21 Fisiología Rectal y Anal

January 27, 2019 | Author: Pavel Flores | Category: Rectum, Large Intestine, Anal Sex, Gastroenterology, Digestive System
Share Embed Donate


Short Description

Download 21 Fisiología Rectal y Anal...

Description

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL

“    

CENTRO DEL PERÚ”

1.- CARÁTULA

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA

DOCENTE:

Mg. Gustavo Llanovarced Alvarado. CÁTEDRA: FISIOLOGÍA.

ALUMNOS FERNANDEZ PALACIOS KEVIN. BRICEÑO GOMEZ ANGELY.

SEMESTRE: III

HUANCAYO_ PE PER 2014.

HISTOLOGÍA

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA – UNCP

FISIOLOGÍA RECTAL Y ANAL El recto y el canal anal son las partes finales del tubo digestivo, entre el intestino grueso (colon) y el exterior. El recto y el canal anal son los lugares a los cuales llegan las heces tras la digestión del bolo alimentario, se acumulan y por donde son evacuadas al exterior. El recto es la continuación del colon y tiene u na longitud de unos 15 - 20 centímetros.  Al entrar en el llamado diafragma pélvico se convierte en e l canal anal, rodeado de la fuerte musculatura pélvica. Este canal anal mide unos 2  –  3 centímetros y contiene el esfínter anal interno y el esfínter anal externo, las glándulas anales y los plexos hemorroidales. Tanto el recto como el esfínter anal interno están inervados por el sistema nervioso simpático y el parasimpático (involuntarios), mientras que el esfínter anal externo tiene inervación somática (voluntaria). Toda la zona tiene una inervación sensitiva muy fina y está ricamente vascularizada.

2

2014

HISTOLOGÍA

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA – UNCP

La continencia de las heces, además de estar influenciada por las características de la materia fecal, depende en gran parte de los elementos que actúan como reservorio (colon sigmoidea y recto), de la adaptabilidad rectal y de las estructuras que ejercen una función de barrera (esfínteres anales interno y externo). La continencia anal y la autorización para la defecación dependen también de una sensibilidad específica mediante la cual se reconoce el paso de gas y de heces, interpretándose la distensión rectal como un deseo de defecar. La función de reservorio que ejerce el intestino grueso permite almacenar heces sólidas durante mucho tiempo pero no heces líquidas. El recto normalmente está vacío pero si se llena, su adaptabilidad le permite retrasar el vaciado de las heces que contenga. Esto es importante, pues la continencia implica un margen suficiente entre el llenado a partir del cual se toma conciencia de la presencia de heces en el recto y el umbral para la distensión, a par tir del cual los dos esfínteres se relajan de modo reflejo y se produce el escape de las heces.

El mecanismo de la defecación depende especialmente de la actividad motora del colon, que presenta varias etapas: Contracciones segmentarias, no propulsivas, del contenido intestinal. Contracciones peristálticas propulsivas, para el traslado del bolo fecal hacia el colon izquierdo. Contracciones segmentarias, no propulsivas, que facilitan la reabsorción del contenido intestinal. Cuando el contenido intestinal llega a la ampolla rectal y es de suficiente volumen, se produce un estímulo sobre la pared del recto, transformado en deseo de defecar, que se acompaña de una relajación refleja del esfínter anal interno y de una contracción de la prensa abdominal, del músculo elevador del ano y de una relajación del esfínter externo (fase voluntaria). El esfínter anal interno representa una barrera de presión permanente, fundamental en la continencia “basal”. Siempre que aumenta la presión intraabdominal lo hace su tono, excepto cuando es consecuencia de una maniobra de Valsalva (en cuyo caso se relaja). El esfínter anal externo asegura la continencia de “urgencia”, a través de su contracción (ha sta 60 segundos). Los dos esfínteres están normalmente contraídos. El esfínter anal interno (músculo liso) está sometido a influencias no conscientes, estimulantes (simpáticas) e inhibitorias (parasimpáticas). El esfínter anal externo (músculo estriado) está inervado por ramas de los nervios pudendos, por lo que de forma voluntaria contrae o relaja su tono. La continencia fecal se mantiene predominantemente por el funcionamiento apropiado del aparato neuromuscular anorrectal. La continencia también se ve afectada por la consistencia y la llegada de las heces al área anorrectal. Además, el individuo debe estar motivado para permanecer continente, un elemento 





3

2014

HISTOLOGÍA

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA – UNCP

importante en los ancianos en quienes la disfunción cognitiva es más frecuente. La incontinencia fecal suele estar asociada con una o varias anomalías de los mecanismos de continencia, que se dividen en elementos de almacenamiento rectal y colónico, y anomalías sensitivas y motoras que afectan al piso pelviano y a los músculos del esfínter anal. En general hay 3 categorías de incontinencia fecal en ancianos, que comprenden incontinencia por rebosamiento, por síndrome de reservorio y rectoesfinteriana. Para que una persona tenga continencia fecal se ha de conservar la capacidad sensitiva de la necesidad de defecar, poder distinguir entre heces sólidas, liquidas, pastosas y gases, y además disponer de los mecanismos para enlentecer la defecación hasta llegar al baño.

Defecación El recto casi nunca contiene heces. En parte, ello se debe a la presencia, a unos 20 cm del ano y en la unión entre la sigma y el recto, de un débil esfínter funcional. En esa zona existe también un ángulo agudo que aporta una resistencia adicional al llenado del recto. Cuando un movimiento de masa fuerza a las heces a penetrar en el recto, surge el deseo de la defecación, con una contracción refleja del recto y relajación de los esfínteres anales. El goteo continuo de material fecal por el ano se evita por la contracción tónica de: 1) el esfínter anal interno, un engrosamiento del músculo liso circular de varios centímetros de longitud que se encuentra inmediatamente anterior al ano, y 2) el esfínter anal externo, compuesto por músculo voluntario estriado que rodea el esfínter interno y se extiende en sentido distal a pa rtir de él. El esfínter externo está controlado por fibras nerviosas del nervio pudendo, que forma parte del sistema nervioso somático y que, por tanto, se encuentra bajo control voluntario consciente o, al menos, subconsciente; el esfínter se mantiene habitualmente cerrado de forma subconsciente, a menos que una señal consciente inhiba su constricción.

Reflejos de la defecación. Como norma, la defecación se inicia gracias a los reflejos de la defecación. Uno de ellos es un reflejo intrínseco mediado por el sistema nervioso entérico de la pared rectal. Puede describirse de la siguiente forma: cuando las heces penetran en el recto, la distensión de la pared rectal emite señales aferentes que se propagan por el plexo mientérico, iniciando ondas peristálticas en el colon descendente, la sigma y el recto que impulsan las heces hacia el ano. Cuando la onda peristáltica se acerca a este, el esfínter anal interno se relaja a causa de las señales inhibidoras que le llegan desde el plexo mientérico y si, al mismo tiempo, se relaja de forma consciente y voluntaria el esfínter anal externo tendrá lugar la defecación.

4

2014

HISTOLOGÍA

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA – UNCP

Sin embargo, el reflejo mienterico intrínseco de la defecación es, por sí mismo, bastante débil. Para ser eficaz y provocar la emisión de heces debe reforzarse con otro tipo de reflejo, el reflejo parasimpático de la defecación, en el que intervienen los segmentos sacros de la medula espinal, tal como se muestra en la siguiente figura. Si se estimulan las terminaciones nerviosas del re cto, se transmitirán primero las señales hacia la medula espinal que luego regresaran al colon descendente, a la sigma, al recto y al ano a través de las fibras nerviosas parasimpáticas de los nervios pélvicos. Estas señale parasimpáticas aumentan mucho la intensidad de las ondas peristálticas y relajan el esfínter anal interno, con lo que el reflejo mienterico intrínseco de la defecación pasa de ser un esfuerzo débil a un proceso de potente que a veces resulta eficaz y vacía la totalidad del intestino grueso de una sola vez, desde el ángulo esplénico del colon hasta el ano. Las señales aferente de defecación que penetran en la medula espinal inician otro efectos tales como la inspiración profunda, el cierre de la glotis y la contracción de los músculos de la pared abdominal para impulsar el contenido feca l del colon hacia abajo, al tiempo que el suelo de la pelvis desciende y se relaja y empuja hacia afuera el anillo anal para expulsar las heces. Cuando una persona considera que el momento para la defecación es adecuada, a veces puede excitar el reflejo haciendo una inspiración profunda para mover el diafragma hacia abajo al tiempo que contrae los músculos abdominales, con lo que aumenta la presión intrabdominal y el contenido fecal se desplaza al recto, desencadenado nuevos reflejos. Los reflejos iniciados de esta forma no son casi nunca tan potentes como los naturales, razón por la cual las personas que inhiben con demasiada frecuencia los reflejos naturales muestran propensión a un estreñimiento grave. En los neonatos y en algunas personas con alteraciones de la medula espinal, los reflejos de la defecación provocan el vaciamiento automático de la porción inferior del intestino en momentos no convenientes a lo largo del día, lo que se debe a la falta de control consciente ejercido a través de la contracción o relajación voluntarias al esfínter anal externo.

5

2014

HISTOLOGÍA

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA – UNCP

6

2014

HISTOLOGÍA

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA – UNCP

BIBLIOGRAFÍA 1. Guyton A. Hall Tratado de fisiología Médica, Interamericana McGraw-Hill, 12° Edición 2006.pág.771-772.

2. Ganong W. Fisiología Médica, Manual Moderno, 20° Edición, 2005.

7

2014

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF