4. Desde Gregorio Magno Hasta Gregorio VII

November 7, 2018 | Author: luis4am | Category: Mass (Liturgy), Penance, Late Middle Ages, Eucharist, Byzantine Empire
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historia de la iglesia...

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DESDE GREGORIO MAGNO HAST HASTA A GREGORIO GREGORIO VII

(a. 590-1075) 1. Contexto general El ex exten tenso so pe perío ríodo do qu quee me medi diaa en entre tre la caí caída da de dell im impe perio rio ro roma mano no en su mi mitad tad occidental y el nacimiento del mundo moderno con sus estados nacionales, presenta una serie de características comunes. Durante estos nueve siglos, que forman la edad media, los pueblos de Europa septentrional y central se extienden hacia el este y el sur del imperio romano, produciendo un determinado tipo de sociedad en el plano político y cultural. Durante toda esta época, la poblacin es fundamentalmente agrícola! en casi todas partes, adem"s, existe una sociedad de clases con terratenientes, m"s o menos  potentes, estando todos ba#o la autoridad feudal de un se$or m"s m"s importante o de un rey. rey. En la historia de la iglesi iglesia, a, es el período en que el cristianismo se propaga por toda Europa. %regorio &agno al enviar a 'gustín y sus compa$eros a evangeli(ar )nglaterra, inaugura inaug ura un prog programa rama misionero que tendr tendr"" impo importantes rtantes consecuencias consecuencias en la din"m din"mica ica interna de la iglesia. *or otra parte, la unidad re1igiosa de la cristiandad occidental es una característica+ del período medieval, que le distingue del período precedente y sobre todo del siguiente. Dentro de este marco general de la edad media, con su unidad y sus rasgos comunes, cabe distinguir dos épocas diferenciadas, cuya bisagra serían los a$os 1-1. En los cuatro siglos que van desde %regorio &agno a %rego %regorio rio /)), que son el ob#eto de este capítu cap ítulo, lo, las tra transfo nsforma rmacio ciones nes son len lentas tas en occ occide idente nte!! en casi tod todos os los niv nivele eles, s, asistimos a una especie de 0hibernacin! la historia del papado nunca fue tan oscura como en los siglos /))-2! es qui(" el período en que Europa ha tenido menor relevancia en el orbe1. 3, sin embargo, estos siglos resultan ser de fecunda gestacin para el futuro de la iglesia, como abiertamente reconoce 4. '. 4ungmann+ 0En ning5n momento de los dos mil a$os de la vida de la iglesia ha tenido lugar una transformacin mayor, ya sea en el pensamiento religioso como en las instituciones correspondientes, como en los cinco siglos que van desde el fin de la patrística hasta el comien(o de la escol"stica6. En esta r"pida descripcin de la época, no podemos podemos de#ar de mencionar mencionar el auge del )slam, que de forma vertiginosa va extendiendo sus fronteras tanto en oriente, como en occidente. )nvadida la antigua 7ispania en los a$os 811-819, muchos de sus habitantes son reducidos a la esclavitud o convertidos a la religin isl"mica. *ero cierto n5mero de los sometidos conservan sus tierras y su religin cristiana. :on los mo("rabes, que tendr ten dr"n "n un unaa in infl flue uenc ncia ia no nota tabl blee en la hi histo stori riaa po post steri erior or de dell pa país ís.. El a$ a$o o ; ;  es la corona cor onaci cin n imp imperia eriall de Car Carlom lomagno agno,, qui quien en se con consid sidera era cus custod todio io de la do doctri ctrina na y defensor de la fe cristiana! el reino carolingio establece una singular simbiosis entre religin y política, que ha de caracteri(ar a toda la edad media. 'dem"s el reino de Carlomagno crea una forma particular de cultura literaria y de estilo arquitectnico, que sirve de modelo durante casi dos siglos. En cuanto a 1, 1.  4. '. 4ungmann, Herencia litúrgicay

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a(arosa polémica con las autoridades romanas a propsito de la lengua lit5rgica. ' pesar  de las rivalidades de #urisdiccin, la iglesia bi(antina y la romana siguieron conviviendo, en muchos aspectos, como dos partes de un mismo organismo! pero el  problema del  filioque, y otras comple#as ra(ones, determinaron la gran ruptura de 1? entre oriente y occidente. En la historia de Europa, este período que va desde la muerte de san + * 8,B?. Entre estas simplificaciones o 0abreviaciones gregorianas hay que anotar también la gran reduccin efectuada en el n5mero de los prefacios, y la supresin de la oracin de los fieles, cf. E. Cattaneo,  l culto cristiano in occidente, oma 1B8;,16-1?9! Ah. Flauser,  !etite "istoire de la liturgie occidentale, *aris 1B>, ?B->.

