4. Desde Gregorio Magno Hasta Gregorio VII
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historia de la iglesia...
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DESDE GREGORIO MAGNO HAST HASTA A GREGORIO GREGORIO VII
(a. 590-1075) 1. Contexto general El ex exten tenso so pe perío ríodo do qu quee me medi diaa en entre tre la caí caída da de dell im impe perio rio ro roma mano no en su mi mitad tad occidental y el nacimiento del mundo moderno con sus estados nacionales, presenta una serie de características comunes. Durante estos nueve siglos, que forman la edad media, los pueblos de Europa septentrional y central se extienden hacia el este y el sur del imperio romano, produciendo un determinado tipo de sociedad en el plano político y cultural. Durante toda esta época, la poblacin es fundamentalmente agrícola! en casi todas partes, adem"s, existe una sociedad de clases con terratenientes, m"s o menos potentes, estando todos ba#o la autoridad feudal de un se$or m"s m"s importante o de un rey. rey. En la historia de la iglesi iglesia, a, es el período en que el cristianismo se propaga por toda Europa. %regorio &agno al enviar a 'gustín y sus compa$eros a evangeli(ar )nglaterra, inaugura inaug ura un prog programa rama misionero que tendr tendr"" impo importantes rtantes consecuencias consecuencias en la din"m din"mica ica interna de la iglesia. *or otra parte, la unidad re1igiosa de la cristiandad occidental es una característica+ del período medieval, que le distingue del período precedente y sobre todo del siguiente. Dentro de este marco general de la edad media, con su unidad y sus rasgos comunes, cabe distinguir dos épocas diferenciadas, cuya bisagra serían los a$os 1-1. En los cuatro siglos que van desde %regorio &agno a %rego %regorio rio /)), que son el ob#eto de este capítu cap ítulo, lo, las tra transfo nsforma rmacio ciones nes son len lentas tas en occ occide idente nte!! en casi tod todos os los niv nivele eles, s, asistimos a una especie de 0hibernacin! la historia del papado nunca fue tan oscura como en los siglos /))-2! es qui(" el período en que Europa ha tenido menor relevancia en el orbe1. 3, sin embargo, estos siglos resultan ser de fecunda gestacin para el futuro de la iglesia, como abiertamente reconoce 4. '. 4ungmann+ 0En ning5n momento de los dos mil a$os de la vida de la iglesia ha tenido lugar una transformacin mayor, ya sea en el pensamiento religioso como en las instituciones correspondientes, como en los cinco siglos que van desde el fin de la patrística hasta el comien(o de la escol"stica6. En esta r"pida descripcin de la época, no podemos podemos de#ar de mencionar mencionar el auge del )slam, que de forma vertiginosa va extendiendo sus fronteras tanto en oriente, como en occidente. )nvadida la antigua 7ispania en los a$os 811-819, muchos de sus habitantes son reducidos a la esclavitud o convertidos a la religin isl"mica. *ero cierto n5mero de los sometidos conservan sus tierras y su religin cristiana. :on los mo("rabes, que tendr ten dr"n "n un unaa in infl flue uenc ncia ia no nota tabl blee en la hi histo stori riaa po post steri erior or de dell pa país ís.. El a$ a$o o ; ; es la corona cor onaci cin n imp imperia eriall de Car Carlom lomagno agno,, qui quien en se con consid sidera era cus custod todio io de la do doctri ctrina na y defensor de la fe cristiana! el reino carolingio establece una singular simbiosis entre religin y política, que ha de caracteri(ar a toda la edad media. 'dem"s el reino de Carlomagno crea una forma particular de cultura literaria y de estilo arquitectnico, que sirve de modelo durante casi dos siglos. En cuanto a 1, 1. 4. '. 4ungmann, Herencia litúrgicay
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a(arosa polémica con las autoridades romanas a propsito de la lengua lit5rgica. ' pesar de las rivalidades de #urisdiccin, la iglesia bi(antina y la romana siguieron conviviendo, en muchos aspectos, como dos partes de un mismo organismo! pero el problema del filioque, y otras comple#as ra(ones, determinaron la gran ruptura de 1? entre oriente y occidente. En la historia de Europa, este período que va desde la muerte de san + * 8,B?. Entre estas simplificaciones o 0abreviaciones gregorianas hay que anotar también la gran reduccin efectuada en el n5mero de los prefacios, y la supresin de la oracin de los fieles, cf. E. Cattaneo, l culto cristiano in occidente, oma 1B8;,16-1?9! Ah. Flauser, !etite "istoire de la liturgie occidentale, *aris 1B>, ?B->.
