472_RefuerzoU902

April 21, 2019 | Author: Raúl Xaora | Category: Narration, Sleeping Beauty, Short Stories
Share Embed Donate


Short Description

Download 472_RefuerzoU902...

Description

ACTIVIDADES

9

REFUERZO

2. Narraciones literarias Quim Monzó es uno de los grandes narradores de la actualidad. Sus cuentos, que han sido traducidos a muchas lenguas, han merecido numerosos premios. A continuación, reproducimos un cuento completo y un fragmento de otro, ambos publicados por la editorial Anagrama en el libro Ochenta y seis cuentos.

La bella durmiente En medio de un claro, el caballero ve el cuerpo de la muchacha, que duerme sobre una litera hecha con ramas de roble y rodeada de flores de todos los colores. Desmonta rápidamente y se arrodilla a su lado. Le coge una mano. Está fría. Tiene el rostro blanco de una muerta. Y los labios finos y morados. Consciente de su papel en la historia, el caballero la besa con dulzura. De inmediato la muchacha abre los ojos grandes, almendrados y oscuros, y lo mira: con una mirada de sorpresa que enseguida (una vez  ha cavilado quién es y dónde está y por qué está allí   y quién será ese hombre hombre que tiene al lado lado y que, su pone, acaba de besarla) besarla) se tiñe tiñe de ternur ternura. a. Los labios van perdiendo el tono morado y, una vez recobrado el rojo de la vida, se abren en una sonrisa. sonr isa. Tiene unos dientes bellísimos. El caballero no lamenta nada tener que casarse con ella, como estipula la tradición. Es más: ya se ve casado, siempre junto a ella, compartiéndolo todo, teniendo un primer hijo, luego una nena y por fin otro niño. Vivirán una vida feliz y  envejecerán juntos.

Las mejillas de la muchacha han perdido la blancura de la muerte y ya son rosadas, sensuales,  para morderlas. Él se incorpora y le alarga las manos, las dos, para que se coja a ellas y pueda levantarse. Y entonces, mientras (sin dejar de mirarlo a los ojos, enamorada) la muchacha (débil por  todo el tiempo que ha pasado acostada) se incor pora gracias gracias a la fuerza de los brazos masculinos, el  caballero se da cuenta de que (unos ( unos veinte o treinta metros más allá, mucho antes de que el claro dé  paso al bosque) hay otra muchacha much acha dormida, d ormida, tan t an bella como la que acaba de despertar, igualmente acostada en una litera de ramas de roble y rodeada de flores de todos los colores.

1

Realiza un esquema de las acciones principales de cada uno de los textos.

2

Menciona los otros elementos propios de una narración y explica cómo se manifiestan en estos textos.

3

Los dos relatos remiten a cuentos tradicionales. ¿Qué partes y elementos están modificados? ¿En qué consiste el cambio y cuál puede ser la finalidad?

MATERIAL MA TERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University

Press España, S. A.

El sapo El príncipe inclina el cuerpo y adelanta la cara. El sapo está  justo frente frente a él. La papada papada se le hincha y deshincha deshincha sin sin cesar. cesar.  Ahora que lo ve tan tan cerca cerca siente que lo invade el asco; asco; pero pero no tarda en reponerse y acerca los labios al morro del anfibio.

—Mua. En menos de una milésima de segundo, con un ruido ensordecedor, el sapo se convierte en un prisma de cien mil  colores, que multiplica infinitamente las caras, hasta que todas las caras y colores se convierten en una muchacha preciosa de cabellos de oro. Y una corona encima que demuestra la nobleza de su linaje. Por fin el príncipe ha encontrado a la mujer que siempre ha buscado, esa esa con la que compartirá el trono y la vida. —Por fin has llegado —le dice ella—. Si supieras cómo he esperado al príncipe que debía librarme del hechizo. —Lo comprendo. Te he buscado siempre, desde que era niño. Y siempre he sabido que te encontraría. Se miran a los ojos, se cogen las manos. Es para siem pre, y los dos son conscientes de ello. —Era como si este momento no fuera a llegar nunca —dice ella. —Pues ya ha llegado. —Sí. —Qué bien, ¿no?  —¿Estás contento?  —Sí. ¿Y tú?  —Yo también. El príncipe mira el reloj. ¿Qué más debe decirle? ¿De qué deben hablar? ¿Debe invitarla enseguida a su casa o se lo tomará a mal? En realidad no hay ninguna prisa. Tienen toda la vida por delante. —En fin… —Sí. —Ya ves… —Tanto esperar y de repente, plaf, ya está. —Sí, ya está.

