2. Teoria de La Historia. Etienne Balibar
May 6, 2017 | Author: Marina Cadena Arcubia | Category: N/A
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Descripción: historia...
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Es cada vez más evidente, para toriadores y filósofos de Hi ria, que la elirninación vismo y arbitrariedad de la crónica depende, en gran parte, planteamiento correcto y de la sible solución de problema_s "·....,.n· .::.,t~ ·'-~.;>."' ...,h,._..ad,.,.~ u-. eon e,.1 e~ara.'"...t;::r """' t,...-o¡ .• ~.-u l d' . ; h. . ' ta 1SC1}hma 11stonograt1ca y con ·-- d.e· su ~uncwn f ·consx·aerac1on ~·
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tenta recoger las posiciones e temporáneas fundamentales d .las cuales_se aborda el probleina la cientificidad de la Historia.
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-· ¿"hacer" la historia? carlos pereyra
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pregunta: ¿quién hace la historia?, puede tener a prQ:nera el aspecto de un interrogante sin sentido. En efecto, la · pÍngular, lo cierto es precisamente lo opuesto: en la tradimarxista esa tesis está muy arraigada. No se trata de una nación incidental, smo que se reitera una y otra vez a lo largo de la producción teórica· de Marx, desde la Critiia filosofz'a del derecho donde escribe: "la historia, no que lá aCtividad del hombre que persigue· sus :propios P, pasando por La' Sagrada. Famt'lia, donde'hay una for. casi idéntica ('1a historia no es sino la actiVidad del que persigue sus objetivos''), hasta llegar a El Capital, recordando a Vico, .geñ.ala: "la historia del hombre se de la historia de la naturaleza en que hemos hecho pero no ésta". .Se pueden :encontrar con tóda facili,extos semejantes en la obra de Engels y otros marxistas 7
todas las versiones que pudieran enumerarse, tal vez adecuada para desplegar los problemas implícitos en la . es la que aparece en El dieéiocho Bruman:o: "los L. Althusser, Para leer El Capital, p. 11.
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hombres ,;llii,cen, sv :pr().pia··his:t&ria·;· p~ro,· tml~h~t.eri a su libre. arbitr,iO~·i.·lJaJO!;.qi:fcunstaQ.ÓaS>Clegjdas ppr; elloS, mismos, sino,l:,aj(:)··~quellas ·circunstancias con que. se encuentran directamente, que existen y les hau sido legadas por el pasado". 7 Este :conocido pasaje· ofrece varios problemas serios de lectura. El texto indica el heeho obvio de que la situación dada, aquélla a partir de la. cual «los hombres hacen· su propia historia", está 'Constituida por un complejo de circunstancias no elegidas por:,,eUos. mismos; el texto indica también que los hombres no , ha..C~n la historia· ~~-a suJibre arbitrio". De. ambas precisiones se desprende que los hombres no se proponen en cada situación cualquierfin indeterminado, sino los fines posibilitados por la situación misma. N o es simple retórica la afirmación de que la hurtianid~d se, plantea en cada época·los problemas que puede resolver y las metas que puede alcanzar. De igual manera, para ()btener los resultados propuestos,,loshombres.no cuentan . con· "instrumentos de producción"· libré 'Y' arbitrariamente elegidos~ El .tejido social,. con ·Sus componentes ·económicos, políticos e ideológicos, decide en cada caso cuál es el arsenal del que se pueden valer.. >La relaCión entre las circunstancias condicionantes y los hombres activos en la historia es más problemática de lo que ., al respecto uen . de a . . . se cree. La d.Iscusion en primera mstanCia polarizarse entre quienes conceden prioridad a la acción de 'los. hombres y quienes otorgan la primacía a las circunstancias prevalecientes: ,Planteado· el debate en estos .términos polares no puede evitarse su abaratamiento y simplificación: nadie. ,sugiere, en rigor, que las circunstancias· hacen la historia al . margen de la intervención activa de los hombres. Por otra parte, es difí~il sostener en serio que los hombres la hacen no · importa cuáles sean las cpndiciones existentes. Tampoco basta con admitir la influencia recíproca entre actividad humana Y circunstancias dadas ;si, a la vez,. se supone una refación de exterioridad entre aquélla y éstas. Las circunstancias condicio· nantes no st;m algo exterior a los agentes sociales, como si se tratara de un medio reactivo en el que éstos se insertan desde .afuera. En cualqUier investigadón historiográfica concreta, el examen de las circuntancias dadas no se reduce a la descrip· •7. C. Marx, El dieciocho Bru.msrio, p. 9
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y ·entidades ·cajen~lúa:>lüs hornbt;es ( lcuáles podrían ·serR); incluye el estúdio de las fornuís existen~es de hi •conciencia ,social, los tipos de organización' de las fuerzas so- . dales, etc; Para decirlo empleando una conocida pareja ter. minológica de significación incierta: las drcuntancias con que ~~ se encuentran los hombres no son, nada más, lo que .cierto ;,>lenguaje acostumbra denominar ''condiciones objetivas'', sino ; también las llamadas· "condiciones subjetivas·~. Sartre advierte con lúcida precisión la neCesidad de abandonar un esquema analítico que escinde la "exterioridad"'de 'las circunstancias respecto de· la "interioridad" de la práctica '•social: "en. el pensamiento marxista se encuentran insepárable,mente unidos los caracteres de la determinación extema y los ~ esta unidad sintética y progresiva que es la praxz's humana. :Tal vez haya que considerar a esta"voluntad de trascender las "oposiciones de la exterioridad y de la interioridad ... como .el ,. mas , pro f un·ddl •. ··p· .. d.1ca· teorzco o.·. ·e marxismo. ero son .in·. ;;dones a desarrollar: sería un error creer que,es tareaJácil'\~ embargo, en el mismo pasaje del texto restablece la dito~ 'a al defender la irreductibilidad de la praxisretaciones ,de él. En efecto, icómo tenemos que entender que el hombre hace la hiSto:ria si por 9tra parte la hist.oJ{ia le. hace 'a él? Al parecer, el marxismo ideálista ha elegido la int~,retaciónmás fácil: el hombre, ep.teramente detennina de cirtUil.tancias y'actiVidad humana sólo corree~ bible _:_dice Matx- como actividad revolucionaria. Al pensar el ví~culo entre ''hombres" y ''circunstancias" corno una reladón de exterioridad, queda nulificada la posibilidad de pensar la transformación de la sociedad. Para soslayar esta dificultad, la concepción dualista establece un puente artificial: . postula la existencia de un grilpo social (los educadores) que, · n() se sabe cómo, escapa de la condición humana pasiva. Su actividad pedagógic~, y sólo ella, genera el cambio de la sociedad. . A esta concepción que ~ halla· en el fondo de todo intento de transformación de la sociedad por la vía meramente pedagógica y 1;10 por la vía práres no sólo son producto de las· circunstancias, sino que éstas también son productos suyos. Se reívfudi
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