:in embargo, a pesar de las investigaciones reali(adas, es muy difícil determinar en concreto las reformas lit5rgicas de %regorio &agno, que posteriormente han sido amplificadas por la leyenda =es el caso de las misas gregorianas, el canto gregoriano, etc.@. n esfuer(o especial debi reali(ar %regorio en el "rea del canto y de la expresin musical, potenciando la sc"ola cantorum, y con ello el lado espectacular de la liturgia cara. al pueblo. a sc"ola situada entre el presbiterio y el pueblo, hace de puente entre los fieles y los sacerdotes. os cantores e#ecutan los textos lit5rgicos reservados antes a los fieles! las melodías, ahora m"s ricas y comple#as, exigen intérpretes especiali(ados. os fieles escuchan, go(an y se conmueven! es un nuevo tipo de participacin en la liturgia, menos interior y m"s pasivo, pero qui(" el 5nico posible en las condiciones culturales de aquel tiempo. %regorio &agno actu como obispo de oma y se preocup de ordenar la liturgia de la rbe, no de la iglesia occidental. )ncluso se muestra abierto y dispuesto a aprender de otras iglesias, importando de ellas lo que #u(ga de utilidad para la propia! así lo afirma expresamente en su carta al obispo 4uan de :iracusa, quien le había hecho llegar algunas críticas por la introduccin de algunas novedades en la ordenacin lit5rgica ?. :obre esta libertad y preocupacin pastoral en la liturgia, %regorio &agno tiene un texto antolgico dirigido a 'gustín, que va de camino a evangeli(ar )nglaterra! éste le comunica por carta al papa su incertidumbre sobre las pautas a seguir, ya que constata 0cmo siendo una misma fe, sin embargo son diferentes las costumbres, y una es la ordenacin de la misa en la iglesia romana y otra diferente en las iglesias de la %alia. ' lo cual responde el papa+ A5 ten siempre presente la tradicin de la iglesia romana, en la que has sido educado, y "mala siempre. *ero a mi me gusta, que si t5 encuentras en la iglesia romana, o en las de la %alia, o en cualquier otra, algo que pueda agradar m"s al Dios omnipotente, lo reco#as con todo cuidado y lo lleves a la iglesia de los 'nglos, todavía tan #oven en la fe, #untando todo cuanto hayas podido reunir de las diversas iglesias. *ues hay que amar no las cosas por los lugares, sino los lugares por las cosas buenas que hay en ellos. 'sí pues, selecciona de cada iglesia lo que hay de piadoso, de religioso y de recto, y todo ello recogido como en un ramillete ofrécelo como tradicin a la mente de los ingleses.
a obra lit5rgica de %regorio &agno, pensada y ordenada para el pueblo de oma, tuvo éxito también fuera de la rbe, y de hecho fue aceptada por otras muchas iglesias. Diversos motivos debieron influir en ello+ la costumbre secular de mirar a oma, como garantía de la ortodoxia, incluso en el ordenamiento cultual! la situacin pastoral de las otras iglesias, muy similar a la de oma! y por 5ltimo, la admiracin siempre creciente por la figura de san %regorio y su obra. b@ La #poca de la liturgia romana pura
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0:i quid boni vel ipsa vel altera ecc1esia haber, ego et minores meos, quos ab illicitis prohibeo, in bono imitari paratus sum. :tultus est enim qui in eo se primum existimat, ut bona quae viderit, discere contemnat, $pistolae Gregorii 1, &%7 11, B s. 0Cum una sit fides, sunt ecclesiarum diversae consuetudines et aliter consuetudo missarum in sancta omana ecc1esia atque aliter in %alliarum ecc1esiis tenetur... Govit fraternitas tua omanae ecclesiae consuetudinem, in qua se meminit nutritam! valde amabilem te habeat. :ed mihi placet, sive in omana sive in %alliarum sive in qualibet ecclesia aliquid invenisti, quod plus omnipotenti Deo possit placere, sollicite eligas et in 'nglorum ecc1esia, quae adhuc ad fidem nova est, institutione praecipua, quam de multis ecclesiis colligere potuisti, infundas. Gon enim pro locis res, sed pro bonis rebus loca amanda sunt. Ex singulis ergo quibusque ecclesiis quae pía, quae religiosa, quae recta sunt elige et haec quasi in fasciculo collecta apud 'nglorum mentes in consuetudillem depone, $pistolae Gregorii 1, &%7 11, 996s.
Entre los siglos / -/))), la iglesia local de oma conoci su período de mayor rique(a, de maduracin de formas expresivas, su 0época cl"sica, anterior a la fusin con las formas franco-germ"nicas. *ero no es f"cil conocerla y describirla con precisin, ya que todos los documentos pertinentes son de una época posterior, y est"n retocados por los nuevos gustos y tendencias. En la base de esta creacin típicamente romana, est" una especie de 0movimiento lit5rgico m"s general, que abarca todo el "rea occidental, fundamentada a su ve( en una misma lengua, el latín cristiano. En este marco geogr"fico-cultural se han desarrollado, en ve( de la plegaria eucarística 5nica, una diversidad de elementos eucolgicos+ collecta, oratio super oblata, prefacio, oracin eucarística =canon@, postcommunio, oratio super populum. Dentro de esta evolucin com5n a occidente, vemos formarse tipos diferentes+ el romano, caracteri(ado por una plegaria eucarística, casi invariable! el galicano =en sentido general@, caracteri(ado por una 5nica plegaria eucarística, compuesta a modo de mosaico por muchos elementos variables. a misa romana en su época cl"sica est" estructurada por un triple movimiento interno, de rasgos similares, que anima y dinami(a la celebracin lit5rgica+ la entrada solemne de los celebrantes, acompa$ada por el canto del introito, y culminada por la oracin collecta% la procesin de las ofrendas, acompa$ada por el canto del ofertorio y concluida con la oracin super oblata; el movimiento procesional de la comunin de los fieles, acompa$ado por el canto de comunin y sellado con la oracin de la postcomunin. a missarum sollemnia conoce, a su ve(, un triple estilo de celebracin+ la misa solemne de toda la comunidad eclesial de la ciudad en torno a su obispo, reunida en la statio correspondiente! la misa de un 0presbyter en el titulus, fuera de la ciudad, con sus respectivos fieles! la misa, por fin, de un grupo menor reunido en circunstancias especiales. *ero es de advertir, que todavía no existe la misa 0privada, en el sentido que habr" de generali(arse en tiempos posteriores. En cuanto al talante específico 0genio de esta liturgia romana cl"sica hay que anotar+ a@ como elementos formales% su precisin, sobriedad, brevedad, y su escasa concesin al sentimiento! su disposicin general transparente y l5cida! la grande(a contenida de su estilo literario! b@ como elementos teológicos% la oracin lit5rgica romana se orienta siempre hacia el *adre, por Cristo, en el Espíritu santo! en contraposicin a las liturgias orientales, galicanas o visigticas, donde con frecuencia se habla directamente al :e$or 4es5s, este modo de oracin no existe en la liturgia romana cl"sica! no existen manifestaciones externas de veneracin o adoracin de los elementos sagrados, ni intentos de explicar con argumentos teolgicos o especulativos el hecho de la presencia real del cuerpo y sangre de Cristo! la celebracin eucarística aparece plenamente ligada a la comunidad local y como expresin total de la misma! las comunidades de los tituli reciben el fermentum de la misa episcopal, como signo de intercomunin con aquella comunidad! el memorial del :e$or celebrado sobre la tumba de los m"rtires, celebra el misterio pascual de Cristo y también de sus santos, a través del a$o lit5rgico, en un perfecto equilibrio teolgico! finalmente, la comunidad local no olvida en su celebracin lit5rgica la religacin a la comunidad m"s amplia, la iglesia universal>. c@ $l paso de la liturgia romana al mundo franco&germ'nico Esta liturgia romana en sentido estricto, que acabamos de describir, va a emigrar hacia los países francos, al principio gracias a las iniciativas individuales de los peregrinos, m"s tarde gracias al apoyo del poder político. En efecto, el a$o 8?, *ipino >
?6-86. a liturgia romana recibe el impacto de las influencias orientales en este momento+ la introduccin del agnus *ei en la misa, la adoracin de la cru( en el viernes santo, y la aceptacin de las fiestas marianas ='suncin, Gatividad, *urificacin y 'nunciacin@ son algunos e#emplos de la influencia oriental en la liturgia romana@ durante estos dos siglos. *ero en el siglo )2, la situacin romana había llegado a ser realmente deplorable en muchos aspectos, incluido el lit5rgico. 7asta los talleres donde se elaboraban los libros lit5rgicos se habían cerrado. a vida lit5rgica estaba amena(ada de muerte. En este momento crítico, la iglesia franco-germ"nica salva la liturgia romana para la misma oma, y para el mundo entero. Efectivamente, ba#o el reinado de los Htones vuelve a )talia y a oma la liturgia híbrida franco romana, y se implanta en la Ciudad Eterna con toda facilidad, dado el vacío cultural y la decadencia romana de aquella época. 'sí pues, la liturgia latina que se codifica en esta época =el Hadrianum suplementado por 'lcuino entre ;1-;? y el *ontifical romano-germ"nico del B@ y que continuar" siendo la liturgia latina de occidente, a partir de este período, no es puramente romana, sino mixta+ romano-franca, o romano-germ"nica. +omana est, sed etiam nostra% esta expresin traduce la presencia de un nuevo talante, de una nueva sensibilidad, aportacin de los pueblos franco-germ"nicos, y que desde ahora aparece unida, como en simbiosis, con la liturgia propiamente romana. ' excepcin de los ritos bautismales, todos los dem"s sacramentos y sacramentales de la iglesia romana han recibido su impronta de este contacto y ensambla#e con la liturgia franco-germ"nica. En cuanto al car"cter específico de la aportacin franco-germ"nica podemos subrayar+ a@ como elementos formales% el calor afectivo, una expresin m"s fuerte del sentimiento lírico en comparacin con la sobriedad romana, la rique(a del vocabulario y del simbolismo, así como la intensidad de la accin dram"tica! como elementos litúrgico&teológicos% la multiplicacin de las oraciones privadas durante la celebracin lit5rgica! una conciencia muy profunda del pecado y de la culpa
0apologías! la direccin de la plegaria a 0Cristo, nuestro Dios, de#ando de lado su funcin de mediador entre Dios y los hombres! introduccin de plegarias dirigidas a la :. Arinidad. 4unto a los libros oficiales, surge una nueva literatura donde resuena esta nueva sensibilidad+ testigos de esta creatividad son el himno eni -reator =de finales del s. )2@ y la secuencia ictimae pasc"ali laudes =del s. 2@. a nueva mentalidad tiene también su adecuada expresin en el arte! lo que acontece en la liturgia mixta de este período, se refle#a en el arte de la época carolingia y en el rom"nico primitivo. :e produce una combinacin armnica de la herencia romana antigua =con su simplicidad, sobriedad, equilibrio y expresin ext"tica@ y el vigor de los nuevos pueblos #venes =m"s vital, lírico, y hasta un poco an"rquico a veces@. *or eso, el arte rom"nico consigue unir la estaticidad con la dinamicidad, la línea hori(ontal con la vertical! es un conflicto creativo que genera una belle(a específica, llena de tensin! pero el vigor nuevo est" todavía como 0domado por la gran tradicin romana 8. d@ $l culto se distancia de la comunidad cristiana En el período que estudiamos, se verifican una serie de cambios importantes en la celebracin de los sacramentos, que tienen como denominador com5n el progresivo ale#amiento entre el pueblo y la accin lit5rgica y, en definitiva, una nueva concepcin del culto. n factor fundamental de esta situacin es la lengua litúrgica. 'l ser trasplantada al imperio franco-germ"nico, la liturgia romana no cambia de lengua, porque también allí el latín era la lengua culta! pero ya no era entendida m"s que por una clase social reducida, que casi se identifica con el clero. a superioridad reconocida a la lengua y cultura latinas, impidi la traduccin de la Escritura y de la liturgia a la lengua del pueblo, dialecto romance o germ"nico. De haber reali(ado esa traduccin, estos dialectos hubieran alcan(ado la categoría de lenguas escritas. *ero adem"s, desde esta época de la alta edad media, vige la idea de que el documento que debe usarse en la accin lit5rgica es un texto exclusivamente reservado para el sacerdote+ el latín es la lengua sagrada que envuelve al misterio lit5rgico, haciéndolo cada ve( m"s le#ano para el pueblo. ' partir del siglo /), se generali(a el bautismo de nios. a pastoral de la iglesia y el derecho civil =con sus penas y sanciones@ se a5nan para consolidar esa pr"ctica y dotarla de un car"cter de obligacin cada ve( m"s estricta. gicamente, con este cambio desaparecen poco a poco los catec5menos adultos, y la institucin catecumenal se convierte en una amalgama de ritos fosili(ados, que han constituido durante siglos una parte del rito bautismal en la liturgia romana. a iniciacin cristiana, que en épocas anteriores ha sido la celebracin solemne y comprometida de toda la comunidad, en unas fechas relevantes del a$o lit5rgico =en oma, sobre todo pascua y pentecostés@, pasar" a ser paulatinamente un asunto individual o familiar. a fragilidad de los recién nacidos, la mortandad infantil lleva a equipararlos a los enfermos, y a concederles el sacramento en cualquier día del a$o y quam primum /. a institución penitencial antigua, 0segundo bautismo no reiterable, con su proceso en tres tiempos, era esencialmente comunitaria. :i merece el nombre de penitencia p5blica, no es por la publicidad de la confesin, sino precisamente por la dimensin eclesial de toda la accin penitencial. *ero, a partir del siglo /)), surge una nueva 8
7. '. Iegman, Gesc"ic"te der Liturgie im 0esten und 1sten, egensburg 1B8B, 11>-1>! C. /oge1, lntroduction au2 sources de 3"istoire du culte c"r#tien au moyen 4ge, :po1eto 1B>>,?9-??! Ah. Flauser, !etite "istoire de la liturgie occidentale, *aris 1B>, >>9! 4. '. 4ungmann, $l sacrificio de la misa, &adrid ?1B>9, B; s! 8, 1B s.
disciplina penitencial, que desde las islas anglosa#onas se extiende por el continente gracias a Columbano y otros mon#es irlandeses. En efecto, en aquellos monasterios se había fi#ado un baremo para las faltas, tanto para las que tenían car"cter de pecado, como para las que eran meramente disciplinares. *or otra parte, los mon#es eran conse#eros espirituales de los laicos, y comen(aron a establecer a éstos unas 0tarifas penitenciales similares a las de los monasterios. o esencial en este nuevo sistema es que a cada pecado corresponde una expiacin determinada, minuciosamente cuantificada en los 0libros penitenciales de la época, una especie de do ut des particularmente significativa para aquella sociedad acostumbrada a comple#as tarifas de penali(acin por robos, homicidios y otros delitos. Esta expiacin, que consiste sobre todo en ayunos, admite unos 0rescates de penitencia+ así por e#emplo, un a$o de ayuno puede ser rescatado por un determinado cupo de misas, que se encargan, con un determinado estipendio, a los monasterios o a las iglesias. Este rescate penitencial, que puede ser cumplimentado incluso por terceras personas, elimina la expiacin personal y efectiva por parte del pecador y degenera en evidentes abusos. El 5nico acto que le queda ya al penitente, y que resumir" en adelante todo el proceso penitencial, es la confesin! de este modo, se vacía a la penitencia de toda dimensin comunitaria. Comparando la disciplina penitencial antigua con el nuevo sistema que en este período se desarrolla, cabe afirmar que no se trata ya de una evolucin, sino de una sustitucin! ning5n sacramento ha evolucionado tan radicalmente, en su forma externa y en su espíritu, como éste de la penitencia B. *ero el e#emplo m"s evidente del distanciamiento entre el culto y la comunidad es la aparicin de la misa privada, celebrada slo por el celebrante, sin relacin directa con una asamblea presente, ni con unas necesidades pastorales. En este sentido, la pr"ctica de la misa privada aparece por los siglos /)-/)) y se generali(a en el siglo /))). Esta costumbre tiene su cuna en los monasterios, donde, desde esta época, hay una multiplicacin de mon#es sacerdotes, que tienen la celebracin de la misa como un e#ercicio individual de piedad. Este cambio en la eucaristía, que de ser la expresin fundamental de la comunidad cristiana pasa a ser un patrimonio exclusivo del sacerdote =mon#e o no@ celebrante, y un e#ercicio de piedad individual, es el resultado de una profunda transformacin teolgica y eclesial. En efecto, a partir del siglo /)), la sensibilidad religiosa francogerm"nica acent5a la importancia de la persona privada, a costa del valor comunitario. *or otra parte, se concibe el culto como una serie de acciones destinadas a conseguir la salvacin del individuo! a la multiplicacin de los actos cultuales, se atribuye una multiplicacin autom"tica de las gracias para la salvacin! la misa es el remedio inigualable para alcan(ar esas gracias, es la respuesta efica( para la angustia de la propia salvacin. En consecuencia, se multiplican las misas votivas por personas o necesidades individuales, o para sustituir obras de mortificacin =misas 0penitenciales@! nacen también las fundaciones de misas, por las que el donante trata de asegurar su futuro en la otra vida 1. B
C. /ogel, El ministerio lit5rgico en la vida de la iglesia. Distanciamiento entre culto y comunidad cristiana+ Colle 86 =1B86@ 11-1>>! El pecado y la penitencia. Exposicin sobre la evolucin histrica de la disciplina penitencial en la iglesia latina, en *astoral del pecado, Estella 61B>;6-991! D. B-1;;! '. 7iiuss4ing, Monc"s7onvent und $uc"aristiefeier. $ine (tudie 8ber die Messe in der abendllindisc"en 6losterliturgie des fr8"en Millelalters, &Jnster 1B89! *. De ClereK, La fr#quence des messes. +ealit#s #conomiques et t"#ologiques% &D 161 =1B8@ 11-1;.
Este fenmeno comporta notables consecuencias en todos los rdenes+ la multiplicacin de misas lleva consigo la multiplicacin del n5mero de sacerdotes 0altaristas y una b"sica transformacin en la auto-comprensin del ministerio! así la multiplicacin de mon#es sacerdotes, que satisfacen la piedad popular con misas retribuidas por estipendios, tiene como consecuencia econmica el enriquecimiento de los monasterios. ' un nivel m"s estrictamente lit5rgico, debemos se$alar una doble consecuencia+ la proliferacin de altares en las iglesias, y la aparicin del misal completo. En efecto, con la aparicin de la misa privada, el celebrante se ve obligado a recitar, él solo, todas las lecturas, cantos y plegarias asignados para la celebracin comunitaria. 'mbos hechos son la traduccin ritual de la ruptura entre eucaristía y comunidad. e@ $l modelo del antiguo testamento en la liturgia cristiana na situacin de cristiandad se define por la presencia y la incidencia del mensa#e cristiano en las estructuras p5blicas de la sociedad. En esta perspectiva, era lgica la referencia a los modelos que ofrece el pueblo de la antigua alian(a, ya que lo específica de )srael es haber sido llamado a ser pueblo y nacin, a la ve( que pueblo de Dios, con un régimen muy característico de segregacin y sacrali(acin cultual. Efectivamente, tras las invasiones de los b"rbaros, en su intento de catequi(ar y morali(ar a estos nuevos pueblos, los obispos y los concilios recurren al apoyo del antiguo testamento. Ces"reo de 'rlés en la %alia =?8-?6@, y numerosos textos de los siglos /)-/)), sobre todo de )rlanda y de la Espa$a visigoda, refle#an este intento de buscar modelos y normas en el antiguo testamento para cristiani(ar al pueblo bauti(ado en masa. :an )sidoro de :evilla =L >9>@, uno de los legisladores m"s importantes de la época, cuyos textos son transmitidos y repetidos a través de toda la edad media, extiende la idea de que los diferentes rdenes del sacerdocio cristiano encuentran su origen y su modelo en el servicio cultual de &oisés 11. Esta nueva visin, guiada por la pastoral, se detecta inmediatamente en el campo de la expresin lit5rgica. &ientras que todavía en el siglo /), las iglesias se consagran simplemente celebrando la eucaristía por primera ve( en ellas, a partir del siglo /))) se impone un ceremonial complicado y suntuoso tomado del antiguo testamento con aspersiones, unciones e incensaciones 16. En la misma época, la ordenacin sacerdotal, que se había hecho hasta entonces por la mera imposicin de manos, recibe el rito de la uncin de las manos inspirado en Ex 6;, ?1 y G5m 9, 9. :iguiendo el modelo de la uncin de :a5l y David, en la Espa$a visigoda y en la %alia merovingia se introduce la uncin real, como rito lit5rgico! la primera que conocemos es la de Iamba, el a$o >86 en Aoledo. Especial incidencia adquiere esta mentalidad #udai(ante en la reglamentacin del domingo cristiano. Desde las migraciones nrdicas, la iglesia se encuentra con poblaciones bauti(adas en masa, después de una preparacin muy escasa y r"pida. os obispos y los concilios de esta época se esfuer(an por implantar el reposo dominical, para permitir a sus fieles asistir a misa, centro del culto y de la catequesis cristiana. *ara ello, la legislacin eclesi"stica prohíbe en ese día los traba#os agrícolas! esta medida debe interpretarse fundamentalmente como una exigencia de #usticia social, dirigida a los due$os de los campos, m"s que a los siervos. o refle#a con toda claridad el concilio 11
*ara la evolucin del tema del ministerio y sus repercusiones en la liturgia, E. :chillebeecKx, $l ministerio eclesial, &adrid 1B;9, La comunidad cristiana y sus ministros% Conc 19 =1B;@ 9B-?9;! C. /ogel, $l ministerio litúrgico en la vida de la iglesia% Conc 186 =1B86@ 1B-1>6. 16 3. Congar, *os factores de sacrali9ación en la vida social en la edad media :occidente% Conc ?8 =1B>B@ >->?.
de ouen del a$o > que recuerda a los amos su obligacin de 0enviar al menos a misa, los domingos y otros días festivos, a los boyeros, porqueros, pastores y labradores, que traba#an en los campos o en los bosques, donde viven como bestias+ también a ellos les ha redimido Cristo con su sangre. :i los due$os no escuchan esta llamada, tendr"n que responder por sí mismos de la falta de sus servidores 19. 