:in embargo, a pesar de las investigaciones reali(adas, es muy difícil determinar en concreto las reformas lit5rgicas de %regorio &agno, que posteriormente han sido amplificadas por la leyenda =es el caso de las misas gregorianas, el canto gregoriano, etc.@. n esfuer(o especial debi reali(ar %regorio en el "rea del canto y de la expresin musical, potenciando la sc"ola cantorum, y con ello el lado espectacular de la liturgia cara. al pueblo. a sc"ola situada entre el presbiterio y el pueblo, hace de puente entre los fieles y los sacerdotes. os cantores e#ecutan los textos lit5rgicos reservados antes a los fieles! las melodías, ahora m"s ricas y comple#as, exigen intérpretes especiali(ados. os fieles escuchan, go(an y se conmueven! es un nuevo tipo de participacin en la liturgia, menos interior y m"s pasivo, pero qui(" el 5nico posible en las condiciones culturales de aquel tiempo. %regorio &agno actu como obispo de oma y se preocup de ordenar la liturgia de la rbe, no de la iglesia occidental. )ncluso se muestra abierto y dispuesto a aprender  de otras iglesias, importando de ellas lo que #u(ga de utilidad para la propia! así lo afirma expresamente en su carta al obispo 4uan de :iracusa, quien le había hecho llegar  algunas críticas por la introduccin de algunas novedades en la ordenacin lit5rgica ?. :obre esta libertad y preocupacin pastoral en la liturgia, %regorio &agno tiene un texto antolgico dirigido a 'gustín, que va de camino a evangeli(ar )nglaterra! éste le comunica por carta al papa su incertidumbre sobre las pautas a seguir, ya que constata 0cmo siendo una misma fe, sin embargo son diferentes las costumbres, y una es la ordenacin de la misa en la iglesia romana y otra diferente en las iglesias de la %alia. ' lo cual responde el papa+ A5 ten siempre presente la tradicin de la iglesia romana, en la que has sido educado, y "mala siempre. *ero a mi me gusta, que si t5 encuentras en la iglesia romana, o en las de la %alia, o en cualquier  otra, algo que pueda agradar m"s al Dios omnipotente, lo reco#as con todo cuidado y lo lleves a la iglesia de los 'nglos, todavía tan #oven en la fe, #untando todo cuanto hayas podido reunir de las diversas iglesias. *ues hay que amar no las cosas por los lugares, sino los lugares por las cosas buenas que hay en ellos. 'sí pues, selecciona de cada iglesia lo que hay de piadoso, de religioso y de recto, y todo ello recogido como en un ramillete ofrécelo como tradicin a la mente de los ingleses.

a obra lit5rgica de %regorio &agno, pensada y ordenada para el pueblo de oma, tuvo éxito también fuera de la rbe, y de hecho fue aceptada por otras muchas iglesias. Diversos motivos debieron influir en ello+ la costumbre secular de mirar a oma, como garantía de la ortodoxia, incluso en el ordenamiento cultual! la situacin pastoral de las otras iglesias, muy similar a la de oma! y por 5ltimo, la admiracin siempre creciente  por la figura de san %regorio y su obra.  b@ La #poca de la liturgia romana pura

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 0:i quid boni vel ipsa vel altera ecc1esia haber, ego et minores meos, quos ab illicitis prohibeo, in bono imitari paratus sum. :tultus est enim qui in eo se primum existimat, ut bona quae viderit, discere contemnat, $pistolae Gregorii 1, &%7 11, B s.   0Cum una sit fides, sunt ecclesiarum diversae consuetudines et aliter consuetudo missarum in sancta omana ecc1esia atque aliter in %alliarum ecc1esiis tenetur... Govit fraternitas tua omanae ecclesiae consuetudinem, in qua se meminit nutritam! valde amabilem te habeat. :ed mihi placet, sive in omana sive in %alliarum sive in qualibet ecclesia aliquid invenisti, quod plus omnipotenti Deo possit placere, sollicite eligas et in 'nglorum ecc1esia, quae adhuc ad fidem nova est, institutione praecipua, quam de multis ecclesiis colligere potuisti, infundas. Gon enim pro locis res, sed pro bonis rebus loca amanda sunt. Ex singulis ergo quibusque ecclesiis quae pía, quae religiosa, quae recta sunt elige et haec quasi in fasciculo collecta apud 'nglorum mentes in consuetudillem depone,  $pistolae Gregorii 1, &%7 11, 996s.

