(2018) La Sacerdotisa Itfut - Vadim Zeland
February 16, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Description
Todo el mundo está viendo á Tufti. Todo el mundo lee á Tufti. Todo el mundo háblá de Tufti. Algunos gritán: "¡No soportámos á Tufti!" Otros gritán: "¡Queremos á Tufti!" Entonces, ¿Quie n es lá Sácerdotisá Itfut, que responde ál segundo nombre de Tufti? Tufti no es un personáje inventádo. Solíá existir y, en cierto sentido, sigue existiendo. Este libro describe lás increíb bles les áventurás de lá sácerdotisá y sus ámigos en lá metá-reálidád. Lo que állí ocurre no es del todo iccion. A decir verdád, no es iccion en ábsoluto. El lector tendrá que decidir por sí mismo drá mismo cuá cuá nto deseá creer. Este libro no promete uná váritá mágicá y que ábsorberás los superpoderes de sus fábulosos personájes ál leerlo, pero puedes llevárte lás te te ccnicás nicás de Tufti, como yá hán hecho muchos otros.
Traducción de Joanna Dobson Diseño de la portada: Irina Novikova Fotógrafa: Maria Taykova Maquilladora: Galina Zhelenkova
Zeland V.
Lá Sácerdotisá Itfut. - SPB.: PG Ves, 2020. - 450 p.
Tema: Enseñanzas Esotéricas
ISBN 978-5-9573-3547-4
Todos los derechos reservádos. Ninguná párte de este libro puede ser utilizádá o reproducidá de ninguná mánerá sin el permiso escrito de los propietários del copyright. ISBN 978-5-9573-3547-4 © OJSC Ves Publishing Group, 2018.
Advertencia al Lector: Lector: En está tráduccio tráduccio n ál cáste cástelláno lláno me tome tome lá libertád de ir ágregándo notás,ycomentários de pistás y personáles referenciás ál ocultás eálgunos ncontrádás) en el texto otrás elucubráciones inál (y deencontrádás) cápí ttulos ulos precedidos por lá áclárácion (N. del T.). En lá edicion inglesá yá hábíá unás pocás notás ál pie, identiicádás solo con el numero de llámádá ál in de cádá cápíttulo, ulo, por lo que ignorámos si son notás áclárátoriás del Autor, del Editor o de lá l á tráductorá. A diferenciá del primer libro, más estructurádo y con resumenes y tecnicás detálládás, en los 50 cápítulos tulos y cási 400 páginás del áctuál el estilo es mucho más libre y novelesco, con muchos personájes y diálogos que, á su modo, complementá á “Tufti la Sacerdotisa” y no solo por tener un títtulo ulo que es uná imágen especulár del ánterior. En todo cáso, sugerimos tener en cuentá los textos en rojo rojo.. (el que avisa no es traidor...)
Si el/lá ámigo/á Lector/á tiene el irrefrenáble impulso de expresár sus reconocimientos, comentários, dudás, ácláráciones váriás, discusiones ácádemicás (bizántinás o no), improperios, ánonimos cobárdes y/o ámenázás, puede encontrárme en Telegram: T.me/El_árgento Buenás tárdes, El Traductor (no oicial) de esta versión.
Indice El Tiempo se Detiene Doncellá Sinte Sinte tticá icá Los Glámrocks
07 13 20
Lá Cábezá Muertá Letkájenkhá Ciudád Mániquí El Encuentro Pensámientos Aleátorios Los que Ven lá Reálidád El Primer Mándáto El Espejo Lá Tápá del Mundo
26 32 39 48 54 61 69 73 80
Reiná Brunhildá Representácio n Teátrál Representácio Segundo Nombre Desile de Entidádes Lá Expedicio Expedicio n de lá Tápá Enfermos de Amor Bestiá Peludá El Rápto de lá Doncellá Sálváje Bestiá y su Mujer
85 91 101 108 116 122 132 137 143
Cástigádo por el Amor Deteniendo el Suen Suen o Observádores y Personájes El Gátillo-Mánipuládor Lánzándo el Suen Suen o Lá Pequen Pequen á Reiná Rojá Háckeándo el Guio Guio n Yo Soy Yo Reálidád Cáleidoscopio
149 154 162 168 176 184 191 198 207
Iniciácio n Glámrock Iniciácio Preguntándo Dentro del Suen Sue no
217 226
Actuár Dentro del Suen Suen o Gátucillá ¿Sábes Quie Quie n Eres? Surreálidád El Escritor Loco
233 241 252 261 274
Metámorfosis Pásárelá de Mániquíeess Cárámillá-Márávillá Suen o y Despertár de Bestiá Suen Náturálezá Poco Cientíicá icá Reálidádes Anidádás Finciologistás El Otro Ládo de lá Reálidád Lá Trenzá de lá Intencio I ntencio n
285 293 305 317 324 333 340 352 358
Ciudád de Templos y Estátuás Cáminándo Bájo lá Tápá Lá Vidá Entre los Vivos So lo el Comienzo So
368 379 382 389
EL TIEMPO SE DETIENE
T
odo tuvo lugár en un pásádo lejáno, háce áproximádámente 100 millones de ános. Nádie sábe lá fechá exáctá, pero eso no importá.
Cuándo se trátá de ácontecimientos queelocurrieron háce tánto tiempo que es imposible concebir su lejáníá en tiempo, dejá de ser relevánte si tuvieron lugár háce eones o háce relátivámente poco tiempo. Cuándo álzámos lá vistá á lás estrellás, no tenemos en cuentá que su luz há tárdádo millones de ános en llegár hástá áquí. Párá nosotros, lás estrellás simplemente existen en el áquí y áhorá. Lo mismo ocurre con los ácontecimientos del pásádo, incluso los que se pierden en lás profundidádes de los milenios. En el momento en que se recuerdán, yá seá en lá memoriá o en lá nárrácio nárrácio n, es como si estuviesen áquí y y áhorá. Aunque, en reálidád, no están del todo áquí áhorá mismo. ¿Hástá donde se extiende lá profundidád de los milenios? Lá tierrá y el már se extienden háciá ábájo, y el cielo se extiende háciá árribá, pero ¿en que direccio n vá el tiempo? ¿Y de do reccio do nde viene? El espácio es bástánte sencillo. Se ácercá por delánte y ácábá por detrás de nosotros. En lo que respectá ál tiempo, lás cosás son iguál de sencillás, ál menos hástá que se empiezá á pensár reálmente en ello: lo que yá sucedio se há ido y lo que está por suceder está por llegár. Pero, ¿á do do nde fue lo que páso p áso áyer y de do do nde viene lo que pásárá p ásárá mán mán áná? En cuánto se empiezá á intentár comprender lá náturálezá del tiempo, lás cosás se complicán mucho más. Cuándo te párás á pensár en ello, si no puedes decir á donde fue el áyer y de donde vendrá el mánáná, tienes que concluir que el áyer y el mánáná podrí án án no existir despues de todo y ver lá posibilidád de que so so lo existe el hoy — el e l Presente. Así, si el áyer yá no existe y el mánáná áun no há nácido, el tiempo no puede ser nádá en ábsoluto, yá que no vá á ninguná párte y no viene de ningun ládo. ¿Debemos ásumir entonces que el tiempo es simplemente uná nocion ábstráctá o que podríá no ser un fenomeno físico sico despues de todo?
El tiempo futuro es un concepto efímero. mero. El pásádo, sin embárgo, debe ser reál, entre otrás cosás porque lás excáváciones árqueologicás dán fe de su existenciá. Sin embárgo, los frágmentos de cerámicá y los restos humános no son más que otro presente obsoleto. Cuándo háblámos del pásádo, solemos referirnos á uná serie de ácontecimientos y, en este es: ¿donde están áhorá esos ácontecimientos? ¿Dosentido, ¿Do nde está estálá n preguntá álmácenádos? Por muy improbáble que suene, reálmente reálmente se puede ver el pásádo. El cielo estrelládo es uná pruebá visuál de ello. Vemos como lás estrellás se iluminán, brillán y se ápágán en el momento presente, por mucho que esos ácontecimientos háyán tenido lugár háce mucho tiempo. Cuándo Cuán do se trátá de lás estr estrellás, ellás, podemos podemos ver lo que ocurrio ocurrio en lá Tierrá háce millones de ános, ásí que, ¿debemos suponer que el pásádo se conservá en ráyos de luz y nádá más? Misterios como estos es mejor dejárlos á los ilosofos. Algunás cosás de lá vidá no están hechás párá ser explicádás. Es mejor contárlás en historiás... Y ásí, uná vez, sucedio sucedio álgo misterioso. El tiempo se congelo congelo y el mundo se detuvo. Hástá ese momento párticulár, todo hábíá tránscurrido con normálidád: uná dinástíá reál sustituíá á otrá, uná civilizácion seguíá á otrá y lás estátuás de los dioses olvidádos se llenáron de grietás y se veláron con cápás de árená... Lás cosás ibán y veníán, án, pero nádá se quedábá quieto. Aunque, ¿quien sábe? Tál vez no seá lá primerá vez que el tiempo se detiene y el Universo entrá en un estádo de limbo. Al in y ál cábo, si el tiempo se puso en márchá por uná rázon, tál vez háyá uná rázon párá que se detengá. Y lá propiá páusá podríá háber durádo un solo momento y támbien podríá háber durádo uná eternidád, porque sin movimiento no puede háber tiempo. Así que, que, en ese momento ilimitádo de no-existenciá, en el que se suposupo níá que no ibá á pásár nádá, extránámente, hubo un lugár en el que sí páso álgo. páso
*** Lá sácerdotisá Itfut se páseábá por el ilimitádo desierto ázul háblándo consigo mismá. Uná igurá excentricá, de lá que erá imposible sáber á que páís o epocá pertenecíá o incluso que edád teníáá.. Podíá tener veinte án án os, pero támbie támbie n cuárentá. Llevábá un vestido de terciopelo negro, ázul oscuro, que le llegábá hástá los tobillos, con un cuello táchonádo de diámántes. En su máno izquierdá, llevábá un ánillo incrustádo con un cristál con el mismo brillo ázul oscuro. Su rostro estábá cubierto con pinturá rituál escárlátá, sus pomulos sálpicádos de mánchás bláncás. Teníá los ojos verdes y el pelo negro cortádo en formá de melená. ¿Que más se puede decir de ellá? A pesár de lá durezá de su áspecto, erá hermosá. Como erá cápáz de moverse por lá reálidád congeládá erá un misterio. De hecho, erá un misterio párá lá propiá sácerdotisá, yá que no teníá ni lá más remotá ideá de donde estábá, ni podíá recordár como hábíá ácábádo állí. "¡Oh, Dioses, gobernántes del mundo! Llevenme á cásá!" Lá protestá de Itfut se expreso expreso má má s como uná indignácio indignácio n cáprichosá que como un lámento impotente. "¿Donde están mis siervos, mis subditos? Si no se presentán áhorá mismo, ¡Ordenáre ¡Ordenáre que los decápiten á todos!" Estás pálábrás fueron pronunciádás probáblemente párá cáusár efecto, yá que lá sácerdotisá no teníá lá reputácion de ser uná gobernánte cruel o sánguináriá. "¡Cláro, si esto es uná bromá de mál gusto todos sufrirán por ello! Y creánme, ¡sufrirán!" Itfut estábá ágotádá pero áun teníá el espírritu itu de comportárse como uná princesá cáprichosá, ¡ál menos en álgunás circunstánciás! Hábíá que ádmitir que lá sácerdotisá teníá un corázo corázo n váliente. Cuálquier otrá personá que se encontrárá en su lugár yá se hábríá puesto histericá o hábríá cáíd doo en tránce, entre otrás cosás porque el páisáje erá espántosámente surreálistá. Por todás pártes, lás mismás y monotonás olás de árená ázul se extendíáán n hástá el horizonte. No hábíá el más mín nimo imo soplo de brisá en el áire. No hácíá frío ni cálor. El cie-
lo, que no teníá sol, brillábá con un resplándor ámárillo y, en contráste, lá árená erá ázul. "OK, está bien — ponte á pensár, ¿que es esto, un horror de pesádillá o uná horrible pesádillá?" Itfut teníá lá costumbre de repetirse á sí mismá. "Este tipo de cosás no deberíáán n pásárme á mí. ¡Yo soy lá que creá lás pesádillás y los horrores que hácen temblár á todos los demás! ¡Está es tu uu ltimá ádvertenciá! Si no me devuelven á mi templo en este instánte, me enfádáre enfádáre , ¡y yá sábes lo áterrádor que puede ser eso!" Itfut cáyo cáyo de rodillás en lá desesperácio desesperácio n. "Oh no, creo que voy á llorár." De repente, lá sácerdotisá se dio cuentá de que ápenás podíá recordár quien erá o de donde veníá. á. Vágos frágmentos de memoriá se enredábán en su mente. Recordábá que erá uná Sumá Sácerdotisá y gobernánte... teníá un templo, ministros, un Máestro, pero no podíá recordár los detálles. Ni siquierá podíá recordár su nombre. "¡Oh! Dioses, ¿Quie ¿Quie n soy yo?" Apenás háblo háblo , un susurro ápárecio ápárecio en el vácío moviendose de uná direccio n á otrá como un viento inquieto: reccio "¡Itfut, Itfut! ¡Sácerdotisá Itfut! ¡Sácerdotisá, ¡Sá cerdotisá, sácerdotisá!" "Que ráro, se párece á mi nombre y ál mismo tiempo no lo es...", murmuro lá sácerdoti muro sácerdotisá sá mientrás mirá mirábá bá á su álrededor en buscá del origen de lá voz. "¿Quie "¿Quie nrespondio está está áhí??"" el susurro. "¡Umbrál, Umbrál!", respondio "¿Umbrál de que que ??"" “Tiempo, tiempo!” "¿Do nde está "¿Do está ss?? Mue Mue sstráte!" tráte!" Pero el susurro se desvánecio desvánecio tán repentinámente como hábíá ápárecido y no respondio respondio . "Cierto..." suspi "Cierto..." suspiro ro Itfu Itfut, t, sin esperá esperárr respu respuestá. está. "Esto debe ser un mál sueno. O estoy á punto de despertár, o me estoy volviendo locá. De cuálquier mánerá, no puedo soportár má má s esto."
Entonces, recordo recordo de repente álgo que su Máestro le hábíá ensenádo: párá volver á lá reálidád desde un sueno tienes que ser consciente de quie n eres, de quie quie quie n eres reálmente. "Esá no soy yo," decláro lá sácerdotisá. "¡Está soy yo!" Pero el conjuro de lá sácer sácerdotis dotisáá no sirv sirvio io de nádá. No ocurrio ocurrio nádá. '¿Quie '¿Quie n soy yo? ¿Que pás ¿Que pásárá árá si nun nuncá cá me rec recuer uerdo do del tod todo?' o?',, pen penso so ell ellá. á. Inc Inclus lusoo el nombre que el susurro pronuncio no párecíá ser su verdádero nombre. '¿Y que que signiicá eso de que no párecíá reál?' "Entonces "Enton ces,, ¿qu ¿quee vámo vámoss á hác hácer, er, Itf Itfut? ut?", ", se pregun pregunto to lá sácerd sácerdoti otisá. sá. "Bien, me llámo Itfut, me llámo Itfut. ¿Y áhorá que? No tiene sentido seguir cáminándo. Solo háy árená y nádá más que árená hástá donde álcánzá lá vistá. Esperá un momento. ¿Que ¿Que má má s dijo el Máestro?" El recuerdo fresco dio á lá sácerdotisá un átisbo de esperánzá. 'Despiertá en el suen suen o y podrá podrá s tomár el control del mismo. Párá P árá ello tienes que observár con muchá átencion todo lo que te rodeá y luego preguntárte si todo es como deberíá ser, o si álgo está mál, y si es ásí, que es exáctámente. Aprende á ver tu reálidád.’ "No, todo está mál en mí y en mi entorno. ¡Todo está mál! ¿Y que háy que ver áquí, excepto lá árená? Y, por cierto, ¿por que es ázul?". Se sento y empezo á verter lá árená de uná máno á otrá. "Arená, esto no es árená. ¡Lá árená es árená!", dijo trátándo de ver lá esenciá inusuál en lás cosás ordináriás como su Máestro le enseno. "¿Que tiene de inusuál, ápárte del color? Está formádá por grános y se vierte como árená." En ese momento, lá árená frent frentee á lá sácerdoti sácerdotisá sá comenzo comenzo á elevárse como el humo convirtie convirtie ndose ndose en un enorme vo vo rtice y cárgándo háciá el cielo. Lá sácerdotisá grito grito ánte el áterrádor espectá espectá culo e intento intento huir, pero fue inutil. Allá donde corríá, lá espirál de árená ápárecíá frente á ellá. Los zápátos que llevábá Itfut no erán áptos párá correr, por lo que tropezo y cáyo tropezo cáyo .
Lá sácerdotisá estábá cási ál borde de uná grán desesperácio desesperácio n, pero se recompuso y consiguio cálmárse un poco, diciendose á sí mismá que, ál menos, el torbellino no le hácíá ningu ningu n dán dán o. "Bien, bien. Ahorá estoy reálmente ásustádá; no podrí á estár más ásustádá. Así que, si lás cosás no pueden empeorár, entonces es bueno — están á punto de mejorár. Pero, en serio, yá he tenido suiciente con todo esto. Mi miedo está áhorá sepárádo de mí, y yo estoy sepárádá sepárádá de e ll.. Yá no quiero estár con ee ll.. Me voy y dejo mi miedo en mis zápátos. z ápátos. De todos modos, no son buenos áquí. Fuerá, fuerá, álejáte de mí.."" Lá sácerdotisá se quito quito los zápátos y los árrojo árrojo directámente ál torbellino. "Yá está está . Me fuí yy deje mi miedo áquí." ." Los zápátos desápárecieron en el torbellino que se retorcíá con más fuerzá áhorá con un rugido creciente. 'Esto es málo,' penso Itfut. 'Tengo que tomár medidás más eicáces, de lo contrário esto no vá á terminár bien.' “Bien, Itfut, Itfut, sácerdotisá, sácerdotisá, necesitás ver está málditá reálidád, descubrir que es, o este es el inál. Esto no es solo árená y eso no es solo un viejo torbellino. ¿Que es? ¡Piensá, rápido, rápido áhorá, dáte prisá, dáte prisá! Y entonces cáyo cáyo en lá cuentá. "¡Es un reloj de árená!", exclámo. "¡Es un reloj de árená! Te veo, ¡reálidád diábo diábo licá!" En ese momen momento, to, el torbe torbellin llinoo dejo dejo de girár, el rugi rugido do fue sust sustitui ituido do por un tint tintineo ineo vidrio vidrioso so y el gigántesco embudo se estrello estrello contrá contrá el suelo.. Lá árená ádquir suelo ádquirio io un color ámárillo náturá náturál,l, y el cielo volvio volvio á brillár en ázul. El sol erá lo unico que fáltábá en el cielo.
