Dr. Juan Carlos Rodríguez Alvira
Cadera congénita C
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Displasia de cadera no es lo mismo que luxación Dr. Juan Carlos Rodríguez Alvira Ortopedista y traumatólogo infantil de la U. del Rosario, docente de la U. del Rosario y docente en posgrado en Medicina del Deporte de la U. del Bosque Ex profesor de posgrado en Ortopedia y Traumatología Pediátrica de la U. Javeriana, de la U. del Bosque y la U. Militar Nueva Granada Especialista en Docencia Universitaria Miembro de la Academia Colombiana de Pediatría y Puericultura y miembro fundador del Capítulo de de Ortopedia Infantil de la Sociedad Colombiana de Cirugía Ortopédica y Traumatología
[email protected]
Introducción Los problemas congénitos de cadera han adquirido en nuestro medio una importancia inusitada, lo que ha llevado a una gran conusión en el gremio médico, especialmente entre los pediatras, radiólogos radiól ogos y ortopedistas. Desaortunadamente,
por razones más jurídicas que médicas, se ha llevado a que las displasias, displa sias, subluxaciones, luxaciones y cadera inestable al nacimiento, n acimiento, reciban
el único diagnóstico de displasia del desarrollo de la cadera (DCC), cayendo, además, en un pleonasmo terrible puesto que toda displasia es del desarrollo. Se habla que aparecen casos tardíos de displasia, pero para el autor, autor, se trata de interpretaciones inadecuadas del cuadro clínico y/o las radiograías, dándole, en estas últimas, una importancia injusticada a las mediciones numéricas, incluso diagnosticando
patología únicamente patología ún icamente por tener un ángulo elevado en algunas tablas, no en todas, sin tener en cuenta que las medidas varían va rían mucho con la
edad, raza, sexo, lado, posición de la cadera y orientación del rayo en el momento de tomar el estudio,, incluso cambia con el grosor del lápiz y estudio
el aparato de medición, especialmente cuando se mide con goniómetro (para medir arcos de movimiento articular) y no con transportador (para medir ángulos) ángulos)..
Historia En el mundo, y en nuestro medio hasta antes de 1975, básicamente se buscaba la luxación de cadera, que es la patología que da signos, y ocasionalmente se diagnosticaba la displasia por algún hallazgo clínico sospechoso, sospechoso, como como un clic, limitación para la abducción de cadera o pliegues asimétricos, a los cuales se s e tomaban radiograías radiogra ías de cadera, y el diagnóst diagnóstico ico se basaba
únicamente en la medida de los índices acetabulares, según la tabla del Dr. Caey.
Basado en la relativa alta incidencia de reemplazos de cadera y osteotomías del ilíaco o del émur que se eectuaban en el Hospital Militar de Bogotá, en pacientes con secuelas de displasia de cadera que nunca se habían diagnosticado, ni presentaban signos patológicos
antes de empezar la sintomatología dolorosa CCAP Volumen 6 Número 2 5
Cadera congénita
por la artrosis, el autor, en 1979, eectúa 33 radiograías a menores de 3 meses con examen ísico perectamente normal, y encuentra 3 displasias numéricas, estudio que se suspende por razones administrativas.
estos pacientes y las de algunas publicaciones tratando observaciones similares, notando que en todos los casos había tres actores comunes: La poca o ninguna proundidad del acetábulo, la ausencia o orma redondeada y obtusa del borde externo del acetábulo, y la esclerosis que
En 1981, en la Clínica Santa Rosa de Lima de la Caja Nacional de Previsión en Bogotá, repite el
se orma en el ondo del acetábulo, por el apoyo
de la cabeza, que estaba lateralizada.
estudio con 86 niños, 7 presentaban displasia, por lo cual comienza a tratar de convencer a los
pediatras para realizar de rutina los Rx entre las semanas 8 y l2, y solo hasta 1987 logra que el grupo de pediatras de la Clínica del Country eectúe el estudio, pero casi siempre lo hacía en mujeres, por eso el promedio de displasia de los
dierentes pediatras era de un l0% con rangos entre 7 y l4%. En 1986 se inicia la toma casi rutinaria de radiograías en el Hospital Inantil Universitario Lorencita Villegas de Santos, aprovechando que
los Residentes de Pediatría y los Estudiantes de pregrado de La Universidad del Rosario rotaban en ortopedia inantil, por tanto pedían los Rx antes de los 4 meses de edad; en 1988 en un órum del mismo hospital, con la pediatra Dra. Castellanos L.M., se revisan las historias de 386 niños en tratamiento de displasia simple, encontrando que en el momento del diagnóstico, solo el 46% tenían limitación para la abducción de caderas, al 16% se le sentía un clic a la abducción, y al l7% se le tomaron las radiograías por solicitud de la madre a pesar del examen ísico normal. En 1996, sobre una base de 1.870 niños, se encuentra displasia en el 7%, cira que actualmente el autor cree que es inerior, debido a que se le dio mucha importancia al índice acetabular para hacer el diagnóstico, y un 0,9% de luxaciones.
En 1994, el autor cuestiona los índices acetabulares como signo único de displasia de
índices acetabulares variaban enormemente en
cada uno si la pelvis est aba rotada o inclinada, el arco de Shenton se rompe con las rotaciones interna o externa y en abducción o aducción del émur, y la gota de lágrima varía con las inclinaciones o rotaciones de la pelvis, datos que se repiten en las mediciones corrientes de las dierentes radiograías de los pacientes, por tanto, estos tres parámetros dejan de tener, para el autor, importancia en el diagnóstico de la displasia. Al revisar la literatura, algunos los mencionan pero es poca la importancia que se les dan.
Definición Se trata de una alteración en el desarrollo de la cadera, ya sea en el acetábulo y/o la cabeza y cuello emoral, y/o de sus estructuras blandas, lo cual implica una amplia gama de trastornos, desde la simple laxitud ligamentaria, hasta la pérdida completa de las relaciones coxoemorales, por el desplazamiento de la cabeza del émur uera del acetábulo.
Sinónimos Luxación congénita de la cadera, displasia congénita de la cadera, displasia del desar rollo de la
cadera, displasia de la cadera en desarrollo.
cadera, a pesar de haber indicado en una publicación los valores que aceptaba como máximos
Terminología
normales, debido a que encontró varios casos
Uno de los principales problemas para reerirse a este tema, es la inadecuada utilización de la terminología, por eso el autor considera
que inicialmente eran normales y después “desa-
rrollaban” displasia. Revisó las radiograías de 6 Precop SCP
En l995 el autor toma varias radiograías de caderas a tres cadáveres, encontrando que los
Dr. Juan Carlos Rodríguez Alvira
importante la denición de los términos que se van a utilizar en este artículo, para que siempre se entienda lo que es cuando se reere a determinado tópico. •
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Cadera luxable: se trata de aquella cadera en la
cual la cabeza emoral se encuentra dentro del acetábulo, pero el examinador la puede luxar. Esta condición se puede dar en caderas sanas los primeros 8 días, máximo l5, después del nacimiento y es secundaria a la infuencia hormonal de la relaxina que de la madre pasa al niño. Es un hallazgo clínico. Displasia: implica un trastorno en el desarrollo de los elementos de la cadera, ya sea por alta de desarrollo del acetábulo o retraso importante en la osicación de la cabeza emoral. Aquí nos reerimos a la displasia como una alteración en la morología del acetábulo, y solo se puede demostrar mediante imagenología. Subluxación: pérdida parcial de las relaciones articulares. La cabeza se encuentra dentro del acetábu-
lo, pero lateralizada y/o discretamente ascendida sin que se haya salido por completo del acetábulo.
Con recuencia se le denomina también cadera inestable, porque en ciertas posiciones (abducción - fexión - rotación interna) se encuentra reducida, y en otras se subluxa (aducción - extensión - rotación externa). Es un diagnóstico radiológico, oca-
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Paralítica: aquella que está asociada a trastornos neurológicos que producen desequilibrio muscular, como la parálisis cerebral o poliomielitis.
Clasificación de la luxación •
Típica: cuando el trastorno de la cadera ocurre en un niño normal. La presentación puede ser prenatal cuando ocurre en el útero; perinatal si
ocurre alrededor del nacimiento o posnatal si se desarrolla después del nacimiento. En los casos típicos podemos encontrar los dierentes tipos de presentación, ya sea la cadera luxable, subluxada o luxada, y los signos
clínicos al examen ísico van a depender del momento en que se produjo la pat ología, siendo más severos y precoces entre más temprana •
es la presentación. Atípica: aquella que está acompañada por otros desórdenes congénitos severos, alteraciones genéticas o problemas neuromusculares. Cuando los cambios se producen en el útero se establecen importantes retracciones musculares; si la cadera está luxada al momento del nacimiento, la cabeza emoral casi siempre está ascendida y no se puede reducir con maniobras suaves.
sionalmente clínico cuando el examinador tiene mucha experiencia y el niño está completamente
Etiología
relajado, puesto que se alcanza a sentir un baloteo
Son múltiples los estudios mundiales para tratar de explicar esta patología, pero hasta ahora ninguno ha sido lo sucientemente convincente; se han postulado actores hereditarios, hormonales, ambientales, intrauterinos, laxitud de los ligamentos, etc. Podemos deducir de esto que la luxación
al eectuar maniobras luxantes. Luxación: es la pérdida completa de las relaciones articulares. La cabeza está completamente por uera del acetábulo. Implica una displasia del acetábulo, que lo hace, como consecuencia lógica,
incontinente y la anteversión emoral está muy aumentada, lo cual aumenta la inestabilidad. Es un hallazgo eminentemente clínico que se comprueba con Rx bien tomadas, sin traccionar los miembros ineriores. (Con recuencia, al tomar la radiograía •
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los traccionan y la cabeza se reduce). Teratológica: aquella que se encuentra asociada a otras alteraciones congénitas severas o a anormalidades genéticas, como la artrogriposis o el mielomeningocele.
congénita de cadera es una entidad de origen
multiactorial.
Incidencia Es muy variable y depende de muchos actores, como son la raza, el sexo, antecedentes hereditarios, actores climáticos o telúricos, presentación etal. CCAP Volumen 6 Número 2 7
Cadera congénita
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Raza: es más recuente en la raza mestiza
que en la blanca y es inrecuente en la negra. Enumeraremos algunos autores y sus hallazgos:
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ses que tienen estaciones es l,5 a l en invierno con respecto al verano, y, denitivamente, en nuestro medio es mucho más recuente en la Región Andina que en los litorales.
Walker, entre indígenas canadienses de la región de los lagos en Manitoba, encontró una recuen-
cia de 18,8%; Artz en Nueva York describió que entre los negros era de 0,49% mientras que en los caucásicos era de 1,55%; Klisic en Belgrado 7,5%, Von Rosen en Suiza 0,17%; Edelstein entre los Bantú en el centro de Árica, no encontró un solo caso entre l6.000 niños negros estudiados. Los estudios del Dr. Valentín Malagón en Bogotá, Colombia muestran, que al momento del nacimiento, la recuencia de las caderas inestables es de 1,7% y la luxación de
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Hospital Lorencita Villegas de Santos de Bogotá,
en el que se halló que la displasia mostró una incidencia de 7% y la luxación de 0,9% en 1996,
sobre una base de 1.870 niños. •
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Sexo: denitivamente las mujeres son más aec-
tadas en una proporción que varía, según los dierentes autores, entre 3 y 7 niñas por cada niño. Lado afectado: el 60% de los casos se presenta al lado izquierdo, el 20% en el derecho y el 20%
bilateral. No se ha podido explicar el porqué de esta dierencia, algunos aducen que se debe a la presentación intrauterina. •
Herencia: denitivamente hay un actor hereditario, puesto que la posibilidad de que se presen-
te esta patología, cuando existen antecedentes, aumenta. La Dra. Wynne-Davies encontró que si un padre con luxación de cadera tiene un hijo
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con problema de cadera, la posibilidad de que otro hijo la presente es del 36%. Presentación intrauterina: si la presentación del niño es pélvica la incidencia puede aumentar
4 veces. MacEwen y Ramsey encontraron en su estudio de 25.000 niños que 1 de cada 35 niñas que nacían de nalgas, presentaban luxación de caderas. 8 Precop SCP
Factores postnatales: también tienen una gran
importancia los hábitos regionales, puesto que en donde se tiene la costumbre de cargar los bebés en fexión y abducción de caderas la recuencia es rara, comparando con aquellos sitios
2,4 por mil, sin embargo, la displasia acetabula r
en estudios eectuados por el autor, el primero en el Hospital Militar Central de Bogotá en l98l, en 33 niños menores de 3 meses, clínicamente normales, se encontró un l0% con índices acetabulares elevados, y el segundo en 1981, en el
Clima y factores telúricos: la relación de nacimientos con problema de cadera en los paí-
en donde al niño se envuelve en aducción y extensión de caderas (como un tabaco). Claro está que estos hábitos están relacionados directamente con los actores telúricos: en climas cálidos poco se envuelve a los niños; ¿será que algunas displasias o luxaciones se mejoran o curan en aquellos por la manera de cargar a los niños? Número de gestación: se cree, más popularmente que por estudios serios, que si el primero de los hijos es niña y no surió displasia, ninguno de los otros niños la va a presentar. La experiencia del autor no concuerda. Tiene 4 hijos: después de tres hijas sanas nació un niño ¡con displasia!