4

Analiza en ambos textos el narrador, la perspectiva y señala con qué estilo se presenta el discurso de los personajes.

5

Reconoce los rasgos lingüísticos propios de la narración que aparecen en estos textos.

6

A partir de otro cuento tradicional que recuerdes, crea uno nuevo alterando el esquema narrativo o las características de los elementos principales del relato. Lengua castellana y Literatura 1.º Bachillerato

ACTIVIDADES

9

REFUERZO

2. Narraciones literarias S 1

O

L

U

C

I

O

N

E

S

D

E

L

A

abre el relato: En medio de un claro, el caballero ve el 

cuerpo de la muchacha, que duerme sobre una litera hecha con ramas de roble y rodeada de flores de todos los colores. b) Conflicto o desarrollo: el caballero besa a la mujer,

que despierta de su sueño, e imagina una vida en común con ella. allá, a otra mujer dormida sobre un lecho de flores que parece esperar también el beso de un caballero. En El sapo, el esquema narrativo es el siguiente: a) Planteamiento: el príncipe se dispone a besar a un

sapo que, presumiblemente, es una joven de alcurnia víctima de un hechizo. el beso, se transforma en una mujer. Los dos jóvenes intercambian unas palabras de alegría. moda; los jóvenes no saben qué hacer ni de qué hablar. Además de las acciones —resumidas en la respuesta anterior—, los elementos fundamentales de una narración son los personajes, el espacio y el tiempo. En La bella durmiente, los personajes son el caballero —un  joven con conciencia de personaje, que conoce su función en la historia—, la muchacha a la que aquel despierta con un beso y la otra joven que duerme unos metros más allá; en El sapo, los personajes son el sapo que se convierte en una noble y bella mujer y el príncipe que logra, con su beso, esa transformación.

 Al rozarla con los labios Zarzarrosa abrió los párpados, despertó y lo miró muy tiernamente. Bajaron juntos entonces, y el rey se despertó, y la reina, y toda la corte, y se miraban unos a otros sorprendidos. Y en el patio los caballos se levantaron y se sacudieron; los perros de caza saltaron y ladraron; en el tejado las palomas sacaron las cabe-

© Oxford University Press España, S. A.

V

I

D

A

D

E

S

En los dos relatos, Monzó lleva a cabo una desmitificación del amor, que queda despojado de toda aura romántica: las relaciones amorosas son precarias y contingentes, pues esa persona que creemos destinada para nosotros por efecto de una suerte de necesidad —una desconocida, al fin y al cabo— no es más que una entre las muchas que el azar podría habernos deparado.

La acción se desarrolla en el tiempo y el espacio legendarios de los cuentos, pero la reflexión, en estilo indirecto libre, del caballero en el primer cuento —ya se ve

Quizá resulte útil transcribir el final —no exento de elementos humorísticos— de  Zarzarrosa (La bella durmiente del bosque), el cuento de los hermanos Grimm en el que se basa el relato de Quim Monzó:

I

En el desarrollo del motivo tradicional del muchacho o la muchacha convertidos en sapo o rana por efecto de un hechizo o una maldición —véanse, por ejemplo, en El rey sapo o Heinrich el Inflexible , de los hermanos Grimm, o en el cuento popular asturiano La novia rana (J. M. Guelbenzu, Cuentos populares españoles. Siruela)—, es la muchacha quien besa al sapo, que resulta ser un príncipe. El texto de Monzó, además de invertir los roles del hombre y de la mujer, añade una especie de estrambote en el que los jóvenes, aunque tienen toda la vida  por delante, se muestran incómodos, desconcertados, sin saber qué hacer o qué decir.

c) Desenlace: la situación se vuelve, de pronto, incó-

3

T

toria, el caballero la besa con dulzura; una vez ha cavilado quién es y dónde está y por qué está allí y quién será ese hombre que tiene al lado y que, supone, acaba de besarla.

b) Conflicto o desarrollo: en efecto, el sapo, tras recibir

ción al reloj del príncipe y la manera de hablar de los dos  jóvenes en el segundo —Qué bien, ¿no?; Ya ves; Tanto esperar y de repente, plaf, ya está—, sugieren que estamos ante personajes contemporáneos, con sus modestas y algo convencionales inquietudes y aspiraciones.

C

La novedad, en el relato de Monzó, es la presencia de una segunda muchacha que podría haber sido descubierta en primer lugar, y con la que el caballero podría imaginarse, igualmente, compartiendo el resto de su vida. Por otra parte, los personajes no obran movidos por un impulso amoroso o deslumbrados por la belleza del otro, sino siguiendo lo que el cuento tradicional, que conocen, prescribe: Consciente de su papel en la his-

c) Desenlace: el joven ve, perplejo, unos metros más

casado, siempre junto a ella […] teniendo un primer hijo, luego una nena y por fin otro niño—, la anacrónica men-

A

citas de entre las alas, miraron en derredor y partieron volando por los campos; las moscas siguieron andando  por las paredes; el fuego se levantó en la cocina, llameó y  cocinó la comida; el asado siguió asándose; el cocinero le  propinó al mozo una guantada tan fuerte que le hizo gritar; la criada acabó de pelar el pollo. Y entonces se celebró con toda pompa la boda del príncipe con Zarzarrosa, y  vivieron felices hasta la muerte. (Jacob y Wilhelm Grimm, Cuentos. Madrid: Alianza Editorial, 1991, pp. 172-173).

El esquema narrativo de La bella durmiente es el que se detalla a continuación: a) Situación inicial: se plantea en la frase con la que se

2

S

4

En ambos casos se trata de un narrador en tercera persona, omnisciente, que relata los hechos desde una perspectiva externa, lo que no le impide conocer la interioridad de sus personajes (El caballero no lamenta

nada tener que casarse con ella, como estipula la tradición. Es más: ya se ve casado; Ahora que lo ve tan cerca siente que lo invade el asco). En el primer texto encontramos un ejemplo de estilo indirecto libre: Ya se ve casado, siempre junto a ella, com-

 partiéndolo todo, teniendo un primer hijo, luego una nena  y por fin otro niño. Vivirán una vida feliz y envejecerán juntos; en el segundo, las palabras y los pensamientos de los personajes se presentan en estilo directo (Por fin has llegado —le dice ella—. Si supieras cómo he esperado al   príncipe que debía liberarme del hechizo) y en estilo indirecto libre (¿Qué más debe decirle? ¿De qué deben

Lengua castellana y Literatura 1.º Bachillerato

ACTIVIDADES

9

REFUERZO

2. Narraciones literarias hablar? ¿Debe invitarla enseguida a su casa o se lo tomará a mal? En realidad no hay ninguna prisa. Tienen toda la vida por delante). 5

Utilización de proposiciones coordinadas copulativas: De inmediato la muchacha abre los ojos grandes,

almendrados y oscuros, y lo mira; Los labios van  perdiendo el tono morado y, una vez recobrado el rojo de la vida, se abren en una sonrisa; Vivirán una vida feliz y envejecerán juntos; Las mejillas de la muchacha han perdido la blancura de la muerte y ya son rosadas, sensuales, para morderlas; El príncipe inclina el cuerpo  y adelanta la cara; Es para siempre, y los dos son conscientes de ello, entre otras.

En los textos encontramos los siguientes rasgos lingüísticos propios de los textos narrativos: Uso del presente de indicativo con valor histórico:

ve, desmonta, coge, abre, mira, se incorpora, alarga, inclina, adelanta, tarda, acerca, se convierte, mira, se cogen, etcétera. Predominio de oraciones enunciativas.

Presencia del estilo directo: Por fin has llegado —le

Importancia de los complementos circunstanciales de tiempo y de lugar: en medio de un claro; sobre

una litera hecha con ramas de roble y rodeada de flores de todos los colores; a su lado; de inmediato; enseguida; una vez ha cavilado quién es y dónde está y por qué está allí y quién será ese hombre que tiene al lado  y que, supone, acaba de besarla; una vez recobrado el rojo de la vida; entonces; mientras […] la muchacha […] se incorpora gracias a la fuerza de los brazos masculinos; justo frente a él, entre otros.

© Oxford University Press España, S. A.

dice ella—; Si supieras cómo he esperado al príncipe que debía librarme del hechizo. Utilización de verbos de lengua (dice), de acción (coge, besa) y de movimiento (desmonta, se arrodilla,

inclina, adelanta, acerca). Empleo de adverbios deícticos de lugar (allí, allá) y de tiempo (ahora, entonces). 6

RESPUESTA LIBRE.

Lengua castellana y Literatura 1.º Bachillerato

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF