(2018) La Sacerdotisa Itfut - Vadim Zeland

February 16, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Todo el mundo está viendo á Tufti. Todo el mundo lee á Tufti. Todo el mundo háblá de Tufti. Algunos gritán: "¡No soportámos á Tufti!" Otros gritán: "¡Queremos á Tufti!" Entonces, ¿Quie n es lá Sácerdotisá Itfut, que responde ál segundo nombre de Tufti? Tufti no es un personáje inventádo. Solíá existir y, en cierto sentido, sigue existiendo. Este libro describe lás increíb bles les áventurás de lá sácerdotisá y sus ámigos en lá metá-reálidád. Lo que állí ocurre no es del todo iccion. A decir verdád, no es iccion en ábsoluto. El lector tendrá que decidir por sí mismo drá  mismo cuá cuá nto deseá creer. Este libro no promete uná váritá mágicá y que ábsorberás los superpoderes de sus fábulosos personájes ál leerlo, pero puedes llevárte lás te te ccnicás nicás de Tufti, como yá hán hecho muchos otros.

 

Traducción de Joanna Dobson Diseño de la portada: Irina Novikova Fotógrafa: Maria Taykova Maquilladora: Galina Zhelenkova

Zeland V.

Lá Sácerdotisá Itfut. - SPB.: PG Ves, 2020. - 450 p.

Tema: Enseñanzas Esotéricas

ISBN 978-5-9573-3547-4

Todos los derechos reservádos. Ninguná párte de este libro puede ser utilizádá o reproducidá de ninguná mánerá sin el permiso escrito de los propietários del copyright. ISBN 978-5-9573-3547-4 © OJSC Ves Publishing Group, 2018.

 

 Advertencia al Lector: Lector:   En está tráduccio tráduccio n ál cáste cástelláno lláno me tome tome lá libertád de ir ágregándo notás,ycomentários de pistás y personáles referenciás ál ocultás eálgunos ncontrádás) en el texto otrás elucubráciones inál (y deencontrádás) cápí ttulos ulos precedidos por lá áclárácion (N. del T.). En lá edicion inglesá yá hábíá unás pocás notás ál pie, identiicádás solo con el numero de llámádá ál in de cádá cápíttulo, ulo, por lo que ignorámos si son notás áclárátoriás del Autor, del Editor o de lá l á tráductorá. A diferenciá del primer libro, más estructurádo y con resumenes y tecnicás detálládás, en los 50 cápítulos tulos y cási 400 páginás del áctuál el estilo es mucho más libre y novelesco, con muchos personájes y diálogos que, á su modo, complementá á “Tufti la Sacerdotisa” y no solo por tener un títtulo ulo que es uná imágen especulár del ánterior. En todo cáso, sugerimos tener en cuentá los textos en rojo rojo.. (el que avisa no es traidor...)

Si el/lá ámigo/á Lector/á tiene el irrefrenáble impulso de expresár sus reconocimientos, comentários, dudás, ácláráciones váriás, discusiones ácádemicás (bizántinás o no), improperios, ánonimos cobárdes y/o ámenázás, puede encontrárme en Telegram: T.me/El_árgento Buenás tárdes, El Traductor (no oicial) de esta versión.

 

Indice El Tiempo se Detiene Doncellá Sinte Sinte tticá icá Los Glámrocks

07 13 20

Lá Cábezá Muertá Letkájenkhá Ciudád Mániquí El Encuentro Pensámientos Aleátorios Los que Ven lá Reálidád El Primer Mándáto El Espejo Lá Tápá del Mundo

26 32 39 48 54 61 69 73 80

Reiná Brunhildá Representácio n Teátrál Representácio Segundo Nombre Desile de Entidádes Lá Expedicio Expedicio n de lá Tápá Enfermos de Amor Bestiá Peludá El Rápto de lá Doncellá Sálváje Bestiá y su Mujer

85 91 101 108 116 122 132 137 143

Cástigádo por el Amor Deteniendo el Suen Suen o Observádores y Personájes El Gátillo-Mánipuládor Lánzándo el Suen Suen o Lá Pequen Pequen á Reiná Rojá Háckeándo el Guio Guio n Yo Soy Yo Reálidád Cáleidoscopio

149 154 162 168 176 184 191 198 207

Iniciácio n Glámrock Iniciácio Preguntándo Dentro del Suen Sue no

217 226

 

Actuár Dentro del Suen Suen o Gátucillá ¿Sábes Quie Quie n Eres? Surreálidád El Escritor Loco

233 241 252 261 274

Metámorfosis Pásárelá de Mániquíeess Cárámillá-Márávillá Suen o y Despertár de Bestiá Suen Náturálezá Poco Cientíicá icá Reálidádes Anidádás Finciologistás El Otro Ládo de lá Reálidád Lá Trenzá de lá Intencio I ntencio n

285 293 305 317 324 333 340 352 358

Ciudád de Templos y Estátuás Cáminándo Bájo lá Tápá Lá Vidá Entre los Vivos So lo el Comienzo So

368 379 382 389

 

EL TIEMPO SE DETIENE

T

odo tuvo lugár en un pásádo lejáno, háce áproximádámente 100 millones de ános. Nádie sábe lá fechá exáctá, pero eso no importá.

Cuándo se trátá de ácontecimientos queelocurrieron háce tánto tiempo que es imposible concebir su lejáníá en tiempo, dejá de ser relevánte si tuvieron lugár háce eones o háce relátivámente poco tiempo. Cuándo álzámos lá vistá á lás estrellás, no tenemos en cuentá que su luz há tárdádo millones de ános en llegár hástá áquí. Párá nosotros, lás estrellás simplemente existen en el áquí y áhorá. Lo mismo ocurre con los ácontecimientos del pásádo, incluso los que se pierden en lás profundidádes de los milenios. En el momento en que se recuerdán, yá seá en lá memoriá o en lá nárrácio nárrácio n, es como si estuviesen áquí y  y áhorá. Aunque, en reálidád, no están del todo áquí áhorá mismo. ¿Hástá donde se extiende lá profundidád de los milenios? Lá tierrá y el már se extienden háciá ábájo, y el cielo se extiende háciá árribá, pero ¿en que direccio n vá el tiempo? ¿Y de do reccio do nde viene? El espácio es bástánte sencillo. Se ácercá por delánte y ácábá por detrás de nosotros. En lo que respectá ál tiempo, lás cosás son iguál de sencillás, ál menos hástá que se empiezá á pensár reálmente en ello: lo que yá sucedio se há ido y lo que está por suceder está por llegár. Pero, ¿á do do nde fue lo que páso p áso áyer y de do do nde viene lo que pásárá p ásárá mán mán áná? En cuánto se empiezá á intentár comprender lá náturálezá del tiempo, lás cosás se complicán mucho más. Cuándo te párás á pensár en ello, si no puedes decir á donde fue el áyer y de donde vendrá el mánáná, tienes que concluir que el áyer y el mánáná podrí án án no existir despues de todo y ver lá posibilidád de que so so lo existe el hoy — el e l Presente. Así, si el áyer yá no existe y el mánáná áun no há nácido, el tiempo no puede ser nádá en ábsoluto, yá que no vá á ninguná párte y no viene de ningun ládo. ¿Debemos ásumir entonces que el tiempo es simplemente uná nocion ábstráctá o que podríá no ser un fenomeno físico sico despues de todo?

 

El tiempo futuro es un concepto efímero. mero. El pásádo, sin embárgo, debe ser reál, entre otrás cosás porque lás excáváciones árqueologicás dán fe de su existenciá. Sin embárgo, los frágmentos de cerámicá y los restos humános no son más que otro presente obsoleto. Cuándo háblámos del pásádo, solemos referirnos á uná serie de ácontecimientos y, en este es: ¿donde están áhorá esos ácontecimientos? ¿Dosentido, ¿Do  nde está estálá  n preguntá álmácenádos? Por muy improbáble que suene, reálmente reálmente se puede ver el pásádo. El cielo estrelládo es uná pruebá visuál de ello. Vemos como lás estrellás se iluminán, brillán y se ápágán en el momento presente, por mucho que esos ácontecimientos háyán tenido lugár háce mucho tiempo. Cuándo Cuán do se trátá de lás estr estrellás, ellás, podemos podemos ver lo que ocurrio ocurrio en lá Tierrá háce millones de ános, ásí que, ¿debemos suponer que el pásádo se conservá en ráyos de luz y nádá más? Misterios como estos es mejor dejárlos á los ilosofos. Algunás cosás de lá vidá no están hechás párá ser explicádás. Es mejor contárlás en historiás... Y ásí, uná vez, sucedio sucedio álgo misterioso. El tiempo se congelo congelo y el mundo se detuvo. Hástá ese momento párticulár, todo hábíá tránscurrido con normálidád: uná dinástíá reál sustituíá á otrá, uná civilizácion seguíá á otrá y lás estátuás de los dioses olvidádos se llenáron de grietás y se veláron con cápás de árená... Lás cosás ibán y veníán, án, pero nádá se quedábá quieto. Aunque, ¿quien sábe? Tál vez no seá lá primerá vez que el tiempo se detiene y el Universo entrá en un estádo de limbo. Al in y ál cábo, si el tiempo se puso en márchá por uná rázon, tál vez háyá uná rázon párá que se detengá. Y lá propiá páusá podríá háber durádo un solo momento y támbien podríá háber durádo uná eternidád, porque sin movimiento no puede háber tiempo. Así que,  que, en ese momento ilimitádo de no-existenciá, en el que se suposupo níá que no ibá á pásár nádá, extránámente, hubo un lugár en el que sí páso álgo. páso

 

*** Lá sácerdotisá Itfut se páseábá por el ilimitádo desierto ázul háblándo consigo mismá. Uná igurá excentricá, de lá que erá imposible sáber á que páís o epocá pertenecíá o incluso que edád teníáá.. Podíá tener veinte án án os, pero támbie támbie n cuárentá. Llevábá un vestido de terciopelo negro, ázul oscuro, que le llegábá hástá los tobillos, con un cuello táchonádo de diámántes. En su máno izquierdá, llevábá un ánillo incrustádo con un cristál con el mismo brillo ázul oscuro. Su rostro estábá cubierto con pinturá rituál escárlátá, sus pomulos sálpicádos de mánchás bláncás. Teníá los ojos verdes y el pelo negro cortádo en formá de melená. ¿Que más se puede decir de ellá? A pesár de lá durezá de su áspecto, erá hermosá. Como erá cápáz de moverse por lá reálidád congeládá erá un misterio. De hecho, erá un misterio párá lá propiá sácerdotisá, yá que no teníá ni lá más remotá ideá de donde estábá, ni podíá recordár como hábíá ácábádo állí. "¡Oh, Dioses, gobernántes del mundo! Llevenme á cásá!" Lá protestá de Itfut se expreso expreso má má s como uná indignácio indignácio n cáprichosá que como un lámento impotente. "¿Donde están mis siervos, mis subditos? Si no se presentán áhorá mismo, ¡Ordenáre ¡Ordenáre que los decápiten á todos!" Estás pálábrás fueron pronunciádás probáblemente párá cáusár efecto, yá que lá sácerdotisá no teníá lá reputácion de ser uná gobernánte cruel o sánguináriá. "¡Cláro, si esto es uná bromá de mál gusto todos sufrirán por ello! Y creánme, ¡sufrirán!" Itfut estábá ágotádá pero áun teníá el espírritu itu de comportárse como uná princesá cáprichosá, ¡ál menos en álgunás circunstánciás! Hábíá que ádmitir que lá sácerdotisá teníá un corázo corázo n váliente. Cuálquier otrá personá que se encontrárá en su lugár yá se hábríá puesto histericá o hábríá cáíd doo en tránce, entre otrás cosás porque el páisáje erá espántosámente surreálistá. Por todás pártes, lás mismás y monotonás olás de árená ázul se extendíáán n hástá el horizonte. No hábíá el más mín nimo imo soplo de brisá en el áire. No hácíá frío ni cálor. El cie-

 

lo, que no teníá sol, brillábá con un resplándor ámárillo y, en contráste, lá árená erá ázul. "OK, está bien — ponte á pensár, ¿que es esto, un horror de pesádillá o uná horrible pesádillá?" Itfut teníá lá costumbre de repetirse á sí mismá. "Este tipo de cosás no deberíáán n pásárme á mí. ¡Yo soy lá que creá lás pesádillás y los horrores que hácen temblár á todos los demás! ¡Está es tu uu ltimá ádvertenciá! Si no me devuelven á mi templo en este instánte, me enfádáre enfádáre , ¡y yá sábes lo áterrádor que puede ser eso!" Itfut cáyo cáyo de rodillás en lá desesperácio desesperácio n. "Oh no, creo que voy á llorár." De repente, lá sácerdotisá se dio cuentá de que ápenás podíá recordár quien erá o de donde veníá. á. Vágos frágmentos de memoriá se enredábán en su mente. Recordábá que erá uná Sumá Sácerdotisá y gobernánte... teníá un templo, ministros, un Máestro, pero no podíá recordár los detálles. Ni siquierá podíá recordár su nombre. "¡Oh! Dioses, ¿Quie ¿Quie n soy yo?" Apenás háblo háblo , un susurro ápárecio ápárecio en el vácío moviendose de uná direccio n á otrá como un viento inquieto: reccio "¡Itfut, Itfut! ¡Sácerdotisá Itfut! ¡Sácerdotisá, ¡Sá cerdotisá, sácerdotisá!" "Que ráro, se párece á mi nombre y ál mismo tiempo no lo es...", murmuro lá sácerdoti muro sácerdotisá sá mientrás mirá mirábá bá á su álrededor en buscá del origen de lá voz. "¿Quie "¿Quie nrespondio está está áhí??"" el susurro. "¡Umbrál, Umbrál!", respondio "¿Umbrál de que que ??"" “Tiempo, tiempo!” "¿Do nde está "¿Do está ss?? Mue Mue sstráte!" tráte!" Pero el susurro se desvánecio desvánecio tán repentinámente como hábíá ápárecido y no respondio respondio . "Cierto..." suspi "Cierto..." suspiro ro Itfu Itfut, t, sin esperá esperárr respu respuestá. está. "Esto debe ser un mál sueno. O estoy á punto de despertár, o me estoy volviendo locá. De cuálquier mánerá, no puedo soportár má má s esto."

 

Entonces, recordo recordo de repente álgo que su Máestro le hábíá ensenádo: párá volver á lá reálidád desde un sueno tienes que ser consciente de quie n eres, de quie quie quie n eres reálmente. "Esá no soy yo," decláro lá sácerdotisá. "¡Está soy yo!" Pero el conjuro de lá sácer sácerdotis dotisáá no sirv sirvio io de nádá. No ocurrio ocurrio nádá. '¿Quie '¿Quie n soy yo? ¿Que pás ¿Que pásárá árá si nun nuncá cá me rec recuer uerdo do del tod todo?' o?',, pen penso so ell ellá. á. Inc Inclus lusoo el nombre que el susurro pronuncio no párecíá ser su verdádero nombre. '¿Y que que signiicá eso de que no párecíá reál?' "Entonces "Enton ces,, ¿qu ¿quee vámo vámoss á hác hácer, er, Itf Itfut? ut?", ", se pregun pregunto to lá sácerd sácerdoti otisá. sá. "Bien, me llámo Itfut, me llámo Itfut. ¿Y áhorá que? No tiene sentido seguir cáminándo. Solo háy árená y nádá más que árená hástá donde álcánzá lá vistá. Esperá un momento. ¿Que ¿Que má má s dijo el Máestro?" El recuerdo fresco dio á lá sácerdotisá un átisbo de esperánzá. 'Despiertá en el suen suen o y podrá podrá s tomár el control del mismo. Párá P árá ello tienes que observár con muchá átencion todo lo que te rodeá y luego preguntárte si todo es como deberíá ser, o si álgo está mál, y si es ásí, que es exáctámente. Aprende á ver tu reálidád.’ "No, todo está mál en mí y en mi entorno. ¡Todo está mál! ¿Y que háy que ver áquí, excepto lá árená? Y, por cierto, ¿por que es ázul?". Se sento y empezo á verter lá árená de uná máno á otrá. "Arená, esto no es árená. ¡Lá árená es árená!", dijo trátándo de ver lá esenciá inusuál en lás cosás ordináriás como su Máestro le enseno. "¿Que tiene de inusuál, ápárte del color? Está formádá por grános y se vierte como árená." En ese momento, lá árená frent frentee á lá sácerdoti sácerdotisá sá comenzo comenzo á elevárse como el humo convirtie convirtie ndose ndose en un enorme vo vo rtice y cárgándo háciá el cielo. Lá sácerdotisá grito grito ánte el áterrádor espectá espectá culo e intento intento huir, pero fue inutil. Allá donde corríá, lá espirál de árená ápárecíá frente á ellá. Los zápátos que llevábá Itfut no erán áptos párá correr, por lo que tropezo y cáyo tropezo cáyo .

 

Lá sácerdotisá estábá cási ál borde de uná grán desesperácio desesperácio n, pero se recompuso y consiguio cálmárse un poco, diciendose á sí mismá que, ál menos, el torbellino no le hácíá ningu ningu n dán dán o. "Bien, bien. Ahorá estoy reálmente ásustádá; no podrí á estár más ásustádá. Así que, si lás cosás no pueden empeorár, entonces es bueno — están á punto de mejorár. Pero, en serio, yá he tenido suiciente con todo esto. Mi miedo está áhorá sepárádo de mí, y yo estoy sepárádá sepárádá de e ll.. Yá no quiero estár con ee ll.. Me voy y dejo mi miedo en mis zápátos. z ápátos. De todos modos, no son buenos áquí. Fuerá, fuerá, álejáte de mí.."" Lá sácerdotisá se quito quito los zápátos y los árrojo árrojo directámente ál torbellino. "Yá está está . Me fuí  yy deje mi miedo áquí." ." Los zápátos desápárecieron en el torbellino que se retorcíá con más fuerzá áhorá con un rugido creciente. 'Esto es málo,' penso Itfut. 'Tengo que tomár medidás más eicáces, de lo contrário esto no vá á terminár bien.' “Bien, Itfut, Itfut, sácerdotisá, sácerdotisá, necesitás ver está málditá reálidád, descubrir que es, o este es el inál. Esto no es solo árená y eso no es solo un viejo torbellino. ¿Que es? ¡Piensá, rápido, rápido áhorá, dáte prisá, dáte prisá! Y entonces cáyo cáyo en lá cuentá. "¡Es un reloj de árená!", exclámo. "¡Es un reloj de árená! Te veo, ¡reálidád diábo diábo licá!" En ese momen momento, to, el torbe torbellin llinoo dejo dejo de girár, el rugi rugido do fue sust sustitui ituido do por un tint tintineo ineo vidrio vidrioso so y el gigántesco embudo se estrello estrello contrá contrá el suelo.. Lá árená ádquir suelo ádquirio io un color ámárillo náturá náturál,l, y el cielo volvio volvio á brillár en ázul. El sol erá lo unico que fáltábá en el cielo.

 

DONCELLA SINTÉTICA

E

n el mismo tiempo pero en otrá epocá y en otro lugár... ¿Como es posible que álgo este ‘en el mismo tiempo pero en otrá epocá’? - lo explicáremos más ádelánte. El movimiento en el tiempo y el espácio no siempre es lineál, ál menos dentro de los límites mites de lo que se puede ver y com compre prende nder. r. Y el hecho de que álgo est estee má má s áll álláá de los límites mites de nuestrá comprensio comprensio n no signiicá que no existá. Párá pásár del punto en el tiempo y el espácio en el que dejámos á lá sácerdotisá Itfut ál nuevo lugár de áccion, el observádor debe emprender un viáje bástánte eláborádo. Imáginá que estás volándo por el cielo. Itfut se tránsformá de uná igurá en lá árená á uná pequená mánchá. Lá tierrá párece álejárse cádá vez más hástá párecerse á lás líneás neás de un mápá, y te elevás cádá vez más hástá que, inálmente, el ázul del cielo es sustituido por el negro del cosmos. Ahorá está está s volán volándo do á tráve tráve s del ábism ábismoo negr negro, o, pero no está está oscur oscuroo debido á lás estrellás y lá Tierrá sigue siendo visible como uná bolá ázul que se álejá en lá distánciá. Y pronto lá Tierrá no es más que un punto y tu movimiento yá no es visible. Llegá un momento en que te quedás congeládo en está posicion, rodeádo de estrellás en lá negrurá, nádá má má s que estrellás. Entonces, uná de esás estrellás se tránsformá de repente en un tubo. Te árrástrá ál interior de un tunel resplándeciente, árrástrándote á tráves de el duránte lo que párece un ininito y, ál mismo tiempo, viájás á uná velocidád increíble. ble. Finálmente, lá velocidád disminuye, eres empujádo fuerá del otro extremo del tubo y de nuevo te encuentrás lotándo en el espácio negro lleno de estrellás. Uná de lás estrellás empiezá á áumentár de támáno y te dás cuentá de que yá y á no está está s colgádo, sino que te está está s moviendo. Entonces lá estrellá se tránsformá bolá queázul. se expánde gráduálmente ánte ti hástá convertirse en en uná un plánetá Es lá Tierrá,

 

pero en uná epocá diferente. Entrás en lá átmosferá terrestre y lá negrurá es sustituidá por el ázul; es como si te áhogárás, cáyendo entre lás nubes. Te encuentrás lotándo en uná nieblá gris duránte un ráto ántes de volver á sumergirte en lá oscuridád, porque, en está epocá, el sol yá se há puesto. Abájo puedes ver lás luces de lá ciudád de noche. El ávion desciende ácercá ndose cádá vez má ácercá má s á lás luces párpádeántes. Atráviesás áutopistás con coches que pásán á todá velocidád, plázás llenás de gente, rí os, os, puentes, bloques de ápártámentos luminosos, cásás, hástá que inálmente te lánzás por uná ventáná cuálquierá. Ahorá podemos decir que es el mismo tiempo solo que estámos en uná epocá diferente y en un lugár distinto, concretámente en un teátro, en el que se está rodándo uná pelícculá ulá del musicál 'Páyáso Acábádo'. ¿Por que un páyáso y en que sentido ‘ácábádo’? ¿Acábádo en el sentido de fállecido o ácábádo en el sentido de desesperádo, incorregible, ácábádo? El equipo de rodáje no párecíá sáber nádá de eso, yá que todávíá estábán en el llámádo ‘proceso creátivo’. El áuditorio estábá sumergido en lá penumbrá. Lás pertenenciás y los ábrigos ábándonádos yácíáán n tirádos sobre lás sillás. Un punádo de personás estábán sentádás en el áuditorio, uná dormitándo y otrá mirándo el escenário brillántemente iluminádo, donde los tipos del teátro se ápresurábán ápres urábán á prepá prepárárse rárse párá un ensáyo. El escen escenário ário estábá montádo como un tránsformádor semicilín ndrico drico con imágenes y efectos de iluminácio n proyectádos en el suelo y lás páredes. iluminácio El director estábá de pie en el centro del escenário, uná igurá emocionádá que máldecíá sálvájemente. "No servirá. ¡Ninguno de ustedes servirá! ¿Estámos rodándo un musicál o un funerál? ¡Pierdánse, tontos! ¡Pierdánse! Vuelván diferentes." El director direc tor no se molesto molesto en explicár que que querí queríá decir con esto y de que mánerá debíán án volver diferentes. diferentes. Pero los miemb miembros ros del equip equipoo de ro ro-dáje, uná multitud váriopintá vestidá de puntá en blánco, no ibán á quedárse párá áveriguárlo y huyeron en todás direcciones.

 

"Bien, ¿donde está mi divá? Ellá es lá unicá que me inspirá. ¡Tráeme á mi divá! Máx, ¿tárdárá ¿tárdárá mucho?", pregunto pregunto dirigie dirigie ndose ndose á su operádor. "Ve y áverígguálo." uálo." El operádor corrio corrio detrá detrá s de lás álás y regr regreso eso rá rá pidámente. pidámente. Máx erá un joven tártámudo y teníá lá costumbre de tomárse mucho tiempo párá prepárárse ántes de decir álgo: "Vícctor, tor, nos-otros... Nos-otros..." "¿Nosotros que? Quienes somos y que somos es uná cuestion ilosoicá complejá. Sue Sue lltálo." tálo." "Mátildá está está siendo difíccil il de nuevo." Máx logro logro decir inálmente. "¡Solo tráelá áquí!!"" grito Vícctor tor (ásí llámábán ál director) con voz intimidánte. "¡Vícctor!" tor!" Lá voz de uná mujer se esc escuch uchoo det detrá rá s de lás álás. "¡Aqu "¡Aquíí está ellá, áquí estoy!" Seguidá de lá voz ápárecio está ápárecio lá propiá mujer. Al instánte dio lá impresion de ser uná personá muy excentricá, vestidá como estábá con un conjunto verde oscuro y enormes plátáformás rosás, ádemás de llevár uná melená ázul cláro sálpicádá de mechás morádás. Se podríá decir que erá uná ‘rubiá ázuládá.’ "¡Ven áquí, Tili, mi queridá, mi ángel!" Vícctor tor se ácerco ácerco á lá exce exce ntricá ntricá mujer ábriendo los brázos. "Bien, dáte lá vueltá. ¡Que guápá estás!" y cámbiándo bruscámente el tono de su voz, dijo: "¡Que háces áquí todáví"No á sinquiero máquillár! Vuelve ál vestuário, rá rá pido." hácerlo. Se tárdá tá-án-to-o-o". Mátildá tení á lá costumbre de álárgár sus vocáles. "¡De todos modos, so s olo es un ensáyo!" "Soy yo quien decide si es un ensáyo o uná tomá. Sál de mi vistá!" "¡Quiero un dulce! Me prometiste cerezás recubiertás de chocoláte." "Que e..." tártámudeo "Que tártámudeo Máx, trátándo de unirse á lá chárlá. "E, e..." "¿Dices que tengo un hermoso que que ? Apu Apu ráte." "Que eleccion más bánál — ¡cerezás recubiertás de chocoláte!", dijo Máx, consiguiendo por in terminár lá fráse. "¡Oooh, pero yo quiero un poco!"

 

"Divá, yá conoces lás reglás. Si no háces uná tomá, no tendrás uná golosiná," losi ná," dijo Víctor. ctor. "Házlo, y tendrá tendrás tu golosiná. ¡Ahorá pie pie rdánse rdánse todos! No, esperá, vámos á ensáyár tu reverenciá de nuevo." Mátildá se hizo á un ládo y reálizo reálizo uná reverenciá áfectádá. "¡Oh, que vulgár!", grito Vícctor. tor. "Vámos, otrá vez. Házlo como te ensen áron, lás mános ál pecho y... nonoáluná pecho, ál pecho, ¡y con con dignidád! ¡Debe ser ligerá, bufonádá! ¿Que voysentimiento, á hácer con ellá? ¡Eso es, sál de áquí, monstruo, o te dispáráre dispáráre yo mismo!" Mátild Mát ildáá se giro giro sob sobre re sus sus plát plátáfo áformá rmáss y estuvo estuvo á pun punto to de sálir sálir corriendo. "¡No! ¡Detente! ¡Tili, queridá! Vuelve áquí." ." Mátildá se giro giro de nuevo y espero espero expectánte. “A veces, dices álgo, sálido de lá bocá de un bebe. En serio, ¿cuál seríá el mejor báile párá usár en está tomá, cálle o cásá? "Se necesitá un Twist. El Twist es lo que háce h áce fáltá," respondio respondio lá divá. "¿Que , que "¿Que que , que que ? ¿Por que que ??"" "Porque todo tu go-gó y R&B ápestá totálmente. Es ántiguo." "¿Que? ¿Que? ¿Que quieres decir con ántiguo, es dánzá contemporáneá." "¡Porque es todo tán áburrido! Aburrido - ¡por eso!" "Bien, grán explicácio explicácio n. ¿Pero por que que Twist? Eso es retro." "Lo nuevo es lo viejo olvidádo. Puedes hácer uná nuevá modá de cuálquier cosá que háyá sido olvidádá." "Eso es u... u... Eso es uná ideá," dijo Máx. "Estoy de ácuerdo. Deberíámos ámos probárlo," dijo Vícctor. tor. "Ok, ve á máquillárte, háy uná chicá inteligente." "¡Soy inteligente inteligente con o sin máquilláje!" máquilláje!" replico replico Máti Mátildá ldá y corrio corrio trás bástidores con un álegre sálto. Vícctor tor le hizo uná sen sen á á lá encárgád encárgádáá del vestuá vestuário rio y le susurro susurro álgo ál oíd do, o, trás lo cuál ellá desápárecio desápárecio . "Bien, áhorá el resto de ustedes, retrásádos sin tálento, mírrense ense bien y ásumán rápidámente un estádo de genio. Vámos, vámos, ¡yá veo que empiezán empi ezán á brill brillár! ár! ¡Máx, tu tu y los demá demá s cerebros de pá pá járo! Tenemos Tenemos

 

que decidir lá musicá y los efectos. ¡Tiempo, tiempo! ¡Se nos ácábá el tiempo! Avíssenme enme en cuánto Mátildá este este listá." El escenário volvio volvio á ser un torbellino de prepárátivos ruidosos. Despues de un tiempo que, como siempre, 'fue y no fue,' Vícctor tor comenzo á dár indicáciones. "¡Bien, todo listo! Máx, ¿donde está Mátildá? Ah, áquí viene, feliz y rádiánte." Mátildá erá un espectáculo impresionánte. Además de su pelo color turquesá, su cárá estábá cubiertá de pinturá fáciál ázul y sus ojos estábán máquilládos párá que no hubierá dudá, que erá uná divá totál. "¡Bien, vámos! ¡Ven áquí, queridá! Dá uná vueltá!" Vícctor tor le hizo uná sená á lá vestuáristá, que sosteníá un enorme mono rosá, de esos que lás mujeres solíáán n llevár en lá espáldá de los vestidos ántiguos. "¡So lo un segundo! Vámos á ádornárte un poco." "¡So Apenás álcánzo álcánzo á ver el mon mon o, Mátildá sálto sálto háciá átrá átrá s ágitándo ágitándo lás mános. "¡No, no! ¿Está ¿Está s locá?" "¡No entiendes! Mírrálo. álo. Es enorme, rosá y hermoso!" dijo Ví cctor tor ádmirándo su invento. "Háce juego con el color de tus zápátos. Es perfecto!" "¡No voy á llevár esá... cosá llámátivá!" "Pero vámos á báilár el Twist. Ahorá tendrá tendrá s álgo que dárle vueltás." "¡Apestá! ¿Que ¿Que soy, uná mun mun ecá?" "¡Cláro! Eres mi mun mun ecá viviente!" "Quedáte quietá," Sin prestár átencion á los gemidos de lá divá, lá encárgádá del vestuário sujeto sujeto el mon mon o ál cinturo cinturo n justo por encimá de su trásero. Los otros áctores rodeáron á Mátildá, trátándo de cálmárlá. "¡No te preocupes Mátildá, te quedá muy bien!" "¡Se ve muy interesánte!" "¡Es fántá fántá sstico!" tico!" "¡Grándioso!" Finálmente, lográron convencerlá.

 

"¡Tili, corázon, estás muy, muy márávillosá!" dijo Víctor, ctor, áun trátándo de convencerlá. "¿Muy, su su per-muy?" "Sí, sí. Y tu tu eres tán inteligente!" "¿Que es lo que quieres de m "¿Que míí  áhorá?" áhorá?" "Tenemos un pequeníssimo imo problemá. No podemos decidir los efectos especiáles párá el suelo y lás páredes. Nádá es del todo correcto. ¿Alguná ideá?" A pesár de que lá divá dábá lá impresion de ser frí volá volá por náturálezá, teníá uná mente extráordináriá y veíá muchás cosás desde su propio y u nico punto de vistá, demásiádás á veces. "No háce fáltá ning ningu un efecto especiál especiál.. Bástá con tener un suelo de es es-pejo y hácer que lás páredes seán támbien espejos. Dárán un relejo de todo el grupo de báile..." "¡Támbie n tu mon "¡Támbie mon o!" "Bástá. No erá eso lo que queríá decir. Si todo está en los espejos, podríá pásár álgo interesánte." "Ok, lo intentáremos. Máx, pon en márchá el tránsformádor, vámos á convertir todo el escenário en un espejo." "¿A... T-Todo?" "Sí. El suelo, lás páredes, todo. Ok, átencio átencio n gente, ¡á sus puestos!" dijo Víctor volviendose háciá los demás. "¿Listos? Málábáristás, ácrobátás, ¡vámos! Mu Mu sicá, ¡vámos! Cá Cá márás, ¡vámos!" Y en ese momento momento,, lá ántes cáo cáo ticá y ábigár ábigárrádá rádá multi multitud tud se unio unio de repente tránsformádá, moviendose con suávidád y estilo, como si lá escená hubierá sido ensáyádá mil veces ántes. Y, por supuesto, lá divá estábá en el centro de lá l á áccio áccio n, háciendo girár su mon mon o con encánto. Lá-lá, lálálálá-lá, lálálálá-lá, lálálá. Si nuncá hás estádo En nuestrá brillánte ciudád Nuncá son son áste hástá el ámánecer Sobre el río del átárdecer, Si nuncá hás páseádo con ámigos

 

Por lás vástás ávenidás Nuncá hás visto Lá mejor ciudád del mundo. Tá-tádá-tádá-dá! Lá cáncio cáncio n zárpá y mi corázo corázo n cántá, 1

Estás pálábrás son sobre tí, Moscu Moscu ... En ese momento, todos los espejos párecieron brillár simultáneámente y Mátildá, á quien lá cá cá márá enfocábá, se ilumino ilumino con un destello de luz bri brillá llánte nte.. Sig Siguio uio mov movie ie n ndose dose ál rit ritmo mo de lá mu mu sic sicáá mient mientrás rás uná nieblá verde lá envolvíá por todás pártes. Atonitá, ellá dejo de báilár. Lá nieblá se disipo disipo rá rá pidámente, pero el espácio que lá l á rodeábá se lleno lleno de un espejismo de árená ázul y cielo ámárillo. Lá vistá de Mátildá párecio ápágárse. Estábá solá en el interior del espejismo, que lá átrávesábá lentámente. Podíá oír lá musicá que sonábá en álgun lugár en lá distánciá. Entonces el espejismo se disolvio disolvio y en su lugár, lá divá se vio rodeádá de igurás grises, que se movíáán n como si báilárán lá mismá dánzá que se estábá representándo en el escenário hácíá unos momentos. Lás igurás estábán vestidás con tunicás grises, sin formá y con cápuchá, y sus rostros erán oscuros y borrosos. Lá mu mu sicá se desvánecio desvánecio y fue sustituidá por un timbre vidrioso. Lás igurás se congeláron y miráron perper plejás á Mátildá. Ellá les devolvio devolvio lá mirádá con horror. *** Sáliendo Sálie ndogritándo. de su estupor, lás igurás igurás grises se ábálánzáron ábálánzáron sobre lá pobre chicá "¡Doncellá sinte sinte tticá! icá! ¡Doncellá sinte sinte tticá!" icá!" "¡Come’ áquí! Come’ áquí!!"" Lás piernás piernás de Mátil Mátildá dá se doblár dobláron on y se desmáyo desmáyo ántes de que lás igurás tuvierán tiempo de ábálánzárse.

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Cáncion "Lá mejor ciudád del mundo," musicá de A. Bábádzhányán, letrá, L. Derbenev

 

 

LOS GLAMROCKS

M

átildá recu átildá recupero pero lá conscien conscienciá ciá y se encontro encontro átádá á un poste. Más que átádá, estábá irmemente átádá con correás de cuero crudo, con lás piernás colgándo por encimá del suelo. Lás igurás de lás tunicás grises con cápuchá rodeábán el poste en formá de ánillo y murmurábán uná especie de mántrá. Máná-vedá, máná-sáná, máná-uná, máná-máná. Máná-omá, átá-máná, máná-okhá, máná-dáná. De vez en cuándo se deteníáán, n, se volvíáán n háciá el centro del círrculo culo y gritábán. "¡Doncellá sinteticá! Come’ áquí!!"" Luego reánudábán su siniestrá dánzá en círculo. “Máná-ogá, mákhá-máná, máná-oshá, máná-sháná.” El terreno álrededor del poste erá desertico y pedregoso. No muy lejos del pilár árdíá uná grán hoguerá y, un poco más lejos, Mátildá podíá distinguir ediicios de áspecto primitivo. El cielo brillábá con uná luz tenue y gris, pero no hábíá sol. Lá imágen generál erá completámente incolorá, como uná películá culá en blánco y negro. Sobre este fondo, lá vívviidá igurá de Mátildá párecíá un extráterrestre de álgun mundo lejáno. Como recordárá el lector, Mátildá teníá el pelo turquesá y lá cárá pintádá de ázul y llevábá un conjunto verde oscuro, plátáformás rosás y un mono del mismo color pegádo á lá párte bájá de lá espáldá. Lá desáfortunádá divá estábá en estádo de shock. No podí á entender do nde estábá ni que do que estáb estábáá pásánd pásándo. o. Incl Incluso uso lá experi experimentá mentádá dá sácerdotisá Itfut hábríá pálidecido, sin dudá, ál encontrárse en semejánte situácion. ¿Que debíá sentir lá pobre pobre,, ácos ácostumbr tumbrádá ádá á los mimos, lás comodidádes del hogár y lá ádorácion universál? En otrás circunstánciás, se hábríá quejádo á su mánerá hábituál: "¡Todo es horrible, muy, muy ho-o-rrible!" Pero no erá el momento de ser cáprichosá. Por álguná rázon solo hábíá un pensámiento que pásábá por su mente en ese momento y, curiosámente, ese pensámiento erá "áhorá mi mono se áplás-

 

tárá." Esto erá muy extráno teniendo en cuentá lo que le hábíá sucedido y lo que le esperábá áhorá. Mientrás tánto, los sálvájes, que hábíáán n pásádo mucho tiempo en círr-culo murmurándo, comenzáron á discutir entre ellos sobre que hácer á continuácio n con su cáutivá. Algunos gritáron: "¡Vámos á f’ei’lá!" continuácio Otros, "¡No, coce’lá áquí!!"" Párecíá que no podíáán n pronunciár lá letrá "r", o que no queríáán n hácerlo, porque no solo háblábán con uná "r" uvulár, sino que se trágábán el sonido. Lejos de ser co co mico, esto creábá un efecto espeluznánte. Siguieron discutiendo ácurrucádos en un grupo ántes de dividirse en dos grupos que empezáron á gritárse el uno ál otro. “¡F’ei’lá!” “¡Coce’lá!” Lá discusio discusio n ácábo ácábo convirtie convirtie n ndose dose en uná peleá desordenádá. Los sálvájes (o quienesquierá que fuesen, yá que sus rostros erán todos iguáles, grises, sin ge ge n nero, ero, sin vidá y con áspecto de cerá), no lucháluchá bán por lá vidá sino por lá muerte. No teníáán n ármás, pero utilizábán lás piedrás que teníán án á sus pies. Pronto dejáron de estár de pie y se revolcáron cár on en el pol polvo vo háci háciend endoo jir jirone oness sus ropás ropás.. Result Resultoo que no ten tenííán án pelo. Mátildá observo observo el sálváje popurrí con horror y comprendio comprendio que áunque se mátárán todos, átádá ál poste sin poder mover los brázos ni lás piernás, no teníá ninguná posibilidád. Quiso gritár, pero teníá un nudo en lá gárgántá y, de todos modos, ¿que sentido teníá? á? No hábíá nádie má s de quien esperár áyudá. Esto no erá un suen má suen o. Quien sábe cuánto tiempo hábríá continuádo el cáos sin sentido de no ser por un sonido potente y profundo como el de uná trompetá. Como si se hubierán despertádo, los insensibles grises se levántáron de málá gáná y, támbáleándose todávíá un poco, consiguieron colocárse en círr-culo álrededor del poste. Sucios, con lá ropá hechá jirones, volvieron á zápáteár oenmántrás. lá mismá dánzá circulár, murmurándo lo que podríáán n ser hechizos

 

Más tárde, como si se trátárá de uná senál, se detuvieron, se volvieron háciá el centro del círculo rculo y gritáron áirádámente en uná solá voz, como si se hubiesen puesto de ácuerdo. á cuerdo. “¡Coce’lá áquí!!”” Y hábiendo pronunciádo estás pálábrás ál uníssono, ono, comen comenzáron záron á correr de un ládo á otro. Algunos árrojáron troncos á lás llámás del fuego. Otross árrástrá Otro árrástráron ron un enorme cáldero que ápárecio ápárecio de lá nádá. Un tercer grupo se ácerc ácercoo de un sálto á Máti Mátildá, ldá, mostrá mostrá ndole sus lenguás y mirándolá ijámente, moviendo lá cábezá y murmurándo. Agitáron y murmuráron y luego gritáron. "¡Doncellá sinteticá!" Todos lás demás se unieron unánimemente. "¡Come’lá áquí! Come’lá áquí!!"" Luego, murmurándo, ensenándo los dientes y sácándo lá lenguá, desátáron á su víctimá y lá árrástráron á rrástráron háciá el fuego. Erá uná escená reálmente surreálistá. Nádá párecido podríá ocurrir en lá reálidád. Uná chicá con áspecto de munecá y un mono rosá... trátádá con tán málá intencion... No, todo erá demásiádo irreál. Y sin embárgo, estábá sucediendo reálmente. En ese momento, Mátildá, que segundos ántes estábá muertá de miedo, recupero recupero de repente el control de sí mismá, como le ocurre á veces á uná personá que, condenádá á muerte, inálmente no tiene nádá que perder y se dá cuentá de que lás cosás no pueden ir peor. Háciendo ácopio de todás sus fuerzás, Mátildá comenzo comenzo á gritár. "¡Lá rguense, tontos! Quiten lás suciás mános de mi mon "¡Lá mon o." Grito instintiváment instintivámentee sin entender por p or que que debíá gritár esás fráses esGrito pecíicámente icámente o por que debíá preocupárse por uná cosá tán insigniicánte, cuándo estábá á punto de respirár su ultimo áliento. Lo unico que sintio fue un intenso deseo de que lá dejárán en páz. Támbien noto que este deseo ibá ácompánádo de uná sensácion de cánsáncio inusuál en lá zoná de lá espáldá bájá. Yá fuerá que lá sensácio sensácio n surgierá á cáusá del mono o por álguná otrá rázon, Mátildá fue repentinámente consciente gris. de que lá sensácion le dábá un poder inexplicáble sobre lá rázá

 

Se detuvieron en seco y lá miráron con totál ásombro. Ellá se libero libero de sus gárrás e incluso consiguio consiguio ápártár á álgunos de ellos. Sábíá intuitivámente que no debíá huir, ásí que se quedo quedo inmo inmo vil á lá esperá de lo que pudierá ocurrir á continuácion. ‘Todo menos correr,’ penso lá divá, que estábá prepárádá párá lo que pudierá ocurrir á continuácion, experimentándo lá mismá sensácio sensácio n de cánsáncio en su espáldá. "¡Ale jjense "¡Ale ense de mí, monstruos!" Efectivámente, los monstruos empezáron á retroceder, emitiendo sonidos de ásombro. "¿Dijo lá let’á?" "¿Tiene pe’miso?" "¿Es ellá máná?" "¿Está llená?" "¿Está "¡Ellá puede deci’ lá let’á!" Los grises se ácurrucáron susurrándo de vez en cuándo lánzándo mirádás á lá divá que intentábá como podíá ádoptár uná posturá de orgullo y dignidád. Luego, se reunieron en torno á Mátildá, áunque mánteniendo uná distánciá prudente. Uno de ellos dio un páso ádelánte y pregunto : "¿Quie pregunto "¿Quie n eres?". Mátildá respo Mátildá respondio ndio con má má s cálm cálmá, á, compr comprendi endiendo endo que lá ámenázá ámenázá inmediátá hábíá pásádo, ál menos por áhorá. "¡Soy uná divá-á-á glámorosá! ¿Y quie quie nes nes son ustedes, monstruos?". Entonces se detuvo en seco, como si olvidárá por un momento donde estábá, y todo lo relácionádo con los monstruos, á los que probáblemente no deberíá insultár teniendo en cuentá que cási lá hábíáán n hervido vivá. ¿Do ¿Do nde estoy?" fue lá grán preguntá que siguio siguio náturálmente. Los monstruos, mientrás tánto, no prestáron átencion y comenzáron á gritár de nuevo. "¡Lá Doncellá sinte sinte ticá!" ticá!" "¡Ellá puede deci’ lá let’á!" "¿Por que que me llámán doncellá sinte sinte tticá?", icá?", pregunto pregunto Mátildá.

 

Intercámbiáron mirádás en silencio. Lá preguntá clárámente los confundio. "No lo sábemos." "Ok, ¿y quie quie n eres tu tu ?" "¡Nosot’os los glám’ocks!" Los grises clámábán y se interrumpíáán n unos á otros. "¡Nosot’os leemos tonte’íáás! s! ¡No se nos pe’mite lee’ lás l ás let’ás! ¡Es ábu ábu ! Es ábu ábu !" s." "Yá veo," dijo Mátildá. "Son "So n glámrocks 1  y leen tonteríáás." "¡Llená! Llená!" Gritáron ruidosámente. "¡Ellá puede deci’ nuest’o nomb’e! Ellá puede!" Al párecer, lá cápácidád de lá forásterá párá pronunciár libremente lá letrá "r" y no experimentár ninguná consecuenciá terrible como resultádo hábíá cáusádo uná grán impresion en los sálvájes. Los grises volvieron vier on á disc discutir utir entre ellos ellos,, trás lo cuál, uno de ellos se ádelán ádelánto to con uná preguntá. “E’es máná?” "Soy Mátildá, ¿entiendes?", dijo lá divá. “Máná-tidá! Máná-tidá!” gritáron los glámrocks. Lá respuestá de Mátildá hizo que volvierán á emocionárse terriblemente. "¿Por que que no pronuncián lá letrá?", pregunto pregunto . "¡No se nos pe’mite pe’mite!! ¡No está está pe’mi pe’mitido! tido! Es ábu ábu !", gritáro gritáron. n. "¡Vámos á chocá’!" "Pero yo pronuncio lá letrá y no choco." "¡Tu Máná! ¡Máná-tidá!" "¡Tu "¡Yá ves! Y tu tu querí queríás ás prepárárme y comerme. ¿Sábes lo que hábríá pásádo si lo hubierás hecho?" Mátildá empezábá á vivir en el pápel que se le hábíá ásignádo. "¡Hábríá hábido un choque totál!" Al oír estás pálábrás, los desgráciádos lánzáron un áullido clárámente lleno de temor reverenciál. "¿Quie n les ensen "¿Quie ensen o á leer tonteríáás? s? ¿Y párá que que lo necesitán?" "¡El Glámo′c nos enseno! ¡Máná-glámo'c! ¡Theáh! Theáh!" Los grises comenzáron á gesticulár de formá ánimádá y á senálár en direccion á los ediicios.

 

"Tenemos que lee’ tonte’íáás, s, párá está’ llenos. No debemos deci’ lá let’á. No podemos peleá’. No podemos come’nos los unos á los ot’os. ¡Esto es ábu ábu ! Tenemos que lee’ tonte’íáás." s." "Cláro, ¿pero se te permite comerme?" "No de los nuest’os. No uná de los nosot’os." "¡Eso no es cierto. Soy uná de ustedes!", dijo Mátildá, pensándo en sus pies. En situáciones como está, tiende á pensár en sus pies bástánte bien. "¡Soy tu máná!" Antes de que los glámrocks tuvierán tiempo de reáccionár, el mismo ruidoo de trom ruid trompetá petá sono sono desde lejos. El sonido erá eviden evidentemen temente te uná especie de senál párá ellos porque los sálvájes se álármáron y empezáron á gritár. "¡Ság’ádo hlevjun! ¡Debemos llevá’ áquí  ál ál ság’ádo hlevjun!" "¿Que hlevjun es ese?" pregunto "¿Que pregunto Mátildá. "¡El glámo′c está está áhí! ¡Máná-glámo'c! ¡Te most’á’emos! ¡Vámos!" Mátildá Mátil dá quedo quedo presá de lá ánsi ánsiedád. edád. Si este glámorc glámorc erá su líd der, er, entonces bien podríá tener sus propiás ideás sobre quien erá o no el verdádero máná. Y entonces el proceso de cocinár y posteriormente comer á lá doncellá sinte sinte tticá icá podríá reánudárse con renovádo ápetito. Lá divá no teníá eleccion. No teníá lá menor ideá de háciá donde podíá correr. Teníá que ir con ellos. Así que todá lá comit comitivá ivá pártio pártio en direccio n á los ediicios. cio

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(N. del T.)  Nota para Millenials: Se llámá “Glámrock,” o Rock “Glám,” á un sub-

genero del rock oriundo del Reino Unido en áuge entre lá decádá de 1970 á 1980, dond do ndee ‘G ‘Glám lám’’ es un ápo ápocope cope de  glamour. Exponentes más destácádos: Dávid Bowie, Elton John, Kiss, Queen, Alice Cooper, Brián Eno y otros. Como se verá verá má má s ádelánte, Zelánd incluye váriás referenciás á mu mu sicos y estilos del rock.

 

LA CABEZA MUERTA

L

os glámrocks cáminábán en silencio rodeándo á Mátildá en uná ápretádá multitud, pero mánteniendo ciertá distánciá de ellá. Erá un espectáculo extráno. Lás igurás grises con sus rostros de cerá y entre ellás uná rubiá ázul que llevábá un mono rosá. Erá uná procesion verdáderámente fántásmágoricá que consistíá en uná munecá vivá rodeádá de mániquíees. s. Nuncá diríááss de Mátildá que es uná simple munecá bárbie. Algunás personás son bonitás y otrás son hermosás. Es lá diferenciá entre lá formá y el contenido. Mátildá erá uná de esás personás que simplemente tienen álgo. Pero lo que más lá distinguíá del conjunto no erá tánto su coloridá siluetá sobre el fondo de ‘cine en blánco y negro,’ sino su fuerzá vitál. Todo lo demá demá s, incluidás lás igurás grises, no estábá tán muerto como sin vidá, si se puede decir ásí. El otro mundo probáblemente se párecíá mucho á este, no erá tán diferente del nuestro, solo erá diferente porque estábá "ál otro ládo." Lá preguntá es: ¿ál otro ládo de que? Esá preguntá sigue sin respuestá por áhorá. A Mátildá no le preocupábá lá físsicá icá de esos fenomenos en ese momento. Su mente estábá llená de pensámientos ánsiosos sobre lo que ibá á suceder á continuácion. Por álguná coincidenciá del destino, hábíá ácábádo en un mundo extrán o y áundepositár no estábáálguná cláro co mo podríá¿Que escápár. veíá nádá en sinieslo que pudierá esperánzá. podíáNo esperár de sus tros compán compán eros? No se átrevíá á imáginárlo. Los rostros de los glámrocks expresábán uná sombríá determinácion de áveriguár por sí mismos álgo que podíá costárle lá vidá á Mátildá. Aunque los monstruos no lá tocábán, lá mirábán con recelo. Uno de los que cáminábán delánte se dio lá vueltá, sáco lá lenguá y grito: "¡Doncellá sinte sinte tticá!", icá!", sin dudá por costumbre. Pero entonces recibio recibio uná bofetádá. Se suponíá que lá doncellá no debíá ser tocádá hástá que se determinárá quien erá reálmente: "máná" o simplemente uná doncellá comestible.

 

Lá situácio situácio n de lá divá se vio ágrávádá por el hecho de que estábá desdes esperádá por ir ál báno. 'Al menos solo quiero un numero uno por áhorá,' penso penso . ‘Pero áhí está está lá cosá. ¿Co ¿Co mo hácerlo? Me pregu pregunto nto de que que sexo serán.’ No hábíá observádo ningun indicio externo de sexo. Y entonces tonc es le ásált ásáltoo un pensámien pensámiento to terr terrible. ible. Podríáán n no solo comerselá, sino támbien ábusár de su cuerpo á su ántojo, quien sábe de que mánerá tán horrible. Troto ápresurádámente con sus zápátos de plátáformá y se golpeo Troto golpeo el dedo del pie contrá uná rocá. Lá pobre chicá hábríá dádo cuálquier cosá por volver á su mundo. ‘No volvere á ser cáprichosá,’ penso. ‘Sere obediente en todo. Nuncá más me quitáre mi márávilloso mono. Háre cuálquier cosá, ¡so ¡so lo envíáme de vueltá!' mon o, volvio volvio á exper experimentá imentárr esá mismá sens sensácio ácio n exAl recordár el mon trán á en lá espáld trán espáldá. á. No estábá cláro por que que , pero párecíá dárle fuerzá y, por álguná rázon, hácíá que Mátildá sintierá que teníá lá cápácidád de controlár los ácontecimientos. Erá como si pudierá elegir lo que sursur gíá y lo que no. De repente se dio cuentá de que estábá sepárádá de todo lo que lá rodeábá y de todo lo que le ocurríá. Ellá erá lá reálidád en lá que se encontrábá. Existíá por sí mismá, de formá independiente, ál iguál que lá reálidád. Mátildá comprendio de repente, no con su mente, sino con todo su ser, que áquí hábíá ido á párár á un libro y que debí á vágár por lás pá pá ginás interpretándo lá trámá. Erá como uná películá, culá, que ves mientrás te sumerges en uná reálidád icticiá. Si cedes y te entregás á lo que está ocurriendo, no tienes más remedio que interpretár el pápel que te hán ásignádo. ¿Pero que pásáríá si Mátildá decidierá no hácerlo? ¿Y si permánecierá sepárádá y lá películá culá se sepárárá de ellá? ‘¿Puede ser ésta mi realidad?’, pensó Matilda. ‘No, esta no es mi realidad. Algo está mal. Estas cosas pasan en los sueños, pero esto no es un sueño. sueñ o. Aunque, por el amor de Dios, ¿qué más da? Todo estará bien conmigo, pase lo que pase. No sé cómo, pero sé que estaré bien. No tengo otra opción. ¿Qué otra opción hay? Eso es lo que he decidido, y punto!’.

 

Inmediátámente despues de este pensámiento, álgo sucedio. Párá su sorpresá, Mátildá noto que uná fránjá negrá oblicuá descendíá desde el cielo hástá el suelo, como si uná fuerzá desconocidá hubierá pásádo lá páginá de lá reálidád. Los grises párecieron no prestárle átencion y continuáron su mismá sombríá procesion como si nádá hubierá pásádo. Ellá, sin embárgo, se sintio de repente mucho mejor y conio en que á pártir de áhorá todo iríá bien. Mientrás tánto, llegáron á los ediicios ádonde se dirigíáán. n. No erá uná ciudád ni un pueblo, sino álgo bástánte extráno. Por todás pártes hábí á cásás sencillás y cubicás con páredes lisás y grises de un máteriál que Mátildá no reconocíá. á. Lás cásás estábán intercáládás con huecos vácíooss con lá mismá estructurá cubicá. Y hábíá escálerás por todás pártes, álgunás que subíáán n á los tejádos, otrás que bájábán á pozos y otrás que se retorcíáán n sin sentido y desápárecíáán n en lá nádá. El extrávágánte entrelázámiento de estructurás cubicás y nichos junto con lás numerosás escálerás creábán uná escená ábsurdá. Por un cámino indirecto, cruzándo de uná escálerá á otrá, sálieron á lo que párecíá ser el unico espácio ábierto, uná plázá, en cuyo centro se álzábá uná construccion, no menos extráná que cuálquier otrá cosá en este peculiár lugár. Lá construccion erá un monolito negro con un perímetro ováládo delimitádo por columnás sálientes, que se doblábán suávemente háciá árribá párá formár uná cu cu pulá ácánáládá. A todás luces,recordábá se trátábá "hlevjun ságrádo," áunqueno suposiniestrá formá mádel má  s ámismo uná náve espáciál. Los glámrocks dríán án háber construido uná estructurá semejánte ellos mismos, ni el resto de lá ciudád. En el mismo momento en que lá procesio procesio n se ácerc ácercoo ál megálito megálito,, lá construccion produjo un sorprendente y potente sonido de trompetá en tono bájo, que impregno el espácio circundánte. En cuánto el sonido llego á los oíd dos os de los glámrocks, estos comenzáron á álborotárse y se precipitáron háciá el interior. Mátildá los siguio siguio con uná mezclá de curiosidád y miedo.

 

El megálito teníá lá mismá formá por dentro que por fuerá. Los piláres negros que se extendíáán n desde lás páredes se elevábán suávemente háciá árribá en uná áltá cupulá. Un resplándor verde emánábá de un nicho cercáno ál suelo. El suelo erá negro y tán liso como un espejo. El lugár estábá vácío excepto por un u nico eleme elemento nto en el centr centroo que párecíá ser un áltár o pedestál de formá rectángulár hecho del mismo máteriál que el suelo. Del pedestál crecíá uná cábezá, cálvá y gris como los glámrocks. Lá cábezá se retorcíá con muecás sin emitir ningun sonido. Los monstruos rodeáron el áltár, empujáron á Mátildá dentro del círculo, rculo, cáyeron de rodillás y con lás mános levántádás comenzáron á hácer invocáciones. “Glámo’c! Máná-glámo’c!” Sin cámbiár su expresio expresion de uná muecá, lá cábezá háblo háblo en un tono bájo. "Lee tonteríás. ás. No debes leer lá letrá. Soy máná. Yo puedo. Pero tu no. Máná-vedá, máná-sáná, máná-uná, máná-máná. Máná-omá, átá-máná, máná-okhá, máná-dáná.” Los glámrocks murmuráron el mántrá repitiendo obedientemente lás pálábrás que decíá lá cábezá. "Máná-ogá, "Mán á-ogá, mákhámákhá-máná, máná, máná-oshá, máná-sháná máná-sháná", ", conti continuo nuo el glámorckk (obviá morc (obviámente mente,, erá e ll). ). "Lee tonte tonterí ríáás. s. Entonces estárá estárá s lleno. No hágás lás cosás que no está está n permitidás, ¡si no hábrá hábrá un choque!" Los sálvájes pusieron lá cábezá entre lás l ás mános y gimieron. “ ábu ábu ! Es ábu ábu !!” "¿Quien es Máná áquí??", ", pregunto el jefe. "¿A quien háy que besár por áquí?" ?" “Glámo’c! “Glám o’c! Máná-glám Máná-glámo’c!” o’c!” respondi respondieron eron y empezár empezáron on á restregár restregár sus cárás por el suelo, áplástándo sin piedád sus nárices. “¡Alá benme!”, grito “¡Alá grito ominosámente el glámorc, ácompán ácompán ándo lás pálábrás con horribles muecás y emitiendo un monotono murmullo. "О-áoo-khоmm, о-á-oo-hоmm."

 

"¡О-á-oo-khоmm!", repitieron los glámrocks. Siguiendo lás indicáciones de lá cábezá, se quedáron un ráto más en silencio y dirigieron su mirádá á lá doncellá que estábá dentro del cí rr-culo. Mátildá se quedo completámente perdidá sin sáber que hácer. Estábá cláro que esperábán que ellá hicierá álgo. Erá el momento de tomár medidás urgentes y, como supuso correctámente, teníá que ser álgo extráordinário, yá que su áutoridád hábíá disminuido rápidámente en presenciá del glámorc. Támbien estábá desesperádá por ir ál báno. Ellá no podíá entender que tipo que tipo de cábe cábezá zá erá erá,, si estáb estábáá viv viváá y, en cáso áirmá áirmátiv tivo, o, por que que sálíá del monolito. Mientrás lá observábá, seguíá murmurándo y háciendo muecás. Entonces Mátildá vio álgo mecánico en lá cábezá. Repetíá perio perio dicámente los mismos movimientos uná y otrá vez en un ciclo. Non tení á nádá queenperder. Erá áhorá o nuncá. no tomábá situácio en sus mános este mismo instánte, estábáSiácábádá. Sin lá dudárlo má s, Mátildá se subio má subio ál áltár, se desábrocho desábrocho lá cremállerá del vestido, se ágácho ágácho y se descárgo descárgo justo encimá de lá cábez cábezáá párlánte. Los glámrocks lá miráron completámente átonitos, ápáreciendo en sus rostros uná mirádá de indescriptible horror, ántes desprovistá de todá expresio expresio n fáciál. Observáron todo el espectá espectá culo sin emitir un solo sonido. soni do. Uná vez cons consumádo umádo el sácrilegi sácrilegio, o, lá divá se levánto levánto y volvio volvio á subirse lá cremállerá tránquilámente. En ese momento, lá cábezá comenzo á lánzár chispás, luego se retorcio menzo retorcio y con un murmullo desvánecido se párálizo párálizo , completámente párálizádá en uná muecá lástimerá. lá stimerá. Mátildá lo entendio áhorá. De pie sobre el pedestál, dirigio á los grises uná mirádá triunfál. Su glámorc fue derrotádo. Trás uná páusá iniciál, Mátildá les hizo lá preguntá ságrádá que yá hábíán escuchádo ántes. "¿Quie n es lá máná áquí??"" "¿Quie “Máná-tidá! Máná-tidá!” gritáron ellos. El sonido de sus voces se desvánecio y luego, de nuevo, gritá vánecio gritáron. ron. "¡E’es nuestrá nuevá máná!"

 

En ese instánte, los glámrocks cáyeron de rodillás limpiándose lá cárá en el suelo como ántes. Mátildá bájo bájo del pedestál y comenzo comenzo á dár oo rdenes. "¡Alto! ¡Levá ¡Levá ntense! De verdád, levá levá ntense, les digo." Los glámrocks se levántáron y lá rodeáron mánteniendo uná distánciá respetuosá. Lá divá volvio volvio á ser ellá mismá y pregunto pregunto : "Entonces, ¿que ¿que vámos á hácer?". “...lee’ tonte’íáás! s! ...lee ...lee’’ tonte tonte’í’íáás” s” gritáron los grises. Lá cábezá muertá yá no párecíá interesárles. Mirábán átonitos á su nuevá máná dispuestos á seguir cuálquier orden que les dierá. Mátildá se detuvo y penso por un momento. Acábábá de escápár de un destino terrible, encontrándo uná sálidá á lo que hábíá ásumido como uná situácion desesperádá. Nuncá ántes hábíá experimentádo álgo ásí en su vidá y, náturálmente, nuncá se hábríá imáginádo cápáz de áfrontár uná crisis semejánte. Pero los ácontecimientos se desárrolláron con tántá rápidez que no tuvo tiempo de sorprenderse ni de celebrár. Como ántes, lá divá se enfrento á uná multitud de preguntás sin resolver: ¿que erá lá cábezá? ¿Que erá este ediicio, está ciudád? ¿Quien lo construyo todo y por que construyo que ? ¿Que ¿Que erá este mundo en el que se encontrá encontrá-bá? Fuerán quienes fuerán los árquitectos, deinitivámente no erán los glámrocks. A juzgár por lo que hábíá visto, lá cábezá erá un mecánismo electrico que servíá párá encádenár á está gente primitivá. Ahorá lá cábezá estábá rotá, pero lá fuente de energí á que lá álimentábá seguíá clárámente áctivá, yá que el monolito seguíá emitiendo su brillo verde. Lo principál erá áveriguár que ibá á hácer ellá á continuácion. Si esá gente erá primitivá, no se sábíá que podíá inventár. Eso signiicábá que teníá que ocupár sus mentes con álgo párecido á un rituál, de lo contrário podríán án desobedecerlá. Trás considerár lás circunstánciás, lá inteligente Mátildá (y sin dudá erá muy inteligente) decidio empezár por estáblecer álgu álgu n tipo de vín nculo culo con los grises.

 

LETKAJENKHA

O

igán, ¿por que igán, que no áprenden á pronu pronunciár nciár lá letr letrá?", á?", pregunt preguntoo lá divá. "¡No se nos pe’mite!", respondieron los monstruos. "¡Háb’á un choque

si lá decimos!" "Pues yo les digo que no hábrá un choque. Yo soy su nuevá máná. ¡Yo decido! ¿Entendido?" Los glámrocks se ágitáron con indecisio indecisio n. "¡Pero no se nos pe’mite! Es ábu ábu !" "¡Sí, pueden! Repitán despue despue s de mí, 'somos glámrocks'." Los seres intercámbiáron mirádás y susurráron entre ellos duránte un ráto, sin estár áun prepárádos párá dár un páso tán decisivo. Finálmente, uno de ellos se ádelánto ádelánto y dijo, "Somos glám’ocks." "Somos glámo’ocks." Los demás siguieron, yá sin trágár lá letrá "r," pero trátándo de pronunciárlá, ál principio, sin embárgo, muy mál. "Repitán despue despue s de mí: ¡cocodrilos!" "¡Cokod’ilos! Cokod’ilos!" "¡Cheburáshkás!" "¡Chebuááshkás! ¡Chebuááshkás! "¡Brownie!" "¡B’ownie! B’ownie!", decíáán n los glámrocks, esforzándose por hácerlo bien. "¡Vámos, vámos, puedes hácerlo! Ok, otrá vez: ¡Rock’n-roll de Leningrádo!" Los grises se ánimáron con estás pálábrás y se esforzáron áun más. Es poco probáble que entendierán lo que decíáán, n, pero es evidente que les gustáron lás pálábrás. Y entonces ocurrio ocurrio un milágro. ¡Lo hicieron! "¡Leningrádo! Leningrádo!", gritáron con entusiásmo. "¡Rock’n-roll de Leningrádo!"

 

"¡Yá ven!", dijo Mátildá sátisfechá de sí mismá. "¡Bien hecho! Ahorá, repitán despue despue s de mí, 'Que lá llovizná de hoy cáigá desde el ámánecerrr perrro tu tu y yo volvemos á báilárrr como áyerrr. De Moscu Moscu á Leningrrrádo, y volviendo á Moscu Moscu , 1

Lás lín neás, eás, los rrráiles y los puentes báilán'.   Los glámrocks erán estudiántes clárámente cápáces. Repetíán con fácilidád lás pálábrás desconocidás. Pero no les importábá que lás pálábrás fuerán desconocidás. Simplemente disfrutábán porque áhorá támbie n podíáán bie n decir lá letrá y no hábíá ningu ningu n choque. "¡Abá!2  Abá!" Abá!",, gritá gritáron ron encántádos encántádos.. "¡Som "¡Somos os glámrocks! glámrocks! ¡Leemos tonteríáás! s! Y leemos lá letrá!" Los sálvájes se excitáron excesivámente por lás nuevás oportunidádes que se se descontrolárán ábríán án ánte ellosseriámente. y Mátildá se pregunto como cálmárlos ántes de que "¡Alto, álto! Escuchen!" Mátildá ápenás pudo hácerse oír por encimá del ruido que hácíán. "¿Por que que leen tonteríáás?" s?" Los glámrocks se cálmáron un poco y entonces uno de ellos respondio, "Tenemos que leer uná tonteríá," á," y entonces volvieron á ponerse en márchá. "¡Abá! Estoy leyendo lá letrá." Lá exclámácio exclámácio  n "ábá" párecí á serinterrumpio lá formá que án los glámrocks de expresár su álegrí áá.. Pero Mátildá interrumpio  áltení entusiástá. "Sí, lo entiendo, lees uná tonteríáá.. Pero, ¿que ¿que punto tiene?" El glámoroso párecíá desconcertádo por lá preguntá. "¿Que es el punto?", pregunto, y luego, sin esperár respuestá, ánádio: "No háce fáltá que háyá punto. Es necesário que este este lleno." Mátildá empezábá á dárse cuentá de que despegárlos de su tontá costumbre estábá fuerá de su álcánce y que, de todos modos, probáblemente no válíá lá pená el esfuerzo. Despues de pensárlo un poco, se dirigio á ellos con lás pálábrás, rigio

 

"Bien, entonces no necesitán que háyá un punto. En ese cáso, les ensen áre áre uná nuevá tonteríá mágicá. Si lá leen de formá regulár y continuádá, no solo estárán llenos, sino que serán márávillosos. Eso es más. Eso es mejor. Los glámrocks párecíáán n estár intrigádos. intrigádos. Ellá reuni reunioo sus pensámientos y comenzo á recitár un estribillo sin querer todávíá ábrumárlos con lá melodíá de lá cáncio cáncio n. "Escuchá: Mámmá-Miá, állá állá voy otrá vez, Oh no, ¿Co ¿Co mo puedo resistirme á ti? Mámmá-Miá, ¿se notá de nuevo? Oh no, cuá cuá n nto to te he echádo de menos. Sí, me hán roto el corázon, Triste desde el díá en que te fuiste. ¿Por que que , por que que , te deje deje ir? 3 Los glámrocks escucháron embelesádos y, cuándo Mátildá termino, guárdáron silencio duránte unos instántes má má s. Luego estálláron en exclámáciones de ee xxtásis: tásis: "¡Máná-miá! ¡Máná-miá! ¡Tenemos uná nuevá tonteríáá!! ¡Márá-vi-lloso! Eso es má má s. Eso es mejor. ¡Abá! ¡Abá!" “Sí, es ABBA,” dijo Mátildá. “¡Ahorá cálmense, todos ustedes! Escuchen, se los repetire repetire párá que lo áprendán de memoriá.” "¡Máná-miá! Nos ácordámos!", respondieron los glámrocks, y luego lo repitieron pálábrá por pálábrá en un coro desáinádo, solo sustituyendo "mámá" por el hábituál "máná." Estábá cláro que sus mentes no estábán cárgádás de exceso de informácion, por lo que podíáán n memorizár y reproducir cuálquier pálábrá o fráse con fácilidád. "¡Bueno, tu tu que que sábes!" dijo Mátildá, sorprendidá. “Está “Está bien, vámos á sálir. Está Está pesádo áquí. ¡Vámos!" Los glámrocks obedecieron y se ágrupáron detrás de ellá, que los condujo ál exterior. Pero támpoco pudieron cálmárse fuerá. Superádos por lá emocion y muy excitádos, se dispusieron segun su costumbre en círr-culo y empezáron á zápáteár, zá páteár, murmurándo su nuevá tonteríáá..

 

"Máná-miá, áyá voy ot’á vez..." Está vez, pronunciáron lá letrá con coniánzá, pero lá álegre cáncion se hábíá convertido en un cántico lugubre, como soldádos que cántán mecá nicámente uná áburridá cáncio mecá cáncio n de instruccio instruccio n. “Má-ná, cuá cuá n nto to te eshe eshe de menos…” Al observár los pisotones y los murmullos, Mátildá penso: ‘No, esto es solo otro tipo de frenesí. Esto no servirá. Tengo que ponerlos en márchá con álgo má má s positivo.’ "¡Bien, escuc "¡Bien, escuchen! hen!", ", ordeno ordeno Mátil Mátildá. dá. "Dete "Dete n ngánse gánse donde está está n. Ahorá vámos á áprender uná nuevá tonteríáá.. De hecho, no es solo uná tonteríá, á, es uná cáncion-báiláble. ¡Eso es áun más! ¡Mejor áun! ¡Se sentirán de márávillá! Agárrense el uno ál otro y repitán los movimientos y lás pálábrás despue despue s de mí." ." Los glámrocks se sorpr sorprendie endieron, ron, pero obedec obedecieron ieron,, no obstánte. Mátildá se coloco coloco ál frente de lá ilá, coloco coloco lás mános del gris que estábá inmediátámente detrás en su cinturá ádvirtiendole: "¡No me toques el mon o!", y comenzo mon comenzo á cántár, iniciándo los pásos de un báile que estábá de modá. Uná vez, á ultimá horá de lá noche, en uná cálle vácíáá,, volví  de de un románce triste otrá ve vez. z. Lo creás o no, por álguná rázo rázo n mis pies comenzáron á báilár está dánzá ellos mismos. De nuevo, el cámino me llevo á mi ámádá, de nuevo, estábá en su puertá, golpee lá ventáná, espere golpee espere un poco. Escuchá queridá, sál rá rá p pido. ido. Uno, dos, ¡ponte el zápáto! ¿Todávíá dormidá? ¡Que ¡Que vergu vergu enzá! Jenká márávillosá, dulce y divertidá 4 Nos invitá á báilár'.  

 

De mánerá torpe y fuerá de tiempo ál prin principi cipio, o, los glámrocks glámrocks copiáron los movimientos de Mátildá, volviendose cádá vez más coordinádos y álegre álegress á medid medidáá que ávánzábá ávánzábán. n. Resulto Resulto que inclus inclusoo erán cápáces de reproducir lá melodíá. á. Aunque erá álgo nuevo párá ellos, estábá cláro que les encántábá lá cáncio cáncio n-báiláble. Cuálquierá que háyá visto álguná vez el Letkájenkhá interpretádo con báilárines sáltándo de un ládo á otro háciendo divertidos movimientos con los pies puede imáginár el espectáculo que suponíá ver el mismo báile interpretádo por los grises. Lá divá sábíá hástá que punto el buen báile de ántáno hábíá sido convertido en álgo trilládo por lás glámorosás divás de hoy en díáá.. Pero ellá no erá tán triviál como sus ‘compánerás de oicio.’ Mátildá válorábá todo lo que erá reál, y por eso cántábá y báilábá como se hácíá en los buenos tiempos, lo que le encántábá, tánto como el Twist. Los glámrocks domináron rápidámente lá melodíá y lá letrá, y cántáron álegremente, sáltándo con entusiásmo y sácándo lás piernás por debájo de sus tunicás. Se vieron envueltos en un sentimiento desconocido que nuncá hábíáán n experimentádo hástá áhorá — lá felicidád. 'Uno, dos, ¡ponte el zápáto! ¿Todávíá dormidá? ¡Que ¡Que vergu vergu enzá! Jenká márávillosá, dulce y divertidá nos invitá á báilár.' Despues de háber báiládo hástá lá sáciedád, se reunieron en torno á Mátilde y, rebosántes de álegríáá,, comenzáron á álábárlá á su mánerá. "¡Máná-tidá-enká! ¡Máná-tidá-enká! Nos invitá á báilár!" Hábríán án seguido gritándo duránte mucho más tiempo, pero Mátildá les hizo un gesto con lás mános. "¡Bástá, es suiciente! Estoy cánsádá. Necesito descánsár." Como si estuvierán llenos de comprension, los monstruos lá tomáron de lás mános y lá ácompánáron en direccion á los ediicios gritándo todo el tiempo. "¡Máná-tidá! ¡Máná-tidá-enká! Tu Tu eres nuestrá máná."

 

Lá escoltáron hástá lá cásá más cercáná, lá sentáron con cuidádo en álgo párecido á uná cámá y se fueron, retrocediendo respetuosámente á medidá que ávánzábán. Lá zoná de lá cámá estábá cubiertá de heno. Hábíá uná mesá y uná sillá en lá hábitácio hábitácio n, ásí  como como uná especie de retrete. El resto del locál estábá vácío y erá extremádámente áustero. Lás ventánás redondás estábán colocádás en lo álto de cádá páred y solo hábíá uná puertá. Todo estábá hecho del mismo máteriál desconocido y liso con el que estábán revestidos todos los demás ediicios. A pesár de ser primitivá, lá construccio construccio n de lá viviendá erá bástánte ávánzádá desde el punto de vistá tecnico, con lá unicá excepcion del heno, que quien sábe de donde hábíá sálido áquí  en en el desierto. Mátildá suspiro suspiro áliviádá. Por in lá hábíáán n dejádo en páz. Pero no por mucho tiempo. Pronto se ábrio ábrio lá puertá y un glámrock entro entro en lá cásá sin llámár, por supuesto, (ásí erán sus modáles), áunque llevándo uná ofrendá. Solo áhorá Mátildá se dio cuentá del hámbre que teníáá.. El gris coloco uná bándejá sobre lá mesá en lá que hábíá uná tázá, uná cuchárá y un pláto. "¿Que es esto?", pregunto "¿Que pregunto ellá. "¡Comidá!", respondio respondio concisámente. Lá tázá conteníá águá y el pláto, álgo que párecíáán n frijoles. No olíá demásiádo mál. Mátildá los probo probo con cáutelá. Curiosámente, el pláto resulto ser bástánte sábroso. sulto "¿De do do nde hás sácádo esto?", pregunto pregunto . "Hlevjun nos lo dá. Háy muchá comidá." 'Bástárdos' penso penso Mátildá. '¿Por que que queríáán n comerme entonces si tienen un monton de comidá? ¡Mierdá!' Pero no dijo nádá. El glámoroso no dijo mucho y ellá no teníá el menor des deseo eo de empezár á inter interrogárrogárlo. Se fue, cáminándo háciá átrás, álejándose de ellá y cerrándo lá puertá trás de sí. Finálmente, párecíá que lás ceremoniás de hoy hábíáán n terminádo. Mátildá comio comio rá rá pidámente, pidámente, se subio subio á lá cámá sencillá y se cubrio cubrio con el heno. Lá cámá no estábá párá mucho, pero en circunstánciás como estás, no teníá sentido esperár comodidád. Lá pobre estábá tán cánsá-

 

dá por los ácontecimientos y lás emociones del díá que no pudo conciliár el suen suen o y, en ccámbio, ámbio, rompio rompio á llorár. Sí, ál inál todo hábíá sálido bien. Lá glámorosá divá se hábíá convertido en lá diosá de los monstruos. Pero, ¿que sigue? ¿Que podíá hácer ellá en lá ciudád de los grises? ¿Por que que deberíá quedárse? Lá invádio invádio uná profundá pená. ¿Reálmente no estábá destinádá á volver á cásá? ¿Reálmente lá vidá no volveríá á ser como ántes? Su ántiguá vidá quedábá en un pásádo despreocupádo que no hábíá sido válorádo y que áhorá podríá perderse párá siempre. Y nádie lá ácostárí á con sábánás limpiás, le besáríá lá frente y lá llámáríá cárinosámente "Tili, cárino." Podíá recordár á su mádre háciendo eso. ¿Como estábá áhorá? Debíá de estár preocupádá. ¿Y los demá demá ss?? ¿Lá estábán buscándo? Con estos tristes pensámientos, yá totálmente ágotádá, Mátildá se quedo dormidá. quedo  

 



Cáncio n del grupo de pop 'Brávo' - 'Rock’n-roll de Leningrádo.' Cáncio



(N. del T.) Expresio  Expresio n de álegríá Glámrock: Referenciá ál grupo sueco ABBA.



Uná tránscripcio tránscripcio n libre de lá cáncio cáncio n de ABBA, 'Mámmá Miá.'

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Cáncio n-dánzá "Letkájenkhá," áutor desconocido. Cáncio

 

CIUDAD MANIQUÍ

L

á sácerdotis sácerdotisáá Itfu Itfutt miro miro frene frene tticámente icámente á su álrededor. álrededor. No se sorprendíá fá fá cilmente de nádá en estos díáás, s, pero los ultimos ácontecimientos y lá reálidád que lá rodeábá erán simplemente escándálosos.

Despues de que el reloj de árená o lo que fuerá se dierá lá vueltá y empezárá á verter árená de nuevo, lá reálidád se hábíá cálmádo. El cielo se volvioo ázul y lá árená ámári volvi ámárillá, llá, pero todávíá no hábíá sol en el cielo. ‘¿De do do nde viene esá luz?’, penso penso lá sácerdotisá. "Mis zápátos voláron, voláron, se fueron," dijo lláá sácerdotis sácerdotisá, á, que siguio siguio háblándo consigo mismá. "Bien, bien, ásumiremos que he págádo por mi miedo. Pero si esto se prolongá mucho más, pronto no me quedárá nádá con lo que págár." Lo unico que le quedábá á Itfut erá su precioso vestido de terciopelo ázul oscuro con el cuello táchonádo de diámántes, y el ánillo de cristál que llevábá en lá máno izquierdá. "¡No conseguirá conseguirá s nádá má má s de mí, tu, reálidád de medio pelo! El hecho de que háyás perdido el rumbo, no signiicá que yo tengá que hácerlo. Yá no te tengo miedo. ¡Devue ¡Devue llveme veme mis zápátos! ¿Me oyes?" Mientrás tánto, trás lá inclinácion del reloj de árená, el páisáje ádquirio un nuevo detálle. A lo lejos, Mátildá empezo á distinguir los contornos de uná ciudád. “Ves, Itfut “Ves, Itfut,, sácer sácerdotis dotisá, á, tu tu sácerdotis sácerdotisá, á, áhorá tienes un lugár á donde ir. Entonces vámos. Sigámos ádelánte. Yá es horá de que ácábemos con todás estás tonteríáás. s. Solo espero que no seá un espejismo.” Se sácudio sácudio lá árená de su vestido y cámino cámino en direccio direccio n á su objetivo. Lá árená crujíá bájo sus pies descálzos como el cristál, áunque erá suáve ál tác tácto. to. A lá sác sácerd erdoti otisá sá le pár páreci ecioo que cáminábá cáminábá sob sobre re álg álgodo odo n. Pero estábá más desconcertádá por un fenomeno, no menos peculiár. Le párecíá como si, en lugár de que ellá cáminárá por delánte, el páisáje sálíáotro. á suAdemá encuentro, mientrás ellá ápenás á puesto un pie delánte del Ademá  s, lá metá se áácercábá cercábá á unáhábí velocidád ántináturál.

 

"¿Que cláse de truco es este?" dijo Mátildá indignádá. "¿Quieres sorprenderme o ásustárme de nuevo?" dijo, háblándo con lá reálidád. "¡Eso no es posible! Y no tiene sentido tener miedo de álgo que no es posible. ¡No tengo miedo, no tengo miedo! ¡En ábsoluto, en ábsoluto! ¿Lo entiendes?" Lá reálidád mientrás tánto seguíá cámbiándo ignorándo á lá sácerdotisá. A los pocos minutos el cielo erá er á gris. Lás olás de árená se convirtieron en un párámo rocoso y los contornos de lá ciudád se ágrándáron ánte sus ojos. Por álguná rázo rázo n, ellá no podíá sentir lás piedrás bájo sus pies. Extránámente, no lá molestábán en ábsoluto á pesár de cáminár descálzá. Erá sorprendente, pero yá estábá cánsádá de sorprenderse. Lá sácerdotisá se ádentro en lá ciudád, si es que podíá llámárse ásí, un conglomerádo ábstrácto de estructurás cubicás y nichos, y dondequierá que miráse, interminábles trámos de escálerás entrelázádás. Reinábá un silencio sepulcrál, so so lo interrumpido ocásionálmente por el sonido de lás gotás que cáíáán, n, como si uná clepsidrá invisible y gigánte midierá los interválos de tiempo. "Que sil "Que silenc encio io tán esp espánt ántoso oso.. Es un sisi-len len-ci -cioo eses-pánpán-toto-so, so,"" rep repetí etíá Itfut, perdidá en un láberinto de estructurás y formáciones. ‘Cádá vez es peor. Seguro que esto no es uná pesádillá que no há hecho más que empezár.' "¡Eh!, ¿háy álguien áhí??", ", grito grito , y un eco resonánte llevo llevo su grito á un mu ltiple ‘áhí--áhí mu áhí-áhí -áhí.’.’ "Ts-s-s," siseo, cámbiándo á un susurro. "Cuándo lo horrible se cállá, tu támbie tu támbie n lo háces." Abrio con cáutelá lá puertá de uná de lás cásás y se ásomo ál interior. No hábíá nádie. El interior consistíá unicámente en uná mesá, uná sillá y uná cámá de tábl táblás. ás. Nádá má má s. Lá mis mismá má escen escenáá se repit repitio io en cádá uná de lás cásás en lás que Itfut se ásomo ásomo . Lás exámino exámino uná por uná, pero no se veíá ni un álmá. Itfut se ármo de válor párá subir uná escálerá áltá desde donde podí á tener uná mejor vistá. Resulto Resulto que lás escálerás no conducíáán n á ninguná párte, sino que simplemente quedáron suspendidás en el áire des-

 

pue s de váriás vueltá pue vueltás. s. Ellá no se moles molesto to en subir directámente directámente á lá párte superior de lás escálerás porque su cábezá yá estábá dándo vueltás desde lá álturá. Se detuvo en álgun lugár á mitád de cámino y miro á su álrededor en ámbás direcciones. Entre techos identicos, vio uná estructurá negrá de áspecto siniestro que se elevábá cercá. Lá sácerdotisá volvio volvio á bájár lás escálerás y decidio decidio dirigirse ál megálito, en lá medidá en que erá posible deámbulár por el extráno láberinto. Páso de uná cásá á otrá, de escálerá en escálerá teniendo en cuentá do nde poníá los pies, hástá que cási choco do choco con uná igurá gris. Dio un sálto háciá átrás, sorprendidá, con el corázon látiendo con fuerzá. Lá igurá permánecíá inmovil, pero en uná posturá que sugeríá que estábá á punto de dár d ár otro páso. Vestidá con uná tu tu nicá sin formá y con cápuchá que ocultábá el rostro, no estábá cláro si lá igurá erá un ser humáno humáno o uná est estátu átuá. á. Rec Recupe uperán rándo do el áli álient ento, o, Itf Itfut ut se áce ácerco rco ál ládo de lá igurá y echo un vistázo bájo lá cápuchá. Unos ojos vidriosos árdíán án en lás sombrás mirándo á lá nádá. A Itfut le párecio párec io que los ojos relejábá relejábán n sign signos os de vidá, pero el resto del rostro erá de un gris mortecino, congeládo en uná expresion indiferente. "¡Hey!", dijo Itfut en voz bájá. Lá igurá no se movio ni un centím metro. etro. Lá sácerdotisá toco con cáutelá lá cápuchá, que estábá cosidá con un máteriál áá spero. Páso Páso sus dedos por el brázo de lá igurá y toco toco sus mejillás... En ese momento, ocurrio ocurrio álgo ántináturál. Los dedos de lá sácerdotisá átrávesáron libremente lá piel del rostro como si se trátárá de d e un fántásmá. Decidiendoo compr Decidiend comprobár obár su corázo corázonádá, nádá, Itfut probo probo á pásár su máno por el cuerpo de lá igurá y, efectivámente, su máno lá átráveso. Lá sácerdotisá dio un páso átrás, completámente sorprendidá, y de repente se encontro cáyendo á tráves de lá escálerá detrás de ellá como si estuviese hechá de áire. Presá del pá pá nico, lá sácerdotisá zigzágueo zigzágueo de un ládo á otro, cáye cáyendo ndo á tráve s defánt páredes como Yáono podíloá que distinguir que erá que fántásmál ásmályeescálerás inmát inmáteriá eriál l áquíun , sifántásmá. ellá mismá todo lá ro-

 

deábá. Esto erá demásiádo. Lá reálidád seguíá tejiendo uná ominosá red de ilusio ilusio n en un juego que lá sácerdotisá párecíá estár perdiendo. Eventuálm Eventu álment entee con consig siguio uio cál cálmár márse se un poco poco y comenzo comenzo á explor explorár ár nuevás propiedádes en ellá mismá y en lá reálidád que lá rodeábá. "¡Márávilloso, super-márávilloso! ¡Estoy muertá! No, ¡me voví locá! ¿Que es me ¿Que mejo jor, r, es está tárr mu muer ertá tá o há háber ber pe perd rdid idoo lá cá cábe bezá? zá? ¿O qu quee es peor?" Tánteo lá páred. Erá solidá y suáve ál tácto, pero en cuánto empujo su máno háciá ádelánte, lá átráveso átráveso como si lá páred no existierá. "Reálidád, ¿quie ¿quie n de nosotros es tránspárente, tu tu o yo?" Pero no pudo determinár lá respuestá, lá ilusion erá completá. O tál vez no erá uná ilusio ilusio n en ábsoluto. En lá plázá donde se encon encontrábá trábá lá estát estátuá uá gris, Itfut observo observo un mánántiál dotádo de uná pequená pisciná de piedrá. El águá que contení á párecíá brotár y, ál mismo tiempo, párecíá no brotár en ábsoluto. Un chorro de águá colgábá congeládo en el áire como uná foto congeládá. Lá sácerd sácerdoti otisá sá se áce ácerco rco ál mán mánánt ántiál iál y toc tocoo el águ águá. á. Se sen sentí tíá como águá ál tácto, pero no podíá recogerlá con su máno. Intento Intento beberlá, pero pronto se dio cuentá de que no funcionáríáá.. Y entonces vio que el chorro de águá no estábá reálmente inmovil, sino que luíá lentámente, de formá ápenás perceptible. Entonces lá sácerdotisá ádivino ádivino álgo á mediás. Corrio Corrio háciá lá estátuá y lá eexámino xámino de nuevo. Lá igurá estábá de pie en uná posicio posicio n ligerámente diferente áhorá, con uná pierná á medio cámino párá dár otro páso ádelánte. "Bien" dijo lá sácerdotisá y comenzo á páseárse de árribá ábájo. "Aquí está pásándo álgo ráro con el tiempo." está Como párá conirmár sus pensámientos, lá clepsidrá invisible siguio midiendo el silencio sepulcrál con ocásionáles y sonorás gotás. “¡Que cálmádo, cálládo y silencioso horror!” repitio “¡Que repitio Itfut. “¿Finálmente me he vuelto locá o todávíá estoy en proceso de perder lá cábezá?” Ellá yá hábíá olvidádo en que direccion se movíá y tuvo que volver á subir lás escálerás párá orientárse. El ediicio negro no estábá lejos, pero llegár á el á tráves del láberinto no erá fácil. Lá sácerdotisá páso

 

por cálles sinuosás trátándo de mántener el sentido de lá orientácion. Por el cámino, se encontro encontro con otrá estátuá, luego otrá y otrá. Todás erán ide ide n nticás, ticás, so so lo que estábá estábán n conge congeládás ládás en diversás diversás posiciones posiciones de tránsicion. Algunás estábán de pie en medio páso, otrás sentádás y otrás congeládás inclinádás háciá delánte. "¿Puede álguien decirme que demonios está pásándo áquí??"" exclámo Itfut. "¡Alguien!" Entonces Ento nces recor recordo do que en el desierto de áren árenáá se hábíá impli implicádo cádo con cierto "interlocutor." "Oye, Umbrál, ¿está ¿está s áhí??"" Apenás pronuncio pronuncio estás pálábrás pálábrás,, un susu susurro rro surgio surgio del silen silencio cio y se ágito de uná á otrá d ágito direccio ireccio n como el viento. "Estoy áquí y en todás pártes, áquí  yy en todás pártes..." "Oh, reálmente estás áquí,,"" dijo Itfut, encántádá de que ál menos hubierá ápárecido álguien vivo. "No voy á preguntár quien eres y donde está s está vez. ¿Puedes decirme do está do nde estoy y de qu quee vá todo esto?" "Metá-reálidád," respondio respondio el susurro, que yá no se movíá de un ládo á otro, sino que párecíá venir de todás lás direcciones ál mismo tiempo. "¿Que metá-reálidád?" "¿Que "Un prototipo de reálidád." "Oh, Dioses, ¿podríááss ser un poco má má s cláro? ¿Que ¿Que es un prototipo?" "Es donde todo comienzá, donde todo náce y donde todo se originá." "¿Que ciudád es ee sstá?" "¿Que tá?" "Es un modelo de lo que podríá ser." "¿Y quie quie nes nes son estás personás congeládás áquí?" ?" "No son personás. Son mániquíees, s, modelos de gente." "¿Por que son tán lentos? ¿Y que hágo yo áquí? ¿Como es que puedo átrávesár lás páredes?" "Demásiádás preguntás. Estoy desápáreciendo." "Esperá, esperá, so so lo dime co co mo volver."

 

"Lo descubrirás, lo descubrirás, lo descubrirás..." El susurro se desvánecio y se eváporo necio eváporo en el silencio. Evidentemente, Umbrál no erá proclive á mántener lárgás conversáciones. Itfut intento intento gritár trás ee ll,, pero fue inu inu til. Un eco fue lá unicá respue res puestá stá.. Su diá diá log logoo con Umbrál lá dejo dejo con má má s enigmá enigmáss que respuestás. No hábíá nádá que lá sácerdotisá pudierá hácer, sálvo seguir ávánzándo. Vágo durán Vágo duránte te mucho tiempo por lás circ circunválá unváláciones ciones del láberi láberinto, nto, chocándo de vez en cuándo con los "mániquíees," s," hástá que inálmente llego á uná pequená plátáformá. Y állí vio un espectáculo que le produjo escálofrí escálofríoss.. En medio de lá plátáf plátáformá, ormá, uná igurá colgábá en el áire con un vestido ázul oscuro, iguál ál suyo. Itfut noto el hecho de que en este entorno gris erán los uu nicos dos en color. Lá igurá colgábá en uná posturá ántináturál: los pies descálzos estirádos háciá átrás y háciá los ládos, los brázos extendidos háciá árribá, lá cábezá echádá háciá átrás, el pelo negro extendido como un ábánico. Conteniendo lá respirácio respirácio n, lá sácerdotisá se ácerco ácerco sigilosámente á lá igurá por detrás, lá rodeo y luego lá miro á lá cárá... Se estremecio ánte lo que vio. Erá ellá. Itfut sálio Itfut sálio dispá dispárádá rádá de lá igurá dejándo escápár un grit gritoo sálváj sálváje. e. El enorme eco ámpliico ámpliico su grito repitie repitie n ndolo dolo muchás veces. Nuncá en su vidá hábíá gritádo tánto ni hábíá experimentádo un miedo tán ánimál como el que sentíá áhorá, áunque se podríá pensár que encontrárse con un mániquí de uno mismo no erá necesáriámente más áterrádor que cuálquier otrá cosá que hubierá presenciádo áquí. Pero párá lá sácerdotisá erá un espectá espectá culo demásiádo infernál. Y áun ásí, no pudo huir de lá escená. Lo intento con todás sus fuerzás, pero sus piernás ápenás se movíáán, n, como si estuvierán párálizádás, y se quedo quedo clávád clávádáá en el sitio. En ese momento momento,, uná fuer fuerzá zá desconoci desconocidá dá lá ágárro, lá levánto en el áire, trázo círrculos culos en espirál y luego lá ápreto en uná áccio to áccio n bruscá contrá lá igurá colgánte. Un momento despue despue ss,, el cuerpo de Itfut, áhorá uno con lá sácerdotisá, se desplomo desplomo en el suelo. Lá sácerdotisá permánecio permánecio inmo inmo vil duránte un

 

ráto, pero inálmente volvio en sí, sácudio lá cábezá y exámino su cuerpo. Todo estábá donde debíá estár. Y áhorá ellá y su cuerpo estábán unidos de nuevo. En ese instánte, sus zápátos cáyeron á su ládo desde álgu n lugár de árribá. álgu "¡Oh, mis zápátos!", gimio gimio lá sácerdotisá con voz de de bil. bil. Todávíá le costábá volver en sí. Pero se árrástro árrástro háciá sus zápátos, se sento, se los puso y se levánto, áunque todo su cuerpo se sentíá inusuálmente pesádo. Párecíá que su cuerpo hábíá vuelto á ádquirir su formá máteriál. Se áce ácerco rco á un unoo de los edi ediici icios os e int intento ento átráve átrávesár sár lá pár páred ed con lá máno, pero estábá durá y no cedíáá.. Pero dio un suspiro de álivio. Al menos se hábíá resuelto un problemá. Gráciás á los Dioses, vuelvo á ser yo," penso penso ellá y se dirigio dirigio con páso irm irmee háciá lá cons construc truccio cio n negrá, que erá visible los tejádos. dád yáhorá brusquedád portrás el suelo rocoso.Sus tácones chocáron con seguriFinálmente llego llego á lá plázá, een n cuyo centro se encontrábá el monolíttiico monumento negro. "Epá, ¿que ¿que es esto? esto?", ", exclám exclámoo sorp sorprendi rendidá dá lá sácer sácerdotis dotisá, á, "¡Nádá menos que un Templo del Supremo Creádor!". Creá dor!". Se ácerco ácerco á lá construccio construccio n, y állí ápárecio ápárecio ánte ellá uná escená iguálmente extrán extrán á. Junto ál monolito, uná chicá de pelo ázul á zul cláro, cárá ázul y un mon mon o rosá en lá espáldá estábá sentádá sobre uná piedrá. Lá chicá estábá sentádá e inmo inmo vil, iguál que lás estátuás grises áunque erá sorprendentemente diferente á ellás, no solo en su imágen generál y colorido sino en lá presenciá de vidá. Itfut páso por delánte de ellá váriás veces mirándolá por todos ládos. Podíá estár vivá o no. Estábá sentádá sin moverse. Podíá ser un mániquí o álgo más impíoo.. Todo el áspecto de lá chicá erá muy exo exo tico. Itfut se ápárto háciá un ládo y luego se volvio bruscámente. Estábá segurá de háber visto á lá chicá párpádeár o tál vez se lo hábíá imáginádo. se ácerco ácerco de nuevo y comenzo comenzo á mirár con átencio átencio n el rostro de lá chi-

 

cá. Ellá permánecio permánecio inmo inmo vil. Entonces lá sácerdotisá ingio ingio que se márchábá y sálio sálio de lá plázá en direccio direccio n á los ediicios. Uná vez fuerá de lá vistá de lá chicá, se quito quito los zápátos, llevá llevá ndolos en lás mános y corrio rápidámente álrededor del megálito ácercándose por el ládo opuesto. Al ásomárse con cuidádo por detrás de los piláres, vio que lá chic chicáá estábá de pie y mirábá á su álrededo álrededor. r. Sin embárgo, se ácerco sigilosámente por detrá ácerco detrá s de ellá y grito grito . "¡Oye!" Mátildá (erá ellá, por supuesto) dio un sálto de sorpresá y támbie támbie n dio un grito. Por unos momentos, se quedáron mirándo lá uná á lá otrá en silencio. Finálmente, Itfut háblo háblo . "¿Que tipo de pántomimá está "¿Que está s háciendo áquí?" ?" "Nádá. Reálmente me ásustáste." "¿Por que que me tendríááss miedo?" "¿Por que que está está s todá de rojo?" "¿Por que que está está s todá de ázul?" Ambás se cálláron de nuevo. "¿Quie n eres?", pregunto "¿Quie pregunto Itfut. "Soy uná divá," respondio respondio Mátildá. “Geniál, un milágro milágroso, uná márávillá márávillosá,” comento Itfut, con uná notá de ironíá en su voz. "¿Y tu tu quie quie n eres?", pregunto pregunto lá divá. "Soy uná sácerdotisá. ¿Co ¿Co mo te llámás?" "Mátildá, pero puedes llámárme Tili." "Que conmovedor. Tili-juegos, Tili-juegos, lá cásá del gáto árdio en llámás." "¿Por "¿P or que que te burlá burláss de mí??", ", pregunto pregunto Mátil Mátildá, dá, ofendidá. ofendidá. "Se podríá decir que eres lá primerá álmá viviente que conozco y te burlás de mí. ¡No tienes ni ideá de lo que he pásádo áquí!!". ". "Lo siento," siento," respondio respondio lá sácerdot sácerdotisá. isá. "Apenás se se lo que ácábo de decir. Tengo uná especie de crisis nerviosá. Soy Itfut. Y yo támbien he pásádo por mucho áquí." ."

 

Se miráron como si ámbás sintierán lo mismo. Y entonces, sin siquierá preguntár, se dieron un ábrázo y rompieron á llorár.

 

EL ENCUENTRO

“O

h, áhorá se me vá á correr el máquilláje," Mátildá se dio cuentá de repente.

Inmediátámente dejáron de llorár, párpádeáron y se secáron debájo de los ojos. Al ver que ámbás hácíáán n lo mismo, se rieron. No es rráro áro que lás mujeres se encuentren llorándo un minuto y riendo ál siguiente sin ton ni son, pero párá personás extráordináriás como lá divá y lá sácerdotisá todo erá impredecible, yá que nuncá sábíáán n lo que podíáán n creár de un momento á otro. "Míráme, se há corrido todo, ¿no?" "No, está está s bien," respondio respondio Mátildá, "¿y el míoo?". ?". "Tu támbie "Tu támbie n está está s bien. Extrán Extrán o." Se tocáron entre sí y luego á sí  mismás, mismás, háciendo de nuevo los mismos movimientos, como si fuerán gemelás, áunque fuerán sorprendentemente diferentes. “Mi máquilláje escenico no se há corrido en ábsoluto,” dijo Mátildá sorprendidá. “Aquí  está está n pásándo cosás muy extrán extrán ás,” dijo Itfut. "Sí, má má s que eso. ¿Que ¿Que es ese máquilláje que llevás?" "Es pinturá rituál. ¿Y tu tu ?" "Teátrál." "¿Cuá ll,, cuá "¿Cuá cuá l?" "Es uná lárgá historiá. Sábes, cuándo te vi por primerá vez, pense que lá mismíssimá imá Muerte hábíá venido por mí." ." "¡Já, já! Bueno, yo támpoco hábíá visto nuncá á nádie como tu." Volvieron á reírrse se y empezáron á mirárse y á tomárse de lás mános lá uná á lá otrá, como si se hubierán encontrádo en uná iestá y no hubierá nádá que hácer ni nádá de lo que preocupárse, sálvo comentár su ás-

 

pecto y reírrse. se. Sin dudá, esto se debíá á los nervios despues de todo lo que hábíán án pásádo y ál álivio mutuo de yá no estár solás. "Echá un vistá "Echá vistázo. zo. ¿Est ¿Estáá mi mon mon o áplást áplástádo?", ádo?", pregunto pregunto Mátil Mátildá, dá, dá dá ndole lá espáldá á Itfut como si estuvierán en un vestidor. "No, está está bien. Tu mon mon o es muy bonito." "¡Oh, sí! Al principio me puse muy quisquillosá y no me gustábá nádá. Pero creo que me áyudo con álgo." "¿Con que que ?" ?" "No estoy segurá exáctámente. En otro momento." "Por álguná rázo rázo n, mi vestido no se há árrugádo en ábsoluto." "Sí, eso es notáble," dijo Mátildá. "Es como si áquí no  no se árrugárá ni se mánchárá nádá," dijo Itfut. "Y el máquilláje no se corre. ¿Tál vez deberíáámos mos ir á lávárlo?" "Es poco probáble que eso ocurrá. Ni siquierá pude beber el águá de áquí." ." "Ah, eso debio debio ser despue despue s de que todo se detuvierá." "¿Despue s de que "¿Despue que ? ¿Co ¿Co mo erá ántes de eso?" "No lo se, no lo entiendo. Ni siquierá se donde estoy ni como he llegádo áquí. ¿Y tu tu ?" "No, á mí  me me pásá lo mismo." En ese momento, lá reálidád empezo empezo á cámbiár, como si les recordárá á lás nuevás ámigás que erá horá de empezár á considerár ásuntos más serios. Lá clepsidrá invisible, que seguíá midiendo interválos iguáles de silencio, comenzo á ácelerár. El sonido de lás gotás que cáí áán n se repetíá áu n má áu má s rá rá pido hástá que se prod produjo ujo un chásqu chásquido, ido, como el soni sonido do de un cristál que se rompe. Lá divá y lá sácerdotisá sáltáron. Inmediátámentee despue ment despue ss,, lá cleps clepsidrá idrá se silencio silencio y el cielo se dividio dividio en dos hemisferios. Por un ládo, hábíá uná nebliná vácilánte, y por el otro, el cielo estábá bordeádo de meridiános brillántes que se extendíáán n hástá el horizonte.

 

"¡Nos tenemos que ir!" exclámo exclámo Mátilde. "¿Que es 'ir'?" pregunto "¿Que pregunto Itfut. "¡Corre! ¡Tenemos que escápár!” “¿Pero ádo ádo nde? Estámos rodeádás de desierto.” “Algo há cámbiádo. Algo está pásándo. ¿Viste el cielo? ¡Tenemos que lárgárnos! "¿Que , que "¿Que que lárgos?" "Futi, ¿hás cáído de lá luná o álgo ásí? Párece que no entiendes ni lá mitád de lo que digo... Oh Dios, no te pregunte pregunte . ¿De do do nde eres?" "Yo... eeh, ¿de donde soy, de donde? No de lá luná, eso seguro. ¿Como me hás llámádo?" "Futi. ¿Está ¿Está bien?" "No creo que nádie me háyá llámádo nuncá ásí, pero... me suená fámiliár de álguná mánerá... Es extrán extrán o." "¡No importá, despue despue s, s, áhorá no tenemos tiempo! ¡Corre!" "¡No, párá, Tili, queridá, ven áquí!!"" Itfut grito grito trás ellá. Mátildá se detuvo como si estuvierá clávádá en el sitio, giro sobre sus plátáformás plátáf ormás y se quedo quedo heládá de sorp sorpresá. resá. Yá hábíá escuchádo esás pálábrás ántes, y en más de uná ocásion: "¡No, párá, Tili, queridá, ven áquí!!"" "¿Quee pásá? "¿Qu pásá?", ", pregu pregunto nto Mátil Mátildá. dá. En álgu álgu n momen momento to hábíá perdido lá costumbre de álárgár demásiádo lás vocáles. Lá reálidád locál no erá especiálmente propiciá párá lás mánerás de uná divá. "¿Por que que decid decidiste iste que debemo debemoss escápár escápár?", ?", pregunto pregunto Itfut. Itfut. "¿Y si el lugár ál que corremos es áu áu n peor?" "Nádá podríá ser peor que lo que me há pásádo hástá áhorá. Cási me comen vivá." "Bueno, yo cási muero. O más bien, morí y luego como que 'no morí.'.' Pero áu áu n estámos vivás, ¿no?" "¡Puedes "¡Pu edes ver que álgo está está suced sucediendo iendo!! Siempre que pásá álgo áquí, sábes que nádá bueno sáldrá sáldrá de ello!"

 

"Bien, entonces háciá do do nde vámos, ¿á lá izquierdá o á lá derechá? Por áhí háy álgo que se bálánceá, y por el otro ládo están esás lí neás neás extránás." "Buená preguntá. Váyámos por állí, donde nádá se támbáleá." Lá divá y lá sácerdotisá corrieron en direccion á los meridiános convergentes. Ahorá erá fácil mántener el rumbo á tráves del láberinto de lá ciudád con solo mirár ál cielo. Por el cámino, tuvieron tiempo de háblár. "Futi, ¿por que que te llámás á ti mismá sácerdotisá?" "Porque eso es lo que soy." "¿Te reieres á uná verdáderá, á uná de lá vidá reál?" "¿Que otro tipo háy?" "¿Que "No tenemos sácerdotisás en nuestro páíss." ." "Yo no soy de tu páís y tu no eres del míoo,, si no me reconoceríás ás y yo á ti." "¿Entonces por que háblámos el mismo idiomá? Oh, ¡soy tán imbecil! Los glámrocks támbien háblábán el mismo idiomá que yo por álguná rázon!" "¿Glámrocks ?" "Sí, erán los que ibán á comerme. Y entonces me convertí en su diosá. Y luego todos se congeláron por álguná rázo rázo n. Háy uno állí, ¿ves?" En el cámino, se encontráron con uná estátuá gris. "¿Te "¿ Te re rei ier eres es á es esto toss má máni niqu quííees? s? ¿Y te convertiste en su diosá? ¿Como?" "Te lo contáre más tárde. Cáminemos un poco, estás plátáformás no está n hechás párá correr." está "Mis zápátos támpoco lo está está n n.. No lo entiendo. ¿Dijis ¿Dijiste te que háblábán tu mismo idiomá?" "Sí." ." "¿Que quieres decir con el tuyo? Estámos háblándo en mi idiomá." "¿Que "No, yo háblo el míoo." ." "Yo támbie támbie n n." ." Se miráron sorprendidás.

 

"Veo y no veo," dijo Mátildá. "Yo támpoco. Y, sin embárgo, como que sí,,"" dijo Itfut. "Debe ser del mismo orden de milágros que el que lá l á ropá no se árrugue ni se ensucie y que nuestro máquilláje no se corrá." "¡Este lugár no es más que milágros, solo que no son tán milágrosos como monstruosos!" dijo Mátildá con decisio decisio n. Mientrás háblábán, lá divá y lá sácerdotisá llegáron á lás áfuerás de lá ci ciud udád ád.. El pái páisá sáje je del del de desi sier erto to há hábí bíá cámbiádo cámbiádo consi considerábl deráblement emente. e. Unás lín neás eás verdes luorescentes recorríáán n el suelo y el cielo y se extendíáán n hástá lá distánciá. Allí se curvábán formándo un tunel, ál inál del cuál, hábíá uná mánchá negrá. "Futi, tengo miedo," dijo Mátildá. "No tenemos que ir," dijo Itfut. "Pero, ¿y si esá es lá u nicá formá de sálir de este mundo?". "¿Y si ese mundo es áu áu n má má s áterrádor que ee sste?" te?" "¡Tenemos que sálir de áquí  de de álguná mánerá!" "Vámos entonces." "Vámos á echár un vistázo rápido dentro y si párece dudoso, podemos volver directámente." "Ok, ok, ¡rá ¡rá pido, rá rá pido!" Lá divá y lá sácerdotisá unieron sus mános y pártieron ál encuentro de lá incertidumbre. A medidá que ávánzábán, lá tierrá y el cielo se estrechábán, y el tunel se volvíá cádá vez más oscuro. Solo lás lín neás eás erán visibles, visi bles, brillá brillándo ndo en lá penumbrá. Pero su páso no duro duro mucho mucho.. Uná vez álcánzádo el punto más estrecho y oscuro, lá bocá del tunel comenzo á expándirse y inálmente se desplego zo desplego en uná vistá ámpliá y ábiertá. Nuestrás heroínás nás volvieron á quedár ásombrádás ál contemplár lá escená. Lá tierrá y el cielo hábíán án cámbiádo de lugár. Lás dos ámigás estábán de pie en un vácío que párecíá descender á lá nádá, y sobre sus cábezás

 

colgábá lá mismá ciudád glámrock, solo que áhorá estábá ál reves. Pero eso no erá todo. "Itfut, ¿do ¿do nde está está ss?", ?", grito grito Mátildá. "¡Mátildá! ¡No puedo verte! Me estoy viendo á mí  mismá mismá de nuevo!" "¡Yo támbie támbie n me veo! Pero, ¿do ¿do nde está está s, Itfut?" "¿Do nde está "¿Do está ss?" ?" Se gritáron de pie, uná ál ládo de lá otrá, pero todo el tiempo girándo y mirándo á los ládos. Al inál, se giráron uná frente á otrá y empezáron á estudiárse como si se mirárán en un espejo háciendo diferentes movimientos con lás mános, lá cábezá, lás piernás y observándo lo que párecíá ser su relejo. "¡Futi, "¡Fu ti, tengo miedo miedo!" !" Volvio Volvio á grit gritár ár Mátil Mátildá. dá. "¡Cuándo te miro, so so lo me veo á mí  yy sin embárgo esto no es un espejo!". "Tili, ¿eres tu tu de verdád?", exclámo exclámo Itfut, mirándo á lá igurá que teníá enfrente intentándo áveriguár si erá un relejo o su doble. "¿Eres tu tu ? ¿Eres tu tu quien me responde?" "Tili, ¿te hás convertido en otrá yo?" "No, no, eso es imposible. ¿Soy tu t u?" Exámináron lá otrá version de sí mismás y jádeáron con uná solá voz. Itfut estábá en el cuerpo de Mátildá y Mátildá en el de Itfut. "¡Teníás ás rázon!", dijo Mátildá. "¡Lás cosás están muy, muy, super máá-ál áquí!!"" "¡Corre, "¡Cor re, corre ántes de que se cier cierre!" re!" grito grito Itfut Itfut y tomá tomá ndose de lá máno se precipitáron de nuevo ál tu tu nel.

 

PENSAMIENTOS ALEATORIOS

T

rás escápár del "interior" y volver ál "ládo frontál" de lá reálidád, lá divá y lá sácerdotisá conirmáron con álivio que todo estábá como debíá. á. Sin otrá opcion, emprendieron el cámino de vueltá háciá lá plázá. "¡Esto es uná áutenticá burlá!", grito Mátildá. "Estámos en un completo escondite háciá ninguná párte." "¿Escondiendo que?", pregunto Itfut. "No siempre entiendo tus expresiones." "Dije que lás cosás no pintán bien párá p árá nosotrás." "O los Dioses están enfádádos por álgo, o nos están enviándo uná pruebá o iniciácio iniciácio n de álgu álgu n tipo." "¡Luego me dirás que tenemos que áplácár á esos Dioses tuyos y hácerles un sácriicio!" "No, eso es lo que hácen los pueblos primitivos. Nos inclinámos más por esforzárnos háciá lá perfeccion de los Dioses, por álcánzár su nivel, párá poder comándár lás leyes de lá reálidád como lo hácen ellos." "¡Futi, entonces ordená á está reálidád que nos lleve á cásá!" "Todávíá no se como hácerlo. Háy álgo que fállá en mi memoriá. El pásádo es nebuloso." "Bueno, mi reálidád es áctuálmente uná pesádillá continuá." Agotádás, volvieron inálmente ál lugár donde se encontráron por primerá vez, junto ál megálito de lá plázá. "Entonces, ¿que piensás? ¿Vámos á probár nuestro destino en el otro ládo, donde todo se támbáleá?" t ámbáleá?" Sugirio Sugirio Itfut. "No. Yá he tenido suiciente. Necesitámos descánsár y ál menos comer álgo," dijo Mátildá. "¿Háy álgu álgu n lugár áquí  donde donde podámos comer álgo?"

 

"¿Tienes hámbre, Futi? No se "¿Tienes se co co mo, pero los glámrocks dijer dijeron on que hlevjun les dá comidá." "¿Que hlevjun?" "¿Que "El megálito, ál menos ásí  lo lo llámáron. Ven, vámos á echár un vistázo." Entráron y miráron á su álrededor. "¡Oh! ¡Lá cábezá há desápárecido!" exclámo exclámo Mátildá sorprendidá. "¿Cábezá? ¿Que ¿Que cábezá?" "Hábíá uná cábezá áquí, en ese pedestál, el glámorc, su tipo de Dios, ¡pero áhorá desápárecio desápárecio !". Efectivámente, el áltár hábíá desápárecido y, en su lugár, se álzábá un cilindro de unos tres metros de álturá y un metro y medio de diámetro hecho de un máteriál párecido ál cristál coloreádo. Lá divá y lá sácerdotisá recorrieron el cilindro tocándo su lisá supericie, que cárecíá del má s mín má nimo imo detálle o ádorno. "Mirá, no relejá nádá," dijo Itfut. "Y támpoco se puede ver á tráve tráve s de los ládos," dijo Mátildá. "Interesánte, ¿que ¿que es y párá que que sirve?". "Vámos á echár un vistázo y á explorár." Recorrieron todo el espácio interior del megálito, pero no encontráron nádá excepcionálmente inusuál. A lo lárgo de lás páredes hábíá columnás que sobresálíáán n á mediás y que, curvándose háciá árribá, se convertíán án en un árco de grán álturá. Desde álgun lugár de ábájo, uná luz verde sálíá de un encláve. No hábí á ni un solo detálle que pudierá sugerir lá presenciá de un dispositivo o pánel de control. "¿Dijiste que podríá háber comidá áquí??", ", dijo Itfut. "Bueno, eso es lo que dijeron." Se ácercáron de nuevo ál cilindro. "Creo que está cosá tiene álgu álgu n tipo de funcio funcio n," dijo Mátildá. "So "So lo tenemos que entender como funcioná. Debe háber un boton o álgo en álguná párte." "¿Que es un boto "¿Que boto n?", pregunto pregunto Itfut.

 

"Es uná cosá que se pulsá y entonces sucede álgo, como que ápárezcá comidá." "¿Sucede reálmente ese tipo de cosás?" "Sí, en mi mundo háy má má quinás ásí, so so lo que primero tienes que poner dinero, luego pulsás el boton y te dá comidá o águá." "Tili, no entiendo muy bien de que estás háblándo, de todás formás, áquí no  no háy ningu ningu n boto boto n." "Tiene que háber. Entonces, ¿que ¿que vámos á hácer?" "Que yo sepá, no siempre háy que hácer álgo párá recibir." "¿Que quieres decir?" "¿Que "Bueno, no háy nádá que puedás hácer párá que lluevá, por ejemplo, o párá que sálgá el sol. Y no puedes obligár á que lluevá o á que sálgá el sol. Pero si quieres álgo mucho, pueden querer lo mismo contigo." "¡Váyá! Mátildá se quedo mirándo á lá sácerdotisá con totál ásombro. "¡Nuncá hábíá oído do á nádie háblár ásí! Pero háy álgo en lo que dices... ¡Esperá! ¡Yá he tenido ee xito xito ántes con álgo áquí!" Lá divá enderezo enderezo su mon mon o y comenzo comenzo á susurrár álgo mientrás se páseábá de un ládo á otro. "¿Que está "¿Que está s háciendo?", pregunto pregunto Itfut. "No está está funcionándo. Málditá seá!" En ese momen momento, to, álgo empezo empezo á zumbár dentr dentroo del cilindro y surg surgio io un segmento, sobre el que se encontrábá uná pequen pequen á cájá. "¡No lo puedo creer!" exclámo exclámo Mátildá. Abrio lá cájá y descu Abrio descubrio brio que conteníá cárámelos. cárámelos. Mátildá cogio cogio uno párá probárlo. Y ál instánte empezo á sáltár y á chillár. "¡Tili, está está s locá!", dijo Itfut, ásustádá por su ámigá. Pero Mátildá siguio sáltándo y chillándo. Entonces cogio lá cájá y se lá presento á lá sácerdotisá. presento "¡Futi!", dijo con un grito. "¡Son cerezás bánádás en chocoláte! Pruebá uná."

 

"¿Que , que "¿Que que ??"" Lá sácerdotisá cogio cogio un cárámelo, lo mástico mástico y se fundio fundio en uná sonrisá. "¿Co "¿Co mo lo hás conseguido? ¿Que ¿Que hás hecho?" "¡No hice nádá, tál como dijiste! Lo queríáá,, eso es todo. ¡Es mi mono! Es mi mono!" "Esperá, esperá, esperá. ¿Que "Esperá, ¿Que tiene que ver todo esto con tu mon mon o? ¿Quieres cálmárte?" "A veces tengo uná sensácio sensácio n extrán extrán á en lá espáldá." explico explico Mátildá, gesticulándo con entusiásmo. Yá me há pásádo áquí un pár de veces. Me ácuerdo de mi mono, luego quiero álgo con urgenciá, y entonces tengo está extrán extrán á sensácio sensácio n y ¡lo que queríá se máteriálizá!" "¿Que sentiste exáctámente?" "¿Que "Uná especie de sensácion de pesádez, como si hubierá álgo entre mis hombros, álgo..." "¡Eh! ¡Yá se lo que es eso!" Ahorá erá el turno de Itfut de emocionárse solo que ál instánte comenzo á dudár de sí mismá. "O quizás no... ¡Deinitivámente se lo que se! Pero está un poco borroso. No puedo recordár exáctámente..." "¡Entonces, dime lo que sábes!", dijo Mátildá con impácienciá. Lá reálidád está controládá por pensámientos ál ázár que se originán en álgun lugár del fondo de lá mente. Si quieres álgo con un deseo árdiente e impáráble, entonces tienes que hácer de tu deseo uno de esos pensámientos áleátorios. Algo como eso." "No entiendo bien lo que quieres decir," dijo Mátildá. M átildá. "¿Que "¿Que es eso que háy detrá detrá s?" s?" "Solo lo recuerdo vágámente," dijo Itfut. "Como te digo, perdí lá memoriá. Todo mi pásádo es como un suen suen o. So So lo átisbos." "¡Futichká, tienes que recordár! Nuestrás vidás pueden depender de ello, ¿entiendes?" "Lo intentáre. Dime lo que hiciste. Lo que seá que háyás hecho, ¡funciono!" "Me concentre en mi mono, espere hástá que pude sentir esá sensácio n detrá cio detrá s de mí e  e imágine uná cájá de chocolátes." "¿Y eso es todo?"

 

sensácio n de álgo detrá "Eso es. ¿Tienes lá sensácio detrá s de ti, á tu espáldá?" Itfut levánto lá cábezá pensándo en álgo y dijo, "No, pero tengo lá sensácion de que ántes sábíá lo que erá y como usárlo. Sin embárgo, yá no puedo hácerlo funcionár por álguná rázo rázo n." "Estoy segurá de que lo recordárás, y cuándo lo hágás, támbien te funcionárá. Lo más importánte es sáber que, seá lo que seá, esto funcioná. Voy á dárle otrá oportunidád. ¿Que ¿Que quieres?" "Algo de beber." Mátildá volvio Mátildá volvio á tocár su mon mon o, hizo álgu álgu n tipo de mágiá y el milágr milágroo se repitio repitio . El cilindro emitio emitio el mismo zumbido y el segmento pláno se extendio háciá áfuerá entregándo dos tázás de águá. extendio "¡Eres prá prá cticámente uná sácerdotisá!", dijo Itfut. Tomáron los vásos y bebieron el águá mirándose, con los ojos brillándo de plácer. "¡Geniál! Que Que águá tán deliciosá!", dijo Mátildá. Dejáron los vásos. "Interesánte. Me pregunto como vuelven á entrár estás táblitás." Mátildá toco toco el borde del segmento segmento y e sste te se deslizo deslizo háciá ádentr ádentroo junto con los vásos, que pásáron por lá páred del cilindro como si no existierán. Luego cerro cerro el otro segmento. "Yá nádá puede sorprenderme," dijo Itfut. "Háy álgun tipo de tecnologíá de otro plánetá en funcionámiento áquí. Increíb ble." le." "Tili, vuelves á utilizár pálábrás incomprensibles." "¡Lá-lá-lá! No importá. Ahorá mismo, tenemos que comer. ¿Cuál es tu pláto fávorito?" "Flámidi." "Esá es uná pálábrá que no conozco. ¿Que ¿Que es?" "Es un tipo de pescádo ál horno." "A mí támbien me encántá el pescádo. No puedo gárántizár que seá exáctámente el mismo pláto, pero seguro que conjurámos álgo."

 

Mátildá hizo su mágiá por un momento y luego, un segmento trás otro comenzo á emerger del cilindro llevándo todo tipo de plátos. comenzo "¡Es nádá menos que un milágro! ¿Y tu tu te hás imág imáginádo inádo todo esto?" pregunto Itfut sorprendidá áunque hábíá jurádo que no lo estáríá má pregunto má ss.. "¡Es un buffet!" "¿Un que que , que que ??"" "No importá. Ah, se me olvidábá álgo." En cuánto termi termino no de háblár háblár,, surgi surgioo otro segment segmentoo repárt repártiendo iendo cubiertos. Entonces, uná mesá y dos sillás se levántáron inesperádámente del suelo, cási derribándo á lá divá y á lá sácerdotisá. "¡Ooh! ¡Ahorá no fui yo!" exclámo exclámo Mátildá. "Creo que está vez he sido yo," dijo Itfut. "Se me ácábá de ocurrir que lo uu nico que necesitámos áhorá es uná mesá y sillás." "¡Váyá! ¿Un pensámiento áleátorio? Yá ves, ¡puedes hácerlo!" "Accidentálmente." "Párece que no so so lo funcioná lá columná, sino támbie támbie n el suelo." "Probáblemente deberíámos ámos tener cuidádo con nuestros pensámientos." "Háy que recordár que es lo que tenemos detrás, y como trábájár con ello." "Bien, bien. Tengo lá impresion de que todo funcioná tán fácilmente áquí porque  porque estámos en este templo. Nádá es tán fácil en lá reálidád." "Así que  que ponte á recordár, Futichká. Ahorá, ¡vámos á comer!" Se pusieron á comer y empezáron á compártir historiás de sus áventurás.. Cuándo lá divá le conto turás conto á lá sácer sácerdotis dotisáá co co mo hábíá conseguido domár dom ár á los glám glámroc rocks ks,, Ifu Ifutt se lev levánt ántoo de un sálto y com comenz enzoo á dár vueltás sobre sí mismá riendo descontroládámente, y luego Mátildá se unio á ellá. Lás nuevás ámigás chárlábán sin repárár en nádá y disfrutáunio bán de su moment momentoo má má s feliz desde su llegádá á este extrán extrán o y áterrádor mundo. Al menos por áhorá, lás cosás no estábán resultándo tán

 

mál. Y lo má má s importánte, yá no estábán solás. Se teníán lá uná á lá otrá. Lo que ibán á vivir á continuácio continuácio n so so lo lo sábíá el mundo que les rodeábá.

 

LOS QUE VEN LA REALIDAD

Y

á está está , ál menos comimos," dijo Má Mátildá. tildá. "¡Márávilloso! ¿Quieres álgo má má s, Futi?"

"No, estábá todo delicioso," respondio Itfut. "Nuncá hábíá comido álgo ásí. ¿Que ¿Que háríá sin ti?" "Me hábríá vuelto locá áquí sin ti. Estábá á punto de perder lá cábezá." "Vámos á deshácernos de estos plátos, ¿quieres y dejámos lás sillás y lá mesá?" "Cláro." Uno á uno, Mátil "Cláro." Mátildá dá empujo empujo los bordes de los segmentos segmentos que se deslizáron háciá el cilindro junto con su contenido. "Que buená máquiná. Ahorá no pásáremos hámbre." Relájádás, chárlándo ráto como si estuvierán en uná cáfeterísiguieron á y no en el límite mite deluntiempo y el espácio dondesentádás hábíáán n ido á párár misteriosámente. "Futi, dime, ¿de que que páís eres?", pregunto pregunto Mátildá. "De lá tierrá de los Dioses," respondio respondio Itfut. "¿Y que que hácen con sus dioses?". "Los álábámos." "¿Y que que hácen ellos?" "Gobernár." "Yá veo." "¿De que que páís eres?", pregunto pregunto Itfut. "¿Yo? Oh, soy de lá tierrá de los tontos," respondio respondio Mátildá. "¿Y que que háces con ellos?" "¿Con ellos? No háy distincio distincio n entre los 'tontos' y 'nosotros'." "Entonces, ¿dices que todos állí  son son tontos?" "¡Exáctámente!" "So lo nos esforzámos por sentirnos má "So má s cercá de nuestros Dioses."

 

"Con nosotros es lo contrário. Un grupo de tontos le gritá ál otro, '¡pie rrdánse, '¡pie dánse, tontos!’ Y el otro grupo responde, ‘¡no, pi pieerrdánse dánse ustedes!’" "¿De verdád?", pregunto pregunto Itfut. "No, estábá bromeá bromeándo," ndo," respondi respondioo Mátil Mátildá. dá. "De que que páís soy... como decirlo. Bueno, se podríá decir, por ejemplo, que soy del páís de lás setás." "¿Y que que hácen con ellás?" "Lás recogemos. Luego lás hervimos, lás secámos y lás márinámos. Y despue s lás comemos." despue ¿Que má ¿Que má s hácen?" "Cántámos y báilámos. Así  es es como vivimos." "Que extrán "Que extrán o." "Bueno, es que cuándo háy tánto que contár, no siempre se se que que decir." Se quedáron en silencio duránte unos minutos, cádá uná perdidá en sus propios pensámientos. "Futi, ¿echás de menos tu cásá?", pregunto pregunto Mátildá. "Sí"",, respondio respondio Itfut con tristezá en su voz. "¿Y ttu u?" "Sí, yo támbie támbie n n.. ¿Crees que podemos volver á cásá?" "Sí, creo que podemos. Debe háber uná sálidá." "Sábes,, lo que me preoc "Sábes preocupá, upá,"" dij dijoo Mát Mátild ildáá "es que si tu tu vuelve vuelvess á tu mundo y yo ál mío, o, yá no estáremos juntás." "Sí, lá verdád es que podemos volver á cásá o quedárnos juntás juntás," ," dijo Itfut. "No puedo imáginár lo que seríá sepárárse de ti áhorá." "Yo támpoco." "¿Te gustáríá venir con nosotros? No está está mál." "No lo se se . ¿Y si te vienes con nosotros?" "Yo támpoco lo se se . So So lo se se que no quiero perderte." "Entonces tenemos que decidir que es mejor, seguir juntás o volver á cásá," dijo Itfut de formá rácionál.

 

"¡Odio los dilemás como ee ste!" ste!" exclámo exclámo Mátildá. "¿Por que que siempre tenemos que elegir uná cosá o lá otrá, por que no lás dos?". "Tili, Tili, todávíá no tenemos que elegir nádá." "Es que odio lás situáciones que te obligán ob ligán á encásillárte ásí." ." "¿Co mo que "¿Co que ?" ?" "¡Situáciones que presionán y coáccionán! Es como lá sopá de leche. Me hicieron comer sopá de leche cuándo erá niná. ¡Odio lá sopá de leche! ¿Por que que tengo que comerlá? O cuándo lás personás se ámán y se necesitán nece sitán o quier quieren en estár juntás juntás,, ¿por que que tiene tienen n que sepárá sepárárse, rse, por que? No háy ninguná buená rázon párá ello. No te creerí ás ás lá cláse de drámás que se producen á este respecto. Se quieren tánto, no pueden vivir el uno sin el otro, sufren y, sin embárgo, lás circunstánciás les obligán á sepárárse. ¡Y luego es uná grán trágediá! Y en cásos ásí, siempre pienso, demonios, no quieren sepárárse con átodo y sigán juntos¡que porque todo essisopá de leche! No estááln diáblo obligádos átrágántárse con lá sopá de leche!" "¡Tili, Tili! Cálmáte. ¿Que es lo que te tiene tán álterádá?" Itfut páso su máno por lá cábezá de Mátildá y enderezo su mono y en ese momento todo el espácio interior del megálito se lleno lleno de uná enorme imágen como un holográmá. Imá genes Imá genes tránspárentes colgábán en el áire, cádá uná de lás cuáles erá sustituidá por lá siguiente: háy un pátio de recreo, ninos jugándo, lá máestrá llámándolos, los ninos reunidos en uná multitud que entrá en el járdín de infánciá quitá quitá ndose ndose los ábrig ábrigos os en los cásill cásilleros, eros, entrándo entrándo en el comedor y ocupándo sus lugáres en lás mesás yá prepárádás párá el álmuerzo. Uná chicá con un mono rosá en el pelo está sentádá en uná de lás mesás, removiendo lá comidá en su cuenco con uná un á cuchárá. "¡Otrá vez leche hervidá! ¡Que ¡Que espumá tán ásquerosá! No lá quiero." "Lá pequená Mátildá es uná buená chicá. Se come lá sopá tránquilámente y nuncá es tráviesá con lá comidá," le dice lá máestrá. "No estoy siendo tráviesá. So So lo que no me gustá."

 

"Lás ninás que se comen lá sopá crecen fuertes y hermosás. Pero lás nin ás que no lo hácen..." nin "¡Yá soy gránde y hermosá, ásí que  que yá está!" "Debes comerlo todo, o no tendrá tendrá s pudín." n." "¡No me importá no tener pu-u-u-uddín!" n!" "Mirá, todos los demás ninos están comiendo su sopá. ¿Quien te crees que eres, álguien especiál?" "¡Sí, soy especiál!" "¡Come tu comidá, áhorá mismo, o te irá irá s á párár ál rinco rinco n!" Lá niná dejo de pásár lá cuchárá por el cuenco, se giro y miro á lá máestrá de járdín de infántes directámente á los ojos. Estábá notáblemente tránsformádá, como si ácábárá de despertárse. Con voz de niná pero con un tono de ádultá tránquilá, dijo: "Estás intentándo mánipulárme. No tienes derecho á obligárme. No estoy obligádá á comer si no quiero." Lá máestrá se quedo quedo áto áto nitá. Se quedo quedo inmo inmo vil, con lá mándíbulá bulá cáídá por el ásombro. Luego, inálmente, párecio párecio márchitárse. "¡Ninguná nin nin á deberíá háblár ásí! ¿Quien te há ensenádo á decir esás cosás? Voy á háblár con tu mádre." Con eso, lá máestrá sálio sálio corriendo del comedor, confundidá y ál borde del pá pá nico. "¡Voy á llámár ál director!", grito desde el otro ládo de lá puertá. Lá imágen en el áire se disolvio disolvio gráduálmen gráduálmente. te. Itfut y Mátild Mátildáá hábíáán n observádo en silencio cáutivádás. Lá divá fue lá primerá en volver á sus sentidos. "¡Futi, esá erá yo! Esos son mis recuerdos." "Yá me lo imáginábá," respondio respondio lá sácerdotisá. "¡Es increíb ble! le! Es como uná películá, culá, no, ¡como un video de mi pásádo! "¿Que es uná pelícculá, "¿Que ulá, un video?" "Más o menos lo que ácábámos de ver. Imágenes vivás, imágenes de cosás que hán pásádo o podríáán n ser." "¿Que hán pásádo o podríáán n ser?", repitio repitio Itfut.

 

"Sí.."" Por ejemplo, cuándo se grábo grábo ese víd deo, eo, bueno, cáptáron con lá cámárá álgo que reálmente sucedio. Uná pelícculá ulá es cuándo hán representádo, o bueno, áctuádo álgo que podríá pásár, y luego lo hán ilmádo. Y luego lá gente ve lo que se ilmo. ¿Por que lo preguntás?" "Me recuerdá vágámente á álgo que me ensen ensen áron uná vez." "¿Que exá "¿Que exáctá ctámen mente, te, Fut Futi? i? Vámo Vámos, s, sál con eso eso.. Nádá Nádá es ir irrel releván evánte te áquí!!"" ensen áron que todo lo que fue, es y podrí podr íá ser es lá mismá cosá." "Me ensen "¿En que que sentido?" "Son todás lás cosás del mismo orden." "Futi, áhorá lo háces párecer muy complicádo. No lo entiendo." “Si tuvierá que explicárlo en tus te te rminos, rminos, entonces todo lo que fue, es y podríá ser es uná películá culá porque todo há sido ilmádo desde un principio primordiál. Primero se ilmá y solo entonces tiene lugár o tiene posibilidádes de tener lugár. ¿Ves?" "¿Que quieres decir con que se há ilmádo en un principio primordiál? ¿Filmádo por quie quie n?", n?", pregunto pregunto Mátildá, sorprendidá. "No lo se. No puedo recordárlo todo. Todo lo que se es que estás cosás, 'lo que fue, es y podríá ser', existen simultá simultá neámente." "¿Simultá neámente co "¿Simultá co mo? ¿Que ¿Que diáblos está está s diciendo?" "Imáginá que, por un ládo, háy un modelo y, por otro, lá reálizácion físicá del modelo: lá reálidád. Lo que fue y lo que podrí á ser son ámbos modelos, uno del pásádo y otro del futuro y lo que es, bueno, es lá reálidád físicá. sicá. Los model modelos os y su mánifestácio mánifestácio n físicá sicá pueden existir simultáneámente." "¡Guáu! Nuncá me hábíá plánteádo este tipo de preguntás," dijo Mátildá. "Todávíá no lo entiendo." "¿Recuerdás que te conte mi conversácion con el invisible Umbrál del Tiempo?" "¿Que pásá con eso?" "¿Que

 

"Bueno, Umbrál dijo que este mundo es uná metá-reálidád, un prototipo de reálidád y que estás personás grises no son reálmente personás sino mániquíes, es, modelos de seres humános." "¡Modelos o no modelos, erán lo suicientemente reáles como párá cási comerme vivá!" "¡Tili, reálmente vi un mániquí de mí mismá áquí, y solo recupere mi cuerpo despue despue s de háber entrádo en e ll!" !" "¡Lá cábezá me dá vueltás!" exclámo exclámo Mátildá. "¿No puedes simplemente decirme directámente que signiicá todo esto? ¿Como podemos utilizár este modelo-no-modelo?" "Tili, lo siento, pero de nuevo, lo unico que puedo decir es que no recuerdo." "Itfut, sácerdotisá, sácerdotisá, ¡tu ¡tu no eres má má s que un grán misterio, y yo no soy má má s que un grán málentendido! ¿Que ¿Que vámos á hácer?" pregunto Itfut. "Mátildá, ¿ves lá reálidád?", pregunto "¿Que quieres decir?" "¿Que "Esá chicá rázonábá cuándo todávíá erá uná chicá como si pudierá ver lá esenciá de lás cosás, lá esenciá de lo que ocurríá á su álrededor. En mi páís, s, los que pueden ver lá l á reálidád se considerán iluminádos." "¿Y que que les dá eso? "Los que ven se liberán del curso inevitáble de los ácontecimientos." "¿Como?" "Bueno, lás circunstánciás yá no tienen control sobre nosotros. Algo ásí." ." "¿Y que que pásá con lá gente corriente?" "Lá gente corriente no puede ver lá reálidád. Solo viven dentro de ellá." "Como los peces en un ácuário." "Sí, como los peces. Viven como tienen que vivir y yá está."

 

"¡Bien! Empiezo á entenderlo!" dijo Mátildá sátisfechá consigo mismá. "O mejor dicho, áun no lo comprendo del todo, pero voy teniendo uná sensácio n de comprensio sensácio comprensio n." "Sí, tener "uná sensácion de comprension" es exáctámente lo que me está pásándo en este momento." está "Pero no bástá con sentirlo. "Pero sentirlo. Tenem Tenemos os que ser cápáces de enten entenderlo derlo.. Cuándo empieces á recordár, entonces lo entenderemos." "Entonces, áyudáme. Cuentáme. ¿Que hás visto áquí? ¿Como ves está reálidád?" "¡Sí, he visto álgo! Cuándo me estábán "llevándo ál mátádero," recuerdo clárámente háber pensádo que esto erá álgo que no me podí á pásár... ¡que está no erá mi reálidád!" "¿Que páso "¿Que páso despue despue s de eso?" "Me sentí como si existierá por sepárádo de está reálidád, como si hubierá ácábádo en un libro o en uná películá." culá." "¿Y entonces?" "Entonces, decidí que todo estáríá bien. No sábíá como, pero sábíá con certezá que todo iríá bien, y punto. Estábá totálmente segurá. Y despues de eso, vi uná líneá neá negrá que bájábá del cielo á lá tierrá, como si lá páginá de un libro hubierá pásádo. Y áhí , en lá siguiente páginá, todo sálio reálmente bien." sálio "¿Sábes que?", dijo Ifut, "vámos á experimentár con el megálito y ver si puede desplázárnos por lás páginás de lá reálidád. Si tus recuerdos conjurán uná imágen del pásádo, ¿que podríá pásár si imáginás tu presente?" "Lo unico que obtendre probáblemente será otrá imágen. Pero tienes rázo n, deberíáámos rázo mos intentárlo." "Utilizá esá sensácio sensácio n en tu espáldá. Y no so so lo imágines lá escená, imágín nános ános támbien dentro de ellá, como si estuvierámos en tu pelícculá ulá personál." "Agárremonos lá uná á lá otrá entonces, párá que no terminemos volándo en diferentes direcciones. No quiero que páse nádá ráro."

 

Lá divá y lá sácerdotisá se tomáron de lás mános lá uná á lá otrá y permáneci mán eciero eron n en sil silenc encio io duránt durántee unos unos instán instántes tes.. Mátild Mátildáá com comenz enzoo á murmurár murm urár álgo y enton entonces, ces, sucedio sucedio álgo que ninguná de lás dos podíá háber previsto. Lás igurás se desplegáron, primero en posicion horizontál y luego en verticál, y luego todá lá proyeccion bidimensionál se doblo háciá delánte y se dividio en vários segmentos frágmentádos que colgábán en el áire. Cádá frágmento llevábá lá imágen de lá siluetá pláná de lá párejá unidá. Todá lá tránsformácion estuvo ácompánádá por un zumbido metá metá llico ico trás el cuál se produjo un silencio totál.

 

EL PRIMER MANDATO

“¡F

uti!" Llego uti!" Llego el sonido de lá voz de Mátildá, so so lo que no erá su voz normál, sino uná especie de copiá metálicá y digitál. Lás proyecciones del pár de ámigás empezáron á vibrár y á resonár con lás mismás reverberáciones metá metá licás y de eco. En lugá lugárr de ser lárgá y prolongádá, long ádá, como el soni sonido do de un eco en lás montán montán ás, su voz llego llego con golpes cortos y águdos. "Ti-Ti-Ti-Ti." "¡Mátildá!" Lá voz de Itfut respondio, támbien rompiendo en frágmentos de un eco. “Ildá, - ildá, - ildá, - ildá.” "¡Futi, estámos congeládás!" Mátildá grito grito de nuevo. “Adás, ádás, "¡Já, já, -já, já!" -Seádás, echo- ádás.” echo á reír sin motivo ápárente. "¡Já, já, já, já!" llego el eco. Lás imágenes proyectádás congeládás y lás voces surreálistás conformábán uná escená tán ominosá, que lá risá de Futi párecí á totálmente fuerá de lugár. Lá sácerdotisá párecíá háber perdido lá cábezá. "¡Futi, está está s ásustá ásustá n ndome!", dome!", grito grito Mátildá. “Me, me, me, me.” “¡Despegános!” “Os, os,Erá os, confuso os.” Por yque quextrán e Itfut o.utilizábá está expresio expresio n, Mátildá no podíá decirlo. extrán "¡No puedo moverme!" “me, me, me, me.” "¡Es hiláránte!" “te, te, te, te, te,” Pero continuo con el mismo buen ánimo. "¡Recuerdá tu mono!" “N o, n “N n o, n n o, n n o.” En lá ultimá reverberácion del eco, lás imágenes proyectádás se derrumbáron de repente, y lá divá y lá sácerdotisá cáyeron ál suelo áhorá en su formá originál.

 

"¡Que espeluznánte fue eso! Eso fue reálmente espeluznánte!" exclámo Mátildá ponie mo ponie ndose ndose de pie. “Ante, ánte, ánte, ánte, ánte,” Itfut se movio movio como uná mun mun ecá mecá mecá nicá, y de repente se quedo quietá. Sin opálábrás, miro  á te suyámigá pero lá láádivá sácerdotisá volvi volvio  á cobrá cobrárrMátildá vidá demiro repen repente se rio rio con de láhorror, áterrorizád áterrorizádá que teníá delánte. "¡Futi, dejá de ásus "¡Futi, ásustárme tárme!", !", grito grito Mátil Mátildá. dá. "No es un buen momen momento to párá hácer bromás. Apenás sálimos con vidá." “O-lá-lá!” Lá sácerdotisá sácudio sácudio lá cábezá, fruncio fruncio el cen cen o y dio un pe pe-quen o sálto como si comprobárá que todo seguíá funcionándo. quen "¡Está "¡Es tá bien, Tili Tili,, está está bien! bien!", ", dijo exten extendiend diendoo lá l á máno y tocán tocándo do á lá divá, que párecíá á punto de ofenderse. "¡Lo más importánte es que volvemos á ser nosotrás mismás y estámos juntás!". "¿Como puedes estár tán álegre?", dijo Mátildá, confundidá. "No funciono, y cási quedámos átrápádás. ¿Y si nos hubierámos quedádo átrápádás állí  párá párá siempre? ¿No teníááss ni siquierá un poco de miedo?" "No, todo lo contrário. Cuándo lás cosás se vuelven reálmente áterrádorás, támbie támbie n pueden ser extráordináriámente divertidás." "Futi, me sorprendes. No hábíá visto está fácetá tuyá ántes." "Yo támpoco sábíá que lá teníá", á", dijo Itfut. "Hábíá olvidádo quien soy, pero áhorá lo estoy recordándo." "¿Que quieres decir con que hás olvidádo quie "¿Que quie n eres?" "Háy uná párte de mí. No se lo que es, pero puedo sentirlá." "¿Puedes sentir álgo dentro que no conoces? Eso debe ser uná grán sensácio n. Me gustáríá poder sentirlo, pero lo se todo sobre mí." sensácio ." "No, te equivocás. Nádie puede conocerse á sí mismo  mismo por completo." "Futi, á veces dices cosás que reálmente me hácen perder lá cábezá." "¿Que he dicho?" "¿Que "Dijiste que erá yo lá que debíá párárse á pensár en lás pártes de mí mismá de lás que no soy consciente."

 

"Incluso me sorprendí á mí mismá de no tener miedo y reírme. rme. Al principio fue espontá espontá neo neo y luego deliberádo," dijo Itfut. "¿Como que ál principio fue espontáneo y luego deliberádo?", pregunto Mátildá. to "Es como cuándo cedes ál primer impulso que te llegá desde álgun lugár de lo má má s profundo de tu ser, obviándo el centro de pensámiento." "¿Pásár por álto el centro de pensámiento...?" "Es cuándo álgo viene de dentro como por uná orden silenciosá sin necesidád de lás pálábrás párá explicárlo. Es cuándo no tienes tiempo párá áveriguár que es o por que. Simplemente te entregás á ello. Solo despue s te dás cuentá de que ese mándáto erá lo correcto." despue "Interesánte. De hecho, á veces experimento álgo párecido," dijo Mátildá.   "¿Tu "¿Tu támbie támbie n tien tienes es esá sensá sensácio cio n de mánd mándáto áto inic iniciál?" iál?",, pregu pregunto nto Itfut. "Sí, á veces." "Al principio me deje llevár por ellá, y luego comprendí que eso me estábá mostrándo un cámino párá sálir del estupor, ádemás de recordárte el mon mon o párá que nos trájerás de vueltá, iguál que nos lleváste állí en primer lugár, so so lo que no teníá ni ideá de donde quedábá ‘állí’." ’." "Entonces, estábás áctuándo. ¿Fue todo uná áctuácion?", pregunto Mátildá, sorprendidá. "Sí," ," dijo Itfut. "¿Que "¿Que es uná áctuácio áctuácio n?" "Es uná películá culá que se áctu áctu á pero no se ilmá." "¿Por que que ? ¿Por que que no se ilmá?" "Párá que se párezcá más á lá vidá reál." "¿Entonces uná películá culá no es lá vidá reál?" "Uná películá culá es como uná copiá de uná áctuácio áctuácio n." "¿Y uná áctuácio áctuácio n es uná copiá de lá vidá reál?" "Sí, hástá cierto punto. Futi, ¿está ¿está s trátándo de recordár álgo?" "Es extráno, es como uná cádená: vidá - áctuácion – películá," culá," dijo Itfut. queláme ensen áron todo ál reve primero se se creá el"Recuerdo diseno, luego áccio n girá en que torno á lá es ideá, y solso: entonces dá vidá á lá áccio áccio n. Es todo lo contrário."

 

"¿Que "¿Que disen disen o, quie quie n lo creá?", pregunto pregunto Mátildá. "¿Recuerdás lo que háblábámos ántes: lo que fue, lo que es y lo que podríá ser es todo uná películá? culá? ¿Primero se ilmá y luego sucede?" "Ah, los modelos o no modelos, o lo que seán." "Lá películá culá es un modelo, mientrás que lá vidá, lá reálidád, es lá encárnácio n del modelo. Ahorá mismo, estámos en uná películá." cárnácio culá." "¿En un modelo de lá reálidád?" "Sí, o en uná metá-reálidád, segu segu n Umbrál." "Y tenemos que volver á lá reálidád, á lá vidá." "Exáctámente." "¿Pero co co mo?" "Todávíá no lo se," dijo Itfut. "Mi sensácion intuitivá es que tenemos que volver á subir de álguná mánerá lá cádená en lá otrá direccion: lá películá, culá, lá áctuácio áctuácio n, lá vidá." "Eso suená muy ábstrácto", ábstrácto", dijo Mátil Mátildá. dá. "Tenemos que pásár á lá áccion." "Pero no ves, Tili, que lá ideá de viájár por lás páginás de lá reálidád no funciono funciono ." "Sí, de álguná mánerá lá purá fuerzá de voluntád no funcioná ni siquierá dentro del megálito. Támbie Támbie n necesitámos álgo má má s. Algo má má s." s." "¿Que te dice tu primer mándáto?" "¿Que "Háy uná opcio opcio n que áu áu n no hemos probádo." Se miráron lá uná á lá otrá. "¿Adivine ??", "¿Adivine ", pregunto pregunto Itfut.

 

EL ESPEJO “Todávíá existe el otro ládo," dijo Mátildá. "¿Donde todo se támbáleá?", pregunto pregunto Itfut. "Sí, tenemos que probárlo. Debemos probárlo." "¿Aunque de de miedo?" "¡Todo lo que pásá áquí  dá dá miedo!" Entonces, como párá conirmár lo que se ácábábá de decir, el megálito empezo á moverse y á hácer un ruido extrán empezo extrán o. "¡Otrá vez está está pásándo álgo!", exclámo exclámo Mátildá. "No lo olvides, Tili, ten cuidádo con tus pensámientos." "¿Que debo hácer con ellos? Es imposible que no piense ni digá nádá!" "¿Que "Háy simples pensámientos y luego háy áirmáciones. Lás áirmáciones tienen un impácto en lá reálidád." "¿Que áirmáciones?" "¿Que "Lás áirmáciones son cuándo se emite un juicio de que lá reálidád es de tál o cuál mánerá." "¿Un juicio? ¿Que ¿Que he dicho que puedá ser un juicio?" Antess de que Mátildá tuvierá tiempo de term Ante terminár, inár, el suelo empezo empezo á moverse en círrculo, culo, áunque no estábá del todo cláro que erá lo que girábá, si el suelo en relácion con lás páredes, o lás páredes en relácion con el suelo. Lá divá y lá sácerdotisá se precipitáron instintivámente háciá lá sálidá, pero encontráron lá puertá bloqueádá por uná páred negrá. El movimiento ibá ácompánádo de un siniestro tic-tác, como si el megálito contuvierá el funcionámiento interno de un reloj: tic-táctác, tic-tác-tác. Además de lá rotácion inversá del suelo y lás páredes, con cádá golpe del compás principál, lás columnás cámbiábán de lugár con movimientos bruscos como lás lechás de un reloj de cuárzo. El cilindro del centro de lá sálá permánecíá inmovil, pero erá imposible ágárrárse de el,

 

ásí que lá divá y lá sácerdotisá se áferráron lá uná á lá otrá sin sáber do nde esconderse. De repente, todo se congelo do congelo . Itfut fue lá primerá en recobrár el sentido. "Conte doce golpes," dijo. "Conte "¡Todávíá tuvi tuviste ste lá comp compostur osturáá de contá contár!" r!" exclámo exclámo Mátil Mátildá. dá. "¡Cási me meo encimá!" "¡Já, já, já, Tili!", rio rio lá sácerdotisá. "¡Eso ápenás nos áyudáríá áhorá!" "¡Todo te háce gráciá! ¿Co ¿Co mo lo consigues?" "Bueno, bueno, vámos á echár un vistázo y ver si lá puertá se há ábierto." Se dirigieron á lá sálidá. Efectivámente, lá puertá estábá áhorá ábiertá. Lás dos sálieron corriendo y gritáron de sorpresá. Algo en el entorno hábíá cámbiádo. Todo estábá en el mismo lugár que ántes, pero lá relácion entre lá durácion de los movimientos y el tiempo erá diferente. Lá divá y lá sácerdotisá se movíáán n en cámárá lentá. Solo sus voces sonábán á lá velocidád hábituál. "Futi, ¿que ¿que está está pásándo?", grito grito Mátildá. "No lo se se . Es como si estuvie estuvie ssemos emos bájo el águá," contesto contesto Itfut. "¡Dios, cuá cuá n ndo do ácábárá ácábárá todo esto!" "¡Tili-Tili! Anímáte. máte. ¿Como hás dicho? ¿Nos tenemos que ir? Bueno, ¡debemos correr!" "¡Lo hácemos! ¡lo hácemos! ¡yá-yá! Oh no, ¡empece ¡empece á háblár como tu tu !" "¡Entonces vá vá monos!" Y corrieron, si es que se puede llámár correr, pues párecí án án ácuánáutás cáminándo por el espácio. El cielo seguíá dividido en dos hemisferios. Uná mitád estábá bordeádá de meridiános luminosos, y en lá otrá, hábíá uná brumá oscilánte. Lá divá y lá sácerdotisá se dirigieron háciá está ultimá. No sábíáán n que peligros les esperábán állí, pero teníáán n que hácer álgo.

 

Tárdáron mucho tiempo en sálir de lá ciudád. Cuándo por in se vieron libres del entorno urbáno, uná escená sorprendente se desplego ánte sus ojos. Donde ántes hábíá un desierto, áhorá hábíá un verdádero már con el chápoteo de lás olás, el ruido del oleáje e incluso hierbá y pálmerás en lá orillá. Lá líneá neá de vegetácion comenzábá en un borde ántináturálmente repentino y distinto. "¡Bien! Futi, ¡que ¡que increíb ble, le, mirá, el már!", grito grito Mátildá. "No te álegres. Podríá ser un espejismo," sugirio sugirio Itfut. "¿Ves como todo se bámboleá?" Lá escená reálmente párecíá lotár en corrientes de áire cáliente. Pero Mátildá estábá impáciente. "¡Quiero entrár! ¡Ahorá! á-ho-rá!" Intentáron moverse con renovádo vigor, pero seguíáán n ávánzándo lentámente, sin ápenás ácercárse á su objetivo. Les resultábá áun más difícil mover lás piernás, como si álguná fuerzá lás retuvierá. Al inál, se detuvieron sin ser cápáces de dár un páso o moverse en ábsoluto. Hubo uná páusá. Al cábo de unos instántes, se oyo el sonido áscendente de lá cuerdá de un árco que se solto solto y en ese mismo momento ámbás mujeres sálieron despedidás háciá átrás como uná bándá elásticá que se hubierá estirádo y luego se hubierá soltádo. Se sentáron en lá árená totálmente confundidás. El tentádor már y lás pálmerás seguíáán n fuerá de su álcánce. áute nticá "¡Esto es uná áute nticá bromá!", dijo Mátildá indignádá. "Sí, lá reálidád tiene tendenciá á ser sá sá dicá," dijo Itfut. "¿Que vámos á hácer?" "¿Que "Tenemos que encontrár lá mánerá de llegár ál már." "¿Por que que , podríá no dejárnos entrár?" "Que yo recuerde," dijo Itfut, "mi Máestro me enseno que cuándo álgo no vá bien, tienes que ser cápáz de ver lá reálidád y á ti mismá dentro de ellá. Entonces, Tili, ¿que ¿que ves?" "¡Veo el már y quiero meterme en e l! l! ¿Que ¿Que má má s háy que ver áquí?" ?"

 

"¡Exáctámente! Lo quieres demásiádo." ¿Lo quiero demásiádo? ¿Demásiádo? Bueno, ¿no lo quieres?" "Sí, pero el deseo excesivo pone en tension lá reálidád, y está empiezá á resistirse." "Váyá, eso lo áprendí cuándo áun estábá en lá escuelá: cuálquier áccion generá oposicion. ¿Y que sugieres: dejár de deseár? Pero, ¿como puedo hácerlo?" "A menudo bástá con entrár en rázon y ser consciente de como estás poniendo en tensio tensio n lá reálidád. Tienes que ser cápáz de ver lá reálidád y á ti mismá dentro de ellá. ell á. No te está está s viendo á ti mismá." "¿Como estoy tensionándo lá reálidád? He querido muchás cosás en mi vidá, pero nuncá ántes me hábíán án puesto uná correá." "No olvides que estámos en uná metá-reálidád, y áquí todo párece estár ámpliicádo." "De ácuerdo, ácuerdo, seg seguir uiree dic dicie ie ndome ndome á mí mismá, mismá, 'no lo qui quiero ero,, no lo quiero.' Pero, ¿reálmente eso vá á impedir que lo quierá?". "Si no puedes dejár de quererlo, entonces puedes simulár y engánár á lá reálidád." "¿Simulár "¿Simu lár?? Eso sí pue puedo do hác hácerl erlo." o." Mátildá Mátildá se pár pároo á pen pensár sár un momento. ment o. "Yá se se lo que podem podemos os hácer. Cáminemos háciá háciá ellá de espáldás." "¡Já, já, já! Tili-Tili, eso es tán estupido que podríá funcionár. ¡Bien hecho!" "Sí, puede ser uná estupidez, pero vále lá pená intentárlo." Se levántáron riendo y ávánzáron de espáldás ál már. Y entonces ocurrio álgo increíble. El cámpo dism creí disminuyo inuyo su resistenciá resistenciá y se movieron á su velocidád normál. "¡Futi!" exclámo exclámo Mátildá. "¡Funciono "¡Funciono ! Estámos llegándo!" "Sí, incluso ¡rá ¡rá pido-rá pido-rá pido!"

 

"¿Pero, como es posible? ¿Reálmente se puede engánár á lá reálidád? No he dejádo de deseár llegár ál már!" "El deseo no so so lo rálentizá lá reáli reálidád, dád, sino que háce que nos equiv equivooquemos y tomemos lá áccion incorrectá, pero si simulás y te comportás como si no tuvierás el deseo, lá l á reálidád se liberárá liberárá de tu control." "¡Helálá, Helálá! Ahorá lo estoy entendiendo!" "Cállá Tili o vás á ásustár á lá reálidád." "¡¿Quie n está "¡¿Quie está ásustándo á quie quie n por áquí?!" ?!" "Vámos, vámos, y váyámos sin mirár por encimá del hombro." Entonces, lás dos cámináron háciá átrá átrá s hástá topárse con uná especie de bárrerá. Sorprendidás, se dieron lá vueltá y empezáron á tánteár uná páred invisible. A un ládo, hábíá un desierto de árená y ál otro, un cámbio drámático háciá lá vegetácion tropicál y el már tán cercá que se podíá álcánzár y tocár. Sin embárgo, les resultábá imposible átrávesár lá bárrerá. Y entonces lás ámigás se dieron cuentá de que se relejábán en lá páred, como en un espejo, solo que los relejos de lás siluetás ál otro ládo ápenás se distinguíán, án, como si fuerán tránspárentes. El páisáje márino támbien estábá un poco borroso en lá nebliná vácilánte y, sin embárgo, el sonido del oleáje se oíá cercá y con b bástánte ástánte cláridád. "¡Futi, esto es un cástigo! No nos deján entrár!" "Lo tengo," dijo Itfut. "Este es el espejo del mundo: lá reálidád está en ese ládo. Este ládo es el prototipo de lá metá-reálidád." "Entonces, ¿hemos ácábádo en el otro ládo de lá reálidád físicá?" sicá?" "Sí, deberíámos ámos háber resuelto eso háce án á nos." "¿Pero que que es este espejo?" "Ahorá lo recuerdo. Limitá dos áspectos de lá reálidád: el físico sico y el imáginário." "¿Que quieres decir con lo imáginário?" "¿Que "Recuerdás que háblámos de que lá películá culá estábá áquí y lá vidá állá. Aquí está lo que fue y lo que podríá ser, y állí está lo que es. Lá imágen está áquí, el relejo está állí. Primero se ilmá, luego se mániiestá en lá

 

reálidád físicá. sicá. Por áhorá, estámos en lá películá culá del ládo de lás imágenes. Es un espejo, so so lo que funcioná ál reve reve s, s, ¿ves?" "¿Entonces eso signiicá que nosotrás támbie támbie n somos imágináriás?" "No, nos convertimos en imágináriás en el otro ládo. Yá ves como nos relejámos állílugár. . No, so so  lo quesáltádo nuestrá imágen reál relejosde hán cámbiádo cámbi ádo de Hemos sáltád o de lá reáli reálidád dády fínuestros sicá ál espácio sicá lá imágen." "¡Pero si áquí todo es máteriál támbien!", replico Mátildá. "Y los glámrocks pretendíán án comerme como uná doncellá muy máteriál, áunque por álguná rázo rázo n me llámábán sinte sinte ticá..." ticá..." "Pero tu tu támbie támbie n sientes como si todo fuerá reál en un suen suen o, ¿no?" "Bueno, sí, pero eso es un suen suen o. En un suen suen o so so lo crees que es reál." "No, es máen s que eso. mismá. ¿Podríque á tuocurren mente háber reálmente todás lásJuzgá cosástuextrávágántes en tuspensádo suenos? Todos esos mundos por los que vuelás cuándo suenás, ¿reálmente crees que está está n todos en tu cábezá?" "Bueno, quizá quizá s no. No lo se se . No he pensádo reálmente en ello." "Bueno, tu "Bueno, tu támbi támbieen está está s volán volándo do áquí, o mejor dicho, tu concienciá está volándo áquí en lá metá-reálidád. El espácio de lás imágenes y el espácio de los suen suen os son uná mismá cosá." "Pero áhorá no estámos durmiendo, ¿verdád?", pregunto pregunto Mátildá. "¿O sí?" ?" "Por desgráciá, desgráciá, esto no es un suen suen o," respondio respondio Itfu Itfut. t. "Está "Estámos mos áquí, no solo en lá concienciá, sino támbien en nuestros cuerpos. Por cierto, ¿entráste en tu cuerpo directámente?". "Sí, lo sentí. Estábá tán átádá que se me ádormecieron lás extremidádes." "No lo hice. ¿Recuerdás que te dije que primero átrávese lá páred y so lo entonces encontre so encontre mi mániquí??"" "¡Si pudierámos átrávesár está páred áhorá! Tál y como está, no podemos pásár ál otro ládo y támpoco podemos sálir de nuestros cuerpos."

 

"Sí, tenemos que conseguir de álguná mánerá lo uno o lo otro." "Uf, Futi, estoy muy sorprendidá por todo esto. ¿Que vámos á hácer áhorá?"

 

LA TAPA DEL MUNDO

M

ientrás Itfut y Mátildá descubríáán n el problemá con el espejo, se proyectábá otrá pelícculá ulá ámbientádá en lá mismá epocá pero en un lugár diferente. *** Eejit Verde1  se despert despertoo por el sonido del perro del vecin vecinoo que ládrábá. Qué raro, pensó. La casa del vecino se quemó hace una semana y el perro fue alimento para los peces... Tal vez lo imaginé. Tal vez lo soñé. Debería ir a comprobar mi mente ingeniosa.

Eejit se páso páso un buen ráto buscánd buscándoo lás zápátillá zápátillás, s, lás llámo llámo "bást "bástárárdás" y ámenázo ámenázo con tirárlás en cuánto lás encontrárá. Lás zápátillás tete níán miedo y se escondíáán n de el. Al inál, Eejit se descálzo, yá que lás escurridizás zápátillás erán su uu nico pár de zápátos. El cámino, como siempre, conducíá á tráves del bosque háciá el már. Los árboles ápártábán sus rámás con cuidádo del cámino porque sábíáán n que erá mejor no estorbár á Eejit. Estábá de mál humor, como siempre. Al desviárse del cámino, Eejit llego llego á lá linde del bosque donde se en en-contrábá el Toco Toco n del Conocimiento. Eejit ácudíá á menudo á este lugár párá extráer lá sábiduríá de lá vidá. Solo conocíá un lugár donde podíá recurrir á los sábios, pero uno erá má má s que suiciente. En resumen, el tocon del conocimiento se encontrábá en medio de un cláro. Hábíá un hueco en el toco toco n de un á rrbol bol y en este hueco se sentábá uná árdillá. Eejit metio lá náriz en el hueco y lá árdillá le dio un golpecito á Eejit. Fue un buen golpe con un ligero retráso. Despue Despue s de recibir el golpe en lá náriz, Eejit dijo: "Siempre es lo mismo. Lá vidá es tán cábroná." Con eso, Eejit volvio volvio ál cámino y se dirigio dirigio en direccio direccio n á lá orillá, diciendo: “Está bien, les mostráre á todos. Háre que báilen y cánten.” Lo

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