Entre los siglos / -/))), la iglesia local de oma conoci su período de mayor  rique(a, de maduracin de formas expresivas, su 0época cl"sica, anterior a la fusin con las formas franco-germ"nicas. *ero no es f"cil conocerla y describirla con precisin, ya que todos los documentos pertinentes son de una época posterior, y est"n retocados  por los nuevos gustos y tendencias. En la base de esta creacin típicamente romana, est" una especie de 0movimiento lit5rgico m"s general, que abarca todo el "rea occidental, fundamentada a su ve( en una misma lengua, el latín cristiano. En este marco geogr"fico-cultural se han desarrollado, en ve( de la plegaria eucarística 5nica, una diversidad de elementos eucolgicos+ collecta, oratio super oblata, prefacio, oracin eucarística =canon@, postcommunio, oratio super populum. Dentro de esta evolucin com5n a occidente, vemos formarse tipos diferentes+ el romano, caracteri(ado por una  plegaria eucarística, casi invariable! el galicano =en sentido general@, caracteri(ado por  una 5nica plegaria eucarística, compuesta a modo de mosaico por muchos elementos variables. a misa romana en su época cl"sica est" estructurada por un triple movimiento interno, de rasgos similares, que anima y dinami(a la celebracin lit5rgica+ la entrada solemne de los celebrantes, acompa$ada por el canto del introito, y culminada por la oracin collecta% la procesin de las ofrendas, acompa$ada por el canto del ofertorio y concluida con la oracin super oblata; el movimiento procesional de la comunin de los fieles, acompa$ado por el canto de comunin y sellado con la oracin de la  postcomunin. a missarum sollemnia conoce, a su ve(, un triple estilo de celebracin+ la misa solemne de toda la comunidad eclesial de la ciudad en torno a su obispo, reunida en la statio correspondiente! la misa de un 0presbyter en el titulus, fuera de la ciudad, con sus respectivos fieles! la misa, por fin, de un grupo menor reunido en circunstancias especiales. *ero es de advertir, que todavía no existe la misa 0privada, en el sentido que habr" de generali(arse en tiempos posteriores. En cuanto al talante específico 0genio de esta liturgia romana cl"sica hay que anotar+ a@ como elementos formales% su precisin, sobriedad, brevedad, y su escasa concesin al sentimiento! su disposicin general transparente y l5cida! la grande(a contenida de su estilo literario! b@ como elementos teológicos% la oracin lit5rgica romana se orienta siempre hacia el *adre, por Cristo, en el Espíritu santo! en contraposicin a las liturgias orientales, galicanas o visigticas, donde con frecuencia se habla directamente al :e$or 4es5s, este modo de oracin no existe en la liturgia romana cl"sica! no existen manifestaciones externas de veneracin o adoracin de los elementos sagrados, ni intentos de explicar con argumentos teolgicos o especulativos el hecho de la presencia real del cuerpo y sangre de Cristo! la celebracin eucarística aparece  plenamente ligada a la comunidad local y como expresin total de la misma! las comunidades de los tituli reciben el  fermentum de la misa episcopal, como signo de intercomunin con aquella comunidad! el memorial del :e$or celebrado sobre la tumba de los m"rtires, celebra el misterio pascual de Cristo y también de sus santos, a través del a$o lit5rgico, en un perfecto equilibrio teolgico! finalmente, la comunidad local no olvida en su celebracin lit5rgica la religacin a la comunidad m"s amplia, la iglesia universal>. c@ $l paso de la liturgia romana al mundo franco&germ'nico Esta liturgia romana en sentido estricto, que acabamos de describir, va a emigrar  hacia los países francos, al principio gracias a las iniciativas individuales de los  peregrinos, m"s tarde gracias al apoyo del poder político. En efecto, el a$o 8?, *ipino >

 ?6-86. a liturgia romana recibe el impacto de las influencias orientales en este momento+ la introduccin del agnus *ei en la misa, la adoracin de la cru( en el viernes santo, y la aceptacin de las fiestas marianas ='suncin, Gatividad, *urificacin y 'nunciacin@ son algunos e#emplos de la influencia oriental en la liturgia romana@ durante estos dos siglos. *ero en el siglo )2, la situacin romana había llegado a ser realmente deplorable en muchos aspectos, incluido el lit5rgico. 7asta los talleres donde se elaboraban los libros lit5rgicos se habían cerrado. a vida lit5rgica estaba amena(ada de muerte. En este momento crítico, la iglesia franco-germ"nica salva la liturgia romana para la misma oma, y para el mundo entero. Efectivamente, ba#o el reinado de los Htones vuelve a )talia y a oma la liturgia híbrida franco romana, y se implanta en la Ciudad Eterna con toda facilidad, dado el vacío cultural y la decadencia romana de aquella época. 'sí pues, la liturgia latina que se codifica en esta época =el Hadrianum suplementado por 'lcuino entre ;1-;? y el *ontifical romano-germ"nico del B@ y que continuar" siendo la liturgia latina de occidente, a partir de este período, no es puramente romana, sino mixta+ romano-franca, o romano-germ"nica.  +omana est, sed etiam nostra% esta expresin traduce la presencia de un nuevo talante, de una nueva sensibilidad, aportacin de los pueblos  franco-germ"nicos, y que desde ahora aparece unida, como en simbiosis, con la liturgia propiamente romana. ' excepcin de los ritos bautismales, todos los dem"s sacramentos y sacramentales de la iglesia romana han recibido su impronta de este contacto y ensambla#e con la liturgia franco-germ"nica. En cuanto al car"cter específico de la aportacin franco-germ"nica  podemos subrayar+ a@ como elementos formales% el calor afectivo, una expresin m"s fuerte del sentimiento lírico en comparacin con la sobriedad romana, la rique(a del vocabulario y del simbolismo, así como la intensidad de la accin dram"tica! como elementos litúrgico&teológicos% la multiplicacin de las oraciones privadas durante la celebracin lit5rgica! una conciencia muy profunda del pecado y de la culpa

0apologías! la direccin de la plegaria a 0Cristo, nuestro Dios, de#ando de lado su funcin de mediador entre Dios y los hombres! introduccin de plegarias dirigidas a la :. Arinidad. 4unto a los libros oficiales, surge una nueva literatura donde resuena esta nueva sensibilidad+ testigos de esta creatividad son el himno eni -reator =de finales del s. )2@ y la secuencia ictimae pasc"ali laudes =del s. 2@. a nueva mentalidad tiene también su adecuada expresin en el arte! lo que acontece en la liturgia mixta de este período, se refle#a en el arte de la época carolingia y en el rom"nico primitivo. :e produce una combinacin armnica de la herencia romana antigua =con su simplicidad, sobriedad, equilibrio y expresin ext"tica@ y el vigor de los nuevos pueblos #venes =m"s vital, lírico, y hasta un poco an"rquico a veces@. *or eso, el arte rom"nico consigue unir la estaticidad con la dinamicidad, la línea hori(ontal con la vertical! es un conflicto creativo que genera una belle(a específica, llena de tensin! pero el vigor nuevo est" todavía como 0domado por la gran tradicin romana 8. d@ $l culto se distancia de la comunidad cristiana En el período que estudiamos, se verifican una serie de cambios importantes en la celebracin de los sacramentos, que tienen como denominador com5n el progresivo ale#amiento entre el pueblo y la accin lit5rgica y, en definitiva, una nueva concepcin del culto. n factor fundamental de esta situacin es la lengua litúrgica. 'l ser  trasplantada al imperio franco-germ"nico, la liturgia romana no cambia de lengua,  porque también allí el latín era la lengua culta! pero ya no era entendida m"s que por  una clase social reducida, que casi se identifica con el clero. a superioridad reconocida a la lengua y cultura latinas, impidi la traduccin de la Escritura y de la liturgia a la lengua del pueblo, dialecto romance o germ"nico. De haber reali(ado esa traduccin, estos dialectos hubieran alcan(ado la categoría de lenguas escritas. *ero adem"s, desde esta época de la alta edad media, vige la idea de que el documento que debe usarse en la accin lit5rgica es un texto exclusivamente reservado para el sacerdote+ el latín es la lengua sagrada que envuelve al misterio lit5rgico, haciéndolo cada ve( m"s le#ano para el pueblo. ' partir del siglo /), se generali(a el bautismo de nios. a pastoral de la iglesia y el derecho civil =con sus penas y sanciones@ se a5nan para consolidar esa pr"ctica y dotarla de un car"cter de obligacin cada ve( m"s estricta. gicamente, con este cambio desaparecen poco a poco los catec5menos adultos, y la institucin catecumenal se convierte en una amalgama de ritos fosili(ados, que han constituido durante siglos una  parte del rito bautismal en la liturgia romana. a iniciacin cristiana, que en épocas anteriores ha sido la celebracin solemne y comprometida de toda la comunidad, en unas fechas relevantes del a$o lit5rgico =en oma, sobre todo pascua y pentecostés@,  pasar" a ser paulatinamente un asunto individual o familiar. a fragilidad de los recién nacidos, la mortandad infantil lleva a equipararlos a los enfermos, y a concederles el sacramento en cualquier día del a$o y quam primum /. a institución penitencial antigua, 0segundo bautismo no reiterable, con su proceso en tres tiempos, era esencialmente comunitaria. :i merece el nombre de penitencia  p5blica, no es por la publicidad de la confesin, sino precisamente por la dimensin eclesial de toda la accin penitencial. *ero, a partir del siglo /)), surge una nueva 8

7. '. Iegman, Gesc"ic"te der Liturgie im 0esten und 1sten, egensburg 1B8B, 11>-1>! C. /oge1, lntroduction au2 sources de 3"istoire du culte c"r#tien au moyen 4ge, :po1eto 1B>>,?9-??! Ah. Flauser,  !etite "istoire de la liturgie occidentale, *aris 1B>, >>9! 4. '. 4ungmann,  $l sacrificio de la misa, &adrid ?1B>9, B; s! 8, 1B s.

disciplina penitencial, que desde las islas anglosa#onas se extiende por el continente gracias a Columbano y otros mon#es irlandeses. En efecto, en aquellos monasterios se había fi#ado un baremo para las faltas, tanto para las que tenían car"cter de pecado, como para las que eran meramente disciplinares. *or otra parte, los mon#es eran conse#eros espirituales de los laicos, y comen(aron a establecer a éstos unas 0tarifas  penitenciales similares a las de los monasterios. o esencial en este nuevo sistema es que a cada pecado corresponde una expiacin determinada, minuciosamente cuantificada en los 0libros penitenciales de la época, una especie de do ut des  particularmente significativa para aquella sociedad acostumbrada a comple#as tarifas de  penali(acin por robos, homicidios y otros delitos. Esta expiacin, que consiste sobre todo en ayunos, admite unos 0rescates de penitencia+ así por e#emplo, un a$o de ayuno  puede ser rescatado por un determinado cupo de misas, que se encargan, con un determinado estipendio, a los monasterios o a las iglesias. Este rescate penitencial, que  puede ser cumplimentado incluso por terceras personas, elimina la expiacin personal y efectiva por parte del pecador y degenera en evidentes abusos. El 5nico acto que le queda ya al penitente, y que resumir" en adelante todo el proceso penitencial, es la confesin! de este modo, se vacía a la penitencia de toda dimensin comunitaria. Comparando la disciplina penitencial antigua con el nuevo sistema que en este período se desarrolla, cabe afirmar que no se trata ya de una evolucin, sino de una sustitucin! ning5n sacramento ha evolucionado tan radicalmente, en su forma externa y en su espíritu, como éste de la penitencia B. *ero el e#emplo m"s evidente del distanciamiento entre el culto y la comunidad es la aparicin de la misa privada, celebrada slo por el celebrante, sin relacin directa con una asamblea presente, ni con unas necesidades pastorales. En este sentido, la pr"ctica de la misa privada aparece por los siglos /)-/)) y se generali(a en el siglo /))). Esta costumbre tiene su cuna en los monasterios, donde, desde esta época, hay una multiplicacin de mon#es sacerdotes, que tienen la celebracin de la misa como un e#ercicio individual de piedad. Este cambio en la eucaristía, que de ser la expresin fundamental de la comunidad cristiana pasa a ser un patrimonio exclusivo del sacerdote =mon#e o no@ celebrante, y un e#ercicio de piedad individual, es el resultado de una profunda transformacin teolgica y eclesial. En efecto, a partir del siglo /)), la sensibilidad religiosa francogerm"nica acent5a la importancia de la persona privada, a costa del valor comunitario. *or otra parte, se concibe el culto como una serie de acciones destinadas a conseguir la salvacin del individuo! a la multiplicacin de los actos cultuales, se atribuye una multiplicacin autom"tica de las gracias para la salvacin! la misa es el remedio inigualable para alcan(ar esas gracias, es la respuesta efica( para la angustia de la propia salvacin. En consecuencia, se multiplican las misas votivas por personas o necesidades individuales, o para sustituir obras de mortificacin =misas 0penitenciales@! nacen también las fundaciones de misas, por las que el donante trata de asegurar su  futuro en la otra vida 1. B

 C. /ogel, El ministerio lit5rgico en la vida de la iglesia. Distanciamiento entre culto y comunidad cristiana+ Colle 86 =1B86@ 11-1>>! El pecado y la penitencia. Exposicin sobre la evolucin histrica de la disciplina penitencial en la iglesia latina, en *astoral del pecado, Estella 61B>;6-991! D. B-1;;! '. 7iiuss4ing,  Monc"s7onvent und   $uc"aristiefeier. $ine (tudie 8ber die Messe in der abendllindisc"en 6losterliturgie des fr8"en  Millelalters, &Jnster 1B89! *. De ClereK,  La fr#quence des messes. +ealit#s #conomiques et  t"#ologiques% &D 161 =1B8@ 11-1;.

Este fenmeno comporta notables consecuencias en todos los rdenes+ la multiplicacin de misas lleva consigo la multiplicacin del n5mero de sacerdotes 0altaristas y una b"sica transformacin en la auto-comprensin del ministerio! así la multiplicacin de mon#es sacerdotes, que satisfacen la piedad popular con misas retribuidas por estipendios, tiene como consecuencia econmica el enriquecimiento de los monasterios. ' un nivel m"s estrictamente lit5rgico, debemos se$alar una doble consecuencia+ la proliferacin de altares en las iglesias, y la aparicin del misal completo. En efecto, con la aparicin de la misa privada, el celebrante se ve obligado a recitar, él solo, todas las lecturas, cantos y plegarias asignados para la celebracin comunitaria. 'mbos hechos son la traduccin ritual de la ruptura entre eucaristía y comunidad. e@ $l modelo del antiguo testamento en la liturgia cristiana na situacin de cristiandad se define por la presencia y la incidencia del mensa#e cristiano en las estructuras p5blicas de la sociedad. En esta perspectiva, era lgica la referencia a los modelos que ofrece el pueblo de la antigua alian(a, ya que lo específica de )srael es haber sido llamado a ser pueblo y nacin, a la ve( que pueblo de Dios, con un régimen muy característico de segregacin y sacrali(acin cultual. Efectivamente, tras las invasiones de los b"rbaros, en su intento de catequi(ar y morali(ar a estos nuevos pueblos, los obispos y los concilios recurren al apoyo del antiguo testamento. Ces"reo de 'rlés en la %alia =?8-?6@, y numerosos textos de los siglos /)-/)), sobre todo de )rlanda y de la Espa$a visigoda, refle#an este intento de  buscar modelos y normas en el antiguo testamento para cristiani(ar al pueblo bauti(ado en masa. :an )sidoro de :evilla =L >9>@, uno de los legisladores m"s importantes de la época, cuyos textos son transmitidos y repetidos a través de toda la edad media, extiende la idea de que los diferentes rdenes del sacerdocio cristiano encuentran su origen y su modelo en el servicio cultual de &oisés 11. Esta nueva visin, guiada por la pastoral, se detecta inmediatamente en el campo de la expresin lit5rgica. &ientras que todavía en el siglo /), las iglesias se consagran simplemente celebrando la eucaristía por primera ve( en ellas, a partir del siglo /))) se impone un ceremonial complicado y suntuoso tomado del antiguo testamento con aspersiones, unciones e incensaciones 16. En la misma época, la ordenacin sacerdotal, que se había hecho hasta entonces por la mera imposicin de manos, recibe el rito de la uncin de las manos inspirado en Ex 6;, ?1 y G5m 9, 9. :iguiendo el modelo de la uncin de :a5l y David, en la Espa$a visigoda y en la %alia merovingia se introduce la uncin real, como rito lit5rgico! la primera que conocemos es la de Iamba, el a$o >86 en Aoledo. Especial incidencia adquiere esta mentalidad #udai(ante en la reglamentacin del domingo cristiano. Desde las migraciones nrdicas, la iglesia se encuentra con  poblaciones bauti(adas en masa, después de una preparacin muy escasa y r"pida. os obispos y los concilios de esta época se esfuer(an por implantar el reposo dominical,  para permitir a sus fieles asistir a misa, centro del culto y de la catequesis cristiana. *ara ello, la legislacin eclesi"stica prohíbe en ese día los traba#os agrícolas! esta medida debe interpretarse fundamentalmente como una exigencia de #usticia social, dirigida a los due$os de los campos, m"s que a los siervos. o refle#a con toda claridad el concilio 11

*ara la evolucin del tema del ministerio y sus repercusiones en la liturgia, E. :chillebeecKx, $l  ministerio eclesial, &adrid 1B;9, La comunidad cristiana y sus ministros% Conc 19 =1B;@ 9B-?9;! C. /ogel, $l ministerio litúrgico en la vida de la iglesia% Conc 186 =1B86@ 1B-1>6. 16   3. Congar,  *os factores de sacrali9ación en la vida social en la edad media :occidente% Conc ?8 =1B>B@ >->?.

de ouen del a$o > que recuerda a los amos su obligacin de 0enviar al menos a misa, los domingos y otros días festivos, a los boyeros, porqueros, pastores y labradores, que traba#an en los campos o en los bosques, donde viven como bestias+ también a ellos les ha redimido Cristo con su sangre. :i los due$os no escuchan esta llamada, tendr"n que responder por sí mismos de la falta de sus servidores 19. 'hora bien, en la fundamentacin de este reposo dominical asoman con frecuencia las tendencias #udai(antes y los modelos veterotestamentarios. Go se preocupan ya de subrayar la originalidad del domingo cristiano respecto al sabbat #udío, como en los siglos primeros+ el argumento e contra se ha transformado en a fortiori, refor(ando la disciplina del domingo con las prescripciones bíblicas acerca del sabbat #udío, como se advierte en este texto, probablemente de san Ces"reo de 'rlés+ 0:i los desgraciados  #udíos celebran con tanta devocin el sabbat, hasta el punto de no reali(ar ninguna obra terrestre, cu"nto m"s los cristianos, en el día del :e$or, deben ocuparse solamente de Dios1?. a casuística minuciosa de las prescripciones sab"ticas se aplica ahora a la legislacin del domingo y los libros penitenciales, que surgen en esta época, acent5an esta tendencia. Aambién es #udai(ante el sistema de sanciones, que funciona contra las infracciones del reposo dominical, hasta recurrir a las penas corporales, tributo a su ve( a las rudas costumbres de aquel tiempo. a disciplina del domingo resulta #udai(ante hasta en su vocabulario, al aceptar el término 0obras serviles del evítico 69, 6, para aplicarlo a las obras prohibidas en el día del :e$or 1. 9. +efle2ión litúrgico&sacramental  El período que transcurre desde %regorio &agno hasta finales del siglo 2), ob#eto de este capítulo, no es precisamente creativo en el campo teolgico. Concretamente en la reflexin sacramental se vive en occidente de las pautas fundamentales marcadas por  san 'gustin. En el siglo )2, 4uan Escoto Eri5gena traduce las obras del *seudoDionisio 'reopagita, que tanta influencia han de e#ercer a lo largo de la edad media en la comprensin lit5rgico-sacramental. En este lapso de tiempo, queremos destacar, al menos, estos tres temas+ las interpretaciones teolgicas de )sidoro de :evilla, las explicaciones alegricas de la liturgia, y las primeras controversias eucarísticas. Ares cuestiones que no carecen de conexin mutua. a@ Las . En el libro /) de sus 0Etimologías, que trata 0De los libros y oficios eclesi"sticos, )sidoro de :evilla describe de este modo la realidad sacramental+ En una celebracin,  sacramento consiste en reali(ar algo que debe entenderse con un significado concreto y que ha de ser recibido santamente. :acramentos son el bautismo, el crisma, el cuerpo y la sangre del :e$or. 3 se llaman 0sacramentos porque, ba#o su envoltura de cosas materiales, la virtud 19

 4. D. &ansi, vol 1, col. 166. (ermo 89,?+ CC 19, p. 9;. 1  . 4. Duval, La doctrine de f#glise sur l e travail dominical et son evolution% &D ;9 =1B>@ 1-11! . /ereecKe, +epos du dimanc"e et aeuvres serviles. $squisse "istorique% um /ie ; =1B>6@ -8?. 1?

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 $timologías /, 6?, 91, ed. >. Hro( eta, &adrid 1B;6, tomo 1, 66-69! )2, 9, 9, ibid. 88?-88.

divina lleva a cabo en secreto el poder salvador de estos sacramentos. De ahí que su nombre tenga origen,  bien sea en sus virtudes 0secretas, bien en su car"cter 0sacro. En manos de la iglesia, su accin es fructífera, porque, permaneciendo en ella el Espíritu santo, reali(a ocultamente el efecto de estos sacramentos. En consecuencia, sean buenos o malos los sacerdotes que en la iglesia de Dios administran los sacramentos, por ser el Espíritu santo quien místicamente les da vida -y que en tiempos apostlicos se mostraba en sus obras visibles-, ni sus frutos son mayores por los méritos del buen sacerdote que los administra, ni son tampoco menores porque los administre uno malo, ya que 0no es el que planta, ni el que riega, sino Dios quien hace que cre(ca =1 Cor 9, 8@. *or eso en griego se les da el nombre de 4 0misterio, porque su actividad es secreta y enigm"tica18.

'dvertimos en esta exposicin de )sidoro adem"s de los esclarecimientos teolgicos de los siglos anteriores, sobre todo de san 'gustín en su controversia contra los donatistas, una línea distinta que subraya en los sacramentos su dimensin 0secreta y enigm"tica, y que resulta coherente para #ustificar la evolucin lit5rgica de este período, en marcha progresiva hacia un culto cada ve( m"s clerical y m"s ale#ado del pueblo. Htras muchas 0etimologías de san )sidoro han e#ercido un notable influ#o en la concepcin sacramental de la edad media, pero qui(" ninguna como la interpretacin de la 0eucaristía como bona gratia ?/. Con ello se opera un cambio fundamental en la expresin central del culto cristiano! la eucaristía como bona gratia ser" el recurso teolgico que #ustifica la multiplicacin de misas, con todas sus secuelas teolgicolit5rgicas.  b@ a e2plicación de la liturgia Como atestigua la historia de las religiones, los cultos no cristianos han renunciado, con frecuencia y deliberadamente, a ser comprendidos! sin embargo, la liturgia cristiana en la lgica de la encarnacin no puede acceder a esa renuncia. 3a en el siglo )/ encontramos algunas explicaciones de la liturgia+ se trata de las catequesis mistagógicas sobre los ritos de la iniciacin cristiana, reali(adas por el obispo ante los recién  bauti(ados durante la octava pascuaM. :e daba por supuesto que los ritos lit5rgicos, en sus gestos y palabras, eran inmediatamente accesibles a los nefitos sin explicacin especial! slo m"s tarde se ofrecía una interpretacin cristiana m"s profunda de los mismos. En este orden, son de destacar las catequesis lit5rgicas, de 'mbrosio de &il"n, de Cirilo de 4erusalén, y de Aeodoro de &optsuestia. *ero ya al despuntar la edad media, se percibe la necesidad de explicar las formas lit5rgicas heredadas por tradicin 1B. Ello se efect5a, no poniendo de relieve el sentido real de las mismas, sino buscando en el desarrollo exterior del culto un significado nuevo y oculto, mientras se prescinde por completo de los textos, redactados en una lengua extra$a para el pueblo. :on los comentarios alegóricos, que tanta difusin conocer"n a partir de esta época. Este procedimiento de la alegoría, conocido ya en la era precristiana para explicar los antiguos mitos de los dioses, y también dentro del cristianismo para interpretar los textos sagrados, se introduce en la liturgia cristiana cuando ésta empie(a a hacerse oscura para el pueblo. Entre los primeros representantes de la alegoría lit5rgica podemos citar al *seudo-Dionisio y al propio )sidoro de :evilla! 18

 $timologías /), 1B, 9B-?6, ed. >. Hro( eta, Aomo 1, >1?->1.  0*anis et calicis sacramentum %raeci Eucharistiam dicunt, quod atine bona gratia interpretatur,  $timologías /), 1B, 9;, ed. >. Hro( eta, tomo 1, >1?->1. *ara esta época ver también las referencias que aporta '. &ichel, (acraments, en DAC 1?, col. 668. 1B 0os clérigos carolingios no slo tenían obligacin de entender ellos mismos la liturgia -para lo cual se introdu#eron el a$o 8?6 ex"menes anuales de liturgia- sino que también debían explicar al pueblo totius religionis studium et c"ristianitatis cuitum=, >. '. 4ungmann, El sacrificio de la misa, 11. 1;

 pero las explicaciones alegricas alcan(an una primera cumbre con 'lcuino y sobre todo con su discípulo 'malario de &et(. Con una fantasía e inventiva notables, 'malario interpreta todo en el "mbito de la liturgia =personas, vestiduras, ob#etos...@ alegricamente. En su obra principal De ecclesiasticis officiis se pueden distinguir diversas clases de alegoría+ la que ve el cumplimiento de figuras del antiguo testamento =alegoría figurativa@, la que encuentra aplicaciones al comportamiento =alegoría moral@, la que trae a la memoria los acontecimientos de la historia de la salvacin =alegoría rememorativa@, la que, finalmente, se proyecta hacia los 5ltimos tiempos =alegoría escatolgica@. ' pesar de las críticas y condenaciones que conoci el método de 'malario, los comentarios alegricos, sobre todo de la misa, se abrieron paso y alcan(aron gran éxito en los siglos siguientes! es preciso reconocer, sin embargo, que no favoreci mucho en orden a una  participacin comunitaria en la liturgia6. c@ Las primeras controversias eucarísticas 'sí como las controversias bautismales se desarrollan dentro del primer milenio, las discusiones en torno a la eucaristía tienen lugar a lo largo del segundo milenio! pero ya en el siglo )2 tenemos el anuncio y la primera manifestacin de estas controversias eucarísticas. :u punto de arranque puede verse en 'malario de &et( y en la interpretacin simblica o alegrica que él ofrece sobre los diversos ritos de la misa. 'malario ve en las tres partes de la hostia, después de la fraccin, el corpus triforme de Cristo+ el cuerpo individual de 4es5s, los miembros vivientes de la iglesia, y los fieles difuntos. Nloro de yon se enfrenta con él, criticando vivamente las interpretaciones alegricas, por sus consecuencias teolgicas. 'mbas partes creen en la presencia sacramental de Cristo, pero el simbolista 'malario tiende a materiali(an excesivamente esta presencia, mientras que su adversario, el antisimbolista Nloro, tendería a convertirla en puramente virtual.61 *or la misma época, *ascasio adberto, m"s tarde, abad de Corby, se enfrenta con varios de sus contempor"neos, entre ellos "bano &auro y atramno, mon#e de Corbie. OEl ob#eto dela controversia es la identidad entre el cuerpo eucarístico y el cuerpo nacido de &aría *ascasio afirma con toda firme(a la identidad, aunque su forma de defender la no sea muy clara y coherente. 'mbos bandos enuncian la fe tradicional, pero faltos de un utilla#e filosfico adecuado, no aciertan a concebir y explícarla presencia real de Cristo en la eucaristía de forma convincente. Gavegando entre el puro simbolismo y el 0cafarnaísmo materialista =4n >, B->@, buscan sin encontrar el camino de la presencia real y sacramental! la misma controversia aparecer" de nuevo en siglos posteriores66. En el siglo 2), >, 91.

verdadera sangre, sino una figura, y una imagen :similitudo. echa(a con vigor un cambio de substancia del pan y del vino, así como la presencia material :sensualis del cuerpo y de la sangre de Cristo. :in embargo, afirma que el pan, una ve( consagrado, es el cuerpo de Cristo, pero espiritualmente, para la fe, no materialmente.
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