceso y su emergente, determinado y determinante, instituido e instituyente.

Freud, S. "Psicología de las masas y análisis del yo", O. C., Tomo XVIII, Ed. Amorrortu, 1979. Pichon-Riviere, E., "Prólogo" en El proceso grupal, Ed. Nueva Visión, 1975. Pichon-Riviere, E., "Estructura de una Escuela destinada a la formación de psicólogos sociales" en El proceso grupal, Ed. Nueva Visión, 1975. Pichon-Riviere, "Aportaciones a la didáctica de la psicología social" (en colaboración con Ana P. de Quiroga), en El proceso grupal, Ed. Nueva Visión. 1975. Sartre, J.P., Crítica de l"a razón dialéctica, Tomo II, Ed. Losada. Kaes, R., El aparato psíquico grupal, Gedisa, 1977. Kaes, R., "El apoyo grupal del psiquismo individual", Revista temas de psicología social", NQ Extraordinario, 1981. Quiroga, Ana P. de, "El concepto de grupo y los principios organizadores de la estructura grupal en el pensamiento de E. PichonRiviere", en este mismo volumen. Quiroga, Ana P. de, "La concepción del sujeto en el pensamiento de E. Pichon-Riviere", en este mismo volumen.

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