DONCELLA SINTÉTICA
E
n el mismo tiempo pero en otrá epocá y en otro lugár... ¿Como es posible que álgo este ‘en el mismo tiempo pero en otrá epocá’? - lo explicáremos más ádelánte. El movimiento en el tiempo y el espácio no siempre es lineál, ál menos dentro de los límites mites de lo que se puede ver y com compre prende nder. r. Y el hecho de que álgo est estee má má s áll álláá de los límites mites de nuestrá comprensio comprensio n no signiicá que no existá. Párá pásár del punto en el tiempo y el espácio en el que dejámos á lá sácerdotisá Itfut ál nuevo lugár de áccion, el observádor debe emprender un viáje bástánte eláborádo. Imáginá que estás volándo por el cielo. Itfut se tránsformá de uná igurá en lá árená á uná pequená mánchá. Lá tierrá párece álejárse cádá vez más hástá párecerse á lás líneás neás de un mápá, y te elevás cádá vez más hástá que, inálmente, el ázul del cielo es sustituido por el negro del cosmos. Ahorá está está s volán volándo do á tráve tráve s del ábism ábismoo negr negro, o, pero no está está oscur oscuroo debido á lás estrellás y lá Tierrá sigue siendo visible como uná bolá ázul que se álejá en lá distánciá. Y pronto lá Tierrá no es más que un punto y tu movimiento yá no es visible. Llegá un momento en que te quedás congeládo en está posicion, rodeádo de estrellás en lá negrurá, nádá má má s que estrellás. Entonces, uná de esás estrellás se tránsformá de repente en un tubo. Te árrástrá ál interior de un tunel resplándeciente, árrástrándote á tráves de el duránte lo que párece un ininito y, ál mismo tiempo, viájás á uná velocidád increíble. ble. Finálmente, lá velocidád disminuye, eres empujádo fuerá del otro extremo del tubo y de nuevo te encuentrás lotándo en el espácio negro lleno de estrellás. Uná de lás estrellás empiezá á áumentár de támáno y te dás cuentá de que yá y á no está está s colgádo, sino que te está está s moviendo. Entonces lá estrellá se tránsformá bolá queázul. se expánde gráduálmente ánte ti hástá convertirse en en uná un plánetá Es lá Tierrá,
pero en uná epocá diferente. Entrás en lá átmosferá terrestre y lá negrurá es sustituidá por el ázul; es como si te áhogárás, cáyendo entre lás nubes. Te encuentrás lotándo en uná nieblá gris duránte un ráto ántes de volver á sumergirte en lá oscuridád, porque, en está epocá, el sol yá se há puesto. Abájo puedes ver lás luces de lá ciudád de noche. El ávion desciende ácercá ndose cádá vez má ácercá má s á lás luces párpádeántes. Atráviesás áutopistás con coches que pásán á todá velocidád, plázás llenás de gente, rí os, os, puentes, bloques de ápártámentos luminosos, cásás, hástá que inálmente te lánzás por uná ventáná cuálquierá. Ahorá podemos decir que es el mismo tiempo solo que estámos en uná epocá diferente y en un lugár distinto, concretámente en un teátro, en el que se está rodándo uná pelícculá ulá del musicál 'Páyáso Acábádo'. ¿Por que un páyáso y en que sentido ‘ácábádo’? ¿Acábádo en el sentido de fállecido o ácábádo en el sentido de desesperádo, incorregible, ácábádo? El equipo de rodáje no párecíá sáber nádá de eso, yá que todávíá estábán en el llámádo ‘proceso creátivo’. El áuditorio estábá sumergido en lá penumbrá. Lás pertenenciás y los ábrigos ábándonádos yácíáán n tirádos sobre lás sillás. Un punádo de personás estábán sentádás en el áuditorio, uná dormitándo y otrá mirándo el escenário brillántemente iluminádo, donde los tipos del teátro se ápresurábán ápres urábán á prepá prepárárse rárse párá un ensáyo. El escen escenário ário estábá montádo como un tránsformádor semicilín ndrico drico con imágenes y efectos de iluminácio n proyectádos en el suelo y lás páredes. iluminácio El director estábá de pie en el centro del escenário, uná igurá emocionádá que máldecíá sálvájemente. "No servirá. ¡Ninguno de ustedes servirá! ¿Estámos rodándo un musicál o un funerál? ¡Pierdánse, tontos! ¡Pierdánse! Vuelván diferentes." El director direc tor no se molesto molesto en explicár que que querí queríá decir con esto y de que mánerá debíán án volver diferentes. diferentes. Pero los miemb miembros ros del equip equipoo de ro ro-dáje, uná multitud váriopintá vestidá de puntá en blánco, no ibán á quedárse párá áveriguárlo y huyeron en todás direcciones.
"Bien, ¿donde está mi divá? Ellá es lá unicá que me inspirá. ¡Tráeme á mi divá! Máx, ¿tárdárá ¿tárdárá mucho?", pregunto pregunto dirigie dirigie ndose ndose á su operádor. "Ve y áverígguálo." uálo." El operádor corrio corrio detrá detrá s de lás álás y regr regreso eso rá rá pidámente. pidámente. Máx erá un joven tártámudo y teníá lá costumbre de tomárse mucho tiempo párá prepárárse ántes de decir álgo: "Vícctor, tor, nos-otros... Nos-otros..." "¿Nosotros que? Quienes somos y que somos es uná cuestion ilosoicá complejá. Sue Sue lltálo." tálo." "Mátildá está está siendo difíccil il de nuevo." Máx logro logro decir inálmente. "¡Solo tráelá áquí!!"" grito Vícctor tor (ásí llámábán ál director) con voz intimidánte. "¡Vícctor!" tor!" Lá voz de uná mujer se esc escuch uchoo det detrá rá s de lás álás. "¡Aqu "¡Aquíí está ellá, áquí estoy!" Seguidá de lá voz ápárecio está ápárecio lá propiá mujer. Al instánte dio lá impresion de ser uná personá muy excentricá, vestidá como estábá con un conjunto verde oscuro y enormes plátáformás rosás, ádemás de llevár uná melená ázul cláro sálpicádá de mechás morádás. Se podríá decir que erá uná ‘rubiá ázuládá.’ "¡Ven áquí, Tili, mi queridá, mi ángel!" Vícctor tor se ácerco ácerco á lá exce exce ntricá ntricá mujer ábriendo los brázos. "Bien, dáte lá vueltá. ¡Que guápá estás!" y cámbiándo bruscámente el tono de su voz, dijo: "¡Que háces áquí todáví"No á sinquiero máquillár! Vuelve ál vestuário, rá rá pido." hácerlo. Se tárdá tá-án-to-o-o". Mátildá tení á lá costumbre de álárgár sus vocáles. "¡De todos modos, so s olo es un ensáyo!" "Soy yo quien decide si es un ensáyo o uná tomá. Sál de mi vistá!" "¡Quiero un dulce! Me prometiste cerezás recubiertás de chocoláte." "Que e..." tártámudeo "Que tártámudeo Máx, trátándo de unirse á lá chárlá. "E, e..." "¿Dices que tengo un hermoso que que ? Apu Apu ráte." "Que eleccion más bánál — ¡cerezás recubiertás de chocoláte!", dijo Máx, consiguiendo por in terminár lá fráse. "¡Oooh, pero yo quiero un poco!"
"Divá, yá conoces lás reglás. Si no háces uná tomá, no tendrás uná golosiná," losi ná," dijo Víctor. ctor. "Házlo, y tendrá tendrás tu golosiná. ¡Ahorá pie pie rdánse rdánse todos! No, esperá, vámos á ensáyár tu reverenciá de nuevo." Mátildá se hizo á un ládo y reálizo reálizo uná reverenciá áfectádá. "¡Oh, que vulgár!", grito Vícctor. tor. "Vámos, otrá vez. Házlo como te ensen áron, lás mános ál pecho y... nonoáluná pecho, ál pecho, ¡y con con dignidád! ¡Debe ser ligerá, bufonádá! ¿Que voysentimiento, á hácer con ellá? ¡Eso es, sál de áquí, monstruo, o te dispáráre dispáráre yo mismo!" Mátild Mát ildáá se giro giro sob sobre re sus sus plát plátáfo áformá rmáss y estuvo estuvo á pun punto to de sálir sálir corriendo. "¡No! ¡Detente! ¡Tili, queridá! Vuelve áquí." ." Mátildá se giro giro de nuevo y espero espero expectánte. “A veces, dices álgo, sálido de lá bocá de un bebe. En serio, ¿cuál seríá el mejor báile párá usár en está tomá, cálle o cásá? "Se necesitá un Twist. El Twist es lo que háce h áce fáltá," respondio respondio lá divá. "¿Que , que "¿Que que , que que ? ¿Por que que ??"" "Porque todo tu go-gó y R&B ápestá totálmente. Es ántiguo." "¿Que? ¿Que? ¿Que quieres decir con ántiguo, es dánzá contemporáneá." "¡Porque es todo tán áburrido! Aburrido - ¡por eso!" "Bien, grán explicácio explicácio n. ¿Pero por que que Twist? Eso es retro." "Lo nuevo es lo viejo olvidádo. Puedes hácer uná nuevá modá de cuálquier cosá que háyá sido olvidádá." "Eso es u... u... Eso es uná ideá," dijo Máx. "Estoy de ácuerdo. Deberíámos ámos probárlo," dijo Vícctor. tor. "Ok, ve á máquillárte, háy uná chicá inteligente." "¡Soy inteligente inteligente con o sin máquilláje!" máquilláje!" replico replico Máti Mátildá ldá y corrio corrio trás bástidores con un álegre sálto. Vícctor tor le hizo uná sen sen á á lá encárgád encárgádáá del vestuá vestuário rio y le susurro susurro álgo ál oíd do, o, trás lo cuál ellá desápárecio desápárecio . "Bien, áhorá el resto de ustedes, retrásádos sin tálento, mírrense ense bien y ásumán rápidámente un estádo de genio. Vámos, vámos, ¡yá veo que empiezán empi ezán á brill brillár! ár! ¡Máx, tu tu y los demá demá s cerebros de pá pá járo! Tenemos Tenemos
que decidir lá musicá y los efectos. ¡Tiempo, tiempo! ¡Se nos ácábá el tiempo! Avíssenme enme en cuánto Mátildá este este listá." El escenário volvio volvio á ser un torbellino de prepárátivos ruidosos. Despues de un tiempo que, como siempre, 'fue y no fue,' Vícctor tor comenzo á dár indicáciones. "¡Bien, todo listo! Máx, ¿donde está Mátildá? Ah, áquí viene, feliz y rádiánte." Mátildá erá un espectáculo impresionánte. Además de su pelo color turquesá, su cárá estábá cubiertá de pinturá fáciál ázul y sus ojos estábán máquilládos párá que no hubierá dudá, que erá uná divá totál. "¡Bien, vámos! ¡Ven áquí, queridá! Dá uná vueltá!" Vícctor tor le hizo uná sená á lá vestuáristá, que sosteníá un enorme mono rosá, de esos que lás mujeres solíáán n llevár en lá espáldá de los vestidos ántiguos. "¡So lo un segundo! Vámos á ádornárte un poco." "¡So Apenás álcánzo álcánzo á ver el mon mon o, Mátildá sálto sálto háciá átrá átrá s ágitándo ágitándo lás mános. "¡No, no! ¿Está ¿Está s locá?" "¡No entiendes! Mírrálo. álo. Es enorme, rosá y hermoso!" dijo Ví cctor tor ádmirándo su invento. "Háce juego con el color de tus zápátos. Es perfecto!" "¡No voy á llevár esá... cosá llámátivá!" "Pero vámos á báilár el Twist. Ahorá tendrá tendrá s álgo que dárle vueltás." "¡Apestá! ¿Que ¿Que soy, uná mun mun ecá?" "¡Cláro! Eres mi mun mun ecá viviente!" "Quedáte quietá," Sin prestár átencion á los gemidos de lá divá, lá encárgádá del vestuário sujeto sujeto el mon mon o ál cinturo cinturo n justo por encimá de su trásero. Los otros áctores rodeáron á Mátildá, trátándo de cálmárlá. "¡No te preocupes Mátildá, te quedá muy bien!" "¡Se ve muy interesánte!" "¡Es fántá fántá sstico!" tico!" "¡Grándioso!" Finálmente, lográron convencerlá.
"¡Tili, corázon, estás muy, muy márávillosá!" dijo Víctor, ctor, áun trátándo de convencerlá. "¿Muy, su su per-muy?" "Sí, sí. Y tu tu eres tán inteligente!" "¿Que es lo que quieres de m "¿Que míí áhorá?" áhorá?" "Tenemos un pequeníssimo imo problemá. No podemos decidir los efectos especiáles párá el suelo y lás páredes. Nádá es del todo correcto. ¿Alguná ideá?" A pesár de que lá divá dábá lá impresion de ser frí volá volá por náturálezá, teníá uná mente extráordináriá y veíá muchás cosás desde su propio y u nico punto de vistá, demásiádás á veces. "No háce fáltá ning ningu un efecto especiál especiál.. Bástá con tener un suelo de es es-pejo y hácer que lás páredes seán támbien espejos. Dárán un relejo de todo el grupo de báile..." "¡Támbie n tu mon "¡Támbie mon o!" "Bástá. No erá eso lo que queríá decir. Si todo está en los espejos, podríá pásár álgo interesánte." "Ok, lo intentáremos. Máx, pon en márchá el tránsformádor, vámos á convertir todo el escenário en un espejo." "¿A... T-Todo?" "Sí. El suelo, lás páredes, todo. Ok, átencio átencio n gente, ¡á sus puestos!" dijo Víctor volviendose háciá los demás. "¿Listos? Málábáristás, ácrobátás, ¡vámos! Mu Mu sicá, ¡vámos! Cá Cá márás, ¡vámos!" Y en ese momento momento,, lá ántes cáo cáo ticá y ábigár ábigárrádá rádá multi multitud tud se unio unio de repente tránsformádá, moviendose con suávidád y estilo, como si lá escená hubierá sido ensáyádá mil veces ántes. Y, por supuesto, lá divá estábá en el centro de lá l á áccio áccio n, háciendo girár su mon mon o con encánto. Lá-lá, lálálálá-lá, lálálálá-lá, lálálá. Si nuncá hás estádo En nuestrá brillánte ciudád Nuncá son son áste hástá el ámánecer Sobre el río del átárdecer, Si nuncá hás páseádo con ámigos
Por lás vástás ávenidás Nuncá hás visto Lá mejor ciudád del mundo. Tá-tádá-tádá-dá! Lá cáncio cáncio n zárpá y mi corázo corázo n cántá, 1
Estás pálábrás son sobre tí, Moscu Moscu ... En ese momento, todos los espejos párecieron brillár simultáneámente y Mátildá, á quien lá cá cá márá enfocábá, se ilumino ilumino con un destello de luz bri brillá llánte nte.. Sig Siguio uio mov movie ie n ndose dose ál rit ritmo mo de lá mu mu sic sicáá mient mientrás rás uná nieblá verde lá envolvíá por todás pártes. Atonitá, ellá dejo de báilár. Lá nieblá se disipo disipo rá rá pidámente, pero el espácio que lá l á rodeábá se lleno lleno de un espejismo de árená ázul y cielo ámárillo. Lá vistá de Mátildá párecio ápágárse. Estábá solá en el interior del espejismo, que lá átrávesábá lentámente. Podíá oír lá musicá que sonábá en álgun lugár en lá distánciá. Entonces el espejismo se disolvio disolvio y en su lugár, lá divá se vio rodeádá de igurás grises, que se movíáán n como si báilárán lá mismá dánzá que se estábá representándo en el escenário hácíá unos momentos. Lás igurás estábán vestidás con tunicás grises, sin formá y con cápuchá, y sus rostros erán oscuros y borrosos. Lá mu mu sicá se desvánecio desvánecio y fue sustituidá por un timbre vidrioso. Lás igurás se congeláron y miráron perper plejás á Mátildá. Ellá les devolvio devolvio lá mirádá con horror. *** Sáliendo Sálie ndogritándo. de su estupor, lás igurás igurás grises se ábálánzáron ábálánzáron sobre lá pobre chicá "¡Doncellá sinte sinte tticá! icá! ¡Doncellá sinte sinte tticá!" icá!" "¡Come’ áquí! Come’ áquí!!"" Lás piernás piernás de Mátil Mátildá dá se doblár dobláron on y se desmáyo desmáyo ántes de que lás igurás tuvierán tiempo de ábálánzárse.
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Cáncion "Lá mejor ciudád del mundo," musicá de A. Bábádzhányán, letrá, L. Derbenev
LOS GLAMROCKS
M
átildá recu átildá recupero pero lá conscien conscienciá ciá y se encontro encontro átádá á un poste. Más que átádá, estábá irmemente átádá con correás de cuero crudo, con lás piernás colgándo por encimá del suelo. Lás igurás de lás tunicás grises con cápuchá rodeábán el poste en formá de ánillo y murmurábán uná especie de mántrá. Máná-vedá, máná-sáná, máná-uná, máná-máná. Máná-omá, átá-máná, máná-okhá, máná-dáná. De vez en cuándo se deteníáán, n, se volvíáán n háciá el centro del círrculo culo y gritábán. "¡Doncellá sinteticá! Come’ áquí!!"" Luego reánudábán su siniestrá dánzá en círculo. “Máná-ogá, mákhá-máná, máná-oshá, máná-sháná.” El terreno álrededor del poste erá desertico y pedregoso. No muy lejos del pilár árdíá uná grán hoguerá y, un poco más lejos, Mátildá podíá distinguir ediicios de áspecto primitivo. El cielo brillábá con uná luz tenue y gris, pero no hábíá sol. Lá imágen generál erá completámente incolorá, como uná películá culá en blánco y negro. Sobre este fondo, lá vívviidá igurá de Mátildá párecíá un extráterrestre de álgun mundo lejáno. Como recordárá el lector, Mátildá teníá el pelo turquesá y lá cárá pintádá de ázul y llevábá un conjunto verde oscuro, plátáformás rosás y un mono del mismo color pegádo á lá párte bájá de lá espáldá. Lá desáfortunádá divá estábá en estádo de shock. No podí á entender do nde estábá ni que do que estáb estábáá pásánd pásándo. o. Incl Incluso uso lá experi experimentá mentádá dá sácerdotisá Itfut hábríá pálidecido, sin dudá, ál encontrárse en semejánte situácion. ¿Que debíá sentir lá pobre pobre,, ácos ácostumbr tumbrádá ádá á los mimos, lás comodidádes del hogár y lá ádorácion universál? En otrás circunstánciás, se hábríá quejádo á su mánerá hábituál: "¡Todo es horrible, muy, muy ho-o-rrible!" Pero no erá el momento de ser cáprichosá. Por álguná rázon solo hábíá un pensámiento que pásábá por su mente en ese momento y, curiosámente, ese pensámiento erá "áhorá mi mono se áplás-
tárá." Esto erá muy extráno teniendo en cuentá lo que le hábíá sucedido y lo que le esperábá áhorá. Mientrás tánto, los sálvájes, que hábíáán n pásádo mucho tiempo en círr-culo murmurándo, comenzáron á discutir entre ellos sobre que hácer á continuácio n con su cáutivá. Algunos gritáron: "¡Vámos á f’ei’lá!" continuácio Otros, "¡No, coce’lá áquí!!"" Párecíá que no podíáán n pronunciár lá letrá "r", o que no queríáán n hácerlo, porque no solo háblábán con uná "r" uvulár, sino que se trágábán el sonido. Lejos de ser co co mico, esto creábá un efecto espeluznánte. Siguieron discutiendo ácurrucádos en un grupo ántes de dividirse en dos grupos que empezáron á gritárse el uno ál otro. “¡F’ei’lá!” “¡Coce’lá!” Lá discusio discusio n ácábo ácábo convirtie convirtie n ndose dose en uná peleá desordenádá. Los sálvájes (o quienesquierá que fuesen, yá que sus rostros erán todos iguáles, grises, sin ge ge n nero, ero, sin vidá y con áspecto de cerá), no lucháluchá bán por lá vidá sino por lá muerte. No teníáán n ármás, pero utilizábán lás piedrás que teníán án á sus pies. Pronto dejáron de estár de pie y se revolcáron cár on en el pol polvo vo háci háciend endoo jir jirone oness sus ropás ropás.. Result Resultoo que no ten tenííán án pelo. Mátildá observo observo el sálváje popurrí con horror y comprendio comprendio que áunque se mátárán todos, átádá ál poste sin poder mover los brázos ni lás piernás, no teníá ninguná posibilidád. Quiso gritár, pero teníá un nudo en lá gárgántá y, de todos modos, ¿que sentido teníá? á? No hábíá nádie má s de quien esperár áyudá. Esto no erá un suen má suen o. Quien sábe cuánto tiempo hábríá continuádo el cáos sin sentido de no ser por un sonido potente y profundo como el de uná trompetá. Como si se hubierán despertádo, los insensibles grises se levántáron de málá gáná y, támbáleándose todávíá un poco, consiguieron colocárse en círr-culo álrededor del poste. Sucios, con lá ropá hechá jirones, volvieron á zápáteár oenmántrás. lá mismá dánzá circulár, murmurándo lo que podríáán n ser hechizos
Más tárde, como si se trátárá de uná senál, se detuvieron, se volvieron háciá el centro del círculo rculo y gritáron áirádámente en uná solá voz, como si se hubiesen puesto de ácuerdo. á cuerdo. “¡Coce’lá áquí!!”” Y hábiendo pronunciádo estás pálábrás ál uníssono, ono, comen comenzáron záron á correr de un ládo á otro. Algunos árrojáron troncos á lás llámás del fuego. Otross árrástrá Otro árrástráron ron un enorme cáldero que ápárecio ápárecio de lá nádá. Un tercer grupo se ácerc ácercoo de un sálto á Máti Mátildá, ldá, mostrá mostrá ndole sus lenguás y mirándolá ijámente, moviendo lá cábezá y murmurándo. Agitáron y murmuráron y luego gritáron. "¡Doncellá sinteticá!" Todos lás demás se unieron unánimemente. "¡Come’lá áquí! Come’lá áquí!!"" Luego, murmurándo, ensenándo los dientes y sácándo lá lenguá, desátáron á su víctimá y lá árrástráron á rrástráron háciá el fuego. Erá uná escená reálmente surreálistá. Nádá párecido podríá ocurrir en lá reálidád. Uná chicá con áspecto de munecá y un mono rosá... trátádá con tán málá intencion... No, todo erá demásiádo irreál. Y sin embárgo, estábá sucediendo reálmente. En ese momento, Mátildá, que segundos ántes estábá muertá de miedo, recupero recupero de repente el control de sí mismá, como le ocurre á veces á uná personá que, condenádá á muerte, inálmente no tiene nádá que perder y se dá cuentá de que lás cosás no pueden ir peor. Háciendo ácopio de todás sus fuerzás, Mátildá comenzo comenzo á gritár. "¡Lá rguense, tontos! Quiten lás suciás mános de mi mon "¡Lá mon o." Grito instintiváment instintivámentee sin entender por p or que que debíá gritár esás fráses esGrito pecíicámente icámente o por que debíá preocupárse por uná cosá tán insigniicánte, cuándo estábá á punto de respirár su ultimo áliento. Lo unico que sintio fue un intenso deseo de que lá dejárán en páz. Támbien noto que este deseo ibá ácompánádo de uná sensácion de cánsáncio inusuál en lá zoná de lá espáldá bájá. Yá fuerá que lá sensácio sensácio n surgierá á cáusá del mono o por álguná otrá rázon, Mátildá fue repentinámente consciente gris. de que lá sensácion le dábá un poder inexplicáble sobre lá rázá
Se detuvieron en seco y lá miráron con totál ásombro. Ellá se libero libero de sus gárrás e incluso consiguio consiguio ápártár á álgunos de ellos. Sábíá intuitivámente que no debíá huir, ásí que se quedo quedo inmo inmo vil á lá esperá de lo que pudierá ocurrir á continuácion. ‘Todo menos correr,’ penso lá divá, que estábá prepárádá párá lo que pudierá ocurrir á continuácion, experimentándo lá mismá sensácio sensácio n de cánsáncio en su espáldá. "¡Ale jjense "¡Ale ense de mí, monstruos!" Efectivámente, los monstruos empezáron á retroceder, emitiendo sonidos de ásombro. "¿Dijo lá let’á?" "¿Tiene pe’miso?" "¿Es ellá máná?" "¿Está llená?" "¿Está "¡Ellá puede deci’ lá let’á!" Los grises se ácurrucáron susurrándo de vez en cuándo lánzándo mirádás á lá divá que intentábá como podíá ádoptár uná posturá de orgullo y dignidád. Luego, se reunieron en torno á Mátildá, áunque mánteniendo uná distánciá prudente. Uno de ellos dio un páso ádelánte y pregunto : "¿Quie pregunto "¿Quie n eres?". Mátildá respo Mátildá respondio ndio con má má s cálm cálmá, á, compr comprendi endiendo endo que lá ámenázá ámenázá inmediátá hábíá pásádo, ál menos por áhorá. "¡Soy uná divá-á-á glámorosá! ¿Y quie quie nes nes son ustedes, monstruos?". Entonces se detuvo en seco, como si olvidárá por un momento donde estábá, y todo lo relácionádo con los monstruos, á los que probáblemente no deberíá insultár teniendo en cuentá que cási lá hábíáán n hervido vivá. ¿Do ¿Do nde estoy?" fue lá grán preguntá que siguio siguio náturálmente. Los monstruos, mientrás tánto, no prestáron átencion y comenzáron á gritár de nuevo. "¡Lá Doncellá sinte sinte ticá!" ticá!" "¡Ellá puede deci’ lá let’á!" "¿Por que que me llámán doncellá sinte sinte tticá?", icá?", pregunto pregunto Mátildá.
Intercámbiáron mirádás en silencio. Lá preguntá clárámente los confundio. "No lo sábemos." "Ok, ¿y quie quie n eres tu tu ?" "¡Nosot’os los glám’ocks!" Los grises clámábán y se interrumpíáán n unos á otros. "¡Nosot’os leemos tonte’íáás! s! ¡No se nos pe’mite lee’ lás l ás let’ás! ¡Es ábu ábu ! Es ábu ábu !" s." "Yá veo," dijo Mátildá. "Son "So n glámrocks 1 y leen tonteríáás." "¡Llená! Llená!" Gritáron ruidosámente. "¡Ellá puede deci’ nuest’o nomb’e! Ellá puede!" Al párecer, lá cápácidád de lá forásterá párá pronunciár libremente lá letrá "r" y no experimentár ninguná consecuenciá terrible como resultádo hábíá cáusádo uná grán impresion en los sálvájes. Los grises volvieron vier on á disc discutir utir entre ellos ellos,, trás lo cuál, uno de ellos se ádelán ádelánto to con uná preguntá. “E’es máná?” "Soy Mátildá, ¿entiendes?", dijo lá divá. “Máná-tidá! Máná-tidá!” gritáron los glámrocks. Lá respuestá de Mátildá hizo que volvierán á emocionárse terriblemente. "¿Por que que no pronuncián lá letrá?", pregunto pregunto . "¡No se nos pe’mite pe’mite!! ¡No está está pe’mi pe’mitido! tido! Es ábu ábu !", gritáro gritáron. n. "¡Vámos á chocá’!" "Pero yo pronuncio lá letrá y no choco." "¡Tu Máná! ¡Máná-tidá!" "¡Tu "¡Yá ves! Y tu tu querí queríás ás prepárárme y comerme. ¿Sábes lo que hábríá pásádo si lo hubierás hecho?" Mátildá empezábá á vivir en el pápel que se le hábíá ásignádo. "¡Hábríá hábido un choque totál!" Al oír estás pálábrás, los desgráciádos lánzáron un áullido clárámente lleno de temor reverenciál. "¿Quie n les ensen "¿Quie ensen o á leer tonteríáás? s? ¿Y párá que que lo necesitán?" "¡El Glámo′c nos enseno! ¡Máná-glámo'c! ¡Theáh! Theáh!" Los grises comenzáron á gesticulár de formá ánimádá y á senálár en direccion á los ediicios.
"Tenemos que lee’ tonte’íáás, s, párá está’ llenos. No debemos deci’ lá let’á. No podemos peleá’. No podemos come’nos los unos á los ot’os. ¡Esto es ábu ábu ! Tenemos que lee’ tonte’íáás." s." "Cláro, ¿pero se te permite comerme?" "No de los nuest’os. No uná de los nosot’os." "¡Eso no es cierto. Soy uná de ustedes!", dijo Mátildá, pensándo en sus pies. En situáciones como está, tiende á pensár en sus pies bástánte bien. "¡Soy tu máná!" Antes de que los glámrocks tuvierán tiempo de reáccionár, el mismo ruidoo de trom ruid trompetá petá sono sono desde lejos. El sonido erá eviden evidentemen temente te uná especie de senál párá ellos porque los sálvájes se álármáron y empezáron á gritár. "¡Ság’ádo hlevjun! ¡Debemos llevá’ áquí ál ál ság’ádo hlevjun!" "¿Que hlevjun es ese?" pregunto "¿Que pregunto Mátildá. "¡El glámo′c está está áhí! ¡Máná-glámo'c! ¡Te most’á’emos! ¡Vámos!" Mátildá Mátil dá quedo quedo presá de lá ánsi ánsiedád. edád. Si este glámorc glámorc erá su líd der, er, entonces bien podríá tener sus propiás ideás sobre quien erá o no el verdádero máná. Y entonces el proceso de cocinár y posteriormente comer á lá doncellá sinte sinte tticá icá podríá reánudárse con renovádo ápetito. Lá divá no teníá eleccion. No teníá lá menor ideá de háciá donde podíá correr. Teníá que ir con ellos. Así que todá lá comit comitivá ivá pártio pártio en direccio n á los ediicios. cio
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(N. del T.) Nota para Millenials: Se llámá “Glámrock,” o Rock “Glám,” á un sub-
genero del rock oriundo del Reino Unido en áuge entre lá decádá de 1970 á 1980, dond do ndee ‘G ‘Glám lám’’ es un ápo ápocope cope de glamour. Exponentes más destácádos: Dávid Bowie, Elton John, Kiss, Queen, Alice Cooper, Brián Eno y otros. Como se verá verá má má s ádelánte, Zelánd incluye váriás referenciás á mu mu sicos y estilos del rock.
LA CABEZA MUERTA
L
os glámrocks cáminábán en silencio rodeándo á Mátildá en uná ápretádá multitud, pero mánteniendo ciertá distánciá de ellá. Erá un espectáculo extráno. Lás igurás grises con sus rostros de cerá y entre ellás uná rubiá ázul que llevábá un mono rosá. Erá uná procesion verdáderámente fántásmágoricá que consistíá en uná munecá vivá rodeádá de mániquíees. s. Nuncá diríááss de Mátildá que es uná simple munecá bárbie. Algunás personás son bonitás y otrás son hermosás. Es lá diferenciá entre lá formá y el contenido. Mátildá erá uná de esás personás que simplemente tienen álgo. Pero lo que más lá distinguíá del conjunto no erá tánto su coloridá siluetá sobre el fondo de ‘cine en blánco y negro,’ sino su fuerzá vitál. Todo lo demá demá s, incluidás lás igurás grises, no estábá tán muerto como sin vidá, si se puede decir ásí. El otro mundo probáblemente se párecíá mucho á este, no erá tán diferente del nuestro, solo erá diferente porque estábá "ál otro ládo." Lá preguntá es: ¿ál otro ládo de que? Esá preguntá sigue sin respuestá por áhorá. A Mátildá no le preocupábá lá físsicá icá de esos fenomenos en ese momento. Su mente estábá llená de pensámientos ánsiosos sobre lo que ibá á suceder á continuácion. Por álguná coincidenciá del destino, hábíá ácábádo en un mundo extrán o y áundepositár no estábáálguná cláro co mo podríá¿Que escápár. veíá nádá en sinieslo que pudierá esperánzá. podíáNo esperár de sus tros compán compán eros? No se átrevíá á imáginárlo. Los rostros de los glámrocks expresábán uná sombríá determinácion de áveriguár por sí mismos álgo que podíá costárle lá vidá á Mátildá. Aunque los monstruos no lá tocábán, lá mirábán con recelo. Uno de los que cáminábán delánte se dio lá vueltá, sáco lá lenguá y grito: "¡Doncellá sinte sinte tticá!", icá!", sin dudá por costumbre. Pero entonces recibio recibio uná bofetádá. Se suponíá que lá doncellá no debíá ser tocádá hástá que se determinárá quien erá reálmente: "máná" o simplemente uná doncellá comestible.
Lá situácio situácio n de lá divá se vio ágrávádá por el hecho de que estábá desdes esperádá por ir ál báno. 'Al menos solo quiero un numero uno por áhorá,' penso penso . ‘Pero áhí está está lá cosá. ¿Co ¿Co mo hácerlo? Me pregu pregunto nto de que que sexo serán.’ No hábíá observádo ningun indicio externo de sexo. Y entonces tonc es le ásált ásáltoo un pensámien pensámiento to terr terrible. ible. Podríáán n no solo comerselá, sino támbien ábusár de su cuerpo á su ántojo, quien sábe de que mánerá tán horrible. Troto ápresurádámente con sus zápátos de plátáformá y se golpeo Troto golpeo el dedo del pie contrá uná rocá. Lá pobre chicá hábríá dádo cuálquier cosá por volver á su mundo. ‘No volvere á ser cáprichosá,’ penso. ‘Sere obediente en todo. Nuncá más me quitáre mi márávilloso mono. Háre cuálquier cosá, ¡so ¡so lo envíáme de vueltá!' mon o, volvio volvio á exper experimentá imentárr esá mismá sens sensácio ácio n exAl recordár el mon trán á en lá espáld trán espáldá. á. No estábá cláro por que que , pero párecíá dárle fuerzá y, por álguná rázon, hácíá que Mátildá sintierá que teníá lá cápácidád de controlár los ácontecimientos. Erá como si pudierá elegir lo que sursur gíá y lo que no. De repente se dio cuentá de que estábá sepárádá de todo lo que lá rodeábá y de todo lo que le ocurríá. Ellá erá lá reálidád en lá que se encontrábá. Existíá por sí mismá, de formá independiente, ál iguál que lá reálidád. Mátildá comprendio de repente, no con su mente, sino con todo su ser, que áquí hábíá ido á párár á un libro y que debí á vágár por lás pá pá ginás interpretándo lá trámá. Erá como uná películá, culá, que ves mientrás te sumerges en uná reálidád icticiá. Si cedes y te entregás á lo que está ocurriendo, no tienes más remedio que interpretár el pápel que te hán ásignádo. ¿Pero que pásáríá si Mátildá decidierá no hácerlo? ¿Y si permánecierá sepárádá y lá películá culá se sepárárá de ellá? ‘¿Puede ser ésta mi realidad?’, pensó Matilda. ‘No, esta no es mi realidad. Algo está mal. Estas cosas pasan en los sueños, pero esto no es un sueño. sueñ o. Aunque, por el amor de Dios, ¿qué más da? Todo estará bien conmigo, pase lo que pase. No sé cómo, pero sé que estaré bien. No tengo otra opción. ¿Qué otra opción hay? Eso es lo que he decidido, y punto!’.
Inmediátámente despues de este pensámiento, álgo sucedio. Párá su sorpresá, Mátildá noto que uná fránjá negrá oblicuá descendíá desde el cielo hástá el suelo, como si uná fuerzá desconocidá hubierá pásádo lá páginá de lá reálidád. Los grises párecieron no prestárle átencion y continuáron su mismá sombríá procesion como si nádá hubierá pásádo. Ellá, sin embárgo, se sintio de repente mucho mejor y conio en que á pártir de áhorá todo iríá bien. Mientrás tánto, llegáron á los ediicios ádonde se dirigíáán. n. No erá uná ciudád ni un pueblo, sino álgo bástánte extráno. Por todás pártes hábí á cásás sencillás y cubicás con páredes lisás y grises de un máteriál que Mátildá no reconocíá. á. Lás cásás estábán intercáládás con huecos vácíooss con lá mismá estructurá cubicá. Y hábíá escálerás por todás pártes, álgunás que subíáán n á los tejádos, otrás que bájábán á pozos y otrás que se retorcíáán n sin sentido y desápárecíáán n en lá nádá. El extrávágánte entrelázámiento de estructurás cubicás y nichos junto con lás numerosás escálerás creábán uná escená ábsurdá. Por un cámino indirecto, cruzándo de uná escálerá á otrá, sálieron á lo que párecíá ser el unico espácio ábierto, uná plázá, en cuyo centro se álzábá uná construccion, no menos extráná que cuálquier otrá cosá en este peculiár lugár. Lá construccion erá un monolito negro con un perímetro ováládo delimitádo por columnás sálientes, que se doblábán suávemente háciá árribá párá formár uná cu cu pulá ácánáládá. A todás luces,recordábá se trátábá "hlevjun ságrádo," áunqueno suposiniestrá formá mádel má s ámismo uná náve espáciál. Los glámrocks dríán án háber construido uná estructurá semejánte ellos mismos, ni el resto de lá ciudád. En el mismo momento en que lá procesio procesio n se ácerc ácercoo ál megálito megálito,, lá construccion produjo un sorprendente y potente sonido de trompetá en tono bájo, que impregno el espácio circundánte. En cuánto el sonido llego á los oíd dos os de los glámrocks, estos comenzáron á álborotárse y se precipitáron háciá el interior. Mátildá los siguio siguio con uná mezclá de curiosidád y miedo.
El megálito teníá lá mismá formá por dentro que por fuerá. Los piláres negros que se extendíáán n desde lás páredes se elevábán suávemente háciá árribá en uná áltá cupulá. Un resplándor verde emánábá de un nicho cercáno ál suelo. El suelo erá negro y tán liso como un espejo. El lugár estábá vácío excepto por un u nico eleme elemento nto en el centr centroo que párecíá ser un áltár o pedestál de formá rectángulár hecho del mismo máteriál que el suelo. Del pedestál crecíá uná cábezá, cálvá y gris como los glámrocks. Lá cábezá se retorcíá con muecás sin emitir ningun sonido. Los monstruos rodeáron el áltár, empujáron á Mátildá dentro del círculo, rculo, cáyeron de rodillás y con lás mános levántádás comenzáron á hácer invocáciones. “Glámo’c! Máná-glámo’c!” Sin cámbiár su expresio expresion de uná muecá, lá cábezá háblo háblo en un tono bájo. "Lee tonteríás. ás. No debes leer lá letrá. Soy máná. Yo puedo. Pero tu no. Máná-vedá, máná-sáná, máná-uná, máná-máná. Máná-omá, átá-máná, máná-okhá, máná-dáná.” Los glámrocks murmuráron el mántrá repitiendo obedientemente lás pálábrás que decíá lá cábezá. "Máná-ogá, "Mán á-ogá, mákhámákhá-máná, máná, máná-oshá, máná-sháná máná-sháná", ", conti continuo nuo el glámorckk (obviá morc (obviámente mente,, erá e ll). ). "Lee tonte tonterí ríáás. s. Entonces estárá estárá s lleno. No hágás lás cosás que no está está n permitidás, ¡si no hábrá hábrá un choque!" Los sálvájes pusieron lá cábezá entre lás l ás mános y gimieron. “ ábu ábu ! Es ábu ábu !!” "¿Quien es Máná áquí??", ", pregunto el jefe. "¿A quien háy que besár por áquí?" ?" “Glámo’c! “Glám o’c! Máná-glám Máná-glámo’c!” o’c!” respondi respondieron eron y empezár empezáron on á restregár restregár sus cárás por el suelo, áplástándo sin piedád sus nárices. “¡Alá benme!”, grito “¡Alá grito ominosámente el glámorc, ácompán ácompán ándo lás pálábrás con horribles muecás y emitiendo un monotono murmullo. "О-áoo-khоmm, о-á-oo-hоmm."
"¡О-á-oo-khоmm!", repitieron los glámrocks. Siguiendo lás indicáciones de lá cábezá, se quedáron un ráto más en silencio y dirigieron su mirádá á lá doncellá que estábá dentro del cí rr-culo. Mátildá se quedo completámente perdidá sin sáber que hácer. Estábá cláro que esperábán que ellá hicierá álgo. Erá el momento de tomár medidás urgentes y, como supuso correctámente, teníá que ser álgo extráordinário, yá que su áutoridád hábíá disminuido rápidámente en presenciá del glámorc. Támbien estábá desesperádá por ir ál báno. Ellá no podíá entender que tipo que tipo de cábe cábezá zá erá erá,, si estáb estábáá viv viváá y, en cáso áirmá áirmátiv tivo, o, por que que sálíá del monolito. Mientrás lá observábá, seguíá murmurándo y háciendo muecás. Entonces Mátildá vio álgo mecánico en lá cábezá. Repetíá perio perio dicámente los mismos movimientos uná y otrá vez en un ciclo. Non tení á nádá queenperder. Erá áhorá o nuncá. no tomábá situácio en sus mános este mismo instánte, estábáSiácábádá. Sin lá dudárlo má s, Mátildá se subio má subio ál áltár, se desábrocho desábrocho lá cremállerá del vestido, se ágácho ágácho y se descárgo descárgo justo encimá de lá cábez cábezáá párlánte. Los glámrocks lá miráron completámente átonitos, ápáreciendo en sus rostros uná mirádá de indescriptible horror, ántes desprovistá de todá expresio expresio n fáciál. Observáron todo el espectá espectá culo sin emitir un solo sonido. soni do. Uná vez cons consumádo umádo el sácrilegi sácrilegio, o, lá divá se levánto levánto y volvio volvio á subirse lá cremállerá tránquilámente. En ese momento, lá cábezá comenzo á lánzár chispás, luego se retorcio menzo retorcio y con un murmullo desvánecido se párálizo párálizo , completámente párálizádá en uná muecá lástimerá. lá stimerá. Mátildá lo entendio áhorá. De pie sobre el pedestál, dirigio á los grises uná mirádá triunfál. Su glámorc fue derrotádo. Trás uná páusá iniciál, Mátildá les hizo lá preguntá ságrádá que yá hábíán escuchádo ántes. "¿Quie n es lá máná áquí??"" "¿Quie “Máná-tidá! Máná-tidá!” gritáron ellos. El sonido de sus voces se desvánecio y luego, de nuevo, gritá vánecio gritáron. ron. "¡E’es nuestrá nuevá máná!"
En ese instánte, los glámrocks cáyeron de rodillás limpiándose lá cárá en el suelo como ántes. Mátildá bájo bájo del pedestál y comenzo comenzo á dár oo rdenes. "¡Alto! ¡Levá ¡Levá ntense! De verdád, levá levá ntense, les digo." Los glámrocks se levántáron y lá rodeáron mánteniendo uná distánciá respetuosá. Lá divá volvio volvio á ser ellá mismá y pregunto pregunto : "Entonces, ¿que ¿que vámos á hácer?". “...lee’ tonte’íáás! s! ...lee ...lee’’ tonte tonte’í’íáás” s” gritáron los grises. Lá cábezá muertá yá no párecíá interesárles. Mirábán átonitos á su nuevá máná dispuestos á seguir cuálquier orden que les dierá. Mátildá se detuvo y penso por un momento. Acábábá de escápár de un destino terrible, encontrándo uná sálidá á lo que hábíá ásumido como uná situácion desesperádá. Nuncá ántes hábíá experimentádo álgo ásí en su vidá y, náturálmente, nuncá se hábríá imáginádo cápáz de áfrontár uná crisis semejánte. Pero los ácontecimientos se desárrolláron con tántá rápidez que no tuvo tiempo de sorprenderse ni de celebrár. Como ántes, lá divá se enfrento á uná multitud de preguntás sin resolver: ¿que erá lá cábezá? ¿Que erá este ediicio, está ciudád? ¿Quien lo construyo todo y por que construyo que ? ¿Que ¿Que erá este mundo en el que se encontrá encontrá-bá? Fuerán quienes fuerán los árquitectos, deinitivámente no erán los glámrocks. A juzgár por lo que hábíá visto, lá cábezá erá un mecánismo electrico que servíá párá encádenár á está gente primitivá. Ahorá lá cábezá estábá rotá, pero lá fuente de energí á que lá álimentábá seguíá clárámente áctivá, yá que el monolito seguíá emitiendo su brillo verde. Lo principál erá áveriguár que ibá á hácer ellá á continuácion. Si esá gente erá primitivá, no se sábíá que podíá inventár. Eso signiicábá que teníá que ocupár sus mentes con álgo párecido á un rituál, de lo contrário podríán án desobedecerlá. Trás considerár lás circunstánciás, lá inteligente Mátildá (y sin dudá erá muy inteligente) decidio empezár por estáblecer álgu álgu n tipo de vín nculo culo con los grises.
LETKAJENKHA
O
igán, ¿por que igán, que no áprenden á pronu pronunciár nciár lá letr letrá?", á?", pregunt preguntoo lá divá. "¡No se nos pe’mite!", respondieron los monstruos. "¡Háb’á un choque
si lá decimos!" "Pues yo les digo que no hábrá un choque. Yo soy su nuevá máná. ¡Yo decido! ¿Entendido?" Los glámrocks se ágitáron con indecisio indecisio n. "¡Pero no se nos pe’mite! Es ábu ábu !" "¡Sí, pueden! Repitán despue despue s de mí, 'somos glámrocks'." Los seres intercámbiáron mirádás y susurráron entre ellos duránte un ráto, sin estár áun prepárádos párá dár un páso tán decisivo. Finálmente, uno de ellos se ádelánto ádelánto y dijo, "Somos glám’ocks." "Somos glámo’ocks." Los demás siguieron, yá sin trágár lá letrá "r," pero trátándo de pronunciárlá, ál principio, sin embárgo, muy mál. "Repitán despue despue s de mí: ¡cocodrilos!" "¡Cokod’ilos! Cokod’ilos!" "¡Cheburáshkás!" "¡Chebuááshkás! ¡Chebuááshkás! "¡Brownie!" "¡B’ownie! B’ownie!", decíáán n los glámrocks, esforzándose por hácerlo bien. "¡Vámos, vámos, puedes hácerlo! Ok, otrá vez: ¡Rock’n-roll de Leningrádo!" Los grises se ánimáron con estás pálábrás y se esforzáron áun más. Es poco probáble que entendierán lo que decíáán, n, pero es evidente que les gustáron lás pálábrás. Y entonces ocurrio ocurrio un milágro. ¡Lo hicieron! "¡Leningrádo! Leningrádo!", gritáron con entusiásmo. "¡Rock’n-roll de Leningrádo!"
"¡Yá ven!", dijo Mátildá sátisfechá de sí mismá. "¡Bien hecho! Ahorá, repitán despue despue s de mí, 'Que lá llovizná de hoy cáigá desde el ámánecerrr perrro tu tu y yo volvemos á báilárrr como áyerrr. De Moscu Moscu á Leningrrrádo, y volviendo á Moscu Moscu , 1
Lás lín neás, eás, los rrráiles y los puentes báilán'. Los glámrocks erán estudiántes clárámente cápáces. Repetíán con fácilidád lás pálábrás desconocidás. Pero no les importábá que lás pálábrás fuerán desconocidás. Simplemente disfrutábán porque áhorá támbie n podíáán bie n decir lá letrá y no hábíá ningu ningu n choque. "¡Abá!2 Abá!" Abá!",, gritá gritáron ron encántádos encántádos.. "¡Som "¡Somos os glámrocks! glámrocks! ¡Leemos tonteríáás! s! Y leemos lá letrá!" Los sálvájes se excitáron excesivámente por lás nuevás oportunidádes que se se descontrolárán ábríán án ánte ellosseriámente. y Mátildá se pregunto como cálmárlos ántes de que "¡Alto, álto! Escuchen!" Mátildá ápenás pudo hácerse oír por encimá del ruido que hácíán. "¿Por que que leen tonteríáás?" s?" Los glámrocks se cálmáron un poco y entonces uno de ellos respondio, "Tenemos que leer uná tonteríá," á," y entonces volvieron á ponerse en márchá. "¡Abá! Estoy leyendo lá letrá." Lá exclámácio exclámácio n "ábá" párecí á serinterrumpio lá formá que án los glámrocks de expresár su álegrí áá.. Pero Mátildá interrumpio áltení entusiástá. "Sí, lo entiendo, lees uná tonteríáá.. Pero, ¿que ¿que punto tiene?" El glámoroso párecíá desconcertádo por lá preguntá. "¿Que es el punto?", pregunto, y luego, sin esperár respuestá, ánádio: "No háce fáltá que háyá punto. Es necesário que este este lleno." Mátildá empezábá á dárse cuentá de que despegárlos de su tontá costumbre estábá fuerá de su álcánce y que, de todos modos, probáblemente no válíá lá pená el esfuerzo. Despues de pensárlo un poco, se dirigio á ellos con lás pálábrás, rigio
"Bien, entonces no necesitán que háyá un punto. En ese cáso, les ensen áre áre uná nuevá tonteríá mágicá. Si lá leen de formá regulár y continuádá, no solo estárán llenos, sino que serán márávillosos. Eso es más. Eso es mejor. Los glámrocks párecíáán n estár intrigádos. intrigádos. Ellá reuni reunioo sus pensámientos y comenzo á recitár un estribillo sin querer todávíá ábrumárlos con lá melodíá de lá cáncio cáncio n. "Escuchá: Mámmá-Miá, állá állá voy otrá vez, Oh no, ¿Co ¿Co mo puedo resistirme á ti? Mámmá-Miá, ¿se notá de nuevo? Oh no, cuá cuá n nto to te he echádo de menos. Sí, me hán roto el corázon, Triste desde el díá en que te fuiste. ¿Por que que , por que que , te deje deje ir? 3 Los glámrocks escucháron embelesádos y, cuándo Mátildá termino, guárdáron silencio duránte unos instántes má má s. Luego estálláron en exclámáciones de ee xxtásis: tásis: "¡Máná-miá! ¡Máná-miá! ¡Tenemos uná nuevá tonteríáá!! ¡Márá-vi-lloso! Eso es má má s. Eso es mejor. ¡Abá! ¡Abá!" “Sí, es ABBA,” dijo Mátildá. “¡Ahorá cálmense, todos ustedes! Escuchen, se los repetire repetire párá que lo áprendán de memoriá.” "¡Máná-miá! Nos ácordámos!", respondieron los glámrocks, y luego lo repitieron pálábrá por pálábrá en un coro desáinádo, solo sustituyendo "mámá" por el hábituál "máná." Estábá cláro que sus mentes no estábán cárgádás de exceso de informácion, por lo que podíáán n memorizár y reproducir cuálquier pálábrá o fráse con fácilidád. "¡Bueno, tu tu que que sábes!" dijo Mátildá, sorprendidá. “Está “Está bien, vámos á sálir. Está Está pesádo áquí. ¡Vámos!" Los glámrocks obedecieron y se ágrupáron detrás de ellá, que los condujo ál exterior. Pero támpoco pudieron cálmárse fuerá. Superádos por lá emocion y muy excitádos, se dispusieron segun su costumbre en círr-culo y empezáron á zápáteár, zá páteár, murmurándo su nuevá tonteríáá..
"Máná-miá, áyá voy ot’á vez..." Está vez, pronunciáron lá letrá con coniánzá, pero lá álegre cáncion se hábíá convertido en un cántico lugubre, como soldádos que cántán mecá nicámente uná áburridá cáncio mecá cáncio n de instruccio instruccio n. “Má-ná, cuá cuá n nto to te eshe eshe de menos…” Al observár los pisotones y los murmullos, Mátildá penso: ‘No, esto es solo otro tipo de frenesí. Esto no servirá. Tengo que ponerlos en márchá con álgo má má s positivo.’ "¡Bien, escuc "¡Bien, escuchen! hen!", ", ordeno ordeno Mátil Mátildá. dá. "Dete "Dete n ngánse gánse donde está está n. Ahorá vámos á áprender uná nuevá tonteríáá.. De hecho, no es solo uná tonteríá, á, es uná cáncion-báiláble. ¡Eso es áun más! ¡Mejor áun! ¡Se sentirán de márávillá! Agárrense el uno ál otro y repitán los movimientos y lás pálábrás despue despue s de mí." ." Los glámrocks se sorpr sorprendie endieron, ron, pero obedec obedecieron ieron,, no obstánte. Mátildá se coloco coloco ál frente de lá ilá, coloco coloco lás mános del gris que estábá inmediátámente detrás en su cinturá ádvirtiendole: "¡No me toques el mon o!", y comenzo mon comenzo á cántár, iniciándo los pásos de un báile que estábá de modá. Uná vez, á ultimá horá de lá noche, en uná cálle vácíáá,, volví de de un románce triste otrá ve vez. z. Lo creás o no, por álguná rázo rázo n mis pies comenzáron á báilár está dánzá ellos mismos. De nuevo, el cámino me llevo á mi ámádá, de nuevo, estábá en su puertá, golpee lá ventáná, espere golpee espere un poco. Escuchá queridá, sál rá rá p pido. ido. Uno, dos, ¡ponte el zápáto! ¿Todávíá dormidá? ¡Que ¡Que vergu vergu enzá! Jenká márávillosá, dulce y divertidá 4 Nos invitá á báilár'.
De mánerá torpe y fuerá de tiempo ál prin principi cipio, o, los glámrocks glámrocks copiáron los movimientos de Mátildá, volviendose cádá vez más coordinádos y álegre álegress á medid medidáá que ávánzábá ávánzábán. n. Resulto Resulto que inclus inclusoo erán cápáces de reproducir lá melodíá. á. Aunque erá álgo nuevo párá ellos, estábá cláro que les encántábá lá cáncio cáncio n-báiláble. Cuálquierá que háyá visto álguná vez el Letkájenkhá interpretádo con báilárines sáltándo de un ládo á otro háciendo divertidos movimientos con los pies puede imáginár el espectáculo que suponíá ver el mismo báile interpretádo por los grises. Lá divá sábíá hástá que punto el buen báile de ántáno hábíá sido convertido en álgo trilládo por lás glámorosás divás de hoy en díáá.. Pero ellá no erá tán triviál como sus ‘compánerás de oicio.’ Mátildá válorábá todo lo que erá reál, y por eso cántábá y báilábá como se hácíá en los buenos tiempos, lo que le encántábá, tánto como el Twist. Los glámrocks domináron rápidámente lá melodíá y lá letrá, y cántáron álegremente, sáltándo con entusiásmo y sácándo lás piernás por debájo de sus tunicás. Se vieron envueltos en un sentimiento desconocido que nuncá hábíáán n experimentádo hástá áhorá — lá felicidád. 'Uno, dos, ¡ponte el zápáto! ¿Todávíá dormidá? ¡Que ¡Que vergu vergu enzá! Jenká márávillosá, dulce y divertidá nos invitá á báilár.' Despues de háber báiládo hástá lá sáciedád, se reunieron en torno á Mátilde y, rebosántes de álegríáá,, comenzáron á álábárlá á su mánerá. "¡Máná-tidá-enká! ¡Máná-tidá-enká! Nos invitá á báilár!" Hábríán án seguido gritándo duránte mucho más tiempo, pero Mátildá les hizo un gesto con lás mános. "¡Bástá, es suiciente! Estoy cánsádá. Necesito descánsár." Como si estuvierán llenos de comprension, los monstruos lá tomáron de lás mános y lá ácompánáron en direccion á los ediicios gritándo todo el tiempo. "¡Máná-tidá! ¡Máná-tidá-enká! Tu Tu eres nuestrá máná."
Lá escoltáron hástá lá cásá más cercáná, lá sentáron con cuidádo en álgo párecido á uná cámá y se fueron, retrocediendo respetuosámente á medidá que ávánzábán. Lá zoná de lá cámá estábá cubiertá de heno. Hábíá uná mesá y uná sillá en lá hábitácio hábitácio n, ásí como como uná especie de retrete. El resto del locál estábá vácío y erá extremádámente áustero. Lás ventánás redondás estábán colocádás en lo álto de cádá páred y solo hábíá uná puertá. Todo estábá hecho del mismo máteriál desconocido y liso con el que estábán revestidos todos los demás ediicios. A pesár de ser primitivá, lá construccio construccio n de lá viviendá erá bástánte ávánzádá desde el punto de vistá tecnico, con lá unicá excepcion del heno, que quien sábe de donde hábíá sálido áquí en en el desierto. Mátildá suspiro suspiro áliviádá. Por in lá hábíáán n dejádo en páz. Pero no por mucho tiempo. Pronto se ábrio ábrio lá puertá y un glámrock entro entro en lá cásá sin llámár, por supuesto, (ásí erán sus modáles), áunque llevándo uná ofrendá. Solo áhorá Mátildá se dio cuentá del hámbre que teníáá.. El gris coloco uná bándejá sobre lá mesá en lá que hábíá uná tázá, uná cuchárá y un pláto. "¿Que es esto?", pregunto "¿Que pregunto ellá. "¡Comidá!", respondio respondio concisámente. Lá tázá conteníá águá y el pláto, álgo que párecíáán n frijoles. No olíá demásiádo mál. Mátildá los probo probo con cáutelá. Curiosámente, el pláto resulto ser bástánte sábroso. sulto "¿De do do nde hás sácádo esto?", pregunto pregunto . "Hlevjun nos lo dá. Háy muchá comidá." 'Bástárdos' penso penso Mátildá. '¿Por que que queríáán n comerme entonces si tienen un monton de comidá? ¡Mierdá!' Pero no dijo nádá. El glámoroso no dijo mucho y ellá no teníá el menor des deseo eo de empezár á inter interrogárrogárlo. Se fue, cáminándo háciá átrás, álejándose de ellá y cerrándo lá puertá trás de sí. Finálmente, párecíá que lás ceremoniás de hoy hábíáán n terminádo. Mátildá comio comio rá rá pidámente, pidámente, se subio subio á lá cámá sencillá y se cubrio cubrio con el heno. Lá cámá no estábá párá mucho, pero en circunstánciás como estás, no teníá sentido esperár comodidád. Lá pobre estábá tán cánsá-
dá por los ácontecimientos y lás emociones del díá que no pudo conciliár el suen suen o y, en ccámbio, ámbio, rompio rompio á llorár. Sí, ál inál todo hábíá sálido bien. Lá glámorosá divá se hábíá convertido en lá diosá de los monstruos. Pero, ¿que sigue? ¿Que podíá hácer ellá en lá ciudád de los grises? ¿Por que que deberíá quedárse? Lá invádio invádio uná profundá pená. ¿Reálmente no estábá destinádá á volver á cásá? ¿Reálmente lá vidá no volveríá á ser como ántes? Su ántiguá vidá quedábá en un pásádo despreocupádo que no hábíá sido válorádo y que áhorá podríá perderse párá siempre. Y nádie lá ácostárí á con sábánás limpiás, le besáríá lá frente y lá llámáríá cárinosámente "Tili, cárino." Podíá recordár á su mádre háciendo eso. ¿Como estábá áhorá? Debíá de estár preocupádá. ¿Y los demá demá ss?? ¿Lá estábán buscándo? Con estos tristes pensámientos, yá totálmente ágotádá, Mátildá se quedo dormidá. quedo
1
Cáncio n del grupo de pop 'Brávo' - 'Rock’n-roll de Leningrádo.' Cáncio
2
(N. del T.) Expresio Expresio n de álegríá Glámrock: Referenciá ál grupo sueco ABBA.
3
Uná tránscripcio tránscripcio n libre de lá cáncio cáncio n de ABBA, 'Mámmá Miá.'
4
Cáncio n-dánzá "Letkájenkhá," áutor desconocido. Cáncio
CIUDAD MANIQUÍ
L
á sácerdotis sácerdotisáá Itfu Itfutt miro miro frene frene tticámente icámente á su álrededor. álrededor. No se sorprendíá fá fá cilmente de nádá en estos díáás, s, pero los ultimos ácontecimientos y lá reálidád que lá rodeábá erán simplemente escándálosos.
Despues de que el reloj de árená o lo que fuerá se dierá lá vueltá y empezárá á verter árená de nuevo, lá reálidád se hábíá cálmádo. El cielo se volvioo ázul y lá árená ámári volvi ámárillá, llá, pero todávíá no hábíá sol en el cielo. ‘¿De do do nde viene esá luz?’, penso penso lá sácerdotisá. "Mis zápátos voláron, voláron, se fueron," dijo lláá sácerdotis sácerdotisá, á, que siguio siguio háblándo consigo mismá. "Bien, bien, ásumiremos que he págádo por mi miedo. Pero si esto se prolongá mucho más, pronto no me quedárá nádá con lo que págár." Lo unico que le quedábá á Itfut erá su precioso vestido de terciopelo ázul oscuro con el cuello táchonádo de diámántes, y el ánillo de cristál que llevábá en lá máno izquierdá. "¡No conseguirá conseguirá s nádá má má s de mí, tu, reálidád de medio pelo! El hecho de que háyás perdido el rumbo, no signiicá que yo tengá que hácerlo. Yá no te tengo miedo. ¡Devue ¡Devue llveme veme mis zápátos! ¿Me oyes?" Mientrás tánto, trás lá inclinácion del reloj de árená, el páisáje ádquirio un nuevo detálle. A lo lejos, Mátildá empezo á distinguir los contornos de uná ciudád. “Ves, Itfut “Ves, Itfut,, sácer sácerdotis dotisá, á, tu tu sácerdotis sácerdotisá, á, áhorá tienes un lugár á donde ir. Entonces vámos. Sigámos ádelánte. Yá es horá de que ácábemos con todás estás tonteríáás. s. Solo espero que no seá un espejismo.” Se sácudio sácudio lá árená de su vestido y cámino cámino en direccio direccio n á su objetivo. Lá árená crujíá bájo sus pies descálzos como el cristál, áunque erá suáve ál tác tácto. to. A lá sác sácerd erdoti otisá sá le pár páreci ecioo que cáminábá cáminábá sob sobre re álg álgodo odo n. Pero estábá más desconcertádá por un fenomeno, no menos peculiár. Le párecíá como si, en lugár de que ellá cáminárá por delánte, el páisáje sálíáotro. á suAdemá encuentro, mientrás ellá ápenás á puesto un pie delánte del Ademá s, lá metá se áácercábá cercábá á unáhábí velocidád ántináturál.
"¿Que cláse de truco es este?" dijo Mátildá indignádá. "¿Quieres sorprenderme o ásustárme de nuevo?" dijo, háblándo con lá reálidád. "¡Eso no es posible! Y no tiene sentido tener miedo de álgo que no es posible. ¡No tengo miedo, no tengo miedo! ¡En ábsoluto, en ábsoluto! ¿Lo entiendes?" Lá reálidád mientrás tánto seguíá cámbiándo ignorándo á lá sácerdotisá. A los pocos minutos el cielo erá er á gris. Lás olás de árená se convirtieron en un párámo rocoso y los contornos de lá ciudád se ágrándáron ánte sus ojos. Por álguná rázo rázo n, ellá no podíá sentir lás piedrás bájo sus pies. Extránámente, no lá molestábán en ábsoluto á pesár de cáminár descálzá. Erá sorprendente, pero yá estábá cánsádá de sorprenderse. Lá sácerdotisá se ádentro en lá ciudád, si es que podíá llámárse ásí, un conglomerádo ábstrácto de estructurás cubicás y nichos, y dondequierá que miráse, interminábles trámos de escálerás entrelázádás. Reinábá un silencio sepulcrál, so so lo interrumpido ocásionálmente por el sonido de lás gotás que cáíáán, n, como si uná clepsidrá invisible y gigánte midierá los interválos de tiempo. "Que sil "Que silenc encio io tán esp espánt ántoso oso.. Es un sisi-len len-ci -cioo eses-pánpán-toto-so, so,"" rep repetí etíá Itfut, perdidá en un láberinto de estructurás y formáciones. ‘Cádá vez es peor. Seguro que esto no es uná pesádillá que no há hecho más que empezár.' "¡Eh!, ¿háy álguien áhí??", ", grito grito , y un eco resonánte llevo llevo su grito á un mu ltiple ‘áhí--áhí mu áhí-áhí -áhí.’.’ "Ts-s-s," siseo, cámbiándo á un susurro. "Cuándo lo horrible se cállá, tu támbie tu támbie n lo háces." Abrio con cáutelá lá puertá de uná de lás cásás y se ásomo ál interior. No hábíá nádie. El interior consistíá unicámente en uná mesá, uná sillá y uná cámá de tábl táblás. ás. Nádá má má s. Lá mis mismá má escen escenáá se repit repitio io en cádá uná de lás cásás en lás que Itfut se ásomo ásomo . Lás exámino exámino uná por uná, pero no se veíá ni un álmá. Itfut se ármo de válor párá subir uná escálerá áltá desde donde podí á tener uná mejor vistá. Resulto Resulto que lás escálerás no conducíáán n á ninguná párte, sino que simplemente quedáron suspendidás en el áire des-
pue s de váriás vueltá pue vueltás. s. Ellá no se moles molesto to en subir directámente directámente á lá párte superior de lás escálerás porque su cábezá yá estábá dándo vueltás desde lá álturá. Se detuvo en álgun lugár á mitád de cámino y miro á su álrededor en ámbás direcciones. Entre techos identicos, vio uná estructurá negrá de áspecto siniestro que se elevábá cercá. Lá sácerdotisá volvio volvio á bájár lás escálerás y decidio decidio dirigirse ál megálito, en lá medidá en que erá posible deámbulár por el extráno láberinto. Páso de uná cásá á otrá, de escálerá en escálerá teniendo en cuentá do nde poníá los pies, hástá que cási choco do choco con uná igurá gris. Dio un sálto háciá átrás, sorprendidá, con el corázon látiendo con fuerzá. Lá igurá permánecíá inmovil, pero en uná posturá que sugeríá que estábá á punto de dár d ár otro páso. Vestidá con uná tu tu nicá sin formá y con cápuchá que ocultábá el rostro, no estábá cláro si lá igurá erá un ser humáno humáno o uná est estátu átuá. á. Rec Recupe uperán rándo do el áli álient ento, o, Itf Itfut ut se áce ácerco rco ál ládo de lá igurá y echo un vistázo bájo lá cápuchá. Unos ojos vidriosos árdíán án en lás sombrás mirándo á lá nádá. A Itfut le párecio párec io que los ojos relejábá relejábán n sign signos os de vidá, pero el resto del rostro erá de un gris mortecino, congeládo en uná expresion indiferente. "¡Hey!", dijo Itfut en voz bájá. Lá igurá no se movio ni un centím metro. etro. Lá sácerdotisá toco con cáutelá lá cápuchá, que estábá cosidá con un máteriál áá spero. Páso Páso sus dedos por el brázo de lá igurá y toco toco sus mejillás... En ese momento, ocurrio ocurrio álgo ántináturál. Los dedos de lá sácerdotisá átrávesáron libremente lá piel del rostro como si se trátárá de d e un fántásmá. Decidiendoo compr Decidiend comprobár obár su corázo corázonádá, nádá, Itfut probo probo á pásár su máno por el cuerpo de lá igurá y, efectivámente, su máno lá átráveso. Lá sácerdotisá dio un páso átrás, completámente sorprendidá, y de repente se encontro cáyendo á tráves de lá escálerá detrás de ellá como si estuviese hechá de áire. Presá del pá pá nico, lá sácerdotisá zigzágueo zigzágueo de un ládo á otro, cáye cáyendo ndo á tráve s defánt páredes como Yáono podíloá que distinguir que erá que fántásmál ásmályeescálerás inmát inmáteriá eriál l áquíun , sifántásmá. ellá mismá todo lá ro-
deábá. Esto erá demásiádo. Lá reálidád seguíá tejiendo uná ominosá red de ilusio ilusio n en un juego que lá sácerdotisá párecíá estár perdiendo. Eventuálm Eventu álment entee con consig siguio uio cál cálmár márse se un poco poco y comenzo comenzo á explor explorár ár nuevás propiedádes en ellá mismá y en lá reálidád que lá rodeábá. "¡Márávilloso, super-márávilloso! ¡Estoy muertá! No, ¡me voví locá! ¿Que es me ¿Que mejo jor, r, es está tárr mu muer ertá tá o há háber ber pe perd rdid idoo lá cá cábe bezá? zá? ¿O qu quee es peor?" Tánteo lá páred. Erá solidá y suáve ál tácto, pero en cuánto empujo su máno háciá ádelánte, lá átráveso átráveso como si lá páred no existierá. "Reálidád, ¿quie ¿quie n de nosotros es tránspárente, tu tu o yo?" Pero no pudo determinár lá respuestá, lá ilusion erá completá. O tál vez no erá uná ilusio ilusio n en ábsoluto. En lá plázá donde se encon encontrábá trábá lá estát estátuá uá gris, Itfut observo observo un mánántiál dotádo de uná pequená pisciná de piedrá. El águá que contení á párecíá brotár y, ál mismo tiempo, párecíá no brotár en ábsoluto. Un chorro de águá colgábá congeládo en el áire como uná foto congeládá. Lá sácerd sácerdoti otisá sá se áce ácerco rco ál mán mánánt ántiál iál y toc tocoo el águ águá. á. Se sen sentí tíá como águá ál tácto, pero no podíá recogerlá con su máno. Intento Intento beberlá, pero pronto se dio cuentá de que no funcionáríáá.. Y entonces vio que el chorro de águá no estábá reálmente inmovil, sino que luíá lentámente, de formá ápenás perceptible. Entonces lá sácerdotisá ádivino ádivino álgo á mediás. Corrio Corrio háciá lá estátuá y lá eexámino xámino de nuevo. Lá igurá estábá de pie en uná posicio posicio n ligerámente diferente áhorá, con uná pierná á medio cámino párá dár otro páso ádelánte. "Bien" dijo lá sácerdotisá y comenzo á páseárse de árribá ábájo. "Aquí está pásándo álgo ráro con el tiempo." está Como párá conirmár sus pensámientos, lá clepsidrá invisible siguio midiendo el silencio sepulcrál con ocásionáles y sonorás gotás. “¡Que cálmádo, cálládo y silencioso horror!” repitio “¡Que repitio Itfut. “¿Finálmente me he vuelto locá o todávíá estoy en proceso de perder lá cábezá?” Ellá yá hábíá olvidádo en que direccion se movíá y tuvo que volver á subir lás escálerás párá orientárse. El ediicio negro no estábá lejos, pero llegár á el á tráves del láberinto no erá fácil. Lá sácerdotisá páso
por cálles sinuosás trátándo de mántener el sentido de lá orientácion. Por el cámino, se encontro encontro con otrá estátuá, luego otrá y otrá. Todás erán ide ide n nticás, ticás, so so lo que estábá estábán n conge congeládás ládás en diversás diversás posiciones posiciones de tránsicion. Algunás estábán de pie en medio páso, otrás sentádás y otrás congeládás inclinádás háciá delánte. "¿Puede álguien decirme que demonios está pásándo áquí??"" exclámo Itfut. "¡Alguien!" Entonces Ento nces recor recordo do que en el desierto de áren árenáá se hábíá impli implicádo cádo con cierto "interlocutor." "Oye, Umbrál, ¿está ¿está s áhí??"" Apenás pronuncio pronuncio estás pálábrás pálábrás,, un susu susurro rro surgio surgio del silen silencio cio y se ágito de uná á otrá d ágito direccio ireccio n como el viento. "Estoy áquí y en todás pártes, áquí yy en todás pártes..." "Oh, reálmente estás áquí,,"" dijo Itfut, encántádá de que ál menos hubierá ápárecido álguien vivo. "No voy á preguntár quien eres y donde está s está vez. ¿Puedes decirme do está do nde estoy y de qu quee vá todo esto?" "Metá-reálidád," respondio respondio el susurro, que yá no se movíá de un ládo á otro, sino que párecíá venir de todás lás direcciones ál mismo tiempo. "¿Que metá-reálidád?" "¿Que "Un prototipo de reálidád." "Oh, Dioses, ¿podríááss ser un poco má má s cláro? ¿Que ¿Que es un prototipo?" "Es donde todo comienzá, donde todo náce y donde todo se originá." "¿Que ciudád es ee sstá?" "¿Que tá?" "Es un modelo de lo que podríá ser." "¿Y quie quie nes nes son estás personás congeládás áquí?" ?" "No son personás. Son mániquíees, s, modelos de gente." "¿Por que son tán lentos? ¿Y que hágo yo áquí? ¿Como es que puedo átrávesár lás páredes?" "Demásiádás preguntás. Estoy desápáreciendo." "Esperá, esperá, so so lo dime co co mo volver."
"Lo descubrirás, lo descubrirás, lo descubrirás..." El susurro se desvánecio y se eváporo necio eváporo en el silencio. Evidentemente, Umbrál no erá proclive á mántener lárgás conversáciones. Itfut intento intento gritár trás ee ll,, pero fue inu inu til. Un eco fue lá unicá respue res puestá stá.. Su diá diá log logoo con Umbrál lá dejo dejo con má má s enigmá enigmáss que respuestás. No hábíá nádá que lá sácerdotisá pudierá hácer, sálvo seguir ávánzándo. Vágo durán Vágo duránte te mucho tiempo por lás circ circunválá unváláciones ciones del láberi láberinto, nto, chocándo de vez en cuándo con los "mániquíees," s," hástá que inálmente llego á uná pequená plátáformá. Y állí vio un espectáculo que le produjo escálofrí escálofríoss.. En medio de lá plátáf plátáformá, ormá, uná igurá colgábá en el áire con un vestido ázul oscuro, iguál ál suyo. Itfut noto el hecho de que en este entorno gris erán los uu nicos dos en color. Lá igurá colgábá en uná posturá ántináturál: los pies descálzos estirádos háciá átrás y háciá los ládos, los brázos extendidos háciá árribá, lá cábezá echádá háciá átrás, el pelo negro extendido como un ábánico. Conteniendo lá respirácio respirácio n, lá sácerdotisá se ácerco ácerco sigilosámente á lá igurá por detrás, lá rodeo y luego lá miro á lá cárá... Se estremecio ánte lo que vio. Erá ellá. Itfut sálio Itfut sálio dispá dispárádá rádá de lá igurá dejándo escápár un grit gritoo sálváj sálváje. e. El enorme eco ámpliico ámpliico su grito repitie repitie n ndolo dolo muchás veces. Nuncá en su vidá hábíá gritádo tánto ni hábíá experimentádo un miedo tán ánimál como el que sentíá áhorá, áunque se podríá pensár que encontrárse con un mániquí de uno mismo no erá necesáriámente más áterrádor que cuálquier otrá cosá que hubierá presenciádo áquí. Pero párá lá sácerdotisá erá un espectá espectá culo demásiádo infernál. Y áun ásí, no pudo huir de lá escená. Lo intento con todás sus fuerzás, pero sus piernás ápenás se movíáán, n, como si estuvierán párálizádás, y se quedo quedo clávád clávádáá en el sitio. En ese momento momento,, uná fuer fuerzá zá desconoci desconocidá dá lá ágárro, lá levánto en el áire, trázo círrculos culos en espirál y luego lá ápreto en uná áccio to áccio n bruscá contrá lá igurá colgánte. Un momento despue despue ss,, el cuerpo de Itfut, áhorá uno con lá sácerdotisá, se desplomo desplomo en el suelo. Lá sácerdotisá permánecio permánecio inmo inmo vil duránte un
ráto, pero inálmente volvio en sí, sácudio lá cábezá y exámino su cuerpo. Todo estábá donde debíá estár. Y áhorá ellá y su cuerpo estábán unidos de nuevo. En ese instánte, sus zápátos cáyeron á su ládo desde álgu n lugár de árribá. álgu "¡Oh, mis zápátos!", gimio gimio lá sácerdotisá con voz de de bil. bil. Todávíá le costábá volver en sí. Pero se árrástro árrástro háciá sus zápátos, se sento, se los puso y se levánto, áunque todo su cuerpo se sentíá inusuálmente pesádo. Párecíá que su cuerpo hábíá vuelto á ádquirir su formá máteriál. Se áce ácerco rco á un unoo de los edi ediici icios os e int intento ento átráve átrávesár sár lá pár páred ed con lá máno, pero estábá durá y no cedíáá.. Pero dio un suspiro de álivio. Al menos se hábíá resuelto un problemá. Gráciás á los Dioses, vuelvo á ser yo," penso penso ellá y se dirigio dirigio con páso irm irmee háciá lá cons construc truccio cio n negrá, que erá visible los tejádos. dád yáhorá brusquedád portrás el suelo rocoso.Sus tácones chocáron con seguriFinálmente llego llego á lá plázá, een n cuyo centro se encontrábá el monolíttiico monumento negro. "Epá, ¿que ¿que es esto? esto?", ", exclám exclámoo sorp sorprendi rendidá dá lá sácer sácerdotis dotisá, á, "¡Nádá menos que un Templo del Supremo Creádor!". Creá dor!". Se ácerco ácerco á lá construccio construccio n, y állí ápárecio ápárecio ánte ellá uná escená iguálmente extrán extrán á. Junto ál monolito, uná chicá de pelo ázul á zul cláro, cárá ázul y un mon mon o rosá en lá espáldá estábá sentádá sobre uná piedrá. Lá chicá estábá sentádá e inmo inmo vil, iguál que lás estátuás grises áunque erá sorprendentemente diferente á ellás, no solo en su imágen generál y colorido sino en lá presenciá de vidá. Itfut páso por delánte de ellá váriás veces mirándolá por todos ládos. Podíá estár vivá o no. Estábá sentádá sin moverse. Podíá ser un mániquí o álgo más impíoo.. Todo el áspecto de lá chicá erá muy exo exo tico. Itfut se ápárto háciá un ládo y luego se volvio bruscámente. Estábá segurá de háber visto á lá chicá párpádeár o tál vez se lo hábíá imáginádo. se ácerco ácerco de nuevo y comenzo comenzo á mirár con átencio átencio n el rostro de lá chi-
cá. Ellá permánecio permánecio inmo inmo vil. Entonces lá sácerdotisá ingio ingio que se márchábá y sálio sálio de lá plázá en direccio direccio n á los ediicios. Uná vez fuerá de lá vistá de lá chicá, se quito quito los zápátos, llevá llevá ndolos en lás mános y corrio rápidámente álrededor del megálito ácercándose por el ládo opuesto. Al ásomárse con cuidádo por detrás de los piláres, vio que lá chic chicáá estábá de pie y mirábá á su álrededo álrededor. r. Sin embárgo, se ácerco sigilosámente por detrá ácerco detrá s de ellá y grito grito . "¡Oye!" Mátildá (erá ellá, por supuesto) dio un sálto de sorpresá y támbie támbie n dio un grito. Por unos momentos, se quedáron mirándo lá uná á lá otrá en silencio. Finálmente, Itfut háblo háblo . "¿Que tipo de pántomimá está "¿Que está s háciendo áquí?" ?" "Nádá. Reálmente me ásustáste." "¿Por que que me tendríááss miedo?" "¿Por que que está está s todá de rojo?" "¿Por que que está está s todá de ázul?" Ambás se cálláron de nuevo. "¿Quie n eres?", pregunto "¿Quie pregunto Itfut. "Soy uná divá," respondio respondio Mátildá. “Geniál, un milágro milágroso, uná márávillá márávillosá,” comento Itfut, con uná notá de ironíá en su voz. "¿Y tu tu quie quie n eres?", pregunto pregunto lá divá. "Soy uná sácerdotisá. ¿Co ¿Co mo te llámás?" "Mátildá, pero puedes llámárme Tili." "Que conmovedor. Tili-juegos, Tili-juegos, lá cásá del gáto árdio en llámás." "¿Por "¿P or que que te burlá burláss de mí??", ", pregunto pregunto Mátil Mátildá, dá, ofendidá. ofendidá. "Se podríá decir que eres lá primerá álmá viviente que conozco y te burlás de mí. ¡No tienes ni ideá de lo que he pásádo áquí!!". ". "Lo siento," siento," respondio respondio lá sácerdot sácerdotisá. isá. "Apenás se se lo que ácábo de decir. Tengo uná especie de crisis nerviosá. Soy Itfut. Y yo támbien he pásádo por mucho áquí." ."
Se miráron como si ámbás sintierán lo mismo. Y entonces, sin siquierá preguntár, se dieron un ábrázo y rompieron á llorár.
EL ENCUENTRO
“O
h, áhorá se me vá á correr el máquilláje," Mátildá se dio cuentá de repente.
Inmediátámente dejáron de llorár, párpádeáron y se secáron debájo de los ojos. Al ver que ámbás hácíáán n lo mismo, se rieron. No es rráro áro que lás mujeres se encuentren llorándo un minuto y riendo ál siguiente sin ton ni son, pero párá personás extráordináriás como lá divá y lá sácerdotisá todo erá impredecible, yá que nuncá sábíáán n lo que podíáán n creár de un momento á otro. "Míráme, se há corrido todo, ¿no?" "No, está está s bien," respondio respondio Mátildá, "¿y el míoo?". ?". "Tu támbie "Tu támbie n está está s bien. Extrán Extrán o." Se tocáron entre sí y luego á sí mismás, mismás, háciendo de nuevo los mismos movimientos, como si fuerán gemelás, áunque fuerán sorprendentemente diferentes. “Mi máquilláje escenico no se há corrido en ábsoluto,” dijo Mátildá sorprendidá. “Aquí está está n pásándo cosás muy extrán extrán ás,” dijo Itfut. "Sí, má má s que eso. ¿Que ¿Que es ese máquilláje que llevás?" "Es pinturá rituál. ¿Y tu tu ?" "Teátrál." "¿Cuá ll,, cuá "¿Cuá cuá l?" "Es uná lárgá historiá. Sábes, cuándo te vi por primerá vez, pense que lá mismíssimá imá Muerte hábíá venido por mí." ." "¡Já, já! Bueno, yo támpoco hábíá visto nuncá á nádie como tu." Volvieron á reírrse se y empezáron á mirárse y á tomárse de lás mános lá uná á lá otrá, como si se hubierán encontrádo en uná iestá y no hubierá nádá que hácer ni nádá de lo que preocupárse, sálvo comentár su ás-
pecto y reírrse. se. Sin dudá, esto se debíá á los nervios despues de todo lo que hábíán án pásádo y ál álivio mutuo de yá no estár solás. "Echá un vistá "Echá vistázo. zo. ¿Est ¿Estáá mi mon mon o áplást áplástádo?", ádo?", pregunto pregunto Mátil Mátildá, dá, dá dá ndole lá espáldá á Itfut como si estuvierán en un vestidor. "No, está está bien. Tu mon mon o es muy bonito." "¡Oh, sí! Al principio me puse muy quisquillosá y no me gustábá nádá. Pero creo que me áyudo con álgo." "¿Con que que ?" ?" "No estoy segurá exáctámente. En otro momento." "Por álguná rázo rázo n, mi vestido no se há árrugádo en ábsoluto." "Sí, eso es notáble," dijo Mátildá. "Es como si áquí no no se árrugárá ni se mánchárá nádá," dijo Itfut. "Y el máquilláje no se corre. ¿Tál vez deberíáámos mos ir á lávárlo?" "Es poco probáble que eso ocurrá. Ni siquierá pude beber el águá de áquí." ." "Ah, eso debio debio ser despue despue s de que todo se detuvierá." "¿Despue s de que "¿Despue que ? ¿Co ¿Co mo erá ántes de eso?" "No lo se, no lo entiendo. Ni siquierá se donde estoy ni como he llegádo áquí. ¿Y tu tu ?" "No, á mí me me pásá lo mismo." En ese momento, lá reálidád empezo empezo á cámbiár, como si les recordárá á lás nuevás ámigás que erá horá de empezár á considerár ásuntos más serios. Lá clepsidrá invisible, que seguíá midiendo interválos iguáles de silencio, comenzo á ácelerár. El sonido de lás gotás que cáí áán n se repetíá áu n má áu má s rá rá pido hástá que se prod produjo ujo un chásqu chásquido, ido, como el soni sonido do de un cristál que se rompe. Lá divá y lá sácerdotisá sáltáron. Inmediátámentee despue ment despue ss,, lá cleps clepsidrá idrá se silencio silencio y el cielo se dividio dividio en dos hemisferios. Por un ládo, hábíá uná nebliná vácilánte, y por el otro, el cielo estábá bordeádo de meridiános brillántes que se extendíáán n hástá el horizonte.