'hora bien, en la fundamentacin de este reposo dominical asoman con frecuencia las tendencias #udai(antes y los modelos veterotestamentarios. Go se preocupan ya de subrayar la originalidad del domingo cristiano respecto al sabbat #udío, como en los siglos primeros+ el argumento e contra se ha transformado en a fortiori, refor(ando la disciplina del domingo con las prescripciones bíblicas acerca del sabbat #udío, como se advierte en este texto, probablemente de san Ces"reo de 'rlés+ 0:i los desgraciados #udíos celebran con tanta devocin el sabbat, hasta el punto de no reali(ar ninguna obra terrestre, cu"nto m"s los cristianos, en el día del :e$or, deben ocuparse solamente de Dios1?. a casuística minuciosa de las prescripciones sab"ticas se aplica ahora a la legislacin del domingo y los libros penitenciales, que surgen en esta época, acent5an esta tendencia. Aambién es #udai(ante el sistema de sanciones, que funciona contra las infracciones del reposo dominical, hasta recurrir a las penas corporales, tributo a su ve( a las rudas costumbres de aquel tiempo. a disciplina del domingo resulta #udai(ante hasta en su vocabulario, al aceptar el término 0obras serviles del evítico 69, 6, para aplicarlo a las obras prohibidas en el día del :e$or 1. 9. +efle2ión litúrgico&sacramental El período que transcurre desde %regorio &agno hasta finales del siglo 2), ob#eto de este capítulo, no es precisamente creativo en el campo teolgico. Concretamente en la reflexin sacramental se vive en occidente de las pautas fundamentales marcadas por san 'gustin. En el siglo )2, 4uan Escoto Eri5gena traduce las obras del *seudoDionisio 'reopagita, que tanta influencia han de e#ercer a lo largo de la edad media en la comprensin lit5rgico-sacramental. En este lapso de tiempo, queremos destacar, al menos, estos tres temas+ las interpretaciones teolgicas de )sidoro de :evilla, las explicaciones alegricas de la liturgia, y las primeras controversias eucarísticas. Ares cuestiones que no carecen de conexin mutua. a@ Las . En el libro /) de sus 0Etimologías, que trata 0De los libros y oficios eclesi"sticos, )sidoro de :evilla describe de este modo la realidad sacramental+ En una celebracin, sacramento consiste en reali(ar algo que debe entenderse con un significado concreto y que ha de ser recibido santamente. :acramentos son el bautismo, el crisma, el cuerpo y la sangre del :e$or. 3 se llaman 0sacramentos porque, ba#o su envoltura de cosas materiales, la virtud 19
4. D. &ansi, vol 1, col. 166. (ermo 89,?+ CC 19, p. 9;. 1 . 4. Duval, La doctrine de f#glise sur l e travail dominical et son evolution% &D ;9 =1B>@ 1-11! . /ereecKe, +epos du dimanc"e et aeuvres serviles. $squisse "istorique% um /ie ; =1B>6@ -8?. 1?
1>
$timologías /, 6?, 91, ed. >. Hro( eta, &adrid 1B;6, tomo 1, 66-69! )2, 9, 9, ibid. 88?-88.
divina lleva a cabo en secreto el poder salvador de estos sacramentos. De ahí que su nombre tenga origen, bien sea en sus virtudes 0secretas, bien en su car"cter 0sacro. En manos de la iglesia, su accin es fructífera, porque, permaneciendo en ella el Espíritu santo, reali(a ocultamente el efecto de estos sacramentos. En consecuencia, sean buenos o malos los sacerdotes que en la iglesia de Dios administran los sacramentos, por ser el Espíritu santo quien místicamente les da vida -y que en tiempos apostlicos se mostraba en sus obras visibles-, ni sus frutos son mayores por los méritos del buen sacerdote que los administra, ni son tampoco menores porque los administre uno malo, ya que 0no es el que planta, ni el que riega, sino Dios quien hace que cre(ca =1 Cor 9, 8@. *or eso en griego se les da el nombre de 4 0misterio, porque su actividad es secreta y enigm"tica18.
'dvertimos en esta exposicin de )sidoro adem"s de los esclarecimientos teolgicos de los siglos anteriores, sobre todo de san 'gustín en su controversia contra los donatistas, una línea distinta que subraya en los sacramentos su dimensin 0secreta y enigm"tica, y que resulta coherente para #ustificar la evolucin lit5rgica de este período, en marcha progresiva hacia un culto cada ve( m"s clerical y m"s ale#ado del pueblo. Htras muchas 0etimologías de san )sidoro han e#ercido un notable influ#o en la concepcin sacramental de la edad media, pero qui(" ninguna como la interpretacin de la 0eucaristía como bona gratia ?/. Con ello se opera un cambio fundamental en la expresin central del culto cristiano! la eucaristía como bona gratia ser" el recurso teolgico que #ustifica la multiplicacin de misas, con todas sus secuelas teolgicolit5rgicas. b@ a e2plicación de la liturgia Como atestigua la historia de las religiones, los cultos no cristianos han renunciado, con frecuencia y deliberadamente, a ser comprendidos! sin embargo, la liturgia cristiana en la lgica de la encarnacin no puede acceder a esa renuncia. 3a en el siglo )/ encontramos algunas explicaciones de la liturgia+ se trata de las catequesis mistagógicas sobre los ritos de la iniciacin cristiana, reali(adas por el obispo ante los recién bauti(ados durante la octava pascuaM. :e daba por supuesto que los ritos lit5rgicos, en sus gestos y palabras, eran inmediatamente accesibles a los nefitos sin explicacin especial! slo m"s tarde se ofrecía una interpretacin cristiana m"s profunda de los mismos. En este orden, son de destacar las catequesis lit5rgicas, de 'mbrosio de &il"n, de Cirilo de 4erusalén, y de Aeodoro de &optsuestia. *ero ya al despuntar la edad media, se percibe la necesidad de explicar las formas lit5rgicas heredadas por tradicin 1B. Ello se efect5a, no poniendo de relieve el sentido real de las mismas, sino buscando en el desarrollo exterior del culto un significado nuevo y oculto, mientras se prescinde por completo de los textos, redactados en una lengua extra$a para el pueblo. :on los comentarios alegóricos, que tanta difusin conocer"n a partir de esta época. Este procedimiento de la alegoría, conocido ya en la era precristiana para explicar los antiguos mitos de los dioses, y también dentro del cristianismo para interpretar los textos sagrados, se introduce en la liturgia cristiana cuando ésta empie(a a hacerse oscura para el pueblo. Entre los primeros representantes de la alegoría lit5rgica podemos citar al *seudo-Dionisio y al propio )sidoro de :evilla! 18
$timologías /), 1B, 9B-?6, ed. >. Hro( eta, Aomo 1, >1?->1. 0*anis et calicis sacramentum %raeci Eucharistiam dicunt, quod atine bona gratia interpretatur, $timologías /), 1B, 9;, ed. >. Hro( eta, tomo 1, >1?->1. *ara esta época ver también las referencias que aporta '. &ichel, (acraments, en DAC 1?, col. 668. 1B 0os clérigos carolingios no slo tenían obligacin de entender ellos mismos la liturgia -para lo cual se introdu#eron el a$o 8?6 ex"menes anuales de liturgia- sino que también debían explicar al pueblo totius religionis studium et c"ristianitatis cuitum=, >. '. 4ungmann, El sacrificio de la misa, 11. 1;
pero las explicaciones alegricas alcan(an una primera cumbre con 'lcuino y sobre todo con su discípulo 'malario de &et(. Con una fantasía e inventiva notables, 'malario interpreta todo en el "mbito de la liturgia =personas, vestiduras, ob#etos...@ alegricamente. En su obra principal De ecclesiasticis officiis se pueden distinguir diversas clases de alegoría+ la que ve el cumplimiento de figuras del antiguo testamento =alegoría figurativa@, la que encuentra aplicaciones al comportamiento =alegoría moral@, la que trae a la memoria los acontecimientos de la historia de la salvacin =alegoría rememorativa@, la que, finalmente, se proyecta hacia los 5ltimos tiempos =alegoría escatolgica@. ' pesar de las críticas y condenaciones que conoci el método de 'malario, los comentarios alegricos, sobre todo de la misa, se abrieron paso y alcan(aron gran éxito en los siglos siguientes! es preciso reconocer, sin embargo, que no favoreci mucho en orden a una participacin comunitaria en la liturgia6. c@ Las primeras controversias eucarísticas 'sí como las controversias bautismales se desarrollan dentro del primer milenio, las discusiones en torno a la eucaristía tienen lugar a lo largo del segundo milenio! pero ya en el siglo )2 tenemos el anuncio y la primera manifestacin de estas controversias eucarísticas. :u punto de arranque puede verse en 'malario de &et( y en la interpretacin simblica o alegrica que él ofrece sobre los diversos ritos de la misa. 'malario ve en las tres partes de la hostia, después de la fraccin, el corpus triforme de Cristo+ el cuerpo individual de 4es5s, los miembros vivientes de la iglesia, y los fieles difuntos. Nloro de yon se enfrenta con él, criticando vivamente las interpretaciones alegricas, por sus consecuencias teolgicas. 'mbas partes creen en la presencia sacramental de Cristo, pero el simbolista 'malario tiende a materiali(an excesivamente esta presencia, mientras que su adversario, el antisimbolista Nloro, tendería a convertirla en puramente virtual.61 *or la misma época, *ascasio adberto, m"s tarde, abad de Corby, se enfrenta con varios de sus contempor"neos, entre ellos "bano &auro y atramno, mon#e de Corbie. OEl ob#eto dela controversia es la identidad entre el cuerpo eucarístico y el cuerpo nacido de &aría *ascasio afirma con toda firme(a la identidad, aunque su forma de defender la no sea muy clara y coherente. 'mbos bandos enuncian la fe tradicional, pero faltos de un utilla#e filosfico adecuado, no aciertan a concebir y explícarla presencia real de Cristo en la eucaristía de forma convincente. Gavegando entre el puro simbolismo y el 0cafarnaísmo materialista =4n >, B->@, buscan sin encontrar el camino de la presencia real y sacramental! la misma controversia aparecer" de nuevo en siglos posteriores66. En el siglo 2), >, 91.
verdadera sangre, sino una figura, y una imagen :similitudo. echa(a con vigor un cambio de substancia del pan y del vino, así como la presencia material :sensualis del cuerpo y de la sangre de Cristo. :in embargo, afirma que el pan, una ve( consagrado, es el cuerpo de Cristo, pero espiritualmente, para la fe, no materialmente.
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