Anatomía Puesto que la cadera es una articulación sinovial compuesta por el acetábulo, cabeza y cuello emoral, cápsula articular, ligamentos y músculos, podemos encontrar cambios en todos estos elementos: •
Acetábulo: se puede encontrar plano y poco
proundo, con su borde externo mal denido; el limbo, que es el rodete cartilaginoso para ampliar su capacidad, puede estar invertido; el ligamento redondo, que va de la parte i nerior del acetábulo a la cabeza emoral, puede estar hipertroado; el pulvinar, que es la grasa que se aloja en el ondo del acetábulo, puede estar redundante; el ligamento transverso, que se encarga de cerrar completamente el anillo acetabular en su parte inerior, puede estar tenso, disminuyendo la capacidad del acetábulo.
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La severidad de estos cambios depende del tiempo transcurrido y del desplazamiento en la subluxación o luxación.
El examen del niño desde el punto de vista ortopédico, nunca debe limitarse solo a las caderas puesto que, con alguna recuencia, la
Cabeza y cuello del fémur: hay aumento en
displasia o luxación típica puede estar acompañada de algunos trastornos menores, como hernias,
la anteversión y el valgo; la cabeza presenta un
pies aductos o tortícolis congénita; el examen
retraso en la osicación, y entre más tiempo per-
debe ser suave, completo, evitando movimientos
sista luxada se va aplanando en su aspecto medial y se va volviendo ovoidea por la presión en el alerón ilíaco. La magnitud de la ante-versión
bruscos, en un ambiente de tranquilidad para que el niño en lo posible esté relajado y sin llanto. Con mucha recuencia es necesario que exista una cercanía de la madre, con contacto ísico, para que el bebé se tranquilice.
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emoral es un actor importante de inestabilidad.
Si la luxación es inveterada se produce una hipotroa ósea de todo el émur y la hemipelvis correspondiente. •
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Cápsula articular: cuando la cadera es inestable,
A continuación vamos a describir algunos de los signos que se deben buscar:
la cápsula puede estar laxa, pero en la medida en
que el desplazamiento de la cabeza aumenta, se va elongando y engrosando y con recuencia se va adhiriendo a la cara externa del ilíaco. Músculos: en el momento del nacimiento, por la posición etal, hay retracción de los fexores de cadera (psoas) y de los isquiotibiales. Los aductores no se encuentran retraídos por eso la abducción con la cadera en fexión es mayor de 70 grados en niños sanos. Cuando la cabeza e-
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puede ser detectable alrededor de los 2 meses, ya que se limita la abducción de las caderas.
extremidad, si la cadera está luxada, se observa un sobresalto y se siente un “clic” de reducción. Esta maniobra sirve para saber que la cadera está luxada y que se puede reducir. En términos
Cuando la luxación se prolonga en el tiempo , se
acentúa la retracción de los fexores produciendo una hiperlordosis lumbar secundaria.
generales, esta prueba deja de ser positiva al mes
Signos físicos debemos apoyar en los hallazgos del examen ísico y del estudio radiológico bien eectuado. En cuanto al examen ísico, este generalmente es normal en la displasia o se presentan uno o varios signos en la luxación, dependiendo de la edad y si es uni o bilateral. Estas alteraciones son silenciosas y, por la edad de los niños, no hay maniestación de síntomas, además, en ningún momento es dolorosa, excepto cuando se eectúa mal el examen, maltratando al niño por hacerlo a la uerza.
a una cadera; es un error examinar ambas caderas al tiempo puesto que no se está controlando la pelvis. El examinador debe colocarse caudal al niño, se toma la extremidad a examinar con la rodilla en fexión de l20 grados y la cadera en fexión de 90º, colocando el pulgar en la cara interna del muslo, sin eectuar presión porque provoca dolor, los dedos 2º y 3º se colocan sobre el trocánter mayor, en el aspecto lateral del muslo. Mediante maniobra suave de abducción de la
moral se lateraliza o asciende, se va produciendo una retracción de los aductores que clínicamente
Para diagnosticar una patología en la cadera, nos
Maniobra de Ortolani: se debe examinar solo de
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y medio, puesto que a esta edad se empiezan a establecer las retracciones musculares. Maniobra de Barlow: esta es una maniobra de provocación de la luxación y sirve para detectar caderas potencialmente inestables. Se debe examinar una cadera a la vez. El examinador se coloca caudal al niño, se ja la pelvis con una mano colocando el pulgar en el pubis y los otros
dedos en el sacro; se toma la extremidad a examinar con la otra mano, fejando la rodilla l20 grados y colocando el pulgar en la cara interna, tercio proximal del muslo, se lleva la cadera a una fexión de unos 50-60 grados y aducción moderada (esta posición le crea inestabilidad), al tiempo que se eectúa una presión muy suave CCAP Volumen 6 Número 2 9
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las rodillas; si el segmento emoral de un lado está más corto por luxación de la cadera, la altura de esta rodilla es inerior a la otra. Si la
longitudinal sobre el eje del muslo. Esta manio-
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bra es positiva si se siente que la cabeza emoral se desplaza del acetábulo. Debe evitarse el exceso de repetición de la luxación puesto que se puede producir una necrosis aséptica por lesión vascular. Abducción limitada: normalmente un recién nacido tiene la abducción completa cuando la
luxación es bilateral, esta prueba generalmente
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cadera está fexionada 90 grados, y su limitación,
de encontrar en el momento del nacimiento o se instaura muy rápidamente y es muy severa. Es quizá el único signo que algunas veces se puede encontrar en una displasia, con mucha recuencia en las radiograías se encuentra n dis-
la pelvis del lado que no apoya debido a que el
una luxación teratológica, esta limitación se pue-
glúteo del lado contrario no es capaz de elevar el peso del cuerpo.
plasias acetabulares severas con examen ísico normal.
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Asimetría de pliegues: estos se deben observar
siempre de rente y con recuencia se encuentra asimetría en niños sanos. Se examinan tanto los pliegues anteriores como los posteriores, y la asimetría se presenta cuando el problema es unilateral. Los autores no se ponen de acuerdo en cuáles pliegues son los que se deben comparar. Prueba de Allis: sirve para observar si existen discrepancias de longitud en las extremidades ineriores, y es positiva si hay acortamiento uni-
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10 Precop SCP
cuando el niño ya camina, no es patognomónica de la luxación de cadera y cuando es positiva
indica insuciencia del glúteo medio, que en el caso de luxación se debe a la disminución en la distancia de sus inserciones. El paciente se examina por detrás estando parado, y la cadera que se evalúa es la que queda apoyando; para ello se le pide que levante el pie de l a otra extremidad con fexión de rodilla sin mover la cadera; es positiva esta prueba cuando se cae
si hay patología, suele establecerse después de los 2 meses. Se considera limitada l a abducción si es menor de 70 grados. Cuando se trata de
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es negativa, a menos que una de las cabezas esté más ascendida. Prueba de Trendelemburg: se puede eectuar
lateral. Se coloca al niño en la mesa de examen, las caderas se fejan 45 grados y se coloca la planta de ambos pies sobre la mesa observándose la altura de las rodillas, si existe alguna dierencia de longitud en los segmentos de la extremidad se podrá observar una desigualdad en la altura. Esta prueba no dierencia si la discrepancia es de pierna o muslo. Cuando hay luxación bilateral esta prueba generalmente es negativa. Prueba de Galleazzi: es especíca para valorar discrepancias en el muslo y cadera y es positiva si el problema es unilateral. Con el niño acostado sobre la mesa de examen, se toman ambas piernas llevando la cadera y la rodilla en fexión de 90 grados observándose la altura de
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Otros: existe otra serie de signos como el Trián-
gulo de Bryant, la línea de Nelaton-Rose, la línea de Shoemaker y el signo de telescopaje o pistón, lo cual, quizás, es una prueba más de la dicultad que existe para el diagnóstico de esta patología, y para proundizar en su análisis, remitimos a los lectores a textos más especializados.
Cuadro clínico En este artículo nos reeriremos únicamente a los casos típicos. La presentación de esta patología diiere en su cuadro clínico según sea el momento en que se examina al niño, si el compromiso es uni o bilateral o si la cadera es inestable, si está luxada o si corresponde a una displasia. Juega también un papel muy importante la experiencia del examinador y las condiciones ambientales, la temperatura del medio ambiente, que debe ser agradable, la supericie
de la mesa de examen, ojalá no muy dura y tibia, el niño debe estar tranquilo y relajado, de lo contrario el examen ísico es muy diícil,
especialmente la abducción.
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Para una mayor acilidad he dividido la presentación clínica en tres períodos: de 0 a 45 días, de 45 días a l2 meses y l2 meses en adelante.
De 0 a 45 días Durante este período el diagnóstico es clínico y se busca la luxación y la inestabilidad de la cadera, no así la displasia acetabular; las radiograías son de diícil interpretación y con recuencia la lux ación se reduce en el momento de su toma, al traccionar los miembros ineriores;
la ecograía puede jugar un papel importante siempre y cuando el examen sea dinámico y el ecograsta tenga gran experiencia; inclusive, en países donde es rutinaria, es recuente que se pasen por alto las displasias, no así las luxaciones. Si la luxación es unilateral se encuentra el signo de Ortolani positivo, y se pueden encontrar los signos de Allis, Galleazzi, y asimetría de
luxada, alrededor de los dos meses se inician las retracciones musculares y la cápsula se comienza a engrosar perdiendo laxitud, de tal
manera que no se puede lograr ácilmente la reducción de la cabeza, por tanto, la ma niobra
de Ortolani con recuencia es negativa, y la de Barlow, no se logra cuando está subluxada o es inestable.
Muchas de las líneas descritas para el examen ísico, como la de Shoemaker, o el triángulo de Bryant, son anormales debido a que se ha ascendido la cabeza emoral; la diicultad radica en que entre más joven sea el niño, menos ascenso emoral hay con respecto
del acetábulo, haciendo que estos sig nos sean de diícil apreciación; por el contrario, se puede
encontrar con mayor acilidad y excursión el signo del pistón o telescopaje del émur. Por regla general, en las caderas luxadas después de los 5 - 6 meses ya hay ascenso ranco de la cabeza emoral y la extremidad tiende a la rotación externa.
pliegues positivos si la cabeza está ascendida. Si la luxación es bilateral, el único hallazgo
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va a ser la prueba de Ortolani positiva. Algunos
signos como la limitación para la abducción, la línea de Shoemaker, el triángulo de Bryant, y la línea de Nelaton-Rose pueden ser negativos, puesto que aún no ha transcurrido el tiempo necesario para que se produzcan las retracciones musculares, responsables del ascenso del émur.
De 45 días a 12 meses Durante este período, el diagnóstico puede ser clínico y/o radiológico. Clínico por la presencia
de signos que sugieren la luxación, y radiológico por estudios que muestran la presencia de displasia o la conrman. Si la cadera está
asimetría de pliegues, los signos de Allis y Galleazzi positivos, desviación de los genitales, dierencia en la base del triángulo de Bryant y limitación para la abducción del lado comprometido, pero si la luxación es bilateral los anteriores signos no se maniestarán y los hallazgos
Si la cadera es luxable uni o bilateral, única-
mente se va a encontrar como dato positivo la prueba de Barlow, y generalmente desaparece antes de la tercera semana de vida.
Luxación: si es unilateral, se puede encontrar
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van a ser el telescopaje, la limitación para la abducción y, si las caderas están ascendidas, se harán positivas las líneas de Shoemaker y de Nelaton-Rose; ocasionalmente en los niños menores se puede encontrar positivo el Ortolani, cuando la displasia es muy severa y la luxación recién se produce. Displasia: si la patología es unilateral, ocasionalmente se encuentra una dierencia en la amplitud de la abducción de las caderas, pero si es bilateral, el hallazgo clínico puede ser la retracción de los aductores, aunque no siempre se presenta. El diagnóstico de displasia
simple acetabular en este grupo de edad es básicamente radiológico. CCAP Volumen 6 Número 2 11
Cadera congénita
Del año en adelante
a la de las espinas ilíacas antero-superiores, quedando los émures paralelos, para evitar en
El diagnóstico de luxación es mucho más ácil, ya que alrededor del año de edad el niño inici a la deambulación y es cuando aparece la cojera, caracterizada por el signo de Trendelemburg, además de los signos anotados anteriormente. Quizá el signo del pistón ya no sea maniesto porque la cápsula comienza a adherirse a la cara
lateral del ilíaco. Cuando el niño está de pie, en los casos de luxación unilateral, se encuentra una escoliosis de columna, secundaria al acortamiento de la extremidad comprometida, y si la luxación es bilateral, se va a encontrar una gran hiperlordosis lumbar y la marcha es anadeante (de pato). En caso de displasia de cadera lo único que se encuentra, muy ocasionalmente, es la limitación
en la abducción de la o las caderas.
Radiología Hay que recordar que la placa radiográca es básicamente una proyección de sombras, de modo que entre menos nítida es la estructura que se desea valorar, más complicada es su
púbica. La placa radiológica debe mostrar una
pelvis bien centrada, con la proyección de los agujeros obturadores y los alerones ilíacos lo más simétricos posibles; el observador debe evaluar la orma de los acetábulos que en caderas normales son ligeramente cóncavos y su borde externo bien denido. Si se conoce muy bien la anatomía de la cadera no es necesario repetir tanta radiograía en busca de la proyección “perecta”, que muchas veces
no va a aclarar el diagnóstico y sí va a irradiar innecesariamente al niño. Posteriormente se deben ubicar los puntos
de reerencia para trazar las dierentes líneas sobre las cuales se apoyará el diagnóstico correcto. Con esto queremos insistir que es de suma importancia la evaluación correcta de la técnica radiológica, antes de trazar las líneas correspondientes. Absolutamente todas las medidas y líneas, excepto la Línea de Von Rosen, se deben medir
evaluación; por esto las radiograía s de caderas, los primeros 2 meses de vida, son de muy diícil
en la proyección antero-posterior descrita anteriormente. En algunos sitios se utiliza de
interpretación, además que recuentemente, cuando están luxadas, durante las maniobras para tomarlas se pueden reducir y el estudio es interpretado como normal, por tanto:
rutina una radiograía con caderas en abducción
Ortolani positivo + Radiografía aparentemente normal = Luxación congénita
Técnica Se ha estandarizado que para tomar las radiograías en menores de l2 meses, debido a la
12 Precop SCP
lo posible proyecciones en abducción o aducción y el rayo debe centrarse sobre la sínsis
de 45° y rotación interna para determinar la orientación del cuello o el núcleo de osiicación de la cabeza, cuando ha aparecido, con respecto del acetábulo; tiene utilidad cuando existe lateralización o luxación de la cabeza y ayuda para que el ortopedista se haga una idea del plan de tratamiento a seguir, y es en esta proyección en donde se traza la línea de Von Rosen. Cuando en los menores de 6 meses hay
retracción normal de los fexores por la posición etal, las caderas deben estar en fexión entre 20
luxación de cadera, hay una proyección especial
y 30 grados para eliminar la inclinación anterior de la pelvis y permitir el apoyo completo de la columna lumbar en la mesa de examen; las rodillas deben tener una distancia similar
ción entre 45 y 60° para valorar la orientación
con caderas en lexión mayor de 90° y abducdel cuello o cabeza emoral con respecto del acetábulo y decidir si se usa Ar nés de Pavlik o se coloca en tracción cutánea para descender
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la cabeza para permitir una reducción ácil y sin presión anormal que lleve a una necrosis avascular.
más externo del acetábulo; debe cortar el borde
Puntos de referencia
y si no toca el cuello hay una luxación.
Son dos y se trazan en la radiograía anteroposterior con extremidades en neutro, como se mencionó en la técnica estandarizada. Se deben ubicar en ambas caderas: el primero en la parte superior del cartílago trirradiado sobre
el vértice inerior del ilion y, el segundo en el borde más externo del acetábulo.
Línea Y o de Hilgenreiner Se traza horizontalmente atravesando los puntos del cartílago trirradiado. Sirve como reerencia para muchas medidas como el índice
acetabular, la línea de Perkins, la distancia H, el estadio de ascenso en las caderas según Gage y Winter, etc.
Índice acetabular Está dado por el ángulo ormado por la Línea Y y una línea que une los dos puntos entre el del cartílago trirradiado y el del borde osicado más lateral del acetábulo, es muy variable según las tablas de los diversos autores, es más alto el lado izquierdo y en las mujeres. Generalmente, antes de los 2 - 3 meses de edad, su interpretación es diícil debido a la mala denición de las estructuras osicadas. El índice acetabular un poco aumentado (2 - 4
grados), no constituye por sí mismo una displasia, se debe correlacionar con la apariencia del acetábulo, la aparición del núcleo de osicación de la cabeza emoral, las medidas para saber si la metásis emoral está lateralizada y/o ascendida, y si hay dudas es necesaria una nueva radiograía 1 ó 2 meses después.
Línea de Perkins o de Ombredanne Se utiliza la Línea Y y una línea vertical perpendicular a esta, trazada sobre el punto del borde
superior del cuello del émur en la unión del tercio interno con los dos tercios externos; si está cortándola más medial se habla de lateralización
Cuando ha aparecido el núcleo de crecimiento de la cabeza emoral, este debe quedar casi todo situado en el cuadrante inero-interno;
si más de su tercio externo queda en el cuadrante inero-externo se debe sospechar una lateralización, si casi todo el núcleo está en el cuadrante inero-ex terno hay una luxación y si
está en el cuadrante supero-externo la cabeza está ascendida.
Arco de Shenton Para su adecuada interpretación, es importante que la radiograía esté bien tomada, es decir, sin
aducción o abducción del émur y sin rotaciones, puesto que cualquiera de estas posiciones lo altera. Normalmente una línea arciorme trazada siguiendo el borde inerior del cuello del émur debe hacer continuidad con una línea trazada sobre el borde superior óseo del agujero
obturador, por esto también se denomina arco cérvico-obturatriz. Si el émur está ascendido, este arco no se orma. Un inconveniente grande
es la subjetividad de quien lo traza.
Línea M Descrita por el Dr. Valentín Malagón, solo sirve durante el primer mes de vida y consiste en que al trazar una línea tangencial al borde superior del cuello emoral, debe caer dentro del
acetábulo; si la cadera está luxada cae por uera del mismo. Su dicultad radica en la brevedad del cuello visible a esta edad, y en qué sitio del cuello va esta tangencial.
Distancia H Descrita por Hilgenreiner, de gran valor en los casos unilaterales porque sirve para saber si el émur está ascendido. Se traza tomando la CCAP Volumen 6 Número 2 13
Cadera congénita
distancia que existe entre la Línea Y y el punto más superior y lateral del cuello del émur, la disminución comparativa de esta longitud sugiere
ascenso de la cadera. Para algunos autores esta distancia no debe ser menor de 9 mm.
Desplazamiento lateral
disminuye progresivamente hasta llegar a l7º en la mujer adulta y 12º en el hombre. La luxac ión congénita y la displasia de cadera, generalmente
se acompañan de un aumento en esta anteversión, que puede llegar a 90 grados, creando inestabilidad de la cadera, aun con acetábulos normales o muy cercanos a la normalidad. Esta
anteversión se puede medir con radiologías del Son múltiples las reerencias que se utilizan, tanto emorales como de la pelvis, según los dierentes autores. Los puntos emorales que se utilizan son el borde más medial de la metásis o el centro del núcleo de crecimiento de la cabeza, y los puntos pélvicos usados son la línea media
del sacro, el borde más lateral del isquion y l a pared más medial de la “gota de lágrima”, pero tienen el inconveniente que su valor es comparativo y la pelvis debe estar perectamente centrada, sin inclinaciones ni rotaciones, y los émures deben estar simétricos, sin rotaciones, abducción, o aducción; todos estos requisitos son muy diíciles de obtener cuando se toma la radiograía con el niño despierto, porque se está moviendo, asustado o llorando.