"¡Nos tenemos que ir!" exclámo exclámo Mátilde. "¿Que es 'ir'?" pregunto "¿Que pregunto Itfut. "¡Corre! ¡Tenemos que escápár!” “¿Pero ádo ádo nde? Estámos rodeádás de desierto.” “Algo há cámbiádo. Algo está pásándo. ¿Viste el cielo? ¡Tenemos que lárgárnos! "¿Que , que "¿Que que lárgos?" "Futi, ¿hás cáído de lá luná o álgo ásí? Párece que no entiendes ni lá mitád de lo que digo... Oh Dios, no te pregunte pregunte . ¿De do do nde eres?" "Yo... eeh, ¿de donde soy, de donde? No de lá luná, eso seguro. ¿Como me hás llámádo?" "Futi. ¿Está ¿Está bien?" "No creo que nádie me háyá llámádo nuncá ásí, pero... me suená fámiliár de álguná mánerá... Es extrán extrán o." "¡No importá, despue despue s, s, áhorá no tenemos tiempo! ¡Corre!" "¡No, párá, Tili, queridá, ven áquí!!"" Itfut grito grito trás ellá. Mátildá se detuvo como si estuvierá clávádá en el sitio, giro sobre sus plátáformás plátáf ormás y se quedo quedo heládá de sorp sorpresá. resá. Yá hábíá escuchádo esás pálábrás ántes, y en más de uná ocásion: "¡No, párá, Tili, queridá, ven áquí!!"" "¿Quee pásá? "¿Qu pásá?", ", pregu pregunto nto Mátil Mátildá. dá. En álgu álgu n momen momento to hábíá perdido lá costumbre de álárgár demásiádo lás vocáles. Lá reálidád locál no erá especiálmente propiciá párá lás mánerás de uná divá. "¿Por que que decid decidiste iste que debemo debemoss escápár escápár?", ?", pregunto pregunto Itfut. Itfut. "¿Y si el lugár ál que corremos es áu áu n peor?" "Nádá podríá ser peor que lo que me há pásádo hástá áhorá. Cási me comen vivá." "Bueno, yo cási muero. O más bien, morí y luego como que 'no morí.'.' Pero áu áu n estámos vivás, ¿no?" "¡Puedes "¡Pu edes ver que álgo está está suced sucediendo iendo!! Siempre que pásá álgo áquí, sábes que nádá bueno sáldrá sáldrá de ello!"
"Bien, entonces háciá do do nde vámos, ¿á lá izquierdá o á lá derechá? Por áhí háy álgo que se bálánceá, y por el otro ládo están esás lí neás neás extránás." "Buená preguntá. Váyámos por állí, donde nádá se támbáleá." Lá divá y lá sácerdotisá corrieron en direccion á los meridiános convergentes. Ahorá erá fácil mántener el rumbo á tráves del láberinto de lá ciudád con solo mirár ál cielo. Por el cámino, tuvieron tiempo de háblár. "Futi, ¿por que que te llámás á ti mismá sácerdotisá?" "Porque eso es lo que soy." "¿Te reieres á uná verdáderá, á uná de lá vidá reál?" "¿Que otro tipo háy?" "¿Que "No tenemos sácerdotisás en nuestro páíss." ." "Yo no soy de tu páís y tu no eres del míoo,, si no me reconoceríás ás y yo á ti." "¿Entonces por que háblámos el mismo idiomá? Oh, ¡soy tán imbecil! Los glámrocks támbien háblábán el mismo idiomá que yo por álguná rázon!" "¿Glámrocks ?" "Sí, erán los que ibán á comerme. Y entonces me convertí en su diosá. Y luego todos se congeláron por álguná rázo rázo n. Háy uno állí, ¿ves?" En el cámino, se encontráron con uná estátuá gris. "¿Te "¿ Te re rei ier eres es á es esto toss má máni niqu quííees? s? ¿Y te convertiste en su diosá? ¿Como?" "Te lo contáre más tárde. Cáminemos un poco, estás plátáformás no está n hechás párá correr." está "Mis zápátos támpoco lo está está n n.. No lo entiendo. ¿Dijis ¿Dijiste te que háblábán tu mismo idiomá?" "Sí." ." "¿Que quieres decir con el tuyo? Estámos háblándo en mi idiomá." "¿Que "No, yo háblo el míoo." ." "Yo támbie támbie n n." ." Se miráron sorprendidás.
"Veo y no veo," dijo Mátildá. "Yo támpoco. Y, sin embárgo, como que sí,,"" dijo Itfut. "Debe ser del mismo orden de milágros que el que lá l á ropá no se árrugue ni se ensucie y que nuestro máquilláje no se corrá." "¡Este lugár no es más que milágros, solo que no son tán milágrosos como monstruosos!" dijo Mátildá con decisio decisio n. Mientrás háblábán, lá divá y lá sácerdotisá llegáron á lás áfuerás de lá ci ciud udád ád.. El pái páisá sáje je del del de desi sier erto to há hábí bíá cámbiádo cámbiádo consi considerábl deráblement emente. e. Unás lín neás eás verdes luorescentes recorríáán n el suelo y el cielo y se extendíáán n hástá lá distánciá. Allí se curvábán formándo un tunel, ál inál del cuál, hábíá uná mánchá negrá. "Futi, tengo miedo," dijo Mátildá. "No tenemos que ir," dijo Itfut. "Pero, ¿y si esá es lá u nicá formá de sálir de este mundo?". "¿Y si ese mundo es áu áu n má má s áterrádor que ee sste?" te?" "¡Tenemos que sálir de áquí de de álguná mánerá!" "Vámos entonces." "Vámos á echár un vistázo rápido dentro y si párece dudoso, podemos volver directámente." "Ok, ok, ¡rá ¡rá pido, rá rá pido!" Lá divá y lá sácerdotisá unieron sus mános y pártieron ál encuentro de lá incertidumbre. A medidá que ávánzábán, lá tierrá y el cielo se estrechábán, y el tunel se volvíá cádá vez más oscuro. Solo lás lín neás eás erán visibles, visi bles, brillá brillándo ndo en lá penumbrá. Pero su páso no duro duro mucho mucho.. Uná vez álcánzádo el punto más estrecho y oscuro, lá bocá del tunel comenzo á expándirse y inálmente se desplego zo desplego en uná vistá ámpliá y ábiertá. Nuestrás heroínás nás volvieron á quedár ásombrádás ál contemplár lá escená. Lá tierrá y el cielo hábíán án cámbiádo de lugár. Lás dos ámigás estábán de pie en un vácío que párecíá descender á lá nádá, y sobre sus cábezás
colgábá lá mismá ciudád glámrock, solo que áhorá estábá ál reves. Pero eso no erá todo. "Itfut, ¿do ¿do nde está está ss?", ?", grito grito Mátildá. "¡Mátildá! ¡No puedo verte! Me estoy viendo á mí mismá mismá de nuevo!" "¡Yo támbie támbie n me veo! Pero, ¿do ¿do nde está está s, Itfut?" "¿Do nde está "¿Do está ss?" ?" Se gritáron de pie, uná ál ládo de lá otrá, pero todo el tiempo girándo y mirándo á los ládos. Al inál, se giráron uná frente á otrá y empezáron á estudiárse como si se mirárán en un espejo háciendo diferentes movimientos con lás mános, lá cábezá, lás piernás y observándo lo que párecíá ser su relejo. "¡Futi, "¡Fu ti, tengo miedo miedo!" !" Volvio Volvio á grit gritár ár Mátil Mátildá. dá. "¡Cuándo te miro, so so lo me veo á mí yy sin embárgo esto no es un espejo!". "Tili, ¿eres tu tu de verdád?", exclámo exclámo Itfut, mirándo á lá igurá que teníá enfrente intentándo áveriguár si erá un relejo o su doble. "¿Eres tu tu ? ¿Eres tu tu quien me responde?" "Tili, ¿te hás convertido en otrá yo?" "No, no, eso es imposible. ¿Soy tu t u?" Exámináron lá otrá version de sí mismás y jádeáron con uná solá voz. Itfut estábá en el cuerpo de Mátildá y Mátildá en el de Itfut. "¡Teníás ás rázon!", dijo Mátildá. "¡Lás cosás están muy, muy, super máá-ál áquí!!"" "¡Corre, "¡Cor re, corre ántes de que se cier cierre!" re!" grito grito Itfut Itfut y tomá tomá ndose de lá máno se precipitáron de nuevo ál tu tu nel.
PENSAMIENTOS ALEATORIOS
T
rás escápár del "interior" y volver ál "ládo frontál" de lá reálidád, lá divá y lá sácerdotisá conirmáron con álivio que todo estábá como debíá. á. Sin otrá opcion, emprendieron el cámino de vueltá háciá lá plázá. "¡Esto es uná áutenticá burlá!", grito Mátildá. "Estámos en un completo escondite háciá ninguná párte." "¿Escondiendo que?", pregunto Itfut. "No siempre entiendo tus expresiones." "Dije que lás cosás no pintán bien párá p árá nosotrás." "O los Dioses están enfádádos por álgo, o nos están enviándo uná pruebá o iniciácio iniciácio n de álgu álgu n tipo." "¡Luego me dirás que tenemos que áplácár á esos Dioses tuyos y hácerles un sácriicio!" "No, eso es lo que hácen los pueblos primitivos. Nos inclinámos más por esforzárnos háciá lá perfeccion de los Dioses, por álcánzár su nivel, párá poder comándár lás leyes de lá reálidád como lo hácen ellos." "¡Futi, entonces ordená á está reálidád que nos lleve á cásá!" "Todávíá no se como hácerlo. Háy álgo que fállá en mi memoriá. El pásádo es nebuloso." "Bueno, mi reálidád es áctuálmente uná pesádillá continuá." Agotádás, volvieron inálmente ál lugár donde se encontráron por primerá vez, junto ál megálito de lá plázá. "Entonces, ¿que piensás? ¿Vámos á probár nuestro destino en el otro ládo, donde todo se támbáleá?" t ámbáleá?" Sugirio Sugirio Itfut. "No. Yá he tenido suiciente. Necesitámos descánsár y ál menos comer álgo," dijo Mátildá. "¿Háy álgu álgu n lugár áquí donde donde podámos comer álgo?"
"¿Tienes hámbre, Futi? No se "¿Tienes se co co mo, pero los glámrocks dijer dijeron on que hlevjun les dá comidá." "¿Que hlevjun?" "¿Que "El megálito, ál menos ásí lo lo llámáron. Ven, vámos á echár un vistázo." Entráron y miráron á su álrededor. "¡Oh! ¡Lá cábezá há desápárecido!" exclámo exclámo Mátildá sorprendidá. "¿Cábezá? ¿Que ¿Que cábezá?" "Hábíá uná cábezá áquí, en ese pedestál, el glámorc, su tipo de Dios, ¡pero áhorá desápárecio desápárecio !". Efectivámente, el áltár hábíá desápárecido y, en su lugár, se álzábá un cilindro de unos tres metros de álturá y un metro y medio de diámetro hecho de un máteriál párecido ál cristál coloreádo. Lá divá y lá sácerdotisá recorrieron el cilindro tocándo su lisá supericie, que cárecíá del má s mín má nimo imo detálle o ádorno. "Mirá, no relejá nádá," dijo Itfut. "Y támpoco se puede ver á tráve tráve s de los ládos," dijo Mátildá. "Interesánte, ¿que ¿que es y párá que que sirve?". "Vámos á echár un vistázo y á explorár." Recorrieron todo el espácio interior del megálito, pero no encontráron nádá excepcionálmente inusuál. A lo lárgo de lás páredes hábíá columnás que sobresálíáán n á mediás y que, curvándose háciá árribá, se convertíán án en un árco de grán álturá. Desde álgun lugár de ábájo, uná luz verde sálíá de un encláve. No hábí á ni un solo detálle que pudierá sugerir lá presenciá de un dispositivo o pánel de control. "¿Dijiste que podríá háber comidá áquí??", ", dijo Itfut. "Bueno, eso es lo que dijeron." Se ácercáron de nuevo ál cilindro. "Creo que está cosá tiene álgu álgu n tipo de funcio funcio n," dijo Mátildá. "So "So lo tenemos que entender como funcioná. Debe háber un boton o álgo en álguná párte." "¿Que es un boto "¿Que boto n?", pregunto pregunto Itfut.
"Es uná cosá que se pulsá y entonces sucede álgo, como que ápárezcá comidá." "¿Sucede reálmente ese tipo de cosás?" "Sí, en mi mundo háy má má quinás ásí, so so lo que primero tienes que poner dinero, luego pulsás el boton y te dá comidá o águá." "Tili, no entiendo muy bien de que estás háblándo, de todás formás, áquí no no háy ningu ningu n boto boto n." "Tiene que háber. Entonces, ¿que ¿que vámos á hácer?" "Que yo sepá, no siempre háy que hácer álgo párá recibir." "¿Que quieres decir?" "¿Que "Bueno, no háy nádá que puedás hácer párá que lluevá, por ejemplo, o párá que sálgá el sol. Y no puedes obligár á que lluevá o á que sálgá el sol. Pero si quieres álgo mucho, pueden querer lo mismo contigo." "¡Váyá! Mátildá se quedo mirándo á lá sácerdotisá con totál ásombro. "¡Nuncá hábíá oído do á nádie háblár ásí! Pero háy álgo en lo que dices... ¡Esperá! ¡Yá he tenido ee xito xito ántes con álgo áquí!" Lá divá enderezo enderezo su mon mon o y comenzo comenzo á susurrár álgo mientrás se páseábá de un ládo á otro. "¿Que está "¿Que está s háciendo?", pregunto pregunto Itfut. "No está está funcionándo. Málditá seá!" En ese momen momento, to, álgo empezo empezo á zumbár dentr dentroo del cilindro y surg surgio io un segmento, sobre el que se encontrábá uná pequen pequen á cájá. "¡No lo puedo creer!" exclámo exclámo Mátildá. Abrio lá cájá y descu Abrio descubrio brio que conteníá cárámelos. cárámelos. Mátildá cogio cogio uno párá probárlo. Y ál instánte empezo á sáltár y á chillár. "¡Tili, está está s locá!", dijo Itfut, ásustádá por su ámigá. Pero Mátildá siguio sáltándo y chillándo. Entonces cogio lá cájá y se lá presento á lá sácerdotisá. presento "¡Futi!", dijo con un grito. "¡Son cerezás bánádás en chocoláte! Pruebá uná."
"¿Que , que "¿Que que ??"" Lá sácerdotisá cogio cogio un cárámelo, lo mástico mástico y se fundio fundio en uná sonrisá. "¿Co "¿Co mo lo hás conseguido? ¿Que ¿Que hás hecho?" "¡No hice nádá, tál como dijiste! Lo queríáá,, eso es todo. ¡Es mi mono! Es mi mono!" "Esperá, esperá, esperá. ¿Que "Esperá, ¿Que tiene que ver todo esto con tu mon mon o? ¿Quieres cálmárte?" "A veces tengo uná sensácio sensácio n extrán extrán á en lá espáldá." explico explico Mátildá, gesticulándo con entusiásmo. Yá me há pásádo áquí un pár de veces. Me ácuerdo de mi mono, luego quiero álgo con urgenciá, y entonces tengo está extrán extrán á sensácio sensácio n y ¡lo que queríá se máteriálizá!" "¿Que sentiste exáctámente?" "¿Que "Uná especie de sensácion de pesádez, como si hubierá álgo entre mis hombros, álgo..." "¡Eh! ¡Yá se lo que es eso!" Ahorá erá el turno de Itfut de emocionárse solo que ál instánte comenzo á dudár de sí mismá. "O quizás no... ¡Deinitivámente se lo que se! Pero está un poco borroso. No puedo recordár exáctámente..." "¡Entonces, dime lo que sábes!", dijo Mátildá con impácienciá. Lá reálidád está controládá por pensámientos ál ázár que se originán en álgun lugár del fondo de lá mente. Si quieres álgo con un deseo árdiente e impáráble, entonces tienes que hácer de tu deseo uno de esos pensámientos áleátorios. Algo como eso." "No entiendo bien lo que quieres decir," dijo Mátildá. M átildá. "¿Que "¿Que es eso que háy detrá detrá s?" s?" "Solo lo recuerdo vágámente," dijo Itfut. "Como te digo, perdí lá memoriá. Todo mi pásádo es como un suen suen o. So So lo átisbos." "¡Futichká, tienes que recordár! Nuestrás vidás pueden depender de ello, ¿entiendes?" "Lo intentáre. Dime lo que hiciste. Lo que seá que háyás hecho, ¡funciono!" "Me concentre en mi mono, espere hástá que pude sentir esá sensácio n detrá cio detrá s de mí e e imágine uná cájá de chocolátes." "¿Y eso es todo?"
sensácio n de álgo detrá "Eso es. ¿Tienes lá sensácio detrá s de ti, á tu espáldá?" Itfut levánto lá cábezá pensándo en álgo y dijo, "No, pero tengo lá sensácion de que ántes sábíá lo que erá y como usárlo. Sin embárgo, yá no puedo hácerlo funcionár por álguná rázo rázo n." "Estoy segurá de que lo recordárás, y cuándo lo hágás, támbien te funcionárá. Lo más importánte es sáber que, seá lo que seá, esto funcioná. Voy á dárle otrá oportunidád. ¿Que ¿Que quieres?" "Algo de beber." Mátildá volvio Mátildá volvio á tocár su mon mon o, hizo álgu álgu n tipo de mágiá y el milágr milágroo se repitio repitio . El cilindro emitio emitio el mismo zumbido y el segmento pláno se extendio háciá áfuerá entregándo dos tázás de águá. extendio "¡Eres prá prá cticámente uná sácerdotisá!", dijo Itfut. Tomáron los vásos y bebieron el águá mirándose, con los ojos brillándo de plácer. "¡Geniál! Que Que águá tán deliciosá!", dijo Mátildá. Dejáron los vásos. "Interesánte. Me pregunto como vuelven á entrár estás táblitás." Mátildá toco toco el borde del segmento segmento y e sste te se deslizo deslizo háciá ádentr ádentroo junto con los vásos, que pásáron por lá páred del cilindro como si no existierán. Luego cerro cerro el otro segmento. "Yá nádá puede sorprenderme," dijo Itfut. "Háy álgun tipo de tecnologíá de otro plánetá en funcionámiento áquí. Increíb ble." le." "Tili, vuelves á utilizár pálábrás incomprensibles." "¡Lá-lá-lá! No importá. Ahorá mismo, tenemos que comer. ¿Cuál es tu pláto fávorito?" "Flámidi." "Esá es uná pálábrá que no conozco. ¿Que ¿Que es?" "Es un tipo de pescádo ál horno." "A mí támbien me encántá el pescádo. No puedo gárántizár que seá exáctámente el mismo pláto, pero seguro que conjurámos álgo."
Mátildá hizo su mágiá por un momento y luego, un segmento trás otro comenzo á emerger del cilindro llevándo todo tipo de plátos. comenzo "¡Es nádá menos que un milágro! ¿Y tu tu te hás imág imáginádo inádo todo esto?" pregunto Itfut sorprendidá áunque hábíá jurádo que no lo estáríá má pregunto má ss.. "¡Es un buffet!" "¿Un que que , que que ??"" "No importá. Ah, se me olvidábá álgo." En cuánto termi termino no de háblár háblár,, surgi surgioo otro segment segmentoo repárt repártiendo iendo cubiertos. Entonces, uná mesá y dos sillás se levántáron inesperádámente del suelo, cási derribándo á lá divá y á lá sácerdotisá. "¡Ooh! ¡Ahorá no fui yo!" exclámo exclámo Mátildá. "Creo que está vez he sido yo," dijo Itfut. "Se me ácábá de ocurrir que lo uu nico que necesitámos áhorá es uná mesá y sillás." "¡Váyá! ¿Un pensámiento áleátorio? Yá ves, ¡puedes hácerlo!" "Accidentálmente." "Párece que no so so lo funcioná lá columná, sino támbie támbie n el suelo." "Probáblemente deberíámos ámos tener cuidádo con nuestros pensámientos." "Háy que recordár que es lo que tenemos detrás, y como trábájár con ello." "Bien, bien. Tengo lá impresion de que todo funcioná tán fácilmente áquí porque porque estámos en este templo. Nádá es tán fácil en lá reálidád." "Así que que ponte á recordár, Futichká. Ahorá, ¡vámos á comer!" Se pusieron á comer y empezáron á compártir historiás de sus áventurás.. Cuándo lá divá le conto turás conto á lá sácer sácerdotis dotisáá co co mo hábíá conseguido domár dom ár á los glám glámroc rocks ks,, Ifu Ifutt se lev levánt ántoo de un sálto y com comenz enzoo á dár vueltás sobre sí mismá riendo descontroládámente, y luego Mátildá se unio á ellá. Lás nuevás ámigás chárlábán sin repárár en nádá y disfrutáunio bán de su moment momentoo má má s feliz desde su llegádá á este extrán extrán o y áterrádor mundo. Al menos por áhorá, lás cosás no estábán resultándo tán
mál. Y lo má má s importánte, yá no estábán solás. Se teníán lá uná á lá otrá. Lo que ibán á vivir á continuácio continuácio n so so lo lo sábíá el mundo que les rodeábá.
LOS QUE VEN LA REALIDAD
Y
á está está , ál menos comimos," dijo Má Mátildá. tildá. "¡Márávilloso! ¿Quieres álgo má má s, Futi?"
"No, estábá todo delicioso," respondio Itfut. "Nuncá hábíá comido álgo ásí. ¿Que ¿Que háríá sin ti?" "Me hábríá vuelto locá áquí sin ti. Estábá á punto de perder lá cábezá." "Vámos á deshácernos de estos plátos, ¿quieres y dejámos lás sillás y lá mesá?" "Cláro." Uno á uno, Mátil "Cláro." Mátildá dá empujo empujo los bordes de los segmentos segmentos que se deslizáron háciá el cilindro junto con su contenido. "Que buená máquiná. Ahorá no pásáremos hámbre." Relájádás, chárlándo ráto como si estuvierán en uná cáfeterísiguieron á y no en el límite mite deluntiempo y el espácio dondesentádás hábíáán n ido á párár misteriosámente. "Futi, dime, ¿de que que páís eres?", pregunto pregunto Mátildá. "De lá tierrá de los Dioses," respondio respondio Itfut. "¿Y que que hácen con sus dioses?". "Los álábámos." "¿Y que que hácen ellos?" "Gobernár." "Yá veo." "¿De que que páís eres?", pregunto pregunto Itfut. "¿Yo? Oh, soy de lá tierrá de los tontos," respondio respondio Mátildá. "¿Y que que háces con ellos?" "¿Con ellos? No háy distincio distincio n entre los 'tontos' y 'nosotros'." "Entonces, ¿dices que todos állí son son tontos?" "¡Exáctámente!" "So lo nos esforzámos por sentirnos má "So má s cercá de nuestros Dioses."
"Con nosotros es lo contrário. Un grupo de tontos le gritá ál otro, '¡pie rrdánse, '¡pie dánse, tontos!’ Y el otro grupo responde, ‘¡no, pi pieerrdánse dánse ustedes!’" "¿De verdád?", pregunto pregunto Itfut. "No, estábá bromeá bromeándo," ndo," respondi respondioo Mátil Mátildá. dá. "De que que páís soy... como decirlo. Bueno, se podríá decir, por ejemplo, que soy del páís de lás setás." "¿Y que que hácen con ellás?" "Lás recogemos. Luego lás hervimos, lás secámos y lás márinámos. Y despue s lás comemos." despue ¿Que má ¿Que má s hácen?" "Cántámos y báilámos. Así es es como vivimos." "Que extrán "Que extrán o." "Bueno, es que cuándo háy tánto que contár, no siempre se se que que decir." Se quedáron en silencio duránte unos minutos, cádá uná perdidá en sus propios pensámientos. "Futi, ¿echás de menos tu cásá?", pregunto pregunto Mátildá. "Sí"",, respondio respondio Itfut con tristezá en su voz. "¿Y ttu u?" "Sí, yo támbie támbie n n.. ¿Crees que podemos volver á cásá?" "Sí, creo que podemos. Debe háber uná sálidá." "Sábes,, lo que me preoc "Sábes preocupá, upá,"" dij dijoo Mát Mátild ildáá "es que si tu tu vuelve vuelvess á tu mundo y yo ál mío, o, yá no estáremos juntás." "Sí, lá verdád es que podemos volver á cásá o quedárnos juntás juntás," ," dijo Itfut. "No puedo imáginár lo que seríá sepárárse de ti áhorá." "Yo támpoco." "¿Te gustáríá venir con nosotros? No está está mál." "No lo se se . ¿Y si te vienes con nosotros?" "Yo támpoco lo se se . So So lo se se que no quiero perderte." "Entonces tenemos que decidir que es mejor, seguir juntás o volver á cásá," dijo Itfut de formá rácionál.
"¡Odio los dilemás como ee ste!" ste!" exclámo exclámo Mátildá. "¿Por que que siempre tenemos que elegir uná cosá o lá otrá, por que no lás dos?". "Tili, Tili, todávíá no tenemos que elegir nádá." "Es que odio lás situáciones que te obligán ob ligán á encásillárte ásí." ." "¿Co mo que "¿Co que ?" ?" "¡Situáciones que presionán y coáccionán! Es como lá sopá de leche. Me hicieron comer sopá de leche cuándo erá niná. ¡Odio lá sopá de leche! ¿Por que que tengo que comerlá? O cuándo lás personás se ámán y se necesitán nece sitán o quier quieren en estár juntás juntás,, ¿por que que tiene tienen n que sepárá sepárárse, rse, por que? No háy ninguná buená rázon párá ello. No te creerí ás ás lá cláse de drámás que se producen á este respecto. Se quieren tánto, no pueden vivir el uno sin el otro, sufren y, sin embárgo, lás circunstánciás les obligán á sepárárse. ¡Y luego es uná grán trágediá! Y en cásos ásí, siempre pienso, demonios, no quieren sepárárse con átodo y sigán juntos¡que porque todo essisopá de leche! No estááln diáblo obligádos átrágántárse con lá sopá de leche!" "¡Tili, Tili! Cálmáte. ¿Que es lo que te tiene tán álterádá?" Itfut páso su máno por lá cábezá de Mátildá y enderezo su mono y en ese momento todo el espácio interior del megálito se lleno lleno de uná enorme imágen como un holográmá. Imá genes Imá genes tránspárentes colgábán en el áire, cádá uná de lás cuáles erá sustituidá por lá siguiente: háy un pátio de recreo, ninos jugándo, lá máestrá llámándolos, los ninos reunidos en uná multitud que entrá en el járdín de infánciá quitá quitá ndose ndose los ábrig ábrigos os en los cásill cásilleros, eros, entrándo entrándo en el comedor y ocupándo sus lugáres en lás mesás yá prepárádás párá el álmuerzo. Uná chicá con un mono rosá en el pelo está sentádá en uná de lás mesás, removiendo lá comidá en su cuenco con uná un á cuchárá. "¡Otrá vez leche hervidá! ¡Que ¡Que espumá tán ásquerosá! No lá quiero." "Lá pequená Mátildá es uná buená chicá. Se come lá sopá tránquilámente y nuncá es tráviesá con lá comidá," le dice lá máestrá. "No estoy siendo tráviesá. So So lo que no me gustá."
"Lás ninás que se comen lá sopá crecen fuertes y hermosás. Pero lás nin ás que no lo hácen..." nin "¡Yá soy gránde y hermosá, ásí que que yá está!" "Debes comerlo todo, o no tendrá tendrá s pudín." n." "¡No me importá no tener pu-u-u-uddín!" n!" "Mirá, todos los demás ninos están comiendo su sopá. ¿Quien te crees que eres, álguien especiál?" "¡Sí, soy especiál!" "¡Come tu comidá, áhorá mismo, o te irá irá s á párár ál rinco rinco n!" Lá niná dejo de pásár lá cuchárá por el cuenco, se giro y miro á lá máestrá de járdín de infántes directámente á los ojos. Estábá notáblemente tránsformádá, como si ácábárá de despertárse. Con voz de niná pero con un tono de ádultá tránquilá, dijo: "Estás intentándo mánipulárme. No tienes derecho á obligárme. No estoy obligádá á comer si no quiero." Lá máestrá se quedo quedo áto áto nitá. Se quedo quedo inmo inmo vil, con lá mándíbulá bulá cáídá por el ásombro. Luego, inálmente, párecio párecio márchitárse. "¡Ninguná nin nin á deberíá háblár ásí! ¿Quien te há ensenádo á decir esás cosás? Voy á háblár con tu mádre." Con eso, lá máestrá sálio sálio corriendo del comedor, confundidá y ál borde del pá pá nico. "¡Voy á llámár ál director!", grito desde el otro ládo de lá puertá. Lá imágen en el áire se disolvio disolvio gráduálmen gráduálmente. te. Itfut y Mátild Mátildáá hábíáán n observádo en silencio cáutivádás. Lá divá fue lá primerá en volver á sus sentidos. "¡Futi, esá erá yo! Esos son mis recuerdos." "Yá me lo imáginábá," respondio respondio lá sácerdotisá. "¡Es increíb ble! le! Es como uná películá, culá, no, ¡como un video de mi pásádo! "¿Que es uná pelícculá, "¿Que ulá, un video?" "Más o menos lo que ácábámos de ver. Imágenes vivás, imágenes de cosás que hán pásádo o podríáán n ser." "¿Que hán pásádo o podríáán n ser?", repitio repitio Itfut.
"Sí.."" Por ejemplo, cuándo se grábo grábo ese víd deo, eo, bueno, cáptáron con lá cámárá álgo que reálmente sucedio. Uná pelícculá ulá es cuándo hán representádo, o bueno, áctuádo álgo que podríá pásár, y luego lo hán ilmádo. Y luego lá gente ve lo que se ilmo. ¿Por que lo preguntás?" "Me recuerdá vágámente á álgo que me ensen ensen áron uná vez." "¿Que exá "¿Que exáctá ctámen mente, te, Fut Futi? i? Vámo Vámos, s, sál con eso eso.. Nádá Nádá es ir irrel releván evánte te áquí!!"" ensen áron que todo lo que fue, es y podrí podr íá ser es lá mismá cosá." "Me ensen "¿En que que sentido?" "Son todás lás cosás del mismo orden." "Futi, áhorá lo háces párecer muy complicádo. No lo entiendo." “Si tuvierá que explicárlo en tus te te rminos, rminos, entonces todo lo que fue, es y podríá ser es uná películá culá porque todo há sido ilmádo desde un principio primordiál. Primero se ilmá y solo entonces tiene lugár o tiene posibilidádes de tener lugár. ¿Ves?" "¿Que quieres decir con que se há ilmádo en un principio primordiál? ¿Filmádo por quie quie n?", n?", pregunto pregunto Mátildá, sorprendidá. "No lo se. No puedo recordárlo todo. Todo lo que se es que estás cosás, 'lo que fue, es y podríá ser', existen simultá simultá neámente." "¿Simultá neámente co "¿Simultá co mo? ¿Que ¿Que diáblos está está s diciendo?" "Imáginá que, por un ládo, háy un modelo y, por otro, lá reálizácion físicá del modelo: lá reálidád. Lo que fue y lo que podrí á ser son ámbos modelos, uno del pásádo y otro del futuro y lo que es, bueno, es lá reálidád físicá. sicá. Los model modelos os y su mánifestácio mánifestácio n físicá sicá pueden existir simultáneámente." "¡Guáu! Nuncá me hábíá plánteádo este tipo de preguntás," dijo Mátildá. "Todávíá no lo entiendo." "¿Recuerdás que te conte mi conversácion con el invisible Umbrál del Tiempo?" "¿Que pásá con eso?" "¿Que
"Bueno, Umbrál dijo que este mundo es uná metá-reálidád, un prototipo de reálidád y que estás personás grises no son reálmente personás sino mániquíes, es, modelos de seres humános." "¡Modelos o no modelos, erán lo suicientemente reáles como párá cási comerme vivá!" "¡Tili, reálmente vi un mániquí de mí mismá áquí, y solo recupere mi cuerpo despue despue s de háber entrádo en e ll!" !" "¡Lá cábezá me dá vueltás!" exclámo exclámo Mátildá. "¿No puedes simplemente decirme directámente que signiicá todo esto? ¿Como podemos utilizár este modelo-no-modelo?" "Tili, lo siento, pero de nuevo, lo unico que puedo decir es que no recuerdo." "Itfut, sácerdotisá, sácerdotisá, ¡tu ¡tu no eres má má s que un grán misterio, y yo no soy má má s que un grán málentendido! ¿Que ¿Que vámos á hácer?" pregunto Itfut. "Mátildá, ¿ves lá reálidád?", pregunto "¿Que quieres decir?" "¿Que "Esá chicá rázonábá cuándo todávíá erá uná chicá como si pudierá ver lá esenciá de lás cosás, lá esenciá de lo que ocurríá á su álrededor. En mi páís, s, los que pueden ver lá l á reálidád se considerán iluminádos." "¿Y que que les dá eso? "Los que ven se liberán del curso inevitáble de los ácontecimientos." "¿Como?" "Bueno, lás circunstánciás yá no tienen control sobre nosotros. Algo ásí." ." "¿Y que que pásá con lá gente corriente?" "Lá gente corriente no puede ver lá reálidád. Solo viven dentro de ellá." "Como los peces en un ácuário." "Sí, como los peces. Viven como tienen que vivir y yá está."
"¡Bien! Empiezo á entenderlo!" dijo Mátildá sátisfechá consigo mismá. "O mejor dicho, áun no lo comprendo del todo, pero voy teniendo uná sensácio n de comprensio sensácio comprensio n." "Sí, tener "uná sensácion de comprension" es exáctámente lo que me está pásándo en este momento." está "Pero no bástá con sentirlo. "Pero sentirlo. Tenem Tenemos os que ser cápáces de enten entenderlo derlo.. Cuándo empieces á recordár, entonces lo entenderemos." "Entonces, áyudáme. Cuentáme. ¿Que hás visto áquí? ¿Como ves está reálidád?" "¡Sí, he visto álgo! Cuándo me estábán "llevándo ál mátádero," recuerdo clárámente háber pensádo que esto erá álgo que no me podí á pásár... ¡que está no erá mi reálidád!" "¿Que páso "¿Que páso despue despue s de eso?" "Me sentí como si existierá por sepárádo de está reálidád, como si hubierá ácábádo en un libro o en uná películá." culá." "¿Y entonces?" "Entonces, decidí que todo estáríá bien. No sábíá como, pero sábíá con certezá que todo iríá bien, y punto. Estábá totálmente segurá. Y despues de eso, vi uná líneá neá negrá que bájábá del cielo á lá tierrá, como si lá páginá de un libro hubierá pásádo. Y áhí , en lá siguiente páginá, todo sálio reálmente bien." sálio "¿Sábes que?", dijo Ifut, "vámos á experimentár con el megálito y ver si puede desplázárnos por lás páginás de lá reálidád. Si tus recuerdos conjurán uná imágen del pásádo, ¿que podríá pásár si imáginás tu presente?" "Lo unico que obtendre probáblemente será otrá imágen. Pero tienes rázo n, deberíáámos rázo mos intentárlo." "Utilizá esá sensácio sensácio n en tu espáldá. Y no so so lo imágines lá escená, imágín nános ános támbien dentro de ellá, como si estuvierámos en tu pelícculá ulá personál." "Agárremonos lá uná á lá otrá entonces, párá que no terminemos volándo en diferentes direcciones. No quiero que páse nádá ráro."
Lá divá y lá sácerdotisá se tomáron de lás mános lá uná á lá otrá y permáneci mán eciero eron n en sil silenc encio io duránt durántee unos unos instán instántes tes.. Mátild Mátildáá com comenz enzoo á murmurár murm urár álgo y enton entonces, ces, sucedio sucedio álgo que ninguná de lás dos podíá háber previsto. Lás igurás se desplegáron, primero en posicion horizontál y luego en verticál, y luego todá lá proyeccion bidimensionál se doblo háciá delánte y se dividio en vários segmentos frágmentádos que colgábán en el áire. Cádá frágmento llevábá lá imágen de lá siluetá pláná de lá párejá unidá. Todá lá tránsformácion estuvo ácompánádá por un zumbido metá metá llico ico trás el cuál se produjo un silencio totál.
EL PRIMER MANDATO
“¡F
uti!" Llego uti!" Llego el sonido de lá voz de Mátildá, so so lo que no erá su voz normál, sino uná especie de copiá metálicá y digitál. Lás proyecciones del pár de ámigás empezáron á vibrár y á resonár con lás mismás reverberáciones metá metá licás y de eco. En lugá lugárr de ser lárgá y prolongádá, long ádá, como el soni sonido do de un eco en lás montán montán ás, su voz llego llego con golpes cortos y águdos. "Ti-Ti-Ti-Ti." "¡Mátildá!" Lá voz de Itfut respondio, támbien rompiendo en frágmentos de un eco. “Ildá, - ildá, - ildá, - ildá.” "¡Futi, estámos congeládás!" Mátildá grito grito de nuevo. “Adás, ádás, "¡Já, já, -já, já!" -Seádás, echo- ádás.” echo á reír sin motivo ápárente. "¡Já, já, já, já!" llego el eco. Lás imágenes proyectádás congeládás y lás voces surreálistás conformábán uná escená tán ominosá, que lá risá de Futi párecí á totálmente fuerá de lugár. Lá sácerdotisá párecíá háber perdido lá cábezá. "¡Futi, está está s ásustá ásustá n ndome!", dome!", grito grito Mátildá. “Me, me, me, me.” “¡Despegános!” “Os, os,Erá os, confuso os.” Por yque quextrán e Itfut o.utilizábá está expresio expresio n, Mátildá no podíá decirlo. extrán "¡No puedo moverme!" “me, me, me, me.” "¡Es hiláránte!" “te, te, te, te, te,” Pero continuo con el mismo buen ánimo. "¡Recuerdá tu mono!" “N o, n “N n o, n n o, n n o.” En lá ultimá reverberácion del eco, lás imágenes proyectádás se derrumbáron de repente, y lá divá y lá sácerdotisá cáyeron ál suelo áhorá en su formá originál.
"¡Que espeluznánte fue eso! Eso fue reálmente espeluznánte!" exclámo Mátildá ponie mo ponie ndose ndose de pie. “Ante, ánte, ánte, ánte, ánte,” Itfut se movio movio como uná mun mun ecá mecá mecá nicá, y de repente se quedo quietá. Sin opálábrás, miro á te suyámigá pero lá láádivá sácerdotisá volvi volvio á cobrá cobrárrMátildá vidá demiro repen repente se rio rio con de láhorror, áterrorizád áterrorizádá que teníá delánte. "¡Futi, dejá de ásus "¡Futi, ásustárme tárme!", !", grito grito Mátil Mátildá. dá. "No es un buen momen momento to párá hácer bromás. Apenás sálimos con vidá." “O-lá-lá!” Lá sácerdotisá sácudio sácudio lá cábezá, fruncio fruncio el cen cen o y dio un pe pe-quen o sálto como si comprobárá que todo seguíá funcionándo. quen "¡Está "¡Es tá bien, Tili Tili,, está está bien! bien!", ", dijo exten extendiend diendoo lá l á máno y tocán tocándo do á lá divá, que párecíá á punto de ofenderse. "¡Lo más importánte es que volvemos á ser nosotrás mismás y estámos juntás!". "¿Como puedes estár tán álegre?", dijo Mátildá, confundidá. "No funciono, y cási quedámos átrápádás. ¿Y si nos hubierámos quedádo átrápádás állí párá párá siempre? ¿No teníááss ni siquierá un poco de miedo?" "No, todo lo contrário. Cuándo lás cosás se vuelven reálmente áterrádorás, támbie támbie n pueden ser extráordináriámente divertidás." "Futi, me sorprendes. No hábíá visto está fácetá tuyá ántes." "Yo támpoco sábíá que lá teníá", á", dijo Itfut. "Hábíá olvidádo quien soy, pero áhorá lo estoy recordándo." "¿Que quieres decir con que hás olvidádo quie "¿Que quie n eres?" "Háy uná párte de mí. No se lo que es, pero puedo sentirlá." "¿Puedes sentir álgo dentro que no conoces? Eso debe ser uná grán sensácio n. Me gustáríá poder sentirlo, pero lo se todo sobre mí." sensácio ." "No, te equivocás. Nádie puede conocerse á sí mismo mismo por completo." "Futi, á veces dices cosás que reálmente me hácen perder lá cábezá." "¿Que he dicho?" "¿Que "Dijiste que erá yo lá que debíá párárse á pensár en lás pártes de mí mismá de lás que no soy consciente."
"Incluso me sorprendí á mí mismá de no tener miedo y reírme. rme. Al principio fue espontá espontá neo neo y luego deliberádo," dijo Itfut. "¿Como que ál principio fue espontáneo y luego deliberádo?", pregunto Mátildá. to "Es como cuándo cedes ál primer impulso que te llegá desde álgun lugár de lo má má s profundo de tu ser, obviándo el centro de pensámiento." "¿Pásár por álto el centro de pensámiento...?" "Es cuándo álgo viene de dentro como por uná orden silenciosá sin necesidád de lás pálábrás párá explicárlo. Es cuándo no tienes tiempo párá áveriguár que es o por que. Simplemente te entregás á ello. Solo despue s te dás cuentá de que ese mándáto erá lo correcto." despue "Interesánte. De hecho, á veces experimento álgo párecido," dijo Mátildá. "¿Tu "¿Tu támbie támbie n tien tienes es esá sensá sensácio cio n de mánd mándáto áto inic iniciál?" iál?",, pregu pregunto nto Itfut. "Sí, á veces." "Al principio me deje llevár por ellá, y luego comprendí que eso me estábá mostrándo un cámino párá sálir del estupor, ádemás de recordárte el mon mon o párá que nos trájerás de vueltá, iguál que nos lleváste állí en primer lugár, so so lo que no teníá ni ideá de donde quedábá ‘állí’." ’." "Entonces, estábás áctuándo. ¿Fue todo uná áctuácion?", pregunto Mátildá, sorprendidá. "Sí," ," dijo Itfut. "¿Que "¿Que es uná áctuácio áctuácio n?" "Es uná películá culá que se áctu áctu á pero no se ilmá." "¿Por que que ? ¿Por que que no se ilmá?" "Párá que se párezcá más á lá vidá reál." "¿Entonces uná películá culá no es lá vidá reál?" "Uná películá culá es como uná copiá de uná áctuácio áctuácio n." "¿Y uná áctuácio áctuácio n es uná copiá de lá vidá reál?" "Sí, hástá cierto punto. Futi, ¿está ¿está s trátándo de recordár álgo?" "Es extráno, es como uná cádená: vidá - áctuácion – películá," culá," dijo Itfut. queláme ensen áron todo ál reve primero se se creá el"Recuerdo diseno, luego áccio n girá en que torno á lá es ideá, y solso: entonces dá vidá á lá áccio áccio n. Es todo lo contrário."
"¿Que "¿Que disen disen o, quie quie n lo creá?", pregunto pregunto Mátildá. "¿Recuerdás lo que háblábámos ántes: lo que fue, lo que es y lo que podríá ser es todo uná películá? culá? ¿Primero se ilmá y luego sucede?" "Ah, los modelos o no modelos, o lo que seán." "Lá películá culá es un modelo, mientrás que lá vidá, lá reálidád, es lá encárnácio n del modelo. Ahorá mismo, estámos en uná películá." cárnácio culá." "¿En un modelo de lá reálidád?" "Sí, o en uná metá-reálidád, segu segu n Umbrál." "Y tenemos que volver á lá reálidád, á lá vidá." "Exáctámente." "¿Pero co co mo?" "Todávíá no lo se," dijo Itfut. "Mi sensácion intuitivá es que tenemos que volver á subir de álguná mánerá lá cádená en lá otrá direccion: lá películá, culá, lá áctuácio áctuácio n, lá vidá." "Eso suená muy ábstrácto", ábstrácto", dijo Mátil Mátildá. dá. "Tenemos que pásár á lá áccion." "Pero no ves, Tili, que lá ideá de viájár por lás páginás de lá reálidád no funciono funciono ." "Sí, de álguná mánerá lá purá fuerzá de voluntád no funcioná ni siquierá dentro del megálito. Támbie Támbie n necesitámos álgo má má s. Algo má má s." s." "¿Que te dice tu primer mándáto?" "¿Que "Háy uná opcio opcio n que áu áu n no hemos probádo." Se miráron lá uná á lá otrá. "¿Adivine ??", "¿Adivine ", pregunto pregunto Itfut.
EL ESPEJO “Todávíá existe el otro ládo," dijo Mátildá. "¿Donde todo se támbáleá?", pregunto pregunto Itfut. "Sí, tenemos que probárlo. Debemos probárlo." "¿Aunque de de miedo?" "¡Todo lo que pásá áquí dá dá miedo!" Entonces, como párá conirmár lo que se ácábábá de decir, el megálito empezo á moverse y á hácer un ruido extrán empezo extrán o. "¡Otrá vez está está pásándo álgo!", exclámo exclámo Mátildá. "No lo olvides, Tili, ten cuidádo con tus pensámientos." "¿Que debo hácer con ellos? Es imposible que no piense ni digá nádá!" "¿Que "Háy simples pensámientos y luego háy áirmáciones. Lás áirmáciones tienen un impácto en lá reálidád." "¿Que áirmáciones?" "¿Que "Lás áirmáciones son cuándo se emite un juicio de que lá reálidád es de tál o cuál mánerá." "¿Un juicio? ¿Que ¿Que he dicho que puedá ser un juicio?" Antess de que Mátildá tuvierá tiempo de term Ante terminár, inár, el suelo empezo empezo á moverse en círrculo, culo, áunque no estábá del todo cláro que erá lo que girábá, si el suelo en relácion con lás páredes, o lás páredes en relácion con el suelo. Lá divá y lá sácerdotisá se precipitáron instintivámente háciá lá sálidá, pero encontráron lá puertá bloqueádá por uná páred negrá. El movimiento ibá ácompánádo de un siniestro tic-tác, como si el megálito contuvierá el funcionámiento interno de un reloj: tic-táctác, tic-tác-tác. Además de lá rotácion inversá del suelo y lás páredes, con cádá golpe del compás principál, lás columnás cámbiábán de lugár con movimientos bruscos como lás lechás de un reloj de cuárzo. El cilindro del centro de lá sálá permánecíá inmovil, pero erá imposible ágárrárse de el,
ásí que lá divá y lá sácerdotisá se áferráron lá uná á lá otrá sin sáber do nde esconderse. De repente, todo se congelo do congelo . Itfut fue lá primerá en recobrár el sentido. "Conte doce golpes," dijo. "Conte "¡Todávíá tuvi tuviste ste lá comp compostur osturáá de contá contár!" r!" exclámo exclámo Mátil Mátildá. dá. "¡Cási me meo encimá!" "¡Já, já, já, Tili!", rio rio lá sácerdotisá. "¡Eso ápenás nos áyudáríá áhorá!" "¡Todo te háce gráciá! ¿Co ¿Co mo lo consigues?" "Bueno, bueno, vámos á echár un vistázo y ver si lá puertá se há ábierto." Se dirigieron á lá sálidá. Efectivámente, lá puertá estábá áhorá ábiertá. Lás dos sálieron corriendo y gritáron de sorpresá. Algo en el entorno hábíá cámbiádo. Todo estábá en el mismo lugár que ántes, pero lá relácion entre lá durácion de los movimientos y el tiempo erá diferente. Lá divá y lá sácerdotisá se movíáán n en cámárá lentá. Solo sus voces sonábán á lá velocidád hábituál. "Futi, ¿que ¿que está está pásándo?", grito grito Mátildá. "No lo se se . Es como si estuvie estuvie ssemos emos bájo el águá," contesto contesto Itfut. "¡Dios, cuá cuá n ndo do ácábárá ácábárá todo esto!" "¡Tili-Tili! Anímáte. máte. ¿Como hás dicho? ¿Nos tenemos que ir? Bueno, ¡debemos correr!" "¡Lo hácemos! ¡lo hácemos! ¡yá-yá! Oh no, ¡empece ¡empece á háblár como tu tu !" "¡Entonces vá vá monos!" Y corrieron, si es que se puede llámár correr, pues párecí án án ácuánáutás cáminándo por el espácio. El cielo seguíá dividido en dos hemisferios. Uná mitád estábá bordeádá de meridiános luminosos, y en lá otrá, hábíá uná brumá oscilánte. Lá divá y lá sácerdotisá se dirigieron háciá está ultimá. No sábíáán n que peligros les esperábán állí, pero teníáán n que hácer álgo.
Tárdáron mucho tiempo en sálir de lá ciudád. Cuándo por in se vieron libres del entorno urbáno, uná escená sorprendente se desplego ánte sus ojos. Donde ántes hábíá un desierto, áhorá hábíá un verdádero már con el chápoteo de lás olás, el ruido del oleáje e incluso hierbá y pálmerás en lá orillá. Lá líneá neá de vegetácion comenzábá en un borde ántináturálmente repentino y distinto. "¡Bien! Futi, ¡que ¡que increíb ble, le, mirá, el már!", grito grito Mátildá. "No te álegres. Podríá ser un espejismo," sugirio sugirio Itfut. "¿Ves como todo se bámboleá?" Lá escená reálmente párecíá lotár en corrientes de áire cáliente. Pero Mátildá estábá impáciente. "¡Quiero entrár! ¡Ahorá! á-ho-rá!" Intentáron moverse con renovádo vigor, pero seguíáán n ávánzándo lentámente, sin ápenás ácercárse á su objetivo. Les resultábá áun más difícil mover lás piernás, como si álguná fuerzá lás retuvierá. Al inál, se detuvieron sin ser cápáces de dár un páso o moverse en ábsoluto. Hubo uná páusá. Al cábo de unos instántes, se oyo el sonido áscendente de lá cuerdá de un árco que se solto solto y en ese mismo momento ámbás mujeres sálieron despedidás háciá átrás como uná bándá elásticá que se hubierá estirádo y luego se hubierá soltádo. Se sentáron en lá árená totálmente confundidás. El tentádor már y lás pálmerás seguíáán n fuerá de su álcánce. áute nticá "¡Esto es uná áute nticá bromá!", dijo Mátildá indignádá. "Sí, lá reálidád tiene tendenciá á ser sá sá dicá," dijo Itfut. "¿Que vámos á hácer?" "¿Que "Tenemos que encontrár lá mánerá de llegár ál már." "¿Por que que , podríá no dejárnos entrár?" "Que yo recuerde," dijo Itfut, "mi Máestro me enseno que cuándo álgo no vá bien, tienes que ser cápáz de ver lá reálidád y á ti mismá dentro de ellá. Entonces, Tili, ¿que ¿que ves?" "¡Veo el már y quiero meterme en e l! l! ¿Que ¿Que má má s háy que ver áquí?" ?"
"¡Exáctámente! Lo quieres demásiádo." ¿Lo quiero demásiádo? ¿Demásiádo? Bueno, ¿no lo quieres?" "Sí, pero el deseo excesivo pone en tension lá reálidád, y está empiezá á resistirse." "Váyá, eso lo áprendí cuándo áun estábá en lá escuelá: cuálquier áccion generá oposicion. ¿Y que sugieres: dejár de deseár? Pero, ¿como puedo hácerlo?" "A menudo bástá con entrár en rázon y ser consciente de como estás poniendo en tensio tensio n lá reálidád. Tienes que ser cápáz de ver lá reálidád y á ti mismá dentro de ellá. ell á. No te está está s viendo á ti mismá." "¿Como estoy tensionándo lá reálidád? He querido muchás cosás en mi vidá, pero nuncá ántes me hábíán án puesto uná correá." "No olvides que estámos en uná metá-reálidád, y áquí todo párece estár ámpliicádo." "De ácuerdo, ácuerdo, seg seguir uiree dic dicie ie ndome ndome á mí mismá, mismá, 'no lo qui quiero ero,, no lo quiero.' Pero, ¿reálmente eso vá á impedir que lo quierá?". "Si no puedes dejár de quererlo, entonces puedes simulár y engánár á lá reálidád." "¿Simulár "¿Simu lár?? Eso sí pue puedo do hác hácerl erlo." o." Mátildá Mátildá se pár pároo á pen pensár sár un momento. ment o. "Yá se se lo que podem podemos os hácer. Cáminemos háciá háciá ellá de espáldás." "¡Já, já, já! Tili-Tili, eso es tán estupido que podríá funcionár. ¡Bien hecho!" "Sí, puede ser uná estupidez, pero vále lá pená intentárlo." Se levántáron riendo y ávánzáron de espáldás ál már. Y entonces ocurrio álgo increíble. El cámpo dism creí disminuyo inuyo su resistenciá resistenciá y se movieron á su velocidád normál. "¡Futi!" exclámo exclámo Mátildá. "¡Funciono "¡Funciono ! Estámos llegándo!" "Sí, incluso ¡rá ¡rá pido-rá pido-rá pido!"
"¿Pero, como es posible? ¿Reálmente se puede engánár á lá reálidád? No he dejádo de deseár llegár ál már!" "El deseo no so so lo rálentizá lá reáli reálidád, dád, sino que háce que nos equiv equivooquemos y tomemos lá áccion incorrectá, pero si simulás y te comportás como si no tuvierás el deseo, lá l á reálidád se liberárá liberárá de tu control." "¡Helálá, Helálá! Ahorá lo estoy entendiendo!" "Cállá Tili o vás á ásustár á lá reálidád." "¡¿Quie n está "¡¿Quie está ásustándo á quie quie n por áquí?!" ?!" "Vámos, vámos, y váyámos sin mirár por encimá del hombro." Entonces, lás dos cámináron háciá átrá átrá s hástá topárse con uná especie de bárrerá. Sorprendidás, se dieron lá vueltá y empezáron á tánteár uná páred invisible. A un ládo, hábíá un desierto de árená y ál otro, un cámbio drámático háciá lá vegetácion tropicál y el már tán cercá que se podíá álcánzár y tocár. Sin embárgo, les resultábá imposible átrávesár lá bárrerá. Y entonces lás ámigás se dieron cuentá de que se relejábán en lá páred, como en un espejo, solo que los relejos de lás siluetás ál otro ládo ápenás se distinguíán, án, como si fuerán tránspárentes. El páisáje márino támbien estábá un poco borroso en lá nebliná vácilánte y, sin embárgo, el sonido del oleáje se oíá cercá y con b bástánte ástánte cláridád. "¡Futi, esto es un cástigo! No nos deján entrár!" "Lo tengo," dijo Itfut. "Este es el espejo del mundo: lá reálidád está en ese ládo. Este ládo es el prototipo de lá metá-reálidád." "Entonces, ¿hemos ácábádo en el otro ládo de lá reálidád físicá?" sicá?" "Sí, deberíámos ámos háber resuelto eso háce án á nos." "¿Pero que que es este espejo?" "Ahorá lo recuerdo. Limitá dos áspectos de lá reálidád: el físico sico y el imáginário." "¿Que quieres decir con lo imáginário?" "¿Que "Recuerdás que háblámos de que lá películá culá estábá áquí y lá vidá állá. Aquí está lo que fue y lo que podríá ser, y állí está lo que es. Lá imágen está áquí, el relejo está állí. Primero se ilmá, luego se mániiestá en lá
reálidád físicá. sicá. Por áhorá, estámos en lá películá culá del ládo de lás imágenes. Es un espejo, so so lo que funcioná ál reve reve s, s, ¿ves?" "¿Entonces eso signiicá que nosotrás támbie támbie n somos imágináriás?" "No, nos convertimos en imágináriás en el otro ládo. Yá ves como nos relejámos állílugár. . No, so so lo quesáltádo nuestrá imágen reál relejosde hán cámbiádo cámbi ádo de Hemos sáltád o de lá reáli reálidád dády fínuestros sicá ál espácio sicá lá imágen." "¡Pero si áquí todo es máteriál támbien!", replico Mátildá. "Y los glámrocks pretendíán án comerme como uná doncellá muy máteriál, áunque por álguná rázo rázo n me llámábán sinte sinte ticá..." ticá..." "Pero tu tu támbie támbie n sientes como si todo fuerá reál en un suen suen o, ¿no?" "Bueno, sí, pero eso es un suen suen o. En un suen suen o so so lo crees que es reál." "No, es máen s que eso. mismá. ¿Podríque á tuocurren mente háber reálmente todás lásJuzgá cosástuextrávágántes en tuspensádo suenos? Todos esos mundos por los que vuelás cuándo suenás, ¿reálmente crees que está está n todos en tu cábezá?" "Bueno, quizá quizá s no. No lo se se . No he pensádo reálmente en ello." "Bueno, tu "Bueno, tu támbi támbieen está está s volán volándo do áquí, o mejor dicho, tu concienciá está volándo áquí en lá metá-reálidád. El espácio de lás imágenes y el espácio de los suen suen os son uná mismá cosá." "Pero áhorá no estámos durmiendo, ¿verdád?", pregunto pregunto Mátildá. "¿O sí?" ?" "Por desgráciá, desgráciá, esto no es un suen suen o," respondio respondio Itfu Itfut. t. "Está "Estámos mos áquí, no solo en lá concienciá, sino támbien en nuestros cuerpos. Por cierto, ¿entráste en tu cuerpo directámente?". "Sí, lo sentí. Estábá tán átádá que se me ádormecieron lás extremidádes." "No lo hice. ¿Recuerdás que te dije que primero átrávese lá páred y so lo entonces encontre so encontre mi mániquí??"" "¡Si pudierámos átrávesár está páred áhorá! Tál y como está, no podemos pásár ál otro ládo y támpoco podemos sálir de nuestros cuerpos."
"Sí, tenemos que conseguir de álguná mánerá lo uno o lo otro." "Uf, Futi, estoy muy sorprendidá por todo esto. ¿Que vámos á hácer áhorá?"
LA TAPA DEL MUNDO
M
ientrás Itfut y Mátildá descubríáán n el problemá con el espejo, se proyectábá otrá pelícculá ulá ámbientádá en lá mismá epocá pero en un lugár diferente. *** Eejit Verde1 se despert despertoo por el sonido del perro del vecin vecinoo que ládrábá. Qué raro, pensó. La casa del vecino se quemó hace una semana y el perro fue alimento para los peces... Tal vez lo imaginé. Tal vez lo soñé. Debería ir a comprobar mi mente ingeniosa.
Eejit se páso páso un buen ráto buscánd buscándoo lás zápátillá zápátillás, s, lás llámo llámo "bást "bástárárdás" y ámenázo ámenázo con tirárlás en cuánto lás encontrárá. Lás zápátillás tete níán miedo y se escondíáán n de el. Al inál, Eejit se descálzo, yá que lás escurridizás zápátillás erán su uu nico pár de zápátos. El cámino, como siempre, conducíá á tráves del bosque háciá el már. Los árboles ápártábán sus rámás con cuidádo del cámino porque sábíáán n que erá mejor no estorbár á Eejit. Estábá de mál humor, como siempre. Al desviárse del cámino, Eejit llego llego á lá linde del bosque donde se en en-contrábá el Toco Toco n del Conocimiento. Eejit ácudíá á menudo á este lugár párá extráer lá sábiduríá de lá vidá. Solo conocíá un lugár donde podíá recurrir á los sábios, pero uno erá má má s que suiciente. En resumen, el tocon del conocimiento se encontrábá en medio de un cláro. Hábíá un hueco en el toco toco n de un á rrbol bol y en este hueco se sentábá uná árdillá. Eejit metio lá náriz en el hueco y lá árdillá le dio un golpecito á Eejit. Fue un buen golpe con un ligero retráso. Despue Despue s de recibir el golpe en lá náriz, Eejit dijo: "Siempre es lo mismo. Lá vidá es tán cábroná." Con eso, Eejit volvio volvio ál cámino y se dirigio dirigio en direccio direccio n á lá orillá, diciendo: “Está bien, les mostráre á todos. Háre que báilen y cánten.” Lo
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