Ángulo CE de Wiberg
cuello emoral o con una TAC, pero los resulta-
dos varían según los puntos de reerencia que utilizan los dierentes autores. El autor propone tres criterios mayores para
eectuar el diagnóstico de la displasia simple de cadera:
Morfología acetabular Para el autor, la luxación no tiene dudas ni controversia desde el punto de vista clínico, ni radiológico después del mes y medio de edad. Considera que el problema de la displasia no es numérico sino morológico, y para ello está planteando que hay tres criterios mayores en el diagnóstico radiológico: 1. La orma del borde externo del acetábulo,
Para el autor no tiene ninguna utilidad a ntes de los tres años puesto que el centro de osicación de la cabeza emoral aparece excéntrico con respecto de la metásis emoral; para su medición se debe tener la cabeza bien desarrollada, y antes
de esta edad no se puede apreciar la cabeza en toda su redondez, ni su relación completa con el acetábulo. Esta medición relaciona el centro de giro de la cabeza emoral con respecto al borde externo del acetábulo, y entre menor sea el ángulo, mayor
2. La proundidad del ondo acetabular y 3. La distribución de su esclerosis, secundaria a la zona de apoyo de la cabeza en él. Los demás son criterios menores que ayudan pero no son diagnósticos. Para hacer el diagnós-
tico la lateralización de la esclerosis debe estar acompañada por alguno de los otros signos.
Tratamiento
es el descubrimiento de la cabeza.
Anteversión femoral Se trata de la relación que existe entre el eje del cuello emoral con respecto al eje transverso de los cóndilos del émur. Esta anteversión es de 50º aproximadamente al momento del nacimiento y 14 Precop SCP
Está orientado a lograr la reducción, estabilización y normalización de la anatomía de la cadera, con el n de proveer al niño de una articulación
perectamente anatómica y uncional y que sea asintomática toda su vida. Hay que tener en cuenta que, cuando se logra la reducción y estabilización de la cadera por medios cerrados,
Dr. Juan Carlos Rodríguez Alvira
esta debe continuar sometida a posiciones adecuadas para corregir la displasia, estimulando los cambios orgánicos en orma y proundidad
del acetábulo y en la orientación de cabeza y cuello emoral; una vez que esto se logre, es recomendable continuar el tratamiento un tiempo más y retirarlo paulatinamente, puesto que he observado que en ocasiones persiste una
“memoria biológica” que tiende a retroceder los cambios logrados.
se culpa a la madre; advertir que el tratamiento puede ser prolongado y que el éxito depende de la aceptación y la continuidad del mismo; que el niño no se cansa en la posición en que se deja en cualquiera de los aparatos y que no hay que quitárselo por lástima o para que descanse; cuando esto ocurre el ortopedista debe ser más drástico y colocar una espica de yeso para asegurar el tratamiento del niño. Advertir también que el control no se acaba cuando se normaliza la cadera, sino que se prolonga hasta
Por mi experiencia, el tiempo mínimo aproximado de tratamiento con ortesis, cuando la displasia se empieza a tratar antes de los 8 - 9
meses de vida, es el doble de la edad en meses más dos, por tanto, si descubro la displasia a los 3 meses, el tiempo aproximado de tratamiento es 8 meses, si se descubre a los 6 meses,
el tratamiento dura unos 14 meses. Creo que después de los l8 - 20 meses de vida, ya no se va a lograr nada con manejos ortopédicos. Entre más joven es el niño, mayor va a ser la velocidad en lograr los objetivos deseados con un tratamiento adecuado. Cuando este es inadecuado y el médico tratante no tiene la experiencia suiciente, los resultados pueden ser catastróicos. Es importante recalcar, que entre mayor sea el niño, menos buenos son los resultados inales, y su tratamiento debe ser muy bien analizado, de acuerdo con cada caso particular, hasta tal punto que en niños mayores de 8 - 9 años con luxación bilateral inveterada, creo que es mejor no hacer nada, porque es preerible dos caderas luxadas móviles e indoloras que dos caderas reducidas,
rígidas y dolorosas. Este tratamiento también va a cambiar individualmente, según el conocimiento que tenga el médico tratante de las condiciones socioeconómicas, culturales y de entendimiento
del cuadro clínico, por parte de la amilia. Lo primero que se debe hacer es tranquilizar a los padres, explicarles que no hay culpables por la
presencia de esta patología y que es producto del azar, puesto que en la mayoría de los casos,
que cese el crecimiento. La manera de lograr el objetivo con métodos incruentos, es colocando la cadera en un a lexión mayor de 90 grados y una discreta abducción que no debe pasar de los 60 - 65 grados. Es importante anotar que no es cierto que es la abducción sola es la que estabiliz a la cabeza dentro del acetábulo, por eso nosotros no usamos aparatos que l a lleven a abducción por encima de 45 - 50 grados y que permitan la extensión de la cadera. La abducción excesiva (por encima de los 60 - 65°) es una gran invitación a la necrosis avascular de la cabeza emoral, secundaria a daño por tracción en las arterias que irrigan la epíisis. Como cada época de la vida marca dierencias en la presentación del cuadro clínico, así también dividiremos en varios períodos el esquema general del tratamiento:
El primer mes En esta edad el tratamiento de la luxación es muy dierente a las otras edades, puesto que la cadera se encuentra con deormidad en fexión por la retracción de los fexores, la cabeza no se ha ascendido, reduce con la maniobra de Ortolani y no hay retracción de los aductores, por tanto el tratamiento se puede llevar a cabo con cualquier aparato que permita la abducción sin fexión, disminuyendo así el riesgo de la necrosis avascular por abducción orzada, siempre y cuando antes de colocar el aparato se reduzca la cadera. CCAP Volumen 6 Número 2 15
Cadera congénita
Debemos recordar que el diagnóstico a esta edad es clínico, y si se encuentra Ortolani positivo, se debe tratar sin necesidad de que el diagnóstico sea conirmado por la radiograía. Se puede colocar cualquier aparato no dinámico de abducción (Milgram, Craig, Fredjka, Von Rosen), con las caderas en lexión de 90 y una abducción discretamente mayor a la necesaria para reducir la cadera, para evitar el riesgo de necrosis avascular. Se debe tomar radiograía con el aparato para valorar el enrentamiento que debe tener la metáisis emoral con el acetábulo. Estos aparatos tienen muchos inconvenientes: hay que retirarlo para asear al niño, a medida que el niño crece el aparato va quedando pequeño y permite la aducción sin controlar la extensión, y cuando se retira, la cabeza se puede volver a luxar; por esto
cambios secundarios, por lo cual ya está contraindicado cualquier aparato que dé solo abducción. El objetivo es mantener la cadera dentro del acetábulo y esto se logra mediante la fexión por encima de los 90º y la abducción alrededor de los 45 grados, por eso utilizamos el Arnés de Pavlik tanto para luxación como para displasia, y en este último caso aparatos de fexión-abducción. Si la cadera está luxada y no hay ascenso de la metáisis emoral, se debe colocar un arnés de Pavlik, que mantenga la lexión entre los 90 y l00
grados y permitir que la abducción esté entre los 40 y 70 grados; esto no quiere decir que la correa
emoral posterior quede muy tensa, llevando la cadera en abducción orzada, porque puede no recomiendo el uso de los aparatos no dinámicos producir necrosis de la cabeza emoral o que la después de los 20 ó 30 días de edad. correa emoral anterior quede tan templada que lleve la cadera a hiperlexión y de esta manera Recomiendo el uso del Arnés de Pavlik, que la lleve a una luxación inerior. El seguimiento es el único aparato dinámico y, por ello es capaz clínico y radiológico se eectúa lo mismo que de reducir la cadera. Debe ser colocado por el en el recién nacido. Si a los 20 días no se logra ortopedista, adaptando el aparato al niño y no el la estabilidad de la cadera, que generalmente es niño al aparato, sin quitarlo para nada, ni siquiera entre el l0 y el l5% de los casos, se debe abandopara asearlo; se debe controlar a los 8 días con nar este método de tratamiento y llevar al niño a radiograía sin quitar el ar nés, para ver si el cuello Artrograía, reducción cerrada y espica de yeso, apunta al acetábulo. Se recomienda control clínico teniendo cuidado de mantener la lexión por semanal y a las tres semanas se debe tomar una encima de 90 grados y evitar la abducción por radiograía sin el arnés, con las c aderas en neutro; encima de los 65º. si las caderas están inestables, se debe cambiar el método de tratamiento, por una reducción cerrada Si la cadera está luxada y está ascendida, el niño se debe colocar en tracción cutánea hasta y espica de yeso. Si las caderas se han e stabilizado, se debe continuar con este aparato y se puede hacer que la metáisis emoral se encuentre por retirar una vez al día para el baño del niño. debajo de la Línea Y, y en este momento se puede colocar un Arnés de Pavlik o se puede eectuar Cuando encontramos una cadera inestable una tenotomía de aductores, reducción cerrada mediante la prueba de Barlow positiva, dada la y espica de yeso. El descenso y la tenotomía se idiosincrasia nuestra, preerimos proteger al niño realizan para evitar que la cabeza quede a excesiva con un aparato de abducción mientras se descarta presión dentro del acetábulo con la consecuente patología. necrosis avascular secundaria.
Del primero al sexto mes Alrededor del mes y medio se inicia la retracción de los aductores, la cápsula va perdiendo elasticidad y comienzan a presentarse 16 Precop SCP
Si la cadera solo presenta displasi a, puede ser
tratada tanto con un arnés de Pavlik como con un aparato de lexión-abducción. No se deben utilizar ortesis que tengan más abducción que lexión.
Dr. Juan Carlos Rodríguez Alvira
El tratamiento se debe prolongar hasta después de que se ha logrado la normalización de
De 18 meses a 3 años
la cadera, y el retiro debe ser progresivo, inicial-
El niño ya ha caminado, la cadera luxada está alta, hay ormación de neoacetábulo, la cabeza emoral ha comenzado a deormarse aplanán-
mente con intermitencia en el día y dejándolo toda la noche, hasta que solo se deje en la noche.
Creo que existe una “memoria biológica” en la cadera, puesto que con alguna recuencia los índices acetabulares tienden a decrecer en las
dose en su cara medial, perdiendo esericidad y volviéndose ovoidea, la cápsula se ha engrosado
caderas tratadas o en tratamiento, especialmente
retraído en el centro, en orma de “reloj de arena”;
alrededor del inicio de la marcha.
las retracciones del psoas y los aductores son
Del sexto al decimoctavo mes A estas edades, la cadera luxada generalmente está ascendida, con retracción de los aductores y engrosamiento y adherencias capsulares al ilíaco, por tanto, está contraindicado cualquier intento de reducirla sin un período previo de tracción, hasta tanto la metásis no haya descendido por debajo de la Línea Y. Cuando se logra el descenso se debe llevar al quiróano y, bajo anestesia general, practicar tenotomía
y adherido a la pared externa del ilíaco, y se ha
severos, el pulvinar está hipertróco, el ligamento redondo elongado, el ligamento transverso tenso y el limbo puede estar invertido; todo esto hace que la posibilidad de reducción sea remota, por
tanto, se debe colocar el paciente en tracción cutánea por el tiempo que sea necesario mientras desciende la cabeza emoral, y tan pronto esto se logra, se lleva a cirugía para practicarle reducción
abierta con la corrección intraarticular de todo lo que no permita la reducción concéntrica, tenotomía de aductores y del psoas, plicatura
abierta de aductores, reducción cerrada y espica
de la cápsula y una osteotomía del ilíaco, ya sea tipo Salter o Pemberton, según sea la magnitud
de yeso, manteniendo la fexión por encima de los 90 grados y la abducción por debajo de los 60º. Si queda alguna duda en cuanto a la reducción, se debe practicar artrograía para
de la displasia. Muy ocasionalmente, cuando la anteversión emoral produce inestabilidad de la cadera, se practica osteotomía emoral de centramiento.
descartar actores intraarticulares que impidan
la reducción concéntrica; si esto sucede está indicada la reducción abierta y la inmovilización
en espica de yeso y continuar con aparato de fexión-abducción hasta después que s e mejora
No indicamos el procedimiento bilateral en el mismo acto anestésico; hasta tanto no se rehabilite la cadera operada, no se debe operar la otra.
la displasia. Si se encuentra displasia pura o con subluxación, se puede utilizar el arnés de Pavlik, máximo
hasta los l0 - l2 meses, sin embargo, preiero un aparato de lexión-abducción tipo Milgram cuando se inicia el tratamiento antes del año o coloco al niño en una espica de yeso cuando se inicia el tratamiento después de los l2 meses. Ambos métodos se dejan permanentes hasta tanto las caderas lleguen a lo normal para la edad. En caso de espica, esta se cambia cada 2 ó 3 meses durante un período de 6 meses y después se continúa con aparto de lexiónabducción nocturno por largo tiempo.
Si lo que el paciente presenta es displasia acetabular, se coloca en espica pelvipédica de yeso entre 3 y 6 meses, y si la respuesta es pobre
se debe realizar una acetabuloplastia.
De 3 a 7 años La cadera luxada está deormada, las retracciones son importantes, la brosis y adherencias capsulares son severas, las retracciones musculares son grandes y ya es imposible el descenso del émur mediante tracción, por ello en este grupo
de edad, de entrada, se practica tenotomía de aductores y psoas, acetabuloplastia –ya s ea tipo CCAP Volumen 6 Número 2 17
Cadera congénita
Salter, Pemberton o Chiari–, reducción abierta y diasectomía emoral. Cuando la luxación es bilateral, no se opera la segunda cadera hasta tanto no se haya rehabilitado la primera. En caso de displasia, ya sea primaria o residual, el procedimiento es quirúrgico y según esté indicado se puede eectuar osteotomía del innominado tipo Salter, de cubrimiento tipo Pemberton, doble o triple osteotomía del ilíaco, u osteotomía emoral de centramiento. Para tomar la decisión sobre cuál es la conducta,
En casos de displasias, dependiendo de la edad,
grado de descubrimiento de la cabeza emoral, cambios artrósicos, orientación emoral, coniguración acetabular, se debe eectuar la cirugía que le proporcione una cadera lo más cercana a lo normal, desde el punto de vista anatómico y uncional, y que, además, le preserve en lo posible un mejor lecho para asentar un uturo reemplazo de cadera si lo llegare a necesitar. Existen muchas
técnicas quirúrgicas, ya sean en el ilíaco, en el émur o combinadas. En el ilíaco están las osteotomías del innomi-
siempre se debe practicar un test de centramiento
radiológico.
Por encima de los 7 años Si la luxación es unilateral, la cadera siempre se debe tratar para evitar discrepancias marcadas de longitud con el daño secundario que se produce en la columna. Recomendamos el procedimiento descrito por Klisic, que consiste en reducción abierta, acetabuloplastia y diasectomía emoral.
nado, que orientan el acetábulo, como la de Salter; osteotomías que liberan el acetábulo como la doble
de Sutherland, la triple de Steel, la pericapsular de Ganz; acetabuloplastia como las de Pemberton o Albee; techos acetabulares como los de Staheli,
Wilson, Gill; osteotomía del innominado con desplazamiento medial del acetábulo para dar soporte superior como el Chiari.
En el émur hay osteotomías varizantes, desrotatorias, combinadas, subtrocantéricas, intertrocantéricas.
Si la luxación es bilateral, no recomendamos ningún tratamiento, puesto que es muy posible que quede con ambas caderas limitadas y algún
agradezco a los doctores Francisco Groot, Óscar
grado de dolor, mientras que si se dejan lux adas,
Tamayo, Raael Gamboa, Sonia Navarrete, Rubén
no va a tener limitaciones dolorosas durante muchos años y la movilidad va a ser excelente. Si es mujer no va a tener complicaciones para embarazos, en especial para los partos.
Darío Franco, Roberto Suárez, Édgar Castro, Juan Manuel Pérez, Eduardo Estrada, y a todos aquellos pediatras que me han colaborado con sus estadísticas personales.
Agradecimientos: de manera muy especial
Lecturas recomendadas 1.
Albornoz G. El tratamiento de la luxación congénita de la cadera con el Arnés dinámico de Pavlik. H. Infantil Lorencita Villegas, 1984.
5.
Iwasaki K. Treatment of congenital dislocation of the hip by the Pavlik Harness. Mechanism of reduction and usage . J. Bone Joint Surg. 1983; 65A 760.
2.
Barlow TG. Early diagnosis and treatment of congenital dislocation of the hip. J. Bone Joint Surg. 1962 44B: 292.
6.
Ponseti IV. Non-surgical treatment of congenital dislocation of the hip. J. Bone Joint Surg. 1966; 48A, 1392.
3.
Gabuzda GM, Renshaw TS. Reduction of congenital dislocation of the hip: current concepts review. J. Bone Joint Surg. 1992; 74A: 624.
7.
Rodríguez JC. La cadera congénita. Usuario Pediátrico H. Infantil Lorencita Villegas de Santos. Ed. Celsus. 6ª Ed; 1998.
8.
Salter RB. Advances in pediatric orthopedics in North America 1954-1987. J. Bone Joint Surg. 1987; 69A, 1265.
9.
Simons G. A Comparative evaluation of the current methods for open reduction of the congenitally displaced hip . The orthopedic clinics of North America. 1980; 11:1.
4.
18 Precop SCP
Gage JR, Winter RB. Avascular Necrosis of the capital femoral epiphysis as a complication of closed reduction of congenital dislocation of the hip: A critical review of 20 years experience at Gillette Children´s Hospital. J. Bone Joint Surg. 1972; 54A 373.
10. Tachdjian M. Pediatrics orthopedics. WB Saunders Co; 1990.
Dr. Juan Carlos Rodríguez Alvira
o d a t l u s n o c n e m a x e 1.
2.
Displasia congénita de cadera comprende:
Los criterios radiológicos mayores para diagnosticar una displasia en los niños son:
A. una alteración en el desarrollo de la cadera, ya sea en el acetábulo y/o la cabeza y cuello femoral, y/o de sus estructuras blandas. B. implica, desde la simple laxitud ligamentaria. C. y pérdida completa de las relaciones coxofemorales, por el desplazamiento de la cabeza del fémur fuera del acetábulo. D. a y b son verdaderas. E. todas las anteriores.
A. índice acetabular - línea de Perkins línea de Nelaton Rose. B. índice acetabular - gota de lágrima - arco de Sentón. C. borde externo del acetábulo - índice acetabular - gota de lágrima. D. forma del borde externo del acetábulo profundidad del acetábulo - distribución de la esclerosis en el acetábulo. E. línea de Hingelreiner - línea de Perkinsgota de lágrima.
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o d a t l u s n o c n e m a x e 3.
4.
5.
El diagnóstico de displasia de cadera a los tres meses se hace especialmente por:
El tiempo aproximado mínimo del tratamiento de displasia de cadera es:
Si hay luxación y se coloca un Arnés de Pavlik, el control clínico debe ser:
A. examen clínico. B. examen clínico y se confirma con Rx. C. examen clínico y se confirma con ecografía. D. rayos X. E. cualquiera de los anteriores.
A. 6 meses. B. 3 meses. C. hasta el año y medio. D. hasta cuando el niño camine suelto. E. el doble de la edad en meses más dos.
A. cada 8 días. B. cada 15 días. C. cada 30 días. D. cada 45 días. E. cada 3 meses.
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